SUMARIO • - Biblioteca Virtual de la Provincia de Málaga

Anuncio
SUMARIO
•
El nuevo director del Instituto.
Nota política,
por José Alíus.
Caricatura,
por Sánchez Cantos.
Algunas verdades sobre mortalidad infantil,
por el Dr. J. Domínguez Luque.
La ultima novela de Insúa,
por Luis Cambronero.
¡Maestro!,
por A. Quintana.
Siluetas de libertadores: Gandhi,
por Ignacio Mendizábal.
Simón Bolívar. Parábola del héroe,
por Angel Miguel Queremel.
Homenaje a Narciso Díaz de Escovar.
Política y Técnica.
por Gustavo Pittaiuga.
Poesía americana,
por Luis A. Zamora.
E l suntuoso Alcázar de Segovia. Fotos.
Pedro Salinas o la estética de la medida,
por C. López Trescastro.
Los historiadores de Málaga,
por Narciso Díaz de Escovar.
La génesis de las revoluciones,
por José Smerdou.
Manzana de casas de la Plaza de Riego.
Pers pectivas malagueñas,
por Manuel Prados y López.
Autopsia del corazón. Lienzo de Enrique Simouet,
La reíorma universitaria,
por Leopoldo Alas Arguelles.
El Conservatorio Oficial de Música.
Labor municipal.
Labor (le la Sociedad Económica.
LOPEZ
HERMANOS
MÁLAGA
CRIADORES
Y
Y
EXPORTADORES
DE
DE
Y
FABRICANTES
AGUARDIENTES
ANIS MOSCATEL
COÑAC IBERIA
KINA
Fábrica
VINOS
LICORES.
SAN- CLEMENTE
de C o n s e r v a s V e g e t a l e s
y P u l p a de F r u t a s .
SALAMANCA, 1
Teléf. 8404
TODA
LA FUERZA
DE SUS
MO-
T O R E S L E E S NECESARIA. SÓLO
HAY
UNA
VA^RLA:
PORMA
DE
CONSER
LUBRIFICANDO
CON
E ORGIA
GIL
ESPECIALIDADES
GEORGIA
Tipos para:
C o n s e r v a c i ó n de a r m a s .
Grandes motores D I E S E L y máquinas delicadas.
T o r r e f a c c i ó n de c a f é s y m a t i z a d o de
arroces.
A u t o m o v i l i s m o , aviación, m á q u i n a s
a g r í c o l a s , etc.. etc.
CENTRAL
S.
PARA
ESPAÑA
A . E. G E O R G I A - O I L
CAPITAL
SOCIAL
l 004
OOO OO
PESETAS
Domicilio Calle Canales. 5 (Apartado 72)
M ALAOA
DELEGACIONES
Madrid
Barcelona
Valencia
Savilla
Bilbao
Malilla
AGENCIAS
EN
Vigo
Gijón
Palma de Mallorca
Ceuta
Sta. Cruz de Tenerife
Santander
Telef, 3404
MÁLAGA
REVISTA
MENSUAL
DE CULTURA
EDITADA
GENERAL
;
[
POR L A
SOCIEDAD ECONÓMICA
DE A M I G O S D E L PAIS
Suscripción
.
TARIFA
DE
1.— pta. trimestre
ANUNCIOS
Una página.
. . .
Media página . .
Cuarto de página . .
Octavo de página . .
Dieciseisavo de página
Anuncios profesionales
75.— pesetas
40.—
»
25.—
»
15.—
*
7.5Ü
»
3.
>
Para anuncios en las páginas de textos
y cubiertas, precios convencionales.
Adniinislración:
CASA
DE L
C 0 N S LI L A 1) 0
Pía/.! de la Constitución, 3. - MALAGA
2
SUBDIRECTORi
REDACTOR-JEFEt
Eugenio García L o m a s
Luis Cambronero A n t i g ü e d a d
DIRECTOR-GERENTE:
El Presidente de la Sociedad Económica
Redacción
y Administración
Año I.
en el edificio
del Consulado de Mar :: T e l é f o n o
N." 1073.
Núm. 5
Málaga 1.° de Septiembre de 1931.
E l nuevo director del Instituto
de
/os
provisional
Uno
de
frente
de
los
mayores
aciertos
¡a R e p ú b l i c a
centros
es
oficiales
del
de
española.
De
prueba
el nombramiento
tuto de
Málaga
José
tal ventaja
de
generación
es
gratamente
Posee,
don
M.a M a r t í n e z J i m é n e z ,
diputado a
Cortes,
ilustre,
sus
felices
actuaciones
además,
el
....
que
^Á3 envidiable
tomó
posesión
de
su
optimista;
cargo el
12
de
que
antes
de
El señor
Martínez
do en e l Instituto m a -
Martínez
había
tura y de s u
dado
repeti-
ingenio,
desde la Cátedra,
de
nuestras
importantes
en-
Recordamos
lagueño un
internado
modelo que
empezará
a funcionar en el p r ó §
I
ximo
\
mejores
des-
de e l F o r o y desde las
tidades.
hay
tam-
del Institu-
das p r u e b a s de s u c u l -
más
pero
encomiarla
Jiménez ha organiza-
en Málaga
tribunas
y
la
to, e l s e ñ o r
Jiménez
de SU
expansivo
bién.
ser designado para
ya
carácter
último.
dirección
un p/ i-
E s t o m á s que
ejemplar,
Claro que
Jiménez
cualidades Insitas para lucir siempre en
gado
Julio
los
un m é r i t o , e s u n a ven-
orador elocuente, abo
nuevo
exis-
que
señor Martínez
m e r p l a n o de a c t u a l i d a d cultural.
basta-
s i no
tiesen otras m u c h a s poderosas razones
director del instide
de
rían p a r a justificar nuestros elogios,
avalasen.
Ik p e r s o n a
algunas
en la Sociedad E c o n ó m i c a que ahora nos
buena
en
catedrático
recaído
al
cultura a re-
l e v a n t e s p e r s o n a l i d a d e s de l a n u e v a
intelectual
Gobierno
e l de p o n e r
curso
tal excelente
¿
va
nos
bajo
A
iniciati-
proponemos
ded'car amplia
macién
los
augurios.
en
infor-
nuestro
n ú m e r o de octubre.
c a l a j e
NOTA POLÍTICA,
^^.uvs.
"Que se lo coma la curia'*
Gratos e ingratos los recuerdos son hormigón doblas vidas largas. La doctrina yanki administrada por el gran
periodista Luis Bello, tónico invalorable para afianzar, con Séneca, empeño en la actividad meditada. Los nortéaínericarios
aseguran que el hombre empieza a ser positivamente útil para el bien común cumplidos los sesenta... Aquí abajo, en
Andalucía y en este período de parlanchines, los chaveas salidos del cascarón, pían pretenciosos: — ¿Qué ha resuelto la
civilización? ¿Por qué estos conflictos? ¡Fracasados, viejos fracasados, llevaos nuestro odio!
El viejo, pleno de dulzura, oye cordial al recién nacido y espera, seguro, la hora cierta de una espontánea rectificación. Cuando el estudio y los contrastes de la realidad preparen con lentitud una inteligencia normal y la nutran para
su desarrollo, el inexperto abatirá la impremeditación, y sin palabras — fuera de confesiones sonrojadoras — ante el viejo
-abrirá los ojos y le tributará confianza... Basta.
Este principio va en alivio de tanta sorpresa traspasada por contagio a las muchedumbres. El asombro y la
indecisión claman sus parálisis o sus furias y es ineludible reaccionar recordando el ayer, actuando en el presente y
pensando en m a ñ a n a . La empresa del hombre, para sí y sus continuadores, de no ser reflexiva, ha de quedar como en
tiempos paganos a cargo de Averrunes.
Casi todo cuanto en política acontece lo previó la última cincuentena del siglo X I X . Pi y Margal 1 fué precursor
•de la Sociedad de Naciones; Salmerón defendió La Internacional obrera; Castelar cimentó con solidez inquebrantable
la Democracia y la Libertad; Buiz Zorrilla, con firmeza castellana, abominó de la dinastía borbónica.
En las aulas universitarias los profesores liberales demostraban la m i ñ a nacional, así Pastor en Economía política
y Estadística; Piernas en Hacienda Pública. A través del Derecho penal clásico, las. nuevas orientaciones de Ferrí,
Lombroso y Colarijani atraían al estudioso. Oloriz, en San Carlos, explicaba Antropología y Salillas, en «El Liberal»,
Psiquiatría. De ••Francia, la corriente literaria iniciada por los hermanos Goncourt l l e v á b a l a Biología, a. la novela y Zola,
«1 gran Zola persiguiendo «el documento humano», por el arte aplicaba la realidad aleccionadora de la vida frente a la
creación ineficaz de puro artificio.
Quien aprendía y meditaba salvó las vacilaciones al fortalecer la inteligencia alumbrada por la Verdad, fué
republicano soltándose el espíritu de las herrumbrosas cadenas ancestrales; fué liberal y progresivo pero no exaltado,
porque para conocer necesitó método y tiempo, y para destruir y construir comprendió que tampoco podía esquivar éste
ni suprimir el otro.
Nada de cuanto el momento aturde a España sorprende la modestia del que tuvo disciplina mental. La barab ú n d a se produce por incomprensión o desconocimiento. La ciencia política de máximos avances exige como obligada
preparación para la aceptable convivencia de los gobernados educación cívica, que envuelve como fundamentales la
instrucción general y el acatamiento a la autoridad legítima. No se inclinaron a ello los Poderes tradicionales de España
— la Monarquía y la Iglesia - y ahora estallan las ansias frente a la injusticia y la superstición.
La propiedad privada de la tierra cultivable que se inicia con el primer hombre de osadía al clavar unas estacasy provocativo gritar a los que lo presencian: — ¡Esto es m í o ! — se va afinando y afirmando hasta culminar en la revolución agraria de los Gracos y constituir ya en toda la Humanidad sucesora la protesta permanente de los desheredados.
— ¿Dónde pisaré sin que alguien me eche?, — se pregunta el desposeído de un bien natural. El insecto y el reptil le
contestarían burlones; pero su semejante, airado, lo miraría con desprecio.
Münster, en Alemania, concita dolorido el hormiguero de seres al parecer sólo creados para el esfuerzo sin
límite en el trabajo y la .servidumbre; y Maethus, en Inglaterra, lanzó su horrible pensamiento de leyes de progresión
aritmética y geométrica reguladoras del alimento y la natalidad.
Si el pensamiento crea, el privilegio quiere anular. Esta batalla, en ocasiones supremas llevadas por el militarismo a la más espantosa barbarie, impone solución definitiva, que tampoco será inmediata, porque aún el denominador
c o m ú n de la Humanidad es la ignorancia.
Un factor de novísimo progreso, el maqumismo, desplaza con locura brazos de la producción y ensancha con el
paro forzoso los límites de la miseria; y el éxito mecánico que brinda el más delicioso porvenir de felicidad social, de
presente apiara los hambrientos sin otra luz que el instinto movido por hambre y rudeza.
Sobre estos fermentos España, aprisa, no puede declinar la norma incuestionable de su moderna Constitución,
y sobre estos imperativos, como portadores, tampoco se acallan las incontinencias qae arrastran los temperamentos de
muchos llamados a la empresa: ambición, vanidad, avaricia, orgullo, carencia de preparación y desinterés.
Así España, desconcertada, aturdida, quiere y no quiere, busca y no encuentra, grita y no razona. Espanta a
los pusilánimes, no atemoriza a los prudentes. A los que desean, irreflexivos, destruir, los detendrá la inutilidad de au
empeño cuando se convenzan de trajín tan torpe.
Hay otra cosa invulnerable que explicó con claridad Laurent, en su cátedra de Gante, la filiación en la Historia,
y España no podrá romperla encaminándose alocada a transformaciones extemporáneas o arbitrarias.
Sindicalismo, comunismo, anarquía doctrinal pueden madurar y no calculamos su hora precisa en el transcurso;
pero no es la siguiente a la hora de ahora. La ciencia y el genio abomina de las tiranías, de clase y de persona, y
buscando la liberación hasta hacer desaparecer el salario que es esclavitud económica y por tanto social, no han de detenerse consintiendo el mando desordenado de masas redimibles. La civilización futura no puede prescindir de filiación y
parentesco con las anteriores.
