EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICA. UN ESTUDIO

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EDUCACIÓN SUPERIOR TECNOLÓGICA. UN ESTUDIO COMPARADO DEL
MODELO EDUCATIVO DE UNIVERSIDADES TECNOLÓGICAS EN
MÉXICO Y BRASIL
Sernas Hernández Claudia
Estrada Alvarez Martha Erika
Eje temático:
Políticas, reformas y modelos educativos para la implementación de la educación por
competencias en el Nivel Medio Superior y Superior.
Reporte de investigación
Resumen
En esta ponencia se presentan los avances de una investigación que tiene como fin
realizar un estudio comparado del modelo educativo de las Universidades Tecnológicas
(UT) en México y Brasil, mismas que han sido creadas para la formación de capital
humano rentable lo que contribuiría a satisfacer las necesidades de la nueva sociedad
del conocimiento.
El estudio comparativo se está realizando tanto en México y Brasil por su coincidencia
en su incorporación al sistema económico global priorizando en su propuesta la
generación de universidades tecnológicas con modelos educativos innovadores que
conforman
cuadros profesionales
con habilidades, destrezas
y competencias
pertinentes con el sector productivo.
Derivado al análisis preliminar se puede inferir que las diferencias de estos países en
sus procesos económicos, políticos, sociales y educativos han impactado de forma
distinta en la implementación del modelo tecnológico de la UT, esto puede deberse a
que a pesar de que el objetivo es el mismo, utilizan distintos modelos.
PALABRAS CLAVE: Modelo educativo, universidad tecnológica y capital humano
1
Introducción.
En las últimas décadas, los países de América Latina, han enfrentado nuevos desafíos,
en su contexto económico, político y social; estos se han caracterizado por la apertura
de las fronteras comerciales, la aparición de nuevos modelos de producción basados en
“el saber y saber hacer”, así como en el uso de las tecnologías y el conocimiento
científico, que impactaron de manera significativa en todos los ámbitos de la sociedad,
incluyendo el sistema educativo.
A partir de los años 60, la educación se concibió como el nuevo motor y factor “que
hacía falta a la caja de instrumentos para poder realizar un riguroso análisis del sistema
económico y para los grandes bloques comerciales el discurso aceptable y uno de los
medios para alcanzar la “modernización económica”1 en un nuevo proceso de
globalización mundial.
En este sentido, en los años 90´s y con la inserción de países como México y Brasil al
sistema global y, bajo las recomendaciones de organismos multilaterales, se adoptó un
nuevo modelo educativo de educación tecnológica a corto tiempo, con características
de flexibilidad, polivalencia, pertinencia y continuidad que garantizaría la formación y
capacitación de “capital humano”2 capaz de crear, desarrollar ciencia y tecnología para
la optimización del proceso productivo.
Por lo que en este trabajo, se presentan avances del estudio comparado del modelo
educativo implementado en las universidades tecnológicas de México y Brasil,
las
cuales tenían como el fin de asegurar la formación de capital humano rentable.
1
La Modernización Económica es entendida, como la fuente de incremento de ingreso más importante, derivado de
los aumentos de especialización, hecha posible gracias a los avances en el conocimiento que aumenta la calidad y
productividad de los componentes físicos. En Estados Unidos se hace hincapié que la modernización económica se
da a partir del desarrollo de la ciencia, tecnología, experiencia y en especial de la educación, como a la solución de
los débiles puntos de la sociedad
2 Hablar de capital humano es referirnos a las habilidades y cualidades que va desarrollando y acumulando la mano
de obra residente en la región, tanto por la educación formal como a través de la práctica diaria de una actividad
productiva y que fue retomado como capital por los economistas neoclásicos, al plantear al ser humano como un
factor de inversión y sus capacidades personales uno de los tres reactores de la economía de las naciones,
clasificados de la siguiente manera. a) Capitales inmuebles (la tierra); b) capitales propiamente dichos (edificios,
maquinas) y capitales personales (seres humanos con ciertas capacidades personales). Véase en FERMOSO,
Paciano (1997). Manual de la Economía de la Educación. Madrid. Pp. 144
2
Planteamiento del problema
En la actualidad, en países como México y Brasil la formación de capital humano
pertinente para satisfacer las necesidades del sector productivo es uno de los
problemas principales que aquejan a ambos países. En este sentido, en los años 90
tanto en México como en Brasil se crearon y transformaron universidades tecnológicas
con modelos educativos diferenciados para enfrentar dicha problemática.
