441 Emilia Pardo Bazán en La Nación de Buenos Aires: de la paternidad colonial a la fraternidad hispanoamericana María Vicens Universidad de Buenos Aires, CONICET E s difícil resumir la vida y obra de una mujer que ha escrito tanto como la condesa María Emilia Pardo Bazán: no hace falta más que dar una mirada a los 43 tomos de sus Obras Completas, editadas entre 1891 y1922, para empezar a tener una dimensión de la versatilidad y voluminosidad que la coruñense dejó como herencia literaria, ya sea a través de sus numerosas novelas, notas periodísticas, ensayos y conferencias. Dentro de este verdadero universo textual, las crónicas que la escritora publicó en el diario porteño La Nación han recibido una acotada atención en los últimos años, a partir de los trabajos de compilación de María del Carmen Porrúa (1989), Cyrus DeCoster (1994) y Juliana Sinovas Maté (1999), centrados más en el rastreo y análisis específico de esas fuentes, que en una interpretación global sobre las posibles implicancias de estos intercambios entre la literata española y el periódico argentino. Más allá de que en la vastedad de la obra de Pardo Bazán estas crónicas parezcan un fragmento reducido, este corpus periodístico argentino1 de la escritora resulta sumamente significativo a la hora de pensar las relaciones entre Latinoamérica y España, de particular intensidad a finales del siglo XIX. Según la compilación más completa que existe hasta el momento de este corpus (Sinovas Maté, 1999), Pardo Bazán publicó colaboraciones en La Nación entre 1879 y 1921, año de su fallecimiento. Este extenso periodo de tiempo se divide claramente en dos momentos: una primera etapa entre 1879 y 1909 que Sinovas Maté (1999) llama “esporádica”, en la que el periódico reproduce colaboraciones de la novelista ya publicadas en otros medios europeos, y una segunda, entre 1909 y 1921, en la que Pardo Bazán es contratada 1 Es necesario aclarar en este punto que la participación de Pardo Bazán en la prensa periódica argentina no se limita al diario de la familia Mitre, sino que también existen referencias bibliográficas sobre numerosas colaboraciones de la española publicadas en periódicos como El Correo Español (Sinovas Maté, 1999, 36) y La Prensa (Mogillansky, 2004, 98). En el terreno latinoamericano, también hay una edición de sus colaboraciones en el periódico cubano Diario de la Marina entre 1909 y 1915 (Heydl-Cortínez, 2002). 442 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR como colaboradora y escribe directamente para el público argentino. Este trabajo se centrará en la primera etapa por razones de extensión, aunque se harán algunas referencias generales a su segundo periodo. Esta etapa inicial nos interesa porque, a pesar de no estar escritas específicamente para La Nación, esas primeras notas se relacionan con una serie de problemáticas centrales en el campo cultural argentino de los 80 y 90, como el avance de la novela naturalista, los crecientes reclamos de derechos femeninos y la emergencia del hispanoamericanismo como espíritu de época. Así, el diario y la escritora recontextualizan estas notas periodísticas y trasnacionalizan sus planteos, fortaleciendo una red de tópicos e influencias literarias entretejida entre España y Argentina, que ganaría protagonismo en el período de entresiglos. ¿Cuál es el atractivo que La Nación ve en Pardo Bazán? ¿Qué impacto tiene su figura de literata en el contexto local? ¿Por qué le interesa a la novelista escribir para un público tan lejano como el argentino? Estas son algunas de las preguntas que funcionan como disparadores del siguiente análisis, cuyo objetivo principal es situar la influencia de la escritora coruñense en el campo cultural hispanoamericano de entresiglos. A partir de esta periodización general, surge una primera observación respecto a la dinámica entre La Nación y Pardo Bazán: en un principio, es el diario el interesado en la obra de la escritora, y no necesariamente al revés. Este es un dato central a la hora de analizar cuáles son los textos que el periódico elige publicar de la coruñense y pensar qué relevancia tiene la figura de la literata en la Argentina