2. el marco - Asociación Cultural Ubetense Alfredo Cazabán Laguna

Anuncio
2. EL MARCO
2.1. ÚBEDA HASTA EL SIGLO XVII
Asentada sobre la loma de su nombre, Úbeda se sitúa en un altozano dominador
del valle del Guadalquivir, ocupando una situación estratégica privilegiada como centro
de las rutas que de forma natural unen grandes áreas del sur peninsular.
VISTA G EN ER AL D E LA PLAZA D E SAN TA M AR ÍA Y PAISAJE D E FO ND O
Estas características geográficas facilitaron el asentamiento, ya desde antiguo, de
grupos humanos en el lugar posteriormente ocupado por el Alcázar que, tras los
estudios realizados en 19831, se manifiesta en estratos con características propias de
1
Sánchez Ruiz (1984).
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
10
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
la Edad del Cobre, argáricos, Bronce Final y romanos tardíos2.
Ahora bien, Úbeda, como núcleo urbano de cierta importancia y con funciones
propias de ciudad, es creación eminentemente musulmana.
Fundada en el primer tercio del siglo IX por Abd al Rahman II con el nombre de
Medinat Ubbadat al Arab para distinguirla de otra Úbeda de la cora de Elvira (la
Ubbadat Farwa), es terminada de construir por su hijo Muhammad3.
Va a predominar en la Úbeda islámica la importancia económica con cultivos de
cereales, vid y azafrán y explotación de minas de marcasita; y militar: situación
adelantada frente al Guadalquivir, que propicia la construcción de un fortísimo recinto
amurallado, terminado finalmente por los almohades en el siglo XII.
Este doble carácter hizo de la ciudad, al decir de los cronistas, un lugar próspero,
alegre y desenfadado, pero también codiciado por el bando cristiano que, tras los
intentos de Alfonso VII en 1132 y 1138 y Alfonso VIII en 1212, fue conquistado
definitivamente por San Fernando en julio de 12334.
A partir de la conquista cristiana, durante los siglos XIII y XIV, la ciudad continúa
acrecentando su carácter de plaza fuerte ante el reino de Granada con muy frecuentes
hechos de armas en los reinados de Alfonso X, Sancho IV y Alfonso XI; es repoblada
con castellanos y leoneses; se le concede el Fuero de Cuenca y numerosos privilegios;
y sus sistemas de cultivo pasan al latifundio, que facilita la vida urbana y un manifiesto
desarrollo, en un proceso que va a culminar en el siglo XVI5.
El siglo XV tiene en Úbeda, como en otros lugares de Jaén y de Castilla, estas
2
La historiografía local no ha dejado de tratar el tem a de los orígenes de Úbeda con m ás o
m enos fortuna y de form a m ás o m enos científica. En este sentido destacaríam os obras com o la de Ruiz
Prieto (1906/1982), pp. 13-21; Cazabán Laguna (1992), pp. 13-23; Pasquau Guerrero (1984), pp. 13-19;
y Vañó Silvestre (1962), pp. 101-108. A lo largo del año 1996, com o consecuencia de unos m ovim ientos
de tierras par evitar desastres provocados por las constantes precipitaciones, se ha realizado en la zona
conocida com o Explanada del Alcázar una intervención arqueológica de urgencia de la que se esperan
conclusiones m ás precisas sobre el ocupam iento prim itivo de Úbeda.
3
Sobre todo lo referente a la Úbeda islám ica es im prescindible y fundam ental el estudio sobre
este m om ento histórico en la provincia de Jaén de Aguirre Sádaba y Jim énez Mata publicado en 1979.
4
Por tradición se adm ite el 29 de septiem bre de 1234, pero tras los estudios de González (1946)
y otros autores parece definitiva la de 1233.
5
Desgraciadam ente desconocem os, por pérdida de los cuadernos originales del repartim iento
efectuado en Úbeda, el m odo en que éste se llevó a cabo, aunque es fácil suponer que debió efectuarse
de form a sim ilar al de otros lugares. Sí se conservan en el A.H.M.Ú. algunos privilegios en pergam ino,
dentro de su colección diplom ática, que nos hablan claram ente de una ciudad recién conquistada y de
los problem as que a través de ellos era preciso solucionar. Nos referim os a deslinde de térm inos con
otras poblaciones de reciente conquista, exenciones de m ontazgos y portazgos, franquicias para el paso
de ganado, herm anam iento entre concejos, concesión de pobladores, etc. Para el conocim iento de estos
docum entos, puede consultarse Higueras Maldonado (1975) y Rodríguez Molina (1990) y, para el global
de la Edad Media en Úbeda, Parejo Delgado (1988) y Toral Peñaranda (1975).
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
11
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
características generales: fortalecimiento de la nobleza frente al poder real
como consecuencia de los privilegios
adquiridos en la lucha contra el Islam,
constantes luchas de bandería entre las
familias de la nobleza local por conseguir el predominio en la vida municipal,
fuerte crisis económica y mayor presión
fiscal sobre el Común una vez que la
necesidad en cantidad de repobladores
ha descendido, fuerte estratificación
social y despoblación; todo ello agravado por las continuas revueltas del reinado de Enrique IV a las que no fue ajena
la población ubetense.
Las luchas de bandos habían aparecido violentamente en el reinado de
Enrique III entre los Arandas y Traperas,
las calles se llenan de sangre y se hace
necesaria la intervención del Adelantado
de Andalucía; pero van a llegar a su
clímax a finales del XV y principios del
XVI con los Molina y los Cueva, y no
CALLE DE HER NÁN CR ESPO
finalizarán, a pesar de las demandas al
orden por parte de los Reyes Católicos, hasta que el Alcázar es destruido en 1507
como lugar que hace impune y da poder al bando que lo posee.
Parece ser también que como consecuencia de estas continuadas luchas y por
factores climatológicos, que no posibilitaron buenas cosechas, la ciudad se despuebla,
motivando que Enrique IV, aún príncipe, mandara una carta intentando evitar la emigración y ordenando que a los vecinos de Úbeda no se les admitiese en Jaén.
A pesar de todo, es manifiesto que se están sentando las bases de lo que va a ser
para Úbeda un floreciente siglo XVI con el fortalecimiento, como hemos visto, de una
importante clase dominante que acapara los cargos del gobierno municipal y que
domina a todos los grupos sociales6; pero que al mismo tiempo, es imprescindible para
6
El reconocim iento de este grupo dom inante vino a asentarse con la llam ada Sentencia Arbitraria
o «[...] averiguación y justificación de los caballeros hijosdalgo de linaje de Úbeda, que reconocidos tales,
no debían pechar m ás de cinco m aravedises en cada repartim iento, declarando tam bién que debían
m antener arm as y caballo la m ayor parte del año, estando exceptuados de todos los pechos e im puestos
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
12
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
explicar el desarrollo urbanístico iniciado en el reinado de Carlos I, tras la pacificación
de los bandos y el acallamiento de la revuelta comunera (en la que de nuevo aparecen
los primeros dando a la sublevación de Úbeda y Baeza un carácter especial) que
enlaza con las diferencias entre linajes y que destruyó un gran numero de inmuebles
e incendió otros7.
De esta forma, llegamos al siglo XVI, al gran siglo de Úbeda. En él se va a producir
un renacimiento urbanístico, económico, demográfico y social, que marca de tal modo
su aspecto, que todavía hoy permanece dando a la ciudad muchas de sus características.
Comienza el reinado de Carlos I uniendo los sucesos citados con grandes sequías,
pero rápidamente los acontecimientos se encauzan por caminos que van a propiciar
un aumento progresivo de la población, de la artesanía, de la agricultura, de la
ganadería y, en una palabra, de la riqueza. La ciudad renace con la creación de
iglesias, palacios, casas solariegas y conventos. Hijos de Úbeda acceden y ocupan las
más altas dignidades políticas del Reino8.
Un número aproximado de 17.5009 habitantes al final del siglo constituye uno de
los núcleos urbanos más populosos de Castilla repitiendo los estamentos tradicionales:
nobleza, clero y gente llana, sin olvidar un reducido grupo de moriscos que en 1600
alcanza el de 343 cabezas de familia10.
¿Cuál fue la causa de todo, qué acontecimientos históricos posibilitaron un tan alto
y asombroso crecimiento?
Es claro que en la Úbeda del siglo XVI predominaron como principales actividades
económicas (todas ellas tradicionales) la agricultura, la ganadería y las industrias
alfarera y textil, pero en estos años se multiplican, posibilitando el comercio, el
que pesaban sobre los dem ás vecinos que no eran hijosdalgo de linaje». [Ruiz Prieto (1906/1982), p.
135]. Tuvo lugar en 1446, con sucesivas am pliaciones, y al parecer vino m otivada por los constantes
abusos de la clase dom inante y por las continuas quejas del Com ún, que m otivaron levantam ientos, ya
en 1330, encabezado por Juan Núñez Arquero y, en 1439, por el chapinero Juan de Lobatón.
7
Los distintos y claram ente diferenciados grupos sociales del siglo XV, tiene su origen en la
distinción sobre vecinos establecida en el Fuero de Úbeda. Así, los señores (algunos de los cuales son
caballeros), caracterizados por ser propietarios de casa abierta, por estar exentos de pechar, por tener
derecho a disponer de servidores y por desem peñar una función m ilitar; los peones, dedicados
exclusivam ente a la guerra y en un estrato social inferior al de los caballeros; los m enestrales y judíos,
que no portan arm as y pechan; y los grupos inferiores, entre los que se distinguen m oradores (sim ples
transeúntes en la ciudad), siervos, jornaleros y m ancebos (con cierto grado de dependencia de los
señores) y hortelanos y pastores.
8
La figura de Francisco de los Cobos es la m ás em blem ática y conocida, pero no la única.
9
Fernández Álvarez (1984), p. 72.
10
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., Legajo Moriscos.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
13
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
enriquecimiento y las inversiones, creadoras, a su vez, de un fuerte desarrollo
urbanístico -en un proceso perfectamente estudiado por Ramón Carande11- que enlaza
con el nuevo mercado americano, con la subida de los precios agrícolas y con el
aumento de la población (causa y efecto al mismo tiempo en lo que se refiere a la
agricultura), y con la creación de mercados en otros lugares para el resto de los
productos, especialmente los alfareros y textiles, en creciente demanda. Pero hasta
qué punto esta simple mejora, que no gran crecimiento, de la producción y del
comercio pueda justificar un florecimiento tan espectacular en lo urbanístico, es algo
que no es fácil de explicar porque otros indicadores no nos lo permiten al repetirse
incluso esquemas conocidos ya de siglos anteriores12.
Con todo, en este estado general de mayor o menor riqueza, la ciudad crece y
asume un carácter señorial no sólo por sus grandes monumentos como por la multitud
de casonas y obras menores dispersas por todo el casco urbano.
El resultado de este proceso histórico es un conjunto histórico-artístico de 90 Ha.
que avala una compleja realidad por su extensión, pero también por su calidad, diversidad y monumentalidad13.
Pero, ¿cuáles son los rasgos fundamentales que lo definen? ¿qué momentos han
sido más determinantes en su creación?
De fundación islámica, la ciudad va a adquirir todas las características propias del
urbanismo musulmán: muralla, puertas, medina, adarves, calles sinuosas, pocos
espacios abiertos, arrabales... En palabras de Chueca Goitia un «[...] carácter privado,
hermético y sagrado que presta a este tipo de ciudad otra nota que podemos expresar
con la palabra secreto [...]»14.
¿No será producto de este «secreto» el calificativo de «recatada» acuñado por
Eugenio D’Ors al referirse a Úbeda?15 Lo cierto es que todavía en el siglo XIX la ciudad,
en palabras de Madoz, conservaba aspecto morisco: «Toda la población es de gusto
árabe. Su estructura, la tortuosidad de sus calles, el orden de los edificios y la
estrechez e irregularidad de los sitios en donde pudiera haber elegancia y comodidad
11
Carande (1977).
12
Sirvan com o ejem plo el levantam iento com unero, las crisis de subsistencias de 1521, 1529 y
1534, el m antenim iento de una población bastante estable a lo largo de prácticam ente todo el siglo, la
presión fiscal, las m alas cosechas, las desigualdades sociales, la inexistencia de una burguesía, etc...
13
Esta im portancia se ratifica por la declaración de Conjunto Histórico-Artístico en 1958, por la
nom inación en 1977 por el Consejo de Europa de Ciudad Ejem plar del Renacim iento, y por el
nom bram iento, junto a Baeza, por la UNESCO com o Patrim onio de la Hum anidad el 3 de julio de 2003.
14
Chueca Goitia (1980), p. 75.
15
D’Ors (1946), pp. 224-226.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
14
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
lo están demostrando [...]»16.
De la Úbeda islámica, que debió configurarse en torno a un centro neurálgico,
fuertemente amurallado17, constituido por una medina (con su mezquita mayor18 y un
zoco) y por una serie de arrabales, permanecen restos de muralla y de puertas, junto
con un entramado urbano en el que no faltan la mayoría de los rasgos propios del
urbanismo musulmán19.
Con la Reconquista, no se van a producir muchos cambios en la trama urbana,
aunque sí desde el punto de vista jurídico, político, social, cultural y de utilización del
territorio, que van a convertirla en un núcleo de población señorial.
En efecto, como ya quedó apuntado, nacen grandes propiedades agrícolas y,
como consecuencia, aumentan las inversiones inmobiliarias que poco a poco
modificarán la ciudad a causa de las nuevas ideas sobre el prestigio social, económico
y del sentido de la fama tan característico del Renacimiento.
Los principales cambios de los primeros siglos de la Úbeda cristiana vienen de la
mano de la conversión de las antiguas mezquitas en parroquias, en entidades jurídicoreligiosas, que dividen a la ciudad en once partes diferentes coincidentes en la mayoría
de los casos con los barrios intramuros y con los arrabales, de la construcción de
numerosos palacios y casonas solariegas, de la erección de conventos y de templos
16
Madoz (1845-1850/1988), pp. 236-237.
17
La bibliografía sobre la m uralla de Úbeda es am plia. Aquí destacaríam os com o obras
específicas y fundam entales las de Martínez Elvira (1984-89), Torres Navarrete (1981-1990) y (1985 a)
y Vañó Silvestre y Vañó Esteban (1975) por ser intentos de reconstrucción, pero quizá una de las m ás
com pletas y antiguas descripciones [sin m enospreciar la de Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 56-57 o la de
Toral Peñaranda (1975), pp. XII-XII)], es la que aparece en Madoz (1845-1850/1988), pp. 235-236: «[...]
de sus ant. m uros y torreones, solo existe una cortina que desde el S. parte al N. y se llam a la Caba:
desde aquí sigue hasta llegar á la plaza denom inada de Toledo, internándose luego en dirección NE. por
detrás de la calle Corredera hácia el conv. de las carm elitas descalzas; sigue en dirección E. hasta la
parr. de Sto Tom ás, donde tom a la de SO . para llegar a las de San Lorenzo y Sto. Dom ingo en cuyo
espacio sólo se encuentran algunos trozos ó restos de buenos lienzos de m uralla. Diez puertas facilitan
la entrada a c. que son, la de Granada, de San Lorenzo, de la calle Bentanas, de Sta. Lucia, de la cuesta
del Rosal, del Arco de las Descalzas, la de la plaza de Toledo, en donde hay dos ingresos con dos arcos,
la del Marqués, y la de la calle del Pozo. Adem ás hay otro arco, que se conoce no ha tenido nunca puerta,
el cual divide las calles Mesones y Nueva. Todas estas puertas, los 35 torreones que quedan y los m uros,
se hallan en m uy m al estado. Existe en la plaza de Toledo, com o parte de la m uralla, una alta torre, en
cuyo cuerpo superior está colocado el reloj de la c. por ser hoy el punto céntrico de la m ism a: sus rem ates
son bonitos y de algún gusto.».
18
Ocupaba el solar de la actual Iglesia Mayor Parroquial de Santa María de los Reales Alcázares.
19
Decía don Juan Pasquau en su sugestiva Biografía de Úbeda que en Úbeda «[...] hay calles
ociosas, calles inútiles que alargan un trayecto en lugar de acortarlo; calles que "se arrepienten", que
cam bian de dirección, a m itad de cam ino, cuando lo han pensado m ejor... Y otras que se ensanchan con
vocación de plazas, cuando m enos se espera; o que se estrechan hasta lo inverosím il, con el enfado
consiguiente de la Lógica y de los lógicos» [Pasquau Guerrero (1958/1985), p. 32].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
15
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
parroquiales y de la creación de otros edificios de carácter público o privado; pero,
también, del aumento de la población que provoca el ensanchamiento de la ciudad a
partir de las grandes rondas de la muralla, en dirección norte, este y oeste, una vez que
la función defensiva de ésta ha perdido importancia tras la caída de Granada.
El siglo XVI, con la conjunción de la prosperidad económica y del afán constructivo
de los grupos dominantes, se va a constituir como el período más importante en la
configuración casi definitiva de la ciudad, con varias constantes: los palacios, los
templos, las plazas y el Renacimiento, rompiendose la primitiva imagen medieval que
hasta entonces había perdurado, pero sin suponer un aumento cuantitativo del territorio
urbano.
El primer acontecimiento de importancia, por lo que arrastra de recuperación de
terrenos, de cambio en la apariencia
urbana medieval y de orientación en el
futuro espacio más emblemático de la
ciudad, es la demolición del Alcázar en
1507 por orden de los Reyes Católicos.
Se ponen ahora las bases para la
creación de un espacio amplio y abierto
(la actual plaza de Vázquez de Molina),
de clara influencia italiana, cuyo núcleo
fundacional fue el Alcázar, y con
posterioridad la Iglesia Mayor Parroquial de Santa María de los Reales
Alcázares, a partir del cual se erigen
los actuales edificios que bordean la
plaza siguiendo unos ejes fundamentales: el principal, determinado por la
Sacra Capilla del Salvador con los
palacios del Deán Ortega y de Juan
Vázquez de Molina; el segundo, por las
puertas principales de Santa María y
del Ayuntamiento; y un tercero, por la
de la Consolada, de la iglesia de Santa
María, con la del palacio del Marqués
PU ER TA D EL LOS AL O D E SAB IO TE
de Mancera; en una magistral jerarquización y diferenciación de espacios.
Lo que debió ser el zoco de la ciudad musulmana, la actual plaza del 1º de mayo
(Mercado), se constituye como el centro neurálgico de la vida municipal. Aquí, a la
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
16
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
sombra de la primitiva iglesia parroquial de San Pablo, se dan la mano edificios de
carácter religioso (iglesia de San Pablo y convento de San Andrés), de carácter
benéfico-sanitario (hospital de San Pedro y San Pablo) y las casas del Concejo, para
crear un ámbito de planta cuadrangular ideal para realizar en él todo tipo de
acontecimientos públicos, festivos y mercantiles, que copia modelos castellanos
porticando algunos de sus costados.
En lo que constituía el acceso a la entrada principal de la ciudad, la puerta de
Toledo, y al amparo de un viejo torreón de la muralla, que ahora se moderniza con el
añadido de un templete columnario para el reloj público, se crea un tercer espacio
público con funciones comerciales (también con soportales) del que van a partir las que
hasta el siglo XIX van a ser las grandes arterias expansivas del crecimiento del caserío
fuera del recinto amurallado: calle Trinidad, hacia el norte; calle Nueva, hacia el oeste,
con el horizonte del hospital de Santiago; calle Corredera, hacia el este y calle Rastro,
hacia el sur.
Al amparo de las puertas de la muralla, de las antiguas parroquias -aprovechando
los solares ocupados por sus cementerios20- y al de las recientes construcciones de
palacios, otros muchos espacios con forma de plazas (o mejor, en algunas ocasiones,
de más o menos amplios ensanchamientos de las simples calles) van a ir jalonando
el vetusto entramado urbano medieval para convertirlo en una nueva entidad de
carácter renacentista aún más evidente por el gran número de casonas con sus
portadas diseñadas según los dictados de las nuevas formas estéticas, bien
adinteladas, de grandes dovelas despiezadas y con la única decoración de una
moldura exterior; bien con gran arco de medio punto, de clave decorada y heráldica
en las enjutas21.
2.2. LA ÚBEDA DEL SIGLO XVII
2.2.1. CONSIDERACIONES PREVIAS
Realizar un estudio riguroso, que no exhaustivo por escaparse de los fines de este
trabajo, de la realidad de Úbeda en el siglo XVII como forma de comprender lo que de
20
Es con toda probabilidad el caso de San Isidoro, Santo Dom ingo y San Lorenzo.
21
Para conocer m ás profundam ente los aspectos relacionados con el urbanism o ubetense del
siglo XVI es recom endable la lectura de diversos trabajos de Moreno Mendoza. Nos referim os a la
«Introducción» de Úbeda (Guía histórico-artística de la ciudad [Moreno Mendoza (1985), pp. 9-51], a
«Concreción de la idea urbana: Úbeda» [Moreno Mendoza (1990)], a Úbeda Renacentista [Moreno
Mendoza (1993)], y a «Arqueología, retórica y ciudad en el Renacim iento Andaluz» [Moreno Mendoza
(1994)].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
17
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
condicionante pudiera suponer para la realidad del mundo artístico que estudiaremos
en el siguiente capítulo, requería acudir, como fuentes documentales principales entre
otras, a los padrones de repartimiento (para lo relativo a la población) y a las actas
capitulares (para lo relativo a la vida de la ciudad)22.
Las actas capitulares vienen a ser el reflejo preciso de la vida ciudadana en todas
sus características, necesidades, problemas, deseos y organización en lo social,
político y económico; y el hecho de que se conserven con pocas lagunas todas las del
siglo XVII facilita de forma concluyente el estudio y conocimiento de la misma.
En cuanto a los padrones de repartimiento, numerosos son los conservados, pero
lo incompleto de muchos de ellos y los diferentes motivos por los que fueron realizados
(Servicio Ordinario y Extraordinario, arreglo de puentes, arreglo de cárceles,
asentamiento de milicias...), hacen difícil su estudio y llegar a conclusiones totalmente
fiables sobre la población ubetense del Seiscientos.
Con todo, para llevar a cabo el estudio de la población y de todos los restantes
aspectos sobre los que proporcionan información, hemos optado por seleccionar cinco
padrones separados entre sí por una franja de tiempo en torno a los 20-25 años que
nos dan cinco períodos23:
a) Primer período: Padrón de Repartimiento de Quiebras del Servicio Real de los
años 1603, 1604 y 1605, realizado en 160624.
b) Segundo período: Repartimiento del Servicio Ordinario y Extraordinario de
162725.
c) Tercer período: Repartimiento para las Obras del Puente de Andújar de 164226.
d) Cuarto período: Repartimiento para las Obras del Puente de Córdoba de 167327.
e) Quinto período: Repartimiento del Servicio Ordinario y Extraordinario de los
22
Im portantes han sido tam bién una serie de docum entos sueltos (que en m uchas ocasiones
vienen a am pliar la inform ación de las actas capitulares) com o inform es, expedientes, solicitudes,
certificaciones, pleitos, requerim ientos, suplicatorios, cartas, instancias..., que en núm ero superior a
doscientos ejem plares para el siglo XVII, se guardan en el propio archivo.
23
Estos períodos se han utilizado no sólo en el estudio de la población sino tam bién, para
m antener cierta unidad (com o se verá), en otros capítulos de la obra, principalm ente en el que se refiere
a las realizaciones artísticas en Úbeda y otros lugares.
24
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 25/2.
25
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 26/2.
26
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 27/11.
27
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 28/17.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
18
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
años 1995/9628, Repartimiento de Milicias de 169729, Repartimiento para las Obras de
la Cárcel de Granada de 169830, Repartimiento para el Alojamiento de Soldados de
169931 y otro sin especificar de 169932.
Los datos extraídos de todos ellos han sido los siguientes: número total de vecinos
por calle; número de vecinos sujetos a pago; número de vecinos exentos de pago;
dinero total recaudado; motivos por los que no se está sujeto a pago (hidalguía,
religión, pobreza, viudedad y otras causas); relación nominal de los hidalgos; relación
nominal de los clérigos; vecinos procedentes de otros lugares, vecinos de otras etnias,
religiones o culturas; oficios y relación nominal de los vecinos de cada uno de los
oficios.
2.2.2. TERRITORIO
2.2.2.1. La ciudad y su termino
Constituida Úbeda como ciudad de realengo desde el mismo momento de la
conquista cristiana con un extenso territorio, producto de un gran número de mercedes
reales, bajo su jurisdicción, en el siglo XVII se conforma un término en torno a un
núcleo principal y a dos secciones ligeramente separadas de aquél del que quizá la
mejor descripción, por lo cercano en el tiempo (1752) y porque explica las causas de
su división, sea la reflejada en las respuestas dadas por la ciudad a las preguntas del
Catastro de Ensenada33 que nos hablan de un amplio territorio limitado, entre los más
significativos, por los de Baeza, Cazorla, Quesada, Santisteban del Puerto, Villacarrillo,
Sabiote, Jódar y Cabra del Santo Cristo (que había pasado a ser villa de señorío,
28
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/2.
29
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/1.
30
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/3.
31
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/5.
32
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/4. La razón de utilizar para este período m ás de un padrón de
repartim iento no es otra que la de que no se conserva en el A.H.M.Ú. uno com pleto para los últim os años
del siglo XVII.
33
La utilización de las respuestas dadas por Úbeda a las preguntas form uladas en el Catastro
de Ensenada va a ser algo habitual en este capítulo del trabajo por tres m otivos: la cercanía en el tiem po
al horizonte tem poral m arcado, la falta de datos que la docum entación conservada del siglo XVII nos
ofrece para algunos aspectos del estudio de Úbeda en ese siglo y la validez de las respuestas dadas en
1752 para el siglo anterior, confrontada en todas aquellas ocasiones en que ha sido posible la utilización
de fuentes docum entales pertenecientes al XVII.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
19
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
independizándose de Úbeda en 165934); atravesado por los ríos Guadalquivir y
Guadalimar y con el núcleo principal de población situado en el lado del poniente del
mayor de sus tres espacios, cerca de la línea divisoria del término de Baeza:
«A la tercera 35, dijeron que el térm ino de esta Ciudad se halla dividido en tres piezas:
- »la m aior, en que está situada la población, tiene, de levante a poniente, tres leguas
y un quarto de otra, que se puede andar en cinco horas; del norte al sur, seis leguas y m edio
quarto, que se puede andar en diez horas; y de circunferencia, treinta y una legua y m edio
quarto, que se puede andar en cinquenta y quatro horas y m edia. Confronta, a levante, con
el térm ino de las Villas de Cazorla y Quesada; a poniente, con el de la Ciudad de Baeza; al
norte, con los de las villas del Márm ol, Rus y Vílchez, y al sur, con los de Jódar y Cabra del
Santo Cristo;
- »la segunda pieza de dicho térm ino, llam ada la Cam piña Alta o Arroturas, dista de la
antecedente un quarto de legua; y quedó separada el año de m il seiscientos treinta y siete,
por haver conseguido privilegio de villa, con jurisdicción yndependiente de la de esta Ciudad,
su Aldea de la Torre de Pedro Gil, y se le señaló térm ino con extensión hasta el río
Guadalquivir para aguadero de sus ganados, de que resultó la separación de la pieza de que
se trata. La cual tiene, de levante a poniente, dos leguas y tres quartos, que se pueden andar
en quatro horas y tres quartos de otra; del norte al sur, una legua escasa, que se puede andar
en cinco quartos de hora; y de circunferencia, siete leguas y quarto y m edia de otra, que se
puede andar en trece horas. Confronta, a levante, con el térm ino de Villacarrillo; a poniente,
con el citado de la Torre de
Pedro Gil; al norte, con el de Saviote; y al sur, con el río
Guadalquivir, que divide el térm ino de Cazorla
- »la tercera pieza del predicho térm ino es el sitio de Olvera, distante de la prim era cinco
quartos de legua, que fue castellanía de esta Ciudad en tiem pos de los zarracenos, y desde
entonces quedó yncluida en su térm ino y jurisdicción. Ocupa de levante a poniente, tres
quartos y m edio de legua, que se pueden andar en dos horas; del norte al sur, tres quartos
de legua, que se pueden andar en hora y m edia; y de circunferencia, tres leguas y tres quartos
de otra, que se pueden andar en ocho horas y tres quartos. Confronta, a levante, poniente y
norte, con el térm ino del condado de Santistevan del Puerto, y al sur, con el río Guadalim ar,
36
que la divide del térm ino de Saviote» .
Como aspectos de interés sobre esta entidad territorial, por lo que de influencia
y condicionantes tienen para la globalidad del trabajo, intentaremos, aun cuando los
datos son descorazonadoramente escasos, acercarnos al estudio de la localización de
la ciudad, del relieve, de los suelos y vegetación, del clima, de la hidrografía, de los
caminos y de los núcleos de población distintos de la propia Úbeda.
34
Para todo lo referente a esta independencia puede consultarse Gila Medina (1989).
35
Se trata de la tercera pregunta: «Qué territorio ocupa el Térm ino: quánto de Levante a
Poniente, y de norte a sur: y quánto de circunferencia, por horas y leguas: qué linderos, o confrontaciones; y qué figura tiene, poniéndola al m argen.»
36
Cam pos y Cam arero (1994), pp. 57-58.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
20
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
El relieve del término de Úbeda no es otro que el de comarca en el que se
encuadra: La Loma de Úbeda37, y en consecuencia, se caracteriza por una altitud
media de 700 metros con mayor altura hacia el nordeste y menor en las proximidades
del río Guadalquivir, hacia el sur, con numerosos cerros en uno de los cuales se
levanta Úbeda.
Se sitúa Úbeda, así, sobre un cerro de 756 metros de altitud asomado al fértil valle
alto del Guadalquivir, orientando hacia el sur el extremo de la población en el que se
desarrolló el Alcázar en una situación estratégica, como dijimos, privilegiada.
La fertilidad de sus suelos, como soporte de la principal actividad económica de
la Úbeda del XVII, se puede calificar, independientemente de términos científicos38, de
media y alta y permitió una gran variedad de especies, fuera de las cultivadas, entre
las que destacarían las propias de la meseta de La Loma, las de sus laderas y las de
sus ríos.
En la meseta, con suelos de naturaleza margo-caliza, domina la encina. En los
lugares frescos el quejigo y el enebro pasa a sustituirla. El sotobosque, no muy denso,
se compone de arbustos y lianas con especies frecuentes como el espárrago triguero
y la madreselva. Los coscojales, primera etapa de la regresión del encinar hacia el
matorral denso, estarían formados por arbustos espinosos como el majuelo y la
coscoja. Si los suelos son más favorables y la erosión no ha hecho acto de presencia,
se pueden presentar retamales. El matorral degradado, con suelos pobres y
erosionados, se compone de jaras, retamas, atochares, esparto, tomillares, romerales,
aliagares y lastonares.
En las laderas, entre los 650 y los 400 metros de altitud, como zona en la que se
extiende mayoritariamente el término de Úbeda, podemos distinguir las depresiones
del Guadalimar y la del Guadalquivir. En ambas predominaría el matorral denso
(coscoja, acebuche, lentisco, cornicabra, espino y estepa blanca) y los encinares,
asociados con el lentisco, madroño y espárrago triguero, progresivamente adehesados
37
Se sitúa la com arca natural de La Lom a en el centro de la provincia de Jaén uniendo el valle
del Guadalquivir con Levante, la alta Andalucía, las provincias orientales y, a través de Sierra Morena,
con la subm eseta sur, constituyéndose com o un lugar privilegiado por lo que de cruce de cam inos y
conexión ha supuesto para Andalucía con respecto a las zonas oriental y centro de la Península. Desde
el punto de vista geom orfológico, se trata de un interfluvio de cincuenta kilóm etros de largo por diez de
ancho entre el río Guadalquivir, al sur, y el Guadalim ar, al norte, constituido por m ateriales del Mioceno
de naturaleza detrítica suavem ente m odelados en lom as y vallonadas por acción del tiem po y de los
agentes geológicos.
38
Según el Mapa de suelos de la provincia de Jaén, elaborado por el Departam ento de
Edafología y Quím ica Agrícola de la Universidad de Granada y publicado por la Excm a. Diputación
Provincial de Jaén en 1987, se tratan de suelos calificables com o cam bisoles cálcicos y regosoles
calcáreos que se desarrollan sobre m argas, m argocalizas y areniscas donde la topografía general es
colinada, aflorando en las cotas altas los m ateriales m enos deleznables.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
21
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
con grandes zonas de retama y gramíneas.
En las proximidades de ríos y riachuelos se presenta una vegetación típica de
ribera con especies como el álamo blanco, álamo cano, álamo balsámico, álamo negro,
sauce rojo, sauce, sauce llorón, fresno, etc. Los
cañaverales aparecen con mayor densidad en el río
Guadalquivir. Como arbusto común tanto en el
Guadalquivir como en el Guadalimar encontramos
la adelfa.
En lo que se refiere al clima, los datos son muy
escasos. En realidad se limitan a las noticias
recogidas en las actas capitulares que con frecuencia referencian grandes épocas de sequía o de
temporal pero no a las temperaturas u otros elementos climatológicos.
El clima de Úbeda y su término puede ser
encuadrado en el tipo mediterráneo con tendencias
TÉR M IN O M U N IC IPAL SEG ÚN
continentales y dos estaciones predominantes: una
EL C ATASTR O D E EN SEN AD A
cálida y seca que abarca desde los meses de mayo
a septiembre y otra húmeda y no demasiado fría de octubre a marzo.
Centrándonos en la termometría, hemos de decir que la temperatura media anual
se sitúa cerca de los 17-180C, valor que podemos considerar elevado como corresponde a un emplazamiento meridional, alejado de cualquier tipo de influencia marina. Los
meses más fríos son diciembre, enero y febrero, y los más cálidos junio, julio, agosto
y septiembre. La temperatura máxima media se sitúa por encima de los 200C,
alcanzando valores extremos de más de 400C. La oscilación térmica, al situarse en
torno a los 20-210C, podemos considerarla elevada y propia de los rasgos continentales que se dan en la zona.
La pluviometría presenta marcadas diferencias de unos años con otros aunque
como media anual podemos hablar de 550 a 600 litros. Estas precipitaciones se
centran en primavera y otoño como corresponde a la mediterraneidad del clima, y son
mínimas o nulas en los meses de julio y agosto. Las precipitaciones en forma de nieve
han sido siempre esporádicas y extraordinarias. Como media, los días de sol se sitúan
en torno a los 130.
Los vientos predominantes son los del noroeste, el del oeste (ábrego) y el solano
o del sudeste.
Fenómenos como la niebla, el rocío y la escarcha son relativamente abundantes
en los meses invernales.
Desde el punto de vista agroclimatológico, pues, nos encontramos con una zona
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
22
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
calificable como mediterránea continental templada que proporciona un marco
inmejorable para el cultivo de hortalizas, leguminosas y frutales.
El Guadalquivir, el Jandulilla y el Guadiana Menor (al sur) y el Guadalimar (al
norte) con sus afluentes y arroyos constituyen la red hidrográfica principal del término.
Sobre las vías de comunicación apunta la profesora Parejo Delgado, trabajando
con datos ofrecidos por el Itinerario de Hernando Colón de 1517, que la red topológica
de Úbeda se caracterizaba en la Baja Edad Media y en los comienzos del siglo XVI por
su baja tasa de conectividad y por su centralidad, siendo Úbeda el lugar mejor
comunicado con caminos hacia Baeza, Sabiote, Albanchez, Jódar y Cazorla y las villas
de su Adelantamiento39.
Por nuestra parte, pensamos que las características de baja conectividad y
centralidad no descienden en el siglo XVII y que los caminos principales siguieron
siendo los citados40 no debiendo cambiar mucho, desde el punto de vista morfológico,
de lo descrito por Madoz:
«Casi todos los (cam inos) que cruzan este part. son de herradura y se ponen
intransitables en tiem po de lluvias y nieves, hasta el extrem o de perecer algunas caballerías
que quedan com o enclavadas en el lodo. Los principales, y pueden llam arse únicos que
m erezcan el nom bre de tales, son: el de las Carretas que viene del juzgado de Villacarrillo, por
el cual bajan las m aderas que se traen de Sierra de Segura: es estrecho y se pone
intransitable en tiem po de nieves. El carril entra en el part., procedente tam bién del de
Villacarrillo: es igualm ente m alo y sólo sirve para las carretas del cam po y conducir tinajas. El
de la Mancha o de Toledo deja el part. de la Carolina para entrar en el que describim os por
la barca de los Escuderos; es sin disputa el peor de todos los del partido. La Vereda Real o
paso de las Vacas procede tam bién de la Carolina: por este cam ino pasan los ganados
trashum antes cuando van a Andalucía a m udar de pastos: tiene 90 varas de ancho y hay en
ciertos parajes o trechos un descansadero donde hacen noche los ganados. Por el llam ado
de Villacarrillo transitan cuantas personas bajan de Sierra de Segura, y desde Úbeda pasan
a Baeza para ir a Jaén. En dirección de Granada hay dos cam inos: uno el conocido con este
nom bre, y el otro con el de Mazuecos; am bos son de herradura y de m al tránsito, particularm ente en tiem po de lluvias o nieves. Los dem ás del part. son los de com unicación de los
pueblos entre sí, y todos en el invierno se ponen intransitables.»
41
.
En el Concejo siempre existió la preocupación de cuidarlos y mantenerlos
39
Parejo Delgado (1988), pp. 27-28.
40
En este sentido, puede ser revelador el nom bre de algunas de las puertas del recito
am urallado: Sabiote, Granada, Quesada, Jaén y Toledo; y la perm anencia de los viejos cam inos de
Granada y Baeza.
41
Madoz (1845-1850/1988), pp. 242-243. Los pueblos del térm ino que se citan son Canena, Rus,
El Márm ol, Sabiote y Torreperogil.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
23
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
transitables aunque no siempre fue posible por falta de recursos o por la dificultad para
repararlos mediante derramas de los vecinos, que era lo habitual, cuando la presión
fiscal se hacía insostenible42.
También contó el término con varios puentes sobre los principales ríos que lo
recorren. La puente Vieja, de fábrica romana y gótica, situado sobre el Guadalquivir a
la altura de Úbeda la Vieja, y el de Ariza, única obra de ingeniería documentada de
Andrés de Vandelvira, sobre el Guadalimar, fueron los más importantes, pero no
faltaron otros menores además de diversos vados y barcos43.
Finalmente, retomando la descripción del término con que comenzábamos, decir
que a lo largo del siglo XVII Úbeda va perdiendo jurisdicción sobre algunos de sus
lugares que pasan a convertirse en villas independientes, como son los casos de Cabra
del Santo Cristo y de Torreperogil44, o en villas de señorío, como ocurre con la Dehesa
de Torralba, situada en la margen derecha del Guadalquivir (1617), El Ayozar, situado
junto a Torreperogil (1615) y La Aldehuela, situado en la margen derecha del
Guadalquivir, junto a la carretera de Torreperogil a Huescar (1617)45. Por tanto, al
finalizar el siglo únicamente permanece como poblados anejos los de Santa Eulalia u
Olaya, que aparece dependiendo de la colación de Santa María en todos los padrones
de repartimiento consultados; la Torre de Garcifernández y Puente Vieja, en el de
1605; Guadiana, en el de 1627; y Calatrava, en el de 1642.