\ ú n queda mucho por liberalizar y se liberaliza instruyendo v se instruye al demostrar (pie se aprendió. De otra
suerte el hombre aislado o en colectividades se estaciona en autómata, vociféra &iñ fundamento y rige por procedimientos
indeseables.
Esta República española propalada por la conciencia ciudadana que se dispuso a arrostrar el mal menor de
derrocar la Monarquía por la fuerza tuvo el don de advenir unnacnlada medíante el ejercicio del más alto dePéfchó+popiiWir,
y no ha de allanarse a que minorías impriidrnles la perlurben ya para resucitar lo muerto o ensayar lo inconcreto.
La disputa entre los que exageran y los que desaniman por su lentitud al reparar el desmoronamiento de los
anos infecundoSj condenables, de «viejo régimen», no autoriza a nadie para producirse como el vulgo cuando no es su
derecho lo (pie «requiere por la Justicia», 5 dice con expresión idiota:ir*Ni mi bien ni el suyo, Que se lu conui I i curta»•
-
2
-
EL
ALCALDE
a l través ilf
DE
MALAGA
la eKlnirtum polUdrlea
ilo Siínc/irz Cantot,
3
-
1**1*3*
Algunas verdades sobre mortalidad infantil
P o r el Dr. J . D O M I N G U E Z
LUQUE.
Todas las madres están llenas de buena voluntad
¡quien lo duda! para criar a sus pequeños, pero la
ignorancia de los principios que deben guiar la lac
tancia materna o artificial las hace cometer verdaderos desastres que se ven traducidos en las altas cifras
de mortalidad infantil. Cerca de 100.000 niños
menores de un año pagan anualmente en España
tributo a la muerte, pero no es eso sólo lo triste,
sino el saber que buena parte de esas víctimas fallecen de enfermedades que son evitables con una
buena higiene general y sobre todo alimenticia.
Ahora bien, para lograr impedir a los niños enfermar y morir es indispensable conocer las circunstancias, las causas diversas que pueden predisponer a las
enfermedades y a la muerte. He aquí algunas de diasque queremos ligeramente analizar:
¿A q u é edad dentro del primer ano m u e r e n ' m á s •
niños?
¿En qué estación del año?
¿Qué modo de lactancia hace m á s víctimas?
A la primera pregunta hay que contestar que
mientras más cerca del nacimiento están los niños
más frágil y delicada es su existencia. He 850.000 n i ños que se calculan nacen en Francia mueren anualmente 150.000 antes de cumplir un a ñ o , pero de
estos 150.000, 52.000 fallecen en el primer mes de
la vida y cerca de 75.000, es decir, la mitad del
total, en los dos primeros meses.
Dedúcese de ésto que en este primer período
necesitan los recién nacidos de una protección incesante, que ya las madres la sienten por instinto. Estas
no deben jamás separarse de sus niños, en estos priL A V I R G E N AMAMANTANDO A L N I Ñ O "
meros meses, pues nadie las puede reemplazar, lo
de Lucas C r a n a c h .
mismo críen a su hijo al pecho que al biberón. Los
Metropolitan Mijseiim de Nueva York
cuidados solícitos de la madre son incomparables y
aún en los niños criados a biberón se ha visto que
mueren muchos menos cuando no pierden el contacto íntiNo es mi propósito escribir un artículo científico preñado
mo con la madre que cuando son criados en casa del ama.
-de consideraciones de orden técnico sobre este importante
problema; rni iutención es hoy bien diferente: tan sólo
('orno ha dicho Teófilo Roussel «todo lo que separa al
exponer unas cuantas afirmaciones sobre Higiene de los n i niño pequeño de su madre lo pone en estado de sufrimienñ o s , que considero de gran utilidad vulgarizar entre el
to y en peligro de muerte. El niño tiene tanta necesidad de
público de Málaga, ciudad que en las estadísticas presenta
los cuidados de su madre como de su mismo pecho».
altas cifras de muertes infantiles.
De las causas de separación entre la madre y el niño
Para algunos, estas cuestiones de que voy a ocuparme,
son en extremo baladíes, pero sin embargo, como dice
Variot: ¿Qué arte más •importante-que el qtre da los'preceptos y lija las reglas para criar los niños pequeños? ¿Hay en
el mundo algo más precioso y más querido para las madres
que esos seres tan frágiles que ellas mismas ban formado de
su propia substancia? Pero es que no sólo se (rata de un
problema sentimental sino de algo de más trascendencia, ya
que del exacto ciímplinuento de esas nociones de higiene
infantil depende <•! salvar miles o millones de vidas de
niños, con lo que esto representa en el porvenir de los
pueblos v de la - razas
hay algunas, cuales la indiferencia y el egoísmo sobre las
que tanto el médico como el filántropo no podemos nada;
peTO existen' otras contra las que sé piiede luchar'con gfkndes posibilidades de éxito: me refiero a la miseria y al trabajo femenino en las fábricas; sus efectos se pueden atenuar grandemente por medio de obras como: las mutualidades maternales, los socorros en especies y en dinero, los
restoranes gratuitos para madres nodrizas, las (lasas maternales, los Asilos de lactam'ia', etc.
Veamos ahora en qué época del ano mueren más niños
pequeños. Es un hecho bien conocido que la mortalidad
infantil es mucho más alta en verano que en invierno y na-
(lie ignora que Les meses de julio v
agosto son éspecialmente peligrosos
para loo pequenuelos v
F^s v erdad que-los rei ieii uaeidjLis
son muy suceptihles al frío y que e»
invierno, cuando no están bien abrigados y las temperaturas son bajas,
contraen fácilmente catarros y pulmonías; pero en Málaga, como en
general en las grandes ciudades, es •
en verano con el termómetro elevado
a 30° o más y sobre todo en los
dias en que se cierne una tormenta
cuando asistimos a verdaderas hecatombes infantiles. Pues bien, casi
todos esos niños que sucumben en
julio y agosto son arrebatados por
enfermedades digestivas, diarreas
principalmente, víctimas de una alimentación defectuosa. Es decir, que
esas muertes serían evitables si a los
pequeños se les supiera criar convenientemente y sobre todo si la lactancia materna estuviera más extendida, y cuando el pecho faltara se
tomaran más precauciones, por medio del consejo del médico, para la
elección de la leche, limpieza del
biberón y fijación de la ración que
cada niño debe tornar.
Ahora bien, para luchar contra
los efectos directos de las altas temperaturas estivales, es preciso tomar
algunas medidas; se mantendrá a los
' 'MA T E R N I D Á D ' '
pequeños en habitaciones no caluLienzo d e l ilustre pintor D . Fernando A l v a r e s de Sotomayor.
rosas y bien ventiladas, sus vestidos
serán ligeros y. se les darán, baños
.
frescos. En donde sea factible se instalarán aparatos refrigeque ser criados forzosamente por sus madres, ya que fue surantes, destinados a mantener una temperatura inferior
primido todo suministro de leche de vaca por las autoridaa 20°.
des de ocupación. Este es pues un experimento concluyenRespecto a la forma de lactancia que hace más víctimas,
empezaremos por decir que la inmensa mayoría de los n i ños que mueren en el verano, y aun en el resto del a ñ o ,
son criados a biberón. Los que son criados por sus madres
pueden sufrir diarreas ligeras, sobre todo durante los grandes calores, pero es raro que sucumban.
te que no deja lugar a dudas.
Por estas ligeras consideraciones que llevamos hechas
se deduce una senda a seguir; si queremos luchar eficazmente contra la elevada mortalidad infantil que actualmente padece España, debemos propagar por todos los medios
y entre todas las clases sociales las ventajas de la lactancia
materna. Estiman algunos autores que si todas las madres
pudieran criar ellas mismas a sus hjitos, la mortalidad infantil no excedería casi de un 10 por 100 de la actual; es
decir que sobre 100.000 óbitos anuales se podrían ganar
90.000 vidas.
La labor de propaganda debe comenzar en la misma infancia, en las clases de puericultura, que no deben faltar en
ninguna escuela de niñas y extenderse después a los distintos sectores sociales, abarcando lauto a las madres acomodadas como a las obreras. Pero más que con todas las leves
coercitivas y aun (pie con los mejores medios de asistencia v
protección, se consigue con una acertada labor |»roseliUsta;
el ideal sería, según una frase que se lia hecho famosa,
«poner OSte bello V Kl'an deber a la moda'.
Una estadística clásica nos dice que la morealidad se
distribuye así, según la clase de lactancia:
Lactancia materna
solo un 13 por lOt)
Lactancia mercenaria (por ama) . .
30 por 100
Lactancia artifícial (por biberón) . .
50 por 100
llav un ejemplo, (pie reíala el Dr Calrüette, de las venlajas de la lactancia a p e d í i . Durante la ocupación alemana de la rindad de Lille. apesar de la enorme miseria, de
las dificultades materiales v de los sufritnientó^ mondes el
número de nnios .que moría era menor que en tiempo normal, mienh'as que las personas mavores fallecían en proporcionen realmente pavorosas. Esto parece difícil de explicar y sin embargo no deja de estar claro, porque todos
Aquellos pequeños que tanto resistían a la muerte, teman
5
-
La última
novela
de Insúa
Por L U I S
CAMERO ÑERO
Viene a nuestras manos un libro de
Alberto Insúa. cuya mayor parte escribió en esta edénica vertiente de la bahía
malagueña; y es nuestro anhelo candoroso el de leer sus páginas brillantes,
Creyendo hallar en ellas la visión de esta
ribera iridiscente.
Fué candoroso nuestro afán, porque
fesé libro se compuso con el espíritu
¡ n i u \ lejos! de la realidad que vivía.
iPero nosotros supusimos, por una lógica
pueril, que en este ambiente deleitoso,
de pujante influencia sensorial, no se
podría huir tan horro de la intensión
del medio ambiente, hacia un pretérito
remolo.
¡Ah, portentosa fantasía: cómo desplazas del presente al artista, al verdadero artista, al que produzca lo que le
plegué producir! no al mísero cautivo
de la emoción que sií existencia vive.
Este, que también es artista, no se desplaza nunca de sí mismo.
Alberto Insúa, sí: vive el momento
que su imaginación le representa, supeditada a su albedrío.
No es prisionero de su numen,ni éste de factores extrínsecos.
Sus páginas exaltan, apasionan; mueven en ítn principio
al orgasmo ineluctable de las células, cuyo dominio eterno
no nos deja envejecer serenamente. Pero, luego, sus págiginas nos edulcoran, nos redimen dé la inquietud humana
de la carne, y, señoreándose el alma de las rebeldías somáticas, nos llevan al placer puro, absoluto de amar la inexistencia corporal de la ternura v de la fe en nuestro incógnito existir.
Alberto Insúa reflejaba, con fascinante r e a l i d a d mientras su estancia en Málaga—, la hermosura inefable
de esta zona, en primorosas crónicas escritas para la prensa
de Madrid. V al propio tiempo, despojándose de su placer
sensorio estético, rememorabk o construía, con intensidad
imponderable, un libro pleno de pasión, de vitalidad, de
idealismo, sobre lejanas remembranzas.
Bien está el título del libro: "en dos tiempos se desarrolla la novela, como los temas orquestales. Tiempos diversos, contrapuestos, de una autonomía concreta, cotripletamentemenle distanciada; pero sometidos al mando inesqúivable del amor, que, en palpitaciones orgánicas, o en emociones ideales, los armoniza v los conecta con portentosa
realidad.
Son dos iiguras poemáticas, concebidas en el seno mtenlal de una imaginación prepotente, que las humanizó s i n
reservas, para hacerlas v ivir en este mundo, con pensamiento SUprahutnano; v las sublimó idealizándolas, para hacerlas
vivir en la régión de la poesía y el arle con realidades corporales.
«EL AMOR EN DOS TIEMPOS» se compone de dos
figuras sugestivas, que constituyen por sí solas la capacidad
de la acción. Los personajes subalternos se agrupan oportunamente al proceso, bien emotivo, de la obra; pero al
t ravés de lances y de seres, de narraciones v episodios, es
la novela, en puridad, un dúo cultninante de amor. Amor
que sé despierta al mándalo imperativo de la especie; y en
el transcurso de la vida, se descompone, se, alquitara, o,
más exacto, se desnaturaliza v alcanza la idealidad del
platonismo existente en los espíritus excelsos, como los de
Antonio y Martirio que integran «EL AMOI5 EN DOS
TIEMPOS».
