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Cultura mixteca - Wikipedia, la encicloped

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Cultura mixteca
La ​Civilización Mixteca ​designa a una cultura arqueológica
prehispánica, correspondiente a los antecesores del pueblo mixteco, que
tuvo sus primeras manifestaciones en el Preclásico Medio
mesoamericano (ss. XV-II a. C.) y que concluyó con la conquista
española en las primeras décadas del siglo XVI de la era cristiana. El
territorio histórico de este pueblo es la zona conocida como La Mixteca
(​Ñuu Dzahui,​ en mixteco antiguo), una región montañosa que se
encuentra entre los actuales estados mexicanos de Puebla, Oaxaca y
Guerrero.
Máxima extensión territorial de la Civilización Mixteca
La cronología de la cultura mixteca es una de las más extensas de Mesoamérica, por su
continuidad y antigüedad. Comienza como resultado de la diversificación cultural de los
pueblos de habla otomangueana, en la zona de Oaxaca. Los mixtecos compartieron
numerosos rasgos culturales con sus vecinos zapotecos. De hecho, ambos pueblos se
denominan a sí mismos «gente de la lluvia o de la nube». La evolución divergente de los
mixtecos y
los zapotecos, favorecida por el entorno ecológico, alentó la concentración urbana en las
ciudades de San José Mogote y Monte Albán, mientras que en los valles de la sierra Mixteca la
urbanización siguió un patrón de menores concentraciones humanas en numerosas
poblaciones. Las relaciones entre mixtecos y zapotecos fueron constantes durante el
Preclásico, cuando la mixteca también se incorporó definitivamente a la red de relaciones
panmesoamericanas. Algunos productos mixtecos se encuentran entre los objetos de lujo
hallados en el área nuclear olmeca.
Durante el Clásico, el apogeo de Teotihuacan y Monte Albán estimuló el florecimiento de la
región ñuiñe (Mixteca Baja).​[1] ​En ciudades como el Cerro de las Minas se han encontrado
estelas que muestran un estilo de escritura que combina elementos de la escritura de Monte
Albán y de Teotihuacan. La influencia de los zapotecos se observa en las numerosas urnas
halladas en los sitios de la Mixteca Baja, que representan casi siempre al dios viejo del fuego.
En ese mismo contexto, la Mixteca Alta vio el colapso de Yucunundahua (Huamelulpan) y la
balcanización de la zona. La concentración del poder en Ñuiñe fue
causa de conflictos entre las ciudades de la región y los estados de la Mixteca Alta, lo que
explica la fortificación de las ciudades ñuiñe. El ocaso de la cultura ñuiñe coincide con el de
Teotihuacan y Monte Albán. Al terminar el Clásico mesoamericano (ss. VII y VIII) muchos
elementos de la cultura clásica de la Mixteca Baja cayeron en desuso y fueron olvidados.
A partir del siglo X se dan las condiciones que permitieron el florecimiento de la cultura mixteca.
El temperamento político de Ocho Venado lo condujo a consolidar la presencia mixteca en La
Costa. Allí fundó
el reino de Tututepec (Yucudzáa) y después emprendió una campaña militar para unificar
numerosos estados bajo su poder, entre ellos sitios tan importantes como Tilantongo (Ñuu
Tnoo Huahi Andehui). Esto no habría sido posible sin la alianza con Cuatro Jaguar, señor de
filiación nahua-tolteca que gobernaba Ñuu Cohyo (Tollan-Chollollan). El reinado de Ocho
Venado concluyó con su asesinato a manos del hijo de una noble señora que a su vez fue
asesinada por el propio Ocho Venado. Durante todo el Posclásico se intensificó la red de
alianzas dinásticas entre los estados mixtecos y zapotecos, aunque paradójicamente aumentó
la
rivalidad entre ambos pueblos. Sin embargo, actuaron en conjunto para defenderse de las
incursiones mexicas. México-Tenochtitlan y sus aliados se alzarían con la victoria sobre
estados tan poderosos como Coixtlahuaca (Yodzo Coo), que fue incorporado como provincia
tributaria del Imperio azteca. Sin embargo, Yucudzáa (Tututepec) mantuvo su independencia y
ayudó a los zapotecos a resistir en el istmo de Tehuantepec. Cuando los españoles llegaron a
La Mixteca, muchos señores se sometieron voluntariamente como vasallos de España y
conservaron algunos privilegios. Otros
señoríos intentaron resistir, pero fueron vencidos militarmente.
