LA VIDA ETERNA

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE TEOLOGÍA
LA VIDA ETERNA
Jn 6,41-58.
DIEGO ALVEIRO VILLALOBOS QUEVEDO. SDB
1
2
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE TEOLOGÍA
LA VIDA ETERNA
Jn 6,41-58.
DIEGO ALVEIRO VILLALOBOS QUEVEDO. SDB
DIRIGIDA POR: P. JUAN MANUEL GRANADOS. SJ
BOGOTÁ, SEPTIEMBRE DE 2009.
2
3
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.
IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA
a. Planteamiento de la reflexión……………………………………………………………………….6
b. Justificación…………………………………………………………………………………………6
c. Objetivo general, objetivos específicos, método…..……………………………………………......9
CAPÍTULO I
CONTEXTUALIZACIÓN DE LA PREGUNTA.
(FASE PREPARATORIA)
1.1. Objetivo del capítulo…………….……………..……………………………………………...…11
1.2. Vida y muerte en la sagrada Escritura ……………………………..………………….…………11
1.3. Experiencia vital………………………………………………………………………………….14
1.4. Amenazas de la muerte hoy contra la vida ……………….…………………………….………..16
1.4.1. El aborto……….…………………………………………………………………………..16
1.4.2. El suicidio y el homicidio….…………………………...………………………………….17
1.4.3. Creó Dios el cielo y la tierra. Destrucción del medio ambiente……..…..………….…….18
1.4.4. Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella. El problema
del desplazamiento……………………………………………………….…………………….19
1.5. Síntesis conclusiva….…………………………………………………………………………....22
CAPÍTULO II
ACERCAMIENTO EXEGÉTICO A Jn 6,41-58.
(FASE LITERARIA)
2.1. Objetivo del capítulo………………………………………………………… ………………….22
2.2. Acercamiento desde la crítica textual………………………………………………………….....23
3
4
2.3. Lectura bajo el aspecto sincrónico…………………………………………………………...…..26
2.3.1. Premisa.……………………………………………………………………………………26
2.3.2. Análisis lingüístico sintáctico….…………………………………………………………..26
2.3.3. Breve lectura teológica a partir del análisis lingüístico sintáctico…...……………………31
2.4. Análisis semántico…………..……………………………………………………………………36
2.4.1. Vida ‫ היח‬- ζωή…….………………………..……….………..…………………………….37
2.4.2.Muerte
2.4.3.Maná
…………………...……….……………………………………….…………….37
………...…………………………………...……………………………………....38
2.4.4. Pan bajado del cielo …..……………..…………………………….……………………….39
2.4.5.Carne…………………….………………………………..………………………………...39
2.4.6.Murmurar.……………………………...………………………..………………………….40
2.4.7.Comer …………..….……...……...…...……………………………………………….…..40
2.4.8. Síntesis del análisis semántico………….…………………………………………………41
2.5. Lectura bajo el aspecto histórico ....……………………………………………………….……..43
2.5.1. Contexto histórico y social ………………………………………………………………..43
2.5.2. El lugar de origen del cuarto evangelio…….……………………………………………...44
2.6. Análisis de clases de texto………………………………………………………………………..45
2.6.1. El género literario…………………………………………………………………………45
2.7. Lectura bajo el aspecto diacrónico……………………………………………………………….46
2.7.1. Historia de la redacción…………………………………………………………………...46
2.7.2. La crítica de las tradiciones……………………………………………………………….55
2.7.3. La crítica de la redacción………………………………………………….………………58
2.8. Síntesis conclusiva …..…………………………………………………………….……………60
CAPÍTULO III
REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y EDUCATIVA – PASTORAL.
3.1. FASE TEOLÓGICA…………………………………………………………………………....62
3.1.1. Objetivo del capítulo…………….………………………………………………………..62
3.1.2. Idolatrías de la vida en el siglo XXI……………………………………….……………...63
4
5
3.1.2.1. ¿Calidad de vida?...................................................................................................63
3.1.2.2. ¿procreación y/o perpetuidad de la raza humana?..................................................64
3.1.2.3. ¿La perfección humana?........................………………………….………………64
3.1.2.4. ¿una existencia significativa?.................................................................................65
3.1.2.5. Un nombre: la vida eterna……………..………………………….……………...66
3.1.3. Yo y el Padre somos uno…….…………………………………………….……………..66
3.1.3.1. La recíproca intimidad entre Padre e Hijo………………………………………..66
3.1.3.2. Reflexión teológica de la unidad Padre-Hijo……………..….…………………..68
3.1.4. El que escucha al Padre: la receptividad del discípulo como recurso necesario para
comprender la unidad Jesús- creyente…………………………………………………...71
3.1.5. El que cree tiene la vida eterna.…………………………...……………………………72
3.1.6. Si alguno me sirve el Padre le honrará…….……………………………………...……73
3.1.7. ¿Qué es realmente la vida eterna?....................................................................................74
3.2. LECTURA ACTUALIZANTE ………………………………………………………………..76
3.2.1. El que aprende viene a mí……….……………………………………………………...77
3.2.2. Partir de la situación contextual para llegar al lugar ideal: la vida en Cristo…………..78
3.2.3. Lugares pedagógicos para orientar a la Buena Nueva de la vida eterna……………….80
3.2.3.1. La persona como lugar privilegiado para educar en el valor de la vida…...…………81
3.2.3.2. La familia cuna de la vida……………………………………………………………81
3.2.3.3. Creó Dios el cielo y la tierra: el medio ambiente……………………………………83
3.2.3.4. Amar hasta el extremo: el servicio…………………………………………………...84
3.2.3.5. La Iglesia, madre y maestra de la vida……………………………………………….84
3.3. “El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él”: Eucaristía y
vida eterna……………………………………………………………………………….....…….86
3.4. Síntesis Conclusiva……………………………………………………………………………….88
CONCLUSIÓN..……………………………………………………………………………………..89
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………...…..95
Anexos………………………………………………………………………………………………...97
5
6
INTRODUCCIÓN.
IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA
a. PLANTEAMIENTO DE LA REFLEXIÓN.
¿Quién vivirá sin ver la muerte? ¿Quién sustraerá su vida de las garras del abismo? (Sal 88,44)
¿Qué soy yo en la inmensa creación? (Ecle 16,17) ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el
ser humano para darle poder? (Sal 8) ¿Qué es realmente la vida eterna? La pregunta por el hombre y
el sentido de la vida, su destino auténtico, la posibilidad de la vida después de la muerte, la eternidad,
son parte de los interrogantes más frecuentes del ser humano a lo largo de la historia.
Este cuestionamiento supone que existe un valor de la vida biológica, física, temporal que, sin
embargo, se experimenta incompleta, limitada aunque orientada a la búsqueda de un bien superior
que le dé plenitud porque intuye que “sin la perspectiva de la vida eterna, el progreso humano se
queda en este mundo sin aliento”1.
El hombre moderno tiene conciencia de esta insuficiencia lo cual le motiva a dar una mayor
valoración de la vida, de su cuidado, de su defensa y de su promoción. Contradictoriamente,
aumentan las amenazas contra la vida de las personas y los pueblos2 reafirmada en una serie de
acciones que hablan con elocuencia de la persistente presencia de la muerte:
Eliminación de la vida antes del parto: El aborto.
La eutanasia.
El alcoholismo y la drogadicción que desembocan en una vida afectiva y emocional desordenada y
en la violencia manifestada en homicidios y suicidios.
El trabajo forzoso y la prostitución.
La exclusión social de los más necesitados.
El hambre, la guerra, el desplazamiento y la falta de educación.
1
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, Ciudad del Vaticano, 2009, numeral 11.
2
Juan Pablo II, Encíclica Evangelium Vitae, Ciudad del Vaticano, 1996, numeral 3b.
6
7
Mutilaciones, torturas corporales, coacción psicológica, encarcelamientos arbitrarios, esclavitud,
deportaciones3.
La explotación y la destrucción del medio ambiente.
Las consecuencias se develan de inmediato: Aumentan las personas que no gozan del don de la vida y
algunos empezando su existencia han perdido prontamente el horizonte de ella. Se incrementa la
utilización de seres humanos obligados al trabajo indigno, sometidos a la explotación y humillación
hiriendo al individuo de tal forma que, a consecuencia de las diversas experiencias negativas, opta por
el rechazo de la vida propia y la del prójimo. Los Estados son mediocres al proponer una educación
integral que promueva la vida justa y digna, contribuyendo a actitudes y sentimientos de frustración,
al aumento de la exclusión social favoreciendo para unos pocos el incremento del tener4 y olvidando
la formación del deber ser en su conjunto. Avanzan los tiempos de la tecnología, la modernidad y la
civilización y sin embargo parecería que el hombre ya no sabe quién es5.
Estas actitudes y situaciones anti - vida son un grito y un reto que interpela a diversas ciencias y
disciplinas. La filosofía, por ejemplo, piensa en el sentido de la vida y de la existencia humana y hay
quien en el clímax de su reflexión afirma que sólo existe un problema filosófico realmente serio: el
suicidio. Pensar si vale o no la pena vivir la vida 6. Por su parte la psicología contribuirá para que el
ser humano se descubra a sí mismo en la valoración y proyección de su existencia recordando que,
así como hay vida, también hay ausencia de vida cuya manifestación suprema es la muerte.7Ante
estas manifestaciones la psicología optará por una terapia existencial para que el “paciente” logre la
reconciliación consigo mismo y su vida. A su vez la ética se preguntará ¿para qué la vida? y también
¿para qué la muerte? no para referirnos a la finitud biológica…sino para adentrarnos en el impulso
3
Ibid, 7.
4
Benedicto XVI, Encíclica Caritas in Veritate, numeral 11.
5
Gevaert, Joseph, Antropología filosófica, Sígueme, Salamanca, 2003, 12.
6
Ibid, 16.
7
Cash Adam, Psicología y comportamiento humano, Norma, Bogotá, 2002, 301.
7
8
de la vida más allá de la muerte8 de modo que, como ciencia, también está en búsqueda del sentido
de la vida.
Se constata por tanto la importancia de este cuestionamiento en cada persona y en los diferentes
estudios que frecuentemente meditan sobre la vida. La teología no es ajena a esta circunstancia y no
lo es menos para la Sagrada Escritura inspirada por Dios puesto que en Él está la fuente de la vida
(Ez 21,36).
De allí surgen las preguntas a partir de las cuales se quiere orientar este trabajo. ¿Cuál es el aporte
bíblico ante una “cultura de la muerte”?9 ¿Contempla la Sagrada Escritura una vida futura que
perdura? ¿Qué dice la Sagrada Escritura al creyente acerca de la vida? Desde la Escritura
¿cómo comprender el sentido verdadero de la vida en relación con la vida eterna?
b. JUSTIFICACIÓN.
La Escritura revela al Dios de la vida en muchas de sus narraciones tanto a nivel biológico y temporal
como a nivel trascendental y escatológico. El Nuevo Testamento usa el término vida (ζωή) 140 veces,
de ellas 17 aparecen en Juan: yo soy el pan de vida (6,35.48) la luz de la vida (8,12) el camino, la
verdad y la vida (14,16) la resurrección y la vida (11,25) quien cree tiene la vida eterna (6,47) quien
come y bebe de esta carne tiene vida eterna (6,54) yo doy la vida, tengo poder para darla y para
recobrarla (10,17-18) he venido para que tengan vida y la tengan abundantemente (10,10).
No cabe duda de la importancia que para el cuarto evangelista tiene la vida, no sólo natural sino la
que Juan llama vida eterna, mencionada catorce veces en el capítulo sexto de las diecisiete citaciones
que aparecen en la totalidad del evangelio. Esto lo hace el capítulo idóneo para analizar la noción de
“la vida eterna”.
8
Rodríguez Jaime, Bios – tánatos, Giro editores, Bogotá, 1998, 39.
9
La “cultura de la muerte” es una afirmación de Juan Pablo II en la encíclica Evangelium Vitae. Para Él, es el resultado de
un concepto perverso de libertad donde prevalece la promoción de sí mismo y la negación del otro al que considera como
enemigo. Advierte que, de este modo, la sociedad sería un conjunto de individuos colocados unos junto a otros, pero sin
vínculos recíprocos (n. 20) en los que algunos, haciendo uso, incluso del poder, se imponen sobre y contra los demás
destruyendo su dignidad humana en oposición a la vida dada a todos en abundancia (Jn 10,10)
8
9
Para abrir camino a este propósito se tomará el texto Jn 6,41-58, indagando la teología propia del
evangelio y de la perícopa. Ya Juan 1,3 ha aludido a la vida (ζωή), si bien es a partir de 6,41-58
donde el evangelista se concentra en la expresión vida eterna zwh.n aivw,nion Como afirma
Schnackenburg la idea de vida (eterna) que Jesús comunica ya en el presente a quienes creen en él,
domina toda la doctrina joánica de la salvación10. Por tal motivo se hará un estudio exegético del
texto mencionado para desentrañar el sentido específico de la vida eterna como Palabra de Dios
dirigida al hombre para que descubra en Él la vida verdadera.
c. OBJETIVO GENERAL
Realizar el estudio exegético de ζωή en Jn 6,41-58 para determinar su significado en el evangelio y
brindar un aporte bíblico - teológico a la reflexión del creyente sobre el sentido de su vida y su
relación con la Vida eterna.
d. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
-Profundizar el sentido teológico del término ζωή en el cuarto evangelio.
-Elaborar una reflexión teológica acerca del sentido de la vida como don de Dios para cada ser
humano, de acuerdo a un análisis bíblico – teológico del término ζωή.
e. MÉTODO
En este trabajo se usarán diversos métodos de acercamiento al texto de Juan. La metodología
combinará varios procedimientos exegéticos, a saber, la crítica textual, para determinar cuál es el
texto adecuado sobre el cual se realiza el análisis; el estudio sinóptico del texto de Juan con fuentes
del Antiguo Testamento y los demás evangelios para establecer las diferencias y convergencias de los
diferentes relatos y su posible influencia en el texto joánico; el análisis sintáctico para investigar la
forma lingüística del texto, sus recursos lingüísticos, el sentido de las frases de la perícopa y las
10
Schnackenburg, Rudolf, El evangelio Según San Juan, IV exégesis y excursus complementarios, Herder, Barcelona,
1987, 138.
9
10
relaciones que existen entre ellas elaborando una propuesta de subdivisión que ayude a comprender el
tema de la vida a partir del léxico, la gramática, el estilo, el discurso, la coherencia de los sujetos
verbales y las acciones en la perícopa; el análisis semántico para aclarar el significado de las palabras
claves del texto y profundizar los términos vinculados con la vida eterna, estableciendo la relación de
los mismos entre el Antiguo y Nuevo Testamento; el análisis de los grupos de texto para identificar el
género literario y los cambios del texto observando su lógica narrativa así como el proceso de
construcción del relato. También será utilizado el acercamiento exegético bajo el aspecto diacrónico
mediante el cual se estudiará la historia de la redacción, la crítica de las tradiciones, la crítica de la
redacción profundizando el origen del texto hasta su elaboración final. Finalizado el análisis
exegético se procederá a la reflexión teológica acerca de ζωή y el aporte que a partir del estudio hace
la Escritura a la pregunta formulada y al objetivo planteado.
10
11
CAPÍTULO I.
CONTEXTUALIZACIÓN DE LA PREGUNTA
(FASE PREPARATORIA)
1.1. Objetivo del capítulo.
Planteado el objetivo general del trabajo es tarea de este capítulo señalar la situación que suscitó la
presente reflexión dando lugar a una necesidad: responder a nivel personal la pregunta ¿qué es la vida
eterna? para anunciarla pastoralmente a quienes se hacen el mismo cuestionamiento sin hallar una
réplica del todo satisfactoria. Creo, a partir de ahora, que la Escritura ofrece la respuesta más
adecuada a este interrogante vital para toda persona, para todo creyente y para todo discípulo de
Jesús.
1.2. Vida y muerte en la Escritura.
La reflexión que la Sagrada Escritura hace de la vida es transversal y con ella se relacionan
importantes narraciones temáticas como el derecho, la justicia, la tierra, la fidelidad y la relación del
pueblo de Israel con Yahvé. Pero ¿Cómo ha desarrollado la Palabra el tema de la vida? En ella la vida
se designa generalmente como la existencia, la vitalidad de la naturaleza y del ser humano en
contraste con la muerte. A lo específico de la vida humana corresponde el hecho de que esa vida no
se le ha dado al hombre simplemente para vivirla, sino que se le ha entregado para que la forme y la
realice11 y por tanto tenga sentido. La muerte en este caso es la vaciedad de la existencia. Sin
embargo, la Escritura comprende la vida como una actitud, un modo de vivir (bios) y como el ser
viviente en sí mismo en contraposición con los seres inertes, inanimados (ζωή). Esta comprensión
tiene algunos presupuestos que a modo de síntesis se presentan a continuación.
Cuadro 1. Concepciones de la antigüedad respecto a la vida.
Homero
La antigua Grecia
La filosofía antigua
Judaísmo helenístico
La vida se expresa en
La vida es el primer lugar de la
La vida proviene de los
Tiene la concepción de la
11
Coenen, Lothar, Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Tomo II, Sígueme, Barcelona, 2004, 798.
11
12
las
formas
como vitalidad y se caracteriza por la
diferentes elementos de vida terrena como atadura
aparece y se manifiesta
fuerza del propio movimiento.
la naturaleza: el agua,
físicamente. Cuando se
Su causa es la psiqué, el alma,
el aire, el Nous. El la
habla de bios (vida) se
está
señalando
el
tiempo, la duración de
la vida biológica.
considerada como una sustancia
fuego, la materia.
del alma, es decir, que en
perspectiva
temporalidad,
de
la
ésta
etérea que a través de la fuerza,
imposibilita el alcance de
da
vida
la
que
inmortal. A partir de este
movimiento
(Diógenes)
a
la
mientras
vida
verdadera,
Jenofonte la considera como un
enfoque
el
judaísmo
aliento que sopla, es decir, una
helenístico le da gran
sustancia esencial para que la
importancia a la muerte
vida pueda ejercitarse dentro del
porque con ella se da el
cosmos.
paso a la vida auténtica.
Las concepciones de la vida en el mundo antiguo son variadas. Para Homero la vida es finita,
temporal, mientras que para los griegos la vida se refiere generalmente al movimiento. Llama la
atención la afirmación de Jenofonte la vida se adquiere por un aliento que sopla similar al Génesis.
Generalmente la vida se comprendió en la antigüedad a partir de la temporalidad (vida corporal) e
intemporalidad (vida permanente). Por otra parte, Dood hace una analogía entre Filón y San Juan del
término “vida eterna” mostrando que, en ambos autores, la vida de Dios no es concebida como
tiempo sino como eternidad. Esta última no es ni pasado ni futuro sino presente, nada ha pasado ni
nada va a pasar, todo acontece en el ahora. El verdadero nombre de la eternidad es “hoy” (…)
vivimos en el eterno hoy de Dios12. Como lo indica Dood, hay una semejanza importante en la idea
originaria joánica de la vida con relación a la de Filón. Para ellos, la vida eterna no está vinculada
estrictamente con una nueva forma de existencia después de la muerte.
Pero ¿qué significado le ha dado el pueblo de Israel a la vida? Para él, la vida es comprendida como
algo de aquí abajo, temporal, los días de existencia que Dios concede a cada ser humano en
particular. Como es don de Dios entre más extensa es la vida, más bendecido ha sido el creyente que
recibió esta gracia Yo doy la muerte y doy la vida, hiero yo, y sano yo mismo, y no hay quien libre de
mi mano (Gn 32,35) Estos fueron los días de vida de Abraham: 175 años (Gn 25,7); Jacob vivió en
12
Cfr. Dood, Charles Harold, Interpretación del cuarto evangelio, Cristiandad, Madrid, 1978, 159.
12
13
Egipto diez y siete años, siendo los días de Jacob, los años de su vida, 147 años (Gn 47,28). También
en el concepto israelita de la vida larga, esta aparece como una muestra de la bendición divina,
prometida al que obedece13: Tú en tanto vendrás en paz con tus padres, serás sepultado en buena
ancianidad (Gn 15,15); Honra a tu padre y a tu madre, como te lo ha mandado Yahvé tu Dios, para
que se prolonguen tus días y seas feliz en el suelo que Yahvé tu Dios te da (Dt 16,5); Hijo mío, no
olvides mi lección, en tu corazón guarda mis mandatos, pues largos días y años de vida y bienestar te
añadirán (Prov 3,1-2).
Precisamente, la presencia y el poder de Dios marcan la novedad en el concepto de la vida verdadera.
Dios la tiene y la quita: tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte (Sab 16,13) depende de Él:
“vuélvete Yahvé, restablece mi vida” (Sal 6,5), se dirige a Él caminaré en presencia del Señor, en el
país de la vida (Sal 114,9), su valoración es dada por Él. Ya en los inicios del primer libro del
Antiguo Testamento, el Génesis habla de la creación del hombre y de cómo Dios insufló en sus
narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente (Gn 2,7), el nefesh, un soplo vital que se
refiere a Yahvé Creador de la vida auténtica que se encarna en la vida biológica dada a todo ser
humano. Por tanto, aliento de Dios y existencia humana se necesitan recíprocamente.
Sin embargo, así como se constata la realidad de Dios como portador de la vida dada a toda la
creación, también es cierta la pretensión de la muerte que quiere dominar al hombre. Con frecuencia
se encuentran acontecimientos bíblicos donde la muerte atrapa al hombre por su desobediencia a
Dios, no comerás de aquel árbol (…) porque el día que comas de él morirás sin remedio (Gn 2,17); o
el ejemplo del hombre víctima de su propio hermano: se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo
mató (Gn 4,8) o la desaparición de la descendencia tan importante en los tiempos bíblicos: morirán
en el país de Egipto todos los primogénitos (Ex 11,5) o el olvido al que se somete quien causa y hace
el mal como anunciaron los profetas: de muertes miserables morirán sin ser sepultados ni planillados
(Jr 16,4) o el dolor que sufre un pueblo creyente cuando algo constitutivo de su fe como el derecho,
la igualdad, la moral, la justicia y la escucha a Yahvé desaparece: no hay fidelidad ni amor, ni
conocimiento de Dios en esta tierra, sino perjurio y asesinato, robo, adulterio, y violencia, sangre y
más sangre, por eso esta tierra está en duelo (Os 4,1-3). En los primeros textos bíblicos se percata la
13
Coenen, Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Tomo IV, 356.
13
14
tensión entre la seducción del mal y el deseo de poseer la vida hasta preguntar como el salmista ¿No
volverás a darnos la vida para que tu pueblo goce de Ti? (Sal 85,7)
1.3. La experiencia vital.
También los salmos son en varias ocasiones una súplica a favor de la vida: “con tus mandamientos
Señor dame Vida” (Sal 118) adquirida en la escucha de la Ley de Dios pero hecha plena en Cristo
donde reside la vida verdadera. En los tiempos actuales, los creyentes siguen invocando al Dios
dueño y Señor de todo y confían en que el Creador les enseñará el camino de la vida (Cfr. Sal 16,1),
camino que todo discípulo está llamado a conocer y recorrer, algunos en la Vida Religiosa
Consagrada.
Precisamente la experiencia de vida religiosa le permite al religioso destinar su vida, todo su ser y su
hacer a Dios que le exhorta para servir. En la respuesta a este llamado se construye un hombre que
despojándose de lo antiguo se reviste de lo nuevo iniciando un camino de conversión que le lleva a la
plenitud de la vida cuyo fin último es la santidad. Cristo y la Iglesia en su bondad han dado los
elementos necesarios para realizar este itinerario hacia el Padre sin desfallecer. Se aprende la
importancia de la oración y diariamente el religioso se nutre de ella, celebra la Eucaristía como fuente
y culmen de la vida y de las acciones de cada día y descubre la hermosura del servicio al prójimo,
especialmente el más pobre, en peligro y desfavorecido. La fe se purifica y adquiere nuevas
categorías que hacen más entendible el evangelio y sus implicaciones en la vida práctica y pastoral.
Se comparte la vida con otros que igualmente quieren vivir el ideal de un carisma y el deseo de ser
nuevos Cristos para el mundo de hoy.
Sin embargo, al recorrer ese camino hacia el Señor y dueño de todo cuanto existe, se corre el riesgo
de rutinizar y mecanizar la respuesta que día a día se da al llamado de Dios, a tal punto que puede
llegar el momento de creer que todo está dicho y asimilado hasta que alguien le muestra al religioso
que está equivocado. Esa es la experiencia personal que ha motivado la realización de este estudio
que aunque académico, también ha sido pensado de rodillas.
14
15
Como hijo de Don Bosco soy heredero de una espiritualidad, la de ser signo y portador del amor de
Dios para todo el que está cerca, prioritariamente los más necesitados y los jóvenes más pobres,
abandonados y en peligro. Esto significa que en mi recorrido vocacional hacia el Reino de los cielos
los jóvenes siempre están y estarán presentes. Caminamos con los jóvenes para llevarlos a la persona
del Señor resucitado14.
Uno de esos jóvenes, hoy estudiante de medicina de la Universidad Militar de Colombia, hacía una
pregunta muy particular. ¿Cuál es el sentido de esta vida? En realidad cada vez que había un diálogo
con él era fácil percibir su vaciedad interior así como se captaba rápidamente el anhelo que tenía por
encontrar la persona, la carrera, o el objeto que lo hiciera verdaderamente feliz. Otro de los diálogos
complicó lo anterior con otra pregunta ¿usted de verdad cree que exista otra vida después de la
muerte? Tratando de responder de muchas maneras y con diferentes argumentos, noté que tampoco
yo había resuelto el problema, es más, que esta es la pregunta de fondo en la mayoría de diálogos
espirituales, pastorales y educativos que se tiene concretamente con los jóvenes. Me pregunté a partir
de esta constatación por el sentido de la vida y vino también a la mente la idea de la eternidad.
Entendí que sólo profundizando y respondiendo estas inquietudes podré eventualmente ayudar en la
acción pastoral a que otros descubran el sentido de la vida verdadera y auténtica. Y para hacer eficaz
y real este propósito, pensé en hacerlo objeto de reflexión de mi trabajo de grado a partir de la
perspectiva bíblica, puesto que su estudio y su riqueza es, a nivel personal, estimulante y gustoso.
Pues bien, compruebo este grito en busca de la vida plena, particularmente en la población juvenil lo
cual interpela profundamente a la Teología y la Sagrada Escritura.
En el contexto de fe que vive la sociedad, en el sentir y percibir general de las personas, se observa
que también hoy, como en la Escritura, existen tensiones entre los conceptos de la muerte y la vida.
Los jóvenes, por ejemplo, se implican en las disputas existentes entre los que defienden la vida del
niño por nacer y los que alegando otra serie de intereses, justifican en muchos casos la muerte
prematura; entre quienes luchan por la justicia y la igualdad entre los pueblos, y los que hacen valer
sus intereses propios sin importar la exclusión, la pobreza, la desigualdad, la violencia y la vida
14
Constituciones de los Salesianos de Don Bosco, Artículo 44.
15
16
indigna que resultan como consecuencia de estas incumbencias; entre quienes defienden el medio
ambiente y quienes lo destruyen; entre tantos seres humanos que buscan la liberación y la defensa de
la vida frente a otros que sin causa justificada la eliminan.
Permanecen “Caín” y “Eva” desobedientes al designio de Dios de la vida; nuevos perjurios,
asesinatos, robos, adulterios, violencia y sangre mantienen el duelo en el pueblo santo de Dios ante el
cual es urgente llevar a la persona del Resucitado, de modo que, descubriendo en Él y en su
Evangelio el sentido supremo de la propia existencia, crezcan como hombres nuevos. Pero antes de
llegar a algunas reflexiones al respecto, es importante presentar algunas de las más significativas
amenazas contra la vida.
1.4. Amenazas de la muerte hoy contra la vida.
El mundo entero padece de nuevas y globalizadas amenazas contra la vida de cada persona, los
grupos humanos y el medio ambiente poniendo en alto riesgo de muerte a toda la humanidad.
Algunos casos indicativos de esta realidad de muerte son:
1.4.1. El aborto.
La Organización Mundial de la Salud considera que en Latinoamérica, “se realizan cuatro millones
de abortos anualmente y que alrededor de seis mil mujeres mueren por esta causa”15. Es decir que en
un alto número de casos, la consecuencia del acto abortivo es doblemente fatal porque implica la
muerte de ambas personas. En su mayoría los abortos son conscientemente inducidos, es decir, se
realizan con pleno uso de la conciencia por parte de la madre y del médico. En Colombia
particularmente, el 10 de mayo del 2006 fue aprobada por la Corte constitucional la despenalización
del aborto16 a través del cual la madre podrá suspender el crecimiento del feto bajo tres criterios:
Riesgo para la vida de la madre, cuando el embarazo es producto de violación o incesto y cuando hay
15
16
Cfr. http://www.e-health.edu.co/aborto/proyectoaborto.pdf, (consultado el 25 de Septiembre de 2008).
Decreto Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Colombia del 10 de mayo de 2006.
16
17
una malformación fetal incompatible con la vida digna. ¿Qué piensa, por ejemplo, la medicina al
respecto?
Hace algunos años preguntaron a 649 médicos si ¿consideran el aborto como un problema de salud
pública o un problema de orden jurídico?17 De ellos, 96 eran ginecobstetras de los cuales el 96.8%
consideró el aborto como un problema de salud pública y el 3.2 % un problema jurídico. De los 96
médicos el 41% estuvo dispuesto a realizar un aborto en circunstancias especiales y legales. El
estudio reveló que los médicos mayores de edad o con hijos, eran los menos interesados en practicar
un aborto, mientras que los médicos jóvenes con hijas mujeres estaban más a favor de la práctica.
Con los resultados de la encuesta podría decirse que las nuevas generaciones, con respecto a las
mayores generaciones, están cambiando la percepción y valoración que tienen de la vida; que el
problema del aborto no disminuye a pesar de haber sido legalizado en casos específicos; que
cuestiona la poca prioridad dada a la vida como valor y derecho fundamental para favorecer intereses
de carácter político, económico y social; que los adolescentes son en su mayoría quienes optan por el
aborto18. Después del homicidio y el suicidio, el aborto es la tercera causa de muertes en Colombia.
Es una evidente amenaza contra la vida, lo cual merece la atención del teólogo y exhorta a todo
creyente a redescubrir lo que significa verdaderamente la vida como don y gracia de Dios.
1.4.2. El suicidio y el homicidio.
Este es un fenómeno universal cada día más común en la sociedad. El ser humano desconoce el valor
de la vida que proviene de Dios quien nos ha puesto delante de la vida (Dt 30,15); el hombre cree ser
el dueño, no sólo de su propia vida sino que, en muchas ocasiones, se considera lo suficientemente
autorizado para quitar la vida de otros como sucede en el caso de los homicidios. Se repite a diario la
historia de Caín y Abel.
17
Cfr. http://www.e-health.edu.co/aborto/proyectoaborto.pdf, (consultado el 22 de Septiembre de 2008).
18
Cfr. http://colombia.indymedia.org/news/2005/10/32288.php, 20 de Octubre de 2008. La edad de las adolescentes que
abortan oscila entre los 14 y 28 años de edad.
17
18
La muerte, según la ciencia forense, tiene dos tipos de causas; por situaciones exógenas y por
situaciones endógenas. Las primeras son ajenas a la voluntad humana, no depende de acción
consciente de los sujetos. Es el caso de las muertes causadas por accidentes laborales y de transporte.
(Ver anexo 1). Las segundas, por el contrario, tienen algún grado de intencionalidad y conciencia.
Como se observa en los cuadros del anexo 1, la mayoría de muertes en Colombia son a causa de
homicidios, de lo cual se concluye que generalmente han sido premeditadas. El 90% de este crimen
sucede en jóvenes entre los 15 y 25 años. Esto indica nuevamente una pérdida del valor de la vida por
parte de las nuevas generaciones de la sociedad. El 95% de quienes se suicidan son jóvenes. De ellos
el 80% vive sólo con uno de los padres de familia. Como dato adicional, la mayoría pertenecen al
estrato alto indicando que el problema no es eminentemente económico.19
1.4.3. Creó Dios el cielo y la tierra (Gn 1,1). Destrucción del medio ambiente.
Solía decir Einstein que sólo dos cosas son infinitas, el universo y la estupidez humana... y no estoy
seguro de lo primero. Justamente la simpleza del ser humano está acabando con el universo, con el
medio ambiente. El mercado de los recursos naturales, la explotación desmesurada y descontrolada
por parte de los capitalistas, y la pobreza que generará a medio y largo plazo la destrucción de la
naturaleza, ponen en riesgo la vida en todas sus manifestaciones. Aumenta el calentamiento global
que traerá como consecuencia la escasez de agua en menos de 50 años. Se augura la muerte por
sequía y ya se habla de la guerra azul. La tierra dejará de ser productiva en el Amazonas donde se
conserva la mayor reserva natural del mundo lo que implicará la falta del alimento. Habrán
desaparecido miles de especies animales y vegetales. Las próximas generaciones heredarán un mundo
desértico. El ser humano está destruyendo esta maravillosa manifestación de Dios. No basta con ser
salvadores de alma20 (P. Marco Arana) sino que es indispensable defender el derecho que tiene la
tierra para vivir. Sin embargo, con esperanza se percibe el auge de la juventud en la defensa, la
promoción y en el cuidado del medio ambiente y sus recursos. Se ha tomado conciencia del respeto
que merece la naturaleza y lo dependiente que el ser humano es de ella; a la naturaleza se le admira
cada vez más.
19
20
Cfr. http://www.unal.edu.co/uncontexto/inf_especial_002.htm, (consultado el16 de Octubre de 2008).
Cfr. www.ecoportal.com, (consultado el 24 de Septiembre de 2009).
18
19
1.4.4. Los justos poseerán la tierra, y para siempre morarán en ella (Sal 37,29): el problema del
desplazamiento.
Se considera que cerca de 26 millones de personas se encuentran desplazadas. Colombia es el tercer
país del mundo con mayor número de desplazados y es el país que más asistencia internacional recibe
para afrontar este problema21. La tierra ha sido prometida y dada a todos por el Creador: los humildes
poseerán la tierra y se deleitarán en abundante prosperidad (Sal 37,11); Bienaventurados los
mansos porque poseerán la tierra (Mt 5,4). Para Israel, la tierra es prometida por Yahvé a su pueblo;
perderla significa perder la vida. Quitarla atenta de forma directa contra la vida y la dignidad de la
comunidad humana: esto es hoy el desplazamiento. La avaricia y la ambición del hombre han
causado este fenómeno aberrante. Los desplazados no están en situación de pobreza sino de miseria.
No poseen un lugar propio donde vivir, trabajar y ganar dignamente el alimento de cada día. No
suplen sus necesidades básicas primarias; son víctimas de la violencia, del hambre y de la
explotación. Se les está impidiendo el derecho a realizarse como personas, se les está negando el
derecho a la vida digna.
En un país donde el 81% de sus habitantes es de confesión católica, (es más, donde el 91% de los
colombianos son cristianos si se tiene en cuenta que las religiones no católicas son en su mayoría de
profesión de fe cristiana) 22 se está perdiendo la opción evangélica de la vida, don de Dios, por parte
de quienes se llaman seguidores de Cristo.
¿Acaso Dios se complace en la muerte? (Ez 21,23) ¿Cuál es el porqué y el para qué de la vida
humana? Si la vida es inviolable, porque sólo pertenece a Dios, ¿cómo comprender y promover en el
creyente la conciencia de ese don dado para el libre desarrollo de la existencia en movimiento hacia
su Creador? ¿Qué responsabilidades tiene el ser humano y más aún el cristiano, en la defensa y el
cuidado de la vida? ¿Qué debe hacer el teólogo y el educador en la fe para instruir a otros en la
defensa y promoción de la vida en Cristo?
21
www.acnur.org, (consultado el 29 de Septiembre de 2009).
22
Dato tomado de la encuesta realizada por el periódico “el Tiempo” en el año 2007. www.eltiempo.com
19
20
Para responder estos cuestionamientos hay que partir de categorías reales, no imaginarias. Como el
trabajo se hace pensando especialmente en los jóvenes, es indispensable conocer que piensan las
nuevas generaciones del Dios amante de la vida y de su amor por la vida23.
Entonces ¿qué es y que significa realmente para los jóvenes la vida? Para responder aprovecho
algunas de las respuestas que 120 jóvenes del Colegio Distrital Cristóbal Colón, entre los 14 y 19
años dieron a algunos interrogantes durante la práctica pastoral24 realizada en esa institución. ¿Quién
o qué es Dios para ti? El creador de todas las cosas; el dueño del mundo; un invento de la religión
para controlar al ser humano; un amigo; un ser que sirve para justificar lo inexplicable; el lado
bueno de un mundo perverso; Dios es una afirmación.
¿Qué significa para Ti la vida? Es lo más hermoso que tenemos; está llena de retos y de
oportunidades que nos ha dado Dios como regalo para aprender a descubrir lo hermoso de existir;
Representa todo lo bueno; es un don chévere de Dios que nos da porque nos quiere; la vida es para
mí, la capacidad que tengo de estar bien conmigo, con mi familia, con los demás; la vida es un
movimiento; la vida es aquello que nos permite compartir; la vida es el valor más preciado que tiene
una persona; un reto; la razón extrema de ser; la búsqueda por ser feliz; es inspiración, como la
naturaleza;
¿Qué consideras que es la vida eterna? Es la vida para siempre; donde no hay muerte; experimentar
la existencia espiritualmente no físicamente; estar al lado de Dios; el lugar donde no sentimos
miedo; hacer las cosas bien para vivir mejor; tener más años; algunos no se complican con dar una
respuesta, sencillamente afirman no sé.
En estas expresiones rápidas, líquidas y fugaces, como suelen ser los jóvenes de hoy, se constatan
sentimientos profundos llenos de anhelos por lograr la felicidad para su vida y la de los suyos;
también revelan la confusión, el abandono, la incomprensión, la decepción, la desconfianza, la lejanía
23
Chávez, Aguinaldo 2007, 19.
24
Realizada durante el primer semestre académico del año 2009 y orientada por la profesora Susana Becerra de la
Facultad de Teología de la Universidad Javeriana de Bogotá.
20
21
frente a Dios y toda experiencia religiosa en general. En definitiva se comprueba que en el fondo de
la crisis de la educación en la fe existe una crisis de confianza de la vida que no es sino desconfianza
en el Dios que los ha llamado a la vida 25. Es prioritario educar primero en la vida como don para
luego educar en la fe.
1.5. Síntesis conclusiva.
Ante las manifestaciones de muerte que aumentan día a día, la pregunta por el sentido de la vida y el
destino verdadero del hombre es prioritaria. El recorrido de este primer capítulo ha mostrado que
Dios es de vivos y no de muertos, que es el Señor de la Vida y no de la muerte. Esto lo intuye todo
ser humano poniendo de manifiesto que cualquier acogida de los diferentes signos de muerte, lo sitúa
en contradicción con Dios.
Pero ¿Qué es realmente la vida verdadera y auténtica a la que está llamado todo ser humano y más
aún el creyente en Cristo? Con el propósito de iniciar el camino hacia una respuesta, ha sido
planteada la pregunta que orientará el itinerario del trabajo de manera que al final se ofrezca un aporte
bíblico a la importancia que tiene la vida en Cristo para todo ser humano. Se ha sustentado el
contexto que motivó la realización de la reflexión mostrando los contrastes entre los signos de la vida
y la muerte, así como algunos imaginarios que al respecto tiene la población juvenil. A continuación
habrá que dilucidar en la Escritura lo que, por Revelación, Dios ha comunicado a la humanidad
respecto de la vida eterna a partir del evangelio, como el criterio para la valoración y la opción que se
hace frente a la vida en todas sus manifestaciones. Este será el propósito del recorrido exegético que
ocupará el siguiente capítulo.
25
Capítulo General XXVI (CGXXVI) de los Salesianos de Don Bosco, numeral 181.
21
22
CAPÍTULO II.
ACERCAMIENTO EXEGÉTICO A Jn 6,41-58.
(FASE LITERARIA)
2.1. Objetivo del Capítulo.
Luego de observar la impresionante multiplicación y agudización de las amenazas26 contra la vida, el
objetivo de este capítulo es profundizar bíblica y teológicamente el anuncio de la vida que hace la
Sagrada Escritura particularmente en el cuarto evangelio. Para esto se analizará Jn 6,41-58 a partir de:

La crítica textual que hará un análisis del aparato crítico para identificar las variantes atestiguadas
en los diferentes papiros y pergaminos, estudiando los posibles cambios de interpretación que
éstas dan al texto y definiendo cuál es el texto adecuado sobre el cual realizar el estudio exegético
del mismo.

El análisis sintáctico para identificar las afirmaciones claves de la perícopa y su interrelación.

El análisis semántico observará la progresión de las expresiones más importantes de la perícopa a
partir del Antiguo hasta el Nuevo Testamento vinculadas con la vida eterna.

El contexto histórico y social en el que fue escrito el texto tratando de establecer las influencias
culturales, lingüísticas y religiosas en la redacción del evangelio.

El análisis diacrónico para establecer la historia de la redacción, las tradiciones, las fuentes y el
proceso de redacción que tuvo el texto de estudio a partir de su inicio hasta la elaboración final
del mismo.
Realizado este itinerario se desarrollará la reflexión teológica y educativa - pastoral que surge de este
estudio como aporte al compromiso que tiene hoy el teólogo, el educador pastor y todo cristiano de
promover, proteger e instruir en el valor de la vida.
26
Juan Pablo II, Encíclica Evangelium Vitae, numeral 3.
22
23
Cuadro 2. El texto de estudio.
Jn 6,41-58.
41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." 42 Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José,
cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo? 43 Jesús les respondió: "No murmuren entre ustedes. 44
"Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas: Serán todos
enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de
Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de vida. 49 Sus padres comieron
el maná en el desierto y murieron; 50 éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del
cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo. 52 Discutían entre sí los
judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?" 53 Jesús les dijo: "En verdad, en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo
del hombre, y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el
último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí,
y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 Éste es el pan
bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre."
2.2. Un acercamiento desde la crítica textual.
El mayor instrumento de investigación es el texto mismo y por tal motivo la tarea a emprender es la
lectura de la perícopa comenzando por un acercamiento crítico textual, lingüístico e histórico, que
abra el horizonte de la reflexión.
Antes de analizar el género literario, los personajes, las acciones y los temas teológicos de la
perícopa, su relación con el Antiguo Testamento y su proyección en el Nuevo Testamento, es
necesario precisar la autenticidad y la unidad del texto canónico para establecer las posibles variantes
que los versos pueden presentar en los papiros y pergaminos. Definida la versión más acertada y
precisa se continuará con el análisis literario de la perícopa.
Según el aparato crítico presentado por Nestle - Aland27 y Metzger se observa que en la perícopa Jn 6,
41-58 se encuentran las siguientes variantes significativas:
En el verso 42, en P75 encontramos una variante de ouvc: ouvci,. El papiro data del siglo III y
contiene manuscritos de los evangelios. Esta variante también aparece atestiguada en Vaticanus (B) y
en T. Otra de las variaciones que se encuentra corresponde al P66 que data del año 200 d.C. En él se
27
Aland-Nestle, Greek-english New Testament, Deutsche Biblegesellschaft, Alemania, 2001, 266-268.
23
24
encuentra la expresión o[ti. El papiro pertenece a la versión copta sahídica Washington (W) del
evangelio.
La variante cambiaría significativamente el sentido del verso. ouvc significa “no” y es utilizado
dentro del interrogante acerca del origen de Jesús ouvci significa “ay” expresión propia de la
invectiva profética cuyo uso en el interrogante del v 42 sería ilógico. Por su parte o[ti28 significa
“por qué” preguntando por el motivo o la causa, en este caso, del origen de Jesús. Lo que desea el
redactor es resaltar la negación del origen divino de Jesús por parte de los judíos para lo cuál ouvc
es el término adecuado para el verso 42.
En el verso 47 encontramos la inclusión eij eme “en mí” previa a e;cei zwh.n aivw,nion
posterior a pisteu,wn (creer) según Alejandrino (A), C2 Bezae (D) y
f
1.13
y textos Sirio
sinaíticos, en el bohaírico y en el protobohaírico. La inclusión obliga a un cambio de sentido en la
lectura del verso: en verdad, en verdad os digo, el que cree [en mí] tiene vida eterna, irrumpiendo en
la lógica narrativa y la unidad que ha venido desarrollando el texto.
Este eij eme puede ser una inclusión con el deseo de enfatizar la necesidad que tiene el creyente de
ir hacia Jesús para poseer la vida eterna y no perecer. Pero siguiendo la secuencia del discurso, sería
innecesaria esta inclusión porque se han venido explicitando las implicaciones del creer a lo largo del
evangelio. Sabemos por tanto, que quien cree es el cristiano que sigue a Jesús (en quien deben creer).
La narración ha venido presentando esta idea teológica, de modo que no es necesaria la auto
proclamación de Jesús recurriendo a una cierta obligación de creer en Él y de dirigir la fe “hacia Él”.
También desde el punto de vista literario no resulta nada selecta esta inclusión por lo cual no es
necesaria en el texto canónico. Es difícil pensar que el redactor primigenio haya utilizado esa
expresión por no concordar con el estilo redaccional del texto.
Verso 51. En la frase zh,sei eivj to.n aivw/na aparece como variante zh,setai (para
la vida, para que viva) en P66 Bezae (B) Efraimita (C) T en la mayoría de f1.13 la Alejandrino (A),
28
Se transcriben las variantes como aparecen textualmente en el aparato crítico de ALAND-NESTLE, Greek-english New
Testament, Deutsche Biblegesellschaft, 2001.
24
25
Bezae (D) L W
Con esta variante la redacción sería el pan que les voy a dar es mi carne
para la vida del mundo a cambio de por la vida del mundo como aparece en el texto canónico. En el
uso lingüístico, el por justifica una acción mientras que el para es un complemento directo, la acción
recae en este caso sobre el mundo. La variante busca mostrar que se tiene la vida gracias al pan que
nos dará el Señor. Ambas expresiones son válidas. El Señor desea dar la vida y da la vida. No hay
mayores papiros que atestigüen esta variante por lo que no se incluye en el texto canónico. La
expresión o]n evgw. dw,sw se halla omitida en sinaítico ( ) Bezae (D) W
El verso 57 zh,setai (Para que viva) es variante de zh,sei en P66 W f1 y
(la vida) en Bezae
(D). En el verso la palabra vida ha aparecido en tres ocasiones y termina diciendo vivirá por mí. Se
comprende que la vida procede del Padre, y que quien coma a Cristo, en quien está la vida del Padre,
tendrá también esa vida. Por tanto, zh,sei redunda con versos previos en los que el relator han
enfatizado acerca de la vida, ha explicado el narrador del texto; la inclusión no es necesaria y no es
compatible con la narrativa que ha tenido el texto hasta el momento.
Puede concluirse que, a pesar de las múltiples variantes atestiguadas en los diversos papiros, hay
unidad del texto y se conserva la lógica del discurso. Además, muchas de las inclusiones buscan
enfatizar la necesidad que tiene el creyente de reconocer a Cristo como el pan que da la vida eterna.
La mayoría de las variantes quieren ser vinculadas con el pan bajado del cielo, con el creer, con las
afirmaciones hechas por Jesús, temas que son fundamentales en la teología de la perícopa.
En el texto se observan muchas variantes que intentan darle al discurso una forma organizada y
estructurada ahora, así, para que, por consiguiente, etc. Éstas variantes no cambian
significativamente el sentido y el significado de los versos ni de los temas teológicos del texto y en
general son omitidas por no adaptarse al estilo redaccional del narrador, por falta de papiros primarios
que atestigüen los diversos términos y fundamentalmente porque interrumpen la elegante unidad
narrativa propia del redactor de esta perícopa. Esto es precisamente lo que más ayuda a definir si las
variantes pueden ser o no incluidas en el texto canónico. Se considera por tanto, que el texto canónico
25
26
(presentado por la Biblia de Jerusalén)29 es el más acertado para acercarse exegética y teológicamente
a la lectura y profundización de la vida eterna.
2.3. Lectura bajo el aspecto sincrónico.
2.3.1. Premisa.
Definido el texto canónico y una vez encontrada la versión adecuada, el propósito es ahora el análisis
literario bajo el aspecto sincrónico para establecer la estructura literaria del texto, su coherencia y sus
relaciones a partir del análisis lingüístico sintáctico, semántico, narrativo e identificación de los
géneros literarios utilizados. De este estudio se obtendrá el primer instrumento exegético para la
elaboración posterior de la reflexión teológica del tema.
2.3.2. Análisis lingüístico sintáctico.
El interés particular del análisis sintáctico es observar la forma y las relaciones que existen en el texto
utilizadas para captar la atención de los interlocutores del escrito.
Al realizar una primera lectura se observa que el evangelio presenta una controversia entre los judíos
y Jesús porque este último ha dicho que “Él es” el pan bajado del cielo, además de asegurar que sólo
podrá tener la vida eterna quien come su carne. Para los judíos, el maná bajado del cielo es un
alimento dado por Yahvé para salvar a Israel de la muerte en el desierto, mientras que para Jesús la
concepción del maná es diferente porque Él se ha autoproclamado el pan, nuevo maná, no en forma
de migas, sino en forma de carne. Estas afirmaciones desarrollan las discusiones e intervenciones en
el capítulo sexto del cuarto evangelio de modo que la progresión narrativa de esa controversia dará la
estructura de la perícopa.
El siguiente cuadro analiza las acciones de los sujetos implicados en el diálogo de la perícopa Jn
6,41-58 en dos partes:
29
Biblia de Jerusalén, Desclée De Brouwer, Bilbao, 2000.
26
27
Cuadro 3.1. (Acercamiento a la estructura de la primera parte de la perícopa: Jn 6,41-51.
Parte A
Parte B
SUJETO
Los judíos (1)
Jesús (2)
VERBO
Murmurar (v 41)
Responder (v 42)
Objeto
Directo: Contra Jesús
directo/indirecto
He bajado del cielo?
¿Cómo puede decir ahora:
Directo: respuesta a los judíos
Indirecto: a los creyentes (y lectores); les dijo; el
que…; sus…
Conjunción
“Y” (v 42) es utilizada en este caso por el
En los vv 44,45,49,51 el “y” presenta el avance de
redactor para expresar de modo directo lo que
una expresión respecto de la frase previa: todo el
murmuraban los judíos.
que escucha al Padre y aprende; en otros casos es
la consecuencia de un acto de Dios o del hombre: y
yo le resucitaré; comieron del maná y murieron.
Tiempo
Pasado: había dicho. v 41 (palabras del
Pasado: comieron; murieron v 49.
narrador)
Presente: el que come. V 51.
Presente: ahora, conocemos v 42; ha venido v. 46
Futuro: le resucitaré v 44; el pan que les voy a dar v 51.
Cuadro 3.2. Acercamiento a las estructura de la segunda parte de la perícopa: Jn 6,52-58.
Parte A
Parte B
SUJETO
Los judíos (1)
Jesús(2)
VERBO
Discutir, dar, comer.
Decir , comer, beber, tener.
Objeto directo
Directo: Contra Jesús: cómo puede este…
Respuesta a los judíos: les dijo…
Conjunción
Y (v 52) utilizada en este caso por el redactor
En los vv 53, 54, 57, 58, el “y” presenta el avance
en el sentido del verso 41; expresar lo que
de una expresión respecto a la frase previa: y yo le
pensaban los judíos.
resucitaré; comieron del maná y murieron. De la
misma forma que en el v 44.
Tiempo
Pasado: comieron; murieron v 58.
Presente: darnos v 52.
Presente: el que come; v 53; el que permanece v
27
28
56; mi sangre es v. 55.
Futuro: resucitaré v 54 y; el pan que les voy a dar v
51, vivirá v 58.
Estos cuadros permiten observar que en el texto de estudio el narrador elabora la perícopa en dos
partes conservando una misma estructura en la que aparecen dos sujetos: los judíos y Jesús 30. Se trata
de un intercambio de ideas a través de cuestionamientos y respuestas que dan lugar al diálogo a través
del cual la perícopa adquirirá una estructura narrativa de la cual surge el siguiente esquema:
Cuadro 4. Acciones realizadas en los microrelatos de la perícopa.
ESTRUCTURA DEL DIÁLOGO
a Ingerencia directa del narrador (los judíos murmuraban)
v. 41
b Primera intervención de los judíos.
v. 42
c Mención del pan del cielo.
v. 42,50,51
d Primera intervención de Jesús.
v. 43
e Mención de la resurrección.
v. 44
f Unidad del Padre y el Hijo.
v. 46
g Enseñanza de Dios: escuchar y aprender del Padre.
v. 45
a Nueva ingerencia del narrador (los judíos discutían)
v. 52a
b Segunda intervención de los judíos.
v. 52b
c Mención de la carne.
v. 52b
d Segunda intervención de Jesús.
v.53
e Mención de la resurrección y la vida eterna.
v. 54
f
v. 56
Unidad del Hijo y el creyente.
30
Por este motivo autores como Brown (Brown, Raymond, El Evangelio según San Juan I, Cristiandad, Madrid, 2005,
565), Schnackenburg (Schnackernburg, Rudolf, El evangelio Según San Juan I, Herder, Barcelona, 1986, 98-102) y
Berley (Berley, George, John, Word biblical commentary 36, 1998, 37) opinan que Jn 6,52-58 es una inclusión posterior a
Jn 6,41-51. Senén Vidal la ubica dentro de lo que él llama el evangelio glosado [E3] (Vidal, Senén, El evangelio de la
comunidad del discípulo amado, 2005, 14-36)
28
29
La estructura muestra dos intervenciones de cada uno de los interlocutores del diálogo y en medio de
cada una aparecen las afirmaciones claves para la comprensión bíblica y teológica de Jn 6,41-58 que
a continuación serán motivo de reflexión lingüístico sintáctica, semántica y teológica.
Los judíos murmuraban de él.
La murmuración establece la dinámica de Éxodo 16 Toda la comunidad de los israelitas murmuró
contra moisés y Aarón (Ex 16,29); Yahvé ha oído las murmuraciones contra Él (Ex 16,8); He oído
vuestra murmuraciones (Ex 16,10). Retomando este esquema, Juan ubica a los judíos en una actitud
muy particular: murmuran de Jesús. A partir de esta afirmación se desprende el contenido y la
dinámica del diálogo que van a tener estos personajes con Jesús como muestran los versos 41,43b,
52; incluso es una actitud presente en los mismos discípulos según el verso 61. ¿Cuál es el motivo de
su actitud?
Yo soy el pan bajado del cielo.
El libro del Éxodo menciona que el maná bajó del cielo para que Israel no muriera de hambre. Este
pan dado por Dios a petición de Moisés, permitió la travesía por el desierto del pueblo al que se ha
hecho la promesa de la tierra. Ahora ese pan, el maná, no es dado por Moisés, sino por Jesús que se
da a sí mismo como alimento de vida según expresan los versos 49 y 50. El Padre no ha mandado un
alimento material sino que ha descendido en el Hijo mismo como alimento que permanece. Cuando el
evangelista menciona el pan bajado del cielo, el escándalo no adquiere grandes dimensiones porque
en el conocimiento del Antiguo Testamento los judíos han aprendido que Moisés hará llover pan del
cielo (Ex 16,4). La controversia está en la autoproclamación de Jesús: “yo soy” (vv 41.51).
La negación y el desconocimiento de la divinidad de Cristo se expresa en los judíos mediante la
murmuración a través de la cual dejan entrever que, su fe y su relación con Dios, está en disonancia
con el único camino por el cual puede darse esa relación Dios – creyente; es decir, hay un problema
de idolatría en el que ha caído el mismo pueblo de Israel cuando, precisamente en el Éxodo, luego de
29
30
experimentar el don del maná dado para no morir de hambre, ha desconocido la acción de Dios
adorando un becerro de oro mientras Moisés recibía las tablas de la Ley: se han apartado del camino
que yo les había prescrito (Ex 31,8). Los judíos se han apartado también de ese camino prescrito y
enseñado por Dios (Jn 6,45) quizá creyendo en falsas divinidades que no conducen al Padre.
Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le atrae.
Ante el problema de la idolatría, de la desorientación que experimentan los judíos en la relación y en
la búsqueda que conduce hacia el Padre, el evangelista se ve en la necesidad de reafirmar
enfáticamente, en boca de Jesús mismo, la forma, el camino prescrito y enseñado, por el cual se
puede acceder al Padre: el Hijo. Nadie puede venir a mí si el Padre que me ha enviado no le atrae. Es
un primer llamado al abandono de la idolatría para fijar la mirada en Cristo único camino que
conduce a la salvación, a la resurrección, a la vida eterna recordando que Dios mismo ha sido quien
ha instruido a su pueblo para tal propósito.
Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí.
¿Qué hacer para abandonar la idolatría y reconocer al Dios verdadero que da la vida para siempre?
Escuchar y aprender del Padre quien toma la iniciativa de enseñar. Los judíos se han quedado en la
prescripción de la Ley perdiendo su espíritu originario y salvífico. También en el Éxodo Dios
instruye: si escuchas atentamente la voz de Yahvé y haces lo recto a sus ojos y obedeces sus
mandatos y sigues sus preceptos no te afligiré (Ex 15,26). Los judíos han desatendido a estas
enseñanzas de Dios y se han apartado del camino prescrito por el Padre. Como consecuencia, se
escandalizan porque Jesús ha dicho, yo soy el pan bajado del cielo que da la vida.
No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre.
Esta frase representa un logro teológico con diferencia al texto del Éxodo. En este último no es tan
enfática la unidad Padre – Hijo. Si Padre e Hijo están permanentemente el Uno en el Otro, no se
30
31
justifica un tercero para dirigirse hacia el Padre. El evangelio en este caso es suficientemente claro: yo
soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14,6). Es la confirmación del Hijo como único camino que
conduce al Padre según ha sido enseñado por Dios a lo largo de toda la historia de la salvación
especialmente por medio de los profetas. Fuera de esta unión íntima no hay vía a la resurrección, no
hay vida eterna. Sin embargo, a pesar de estas precisiones, los judíos siguen ciegos aunque afirma el
evangelio que discutían, es decir, que están inquietos por lo que han escuchado de Jesús. No están
propiamente murmurando. Ésta actitud reaparecerá pero en personas mucho más cercanas a Él: los
discípulos (v 61)
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día.
La alusión a comer su carne no alude a un acto físico sino sacrificial. Para sostener el reconocimiento
de Jesús como pan que ha bajado del cielo, sin eliminar la unidad existente de Él con el Padre, el
creyente debe alimentarse, debe estar en la capacidad de participar del sacrificio de Cristo que se ha
dado en cuerpo y en espíritu para que todos tengan la vida en abundancia. En este sentido resucitar es
análogo a la vida eterna y es una acción de Cristo mismo “yo le resucitaré”. El creyente ya no espera
la tierra prometida sino que anhela el último día en el que encuentre la plenitud de la vida en el Padre.
De este modo, el análisis sintáctico permite establecer la conexión y consecución de las diversas
frases, para dar sentido al diálogo teológico establecido entre los judíos y Jesús en el deseo de
demostrar que, la vida eterna, sólo puede hallarse en Cristo, y que fuera de Él, se pierde el camino
que el Padre mismo ha indicado a sus hijos para que alcancen la vida eterna.
2.3.3. Breve lectura teológica a partir del análisis lingüístico sintáctico.
Agrupando de forma sintética estas frases, incluidas en el contexto de un diálogo, podría sugerirse el
siguiente esquema como estructura básica del texto seleccionado:
a. Murmuración y cuestionamiento de los judíos (vv 41-42)
b. Respuesta de Jesús ante la murmuración (vv 43-51)
31
32
c. Discusión de los judíos y planteamiento de un nuevo cuestionamiento (vv 52-57)
d. Respuesta de Jesús ante la discusión de los judíos (v 58)
Cuadro 5. Estructura de la perícopa.
A. Murmuración y cuestionamiento de los judíos.
41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: "Yo soy el pan que ha bajado del cielo." 42 Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo
padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?"
B. Respuesta de Jesús.
43 Jesús les respondió: "No murmuren entre ustedes. 44 "Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el
último día 45 Está escrito en los profetas: Serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien
haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad les digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo
soy el pan de la vida. 49 Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no
muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del
mundo."
C. Discusión de los judíos y planteamiento de un nuevo cuestionamiento.
52 Discutían entre sí los judíos y decían: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"
D. Conclusión.
53 Jesús les dijo: "En verdad, en verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tendrán vida en ustedes. 54 El
que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 55 Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre
verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. 57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo
vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. 58 éste es el pan bajado del cielo; no como el que comieron sus padres, y murieron; el que
coma este pan vivirá para siempre."
a. Murmuración y cuestionamiento de los judíos (41-42) El v 22 mencionaba a “la gente” o “la
muchedumbre”; sin embargo, el v 41 menciona específicamente a los judíos pidiendo que Jesús
demuestre la legitimidad de sus pretensiones mesiánicas mediante un signo 31. Este cambio de sujetos
suscita un diálogo de Jesús con los judíos. Escandalizados por la afirmación del v 42 yo soy el pan
bajado del cielo expresan su sorpresa con la murmuración que resulta obvia en cierta forma porque
ellos saben que Él es hijo de José cuyo padre y madre conocen.
Al comentar esta parte del evangelio, Henri Van Den señala que la expresión “Yo soy” representa a
Jesús como el valor de vida definitiva y por tanto como el único válido32.Quizás si Jesús sólo hablara
31
Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 336.
32
Van Den Bussche, Henry, El evangelio Según San Juan, Studium, Madrid, 320.
32
33
del pan de vida la controversia no sería tan fuerte. El problema está cuando Jesús se autodenomina
como ese pan. Besley – Murray opina que el énfasis principal de todo el discurso es Cristológico;
Jesús es el pan de Vida porque precisamente puede afirmar en absoluto “ego eimi” 33 y Dood piensa
que este término es tan importante que debe leerse no como “yo soy” sino como “ YO SOY”.34
También en este relato se hace explícita la dificultad para asimilar el origen mesiánico de Jesús que
aumentará cuando se relacione con la afirmación que da la vida. En este sentido, ciertamente resulta
interesante la sugerencia de Schnackenburg al reseñar que, aunque los judíos piensan conocer a Jesús
en lo terreno y familiar, realmente desconocen su verdadera realidad. Esta confusión hace necesaria la
intervención de Jesús para aclarar el significado de sus palabras y de su origen divino. Otra
apreciación importante es la referencia a Jesús como“este”, es decir, uno más de la multitud sin
relevancia alguna.
b. Respuesta de Jesús (43-51): Jesús nota las afirmaciones hostiles de los judíos y decide responder
a sus cuestionamientos. Como el centro del conflicto es su origen divino, Jesús se remite al Padre
“que le ha enviado” y quien “atrae hacia sí” a los creyentes en Él (v 44). De la respuesta que da quien
se ha deja atraer por el Padre hacia el Hijo, depende que el discípulo pueda obtener la vida verdadera:
El que cree tiene la vida eterna (v 47). Es de anotar que la comprensión de los judíos se reduce al
conocimiento terrenal de Jesús enfatizando en su origen humano, familiar y social. Por su parte, Jesús
explica su divinidad apelando a la íntima relación que existe entre Él y el Padre “que le ha enviado” y
junto a quien ha estado siempre según Jn 1,1 ss.
El problema de fondo planteado por los judíos es no aceptar a Jesús como alimento que da la vida
eterna, asequible para los que escuchan las enseñanzas de Dios (v 45). Esta afirmación es muy
relevante puesto que el verso 35 citando el salmo 78 dice que pan del cielo les dio a comer, y ahora
33
Besley, George, John, Word biblical commentary, Volumen 36, 1998. Numeral 4: the main emphasis throughout the
discourse is Christological; Jesus is bread of life precisely because he can utter the affirmation “Ego eimi” v 20.
34
Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 345.
33
34
Él se designa a sí mismo como pan y además “de vida”. La acción de dar se convierte en el Hijo que
se da35 lo cual les confunde.
Luego, el verso 44 afirma que nadie viene a mí si el Padre que me ha enviado no lo atrae,
refiriéndose a la apertura necesaria para reconocer a Jesús como pan y obtener la vida eterna: los
hombres a los que ha sido enviado Jesús no pueden recibir la vida sin una docilidad interior hacia el
Padre36. Es decir que, mientras los judíos permanezcan en la actitud cerrada de los vv 41.42, no
podrán comer del pan para vivir; por el contrario, morirán (Cfr. v 50). Para Juan el discurso quiere
pasar del maná y del pan físico a la persona de Jesús37. Si Jesús es el nuevo pan vivo bajado del cielo
que da la vida eterna, es necesario comerle como sugiere el v 50. Esta alusión a comer su carne revela
la concepción eucarística que la comunidad joánica ha ido elaborando: el alimento que une a Cristo
con el hombre. La eucaristía es la unidad del creyente con la comunidad y de ella con Cristo. Comer
su carne es creer en Él y por tanto seguirle hasta beber el cáliz (Jn 18,11) que el Padre le ha dado al
Hijo y a todo aquel que le siga. Precisamente el v 51 expresa que su carne se dará por la vida del
mundo. Es más, el pan que va a dar (para tener la vida eterna) es su carne, su entrega en la cruz por la
salvación de todos los que en Él crean. Pero, a pesar de la intervención del Señor, los judíos siguen
incrédulos y confundidos desencadenando una nueva reacción de Jesús.
c. Discusión de los judíos y planteamiento de un nuevo cuestionamiento (52): Ante la afirmación
hecha por Jesús en el verso 51 el pan que les voy a dar es mi carne los judíos se escandalizan. No han
comprendido definitivamente que la vida verdadera está encarnada en el Hijo. A diferencia de la
carne y la sangre que fenece, Jesús es para el creyente la vida eterna con la entrega de sí mismo. Esto
no lo entienden los judíos y por ello discuten y en medio de la disputa se preguntan cómo Jesús puede
darles a comer su carne y a beber su sangre. Este cómo le permite a Jesús disuadir y completar las
razones por las cuales sólo quien a Él se acerque tendrá la vida eterna. Por tanto, viene la contra
respuesta con la que Juan terminará la perícopa.
35
León-Dufour, Xavier, Lectura del evangelio de Juan, Sígueme, Salamanca, 1992, 125.
36
Ibid, 122.
37
Van Den, el evangelio según San Juan, 317.
34
35
d. Conclusión (53-58): La refutación de Jesús ante la segunda intervención de los judíos es
categórica: si no comen la carne del Hijo del hombre, y no beben su sangre, no tendrán vida en
ustedes. La razón la da el verso siguiente: el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y
yo le resucitaré el último día. Comer y beber es necesario para que el discípulo alcance la vida eterna
y la resurrección. En la perícopa sólo en esta última parte se menciona la resurrección en relación con
la vida eterna lo cual significa que la resurrección de la que ha hablado Jesús es algo que puede
tener lugar antes de la muerte corporal y da como resultado la posesión de la vida eterna aquí y
ahora38. El discurso enfatiza la importancia de comer la carne del Hijo del hombre (v 53). La
finalización del discurso se comprende por el paralelo que el texto mismo ha hecho entre el maná
bajado del cielo y Jesús, pan vivo bajado del cielo. El primero no pudo dar la vida eterna (vv 49 y v
58), mientras que Jesús sí la dará porque viene del Padre viviente que habita en Él. Por eso tiene la
vida que permanece y posee autoridad para darla.
Al mencionar el pan de vida y la resurrección, Juan está ubicando el discurso del pan de vida en el
contexto pascual. Así, el diálogo acalorado entre los judíos y Jesús, permite comprender el sentido
teológico del Hijo de Dios como pan bajado del cielo que dará la vida al mundo y a los creyentes. Sin
la intervención displicente de los judíos habría sido difícil plantear la necesidad de escuchar, creer y
comer las enseñanzas de Dios que revelan a Cristo como el Hijo, donde se halla la plenitud de la vida.
La respuesta negativa e indiferente por parte del creyente hará imposible adquirir la vida en
abundancia.
Una importante observación a partir del análisis de la estructura lingüística de la perícopa es constatar
que el tiempo futuro sólo es utilizado en las intervenciones de Jesús. Los judíos permanecen en el
presente, en el ahora mientras que el Señor va al allá. Esto obliga de algún modo a pensar en la
estructura temporis de la perícopa. ¿Es intencional el uso de los tiempos en Jn 6,41-58? Lo más
probable es que sí hay la remisión al tiempo pasado cuando Juan se refiere al Éxodo para elaborar su
texto. Es más, al mencionar el pan del cielo, el evangelista recurre al concepto de preexistencia.
Luego, Jesús es puesto “ahora”, en el presente, como cumplimiento del pan prometido en el desierto.
Finalmente, el uso del pasado y presente conlleva, en consecuencia, a pensar en una vida
38
Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 157.
35
36
escatológica. Estar en el presente con Jesús significa automáticamente participar de la vida eterna y
de la resurrección.
En síntesis, la dinámica de las intervenciones dejar entrever la sutileza del redactor al momento de
escribir el discurso creando una perfecta unidad entre las diferentes intervenciones del diálogo de la
perícopa como sucederá también en el uso de los diferentes verbos por él utilizados.
2.4. Análisis semántico.
Establecida la forma del texto y las relaciones lingüísticas que existen dentro de él, es ahora motivo
de preocupación identificar el significado de las categorías o términos clave a través de las cuales el
escritor quiere avanzar en el deseo de hacer llegar su discurso al interlocutor de la perícopa para
demostrar que Jesús es el pan vivo bajado del cielo, el nuevo alimento que nunca fenecerá.
Hay en el texto de estudio, un elenco de términos necesarios para entender el significado de la vida
eterna. Juan ha utilizado muchas expresiones del Antiguo Testamento que son vitales a la hora de
comprender la teología del Nuevo Testamento y en particular del evangelio joánico. Los términos son
los siguientes:
2.4.1. Vida: (‫ היח‬en el Antiguo Testamento; ζωή en el Nuevo Testamento). En el Antiguo Testamento
la vida tiene un doble significado. El primero se refiere a la vida natural de los seres vivos; el
segundo, es el deseo de conservar la vida, estar vivo. En el trasfondo suena siempre de algún modo la
oposición a “morir” o estar muerto” 39: bajad a comprar grano de allí para que vivamos y no
muramos (Gn 42,2); deja que vayamos para vivir y no morir ni nosotros, ni tú, ni tus hijos (43,8);
viva y nunca muera (Dt 33,6) vivirán y no morirán (2Re 18,32); vas a morir y no vivirás (2Re 20,1);
si observa todos mis preceptos, y practica el derecho y la justicia vivirá sin duda, no morirá (Ez
18,21); ha abierto los ojos (…) vivirá, y sin duda no morirá (Ez 18,28).
39
Jenni, Ernst, Diccionario Teológico manual del Antiguo Testamento, Tomo I, Sígueme, Madrid, 768.
36
37
Este es un paralelismo entre adquirir o no la vida o la muerte. Para el Antiguo Testamento según Von
Rad los salmos 49 y 73, por ejemplo, son un fuerte refuerzo teórico, que no se reduce a una situación
de necesidad concreta, sino que apunta fundamentalmente hacia una vida más allá de la muerte40; es
don de Yahvé que da la vida y le pertenece.
En el Nuevo Testamento se pone también el contraste de la vida con la muerte. En la realidad humana
ambas experiencias están unidas. En el uso de esa imagen Juan quiere mostrar que en Cristo la Vida
permanece, es eterna, es más, que esa vida la da Jesús. El creyente está más allá de la muerte pues
alcanza la vida plena, en el seguimiento, la escucha y la aceptación de las palabras de Jesús. Juan sin
embargo, ha tenido un cuidado especial en el uso de este término evitando la idea de vida en sentido
abstracto, estático, mítico del helenismo o de los griegos pero más afiliado al pensamiento hebreo
donde la vida tiene la idea de acción, movimiento, gozo41. Esta orientación indica el progreso del
término ζωή en Juan en el que la vida no es recibida para quedarse con ella sino para comunicarla y
darla así como el Padre la ha dado y comunicado por el Hijo.
2.4.2. Muerte: (En el Antiguo Testamento
Antiguo Testamento
; En el Nuevo testamento avpoq,nh,skw
En el
se designa como término para la muerte violenta o a causa de una
determinada privación. También se puede entender en el sentido de dar un golpe de gracia a un
moribundo o un herido grave.
En el Nuevo Testamento la muerte es considerada no en sentido biológico sino histórico, es decir,
donde se reconoce la constitución existencial del hombre en quien se da la posibilidad del pecado que
esclaviza en vida: liberar a los que, por temor a la muerte, estaban de por vida sometidos a la
esclavitud (Hb 2,15). En Juan es la murmuración, el desprecio a Dios y su enseñanza negándose la
resurrección y la vida auténtica.
2.3.4.3. Maná: En el Antiguo Testamento, el maná ( ) es citado siete veces: La casa de Israel lo
llamó maná (Ex 16,31) llenen un canasto con maná (Ex 16,32) los israelitas comieron del maná (Ex
40
Von Rad, Gerard, Teología del Antiguo Testamento I, Sígueme, 419 ss.
41
Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 159.
37
38
16,37); y el maná cesó desde el día siguiente (Jos 5,12) ha dado alimento a los que le temen (Sal
111,5). El maná está presente en la experiencia del Éxodo y se ubica en un contexto de muerte a
causa del hambre. Yahvé mostrará su gloria enviándoles el maná. Éste será el alimento por el cual el
pueblo de Israel conservará la vida aunque de modo temporal. En el Antiguo Testamento, fenómenos
naturales de este tipo ayudaban a la ilustración providencial de una especial acción de Dios para con
su pueblo42 de modo que las cosas divinas vienen del cielo. Estas ilustraciones se fueron perdiendo
con el tiempo entre los judíos.
En el Nuevo Testamento ma,nna aparece cuatro veces, de las cuales dos corresponden a Juan
6,31.49. Este maná es el resultado de la segregación de insectos que al alimentarse de frutales
semidulces forman migas finas de pan, una especie de arroz suave. En el contexto bíblico se refiere al
anticipo del verdadero pan bajado del cielo que dará la vida eterna. El uso dado por el evangelista
muestra que, aunque también el maná cayó del cielo, no dio la vida que permanece a quienes lo
consumieron. La imagen del maná es utilizado por Juan para hacer un paralelismo entre este alimento
y Jesús como nuevo alimento demostrando que Cristo da algo mejor que el maná: el pan de vida;
más que esto, él es pan de vida43 que sacia definitivamente. Como afirma León – Dufour, el maná es
constitutivo en el horizonte44 que el evangelista da al capítulo 6 especialmente al momento de hacer el
paralelismo con Jesús pan de vida, con la muerte y la vida eterna.
2.4.4. Pan bajado del cielo. ~x,l,Þ pan en el Antiguo Testamento. Hace referencia al alimento que
mantiene el cuerpo aunque en el lenguaje bíblico es el alimento que da Yahvé providentemente para
evitar que su pueblo muera en el desierto; En el Nuevo Testamento, la expresión pan a;rtoj
aparece 97 veces, de las cuales 24 se hallan en Juan y de ellas 21 veces en el capítulo 6 (8 en la
perícopa 6,41-58). Sólo en Juan, el pan se relaciona con el cielo y con la vida, sin olvidar que también
se entiende como alimento. El evangelista quiere mostrar a Jesús como el pan de Vida necesario para
subsistir. Por eso ha bajado del cielo, similar al maná pero con el fin de dar a los suyos el pan para
42
Biblia de Jerusalén, Descleé de Brower, 2000, comentario al capítulo 16 del Éxodo.
43
Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 345.
44
Cfr. León – Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 121.
38
39
que los creyentes no mueran. Este pan es Jesús don de Dios para su pueblo y representa como signo
el don vivificante del Señor.
2.4.5. Carne (rf"åB' basar en el Antiguo Testamento; sa,rx en el Nuevo Testamento): En el
Antiguo Testamento la carne tiene varios significados. El primero para designar el cuerpo, la parte
visible del hombre, y el segundo, para referirse al ser humano como pasajero lo mismo que las hojas
de un árbol tupido, que unas caen y otras brotan, así la generación de carne y sangre: Una muere y
otra nace (Eclo 14,18). En este caso se trata del cuerpo vivo, nunca de un cuerpo sin vida. En algunos
pasajes, sin embargo, el cuerpo tiene una valoración negativa pues se refiere a la humanidad
contrapuesta a la divinidad de Dios.
En el Nuevo Testamento el cuerpo es corpus no figura, es algo esencial, no mortal. En este sentido,
Cristo es cuerpo que permanece en la vida, aunque los judíos se adhieran a la concepción negativa del
cuerpo. En Juan, sa,rx aparece 13 veces. En el capítulo 6 aparece 4 veces desde 51c hasta 58 y no
se debe entender en el sentido explícito de masticar un alimento común y corriente. En el uso de
“sarx” el evangelista refleja su énfasis en la realidad de la Encarnación y sobre la realidad de la
muerte del Uno Encarnado, como en 19,3445. Aquí sa,rx se combina con ai-ma sugiriendo que
Jesús se entiende a sí mismo en su condición mortal, el Logo entre nosotros46. Pero al avanzar en el
discurso, la carne se refiere a un acto cúltico, de lo cuál se deduce que lo relaciona con la eucaristía.
La carne y la sangre es Cristo que se da como alimento y sacrificio en la cruz para la salvación de
todos: no he venido a juzgar al mundo sino para salvarlo (Cfr. Jn 12,47).
2.4.6. Murmurar. En el Antiguo Testamento, en la travesía por el desierto el pueblo murmuraba
contra Moisés y Aarón (Ex 16,2). La expresión “murmurar”, tal como sucede en el Nuevo
Testamento, es utilizada como incomprensión de las cosas del cielo.
45
Cfr. Besley, George, John, World Biblical commentary, Vol 36, 1998. Textualmente dice: The evangelists use of “sarx”
reflects his emphasis on the reality of the Incarnation, and so on the reality of the death of the Incarnate One, as in 19,34.
46
Cfr. León-Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 128.
39
40
En el Nuevo Testamento, el término VEgo,gguzon viene del go,gguzw (murmurar). Aparece
en los versos 41,43,61 del capítulo 6 de Juan, tres de las seis veces citado en los evangelios. En
sentido estricto significa rezongar, un lenguaje coloquial de insatisfacción.
A diferencia del uso dado por Mt 20,11 y al cobrarlo murmuraban contra el propietario y Lc 5,30 los
fariseos y los escribas murmuraban diciendo a los discípulos, murmurar en Juan es una acción
directa contra Dios. VEgo,gguzon, como lo señala León – Dufour47, será la causa mediante la cual
Juan desarrollará el contenido del discurso del pan de Vida. Así mismo, murmurar será la crítica
directa que se hace a la persona de Jesús donde el evangelista quiere mostrar también una crítica al
Padre y por ende, un rechazo al pan bajado del cielo negándose la vida eterna, un retroceso en el
reconocimiento de Jesús como enviado del Padre que posee la vida verdadera y la autoridad para dar
de la vida que permanece. Murmurar es la respuesta negativa que se da a la escucha de Dios, a
participar del pan de cielo y a aprender de Él. Demuestran por tanto que no quieren ir a Jesús sino
que prefieren la oscuridad a la luz48 implícitamente exhortando a recibir la Palabra, para creer y para
ganar la vida49.
2.4.7. Comer. (lk;a' en el Antiguo Testamento; evsti,w en el Nuevo Testamento). En el
Antiguo Testamento designa la necesidad básica del comer. Junto a ver, oír, y oler, comer
(lk;a))))))))') puede valer como signo de un ser que está vivo: sirven a dioses hechos de
madera que no ven ni oyen, no comen ni huelen (Dt 4,28)50. A nivel litúrgico la comida es un signo
de alegría y elemento conclusivo de la Alianza y muestra la importancia de la comensalidad, la
eucaristía.
47
Ibid, 121.
48
Van Den, el evangelio según San Juan ,321.
49
Cfr. Berley, George, John, World Biblical commentary, Vol 36, 1998, 44: to the “grumblers” it is an implicit appeal to
receive the word, to believe, and so to again the life”.
50
Jenni, Diccionario Teológico Manual del Antiguo Testamento, 224.
40
41
En el Nuevo Testamento encontramos el verbo
158 veces de las cuales 15 están en Juan y 5
dentro del discurso del pan de Vida. Expresa la actividad propia de comer, de alimentarse; es un
término usado para referirse a una comida, o al acto de sentarse a una mesa con alguien, con Jesús en
el caso de los discípulos. En Juan evsti,w es una acción continua y designa el aspecto de la
comensalidad en la que Jesús se da a los suyos en el deseo de mantener la Alianza con ellos. Aquí el
uso es metafórico y tiene fines teológicos que indican el carácter sacramental del comer, es decir,
Jesús es el alimento que reúne en torno a la mesa a todos los creyentes para recibir de Él la vida que
perdura.
Este verbo tiene una particular fuerza en la perícopa que recae en la expresión comer y beber en
íntima relación con el pan bajado del cielo y la vida eterna. Aunque
significa literalmente
“comer” en el contexto del discurso del pan de vida la expresión se entiende sólo a la luz de la
entrega de sí mismo en la cruz.
Comer su carne significa participar, padecer, experimentar la entrega total de sí por causa del Reino.
Sólo en esa entrega generosa Jesús vivirá eternamente porque, si comer su carne significa para el
creyente sufrir con Él, también con Él el creyente resucita; Juan advierte que, no comer de este pan
trae como consecuencia la muerte. Por tanto en el comer se halla la promesa de la vida. A nivel
biológico, del comer depende la vitalidad de un cuerpo. Quizá Juan se vale de este presupuesto para
mostrar que quien no se acerque a Él (o quien lo rechaza) perderá el sustento de su vida espiritual.
Estos términos aparecen en la narración del Éxodo en el contexto del maná bajado del cielo en el
Antiguo Testamento (Ex 16,1-36) y el pan bajado del cielo según el capítulo 6 de Juan (6,41-58) en el
Nuevo Testamento.
2.4.8. Síntesis del análisis semántico.
Al realizar la lectura del discurso del pan de Vida se identifican diversos verbos que de ninguna
forma están desligados del tejido del discurso. Por el contrario, hay una red comunicativa entre los
verbos a un nivel tan alto que la exclusión de cualquiera de ellos haría perder en profundidad la
41
42
riqueza del texto y la voz de Dios narrada en él. Tal como se percibe en el análisis del aparato crítico
y el análisis sintáctico, una vez más se hace evidente la pulcritud y la unicidad del texto. Entre las
relaciones más importantes de los verbos se pueden señalar:
El sacrificio de Jesús en la cruz lo hace alimento, carne ofrecida para obtener la vida plena. De
este modo es vencida la muerte para permanecer en la vida cuyo sustento es Cristo mismo, pan
del cielo.
Se murmura contra la afirmación comer mi carne, lo cual muestra un ataque directo a la vida
proveniente de Dios.
Si el pan es don vivificante de Dios, comer significa asimilar ese don, vivir de él51.
Creer que Jesús tiene y es el pan que se da para comer como carne y gozar de la vida eterna,
manifiesta la apertura que ha de tener el discípulo para comprender este misterio de salvación.
Comer y beber como acciones del creyente están encaminados al don de la vida eterna.
Nótese la importancia de todos los verbos en la perícopa, la confluencia entre ellos y la necesidad de
comprender el texto a la luz de su unidad redaccional para concentrar en Jesús el discurso del pan de
vida eterna. Pero los judíos por el contrario, desconocen, rechazan a Cristo. En Juan es la
murmuración, la negación a creer en el Señor como comida que da la vida eterna, que convoca a
todos para trasmitirla y darla a través de su carne y su sangre. Sin embargo, es importante ir al
contexto histórico para entender las categorías lingüísticas en las que se elaboró la perícopa y los usos
que a partir de esas categorías se hace de las diferentes palabras. Establecidas las relaciones
lingüísticas a nivel interno de la perícopa, conviene estudiar el posible contexto en el que surge el
escrito para asimilarlo y ubicarlo históricamente.
2.5. Lectura bajo el aspecto histórico.
A partir de la convicción de que historia y suceso histórico son importantes para la fe, se trata ahora
de estudiar el enraizamiento que tienen en la historia las afirmaciones de los textos: las relaciones
51
León-Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 130.
42
43
entre texto y suceso, entre Antiguo y Nuevo Testamento y entre la Palabra de Dios y el hombre, para
identificar el proceso del lenguaje y la interpretación dada a los textos.
2.5.1. Contexto histórico y social.
Las indicaciones de carácter histórico y social que permiten ubicar el contexto en el que está la
comunidad joánica y posteriormente algunos datos hipotéticos del lugar de la redacción del evangelio
de Juan son:
1. Hacia el año 70 las comunidades cristianas emergentes y el judaísmo rabínico experimentaron
divisiones y rupturas en sus relaciones como consecuencia de los conflictos entre ambas
comunidades o sectas. Estas divisiones son similares al conflicto entre Jesús y los judíos, como
se advierte en Jn 2,13-25; [en el contexto del Templo]; 5,1-18 [Una curación en sábado]; 7,1-9 y
7,14-31 [Jesús en Jerusalén enseñando]; 8,12-20 [Los fariseos cuestionan el testimonio de Jesús];
10,31-39 [Controversia por el mesianismo de Jesús]; 11,45-52 [Jesús y las autoridades judías]
2. A partir de los años 70 – 80 d.C aparecen signos de división entre los cristianos y la sinagoga
cuya consecuencia es la expulsión de los cristianos. El evangelio narra tres veces esta expulsión
motivada por el reconocimiento de Cristo como el Mesías: los judíos se habían puesto ya de
acuerdo en que, si alguno le reconocía como Cristo, quedará excluido de la Sinagoga (Jn 9,22)
Muchos creyeron en él, pero los fariseos no lo confesaban, para no ser excluidos de la sinagoga
(Jn 12,42); los expulsarán de las Sinagogas, e incluso llegará la hora en que todo el que los mate
piense que da culto a Dios (Jn 16,2).
3. En la literatura joánica, a diferencia de los demás evangelios, se hace referencia al uso de
expresiones como Logos, la importancia del conocimiento, la región de arriba y de abajo, los
ángeles etc. y otras ideas que se encuentran sólo en este evangelio 52 pertenecientes al mundo
judío, al helenista, a concepciones gnósticas y del cristianismo primitivo mostrando el amplio
mundo que definirá en parte la teología del cuarto evangelio.
52
Moloney, Francis, El evangelio de Juan, Verbo Divino, Navarra, 2005, 26.
43
44
Este contexto de tensión entre la sinagoga y los primeros cristianos, entre judíos y Jesús, la expulsión
y la apertura a nuevos territorios, sin nunca dejar de reconocer a Jesús como el Hijo de Dios, les
permitió abrirse a nuevas culturas fuera de Jerusalén y ser más dóciles a diferentes formas de
pensamiento marcando la experiencia de fe de la naciente comunidad joánica, haciéndola novedosa a
la hora de presentar su comprensión acerca de Jesucristo y las implicaciones del seguimiento dentro
de la comunidad de fe. Estos datos posibilitan algunas hipótesis del lugar de redacción del cuarto
evangelio.
2.5.2. El lugar de origen.
No cabe duda de la importancia que tiene la discusión acerca del lugar de composición de todos los
libros bíblicos. Por las características propias del evangelio de San Juan el tema es más apasionante
aún. Al respecto existen diversas teorías manejadas con la debida prudencia para no llegar a una
conclusión categórica. Raymond Brown presenta tres posibles lugares de composición 53 del
evangelio: 1. Alejandría. Es un lugar donde hay una especial circulación de papiros, pero como lo
señala Brown, este hecho no indica necesariamente que este haya sido el lugar donde se compuso el
evangelio de Juan. Una razón importante para explicar la constante circulación de los textos en
Alejandría es quizá que este es el ambiente más adecuado para la conservación de los papiros. Otra
justificación es la ubicación de la obra de Filón en esta zona. Como se explicó en las primeras
páginas, este es un autor que parece tener gran influencia en el pensamiento del evangelista Juan; 2.
Antioquía de Siria. La razón fundamental para argumentar que este es un posible lugar de
composición del cuarto evangelio es su analogía con otras obras literarias como las de Ignacio de
Antioquía y las de Odas de Salomón, aunque no hay mayores indicaciones que persuadan a
considerar esta opción como las más válida; 3. Éfeso. Juan 6,1 indica que fue Jesús a la otra rivera
del mar de Galilea, y ubica a Jesús en Cafarnaúm (v 24) donde fue encontrado por la muchedumbre.
Se atestigua la presencia de grupos joánicos en el ámbito de Galilea donde Jesús proclamó el discurso
del pan de vida pero que tras la expulsión de la Sinagoga se ven obligados a desplazarse al Asia
menor hacia Éfeso, uno de los posibles lugares de la redacción del evangelio; este es además un
territorio de oposición con la Sinagoga como describe el Apocalipsis: conozco tu tribulación y tu
53
Brown, Raymond, El evangelio Según Juan I, Cristiandad, Madrid, 2005, 131-132.
44
45
pobreza y las calumnias de los que se llaman judíos sin serlo. Son en realidad una Sinagoga de
Satanás (Ap 2,9); te voy a entregar alguno de la Sinagoga de Satanás de los que se proclaman judíos
y no lo son (Ap 3,9). Precisamente este libro es atribuido a Juan puesto que el contenido es paralelo al
cuarto evangelio y pertenece claramente al área de Éfeso54. Determinar la fecha precisa de la
redacción resulta bastante difícil pero, por la datación de los papiros en los que se atestigua este
evangelio, podría ubicarse hacia el año 70 d.C.
2.6. Análisis de clases de texto: los géneros literarios.
Para profundizar en el estilo de la redacción, conviene identificar los géneros literarios que se
encuentran en el evangelio y en la perícopa para la comprensión acertada de las formas literarias
usadas por el evangelista.
2.6.1. El género literario.
La forma literaria del cuarto evangelio varía respecto de los evangelios sinópticos. En el caso de Juan
la redacción del texto está marcada por el ritmo propio: es una prosa casi poética55. Cuando el lector
se acerca al evangelio puede encontrar:

Un paralelismo sinonímico en el que el segundo verso retoma la idea del primero.
Cuadro 6. Paralelismo sinonímico.
Verso 1
Mi carne es verdadero manjar y mi sangre verdadera bebida.
6,55
Verso 2
El que come mi carne y bebe mi sangre en mí permanece.
6,56

Un paralelismo antitético, donde el verso segundo contrasta con el verso precedente.
Cuadro 7. Paralelismo antitético.
54
Ibid, 132.
55
Brown, el evangelio Según Juan I, 170.
45
46
Verso 1
Ustedes tienen por Padre al diablo.
8,44a
Verso 2
y desean cumplir los deseos de su Padre.
8,44b
El uso de estos paralelismos favorece el ritmo de los versos que retoman las palabras previas para
reforzar una idea, dando a la redacción un estilo insistente, elegante, agradable al lector posibilitando
la comprensión de lo que el redactor desea comunicar y reafirmar. Otro género literario es el discurso:
en los discursos de Jesús el ritmo le confiere la forma poética56. Entendemos por discurso el acto
verbal de dirigirse al público para que el lector se incluya, por ejemplo, en el v 22, cuando Jesús habla
a la gente. Sin embargo, como género literario, el discurso tiene el fin de persuadir a sus oyentes,
como lo demuestra la perícopa (Jn 6,41-58), para exponer y convencer sobre un tema o idea especial,
que en este caso es demostrar que Jesús es el pan bajado del cielo que da la vida eterna.
Dentro del discurso del Capítulo 6 del evangelio de Juan, en la exposición del pan de Vida, está
presente el género narrativo incluido para señalar lugares, días, acciones de los sujetos y
circunstancias del discurso: tras esto se fue Jesús a la orilla del mar de Galilea (Jn 6,1); le seguía la
muchedumbre (Jn 6,2); cuando se hizo tarde (Jn 6,16), al día siguiente (Jn 6,22) etc.
2.7. Lectura bajo el aspecto diacrónico.
Luego de acceder al texto para analizarlo en su forma, su estructura, su significado y las relaciones de
los signos existentes en la perícopa, se procede al análisis diacrónico para abrir el acceso al texto
dilucidando su historia interna y lograr una profunda visión de la vida de fe de las primeras
comunidades, considerando el texto bajo el aspecto de su formación (etapas) y realizando
observaciones críticas con el fin de reconstruir el texto a través de la historia de la redacción, de la
crítica de las tradiciones y crítica de la redacción.
2.7.1. Historia de la redacción.
“La historia de la redacción investiga los textos del Nuevo Testamento para saber si en su
composición fueron utilizadas fuentes escritas proponiéndose reconstruirlas y dilucidar su situación
56
Pongutá, Silvestre, El evangelio Según San Juan, Asociación Bíblica Salesiana, Caracas, 1994, 120.
46
47
vital”.57 Por tanto, es necesario aclarar cuáles fueron los textos de tradición que sirvieron en la
redacción del discurso del pan de Vida. Las convenciones de las diferentes ediciones críticas de la
Biblia remiten a Ex 16,1-36. Al hacer un paralelo con el texto de Jn 6,41-58 se puede analizar la
siguiente relación entre ellos.
Cuadro 8. Cuadro comparativo de Éxodo 16,1-36 y Juan 6, 41-58.
Maná
EXODO 16,1-36
JUAN 6,41-58
31 Israel llamó aquel alimento maná. Era
49 Sus padres comieron el maná en el desierto
blanco como semilla de cilantro, y con sabor a
y murieron.
torta de miel.
33 Moisés dijo a Aarón: Toma una vasija, pon
en ella un ómer lleno de maná y colócalo ante
Yahvé.
35 Los Israelitas comieron del maná durante
cuarenta años, hasta que llegaron a la tierra
habitada. Lo comieron hasta que llegaron a los
confines del país de Canaán.
Pan bajado del
cielo
4 Yahvé dijo a Moisés: mira, haré llover pan
41 los judíos murmuraban de él porque había
del cielo para vosotros.
dicho: yo soy el pan bajado del cielo.
15 Al verla, los israelitas decían unos a otros:
42 Y decían: "¿No es éste Jesús, hijo de José,
¿qué es esto? Pues no sabían qué era. Moisés les
cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede
dijo: éste es el pan que Yahvé les da de comer.
decir
32 que sus descendientes vean el pan con que
48 Yo soy el pan de la vida.
ahora:
He
bajado
del
cielo?"
les alimenté en el desierto.
50 éste es el pan que baja del cielo, para que
quien lo coma no muera.
51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno
57
Egger, Wilhem, Lecturas del nuevo testamento, Verbo Divino, 1990, 195.
47
48
come de este pan, vivirá para siempre; y el pan
que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del
mundo.»
58 Éste es el pan bajado del cielo; no como el
que comieron sus padres, y murieron; el que
coma este pan vivirá para siempre.»
Murmuración
7 mañana verán la gloria de Yahvé porque ha
41 Los judíos murmuraban de él porque había
oído sus murmuraciones contra él, pues
dicho: yo soy el pan que ha bajado del cielo.
nosotros ¿qué somos para murmurar contra
nosotros?
8 Moisés añadió: esta tarde Yahvé os dará a
42 No murmuren entre ustedes.
comer carne y mañana pan hasta saciarse;
porque Yahvé ha oído sus murmuraciones
contra él, pues nosotros, ¿qué somos? no van
contra nosotros las murmuraciones, sino
contra Yahvé.
9 Moisés dijo a Aarón: di a toda la comunidad
de los israelitas: acercaos a Yahvé porque ha
oído sus murmuraciones.
12 He oído las murmuraciones de los
israelitas. Diles: al atardecer comerán carne y
por la mañana se saciarán de pan y sabrán que
yo soy el Señor.
Carne
8 Moisés añadió: esta tarde Yahvé les dará a
51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno
comer carne y mañana pan hasta saciarse;
come de este pan, vivirá para siempre; y el pan
porque Yahvé ha oído sus murmuraciones
que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del
contra él, pues nosotros, ¿qué somos? no van
mundo.»
contra nosotros las murmuraciones, sino contra
Yahvé.
52 Discutían entre sí los judíos y decían:
«¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?»
48
49
53 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad les
digo: si no comen la carne del Hijo del
12 He oído las murmuraciones de los israelitas.
hombre, y no beben su sangre, no tienen vida
Diles: al atardecer comerán carne y por la
en ustedes.
mañana se saciarán de pan y sabrán que yo soy
el Señor.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último
día.
55 Porque mi carne es verdadera comida y mi
sangre verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí, y yo en él.
Comer
12 He oído las murmuraciones de los israelitas.
51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno
Diles: al atardecer comerán carne y por la
come de este pan, vivirá para siempre; y el pan
mañana se saciarán de pan y sabrán que yo soy
que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del
el Señor.
mundo.»
15 Al verla, los israelitas decían unos a otros:
53 Jesús les dijo: «En verdad, en verdad les
¿qué es esto? Pues no sabían qué era. Moisés les
digo: si no comen la carne del Hijo del hombre,
dijo: este es el pan que Yahvé les da de comer.
y no beben su sangre, no tendrán vida en
ustedes.
16 Esto es lo que manda Yahvé: que cada uno
recoja cuanto necesita para comer.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre,
tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último
21 Lo recogían cada mañana cada uno según lo
día.
que podía comer.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre,
35 Los Israelitas comieron del maná durante
permanece en mí, y yo en él.
cuarenta años, hasta que llegaron a tierra
habitada. Lo comieron hasta que llegaron a los
57 Lo mismo que el Padre, que vive, me ha
confines del país de Canaán.
enviado y yo vivo por el Padre, también el que
me coma vivirá por mí. 58 Éste es el pan
bajado del cielo; no como el que comieron sus
padres, y murieron; el que coma este pan vivirá
para siempre.»
49
50
Al realizar la comparación se observan importantes semejanzas:
El pan ha bajado del cielo. En el Éxodo se refiere al maná, en el evangelio a Jesús. En el
Éxodo Dios ha enviado: haré llover sobre ustedes pan del cielo (Ex 16,49) y en Juan dice he
bajado del cielo (Jn 6,42). Es decir que en el primero Dios envía el pan, el maná, mientras
en el segundo Dios mismo en Jesús viene haciéndose pan, alimento que perdura.
Hay un alimento. El maná es un alimento temporal, perecedero mientras que Jesús es el
alimento que da vida eterna, que permanece.
Hay grupos que murmuran directamente contra Dios y contra Jesús respectivamente; ambos
casos están ubicados en el contexto de la comida.
En el Éxodo Moisés afirma que Yahvé les dará a comer carne (Ex 16,8). Juan dice que el
pan que les voy a dar es mi carne para la vida del mundo (Jn 6,51), mi carne es verdadera
comida (Jn 6,56) como cumplimiento de aquella promesa hecha en el Éxodo.
En ambos textos comer representa el alimento que da vigor y fuerza hasta ser saciados (en
el Éxodo) a quien decaído teme la muerte y anhela la vida eterna (en Juan).
Refiriéndose al uso narrativo que ha hecho el evangelista de este texto del Antiguo Testamento,
León-Dufour afirma que como en el relato de Ex 16,2ss, el narrador comienza señalando el hecho de
la murmuración colectiva para referir a continuación su contenido58. Por ahora, sólo teniendo
presente lo narrativo, cabe destacar que el esquema utilizado en la redacción del discurso, sigue el
esquema del texto del Éxodo, no retoma solo su contenido.
La sinopsis entre Ex 16,1-36 y Jn 6,41-58 permite concluir que la fuente de la redacción del evangelio
es un midrás Palestinense59 en el que se enlaza el maná con el pan de vida.
Otra posible fuente sería el evangelio de San Marcos. Según el P. Silvestre Pongutá60 Jn 6 podría ser
una abreviación de Mc 6 y de algunos textos de Mc 8, e indica que el evangelista Juan pudo utilizar al
58
León – Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 121.
Cfr. Schnakenburg, el evangelio Según San Juan, Exégesis y excursus complementarios IV, 129, 132 y 139.
60
Pongutá, el Evangelio Según San Juan, 20-21.
59
50
51
evangelista Marcos como fuente para la redacción del evangelio. El siguiente cuadro permite
observar el paralelismo que existe entre ambos relatos.
Cuadro 9. Cuadro comparativo de Jn 6,1- 68 y Mc 6,43-53; 8,11.29.
Jn
6,1-13
1 Después de esto, se fue Jesús a
LA
la otra ribera del mar de Galilea, el
MULTIPLICACIÓN
de Tiberiades,
DE LOS PANES
Mc
6,34-44
34 Y al desembarcar, vio
mucha
gente,
compasión
de
sintió
ellos,
pues
estaban como ovejas que no
2 y mucha gente le seguía porque
tienen pastor, y se puso a
veían las señales que realizaba en
enseñarles muchas cosas.
los enfermos.
35 Era ya una hora muy
3 Subió Jesús al monte y se sentó
avanzada
allí en compañía de sus discípulos.
acercaron sus discípulos y le
dijeron:
4 Estaba próxima la Pascua, la
fiesta de los judíos.
5 Al levantar Jesús los ojos y ver
que venía hacia él mucha gente,
dice a Felipe: « ¿Donde vamos a
comprar panes para que coman
cuando
«El
se
lugar
le
está
deshabitado y ya es hora
avanzada.
36 Despídelos para que vayan
a las aldeas y pueblos del
contorno
a
comprarse
de
comer.»
éstos?»
6 Se lo decía para probarle, porque
él sabía lo que iba a hacer.
7 Felipe le contestó: «Doscientos
denarios de pan no bastan para
que cada uno tome un poco.»
37 El les contestó: «Dadles
vosotros de comer.» Ellos le
8 Le dice uno de sus discípulos,
dicen: « ¿Vamos nosotros a
Andrés, el hermano de Simón
comprar doscientos denarios
Pedro:
de
pan
para
darles
de
comer?»
9 «Aquí hay un muchacho que
tiene cinco panes de cebada y dos
38 El les dice: « ¿Cuántos
51
52
peces; pero ¿qué es eso para
panes
tenéis?
Id
a
ver.»
tantos?»
Después de haberse cerciorado,
le dicen: «Cinco, y dos peces.»
10 Dijo Jesús: «Haced que se
recueste la gente.» Había en el
39 Entonces les mandó que se
lugar
acomodaran
mucha
hierba.
Se
todos
por
recostaron, pues, los hombres en
grupos sobre la verde hierba.
número de unos 5.000.
40 Y se acomodaron por
grupos de cien y de cincuenta.
11 Tomó entonces Jesús los
panes y, después de dar gracias,
41 Y tomando los cinco panes
los repartió entre los que estaban
y los dos peces, y levantando
recostados y lo mismo los peces,
los ojos al cielo, pronunció la
todo lo que quisieron.
bendición, partió los panes y
los iba dando a los discípulos
para
que
se
los
fueran
sirviendo. También repartió
12 Cuando se saciaron, dice a sus
entre todos los dos peces.
discípulos: «Recoged los trozos
sobrantes
para
que
nada
se
42
pierda.»
13
Los
Comieron
todos
y
se
saciaron.
recogieron,
pues,
y
43 Y recogieron las sobras,
llenaron doce canastos con los
doce canastos llenos y también
trozos de los cinco panes de
lo de los peces.
cebada que sobraron a los que
habían comido.
44 Los que comieron los panes
fueron 5.000 hombres.
16-21
16 Al atardecer, bajaron sus
discípulos a la orilla del mar,
CAMINAR SOBRE
LAS AGUAS
45-52
45 Inmediatamente obligó a
sus discípulos a subir a la barca
y a ir por delante hacia
17 y subiendo a una barca, se
Betsaida, mientras él despedía
dirigían al otro lado del mar, a
a la gente.
Cafarnaúm. Había ya oscurecido,
52
53
y Jesús todavía no había venido
46 Después de despedirse de
donde ellos;
ellos, se fue al monte a orar.
18 soplaba un fuerte viento y el
47 Al atardecer, estaba la
mar comenzó a encresparse.
barca en medio del mar y él,
solo, en tierra.
19 Cuando habían remado unos
veinticinco o treinta estadios, ven
48
Viendo
que
ellos
se
a Jesús que caminaba sobre el
fatigaban remando, pues el
mar y se acercaba a la barca, y
viento les era contrario, a eso
tuvieron miedo.
de la cuarta vigilia de la noche
viene hacia ellos caminando
20 Pero él les dijo: «Soy yo. No
sobre el mar y quería pasarles
temáis.»
de largo.
21 Quisieron recogerle en la barca,
49
pero en seguida la barca tocó tierra
caminar
en el lugar a donde se dirigían.
creyeron que era un fantasma y
Pero
ellos
sobre
viéndole
el
mar,
se pusieron a gritar,
50 pues todos le habían visto y
estaban turbados. Pero él, al
instante, les habló, diciéndoles:
«¡Animo!, que soy yo, no
temáis.»
51 Subió entonces donde ellos
a la barca, y amainó el viento,
y quedaron en su interior
completamente estupefactos,
52 pues no habían entendido lo
de los panes, sino que su mente
estaba embotada.
24
24 Cuando la gente vio que Jesús
RETORNO A LA
no estaba allí, ni tampoco sus
ORILLA
discípulos, subieron a las barcas y
53
53
Terminada
la
travesía,
llegaron a tierra en Genesaret
y atracaron.
53
54
fueron a Cafarnaúm, en busca de
Jesús.
25 Al encontrarle a la orilla del
mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo
has llegado aquí?»
30
30 Ellos entonces le dijeron:
¿Qué
68
señal
haces
para
PETICIÓN DE UN
que
8,11
11 Y salieron los fariseos y
comenzaron a discutir con él,
SIGNO
viéndola creamos en ti? ¿Qué obra
pidiéndole una señal del cielo,
realizas?
con el fin de ponerle a prueba.
68 Le respondió Simón Pedro:
CONFESIÓN DE
«Señor, ¿donde quién vamos a ir?
PEDRO
29
29 Y él les preguntaba: «Y
vosotros, ¿quién decís que soy
Tú tienes palabras de vida
yo?» Pedro le contesta: «Tú
eterna-
eres el Cristo.»
La comparación de los relatos permite advertir varios elementos comunes entre ellos:

Presencia de los discípulos y de la gente.

Mención de los panes y los peces.

La gente recostada en la hierba.

La mención de los 5000.

Jesús tomando y repartiendo el pan.

La multitud saciada.

Mención de Cafarnaúm.

El mar y el temor.

Una señal.

Una proclamación de fe: tienes; eres.
Aunque se constatan puntos de contacto en diversas frases de los dos evangelios, el estilo con que
Juan hace uso de esas frases le es muy propio. Además el contexto dentro del cual se enmarca cada
una de las redacciones de la multiplicación es diferente. Lo más posible es que hubo contacto sólo en
54
55
la tradición oral con una tradición más o menos ya esquematizada y constante61 que conocieron
ambos evangelistas62. Esto indicaría que Marcos no es propiamente una de las fuentes para la
redacción del Capítulo sexto de Juan.
En síntesis, Jn 6,41-58 es, en la totalidad del cuarto evangelio, el lugar donde el tema de la vida eterna
(ζωή) alcanza su plenitud, mostrándola como el mayor bien a través del cual el discípulo reconoce a
Cristo, cuya vida plena procede del Padre. Él da el pan vivo y verdadero que perdura y supera la
muerte física y espiritual. Así, la Vida es Cristo revelado a toda la humanidad en la entrega de su
carne en la cruz. La vida eterna significa por tanto ser salvado por Jesús. Más que en el sentido
ulterior de la vida después de la muerte, la vida eterna es la acción de Dios que actúa en el ser
humano para liberarlo de todo aquello que le aleja de Él: la muerte. Aquí la necesidad de la escucha y
la respuesta firme y constante por parte del creyente a las insinuaciones del Hijo del Hombre que da
sentido pleno a la existencia de cada ser humano.
2.7.2. La crítica de las tradiciones.
Hecho el trabajo de relacionar la perícopa de esta reflexión con otros textos “fuente” se realizará un
acercamiento desde la crítica de las tradiciones considerando que, antes de la elaboración escrita de
los textos bíblicos, existían oralmente fragmentos de diversa índole. Estas serán fórmulas,
expresiones o parábolas utilizadas por Jesús que posteriormente utilizarán en la elaboración de los
evangelios sinópticos y el cuarto evangelio.
Existen con relación a Jn 6,41-58 diferentes hipótesis acerca de las tradiciones que sirvieron de apoyo
para la formación del evangelio actual. Senén Vidal 63 presenta cinco etapas en el proceso de
elaboración del escrito joánico citados sintéticamente:
61
62
63
Pongutá, Evangelio según San Juan, 22.
Ibid, 21.
Cfr. Vidal, Senén, El evangelio de la comunidad del discípulo amado, 2005, 14-36.
55
56
1.
Tradiciones básicas: son pequeños relatos o narraciones que circulaban dentro de las
primeras comunidades cristianas adquiriendo importancia en su experiencia de fe.
Posteriormente fueron progresando hasta recopilarse en pequeños relatos. A su vez estos
relatos sufrieron transformaciones y por tanto se ampliaron.
Lo anterior constituye la primera fuente en que se apoyará el autor del “primer evangelio” o primera
redacción del evangelio, (E1) como lo denomina Senén Vidal. Dentro de las tradiciones, encontramos
tres grupos importantes:

Tradiciones sueltas: llamadas así porque han sido pequeños dichos que no han llegado
al redactor del primer evangelio en un texto elaborado y unitario. Han sido retomados
por el redactor y tenidos en cuenta por el escritor. Estas tradiciones van adquiriendo
importancia en el grupo joánico.

Una colección de milagros: el tipo de literatura utilizado en los milagros no es
novedoso para el Nuevo Testamento. Existían antiguas colecciones que pudieron
ayudar en la elaboración del primer evangelio. La narración de la colección de
milagros joánicos está muy bien confeccionada si se tiene en cuenta que habla de siete
(como signo de universalidad) realizados en Galilea y Judea, reflejando nuevamente
una coincidencia con el evangelio de Marcos. Lo definitivo es que la inclusión de los
milagros transformó los pequeños escritos al momento de redactar el primer evangelio.

