Memoria Politica - Portal de Revistas Electrónicas

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Depósito Legal: pp201202CA4190
No. 1
Volumen 1
Universidad de Carabobo / Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas
Centro de Estudios Políticos y Administrativos
Valencia - Venezuela
2012
UNIVERSIDAD DE CARABOBO
Jessy Divo de Romero
Rectora
Ulises Rojas
Vicerrector Académico
José Angel Ferreira
Vicerrector Administrativo
Pablo Aure
Secretario
AUTORIDADES DE LA FACULTAD
DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
David Jose Rutman Cisneros
Decano
Rebeca M. Castro Soto
Directora de Escuela
Lucy Ferrer
Directora de Asuntos Profesorales
CENTRO DE ESTUDIOS
POLÍTICOS Y ADMINISTRATIVOS
Víctor Genaro Jansen Ramírez
Director
CONSEJO DE DESARROLLO
CIENTÍFICO Y HUMANÍSTICO
Zulay Niño
Directora Ejecutica CDCH-UC
Ulises Rojas
Presidente
Esta publicación ha sido financiada por el Consejo de Desarrollo Científico y
Humanístico de la Universidad de Carabobo (CDCH-UC)
Memoria Política
DIRECCIÓN
Manuel G. Feo La Cruz Polanco
COMISIÓN CIENTÍFICA
José Cerrada Cristía
Ricardo Combellas
Friedrich Welsch
Alberto Cisneros L.
Argenis Urdaneta G.
Makram Haluani
David Rutman C.
Pedro Guevara
Enrique Molina V.
Alfredo Ramos J.
Simón Rosales
COMITÉ DE REDACCIÓN
Manuel G. Feo La Cruz Polanco
Víctor Genaro Jansen R.
Mónica Stenstrom
Julio Maldonado C.
Zaida Osto
SECRETARÍA DE REDACCIÓN
Marialcira Azuaje A.
Título: Memoria Politica - Nueva Etapa
Director: Manuel Feo La Cruz P.
Memoria Política es una publicación científica anual de circulación nacional e
internacional, editada por el Centro de Estudios Políticos y Administrativos de
la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo,
al servicio de la Ciencia Política dentro del enfoque interdisciplinario que
oferta la Ciencia Social contemporánea. Los artículos publicados son arbitrados por especialistas en cada una de las áreas abordadas por los autores.
© 2012 Centro de Estudios Políticos y Administrativos de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo.
Av. Salvador Allende, Edificio Norte, Facultad de Ciencias Jurìdicas y
Polìticas, Piso 2, Ciudad Universitaria Bárbula
Naguanagua, Estado Carabobo
e-mail: [email protected]
Reservados todos los derechos.
Queda rigurosamente prohibida,
la reproducción parcial o total de esta obra
por cualquier medio o procedimiento,
incluidos la reprografía y el tratamiento informático.
sin la autorización de los titulares del Copyright.
Hecho el Depósito de Ley
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Publicación digital, distribución y cange: Juan Carlos Lago.
Diseño: Arnaldo J. Alvarado
Impresión: Markmedia Group, C.A.
Valencia, Venezuela
Contenido/Contents
Presentación ................................................................................................... 9
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la prensa venezolana
durante la Segunda República, 1813–1814
Political languages used by patriots in Venezuelan
printing press during 1813-1814
Jesús Manuel Rodríguez R. ...........................................................................13
El republicanismo romano en el debate político
del congreso constituyente de 1811
Roman republicanism in the political debate
of the 1811 constitutional congress
Rosa Elena Martínez García y Alejandro Bastardo ........................................49
El consejo federal de gobierno como política pública
(y como hacedor de políticas públicas)
Federal government council as public policy (and public policy maker)
Pedro Itriago Camejo ......................................................................................69
Autoritarismo electoral en Venezuela
Electoral authoritarianism in Venezuela
Ingrid Jiménez Monsalve .................................................................................................. 97
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad de vivir armónicamente
Exploring: knowledge and the opportunity to live harmoniously
Yelitza T. Barreto F. .....................................................................................129
Deliberando sobre las transformaciones políticas (Primera Parte)
Deliberating About political transformations (First Part)
Eladio Hernández Muñoz .............................................................................141
Aproximaciones al concepto de revolución americana en Hanna Arendt
Some thoughts on the conception of american revolution by Hanna Arendt
Ariadne Cristina Suárez Hopkins .................................................................203
Normas de publicación ...............................................................................225
Reglamento ..................................................................................................229
Normas para los arbitros ...........................................................................235
Presentación
El Centro de Estudios Políticos y Administrativos (CEPA) y su
Revista Memoria Política
El 10 de marzo de 1986, se crea el CENTRO DE ESTUDIOS POLITICOS de la Universidad de Carabobo; siendo designado como su primer
Director (fundador) el Prof. José Cerrada Cristía. Como lo señala el documento que contiene los principios constitutivos se creaba en plena crisis
económica y política, lo que constituía un desafío, pero comenzaba a la
vez la década de la descentralización, lo que significaba una expectativa.
Nacía como instrumento para la reflexión crítica sobre la sociedad y especialmente en el ámbito de la política. Su estructura para la investigación
se desarrolla a través de dos áreas en el estudio del fenómeno político,
ellas son: Estudios del Estado y Estudios del Poder. La primera, referida
a la investigación de temas que abarcan: los asuntos de gobierno, las instituciones políticas y constitución, la administración pública (incluida
las cuestiones sobre gerencia pública), federalismo, descentralización y
municipio, teoría del Estado, las relaciones sociedad-Estado, entre otras.
La segunda, dividida en dos secciones: sistemas políticos y política comparada, y que comprende (en la primera sección) el estudio de temas como:
partidos políticos y sistemas de partidos, elecciones y sistemas electorales,
actores sociales, grupos de presión y opinión pública, políticas públicas y
tomas de decisiones, mientras en la segunda sección incluye temas como:
teoría política, historia de las ideas, cultura política, relaciones internacio-
nales, procesos de transformación. Asimismo, explica ese documento que,
organizativamente, sus actividades se desarrollan en tres áreas que son
expresión de las funciones de la universidad: el área docente, que implica
no sólo la realización de actividades propias de la docencia como clases,
seminarios, foros coloquios, etc., sino también la promoción de programas
de pre y postgrado en Ciencia Política; el área de servicios que incluye:
biblioteca y hemeroteca, sección informática, y publicaciones; y el área de
extensión que incluye: cursos de formación para las comunidades y asesorías para organizaciones sociales y la administración pública.
Posteriormente (13-05-92) se toma la decisión de cambiar su denominación por CENTRO DE ESTUDIOS POLITICOS Y ADMINISTRATIVOS
(CEPA).
En el desarrollo de sus actividades, durante algo más de dos décadas,
ha organizado cursos diversos de formación para la comunidad organizada
y asesorías legislativas en municipios, ha creado programas de postgrado,
primero la Maestría en Ciencia Política, mención Gerencia Pública, que
luego derivaría en Maestría en Ciencia Política y Administración Pública y
la Especialización en Gerencia Pública. También organizó la creación de la
Carrera de Estudios Políticos (Pregrado) aprobada por el Consejo Nacional
de Universidades en el año 2008, y cuyas actividades comienzan en el
2012. Además, ha apoyado la divulgación de investigaciones en Ciencia
Política, a través de sus revistas MEMORIA POLITICA y CUESTIONES
LOCALES, esta última refundida en la primera para garantizar la continuidad de las publicaciones. Así mismo, ha contribuido al encuentro de
pares investigadores, para el debate de temas políticos, con la organización
del VII Simposio Nacional de Ciencia Política (1994) y el IX Simposio
Nacional de Ciencia Política (2005).
El relanzamiento de la Revista Memoria Política como órgano divulgativo del conocimiento en Ciencia Política generado desde el CEPA, es el
resultado del esfuerzo compartido de docentes, investigadores y personal
administrativo y obrero de un equipo de trabajo consustanciado con el
desarrollo continuo de actividades que agreguen valor a la sociedad. Esta
nueva etapa de Memoria Política tiene implícita la intencionalidad de mantener la secuencialidad de una publicación que es recipiendaria de temas
10
investigativos de interés y preocupación por parte de los integrantes de
la comunidad de cientistas políticos en los ámbitos nacional e internacional.
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 13-47
Lenguajes políticos utilizados por
los patriotas en la prensa venezolana
durante la Segunda República, 1813-1814
Jesús Manuel Rodríguez R.*
RESUMEN
Los lenguajes, como acto social, son parte de la cultura, sirven para
referirse al pasado, al presente o al porvenir; también –tal vez lo más
notorio– para mostrar relaciones de poder (imperatividad, persuasión,
enseñanza y otros). Los lenguajes políticos tratan del uso del lenguaje en
las relaciones internas (individuales o colectivas) de la sociedad, tanto de
la parte que ejerce el poder como de la subordinada, así como entre varios
poderes y entre varios subordinados entre sí; o sea que constan de una
lengua como tal y del ejercicio social, colectivo, en donde el consenso y/o
la imposición son lo cotidiano. La presente investigación trata de establecer el lenguaje político predominante en el período deutorrepublicano de
la emancipación venezolana. El material utilizado fue la prensa nacional
escrita durante los años 1813 y 1814, y el método: localización, lectura y
análisis reflexivo acerca de los escritos publicados en periódicos durante
la Segunda República venezolana. Se concluye que, siendo los lenguajes
políticos medios de expresión ideológica, y que por eso en ellos se proyectan los intereses del grupo que detenta el poder, el lenguaje de la
República Romana predominó tanto en documentos de circulación limitada como en la prensa, debido a que, por sus características propias, era
el que más ayudaba en el proceso de creación de la nacionalidad en la
naciente república venezolana.
Palabras claves: lenguajes políticos, Segunda República venezolana.
*
Profesor Agregado, Escuela de Medicina “José María Vargas” de la Universidad
Central de Venezuela, Tesista del Doctorado en Ciencias Políticas de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Políticas UCV. Correo electrónico: [email protected]
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 13-47
Political languages used by patriots in
Venezuelan printing press during 1813-1814
Jesús Manuel Rodríguez R.
Summary
Languages, as social act, are part of cultura, refers to past, present
and future, and show power relations (imperativity, persuasión, education and others. Political languages are used in individual or colectives relations of the society. This study assesses the predominant
political language during the Second Republic of Venezuela (18131814). Material and methods: 1813-1814 Venezuelan press, and reflexive analisys about these texts. Conclusion: Republican political
language predomined due to it characteristic property of favoured the
creation of idea of nacionality in the new republic.
Key words: Political languages, Venezuelan Second Republic.
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
A manera de justificación.
Los lenguajes son producto de nuestros procesos cognoscitivos, y su finalidad más relevante es la interrelación, o sea la comunicación; se van construyendo según la formación de quien se
expresa, según sus necesidades, según los convencionalismos de
la época acerca de su utilidad y significado, según el medio que
lo rodea o lo que el usuario planifique, y según su intención. Los
lenguajes políticos surgen de la necesidad cambiante de expresar
las relaciones de poder; en cada etapa histórica de conflictividad,
de violencia social, estos lenguajes se nutren de nuevas palabras,
pero, sobre todo, de nuevos significados1.
Por otra parte, los autores no solo usan palabras y oraciones
dentro de un contexto e intencionalidad, sino que les imprimen
connotaciones que pueden hacer variar su significado, captable
por quien recibe el mensaje: por ello, lo más importante no parece ser éste ni el autor, sino la comprensibilidad y aceptabilidad
por parte del receptor. No es menos cierto que en estos lenguajes,
usados por muchos políticos de oficio, se puedan ocultar finalidades bajo la exposición de otros términos.
Debido a la formación ilustrada, a inicios del siglo XIX, de
quienes escribieron en la prensa venezolana entre 1813 y 1814, y
también del Libertador Simón Bolívar, es de esperarse que el lenguaje republicano –muy acorde con la idea de crear una nación
moderna– haya sido el utilizado por estos patriotas en la redacción de sus documentos oficiales y/o publicaciones, probándose
de esta manera la pervivencia de la República Romana en el proceso independentista, durante la Segunda República.
Con la finalidad de lograr elementos probatorios de esta pervivencia, nos propusimos buscar, en medios de información impresos en Venezuela anteriores a 1813, presencia o no de elementos
republicanos y así utilizarlos como antecedentes del estudio del
lenguaje previo al período considerado, 1813-1814; revisar –en
los periódicos editados en Venezuela entre 1813y 1814– elementos propios de la República Romana en su redacción; analizar los
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Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
documentos elaborados por redactores y otros autores en periódicos, así como por el Congreso Venezolano y el Poder Ejecutivo
durante la Segunda República y publicados en la prensa, para
detectar si en sus medidas y reflexiones hubo expresiones concluyentes propias de tal lenguaje político; y, finalmente, analizar si
en los documentos escritos por el Libertador Simón Bolívar, elaborados entre 1813 y 1814 y publicados en la prensa, hay bases
para afirmar que en su redacción se utilizaron conceptos comunes
en el mismo.
El material utilizado fue la prensa nacional escrita durante los
años 1813 y 1814, y el método: localización, lectura y análisis
reflexivo acerca de los escritos publicados en periódicos durante
la Segunda República venezolana.
Introducción
En 1808 llega a Venezuela la primera imprenta y aparece su
primer periódico: Gazeta de Caracas. Hasta finales del siglo XIX,
el dueño del medio informativo a veces lo era (total o en parte) de
la imprenta o su redactor (único las más de las veces), por lo que
no necesariamente lo que en ellos aparece se corresponde con el
pensamiento de la gente, sino con el propio –intereses incluidos–
de quien lo escribía. Así, la Gazeta… al principio apoyaba la monarquía; luego, en la 1ª y 2ª repúblicas era patriota (con un ínterin
de nuevo realista, desde mediados de 1812 a julio de 1813), y
después de nuevo pro hispánica hasta 1821. Por eso se dice que
vivió todas las vicisitudes venezolanas del primer cuarto del siglo
XIX. Los primeros conspiradores estaban conscientes de la importancia de la prensa y se plantearon como necesario informar a
la población para que se pudiese edificar una opinión favorable a
estos otros intereses emancipadores; ejemplos notables de ello
los vemos luego de los sucesos del 19 de abril de 1810 y con la
creación del Correo del Orinoco2.
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Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
Aunque elaborada siempre en imprentas privadas (Gallagher y
Lamb, J. Baillio y D. Torres), la Gazeta de Caracas fue al principio órgano de la Capitanía General (hasta 1811), es decir pro monárquica, y Andrés Bello fue uno de sus redactores. Con la 2ª
imprenta de la ciudad (de J. Baillio y L. Delpech) aparece el 4 de
noviembre el Semanario de Caracas (duró 30 números, hasta el
21 de julio de 1811), hebdomadario dominical redactado por
Miguel José Sanz (la parte política) y José Domingo Díaz (el
resto). Esa parte formadora del primero constituye –independientemente de sus coincidencias excesivas con Adam Ferguson y
con Fantin Desdoars, y junto con escritos de Burke, Roscio y
Ustáriz– la más importante serie de artículos de la época con aspectos filosóficos y políticos de nuestra emancipación, sin desmerecer otros, impresos a medida que aparecieron otros rotativos:
Patriota Venezolano (redactado por Vicente Salias), Mercurio
Venezolano, Publicista de Venezuela, etc. La parte noticiosa fue
todo un acontecimiento pues permitió conocer acerca de hechos
de otras regiones de Hispanoamérica, que en realidad eran una
especie de advertencia de lo que podía ocurrir en caso de intentar
llevar a la práctica ideas independentistas, como por ejemplo la
sofocación por parte del Virrey de Nueva Granada –Amar y
Borbón– de la Junta de Gobierno de Quito, en agosto de 1809,
que buscaba que las autoridades fuesen personas nacidas allí y no
peninsulares3.
