Los Rámila, una familia del Valle de Mena afincada en Chile Dolores Duque de Estrada y Castañeda Académica de Numero de la Real Matritense Atocha de Alós y Duque de Estrada Lic. en Historia por la Universidad Complutense de Madrid Si me lo permitís, voy a comenzar esta comunicación echando la vista atrás 25 años para contaros el origen del trabajo que hoy presentamos. Fue más o menos por aquel tiempo cuando mi marido Fernando de Alós y Merry del Val (Q.E.P.D.) emprendió una investigación con el objetivo de reconstruir la genealogía de los Rámila, su familia materno-materna. Este linaje estaba radicado en Chile pero era, aparentemente, oriundo de un remoto enclave de la provincia de Burgos, llamado el Valle de Mena. Hasta allí se desplazó entonces, acompañándole nuestra hija Atocha y yo misma, con el ánimo de conocer el solar de sus ancestros y sobre todo, de localizar in situ la mayor cantidad posible de datos. Desgraciadamente, nos topamos con el repertorio completo de dificultades habituales en el día a día de cualquier genealogista, que no por comunes, resultan menos frustrantes. Muchos libros parroquiales habían sido quemados durante la Guerra Civil o incluso durante las Guerras Carlistas del XIX, los curas y sacristanas, celosos de lo poco que se había conservado, ponían todo tipo de trabas y el archivo municipal estaba cerrado sinedie por catalogación. Todos estos obstáculos, unidos a la escasa información oral transmitida en el seno de la familia, dificultaron la investigación hasta el extremo de que Fernando, mi marido, decidió abandonarla por considerar que había llegado a un callejón sin salida. Aun así, continuó convencido de que su bisabuelo José Gabino Rámila, salido del valle de Mena rumbo a Chile a mediados del XIX, descendía de los mismos Rámila que a mediados del siglo XVIII habían pleiteado su hidalguía para instalarse en ese valle, pero como él decía, se quedó a dos generaciones para unir una cosa con la otra. La falta de documentación le hizo desistir, con gran pena, eso sí, pues era el linaje cuya hidalguía quedaba por probar para haber presentado su expediente de ingreso como caballero de la Orden de Santiago. Este pequeño flash back, me ha servido para explicaros las razones que nos movieron a mi hija y colaboradora Atocha de Alós y a mí a retomar esta antigua investigación con el ánimo y el convencimiento de que en esta ocasión conseguiríamos llevarla a buen puerto Habían pasado más de 25 años y durante este tiempo, la realidad de nuestros archivos ha ido cambiando para bien. Ayuntamientos y Diocesis son ahora mucho más conscientes del tesoro de información para la 1 historia local que suponen lo que antaño se consideraban papeles viejos y polvorientos. Esto, unido a la ingente labor de catalogación y puesta en línea de los archivos estatales, nos hacia albergar la esperanza de poder concluir la investigación comenzada hace 25 años y presentarla en el XX Congreso Iberoamericano de Genealogía. La metodología seguida consistió en un análisis pormenorizado de la documentación que teníamos disponible inicialmente: el pleito de hidalguía y la partida de nacimiento de José Gabino Rámila. Se procedió a registrar cada uno de los nombres de los lugares citados en dichos documentos para así poder seguir el periplo de los Rámila por el valle. Al cotejar estos nombres con las parroquias correspondientes, descubrimos con alegría que libros dados por perdidos, habían sido entregados por particulares que los habían tenido guardados durante años y ahora estaban accesibles a la consulta en el Archivo Diocesano de Santander. Esto, unido a las pistas ofrecidas por otra documentación catalogada recientemente por la Real Chancillería de Valladolid y la puesta al día del de Archivo Municipal de Villasana de Mena, nos permitió reconstruir al fin la genealogía que en su día había quedado sin armar. El eje central de esta historia es José Gabino de Rámila y Villanueva, nacido el 16 de febrero de 1848 en la parroquia de Santa María de Llano del valle de Mena, provincia de Burgos y emigrado a Chile en la década de 1860. 2 José Gabino Rámila, retratado en 1910 por Heffer en Santiago de Chile Como decimos, Mena es un pequeño valle burgalés, de paisaje impresionante y agreste, cercado por unos enormes farallones rocosos, salpicado de pequeños pueblecitos hoy semi abandonados. Aquí y allá encontramos bellísimas iglesias románicas, testimonio en piedra de las primeras referencias históricas del valle que enlazan con los caballeros sanjuanistas, los tiempos de la Reconquista y según la tradición, directamente con el mismísimo nacimiento de Castilla. 