De acuerdo con su mitología, los mixtecos eran descendientes de los hijos del árbol de Apoala.
Uno de estos hijos venció al Sol y ganó la tierra para el pueblo mixteco. La divinidad principal
de los mixtecos en la época prehispánica era Dzahui, dios de la lluvia y patrono de la nación
mixteca. Otra divinidad de gran importancia era Nueve Viento-Coo Dzahui, héroe civilizador que
les entregó el conocimiento de la agricultura y la civilización. La historia y la mitología de los
mixtecos prehispánicos se conserva en varios códices, algunos
originales de la época prehispánica. En estos códices los mixtecos también dieron muestra de
sus habilidades en las artes menores como el tallado en madera y en hueso, la textilería y el
arte plumario. Además, fueron consumados orfebres y alfareros, como muestran las varias
piezas que se conservan en varios museos alrededor del mundo.
La Mixteca
Paisaje de la Mixteca, cerca de
Nativitas Monte Verde (Oaxaca)
(Oaxaca)
Paisaje del
valle de
Acatlán, cerca
de San
Jerónimo
Xayacatlán
(Mixteca Baja
Poblana).
El territorio histórico de los mixtecos se localiza en el sur de México. Con una superficie
superior a los 40 000 km2, La Mixteca —como se le conoce en la actualidad— ocupa el sur de
Puebla, el este de Guerrero y el poniente de Oaxaca. La Mixteca fue llamada ​Mixtecapan ​por
los mexicas, vocablo que significa en náhuatl
País de los mixtecos​. En la lengua mixteca antigua, el país recibió el nombre de Ñuu Dzahui,
que Janssen y Pérez Jiménez traducen como ​País de la Lluvia​.[2]
​
Los mixtecos nunca formaron una unidad política que integrara a todos los poblados ocupados
por miembros de ese pueblo, aunque bajo el gobierno de Ocho Venado en Tilantongo se
conformó la mayor unidad política que conociera esa nación precolombina. El territorio mixteco
es muy diverso desde el punto de vista geográfico, aunque lo unifica la presencia de grandes
cadenas montañosas como la propia Sierra Mixteca o el Eje Neovolcánico. Sin
embargo, como observa Dahlgren, sus límites no son precisos, puesto que su definición varía
de acuerdo con el enfoque que se adopte.​[3] ​Desde el punto de vista cultural, La Mixteca es el
territorio donde habitan todos los pueblos que han sido denominados mixtecos en diversas
fuentes, aunque esta delimitación no deja de presentar ambigüedades en tanto que los pueblos
mixtecos pudieron convivir con comunidades de otro origen étnico, aunque emparentadas
lingüística y culturalmente.​[4] ​La delimitación tentativa propuesta por González Leyva indica
que...