La Gazeta… fue hebdomadaria hasta el Nº XI (01-11-1813),
cuando inicia dos tiradas semanales (lunes y jueves). En el período que nos ocupa (Segunda República) está en su cuarto período
(26 de agosto de 1813 al 20 de junio de 1814), reenumerándose
con el Nº I fechado ese primer día señalado. El redactor que más
tiempo tuvo esta vez fue Vicente Salias (médico, combatiente y
mártir durante la emancipación, el más probable autor de la letra
del Himno Nacional de Venezuela). Al final de la Segunda
República estará a cargo de otro galeno, Carlos Arvelo, y de él
pasará a manos de su colega José Domingo Castro4, venezolano
realista que ya había dirigido al rotativo durante la dominación
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Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
monteverdista previa a la Campaña Admirable bolivariana.
Trócase la “z” por “c” para escribir el nombre del periódico desde
el 1º de febrero de 1815.
En esta etapa analizada, lo publicado en la prensa difiere de su
primera época republicana: las noticias domésticas y avisos comerciales han desaparecido, los escritos son eminentemente militares –noticias, arengas, llamamientos (estábamos en una guerra
de difícil pronóstico final) –, y algunos de opinión (ésta también
ligada a la contienda y a la idea de formación del nuevo país).
Llama la atención la ausencia de noticias provenientes del
Congreso o de otras personas que no fuesen los jefes del Ejército
Patriota (Montilla, Urdaneta), del realista (Quero, Monteverde) o
de redactores. El texto predominante son partes de la lucha, bajo
el subtítulo de “Boletín del Ejército Libertador de Venezuela”;
también artículos subtitulados “Sentimientos de un aventurero”,
en los cuales alguien que se supone estaba en los campos de batalla escribe exaltando las virtudes de los guerreros patriotas. Los
artículos de opinión (Burke) son eminentemente continuos llamados que justificaban los derechos a ser libres como naciones.
Las publicaciones periódicas registradas en el período 18131814 (Sección Hemerográfica de la Biblioteca Nacional) son:
“Boletín del Ejército Libertador de Venezuela” y Gazeta de
Caracas; el primero solo salió una vez por sí mismo (“edición 0”)
y luego fue incorporado, como sección fija, al segundo; por tanto,
la revisión de la prensa de la Segunda República es la revisión de
la Gazeta de Caracas.
La Gazeta de Caracas antes de la Segunda República
Si examinamos el manifiesto que la Gazeta de Caracas publica el 5 junio de 1812, elaborado por Domingo de Monteverde,
comandante realista, notaremos que posee en su seno expresiones
propias de la República Romana, aunque empequeñecidas por la
profusión de ellas en las “Observaciones de un ciudadano de
18
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
Caracas sobre este manifiesto”, que la Gazeta… colocó en el mismo número. Es decir, el lenguaje republicano permeaba por igual
a monarquistas y a nuestros patriotas, ya que el mismo conduce a
la conformación de países bajo el imperio de la ley, sin despotismo y con la virtud como soporte; es decir, contiene algunos principios de general aceptabilidad.
Monteverde inicia su escrito así: “Pueblos de la generosa y
heroica Ciudad de Valencia, vosotros todos habitantes de
Venezuela. El Dios de las batallas, que preside los combates, y da
a quien quiere las victorias, ha hecho triunfar nuestras armas, en
donde la necesidad nos las ha hecho emplear de un modo capaz
de ilustrar a los mayores héroes. Nuestras tropas no respiran sino
valor y entusiasmo para la defensa de la justa causa que han abrazado bajo la protección del cielo; pero lo que nos colma de gloria,
y lo que afianza más la estabilidad de nuestros triunfos, es la voluntad general de los pueblos mismos que nos han abierto sus
puertas, nos aclaman, y nos han conducido como en triunfo hasta
esta fidelísima Ciudad de Valencia. Ser los libertadores de los que
estáis oprimidos bajo el más duro yugo, encubierto con el ilusorio
nombre de libertad, es toda nuestra ambición. Restablecer el orden, la paz entre unos mismos hermanos, es el deseo y el hambre
insaciable que nos anima”. Es de hacer notar que los militares
(patriotas y realistas), en general, no usaban lenguaje retórico alguno en la prensa, sino que informaban de manera concreta acerca de sus actividades (Francisco Montilla, Rafael de Urdaneta)5.
El final de la sección subtitulada que a continuación sigue
(“Observaciones de un ciudadano de Caracas sobre este manifiesto”) es igualmente republicano: “El hombre libre de Venezuela
está contra vosotros, viles esclavos de la tiranía y de la superstición: el Dios de las batallas que adora Caracas por principios, y a
cuya justicia ocurre en la defensa de su libertad, de su igualdad, y
de su independencia, premiará la virtud; y en cualquier desgracia
se someterá tranquila y gustosamente a la Divina Voluntad para
merecer con una resignación verdaderamente cristiana los grandes bienes a que aspira, y defiende con valor, con firmeza y con
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Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
conciencia. Sus implacables enemigos que causaron toda suerte
de miserias, pero ella, gloriosamente libre, su tristeza se convertirá en gozo y alegría, y la posteridad saludará eternamente sus
virtudes”.
La Gazeta de Caracas durante la Segunda República
A continuación, se transcribe en orden cronológico una selección de documentos publicados en la Gazeta de Caracas en el
período considerado (Segunda República), demostrativos del lenguaje predominante en tales comunicaciones. Se incluyen escritos del redactor, de W. Burke, de boletines militares, proclamas,
bandos y cartas allí reproducidas, tanto de Simón Bolívar como
de otros jefes de nuestra guerra emancipadora (Santiago Mariño,
Juan Arismendi).
Gazeta de Caracas, número primero, jueves 26 de agosto de
1813.
En oficio enviado a Simón Bolívar por parte del jefe de la
guarnición realista en Caracas, Manuel Fierro, el 3 de agosto de
1813, para que reciba a sus comisionados de paz (p. 1) y los términos que propuso el Marqués de Casa León, con los que luego
impuso el Libertador al día siguiente, acerca de la capitulación
del primero (pp. 2 y 3), no hay los recursos literarios de la
República Romana ni de otros; solo términos más o menos concretos de rendición y de retirada. Es decir, el lenguaje es el típicamente militar de la época. En esto sea semejan estos documentos
un poco a otra capitulación (europea) publicada por la Gazeta de
Caracas 15 meses antes, en lo tocante a que los oficiales derrotados conservasen sus espadas, que saldrían del país sin deshonor y
que el armamento sería entregado a los vencedores6.
En este mismo número de la Gazeta… (p. 3) aparece el primer
escrito del Libertador allí, durante la Segunda República, subtitulado “Contestación del General en Jefe del Ejército Independiente”.
Se inicia así: “Después de haber destruido los ejércitos que en
20
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
número de siete mil hombres oprimían a las provincias de Santa
Marta, Pamplona, Mérida, Trujillo, Barinas y Caracas, nada me
es más fácil que libertar a la capital de Venezuela por la vía de las
armas; pero la clemencia que distingue a todos los defensores de
la causa de la justicia, me hace olvidar que trato con los miembros
de un gobierno infractor, y solo atiendo a la humanidad doliente, y
a los clamores de los desdichados que imploran mi protección contra la justa vindicta a que se han hecho acreedores los tiranos de mi
patria. Por tanto, he accedido generosamente a la capitulación que
los comisionados Señores Marqués de Casa León, D. Vicente
Galguera, D. Fermín Paul, D. Francisco Yturbe y Presbítero D.
Marcos Ribas han venido dirigidos por VSS a tratar conmigo, para
mostrar al universo que aun en medio de las victorias los nobles
americanos desprecian los agravios y dan ejemplos raros de moderación a los mismos enemigos que han violado el derecho de gentes y hollado los tratados más solemnes”.
En la p. 4, con el subtítulo “Entrada triunfante del General
Bolívar en Caracas”, se narran los pormenores de este evento:
“¡Qué espectáculo tan grandioso y magnífico, y al mismo tiempo
tan tierno e interesante presenta la entrada del General Bolívar en
su Patria, verificada el tres del presente mes! ¡Que se considere al
héroe caraqueño en medio de un concurso de más de 3.000 almas
recibiendo los homenajes sinceros de todo un pueblo a quien acaba de libertar, manifestados por la más tierna sensibilidad, y expresados por las aclamaciones repetidas de Viva nuestro
Libertador, Viva la Nueva Granada, Viva el Libertador de
Venezuela”.
Finaliza este subtítulo aludido refiriéndose a la entrada en
Caracas de José Félix Ribas pocos días después: “He aquí los dos
ilustres caraqueños que formarán una época gloriosa en la historia de nuestra República. El Coronel Ribas es conducido en triunfo a su casa, y mientras se oían por todas partes las aclamaciones
y vivas de la libertad, los tiranos que habían vilipendiado el país
temblaban a su nombre”. Todo ello es una exaltación del virtuosismo republicano.
21
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
Gazeta de Caracas, Nº III, 9 de septiembre de 1813.
En su página 12 se reproduce un Oficio del C. Comandante
Montilla al C. Comandante General de la Provincia. Su lenguaje
es concreto (notoria y exclusivamente militar), aunque no por ello
con datos interesantes. Por ejemplo, en esa misiva, Francisco
Montilla dice que durante la toma de San Casimiro de Güiripa al
enemigo “se le mataron en la acción 26 individuos, los más indios, sin los que aún no hemos hallado”, y más adelante insiste
sobre el tema: “Se nota que los muertos son blancos, indios y
zambos, con un solo negro, y cara a cara hemos visto que los
menos son los negros, de lo que puede el Gobierno hacer las reflexiones que le sean más favorables a nuestra tranquilidad”.
Sabido es que, al inicio del conflicto bélico, los negros podían ser
libres si servían varios años en el ejército, pero nuestros aborígenes veían esfumarse algunos beneficios que tenían por parte de la
Corona si se independizaban, pues se eliminarían los privilegios
de que sus jefes y algunos de ellos gozaban.
Gazeta de Caracas, Nº IV, 16 de septiembre de 1813.
Comienza con el subtítulo “América”, en el cual se escribe (p.
13) sobre la Guerra a Muerte y su justificación: “Naciones cultas,
contemplad nuestra situación, y decidnos si es lícito al hombre defenderse y destruir a una fiera que quiere devorarlo”. El Dr. Vicente
Salias era ya redactor del hebdomadario; el uso en él del verbo republicano se fue haciendo más evidente a medida que transcurría el
tiempo. En el mismo ejemplar (pp. 14 y 15) se reproduce, bajo la
firma de D. Antonio Nariño, la declaratoria de la Independencia de
Cundinamarca (16-07-1813). Tal documento contiene una serie de
reflexiones en donde el manejo del lenguaje de la República
Romana no es tan manifiesto, contrario a lo que ocurre con nuestra
propia Declaración, pero sí se asemeja a los otros documentos –en
torno a ella– publicados esa misma semana7,8.
22
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
Gazeta de Caracas, Nº V, 23 de septiembre de 1813.
Escrito del Libertador Bolívar (pp. 18-19) en el cual se refiere
a que su proclama trujillana del 15 de junio9 es Ley Fundamental
de la República de Venezuela, la ratifica en todas sus partes y
anuncia que los traidores reincidentes serán ejecutados, aun siendo americanos, y también los que subvirtiesen el orden público:
“Semejante conducta ha herido dolorosamente mi corazón, y lo
que es más, la gloria de Venezuela, por la que no he dudado y el
Ejército de la Unión hacer los últimos sacrificios. Notorio es esto,
pero más notorio será el horror y oprobio que cubrirá a estos infames y viles desnaturalizados hijos que posponen el bien y felicidad general, a la baja adulación de sus primeros opresores”.
Aquí se intenta recuperar una virtud republicana básica, que es el
amor patrio.
Gazeta de Caracas, Nº VI, 30 de septiembre de 1813.
Otra proclama del Libertador (p. 21), elaborada el 17 de septiembre de 1813 en el Cuartel General de Puerto Cabello, se inicia así: “Soldados: una serie de triunfos no interrumpida os ha
puesto en posesión de todas las provincias que forman la República
de Venezuela, cuyo territorio se halla enteramente libre de los
bandidos de la España, que acaudillados por Monteverde asolaban estos hermosos países. Vuestras armas libertadoras son el espanto de los tiranos que no se atreven ni a salir de sus atrincheramientos, y menos abandonar sus buques, que recientemente los
han conducido desde España…”; y finaliza, refiriéndose a las
fuerzas realistas: “…ellas son los instrumentos de las pasiones
más viles de sus jefes, en tanto que vosotros sois los resortes de
que se vale la Providencia Divina para castigar la perfidia y la
crueldad de los opresores de la América; como también sois los
autores de la libertad y de la dicha de que gozan vuestros hermanos en estas regiones. Estad seguros de que la victoria que ha
guiado vuestros pasos desde el corazón de la Nueva Granada hasta los confines de Cumaná y Barcelona, no se apartará de noso23
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
tros, y coronará siempre nuestras acciones”. De nuevo exaltación
de virtudes republicanas.
Gazeta Extraordinaria, 2 de octubre de 1813.
Se reproduce una carta del General Santiago Mariño al C.
Comandante de la Plaza de La Guaira, “Libertad. Cumaná”, elaborada por nuestro héroe oriental el 26 de septiembre de 1813:
“Quedo activando cuantas providencias están al alcance de mis
facultades para enviar mil hombres de infantería al C. General
Bolívar en obsequio de su petición, y del interés con que todos
debemos cooperar a la total aniquilación de los enemigos de
nuestra libertad; y espero tener el honor de acaudillarlos en persona para dar con mis brazos al digno jefe de esa provincia y sus
beneméritos oficiales el testimonio más auténtico de la identidad
de nuestros sentimientos. Salud y Unión. Santiago Mariño”. El
lenguaje es mixto, con elementos militares y de la República
Romana, predominando el primero. Es notoria la ausencia de títulos o de grados con que firma el Libertador de Oriente.
Gazeta de Caracas, Nº VII, 7 de octubre de 1813.
En sus páginas 25 y 26 se inserta la “Ley de la República de
Venezuela para honrar la memoria del Coronel Atanasio Girardot”,
elaborada por Simón Bolívar el 30 de septiembre de 1813 en el
Cuartel General de Valencia. Se inicia así: “El Coronel Atanasio
Girardot ha muerto en este día en el campo del honor. Las repúblicas de la Nueva Granada y Venezuela le deben en gran parte la
gloria que cubre sus armas, y la libertad de nuestro suelo…”.
Luego enumera sus virtudes durante las campañas en Trujillo,
Mérida, Barinas y Caracas: “Le han visto buscar en estos campos
a los ejércitos opresores, vencerlos intrépidamente, desafiando la
muerte por libertar a Venezuela. Hoy volaba a sacrificarse por ella
sobre las cumbres de Bárbula, y al momento que consiguió el
triunfo más decidido, terminó gloriosamente su carrera”. En esa
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Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
ley, Bolívar decreta el 30 de septiembre como “día aciago para la
República” y también que “se hará siempre un aniversario fúnebre, que será un día de luto para los venezolanos”; asimismo ordena se le conozca como “el primer Bienhechor de la Patria”. Las
frecuentes alusiones al honor, gloria, libertad, sacrificio, etc., son
típicamente propias de la República Romana.
Gazeta de Caracas, Nº VIII, 14 de octubre de 1813.
Carta oficial del General en Jefe del Ejército Libertador C.