3 Panorámica del Valle de Mena. Foto cortesía de www.bilbaomakers.org Es sin embargo este valle, por su situación geográfica, fronteriza con Cantabria y Vizcaya, un lugar perdido en tierra de nadie y arduo para realizar cualquier tipo de pesquisa. Administrativamente, el territorio pertenece a la provincia de Burgos, así que cierta documentación histórica se conserva la capital castellana; eclesiásticamente depende de la Diócesis de Santander y es en su archivo donde encontraremos los libros parroquiales que aún se conservan; sanitariamente tiene un acuerdo con Vizcaya para cuidados médicos, porque Balmaseda, enclavada en dicha provincia, es la ciudad más cercana. En razón de esta vecindad, ya de antiguo, muchos meneses acostumbraban a acudir a los escribanos de Balmaseda, así que la mayor parte de la documentación notarial hoy en día se conserva en el Archivo Histórico de Vizcaya. Con todo lo expuesto, resulta evidente que quien quiera investigar un linaje oriundo del Valle de Mena deberá visitar no solo Villasana, su capital, donde se conserva el Archivo Municipal, también tendrá que viajar a Santander, Burgos y Bilbao. En la actualidad, la única fuente reseñable de recursos económicos del Valle de Mena es el turismo cultural y ecológico y su población asciende a 3.500 habitantes, distribuidos en las 43 poblaciones de muy pequeña entidad que forman el municipio, cuya capital es la ya mencionada Villasana. Este despoblamiento comenzó ya en el siglo XIX, motivado por las sucesivas guerras, primero la de Independencia y después las Carlistas, especialmente cruentas en la zona, a cuyo fin el valle quedó con una población reducida a unas 7.300 almas, 4 varias poblaciones asoladas y predios arruinados, provocando todo ello la extrema pobreza de sus habitantes. Este es el convulso contexto en el que nace nuestro protagonista José Gabino Rámila y Villanueva y que probablemente fuerza su emigración a Chile, tal vez con idea de probar fortuna allí y ayudar a la familia que suponemos sumida en las dificultades. La leyenda familiar contaba que a mediados de 1860 dos jóvenesniños, José Gabino y Marta, cruzan el Océano dejando atrás a su madre viuda y a su hermana mayor recién casada para fijar su residencia primero en Santiago y mas tarde asentarse en Valparaíso. En el curso de nuestras investigaciones hemos llegado a la conclusión de que las cosas no ocurrieron exactamente así, pero sin duda, José Gabino trabajó duramente a su llegada. Este esfuerzo, unido a un talento innato para los negocios, le llevó rápidamente a conseguir una posición holgada, alcanzando con el tiempo un puesto destacado entre los empresarios chilenos de finales del XIX, todo un éxito si tenemos en cuenta sus precarios orígenes. Pero ya nos extenderemos más adelante en las peripecias de nuestro protagonista y seguiremos el rastro a su no muy extensa pero si destacada descendencia y la de su hermana Marta Severina. Antes vamos a detenernos un momento en su árbol familiar y explorar cuales fueron sus raíces, remontándonos por fin hasta aquel pleito de hidalguía que descansa en la Real Chancillería de Valladolid y que tantas veces escrutamos con la esperanza de encontrar un pequeño dato que nos diera luz para reconstruir la genealogía de la familia Rámila en el valle de Mena. En el año de 1754 los hermanos Miguel, José y Tomás de Rámila, procedentes de Villalaín, de la vecina Merindad de Castilla Vieja, interponen pleito de hidalguía2 para avecindarse en en sus respectivos lugares residencia, Santa Cruz y Novales, en el Real Valle de Mena. Los vecinos de este valle tenían desde tiempo inmemorial la consideración de hidalgos y por tanto gozaban de las prerrogativas vinculadas a tal condición, especialmente la exención de ciertos tributos3 y sobre todo la dispensa de ser llamados a quintas. Por ello era preceptivo que todos los que se asentaran en dicho valle sin ser oriundos de él presentaran prueba de su hidalguía si querían tener el estatus de vecinos y no el de simples habitantes ya que estos últimos no disfrutaban ninguna de las ventajas de los primeros. Aparentemente con el discurrir del tiempo se había perdido la costumbre de requerir esta documentación probatoria a los que se iban asentando en el valle, y a tal extremo llego la cosa que en la década del 1730 en el valle no había mozos suficientes que reclutar para la milicia, ya que todo el mundo se declaraba vecino en los 5 padrones y vecindarios y por lo tanto quedaban exentos de prestar este servicio. Visto el perjuicio que a la corona estaba causando la laxitud en el asunto, en 1736 la Sala de Hijosdalgos de la Real Chancillería de Valladolid dictó una Real Provisión ordenando que no se admitiera por vecino a nadie antes de hacer constar su nobleza y que se les exigiera la prueba a los que, ya avecindados, no la hubieran puesto de manifiesto4. En estas circunstancias, resulta bien lógico que los hermanos Rámila se preocuparan de presentar la documentación acreditativa de su condición de hidalgos para asentarse y avecindarse en dicho valle, pudiendo así acogerse a todos los derechos inherentes a su naturaleza. Los tres hermanos eran hijos de Juan de Rámila y Alfonsa Martínez, nietos de Gabriel de Rámila5 y María Martínez6 y bisnietos de Diego de Rámila y