DIAGNOSTICO INSTITUCIONAL DE BRECHAS DE GENERO EN EL AMBITO ACADEMICO DE LA SEDE SANTA CRUZ DE LA UNIFRANZ Patricia N. Cabaleiro, Gabriela L. Dávalos, Whara Solano. RESUMEN Los estudios de género demostraron que la desigualdad entre hombres y mujeres es producto de una construcción cultural y no resultado de capacidades naturales diferenciadas entre los sexos(6). Al margen de la existencia de los llamados “techos de cristal”, límites impuestos por las instituciones o las normas (formales o informales) o por la ausencia de dichas normas, están los llamados “techos de cemento”, aquellos que se imponen las propias mujeres y que derivan de sus prejuicios o temores a su capacidad o empoderamiento. Así, podemos destacar que entre las personas funcionarias de la UNIFRANZ – Sede Santa Cruz, la percepción dominante es que en la menor participación de la mujer en el estamento docente es reflejo del temor y la desconfianza ante el ejercicio del poder, tanto por serles inexplorado como por la relación que el concepto tiene con la fuerza, el autoritarismo y la imposición. Por todo lo anterior, realizar un diagnóstico sobre las tendencias del acceso y participación de la mujer en la Educación Superior, con especial atención respecto a su participación en la docencia de pregrado en la Sede Santa Cruz de la Universidad Privada Franz Tamayo, es de vital importancia para la formulación fundamentada de propuestas de mejora y cambio, en un espacio académico y laboral comprometido con los avances hacia la equidad entre mujeres y hombres. El trabajo está basado en la recopilación y análisis de información y datos de fuentes secundarias y primarias. ABSTRACT Gender studies have shown that inequality between men and women is the product of cultural construction and not the result of differentiated natural abilities between the sexes (6) Apart from the existence of glass ceilings, limits that are imposed by institutions or standards (formal or informal) or the absence of such standards, are the socalled cement ceilings, which are self-imposed by women themselves and that They relate their prejudices or fears to their capacity or empowerment. Thus, we can point out that among the people who work at the university, the dominant perception is that the lower participation of women is a reflection of fear and distrust of the exercise of power, both because they are unknown and because of the relationship that the concept has. with force, authoritarianism and imposition. For all the above, make a diagnosis on the trends of access and participation of women in higher education, with special attention to their participation in undergraduate teaching at the Santa Cruz Headquarters of the Private University Franz Tamayo, is vital importance for the informed formulation of proposals for improvement and change, in an academic and labor space committed to the progress towards equity between women and men. The work is based on the collection and analysis of information and data from secondary and primary sources Introducción La participación de mujeres y hombres en el proceso productivo y su incursión en la actividad científico-tecnológica están condicionadas, entre otras cosas, por su incorporación oportuna en la formación universitaria(1). Aunque el acceso a la educación superior (ES) ha mejorado en términos cuantitativos en las últimas décadas, las desigualdades persisten debido a factores como la ubicación geográfica, condiciones económico-sociales y otros como género, origen étnico, preferencias religiosas o intolerancia hacia ciertas minorías. La intersección género y ES presenta la misma tendencia. El panorama global indica que, a nivel de mandos medios, los hombres superan numéricamente a las mujeres en una relación aproximada de cinco a uno y en aproximadamente veinte o más a uno, en el nivel de gerencia superior. Esta no es solo una característica de los ámbitos educativos en los países en desarrollo, sino también de los claustros de educación superior en países de América del Norte y Europa. Aunque en las dos últimas décadas se incrementó el ingreso de las mujeres a las instituciones de ES, en Bolivia persiste una subrepresentación femenina en la gestión de este nivel educativo(2). A pesar de los avances logrados por las mujeres en diversos ámbitos de la esfera pública, en el área de la gestión de la educación superior siguen estando lejos de participar en condiciones de igualdad con los hombres, por ejemplo, las decanas y profesoras son un grupo minoritario y las rectoras siguen siendo una rareza(3). Tradicionalmente, la educación superior ha sido percibida como elitista y patriarcal en cuanto a su cultura, estructura y valores, un espacio considerado propiamente