Simón Bolívar al C. Luis Girardot. Es una carta dirigida al padre
de Atanasio, escrita el 5 de octubre de 1813 en el Cuartel General
de Valencia. La Gazeta la publicó en su página 30. Se inicia así:
“Temería causar a V. el más acerbo dolor participándole la muerte de su ilustre hijo, si no estuviera persuadido que más aprecia V.
la gloria que cubre las grandes acciones de su vida, que una frágil
existencia”. Luego habla de las cenizas de su hijo: “Ellas vivirán
en el corazón de todos los americanos, mientras el honor nacional
sea la ley de sus sentimientos, y mientras la sólida gloria tenga
atractivos para las almas nobles. La carrera de Girardot y su
muerte excitará, aun en la posteridad más remota, la emulación
de cuantos aspiren al precio del valor, y sientan en sus pechos el
fuego divino con que buscó la gloria propia, y la de su amada
patria”. Después escribe el Libertador: “Los españoles que constantemente venció, siempre temerán la espada que castigó sus
perfidias, y puso un borrón indeleble a sus armas. El nombre de
Girardot será funesto a cuantos tiranos oprimen la humanidad, y
sus virtudes republicanas le colocan entre las sombras ilustres de
Bruto y M. Scévola”. Virtudes no citadas antes aparecen ahora:
ser tomado por ilustre, nobleza, dar el ejemplo, etc. La comparación de su sacrificio en aras de la patria con el acto de auto castigo extremo que se propina Muscio Scévola al no poder eliminar
al enemigo de su patria es impactante.
En la misma edición, pp. 30 y 31, aparece el artículo
“Sentimientos de un aventurero que se ha hallado en las dos últi25
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
mas acciones de Bárbula y Las Trincheras”. Se lee: “Cuando un
jefe ha logrado hacer sensibles sus soldados al amor de la gloria,
y les ha inspirado el entusiasmo divino de la libertad, está seguro
de mandar un ejército de héroes”, y luego afirma: “El honor de
sus armas es para ellos la ley suprema de su deber, y a este sentimiento que enciende sus nobles pechos sacrificarán gustosos la
vida que deben tributar a la patria”. Palabras de la redacción del
periódico que coinciden en sus ideas con las del Libertador, en el
sentido de exaltación republicana.
En la página 31 se transcribe la carta de Santiago Mariño a
Simón Bolívar, fechada el 16 de agosto de 1813 en Cumaná, y
acompañando su firma con el lema “Año I de la Restauración”.
Ese documento, antes de describir los siguientes movimientos del
Ejército de Oriente, refiere: “Ya pues que sin habernos comunicado hemos obrado de acuerdo, y casi auxiliado mutuamente, con
solo emprender la defensa de una misma causa por diferentes
puntos, y tal vez en el mismo tiempo, es necesario que en adelante siga nuestra comunicación con la mayor armonía y estrechez,
sin dar lugar a que la emulación maliciosa, el orgullo ni la ambición desate los lazos que por la utilidad pública vamos a formar
para que caminando conformes en las ulteriores operaciones consigamos el entero rescate de estas provincias, el establecimiento
de un gobierno enérgico y duradero y el perpetuo destierro de la
tiranía gótica y sus ministros.” Es decir, Mariño, también héroe
emancipador, usó siempre un lenguaje más comedido, con matices de utilitarismo y de republicanismo.
En la página 32 de este mismo número se publica una
“Proclama del General del Ejército de Occidente C. Simón
Bolívar”, con fecha 9 de octubre de 1813, desde el Cuartel General
de Valencia. En ella dirige a sus soldados palabras de aliento ante
la posibilidad de finalizar la guerra y ante la creencia del fallecimiento del líder realista: “El cielo que protege siempre la buena
causa, y abandona a su rigor a los tiranos de la humanidad, ha
señalado su justicia haciendo perecer al azote de Venezuela, el
abominable Monteverde y a sus cómplices”. Luego prosigue:
26
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
“Soldados, nuestras armas libertadoras han vengado a Venezuela,
inmolando a los tiranos que tan pérfidamente la engañaron para
sacrificarla a sus miras de ambición y avaricia. La sangre de estos
monstruos apacigua el clamor de los manes de nuestras víctimas:
ya ellas están satisfechas, y el honor nacional vindicado. Mas
nuevas glorias os esperan a los campos de Coro, Maracaibo y
Guayana; partid, pues, a libertar a vuestros hermanos que gimen
bajo el yugo español”. La continua identificación del enemigo
por parte de Bolívar y la posibilidad de un futuro lisonjero lleno
de gloria es frecuente en el Libertador para con sus soldados.
Gazeta de Caracas, Nº IX, 21 de octubre de 1813.
El redactor (p. 35), con el subtítulo “Calabozo”, se refiere a la
Batalla de Mosquitero, el día 15 octubre de 1813, y se expresa
alborozadamente de los ganadores: “El Comandante Campo de
Elías se ha cubierto de gloria, y las bravas tropas de Maturín,
conocidas ya por una serie de triunfos, han cooperado a tan señalada victoria. Fenecieron las últimas esperanzas de los enemigos
de la causa sagrada de la libertad”. Una de las formas de comunicación de varios héroes patrios fue –lenguaje republicano mediante, como en este caso–, minimizar la presencia amenazante
del enemigo.
En la misma página 35 se inicia una larga transcripción de
opiniones del Dr. Miguel Peña acerca de la conveniencia o no de
otorgar el cargo de dictador a Bolívar: “Opinión del ciudadano
Miguel Peña sobre el proyecto de gobierno provisorio del ciudadano Francisco Xavier Ustáriz”. En este número IX y en el Nº X,
este autor (en respuesta a petición de opinión sobre tal documento, por parte del Secretario de Estado) emite una serie de razonamientos (redactados el 18 de octubre), favorecedores tanto de la
posibilidad de concentrar en Simón Bolívar todos los poderes públicos mientras dure la guerra como de la unificación con Nueva
Granada.
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Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
Allí pide Peña que se le conceda además al Libertador la posibilidad de conmutar una pena de muerte, como acto no de justicia
sino de humanidad; explica la diferencia entre su opinión y la de
Ustáriz respecto de que Bolívar tuviese todos los poderes concentrados en tanto perdurase la contienda: “El General en Jefe del
Ejército Libertador cumple a la letra y exactamente con la comisión del Congreso de la Nueva Granada, manteniendo en un todo el
poder hasta que los enemigos de la libertad no abandonen los puntos del territorio donde intenten sostenerse, o hasta que dejen de
atentar contra nuestra seguridad, mientras que el ciudadano Ustáriz
solo cree que cumple interpretativamente con la confianza pública
por el allanamiento general”. Comenta que Ustáriz razonaba que,
en ese momento “conviene en que es imposible, o cuando menos
peligroso, embarazoso y costoso, reunir en el día en Congreso, la
Cámara Provincial, y demás Poderes, y conviene por último en que
estos Cuerpos obstruirán la rapidez y harían lánguidas las providencias de seguridad pública”. En este aspecto, Peña está a favor de
la dictadura romana, con límite de tiempo dado por la desaparición
del peligro que se cernía sobre la patria.
Luego expresa su opinión, en la página 36, siempre siguiendo
el orden del documento de Ustáriz: “La mía es que el General
Libertador cumple, no interpretativa, sino exactamente con la comisión del Congreso de la Nueva Granada, manteniendo en una
sola persona las facultades dictatorías que se concedieron, y a que
correspondió mal D. Francisco Miranda”. Enseguida enumera las
causas de otorgar esos poderes concentrados en el Generalísimo,
partiendo del entonces Gobierno Federal: “No hay duda que
Venezuela se constituyó en un gobierno federal: que su Congreso
fue la corporación más legítima, como emanada de la voluntad
general de los pueblos: que las provincias se gobernaron por sí
mismas, durante el periodo de la tranquilidad, y que solo dependían de la soberanía nacional, que residía en el Congreso, en los
puntos confederados; mas cuando el peligro de la agresión de los
españoles fue inminente, y su aproximación a la Villa de San
Carlos nos obligó a tomar providencias eficaces para rechazarles,
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Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
y cuando el riesgo aumentó sus extremos por las continuas ventajas del enemigo, entonces los representantes en el Congreso, el
Poder Ejecutivo Federal y todos los demás cuerpos representativos provinciales convinieron en que las trabas de la división de
los poderes hacían lenta y difícil la marcha de los negocios, y en
que era necesario disolverse dejando todas sus facultades en las
manos de Miranda. Si esta resolución no salvó el país, fue tal vez
por su ineptitud, o porque las facciones y partidos renunciaron
tarde a sus celosas pretensiones, cuando los gritos de las victorias
del enemigo casi alcanzaban a sus oídos. La providencia en sí era
bastante a mantener la libertad, o por lo menos era el único medio
de sostenerla. Los temores que inventaron las pasiones acerca de
la persona de Miranda, el fanatismo de muchos, la superstición
popular y otras varias causas concurrieron a que la libertad espirase y sucumbiesen al tirano las armas venezolanas; pero todas
las autoridades que eran el órgano de la voluntad de los pueblos
convinieron en que el Gobierno Dictatorial era el que convenía a
Venezuela, en las circunstancias de una guerra desoladora, y este
fue el que efectivamente le dieron. Ahora pues las provincias se
hallan en el mismo estado que entonces tenían: están rodeadas de
enemigos por todas partes, y por consiguiente la comisión que el
Congreso de la Nueva Granada dio al General Libertador para
restablecer el Gobierno de Venezuela debe entenderse que es el
mismo que le conviene en las circunstancias de la guerra, el que
se declaró convenirle por las autoridades popularmente elegidas,
y el mismo que se encontraba en el periodo de su aniquilamiento.
De que se infiere que manteniendo en su mano todo el poder,
como único árbitro de librarnos de los impulsos de la tiranía, en
las delicadas circunstancias de la guerra a muerte que hemos declarado a nuestros enemigos y que debemos sostener con tanta
energía, cuanta sea bastante a preservarnos del exterminio que
ellos en vano aunque obstinadamente, se esfuerzan por ejecutar
está literalmente cumplida la comisión; pues debe considerarse
como un natural sucesor de las facultades de Miranda. Y en verdad, si Venezuela tenía un gobierno de dictadura, y a él debe restituirse, ¿qué otro jefe militar podría obtener tan delicado e im29
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
portante encargo sino el mismo que ha sido Libertador de su
suelo?”.
Sin interrupciones, y para finalizar sus razonamientos acerca
de otorgar los poderes en su totalidad al Libertador Simón Bolívar,
continúa Miguel Peña: “Él debe investirse de esta dignidad en
cumplimiento de la comisión del Congreso de la Nueva Granada,
y es llamado a ella por mil imperiosas razones que todos conocen, de que voy a expresar algunas en obsequio de la justicia,
gratitud que debemos a tan digno jefe. Primera: porque él ha conducido sus armas victoriosas, desde la provincia de Cartagena
hasta esta capital, con tanta intrepidez, valor y gloria, que nos ha
dado no solo la libertad civil y política de que estábamos despojados, sino también la natural de que carecíamos cargados de hierros, o encerrados en oscuras mazmorras. Segunda: porque experimentado en el arte de la guerra, los soldados tienen la confianza
de vencer siempre con él. Tercera: porque permaneciendo aun los
restos de nuestros enemigos en Puerto Cabello, Coro, Maracaibo,
Guayana y muchos puntos de esta provincia, es al Dictador a
quien está confiada su expulsión, y como jefe de las armas, el
General Libertador es llamado a la posesión de esta dignidad.
Cuarta: porque la República se ha establecido teniendo a su cabeza al General Simón Bolívar, activo, laborioso y aguerrido. Quinta
y última: porque como Libertador de su patria es naturalmente
llamado, o debe tener como un sucesor de las facultades que ejerció Miranda”.
Finaliza Peña ratificando cuándo debería terminar tal encargo a Bolívar: “Desvanecidas pues las objeciones que podrán proponerse al lleno de la comisión conferida al General Bolívar, por
el Congreso de la Nueva Granada, nada me queda que añadir a la
prudente exposición y proyecto de gobierno del ciudadano
Ustáriz, ni en cuanto a los Poderes; pues establecida la paz general, y abdicada la dictadura, en Venezuela en el goce de sus indestructibles derechos de constituirse sólidamente, único objetos de
los votos del General Libertador”. En toda la extensión de este
documento, Miguel Peña defiende la investidura que se le iba a
30
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
otorgar al Libertador, enumerando las características del nombramiento, pero sin precisión temporal de cese del mandato.
Gazeta de Caracas, Nº X, 28 de octubre de 1813.
El Dr. M. Peña (p. 37) toca el punto del envío de diputados al
Congreso de Nueva Granada, con miras a la posible unión de
ambas regiones en una sola nación, refiriéndose a la propuesta de
Ustáriz: “No es menos digna de consideración la de este ciudadano en cuanto a la nominación de diputados que vayan a incorporarse en el Congreso de la Nueva Granada, investidos de plenas y
amplias facultades para tratar de la unión, ordenarla y fijarla bajo
las bases sólidas de una buena constitución. Es aquella región tan
digna de nuestra gratitud, está tan íntimamente ligada su existencia y bien estar al nuestro; la agresión a nuestras costas le es tan
perjudicial; y nuestros auxilios mutuos son tan importantes que
es necesario ligarnos por pactos solemnes y formar un cuerpo de
nación que nos haga aparecer sobre la escena del mundo con la
dignidad de un pueblo capaz de constituirse y defenderse de cualesquiera enemigos. Estos bienes nos debe producir la confederación con aquel territorio, y la pronta incorporación de nuestros
diputados en el Congreso de la Nueva Granada producirá mil bienes a este y a aquellos Estados”. Aunque años más tarde Peña
será un adalid en la desmembración de Colombia, en este inicial
contexto es partidario de su creación, enmarcada dentro de la
concepción republicana.
En ese mismo número (pp. 37 a 39) aparece publicada la opinión que Miguel José Sanz le envía al Secretario de Estado y de
Relaciones Exteriores (Antonio Muñoz Tébar) respecto de la posibilidad de nombrar dictador a Bolívar, aprobándola. Su lenguaje es jurídico, con algunos otros elementos mixtos.
31
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
Gazeta de Caracas, Nº XI, 1°de noviembre de 1813.
En sus pp. 42 y 43 el Libertador se refiere al equipamiento de
sus tropas y de sus bestias. El lenguaje es netamente administrativo y comercial.
Gazeta de Caracas, Nº XXV, 20 de diciembre de 1813.
A raíz de la victoria en Araure, se publica un indulto (07-121813) a los compatriotas que hayan seguido siendo favorecedores
de la monarquía y a los que hayan delinquido aprovechándose de
la guerra, si se presentan antes de un mes ante el juez local.
Lenguaje militar y republicano (p. 98).
Gazeta de Caracas, Nº XXVI, 23 de diciembre de 1813.
En las páginas 102 y 103 se transcribe el oficio que el Libertador
le envía al Presidente del Congreso de Nueva Granada, dando
parte de las acciones ocurridas desde su invasión a Venezuela siete meses antes. Lenguaje militar, con inclusiones republicanas.
Gazeta de Caracas, Nº XXVII, 27 de diciembre de 1813.
Al instituir la Orden de los Libertadores, Bolívar (pp. 105 y
106) comienza en una auténtica loa a la manera de hablar de la
República Romana: “La gloria, el móvil de la noble profesión de
las armas, es el más poderoso estímulo para que los hombres
arrostren los peligros, olvidándose de sí mismos, por la felicidad
de sus conciudadanos. Solo los honores, tributados a los talentos
y virtudes militares, puede ser una digna recompensa de los heroicos sacrificios que hacen los defensores de la patria, pero estos
perderían sus atractivos para las almas grandes si no fueran el
testimonio de servicios hechos por la libertad y la justicia, combatiendo a los opresores de la humanidad”.