6
-
Es absorbente la lectura de esta novela, destructora de
convencionalismos sociales, supeditados a una ética Falsa,
inhumana, teocrática.
Es absorbente la lectura, porque su prosa es circular,
igual que el horizonte que se abarca desde una cumbre dominante. Cada concepto, cada idea, cada narración, tiene
su círculo, del diámetro capaz de concentrarlo, del radio
justo para hacer la curva equidistante del centro, donde
radica la expresión.
La concatenación misteriosa de las ideas alumbradas,
por el prodigio de un idioma, sumiso a las concepciones
del arte.
Es la dicción exacta, conductora del pensamiento virgen, desde el cerebro transmisor, a los cerebros aptos, receptores .
Esta misión privilegiada es patrimonio abstracto de los
doctos, de los que pueden ostentar la autoridad de sus
preceptos por encima de todos, aunque sea con reverencia
de los menos.
Es una prosa eslabonada, de constelaciones mentales;
corno de estrellas que tuvieran nimbos circulares tangentes
en sus diversas magnitudes.
Ciiii^-;:;;:;;::::;!!!)
i
No pretendimos hacer crítica, en esta página oferente
de admiración a Alberto Insúa. ¡Es tan difícil enjuiciar la
producción mental del ser humano!
Esta página es sólo una impresión sinceramente reflejada
de un bello libro que llegó a nuestras manos .de bibliófilo.
C;!::!::::::;:;^'ii!!ii:;!i
M A E S T R O !
Por
A.
QUINTANA
Los Dioses, hijo m í o , se han complacido en tu felicidad
y te han apartado de aquellos trabajos que inspiró Minerva
cat aclismo en marcha más de ciento treinta años viene a
reducir la caridad a icono en su hornacina y a establecer el
a los dilectos de la sabiduría que forjaron el Coloso de Rodas y de aquellos otros que huyeron de Galeno para caer
en pacto demoníaco como Fausto y encontrar fingida fuente
^e juventud; los Dioses te hicieron sereno como el espejo
del agua de los lagos, risueño como la brisa del céfiro,
derecho a la igualdad.
flexible como la caña que sisea al viento en la orilla del
río, blando como el vellón del cordero, tierno como el
corazón de las madres; los Dioses te hicieron Maestro.
No quiero que se apague el fuego de la gratitud en m i
pecho. No quiero que los Dioses te olviden un momento.
Quiero que la ambición de nuevos horizontes no truequen
tu vida y que puedas, alucinado, volver tus preces a los
Dioses para que cambien tu iumbo; sin norte, hacia los caminos oscuros del eterno comenzar.
Eres Maestro y naces al Magisterio-en'ebmoinento - más
solemne de la Humanidad. Cuando vas a ser el constructor
de una Humanidad nueva.
No tengas miedo. Las fallas hienden las ingentes moles
que forman las greyes del mundo, y desde el budismo innúmero hasta el rnormonismo nuevo, todas las masas se desgajan [)ara rodar al llano en abierto resbalamiento y formar
nuevos planos de vida nueva.
La historia recoge en el momento del día primero de
nuestros tiempos todo el pensamiento del mundo en Calililea, después del desgajamiento de Grecia \ de Roma, y
Cristo Vlaestio da la idea del derecho a la igualdad, creando el tópico supremo de la caridad para vencerlas concupíecencias que flotaban en el informe remolino; pero la caridad como ley era un tópico que había de preparar el imperio tic! dcrechcyv ;i los mil \ nos ccicutos anos, im nuevo
Tú, y todos los que formáis el ejército preclaro, conduciréis las masas hacia el punto luminoso del horizonte, y
desde allí distribuiréis nuevos pueblos sobre la tierra.
Y tenéis la dicha de actuar sobre la masa blanda y m o l deable de la p ñ e z . No lo dudéis; no os dejéis ya sojuzgar
de aquellos tristes filósofos medievales que obligaron a decir al cristianismo que el hombre era malo al nacer; no os
dejéis sojuizgar de teorías infranqueables de herencia, no^
la educación es ariete, la educación es barrena, la educación es arquitectura.
Demuele unas veces, destruyendo males físicos y costras morales euquistadas por más de una generación,, y luego, valiéndose de elementos de reserva capaces de endogeni}i, reconstruye hombres y mujeres fuertes en lo físico,* y
valiéndose de la reacción que dan las pasiones y de la destrucción de morbos freudianos, hace de los hombres-ciudadanos cumbres y de las mujeres, madres como Sempronia.
Tú, lujo m í o , vas a vivir la vida que hizo de Pestalozzi
un sanio luterano y de Herbart, un luminar del mundo. Y
tu serás sereno como el agua quieta del lago, risueño como
la brisa, flexible como la caña, blando como el vellón del
cordero, tierno como una madre, y , sobre todo, humilde
como la violeta, que da el aroma delicado al bosque y se
inhibe debajo de la hoja.
Si sabes inhibirte y dejar que el aroma de tus virtudes
impregne el alma del niño, sin robarle per.sonalidad, serás
digno de acogerte a aquella sombra que crea el mundo, a
través del tiempo, aquella sombra de Kousseau, hoy de
nuevo aco">edora de los hombres.
P E R F I L E S
Siluetas de libertadores: G A N D H I
Por I G N A C I O
«•Obrar sin pasión es el más alto grado de la
virtud humana. E l alma debe conservar su serenidad
imperturbable : Obre, pero sin emoción.
tQue su calma interior nunca se altere. Que no
mellen los acontecimientos exteriores su profunda
impasibilidad.»
MENDIZABAL.
«Maha-barata». L i b . I I , cap. 16.
\
Famosas y atractivas
son a través de las centurias aqjellas leyendas b r i tánicas en que los relatos
de los Caballeros de la
Tabla Redonda fulguran
como relámpagos sobre la
noche tempestuosa del medioevo. ¿Qué mejor tema
n i motivo más bello para
ser cantado en las Cortes
de Amor provenzales y
aquitanas por las cuerdas
melodiosas de Godofredo
de Rudel y de Ulrico de
Lichtenstein?
aquella n a c i ó n
ddatada
desde el Holstein y el Eider
hasta las bocas del Ems,
cuyos habitantes—atrevidos
baño cleros que en estandartes y escudos blasonaban un dragón — eran llamados Sajones.
Y mientras los ecos de
ü e v o n se estremecían con
las trompas de caza del
príncipe Ceraittt: y mientras acariciaban los oídos
de Sir Lanzarote los gorjeos del ruiseñor de Astolat; y mien ras las hazañas
de Sir Careth repercutían
¡Loor a las magníficas
gloriosas en el lejano reino
proezas — esmaltes y repude Orkney, y las palestras
jados en la Historia de
visigóticas que nos deshace catorce siglos — llecribe Erinodioy los torneos
vadas a i^abo por el rev
suntuosos que relata N i Arturo, espejo de caballethard y los desafíos que
ros, paladín de la tradición
detalla menudamente la
inglesa, héroe de una edad
crónica de Montmouth reheroica, y símbolo entonverberaban de sol y se
ces de la independencia
animaban en centelleos
bretona, de la que fué
G A N I) H I
con las armas bruñidas de
caudillo por las agrestes
los adalides y la sonrisa
llanuras de los Cambrios
enjoyada
de
las
hermosas;
mientras
el chispear de los aceros
ame las huestes aguerridas de los Siluros de Caérleon!
se
enlazaba
con
el
tañido
del
laúd
de
los trovadores, a lo
K\ era el que en Camelot reunía con fiestas a sus cabalejos,
desde
las
encinas
de
Cornwall
hasta las fuentes de
lleros alrededor de aquella Mesa Redonda hasta donde se
la
Armórica,
toda
la
tierra
medioeval
de
la gesta británica
filtraba, deslizándose en un rayo de sol, el Sanio Griai; él
trepidaba
con
u
n
temblor
sagrado
bajo
el galope.de los
era el qué en múltiples batallas opuso resistencia a la invaCaballeros
del
Rey
Arturo,
siíbrayadc'r
{•spantosameute'
jwvr
.sióu cvirana que pendraba con Erkenvim» en las regiones
el alando primitivo de los Siluros de Caerleon.
del Essex, que se instalaba con Hellp en la colonia del
Snssex y que fundaba el reino de Wessex sobre los a indos
huesos del pendragon Nazaleot, Y él fué la llamarada independiente que ilaineó su rebeldía por las colmas del Ibgb
Thames, que blandió su espada por las laidas del Badon,
T a m b i é n ahora, en el trascurso de este mes, nuevos
que eiupurpuro até sangre la> \ ias de Wigbl. v que desde el
caballeros del siglo V \ diSpotidlSe "a tomar 'asiento en
Saverna a ítatb elevo el solido dique de su resistencia
derredor de otra Mesa Redonda; pero la Conferencia de
freuté a los feroces guerreros desembarcados con el sol en
Londres así llamada, donde va a entregarse la magna carta
de un uurMo que ansia redimirse: esa 'Conferencia oue
a- costas esquivas: corsarios «le frágiles naves, lujos de
-
8
~
malos*
El altivo desafío de los paladines contemporáneos va
tocando su término, y la dulzura vencerá.
La ingente ínsula británica, la que se enseñoreó de los
continentes, trazando en su epidermis geológicas rasgos de
acero, desde Heligoland a las Jónicas, desde Singapoore
a Sumatra,.desde Tasmania a Norfolk, desde Capetown al
Cairo; la que, afirmada en sus colonias mundiales, con
Jersey y Guernesey poseía las llaves del Canal de la Mancha
y en Malta y Corfú encontraba escalas de apoyo hacia
Levante; la que atalayaba desde Gibraltar el Mediterráneo
y desde Socotra el Mar Rojo; la que se aseguraba con
Ormuz, Chesmi y Bukir el dominio del Golfo Pérsico; la
que por el puerto de Aden pudo difundir en el Yemen y el
Adramut los productos de Europa y de la India; la que
tuvo en Bathurst una arteria para penetrar hasta el corazón
de Malaya, y en Buena Esperanza un centinela para avizorar el Océano Indico; la que navegó por el Ganges y el
Nilo, la que ascendió por el Kisthna y el Kavery; la que
escaló el Himalaya y el Atlas y lo mismo desenterró la
Esfinge de Gizeh que la Gran Muralla de Tsin-chi-Hoang-ti;
la que introdujo su idioma en las cinco partes del- mundo;
la pujante, la imperial; aquella hablando de la cual
C. P. Lucas en su Greater Rome and Greater Britain pudo
jactarse de que «sostenía comparación victoriosa con el
antiguo Imperio romano», ha visto hoy perdida su estabilidad, y - simple isla al fin - boga
hacia su-ocaso con la racha airada
de Dios zumbando en las tensas
velas de Whitehall, sepulcro blanqueado de Gobiernos; con la mirada
colérica de Dios, fulgurante de idéntica manera sobre las soberbias
alas del Buckingham Palace y sobre
las chozas proletarias del East-end;
con la venganza de Dios impresa al
fuego en los muros de Downing
Street, en las columnas de la City y
en el hambriento rostro empalidecido de sus workless.
eufrerita las ambiciones antípodas de un Imperio que fué
grande merced a la opresión y de unos Dominios que por
culpar de la opresión carecen dé toda grandeza; esa Conferencia4qndinense de la Tabla Redonda no congrega con
fiestas a sus caballeros. Y , desde luego, no verá deslizarse
en un rayo solar hasta su estancia el Santo Grial de lu
redención.
:
Por eso el Mahatma Gandhi—espejo de rebeldes, paladín de la desobediencia civil, héroe en una época lastrada
de prosa ,y símbt}lo«>.actual de.íla independencia india —
después de sus entrevistas con Tej Sppu y con Jayakar,
después de escuchar la repulsa del Virrey a examinar su
interpelación sobre las violaciones cometidas con la Tregua
de Delbi, vió ante él embarcar sin emoción, ojos enjutos,
corazón escéptico, a los 27 Delegados que navegan rumbo
a Inglaterra con una vibración de duda latente en los poderosos motores estremecidos del «Moolton».
¿No escucháis su lema? «Desobediencia y dulzura».
Evangélica rebeldía. xMística resistencia: Sacrificio. Y todo
ello abarcado por la triple virtud de que su biógrafo,
Romain Rolland, nos haMa: la voluntad, arco tenso en
cualquier instante; el sentido práctico, índice regulador; y
la pureza que inmaculd el conjunto.
