1 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA LA VIDA ETERNA Jn 6,41-58. DIEGO ALVEIRO VILLALOBOS QUEVEDO. SDB 1 2 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA FACULTAD DE TEOLOGÍA LA VIDA ETERNA Jn 6,41-58. DIEGO ALVEIRO VILLALOBOS QUEVEDO. SDB DIRIGIDA POR: P. JUAN MANUEL GRANADOS. SJ BOGOTÁ, SEPTIEMBRE DE 2009. 2 3 ÍNDICE INTRODUCCIÓN. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA a. Planteamiento de la reflexión……………………………………………………………………….6 b. Justificación…………………………………………………………………………………………6 c. Objetivo general, objetivos específicos, método…..……………………………………………......9 CAPÍTULO I CONTEXTUALIZACIÓN DE LA PREGUNTA. (FASE PREPARATORIA) 1.1. Objetivo del capítulo…………….……………..……………………………………………...…11 1.2. Vida y muerte en la sagrada Escritura ……………………………..………………….…………11 1.3. Experiencia vital………………………………………………………………………………….14 1.4. Amenazas de la muerte hoy contra la vida ……………….…………………………….………..16 1.4.1. El aborto……….…………………………………………………………………………..16 1.4.2. El suicidio y el homicidio….…………………………...………………………………….17 1.4.3. Creó Dios el cielo y la tierra. Destrucción del medio ambiente……..…..………….…….18 1.4.4. Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella. El problema del desplazamiento……………………………………………………….…………………….19 1.5. Síntesis conclusiva….…………………………………………………………………………....22 CAPÍTULO II ACERCAMIENTO EXEGÉTICO A Jn 6,41-58. (FASE LITERARIA) 2.1. Objetivo del capítulo………………………………………………………… ………………….22 2.2. Acercamiento desde la crítica textual………………………………………………………….....23 3 4 2.3. Lectura bajo el aspecto sincrónico…………………………………………………………...…..26 2.3.1. Premisa.……………………………………………………………………………………26 2.3.2. Análisis lingüístico sintáctico….…………………………………………………………..26 2.3.3. Breve lectura teológica a partir del análisis lingüístico sintáctico…...……………………31 2.4. Análisis semántico…………..……………………………………………………………………36 2.4.1. Vida היח- ζωή…….………………………..……….………..…………………………….37 2.4.2.Muerte 2.4.3.Maná …………………...……….……………………………………….…………….37 ………...…………………………………...……………………………………....38 2.4.4. Pan bajado del cielo …..……………..…………………………….……………………….39 2.4.5.Carne…………………….………………………………..………………………………...39 2.4.6.Murmurar.……………………………...………………………..………………………….40 2.4.7.Comer …………..….……...……...…...……………………………………………….…..40 2.4.8. Síntesis del análisis semántico………….…………………………………………………41 2.5. Lectura bajo el aspecto histórico ....……………………………………………………….……..43 2.5.1. Contexto histórico y social ………………………………………………………………..43 2.5.2. El lugar de origen del cuarto evangelio…….……………………………………………...44 2.6. Análisis de clases de texto………………………………………………………………………..45 2.6.1. El género literario…………………………………………………………………………45 2.7. Lectura bajo el aspecto diacrónico……………………………………………………………….46 2.7.1. Historia de la redacción…………………………………………………………………...46 2.7.2. La crítica de las tradiciones……………………………………………………………….55 2.7.3. La crítica de la redacción………………………………………………….………………58 2.8. Síntesis conclusiva …..…………………………………………………………….……………60 CAPÍTULO III REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y EDUCATIVA – PASTORAL. 3.1. FASE TEOLÓGICA…………………………………………………………………………....62 3.1.1. Objetivo del capítulo…………….………………………………………………………..62 3.1.2. Idolatrías de la vida en el siglo XXI……………………………………….……………...63 4 5 3.1.2.1. ¿Calidad de vida?...................................................................................................63 3.1.2.2. ¿procreación y/o perpetuidad de la raza humana?..................................................64 3.1.2.3. ¿La perfección humana?........................………………………….………………64 3.1.2.4. ¿una existencia significativa?.................................................................................65 3.1.2.5. Un nombre: la vida eterna……………..………………………….……………...66 3.1.3. Yo y el Padre somos uno…….…………………………………………….……………..66 3.1.3.1. La recíproca intimidad entre Padre e Hijo………………………………………..66 3.1.3.2. Reflexión teológica de la unidad Padre-Hijo……………..….…………………..68 3.1.4. El que escucha al Padre: la receptividad del discípulo como recurso necesario para comprender la unidad Jesús- creyente…………………………………………………...71 3.1.5. El que cree tiene la vida eterna.…………………………...……………………………72 3.1.6. Si alguno me sirve el Padre le honrará…….……………………………………...……73 3.1.7. ¿Qué es realmente la vida eterna?....................................................................................74 3.2. LECTURA ACTUALIZANTE ………………………………………………………………..76 3.2.1. El que aprende viene a mí……….……………………………………………………...77 3.2.2. Partir de la situación contextual para llegar al lugar ideal: la vida en Cristo…………..78 3.2.3. Lugares pedagógicos para orientar a la Buena Nueva de la vida eterna……………….80 3.2.3.1. La persona como lugar privilegiado para educar en el valor de la vida…...…………81 3.2.3.2. La familia cuna de la vida……………………………………………………………81 3.2.3.3. Creó Dios el cielo y la tierra: el medio ambiente……………………………………83 3.2.3.4. Amar hasta el extremo: el servicio…………………………………………………...84 3.2.3.5. La Iglesia, madre y maestra de la vida……………………………………………….84 3.3. “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él”: Eucaristía y vida eterna……………………………………………………………………………….....…….86 3.4. Síntesis Conclusiva……………………………………………………………………………….88 CONCLUSIÓN..……………………………………………………………………………………..89 BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………...…..95 Anexos………………………………………………………………………………………………...97 5 6 INTRODUCCIÓN. IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA a. PLANTEAMIENTO DE LA REFLEXIÓN. ¿Quién vivirá sin ver la muerte? ¿Quién sustraerá su vida de las garras del abismo? (Sal 88,44) ¿Qué soy yo en la inmensa creación? (Ecle 16,17) ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? (Sal 8) ¿Qué es realmente la vida eterna? La pregunta por el hombre y el sentido de la vida, su destino auténtico, la posibilidad de la vida después de la muerte, la eternidad, son parte de los interrogantes más frecuentes del ser humano a lo largo de la historia. Este cuestionamiento supone que existe un valor de la vida biológica, física, temporal que, sin embargo, se experimenta incompleta, limitada aunque orientada a la búsqueda de un bien superior que le dé plenitud porque intuye que “sin la perspectiva de la vida eterna, el progreso humano se queda en este mundo sin aliento”1. El hombre moderno tiene conciencia de esta insuficiencia lo cual le motiva a dar una mayor valoración de la vida, de su cuidado, de su defensa y de su promoción. Contradictoriamente, aumentan las amenazas contra la vida de las personas y los pueblos2 reafirmada en una serie de acciones que hablan con elocuencia de la persistente presencia de la muerte: Eliminación de la vida antes del parto: El aborto. La eutanasia. El alcoholismo y la drogadicción que desembocan en una vida afectiva y emocional desordenada y en la violencia manifestada en homicidios y suicidios. El trabajo forzoso y la prostitución. La exclusión social de los más necesitados. El hambre, la guerra, el desplazamiento y la falta de educación. 1 Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, Ciudad del Vaticano, 2009, numeral 11. 2 Juan Pablo II, Encíclica Evangelium Vitae, Ciudad del Vaticano, 1996, numeral 3b. 6 7 Mutilaciones, torturas corporales, coacción psicológica, encarcelamientos arbitrarios, esclavitud, deportaciones3. La explotación y la destrucción del medio ambiente. Las consecuencias se develan de inmediato: Aumentan las personas que no gozan del don de la vida y algunos empezando su existencia han perdido prontamente el horizonte de ella. Se incrementa la utilización de seres humanos obligados al trabajo indigno, sometidos a la explotación y humillación hiriendo al individuo de tal forma que, a consecuencia de las diversas experiencias negativas, opta por el rechazo de la vida propia y la del prójimo. Los Estados son mediocres al proponer una educación integral que promueva la vida justa y digna, contribuyendo a actitudes y sentimientos de frustración, al aumento de la exclusión social favoreciendo para unos pocos el incremento del tener4 y olvidando la formación del deber ser en su conjunto. Avanzan los tiempos de la tecnología, la modernidad y la civilización y sin embargo parecería que el hombre ya no sabe quién es5. Estas actitudes y situaciones anti - vida son un grito y un reto que interpela a diversas ciencias y disciplinas. La filosofía, por ejemplo, piensa en el sentido de la vida y de la existencia humana y hay quien en el clímax de su reflexión afirma que sólo existe un problema filosófico realmente serio: el suicidio. Pensar si vale o no la pena vivir la vida 6. Por su parte la psicología contribuirá para que el ser humano se descubra a sí mismo en la valoración y proyección de su existencia recordando que, así como hay vida, también hay ausencia de vida cuya manifestación suprema es la muerte.7Ante estas manifestaciones la psicología optará por una terapia existencial para que el “paciente” logre la reconciliación consigo mismo y su vida. A su vez la ética se preguntará ¿para qué la vida? y también ¿para qué la muerte? no para referirnos a la finitud biológica…sino para adentrarnos en el impulso 3 Ibid, 7. 4 Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, numeral 11. 5 Gevaert, Joseph, Antropología filosófica, Sígueme, Salamanca, 2003, 12. 6 Ibid, 16. 7 Cash Adam, Psicología y comportamiento humano, Norma, Bogotá, 2002, 301. 7 8 de la vida más allá de la muerte8 de modo que, como ciencia, también está en búsqueda del sentido de la vida. Se constata por tanto la importancia de este cuestionamiento en cada persona y en los diferentes estudios que frecuentemente meditan sobre la vida. La teología no es ajena a esta circunstancia y no lo es menos para la Sagrada Escritura inspirada por Dios puesto que en Él está la fuente de la vida (Ez 21,36). De allí surgen las preguntas a partir de las cuales se quiere orientar este trabajo. ¿Cuál es el aporte bíblico ante una “cultura de la muerte”?9 ¿Contempla la Sagrada Escritura una vida futura que perdura? ¿Qué dice la Sagrada Escritura al creyente acerca de la vida? Desde la Escritura ¿cómo comprender el sentido verdadero de la vida en relación con la vida eterna? b. JUSTIFICACIÓN. La Escritura revela al Dios de la vida en muchas de sus narraciones tanto a nivel biológico y temporal como a nivel trascendental y escatológico. El Nuevo Testamento usa el término vida (ζωή) 140 veces, de ellas 17 aparecen en Juan: yo soy el pan de vida (6,35.48) la luz de la vida (8,12) el camino, la verdad y la vida (14,16) la resurrección y la vida (11,25) quien cree tiene la vida eterna (6,47) quien come y bebe de esta carne tiene vida eterna (6,54) yo doy la vida, tengo poder para darla y para recobrarla (10,17-18) he venido para que tengan vida y la tengan abundantemente (10,10). No cabe duda de la importancia que para el cuarto evangelista tiene la vida, no sólo natural sino la que Juan llama vida eterna, mencionada catorce veces en el capítulo sexto de las diecisiete citaciones que aparecen en la totalidad del evangelio. Esto lo hace el capítulo idóneo para analizar la noción de “la vida eterna”. 8 Rodríguez Jaime, Bios – tánatos, Giro editores, Bogotá, 1998, 39. 9 La “cultura de la muerte” es una afirmación de Juan Pablo II en la encíclica Evangelium Vitae. Para Él, es el resultado de un concepto perverso de libertad donde prevalece la promoción de sí mismo y la negación del otro al que considera como enemigo. Advierte que, de este modo, la sociedad sería un conjunto de individuos colocados unos junto a otros, pero sin vínculos recíprocos (n. 20) en los que algunos, haciendo uso, incluso del poder, se imponen sobre y contra los demás destruyendo su dignidad humana en oposición a la vida dada a todos en abundancia (Jn 10,10) 8 9 Para abrir camino a este propósito se tomará el texto Jn 6,41-58, indagando la teología propia del evangelio y de la perícopa. Ya Juan 1,3 ha aludido a la vida (ζωή), si bien es a partir de 6,41-58 donde el evangelista se concentra en la expresión vida eterna zwh.n aivw,nion Como afirma Schnackenburg la idea de vida (eterna) que Jesús comunica ya en el presente a quienes creen en él, domina toda la doctrina joánica de la salvación10. Por tal motivo se hará un estudio exegético del texto mencionado para desentrañar el sentido específico de la vida eterna como Palabra de Dios dirigida al hombre para que descubra en Él la vida verdadera. c. OBJETIVO GENERAL Realizar el estudio exegético de ζωή en Jn 6,41-58 para determinar su significado en el evangelio y brindar un aporte bíblico - teológico a la reflexión del creyente sobre el sentido de su vida y su relación con la Vida eterna. d. OBJETIVOS ESPECÍFICOS -Profundizar el sentido teológico del término ζωή en el cuarto evangelio. -Elaborar una reflexión teológica acerca del sentido de la vida como don de Dios para cada ser humano, de acuerdo a un análisis bíblico – teológico del término ζωή. e. MÉTODO En este trabajo se usarán diversos métodos de acercamiento al texto de Juan. La metodología combinará varios procedimientos exegéticos, a saber, la crítica textual, para determinar cuál es el texto adecuado sobre el cual se realiza el análisis; el estudio sinóptico del texto de Juan con fuentes del Antiguo Testamento y los demás evangelios para establecer las diferencias y convergencias de los diferentes relatos y su posible influencia en el texto joánico; el análisis sintáctico para investigar la forma lingüística del texto, sus recursos lingüísticos, el sentido de las frases de la perícopa y las 10 Schnackenburg, Rudolf, El evangelio Según San Juan, IV exégesis y excursus complementarios, Herder, Barcelona, 1987, 138. 9 10 relaciones que existen entre ellas elaborando una propuesta de subdivisión que ayude a comprender el tema de la vida a partir del léxico, la gramática, el estilo, el discurso, la coherencia de los sujetos verbales y las acciones en la perícopa; el análisis semántico para aclarar el significado de las palabras claves del texto y profundizar los términos vinculados con la vida eterna, estableciendo la relación de los mismos entre el Antiguo y Nuevo Testamento; el análisis de los grupos de texto para identificar el género literario y los cambios del texto observando su lógica narrativa así como el proceso de construcción del relato. También será utilizado el acercamiento exegético bajo el aspecto diacrónico mediante el cual se estudiará la historia de la redacción, la crítica de las tradiciones, la crítica de la redacción profundizando el origen del texto hasta su elaboración final. Finalizado el análisis exegético se procederá a la reflexión teológica acerca de ζωή y el aporte que a partir del estudio hace la Escritura a la pregunta formulada y al objetivo planteado. 10 11 CAPÍTULO I. CONTEXTUALIZACIÓN DE LA PREGUNTA (FASE PREPARATORIA) 1.1. Objetivo del capítulo. Planteado el objetivo general del trabajo es tarea de este capítulo señalar la situación que suscitó la presente reflexión dando lugar a una necesidad: responder a nivel personal la pregunta ¿qué es la vida eterna? para anunciarla pastoralmente a quienes se hacen el mismo cuestionamiento sin hallar una réplica del todo satisfactoria. Creo, a partir de ahora, que la Escritura ofrece la respuesta más adecuada a este interrogante vital para toda persona, para todo creyente y para todo discípulo de Jesús. 1.2. Vida y muerte en la Escritura. La reflexión que la Sagrada Escritura hace de la vida es transversal y con ella se relacionan importantes narraciones temáticas como el derecho, la justicia, la tierra, la fidelidad y la relación del pueblo de Israel con Yahvé. Pero ¿Cómo ha desarrollado la Palabra el tema de la vida? En ella la vida se designa generalmente como la existencia, la vitalidad de la naturaleza y del ser humano en contraste con la muerte. A lo específico de la vida humana corresponde el hecho de que esa vida no se le ha dado al hombre simplemente para vivirla, sino que se le ha entregado para que la forme y la realice11 y por tanto tenga sentido. La muerte en este caso es la vaciedad de la existencia. Sin embargo, la Escritura comprende la vida como una actitud, un modo de vivir (bios) y como el ser viviente en sí mismo en contraposición con los seres inertes, inanimados (ζωή). Esta comprensión tiene algunos presupuestos que a modo de síntesis se presentan a continuación. Cuadro 1. Concepciones de la antigüedad respecto a la vida. Homero La antigua Grecia La filosofía antigua Judaísmo helenístico La vida se expresa en La vida es el primer lugar de la La vida proviene de los Tiene la concepción de la 11 Coenen, Lothar, Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Tomo II, Sígueme, Barcelona, 2004, 798. 11 12 las formas como vitalidad y se caracteriza por la diferentes elementos de vida terrena como atadura aparece y se manifiesta fuerza del propio movimiento. la naturaleza: el agua, físicamente. Cuando se Su causa es la psiqué, el alma, el aire, el Nous. El la habla de bios (vida) se está señalando el tiempo, la duración de la vida biológica. considerada como una sustancia fuego, la materia. del alma, es decir, que en perspectiva temporalidad, de la ésta etérea que a través de la fuerza, imposibilita el alcance de da vida la que inmortal. A partir de este movimiento (Diógenes) a la mientras vida verdadera, Jenofonte la considera como un enfoque el judaísmo aliento que sopla, es decir, una helenístico le da gran sustancia esencial para que la importancia a la muerte vida pueda ejercitarse dentro del porque con ella se da el cosmos. paso a la vida auténtica. Las concepciones de la vida en el mundo antiguo son variadas. Para Homero la vida es finita, temporal, mientras que para los griegos la vida se refiere generalmente al movimiento. Llama la atención la afirmación de Jenofonte la vida se adquiere por un aliento que sopla similar al Génesis. Generalmente la vida se comprendió en la antigüedad a partir de la temporalidad (vida corporal) e intemporalidad (vida permanente). Por otra parte, Dood hace una analogía entre Filón y San Juan del término “vida eterna” mostrando que, en ambos autores, la vida de Dios no es concebida como tiempo sino como eternidad. Esta última no es ni pasado ni futuro sino presente, nada ha pasado ni nada va a pasar, todo acontece en el ahora. El verdadero nombre de la eternidad es “hoy” (…) vivimos en el eterno hoy de Dios12. Como lo indica Dood, hay una semejanza importante en la idea originaria joánica de la vida con relación a la de Filón. Para ellos, la vida eterna no está vinculada estrictamente con una nueva forma de existencia después de la muerte. Pero ¿qué significado le ha dado el pueblo de Israel a la vida? Para él, la vida es comprendida como algo de aquí abajo, temporal, los días de existencia que Dios concede a cada ser humano en particular. Como es don de Dios entre más extensa es la vida, más bendecido ha sido el creyente que recibió esta gracia Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo mismo, y no hay quien libre de mi mano (Gn 32,35) Estos fueron los días de vida de Abraham: 175 años (Gn 25,7); Jacob vivió en 12 Cfr. Dood, Charles Harold, Interpretación del cuarto evangelio, Cristiandad, Madrid, 1978, 159. 12 13 Egipto diez y siete años, siendo los días de Jacob, los años de su vida, 147 años (Gn 47,28). También en el concepto israelita de la vida larga, esta aparece como una muestra de la bendición divina, prometida al que obedece13: Tú en tanto vendrás en paz con tus padres, serás sepultado en buena ancianidad (Gn 15,15); Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahvé tu Dios, para que se prolonguen tus días y seas feliz en el suelo que Yahvé tu Dios te da (Dt 16,5); Hijo mío, no olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos, pues largos días y años de vida y bienestar te añadirán (Prov 3,1-2). Precisamente, la presencia y el poder de Dios marcan la novedad en el concepto de la vida verdadera. Dios la tiene y la quita: tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte (Sab 16,13) depende de Él: “vuélvete Yahvé, restablece mi vida” (Sal 6,5), se dirige a Él caminaré en presencia del Señor, en el país de la vida (Sal 114,9), su valoración es dada por Él. Ya en los inicios del primer libro del Antiguo Testamento, el Génesis habla de la creación del hombre y de cómo Dios insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente (Gn 2,7), el nefesh, un soplo vital que se refiere a Yahvé Creador de la vida auténtica que se encarna en la vida biológica dada a todo ser humano. Por tanto, aliento de Dios y existencia humana se necesitan recíprocamente. Sin embargo, así como se constata la realidad de Dios como portador de la vida dada a toda la creación, también es cierta la pretensión de la muerte que quiere dominar al hombre. Con frecuencia se encuentran acontecimientos bíblicos donde la muerte atrapa al hombre por su desobediencia a Dios, no comerás de aquel árbol (…) porque el día que comas de él morirás sin remedio (Gn 2,17); o el ejemplo del hombre víctima de su propio hermano: se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató (Gn 4,8) o la desaparición de la descendencia tan importante en los tiempos bíblicos: morirán en el país de Egipto todos los primogénitos (Ex 11,5) o el olvido al que se somete quien causa y hace el mal como anunciaron los profetas: de muertes miserables morirán sin ser sepultados ni planillados (Jr 16,4) o el dolor que sufre un pueblo creyente cuando algo constitutivo de su fe como el derecho, la igualdad, la moral, la justicia y la escucha a Yahvé desaparece: no hay fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios en esta tierra, sino perjurio y asesinato, robo, adulterio, y violencia, sangre y más sangre, por eso esta tierra está en duelo (Os 4,1-3). En los primeros textos bíblicos se percata la 13 Coenen, Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Tomo IV, 356. 13 14 tensión entre la seducción del mal y el deseo de poseer la vida hasta preguntar como el salmista ¿No volverás a darnos la vida para que tu pueblo goce de Ti? (Sal 85,7) 1.3. La experiencia vital. También los salmos son en varias ocasiones una súplica a favor de la vida: “con tus mandamientos Señor dame Vida” (Sal 118) adquirida en la escucha de la Ley de Dios pero hecha plena en Cristo donde reside la vida verdadera. En los tiempos actuales, los creyentes siguen invocando al Dios dueño y Señor de todo y confían en que el Creador les enseñará el camino de la vida (Cfr. Sal 16,1), camino que todo discípulo está llamado a conocer y recorrer, algunos en la Vida Religiosa Consagrada. Precisamente la experiencia de vida religiosa le permite al religioso destinar su vida, todo su ser y su hacer a Dios que le exhorta para servir. En la respuesta a este llamado se construye un hombre que despojándose de lo antiguo se reviste de lo nuevo iniciando un camino de conversión que le lleva a la plenitud de la vida cuyo fin último es la santidad. Cristo y la Iglesia en su bondad han dado los elementos necesarios para realizar este itinerario hacia el Padre sin desfallecer. Se aprende la importancia de la oración y diariamente el religioso se nutre de ella, celebra la Eucaristía como fuente y culmen de la vida y de las acciones de cada día y descubre la hermosura del servicio al prójimo, especialmente el más pobre, en peligro y desfavorecido. La fe se purifica y adquiere nuevas categorías que hacen más entendible el evangelio y sus implicaciones en la vida práctica y pastoral. Se comparte la vida con otros que igualmente quieren vivir el ideal de un carisma y el deseo de ser nuevos Cristos para el mundo de hoy. Sin embargo, al recorrer ese camino hacia el Señor y dueño de todo cuanto existe, se corre el riesgo de rutinizar y mecanizar la respuesta que día a día se da al llamado de Dios, a tal punto que puede llegar el momento de creer que todo está dicho y asimilado hasta que alguien le muestra al religioso que está equivocado. Esa es la experiencia personal que ha motivado la realización de este estudio que aunque académico, también ha sido pensado de rodillas. 