masculino donde se reproducían las desigualdades de género y se reforzaba la división sexual del trabajo. De esta forma, los varones accedían de manera preferencial a los estudios superiores como parte de su integración al ámbito público y de reconocimiento social, mientras las mujeres eran invisibilizadas en la esfera privada y relegadas a las tareas de reproducción y cuidado(4). En las últimas décadas los avances realizados por las mujeres en cuanto al ingreso y egreso en la educación superior han comenzado a revertir estos procesos históricos de exclusión en la formación académica y se ha modificado sustancialmente su inserción en la esfera pública. En este sentido, es destacable el papel que ha jugado la educación superior en la consolidación de estructuras equitativas de oportunidades entre varones y mujeres en el ámbito de la formación académica y en la inserción en el mundo laboral. En este proceso, el cambio de situación de las mujeres desde una condición de marginalidad y subordinación hacia una posición de autonomía y participación en los procesos de decisión colectivos del sistema educativo, fue clave en el desarrollo de capacidades para el acceso al mercado laboral y la autonomía económica, así como en el fortalecimiento de la autoestima. Sin estos logros, habría sido imposible avanzar hacia una estructura social más igualitaria y el reconocimiento intersubjetivo de la equidad de género en las diversas esferas de la vida(5). Desde la década de los 90’, en América Latina y el Caribe asistimos a un nuevo escenario educativo marcado por la feminización de la población estudiantil universitaria y un proceso de reducción relativo del ingreso masculino a los centros de educación superior. El proceso de feminización de la matrícula en la educación superior para América Latina y el Caribe se ha caracterizado por un crecimiento progresivo de la participación femenina en todas las áreas de estudio terciarias. Se ha observado también, una tendencia consistente a la superación de algunas de las barreras intangibles entre tipos de estudios considerados “femeninos” o “masculinos” que sustentan la división sexual de las ocupaciones, poniendo de manifiesto un fenómeno de transición cultural relevante para la equidad de oportunidades de género en la región. Pese a ello, los avances en la equidad de género no están exentos de ambigüedades y contradicciones. En este sentido, pueden establecerse procesos de convergencia a nivel regional en cuanto a la superación de fronteras en las áreas de estudio y carreras que persistían como reductos de uno u otro sexo, en tanto se evidencia claramente aún la existencia de áreas de estudio, disciplinas e instituciones feminizadas y masculinizadas(6). Si bien Bolivia experimenta una feminización incipiente de la matrícula en la educación superior, similar a la que se advierte en la región, el país aún no alcanza la equidad en la matriculación(4), señalando las dificultades de cambiar patrones históricos de distribución de roles entre varones y mujeres, aunque resulta interesante destacar que la feminización de la matrícula en la educación superior de nuestro país se extiende a Medicina (70%), Odontología, Bioquímica y Farmacia (74%), áreas que no presentan porcentajes tan altos de matriculación femenina en otros países del continente y que tradicionalmente estaban protagonizadas por varones. Desde otra perspectiva, a pesar de los logros alcanzados en las dos últimas décadas, la distribución porcentual de los recursos humanos del sistema educativo boliviano muestra que la desagregación por sexo prevalece en el proceso educacional, lo que a su vez refleja la división sexual del trabajo existente en la sociedad global. Según datos del portal “Mujeres Latinoamericanas en Cifras” de la FLACSO, en Bolivia la presencia femenina en la docencia sólo es mayoritaria en los niveles de enseñanza más bajos, con un 80% en la enseñanza prebásica y un 59% en la primaria. Respecto a la educación secundaria, un poco menos de la mitad de los docentes son mujeres (47,7%). A nivel nacional se carece de información en el nivel universitario, pero puede suponerse que su participación es minoritaria. El claustro universitario en Santa Cruz, en consonancia con las tendencias regionales y globales, evidencia también una feminización de la matrícula. Sin embargo, la preeminencia de una oferta educativa que refuerza la segmentación de género existente en el mercado laboral constituye una causa relevante al momento de reconocer que las diferencias basadas en el género persisten y generan una fuente de discriminación en el mundo profesional, segregando a las mujeres a ciertas disciplinas y trabajos menos valorados. Esta situación se