De los dos elementos cuya identificación regula el desenvolvimiento del espíritu hindú, Gandhi ha sabido inmolar el Y O - e s t i é r c o l ardido en su
córazóír ardiente, según palabras
suyas—áubordinándoló á las exigencias del SU. Y esto mediante su
rígida ascética: mediante el ayuno,
que disciplina el alma; mediante la
castidad, que flagela con sus aceradas púas el florecimiento sensual de
la carne; mediante la Rrachmacharya, que tortura los deseos con el
castigo cuando sea urgente, con la
crupldad cuando, sea necesaria. Porque, y así lo establece en su autobiografía y en las marmóreas hojas
de su vida real, «el hombre sólo es
hombre en cuanto posee capacidad
para mantenerse a raya».
Vencerá la dulzura, derribando
con su blando soplo las fortalezas
sólidas. Vencerá el Bapu de Ahmedabad, moderno Rey Arturo de la
Tabla Redonda; vencerá en Londres
y en Bombay el Mahatma,, de Gujarat, que como las manufacturas de
ésta es duro y seco, y es, como su
mecánica, de acero templado y elástico, de hierro dulce. Su santa obstinación, desapasionada c impasible
como aconseja el Bagavad-guita,
infiltrará su gotear en las rocas; y la
suave paloma de Lacrui derrotará
al jabalí de C'ornwall. «Porque Dios
está eternamente sediento de abnegación huifiana v el sacrificio de
una sola ah
Este es el apóstol de su casta, el
mártir de la causa india, el semidiós
de Cholapur v de Labore, de Poona
y de Purandar.
Lleguen en buen hura los Delegados que preceden al santón de
Sabarmati en su marcha hacia Inglaterra; trencen allí las protocolarias
perfidias los hilos enmarañados de
sus debates sobre la esterilidad de la
Mesa Redonda. Que Gandhi, en los
«saloons» de Londres couu en >u
Vhmcdahad. callar;!
«\ craii(iali)
expectante,
de
cobijado por hi
la sonrisa
sus perpetuas amigas: la
dulce
iMaiiM-dmnbrc: la paciente desobediencia.
una no se consuma jamas
E l He y Arturo
9
-
en v a n o » ,
SIMON BOLIVAR. Parábola del Héroe
PRIMEE CENTENARIO DE SU MUERTE
Ofrecemos hoy a nuestros ledo res las magníficas
Por
ANGEL
MIGUEL
QUEREMEL.
cuartillas —de indiscutible valor artístico—leídas en
la velada conmemorativa del Centenario de Simón
Bolívar,
celebrada en la Sociedad Económica de
Amigos del País en la noche del J<S de diciembre de
J93c, por su autor el cónsul general de Venezuela.
del modo que os venga
Ebtaban sentados en
en gana. \ si alguna en-
el suelo alrededor de
¡iiiiiPM:
señanza
encierra, que
ponía temblorosos re-
os sirva
de estímulo
flejos sobre
mejor que de estorbo
una gran hoguera que
la noche
para vuestra existencia.
circundante. — El cielo
Hace
mostraba su desnudez
más de un
estrellada y el viento
siglo, hubo en nuestro
Corría de Norte a Sur
pueblo un hombre ex-
arrastrando
cepcional,
su
trapo
u n genio.
con blando
Surgido en un momen-
ruido. E l corro de gen-
to crítico de la vida de
te estaba compuesto de
la patria, al poco tiem-
personas de edad diver-
po
sas: jóvenes de aspecto
nombre umversalmente
risueño v de ojos bri-
celebre. Hizo milagros
llantes; hombres madu-
asombrosos en el arte
ros de tez bronceada
de la palabra: conquis-
v expresión recogida;
tó laureles inmortales
invisible
se hacía
de un
cabezas de cabellos ca-
en la guerra v en la paz.
nos y de posturas extá-
A él le debemos nuestra
ticas; alguna mujer; a
liberación, nuestra i n -
corta distancia dos ni-
dependencia.
ños jugaban con largas
Hoy
estamos en
hojas de palmeras sobre
posesión
un
personalidad universal-
montón
de tierra
removida. Todos escuchaban
con religioso
silencio la palabra del
de nuestra
mente reconocida. Em\\
pezarnos a ser, pues,
m
en él. A él le debemos
más viejo de ellos, al
nuestro progreso: nues-
través de cuyas barbas
tra
civilización;
Hizo
nevadas la \ oz parecía surgir, evangélica en un suspiro
de nuestra fierra una isla de excepción, objeto de envidia
reposado.
V de alabanza. Si vemos a nuestro pretérito su nombre lo
— « D e esto que os \ o \ a contar,
mucho tiempo. Mi ahuelo
lo bahía
hijos
míos,
o í d o de
hace
ocupa todo: si nos apercibimos de nuestra
\a
para bendecir &u nombre: si nos aventuramos al porvenir,
boca de su
padre. Es una historia verídica de nuestro pueblo:
actualidad es
su figura empieza donde tertmnan todos los horizontes.
no me
Nuestra patria es él; su memoria, nuestra
atrevo a caliñcarla de edificante. Vosotros la escucharéis
10
umea
religión,
m Q Í * 3 Q
El mundo entero, el tnuiula civilizado
que sueña
nuevo Dios. Y entonces el pueblo en masa se dedicó a
con la
libertad v la paz entre ios hombres, no hace otra cosa que
buscar el sitio en la ciudad más adecuado donde erigir el
sobrevivirle; su huella perdura a través del tiempo: su i n -
pedestal para la estatua magnífica. V. va encontrado,
flujo prosigue latente en todo movimiento moderno en pro
ficaron una colimta de mármol donde se alzó el símbolo
de la humanidad y de los derechos del hombre. E l , el
sagrado que representaba al héroe. Pero
semidiós, él siempre. Los poetas de la época, sus
conformes y lo colocaron más en alto sobre el p e q u e ñ o
discípu-
edi-
no se sintieron
los, lo situaron al lado de Jesucristo; las mujeres
besaban
monte de los Grandes; y todavía les pareció muy a flor de
la orla de su túnica redentora; tuvo riquezas,
poderío,
tierra y le subieron, más arriba, sobre la gran colina de los
amor. ¡Y murió, oscuramente, desencantado, él, el hombre
Inmensos, y, más a ú n , otra tarde escalaron la montaña del
que había despreciado la riejueza y poderío de reinos y de
Gran Padre, y en su nevada sima le suspendieron.
Y en-
imperios!
tonces sí parecieron satisfechos.
subido
En tanto. nuestra tierra prosperaba.
¡Nuestro pueblo
Pero, lo habían
tan alto, tan alto, que ya no lo volvieron
a ver desde la
antes ignorado, volaba en alas de la fama: y a los cuatro
ciudad y, poco a poco, se fueron olvidando de la mate-
costados del inundo su nombre desconocido era
rialidad de su figura y de su nombre, poco a poco fueron
antorcha,
penacho y bandera de excelsitud. Y entonces los hombres
deshumanizándole para darle la verdadera
de este pueblo pensaron en su glorificación.
gran muerto se merecía,
Perpetuarían
vida que aquel
y fué que, instintivamente lo
su recuerdo en una estatua: el barro que él bautizó con la
habían elevado tan alto, siempre más y más alto, para
miel de su palabra, la sangre de sus venas y la fiebre de su
judicarle su auténtico sitio, su categoría de Dios, de Santo,
pensamiento se elevarían en la misa del homenaje como la
de héroe máximo, la divinización del genio, por medio de
ofrenda de la tierra misma, bajo el infinito azul donde
la exaltación de sus hijos, de sus hermanos*.
la noche de su muerte encendía luceros y agigantaba
El anciano se ha quedado silencioso. Los oyentes
soles.
nen los ojos cerrados.
buscaron el mejor escultor de la comarca: y el alfarero i n dable con el gesto sublime de las redenciones
ficio. Y el día de la glorificación
tie-
Súbitamente
abren todos los ojos y, en la noche miran hacia lo alto de
Y los poetas y todos los hombres de nuestra tierra,
signe modeló en el barro moreno y triste su figura
Pero nadie duerme.
ad-
la m o n t a ñ a invisible.
inolvi-
Sopla el viento, y en la sombra del monte cae la nieve
y del sacri-
como una mortaja de infinito y de silencio.
los sacerdotes vistieron
En esta modesta parábola sobre Simón Bolívar el L i -
sus túnicas más vistosas y ricas y humedecieron el barro
bertador, he querido darle una idea al respetable
transfigurado con el agua de luz de los hisopos. Y los órga-
que nos escucha, de lo que es para nosotros la devoción a
nos de las catedrales sollozaron dulcemente; y las
campa-
la memoria de nuestro héroe. Hemos hecho de ella una
nas gritaron al viento una aleluya inmortal; y el arco de
religión, la religión de la patria, para rezar y comulgar con
las flechas de todos nuestros ascendientes curvóse de gracia
la libertad que es y debe ser siempre la paloma del Espíri-
y rompió el aire de miel el vuelo simétrico de los dardos...
tu Santo en vuelo perpetuo sobre la miseria del mundo y el
Y hubo bailes v cantos, y en la casa de todos nació el
rencor de los hombres.
pviblico
Homenaje a Narciso Díaz de Escovar
T o d a l a prensa local se h a adherido a l homenaje que se proyecta a l ilustre "Poeta de los
C a n t a r e s " don Narciso D í a z de Escovar.
L a revista " M A L A G A " que, desde su p r i m e r n ú m e r o cuenta con l a valiosa c o l a b o r a c i ó n
del insigne bardo y que siente p o r é l un e n t r a ñ a b l e afecto, se une a l p o p u l a r anhelo,
n u n c a m á s justificado que ahora.
Beciba, por anticipado, nuestro querido y admirable don Narciso la m á s c o r d i a l enhorabuena
y sepan los organizadores del homenaje
que nos será m u y honroso cooperar, dentro de
nuestra modestia, a l m a y o r é.vito del misma.
ti
-
malos*
POLÍTICA
Y TECNICA
Por
Al enfrentarnos con la
redacción del texto consti-
sombras
del poder legis-
lativo, mantenidas en un
plano secundario de crítica
cameral propuesta para el
poder legislativo, implica
de
redactada
por técnicos, a los cuales
seguían c i e g a m e n t e las
cutirse—nos encontramos
con que la estructura uni-
creación
PITTALUGA.
nacional - fué
tucional - p r ó x i m o a dis-
la
GUSTAVO
discreta y de pobres i n i ciativas por la Censura del
consejos
técnicos. Están previstos,
en efecto, en el proyecto
Primer Cónsul o por el
de Constitución presentado
al Parlamento. E l Títu-
Inversamente, en países, de estructura social más
dominio del Emperador.
lo V I I (Artículos 92, 93 y
reciente, en que la visión
94) está dedicado enteramente a su definición y
i> teórica fde la;, orgamzación
del Estado no había de
establece que «el Gobierno, salvo casos de urgencia, deberá someter al examen del Consejo técnico
respectivo, toda medida de
encontrar resistencias en la
realidad de las jerarquías
v de los intereses, como
aconteció en las jóvenes
* naciones americanas; los
importancia que afecte a
las materias de su competencia, así como todo proyecto de ley antes de presentarlo a la aprobación
técnicos fueron directamente los políticos, y la
vida política ha sido n u t r i da const*ntemente por el
pensamiento, la voluntad,
DON
GUSTAVO
del Congreso». Otras disposiciones análogas, contenidas en los artículos indicados,
otorgan a los Consejos técnicos facultades e intervenciones
no menos importantes en relación con el Gobierno y con
las Cortes.
Este procedimiento de colaboración de los técnicos con
los políticos, llevado a la sanción suprema del propio
texto constitucional de la Nación, constituye una novedad
legislativa, y si se quiere, una nueva forma de concepción
de la estructura de la vida nacional. Mas al propio t i e m p o inútil recordarlo—refleja y afirma una tendencia del espíritu publico y una doctrina sostenida durante estos últimos
lustros por gran n ú m e r o de estadistas y de estudiosos, de
técnicos y de políticos.
¿Cuáles son sus ventajas? ¿Cuáles son sus inconvenientes? Vamos a examinarlos someramente.