14 15 Como hijo de Don Bosco soy heredero de una espiritualidad, la de ser signo y portador del amor de Dios para todo el que está cerca, prioritariamente los más necesitados y los jóvenes más pobres, abandonados y en peligro. Esto significa que en mi recorrido vocacional hacia el Reino de los cielos los jóvenes siempre están y estarán presentes. Caminamos con los jóvenes para llevarlos a la persona del Señor resucitado14. Uno de esos jóvenes, hoy estudiante de medicina de la Universidad Militar de Colombia, hacía una pregunta muy particular. ¿Cuál es el sentido de esta vida? En realidad cada vez que había un diálogo con él era fácil percibir su vaciedad interior así como se captaba rápidamente el anhelo que tenía por encontrar la persona, la carrera, o el objeto que lo hiciera verdaderamente feliz. Otro de los diálogos complicó lo anterior con otra pregunta ¿usted de verdad cree que exista otra vida después de la muerte? Tratando de responder de muchas maneras y con diferentes argumentos, noté que tampoco yo había resuelto el problema, es más, que esta es la pregunta de fondo en la mayoría de diálogos espirituales, pastorales y educativos que se tiene concretamente con los jóvenes. Me pregunté a partir de esta constatación por el sentido de la vida y vino también a la mente la idea de la eternidad. Entendí que sólo profundizando y respondiendo estas inquietudes podré eventualmente ayudar en la acción pastoral a que otros descubran el sentido de la vida verdadera y auténtica. Y para hacer eficaz y real este propósito, pensé en hacerlo objeto de reflexión de mi trabajo de grado a partir de la perspectiva bíblica, puesto que su estudio y su riqueza es, a nivel personal, estimulante y gustoso. Pues bien, compruebo este grito en busca de la vida plena, particularmente en la población juvenil lo cual interpela profundamente a la Teología y la Sagrada Escritura. En el contexto de fe que vive la sociedad, en el sentir y percibir general de las personas, se observa que también hoy, como en la Escritura, existen tensiones entre los conceptos de la muerte y la vida. Los jóvenes, por ejemplo, se implican en las disputas existentes entre los que defienden la vida del niño por nacer y los que alegando otra serie de intereses, justifican en muchos casos la muerte prematura; entre quienes luchan por la justicia y la igualdad entre los pueblos, y los que hacen valer sus intereses propios sin importar la exclusión, la pobreza, la desigualdad, la violencia y la vida 14 Constituciones de los Salesianos de Don Bosco, Artículo 44. 15 16 indigna que resultan como consecuencia de estas incumbencias; entre quienes defienden el medio ambiente y quienes lo destruyen; entre tantos seres humanos que buscan la liberación y la defensa de la vida frente a otros que sin causa justificada la eliminan. Permanecen “Caín” y “Eva” desobedientes al designio de Dios de la vida; nuevos perjurios, asesinatos, robos, adulterios, violencia y sangre mantienen el duelo en el pueblo santo de Dios ante el cual es urgente llevar a la persona del Resucitado, de modo que, descubriendo en Él y en su Evangelio el sentido supremo de la propia existencia, crezcan como hombres nuevos. Pero antes de llegar a algunas reflexiones al respecto, es importante presentar algunas de las más significativas amenazas contra la vida. 1.4. Amenazas de la muerte hoy contra la vida. El mundo entero padece de nuevas y globalizadas amenazas contra la vida de cada persona, los grupos humanos y el medio ambiente poniendo en alto riesgo de muerte a toda la humanidad. Algunos casos indicativos de esta realidad de muerte son: 1.4.1. El aborto. La Organización Mundial de la Salud considera que en Latinoamérica, “se realizan cuatro millones de abortos anualmente y que alrededor de seis mil mujeres mueren por esta causa”15. Es decir que en un alto número de casos, la consecuencia del acto abortivo es doblemente fatal porque implica la muerte de ambas personas. En su mayoría los abortos son conscientemente inducidos, es decir, se realizan con pleno uso de la conciencia por parte de la madre y del médico. En Colombia particularmente, el 10 de mayo del 2006 fue aprobada por la Corte constitucional la despenalización del aborto16 a través del cual la madre podrá suspender el crecimiento del feto bajo tres criterios: Riesgo para la vida de la madre, cuando el embarazo es producto de violación o incesto y cuando hay 15 16 Cfr. http://www.e-health.edu.co/aborto/proyectoaborto.pdf, (consultado el 25 de Septiembre de 2008). Decreto Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Colombia del 10 de mayo de 2006. 16 17 una malformación fetal incompatible con la vida digna. ¿Qué piensa, por ejemplo, la medicina al respecto? Hace algunos años preguntaron a 649 médicos si ¿consideran el aborto como un problema de salud pública o un problema de orden jurídico?17 De ellos, 96 eran ginecobstetras de los cuales el 96.8% consideró el aborto como un problema de salud pública y el 3.2 % un problema jurídico. De los 96 médicos el 41% estuvo dispuesto a realizar un aborto en circunstancias especiales y legales. El estudio reveló que los médicos mayores de edad o con hijos, eran los menos interesados en practicar un aborto, mientras que los médicos jóvenes con hijas mujeres estaban más a favor de la práctica. Con los resultados de la encuesta podría decirse que las nuevas generaciones, con respecto a las mayores generaciones, están cambiando la percepción y valoración que tienen de la vida; que el problema del aborto no disminuye a pesar de haber sido legalizado en casos específicos; que cuestiona la poca prioridad dada a la vida como valor y derecho fundamental para favorecer intereses de carácter político, económico y social; que los adolescentes son en su mayoría quienes optan por el aborto18. Después del homicidio y el suicidio, el aborto es la tercera causa de muertes en Colombia. Es una evidente amenaza contra la vida, lo cual merece la atención del teólogo y exhorta a todo creyente a redescubrir lo que significa verdaderamente la vida como don y gracia de Dios. 1.4.2. El suicidio y el homicidio. Este es un fenómeno universal cada día más común en la sociedad. El ser humano desconoce el valor de la vida que proviene de Dios quien nos ha puesto delante de la vida (Dt 30,15); el hombre cree ser el dueño, no sólo de su propia vida sino que, en muchas ocasiones, se considera lo suficientemente autorizado para quitar la vida de otros como sucede en el caso de los homicidios. Se repite a diario la historia de Caín y Abel. 17 Cfr. http://www.e-health.edu.co/aborto/proyectoaborto.pdf, (consultado el 22 de Septiembre de 2008). 18 Cfr. http://colombia.indymedia.org/news/2005/10/32288.php, 20 de Octubre de 2008. La edad de las adolescentes que abortan oscila entre los 14 y 28 años de edad. 17 18 La muerte, según la ciencia forense, tiene dos tipos de causas; por situaciones exógenas y por situaciones endógenas. Las primeras son ajenas a la voluntad humana, no depende de acción consciente de los sujetos. Es el caso de las muertes causadas por accidentes laborales y de transporte. (Ver anexo 1). Las segundas, por el contrario, tienen algún grado de intencionalidad y conciencia. Como se observa en los cuadros del anexo 1, la mayoría de muertes en Colombia son a causa de homicidios, de lo cual se concluye que generalmente han sido premeditadas. El 90% de este crimen sucede en jóvenes entre los 15 y 25 años. Esto indica nuevamente una pérdida del valor de la vida por parte de las nuevas generaciones de la sociedad. El 95% de quienes se suicidan son jóvenes. De ellos el 80% vive sólo con uno de los padres de familia. Como dato adicional, la mayoría pertenecen al estrato alto indicando que el problema no es eminentemente económico.19 1.4.3. Creó Dios el cielo y la tierra (Gn 1,1). Destrucción del medio ambiente. Solía decir Einstein que sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana... y no estoy seguro de lo primero. Justamente la simpleza del ser humano está acabando con el universo, con el medio ambiente. El mercado de los recursos naturales, la explotación desmesurada y descontrolada por parte de los capitalistas, y la pobreza que generará a medio y largo plazo la destrucción de la naturaleza, ponen en riesgo la vida en todas sus manifestaciones. Aumenta el calentamiento global que traerá como consecuencia la escasez de agua en menos de 50 años. Se augura la muerte por sequía y ya se habla de la guerra azul. La tierra dejará de ser productiva en el Amazonas donde se conserva la mayor reserva natural del mundo lo que implicará la falta del alimento. Habrán desaparecido miles de especies animales y vegetales. Las próximas generaciones heredarán un mundo desértico. El ser humano está destruyendo esta maravillosa manifestación de Dios. No basta con ser salvadores de alma20 (P. Marco Arana) sino que es indispensable defender el derecho que tiene la tierra para vivir. Sin embargo, con esperanza se percibe el auge de la juventud en la defensa, la promoción y en el cuidado del medio ambiente y sus recursos. Se ha tomado conciencia del respeto que merece la naturaleza y lo dependiente que el ser humano es de ella; a la naturaleza se le admira cada vez más. 19 20 Cfr. http://www.unal.edu.co/uncontexto/inf_especial_002.htm, (consultado el16 de Octubre de 2008). Cfr. www.ecoportal.com, (consultado el 24 de Septiembre de 2009). 18 19 1.4.4. Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella (Sal 37,29): el problema del desplazamiento. Se considera que cerca de 26 millones de personas se encuentran desplazadas. Colombia es el tercer país del mundo con mayor número de desplazados y es el país que más asistencia internacional recibe para afrontar este problema21. La tierra ha sido prometida y dada a todos por el Creador: los humildes poseerán la tierra y se deleitarán en abundante prosperidad (Sal 37,11); Bienaventurados los mansos porque poseerán la tierra (Mt 5,4). Para Israel, la tierra es prometida por Yahvé a su pueblo; perderla significa perder la vida. Quitarla atenta de forma directa contra la vida y la dignidad de la comunidad humana: esto es hoy el desplazamiento. La avaricia y la ambición del hombre han causado este fenómeno aberrante. Los desplazados no están en situación de pobreza sino de miseria. No poseen un lugar propio donde vivir, trabajar y ganar dignamente el alimento de cada día. No suplen sus necesidades básicas primarias; son víctimas de la violencia, del hambre y de la explotación. Se les está impidiendo el derecho a realizarse como personas, se les está negando el derecho a la vida digna. En un país donde el 81% de sus habitantes es de confesión católica, (es más, donde el 91% de los colombianos son cristianos si se tiene en cuenta que las religiones no católicas son en su mayoría de profesión de fe cristiana) 22 se está perdiendo la opción evangélica de la vida, don de Dios, por parte de quienes se llaman seguidores de Cristo. ¿Acaso Dios se complace en la muerte? (Ez 21,23) ¿Cuál es el porqué y el para qué de la vida humana? Si la vida es inviolable, porque sólo pertenece a Dios, ¿cómo comprender y promover en el creyente la conciencia de ese don dado para el libre desarrollo de la existencia en movimiento hacia su Creador? ¿Qué responsabilidades tiene el ser humano y más aún el cristiano, en la defensa y el cuidado de la vida? ¿Qué debe hacer el teólogo y el educador en la fe para instruir a otros en la defensa y promoción de la vida en Cristo? 21 www.acnur.org, (consultado el 29 de Septiembre de 2009). 22 Dato tomado de la encuesta realizada por el periódico “el Tiempo” en el año 2007. www.eltiempo.com 19 20 Para responder estos cuestionamientos hay que partir de categorías reales, no imaginarias. Como el trabajo se hace pensando especialmente en los jóvenes, es indispensable conocer que piensan las nuevas generaciones del Dios amante de la vida y de su amor por la vida23. Entonces ¿qué es y que significa realmente para los jóvenes la vida? Para responder aprovecho algunas de las respuestas que 120 jóvenes del Colegio Distrital Cristóbal Colón, entre los 14 y 19 años dieron a algunos interrogantes durante la práctica pastoral24 realizada en esa institución. ¿Quién o qué es Dios para ti? El creador de todas las cosas; el dueño del mundo; un invento de la religión para controlar al ser humano; un amigo; un ser que sirve para justificar lo inexplicable; el lado bueno de un mundo perverso; Dios es una afirmación. ¿Qué significa para Ti la vida? Es lo más hermoso que tenemos; está llena de retos y de oportunidades que nos ha dado Dios como regalo para aprender a descubrir lo hermoso de existir; Representa todo lo bueno; es un don chévere de Dios que nos da porque nos quiere; la vida es para mí, la capacidad que tengo de estar bien conmigo, con mi familia, con los demás; la vida es un movimiento; la vida es aquello que nos permite compartir; la vida es el valor más preciado que tiene una persona; un reto; la razón extrema de ser; la búsqueda por ser feliz; es inspiración, como la naturaleza; ¿Qué consideras que es la vida eterna? Es la vida para siempre; donde no hay muerte; experimentar la existencia espiritualmente no físicamente; estar al lado de Dios; el lugar donde no sentimos miedo; hacer las cosas bien para vivir mejor; tener más años; algunos no se complican con dar una respuesta, sencillamente afirman no sé. En estas expresiones rápidas, líquidas y fugaces, como suelen ser los jóvenes de hoy, se constatan sentimientos profundos llenos de anhelos por lograr la felicidad para su vida y la de los suyos; también revelan la confusión, el abandono, la incomprensión, la decepción, la desconfianza, la lejanía 23 Chávez, Aguinaldo 2007, 19. 24 Realizada durante el primer semestre académico del año 2009 y orientada por la profesora Susana Becerra de la Facultad de Teología de la Universidad Javeriana de Bogotá. 20 21 frente a Dios y toda experiencia religiosa en general. En definitiva se comprueba que en el fondo de la crisis de la educación en la fe existe una crisis de confianza de la vida que no es sino desconfianza en el Dios que los ha llamado a la vida 25. Es prioritario educar primero en la vida como don para luego educar en la fe. 1.5. Síntesis conclusiva. Ante las manifestaciones de muerte que aumentan día a día, la pregunta por el sentido de la vida y el destino verdadero del hombre es prioritaria. El recorrido de este primer capítulo ha mostrado que Dios es de vivos y no de muertos, que es el Señor de la Vida y no de la muerte. Esto lo intuye todo ser humano poniendo de manifiesto que cualquier acogida de los diferentes signos de muerte, lo sitúa en contradicción con Dios. Pero ¿Qué es realmente la vida verdadera y auténtica a la que está llamado todo ser humano y más aún el creyente en Cristo? Con el propósito de iniciar el camino hacia una respuesta, ha sido planteada la pregunta que orientará el itinerario del trabajo de manera que al final se ofrezca un aporte bíblico a la importancia que tiene la vida en Cristo para todo ser humano. Se ha sustentado el contexto que motivó la realización de la reflexión mostrando los contrastes entre los signos de la vida y la muerte, así como algunos imaginarios que al respecto tiene la población juvenil. A continuación habrá que dilucidar en la Escritura lo que, por Revelación, Dios ha comunicado a la humanidad respecto de la vida eterna a partir del evangelio, como el criterio para la valoración y la opción que se hace frente a la vida en todas sus manifestaciones. Este será el propósito del recorrido exegético que ocupará el siguiente capítulo. 25 Capítulo General XXVI (CGXXVI) de los Salesianos de Don Bosco, numeral 181. 21 22 CAPÍTULO II. ACERCAMIENTO EXEGÉTICO A Jn 6,41-58. (FASE LITERARIA) 2.1. Objetivo del Capítulo. Luego de observar la impresionante multiplicación y agudización de las amenazas26 contra la vida, el objetivo de este capítulo es profundizar bíblica y teológicamente el anuncio de la vida que hace la Sagrada Escritura particularmente en el cuarto evangelio. Para esto se analizará Jn 6,41-58 a partir de: La crítica textual que hará un análisis del aparato crítico para identificar las variantes atestiguadas en los diferentes papiros y pergaminos, estudiando los posibles cambios de interpretación que éstas dan al texto y definiendo cuál es el texto adecuado sobre el cual realizar el estudio exegético del mismo. El análisis sintáctico para identificar las afirmaciones claves de la perícopa y su interrelación. El análisis semántico observará la progresión de las expresiones más importantes de la perícopa a partir del Antiguo hasta el Nuevo Testamento vinculadas con la vida eterna. El contexto histórico y social en el que fue escrito el texto tratando de establecer las influencias culturales, lingüísticas y religiosas en la redacción del evangelio. El análisis diacrónico para establecer la historia de la redacción, las tradiciones, las fuentes y el proceso de redacción que tuvo el texto de estudio a partir de su inicio hasta la elaboración final del mismo. Realizado este itinerario se desarrollará la reflexión teológica y educativa - pastoral que surge de este estudio como aporte al compromiso que tiene hoy el teólogo, el educador pastor y todo cristiano de promover, proteger e instruir en el valor de la vida. 26 Juan Pablo II, Encíclica Evangelium Vitae, numeral 3. 22 23 Cuadro 2. El texto de estudio. Jn 6,41-58. 41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." 42 Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo? 43 Jesús les respondió: "No murmuren entre ustedes. 44 "Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. 52 Discutían entre sí los judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" 53 Jesús les dijo: "En verdad, en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre." 2.2. Un acercamiento desde la crítica textual. El mayor instrumento de investigación es el texto mismo y por tal motivo la tarea a emprender es la lectura de la perícopa comenzando por un acercamiento crítico textual, lingüístico e histórico, que abra el horizonte de la reflexión. Antes de analizar el género literario, los personajes, las acciones y los temas teológicos de la perícopa, su relación con el Antiguo Testamento y su proyección en el Nuevo Testamento, es necesario precisar la autenticidad y la unidad del texto canónico para establecer las posibles variantes que los versos pueden presentar en los papiros y pergaminos. Definida la versión más acertada y precisa se continuará con el análisis literario de la perícopa. Según el aparato crítico presentado por Nestle - Aland27 y Metzger se observa que en la perícopa Jn 6, 41-58 se encuentran las siguientes variantes significativas: En el verso 42, en P75 encontramos una variante de ouvc: ouvci,. El papiro data del siglo III y contiene manuscritos de los evangelios. Esta variante también aparece atestiguada en Vaticanus (B) y en T. Otra de las variaciones que se encuentra corresponde al P66 que data del año 200 d.C. En él se 27 Aland-Nestle, Greek-english New Testament, Deutsche Biblegesellschaft, Alemania, 2001, 266-268. 23 24 encuentra la expresión o[ti. El papiro pertenece a la versión copta sahídica Washington (W) del evangelio. La variante cambiaría significativamente el sentido del verso. ouvc significa “no” y es utilizado dentro del interrogante acerca del origen de Jesús ouvci significa “ay” expresión propia de la invectiva profética cuyo uso en el interrogante del v 42 sería ilógico. Por su parte o[ti28 significa “por qué” preguntando por el motivo o la causa, en este caso, del origen de Jesús. Lo que desea el redactor es resaltar la negación del origen divino de Jesús por parte de los judíos para lo cuál ouvc es el término adecuado para el verso 42. En el verso 47 encontramos la inclusión eij eme “en mí” previa a e;cei zwh.n aivw,nion posterior a pisteu,wn (creer) según Alejandrino (A), C2 Bezae (D) y f 1.13 y textos Sirio sinaíticos, en el bohaírico y en el protobohaírico. La inclusión obliga a un cambio de sentido en la lectura del verso: en verdad, en verdad os digo, el que cree [en mí] tiene vida eterna, irrumpiendo en la lógica narrativa y la unidad que ha venido desarrollando el texto. Este eij eme puede ser una inclusión con el deseo de enfatizar la necesidad que tiene el creyente de ir hacia Jesús para poseer la vida eterna y no perecer. Pero siguiendo la secuencia del discurso, sería innecesaria esta inclusión porque se han venido explicitando las implicaciones del creer a lo largo del evangelio. Sabemos por tanto, que quien cree es el cristiano que sigue a Jesús (en quien deben creer). La narración ha venido presentando esta idea teológica, de modo que no es necesaria la auto proclamación de Jesús recurriendo a una cierta obligación de creer en Él y de dirigir la fe “hacia Él”. También desde el punto de vista literario no resulta nada selecta esta inclusión por lo cual no es necesaria en el texto canónico. Es difícil pensar que el redactor primigenio haya utilizado esa expresión por no concordar con el estilo redaccional del texto. Verso 51. En la frase zh,sei eivj to.n aivw/na aparece como variante zh,setai (para la vida, para que viva) en P66 Bezae (B) Efraimita (C) T en la mayoría de f1.13 la Alejandrino (A), 28 Se transcriben las variantes como aparecen textualmente en el aparato crítico de ALAND-NESTLE, Greek-english New Testament, Deutsche Biblegesellschaft, 2001. 24 25 Bezae (D) L W Con esta variante la redacción sería el pan que les voy a dar es mi carne para la vida del mundo a cambio de por la vida del mundo como aparece en el texto canónico. En el uso lingüístico, el por justifica una acción mientras que el para es un complemento directo, la acción recae en este caso sobre el mundo. La variante busca mostrar que se tiene la vida gracias al pan que nos dará el Señor. Ambas expresiones son válidas. El Señor desea dar la vida y da la vida. No hay mayores papiros que atestigüen esta variante por lo que no se incluye en el texto canónico. La expresión o]n evgw. dw,sw se halla omitida en sinaítico ( ) Bezae (D) W El verso 57 zh,setai (Para que viva) es variante de zh,sei en P66 W f1 y (la vida) en Bezae (D). En el verso la palabra vida ha aparecido en tres ocasiones y termina diciendo vivirá por mí. Se comprende que la vida procede del Padre, y que quien coma a Cristo, en quien está la vida del Padre, tendrá también esa vida. Por tanto, zh,sei redunda con versos previos en los que el relator han enfatizado acerca de la vida, ha explicado el narrador del texto; la inclusión no es necesaria y no es compatible con la narrativa que ha tenido el texto hasta el momento. Puede concluirse que, a pesar de las múltiples variantes atestiguadas en los diversos papiros, hay unidad del texto y se conserva la lógica del discurso. Además, muchas de las inclusiones buscan enfatizar la necesidad que tiene el creyente de reconocer a Cristo como el pan que da la vida eterna. La mayoría de las variantes quieren ser vinculadas con el pan bajado del cielo, con el creer, con las afirmaciones hechas por Jesús, temas que son fundamentales en la teología de la perícopa. En el texto se observan muchas variantes que intentan darle al discurso una forma organizada y estructurada ahora, así, para que, por consiguiente, etc. Éstas variantes no cambian significativamente el sentido y el significado de los versos ni de los temas teológicos del texto y en general son omitidas por no adaptarse al estilo redaccional del narrador, por falta de papiros primarios que atestigüen los diversos términos y fundamentalmente porque interrumpen la elegante unidad narrativa propia del redactor de esta perícopa. Esto es precisamente lo que más ayuda a definir si las variantes pueden ser o no incluidas en el texto canónico. Se considera por tanto, que el texto canónico 25 26 (presentado por la Biblia de Jerusalén)29 es el más acertado para acercarse exegética y teológicamente a la lectura y profundización de la vida eterna. 2.3. Lectura bajo el aspecto sincrónico. 2.3.1. Premisa. Definido el texto canónico y una vez encontrada la versión adecuada, el propósito es ahora el análisis literario bajo el aspecto sincrónico para establecer la estructura literaria del texto, su coherencia y sus relaciones a partir del análisis lingüístico sintáctico, semántico, narrativo e identificación de los géneros literarios utilizados. De este estudio se obtendrá el primer instrumento exegético para la elaboración posterior de la reflexión teológica del tema. 2.3.2. Análisis lingüístico sintáctico. El interés particular del análisis sintáctico es observar la forma y las relaciones que existen en el texto utilizadas para captar la atención de los interlocutores del escrito. Al realizar una primera lectura se observa que el evangelio presenta una controversia entre los judíos y Jesús porque este último ha dicho que “Él es” el pan bajado del cielo, además de asegurar que sólo podrá tener la vida eterna quien come su carne. Para los judíos, el maná bajado del cielo es un alimento dado por Yahvé para salvar a Israel de la muerte en el desierto, mientras que para Jesús la concepción del maná es diferente porque Él se ha autoproclamado el pan, nuevo maná, no en forma de migas, sino en forma de carne. Estas afirmaciones desarrollan las discusiones e intervenciones en el capítulo sexto del cuarto evangelio de modo que la progresión narrativa de esa controversia dará la estructura de la perícopa. El siguiente cuadro analiza las acciones de los sujetos implicados en el diálogo de la perícopa Jn 6,41-58 en dos partes: 29 Biblia de Jerusalén, Desclée De Brouwer, Bilbao, 2000. 