Sin embargo, los contextos y el modelo implementado por cada país han sido
determinantes para el desarrollo eficaz o ineficaz de este sistema de universidades
tecnológicas.
Justificación
En el mundo, el sistema global ha representado un proceso de transformación en los
ámbitos económicos, políticos, sociales, culturales y educativos. Sin embargo, hablar de
éste término es expresar cualquier cosa, desde comprenderla como una fase de la
evolución del capitalismo, hasta verla desde una visión apologética y neoliberal de
Fukuyama (1990), el cual engrandecía la democracia liberal y la economía cimentada
en los mercados internacionales como las únicas posibilidades viables para forjar
sociedades modernas.
De acuerdo con Dieterich (2003), la globalización es un proceso histórico que “equivale
a la internacionalización económica, y por lo tanto es un fenómeno íntimamente
vinculado con el desarrollo capitalista, intrínsecamente expansivo, es decir, es la
existencia de una economía internacional abierta y con grandes y crecientes flujos de
mercancías, de tecnología y de inversión de capital entre las naciones.”(Dieterich, 2003;
15)
Un sistema que ha priorizado las relaciones comerciales mundiales y la promoción de
modernos sectores industriales, financieros y de servicios, entrelazados y comunicados
por las tecnologías más sofisticadas, las cuales requerían la formación de capital
humano ultraespecializado con un adiestramiento definido, que asegurará el desarrollo
tecnológico, científico, así como la reducción de costos de producción en el sistema
productivo.
3
Cabe mencionar que este sistema económico dio origen a lo que hoy llamamos la triple
hélice, la cual enfatiza la importancia del Estado como instrumento evaluador, regulador
y mediador de las funciones conformadas a partir del segundo elemento, que son los
organismos internacionales, instrumentos del “Estado global”4 para orientar políticas
públicas a partir de la consecución de préstamos en los países subdesarrollados y
finalmente, el sector productivo como tercer elemento primordial en un contexto de libre
mercado; éstos elementos juegan un papel preponderante, en la creación, desarrollo e
implementación de políticas educativas en los países de América Latina, las cuales
deberán asegurar la creación y transformación de las Instituciones de Educación
Superior (IES) en universidades formadoras de capital humano rentable. Bajo esté
esquema, se condicionó el financiamiento de las IES a factores de excelencia, calidad y
pertinencia con evaluaciones externas que exigían la reorientación de su función social
a la vinculación con las necesidades del desarrollo económico nacional y mundial. En
un documento reciente Brunner (2005) establece que “la educación superior es vista
como un pilar de la competitividad de los países, debiendo apoyar su inserción en un
sistema económico global que usa el capital humano y el conocimiento avanzado como
principales factores de producción.” (Alcántara, 2010; 4)
Siguiendo con ese tenor, los países de América Latina enfrentaron fuertes críticas de
parte de uno de los elementos de la triple hélice; los organismos multilaterales que
afirmaban que “las universidades eran instituciones docentes, así como formadoras de
profesionales, con un escaso grado de interacción entre la investigación y las
necesidades del sector productivo” (Banco Mundial, 1994; 4) y se les exigía una
transformación profunda en el sistema de educación superior.