De primera intención, si nos abandonamos a la fácil
atracción dedos tópicos,; se nos aparece como máxima ventaja la de asociar a los técnicos - se entiende a los mejores
entre ellos — a la tarea grave y difícil de gobernar. Se trata,
ciertamente, de una imprescindible cooperación. Pero se
trata de una cooperación siempre lograda, durante lodos
los tiempos, bajo todos los gobiernos, en todas las formas
del Eslado.
cual significa, en Simia, que es una co¿perací<5n fácil de lograr sin necesidad de reglamentarla de
antemano. Toda la legislación napoleónica—creación formidable ex-novo, de todas las piezas fundamentales de la vida
PITTALUGA
los errores, los intereses y
los aciertos de la técnica, considerada como directora de
la vida pública.
En cierto modo, el mismo prétíominib1 duráíite el siglo
x i x - y aún después—de la acción militar en la vida pública
do algunas naciones americanas—y aún de E s p a ñ a - p u e d e
tomarse como una modalidad específica de ingerencia de la
t é c n i c a - d e una técnica determinada, la técnica del soldado
—en la poli ica.
Si bien se considera el problema, la intervención y colaboración de los técnicos en la organización política de la
nación no puede concebirse más que en una de estas tres
modalidades distintas: a) o bien por una directa actividad
política de los técnicos (política de técnicos); b) o bien por
un estudio casuístico encomendado sin responsabilidad a
los técnicos por los políticos (política sin técnicos); c) o
bien por una actividad técnica al margen de la política pero
ligada írítimamente con esta úllima (política' con* técnicos),
Nótese bien que al definir el segundo método como «política sin técnicos», no se quiere decir que los políticos prescindan del todo del consejo, de las indicaciones o de la colaboración de los técnicos.
No existe listado constituido que seriamente pueda
prescindir de esta ( olalioracióil. Lo que quérCrnos'dcrr'r es
que, «"ii esc caso, la política corno tal se desenvuelve como
una actividad de tipo peculiar por encima de la técnica,
porqué no cree que el criterio de los técnicos encierre en
12
seerlas. Los Gobiernos de técnicos han sido siempre pésimos gestores de la política nacional. La primera solución
es, a m i entender, inadmisible.
sí un sentido político, y por tanto, descarta a la técnica de
la decisión propiamente política de los asuntos públicos y
de la solución de los problemas del Estado.
Ahora bien: de estos tres sistemas ¿cuál es el preferible,
en primer término por razones de orden propiamente espiritual, eaeaicial; en segundo término por razones de orden
práctico, procedural?
Hablo, corno es natural, con relación a la hora histórica que atravesamos y a la realidad peculiar de España. Y
es evidente que la intervención directa de la t é c n i c a - l a técnica responsable de ía política, esto es la «política de técnicos», representada concretamente por Gobiernos técnicos
- n o es una solución admisible. N i adecuada al momento,
ni apoyada sobre experiencias favorables. No. No es conveniente a los intereses del país conservar con un sentido
hierático, el mito de la supremacía intelectual de los técnicos. La técnica es, en suma, dígase lo que se quiera, una
cosa subordinada, un arma en manos de la inteligencia.
Pero un buen técnico qúe conozca a fondo su asunto—un
•banquero: un especialista en ferrocarriles, un gran higienista, un civilista ilustre, un ingeniero—puede carecer de las
cualidades de perspicacia vital, de acción de cultura general, de visión histórica, de transigencia o de carácter que
son la esencia misma del político. Di,ré m á s : suele no po-
La segunda—«política sin técnicos»—es imposible en el
estado actual de la vida pública en el mundo entero. El político no puede hoy—por la complejidad inmanente, continua, y no casual, momentánea, de los problemas—apelar a
los técnicos en la forma casuística e indirecta, irresponsable, con que lo hacía hace treinta años. Le es precisa una
asistencia constante. El técnico ha de ser una parte del político, pero una parte íntimamente ligada con su vida espiritual y con su actuación pública.
*
Llevada al propio texto de la Ley fundamental del Estado esta concepción de la íntima colaboración de los técnicos con los p o l í t i c o s , - s i n aminorar el sentido escuetamente
político de la vida pública, sin contaminar con ningún asomo de pedantería la espontaneidad de la vida política,—
resuelve felizmente una situación recelosa que ha dado l u gar a muchos tanteos inútiles, a muchos ensayos malogrados
y a muchas equivocaciones personales; y en ocasiones también a muchos errores de gobierno—por olvido y ausencia
de los técnicos, o por desmesurada y nociva intervención
de la técnica.
POESIA AMERICANA
Al cielo de la Patria
Azul como una dulce «no me olvides»,
limpio como un ensueño de la infancia,
sin una leve bruma ni una sombra,
así te quiero, ¡oh, cielo de mi patria!
Limpio girón del cielo americano,
¡quién el color en tí siníonizara!
¡Aquí estoy, aquí estoy para adorarte,
como a los dulces ojos de la amada!
Página azul de la chilena gloria,
bello altar de la patria,
abierto ante mis ojos te presentas
al irse el día y al venir el alba.
En lí adoro el color de unas pupilas,
en tí adoro el fulgor de una mirada,..
Aquí estoy, aquí estoy para adorarte
imagen silenciosa de la Patria.
-
13
L U I S
A.
ZAMORA
(Poeta chileno)
E l suntuoso
A l c á z a r de S e g ó v í a
MANSIÓN
D E REVES
CASTELLANOS
L a ¿lustre Directora de Prisiones,
nuestra culta y benéfica paisana,
¡cuánto lamentará! ¡más que nosotros!
que no haya residencias en España,
tan soberbias como ésta de Segovia,
para todos los hombres que se guardan?
bajo el imperio de la ley, en cárcelesP
generalmente, tristes y malsanas.
f isiti p a n o r á m i c a
ili' Segovia
-
14 -
i3i<alaj<a
ARMONÍA
Y EQUILIBRIO
Pedro Salinas o la estética de la medida
Por
Este nuevo libro—<rFábula y S i g n o » - q u e Salinas nos
regala modestamente, a la buena de Dios, como quien no
hace nada, es la expresión máxima de su poesía. Máxima y
mínima; hay de todo. Volatilizaciones y concreciones; decisiones y titubeos; voces anónimas que sostienen en el
aire las palabras, verdaderas protagonistas de la empresa
lírica, y esa voz exterior (vulgar) mero soporte acústico del
verso. De todo: bueno y malo. Es preciso escribirlo así,
tal como suena. Creo que ha pasado la época en que la
crítica joven tenía establecido un pacto de apoyo y defensa
de los intereses estéticos modernos. Estamos en tiempos de
madurez y seriedad que exijen la ruptura de la coalición
juvenil en aras de la justicia y la equidad literarias.
La poesía de Salinas concreta, de manera admirable,
el sentido estético de la generación triunfante. Representa
la línea matriz de un nuevo estilo. Deííde M a l l a r m é hasta
la fecha no se ha dado cumplimiento tan riguroso a las
leyes espirituales de la nueva forma de vida. Antes, todo
estaba apresado en rígidos esqueletos, en moldes inertes.
La misión del arte era rodear de belleza las formas más
importantes de la vida. Es decir, que lo que se buscaba no
era el arte mismo, sino la vida bella. No se salía—como en
épocas anteriores—del trote cansino de lo cotidiano, soportado con más o menos repugnancia, para gozar, en una
contemplación solitaria, el consuelo y la elevación deparados por el arte, sino que el arte se empleaba en la vida
para aumentar el brillo de ésta. O sea, se le utilizaba a
modo de estimulante o revulsivo. Mejor dicho, esa era la
intención. Porque la realidad confería ai hecho artístico
calidades de cosa vital, humana.
El destino del arte - según la concepción de nuestros
mayores—era vibrar con el goce soberbio del mundo. No
se buscaba en el arte la belleza por ella misma. Todo lo
contrario. Se tendía a encontrarle aplicación práctica, i n cluso en aquellas de sus manifestaciones que contaríamos
entre las obras de arte puro. Dicho en otras palabras: la
razón de apetecer el arte residía en su destino—¡destino
fatal, por cierto!—, en el hecho de ponerse al servicio de
alguna forma de la vida. Cuando, prescindiendo de esto,
guiaba al artista creador el puro ideal de la belleza, sucedía así medio inconscientemente.
No es ocasión oportuna para historiar el proceso trasmutativo de la estética moderna. Hay—forzosamente—que
pasar por alto el maremagnum caótico que produjo la desaparición del simbolismo del panorama literario europeo.
Momentos hubo, en el alborear de nuestro siglo, en que
-se pretendió corromper el verdadero—y unico-papel del
arte en nombre de una falsa cultura clásica. Mas el inst into
poético de los hombres de post-guerra salvó la peligrosa situación. La poesía de ahora siente la necesidad de expíe
•sár, con lucidez y comsciencia, los valores espirituales hnmanos. El hombre no interesa más que cuando es capaz
•de proyectar fuera de sí xma. imágen. Es decir, cuando a
través de su racionalismo se descubre un valor subjetivo,
lineo o estético propiamente dicho.
Kl poeta lineo puro es mi creador espontáneo, en quien
\os momentos poéticos del alma (los poemas) se forman si~
"'inendo-ui-i sistema paralelo al de la cristalografía. Sus
poemaÉ son cristales, estalactitas <> estalagmitas dé palabras
momentáneas, pero únicas, expresivas en toda su exten
sion, en los que su alma se dejo aprisionar ( liando aspiraba
a un inconsciente ideál de belleza. A esc ideal, perfecta-
C. L Ó P E Z
TRESCASTRO.
mente espontáneo, se debe la inocencia y la incertidumbr&
alada de sus cantos. Este lirismo pierde en pureza lo que
gana en estilo cuando las exigencias de la expresión literaria le hace caer en la pompa de colores, de sonidos, de
luces, etc. N i que decir tiene que este ambiente formal
(exclusivamente estilístico) es incompatible con la realidad
profunda de un alma de poeta.
^rfr*
•
El máximo de pureza poética no se alcanza si no se decide el artista creador a renunciar a los valores de la inteligencia, y, sumiéndose en la emoción puraj tiende a la
expresión exacta de la vida afectiva, de las emociones y los
sentimientos. En resumen: a una purificación estética.
No estaré nunca conforme, por tanto, con los críticos
que conceden a Pedro Salinas categoría de poeta p u r o .
Juega demasiado papel el cerebro en su obra para atreverse
a una clasificación tan desproporcionada.
La máxima del maestro Ortega Gasset, «ría poesía moderna es el álgebra superior de las metáforas», se cumple
en la lírica de Salinas a la perfección, como un rito sagrado. La poesía de «Fábula y Signo * está más allá del bien y
del mal, de lo social y de lo humano, de la razón y, a
veces, de la vida. Resumiendo: es una poesía cerebral,
demasiado cerebral; intelectualista. No recoge con naturalidad las esencias pristinas—vírgenes—del espíritu, §ino que
las crea artificialmente en el laboratorio lírico de las cuartillas. Siempre atiende Salinas a las imposiciones de la i n teligencia. Siempre es lógico, supremamente consciente de
lo que realiza.
«Se te ve, calor, se te ve.
Se te ve lo rojo, el salto,
la contorsión, el ay, ay.
Se te ve el alma, la llama.
Salvaje, desmelenado,
frenesí yergues de danza
sobre ese futuro tuyo
que ya te está rodeando,
inevitable, ceniza».
(«Fábula y Signo», página 44 y 8gt.)
Artista es el hombre hábil que revive, en toda su i n tensidad, la vida esencial del alma. Poeta auténtico (puro)
es el que corrige el ángulo de refracción de la vida y traspone (r) y estiliza las emociones, sensaciones, ideas i m á genes y voliciones. Todo esto con cierta unción espiritual.
Con respeto sagrado. Salinas no pone, si acaso, m á s que
un tono cordial en la forma, en el estilo:
«Adiós. Si te digo adiós,
no nos separaremos tan pronto.
Ya no había nada que decirse.
Y de repente alguien,
tú o yo,
echó la salvación,
esa palabra, adiós, entre nosotros».
(Idem, p á g . 91).
He aquí un esfuerzo infructuoso por suprimir lo imaginístico con objeto de parecer más humano y sincero. Pero
se descubre, en el acto, la artilieialidad en lo forzado y
comprimido,del estilo, en la ¡nleiieióii —preconcebida—por
adoptar la sencillez como medula del poema.
»bre esto <!<• la tr
portugués Joáo
o TEMAS, del j<
apañóla está i>r<
malos*
Los historiadores de Málaga
Por
NARCISO DIAZ D E ESCOVAR
III
Desearíamos contar con bastante espacio para ofrecer
un examen detenido de este libro.