2.2.2.2. Organización del espacio urbano
La permanencia del fuerte recinto amurallado medieval, ya con su finalidad militar
olvidada pero con renacientes funciones sanitarias que protejen a la ciudad en las
numerosas epidemias de peste registradas, manteniéndose íntegramente a lo largo
de todo el siglo XVII condiciona la organización del espacio urbano de Úbeda en dos
42
Algunas de estas reparaciones de cam inos así com o las de los puentes se verán en el capítulo
en el que se estudian las realizaciones.
43
El llam ado «barco del Guadalquivir» aparece profusam ente en las actas capitulares casi
siem pre haciendo referencia a su arrendam iento a diversas personas o a las reparaciones que
necesitaba.
44
Los procesos de independencia pueden conocerse, respectivam ente, en Gila Medina (1989)
y Torres Navarrete (1983).
45
Torres Navarrete [(1990 c), f. 12-18] estudia, basándose en distintas actas del Cabildo
ubetense, el proceso de desgajam iento de estos tres lugares para convertirse en villas de señorío e,
incluso, algunos de los acontecim ientos acaecidos con posterioridad en relación al descontento de la
ciudad de Úbeda.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
24
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
entidades claramente diferenciadas: la situada intramuros y la situada extramuros46.
Mientras que en la primera la trama mantiene una morfología de carácter irregular
típicamente árabe, en la segunda (como ya apuntamos) el desarrollo a partir de la
plaza de Toledo de una serie de arterias radiales, proyectadas hacia los puntos
cardinales, van a permitir el florecimiento de arrabales, de los que algunos (colaciones
de San Isidoro y San Nicolás) disfrutan de tal fuerza expansiva que se constituyen
como las zonas más desarrollistas, desde el punto urbanístico y demográfico, de la
ciudad desde la Baja Edad Media.
En efecto, la muralla se mantiene en toda su perímetro con la salvedad de la
desaparición del muro divisorio del Alcázar con el resto de la población, mostrándose
la ciudad al exterior, en descripción de Rodrigo Mendez Silva de 1645, «con fuertes y
torreados muros, hermoseada de vistoso alcázar [...]»47.
Los muros de la cerca, de la que permanecen abundantísimos restos y de la que
ya apuntamos la descripción de Madoz con otras posibles interpretaciones, desde un
punto de vista arqueológico, se caracterizan por una altura media de unos ocho metros
de aparejo de mampostería irregular y con ripios, en su parte inferior, y de hiladas más
regulares en su parte superior. En lo que se refiere a las torres, presentan una doble
disposición de los paramentos: las que mantienen el aparejo descrito y las que desde
su base se estructuran en hiladas regulares. En las puertas predomina la sillería
labrada. Como excepción, las torres y muros de la zonas sur, lo que fueron los muros
exteriores del Alcázar, presentan una labor de sillares alargados y planos típicamente
almohades48.
La coronación de los muros carecía de almenas, pero no de camino de ronda, y
sólo constan como elementos defensivos aspilleras, colocadas de trecho en trecho y
46
Aunque el recinto se m antiene, no faltaron num erosos m om entos, de los que dan cuenta las
actas capitulares, en los que el deterioro de la m uralla se hace evidente. De ello darem os cuenta en el
capítulo dedicado a hablar de las realizaciones.
47
Méndez Silva (1645/1949), p. 1.624.
48
Basándose en estos datos, Vañó Silvestre y Vañó Esteban [(1975), p. 27] apuntan una
cronología de la m uralla con cuatro m om entos clave: «a) El recinto am urallado árabe, com prendía la
ciudad y la ciudadela, si bien no tenía m ucha altura, o la que tuvo en m uchas zonas fue destruida en los
períodos de Alfonso VII y Alfonso VIII, en sus incursiones y arrasam ientos de la ciudad. b) En 1214 los
alm ohades reparan la m uralla con una construcción m ás perfecta y rehacen puertas com o la del Baño
y la de Bahud, sobre el tosco aparejo de la m uralla prim itiva. Sus restos son los que quedan en las torres
y m uros exteriores del Alcázar. c) Ocupada Úbeda definitivam ente por los cristianos y convertida en plaza
fronteriza por m ucho tiem po, la m uralla es elevada en altura con m am postería de tipo castellano y se
recrecen las torres o se construyen nuevas, salvo en la zona del Alcázar, que por la inexpugnabilidad
antes dicha, no era preciso y por ello, su coronación sigue siendo alm ohade. d) Las puertas que hubieron
de reconstruirse por com pleto, ya se hicieron de buena sillería en estilo m udéjar, por haber aprovechado
los cristianos la m ano de obra y artífices m usulm anes, que quedaron en la ciudad después de la definitiva
conquista.»
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
25
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
en las torres, o matacanes, en los lugares
más vulnerables como las puertas.
Teniendo en cuenta que el perímetro
de la muralla se respetó hasta bien entrado el siglo XIX, fácil es comprender que
una masa petrea de ese volumen y longitud condicionó de forma absoluta el aspecto y el urbanismo de la ciudad no sólo por
sus muros sino también por otros elementos constitutivos como la barbacana, las
puertas y las torres.
La existencia de una barbacana en los
puntos más vulnerables de la cerca está
documentada por unos excasos restos
PLAN O ID EAL D E LA M U R ALLA
pétreos, en lo que fue camino viejo de
D E Ú BED A EN EL SIGLO XVII:
C olación de Santa M aría; 2. C olación de San Pablo; 3.
Granada, para el caso de la existente en la 1.
C olación de San Pedro; 4. C olación de Santo Dom ingo; 5.
zona sur delante de la puerta de Granada, C olación de Santo Tom ás; 6. C olación de San Lorenzo; 7.
C olación de San Juan Evangelista; 8. C olación de San Juan
y por otros restos más extensos y testimo- Bautista; 9. C olación de San M illán; 10. C olación de San
N icolás; 11. C olación de San Isidoro.
nios documentales para el caso de la A. Puerta de Granada; B. Puerta de San Lorenzo; C . Puerta de
Cava ¿Barricuenca?; D . Puerta de la C alancha; E. Puerta de
existente en lo que fue costado oeste del laToledo;
F. Puerta de la calle C orredera; G. Puerta de la
C oronada; H . Puerta del Losal o de Sabiote; I. Puerta de
Alcázar que ya en el siglo XVII formaba Q uesada o de Santa Lucía; J. Puerta de Bahud; K. Puerta de
parte de los muros perimetrales de la los Zapateros y puerta del Baño; L ?. Puerta de Jaén.
Colegiata49.
Por el estado de la investigación sobre este tema, por la observación directa y por
los datos encontrados en los fondos documentales consultados, podemos apuntar que
en el siglo XVII Úbeda contó con las siguientes puertas en su muralla:
a) En el flanco sur: la de Granada, única todavía conservada con la del Losal o
Sabiote, situada en la línea divisoria de las colaciones de San Lorenzo y Santo
Domingo; la de los Zapateros, situada en la confluencia del muro oeste del Alcázar con
el de la cerca exterior, junto a uno de los torreones almohades, que sólo conserva el
arranque del arco; la del Baño, enfrente de la anterior, de la que se conserva el
arranque del arco; la de San Lorenzo, de la que nada se conserva, situada junto a la
iglesia de esa advocación; y la de Jaén, tampoco conservada, situada en el ángulo del
sudoeste.
b) En el flanco oeste: la de la Cava, citada por Madoz como la de la calle del Pozo,
49
Pueden verse Alm agro García (1989) y Alm agro García y Ruiz Fuentes (1986-1989) para todo
lo relativo a la barbacana del Alcázar asociada a la iglesia de Santa María.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
26
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
reconstruida en los años setenta a partir de los restos de un arco; y la del Marqués,
más al norte, destruida clandestinamente a finales de los sesenta.
c) En el flanco noroeste: la de Toledo, quizá la más importante de la ciudad por ser
doble y por encontrarse en la entrada a la misma por el camino de Toledo.
d) En el flanco norte: la hoy reinventada de las calles Ventanas y Corredera,
citada por Madoz y cuya existencia en el lugar en el que ha sido reconstruida se
supone por la existencia en ese lugar de la única torre albarrana y de planta octogonal
de todo el recinto; y la de la Coronada o de las Descalzas, que recibe el nombre de los
conventos situados en sus cercanías.
e) En el flanco este: la de Sabiote o de Losal, mudéjar y en perfecto estado de
conservación; la de Quesada o de Santa Lucía, reedificada en la actualidad a partir del
arranque de un arco conservado hasta nuestros días; y la de Baud, de la que serían
restos los muros y arcos de herradura conservados en el interior de dos casas de los
Miradores del Salvador50.
Vemos, pues, que del total de puertas, por el proceso de destrucción de la muralla
iniciado en el siglo XIX en aras de la modernidad de la que dan cuenta los libros de
actas capitulares, sólo dos: la de Granada y la de Sabiote o del Losal han llegado hasta
nuestros días; tres: la de la Cava, la de la calle Corredera y la de Quesada o Santa
Lucía han sido reconstruidas siguiendo como modelo las conservadas; tres: la de los
Zapateros, la del Baño y la de Baud conservan el arranque de sus arcos; y cinco: la de
San Francisco, la de Jaén, la de La Calancha, la de Toledo51 y la de la Coronada no
han dejado ningún vestigio.
La puerta de Granada se abre en un amplio lienzo de muralla sin protección de
torres pero sí con la de un matacán ligeramente desplazado de la vertical del arco. En
la actualidad presenta vano de medio punto con grandes dovelas de carácter cristiano
(siglo XV) que debió sustituir a otro más antiguo que hoy aparece cegado justo en la
vertical del matacán citado. La presencia de una fuente abrevadero, a su derecha, la
existencia de una tenería en sus inmediaciones y la fragilidad de una puerta sin
torreones defensivos, justificaría que delante de esta puerta se construyera una
barbacana.
La puerta del Losal o de Sabiote, ampliamente documentada a lo largo de todo el
50
Alm agro García [(1989), pp. 16-18] docum enta varias puertas m ás pertenecientes a los m uros
del Alcázar que no desaparecieron, tras el derribo de principios del siglo XVI, por pertenecer ya a la
fábrica de Santa María. Entre ellas se destacarían la del Alcázar, com o acceso desde el interior de la
iglesia al barrio del Alcázar; la del Sol com o acceso desde el m ism o lugar a la barbacana del costado del
oeste; y un portillo de traza rom ánica, hoy integrado en el claustro, que com unicaba la iglesia con el Llano
de Santa María.
51
De la puerta de Toledo, gracias a las condiciones de obra conservadas sobre ella,
presentarem os una reconstrucción en el capítulo de realizaciones.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
27
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
siglo XVII, presenta una morfología gótico-mudéjar de doble arco túmido sobre pilares
octogonales, en lo que es propiamente el vano de paso, y de un gran arco de medio
punto volado, que a modo de matacán recorre la parte superior del muro, apoyado
sobre el lienzo de muralla que perpendicularmente se une con la puerta y en un torreón
enfrentado al mismo52.
Las torres, de las que en la actualidad se conservan 26, presentan dos tipologías
básicas de planta cuadrada y una excepcional de planta octogonal53.
En el primero de los casos, una de las tipologías se nos presenta en forma de
cubo macizo de la misma altura en su meseta que el camino de ronda; la otra, situada
en lugares de mayor importancia defensiva, es de mayores dimensiones, constando
de un cubo también macizo y un cuerpo abovedado, que sobresale sobre la parte
superior de la muralla, al que se accede desde el camino de ronda por una escalera
y un portillo de traza gótica y desde la sala abovedada por una escalera empotrada en
el muro.
Excepcional es, como apuntábamos, la existencia de un torreón situado en la
actual calle Corredera, junto a uno de los lienzos de muralla desaparecidos
completamente, por su planta octogonal y por su situación con respecto a la muralla
al separarse varios metros de ella. Macizo hasta la altura del adarve, se corona con
una sala cubierta de bóveda de paños con nervios y por un adarve con matacanes
lobulados, sobre los que descansan hornacinas góticas, en caras alternas.
Contó, además, la ciudad con una serie de torres vigía y fortalezas en los
arrabales y cercanías de la población. Ruiz Prieto54 cita las del cerro de la Horca, la de
San Antonio, la de la Atalaya, la del Torrero, la de Torrejón y la de la Torre Nueva,
única que ha permanecido en pie hasta nuestros días. Se trata de una construcción de
planta cuadrada, muy modificada con el tiempo, con muros de mampostería de más
de un metro de espesor, en cuyo interior se conservan dos salas superpuestas, con
bóveda de cañón rebajada, y una tercera, añadida con posterioridad.
En otro orden de cosas, las once colaciones o parroquias instituidas a partir de la
Edad Media se mantienen durante todo el siglo XVII como forma de organización
52
Sobre las puertas reconstruidas sólo apuntam os que se han seguido el esquem a de la del
Losal para la de Santa Lucía y el de la desaparecida de La Calancha (que subsistió hasta los años
sesenta) para la de la Cava.
53
Vañó Silvestre y Vañó Esteban [(1975), p. 20] apuntan la posibilidad de que las desaparecidas
pueden sum ar ocho: dos en la Corredera, una en la puerta de Santa Lucía, una en la calle Baja del
Salvador, una en San Lorenzo, una en la Cava, una en la plaza del Marqués y una en la puerta de Toledo.
Adem ás, habría que sum ar las tres, pertenecientes al Alcázar, que hoy vaciadas para albergar capillas
o en su estado m ás o m enos original form an parte del m uro oeste de la parroquial de Santa María
[Alm agro García (1989), pp. 15-18].
54
Ruiz Prieto (1906/1982), p. 57.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
28
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
religiosa, fiscal, social y administrativa.
Siguiendo el mismo orden establecido por Ruiz Prieto55 atendiendo, según él, a
la antigüedad de la fundación de los templos, fueron las siguientes: Santa María de los
Reales Alcázares, San Pablo, San Pedro, Santo Domingo de Silos o de los Abades,
Santo Tomás, San Lorenzo, San Juan Evangelista, San Juan Bautista, San Millán, San
Nicolás y San Isidoro56.
Santa María de los Reales Alcázares, Iglesia Mayor Colegial desde 1258 a 1852,
se sitúa intramuros en el Llano del Alcázar (actual plaza de Vázquez de Molina o de
Santa María) ocupando el solar de la mezquita mayor y parte del antiguo Alcázar de
la ciudad, siendo sus muros externos partes
de los que lo conformaban.
Durante el siglo XVII esta parroquia se
extendió sobre una veintena de calles y plazas situadas en el extremo sudeste de la
ciudad y sobre los distintos poblados que a lo
largo de la centuria dependieron de la misma:
Santa Eulalia, Torre de Garcifernández,
Puente Vieja, Guadiana y Calatrava.
Lindaba la colación con las de San Pablo
(norte), Santo Tomás (nordeste), San Juan
Evangelista (sudoeste) y San Lorenzo (oeste).
La toponimia es bastante cambiante
principalmente porque los nombre de las
calles se asignan atendiendo a los hidalgos o
D ISTR IBU C IÓ N D E LAS PA R R O Q U IAS EN EL SIG LO
personas conocidas que en ellas vivían. Sólo XVII: 1. S anta M aría; 2. San Pablo; 3. San Pedro; 4. Santo
D om ingo; 5. Santo Tom ás; 6. San Lorenzo; 7. San Juan
encontramos dos nombres que se repiten en Evangelista; 8. San Juan Bautista; 9. San M illán; 10. San
los cinco padrones: Real Viejo y Carnicerías N icolás; 11. San Isidoro.
y, en cambio, son 14 las que aparecen una
única vez.
A lo largo de toda la centuria, tomando como base documental las cinco series
de padrones ya citadas anteriormente, fueron las siguientes: Tesorero: 1605, 1642,
1673; Huescar: 1605; Canónigo Vera: 1605; El Cañuto: 1605, 1627, 1642, 1673;
55
Ruiz Prieto (1906/1982).
56
Tras la reestructuración el pasado siglo de las parroquias de Úbeda, Santo Dom ingo, Santo
Tom ás, San Juan Evangelista, San Juan Bautista, San Pedro, San Lorenzo y San Millán dejaron de
funcionar com o tales para pasar a depender sus colaciones de la de Santa María: Santo Dom ingo, San
Lorenzo, San Pedro, San Juan Bautista y San Juan Evangelista; de la de San Nicolás: San Millán; y de
la de San Pablo: Santo Tom ás.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
29
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
plazuela de Don Alonso: 1605; Pedro Díaz: 1605; Don Rodrigo o plazuela de Don
Rodrigo: 1605, 1627; plazuela de Don Perafán o Pedro Afán de Ribera: 1605, 1627,
1673; Don Bernardino Salido: 1605; Salvador, Frente al Salvador o El Salvador: 1605,
1627, 1642, 1673; Don Bartolomé: 1605; Lorenzo Soto: 1605, 1627, 1642; Juan
Vázquez: 1605; La Plaza: 1605; Las Armas: 1605, 1642; Real Viejo: 1605, 1627, 1642,
1673, 1697; Las Carnicerías: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Portería Madre de Dios
o Las Monjas: 1627, 1642, 1673, 1697; Sastrería: 1627; La Rúa: 1627, 1642, 1673,
1697; Camarero Vago o Camarero: 1627, 1642; plaza de Abajo: 1627, 1642, 1673,
1697; plazuela de Juan de Carvajal, Juan de Carvajal o plaza de Carvajales: 1627,
1642, 1673, 1697; Fernán Mejías: 1627; El Campillo: 1627, 1673; Estudio: 1627;
plazuela Alonso Porcel o de Don Alonso: 1627, 1642; Moral: 1642; El Cortijuelo: 1627,
1697; Rodrigo del Castillo: 1627, 1642; Llano de Santa María o El Llano: 1642, 1697;
Puerta de Quesada: 1642; Pedro de Baeza: 1642; Juan de Saro: 1673; Los Cabríos:
1673; El Paraiso: 1673, 1697; plazuela de Luis Salido: 1673, 1697; Juan Rincón: 1673;
El Contador: 1673, 1697; Doña María Méndez o Los Méndez: 1673, 1697; Pastelería:
1673; Salvajes: 1673, 1697; plaza de Lorenzo Fonseca: 1697; Postigo de Santa María:
1697; Frechel: 1697.
Como poblados anejos aparecen: Puente Vieja: 1605; Santa Olaya: 1605, 1627,
1642, 1673, 1697; Torre de Garcifernández: 1605; Guadiana: 1627; Calatrava: 1673.
La colación de San Pablo, situada intramuros en el lado norte de la plaza del
Mercado, se extendía hasta los límites de las de Santa María (sur), Santo Tomás
(sudeste), San Nicolás (norte), San Pedro (noroeste) y Santo Domingo (sudoeste), en
una quincena de calles. Como en el caso de Santa María, y por las mismas razones,
la toponimia es bastante cambiante, aunque ahora son siete las calles que aparecen
en todos los padrones: Las Armas: 1605, 1642; Real: 1605, 1627, 1642, 1673; Sobre
las dos Puerta o Entre las dos Puertas: 1605, 1673, 1699; Santa Catalina y La Imagen:
1605; Don García: 1605, 1627; Las Parras: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Alameda:
1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Cárcel Vieja o La Cárcel: 1605, 1627, 1642, 1673,
1699; Pedro Nieto y Fernando Mesías: 1605, 1627; Antón de Cazorla: 1605; plazuela
de Don Alonso: 1605, 1627, 1642; Montiel: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Losar o
Rosal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; El Mercado o plaza del Mercado: 1605, 1627,
1642, 1673, 1699; San Pablo: 1605, 1627, 1642; Juan de Sanmartín: 1605; Tercia:
1605; El Estudio o Estudio: 1605, 1627, 1642, 1673, 1699; Linares: 1605; Espaldas de
la Cordonería: 1605; La Sastrería: 1627; Rodrigo de Jerica: 1627, 1642; Hernán
Crespo: 1627, 1642, 1673, 1699; La Compañía o Compañía: 1627, 1642, 1673, 1699;
Blas González: 1642, 1673; plazuela del Marqués: 1673; Don Cristóbal Mesía: 1673,
1699; Don Fernando de Mora: 1699; plazuela de Don Luis de la Cueva: 1699; Rúa:
1699.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
30
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
San Pedro, tomando como centro la parroquia y plaza de su nombre, se conforma
intramuros en torno a una decena de calles y plazas teniendo como límites las
colaciones de San Pablo (este), Santo Domingo (sur), San Lorenzo (sur), San Nicolás
(nordeste) y San Isidoro (noroeste).
A lo largo del siglo la toponimia es la siguiente: Real: 1605, 1627, 1642, 1673,
1697; Jerquía o Jerquías Baja y Alta: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Don Luis de
Molina: 1605; Gabriel de Méscua o Méscuas: 1605, 1642, 1673; plazuela del Jesús o
El Jesús: 1605, 1627, 1673; Don Pedro de Biedma: 1605; Detrás de San Pedro: 1605;
San Pedro: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Los Caldereros: 1605, 1627, 1642, 1673,
1697; Santa Clara: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Villamor: 1627, 1673, 1697; Don
Diego Ortega: 1642; El Postigo: 1673, 1697; Jesús: 1673; Simón Gutiérrez: 1697;
Estrada: 1697.
Santo Domingo se sitúa intramuros limitando con las colaciones de San Lorenzo
(oeste), San Pedro (norte), San Pablo (este) y Santa María (este).
Sin lugar a dudas su toponimia es la más cambiante de las 11 colaciones pues
sólo la calle Real Viejo es la única que se mantiene a lo largo de todo el siglo. Ésta y
las restantes se presentan así: El Postigo o Postigo de la Calancha: 1605, 1627, 1642,
1697; callejuela de María Abril: 1605; Antonio Becerra: 1605; Santo Domingo: 1605,
1627; Horno de Santo Domingo u Horno: 1605, 1627, 1697; Puerta de Granada: 1605,
1627, 1642, 1697; Comendador Monsalve: 1605; Juan de Valencia: 1605; Diego Pardo
o Domingo Pardo: 1605, 1627; Capitán Salido: 1605; Rodrigo de Castro: 1605, 1627;
Real Viejo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Santa Clara: 1605, 1627, 1673, 1697;
Cristóbal de Megía o Cristóbal Mesía: 1605, 1627, 1642, 1673; Gradas de Santo
Domingo o Las Gradas: 1627, 1673, 1697; Sol y Luna: 1642; Padilla: 1642; Antonio de
Molina o Pedro de Molina: 1642, 1673; Juan de Medinilla: 1642; Juan Godínez Prior:
1642; Fernando de Ribera: 1673; Martín de Narváez o Narváez: 1673, 1697; Pedro
Cárdenas o Cárdenas: 1673, 1697; Magistral: 1673; Marqués: 1697; Viedmas: 1697;
El Llano: 1697; Juan Duque: 1697; ¿Crespo?: 1697.
Santo Tomás junto con las colaciones de San Juan Evangelista y San Juan
Bautista fue la menos extensa pero, a diferencia de ellas, se titúa intramuros. Sus
límites vienen marcados por las colaciones de Santa María (sur), San Juan Bautista
(este), San Millán (nordeste) y San Pablo (norte y oeste).
La toponimia es relativamente estable: Santo Tomás: 1605, 1627, 1642, 1673,
1697; Callejón: 1605, 1642; Losar o El Rosal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El
Carmen: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El Bote: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697;
Espartería: 1605, 1627; Hospital de San Pedro y San Pablo: 1605; Los Toros: 1605,
1627, 1642; Rodrigo de Biedma o Don Rodrigo: 1605, 1627, 1642; plazuela de Cobos:
1627, 1642, 1697; plazuela de la Iglesia: 1642; El Mercado: 1642, 1673, 1697;
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
31
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Francisco de Segura: 1642; Matilla o Matillas: 1642, 1697; Estudio: 1642; Horno
Contador o Contador: 1673, 1697; El Mirador: 1697; calle sin salida: 1697.
San Lorenzo, situada también intramuros, se localiza en el sur de la ciudad al
límite de Santo Domingo (este), San Pedro (norte), Santo Domingo (este) y San Isidoro
(oeste).
El grado de cambio en la toponimia es mediano: San Lorenzo: 1605; Pozo o El
Pozo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Juan de Alvarado o Alvarado: 1605, 1627; Horno
de Serrano: 1605, 1627, 1642; La Chacona: 1605, 1627; 1642; Merlín o Antón Merlín:
1605, 1627, 1642; Alonso Gómez o Juan Gómez: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697;
plazuela o plaza de San Lorenzo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; Predrera o Las
Pedreras: 1605, 1627, 1642; Prior: 1605; Los Molinos: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697;
Carnicerías o Las Carnicerías: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; calle de la Casa Pública:
1605; Vuelta de la Casa pública: 1605; Doctor Segura: 1627; Santisteban: 1627; Las
Torres, Mayor de Torres o Martín de Torres: 1627, 1642, 1673, 1697; Puerta de
Granada: 1627; Núñez: 1627, 1697; Baño: 1627; Villar: 1642; La Higuera: 1642; Luis
García de Molina o Don García de Molina: 1642, 1673; Las Damas: 1642; Muñoz:
1642; Juan de Ribera, Don Afán de Ribera o Fernando de Ribera: 1642, 1673, 1697;
La Encarnación: 1642; Santo Cristo: 1673, 1697; Bernardo de Ventaja o Ventaja: 1673,
1697; Redondos o Los Redondos: 1673, 1697; Sanabria: 1673; Luna y Sol: 1697.
San Juan Evangelista, situada extramuros en la zona sur de la ciudad en los
límites de Santa María, presenta la toponimia más inestable, dándose la circunstancia
de que ninguna calle se mantiene con el mismo nombre a lo largo de todo el siglo: La
Iglesia: 1605; Perdiguera: 1605, 1627, 1642; Rodadera: 1605; Las Particiones o
Particiones de los Sanjuanes: 1605, 1627, 1642; La Hondonera: 1605, 1627, 1642,
1699; Particiones de San Lorenzo: 1605; La Iglesia: 1605, 1699; Las Muñozas: 1627,
1642, 1673, 1699; La Salobreja o Salobreja: 1627, 1642; La Tenería: 1627; Cuesta de
San Juan o La Cuesta: 1627, 1642; Núñez: 1627; Llana de San Juan: 1642; Cañuelo:
1642; El Prior: 1642, 1699; Muñoz: 1673; La Puerta: 1673; Lonja Baja: 1673; El Agua:
1673; El Ejido: 1673, 1699.
San Juan Bautista se constituye extramuros como la colación menos extensa en
la zona sudoeste de la ciudad limitando con San Millán y Santo Tomás al norte y oeste.
La toponimia presenta pocos cambios: Las Particiones: 1605; La Calzada: 1605; 1627,
1642; Horno, Horno Viejo o El Horno: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; El Moral: 1605,
1627, 1642, 1673, 1697; El Portillo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1697; La Iglesia: 1605,
1627, 1642, 1673; La Torre: 1627; Dontello: 1627, 1673, 1697; Algarabía: 1627, 1697;
Las Morenas o Morenas: 1642, 1673, 1697; La Fuente: 1642, 1673, 1697; Carrasco:
1642; Llana: 1697.
San Millán, situada extramuros en la zona este de la ciudad, limita con las
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
32
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
colaciones de Santo Tomás y San Juan Bautista (sur), San Pablo (oeste) y San Nicolás
(noroeste). La toponimia se presenta de la siguiente forma: Valencia: 1605, 1627,
1642, 1673, 1698; plazuela de la Fuente Nueva o plaza de Los Olleros: 1605, 1627,
1642, 1673, 1698; Particiones de San Nicolás o Las Particiones: 1605, 1627, 1642,
1673, 1698; Rodadera o Cuesta Rodadera: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Fuente
Seca: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Puerto del Queso: 1605; Madroñal, El Madroñal
o Cuesta del Madroñal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; La Merced o Cuesta de la
Merced: 1605, 1642, 1673, 1698; San Millán o plaza de San Millán: 1605, 1642, 1698;
Hernán Gutiérrez: 1605; Hernán Beltrán: 1605; Santa Lucía o Cuesta de Santa Lucía:
1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Acea: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Aguirre: 1605,
1627, 1642, 1673, 1698; El Horno, Horno de la Parra u Horno de San Millán: 1605,
1627, 1642, 1698; Redondo: 1605; Zambrana: 1605; Alamillo: 1627; Los Hornos: 1627,
1642, 1673; La Iglesia: 1627; Agua: 1627; Luis de Jaén: 1627, 1642; Peraleda o
Cuesta Peraleda: 1642, 1673, 1698; Francisco Tomás: 1642; Llana: 1673, 1698;
Fuente: 1698.
San Nicolás, segunda colación en extensión después de San Isidoro, se sitúa
extramuros en la zona norte limitando con las de San Isidoro (oeste), San Pedro y San
Pablo (sur) y San Millán (sudeste).
La toponimia se distribuye de forma bastante estable y uniforme a lo largo del
siglo: Corredera: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Rodadera: 1605, 1642; callejuela de
la calle del Gallo o callejuela del Gallo: 1605, 1627; El Gallo: 1605, 1627, 1642, 1673,
1696; Fuente Nueva: 1605; Puerto El Queso: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696;
Barrionuevo: 1605, 1627; callejuela de la calle Trillo: 1605; Trillo: 1605, 1627, 1642,
1673, 1696; Horno de Pareja: 1605; San Nicolás: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696;
Campanario: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Pareja: 1605; Sancho Carcía: 1605;
Beatas de Baena: 1605; Portería de la Trinidad o Portería de los Frailes: 1605, 1627;
Mérida: 1605; Toral: 1605; Origuillo: 1605, 1627; Peñuelas: 1605; Peñuelas Altas:
1627, 1642, 1673, 1696; Peñuelas Bajas: 1627, 1642, 1673, 1696; Horno Quemado:
1605, 1627, 1642, 1673; Inestrosa: 1605; Los Condes: 1605, 1627, 1673; Caballerizo:
1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Córcoles: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Prior Viejo:
1605; Los Molinos: 1605, 1627; Las Tostadas: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Fuente
de San Nicolás: 1605, 1627; Risquillo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Cobatilla o
Cobatillas: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Ejido y Vuelta del Ejido: 1605, 1627; Torre
Nueva: 1605, 1627, 1642, 1696; Trinidad: 1605, 1627, 1642, 1673, 1696; Luis
Sánchez: 1627; Benito Sánchez Barrero: 1627; callejuela del Iruelo o El Iruelo: 1627,
1642; Navarrete: 1627; Particiones: 1627; callejuela de San Nicolás: 1627; Pescador:
1642, 1673, 1696; Agua: 1642, 1673, 1696; Santa Ana: 1642; Llana: 1642, 1673, 1696;
Vuelta de la Torre Nueva: 1673; Coronada: 1696; callejuela Nueva: 1696; Condesa:
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
33
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
1696.
La colación de San Isidoro resulta ser la más amplia de todas las de la ciudad,
extendiéndose extramuros sobre la zona norte y oeste de la ciudad, sus límites, todos
al este, vienen definidos por las colaciones de San Nicolás, San Pedro y Santo
Domingo.
La toponimia es la más estable de todas las parroquias. Las calles o plazas que
aparecen en todos los padrones suman un total de 20; 10 las que aparecen en cuatro
ocasiones; cuatro las que aparecen en tres; seis las que aparecen en dos; y cuatro las
que lo hacen en una: Los Álamos: 1605, 1627; Moguer: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698;
Altozano o Altozano de San Francisco: 1605, 1627, 1642, 1673; Pastores: 1605, 1627,
1642, 1673, 1698; Pero Almíndez: 1605, 1627; Chirinos: 1605, 1627, 1642, 1673,
1698; San Jorge: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Los Tintes: 1605, 1627; Calancha o
Ancha: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Horno: 1605, 1673; Saz o Sauz: 1605, 1627,
1642, 1673, 1698; El Moral o Moral: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Las Gradas: 1605,
1627, 1642, 1673, 1698; plaza de Arriba: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Mesones:
1605, 1627, 1642, 1673; Prior Viejo: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Torre Nueva: 1605,
1627, 1673, 1698; Don Juan: 1605, 1627, 1642, 1698; Ventaja: 1605, 1627; Paraíso:
1605, 1627, 1642, 1673, 1698; El Pozo o callejuela del Pozo: 1605, 1627, 1642, 1673;
Polos u Horno de Polos: 1605, 1627; Victoria: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Jesús o
Niño Jesús: 1605, 1627, 1642, 1673; Nueva: 1605, 1627, 1642, 1698; Frontero San
Nicasio o San Nicasio: 1605, 1627, 1642; Carrera Vieja o La Carrera: 1605, 1627,
1642, 1673, 1698; Santiago: 1605; Alaminos: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Corralazo:
1605; Santísimo Sacramento, El Sacramento o Sacramento: 1605, 1627, 1642, 1673,
1698; San Cristóbal: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; Los Canos: 1605, 1627, 1642,
1673, 1698; Rodrigo González o Pedro González: 1605, 1627, 1642, 1673, 1698; San
Marcos: 1605, 1627, 1642, 1673; Fuente Las Risas o Las Risas: 1605, 1627, 1642,
1673, 1698; Gitanos: 1605; Las Minas: 1627, 1642, 1673, 1698; Botija: 1627; San
Isidro: 1627; Los Granadillos: 1605, 1627, 1673, 1698; El Comendador: 1642, 1673,
1698; Lagarto: 1642, 1673, 1698; Rastro: 1642, 1673, 1698; Caldereros: 1673; Minas:
1673.
La calle y la plaza se constituyen pues como los ejes vertebradores de una trama
urbana que en poco se modifica y crece a lo largo del siglo como indica la extensión
y el número de elementos que aparecen. Con toda seguridad podemos afirmar que
Úbeda no aumenta su callejero ni su extensión de forma significativa en todo el siglo
por el continuado descenso de la población, que obedece a la emigración, a las
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
34
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
epidemias de peste y al empobrecimiento de la actividad económica57.
En realidad, las calles, plazas y edificios que los ubetenses del siglo XVII pasearon
y vieron fueron las mismas y los mismos que los profundos cambios de la centuria
anterior provocaron sobre la vieja trama medieval de la ciudad, junto con otros que en
el nuevo siglo se van a ir realizando de nueva planta o para completar lo ya existente.
Es decir, se encuentran con notables edificios ya realizados o con nuevas
construcciones de arquitectura religiosa como parroquias y conventos; con edificios y
construcciones religiosos de carácter privado como la Sacra Capilla del Salvador y un
gran número de capillas funerarias dentro de conventos y parroquias; con edificios de
carácter público: Casas del Cabildo, Cárcel, Carnicerías, Pósito, fuentes...; con edificios
de carácter civil: palacio de Francisco de los Cobos, palacio del Deán Ortega, palacio
de Juan Vázquez de Molina, palacio de Vela de los Cobos, Casa de las Torres, palacio
de los Torrente, palacio del Marqués de la Rambla, palacio del Tesorero don Lope de
Molina Valenzuela, palacio de los Busianos...; con edificios hospitalarios: el de
Santiago, el de los Honrados Viejos del Salvador...; viven, pues, en una ciudad
renovada y cambiada con la infinidad de modelos arquitectónicos que le han dado
carácter hasta nuestros días.
Las parroquias llegan al siglo XVII con sus fábricas prácticamente terminadas,
pero no van a faltar importantes obras de nueva planta que se centrán en portadas
como las de Santa María, San Pedro y Santo Tomás, promovidas y tuteladas por el
obispado; en capillas funerarias, como la de San José de la Colegiata, promovida y
construida por el canónigo don Antonio de Molina Valenzuela, o la de los Sanmartín,
en San Pablo, que se completa con reja, retablo y sepulcro; y torres, como la de San
Isidoro.
Más importantes son las realizaciones centradas en conventos que llegan incluso
a la construción de nuevas fábricas como la de San Francisco y la Concepción, a
profundas renovaciones como en la Trinidad, la Victoria, San Nicasio y San Miguel, con
erección de claustros, pilares, bóvedas y capillas de cofradías o conmemorativas, como
es el caso de la de San Juan de la Cruz en el último citado.
En cuanto a la arquitectura civil, la casa y el palacio (las casas y las casas
principales en terminología de la época) siguen siendo escenario de numerosas
intervenciones que, tomando como modelo construcciones del siglo anterior, aumentan
en número con ejemplares tan notables, en lo que se refiere a los palacios, como el de
don Lope de Molina Valenzuela y el del conde de Guadiana.
57
Los únicos y escasísim os indicios de expansión se dan en las colaciones situadas extram uros
y en especial en las de San Isidoro y San Nicolás que por su situación al norte y oeste no encuentran
obstáculos de tipo orográfico. Con todo, estos cam bios nunca se dan por un aum ento de la población sino
por los cam bios de dom icilio de los m ism os habitantes.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
35
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
No menor importancia van a tener las realizaciones promovidas por el Concejo
que, si bien no constituyen grandes novedades, sí son continuas con el fin de asegurar
los servicios propios de una ciudad. En este sentido, destacar las intervenciones en las
propias Casas del Cabildo, en las fuentes, en los lavaderos públicos, en la Cárcel, en
el Pósito, en el Colegio, en los puentes, en los caminos, en la muralla, en las calles...,
es de obligado cumplimiento.
Capítulo importante es también todo el conjunto de realizaciones e intervenciones
en lo que podíamos llamar y hemos denominado arquitectura de carácter rural y
arquitectura de carácter industrial.
En definitiva, el marco urbanístico de Úbeda es consecuencia de un largo
acontecer histórico que desde la Edad Media se prolonga hasta un punto culminante
situado en el siglo XVI, pero sin el XVII no podría entenderse como lo hacemos: sería
diferente y hubiese quedado incompleto58.
2.2.2.3. Funciones urbanas
Relegada la función militar, predominante durante la Edad Media, del primer plano
que ocupó y a la vista de las profesiones que aparecen en los padrones de repartimiento, podemos decir sin miedo a equivocarnos que las funciones y los servicios
predominantes en la Úbeda del siglo XVII fueron las económicas, basadas en la
agricultura, la ganadería, la industria, la artesanía y el comercio; sin pasar por alto otra
serie de capital importancia y relevancia que van desde lo religioso-asistencial a lo
político-administrativo, a los abastecimientos y a lo religioso-festivo59:
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
2
2
4
1
2
PROFESIONES
ABOGADOS (3)
58
Lógicam ente todo lo que se construye y realiza en el siglo será objeto de estudio en los
capítulos que siguen.
59
En la siguiente tabla, los núm eros que aparecen entre paréntesis junto a cada una de las
profesiones hacen referencia al sector económ ico con el que se relacionan. Hay que tener en cuenta, no
obstante, que la clasificación realizada se ha enfrentado con algunos problem as por la dificultad
resultante de diferenciar con claridad algunas profesiones que bien pueden hacer referencia a la
realización de productos o a la venta de los m ism os, lo que las incluiría en el secundario o en el terciario.