Marina de la Peña, vecinos y oriundos todos ellos del lugar de Villalaín, población perteneciente a la jurisdicción de Villarcayo, Merindad de Castilla Vieja, comarca vecina al Valle de Mena. Según se atestigua en el pleito de hidalguía, todos ellos tuvieron y disfrutaron pacíficamente de la consideración de hidalgos notorios, habiendo desempeñado diversos oficios de republica correspondientes a su estado. En los distintos testimonios extraídos de los libros de oficios de Villarcayo y de Villalaín, se reseña que en 1698 Gabriel de Rámila fue colector de Bulas de la Merindad de Villarcayo por el estado noble y que su hijo Juan de Rámila fue nombrado Mayordomo de Nuestra Señora del Torrentero de Villalain en 1727 y en 1730 desempeñó el oficio de Alcalde de la Santa Hermandad, ambos cargos por el Estado de los Caballeros Hijosdalgos. Miguel, José Gabriel y Tomás de Rámila y Martínez nacieron y fueron bautizados en la iglesia parroquial de Villalaín respectivamente en 1725, 1728 y 17297. Tenemos nuevamente noticias de ellos en el padrón de hidalgos de Villalaín del año 1737 en el que aparecen como estantes en dicho pueblo, pero se señala que sus padres Juan y Alfonsa ya están fallecidos. Suponemos que esta temprana orfandad pesó a los tres hermanos en su decisión de abandonar Villalaín e instalarse en el Valle de Mena, concretamente en los lugares de Santa Cruz y Novales, población ésta desaparecida en la actualidad. Desconocemos porqué eligieron concretamente estos lugares y no otros, descartando que algún pariente estuviera previamente asentado en allí. No encontramos registrado a ningún Rámila con posesiones en el valle en las Respuestas particulares del Valle de Mena del Catastro del Marqués de la Ensenada de 1749 8 y tampoco en los libros sacramentales de las poblaciones mencionadas. También permanece sin aclarar la fecha exacta en que abandonan Villalaín, pues en el propio 6 pleito señalan que ya llevan varios años asentados en Santa Cruz y en Novales, pero lo que si podemos intuir es la razón que mueve a José Gabriel a iniciar los trámites para acreditar su hidalguía y la de sus hermanos y poder así avecindarse en Mena: su intención de contraer matrimonio. José Gabriel de Rámila, bisabuelo de José Gabino, contrae matrimonio en Novales el 1755 9 con María Gil de Partearroyo. La novia pertenecía a una de las familias más influyentes del valle de Mena, emparentada de Lorenzo Gil de Partearroyo y Martínez de Vallejo, que sería 8 años después II Marques del Castillo de San Felices, natural del Valle de Mena y con una brillante carrera en Indias. El matrimonio de José Gabriel y María no tuvo descendencia debido a la edad de la contrayente que en el momento de sus desposorios contaba ya con 44 años de edad, mientras el novio tenía sólo 27. José Gabriel se instaló definitivamente en Novales, en la casa de su mujer y en compañía de Micaela Gil, su cuñada, soltera. No habría mucho más que contar sobre este personaje si no fuera porque en 1776 se vio envuelto en un turbio crimen. Su criada, Petronila Ruiz, natural de un pueblo de Villarcayo apareció asesinada a las afueras de Novales con signos de haber sido forzada y con la cabeza destrozada a pedradas. En un primer momento José Gabriel de Rámila fue acusado de dicha muerte y detenido, pues se tenía noticia de que en varias ocasiones había reprendido con dureza a Petronila, por su comportamiento díscolo y su costumbre de pernoctar fuera de casa. Sin embargo, la completa inocencia de José Gabriel quedó probada cuando pesquisas más detalladas llevaron hasta un mozo del pueblo llamado Ignacio García que ocultaba en su casa, manchadas de sangre, las ropas con las que había sido visto ataviado el día del crimen, siendo así Rámila exonerado de toda culpa. Pocos años después fallece María Gil de Partearroyo y José Gabriel vuelve a contraer matrimonio, esta vez con Manuela de Terrón, oriunda de Espinosa de los Monteros. Con ella tendrá al menos tres hijos, José y Ramón, nacidos ambos en la década de 1780 en Ventades, y Benito, nacido en 1790 en Novales. José Gabriel en los años siguientes será en varias ocasiones regidor de Novales y fallece después de 1803. José de Rámila, el mayor de sus hijos, casa en 1805-10 con Ángela de Angulo, natural de Ventades, y desempeña el cargo de Regidor de Novales en distintos años, alternándose en dicho oficio con sus hermanos. De este matrimonio tenemos noticia de dos hijos, Patricio 7 de Rámila y Angulo nacido en Novales hacia 1813 y su hermano José, nacido en 1817 en el mismo lugar. José de Rámila y Angulo casa en Santa María del Llano en 1842-11 con Juana de Villanueva y se instala a vivir en este pueblo, donde nacerán sus cinco hijos; la mayor, María Martina, Paula María, José Gabino, nuestro protagonista, nacido en 1848; Mercedes, nacida en 1851 y fallecida en la infancia; y finalmente, Severina Marta, nacida en 1855. José de Rámila muere en 1861-13 en Santa María del Llano y su