26 27 Cuadro 3.1. (Acercamiento a la estructura de la primera parte de la perícopa: Jn 6,41-51. Parte A Parte B SUJETO Los judíos (1) Jesús (2) VERBO Murmurar (v 41) Responder (v 42) Objeto Directo: Contra Jesús directo/indirecto He bajado del cielo? ¿Cómo puede decir ahora: Directo: respuesta a los judíos Indirecto: a los creyentes (y lectores); les dijo; el que…; sus… Conjunción “Y” (v 42) es utilizada en este caso por el En los vv 44,45,49,51 el “y” presenta el avance de redactor para expresar de modo directo lo que una expresión respecto de la frase previa: todo el murmuraban los judíos. que escucha al Padre y aprende; en otros casos es la consecuencia de un acto de Dios o del hombre: y yo le resucitaré; comieron del maná y murieron. Tiempo Pasado: había dicho. v 41 (palabras del Pasado: comieron; murieron v 49. narrador) Presente: el que come. V 51. Presente: ahora, conocemos v 42; ha venido v. 46 Futuro: le resucitaré v 44; el pan que les voy a dar v 51. Cuadro 3.2. Acercamiento a las estructura de la segunda parte de la perícopa: Jn 6,52-58. Parte A Parte B SUJETO Los judíos (1) Jesús(2) VERBO Discutir, dar, comer. Decir , comer, beber, tener. Objeto directo Directo: Contra Jesús: cómo puede este… Respuesta a los judíos: les dijo… Conjunción Y (v 52) utilizada en este caso por el redactor En los vv 53, 54, 57, 58, el “y” presenta el avance en el sentido del verso 41; expresar lo que de una expresión respecto a la frase previa: y yo le pensaban los judíos. resucitaré; comieron del maná y murieron. De la misma forma que en el v 44. Tiempo Pasado: comieron; murieron v 58. Presente: darnos v 52. Presente: el que come; v 53; el que permanece v 27 28 56; mi sangre es v. 55. Futuro: resucitaré v 54 y; el pan que les voy a dar v 51, vivirá v 58. Estos cuadros permiten observar que en el texto de estudio el narrador elabora la perícopa en dos partes conservando una misma estructura en la que aparecen dos sujetos: los judíos y Jesús 30. Se trata de un intercambio de ideas a través de cuestionamientos y respuestas que dan lugar al diálogo a través del cual la perícopa adquirirá una estructura narrativa de la cual surge el siguiente esquema: Cuadro 4. Acciones realizadas en los microrelatos de la perícopa. ESTRUCTURA DEL DIÁLOGO a Ingerencia directa del narrador (los judíos murmuraban) v. 41 b Primera intervención de los judíos. v. 42 c Mención del pan del cielo. v. 42,50,51 d Primera intervención de Jesús. v. 43 e Mención de la resurrección. v. 44 f Unidad del Padre y el Hijo. v. 46 g Enseñanza de Dios: escuchar y aprender del Padre. v. 45 a Nueva ingerencia del narrador (los judíos discutían) v. 52a b Segunda intervención de los judíos. v. 52b c Mención de la carne. v. 52b d Segunda intervención de Jesús. v.53 e Mención de la resurrección y la vida eterna. v. 54 f v. 56 Unidad del Hijo y el creyente. 30 Por este motivo autores como Brown (Brown, Raymond, El Evangelio según San Juan I, Cristiandad, Madrid, 2005, 565), Schnackenburg (Schnackernburg, Rudolf, El evangelio Según San Juan I, Herder, Barcelona, 1986, 98-102) y Berley (Berley, George, John, Word biblical commentary 36, 1998, 37) opinan que Jn 6,52-58 es una inclusión posterior a Jn 6,41-51. Senén Vidal la ubica dentro de lo que él llama el evangelio glosado [E3] (Vidal, Senén, El evangelio de la comunidad del discípulo amado, 2005, 14-36) 28 29 La estructura muestra dos intervenciones de cada uno de los interlocutores del diálogo y en medio de cada una aparecen las afirmaciones claves para la comprensión bíblica y teológica de Jn 6,41-58 que a continuación serán motivo de reflexión lingüístico sintáctica, semántica y teológica. Los judíos murmuraban de él. La murmuración establece la dinámica de Éxodo 16 Toda la comunidad de los israelitas murmuró contra moisés y Aarón (Ex 16,29); Yahvé ha oído las murmuraciones contra Él (Ex 16,8); He oído vuestra murmuraciones (Ex 16,10). Retomando este esquema, Juan ubica a los judíos en una actitud muy particular: murmuran de Jesús. A partir de esta afirmación se desprende el contenido y la dinámica del diálogo que van a tener estos personajes con Jesús como muestran los versos 41,43b, 52; incluso es una actitud presente en los mismos discípulos según el verso 61. ¿Cuál es el motivo de su actitud? Yo soy el pan bajado del cielo. El libro del Éxodo menciona que el maná bajó del cielo para que Israel no muriera de hambre. Este pan dado por Dios a petición de Moisés, permitió la travesía por el desierto del pueblo al que se ha hecho la promesa de la tierra. Ahora ese pan, el maná, no es dado por Moisés, sino por Jesús que se da a sí mismo como alimento de vida según expresan los versos 49 y 50. El Padre no ha mandado un alimento material sino que ha descendido en el Hijo mismo como alimento que permanece. Cuando el evangelista menciona el pan bajado del cielo, el escándalo no adquiere grandes dimensiones porque en el conocimiento del Antiguo Testamento los judíos han aprendido que Moisés hará llover pan del cielo (Ex 16,4). La controversia está en la autoproclamación de Jesús: “yo soy” (vv 41.51). La negación y el desconocimiento de la divinidad de Cristo se expresa en los judíos mediante la murmuración a través de la cual dejan entrever que, su fe y su relación con Dios, está en disonancia con el único camino por el cual puede darse esa relación Dios – creyente; es decir, hay un problema de idolatría en el que ha caído el mismo pueblo de Israel cuando, precisamente en el Éxodo, luego de 29 30 experimentar el don del maná dado para no morir de hambre, ha desconocido la acción de Dios adorando un becerro de oro mientras Moisés recibía las tablas de la Ley: se han apartado del camino que yo les había prescrito (Ex 31,8). Los judíos se han apartado también de ese camino prescrito y enseñado por Dios (Jn 6,45) quizá creyendo en falsas divinidades que no conducen al Padre. Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le atrae. Ante el problema de la idolatría, de la desorientación que experimentan los judíos en la relación y en la búsqueda que conduce hacia el Padre, el evangelista se ve en la necesidad de reafirmar enfáticamente, en boca de Jesús mismo, la forma, el camino prescrito y enseñado, por el cual se puede acceder al Padre: el Hijo. Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le atrae. Es un primer llamado al abandono de la idolatría para fijar la mirada en Cristo único camino que conduce a la salvación, a la resurrección, a la vida eterna recordando que Dios mismo ha sido quien ha instruido a su pueblo para tal propósito. Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. ¿Qué hacer para abandonar la idolatría y reconocer al Dios verdadero que da la vida para siempre? Escuchar y aprender del Padre quien toma la iniciativa de enseñar. Los judíos se han quedado en la prescripción de la Ley perdiendo su espíritu originario y salvífico. También en el Éxodo Dios instruye: si escuchas atentamente la voz de Yahvé y haces lo recto a sus ojos y obedeces sus mandatos y sigues sus preceptos no te afligiré (Ex 15,26). Los judíos han desatendido a estas enseñanzas de Dios y se han apartado del camino prescrito por el Padre. Como consecuencia, se escandalizan porque Jesús ha dicho, yo soy el pan bajado del cielo que da la vida. No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. Esta frase representa un logro teológico con diferencia al texto del Éxodo. En este último no es tan enfática la unidad Padre – Hijo. Si Padre e Hijo están permanentemente el Uno en el Otro, no se 30 31 justifica un tercero para dirigirse hacia el Padre. El evangelio en este caso es suficientemente claro: yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6). Es la confirmación del Hijo como único camino que conduce al Padre según ha sido enseñado por Dios a lo largo de toda la historia de la salvación especialmente por medio de los profetas. Fuera de esta unión íntima no hay vía a la resurrección, no hay vida eterna. Sin embargo, a pesar de estas precisiones, los judíos siguen ciegos aunque afirma el evangelio que discutían, es decir, que están inquietos por lo que han escuchado de Jesús. No están propiamente murmurando. Ésta actitud reaparecerá pero en personas mucho más cercanas a Él: los discípulos (v 61) El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. La alusión a comer su carne no alude a un acto físico sino sacrificial. Para sostener el reconocimiento de Jesús como pan que ha bajado del cielo, sin eliminar la unidad existente de Él con el Padre, el creyente debe alimentarse, debe estar en la capacidad de participar del sacrificio de Cristo que se ha dado en cuerpo y en espíritu para que todos tengan la vida en abundancia. En este sentido resucitar es análogo a la vida eterna y es una acción de Cristo mismo “yo le resucitaré”. El creyente ya no espera la tierra prometida sino que anhela el último día en el que encuentre la plenitud de la vida en el Padre. De este modo, el análisis sintáctico permite establecer la conexión y consecución de las diversas frases, para dar sentido al diálogo teológico establecido entre los judíos y Jesús en el deseo de demostrar que, la vida eterna, sólo puede hallarse en Cristo, y que fuera de Él, se pierde el camino que el Padre mismo ha indicado a sus hijos para que alcancen la vida eterna. 2.3.3. Breve lectura teológica a partir del análisis lingüístico sintáctico. Agrupando de forma sintética estas frases, incluidas en el contexto de un diálogo, podría sugerirse el siguiente esquema como estructura básica del texto seleccionado: a. Murmuración y cuestionamiento de los judíos (vv 41-42) b. Respuesta de Jesús ante la murmuración (vv 43-51) 31 32 c. Discusión de los judíos y planteamiento de un nuevo cuestionamiento (vv 52-57) d. Respuesta de Jesús ante la discusión de los judíos (v 58) Cuadro 5. Estructura de la perícopa. A. Murmuración y cuestionamiento de los judíos. 41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." 42 Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?" B. Respuesta de Jesús. 43 Jesús les respondió: "No murmuren entre ustedes. 44 "Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día 45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de la vida. 49 Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo." C. Discusión de los judíos y planteamiento de un nuevo cuestionamiento. 52 Discutían entre sí los judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" D. Conclusión. 53 Jesús les dijo: "En verdad, en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre." a. Murmuración y cuestionamiento de los judíos (41-42) El v 22 mencionaba a “la gente” o “la muchedumbre”; sin embargo, el v 41 menciona específicamente a los judíos pidiendo que Jesús demuestre la legitimidad de sus pretensiones mesiánicas mediante un signo 31. Este cambio de sujetos suscita un diálogo de Jesús con los judíos. Escandalizados por la afirmación del v 42 yo soy el pan bajado del cielo expresan su sorpresa con la murmuración que resulta obvia en cierta forma porque ellos saben que Él es hijo de José cuyo padre y madre conocen. Al comentar esta parte del evangelio, Henri Van Den señala que la expresión “Yo soy” representa a Jesús como el valor de vida definitiva y por tanto como el único válido32.Quizás si Jesús sólo hablara 31 Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 336. 32 Van Den Bussche, Henry, El evangelio Según San Juan, Studium, Madrid, 320. 32 33 del pan de vida la controversia no sería tan fuerte. El problema está cuando Jesús se autodenomina como ese pan. Besley – Murray opina que el énfasis principal de todo el discurso es Cristológico; Jesús es el pan de Vida porque precisamente puede afirmar en absoluto “ego eimi” 33 y Dood piensa que este término es tan importante que debe leerse no como “yo soy” sino como “ YO SOY”.34 También en este relato se hace explícita la dificultad para asimilar el origen mesiánico de Jesús que aumentará cuando se relacione con la afirmación que da la vida. En este sentido, ciertamente resulta interesante la sugerencia de Schnackenburg al reseñar que, aunque los judíos piensan conocer a Jesús en lo terreno y familiar, realmente desconocen su verdadera realidad. Esta confusión hace necesaria la intervención de Jesús para aclarar el significado de sus palabras y de su origen divino. Otra apreciación importante es la referencia a Jesús como“este”, es decir, uno más de la multitud sin relevancia alguna. b. Respuesta de Jesús (43-51): Jesús nota las afirmaciones hostiles de los judíos y decide responder a sus cuestionamientos. Como el centro del conflicto es su origen divino, Jesús se remite al Padre “que le ha enviado” y quien “atrae hacia sí” a los creyentes en Él (v 44). De la respuesta que da quien se ha deja atraer por el Padre hacia el Hijo, depende que el discípulo pueda obtener la vida verdadera: El que cree tiene la vida eterna (v 47). Es de anotar que la comprensión de los judíos se reduce al conocimiento terrenal de Jesús enfatizando en su origen humano, familiar y social. Por su parte, Jesús explica su divinidad apelando a la íntima relación que existe entre Él y el Padre “que le ha enviado” y junto a quien ha estado siempre según Jn 1,1 ss. El problema de fondo planteado por los judíos es no aceptar a Jesús como alimento que da la vida eterna, asequible para los que escuchan las enseñanzas de Dios (v 45). Esta afirmación es muy relevante puesto que el verso 35 citando el salmo 78 dice que pan del cielo les dio a comer, y ahora 33 Besley, George, John, Word biblical commentary, Volumen 36, 1998. Numeral 4: the main emphasis throughout the discourse is Christological; Jesus is bread of life precisely because he can utter the affirmation “Ego eimi” v 20. 34 Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 345. 33 34 Él se designa a sí mismo como pan y además “de vida”. La acción de dar se convierte en el Hijo que se da35 lo cual les confunde. Luego, el verso 44 afirma que nadie viene a mí si el Padre que me ha enviado no lo atrae, refiriéndose a la apertura necesaria para reconocer a Jesús como pan y obtener la vida eterna: los hombres a los que ha sido enviado Jesús no pueden recibir la vida sin una docilidad interior hacia el Padre36. Es decir que, mientras los judíos permanezcan en la actitud cerrada de los vv 41.42, no podrán comer del pan para vivir; por el contrario, morirán (Cfr. v 50). Para Juan el discurso quiere pasar del maná y del pan físico a la persona de Jesús37. Si Jesús es el nuevo pan vivo bajado del cielo que da la vida eterna, es necesario comerle como sugiere el v 50. Esta alusión a comer su carne revela la concepción eucarística que la comunidad joánica ha ido elaborando: el alimento que une a Cristo con el hombre. La eucaristía es la unidad del creyente con la comunidad y de ella con Cristo. Comer su carne es creer en Él y por tanto seguirle hasta beber el cáliz (Jn 18,11) que el Padre le ha dado al Hijo y a todo aquel que le siga. Precisamente el v 51 expresa que su carne se dará por la vida del mundo. Es más, el pan que va a dar (para tener la vida eterna) es su carne, su entrega en la cruz por la salvación de todos los que en Él crean. Pero, a pesar de la intervención del Señor, los judíos siguen incrédulos y confundidos desencadenando una nueva reacción de Jesús. c. Discusión de los judíos y planteamiento de un nuevo cuestionamiento (52): Ante la afirmación hecha por Jesús en el verso 51 el pan que les voy a dar es mi carne los judíos se escandalizan. No han comprendido definitivamente que la vida verdadera está encarnada en el Hijo. A diferencia de la carne y la sangre que fenece, Jesús es para el creyente la vida eterna con la entrega de sí mismo. Esto no lo entienden los judíos y por ello discuten y en medio de la disputa se preguntan cómo Jesús puede darles a comer su carne y a beber su sangre. Este cómo le permite a Jesús disuadir y completar las razones por las cuales sólo quien a Él se acerque tendrá la vida eterna. Por tanto, viene la contra respuesta con la que Juan terminará la perícopa. 35 León-Dufour, Xavier, Lectura del evangelio de Juan, Sígueme, Salamanca, 1992, 125. 36 Ibid, 122. 37 Van Den, el evangelio según San Juan, 317. 34 35 d. Conclusión (53-58): La refutación de Jesús ante la segunda intervención de los judíos es categórica: si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. La razón la da el verso siguiente: el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Comer y beber es necesario para que el discípulo alcance la vida eterna y la resurrección. En la perícopa sólo en esta última parte se menciona la resurrección en relación con la vida eterna lo cual significa que la resurrección de la que ha hablado Jesús es algo que puede tener lugar antes de la muerte corporal y da como resultado la posesión de la vida eterna aquí y ahora38. El discurso enfatiza la importancia de comer la carne del Hijo del hombre (v 53). La finalización del discurso se comprende por el paralelo que el texto mismo ha hecho entre el maná bajado del cielo y Jesús, pan vivo bajado del cielo. El primero no pudo dar la vida eterna (vv 49 y v 58), mientras que Jesús sí la dará porque viene del Padre viviente que habita en Él. Por eso tiene la vida que permanece y posee autoridad para darla. Al mencionar el pan de vida y la resurrección, Juan está ubicando el discurso del pan de vida en el contexto pascual. Así, el diálogo acalorado entre los judíos y Jesús, permite comprender el sentido teológico del Hijo de Dios como pan bajado del cielo que dará la vida al mundo y a los creyentes. Sin la intervención displicente de los judíos habría sido difícil plantear la necesidad de escuchar, creer y comer las enseñanzas de Dios que revelan a Cristo como el Hijo, donde se halla la plenitud de la vida. La respuesta negativa e indiferente por parte del creyente hará imposible adquirir la vida en abundancia. Una importante observación a partir del análisis de la estructura lingüística de la perícopa es constatar que el tiempo futuro sólo es utilizado en las intervenciones de Jesús. Los judíos permanecen en el presente, en el ahora mientras que el Señor va al allá. Esto obliga de algún modo a pensar en la estructura temporis de la perícopa. ¿Es intencional el uso de los tiempos en Jn 6,41-58? Lo más probable es que sí hay la remisión al tiempo pasado cuando Juan se refiere al Éxodo para elaborar su texto. Es más, al mencionar el pan del cielo, el evangelista recurre al concepto de preexistencia. Luego, Jesús es puesto “ahora”, en el presente, como cumplimiento del pan prometido en el desierto. Finalmente, el uso del pasado y presente conlleva, en consecuencia, a pensar en una vida 38 Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 157. 35 36 escatológica. Estar en el presente con Jesús significa automáticamente participar de la vida eterna y de la resurrección. En síntesis, la dinámica de las intervenciones dejar entrever la sutileza del redactor al momento de escribir el discurso creando una perfecta unidad entre las diferentes intervenciones del diálogo de la perícopa como sucederá también en el uso de los diferentes verbos por él utilizados. 2.4. Análisis semántico. Establecida la forma del texto y las relaciones lingüísticas que existen dentro de él, es ahora motivo de preocupación identificar el significado de las categorías o términos clave a través de las cuales el escritor quiere avanzar en el deseo de hacer llegar su discurso al interlocutor de la perícopa para demostrar que Jesús es el pan vivo bajado del cielo, el nuevo alimento que nunca fenecerá. Hay en el texto de estudio, un elenco de términos necesarios para entender el significado de la vida eterna. Juan ha utilizado muchas expresiones del Antiguo Testamento que son vitales a la hora de comprender la teología del Nuevo Testamento y en particular del evangelio joánico. Los términos son los siguientes: 2.4.1. Vida: ( היחen el Antiguo Testamento; ζωή en el Nuevo Testamento). En el Antiguo Testamento la vida tiene un doble significado. El primero se refiere a la vida natural de los seres vivos; el segundo, es el deseo de conservar la vida, estar vivo. En el trasfondo suena siempre de algún modo la oposición a “morir” o estar muerto” 39: bajad a comprar grano de allí para que vivamos y no muramos (Gn 42,2); deja que vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni tú, ni tus hijos (43,8); viva y nunca muera (Dt 33,6) vivirán y no morirán (2Re 18,32); vas a morir y no vivirás (2Re 20,1); si observa todos mis preceptos, y practica el derecho y la justicia vivirá sin duda, no morirá (Ez 18,21); ha abierto los ojos (…) vivirá, y sin duda no morirá (Ez 18,28). 39 Jenni, Ernst, Diccionario Teológico manual del Antiguo Testamento, Tomo I, Sígueme, Madrid, 768. 36 37 Este es un paralelismo entre adquirir o no la vida o la muerte. Para el Antiguo Testamento según Von Rad los salmos 49 y 73, por ejemplo, son un fuerte refuerzo teórico, que no se reduce a una situación de necesidad concreta, sino que apunta fundamentalmente hacia una vida más allá de la muerte40; es don de Yahvé que da la vida y le pertenece. En el Nuevo Testamento se pone también el contraste de la vida con la muerte. En la realidad humana ambas experiencias están unidas. En el uso de esa imagen Juan quiere mostrar que en Cristo la Vida permanece, es eterna, es más, que esa vida la da Jesús. El creyente está más allá de la muerte pues alcanza la vida plena, en el seguimiento, la escucha y la aceptación de las palabras de Jesús. Juan sin embargo, ha tenido un cuidado especial en el uso de este término evitando la idea de vida en sentido abstracto, estático, mítico del helenismo o de los griegos pero más afiliado al pensamiento hebreo donde la vida tiene la idea de acción, movimiento, gozo41. Esta orientación indica el progreso del término ζωή en Juan en el que la vida no es recibida para quedarse con ella sino para comunicarla y darla así como el Padre la ha dado y comunicado por el Hijo. 2.4.2. Muerte: (En el Antiguo Testamento Antiguo Testamento ; En el Nuevo testamento avpoq,nh,skw En el se designa como término para la muerte violenta o a causa de una determinada privación. También se puede entender en el sentido de dar un golpe de gracia a un moribundo o un herido grave. En el Nuevo Testamento la muerte es considerada no en sentido biológico sino histórico, es decir, donde se reconoce la constitución existencial del hombre en quien se da la posibilidad del pecado que esclaviza en vida: liberar a los que, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a la esclavitud (Hb 2,15). En Juan es la murmuración, el desprecio a Dios y su enseñanza negándose la resurrección y la vida auténtica. 2.3.4.3. Maná: En el Antiguo Testamento, el maná ( ) es citado siete veces: La casa de Israel lo llamó maná (Ex 16,31) llenen un canasto con maná (Ex 16,32) los israelitas comieron del maná (Ex 40 Von Rad, Gerard, Teología del Antiguo Testamento I, Sígueme, 419 ss. 41 Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 159. 