En la misma página 106 se publicó un edicto del Arzobispo de
Caracas (Narciso Coll y Prat) en el cual llama a las gentes a aco32
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
gerse al indulto que se ofrece a los apoyadores del régimen español (por su tendencia fuertemente realista, pareciera un edicto
acomodaticio). El lenguaje es pastoral.
Gazeta de Caracas, Nº XXIX, 3 de enero de 1814.
En sus páginas 115 y 116 se publicó el discurso que el General
Libertador le dirigió a la Asamblea del Pueblo, convocada por él
3 días antes, para rendir cuentas de sus actuaciones. En tal acto
diría: “Yo no os he dado la libertad. Vosotros la debéis a mis compañeros de armas. Contemplad sus heridas, que aún vierten sangre, y llamad a vuestra memoria los que han perecido en los combates. Yo he tenido la gloria de dirigir su virtud militar. No ha
sido el orgullo, ni la ambición del poder el que me ha inspirado
esta empresa. La libertad encendió en mi seno este fuego sagrado,
y el cuadro de mis conciudadanos expirando en la afrenta de los
suplicios, o gimiendo en las cadenas, me hizo empuñar la espada
contra los enemigos. La justicia de la causa reunió bajo mis banderas los más valerosos soldados; y la Providencia justa nos concedió la victoria”. En la misma página 116, Muñoz Tébar, en medio de términos propios de la República Romana, da cuenta de
nuestra posición a nivel internacional, concretamente ante
Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
Gazeta de Caracas, Nº XXX, 13 de enero de 1814.
Entre las páginas 127 y 132, bajo el subtítulo “Artículo comunicado”, un autor, identificado como “Aristarco”, hace una serie
de reflexiones en cuanto a los escritos que José Castro (autodenominado José D. Díaz A.) publicaba desde su exilio en Curazao en
contra de la revolución independentista venezolana de 1811.
Primeramente aclara que no hará un análisis porque “sería perder
inútilmente el tiempo el refutar los pretendidos axiomas de un
esclavo. La libertad inspira otros sentimientos más nobles y sublimes que no puede conocer el autor de ellos”.
33
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
Después, inicia con: “‘Compatriotas’ es la expresión con que
el Doctor Díaz dirige sus libelos a los republicanos que le detestan. Si yo fuera apostrofador, diría a este charlatán que quiere
hacerse el hombre de entidad: cómo te atreves, ente despreciable,
a profanar con tus impuros labios el sagrado nombre que pronuncias, el nombre augusto que solo pueden llevarle los defensores
de la libertad. ¿Tú nuestro compatriota? Tú, tímido adorador de
la mano que te ha encadenado; tú, ente servil, que llamas ‘siglo
de oro’ aquel en que tu patria gemía en los más degradantes hierros. Ve a buscar al Ebro, al Genil, o al Manzanares tu patria; o
más bien, corre a las orillas del Mozambique, y encontrarás compatriotas entre los hijos de tus progenitores. No, Caracas no es tu
patria, ni los venezolanos compatriotas del panegirista de sus tiranos. Tú has osado llamar clemente a Monteverde porque no
destruyó hasta los escombros de la desgraciada Venezuela. Tú
osarías llamar piadoso a Calígula, y a Nerón bondadoso. ¿No llegó a tus oídos el penetrante llanto de las madres afligidas, de las
esposas desoladas, y de las vírgenes brutalmente perseguidas por
los tiranos que acaudillaba este pérfido aventurero? Más no, tú
eres insensible a estas demostraciones del dolor. Tú hubieras sonreído al ver a Venezuela reducida a pavesas”.
Continúa Aristarco escribiendo (p. 131) sobre el amor a la patria, sobre sus mártires a manos de los españoles, los epítetos con
que eran señalados (traidores, facinerosos, etc.), sobre las derrotas realistas que Díaz publica como victorias para recibir donativos hacia la causa realista. Por ello escribe: “Tal es, Sr. Redactor,
el imperio de la opinión y de las preocupaciones, que este sería
sin duda el lenguaje del Dr. Díaz con respecto a nuestros ilustres
americanos. ¡Insensato! La historia está llena de hombres virtuosos que han inmortalizado su nombre defendiendo la libertad de
su patria, y que no obstante han sido apellidados por los tiranos,
traidores y rebeldes”.
Los términos republicanos delatan el lenguaje de Aristarco:
libertad, nobleza, sublimación, compatriotas, patria, tiranía, pie34
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
dad, bondad, amor patrio, victorias y derrotas, virtud, inmortalidad, etc.
Gazeta de Carcas, Nº XXXIV, 20 de enero de 1814.
No todo eran combates por la independencia: también estaba
el asunto de la seguridad pública, sobre todo en el medio rural. En
las páginas 133 y 134 se publicó un bando elaborado por Bolívar
el 21 de diciembre de 1813 en el Cuartel General de Valencia. En
él ordena la creación de los cuerpos cívicos (hoy los llamaríamos
de autodefensa), formados por ciudadanos no militares, sin sueldo, con autoridades elegidas por ellos mismos, para exterminar a
los bandoleros de sus localidades en los siguientes 15 días, máximo un mes, ya que el ejército se encontraba combatiendo a los
españoles.
Es notoria la diferencia de trato del Libertador cuando se dirige
a sus soldados (con benevolencia y lisonja, frecuentemente con
promesas de bienestar al concluir la guerra) con relación a cuando
se dirige a la población civil (concreta, escueta, sin menciones honoríficas o premiaciones). El lenguaje es militar, sin adorno retórico alguno.
Gazeta de Caracas, Nº XL, 10 de febrero de 1814.
En febrero ya es un hecho el avance arrollador y por los cuatro
puntos cardinales del ejército pro monárquico; entonces nuestro
máximo héroe se dirige a sus conciudadanos de manera republicana, pero también comedida, identificando al enemigo y terminando
con lo que intenta solicitar (engrosar las tropas en campaña).
En la página 159 se inscribe su “proclama”, elaborada el 3 de
febrero de 1814 en Valencia: “Habitantes de la Provincia de
Caracas: Un jefe de bandidos, conocido por su atrocidad, el perverso Boves, ha podido penetrar hasta la Villa de Cura, reuniendo
esas cuadrillas de salteadores esparcidos en los caminos de los
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Revista Memoria Política
Llanos…”. Finaliza esta corta proclama: “¡Republicanos impertérritos! Que en el terrible campo de batalla vengasteis con tanta
gloria las vejaciones de la España, hoy la libertad, el honor y la
religión insultada por la más despreciable facción os llama con
sus sagradas voces. Seguid a vuestro jefe, que os ha conducido
siempre a la victoria y os ha dado la libertad”. A continuación, se
reproduce una proclama de Juan Bautista Arismendi, fechada el
10 de febrero de 1814, con algunos elementos republicanos, pero
eminentemente con lenguaje militar clásico.
En la misma página y en la siguiente, José Félix Ribas se estrena en esto de los escritos publicados. Bajo el subtítulo “La Victoria”,
entrega el parte oficial de la cruenta batalla del 12 de febrero, librada contra las huestes de Boves. Iniciase así: “Los reveses de la
República son siempre para aumentar el entusiasmo, la gloria y el
honor nacional de Venezuela”. Luego describe extensamente los
pormenores de tan difícil acción (en donde murieron Ribas Dávila
y 100 más). Finaliza tan republicanamente como empezó: “Toda la
tropa y la oficialidad han mostrado el mayor valor, y han dado a
conocer a los enemigos de la libertad americana que en cualquier
parte en donde se tremole el estandarte de la República, serán destrozadas sus fuerzas por enormes que sean”.
Gazeta de Caracas, Nº XLI, 14 de febrero de 1814.
Una proclama (pp. 161 y 162) con motivo del buen resultado
obtenido dos días antes, muy de la República Romana: “Soldados
del ejército vencedor en La Victoria: Vosotros en quienes el amor
a la patria es superior a todos los sentimientos, habéis ganado
ayer la palma del triunfo, elevando al último grado de gloria a
esta Patria privilegiada que ha podido inspirar el heroísmo en
vuestras almas impertérritas. Vuestros nombres no irán nunca a
perderse en el olvido. Contemplad la gloria que acabáis de adquirir, vosotros, cuya espada terrible ha inundado el campo de La
Victoria con la sangre de esos feroces bandidos: sois el instru36
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
mento de la Providencia para vengar la virtud sobre la tierra, dar
la libertad a vuestros hermanos, y anonadar con ignominia”.
Gazeta de Caracas, Nº XLIII, 21 de febrero de 1814.
Bajo el subtítulo de “Sentimiento de un republicano”, el redactor describe, en lenguaje homónimo, las virtudes de Girardot
y Ribas Dávila, fallecidos en combate, finalizando con lo siguiente: “Si eres republicano, imita sus virtudes, y su fin glorioso”.
Gazeta de Caracas, Nº LIII, 28 marzo de 1814.
Una corta proclama de Bolívar desde San Mateo, hecha el 24
de marzo de 1814 (p. 209), pone de manifiesto su optimismo
acerca del estado de la guerra, lo cual no se correspondía con la
realidad. Finaliza así: “Venezolanos, no temáis a las bandas de
asesinos que infestan vuestras comarcas, y son los únicos que
atacan vuestra libertad y gloria; pues el Dios de los Ejércitos concede siempre la victoria a los que combaten por la justicia; y jamás protege largo tiempo a los opresores de la humanidad. Así
todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han
exterminado al fin a sus tiranos”.
Gazeta de Caracas, Nº LVII, 11 de abril de 1814.
Otra proclama bolivariana (p. 225), elaborada el 6 de abril de
1814, en la cual agradece la intervención del Ejército de Oriente en
la liberación de parte de los llanos y de desbloquear a Caracas. El
uso abundante de palabras como “sublime”, “heroicismo”, “honor”, “poder de los tiranos”, “opresores”, “victoria”, “paz”, “gloria”, “libertad” (solo en el primer párrafo), revela su expresividad
republicana.
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Gazeta de Caracas, Nº LX, 21 de abril de 1814.
El Presidente Gobernador del Estado de Cartagena de Indias
(Manuel Rodríguez Torices) honra a Simón Bolívar mediante decreto con fecha 15 de marzo de 1814 por sus méritos conseguidos
en el territorio granadino a inicios de 1813, y hasta La Guaira a
mediados del mismo año; denotando también el cartaginés un
manejo propio de la República Romana en su redacción.
Gazeta de Caracas, Nº LXV, 9 de mayo de 1814.
Se imprimen (p. 257) la respuesta que nuestro Libertador les
envía al Presidente Rodríguez Torices, de Cartagena, y a su
Cámara de Representantes y Cámara Legislativa. Más que lenguaje republicano heroico, se observa este lenguaje con carga lírica; y al final, Bolívar expresa su idea unionista –que ya ha ido
mostrando desde Cartagena en 1812– con relación al pueblo cartagenero: “¡Ojalá pueda él, después de haber contribuido tanto a
la libertad de Venezuela, disfrutar esta gloria inmortal, en la paz
y en la unión con Venezuela y los demás pueblos de la Nueva
Granada, formando una nación de hermanos! Este es el voto de
mi corazón; y por cumplirle consagraré todos los instantes de mi
vida, hasta sacrificarla”.
Gazeta de Caracas, Nº LXVII, 15 de mayo de 1814.
En sus páginas 266, 267 y 268 se imprimió la Declaratoria de
Independencia de la Provincia de Tunja, con abundante material
propio de la República Romana. Es decir, tanto en la declaración
de independencia venezolana como en la de sus actuales países
vecinos se usaron conceptos republicanos como elemento cohesionador en tales documentos.
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Gazeta de Caracas, Nº LXXV, 13 de junio de 1814.
La Proclama (p. 296) que Santiago Mariño (General en Jefe y
Libertador de las Provincias Orientales de Venezuela) dirige a los
aquí nacidos que siguen a Boves, indultándoles (desde Villa de
Cura, el 6 de junio de 1814), hace ver que definitivamente tal jefe
patriota es un republicano. En su parte media expresó: “El Dios de
las batallas, que no protege sino las causas justas, se decidió por la
de la libertad, e inspiró a nuestros soldados un valor y un brío sin
ejemplo”.
Gazeta de Caracas, Nº LXXVI, 20 de junio de 1814.
Apenas una semana después, y a poco tiempo de nuestra primera resonante victoria en Carabobo, la situación ha cambiado
totalmente y todos nuestros frentes de batalla se desmoronan uno
tras otro. El Libertador Mariño emite una proclama dirigida al
Ejército de Oriente (fechada el 19 de junio de 1814, desde
Caracas) en la cual, con mezcla de lenguaje militar y republicano,
explica el porqué de su movilización a Oriente, que era para búsqueda de refuerzos a fin de liberar el Occidente.
Resumen de resultados
Medios de información impresos en Venezuela antes de 1813:
Gazeta de Caracas, Semanario de Caracas (pro independiente, a
cargo de M. J. Sanz), El Patriota de Venezuela (abrió en enero de
1811, con miembros de la Sociedad Patriótica, teniendo como
redactores a Vicente Salias y Muñoz Tébar), el Mercurio
Venezolano (abrió en enero de 1811 y cerró en su tercer número,
en marzo del mismo año, con Francisco Isnardi como redactor),
El Publicista de Venezuela (órgano del Congreso Constituyente
de Venezuela de 1811, con miembros de la Sociedad Patriótica y
Francisco Isnardi como redactor. Abrió el 4 de julio de 1811 y
cerró en noviembre de ese mismo año, luego de 26 ediciones). El
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lenguaje predominante utilizado en ellos fue mixto, con parte literaria y parte informativa general y social.
Periódicos editados en Venezuela entre 1813 y 1814: Boletín
del Ejército Libertador de Venezuela (identificado como “Edición
0”), con solo un número como periódico independiente, ya que
después del 26 de agosto de 1813 se incluye dentro de la Gazeta
de Caracas10. Elementos de la República Romana en su redacción: aunque hay algunos artículos de opinión (fundamentalmente de W. Burke) y abundantes informaciones con redacción
militar, el lenguaje republicano llena la mayor parte de los espacios de la prensa de la época. No es el Libertador el único con
ese tipo de lenguaje, así escribían también militares como
Arismendi, Mariño, Juan de Escalona, J. F. Ribas, y civiles como
Sanz, Muños Tébar, Miguel Peña y otros.
El Congreso venezolano no tiene información a su nombre
publicada en la Gazeta… en este período, y el Poder Ejecutivo
como tal tampoco, sino cuando el Libertador Simón Bolívar dispone de todos los Poderes Públicos (Dictadura), firmando la mayor parte de las veces como Libertador de Venezuela. El mayor
contenido del periódico son boletines del ejército, bandos, proclamas y reproducciones de cartas militares relativas a la contienda. El redactor principal, Vicente Salias, es eminentemente republicano y como tal escribe, y los artículos de W. Burke son un
continuo llamado a la constitución de la patria.
Documentos escritos por el Libertador, elaborados entre 1813
y 1814 y publicados en la Gazeta de Caracas: no hay párrafo alguno en el cual dejen de usarse elementos de la República
Romana; la excepción ocurre cuando se publican órdenes técnicas, como los cambios de grados militares o de avituallamiento
del ejército, o de pagos al personal en guerra. Sólo en una ocasión
se menciona el Decreto de Guerra a Muerte en la Gazeta de
Caracas en esta Segunda República.
40
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
Reflexiones
Los lenguajes no son solo una manera de transmitir información
preexistente, de decir las cosas o los deseos y planes a futuro: ellos
expresan cómo nos adaptamos al medio y cómo a su vez lo modificamos. Como elementos de articulación social y como expresiones del poder, según los vaivenes del contexto en que están presentes, se van modificando y van siendo sustituidos por otros que más
se adapten a las circunstancias; es decir que las variaciones de la
Historia conllevan variaciones en los lenguajes. Son parte de la
cultura y, como esta, expresan la visión del mundo, con valores
inmersos de todos tipos (éticos, religiosos, económicos, regionales). También permiten conocer modos de vida, creencias, símbolos, actitudes e intencionalidad en su persistencia; intencionalidad
que puede ir desde desear tener algo propio, como de sentido de
propiedad o de manera de encauzar esfuerzos.