viuda, que suponemos corta de recursos económicos, queda a cargo de sus hijos, jóvenes aún. Al año siguiente fallece su hija Paula14 y la situación familiar sin duda dista de ser halagüeña. Hacia 1866 ó 67 la hija mayor, María Martina de Rámila y Villanueva casa con Vicente Colona y abandona Santa María del Llano para instalarse en el barrio de Aranduega, donde está radicado su marido. La acompañan su madre, Juana de Villanueva y su hermana pequeña Marta Severina, que es acogida en calidad de criada15. Es en este momento cuando resulta más probable que José Gabino Rámila, emprendiera el duro camino de emigrar a América. En realidad desconocemos los extremos que rodearon su partida, la fecha exacta, la ciudad de destino, o que pariente o conocido le llamó a Indias y se hizo cargo de él a su llegada. Lo que sabemos con certeza es que, corrigiendo la tradición familiar, no le acompañó en este viaje su hermana pequeña Marta Severina, ya que aparece empadronada en casa de su hermana en 1871 en Aranduega, momento en que su hermano lleva ya tiempo en Chile e incluso ya ha contraído matrimonio allí. Si atendemos a la lógica, parece posible que José Gabino de Rámila dejara atrás el valle de Mena que le vio nacer entre 1864 y 1866, coincidiendo con el matrimonio de su hermana María Martina y con el inicio o final de la guerra entre España y Chile. Tendría unos 16 ó 18 años y los conocimientos básicos necesarios de letras y números para desenvolverse y como ocurre la mayoría de las ocasiones, partiría con destino a la casa de algún pariente o vecino del valle, ya establecido en el país. Como hemos comentado, desconocemos el nombre de quién le acogió pero es evidente que una empresa tan arriesgada tanto a nivel personal como económico requería una persona de apoyo al otro lado del océano. La emigración que implicaba tanto una fuerte inversión para costear el pasaje, como un cambio radical en la actividad y en el modo de vida, incluyendo el desarraigo del lugar de origen, solo podía 8 llevarse a cabo contando con la existencia de unas “fuertes y eficientes redes étnicas”16.Una rápida consulta en los Archivos Españoles en Red arroja un total de 39 expedientes relacionados con emigrantes a Indias procedentes del Valle de Mena durante los siglos XVIII y primer tercio del XIX. No se trata de una emigración masiva, pero parece que si suficiente como para crear esa red tan necesaria. En palabras de Baldomero Estrada, quien analiza la emigración Española a Valparaíso, se trataba de jóvenes llegados “para trabajar bajo la tuición de un familiar o integrante conocido de la colectividad española. Comienzan como aprendices, normalmente sin remuneración, para luego incorporarse como dependientes a cambio de un salario. Inician así su vida laboral que tendrá como sello característico el rigor en el trabajo, la sobriedad en el gasto y la persistencia en el esfuerzo diario. El primer objetivo era poder reunir, lo antes posible, un capital que les permitiera establecer su propio negocio o en sociedad con otro paisano. La etapa de capitalización, como dependiente, duraba al menos 4 años.” Estas pinceladas nos pueden servir para imaginar cómo pudieron ser estos primeros años de José Gabino en Chile. Lo cierto es que la primera referencia suya que hemos podido encontrar en América data de 18681869, en dos cartas recogidas en el Epistolario de Miguel Gallo Goyenechea17. En ellas, se trata sobre unas partidas de trigo que Rámila, en calidad de dependiente, negocia con Gallo para la casa comercial de Bernardo Costabal. Este comerciante, de origen brasileño, había sido Jefe del Resguardo de la Aduana del Valparaíso y en la época en que José Gabino trabaja para él, su compañía comercial, radicada en la misma ciudad, figura entre las que aprovisionan de trigo a las tropas del ejército chileno. 9 Valparaíso durante el bombardeo español en 1866 11 En los años siguientes José Gabino comienza a crear su propia compañía comercial y a participar de forma activa y a título personal en diversas empresas. El éxito en los negocios también le acompaña en la vida personal, contrayendo matrimonio cuando tiene 23 años de edad con Carolina Rojas y Quesada. Era el año 1871 y la ceremonia tuvo lugar en la catedral de Santiago el 17 de junio. La novia pertenecía a una antigua familia chilena y sin duda fue un espaldarazo en la carrera comercial y el ascenso social de José Gabino. Sin embargo los reveses no tardaron en llegar. En los años siguientes, la Gaceta de los Tribunales de Chile nos da algunos indicios de una vida comercial y personal algo ajetreada. En 1870 Rámila había adquirido 20 acciones de Carruajes de Santiago a través del Sr. Infante, quien acto seguido se da a la fuga. En agosto de 1871 Monery, legítimo propietario de las acciones, reclama a Rámila el importe de sus títulos, pero Rámila no tiene como justificar el pago que supuestamente ya había realizado al Sr. Infante y es condenado a abonar dicho