El lindero oeste de l​ a Mixteca s​ e inicia en la costa del ​Pacífico​, en
Coahuitlán. De ahí, en línea recta, se dirige a los pueblos de ​Ometepec e
​
Igualapa ​(​Guerrero​), prosigue y alcanza el ​río Atoyac ​de ​Puebla​. Continúa
por él hasta ​Tuzantlán (​ Puebla) —al noroeste de A
​ catlán,​ Puebla. Desde
aquí, en dirección oriente, los confines tocan los cerros Largo, Palos
Blancos, Pila y Gordo. En este nace el río Gavilán, cuyo cauce pasa por la
localidad de Z
​ apotitlán ​(Puebla), avanza por las faldas del cerro
Miahuatepec, se encuentra con el r​ ío Zapotitlán y​ , cerca de ​Coxcatlán
(Puebla),​ se une
al r​ ío Salado​. Su ribera llega a ​Quiotepec ​(Oaxaca), se prolonga a
Cuicatlán​, descarga en el río Grande y atraviesa el cañón de Tomellín. El
río toma el nombre de este, reinicia su trayecto en sentido sur, cambia su
denominación por la de San Antonio, para concluir en el cerro Camote. De
este sitio, la frontera, otra vez en línea recta, corre a S
​ an Francisco
Telixtlahuaca y​ ​Huitzio (​ sic) (Oaxaca); se mueve por las escabrosas
barrancas de La Culebra y Las Lomas de Alas, y roza los pueblos de
Huitepec, Totomachapa y Teojomulco. Se encamina hacia los cerros
Chinche
y La Rana, los rebasa, cruza ​Mixtepec​; se vuelve al oeste con rumbo a
Manialtepec​, choca con esta población, reanuda su marcha y finaliza en el
Pacífico.​[5]
De acuerdo con sus características se suele dividir en varias regiones cuyos límites son
igualmente imprecisos. A pesar de ello, la subdivisión interna de la región es un tema que
cuenta con popularidad entre los especialistas.​[6] ​Desde la época colonial se hacía una
distinción entre las distintas zonas que componían La Mixteca. La más simple la dividía en
Mixteca Alta, correspondiente a
la sierra Mixteca, y Mixteca Baja, que abarcaba las tierras ubicadas en el piemonte de la sierra
Madre del Sur. Antonio de los Reyes indica en su ​Arte en lengua mixteca ​que La Mixteca se
divide en seis regiones: la que habitaban los chochos, la oriental que lindaba con Los Valles,
la Mixteca Alta o ​Ñudzavuiñuhu​, la Mixteca Baja o ​Ñuiñe,​ la región de la sierra de Putla o
Ñuñuma​, y ​Nuñdaa​, ​Ñundevi ​o ​Ñuñama ​en la llanura de la costa del Pacífico.​[7]
La Mixteca Alta es la zona que ocupan los valles intermontanos de Tlaxiaco, Nochixtlán, Putla
y Coixtlahuaca,
enclavados en las estribaciones de la Sierra Mixteca, una zona sumamente montañosa que
constituye el punto en el que se aproximan la Sierra Madre del Sur y el Eje Neovolcánico. El
clima de esta región va de templado a frío, y es relativamente más húmedo que en el resto de
las Mixtecas. En la Mixteca Alta nacen varios ríos que son afluentes de cuencas tan
importantes como la del río Balsas y el Atoyac.
Al norte de la Mixteca Alta se encuentra la Mixteca Baja, que comprende varios municipios del
noroeste de Oaxaca y el sur de Puebla. La Mixteca Baja se encuentra a
menor altitud que la Mixteca Alta, puesto que la altitud del terreno difícilmente supera los 2000
msnm. Debido a esta característica, la Mixteca Baja es más caliente y seca que el resto del
territorio mixteco, razón por la que fue llamada ñuiñe (en idioma mixteco: ​Ñuuniñei,​ ‘Tierra
caliente’)​?​. La mayor parte de la Mixteca Baja forma parte de la cuenca del río Balsas, que
recibe las aguas de los ríos Atoyac, Acatlán, el Mixteco y otros varios. El clima es típicamente el
correspondiente a la selva baja caducifolia, ecosistema que se caracteriza por una combinación
de vegetación xerófita con otras especies que crecen periódicamente en temporada de
lluvia (que en la región abarca los meses de verano y otoño).
El origen mítico de los mixtecos
En el año y en el día de la
oscuridad y tinieblas, antes que
hubiese días ni años, estando el
mundo en gran oscuridad, que
todo era un caos y confusión,
estaba la tierra cubierta de agua:
sólo había limo
y lama sobre la faz de la tierra.
En aquel tiempo... apareció
visiblemente un Dios que tuvo
por nombre Un Ciervo y por
sobrenombre Culebra de León, y
una Diosa muy linda y hermosa,
que su nombre fue Un Ciervo,
y por sobrenombre Culebra de
Tigre...”​[8]
Lámina 37 del ​Codex
Vindobonensis Mexicanus I.​ La
escena central representa,
supuestamente, el origen de los
mixtecos a partir de un árbol que
engendró a los ancestros de este
pueblo.
