ESPAÑA EN EL MUNDO ENTREGUERRAS En la Europa destruida por la I G.M. se produjo una relativamente rápida recuperación; proteccionismo y concentración de capitales permitieron una economía un tanto boyante, aunque esa felicidad no era común a todos los estratos sociales. Se producía de todo y se consumía de casi todo, habiendo exceso de producción sobre demanda; este desfase se agudizó hasta la crisis de 1929. Las consecuencias fueron: crisis bancaria, cierres empresariales, paro, abandono del liberalismo. En los países más democráticos aumentó la participación del Estado en las empresas, se realizaron obras públicas...; en los menos democráticos, además de lo anterior, se recurrió a la planificación económica y a la autarquía. El triunfo bolchevique despertó esperanzas en las masas obreras de Europa W, pero también el recelo de la oligarquía y la burguesía. Las patronales exigieron medidas de fuerza; los obreros exigieron reconocimiento de sus derechos e incluso revolución; un sector del PSOE fundó el PCE (1921). España permanece neutral durante la guerra, aunque dividida entre germanófilos (conservadores) y alialófilos (liberales). Durante la guerra se benefició del comercio con los 2 bandos y se incrementó la exportación, pero no subieron los salarios con lo que se agravó el problema social; posteriormente, perdió los mercados al restablecerse la paz, y aunque en 1922 se recuperaba, adolecía de inestabilidad política y social. Todo esto se había manifestado en la crisis de 1917; ésta se solucionó por la falta de unidad entre obreros, parlamentarios y militares, con lo que continuaron los mismos problemas hasta 1923, con “gobiernos de concentración” (agrupando a personalidades de distintas tendencias). Habrá hasta 13 gobiernos, entrando en crisis el sistema parlamentario e imperando el terrorismo en el país (pistoleros anarcosindicalistas y otros a sueldo de la patronal, sin intervención de policía ni ejército). Un problema básico será el paro, y para mitigarlo Primo de Rivera recurrió a obras públicas, creación de monopolios, intentando recuperar la Hacienda y reducir la dependencia exterior; pero la Deuda y el déficit hicieron caer la peseta. La crisis de 1929 se sintió en España con retraso, disminuyendo las importaciones y las exportaciones. La sociedad española de este período (1923-36) estaba llena de contradicciones; junto a más del 20% de analfabetismo está la Generación del 98 ó la del 27; junto a una España en la vanguardia cultural subsiste una España arcaica, analfabeta y negra; junto a las exposiciones universal e hispanoamericana (Barcelona, Sevilla 1929) se carece de alumbrado eléctrico. En definitiva 2 Españas económicas y culturales que originaron dos Españas políticas. OPCIONES POLÍTICAS ENTREGUERRAS La I G.M. desarrolló las competencias del ejecutivo, adquiriéndose la convicción de que cierta violencia institucional podía resolver los problemas. Donde las democracias estaban bien consolidadas no se cayó en esta tentación, pero donde la democracia era joven o solo aparente, esta opción fue incluso bien recibida. Por otro lado, el miedo de la derecha conservadora al bolchevismo hizo aparecer partidos fascistas y posibilitó las “dictaduras secundarias” europeas. España tenía una democracia formal pero no real, y entre las posibilidades del momento (democracia, dictadura de derechas, dictadura de izquierdas) España eligió la 2ª (Primo de Rivera se proclamó Dictador en 1923). Como el recurso a la fuerza no fue la solución, la II República tendió a lo contrario (democratización total y sin reservas). 1 Hª de España M anuel Fernández I. LAS RELACIONES INTERNACIONALES Tras la I G.M., Europa fue sustituida en la dirección política mundial por EE.UU y URSS. Wilson propuso la sustitución del concepto de equilibrio entre potencias por el de igualdad, constituyéndose una sociedad en la que todas las naciones estuviesen igualmente representadas (la S. De N.). Así entre 1922-28 se impuso el espíritu de pacifismo y negociación para garantizar la Seguridad Colectiva (es el “espíritu de Locarno” –1924-), confirmado luego en el pacto Briand-Kellog (1928). En esta sociedad, España, como neutral, no fue uno de los fundadores pero sí fue el primer país neutral admitido. La S. De N. estaba formada por una Asamblea y un