ELENA WILSON SAMUEL ROMAN RAUL MORALES ALVAREZ

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Helena Wilson:
¿Quién Fue?
Notas Para Comprender y Valorar el Genio y la Figura Literaria del Escritor y Periodista
Chileno Raúl Morales Álvarez (1911 - 1994)
1
Helena Wilson:
¿Quién Fue?
***
Ensayo Literario Sobre la Vida y Obra de
Helena Wilson, La Escultora que se
Convirtió en Reportera, Esposa y
Compañera del Periodista y Escritor
Chileno, Raúl Morales Álvarez.***
Por: Rubén Santiago Morales Cofré (Su Nieto)
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Helena Wilson:
¿Quién Fue?
3
INDICE GENERAL
CAPÍTULO I NOTAS PARA COMPRENDER LA JUVENTUD DE
HELENA WILSON:
1.- Habla Neruda: ‘’El Arte de Mañana…’’
(7)
2.- ‘’Helena Wilson, La Más Bohemia…’’.
(11)
3.- Extraña Aventura de Juan Pérez
(15)
CAPITULO II NOTAS PARA COMPRENDER QUIEN FUE HELENA
WILSON POR ALGUNOS DE LOS ESCRITORES DE CHILE:
(Oreste Plath - Tito Mundt – Enrique Ramírez Capello)
(17)
CAPÍTULO III ‘’ELENA WILSON’’ POR SAMUEL ROMÁN:
Reportaje Fotográfico – Nota de Arte de Francisco Gazitúa Para Entender el
Tiempo, el Trabajo y la Trascendencia de la Obra ‘’Elena Wilson’’ realizada
por el Escultor Chileno, Samuel Román Rojas.
(23)
CAPITULO IV NOTAS DE HELENA WILSON JUNTO A RAÚL
MORALES ÁLVAREZ : ANTOLOGÍA LITERARIA.
1.- Con Tiempo de Vals
(30)
2.- Amor a la Francesa
(32)
3.- Cautiverio Feliz
(34)
CAPÍTULO V CONCLUSIONES GENERALES – BIBLIOGRAFIA (36)
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CAPÍTULO I
NOTAS PARA COMPRENDER LA
JUVENTUD DE HELENA WILSON
Helena Wilson en su Taller de calle Moneda, en Santiago, en abril de 1937.-
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En la fotografía, Amparo Mon, Delia del Carril, Pablo Neruda y Helena Wilson.-
‘’Estamos en la casa de Neruda, Alberto Romero, Luis Enrique Délano, Isaías Cabezón, Diego
Muñoz, Julio Barrenechea, Helena Wilson, Delia del Carril, Pedro Olmos, Amparo Mom,
Acario Cotapos, y yo. A través de las ventanas, la noche cae, brumosa ya, y morada. La charla
enreda humo de cigarrillos y descorcha botellas inagotables, llenas de un vino dulce y tibio que
se ha mareado en el viaje y que tiene en las copas un sabor picante de cosas viejas. Dentro de un
instante, iremos a la mesa. Neruda, de pie, conversa, fuma, bebe a grandes sorbos, juega como
un niño con mariposas de papel, pajaritos que despliegan las alas desde un canuto de cartón, por
donde el poeta sopla para echarlas a volar. Porque si Neruda nació en 1904 y tiene hoy 33 años,
posee, también, el tesoro maravilloso de una edad de niño. Por allá anda el corazón del poeta y
se encuentra allí tan a gusto que, sin duda, su mejor deseo de ciertas horas sería no tener que
abandonarla nunca (…). Cierta mano misteriosa anda en una constante persecución del vino.
Ella hace el milagro de que las copas estén siempre llenas, y que las nuevas amistades devengan
en viejas. La palabra tú camina a saltos por sobre los manteles y entre los hombres y mujeres
sentados frente a frente va echando sutiles nudos de una estrecha fraternidad. De las doce
personas que estamos en la mesa del poeta, cinco vienen llegando de España. Necesariamente, a
través de sus palabras, un convidado silencioso ha venido a sentarse junto a nosotros. Todos
sentimos su presencia, cada uno junto a la suya. Es la noticia de la España en armas, matando y
matándose entre los Pirineos y el mar. Hay frente a nosotros un mapa de España que, de
repente, gracias a la charla mezclada de los viajeros, parece haberse vuelto rojo. Enteramente
rojo. Lo mismo que una enorme mancha de sangre (…)’’.
Raúl Morales Álvarez, en ‘’Habla Neruda…’’. Revista Ercilla, 1937.6
HABLA NERUDA: ''EL ARTE DE MAÑANA
SERÁ UN QUEMANTE REPORTAJE
HECHO A LA ACTUALIDAD''
***
¿Cómo empezar hablar de Pablo Neruda? (*) ¿Qué palabras será necesario buscar para
presentarlo --o dibujarlo--, ante la curiosidad ávida que hoy camina tras su nombre? ¿Qué frases
nuevas, como diamantes, podrían trazar el retrato de Neruda escritor, de Neruda poeta, de Neruda
hombre sensible, simplemente hombre y nada más? Tal vez, ninguna. Ninguna, por lo menos,
puede definir, enteramente, al Neruda antena, altoparlante, poder creador. Las más exactas, las
más claras, ya las pronunció Hernán del Solar en esa ojeada en torno a los poetas nuestros que es
su ''Índice de la Poesía Chilena Contemporánea'', y, en este caso, el periodista prefiere, con gusto,
cederle la palabra.
PRELIMINAR
--''Desde un principio --dice del Solar-- le salen al encuentro los imitadores. La aparición de
Crepusculario señala un tiempo en que se anda, se habla, se escribe a lo Neruda. En Chile y en
no pocos rincones americanos, su influencia crece, avanza de manera incontenible, amarra los
poetas y los lanza en el círculo que Neruda les diseña para que a voluntad suya bailen, griten,
creen y destruyan mundos. Viene después el tono diferente: la Tentativa del Hombre Infinito,
Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada, y, sobretodo, Residencia en la Tierra.
Es algo demasiado propio, íntimo conocimiento del Universo, exploración que se verifica en
soledad profunda. El paso de los imitadores se enreda, entonces, y la danza se vuelve grotesca.
Continua hasta hoy, y, seguramente, mañana no habrá terminado. Pero a Neruda no lo divierten
ni le indignan los imitadores. Únicamente les deja entre las manos, como tamboriles inofensivos,
uno que otro ritmo que para él es vehículo pasajero, una que otra palabra que ellos guardan y
soban como a una moneda, y que él, si se le hace necesario, transfigura, transforma, detiene en
su significación, o amplía con aullido de océano''.
__________________________________________________________________________
(*) Nota de Revista Ercilla, Abril de 1937, archivada posteriormente en Revista Mapocho, Investigación de Alfonso M. Escudero
en ‘’Fuentes para el Conocimiento de Neruda’’: Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.-
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En la imagen, de izquierda a derecha: el escritor y diplomático chileno, Luis Enrique Délano (Padre de Póli Délano), la
escultora Helena Wilson y un joven reportero de 26 años, Raúl Morales Álvarez.
FRENTE Y PERFIL
Estamos en la casa de Neruda, Alberto Romero, Luis Enrique Délano, Isaías Cabezón, Diego
Muñoz, Julio Barrenechea, Helena Wilson, Delia del Carril, Pedro Olmos, Amparo Mom, Acario
Cotapos, y yo. A través de las ventanas, la noche cae, brumosa ya, y morada. La charla enreda
humo de cigarrillos y descorcha botellas inagotables, llenas de un vino dulce y tibio que se ha
mareado en el viaje y que tiene en las copas un sabor picante de cosas viejas. Dentro de un
instante, iremos a la mesa. Neruda, de pie, conversa, fuma, bebe a grandes sorbos, juega como un
niño con mariposas de papel, pajaritos que despliegan las alas desde un canuto de cartón, por
donde el poeta sopla para echarlas a volar. Porque si Neruda nació en 1904 y tiene hoy 33 años,
posee, también, el tesoro maravilloso de una edad de niño. Por allá anda el corazón del poeta y
se encuentra allí tan a gusto que, sin duda, su mejor deseo de ciertas horas sería no tener que
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abandonarla nunca. Como ahora, por ejemplo, en que llega de la cocina Raúl González Tuñón,
justo para detener ante sus ojos el vuelo frágil del pájaro de papel y llevarse en sus palabras la
atención de todos:
--Vamos a comer, muchachos...