El relato de la Pasión: se expone también la idea de un relato tradicional de la pasión
que pudo ser fuente para el primer evangelio. El paralelismo entre el relato de Juan y
de los sinópticos parece indicar la existencia de un texto o una tradición básica anterior
que pudo ser utilizada por todos los evangelistas.
El siguiente esquema ayuda a dilucidar el proceso llevado hasta el momento en la elaboración del
texto:
56
57
Cuadro 10. Esquema de la Tradición básica para la redacción del evangelio.
Etapa
Contenido
A
Dichos
Tradiciones sueltas, orales.
B
Configuración de textos
Sistematización de las fórmulas de la tradición oral
C
Ampliaciones
Colección de Milagros
D
Elaboración de los textos
Relato de la Pasión
Primer evangelio.
2. El primer evangelio (E1): Indiscutible que la estructura y la organización de un primer texto
es evidente y que en la lógica de la elaboración del evangelio es prácticamente necesaria. El
lenguaje es diferente a las tradiciones básicas. Además hay una secuencia narrativa imposible
de encontrar en las tradiciones sueltas o la colección de milagros o en el relato de la Pasión.
Senén Vidal menciona cómo la forma literaria de este primer evangelio es semejante a la de
Marcos tal como se observó en el cuadro 12.
3. El evangelio trasformado (E2): significa que a partir de un primer texto, la comunidad de
Juan realizó una relectura del escrito con las respectivas ampliaciones e interpretaciones que
dan origen a un segundo evangelio. Esta reelaboración define la diferencia que hay entre los
evangelios sinópticos y el evangelio de Juan. La razón de fondo para afirmar la existencia de
un segundo texto es la misma que hubo entre el primer evangelio (E1) y las tradiciones
básicas, a saber, la diferencia entre los relatos y la literatura utilizada. Además de estas
variaciones literarias, el E2 con respecto al E1, incluye algunos comentarios y glosas que
releen algunas necesidades de la comunidad mostrando una profunda trasformación de la
tradición joánica64. Dentro de este estrato, Senén Vidal ubica Jn 6,41-51. Una de sus
principales características es la importancia de la enseñanza profética por lo cual aparece en
esta perícopa una citación de Isaías.
4. El evangelio glosado (E3): es una nueva reflexión y reinterpretación del evangelio. Se
caracteriza por una profunda reflexión teológica y un atrevido lenguaje65 que por una parte
incomodó a miembros de la comunidad y por otra parte, llevó a una comprensión espiritualista
64
Ibid, 27.
65
Ibid, 31.
57
58
de Jesús. Ese es el contexto donde puede ubicarse a E3 cuyo testimonio es la inclusión del
Capítulo 21 y de Jn 6,51-58 entre otros. Esta sugerencia de Vidal comprobaría que Jn 6,52-58
es una reinterpretación de Jn 6,41-51, texto ante el cual, el redactor de 6,52-58 habría tenido
un gran cuidado en la conexión con la estructura narrativa y la estructura temporis (Cfr Pág
35) de la perícopa precedente. A diferencia de E1 y E2, caracterizados por las disputas entre
sinagogas y comunidades cristianas, el tercer relato parece indicar la apertura a la Iglesia de la
que goza la comunidad de modo que hay una religiosidad y eclesiología incluida en esta
nueva redacción. Por eso en Jn 6,52 no dice murmuraban de Él sino discutían entre ellos.
5. Evolución posterior al evangelio (E4): la justificación de una última redacción se percibe en
la lógica narrativa del evangelio donde hay trasformaciones del orden original.
El análisis de las tradiciones y las reelaboraciones del evangelio deja abierta la posibilidad de la
evolución teológica que han tenido los discursos y los grandes temas del evangelio joánico. Sin
embargo, las diversas etapas son garantía de los constantes cambios experimentados por los primeros
grupos joánicos y de las profundas reflexiones obtenidas en la comunidad que han llegado hasta lo
que conocemos como el evangelio autorizado o canónico del evangelista San Juan.
2.7.3. La crítica de la redacción.
La crítica de la redacción tiene por objetivo estudiar el recorrido que a través de una larga historia ha
desarrollado un texto hasta su elaboración final, en las que reúne múltiples tradiciones hasta lograr
unidad del escrito. El acercamiento literario a Juan permite establecer que para la redacción del
evangelio, los relatores (de E1,E2,E3,E4) desarrollaron el texto así:
 El uso del método midrásico: Respecto al pan de Vida, Schnackenburg se propuso indagar el
trasfondo judío que tiene esta expresión66 usada también por San Juan. En su exposición
menciona varios elementos. El primero y más antiguo es el rito acádico de Adapa cuyos
manjares y bebidas dan la vida. El rechazo a la participación de este manjar los priva de la
66
Cfr. Schnakerburg, El evangelio según San Juan IV, 127-139.
58
59
inmortalidad. El segundo es el vínculo de Juan con las concepciones judías del maná y de la
bebida de la roca. El tercero es la relación del pan de Vida con la Torah de la Vida o el árbol de
la Vida. Como se ve hay una referencia a partir del Antiguo Testamento, un midrás palestino
que relaciona la sabiduría con el maná y al maná como alimento bajado del cielo que alguien
ofrecerá para adquirir la vida.
 Algunos textos del Antiguo testamento: el capítulo 6 de Juan menciona la secuencia del
calendario litúrgico judío en cuyas celebraciones se presenta Jesús. Juan quiere resaltar el
espíritu de la escritura judía posiblemente contemporánea al tiempo de redacción del cuarto
evangelio, cuando afirma: si logran observar el Sabbath, el Santo, bendito sea, les dará tres
fiestas: la Pascua, Pentecostés y los tabernáculos.67 Con la caída del Templo de Jerusalén las
celebraciones cultuales fueron adquiriendo nuevas formas en los rituales de los que se
encontraba excluida la comunidad joánica.
 Conocimiento y contacto con fuentes de los escritos sinópticos de modo particular con los de
Marcos como lo comenta el cuadro 12 y el relato de la Pasión del primer evangelio (E1).
 Usó las tradiciones básicas existentes en la comunidad que iban extendiendo el texto cada vez
más. (Para E1,E2 y E3).
Sin embargo, hay un problema particular que requiere de un estudio minucioso. El análisis de las
tradiciones del evangelio lleva a la mayoría de autores a afirmar que entre los capítulos 4 y 7 hay
variaciones literarias que rompen la lógica narrativa de los textos.
Por una parte 5,29 y 9,1-7 dirigen la narración en torno a las fiestas pascuales de Jerusalén en las que
estarían presentes grupos joánicos. De otra parte, el capítulo 6 inicia con la expresión Meta.
tau/ta como también aparece en el capítulo 5. Esta expresión introduce un nuevo contenido,
nuevas personas, nuevas situaciones en el pasaje de la pascua. En 5,2 el texto dice que la gente le
seguía porque veían los signos que realizaba en los enfermos. En este contexto (de los signos) se da
el discurso del pan de vida (Capítulo 6,25-59) cuya ubicación originaria dentro de la totalidad del
evangelio es discutida por el orden de la narración y de los temas. Sin embargo, esto podría ayudar a
dilucidar una reorganización de los capítulos 4 al 7.
67
Moloney, El Evangelio de Juan, 213.
59
60
Evidentemente en los capítulos 5 (vv 1,2,14) 7 (vv 3,14,28) 8 (v 59) 10 (v 22) se observa que la
geografía varía entre Jerusalén y Galilea; si Jn 6,1-71 se coloca inmediatamente después de 4,43-54,
entonces se explica perfectamente la presencia de Jesús en Galilea y su posterior paso por Jerusalén y
las fiestas de la pascua.
Si hacemos caso a esta sugerencia los relatos quedarían organizados así: esta nueva señal, la segunda,
la realizó Jesús cuando volvió a Galilea (4,54); después de esto se fue a la otra ribera del mar de
Galilea (6,1ss). Terminada la actividad en Galilea hubo una fiesta de los judíos y Jesús subió a
Jerusalén (Cap 5) y luego terminada ya la fiesta subió al Templo y se puso a enseñar (7,14).
Manteniendo como criterio la ubicación geográfica y el orden de las acciones realizadas por Jesús,
esta reubicación de los textos resulta muy interesante.
2.8. Síntesis conclusiva.
Observando el panorama del recorrido exegético al que se ha dedicado el segundo capítulo, es
admisible ver que el capítulo 6 del evangelio de San Juan ha sido redactado cuidadosamente puesto
que la unidad y el estilo con que fue elaborado es impecable y bien construido. El análisis lingüístico
sintáctico permite establecer que el texto de estudio se trata de un diálogo entre los judíos y Jesús del
cual se desprenden las categorías teológicas del discurso del pan relacionado con la vida: “yo soy” el
pan vivo - que da la vida - el que cree en mí (…) el que come mi carne … vivirá para siempre;
murmuraban de Él – se escandalizaban y discutían entre sí revelando un problema de idolatría ante
el cual Jesús se ve en la necesidad de persuadir a los tercos judíos acerca de su origen divino, su
inmanente e íntima relación con el Padre y la importancia de dejarse instruir por Dios para
comprender este misterio. El análisis semántico se ha detenido en la interiorización de las categorías
contenidas dentro del discurso vida, maná, pan bajado del cielo, carne, comida, murmuración,
muerte, cuya ubicación y relación al interior del texto revelan la centralidad de Jesús como el nuevo
alimento que da la verdadera vida. La lectura histórica, ubicó el texto dentro de su contexto social,
marcado por la disidencia entre los cristianos y la Sinagoga y presentó el ambiente pluricultural y
60
61
religioso que influyó en la redacción del capítulo 6 del cuarto evangelio. También se han mostrado
algunos recursos literarios que sirvieron para su redacción. El análisis diacrónico ha realizado el
recorrido por la historia interna del texto, en primer lugar, mediante la historia de la redacción que
aclaró cómo Juan perfeccionó la narración de Éxodo 16 cuyo texto es la fuente fundamental para la
redacción del Capítulo 6 de Juan. Igualmente el análisis deja en claro que, a pesar de las
convergencias con el evangelista Marcos, es improbable que Juan haya tomado como fuente directa
este evangelio. En segundo lugar, la crítica de las tradiciones ha mostrado cómo a partir de unas
tradiciones orales básicas, luego sistematizadas por un primer redactor, el evangelio fue aumentando
su contenido en diversas etapas. Finalmente, la crítica de la redacción presentó rápidamente el
desarrollo del texto hasta llegar al documento actual, no sin antes advertir las coherencias e
incoherencias en el desarrollo de los diversos capítulos especialmente entre los capítulos 5,6 y 7
como fue explicado.
Todo lo que interna y externamente se ha podido investigar del desarrollo del evangelio de Juan en el
Capítulo sexto apunta siempre al problema que existe al no ubicar a Jesús en el centro de la salvación
prometida a toda la humanidad. Las variantes de la crítica textual generalmente quisieron enfatizar a
Jesús como centro del discurso. En la discusión entre judíos y Jesús el diálogo se concentra en el
origen divino del segundo. Las diversas categorías utilizadas en el texto orientan siempre al Señor. El
mismo contexto histórico manifiesta que había problemas entre sinagoga y algunos judíos porque
afirmaban que Jesús era el Cristo. Todo esto significa por tanto, que la vida eterna también apunta al
Hijo como horizonte y punto de llegada. Organizar sistemáticamente esta relación vida eterna – Jesús
será la razón de ser del tercer capítulo.
Lo anterior está enmarcado dentro de una importante insistencia del evangelista: el que anhele
adquirir la vida eterna debe comprender la relación dinámica entre Padre e Hijo. ¿cómo es posible y
cómo se comprende esa dinámica Padre – Hijo marcada por una profunda intimidad cuya
consecuencia directa e inmediata es dar la vida eterna?. Este es el interrogante a dilucidar en el tercer
capítulo.
61
62
CAPÍTULO III
REFLEXIÓN TEOLÓGICA Y EDUCATIVA – PASTORAL.
(FASE TEOLÓGICA Y ACTUALIZANTE)
3.1. LECTURA TEOLÓGICA.
3.1.1. Objetivo del capítulo.
El estudio del texto elegido en este trabajo presenta, en primer lugar, la incomprensión de Jesús como
el alimento que sacia toda hambre causada por una idolatría que desvió a los judíos del camino hacia
el Padre; en segundo lugar, a través del recorrido exegético ha dilucidado la insistencia de Juan en la
mutua e íntima relación entre Padre – Hijo; en tercer lugar, ha dejado en claro que ha sido Dios quien
ha enseñado a todos, señalando la responsabilidad del discípulo en aprender las enseñanzas del Padre;
en cuarto lugar, ha evidenciado que creer es una necesidad prioritaria para quien desea conocer la
intimidad de Dios de quien brota la vida; En quinto lugar, ha mostrado el carácter eucarístico del
discurso del pan de vida y por tanto, de las categorías carne y comida.
Ahora es necesario profundizar y orientar a partir de la reflexión bíblica, el aporte teológico y
educativo – pastoral de Jn 6,41-58 para salir y predicar al pueblo todo lo concerniente a este mensaje
de vida (Hch 5,20) analizado previamente.
Se mencionaba inicialmente, que la vida se enfrenta constantemente a la realidad de la muerte. Esta
tensión aumenta cuando la percepción de la vida plena sólo se entiende a nivel humano y no se
reconoce el fundamento que le da su auténtico valor: Dios como la fuente de la Vida.
Al contrario, el mundo contemporáneo revela una vida líquida68 caracterizada por el acelerado ritmo
de una sociedad que, hallando unos determinados valores activos,69 prontamente son convertidos en
pasivos, de modo que estos nunca perduran ni son sólidamente constitutivos en la vida de los
68
Expresión de Zigmunt Baumman en la Vida líquida, Paidós, Barcelona, 2005.
69
Para Baumman estos valores son los que motivan y fundamentan la acción de un individuo o grupo social.
62
63
individuos y los grupos humanos. Como consecuencia hay muchos imaginarios, nuevas idolatrías de
vida plena y verdadera que no siempre están en consonancia con el evangelio. Algunos de los más
característicos son:
3.1.2. Idolatrías de la vida en el siglo XXI.
3.1.2.1. ¿Calidad de vida?
La expresión calidad de vida surge de la necesidad de mejorar las condiciones sociales y económicas
de los individuos, las familias y la sociedad en general. La humanidad ha visto cómo el hambre, las
guerras, las enfermedades y la falta de educación obligan al hombre a luchar para resistir, y observa
cómo, bajo estas circunstancias, la persona se constriñe a subsistir con recursos muy escasos para
suplir, al menos, las necesidades básicas primarias. Los efectos instantáneos son la permanente
pobreza, la desigualdad de condiciones para vivir entre los mismos seres humanos y las precarias
circunstancias de vida de tantos pobres explotados y excluidos. En consecuencia se habla de calidad
de vida.
Este nuevo concepto de la modernidad tiene una doble comprensión. El primero, tiene como ideal
favorecer el desarrollo de todos los seres humanos para encaminarse hacia un estado de vida digna,
pero, en segundo lugar, corre el riesgo de caer en el utilitarismo hedonista y el individualismo donde
la búsqueda del bien exclusivo y personal predomina aún por encima de las necesidades y el derecho
que tiene todo ser humano de las adecuadas condiciones de vida. Este concepto no siempre favorece
la igualdad sino que, por el contrario, crea rupturas sociales. Por tanto, quienes gozan de mejores
posibilidades económicas, se benefician con superiores medios de atención, mientras que los de
condiciones de vida más escasas deben someterse a lo que los diferentes Estados o la posición social
y económica en particular les posibiliten con insuficiencia. Es decir que, para consentir a unos pocos
una alta calidad de vida, con mentalidad hedonista y consumista se está favoreciendo la degradación
y la destrucción del sistema planetario70. Evangélicamente este no es el fin último de la vida humana.
70
Chávez, Pascual, Aguinaldo 2004, ANS, Roma, 16.
63
64
3.1.2.2. ¿Procreación y/o perpetuidad de la raza humana?
Ninguna vida existe sin alguna sombra de materialidad71, necesita de un cuerpo que la haga visible.
Es decir, que si la vida no posee la capacidad de generarse biológicamente a sí misma tiende a
desaparecer. Por tanto, para que la vida permanezca, al menos como materia, se debe perpetuar a
través de la procreación. Esto indica que el sentido último de la vida sería la autoconservación. La
pregunta nuevamente es ¿realmente este es su fin último? Si bien el evangelio quiere superar el
concepto de vida material y natural, también es claro que supone la importancia de la materialidad
como mediación importante para alcanzar la vida eterna. Es pertinente recordar que la vida biológica
es necesaria para la revelación de Dios puesto que es en ella donde Él pone su aliento (Cfr. Gn 2,7) es
allí donde Cristo se encarna. Por tanto, Creador y existencia humana son necesarios recíprocamente
como fue señalado al inicio del trabajo sin caer en el extremo donde todo depende sólo de Dios o sólo
del hombre. Por tanto, la materialidad y la procreación forman parte del proyecto de salvación y
construcción del Reino de Dios pero no son la vida eterna.
3.1.2.3. La perfección humana.
El ser humano está siempre en constante progreso y permanente búsqueda del perfeccionamiento
como un trabajo personal y de auto iniciativa. Así, el fin último de la vida para muchos hombres y
mujeres, y dentro de ellos algunos creyentes en Cristo, es el deseo de “ser mejor” donde cada
individuo obtiene logros por sus méritos pero obviando generalmente la dimensión trascendente que
forma parte de esta experiencia de adquirir una vida plena y abundante. Otro grupo de personas
intenta incluir a Dios en este proceso pero buscan acomodarlo a sus propias expectativas y anhelos.
En este camino de ser perfectos se olvida con frecuencia que la medida de la perfección está en Dios:
sean perfectos, así como su Padre del cielo es perfecto (Mt 5,48). Dios Padre no sólo es el parámetro
o el punto de partida en la búsqueda de la perfección sino que es Él quien toma la iniciativa de hacer a
cada ser humano perfecto. Sin embargo, la iniciativa de Dios en el crecimiento interior y espiritual
depende en gran medida de la disponibilidad que cada creyente tenga para Él y de su acción. El
verdadero sentido de la vida no está en obtener grandes alcances meritocráticos. La vida auténtica es
71
Blondel, Maurice, El Ser y los seres, Ediciones Salesianas, Caracas, 2008, 235.
64
65
posible sólo cuando “escucho y aprendo” (Cfr. Jn 6,45) del Padre que instruye y atrae por el camino
único que conduce a la eternidad: el Hijo. Para ello, se necesita la apertura a Dios y el abandono de sí
mismo en sus manos.
3.1.2.4. ¿Una existencia significativa?
A la afirmación todo ser humano debe nacer, crecer, desarrollarse y morir, un grupo de hip-hop
bogotano agrega y podrir diciendo que la existencia humana se reduce a lo eminentemente temporal.
En esta perspectiva, el filósofo Soren Kierkegaard afirmaba que, lo que da sentido a la vida, es hacer
significativa la existencia terrenal ejercitada en el tiempo durante el cual cada hombre y mujer vive,
puesto que, posterior a la muerte, sólo hay la nada. Se refería a lo que tituló en un escrito como la
enfermedad mortal (la muerte) con la que termina la vida. Para justificar este pensamiento suyo
empezaba el primero de los capítulos formulando un interrogante interesante: ¿para qué resucitó
Jesús a Lázaro si tenía que volverse a morir?72 Aunque el autor profesaba la fe cristiana, la
afirmación deja entrever el poco conocimiento teológico y bíblico del texto al que se refiere73.
Algunos rasgos de éste pensamiento están marcados en algunas culturas juveniles74 cuya mentalidad
sostiene que la vida tiene sentido sólo si durante la existencia terrena la vida es significativa,
productiva y fructífera para sí y para los demás.
Esta concepción favorece en los esfuerzos humanos y sus acciones la presencia y la acción de Dios
pero sin la posibilidad de pensar en la Vida eterna a la que consideran como una forma de vida creada
por la fantasía humana. Daría la impresión de que Dios da la vida para que sea plena durante los años
de vida natural pero que termina cuando el cuerpo se vuelva inerte. Esto es bíblicamente peligroso
porque llevaría a la idea de que el fin último de la vida es la muerte. Para los existencialistas
cristianos Jesús fue un hombre que, dejándose orientar por Dios, hizo de la vida una mediación al
72
Kierkegaard, Soren, la enfermedad mortal, Trota, 2008, 27.
73
Dood afirma justamente que el milagro de la resurrección corporal de Lázaro, que anticipa la resurrección final, es un
símbolo de la real resurrección por la que uno pasa de una mera existencia física, que es la muerte, a la que es la vida de
verdad, y que no se verá afectada por la muerte del cuerpo. (Dood, Charles Harold, Interpretación del cuarto evangelio,
Cristiandad, 1978, 156).
74
Me refiero a algunas tribus urbanas como los neopunk y tectonik.
65
66
servicio de los demás como era el deseo del Padre. Sin embargo, cumplió con su tarea al morir
eliminando la promesa de la resurrección yo les resucitaré en el último día. La invitación al creyente
es ser como Jesús, mediación de la acción de Dios en el mundo antes de la llegada de la muerte.
Dudable que esto sea la vida eterna. Entonces ¿Qué es la vida eterna?
3.1.2.5. Un nombre: la vida eterna.75
El Papa Benedicto XVI menciona en la encíclica Spe Salvi, que el fin último de la vida humana es la
vida eterna que aguardamos con esperanza; el creyente la percibe y va experimentando la plenitud de
la vida gracias a la fe y al encuentro con el Señor encarnado en el Hijo, Jesucristo, que ha bajado para
darse como pan de vida eterna; es decir, que ésta ha llegado, ha sido enviada y por tanto, no
alcanzada por méritos intelectuales o esfuerzos humanos; es gratuidad. El Padre ha hecho que la vida
eterna esté en el Hijo, la ha encarnado en Él, la da por Él, es Él. De nuevo aparece el elemento de la
unicidad entre Padre e Hijo ¿Cómo pueden Dios y Jesús ser uno sólo? ¿Cómo puede el Hijo poseer la
misma vida que tiene el Padre? ¿Qué tan acertado resulta afirmar que ver al Hijo es lo mismo que ver
al Padre? ¿Qué certeza se tiene al respecto? Para este propósito es importante precisar cómo sucede la
íntima unidad entre Padre – Hijo.
3.1.3. Yo y el Padre somos uno.
3.1.3.1. La recíproca intimidad entre Padre e Hijo.
A partir de la lectura de Juan 1,1-19 se encuentra una introducción muy desarrollada de los temas
tratados en todo el evangelio y desde el inicio el tópico de la vida es fundamental: era la vida y la
vida era la luz de los hombres (Jn 1,4).
Afirma Juan que en el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era
Dios (Jn 1,1) indicando la preexistencia del Hijo, su permanencia en la historia de la salvación, su
corresponsabilidad con el Padre, y finalmente que Él es como el Padre revelándose así la profunda
75
Benedicto XVI, Spe Salvi, numeral 12.
66
67
intimidad existente entre ambos. El Hijo no ha sido destinado a permanecer en la preexistencia como
algo oculto y escondido sino que por Él, Dios puso su morada entre nosotros o habitó entre nosotros
enviando a Jesús, cuya presencia era la vida y la vida era la luz de los hombres (Jn 1,4) Este
paralelismo informa al lector que Jesús ha estado presente siempre en la acción del Creador, que por
Él se ha hecho cuanto existe y que de Él viene la vida encarnada para darla a todos los que en Él
crean.
Así, por ejemplo, no es que alguien haya visto al Padre, sino Aquel que ha venido de Dios, ése ha
visto al Padre (Jn 6,46). Está el Uno incondicionalmente presente en el Otro. Sin embargo, testifica el
evangelio que, al Padre no lo vemos, pero al Hijo sí, lo cual sugiere que para conocer la Palabra, la
Luz, la Vida76 del Padre, hay que referirse a Cristo en quien está presente la Luz, la Palabra y la Vida.
Surgen por tanto, más preguntas ¿Cómo puede un ser ser y estar en otro? ¿Cómo puede ser el Padre
en Jesús y Jesús en el Padre? ¿Cómo sucede aquello que afirma Juan como el Padre tiene la vida en
sí mismo, así también el Hijo tiene la vida en sí mismo? (Cfr. Jn 5,26). En otras palabras, Dios posee
la vida y es la vida; a Él no lo conocemos aunque el Hijo (Jesús) si lo ha visto, le ha escuchado y ha
seguido sus mandatos, y el Padre le dio la Vida, y los creyentes podrán tenerla viendo a su
primogénito puesto que Dios ha habitado en Él en una relación profunda e íntima. Es más, Él no
solamente es el pan de vida sino que es el pan vivo77. ¿Cómo comprender esa relación de intimidad
mutua? Para a dilucidar estas preguntas es oportuno y útil un acercamiento a Karl Rahner quien
ofrece una serie de reflexiones teológicas que, como Oyentes de la palabra,78 ayudarán a aclarar este
interrogante.
76
Es pertinente la siguiente nota aclaratoria presentada por R. Brown: El término vida nunca significa en Juan o en sus
epístolas la vida natural. 1 Jn 1,1 hace pensar que se refiere a la vida eterna lo cual se especifica en 1 Jn 1,2: la vida es
vida eterna. (Brown, Raymond, El evangelio según Juan, Tomo I, Sígueme, 2005, 293).
77
Leon – Dufour, Xavier, Lectura del evangelio de San Juan, Sígueme, 1992, 127.
78
Rahner, Karl, Oyente de la Palabra, Herder, Barcelona, 1967, 173.
67
68
3.1.3.2. Reflexión teológica de la unidad Padre-Hijo.
Lo primero constatable en el evangelio es la vinculación de Jesús con el Padre de quien el primero
recibe su divinidad. La Vida es don gratuito de Dios ofrecida al Hijo. Quien la quiera poseer, que
conozca, se acerque, se deje sorprender por Cristo y le contemple. Esta comprensión de la vida, valga
la aclaración, está sujeta a la comprensión que se tenga de la relación Padre – Hijo.
¿Se puede comprender esa dependencia? El primer elemento fundamental a tener en cuenta para
entender esta reciprocidad es que Dios es totalmente libre. Por serlo, ha hecho la creación, al hombre
y la mujer y todo cuanto existe en el universo dándoles la vida sin ninguna otra motivación que amar
lo creado y ofrecer un proyecto de salvación en el que cada ser humano pueda participar de ese Amor
que todo lo inunda.
En segundo lugar, este Ser Supremo (Dios) creó al ser humano con condiciones de posibilidad para
preguntarse por el Ser mismo de modo que toda existencia humana camine y se oriente hacia Él: la
Palabra estaba dirigida hacia Él. La pregunta por Dios resulta determinante para este caso puesto
que nadie es capaz de cuestionarse por algo que no conoce o por lo menos intuye. El hecho de
interrogar la existencia o no de Dios es el indicio de que, el ser que se cuestiona, algo percibe de esta
realidad divina; en este sentido Benedicto XVI hablando de la vida eterna afirma que es lo
desconocido pero ya en alguna forma conocido79
En tercer lugar, el ser humano ha sido capacitado, tiene también condición de posibilidad para acoger
lo que se le revela, lo que capta, lo que comprende de la divinidad. Con la actitud de apertura a la
Trascendencia, lo revelado comienza a habitar y afectar a la persona hasta hacerla aquello revelado.
¿Cómo sucede esto?
Primero, se admite que ser es estar consigo, y conocer no es fundamentalmente otra cosa que el estar
el hombre consigo según el grado de su posesión de ser. Es decir que, para captar la acción de Dios,
el primer paso es entrar a la persona misma, volverse hacia sí.
79
Benedicto XVI, Spe Salvi, numeral 12.
68
69
Segundo, algunos filósofos afirman que en la relación entre dos unidades, objetos, cosas, “el Uno”
termina siendo “lo otro” en la medida en que se van dando mayores vínculos donde lo otro termina
siendo el Uno.
Un ciudadano de determinado ambiente cultural que por cualquier circunstancia deba estar presente
en un medio social diferente al suyo, al vincularse con esa nueva cultura se va compenetrando a ella
de tal modo que, al pasar el tiempo, asume tonos de voz, dichos, su lenguaje adquiere nuevas
interpretaciones, nuevos modos de pensar y de actuar acordes al lugar donde se encuentra. En el
campo educativo, por ejemplo, un grupo de estudiantes asume en ocasiones las actitudes del
pedagogo. El discípulo generalmente es asociado con los gestos, los modos de hablar y actuar de su
maestro. En síntesis, se es lo Otro en la medida en que el discípulo se deja poseer por su Ser, aunque
puede suceder que este Otro vaya tomando lugar en el ser sin percatarse de ello, como ocurre
eventualmente con Dios en relación al ser humano. El sólo hecho de preguntarse si existe o no Dios
indica en un grado mínimo la posesión del totalmente Otro en mí ser, la posesión o habitación de
Jesucristo en cada hombre y mujer de la humanidad. Entonces, mirar hacia dentro (hacia la persona
misma en su totalidad) y hacia el otro (la familia, la naturaleza, los pobres) son el presupuesto básico
para entender cómo obra Dios en un ser hasta llenarlo de sí.
Tercero. Partiendo de esto último, Dios va tomando habitación del ser humano y para que este
conozca ese acontecer, es necesario un doble movimiento: una intro-versión, para entrar en sí mismo
y hallar esta posesión de Dios; y para que tal receptividad sea completa debe darse el segundo
movimiento, una extra-versión, es decir, la relación con los demás, con la naturaleza, con lo que nos
rodea, con lo que se experimenta en la vida.
Talvez se puede hacer una primera síntesis para acercarse a las primeras conclusiones. Dios se vuelve
hacia sí y para ser reconocido sale de sí, se extra-vierte, se revela al otro habitando en Él para ser ser
en otro, ser en Jesús quien a su vez fue suficientemente receptivo, abierto al Otro para conocer la
intimidad del Padre, dejarse inundar de su Trascendencia y permitir que en Él se vea al Padre.
69
70
Rahner afirma también que estar en otro entitativamente, en virtud de lo cuál estar consigo se
convierte por sí mismo desde un principio en estar esciente en otro 80. Por tanto, si Jesús ha sido
totalmente habitado por Dios, su ser es desde el principio en el Otro, en Dios y por tanto, es Dios. La
expresión “es” es la única expresión aplicable con propiedad a la esencia de Jesús, mientras que
“fue” y “será” se dicen sólo en el proceso que está en el tiempo81
Hay dos aclaraciones muy importantes a tener en cuenta: a. Que ese Otro, y el ser, no son y no
pueden ser ficticios, míticos, fantásticos, simples categorías y afirmaciones imaginarias porque siendo
irreales, la posesión del Ser en otro ser resultaría una mentira; b. A pesar de la realidad del ser y del
Otro, no siempre estos son observables físicamente si bien son perceptibles. Lo expresa Rahner
citando la doctrina de Santo Tomás cuando se refiere a la materia: La materia en metafísica tomista
es un constitutivo metafísico de un ente; es real, pero no observable, no conocible como cosa. La
realidad del ser y del Otro es fundamental para que sea válida la otreidad82 como el amor de una
madre que forma parte del hijo, o la enseñanza que un maestro ha dado a su alumno que, sin verse
materialmente, está presente en la mente del discípulo, o la ideología que un grupo humano o tribu
urbana tiene como estímulo de su asociación que, sin ser palpable a los sentidos, sin embargo les es
constitutiva; es el caso de Dios que, dicho por el evangelista Juan, no es físicamente observable,
nadie ha visto al Padre (Jn 1,18), pero se sabe que es, que existe, que ha Creado todas las cosas y que
ha habitado y actuado a lo largo de toda la historia de la salvación.
De estas afirmaciones se pueden deducir algunas ideas.

Dios es una realidad que al tomar posesión absoluta de Jesús, le da y le revela su divinidad y
con ella la luz y la Vida.

A Dios no se le ve ni se le conoce directamente sino a través del Hijo. Por Él se comprende a
Dios y por Él se accede a la luz y a la Vida.
80
Ibid, 149.
81
Dood, Interpretación del cuarto evangelio, 159.
82
Rahner, Karl, Oyente de la Palabra, Herder, 1967, 168.
70
71

