Subido por Pinto Vega Claudio

Historia al revés

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Ofuscado y lleno de ira, se encontraba nuestro odiado Pablo,
Por haber despertado a su lado, envuelto y acaramelado.
Sofía no lo percibía, dormía ahogada en las horas,
Sus manos acariciaban mejillas, piernas, cara, ojos y boca.
Y ya cuando el tiempo decía, que el sueño debía acabarse,
Pablo besó a Sofía, y gritó a que se levantase.
Se encontró enojada al instante, y le dijo que imbécil era,
Todavía el desayuno quería... ¡Levántate humilde escoria!
Pero él la lanzó de la cama, ahogada en sabanas rosas,
Cayó como sacó de papás, y ésta lanzó en su cabeza botas.
Cuando el conflicto hubo acabado, y cada uno se vio maltrecho,
Pablo emprendió a la cocina y Sofía furiosa cantaba al cielo.
En la tarde se amaron sin riendas, con cada grito que espetaban,
Él le decía basura, y ella: déjame en paz, inmunda escoria.
Qué extraña sonata es la vida, profunda relación de notas,
Algunos se aman de llenos, y otros se miran sin pena y glorias.
Y en la tarde se avecinaba, nuevamente otro conflicto,
Ella se puso bonita y él su traje algo viejito.
Posaron juntos en la foto, ella arregló la camisa del hombre,
Él le dijo de su falda corta, y ella mencionó garabatos acordes.
Y justo en el flash de la foto, ambos tontos se dieron cuenta,
Que Sofía miraba la nada y Pablo el suelo abrumado observaba.
Pero a quién le importa eso, más inteligentes no somos por parecerlo,
Quien se crea perfecto que escuche: somos humanos hechos de enredos.
Y cuando ambos colgaron la imagen, en la pared de los recuerdos,
Observaron las de años antiguos, con estrechos matices e imperfectos.
Y juntos en silencio quedaron, pues aceptaban su historia,
Él la odiaba de día, y ella al igual, pero a toda hora.
Ya cansados y aburridos, de discutir sin motivo alguno,
Se insertaron en la cama y Pablo jugó como el hombre sucio.
Ella le dijo que se fuera: ¡déjame en paz miserable!
Hoy no es mi día de fiesta, y menos contigo, estúpido andante.
Y él se dio media vuelta, e hizo una carcajada.
Sofía estaba enojada, cansada y amargada con su alegría.
Y cuando el hombre se quedó dormido, ésta le abrazó suavemente,
Era el hombre de su vida, con el cual vivía continuamente.
Y se enojó nuevamente, y más fuerte le apretaba,
El hombre hizo un chillido, y ella contenta lo hostigaba.
Y así son las cosas de pareja, así es el amor en la vida,
A veces cuesta creerlo, que de enemigos al contrario sería.
Porque así se vive la vida, una vida de gloria,
Pregúntale a quién ves: ¿cómo se ama en el Pueblo de al revés?
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