SUMARIO • El nuevo director del Instituto. Nota política, por José Alíus. Caricatura, por Sánchez Cantos. Algunas verdades sobre mortalidad infantil, por el Dr. J. Domínguez Luque. La ultima novela de Insúa, por Luis Cambronero. ¡Maestro!, por A. Quintana. Siluetas de libertadores: Gandhi, por Ignacio Mendizábal. Simón Bolívar. Parábola del héroe, por Angel Miguel Queremel. Homenaje a Narciso Díaz de Escovar. Política y Técnica. por Gustavo Pittaiuga. Poesía americana, por Luis A. Zamora. E l suntuoso Alcázar de Segovia. Fotos. Pedro Salinas o la estética de la medida, por C. López Trescastro. Los historiadores de Málaga, por Narciso Díaz de Escovar. La génesis de las revoluciones, por José Smerdou. Manzana de casas de la Plaza de Riego. Pers pectivas malagueñas, por Manuel Prados y López. Autopsia del corazón. Lienzo de Enrique Simouet, La reíorma universitaria, por Leopoldo Alas Arguelles. El Conservatorio Oficial de Música. Labor municipal. Labor (le la Sociedad Económica. LOPEZ HERMANOS MÁLAGA CRIADORES Y Y EXPORTADORES DE DE Y FABRICANTES AGUARDIENTES ANIS MOSCATEL COÑAC IBERIA KINA Fábrica VINOS LICORES. SAN- CLEMENTE de C o n s e r v a s V e g e t a l e s y P u l p a de F r u t a s . SALAMANCA, 1 Teléf. 8404 TODA LA FUERZA DE SUS MO- T O R E S L E E S NECESARIA. SÓLO HAY UNA VA^RLA: PORMA DE CONSER LUBRIFICANDO CON E ORGIA GIL ESPECIALIDADES GEORGIA Tipos para: C o n s e r v a c i ó n de a r m a s . Grandes motores D I E S E L y máquinas delicadas. T o r r e f a c c i ó n de c a f é s y m a t i z a d o de arroces. A u t o m o v i l i s m o , aviación, m á q u i n a s a g r í c o l a s , etc.. etc. CENTRAL S. PARA ESPAÑA A . E. G E O R G I A - O I L CAPITAL SOCIAL l 004 OOO OO PESETAS Domicilio Calle Canales. 5 (Apartado 72) M ALAOA DELEGACIONES Madrid Barcelona Valencia Savilla Bilbao Malilla AGENCIAS EN Vigo Gijón Palma de Mallorca Ceuta Sta. Cruz de Tenerife Santander Telef, 3404 MÁLAGA REVISTA MENSUAL DE CULTURA EDITADA GENERAL ; [ POR L A SOCIEDAD ECONÓMICA DE A M I G O S D E L PAIS Suscripción . TARIFA DE 1.— pta. trimestre ANUNCIOS Una página. . . . Media página . . Cuarto de página . . Octavo de página . . Dieciseisavo de página Anuncios profesionales 75.— pesetas 40.— » 25.— » 15.— * 7.5Ü » 3. > Para anuncios en las páginas de textos y cubiertas, precios convencionales. Adniinislración: CASA DE L C 0 N S LI L A 1) 0 Pía/.! de la Constitución, 3. - MALAGA 2 SUBDIRECTORi REDACTOR-JEFEt Eugenio García L o m a s Luis Cambronero A n t i g ü e d a d DIRECTOR-GERENTE: El Presidente de la Sociedad Económica Redacción y Administración Año I. en el edificio del Consulado de Mar :: T e l é f o n o N." 1073. Núm. 5 Málaga 1.° de Septiembre de 1931. E l nuevo director del Instituto de /os provisional Uno de frente de los mayores aciertos ¡a R e p ú b l i c a centros es oficiales del de española. De prueba el nombramiento tuto de Málaga José tal ventaja de generación es gratamente Posee, don M.a M a r t í n e z J i m é n e z , diputado a Cortes, ilustre, sus felices actuaciones además, el .... que ^Á3 envidiable tomó posesión de su optimista; cargo el 12 de que antes de El señor Martínez do en e l Instituto m a - Martínez había tura y de s u dado repeti- ingenio, desde la Cátedra, de nuestras importantes en- Recordamos lagueño un internado modelo que empezará a funcionar en el p r ó § I ximo \ mejores des- de e l F o r o y desde las tidades. hay tam- del Institu- das p r u e b a s de s u c u l - más pero encomiarla Jiménez ha organiza- en Málaga tribunas y la to, e l s e ñ o r Jiménez de SU expansivo bién. ser designado para ya carácter último. dirección un p/ i- E s t o m á s que ejemplar, Claro que Jiménez cualidades Insitas para lucir siempre en gado Julio los un m é r i t o , e s u n a ven- orador elocuente, abo nuevo exis- que señor Martínez m e r p l a n o de a c t u a l i d a d cultural. basta- s i no tiesen otras m u c h a s poderosas razones director del instide de rían p a r a justificar nuestros elogios, avalasen. Ik p e r s o n a algunas en la Sociedad E c o n ó m i c a que ahora nos buena en catedrático recaído al cultura a re- l e v a n t e s p e r s o n a l i d a d e s de l a n u e v a intelectual Gobierno e l de p o n e r curso tal excelente ¿ va nos bajo A iniciati- proponemos ded'car amplia macién los augurios. en infor- nuestro n ú m e r o de octubre. c a l a j e NOTA POLÍTICA, ^^.uvs. "Que se lo coma la curia'* Gratos e ingratos los recuerdos son hormigón doblas vidas largas. La doctrina yanki administrada por el gran periodista Luis Bello, tónico invalorable para afianzar, con Séneca, empeño en la actividad meditada. Los nortéaínericarios aseguran que el hombre empieza a ser positivamente útil para el bien común cumplidos los sesenta... Aquí abajo, en Andalucía y en este período de parlanchines, los chaveas salidos del cascarón, pían pretenciosos: — ¿Qué ha resuelto la civilización? ¿Por qué estos conflictos? ¡Fracasados, viejos fracasados, llevaos nuestro odio! El viejo, pleno de dulzura, oye cordial al recién nacido y espera, seguro, la hora cierta de una espontánea rectificación. Cuando el estudio y los contrastes de la realidad preparen con lentitud una inteligencia normal y la nutran para su desarrollo, el inexperto abatirá la impremeditación, y sin palabras — fuera de confesiones sonrojadoras — ante el viejo -abrirá los ojos y le tributará confianza... Basta. Este principio va en alivio de tanta sorpresa traspasada por contagio a las muchedumbres. El asombro y la indecisión claman sus parálisis o sus furias y es ineludible reaccionar recordando el ayer, actuando en el presente y pensando en m a ñ a n a . La empresa del hombre, para sí y sus continuadores, de no ser reflexiva, ha de quedar como en tiempos paganos a cargo de Averrunes. Casi todo cuanto en política acontece lo previó la última cincuentena del siglo X I X . Pi y Margal 1 fué precursor •de la Sociedad de Naciones; Salmerón defendió La Internacional obrera; Castelar cimentó con solidez inquebrantable la Democracia y la Libertad; Buiz Zorrilla, con firmeza castellana, abominó de la dinastía borbónica. En las aulas universitarias los profesores liberales demostraban la m i ñ a nacional, así Pastor en Economía política y Estadística; Piernas en Hacienda Pública. A través del Derecho penal clásico, las. nuevas orientaciones de Ferrí, Lombroso y Colarijani atraían al estudioso. Oloriz, en San Carlos, explicaba Antropología y Salillas, en «El Liberal», Psiquiatría. De ••Francia, la corriente literaria iniciada por los hermanos Goncourt l l e v á b a l a Biología, a. la novela y Zola, «1 gran Zola persiguiendo «el documento humano», por el arte aplicaba la realidad aleccionadora de la vida frente a la creación ineficaz de puro artificio. Quien aprendía y meditaba salvó las vacilaciones al fortalecer la inteligencia alumbrada por la Verdad, fué republicano soltándose el espíritu de las herrumbrosas cadenas ancestrales; fué liberal y progresivo pero no exaltado, porque para conocer necesitó método y tiempo, y para destruir y construir comprendió que tampoco podía esquivar éste ni suprimir el otro. Nada de cuanto el momento aturde a España sorprende la modestia del que tuvo disciplina mental. La barab ú n d a se produce por incomprensión o desconocimiento. La ciencia política de máximos avances exige como obligada preparación para la aceptable convivencia de los gobernados educación cívica, que envuelve como fundamentales la instrucción general y el acatamiento a la autoridad legítima. No se inclinaron a ello los Poderes tradicionales de España — la Monarquía y la Iglesia - y ahora estallan las ansias frente a la injusticia y la superstición. La propiedad privada de la tierra cultivable que se inicia con el primer hombre de osadía al clavar unas estacasy provocativo gritar a los que lo presencian: — ¡Esto es m í o ! — se va afinando y afirmando hasta culminar en la revolución agraria de los Gracos y constituir ya en toda la Humanidad sucesora la protesta permanente de los desheredados. — ¿Dónde pisaré sin que alguien me eche?, — se pregunta el desposeído de un bien natural. El insecto y el reptil le contestarían burlones; pero su semejante, airado, lo miraría con desprecio. Münster, en Alemania, concita dolorido el hormiguero de seres al parecer sólo creados para el esfuerzo sin límite en el trabajo y la .servidumbre; y Maethus, en Inglaterra, lanzó su horrible pensamiento de leyes de progresión aritmética y geométrica reguladoras del alimento y la natalidad. Si el pensamiento crea, el privilegio quiere anular. Esta batalla, en ocasiones supremas llevadas por el militarismo a la más espantosa barbarie, impone solución definitiva, que tampoco será inmediata, porque aún el denominador c o m ú n de la Humanidad es la ignorancia. Un factor de novísimo progreso, el maqumismo, desplaza con locura brazos de la producción y ensancha con el paro forzoso los límites de la miseria; y el éxito mecánico que brinda el más delicioso porvenir de felicidad social, de presente apiara los hambrientos sin otra luz que el instinto movido por hambre y rudeza. Sobre estos fermentos España, aprisa, no puede declinar la norma incuestionable de su moderna Constitución, y sobre estos imperativos, como portadores, tampoco se acallan las incontinencias qae arrastran los temperamentos de muchos llamados a la empresa: ambición, vanidad, avaricia, orgullo, carencia de preparación y desinterés. Así España, desconcertada, aturdida, quiere y no quiere, busca y no encuentra, grita y no razona. Espanta a los pusilánimes, no atemoriza a los prudentes. A los que desean, irreflexivos, destruir, los detendrá la inutilidad de au empeño cuando se convenzan de trajín tan torpe. Hay otra cosa invulnerable que explicó con claridad Laurent, en su cátedra de Gante, la filiación en la Historia, y España no podrá romperla encaminándose alocada a transformaciones extemporáneas o arbitrarias. Sindicalismo, comunismo, anarquía doctrinal pueden madurar y no calculamos su hora precisa en el transcurso; pero no es la siguiente a la hora de ahora. La ciencia y el genio abomina de las tiranías, de clase y de persona, y buscando la liberación hasta hacer desaparecer el salario que es esclavitud económica y por tanto social, no han de detenerse consintiendo el mando desordenado de masas redimibles. La civilización futura no puede prescindir de filiación y parentesco con las anteriores. \ ú n queda mucho por liberalizar y se liberaliza instruyendo v se instruye al demostrar (pie se aprendió. De otra suerte el hombre aislado o en colectividades se estaciona en autómata, vociféra &iñ fundamento y rige por procedimientos indeseables. Esta República española propalada por la conciencia ciudadana que se dispuso a arrostrar el mal menor de derrocar la Monarquía por la fuerza tuvo el don de advenir unnacnlada medíante el ejercicio del más alto dePéfchó+popiiWir, y no ha de allanarse a que minorías impriidrnles la perlurben ya para resucitar lo muerto o ensayar lo inconcreto. La disputa entre los que exageran y los que desaniman por su lentitud al reparar el desmoronamiento de los anos