Com o norm a general, todo lo relacionado con la agricultura y la ganadería se ha encuadrado dentro del
sector prim ario; aquellas profesiones que suponen transform ación de m aterias, se han encuadrado en
el secundario; y el resto, aun conociendo las diferencias que pueden existir entre una profesiones y otras,
en el terciario. Las profesiones que no presentan núm ero son difíciles de clasificar o pueden hacer
referencia a varios sectores; por ello, hem os preferido no encuadrarlas en ninguno.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
36
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
PROFESIONES
ABRIDORES DE BALONAS (3)
1
ABRIDORES DE CUELLOS (3)
1
ACEITEROS (3)
1
ADOBADORES DE SILLAS (2)
1
AGUADORES (3)
3
AGUALOJEROS (3)
1
6
1
2
1
AGUANEVEROS (3)
1
AGUARDENTEROS (3)
ALADREROS (2)
4
3
2
4
3
4
ALAMINES (2)
4
1
ALBAÑILES (2)
22
26
14
6
19
ALBARDONEROS (2)
7
3
6
1
3
ALCAIDES DE CÁRCEL (3)
1
1
ALCALDES (3)
2
1
ALCALDES MAYORES (3)
1
ALFÉRECES (3)
1
ALGUACILES (3)
2
ALGUACILES MAYORES (3)
1
4
1
3
2
ALGUACILES MAYOR CRUZADA (3)
1
ALMIHECEREROS (?)
1
ALPARGATEROS (2)
2
2
ALQUILADORES (3)
1
AMAS DE PARIR (3)
1
AMASADORES (2)
1
APERADORES (1)
4
ARCABUCEROS (2)
3
9
2
1
1
ARNEREROS (2)
1
ARRENDADORES (3)
7
ARRIEROS (3)
17
10
ASERRADORES (2)
1
2
ATAHARREROS (2)
4
ATOCHEROS (3)
1
BALONEROS (3)
1
10
2
14
4
1
7
3
BALLESTEROS (2)
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
37
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
12
17
11
1
7
PROFESIONES
BARBEROS (3)
BARQUEROS (3)
1
BATANEROS (2)
BEATAS (3)
2
29
BONETEROS (2)
30
1
BORDADORES (2)
2
BOTICARIOS (3)
1
1
2
3
1
2
BOTEROS (2)
2
1
BOTONEROS (2)
1
2
BUHONEROS (3)
1
BULGAGUEROS (?)
1
CABREROS (1)
2
CALCETEROS (2)
3
3
CALDEREROS (2)
5
7
CAMPANEROS (3)
6
1
1
1
CANASTEROS (2)
1
CANTEROS (2)
8
8
6
3
CANTORES (3)
3
CAPITANES (3)
3
CARBONEROS (3)
2
3
2
3
3
CARDADORES (2)
13
7
10
4
14
CARGADORES (3)
1
CARGUEROS (3)
5
15
8
2
1
CARPINTEROS (2)
16
17
13
2
5
CARRETEROS (3)
3
CAZADORES (1)
1
2
1
2
2
CEDACEROS (2)
2
1
2
1
1
CEREROS (2)
2
1
1
1
CERRAJEROS (2)
5
3
2
3
2
CESTEROS (2)
2
CINTEROS (2)
2
CIRUJANOS (3)
1
2
6
3
3
COBRADORES (3)
12
6
4
2
1
1
1
1
1
COCHEROS (3)
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
38
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
PROFESIONES
COCINEROS (3)
1
COLETEROS (2)
3
COLGADORES (?)
2
COMISARIOS (3)
1
CONFITEROS (3)
1
CONOCEDORES (1)
1
CONTADORES (3)
1
CORDONEROS (2)
24
28
CORREDORES (3)
21
9
4
2
1
1
3
1
CORREGIDORES (3)
1
CORREOS (3)
1
CORTADORES (3)
5
2
CORTADORES DE CARNE (3)
2
CRIADAS (3)
1
CRIADOS (3)
2
CUCHILLEROS (2)
7
CURADORES (3)
2
CURTIDORES (2)
8
8
CHAPINEROS (2)
1
1
5
3
2
5
DEPOSITARIOS DE CRUZADA (3)
1
DESOLLADORES (3)
2
2
DESPENSEROS (3)
1
2
DIPUTADOS (3)
13
EMPAREDADAS (3)
3
EMPEDRADORES (2)
1
ENFERMEROS (3)
3
ENTALLADORES (2)
3
4
11
1
2
ESCOBEROS (2)
1
3
ESCRIBANOS (3)
17
21
2
14
6
ESCRIBANOS DE CABILDO (3)
1
ESCRIBANOS DE MILLONES (3)
1
ESCRIBANOS DE REALES (3)
1
2
ESCRIBANOS DE RENTAS (3)
ESCRIBANOS-SÍNDICOS (3)
12
1
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
39
2
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1
3
4
1673
1695-1699
PROFESIONES
ESCRIBIENTES (3)
ESCRIBIENTES DE CABILDO (3)
ESCRITORES DE LIBROS (2)
1
1
1
ESCLAVOS (3)
1
ESCUDEROS (3)
1
ESCULTORES (2)
1
2
ESPADEROS (2)
1
5
3
ESPARTEROS (2)
7
6
8
1
5
ESPECIEROS (3)
1
ESPITALEROS (2)
1
ESQUILADORES (3)
1
FAMILIARES (3)
2
1
3
FISCALES (3)
2
2
1
1
FISCALES DE CRUZADA (3)
1
FISCALES DEL VICARIO (3)
1
FONTANEROS (3)
FRENEROS (2)
1
1
FUNDIDORES (2)
GANADEROS (1)
1
16
GANADEROS DE CERDA (1)
GANCHEROS (3)
49
27
6
8
1
4
4
1
GAÑANES (1)
1
GARBANCEROS (1)
GASTADORES (3)
3
1
2
1
GRANADEROS (3)
1
GUANTEROS (2)
1
GUITARREROS (2)
1
HACEDORES (3)
1
HERRADORES (2)
8
5
9
2
3
HERREROS (2)
7
8
6
4
3
HORNEROS (2)
27
19
15
12
12
HORTELANOS (1)
25
48
23
13
52
HUERTANOS (1)
1
JABONEROS (2)
5
3
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
1
40
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
5
3
1673
1695-1699
2
86
PROFESIONES
JAQUIMEROS (1)
JORNALEROS
JURADOS (3)
LABRADORES (1)
6
6
8
4
3
164
147
97
39
68
2
1
LABRANTES (2)
LENCEROS (2)
2
LIBREROS (3)
1
MADEREROS (2)
2
MAESTROS (3)
3
2
1
4
MAESTROS DE CAPILLA (3)
2
1
1
2
MAESTROS DE MADERA (2)
3
1
MAESTROS DE MOLINO (2)
1
MANADEROS (1)
MAYORDOMOS (3)
1
4
1
1
1
5
MAYORDOMOS S.C. SALVADOR (3)
1
MAYORDOMOS DE CIUDAD (3)
1
MAYORDOMOS DE CONVENTOS (3)
1
MÉDICOS (3)
4
4
2
MEDIDORES (3)
1
3
2
MEDIDORES DE PAN (3)
1
1
1
MEDIDORES DE TIERRA (3)
1
MELONEROS (1)
1
MENUDEROS (3)
2
2
1
MERCADERES (3)
8
11
4
2
1
28
4
4
3
3
2
MERCADERES DE LENCERÍA (3)
1
MERCEROS (3)
3
1
MERCHANTES (3)
17
22
MERCHANTES DE GANADO (3)
9
MERCHANTES DE VIDRIADO (3)
1
10
MESONEROS (3)
5
3
MIESEROS (1)
1
MILICIANOS (3)
MINISTRILES (3)
22
3
5
4
MINISTROS (3)
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
41
4
1
2
1
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
19
16
2
6
PROFESIONES
MOLEROS (2)
1
MOLINEROS (2)
15
MONIDORES (?)
1
MOZOS
2
1
1
1
MOZOS DE ESCUADRA (3)
1
MOZOS DE MESÓN (3)
1
MOZOS DE MONJAS (3)
1
MULEROS (1)
1
1
MÚSICOS (3)
2
1
7
NOTARIOS (3)
3
2
2
ODREROS (2)
4
3
2
5
3
1
OFICIALES (2)
5
OFICIALES DEL BARRO (2)
4
33
14
OFICIALES DE LA CARDA (2)
1
5
1
OFICIALES DE CARNICERÍA (3)
1
OFICIALES DE LO PARDO (2)
1
OFICIALES DE TAFETÁN (2)
1
OFICIALES DE LO VERDE (2)
1
OFICIALES DE ZAPATERÍA (2)
1
2
2
3
12
16
4
17
1
OLLEROS (2)
ORGANISTAS (3)
1
PANADEROS (2)
5
20
PANILLEROS (2)
3
PASAMANEROS (2)
1
1
PASTELEROS (2)
1
1
1
1
2
PASTORES (1)
7
2
7
15
72
3
37
PEGUJAREROS (1)
PEONES DE ALBAÑILERÍA (2)
3
2
2
1
PESCADORES (1)
1
2
1
PICADORES (1)
1
PICADORES DE CABALLOS (1)
1
4
2
PERTIGUEROS (3)
1
PINTORES (2)
6
5
PLATEROS (2)
3
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
2
2
3
42
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
PODADORES (1)
1
2
POLVORISTAS (2)
1
2
1
2
1673
1695-1699
PROFESIONES
POCEROS (2)
2
PORTEROS (3)
3
2
PORTEROS DE LA CIUDAD (3)
1
PRECEPTORES DE GRAMÁTICA (3)
1
PREGONEROS (3)
1
PRESEROS (3)
1
PROCURADORES (3)
4
RABADANES (1)
2
RASTRILLADORES (1)
1
8
8
2
1
2
2
RECEPTORES DE PAPEL (3)
1
REGIDORES (3)
13
REGUEROS (2)
5
4
4
1
RELIGIOSAS (3)
27
21
RIPEROS (2)
7
1
ROPEROS (3)
3
RUMBEROS (?)
1
SACRISTANES (3)
6
12
SALINEROS (2)
2
SALUDADORES (3)
1
SARGENTOS (3)
2
7
8
37
17
14
1
SASTRES (2)
53
SEDEROS (2)
3
SERVIDORES DE GANADO (1)
1
67
SERVIDORES DE MONJAS (3)
1
SILLEROS (2)
SÍNDICOS (3)
1
1
1
1
1
SÍNDICOS-JURADOS (3)
2
1
1
SIRVIENTES (3)
SOCHANTRES (3)
3
8
1
1
SOLDADOS (3)
2
5
SOMBREREROS (2)
4
TABERNEROS (3)
5
3
4
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
1
43
1
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
TABLEROS (2)
3
2
1
TEJEDORES (2)
3
9
17
TEJEDORES DE MANTELES (2)
4
TEJEDORES DE PAÑOS (2)
7
11
4
TEJEDORES DE TAFETÁN (2)
14
19
1
TEJEDORES TELA DE CEDAZO (2)
1
TEJEROS (2)
3
3
1
TENDEROS (3)
6
9
11
1673
1695-1699
5
12
PROFESIONES
TERCEROS (3)
1
TESOREROS (3)
1
TINAJEROS (2)
2
3
TINTOREROS (2)
3
3
TOGUEROS (2)
13
1
3
1
1
1
TORCEDORES DE SEDA (2)
2
2
1
TORNEROS (2)
3
3
2
1
4
524
483
302
60
153
TRABAJADORES
TRATANTES (3)
TRATANTES DE GANADO (3)
1
TRATANTES DE PAÑOS (3)
1
7
TURRONEROS (2)
5
1
VEEDORES (3)
1
VEINTICUATROS (3)
4
1
1
2
1
10
VELEROS (2)
9
5
4
2
1
2
1
VIDRIADEROS (2)
2
VIDRIEROS (2)
1
VIOLEROS (2)
4
3
VAQUEROS (1)
VENDEDORES (3)
1
1
TRATANTES DE MERCADERÍA (3)
TUNDIDORES (2)
1
30
1
YEGÜEROS (1)
1
5
YESEROS (2)
8
8
6
ZAPATEROS (2)
30
48
34
ZAPATEROS DE CORREA (2)
2
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
2
7
4
19
44
20
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
ZAPATEROS OBRA VIEJA (2)
9
14
5
ZURRADORES (2)
2
1
1673
1695-1699
PROFESIONES
1
1
1
Analizando más profundamente el cuadro anterior, no limitándonos a una simple
relación de actividades, sino presentando el número de profesiones y profesionales y
los porcentajes, diríamos:
a) Padrón de 1605:
- Sector primario: número de profesiones: 12 (8'5% de las profesiones
cualificadas); personas: 225 (15'3% del total de los trabajadores).
- Sector secundario: número de profesiones: 65 (43'6%); personas: 406
(27'8%).
- Sector terciario: número de profesiones: 72 (48'3%); personas: 308 (21'1%).
- Trabajadores sin cualificar: 524 (35'7% del total de los trabajadores)
- Otros oficios: 2 (0'13% del total de los trabajadores).
b) Padrón de 1627:
- Sector primario: número de profesiones: 18 (15'5% de las profesiones
cualificadas); personas: 268 (16'8% del total de los trabajadores).
- Sector secundario: número de profesiones: 68 (43'5%); personas: 496
(31'2%).
- Sector terciario: número de profesiones: 70 (44'8%); personas: 339 (21'3%).
- Trabajadores sin cualificar: 483 (30'4% del total de los trabajadores).
- Otros oficios: 3 (0'18% del total de los trabajadores).
c) Padrón de 1642:
- Sector primario: número de profesiones: 13 (10'2% de las profesiones
cualificadas); personas: 172 (16'7% del total de los trabajadores).
- Sector secundario: número de profesiones: 55 (43'3%); personas: 330
(32'2%).
- Sector terciario: número de profesiones: 60 (47'2%); personas: 220 (21'5%).
- Trabajadores sin cualificar: 302 (29'4% del total de los trabajadores).
- Otros oficios: 3 (0'29% del total de los trabajadores).
d) Padrón de 1673:
- Sector primario: número de profesiones: 8 (8'6% de las profesiones cualificadas); personas: 81 (21'1% del total de los trabajadores).
- Sector secundario: número de profesiones: 41 (44'5%); personas: 127
(32'9%).
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
45
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- Sector terciario: número de profesiones: 43 (46,7%); personas: 115 (29'9%).
- Trabajadores sin cualificar: 62 (16'1% del total de los trabajadores).
e) Padrones de 1695 a 1699:
- Sector primario: número de profesiones: 13 (12'6% de las profesiones
cualificadas); personas: 253 (29'1% del total de los trabajadores).
- Sector secundario: número de profesiones: 49 (47'5%); personas: 258
(29'6%).
- Sector terciario: número de profesiones: 41 (39'8%); personas: 120 (13'8%).
- Trabajadores sin cualificar: 239 (27'4% del total de los trabajadores).
- Otros oficios: 2 (0'22% del total de los trabajadores)60.
Es decir, aun considerando los distintos fines y criterios con que se hacen los
padrones, que diferencian a unos de otros por la disparidad de datos recogidos, y
teniendo en cuanta los porcentajes de las personas dedicadas a cada uno de los
sectores, el primario oscila, a lo largo del siglo, en una banda que va desde el 15'3%
de 1605 al 29'12% de finales de siglo en un progresivo aumento que nos habla de la
ruralización de la población activa y de la economía.
El secundario se mantiene relativamente estable en un margen que abarca desde
el 27'7% de 1605 al 32'9% de 1673, aunque van desapareciendo oficios que fabrican
objetos que no son de primera necesidad (guanteros, espaderos, sombrereros...) y se
mantienen en cifras relativamente altas, aunque más bajas cada vez, aquellos cuya
producción lo es de artículos primarios (sastres, zapateros...) u otros que constituyen
una importante fuente de exportaciones como los tejidos o la cerámica.
El terciario resulta ser el más cambiante (quizá por la disparidad alegada) ya que
se mantiene estable en un aproximadamente 20% hasta 1642, salta hasta el 29'9% en
1673 y baja a la mitad (13'7%) a finales del siglo.
Finalmente, el número de trabajadores no cualificados supone un altísimo
porcentaje (35'7%) en 1605, se mantiene estable en torno a un 30% hasta 1642 y
posteriormente, en una oscilación poco explicable, baja hasta el 16'1% en 1673 para
volver a subir al 27,4% en 1695-1699.
En resumen, nos encontramos con un mantenimiento relativamente estable de los
sectores de producción a lo largo de toda la centuria, con las oscilaciones propias de
un progresivo descenso de la población activa, asociado a una disminución del número
de habitantes, que es paralelo al cada vez más alto predominio del sector primario y
60
Tendríam os que añadir aquí las im portantes cifras de hidalgos y clero, tanto regular com o
secular, que a lo largo de toda la centuria supuso un alto porcentaje de la totalidad de la población, pero
lo haríam os para indicar que las funciones religiosa y m ilitar (entendida ya com o cooperación con la
política nacional y no com o defensa propia de la ciudad) tam bién desem peñaron un papel de prim er
orden. De estos grupos sociales se hablará m ás ampliam ente en el apartado dedicado a la sociedad.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
46
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
a la ruralización económica.
El asentamiento de las personas pertenecientes a los distintos sectores de
producción por calles, zonas y colaciones (distribución del espacio urbano) es clara en
algunos casos y no tanto en otros por ser más dispersa.
En este sentido, podríamos decir que la zona comercial y artesanal (no hay que
olvidar que muchos artesanos como zapateros, sastres y otros realizaban y vendían
sus productos) por la concentración de profesionales existente se extendía a lo largo
de un eje que partiendo de la plaza del Mercado se desarrollaba por la Rúa y Real
Viejo hasta llegar a la plaza de Arriba para, allí, abrirse hacia el Rastro, la Corredera,
la Trinidad y la calle Mesones61.
Una segunda concentración importante, pero en este caso relacionada con la
alfarería en todas sus modalidades, es la que se encuentra en la colación de San
Millán y más concretamente en la calle Valencia y en la plaza de los Olleros.
Las colaciones de San Juan Bautista y San Juan Evangelista, por otro lado, se
ocupan fundamentalmente por labradores y hortelanos; mientras que los denominados
trabajadores lo hacen preferentemente en la de San Isidoro y San Nicolás62.
Las colaciones de Santa María, San Pablo, Santo Tomás y Santo Domingo son
aquellas en la que predomina la población hidalga y la perteneciente al clero.
Los servicios municipales y administrativos se ubican preferentemente en las
colaciones intramuros y muy especialmente en la de Santa María (Escuela, Cárcel,
Pósito, Carnicerías Bajas), en la de San Pablo (Casas del Cabildo) y en la de San
Pedro (Carnicerías Altas); las escribanías, en cambio, se extienden por toda la
población.
Aunque no podemos hablar de una zona «industrial» o sanitaria, sí es cierto que
algunas actividades y edificios que podían considerarse molestas o insalubres se
situaron lejos del centro urbano. Es el caso de la tenería de la puerta de Granada o del
hospital de Santiago, aunque este edificio supuso un importante centro de atracción
urbana con la creación de la llamada calle Nueva desde el mismo siglo XVI.
Especial importancia tuvieron algunas actividades a la hora de dar nombre a las
61
Obsérvese, por ejem plo, com o el la calle Real Viejo, en 1627, esta concentración es clara: dos
cordoneros, un cerero, tres torneros, tres barberos, cinco espaderos, dos cerrajeros, dos m ercaderes,
un calderero, cinco sastres, tres carpinteros, dos tenderos, un calcetero, dos herreros, dos boticarios, dos
cuchilleros, un panillero, un curtidor, un aguardientero, un chapinero, un tintorero, un som brerero, un
guantero, un zurrador y 31 zapateros.
62
Resulta trem endam ente chocante que aquellas calles bautizadas con nom bre que hacen
referencia a oficios o grem ios, de origen m edieval en la toponim ia, no eran habitadas en el siglo XVII de
form a habitual por personas de ese oficio. Es el caso de la calle de los Pastores o de los Caldereros en
las sólo aparecen uno o dos ejem plos que rom perían la tónica general m antenida a lo largo de todo el
siglo.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
47
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
calles; es el caso de los hornos y las sastrerías, pero también de otras menos
frecuentes como los molinos, los mesones y las carnicerías.
El espacio público por excelencia se ubica en las plazas y más concretamente en
la de Santa María, en la del Mercado y en la de Arriba, aunque con características
diferentes y con diferente finalidad. Mientras que la plaza del Mercado presenta un
carácter comercial y festivo eminentemente profano (corridas de toros, ejecuciones,
mercado...), y la de Arriba une al comercio el ser un lugar de encuentro y de
bienvenida, la de Santa María, como vimos, junto a su naturaleza y origen emblemáticos y representativos, es el espacio festivo religioso que a la sombra de la Colegial se
enaltece en las celebraciones del Corpus y otras festividades63.
2.2.3. POBLACIÓN: EVOLUCIÓN Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Aplicando el coeficiente de multiplicar por cuatro el número de vecinos aparecidos
en los padrones de repartimiento consultados, la población de Úbeda presenta las
cifras que aparecen en el siguiente cuadro, referidas a vecinos y posibles habitantes:64
AÑOS
_______________
1603-1605
V/H
1627
V/H
1642
V/H
1673
V/H
1695-1699
V/H
1.220/4.880
1.116/4.464
884/3.536
928/3.712
479/1.916
SAN JUAN BAUTISTA
156/624
115/460
116/464
99/396
100/400
SAN JUAN EVANGELISTA
112/448
88/352
77/308
62/248
32/128
SAN LORENZO
233/932
194/776
165/660
132/528
145/580
SAN MILLÁN
308/1.232
318/1.272
273/1.092
248/992
173/692
SAN NICOLÁS
634/2.536
636/2.544
491/1.964
501/2.004
452/1.808
SAN PABLO
406/1.624
328/1.312
274/1.096
260/1.040
59/236
SAN PEDRO
168/672
136/544
90/360
107/428
83/332
PARROQUIAS
SAN ISIDORO
63
Com o verem os en el apartado de realizaciones, otros lugares com o la plaza de los Olleros, la
plaza de Toledo o el Altozano de San Francisco tam bién fueron escenario de celebraciones festivas,
generalm ente relacionadas con festejos taurinos organizadas por cofradías o por órdenes religiosas.
64
Adem ás de los datos tom ados por nosotros de las distintas series de padrones citadas al
principio del capítulo, se pueden tener en cuenta tam bién las cifras dadas por Ruiz Prieto [(1906/1982),
pp. 511-512] referentes al año 1624: Santa María: 376 vecinos (1.504 habitantes), San Pablo: 390
vecinos (1.560 habitantes), San Pedro: 130 vecinos (520 habitantes), Santo Dom ingo: 173 vecinos (692
habitantes), San Lorenzo: 206 vecinos (824 habitantes), Santo Tom ás: 123 vecinos (492 habitantes), San
Juan Bautista: 114 vecinos (456 habitantes), San Juan Evangelista: 101 vecinos (404 habitantes), San
Millán: 336 vecinos (1.344 habitantes), San Nicolás: 706 vecinos (2.824 habitantes), San Isidoro: 1.235
vecinos (4.940 habitantes). Lo que supone un total de 3.890 vecinos y de 15.560 habitantes.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
48
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
V/H
1627
V/H
1642
V/H
1673
V/H
1695-1699
V/H
324/1.296
323/1.292
216/864
219/876
137/548
SANTO DOMINGO
170/680
160/640
87/348
115/460
111/444
SANTO TOMAS
139/556
118/472
105/420
78/312
56/224
V: 3.870
V: 3.532
V: 2.778
V: 2.749
V: 1.827
H: 15.480
H: 14.128
H: 11.112
H: 10.996
H: 7.308
PARROQUIAS
SANTA MARÍA
TOTALES
Si consideramos que la población de una ciudad es su mayor riqueza, resulta
descorazonador ver como el significativo descenso que ésta sufre a lo largo de todo
el siglo debe ser la principal causa de la progresiva e irremediable decadencia de la
ciudad, demostrable en multitud de aspectos, no sólo económicos, sino también
relacionados con la actividad artística que analizaremos en capítulos posteriores.
Independientemente de la distribución por colaciones, que pasaremos a analizar
más adelante, es evidente que la población de Úbeda al final del siglo es la mitad de
la de sus comienzos, perdiéndose concreta y globalmente el 53'8%.
Comienza el siglo con una población de 15.48065 habitantes, equiparable a la de
finales del siglo XVI, que ronda las 17.000 almas66; se mantiene con cierta estabilidad
hasta 1627, en que sólo desciende un 8'7%; e inicia una fuerte caída a partir de ese
momento expresada en un pérdida (siempre con referencia a la población inmediatamente anterior) del 22'6%, en 1642; del 0'8%, en 1673; y del 43'5%, en los años
noventa.
Podemos hablar, pues, de cuatro ciclos:
a) Estabilidad o descenso moderado de 1605 a 1627:
- Un 8'7% menos con respecto a la población de 1605.
b) Descenso marcado de 1627 a 1642:
- Un 22'6% menos con respecto a la población de 1627.
- Un 29'4% menos con respecto a la de 1605.
65
A esta población habría que sum arle un núm ero indeterm inado de m iem bros del clero regular
que hoy por hoy es im posible determ inar. Com o aproxim ación, basándonos en una serie de docum entos
sueltos de 1676 [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 50/12, 50/13 Y 51/12] que nos hablan 22 religiosos para el
convento de San Francisco, 45 para el de la Trinidad y 25 para el de la Merced, podríam os hablar de una
m edia de 25 religiosos por convento. Si tenem os en cuanta que Úbeda contó con 15 conventos,
podríam os hablar de 350 a 400 personas m ás. De hecho, en las respuestas dadas por la ciudad al
Catastro de Ensenada en 1752 aparecen en los diferentes conventos tanto m asculinos com o fem eninos
un total de 365 religiosos [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 118-119].
66
En el padrón de 1575 [A.H.M.Ú., F.M ., S.P.R.], publicado por varios autores com o Moreno
Mendoza [(1985), p. 38], consta una población aproxim ada de 17.000 habitantes.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
49
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
c) Estabilidad 1642 a 1673:
- Un 0,8% menos con respecto a la población de 1642.
- Un 29'9% menos con respecto a la de 1605.
d) Descenso muy marcado de 1673 a 1700:
- Un 43'5% con respecto a la población de 1673.
- Un 53'80% con respecto a la de 1605.
Un estudio por colaciones arroja datos interesantes no sólo sobre la perdida de
población sino sobre la escasa movilidad de la misma de unas parroquias a otras.
San Isidoro se constituye como la más populosa a lo largo del siglo, pero también
como la tercera que más habitantes pierde: un 60'8% cuando acaba el período
estudiado.
San Juan Bautista ocupa siempre un lugar elevado en la tabla (oscila entre el
séptimo y el décimo), pero en cambio es una de las colaciones que porcentualmente
pierde menos población: 35'9%; dándose la circunstancia de que es la única, con San
Lorenzo, que aumenta en los padrones de la década de los noventa con respecto al
de 1673.
San Juan Evangelista ocupa en todos los repartimiento el último lugar, siendo,
además, la colación que ostenta el segundo lugar en pérdida de población: 71'4%.
San Lorenzo es, como hemos apuntado, junto con San Juan Bautista la única
parroquia que recupera población con respecto al padrón de 1673. Después de San
Juan Bautista, San Nicolás y Santo Domingo es la parroquia que menos pierde: un
37'8%.
San Millán, que pierde un 43'9% de población, comienza ocupando el quinto lugar
a comienzo de siglo para terminar siendo la tercera más populosa.
San Nicolás ocupa el segundo lugar en número de habitantes a lo largo de todo
el período; es además la que mantiene una mayor estabilidad con la pérdida
únicamente del 28'8%.
San Pablo mantiene una población que la sitúa en tercer lugar hasta 1673, pero
en el último padrón presenta la mayor pérdida de vecinos de toda la ciudad cuantificable en 804 habitantes; este hecho justifica que sea la colación que presente un mayor
descenso: 84'3%.
San Pedro, aunque pierde un 50'6% de la población en el cómputo general del
siglo, mantiene siempre un lugar que la sitúa en el octavo puesto en cuatro de los
padrones. Con Santa María y Santo Domingo es una de las parroquias que aumentan
su población en 1673 con respecto al padrón de 1642.
Santa María se mantiene en un puesto estable (4º ó 5º) a lo largo del período. Aun
cuando pierde un 57'8% de habitantes, en 1673 aumenta su población en relación a
1642.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
50
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Santo Domingo es la segunda que menos pierde (34'8%) gracias a la recuperación
continuada que experimenta desde 1642 hasta final de siglo.
Santo Tomás se presenta como una de las parroquias menos pobladas y con una
pérdida final global del 59'8%.
En resumen, cinco colaciones: San Isidoro, San Juan Evangelista, San Pablo,
Santa María y Santo Tomás pierden un número de habitantes superior a la media y
seis: San Juan Bautista, San Lorenzo, San Millán, San Nicolás, San Pedro y Santo
Domingo lo hacen por debajo.
Finalmente, como dato de interés, destacar que la población ubetense del
seiscientos habita preferentemente en las parroquias extramuros en un proceso que
no para de aumentar, aunque ligeramente, en todo el siglo. Así, en 1605, supone el
62'8 %; en 1627, el 64'4%; en 1642, el 66'3%; en 1673, el 66'9%; en 1695-1699, el
67'7%.
Significativo es también el dato, relacionado con todo lo anterior, del número de
casas que aparecen cerradas en cada uno de los padrones. Esta información, que hay
que tomarla con reservas porque es casi seguro que no siempre se hacía constar,
puede sernos útil para comprobar una vez más que en los períodos en que la población
se mantiene con cierta estabilidad no se produce el fenómeno, mientras que en
aquéllos en los que se produce un fuerte descenso (es el caso del padrón de 1642)
aumenta significativamente el número de inmuebles abandonados y, en consecuencia,
el de vecinos que debieron emigrar de la ciudad ya que no aumentan de forma
determinante, como hemos visto, los habitantes de otras parroquias, que nos indicaría
movimientos internos de población o al menos de cambios en la ubicación dentro de
la propia ciudad:
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN ISIDORO
0
1
10
7
0
SAN JUAN BAUTISTA
0
0
0
0
3
SAN JUAN EVANGELISTA
0
0
1
0
0
SAN LORENZO
0
0
7
0
2
SAN MILLÁN
0
0
3
0
0
SAN NICOLÁS
0
0
13
0
2
SAN PABLO
0
0
7
0
0
SAN PEDRO
0
0
0
0
0
SANTA MARÍA
0
0
1
3
0
SANTO DOMINGO
0
1
0
1
0
AÑOS
_______________
PARROQUIAS
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
51
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
0
0
0
0
0
0
1
42
4
7
PARROQUIAS
SANTO TOMAS
TOTALES
Sin duda, las tradicionales causas que se han venido atribuyendo por la
historiografía local para explicar la disminución de la población: expulsión de los
moriscos, continuadas levas de soldados, malas cosechas, epidemias de peste, altas
tasas de mortalidad y emigración a otros lugares podrían hacernos comprender estas
cifras.
La expulsión de los moriscos y de los gitanos, con otras causas, explicaría el
descenso moderado que se produce de 1605 a 1627.
El Cabildo, ante el recibo de la orden de expulsión, decide enviar una carta al Rey,
con fecha 23 de enero de 1610, solicitando que ésta no se entendiese para los
moriscos de la ciudad. El Rey contesta el 9 de febrero reconociendo las razones y
permitiendo que con el visto bueno de los obispos permaneciesen aquellos moriscos
que por «[...] su ejemplar y cristiana vida fueren dignos de gozar desta merced [...]»67.
Pero a pesar de los intentos del Cabildo para que la expulsión no se llevase a
cabo, se efectuó si nos atenemos a tres datos concluyentes:
a) La presencia en el padrón de 1605 de 14 cristianos nuevos, 86 personas
calificadas como del reino de Granada, una como berberisca y dos como moriscos, que
nos darían un total de 103 vecinos (412 habitantes), frente a un cristiano nuevo, dos
berberiscos, dos vecinos procedentes del reino de Granada y ningún morisco del
padrón de 1627.
b) El nombramiento por parte del Cabildo de depositarios y administradores de los
bienes de los moriscos en varios momentos de 161068.
c) La firma de un poder el 29 de octubre de 1610 por parte del Cabildo para
solicitar en la Corte una baja en el encabezamiento de la ciudad atendiendo a que
había perdido población por haberse marchado los moriscos y otros vecinos69.
Sobre los gitanos los datos no son tan precisos. En el cabildo de 7 de julio de
67
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 209.
68
Así en las sesiones de 27 de agosto, de 8 de octubre y de 5 de noviem bre [A.H.M.Ú, F.M.,
S.A.C., 7, ff. 309, 340 y 363].
69
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 356. Esta petición nos indica que la ciudad se sentía perjudicada
en su capacidad económ ica sin duda porque los oficios desem peñados por los m oriscos y esos otros
vecinos eran im portantes para la econom ía y vida locales.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
52
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
161070 se da cuenta de la orden de expulsión pero ignoramos hasta que punto ésta se
llevo a cabo porque en los padrones de 1605 y de 1627 aparecen cinco vecinos
perteneciente a esta etnia.
Entre otras causas que expliquen la demografía, válidas ya para todo el siglo,
tendríamos que destacar las malas cosechas provocadas por períodos de sequía o de
temporales y por plagas y las hambrunas y alza de precios que las acompañan, la
pobreza, las continuadas levas de soldados, la presión fiscal, la peste y la emigración
a otros lugares de la Península y de América, de las que dan buena cuenta los libros
de actas capitulares y los propios padrones.
A partir de 1614, en que el patronazgo de Nuestra Señora de Guadalupe se hace
oficial71, va a convertirse en costumbre acudir a las rogativas ante cualquier momento
de dificultad y, en especial, ante los momentos de sequía. Ello nos permite conocer,
a través de las actas capitulares, qué momentos del siglo fueron especialmente secos
y malos en las cosechas72.
Conocemos ciclos secos, o al menos con necesidad de lluvia, en torno a los años
1616-1617, 1636-1640, 1650-1664, 1668, 1672-1675, 1681 y 1690-1691.
El primer período se refleja en las actas capitulares del 17 de marzo de 1616 y del
22 de abril de 1617, ordenándose rogativas ante la Patrona como remedio que se hará
habitual73.
En 1637 comienza otro ciclo seco manifestado en los cabildos de 10 de abril, en
que se habla de esterilidad de los campos por falta de agua y de traer a la Patrona y
hacer fiestas para solucionarlo; de 2 de abril, con un acuerdo semejante; y de 15 de
marzo de 1640, en que una vez más se habla de la sequedad de las fuentes por la falta
de lluvia74.
De especial sequedad parece ser el período que comienza en torno a 1650 que
se prolonga hasta 1664. Nos es conocido por la sesión capitular de 23 de febrero de
70
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 7, f. 285 (v).
71
Torres Navarrete (1994 a), p. 23. Así lo considera basándose en un acta capitular de 8 de
febrero de 1728 en la que, al parecer, se hace referencia a este patronazgo con efectos desde 1615.
72
El m odo de proceder m ás norm al consistía en, una vez decidido traer a la Patrona desde su
santuario, solicitar el perm iso pertinente al obispado y celebrar rogativas y fiestas en compañía, algunas
veces, del Cristo de los Cuatro Clavos de la parroquia de San Pedro en una denom inada «procesión
general».
73
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 8, ff. 112 (v) y 293.
74
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., ; 7, f. 18 (v); 9, f. 159; y 10, f. 20. Resulta curioso com o en algunas
ocasiones a la Patrona sólo se la trasladaba para unos pocos días. Es el caso de 1637 en que se la
retorna a su santuario cuatros días después de haberla traído a la ciudad [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f.
20].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
53
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
1661, en la que se habla de falta de lluvias en un período de diez años, por lo que las
fuentes, además de por el mal estado de las cañerías, no tomaban agua; en la del 11
de febrero de 1661, en que se solicita permiso al Obispo para trasladar a la Patrona;
en la de 25 de febrero de 1662, en la que se atiende una petición de los labradores y
campesinos para que se traiga a la Virgen por la necesidad de lluvias; y en la de 13 de
marzo de 1664, en la que se actúa de igual forma75.
En 1668 se repite el traslado y las rogativas, aprobándose en sesión de 31 de
marzo76.
Al período que se prolonga de 1672 a 1675 podríamos calificarlo de catastrófico
por la conjunción de falta de lluvias con una plaga de langosta y heladas. En los
cabildos de 21 de abril de 1672, de 15 de abril de 1673 y de 28 de diciembre de 1675,
se decide, respectivamente, traer a la Virgen de Guadalupe por la plaga de langosta
que asolaba la ciudad, por la grave necesidad de agua que padecía el campo,
esterilizado, además, «[...] con sus malos aires, fríos y eladas [...]» y para solucionar
la falta de agua que impedía la siembra77.
Finalmente (ya que las rogativas de 1681 no indican sequía de forma determinante
sino preocupación por la peste de la que hablaremos), destacamos el período
comprendido entre 1690-1691, en que vuelven a celebrarse rogativas por la misma
causa de la sequedad de los campos y en que los índices de miseria debieron llegar
a cotas altísimas. Basta para demostrarlo las continuas referencias que se hace a la
miseria absoluta de la ciudad en cabildos de 1690 como los de 3 de junio (sequedad
de las fuentes), 26 de octubre (miseria), 3 de noviembre (miseria) y 14 de abril de 1691
en que se decide, una vez más, que se traiga a la Virgen de Guadalupe para solucionar
la falta de agua78.
Indicador de malos tiempos, de hambre y de sequía y, como consecuencia, de
alteraciones en la población es también la carestía y el precio de productos de tan
primera necesidad como el trigo, la cebada y el aceite. En este sentido, ante la falta de
datos mas concretos en las actas capitulares, es interesantísimo el estudio realizado
por la profesora Tarifa Fernández para el período de 1671 a 1700, a la luz de los libros
de cuentas de la cofradía de San José y Niños Expósitos, sobre las donaciones que
se efectuaban a esta institución. De él extraemos los siguientes datos expresados en
75
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 19, ff. 19, 27 y 217 (v) ; y 21, f. 31 (v).
76
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 23, f. 201 (v).
77
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 25, ff. 154 y 271; y 27, f. 114 (v).
78
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, ff. 36, 93, 102 y 178.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
54
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
fanegas y reales de vellón:79
CONCEPTOS
____________
LIMOSNAS DE
TRIGO
VALOR DEL TRIGO
VENDIDO
VALOR DE LA CEBADA
VENDIDA
VALOR DEL ACEITE
VENDIDO
1671
59
4.140
84
1672
85
4.725
56
1673
75
3.510
60
28
1674
74
4.995
60
56
1675
45
3.960
150
56
1676
56
4.900
90
45
1677
22
1.800
375
45
1678
17
1.914
1679
27
2.940
75
1680
16
1.287
102
1681
23
336
1682
41
1.050
1683
8
275
1684
31
1.125
34
1685
10
560
34
1686
21
918
22
1687
16
380
22
1688
84
1.200
50
1689
58
1.260
50
1690
43
780
1691
35
840
63
1692
36
860
7
1699
18
1.288
13
1700
57
1.638
24
AÑOS
45
46
46
18
También Ruiz Prieto apunta, para los períodos que no conservan actas
capitulares, datos en el mismo sentido, señalando como momentos especialmente
significativos los años de 1606 en que «[...] fue tanta la escasez y miseria que se
padecía que [...] se vieron las autoridades obligadas, para evitar los estragos del
hambre, a alojar en las casas de los pudientes más de mil hombres, para que les
79
Tarifa Fernández (1994 a), p. 284 y ss. El estudio original abarca hasta 1788.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
55
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
diesen de comer. A los presos de la cárcel se les daba pan de cebada del Pósito a
cuatro maravedises libra, y a las parroquias y conventos pan amasado del trigo del
mismo Pósito»; 1621, en que «[...] otra calamidad había hecho más aflictiva la situación
de Úbeda, cual fue la helada de las olivas» y en que «[...] los mejores pagos, como el
de Santa Quiteria y Vall de Olivas, quedaron secos, y su reposición duró muchos
años»; 1622, en que «[...] Úbeda no mejoró, siguiendo su vida lánguida y sin progreso
alguno; antes bien sus privilegios eran menospreciados, y tuvo que acudir al rey por
medio de su personero [...], rogándole se respetasen el privilegio que la ciudad tenía
de no pagar portazgos, ni embargos, ni otros pechos. En 22 de febrero presentó el
personero una petición a la ciudad, para que acordase la rebaja del encabezamiento
de alcabalas, manifestando que por la esterilidad de los tiempos, muchas personas se
iban de la población, que las tierras no se labraban y Úbeda iba quedando sin vecinos.