de ese periodo. Las colaboraciones que el diario de los Mitre reproduce de periódicos españoles y franceses son veintitrés, en general no están enmarcadas por una explicación de quién es su autora y alternan temáticas polémicas como la introducción del naturalismo en España y la aceptación de las mujeres en la Real Academia, con crónicas de costumbres que tratan sobre la invención de la pollera-pantalón y el uso de sombreros en el teatro. También se incluyen referencias a obras en preparación y prólogos de dos de sus libros (La cuestión palpitante, de 1883, y La Quimera, de 1905). Esta breve descripción ya ofrece algunas pautas sobre el atractivo de Pardo Bazán para La Nación: la selección muestra a la coruñense como una colaboradora de prestigio, que no necesita presentaciones ni justificaciones para ser publicada, y cuyas opiniones interesan en una amplia gama de temas. En este punto, se puede señalar cierto deslizamiento entre las notas que el periódico elige reproducir en una primera época y las colaboraciones que la novelista enviará a partir de 1909: mientras de las primeras emerge una imagen de Pardo Bazán como una literata en ascenso (su primera novela, Pascual López: autobiografía de un estudiante de Medicina, fue publicada en 1879), cuyos textos buscan intervenir fuertemente en los debates litera- ANEXO DIGITAL 443 rios y culturales del momento; sus crónicas como colaboradora alternarán sus opiniones literarias con reseñas de modas, fiestas de la corte española y eventos sociales y artísticos en Madrid y París. En estos textos, Pardo Bazán se posicionaría como una guía del mundo civilizado que ofrece a un público argentino, cosmopolita y ávido de noticias europeas, las novedades de la high life europea, esquema que entraría en crisis con el estallido de la Primera Guerra Mundial y el turbulento periodo de posguerra. De la paternidad a la fraternidad La atención que Pardo Bazán otorgó tempranamente a las naciones del otro lado del Atlántico fue un rasgo que la distinguió a ella y a integrantes de la llamada Generación del 98 de sus contemporáneos, quienes, según sus críticos, todavía identificaban a los países americanos con la colonia. Según señala Ana María Freire López (2006), el interés de la escritora por América Latina se relaciona con su postura crítica respecto a la guerra con Cuba en 1898 y se refleja especialmente en sus textos de prensa, sobre todo los publicados en las revista españolas La Ilustración Artística, La España Moderna y El Imparcial durante el período de entresiglos. Estos artículos se insertan en un contexto de redefinición de las relaciones entre España y América, vinculado con la pérdida de su últimas colonias, la creciente emigración europea hacia los jóvenes países americanos, la progresiva visión de Estados Unidos como una amenaza expansionista en la región, así como la fundación de múltiples asociaciones y la organización de diferentes congresos para festejar los cuatrocientos años de la llegada de Colón a América. En esta atmósfera progresivamente hispanoamericanista, Pardo Bazán no dudaría en afirmar en 1900, mientras visitaba la Exposición Universal de París: Como interesan al hermano mayor que se quedó solo, sujeto a la casa paterna, los destinos del hermano aventurero y joven que cruzó el mar en busca de fortuna y gloria, nos interesa a nosotros el progreso de América Latina, en todo caso y en este certamen. No sé si nos expresábamos con exactitud al llamar hijas a esas repúblicas; hoy, en efecto, es hora de dejarse de paternidades e inaugurar la fraternidad (Freire López, 2006, s/p).2 Esta re-afiliación con Latinoamérica se vincula, según Guadalupe Gómez-Ferrer Morant (1998), con las críticas que la novelista dirige a su 2 La cita corresponde al artículo “La América Latina”, publicado en el periódico español El Imparcial, el 7 de septiembre de 1900, mientras la novelista se encuentra cubriendo la Exposición Universal de París como enviada del diario. Las crónicas publicadas durante esta visita también están compiladas en Cuarenta días en la Exposición, volumen 21 de sus Obras Completas, editado en 1900. 