Vamos. Junto a mí, Acario Cotapos, el músico chileno que viene llegando de España, me dice:
--¿No sabes? Este quiere hacerse el chileno, y dice por ello comer. En su patria nos diría: vamos
a morfar chochamus...
Delia del Carril, argentina como Raúl González Tuñón, y como Amparo Mom, suelta toda la
amplitud fresca de su risa. Siguiéndola, hemos llegado a la mesa.
NOTICIA DE ESPAÑA
Cierta mano misteriosa anda en una constante persecución del vino. Ella hace el milagro de que
las copas estén siempre llenas, y que las nuevas amistades devengan en viejas. La palabra tú
camina a saltos por sobre los manteles y entre los hombres y mujeres sentados frente a frente va
echando sutiles nudos de una estrecha fraternidad. De las doce personas que estamos en la mesa
del poeta, cinco vienen llegando de España. Necesariamente, a través de sus palabras, un
convidado silencioso ha venido a sentarse junto a nosotros. Todos sentimos su presencia, cada
uno junto a la suya. Es la noticia de la España en armas, matando y matándose entre los Pirineos
y el mar. Hay frente a nosotros un mapa de España que, de repente, gracias a la charla mezclada
de los viajeros, parece haberse vuelto rojo. Enteramente rojo. Lo mismo que una enorme mancha
de sangre. Inclinándose sobre la mesa, Neruda me dice:
--Los bombardeos, ¿sabes? y los miles de muertos, todo, todo ya estaba preparado. En las sierras,
con un año de anticipación, habían fabricado trincheras, refugios, nidos de ametralladoras. Todo
de cemento armado. Contra todo ello se lanzó de golpe, repentinamente, el pueblo español. Un
pueblo que tú no conoces. ¿Sabes tú? Un pueblo tierno, mimoso, igual que un niño, o que una
niña. Pero fuerte y seco por dentro, como de piedra. Tú no sabes. Tú no lo conoces. Por eso no
han pasado. Por eso --afirma sus manos sobre la mesa-- no pasarán.
LOS NIÑOS NUEVOS
--Hormiguita, esto ...
Hormiguita se levanta y pasa lo que se le pide. Hormiguita es Delia del Carril, fuera de su casa,
pintora y mujer inteligente. Dentro, simplemente, Hormiguita. Ella y el poeta adoran, sin duda, a
los niños, y, entre todos los niños del mundo, a los niños de España. Delia está sentada junto a mí
y Neruda al frente. Ambos, al mismo tiempo, comienzan hablarme de los penecas españoles. Me
dicen que ahora, en las ciudades en ruinas, los niños pobres y los niños ricos juegan a asustarse,
finguiéndose soldados. Uno apunta con un rifle de palo, otro dice que esta herido, otro que ha
caído muerto por un avión. Los diálogos infantiles sirven para tomarle el pulso a la hora afiebrada
que vive España.
--Mi pare tié una escopeta...
--Y er mío, un cabayo, con él anda peliando...
--Er mío no ha guelto. Pero le mandaron a mi mare un reló e' plata...
Un reloj de plata que su padre ya no podrá mirar más. Un caballo que sin duda lo conducirá a la
muerte. Una escopeta que un día de éstos, el menos pensado, no podrá disparar su dueño.
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EL ARTE QUE VIENE
El tiempo ha lanzado vertiginosamente sus minutos. Dentro de poco, de una hora a lo más, va
aclarar. Raúl González Tuñón hace una incursión a la cocina y regresa con auténticos mates
argentinos. Bebiéndolos, conversamos las palabras finales de la despedida. Este clima de muerte
que se echa sobre el mundo, divide a los hombres en sectores bien determinados. Ya llegó la hora
de decir a qué lado de la barricada se va a estar mañana. Neruda dice:
--Yo no soy comunista. Ni socialista. Ni nada. Soy, simplemente, escritor. Escritor libre, que ama
la libertad con sencillez. Amo al pueblo. Pertenezco a él porque de él vengo. Por ello soy
antifascista. Mi adhesión al pueblo no peca de ortodoxia ni de sometimiento. No creo, tampoco,
en la necesidad de llegar a crear afiches, de que el arte se convierta en carteles de propaganda de
determinada tendencia política. Pero sí que la labor del escritor, del pintor, del artista en general,
será mañana, ya es desde hoy, una labor de información para el pueblo, y al servicio del pueblo.
--Las esculturas, los cuadros, las novelas, las poesías, ¿serán entonces, reportajes candentes de
actualidad?
--Exactamente.
Me voy. En la calle, atravesando la mañana violenta de esta Primavera, siento la extraña
impresión de que alguien me acompaña. ¿Quién? El elemento nuevo, la verdad nueva que reside
en las palabras y en el corazón de Neruda.
El Reporter Nº13 (Raúl Morales Álvarez), Revista Ercilla, Abril 1937)
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HELENA WILSON, LA MÁS BOHEMIA DE
LAS ESCULTORAS CHILENAS
Una Imagen de Película: ‘’El 17 de abril de 1937, Raúl Morales Álvarez hizo su entrevista más insólita. Conoció a la escultora
HelenaWilson; la acosó con dos o tres preguntas sobre la forja en hierro; redactó un par de carillas; se enamoró de ella y ¡al
quinto día se casaron!’’.
***
CASI SIN DARME CUENTA MIS pasos me han conducido hasta el taller de Helena Wilson,
muchacha escultora, en el mismo local donde funciona Topaze, en calle Moneda, entre Teatinos
y Amunátegui. Allá la encuentro. Veo por partes primero una violenta cabellera roja, ''peinada a
dedo'', rebelde y desordenada como su propia vida. Luego un rostro de trazos firmes a lo Katherine
Hepburn, una boca pequeña y fuerte y unas manos de muchacho --de mocoso que quiere ser
hombre--, y que ahora se mueven ágiles modelando un perfil más o menos 'aquilino' en la arcilla
que se entrega fácil. Todo esto envuelto en un overol azul...
Mirada así, a la distancia, en el espejo de una información periodística, Helena Wilson y su
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personalidad pueden parecer desteñidas, comunes, iguales a muchas en el mundo. Pero he aquí
que esta muchacha, artista por sobre todas las cosas. Hace un montón de años se veía a Helena
Wilson a los quince años trabajando en la Escuela de Bellas Artes cuando aun no le decía 'chao'
a los calcetines, pero que hoy representa en Chile, dentro de la nueva generación intelectual, el
tipo exacto, mal conocido del público, de la mujer que un día arrojó por la borda el fardo de todos
los prejuicios, y sola, apoyada únicamente en su talento y en su indomable espíritu, comenzó a
pelearle a la vida...
***
Ahora ha abandonado el trabajo. Sentada frente a mí fuma como una pirata de Salgari. Un
cigarrillo en la colilla agonizante del otro. Como por arte de magia han aparecido unas botellas
de cerveza...y conversamos sobre ‘el concepto revolucionario del arte’...
‘’Sentada frente a mí fuma como una pirata de Salgari. Un cigarrillo en la colilla agonizante del otro. Como por arte de magia han aparecido unas
botellas de cerveza...y conversamos sobre ''el concepto revolucionario del arte...''.
‘’Tengo del arte un concepto revolucionario. En ello tal vez influyó mi posición ante la vida.
