La vida y carrera de Rosalind Franklin son destacadas por muchas razones, por sus importantes aportes a la ciencia y por ser el claro ejemplo del difícil papel de las mujeres en la comunidad científica y en la sociedad. A decir verdad, esta joven científica inglesa, es pieza clave en la ciencia moderna, en particular en la Biología debido a sus investigaciones, y sin embargo el reconocimiento formal fue tardío, lo que, es más, apenas comienza a clarificarse. Aun así, Rosalind Franklin es parte de los genios de la historia. Una imagen fundamental en Biología El peso de Franklin en la Biología moderna es indiscutible. Suyo es el mérito de lograr una de las imágenes más decisivas en la historia de la ciencia —con permiso de la instantánea que en 1927 tomó Benjamin Couprie en Bruselas durante el quinto Congreso Solvay—: la “Foto 51”, en la que se aprecia la estructura de doble hélice del ADN. Rosalind Franklin, junto con su doctorando Raymond Gosling, logró la famosa fotografía 51 Oposición paterna Rosalind Elsie Franklin nació en Londres, a finales de julio de 1920. Sus padres eran Ellis Franklin y Muriel Walley, procedente de una familia polaca que había hecho fortuna el primero y de una estirpe de judíos religiosos la segunda. Quizás inspirada por Albert Einstein, a quien escuchó durante una de sus conferencias, decidió lanzarse de cabeza y con los ojos cerrados al estudio de la ciencia. Tras un exitoso paso por diferentes centros, con 18 años aprobó el examen de ingreso en el Colegio Newnham de Cambridge. Su paso por Cambridge le permitió conocer a William Lawrence Bragg, que le influyó para que se especializara en cristalografía Resulta una historia muy común con las mentes y talentos brillantes encontrarse en una posición contraria a la que los padres desean o también a lo que la sociedad espera, en este caso las expectativas por el género. Ubiquemos la historia de esta científica en el tiempo: nacida el 25 de julio de 1920, Rosalind Franklin hija de un banquero judío más pronto que tarde encontró la oposición de este a sus deseos de dedicar su vocación a la ciencia. Para 1940, con veinte años, escribió a su padre uno de los textos de referencia obligada tanto cuando hablamos de Rosalind Franklin como cuando hablamos de las mujeres en la ciencia: “La ciencia y la vida ni pueden ni deben estar separadas. Para mí la ciencia da una explicación parcial de la vida. Tal como es se basa en los hechos, la experiencia y los experimentos… Estoy de acuerdo en que la fe es fundamental para tener éxito en la vida, pero no acepto tu definición de fe, la creencia de que hay vida tras la muerte. En mi opinión, lo único que necesita la fe es el convencimiento de que esforzándonos en hacer lo mejor que podemos nos acercaremos al éxito, y que el éxito de nuestros propósitos, la mejora de la humanidad de hoy y del futuro, merece la pena conseguirse.” Mujer en Cambridge Para 1941 Rosalind Franklin se graduó en física, química y matemáticas en la prestigiosa Universidad de Cambridge en el Newnham College, para ese entonces el colegio mayor femenino. A pesar de esto en esos años Cambridge no otorgaba grado de licenciatura a las mujeres, no las consideraba como parte del claustro y limitaba el número de doctorandas a un 10%. Así en medio de todo esto Franklin obtuvo su doctorado en química física con su trabajo en las microestructuras del carbón y del grafito en 1945. Luego trabajó tres años en el Laboratoire de Services Chimiques de L'Etat en París. Ahí estudió la técnica que la acercaría a conocer el “secreto de la vida” (la estructura del ADN), la aplicación de técnicas de difracción de rayos X. El dúo de tres de la doble hélice Tras su estancia en París regresó a Inglaterra para trabajar en el King's College de Londres. En este lugar se daba lugar la investigación antes mencionada, “el rastro físico de la base de datos universal de toda la vida”. No solo por Rosalind Franklin que trabajaba en descubrir la estructura del ADN con la cristalografía de rayos X, sino también un duo que lo conformaban los científicos que pasaron a la historia como los descubridores: James Watson y Francis Crick. Diversos estudios anteriores conforman el valioso descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN, pero son a Watson y FOTOGRAFIA 51 Crick a quienes se les atribuye. La historia sobre la muy famosa Fotografía 51 se refiere a la prueba clara de la estructura de doble hélice, dicha imagen fue conseguida por el trabajo de Franklin e incluso en sus notas la describió así. Se ha dicho mucho sobre si le faltó determinación, si no tenía toda la información y más. Sin embargo, dicha fotografía fue mostrada por su compañero de trabajo Maurice Wilkins a Watson y Crick sin que Franklin lo supiera. Este hecho es lo que hace compleja la historia, la fotografía tomada a hurtadillas, los otros dos investigadores con poca intención de reconocer que la pieza clave faltante de sus estudios se debía al trabajo arduo y tan valioso, como el de ella, de Rosalind Franklin. Se le ha reconocido con el tiempo lo importante de la contribución que hizo, sin embargo, las altas esferas de la comunidad científica de ese tiempo no la consideraron cuando se otorgó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962 a Crick, Watson y Wilkins, además que estos evitaron hablar de Franklin en sus discursos. Ella para ese entonces había fallecido cuatro años antes y esto también puede que hiciera difícil que se le reconociera su importante labor, siendo esta una más de las controversias científicas de la historia y en especial de las mujeres científicas. Tras la estructura del ADN, llegaron los virus A pesar de lo avanzado de su investigación y de que algunas voces sostienen que solo las prisas de Watson y Crick hicieron que se adelantasen a las propias conclusiones de Rosalind, quien ya habría alcanzado ideas similares, la joven decidió abandonar esa línea de estudio. En su decisión pesó también el hartazgo que sentía por la atmósfera del King´s College. Poco después lo cambiaba por el Birbeck College de Londres bajo la dirección de John Bernal. Su carrera no se frenó. Rosalind centró sus investigaciones en el virus del mosaico del tabaco y el poliovirus, causante de la polio en humanos, enfermedad infecciosa que afecta de forma especial a los niños menores de 5 años y de la que en 1988 —según los datos de la Organización Mundial de la Salud— se detectaron unos 350.000 casos en el mundo. The dark lady of DNA Así se titula un libro realizado por Brenda Madoxx en 2002 en el que se levantó (nuevamente) la polémica sobre este asunto de comunicación entre los colegas de Franklin. Los mismos Wilkins y Watson escribieron también al respecto, incluso existen TED Talks de los científicos en los que en primera persona explican el peso indiscutible de sus descubrimientos, así como la procedencia de la Fotografía 51. Así pues, Rosalind Franklin con o sin el reconocimiento en forma de premios, tiene labrado en oro su nombre en la Biología debido a sus fundamentales contribuciones al respecto. Sus demás trabajos también fueron de vital importancia ya que dedicó sus labores al estudio de virus, en especial su trabajo pionero con el virus del mosaico de tabaco y el poliovirus. Como mencionaba Franklin murió muy joven (37 años) en 1958 en Londres a causa de bronconeumonía, carcinomatosis secundaria y cáncer de ovario.