La mitología mixteca comparte muchos elementos con el resto de las tradiciones
mesoamericanas. Al igual que en el caso
de los mexicas o los mayas, los mixtecos también creían que vivían en la «era» de un Quinto
Sol y que, antes de su tiempo, el mundo había pasado por una serie de creaciones y
destrucciones. En el principio, la tierra era un caos, en el que todo se hallaba confundido. Los
espíritus de las fuerzas creadoras volaban en el aire. Se conocen por sus nombres
calendáricos, asentados en los códices producidos por este pueblo. Estos espíritus eran Uno
Venado-Serpiente de Jaguar y Uno Venado-Serpiente de Puma. Son los correspondientes
mixtecos de Ometecuhtli y Omecíhuatl, los ​Señores Dos,​ que representan el principio dual de
todo el universo. En el mito mixteco, estas dos divinidades separan la luz de la oscuridad, la
tierra del agua, el arriba del abajo, y crean a los cuatro dioses creadores que habrían de dar
nacimiento a los otros y a la humanidad, que fue creada a base de maíz.
Cuenta la leyenda que uno de los cuatro hijos de la pareja primigenia hizo un agujero en un
árbol que se encontraba en las nubes y copuló con él. Se identifica a este personaje con el
nombre calendárico Nueve Viento, uno de los nombres de la Serpiente Emplumada. De este
modo, el árbol alumbró al poco tiempo. De él nació
un hombre que habría de retar al sol, señor de la Mixteca, en un duelo a muerte. El mito del
Flechador del Sol relata que este personaje disparó sus flechas contra el astro, mientras el sol
le combatía con sus rayos. Así pasaron hasta el atardecer, en que el sol cayó herido de muerte
(y esta sería la explicación del color encarnado de los atardeceres) y se ocultó tras las
montañas.​[9] ​Como el Flechador del Sol temía que el astro renaciera y reclamara sus antiguos
terrenos, trajo a la gente y los hizo asentarse en la tierra que había ganado, y los apresuró a
cultivar las milpas de maíz en esa misma noche. De esta suerte, cuando el Sol renació al día
siguiente, nada pudo hacer, y de esta manera, los mixtecos se convirtieron en dueños de
la región por derecho divino y militar.
Historia
Los mixtecos son uno de los pueblos más antiguos de Mesoamérica. Su lengua pertenece al
grupo de lenguas mixtecanas, emparentadas con el zapoteco y el otomí. Existen indicios de
ocupación humana en la Mixteca desde el quinto milenio antes de la era cristiana; sin embargo,
sólo después del desarrollo de la agricultura en Mesoamérica inició el
proceso que dio origen a la cultura mixteca prehispánica. Alrededor del tercer milenio antes de
la era cristiana aparecieron los primeros poblados agrícolas en la región, cuya economía
estaba basada en los cuatro cultivos básicos mesoamericanos: el chile, el maíz, el frijol y la
calabaza. Dos mil años más tarde, en pleno período Preclásico Medio, la Mixteca fue el
escenario de una revolución urbana, donde los núcleos de población crecieron y se integraron
en la amplia red de intercambios que unió a los pueblos mesoamericanos. Como la mayor
parte de las sociedades mesoamericanas, los mixtecos no formaron una unidad
política en la época prehispánica, sino que estaban organizados en pequeños Estados
compuestos por varias poblaciones enlazadas por relaciones jerárquicas.
La historia de la Mixteca en el Preclásico y el Clásico es poco conocida, sobre todo en relación
con otros pueblos mesoamericanos contemporáneos o con la época de florecimiento de la
Mixteca, correspondiente al Posclásico. En esa época ocurrió la emergencia del expansionismo
de Tututepec, una ciudad fundada por Ocho Venado que llegó a dominar un amplio territorio
entre la
Mixteca de la Costa y la Mixteca Alta, al tiempo que estableció una serie de alianzas con
algunos Estados del centro de Mesoamérica. Salvo casos aislados, como el de Tututepec, la
mayor parte de la Mixteca fue ocupada de modo pacífico por los españoles a partir de la
segunda década del siglo XVI.