importe al Sr. Monery. A continuación, en octubre del mismo año, José Gabino se ve envuelto en calidad de testigo en el juicio por un terrible incidente: el intento de asesinato el año anterior de Loreto Latorre, madre de sus socios, los hermanos Subercasseaux, a manos del padrastro de estos, Toribio Mercado. Mercado era persona extremadamente violenta que maltrataba asiduamente no solo a su mujer, sino también a su propia hija, habida en su primer matrimonio, a quien había incluso herido de gravedad. Así, organizó un complot para matar a su segunda esposa, Loreto Latorre acusándola de infidelidad. El juicio, aun considerándose parcialmente probados los hechos, se saldó con una leve condena para el acusado. Apenas acababa de verse esta causa y cuando aun no se había aclarado la cuestión de las acciones de la empresa de carruajes, surge una contrariedad aún más grave que lleva a José Gabino a dar con sus huesos en la cárcel de Santiago, en diciembre de 1871. El problema surgió a cuenta de una partida de aceite, propiedad de Jacinto Rojas, de cuya reventa se había encargado José Gabino de Rámila, pero que Remigio Costabal reclamaba como suyo, acusando a Rámila de habérselo robado. Finalmente en 1872, la acusación se revela infundada y es excarcelado y exculpado por completo de los cargos presentados en julio. Pasado el mal trago, en agosto del mismo año se constituye la sociedad Albión de Caracoles para explotar las minas de Caracoles en Bolivia y José Gabino participa como accionista. Pero la mejor noticia llegó con el nacimiento de su primer hijo, Guillermo Francisco, bautizado en 10 Santiago el 5 de octubre de 1872. Ese mismo día y en el mismo lugar, se celebra la boda de su hermana Severina Marta con Francisco Vives y Ramón18, socio empresarial de José Gabino. Como recordamos, Marta su hermana pequeña había quedado en el Valle de Mena y su hermano mayor, una vez establecido social y económicamente, la reclama con la idea de proporcionarle una vida más acomodada y mejor, buscándole un marido en la persona de su socio y amigo, creando de paso esa red familiar tan necesaria. Marta Rámila retratada por Heffer. 19 Tan consciente era José Gabino de la primordial necesidad de proporcionar cobertura y ayuda a los españoles que arribaban a Chile, encontrándose solos y desprotegidos en un país extraño, que contribuyó muy estrechamente a la creación en diciembre de 1875 de la Sociedad Española de Beneficencia Santiaguina, de la que fue designado secretario, cargo que ejerció hasta abril de 1876, cuando deja de vivir en Santiago. La sociedad ayudaba a los españoles indigentes o a los que se encontraban en dificultades económicas. En 1877 se termina de construir el mausoleo del Cementerio General, al cual contribuye Rámila con 650 pesos conjuntamente con otros 6 compatriotas debido a la falta de fondos. Cuando más tarde desplaza 11 su residencia a Valparaíso, se integra también en la institución hermana porteña, de la que llegará a ser presidente en 1897. 20 Mausoleo de la Sociedad Española de Beneficencia en el Cementerio General de Santiago En 1877 nació su segundo y último vástago, una niña que se bautizó en la catedral de Santiago el 3 de julio de ese año y recibió los nombres de Emma Carolina. Emma sería la única heredera del emporio comercial creado por su padre pues el primogénito, Guillermo, murió siendo niño. En su vida profesional, José Gabino Rámila desarrolló una frenética actividad empresarial. En 1876 traslada su domicilio a Valparaíso y se incorpora a la casa de comercio Noguera y Cía. que con el tiempo pasara a llamarse Noguera, Rámila y Cía. Se trataba de establecimientos comerciales a gran escala que proveían a los almacenes distribuidores y las tiendas de venta directa al público. Sus negocios se diversifican enormemente, incluyendo salitreras, la refinería de Azúcar de Viña del Mar o minas de estaño. Uno de los proyectos más destacados en los que participó fue la Sociedad Industrial de los Andes, que llegó a alcanzar una gran importancia en la producción de hilaturas de cáñamo, creada con la participación de otras destacadas familias menesas como los Martínez de Velasco a través de la sociedad Pereda, Martínez y Cía. La 12 Sociedad Industrial de los Andes pervivió hasta 1972, aunque ya desvinculada de la familia Rámila.21 Otro proyecto de especial trascendencia fue la creación de Viña Carmen, que a día de hoy, incorporada a las bodegas Concha y Toro continúa siendo una de las bodegas más señeras de Chile. A comienzos del siglo XX José Gabino compra a Ignacio Yturbe una viña en Linderos, la agranda y moderniza, tomando la propiedad el nombre de Viña Carmen, tal vez en honor a su nieta mayor. Estos viñedos continuaron en manos de sus descendientes hasta mediados de 1970. A parte de reclamar a su hermana Marta, ignoramos que contactos tuvo José Gabino con la familia que había quedado en España, pero si ha quedado constancia de que, llevado por la presión