37 38 16,37); y el maná cesó desde el día siguiente (Jos 5,12) ha dado alimento a los que le temen (Sal 111,5). El maná está presente en la experiencia del Éxodo y se ubica en un contexto de muerte a causa del hambre. Yahvé mostrará su gloria enviándoles el maná. Éste será el alimento por el cual el pueblo de Israel conservará la vida aunque de modo temporal. En el Antiguo Testamento, fenómenos naturales de este tipo ayudaban a la ilustración providencial de una especial acción de Dios para con su pueblo42 de modo que las cosas divinas vienen del cielo. Estas ilustraciones se fueron perdiendo con el tiempo entre los judíos. En el Nuevo Testamento ma,nna aparece cuatro veces, de las cuales dos corresponden a Juan 6,31.49. Este maná es el resultado de la segregación de insectos que al alimentarse de frutales semidulces forman migas finas de pan, una especie de arroz suave. En el contexto bíblico se refiere al anticipo del verdadero pan bajado del cielo que dará la vida eterna. El uso dado por el evangelista muestra que, aunque también el maná cayó del cielo, no dio la vida que permanece a quienes lo consumieron. La imagen del maná es utilizado por Juan para hacer un paralelismo entre este alimento y Jesús como nuevo alimento demostrando que Cristo da algo mejor que el maná: el pan de vida; más que esto, él es pan de vida43 que sacia definitivamente. Como afirma León – Dufour, el maná es constitutivo en el horizonte44 que el evangelista da al capítulo 6 especialmente al momento de hacer el paralelismo con Jesús pan de vida, con la muerte y la vida eterna. 2.4.4. Pan bajado del cielo. ~x,l,Þ pan en el Antiguo Testamento. Hace referencia al alimento que mantiene el cuerpo aunque en el lenguaje bíblico es el alimento que da Yahvé providentemente para evitar que su pueblo muera en el desierto; En el Nuevo Testamento, la expresión pan a;rtoj aparece 97 veces, de las cuales 24 se hallan en Juan y de ellas 21 veces en el capítulo 6 (8 en la perícopa 6,41-58). Sólo en Juan, el pan se relaciona con el cielo y con la vida, sin olvidar que también se entiende como alimento. El evangelista quiere mostrar a Jesús como el pan de Vida necesario para subsistir. Por eso ha bajado del cielo, similar al maná pero con el fin de dar a los suyos el pan para 42 Biblia de Jerusalén, Descleé de Brower, 2000, comentario al capítulo 16 del Éxodo. 43 Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 345. 44 Cfr. León – Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 121. 38 39 que los creyentes no mueran. Este pan es Jesús don de Dios para su pueblo y representa como signo el don vivificante del Señor. 2.4.5. Carne (rf"åB' basar en el Antiguo Testamento; sa,rx en el Nuevo Testamento): En el Antiguo Testamento la carne tiene varios significados. El primero para designar el cuerpo, la parte visible del hombre, y el segundo, para referirse al ser humano como pasajero lo mismo que las hojas de un árbol tupido, que unas caen y otras brotan, así la generación de carne y sangre: Una muere y otra nace (Eclo 14,18). En este caso se trata del cuerpo vivo, nunca de un cuerpo sin vida. En algunos pasajes, sin embargo, el cuerpo tiene una valoración negativa pues se refiere a la humanidad contrapuesta a la divinidad de Dios. En el Nuevo Testamento el cuerpo es corpus no figura, es algo esencial, no mortal. En este sentido, Cristo es cuerpo que permanece en la vida, aunque los judíos se adhieran a la concepción negativa del cuerpo. En Juan, sa,rx aparece 13 veces. En el capítulo 6 aparece 4 veces desde 51c hasta 58 y no se debe entender en el sentido explícito de masticar un alimento común y corriente. En el uso de “sarx” el evangelista refleja su énfasis en la realidad de la Encarnación y sobre la realidad de la muerte del Uno Encarnado, como en 19,3445. Aquí sa,rx se combina con ai-ma sugiriendo que Jesús se entiende a sí mismo en su condición mortal, el Logo entre nosotros46. Pero al avanzar en el discurso, la carne se refiere a un acto cúltico, de lo cuál se deduce que lo relaciona con la eucaristía. La carne y la sangre es Cristo que se da como alimento y sacrificio en la cruz para la salvación de todos: no he venido a juzgar al mundo sino para salvarlo (Cfr. Jn 12,47). 2.4.6. Murmurar. En el Antiguo Testamento, en la travesía por el desierto el pueblo murmuraba contra Moisés y Aarón (Ex 16,2). La expresión “murmurar”, tal como sucede en el Nuevo Testamento, es utilizada como incomprensión de las cosas del cielo. 45 Cfr. Besley, George, John, World Biblical commentary, Vol 36, 1998. Textualmente dice: The evangelists use of “sarx” reflects his emphasis on the reality of the Incarnation, and so on the reality of the death of the Incarnate One, as in 19,34. 46 Cfr. León-Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 128. 39 40 En el Nuevo Testamento, el término VEgo,gguzon viene del go,gguzw (murmurar). Aparece en los versos 41,43,61 del capítulo 6 de Juan, tres de las seis veces citado en los evangelios. En sentido estricto significa rezongar, un lenguaje coloquial de insatisfacción. A diferencia del uso dado por Mt 20,11 y al cobrarlo murmuraban contra el propietario y Lc 5,30 los fariseos y los escribas murmuraban diciendo a los discípulos, murmurar en Juan es una acción directa contra Dios. VEgo,gguzon, como lo señala León – Dufour47, será la causa mediante la cual Juan desarrollará el contenido del discurso del pan de Vida. Así mismo, murmurar será la crítica directa que se hace a la persona de Jesús donde el evangelista quiere mostrar también una crítica al Padre y por ende, un rechazo al pan bajado del cielo negándose la vida eterna, un retroceso en el reconocimiento de Jesús como enviado del Padre que posee la vida verdadera y la autoridad para dar de la vida que permanece. Murmurar es la respuesta negativa que se da a la escucha de Dios, a participar del pan de cielo y a aprender de Él. Demuestran por tanto que no quieren ir a Jesús sino que prefieren la oscuridad a la luz48 implícitamente exhortando a recibir la Palabra, para creer y para ganar la vida49. 2.4.7. Comer. (lk;a' en el Antiguo Testamento; evsti,w en el Nuevo Testamento). En el Antiguo Testamento designa la necesidad básica del comer. Junto a ver, oír, y oler, comer (lk;a))))))))') puede valer como signo de un ser que está vivo: sirven a dioses hechos de madera que no ven ni oyen, no comen ni huelen (Dt 4,28)50. A nivel litúrgico la comida es un signo de alegría y elemento conclusivo de la Alianza y muestra la importancia de la comensalidad, la eucaristía. 47 Ibid, 121. 48 Van Den, el evangelio según San Juan ,321. 49 Cfr. Berley, George, John, World Biblical commentary, Vol 36, 1998, 44: to the “grumblers” it is an implicit appeal to receive the word, to believe, and so to again the life”. 50 Jenni, Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, 224. 40 41 En el Nuevo Testamento encontramos el verbo 158 veces de las cuales 15 están en Juan y 5 dentro del discurso del pan de Vida. Expresa la actividad propia de comer, de alimentarse; es un término usado para referirse a una comida, o al acto de sentarse a una mesa con alguien, con Jesús en el caso de los discípulos. En Juan evsti,w es una acción continua y designa el aspecto de la comensalidad en la que Jesús se da a los suyos en el deseo de mantener la Alianza con ellos. Aquí el uso es metafórico y tiene fines teológicos que indican el carácter sacramental del comer, es decir, Jesús es el alimento que reúne en torno a la mesa a todos los creyentes para recibir de Él la vida que perdura. Este verbo tiene una particular fuerza en la perícopa que recae en la expresión comer y beber en íntima relación con el pan bajado del cielo y la vida eterna. Aunque significa literalmente “comer” en el contexto del discurso del pan de vida la expresión se entiende sólo a la luz de la entrega de sí mismo en la cruz. Comer su carne significa participar, padecer, experimentar la entrega total de sí por causa del Reino. Sólo en esa entrega generosa Jesús vivirá eternamente porque, si comer su carne significa para el creyente sufrir con Él, también con Él el creyente resucita; Juan advierte que, no comer de este pan trae como consecuencia la muerte. Por tanto en el comer se halla la promesa de la vida. A nivel biológico, del comer depende la vitalidad de un cuerpo. Quizá Juan se vale de este presupuesto para mostrar que quien no se acerque a Él (o quien lo rechaza) perderá el sustento de su vida espiritual. Estos términos aparecen en la narración del Éxodo en el contexto del maná bajado del cielo en el Antiguo Testamento (Ex 16,1-36) y el pan bajado del cielo según el capítulo 6 de Juan (6,41-58) en el Nuevo Testamento. 2.4.8. Síntesis del análisis semántico. Al realizar la lectura del discurso del pan de Vida se identifican diversos verbos que de ninguna forma están desligados del tejido del discurso. Por el contrario, hay una red comunicativa entre los verbos a un nivel tan alto que la exclusión de cualquiera de ellos haría perder en profundidad la 41 42 riqueza del texto y la voz de Dios narrada en él. Tal como se percibe en el análisis del aparato crítico y el análisis sintáctico, una vez más se hace evidente la pulcritud y la unicidad del texto. Entre las relaciones más importantes de los verbos se pueden señalar: El sacrificio de Jesús en la cruz lo hace alimento, carne ofrecida para obtener la vida plena. De este modo es vencida la muerte para permanecer en la vida cuyo sustento es Cristo mismo, pan del cielo. Se murmura contra la afirmación comer mi carne, lo cual muestra un ataque directo a la vida proveniente de Dios. Si el pan es don vivificante de Dios, comer significa asimilar ese don, vivir de él51. Creer que Jesús tiene y es el pan que se da para comer como carne y gozar de la vida eterna, manifiesta la apertura que ha de tener el discípulo para comprender este misterio de salvación. Comer y beber como acciones del creyente están encaminados al don de la vida eterna. Nótese la importancia de todos los verbos en la perícopa, la confluencia entre ellos y la necesidad de comprender el texto a la luz de su unidad redaccional para concentrar en Jesús el discurso del pan de vida eterna. Pero los judíos por el contrario, desconocen, rechazan a Cristo. En Juan es la murmuración, la negación a creer en el Señor como comida que da la vida eterna, que convoca a todos para trasmitirla y darla a través de su carne y su sangre. Sin embargo, es importante ir al contexto histórico para entender las categorías lingüísticas en las que se elaboró la perícopa y los usos que a partir de esas categorías se hace de las diferentes palabras. Establecidas las relaciones lingüísticas a nivel interno de la perícopa, conviene estudiar el posible contexto en el que surge el escrito para asimilarlo y ubicarlo históricamente. 2.5. Lectura bajo el aspecto histórico. A partir de la convicción de que historia y suceso histórico son importantes para la fe, se trata ahora de estudiar el enraizamiento que tienen en la historia las afirmaciones de los textos: las relaciones 51 León-Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 130. 42 43 entre texto y suceso, entre Antiguo y Nuevo Testamento y entre la Palabra de Dios y el hombre, para identificar el proceso del lenguaje y la interpretación dada a los textos. 2.5.1. Contexto histórico y social. Las indicaciones de carácter histórico y social que permiten ubicar el contexto en el que está la comunidad joánica y posteriormente algunos datos hipotéticos del lugar de la redacción del evangelio de Juan son: 1. Hacia el año 70 las comunidades cristianas emergentes y el judaísmo rabínico experimentaron divisiones y rupturas en sus relaciones como consecuencia de los conflictos entre ambas comunidades o sectas. Estas divisiones son similares al conflicto entre Jesús y los judíos, como se advierte en Jn 2,13-25; [en el contexto del Templo]; 5,1-18 [Una curación en sábado]; 7,1-9 y 7,14-31 [Jesús en Jerusalén enseñando]; 8,12-20 [Los fariseos cuestionan el testimonio de Jesús]; 10,31-39 [Controversia por el mesianismo de Jesús]; 11,45-52 [Jesús y las autoridades judías] 2. A partir de los años 70 – 80 d.C aparecen signos de división entre los cristianos y la sinagoga cuya consecuencia es la expulsión de los cristianos. El evangelio narra tres veces esta expulsión motivada por el reconocimiento de Cristo como el Mesías: los judíos se habían puesto ya de acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedará excluido de la Sinagoga (Jn 9,22) Muchos creyeron en él, pero los fariseos no lo confesaban, para no ser excluidos de la sinagoga (Jn 12,42); los expulsarán de las Sinagogas, e incluso llegará la hora en que todo el que los mate piense que da culto a Dios (Jn 16,2). 3. En la literatura joánica, a diferencia de los demás evangelios, se hace referencia al uso de expresiones como Logos, la importancia del conocimiento, la región de arriba y de abajo, los ángeles etc. y otras ideas que se encuentran sólo en este evangelio 52 pertenecientes al mundo judío, al helenista, a concepciones gnósticas y del cristianismo primitivo mostrando el amplio mundo que definirá en parte la teología del cuarto evangelio. 52 Moloney, Francis, El evangelio de Juan, Verbo Divino, Navarra, 2005, 26. 43 44 Este contexto de tensión entre la sinagoga y los primeros cristianos, entre judíos y Jesús, la expulsión y la apertura a nuevos territorios, sin nunca dejar de reconocer a Jesús como el Hijo de Dios, les permitió abrirse a nuevas culturas fuera de Jerusalén y ser más dóciles a diferentes formas de pensamiento marcando la experiencia de fe de la naciente comunidad joánica, haciéndola novedosa a la hora de presentar su comprensión acerca de Jesucristo y las implicaciones del seguimiento dentro de la comunidad de fe. Estos datos posibilitan algunas hipótesis del lugar de redacción del cuarto evangelio. 2.5.2. El lugar de origen. No cabe duda de la importancia que tiene la discusión acerca del lugar de composición de todos los libros bíblicos. Por las características propias del evangelio de San Juan el tema es más apasionante aún. Al respecto existen diversas teorías manejadas con la debida prudencia para no llegar a una conclusión categórica. Raymond Brown presenta tres posibles lugares de composición 53 del evangelio: 1. Alejandría. Es un lugar donde hay una especial circulación de papiros, pero como lo señala Brown, este hecho no indica necesariamente que este haya sido el lugar donde se compuso el evangelio de Juan. Una razón importante para explicar la constante circulación de los textos en Alejandría es quizá que este es el ambiente más adecuado para la conservación de los papiros. Otra justificación es la ubicación de la obra de Filón en esta zona. Como se explicó en las primeras páginas, este es un autor que parece tener gran influencia en el pensamiento del evangelista Juan; 2. Antioquía de Siria. La razón fundamental para argumentar que este es un posible lugar de composición del cuarto evangelio es su analogía con otras obras literarias como las de Ignacio de Antioquía y las de Odas de Salomón, aunque no hay mayores indicaciones que persuadan a considerar esta opción como las más válida; 3. Éfeso. Juan 6,1 indica que fue Jesús a la otra rivera del mar de Galilea, y ubica a Jesús en Cafarnaúm (v 24) donde fue encontrado por la muchedumbre. Se atestigua la presencia de grupos joánicos en el ámbito de Galilea donde Jesús proclamó el discurso del pan de vida pero que tras la expulsión de la Sinagoga se ven obligados a desplazarse al Asia menor hacia Éfeso, uno de los posibles lugares de la redacción del evangelio; este es además un territorio de oposición con la Sinagoga como describe el Apocalipsis: conozco tu tribulación y tu 53 Brown, Raymond, El evangelio Según Juan I, Cristiandad, Madrid, 2005, 131-132. 44 45 pobreza y las calumnias de los que se llaman judíos sin serlo. Son en realidad una Sinagoga de Satanás (Ap 2,9); te voy a entregar alguno de la Sinagoga de Satanás de los que se proclaman judíos y no lo son (Ap 3,9). Precisamente este libro es atribuido a Juan puesto que el contenido es paralelo al cuarto evangelio y pertenece claramente al área de Éfeso54. Determinar la fecha precisa de la redacción resulta bastante difícil pero, por la datación de los papiros en los que se atestigua este evangelio, podría ubicarse hacia el año 70 d.C. 2.6. Análisis de clases de texto: los géneros literarios. Para profundizar en el estilo de la redacción, conviene identificar los géneros literarios que se encuentran en el evangelio y en la perícopa para la comprensión acertada de las formas literarias usadas por el evangelista. 2.6.1. El género literario. La forma literaria del cuarto evangelio varía respecto de los evangelios sinópticos. En el caso de Juan la redacción del texto está marcada por el ritmo propio: es una prosa casi poética55. Cuando el lector se acerca al evangelio puede encontrar: Un paralelismo sinonímico en el que el segundo verso retoma la idea del primero. Cuadro 6. Paralelismo sinonímico. Verso 1 Mi carne es verdadero manjar y mi sangre verdadera bebida. 6,55 Verso 2 El que come mi carne y bebe mi sangre en mí permanece. 6,56 Un paralelismo antitético, donde el verso segundo contrasta con el verso precedente. Cuadro 7. Paralelismo antitético. 54 Ibid, 132. 55 Brown, el evangelio Según Juan I, 170. 45 46 Verso 1 Ustedes tienen por Padre al diablo. 8,44a Verso 2 y desean cumplir los deseos de su Padre. 8,44b El uso de estos paralelismos favorece el ritmo de los versos que retoman las palabras previas para reforzar una idea, dando a la redacción un estilo insistente, elegante, agradable al lector posibilitando la comprensión de lo que el redactor desea comunicar y reafirmar. Otro género literario es el discurso: en los discursos de Jesús el ritmo le confiere la forma poética56. Entendemos por discurso el acto verbal de dirigirse al público para que el lector se incluya, por ejemplo, en el v 22, cuando Jesús habla a la gente. Sin embargo, como género literario, el discurso tiene el fin de persuadir a sus oyentes, como lo demuestra la perícopa (Jn 6,41-58), para exponer y convencer sobre un tema o idea especial, que en este caso es demostrar que Jesús es el pan bajado del cielo que da la vida eterna. Dentro del discurso del Capítulo 6 del evangelio de Juan, en la exposición del pan de Vida, está presente el género narrativo incluido para señalar lugares, días, acciones de los sujetos y circunstancias del discurso: tras esto se fue Jesús a la orilla del mar de Galilea (Jn 6,1); le seguía la muchedumbre (Jn 6,2); cuando se hizo tarde (Jn 6,16), al día siguiente (Jn 6,22) etc. 2.7. Lectura bajo el aspecto diacrónico. Luego de acceder al texto para analizarlo en su forma, su estructura, su significado y las relaciones de los signos existentes en la perícopa, se procede al análisis diacrónico para abrir el acceso al texto dilucidando su historia interna y lograr una profunda visión de la vida de fe de las primeras comunidades, considerando el texto bajo el aspecto de su formación (etapas) y realizando observaciones críticas con el fin de reconstruir el texto a través de la historia de la redacción, de la crítica de las tradiciones y crítica de la redacción. 2.7.1. Historia de la redacción. “La historia de la redacción investiga los textos del Nuevo Testamento para saber si en su composición fueron utilizadas fuentes escritas proponiéndose reconstruirlas y dilucidar su situación 56 Pongutá, Silvestre, El evangelio Según San Juan, Asociación Bíblica Salesiana, Caracas, 1994, 120. 46 47 vital”.57 Por tanto, es necesario aclarar cuáles fueron los textos de tradición que sirvieron en la redacción del discurso del pan de Vida. Las convenciones de las diferentes ediciones críticas de la Biblia remiten a Ex 16,1-36. Al hacer un paralelo con el texto de Jn 6,41-58 se puede analizar la siguiente relación entre ellos. Cuadro 8. Cuadro comparativo de Éxodo 16,1-36 y Juan 6, 41-58. Maná EXODO 16,1-36 JUAN 6,41-58 31 Israel llamó aquel alimento maná. Era 49 Sus padres comieron el maná en el desierto blanco como semilla de cilantro, y con sabor a y murieron. torta de miel. 33 Moisés dijo a Aarón: Toma una vasija, pon en ella un ómer lleno de maná y colócalo ante Yahvé. 35 Los Israelitas comieron del maná durante cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra habitada. Lo comieron hasta que llegaron a los confines del país de Canaán. Pan bajado del cielo 4 Yahvé dijo a Moisés: mira, haré llover pan 41 los judíos murmuraban de él porque había del cielo para vosotros. dicho: yo soy el pan bajado del cielo. 15 Al verla, los israelitas decían unos a otros: 42 Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, ¿qué es esto? Pues no sabían qué era. Moisés les cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede dijo: éste es el pan que Yahvé les da de comer. decir 32 que sus descendientes vean el pan con que 48 Yo soy el pan de la vida. ahora: He bajado del cielo?" les alimenté en el desierto. 50 éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno 57 Egger, Wilhem, Lecturas del nuevo testamento, Verbo Divino, 1990, 195. 47 48 come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.» 58 Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.» Murmuración 7 mañana verán la gloria de Yahvé porque ha 41 Los judíos murmuraban de él porque había oído sus murmuraciones contra él, pues dicho: yo soy el pan que ha bajado del cielo. nosotros ¿qué somos para murmurar contra nosotros? 8 Moisés añadió: esta tarde Yahvé os dará a 42 No murmuren entre ustedes. comer carne y mañana pan hasta saciarse; porque Yahvé ha oído sus murmuraciones contra él, pues nosotros, ¿qué somos? no van contra nosotros las murmuraciones, sino contra Yahvé. 9 Moisés dijo a Aarón: di a toda la comunidad de los israelitas: acercaos a Yahvé porque ha oído sus murmuraciones. 12 He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: al atardecer comerán carne y por la mañana se saciarán de pan y sabrán que yo soy el Señor. Carne 8 Moisés añadió: esta tarde Yahvé les dará a 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno comer carne y mañana pan hasta saciarse; come de este pan, vivirá para siempre; y el pan porque Yahvé ha oído sus murmuraciones que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del contra él, pues nosotros, ¿qué somos? no van mundo.» contra nosotros las murmuraciones, sino contra Yahvé. 52 Discutían entre sí los judíos y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?» 48 49 53 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del 12 He oído las murmuraciones de los israelitas. hombre, y no beben su sangre, no tienen vida Diles: al atardecer comerán carne y por la en ustedes. mañana se saciarán de pan y sabrán que yo soy el Señor. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Comer 12 He oído las murmuraciones de los israelitas. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno Diles: al atardecer comerán carne y por la come de este pan, vivirá para siempre; y el pan mañana se saciarán de pan y sabrán que yo soy que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del el Señor. mundo.» 15 Al verla, los israelitas decían unos a otros: 53 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad les ¿qué es esto? Pues no sabían qué era. Moisés les digo: si no comen la carne del Hijo del hombre, dijo: este es el pan que Yahvé les da de comer. y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. 16 Esto es lo que manda Yahvé: que cada uno recoja cuanto necesita para comer. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último 21 Lo recogían cada mañana cada uno según lo día. que podía comer. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, 35 Los Israelitas comieron del maná durante permanece en mí, y yo en él. cuarenta años, hasta que llegaron a tierra habitada. Lo comieron hasta que llegaron a los 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha confines del país de Canaán. enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 Éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.» 