Como, curioso conupleinento de los artículos en que
nos referimos a los historiadores que se ocuparon de modo
preferente de la ciudad de Málaga, ofrecimos indicar algunas de las obras que se han dedicado al estudio de la
historia de su Provincia de modo especial y que suman un
n ú m e r o considerable.
No deja de ser digna de mención la Historia de l a
antigüedad y nobleza d é la ciudad de Antequera, escrita
por el Doctor Alonso García de Yegros, natural de Baeza,
Doctoral y Tesorero de la Iglesia de Baza. A ella añadió la
fundación de las Parroquias, Conventos y Ermitas, D . Luis
de la Cuesta y m á s tarde se corrigió y modificó, hasta el
año 1713, por el Licenciado D . José Antonio Molina, Arcipreste de la Colegiata.
Cracias a la erudición del escritor e impresor don Francisco J. Muñoz, este manuscrito ha sido impreso.
En el mismo se hace relación de los privilegios y libertades de la ciudad, de sus inscripciones más notables y de
los episodios de su reconquista.
n.
OliUA POÍTHVMA
En 1Í542, en Málaga,' en la Imprenta'del Comercio, se
editó la Historia de Antequera desde su fundación hasta el
año j 8 o c , que recuerda su remota antigüedad, heroicas
h a z a ñ a s , gloriosos combates y célebres monumentos que ha
salvado de los estragos del tiempo y abraza las deArchidona,
Valle de Abdalacis, Alora y otros pueblos comarcanos.
•
Fué su autor don Cristóbal Fernández y es historia que
no 'puede compararse con das del'¿Padre vGabrera y García
de Yegros, a las que tuvo por fuente.
i ii-rlhl 'iottOKÍ^O
El erudito Don Trinidad de Rojas, escribió también,
aunque ignoramos si la terminó, una historia dé Antequera
y de sus pueblos cercanos, deteniéndose en lo relativo a las
destruidas Nescania y Singilia.
Hace algunos años el manuscrito estaba en poder de
uno de los deudos del señor Rojas.
Hemos de indicar otras obras que evidencian lo mucho
que sobre Antequera se ha escrito.
Saítt* Islfi,
Portada del manuscrito en folio, del Padre Cabrera,
Descripción de l a f u n d a c i ó n . . . de Antequera.
Hemos de empezar por Antequera, que fué plantel de
cultura en los pasados siglos y madre de eminentes escritores.
La obra más iiuportahte pax'á su hisforia, es la 'titulada
Descripción de la f u n d a c i ó n , antigüedad, lustre y grandeza de la M u y Noble ciudad de Anteqüéra, Obra postuma
del M u y Rev. Padre Muestro Fray Francisco de Cabrera,
hijo suyo y Religioso del Orden de San Agustín. Sácala a
luz D . Luis de la Cuesta, Canónigo en La Santa Iglesia
Colegial de esta Ciudad, con algunas adiciones y enmiendas
de su tiempo hasta el presente a ñ o de J^fQ. A el Cabildo y
Reximiento de dicha ciudad.
No llegó a imprimirse, pero de ella existen tres ejemplares ihanuScntos, con ilustraciones curiosísimas, hechas a
pluma. Uno de ellos se conserva en la Bibliofeca del Municipio Antequerano, otro en la Biblioteca Episcopal y otro
en micstni Biblioteca.
Kstiín en folio, con 335 hojas, m á s el í n d i c e .
lis notable esta historia por todos conceptos y ella ha
sido Iíi base de las demás que se han escrito. Se extiende
en la historia antigua Antequerana y no olvida cuanto de
interés piiéda decirse de hi época moderna, hasta el ano en
•que se terminó por el Canónigo Cuesta.
-
Dilmjo a pliilmi del Arco de los (ligmile»,
influido en el MamiM'rilo del Padre Cabrera.
/6
-
/
"Incerti scñptoris interpretatio ¿nscriptionum el
epitaphiorum quae Antequariae Urbs est Baetiem: in Hispania, reperiumtur.
Se insertó este upuseulo en la obra de Salengre Novüs
Ihesaurus llevando fecha de 1585.
/ / Historia urbis Atitiquarensis.
Manuscrito citado por Pelliceif y Latasa.
/ / / Panegírico de la ciudad de Antequera con 'las
medallas halladas, por Pedro de Espinosa, natural de
.Antequera. Impreso en Jerez de la Frontera, 1626. En
octavo.
Conquista de Antequera p o r ü . Rodrigo de Carvaj a l y Robles, natural de la misma.
Se imprimió en Lima en 1627, en cuarto.
Kl autor era Corregidor y Justicia Mayor de Cesalayó
y villa de Moquejua en el Perú, el año 1634.
Se trata de un poema notable, escrito en Octavas
Reales.
Lafuente Alcántara, en su Historia del Reino de Granada., dice:
«Es muy extraño que nuestros críticos que han analizado obras de Juan de la Cueva y otras composiciones lánguidas, apenas hagan memoria del poema de la Conquista
de Antequera, escrito con más gracia y soltura que otros
más encomiados y sobre todo fecundos en tradiciones
romancescas»^'
Es muy raro hallar un ejemplar de este extenso volumen
y sólo conocemos una copia que poseía don Francisco Guerrero Muñoz, de la cual se sacó la que nosotros tenemos.
V Historia de la ciudad de Antequera.
Es un manuscrito incompleto, letra del Siglo X V I I que
existía en la Biblioteca de la Academia de la Historia,
estante 1 1 , número 179.
Sólo se conservan 20 capítulos. Se atribuye al D r . Agustín de Tejada, pero debe ser error fácil de probarlo.
V I Antigüedades de Antequera.
Manuscrito en latín que menciona Pérez Bayer, pues lo
vió en Antequera y le dijeron era original de un Maestro de
Gramática del Siglo X V I I I .
V I I Historia general de Antequera, sacada de varios
autores, por don Manuel Solano.
La cita I.afuente y Alcántara, indicando se escribió
en 1814 v era un escrito voluminoso, en el cual se veían
Portada de la Historia de Antequera,
de D. Cristóbal F e r n á n d e z .
V I H Disertación sobre el sitio primitivo de Antequera
por el Padre Fr. Sebastián Sobrino.
Lo insertó el autor, un cartarneño muy erudito, al final
de su Viaje Topográfico desde Granada a Lisboa.
I X Descripción, mapa y delineación del sitio de esta
muy noble ciudad de Antequera, por don Juan Sánchez de
Tordesillas.
. ,
,
Se trata de un Manuscrito de la Real Academia de la
Historia, citado por Muñoz Homero,
Aparte de ello es justo mencionar los trabajos hechos
sobre Singilia, especialmente el del Padre Zapata (Pedro)
manuscrito al cual hizo referencia Pérez Bayer y los muy
curiosos sobre las cuevas de Menga, Viera y el Boraeral,
especialmente el firmado en 1847 por don Rafael Mitjana,
Ardison y los modernos del señor Tormo, Ramos y otros
cuyos nombres no recordamos en estos momentos.
Sobre la famosa Peña de los Enamorados, se lia escrito
bastante, dejando vagar más o menos a la fantasía. Citaremos el pueina literario de Juan de Vilches v los trabajos de
Aelio Antonio Nebrija, Fray Pedro de Padilla, Baltasar
Gutiérrez, Ildefonso Marzo, Catalina Larripa, Vicente
Luque Gutiérrez, Padre Cabrera v Trinidad de Rojas.
La extensión de este artículo nos hace dejar para otros
las noticias que apuntadas tenemos sobre otras poblaciones
de la Provincia.
V
Portudu ili- la copia del
y cotiquifita de Antegut
reunidas muchas v muy peregrinas noticias de la ciudad,
de sus hijos v de su literatura. Estaba acompañada de
planos.
Acaba Lafuente diciendo:
«Cuanto puede apetecer la erudición y la crítica s e
encuentra en dic ha compilación».
Lástima es que hoy se ignore su paradero.
ppduooionee bibliog
pooee el uutor,
.rlslmo poema del amiltu
i, de Carvajal y Roble».
-
/7
-
i a a l 4 ^ 4
•••—•'
LA GÉNESIS DE LAS REVOL UCIONES
ÉL
EJEMPLO
DE
MÉXICO
Por J O S E r S M J W D O U
Kl eminente hombre de estado mexicano, señor
Lic. Don Luis Manuel Rojas, á quien le tocó en suerte
presidir la histórica asamblea constituyente de Q u m í t a r o ,
con sn claro talento político, analizaba en la «Revista de
Revistás», semanario que veía la luz en la ciudad de México
y del ciual ha sido también director, la génesis de las revoluciones.
Escribía así el señor Rojas: «No hay que olvidar que en
el fondo, las revoluciones, de cualquiera clase que sean,
no proceden por virtud de raciocinio. La razón es precisamente ;la fuerza más débil que puede impulsarlas, y seguramente que no hacen sino exponerse al fracaso, todos los
reformadores que intenten conmover el alma popular, mediante la demostración de una tesis o de la verdad de una
doctrina. Es la explosión del sentimiento la que produce
esa especie de hipnotismo en las colectividades, que las
hace lanzarse a la lucha sin detenerse a analizar si la idea
por cuyo triunfo ofrecen el sacrificio de su vida se conforma con la realidad de las cosas, o si es una falaz y engañosa ilusión. En realidad^ lo que menos subleva a las masas
es la promesa de un cambio en las instituciones políticas.
Las clases ínfimas, sin cuyo concurso rara vez tienen
éxito las verdaderas revoluciones, no entienden de doctrinas políticas, ni se hacen matar por fundar la república,
que ha de dejarlas en la misma situación social y económica que la monarquía. Si toman bandera por una y otra
causa, es porque la revolución les promete un cambio en
el modo de ser tradicional de sus condiciones.
La pasada revolución mexicana tuvo su arranque de
ese fondo y su justificación en ese cambio, en el modo de
ser desque, habí a el señor Rojas.
mundo; debemos tener un lugar en el concierto de las naciones civilizadas, v los que ahora regimos los destinos del
país, debemos cuidar muv principalmente de este asunto.
Por ello es que nos ocupamos de que nuestra Nación sea;
representada en el Extranjero y de que sea respetada ejitre
las grandes naciones, para demostrarles que las naciones
débiles han tenido y tienen el derecho de ser respetadas.
«Tenemos que probar que hemos podido y sabremos
conservar nuestra independencia aun (mando nuestra Nación sea débil relativamente, aun cuando no contemos con
grandes escuadras n i con millones de hombres sobre las armas. Para esto debemos congregarnos, debemos pactar una
mutua ayuda, pues esto sí nos puede hacer fuertes. Además, debemos pensar en nuestra raza, para llevar a efecto
nuestra empresa debidamente; debemos tener presente nuestro origen, para así, en definitiva, mantener nuestra independencia y asegurar el bienestar de todos nuestros conciudadanos.
•
«Nosotros hemos podido mantener nuestra independencia en instantes críticos en que se nos quería imponer
una intervención, y ahora debemos demostrar que tenemos
el poder suficiente para restablecer solos, la paz en nuestra
República.
«Nosotros tratamos de constituir una sociedad como las^
de las naciones más adelantadas de la tierra, procurando
que desaparezca la diferencia en la legislación que ha traido
las diferencias de poder, que ha obligado a cada país a procurar conservar su independencia, para conservar la tranquilidad de sus nacionales, y de aquí las relaciones de justicia hasta colocarse cada cual en el lugar que le corresponde.
Y cuando el caudillo de la revolución mexicana, Carranza, lograba terminar la lucha interior del país, manifestó de la siguiente manera sus ideas políticas con este
respecto y sus propósitos para el porvenir de la Nación, en
un discurso pronunciado por el mismo en Querétaro el 2
de Epero tde,, 1,916:.
«A conservar ante todo la integridad de la Nación y su
independencia, es a lo que también aspira muy principalmente la Revolución actual, aparte de buscar el bienestar
social, para que así ninguna de las demás naciones se crea
autorizada a pisar nuestro suelo>
« Poco importa el tieinp^vique podamos «enjipl^ar^arado- ,
grar esto, muchos o pocos años; nosotros siempre iremospor el camino recto para buscar y encontrar satisfactoriamente la solución del problema, para llegar a ser una de
las naciones que por sí sola puede regirse, que por sí sola
puede sostenerse.