El lenguaje republicano es colectivista –en parte por el gregarismo natural del ser humano–, es el de la familia extendida de la
antigüedad, con propiedad comunal, que luego evoluciona a una
ética eudamónica colectivista (el nosotros sobre el yo), con la
virtud como más importante que la racionalidad. Ese es el colectivismo que luego permitirá, menos de tres décadas después, el
afloramiento del socialismo y, a continuación, del marxismo, con
predominio de los deberes sobre los derechos.
El lenguaje de la República Romana se caracteriza por ser
subjetivo–objetivo directo, con escasa metaforicidad y con casi
ausente ilocucionaridad (o su equivalente, para la época en cuestión). Es franco, llano, directo, pragmático; su efecto es siempre
de disyuntiva específica y concreta, de modo que siempre impacta visiblemente al grupo social que lo usa o que lo recibe. Sus
principales virtudes son: templanza, prudencia, justicia, fortaleza
de ánimo, a las que se adicionan otras, como la dignidad, la fidelidad, o las del guerrero (valentía, sacrificio, honor, lealtad, patria
por encima de todo, etc.). Es decir que hasta matices estoicos se
le pueden considerar, aunque discretamente.
41
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
La Revolución Venezolana fue, como todas las demás, un evidente cambio de forma de gobierno (monárquico absolutista) a otra
más acorde con los nuevos tiempos (república), así que funciona
como una suerte de regeneración política. Pero las revoluciones de
este tipo no están exentas de violencia, por ello la parte más débil
(la que quiere independizarse) suele aplicar el principio del enemigo absoluto para poder contrarrestar el poderío del contrincante:
con los enemigos no se negocia, solo se les extermina11.
No son las capitulaciones militares tratados retóricos. En ellos
y en esa época, sea Europa o Venezuela, sea patriota o realista, el
lenguaje es únicamente castrense, su redacción es estrictamente
de interés para que la rendición tenga consecuencias solo dentro
de ciertas condiciones de humanidad propuestas. Es así como la
capitulación mirandina con la que feneció la Primera República
tiene esas características, al igual que la que el Marqués Casa
León elaboró.
La Segunda República es dominada por la antigua Sociedad
Patriótica, grupo de avanzada emancipadora muy activo desde
que recibió en su seno a Miranda, Bolívar y otros a fines de 1810,
quienes lo convirtieron en un centro político de agitación proindependentista12. Es el período en el cual se produce la Campaña
Admirable patriótica (hubo otra, realista, la de Monteverde, pero
es otro tema, del período primo republicano), en la cual Simón
Bolívar invade su país con menos de medio millar de soldados –
vencedores en una docena de batallas ganadas todas por él mismo
en territorio neogranadino en apenas dos meses–, recorriendo
victorioso –como un tasumaki13– la capitanía desde su frontera
occidental hasta Caracas (6 de agosto de 1813), a través de las
montañas (fuera de ellas se encontraban miles de realistas, tanto
hacia la costa occidental del norte, como de los llanos y territorios orientales), y tras la cual es ungido –como Simón Macabeo–
con todos los poderes públicos existentes en la época: la dictadura14. Es interesante observar que en la Biblia aparece una figura
equivalente a la que los romanos le darían el nombre de dictadura
(aunque permanente y no temporal): Simón (años 143-134 A.C.)
42
Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
es nombrado por la comunidad judía reunida en asamblea (ancianos, sacerdotes, pueblo y príncipes) para ejercer–para siempre–
los cargos de sumo sacerdote, hegumeno o etnarca (jefe supremo
de etnia o de nación) y estratega administrativo y de defensa, es
decir que le otorgaron los máximos poderes en lo administrativo,
religioso y de defensa, de manera vitalicia y sin limitación alguna, con obediencia total y sin posibilidades de contradecir sus
órdenes o de convocar asambleas sin su anuencia. Así, “el pueblo
entero estuvo de acuerdo en conceder a Simón el derecho de obrar
conforme a estas disposiciones, y Simón aceptó y le pareció bien
ejercer el sumo sacerdocio, ser estratega y etnarca de los judíos y
sacerdotes, y estar al frente de todos”15.
La dictadura era una antigua magistratura romana que no rendía cuentas, solo podía ejercerla un ciudadano virtuoso y su palabra era ley absoluta mientras duraba su período de gobierno, el
cual siempre estaba delimitado temporalmente y también por la
superación del peligro que la motivaba16. En el caso venezolano,
ya la había detentado Miranda, pues cuando el Congreso intentó
formalizar como dictador al Marqués del Toro, éste no aceptó y el
Precursor fue ungido en abril de 1812 como Dictador y
Generalísimo del Ejército de las Repúblicas Confederadas de
Venezuela. En esta forma temporal de gobierno se presupone
haya autoritarismo y control mayor del Estado en la vida cotidiana de la ciudadanía, y también se presupone que ese gobierno no
actúe contra el Estado, es decir, que no aliente el desconocimiento de las instituciones establecidas que no estén bajo su control:
en efecto, la Iglesia Católica, francamente anti independentista,
fue tolerada durante los pocos meses que duró nuestro período
deutorrepublicano17. El General Bolívar decide rendir cuentas y
entregar el poder en Angostura –cinco años después– por virtuosismo personal, pues no estaba obligado a ello. Para eso pidió
elegir diputados, a fin de celebrar un congreso, ya que habían sido
autoridades legalmente constituidas quienes le habían otorgado
tales poderes, y era ante ellas que debía retornarlos. El nuevo
congreso lo designó Presidente (26-02-1819) con autoridad abso43
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
luta en todos los niveles; es decir, continuaron los poderes de la
dictadura en Bolívar, pero ahora bajo el nombre de Presidente en
campaña militar.
Desde el primer número de esta etapa de la Gazeta…, el desdén con que fueron tratados antes los patriotas se vuelve contra
los realistas, aunque, en honor a la verdad, más comedido y menos insultante. Esto prueba que, al menos en la prensa, los aquí
nacidos que estaban en favor de la independencia eran más morigerados que los también paisanos nuestros, que defendían el seguir siendo parte de la monarquía española. No en balde débase
recordar que tanto las tropas combatientes como los que escribían
en nuestros periódicos, en su inmensa mayoría, eran nacidos en
estas tierras.
No siempre las personas se expresan con el mismo lenguaje o
tendencia, ello lo vemos particularmente en nuestro Libertador
Simón Bolívar, quien se inicia muy republicano, pero cuyo discurso se va diluyendo con el transcurso del tiempo. Así, en
Angostura, sus reflexiones son más moderadas, menos del día a
día, más para el nuevo orden y futuro, sin perder su eudemonia
colectivista; esto no es una crítica al héroe, sino una muestra de
que el contexto –las vivencias–, al cambiar, necesariamente induce a cambiar los lenguajes, a la par de la Historia.
Como conclusión final, la República Romana pervivió durante
los años de la Segunda República (1813-1814), de manera más
notoria en la magistratura dictatorial (dictadura), en el intento de
institucionalización del país basado en el cumplimiento de la ley,
y en el lenguaje predominantemente utilizado en la época (lenguaje republicano).
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Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
Referencias Bibliográficas
Bibliografía primaria
Gazeta de Caracas, años 1813 y 1814.
Lecuna, V. (1964). Cartas del Libertador (1964). Caracas. Banco de Venezuela,
Jansen, V (2010). La República Romana y su resonancia política en la
República de Venezuela independentista (1810–1814). Valencia. Editorial.
APUC,
Bibliografía secundaria:
Gazeta de Caracas, año 1812.
Documentos del Congreso y del Poder Ejecutivo, años 1813 y 1814.
Manifiesto de Cartagena.
Decreto de Guerra a Muerte.
Notas
1Los lenguajes políticos (como otros específicos) tienen palabras y oraciones con significación y siguen las normas gramaticales vigentes. Su
diferencia con el común –además de términos técnicos– es la finalidad,
que siempre es política.
2 En 1810 corrían tiempos de “vacío de poder” en la América Hispana,
pues el Rey de España había abdicado a favor de Bonaparte, así que la
soberanía estaba liberada, y era lógico que los pueblos decidieran sus
destinos por sí mismos, también en la Península (al menos mientras
se resolvía esto). La Regencia no incluyó los diputados a que Venezuela tenía derecho desde 1809, así que la no aceptación de su autoridad
por parte venezolana tenía bases jurídicas; por eso se formaron juntas
supremas defensoras de los derechos del Rey, en donde se desarrollaron
la mayor parte de las tendencias independentistas de la época. Esa información permeó varios sectores de nuestros criollos y contribuyó a su
adhesión emancipadora.
45
Jesús Manuel Rodríguez R.
Revista Memoria Política
3 Ese hecho equivaldría a nuestra Junta Conservadora, establecida en
Caracas ocho meses después.
4 Personaje resentido social por su origen ilegítimo en una época en que
eso era muy importante, también por sus bienes de fortuna. Luego de
estudios médicos, cobra fama al declararse expósito y dejar de utilizar
el apellido paterno –aunque sí tomaría la herencia de su progenitor–
para sustituirlo por los dos apellidos de quienes lo criaron, los religiosos
Díaz Argote. Es así como logra ser recibido en España, en donde le
concedieron un cargo en Venezuela, del cual no pudo tomar posesión
porque regresó luego del inicio de la emancipación. Al tomar esta vez el
periódico, redactó permanentemente un mensaje realista, insultante en
contra de los independentistas, especialmente contra Simón Bolívar. No
obstante eso, debemos reconocer que mantuvo su fe en ser pro monarquista y luchó por ello sin abjurar de sus convicciones. Décadas después (1858), un filósofo alemán (Karl Marx) escribiría una biografía del
Libertador titulada –erróneamente, por supuesto– Bolívar y Ponte, en
donde, amén de docenas de mendacidades históricas, esgrimiría un lenguaje denigratorio más tajante (en contra del biografiado, de sus compañeros de armas, de los pueblos en donde luchó y hasta de los realistas)
que el del propio José Castro, quien al menos había vivido los hechos.
5 Excepciones siempre las hay: Manuel Piar.
6 Capitulación concluida entre el Mariscal del Imperio Conde Souchet,
Comandante en Jefe del Ejército Imperial de Aragón, y su Excelencia
el General en Jefe Blake, Comandante de los Ejércitos Españoles para
la ocupación de la ciudad de Valencia. Gazeta de Caracas, viernes 22 de
mayo de 1812.
7 Si comparamos nuestra Declaración con el decreto del 8 de julio de
1811, emitido por el Congreso General de las Provincias Unidas de
Venezuela y firmado por su presidente (Juan A. Rodríguez D., diputado de Barinas y Presidente del Congreso), o el bando elaborado por
el Supremo Poder Ejecutivo el 8 de julio de 1811, firmado por su presidente en turno (Cristóval de Mendoza) y publicado en la Gazeta de
Caracas el 16 del mismo mes (Nº 41), se nota que el tono decididamente republicano de la Declaración de la Independencia es más comedido, aunque no deja de estar presente.
8 Redactada nuestra Declaración por el abogado y diputado por Calabozo J.
G. Roscio y por el médico Francisco Isnardy (Secretario del Congreso) al
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Lenguajes políticos utilizados por los patriotas en la
prensa venezolana durante la Segunda República, 1813-1814
día siguiente de su proclamación, es decir el 6 de julio de 1811, aprobada
por el Congreso el 7 de julio y por el Poder Ejecutivo el día 8, tras lo cual
se iniciaría la firma de tal documento, finalizando ese proceso de rubricación en agosto del año citado. No se conserva tal documento (se extravió
ese mismo mes), sino el Libro de Actas, encontrado por el Dr. González
Guinand casi un siglo más tarde.
9 Conocida por nosotros como “Decreto de Guerra a Muerte”, aunque esa
no fue su denominación original.
10 Algunos de los boletines del Ejército Libertador de Oriente también se
publicaron como parte de la Gazeta de Caracas.
11 Schmitt, Carl. La dictadura. FCE, 1975.
12 Originalmente se denominó Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía, agrupación designada por la Junta Suprema Conservadora de los
Derechos de Fernando VII, en agosto de 1810, con funciones de asesoramiento económico.
13 Para los japoneses, viento o brisa tras la cual todo se resuelve favorablemente al bien. Se aplica a las campañas libertadoras exitosas.
14 Ese cargo fue solicitado para el Libertador Bolívar por intelectuales de
la talla de Miguel J. Sanz, Francisco J. Ustáriz y Miguel Peña.
15 Libro Primero de los Macabeos, 14:25-44.
16 La magistratura ordinaria suprema romana la ejercían dos cónsules, con
un año de duración, y la extraordinaria (Magister Populi o dictador)
era escogida por ellos dos más el Senado. El asistente del dictador era
escogido por éste (Jefe de Caballería o Magister Equitum).
17 Cuando se estableció esa dictadura (comisoria), se aceptó la tesis de
García Cádiz y otros en el sentido de que no se incluyese en ese mandato
el oriente venezolano, ya que su libertador allí era Santiago Mariño. Por
eso tuvimos una república con dictadura comisoria junto a las provincias de Cumaná y Barcelona, que se regían por los principios federales
de la Constitución de diciembre de 1811.
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 49-68
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE
POLÍTICO DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Rosa Elena Martínez García *
Alejandro Bastardo **
RESUMEN
En el presente artículo se plantea la influencia del republicanismo romano en las discusiones que tuvieron lugar dentro del debate
que creó la constitución de 1811. Tal influencia se materializa a través del uso del lenguaje republicano tanto clásico, como moderno,
(y de los cuales emanan instituciones políticas que han recorrido en
el tiempo una distancia abiertamente significativa desde la República
Romana hasta la naciente Primera República en Venezuela) utilizado por los parlamentarios de forma moderada en sus intervenciones,
en los textos normativos emanados del poder legislativo de entonces
y en las sentidas intervenciones políticas de los miembros de las
sociedades patrióticas; entre los que destacan el Generalísimo
Francisco de Miranda y el Libertador Simón Bolívar.
Palabras claves: Republicanismo; Congreso; Debate; Lenguaje
Clásico; Lenguaje Moderno; Sociedad; Virtudes; Patriota.
* Abogada UCV. Experta en Derecho Internacional Humanitario CRV 2004. Diploma
en Derechos Humanos, mención Acceso a la Justicia UCAB. Especialista en Derecho
y Política Internacionales UCV. Doctorando en Ciencias Políticas UCV. (Elaborando
tesis actualmente). Profesora en la Academia Militar del Ejercito (AMEJB).
**Abogado. Magister en Derechos Humanos Universidad de Alcalá, Madrid-España.
Doctorando en Ciencias Políticas UCV (Cursante del 3er semestre) Profesor de postgrado Universidad Católica Santa Rosa (UNCSAR).
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 49-68
ROMAN REPUBLICANISM IN THE POLITICAL DEBATE
OF THE 1811 CONSTITUTIONAL CONGRESS
Rosa Elena Martínez García
Alejandro Bastardo
Summary
This article exposes the influence of Roman republicanism in the
discussions that took place within the debate that resulted in the
1811 Constitution. Such influence is materialized through the use of
classic and modern republican language, those from which were
born political institutions that have transitioned a considerable part
of the timeline, beginning with the very Roman Republic and ending
with the First Republic of Venezuela. The language was subtlety
employed by parliamentarians during their speeches, and in the normative texts originated from the late legislative power, while it was
also used by the members of the patriotic societies in their enthusiastic interventions, such as the High General Francisco de Miranda
and Liberator Simon Bolívar.