444 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR propio país, inmerso en una crisis política que, para Pardo Bazán, se debe a la falta de una clase dirigente que interprete las necesidades del pueblo y a una generación de letrados que se muestra “indiferente” a las “desdichas de España” (Gómez-Ferrer Morant, 1998, 144). Frente a este contexto de crisis, Latinoamérica (y especialmente los países del sur como Argentina) emerge como un verdadero oasis para la literatura española. Son naciones jóvenes, en crecimiento y con bríos modernizadores, que ofrecen un atractivo mercado para los escritores y las escritoras de la vieja madre patria, convertida ahora en hermana. Así lo afirma la propia Pardo Bazán en el artículo “El movimiento literario en España”, reproducido por La Nación el 29 de junio de 1898, en el que la novelista identifica a los/as lectores/as latinoamericanos/ as como la condición de posibilidad de la literatura española contemporánea: En estos dos últimos años, la novela vive todavía porque la lengua española se habla en los Estados de América del Sur, porque ese mercado sostiene su producción, no sólo en el sentido material de la palabra, sino también en el sentido moral, pues al escritor no le basta ser comprado; quiere también ser discutido, ser leído; y esta necesidad, este deseo, son, más grandes en el novelista porque éste no trabaja nunca para una minoría sino para la masa del público. Los novelistas españoles cuentan con un número mucho mayor de lectores y admiradores en América que en su propia patria (Sinovas Maté, 1999, 184). En la mirada de Pardo Bazán, Latinoamérica ya ni siquiera es una hermana menor a la que hay que “cuidar”, sino el público, el mercado masivo, al que hay que atraer y seducir, y el ámbito donde el o la novelista verdaderamente se consagra.3 La conexión francesa Este tipo de opiniones resultarían sumamente atractivas para La Nación, “el periódico más moderno y modernizador de la época”, según Julio Ramos (1989, 95). En un estudio sobre el funcionamiento del diario de los Mitre, Gabriela Mogillansky (2004) destaca que éste se convirtió a principios de la década de 1880 en “una ‘arena de combate’ entre los participantes de un 3 Esta mirada idealizada del público en la otra orilla del Atlántico encontrará, sin embargo, sus límites en los aspectos prácticos del circuito editorial trasatlántico, De hecho, la oda a las jóvenes naciones hermanas se convertirá unas líneas más adelante del mismo artículo en una queja concreta y comercial: al no existir tratado de propiedad literaria entre España y América, la reproducción de obras de la madre patria en los periódicos de estos países “no solamente no producen un cuarto, sino que traen competidores, impiden la venta de las ediciones españolas y disminuyen los beneficios” (Sinovas Maté, 1999, 184). ANEXO DIGITAL 445 nuevo espacio intelectual en Hispanoamérica” (Mogillansky, 2004, 93), ya que “sostenía un eclecticismo cultural que permitió en momentos clave la confrontación y el debate y ayudó a la consolidación de un grupo de pares que se leen, se critican y debaten fuertemente sobre su función social” (Mogillansky, 2004, 91). En este nuevo espacio intelectual hispanoamericano, protagonizado por las crónicas cosmopolitas de José Martí, Rubén Darío, Enrique Gómez Carrillo, Roberto Payró, Manuel Ugarte y Miguel de Unamuno, entre otros, Pardo Bazán ganará importancia en paralelo a la expansión de movimientos literarios como el modernismo y el arielismo que plantean una relectura de las relaciones entre América y España. En este punto, el cosmopolitismo de la novelista y sus fuertes vínculos con la literatura francesa serán rasgos que distingan tempranamente a la literata de muchos de sus contemporáneos, como destaca Gómez Ferrer-Morant (1998, 136), y un aspecto fundamental para un periódico que tiene a París como meca cultural. De hecho, cuando Pardo Bazán se convierta en colaboradora en 1909, la capital francesa aparecerá como un destino recurrente, desde donde remitirá crónicas sobre exposiciones, conferencias y anécdotas de la vida parisina. Esta mirada española, pasada por el tamiz de la literatura francesa, se verá