infecundoSj condenables, de «viejo régimen», no autoriza a nadie para producirse como el vulgo cuando no es su derecho lo (pie «requiere por la Justicia», 5 dice con expresión idiota:ir*Ni mi bien ni el suyo, Que se lu conui I i curta»• - 2 - EL ALCALDE a l través ilf DE MALAGA la eKlnirtum polUdrlea ilo Siínc/irz Cantot, 3 - 1**1*3* Algunas verdades sobre mortalidad infantil P o r el Dr. J . D O M I N G U E Z LUQUE. Todas las madres están llenas de buena voluntad ¡quien lo duda! para criar a sus pequeños, pero la ignorancia de los principios que deben guiar la lac tancia materna o artificial las hace cometer verdaderos desastres que se ven traducidos en las altas cifras de mortalidad infantil. Cerca de 100.000 niños menores de un año pagan anualmente en España tributo a la muerte, pero no es eso sólo lo triste, sino el saber que buena parte de esas víctimas fallecen de enfermedades que son evitables con una buena higiene general y sobre todo alimenticia. Ahora bien, para lograr impedir a los niños enfermar y morir es indispensable conocer las circunstancias, las causas diversas que pueden predisponer a las enfermedades y a la muerte. He aquí algunas de diasque queremos ligeramente analizar: ¿A q u é edad dentro del primer ano m u e r e n ' m á s • niños? ¿En qué estación del año? ¿Qué modo de lactancia hace m á s víctimas? A la primera pregunta hay que contestar que mientras más cerca del nacimiento están los niños más frágil y delicada es su existencia. He 850.000 n i ños que se calculan nacen en Francia mueren anualmente 150.000 antes de cumplir un a ñ o , pero de estos 150.000, 52.000 fallecen en el primer mes de la vida y cerca de 75.000, es decir, la mitad del total, en los dos primeros meses. Dedúcese de ésto que en este primer período necesitan los recién nacidos de una protección incesante, que ya las madres la sienten por instinto. Estas no deben jamás separarse de sus niños, en estos priL A V I R G E N AMAMANTANDO A L N I Ñ O " meros meses, pues nadie las puede reemplazar, lo de Lucas C r a n a c h . mismo críen a su hijo al pecho que al biberón. Los Metropolitan Mijseiim de Nueva York cuidados solícitos de la madre son incomparables y aún en los niños criados a biberón se ha visto que mueren muchos menos cuando no pierden el contacto íntiNo es mi propósito escribir un artículo científico preñado mo con la madre que cuando son criados en casa del ama. -de consideraciones de orden técnico sobre este importante problema; rni iutención es hoy bien diferente: tan sólo ('orno ha dicho Teófilo Roussel «todo lo que separa al exponer unas cuantas afirmaciones sobre Higiene de los n i niño pequeño de su madre lo pone en estado de sufrimienñ o s , que considero de gran utilidad vulgarizar entre el to y en peligro de muerte. El niño tiene tanta necesidad de público de Málaga, ciudad que en las estadísticas presenta los cuidados de su madre como de su mismo pecho». altas cifras de muertes infantiles. De las causas de separación entre la madre y el niño Para algunos, estas cuestiones de que voy a ocuparme, son en extremo baladíes, pero sin embargo, como dice Variot: ¿Qué arte más •importante-que el qtre da los'preceptos y lija las reglas para criar los niños pequeños? ¿Hay en el mundo algo más precioso y más querido para las madres que esos seres tan frágiles que ellas mismas ban formado de su propia substancia? Pero es que no sólo se (rata de un problema sentimental sino de algo de más trascendencia, ya que del exacto ciímplinuento de esas nociones de higiene infantil depende <•! salvar miles o millones de vidas de niños, con lo que esto representa en el porvenir de los pueblos v de la - razas hay algunas, cuales la indiferencia y el egoísmo sobre las que tanto el médico como el filántropo no podemos nada; peTO existen' otras contra las que sé piiede luchar'con gfkndes posibilidades de éxito: me refiero a la miseria y al trabajo femenino en las fábricas; sus efectos se pueden atenuar grandemente por medio de obras como: las mutualidades maternales, los socorros en especies y en dinero, los restoranes gratuitos para madres nodrizas, las (lasas maternales, los Asilos de lactam'ia', etc. Veamos ahora en qué época del ano mueren más niños pequeños. Es un hecho bien conocido que la mortalidad infantil es mucho más alta en verano que en invierno y na- (lie ignora que Les meses de julio v agosto son éspecialmente peligrosos para loo pequenuelos v F^s v erdad que-los rei ieii uaeidjLis son muy suceptihles al frío y que e» invierno, cuando no están bien abrigados y las temperaturas son bajas, contraen fácilmente catarros y pulmonías; pero en Málaga, como en general en las grandes ciudades, es • en verano con el termómetro elevado a 30° o más y sobre todo en los dias en que se cierne una tormenta cuando asistimos a verdaderas hecatombes infantiles. Pues bien, casi todos esos niños que sucumben en julio y agosto son arrebatados por enfermedades digestivas, diarreas principalmente, víctimas de una alimentación defectuosa. Es decir, que esas muertes serían evitables si a los pequeños se les supiera criar convenientemente y sobre todo si la lactancia materna estuviera más extendida, y cuando el pecho faltara se tomaran más precauciones, por medio del consejo del médico, para la elección de la leche, limpieza del biberón y fijación de la ración que cada niño debe tornar. Ahora bien, para luchar contra los efectos directos de las altas temperaturas estivales, es preciso tomar algunas medidas; se mantendrá a los ' 'MA T E R N I D Á D ' ' pequeños en habitaciones no caluLienzo d e l ilustre pintor D . Fernando A l v a r e s de Sotomayor. rosas y bien ventiladas, sus vestidos serán ligeros y. se les darán, baños . frescos. En donde sea factible se instalarán aparatos refrigeque ser criados forzosamente por sus madres, ya que fue surantes, destinados a mantener una temperatura inferior primido todo suministro de leche de vaca por las autoridaa 20°. des de ocupación. Este es pues un experimento concluyenRespecto a la forma de lactancia que hace más víctimas, empezaremos por decir que la inmensa mayoría de los n i ños que mueren en el verano, y aun en el resto del a ñ o , son criados a biberón. Los que son criados por sus madres pueden sufrir diarreas ligeras, sobre todo durante los grandes calores, pero es raro que sucumban. te que no deja lugar a dudas. Por estas ligeras consideraciones que llevamos hechas se deduce una senda a seguir; si queremos luchar eficazmente contra la elevada mortalidad infantil que actualmente padece España, debemos propagar por todos los medios y entre todas las clases sociales las ventajas de la lactancia materna. Estiman algunos autores que si todas las madres pudieran criar ellas mismas a sus hjitos, la mortalidad infantil no excedería casi de un 10 por 100 de la actual; es decir que sobre 100.000 óbitos anuales se podrían ganar 90.000 vidas. La labor de propaganda debe comenzar en la misma infancia, en las clases de puericultura, que no deben faltar en ninguna escuela de niñas y extenderse después a los distintos sectores sociales, abarcando lauto a las madres acomodadas como a las obreras. Pero más que con todas las leves coercitivas y aun (pie con los mejores medios de asistencia v protección, se consigue con una acertada labor |»roseliUsta; el ideal sería, según una frase que se lia hecho famosa, «poner OSte bello V Kl'an deber a la moda'. Una estadística clásica nos dice que la morealidad se distribuye así, según la clase de lactancia: Lactancia materna solo un 13 por lOt) Lactancia mercenaria (por ama) . . 30 por 100 Lactancia artifícial (por biberón) . . 50 por 100 llav un ejemplo, (pie reíala el Dr Calrüette, de las venlajas de la lactancia a p e d í i . Durante la ocupación alemana de la rindad de Lille. apesar de la enorme miseria, de las dificultades materiales v de los sufritnientó^ mondes el número de nnios .que moría era menor que en tiempo normal, mienh'as que las personas mavores fallecían en proporcionen realmente pavorosas. Esto parece difícil de explicar y sin embargo no deja de estar claro, porque todos Aquellos pequeños que tanto resistían a la muerte, teman 5 - La última novela de Insúa Por L U I S CAMERO ÑERO Viene a nuestras manos un libro de Alberto Insúa. cuya mayor parte escribió en esta edénica vertiente de la bahía malagueña; y es nuestro anhelo candoroso el de leer sus páginas brillantes, Creyendo hallar en ellas la visión de esta ribera iridiscente. Fué candoroso nuestro afán, porque fesé libro se compuso con el espíritu ¡ n i u \ lejos! de la realidad que vivía. iPero nosotros supusimos, por una lógica pueril, que en este ambiente deleitoso, de pujante influencia sensorial, no se podría huir tan horro de la intensión del medio ambiente, hacia un pretérito remolo. ¡Ah, portentosa fantasía: cómo desplazas del presente al artista, al verdadero artista, al que produzca lo que le plegué producir! no al mísero cautivo de la emoción que sií existencia vive. Este, que también es artista, no se desplaza nunca de sí mismo. Alberto Insúa, sí: vive el momento que su imaginación le representa, supeditada a su albedrío. No es prisionero de su numen,ni éste de factores extrínsecos. Sus páginas exaltan, apasionan; mueven en ítn principio al orgasmo ineluctable de las células, cuyo dominio eterno no nos deja envejecer serenamente. Pero, luego, sus págiginas nos edulcoran, nos redimen dé la inquietud humana de la carne, y, señoreándose el alma de las rebeldías somáticas, nos llevan al placer puro, absoluto de amar la inexistencia corporal de la ternura v de la fe en nuestro incógnito existir. Alberto Insúa reflejaba, con fascinante r e a l i d a d mientras su estancia en Málaga—, la hermosura inefable de esta zona, en primorosas crónicas escritas para la prensa de Madrid. V al propio tiempo, despojándose de su placer sensorio estético, rememorabk o construía, con intensidad imponderable, un libro pleno de pasión, de vitalidad, de idealismo, sobre lejanas remembranzas. Bien está el título del libro: "en dos tiempos se desarrolla la novela, como los temas orquestales. Tiempos diversos, contrapuestos, de una autonomía concreta, cotripletamentemenle distanciada; pero sometidos al mando inesqúivable del amor, que, en palpitaciones orgánicas, o en emociones ideales, los armoniza v los conecta con portentosa realidad. Son dos iiguras poemáticas, concebidas en el seno mtenlal de una imaginación prepotente, que las humanizó s i n reservas, para hacerlas v ivir en este mundo, con pensamiento SUprahutnano; v las sublimó idealizándolas, para hacerlas vivir en la régión de la poesía y el arle con realidades corporales. «EL AMOR EN DOS TIEMPOS» se compone de dos figuras sugestivas, que constituyen por sí solas la capacidad de la acción. Los personajes subalternos se agrupan oportunamente al proceso, bien emotivo, de la obra; pero al t ravés de lances y de seres, de narraciones v episodios, es la novela, en puridad, un dúo cultninante de amor. Amor que sé despierta al mándalo imperativo de la especie; y en el transcurso de la vida, se descompone, se, alquitara, o, más exacto, se desnaturaliza v alcanza la idealidad del platonismo existente en los espíritus excelsos, como los de Antonio y Martirio que integran «EL AMOI5 EN DOS TIEMPOS». 