política y para salvar las dificultades que ocasionalmente se podían presentar a los empresarios españoles, abrazó la nacionalidad chilena. En el censo de 1888-22 realizado por el cónsul español en Valparaíso aparece como residente en esa ciudad y se menciona que su naturalización como chileno fue forzosa, tal vez consecuencia de la guerra entre Chile y España, momento en que algunos españoles fueron obligados a renunciar a la nacionalidad española para no perder sus trabajos e inversiones. En el citado censo, Rámila se sitúa como un destacado miembro del grupo de comerciantes españoles en Valparaíso y se le atribuye un capital de 70.000 pesos, que aunque lejos de los 500.000 atesorados por Juan Sáenz, principal fortuna española en la ciudad, le coloca en el grupo más influyente. Su socio y cuñado Francisco Vives dispone por su parte de 20.000 13 pesos que también le otorgan un puesto destacado en la colonia española porteña. Así parece que José Gabino Rámila estuvo largo tiempo asentado en Valparaíso, aunque durante la revolución de 1891 que derrocó al gobierno de Balmaceda se encontraba en Santiago, si atendemos a la anécdota relatada por Rodríguez Mendoza 23 “La casa del propio Balmaceda se salvó gracias a una iniciativa de un comerciante español, el señor José Rámila, quien escribió en el frontis del inmueble: “Para el Coronel Canto”, quien era entonces el ídolo enorme de los vencedores. La casa se salvó”. Unos años después, a finales de1895 partió hacia España en compañía de su mujer y de su hija Emma. Fuera el motivo los negocios o simplemente mostrar a su familia la patria madre, el hecho es que se conserva un álbum de autógrafos, propiedad de Emma Rámila, que a través de las dedicatorias que en él iban estampando diversos amigos, permite seguir la ruta de su periplo español. Comenzaron visitando Málaga y Sevilla, continuando por Madrid y Barcelona, donde se encontraban durante el mes de abril. La siguiente parada, a finales de Agosto, es Betelu, balneario navarro muy a la moda en época, terminando el tour en San Sebastián, en otoño de 1896. Si aprovecharon para visitar Mena no lo sabemos, pero si así fuera, nadie hubo en el valle que estampara su firma en aquel libro. Como continuación natural a su brillante trayectoria comercial, José Gabino Rámila se implicó muy directamente en la fundación del banco Español-Italiano en 1900, formando parte de su consejo de administración en Santiago y cuando en 1905 esta institución pasó a denominarse Banco Español de Chile, ocupó su presidencia. Las instituciones benéficas y sociales fueron una constante en paralelo a su carrera empresarial. Como ya hemos explicado, impulsó las Sociedades de Beneficencia Españolas tanto de Santiago como de Valparaíso, presidiendo esta última en 1897. También contribuye a crear el Círculo Español en 1880, como secretario de su primera junta y una vez asentado de nuevo en Santiago, presidirá esta institución desde 1906 hasta enero de 1910. Aunque se le propone nuevamente para el cargo, lo declina porque en 1909 había tomado posición de la Presidencia de la Sociedad Española de Beneficencia de Santiago y deseaba implicarse plenamente en la gestión de este patronato, tan necesario para la colonia de españoles. En 23 Santiago en tinieblas. La Guerra Civil Chilena de 1891 y el saqueo de las propiedades de los Balmacedistas. Alejandro San Francisco. 14 En Historias Urbanas, Homenaje a Armando de Ramón / Jaime Valenzuela Márquez, editor. Ediciones Universidad Católica de Chile 2007. palabras de Rafael de la Presa “es muy posible que el señor Rámila haya sido el único que ha sido titular del más alto puesto directivo de las dos entidades benéficas hispanas: La Porteña y la Santiaguina”24 . Estos nombramientos representan el culmen de su trayectoria profesional y personal. José Gabino tiene ya 62 años y 3 nietos, nacidos del matrimonio su única hija Emma con Domingo Merry del Val y Zulueta25. José De esos años queda para la posteridad el retrato encargado al pintor español Alvarez de Sotomayor26. Rámila le envió su fotografía a España para que el pintor pudiera ejecutar el cuadro y, una vez terminado, remitírselo Chile. El retrato, que continúa hoy en manos de sus descendientes españoles, presenta a un caballero elegante y sobrio aunque de aspecto cansado. Sin embargo José Gabino Rámila nunca lo llegó a ver, pues según cuentan las crónicas familiares,27 su salud, ya un tanto delicada, se vió repentinamente empeorada, debido al disgusto de saber que unos socios en los que había depositado toda su confianza le habían traicionado, haciéndole perder una parte importante de su fortuna. Desconocemos la veracidad de esta información y mucho menos los 15 nombres de los que pudieran haber estado implicados en este asunto. Sea cierto o no, el hecho es que José Gabino Rámila y Villanueva falleció en Santiago de Chile en 1910, a la edad de 62 años. Notas al pie de pagina 1 Este estudio no había podido