traduce en desigualdad de oportunidades, menores opciones laborales y salarios más bajos frente a los mismos años de estudio(7). En el ámbito de la docencia universitaria, la relación de hombres y mujeres evidencia una diferencia cuantitativa sustancial: por cada siete docentes hombres existen tres docentes mujeres y se distribuyen en ámbitos inversamente valorados(7). La prevalencia de valores culturales tradicionales y centrados en las personas, originan restricciones basadas en creencias y prácticas que definen las rutinas de negociación y la naturalización de las relaciones entre los géneros, haciendo invisibles las limitaciones que favorecen los roles masculinos y coartan a los femeninos. A nivel de las jerarquías universitarias también se reproducen las asimetrías entre hombres y mujeres que definen el orden social en el contexto, es así como los hombres ocupan los cargos más valorados mientras las mujeres ocupan rangos de menor apreciación social. Para alcanzar el cambio institucional que propone el Observatorio Universitario por la Igualdad Género en la ciudad de Santa Cruz, es imprescindible pasar del discurso y de las buenas intenciones a acciones concretas, con acciones positivas que promuevan una mayor participación femenina, investigaciones serias y una serie de estrategias que efectivicen un verdadero cambio hacia una cultura institucional donde las relaciones de género se den de manera equitativa. Las acciones que asuma la universidad para corregir las desigualdades de género forjaran una fuerza de opinión y de acción en los procesos de democratización y de justicia social. En consonancia con el contexto local y global, los datos preliminares acerca de la composición del plantel docente de la UNIFRANZ, desagregado por género, evidencia una presencia mayormente masculina (57%) y una menor representación femenina (43%), considerando los niveles académicos de pre y posgrado en forma conjunta. Esta preeminencia masculina se reproduce en el nivel académico de pregrado donde, de los 243 docentes registrados en el primer semestre del 2019, el 62% son hombres y 38 % son mujeres. En el nivel de posgrado la relación se invierte alcanzando una cierta equidad, ya que el porcentaje de docentes mujeres es de 51% y 49% el de hombres. Sin embargo, es necesario aclarar que en el nivel de posgrado el tipo de contratación facilita una alta rotación de personal por lo que la conformación de este estamento es muy variable. En relación con el estamento estudiantil, su composición refleja una feminización de población de estudiantes ya que el 61% son mujeres y el 39% son hombres. A partir de las condiciones en que se desarrolla el quehacer docente en las universidades, desde el nivel global hasta el contexto local, surgen cuestionamientos como: ¿Cuáles son los factores que reducen la participación de la mujer en la docencia universitaria de pregrado en UNIFRANZ? ¿Cómo es la participación de hombres y mujeres en los niveles de toma de decisiones en la UNIFRANZ? Si hay una predominancia masculina, ¿cuáles son los factores que reducen la participación de la mujer en estos ámbitos? ¿Se reproducen los estereotipos de género en la participación de la mujer en la docencia de pregrado en la UNIFRANZ? Los mecanismos de incentivo que existen en UNIFRANZ ¿contribuyen a promover la participación de la mujer en la docencia de pregrado y en espacios de toma de decisiones? Justificación Marco institucional para una agenda universitaria hacia la equidad entre mujeres y hombres Como parte de la campaña “He For She” impulsada por ONU Mujeres, el 8 de marzo de 2016, en Santa Cruz, doce universidades (entre ellas UNIFRANZ), conformaron el Observatorio Universitario por la Igualdad de Género, con el fin de desarrollar políticas, investigaciones y otros mecanismos para avanzar en la garantía de la igualdad de género en las entidades universitarias y ayudar a impulsar una cultura que promueva la equidad de género en los distintos ámbitos de la comunidad universitaria de Santa Cruz. Dos son las fuentes motivadoras que sirven de marco para el impulso de una Agenda para la equidad de género en la UNIFRANZ. Por un lado, el Plan Estratégico Institucional 2017-2021, el cual dice que la Universidad aspira a atraer, retener y promover talento humano diverso de clase mundial (Objetivo estratégico 1.1) y promover un ambiente de trabajo adecuado para su desarrollo (Objetivo estratégico 1.4). Por otro lado, en su Misión apunta a “Ser un referente de excelencia con reconocimiento a nivel nacional e internacional, cuyo liderazgo influya activamente en el bienestar de la sociedad.” En el marco de estos compromisos institucionales, se hace necesario generar información específica