6 - Es absorbente la lectura de esta novela, destructora de convencionalismos sociales, supeditados a una ética Falsa, inhumana, teocrática. Es absorbente la lectura, porque su prosa es circular, igual que el horizonte que se abarca desde una cumbre dominante. Cada concepto, cada idea, cada narración, tiene su círculo, del diámetro capaz de concentrarlo, del radio justo para hacer la curva equidistante del centro, donde radica la expresión. La concatenación misteriosa de las ideas alumbradas, por el prodigio de un idioma, sumiso a las concepciones del arte. Es la dicción exacta, conductora del pensamiento virgen, desde el cerebro transmisor, a los cerebros aptos, receptores . Esta misión privilegiada es patrimonio abstracto de los doctos, de los que pueden ostentar la autoridad de sus preceptos por encima de todos, aunque sea con reverencia de los menos. Es una prosa eslabonada, de constelaciones mentales; corno de estrellas que tuvieran nimbos circulares tangentes en sus diversas magnitudes. Ciiii^-;:;;:;;::::;!!!) i No pretendimos hacer crítica, en esta página oferente de admiración a Alberto Insúa. ¡Es tan difícil enjuiciar la producción mental del ser humano! Esta página es sólo una impresión sinceramente reflejada de un bello libro que llegó a nuestras manos .de bibliófilo. C;!::!::::::;:;^'ii!!ii:;!i M A E S T R O ! Por A. QUINTANA Los Dioses, hijo m í o , se han complacido en tu felicidad y te han apartado de aquellos trabajos que inspiró Minerva cat aclismo en marcha más de ciento treinta años viene a reducir la caridad a icono en su hornacina y a establecer el a los dilectos de la sabiduría que forjaron el Coloso de Rodas y de aquellos otros que huyeron de Galeno para caer en pacto demoníaco como Fausto y encontrar fingida fuente ^e juventud; los Dioses te hicieron sereno como el espejo del agua de los lagos, risueño como la brisa del céfiro, derecho a la igualdad. flexible como la caña que sisea al viento en la orilla del río, blando como el vellón del cordero, tierno como el corazón de las madres; los Dioses te hicieron Maestro. No quiero que se apague el fuego de la gratitud en m i pecho. No quiero que los Dioses te olviden un momento. Quiero que la ambición de nuevos horizontes no truequen tu vida y que puedas, alucinado, volver tus preces a los Dioses para que cambien tu iumbo; sin norte, hacia los caminos oscuros del eterno comenzar. Eres Maestro y naces al Magisterio-en'ebmoinento - más solemne de la Humanidad. Cuando vas a ser el constructor de una Humanidad nueva. No tengas miedo. Las fallas hienden las ingentes moles que forman las greyes del mundo, y desde el budismo innúmero hasta el rnormonismo nuevo, todas las masas se desgajan [)ara rodar al llano en abierto resbalamiento y formar nuevos planos de vida nueva. La historia recoge en el momento del día primero de nuestros tiempos todo el pensamiento del mundo en Calililea, después del desgajamiento de Grecia \ de Roma, y Cristo Vlaestio da la idea del derecho a la igualdad, creando el tópico supremo de la caridad para vencerlas concupíecencias que flotaban en el informe remolino; pero la caridad como ley era un tópico que había de preparar el imperio tic! dcrechcyv ;i los mil \ nos ccicutos anos, im nuevo Tú, y todos los que formáis el ejército preclaro, conduciréis las masas hacia el punto luminoso del horizonte, y desde allí distribuiréis nuevos pueblos sobre la tierra. Y tenéis la dicha de actuar sobre la masa blanda y m o l deable de la p ñ e z . No lo dudéis; no os dejéis ya sojuzgar de aquellos tristes filósofos medievales que obligaron a decir al cristianismo que el hombre era malo al nacer; no os dejéis sojuizgar de teorías infranqueables de herencia, no^ la educación es ariete, la educación es barrena, la educación es arquitectura. Demuele unas veces, destruyendo males físicos y costras morales euquistadas por más de una generación,, y luego, valiéndose de elementos de reserva capaces de endogeni}i, reconstruye hombres y mujeres fuertes en lo físico,* y valiéndose de la reacción que dan las pasiones y de la destrucción de morbos freudianos, hace de los hombres-ciudadanos cumbres y de las mujeres, madres como Sempronia. Tú, lujo m í o , vas a vivir la vida que hizo de Pestalozzi un sanio luterano y de Herbart, un luminar del mundo. Y tu serás sereno como el agua quieta del lago, risueño como la brisa, flexible como la caña, blando como el vellón del cordero, tierno como una madre, y , sobre todo, humilde como la violeta, que da el aroma delicado al bosque y se inhibe debajo de la hoja. Si sabes inhibirte y dejar que el aroma de tus virtudes impregne el alma del niño, sin robarle per.sonalidad, serás digno de acogerte a aquella sombra que crea el mundo, a través del tiempo, aquella sombra de Kousseau, hoy de nuevo aco">edora de los hombres. P E R F I L E S Siluetas de libertadores: G A N D H I Por I G N A C I O «•Obrar sin pasión es el más alto grado de la virtud humana. E l alma debe conservar su serenidad imperturbable : Obre, pero sin emoción. tQue su calma interior nunca se altere. Que no mellen los acontecimientos exteriores su profunda impasibilidad.» MENDIZABAL. «Maha-barata». L i b . I I , cap. 16. \ Famosas y atractivas son a través de las centurias aqjellas leyendas b r i tánicas en que los relatos de los Caballeros de la Tabla Redonda fulguran como relámpagos sobre la noche tempestuosa del medioevo. ¿Qué mejor tema n i motivo más bello para ser cantado en las Cortes de Amor provenzales y aquitanas por las cuerdas melodiosas de Godofredo de Rudel y de Ulrico de Lichtenstein? aquella n a c i ó n ddatada desde el Holstein y el Eider hasta las bocas del Ems, cuyos habitantes—atrevidos baño cleros que en estandartes y escudos blasonaban un dragón — eran llamados Sajones. Y mientras los ecos de ü e v o n se estremecían con las trompas de caza del príncipe Ceraittt: y mientras acariciaban los oídos de Sir Lanzarote los gorjeos del ruiseñor de Astolat; y mien ras las hazañas de Sir Careth repercutían ¡Loor a las magníficas gloriosas en el lejano reino proezas — esmaltes y repude Orkney, y las palestras jados en la Historia de visigóticas que nos deshace catorce siglos — llecribe Erinodioy los torneos vadas a i^abo por el rev suntuosos que relata N i Arturo, espejo de caballethard y los desafíos que ros, paladín de la tradición detalla menudamente la inglesa, héroe de una edad crónica de Montmouth reheroica, y símbolo entonverberaban de sol y se ces de la independencia animaban en centelleos bretona, de la que fué G A N I) H I con las armas bruñidas de caudillo por las agrestes los adalides y la sonrisa llanuras de los Cambrios enjoyada de las hermosas; mientras el chispear de los aceros ame las huestes aguerridas de los Siluros de Caérleon! se enlazaba con el tañido del laúd de los trovadores, a lo K\ era el que en Camelot reunía con fiestas a sus cabalejos, desde las encinas de Cornwall hasta las fuentes de lleros alrededor de aquella Mesa Redonda hasta donde se la Armórica, toda la tierra medioeval de la gesta británica filtraba, deslizándose en un rayo de sol, el Sanio Griai; él trepidaba con u n temblor sagrado bajo el galope.de los era el qué en múltiples batallas opuso resistencia a la invaCaballeros del Rey Arturo, siíbrayadc'r {•spantosameute' jwvr .sióu cvirana que pendraba con Erkenvim» en las regiones el alando primitivo de los Siluros de Caerleon. del Essex, que se instalaba con Hellp en la colonia del Snssex y que fundaba el reino de Wessex sobre los a indos huesos del pendragon Nazaleot, Y él fué la llamarada independiente que ilaineó su rebeldía por las colmas del Ibgb Thames, que blandió su espada por las laidas del Badon, T a m b i é n ahora, en el trascurso de este mes, nuevos que eiupurpuro até sangre la> \ ias de Wigbl. v que desde el caballeros del siglo V \ diSpotidlSe "a tomar 'asiento en Saverna a ítatb elevo el solido dique de su resistencia derredor de otra Mesa Redonda; pero la Conferencia de freuté a los feroces guerreros desembarcados con el sol en Londres así llamada, donde va a entregarse la magna carta de un uurMo que ansia redimirse: esa 'Conferencia oue a- costas esquivas: corsarios «le frágiles naves, lujos de - 8 ~ malos* El altivo desafío de los paladines contemporáneos va tocando su término, y la dulzura vencerá. La ingente ínsula británica, la que se enseñoreó de los continentes, trazando en su epidermis geológicas rasgos de acero, desde Heligoland a las Jónicas, desde Singapoore a Sumatra,.desde Tasmania a Norfolk, desde Capetown al Cairo; la que, afirmada en sus colonias mundiales, con Jersey y Guernesey poseía las llaves del Canal de la Mancha y en Malta y Corfú encontraba escalas de apoyo hacia Levante; la que atalayaba desde Gibraltar el Mediterráneo y desde Socotra el Mar Rojo; la que se aseguraba con Ormuz, Chesmi y Bukir el dominio del Golfo Pérsico; la que por el puerto de Aden pudo difundir en el Yemen y el Adramut los productos de Europa y de la India; la que tuvo en Bathurst una arteria para penetrar hasta el corazón de Malaya, y en Buena Esperanza un centinela para avizorar el Océano Indico; la que navegó por el Ganges y el Nilo, la que ascendió por el Kisthna y el Kavery; la que escaló el Himalaya y el Atlas y lo mismo desenterró la Esfinge de Gizeh que la Gran Muralla de Tsin-chi-Hoang-ti; la que introdujo su idioma en las cinco partes del- mundo; la pujante, la imperial; aquella hablando de la cual C. P. Lucas en su Greater Rome and Greater Britain pudo jactarse de que «sostenía comparación victoriosa con el antiguo Imperio romano», ha visto hoy perdida su estabilidad, y - simple isla al fin - boga hacia su-ocaso con la racha airada de Dios zumbando en las tensas velas de Whitehall, sepulcro blanqueado de Gobiernos; con la mirada colérica de Dios, fulgurante de idéntica manera sobre las soberbias alas del Buckingham Palace y sobre las chozas proletarias del East-end; con la venganza de Dios impresa al fuego en los muros de Downing Street, en las columnas de la City y en el hambriento rostro empalidecido de sus workless. eufrerita las ambiciones antípodas de un Imperio que fué grande merced a la opresión y de unos Dominios que por culpar de la opresión carecen dé toda grandeza; esa Conferencia4qndinense de la Tabla Redonda no congrega con fiestas a sus caballeros. Y , desde luego, no verá deslizarse en un rayo solar hasta su estancia el Santo Grial de lu redención. : Por eso el Mahatma Gandhi—espejo de rebeldes, paladín de la desobediencia civil, héroe en una época lastrada de prosa ,y símbt}lo«>.actual de.