Período Preclásico
Principales poblaciones de la Mixteca en el
Preclásico (puntos azules) y ubicación de otros
sitios contemporáneos (puntos negros)
Cerámica Rojo sobre Bayo ​de la Mixteca Alta.
Período Preclásico Medio. Colección del MNA.
En la Mixteca, las primeras poblaciones sedentarias comenzaron a aparecer a partir del
siglo XVI antes de la era cristiana. Esta etapa de la historia del pueblo mixteco corresponde
con la Fase Cruz en la Mixteca Alta, las fases Pre- Ñudée y Ñudée en la Mixteca Baja y la
fase Charco en la Costa. El desarrollo de estas primeras aldeas agrícolas en la región fue
contemporáneo al que estaba ocurriendo en otras zonas de Mesoamérica, como el centro
de México, los valles Centrales de Oaxaca y la costa del golfo de México. Sin embargo, las
comunidades mixtecas del periodo
Formativo nunca alcanzaron las dimensiones de las poblaciones protourbanas de los Valles
Centrales, como San José Mogote y Monte Albán. El patrón de asentamiento de los mixtecos
en aquellos años consistía en pequeñas comunidades dedicadas a una agricultura incipiente,
aunque existe evidencia de su incorporación en la red de intercambios internacionales de
Mesoamérica.
Un ejemplo de esta vinculación a otras sociedades mesoamericanas es la influencia del estilo
olmeca en la cerámica de la Mixteca Alta. En sitios como Huamelulpan y Tayata se han
encontrado
figurillas que poseen características iconográficas olmecas, estilo ampliamente difundido en casi
toda Mesoamérica durante el primer milenio antes de la era cristiana.​[10] ​Por otra parte, en el
área nuclear olmeca se han encontrado objetos de cerámica Rojo sobre Bayo que fueron
producidas indudablemente en la región de Tayata, de acuerdo con los estudios que se han
realizado sobre la composición química de esos materiales arqueológicos.​[11] ​Durante el período
de formación de los rasgos culturales de los mixtecos, la estratificación social era incipiente,
como muestran las pocas diferencias que se han
encontrado en los restos de las viviendas correspondientes a esos tiempos. Por otra parte, la
función de las edificaciones tampoco estaba claramente diferenciada.
Hacia el final del Preclásico Medio — época en que Mesoamérica vio el florecimiento del estilo
olmeca, de gran difusión en el área— en la Mixteca Alta comenzaron a aparecer algunas
poblaciones que albergaron en su época de apogeo a miles de personas. Entre ellas se
encontraban Monte Negro y Huamelulpan, situada la primera cerca de Tilantongo, que varios
cientos de años después sería la cabecera de uno de los
Estados mixtecos más poderosos; y la segunda, en la zona de Tlaxiaco. Por otro lado, en la
Mixteca Baja la población de Cerro de las Minas comenzó a florecer en el valle del río Mixteco.