que permita determinar las condiciones y manifestaciones de equidad-inequidad entre mujeres y hombres, en la vida universitaria, para formular políticas y medidas correctivas pertinentes. La transversalidad de género en el quehacer universitario Los estudios de género han demostrado que la desigualdad entre hombres y mujeres es producto de una construcción cultural y no resultado de capacidades naturales diferenciadas entre los sexos(6). Sin embargo, a pesar de que los principales avances en temas de género son el resultado de la producción académica de las universidades (investigación), no han acogido la temática en sus contenidos de formación y ni en sus procesos de institucionalización al interior de sus comunidades. La transversalidad de género tiene que ver, entonces, con los siguientes puntos: Cambios institucionales y de políticas internas. Una normativa y sus respectivos mecanismos, sensibles a la equidad entre los géneros. Una población académica que refleje condiciones laborales propicias para construir, fortalecer y consolidar equipos de trabajo para la equidad entre los géneros. Personal administrativo y docente sensibilizado sobre la importancia de explicitar, en su práctica laboral, la voluntad de búsqueda de equidad entre los géneros. Planes de estudio y cursos que incorporen la equidad entre los géneros. Espacios institucionales para la proyección y la búsqueda de equidad. Medidas afirmativas dirigidas a equilibrar las oportunidades y posibilidades de desarrollo de mujeres y de hombres. Cultivo de ambientes sin hostilidad y exentos de discriminación por razón de sexo u cualquier otro elemento distintivo entre los seres humanos. La transversalización de género debe plantearse de forma articulada entre todos los niveles e instancias institucionales. Es preciso concebirla como un proceso que permita sensibilizar y permear profundamente la práctica universitaria, a través de planteamientos, prácticas laborales, pedagógicas y administrativas, que reflejen una cultura de relaciones coherente con los enunciados teóricos, e identifiquen las brechas que pudieran existir entre la población trabajadora. La educación superior debe contribuir a la superación de las brechas de género El sistema educativo es un eje articulador filosófico y antropológico que sostiene y legitima el status quo o que permanentemente lo cuestiona. Desde esta perspectiva, para avanzar hacia una educación transformadora de las relaciones de género, los esfuerzos por transversalizar la perspectiva de género deberían estar orientados a: Reducir la brecha entre los ámbitos considerados como femeninos y masculinos, sin perjuicio de las diferencias entre los sexos. Promover una ética profesional fundada en el respeto a la diversidad y la igualdad entre los sexos. Generar condiciones para que las personas de ambos sexos puedan construir sus proyectos de vida, en un marco de igualdad de oportunidades(8). Por todo lo anterior, realizar un diagnóstico sobre las tendencias del acceso y participación de la mujer en la ES, con especial atención respecto a su participación en la docencia de pregrado en la Sede Santa Cruz de la Universidad Privada Franz Tamayo, es de vital importancia para la formulación fundamentada de propuestas de mejora y cambio, en un espacio académico y laboral comprometido con los avances hacia la equidad entre mujeres y hombres. El trabajo está basado en la recopilación y análisis de información y datos de fuentes secundarias y primarias. Objetivos del estudio Objetivo general Analizar, desde una perspectiva de género, la posición y las condiciones sociolaborales de las personas funcionarias del ámbito académico de la Sede Santa Cruz de la Universidad Franz Tamayo, con el propósito de determinar si existen brechas de género que limiten el pleno desarrollo de mujeres y hombres en el estamento docente de pregrado. Objetivos específicos Determinar el porcentaje de mujeres en cargos académicos y de toma de decisiones en el nivel de pregrado de la UNIFRANZ – Sede Santa Cruz. Explorar las percepciones, sentimientos y opiniones de una muestra de estas mujeres y hombres sobre sus experiencias en la gestión de la ES e identificar algunos de los factores limitantes que enfrentan. Materiales y métodos Tipo de investigación El Diagnóstico Institucional de Brechas de Género en el ámbito académico de pregrado de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ, es un estudio que combina metodología y técnicas de recolección de información cuantitativa y cualitativa, con el fin de tener un balance general de la posición y condición de mujeres y hombres académicas/os de la UNIFRANZ. Este estudio fue realizado entre los meses de marzo y mayo del año 2019. Sobre