íla independencia india — después de sus entrevistas con Tej Sppu y con Jayakar, después de escuchar la repulsa del Virrey a examinar su interpelación sobre las violaciones cometidas con la Tregua de Delbi, vió ante él embarcar sin emoción, ojos enjutos, corazón escéptico, a los 27 Delegados que navegan rumbo a Inglaterra con una vibración de duda latente en los poderosos motores estremecidos del «Moolton». ¿No escucháis su lema? «Desobediencia y dulzura». Evangélica rebeldía. xMística resistencia: Sacrificio. Y todo ello abarcado por la triple virtud de que su biógrafo, Romain Rolland, nos haMa: la voluntad, arco tenso en cualquier instante; el sentido práctico, índice regulador; y la pureza que inmaculd el conjunto. De los dos elementos cuya identificación regula el desenvolvimiento del espíritu hindú, Gandhi ha sabido inmolar el Y O - e s t i é r c o l ardido en su córazóír ardiente, según palabras suyas—áubordinándoló á las exigencias del SU. Y esto mediante su rígida ascética: mediante el ayuno, que disciplina el alma; mediante la castidad, que flagela con sus aceradas púas el florecimiento sensual de la carne; mediante la Rrachmacharya, que tortura los deseos con el castigo cuando sea urgente, con la crupldad cuando, sea necesaria. Porque, y así lo establece en su autobiografía y en las marmóreas hojas de su vida real, «el hombre sólo es hombre en cuanto posee capacidad para mantenerse a raya». Vencerá la dulzura, derribando con su blando soplo las fortalezas sólidas. Vencerá el Bapu de Ahmedabad, moderno Rey Arturo de la Tabla Redonda; vencerá en Londres y en Bombay el Mahatma,, de Gujarat, que como las manufacturas de ésta es duro y seco, y es, como su mecánica, de acero templado y elástico, de hierro dulce. Su santa obstinación, desapasionada c impasible como aconseja el Bagavad-guita, infiltrará su gotear en las rocas; y la suave paloma de Lacrui derrotará al jabalí de C'ornwall. «Porque Dios está eternamente sediento de abnegación huifiana v el sacrificio de una sola ah Este es el apóstol de su casta, el mártir de la causa india, el semidiós de Cholapur v de Labore, de Poona y de Purandar. Lleguen en buen hura los Delegados que preceden al santón de Sabarmati en su marcha hacia Inglaterra; trencen allí las protocolarias perfidias los hilos enmarañados de sus debates sobre la esterilidad de la Mesa Redonda. Que Gandhi, en los «saloons» de Londres couu en >u Vhmcdahad. callar;! «\ craii(iali) expectante, de cobijado por hi la sonrisa sus perpetuas amigas: la dulce iMaiiM-dmnbrc: la paciente desobediencia. una no se consuma jamas E l He y Arturo 9 - en v a n o » , SIMON BOLIVAR. Parábola del Héroe PRIMEE CENTENARIO DE SU MUERTE Ofrecemos hoy a nuestros ledo res las magníficas Por ANGEL MIGUEL QUEREMEL. cuartillas —de indiscutible valor artístico—leídas en la velada conmemorativa del Centenario de Simón Bolívar, celebrada en la Sociedad Económica de Amigos del País en la noche del J<S de diciembre de J93c, por su autor el cónsul general de Venezuela. del modo que os venga Ebtaban sentados en en gana. \ si alguna en- el suelo alrededor de ¡iiiiiPM: señanza encierra, que ponía temblorosos re- os sirva de estímulo flejos sobre mejor que de estorbo una gran hoguera que la noche para vuestra existencia. circundante. — El cielo Hace mostraba su desnudez más de un estrellada y el viento siglo, hubo en nuestro Corría de Norte a Sur pueblo un hombre ex- arrastrando cepcional, su trapo u n genio. con blando Surgido en un momen- ruido. E l corro de gen- to crítico de la vida de te estaba compuesto de la patria, al poco tiem- personas de edad diver- po sas: jóvenes de aspecto nombre umversalmente risueño v de ojos bri- celebre. Hizo milagros llantes; hombres madu- asombrosos en el arte ros de tez bronceada de la palabra: conquis- v expresión recogida; tó laureles inmortales invisible se hacía de un cabezas de cabellos ca- en la guerra v en la paz. nos y de posturas extá- A él le debemos nuestra ticas; alguna mujer; a liberación, nuestra i n - corta distancia dos ni- dependencia. ños jugaban con largas Hoy estamos en hojas de palmeras sobre posesión un personalidad universal- montón de tierra removida. Todos escuchaban con religioso silencio la palabra del de nuestra mente reconocida. Em\\ pezarnos a ser, pues, m en él. A él le debemos más viejo de ellos, al nuestro progreso: nues- través de cuyas barbas tra civilización; Hizo nevadas la \ oz parecía surgir, evangélica en un suspiro de nuestra fierra una isla de excepción, objeto de envidia reposado. V de alabanza. Si vemos a nuestro pretérito su nombre lo — « D e esto que os \ o \ a contar, mucho tiempo. Mi ahuelo lo bahía hijos míos, o í d o de hace ocupa todo: si nos apercibimos de nuestra \a para bendecir &u nombre: si nos aventuramos al porvenir, boca de su padre. Es una historia verídica de nuestro pueblo: actualidad es su figura empieza donde tertmnan todos los horizontes. no me Nuestra patria es él; su memoria, nuestra atrevo a caliñcarla de edificante. Vosotros la escucharéis 10 umea religión, m Q Í * 3 Q El mundo entero, el tnuiula civilizado que sueña nuevo Dios. Y entonces el pueblo en masa se dedicó a con la libertad v la paz entre ios hombres, no hace otra cosa que buscar el sitio en la ciudad más adecuado donde erigir el sobrevivirle; su huella perdura a través del tiempo: su i n - pedestal para la estatua magnífica. V. va encontrado, flujo prosigue latente en todo movimiento moderno en pro ficaron una colimta de mármol donde se alzó el símbolo de la humanidad y de los derechos del hombre. E l , el sagrado que representaba al héroe. Pero semidiós, él siempre. Los poetas de la época, sus conformes y lo colocaron más en alto sobre el p e q u e ñ o discípu- edi- no se sintieron los, lo situaron al lado de Jesucristo; las mujeres besaban monte de los Grandes; y todavía les pareció muy a flor de la orla de su túnica redentora; tuvo riquezas, poderío, tierra y le subieron, más arriba, sobre la gran colina de los amor. ¡Y murió, oscuramente, desencantado, él, el hombre Inmensos, y, más a ú n , otra tarde escalaron la montaña del que había despreciado la riejueza y poderío de reinos y de Gran Padre, y en su nevada sima le suspendieron. Y en- imperios! tonces sí parecieron satisfechos. subido En tanto. nuestra tierra prosperaba. ¡Nuestro pueblo Pero, lo habían tan alto, tan alto, que ya no lo volvieron a ver desde la antes ignorado, volaba en alas de la fama: y a los cuatro ciudad y, poco a poco, se fueron olvidando de la mate- costados del inundo su nombre desconocido era rialidad de su figura y de su nombre, poco a poco fueron antorcha, penacho y bandera de excelsitud. Y entonces los hombres deshumanizándole para darle la verdadera de este pueblo pensaron en su glorificación. gran muerto se merecía, Perpetuarían vida que aquel y fué que, instintivamente lo su recuerdo en una estatua: el barro que él bautizó con la habían elevado tan alto, siempre más y más alto, para miel de su palabra, la sangre de sus venas y la fiebre de su judicarle su auténtico sitio, su categoría de Dios, de Santo, pensamiento se elevarían en la misa del homenaje como la de héroe máximo, la divinización del genio, por medio de ofrenda de la tierra misma, bajo el infinito azul donde la exaltación de sus hijos, de sus hermanos*. la noche de su muerte encendía luceros y agigantaba El anciano se ha quedado silencioso. Los oyentes soles. nen los ojos cerrados. buscaron el mejor escultor de la comarca: y el alfarero i n dable con el gesto sublime de las redenciones ficio. Y el día de la glorificación tie- Súbitamente abren todos los ojos y, en la noche miran hacia lo alto de Y los poetas y todos los hombres de nuestra tierra, signe modeló en el barro moreno y triste su figura Pero nadie duerme. ad- la m o n t a ñ a invisible. inolvi- Sopla el viento, y en la sombra del monte cae la nieve y del sacri- como una mortaja de infinito y de silencio. los sacerdotes vistieron En esta modesta parábola sobre Simón Bolívar el L i - sus túnicas más vistosas y ricas y humedecieron el barro bertador, he querido darle una idea al respetable transfigurado con el agua de luz de los hisopos. Y los órga- que nos escucha, de lo que es para nosotros la devoción a nos de las catedrales sollozaron dulcemente; y las campa- la memoria de nuestro héroe. Hemos hecho de ella una nas gritaron al viento una aleluya inmortal; y el arco de religión, la religión de la patria, para rezar y comulgar con las flechas de todos nuestros ascendientes curvóse de gracia la libertad que es y debe ser siempre la paloma del Espíri- y rompió el aire de miel el vuelo simétrico de los dardos... tu Santo en vuelo perpetuo sobre la miseria del mundo y el Y hubo bailes v cantos, y en la casa de todos nació el rencor de los hombres. pviblico Homenaje a Narciso Díaz de Escovar T o d a l a prensa local se h a adherido a l homenaje que se proyecta a l ilustre "Poeta de los C a n t a r e s " don Narciso D í a z de Escovar. L a revista " M A L A G A " que, desde su p r i m e r n ú m e r o cuenta con l a valiosa c o l a b o r a c i ó n del insigne bardo y que siente p o r é l un e n t r a ñ a b l e afecto, se une a l p o p u l a r anhelo, n u n c a m á s justificado que ahora. Beciba, por anticipado, nuestro querido y admirable don Narciso la m á s c o r d i a l enhorabuena y sepan los organizadores del homenaje que nos será m u y honroso cooperar, dentro de nuestra modestia, a l m a y o r é.vito del misma. ti - malos* POLÍTICA Y TECNICA Por Al enfrentarnos con la redacción del texto consti- sombras del poder legis- lativo, mantenidas en un plano secundario de crítica cameral propuesta para el poder legislativo, implica de redactada por técnicos, a los cuales seguían c i e g a m e n t e las cutirse—nos encontramos con que la estructura uni- creación PITTALUGA. nacional - fué tucional - p r ó x i m o a dis- la GUSTAVO discreta y de pobres i n i ciativas por la Censura del consejos técnicos. Están previstos, en efecto, en el proyecto Primer Cónsul o por el de Constitución presentado al Parlamento. E l Títu- Inversamente, en países, de estructura social más dominio del Emperador. lo V I I (Artículos 92, 93 y reciente, en que la visión 94) está dedicado enteramente a su definición y i> teórica fde la;, orgamzación del Estado no había de establece que «el Gobierno, salvo casos de urgencia, deberá someter al examen del Consejo técnico respectivo, toda medida de encontrar resistencias en la realidad de las jerarquías v de los intereses, como aconteció en las jóvenes * naciones americanas; los importancia que afecte a las materias de su competencia, así como todo proyecto de ley antes de presentarlo a la aprobación técnicos fueron directamente los políticos, y la vida política ha sido n u t r i da const*ntemente por el pensamiento, la voluntad, DON GUSTAVO del Congreso». Otras disposiciones análogas, contenidas en los artículos indicados, otorgan a los Consejos técnicos facultades e intervenciones no menos importantes en relación con el Gobierno y con las Cortes. Este procedimiento de colaboración de los técnicos con los políticos, llevado a la sanción suprema del propio texto constitucional de la Nación, constituye una novedad legislativa, y si se quiere, una nueva forma de concepción de la estructura de la vida nacional. Mas al propio t i e m p o inútil recordarlo—refleja y afirma una tendencia del espíritu publico y una doctrina sostenida durante estos últimos lustros por gran n ú m e r o de estadistas y de estudiosos, de técnicos y de políticos. ¿Cuáles