En esta época, que abarca aproximadamente del siglo V a. C. al siglo II d. C., las sociedades
mixtecas vivían un proceso de diferenciación social que se refleja en la aparición de algunas
edificaciones de carácter público en poblaciones como Yucuita, Etlatongo, Tayata y
Huamelulpan en la Mixteca Alta; y Cerro de las Minas y Huajuapan en la Mixteca Baja.​[10] ​La
estratificación cada vez más definida de las poblaciones mixtecas de esta época son el reflejo
del
proceso que dio lugar al nacimiento de los primeros Estados en la zona a partir de las
sociedades de jefatura. La estructura política al final de la fase Cruz Tardía en la Mixteca Alta
estaba constituida por una serie de Estados que dominaban pequeños territorios donde
existieron numerosas poblaciones organizadas de modo jerárquico. La jerarquía de las
poblaciones ha sido observada en la cantidad de monumentos arquitectónicos que albergaba
cada localidad, lo que ha permitido inferir el tipo de relaciones que había entre el centro de
relevancia regional y los pueblos de segunda línea. Un caso bien conocido es el de
Huamelulpan, cuyo
rápido crecimiento relegó a Tayata —que fue una de las mayores poblaciones mixtecas del
Preclásico Medio— a una segunda posición, provocando la contracción poblacional y el
cese de las obras arquitectónicas en Tayata hacia el siglo III a. C..​[12]
La revolución urbana en la Mixteca fue contemporánea del proceso que llevó a la formación
del estado zapoteco encabezado por Monte Albán. Las poblaciones zapotecas de Los Valles
que emergieron en el Preclásico Medio tenían dimensiones comparables con las poblaciones
mixtecas de la sierra. Sin
embargo, la historia de Monte Albán marcaría varias diferencias con los señoríos mixtecos,
entre ellos las dimensiones espaciales bajo el dominio estatal. En la Mixteca, los estados
dominaban pequeños territorios que en ocasiones no rebasaban los cien kilómetros cuadrados
de superficie. En contraste, Monte Albán ocupó un territorio mucho mayor y emprendió
tempranamente una campaña expansionista que le llevó a ocupar la Cañada de Cuicatlán y
algunas regiones de la sierra de Juárez. La influencia de Monte Albán en la Mixteca durante el
Preclásico es evidente: en varias
localidades de la Mixteca Alta aparecen producciones cerámicas con características similares a
las de la cerámica zapoteca de Los Valles: Huamelulpan producía urnas que guardaban cierta
semejanza con las producidas en Monte Albán, y en esa misma región se han encontrado
inscripciones en el sistema zapoteco de escritura. Sin embargo, no existe evidencia de que
Monte Albán haya dominado políticamente la Mixteca, por lo que resulta plausible que estas
influencias sean reflejo de un solo proceso cultural que dio origen a ambas civilizaciones.​[13]
Período Clásico
Yacimientos arqueológicos del Clásico
en la Mixteca. Los puntos rojos indican
los sitios con evidencia ñuiñe, los
puntos azules representan otros
asentamientos en la región.
Vasija de cerámica procedente de
Cerro de las Minas​. Actualmente se
encuentra en el Museo Nacional de
Antropología de la Ciudad de México.
En la Mixteca Baja se desarrolló un sistema de escritura muy parecido al zapoteco, llamado
ñuiñe​. El sistema cayó en desuso al final del Clásico, cuando también desapareció el estilo
artístico homónimo. En la imagen, estela de Huajuapan de León, período Clásico. Colección
del MNA.
En la cultura mixteca, el Período Clásico abarca aproximadamente el lapso de tiempo
comprendido entre los siglos I y VIII/IX, con algunas variaciones según la historia local de cada
área cultural. En toda Mesoamérica aparecen ciudades de dimensiones y poblaciones
considerables, con una clara especialización en el uso del espacio y una diferenciación social
que se refleja en las características diversas de
los restos de las construcciones. La influencia cultural teotihuacana se hace sentir en toda la
región, aunque sólo en algunas localidades se ha probado la dominación política y militar de
esta metrópoli. Los lazos comerciales se hicieron más fuertes entre los distintos pueblos, ya
de por sí especializados en la producción de ciertos bienes de subsistencia y de uso
suntuario.​[14]
Al igual que ocurre con el período Preclásico, la historia del pueblo mixteco en esta fase de
urbanización y emergencia de los grandes Estados en Mesoamérica es poco conocida. El
período Clásico en la
Mixteca está marcado por un proceso de sustitución de los centros del poder político en toda la
región. Algunas características de los Estados mixtecos del Preclásico fueron heredadas a sus