ya en las primeras notas de Pardo Bazán que reproduce La Nación, como “El naturalismo y el arte”, publicada el 23 de mayo de 1884. El artículo integra la polémica en torno al naturalismo que había disparado la publicación del ensayo La cuestión palpitante y la novela La Tribuna un año antes, y que se completa con las críticas a la autora promovidas por los escritores españoles Luis Alfonso y José Ortega Munilla (también reflejadas en el diario de los Mitre).4 Tanto la casi simultaneidad de la publicación original de este artículo en el diario madrileño La Época y en el periódico porteño (un mes de diferencia), como la decisión de La Nación de dar a conocer la respuesta de la escritora sin ninguna aclaración de contexto, dan cuenta de dos aspectos centrales: por un lado, la intención del diario de estar al tanto de los debates literarios españoles contemporáneos, más allá de su identificación con la clásica francofilia cultural argentina; y, por otro, la inclusión de Pardo Bazán como una figura de trascendencia que no necesita introducciones. Es decir que, para 1884, el nombre de la escritora ya tenía suficiente prestigio en el ambiente literario argentino como para que su postura fuese considerada una opinión de peso. Una opinión que se vuelve más significativa si se tiene en cuenta la polémica (de fuerte tono moral) que también generó la instalación 4 Estos textos se encuentran compilados en El naturalismo en la prensa porteña. Reseñas y polémicas sobre la formación de la novela nacional (1880-1892), en cuya “Nota Preliminar” se señala el carácter internacional del debate naturalista y se enfatiza la importancia de La cuestión palpitante como chispa inicial de esta discusión en el contexto español (Espósito et al., 2011, 16). 446 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR del naturalismo en la Argentina entre 1879 y 1887, a partir de la llegada de Naná a las orillas rioplatenses en 1879, como precisa Alejandra Laera (2003, 156-157), y que se prolongó durante la década del 80 de la mano de novelistas locales como Eugenio Cambaceres y Antonio Argerich. En este contexto polémico, Pardo Bazán debe defender su opción por el naturalismo en un doble sentido: no solo por elegir una estética que genera fuertes críticas morales, sino también porque el hecho de ser mujer redobla estos cuestionamientos. Más aún si la novela en discusión era exitosa como había resultado La Tribuna. La escritora se va a diferenciar del estilo de Zola, remarcando sus límites a la hora de narrar la intimidad femenina, por ejemplo, en la escena de parto de La Tribuna, donde “no hay nada de licencioso o provocativo”, así como enfatizando haber rehuido a “la descripción clínica de Zola en Pot-Bouille, haciendo que la tragedia se presente entre bastidores” (Sinovas Maté, 1999, 134). También reivindica la combinación de su fe cristiana y la opción por el naturalismo (otro de los puntos centrales de la crítica de Alfonso) al señalar: “Cristianos viejos eran nuestros inimitables escritores de los siglos de oro, y escribían con franqueza, crudeza y realismo, y salpicaban sus escritos de palabras de baja estofa, ni más ni menos que la insignificante autora de La Tribuna” (Sinovas Maté, 1999, 133). Pardo Bazán reclama para sí el derecho de insertarse en la más prestigiosa tradición literaria española, ignorando a quienes cuestionaban esta pertenencia por el hecho de ser mujer, y se ampara en ella para justificar sus decisiones estéticas. En este sentido, el debate disparado por la escritora que reproduce La Nación abre una cuña en el contexto de la polémica naturalista en la Argentina, ya que el artículo de la coruñense plantea una alternativa a la estética francesa de Zola –ella misma se declara como una “disidente heterodoxa” (Sinovas Maté, 1999, 163)– y confronta las críticas morales ante la posibilidad de que una mujer se sumerja en un mundo novelístico de “crudeza y realismo”, sin perder su honor en el proceso e incluso teniendo éxito de público. Referentes transnacionales Este último aspecto, si bien no fue el eje de la polémica naturalista en los países latinoamericanos, funciona como un referente