son sus ventajas? ¿Cuáles son sus inconvenientes? Vamos a examinarlos someramente. De primera intención, si nos abandonamos a la fácil atracción dedos tópicos,; se nos aparece como máxima ventaja la de asociar a los técnicos - se entiende a los mejores entre ellos — a la tarea grave y difícil de gobernar. Se trata, ciertamente, de una imprescindible cooperación. Pero se trata de una cooperación siempre lograda, durante lodos los tiempos, bajo todos los gobiernos, en todas las formas del Eslado. cual significa, en Simia, que es una co¿perací<5n fácil de lograr sin necesidad de reglamentarla de antemano. Toda la legislación napoleónica—creación formidable ex-novo, de todas las piezas fundamentales de la vida PITTALUGA los errores, los intereses y los aciertos de la técnica, considerada como directora de la vida pública. En cierto modo, el mismo prétíominib1 duráíite el siglo x i x - y aún después—de la acción militar en la vida pública do algunas naciones americanas—y aún de E s p a ñ a - p u e d e tomarse como una modalidad específica de ingerencia de la t é c n i c a - d e una técnica determinada, la técnica del soldado —en la poli ica. Si bien se considera el problema, la intervención y colaboración de los técnicos en la organización política de la nación no puede concebirse más que en una de estas tres modalidades distintas: a) o bien por una directa actividad política de los técnicos (política de técnicos); b) o bien por un estudio casuístico encomendado sin responsabilidad a los técnicos por los políticos (política sin técnicos); c) o bien por una actividad técnica al margen de la política pero ligada írítimamente con esta úllima (política' con* técnicos), Nótese bien que al definir el segundo método como «política sin técnicos», no se quiere decir que los políticos prescindan del todo del consejo, de las indicaciones o de la colaboración de los técnicos. No existe listado constituido que seriamente pueda prescindir de esta ( olalioracióil. Lo que quérCrnos'dcrr'r es que, «"ii esc caso, la política corno tal se desenvuelve como una actividad de tipo peculiar por encima de la técnica, porqué no cree que el criterio de los técnicos encierre en 12 seerlas. Los Gobiernos de técnicos han sido siempre pésimos gestores de la política nacional. La primera solución es, a m i entender, inadmisible. sí un sentido político, y por tanto, descarta a la técnica de la decisión propiamente política de los asuntos públicos y de la solución de los problemas del Estado. Ahora bien: de estos tres sistemas ¿cuál es el preferible, en primer término por razones de orden propiamente espiritual, eaeaicial; en segundo término por razones de orden práctico, procedural? Hablo, corno es natural, con relación a la hora histórica que atravesamos y a la realidad peculiar de España. Y es evidente que la intervención directa de la t é c n i c a - l a técnica responsable de ía política, esto es la «política de técnicos», representada concretamente por Gobiernos técnicos - n o es una solución admisible. N i adecuada al momento, ni apoyada sobre experiencias favorables. No. No es conveniente a los intereses del país conservar con un sentido hierático, el mito de la supremacía intelectual de los técnicos. La técnica es, en suma, dígase lo que se quiera, una cosa subordinada, un arma en manos de la inteligencia. Pero un buen técnico qúe conozca a fondo su asunto—un •banquero: un especialista en ferrocarriles, un gran higienista, un civilista ilustre, un ingeniero—puede carecer de las cualidades de perspicacia vital, de acción de cultura general, de visión histórica, de transigencia o de carácter que son la esencia misma del político. Di,ré m á s : suele no po- La segunda—«política sin técnicos»—es imposible en el estado actual de la vida pública en el mundo entero. El político no puede hoy—por la complejidad inmanente, continua, y no casual, momentánea, de los problemas—apelar a los técnicos en la forma casuística e indirecta, irresponsable, con que lo hacía hace treinta años. Le es precisa una asistencia constante. El técnico ha de ser una parte del político, pero una parte íntimamente ligada con su vida espiritual y con su actuación pública. * Llevada al propio texto de la Ley fundamental del Estado esta concepción de la íntima colaboración de los técnicos con los p o l í t i c o s , - s i n aminorar el sentido escuetamente político de la vida pública, sin contaminar con ningún asomo de pedantería la espontaneidad de la vida política,— resuelve felizmente una situación recelosa que ha dado l u gar a muchos tanteos inútiles, a muchos ensayos malogrados y a muchas equivocaciones personales; y en ocasiones también a muchos errores de gobierno—por olvido y ausencia de los técnicos, o por desmesurada y nociva intervención de la técnica. POESIA AMERICANA Al cielo de la Patria Azul como una dulce «no me olvides», limpio como un ensueño de la infancia, sin una leve bruma ni una sombra, así te quiero, ¡oh, cielo de mi patria! Limpio girón del cielo americano, ¡quién el color en tí siníonizara! ¡Aquí estoy, aquí estoy para adorarte, como a los dulces ojos de la amada! Página azul de la chilena gloria, bello altar de la patria, abierto ante mis ojos te presentas al irse el día y al venir el alba. En lí adoro el color de unas pupilas, en tí adoro el fulgor de una mirada,.. Aquí estoy, aquí estoy para adorarte imagen silenciosa de la Patria. - 13 L U I S A. ZAMORA (Poeta chileno) E l suntuoso A l c á z a r de S e g ó v í a MANSIÓN D E REVES CASTELLANOS L a ¿lustre Directora de Prisiones, nuestra culta y benéfica paisana, ¡cuánto lamentará! ¡más que nosotros! que no haya residencias en España, tan soberbias como ésta de Segovia, para todos los hombres que se guardan? bajo el imperio de la ley, en cárcelesP generalmente, tristes y malsanas. f isiti p a n o r á m i c a ili' Segovia - 14 - i3i<alaj<a ARMONÍA Y EQUILIBRIO Pedro Salinas o la estética de la medida Por Este nuevo libro—<rFábula y S i g n o » - q u e Salinas nos regala modestamente, a la buena de Dios, como quien no hace nada, es la expresión máxima de su poesía. Máxima y mínima; hay de todo. Volatilizaciones y concreciones; decisiones y titubeos; voces anónimas que sostienen en el aire las palabras, verdaderas protagonistas de la empresa lírica, y esa voz exterior (vulgar) mero soporte acústico del verso. De todo: bueno y malo. Es preciso escribirlo así, tal como suena. Creo que ha pasado la época en que la crítica joven tenía establecido un pacto de apoyo y defensa de los intereses estéticos modernos. Estamos en tiempos de madurez y seriedad que exijen la ruptura de la coalición juvenil en aras de la justicia y la equidad literarias. La poesía de Salinas concreta, de manera admirable, el sentido estético de la generación triunfante. Representa la línea matriz de un nuevo estilo. Deííde M a l l a r m é hasta la fecha no se ha dado cumplimiento tan riguroso a las leyes espirituales de la nueva forma de vida. Antes, todo estaba apresado en rígidos esqueletos, en moldes inertes. La misión del arte era rodear de belleza las formas más importantes de la vida. Es decir, que lo que se buscaba no era el arte mismo, sino la vida bella. No se salía—como en épocas anteriores—del trote cansino de lo cotidiano, soportado con más o menos repugnancia, para gozar, en una contemplación solitaria, el consuelo y la elevación deparados por el arte, sino que el arte se empleaba en la vida para aumentar el brillo de ésta. O sea, se le utilizaba a modo de estimulante o revulsivo. Mejor dicho, esa era la intención. Porque la realidad confería ai hecho artístico calidades de cosa vital, humana. El destino del arte - según la concepción de nuestros mayores—era vibrar con el goce soberbio del mundo. No se buscaba en el arte la belleza por ella misma. Todo lo contrario. Se tendía a encontrarle aplicación práctica, i n cluso en aquellas de sus manifestaciones que contaríamos entre las obras de arte puro. Dicho en otras palabras: la razón de apetecer el arte residía en su destino—¡destino fatal, por cierto!—, en el hecho de ponerse al servicio de alguna forma de la vida. Cuando, prescindiendo de esto, guiaba al artista creador el puro ideal de la belleza, sucedía así medio inconscientemente. No es ocasión oportuna para historiar el proceso trasmutativo de la estética moderna. Hay—forzosamente—que pasar por alto el maremagnum caótico que produjo la desaparición del simbolismo del panorama literario europeo. Momentos hubo, en el alborear de nuestro siglo, en que -se pretendió corromper el verdadero—y unico-papel del arte en nombre de una falsa cultura clásica. Mas el inst into poético de los hombres de post-guerra salvó la peligrosa situación. La poesía de ahora siente la necesidad de expíe •sár, con lucidez y comsciencia, los valores espirituales hnmanos. El hombre no interesa más que cuando es capaz •de proyectar fuera de sí xma. imágen. Es decir, cuando a través de su racionalismo se descubre un valor subjetivo, lineo o estético propiamente dicho. Kl poeta lineo puro es mi creador espontáneo, en quien \os momentos poéticos del alma (los poemas) se forman si~ "'inendo-ui-i sistema paralelo al de la cristalografía. Sus poemaÉ son cristales, estalactitas <> estalagmitas dé palabras momentáneas, pero únicas, expresivas en toda su exten sion, en los que su alma se dejo aprisionar ( liando aspiraba a un inconsciente ideál de belleza. A esc ideal, perfecta- C. L Ó P E Z TRESCASTRO. mente espontáneo, se debe la inocencia y la incertidumbr& alada de sus cantos. Este lirismo pierde en pureza lo que gana en estilo cuando las exigencias de la expresión literaria le hace caer en la pompa de colores, de sonidos, de luces, etc. N i que decir tiene que este ambiente formal (exclusivamente estilístico) es incompatible con la realidad profunda de un alma de poeta. ^rfr* • El máximo de pureza poética no se alcanza si no se decide el artista creador a renunciar a los valores de la inteligencia, y, sumiéndose en la emoción puraj tiende a la expresión exacta de la vida afectiva, de las emociones y los sentimientos. En resumen: a una purificación estética. No estaré nunca conforme, por tanto, con los críticos que conceden a Pedro Salinas categoría de poeta p u r o . Juega demasiado papel el cerebro en su obra para atreverse a una clasificación tan desproporcionada. La máxima del maestro Ortega Gasset, «ría poesía moderna es el álgebra superior de las metáforas», se cumple en la lírica de Salinas a la perfección, como un rito sagrado. La poesía de «Fábula y Signo * está más allá del bien y del mal, de lo social y de lo humano, de la razón y, a veces, de la vida. Resumiendo: es una poesía cerebral, demasiado cerebral; intelectualista. No recoge con naturalidad las esencias pristinas—vírgenes—del espíritu, §ino que las crea artificialmente en el laboratorio lírico de las cuartillas. Siempre atiende Salinas a las imposiciones de la i n teligencia. Siempre es lógico, supremamente consciente de lo que realiza. «Se te ve, calor, se te ve. Se te ve lo rojo, el salto, la contorsión, el ay, ay. Se te ve el alma, la llama. Salvaje, desmelenado, frenesí yergues de danza sobre ese futuro tuyo que ya te está rodeando, inevitable, ceniza». («Fábula y Signo», página 44 y 8gt.) Artista es el hombre hábil que revive, en toda su i n tensidad, la vida esencial del alma. Poeta auténtico (puro) es el que corrige el ángulo de refracción de la vida y traspone (r) y estiliza las emociones, sensaciones, ideas i m á genes y voliciones. Todo esto con cierta unción espiritual. Con respeto sagrado. Salinas no pone, si acaso, m á s que un tono cordial en la forma, en el estilo: «Adiós. Si te digo adiós, no nos separaremos tan pronto. Ya no había nada que decirse. Y de repente alguien, tú o yo, echó la salvación, esa palabra, adiós, entre nosotros». (Idem, p á g . 