sucesores, entre ellos la fragmentación del control sobre el territorio entre numerosas
poblaciones organizadas de manera jerárquica. En la Mixteca Alta, Yucuita fue reemplazada
por Yucuñudahui como sede del poder político en el valle de Nochixtlán; en otras zonas de la
Mixteca Alta, como el valle de Huamelulpan, no ocurrió este reemplazo, y Huamelulpan, que
fuera una de las principales poblaciones durante la fase Ramos Tardía,
se colapsó y perdió una parte importante de su población, aunque la ocupación de la ciudad fue
continua hasta el Posclásico. En toda la Mixteca Alta, la densidad de población aumentó, lo que
provocó la aparición de nuevas localidades urbanas en los valles y montañas de la zona. Entre
estas se encuentran Monte Negro, Diquiyú, Cerro Jazmín en el centro; y la cuenca del río
Poblano en el valle de Coixtlahuaca.​[15]
Aunque durante el período Preclásico el proceso de urbanización en la Mixteca y Los
Valles tuvo características similares, para el período Clásico la situación es diferente. En
algunos trabajos se quiere
ver en Yucuñudahui un homólogo mixteco de Monte Albán.​[16] ​Sin embargo, a diferencia de la
sociedad zapoteca, con una sola capital en Monte Albán; los mixtecos estaban organizados en
pequeñas ciudades estado que pocas veces rebasaron los doce mil habitantes. De acuerdo
con Spores, Yucuñudahui sólo fue uno de los muchos estados que tuvieron su sede en el valle
de Nochixtlán.​[17] ​Por otro lado, en algunos casos la densidad de población en la Mixteca era
mayor que en los valles, como demuestra el estudio de los patrones de asentamiento en la
Mixteca Alta.​[18] ​Durante el Clásico mixteco aparecen
muestras de una sociedad claramente estratificada y se consolidan los rasgos característicos de
la religión mixteca, entre ellos, el del culto a la lluvia y el relámpago, condensados en la
divinización de Dzahui.
Por otro lado, en la Mixteca Baja apareció un complejo cultural de características propias que
se difundió por esa zona y el oriente del actual estado de Guerrero. El principal centro de esta
cultura —que Paddock llamó ñuiñe para diferenciarla de la cultura mixteca​[19] ​— fue Cerro de
las Minas (al norte de Huajuapan de León), población cuyos inicios se remontan al Preclásico
Tardío, pero cuyo florecimiento
ocurrió a partir del segundo siglo de la era cristiana. Cerro de las Minas posee características
urbanas similares a las ciudades de la Mixteca Alta. Fue construida en torno a un conjunto de
varias plazas pequeñas alrededor de las cuales se distribuía el resto de la población —y es
esta una de las diferencias del urbanismo mixteco en comparación con otros pueblos
mesoamericanas cuyas ciudades se organizaban en torno a una sola y gran plaza principal—.
El espacio sobre el que se construyó fue modificado mediante la construcción de terrazas,
llamadas ​coo yuu ​(lama-bordo), por lo que la ciudad
cuenta con numerosas escalinatas. Cerro de las Minas fue embellecida con numerosos
relieves que contienen inscripciones en un sistema de escritura poco conocido hasta la
fecha, llamado ​ñuiñe.​ Las similitudes entre estas inscripciones y las de las estelas zapotecas
de Monte Albán sugieren una relación muy fuerte entre Los Valles y la Mixteca Baja durante
el Clásico.
Otros sitios en los que se han encontrado vestigios de la cultura ñuiñe en la Mixteca Baja son
San Pedro y San Pablo Tequixtepec, la cueva de Tonalá y el Puente Colosal en Oaxaca;
Acatlán de
Osorio, Hermengildo Galeana y San Pablo Anicano (Puebla);​[20] ​y en numerosos sitios de La
Montaña de Guerrero, como Copanatoyac, Malinaltepec, Zoyatlán, Metlatónoc y
Huamuxtitlán.​[21] ​En muchos casos se trata de muestras de cerámica de características similares
a la producida en Cerro de las Minas: fragmentos de vasijas con escasa o nula decoración,
confeccionadas con una pasta de color anaranjado parduzco cuya composición es similar a la
cerámica Anaranjado Delgado producida en Ixcaquixtla (Puebla), en la frontera norte de la
Mixteca Baja. Otros elementos característicos de la cultura ñuiñe son las llamadas ​cabecitas
colosales​, pequeñas esculturas de piedra que representan cabezas antropomorfas —algunas
de las cuales son objeto de culto por parte de las comunidades indígenas de la Mixteca
guerrerense—; así como ciertas urnas que representan al dios del fuego y a una versión local
de Dzahui, cuyas características eran similares a las efigies contemporáneas de Pitao Cocijo
producidas por los zapotecos de Los Valles.