«Nosotros hemos logrado triunfar en la lucha, pero no
nos satisface esto únicamente: no queremos sólo ser felices, sino hacer partícipes a todos de nuestra misma
felicidad.
«Nosotros no debemos estar aislados del resto del
Manzana dé casas que obstaculiza la ampliación de la Plaza de Riego, y que,,
según el cronista de la ciudad, pertenece a l Ayuntamiento de Málaga
¿ H u hallado eco en nuestro Municipio el a r t í c u l o publicado en el n ú m e r o de agosto de esta
Revista, con el mismo título que encabeza estas líneas:''
Deseamos que a s í sea y que con la m a y o r urgencia, se adopte el acuerdo que. proeeda. acercai
del particular, de extraordinario interés partí M á l a g a .
-
IS
-
•
M a l o j a l
PERSPECTIVAS MALAGUEÑAS
Elogio de la ciudad y de la provincia
Por M A N U E L P R A D O S Y L Ó P E Z .
Málaga pose¿ tódas lás cualidades precisas para Hacerse
araiir: simpatía, llaneza, optimismo, tradición. \
Toda la gracia antigua vertida en los vasos nuevos c[ue
él orgullo de los malagüeños ha aderezado con diligente
amor; todo el encanto: de la Naturaleza—eterna como sus
obras—magnilicado por e l tiempo y por el arte;mesto es la
cuidad.
Maravillas de Dios y de los hombres: milagros del clima
•en.la vega; rincones poétiqos; remansos de paz; tragedias
petrificadas; alardes de ingeniería: esto es la provincia.
\ . señor de la provincia y de la ciudad soñadas, el Sol
• ipetiéndose en las rocas,, llenando de resplandores el mar.
¡renovando a diario sus caprichos en el cielo, asotilando
el ingenio, encendiendo los corazones, iluminando las
"almas. .
i;
.
lis necesario haber vivido muy intensamente para desc u b r i r l o s orígenes de su, fuerte, seducción. Basta detenerse
«m la linda ciudad mediterránea sólo unas horas par í que el
recuerdo de la breve estancia perdure, en la mente del viajero, alentando en el de continuo una dulce nostalgia
'incurable.
V es que la psicología malagueña ofrece tantas lácelas a
Tá investigación de los extraños, como rápido y simple es el
poder di' captación que Málaga ejerce sobre la Noluntad \ el
ánimo de quién la*visita. Es una bétléza impresionable la
«le Málaga^ireflejo de otra más honda v recalada que sólo
q ^ ^ í j
los indígenas o los «íntimos de casal disfrutan. Málaga posee el arte de seducir, y ello es Jo que más contribuye a'su
fama. Su fama actual, pues la injusta de otro tiempo, estimulada por la ignorancia de unos v el desamor de otros, perdió ya por fortuna su crédito. Las modernas campañas t u rísticas han disipado las últimas sospechas.
Reposad en Málaga. Merece ésta ser conocida por completo. Subid por la carretera de Colmenar, alarde de pavimentación y de, trazado, y contemplad el panorama espléndido que se domina desde Tasara, del cual no es posible dar
idea con los pinceles ni con la pluma.
¡r : > ¡i
No dejéis de conocer el Limonar, el delicioso camino de
Miraflores del Palo, la barriada de Torremolinos, los jardines
de El Retiro de Churriana, los de San José y la Concepción,
etc., etc. Y no hablo de monumentos ni de otros lugares
interesantes, porque sería interminable el itinerario.
Málaga, moderna v culta, ha,sabido,.conservar su esencia mediterránea; no ese andalucismo ostentoso y falso de
que tan bajo concepto y equivocado criterio se tiene en el
extranjero; sino esa distinción ingénita, esa castiza manifestación de la alegría privativa del Sur, ese apasionado orgullo del sentimiento (pie aún se conserva puro en las letras
v las melodías arbitrarias de las coplas flamencas, y que tanta vida y tan enorme sentido de valienle tristeza cobran en
los lamentus y en los rumores y en los rasgueos briosos de
la truitarra.
0>:::::;:¡:!«í;i
Autopsia del Corazón
LIENZO DE ENRIQUE SIMONET
Foto Murillo Carrcr»».
Barbudo, Zuloaga, y algún otro, formaba a la cabeza de
El magnífico lienzo de Luis Jiménez Aranda Visita a l
Hospital^ Premio de Horíbr en la Exposición Internacional
la juventud de aquellos días, plasmó en Autopsia del Cora-
celebrada en París el año 1889. torció el rumbo de muchos
zón, las excelencias del nuevo sistema y, en efecto, de tal
pintores españoles. El insigne artista sevillano, sin preten-
suerte se ajustaba a su ideología, y a su estilo, que cons-
derlo, les convenció de que la Realidad, palpitante y natu-
tituye una cima en la extensa cordillera de su arte elegan-
ralísima, es la causa primera para producir un arte bello y
tísimo y natural.
sugestivo, mucho m á s que el alquitarado v CQkiivencional
del período histórico.
*
Mbiehos y bonísiíwosteuadros ostentan la firma, acredi-
tadísima,
Y es el caso que en España m) tuv;<v explicación
de nuestro insigne amigo; pero Autopsia del
Cbrfl¿OAi básta para cimentar su fama entre los maestros
cómo
de mayor celebridad y competencia.
fué el arraigar procediiniento tan contrapuesto al sentir de
Este cuadro, como
la raza, profundamente naturalista y sincera; así, no bien
Meta Sudante,
publicado en el
se destacó un gran pintor, en el campo donde la literatura
numero anterior, representan en nuestro Museo Provincial
y el arte habían dado los más sazonados frutos, en él
algo más importante que el sumarlos a los muy selectos que
plantaron sus tiendas jóvenes entusiastas v fervorosos, v
exornan sus muros: tienen, sobre su inapreciable valor, la
comenzó
significación de convertirlos en puntos de partida, para el
la gloriosa época
modernísima
de la [untura
estudio analítico
española, que a ninguno le cede el puesto primero, desde
que, hoy,
(mañana Dios dirá) pretende cristali/ar, de modo gráfico,
«•ntonces.
Enrique Siraonet, que con Sorólia,
de la pintura radicalísima
el anhelante vivir de la sociedad presente.
Nogales, Bilbao,
20
-
LA
REFORMA
UNIVERSITARIA
Por
LEOPOLDO
ALAS
ARGUELLES
Rector de la Universidad de Oviedo
El advenimiento de la República no significa únicamente que tengamos una bandera tricolor en lugar de la
roja y gualda y un Presidente electivo en lugar de un Rey,
Eso es lo de menos. La República o no significa nada o
significa la necesidad de mirar cara a cara y con ánimo de
resolverlos a todos los problemas que nos legó la Monarquía y que ésta no quería resolver y se limitaba a soslayar.
Entre esos innumerables problemas figura el de la reforma
universitaria, tan traído y llevado en tiempo de la Dictadura.
La Dictadura en esto, como en todo, quiso aprovecbarse de un estado de ánimo para conseguir sus turbios fines,
muy distintos de los que tiene que perseguir el verdadero
interés nacional. La crítica de nuestra Universidad española, crítica dura pero merecida, la habíamos hecbo mucbos
que de buena fe atacábamos el mal para buscar el remedio.
Utilizando esa crítica, la Dictadura, o mejor dicho, la reacción, porque ya antes dé la Dictadura aparecen algunos
propósitos inconfesables y mal disimulados, quiso arremeter contra la Universidad y acabar con ella, siempre
A. M . D . G.
Todos recuerdan, porque salieron a la calle en forma de
eonflicto de orden público, los famosos planes de Callejo y
aquel desatinado artículo 53 que ponía a los catedráticos
de Universidad en el duro trance de ver anulada su personalidad en mucbos casos por la intervención en los Tribunales examinadores de dos personas ajenas a la enseñanza,
que iban a ser casi siempre dos religiosos. Lo que no recuerda tanta gente, porque no originó protestas ruidosas,
es el proyecto de autonomía universitaria del señor Silió,
proyecto que, a vuelta de mucha huera palabrería, tenía
como propósito fundamental, pero en ninguna parte confesado, el de matar las Universidades del Estado. Aunque
yo no era entonces catedrático, recuerdo bien el efecto que
la tal autonomía produjo entre el profesorado que supo
-darse cuenta de lo que significaba. Hubo, es cierto, algunos
tan inocentes que pensaban que aquella autonomía iba a
servir para algo; pero los que no eran tan Cándidos comprendieron en seguida que el verdadero propósito era dejar
que las Universidades, por falta de medios económicos, se
fueran muriendo de anemia.
El espíritu reaccionario, siempre tenaz y alerta entre
nosotros, no se desanimó por el fracaso de los jesuíticos
planes de Silió y creyó llegada su hora cuañdo la Dictadura
se <u;lió en brazos de las derechas cavernícolas, a falta de
otros amigos. Salieron a luz entonces los admirables planes
de Callejo, llamados, si prosperaban, a acabar con la enseñanza oficial en sus tres grados, y se produjo la reacción
popular que eslá en la memoria de todos.
ción con lós desatinados y nuníerosos plalíes impuestos en
los últimos años sin el menor criterio y con el único afán
de causar el mayor daño posible. Hora es ya de pensar en
que, por fin, el Estado republicano podrá hacer algo m á s
que planes inútiles, perjudiciales en su misma inutilidad y
acertará a convertir nuestra Universidad en lo que debe
ser, capacitándola para cumplir sus fines.
No cabe en los límites de un artículo esbozar lo que pudiera y debiera ser la futura reforma universitaria. Me l i m i taré a indicar algunos puntos de los más importantes, en
los que me ha hecho pensar más de una vez m i experiencia
de once años de continua labor en la enseñanza.
En primer lugar, hay que decir que una reforma aislada
de la Universidad probablemente sería estéril. Mientras no
lleguen los estudiantes a la enseñanza superior con una formación de' que hoy carecen, y que sólo podrán tener
cuando una buena segunda enseñanza eleve el nivel y cambie el tipo de nuestro bachillerato, es inútil querer realizar
con ellos una labor provechosa de carácter verdaderamente
universitario. Todos los profesores sabemos que nos es preciso dar a nuestras enseñanzas un carácter elemental, ya
que, de otra manera, no seríamos entendidos por los alumnos en su inmensa mayoría. Es m á s tarde, después de
haber convivido con ellos algún tiempo, cuando podemos
hacer que los estudiantes trabajen en la forma y con la i n tensidad que a la Universidad corresponde.
La reforma fundamental de la Universidad, como la de
cualquier otro grado de enseñanza, consiste en la reforma
del profesorado. Los planes de estudios son cosa muy secundaria. Lo principal, casi estoy por decir que lo único,
es el profesor, el maestro. Donde haya profesores habrá
enseñanza verdadera, aunque no haya más que una choza.
Donde los profesores falten no habrá Universidad, aunque
se disponga de edificios infinitamente mejores que los de
nuestra famosa Ciudad universitaria.
Hace falta, y con esto termino, que la Universidad sea
mirada con afecto y no con recelo, como ocurría en el r é gimen caído. En lugar de aquellas fantásticas autonomías,
que sólo se concedían para que la Universidad tropezara y
se cayera, habrá que i r concediéndole con tino facultades,
cada vez mayores, para que vaya desarrollándose y se acostumbre a la vida más amplia y más intensa que está llamada a vivir. Y , si la Universidad tropieza, no empujarla para
que caigáinás hondo, como pensaba haicér la Dictadura;
sino ayudarla a levantarse. Entonces, cuando se haya hecho
todo esto que rápidamente señalo, habrá Universidad en
España.
Es mi mayor deseo contribuir en las Cortes y en el Consejo de Instrucción Pública a q u é esta reforma universitaria pueda ser pronto una realidad \ c i i d i i o s a . V luego, como
profesor, servir a mi país en mi cátedra, no con la dñgustia
Alioríi, la (República se éncúentra frerite al próbiénia
de la reforma utiíversitaría, que no es en realidad m á s que
un aspecto de la (uial reforma de la enseñanza. La Mo-
y la incertidumbre de los años
-
indignos; sino con
y confianza, bajo el signo de la libertad.
tiarquía, no solo no resolvió nada, sino que agravo la situa-
21
-
alegría
NUESTRAS
VISITAS
E l Conservatorio Oficial de M ú s i c a
La incorporación al Estado
de este centro cultural malagueño, cuya brillante ejecutoria
está vinculada a la biografía de
artistas eminentísimos, lo coloca en un plano de actualidad
que nos mueve al comentario y
a la visita.