Dios es el totalmente libre y los seres creados por Él son libres. Dentro de las opciones de
libertad del creyente, es indispensable la apertura del mismo ser humano hacia su Creador
para conocerle, comprenderle y dejarse habitar por Él hasta obtener la vida eterna: Esta es la
vida eterna, reconocerte a Ti como único Dios verdadero (Jn 17,3)
Dios (el totalmente Otro) se da absolutamente al Hijo quien a su vez le conoce a profundidad porque
permanece abierto a su acción hasta ser como el Padre. La disponibilidad de Jesús para dejarse
invadir por la acción del creador era fundamental. Esta actitud hacia las cosas de Dios es también don
y tarea para todo discípulo.
Lo anterior impulsa, casi obligatoriamente, a reflexionar sobre la receptividad del discípulo necesaria
para conocer a Dios y dejarse transformar por Él.
3.1.4. El que escucha al Padre: la receptividad del discípulo como recurso necesario para
comprender la unidad Jesús-creyente.
Jesús como ser humano y en la responsabilidad de ser Hijo de Dios, como hijos somos todos,
favoreció la apertura de sí hacia Dios: crecía en edad, sabiduría y gracia (Lc 2,51-52). Aunque a los
ojos de sus padres el niño estaba perdido, Jesús se encontraba en el Templo sentado (actitud del
educando) escuchando y preguntando por las cosas del Padre.
En el análisis lingüístico sintáctico dejaba en claro que los hombres a los que ha sido enviado Jesús
no pueden recibir la vida sin una docilidad interior hacia el Padre 83. Jesús mismo había pasado por
ese proceso y logra, gracias a su capacidad de escucha, hacer que todas las cosas sean nuevas (Is
43,18).
Con esta afirmación es evidente una importante condición en el deseo de tener la vida eterna: La
disponibilidad de la persona como actitud fundamental para asimilar la revelación del Padre hecha en
83
Cfr. Página 20 de este trabajo; León – Dufour, Xavier, Lectura del evangelio de Juan, Sígueme, 1992, 121.
71
72
el Hijo. Esto no representa un gran problema porque el hombre es un cognoscente receptivo84 abierto
al conocimiento de otros que siendo externos, dan a su ser nuevas dinámicas, nuevas acciones, nuevas
comprensiones de la vida. Nunca el contacto con lo Otro y el otro deja al ser intacto. Por el contrario,
lo transforma.
El discípulo es receptivo a la intimidad de Dios cuando escucha y aprende sus preceptos en los que
descubre que sólo Jesús es el camino, la verdad y la vida.
El mismo evangelista Juan, al atestiguar que la Palabra estaba dirigida a Dios, indica el movimiento
receptivo de Jesús hacia el Padre y en consecuencia (como Él), cada creyente ha sido puesto en
movimiento hacia el Señor. Éste, abierto a esa realidad confía en que Dios le transforma y le va
dando la vida eterna y sabe que en esto la iniciativa es de Dios. Pero la disponibilidad depende de otra
actitud: la fe, creer en el que ha enviado el Padre.
3.1.5. El que cree tiene la vida eterna.
Jn 6,29 afirma que la obra de Dios es que creamos en Aquel que Él ha enviado. Creer implica
también confianza en el Dios que anhela romper la finitud y llenar a todos de su amor. Creer es un
hecho que suscita Dios, es obra suya. Lo mismo se afirma en el v 40 sólo que allí explicita quién es el
enviado: el Hijo; quien cree en Él tiene la vida eterna porque esa es la voluntad del Padre. Creer es
necesario para no morir en el v 35. El verso 36 sugiere que hay en la comunidad de Juan quienes no
creen: “me han visto y no creen”, constituye una acción de Dios (v 29), es la actitud interior deseada
para todo creyente (v 40) y es el modo como se alcanza la vida eterna (v 47); también implica
acercarse a Él para no morir (v 35); aceptar que Él es el pan del cielo (v 42) escuchar sus enseñanzas
(v 45) tener la confianza de que el Señor nos enseñará el camino de la Vida (Sal 16,11).85 Por tanto,
no creer en Él significa no verle (v 36), es murmurar (v 41) no conocerle (v 42) escandalizarse (v 52).
84
Ibid, 163.
85
Cfr. Página 6.
72
73
La murmuración de los judíos hace casi imposible una actitud de apertura a las enseñanzas de Dios.
El hecho concreto del escándalo indica en ellos la vulnerabilidad de su fe llevando a pensar al sujeto
en la incredulidad que le hace negarse, en el caso del cuarto evangelio, la vida eterna. Conciente de su
muerte, el discípulo descubre que debe poner su confianza en algo seguro. Por esto creer es tan
importante en el discurso del pan de la vida eterna: la obra de Dios es que creáis en quien Él ha
enviado (6,28); el que crea en mí nunca tendrá sed (6,35); el que cree tiene vida eterna (6,47) hay
entre vosotros algunos que no creen (6,64); tu tienes palabras de vida eterna y nosotros creemos
(6,69). Schnakenburg observa que en estas sentencias cada vez más pasa resueltamente al primer
plano la exhortación a creer86. El que cree, escucha al Padre y abre su ser a Él, experimenta la
novedad de algo que le desborda y le maravilla, lo hace feliz y le permite conocer nuevas
dimensiones donde lo efímero y temporal se ve superado por algo que permanece, plenifica y actúa
en él con eficacia: Dios. Tomando conciencia de esta realidad nueva que le abunda, comprende y ve
que si ante una pequeña receptividad todo le es nuevo y diferente, una mayor receptividad lo llevará a
ir adquiriendo más de aquello que ya le ha venido mostrando la hermosura de vivir en Aquel que todo
lo puede. Esto es la fe a la que universalmente y sin exclusión alguna está llamado todo ser humano 87
siempre atraídos por el Padre.
3.1.5.2. Si alguno me sirve, el Padre le honrará.
Afirma Rahner que el hombre es conocimiento receptivo y lo es en tal forma que para aprehenderse
a sí mismo, tiene absoluta necesidad de salir al mundo porque el mundo confronta y lleva al
conocimiento de nuevas dimensiones, nuevas formas de vivir y de relacionarse, nuevas
comprensiones de la realidad y de la existencia de Dios. Jesús como hombre receptivo creyó y pudo
comprender su condición divina solamente dándose por la humanidad y para ella. Por eso Juan dice
que la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros, es decir que la posesión del Ser se
encarna, se hace histórica y se concreta allí. Este es el sentido fundamental de la vida, encarnar en el
hoy, en la historia, en el presente, la presencia y acción del Ser, la acción salvífica de Dios.
86
Schnakenburg, Rudolf, El evangelio Según san Juan, II versión y comentario, Herder, 93.
87
León - Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 123.
73
74
Hay una consecuencia de esta apertura a la enseñanza del Padre. Si Jesús dice he venido para que
tengan vida y la tengan en abundancia (Jn 10,10) el evangelista está diciendo que así como hay una
relación íntima, mutua, de unicidad entre Padre e Hijo, donde el primero da la vida al segundo, del
mismo modo hay inmanencia mutua de Jesús con el creyente88: he venido para que tengan, para
darles la vida (Jn 10,10;) vida en vosotros (Jn 6,53)
3.1.7. ¿Qué es realmente la vida eterna?
¿Cómo es esa vida eterna, plena y abundante a la que se refiere el evangelista Juan y cómo
adquirirla?; ¿Cuál es el fin último de la vida humana?
El evangelista ha dado importantes pautas para resolver esta pregunta. En 3,17 afirma que Dios no ha
enviado a su Hijo al mundo para juzgarlo sino para que por Él el mundo se salve, por lo cual el
deseo de Dios es la salvación del universo por medio de Cristo, pero aquí la salvación tiene aún aires
de ser sólo promesa. Luego da un paso significativo en 6,22 describiendo que subieron a las barcas y
fueron a Cafarnaúm en busca de Jesús. Es decir, hay una distancia entre Jesús y la multitud lo cual
suscita la búsqueda del Señor. Ya se tiene como referencia de la promesa de la salvación a Jesús.
Finalmente 6,45 afirma que no es que alguien haya visto al Padre sino aquel que ha venido de Dios,
ese ha visto al Padre. León - Dufour en lugar de “ha venido” sugiere “junto a Dios” para llegar a la
misma conclusión por la cual optamos: Cristo permanece en el creyente quien ha conocido la
intimidad del Hijo y por tanto la intimidad del Padre, de la cual brota la vida auténtica y
verdadera. Es decir que la salvación acontece en cada discípulo. Esa es la vida eterna. Así, la
Escritura hace una exhortación por la Vida contradictoria a tantas circunstancias de hoy: Escoge la
vida y vivirás tú y tu descendencia. Ama al Señor tu Dios, escucha su voz, adhiérete a él, pues de él
depende tu vida (Cfr. Dt 30,15-20). Conocer la intimidad de Dios para permanecer en Él y vivir.
En la Palabra dirigida al hombre se comprende la Vida como un aliento que sopla, que origina
actividad y proviene de Dios según lo pensaba también la cultura griega. La referencia del aliento
(Gn 2,7) está relacionada con el aire que permite el movimiento, la actividad, la acción, el
88
Ibid, 131.
74
75
dinamismo, la ejercitación de la existencia, la vida. Sin la presencia del aire la muerte de cualquier ser
vivo es evidente. Para el creyente la vitalidad y la posibilidad de su existencia no depende solo del
aire como elemento físico, sino de Dios, el verdadero aliento que sopla para dar la Vida.
El ser humano debe su existencia contingente no a sí mismo, sino a Otro que lo ha puesto en
existencia.89 La vida eterna es la total apertura que tiene el ser humano a la acción que desde ahora va
instaurando Dios en la existencia, en el creyente que halla a Cristo como el fundamento de cada
instante en el que ejercita su vida, permitiendo que el Señor transforme la vida efímera y terrenal, en
una vida que halla felicidad en el encuentro con Aquel en quien desaparece el dolor, la injusticia, la
desigualdad, el rencor, el egoísmo, la muerte porque ama la vida y llena al hombre de ese amor para
que sea ofrecido al prójimo, fundamentalmente a los que sufren. Esto sólo es posible en la medida en
que la vida sea dada para el otro y por el otro. Un encuentro egocentrista con Dios lleva a una falsa
vida, pero cuando se da decididamente por el otro, se perpetúa.
Cuando la vida se da con generosidad el creyente experimenta que la paz interior le desborda; el
discípulo advierte libertad dentro de sí, en sus sentimientos y sus acciones y percibe la alegría que no
dan las cosas materiales que, por el contrario, terminan esclavizando y generando dependencia de lo
efímero; al hacer de su vida un don al servicio del otro, el cristiano halla hermanos con los cuales
comparte las tristezas y los aciertos y, como efecto siente, no como una iniciativa humana, sino
divina, la necesidad de dar al mundo aquello que experimenta. Así se entiende que la vida se está
plenificando, que no está pasando desapercibida, que está dejando huellas manifestando y renovando
la presencia de algo más grande que todo lo material y lo temporal, se revela al Dios de la vida que
pone todo en movimiento y que sigue en lo escondido actuando en el mundo para salvarlo contando
con nuestro ser abierto a Él, convirtiendo la vida terrena en eterna, porque tales experiencias
difícilmente son borradas por tiempo y espacio alguno. Al contrario, aunque biológicamente el
hombre muera, perdura la “piedra” que se ha puesto como contribución a la construcción del Reinado
de Dios.
89
Navarrete, Luis Felipe, Apuntes de clase, Oyente de la Palabra. PUJ, 2008.
75
76
Así, aunque disminuya la vida natural, la vida espiritual se robustece, adquiere fuerza, supera toda
limitación. Esto sí es Jesús porque Él creyó; se dejó llenar de Dios a tal altura que Él lo ha dado para
que la humanidad se deleite también de su grandeza y sea su alimento. Por eso la existencia es
gratuidad y se vive en el ejercicio de servir y gustar de ese servicio.
En síntesis, la vida eterna, se había dicho como parte del análisis exegético, significa dejarse invadir y
ser salvado por Jesús. Más que en el sentido ulterior de la vida después de la muerte, la vida eterna es
la acción de Dios que actúa en el ser humano para liberarlo ahora de todo aquello que le aleja de Él:
la muerte. Es la apertura a esa acción del Creador de la Vida que amando a los suyos los inunda de sí,
de su amor, de su luz, de su Palabra hasta que el ser humano encuentra en Él la razón primera y
última de su existencia, halla en su presencia la libertad, la tranquilidad, la paz, descubre que en Él
desaparece toda desigualdad, todo sufrimiento, todo dolor, toda agonía y tristeza, todo interés egoísta
y mezquino, comprende que el Señor de la vida lo tiene al servicio de los demás, para ser testigo y
testimonio de la caridad y de entrega generosa y desinteresada. La vida eterna es la comprensión de
que en Dios, Uno y Trino todo es suficiente, que en Él nada se agota y que la vida terrena y biológica
no colma totalmente la plenitud de la existencia humana, que Cristo nada quita y todo lo da.
Sin embargo, cuanto ha sido dicho podría ser un discurso muy agradable y emotivo, pero que corre el
riesgo de no ser encarnado en el presente, en la historia, en la realidad de los hombres; la vida eterna
terminaría siendo un mensaje de salvación que se deja morir. Si la vida viene de Dios (Jn 10,10), es
más, Dios es la vida, eliminar de sí mismo a Dios constituye la supresión del origen de la Vida, de su
proveedor, de su alimento, de quien le da sentido pleno y belleza, el amigo de la vida (Sab 11,26).
Entonces ¿Cómo comunicar y ayudar al ser humano, a los creyentes en Dios, a los discípulos de
Cristo, a las nuevas generaciones que han de hacerse responsables de este mensaje, a profundizar y
hacer una opción por la Vida del evangelio?
3.2. LECTURA ACTUALIZANTE.
Mirando hacia los creyentes y en particular hacia los jóvenes, presente y futuro del mundo y de la
Iglesia, confiando a ellos la construcción de un mundo más justo, solidario, equitativo y atento a la
76
77
voz de Dios, deseoso de sentir un pueblo liberado de toda opresión causada por el pecado y cuya
funesta consecuencia es la muerte ¿Cómo actuar para que las estructuras de opresión, desigualdad y
muerte no se repliquen? ¿Cómo salir y predicar al pueblo todo lo concerniente a este mensaje de
vida? (Hch 5,20) Retomando en sentido positivo la pregunta de los judíos en la discusión con Jesús
¿cómo Él puede darnos a comer su carne y a beber su sangre para alcanzar la vida eterna?
3.2.1. El que aprende viene a mí.
En la perícopa que se ha venido profundizando en este trabajo, el evangelista citando a los profetas
Isaías y Jeremías escribe: Serán todos enseñados por Dios (Is 54,13; Jr 31,33) Todo el que escucha
al Padre y aprende viene a mí (Jn 6,45). La enseñanza y el aprendizaje son fundamentales a la hora
de comunicar la salvación contenida en el evangelio y de hacer una opción por Cristo, por el Dios de
la Vida. En muchos textos Jesús se percata del hambre, de la tristeza, del sinsentido de la gente, de la
multitud y ve la prioridad de responder a tales dificultades dando de comer y enseñando: vio una
multitud, y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles
con calma (Mc 6,34). No cabe duda que sólo es posible una humanidad nueva que, educándose en la
fe, aprenda a promover los valores del evangelio y de la vida. Esta relación escuchar – aprender
forma parte de la Pedagogía de Jesús.
Hoy la educación en la fe se encuentra de cara a nuevas fronteras, “nuevas realidades” determinadas
por la crisis que sufre la tradicional vida cristiana que parecería decir muy poco a la juventud del
presente. La Iglesia y la sociedad están amenazadas por nuevas formas de pobreza y de violencia,
nuevos movimientos ideológicos y el creciente número de sectas religiosas que confunden y
desorientan; se halla interpelada a cultivar el diálogo ecuménico, a pensar en la cultura de la paz y la
solidaridad, a cuidar de la naturaleza como un lugar donde se revela la majestuosidad de la vida, a
construir escenarios de justicia y compromiso cristiano; se halla solicitada a pensar en las tecnologías
como lugar donde la Palabra adquiere nuevas dimensiones teniendo presente que, por la tecnología, el
mundo está cada día más conectado pero menos comunicado con su realidad, sus contextos, con su
cultura. La educación está llamada a la Buena nueva de la Vida y se observa con esperanza que en los
jóvenes tienen derecho a oír anunciar la persona de Jesús como fuente de vida y promesa de
77
78
felicidad en el tiempo y en la eternidad90. Por tanto, educar en la fe significa fundamentalmente
educar en el don de la vida. ¿Cómo contribuir al resurgimiento de la búsqueda de la vida verdadera?
3.2.2. Partir de la situación contextual para llegar al lugar del ideal: la vida en Cristo.
Toda persona tiene y necesita de ideales, piensa en el futuro, proyecta lo que desea ser y hacer; esto
es un derecho fundamental y estructural de todo ser humano. Y aunque hay realidades de muerte
enunciadas en las primeras páginas, hay también “soñadores de la vida” con grandes ideales: Jóvenes
ambiciosos que se proyectan defensores de la naturaleza en toda su magnitud, médicos que quieren
prepararse para ofrecer la vida como voluntarios en lugares donde la violencia y la pobreza necesitan
de su presencia, publicistas que lleven mensajes de vida, que promuevan valores y hablen siempre
constructivamente, libres de manipulaciones y de intencionalismos que buscan el provecho personal,
abogados que defiendan la verdad, políticos que se preocupen por el bienestar común y sean capaces
de darse al servicio de los más necesitados, educadores que se ganen con el cariño el corazón de los
educandos para encaminarlos hacia opciones libres que promuevan la formación de la persona sin
recurrir al castigo y la amenaza, comunicadores para crear una red de “chateo sano” 91, etc.
Afirmaba Don Bosco que “en todo joven siempre habrá un hilo de bondad” lo cual se confirma en
estas respuestas dadas por jóvenes de último grado de un colegio estatal, casi siempre señalados como
violentos y superficiales. Es cierto que “cumplir ideales” resulta más fácil para quienes gozan de un
ambiente familiar acogedor y mas si existen buenas posibilidades económicas; pero aun el más
violento y revolucionario tiene ideales. El joven del “hip hop” sueña en la igualdad social, así como el
“punk” clama por el cuidado de la naturaleza y el “b-boing” grita para que no haya pobreza si bien
sus formas de vida son ocasionalmente contradictorias. Pero en el fondo hay una buena intención.
Esos sueños, ideales, gritos, son la situación, el ahora, el contexto que impulsan hacia el futuro, hacia
el allá de la vida de todo ser humano y de quienes rodean y comparten sus alegrías y sufrimientos. Es
parte de la extroversión que señalaba Rahner. Viéndose a sí mismo son seres humanos que ven la
90
CG XXVI, 24.
91
Cito las respuestas más llamativas que dieron estudiantes del Colegio Cristóbal Colón ante la pregunta ¿ha pensado ser
profesional no para beneficiarse a sí mismo sino para ayudar a los demás? Si la respuesta es afirmativa, comente ¿cómo
proyectaría su profesionalización al servicio de los más necesitados?
78
79
necesidad de salir hacia los demás de diversas formas: el arte, la música, la pintura, la moda, la
escritura, el deporte, el servicio, el voluntariado, la ecología, el uso de la simbología etc. Son grandes
mediaciones para hacer la propuesta de la vida a partir del evangelio.
Se decía en páginas anteriores que nadie se hace preguntas de lo que no conoce. Por esto, me lanzo a
decir que, lo primero que se debe hacer para dar a conocer el evangelio de la vida, está relacionado
con la narración: narrar, contarle a las personas y a los jóvenes que hay un mensaje de vida llamado
evangelio sin importar o no su aceptación. Con escucharlo tendrá que haber una reacción bien sea
para desechar la posibilidad o dejar una inquietud. A los mismos jóvenes del colegio mencionado se
les propuso inicialmente hacer durante un tiempo de dos horas preguntas e inquietudes que tuvieran
de la Biblia y se les aclaró que no importaba lo que pensaran de la religión o de Dios o que no se
dejaran intimidar si eran de algún grupo religioso diferente al católico. Que sencillamente se hablara
durante dos horas de interrogantes frente a la Escritura. El resultado fue impresionante: preguntas de
toda clase, acerca de la persona de Jesús, de los milagros, de películas que dejaban algunas
expectaciones al verlas (se evitaron temas de Iglesia).
En determinado momento, tratando en las respuestas de mostrar la importancia de ser precisos y no
divagar frente a este tema, llegó el momento de exhortar para a una lectura cuidadosa y atenta de la
Escritura, utilizando metodologías acertadas para hacer apreciaciones coherentes frente a la Sagrada
Escritura. Terminó esta sesión y hacia los próximos 20 días se ofrecería una forma adecuada para
acercarse prudentemente a la Biblia. La idea era tomar un tema que le diera cierta continuidad a los
diferentes textos a los que hubiese acercamiento: el tema fue la Vida tomando el evangelio de San
Juan. Para ello se elaboraron una serie de folletos (anexo 2) sobre los cuales se trabajó tomando
procesualmente las pequeñas perícopas donde aparece la vida eterna.
Así, luego de acercarse a algunos textos bíblicos, se hacen algunas preguntas ¿qué comprendes por la
vida eterna?: Algunas de las respectivas respuestas han sido: encontrarse con Dios; tener confianza y
fe en Dios; poner nuestras esperanzas en Dios y dejar que Él guíe nuestra vida; Es darle a la vida
sentido espiritual no material; entender la vida más allá de lo material; dejar que Dios le de el
verdadero sentido a nuestra vida; encontrar en Dios la razón extrema de la existencia.
79
80
¿Cómo darle a nuestra vida desde ahora sentido de vida eterna? Haciendo que Dios sea nuestro
mayor valor; creyendo en Dios; haciendo de Dios el alimento de nuestra vida espiritual; dejar que
Dios guíe las acciones que hacemos; cultivando la vida espiritual sin dejarse absorber por las cosas
materiales; obrar como Dios quiere que obremos; Relacionándome lo mejor posible con todo lo que
me rodea.
Luego de este logro (que no se da en la totalidad de quienes participan) se da la oportunidad de
“encarnar” en la vida propia, (dejarse atraer por el Padre), el mensaje que ha sido recibido. La
persona puede llegar a reconocer vitalmente que, lo que ha comprendido de la Palabra, sucede en sí
misma, es decir, que Dios ha querido compartir con nosotros lo que Él es, que habitó entre nosotros,
que habita en nosotros, que habita en él, “en Ti”. Esa encarnación del evangelio tiene lugares
concretos que, aprovechados pedagógicamente, contribuyen al anuncio eficaz de la Buena Nueva de
la Vida.
3.2.3. “Lugares pedagógicos” para orientar a la Buena Nueva de la Vida eterna.
El documento de la Conferencia de Aparecida percibe un incremento en el deseo de vivir
cristianamente pero sin familia, sin comunidad, sin Iglesia. La vida se está quedando sin morada. En
el anhelo de poseer la vida eterna, un gran peligro es el intimismo expresado en una acogida egoísta
de los dones y las riquezas de Dios lo cual sesgaría la comprensión de la vida del evangelio joánico
puesto que este proyecta hacia los demás la abundancia de la vida. Por tanto, si la intimidad entre
Padre e Hijo da como consecuencia la extroversión, salir al encuentro de cada ser humano, el
discípulo en la intimidad que lo une con el Padre-Hijo debe manifestar, también como una hermosa
consecuencia, el impulso a salir al encuentro del otro. Cuando esto sea logrado, estará con seguridad
el Dios entre nosotros encarnado dando la vida verdadera. Se necesitan entonces “ambientes” que
posibiliten esta extroversión: el cuidado de sí mismo, de la familia, del medio ambiente, de la
comunidad, de la Iglesia como lugares de encuentro y de servicio mutuo.
80
81
3.2.3.1. La persona como lugar privilegiado para educar en el valor de la vida.
En uno de los primeros capítulos del evangelio, Lucas afirma que, poniendo Él las manos sobre cada
uno de ellos, los curaba (Lc 4,40). Al precisar que Jesús imponía sus manos sobre cada persona que
le llevaban, sobre “cada uno”, se recuerda un rasgo propio de la dinámica salvífica y pedagógica del
Señor: La opción de Dios por la salvación de la humanidad no es masiva o grupal, sino directa,
personal e individual. De este modo la orientación que se da, es el llamado a que el teólogo, el agente
de pastoral, el padre de familia, el educador, en su compromiso por educar en la vida y en la fe,
perciba la necesidad de acercarse y despertar en cada persona los valores profundos, no líquidos sino
sólidos de cada ser humano que le lleva a expresar de diversos modos el valor de la vida. En este caso
la sensibilidad y la valoración de las múltiples expresiones humanas son fundamentales: el arte, la
música, la escritura, la pasión por el deporte, los signos entre otros y que son innatas al sujeto. Estas
manifestaciones representan la festividad, la celebración, la lúdica a la que recurre toda persona y que
forma parte esencial de la antropología en la que el ser aclama y ovaciona la vida. Generalmente hay
de fondo una expresión de alabanza de la persona y del discípulo por lo que ama. Si en cada sujeto el
evangelizador logra identificar y estimular estas manifestaciones del amor expresado de diversas
formas rescatando la pedagogía de la fiesta, el anuncio de la vida será una propuesta más clara,
atractiva y concreta. Esta pedagogía de la fiesta debe recuperar la dimensión lúdica y celebrativa de la
persona y del joven especialmente en el propósito de redescubrir la grandeza de la existencia que
Dios le ha concedido como don.
3.2.3.2. La familia cuna de la vida.
De la íntima relación Padre – Hijo en la que ha insistido Juan, se obtiene la vida eterna. La entrega y
el amor entre Dios y Jesús es tan abundante, que brota inevitablemente de esta dinámica el don de la
vida y del amor. La primera experiencia donde la persona siente la vida y el amor como gratuidad la
tiene inicialmente con sus padres. La profunda relación entre los padres de familia y los hijos hace
germinar el amor puro y por tanto el aprecio por la vida. La familia de Nazareth es la primera en dar
testimonio de esta necesidad: Tu Padre y yo te hemos buscado angustiados (…) él bajó a Nazareth
con ellos y siguió bajo su autoridad (…) y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia
81
82
ante Dios y ante los hombres (Cfr. Lc 2,48-52). Por tal motivo los padres de familia son los primeros
evangelizados y educadores en la fe de los nuevos ciudadanos y cristianos que albergan en su seno; la
familia es el ambiente primario y básico en el que se siembra el evangelio. Se ha constatado que la
psicología de la religión en la infancia es fundamental y de ella dependen en gran medida tener o no
buenos cristianos (crecer en gracia ante Dios) y honestos ciudadanos (crecer en gracia ante los
hombres) con claras elecciones por los valores del evangelio. La familia es patrimonio de la
humanidad. Ella ha sido y es escuela de la fe (…) lugar en el que la vida humana nace y se acoge
generosa y responsablemente.92
Sin embargo, en este campo, el reto es doble: el primero, es construir familia, y el segundo,
acompañar a las familias ya constituidas compacta y cristianamente para que sean constructoras del
Reinado de Dios. En las familias modernas es característico el divorcio, el matrimonio civil o los
pactos civiles de solidaridad o la propuesta a dejar la tradicional familia por modos alternativos como
la unión libre que no asume un compromiso concreto en la construcción de una seria e intima relación