49 50 Al realizar la comparación se observan importantes semejanzas: El pan ha bajado del cielo. En el Éxodo se refiere al maná, en el evangelio a Jesús. En el Éxodo Dios ha enviado: haré llover sobre ustedes pan del cielo (Ex 16,49) y en Juan dice he bajado del cielo (Jn 6,42). Es decir que en el primero Dios envía el pan, el maná, mientras en el segundo Dios mismo en Jesús viene haciéndose pan, alimento que perdura. Hay un alimento. El maná es un alimento temporal, perecedero mientras que Jesús es el alimento que da vida eterna, que permanece. Hay grupos que murmuran directamente contra Dios y contra Jesús respectivamente; ambos casos están ubicados en el contexto de la comida. En el Éxodo Moisés afirma que Yahvé les dará a comer carne (Ex 16,8). Juan dice que el pan que les voy a dar es mi carne para la vida del mundo (Jn 6,51), mi carne es verdadera comida (Jn 6,56) como cumplimiento de aquella promesa hecha en el Éxodo. En ambos textos comer representa el alimento que da vigor y fuerza hasta ser saciados (en el Éxodo) a quien decaído teme la muerte y anhela la vida eterna (en Juan). Refiriéndose al uso narrativo que ha hecho el evangelista de este texto del Antiguo Testamento, León-Dufour afirma que como en el relato de Ex 16,2ss, el narrador comienza señalando el hecho de la murmuración colectiva para referir a continuación su contenido58. Por ahora, sólo teniendo presente lo narrativo, cabe destacar que el esquema utilizado en la redacción del discurso, sigue el esquema del texto del Éxodo, no retoma solo su contenido. La sinopsis entre Ex 16,1-36 y Jn 6,41-58 permite concluir que la fuente de la redacción del evangelio es un midrás Palestinense59 en el que se enlaza el maná con el pan de vida. Otra posible fuente sería el evangelio de San Marcos. Según el P. Silvestre Pongutá60 Jn 6 podría ser una abreviación de Mc 6 y de algunos textos de Mc 8, e indica que el evangelista Juan pudo utilizar al 58 León – Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 121. Cfr. Schnakenburg, el evangelio Según San Juan, Exégesis y excursus complementarios IV, 129, 132 y 139. 60 Pongutá, el Evangelio Según San Juan, 20-21. 59 50 51 evangelista Marcos como fuente para la redacción del evangelio. El siguiente cuadro permite observar el paralelismo que existe entre ambos relatos. Cuadro 9. Cuadro comparativo de Jn 6,1- 68 y Mc 6,43-53; 8,11.29. Jn 6,1-13 1 Después de esto, se fue Jesús a LA la otra ribera del mar de Galilea, el MULTIPLICACIÓN de Tiberiades, DE LOS PANES Mc 6,34-44 34 Y al desembarcar, vio mucha gente, compasión de sintió ellos, pues estaban como ovejas que no 2 y mucha gente le seguía porque tienen pastor, y se puso a veían las señales que realizaba en enseñarles muchas cosas. los enfermos. 35 Era ya una hora muy 3 Subió Jesús al monte y se sentó avanzada allí en compañía de sus discípulos. acercaron sus discípulos y le dijeron: 4 Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos. 5 Al levantar Jesús los ojos y ver que venía hacia él mucha gente, dice a Felipe: « ¿Donde vamos a comprar panes para que coman cuando «El se lugar le está deshabitado y ya es hora avanzada. 36 Despídelos para que vayan a las aldeas y pueblos del contorno a comprarse de comer.» éstos?» 6 Se lo decía para probarle, porque él sabía lo que iba a hacer. 7 Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.» 37 El les contestó: «Dadles vosotros de comer.» Ellos le 8 Le dice uno de sus discípulos, dicen: « ¿Vamos nosotros a Andrés, el hermano de Simón comprar doscientos denarios Pedro: de pan para darles de comer?» 9 «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos 38 El les dice: « ¿Cuántos 51 52 peces; pero ¿qué es eso para panes tenéis? Id a ver.» tantos?» Después de haberse cerciorado, le dicen: «Cinco, y dos peces.» 10 Dijo Jesús: «Haced que se recueste la gente.» Había en el 39 Entonces les mandó que se lugar acomodaran mucha hierba. Se todos por recostaron, pues, los hombres en grupos sobre la verde hierba. número de unos 5.000. 40 Y se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta. 11 Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, 41 Y tomando los cinco panes los repartió entre los que estaban y los dos peces, y levantando recostados y lo mismo los peces, los ojos al cielo, pronunció la todo lo que quisieron. bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los fueran sirviendo. También repartió 12 Cuando se saciaron, dice a sus entre todos los dos peces. discípulos: «Recoged los trozos sobrantes para que nada se 42 pierda.» 13 Los Comieron todos y se saciaron. recogieron, pues, y 43 Y recogieron las sobras, llenaron doce canastos con los doce canastos llenos y también trozos de los cinco panes de lo de los peces. cebada que sobraron a los que habían comido. 44 Los que comieron los panes fueron 5.000 hombres. 16-21 16 Al atardecer, bajaron sus discípulos a la orilla del mar, CAMINAR SOBRE LAS AGUAS 45-52 45 Inmediatamente obligó a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia 17 y subiendo a una barca, se Betsaida, mientras él despedía dirigían al otro lado del mar, a a la gente. Cafarnaúm. Había ya oscurecido, 52 53 y Jesús todavía no había venido 46 Después de despedirse de donde ellos; ellos, se fue al monte a orar. 18 soplaba un fuerte viento y el 47 Al atardecer, estaba la mar comenzó a encresparse. barca en medio del mar y él, solo, en tierra. 19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven 48 Viendo que ellos se a Jesús que caminaba sobre el fatigaban remando, pues el mar y se acercaba a la barca, y viento les era contrario, a eso tuvieron miedo. de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando 20 Pero él les dijo: «Soy yo. No sobre el mar y quería pasarles temáis.» de largo. 21 Quisieron recogerle en la barca, 49 pero en seguida la barca tocó tierra caminar en el lugar a donde se dirigían. creyeron que era un fantasma y Pero ellos sobre viéndole el mar, se pusieron a gritar, 50 pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero él, al instante, les habló, diciéndoles: «¡Animo!, que soy yo, no temáis.» 51 Subió entonces donde ellos a la barca, y amainó el viento, y quedaron en su interior completamente estupefactos, 52 pues no habían entendido lo de los panes, sino que su mente estaba embotada. 24 24 Cuando la gente vio que Jesús RETORNO A LA no estaba allí, ni tampoco sus ORILLA discípulos, subieron a las barcas y 53 53 Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret y atracaron. 53 54 fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?» 30 30 Ellos entonces le dijeron: ¿Qué 68 señal haces para PETICIÓN DE UN que 8,11 11 Y salieron los fariseos y comenzaron a discutir con él, SIGNO viéndola creamos en ti? ¿Qué obra pidiéndole una señal del cielo, realizas? con el fin de ponerle a prueba. 68 Le respondió Simón Pedro: CONFESIÓN DE «Señor, ¿donde quién vamos a ir? PEDRO 29 29 Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy Tú tienes palabras de vida yo?» Pedro le contesta: «Tú eterna- eres el Cristo.» La comparación de los relatos permite advertir varios elementos comunes entre ellos: Presencia de los discípulos y de la gente. Mención de los panes y los peces. La gente recostada en la hierba. La mención de los 5000. Jesús tomando y repartiendo el pan. La multitud saciada. Mención de Cafarnaúm. El mar y el temor. Una señal. Una proclamación de fe: tienes; eres. Aunque se constatan puntos de contacto en diversas frases de los dos evangelios, el estilo con que Juan hace uso de esas frases le es muy propio. Además el contexto dentro del cual se enmarca cada una de las redacciones de la multiplicación es diferente. Lo más posible es que hubo contacto sólo en 54 55 la tradición oral con una tradición más o menos ya esquematizada y constante61 que conocieron ambos evangelistas62. Esto indicaría que Marcos no es propiamente una de las fuentes para la redacción del Capítulo sexto de Juan. En síntesis, Jn 6,41-58 es, en la totalidad del cuarto evangelio, el lugar donde el tema de la vida eterna (ζωή) alcanza su plenitud, mostrándola como el mayor bien a través del cual el discípulo reconoce a Cristo, cuya vida plena procede del Padre. Él da el pan vivo y verdadero que perdura y supera la muerte física y espiritual. Así, la Vida es Cristo revelado a toda la humanidad en la entrega de su carne en la cruz. La vida eterna significa por tanto ser salvado por Jesús. Más que en el sentido ulterior de la vida después de la muerte, la vida eterna es la acción de Dios que actúa en el ser humano para liberarlo de todo aquello que le aleja de Él: la muerte. Aquí la necesidad de la escucha y la respuesta firme y constante por parte del creyente a las insinuaciones del Hijo del Hombre que da sentido pleno a la existencia de cada ser humano. 2.7.2. La crítica de las tradiciones. Hecho el trabajo de relacionar la perícopa de esta reflexión con otros textos “fuente” se realizará un acercamiento desde la crítica de las tradiciones considerando que, antes de la elaboración escrita de los textos bíblicos, existían oralmente fragmentos de diversa índole. Estas serán fórmulas, expresiones o parábolas utilizadas por Jesús que posteriormente utilizarán en la elaboración de los evangelios sinópticos y el cuarto evangelio. Existen con relación a Jn 6,41-58 diferentes hipótesis acerca de las tradiciones que sirvieron de apoyo para la formación del evangelio actual. Senén Vidal 63 presenta cinco etapas en el proceso de elaboración del escrito joánico citados sintéticamente: 61 62 63 Pongutá, Evangelio según San Juan, 22. Ibid, 21. Cfr. Vidal, Senén, El evangelio de la comunidad del discípulo amado, 2005, 14-36. 55 56 1. Tradiciones básicas: son pequeños relatos o narraciones que circulaban dentro de las primeras comunidades cristianas adquiriendo importancia en su experiencia de fe. Posteriormente fueron progresando hasta recopilarse en pequeños relatos. A su vez estos relatos sufrieron transformaciones y por tanto se ampliaron. Lo anterior constituye la primera fuente en que se apoyará el autor del “primer evangelio” o primera redacción del evangelio, (E1) como lo denomina Senén Vidal. Dentro de las tradiciones, encontramos tres grupos importantes: Tradiciones sueltas: llamadas así porque han sido pequeños dichos que no han llegado al redactor del primer evangelio en un texto elaborado y unitario. Han sido retomados por el redactor y tenidos en cuenta por el escritor. Estas tradiciones van adquiriendo importancia en el grupo joánico. Una colección de milagros: el tipo de literatura utilizado en los milagros no es novedoso para el Nuevo Testamento. Existían antiguas colecciones que pudieron ayudar en la elaboración del primer evangelio. La narración de la colección de milagros joánicos está muy bien confeccionada si se tiene en cuenta que habla de siete (como signo de universalidad) realizados en Galilea y Judea, reflejando nuevamente una coincidencia con el evangelio de Marcos. Lo definitivo es que la inclusión de los milagros transformó los pequeños escritos al momento de redactar el primer evangelio. El relato de la Pasión: se expone también la idea de un relato tradicional de la pasión que pudo ser fuente para el primer evangelio. El paralelismo entre el relato de Juan y de los sinópticos parece indicar la existencia de un texto o una tradición básica anterior que pudo ser utilizada por todos los evangelistas. El siguiente esquema ayuda a dilucidar el proceso llevado hasta el momento en la elaboración del texto: 56 57 Cuadro 10. Esquema de la Tradición básica para la redacción del evangelio. Etapa Contenido A Dichos Tradiciones sueltas, orales. B Configuración de textos Sistematización de las fórmulas de la tradición oral C Ampliaciones Colección de Milagros D Elaboración de los textos Relato de la Pasión Primer evangelio. 2. El primer evangelio (E1): Indiscutible que la estructura y la organización de un primer texto es evidente y que en la lógica de la elaboración del evangelio es prácticamente necesaria. El lenguaje es diferente a las tradiciones básicas. Además hay una secuencia narrativa imposible de encontrar en las tradiciones sueltas o la colección de milagros o en el relato de la Pasión. Senén Vidal menciona cómo la forma literaria de este primer evangelio es semejante a la de Marcos tal como se observó en el cuadro 12. 3. El evangelio trasformado (E2): significa que a partir de un primer texto, la comunidad de Juan realizó una relectura del escrito con las respectivas ampliaciones e interpretaciones que dan origen a un segundo evangelio. Esta reelaboración define la diferencia que hay entre los evangelios sinópticos y el evangelio de Juan. La razón de fondo para afirmar la existencia de un segundo texto es la misma que hubo entre el primer evangelio (E1) y las tradiciones básicas, a saber, la diferencia entre los relatos y la literatura utilizada. Además de estas variaciones literarias, el E2 con respecto al E1, incluye algunos comentarios y glosas que releen algunas necesidades de la comunidad mostrando una profunda trasformación de la tradición joánica64. Dentro de este estrato, Senén Vidal ubica Jn 6,41-51. Una de sus principales características es la importancia de la enseñanza profética por lo cual aparece en esta perícopa una citación de Isaías. 4. El evangelio glosado (E3): es una nueva reflexión y reinterpretación del evangelio. Se caracteriza por una profunda reflexión teológica y un atrevido lenguaje65 que por una parte incomodó a miembros de la comunidad y por otra parte, llevó a una comprensión espiritualista 64 Ibid, 27. 65 Ibid, 31. 57 58 de Jesús. Ese es el contexto donde puede ubicarse a E3 cuyo testimonio es la inclusión del Capítulo 21 y de Jn 6,51-58 entre otros. Esta sugerencia de Vidal comprobaría que Jn 6,52-58 es una reinterpretación de Jn 6,41-51, texto ante el cual, el redactor de 6,52-58 habría tenido un gran cuidado en la conexión con la estructura narrativa y la estructura temporis (Cfr Pág 35) de la perícopa precedente. A diferencia de E1 y E2, caracterizados por las disputas entre sinagogas y comunidades cristianas, el tercer relato parece indicar la apertura a la Iglesia de la que goza la comunidad de modo que hay una religiosidad y eclesiología incluida en esta nueva redacción. Por eso en Jn 6,52 no dice murmuraban de Él sino discutían entre ellos. 5. Evolución posterior al evangelio (E4): la justificación de una última redacción se percibe en la lógica narrativa del evangelio donde hay trasformaciones del orden original. El análisis de las tradiciones y las reelaboraciones del evangelio deja abierta la posibilidad de la evolución teológica que han tenido los discursos y los grandes temas del evangelio joánico. Sin embargo, las diversas etapas son garantía de los constantes cambios experimentados por los primeros grupos joánicos y de las profundas reflexiones obtenidas en la comunidad que han llegado hasta lo que conocemos como el evangelio autorizado o canónico del evangelista San Juan. 2.7.3. La crítica de la redacción. La crítica de la redacción tiene por objetivo estudiar el recorrido que a través de una larga historia ha desarrollado un texto hasta su elaboración final, en las que reúne múltiples tradiciones hasta lograr unidad del escrito. El acercamiento literario a Juan permite establecer que para la redacción del evangelio, los relatores (de E1,E2,E3,E4) desarrollaron el texto así: El uso del método midrásico: Respecto al pan de Vida, Schnackenburg se propuso indagar el trasfondo judío que tiene esta expresión66 usada también por San Juan. En su exposición menciona varios elementos. El primero y más antiguo es el rito acádico de Adapa cuyos manjares y bebidas dan la vida. El rechazo a la participación de este manjar los priva de la 66 Cfr. Schnakerburg, El evangelio según San Juan IV, 127-139. 58 59 inmortalidad. El segundo es el vínculo de Juan con las concepciones judías del maná y de la bebida de la roca. El tercero es la relación del pan de Vida con la Torah de la Vida o el árbol de la Vida. Como se ve hay una referencia a partir del Antiguo Testamento, un midrás palestino que relaciona la sabiduría con el maná y al maná como alimento bajado del cielo que alguien ofrecerá para adquirir la vida. Algunos textos del Antiguo testamento: el capítulo 6 de Juan menciona la secuencia del calendario litúrgico judío en cuyas celebraciones se presenta Jesús. Juan quiere resaltar el espíritu de la escritura judía posiblemente contemporánea al tiempo de redacción del cuarto evangelio, cuando afirma: si logran observar el Sabbath, el Santo, bendito sea, les dará tres fiestas: la Pascua, Pentecostés y los tabernáculos.67 Con la caída del Templo de Jerusalén las celebraciones cultuales fueron adquiriendo nuevas formas en los rituales de los que se encontraba excluida la comunidad joánica. Conocimiento y contacto con fuentes de los escritos sinópticos de modo particular con los de Marcos como lo comenta el cuadro 12 y el relato de la Pasión del primer evangelio (E1). Usó las tradiciones básicas existentes en la comunidad que iban extendiendo el texto cada vez más. (Para E1,E2 y E3). Sin embargo, hay un problema particular que requiere de un estudio minucioso. El análisis de las tradiciones del evangelio lleva a la mayoría de autores a afirmar que entre los capítulos 4 y 7 hay variaciones literarias que rompen la lógica narrativa de los textos. Por una parte 5,29 y 9,1-7 dirigen la narración en torno a las fiestas pascuales de Jerusalén en las que estarían presentes grupos joánicos. De otra parte, el capítulo 6 inicia con la expresión Meta. tau/ta como también aparece en el capítulo 5. Esta expresión introduce un nuevo contenido, nuevas personas, nuevas situaciones en el pasaje de la pascua. En 5,2 el texto dice que la gente le seguía porque veían los signos que realizaba en los enfermos. En este contexto (de los signos) se da el discurso del pan de vida (Capítulo 6,25-59) cuya ubicación originaria dentro de la totalidad del evangelio es discutida por el orden de la narración y de los temas. Sin embargo, esto podría ayudar a dilucidar una reorganización de los capítulos 4 al 7. 67 Moloney, El Evangelio de Juan, 213. 59 60 Evidentemente en los capítulos 5 (vv 1,2,14) 7 (vv 3,14,28) 8 (v 59) 10 (v 22) se observa que la geografía varía entre Jerusalén y Galilea; si Jn 6,1-71 se coloca inmediatamente después de 4,43-54, entonces se explica perfectamente la presencia de Jesús en Galilea y su posterior paso por Jerusalén y las fiestas de la pascua. Si hacemos caso a esta sugerencia los relatos quedarían organizados así: esta nueva señal, la segunda, la realizó Jesús cuando volvió a Galilea (4,54); después de esto se fue a la otra ribera del mar de Galilea (6,1ss). Terminada la actividad en Galilea hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a Jerusalén (Cap 5) y luego terminada ya la fiesta subió al Templo y se puso a enseñar (7,14). Manteniendo como criterio la ubicación geográfica y el orden de las acciones realizadas por Jesús, esta reubicación de los textos resulta muy interesante. 2.8. Síntesis conclusiva. Observando el panorama del recorrido exegético al que se ha dedicado el segundo capítulo, es admisible ver que el capítulo 6 del evangelio de San Juan ha sido redactado cuidadosamente puesto que la unidad y el estilo con que fue elaborado es impecable y bien construido. El análisis lingüístico sintáctico permite establecer que el texto de estudio se trata de un diálogo entre los judíos y Jesús del cual se desprenden las categorías teológicas del discurso del pan relacionado con la vida: “yo soy” el pan vivo - que da la vida - el que cree en mí (…) el que come mi carne … vivirá para siempre; murmuraban de Él – se escandalizaban y discutían entre sí revelando un problema de idolatría ante el cual Jesús se ve en la necesidad de persuadir a los tercos judíos acerca de su origen divino, su inmanente e íntima relación con el Padre y la importancia de dejarse instruir por Dios para comprender este misterio. El análisis semántico se ha detenido en la interiorización de las categorías contenidas dentro del discurso vida, maná, pan bajado del cielo, carne, comida, murmuración, muerte, cuya ubicación y relación al interior del texto revelan la centralidad de Jesús como el nuevo alimento que da la verdadera vida. La lectura histórica, ubicó el texto dentro de su contexto social, marcado por la disidencia entre los cristianos y la Sinagoga y presentó el ambiente pluricultural y 60 61 religioso que influyó en la redacción del capítulo 6 del cuarto evangelio. También se han mostrado algunos recursos literarios que sirvieron para su redacción. El análisis diacrónico ha realizado el recorrido por la historia interna del texto, en primer lugar, mediante la historia de la redacción que aclaró cómo Juan perfeccionó la narración de Éxodo 16 cuyo texto es la fuente fundamental para la redacción del Capítulo 6 de Juan. Igualmente el análisis deja en claro que, a pesar de las convergencias con el evangelista Marcos, es improbable que Juan haya tomado como fuente directa este evangelio. En segundo lugar, la crítica de las tradiciones ha mostrado cómo a partir de unas tradiciones orales básicas, luego sistematizadas por un primer redactor, el evangelio fue aumentando su contenido en diversas etapas. Finalmente, la crítica de la redacción presentó rápidamente el desarrollo del texto hasta llegar al documento actual, no sin antes advertir las coherencias e incoherencias en el desarrollo de los diversos capítulos especialmente entre los capítulos 5,6 y 7 como fue explicado. Todo lo que interna y externamente se ha podido investigar del desarrollo del evangelio de Juan en el Capítulo sexto apunta siempre al problema que existe al no ubicar a Jesús en el centro de la salvación prometida a toda la humanidad. Las variantes de la crítica textual generalmente quisieron enfatizar a Jesús como centro del discurso. En la discusión entre judíos y Jesús el diálogo se concentra en el origen divino del segundo. Las diversas categorías utilizadas en el texto orientan siempre al Señor. El mismo contexto histórico manifiesta que había problemas entre sinagoga y algunos judíos porque afirmaban que Jesús era el Cristo. Todo esto significa por tanto, que la vida eterna también apunta al Hijo como horizonte y punto de llegada. Organizar sistemáticamente esta relación vida eterna – Jesús será la razón de ser del tercer capítulo. Lo anterior está enmarcado dentro de una importante insistencia del evangelista: el que anhele adquirir la vida eterna debe comprender la relación dinámica entre Padre e Hijo. ¿cómo es posible y cómo se comprende esa dinámica Padre – Hijo marcada por una profunda intimidad cuya consecuencia directa e inmediata es dar la vida eterna?. Este es el interrogante a dilucidar en el tercer capítulo. 61 62 CAPÍTULO III REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y EDUCATIVA – PASTORAL. (FASE TEOLÓGICA Y ACTUALIZANTE) 3.1. LECTURA TEOLÓGICA. 3.1.1. Objetivo del capítulo. El estudio del texto elegido en este trabajo presenta, en primer lugar, la incomprensión de Jesús como el alimento que sacia toda hambre causada por una idolatría que desvió a los judíos del camino hacia el Padre; en segundo lugar, a través del recorrido exegético ha dilucidado la insistencia de Juan en la mutua e íntima relación entre Padre – Hijo; en tercer lugar, ha dejado en claro que ha sido Dios quien ha enseñado a todos, señalando la responsabilidad del discípulo en aprender las enseñanzas del Padre; en cuarto lugar, ha evidenciado que creer es una necesidad prioritaria para quien desea conocer la intimidad de Dios de quien brota la vida; En quinto lugar, ha mostrado el carácter eucarístico del discurso del pan de vida y por tanto, de las categorías carne y comida. Ahora es necesario profundizar y orientar a partir de la reflexión bíblica, el aporte teológico y educativo – pastoral de Jn 6,41-58 para salir y predicar al pueblo todo lo concerniente a este mensaje de vida (Hch 5,20) analizado previamente. Se mencionaba inicialmente, que la vida se enfrenta constantemente a la realidad de la muerte. Esta tensión aumenta cuando la percepción de la vida plena sólo se entiende a nivel humano y no se reconoce el fundamento que le da su auténtico valor: Dios como la fuente de la Vida. Al contrario, el mundo contemporáneo revela una vida líquida68 caracterizada por el acelerado ritmo de una sociedad que, hallando unos determinados valores activos,69 prontamente son convertidos en pasivos, de modo que estos nunca perduran ni son sólidamente constitutivos en la vida de los 68 Expresión de Zigmunt Baumman en la Vida líquida, Paidós, Barcelona, 2005. 69 Para Baumman estos valores son los que motivan y fundamentan la acción de un individuo o grupo social. 