Coincidió esta petición con la falta de lluvias, pues en el mes de marzo se acordó,
como era antigua costumbre, traer de su santuario a la Virgen de Guadalupe, y hacerle
fiestas de rogativa implorando su misericordia, también se trajo con el mismo objeto
el Santo Cristo de la Yedra»; y 1695, en «[...] que unos temporales de fuertes lluvias
y vientos, que hicieron considerables daños en la campiña y en las casas de la ciudad,
teniendo el alcalde mayor don José Regules Villasante, que dar un bando el 3 de
febrero, para que apuntalaran y aseguraran las casas que quedaron quebrantadas y
amenazaban ruina, siendo muchas las que quedaron convertidas en solares»80.
Sin duda, directamente relacionadas con lo anteriormente visto y esclarecedora
de otros factores determinantes para la vida de la ciudad y del número de sus
habitantes, resultan ser las cifras de pobres y viudas, doncellas y huérfanos, sin
obligación de pechar, que aparecen en todas las series de padrones trabajadas. Estos
son los datos:81
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN ISIDORO
111
30
16
165
2
SAN JUAN BAUTISTA
38
3
2
18
7
SAN JUAN EVANGELISTA
47
3
0
7
0
SAN LORENZO
41
14
14
32
16
PARROQUIAS
80
Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 204, 205, 206 y 215.
81
Puede observarse com o los dos m om entos de m ás altos índices de pobreza coinciden con dos
de los caracterizados por una alta conflictividad: la penuria de los tiem pos narrada por Ruiz Prieto para
1606 y la conjunción de la plaga de langosta y la sequía registradas en 1672 y 1673.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
56
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN MILLÁN
16
8
0
18
0
SAN NICOLÁS
61
14
8
104
37
SAN PABLO
89
8
22
72
0
SAN PEDRO
32
6
5
23
14
SANTA MARÍA
79
3
21
64
21
SANTO DOMINGO
33
17
1
40
26
SANTO TOMÁS
31
1
2
30
12
578
107
91
573
135
14'93
3'02
3'27
20,84
7'38
PARROQUIAS
TOTALES
_______________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
La participación de Úbeda aportando soldados a las numerosísimas actuaciones
militares exteriores que caracterizaron la política internacional de la España del siglo
XVII, es sin duda otro de los elementos que explican el descenso de la población.
Para no hacer demasiado prolija la relación de levas producidas y la carga que
para la ciudad suponían (aun cuando en estos casos siempre se patentizaba su
inquebrantable adhesión y se recordaba las veces que había contribuido ante
situaciones similares), basten algunos datos sacados de las actas capitulares, de otros
fondos documentales y de la bibliografía específica82.
Como ejemplo de la buena disposición de la ciudad en este sentido83, las palabras
82
Sirvan para apoyar esto (entre otros m uchos datos de los años 1605 a 1617, 1625, 1629, 1630,
1632, 1638 a 1647, 1649, 1650, 1652, 1656, 1657, 1659 a 1663 y 1665) las actas capitulares de 23 de
enero de 1610, solicitando soldados m ediante carta real [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 121 (v)]; de 13 de
agosto de 1638, en que el Conde Duque de Olivares pide soldados para atajar la invasión de soldados
franceses en Guipúzcoa [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 204 (v)]; la de 22 de febrero de 1639, en la que el
Rey pide dinero para la guerra al no poder darlo los hom bres de negocios por falta de galeones
[A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 271]; la de 19 de enero de 1661, en la que se da a conocer una orden de
1660 por la que había que librar dinero para la com pra de cam as para los soldados que se juntaban en
Extrem adura por la guerra con Portugal [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 19, f. 10]; y la de 10 de noviem bre de
1690, en la que solicita la baja de m ilicias por lo despoblada que estaba la ciudad [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C.,
30, f. 107 (v)].
83
Esta buena disposición no siem pre debía ser fácil no sólo por los problem as económ icos sino
por la existencia de alborotos en la ciudad. Basta para dem ostrarlo la petición, signada en Baeza el 7 de
octubre de 1630, de Fernando de Vallejo, Secretario de Felipe IV y m iem bro de su Consejo, al Corregidor
y los Concejos de Úbeda y Baeza en dem anda de que se estableciese un repartim iento u otro arbitrio que
perm itiera construir cuarteles para las tropas de tránsito, evitándose así los desm anes que regularm ente
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
57
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
de Ruiz Prieto, tomadas de libros de actas capitulares no conservados, son significativas:
«Durante el reinado del nuevo soberano (Felipe III), si Úbeda no progresó, tam poco
experim ento grandes desastres. Asistió al rey con la lealtad y celo de costum bre, en sus
guerras en Flandes y en Italia contra los ingleses, en Am érica y otras em presas. En todas
partes los hijos de Úbeda acreditaron su valor y lealtad, haciéndose m uchos notables con sus
m em orables hechos y sus dotes de gobierno, gallardam ente m anifestadas. Reconocido el rey
a los servicios prestados por la ciudad, que estaba atrasada en el pago de sus obligaciones,
dio una provisión en Valladolid con fecha 21 de diciem bre de 1601, encargando a sus
contadores, que estaban tom ando cuentas en Granada, que no aprem iasen a Úbeda, pues
fue la que con m ás celo sirvió en los Países Bajos, con siete com pañías de infantes y dos de
a caballo, gastando m ás de treinta m il ducados y m uchos bastim entos y provisiones. Se citan
con elogio en dicho docum ento a los capitanes don Francisco de Narváez y Gonzalo de
Alm ansa. El capitán Luis Dávila, que creem os era de nuestra población, se cubrió de gloria
por su arrojo y heroicos hechos en Flandes y otras partes.»
84
En el punto opuesto, destacaríamos la sesión de 10 de abril de 1667 en la que
literalmente se apunta:
«La ciudad dijo que se alla en tal aprieto que [...] para el despacho de soldados que
están acuartelándose en ella [...] y porque no falte cosa tan precisa i tan del serbicio de su
Magestad i no se detengan los soldados acuerda se vendan los quartos del sitio de esta
ciudad ierbas y espiga de los anticipados este presente año».
85
La presión fiscal, como factor que incide de forma implacable y continuada en el
número total de habitantes y en sus condiciones de vida, queda perfectamente
reflejada en la relación de repartimientos conservados en el Archivo Histórico Municipal
manifestando como ésta aumenta proporcionalmente a partir de la segunda mitad del
siglo en padrones que pueden considerarse como extraordinarios por su carácter:
- 1601 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real
- 1603-1605 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio real de su Majestad
- 1609-1611 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario
- 1612-1613-1614 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Em padronam ientos
- 1616 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real
- 1624-1626 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real
com etían en los alojam ientos que se les daban [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 58/7.
84
Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 203-204.
85
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 23, f. 80 (v) y ss.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
58
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- 1627 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (prim er repartim iento)
- 1627-1628 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real (segundo repartim iento)
- 1627-1629 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Real (tercer repartim iento)
- 1630 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puentes de Baza, Baeza y Andújar
- 1630-1632 . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (prim er repartim iento)
- 1630-1632 . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (segundo repartim iento)
- 1630-1632 . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (tercer repartim iento)
- 1633 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puente de Andújar
- 1633-1635 . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario (prim er repartim iento)
- 1635? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario
- 1637 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuaderno suelto sin especificar
- 1642 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuadernos sueltos sin especificar
- 1642 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Puente de Andújar
- 1645 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuadernos sueltos sin especificar
- 1645-1655 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Perm uta de Soldados
- ¿Década de los cuarenta? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cuadernos sueltos (2)
- 1659 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Extraordinario de Milicias
- 1659 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conciertos de la Carne
- 1660 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Perm uta de Soldados
- 1660 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de la Carne
- 1661 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de la Carne
- 1663 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Quintas
- 1663 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de la Paja
- 1664 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Paga de la Quiebra de la Sisa de la Carne
- 1667 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas
- 1670 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pago de la Jurisdicción de La Aldehuela y Casa Troyano
- 1671 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fábrica Puente de Toledo en Madrid
- 1673 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento del Tercio
- 1668-1670-1671-1672 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas
- 1673 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fábrica Puente de Córdoba
- 1674 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas del Tercio Provincial
- 1674 . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento para el Reparo del Puente de Toledo en Madrid
- 1675 . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento para el Reparo del Puente de Toledo en Madrid
- 1677 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas
- 1678-1679 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas
- 1682 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Repartim iento de Mesadas
- 1683 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milicias
- 1680-1681-1684-1685 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mesadas
- 1686 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mesadas
- 1687 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mesadas
- 1689 a 1694 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Atrasos de Milicias
- 1695 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Reparación del Chapín de la Reina
- 1695-1696 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Servicio Ordinario y Extraordinario
- 1696 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milicias
- 1697 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Milicias
- 1698 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cárcel de Granada
- 1699 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Incom pleto sin especificar
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
59
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- 1699 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alojam iento de Soldados
La emigración va a ser otro de los factores determinantes de la pérdida de
población.
Aunque no son muchos los datos que de ella nos hablen, podemos afirmar que el
municipio y su concejo fueron siempre conscientes (como hemos visto en párrafos
anteriores) de que se producía y de que era, en una proporción importante, una de las
causas de la pobreza y de otras calamidades que asolaban a la ciudad y a sus
habitantes.
En lo que se refiere a la emigración a América, Valladares Reguero la cifra en 27
personas a lo largo de todo el XVII frente a las 166 del siglo anterior86.
La peste, finalmente, bien aisladamente, bien acompañada de hambrunas, va a
ser determinante en el retroceso demográfico por el carácter despoblador de esta
enfermedad que prácticamente no permitió que ninguna generación de españoles del
siglo XVII estuviese libre de este azote. De las grandes oleadas de peste que padeció
la Península en el siglo XVII, Úbeda sufrió con especial incidencia la que culmina en
168187; pero aunque no hubiese contagio en otros momentos, toda noticia y amenaza
de peste en lugares más o menos cercanos acarreaba consecuencias directas e
inmediatas sobre la vida de la ciudad y, especialmente, sobre el comercio de productos
de primera necesidad y los abastecimientos al proceder el Concejo a cerrar el mayor
número posible de puertas de la muralla como medio de vigilar estrechamente la
entrada de forasteros y de productos o mercancías que pudiesen provocar el
contagio88.
Como se comprenderá, además de las muertes directas, esto suponía un
agravante más en unas condiciones de vida y en una sanidad que no eran de por sí
fáciles ni apropiadas para combatir una enfermedad que se cebaba en los más débiles.
86
Valladares Reguero (1992 a), p. 79. Díaz-Trechuelo sube la cifra a 29: tres hom bres casados,
veintiuno solteros, dos m ujeres casadas, dos solteras y una m ás de la que no se especifica estado civil
[Díaz-Trechuelo (1990), pp. 56 y ss].
87
Puede servir com o indicador el hecho de que en este año se produjeran 120 entierros en la
parroquia de San Isidoro frente a los 90 de 1680 y los 68 de 1682 [A.P.S.I.Ú., Libro de sepelios nº 10].
88
Dem ostración de todo lo dicho son las actuaciones que se efectúan en 1637 ante las noticias
de una epidem ia en Málaga. En el cabildo de 4 de junio se da la noticia [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 39
(v)] y se nom bran com isarios [f. 40]; en el de 8 de junio, se ordena cercar la ciudad y hacer rogativas [f.
41]; en el de 6 de julio, se ordena cerrar las puertas de Quesada y de la Torre Nueva [f. 54 (v)]; en el de
15 de julio se solicitan arbitrios para sufragar los gastos provocados por las m edidas anteriores [f. 59 (v)];
y en el del 19 de septiem bre, finalizada la am enaza, se ordena abrir la puerta de la Torre Nueva [f. 87].
Para com prender lo que suponía la finalización de una epidem ia, puede verse el apéndice
docum ental nº 1.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
60
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Sin duda, el mejor ejemplo de lo dicho por la conjunción de sequía, crisis de
subsistencias, hambre y peste, sea el proceso histórico que se inicia en 1676 con una
tumultuosa revuelta popular, duramente reprimida, provocada por la falta de grano y
por el miedo al hambre y a la peste, que culmina, finalmente, en 1681 con una
devastadora epidemia que diezma la población de la ciudad y la sume en un bache del
que no se recupera hasta el siglo XIX89.
2.2.4. GOBIERNO MUNICIPAL
2.2.4.1. Poderes y órganos de gobierno
Como todas las ciudades de realengo, contó Úbeda con una organización
semejante a la del resto de la Península: poder político, poder judicial y poder religioso.
El municipio, desde el punto de vista de las instituciones políticas, estaba
gobernado por un Concejo presidido por un corregidor y formado por un número
determinado de regidores o veinticuatros de los que algunos ostentaban cargos
unipersonales como los de Alguacil Mayor y Alférez Mayor, entre otros90.
El Corregidor, cargo en el caso de Úbeda de designación real, fue común con la
vecina Baeza hasta 1768 en que se consigue uno en exclusividad91. Sus funciones son
las de regir la ciudad en nombre del Rey por un período fijo regulado, generalmente un
trienio, y el de presidir el Cabildo Municipal como órgano colegiado de máximas
competencias y dignidad.
En cuanto a los regidores, en general, siempre fueron más de 24 y en un alto
89
Este proceso ha sido perfectam ente estudiado, entre otros autores, por Juan Góm ez (19781979) y (1981); Torres Navarrete (1990 c), pp. 238-241; Parejo Delgado y Tarifa Fernández (1990 a); y
Tarifa Fernández (1994 a), pp. 110-113. En concreto esta autora concluye que esta crisis se provocada
por la m ala clim atología, la peste, los terrem otos, las m alas cosechas, las plagas de langosta y la falta
de diálogo entre las autoridades locales y reales e incluso por un triple conflicto de com petencias entre
las adm inistraciones local, real y eclesiástica; caracterizándose por ser propia de un m om ento de
recesión económ ica y dem ográfica, porque sus protagonistas son los sectores sociales m ás
desfavorecidos y porque las autoridades apoyan las pretensiones del pueblo hasta que se produce el
levantam iento y se endurece la represión.
90
Un detallado estudio de este oficio concejil y de las personas que lo poseyeron puede verse
en Torres Navarrete (1990 c), pp. 26-29.
91
Torres Navarrete (1990 c), p. 7. En esta situación com partida y en el hecho de que el
Corregidor no cum pliese con su obligación de vivir en Úbeda seis m eses al año, ve este autor una de las
causas de la tradicional enem istad existente entre las dos ciudades. Nosotros creem os que adem ás
existieron otros m otivos que hunden sus raíces en la propia Edad Media, relacionados con las
concesiones que se dan a las ciudades fronterizas com o éstas y a las disputas por la delim itación de los
térm inos respectivos.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
61
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
porcentaje ostentaban su cargo a perpetuidad92. En Úbeda, en opinión de Domínguez
Ortiz, citado por Kamen, que se ve ratificada por los listados que aparecen en los libros
de actas capitulares, pertenecieron al estamento nobiliario en exclusividad93. Sus
funciones se determinan en los sorteos que anualmente se celebran para distribuir las
tareas propias del gobierno y buena marcha de la ciudad. A lo largo del siglo, de entre
sus filas destacan una serie de oficios y cargos que por regla casi general acaban
siendo hereditarios o son objeto de venta; de igual forma que pasa con los de jurados
o cargos creados por la Corona para paliar el monopolio del poder municipal,
depositado en manos de regidores vitalicios y hereditarios, con la función de
representar al Común94.
La frecuencia con la que se reúne el Cabildo es altísima a lo largo de todo el siglo,
dándose casos en los que incluso se producen dos en un mismo día95.
92
Sirva com o ejem plo la sesión del Cabildo en que se da lectura de la carta real que nom bra
regidor por juro de heredad a perpetuidad a Alonso Díaz, por renuncia de Diego de Sanm artín Arredondo
[A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 15, f. 19].
93
Kam en (1987), p. 244.
94
Para com prender el grado de enajenación al que habían llegado los em pleos m unicipales y
la com plejísim a burocracia del Antiguo Régim en, la respuesta que se da a la pregunta nº 28 del Catastro
de Ensenada es m uy esclarecedora. En concreto en ella se contesta que los em pleos enajenados eran
los siguientes: Alférez Mayor; Alguacil Mayor, con voto de Regidor; Alcalde Provincial; Depositario de
Penas de Cám ara; 37 oficios de Regidores; 16 oficios de Jurados; doce oficios de Procuradores; la
Contaduría de Intervención; el oficio de Receptor de la Carnicería; el oficio de Padre General de Menores;
el de Fiscal Real; el de Alguacil M ayor de Alcabalas; el de Guarda Mayor de Alcabalas y Teniente de
Millones; el de Cuadrillero Mayor; la Escribanía de Alcabalas y Cientos; la de Millones; la de Cartas de
Pago, Juros y Libranzas; la de Com isión; 17 Num erarias (a ocho de las cuales estaba agregado lo
crim inal); la Notaría M ayor de Cruzada; el oficio de Prom otor Fiscal; el de Alguacil Mayor; y el de
Depositario. Igualm ente interesante es la respuesta para conocer la cuantía y la antigüedad de las ventas
de oficios: «Y, aunque tienen entendido que la perpetuidad de los sobredichos em pleos u oficios se
concedió por servicio pecuniario, no pueden decir el tanto de éste, por no constar en los títulos actuales
y haverse confundido los prim eros con el tiem po o, por m ejor decir, pararán en el Archivo de Sim ancas.
Vien que saven costó el oficio de Regidor, propio de don Rodrigo de Nava, presvítero, a Christóbal de
Hortega, Com endador en el Horden de Santiago, catorce m il setecientos y cinco reales; y la perpetuidad
de otro, de don Luis Chirino, costo a don Francisco Chirino de Narváez, quatrocientos y quarenta; la
Contaduría de Intervención de esta Ciudad, y la de Baeza, costó ochenta y m il y quatrocientos; el oficio
de Alguacil m aior, ochenta y dos m il y quinientos; la de Cartas de pago, Juros y Libranzas, ocho m il y
ochozientos; el oficio de Fiscal de Cruzada, dos m il y dozientos; el de Notario m aior, otros tantos; el de
Depositario, los m ism os, y el de Alguacil m aior, dos m il y quinientos. Y lo que han visto y entendido, de
cincuenta años a esta parte, es que los em pleos de Regidores se venden en quinientos o seiscientos
ducados; en los m ism os, las Escrivanías num erarias; en m il pesos, las de Millones y en dos m il y
doscientos reales, cada oficio de Jurado, o Procurador.» [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 85-89].
95
En 1656 era necesario que los regidores asistieran a treinta y dos cabildos (lo que nos indica
que al m enos se celebraban esos m ism os) para poder cobrar sus salarios. Precisam ente en la sesión
del 11 de noviem bre de ese año se realiza un listado para controlar la asistencia que da los siguientes
resultados: diecisiete acuden treinta y dos veces; uno, treinta y una; uno, veintiocho; uno veintiséis; dos,
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
62
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
En lo que se refiere a la administración de justicia, estaba en manos de los
Alcaldes o funcionarios reales o cargos públicos con capacidad de juzgar y sentenciar
por delegación regia. El Alcalde Mayor es el letrado que asesora al Corregidor en sus
funciones judiciales cuando éste no era togado, sino de los de «capa y espada», es
decir, procedente de la nobleza; sus funciones se centraba en los aspectos jurisdiccionales, quedando las administrativas y políticas para el Corregidor96. El Alcalde
Provincial de la Hermandad es el delegado de la Santa Hermandad en las ciudades.
Elegido normalmente de entre los caballeros, recibía sus poderes del Concejo ante el
que juraba su cargo y entendía de los llamados «casos de Hermandad», es decir, de
hurtos, muertes ejecutadas en el campo, incendios de mieses, talas de árboles y, en
general, de lo que establecieran las ordenanzas municipales97. El Concejo contó con
dos tipos de cárceles: una destinada al Común o Cárcel Real al mando de un Alcaide
y otra a los hijosdalgo, al menos desde 1559, situada en la llamada Torre de los
Caballeros que aún se alza, aunque reformada, al principio de la calle Cava junto a la
antigua puerta de La Calancha98.
La organización religiosa, importantísima en una sociedad como la del Antiguo
Régimen, se estructura como vicaría y arciprestazgo y se ordena, como ya se ha visto,
en 11 parroquias: Santa María, San Pablo, San Pedro, Santo Domingo de Silos o de
los Abades, Santo Tomás y San Lorenzo (dentro del recinto amurallado), y San Juan
Evangelista, San Juan Bautista, San Millán, San Nicolás y San Isidoro (en diversos
barrios y arrabales); en diez conventos masculinos: Santísima Trinidad (trinitarios
calzados), Nuestra Señora de la Merced (mercenarios redentoristas), San Francisco
de Asís (franciscanos), San Andrés (Orden de Predicadores), Nuestra Señora de la
Victoria (mínimos de la Orden de San Francisco de Paula), Santa Catalina (de la
Compañía de Jesús), San Miguel (carmelitas descalzos), San Juan de Dios (hospitalarios), San Antonio de Padua (recoletos de Nuestro Padre San Francisco) y Espíritu
Santo (Orden de Santi Espíritu); y en cinco femeninos: Santa Clara (franciscanas
veinticuatro; uno, veintidós; uno, diecinueve; uno, dieciocho; uno, dieciséis; uno, trece; uno, doce; uno,
once; uno, nueve; uno, siete; uno, seis; uno, cuatro; dos, tres; tres, una; y tres, ninguna vez [A.H.M.Ú.,
F.M., S.A.C., 16, f. 262 (v)].
96
Adem ás de la adm inistración de justicia se encargaba de la cobranza del servicio de m illones.
Así consta, al m enos, en la petición de doscientos ducados que en el cabildo de 27 de octubre de 1690
realiza el Alcalde Mayor de ese m om ento por los servicios prestados, entre los que se encuentra la citada
recaudación, al tener que abandonar la ciudad [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, ff. 96 (v) y ss.].
97
Por desgracia no se conservan en el Archivo Histórico Municipal las Ordenanzas Municipales
vigentes en este período.
98
Martínez Elvira (1992-1993) estudia las distintas ubicaciones que tuvieron, incluyendo una de
clérigos.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
63
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
descalzas), San Nicasio (monjas del Orden Tercero de San Francisco), Nuestra Señora
de la Coronada (Obediencia de San Andrés de la Orden de Santo Domingo), Madre
de Dios o de las Cadenas (dominicas) y Nuestra Señora de la Concepción (carmelitas
descalzas).
El nombramiento de colegiata para Santa María se produce en 1259, a los pocos
años de la conquista cristiana, por parte del obispo don Pascual mediante bula firmada
en Úbeda el 6 de junio99, confirmándose por Clemente IV el 18 de junio de 1266100.
Desde el mismo momento del nombramiento, nos cuenta Jimena Jurado, tuvo
cuatro dignidades: tesorero, chantre, arcipreste y vicario, y ocho canónigos101; Ruiz
Prieto añade que fueron nombrados personas, canónigos y socios como en la iglesia
matriz de Jaén102. El 2 de marzo de 1371, de nuevo en palabras de Jimena Jurado, don
Nicolás de Biedma redujo las prebendas a dieciséis para distribuirlas entre los ocho
canónigos y las cuatro dignidades, añadiendo una prestamera aneja de cada parroquia
al Cabildo Colegial. También otorgó la mitad de los diezmos de unos donadíos que
poseían el arcipreste, Roy Días, y el vicario, Juan Sánchez, reglamentando las
obligaciones según los estatutos de la catedral de Jaén, es decir, que atendiendo a la
disminución de los habitantes por la destrucción de la ciudad por Pero Gil, no hubiese
raciones ni medias raciones, sino que los canónigos que por entonces eran y los que
en un futuro lo fueran, habían de ser considerados como personas y canónigos
enteros103.
En 1573 don Francisco Delgado hace nuevos estatutos ajustados a los de la
catedral de Jaén104. En este mismo sentido, Ruiz Prieto añade que fueron firmados en
Úbeda en 1574, pues así aparecía en un libro de pergamino por él visto105. El mismo
obispo Delgado añadió nuevas normas el 14 de diciembre de 1586, siendo confirmadas por Fray Juan Asensio que sumó la pureza de sangre para todos los cargos106.
99
A.H.M.Ú., F.M., S.D., 3/11. Puede verse en el apéndice docum ental nº 2.
100
A.H.M.Ú., F.M., S.D., 1/11-12. Es un docum ento que se conserva por duplicado.
101
Jim ena Jurado (1654/1991), p. 193.
102
Ruiz Prieto (1906/1982), p. 312.
103
Jim ena Jurado (1654/1991), pp. 346-349.
104
Jim ena Jurado (1654/1991), p. 193.
105
Ruiz Prieto (1906/1982), p. 316.
106
Ruiz Prieto (1906/1982), p. 316.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
64
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Finalmente, en 1604, don Sancho Dávila crea el cargo de maestro de ceremonias
y da normas para el orden, compostura y seriedad del coro107.
Al no conservarse ninguno de los libros de actas capitulares del Cabildo Colegial
correspondientes al siglo XVII108, de nuevo acudimos a Méndez Silva para conocer que
en 1645 seguía componiéndose de cuatro dignidades y ocho canónigos109.
En lo que se refiere a las parroquias, Jiménez Patón apunta que la de San Pablo
tenía un priorato, tres beneficios simples servideros y una prestamera; la de San Pedro,
un priorato, un beneficio servidero y una prestamera; la de Santo Domingo, un priorato,
dos beneficios servideros y una prestamera; la de San Lorenzo, un priorato, un
beneficio simple servidero y una prestamera; la de Santo Tomás, un priorato, un
beneficio simple servidero y una prestamera; la de San Juan Evangelista, un priorato,
un beneficio simple servidero y una prestamera; la de San Juan Bautista, un priorato,
un beneficio simple servidero y una prestamera; la de San Millán, un priorato y
beneficio simple servidero; la de San Nicolás, un priorato, dos beneficios simples
servideros y dos prestameras; y la de San Isidoro, un priorato, dos beneficios simples
(uno de la mesa episcopal) y dos prestameras y media110.
En las Constituciones Sinodales del obispo don Baltasar de Moscoso y Sandoval
podemos encontrar la misma distribución de beneficios pero se añaden los repartos de
rentas tanto en la Colegial como por parroquias. Los textos que hacen referencia a la
Colegial y a la parroquia de San Pablo (todas las demás se distribuyen de forma
semejante) son los que siguen a continuación:
«En esta Iglesia de Santa Maria hay quatro Dignidades, que son: Tesorero, Chantre,
Arcipreste, y Vicario, y ocho Canongias. Esta renta después de sacados hazim ientos, y partes
de pujas, según dicho es, el resto y fin que queda en la dicha renta, se reparte en esta
m anera.
»El obispo lleva un noveno y m edio, de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano
de Ubeda.
»El Cabildo lleva otro noveno y m edio, de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano
de Ubeda.
»Los Beneficiados y Canonigos llevan dos tercios.
»Si la renta es de m inucias no se saca nada, porque lo lleva el dicho Colegio. Si la renta
es de pan, de los dos tercios que lleva el dicho Colegio se sacan solam ente dos fanegas para
107
Ruiz Prieto (1906/1982), p. 316.
108
Únicam ente se conserva un ejem plar que abarca desde 1798 a 1805.
109
Méndez Silva (1645/1949), p. 1.624.
110
Jim énez Patón (1628/1983), f. 232 (v).
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
65
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
el Maestrescuela.
»De la renta de vino, y azeyte no se saca nada para el Arcipreste, ni Vicario.»
En lo que se refiere a las parroquias:
«El rey lleva dos novenos.
»La Iglesia lleva un noveno.
»El Obispo lleva noveno y m edio, y de su valor se saca el rediezm o para el Arcediano
de Ubeda.
»El Cabildo lleva otro noveno y m edio, y de su valor se saca el rediezm o para el
Arcediano de Ubeda.
»El Prior, y Beneficiados llevan tres novenos, los quales parten por iguales partes, salvo
que el Priorazgo lleva la quarta parte m as que los otros Beneficios.
»Si la renta es de m inucias, sacanse de la parte de la Iglesia cinco m aravedis, y de la
parte del Prior, y Beneficiados otros cinco m aravedis, que son diez m aravedis, de los quales
lleva el Arcipreste las dos partes, y el Vicario una. Si la renta es de pan, sacanse de la parte
de la Iglesia cinco fanegas, y de la parte del Prior, y Beneficiados tres fanegas, que son ocho
fanegas, de las quales lleva el Arcipreste las quatro, y el Vicario las dos, y el Maestrescuela
las otras dos fanegas: pero si la fabrica tuviere algo m as de las dichas cinco fanegas que le
quedan, y m enos de diez, que aquello dem as de las cinco se reparta por rata entre los dichos
Arcipreste, Vicario, y Maestrescuela: por m anera que si la dicha fabrica tuviere una fanega,
ó dos, ó tres, ó quatro dem as de las dichas cinco fanegas que le han de quedar, que aquello
se reparta por rata entre los susodichos.
»De las rentas del vino, y azeyte no lleva nada el Arcipreste, ni Vicario.»
111
Una Universidad de Priores vertebra la organización de las distintas parroquias.
Las relaciones entre el poder político y eclesiástico se muestran llenas de
cordialidad a lo largo de toda la centuria como bien se aprecia en las numerosas
concesiones y donativos que el Cabildo Municipal otorga a conventos y parroquias y
en el clima de religiosidad que caracteriza la vida del siglo XVII español, pero no faltan
disputas generalmente relacionadas con cuestiones baladíes sobre el orden jerárquico
de las profesiones o problemas semejantes112.
El clero de la ciudad estuvo sometido a un Tribunal de Vicario, con competencias
exclusivas de causas eclesiásticas, regido por un Notario Mayor, un Notario Receptor,
un Alguacil Mayor y un Alcaide de la Cárcel Eclesiástica.
Mención aparte merece el Tribunal del Santo Oficio. Úbeda depende del de
Córdoba y en la ciudad sólo cuenta con la figura de un Comisario, que al menos
111
Moscoso y Sandoval (1626/1787), f. 111.
112
En este sentido es curiosa la inform ación sobre el despojo de las espadas de los caballeros
veinticuatro por parte de los canónigos de la Colegial en el transcurso de las fiestas del Corpus de 1612
[A.H.M.Ú., F.P.N., Juan de Cotillas, 989, f. 317].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
66
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
aparece en el padrón de 1627, y un determinado y variable número de familiares que,
por los que aparecen en los padrones de repartimiento, oscilaron entre tres (padrón de
1627) y dos (padrones de 1605, 1642 y 1673)113.
2.2.4.2. Servicios y organización de la vida local
Las principales tareas a realizar y los principales servicios y competencias que el
Concejo ofrece y ostenta son los relacionados con el propio gobierno y con las causas
de primera instancia en lo civil y criminal, como hemos apuntado, y los relativos a la
política de abastecimientos, a la higiene, a la sanidad, al orden público, a la vigilancia
de los gremios, a la recaudación de ciertas contribuciones estatales, a la fijación de
salarios y precios, al reclutamiento de soldados, a la organización de fiestas y otras
muchas más que le confieren un enorme poder.
Para asegurar estas competencias y servicios, anualmente se determina las
suertes o personas que han de encargarse del buen gobierno de la ciudad durante
períodos concretos, que generalmente coinciden con un año, y que normalmente
tenían lugar en el mes de septiembre, unos días antes de la celebración del día del
patrón San Miguel.
Como ejemplos pueden servir las ocurridas en dos momentos diferentes del siglo:
la de la sesión de 27 de septiembre de 1641114 y la de 2 de septiembre de 1690115.
En la primera, tras el nombramiento de dos comisarios para la fiesta del Corpus,
de dos cogedores de bulas, de un receptor del papel sellado, de un mayordomo de
arbitrios, de un mayordomo de propios y de un depositario de arbitrios; se producen los
siguientes resultados:
- Fieldad m ayor de la Carnicería . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Cristóbal de Albanchez
- Fieldad m enor de la Carnicería de Abajo . . . . . . . . . . . Alonso de la Peñuela y Navarrete
- Fieldad del pescado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando de Alcalá
- Fieldad de la fruta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco Méndez
- Fieles ejecutores de octubre . . . . . . . . . Juan de Ballesteros y Diego Redondo de Cózar
113
Sobre la actuación del Santo Oficio en Úbeda en el período que abarca de 1558 a 1724 (166
años), puede verse Avilés Fernández (1985). En este artículo se realiza una aproxim ación a los 67
procesados m ediante un profundo análisis estadístico que señala el sector artesanal y el ám bito
estrictam ente urbano com o los sectores social y geográfico en el que se producen m ás casos dentro de
una tipología delictiva que se centra en las proposiciones escandalosas (37'3% ), judaísm o (17'9% ),
bigam ia (16'4%), proposiciones sobre fornicación (13'4%) y otras causas, en porcentajes m as pequeños,
com o delitos contra la propia Inquisición o el m ahometism o.
114
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 11, f. 114 (v) y ss.
115
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 75 y ss.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
67
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- Fieles ejecutores de noviem bre . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Ribera y Francisco Salido
- Fieles ejecutores de diciem bre . . . . . . . . . Juan de Chinchilla y Cristóbal Ruiz de Sevilla
- Fieles ejecutores de enero . . . . . . . Juan Francisco Barrero y Juan de Molina Arredondo
- Fieles ejecutores de febrero . . . . . . . . . . . . . . . . . . Martín de Narváez y Martín Vázquez
- Fieles ejecutores de m arzo . . . . Antonio de Molina Valencia y Diego Chirino de Narváez
- Fieles ejecutores de abril . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal de Atienza y Diego de Sanm artín
- Fieles ejecutores de m ayo . . . . Alonso de Villarroel y Tom ás de Ribera, Alguacil Mayor
- Fieles ejecutores de junio . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y Agustín de la Puebla
- Fieles ejecutores de julio . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio de Alcaraz y Francisco de Herrera
- Fieles ejecutores de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Luis Gutiérrez y Cristóbal Pardo
- Fieles ejecutores de septiem bre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Guzm án, Alférez Mayor, y Pedro Beltrán Estrem era
- Fieles ejecutores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rodrigo de Narváez y Juan de Urrutia
- Contraste de seda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Cueva Navarrete
- Alam ines de cam po . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Íñigo de Trillo y Francisco de Quesada
- Alam ines de edificios . . . . . . . . . Juan de la Peñuela y Tom ás de Ribera, Alguacil Mayor
- Obrero de la ciudad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Martín de Narváez
- Hacedores de rentas para propios y Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego Redondo de Cózar y Cristóbal de Atienza
- Chancilleres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Urrutia y Cristóbal de Albanchez
- Veedores de tundidores . . . . . . . . . . . . . Fernando de Alcalá y Juan de Molina Redondo
- Veedores de sastres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de la Peñuela y Francisco Méndez
- Veedores de calceteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal Pardo e Íñigo de Trillo
- Veedores de espaderos . . . . . . . Luis de Guzm án, Alférez Mayor, y Rodrigo de Narváez
- Veedores de los oficios del barro . . . . . . . . . . . Francisco de Quesada y Martín Vázquez
- Veedores de teja y ladrillo . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Ribera y Francisco de Herrera
- Veedores de caldereros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Cueva y Francisco Salido
- Veedores de sederos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Sanm artín y Juan Luis Gutiérrez
- Veedores de tejedores de tafetanes . . . . . . . . . Diego Chirino y Cristóbal Ruiz de Sevilla
- Veedores de torcedores de seda . . . . . . Agustín de la Puebla y Juan Francisco Barrero
- Veedores de m olineros de pan . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y capitán Alcaraz
- Veedores de zapateros . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso de Villarroel y Alonso de la Peñuela
- Veedor de tejedores de lienzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Ballesteros
- Veedores de tejedores de paños . . . . . . . . . . Antonio Molina y Pedro Beltrán Estrem era
- Com isarios de Corte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Urrutia y Diego Redondo de Cózar
- Com isarios de Granada . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y Juan de Santisteban Padilla
- Com isarios de Baeza . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Luis Gutiérrez y Cristóbal de Albanchez
- Com isarios de las fuentes . . . . . . . . . Francisco de Herrera y Juan de Molina Arredondo
- Com isarios de m uros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Ribera y Martín de Narváez
- Com isarios del Colegio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Martín Vázquez y Agustín de la Puebla
- Com isarios Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . Luis de Guzm án, Fco. Salido de Ribera, Cristóbal Pardo y Cristóbal de Sevilla
- Para nom brar porteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Íñigo de Trillo y Rodrigo de Narváez
- Para nom brar fiel de m edidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso de la Peñuela
- Visitadores de los térm inos . . . . . . . . . . Juan Ballesteros y el capitán Antonio de Alcaraz
- Llavero del Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco Méndez
- Com isarios de prim eros arbitrios . . . . . . . . . Francisco de Quesada y Antonio de Molina
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
68
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- Com isarios de la sal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de la Peñuela y Alonso de Villarroel
- Com isarios de Vílchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego Chirinos y Cristóbal de Albanchez
- Para la obra pía de Juan de Agreda en el hospital de Jesucristo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Cueva y Fernando de Alcalá
- Protectores de la Cárcel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Padilla y Luis de Ribera
- Com isarios del Servicio Real . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Sanm artín y Juan de Ribera
- Com isarios de bulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . Diego de Sanm artín, Juan F. Barrero, Rodrigo Narváez y Antonio de Molina
- Contadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Quesada y Francisco de Herrera
- Veedor del yeso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Quesada
- Contraste de pesos y pesas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . Se reserva para la persona que se hiciese cargo del gobierno del reloj
- Juzgado y adm inistración de m illones Jacinto de la Torre Teruel y Diego de Padilla Mesía
- Adm inistración y buen cobro de los arbitrios que concedió a la ciudad Alonso de Cabrera
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Ballesteros y Francisco Méndez
- Diputados de las parroquias propuestos por los vecinos:
A Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de Herrera, cerero, y Juan Góm ez Bautista
A San Juan Bautista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Toral
A San Juan Evangelista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso Bravo
A Santo Tom ás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Francisco de Santisteban
A San Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Dontello y Miguel de Torres
A Santa Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Casarrubia y Francisco Ram írez
A San Isidoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cristóbal de Robredillo
A San Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro Cortijo
A San Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Gregorio de Rus y Luis del Villar
A Santo Dom ingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Francisco del Jesús
A San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Melchor de Mendoza y Alonso Muñoz
En la segunda, en 1690, se actúa de forma semejante. En primer lugar se procede
al nombramiento de mayordomo de propios y de comisario del Corpus y, a continuación, se procede al sorteo del que quedan fuera hasta diez caballeros veinticuatros que
por sorteo se habían librado. Las suertes, en cuya ejecución «[...] se llevó la jarra
[...]116, son las siguientes:
- Fiel m ayor de las Carnicerías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o Garrido
- Contador m ayor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Rodrigo de Nava Monsalve
- Mayordom o de arbitrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Peñuela Molina
- Fieles ejecutores de octubre . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Juan de los Reyes Rom ero
- Fieles ejecutores de noviem bre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor, y Jerónim o de Moya
- Fieles ejecutores de diciem bre . . Lope Antonio de la Cueva y Guzm án y Alonso Copado
116
Parece ser que era costum bre la utilización de una jarra para m eter las bolas con los nom bres
de los regidores.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
69
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- Fieles ejecutores de enero . . . . . Alonso García de Quesada y Blas González de Asarta
- Fieles ejecutores de febrero . . . . . . . . . . . Bartolom é de Ventaja y Fernando de Cam pos
- Fieles ejecutores de m arzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Alam inos y Blas González
- Fieles ejecutores de abril . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Narváez y Alonso Copado
- Fieles ejecutores de m ayo . . . . . . . . . . . Luis Ruiz de Consuegra y Pedro de la Peñuela
- Fieles ejecutores de junio . . . . . Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor, y Juan Méndez
- Fieles ejecutores de julio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de la Cueva y Diego de Herrera
- Fieles ejecutores de agosto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de los Reyes y Alonso Mesía
- Fieles ejecutores de septiem bre . . . . . . . . . . . Fernando de Cam pos y Antonio de Moya
- Fieles ejecutores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Alonso García
- Para nom brar alam ines de cam po . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o Pareja y Lope Narváez
- Alam ines de edificios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o de Moya y Rodrigo de Nava
- Fiel de m edidas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bartolom é Ventaja
- Receptor de penas de ordenanzas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando de Cam pos
- Contraste de seda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor
- Chancilleres m ayores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso Copado y Juan de los Reyes
- Veedores de sastres . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Alam inos y Jerónim o de Moya
- Veedores de espaderos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Méndez y Jerónim o Garrido
- Veedores de calceteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bartolom é Ventaja y Alonso García
- Veedores del barro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Herrera y Alonso Mesía
- Veedores de tejedores de tafetán . . . . . . . . . Luis Ruiz de Consuegra y Rodrigo de Nava
- Veedores de tejedores de seda . . . . . . . . . . . . . Pedro de la Peñuela y Antonio de Moya
- Veedores de m olinos de aceite . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de Narváez y Lope de la Cueva
- Veedores de m olinos de pan . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Juan de Narváez
- Veedores de caldereros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Narváez y Blas González
- Veedores de zapateros . . . . . . . Alonso Mesía y Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor
- Veedores de tejedores de paño y lienzo . . . Juan de Alam inos y Luis Ruiz de Consuegra
- Com isarios de arbitrios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fernando de Cam pos y Alonso Copado
- Com isarios de cortes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Antonio de Moya
- Com isarios de Granada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Diego de Herrera Juan de los Reyes
- Com isarios del Servicio OrdinarL
ioope Antonio de la Cueva y Pedro de la Peñuela y Molina
- Com isarios de m uros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Alonso García y Rodrigo de Nava
- Com isarios del Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . Juan Méndez, Jerónim o Garrido, Bartolom é Ventaja y Fernando de Moya
- Llavero del Pósito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope Narváez
- Para nom brar porteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan de Narváez y Juan Méndez
- Com isarios de visita de térm inos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Luis de Medinilla y Juan Duque de Medina, Alguacil Mayor
- Com isarios de la obra pía de Juan de Agreda . . Alonso García y Fernando de Cam pos
- Protectores de la Cárcel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lope de Narváez y Juan de Alam inos
- Com isarios de bulas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . Lope de la Cueva, Rgo. de Nava, Pedro de la Peñuela y Luis Ruiz de Consuegra
- Com isarios del Colegio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bartolom é Ventaja y Alonso Mesía
- Com isarios de fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerónim o de Moya y Juan de los Reyes
- Com isarios para la buena raza y cría de caballos . . . . Antonio de Moya y Blas González
- Com isarios para la venta de rastrojos . . . . . . . . . . . Alonso Copado y Jerónim o Garrido
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
70
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
En esta ocasión los diputados de las once parroquias se nombran en la sesión de
27 de octubre:117
- Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pablo de las Peñas y Pedro del Río
- San Juan Bautista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Sim ón de Madrid
- San Juan Evangelista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Lorenzo Ruiz
- Santo Tom ás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . José de las Peñas
- San Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tom ás de Quesada y Antonio de Herrera
- Santa Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonio Palom ino y Antonio de Herrera
- San Isidoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro de Alarcos y Manuel de Moya
- San Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Bernabé de Aranda
- San Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mateo de Montes
- Santo Dom ingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pedro González
- San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Juan Marín y Martín Trillo
Queda claro, pues, que el abastecimiento de la población, mediante el nombramiento de fieles de los principales productos de consumo, añadiéndole el matiz de las
sisas a las que estaban sujetos, es una de las principales preocupaciones. Fue
además el abastecimiento, como hemos visto, un problema más o menos constante
que influyó directamente sobre la población. Ante las malas cosechas, como mal
tradicional, y ante el miedo a la falta y carestía del grano, las ciudades almacenan
excedentes en los pósitos, instituciones a las que consideran transcendentales no sólo
por su función de reserva sino también por lo que suponen como lugares que prestan
simiente para las futuras siembras. El nombramiento de cuatro comisarios y de un
llavero del Pósito que aparece en las dos listas de suertes transcritas, frente a los dos
para otros menesteres y servicios, nos habla de tal importancia.
