Subido por Yelinna Ayling Napuri Echevarria

LA ERA NAPOLEÓNICA apogeo y decadencia

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LA ERA NAPOLEÓNICA: APOGEO Y DECADENCIA
I.
II.
III.
IV.
V.
EL IMPERIO DESPUÉS DEL DECRETO DE BERLÍN
El Decreto de Berlín establecía que Europa debía abstenerse de comerciar con la Gran Bretaña. El objetivo evidentemente era arruinar el
floreciente comercio británico y así forzar la rendición de este país. A partir de entonces, Bonaparte dedicó sus principales esfuerzos a
asegurar la vigencia de este Sistema Continental, aunque primero debió culminar la lucha contra los rusos, favorecidos por las pésimas
condiciones climáticas. Finalmente, derrotado en Friedland, el zar Alejandro I firmó con Francia la paz de Tilsit, por la que hacía concesiones
territoriales, se transformaba en aliado de Napoleón y se integraba, también en el bloqueo contra la Gran Bretaña.
Ahora bien, a partir de 1808 se hizo claramente visible las dificultades que tendría Napoleón para asegurarse el funcionamiento del bloqueo,
dado que resultaba imposible vigilar todos los puertos de Europa y evitar el contrabando, además había algunos estados que se resistían
a cerrar sus puertas al comercio inglés. En este sentido, la desobediencia de Portugal llevó a la invasión de este país con la complicidad
del rey español Carlos IV y su ministro Manuel Godoy: ambos permitieron el paso de las fuerzas francesas por su país esperando
beneficiarse del reparto de Portugal, sin imaginar que la ambición de Bonaparte lo conduciría luego a ordenar la invasión de la misma
España, donde terminó imponiendo como rey a su hermano José.
Lo que Bonaparte no imaginó es que el pueblo español reaccionaría a estas noticias con una guerra de guerrillas que tuvo en jaque a las
tropas francesas durante años sin que pudieran nunca terminar de pacificar el país.
Fue en España, que el ejército napoleónico sufrió su primera derrota digna de tal nombre, en el campo de batalla de Bailén. En el resto de
Europa, la noticia de las dificultades francesas en la península ibérica dio origen entonces a la Quinta Coalición, principalmente integrada
por Austria y Gran Bretaña, y que fue barrida una vez más en Wagram.
Wagram, de todos modos, puso en evidencia que tras largos años de luchas el ejército napoleónico ya no estaba en la mejor de las
condiciones.
Igualmente, Austria, vencida de nuevo, fue ampliamente mutilada y anudó una alianza con Bonaparte, mediante el matrimonio de éste con
María Luisa de Habsburgo, hija de Francisco I, quien se convirtió en la madre del único hijo legítimo del Emperador de Francia, Napoleón
II. Estos años (1809-1811) marcan el punto culminante del Imperio Napoleónico.
LA QUINTA COALICIÓN
En 1812 se iniciaron los acontecimientos que llevaron a la caída definitiva, con la ruptura entre Francia y el zar, cada vez más descontento
por la negativa del Corso a ceder a sus ambiciones en Europa Oriental mientras por su parte los franceses se expandían sin cesar. Napoleón
contestó al abandono por Rusia del Sistema Continental con la formación de un gigantesco ejército comandado por él en persona que
invadió aquel país.
Esta Campaña de Rusia ha pasado a la historia como uno de los mayores desastres de las guerras de todos los tiempos: expuestos al
hambre y al frío, por el terrible clima de aquellas regiones y por la estrategia rusa de destruir su propio suelo para privar de provisiones y
refugios a los invasores (táctica de “tierra arrasada”), los soldados de Bonaparte se las arreglaron para penetrar hasta Moscú, desde donde,
ante la inminencia del invierno, tuvieron que emprender una catastrófica retirada. La debilidad de Napoleón movilizó entonces a todos sus
adversarios, y se formó una Sexta Coalición.
A pesar de su inferioridad, pudo aún Bonaparte asestar algunas derrotas a sus enemigos en un último alarde de genio militar, pero era
imposible luchar indefinidamente contra tantos adversarios: finalmente, los coaligados pusieron fuera de combate a los franceses en la
batalla de Leipzig de 1813. La consiguiente invasión de Francia por los aliados forzó a Napoleón a abdicar: los vencedores lo exiliaron a la
isla de Elba (como Emperador) y se dispusieron a restablecer el orden en Europa, mediante una asamblea de potencias: el Congreso de
Viena.
LA SEXTA COALICIÓN
EL RETORNO DE NAPOLEÓN Y SU CAÍDA DEFINITIVA
En 1815, repentinamente se difundió la noticia del retorno de Napoleón a Francia. Era la consecuencia de las torpezas de la
Restauración en Francia, y del creciente descontento popular hacia un monarca, Luis XVIII, establecido por los invasores
extranjeros. De manera pacífica Bonaparte recuperó el poder; se mantendría en él por Cien Días. No duró más porque las
potencias europeas se coaligaron nuevamente para atajar el peligro antes de que se volviera inmanejable. Era la Séptima
Coalición.
Los hábiles preparativos militares de Napoleón fracasaron ante el talento del británico Duque de Wellington, quien logró vencer
en la batalla de Waterloo gracias al decisivo auxilio de los prusianos y a las torpezas de los mandos franceses (los mariscales
y el propio Napoleón). Acto seguido, nuevamente, Francia fue invadida. Era el final absoluto de la Francia napoleónica.
Bonaparte, otra vez en manos de los vencedores, fue exiliado, más lejos esta vez, a Santa Elena, como prisionero y bajo la
custodia británica. Europa intentaría, ahora sí, volver a la normalidad.
LA SÉPTIMA COALICIÓN
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