Mentiras en la crisis del agua potable

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Mentiras en la crisis del agua
potable
Existe información y datos sobre la crisis de agua potable que nos es vedada y otra
que presentan tergiversada. Probablemente se habrán percatado de que los
señores del Gobierno todos los días estrenan una mentira acerca de la crisis y
eluden tocar los aspectos básicos. Así quieren encubrir el despliegue de ineptitudes
e improvisaciones de funcionarios grises, que no han tenido la capacidad técnica ni
el coraje necesario para romper la mala práctica de esperar que las cosas se
resuelvan solas, mientras se cobra un inmerecido cheque, patrón de
comportamiento de todos los gobiernos, sin excepción.
Convertir al agua cruda en agua potable, dicho en forma sencilla, consiste en
producir agua sin olor, sabor ni color, y libre de agentes patógenos. Para lograrlo se
emplea carbón activado que elimina malos olores y sabores; sulfato de aluminio
(alumbre) para abatir las partículas en suspensión, generadoras de los niveles de
turbiedad; y cloro para matar las bacterias que también son partículas. Para
prevenir la caries dental se añaden fluoruros y, finalmente, polímeros que hacen
más eficiente el proceso de filtración. Las plantas de tratamiento manejan un
sistema dinámico que requiere ajustar las dosificaciones de químicos empleadas, a
las cambiantes condiciones del agua a procesar.
Un principio básico de la química elemental en materia de las soluciones es que
mientras más saturada una solución, más fácilmente se precipita el soluto. En el
caso de la turbiedad, mientras más turbia o “sucia” el agua más fácilmente se
pueden abatir los sólidos en suspensión. Esto supone que se apliquen químicos en
las cantidades o proporciones necesarias para tratar las distintas concentraciones
de sólidos que estén presentes; que se aumente la frecuencia del lavado de filtros y
sedimentadores. Son preguntas de rigor: ¿Se están aplicando los químicos en las
cantidades que demandan las condiciones actuales del agua cruda? ¿Cuenta el
Idaan con suficientes químicos para cubrir las necesidades de sus plantas? ¿Con un
programa de auditoría del mantenimiento de los sistemas y sus componentes?
Debe alarmar que una instalación de la importancia de la planta de Chilibre, que
debe suplir de agua potable de alta calidad a la capital de la república, no cuente
con equipos de respaldo, ni suficientes insumos para cumplir sus funciones, y haya
tenido que recurrir, con desespero, a pedir apoyo de la Autoridad de Canal de
Panamá y a … ¿Costa Rica? ¡Qué vergüenza!
La potabilizadora de Miraflores, que opera la empresa del Canal desde el año de
1914, está situada al final de las vías de drenaje que se originan en Alto Chagres;
recibe toda la basura que se arrastra en el área; la toma de agua cruda, ubicada en
el canal a la altura de Paraíso, es perturbada por el paso de alrededor de 40 barcos
diarios. No obstante, Miraflores está produciendo agua potable que supera las
exigencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pregunto: ¿Por qué la
planta de Chilibre, más nueva y moderna no puede hacer lo propio?
¿Incompetencia profesional? ¿Parasitismo político? ¿Limitaciones burocráticas ?
¿Mal diseño inicial?
A propósito de esto último, es oportuno recordar que el diseño original de la planta
permitía el manejo de altos niveles de turbiedad, pero los serviles (¿lacayos?) del
momento les dijeron a los militares al mando que teniendo el lago Alajuela (antes
lago Madden), “aguas limpias” no era necesaria esta especificación; que con
“filtración directa” se ahorrarían varios millones. Se rebajó la capacidad
de la planta para procesar altos niveles de turbiedad y ello, sumado a
la ineptitud e indolencia de los gobiernos, y a la destrucción de la
estabilidad de la cuenca, nos hace pagar un alto precio en riesgos para
la salud, pérdida de imagen como país, y pérdidas millonarias en todas las
actividades económicas.
Estimo que este es un problema de salud pública cuya gravedad no se puede
irresponsablemente minimizar ni esconder más. El país está pagando un costo muy
elevado, en todos los órdenes, por la inepcia y oportunismo de los mediocres de
siempre. Es urgente que se reconozca lo vital de mantener en óptimas condiciones
todos los sistemas de abastecimiento de agua potable del país. Que se respalde el
conocimiento técnico que ya existe en el Idaan, dándole los recursos necesarios
para aplicarlo bien. Que prevalezca lo técnico sobre la politiquería. La salud de la
población así lo demanda como tarea prioritaria de ejecución inmediata, no para
promesas en las próximas elecciones. Es tiempo de poner el nombre y apellido de
los causantes de los problemas; de los que incumplen sus obligaciones. Que rindan
cuentas por los perjuicios a los contribuyentes y se impartan escarmientos
ejemplarizantes.
Estos son algunos de los primeros pasos para convertir el potrero en un verdadero
país. No seamos ilusos, las cosas no se arreglan solas. Debemos exigir que el
Gobierno asuma su grado de responsabilidad en esta crisis. De no hacerlo, nos
seguirán tratando como ciudadanos de tercera. Aprendamos algo de esta
experiencia. Querer, hacer y actuar es el verdadero poder. Recuerde que a usted le
hacen lo que usted mismo permite que le hagan
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