Consejo, como órganos fundamentales. Este lo integraban 4 miembros permanentes (luego 6) y 4 elegidos; España siempre perteneció al grupo de los elegidos. Dado el prestigio español en la Sociedad y su relación con Hispanoamérica, fue uno de los países comisionados para tratar la guerra entre Perú y Colombia, y también uno de los promotores de la Conferencia de Desarme (1933). Primo de Rivera trató de buscar un país que le liberase de la dependencia que en política exterior España tenía de Francia e Inglaterra; al no lograrlo con Italia se desentendió de la política exterior. El afán neutralista de la República y su debilidad interna hicieron que tampoco prestase gran atención a las relaciones exteriores. En cualquier caso España debía relacionarse con los demás países, y así los gobiernos de izquierdas se inclinaron por Francia y Reino Unido, y las derechas a los totalitarismos. En las relaciones internacionales destacan las llevadas con Francia, Portugal e Iberoamérica. 1) De Francia se pretendía ayuda militar para solucionar el problema marroquí (tras el desastre de Annual). Primo de Rivera admitió un despiadado acuerdo en 1924 por el que a España se le concedía únicamente el control de aduanas en la zona, y con la cooperación francesa se solucionó la rebelión marroquí en 1925 (desembarco en Alhucemas). En 1926 España pidió ser miembro permanente del Consejo de la S.N., y al no conseguirlo la abandonó; en 1928 España consiguió el control de la policía tangerina y volvió a la Sociedad. 2) El recelo portugués al intervencionismo español se moderó al establecerse en ese país una dictadura similar a la española en 1926; se creó una comisión de conciliación entre ambos países. Cuando triunfó en España el Frente Popular las relaciones volvieron a encresparse. 3) Respecto a Hispanoamérica en 1929 España sólo contaba con la embajada de Argentina; en esa fecha se abrieron las de Cuba y Chile y otras legaciones y consulados, pero la colaboración fue escasa con Primo de Rivera. Con la República, no mejoraron las cosas, pero la Constitución reconocía el derecho a la doble nacionalidad de los ciudadanos de Portugal y de toda Hispanoamérica. II. LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA Y LA QUIEBRA DE LA MONARQUÍA (1923-31). Todo lo mencionado hasta aquí provocó intranquilidad en el ejército y Primo de Rivera se sublevó en Barcelona en 1923, poniendo fin a la Constitución de 1876. Miguel Primo de Rivera, capitán general de Barcelona, dio comienzo a una etapa dictatorial de 6 años; envió telegramas a los capitanes generales solicitando su colaboración, y aunque sólo 2 le apoyaron claramente, el resto manifestaban su simpatía a la sublevación (a pesar de declarar su fidelidad al rey). Todo parecía depender del monarca; Alfonso XIII deseaba un gobierno autoritario y se identificaba con los mandos militares, por lo que aceptó los hechos y encargó formación de gobierno a Primo de 2 Hª de España M anuel Fernández Rivera. El pronunciamiento triunfaba sin oposición y sin sangre, y el rey se convertía en responsable directo de ese éxito. Las causas de este golpe de Estado son: fracaso y degeneración del sistema parlamentario, que no soluciona los problemas ni evoluciona hacia la democracia; el problema de Marruecos, por la ineficacia de los gobiernos y la desconfianza del ejército hacia los políticos; los desórdenes públicos y conflictos sociales; el terrorismo. Los objetivos del golpe eran: acabar con el sistema político; solucionar el problema marroquí, garantizar el orden público y terminar con el anticlericalismo y el separatismo. Los valores que inspiraban a Primo de Rivera eran tradicionales y castrenses: orden, disciplina, eficacia, autoridad y amor a la patria. La sublevación no sorprendió a la sociedad española, que la acogió entre la indiferencia y la aprobación; burguesía, patronal... la recibieron con entusiasmo; anarquistas y comunistas convocaron una huelga general. En Europa también se impusieron regímenes dictatoriales que acabaron con el parlamentarismo pluripartidista. Fueron años de prosperidad material estimulada por la coyuntura mundial; las 2 innovaciones de mayor repercusión fueron las aplicaciones industriales de la electricidad y el motor de explosión. Pero la modernización no afectó a las estructuras campesinas, cuya situación fue encubierta por la emigración a las ciudades (disminuyendo la población activa agraria). Con el desarrollo comercial y de servicios aumentó la demanda de mano de obra femenina, incluso en cargos de los gobiernos municipales. Aunque los logros no afectaron a la política, el saneamiento social y el orden conseguido (a costa de suprimir libertades) dieron prestigio al régimen de Primo de Rivera. 