62 63 individuos y los grupos humanos. Como consecuencia hay muchos imaginarios, nuevas idolatrías de vida plena y verdadera que no siempre están en consonancia con el evangelio. Algunos de los más característicos son: 3.1.2. Idolatrías de la vida en el siglo XXI. 3.1.2.1. ¿Calidad de vida? La expresión calidad de vida surge de la necesidad de mejorar las condiciones sociales y económicas de los individuos, las familias y la sociedad en general. La humanidad ha visto cómo el hambre, las guerras, las enfermedades y la falta de educación obligan al hombre a luchar para resistir, y observa cómo, bajo estas circunstancias, la persona se constriñe a subsistir con recursos muy escasos para suplir, al menos, las necesidades básicas primarias. Los efectos instantáneos son la permanente pobreza, la desigualdad de condiciones para vivir entre los mismos seres humanos y las precarias circunstancias de vida de tantos pobres explotados y excluidos. En consecuencia se habla de calidad de vida. Este nuevo concepto de la modernidad tiene una doble comprensión. El primero, tiene como ideal favorecer el desarrollo de todos los seres humanos para encaminarse hacia un estado de vida digna, pero, en segundo lugar, corre el riesgo de caer en el utilitarismo hedonista y el individualismo donde la búsqueda del bien exclusivo y personal predomina aún por encima de las necesidades y el derecho que tiene todo ser humano de las adecuadas condiciones de vida. Este concepto no siempre favorece la igualdad sino que, por el contrario, crea rupturas sociales. Por tanto, quienes gozan de mejores posibilidades económicas, se benefician con superiores medios de atención, mientras que los de condiciones de vida más escasas deben someterse a lo que los diferentes Estados o la posición social y económica en particular les posibiliten con insuficiencia. Es decir que, para consentir a unos pocos una alta calidad de vida, con mentalidad hedonista y consumista se está favoreciendo la degradación y la destrucción del sistema planetario70. Evangélicamente este no es el fin último de la vida humana. 70 Chávez, Pascual, Aguinaldo 2004, ANS, Roma, 16. 63 64 3.1.2.2. ¿Procreación y/o perpetuidad de la raza humana? Ninguna vida existe sin alguna sombra de materialidad71, necesita de un cuerpo que la haga visible. Es decir, que si la vida no posee la capacidad de generarse biológicamente a sí misma tiende a desaparecer. Por tanto, para que la vida permanezca, al menos como materia, se debe perpetuar a través de la procreación. Esto indica que el sentido último de la vida sería la autoconservación. La pregunta nuevamente es ¿realmente este es su fin último? Si bien el evangelio quiere superar el concepto de vida material y natural, también es claro que supone la importancia de la materialidad como mediación importante para alcanzar la vida eterna. Es pertinente recordar que la vida biológica es necesaria para la revelación de Dios puesto que es en ella donde Él pone su aliento (Cfr. Gn 2,7) es allí donde Cristo se encarna. Por tanto, Creador y existencia humana son necesarios recíprocamente como fue señalado al inicio del trabajo sin caer en el extremo donde todo depende sólo de Dios o sólo del hombre. Por tanto, la materialidad y la procreación forman parte del proyecto de salvación y construcción del Reino de Dios pero no son la vida eterna. 3.1.2.3. La perfección humana. El ser humano está siempre en constante progreso y permanente búsqueda del perfeccionamiento como un trabajo personal y de auto iniciativa. Así, el fin último de la vida para muchos hombres y mujeres, y dentro de ellos algunos creyentes en Cristo, es el deseo de “ser mejor” donde cada individuo obtiene logros por sus méritos pero obviando generalmente la dimensión trascendente que forma parte de esta experiencia de adquirir una vida plena y abundante. Otro grupo de personas intenta incluir a Dios en este proceso pero buscan acomodarlo a sus propias expectativas y anhelos. En este camino de ser perfectos se olvida con frecuencia que la medida de la perfección está en Dios: sean perfectos, así como su Padre del cielo es perfecto (Mt 5,48). Dios Padre no sólo es el parámetro o el punto de partida en la búsqueda de la perfección sino que es Él quien toma la iniciativa de hacer a cada ser humano perfecto. Sin embargo, la iniciativa de Dios en el crecimiento interior y espiritual depende en gran medida de la disponibilidad que cada creyente tenga para Él y de su acción. El verdadero sentido de la vida no está en obtener grandes alcances meritocráticos. La vida auténtica es 71 Blondel, Maurice, El Ser y los seres, Ediciones Salesianas, Caracas, 2008, 235. 64 65 posible sólo cuando “escucho y aprendo” (Cfr. Jn 6,45) del Padre que instruye y atrae por el camino único que conduce a la eternidad: el Hijo. Para ello, se necesita la apertura a Dios y el abandono de sí mismo en sus manos. 3.1.2.4. ¿Una existencia significativa? A la afirmación todo ser humano debe nacer, crecer, desarrollarse y morir, un grupo de hip-hop bogotano agrega y podrir diciendo que la existencia humana se reduce a lo eminentemente temporal. En esta perspectiva, el filósofo Soren Kierkegaard afirmaba que, lo que da sentido a la vida, es hacer significativa la existencia terrenal ejercitada en el tiempo durante el cual cada hombre y mujer vive, puesto que, posterior a la muerte, sólo hay la nada. Se refería a lo que tituló en un escrito como la enfermedad mortal (la muerte) con la que termina la vida. Para justificar este pensamiento suyo empezaba el primero de los capítulos formulando un interrogante interesante: ¿para qué resucitó Jesús a Lázaro si tenía que volverse a morir?72 Aunque el autor profesaba la fe cristiana, la afirmación deja entrever el poco conocimiento teológico y bíblico del texto al que se refiere73. Algunos rasgos de éste pensamiento están marcados en algunas culturas juveniles74 cuya mentalidad sostiene que la vida tiene sentido sólo si durante la existencia terrena la vida es significativa, productiva y fructífera para sí y para los demás. Esta concepción favorece en los esfuerzos humanos y sus acciones la presencia y la acción de Dios pero sin la posibilidad de pensar en la Vida eterna a la que consideran como una forma de vida creada por la fantasía humana. Daría la impresión de que Dios da la vida para que sea plena durante los años de vida natural pero que termina cuando el cuerpo se vuelva inerte. Esto es bíblicamente peligroso porque llevaría a la idea de que el fin último de la vida es la muerte. Para los existencialistas cristianos Jesús fue un hombre que, dejándose orientar por Dios, hizo de la vida una mediación al 72 Kierkegaard, Soren, la enfermedad mortal, Trota, 2008, 27. 73 Dood afirma justamente que el milagro de la resurrección corporal de Lázaro, que anticipa la resurrección final, es un símbolo de la real resurrección por la que uno pasa de una mera existencia física, que es la muerte, a la que es la vida de verdad, y que no se verá afectada por la muerte del cuerpo. (Dood, Charles Harold, Interpretación del cuarto evangelio, Cristiandad, 1978, 156). 74 Me refiero a algunas tribus urbanas como los neopunk y tectonik. 65 66 servicio de los demás como era el deseo del Padre. Sin embargo, cumplió con su tarea al morir eliminando la promesa de la resurrección yo les resucitaré en el último día. La invitación al creyente es ser como Jesús, mediación de la acción de Dios en el mundo antes de la llegada de la muerte. Dudable que esto sea la vida eterna. Entonces ¿Qué es la vida eterna? 3.1.2.5. Un nombre: la vida eterna.75 El Papa Benedicto XVI menciona en la encíclica Spe Salvi, que el fin último de la vida humana es la vida eterna que aguardamos con esperanza; el creyente la percibe y va experimentando la plenitud de la vida gracias a la fe y al encuentro con el Señor encarnado en el Hijo, Jesucristo, que ha bajado para darse como pan de vida eterna; es decir, que ésta ha llegado, ha sido enviada y por tanto, no alcanzada por méritos intelectuales o esfuerzos humanos; es gratuidad. El Padre ha hecho que la vida eterna esté en el Hijo, la ha encarnado en Él, la da por Él, es Él. De nuevo aparece el elemento de la unicidad entre Padre e Hijo ¿Cómo pueden Dios y Jesús ser uno sólo? ¿Cómo puede el Hijo poseer la misma vida que tiene el Padre? ¿Qué tan acertado resulta afirmar que ver al Hijo es lo mismo que ver al Padre? ¿Qué certeza se tiene al respecto? Para este propósito es importante precisar cómo sucede la íntima unidad entre Padre – Hijo. 3.1.3. Yo y el Padre somos uno. 3.1.3.1. La recíproca intimidad entre Padre e Hijo. A partir de la lectura de Juan 1,1-19 se encuentra una introducción muy desarrollada de los temas tratados en todo el evangelio y desde el inicio el tópico de la vida es fundamental: era la vida y la vida era la luz de los hombres (Jn 1,4). Afirma Juan que en el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios (Jn 1,1) indicando la preexistencia del Hijo, su permanencia en la historia de la salvación, su corresponsabilidad con el Padre, y finalmente que Él es como el Padre revelándose así la profunda 75 Benedicto XVI, Spe Salvi, numeral 12. 66 67 intimidad existente entre ambos. El Hijo no ha sido destinado a permanecer en la preexistencia como algo oculto y escondido sino que por Él, Dios puso su morada entre nosotros o habitó entre nosotros enviando a Jesús, cuya presencia era la vida y la vida era la luz de los hombres (Jn 1,4) Este paralelismo informa al lector que Jesús ha estado presente siempre en la acción del Creador, que por Él se ha hecho cuanto existe y que de Él viene la vida encarnada para darla a todos los que en Él crean. Así, por ejemplo, no es que alguien haya visto al Padre, sino Aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre (Jn 6,46). Está el Uno incondicionalmente presente en el Otro. Sin embargo, testifica el evangelio que, al Padre no lo vemos, pero al Hijo sí, lo cual sugiere que para conocer la Palabra, la Luz, la Vida76 del Padre, hay que referirse a Cristo en quien está presente la Luz, la Palabra y la Vida. Surgen por tanto, más preguntas ¿Cómo puede un ser ser y estar en otro? ¿Cómo puede ser el Padre en Jesús y Jesús en el Padre? ¿Cómo sucede aquello que afirma Juan como el Padre tiene la vida en sí mismo, así también el Hijo tiene la vida en sí mismo? (Cfr. Jn 5,26). En otras palabras, Dios posee la vida y es la vida; a Él no lo conocemos aunque el Hijo (Jesús) si lo ha visto, le ha escuchado y ha seguido sus mandatos, y el Padre le dio la Vida, y los creyentes podrán tenerla viendo a su primogénito puesto que Dios ha habitado en Él en una relación profunda e íntima. Es más, Él no solamente es el pan de vida sino que es el pan vivo77. ¿Cómo comprender esa relación de intimidad mutua? Para a dilucidar estas preguntas es oportuno y útil un acercamiento a Karl Rahner quien ofrece una serie de reflexiones teológicas que, como Oyentes de la palabra,78 ayudarán a aclarar este interrogante. 76 Es pertinente la siguiente nota aclaratoria presentada por R. Brown: El término vida nunca significa en Juan o en sus epístolas la vida natural. 1 Jn 1,1 hace pensar que se refiere a la vida eterna lo cual se especifica en 1 Jn 1,2: la vida es vida eterna. (Brown, Raymond, El evangelio según Juan, Tomo I, Sígueme, 2005, 293). 77 Leon – Dufour, Xavier, Lectura del evangelio de San Juan, Sígueme, 1992, 127. 78 Rahner, Karl, Oyente de la Palabra, Herder, Barcelona, 1967, 173. 67 68 3.1.3.2. Reflexión teológica de la unidad Padre-Hijo. Lo primero constatable en el evangelio es la vinculación de Jesús con el Padre de quien el primero recibe su divinidad. La Vida es don gratuito de Dios ofrecida al Hijo. Quien la quiera poseer, que conozca, se acerque, se deje sorprender por Cristo y le contemple. Esta comprensión de la vida, valga la aclaración, está sujeta a la comprensión que se tenga de la relación Padre – Hijo. ¿Se puede comprender esa dependencia? El primer elemento fundamental a tener en cuenta para entender esta reciprocidad es que Dios es totalmente libre. Por serlo, ha hecho la creación, al hombre y la mujer y todo cuanto existe en el universo dándoles la vida sin ninguna otra motivación que amar lo creado y ofrecer un proyecto de salvación en el que cada ser humano pueda participar de ese Amor que todo lo inunda. En segundo lugar, este Ser Supremo (Dios) creó al ser humano con condiciones de posibilidad para preguntarse por el Ser mismo de modo que toda existencia humana camine y se oriente hacia Él: la Palabra estaba dirigida hacia Él. La pregunta por Dios resulta determinante para este caso puesto que nadie es capaz de cuestionarse por algo que no conoce o por lo menos intuye. El hecho de interrogar la existencia o no de Dios es el indicio de que, el ser que se cuestiona, algo percibe de esta realidad divina; en este sentido Benedicto XVI hablando de la vida eterna afirma que es lo desconocido pero ya en alguna forma conocido79 En tercer lugar, el ser humano ha sido capacitado, tiene también condición de posibilidad para acoger lo que se le revela, lo que capta, lo que comprende de la divinidad. Con la actitud de apertura a la Trascendencia, lo revelado comienza a habitar y afectar a la persona hasta hacerla aquello revelado. ¿Cómo sucede esto? Primero, se admite que ser es estar consigo, y conocer no es fundamentalmente otra cosa que el estar el hombre consigo según el grado de su posesión de ser. Es decir que, para captar la acción de Dios, el primer paso es entrar a la persona misma, volverse hacia sí. 79 Benedicto XVI, Spe Salvi, numeral 12. 68 69 Segundo, algunos filósofos afirman que en la relación entre dos unidades, objetos, cosas, “el Uno” termina siendo “lo otro” en la medida en que se van dando mayores vínculos donde lo otro termina siendo el Uno. Un ciudadano de determinado ambiente cultural que por cualquier circunstancia deba estar presente en un medio social diferente al suyo, al vincularse con esa nueva cultura se va compenetrando a ella de tal modo que, al pasar el tiempo, asume tonos de voz, dichos, su lenguaje adquiere nuevas interpretaciones, nuevos modos de pensar y de actuar acordes al lugar donde se encuentra. En el campo educativo, por ejemplo, un grupo de estudiantes asume en ocasiones las actitudes del pedagogo. El discípulo generalmente es asociado con los gestos, los modos de hablar y actuar de su maestro. En síntesis, se es lo Otro en la medida en que el discípulo se deja poseer por su Ser, aunque puede suceder que este Otro vaya tomando lugar en el ser sin percatarse de ello, como ocurre eventualmente con Dios en relación al ser humano. El sólo hecho de preguntarse si existe o no Dios indica en un grado mínimo la posesión del totalmente Otro en mí ser, la posesión o habitación de Jesucristo en cada hombre y mujer de la humanidad. Entonces, mirar hacia dentro (hacia la persona misma en su totalidad) y hacia el otro (la familia, la naturaleza, los pobres) son el presupuesto básico para entender cómo obra Dios en un ser hasta llenarlo de sí. Tercero. Partiendo de esto último, Dios va tomando habitación del ser humano y para que este conozca ese acontecer, es necesario un doble movimiento: una intro-versión, para entrar en sí mismo y hallar esta posesión de Dios; y para que tal receptividad sea completa debe darse el segundo movimiento, una extra-versión, es decir, la relación con los demás, con la naturaleza, con lo que nos rodea, con lo que se experimenta en la vida. Talvez se puede hacer una primera síntesis para acercarse a las primeras conclusiones. Dios se vuelve hacia sí y para ser reconocido sale de sí, se extra-vierte, se revela al otro habitando en Él para ser ser en otro, ser en Jesús quien a su vez fue suficientemente receptivo, abierto al Otro para conocer la intimidad del Padre, dejarse inundar de su Trascendencia y permitir que en Él se vea al Padre. 69 70 Rahner afirma también que estar en otro entitativamente, en virtud de lo cuál estar consigo se convierte por sí mismo desde un principio en estar esciente en otro 80. Por tanto, si Jesús ha sido totalmente habitado por Dios, su ser es desde el principio en el Otro, en Dios y por tanto, es Dios. La expresión “es” es la única expresión aplicable con propiedad a la esencia de Jesús, mientras que “fue” y “será” se dicen sólo en el proceso que está en el tiempo81 Hay dos aclaraciones muy importantes a tener en cuenta: a. Que ese Otro, y el ser, no son y no pueden ser ficticios, míticos, fantásticos, simples categorías y afirmaciones imaginarias porque siendo irreales, la posesión del Ser en otro ser resultaría una mentira; b. A pesar de la realidad del ser y del Otro, no siempre estos son observables físicamente si bien son perceptibles. Lo expresa Rahner citando la doctrina de Santo Tomás cuando se refiere a la materia: La materia en metafísica tomista es un constitutivo metafísico de un ente; es real, pero no observable, no conocible como cosa. La realidad del ser y del Otro es fundamental para que sea válida la otreidad82 como el amor de una madre que forma parte del hijo, o la enseñanza que un maestro ha dado a su alumno que, sin verse materialmente, está presente en la mente del discípulo, o la ideología que un grupo humano o tribu urbana tiene como estímulo de su asociación que, sin ser palpable a los sentidos, sin embargo les es constitutiva; es el caso de Dios que, dicho por el evangelista Juan, no es físicamente observable, nadie ha visto al Padre (Jn 1,18), pero se sabe que es, que existe, que ha Creado todas las cosas y que ha habitado y actuado a lo largo de toda la historia de la salvación. De estas afirmaciones se pueden deducir algunas ideas. Dios es una realidad que al tomar posesión absoluta de Jesús, le da y le revela su divinidad y con ella la luz y la Vida. A Dios no se le ve ni se le conoce directamente sino a través del Hijo. Por Él se comprende a Dios y por Él se accede a la luz y a la Vida. 80 Ibid, 149. 81 Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 159. 82 Rahner, Karl, Oyente de la Palabra, Herder, 1967, 168. 70 71 Dios es el totalmente libre y los seres creados por Él son libres. Dentro de las opciones de libertad del creyente, es indispensable la apertura del mismo ser humano hacia su Creador para conocerle, comprenderle y dejarse habitar por Él hasta obtener la vida eterna: Esta es la vida eterna, reconocerte a Ti como único Dios verdadero (Jn 17,3) Dios (el totalmente Otro) se da absolutamente al Hijo quien a su vez le conoce a profundidad porque permanece abierto a su acción hasta ser como el Padre. La disponibilidad de Jesús para dejarse invadir por la acción del creador era fundamental. Esta actitud hacia las cosas de Dios es también don y tarea para todo discípulo. Lo anterior impulsa, casi obligatoriamente, a reflexionar sobre la receptividad del discípulo necesaria para conocer a Dios y dejarse transformar por Él. 3.1.4. El que escucha al Padre: la receptividad del discípulo como recurso necesario para comprender la unidad Jesús-creyente. Jesús como ser humano y en la responsabilidad de ser Hijo de Dios, como hijos somos todos, favoreció la apertura de sí hacia Dios: crecía en edad, sabiduría y gracia (Lc 2,51-52). Aunque a los ojos de sus padres el niño estaba perdido, Jesús se encontraba en el Templo sentado (actitud del educando) escuchando y preguntando por las cosas del Padre. En el análisis lingüístico sintáctico dejaba en claro que los hombres a los que ha sido enviado Jesús no pueden recibir la vida sin una docilidad interior hacia el Padre 83. Jesús mismo había pasado por ese proceso y logra, gracias a su capacidad de escucha, hacer que todas las cosas sean nuevas (Is 43,18). Con esta afirmación es evidente una importante condición en el deseo de tener la vida eterna: La disponibilidad de la persona como actitud fundamental para asimilar la revelación del Padre hecha en 83 Cfr. Página 20 de este trabajo; León – Dufour, Xavier, Lectura del evangelio de Juan, Sígueme, 1992, 121. 71 72 el Hijo. Esto no representa un gran problema porque el hombre es un cognoscente receptivo84 abierto al conocimiento de otros que siendo externos, dan a su ser nuevas dinámicas, nuevas acciones, nuevas comprensiones de la vida. Nunca el contacto con lo Otro y el otro deja al ser intacto. Por el contrario, lo transforma. El discípulo es receptivo a la intimidad de Dios cuando escucha y aprende sus preceptos en los que descubre que sólo Jesús es el camino, la verdad y la vida. El mismo evangelista Juan, al atestiguar que la Palabra estaba dirigida a Dios, indica el movimiento receptivo de Jesús hacia el Padre y en consecuencia (como Él), cada creyente ha sido puesto en movimiento hacia el Señor. Éste, abierto a esa realidad confía en que Dios le transforma y le va dando la vida eterna y sabe que en esto la iniciativa es de Dios. Pero la disponibilidad depende de otra actitud: la fe, creer en el que ha enviado el Padre. 3.1.5. El que cree tiene la vida eterna. Jn 6,29 afirma que la obra de Dios es que creamos en Aquel que Él ha enviado. Creer implica también confianza en el Dios que anhela romper la finitud y llenar a todos de su amor. Creer es un hecho que suscita Dios, es obra suya. Lo mismo se afirma en el v 40 sólo que allí explicita quién es el enviado: el Hijo; quien cree en Él tiene la vida eterna porque esa es la voluntad del Padre. Creer es necesario para no morir en el v 35. El verso 36 sugiere que hay en la comunidad de Juan quienes no creen: “me han visto y no creen”, constituye una acción de Dios (v 29), es la actitud interior deseada para todo creyente (v 40) y es el modo como se alcanza la vida eterna (v 47); también implica acercarse a Él para no morir (v 35); aceptar que Él es el pan del cielo (v 42) escuchar sus enseñanzas (v 45) tener la confianza de que el Señor nos enseñará el camino de la Vida (Sal 16,11).85 Por tanto, no creer en Él significa no verle (v 36), es murmurar (v 41) no conocerle (v 42) escandalizarse (v 52). 84 Ibid, 163. 85 Cfr. Página 6. 72 73 La murmuración de los judíos hace casi imposible una actitud de apertura a las enseñanzas de Dios. El hecho concreto del escándalo indica en ellos la vulnerabilidad de su fe llevando a pensar al sujeto en la incredulidad que le hace negarse, en el caso del cuarto evangelio, la vida eterna. Conciente de su muerte, el discípulo descubre que debe poner su confianza en algo seguro. Por esto creer es tan importante en el discurso del pan de la vida eterna: la obra de Dios es que creáis en quien Él ha enviado (6,28); el que crea en mí nunca tendrá sed (6,35); el que cree tiene vida eterna (6,47) hay entre vosotros algunos que no creen (6,64); tu tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos (6,69). Schnakenburg observa que en estas sentencias cada vez más pasa resueltamente al primer plano la exhortación a creer86. El que cree, escucha al Padre y abre su ser a Él, experimenta la novedad de algo que le desborda y le maravilla, lo hace feliz y le permite conocer nuevas dimensiones donde lo efímero y temporal se ve superado por algo que permanece, plenifica y actúa en él con eficacia: Dios. Tomando conciencia de esta realidad nueva que le abunda, comprende y ve que si ante una pequeña receptividad todo le es nuevo y diferente, una mayor receptividad lo llevará a ir adquiriendo más de aquello que ya le ha venido mostrando la hermosura de vivir en Aquel que todo lo puede. Esto es la fe a la que universalmente y sin exclusión alguna está llamado todo ser humano 87 siempre atraídos por el Padre. 3.1.5.2. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. Afirma Rahner que el hombre es conocimiento receptivo y lo es en tal forma que para aprehenderse a sí mismo, tiene absoluta necesidad de salir al mundo porque el mundo confronta y lleva al conocimiento de nuevas dimensiones, nuevas formas de vivir y de relacionarse, nuevas comprensiones de la realidad y de la existencia de Dios. Jesús como hombre receptivo creyó y pudo comprender su condición divina solamente dándose por la humanidad y para ella. Por eso Juan dice que la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, es decir que la posesión del Ser se encarna, se hace histórica y se concreta allí. Este es el sentido fundamental de la vida, encarnar en el hoy, en la historia, en el presente, la presencia y acción del Ser, la acción salvífica de Dios. 86 Schnakenburg, Rudolf, El evangelio Según san Juan, II versión y comentario, Herder, 93. 87 León - Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 123. 