Pero lo cierto es que el arte, en todas sus manifestaciones, debe representar el aspecto actual de
la vida. Con todas sus miserias, grandezas y pasiones. Pintar un señor de pie junto a un arbolito
verde y bajo un cielo azul no es nada. Una máquina fotográfica lo hace igual. O mejor. Lo que
uno debe tratar es de enfocarlo todo. Si es un cuadro o un grupo escultórico sobre personajes del
pueblo debe estar allí el hambre, los chiquillos desnutridos y todo lo demás. Y esto no es ser
comunista. No’’.
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‘’Cuando digo arte revolucionario me refiero a que nosotros --los jóvenes-- debemos ir en contra
de los sistemas viejos que convirtieron la pintura, la escultura la literatura, en la cosa muerta,
opaca, sin realidad, del ochentismo. Por eso creo que el artista, como artista desde luego, no debe
estar sujeto a ninguna idea política, pues al estarlo, fatalmente, deberá anular su propia
personalidad y sujetarla al aspecto subjetivo de determinado grupo, caudillo o partido’’.
‘’El arte de hoy, el arte de este nuevo renacimiento intelectual, es un arte de información para el
pueblo. Las manifestaciones artísticas de esta nueva época son en el fondo expresiones
informativas --periodismo de lineas y color-- que atrapan toda la realidad del momento para
hacerla llegar hasta los sentimientos del pueblo y de la gente que tiene una superior condición
social. Creo que por eso hoy Diego Rivera y Orozco tienen tan gran influencia en la juventud.
México abre rumbos dentro del arte Indoamericano...’’.
***
Me voy. En la calle pienso largo sobre esta muchacha, la más pintoresca y la más bohemia de
todas --también la más curiosa y la más inquieta--, inteligente como ella sola y desordenada igual.
Ha ganado pequeñas fortunas que se fueron rápidamente. El signo pesos, entonces, carece de
significado para ella. Puede ser que en eso, como en todas las manifestaciones de la vida bohemia,
haya algo de pose o un afán de ''epatar'' al buen burgés. Como los chalecos rojos bordados de
verde de Balzac. Pero estas son cosas que pasan rápidamente. El día menos pensado Helena va
dar una gran sorpresa. ''Quiero ir al Perú y hacer cosas grandes'', dice. Seguramente lo hará.El Repórter Nº13 (Raúl Morales Álvarez) Revista Ercilla, 17 Abril 1937.-
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Dibujo original de Helena Wilson en 1985; archivo familiar de ‘’El Funye’’.***
‘’Tengo del arte un concepto revolucionario. En ello tal vez influyó mi posición ante la vida.
Pero lo cierto es que el arte, en todas sus manifestaciones, debe representar el aspecto actual de
la vida. Con todas sus miserias, grandezas y pasiones. Pintar un señor de pie junto a un arbolito
verde y bajo un cielo azul no es nada. Una máquina fotográfica lo hace igual. O mejor. Lo que
uno debe tratar es de enfocarlo todo. Si es un cuadro o un grupo escultórico sobre personajes del
pueblo debe estar allí el hambre, los chiquillos desnutridos y todo lo demás. Y esto no es ser
comunista. No’’. ‘’Cuando digo arte revolucionario me refiero a que nosotros --los jóvenes-debemos ir en contra de los sistemas viejos que convirtieron la pintura, la escultura la literatura,
en la cosa muerta, opaca, sin realidad, del ochentismo. Por eso creo que el artista, como artista
desde luego, no debe estar sujeto a ninguna idea política, pues al estarlo, fatalmente, deberá anular
su propia personalidad y sujetarla al aspecto subjetivo de determinado grupo, caudillo o partido’’.
‘’El arte de hoy, el arte de este nuevo renacimiento intelectual, es un arte de información para el
pueblo. Las manifestaciones artísticas de esta nueva época son en el fondo expresiones
informativas --periodismo de líneas y color-- que atrapan toda la realidad del momento para
hacerla llegar hasta los sentimientos del pueblo y de la gente que tiene una superior condición
social. Creo que por eso hoy Diego Rivera y Orozco tienen tan gran influencia en la juventud.
México abre rumbos dentro del arte Indoamericano...’’.
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EXTRAÑA AVENTURA DE JUAN PEREZ
‘’Me acostumbré a querer al ''maestro'' Acevedo desde que lo conocí, en ese pintoresco boliche del ''Hércules'', por Bandera, donde el
Ratón Agudo --que se llamaba Fuentes--, había fundado un cenáculo en torno a Neruda, al chupe de guatitas que saboreaba Roco del
Campo y al ingenioso vino que bebía Alberto Rojas Jiménez. Allí chispeaban los ojos de Mariano Latorre, escandalizaba la risa de
bucólicos sochantres de Alberto Ried y Julio Ortiz de Zárate, y yo me quedaba contemplando a la Huasa como un cordero que pide
los deguellos…’’
***
CADA VEZ QUE UNO se pone a buscar algo donde respire verdaderamente Chile en lo mucho
que han escrito los chilenos con su carne y su sangre, su mar de violenta espuma, su piedra mineral
y su madera, y su campo donde se alimentan las esperanzas del humilde despojado de la tierra,
se encuentra en el camino con la obra y la epopeya humana de Antonio Acevedo Hernández. No
hay otras que se comparen con las de este escritor del pueblo. Acevedo vino de abajo. Conoció
directamente, a través del más duro tacto dactilar, las miserias del pobre, obligado a sufrir más
perrerías que las que soporta la suela de la ojota. Por eso, porque salió de lo más obscuro de lo
obscuro, es tan fuerte y poderosa la luz que alumbra su creación intelectual.
Para comprenderlo es preciso saber que nació en Angol de los Confines para un 8 de marzo,
setenta y seis años hacia atrás (*), cuando la ciudad era todavía como el potrero urbano sujeto
bajo la férula feudalista de los Moller y los Smitmans. Su padre era nada más que el ''maestro''
Juan, un obrero, y su madre --esa dulce María Hernández cuyo recuerdo ni siquiera pudo
domiciliarse en una foto--, solo una mujer prematuramente envejecida, siempre inclinada sobre
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la costura --cosiendo para otros--, y sobre la artesa de lavar, lavando también la mugre ajena.
Antonio no tuvo juguetes en su niñez. Ni fue a la escuela. A la edad de las matrículas ya se había
recibido de hombre. Ya era un ''maestro'', como su padre. Aprendió a leer en su banco carpintero,
silabeando la vida, mientras iba trabajando el noble corazón vegetal de las maderas. Por eso hay
todavía como un áspero olor a virutas en sus manos. Es lo que explica que su obra permanezca
erguida, sin apoyarse en artificios literarios, como el mejor y más alto andamio que sujeta la
escritura nacional de Chile.