1. INSTITUCIONALIZACIÓN POLÍTICA La Dictadura se presentó como una solución provisional para “poner orden” y “solucionar los males de España”, pero pronto Primo de Rivera se mostró partidario de prolongar su poder y crear un nuevo Estado que sustituyera al de la Constitución de 1876. Las primeras medidas fueron la suspensión de la Constitución, la disolución de las Cortes y la creación de un Directorio Militar, en el que el general concentraba todos sus poderes (presidía dicho Directorio), dirigía el Estado y asumía las funciones legislativas e incluso judiciales; el resto de los generales del Directorio sólo asesoraban a Primo de Rivera. La administración del Estado quedó en manos del ejército, que controlaba altos cargos, ayuntamientos, gobiernos provinciales (sustitución de gobernadores civiles por militares), y sólo en 1925 entraron 6 civiles en el Directorio. Se prohibieron las huelgas, hubo control sobre reuniones y supresión de elecciones. Pero el proyecto más ambicioso de Primo de Rivera era destruir el parlamentarismo liberal y sustituirlo por otro modelo. Para ello creó la UNIÓN PATRIÓTICA (1924), fuerza política surgida desde el poder para ayudar al régimen, y definida como derechista, antiparlamentaria, monárquica, católica y defensora del autoritarismo; sólo fue un instrumento de propaganda. También se creó la ASAMBLEA NACIONAL CONSULTIVA, para asesorar e informar al dictador, y sin capacidad legislativa; la formaban 400 miembros designados por el gobierno (afiliados a la U.P., oficiales, obispos y representantes de los grupos poderosos); se pretendía que esta Asamblea siguiera el modelo corporativo de representación directa de los diferentes intereses socioeconómicos. Se le encargó una Constitución, acabada en 1929, cuando ya la dictadura estaba en decadencia. 3 Hª de España M anuel Fernández De este modo se fue fortaleciendo el régimen y Primo de Rivera olvidó su condición de gobierno provisional, formando un Directorio Civil (3-12-25). En esta fase destacaron los proyectos de Calvo Sotelo, quien antes de ser ministro había hecho un proyecto de Ley de administración local, terminando con la mancomunidad catalana y el caciquismo; también hizo una ley fiscal con impuestos más justos. Tanto en la primera etapa, como a partir de este momento, se puso de manifiesto la tendencia a no respetar los principios constitucionales. 2. INTERVENCIONISMO ECONÓMICO La Dictadura de Primo de Rivera practicó una política de fuerte intervención estatal. Se controlaron todos los sectores productivos, supervisando las actividades económicas hasta el menor detalle. Aumentaron las subvenciones a empresas nacionales y el proteccionismo arancelario; se crearon monopolios (Telefónica, CAMPSA); aumentaron las inversiones públicas para carreteras y ferrocarriles, obras hidráulicas y regadíos –confederaciones hidrográficas-. Los resultados fueron la disminución de huelgas y del paro, la finalización de obras públicas, el aumento de la producción; aunque el Estado se endeudó en exceso y los beneficiados fueron los grandes grupos capitalistas. Esto se enmarca en la recuperación generalizada en Europa. 3. PROBLEMAS SOCIALES Y COLONIALES Socialmente se crearon los “COMITES PARITARIOS”, con patronos, obreros y un delegado gubernamental, para resolver los conflictos laborales evitando enfrentamientos y huelgas. Los socialistas participaron en ellos, pues tras el fracaso de la experiencia revolucionaria de 1917 adoptaron una táctica moderada para mejorar la situación de los trabajadores. La Dictadura intentó atraer a socialistas y destruir a anarquistas. En cuanto al orden público se tomaron medidas represivas (declaración del Estado de guerra), desapareciendo derechos constitucionales y deteniendo a dirigentes comunistas y anarquistas; también se persiguió a nacionalistas catalanes (se prohibió usar su bandera y su lengua, fin de la Mancomunidad). Pero los problemas sólo fueron aplazados. A nivel colonial, los militares africanistas pedían una ofensiva total en el norte de Africa, que se llevó a cabo en 1925 con la colaboración de Francia; fue el mayor éxito de esta Dictadura. 