73 74 Hay una consecuencia de esta apertura a la enseñanza del Padre. Si Jesús dice he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 10,10) el evangelista está diciendo que así como hay una relación íntima, mutua, de unicidad entre Padre e Hijo, donde el primero da la vida al segundo, del mismo modo hay inmanencia mutua de Jesús con el creyente88: he venido para que tengan, para darles la vida (Jn 10,10;) vida en vosotros (Jn 6,53) 3.1.7. ¿Qué es realmente la vida eterna? ¿Cómo es esa vida eterna, plena y abundante a la que se refiere el evangelista Juan y cómo adquirirla?; ¿Cuál es el fin último de la vida humana? El evangelista ha dado importantes pautas para resolver esta pregunta. En 3,17 afirma que Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgarlo sino para que por Él el mundo se salve, por lo cual el deseo de Dios es la salvación del universo por medio de Cristo, pero aquí la salvación tiene aún aires de ser sólo promesa. Luego da un paso significativo en 6,22 describiendo que subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Es decir, hay una distancia entre Jesús y la multitud lo cual suscita la búsqueda del Señor. Ya se tiene como referencia de la promesa de la salvación a Jesús. Finalmente 6,45 afirma que no es que alguien haya visto al Padre sino aquel que ha venido de Dios, ese ha visto al Padre. León - Dufour en lugar de “ha venido” sugiere “junto a Dios” para llegar a la misma conclusión por la cual optamos: Cristo permanece en el creyente quien ha conocido la intimidad del Hijo y por tanto la intimidad del Padre, de la cual brota la vida auténtica y verdadera. Es decir que la salvación acontece en cada discípulo. Esa es la vida eterna. Así, la Escritura hace una exhortación por la Vida contradictoria a tantas circunstancias de hoy: Escoge la vida y vivirás tú y tu descendencia. Ama al Señor tu Dios, escucha su voz, adhiérete a él, pues de él depende tu vida (Cfr. Dt 30,15-20). Conocer la intimidad de Dios para permanecer en Él y vivir. En la Palabra dirigida al hombre se comprende la Vida como un aliento que sopla, que origina actividad y proviene de Dios según lo pensaba también la cultura griega. La referencia del aliento (Gn 2,7) está relacionada con el aire que permite el movimiento, la actividad, la acción, el 88 Ibid, 131. 74 75 dinamismo, la ejercitación de la existencia, la vida. Sin la presencia del aire la muerte de cualquier ser vivo es evidente. Para el creyente la vitalidad y la posibilidad de su existencia no depende solo del aire como elemento físico, sino de Dios, el verdadero aliento que sopla para dar la Vida. El ser humano debe su existencia contingente no a sí mismo, sino a Otro que lo ha puesto en existencia.89 La vida eterna es la total apertura que tiene el ser humano a la acción que desde ahora va instaurando Dios en la existencia, en el creyente que halla a Cristo como el fundamento de cada instante en el que ejercita su vida, permitiendo que el Señor transforme la vida efímera y terrenal, en una vida que halla felicidad en el encuentro con Aquel en quien desaparece el dolor, la injusticia, la desigualdad, el rencor, el egoísmo, la muerte porque ama la vida y llena al hombre de ese amor para que sea ofrecido al prójimo, fundamentalmente a los que sufren. Esto sólo es posible en la medida en que la vida sea dada para el otro y por el otro. Un encuentro egocentrista con Dios lleva a una falsa vida, pero cuando se da decididamente por el otro, se perpetúa. Cuando la vida se da con generosidad el creyente experimenta que la paz interior le desborda; el discípulo advierte libertad dentro de sí, en sus sentimientos y sus acciones y percibe la alegría que no dan las cosas materiales que, por el contrario, terminan esclavizando y generando dependencia de lo efímero; al hacer de su vida un don al servicio del otro, el cristiano halla hermanos con los cuales comparte las tristezas y los aciertos y, como efecto siente, no como una iniciativa humana, sino divina, la necesidad de dar al mundo aquello que experimenta. Así se entiende que la vida se está plenificando, que no está pasando desapercibida, que está dejando huellas manifestando y renovando la presencia de algo más grande que todo lo material y lo temporal, se revela al Dios de la vida que pone todo en movimiento y que sigue en lo escondido actuando en el mundo para salvarlo contando con nuestro ser abierto a Él, convirtiendo la vida terrena en eterna, porque tales experiencias difícilmente son borradas por tiempo y espacio alguno. Al contrario, aunque biológicamente el hombre muera, perdura la “piedra” que se ha puesto como contribución a la construcción del Reinado de Dios. 89 Navarrete, Luis Felipe, Apuntes de clase, Oyente de la Palabra. PUJ, 2008. 75 76 Así, aunque disminuya la vida natural, la vida espiritual se robustece, adquiere fuerza, supera toda limitación. Esto sí es Jesús porque Él creyó; se dejó llenar de Dios a tal altura que Él lo ha dado para que la humanidad se deleite también de su grandeza y sea su alimento. Por eso la existencia es gratuidad y se vive en el ejercicio de servir y gustar de ese servicio. En síntesis, la vida eterna, se había dicho como parte del análisis exegético, significa dejarse invadir y ser salvado por Jesús. Más que en el sentido ulterior de la vida después de la muerte, la vida eterna es la acción de Dios que actúa en el ser humano para liberarlo ahora de todo aquello que le aleja de Él: la muerte. Es la apertura a esa acción del Creador de la Vida que amando a los suyos los inunda de sí, de su amor, de su luz, de su Palabra hasta que el ser humano encuentra en Él la razón primera y última de su existencia, halla en su presencia la libertad, la tranquilidad, la paz, descubre que en Él desaparece toda desigualdad, todo sufrimiento, todo dolor, toda agonía y tristeza, todo interés egoísta y mezquino, comprende que el Señor de la vida lo tiene al servicio de los demás, para ser testigo y testimonio de la caridad y de entrega generosa y desinteresada. La vida eterna es la comprensión de que en Dios, Uno y Trino todo es suficiente, que en Él nada se agota y que la vida terrena y biológica no colma totalmente la plenitud de la existencia humana, que Cristo nada quita y todo lo da. Sin embargo, cuanto ha sido dicho podría ser un discurso muy agradable y emotivo, pero que corre el riesgo de no ser encarnado en el presente, en la historia, en la realidad de los hombres; la vida eterna terminaría siendo un mensaje de salvación que se deja morir. Si la vida viene de Dios (Jn 10,10), es más, Dios es la vida, eliminar de sí mismo a Dios constituye la supresión del origen de la Vida, de su proveedor, de su alimento, de quien le da sentido pleno y belleza, el amigo de la vida (Sab 11,26). Entonces ¿Cómo comunicar y ayudar al ser humano, a los creyentes en Dios, a los discípulos de Cristo, a las nuevas generaciones que han de hacerse responsables de este mensaje, a profundizar y hacer una opción por la Vida del evangelio? 3.2. LECTURA ACTUALIZANTE. Mirando hacia los creyentes y en particular hacia los jóvenes, presente y futuro del mundo y de la Iglesia, confiando a ellos la construcción de un mundo más justo, solidario, equitativo y atento a la 76 77 voz de Dios, deseoso de sentir un pueblo liberado de toda opresión causada por el pecado y cuya funesta consecuencia es la muerte ¿Cómo actuar para que las estructuras de opresión, desigualdad y muerte no se repliquen? ¿Cómo salir y predicar al pueblo todo lo concerniente a este mensaje de vida? (Hch 5,20) Retomando en sentido positivo la pregunta de los judíos en la discusión con Jesús ¿cómo Él puede darnos a comer su carne y a beber su sangre para alcanzar la vida eterna? 3.2.1. El que aprende viene a mí. En la perícopa que se ha venido profundizando en este trabajo, el evangelista citando a los profetas Isaías y Jeremías escribe: Serán todos enseñados por Dios (Is 54,13; Jr 31,33) Todo el que escucha al Padre y aprende viene a mí (Jn 6,45). La enseñanza y el aprendizaje son fundamentales a la hora de comunicar la salvación contenida en el evangelio y de hacer una opción por Cristo, por el Dios de la Vida. En muchos textos Jesús se percata del hambre, de la tristeza, del sinsentido de la gente, de la multitud y ve la prioridad de responder a tales dificultades dando de comer y enseñando: vio una multitud, y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma (Mc 6,34). No cabe duda que sólo es posible una humanidad nueva que, educándose en la fe, aprenda a promover los valores del evangelio y de la vida. Esta relación escuchar – aprender forma parte de la Pedagogía de Jesús. Hoy la educación en la fe se encuentra de cara a nuevas fronteras, “nuevas realidades” determinadas por la crisis que sufre la tradicional vida cristiana que parecería decir muy poco a la juventud del presente. La Iglesia y la sociedad están amenazadas por nuevas formas de pobreza y de violencia, nuevos movimientos ideológicos y el creciente número de sectas religiosas que confunden y desorientan; se halla interpelada a cultivar el diálogo ecuménico, a pensar en la cultura de la paz y la solidaridad, a cuidar de la naturaleza como un lugar donde se revela la majestuosidad de la vida, a construir escenarios de justicia y compromiso cristiano; se halla solicitada a pensar en las tecnologías como lugar donde la Palabra adquiere nuevas dimensiones teniendo presente que, por la tecnología, el mundo está cada día más conectado pero menos comunicado con su realidad, sus contextos, con su cultura. La educación está llamada a la Buena nueva de la Vida y se observa con esperanza que en los jóvenes tienen derecho a oír anunciar la persona de Jesús como fuente de vida y promesa de 77 78 felicidad en el tiempo y en la eternidad90. Por tanto, educar en la fe significa fundamentalmente educar en el don de la vida. ¿Cómo contribuir al resurgimiento de la búsqueda de la vida verdadera? 3.2.2. Partir de la situación contextual para llegar al lugar del ideal: la vida en Cristo. Toda persona tiene y necesita de ideales, piensa en el futuro, proyecta lo que desea ser y hacer; esto es un derecho fundamental y estructural de todo ser humano. Y aunque hay realidades de muerte enunciadas en las primeras páginas, hay también “soñadores de la vida” con grandes ideales: Jóvenes ambiciosos que se proyectan defensores de la naturaleza en toda su magnitud, médicos que quieren prepararse para ofrecer la vida como voluntarios en lugares donde la violencia y la pobreza necesitan de su presencia, publicistas que lleven mensajes de vida, que promuevan valores y hablen siempre constructivamente, libres de manipulaciones y de intencionalismos que buscan el provecho personal, abogados que defiendan la verdad, políticos que se preocupen por el bienestar común y sean capaces de darse al servicio de los más necesitados, educadores que se ganen con el cariño el corazón de los educandos para encaminarlos hacia opciones libres que promuevan la formación de la persona sin recurrir al castigo y la amenaza, comunicadores para crear una red de “chateo sano” 91, etc. Afirmaba Don Bosco que “en todo joven siempre habrá un hilo de bondad” lo cual se confirma en estas respuestas dadas por jóvenes de último grado de un colegio estatal, casi siempre señalados como violentos y superficiales. Es cierto que “cumplir ideales” resulta más fácil para quienes gozan de un ambiente familiar acogedor y mas si existen buenas posibilidades económicas; pero aun el más violento y revolucionario tiene ideales. El joven del “hip hop” sueña en la igualdad social, así como el “punk” clama por el cuidado de la naturaleza y el “b-boing” grita para que no haya pobreza si bien sus formas de vida son ocasionalmente contradictorias. Pero en el fondo hay una buena intención. Esos sueños, ideales, gritos, son la situación, el ahora, el contexto que impulsan hacia el futuro, hacia el allá de la vida de todo ser humano y de quienes rodean y comparten sus alegrías y sufrimientos. Es parte de la extroversión que señalaba Rahner. Viéndose a sí mismo son seres humanos que ven la 90 CG XXVI, 24. 91 Cito las respuestas más llamativas que dieron estudiantes del Colegio Cristóbal Colón ante la pregunta ¿ha pensado ser profesional no para beneficiarse a sí mismo sino para ayudar a los demás? Si la respuesta es afirmativa, comente ¿cómo proyectaría su profesionalización al servicio de los más necesitados? 78 79 necesidad de salir hacia los demás de diversas formas: el arte, la música, la pintura, la moda, la escritura, el deporte, el servicio, el voluntariado, la ecología, el uso de la simbología etc. Son grandes mediaciones para hacer la propuesta de la vida a partir del evangelio. Se decía en páginas anteriores que nadie se hace preguntas de lo que no conoce. Por esto, me lanzo a decir que, lo primero que se debe hacer para dar a conocer el evangelio de la vida, está relacionado con la narración: narrar, contarle a las personas y a los jóvenes que hay un mensaje de vida llamado evangelio sin importar o no su aceptación. Con escucharlo tendrá que haber una reacción bien sea para desechar la posibilidad o dejar una inquietud. A los mismos jóvenes del colegio mencionado se les propuso inicialmente hacer durante un tiempo de dos horas preguntas e inquietudes que tuvieran de la Biblia y se les aclaró que no importaba lo que pensaran de la religión o de Dios o que no se dejaran intimidar si eran de algún grupo religioso diferente al católico. Que sencillamente se hablara durante dos horas de interrogantes frente a la Escritura. El resultado fue impresionante: preguntas de toda clase, acerca de la persona de Jesús, de los milagros, de películas que dejaban algunas expectaciones al verlas (se evitaron temas de Iglesia). En determinado momento, tratando en las respuestas de mostrar la importancia de ser precisos y no divagar frente a este tema, llegó el momento de exhortar para a una lectura cuidadosa y atenta de la Escritura, utilizando metodologías acertadas para hacer apreciaciones coherentes frente a la Sagrada Escritura. Terminó esta sesión y hacia los próximos 20 días se ofrecería una forma adecuada para acercarse prudentemente a la Biblia. La idea era tomar un tema que le diera cierta continuidad a los diferentes textos a los que hubiese acercamiento: el tema fue la Vida tomando el evangelio de San Juan. Para ello se elaboraron una serie de folletos (anexo 2) sobre los cuales se trabajó tomando procesualmente las pequeñas perícopas donde aparece la vida eterna. Así, luego de acercarse a algunos textos bíblicos, se hacen algunas preguntas ¿qué comprendes por la vida eterna?: Algunas de las respectivas respuestas han sido: encontrarse con Dios; tener confianza y fe en Dios; poner nuestras esperanzas en Dios y dejar que Él guíe nuestra vida; Es darle a la vida sentido espiritual no material; entender la vida más allá de lo material; dejar que Dios le de el verdadero sentido a nuestra vida; encontrar en Dios la razón extrema de la existencia. 79 80 ¿Cómo darle a nuestra vida desde ahora sentido de vida eterna? Haciendo que Dios sea nuestro mayor valor; creyendo en Dios; haciendo de Dios el alimento de nuestra vida espiritual; dejar que Dios guíe las acciones que hacemos; cultivando la vida espiritual sin dejarse absorber por las cosas materiales; obrar como Dios quiere que obremos; Relacionándome lo mejor posible con todo lo que me rodea. Luego de este logro (que no se da en la totalidad de quienes participan) se da la oportunidad de “encarnar” en la vida propia, (dejarse atraer por el Padre), el mensaje que ha sido recibido. La persona puede llegar a reconocer vitalmente que, lo que ha comprendido de la Palabra, sucede en sí misma, es decir, que Dios ha querido compartir con nosotros lo que Él es, que habitó entre nosotros, que habita en nosotros, que habita en él, “en Ti”. Esa encarnación del evangelio tiene lugares concretos que, aprovechados pedagógicamente, contribuyen al anuncio eficaz de la Buena Nueva de la Vida. 3.2.3. “Lugares pedagógicos” para orientar a la Buena Nueva de la Vida eterna. El documento de la Conferencia de Aparecida percibe un incremento en el deseo de vivir cristianamente pero sin familia, sin comunidad, sin Iglesia. La vida se está quedando sin morada. En el anhelo de poseer la vida eterna, un gran peligro es el intimismo expresado en una acogida egoísta de los dones y las riquezas de Dios lo cual sesgaría la comprensión de la vida del evangelio joánico puesto que este proyecta hacia los demás la abundancia de la vida. Por tanto, si la intimidad entre Padre e Hijo da como consecuencia la extroversión, salir al encuentro de cada ser humano, el discípulo en la intimidad que lo une con el Padre-Hijo debe manifestar, también como una hermosa consecuencia, el impulso a salir al encuentro del otro. Cuando esto sea logrado, estará con seguridad el Dios entre nosotros encarnado dando la vida verdadera. Se necesitan entonces “ambientes” que posibiliten esta extroversión: el cuidado de sí mismo, de la familia, del medio ambiente, de la comunidad, de la Iglesia como lugares de encuentro y de servicio mutuo. 80 81 3.2.3.1. La persona como lugar privilegiado para educar en el valor de la vida. En uno de los primeros capítulos del evangelio, Lucas afirma que, poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba (Lc 4,40). Al precisar que Jesús imponía sus manos sobre cada persona que le llevaban, sobre “cada uno”, se recuerda un rasgo propio de la dinámica salvífica y pedagógica del Señor: La opción de Dios por la salvación de la humanidad no es masiva o grupal, sino directa, personal e individual. De este modo la orientación que se da, es el llamado a que el teólogo, el agente de pastoral, el padre de familia, el educador, en su compromiso por educar en la vida y en la fe, perciba la necesidad de acercarse y despertar en cada persona los valores profundos, no líquidos sino sólidos de cada ser humano que le lleva a expresar de diversos modos el valor de la vida. En este caso la sensibilidad y la valoración de las múltiples expresiones humanas son fundamentales: el arte, la música, la escritura, la pasión por el deporte, los signos entre otros y que son innatas al sujeto. Estas manifestaciones representan la festividad, la celebración, la lúdica a la que recurre toda persona y que forma parte esencial de la antropología en la que el ser aclama y ovaciona la vida. Generalmente hay de fondo una expresión de alabanza de la persona y del discípulo por lo que ama. Si en cada sujeto el evangelizador logra identificar y estimular estas manifestaciones del amor expresado de diversas formas rescatando la pedagogía de la fiesta, el anuncio de la vida será una propuesta más clara, atractiva y concreta. Esta pedagogía de la fiesta debe recuperar la dimensión lúdica y celebrativa de la persona y del joven especialmente en el propósito de redescubrir la grandeza de la existencia que Dios le ha concedido como don. 3.2.3.2. La familia cuna de la vida. De la íntima relación Padre – Hijo en la que ha insistido Juan, se obtiene la vida eterna. La entrega y el amor entre Dios y Jesús es tan abundante, que brota inevitablemente de esta dinámica el don de la vida y del amor. La primera experiencia donde la persona siente la vida y el amor como gratuidad la tiene inicialmente con sus padres. La profunda relación entre los padres de familia y los hijos hace germinar el amor puro y por tanto el aprecio por la vida. La familia de Nazareth es la primera en dar testimonio de esta necesidad: Tu Padre y yo te hemos buscado angustiados (…) él bajó a Nazareth con ellos y siguió bajo su autoridad (…) y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia 81 82 ante Dios y ante los hombres (Cfr. Lc 2,48-52). Por tal motivo los padres de familia son los primeros evangelizados y educadores en la fe de los nuevos ciudadanos y cristianos que albergan en su seno; la familia es el ambiente primario y básico en el que se siembra el evangelio. Se ha constatado que la psicología de la religión en la infancia es fundamental y de ella dependen en gran medida tener o no buenos cristianos (crecer en gracia ante Dios) y honestos ciudadanos (crecer en gracia ante los hombres) con claras elecciones por los valores del evangelio. La familia es patrimonio de la humanidad. Ella ha sido y es escuela de la fe (…) lugar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente.92 Sin embargo, en este campo, el reto es doble: el primero, es construir familia, y el segundo, acompañar a las familias ya constituidas compacta y cristianamente para que sean constructoras del Reinado de Dios. En las familias modernas es característico el divorcio, el matrimonio civil o los pactos civiles de solidaridad o la propuesta a dejar la tradicional familia por modos alternativos como la unión libre que no asume un compromiso concreto en la construcción de una seria e intima relación Padre – Madre e Hijo(s). En este contexto nacen y crecen cientos de niños y jóvenes que no tienen quien se angustie por ellos, ni con quien bajar a casa para sentirse acogido y crecer ante Dios y ante los hombres en gracia. Esta es una nueva murmuración que también destruye la experiencia del amor y por supuesto de la vida. Esa es la razón de ser de la familia: cuidar del amor y de la vida. Se pone de frente a la Iglesia, al teólogo, al educador pastor y a todo discípulo de Cristo la indispendiosa tarea de mostrar el valor mistérico de Dios Uno y Trino, comunidad de amor perfecto y el valor de la intimidad Padre – Hijo – discípulo del que brota el amor verdadero que se forma sólo en el calor de la comunidad. Nunca se ha visto que un ser humano en la más profunda soledad e individualismo sea feliz. Cuando esto suceda, los creyentes comprenderán la importancia de construir familia y comunidad de fe de la que brotará la experiencia de la vida. Aquellos que viven este amor puro experimentan también la gratuidad de la vida y podrán por tanto permanecer abiertos a la comprensión de la eternidad no como algo posterior a la muerte sino de ahora. Sin este presupuesto cualquier pastoral familiar, a juicio personal, carece de su fundamento. 92 Quinta Conferencia del Episcopado de América Latina y el caribe, Aparecida, 2007, numeral 302. 82 83 Respecto a las familias ya constituidas que dan su testimonio de vivir esta koinonía, es responsabilidad de la Iglesia promover procesos de formación y acompañamiento que favorezca el impulso de lo que se conoce como la iglesia doméstica “cuna de la Vida”. El primer rostro de la vida se descubre en la familia; de ahí su importancia en el camino hacia la Buena Nueva de la Vida eterna. 3.2.3.3. Creó Dios los cielos y la tierra: El medio ambiente. Tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida (Sab 11,26). Este verso no puede ser más claro. Dios no sólo ama la vida humana sino que ama la vida en la totalidad de sus manifestaciones, la vida en “todas las cosas” por Él creadas. Nada por Él creado está en disfunción con la vida. El Concilio Vaticano II ha considerado como uno de los lugares donde Dios sigue revelándose justamente el medio ambiente. La naturaleza es nuestra casa y de su equilibrio depende el equilibrio de toda la humanidad. Como escenario pedagógico, la ecología es un gran lugar para educar en la vida y en la fe. Favorece por parte de las personas, en primer lugar, la admiración que conlleva a reconocer que hay una mano Creadora que supera las capacidades humanas, que ha hecho todo armónico, perfecto, hermoso, y en segundo lugar, la contemplación de la vida en una forma diferente a la humana de la que todo individuo depende (sol, aire, alimento, etc). Pero su valor pedagógico más grande es que la hermosura de la tierra suscita la gratitud, la alabanza, la oración por parte de las personas, de modo que se toma conciencia del don sagrado de la vida que se anhela sea tan hermosa y armónica como lo es la naturaleza. Otro valor pedagógico es el de la solidaridad. Dios ha dado la tierra a todos y todos tienen derecho a ella. Precisamente para el pueblo de Israel la posesión de la tierra constituye la alianza con Dios los que esperan en el Señor poseerán la tierra (Sal 36) y representa la bendición de Yahvé para con su pueblo los justos poseerán la tierra (Mt 5,4). Sin la posesión de la tierra, Israel pierde la Vida y con ella a quien se las da: el Creador. Todos los seres humanos y más aun los discípulos de Cristo están llamados a cuidar de la tierra y a repartirla igualitariamente para darla a quienes no la tienen. 