91). He aquí un esfuerzo infructuoso por suprimir lo imaginístico con objeto de parecer más humano y sincero. Pero se descubre, en el acto, la artilieialidad en lo forzado y comprimido,del estilo, en la ¡nleiieióii —preconcebida—por adoptar la sencillez como medula del poema. »bre esto <!<• la tr portugués Joáo o TEMAS, del j< apañóla está i>r< malos* Los historiadores de Málaga Por NARCISO DIAZ D E ESCOVAR III Desearíamos contar con bastante espacio para ofrecer un examen detenido de este libro. Como, curioso conupleinento de los artículos en que nos referimos a los historiadores que se ocuparon de modo preferente de la ciudad de Málaga, ofrecimos indicar algunas de las obras que se han dedicado al estudio de la historia de su Provincia de modo especial y que suman un n ú m e r o considerable. No deja de ser digna de mención la Historia de l a antigüedad y nobleza d é la ciudad de Antequera, escrita por el Doctor Alonso García de Yegros, natural de Baeza, Doctoral y Tesorero de la Iglesia de Baza. A ella añadió la fundación de las Parroquias, Conventos y Ermitas, D . Luis de la Cuesta y m á s tarde se corrigió y modificó, hasta el año 1713, por el Licenciado D . José Antonio Molina, Arcipreste de la Colegiata. Cracias a la erudición del escritor e impresor don Francisco J. Muñoz, este manuscrito ha sido impreso. En el mismo se hace relación de los privilegios y libertades de la ciudad, de sus inscripciones más notables y de los episodios de su reconquista. n. OliUA POÍTHVMA En 1Í542, en Málaga,' en la Imprenta'del Comercio, se editó la Historia de Antequera desde su fundación hasta el año j 8 o c , que recuerda su remota antigüedad, heroicas h a z a ñ a s , gloriosos combates y célebres monumentos que ha salvado de los estragos del tiempo y abraza las deArchidona, Valle de Abdalacis, Alora y otros pueblos comarcanos. • Fué su autor don Cristóbal Fernández y es historia que no 'puede compararse con das del'¿Padre vGabrera y García de Yegros, a las que tuvo por fuente. i ii-rlhl 'iottOKÍ^O El erudito Don Trinidad de Rojas, escribió también, aunque ignoramos si la terminó, una historia dé Antequera y de sus pueblos cercanos, deteniéndose en lo relativo a las destruidas Nescania y Singilia. Hace algunos años el manuscrito estaba en poder de uno de los deudos del señor Rojas. Hemos de indicar otras obras que evidencian lo mucho que sobre Antequera se ha escrito. Saítt* Islfi, Portada del manuscrito en folio, del Padre Cabrera, Descripción de l a f u n d a c i ó n . . . de Antequera. Hemos de empezar por Antequera, que fué plantel de cultura en los pasados siglos y madre de eminentes escritores. La obra más iiuportahte pax'á su hisforia, es la 'titulada Descripción de la f u n d a c i ó n , antigüedad, lustre y grandeza de la M u y Noble ciudad de Anteqüéra, Obra postuma del M u y Rev. Padre Muestro Fray Francisco de Cabrera, hijo suyo y Religioso del Orden de San Agustín. Sácala a luz D . Luis de la Cuesta, Canónigo en La Santa Iglesia Colegial de esta Ciudad, con algunas adiciones y enmiendas de su tiempo hasta el presente a ñ o de J^fQ. A el Cabildo y Reximiento de dicha ciudad. No llegó a imprimirse, pero de ella existen tres ejemplares ihanuScntos, con ilustraciones curiosísimas, hechas a pluma. Uno de ellos se conserva en la Bibliofeca del Municipio Antequerano, otro en la Biblioteca Episcopal y otro en micstni Biblioteca. Kstiín en folio, con 335 hojas, m á s el í n d i c e . lis notable esta historia por todos conceptos y ella ha sido Iíi base de las demás que se han escrito. Se extiende en la historia antigua Antequerana y no olvida cuanto de interés piiéda decirse de hi época moderna, hasta el ano en •que se terminó por el Canónigo Cuesta. - Dilmjo a pliilmi del Arco de los (ligmile», influido en el MamiM'rilo del Padre Cabrera. /6 - / "Incerti scñptoris interpretatio ¿nscriptionum el epitaphiorum quae Antequariae Urbs est Baetiem: in Hispania, reperiumtur. Se insertó este upuseulo en la obra de Salengre Novüs Ihesaurus llevando fecha de 1585. / / Historia urbis Atitiquarensis. Manuscrito citado por Pelliceif y Latasa. / / / Panegírico de la ciudad de Antequera con 'las medallas halladas, por Pedro de Espinosa, natural de .Antequera. Impreso en Jerez de la Frontera, 1626. En octavo. Conquista de Antequera p o r ü . Rodrigo de Carvaj a l y Robles, natural de la misma. Se imprimió en Lima en 1627, en cuarto. Kl autor era Corregidor y Justicia Mayor de Cesalayó y villa de Moquejua en el Perú, el año 1634. Se trata de un poema notable, escrito en Octavas Reales. Lafuente Alcántara, en su Historia del Reino de Granada., dice: «Es muy extraño que nuestros críticos que han analizado obras de Juan de la Cueva y otras composiciones lánguidas, apenas hagan memoria del poema de la Conquista de Antequera, escrito con más gracia y soltura que otros más encomiados y sobre todo fecundos en tradiciones romancescas»^' Es muy raro hallar un ejemplar de este extenso volumen y sólo conocemos una copia que poseía don Francisco Guerrero Muñoz, de la cual se sacó la que nosotros tenemos. V Historia de la ciudad de Antequera. Es un manuscrito incompleto, letra del Siglo X V I I que existía en la Biblioteca de la Academia de la Historia, estante 1 1 , número 179. Sólo se conservan 20 capítulos. Se atribuye al D r . Agustín de Tejada, pero debe ser error fácil de probarlo. V I Antigüedades de Antequera. Manuscrito en latín que menciona Pérez Bayer, pues lo vió en Antequera y le dijeron era original de un Maestro de Gramática del Siglo X V I I I . V I I Historia general de Antequera, sacada de varios autores, por don Manuel Solano. La cita I.afuente y Alcántara, indicando se escribió en 1814 v era un escrito voluminoso, en el cual se veían Portada de la Historia de Antequera, de D. Cristóbal F e r n á n d e z . V I H Disertación sobre el sitio primitivo de Antequera por el Padre Fr. Sebastián Sobrino. Lo insertó el autor, un cartarneño muy erudito, al final de su Viaje Topográfico desde Granada a Lisboa. I X Descripción, mapa y delineación del sitio de esta muy noble ciudad de Antequera, por don Juan Sánchez de Tordesillas. . , , Se trata de un Manuscrito de la Real Academia de la Historia, citado por Muñoz Homero, Aparte de ello es justo mencionar los trabajos hechos sobre Singilia, especialmente el del Padre Zapata (Pedro) manuscrito al cual hizo referencia Pérez Bayer y los muy curiosos sobre las cuevas de Menga, Viera y el Boraeral, especialmente el firmado en 1847 por don Rafael Mitjana, Ardison y los modernos del señor Tormo, Ramos y otros cuyos nombres no recordamos en estos momentos. Sobre la famosa Peña de los Enamorados, se lia escrito bastante, dejando vagar más o menos a la fantasía. Citaremos el pueina literario de Juan de Vilches v los trabajos de Aelio Antonio Nebrija, Fray Pedro de Padilla, Baltasar Gutiérrez, Ildefonso Marzo, Catalina Larripa, Vicente Luque Gutiérrez, Padre Cabrera v Trinidad de Rojas. La extensión de este artículo nos hace dejar para otros las noticias que apuntadas tenemos sobre otras poblaciones de la Provincia. V Portudu ili- la copia del y cotiquifita de Antegut reunidas muchas v muy peregrinas noticias de la ciudad, de sus hijos v de su literatura. Estaba acompañada de planos. Acaba Lafuente diciendo: «Cuanto puede apetecer la erudición y la crítica s e encuentra en dic ha compilación». Lástima es que hoy se ignore su paradero. ppduooionee bibliog pooee el uutor, .rlslmo poema del amiltu i, de Carvajal y Roble». - /7 - i a a l 4 ^ 4 •••—•' LA GÉNESIS DE LAS REVOL UCIONES ÉL EJEMPLO DE MÉXICO Por J O S E r S M J W D O U Kl eminente hombre de estado mexicano, señor Lic. Don Luis Manuel Rojas, á quien le tocó en suerte presidir la histórica asamblea constituyente de Q u m í t a r o , con sn claro talento político, analizaba en la «Revista de Revistás», semanario que veía la luz en la ciudad de México y del ciual ha sido también director, la génesis de las revoluciones. Escribía así el señor Rojas: «No hay que olvidar que en el fondo, las revoluciones, de cualquiera clase que sean, no proceden por virtud de raciocinio. La razón es precisamente ;la fuerza más débil que puede impulsarlas, y seguramente que no hacen sino exponerse al fracaso, todos los reformadores que intenten conmover el alma popular, mediante la demostración de una tesis o de la verdad de una doctrina. Es la explosión del sentimiento la que produce esa especie de hipnotismo en las colectividades, que las hace lanzarse a la lucha sin detenerse a analizar si la idea por cuyo triunfo ofrecen el sacrificio de su vida se conforma con la realidad de las cosas, o si es una falaz y engañosa ilusión. En realidad^ lo que menos subleva a las masas es la promesa de un cambio en las instituciones políticas. Las clases ínfimas, sin cuyo concurso rara vez tienen éxito las verdaderas revoluciones, no entienden de doctrinas políticas, ni se hacen matar por fundar la república, que ha de dejarlas en la misma situación social y económica que la monarquía. Si toman bandera por una y otra causa, es porque la revolución les promete un cambio en el modo de ser tradicional de sus condiciones. La pasada revolución mexicana tuvo su arranque de ese fondo y su justificación en ese cambio, en el modo de ser desque, habí a el señor Rojas. mundo; debemos tener un lugar en el concierto de las naciones civilizadas, v los que ahora regimos los destinos del país, debemos cuidar muv principalmente de este asunto. Por ello es que nos ocupamos de que nuestra Nación sea; representada en el Extranjero y de que sea respetada ejitre las grandes naciones, para demostrarles que las naciones débiles han tenido y tienen el derecho de ser respetadas. «Tenemos que probar que hemos podido y sabremos conservar nuestra independencia aun (mando nuestra Nación sea débil relativamente, aun cuando no contemos con grandes escuadras n i con millones de hombres sobre las armas. Para esto debemos congregarnos, debemos pactar una mutua ayuda, pues esto sí nos puede hacer fuertes. Además, debemos pensar en nuestra raza, para llevar a efecto nuestra empresa debidamente; debemos tener presente nuestro origen, para así, en definitiva, mantener nuestra independencia y asegurar el bienestar de todos nuestros conciudadanos. • «Nosotros hemos podido mantener nuestra independencia en instantes críticos en que se nos quería imponer una intervención, y ahora debemos demostrar que