***
TENIA SOLO 19 AÑOS mal cumplidos cuando escenificó su primera obra teatral --''El
Rancho''--, y la solemnidad burguesa comenzó a mirar con creciente asombro al carpintero que
conquistaba su jerarquía de escritor. Después vinieron ''El Inquilino'', ''La Canción Rota'', ''El
Vino Triste'', ''Chañarcillo'' y los otros nombres que jalonan su larga andanza de novelista,
dramaturgo, folklórogo y periodista. Durante años, el ''maestro'' Acevedo exprimió su propio
sudor en lo que ha escrito, convirtiendo la sangre en espíritu, lo mismo que Cristo. De ahí que
nos haya dolido tanto la extraña aventura que lo hizo vivir como Juan Pérez la torpeza policial,
enviándolo desde la Comisaría hasta la Cárcel. El corazón se me empenachó de rabia, cuando lo
supe, en Cartagena. Me acostumbré a querer al ''maestro'' Acevedo desde que lo conocí, en ese
pintoresco boliche del ''Hércules'', por Bandera, donde el Ratón Agudo --que se llamaba Fuentes-, había fundado un cenáculo en torno a Neruda, al chupe de guatitas que saboreaba Roco del
Campo y al ingenioso vino que bebía Alberto Rojas Jiménez. Allí chispeaban los ojos de Mariano
Latorre, escandalizaba la risa de bucólicos sochantres de Alberto Ried y Julio Ortiz de Zárate,
y yo me quedaba contemplando a la Huasa (**) como un cordero que pide los deguellos. Fue allí
donde me presentaron a Acevedo Hernández, la tarde en que acababa de recibir un premio. Cinco
mil pesos habían llenado sus bolsillos, vaciándolos de inmediato. Camino hacia su casa, pensando
en la traducción de agrados que tendrían los billetes, vio en las vitrinas de la Casa Germain un
jarrón de transparente porcelana china. La etiqueta lo ufanaba como a un Ming de la Tercera
Dinastía. Valía cinco mil pesos. El ''maestro'' Acevedo lo cambió por su fortuna. Pero la breve
joya china tenia los destinos de la mala suerte. Un tropezón de su nuevo dueño dio con ella en el
suelo, hecha pedazos. Así se fueron los cinco mil pesos. Eran los más gordos, de hace treinta
años, que valían cien veces más que los de hoy.
Pero el ''maestro'' Acevedo se reía, alegre como un niño con zapatos nuevos, al contar lo
sucedido. Mil toneladas de seguridad le sostenían entonces los sonrientes ánimos. En cambio,
ahora, pobre, viejo, enfermo, la extraña aventura policial de un tal Juan Pérez picotea ferozmente
su presencia heroica que no se merecía este maltrato tan dolosamente estúpido.
_____________________________________________________________________________________________________
(*) Texto escrito, hacia 1960, en Santiago.-
16
CAPITULO II
NOTAS PARA COMPRENDER A HELENA
WILSON Y ALGUNOS DE LOS
ESCRITORES DE CHILE
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GUILLERMO MARTINEZ WILSON, Pintor y Escritor Sociedad Escritores de Chile
(Sobrino): ''Ella fue sobrina de Andrés Wilson –viejo héroe militar de Copiapó, durante la Guerra
del Pacífico-- y de Arturo Wilson Navarrete --uno de los sobrevivientes del Combate Naval de
Iquique--, mi tía Helena fue hija del empresario minero y político liberal, Santiago Wilson, casado
en segundas nupcias con Juanita Espinoza'' aclara Guillermo Martínez Wilson, pintor y escritor,
integrante de la Sociedad de Escritores de Chile. Nacida un 6 de diciembre de 1909, en Santiago,
‘’la temprana muerte de su padre constituiría un hito importante en su vida. Su tutor, Arturo
Alessandri Palma, senador por Tarapacá, era amigo de su padre Santiago Wilson por sus
sociedades en propiedades mineras, por sus conexiones comerciales y también políticas --antes
de convertirse en Presidente de la República--, lo que determinaría la profunda amistad que tuvo
desde muy niña con su hijo, el también Presidente de Chile, Jorge Alessandri Rodríguez’’. De
espíritu inquieto, rebelde, anarquista, Helena desde muy niña abandona las escuelas y colegios
católicos conservadores, en busca de su arte y su pasión: la escultura. Alumna de Julio Ortiz de
Zárate y de los vanguardistas del arte moderno contemporáneo, ingresa a la vieja Escuela de
Bellas Artes, desde que tenía 15 años, aproximadamente, y rápidamente destaca no solamente en
lo artístico –que era su principal preocupación, pese a su edad--, sino también en la amistad que
mantiene con los artistas y ''esos locos poetas'' señalados por Neruda --como el caso de Alberto
Rojas Jiménez-- y en su posterior rol como activista social a través del arte, de acuerdo al
convulsionado contexto histórico social, económico y cultural de la primera mitad siglo XX, que
ascendió al poder mediante la posterior creación del Frente Popular.
18
TITO MUNDT, Periodista y Escritor Chileno, en su libro ‘’Las Banderas Olvidadas’’: ''El 4
de junio de 1932 a las 10 de la mañana yo estaba piropeando a Elena Wilson (La Huasa de
Clarín) en el Cerro San Cristóbal y pintando unos animalitos del zoo, cuando pasaron los
primeros aviones y cayeron unas proclamas...'',recordaría Tito Mundt en su memorias,
señalando su amistad y admiración por Helena Wilson, en los conflictivos días en que se
instaura la fugaz República Socialista en Chile.
ORESTE PLATH, ESCRITOR CHILENO, EN SUS MEMORIAS DE ‘’EL SANTIAGO QUE SE FUE’’:
‘’(Raúl Morales Álvarez) Convulsionado, vibrante, sus días fueron verdaderas crónicas. Nada lo
aparta de la luz. Emplea un lenguaje fuerte, simple y directo. Acude siempre a la expresión
derecha. Sus artículos, reportajes y entrevistas nerviosas fueron escritas con nobleza y talento. En
Ercilla trabajó con ese equipo de intelectuales, políticos y escritores que le dio la nueva fisonomía
al periodismo chileno. Se casó con Elena Wilson –quien le dio cuatro hijos, Raúl, Juan, Miguel y
Gabriel--, y fueron testigos de la boda el pintor Pedro Olmos y Heliodoro Torrente’’.
19
Enrique Ramírez Capello, en Diario Las Últimas Noticias: expresidente del Colegio de
Periodistas de Chile: ‘’El 17 de abril de 1937 hizo su entrevista más insólita. Conoció a la
escultora HelenaWilson; la acosó con dos o tres preguntas sobre la forja en hierro; redactó un
par de carillas; se enamoró de ella y ¡al quinto día se casaron! (‘’No pudo ser el cuarto porque
era domingo’’, me confesó en una tertulia de embriaguez y añoranzas’’.MARIA LEFEBRE, Escritora y Artista Chilena: ‘’Tengo una amiga que es la mujer más
peladora del mundo ¡qué horror! Dirán ustedes, pero la cosa no es tan grave, ya todo el mundo la
conoce y la acepta con su lengua viperina. Yo la encuentro encantadora. Cuando pela arruga la
nariz, le brillan los ojos y pone cara de “cabra” picara. Se me olvidaba decir que es colorina, que
le quedan muy bien sus “rulitos” incendiarios. Me entretienen mucho sus “descueros” y le pongo
el “palito” para que despotrique. Como somos muy amigas, le di mi autorización para que me
pelara.“Gente de mierda”, me dijo un día, me andan pelando, porque te pelo…’’.