83 84 3.2.3.4. Amar hasta el extremo: El servicio. Como ha sido mencionado en el análisis semántico al profundizar el término vida, en Juan la vida no ha sido dada solamente para vivirla de modo pasivo, sino que ella está para darse, y de ese modo, hallar su realización. Esto motiva de inmediato el servicio, el encuentro hacia y con los demás especialmente los más pobres. Este constituye otro medio pedagógico. El consumismo, el hedonismo, la tecnología, el individualismo cada vez más encierran al ser humano en sí mismo. Cerrarse a lo que nos rodea hace parte de la muerte espiritual de un ser humano. Recordando también el acercamiento al término muerte ( ) se afirmaba que morir ipso facto se da a causa de una privación. Privarse de la relación con cuanto nos rodea y quienes nos rodean constituye una muerte inminente en la vida de cualquier persona. Decía una venerable mujer, Margarita Occhiena, que siempre habrá alguien más pobre que nosotros. El contacto con la realidad de la pobreza despierta en los sujetos, en todo discípulo, la conciencia de las dificultades que sufren tantos hermanos llevándolos a confrontarse consigo mismo en relación con el prójimo estimulando una curiosa actitud: sentirse incompletos como seres humanos, experimentar la vaciedad de la vida. Como consecuencia, nace la motivación por asumir como propias las miserias del otro y comprometerse en la promoción de su vida digna y justa, con actitud de misericordia y compasión, redescubriendo nuevas facetas de la existencia. El gozo y la gratuidad que se experimentan forman parte de la vida eterna que ya está siendo dada y vivida por parte de quien sigue a Cristo. 3.2.3.5. La Iglesia, madre y maestra de la Vida. La Iglesia es el lugar explícito donde se anuncia y se alimenta evangélicamente el don de la vida eterna llamada a vivirse en el ahora de los discípulos de Cristo. Ella es madre que acoge y cuida de las familias, de las comunidades de fe y está atenta a no permitir cualquier acto violento que atente contra el valor fundamental de sus miembros: la vida. También ella es motivo de preocupación y de esperanza. Los cristianos y la sociedad en general sienten a la Iglesia ajena, alejada de sus tiempos y de sus necesidades espirituales. Esta sensación está altamente presente en los jóvenes que se sienten 84 85 olvidados, aun más, incomprendidos en las diversas manifestaciones de vida que poseen. Juan Pablo II recordaba que es cometido de toda la Iglesia reflejar la luz (agregaría la Palabra y la Vida según el evangelio joánico) de Cristo en cada época de la historia y hacer resplandecer también el rostro de Cristo ante las generaciones del nuevo milenio93. Se constata que este alejamiento se complementa con la falta de lenguajes apropiados y acertados por parte de la Iglesia que toquen el interior, el corazón de todo ser humazo y fundamentalmente de todo creyente en lo más profundo. Es prioritario descubrir cómo narrar de modo cautivante al Dios de la vida. Y aunque este sería un arduo tema de investigación para otra tesis, es urgente esta necesidad en la trasmisión del evangelio acorde con los signos de los tiempos. Luego, en el redescubrimiento de la persona, en la promoción de la familia, en el cuidado y la contemplación del medio ambiente, en el servicio al prójimo, como recursos y oportunidades, la Iglesia y todo discípulo, será maestra y maestro del amor y de la vida. En este fatigoso trabajo, la significatividad de la Iglesia y del testimonio de quienes la componen, es un esfuerzo por emprender para algunos y por continuar para otros. 3.2.4. El ejercicio de la buena muerte – el examen de conciencia: reflexionar, meditar, ponerse de frente a la posibilidad de la muerte es un ejercicio que ayuda a repensar el valor de la vida tanto biológica como eterna. Es una forma muy práctica de acompañar a que la persona para que piense en la trascendencia de la existencia. Don Bosco recurría al ejercicio de la buena muerte mensualmente y aunque la Iglesia lo hace mediante el examen de conciencia, en el sistema educativo de don Bosco era un instrumento sistemático e intrépido. La pregunta ¿si esta noche murieras, en que estado encontraría el Señor tu alma? formaba parte del itinerario de evaluación, revisión de vida, reorganización y orientación que el joven hacía para preguntarse a fondo por su situación frente a Dios y mirar cómo estaba logrando ganarse su amor. Nunca fue un ejercicio visto con temeridad. Al contrario, los muchachos gustaban del ejercicio. Como se señalaba en el análisis exegético, la pregunta por la muerte siempre lleva a la pregunta por la vida y en este sentido, el ejercicio de la buena muerte y del examen de conciencia tiene un valor pedagógico muy eficaz. 93 Juan Pablo II, Encíclica Nuovo Milenio Ineunte, numeral 16. 85 86 3.3. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en Él. Alimentar la unidad Cristo – discípulo. Hay un elemento de mayor importancia en este itinerario a recorrer: es necesario alimentarse, comer para tener la vida eterna y no dejar morir la permanencia de Cristo en el discípulo de Jesús. Comer significa, como se concluía en el análisis lingüístico sintáctico, la unidad (nuevamente) del que consume con lo que se consume, formando parte constitutiva de la existencia entre quienes se relacionan: Cristo y el hombre. Comer significa alimentarse evitando perder las fuerzas que exige la receptividad para escuchar y aprender las enseñanzas de Dios y estar íntimamente unidos a Él: esto es la eucaristía. Cristo renueva su entrega en la eucaristía donde el cristiano come y bebe, creando la profunda intimidad, con el Padre y con la comunidad misma. 3.3.1. Eucaristía y vida eterna. El acercamiento exegético permitió ver el carácter eucarístico del discurso del pan de Vida. Los judíos se habían escandalizado porque Él había dicho que quien no comiera su carne moriría, además de autoproclamarse el pan de Vida. También en la reflexión teológica ha quedado clara la dificultad que la murmuración y el escándalo generan en el discipulado del cristiano. En realidad para el discípulo es más fácil seguir a Cristo que comerlo. Cuando el creyente se acerca al texto y oye o lee acerca del pan bajado del cielo y de comer su carne y beber su sangre el lector cristiano no deja de percibir la referencia al sacramento de la eucaristía. Cada fiel cristiano debe tener claro que no es suficiente seguir a Cristo sino que debe alimentarse de su Palabra y de su carne. El evangelio de Juan ha hecho todo un recorrido para llegar a este punto. Primero, el Señor es anunciado por Juan Bautista y Juan dio testimonio diciendo: "He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él (Jn 1,32). En segundo lugar, el evangelio menciona el deseo por parte de algunos en seguirle y “averiguar” donde vive Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: "¿Qué buscáis?" Ellos le respondieron: "Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?" (Jn 1,38). En tercer lugar, los primeros discípulos deciden quedarse con Él les respondió: "Venid y lo veréis." Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día (Jn 1,39). Sin embargo, en cuarto lugar, la fe 86 87 en el Señor se despierta cuando ven el signo de las bodas de Caná donde Jesús interviene para dar del nuevo vino "Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora." Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos (Jn 2,10-11). Podría decirse, en el lenguaje del texto de estudio, que el vino viejo representa el banquete superficial, pasajero, la alegría temporal, mientras el vino nuevo es Jesús dado para que la fiesta del Reinado de Dios no se acabe. En esa misma dinámica Jesús no sólo es vino sino que es carne para ser comido aunque hasta el momento Jesús no ha sido del todo explícito en asegurar que es el pan de vida lo cual sucede en Jn 6,35 yo soy el pan de la vida. Los falsos dioses, la idolatría, les impiden a los judíos como a tantos seres humanos de hoy, ver la grandeza de este nuevo alimento y por eso mismo se escandalizan como sucede en Jn 6,41-48. Sin embargo, más doloroso aún, es constatar que los discípulos que vieron a Jesús convertir el agua en vino, multiplicar los panes y caminar sobre el mar no comprendan ahora que para alcanzar la vida eterna hay que comerle. Siguen a Jesús pero no están con Él. Esta situación histórica del tiempo de Jesús no ha cambiado del todo. Los discípulos de Cristo en pleno siglo XXI siguen en masa a Jesús pero no le comen en la Eucaristía. Se les está agotando la vida (Job 7,1-21). No creen en lo que han visto y se escandalizan porque les cuesta comprender que la Eucaristía es el memorial de Cristo que ha bajado del cielo para dar la vida. Pero ¿Qué gana aquel que, como creyente y discípulo come y se alimenta de la Eucaristía? En primer lugar, el cuerpo y la sangre de Cristo transforman. Dios da a conocer su intimidad y permite un vínculo con ella. Como consecuencia Él termina habitando en cada creyente y cada creyente habitará en Él. Este alimento trasforma desde dentro a cada persona para renacer de nuevo y descubrir en él la vida verdadera y abundante. En segundo lugar, la Eucaristía es fuente y culmen de la vida de todo discípulo y de su misión. La intimidad establecida entre Dios y cada ser humano por Él creado que acontece en la Eucaristía, siempre impulsa al discípulo hacia los demás desplegando la misericordia, el servicio, la caridad, amar hasta el extremo como lo hace el Maestro. Nunca es la búsqueda del bienestar propio. Esta actitud es contraria a la Eucaristía, es contraria a la vida eterna. En tercer lugar, es memorial de la entrega de Cristo por la salvación de la humanidad y todas las generaciones recordando que, quien le come, debe hacer lo mismo. Quien celebra y cree en la eucaristía redescubre 87 88 su fe y por tanto el sentido auténtico de la vida. Cuarto, es el “terreno” de encuentro de la comunidad, del pueblo de Dios que le sigue y da la vida por su causa. Es el lugar de la significatividad común donde todos comparten su fe, la revitalizan, le dan nuevo impulso. Al integrar estos elementos no se está hablando de otra realidad que la de identificarse con Cristo, con el misterio de su Pascua haciendo entrega de la propia vida mediante la donación de sí. Al celebrar la eucaristía cada uno se siente amado y ama. Amar no es un acto, ni una actitud a realizar después de la muerte sino en el presente, en el ya; y para amar y sentirse amado hay que entrar en intimidad con lo que se ama ahora mismo. Es decir que al celebrar la eucaristía, se celebra la vida. El acto litúrgico revive esta experiencia y alimenta para que en la cotidianidad esta sea la única forma de vivir; cuando se alcanza tal propósito, se ha obtenido la vida eterna. 3.4. Síntesis conclusiva. Conocer la intimidad de Dios, dejarle ser dentro del discípulo mismo y abrir el corazón para que Él permanezca, esto es la Vida eterna. No se trata de una iniciativa humana sino de Dios que trasciende todo anhelo humano y abre a la persona al encuentro con el único camino hacia El Padre: Cristo. Él basta para darle sentido auténtico y verdadero a la existencia. La comunidad cristiana y cada seguidor de Jesús se alimenta de la Eucaristía en la que escucha también la Palabra con fe para mantenerse en presencia de la vida y no darle lugar a la muerte. Corresponde al teólogo observar con sutileza cómo Dios se manifiesta en las realidades actuales y al educador en la fe instruir a quienes superficialmente desconocen el evangelio, así como a las jóvenes generaciones acerca del mensaje de la Vida para que al mundo llegue la Luz y descubra que la salvación ya está sucediendo en cada uno, lo cual será más efectivo si Dios cuenta con la apertura de cada persona a sus preceptos. 88 89 CONCLUSIÓN El cuadro que se observa, es obra del pintor Jacopo Comin, apodado “el Tintorreto” y considerado el cerebro “más terrible” que ha tenido la pintura. La obra fue pintada entre 1592 y 1594. La riqueza de sus signos es lo suficientemente completa como para recordar y hacer la conclusión del discurso del pan que da la vida eterna. El lugar es una taberna. En la parte alta hacia la izquierda del cuadro se observa una lámpara, rodeada de ángeles, que recrea la forma del gran tamaño que cuelga del cielo y de la que se desprende un fuerte fuego cuya pujanza y cuyos destellos no van hacia arriba sino que están en dirección hacia un joven que se encuentra de pié. Bajo esta lámpara hay una mesa larga preparada para cenar y sobre la cual hay algunos panes. El joven tiene un vestido de color rojo y una manta azul, acompañado por una gruesa aureola que le rodea la cabeza a su vez inclinada y cuyos destellos están dirigidos hacia la lámpara o grial y hacia los comensales. Las figuras humanas son diversas. Rostros de campesinos y pescadores, cuyas facciones representan personas de mayor edad en comparación con la del joven. 89 90 Sobre algunas de estas figuras hay unas tenues aureolas. Algunos que no las tienen conversan con quienes sí. Uno de ellos mismos (con aureola) reposa el rostro sobre su mano con una actitud de desánimo y desmotivación. Otros dos conversan mientras aquel joven comparte a otro un pedazo de pan. Al lado, en un cuadro de menor espacio, hay otra mesa, pequeña, donde otros se han servido frutas, no panes; además está oscuro. Hay un gato, signo de herejía del medioevo: la idolatría. La taberna representa al mundo y su vanalidad dentro del cual se da el milagro de la vida. La lámpara, rodeada de unos seres fantásticos, ángeles, personifica a Dios, luz del mundo que desciende del cielo sobre el Hijo, quien inclinando su cabeza, muestra veneración y disponibilidad a esta Luz que da a los discípulos. Es también un gesto de servicio ante quienes está compartiendo el pan. El joven que se encuentra de pie es Jesús. Su juventud simboliza la vida abundante que ha recibido de Dios. El vestido rojo constituye su carne entregada para la vida del mundo y el azul representa su divinidad: Jesucristo hombre y Dios verdadero. La mesa en la que hay servidos unos panes significa la última cena, el pan de vida. El gesto más importante de la escena es el joven Jesús dando Él mismo el alimento en boca de los comensales, lo cual observan algunos con algo de admiración. Tal vez al hacerlo de pie sea la actitud y la exhortación hecha a todo discípulo al servicio. Poner el alimento en la boca del otro, recuerda que Jesús es y se da como alimento nuevo y verdadero que procede del cielo. La gruesa aureola representa la abundancia de la luz, (de la vida) a su vez dirigida al grial de origen, al Padre. Los comensales representan varias personalidades: pescadores, campesinos, judíos, discípulos. Su rostro desgastado representa la vida temporal. Los que tienen aureola son los discípulos que disfrutan en parte de la Luz que se desprende del cielo. Precisamente uno de ellos parece estar desmotivado al poner la cara reposando sobre su mano. Otros dos prefieren hablar entre sí, antes que mirar a Jesús dando pan en la boca de uno de sus discípulos. Representarían la murmuración de los apóstoles narrada en Jn 6,61. Otros, sin aureola, también hablan entre sí quizás escandalizados por el signo: la murmuración de los judíos. El cuadro del lado representa la oscuridad de los que prefieren el banquete terrenal. Eso significa la fruta y la mesa pequeña. Son aquellos sirvientes que por falta de fe sirven su propio alimento 90 91 perdiéndose el gusto de comer el pan pascual. Quizá no todos han oído que el es pan del cielo y optan por otro alimento o por murmurar escandalizados entre sí porque Jesús se autodenominó carne. Quien come de ese pan estará rodeado, tendrá sobre sí y dentro de sí, la Luz, la vida. Esta Luz, esta Vida bajada del cielo, posesionada sobre todo ser humano que cree, viene de Dios como lo muestra la Escritura desde sus inicios insufló sobre sus narices el aliento de la vida. Pero el Creador ha querido que esta vida no sea temporal sino eterna, permanente. Para ello, Él mismo ha bajado del cielo para darse como alimento de vida que nunca acaba, encarnándose en el Hijo en quien Dios habita en plenitud. Todo se concentra en Él: El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud (Col 1,15-19) Como San Pablo, el evangelio de San Juan ha querido dirigir a Él todo el discurso del pan de la vida. Esto ha sido evidente en el acercamiento exegético realizado en este trabajo. Las variantes de la crítica textual generalmente, aunque no son en su mayoría significativas, quisieron siempre concentrar la atención en afirmaciones referidas a Jesús. Luego, el diálogo de Jesús y los judíos se concentra en el Señor por autodenominarse pan de Vida” yo soy”. Sin duda el carácter Cristológico de la perícopa atraviesa toda la reflexión teológica del evangelista y de la comunidad joánica que, por profesar esta cristología, se ve enfrentada y expulsada de la sinagoga. Igualmente las categorías utilizadas en el texto se refieren siempre de modo directo a Jesús: creer en él, comer su carne, etc. Por tanto, venir a Cristo es la condición necesaria para entender lo que Él es: un poseído de Dios. Esto significa que Dios se ha encarnado en Él dándole la plenitud de la Luz, de la Palabra y de la Vida. No ha sido un logro alcanzado por los propios méritos de Jesús sino que el Padre libremente le ha enseñado, le ha indicado los caminos, los preceptos que le prepararon para dejarse habitar totalmente por Dios. Le correspondía a Jesús escuchar y aprender las enseñanzas del Creador, estar abierto, disponible, atento a la voluntad del Padre para conocerle íntimamente pues ha sido 91 92 capacitado para ello. Se comprueba así la doble dimensión de la libertad: Dios que decide revelarse plenamente al hombre y este libremente acoge esa revelación hasta dejarse “llenar” totalmente del Ser de Dios. El creyente, como Cristo, experimentando esta dinámica habrá alcanzado la vida eterna. La vida eterna es la permanencia del discípulo en Cristo y por Él en Dios. Es únicamente de Dios de quien se puede decir propiamente que, mediante la unión con Él, el hombre goza de vida eterna 94. Para ello es necesaria la fe, que implica acoger las enseñanzas de Dios y dejarse instruir por Él, así como creer que Jesús es el pan bajado del cielo que da la vida. El creyente no debe divagar, ni murmurar, ni hacer afirmaciones de Dios sin un conocimiento profundo y experiencial de Él a partir de la fe, la escucha de la Palabra, el alimento eucarístico y el servicio al prójimo. No hacerlo revive la actitud desafortunada de los judíos. Cuando el ser humano y en particular el discípulo pierde el horizonte de la vida rechazándola de tantas maneras, como ha sido expuesto, el llamado es a no recaer en la murmuración, que añade vaciedad a la situación de pobreza espiritual y existencial. Hay que dejarse habitar por el Señor y dueño de la vida sin temor alguno; una dura barrera que se debe superar porque conduce a la muerte. Dios encarnado en cada creatura la inunda de su amor y de su vida. Descubrir al Señor de la vida y su opción personal por cada uno de los creyentes implica la donación generosa del cristiano cuya satisfacción es la plenitud de la Vida, la eternidad. En este sentido Jesús contradice los deseos humanos pero anhelando hacer de toda persona, el discípulo que ha descubierto en Cristo el pan que da la vida verdadera capaz de superar las contradicciones y las amenazas contra la vida. Ante una vida sin sentido Jesús nos revela la vida íntima de Dios, en su misterio más elevado, la comunión trinitaria; ante el subjetivismo hedonista Jesús propone entregar la vida para ganarla; ante el individualismo Jesús convoca a vivir y caminar juntos; ante la despersonalización Jesús ayuda a construir personalidades integradas; ante la exclusión Jesús defiende la vida digna para todos; ante las estructuras de la muerte Jesús hace presente la vida plena; Ante la naturaleza amenazada Jesús nos convoca a cuidar la tierra. 94 Dood, la interpretación del cuarto evangelio, 340. 92 93 La fuente y el culmen del discípulo pero también de su misión es la Eucaristía. Cuando Jesús dice el que come de este pan…es una promesa de vida95. En ella cada creyente en unidad con Cristo y sus hermanos en la fe se siente amado y aprende a amar, conoce la intimidad de Dios y permanecerá en Él, posee la vida eterna y la da a conocer a los demás. Este don de Dios se debe comunicar y anunciar para que en las situaciones de muerte que atentan contra la persona antes de nacer y durante su existencia, contra los pueblos y las multitudes más desamparadas y desfavorecidas, contra el medio ambiente, contra Dios, hallen la vida y el sentido de su existencia en Jesús. Las nuevas generaciones de todoa tiempo heredarán la vida de Dios. Justamente se constata la “ansiedad” que tienen los jóvenes de oír acerca del mensaje de la vida redescubierta en la persona misma, el ambiente familiar, la cultura, la sociedad que, como lugares, terminan definiendo la experiencia de Dios de los jóvenes que están muy abiertos a la buena Nueva del Evangelio de la Vida. Educar en la fe es para este propósito prioritario. Para que ellos y cualquier creyente alcance la plenitud de la vida a través de la educación se necesita un análisis de la realidad, un acercamiento con nuevos lenguajes pedagógicos que favorezcan la comprensión, una revisión de nuestra manera de pensar, una remodelación epistemológica y un esfuerzo por reorganizar nuestro método de trabajo 96 “específicamente educativo”, en la Iglesia y en cada persona, que oriente a una perspectiva del conocimiento camino a la plenitud de la vida del ser humano en Dios. Los jóvenes tienen derecho a ser acompañados en experiencias de fe que les permita ser buenos cristianos y honestos ciudadanos. En el actual ambiente educativo no existe la conciencia de que los jóvenes tienen derecho a oír anunciar la persona de Jesús como fuente de vida y promesa de felicidad en el tiempo y en la eternidad97 para que los jóvenes descubran la vida como llamada98 Como Salesiano y como creyentes se siente el grito, el impulso a buscar nuevos caminos para encontrar también a estos jóvenes, que muchas veces no presentan señales de pobreza material , pero 95 Cfr. León-Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 127. 96 Angulo, Alejandro, “El papel de las ciencias sociales”, Roma, 2006. 97 CG XXVI, 24. 98 Ibid, 53. 93 94 ciertamente tienen una gran pobreza bajo el punto de vista espiritual; están en busca de respuestas y no tienen amigos del corazón; están hambrientos de vida. Han perdido el sentido de la vida,99 sentido que sólo encontrarán en Cristo no después de la muerte, sino en el ahora, en el hoy, en el ya, en el presente de su existencia. El discípulo del Señor está llamado a la resurrección, a la vida eterna participando de la mesa donde abunda la Luz, donde Dios se posa en la vida del cristiano y donde el mismo Cristo se da como el alimento que no perece sino que permanece venciendo la muerte, venciendo la desgracia de pasar por el mundo tratando de ser felices con lo pasajero y evitando mirar, por miedo o falta de apertura interior, al único y sumo bien: Jesucristo el Señor, el Hijo del Padre, el salvador, el “YO SOY”. 99 Ibid, 173. 94 95 BIBLIOGRAFÍA Benedicto XVI, Encíclica Spe Salvi, Ciudad del Vaticano, 2008. Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, Ciudad del Vaticano, 2009. Berley, George, John, Word biblical commentary, Volumen 36, 1998. Biblia de Jerusalén, Desclée De Brouwer, Bilbao, 2000. Blondel, Maurice, El Ser y los seres, Ediciones Salesianas, Caracas, 2006. Brown, Raymond, El evangelio Según Juan I, Cristiandad, Madrid, 1999. Cash, Adam, Psicología y comportamiento humano, Norma, Bogotá, 2002. 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Tabla que registra el número de muertes en los 10 departamentos donde se presenta el mayor índice de fatalidad 101 Departamento del hecho Año En estudio Accidentales Homicidios Sin determinar Suicidios Transporte Total 2007 31 151 1480 36 118 406 2.222 2008 47 163 1780 41 98 440 2.569 2007 467 139 797 252 126 304 2.085 2008 600 176 799 164 143 293 2.175 2007 81 212 950 51 118 403 1.815 2008 117 225 1113 43 130 399 2.027 2007 119 98 236 38 45 223 759 Valle del Cauca Bogotá Antioquia Cundinamarca 100 Cfr. www.medicinalegal.gov.co, Fuente: Base de datos Secretaria Distrital de Salud- Salud Pública (14 ESE primer nivel - CRU) Datos Preliminares. (consultado el 28 de Agosto de 2008) 101 Cfr. http://www.medicinalegal.gov.co, (consultado el 28 de Agosto de 2008) 97 98 2008 156 79 166 31 38 206 676 2007 42 90 297 23 58 155 665 2008 33 78 225 11 44 193 584 2007 12 107 463 13 28 76 699 2008 12 66 345 11 31 99 564 2007 17 57 389 10 26 76 575 2008 25 36 395 8 27 61 552 2007 46 57 310 14 34 122 583 2008 37 56 274 4 37 94 502 2007 4 80 324 40 52 82 582 2008 8 76 208 21 39 89 441 2007 24 53 250 16 43 92 478 2008 10 45 213 5 16 91 380 Santander Norte De Santander Risaralda Atlántico Nariño Tolima Cuadro 3. Tabla comparativa de muertes por diferentes causas entre el año 2007 y el año 2008 en Colombia. 98