En países como México y Brasil, había una alta concentración de matrícula en las
ciencias sociales y administrativas, además el peso en la formación científica y
tecnológica era modesto para el nivel actual de su desarrollo económico, por ejemplo,
entre los años de 2001 y 2002, en México la matrícula se concentraba en áreas de
conocimiento referentes a las Ciencias Sociales y Humanidades con un 49.0 % de
4
Llamamos Estado Global a la conformación estructural de los bloques económicos hegemónicos que han dominado y se han
apropiado del mundo. Actualmente, el Estado Global esta integrado por las 8 potencias más fuertes del mundo (Estados Unidos,
Canadá, Inglaterra, Francia, Japón, Alemania, Italia y China). Ver en DIETERICH, Heinz (2003). Identidad, educación y
cambio en América Latina. México; Quimera.. Pp. 70
4
estudiantes, mientras que el área de Ingeniería y tecnología apenas llegaba a un 33.1%
de la matricula total, (ANUIES, 2000; 36) mientras que en Brasil las Ciencias Sociales
aplicadas (admón., derecho y economía) ocupaba alrededor del 41.6%, en ciencias
exactas l.12% y finalmente, en ingeniería tan solo el 8.7 % de la matrícula total, es
decir, se confirmaba la escasa formación de capital humano en el desarrollo científico y
tecnológico que se necesitaba para impactar de manera favorable en el nuevo sistema
económico de los países latinoamericanos y dar respuesta a la critica hecha por los
organismos.
Es así, que los gobiernos de México y Brasil en los años 90´s desarrollaron e
implementaron
políticas
educativas
que
buscaban
un
modelo
de
educación
tecnológica,7 el cual tuviera un perfil y desarrollo de universidades innovadoras. El
hablar del concepto de instituciones innovadoras es hacerlo de “una característica de
los sistemas sociales, es decir, de la conformación de universidades complejas con
departamentos internos, centros de investigación, personal docente y facultades aptas
e innovadoras” (González, 1999; 30) que reoriente la formación creativa de los jóvenes
de un tradicionalismo, dependencia e ignorancia a uno que impulsé la motivación, la
participación, la creatividad de los estudiantes. Se busca, un modelo innovador
educativo que garantice las demandas del mercado y transforme a las universidades
públicas en espacios de reproducción ideológica y no de espacios de análisis y
reflexión.
Cabe mencionar que las universidades de América Latina, se han constituido como
espacios efectivamente de crítica y reflexión los procesos sociales, económicos y
políticos de dichos países y como consecuencia se ha reducido el financiamiento
público a éstas y se les ha exigido seguir las recomendaciones y los lineamientos
estratégicos de organismos multilaterales para la consecución de préstamos; tal es el
caso del Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Fondo
Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE).
7
Hablar de la educación tecnológica es hacerlo de la rama del sistema educativo regular ofrecida a los jóvenes
egresados de la educación básica y media superior, destinada a formularlos de manera integral y a prepararlos en
relación con las necesidades requeridas por los diversos sectores de la economía. Ver en RODRIGUEZ, Ma. De Los
Ángeles (1988). 50 años en la historia de la educación tecnológica. México. Pp.56
5
Por su parte, el Banco Mundial (BM) en el documento “Educación Superior: Lecciones
derivadas de las experiencias” publicado en 1995, hacía hincapié en “mejorar la calidad
de la enseñanza y de la investigación en los niveles superiores y contar con la
supervisión y evaluación de agencias evaluadoras externas; proporcionar respuestas
adecuadas a las exigencias económicas, con la vinculación universidad – empresa
implicando la participación del sector productivo para asegurar la pertinencia de los
programas académicos.” (Banco Mundial, 1994; 3) Es decir, exigir a las instituciones de
educación superior la contribución de la profesionalización de capital humano rentable
para satisfacer las necesidades del mercado laboral y es que en la Conferencia sobre el
Desarrollo de los Países que integran América Latina y el Caribe, el Banco Mundial
(BM) afirmaba:
La insuficiencia en la formación de capital humano es uno de los elementos
básicos que explica el débil desempeño de la economía latinoamericana en
los últimos 15 años, como su falta de progreso en materia de pobreza,
distribución de ingreso y democracia (Banco Mundial, Idem; 6)
Si bien, el BM ha definido líneas y pautas a seguir, el desarrollo de cada uno de los
países en la implementación de políticas educativas se da de manera diferente. En el
caso particular de México y Brasil, su proceso histórico y el crecimiento industrial siguen
rutas diferentes y desiguales. En México, las crisis financieras y las transformaciones
estructurales, así como el cambio de su política proteccionista por una abierta, resultó
en la apertura comercial que se estableció a partir de la firma del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLC) en 1994 y lo cual dio a las grandes corporaciones
maquiladoras y manufactureras un nuevo espacio para establecerse y bajar costos de
producción en mano de obra y procesos productivos. Como consecuencia inmediata,
las pequeñas y medianas empresas desaparecieron casi en su totalidad. Actualmente y
ante la recesión económica, el gobierno mexicano ha enfrentado la fuga masiva de
grandes empresas multinacionales hacia países como Tailandia, China e India, países
con mano de obra más barata y garantía de expansión productiva, por lo que “en 2008
la producción industrial del país cayó un 3.8 % y la exportación manufacturera en 8%”,
6
es decir, el desempleo aumentó de un 4.00% a 4.48%” (Rojas, 2008; 1) mensual,
encabezando la lista de los países con más desempleo de América Latina y el Caribe.