importante para las escritoras del continente, especialmente si se piensa en las críticas que recibieron las peruanas Clorinda Matto de Turner y Mercedes Cabello de Carbonera por publicar libros en los que denunciaban abiertamente la corrupción política y religiosa en su país, así como el distanciamiento de la argentina Juana Manuela Gorriti respecto a la decisión de Cabello de Carbonera de ANEXO DIGITAL 447 virar hacia el naturalismo en sus dos últimas novelas.5 Graciela Batticuore (2005) llama la atención sobre esta disidencia entre las literatas, abiertamente expuesta en una carta que Gorriti le escribe en 1889 a Ricardo Palma a raíz de la publicación de Blanca Sol (1888), novela escrita por la peruana, en la que afirma: Me canso de predicarle que el mal no debe pintarse con lodo sino con nieblas. El lodo hiede y ofende tanto al que lo maneja como a quien lo percibe. Además, se crea enemigos, si incómodos para un hombre, mortales para una mujer. El honor de una escritora es doble: el honor de su conducta y el honor de su pluma (Batticuore, 2004, 59).6 Este episodio funciona solo a modo de ejemplo de los límites y precauciones que las escritoras latinoamericanas debían enfrentar a la hora de publicar. En este contexto, la postura de Pardo Bazán –legitimada por La Nación al decidir reproducir el artículo– funciona como un referente en el cual escudarse para aventurarse en el mundo literario. Este lugar será más visible todavía a partir de los rumores de su candidatura y, consiguiente rechazo, a ocupar un lugar en la Real Academia Española. Este tema es tratado por la coruñense en el artículo “Las mujeres en la Academia”, reproducido el 5 de mayo de 1889 en La Nación, dos meses después de que se publicara en el diario madrileño El Liberal y se ofrece como una clase magistral de retórica para las escritoras decimonónicas. En primer lugar, Pardo Bazán no responde directamente a los rumores, sino que escribe una carta imaginaria a una colega –la ya fallecida Gertrudis Gómez de Avellaneda, quien también había sido candidata potencial– para responder a las acusaciones en su contra sobre supuestas gestiones para entrar en la entidad. Así, establece un entre nos cómplice con una referente femenina, que apunta de manera desviada al público, lectores/as reales de su texto. Desde este lugar enunciativo, niega cualquier tipo de diligencia para ingresar a la institución, al mismo tiempo que reivindica su derecho a ser aceptada 5 Clorinda Matto de Turner es considerada una de las iniciadoras del indigenismo en Perú, a raíz de la publicación de su primera novela, Aves sin nido, en 1889. En ella se denuncia la corrupción del clero peruano, especialmente relacionada con el maltrato de la comunidad indígena, razón por la que fue excomulgada por la Iglesia de su país y por la que, entre otros motivos, emigró a la Argentina en 1895. Por su parte, Mercedes Cabello de Carbonera fue muy criticada por su adscripción al naturalismo y los escándalos que generaron novelas como Blanca Sol (1888) y El conspirador (1892) a raíz de las críticas en clave a la élite dirigente de Lima que se planteaban en estos textos. Respecto a las trayectorias de estas dos escritoras en el contexto limeño, me remito al estudio de Francesca Denegri (1996), El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres ilustradas en el Perú. 6 Para un análisis más detallado de la postura de Gorriti, véase: La mujer romántica. Lectores, autoras y escritores en la Argentina: 1830-1870, de Graciela Batticuore (2005). 448 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR en tanto mujer de letras, critica a la Academia por su conservadurismo e hipocresía y relativiza su importancia al señalar que no es más que un título “decorativo” (Sinovas Maté, 1999, 147). La argumentación de Pardo Bazán convierte así su candidatura en un problema político, en vez de literario, asociándolo a la falta de derechos femeninos, recordando otros rechazos como el de la propia Gómez de Avellaneda y la poeta Carolina Coronado y transformando su ingreso en un símbolo, al señalar: “Seré siempre candidato archiplatónico […] y mi candidatura representará a los