RAÚL MELLADO: Secretario Ejecutivo de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH),
1997: ‘’Me alegra mucho escribir estas líneas, que ojalá impulsen la tarea de rescatar a un gran
valor nacional. Raúl Morales Álvarez fue un periodista que ‘hizo historia’ con toda una vida
dedicada a esta profesión, que no es algo que deba pasarse por alto. Sobre todo si se considera
aquella época en que el Periodismo –como la Literatura, hasta hoy--, exigía una entrega total. Si
a ello agregamos las malas pagas y las incomprensiones….había que ser bien hombre para llegar
a ejercer este oficio durante 70 años, o más...Morales Álvarez era un hombre vital; lo que escribía
20
trascendía más allá de la crónica volandera, porque en el fondo era un escritor, un creador de
mundos que se le filtraba entre las líneas que brotaban cada día; en 1956 su novela ‘’Denso Viene
el Día’’ causó impacto en las letras nacionales: el exigente crítico de ‘’El Mercurio’’ –Alone—
admiró su brillante estilo, aunque no dejó de escandalizarse por la vida sexual de los reos en la
cárcel. Sin duda Raúl era un escritor y quién sabe si entre sus viejos papeles habrá quedado más
de una obra inédita. Hugo Goldsack, Premio Nacional de Periodismo, poeta y crítico, aseguraba
que Raúl Morales Álvarez no sólo merecía premios y reconocimientos como periodista, sino
también el Premio Nacional de Literatura, como Luis Enrique Délano. Goldsack siempre alabó
su forma de escribir, que como dijimos, iba más allá de la crónica. Además, era un hombre muy
generoso y estimulador de las obras de los escritores. Solía encontrarlo en el Círculo de
Periodistas, en la Sala de Exposiciones y en la Taberna, junto a ‘’La Huasa’’ su compañera
inseparable. Durante la dictadura de Pinochet participó en actividades que organizamos en la
Comisión de Cultura del Colegio. Comentó mis pequeños libros y sobre todo mi revista ‘’La Hoja
Verde’’, en las Ultimas Noticias. Para muestra de su magnanimidad, señaló: ‘Podría decirse,
parodiando a Neruda, que la Hoja Verde volotea y revolotea, esparciendo poesía, para mostrar en
su escaparate de verdes páginas la fraternidad poética de Chile, los donosos compañeros de la
Sociedad de Escritores, que precisan no sólo la belleza de la palabra escrita, sino también una
firme posición ante la vida y el destino, recogiendo las rebeldías con causas del pueblo en su
pugna por ascender a una vida más pura y con una verdad más justa, como lo señala La Hoja
Verde de frente y de perfil, desde su primer número…’’
ROBERTO BESCOS: Agrupación Literaria Vicente Huidobro. ‘’Su muerte me embargó en
un estremecimiento doloroso. Lo conocí, por su libro autobiográfico, ‘Soldado de Fortuna’.
Batallador incansable, tenía un estilo fino, vigoroso y preciso; francotirador deslenguado,
punzante, acusador, le imprimió a la crónica una lucidez sabrosa y agresiva, de particular encanto.
Veterano periodista, residió en Cartagena y Llo Lleo, junto a La Huasa, Helena Wilson. Ambos
me presentaron al querido viejo inolvidable, Juan Bertoló, y con ellos, también, compartí su vino
abundante, su mesa generosa, entre anécdotas de su vida y sus pasiones: entrevistas con
personalidades, el sonado encarcelamiento sufrido en los tiempos de Allesandri, su amistad con
poetas, escritores, intelectuales, boxeadores, delincuentes... en fin, fue una inmensa Página de
Oro del diarismo chileno de mejor cuño. Un maestro, en viaje al infinito’’.
MENTESSANNA: Las Ultimas Noticias. 1992. ‘’Prolífero cronista, bohemio, empedernido
fumador, hace tiempo que venía presintiendo su final. Hace doce años, o un poco más, cuando
este diario domiciliaba en calle Compañía 1270, Helena Wilson, La Huasa, compañera leal de
Morales Álvarez, subió con sus cansados pies cinco pisos del edificio para decirme, jadeante:
‘Raúl se esta muriendo en la calle’. En un escaño del Paseo Huérfanos, recostado más que
sentado, con los brazos en cruz, respiraba dificultosamente el periodista. No aceptó que lo llevara
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a un centro asistencial. Con un ronco susurro me dijo: ‘Dile a La Huasa que venga, me voy para
la casa’. Se fue a duras penas. Luego, en un artículo, contaría que los médicos le habían dicho
que tenía cáncer. Ante lo inevitable, se encerró con un amigo, probablemente El Honrado
Jonathan, filibustero, y se bebieron, en un par de días, todo un cajón de doce botellas, del mejor
whisky. Nadie habló de milagros, pero aparte del Whisky, desapareció también la enfermedad’’.
GABRIEL MORALES WILSON (Hijo): ‘’Era la fama de ella o de él la que finalmente
prevalecería’’ diría Gabriel Morales Wilson, uno de sus hijos. Y para él la explicación fue
sencilla: ‘’La fuerte personalidad y presencia de su marido, mi papa; el tipo de trabajo que tenía
como periodista 24 horas y 7 días de la semana, sin tregua; el despliegue por el pulso de las
noticias en un constante afán por destacar como ‘el mejor de los mejores’, golpe tras golpe
periodístico, como el Caso Palena, donde se le encarceló 6 meses --finalmente, en 1964, se le
reconocería a Morales Álvarez como escritor y reportero de la Vieja Guardia con el Premio
Nacional de Periodismo--; el cuidado de sus 4 hijos, y el apasionado enamoramiento de ella tras
la permanente compañía de su esposo, fuera adonde fuera, la irían alejando de su pasión por el
arte; desde ese gran momento en su vida comenzó a trabajar como reportera en la empresa de su
Raúl Morales Álvarez, entregándole noticias, datos, ideas para la creación de crónicas. Como se
diría hoy, una ghost writer. Desde los años sesenta hasta 1980 el seudónimo de La Huasa
circularía en diferentes matutinos del país, en un trabajo conjunto de los dos, donde naturalmente
prevalecía el inconfundible estilo de la prosa de Raúl Morales Álvarez’’.
JUAN ARAYA DIAZ, EL MERCURIO DE SANTIAGO: ‘’Dada su amistad con Jorge
Alessadri, la política también sería una de sus pasiones, como operadora y activista vinculada no
precisamente en los movimientos sociales (pese a su rol como integrante de la vanguardia del
Frente Popular), relacionados a la izquierda, sino de las posteriores las candidaturas
parlamentarias y presidenciales de los dirigentes del Agrario Laborismo y el Partido Nacional:
Arturo Matte Larraín y Jorge Alessandri Rodríguez’’. ‘’Un día vio un rayado en una muralla que
decía: ''Alessadri Pelota''. Ella fue con una brocha y pintura, borró dos letras, puso una coma y el
anunció quedo así: ''Alessandri, Paleta''…’’, recordaría en los años '90 el periodista Juan Araya
Díaz, de El Mercurio.
RAUL MORALES WILSON (Hijo): ‘’Pero su hermano también influenció en su trabajo
político'' señala también otro de sus hijos --Raúl Morales Wilson--, refiriéndose a Santiago
Wilson, ex director de la Caja de Amortización de la Deuda Pública, y destacado abogado, masón
y secretario de Estado de las carteras de Educación y Justicia, en las dos presidencias de Carlos
Ibañez del Campo, pese a que en su juventud ella misma confesaría su admiración por la
trayectoria y labor política y social del doctor Salvador Allende Gossens...antes de llegar a la
Primera Magistratura’’.
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CAPÍTULO III ‘’ELENA WILSON’’ POR
SAMUEL ROMÁN - REPORTAJE
FOTOGRÁFICO – NOTAS DE ARTE
‘’En los eufóricos años de la juventud, en 1933, pero poseedor ya de los recursos técnicos para resolver con
fluidez, sin vacilar en trasladar los rasgos del modelo que lo inspiraba, surge “Elena Wilson”, la muchacha
hermosa de la Escuela de Bellas Artes, la compañera de veladas y conversaciones interminables. Es el mejor
retrato del período anterior al viaje a Europa, con la cabellera enmarañada, labios sensuales y desafiante
energía vital, que acentúan los rojos tenues en contraste con el verdoso del metal. (Texto de Ricardo Bindis
Fuller; Fotografía de Jaime O’Ryan, Homenaje a Samuel Román, Centenario de Empresas Phillip’s)
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ALGUNAS OBRAS DE SAMUEL ROMAN ROJAS
ELENA WILSON
LAS EDUCADORAS. Alameda esq.18.
HECHIZO DE FUEGO
AMOR CONYUGAL.-
‘’La mejor de las esculturas de pequeño formato de Samuel Román es la cabeza de Elena Wilson, La
Huasa’’. (Francisco Gacitua, en su estudio ‘’De Virginio Arias a Lily Garafulic’’.