Durante el período Clásico, la Mixteca Baja fue sede de los principales centros políticos de la
Mixteca. El relevo de los estados de la Mixteca Alta parece haber
implicado una serie de eventos que desestabilizaron políticamente a la región, de modo que
una de las principales características de las ciudades en Ñuiñe es su ubicación en puntos
estratégicos que facilitaban su defensa. Del mismo modo que Huamelulpan y sus satélites
durante el Preclásico Tardío;​[22] ​Cerro de las Minas, Diquiyú y otras ciudades de la Mixteca
Baja contaban con fortificaciones y sus edificios administrativos y religiosos fueron construidos
en las laderas de los cerros, mientras que las zonas habitables se levantaron en zonas de
acceso relativamente más fácil.​[23] ​La guerra en la Mixteca Baja durante el Clásico pudo
haber sido ocasionada no sólo por la competencia entre los estados de la región, también
es probable que la rivalidad con los zapotecos de Los Valles haya sido motivo de conflictos
en la zona de to. A ello se le debe sumar que la actividad bélica también podría haber
estado relacionada con el ritualismo de los sacrificios humanos y el juego de pelota.​[24]
Hacia el siglo VII de la era cristiana, la mayor parte de los pueblos mesoamericanos se
enfrentaron a graves crisis que llevaron al declive a varios de los Estados más poderosos,
entre ellos
Teotihuacan y Monte Albán. Los Estados mixtecos también se enfrentaron a estas
perturbaciones generalizadas. En la Mixteca Baja, la cultura ñuiñe desapareció hacia el final
del período Clásico y varias de las ciudades más importantes fueron parcial o completamente
abandonadas, tanto en la Mixteca Baja como en la Mixteca Alta. Sin embargo, no fueron
pocas las ciudades que como Cerro Jazmín y Tilantongo tuvieron una ocupación continua en
la transición del Clásico y el Posclásico.
Dintel de C
​ erro de las Minas ​en O
​ axaca​. Período Clásico (ss. II-VII/VIII d. C.).
Museo Nacional de
Antropología.​
Período Posclásico
Sitios de la Mixteca en el Posclásico
mesoamericano.
Los relieves de estuco en la Tumba 1 de
Zaachila (Los Valles, Oaxaca) tienen una
notable influencia del arte mixteco. Es probable
que la tumba pertenezca a un personaje cuyo
nombre está registrado en el Códice Nuttall.
Tumba 1 de Zaachila, Valles Centrales de
Oaxaca, Posclásico Tardío.
El Posclásico es, con diferencia, el período
mejor conocido de la historia mixteca
prehispánica, gracias a la conservación de la
historia oral en documentos coloniales, pero
también a los códices que sobrevivieron a la
destrucción y al tiempo
posterior a la llegada de los españoles a la Mixteca. En Mesoamérica, el posclásico está
marcado por el florecimiento de los Estados militaristas. Ello no quiere decir que las sociedades
de las etapas anteriores hubiesen desconocido la guerra, pues las ciudades-Estado de la
Mixteca estaban protegidas por muros desde el primer milenio antes de la era cristiana. Lo que
ocurre es que en este período, la actividad militar parece haber cobrado una importancia
mayor, como demuestra la proliferación de la parafernalia asociada con la guerra y el culto a
las divinidades guerreras en toda la región.​[25]
Para el final del siglo VIII, el estilo ñuiñe comenzaba a declinar en la Mixteca Baja, hasta que
fue suplido paulatinamente por el estilo iconográfico propio de los códices mixtecos. La
aparición de un nuevo estilo artístico, acompañado de otros cambios culturales como el arraigo
de la veneración a la Serpiente Emplumada y la construcción de alianzas interétnicas no es
privativo de los mixtecos del Posclásico Temprano y tiene sus antecedentes en los cambios
políticos y sociales del final del Clásico en el centro de México.​[26] ​En toda la Mixteca la
población comenzó a aumentar dramáticamente, aunque los cambios
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