derechos femeninos lo que el pleito de los duques de Medinaceli ponían a la corona cuando vacacionaba el trono” (Sinovas Maté, 1999, 147). La prédica de la coruñense resultará efectiva al punto de que, una vez más, trasvasará las fronteras nacionales y se instalará como referente en el campo letrado latinoamericano: siete años más tarde, la peruana Clorinda Matto de Turner recordará el episodio en su revista porteña Búcaro Americano, para criticar una vez más el conservadurismo de la Real Academia frente al progresismo de entidades más jóvenes como la Unión Iberoamericana (fundada en Madrid en 1884) y los Ateneos de Lima y de Buenos Aires.7 Pero Pardo Bazán no se limita a denunciar esta evidente discriminación de la Academia respecto a las escritoras, sino que también construye otro circuito de legitimación integrado por el público y la prensa en oposición a la cerrazón de esta institución, al remarcar: “[…] en boca de la prensa y de la gente es donde adquirió ser real una candidatura que en la corporación misma juzgo tan fantástica como los palacios que vio D. Quijote en la cueva de Montesinos” (Sinovas Maté, 1999, 145). Como fue señalado anteriormente, para Pardo Bazán, la verdadera instancia de consagración del o la novelista es el público masivo, “la gente” que compra sus libros. En este circuito, el público americano tendrá una importancia clave, como ella misma se encargará de enfatizar al prologar la cuarta edición del polémico ensayo La cuestión palpitante (originalmente publicado en 1883), texto que reproduce La Nación el 20 de enero de 1892. Allí, la novelista detalla: 7 En este artículo, titulado “La mujer en el Ateneo Argentino”, Matto de Turner festeja la decisión de esta institución de aceptar a las mujeres a fines de 1895, para luego señalar: “América es, ciertamente, la que imprimirá el verdadero carácter á las escritoras del porvenir. América, la que reparte su savia oxigenada, rica y vigorosa en ondas que marchan pujantes hacia el objetivo de la libertad por la instrucción y la igualdad por el pensamiento. En España mismo, frente al edificio de la Real Academia se levanta el de la Unión Ibero Americana que ha desplegado la bandera bajo cuyos repliegues caben todas las ideas elaboradas por el cerebro masculino ó femenino y en cuyas filas tenemos la alta honra de contarnos” (Matto de Turner, 1896, 74). La peruana no menciona al Ateneo de Madrid, asociación en la que Pardo Bazán tendría enorme influencia y en la que la propia Matto disertaría durante su visita a España en 1908, probablemente para evitar criticarla, ya que esta entidad recién acepta a las mujeres como socias en 1905. La primera membrecía fue otorgada justamente a Pardo Bazán. ANEXO DIGITAL 449 […] desde hace un año que se agotó enteramente el libro, no han cesado de pedirlo en librerías, y como supongo que mis amables y constantes lectores de América y de España lo que solicitan es aquella misma Cuestión palpitante de antaño, juvenil y belicosa, la que ocasionó el gasto de tantos frascos de tinta, no veo con qué derecho les he de dar, en vez de lo que piden, otra cosa (Sinovas Maté, 1999, 161). Pardo Bazán legitima en la avidez de los/las lectores/as su labor literaria y aquellas posturas que tantos debates habían generado. En este punto, el hecho de que el prólogo no sea exclusivo de una edición americana del libro solo resalta la importancia que la coruñense le otorgaba a su público del otro lado de Atlántico: sus lectores/as en ambas orillas están planteados en pie de igualdad a la hora de acceder y comentar su obra. Esta temprana atención de la literata a su público latinoamericano en las décadas del 80 y 90 rendirá sus frutos a principios del siglo XX, cuando el hispanoamericanismo se encuentre en pleno auge en la Argentina. En este marco, Pardo Bazán no solo será contratada por el diario de los Mitre como colaboradora, sino que el periódico también editará sus novelas Un viaje de novios (1881) y Morriña (1889). Serán editadas en la Biblioteca La Nación en 1902 y 1903 respectivamente, sello de libros de bajo costo destinado a un público masivo, ampliando todavía más la circulación de su obra