tenemos el poder suficiente para restablecer solos, la paz en nuestra República. «Nosotros tratamos de constituir una sociedad como las^ de las naciones más adelantadas de la tierra, procurando que desaparezca la diferencia en la legislación que ha traido las diferencias de poder, que ha obligado a cada país a procurar conservar su independencia, para conservar la tranquilidad de sus nacionales, y de aquí las relaciones de justicia hasta colocarse cada cual en el lugar que le corresponde. Y cuando el caudillo de la revolución mexicana, Carranza, lograba terminar la lucha interior del país, manifestó de la siguiente manera sus ideas políticas con este respecto y sus propósitos para el porvenir de la Nación, en un discurso pronunciado por el mismo en Querétaro el 2 de Epero tde,, 1,916:. «A conservar ante todo la integridad de la Nación y su independencia, es a lo que también aspira muy principalmente la Revolución actual, aparte de buscar el bienestar social, para que así ninguna de las demás naciones se crea autorizada a pisar nuestro suelo> « Poco importa el tieinp^vique podamos «enjipl^ar^arado- , grar esto, muchos o pocos años; nosotros siempre iremospor el camino recto para buscar y encontrar satisfactoriamente la solución del problema, para llegar a ser una de las naciones que por sí sola puede regirse, que por sí sola puede sostenerse. «Nosotros hemos logrado triunfar en la lucha, pero no nos satisface esto únicamente: no queremos sólo ser felices, sino hacer partícipes a todos de nuestra misma felicidad. «Nosotros no debemos estar aislados del resto del Manzana dé casas que obstaculiza la ampliación de la Plaza de Riego, y que,, según el cronista de la ciudad, pertenece a l Ayuntamiento de Málaga ¿ H u hallado eco en nuestro Municipio el a r t í c u l o publicado en el n ú m e r o de agosto de esta Revista, con el mismo título que encabeza estas líneas:'' Deseamos que a s í sea y que con la m a y o r urgencia, se adopte el acuerdo que. proeeda. acercai del particular, de extraordinario interés partí M á l a g a . - IS - • M a l o j a l PERSPECTIVAS MALAGUEÑAS Elogio de la ciudad y de la provincia Por M A N U E L P R A D O S Y L Ó P E Z . Málaga pose¿ tódas lás cualidades precisas para Hacerse araiir: simpatía, llaneza, optimismo, tradición. \ Toda la gracia antigua vertida en los vasos nuevos c[ue él orgullo de los malagüeños ha aderezado con diligente amor; todo el encanto: de la Naturaleza—eterna como sus obras—magnilicado por e l tiempo y por el arte;mesto es la cuidad. Maravillas de Dios y de los hombres: milagros del clima •en.la vega; rincones poétiqos; remansos de paz; tragedias petrificadas; alardes de ingeniería: esto es la provincia. \ . señor de la provincia y de la ciudad soñadas, el Sol • ipetiéndose en las rocas,, llenando de resplandores el mar. ¡renovando a diario sus caprichos en el cielo, asotilando el ingenio, encendiendo los corazones, iluminando las "almas. . i; . lis necesario haber vivido muy intensamente para desc u b r i r l o s orígenes de su, fuerte, seducción. Basta detenerse «m la linda ciudad mediterránea sólo unas horas par í que el recuerdo de la breve estancia perdure, en la mente del viajero, alentando en el de continuo una dulce nostalgia 'incurable. V es que la psicología malagueña ofrece tantas lácelas a Tá investigación de los extraños, como rápido y simple es el poder di' captación que Málaga ejerce sobre la Noluntad \ el ánimo de quién la*visita. Es una bétléza impresionable la «le Málaga^ireflejo de otra más honda v recalada que sólo q ^ ^ í j los indígenas o los «íntimos de casal disfrutan. Málaga posee el arte de seducir, y ello es Jo que más contribuye a'su fama. Su fama actual, pues la injusta de otro tiempo, estimulada por la ignorancia de unos v el desamor de otros, perdió ya por fortuna su crédito. Las modernas campañas t u rísticas han disipado las últimas sospechas. Reposad en Málaga. Merece ésta ser conocida por completo. Subid por la carretera de Colmenar, alarde de pavimentación y de, trazado, y contemplad el panorama espléndido que se domina desde Tasara, del cual no es posible dar idea con los pinceles ni con la pluma. ¡r : > ¡i No dejéis de conocer el Limonar, el delicioso camino de Miraflores del Palo, la barriada de Torremolinos, los jardines de El Retiro de Churriana, los de San José y la Concepción, etc., etc. Y no hablo de monumentos ni de otros lugares interesantes, porque sería interminable el itinerario. Málaga, moderna v culta, ha,sabido,.conservar su esencia mediterránea; no ese andalucismo ostentoso y falso de que tan bajo concepto y equivocado criterio se tiene en el extranjero; sino esa distinción ingénita, esa castiza manifestación de la alegría privativa del Sur, ese apasionado orgullo del sentimiento (pie aún se conserva puro en las letras v las melodías arbitrarias de las coplas flamencas, y que tanta vida y tan enorme sentido de valienle tristeza cobran en los lamentus y en los rumores y en los rasgueos briosos de la truitarra. 0>:::::;:¡:!«í;i Autopsia del Corazón LIENZO DE ENRIQUE SIMONET Foto Murillo Carrcr»». Barbudo, Zuloaga, y algún otro, formaba a la cabeza de El magnífico lienzo de Luis Jiménez Aranda Visita a l Hospital^ Premio de Horíbr en la Exposición Internacional la juventud de aquellos días, plasmó en Autopsia del Cora- celebrada en París el año 1889. torció el rumbo de muchos zón, las excelencias del nuevo sistema y, en efecto, de tal pintores españoles. El insigne artista sevillano, sin preten- suerte se ajustaba a su ideología, y a su estilo, que cons- derlo, les convenció de que la Realidad, palpitante y natu- tituye una cima en la extensa cordillera de su arte elegan- ralísima, es la causa primera para producir un arte bello y tísimo y natural. sugestivo, mucho m á s que el alquitarado v CQkiivencional del período histórico. * Mbiehos y bonísiíwosteuadros ostentan la firma, acredi- tadísima, Y es el caso que en España m) tuv;<v explicación de nuestro insigne amigo; pero Autopsia del Cbrfl¿OAi básta para cimentar su fama entre los maestros cómo de mayor celebridad y competencia. fué el arraigar procediiniento tan contrapuesto al sentir de Este cuadro, como la raza, profundamente naturalista y sincera; así, no bien Meta Sudante, publicado en el se destacó un gran pintor, en el campo donde la literatura numero anterior, representan en nuestro Museo Provincial y el arte habían dado los más sazonados frutos, en él algo más importante que el sumarlos a los muy selectos que plantaron sus tiendas jóvenes entusiastas v fervorosos, v exornan sus muros: tienen, sobre su inapreciable valor, la comenzó significación de convertirlos en puntos de partida, para el la gloriosa época modernísima de la [untura estudio analítico española, que a ninguno le cede el puesto primero, desde que, hoy, (mañana Dios dirá) pretende cristali/ar, de modo gráfico, «•ntonces. Enrique Siraonet, que con Sorólia, de la pintura radicalísima el anhelante vivir de la sociedad presente. Nogales, Bilbao, 20 - LA REFORMA UNIVERSITARIA Por LEOPOLDO ALAS ARGUELLES Rector de la Universidad de Oviedo El advenimiento de la República no significa únicamente que tengamos una bandera tricolor en lugar de la roja y gualda y un Presidente electivo en lugar de un Rey, Eso es lo de menos. La República o no significa nada o significa la necesidad de mirar cara a cara y con ánimo de resolverlos a todos los problemas que nos legó la Monarquía y que ésta no quería resolver y se limitaba a soslayar. Entre esos innumerables problemas figura el de la reforma universitaria, tan traído y llevado en tiempo de la Dictadura. La Dictadura en esto, como en todo, quiso aprovecbarse de un estado de ánimo para conseguir sus turbios fines, muy distintos de los que tiene que perseguir el verdadero interés nacional. La crítica de nuestra Universidad española, crítica dura pero merecida, la habíamos hecbo mucbos que de buena fe atacábamos el mal para buscar el remedio. Utilizando esa crítica, la Dictadura, o mejor dicho, la reacción, porque ya antes dé la Dictadura aparecen algunos propósitos inconfesables y mal disimulados, quiso arremeter contra la Universidad y acabar con ella, siempre A. M . D . G. Todos recuerdan, porque salieron a la calle en forma de eonflicto de orden público, los famosos planes de Callejo y aquel desatinado artículo 53 que ponía a los catedráticos de Universidad en el duro trance de ver anulada su personalidad en mucbos casos por la intervención en los Tribunales examinadores de dos personas ajenas a la enseñanza, que iban a ser casi siempre dos religiosos. Lo que no recuerda tanta gente, porque no originó protestas ruidosas, es el proyecto de autonomía universitaria del señor Silió, proyecto que, a vuelta de mucha huera palabrería, tenía como propósito fundamental, pero en ninguna parte confesado, el de matar las Universidades del Estado. Aunque yo no era entonces catedrático, recuerdo bien el efecto que la tal autonomía produjo entre el profesorado que supo -darse cuenta de lo que significaba. Hubo, es cierto, algunos tan inocentes que pensaban que aquella autonomía iba a servir para algo; pero los que no eran tan Cándidos comprendieron en seguida que el verdadero propósito era dejar que las Universidades, por falta de medios económicos, se fueran muriendo de anemia. El espíritu reaccionario, siempre tenaz y alerta entre nosotros, no se desanimó por el fracaso de los jesuíticos planes de Silió y creyó llegada su hora cuañdo la Dictadura se <u;lió en brazos de las derechas cavernícolas, a falta de otros amigos. Salieron a luz entonces los admirables planes de Callejo, llamados, si prosperaban, a acabar con la enseñanza oficial en sus tres grados, y se produjo la reacción popular que eslá en la memoria de todos. ción con lós desatinados y nuníerosos plalíes impuestos en los últimos años sin el menor criterio y con el único afán de causar el mayor daño posible. Hora es ya de pensar en que, por fin, el Estado republicano podrá hacer algo m á s que planes inútiles, perjudiciales en su misma inutilidad y acertará a convertir nuestra Universidad en lo que debe ser, capacitándola para cumplir sus fines. No cabe en los límites de un artículo esbozar lo que pudiera y debiera ser la futura reforma universitaria. Me l i m i taré a indicar algunos puntos de los más importantes, en los que me ha hecho pensar más de una vez m i experiencia de once años de continua labor en la enseñanza. En primer lugar, hay que decir que una reforma aislada de la Universidad probablemente sería estéril. Mientras no lleguen los estudiantes a la enseñanza superior con una formación de' que hoy carecen, y que sólo podrán tener cuando una buena segunda enseñanza eleve el nivel y cambie el tipo de nuestro bachillerato, es inútil querer realizar con ellos una labor provechosa de carácter verdaderamente universitario. Todos los profesores sabemos que nos es preciso dar a nuestras enseñanzas un carácter elemental, ya que, de otra manera, no seríamos entendidos por los alumnos en su inmensa mayoría. Es m á s tarde, después de haber convivido con ellos algún tiempo, cuando podemos hacer