El caso de Brasil es diferente y aunque en los años 90’s al igual que México sufría una
de sus peores crisis, durante el primer gobierno de Lula (2003 -2011), el desarrollo
industrial y empresarial aumentó considerablemente, el crecimiento económico se
aceleró en “1.6 % en el último trimestre del año y mantuvo su producto interno bruto
(PIB) en un 5.24 %, destacando la expansión industrial con un crecimiento del 2.6%,
contrario de México este país se sigue industrializando con más de un millón de
empresas en varios sectores (metalurgia, hierro, acero, agricultura, química y otras), en
un escenario optimista de expansión del 2.1% según datos de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL).” (Rojas, Ídem; 1).
Por lo tanto, ante estas diferencias, el resultado de desarrollo social de ambos países
es diferente. Por ejemplo mientras que Brasil destina más del 1% del PIB al desarrollo
de ciencia y tecnología, México otorga menos 0.4% del PIB.
Sin embargo, en estos países se impulsaron los lineamientos de los organismos
multilaterales, tales como el de la OCDE, para crear instituciones de educación superior
tecnológica que en su modelo educativo priorizará políticas y estrategias tales como
flexibilidad y pertinencia en sus programas y planes de estudio; intensidad en la
capacitación de capital humano en un lapso corto de 2 años; vinculación con el sector
productivo por medio de estadías y estancias, es decir, desarrollar prioritariamente los
institutos y universidades tecnológicas para incrementar la formación de profesionales y
técnicos superiores que desarrollan ciencia y tecnología, acorde a los nuevos procesos
económicos. Así, tanto en México y Brasil se crearon y adaptaron las primeras
universidades tecnológicas, encaminadas a consolidarse como instituciones de
educación superior flexible, de corta duración y vinculada directamente con las
necesidades de las empresas nacionales e internacionales.
En el caso de México, el Sistema de Universidades Tecnológicas se crea en 1991, en el
marco del Programa de Modernización Educativa (PROMODE) durante el gobierno de
Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) que “representó la transición hacia una nueva
forma de coordinación del sistema de educación superior en México” (Martínez, 2001;
7
10) y su principal meta fue buscar nuevas formas de vinculación entre las instituciones
de educación superior y las necesidades del sector productivo nacional, así como
“responder a las exigencias del desarrollo científico, tecnológico y social subrayando la
importancia en la formación profesional de una educación teórica y práctica” (SEP,
1989; 124)
De ahí, que en 1991 nacieran las tres primeras universidades tecnológicas
(Aguascalientes, Tepeji del Río y Netzahualcóyotl) inspiradas en el modelo educativo de
los Universitaires the Technologie (IUT) franceses, con carácter de organismos públicos
descentralizados de los gobiernos estatales, con personalidad jurídica propia y un
modelo educativo que vincula de manera más efectiva la formación de profesionales
con el sector productivo y con flexibilidad en sus planes y programas de estudio para
adaptarse a las necesidades de las empresas.
