Subido por Isabella Mauricio Yparraguirre

fructuosa e hígado graso no alcoholico

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3. REGULACIÓN DEL METABOLISMO LIPÍDICO EN NAFLD Y EL ROL DE LA
FRUCTOSA
La fructosa entra en el ciclo de la glicolisis formando gliceraldehido, el gliceraldehído
proporciona cadenas de carbono para la producción de piruvato, que va a las
mitocondrias, donde se reduce a Acetil- CoA. En la matriz mitocondrial, el Acetil-Coa se
convierte en citrato a través del ciclo de Krebs y luego migra de la mitocondria al
citoplasma, donde la enzima ACC (Acetil-CoA Carboxilasa) lo convertirá en malonilCoA. El exceso de malonil-coA en el citoplasma inhibe la actividad de la proteína
carnitina palmitoil transferasa 1 (CPT-1), bloqueando así el transporte de lípidos a la
mitocondria y deteniendo la β-oxidación. Malonil-coA se convertirá en acil- coA por la
enzima ácido graso sintasa (FAS). Un aumento excesivo de acil-CoA promoverá esta
dislipemia mediante un aumento de la VLDL y los TG. También una parte de este acilCoA formarán metabolitos lipídicos como los DAG (diacilglicerol). Estos metabolitos
lipídicos están relacionados con la resistencia a la insulina mediante la activación de la
proteína c-jun-N terminal quinasa-1 (JNK1). Esta proteína conduce a la resistencia a la
insulina hepática a través de la fosforilación de IRS-1 en el residuo Serina 307. Este
mecanismo de resistencia a la insulina hepática perpetúa la gluconeogénesis hepática,
lo que lleva a un marcado aumento de la glucosa en sangre.
4. FRUCTOSA E HIPERTRIGLICERIDEMIA
El consumo prolongado de fructosa, incrementa la lipogénesis de novo en humanos.El
trastorno metabólico más temprano causado por el consumo elevado de fructosa
consiste en una hipertriacilgliceridemia postprandial.
Durante la lipogénesis se ponen en juego mecanismos de regulación más complejos,
en los que la fructosa participa directamente al estimular la SREBP-1c: proteína de unión
a receptores de esteroles 1c, aún en ausencia de insulina; activándose la expresión de
los genes de las enzimas que participan en la síntesis citoplasmática de ácidos grasos:
la acetilCoA-carboxilasa y la sintetasa de ácidos grasos.
La inhibición de la β-oxidación hepática por el consumo elevado de fructosa pudiera ser
atribuida también a la insensibilidad hepática a la acción de la leptina. La leptina estimula
la β-oxidación de ácidos grasos mediante la activación de PPARα dependiente de la
proteína quinasa, que a su ves es dependiente de AMP, proponiéndose en
consecuencia que la resistencia a la leptina encontrada en humanos y ratas obesas
contribuye a la esteatosis hepática.
5. FRUCTOSA Y LA ADIPOSIDAD VISCERAL
Cuando se eleva el consumo de fructosa se sintetiza especialmente la variante 1 de la
VLDL, la cual a su vez origina una LDL con un mayor potencial aterogénico. La fructosa
no estimula la secreción de insulina, lo que condiciona que las VLDL se mantengan más
tiempo circulando en sangre, capten más colesterol, y se transformen en LDL que
contienen una mayor proporción de TAG. La hipertriacilgliceridemia puede incrementar
la llegada de ácidos grasos al músculo esquelético y el tejido adiposo, provocando
adiposidad visceral, lo que, a su vez, puede contribuir al aumento de la deposición de
TAG en el hígado, ya que la adiposidad visceral provoca liberación de ácidos grasos
libres a la sangre portal, los que llegan directamente al hígado. A este evento bioquímico
se le ha atribuido un gran significado en el desarrollo de la resistencia a la insulina y del
síndrome metabólico.
la captación de grasa es mayor en la grasa subcutánea abdominal que en la grasa
subcutánea en la región del muslo. Además, a medida que se desarrolla la adiposidad
visceral, los adipocitos viscerales aumentan de tamaño. Los adipocitos grandes son
más resistentes a la insulina que los adipocitos más pequeños y, por lo tanto, menos
sensibles a los efectos de la insulina para suprimir la lipólisis y promover la
reesterificación de los ácidos grasos. La adiposidad visceral también está
estrechamente relacionada con la reducción de los niveles circulantes de la hormona
adipocitectina, adiponectina, quizás porque los adipocitos viscerales agrandados
también pueden producir menos adiponectina. La adiponectina aumenta la oxidación de
los lípidos hepáticos y mejora la sensibilidad a la insulina mediante la activación de la
AMP quinasa
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