Pensar, pues, a la vista de los productos que aparecen en los listados anteriores
y ante la falta de datos más precisos que nos hablen de estos menesteres, que la
alimentación de los ubetenses del siglo XVII se basaría en los cereales (sin duda la
principal fuente de alimentos), en la carne, en el pescado y en las frutas, es lógico,
pero con las obligadas desigualdades de una sociedad propia del Antiguo Régimen118.
Junto al Pósito, otras instituciones relacionadas con la alimentación, dependientes
del Cabildo, van a ser las Carnicerías. Contó Úbeda al menos con dos: las situadas en
la plaza de Arriba y las de la actual calle del Prior Monteagudo (antiguamente
117
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 95 (v).
118
La conservación de los alim entos se realizaría m ediante salazones (la im portancia de la sal
se m anifiesta en el nom bram iento de dos com isarios de la sal) y utilizando nieve procedente de Sierra
Nevada. En este sentido son m uy abundantes las referencias docum entales sobre el transporte de este
elem ento a lo largo de todo el siglo.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
71
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Carnicerías y Arroyo de Santa María) situadas en el costado del oeste de la
Colegiata119.
Preocupación también de primer orden es el abastecimiento de agua potable al
vecindario mediante un gran número de fuentes públicas que es necesario mantener
en buen uso, especialmente en lo que se refiere a los minados o conducciones de
agua como viene a demostrar la larga lista de acuerdos que en este sentido guardan
los libros de actas capitulares, mediante el nombramiento de comisarios de fuentes y
la contratación de fontaneros que las aderecen, pagando en muchos casos los vecinos.
El número de fuentes con que contó Úbeda en el siglo XVII fue alto como demuestra
el listado de las que hemos encontrado referencias documentales: San Lázaro, Nueva
de la plaza de los Olleros, Fuente Seca, San Nicolás, Losar, Salobreja, de la plaza del
Mercado, Fuente de las Risas, de la plaza de Abajo, de la Cárcel, del Llano de Santa
María, del Despeñadero, del Cañuelo, de los Serranos, de la puerta de Granada y del
lavadero de la plaza de Arriba120.
La sanidad, salvo en casos excepcionales de extrema gravedad, como pueden ser
las epidemias, en las que el Cabildo sí toma medidas precautorias, no parece estar
directamente en manos de la municipalidad pese a algunas referencias encontradas
en las actas capitulares que pudieran indicar lo contrario121.
Úbeda contó en el siglo XVII con un número más o menos fijo de boticarios,
cirujanos y médicos122 y con, al menos, seis hospitales, generalmente en manos de
119
No faltaron incidencias con el aprovisionam iento y fraudes en el peso de la carne.
Concretam ente, en el sesiones de 3 de m ayo de 1641 y de 29 de octubre de 1643 se referencia la venta
fraudulenta de carne en el Rastro procedente de conventos y de particulares [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 11,
f. 60 (v) y 12, f. 190] y en la de 20 de m ayo de 1690 se ordena echar un candado en las carnicerías por
la noche para evitar fraudes [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 29].
120
Estam os convencidos de que el núm ero total era m ás alto, pero las referencias de las actas
capitulares norm alm ente sólo citan las fuentes de la ciudad de form a genérica. Algo m ás explícitas son
las que hacen referencia a la llam adas «arcas del agua» o distribuidores situados en las partes altas de
la ciudad.
121
Nos referim os concretam ente al acuerdo para pagar de los bienes de propios (sesión de 13
de enero de 1649) los salarios de los licenciados Juan de la Parra Guzm án y Juan Díaz por un m onto de
6.000 m aravedíes a cada uno, que habían sido acordados dos años antes [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 15,
f. 14] o al juram ento (lo realiza por la Lim pia Concepción de María y com prom etiendose a no cobrar a los
pobres) del cirujano Andrés Ruiz en el cabildo de 7 de junio de 1691 que le perm itía ejercer su profesión
en la ciudad una vez presentada su carta de exam en. Pero pensam os que en el prim ero de los casos se
trata de un sueldo para asegurar cierta asistencia médica a los m ás necesitados de la población y, en
el segundo, un sim ple trám ite sem ejante al que realizaban otros profesionales.
122
Recuérdese com o en los padrones de repartim iento aparecen, en lo que se refiere a los
cirujanos, uno en 1605, dos en 1627, seis en 1642, tres en 1673 y tres en los padrones de final de siglo;
en lo que se refiere a los m édicos, respectivam ente, cuatro, cuatro, dos, uno y uno; y en lo tocante a los
boticarios, uno, dos, tres, uno y dos. Adem ás hay que añadir un buen núm ero de barberos: 12 (1605),
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
72
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
cofradías, de los que tengamos referencias123: el de Santiago, el más importante por
tamaño y medios, fundado por el obispo don Diego de los Cobos; el de San Pedro y
San Pablo, en la actual plaza del Mercado, de antigua fundación y regido por una
hermandad; el de los Honrados Viejos del Salvador, junto a la Sacra Capilla del
Salvador, fundado al mismo tiempo que la homónima cofradía, según Ruiz Prieto, en
1392124; el de Dios Padre, en la colación de San Juan Bautista; el de San Jorge o de
Pero Almindes, en la calle de San Jorge, fundado por Pero Almindes Chirino en 1549;
y el de Jesucristo, en la calle Mesones, unido a la orden y convento de San Juan de
Dios125.
La cofradía de San José y Niños Expósitos, ya referenciada y minuciosamente
estudiada por la profesora Tarifa Fernández126, completa la asistencia y cubre una
importante fenómeno propio de la sociedad del Antiguo Régimen.
Relacionada con la sanidad está la limpieza de las calles. Sobre este particular los
datos que poseemos son mínimos pero tienden a demostrar que el descuido debió ser
la nota predominante según demuestran los acuerdos municipales que se refieren a
la limpieza de las mismas127.
Citar, aquí, las noticias que sobre el abastecimiento de jabón aparecen en las
17 (1627), 11 (1642), 1 (1673) y 7 (1695-1699).
Para conocer algo m ás de la sanidad y de los profesionales a ellos dedicados, pueden verse los
apéndices docum entales nº 3, 4 y 5.
123
Ruiz Prieto [(1906/1982), pp. 455-467] cita adem ás los hospitales de San Antón, el m ás
antiguo, en la colación de San Lorenzo; el de Santo Dom ingo, en la calle del Real Viejo, fundado en 1564
por Pedro Vela de los Cobos en sus propias casas principales; el de San Millán, de desconocida
ubicación; el de Santa Ana, en la parroquia de San Nicolás, posiblem ente en la calle Córcoles; y el de
Nuestra Señora del Rosario, posiblem ente fundado por Jorge de la Paz Silveira, que en 1675 tenía una
renta de 182.600 m aravedíes. Torres Navarrete [(1990 b), p. 181] cita, adem ás los de San Andrés, en
el convento del m ism o nom bre, y el de San Gil, en la erm ita de esa advocación.
124
Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 457-464. Este autor realiza un m inucioso estudio de esta
fundación benéfica y de la cofradía que lo regía desde el m om ento de su fundación hasta su desaparición
en 1836.
125
En este hospital y convento el escribano Juan de Agreda fundó una capilla enterram iento y
un patronato del que se hace cargo el Cabildo. De ahí que en las suertes anuales aparezca un com isario
para la obra pía de Juan de Agreda y que sean regidores los que encargan, com o verem os en el capítulo
de realizaciones, las obras que en ella se realizan.
126
Tarifa Fernández (1994).
127
Com o ejem plo sirvan el del 11 de diciem bre de 1609 en que se ordena la lim pieza del callejón
de Santa Clara por estar m uy sucio, de form a que no podía pasarse, y que se haga a costa de los
culpables [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 182]; y el de 12 de diciem bre de 1667 en que se decide el aderezo
y lim pieza de las calles en general [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 23, f. 106].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
73
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
actas capitulares y en los protocolos, cerraría lo relativo a la sanidad, pero ponderando
previamente la labor asistencial desarrollada por los gremios y por las numerosas
cofradías censadas128.
No menor importancia que el abastecimiento de alimentos, que la higiene y que
la sanidad tiene el control de los gremios mediante el nombramiento de comisarios
para las distintas actividades industriales y artesanales de la ciudad. En los listados de
suertes presentados, además de permitirnos conocerlas, se aprecia que no se deja
ninguna sin la vigilancia que asegurara el cumplimiento de las ordenanzas en cuanto
a los precios y a la calidad de los productos propios del oficio.
En lo que se refiere al orden público y a la delincuencia parece claro que no eran
demasiados los recursos que a esto se destinaban o las personas dedicadas a estas
labores. En Úbeda sólo hubo dos alguaciles pero no podemos olvidar la existencia,
además de la jurisdicción municipal, de la real y la inquisitorial que sin duda contribuyeron, con otras razones de tipo moral y religioso, a que los niveles de delincuencia no
fuesen excesivamente altos en los delitos más habituales, es decir, contra la
propiedad, contra la vida y contra la integridad física de las personas129.
Las competencias relacionadas con la recaudación de tributos y, en general, con
la hacienda municipal se materializan en suertes como la del contador mayor,
hacedores de rentas para propios y Pósito, comisarios de primeros arbitrios,
administradores de millones, etc.
El resto de las suertes se encargan de asuntos que hoy consideramos de capital
importancia por estar relacionados con la educación, con la cultura o con la
conservación del patrimonio; pero que en el siglo XVII, quizá, no lo eran tanto o,
simplemente, eran consideradas con criterios distintos a los de la actualidad. En este
sentido, destacaríamos los comisarios del Colegio y los de muros y los alamines de
edificios.
Un síndico personero, elegido por compromisarios, representa y defiende los
intereses del Común130.
128
Constituidas tanto en parroquias com o en conventos dentro de un fenóm eno generalizado en
la España del Antiguo Régim en, integran en sus estatutos artículos que se ocupan directam ente de lo
asistencial hacia los herm anos cofrades, generalm ente, en caso de enferm edad y m uerte. Quizá las
cofradías de ánim as, instituidas en todos los conventos y parroquias, sean las m ás significativas en este
sentido, pero no las únicas. Sobre las cofradías de Úbeda los estudios m ás com pletos se encuentran en
Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 491-498 y Torres Navarrete (1990 b), pp. 67-114.
129
Así parece dem ostrarlo el núm ero de presos que en diversos m om entos aparecen en los
libros de cuentas de cárcel conservados en el A.H.M.Ú.
130
Así consta, al m enos, en una serie de docum entos de 1666. En el prim ero de 9 de septiem bre
se procede a la elección por parroquias de diputados, guardas y electores del personero; en un segundo,
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
74
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
2.2.4.3. Hacienda
Los ingresos municipales se realizan a través de dos vías: la explotación y rentas
de los bienes de propios y los arbitrios municipales o concesiones reales, de
variadísima naturaleza, que permiten gravar el consumo de numerosos productos.
Al ignorar, por lo disperso y escaso de la información en este sentido, las
cantidades a las que ascendía el monto por el primero de los capítulos, la mejor forma
de acercarnos a cuáles eran los bienes de propios y a lo que rentaban,131 es acudir de
nuevo a las respuestas dadas al Catastro de Ensenada, con la esperanza de que no
fueran muy diferentes, en lo que se refiere a las rentas que no a los propios bienes
(que suponemos los mismos), las de 1752 con respecto a los del siglo XVII:
«A la veintitres, dijeron que los Propios de la Ciudad consisten en:
- »las casas de su Ayuntam iento, que, arrendadas, podrían ganar doszientos setenta
y cinco reales;
- »parte de otra, que sirve de cárzel, y m erece ciento sesenta y cinco;
- »la dehesa de yeguas y potros;
- »diferentes tierras de lavor y pasto, y éste, de aprovecham iento com ún, com o la
dehesa antecedente;
- »los zensos solares antedichos, que hacienden anualm ente a m il reales;
- »los despojos altos y vajos de las reses que se m atan en la carnizería y se suelen
arrendar en dos m il treinta y cinco reales;
- »la Alm otazenía m aior, Peso real y Correduría, que siem pre corre unido, y se suele
arrendar en cinco m il nuevecientos y cuarenta reales, regulada por el últim o quinquenio, y
consiste en el derecho de cobrar ocho m aravedíes por cada fanega de trigo y cevada, y por
cada arrova de vino y azeite, quando sale de la Ciudad, y quatro, quando entra; otros ocho,
de cada arrova de cáñam o y lana, a la entrada y salida; doze, de cada fanega de garvanzos,
havas y otras sem illas, que se m iden a colm o cuando salen, y la m itad, cuando entran; de cuio
derecho se paga el trabajo de los m edidores; de cada peso que se da para vender frutas,
hortalizas y dem ás, quatro quartos por día; y de todo género que biene a benderse, com o
cacao, azúcar, espezería, uno por ciento de lo que se vende;
- »tam bién es por propia de la Ciudad la Contaduría de Particiones, que produce
anualm ente ochocientos reales;
- »la Escrivanía de Cabildo, que produce doszientos ducados, [...];
de 4 de octubre, se publica un bando citando a todos los interesados para que se procediera a realizar,
en día fijado, la elección del síndico; finalm ente, el 10 de octubre el nom bram iento recae en Cristóbal de
la Cueva [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 51/22 y 51/23].
131
De la preocupación por tener claram ente identificados los inm uebles propiedad de la ciudad
nos habla el acuerdo tom ado en la sesión de 27 de agosto de 1610 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, f. 310]
ordenando que en todas las casas propiedad del Concejo o del Pósito se pusiese un azulejo, com o era
uso y costum bre en todas las ciudades del Reino, para que siem pre se supiese que esas casas y solares
pertenecían al Pósito o a la ciudad.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
75
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- »el fielato de carnizerías, que valdrá seiscientos y sesenta reales;
- »la facultad de nom brar alam ines del cam po y alarifes de edificios, que no produce
cosa alguna, pues, aunque vale doszientos ducados, el ejercicio de los prim eros [...];
-
»la sisa y arbitrio de un m aravedí en libra de pescado, que valdrá trescientos reales
anualm ente;
- »la quarta parte de Penas de Ordenanza, que se pueden, que se pueden regular en
ciento cinquenta y quatro reales;
- »y un Juro de tres m il trescientos sesenta y quatro reales y diez m aravedíes sobre el
segundo uno por ciento de Alcavalas de esta Ciudad, del qual sólo cobra al presente el
Síndico General del Com ún (a quien toca con total yndependencia del Ayuntam iento) ciento
setenta y un reales;
- »asim ism o, pertenece a dichos Propios las Alcaidías de Tíscar, Velerda y Quesada,
que se com ponen de diferentes tierras y huertos en la jurisdicción de la m ism a Villa de
Quesada, y, aunque la prim era está en litis, produce la segunda m il reales en arrendam iento,
y ay, en la últim a, una venta y huerta en el sitio Arroyo M olinos, arrendadas en ocho
reales.»
132
.
En lo que se refiere a los arbitrios, pueden servirnos de ejemplo los que aparecen
en un libro de cuentas de propios y arbitrios, correspondientes al año 1649133:
- Carne . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos m aravedíes por libra
- Menudos y pieles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . no consta cantidad
- Vino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . siete cuartos por arroba
- Vidriado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos reales por carga
- Fruta verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . real y m edio por carga
- Fruta seca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos reales por carga
- Carbón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por carga
- Pescado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un cuartillo por carga
- Cebada de m esones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . cuatro m aravedíes por celem ín
- Ganados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos reales por cabeza
- Lino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por arroba
132
Cam pos y Cam arero (1994), pp. 80-81.
133
A.H.M.Ú., F.M ., D.D., Libro de cuentas de propios y arbitrios de 1639 a 1687, s. f. En las
respuestas al Catastro de Ensenada, un siglo m ás tarde y com o com paración con el listado anterior,
aparecen com o arbitrios dos m aravedíes por libra de carne, haciendo un total de tres m il ochocientos
cincuenta y seis reales y treinta m aravedíes de vellón; dos m aravedíes por libra de pescado, ascendiendo
a un total de trescientos cincuenta y cinco reales de vellón; cinco reales y diecisiete m aravedíes por cada
pieza de paño, unos quinientos dieciocho reales anuales; cuatro reales y diecisiete m aravedíes en cada
docena de cordobán; dos reales y diecisiete m aravedíes en la de badanas; y cinco reales y diecisiete
m aravedíes en la de cueros para suelas, que ascendían a quinientos ochenta y dos reales y doce
m aravedíes; cuyos arbitrios se concedieron para la paga del servicio ordinario y los reales privilegios sin
lim itación alguna. Adem ás la ciudad gozaba de la facultad de poder vender la hierba y espiga de las
tierras de El Sitio para el gasto de las fiestas del Corpus, de la Concepción, Purificación y Patrocinio de
Nuestra Señora; ascendiendo este arbitrio, anualm ente, a cuatro m il quinientos reales, concedido,
igualm ente, sin lim itación [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 81-82].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
76
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
- Jabón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . cuatro m aravedíes por libra
- Zum aque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un cuartillo por arroba
- Sebo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por arroba
- Ganado de cerda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por cabeza
- Aceite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por arroba
- Sem illas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . un real por fanega
- Trigo y cebada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . tres celem ines por carga
- Lana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . no consta cantidad
- Dehesa de Las Cobatillas y tierras de la dehesa Luenga . . . . . . . . . no consta cantidad
Podemos pensar sin duda que los arbitrios se constituyen como el principal
recurso para la economía local aunque los ingresos resultantes de ellos supongan una
fuente de financiación irregular para las arcas municipales por los procesos inflacionistas, tan característicos de este siglo, y por depender del consumo de los productos
arbitrados sujetos a las constantes y características fluctuaciones de la moneda dentro
de los rasgos económicos del período estudiado134.
El segundo aspecto a tener en cuenta en la hacienda municipal es el de los gastos
a los que se debe hacer frente. Sobre ellos, aunque no podamos presentar de forma
global cuántos y cuáles fueron y a qué cuantías ascendían, si podemos apuntar que
a lo largo de prácticamente la totalidad del siglo existieron muchas dificultades para
cubrirlos con los ingresos de propios y arbitrios.
Para conocer algo, además de algunos datos proporcionados por la documentación manejada, puede servirnos una vez más, con las reservas propias derivadas del
tiempo transcurrido, las respuestas del Catastro de Ensenada en su pregunta 25ª:
«[...] el salario al Corregidor, dos m il setecientos y cicuenta reales, cada año; ciento
setenta y seis, al Alférez m aior, que oy no percive por ausente; otros tantos, al Alguacil m aior;
ochenta y ocho, a cada Veinticuatro o Regidor de los que ejercen; quatrocientos y quarenta,
a todo el núm ero de Jurados; a cada Escrivano de los de Ayuntam iento, doszientos ochenta
y seis; al Maiordom o de Propios, quinientos ochenta y ocho reales y ocho m aravedíes; a cada
uno de los porteros, doszientos reales; y al peón público, o pregonero, doszientos setenta y
cinco.
»[...] en la festividad del Corpus, quatro m il y quatrocientos reales; en la de la
Purificación, un m il; en la de Jesús Nazareno y su Corona, ciento setenta; en la de San Miguel
y San Juan de la Cruz, Patrono y Com patrono, ciento y quince; y nada en la de la Concepción,
por costearla al presente un particular, y antes azendía a quatrocientos reales; por la
form ación de cuentas de Propios, trescientos reales; y doszientos al Regidor que le cae la
134
De num erosísim as podríam os calificar las ocasiones en las que ante la necesidad de algún
pago por parte del Cabildo se acude a los arbitrios por la falta de caudales procedentes de los bienes de
propios. Es m ás, sospecham os, que ante necesidades excepcionales, se aum entaban sus cuantías para
elevar la recaudación y solventar las deudas. Así, al m enos, sucede en la sesión capitular del 10 de
octubre de 1640 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 16 (v)].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
77
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
suerte de Contador; en em pedrados de calles, com posizión de fuentes y sus m inados, gastos
ordinarios y extraordinarios, dos m il y cien reales, según quinquenio.»
135
En lo que se refiere al siglo XVII propiamente dicho, en consonancia con lo que
para el XVIII apuntan las respuesta dadas al Catastro de Ensenada, la documentación
es más dispersa pero sin duda los gastos en salarios y fiestas suponen un altísimo
porcentaje del presupuesto municipal, siendo algo más escaso e irregular en sus
partidas el de gastos en obras y el de mantenimiento de los servicios e infraestructuras
de la propia ciudad y de los lugares de su término136.
Los atrasos en los pagos de salarios son una constante en las actas capitulares,
sobre todo en los que se refiere a los maestros, como hemos visto, y porteros, como
también lo es la falta de liquidez de tesorería para atajar los gastos corrientes y mucho
más aún los considerados extraordinarios.
Aunque no directamente relacionada con la hacienda municipal, pero digna de ser
resaltada por la incidencia que tuvo en la vida de la ciudad, destacamos la fiscalidad
a la que se vio sometida la población a lo largo de toda la centuria.
Si tuviésemos que calificarla, la mejor forma, sin duda, sería de continuada e
implacable por los numerosísimos repartimientos (con otros muchos perdidos)
conservados completos o incompletos en el Archivo Histórico Municipal.
Las cantidades recaudadas dependen del carácter del repartimiento y de las
circunstancias económicas del momento. Las cifras, expresadas en reales y
maravedíes, son las siguientes:
135
Cam pos y Cam arero (1994), pp. 82-83.
136
Com o ejem plo sobre los salarios valgan las referencias de los cabildos de 27 de octubre de
1690 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 96], en que se libra el salario del Corregidor por im porte de dos m il
seiscientos diez reales; de 4 de noviem bre de 1665 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 22, f. 166] en que se recibe
en el oficio de verdugo y pregonero a Manuel Cañete por ocho ducados de salario; de 1 de enero de 1670
[A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 24, f. 144], en que Bernabé Fernández Galindo, m aestro, solicita 30 ducados que
se le adeudaban; de 22 de septiem bre de 1699 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 74], en el que se libran 108
reales, el tercio de su salario, al m aestro Pedro Fernández; de 14 de agosto de 1692 [A.H.M.Ú., F.M.,
S.A.C., 31, f. 21 (v)], en el que Cristóbal Fernández Galindo, tam bién m aestro, solicita 110 reales sobre
su salario. En lo que se refiere a las fiestas, para la del Corpus, así consta al m enos en las sesiones de
14 de diciem bre de 1648 y de 22 de septiem bre de 1690 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 9 y 30, f. 74], se
gastaban 400 ducados; en la de la Concepción, sesiones de 17 de enero de 1640 y de 20 de diciem bre
de 1663 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 9 y 20, f. 179 (v)], 200 reales; y en la del Desagravio de Nuestra
Señora de 1640 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 44], 400 reales. En cuanto a los gastos sobre obras y
m antenim iento, se verán en el capítulo dedicado a realizaciones.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
78
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
4.507'5
12.643
6.880
1.085
950
SAN. JUAN BAUTISTA
159
512
873
174
492
SAN JUAN EVANGELISTA
106
465
402
81
198
1.286 + 8 mrv.
844
865
194
371
SAN MILLÁN
1.878
3.427
2.011
398
272
SAN NICOLÁS
2.228
4.213
4.399
789
5.966
SAN PABLO
3.323 + 10 mrv.
4.518
1.791
258
84
SAN PEDRO
742 +10 mrv.
2.121
730
135
220
SANTA MARÍA
658 + 16 mrv.
2.953
1.422
309
492
SANTO DOMINGO
871 + 16 mrv.
1.374
700
64
200
1.823 + 26 mrv.
626
513
56
90
17.583 + 18 mrv.
33.696
20.586
3.543
9.335
PARROQUIAS
SAN ISIDORO
SAN LORENZO
SANTO TOMAS
TOTALES
La Iglesia, por otra parte, se nutre de diezmos, de primicias y del voto de Santiago.
Una vez más los datos proporcionados por el Catastro de Ensenada nos acercan a lo
que también pudo ser la realidad del siglo XVII137:
MODALIDAD
DEFINICIÓN
BENEFICIARIOS
CANTIDAD DE FRUTO
DINERO
DIEZMO DE PROPIEDADES Y POSESIONES
ECLESIÁSTICAS
DETRACCIÓN DEL
DIEZ POR CIENTO DE
TODOS LOS PRODUCTOS AGRÍCOLAS Y GANADEROS.
SE DISTINGUE ENTRE
DIEZMOS MAYORES
(FRUTOS MÁS IMPORTANTES) Y MINUCIAS
(HORTALIZAS Y AVES
DE CORRAL)
MESA CAPITULAR DE
LA COLEGIAL Y SUS
PREBENDADOS, UNIVERSIDAD DE PRIORES, CONVENTOS,
FÁBRICAS DE LAS PARROQUIAS Y ENCOMIENDAS
CUATROCIENTAS NOVENTA Y TRES FANEGAS DE TRIGO Y
TRESCIENTAS OCHENTA Y DOS DE CEBADA
TRES MIL SESENTA
REALES EN METÁLICO,
TRECE MIL CIEN REALES DE MINUCIAS Y
VEINTIUNMIL QUINIENTOS NOVENTA
DE
VINO Y ACEITE
PRIMICIAS
ENTREGA DE MEDIA
FANEGA DE TRIGO Y
OTRA DE CEBADA
POR CADA LABRADOR
QUE COGIESE SEIS
FANEGAS DE ESAS
ESPECIES
PRIOR Y BENEFICIADOS DE LAS PARROQUIAS
TRESCIENTAS FANEGAS DE TRIGO Y DOSCIENTAS DE CEBADA
137
Cam pos y Cam arero (1994), pp. 67-72.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
79
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
MODALIDAD
DEFINICIÓN
BENEFICIARIOS
CANTIDAD DE FRUTO
DINERO
DIEZMO BARRAÑO
DIEZMO SOBRE LAS
TIERRAS DE FORASTEROS QUE VIVIERAN
FUERA DEL OBISPADO O EN EL ARCIPRES
TAZGO INMEDIATO;
SOBRE LAS TIERRAS
DE TODAS LAS CAPEL LA N ÍA S S IE MPR E
QUE FUESEN POSESIÓN DE PRIORES O
BENEFICIADOS FORASTEROS; SOBRE
LAS DE LAS COFRADÍAS, OBRAS PÍAS,
HOSPITALES, CONVENTOS NO EXENTOS
DE DIEZMOS Y RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS
PARTICULARES
OBISPO Y CABILDO DE
LA CATEDRAL DE
JAÉN
MIL FANEGAS DE TRIGO Y SETECIENTAS
DE CEBADA
EXCUSADO
DIEZMO CORRESPONDIENTE A LA CUARTA
CASA DE CADA PARROQUIA
FÁBRICA DE LA CATEDRAL DE JAÉN
SEIS MIL NOVECIENTOS REALES
PIE DE ALTAR
DIEZMO DE HORTALIZAS VERDES Y DE
CERDOS PEQUEÑOS
NO CRIANDO, CUANDO
EL DUEÑO T ENÍA
TRES CERDOS DE
VIENTRE
LOS PRIORES Y BENEFICIADOS DE LAS PARROQUIAS
OCHOCIENTOS
LES
DIEZMOS DE PILA
SERÍAN LOS DIEZMOS
RESTANTES
OBISPO, CABILDO DE
LA CATEDRAL DE
JAÉN, CABILDO DE LA
COLEGIAL, REY, FÁBRICAS DE LAS PARROQUIAS, PRIORES
Y BENEFICIADOS
DOS MIL TRESCIENTAS FANEGAS DE TRIGO Y DOS MIL DE CEBADA
VOTO DE SANTIAGO
CONSISTE EN LA ENTREGA DE TRES CELEMINES DE TRIGO,
CUANDO LA COSECHA
LLEGA A DIEZ FANEGAS Y SE LABRA CON
UNA YUNTA, Y DE MEDIA FANEGA SI SE LABRA CON DOS O MÁS
YUNTAS
CATEDRAL DE SANTIAGO DE COMPOSTELA
CIENTO CINCUENTA
FANEGAS DE TRIGO
REA-
La Iglesia contribuye a la hacienda del Reino con impuestos como la cruzada y
excusado.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
80
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
2.2.5. SOCIEDAD
La sociedad ubetense del siglo XVII, como no podía ser de otra forma, presenta
la jerarquización, desigualdades propias y estructura estamental del Antiguo Régimen:
nobleza, clero y gente llana; más un pequeño grupo de personas encuadrables en los
que viene calificándose como minorías étnicas y religiosas.
2.2.5.1. Nobleza
La nobleza ubetense del XVII, descendiente en gran medida de la medieval y de
la del siglo XVI138, está constituida fundamentalmente por hijosdalgo y, en menor
medida, por una mediana aristocracia que poco tiene que ver, por poder económico e
influencia política, con la alta aristocracia presente en otros ámbitos del país, pero que
sí mantiene poder e influencia en la ciudad monopolizando los oficios concejiles y los
cargos eclesiásticos; constituyendo en ella sus mayorazgos como medio de preservar
intactas sus haciendas, bienes y propiedades; viviendo en el casco urbano; vigilando
sus posesiones y ayudando al mantenimiento de cierta vitalidad en lo económico y en
lo artístico con la construcción de capillas y casas principales y con el gusto por decorar
sus viviendas con series de pintura y escultura, religiosas generalmente, y de disponer
en sus ajuares de notables piezas de platería, de ebanistería y de artes del tejido139.
Con todo, si no fue influyente en el plano nacional en el grado de siglos anteriores
con representantes de la familias Cuevas, Cobos y Molina como don Beltrán de la
Cueva, don Francisco de los Cobos y don Juan Vázquez de Molina, sí fue copiosa.
El número de hijosdalgo que aparecen en los padrones , aún considerando las
irregularidades que presentan en este apartado porque lo que importaba era
empadronar a los vecinos con obligación de pechar, es siempre alto tanto en números
absolutos como en porcentajes:
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN ISIDORO
24
12
1
13
0
SAN JUAN BAUTISTA
1
0
0
0
0
PARROQUIAS
138
Ya com entam os el fenóm eno de la Sentencia Arbitraria com o instrum ento que fijaba el
núm ero de hidalgos de la localidad y de sus obligaciones.
139
En este sentido, los inventarios y particiones de bienes, de los que presentarem os algunos
en el capítulo siguiente, son m uy significativos.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
81
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN JUAN EVANGELISTA
0
0
0
0
0
SAN LORENZO
15
13
8
5
7
SAN MILLÁN
1
0
0
0
0
SAN NICOLÁS
12
8
0
3
3
SAN PABLO
9
7
14
15
0
SAN PEDRO
17
14
0
20
12
SANTA MARÍA
29
34
11
13
9
SANTO DOMINGO
31
16
0
19
18
SANTO TOMAS
11
22
12
21
5
150
126
46
109
54
3'87%
3'56%
1'65%
3'96%
2'95%
PARROQUIAS
TOTALES
_______________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
Es decir, que la población hidalga se asentó en determinadas colaciones,
preferentemente en la de Santa María, San Lorenzo, Santo Domingo y Santo Tomás,
y nunca lo hizo en la de San Juan Bautista y San Juan Evangelista; en unos
porcentajes siempre cercanos al cuatro por ciento, salvo en el padrón de 1642 en el
que por desconocidas razones sólo presenta un 1'65%.
Para este último caso, sin duda, un número exacto y fiable nos lo ofrece, por
censar personas y no únicamente cabezas de familia, un padrón de hidalgos realizado
en 1641 como consecuencia de la transacción que la nobleza hace con el Común en
razón de la sisa de la carne y mantenimientos para la paga del Servicio Ordinario y
Extraordinario140:
PARROQUIA
HIDALGOS
DUEÑAS Y DONCELLAS
TOTALES
AUSENTES DE ÚBEDA
5
0
5
SAN ISIDORO
59
11
70
SAN JUAN BAUTISTA
0
0
0
SAN JUAN EVANGELISTA
0
0
0
SAN LORENZO
41
6
47
140
A.H.M.Ú., F.M., D.D. Al aparecer en el padrón, según se aprecia en el cuadro siguiente, un
total de 486 hidalgos tendríam os, aplicando un coeficiente cuatro, 121 cabezas de fam ilia. Es decir, un
núm ero m ás acorde con el que aparece en el resto de los años trabajados.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
82
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
PARROQUIA
HIDALGOS
DUEÑAS Y DONCELLAS
TOTALES
SAN MILLÁN
0
0
0
SAN NICOLÁS
48
0
48
SAN PABLO
20
13
33
SAN PEDRO
47
10
47
SANTA MARÍA
66
11
77
SANTO DOMINGO
70
9
79
SANTO TOMÁS
58
12
70
414
72
486
TOTALES
Fácil es comprender que este amplio grupo social no pudo ser homogéneo en lo
que se refiere a recursos económicos, a condición y reconocimiento social y a
influencia. Imposible es comparar a los canónigos e hidalgos don Lope y don Antonio
de Molina Valenzuela o a don Antonio Ortega Porcel, constructores de dos de los
palacios más emblemáticos de la Úbeda del siglo XVII y depositarios o fundadores de
ricos mayorazgos, con la figura de Diego de Vargas, hidalgo, citado como calcetero de
oficio en el padrón de 1605141.
Sí sería un grupo uniforme en el disfrute de privilegios y en el deseo de conseguir,
en palabras de Domínguez Ortiz, «[...] altos puestos en la administración y en la Iglesia,
honores, prerrogativas, una ejecutoria de hidalguía, un hábito de las Órdenes Militares
o, si no se podía otra cosa, un puesto de familiar de la Inquisición [...]»142.
2.2.5.2. Clero
El rasgo caracterizador más evidente del clero ubetense del siglo XVII, según se
desprende de los datos extraídos de las ya tantas veces citadas series de padrones,
es el gran número de efectivos con que siempre contó:
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN ISIDORO
19
22
4
49
0
SAN. JUAN BAUTISTA
3
0
0
0
0
AÑOS
_______________
PARROQUIAS
141
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 25/2.
