Afectaciones atmosféricas en China. Carlos Rodríguez M. China es quizá el caso más grave por contaminación atmosférica de los países del mundo y esto se debe en parte a que es el segundo mayor emisor de gases de efecto invernadero y sólo lo supera EUA. A continuación se exponen algunas de las consecuencias visibles en el ambiente de China debido a estas actividades. Como ya se sabe Beijing fue la primera ciudad en industrializarse en el país durante la época del socialismo y la Revolución Cultural, pero con el paso del tiempo se fueron dando cuenta de que no podían concentrar tantas actividades económicas productivas en un mismo lugar, por eso desplazaron varias fábricas y centrales termoeléctricas de la capital hacia las ciudades vecinas, entre ellas Xi’an (antigua capital imperial famosa por la colección de guerreros de terracota enterrados a las afueras de la ciudad). Pero esto último no significo´ una mejora en las condiciones ambientales en general y tampoco en la calidad del aire en particular, debido a que el aire no circula adecuadamente gracias a fenómenos como la inversión térmica o el efecto invernadero, donde el smog se queda atrapado cerca del suelo e impide que el aire caliente suba a las partes altas de la atmósfera para enfriarse y regresar después ya purificado y fresco; además de que impide el fenómeno de las corrientes convectivas que generan la lluvia porque actúa como una capa aislante. Con el regreso de China al capitalismo la demanda y el consumo energético del país se han incrementado en buena medida, por ello Beijing y otras ciudades del noreste cada vez tienen menos días con cielo despejado al año y esto sólo se da cuando los vientos siberianos debido a su alta presión desplazan la contaminación estacionada sobre las ciudades, pero esto sólo es temporal, ya que una alta presión atmosférica es una variable meteorológica, es decir temporal y en consecuencia el aire fresco no dura mucho, el resto del año Beijing se transforma en una ciudad gris y lúgubre. Para ilustrar mejor esto aquí están algunos testimonios que se tratan en el libro “El cambio climático”, de Jim Motavalli (compilador): “La niebla tóxica de las ciudades del noreste de China es de tal densidad que la torre de la televisión china ya no es visible a tan sólo 6.5 km de distancia de ella” o que “el Sol se ve tan opaco en un día cualquiera que uno puede mirarlo fijamente sin lastimarse los ojos y las personas se distinguen como siluetas a pesar de no estar muy lejos de ellas”. En la ciudad de Xi’an las partículas suspendidas son tan abundantes que el polvo de carbón forma espirales en el suelo. Como se decía anteriormente la demanda de calefacción en China es alta debido a que la población se concentra mayoritariamente en el noreste y en esa región los inviernos son crudos, tradicionalmente la población se ha calentado a través de paja y leña en las zonas rurales y carbón en las ciudades, pero la producción y el consumo de esta materia prima se ha incrementado exponencialmente debido a que abunda el recurso y varias de las máquinas que ahora son privadas lo requieren, pero es bien sabido que el carbón es el productor más potente de dióxido de carbono (CO2) de entre todos los combustibles fósiles y representa 2/3 del consumo energético total del país. Últimamente han intentado ser más eficientes en la producción y el consumo de los energéticos a través de la llamada “eficiencia energética” y lo han conseguido hasta cierto punto, ya que han reducido en 1/3 la cantidad necesaria de carbón para producir una tonelada de acero, también han reducido la cantidad de carbón necesario para la producción de una tonelada de cemento en el orden del 17% y para la producción de un kilowatt/hora de electricidad lo han reducido en el orden de 8%. Sin embargo, aunque no se pueden demeritar estos esfuerzos hay que reconocer que se trata de una “eficiencia” que va dirigida hacia el ahorro de materias primas con la finalidad de reducir costos y no de reducir los contaminantes; puesto que para ello se debería producir la energía en función de la satisfacción de las necesidades y no en función de la producción de mercancías para su posterior venta, lo cual trae en consecuencia residuos tanto sólidos como gastos superfluos de energía. Finalmente debemos tener muy presente que los contaminantes desaparecen si cambian los patrones de producción, distribución y consumo de las mercancías. Podríamos relacionar el caso de México o cualquier otro país del mundo al de China y serían parecidos. Bibliografía: - “El cambio climático”, Motavalli, Jim (compilador), Paidos, 2004. “Aportes de la ciencia regional al estudio del cambio climático. “El contexto de las regiones de México”, Velasco, Andrés E. Miguel, Torres Valdés, Julio César, Maldonado Cruz, Pedro y Solís Jiménez.