la población del estudio La población del estudio comprende a las personas funcionarias en el ámbito académico de pregrado de la sede Santa Cruz de la UNIFRANZ. Según la base de datos suministrada por el Departamento de Recursos Humanos, la Universidad cuenta con un plantel de 243 docentes en el nivel de pregrado. Para efectos del presente documento, se presentan los principales hallazgos sobre las condiciones sociolaborales de las personas funcionarias del ámbito académico de pregrado de la Sede Santa Cruz de la Universidad Franz Tamayo desagregada por sexo y analizadas desde una perspectiva de género. Proceso de construcción y depuración de la base de datos Desde el mes de marzo hasta mayo del 2019, el equipo de trabajo estuvo coordinando con el Departamento de Recursos Humanos de la UNIFRANZ para la obtención de información referente al plantel docente de la universidad, contemplando las variables laborales de interés, con el fin de identificar y analizar la presencia de brechas entre mujeres y hombres, con el afán de proponer medidas para solventar situaciones de inequidad. Como resultado de dichas gestiones, se recibieron dos archivos con parte de la información solicitada; no obstante, esta era incompleta y, con base en la revisión de casos conocidos, se encontraron algunas incongruencias. El resultado positivo fue constatar la complejidad que existe para acercarse a las condiciones laborales de las personas que trabajan en la universidad, así como conocer los criterios técnicos que maneja el Departamento de Recursos Humanos, indispensables de tomar en cuenta para solicitar las variables del estudio. La herramienta empleada para la recolección de los datos es la entrevista narrativa, un instrumento propicio y especialmente útil en la investigación educativa. La entrevista se realizó de forma personal y los resultados se analizaron usando el software informático SPSS para los datos cuantitativos y el software informático Atlas.Ti para el análisis de los datos cualitativos. En esta fase, se presentaron una serie de inconvenientes que retrasaron la obtención de datos definitivos para el estudio, entre los que cabe destacar la realización del proceso de evaluación para la acreditación de la Carrera de Medicina ante el MERCOSUR. Niveles de análisis Según la UNESCO (3), el problema de la inclusión de mujeres en la docencia y administración en las instituciones de ES puede abordarse desde tres perspectivas: perspectiva centrada en las personas, perspectiva centrada en la estructura organizacional del sistema universitario y perspectiva centrada en la cultura. La perspectiva centrada en las personas se concentra en la necesidad de adaptación de la mujer para compensar su déficit de socialización. Desde este enfoque, las causas principales de la exclusión de la mujer son su baja autoestima y confianza, las bajas aspiraciones, la falta de motivación y ambición para asumir ciertos retos, así como las características de sus relaciones interpersonales con sus pares, que impedirían su movilidad. Es decir, se trata de todos los mitos respecto al bajo potencial de liderazgo en las mujeres explicado por su supuesta inestabilidad emocional y menores aptitudes para manejar situaciones de crisis. En la perspectiva centrada en la estructura organizacional, se parte de la premisa de igualdad de hombres y mujeres en cuanto a su capacidad y compromiso cuando asumen posiciones de liderazgo, pero se enfoca en la necesidad de cambios en la estructura organizacional para superar problemas estructurales, tales como las formas de selección y ascenso, la resistencia de los hombres respecto a que las mujeres ocupen altos cargos jerárquicos, ausencia de políticas y normas que fomenten la inclusión de la mujer y limitadas oportunidades debido a la estructura de poder en el ámbito laboral de las universidades. El enfoque centrado en la cultura combina aspectos de los anteriores y se enfoca en la construcción social de género y los roles específicos, responsabilidades y expectativas tanto de hombres como mujeres. Según esta perspectiva, la discriminación de la mujer en las universidades se debe a la reproducción de prácticas cotidianas, basadas en la percepción cultural de hombres y mujeres que afecta su conducta y forma barreras que impiden la inclusión equitativa de las mujeres en las instituciones de ES. En el siguiente esquema se resume una relación de causa-efecto que caracteriza los niveles de análisis que guiarán la reflexión de este estudio. Ilustración 1 Dimensiones de análisis de las causas que limitan la inclusión de mujeres en la docencia y administración en las instituciones de educación superior (ES). Elaboración propia. Las variables de estudio A