Para 2010 en México existían alrededor de 74 universidades tecnológicas, ubicadas en
puntos estratégicos del país y con una oferta educativa total de “130,713 estudiantes,
sobresaliendo los estados de Aguascalientes y la Zona Metropolitana del D.F, con un
35% total de la matrícula de las UT,” (CGTU, 2009, 192) cifra que representa el 3% de
la matrícula total en universidades públicas.
En Brasil, por el contrario, no se crearon universidades tecnológicas, sino que se
transformaron los Centros Federales de Ciencia y Tecnología en Universidades
Tecnológicas, la más significativa y la primera fue; la Universidad Tecnológica Federal
de Paraná transformada en 1991 y con base en la Ley de Directrices y Bases de la
Educación Nacional, se impulsaron nuevas modalidades de educación superior y el
establecimiento de carreras cortas, que formarían parte de la enseñanza tecnológica
enfocadas exclusivamente para el mercado de trabajo.” (Alcántara, 2010; 15)
A diferencia de las universidades tecnológicas mexicanas, este modelo planteó la
formación en tres modalidades: a) técnico superior; b) nivel superior y; c) master o
doctorado. La proliferación de este sistema de educación ha dado pasos de crecimiento
sobresalientes, para el 2007, la Universidad Tecnológica de Paraná contaba ya con 11
campos distribuidos en las principales ciudades entre las que sobresalen Apucarana,
8
Londinense, Punta Grossa y Toledo entre otras. Asimismo, su oferta educativa oscilaba
entre los “11.942 estudiantes, siendo 1.132 estudiantes matriculados en 19 cursos de
educación profesional técnica de nivel medio; 8.088, en 27 cursos superiores de
tecnología; 2.371, en 22 cursos de bacharelados (incluyéndose las ingenierías) y 2
licenciaturas; 446 inscritos en 5 programas de máster y 54, en un programa de
doctorados. (UTFPA, 2010; 1)
El objetivo del nuevo modelo educativo de las universidades tecnológicas perseguía y
persigue varios objetivos, el primero; era la formación de profesionales capaces de
manipular y crear ciencia y tecnología; el segundo, formar capital humano rentable, a
bajo costo y por último, dar movilidad económica y social a grupos sociales de bajos
recursos, la pregunta sería en realidad los modelos educativos lograron dichos
cometidos.
Fundamentación teórica
Los elementos teóricos que se utilizan para el análisis en esta investigación fueron, por
un lado, la conceptualización y los diferentes modelos educativos universitarios que
influyeron en la conformación del modelo de las universidades tecnológicas en México y
Brasil.
Por el otro lado, del enfoque económico de la educación, se analiza desde la Teoría de
Capital Humano como una herramienta esencial para explicar por qué en países como
México y Brasil se impulsó el modelo de Universidades Tecnológicas para la formación
y capacitación de mano de obra barata a bajo costo, cabe mencionar que en este
apartado se plantea un análisis crítico de dicha teoría a partir de los análisis
económicos y sociológicos de varios autores, que establecen las fallas de su
implementación en países dependientes como México y Brasil.
Finalmente, de las teorías críticas de la educación, se retomaron algunos elementos de
la Teoría de la Reproducción para hacer un análisis crítico de la formación de capital
humano en el contexto de la globalización, como una forma de reproducción de las
condiciones de clase dominante – dominado y cómo el capital cultural es determinante
en la formación de los individuos.
9
Objetivos
General
Realizar un estudio comparativo de los modelos educativos de las universidades
tecnológicas en México y Brasil.
Específico
Generar un primer análisis descriptivo de los modelos educativos que se han
implementado en las universidades tecnológicas de México y Brasil, con el fin de
establecer las diferencias y similitudes de dos países con contextos económicos,
políticos y sociales diferentes pero con un objetivo similar de formación de capital
humano rentable para satisfacer las necesidades del sector productivo.