4. FIN DE LA DICTADURA Y CAÍDA DE LA MONARQUÍA La decadencia se inició hacia 1928 por: el aumento de opositores (políticos catalanes, que se creen engañados; universidad, porque los jesuitas pueden expedir títulos; CNT, FAI –que nace en 1927-) , el deterioro de las relaciones Primo de Rivera/Alfonso XIII, la reaparición de los conflictos sociales, las dificultades financieras del Estado, la retirada de confianza de los mandos militares a Primo de Rivera, la enfermedad de éste, que finalmente dimitió en enero de 1930 (muerte en marzo). Tras esa muerte, el nuevo jefe de gobierno fue Dámaso Berenguer que tenía que intentar reponer el sistema constitucional liberal (sería una vuelta a la Constitución del 76, ya inaceptable para republicanos, socialistas...) y salvar la figura de Alfonso XIII (evitando que se le considerase responsable del triunfo del golpe de Estado de Primo de Rivera). 4 Hª de España M anuel Fernández La monarquía tenía muchos enemigos y defensores débiles, y se buscaron gobiernos de concentración (Pacto de S. Sebastián, 1930, entre socialistas, republicanos y catalanes de izquierda). También en 1930 se sublevó la guarnición de Jaca. La dificultad de estos objetivos hizo que en 1931 fuese sustituido Berenguer por Aznar, que convocó elecciones municipales para el 12 de abril. Los candidatos republicanos y socialistas triunfaron en las grandes ciudades y en buena parte del país, y las elecciones mostraron el rechazo a la monarquía. Alfonso XIII aceptó la voluntad nacional, suspendió el ejercicio del poder real y abandonó España, exiliándose a Francia. El 14-4-1931 se proclamaba la II REPÚBLICA, con un poder asumido por Alcalá Zamora hasta diciembre de ese año. III. EL DESARROLLO DE LA II REPÚBLICA (1931-36) Las circunstancias mundiales no serán favorables (crisis 1929), a lo que se unió el aumento de población pro la vuelta de exiliados y la interrupción de la emigración a América. El paro será un grave problema. La II República constituyó un intento de modernización política del país e intentó adecuar su marco legislativo e institucional a los acelerados cambios sociales y económicos que se habían producido entre 1910-1930; había surgido una pujante sociedad de masas, aunque junto a ella pervivía aún una mayoritaria sociedad caciquil. El régimen se recibió con entusiasmo; había nacido sin violencia y apoyado por la mayoría de los españoles. Aunque la transición del régimen monárquico al republicano fue pacífica, lo cierto es que se trató de un cambio revolucionario. El gobierno provisional fue constituido casi íntegramente por los miembros del Comité Revolucionario formado un año antes a raíz del Pacto de San Sebastián. Antiguos monárquicos se situaron en puestos clave para garantizar a la derecha moderada que el régimen no sería radical; entre ellos estará Alcalá Zamora, presidente del Gobierno y antiguo integrante del partido Conservador. En el sistema destacaron 2 elementos. A) Partidos políticos. Gran número de partidos movilizaron a enormes masas de afiliados: - Grupos fascistas fueron las JONS (1931) y Falange (1933), que se unieron en 1934; enemigos del liberalismo y marxismo, desprecian el sufragio y pretenden justicia social sin lucha de clases (sindicato vertical).. - Fuerzas de derechas. Los Carlistas, monárquicos tradicionalistas, organizaron grupos paramilitares. Renovación Española reunía en 1933 a alfonsinos y en parte inspirará al Estado franquista (acabar con la República, rechazo de democracia y sufragio universal, defensa del autoritarismo, exaltación de la grandeza de España y del tradicionalismo católico). Los dirigentes de este grupo pertenecían a la aristocracia y a medios financieros, industriales, y destacaba José Calvo Sotelo. La CEDA tenía un programa conservador y de defensa de la Iglesia Católica, la educación religiosa, el ejército y la familia; se oponía a la reforma agraria y a los avances del socialismo que amenaza al capitalismo; también rechazaba las reivindicaciones nacionalistas; fue un grupo liderado por Gil Robles. - Centro Político. El Partido Republicano Radical defiende el orden, temiendo al movimiento obrero revolucionario e intentando frenar cualquier reforma excesiva. Sus apoyos sociales eran la pequeña y mediana burguesía, y su líder Lerroux. Recelaban de la presencia de los socialistas en el Gobierno y se oponían a hacer concesiones a los nacionalistas. 