realizarse sin la actitud amable y colaboradora de varias personas, más allá de la mera obligación. Por ello queremos dar las gracias públicamente a : a D. Javier Moreno Calderón párroco del Valle por su estrecha colaboración sin horarios ni cortapisas para investigar en los libros que aún permanecen en el valle y por su tesón y entusiasmo a la hora de descubrirnos las joyas románicas que allí se conservan. A Reina López Gómez del Ayuntamiento de Villasana de Mena que nos ayudó a encontrar la documentación necesaria en el archivo, manejando con destreza los índices y bajando y subiendo cajas de legajos con paciencia infinita. Y por supuesto a Marisol Vaz, encargada del archivo Diocesano de Santander, siempre dispuesta a buscar y poner el microfilm necesario y atender todas nuestras dudas. Quede aquí constancia de nuestro agradecimiento. 2 Archivo de la Real Chancilleria de Valladolid, Sala de Hijosdalgo, caja 0955.0037. 3 En su Discurso de Ingreso en la Real Academia de La historia, sobre “Castilla dividida en dominios según el libro de las Behetrías” (1958) en lá página 71, Angel Ferrari lo cita referente a Villasana de Mena, capital del valle “et non pagan monedas ca son privilegiados al fuero de Vitoria e que los de Vitoria non las pagan. Et aunque no fuesen privilegiados non la pagarían por razón de que son fijos dalgo e non pagan fonsadera que nunca la pagaron et an por costumbre de la non pagar” 4 Archivo del Ayuntamiento de Villasana de Mena, signatura número 9 5 Gabriel fue bautizado en Villalain el 8 de marzo de 1652 y casó con María Martínez en el lugar de Manzanedillo (Merindad de Villarcallo) el 4 de octubre de 1681. Tuvieron por hijo a Juan de Rámila caso con Alfonsa Martínez en Torres en la parroquia de Santa Eulalia y se velaron en el 12 de abril de 1725 en Villalain 6 María Martínez era pechera pero en el pleito dice que de este estado la liberta su marido. 7 Fueron bautizados respectivamente Miguel el 11 de octubre de 1725, José Gabriel el 24 de marzo de 1728 y Tomas el 29 de diciembre de 1729 16 8 Con lo que deducimos que, con toda probabilidad, la mayoría de las personas que hoy en día se apellidan Rámila en el valle de Mena descenderían de estos tres hermanos. 9 Contrae matrimonio el 21 de abril de 1755 10 Contrae matrimonio den Ventades el 27 de abril de 1805. 11 José casó el 26 de enero de 1842 12 Severina Marta nacida el 8 de enero de 1855 en Santa María de Llano. 13 José de Rámila y Angulo muere en Santa María del llano, el 19 de septiembre de 1861. Testa en Villasana el 18 de julio de 1861 14 Paula maría de Rámila y Villanueva fallece en Santa María de Llano el 30 de junio de 1862 15 Padrón de 1871 del Barrio de Aranduega. Archivo de Villasana de Mena. 16 Desarrollo empresarial urbano e Inmigración europea: Españoles en Valparaíso, 1880-1940. Tesis doctoral presentada por Baldomero Estrada Turro. Madrid, 2012 17 Epistolario de Miguel Gallo Goyenechea, 1837-1869 - Páginas 746 y 713. Pilar Álamos Concha - 2007 18 Natural de Cataluña, Hijo de Pedro Vives y Ana Ramón 19 Si bien la fotografía de Heffer es pareja de la de su hermano, realizada hacia 1910, la indumentaria de la imagen no se corresponde en absoluto con esa la época. Podría tratarse de la copia de una foto más antigua. El color blanco y la mantilla nos hacen pensar que pudiera tratarse de un retrato vestida de novia. 20 Venida y aporte de los españoles a Chile independiente. Rafael de la Presa, Editorial Lautaro, 1978. 21 Ver nota 20 14 23 Santiago 24 Ver nota 20 25 Casados en Santiago de Chile en 1899 26 Fernando Álvarez de Sotomayor y Zaragoza, destacado retratista de origen ferrolano, fue director del museo del Prado y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Vivió 6 años en Chile, donde dirigió su la Academia de Pintura entre los años 1911 y 1915. 27 Notas manuscritas de Inés Merry del Val y Rámila 17 Jose G. Rámila retratado por Álvarez de Sotomayor siguiendo la fotografía realizada por Heffer hacia 1910. Imagen por Emma de Alós Quisiéramos cerrar este capítulo retomando las palabras escritas por Federico Rahola28 en su necrológica “Al morir le han llorado los españoles y los chilenos ¿Qué más puede esperar quien se establece en un país extranjero sino merecer el afecto de los suyos y de los extraños? Era un Español Chileno” Estamos seguras de que la carrera profesional, trayectoria vital y estimulante ejemplo de José Gabino Rámila darían para escribir mucho más. Hubiéramos querido consultar muchas otras referencias bibliográficas, archivos chilenos, diarios y otras innumerables fuentes que 28 El Mercurio Español y Americano 1910. habrían perfilado mejor el personaje. Desgraciadamente, aunque hemos contado con alguna ayuda por parte de buenos amigos chilenos29, desde España es poco menos que imposible acceder a los todos los recursos mencionados. Sirva esta tribuna para recalcar la necesidad de tender puentes y aprovechar todos los avances técnicos existentes hoy en día para 28 El Mercurio Español y Americano 1910. 