Padre – Madre e Hijo(s). En este contexto nacen y crecen cientos de niños y jóvenes que no tienen
quien se angustie por ellos, ni con quien bajar a casa para sentirse acogido y crecer ante Dios y ante
los hombres en gracia. Esta es una nueva murmuración que también destruye la experiencia del amor
y por supuesto de la vida. Esa es la razón de ser de la familia: cuidar del amor y de la vida.
Se pone de frente a la Iglesia, al teólogo, al educador pastor y a todo discípulo de Cristo la
indispendiosa tarea de mostrar el valor mistérico de Dios Uno y Trino, comunidad de amor perfecto y
el valor de la intimidad Padre – Hijo – discípulo del que brota el amor verdadero que se forma sólo en
el calor de la comunidad. Nunca se ha visto que un ser humano en la más profunda soledad e
individualismo sea feliz. Cuando esto suceda, los creyentes comprenderán la importancia de construir
familia y comunidad de fe de la que brotará la experiencia de la vida. Aquellos que viven este amor
puro experimentan también la gratuidad de la vida y podrán por tanto permanecer abiertos a la
comprensión de la eternidad no como algo posterior a la muerte sino de ahora. Sin este presupuesto
cualquier pastoral familiar, a juicio personal, carece de su fundamento.
92
Quinta Conferencia del Episcopado de América Latina y el caribe, Aparecida, 2007, numeral 302.
82
83
Respecto a las familias ya constituidas que dan su testimonio de vivir esta koinonía, es
responsabilidad de la Iglesia promover procesos de formación y acompañamiento que favorezca el
impulso de lo que se conoce como la iglesia doméstica “cuna de la Vida”. El primer rostro de la vida
se descubre en la familia; de ahí su importancia en el camino hacia la Buena Nueva de la Vida eterna.
3.2.3.3. Creó Dios los cielos y la tierra: El medio ambiente.
Tú con todas las cosas eres indulgente, porque son tuyas, Señor que amas la vida (Sab 11,26). Este
verso no puede ser más claro. Dios no sólo ama la vida humana sino que ama la vida en la totalidad
de sus manifestaciones, la vida en “todas las cosas” por Él creadas. Nada por Él creado está en
disfunción con la vida. El Concilio Vaticano II ha considerado como uno de los lugares donde Dios
sigue revelándose justamente el medio ambiente. La naturaleza es nuestra casa y de su equilibrio
depende el equilibrio de toda la humanidad. Como escenario pedagógico, la ecología es un gran lugar
para educar en la vida y en la fe. Favorece por parte de las personas, en primer lugar, la admiración
que conlleva a reconocer que hay una mano Creadora que supera las capacidades humanas, que ha
hecho todo armónico, perfecto, hermoso, y en segundo lugar, la contemplación de la vida en una
forma diferente a la humana de la que todo individuo depende (sol, aire, alimento, etc). Pero su valor
pedagógico más grande es que la hermosura de la tierra suscita la gratitud, la alabanza, la oración por
parte de las personas, de modo que se toma conciencia del don sagrado de la vida que se anhela sea
tan hermosa y armónica como lo es la naturaleza.
Otro valor pedagógico es el de la solidaridad. Dios ha dado la tierra a todos y todos tienen derecho a
ella. Precisamente para el pueblo de Israel la posesión de la tierra constituye la alianza con Dios los
que esperan en el Señor poseerán la tierra (Sal 36) y representa la bendición de Yahvé para con su
pueblo los justos poseerán la tierra (Mt 5,4). Sin la posesión de la tierra, Israel pierde la Vida y con
ella a quien se las da: el Creador. Todos los seres humanos y más aun los discípulos de Cristo están
llamados a cuidar de la tierra y a repartirla igualitariamente para darla a quienes no la tienen.
83
84
3.2.3.4. Amar hasta el extremo: El servicio.
Como ha sido mencionado en el análisis semántico al profundizar el término vida, en Juan la vida no
ha sido dada solamente para vivirla de modo pasivo, sino que ella está para darse, y de ese modo,
hallar su realización. Esto motiva de inmediato el servicio, el encuentro hacia y con los demás
especialmente los más pobres. Este constituye otro medio pedagógico. El consumismo, el hedonismo,
la tecnología, el individualismo cada vez más encierran al ser humano en sí mismo. Cerrarse a lo que
nos rodea hace parte de la muerte espiritual de un ser humano. Recordando también el acercamiento
al término muerte (
) se afirmaba que morir ipso facto se da a causa de una privación. Privarse de la
relación con cuanto nos rodea y quienes nos rodean constituye una muerte inminente en la vida de
cualquier persona.
Decía una venerable mujer, Margarita Occhiena, que siempre habrá alguien más pobre que nosotros.
El contacto con la realidad de la pobreza despierta en los sujetos, en todo discípulo, la conciencia de
las dificultades que sufren tantos hermanos llevándolos a confrontarse consigo mismo en relación con
el prójimo estimulando una curiosa actitud: sentirse incompletos como seres humanos, experimentar
la vaciedad de la vida. Como consecuencia, nace la motivación por asumir como propias las miserias
del otro y comprometerse en la promoción de su vida digna y justa, con actitud de misericordia y
compasión, redescubriendo nuevas facetas de la existencia. El gozo y la gratuidad que se
experimentan forman parte de la vida eterna que ya está siendo dada y vivida por parte de quien sigue
a Cristo.
3.2.3.5. La Iglesia, madre y maestra de la Vida.
La Iglesia es el lugar explícito donde se anuncia y se alimenta evangélicamente el don de la vida
eterna llamada a vivirse en el ahora de los discípulos de Cristo. Ella es madre que acoge y cuida de
las familias, de las comunidades de fe y está atenta a no permitir cualquier acto violento que atente
contra el valor fundamental de sus miembros: la vida. También ella es motivo de preocupación y de
esperanza. Los cristianos y la sociedad en general sienten a la Iglesia ajena, alejada de sus tiempos y
de sus necesidades espirituales. Esta sensación está altamente presente en los jóvenes que se sienten
84
85
olvidados, aun más, incomprendidos en las diversas manifestaciones de vida que poseen. Juan Pablo
II recordaba que es cometido de toda la Iglesia reflejar la luz (agregaría la Palabra y la Vida según el
evangelio joánico) de Cristo en cada época de la historia y hacer resplandecer también el rostro de
Cristo ante las generaciones del nuevo milenio93.
Se constata que este alejamiento se complementa con la falta de lenguajes apropiados y acertados por
parte de la Iglesia que toquen el interior, el corazón de todo ser humazo y fundamentalmente de todo
creyente en lo más profundo. Es prioritario descubrir cómo narrar de modo cautivante al Dios de la
vida. Y aunque este sería un arduo tema de investigación para otra tesis, es urgente esta necesidad en
la trasmisión del evangelio acorde con los signos de los tiempos.
Luego, en el redescubrimiento de la persona, en la promoción de la familia, en el cuidado y la
contemplación del medio ambiente, en el servicio al prójimo, como recursos y oportunidades, la
Iglesia y todo discípulo, será maestra y maestro del amor y de la vida. En este fatigoso trabajo, la
significatividad de la Iglesia y del testimonio de quienes la componen, es un esfuerzo por emprender
para algunos y por continuar para otros.
3.2.4. El ejercicio de la buena muerte – el examen de conciencia: reflexionar, meditar, ponerse de
frente a la posibilidad de la muerte es un ejercicio que ayuda a repensar el valor de la vida tanto
biológica como eterna. Es una forma muy práctica de acompañar a que la persona para que piense en
la trascendencia de la existencia. Don Bosco recurría al ejercicio de la buena muerte mensualmente y
aunque la Iglesia lo hace mediante el examen de conciencia, en el sistema educativo de don Bosco era
un instrumento sistemático e intrépido. La pregunta ¿si esta noche murieras, en que estado
encontraría el Señor tu alma? formaba parte del itinerario de evaluación, revisión de vida,
reorganización y orientación que el joven hacía para preguntarse a fondo por su situación frente a
Dios y mirar cómo estaba logrando ganarse su amor. Nunca fue un ejercicio visto con temeridad. Al
contrario, los muchachos gustaban del ejercicio. Como se señalaba en el análisis exegético, la
pregunta por la muerte siempre lleva a la pregunta por la vida y en este sentido, el ejercicio de la
buena muerte y del examen de conciencia tiene un valor pedagógico muy eficaz.
93
Juan Pablo II, Encíclica Nuovo Milenio Ineunte, numeral 16.
85
86
3.3. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en Él. Alimentar la unidad
Cristo – discípulo.
Hay un elemento de mayor importancia en este itinerario a recorrer: es necesario alimentarse, comer
para tener la vida eterna y no dejar morir la permanencia de Cristo en el discípulo de Jesús. Comer
significa, como se concluía en el análisis lingüístico sintáctico, la unidad (nuevamente) del que
consume con lo que se consume, formando parte constitutiva de la existencia entre quienes se
relacionan: Cristo y el hombre. Comer significa alimentarse evitando perder las fuerzas que exige la
receptividad para escuchar y aprender las enseñanzas de Dios y estar íntimamente unidos a Él: esto es
la eucaristía. Cristo renueva su entrega en la eucaristía donde el cristiano come y bebe, creando la
profunda intimidad, con el Padre y con la comunidad misma.
3.3.1. Eucaristía y vida eterna.
El acercamiento exegético permitió ver el carácter eucarístico del discurso del pan de Vida. Los
judíos se habían escandalizado porque Él había dicho que quien no comiera su carne moriría, además
de autoproclamarse el pan de Vida. También en la reflexión teológica ha quedado clara la dificultad
que la murmuración y el escándalo generan en el discipulado del cristiano. En realidad para el
discípulo es más fácil seguir a Cristo que comerlo. Cuando el creyente se acerca al texto y oye o lee
acerca del pan bajado del cielo y de comer su carne y beber su sangre el lector cristiano no deja de
percibir la referencia al sacramento de la eucaristía. Cada fiel cristiano debe tener claro que no es
suficiente seguir a Cristo sino que debe alimentarse de su Palabra y de su carne. El evangelio de Juan
ha hecho todo un recorrido para llegar a este punto. Primero, el Señor es anunciado por Juan Bautista
y Juan dio testimonio diciendo: "He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se
quedaba sobre él (Jn 1,32). En segundo lugar, el evangelio menciona el deseo por parte de algunos en
seguirle y “averiguar” donde vive Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: "¿Qué buscáis?"
Ellos le respondieron: "Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?" (Jn 1,38). En tercer
lugar, los primeros discípulos deciden quedarse con Él les respondió: "Venid y lo veréis." Fueron,
pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día (Jn 1,39). Sin embargo, en cuarto lugar, la fe
86
87
en el Señor se despierta cuando ven el signo de las bodas de Caná donde Jesús interviene para dar del
nuevo vino "Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has
guardado el vino bueno hasta ahora." Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y
manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos (Jn 2,10-11). Podría decirse, en el lenguaje del
texto de estudio, que el vino viejo representa el banquete superficial, pasajero, la alegría temporal,
mientras el vino nuevo es Jesús dado para que la fiesta del Reinado de Dios no se acabe. En esa
misma dinámica Jesús no sólo es vino sino que es carne para ser comido aunque hasta el momento
Jesús no ha sido del todo explícito en asegurar que es el pan de vida lo cual sucede en Jn 6,35 yo soy
el pan de la vida. Los falsos dioses, la idolatría, les impiden a los judíos como a tantos seres humanos
de hoy, ver la grandeza de este nuevo alimento y por eso mismo se escandalizan como sucede en Jn
6,41-48. Sin embargo, más doloroso aún, es constatar que los discípulos que vieron a Jesús convertir
el agua en vino, multiplicar los panes y caminar sobre el mar no comprendan ahora que para alcanzar
la vida eterna hay que comerle. Siguen a Jesús pero no están con Él.
Esta situación histórica del tiempo de Jesús no ha cambiado del todo. Los discípulos de Cristo en
pleno siglo XXI siguen en masa a Jesús pero no le comen en la Eucaristía. Se les está agotando la
vida (Job 7,1-21). No creen en lo que han visto y se escandalizan porque les cuesta comprender que la
Eucaristía es el memorial de Cristo que ha bajado del cielo para dar la vida.
Pero ¿Qué gana aquel que, como creyente y discípulo come y se alimenta de la Eucaristía? En primer
lugar, el cuerpo y la sangre de Cristo transforman. Dios da a conocer su intimidad y permite un
vínculo con ella. Como consecuencia Él termina habitando en cada creyente y cada creyente habitará
en Él. Este alimento trasforma desde dentro a cada persona para renacer de nuevo y descubrir en él la
vida verdadera y abundante. En segundo lugar, la Eucaristía es fuente y culmen de la vida de todo
discípulo y de su misión. La intimidad establecida entre Dios y cada ser humano por Él creado que
acontece en la Eucaristía, siempre impulsa al discípulo hacia los demás desplegando la misericordia,
el servicio, la caridad, amar hasta el extremo como lo hace el Maestro. Nunca es la búsqueda del
bienestar propio. Esta actitud es contraria a la Eucaristía, es contraria a la vida eterna. En tercer lugar,
es memorial de la entrega de Cristo por la salvación de la humanidad y todas las generaciones
recordando que, quien le come, debe hacer lo mismo. Quien celebra y cree en la eucaristía redescubre
87
88
su fe y por tanto el sentido auténtico de la vida. Cuarto, es el “terreno” de encuentro de la comunidad,
del pueblo de Dios que le sigue y da la vida por su causa. Es el lugar de la significatividad común
donde todos comparten su fe, la revitalizan, le dan nuevo impulso. Al integrar estos elementos no se
está hablando de otra realidad que la de identificarse con Cristo, con el misterio de su Pascua
haciendo entrega de la propia vida mediante la donación de sí. Al celebrar la eucaristía cada uno se
siente amado y ama. Amar no es un acto, ni una actitud a realizar después de la muerte sino en el
presente, en el ya; y para amar y sentirse amado hay que entrar en intimidad con lo que se ama ahora
mismo. Es decir que al celebrar la eucaristía, se celebra la vida. El acto litúrgico revive esta
experiencia y alimenta para que en la cotidianidad esta sea la única forma de vivir; cuando se alcanza
tal propósito, se ha obtenido la vida eterna.
3.4. Síntesis conclusiva.
Conocer la intimidad de Dios, dejarle ser dentro del discípulo mismo y abrir el corazón para que Él
permanezca, esto es la Vida eterna. No se trata de una iniciativa humana sino de Dios que trasciende
todo anhelo humano y abre a la persona al encuentro con el único camino hacia El Padre: Cristo. Él
basta para darle sentido auténtico y verdadero a la existencia. La comunidad cristiana y cada seguidor
de Jesús se alimenta de la Eucaristía en la que escucha también la Palabra con fe para mantenerse en
presencia de la vida y no darle lugar a la muerte. Corresponde al teólogo observar con sutileza cómo
Dios se manifiesta en las realidades actuales y al educador en la fe instruir a quienes superficialmente
desconocen el evangelio, así como a las jóvenes generaciones acerca del mensaje de la Vida para que
al mundo llegue la Luz y descubra que la salvación ya está sucediendo en cada uno, lo cual será más
efectivo si Dios cuenta con la apertura de cada persona a sus preceptos.
88
89
CONCLUSIÓN
El cuadro que se observa, es obra del pintor Jacopo Comin, apodado “el Tintorreto” y considerado el
cerebro “más terrible” que ha tenido la pintura. La obra fue pintada entre 1592 y 1594. La riqueza de
sus signos es lo suficientemente completa como para recordar y hacer la conclusión del discurso del
pan que da la vida eterna.
El lugar es una taberna. En la parte alta hacia la izquierda del cuadro se observa una lámpara, rodeada
de ángeles, que recrea la forma del gran tamaño que cuelga del cielo y de la que se desprende un
fuerte fuego cuya pujanza y cuyos destellos no van hacia arriba sino que están en dirección hacia un
joven que se encuentra de pié. Bajo esta lámpara hay una mesa larga preparada para cenar y sobre la
cual hay algunos panes. El joven tiene un vestido de color rojo y una manta azul, acompañado por
una gruesa aureola que le rodea la cabeza a su vez inclinada y cuyos destellos están dirigidos hacia la
lámpara o grial y hacia los comensales. Las figuras humanas son diversas. Rostros de campesinos y
pescadores, cuyas facciones representan personas de mayor edad en comparación con la del joven.
89
90
Sobre algunas de estas figuras hay unas tenues aureolas. Algunos que no las tienen conversan con
quienes sí. Uno de ellos mismos (con aureola) reposa el rostro sobre su mano con una actitud de
desánimo y desmotivación. Otros dos conversan mientras aquel joven comparte a otro un pedazo de
pan. Al lado, en un cuadro de menor espacio, hay otra mesa, pequeña, donde otros se han servido
frutas, no panes; además está oscuro. Hay un gato, signo de herejía del medioevo: la idolatría.
La taberna representa al mundo y su vanalidad dentro del cual se da el milagro de la vida. La lámpara,
rodeada de unos seres fantásticos, ángeles, personifica a Dios, luz del mundo que desciende del cielo
sobre el Hijo, quien inclinando su cabeza, muestra veneración y disponibilidad a esta Luz que da a los
discípulos. Es también un gesto de servicio ante quienes está compartiendo el pan. El joven que se
encuentra de pie es Jesús. Su juventud simboliza la vida abundante que ha recibido de Dios. El
vestido rojo constituye su carne entregada para la vida del mundo y el azul representa su divinidad:
Jesucristo hombre y Dios verdadero. La mesa en la que hay servidos unos panes significa la última
cena, el pan de vida. El gesto más importante de la escena es el joven Jesús dando Él mismo el
alimento en boca de los comensales, lo cual observan algunos con algo de admiración. Tal vez al
hacerlo de pie sea la actitud y la exhortación hecha a todo discípulo al servicio. Poner el alimento en
la boca del otro, recuerda que Jesús es y se da como alimento nuevo y verdadero que procede del
cielo. La gruesa aureola representa la abundancia de la luz, (de la vida) a su vez dirigida al grial de
origen, al Padre.
Los comensales representan varias personalidades: pescadores, campesinos, judíos, discípulos. Su
rostro desgastado representa la vida temporal. Los que tienen aureola son los discípulos que disfrutan
en parte de la Luz que se desprende del cielo. Precisamente uno de ellos parece estar desmotivado al
poner la cara reposando sobre su mano. Otros dos prefieren hablar entre sí, antes que mirar a Jesús
dando pan en la boca de uno de sus discípulos. Representarían la murmuración de los apóstoles
narrada en Jn 6,61. Otros, sin aureola, también hablan entre sí quizás escandalizados por el signo: la
murmuración de los judíos.
El cuadro del lado representa la oscuridad de los que prefieren el banquete terrenal. Eso significa la
fruta y la mesa pequeña. Son aquellos sirvientes que por falta de fe sirven su propio alimento
90
91
perdiéndose el gusto de comer el pan pascual. Quizá no todos han oído que el es pan del cielo y optan
por otro alimento o por murmurar escandalizados entre sí porque Jesús se autodenominó carne. Quien
come de ese pan estará rodeado, tendrá sobre sí y dentro de sí, la Luz, la vida.
Esta Luz, esta Vida bajada del cielo, posesionada sobre todo ser humano que cree, viene de Dios
como lo muestra la Escritura desde sus inicios insufló sobre sus narices el aliento de la vida. Pero el
Creador ha querido que esta vida no sea temporal sino eterna, permanente. Para ello, Él mismo ha
bajado del cielo para darse como alimento de vida que nunca acaba, encarnándose en el Hijo en quien
Dios habita en plenitud. Todo se concentra en Él: El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de
toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles
y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él
y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. El es también la
Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que
sea él el primero en todo, pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud (Col 1,15-19)
Como San Pablo, el evangelio de San Juan ha querido dirigir a Él todo el discurso del pan de la vida.
Esto ha sido evidente en el acercamiento exegético realizado en este trabajo. Las variantes de la
crítica textual generalmente, aunque no son en su mayoría significativas, quisieron siempre
concentrar la atención en afirmaciones referidas a Jesús. Luego, el diálogo de Jesús y los judíos se
concentra en el Señor por autodenominarse pan de Vida” yo soy”. Sin duda el carácter Cristológico
de la perícopa atraviesa toda la reflexión teológica del evangelista y de la comunidad joánica que, por
profesar esta cristología, se ve enfrentada y expulsada de la sinagoga. Igualmente las categorías
utilizadas en el texto se refieren siempre de modo directo a Jesús: creer en él, comer su carne, etc. Por
tanto, venir a Cristo es la condición necesaria para entender lo que Él es: un poseído de Dios.
Esto significa que Dios se ha encarnado en Él dándole la plenitud de la Luz, de la Palabra y de la
Vida. No ha sido un logro alcanzado por los propios méritos de Jesús sino que el Padre libremente le
ha enseñado, le ha indicado los caminos, los preceptos que le prepararon para dejarse habitar
totalmente por Dios. Le correspondía a Jesús escuchar y aprender las enseñanzas del Creador, estar
abierto, disponible, atento a la voluntad del Padre para conocerle íntimamente pues ha sido
91
92
capacitado para ello. Se comprueba así la doble dimensión de la libertad: Dios que decide revelarse
plenamente al hombre y este libremente acoge esa revelación hasta dejarse “llenar” totalmente del Ser
de Dios. El creyente, como Cristo, experimentando esta dinámica habrá alcanzado la vida eterna.
La vida eterna es la permanencia del discípulo en Cristo y por Él en Dios. Es únicamente de Dios de
quien se puede decir propiamente que, mediante la unión con Él, el hombre goza de vida eterna 94.
Para ello es necesaria la fe, que implica acoger las enseñanzas de Dios y dejarse instruir por Él, así
como creer que Jesús es el pan bajado del cielo que da la vida. El creyente no debe divagar, ni
murmurar, ni hacer afirmaciones de Dios sin un conocimiento profundo y experiencial de Él a partir
de la fe, la escucha de la Palabra, el alimento eucarístico y el servicio al prójimo. No hacerlo revive la
actitud desafortunada de los judíos. Cuando el ser humano y en particular el discípulo pierde el
horizonte de la vida rechazándola de tantas maneras, como ha sido expuesto, el llamado es a no recaer
en la murmuración, que añade vaciedad a la situación de pobreza espiritual y existencial. Hay que
dejarse habitar por el Señor y dueño de la vida sin temor alguno; una dura barrera que se debe superar
porque conduce a la muerte.
Dios encarnado en cada creatura la inunda de su amor y de su vida. Descubrir al Señor de la vida y su
opción personal por cada uno de los creyentes implica la donación generosa del cristiano cuya
satisfacción es la plenitud de la Vida, la eternidad.
En este sentido Jesús contradice los deseos humanos pero anhelando hacer de toda persona, el
discípulo que ha descubierto en Cristo el pan que da la vida verdadera capaz de superar las
contradicciones y las amenazas contra la vida. Ante una vida sin sentido Jesús nos revela la vida
íntima de Dios, en su misterio más elevado, la comunión trinitaria; ante el subjetivismo hedonista
Jesús propone entregar la vida para ganarla; ante el individualismo Jesús convoca a vivir y caminar
juntos; ante la despersonalización Jesús ayuda a construir personalidades integradas; ante la
exclusión Jesús defiende la vida digna para todos; ante las estructuras de la muerte Jesús hace
presente la vida plena; Ante la naturaleza amenazada Jesús nos convoca a cuidar la tierra.
94
Dood, la interpretación del cuarto evangelio, 340.
92
93
La fuente y el culmen del discípulo pero también de su misión es la Eucaristía. Cuando Jesús dice el
que come de este pan…es una promesa de vida95. En ella cada creyente en unidad con Cristo y sus
hermanos en la fe se siente amado y aprende a amar, conoce la intimidad de Dios y permanecerá en
Él, posee la vida eterna y la da a conocer a los demás. Este don de Dios se debe comunicar y anunciar
para que en las situaciones de muerte que atentan contra la persona antes de nacer y durante su
existencia, contra los pueblos y las multitudes más desamparadas y desfavorecidas, contra el medio
ambiente, contra Dios, hallen la vida y el sentido de su existencia en Jesús.
Las nuevas generaciones de todoa tiempo heredarán la vida de Dios. Justamente se constata la
“ansiedad” que tienen los jóvenes de oír acerca del mensaje de la vida redescubierta en la persona
misma, el ambiente familiar, la cultura, la sociedad que, como lugares, terminan definiendo la
experiencia de Dios de los jóvenes que están muy abiertos a la buena Nueva del Evangelio de la Vida.
Educar en la fe es para este propósito prioritario. Para que ellos y cualquier creyente alcance la
plenitud de la vida a través de la educación se necesita un análisis de la realidad, un acercamiento con
nuevos lenguajes pedagógicos que favorezcan la comprensión, una revisión de nuestra manera de
pensar, una remodelación epistemológica y un esfuerzo por reorganizar nuestro método de trabajo 96
“específicamente educativo”, en la Iglesia y en cada persona, que oriente a una perspectiva del
conocimiento camino a la plenitud de la vida del ser humano en Dios. Los jóvenes tienen derecho a
ser acompañados en experiencias de fe que les permita ser buenos cristianos y honestos ciudadanos.
En el actual ambiente educativo no existe la conciencia de que los jóvenes tienen derecho a oír
anunciar la persona de Jesús como fuente de vida y promesa de felicidad en el tiempo y en la
eternidad97 para que los jóvenes descubran la vida como llamada98
Como Salesiano y como creyentes se siente el grito, el impulso a buscar nuevos caminos para
encontrar también a estos jóvenes, que muchas veces no presentan señales de pobreza material , pero
95
Cfr. León-Dufour, Lectura del evangelio de Juan, 127.
96
Angulo, Alejandro, “El papel de las ciencias sociales”, Roma, 2006.
97
CG XXVI, 24.
98
Ibid, 53.
93
94
ciertamente tienen una gran pobreza bajo el punto de vista espiritual; están en busca de respuestas y
no tienen amigos del corazón; están hambrientos de vida. Han perdido el sentido de la vida,99 sentido
que sólo encontrarán en Cristo no después de la muerte, sino en el ahora, en el hoy, en el ya, en el
presente de su existencia. El discípulo del Señor está llamado a la resurrección, a la vida eterna
participando de la mesa donde abunda la Luz, donde Dios se posa en la vida del cristiano y donde el
mismo Cristo se da como el alimento que no perece sino que permanece venciendo la muerte,
venciendo la desgracia de pasar por el mundo tratando de ser felices con lo pasajero y evitando mirar,
por miedo o falta de apertura interior, al único y sumo bien: Jesucristo el Señor, el Hijo del Padre, el
salvador, el “YO SOY”.
99
Ibid, 173.
94
95
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www.ecoportal.com