continuación, se definen las principales variables analizadas en el presente estudio, según la forma como son utilizadas en la UNIFRANZ: Tipo de funcionaria/o: según las labores realizadas por las personas funcionarias en la UNIFRANZ, se definen tres tipos: académicas, administrativas y de apoyo. Esta última categoría está referida a labores de apoyo al área académica (investigación y/o docencia). Para el presente estudio sólo se consideraron las personas funcionarias académicas. Categoría docente: indica la condición de contratación bajo la cual trabajan las personas y que puede ser de dos tipos: docente ordinario o docente extraordinario. En cuanto a categorización, el escalafón docente reconoce cuatro grados, aunque esto sólo se aplica a la Facultad de Ciencias de la Salud. Los docentes ordinarios pueden ser contratados a tiempo parcial (20 hs semanales), a tiempo completo (40 hs semanales) o por tiempo horario que son mínimamente 4 hs semanales. Los docentes extraordinarios no son considerados personal de planta y están sujetos a un contrato especial de acuerdo a la carga horaria asignada(9). Jornada: indica la carga horaria semanal por las que se contrata a las personas funcionarias. Años de servicio: indica el tiempo total en años que tiene cada persona de trabajar para la institución. Cargos: están directamente relacionados con el tipo de actividades que realizan las personas en la estructura laboral-académica de la universidad como por ejemplo “Directora/or de carrera”, “Vicerrectora/or”, “Rectora/or”, etc. Resultados y Discusión En este capítulo, se presenta un panorama general de las personas que trabajan en el sector académico de pregrado en la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ, en función de las siguientes variables: sexo, tipo de funcionario, categoría docente, jornadas laborales, años de servicio y cargos. Además, se analizan algunos datos en relación con el nivel de participación de mujeres y hombres en algunas instancias de toma de decisiones, en el ámbito universitario. El análisis de estas variables tiene como finalidad visibilizar en qué medida existen brechas entre hombres y mujeres, relacionado con sus condiciones laborales, que sirvan como directriz para formular acciones correctivas en búsqueda de la equidad. a. Ubicación del personal de la UNIFRANZ según sexo y funciones La UNIFRANZ ha establecido una clasificación de su personal de acuerdo con las funciones que realiza; en este sentido, existen tres tipos de funcionarias/os: académicas/os, administrativas/os y de apoyo. El sector académico tiene a cargo las funciones de docencia, investigación y extensión; las personas administrativas realizan aquellas tareas de apoyo logístico para el funcionamiento de las diferentes unidades de la Universidad, y el personal de apoyo son funcionarias/os que, aunque no realizan labores académicas de manera sistemática, apoyan las acciones que se desarrollan en las áreas de extensión, docencia e investigación. Las 322 personas que trabajan en la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ están distribuidas de la siguiente manera: 243 académicas/os (75,4%), 70 administrativas/os (21,7%) y 9 personas de apoyo (2,9%). Sede Santa Cruz - UNIFRANZ: Distribución de las personas funcionarias según sexo y funciones, marzo 2019. 150 93 31 39 6 Académicas/os Administrativas/os Hombres 3 Personas de aopoyo Mujeres Ilustración 3. Distribución de las personas funcionarias de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ según sexo y funciones a marzo del 2019. Elaboración propia. En función de lo expresado en la Ilustración 3, se constata que: Globalmente en la universidad existe una predominancia de personal masculino (58%) sobre el femenino (42%). Dentro del personal administrativo, la presencia de mujeres y hombres se acerca a la paridad, con una leve mayoría de funcionarias (31 y 39, respectivamente). En el sector académico, existe una diferencia porcentual considerable a favor del segmento masculino (150 hombres y 93 mujeres). El personal de apoyo está representado mayoritariamente por hombres (6 funcionarios frente a 3 funcionarias). b. Ubicación del personal docente de pregrado por sexo En el primer semestre de la gestión 2019, la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ cuenta con 243 personas funcionarias en el área académica de pregrado, de los cuales 150 son hombres (62%) y 93 son mujeres (38%). Sede Santa Cruz - UNIFRANZ: Distribución de las personas funcionarias según sexo, marzo 2019. Mujeres 38% Hombres 62% Ilustración 3. Distribución de las personas funcionarias según sexo a marzo del 2019. Sólo se consideran en el cálculo las personas funcionarias del área académica de pregrado