Evalaución de la docencia universitaria Varios estudios, tal como afirma De Miguel Diaz (1998), coinciden en afirmar que la consideración de la calidad del profesorado universitario reside en su actividad investigadora y de este modo se ha devaluado, con la misma intensidad, la función docente tanto desde el punto de vista profesional como social. La Facultad de Odontología de la UBA, como un modo de destrabar esta contraposición entre investigación y docencia, ha desarrollado distintos dispositivos tendientes a promover la docencia y evaluar el desempeño de los docentes considerando los tres pilares de la docencia universitaria la docencia, la investigación y la extensión. En este trabajo me focalizaré en una de las acciones que se llevan a cabo desde la Secretaría Académica de la Facultad en conjunto con la Dirección Área de Educación Odontológica con el propósito de mejorar la calidad de la enseñanza. En el marco de la reorganización de las Universidades, en el año 1988, el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires crea mediante Res. CS N° 3312/98, un Programa de Evaluación del Volumen y Calidad de la Oferta Educativa, de carácter diagnóstico. En el año 1991 se dicta la Resolución C.S N° 1648/91 la cual establece en sus considerandos que “debe incluirse el establecimiento de mecanismos de supervisión y evaluación de la gestión docente, y de capacitación y perfeccionamiento del personal que tiene a su cargo dicha gestión”. FOUBA a través de la Resolución CD 809/94 estableció que dicha evaluación debía ser encarada a través de encuestas a docentes y alumnos en las que se indagara en qué medida las distintas acciones que llevan a cabo los docentes, en los distintos escenarios de aprendizaje en el marco del dictado de las distintas asignaturas obligatorias que forman parte del plan de estudios de la carrera de odontología, promueven el aprendizaje de los estudiantes. Desde el momento, en que se aprobó dicha resolución se han desarrollado diferentes formatos de cuestionarios: cerrados, abiertos, en formato papel, etc. En la actualidad, se ha trabajado en la redefinición del objeto de evaluación o evaluando, ciñendo dicho recorte a las acciones llevadas a cabo, por el conjunto de docentes responsables del dictado de una determinada asignatura, en referencia tanto a las acciones de planificación de la enseñanza, organización de los contenidos, metodología desarrollada, modalidad de dictado de clases teóricas y trabajos prácticos, relación docente/alumnos, evaluación. Esta encuesta intenta evaluar la docencia, centrándose en los aspectos didácticos, pero quedan afuera otras actividades que el docente realiza para el desarrollo de la función docente. Es importante destacar que este instrumento, que restringe y ciñe al evaluando, no es el único instrumento, existen otros dispositivos que permiten observar otras aristas del desempeño docente. La modalidad de esta encuesta rescata la visión de los alumnos sobre el equipo docente responsable del dictado de la asignatura. Esta encuesta no personaliza a los docentes sino fue pensada para trabajar sobre una perspectiva de conjunto como equipo docente. Siguiendo a De Miguel Diaz (1998), este autor plantea que la evaluación de la docencia suele ser concebida como una cuestión individual de cada profesor sin considerar que la calidad de la función docente en los ámbitos institucionales no depende de cada docente individualmente sino de todo un equipo académico que en forma conjunta planifica y desarrolla su actividad docente intentando formar a los estudiantes en una determinada titulación. El recorte del objeto de evaluación en esta propuesta reside en identificar, desde la experiencia de los alumnos y docentes, cuáles son las acciones y tareas, que desde sus perspectivas favorecen la formación de los estudiantes de odontología. Justamente esta decisión que el equipo de asesores pedagógicos tomó, con respecto a la evaluación de la gestión docente, coincide con el concepto desarrollado por R Stake (2006) quien ubica el origen de la calidad en la experiencia humana. El autor afirma que se puede identificar la calidad porque hay personas que experimentan esa vivencia. Si bien en el diseño de la encuestas se ha partido de algunas hipótesis acerca de cuáles son buenas prácticas de enseñanza, en el marco de la enseñanza de la odontología, no se puede desconocer que dicha valoración encuentra sus raíces en las experiencias vividas por los principales actores de la relación didáctica. Si bien se han definido criterios del evaluando, siguiendo a Stake resulta difícil hacer un recorte del evaluando que permita, con claridad, identificar qué es lo que queda dentro de dicho criterio y qué es lo que lo excede. En esta encuesta se intentan evaluar caracteres propios de un buen docente. Varios de ellos son cualidades propias de las actitudes de los docentes, por ejemplo, la empatía, el entusiasmo, pero otros se confunden con