5 Hª de España M anuel Fernández - Grupos de izquierda. Acción Republicana se definía progresista y pacifista, y alcanzó acuerdos con el PSOE para impulsar grandes reformas (agricultura, educación, sanidad, autonomía, ejército). Su principal líder era Manuel Azaña, que recibía el apoyo de las clases medias urbanas. Eran partidarios de la colaboración con los socialistas y de la descentralización del poder. En 1934, junto con el Partido Radical Socialista, dio lugar a Izquierda Republicana. - Partidos proletarios. PSOE (Largo Caballero, Besteiro) poderoso estos años y partidario de colaborar con los republicanos de izquierda, PCE (revolucionario pero insignificante en nº), anarquistas (indiferentes a la legalidad democrática y dispuestos a la insurrección). - Partidos nacionalistas; PNV (conservador y católico), Partido Galeguista (de izquierdas), Lliga Catalana (conservador), Esquerra Republicana de Cataluña (izquierdista exaltado, Companys). B) Constitución de 1931. En Junio se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino, pero 2 mujeres fueron elegidas diputadas por 1ª vez. Triunfaron republicanos de izquierda y socialistas y se creó una Comisión para elaborar el proyecto de Constitución. La Constitución de la II República se propuso hacer del país una democracia real y por 1ª vez se reconocía el sufragio universal (masculino y femenino). En el plano exterior fue el primer país en recoger en la Constitución la renuncia a la guerra (Pacto Briand-Kellog). En esta constitución destaca el derecho al voto de la mujer; los adversarios al mismo alegaban su dependencia económica y su analfabetismo. A nivel autonómico se configuraba un Estado único que reconocía la autonomía de las regiones. Una o varias provincias limítrofes, con características históricas y culturales comunes podían solicitar un Estatuto de Autonomía siguiendo tres pasos: que lo propusieran la mayoría de los ayuntamientos de la región, que lo apoyaran 2/3 de los electores y que lo aprobaran definitivamente las Cortes. Así Cataluña consiguió su estatuto y por tanto gobierno propio en 1932; la Generalitat se encargaría de la administración, cultura, obras públicas y orden ciudadano, mientras que el Estado se encargaba de política exterior y ejército. El Estatuto respondía a las aspiraciones catalanas. País Vasco en 1936 y Galicia en 1938. También se preveía la formación de cabildos insulares en los dos archipiélagos. En el aspecto religioso, el Estado se declaró no confesional, suprimió toda ayuda económica a la Iglesia Católica, decretando la extinción en 2 años del presupuesto del clero, y prohibió la enseñanza a las órdenes religiosas; también era privada de la inmunidad fiscal. Además para celebrar cualquier otra ceremonia religiosa pública se exigía la autorización gubernamental. Se pretendía reducir a la Iglesia al ámbito exclusivamente religioso, desligándola de la política y de la economía nacional. Sin embargo no se suprimieron las órdenes religiosas (pero sin citarla, se disolvía la Compañía de Jesús, por obedecer a una “autoridad distinta a la legítima del Estado”), como se había hecho en tiempos de Mendizábal. Los derechos del ciudadano se reconocieron sin límites y se completaron con derechos sociales (trabajo, educación, salud, vivienda). Se estableció el límite del derecho de propiedad privada, pudiéndose nacionalizar y socializar propiedades por interés general (aunque con indemnización); también se recogía la posibilidad de nacionalizar servicios de interés común (transportes, teléfonos…). 6 Hª de España M anuel Fernández En cuanto a los poderes, el legislativo estaba en un Parlamento, la jefatura del Estado la tenía el Presidente de la República (elegido por los diputados no por los electores), y había un Tribunal de Garantías Constitucionales. El Presidente contaba con cierto margen para elegir o deponer al jefe de Gobierno, pero a su vez en determinadas ocasiones podía ser destituido por las Cortes. Fue elegido presidente Niceto Alcalá Zamora, con Manuel Azaña como jefe de Gobierno. 