www.acnur.org
96
97
ANEXO 1.
Las siguientes gráficas permiten ver el número de personas que mueren en Bogotá, en los 10
departamentos donde más se encuentra esta problemática y a nivel nacional, comparando los años
2006, 2007 y la mitad del año 2008.
Cuadro 1. Número de intentos de suicidio en Bogotá cada mes (primer semestre 2006 – 2007)100
Mes
2006
2006%
2007
2007%
TOTAL
Enero
61
11,9
105
16,5
166
Febrero
89
17,4
76
11,9
165
Marzo
65
12,7
124
19,5
189
Abril
85
16,6
137
21,5
222
Mayo
103
20,1
126
19,8
229
Junio
109
21,3
69
10,8
178
Total
512
100,0
637
100,0
1149
Cuadro 2. Tabla que registra el número de muertes en los 10 departamentos donde se presenta el mayor índice de fatalidad 101
Departamento del hecho
Año
En estudio
Accidentales
Homicidios
Sin determinar
Suicidios
Transporte
Total
2007
31
151
1480
36
118
406
2.222
2008
47
163
1780
41
98
440
2.569
2007
467
139
797
252
126
304
2.085
2008
600
176
799
164
143
293
2.175
2007
81
212
950
51
118
403
1.815
2008
117
225
1113
43
130
399
2.027
2007
119
98
236
38
45
223
759
Valle del Cauca
Bogotá
Antioquia
Cundinamarca
100
Cfr. www.medicinalegal.gov.co, Fuente: Base de datos Secretaria Distrital de Salud- Salud Pública (14 ESE primer
nivel - CRU) Datos Preliminares. (consultado el 28 de Agosto de 2008)
101
Cfr. http://www.medicinalegal.gov.co, (consultado el 28 de Agosto de 2008)
97
98
2008
156
79
166
31
38
206
676
2007
42
90
297
23
58
155
665
2008
33
78
225
11
44
193
584
2007
12
107
463
13
28
76
699
2008
12
66
345
11
31
99
564
2007
17
57
389
10
26
76
575
2008
25
36
395
8
27
61
552
2007
46
57
310
14
34
122
583
2008
37
56
274
4
37
94
502
2007
4
80
324
40
52
82
582
2008
8
76
208
21
39
89
441
2007
24
53
250
16
43
92
478
2008
10
45
213
5
16
91
380
Santander
Norte De Santander
Risaralda
Atlántico
Nariño
Tolima
Cuadro 3. Tabla comparativa de muertes por diferentes causas entre el año 2007 y el año 2008 en Colombia.
98
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