Llevamos a cabo ésta en
ausencia del director don Luis
López, pianista de excepcionales dotes que exceden a su modestia insobornable. Por él sul). L u í s López
pimos que, al fin, el Conservatorio de Málaga pasaba a depender del Ministerio de Instrucción Pública, gracias a las
gestiones eficacísimas de don Emilio Baeza Medina, durante
su etapa de alcalde, y a las no menos acertadas del director
general de Bellas Artes, don Ricardo Orueta, que una vez
más ha demostrado su interés por los asuntos culturales
que a Málaga afectan.
La justicia de este reconocimiento oficial estaba más
que probada de antiguo. Ya en tiempos de don Manuel Fernández Benitez, que tanto laboró por la mejora hoy conseguida, se concedió validez académica a una buena parte de
los estudios que se cursaban en dicho Centro. El señor Fernández murió sin conocer la totalidad de la ansiada reforma que ha venido a satisfacer cumplidamente las legítimas
aspiraciones del profesorado.
Mayorga, de Piano y doña Andrea Rodríguez Escribano,
de Solfeo.
El director, don Luis López, también tiene a su cargo
una clase de esta última asignatura.
El señor Rivera nos hace conocer los detalles de la i n corporación del Conservatorio al Estado, los viajes de los
profesores a Madrid, las entrevistas con los Sres. Baeza y
Ornela y el triunfo rápido, sin expedientes inútiles, como
premio a tantos desvelos.
El señor Megías insiste en que hagamos constai la gratitud de todos hacia los informadores de la instancia.
Nuestros visitados nos acompañan al magnífico salón de
actos, donde obtenemos varios grupos fotográficos. Comenlando la grata disposición ministerial, recorremos las aulas
y restantes dependencias del Conservatorio que alcanzará
ahora el máximo rendimiento pedagógico. Cabe suponerlo
así, cuando en circunstancias menos felices, ha sido posible
a estos artistas lograr resultados admirables en exámenes y
concursos de oposición.
Además, probablemente aumentará la matrícula, y el
estímulo cundirá entre los alumnos, con lo que a la cultura
musical en Málaga se abren nuevos v venturosos horizontes .
Esto sin contar con el entusiasmo que a los profesores anima y que es el mejor augurio de la prosperidad del Conservatorio.
Salimos de él con una gran esperanza y, sobre todo, con
ese limpio orgullo y esa satisfacción sincera que experimentamos cuando sabemos que ha triunfado la razón y se ha
recompensado el mérito.
Previamente advertido éste
de nuestros afanes informativos, acudió b e n é v o l o al
requerimiento de la Revista
M A L A G A , reuniéndose con
nosotros en el despacho de la
Dirección del Conservatorio.
La época de vacaciones en
que estamos, no es la más
propicia para el interés de un
reportaje. Sin embargo, no
deja de ser oportuno el cambio de impresiones que hemos
sostenido c o n los profesores.
S o n éstos don Leandro Rivera
P o n s , de Solfeo;
don Fermín
Pérez Z u i i z a i T e n . de Violín;
doña Julia Torras Pascual, de
Piano;don Pedro Mcgías M a i t í i i c z , de Armonía y Estética
e llistoiia de la Música; y las
amillares doña Antonia Huiz
PNOFKSOHKS
D E L CONSERVA l O U K t
L A B O R
M U N I C I P A L
Es digna de los mayores encomios la discreta intervención del Alcalde señor Alva, en el pleito de los tranviarios,
entablado al posesionarse dicho señor de la Alcaldía. La
confianza que en él depositaron los obreros y la Empresa
fué recompensada con exceso. El conflicto resolvióse a satisfacción de todos y el nuevo alcalde aumentó en unos días,
•con el prestigio de la acción, el crédito de que ya gozaba.
ñanza señor Verge Sánchez, acerca de la ampliación e instalación de las cincuenta escuelas cedidas a la capital.
Se ha fijado un plan de trabajo que será desarrollado
con toda intensidad por los señores Verge y Arquero para
ver de momento donde se puede disponer de edificios para
esas nuevas escuelas, hasta que el Ayuntamiento pueda
acometer la empresa de construir grupos escolares de nueva planta con auxilio del Estado.
Los radicales socialistas han presentado una moción
proponiendo que se gestione la entrega al Municipio del
Caudal y Acueducto de San Telmo. E l señor Montañez Santaeíla defendió la propuesta, señalando los beneficios que
significaría para Málaga.
Existe la preocupación de no dejar desamparados de
medios de enseñanza a los partidos rurales y barriadas.
lín otra moción, también los radicales socialistas piden
que por el señor archivero municipal se investigue y expon-ga en qué casos no aparece clara la transmisión de dominio
^ue a los actuales .posecclores ;de algunos bienes propios de
Málaga, hubo de hacer forzosamente el Concejo.
En dicha moción se alude, entre otros inmuebles, al
Hospital de Santa Ana. E n este mismo número de nuestra
revista insistimos sobre la conveniencia de que el Ayuntamiento estudie las posibilidades de una incautación legítima de da-manzana (Je casas dé la plaza de Riego.
El alcalde conferenció con el delegado de Instrucción
Publica señor Arquero y con el inspector jefe de 1.a Ense-
El señor Orueta, director general de Bellas Artes, comunicó al alcalde que el cuadro de Gisbert, «El fusilamiento
de Torrijos» ha sido cedido en depósito a nuestro Municipio, donde permanerá hasta 1.° de enero próximo.
Se están activando la obras del nuevo Matadero, a fin
de que pueda ser inaugurado en breve.
El Ayuntamiento ha cooperado a la brillantez de la función celebrada recientemente en el Teatro Cervantes, a beneficio de los obreros sin trabajo.
Se ha efectuado en la Colonia de Santa Inés la recepción de la traída de aguas, mejorái de excepcional importancia e interés público.
Labor de la Sociedad Económica
^Conferencia de don M a t e ó H .
Barroso, el 15 de agosto.— T e m a : "Una nueva era del p e n samiento
Preside don Atilano Cerezo y la presentación del conferenciante está a cargo de don Ramón Muntadas. A pesar
de los rigores de la estación, el público invade el salón de
act os de la Sociedad.
El señor Muntadas pronuncia un discurso sencillo y
-elocuente justificando la razón de sus palabras en elogio del
señor Hernández Barroso, de sobra conocido por sus prou-icas aptitudes: Se refiere a la cultupa de éste y a su labor
admirable de publicista y omico musical, así como a laque
desarrolla al frente de la Dirección general de Telégrafos.
•Con la venia de la presidencia, concede la palabra al
orador.
liste comienza afirmando que en la Misiona iodo es r u ino. Alude a la espiritualidad de Egipto y Grecia <|"i(', muy
Juego de culminar, se abisma m el materialismo del immdo
romano.
El neuacimieiito disipó las sombras medievales
\ lin -
- 2:í
go reapareció el materialismo, de nuevo, concretado en los
enciclopedistas.
Asegura qne nos hallamos en una nueva era, cuyo principio y fin no es fácil definir; era en que triunfa la espiritualidad racional.
Declara su amplio concepto de la Divinidad, aunque
dice que no puede expresarlo cabalmente. Admite la existencia de un ser supremo, suma y compendio de todas las
energías y perfecciones: una Causa puramente abstracta.
Aborda el problema de la inmortalidad del alma. Np
cree que ésta nace con el cuerpo; sino que se une a él ep
el momento en que empieza una nueva vida material. Nies
ga (pie el hombre sea capaz de crear nada mediante un
acto f i s i o l ó g i c o .
Para ilustrar su tesis de relación entre el cuerpo y el
alma, propone un ejemplo: el del pianista y el piano, elementos que reunidos producen armonías exquisitas y separados no, a pesar de que en el músico reside siempre la
capacidad ateística precisa para producir el créelo estético y
el piano no deja de ser nunca el vehículo de la témca.
Explica como, al morir el cuerpo, ésir se tránsformá
obedeciendo o la regla comprobada de la materia: «En el
mundo náda se pierde, nada se crea». ¿Y, si esto es así,
en cuanto a la materia que conocemos y dominamos,
cómo no suponen que con las energías anímicas debe de
ocurrir igual?
.Opina que el concepto del Estado moderno está en
bancarrota, así como el de la Propiedad, el de la Educación y otros muchos. Vislumbra una etapa de amor, de paz
entre todo? los humanos y termina su conferencia—anunciada al principio como charla sencilla-parafraseando las
palabras del ángel bíblico, con sujeción a la doctrina que
ha venido defendiendo: «Gloria a la Ciencia que nos trae el
Progreso y Paz en la Tierra a todos los hombres».
El señor Hernández Barroso escucha nutridos aplausos
y recibe numerosas felicitaciones del selecto auditorio.
&RANr TONÍCO
Libros adquiridos p o r l a Biblioteca Circulante
Balbontín, José Antonio.-Romancero del Pueblo.
Baroja, P í o . - L a venta de Mirambel.
Baroja, P í o . - L a s mascaradas sangrientas.
J u arro s,'César.— Sor "Álegr í a.
León, Ricardo.—Humos de rey.
Lerroux, A l e j a n d r o . - P e q u e ñ a s tragedias de m i vida.
(Memorias frivolas).
Marañón, Gregorio.-Tres ensayos sobre la vida sexual.
Mata, Pedro.-Un grito en la noche.
Morato, Juan J o s é . - P a b l o Iglesias. Educador de m u chedumbres.
Oteyza, Luis d e . - E l diablo blanco.
V i l l a - U r r u t i a . - E l general Serrano. Duque de la Torre,
RECONSTITUYENTE
DE L A y G R A N D C r BODEGA/-OE
UUQS
pe QUIRICQ L O P E Z
M Á L A G A .
-
24
"La Campana"
Bodega y Destilería
Crianza - Exportación de Vinos y Fabricación de Licores
HIJO de SALVADOR PEREZ MARIN
Teléfono núm. 2261
-
MÁLAGA
-
Escritorio: Calvo, 23
Ojén Pedro Morales
UNICO
LEGITIMO.
BANCO DE AHORRO
Y
CONSTRUCCION
Cemento Portland Artificial
Edificación de casas familiares a plazos, hasta 30 años, y adquisición de
fincas rústicas, ambas exentas de tributos, durante veinte años.
DE LA
Marca
"GOLIAT"
Sociedad Financiera y Minera
Oficinas:
Calle de
T e l é f o n o , n ú m . 2648
Informes de 11 a 1-Plaza de Riego, 27
Córdoba, n ú m . 4
Apartado n ú m . 189
MALAGA
Enrique Montes Oliver
Impresos de todas clases
Hinestrosa, 12 •
Málaga •
Tel. 2660
HIJOS DE M A N U E L OJEDA, S. A.
MALAGA - Oficinas: Alameda Pablo Iglesias, núm. 7 - Teléfono 1704
CARBONES Minerales y Cok - MADERAS para construcción y carpintería - HIERROS Laminación y Fundición
FÁBRICA DE LUNAS BISELADAS
ALMACEN DE MUEBLES
CRISTALERÍA PARA EDIFICIOS
ESPEJOS, CUADROS, MARCOS ARTÍSTICOS
Venta» al contado y a plazos
DE
30 por 100 m á s barato que cualquier casa
Pedro Morganti Bayettini
LORENZO
Marqués de Larios, 5. - M A L A G A
MUÑOZ
CALDERERÍA, 13 (hoy G e r ó n i m o
Cuervo)
Sociedad Hidroeléctrica
del Chorro
GARAGE INGLES
ARENAL, 2 - 1 6
Suministro de energía eléctrica
en alta tensión
REPARACIONES - ACCESORIOS
^
TODAS CLASES
w
OFICINAS
AUTOMÓVILES
MAESTRANZA,
Austin. - Morris. - Willys.
2
MALAGA
LARIOS Y C O M P A Ñ I A
MALAGA
Coñacs • Vinos generosos • Triple seco
(EXQUISITO LICOR DE NARANJAS)
ANTIGUA
Federico Alva
CASA
DE
Guardia
Exportador de Frutos
ANTONIO
Fábrica
MALAGA
=
•
•
RUIZ
DESPACHO:
Alameda de
P. Iglesias, 2 2
BODEGAS
V DESTILERIAS:
P e i n a d o ,
T
LUQUE
de A n i s a d o s y
Coñacs.
C r i a d o r de V i n o s .
=
MALAGA
=
Descargar