Key words: Republicanism; Congress; Debate; Classic Language;
Modern Language; Society, Virtues; Patriot.
50
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Siendo el objetivo del presente ensayo el determinar la presencia
de las instituciones políticas romanas dentro del lenguaje utilizado
por los actores que produjeron el debate e hicieron vida dentro del
Congreso Constituyente de 1811-1812, es necesario identificar el
Republicanismo Romano, tanto clásico como moderno, en el pensamiento político venezolano de la época, que permitió la materialización de varias instituciones en determinados actos constituyentes,
específicamente en el Acta de Independencia del 5 de julio, la
Constitución Federal del 21 de diciembre -ambas de 1811- y el acta
del 4 de abril de 1812 donde le son delegados poderes extraordinarios a Francisco de Miranda.
I
Instituciones propias del lenguaje del Republicanismo Clásico
Romano
Las instituciones políticas de la República Romana nacen de la
lucha y contraposición entre los estamentos patricios y plebeyos
(Jansen 2010 pp21) y eran ellas en su conjunto las que caracterizaron su constitución política y su forma de gobierno. La República
Romana, como señala Adcock, (p 53) era una democracia:
“…antes de la guerra contra Aníbal se dio la posibilidad de
que Roma se convirtiese en una democracia, en el sentido de
que el concilium plebeyo, con su ilimitado poder legislativo,
pudiese ser utilizado por los dirigentes populares para hacer
valer su voluntad y la del pueblo. Hubiera sido una democracia campesina, pero, en todo caso, una democracia…”
Esta democracia republicana fue posible por la creación del censo1 por parte del sexto rey romano Servio Tulio:2
“…estableció el Censo, la más saludable de las Instituciones
(…), que regulaba las cargas de la guerra y de la paz (…) por
cada uno en proporción a su riqueza. (…) Se estableció un
sistema gradual en la manera de votar, de modo que nadie se
viera excluido del derecho de sufragio y que, en realidad, todo
el poder electoral se encontraba concentrado en manos de los
primeros de la ciudad.”(Jansen op cit p20 y ss)
51
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
El censo y el sufragio permitieron la creación de la Institución
política del Senado. Toda la vida republicana romana, tan rica y
compleja, se desarrolló desde y alrededor de la Institución del
Senado, (Jansen op cit p43) verdadero centro del poder y alma de
esa civilización. Era un cuerpo de carácter consultivo y sus integrantes eran ciudadanos probos que ya habían transitado extensamente el
cursus honorum (Jansen op cit p32) Adcock al respecto, señala:
“…el Senado no era un cuerpo legislativo ni ejecutivo por
derecho propio, sino consultivo. (…) Pero, como comprendía
todos o casi todos aquellos que habían ocupado altos cargos, incorporaba la experiencia administrativa de la clase
dirigente, y los romanos tuvieron siempre gran respeto por la
experiencia. (Adcock op cit p 43)”
Para los romanos el Senador y el Magistrado tenían que encarnar
las virtudes republicanas,3 ya que su práctica era la manifestación de
la dignitas4 y la pietas,(Adcock op cit) materialización proba del más
alto valor republicano, que es el amor a la patria. Aquel ciudadano que
conjugaba en sí las virtudes, conseguía la autoritas. ( Jansen, pp. 12 y
ss.)Sobre el espíritu de las virtudes romanas, Cosimo y Fabrizio6 en
diálogo citado por Maquiavelo,5 elocuentemente exponen:
“Cosimo.- ¿Y qué cosas de la antigüedad querrías introducir?
Fabrizio.- La costumbre de honrar y premiar las virtudes, no
despreciar la pobreza, estimar el espíritu y las normas de la
disciplina militar, obligar a los ciudadanos a amarse los
unos y los otros, vivir sin banderías. Apreciar menos lo particular que lo público, y otras cosas como éstas que fácilmente serían compatibles con nuestra época. No es difícil
persuadirse de la utilidad de las mismas si se piensa seriamente en ellas y se emplean los medios adecuados, porque
su conveniencia es tan evidente que cualquier persona normal lo comprendería. Introducirla sería como plantar árboles a cuya sombra se estaría con más facilidad y placer que
bajo ésta.”(MAQUIAVELO 2008)
52
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Fabrizio y Cosimo recogen el espíritu de las virtudes clásicas
republicanas romanas y su trascendencia e influencia más allá de su
tiempo.
Ahora bien, con respecto al Senado de la República Romana,
éste, por estar constituido por ciudadanos con autoritas, poseía autoritas corporativa (Adcock op cit)
La República Romana se basaba en el componente heroico militar y sus magistraturas políticas de interés, para nuestro tema, eran
aquellas que poseían Imperium (Jansen 2010)
“Magistraturas cum Imperium: El consulado, el decenvirato
legislativo, el tribuno militar con potestad consular, la dictadura con el magister equitum, la pretura; en todas ellas es
indispensable obtener la investidura formal del Imperium
por obra de los comicios curiados…”
Este Imperium militar es la base del lenguaje republicano heroico
y es la materialización política del amor a la patria, a la república,
que para el romano lo era todo. La máxima representación del imperium republicano se concentra en la magistratura excepcional del
Dictador, cuya figura paradigmática es Lucio Quincio Cincinato.7
Sobre el tema, Adcock refiere: “…los romanos tenían conciencia
exacta de lo que sucede cuando una fuerza irresistible encuentra
una masa inmóvil, y no se puede introducir un obstáculo insalvable
en un sistema. Así, si la salud de la comunidad requería del poder
ilimitado de un solo hombre, entonces por razones de excepción, y
con el límite máximo de seis meses, los dos magistrados principales8
dejaban paso al imperium más monárquico de un funcionario, un
dictador (…) que nombraba, con la debida solemnidad, uno de los
dos magistrados. Este funcionario estaba superpuesto a los magistrados regulares, no quedaba limitado por la existencia de un imperium comparable y él mismo nombraba un lugarteniente…”
En tiempos ordinarios la máxima magistratura eran los cónsules
(Jansen op cit) funcionarios con imperio y mando militar que duraban un año y respondían ante el Senado.
53
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
La temporalidad de las magistraturas es un aspecto crucial del
republicanismo romano e instituye la alternabilidad como valor fundamental del lenguaje republicano.
II
Debate e instituciones políticas presentes en el discurso
político constituyente de 1811-1812
§1
Contexto histórico
El proceso emancipatorio venezolano surge en el contexto mayor
de la era de las revoluciones, ya habían ocurrido, tanto la revolución
norteamericana como la francesa y había surgido la ilustración9
como corpus ideológico y espiritual de estos tiempos: “Venía la idea
revolucionaria ganando prosélitos en la colonia por dos medios diferentes. En primer lugar, el ejemplo de los Estados Unidos y de
Francia despertaba la aspiración a un régimen republicano o democrático, y determinó varias tentativas de revolución…”(Gil Fortoul)
En abril de 1810 se supo en Puerto Cabello y en Caracas la ocupación de Andalucía por el ejército francés y la disolución de la junta
central del reino español. Estos acontecimientos precipitaron los
hechos del 19 de abril y abrieron el camino para la preparación del
Congreso Constituyente que declaró la Independencia y promulgó
nuestra primera constitución política.
§2
Lenguaje republicano en el debate político
Siendo tanto el Publicista de Venezuela (El Publicista de
Venezuela 1959) como los Libros de Actas de las Sesiones del
Congreso Constituyente de 1811, donde se recogen los debates que
se produjeron, en el seno del referido órgano parlamentario, se desprende que las discusiones se centraron tanto en el equilibrio entre
54
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
las diferentes provincias que iban a integrar la Confederación de
Venezuela, como en la idea de trasladar la sede del Congreso fuera
de la ciudad de Caracas, en virtud de las molestias que la actividad
que llevaba a cabo la Sociedad Patriótica de esa ciudad, generaba a
varios congresistas por su pretensión de incidir, en la toma de decisiones, en torno a los diferentes temas políticos que allí se debatían.
Del análisis de dichos textos se evidencia un lenguaje republicano clásico, sin alusiones directas a las instituciones políticas, sin embargo se utilizan términos y se hacen alegorías a situaciones o eventos propios de la República Romana. No obstante el escenario del
debate y la discusión argumentativa dentro del señalado Congreso,
se producía más en respuesta de las intervenciones anteriores de
cada diputado, sin crearse, salvo contadas excepciones, condiciones
para la realización de discursos cargados de retórica donde se pudiera hacer alarde de tal institucionalismo político romano, como si
ocurría dentro de la denominada Sociedad Patriótica, de acuerdo a la
divulgación de los discursos y proclamas plasmados en el Patriota
de Venezuela, su órgano de difusión.
Como parte del contenido de las actas del Congreso Constituyente
se aprecia la referencia, en diversas ocasiones, al principio de status
quo.10 Por otro lado, en el acta correspondiente a la sesión del 12 de
junio, durante uno de los debates, en torno a la división de las provincias, concretamente en la intervención del diputado por la provincia de Caracas Juan Germán Roscio, este expuso, entre otras cosas lo siguiente:
“…En el estado de indivisión está Sempronio11 en plena libertad para disponer de sus bienes, porque cada uno es el
árbitro absoluto de sus intereses; mas luego que los une y
llama a otros a una compañía en que todos depositan los suyos, son todos juntos los que deben arreglar los intereses comunes, sin que conserve Sempronio la absoluta libertad que
antes del contrato tenía en los suyos particulares.”(Congreso
Constituyente de 1811)
55
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
Ahora bien, como fuente podemos considerar que dentro del debate parlamentario, no se dio espacio para los discursos amplios y
cargados de referencias y expresiones de republicanismo heroico
clásico, limitándose la mayoría de las veces al abordaje de los temas
a los que se circunscribió la actividad del Congreso de entonces. Sin
embargo, dentro de los textos normativos producidos por éste, ese
lenguaje si está abiertamente presente. Es así como, dentro de la ley
Declaratoria de los Derechos del Pueblo del 1º de julio de 1811 (El
publicista 1811) se utiliza un lenguaje cargado de referencias y expresiones directas del republicanismo romano clásico, como es el
caso del numeral quinto del artículo primero, donde se señala que:
“Los Empleados públicos serán por tiempo determinado y
no deben tener otra consideración, que la que adquieran en
el concepto de sus Conciudadanos, por las virtudes que ejercieron en el tiempo que estuvieron ocupados por la
República”.
Acá se evidencia la influencia directa del lenguaje republicano
alegórico a las virtudes romanas y a la trascendencia de la República,
como fin último de los ciudadanos que ejercen funciones de representación y trabajan por ésta. Por lo tanto esta redacción debemos
verla, de conformidad con lo que expresa Q. Skinner, en su artículo
“Significado y Comprensión en la Historia de las Ideas”(Skinner
2007) al señalar que es necesario, no sólo entender lo que la gente
está diciendo sino también lo que está haciendo cuando lo dice; ya
que en el presente caso, el contenido de la norma en cuestión, obedece al momento histórico de creación de la Primera República, por
lo que el tema de los valores, los derechos, las virtudes republicanas,
la conformación del Estado; estaba dentro del ambiente venezolano
donde se debatían las ideas que conformarían el pensamiento político de la época, inspirado en esos valores o ideas de otros lugares y
tiempos que permitieran expresar y dar respuesta a lo que se pretendía constituir como nación independiente y soberana.
En la misma tónica encontramos el contenido del discurso acerca
de la libertad de imprenta del 20 de junio recogido en el Publicista
de Venezuela, en el cual se señala que:
56
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
“el hombre es formado solamente para aquel gobierno, que
no separándose de la justicia y de la naturaleza, conduce
por las sendas de la virtud; y en el orden de los acaecimientos públicos, el verdadero creador del hombre moral, es el
sistema de gobierno.”
Lo mismo ocurre con el contenido de las proclamas, tal y como
se evidencia en otro texto perteneciente al Publicista de Venezuela
número 21 del día 21 de noviembre de 1811, la cual contiene expresiones tales como: “…soldados patriotas, vuestros pechos son la
única defensa contra los conatos de los enemigos de nuestra naciente independencia…”, todo ello como producto de los valores internalizados por parte de los actores políticos de la época y su formación con base a los principios del republicanismo romano clásico.
Por su parte la actividad que desarrollaba las Sociedades
Patrióticas (Sanz 1979)12 sin ser una instancia oficial, pero sí el espacio donde se forjó la opinión pública en Venezuela, con la pretensión de incidir en las voluntades de los decisores políticos que integraban el Congreso Constituyente de 1811, quedó exteriorizada
mediante discurso y textos plasmados de elementos propios de la
República Heroica, de forma evidente.
Por lo tanto encontramos en El patriota de Venezuela número 2
de fecha 4 de julio de 1811 una publicación cuyo contenido, entre
otros expresa que:
“El pueblo de Caracas proclamó el 19 de abril que era libre;
el grito de la Santa Libertad penetró hasta los corazones del
hombre más estólido; la tierna madre lloraba de júbilo y decía a sus hijos, vosotros recogeréis el fruto del valor heroico
de vuestros padres; todos los ciudadanos, todos a porfía
unían a su intrépida heroicidad las lagrimas de placer más
puro y en fin cuando las armas y banderas de los Cuerpos
militares se rindieron a la vista de los nuevos Representantes,
entonces triunfó Caracas de sus opresores y la tranquilidad,
la paz y la unión fueron sus elementos (…) los Scevolas,13 los
Brutos,14 (…) son testimonios nada equívocos del estado su-
57
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
blime a que nos eleva este fuego sagrado de la Libertad.”(El
patriota de Venezuela)
Tal alegoría absolutamente heroica romana es una muestra clara
de gran parte del lenguaje republicano del discurso propio de la
Sociedad Patriótica de Caracas, lo que puede explicarse porque tenía
más libertad de exponer sus planteamientos ya que sus integrantes
tenían compromisos sólo con sus ideas, a diferencia de los miembros del Congreso, cuya actividad, por su propia naturaleza no daba
espacio para el debate amplio de ideas republicanas más allá de la
estructura de las sesiones, donde la agenda estaba copada por los
grandes temas que les competía discutir, entre ellos la elaboración
de la primera constitución, lo cual no fue una tarea fácil; lo que hizo
que se le tildara de conservadora. Sin embargo, el lenguaje republicano se aprecia dentro de la redacción de la normativa elaborada por
el referido congreso, así como algunas referencias esporádicas, ya
señaladas, hechas por parte de algunos diputados.
Para mayor ilustración, en el referido número de El Patriota de
Venezuela, Francisco de Miranda, en su escrito acerca de la situación actual de la Francia y sobre los remedios convenientes a sus
males, nos expresa que:
“El primer deber de todo buen ciudadano es el de ocurrir al
socorro de la Patria (…) la única esperanza que queda a la
mayoría de la nación es la unión íntima de los hombres virtuosos e ilustrados que pueden salvarla por medio de sus
luces y energía”.
Este planteamiento nos demuestra la importancia y prioridad que
tenía para Miranda el tema de la Patria, haciendo alarde de un lenguaje republicano clásico, donde resalta el valor a la patria, como
algo sagrado, por encima incluso de los intereses individuales, al
punto de que en caso de conflicto entre ambos, prevalece el interés
de ésta, de allí la fijación como el primero de los deberes de todo
ciudadano su auxilio, en caso de que así sea requerido.