142
Dom ínguez Ortiz (1981), p. 63.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
83
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN JUAN EVANGELISTA
0
0
0
0
0
SAN LORENZO
14
7
5
0
4
SAN MILLÁN
1
6
1
7
0
SAN NICOLÁS
9
8
1
18
22
SAN PABLO
9
14
16
27
0
SAN PEDRO
9
4
0
7
6
SANTA MARÍA
12
13
18
6
9
SANTO DOMINGO
4
14
0
11
15
SANTO TOMAS
9
11
7
7
10
89
99
52
132
66
2'29%
2'80%
1'87%
4'80
3'61
PARROQUIAS
TOTALES
_______________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
Podemos decir, pues, que salvo en el caso del padrón de 1642, año en el que ya
vimos se produce un fuerte descenso de la población y del número de inmuebles
cerrados, el porcentaje de clérigos seculares mantiene un aumento progresivo
prácticamente a lo largo de todo el siglo; siendo especialmente significativo el que se
aprecia en el de 1673, con un aumento del 48'31% con respecto al número de 1605
y un 153'84% sobre el de 1642. El descenso del número total (no tanto del porcentaje)
de los padrones de la década de los noventa debe estar asociado al descenso general
de la población y quizá a unas mejoras condiciones económicas que hicieron disminuir
las «vocaciones» religiosas.
Al clero secular habría que sumar el regular. Ya vimos, al hablar de la población,
como, basándonos en algunos datos sueltos sobre el número de frailes y monjas de
diversos conventos en 1676, calculábamos éste en unas trescientas cincuenta o
cuatrocientas personas, coincidien-do, en la fecha, con el número más alto de clero
secular producido en el padrón de 1673.
Tampoco podemos dejar a un lado el número de religiosas y beatas que aparecen
en los distintos padrones: 29 beatas, 27 religiosas y tres emparedadas en el de 1605;
30 beatas y 21 religiosas en el de 1627; siete religiosas en el de 1642; y ninguna
(aunque es de suponer que las hubiera y que no estén reflejadas al no tener que
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
84
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
pechar) en el de 1673 y en los de fin de siglo143.
Como en el resto de España el gran número de clérigos debe imputarse a la
presión fiscal, a las continuas levas de soldados y al estado generalizado de crisis que
«[...]impulsaron hacia la Iglesia, como refugio, a más de los contingentes habituales,
ya de por sí muy elevados, otros extraordinarios, que contribuyeron no sólo a abultar
el número de eclesiásticos, sino a rebajar su nivel»144.
De ninguna manera podemos suponer que el clero constituía un estamento
homogéneo ni social ni económica ni culturalmente.
Como en el caso de la nobleza, las desigualdades en las rentas de las que se
disfrutaba debieron ser enormes entre los priores y clérigos de las parroquias menos
pobladas y más pobres con los canónigos de la Colegial, con los de las parroquias más
pobladas o con las de los numerosos capellanes de que estaban dotadas instituciones
tan señeras en Úbeda como la Sacra Capilla del Salvador o el hospital de Santiago145.
Las mismas diferencias debieron existir entre las distintas órdenes religiosas
masculinas y femeninas, acordes con su influencia, su poder y patrimonio y con la
popularidad con la que eran aceptadas, al hilo de las preferencias que se generalizaron
en todo el Reino con franciscanos y jesuitas en detrimento de los dominicos.
Desde el punto de vista socio-cultural las diferencias también fueron grandes,
pudiéndose hablar de un grupo dominante constituido generalmente por los canónigos
de la Colegial, que en muchos casos ostentan la condición de hidalgos, dueños de
extensas fortunas, que actúan como promotores de importantes obras de arquitectura,
escultura y pintura.
De lo que no nos cabe ninguna duda es de que tan altos porcentajes de clérigos
y religiosos debieron influir decisivamente en la vida cotidiana y en el inmovilismo de
la economía local, aunque sólo sea por la carga que supusieron (junto a la nobleza y
un amplio grupo de pobres y de otros vecinos exentos de pago) en un cada vez más
reducido grupo de pecheros.
143
Es m ás que posible que los núm eros expresados no sean del todo exactos porque en los
padrones, en m uchas ocasiones, sólo se habla de «las beatas» sin especificar el num eral. En estos
casos hem os contabilizado al m enos dos.
144
Dom ínguez Ortiz (1981), p. 66. Corroboran estas palabras el hecho de que el m ayor núm ero
de religiosos se produzca en el padrón de 1673, el que refleja un m ayor descenso de la población
producida por una fuerte crisis económ ica.
145
Ejem plo de lo dicho son los diezm os recibidos por las distintas parroquias de los que dan
cuenta las respuestas del Catastro de Ensenada. Así, por ejem plo, m ientras la parroquia de San Isidoro
recibía tres m il cien reales de m inucias y cuatro m il cien por vino y aceite, la de San Juan Evangelista sólo
contabilizaba cien y cincuenta reales por los m ism os conceptos.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
85
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
2.2.5.3. Estado llano
La heterogeneidad por razones de tipo social, cultural, profesional y, sobre todo,
económico, y la cantidad son las características por excelencia del amplio grupo social
conocido como estado llano.
Una primera clasificación podría ser la que distinguiría a los vecinos que pechan
y a los que no lo hacen por muy diversas y variadas razones económicas, sociales,
religiosas, militares...
En el primero de los casos, es decir, en aquel que presenta los vecinos sujetos a
cargas fiscales, los números y porcentajes con respecto a la totalidad de la población
son los siguientes146:
AÑOS
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
1.061 (86'96%)
1.049 (93,99%)
861 (97'39%)
589 (63'64%)
477 (99'58%)
SAN JUAN BAUTISTA
109 (76'28%)
112 (97'39%)
114 (98'27%)
80 (80'80%)
82 (82'00%)
SAN JUAN EVANGELISTA
65 (58'03%)
85 (96'59)
77 (100'00%)
55 (88'70%)
32 (100'00%)
SAN LORENZO
160 (68'66%)
160 (82'47%)
137 (83'03%)
93 (70'45%)
107 (73'79%)
SAN MILLÁN
289 (93'83%)
303 (95'28%)
269 (98'53%)
221 (89'11%)
173 (100'00%)
SAN NICOLÁS
548 (86'43%)
606 (95'28%)
478 (97'35%)
366 (73'05%)
364 (80'53%)
SAN PABLO
298 (71'18%)
294 (89'63%)
220 (80'29%)
134 (51'53%)
59 (100'00%)
SAN PEDRO
109 (64'88%)
112 (82'35%)
85 (94'44%)
53 (49'53%)
43 (51'80%)
SANTA MARÍA
198 (61'11%)
271 (83'90%)
164 (75'92%)
126 (57'53%)
89 (64'97%)
SANTO DOMINGO
96 (56'47%)
112 (70'00%)
85 (97'70%)
44 (38'26%)
49 (44'14%)
SANTO TOMAS
84 (60'43%)
83 (70'33%)
81 (77'14%)
17 (21'79%)
23 (41'07%)
3.017
3.187
2.571
1.778
1.498
77'95%
90'23%
92'54%
64'67%
81'99%
PARROQUIAS
SAN ISIDORO
TOTAL DE PECHEROS
_______________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
Los no pecheros se reflejan en esta otra tabla que, además de los simples
números y porcentajes, indica momentos de especial necesidad y miseria en amplios
grupos de población como son 1605, 1673 y los años finales de la centuria. Estos son
los datos expresados, como siempre por colaciones:
146
En las dos tablas que siguen las cifras que aparecen entre paréntesis hacen referencia al
tanto por ciento que el núm ero de no pecheros supone con respecto al núm ero de vecinos de la colación
respectiva.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
86
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN ISIDORO
116 (9'50%)
33 (2'95%)
18 (2'03%)
277 (29'84%)
2 (0'41%)
SAN JUAN BAUTISTA
43 (27'56%)
3 (2'60%)
2 (1'72%)
19 (19'19%)
18 (18'00%)
SAN JUAN EVANGELISTA
47 (41'96%)
3 (3'40 %)
0 (0'00%)
7 (11'29%)
0 (0'00%)
SAN LORENZO
44 (18'88%)
14 (7'21%)
15 (9'09%)
34 (25'75%)
26 (17'93%)
SAN MILLÁN
17 (5'51%)
9 (2,83%)
3 (1'09%)
20 (8'06%)
0 (0'00%)
SAN NICOLÁS
65 (10'25%)
14 (2'20%)
12 (2'44%)
114 (28'74%)
62 (13'71%)
SAN PABLO
90 (22'16%)
13 (3'96%)
24 (8'75%)
84 (32'30)
0 (0'00%)
SAN PEDRO
33 (19'64)
6 (4'41%)
5 (5'55%)
27 (25,23%)
21 (25'30%)
85 (26'23%)
5 (1'54%)
23 (10'64)
74 (33'78%)
31 (22'62%)
39 (22'94)
18 (11'25%)
2 (2'29%)
41 (35,65%)
31 (27'92%)
35 (25'17%)
2 (1'69%)
5 (4'76%)
33 (42'30%)
19 (33'92%)
614
120
109
730
209
15'86%
3'39%
3'92%
26'55%
11'43%
PARROQUIAS
SANTA MARÍA
SANTO DOMINGO
SANTO TOMAS
TOTAL DE NO PECHEROS
_______________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
Las colaciones mas deprimidas, por regla general, son las situadas intramuros
quizá por la presencia en ellas de una población más envejecida y menos emprendedora de la que debió existir en las de San Isidoro y San Millán que se conforman como
las que menos población indigente presentan.
Ya vimos, al hablar de la población y de los condicionantes que determinan la
tremenda caída que sufre a lo largo del siglo, el gran número de viudas, doncellas,
pobres y huérfanos que estaban libres de pechar, pero esas condiciones no fueron las
únicas causas para librarse de la continuada fiscalidad. Además, en los distintos
padrones y siempre dentro del estado llano que ahora estudiamos, hubo otras causas
para estar libre de contribuciones:
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
CAUSAS
ABOGADOS
ALCALDES
1
1
ALFÉRECES
1
ALGUACILES
1
ALGUACILES MAYORES
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
1
87
1
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
CAUSAS
AUSENTES
1
BALLESTEROS
1
BOTICARIOS
1
CAPITANES MAYORES
1
DIPUTADOS
1
ESCRIBANOS
HIDALGUÍA DE BRAGUETA
1
HOSPITALES
1
1
8
1
2
1
1
INVALIDEZ
2
3
MAESTROS
3
1
MAESTROS DE CAPILLA
2
MADRES DE RELIGIOSOS
MALCASADAS
1
1
MAYORDOMOS
1
MÉDICOS
1
MINISTRILES
1
MINISTROS
1
MÚSICOS
4
1
3
NOTARIOS
1
PERTIGUEROS
1
PORTEROS DE LA CIUDAD
PRESOS
1
1
1
RECIENCASADOS
RELIGIOSAS Y BEATAS
32
1
2
SACRISTANES
SIN ESPECIFICAR
6
2
SÍNDICOS DE CONVENTOS
1
2
SÍNDICOS ESCRIBANOS
2
9
16
1
SOLDADOS
TOTALES
8
1
SOCHANTRES
VEINTICUATROS
7
7
1
17
7
16
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
1
1
48
70
88
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Pero no basta con el hecho de pechar o no pechar para clasificar a los componentes del estado llano. Quizá el criterio más significativo es el que viene determinado por
las funciones de la ciudad. Con ellas se corresponden una variedad de grupos sociales
que, como ya vimos y analizaremos más ampliamente en el apartado siguiente, se
encuadraban dentro de los distintos sectores de producción. En este sentido, estos son
los efectivos y porcentajes, sobre el número de vecinos, a lo largo del siglo:
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
524
(13'54%)
483
(13'67%)
302
(10'87%)
62 (2'25%)
239
(13'08%)
225 (5'81%)
268 (7'58%)
172 (6'19%)
81 (2'94)
253
(13'84%)
406
(10'49%)
496
(14'04%)
330
(11'87%)
127 (4'61%)
258 (14'12)
308 (7'95%)
339 (9'59%)
220 (7'91%)
115 (4'18%)
120 (6,56%)
SECTORES DE PRODUCCIÓN
TRABAJADORES / JORNALEROS SIN CUALIFICAR
TRABAJADORES DEL SECTOR PRIMARIO
TRABAJADORES DEL SECTOR SECUNDARIO
TRABAJADORES DEL SECTOR TERCIARIO
Solucionadas las funciones de mando con los estamentos privilegiados, la
agricultura, la ganadería, la industria, la artesanía y el comercio determinan, pues,
grupos sociales diversos y heterogéneos dentro, incluso, por rango social y por
cantidad de rentas, como demuestran las aportaciones fiscales, de unos y otros
componentes de una misma profesión, oficio o dedicación.
Los porcentajes manifiestan claramente que el sector secundario se constituye
como el más populoso seguido por el terciario y por el primario. Únicamente al final del
siglo, en un proceso de ruralización continuo, éste supera a aquél.
2.2.5.4. Minorías
Pero no es sólo el hecho de pertenecer a uno de los estamentos privilegiados, de
contribuir a las cargas fiscales o de disfrutar de cierta capacidad económica el rasgo
que vertebra la sociedad. Ésta, además, alberga una serie de grupos reducidos
diferenciados por su origen, por sus características raciales, religiosas o incluso
sociales, que la marcan profundamente.
Aunque es cierto que nunca debieron llegar a ser muy numerosas, como
demuestra el cuadro adjunto, las minorías, en especial la población morisca, debieron
alcanzar unos efectivos más altos que los que se reflejan en los padrones porque no
siempre se especificaba la pertenencia a un determinado grupo étnico o religioso:
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
89
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN ISIDORO
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 5
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 32
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 2
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 5
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 3
R. GRANADA: 1
BERBERISCOS: 1
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 1
PORTUGUESES: 1
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 3
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 1
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SAN JUAN B.
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 2
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SAN JUAN E.
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SAN LORENZO
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 15
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 1
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 1
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SAN MILLÁN
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 1
R. GRANADA: 3
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SAN NICOLÁS
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 12
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 2
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 1
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 1
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 1
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
AÑOS
______________
PARROQUIAS
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
90
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
SAN PABLO
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 1
BERBERISCOS: 1
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 2
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 2
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SAN PEDRO
C. NUEVOS: 1
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 1
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SANTA MARÍA
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 2
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 17
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 1
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
STO. DOMINGO
C. NUEVOS: 13
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 1
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCO: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 1
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
SANTO TOMAS
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 6
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 1
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
C. NUEVOS: 14
GITANOS: 5
CAMINANTES: 2
PORTUGUESES: 1
R. GRANADA: 86
BERBERISCOS: 1
MORISCOS: 2
OTROS SITIOS: 3
__________
C. NUEVOS: 1
GITANOS: 5
CAMINANTES: 3
PORTUGUESES: 4
R. GRANADA: 2
BERBERISCOS: 2
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
__________
C. NUEVOS: 1
GITANOS: 0
CAMINANTES: 5
PORTUGUESES: 2
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 1
_________
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 3
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 1
__________
C. NUEVOS: 0
GITANOS: 0
CAMINANTES: 0
PORTUGUESES: 0
R. GRANADA: 0
BERBERISCOS: 0
MORISCOS: 0
OTROS SITIOS: 0
__________
2'94%
0'48%
0'32%
0'14%
0'00%
AÑOS
______________
PARROQUIAS
TOTALES
__________
PORCENTAJE
GLOBAL SOBRE
EL NÚMERO DE
VECINOS
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
91
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Los denominados cristianos nuevos, a los que suponemos judíos convertidos, que
no tanto moriscos, aparecen hasta el padrón de 1642 y con cierta entidad sólo en el
de 1605 y en la parroquia de Santo Domingo.
De mayor importancia resulta ser la población morisca que aparece en los
padrones trabajados como «naturales del reino de Granada» y que, sin duda, son parte
de los efectivos expulsados de aquella ciudad en 1570, pero nos parecen insuficientes
a la vista de otra documentación.
En un padrón de 1600, conservado en el A.H.M.Ú. bajo el epígrafe de moriscos,
los datos (desconocemos por qué razón) son distintos en relación con el de 1605147:
San Isidoro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85 vecinos
San Lorenzo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28 vecinos
San Millán . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32 vecinos
San Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 vecinos
San Pablo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 vecinos
San Pedro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 vecinos
Santa María . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 vecinos
Santo Dom ingo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23 vecinos
Santo Tom ás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 22 vecinos
TOTAL 343 vecinos
Se explica pues, que ante el decreto de expulsión de 1609, se produjese cierto
temor en los responsables de la política municipal por la pérdida de una población con
este número de efectivos, ocupada, como en toda España, de los oficios más
humildes, desempeñando un papel importante en la economía local y aceptada por el
resto de la población148.
El resto de las minorías son poco significativas pero de nuevo pensamos que los
padrones no son fieles con la realidad existente.
En el caso de los gitanos, incluso considerando que también son expulsados del
Reino, no parece lógico el reducido número que hallamos si tenemos en cuenta que
en el padrón de 1605 se encuentra una calle con esa denominación en la colación de
San Isidoro.
Lo mismo podemos decir de los portugueses. En los padrones el número censado
es muy reducido pero debieron ser muchos más. Así lo demostraremos al hablar de
los artífices, fundamentalmente de los albañiles, que trabajaron en Úbeda.
147
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., Legajo Moriscos.
148
Se recordará com o desde el Concejo se envía una petición al Rey solicitando que la expulsión
no tuviese efecto con los m orisco de Úbeda [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 9, f. 209].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
92
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
No aparecen censados casi en ningúno de los padrónes esclavos, posiblemente
por carecer de entidad jurídica, pero existieron. Los hemos encontrado en un número
relativamente significativo de testamentos y de cartas de libertad. En un porcentaje
bastante alto son de origen berberisco.
Mención aparte merece el caso de los ciudadanos franceses residentes en la
ciudad que aunque no aparezcan en ninguno de los repartimientos, los hubo en gran
número como en el resto del Reino149.
Empezamos a conocerlos gracias al recibo de una carta de la Reina Gobernadora,
fechada el 6 de agosto de 1666, ordenando incoar expediente de enajenación de los
bienes de los ciudadanos franceses residentes en España a causa de la guerra
declarada contra aquel país. Esto da pie a la realización de diligencias en el mismo año
para la citada enajenación y para el cobro de una farda diaria de ocho maravedíes a
los trabajadores del campo o de cualquier otro oficio, de dieciséis a los maestros de
todos los oficios y a los tenderos y de treinta y dos a los que alcanzasen mayores
rentas.
Y es gracias a estos documentos150 que conocemos el número, la edad, las
profesiones, el lugar de habitación, los bienes e incluso el aspecto físico de los 68 que
por aquel año aquí vivían, con edades comprendidas entre los dieciocho y los sesenta
años pero predominando el abanico que abarca de los veinte a los cuarenta:
Vendedores de m ercaderías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
(1'47%)
Carboneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
(8'82%)
Aguardenteros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
(2'94%)
Cedaceros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
(1'47%)
Vendedores callejeros de aguardiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
(2'94%)
Vendedores callejeros de aceite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
(2'94%)
Mozos de caballos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2
(2'94%)
Jaboneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
(1'47%)
Horneros . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 (19'11%)
Oficial hornero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
(1'47%)
Aderezador callejero de calderas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
(1'47%)
Vendedores am bulantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
(1'47%)
Trabajadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
(8'82%)
Aguadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 (19'11%)
Tableros de horno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 (23'52%)
TOTAL 68
149
vecinos
No consta que en Úbeda los ciudadanos franceses supusieran un problem a de convivencia
ni m ucho m enos de orden público com o ocurrió en otros lugares de la Península [Kam en (1987), pp. 281292], pero eso no quiere decir tam poco que gozasen de unas sim patías que no se dieron en ningún lugar.
150
A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/6 y 41/3.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
93
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Predominan, pues, los oficios humildes, como ha podido verse151, y de escasa
rentabilidad ya que cuarenta y siete (el 69'11%) sólo pagan ocho maravedíes.
Pasado este primer momento represivo y a pesar de las medidas fiscalizadoras
y del aumento, suponemos, de las enemistades para con ellos, lo cierto es que el
número total de efectivos se mantuvo estable durante bastantes años: en 1677 se
censan setenta152 y en 1697 treinta y dos153. Es decir, que siguen siendo muchos,
considerando que las medidas fiscalizadoras no dejaron de aplicarse en todo ese
tiempo intermedio y el descenso de la población total.
Con todo, resulta extraño que de unos oficios tan poco rentables pudiese
detraerse una cantidad diaria y que no hubiese problemas en los cobros. Así lo
demuestran, al menos, las rendiciones de cuentas que anualmente presentaban los
depositarios de la farda diaria de franceses154.
2.2.6. ACTIVIDADES ECONÓMICAS
Partiendo de nuevo de las profesiones reflejadas en los distintos padrones de
repartimiento manejados, que presentamos en la tabla vista al hablar de la funciones
de la ciudad, podemos afirmar que las principales actividades económicas van a ser
la agricultura, la ganadería, la artesanía y el comercio, sin olvidar un importante sector
encuadrable en otros servicios que no son los puramente relacionados con el consumo.
2.2.6.1. Agricultura
En la ya citada descripción de Méndez Silva dada a conocer al hablar de la
muralla, se añaden unas significativas palabras que nos hablan de la importancia de
la agricultura y de otras fuentes económicas para la ciudad: «[...] fertilíssima de pan,
vino, azeyte, caças, ganados, aves, frutos, especialmente higos, passas [...]»155.
151
Kam en opina que de alguna form a son los m ism os que desem peñaban los m oriscos.
152
A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/9.
153
A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/17.
154
No obstante, los que se consideraban españoles, generalm ente por m atrim onio, si solicitan
que se les devolviesen sus bienes o quedar libres del pago diario. Es el caso de una ejecutoria de 1675
que ordena la restitución de sus bienes a Juan Fernández de Alm ansa, Juan de Dios y Francisco de
Molina por estar nacionalizados o el de una petición de 1693 en la que otros nacionalizados solicitan no
pagar el im puesto [ A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/8 y 41/5].
155
Méndez Silva (1645/1949), p. 1.624.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
94
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Ahora bien, aunque es cierto que la documentación del siglo XVII con la que
hemos trabajado nos aporta numerosos datos sobre la agricultura, como para el resto
de las fuentes de riqueza, también lo es que es poco sistemática.
Conocemos de forma directa cuantos ciudadanos se dedicaban a estas labores,
incluso los cultivos más importantes, pero no es nada clara sobre las cantidades
producidas, sobre los sistemas de propiedad y cultivo o sobre las extensiones de tierra
dedicadas a cada especie.
Acudiendo, pues, a fuentes directas sí podemos aportar que el número de
agricultores, de hortelanos y de otras profesiones relacionadas con la agricultura
siempre fue alto demostrando la importancia del sector para la economía local:
AÑO
_______________
1603-1605
1627
1642
4
3
2
1673
1695-1699
PROFESIONES
APERADORES
CONOCEDORES
1
GARBANCEROS
1
HUERTANOS
1
HORTELANOS
25
JAQUIMEROS
LABRADORES
164
2
48
23
5
3
147
97
MELONEROS
1
MIESEROS
1
PEGUJAREROS
PODADORES
13
52
39
68
3
37
1
2
1
2
1
TOTALES
____________
195
____________
209
____________
129
____________
55
____________
161
____________
PORCENTAJE SOBRE
EL NUMERO DE VECINOS
5'03%
5'91%
4'64%
1'92%
8'81%
RASTRILLADORES
2
Altos números totales y altos porcentajes a los que podrían unirse con toda
probabilidad los efectivos empadronados como trabajadores y jornaleros que
encontrarían su exclusivo medio de vida en la campaña de recolección del olivo, en la
siega y en la vendimia. Porque, sin duda, a la vista de cartas de venta, de testamentos,
de inventarios y de particiones de bienes, esos fueron los principales productos del
campo ubetense del XVII.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
95
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
No menor importancia debieron tener, si consideramos los hortelanos empadronados, los productos hortícolas y los frutales; incluso algún otro como el zumaque que
desde la Baja Edad Media va asociado en su crecimiento al del curtido de pieles156.
Los mismos documentos apuntan hacia sistemas de propiedad de la tierra con
tendencia a la mediana y pequeña propiedad muy parcelada y distante en el espacio,
aunque, lógicamente, no faltaron las propiedades más extensas, preservadas por los
mayorazgos, concentradas desde antiguo en manos de la oligarquía ciudadana y de
miembros de la Iglesia157.
Las formas de tenencia predominantes son la directa en los pequeños propietarios
(los denominados agricultores en los padrones) y el arrendamiento, del que los
ejemplos son abundantísimos en los protocolos notariales. La tenencia comunal debió
limitarse a las dehesas, y en especial a la de la Cañada Luenga.
El cortijo, a la vista de las abundantes creaciones, intervenciones y obras que en
ellos se realizan a lo largo de todo el siglo, debió constituirse como el sistema más
común de explotación de las propiedades extensas.
Con todo, si queremos conocer más en profundidad lo que fue la agricultura en
aquellos detalles que no aparecen claramente el la documentación del siglo XVII, sería
imprescindible acudir de nuevo al Catastro de Ensenada. Pensamos que lo que en él
se nos da a conocer no puede variar mucho de lo que la agricultura fue cien años antes
en unas coordenadas tan inmovilistas como las de la agricultura del Antiguo Régimen.
De esta forma, conocemos multitud de datos que hubiese sido imposible estudiar
con otros medios. Estos son, presentados de forma esquemática, los más
importantes158:
a) Tipos de tierra y frecuencia de la producción:
Regadío: - Continuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . dos o m ás veces al año
- De rem anente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez al año
- Discontinuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez cada dos años
Secano: - De los solares y tierras cercanas a la población . . . . . . . . una vez al año
- De sitio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez cada dos años
- De cam piña . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . una vez cada tres años
156
Las huerta se ubicaron al sur de la ciudad, en los m ism os lugares que ocupan en la
actualidad, alrededor de las que fueron parroquias de San Juan Bautista y San Juan Evangelista o de
los Huertos.
157
En este sentido, Parejo Delgado [(1988), pp. 85-97] realiza un com pleto estudio de la
agricultura desde el siglo XIII hasta 1530 fundam ental para conocer lo que ésta fue antes del siglo XVII.
158
El extracto que ahora presentam os se corresponde con las respuestas dadas a las preguntas
que abarcan desde la cuarta a la decim ocuarta [Cam pos y Cam arero (1994), pp. 59-67].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
96
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Monte alto y bajo
Dehesas
b) Calidad de la tierra:
Prim era . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . regadío continuo y escaso
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . las de secano sin interm isión
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de sitio
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de cam piña
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . viñedos
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . encinas y dehesas
Segunda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de sitio
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de cam piña
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . viñedos
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . encinas y dehesas
Tercera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de sitio
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . de cam piña
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . viñedos
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . encinas y dehesas
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . zum acales
Cuarta
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . cam piña
c) Extensión de los cultivos y de otras tierras en fanegas o cuerdas:
Regadío continuo de hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 110 fanegas
Regadío rem anente de hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70 fanegas
Regadío escaso de hortalizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 500 fanegas
Frutales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 fanegas
Higueras de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 fanegas
Granados de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14 fanegas
Morales de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6'5 fanegas
Nogueras . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 celem ines
Olivos de regadío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100 fanegas
Olivos de secano de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4.344 fanegas
Viñedos de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2.270 fanegas
Zum acales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8 fanegas
Secano del Sitio sin interm isión o con un año de 1ª, 2ª y 3ª calidad . 11.526 fanegas
Secano de la Cam piña con dos años de interm isión de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44.300 fanegas
Álam os . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 fanegas
Encinas de 1ª, 2ª, 3ª y 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240 fanegas
Dehesas de 1ª, 2ª y 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5.400 fanegas
Tierras incultas por naturaleza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8.960 fanegas
Asiento de la población, casas de cam po y ejidos . . . . . . . . . . . . . . . . 1.100 fanegas
Madres de los ríos y arroyos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30.000 fanegas
Cam inos y m árgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10.000 fanegas
Monte bajo de pasto y peñascos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41.000 fanegas
d) Principales frutos producidos:
Trigo, cebada, cáñam o, alazor, lentejas, centeno, escanda, garbanzos, habas, aceite,
vino, seda, zum aque, m em brillos, higos, ciruelas, alm endras, granadas agrias, peras,
guindas, nueces, bellotas, todo género de hortalizas y arcarcel.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
97
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
e) Cantidades producidas por m edida de tierra al año:
Hortalizas de regadío continuo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 420 reales
De regadío sem brada de trigo de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 fanegas
De regadío sem brada de escanda de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12 arrobas
De regadío sem brada de cebada de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . 58'5 sogas de verde
De regadío sem brada de trigo de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 fanegas de trigo
De regadío con cebada y cáñam o de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 fanegas de cebada y 10 arrobas de cáñam o
De secano sin interm isión sem brada de alazor 10 fanegas de grano y 50 libras de flor
De secano sin interm isión sem brada de cebada . . . . . . . 58 sogas y m edia de verde
Las pobladas de zum aque enteram ente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50 arrobas
De secano del Sitio de 1ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . 9 fanegas
De secano del Sitio de 1ª calidad sem brada de cebada . . . . . . . . . . . . . 16 fanegas
De secano del Sitio de 2ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 fanegas
De secano del Sitio de 2ª calidad sem brada de cebada . . . . . . . . . . . . . 11 fanegas
De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 fanegas
De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de cebada . . . . . . . . . . . . . . 7 fanegas
De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de centeno . . . . . . . . . . . . . . 6 fanegas
De secano del Sitio de 3ª calidad sem brada de lentejas . . . . . . . . . . . . . . 5 fanegas
De secano de la Cam piña de 1ª y 2ª calidad . . . . . . . . . . . lo m ism o que las del Sitio
De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de trigo . . . . . . . . 4 fanegas
De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de cebada . . . . . . 7 fanegas
De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de centeno . . . . . 6 fanegas
De secano de la Cam piña de 3ª y 4ª calidad sem brada de escanda . . . . 10 fanegas
De dehesa de pasto de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 reales de producto
De dehesa de pasto de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 reales de producto
De dehesa de pasto de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1 real de producto
De frutales, con 144 árboles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 reales
De higueras, con 40 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140 reales
De higueras de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 reales
De higueras de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 reales
De granados, con 48 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72 reales
De granados de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 reales
De granados de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34 reales
De m orales, con 36 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 288 reales
De m orales de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 216 reales
De m orales de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144 reales
De nogueras, con 24 árboles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192 reales
De olivos, con 40 árboles, de regadío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7'5 arrobas
De olivos de secano de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6 arrobas
De olivos de secano de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 arrobas
De olivos de secano de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 arrobas
De olivos de secano de 4ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 arrobas
De viñas, con m il vides, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48 arrobas
De viñas de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 arrobas
De viñas de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 arrobas
De encinas o quejigos, con 40 árboles, de 1ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . 40 reales
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
98
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
De encinas o quejigos de 2ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30 reales
De encinas o quejigos de 3ª calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20 reales
De álam os, con 100 árboles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25 reales
f) Valor de los productos por fanegas y arrobas:
Trigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11 reales
Cebada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 reales
Alazor en grano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 reales
Flor de alazor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2 reales
Lentejas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 16 reales
Centeno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10 reales
Escanda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 reales
Aceite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13 reales la arroba
Vino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5 reales la arroba
Cáñam o . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18 reales la arroba
Zum aque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1'5 reales la arroba
Verde . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4 reales la soga
La agricultura de tan extenso y fértil territorio dependió de las condiciones
climáticas, determinantes en la evolución de la población y de la economía.
2.2.6.2. Ganadería
Las mismas premisas expresadas para la agricultura vendrían a servirnos para la
ganadería que, ciertamente, debió ser tan importante para la economía local como
aquélla. Si acudimos de nuevo a los datos de los padrones, estos son los vecinos
dedicados a esta fuente de riqueza:
AÑO
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
6
8
PROFESIONES
CABREROS
2
CONOCEDORES
GANADEROS
1
16
GANADEROS DE CERDA
49
27
1
GAÑANES
1
MANADEROS
1
MULEROS
1
PASTORES
7
2
PICADORES
1
PICADORES DE CABALLOS
1
1
1
7
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
15
99
72
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑO
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
PROFESIONES
RABADANES
2
SERVIDORES DE GANADO
1
VAQUEROS
1
1
YEGÜEROS
1
5
2
7
TOTALES
_______________
29
_____________
57
_____________
41
_____________
23
_____________
90
_____________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
0'74%
1'61%
1'47%
0'83%
4'92%
Podríamos decir, por los porcentajes de personas dedicadas a la ganadería, que
ésta fue una actividad de relativa constancia a lo largo de toda la centuria con los
altibajos de los dos períodos de depresión comunes a otras bases de la economía
como son 1605 y 1673; pero con un espectacular aumento a finales del siglo, a la par
de la agricultura, en el ya citado proceso de ruralización que envuelve a la ciudad frente
a la decadencia de los demás sectores económicos.
Por las extensiones de tierra de pasto (5.400 fanegas de dehesa), de encinas (240
fanegas) y de monte bajo (41.000 fanegas) expresadas anteriormente, por el número
de pastores y ganaderos (profesiones que en muchos casos pensamos que deben ser
consideradas como idénticas) empadronados, por la importancia de la agricultura (que
exigiría animales de tiro) y de la industria textil (que necesita de materia prima) y por
otros datos esporádicos encontrados en la documentación manejada, debemos
suponer que las cabañas de ganado lanar, caballar, asnal, mular, caprino y de cerda
debieron ser cuantiosas, pero nuevamente carecemos de datos concretos y definitivos
a no ser que otra vez echemos mano de las respuestas del Catastro de Ensenada que
apuntan la existencia de quinientas ochenta cabezas de ganado yeguar, cuatrocientas
cincuenta de mular, novecientas de asnal, trescientas ochenta de vacuno, veintidós mil
de lanar, cuatro mil seiscientas de cabrío, dos mil seiscientas de cerda y ciento catorce
machos romos, propiedad del presbítero don Rodrigo de Nava159.
Podemos hablar, pues, de una ganadería predominantemente estante, destinada
a las labores del campo, a la alimentación y a la industria textil, que explota los ejidos,
la dehesa del Concejo (Cañada Luenga), las que pudiesen existir en los cortijos, otras
comunales y el monte bajo ateniéndose a la estricta normativa de los fueros y a las
159
Cam pos y Cam arero (1994), p. 79.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
100
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
prerrogativas de La Mesta160.
2.2.6.3. Artesanía e industria
La artesanía y la industria se constituyen como las actividades de mayor
importancia desde el punto de vista económico y social por su volumen y por el número
de personas que ocupa:
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
4
3
4
4
PROFESIONES
ADOBADORES DE SILLAS
1
ALADREROS
4
ALAMINES
ALBAÑILES
ALBARDONEROS
1
22
26
14
6
19
7
3
6
1
3
2
2
ALPARGATEROS
AMASADORES
9
1
ARCABUCEROS
1
1
ARNEREROS
ASERRADORES
1
1
1
ATAHARREROS
2
4
4
1
7
BALLESTEROS
1
BATANEROS
2
BONETEROS
BORDADORES
1
2
1
BOTEROS
2
1
BOTONEROS
1
2
CALCETEROS
3
3
CALDEREROS
5
7
6
1
CANASTEROS
CANTEROS
CARDADORES
1
1
8
8
6
3
13
7
10
4
160
14
Todo lo relativo a la agricultura y ganadería de la Baja Edad Media ha sido m agníficam ente
estudiado por la profesora Parejo Delgado [(1988), pp. 85-111]. A esta obra rem itim os para un m ás
profundo conocim iento de estas fuentes económ icas por lo que tienen de precedente y de continuidad
sobre las del XVII.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
101
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
CARPINTEROS
16
17
13
2
5
CEDACEROS
2
1
2
1
1
CEREROS
2
1
1
1
CERRAJEROS
5
3
2
3
2
CESTEROS
2
CINTEROS
2
9
4
1
3
PROFESIONES
COLETEROS
3
CORDONEROS
24
28
CUCHILLEROS
7
3
CURTIDORES
8
8
CHAPINEROS
1
1
EMPEDRADORES
1
ENTALLADORES
21
2
5
2
ESCOBEROS
1
3
2
ESCRITORES DE LIBROS
1
1
ESCULTORES
1
ESPADEROS
1
5
3
ESPARTEROS
7
6
8
2
1
5
ESPITALEROS
FRENEROS
3
1
1
FUNDIDORES
1
GUANTEROS
1
GUITARREROS
1
HERRADORES
8
5
9
2
3
HERREROS
7
8
6
4
3
HORNEROS
27
19
15
12
12
JABONEROS
5
3
1
LABRANTES
LENCEROS
2
1
2
6
2
MADEREROS
2
MAESTROS DE MADERA
1
MAESTROS DE MOLINO
1
MOLEROS
1
MOLINEROS
15
4
1
19
16
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
102
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
4
3
2
1673
1695-1699
PROFESIONES
ODREROS
OFICIALES
5
OFICIALES DEL BARRO
4
33
14
OFICIALES DE LA CARDA
1
5
1
OFICIALES DE LO PARDO
1
OFICIALES DE TAFETÁN
1
OFICIALES DE LO VERDE
1
OFICIALES DE ZAPATERÍA
1
2
2
3
12
16
4
17
1
OLLEROS
PANADEROS
5
20
PANILLEROS
3
PASAMANEROS
1
PASTELEROS
1
PEONES DE ALBAÑILERÍA
1
1
1
3
2
4
PINTORES
6
5
PLATEROS
3
1
POCEROS
2
POLVORISTAS
1
REGUEROS
1
RIPEROS
1
2
2
2
3
2
1
SALINEROS
2
SASTRES
53
SEDEROS
3
SILLEROS
67
37
17
14
1
1
1
2
1
1
5
12
1
1
SOMBREREROS
4
3
4
TABLEROS
3
2
1
TEJEDORES
3
9
17
TEJEDORES DE MANTELES
4
TEJEDORES DE PAÑOS
7
11
4
TEJEDORES DE TAFETÁN
14
19
1
TEJEDORES TELA DE CEDAZO
1
TEJEROS
3
3
1
TINAJEROS
2
3
TINTOREROS
3
3
3
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
1
103
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
1
4
PROFESIONES
TOGUEROS
1
TORCEDORES DE SEDA
2
2
1
TORNEROS
3
3
2
TUNDIDORES
7
5
4
TURRONEROS
1
3
VELEROS
1
2
VIDRIADEROS
2
VIDRIEROS
1
1
YESEROS
8
8
6
30
48
34
5
ZAPATEROS DE CORREA
2
ZAPATEROS OBRA VIEJA
9
14
ZURRADORES
2
1
TOTALES
_________________________
406
____________
496
____________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
10'49%
14'04%
1
30
VIOLEROS
ZAPATEROS
2
4
19
20
1
1
1
330
____________
127
___________
258
____________
11'87%
4'61%
14'12%
Aun con la aclaración previa, ya hecha por otro lado, de que en este sector
económico es complicado distinguir en muchas ocasiones lo que son productores de
lo que son vendedores (hecho que nos introduciría en el sector terciario), es evidente
que por números globales y por porcentajes, la artesanía y la industria, como
apuntábamos al principio del apartado, son sin ningún tipo de duda las actividades
económicas más prósperas de la ciudad.
Analizando el cuadro precedente, se observa que las actividades en él encuadradas se mantuvieron de forma estable a lo largo del siglo con porcentajes siempre
superiores al diez por ciento, salvo en el año 1673 del que en varias ocasiones hemos
apuntado que supone la cresta de una fuerte crisis.