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‘’Todo este escrito está basado en una sola verdad: una escultura no se entiende en una
fotografía, es necesario hacer el viaje hacia el lugar de su emplazamiento, y en ese lugar
conversar con ella’’
Francisco Gazitúa.‘’Trataré de explicar los contenidos de la indiscutible oralidad en que se realizó el pacto maestroalumno en la escultura en Chile. Estas crónicas de viaje a través del tiempo y los lugares, reflejo
de mis experiencias, podrán servir a los alumnos de escultura a quienes dedico especialmente mi
testimonio, a los historiadores del arte como material fenomenológico, coleccionistas, o al lector
como información, pero no serán entendidos plenamente sin repetir mi viaje. Sugiero las mismas
visitas y el mismo recorrido de las esculturas y monumentos que nombro. Todo este escrito está
basado en una sola verdad: una escultura no se entiende en una fotografía, es necesario hacer el
viaje hacia el lugar de su emplazamiento, y en ese lugar conversar con ella. El lenguaje escultórico
es un lenguaje intraducible a otros lenguajes. Una escultura no se puede explicar. Solamente se
entiende cuando el diálogo se produce: en el contacto aquí y ahora, en el contacto visual y táctil
entre el espectador y la obra’’.
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‘’ Todo este escrito está basado en una sola verdad: una escultura no se entiende en una fotografía, es necesario
hacer el viaje hacia el lugar de su emplazamiento, y en ese lugar conversar con ella. El lenguaje escultórico es un
lenguaje intraducible a otros lenguajes. Una escultura no se puede explicar. Solamente se entiende cuando el
diálogo se produce: en el contacto aquí y ahora, en el contacto visual y táctil entre el espectador y la obra. Es el
viaje de un escultor, no de un historiador, agradezco a ellos, la información básica de la vida y obra de los
maestros. Ochenta y seis años desde Nicanor Plaza hasta Lily Garáfulic en escultura (…) Samuel Román fue
Chile, el país del Frente Popular quien le permitió a don Samuel ser como fue y hacer lo que hizo, mantener la
bandera de la escultura pública flameando, desde la última gran estatua de don Virginio Arias (Baquedano) en el
año 1928, hasta su “Diego Portales” del año 1980 y sus piedras del Parque de las Esculturas. Don Samuel, en la
cultura chilena, es la cara del pueblo legítimamente instalado en la cultura, como lo fue Gabriela Mistral y Neruda
en poesía. Ninguno de estos artistas hubiera existido sin el esfuerzo de liberales y radicales para armar una base
cultural en el país durante los cincuenta años anteriores. Su obra en retorno, le dio cara y cuerpo de bronce y
piedra al mundo laico emergente. Por su taller pasaron todos los líderes de ese mundo, González Videla, Juan
Antonio Ríos, Coloane, Enrique Molina, etc. También amado y protegido por los próceres culturales de la derecha
chilena, como don Sergio Larraín García Moreno, Eulogio Sánchez, Bello Codecido, Arturo Edwards. Un
luchador fue don Samuel, él mismo se define como tal. Su taller de Ezequiel Fernández con Los Plátanos en
Macul, de cuatro mil metros cuadrados de terreno, quinientos metros cuadrados de galpones, donde trabajé como
aprendiz el año 1975, no tenía nada que envidiarle al del inglés Henry Moore, que conocí en la misma época. Don
Samuel fue, poco a poco, por primera vez en Chile, armando su empresa escultórica, que creció lento, “como la
concha de mi caracol”. Esta manera empresaria de hacer escultura, permitió que don Samuel fuera un hombre
“con buena y honesta plata en el bolsillo”. “Esta es mi fortaleza”, mirando sus talleres, “mi castillo, y desde aquí
cañoneo” decía. Don Samuel vivió peleando hacia fuera, verdaderas guerras periodísticas, siempre se movió bien
con la prensa, donde cultivaba muy buenos contactos. Pero eso era hacia fuera, los que trabajamos con él dentro
de su taller, conocimos su sensibilidad. Su escultura refleja una paz profunda de espíritu, que no calza con el
“gañán aliñado” con que se le conoce en la leyenda de la escultura en Chile. En este punto creo que la escultura
en Chile tendría que hacer un trabajo de limpieza en la mitología de don Samuel, para poder mirar su obra por lo
que es, su complicada figura mitológica contrasta con la simplicidad de su obra. En algunas de ellas gana la
“batalla de sencillez” que tanto le costó a otra rabiosa: Gabriela Mistral. Román, en su escultura, es siempre
simple, legible y transparente. La mejor de sus esculturas de pequeño formato es la cabeza de Elena Wilson
“La Huasa”, en pelea muy cercana con “Arcano” de cerámica de 1968, y su “Primer grupo familiar
campesino” de 1930; su mejor escultura al aire libre es, sin duda, “Las Educadoras”. Quiero terminar estas
palabras con sus propias palabras. Palabras de un estatuario: “He sido y sigo siendo un luchador que defiende la
verdad apoyada en los hechos, cuando ésta es desvirtuada y afecta a los valores permanentes e inamovibles de las
artes en Chile. Conozco su tradición y su historia, tampoco ignoro la continuidad de su desarrollo. Pertenezco a
una generación y la represento con orgullo, porque no ha permanecido estancada ni sentada en el escaño de la
jubilación. Por el contrario, sigue vigente y trabaja siguiendo el ritmo de la vida que agita su corazón…”.“Con
mis palabras rindo en primer lugar un homenaje a los estatuarios de antaño. Ellos sufrieron toda clase de miserias,
sus vidas fueron selladas por el olvido y la muerte. Singularmente dedico este galardón a mis maestros Carlos
Lagarrigue y Virginio Arias, estatuarios de vida heroica”.
Francisco Gacitua, en su estudio ‘’De Virginio Arias a Lily Garafulic’’.
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“He sido y sigo siendo un luchador que defiende la verdad apoyada en los hechos, cuando
ésta es desvirtuada y afecta a los valores permanentes e inamovibles de las artes en Chile.
Conozco su tradición y su historia, tampoco ignoro la continuidad de su desarrollo.
Pertenezco a una generación y la represento con orgullo, porque no ha permanecido
estancada ni sentada en el escaño de la jubilación. Por el contrario, sigue vigente y trabaja
siguiendo el ritmo de la vida que agita su corazón…”.
(Samuel Román, 1907-1990)
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Autor: Samuel Román
Técnica: Escultura en bronce
Colección: Museo de Arte Contemporáneo, Universidad de Chile, Santiago
***
‘’Samuel Román significó para la escultura chilena la tradición estatuaria del siglo XIX
tomando en cuenta que su riguroso maestro desde los 12 años fue Virginio Arias. Sin embargo
el artista tomó un camino de evolución natural que lo llevó a canalizar su energía creativa.
Desde el naturalismo que practicó en sus inicios, Román fue descubriendo las cualidades
expresivas de los materiales a la vez que redefinió el concepto de monumento. En “Elena
Wilson” nos encontramos al autor establecido en su propio cauce expresivo, dotando de fuerza
monumental sus modelos que, convirtiéndose en símbolos, se alejan del referente real…’’.
Reseña del sitio chileno en internet www.portaldearte.cl
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CAPITULO IV
NOTAS DE HELENA WILSON, LA HUASA
Iconografía de Helena Wilson en columnas periodísticas de los años ’60 en Santiago.-
***
‘’Me casé el 12 de abril de 1937. Hoy cumplí, entonces, cuarenta y un años de romance
conyugal con Sherlock Holmes (*). Amanecerá, pues, con el aniversario puesto para la
necesaria alegría del acontecimiento. La cosa hay que celebrarla, tal como se pide y a la
antigua, juntando a los deudos y a las deudas sin miedo a la hecatombe. Mañana siempre será
otro día y yo vivo en este feliz cautiverio del presente sin preocuparme por lo que vendrá
después (…) Con lágrimas y risas, ya lo sabéis, esta lucha tiene la misma edad que mi largo
romance. ¡Cuarenta y un años! Junto a ellos yo entiendo ahora la satisfacción dionisíaca de mi
victoria en cautiverio, con una marca nacional y hasta mundial. Nuestro noviazgo duró solo
cinco días. Al sexto ya éramos marido y mujer. Y es por eso que hoy voy a encender mi fiesta
en Cartagena’’. (Diario Las Últimas Noticias, 1978)
_______________________________________________________________________________________________
(*) Uno de los seudónimos del periodista chileno, Raúl Morales Álvarez, Premio Nacional de Periodismo 1964.29
CON TIEMPO DE VALS
***
CREO QUE LAS SEÑORAS mujeres de mi antaño eran tal vez más encantadoras que las
del presente. Todavía veo, por ejemplo, a Misiá Delia Matte, con sus ojos de sultana, su
cuerpo de robusta néyade o nereida, y su gran sombrero donde a veces anidaban pájaros
enteros, del que pendía el velo semimoruno que le lunareaba el rostro.