58
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Pero dentro del texto señalado Miranda continúa el desarrollo de
sus ideas de la forma siguiente:
“También es de la más grande importancia que no sea una
sola cámara o parte del Cuerpo Legislativo o de la representación, la que tenga la iniciativa o derecho de proponer las
leyes, mientras que la otra esté privada de él, pero en caso de
que se quisiese absolutamente adoptar este sistema, debería
ser más bien al Senado o Congreso de los ancianos a quien
se concediese esta prerrogativa, como a un Cuerpo envejecido en el conocimiento de los negocios, instruido y maduro
por la edad, que no a la Cámara o Consejo de los quinientos
a la que no se le suponen todas estas cualidades”.
Aunque se está refiriendo a la Francia revolucionaria, no cabe la
menor duda que ese Senado del que habla es la figura que nace en
Roma con carácter consultivo, por lo que estamos en presencia de
una de las instituciones políticas creadas durante la República romana, pero su referencia es en cuanto al giro conceptual que ha sufrido
la institución inserta dentro del lenguaje republicano moderno, y al
mismo tiempo constituye una crítica a los cuerpos legislativos que
no resaltan esta figura, donde podría ubicarse como una alerta al
propio Congreso Constituyente venezolano, el cual recogió en la
Constitución que le correspondió elaborar, aprobada el 21 de diciembre de 1811 y que fue la primera Constitución Federal (Olavarría
1988) no sólo de Venezuela, sino de todo el mundo de habla hispana,
en su Sección Tercera (artículos 45 al 51) lo relativo a la elección de
los Senadores y en su Sección Cuarta (artículos 52 al 59) lo referente a las facultades y funciones de éstos.
En cuanto a lo divulgado a través de la Gazeta de Caracas,
William Burke escribe en la edición número 14 del 8 de enero de
1811:
“La moral es un requisito esencial para la libertad y felicidad de la nación. No puede haber verdadero patriotismo
cuando faltan las virtudes públicas y privadas y sin amor al
país, se carece de aquel espíritu publico que es necesario
para guardar sus derechos y defender sus intereses”.
59
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
Tal publicación, redactada con palabras propias del lenguaje republicano, se han escrito en razón del estado de sociedad de la
República de Norte América, país cuya realidad política y proceso
histórico van a incidir en el pensamiento político venezolano de la
época, especialmente sobre los temas que se debaten en el Congreso
Constituyente, sobre la relación de las provincias y la forma de gobierno que de conformidad con lo que establecerá la constitución del
21 de diciembre, será Federal.
Era tan notoria la influencia de esa realidad política, que a través
de los textos y pensadores, podían ser leídos o conocidos en nuestra
sociedad los acontecimientos políticos que ocurrían en Norteamérica,
que el mismo Burke, escribe, con relación a la constitución de los
Estados Unidos, el día 25 de enero de 1811, en la Gazeta de Caracas
nuevamente, a sólo prácticamente 30 días de la instalación de nuestro Congreso que debía discutir justamente, entre otras cosas, la primera constitución de la República independiente y soberana, lo siguiente:
“En todas las edades cualquiera Pueblo que ha proclamado
su libertad ha visto ciertos actos constitucionales como fundamento de sus derechos. Grecia y Roma tuvieron sus leyes
fundamentales, España sus Cortes y la constitución de
Aragón, Inglaterra mantiene su Magna Carta y Bill derechos; pero debe confesarse que la constitución que acabamos de extractar es la más perfecta de su género y la que ha
sido mejor calculada, de cuantas se han formado hasta el
presente, para asegurar la vida, libertad y propiedad de los
ciudadanos.”
Más adelante, en la edición del 1 de marzo, sostiene Burke que:
“La República de Norteamérica es la primera Nación, de quien
hay memoria que haya fundado su política sobre justos e iguales
derechos y la única cuyo ejemplo es digno de ser imitado por el
pueblo de la América Meridional al erigir el glorioso edificio de su
libertad e independencia, imitación tanto más necesaria cuanto son
mas semejantes sus circunstancias, sus intereses, su propia felicidad
y la de su posteridad.”
60
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Por otra parte se evidencia la influencia de la República Romana,
a través del lenguaje republicano clásico, mediante la publicación de
un discurso político, sin que se especifique su autoría, donde se señala, entre varios aspectos, lo siguiente:
“No hay Madre tan solícita de la felicidad de sus hijos como
es la Patria, del bien y fortuna de todos y de cada uno de los
Ciudadanos y por eso decía Sócrates, que nuestra atención a
la Patria es aún de mayor obligación que la que debemos a
nuestros padres y Cicerón añade, que así como la Patria nos
da todo lo que ella tiene, así nosotros debemos consagrarla
todos nuestros cuidados, hasta olvidarnos por servirla de
nuestra propia utilidad…” (Castro Leiva 2009).
En virtud del contenido de los textos utilizados, podemos afirmar
que han estado presente tanto el lenguaje Republicano Romano
Clásico, como el lenguaje republicano moderno, que se desprende de
los textos y del pensamiento político de la época, especialmente en
cuanto a la Revolución Francesa como proceso político inspirador y el
federalismo estadounidense se refiere, así como las ideas liberales
presentes en aquel momento, los dos lenguajes estuvieron rodeando el
discurso político venezolano en torno al Congreso Constituyente,
como actor político de profunda trascendencia histórica.
En relación con “…el lenguaje republicano, vale decir que el
republicanismo como forma de gobierno fue el primero porque es
más conforme a la naturaleza del hombre”(Castro Leiva 2009 tomo
II) Tiene su origen en la República Romana, donde la virtud y el
elemento heroico, el amor a la Patria y el interés de la República
como fin último del hombre, quien debe hacer que su interés y el de
aquella coincidan y en caso contrario renunciar al propio para defender el de la Patria, son elementos preponderantes, que van a moldear
muchos de los discursos de nuestros más insignes protagonistas de
las luchas emancipadoras contra la corona de España.
Por lo tanto no debe sorprendernos la similitud de textos de diferentes autores, inclusive de diferentes orígenes, coincidiendo en las
figuras y giros conceptuales provenientes del lenguaje republicano
61
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
clásico, porque éste ha incidido de forma notoria y perdurable en el
tiempo dentro del lenguaje político occidental. Por lo antes planteado es que se habla del lenguaje republicano moderno, en alusión a
ese lenguaje que se desprende del clásico, pero que ha venido a
coadyuvar en la construcción de otros lenguajes, atendiendo a la realidad de hechos históricos y corrientes de pensamientos que explican
la razón de grandes acontecimientos transformadores de las sociedades a nivel político.
Por su parte, El Federalista número 63 atribuido a Madison15 establece, en cuanto la figura del Senado:
“Los Tribunos en Roma, que eran los representantes del
pueblo, prevalecieron, como es bien sabido, en casi todas las
contiendas que sostuvieron con el senado vitalicio, y al final
triunfaron completamente sobre él. Este hecho es tanto más
notable cuanto que se exigía la unanimidad en todos los actos de los Tribunos, inclusive después de que su número se
amplió a diez, y demuestra la fuerza irresistible que posee la
rama de un gobierno libre que cuenta con el apoyo del pueblo”.( Madison, Hamilton y Jay. 2009)
Dentro de los debates de nuestro Congreso Constituyente, el
tema del federalismo estadounidense como forma de gobierno, estuvo presente cuando se planteó el tema de la confederación venezolana, y tomando en consideración la cita anterior, los federalistas se
inspiraron a su vez en el republicanismo clásico, entre otros modelos
e ideas políticas. Por lo tanto, podemos decir que también, a través
del lenguaje republicano moderno, está presente la república romana en el debate constituyente de 1811-1812. (Olavarría 1988)
III
Instituciones republicanas clásicas y lenguaje republicano
contenido en el Acta Solemne de Independencia del 5 de julio
de 1811, en la Constitución Federal para los Estados de
Venezuela y en los Poderes Extraordinarios conferidos al
62
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Generalísimo Francisco de Miranda por el Poder Ejecutivo en
1812.
§1
Acta Solemne de Independencia del 5 de julio de 1811
Del lenguaje republicano romano clásico encontramos sólo dos
referencias directas, a saber:
1. Cuando se refiere el documento al “virtuoso pueblo de
Venezuela”, en alusión a la declaración solemne ante el mundo,
que las provincias unidas de este país son y deben ser soberanas
e independientes, quedando absueltas de toda sumisión y dependencia de la corona de España. Con esta expresión se significa la
presencia de las virtudes romanas republicanas en el pueblo venezolano y el lenguaje es el del republicanismo clásico.
2. Al señalar: “Nuestras vidas, nuestras fortunas y el sagrado de
nuestro honor nacional”, refiriéndose al empeño mutuo de las
provincias para mantener la solemne declaración de independencia. Aquí se observa el valor romano de la prevalencia del
carácter sagrado de la república sobre la vida y la fortuna individual de los ciudadanos y es patente la presencia del lenguaje del
republicanismo heroico.
§2
Constitución Federal para los Estados de Venezuela del 21 de
diciembre de 1811
En el texto constitucional encontramos la presencia de dos instituciones clásicas republicanas romanas como son, el senado y el
censo. La primera de ellas es referida así:
“Art. 3: El Congreso General de Venezuela, estará dividido
en una cámara de representantes y un senado, a cuyos dos
cuerpos se confía todo el Poder Legislativo, establecido por
la presente constitución.”
63
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
De esta manera quedo instituido como figura política dentro del
naciente estado, nada más y nada menos que la principal creación
política romana, que era el tan mentado senado, lo cual configura el
vínculo político directo con la tradición republicana clásica.
La segunda institución, es el censo:
“Art. 15: Nadie podrá ser elegido antes de la edad de veinticinco años: si no ha sido por cinco inmediatamente antes de
la elección ciudadano de la confederación de Venezuela; y si
no goza en ella una propiedad de cualquier clase.”
La influencia romana en este caso también es directa, porque corresponde al censo y a lo censitario, es decir, al concepto clásico de
ciudadanía que toca directamente la renta y la propiedad (Jansen
2010) individual que confiere la cualidad de ciudadano. El lenguaje
presente es el republicano clásico.
§3
Poderes Extraordinarios conferidos al Generalísimo Francisco
de Miranda por el Poder Ejecutivo el 23 de abril de 1812
El texto de la comunicación del Secretario de Guerra al Teniente
General Francisco de Miranda fechado el 23 de abril de 1812, dice:
“Acaba de nombraros el Poder Ejecutivo de la Unión, general en jefe de las armas de toda la Confederación Venezolana
con absolutas facultades para tomar cuantas providencias
juzguéis necesarias a salvar nuestro territorio invadido por
los enemigos de la libertad Colombiana; y bajo este concepto no os sujeta a ley alguna ni reglamento de los que hasta
ahora rigen estas Repúblicas, sino que al contrario no consultareis más que la ley suprema de salvar la patria; y a este
efecto os delega el Poder de la Unión sus facultades naturales y las extraordinarias que le confirió la representación
64
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
nacional por decreto de 4 de este mes, bajo vuestra responsabilidad…”
Aquí encontramos presente la institución política más característica del republicanismo heroico como lo es la Dictadura virtuosa,
que le fue conferida a Miranda con las formalidades del caso, por
razones de excepción (Adcock op cit) El lenguaje republicano presente es el clásico heroico, que corresponde a la república militar.
IV
Consideraciones finales
El Congreso constituyente de 1811, como un órgano político con
funciones oficiales claras, que se orientaron hacia el tema de la confederación y la relación entre las provincias que la conformaban, así
como limitado por el tema de la representación; manejó dentro del
debate político un lenguaje bastante conservador a pesar de haber
desarrollado una actividad impregnada por las ideas políticas revolucionarias independentistas y republicanas propias de la época. Por
eso se observa en su producción un lenguaje moderado propio del
republicanismo moderno que se aprecia en casi todas las actas correspondientes a las sesiones del día a día de la actividad constituyente, constructora de un diálogo político entre los 41 diputados, y
por otro lado un lenguaje republicano clásico presente en los textos
normativos elaborados por el congreso. Estos están cuajados del institucionalismo republicano romano clásico y heroico.
El Congreso tuvo influencia de la opinión pública que se construyó a través de las Sociedades Patrióticas, especialmente la de
Caracas, así como de la forma de gobierno federal propia de los
Estados Unidos de Norteamérica, razón que justifica la presencia de
los dos lenguajes republicanos, tanto el clásico como el moderno.
Por último, no podemos dejar de hacer referencia al primer discurso político conocido del Libertador Simón Bolívar, de fecha 3 de
65
Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
julio de 1811, en el cual se conjugan de manera temprana los dos
lenguajes republicanos, el clásico y el moderno:
“No es que hay dos congresos, ¿cómo fomentarán el cisma
los que conocen más la necesidad de la unión? Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos a la
gloriosa empresa de nuestra libertad; unirnos para reposar,
para dormir en los brazos de la apatía, ayer fue una mengua,
hoy es una traición. Se discute en el Congreso Nacional lo
que debiera estar decidido. ¿Y qué dice? Que debemos comenzar por una confederación, como si todos no estuviésemos confederados contra la tiranía extranjera. Que debemos
atender a los resultados de la política de España. ¿Que nos
importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que
lo conserve, si estamos resueltos a ser libres? Esas dudas
son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los grandes
proyectos deben prepararse con calma! ¿Trescientos años de
calma no bastan? La Junta Patriótica respeta, como debe, al
Congreso de la Nación, pero el Congreso debe oír a la Junta
Patriótica, centro de luces y de todos los intereses revolucionarios. Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana: vacilar es perdernos…”
Referencias bibliográficas
Jansen, V (2010). “La República Romana y su Resonancia Política en
la República de Venezuela Independentista (1810-1814)” Primera Edición. Valencia. Asociación de Profesores Universidad de Carabobo.
Adcock, F (1970). “Las ideas y la práctica política en Roma.” Primera
Edición. Caracas. Instituto de Estudios Políticos, Facultad de Derecho,
Universidad Central de Venezuela, traducción de F. Rubio Llorentes.
Maquiavelo, N (2008) “Del Arte de la Guerra” Cuarta Edición. Madrid.
Colección Clásicos del Pensamiento, Editorial Tecnos.
Diccionario Enciclopédico Quillet (1967). Buenos Aires-Argentina.
Gil, F (1978). “Historia Constitucional de Venezuela.”Volumen I. Caracas.
Biblioteca Simón Bolívar.
El Publicista de Venezuela (1959). Caracas. Biblioteca de la Academia Nacional
de la Historia .Sesquicentenario de la Independencia de Venezuela.
66
EL REPUBLICANISMO ROMANO EN EL DEBATE POLÍTICO
DEL CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1811
Actas de los Congresos del Ciclo Bolivariano (1983). Caracas. Ediciones
Conmemorativas del Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón
Bolívar. Tomos I y II.
Skinner, Q, (2007). “El Giro contextual. Cinco ensayos y seis comentarios.” Madrid. Editorial Tecnos.
Sanz, J (1979). “Teoría y Ética de la independencia.” Caracas. Compilación
y Estudio Preliminar por Pedro Grases. Ediciones del Colegio Universitario Francisco de Miranda
Olavarría, J. (1988). “Dios y Federación”, Caracas. Editorial Arte. 1ª Edición.
Gazeta de Caracas. Número 14 del 8 de enero de 1811.Biblioteca de la
Academia Nacional de la Historia.Caracas.1983.
Castro, L (2009). “Lenguajes Republicanos: Las suertes de la virtud en la
República.” p 407. Tomo II. Fundación Empresas Polar. 2009.
Hamilton, A – Madison, J- Jay, J (2000). “El Federalista.” Comentarios a
la Constitución de los Estados Unidos de América. México. Fondo de
Cultura Económica.
Archivo General de Miranda (1950) Tomo XXIV.
Notas
1 Institución política romana que permitió la integración del estamento plebeyo a roma y configuró la ciudadanía romana.
2
Servio Tulio, sexto rey de Roma del siglo VI a. c. Creador del Censo.
3
Las virtudes republicanas bomanas son: religio, pietas, officium, gravitas,
constantia, firmitas, comitas, virtus, clementia y frugilitas.