Así pues, junto a la economía agraria existe otra artesana y manufacturera
dedicada a la elaboración de aperos para la agricultura, a la manufactura de productos
alimenticios, a la elaboración de artículos de vestido, a la construcción, al adorno...,
que en contadas ocasiones (es el caso de la alfarería y de los tejidos) permitió la
exportación de excedentes y siempre sustanciosos ingresos para las arcas municipales
por los impuestos a ellas asociados.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
104
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Independientemente del tratamiento especial que demos a los diversos aspectos
que caracterizan los oficios relacionados directa o indirectamente con actividades
artísticas en el capítulo dedicado a los artífices, ahora sería el momento de estudiar los
que no tienen ese carácter aunque sólo sea intentando una clasificación y dando a
conocer los rasgos mínimos de los más significativos en la vida ciudadana:
a) Relacionados con la agricultura tendríamos: aladreros, albardoneros, arnereros,
ataharreros, cedaceros, esparteros, freneros, herradores, herreros, poceros y regueros.
Siendo los que se manifiestan como más importantes los de aladrero y albardonero y
los de herrero y de herrador, que además se relacionan con la construcción y los
transportes.
b) Relacionados con la alimentación: amasadores (si lo entendemos como de la
masa del pan), boteros, caldereros, canasteros, cesteros, cuchilleros, espitaleros,
horneros, maestros de molino, moleros, molineros, odreros, oficiales de lo pardo y de
los verde, olleros, panaderos, panilleros, pasteleros, salineros, tableros, tinajeros,
turroneros, vidriaderos y vidrieros. Siendo los más numerosos e importantes los
relacionados con la fabricación del pan y aquellos otros que manufacturan recipientes
para usar en la transformación culinaria de los alimentos.
c) Relacionados con la vida y ajuar domésticos: adobadores de sillas, boteros,
caldereros, canasteros, carpinteros, cereros, cerrajeros, cesteros, cordoneros,
cuchilleros, curtidores, escoberos, esparteros, espitaleros, herreros, jaboneros,
maestros de molino, molineros, odreros, oficiales del barro, oficiales de lo pardo,
oficiales de lo verde, olleros, panilleros, silleros, tejedores (en todas sus modalidades),
tinajeros, tintoreros, torneros, veleros, vidriaderos y vidrieros. Siendo en este grupo la
variedad, apropiada con el gran número de enseres y necesidades que exige una
vivienda, la nota característica;
d) Relacionados con el vestido y el adorno: alpargateros, bataneros, boneteros,
bordadores, botoneros, calceteros, cardadores, cinteros, coleteros, cordoneros,
curtidores, chapineros, guanteros, lenceros, oficiales de la carda, oficiales de tafetán,
oficiales de zapatería, pasamaneros, plateros, sastres, sederos, sombrereros,
tejedores, tintoreros, togueros, torcedores de seda, tundidores, zapateros (en todas sus
modalidades). Siendo los cordoneros, sastres, tejedores y zapateros los gremios más
prósperos a lo largo de todo el siglo. El de tejedores, especialmente, llega a producir
para cubrir las necesidades de la población y para la exportación, aunque, en este
caso, en progresiva decadencia por el cada vez menor número de efectivos y
especialidades dedicados al oficio.
e) Relacionados con la construcción: alamines, albañiles, aserradores, canteros,
carpinteros, cerrajeros, empedradores, herreros, labrantes, madereros, maestros de
madera, oficiales del barro, peones de albañilería, poceros, riperos, tejeros y yeseros.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
105
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Siendo el de albañiles, junto con el de canteros, los gremios que se manifiestan de
forma más intensa por ser sin duda las profesiones más directamente implicadas en
la construcción.
f) Relacionados con las manifestaciones artísticas: alamines, albañiles, alfareros,
bordadores, canteros, carpinteros, cerrajeros, entalladores, escritores de libros,
escultores, guitarreros, herreros, pintores, plateros, tejedores, torneros y violeros161.
g) Relacionados con otros ámbitos: arcabuceros, ballesteros, espaderos y
fundidores.
En la totalidad de las actividades aquí reflejadas el papel desempeñado por los
gremios y por los veedores de los distintos oficios, anualmente nombrados por el
Concejo, fue vital.
Los gremios, tentativa y realidad efectiva de organización del trabajo que pretendía
prestigiar determinados oficios no muy bien considerados por la sociedad de la época,
desempeñan, además de una serie de funciones que podíamos denominar asistenciales, otra económica suprimiendo competencias desleales, evitando intrusismos,
garantizando la calidad profesional de sus miembros en los grados de aprendiz, oficial
y maestro y la de los productos elaborados. Pero también suponen cierto grado de
inmovilismo, de falta de competencia, de espíritu de iniciativa..., que a la larga acarrea
una decadencia absoluta, la imposibilidad de crear una verdadera industria y el
impedimento de competir con los productos extranjeros162.
En el siglo XVII, además, aun cuando no dejan de existir y de crecer, entran en
crisis (en el tema que nos interesa por la falta de límites claros entre los conceptos de
artesano y artista y por el interés de éstos en desprenderse de las cargas fiscales a las
que estaban sujetas sus obras) y pasan a depender completamente de los concejos
que controlan los exámenes y los productos mediante la figura del veedor163.
Los veedores, nombrados por sorteo entre los caballeros veinticuatros, son los
encargados de comprobar y vigilar que las obras gremiales se ajusten a las ordenanzas
161
La m ayoría de estas especialidades se estudiarán m ás detenidam ente en el capítulo dedicado
a los artífices, en el apartado de especialidades.
162
Recuérdese el gran núm ero de productos procedentes de otros países que aparecen en los
inventarios de las tiendas ubetenses realizados a raíz de las m edidas tom adas contra el com ercio
francés.
163
La dependencia de otras instancias se m anifiesta en la obligación por la que Juan de
Barrionuevo y Juan de Alvarado, hijo del jurado Juan de Alvarado, por sí y en nom bre de Pedro Rodríguez
y varios m ás, todos vecinos de Úbeda, se com prom eten a ir a Valladolid para pedir al Rey que los vecinos
de Úbeda puedan teñir sus lanas en tinazos y tinajuelas, com o lo hacían los vecinos de Segovia, sin caer
en pena alguna [A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Sánchez, 560, f. 211].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
106
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
y a la ley164.
Recordamos que en Úbeda (lo que nos da idea de los oficios que se consideraban
más importantes) se nombraban para los tundidores, sastres, calceteros, espaderos,
oficios del barro, teja y ladrillo, caldereros, sederos, tejedores de tafetanes, torcedores
de seda, molineros de pan, zapateros, tejedores de lienzo, tejedores de paños, yeseros
y molinos de aceite165.
Quizá las causas de estos nombramientos, y no de otros, haya que buscarlas en
razones diversas que irían desde la necesidad del control de los productos que se
exportaban hasta la de garantizar la calidad de los materiales de construcción, pasando
por la de los alimenticios166.
2.2.6.4. Comercio y transportes. Otros servicios
Dentro del sector servicios también van a ser muchas las actividades desarrolladas
y los efectivos humanos a ellas dedicadas:
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
2
2
4
1
2
PROFESIONES
ABOGADOS
ABRIDORES DE BALONAS
1
ABRIDORES DE CUELLOS
1
ACEITEROS
1
AGUADORES
3
AGUALOJEROS
1
6
1
2
1
164
Sirva com o ejem plo la dem anda interpuesta por un grupo de alfareros en 1631 en razón de
los abusos que sobre ellos com etían los alguaciles diciendo que no hacía la labor com o debían [A.H.M.Ú.,
F.M., Miguel Hidalgo, 1.072, s.f.].
165
Se recordará, que estos oficios concejiles se presentaron al hablar del gobierno m unicipal y
de los servicios y organización de la vida local. Ahora querem os destacar que son m uy significativos para
com prender la afirm ación hecha sobre la decadencia de la econom ía local y de los propios grem ios. Así,
m ientras que en las suertes de 1641 se nom bran quince veedores para quince oficios distintos, en las
de 1690 sólo se realizan once por agruparse varios grem ios en un m ism o veedor (caso de los tejedores)
o por la desaparición de algunos oficios (caso de los tundidores y de los yeseros).
166
La preocupación por producir artículos de buena calidad y el deseo de distinguirse de
artesanos del m ism o oficio, que lógicam ente debió existir, se m anifiesta claram ente en el pleito que en
1612 el cuchillero Pedro de Bigara m antiene con su colega Alonso Díaz porque éste le copiaba en sus
piezas una m arca que Pedro y su padre venían usando desde hacía m ás de cuarenta años [A.H.M.Ú.,
F.P.N., Blas González, 968, f. 68 (v)].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
107
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
PROFESIONES
AGUANEVEROS
1
AGUARDENTEROS
3
ALCAIDES DE CÁRCEL
1
ALCALDES
2
2
1
1
ALCALDES MAYORES
1
ALFÉRECES
1
ALGUACILES
2
ALGUACILES MAYORES
1
4
1
3
2
ALGUACILES MAYOR CRUZADA
1
ALQUILADORES
1
AMAS DE PARIR
1
ARRENDADORES
7
ARRIEROS
17
ATOCHEROS
10
BOTICARIOS
12
17
11
29
30
1
2
3
3
CAPITANES
3
CARBONEROS
2
CARGADORES
1
CARGUEROS
5
CARRETEROS
3
CIRUJANOS
1
2
6
12
6
4
2
3
3
2
3
2
1
15
1
8
2
1
1
1
3
3
1
COCHEROS
1
1
1
CONFITEROS
CONTADORES
1
1
CANTORES
COMISARIOS
7
1
CAMPANEROS
COCINEROS
1
1
BUHONEROS
COBRADORES
14
3
BARQUEROS
BEATAS
2
1
BALONEROS
BARBEROS
10
1
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
108
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
2
1
PROFESIONES
CORREDORES
1
CORREGIDORES
1
CORREOS
1
CORTADORES
5
2
CORTADORES DE CARNE
2
CRIADAS
1
CRIADOS
2
CURADORES
2
5
DEPOSITARIOS DE CRUZADA
1
DESOLLADORES
2
2
DESPENSEROS
1
2
DIPUTADOS
13
EMPAREDADAS
3
ENFERMEROS
3
1
ESCRIBANOS
17
21
3
4
11
12
14
6
2
ESCRIBANOS DE CABILDO
1
ESCRIBANOS DE MILLONES
1
ESCRIBANOS DE REALES
1
2
ESCRIBANOS DE RENTAS
1
ESCRIBANOS-SÍNDICOS
1
ESCRIBIENTES
1
3
ESCRIBIENTES DE CABILDO
1
ESCLAVOS
1
ESCUDEROS
1
4
ESPECIEROS
1
ESQUILADORES
1
FAMILIARES
2
1
3
FISCALES
2
2
1
1
FISCALES DE CRUZADA
1
FISCALES DEL VICARIO
1
FONTANEROS
1
GANCHEROS
4
GASTADORES
1
4
1
GRANADEROS
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
109
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
6
8
4
3
PROFESIONES
HACEDORES
1
JURADOS
6
LIBREROS
1
MAESTROS
3
2
1
4
MAESTROS DE CAPILLA
2
1
1
2
MAYORDOMOS
1
5
MAYORDOMOS S.C. SALVADOR
3
1
MAYORDOMOS DE CIUDAD
1
MAYORDOMOS DE CONVENTOS
1
MÉDICOS
4
4
2
MEDIDORES
1
3
2
MEDIDORES DE PAN
1
1
1
MEDIDORES DE TIERRA
1
MENUDEROS
2
2
1
MERCADERES
8
11
4
2
1
28
4
4
3
3
2
MERCADERES DE LENCERÍA
MERCEROS
MERCHANTES
1
3
1
17
22
MERCHANTES DE GANADO
9
MERCHANTES DE VIDRIADO
1
10
MESONEROS
5
3
MILICIANOS
MINISTRILES
22
3
5
4
MINISTROS
4
1
2
1
MOZOS DE ESCUADRA
MOZOS DE MESÓN
1
1
MOZOS DE MONJAS
1
MÚSICOS
2
1
7
5
3
NOTARIOS
3
2
2
1
OFICIALES DE CARNICERÍA
1
ORGANISTAS
1
PERTIGUEROS
1
2
1
2
PORTEROS
3
1
2
2
PORTEROS DE LA CIUDAD
1
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
110
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
AÑOS
_______________
1603-1605
1627
1642
1673
1695-1699
2
3
PROFESIONES
PRECEPTORES DE GRAMÁTICA
1
PREGONEROS
1
PRESEROS
1
PROCURADORES
4
8
8
RECEPTORES DE PAPEL
1
REGIDORES
13
5
4
RELIGIOSAS
27
21
7
12
2
ROPEROS
3
SACRISTANES
6
SALUDADORES
4
7
8
1
SARGENTOS
1
SERVIDORES DE MONJAS
1
SÍNDICOS
1
1
SÍNDICOS-JURADOS
1
1
SIRVIENTES
8
SOCHANTRES
1
1
SOLDADOS
2
5
TABERNEROS
5
TENDEROS
6
9
TERCEROS
1
TESOREROS
1
TRATANTES
11
13
1
TRATANTES DE GANADO
1
1
TRATANTES DE MERCADERÍA
1
TRATANTES DE PAÑOS
1
VEEDORES
1
VEINTICUATROS
4
VENDEDORES
9
10
5
4
2
1
TOTALES
___________________________
308
____________
339
____________
220
____________
115
___________
120
____________
PORCENTAJE SOBRE EL
NÚMERO DE VECINOS
7'95%
9'59%
7'91%
4'18%
6'56%
De importantes podemos considerar, sin duda, para comprender las funciones
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
111
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
típicamente urbanas de la ciudad los datos recogidos en la tabla anterior. Ahora bien,
consideramos que la progresiva pérdida de estas funciones, acorde con la ruralización
ya manifestada, es evidente en el continuado descenso que se aprecia en los totales
y en los porcentajes desde el año 1627.
Manifiestamente, los transportes y el comercio (directamente relacionados entre
sí) se constituyen como los servicios más característicos fuera de los puramente
políticos, administrativos, asistenciales y religiosos.
Los escasos datos aportados sobre los caminos del término dejaban meridianamente claro que los existentes comunicaban la ciudad, además de con las localidades
más cercanas, con dos entidades territoriales extracomarcales como eran el reino de
Granada y el Levante167.
También desconocemos la importancia que pudo llegar a tener el transporte fluvial
de mercancías porque no son abundantes ni mucho menos suficientes las informaciones en este sentido. Eso sí, apuntan hacia el traslado de madera desde la sierra de
Segura aprovechando el Guadalquivir y a la existencia de barcos en el mismo río y en
el Guadalimar.
La preocupación del Concejo por mantener en buen estado los caminos y los
puentes, como el arrendamiento y mantenimiento del citado barco del Guadalquivir,
dan testimonio de la importancia que se concedía a los caminos al ser el comercio una
actividad fundamental para el abastecimiento y la economía de la ciudad por los
productos alfareros y textiles que se exportaban.
Dentro de la población, el comercio, regulado desde la Baja Edad Media168, debió
desarrollarse en tres espacios y momentos: las tiendas, los mercados y las ferias.
Las tiendas debieron ser frecuentemente talleres donde se confeccionaban y se
comercializaban los productos o bien establecimientos donde simplemente se
realizaban ventas de todo tipo de mercancías. Ya apuntamos que se extendieron
preferentemente en zonas determinadas de la ciudad a lo largo de lo que podríamos
llamar un eje comercial que comprendía las calles de la Cárcel, plaza de Abajo, plaza
167
Aunque m ás adelante aportarem os datos sobre la procedencia de algunas m ercancías que
se vendían en Úbeda en el siglo XVII, ya las m edidas que se tom aban ante la am enaza de una epidem ia
de peste nos aclaran que las procedentes de Levante y de Málaga debían ser las m ás corrientes por la
especial preocupación que se tenía sobre esos lugares. Adem ás, la participación de Úbeda en derram as
para las obras de puentes com o el de Córdoba y Andújar y de m uelles com o el de Málaga tam bién ponen
de m anifiesto que la ciudad se beneficiaba de ellos y los utilizaba.
168
Parejo Delgado (1988), pp. 111-123. Este estudio resulta interesantísim o para conocer hasta
qué punto se reglam entaba todo lo relativo con el com ercio: venta, precios, conservación, lugares de
com ercialización... Lam entablem ente, al no conservarse las ordenanzas m unicipales del siglo XVII,
desconocem os esos m ism os aspectos para este período. La suposición de la posibilidad de que algunas
norm as fuesen para el XVII las m ism as que las de la Baja Edad Media, nos hace recom endar la lectura
de este trabajo.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
112
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
del Mercado, Rúa, Real Viejo, plaza de Arriba, Mesones, Corredera, Rastro y Trinidad,
aunque no faltaron en otros lugares pero con una ubicación mucho menos concentrada. Es precisamente en estas calles donde abunda una tipología de arquitectura
doméstica conocida como «casas tiendas», es decir, aquéllas que destinaban las
estancias de las plantas bajas a fines comerciales. En otros casos, generalmente
cuando se trata de productos de primera necesidad (caso de la carne o del pan), se
mantiene la existencia de establecimientos muy especializados que monopolizan el
producto y que son estrechamente vigilados por las autoridades locales. Es el caso de
las carnicerías, de las alhóndigas y de los pósitos.
La tipología de las tiendas fue muy variada dependiendo del producto o de los
productos que se comercializaban. La pista de las que pudieron existir nos la dan los
mismos padrones y las profesiones que en ellos aparecen, junto con otra documentación.
Carnicerías existieron dos, aunque en algunos momentos se vendió carne en el
Rastro con gran preocupación por parte de las autoridades municipales al no poder
cobrar sisas169.
El pan, si bien es cierto que en Úbeda existió alhóndiga de la que existen muy
escasas referencias170, es más que posible que se vendiese en los mismos hornos y
en otros lugares en una costumbre que debió iniciarse en estos años para continuar
en el siglo XVIII: «[...] no ay panaderías, porque los panaderos venden el pan en sus
casas o en la plaza u otro qualquier parage de la Ciudad que eligen»171. Es decir, que
aquí, aunque ya hayamos hablado de ellos en el sector secundario por lo que de
transformación de materias primas tiene su trabajo, habría que volver a citar a los
panaderos y hornos que hubo en la localidad. En esta ocasión por la comercialización
que realizan de un artículo tan de primera necesidad para la alimentación de la época.
Nada sabemos de la existencia de pescaderías aun conociendo que se vendía
pescado y que de su sisa, como veremos, se costeaba la festividad del Corpus172.
Sí, en cambio, existió pósito desde el siglo XVI con la doble función de almacenar
y de vender trigo.
169
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 11, f. 60 (v).
170
A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel Hidalgo, 1.037, f. 165. Adem ás en el padrón de 1642 se la cita
situada en la plaza del Mercado [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 27/11].
171
Cam pos y Cam arero (1994), p. 90. Se trata de parte de la respuesta dada a una de las
preguntas del Catastro de Ensenada.
172
Sí conocem os en cam bio un rem ojadero de pescado para cuyo reparo se libra dinero en la
sesión de Cabildo de 21 de agosto de 1609 [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7. f. 73 (v)].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
113
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Las especierías y las mercerías, asociadas en algunos casos en un mismo
establecimiento, también debieron ser corrientes.
Abundantes, en cambio, fueron las carbonerías, con cierta tendencia a agruparse
en la plaza de Arriba y a estar regentadas por franceses.
Las tabernas, aunque sólo aparezcan citados taberneros en el padrón de 1605 y
aunque no sean propiamente tiendas, debieron existir a lo largo de todo el siglo, siendo
las encargadas de vender un producto tan de primera necesidad y de gran consumo
como el vino, que incluso se utiliza como forma de pago173.
Sastrerías, zapaterías, sombrererías, cuchillerías, pastelerías, etc., tienen más el
sentido, cuando aparecen, de talleres que de tiendas, aunque no dudamos de que la
venta por encargo y la venta libre debió ser algo habitual en ellas.
Relacionadas con el vestido, existieron infinidad de tiendas de tejidos, cordonería
y paños tanto nacionales como extranjeros174.
Con todo, por el número de merchantes y vendedores empadronados, pensamos
que la venta más inestable del mercado y la ambulante debieron ser las mas corrientes
para productos alimenticios y de menaje. Este es el caso, por ejemplo, del agua, del
aceite, del aguardiente, que vimos al hablar de la colonia francesa, y de los productos
hortícolas.
Desconocemos hasta que punto se mantuvo durante el siglo XVII el antiguo
mercado concedido para el viernes de cada semana por Fernando IV en 1259,
ampliando el que se venía celebrando los jueves desde la concesión del Fuero de
Úbeda,175 y el privilegio de 1467 en el que el príncipe don Alfonso, en recompensa a
173
Hasta qué punto esto es cierto lo verem os al hablar de los contratos de obras en los que se
concertaba el pago m ediante este elem ento.
174
En 1674, a raíz de las m edidas que se tom an contra los franceses residentes en Úbeda y
contra el com ercio galo, se realizan una serie de actuaciones en las tiendas para conocer, m ediante
inventarios, qué m ercancías de aquel origen existían en ellos [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 40/4]. Esto, nos ha
perm itido conocer algunos de los productos franceses y de otras nacionalidades existentes en las tiendas
de tejidos y en las quincallerías (en un núm ero total de diez) porque los com erciantes no sabían distinguir
m uy bien los puntos de m anufactura y todo lo m ezclan, alegando, en varios casos, que lo que conocen
es que proceden de los alm acenes de Granada, Antequera y Málaga y no el país de origen, aun cuando
existían listados de lo que estaba prohibido com erciar. Algunas de las m ercancías que aparecen,
copiadas literalm ente, son las siguiente: bayeta de Flandes, sem piterna, holandillas de algodón anchas
y angostas, esparragones, bocadillos, m antos de anascote que llam an de Flandes, bretañas, Cam brai,
estopillas de Cam brai, m orletes, presillas, bram ante fino, hilo de Flandes, crea leona, estam eña cosida
a lo ancho que es de Inglaterra, lienzo crudo que llam an ginga, m edias de Ferm ai, cotonías blancas, hilo
de Aroca, cam ellones, bom basíes sencillos y dobles, cristal, horm esíes de Italia, toca de reina, plata y
oro falsos, clavos, pim ienta, gengibre, perlas falsas, abalorios, m edias, tijeras, paragones, etc. Para
conocer el listado de los productos prohibidos, puede verse el apéndice docum ental nº 6.
175
A.H.M.Ú., F.M., S.D., 1/16.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
114
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
la fidelidad de la ciudad, concede un mercado franco los jueves, dejando libres a los
mercaderes del pago de «[...] alcabalas en pan y vino y ganados y aceites y paños y
cera y pescados frescos y salados y carnes vivas y muertas y frutas y otras cualesquier
mercaderías que en ese día se vendiesen o cambiasen»176. Ahora bien, la existencia
a lo largo de todo el siglo XVII en la toponimia de la colación de San Pablo de una
plaza llamada del Mercado, nos habla sin ningún tipo de dudas de que se contó con
un espacio público destinado a fines comerciales, utilizado corrientemente, pero en una
progresiva decadencia177.
Contó Úbeda con una feria anual en el mes de septiembre, en honor del patrón
San Miguel, que comenzaba el mismo día 29 de septiembre y que, al parecer, se
prolongaba hasta el 15 de octubre178. En ella se comerciaban determinados productos
y ganados, pero desconocemos su alcance. Por tradición ha llegado hasta nuestros
días un mercado de ganado asociado a esta celebración.
El comercio a mayor escala y en ámbitos que no eran los estrictamente locales
está documentado por la presencia de tratantes y de mercaderes en los diversos
padrones. A la vista de ellos, los productos que entran en esta categoría son variados:
ganados, lencería, paños, productos alfareros...
La exportación de productos manufacturados en Úbeda primordialmente a otros
lugares de Andalucía es un hecho claramente demostrable por los datos conservados,
pero de nuevo nos resulta imposible medir su alcance exacto en cuanto a cantidades,
frecuencia, totalidad de lugares y precios179. Que sepamos (y sirva como ejemplo en
lo que son productos de barro blanco) se producen ventas en Albanchez de Úbeda,
Villanueva del Arzobispo, Quesada, Ibros, Siles, Jimena, Beas de Segura, Baeza,
Baena, Motril, Antequera, Vélez Málaga, Lucena, Montilla, Córdoba, Málaga y otra serie
de lugares de los que desconocemos el nombre180.
176
Toral Peñaranda (1975), p. 109.
177
Pensam os esto porque en las respuestas del Catastro de Ensenada se dice literalm ente, al
hablar del m ercado, que «[...] el que avía antiguam ente todos los jueves en la Plaza de este nom bre no
se usa». [Cam pos y Cam arero (1994), p. 91].
178
Así lo suponem os porque así aparece reflejado en el siglo XVIII en las respuestas del Catastro
de Ensenada [Cam pos y Cam arero (1994), p. 91].
179
Com o aproxim ación sirvan dos ejem plos que indican que los precios se m antuvieron estables:
en 1608 Pedro de Sabiote vende a Miguel de Fuentes una carga m ayor de cuarenta y cuatro piezas por
tres ducados [A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel de Mérida, 1.118, f. 228]; en 1656 se com pran cuatro cargas de
barro blanco por doscientos cincuenta reales [A.H.M.Ú., F.P.N., Andrés López de Medina, 1.168, f. 381].
180
A.H.M.Ú., F.P.N. (entre otros protocolos) 477, f. 282; 528, f. 27; 554, f. 475; 645, f. 768; 745,
f. 497; 750, f. 364; 813, f. 183; 868, f. 175; 890, f. 158; 946, f. 193 y 221; 947, f. 89; 1.118, f. 228; 1.122,
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
115
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Manteniendo cierta relación con el comercio ya que en ellos se vendía la cebada181,
pero quizá considerándolo mejor como un servicio autónomo, estarían los mesones.
En este sentido, considerando la población de Úbeda y todos los aspectos de su vida
oficial y cotidiana hasta ahora vistos, tendríamos que pensar que debieron ser más
numerosos que los que hemos podido documentar: mesón de la Parra (1613)182; el
mesón de la Fuente (1617), situado en la plaza de Santa María183; el mesón del León
(1636), situado en la calle Mesones184; y una posada en el Despeñadero (1636),
propiedad de Cristóbal Muñoz, Miguel Coronado, Andrés Polo y Juan de Hoces185.
El Concejo interviene en el comercio controlándolo, regulándolo y fiscalizándolo
mediante el nombramiento de oficiales o fieles (carnicerías, pescado, fruta, etc.) y de
contrastes o almotacenes, con la existencia de unas ordenanzas municipales y con el
cobro de ciertas cantidades por todas las ventas y transacciones mercantiles
(alcabalas) y por el transporte de mercancías (almotacenías)186.
En otro orden de cosas, dentro de distintos servicios que la ciudad ofrece,
podríamos distinguir grupos como los relacionados con la sanidad, con la administración y con la hacienda, con la administración de justicia y con el orden público, con la
educación, con la religión, con la milicia, con la alimentación, con el servicio doméstico
y otros, minoritarios, de más difícil clasificación.
En relación con la sanidad siempre existieron en Úbeda médicos, cirujanos,
boticarios, barberos, amas de parir, enfermeros en un número proporcional al de
habitantes, es decir, que en todas estas profesiones es manifiesto un descenso de
efectivos acorde con el avance del siglo.
Más abundantes son los profesionales, o mejor los funcionarios, que desempeñan
labores administrativas, fiscales y judiciales. Es el caso de los escribanos en todas sus
modalidades, de los diputados, de los jurados, de los alcaldes, de los alguaciles...
f. 125; 1.167, f. 145; 1.168, f. 381; 1.193, f. 504; 1.237, f. 308.
181
Recuérdese com o en 1649 se cobraba una sisa de cuatro m aravedíes por celem ín de la
cebada de m esones.
182
A.H.M.Ú., F.P.N., Pedro Rodríguez de Córdoba, 612, f. 205.
183
A.H.M.Ú., F.P.N., Juan Ruiz de Alcalá, 1.159, f. 113.
184
A.H.M.Ú., F.P.N., Pedro Fernández de Baena, 557, f. 172.
185
A.H.M.Ú., F.P.N., Pedro Fernández de Baena, 557, f. 349.
186
Rem itim os a las relaciones de suertes presentadas al hablar del gobierno m unicipal, que
anualm ente se realizaban en una sesión del Cabildo previa a la festividad de San Miguel.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
116
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
La educación, aunque existente como veremos en el apartado siguiente, se
descuidó o al menos no se le concedió una atención prioritaria: los maestros,
posiblemente, fueron los empleados municipales que con mayor frecuencia dejaban
de percibir sus salarios.
El elevado número de beatas, religiosas, sacristanes, sochantres, maestros de
capilla, músicos, campaneros, familiares de la Inquisición..., nos habla, para finalizar
este apartado, del peso de lo religioso en la ciudad y en su vida cotidiana.
2.2.6.5. Otras actividades económicas
No queremos dejar pasar por alto diversas actividades económicas, claramente
documentadas en los padrones, en otra documentación y en la bibliografía histórica de
la época, que debieron sobrepasar los límites de lo anecdótico o poco significativo.
La primera de ellas, retomando de nuevo las palabras de Méndez Silva, sería las
de las salinas. Según este autor, en 1645, existían seis con una producción de 1.600
fanegas anuales187.
Dentro de las actividades primarias, en los padrones de repartimiento aparecen
pescadores y cazadores en porcentajes pequeños pero estables a lo largo de todo el
siglo. Suponemos que el producto de estas actividades no sería grande, pero sí
importante para la alimentación. Para finalizar este sector, el hecho de que en el
Catastro de Ensenada se cite la existencia de mil seiscientas colmenas188, nos hace
suponer que en el siglo XVII fue una actividad económica más a añadir a las anteriores.
De la minería casi nada podemos decir por su inexistencia. Sólo hemos
encontrado una referencia (de forma tangencial en la portada de un protocolo notarial)
sobre la existencia de una mina de plata en Cabra del Santo Cristo189.
Sí son más abundantes las referencias a la existencia de canteras de yeso, de
piedra y de barro en el término municipal: la de la fuente del Molino (de piedras de
molino), la de la garganta de Casarrubia (de barro colorado), las de Cózar (en el
camino de la casería del Deán), la honda del Despeñadero (de propiedad municipal),
la alta del Despeñadero, las viejas del Despeñadero, la del cerro de los Zapateros (de
187
Méndez Silva (1645/1949), p. 1624.
188
Cam pos y Cam arero (1994), p. 78.
189
Se trata del protocolo nº 1.194, correspondiente al año 1653. Es decir, de unos pocos años
antes de que esta villa se independizara de la jurisdicción de Úbeda.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
117
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
yeso), una de piedras de barbero...190.
Con la referencia a un contrato para instalar una fábrica y estanco de pólvora
cerramos este apartado191.
2.2.7. CULTURA
2.2.7.1. Educación
Aun cuando en el siglo XVI Francisco de los Cobos en el marco del magno
proyecto de la Sacra Capilla del Salvador dispone la creación, recogida en los estatutos
fundacionales, de un «[...] Estudio General dentro de la dicha Ciudad de Úbeda al cual
su Santidad (Paulo III en 1541), concedió todos los privilegios y prerrogativas
concedidas e que se concedieren de aquí en adelante a los Estudios de Bolonia, París,
Salamanca e Alcalá [...]»192, lo cierto es que por problemas presupuestarios a la muerte
del fundador, ésta institución, con gran descontento de la ciudad193, no pudo llevarse
completamente a buen fin por doña María de Mendoza, su mujer, y Úbeda se vio
privada de la existencia de una universidad casi desde su origen, aunque se
mantuvieron, al menos hasta 1634, dos cátedras de latín y retórica194.
En lo que se refiere a la formación primaria, la educación en la Úbeda del siglo
XVII se estructura en torno a un colegio de niños de titularidad municipal, al colegio de
la Compañía de Jesús, a escasas actuaciones de carácter privado y a los aprendizajes
de oficios que se realizan en los propios talleres artesanales.
El colegio de primeras letras, que conocemos por las numerosas referencias que
aparecen en los libros de actas capitulares y en otras series documentales, aunque en
ninguna de ellas queda clara de forma determinante su ubicación porque generalmente
se limitan a denunciar el mal estado de las instalaciones y los continuos retrasos en el
190
A.H.M.Ú., F.P.N., 1.120, f. 84; 1.129, f. 92; 1.248, f. 121; 609, f. 50; 653, f. 65; 707, f. 195; 708,
f. 270; 1.114, f. 12.
191
A.H.M.Ú., F.P.N., Rodrigo de Jerica, 1.087, f. 471.
192
Cam pos Ruiz (1918-1919), p. 305. Se trata de una copia literal de los estatutos sobre un
original conservado en el archivo de la Sacra Capilla.
193
Ante la petición en 1580 de doña María de Mendoza a Gregorio XIII rogándole la exim a de
la creación del estudio, el personero Diego Góm ez dirige una airada protesta contra ello alegando que
no sean tantos los gastos en ornato y capellanes y el bien que sería para la ciudad la existencia de una
universidad. El escrito com pleto se transcribe, del original conservado en el A.D.M., S.S., 15/30, en
Moreno Mendoza (1993), pp. 175-176.
194
A.D.M., S.S., 8/4.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
118
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
pago de los honorarios de los maestros, fue el único establecimiento educativo hasta
la fundación del colegio de la Compañía.
Sobre sus orígenes, apunta Ruiz Prieto que en el año 1551, don Diego de
Guzmán, presbítero, compró a Diego Ruiz de Valdivia y Catalina Alonso, su mujer,
unas casas en la parroquia de Santa María con la intención de que fuese destinadas
a colegio, haciendo una serie de reformas necesarias para la nueva función. El mismo
don Diego con el doctor don Gaspar de Loarte se constituyeron en patronos del
Colegio con las condiciones y facultades que se consignaron en la escritura de
fundación hecha en Úbeda el 23 de septiembre del citado año. De igual forma, Paulo
IV concedió por su bula de 25 de enero de 1556, la unión de este colegio de niños,
casa de huérfanos y hospital, al de Roma. En el mismo año el licenciado Bartolomé
Ibáñez, que enseñaba a leer y escribir, expuso al Cabildo que había pedido al Papa
una bula para que concediese jubileos a los bienhechores del Colegio, y que era
menester formar una cofradía para recoger niños y niñas huérfanos, pobres y
desamparados y enseñarles doctrina, a leer, a escribir y que no anduviesen pidiendo
limosna. Por estos mismos años don Diego López Messía, caballero de la orden de
Santiago, dona ««[...] irrevocable para siempre jamás [...]» una renta de 3.050
maravedíes en cinco censos de que era poseedor. Era prior el licenciado Bartolomé
Álvarez. Otros muchos legados hubo en este siglo y el siguiente e incluso las
parroquias contribuían con cantidades anuales en trigo y dinero. También los reyes
autorizaban pensiones y aumentos de las mismas a los maestros, a petición de la
ciudad195.
Partiendo de las palabras de Ruiz Prieto y de los datos aparecidos en otras
fuentes primarias parece claro que el Colegio estuvo situado en la colación de Santa
María y que se costeaba por donativos, por rentas propias y por asignaciones
municipales para el pago de los maestros y los reparos del edificio.
En este sentido son significativas dos aportaciones documentales: la primera es
un inventario de censos y otras rentas correspondiente al año 1611: un censo de
10.000 maravedíes de Juana de Ortega, viuda de Esteban Sánchez, de Torreperogil,
que paga el vecino de Úbeda Juan de Anguís; otro de 10.500 maravedíes de Pedro de
Baena, oficial del Barro, y de su mujer, Catalina de Molina, que paga Miguel
Fernández; un tercero de 11.250 maravedíes del cordonero Antón García, que paga
Cristóbal Redondo, clérigo, su hijo; otro de 7.500 maravedíes de Gil García y María
Sánchez, de Torreperogil, que paga Juan Casares; un quinto de 5.000 maravedíes de
Alonso de Soto y su mujer, de Torreperogil; otro de 10.000 maravedíes de Bartolomé
de Olmedo, que es el que vendió Simón de Molina al Colegio; dos fanegas de trigo al
195
Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 526-527.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
119
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
año de los herederos de Pedro López de Almendros; y una escritura de demanda que
al Colegio y maestros hizo doña Catalina Chirinos por la que se cobraban veintiún
ducados al año para los salarios de éstos196; la segunda, un escrito de 11 de noviembre
de 1616 en el que los maestros del Colegio Juan Francisco de Aguirre y Francisco
López de Moya declaran darse por contentos con el pago de sus salarios (20.000
maravedíes el primero y 10.000 el segundo) procedentes de la renta de la almotacenería mayor, concedida a Bartolomé Hurtado, comprometiéndose a no solicitarlos a la
ciudad197.
Ahora bien, el hecho de que los salarios de los maestros se proveyera de la renta
de la almotacenería mayor no garantiza la regularidad del pago al estar ésta
embargada en numerosas ocasiones. Así se nos da a entender en tres petición de
distintos maestros de los años 1666, 1679 y 1692. En la primera Cristóbal Fernández
Galindo nos habla de 1.225 reales; en la segunda Salvador de Cantos reclama parte
de los mil reales que se le debían; y en la tercera, de forma desesperada, Cristóbal
Fernández Galindo pide se le paguen los 110 reales que se le deben o que se le
permita buscar otra ocupación por la autentica necesidad que padece198.
De los reparos del edificio se encarga el propio Concejo, siempre que hubiese
fondos, a través de los informes que ordenan hacer los comisarios a los alamines de
edificios. Las referencias en este sentido son innumerables y abarcan todo el siglo pero
serán expuestas en el capítulo dedicado a las realizaciones. Ahora sí nos interesa
destacar, por lo que nos dice sobre las estancias que lo componían, una libranza de
dinero, aprobada en la sesión de 22 de febrero de 1611, para las obras del Colegio y
de su capilla199.
El número e maestros que aparecen en los padrones nunca es demasiado alto:
tres en 1605 (Cristóbal Fernández, en la calle de las Gradas, Pedro Ruiz, en la calle
Trinidad, y Juan de Tobar, en el Real Viejo); dos en 1627 (Francisco López, en la calle
Alaminos, y Cristóbal Fernández de la Cruz, en la calle de las Gradas); uno en 1642
(Campos, en la calle San Jorge); cuatro en 1673 (Bernabé Galindo, en el Real Viejo,
Salvador de Cantos, en la calle Trinidad, Copado, en la calle Cobatillas, y uno sin
identificar en el Puerto del Queso); y 3 a finales de siglo (Cristóbal Fernández Galindo,
en el Real Viejo, y Juan de Hita y Alonso de Robredillo en Las Peñuelas); pero ello no
196
A.H.M.Ú., F.P.N., Jorge de Biedm a, 616, f. 9.
197
A.H.M.Ú., F.P.N., Andrés López de las Vacas, 609, f. 83.
198
A.H.M.Ú., F.M., D.D., 35/11.
199
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 7, F. 420 (v).
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
120
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
quiere decir que todos impartiesen sus lecciones en este Colegio.
Pensamos que además de los que trabajaran en él debieron existir otros maestros
que ejercieran su profesión de forma independiente en distintos lugares de la ciudad,
posiblemente mediante contratos de aprendizaje para leer, escribir y contar200.