29 Agradecemos a mi gran amigo Luciano Cruz y a Gonzalo Alexis Luengo el envío de diversa bibliografía ilocalizable en España. 18 implementar los medios que faciliten la investigación conjunta de una Historia que nos es común a todos los países hispanoamericanos. Como hemos dicho, del matrimonio de José Gabino Rámila con Carolina Rojas quedó una única hija llamada Emma Rámila Rojas y quizás el hecho de no tener descendencia masculina propiciara que la figura y el apellido de su padre fueran cayendo en el olvido. El marido de Emma, Domingo Merry del Val y Zulueta era hijo del diplomático español, Alfonso Merry del Val, activo valedor de la restauración Alfonsina, causa para la que trabajó intensamente desde la legación de Londres, siendo premiado por ello en 1925 con el título de Marqués de Merry del Val. Hermano de Domingo era Rafael, sacerdote de fulgurante carrera Vaticana que le llevaría a obtener el capelo cardenalicio el año 1903 y a desempeñar el cargo de Secretario de Estado bajo el Papado de San Pio X, teniendo abierta causa de beatificación. Como vemos la posición social de la familia política de Emma Rámila era muy destacada a todos los niveles. Por su parte, Domingo Merry del Val se había criado en diferentes países europeos siguiendo los destinos de su padre y conoció a Emma el año 1896 en la visita que los Rámila realizaron Barcelona durante aquel viaje a España.30 Quiso el destino que tres años después, Domingo recalara en Chile por motivos laborales derivados de su empleo como ingeniero en la fábrica de armamento Vickers31. Era un hombre apuesto, de gustos refinados, con mucho mundo, que hablaba inglés mejor que español. Cuando Emma Rámila contrajo matrimonio con él, comenzó una ajetreada vida que les llevó a residir en París, donde en 1900 nació su primera hija, Carmen, pero también a Londres, Madrid o San Sebastián. Todos estos viajes se alternaban con prolongadas estancias en Chile, no en vano Domingo se ocupó inicialmente de labores de gestión en la sociedad Industrial de los Andes y además los intereses económicos familiares requerían una continuada supervisión. Finalmente, Emma Rámila fijaría su residencia definitiva en Santiago de Chile, hasta su muerte, acaecida en 196132. 30 Reminiscencias. Manuscrito de memorias de Domingo Merry del Val y Álbum de autógrafos de Emma Rámila. Curiosamente, ya en su primer encuentro, Emma le pidió una dedicatoria de recuerdo, por su puesto sin saber que años más tarde se reencontrarían y se casaría con él. 31 Reminiscencias. Manuscrito de memorias de Domingo Merry del Val. 19 32 Emma Rámila y Rojas murió en Santiago de Chile, el 2 de agosto de 1961. De este matrimonio nacieron tres hijos más: José, Inés y Domingo. Carmen, la mayor, a quien enseguida todos comenzaron a llamar Mimí, casó con Ricardo de Alós y Llorens, Marqués de Haro y oficial de Artillería, quedándose a residir en España donde tuvo numerosa descendencia. José, el mayor de los varones, casado con la chilena Mariana Garcés Herrera, cuya descendencia vive actualmente en Chile, fue el único de los hijos de Emma que permaneció hasta su muerte en el país que acogió a su padre y se encargó de gestionar los restos del patrimonio familiar, entre ellos Viña Carmen. Inés, por su parte, casó en Argentina con Enrique Noetinger, de origen alsaciano, con quien tuvo numerosos hijos, cuya descendencia reside hoy en Argentina, Venezuela y Estados Unidos. Para terminar, el menor de los hermanos, Domingo, contrajo matrimonio con la brasileña Miriam de Souza Leao Gracie y su descendencia vive hoy en día en Italia y España. No queremos terminar esta comunicación sin hacer mención a la descendencia del matrimonio entre Marta de Rámila con Francisco de Vives y Ramón, quienes tuvieron tres hijos: un único varón llamado Alfonso Francisco Vives y Rámila que falleció en la estación de tren de Viña del Mar, Valparaíso el 24 de febrero de 1901 de una fractura de cráneo. En cuanto a sus hijas, María Cristina casó con Pedro Mena y Larraín, con descendencia nacida en Chile; y Ana por su parte, contrajo matrimonio en San Sebastián (Guipúzcoa) con Ignacio Olazábal y Álvarez de Eulate, hijo de Tirso Olazábal, I Conde de Arbelaiz, y tuvo una única hija, nacida en España. Como vemos, la sucesión de Gabino Rámila y su hermana está en la actualidad repartida por diversos rincones del mundo, como un postrero reconocimiento al joven que salió de su pequeño pueblo perdido a conquistar fortuna. Llegados a este punto y volviendo al principio, podemos decir satisfechas que el empeño y el tesón han tenido éxito una vez más y por fin hemos podido terminar lo que se empezó hace 25 años. Sirva esto como pequeño homenaje a Fernando de Alós y Merry del Val, nuestro padre y marido y para recordarnos que nunca debemos dar una investigación por imposible porque siempre puede haber un documento perdido esperando a ser encontrado. 20