de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ. Elaboración propia. Se constata que la distinción de presencia por sexo en la Universidad es bastante pronunciada, ya que corresponde a 24 puntos porcentuales favorable a los hombres. Sede Santa Cruz - UNIFRANZ: Distribución de las personas funcionarias según sexo y carrera, marzo 2019. Arquitectura Publicidad y Marketing Idiomas Derecho Medicina 0 10 Mujeres 20 30 40 50 60 70 Hombres Ilustración 4. Distribución de las personas funcionarias según sexo y carrera a marzo del 2019. Sólo se consideran en el cálculo las personas funcionarias del área académica de pregrado de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ. Elaboración propia. Se puede concluir que la segregación por áreas de conocimiento es una realidad en la UNIFRANZ y que los funcionarios presentan una situación más favorable, en el sentido de que sobrepasan en número a las mujeres en todas las carreras. c. Personal docente de pregrado según sexo y años de servicio De las 243 personas docentes de pregrado que trabajan en la Universidad, un 57% (138 personas) tiene menos de tres años de trabajar en la institución, o sea, más de la mitad del recurso humano es de reciente ingreso. De estos, el 62% son mujeres y el 38% son hombres. Esto implica que en las contrataciones recientes de personal docente de pregrado existe una mayor incorporación de mujeres, aun cuando la universidad no cuenta con políticas de acción positiva en este sentido(10). En la población docente de mayor antigüedad (con más de tres años de servicio), hay un mayor número de hombres (55%) frente a mujeres (45%). En esta fase del estudio no se han identificado factores causales que pudieran explicar estas diferencias. Sede Santa Cruz - UNIFRANZ: Distribución de las personas funcionarias según sexo y años de servicio, marzo 2019. Meños de 1 año 25% 45% 42% 1 a 3 años Más de 3 años 33% Hombres 55% Mujeres Ilustración 5. Distribución de las personas funcionarias según sexo y años de servicio en la institución a marzo del 2019. Sólo se consideran en el cálculo las personas funcionarias del área académica de pregrado de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ. Elaboración propia. d. Participación en instancias de decisión según género El estamento de autoridades en la UNIFRANZ está conformado por 15 personas de las cuales el 8 (53%) son mujeres frente a 7 (43%) varones. La brecha que se registra a favor de las mujeres en esta instancia (1,23) es muy bajo, por lo cual se podría decir que existe una situación de paridad en estos niveles de toma de decisiones.(11) Es importante destacar que la universidad en una de las pocas instituciones de ES de Santa Cruz que cuenta con una mujer rector, quien además ha jugado un rol particularmente activo en la introducción de la problemática de género en el quehacer universitario. e. Percepción sobre mujeres y jerarquía Ante la consulta sobre ¿Por qué considera usted que existen pocas mujeres en la Universidad, en puestos de decisión? Las respuestas de las personas entrevistadas indican que las causas principales de la exclusión de la mujer son su baja autoestima y confianza, las bajas aspiraciones, la falta de motivación y ambición para asumir ciertos retos, así como las características de sus relaciones interpersonales con sus pares, que impedirían su movilidad. Es decir, se trata de todos los mitos respecto al bajo potencial de liderazgo de las mujeres, no sólo desde la perspectiva masculina sino también desde la percepción de las mismas mujeres. Ilustración 6. Metamensaje obtenido a partir de las entrevistas realizadas a las personas funcionarias de la UNIFRANZ – Sede Santa Cruz. Mayo 2019. Elaboración propia. En las consultas realizadas sobre las ventajas y desventajas que representa el ejercicio de liderazgo por parte de las mujeres, las personas entrevistadas reconocen cualidades como la flexibilidad, la capacidad de diálogo horizontal y la empatía como prerrogativas del liderazgo femenino. Destaca en estas respuestas una ambivalencia en relación con la sensibilidad y empatía femenina, ya que el 35% de las personas entrevistadas lo consideran una ventaja y, al mismo tiempo, una desventaja ya que puede influir negativamente en la toma de decisiones. En el 80% de las personas entrevistadas resalta como principal desventaja la complejidad que representa para la mujer equilibrar sus responsabilidades laborales con las actividades de cuidado de las personas dependientes a su cargo(12). Conclusiones Es frecuente que desde las propias instituciones se argumente que las mujeres no están interesadas en participar, discurso que permite explicar por qué no están representadas en las organizaciones de la misma