1. EL BIENIO REPUBLICANO-SOCIALISTA (1931-33). Republicanos de izquierda y socialistas formaron un gobierno que emprendió grandes reformas. A) Someter el Ejército al poder civil y reducir el número de oficiales (un decreto facilitaba el retiro voluntario). Se pretendía dejar al ejército la responsabilidad de la guerra y devolver a la administración civil los poderes políticos acumulados por el ejército. Se suprimían las capitanías generales (se cerró la de Zaragoza, dirigida entonces por Franco) y el Consejo Superior del Ejército anulando los ascensos por méritos de guerra y pudiendo pasar a la situación de retirados los oficiales y jefes que lo desearan. Se pretendió lograr la fidelidad personal de los militares a la República obligándoles a jurar lealtad al régimen, lo que hizo la mayoría. Como respuesta a esta política se creó la Unión Militar Española (que conspira contra la República) y el intento de golpe de Estado del general Sanjurjo en 1932. B) Se establecía la escuela primaria obligatoria, gratuita y mixta (se implantó la coeducación). Se incrementaron los gastos educativos para luchar contra el analfabetismo, mejorar la secundaria y potenciar la investigación universitaria. La política educativa estuvo marcada por la influencia de la Institución Libre de Enseñanza creada por el socialista Fernando de los Ríos, y su objetivo fue crear un sistema educativo unificado. La educación se consideró un derecho que el Estado debía garantizar a todos los ciudadanos para lograr la igualdad de oportunidades; como la Iglesia sustentaba un sistema educativo propio que competía con el estatal, se prohibió que las asociaciones religiosas ejercieran la enseñanza. El balance fue espectacular: se crearon más de 13000 plazas docentes y un número similar de escuelas primarias, además de 31 institutos (unidos a los 80 existentes); igualmente relevante fue la formación continua de los maestros y la difusión del libro. C) Reforma agraria con tres objetivos: entregar tierras a los campesinos para obtener su apoyo y evitar conflictos, defendiendo sus derechos laborales y protegiendo a los arrendatarios; eliminar el poder económico de los terratenientes; incrementar la producción y elevar la renta campesina (aumentar el nivel de consumo). Se publicó un “Decreto de Intensificación de cultivos” por el que las tierras no cultivadas se cederían por 2 años a campesinos sin tierra; pero fue ineficaz. En 1932 se aprobó la Ley de Reforma Agraria, mediante la cual las tierras de los “grandes” quedaron expropiadas sin indemnización; los latifundios, tierras arrendadas o incultas se declararon expropiables; las tierras expropiadas se destinarían al asentamiento de campesinos, que explotarían las fincas colectiva o individualmente. Se pretendía una redistribución de la propiedad agraria, urgente para satisfacer la demanda de los jornaleros sin tierra. Pero en lugar de ceñirse al problema de los latifundios del sur, se aplicó en todo el país de forma simultánea, molestando innecesariamente a muchos pequeños propietarios. La aplicación de esta ley fue lenta y los jornaleros quedaron decepcionados con la República y se inclinaron a las soluciones anarquistas. Se produjeron 10000 asentamientos y las relaciones entre propietarios (que se sentía amenazados) y jornaleros (impacientes por ocupar las 7 Hª de España M anuel Fernández tierras) llegaron a su máxima tensión. El parlamento catalán votó una ley que intentaba transformar a los colonos en propietarios al cabo de 15 años D) Reforma religiosa. Se deseaba eliminar el poder e influencia social de la Iglesia y establecer la separación Iglesia/Estado, pero se agredió torpemente a los católicos y el régimen se creó múltiples enemigos (se identificó República/ataque a Dios), que consideraron inaceptable el divorcio, la no obligatoriedad de la enseñanza religiosa, la eliminación de los crucifijos en las aulas y la disolución de los Jesuítas. La cuestión religiosa acentuó el enfrentamiento entre los españoles. Por la “Ley de Congregaciones Religiosas” (1933) templos y monasterios pasaban a se propiedad pública. E) Hubo reformas laborales. Promovidas por Largo Caballero, crearon un nuevo marco de relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, y