Lo que sí parece cierto es que el Colegio debió de estar en el Real Viejo por el
número de maestros empadronados en esa calle, y que los apellidados Galindo o
Fernández Galindo constituyen una auténtica dinastía de profesionales dedicados a
la enseñanza durante todo el siglo, como demuestran las demandas presentadas al
Cabildo reclamando el pago de los atrasos por personas que lo ostentan201.
En lo que se refiere a la organización, al plan de estudios, al número de alumnos,
a la elección de los maestros y al control que sobre ellos se ejercía, son reveladores,
aunque insuficientes, una serie de datos que sobre estos aspectos hemos encontrado.
Por la lectura de la toma de posesión como rector que por dos años realiza el
clérigo Andrés Jacinto Ruiz el 11 de febrero de 1611, el Colegio debía estar regido por
esta figura. En esta ocasión, en un pliego de condiciones escrito y firmado de su puño
y letra, se compromete a cuidar que los maestros cumplan con su obligación y enseñen
con caridad y amor de Dios, a que no se discrimine al rico del pobre, a no excusar que
hubiese «[...] saculiñas [...]», a asistir media hora al día y una tarde a la semana para
visitar a todos los niños y ver si aprovechaban en leer, escribir y contar y si los
pequeños entendían la doctrina cristiana, y a no permitir que los maestros viviesen en
la casa del rector202.
Sobre el número de alumnos sólo conocemos que en 1666 había mas de
doscientos a cargo de dos maestros de los que uno siempre eran considerado como
principal203.
Documento curioso por lo que nos aclara del nombramiento, incompatibilidades
y cese de los maestros, es uno de 29 de enero de 1615 en el que se obliga a Cristóbal
Hernández de la Cruz a abandonar su puesto y a renunciar a su salario de 20.000
maravedíes anuales por «[...] tener otros asuntos [...]». En el mismo, se sugiere darle
el puesto a Francisco de Aguirre por dos motivos: que había estudiado en el propio
200
Contratos de este tipo aparece, al m enos, en el siglo XVI.
201
No presentam os las referencias de estas dem andas por lo num erosas que son y porque para
com probarlo basta con ojear cualquiera de los libros de actas de Cabildo. Parece ser que adem ás del
sueldo, según consta en la sesión de 20 de febrero de 1683, tam bién se pagaba la vivienda [A.H.M.Ú.,
F.M., S.A.C., 29, f. 142 (v)].
202
A.H.M.Ú., F.P.N., Jorge de Biedm a, 616, f. 12.
203
A.H.M.Ú., F.M., D.D., 35/11. Se trata de una reclam ación de salario por parte de Cristóbal
Fernández Galindo.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
121
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Colegio y que lo niños ya le habían elegido como maestro204.
Lo que podíamos llamar «línea pedagógica» era, en parte, misión de los
comisarios: en el cabildo de 26 de septiembre de 1670 don Alonso de la Cueva se
queja airadamente del incumplimiento del trabajo del maestro Galindo por que
enseñaba a jugar a los niños...205.
Sobre el colegio de la Compañía, anejo al convento de Santa Catalina de la misma
orden, el estudio más completo realizado (en el que nos centraremos para nuestra
exposición) es el del padre jesuita Leonardo Molina García, basando principalmente
en tres obras manuscritas: Historia de la Compañía de Jesús en la provincia de
Andalucía del P. Juan de Santisteban, Historia de la Compañía de Jesús en la
provincia de Andalucía de Martín de Roa y una anónima Historia del colegio de
Úbeda206.
Aunque la presencia de los jesuitas en Úbeda es anterior, el colegio parece ser
que comienza a funcionar en el mes de septiembre de 1636 (año en que don Juan de
Monsalve y Sanmartín dona su herencia para dotarlo y el Concejo da tierras de La
Iruela con el requisito de que se mantuviesen las escuelas de primeras letras: leer,
escribir, contar y doctrina cristiana, con gran júbilo por parte de la población y recelos
de Baeza que ya contaba con uno207.
Era rector el padre Feliciano de Figueroa. Los primeros profesores: el toledano
Sebastián Romero de Quesada y el malagueño Pedro Morejón de Casares encargados
de dos clases de latinidad, junto con un prefecto de estudios, se ocupan de las nuevas
clases de gramática para muchachos, no para niños, pues San Ignacio no quería
colegios para éstos salvo en muy contadas ocasiones de las que una debió ser Úbeda.
Es de suponer que el calendario, el plan de estudios y las líneas metodológicas,
de acuerdo con la Ratio Studiorum208, fuesen semejantes a los de otros colegios.
Las clases se desarrollaban de septiembre a julio, con vacaciones en Navidad,
204
A.H.M.Ú., F.P.N., Andrés López de las Vacas, 609, f. 7 (v). Se trata de un inform e de los
com isarios del Colegio sobre los asuntos citados. En las Constituciones Sinodales del obispo Moscoso
se determ ina (libro I, título I, capítulo V) que los m aestros de gram ática o de escuela debían exam inarse
de doctrina cristiana adem ás de ser de probada virtud y suficiencia [Moscoso y Sandoval (1626/1787),
f. 6 (v)].
205
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 24, f. 238 (v).
206
Molina García (1990-1991).
207
Nos consta que en 1638 aún se realizan donaciones para este fin [A.H.M.Ú., F.P.N., Salvador
Garcés, 1.423, f. 279].
208
Gil (1992).
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
122
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Carnaval, Semana Santa, Pascua y Pentecostés. Los jueves por la tarde descansan
los alumnos de los cursos inferiores y todo el día los de los superiores.
En cuanto a los niveles educativos, posiblemente solo existieron los dos primeros
(y quizá no completos) de los tres en los que se organizaban:
a) Aulas de leer y escribir con varios grados: los que sólo conocen el alfabeto; los
que comienzan a unir las letras; los que comienzan a leer palabras; los que escriben
el alfabeto, a los que se les enseñará el Padre Nuestro, Credo, Salve...; los que leen
de corrido y escriben seguido las líneas; y los que leen latín rudimentariamente y
aprende de memoria la doctrina cristiana.
b) Estudios inferiores (cinco años): tres de gramática, uno de humanidades y uno
de retórica.
c) Estudios superiores (tres años): uno de lógica y matemática, uno de física y
ética y uno de metafísica, psicología y matemáticas superiores.
Las líneas metodológicas básicas se basaban en «[...] tres fases sucesivas. La
primera corresponde al profesor que facilita el aprendizaje con la preparación y
exposición de la lección. En la segunda el alumno trabaja para asimilar lo explicado.
La tercera, supone el encuentro del maestro y el estudiante en esta relación triangular
mediante la utilización de determinadas técnicas que permiten analizar, aplicar y crear
con el apoyo, la orientación y la confianza del profesor en el trabajo personal de su
alumno»209. Es decir, tres momentos que se autoimplican: prelección o variedad de
métodos para la explicación, repetición y aplicación en ejercicios prácticos; con la
utilización de técnicas y recursos muy novedosos: debates con moderador, horas
reducidas de estudio, utilización de los sábados para repasar, exámenes con utilización
de libros, celebración de concursos, representaciones teatrales, uso de la biblioteca,
etc.
Lo cierto es que el colegio prosperó y que a los pocos años de su puesta en
funcionamiento los alumnos procedentes de Úbeda son alabados por su preparación
en el vecino colegio de Baeza donde continuaban estudios de retórica210.
Asociado a las propias calamidades por las que pasa la ciudad, se mantuvo activo
hasta 1767 en que los jesuitas son expulsados.
En otro orden de asuntos, la adquisición de aprendizajes especiales, que no son
los puramente profesionales, también se regula en contratos firmados ante notario. Así,
209
Gil (1992), p. 50.
210
No queda suficientem ente claro qué tipo de alum nos atendió este colegio. Es de suponer que
a las aulas de lectura y escritura sí acudiesen de todos los grupos sociales (m ás cuando el Concejo
contribuía a su m antenim iento) pero en los estudios m edios difícilm ente las clases m ás desfavorecidas
tendrían posibilidad de continuar estudios.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
123
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
como ejemplos, un contrato de 1611 por el que el carpintero Bernardino de la Torre
pone a su hija Juana Martínez, de nueve años, a aprender canto llano con Miguel
Pascual por un período de dos años a nueve ducados anuales211 o la existencia de un
una escuela de canto en la Sacra Capilla del Salvador al menos desde 1576212.
Con todo, a la vista del gran numero de analfabetos con que nos encontramos en
los contratos de obra y en cualquier otro tipo de escritura, la educación en la Úbeda del
XVII no puede ni debe ser considerada de forma diferente a la de otros lugares del
Reino en el mismo período.
2.2.7.2. Cultura
Un acercamiento a la vida cultural de Úbeda en el siglo XVII supone cierto grado
de frustración por los escasísimos datos que sobre ella aportan los documentos de la
época. Quizá por la falta de interés, quizá porque realmente las manifestaciones no
fueron abundantes, quizá, simplemente, porque se han conservado pocos documentos;
lo cierto es que salvo en el caso de las manifestaciones culturales de carácter religioso
y alguna otra de carácter profano como el teatro, los toros, la música y la danza
(asociadas por otro lado casi siempre a lo religioso), son muy escasos los vestigios
llegados a nuestros días.
El teatro, entre todas las manifestaciones, sí debió alcanzar cierto esplendor y
cotidianidad porque en un ámbito poco documentado, como hemos dicho, un número
aceptable de referencias conservadas permiten reconstruir la vida teatral de la ciudad
en lo referente a la existencia de corrales de comedias y de compañías locales
estables y a la certeza de que Úbeda fue lugar de encuentro y de representaciones
asiduas por parte de compañías foráneas al hilo del esplendor que se produce de esta
manifestación artística en el Barroco y en la Contrarreforma.
Las primeras referencia que conocemos sobre los lugares en los que se realizaban
representaciones teatrales pertenecen al siglo XVI y son concretamente dos: la ermita
de Santa Catalina y una casa en las cercanías de la actual plaza del Ayuntamiento.
En el primero de los casos la pista se nos ofrece gracias al pleito mantenido por
los jesuitas con la cofradía de Santa Catalina para la instalación de su colegio, que
211
A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Góm ez, 931, f. 221.
212
A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Martínez de Arellano, 49, f. CCVII. Se trata de un contrato de
aprendizaje por el que un niño de nueve años habría de aprender durante ocho, canto llano, de órgano
y de m úsica al m ism o tiem po que vive en la propia iglesia.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
124
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
finalmente se consigue213, en el lugar ocupado por la ermita de la misma advocación
y, más concretamente, en el pliego de alegaciones que se presentan ante el obispo
Sarmiento para que decidiera. En él los jesuitas aducen que la ermita llevaba cerrada
varios años y que sólo celebraba culto en fechas muy señaladas; que el santero
vendía, junto a su mujer, afeites, ruecas y otros objetos que fabricaban; y que, además,
permitían que en el interior de la ermita se celebraban, previo pago de una entrada,
espectáculos de juglares como volatines o retablos214.
Más interesante quizá, por lo que supone ya de un lugar pensado expresamente
para representaciones teatrales, es el contrato subscrito en 1595 entre Juan de Rivera
y Luis Hernández en el que el primero arrendaba al segundo el derecho de paso y uso
de un portal en la entrada de su vivienda, para permitir que por él las mujeres pudiesen
acceder a la galería del patio de comedias como para que los cómicos pudiesen
cambiarse; concediéndose, además, el permiso para que un muro de la casa, frontero
con el patio, se pudiesen construir tres balcones para que las mujeres pudiesen seguir
las representaciones. Por los límites de la propiedad, el patio de comedias pudo estar
situado en alguna vivienda de la zona de las actuales plazas del Ayuntamiento y de
López Almagro o en la calle Lorenzo Soto215.
Ya en el siglo XVII, concretamente el 31 de octubre de 1610, de nuevo Luis
Hernández, declarándose calcetero y vecino de Úbeda en la calle de las Armas, se nos
presenta como propietario de un corral y parte de una casa que estaba labrada para
comedias en la Corredera. Ya con licencia real, conocemos que está obligado a abonar
una limosna estipulada, por cada función, como ayuda a los niños expósitos; y que en
el corral no solo se representaban comedias, sino también regocijos como volatines,
títeres, juegos de manos, voladores y muestras de fieras y bestias216.
Finalmente, en lo que se refiere a los locales de representación, en la sesión del
Cabildo de 5 de febrero de 1611, se presenta una Real Provisión por parte de los
hermanos del hospital de Nuestro Señor Jesucristo, de la Orden de San Juan de Dios,
213
A.H.M.Ú., F.P.N., Antón de Cazorla, 33, f. CXXVI. Se trata de la concordia (1582) entre la
Com pañía de Jesús y la cofradía de Santa Catalina por la que ésta cede la erm ita a aquélla con la
condición de m antener la advocación, de celebrar la fiesta de la Santa y de perm itir que la propia cofradía
realizara tam bién la suya según era costum bre.
214
A.H.M.Ú., F.J., 46/13.
215
A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel de Mérida, 164, f. CCCLVIII (v). Luis Hernández piensa y actúa com o
un autentico em presario en 1596 al conceder un poder al m adrileño Gaitán Aristoi para solicitar licencia
real para poder realizar representaciones teatrales en este local [A.H.M.Ú., F.P.N., Miguel de Mérida, 29,
f. 80].
216
A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Sánchez, 1.176, f. 566 (v) y 578.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
125
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
por la que se reconoce que venían haciendo representaciones de comedias en el
propio convento y por la que se les autorizaba a continuar con ellas. El Concejo, ante
ello, también les autoriza a utilizar sus dependencias, presumiblemente el claustro,
para representar comedias porque las recaudaciones se utilizaban con fines benéficos
y porque el lugar reunía las condiciones necesarias de bondad, comodidad y decencia,
ya que hombres y mujeres, tanto caballeros como los demás, tenían diferentes puestos
y entradas y permanecían sin juntarse una vez dentro217.
A la vista de estos documentos, podemos afirmar que Úbeda no sólo contó con
lugares apropiados para realizar representaciones teatrales sino que además estos
resultaban ser idóneos para la mentalidad de la época. Y es que, en efecto, los
corrales de comedias se estructuraban atendiendo a una marcada jerarquización y
utilización de los espacios según el sexo y la condición social, distinguiendo zonas
reservadas a los caballeros y a la gente del Común y a las mujeres y a los hombres
desde el mismo momento de la entrada218.
La presencia de compañías estables en la propia ciudad podemos inferirla de un
único documento, pero muy significativo. Se trata de un contrato del 23 de marzo de
1611 por el que Alejo Guijarro, vecino de la calle de los Molinos, se compromete con
los comisarios del Corpus a la representación de una comedia el día 2 de junio,
celebración de la festividad, por 26 ducados. El compromiso se concreta, además, en
una representación previa ante los justicias y caballeros veinticuatros a mediados del
mes de mayo219.
Además de compañías, también sabemos de autores de comedias residentes en
Úbeda. Es el caso de Francisco Fernández Galindo, que el 13 de noviembre de 1622
entrega, en nombre de Juan Sevillano, vecino de Jaén, 630 reales a Francisco Jiménez
de la Estrella, vecino de la misma ciudad, como pago de una deuda220.
Más numerosas son las referencia que nos indican la presencia de compañías de
comedias actuando en Úbeda, pero procedentes de otros lugares, posiblemente por
estar en el camino de ciudades más importantes como Granada, Córdoba, Sevilla y
Madrid, pero también por la propia importancia y entidad de la ciudad y del público
217
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 6, f. 414.
218
El patio, la cazuela, los bancos y las gradas eran localidades destinadas a las clases
populares; el desván o tertulia, a los doctos; los aposentos o rejas, a las clases distinguidas; y las
oficiales, a las autoridades.
219
A.H.M.Ú., F.P.N., Jorge de Ventaja, 616, f. 13.
220
A.H.M .Ú., F.P.N., Blas González de Asarta, 541, f. 442. Por la coincidencia del nom bre es
posible que este Francisco Fernández Galindo esté em parentado con los m aestros del m ism o apellido
de los que hem os hablado en el apartado de educación.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
126
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
asistente.
Como documentos de interés, entre otros varios, vamos a destacar sólo cuatro por
la información que contienen alrededor del mundo del teatro: un reconocimiento de
deuda (1608) por parte del autor de comedias Alonso de Heredia, que da pie a la
realización de un completísimo inventario de los enseres de la compañía; la
contratación (1636) de todos los componentes de una compañía de comedias por parte
de Francisco Pinelo; la carta de pago (1639) que acepta el autor de comedias de
Madrid Juan Bautista de Espínola por una representación hecha en Baeza; y el
contrato de la compañía de Agustín Coronel para las fiestas del Corpus de 1643.
El 18 de agosto de 1608, ante la deuda de 5.470 reales que Alonso de Heredia,
autor de comedias vecino de Madrid, mantiene con Juan de la Cruz, vecino de
Sanlúcar, se realiza en Úbeda un inventario de los bienes de la compañía (suponemos
que porque había actuado en la ciudad o porque en ella el reclamante de la deuda
pudo localizarla) que nos permite conocer el gran número de enseres que componían
el vestuario y tramoya de las compañías de comedias del siglo XVII: sayos, ropas,
capas, reposteros, sombreros, caperuzas, coletos, pelucas, calzones, vestidos, gorras,
jubones, chapines, basquiñas, mantos, joyas, objetos de plata, etc.221
Este documento ratifica, además, la certeza de que las compañías de comedias,
incluso las de la legua, eran tremendamente cuidadosas en los detalles escénicos de
sus representaciones buscando el máximo realismo.
Más curiosos aún son, para conocer de qué manera estaba formada una
compañía, una serie de documentos fechados en febrero de 1636 por los que
Francisco Pinelo, autor de comedias (también aparece su mujer Inés de Hita con la
misma categoría), contrata a toda una compañía por el período de un año al haber
cumplido, suponemos, sus contratos anteriores durante la estancia en Úbeda de la
misma. En concreto contrata a Gregorio de Ayala, para el gracioso de entremeses,
comedias y bailes; a Diego Gasco, para lo que ordenare el autor; a Atanasio de
Góngora, para primeros y segundos papeles; a Francisco López, para la música; a
Alonso Jiménez, para representar, cantar y lo demás; a Francisco de Olmedo, como
apuntador; y a Damián Espinosa y Elvira de la Gasca, su mujer, para actuar, cantar y
bailar222.
Con la misma fecha, Pinelo da su poder a Damián Espinosa y a Elvira de la Gasca
para ir a Madrid y concertar obras para la festividad del Corpus, allí o donde fuere
221
A.H.M.Ú., F.P.N., Juan de Cotillas, 763, f. 394 y ss. En el docum ento aparece María de Rojas
com o m ujer de Alonso de Heredia. El inventario com pleto de los cuatro arcones en los que se guardaban
la totalidad de enseres y objetos puede verse en el apéndice docum ental nº 7.
222
A.H.M.Ú., F.P.N., Rodrigo de Jerica, 489, ff. 70, 70 (v), 71, 71 (v), 72, 73 y 74.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
127
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
menester, y para contratar compañeros comediantes223.
La demostración de que las comedias se podían contratar y pagar en lugares que
no eran los de la representación (sin duda por el carácter ambulante de las compañías)
queda demostrada con el documento anterior, pero también con el presentamos a
continuación. Se trata de una carta de pago por mil trescientos reales, fechada el 5 de
junio de 1636, por la que Juan Bautista de Espínola, autor de comedias y vecino de
Madrid, se da por contento y pagado de la parte que le quedaba de los dos mil en que
contrató la representación de una comedia, bailes y entremeses en el Corpus de Baeza
y Octava del mismo año224.
En qué consistían las representaciones asociadas al Corpus queda de manifiesto
con el último documento.
Se trata de la obligación que la compañía de Agustín Coronel realiza el 17 de abril
de 1643. Por ella, él y su compañía, formada por Tomás Díaz, Juan González, Pedro
de Salvador, Felipe Antonio, Diego Jiménez, Onofre Pascual, Diego de Balbaseda,
Juan de Larrecal, María de Coronel, Jerónima de Coronel, Bárbara de los Santos,
Polonia María, Alfonsa de Castro y dos más, se comprometen a hacer en Santa María,
por la mañana, un auto sacramental con saraos (dos bailes y un entremés), a asistir
en el paseo de la procesión hasta volver a la iglesia haciendo bailes en los tablados
que hubiere dispuestos, y a representar, por la tarde, una comedia con entremés y
bailes junto a las Casas del Cabildo; y todo por doscientos ducados: 1.500 reales antes
de las representaciones y 700 después225.
Así pues, la localización de lugares estables para representar comedias, la
existencia de compañías y de autores locales, y la continuada presencia de compañías
foráneas, nos habla sin ningún tipo de dudas que el teatro en todas sus modalidades
y géneros fue algo habitual y muy arraigado en la cultura ubetense de todo el siglo,
bien con fines benéficos, comerciales o religioso-festivos.
Los toros van siempre asociados a celebraciones y festividades religiosas (Corpus,
celebraciones de los titulares de las cofradías, feria de San Miguel...) y son organizados por el Concejo (mediante la figura de los comisarios de la fiesta) y por cofradías.
La plaza del Mercado es el lugar de celebración de los festejos por excelencia, pero
sabemos que también se celebraron en la de los Olleros y en la de Toledo, en recintos
levantados al efecto con el fin de evitar la huida de los animales y de disponer de
localidades; aunque también es cierto que otras muchas se consiguen mediante el
223
A.H.M.Ú, F.P.N., Rodrigo de Jerica, 489, f. 76.
224
A.H.M.Ú., F.P.N., Francisco de Cotillas, 764, f. 53.
225
A.H.M.Ú., F.P.N., Juan de la Torre, 124, f. 54.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
128
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
aprovechamiento de los balcones y ventanas de los edificios que rodean el espacio
público226 o, incluso, mediante la construcción de estructuras arquitectónicas pensadas
con estos fines. Este es el caso de la galería alta de las Casas del Cabildo, destinado
a las autoridades, o del llamado Tabladillo de la parroquia de San Pablo, ambas en la
propia plaza del Mercado.
Que sepamos, en los festejos taurinos, se emplearon básicamente dos modalidades de lidia: la del capeo y la de la garrocha; con un número de toros que casi siempre
ronda los ocho ejemplares y a veces llega a los dieciséis o más227.
La manifestaciones musicales, a la luz de las referencias encontradas, se
caracterizan por una sacralidad casi exclusiva, desarrollándose en el ámbito de las
iglesias y de las fiestas religiosas.
Por el número de maestros de música censados en los padrones, sabemos de la
existencia de al menos tres capillas de música: la de la Colegial, la de la Sacra Capilla
del Salvador y la del hospital de Santiago, pero seguramente en todas las parroquias
existieron especialistas en canto y órgano.
La presencia de músicos y danzantes en las procesiones y festividades religiosas
es algo tan consustancial a la misma celebración que sin este elemento no podría
comprenderse. Los contratos de grupos de músicos, por ello, menudean a lo largo de
todo el siglo; incluso van desde Úbeda a otros lugares. De esto último son ejemplos
dos referencias: un contrato de 1602 para ir a cantar y bailar a Castellar de Santisteban
en las fiestas del Santísimo228 y una carta del Obispo al Concejo, de la que se da
cuenta en la sesión del 8 de marzo de 1691, solicitando se dé permiso a los músicos
del Salvador para asistir a las funciones para las que fuesen reclamados229.
El papel que desarrollaba la música dentro de las celebraciones religiosas puede
quedar de manifiesto en el compromiso que el maestro Francisco del Mármol, de la
capilla de música de la Colegial, realiza para asistir a la fiesta del Santísimo de 1643:
habría de «[...] poner en per/feçión un coloquio o acto sacramental [...]». Si los
comisarios no se lo entregaren, el maestro lo haría o buscaría durante el mes de
febrero; además, éstos, proporcionarían para cada muchacho «[...] un baguero de la
226
Com o ejem plo valga el arrendam iento que en 1647 realiza el hospital de San Pedro y San
Pablo, situado en la plaza del Mercado, de seis arcos para unos festejos taurinos [A.H.M.Ú., F.P.N.,
Antonio de Paravayón, 679, s.f.].
227
Este es el caso del festejo celebrado los días 25 y 26 de septiem bre de 1623 [A.H.M .Ú.,
F.P.N., Bartolom é Fernández de Cárdenas, 895, f. 788].
228
A.H.M.Ú., F.P.N., Alonso Sánchez, 560, f. 102.
229
A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 30, f. 170.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
129
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
tela que quisieren y un sombre/ro, calças y çapatos [...]» para los que salieren de
hombres. Por todo cobraría cuarenta ducados230.
No tenemos ningún dato sobre el desarrollo y extensión de la música profana, pero
debió existir.
La constancia de dos únicos libreros: uno en 1615, Francisco Burlete, ya difunto231
y otro, Simón de Ogállar, censado en el padrón de 1696 en la colación de San Nicolás,
en La Coronada232, parecen demostrar una falta de interés más o menos generalizada
de los ubetenses del siglo XVII por la lectura. Ni siquiera en los testamentos y
particiones de bienes abundan las partidas de libros, siendo, además, en la escasísimas ocasiones en las que aparecen, de carácter religioso o profesional.
2.2.7.3. Fiestas y fastos religiosos
Durante el siglo XVII, también durante el XVI y parte del XVIII, Úbeda, como
ciudad de cierta importancia en el conjunto de las del Reino, no podía quedar a un lado
en la exaltación callejera del fervor religioso que tan manifiestamente se desarrolló a
raíz del Concilio de Trento.
De esta forma, la celebración principalmente de festividades religiosas como el
Corpus Christi y la Inmaculada; o en honor del titular de las cofradías constituidas o
que van a ir constituyéndose; o de las numerosas canonizaciones que se produjeron
en el siglo XVII; o de otras religioso-profanas, caso de las exequias reales; o
abiertamente profanas como los toros o espectáculos teatrales (aunque suelen ir
ligadas a las primeras); propiciaron durante este período no sólo la habilitación de
espacios para su celebración, sino también la realización de invenciones, de
estructuras perecederas construidas ex profeso.
Las noticias comienzan a menudear conforme nos aproximamos al último tercio
del siglo XVI para llegar a ser francamente abundantes en el XVII, razón que invita a
pensar que en el primero de los momentos no debía ser infrecuente el uso de la
arquitectura efímera, pero que la escasez de referencias documentales al respecto
podría venir motivada, entre otras razones, por la poca riqueza del montaje escénico
que, al aumentar de volumen y costo, haría más frecuente la necesidad de ligar
jurídicamente a las partes contratantes.
Trataremos el fenómeno festivo desde el punto de vista de reconstrucción histórica
230
A.H.M.Ú, F.P.N., Juan de la Torre, 124, f. 16.
231
A.H.M.Ú., F.P.N., Rodrigo de Jerica Arellano, 1.082, f. 276.
232
A.H.M.Ú., F.M., S.P.R., 30/2.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
130
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
en el capítulo de realizaciones, ahora presentamos una serie de lo que podríamos
llamar características generales (comunes, en su mayoría, al fenómeno festivo de la
España barroca), unas más evidentes: organización, costos, escenario y recorridos,
orden, elementos, espacios festivos...; otras más ocultas: sentido, iconografía y
simbología; que nos permitirían un conocimiento más profundo de tema, principalmente de la conmemoración del Corpus, sin lugar a dudas la fiesta de mayor importancia
por su significado y por la cantidad de recursos que movía.
Las que podríamos encuadrar en el primer grupo son claras. Así, las fiestas son
promovidas por la Monarquía y la Iglesia que ordenan mediante cartas y pragmáticas
a los cabildos y clero locales la organización, a través del nombramiento de comisarios
de la fiesta, de los más dispares acontecimientos que van, como hemos visto, desde
el recibimiento de una reina, hasta la muerte de un rey o la manifestación del Santísimo
en una nueva iglesia.
Tampoco las cofradías y las órdenes religiosas se amilanaron a la hora de celebrar
acontecimientos importantes como las canonizaciones y el día de sus titulares,
implicándose también en estas ocasiones el Cabildo.
La financiación de la fiesta corre a cargo de la entidad que organiza. En el caso
del Cabildo, para el Corpus, el dinero se obtiene por lo general de la sisa del pescado
por facultad concedida por el Rey233. Resulta curioso como en un siglo como el XVII,
especialmente caracterizado por las crisis económicas, no se escatimaban recursos
para la celebración de cualquier tipo de festividad, sin duda, como veremos más
adelante, porque los beneficios que se derivaban de la celebración compensaban con
creces cualquier tipo de gasto que se hiciese y los esfuerzos para conseguir el dinero
que era necesario, utilizando cualquier medio de financiación234.
Una de las principales característica de la fiesta barroca es su celebración en la
calle. Úbeda, que no podía ser ajena a esto, amén de los actos que pudieran
celebrarse en el interior de los templos en determinadas fiestas o fastos religiosos,
también se acogió a esta peculiaridad.
En lo que se refiere al Corpus, queda claro que la procesión, principal acto del día,
partía de la Colegial para desarrollarse por la plaza de Santa María, plaza de Abajo,
233
Así consta en num erosas actas de Cabildo del A.H.M.Ú. Es especialm ente interesante la de
29 de septiem bre de 1690 al especificar que se libraban 400 ducados, com o era costum bre, obtenidos
a razón de dos m aravedíes por libra de pescado y rastrojos del sitio de la ciudad. [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C.,
30, f. 74]. En este m ism o sentido tam bién destacam os la existencia de un cuaderno de sisas sobre la
venta del pescado, de 1650), para sufragar los gastos de la fiesta del Corpus [A.H.M.Ú., F.M., D.D., 52/2].
234
El hecho de que el Concejo costee la fiesta, m arca la presencia del escudo de la ciudad y de
la im agen de San Miguel, su patrono, com o uno de los m otivos decorativos que m ás se repite en las
construcciones efím eras.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
131
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
Real y plaza de Toledo, para, posteriormente volver al lugar de partida235. Este
recorrido es el que se decora con altares, arcos, puertas, etc., aunque parece ser que
es en la plaza de Santa María donde se culminaba todo con el punto final de los fuegos
de artificio, y el que se llena de tablados para las actuaciones de danzantes.
En cuanto a la procesión en sí y a los elementos de la fiesta, sin importar de la que
se trate, parece ser que son siempre los mismos. La procesión debía resultar
tremendamente espectacular por el numero de personas que la integraban (clero,
cofradías, gremios, regidores...236), suponemos que lujosamente ataviadas y en un
riguroso orden de colocación que no dejó de causar numerosas disputas a lo largo de
todo el siglo237, y por otros elementos como los carros triunfales, las tarascas, los
danzantes, los músicos...
Elementos también importantes dentro de la fiesta fueron el teatro, las justas
poéticas, los festejos taurinos, los fuegos de artificio y la propia participación del público
en todos y cada uno de los actos no sólo como espectador sino como participante
activo que ayuda en la preparación de la fiesta y luego disfruta de ella.
Además del Corpus, la Candelaria y la Concepción no faltan ningún año en la cita
anual de celebraciones religiosas. En estos casos también costea el Concejo pero con
menos dinero238.
Con independencia de las aportaciones que en este sentido estudiaremos en el
capítulo de realizaciones, puede ser esclarecedora la descripción que Ruiz Prieto,
basándose en un cronista que no identifica, hace de las fiestas celebradas en 1655 por
la declaración del patrocinio de Nuestra Señora la Santísima Virgen, que organizaron
los comisarios don Juan de Carvajal y Mendoza y don Juan de Medinilla, veinticuatros:
235
Este recorrido parece ser el tradicional. Con todo, por referencias encontradas, sabem os que
en algunos años debió cam biarse. En este sentido apunta el hecho de que en la sesión del Cabildo de
27 de septiem bre de 1641 se acordara que la procesión volviera a pasar por el Real, com o siem pre, y
no por la Rúa y por la calle de don Pedro de los Cobos com o había ocurrido en el año anterior [A.H.M.Ú.,
F.M., L.C. Libro 11, f. 114 (v)]. En el m ism o sentido apunta la petición que el 12 de m ayo de 1643 se hace
al señor Obispo para que la procesión fuese por el Real arriba. [A.H.M.Ú., F.M., L.C. Libro 12, f. 93].
236
Los regidores debían asistir a la procesión con cera y hachas y se tenían m uy en cuenta las
faltas. En el acta del Cabildo de 4 de junio de 1640, precisam ente, aparece una relación com pleta de los
que no hicieron acto de presencia [A.H.M.Ú., F.M., S.A.C., 10, f. 55 (v)].
237
Los ejem plos que sobre ello presentan las actas capitulares y otras fuentes docum entales son
abundantísim os.
238
Así, la de la Concepción oscila entre los doscientos y los trescientos cincuenta reales en
diversos acuerdos capitulares. No podem os dejar pasar por alto que ya en 1615, a petición del convento
de San Francisco, el Concejo apoya con una carta la Lim pia Concepción de María [A.H.M.Ú., F.M.,
S.A.C., 8, f. 37 (v)].
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
132
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
«[...] hubo una fam osa m ascarada, en que iban don Quijote de la Mancha y Sancho
Panza, el Rey que Rabio, Maricastaña y la Tía Marizapalos, presididos por otro vestido a lo
antiguo y con m uchas caras en el vestido. Los dem ás sujetos, ridículam ente ataviados,
m ontados todos en borricas cargadas de cencerros, y dos negros vestidos de encarnado con
sus clarines. Después seguía una cuadrilla de gente de la calle Valencia, de doce, vestidos
de turcos con m ucha gala y riqueza.
»Otra tercera fue de doce labradores de cáñam o vestidos a la francesa con m ucho
adorno y riqueza y caballos enjaezados. La cuarta, doce m alteses del grem io de sastres, que
en sus galas excedieron su oficio, la quinta fue de doce cardenales (los labradores del cam po)
llevando en una litera al Santo Padre. La sexta fue de los doce leones de la ciudad, vestidos
con pieles de este anim al, coronados con coronas de oro, presididos por San Miguel en su
carro triunfal, con una copia de m inistriles. Cada uno de los leones llevaba una tarjeta en la
m ano declarando a su señor, con las inscripciones siguientes: 1º Soy don Pedro Dávalos, uno
de los de Algeciras
239
, que a todos m i nom bre adm ira. 2º Gonzalo Hernández de Molina, soy
de m i casa blasón, porque soy fuerte león. 3º Gil Martínez de Cueva soy el héroe fam oso, león
fuerte y valeroso. 4º Soy Juan Alonso Mercado, león ram pante y valiente, el terror de la gente.
5º Juan Sánchez Trapera soy, según lo dicen sonoros en Algeciras los m oros. 6º Sepan soy
Diego Mexía, el león m ás esforzado, galán, valiente y honrado. 7º Juan Sánchez de Aranda
soy, el león m ás verdadero y de m i casa el prim ero. 8º Pero Rodríguez de los Covos, soy león
m uy valeroso y ser valiente es forzoso. 9º Alonso Porcel m e llam o, y pueden decir con razón
que soy valiente león. 10º Soy Alonso Sanm artín, y de m i casa cabeza, por m i valor y nobleza.
11º Benito Sánchez del Castillo, el que sin socorro, quite la vida a un m oro. 12º Pero Gil el
desgraciado, sin dejar de Dios la ley, soy por servir a m i rey.
»El lunes siguiente hubo corrida de toros en la que se capearon veinte, luciendo m ucho
los toreadores de a pie. El m artes, celebróse otra corrida en la que hubo veinte toros de
m uerte, saliendo a torear don Cristóbal Mexía y Sanm artín, don Fernando Ortega y Megía,
don Luis de la Cueva y Guzm án, don Juan de Rivera y Quesada, caballero del hábito de
Santiago, llam ado el tuerto, y don Gerónim o de Narváez Chirinos, luciéndose todos por su
gallardía y destreza. La fiesta tuvo lugar junto a la puerta del foso»
240
.
Igualmente representativa resulta ser la descripción de la fiesta que se realiza con
motivo de la canonización de San Ignacio de Loyola:
«En este m ism o tiem po se celebró m agníficam ente la beatificación del fundador, Ignacio
de Loyola, con “fiestas, lum inarias, fuegos y otros juegos que se hicieron; en especial las
capillas de Santiago y el Salvador”. D. Lope de Molina sacó una m áscara de estudiantes “m uy
curiosa y vistosa. Pero la que salió de noche de caballeros desta ciudad fue una de las
m ejores que se han visto en España con invenciones m uy particulares y dos herm osos carros
triunfales. Los vestidos todos de dam asco, tafetán doblado y telillas de oro y plata...”. Otra
239
Se hace referencia al sitio de Algeciras, en el reinado de Alfonso XI, en el que según la
tradición doce caballeros de Úbeda lucharon en desafío con otros tantos m usulm anes a los que
vencieron. La hazaña se perpetua con la presencia de doce leones en el escudo de la ciudad.
240
Ruiz Prieto (1906/1982), pp. 531-532.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
133
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
fiesta aquel día en la que “sacaron un herm oso carro de N.S. Padre en m edio de un sol
alum brando indios y japoneses en cuyo traje salió la cuadrilla”. Otra carroza “con un carro de
esculapio que descendió fuego del cielo para dar vida al hom bre m uerto, com o hizo nuestro
Padre”»
241
.
En los que se refiere al segundo grupo de preguntas, ¿qué sentido tenían las
fiestas? ¿que simbología encierra cada uno de sus elementos?; también las
contestaciones son claras.
Con respecto a la primera pregunta, parece evidente que la fiesta se usó, en
opinión de Escalera Pérez, «[...] como instrumento de poder, de ostentación y de
catarsis social [...]»242 que servía de liberación a un pueblo cargado de penalidades, de
diversión y de instrumento de persuasión en manos del poder a través de una continua
incidencia en los sentidos del oído (música, campanas, salvas...); de la vista (trajes,
decorados, luminarias, espectáculos teatrales y taurinos, danzas...); del olfato
(incienso, flores, plantas aromáticas, cera...); y del gusto (comida, bebida...).
Finalmente, la simbología de todos y cada uno de los elementos de la fiesta
barroca aparecen de manera clara en la Úbeda del XVII. Así, los temas eucarísticos
y la escenificación del triunfo del bien sobre el mal y de la virtud sobre el pecado,
representados de múltiples maneras (negros, indios, franceses, serpientes, dragones,
diablos...), son los más evidentes.
2.2.8. RECAPITULACIÓN
Nos encontramos, pues, con una ciudad que en poco mas de un siglo (1598-1700)
pasa de la prosperidad y de la expansión de la centuria anterior a una profunda
recesión, en sincronía con lo que es la historia de España del mismo período, que la
transforman en una entidad calificable como de segundo orden; sumida en una
situación de decadencia que se prolongará hasta bien entrado el siglo XIX, en que
nuevamente aparecen claros signos de recuperación en lo urbanístico, económico y
social que la convierten en el centro más próspero de la comarca de su nombre hasta
nuestros días.
Este es el marco que va a acoger una actividad artística que en ningún momento
fue ajena a un progresivo deterioro, pero que supo mantenerse por encima de todos
los condicionantes y lograr que Úbeda sea, a pesar de todos y cada uno de los graves
241
242
Molina García (1990-1991), nº 50, p. 24.
Escalera Pérez (1994), pp. 11 y ss. En la presentación de estas ideas seguim os sus
opiniones.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
134
ARTE Y ARTISTAS EN LA SOCIEDAD UBETENSE DEL SIGLO XVII: EL MARCO
____________________________________________________________________________
atentados que ha sufrido contra su patrimonio, una realidad única e irrepetible en el
panorama artístico español.
Asociación Cultural Alfredo Cazabán Laguna
135
Descargar