caracteres propios del programa porque entre los docentes y los programas que ellos mismos planifican y desarrollan existen límites casi intangibles. Algunos de los criterios identificados en esta propuesta de evaluación podrían identificarse dentro de la categoría descripta por Martinez Riso (1999) como actividades de enseñanza. Como la formación de los odontólogos parte de una temprana iniciación de los alumnos a la clínica odontológica pueden identificarse tres tipos de asignaturas que presentan ciertas recurrencias desde sus propuestas: asignaturas básicas, preclínicas y clínicas. De alguna manera a partir de esta tipología se definen escenarios de aprendizaje y desempeños docentes bien diferentes. En este trabajo me centraré en las encuestas que son tomadas en el marco de las asignaturas básicas en la que predominan como escenarios de aprendizaje las aulas de las clases teóricas y de los trabajos prácticos. A continuación se detallan los criterios que fueron tenidos en cuenta para la evaluación de los equipos docentes de las asignaturas básicas: El docente como programador desarrolla acciones tendientes a lograr: La selección y organización de los contenidos tendientes a favorecer la comprensión El docente en las clases expositivas/trabajos prácticos desarrolla acciones tendientes a lograr: La participación activa de los estudiantes La creación de un clima favorable para el aprendizaje Tener una escucha atenta Demostrar interés por la enseñanza y por la disciplina que enseña Organizar su discurso para favorecer la comprensión Explicar con claridad Utilizar ejemplos, preguntas Coherencia Responder a dudas consultas Brindar orientaciones y ayudas a los estudiantes Establecer empatía El docente en las instancias de evaluación desarrolla acciones tendientes a lograr: Previamente a la administración de la evaluación Brindar orientaciones para el estudio e información acerca de las modalidades de evaluación Confeccionar los exámenes respetando criterios de validez y objetividad Durante la corrección Brindar devoluciones y orientaciones a los estudiantes Esta evaluación tiene una intencionalidad formativa. Sus resultados retroalimentan las prácticas de enseñanza de los docentes ya que se realiza una presentación de los resultados obtenidos y luego los docentes discuten y toman decisiones para orientar la mejora de su propuesta, para potenciar aquellas acciones que son vividas por los estudiantes como favorecedoras de su aprendizaje e identificar, a su vez, cuáles podrían ser fortalecidas y mejoradas. Esta actividad de reflexión, a partir del resultados de las encuestas, les exige volver sobre las tareas de enseñar. Si bien el modelo de evaluación basado en la opinión de los alumnos es uno de los más difundidos en las universidades, parte de la idea que los estudiantes son una de las mejores fuentes de información del proceso de enseñanza y de aprendizaje. Pero a su vez, esta metodología da cuenta de una realidad de manera parcial sin reflejar la complejidad de la función docente; y resulta erróneo pensar que las universidades puedan utilizar este mecanismo de evaluación como la única fuente de información sobre el docente. Tal como se expresara precedentemente la FOUBA sostiene una serie de dispositivos que permiten afirmar que la evaluación de la docencia no queda reducida a la información que se recolecta a través de las encuestas pero también podría pensarse la incorporación de otras dimensiones, en la encuesta y por fuera de ella, que permitiesen tener un mapa más amplio y contundente de la función docente. En este sentido, resulta importante rescatar los aspectos de la multidimensionalidad de la función docente que señala De Miguel Diaz: o Factores que las instituciones establecen como signos de calidad en la actuación docente. o Condiciones iniciales de la docencia: carga horaria que cumple, formación docente; participación activa en los procesos de planificación y programación de la enseñanza. o Indicadores relativos a los resultados de los estudiantes a corto, medio y largo plazo; y de su nivel de satisfacción. Bibliografía De Miguel Díaz, M. “La evaluación del profesorado universitario. Criterios y propuestas para mejorar la función docente”, en: Revista de Educación, Ministerio de Educación y cultura, Madrid, Enero Abril de 1997, pp. 67-84. Martínez Rizo, F. La evaluación del personal académico. En búsqueda de sistemas de orientación sintética, en: ANUIES. Evaluación del desempeño del personal académico. Análisis y propuesta de metodología básica. Lugar, ANUIES, 2000, pp. 14-21. Stake, R. “Evaluación basada en criterios y evaluación interpretativa”, en: Evaluación comprensiva y evaluación basada en estándares. Barcelona, Graó, 2006. Resolución CS 3312/98 Universidad de Buenos Aires. Programa de Evaluación del Volumen y Calidad de la Oferta Educativa Resolución CS 1648/91 Universidad de Buenos Aires. Condiciones de Regularidad Resolución CD 809/94 FOUBA