Misiá Delia era presidenta fundadora del Club de Señoras, creado por ella --en tiempo de Vals—
junto con Adela Edwards de Salas, que fue la primera en lucir como Regidora de Chile; Elvira
Santa Cruz Ossa, que firmaba como Roxanne; Inés Echeverría de Larraín, que lo hacía como Iris;
y María Valdés de la Jara, que ofrecía su propio nombre al pie de la escritura, tal como también
lo hacían doña Amanda Labarca y Misiá Isaura Dinator de Guzmán, ambas representando el ala
izquierda del movimiento femenino del Club de Señoras.
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A todas les gustaba el auténtico té de Ceylán, acompañado de dulces chilenos, como ya no
se hacen. Así saboreaban mejor la odisea y epopeya donde enrolaba de continuo Misiá Delia
Matte, protagonizando increíbles hazañas verdaderas. Una de las suyas, para dar el botón
como la muestra, fue la que le ocurrió en su casa de Viña, cuando llegó hasta ella Ladislao
Errázuriz Lazcano, mendigándole protección y asilo.
La policía política lo perseguía, con un precio sobre su cabeza casi agarrada a los talones. Pero
Misiá Delia fue el ángel de su salvación. Le bastó disfrazar a Ladislao Errázuriz con su fachoso
sombrero, su velo pasional y uno de sus trajes arrogantes. Así, con el rostro pintado y maquillado,
obligándose a dar pasos cortos con los estrechos botines de doña Delia, Ladislao Errázuriz salió
a la calle, estremeciéndose un poco cuando lo enfrentó un conocido personero policial: ‘’Buenas
tardes, señora Matte’’, saludó el detective, cediéndole el paso.
Todo era delicioso en esos días. Domingo Santa Cruz acababa de fundar un grupo de
cultura musical con el nombre de Sociedad Bach. Entre sus muchos miembros figuraba
una francesita de París, nacida en Santiago, Marta Petit Marfán, que conoció allí a quien
sería luego su novio y después su esposo, el arquitecto Jorge Hunneus Lavín.
Entonces, según afirmaban en el Club de Señoras y en la Sociedad Bach, cuando nació la hija
del matrimonio y lagrimeó de inmediato como lo hacen todas las guaguas del mundo, Marta Petit
de Huneeus no olvidó ni siquiera en ese instante de su dichosa maternidad la devoción musical
que le imponía su maestro, Domingo Santa Cruz, y exclamó en razón de ello: ‘’¡Por Dios, qué
lindo tono de voz tiene para llorar mi niña’’! Ese fue el tiempo de Vals que nos conmovió en
Chile y ya no volverá.
LA HUASA, Ultimas Noticias, 1981.-
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AMOR A LA FRANCESA
PARA CHILE
***
EL APELLIDO Jarpa se ve muy hispano entre nosotros. Pero es de origen gabacho. Los Jarpa
de Chile son penquistas. Vienen de aquel don Pedro de la Harpe, marino francés, algo
contrabandista, que desembarcó en Concepción, sobre el 1700, con un embeleco de sedas y
bordados para la fantasía de las damas criollas. Una de estas no sólo le compró los trapos.
También le sonrió con los lindos ojos de una mujer verdaderamente enamorada, y don Pedro,
entonces, decidió terminar en Chile su aventura de navegante nómade. Se casó con Misia Ursala
de Cevallos, sin protestar después cuando la voz chilena fue cambiando su apellido en Jarpa.
El amor a la francesa en Chile fue capaz de estas y otras cosas, con mayores prodigios todavía.
Cuando Monsieur Jean Francois Briand de la Moringandais llegó a Concepción, también por la
misma época que el Harpe transformado en Jarpa, traía sobre sí la sombría tristeza de un alma
atormentada. Había recibido la tonsura sacerdotal y cantaba misa en Saint Malo, en su bartela
natal, cuando ‘’se sintió habitar por el demonio’’, como el mismo lo dejo dicho en sus papeles
íntimos, casi una confesión, y casi unas memorias. Colgó por eso los hábitos y se expatrió, para
correr sin ventura por el mundo, como un fraile renegado, señalado por el implacable dedo de
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Dios, condenado de antemano a los infiernos. En ellos, sin ninguna duda, se veía este cura sin
iglesia cuando su destino lo trajo a Chile, y apareció el amor para salvarlo. El amor vino
en la fina presencia de Juanita Caxigal del Solar, la más linda damita penquista de esos días.
El sacerdote arrepentido se casó con ella, y ya seguro de disponer de su propio paraíso
terrenal, acortó también su apellido dos veces, al gusto del habla de Chile. Su Moringandais
quedó primero convertido en Morandais, y luego en Morandé. La calle santiaguina de este
nombre se llama así porque allí, en la esquina de Moneda, donde ahora esta la Intendencia, tuvo
su casona el gabacho salido del infierno. Su amor a la francesa le dio a Morandé un relumbrón de
muchos esplendores en la sociedad criolla. Su hija Francisca Javiera fue el tronco fundador de los
Errazuriz Echaurren, y su nieta Mercedes fue abuela de Domingo Santa María.
***
Los Pradel, los Pinochet, los Mery, los Onfray --que llegaron llamándose Onfroy--, los
Morán y los Labbé reconocen un mismo origen. Sus antepasados fueron maluinos, audaces
navegantes bretones, corsarios y comerciantes a la vez, hechos para irse a cualquier parte,
sobre el agua salada, en atrevidas quillas de madera. Fueron los primeros que colonizaron
las Malvinas --dándoles el nombre de su raza: las maluinas—, y haciendo de ellas una base
para sus correrías por el distinto mar de las Américas. Pero en Chile, a cada uno, los fue
engarfiando el amor de las chilenas, vestido, sin embargo, con la técnica del amor a la francesa
que traían los viajeros. Un Pradel, entonces, se casa en Concepción con María Gabriela de la
Barra y un Pinochet lo hace, en Cauquenes, con Ursula de la Vega y Montero. En Santiago, Juan
Onfroy lleva a los altares a Micaela Gonzáles de la Cruz, y Claudio Mery, en la Serena, a Juana
Blanco. Carlos Morán se casa con Maria Páez y con Francisca Vergara cuando enviuda. Francisco
Labbe se domicilia en Chimbarongo y se casa también dos veces, patriarcal y prolífico, primero
con Tomasa Iturriaga Millán y luego con Francisca Gajardo Guerrero. La historia familiar chilena
es demasiado larga para que quepa en este espacio.
***
El galán gabacho de nombre más pomposo fue el Pradel que enamoró a la penquista María
Gabriela de la Barra. Se llamaba Nicolás de Pradel y Trouin de la Barbinais. El de heráldica más
modesta fue aquel que se nombraba nada más que Luis Lisson, fundador en Chile de la industria
del pescado seco. Su amor a la francesa era tan francés que no le dejó tiempo para enamorarse
en Chile. Lisson era de Saint Malo, como casi todos, y yo imagino que allí hubo una bretona de
escapulario y cofia que envejeció esperándolo. Lisson murió en Chile y soltero, sin volver a la
querencia ni siquiera en su ataúd.