llevaron los beneficios de la legislación laboral al campo. Así, la Ley de Contratos de Trabajo daba prioridad a los convenios colectivos, siendo esencial que los trabajadores se asociaran en sindicatos que negociaran con la patronal. Esta medida favorecía a la UGT, que vio crecer el número de afiliados. La Ley de Jurados Mixtos suponía la creación de instituciones muy semejantes a los comités paritarios, en los que la Administración estatal, en unión de los obreros y patronos, arbitraría soluciones a los conflictos laborales; la CNT no participaba en ellos. Otras medidas, como la creación de un seguro de desempleo no pudieron aprobarse. La Ley de Términos Municipales obligaba los patronos agrícolas a emplear en primer lugar a los obreros de su término municipal; la de Laboreo Forzoso establecía que los propietarios realizaran cuantas labores fueran necesarias para cultivar adecuadamente las tierras. Durante su gobierno, Azaña se enfrentó a dos problemas destacados, el reagrupamiento de la derecha antiliberal y la ofensiva insurreccional de la CNT. La oposición derechista se manifestó en varios intentos de insurrección; la conspiración militar se puso en marcha en abril de 1931, liderada por el general Sanjurjo en agosto de 1932. El golpe sólo triunfó en Sevilla y hubo de enfrentarse a una huelga general; Sanjurjo fue detenido y condenado a muerte, pero indultad marchó al exilio en Portugal. Por otra parte, en el seno de la CNT existía una facción partidaria de un sindicalismo apolítico respetuoso con la legalidad republicana. Sin embargo, la mayor parte de los dirigentes se decantaron por la línea insurreccional propugnada por la FAI (liderada por García Oliver y Durruti). La FAI se enfrentó al gobierno para atraerse a los obreros ugetistas descontentos, defraudados por los escasos logros sociales republicanos y por el incumplimiento patronal de la negociación colectiva. Políticamente el gobierno de Azaña tenía problemas para mantener una mayoría parlamentaria favorable; las formaciones republicanas que lo apoyaban no eran auténticos partidos de masas y dependían de la personalidad de sus líderes. Además, la conflictividad social aumentó (los líderes socialistas tenían dificultades para contener a los afiliados de UGT). La mayor parte de los parlamentarios republicanos deseaban que los socialistas abandonaran el poder y lograron que Alcalá Zamora retirase su apoyo a Azaña y encargase la formación de un nuevo gobierno a Lerroux, excluyendo siempre a los socialistas. Finalmente Alcalá Zamora tuvo que disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones. 8 Hª de España M anuel Fernández 2. EL BIENIO DERECHISTA (1934-36) La situación se agravaba y el gobierno no solucionaba las reivindicaciones obreras; su política de dureza frente al clero creaba malestar. En Diciembre de 1933, CEDA y Partido Radical iniciaron colaboración parlamentaria y gubernamental para detener las reformas; frente a ellos apareció una oposición con el partido socialista y partidos republicanos. Los rasgos principales de esta etapa fueron los siguientes: La dificultad para formar gobiernos estables, pues se sucedieron diez gabinetes ministeriales en poco más de dos años. El hecho de que la CEDA no se declarara republicana y se mostrara ambigua con respecto al futuro régimen complicó la formación de dichos gobiernos. Los radicales que apoyaban al gobierno se enfrentaron a dos problemas: su división interna y los escándalos de corrupción. Se creó una segunda cámara (Senado). Se aprobó una Ley de Amnistía que favoreció a los militares y monárquicos encarcelados. Se puso en marcha una contrarreforma agraria (se incrementó la cuantía de las indemnizaciones, se recortó el presupuesto dedicado al asentamiento de campesinos y se devolvió a los Grandes de España las propiedades confiscadas). De nuevo se ordenó el mantenimiento económico del clero católico en zonas rurales. Además hubo una ralentización del programa de construcción de escuelas y fue suspendido el Estatuto de autonomía de Cataluña. Socialmente se suprimió la semana de 44 horas La entrada en el gobierno de tres ministros de la CEDA fue interpretada por los socialistas como una entrega de la II República a manos de sus enemigos, siendo la señal para el estallido de