Metodología
La metodología de la investigación es propiamente de educación comparada con corte
cualitativo desarrollada por Jürguens (1999), la cual se marca por una preferencia en el
establecimiento de relaciones de similitud o, de diferencias entre un mismo objeto de
estudio, por lo tanto, “la comparación esta dirigida a contrastar rasgos culturales
específicos, a llevar acabo clasificaciones, o a identificar características, problemas y
desarrollos similares. (Schriewer, 1993; 197)
Cabe mencionar, que de esta metodología sólo se realizará la técnica simple o de único
nivel, con el fin de investigar y dar a conocer, las similitudes y diferencias del modelo
educativo de las Universidades Tecnológicas tanto en México como en Brasil. Cuando
hablamos de técnicas simples o de único nivel en educación comparada, es hacerlo de
“un procedimiento que relaciona los objetos de comparación entre sí, con la vista
puesta exclusivamente en sus aspectos fácticos” (Schriewer, 1993; 197), es decir, se
observará, analizará y contrastará características, problemas y desarrollos similares
entre el modelo educativo de universidades tecnológicas implementado en México y
Brasil.
De ahí que se plantearon cuatro ejes para la comparación: el contexto; la política
educativa de pertinencia planteada a partir de la inserción de México y Brasil al sistema
10
económico global en los años 90; el modelo educativo implementado en las
universidades tecnológicas de ambos países y, finalmente, el modelo pedagógico
(Planes y programas de estudio, docentes, alumnos, etc)
Para poder realizar la comparación de los dos primeros ejes, se recurrió a
investigación
documental
(Fuentes
históricas,
bibliográficas,
la
estadísticas,
hemerográficas, etc). Para la consecución de los dos últimos, se realizaron entrevistas
a una muestra por conveniencia conformada por 2 informantes cualificados en México y
Brasil, en el caso de México se eligió al Rector de la Universidad Tecnológica de
Netzahualcóyotl y el Dr. Julio Rubio, fundador del Subsistema de Universidades
Tecnológicas. Para Brasil, se contactó al Dr. Paulo Barbosa vice-rector de la
Universidad Tecnológica Federal Do´ Paraná y al Dr. Joa Carlos Rosso especialista en
Biomédica, cabe mencionar que los dos son catedráticos desde hace 30 años de la
Universidad (antes Centros Tecnológicos) y accedieron a otorgar la entrevista vía
Skype.
El instrumento (entrevista semi - estructurada) estuvo organizado a partir de los
siguientes ejes: política educativa, modelo educativo, modelo pedagógico y vinculación
universidad – sector productivo
Conclusiones
Derivado del análisis preliminar, se puede afirmar que tanto México como Brasil
implementaron un modelo educativo diferente en su sistema de universidades
tecnológicas, a pesar que el objetivo es el mismo, México optó por un modelo
napoleónico, el cual prioriza la enseñanza sobre la investigación, por lo tanto, la
formación de sus cuadros profesionales se concentra en capacitación de mano de obra
cualificada y calificada para el sector productivo regional, cabe señalar que en su
mayoría en procesos de producción para empresas maquiladoras.
Por su parte, Brasil retomo el modelo educativo Alemán que tiene como base la
investigación como parte fundamental en la formación de su capital humano.
11
Otro de los aspectos que contradicen la oportuna implementación de los modelos son
los contextos, ya que a pesar de que Brasil sufrió de Dictaduras Militares su desarrollo
económico, político, social y, por supuesto, educativo ha sido más pertinente para
posicionarse como uno de los países más desarrollados de América Latina priorizando
la formación de recursos humanos altamente cualificados en investigación, con el fin de
establecer nuevas opciones de desarrollo científico y tecnológico para el país.
Para México, la prioridad en el modelo educativo de las universidades tecnológicas ha
sido la formación de capital humano calificado, pertinente para insertarse al mercado
laboral de forma directa, a corto plazo pero sobretodo como mano de obra barata.
Fuentes de consulta
Libros
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Morduchowicz, Alejandro (2003). Discusiones de la economía de la educación.
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UNESCO; Francia
Schriewer, J y HartmutKaelble (2010). La comparación en las ciencias sociales e
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Schriewer, J (2002). Formación del discurso en la educación comparada. Pomares;
Berlín– Barcelona
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Oviedo Coronel, Andrieza (2010). Especialización en Gestión y Liderazgo
Universitario. IGLU; Organización Universitaria Interamericana
13
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