El apellido más noble de todos los que trajo el amor francés fue el de Dionisios de Lafferte. Se
casó con Misia Felipa Jofré y Godoy. De allí, después, con el tiempo, vino un tal Elías Lafferte,
hijo del pueblo y del salitre, a predicar en Chile la necesidad social de odiar el odio. Pero esta ya
es otra historia.
La Huasa en ‘’El Clarín de Santiago’’, 1958.33
CAUTIVERIO FELIZ
ME CASÉ EL 12 DE ABRIL DE 1937. Hoy cumplí, entonces, cuarenta y un años de romance
conyugal con Sherlock Holmes. Amanecerá, pues, con el aniversario puesto para la necesaria
alegría del acontecimiento. La cosa hay que celebrarla, tal como se pide y a la antigua, juntando
a los deudos y a las deudas sin miedo a la hecatombe. Mañana siempre será otro día y yo vivo en
este feliz cautiverio del presente sin preocuparme por lo que vendrá después. Para afrontar los
temporales y los sismos tengo al admirable Sherlock Holmes, con su capacidad inverosímil para
el trabajo, siempre apto para sacarme de cualquier atolladero, sin enredarse en el abecedario de
las letras que amenazan protestarse. Ya lo sabéis, por eso. Que venga a Cartagena, al restaurante
de Tino, donde almuerzo diariamente, todo aquel que quiera saludarme.
Le tendré un poco de esto y de lo otro, con un buen vaso de vino y el corazón abierto de par en
par para mi fiesta.
Todo será mejor, todavía, naturalmente, si los que vienen me traen también un engañito,
haciéndose los lesos, según como sea el cariño que tenga cada cual. Creo que merezco de sobra
los presuntos regalos. No ha sido un juego, en absoluto, este tránsito matrimonial que ahora
empenacha con tanto orgullo los 41 años que he logrado.
***
Posee bastantes riesgos la aventura de casarse con un pirata como yo lo hice. Cuando le eché el
lazo, el bandido era arrogante y buenmozón, demasiado picado de la araña para una niña de las
monjas --como lo fui yo--, con una fama endemoniada de farrista y mujeriego que no presagiaba
nada bueno en su mucha ventolera. Pero ahí tenéis que el perla sigue con su prenda, afirmado a
una querencia que nadie creyó que duraría. En cambio, a contrapelo, todos los matrimonios
conocidos de mi tiempo se fueron desperdigando después por el camino, con divorcios y
rupturas o impúdicos arreglos, de esos que permiten a tres o a cuatro donde solo deben caber dos
para morder la manzana. Si el nuestro es una excepción dichosa, yo soy, pues, una auténtica
heroína.
Es en esta condición que acepto los posibles halagos y embelecos que hoy me entreguen.
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A la izquierda, Raúl Morales Álvarez y Helena Wilson, en 1938; luego en 1964, respectivamente.-
Me los he ganado bien. No fue empresa fácil --ni lo es aún--, librar a Sherlock Holmes de las
arpías y las brujas, las malignas salamandras que me lo han tentado siempre. Con lágrimas y
risas, ya lo sabéis, esta lucha tiene la misma edad que mi largo romance. ¡Cuarenta y un años!
Junto a ellos yo entiendo ahora la satisfacción dionisíaca de mi victoria en cautiverio, con una
marca nacional y hasta mundial. Nuestro noviazgo duró solo cinco días. Al sexto ya éramos
marido y mujer. Y es por eso que hoy voy a encender mi fiesta en Cartagena.
La Huasa, Diario Las Últimas Noticias. Abril 1978.-
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CAPÍTULO V BIBLIOGRAFÍA CONCLUSIONES GENERALES
1.- BIBLIOGRAFIA
--Diarios Las Ultimas Noticias (1977 – 1994 )– El Clarin de Santiago (1960 – 1973 )– Revista Ercilla
(1936-1939)
--Libros: El Santiago que se Fue (O. Plath) – Dossier 100 Años Empresas Phillips
--Biblioteca del Congreso Nacional – Dibam – Museo de Arte Contemporáneo - Web de María
Lefebre.--Francisco Gazitua, estudio ‘’De Virginio Arias a Lily Garafulic’’ – Historia de la Armada de Chile
--www.PortaldelArte.cl -- ‘’Las Banderas Olvidadas’’ Tito Mundt – Soc. Escritores de Chile.-
2.- CONCLUSIONES GENERALES
A través de este pequeño ensayo, se podría ahondar en el ambiente artístico e intelectual de
la Primera Mitad del Siglo XX en Chile, y en especial, en la vida de una vieja artista chilena que
por los azares de la vida tuvo que dejar su pasión por el arte, para formar una gran familia y
dedicarse a colaborar en la empresa periodística de su marido, a quien finalmente, tras años de
trabajo, se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo, específicamente en 1964 (*).
_______________________________________________________________________________________________
(*) Pero queda una interrogante, que es mejor aclarar. ¿Pero quién fue realmente Helena Wilson Espinoza? De acuerdo a
este estudio sabemos algo de su vida. Sin embargo: ¿Por qué se habla de Elena Wilson sin H, cuando su verdadero nombre
es Helena Wilson con H? Creemos que Samuel Román al terminar su obra artística, en yeso, primero, luego en bronce,
simplemente la tituló como Elena Wilson, sin advertir que el nombre era Helena con H y no Elena sin H. Un escultor de su
categoría no iba a profundizar mucho en este detalle, ya que lo más importante no fue ese elemento, sino la posteridad y
trascendencia de su obra fabulosa y no la pequeña letra de su nombre. Pero: ¿Y si lo hubiera hecho intencionalmente? ¿Y
si hubiera querido ‘chilenizar’ su nombre? ¿Es por eso que a Helena Wilson le llamaban ‘’La Huasa’’? Bueno, lo importante
es que este pequeño estudio ha querido rescatar la imagen, obra escultórica y la figura de una mujer chilena en su juventud,
en su hogar, en su matrimonio como esposa y colaboradora del trabajo reporteril de su marido, y en su relación animada
con algunos artistas, poetas y escritores de Chile. (Rubén Santiago Morales Cofré, Su Nieto: ‘’El Funye’’, Agrupación
Literaria Raúl Morales Álvarez).-
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DATOS BIOGRÁFICOS
Helena Wilson Espinoza: (1909 - 1987) Escultora del grupo de artistas de la vieja Escuela de Artes y Oficios de Chile –cursos en
Bellas Artes--, donde destacaban el Premio Nacional de Arte, Samuel Román (autor de la obra que rescata la imagen
fotográfica, portada de este estudio); Julio Ortiz de Zárate, Pedro Olmos, Federico Jarvis y Robles Acuña, entre otros; del
poeta Pablo Neruda, Alberto Rojas Jiménez y los escritores Ester Matte Alessandri, María Lefebre y Oreste Plath. Entre sus
referencia familiares figuran el Teniente de Ejército, Andrés Wilson, héroe militar de Copiapó, Campaña Terrestre, Guerra
Pacífico; Arturo Wilson, Guardiamarina de la Corbeta Esmeralda, sobreviviente del Combate del 21 mayo 1879; y Santiago
Wilson, masón, político, diputado y ministro de las carteras del Trabajo; Tierras y Bienes Nacionales, para las presidencias
de Carlos Ibañez del Campo; luego, vicepresidente de la Caja de Amortización de la Deuda Pública.
De este último antecedente se desprende la vocación política de Helena Wilson (Agrario Laborismo) y su estrecha cercanía
con los gobiernos de la familia Alessandri, como operadora política y colaboradora en propaganda de las candidaturas de
Arturo Matte Larraín y Jorge Alessandri Rodríguez, respectivamente. Murió en el invierno de 1987, en Quillota, afectada
por el implacable Mal del Parkinson.
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