una revolución que llevaba tiempo preparándose. En 1934 (octubre) hubo un intento de conquista del poder por insurrección armada, coaligándose comunistas, anarquistas y socialistas. Las fuerzas proletarias veían como el fin democrático el triunfo de la derecha en 1933 y el avance fascista en Europa. Así se inició una huelga general en numerosas ciudades (5 de octubre), con su mayor fuerza en Cataluña y Asturias. En Cataluña se unieron revolucionarios y nacionalistas, y Companys proclamó el Estado Catalán. En Asturias se levantaron obreros y mineros proclamando la “República Socialista de los Consejos de Obreros” pero fueron duramente reprimidos en vez de la reforma social que se pedía. Santander también estuvo 24 horas en manos de los obreros. Las consecuencias de la revolución de Octubre fueron muy graves: la derecha antiliberal percibió estos hechos como la confirmación de que el movimiento obrero preparaba una revolución, frente a la que el ejército era la única salvación. La Iglesia jugó el movimiento asturiano como una insurrección anticatólica. Las organizaciones obreras sufrieron una dura represión (dirigentes encarcelados o huidos) y muchos patronos aprovecharon la situación y anularon los contratos de trabajo firmados, con lo que miles de obreros (los “represaliados”) fueron despedidos. La indignación de esta represión y las voces que solicitaban amnistía contribuyeron a acercar posiciones de las formaciones de centroizquierda. Azaña se convirtió en un mártir político ya que fue acusado de conspirar e incluso llegó a ser encarcelado durante una temporada. En definitiva, la oposición de izquierda, la dureza de patronos, la desconfianza de los catalanes y vascos hicieron imposible la gobernabilidad. 9 Hª de España M anuel Fernández 3. EL FRENTE POPULAR A las elecciones de 1936 se presentaron unidos los republicanos de izquierda y las fuerzas obreras (FRENTE POPULAR) para derrotar a la derecha. Mientras, la derecha concurría desunida: Gil Robles –CEDA-, Lerroux –Partido Radical-, Calvo Sotelo – Bloque nacional-; además, Falange como independiente. Entre Febrero y Julio de 1936 las Cortes habían destituido a Alcalá Zamora; los diputados de los partidos del Frente Popular decidieron derrocarlo al considerar que se había extralimitado al quitar o conceder el poder a los diferentes gobiernos. La victoria fue para los primeros y Azaña fue nombrado jefe del gobierno. Los socialistas no participaron en el gobierno, pues así se había acordado previamente. El PCE, fiel a la estrategia antifascista, opinaba que la defensa de la Republica y de la democracia frente al fascismo era prioritaria incluso por encima de la revolución, lo que le permitió aumentar su influjo en la vida política y social española. El movimiento sindical se lanzó a una ofensiva encabezada por la CNT y la UGT para recuperar posiciones perdidas en el bienio anterior; hubo cerca de 200 huelgas agrarias entre mayo y julio. Por su parte, los militares “golpistas” fueron alejados de los centros de poder, aunque la conspiración se reanudó y en ella participaron militares antiazañistas, civiles monárquicos, carlistas y fascistas, e incluso un sector de la CEDA. El gobierno vivirá entre la presión anarcosindicalista y el temor a un golpe de Estado de la derecha. Se incrementará el terrorismo, de modo que la trama golpista fue acompañada de una serie de atentados protagonizados por pistoleros falangistas, con la intención de desestabilizar el régimen y de crear un clima de alarma social. Por su parte, muchos militares de izquierda se tomaron la justicia por su mano y respondieron a los atentados con represalias. El enfrentamiento llegó hasta el asesinato de Calvo Sotelo, con violencia falangista y de extrema izquierda. Entre sus decisiones, hay que destacar la amnistía a los presos de los sucesos de 1934, se restituyó el Estatuto de Autonomía de Cataluña, hubo declaración de ilegalidad de Falange y se aceleró la aplicación de la Ley de Reforma Agraria. Las principales dificultades fueron: desempleo, desorden público, atentados y violencia política, y la decisión de los grupos socioeconómicos y de algunos jefes militares de destruir la República mediante un golpe de fuerza, que se producirá el 17 de julio, comenzando la GUERRA CIVIL. 10 Hª de España M anuel Fernández