forma que los hombres. Algunas evidencias contradicen tal aseveración, por ejemplo, la distribución por sexo del personal jerárquico de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ evidencia que el 53% son mujeres, incluida la máxima autoridad de la universidad. Al margen de la existencia de los llamados “techos de cristal”, límites impuestos por las instituciones o normas (formales o informales) o por la ausencia de dichas normas, están los llamados “techos de cemento”, aquellos que se imponen las propias mujeres y que derivan de sus prejuicios o temores a su capacidad o empoderamiento. Así, podemos destacar que entre las personas funcionarias de la UNIFRANZ – Sede Santa Cruz, la percepción dominante es que en la menor participación de la mujer en el estamento docente es reflejo del temor y la desconfianza ante el ejercicio del poder, tanto por serles inexplorado como por la relación que el concepto tiene con la fuerza, el autoritarismo y la imposición. Las razones que explicarían el persistente déficit en la participación orgánica entre hombres y mujeres son múltiples y dependen de los contextos históricos, económicos, políticos, sociales o culturales de cada país. Para reducir las brechas en la participación efectiva de las mujeres en espacios de agenda y decisión, es preciso analizar las estructuras de poder y la situación de las mujeres en todas las esferas de sus vidas (las brechas económicas, su vulnerabilidad, falta de seguridad y libertad, la falta de apoyo para conciliar la dimensión familiar con la dimensión laboral), así como las propias actitudes de las mujeres ante el poder, a consecuencia de otros factores culturales o sociales. Lo que resulta evidente es que, precisamente porque se constata una menor implicación de las mujeres en el ámbito académico (docencia e investigación), resulta una obligación indagar más profundamente sobre los factores que provocan esa situación. Según la literatura más actualizada, algunas de ellas podrían ser: La persistencia de estereotipos y un prejuicio generalizado en la sociedad de que lo público es cosa de hombres, mientras que el ámbito de lo doméstico y lo privado sería el espacio natural de lo femenino. La realidad cotidiana que dificulta la implicación de la mujer en actividades laborales, como doble o triple jornada laboral, horarios poco adaptados a las necesidades de las mujeres dada su dedicación al cuidado de la familia (consecuencia de la menor corresponsabilidad por parte de los hombres). La falta de apoyos familiares, del propio cónyuge y la presión social crítica sobre la participación de la mujer en ámbitos laborales; en ocasiones, algunas religiones adversas a lo público y a la participación de mujeres en ese ámbito. La maternidad, que conlleva al abandono de la formación, al incremento de la vulnerabilidad en el empleo y la limitación en la autonomía económica de las mujeres. Los obstáculos relacionados con las desigualdades del orden socioeconómico, las brechas de ingresos económicos y los distintos niveles de educación de las mujeres respecto de los hombres. La estructura y cultura machista persistente en nuestra sociedad, a menudo hace inaccesible para las mujeres, las oportunidades de formación o de participación sobre todo en las estructuras directivas. Un acceso restringido de las mujeres a los medios de comunicación para poder acceder a ofertas de formación y obtener visibilidad a la par que los hombres, así como una presentación sexista de las mujeres por parte de los medios. Menores oportunidades para acceder a redes de contactos y apoyos que se requieren para poder movilizar recursos o acceder a oportunidades de formación continua. Menor autoestima y limitada asertividad. Por consiguiente, las estrategias de la Sede Santa Cruz de la UNIFRANZ para promover una cultura organizacional sensible a las diferencias de género, deberá integrar tanto factores estructurales como culturales relativos a la organización, así como acciones positivas que faciliten una mayor presencia femenina en todos los estamentos de la universidad. En cualquier caso, resulta imperativo mantener una visión integral, porque sólo desde un enfoque multidimensional se pueden obtener avances firmes y sostenidos que logren el objetivo de la igualdad de género sustantiva en la educación superior. Agradecimientos Especial agradecimiento a las Autoridades y Docentes UNIFRANZ por facilitarnos el espacio para desarrollar la investigación, igualmente a estudiantes de la UNIFRANZ quienes nos brindaron apoyo en la etapa de recolección de datos. Referencias bibliográficas 1. Rondón VA. Mujeres en la Educación Superior. Una mirada desde Venezuela. 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