en la Argentina y convirtiéndola en una referente literaria insoslayable, especialmente para las escritoras latinoamericanas que buscaban abrirse paso en el mundo de las letras. En este sentido, creo que la obra periodística de la coruñense en La Nación permite repensar el lugar que algunas literatas hispanoamericanas ocuparon en las redes de sociabilidad que se desarrollaron en ambas orillas del Atlántico, especialmente a partir de las últimas décadas del siglo XIX, no solo para integrarlas a esos circuitos literarios sino también para reflexionar sobre la singularidad de sus opiniones. Posturas que, sin duda, abren nuevas zonas de análisis en debates clásicos como la introducción del naturalismo y el desarrollo del modernismo en la Hispanoamérica de entresiglos. Bibliografía Batticuore, Graciela, ed., 2004. Juana Manue- Cabello de Carbonera, Mercedes, 1888. Blanla Gorriti. Cincuenta y tres cartas inéditas a ca Sol. Lima: Carlos Prince. Ricardo Palma 1882-1891. Lima: UniversiCabello de Carbonera, Mercedes, 1892. El dad Martín de Porres. conspirador, Lima: E. Sequi y Co. —————, ed., 2005. La mujer romántica. Lectores, autoras y escritores en la Argentina: 1830-1870. Buenos Aires: Edhasa. 450 HISPANISMOS DEL MUNDO: DIÁLOGOS Y DEBATES EN (Y DESDE) EL SUR DeCoster, Cyrus, 1994. Emilia Pardo Bazán. Crónicas en La Nación de Buenos Aires (1909-1921). Madrid: Pliegos. (1882-1909)”, en Susana Zanetti, ed., Rubén Darío en La Nación de Buenos Aires: 18921916, Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, pp. 83-104. Denegri, Francesca, 1996. El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres Pardo Bazán, Emilia, 1900. Cuarenta días en ilustradas en el Perú. Lima: Centro de la la Exposición. Madrid: V. Prieto y Cía. mujer peruana Flora Tristán. —————, 1883. La cuestión palpitante. Espósito, Fabio, García Orsi, Ana María, Madrid: Imprenta Central a cargo de VicSchinca, Germán y Laura Sesnich, eds., torino Saiz. 2011. El naturalismo en la prensa porteña. —————, 1905. La Quimera. Madrid: Est. Reseñas y polémicas sobre la formación de Tip. De Idamor Moreno. la novela nacional (1880-1892). 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Lima: Imprenta del Universo de Car- Sinovas Maté, Juliana, ed., 1999. Emilia Parlos Prince. do Bazán. La obra periodística completa en —————, 1896. “La mujer en el Ateneo La Nación de Buenos Aires (1879-1921), 2 tomos. A Coruña: Editorial Diputación ProArgentino”, Búcaro Americano, 4: 74-77. vincial. Mogillansky, Gabriela, 2004. “Modernización literaria y renovación técnica: La Nación Resumen: Este trabajo se centra en las colaboraciones que Emilia Pardo Bazán publicó en La Nación entre 1880 y 1890, y la influencia que ejerció en el campo literario argentino de la época. A pesar de no estar escritos específicamente para este periódico, estos textos se enfocan en una serie de problemáticas centrales para el ambiente literario de ese momento, como el avance del naturalismo, la figura de la mujer de letras y el creciente hispanoamericanismo. La repro- ANEXO DIGITAL 451 ducción de estos artículos en la prensa porteña recontextualizará y transnacionalizará sus planteos, fortaleciendo una red de tópicos e influencias entre España y Argentina, que ganaría protagonismo hacia 1900. Palabras clave: Escritoras, siglo XIX, hispanoamericanismo, prensa, naturalismo, redes culturales trasatlánticas. Abstract: This paper focuses on the collaborations that Emilia Pardo Bazán published in La Nación between 1880 and 1890, and her influence on the Argentine literary field of that time. Although not specifically written for this newspaper, these texts focus on a number of key issues for the literary circles of that period, as the advance of naturalism, the figure of the woman writer and the rise of hispanoamericanism. The reproduction of these articles in the Buenos Aires newspaper recontextualised and transnationalised those issues, strengthening a network of topics and influences between Spain and Argentina, which would gain prominence in 1900. Keywords: Women writers, XIXth century, hispanoamericanism, printed press, naturalism, transatlantic cultural networks.