que los estudiantes trabajen en la forma y con la i n tensidad que a la Universidad corresponde. La reforma fundamental de la Universidad, como la de cualquier otro grado de enseñanza, consiste en la reforma del profesorado. Los planes de estudios son cosa muy secundaria. Lo principal, casi estoy por decir que lo único, es el profesor, el maestro. Donde haya profesores habrá enseñanza verdadera, aunque no haya más que una choza. Donde los profesores falten no habrá Universidad, aunque se disponga de edificios infinitamente mejores que los de nuestra famosa Ciudad universitaria. Hace falta, y con esto termino, que la Universidad sea mirada con afecto y no con recelo, como ocurría en el r é gimen caído. En lugar de aquellas fantásticas autonomías, que sólo se concedían para que la Universidad tropezara y se cayera, habrá que i r concediéndole con tino facultades, cada vez mayores, para que vaya desarrollándose y se acostumbre a la vida más amplia y más intensa que está llamada a vivir. Y , si la Universidad tropieza, no empujarla para que caigáinás hondo, como pensaba haicér la Dictadura; sino ayudarla a levantarse. Entonces, cuando se haya hecho todo esto que rápidamente señalo, habrá Universidad en España. Es mi mayor deseo contribuir en las Cortes y en el Consejo de Instrucción Pública a q u é esta reforma universitaria pueda ser pronto una realidad \ c i i d i i o s a . V luego, como profesor, servir a mi país en mi cátedra, no con la dñgustia Alioríi, la (República se éncúentra frerite al próbiénia de la reforma utiíversitaría, que no es en realidad m á s que un aspecto de la (uial reforma de la enseñanza. La Mo- y la incertidumbre de los años - indignos; sino con y confianza, bajo el signo de la libertad. tiarquía, no solo no resolvió nada, sino que agravo la situa- 21 - alegría NUESTRAS VISITAS E l Conservatorio Oficial de M ú s i c a La incorporación al Estado de este centro cultural malagueño, cuya brillante ejecutoria está vinculada a la biografía de artistas eminentísimos, lo coloca en un plano de actualidad que nos mueve al comentario y a la visita. Llevamos a cabo ésta en ausencia del director don Luis López, pianista de excepcionales dotes que exceden a su modestia insobornable. Por él sul). L u í s López pimos que, al fin, el Conservatorio de Málaga pasaba a depender del Ministerio de Instrucción Pública, gracias a las gestiones eficacísimas de don Emilio Baeza Medina, durante su etapa de alcalde, y a las no menos acertadas del director general de Bellas Artes, don Ricardo Orueta, que una vez más ha demostrado su interés por los asuntos culturales que a Málaga afectan. La justicia de este reconocimiento oficial estaba más que probada de antiguo. Ya en tiempos de don Manuel Fernández Benitez, que tanto laboró por la mejora hoy conseguida, se concedió validez académica a una buena parte de los estudios que se cursaban en dicho Centro. El señor Fernández murió sin conocer la totalidad de la ansiada reforma que ha venido a satisfacer cumplidamente las legítimas aspiraciones del profesorado. Mayorga, de Piano y doña Andrea Rodríguez Escribano, de Solfeo. El director, don Luis López, también tiene a su cargo una clase de esta última asignatura. El señor Rivera nos hace conocer los detalles de la i n corporación del Conservatorio al Estado, los viajes de los profesores a Madrid, las entrevistas con los Sres. Baeza y Ornela y el triunfo rápido, sin expedientes inútiles, como premio a tantos desvelos. El señor Megías insiste en que hagamos constai la gratitud de todos hacia los informadores de la instancia. Nuestros visitados nos acompañan al magnífico salón de actos, donde obtenemos varios grupos fotográficos. Comenlando la grata disposición ministerial, recorremos las aulas y restantes dependencias del Conservatorio que alcanzará ahora el máximo rendimiento pedagógico. Cabe suponerlo así, cuando en circunstancias menos felices, ha sido posible a estos artistas lograr resultados admirables en exámenes y concursos de oposición. Además, probablemente aumentará la matrícula, y el estímulo cundirá entre los alumnos, con lo que a la cultura musical en Málaga se abren nuevos v venturosos horizontes . Esto sin contar con el entusiasmo que a los profesores anima y que es el mejor augurio de la prosperidad del Conservatorio. Salimos de él con una gran esperanza y, sobre todo, con ese limpio orgullo y esa satisfacción sincera que experimentamos cuando sabemos que ha triunfado la razón y se ha recompensado el mérito. Previamente advertido éste de nuestros afanes informativos, acudió b e n é v o l o al requerimiento de la Revista M A L A G A , reuniéndose con nosotros en el despacho de la Dirección del Conservatorio. La época de vacaciones en que estamos, no es la más propicia para el interés de un reportaje. Sin embargo, no deja de ser oportuno el cambio de impresiones que hemos sostenido c o n los profesores. S o n éstos don Leandro Rivera P o n s , de Solfeo; don Fermín Pérez Z u i i z a i T e n . de Violín; doña Julia Torras Pascual, de Piano;don Pedro Mcgías M a i t í i i c z , de Armonía y Estética e llistoiia de la Música; y las amillares doña Antonia Huiz PNOFKSOHKS D E L CONSERVA l O U K t L A B O R M U N I C I P A L Es digna de los mayores encomios la discreta intervención del Alcalde señor Alva, en el pleito de los tranviarios, entablado al posesionarse dicho señor de la Alcaldía. La confianza que en él depositaron los obreros y la Empresa fué recompensada con exceso. El conflicto resolvióse a satisfacción de todos y el nuevo alcalde aumentó en unos días, •con el prestigio de la acción, el crédito de que ya gozaba. ñanza señor Verge Sánchez, acerca de la ampliación e instalación de las cincuenta escuelas cedidas a la capital. Se ha fijado un plan de trabajo que será desarrollado con toda intensidad por los señores Verge y Arquero para ver de momento donde se puede disponer de edificios para esas nuevas escuelas, hasta que el Ayuntamiento pueda acometer la empresa de construir grupos escolares de nueva planta con auxilio del Estado. Los radicales socialistas han presentado una moción proponiendo que se gestione la entrega al Municipio del Caudal y Acueducto de San Telmo. E l señor Montañez Santaeíla defendió la propuesta, señalando los beneficios que significaría para Málaga. Existe la preocupación de no dejar desamparados de medios de enseñanza a los partidos rurales y barriadas. lín otra moción, también los radicales socialistas piden que por el señor archivero municipal se investigue y expon-ga en qué casos no aparece clara la transmisión de dominio ^ue a los actuales .posecclores ;de algunos bienes propios de Málaga, hubo de hacer forzosamente el Concejo. En dicha moción se alude, entre otros inmuebles, al Hospital de Santa Ana. E n este mismo número de nuestra revista insistimos sobre la conveniencia de que el Ayuntamiento estudie las posibilidades de una incautación legítima de da-manzana (Je casas dé la plaza de Riego. El alcalde conferenció con el delegado de Instrucción Publica señor Arquero y con el inspector jefe de 1.a Ense- El señor Orueta, director general de Bellas Artes, comunicó al alcalde que el cuadro de Gisbert, «El fusilamiento de Torrijos» ha sido cedido en depósito a nuestro Municipio, donde permanerá hasta 1.° de enero próximo. Se están activando la obras del nuevo Matadero, a fin de que pueda ser inaugurado en breve. El Ayuntamiento ha cooperado a la brillantez de la función celebrada recientemente en el Teatro Cervantes, a beneficio de los obreros sin trabajo. Se ha efectuado en la Colonia de Santa Inés la recepción de la traída de aguas, mejorái de excepcional importancia e interés público. Labor de la Sociedad Económica ^Conferencia de don M a t e ó H . Barroso, el 15 de agosto.— T e m a : "Una nueva era del p e n samiento Preside don Atilano Cerezo y la presentación del conferenciante está a cargo de don Ramón Muntadas. A pesar de los rigores de la estación, el público invade el salón de act os de la Sociedad. El señor Muntadas pronuncia un discurso sencillo y -elocuente justificando la razón de sus palabras en elogio del señor Hernández Barroso, de sobra conocido por sus prou-icas aptitudes: Se refiere a la cultupa de éste y a su labor admirable de publicista y omico musical, así como a laque desarrolla al frente de la Dirección general de Telégrafos. •Con la venia de la presidencia, concede la palabra al orador. liste comienza afirmando que en la Misiona iodo es r u ino. Alude a la espiritualidad de Egipto y Grecia <|"i(', muy Juego de culminar, se abisma m el materialismo del immdo romano. El neuacimieiito disipó las sombras medievales \ lin - - 2:í go reapareció el materialismo, de nuevo, concretado en los enciclopedistas. Asegura qne nos hallamos en una nueva era, cuyo principio y fin no es fácil definir; era en que triunfa la espiritualidad racional. Declara su amplio concepto de la Divinidad, aunque dice que no puede expresarlo cabalmente. Admite la existencia de un ser supremo, suma y compendio de todas las energías y perfecciones: una Causa puramente abstracta. Aborda el problema de la inmortalidad del alma. Np cree que ésta nace con el cuerpo; sino que se une a él ep el momento en que empieza una nueva vida material. Nies ga (pie el hombre sea capaz de crear nada mediante un acto f i s i o l ó g i c o . Para ilustrar su tesis de relación entre el cuerpo y el alma, propone un ejemplo: el del pianista y el piano, elementos que reunidos producen armonías exquisitas y separados no, a pesar de que en el músico reside siempre la capacidad ateística precisa para producir el créelo estético y el piano no deja de ser nunca el vehículo de la témca. Explica como, al morir el cuerpo, ésir se tránsformá obedeciendo o la regla comprobada de la materia: «En el mundo náda se pierde, nada se crea». ¿Y, si esto es así, en cuanto a la materia que conocemos y dominamos, cómo no suponen que con las energías anímicas debe de ocurrir igual? .Opina que el concepto del Estado moderno está en bancarrota, así como el de la Propiedad, el de la Educación y otros muchos. Vislumbra una etapa de amor, de paz entre todo? los humanos y termina su conferencia—anunciada al principio como charla sencilla-parafraseando las palabras del ángel bíblico, con sujeción a la doctrina que ha venido defendiendo: «Gloria a la Ciencia que nos trae el Progreso y Paz en la Tierra a todos los hombres». El señor Hernández Barroso escucha nutridos aplausos y recibe numerosas felicitaciones del selecto auditorio. &RANr TONÍCO Libros adquiridos p o r l a Biblioteca Circulante Balbontín, José Antonio.-Romancero del Pueblo. Baroja, P í o . - L a venta de Mirambel. Baroja, P í o . - L a s mascaradas sangrientas. J u arro s,'César.— Sor "Álegr í a. León, Ricardo.—Humos de rey. Lerroux, A l e j a n d r o . - P e q u e ñ a s tragedias de m i vida. (Memorias frivolas). Marañón, Gregorio.-Tres ensayos sobre la vida sexual. Mata, Pedro.-Un grito en la noche. Morato, Juan J o s é . - P a b l o Iglesias. Educador de m u chedumbres. Oteyza, Luis d e . - E l diablo blanco. 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