4
La dignitas es “la cualadad que distingue al gran hombre del pequeño”.
5
Cosimo Rucellai y Fabrizio Colonna fueron mentores militares y políticos
de Nicolás Maquiavelo.
6
Nicolás Maquiavelo, Político y pensador florentino, pionero de la ciencia
política moderna, nació en 1469 y murió en 1527.
7
Lucio Quincio Cincinato, siglos VI y V a.c., Patricio romano que asumió
la dictadura por orden del senado. Arquetipo del Dictador virtuoso.
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Rosa E. Martinez | Alejandro Bastardo
Revista Memoria Política
8
“La república comenzó con dos magistrados supremos, iguales y posiblemente opuestos, (…). La amplitud misma del Imperium significa que cada
uno de los magistrados rivalizaba con el otro y que ninguno podía prevalecer sobre el contrario, pues ambos tenían un poder que llegaba a todas
partes”.
9 Ilustración, movimiento intelectual europeo del siglo XVIII que pregonaba
la supremacía de la razón. En política argumentó las tesis contra la monarquía. Su máxima obra es La Enciclopedia y sus conspicuos representantes
fueron Voltaire, Montesquie, Rousseau y Diderot.
10La frase Status quo es latina, y significa “el estado en que”, y se refiere al
estado existente del orden de las cosas. Quillet, op. cit. En el debate se refiere a la necesidad del mantenimiento del estado de las provincias de
Venezuela que tenían antes de la constitución de la confederación.
11 Cayo Sempronio Graco, destacado jurista y tribuno romano del siglo II a. c.
12 Las sociedades patrióticas eran las siguientes: Sociedad Patriótica de
Caracas, Sociedad Patriótica de Valencia, Sociedad Patriótica de Puerto
Cabello y Sociedad Patriótica de Barcelona Americana.
13 Cayo Mucio Scevola, héroe arquetípico del patriotismo romano, patricio
que luchó en la guerra de roma contra el rey etrusco Lars Porsen. Siglo VI
a. c.
14 Marco Junio Bruto, político y militar romano de la etapa final de la
República, conspirador y asesino de Julio César. Figura arquetípica del
republicanismo y de la lucha contra los titanos, siglo I a. c. Bruto, figura
aquetípica del liberator, dirigió la revuelta contra los tarquinos.
15 James Madison, uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos de
Norteamérica y corredactor de los papeles del federalista, de la Constitución
Norteamericana y Presidente de esa nación.
68
Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 69-96
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO
COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas).
Pedro Itriago Camejo *
RESUMEN
Este trabajo tiene la intención de exhibir aplicaciones prácticas
de los modelos de Theodore Lowi y Graham Allison que como aportes a la Ciencia Política y aun a pesar de casi cinco décadas de su
aparición pública, siguen siendo apropiados en la aproximación a la
realidad, en particular en la descripción y análisis de nuestra propia
realidad política. Así, bajo este criterio, se aborda la política pública
que da origen al Consejo Federal de Gobierno en Venezuela; que
arenas de poder transita; que dinámica política genera en la oportunidad de constituirse el propio Consejo en creador de políticas públicas; y las fricciones actorales que produce en el seno de la pugna
interpatidaria local de y por el poder. Asimismo, muestra también la
pertinencia de los conocimientos impartidos en nuestras casas autónomas de estudios superiores, a los fines del análisis y descripción
de la realidad política imperante en la Venezuela actua.
Palabras claves: Consejo, política y confrontación.
*Candidato a Doctor en Ciencias Políticas. (UCV) .Especialista en Gobierno y
Políticas Públicas. (UCV) Licenciado en Administración (UNERS)
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 69-96
FEDERAL GOVERNMENT COUNCIL
AS PUBLIC POLICY
(and public policy maker).
Pedro Itriago Camejo
Summary
This article aims to show practical application of Theodore Lowi
and Graham Allison models about politic theory on Venezuelan politic reality, particularly in sphere of Federal Government Council
creation, as a public policy maker and potential generator of political party confrontation nowadays. Similarly try to show pertinence
of this kind of knowledge in actual Venezuelan politic reality analysis despite someone critical local position-specially national pro government scholars- whose adduce that elder Americans authors and
theirs thinking about public policy are extemporaneous.
Key words: Council, policy and confrontation.
70
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
0.- Prolegómeno obligante.
Desde parte del sector oficial venezolano, erudito o no, resulta cotidiana la crítica hacia las universidades autónomas, en relación a los conocimientos que allí se imparten, respecto de su pertinencia y contemporaneidad en el análisis de las ocurrencias en la realidad nacional actual, en
particular aquella circunscrita al ámbito de la vida política.
Theodore Lowi y Graham Allison, dos científicos políticos de origen
norteamericano, realizaron entre 1964 y 1969 respectivamente, sendos trabajos que sentaron cátedra en materia de análisis de la vida política de
entonces, en relación al alcance y formulación de políticas públicas como
resultado tanto de la definición de las relaciones de los actores en confrontación de y por el poder político, como en el origen y tratamiento de las
decisiones tomadas por quienes lo detentan y administran. Acerca del trabajo de Lowi, titulado “American Business, Public Policy, Case Studies,
and Political Theory” nos dice Luis Aguilar Villanueva:
“A partir de una reflexión general sobre el alcance teórico de los estudios de caso en ciencia política, esta reseña constituye, en verdad, una
aguda evaluación de la teoría política y de los modelos disponibles frente
a la elaboración y los efectos de las políticas públicas. Particularmente se
ha convertido en referencia obligada para examinar la articulación entre
la elaboración de las políticas y las arenas de poder donde se libran los
enfrentamientos políticos subyacentes.”1
En lo tocante al trabajo de Allison, titulado “Conceptual Models and
the Cuban Missils Crisis” es lugar común entre expertos advertir que, no
obstante haber surgido como soporte para el análisis de la crisis de los
cohetes que se presentara entre los gobiernos de Nikita Kruschew, por
el lado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y aquel dirigido
por John Kennedy en los Estados Unidos (en el campo específico de las
relaciones internacionales), aporta una singular visión en relación a los
modelos que parecieran utilizar los gobernantes y sus estructuras burocráticas para conducir la gestión gubernativa.
El trabajo que aquí desarrollamos tiene la intención de exhibir aplicaciones prácticas de ambos aportes al conocimiento en Ciencia Política
que no obstante los lustros transcurridos, siguen siendo pertinentes en la
71
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
aproximación a la realidad, en particular en el análisis de nuestra propia
realidad política. Es así como abordamos la política pública que da origen
al Consejo Federal de Gobierno en Venezuela; en que arenas de poder se
mueve; la dinámica política que genera en la oportunidad de constituirse el
propio Consejo en creador de políticas públicas; y las fricciones actorales
que produce en el seno de la pugna interpatidaria local de y por el poder. Al
propio tiempo y como ejercicio académico, queremos también mostrar que
los conocimientos que se imparten en nuestras autónomas casas de estudios superiores, son también susceptibles de su ejercicio analítico sobre
ocurrencias “en tiempo venezolano real” con consecuencias en el mismo
espacio que hoy, con gráfica inmediatez, transitamos todos los pobladores
de esta tierra de gracia, que aspiramos sea siempre de todos y para todos.
1. Aspectos fundamentales, problema público y Consejo Federal de
Gobierno.
El problema público que pretende solventar la creación del Consejo
Federal de Gobierno radica, a nuestro modo de ver, en cuatro aspectos
fundamentales:
a) La satisfacción de la morosidad constitucional que aún tiene el Poder
Público Nacional y sus respectivas instancias, con relación a organismos e instituciones públicas pendientes de creación, a los fines de
la satisfacción de los objetivos del modelo de país previsto en el texto
constitucional.
b) La necesidad de la coordinación intergubernamental imperiosa para
el alcance, tanto en el corto como el mediano y largo plazo, de los
objetivos previstos en el Plan Nacional de Desarrollo Simón Bolívar.
c) La formalización de mecanismos institucionales de negociación política para la formulación, implementación y seguimiento de políticas
públicas, así como la asignación de recursos que estas requieran, para
el alcance de los objetivos referidos en el inciso anterior.
d) La promoción de mecanismos que, fruto de la negociación política,
permitan la transferencia de competencias del poder nacional a los
poderes estadales y municipales, y de allí hacia las organizaciones de
72
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
base del poder popular, lo que pudiera traducirse en lenguaje corporativo como empoderamiento de las comunas y consejos comunales,
mediante un mecanismo institucional que supere la expresión nominal
del discurso de oportunidad, por el hecho real, resueltamente tangible,
con respaldo legítimo y legal.
Aún cuando algunos de los aspectos referidos anteriormente, pudiesen
interpretarse como forma (con su fondo subyacente) de un discurso que
favorece el planteamiento ideológico de una de las facciones en pugna hoy
día, son asimilables como definición formal del objeto de la creación del
Consejo Federal de Gobierno porque, en suma, la idea es tratar de hacer
de la gestión estratégica pública una responsabilidad compartida, dentro
del marco de un plan común de desarrollo, más allá de los efectos obstaculizadores que la pugna interpartidaria y la política real puedan ocasionar.
Ahora bien, una cosa es la manifestación de voluntades y otra la expresión
material de sus contenidos. Habrá que ver al Consejo funcionando para
completar una justa valoración sobre las eventuales soluciones al problema
en particular.
2. El entramado institucional. Los actores y las posibles ventajas o
afectaciones.
De conformidad con lo dispuesto en el Artículo 185 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, el Consejo Federal de Gobierno
es un organismo colegiado que está integrado por el Vicepresidente de
la República, quien lo preside, los ministros del despacho ejecutivo, los
gobernadores, un alcalde por cada estado y los miembros de las estructuras
de la sociedad organizada que la ley estableciese.
En tal sentido, las instancias que tienen la responsabilidad de aprobar/
sancionar los aspectos atinentes a las políticas que se derivasen de las decisiones del Consejo Federal de Gobierno, son las antes mencionadas y en
la oportunidad en que se produzcan las reuniones respectivas (plenarias
y/o extraordinarias). Pertenecen a todos los niveles ejecutivos del Poder
Público Nacional, esto es el Poder Ejecutivo Nacional, el Ejecutivo Estadal
y el Ejecutivo Municipal. Sin embargo, de la lectura del Reglamento de la
73
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Ley del Consejo Federal de Gobierno se desprende que no solo el marco
conceptual que define el ámbito de actuación del Consejo sino además
aquellas relativas a la ordenación territorial, asignación de recursos y
creación de áreas especiales para el desarrollo, son potestad del Ejecutivo
Nacional, de manera tal que pareciese concentrarse en este nivel del Poder
Público Nacional todo lo que contribuya a la definición de un marco de
referencia, lo que constriñe el ámbito decisional a las fronteras de la rama
ejecutiva central2.
Con relación a los organismos de la “sociedad organizada” que señala
el Artículo 185 de la Constitución, el reglamento de la Ley del Consejo
Federal de gobierno precisa y circunscribe el ámbito de estas expresiones
organizativas a los Consejos Comunales, descartando de derecho (y de
hecho) otras manifestaciones de organización social y obligando a toda
expresión de tal naturaleza no categorizable como Consejo Comunal3, a
suscribir y participar en la organización de formas de asociación similares
para optar a ser parte del CFG. En todo caso y aún existiendo la Ley de
Consejos Comunales, no es posible adscribir de manera precisa al Poder
Popular a una rama específica del Poder Público Nacional, al menos como
en términos constitucionales se definen las ramas de este, según el artículo
136 de la Constitución Nacional.
Finalmente, tal y como lo establece el Reglamento de la Ley del Consejo Federal de Gobierno (Artículos 14 y 15) el Consejo dispondrá de una
Secretaría, de la que no se precisa su temporalidad (se infiere que permanente) pero sí su estructura constitutiva, adscribiéndose a ella al Vicepresidente Ejecutivo, así como dos ministros del despacho; a tres gobernadores
electos por la plenaria según “…el criterio de representación de las principales zonas geográficas del país…” (…no aclara el Artículo 15 como se
define esa condición de principales zonas geográficas) y tres alcaldes bajo
el mismo criterio. La evidencia empírica sugiere que la mayoría numérica
queda en manos del Ejecutivo y si la “representación” se basa en una
“representación de carácter electoral o ideológico-político” resulta claro
suponer que de existir una voz disidente en la Secretaría, será abrumada
por una mayoría evidente.
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
En el Artículo 17 del Reglamento de la Ley del Consejo Federal de
Gobierno se establece que todas las decisiones del organismo “…producen
actos administrativos, los cuales surtirán efectos a partir de su publicación
en la Gaceta Oficial…” de lo que se colige que todas las ramas ejecutivas
sujetas al cumplimiento de los actos en referencia, tendrán la responsabilidad de ejecutarlos o ejecutar todo aquello que resultase susceptible de ser
interpretado como vinculante al acto.
Más aún, el mismo reglamento dispone la creación de una nueva
unidad político- administrativa que allí se define como Distrito Motor4,
cuyo decreto, previa determinación, corresponde al Ejecutivo Nacional,
así como sus límites geográficos y que, además, supone la creación de
una Autoridad Única6, cuyo nivel de adscripción se entiende sujeto a las
directrices del Ejecutivo Nacional. El reglamento no establece el método
o relacionamiento con las autoridades “colindantes” al Distrito Motor,
vale decir, gobernadores y alcaldes, pero si la obligatoriedad en la coordinación y colaboración con tales autoridades “…para la ejecución y logros
de las metas del Consejo Federal de Gobierno, a tenor de lo dispuesto en
el artículo 136 de la Constitución…” (Artículo 26, Reglamento de la Ley
Consejo Federal).
En tal sentido (y reiterando lo afirmado al inicio) sobre las decisiones del
CFG y su aplicación, en relación a las ejecutorias que de tales se deriven,
traducidas (se supone) en políticas públicas sujetas a implementación y su
concreción en planes y programas, puede colegirse que un amplio rango
de instituciones y organizaciones (las tradicionales de la rama ejecutiva en
los tres niveles, más las nuevas) tienen la obligación y consecuente responsabilidad en ejecutarlas.
De las afirmaciones anteriores, al menos empíricamente, es posible
colegir:
a) A pesar de haber establecido, en la misma ley de creación del CFG,
el Fondo de Compensación Interterritorial para el desarrollo (mismo que
sustituye el FIDES) la asignación de recursos a los planes regionales por
la vía de la LAEE (que no desaparece) y del situado constitucional (cuyos
fondos proceden de la misma fuente) es posible que se viera afectada desde
la Tesorería Nacional, la asignación de recursos para satisfacer las cuotas
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
de desembolso, toda vez que la prioridad en la asignación la tendrían, sin
duda alguna, los Distritos Motores; la situación antes planteada podría
configurar una afectación presupuestaria. Habría entonces un efecto positivo para todas las comunidades y organizaciones que tuvieran vinculación
con el Distrito Motor, no así para el resto que podrían verse afectadas
negativamente (Alcaldías y Gobernaciones).
b) En materia de coordinación administrativa y al no quedar establecidos claramente los ámbitos de competencia de las autoridades tradicionales (Alcaldías y Gobernaciones) versus la Autoridad Única, podrían
ocurrir (y es posible colegir ocurrirá en aquellos estados bajo gobiernos
opositores) solapamientos funcionales, conflictos de poder y sus correspondientes conflictos de competencia. En aquellas regiones donde concurran actores en funciones de gobierno y claramente confrontados en arenas
político partidarias con vecindades al enfrentamiento físico en un pasado
reciente, es posible que se presenten situaciones delicadas de extrema exacerbación. Podrían entonces, en lo político (y hasta en lo material), encontrarse enfrentadas las dos instancias administrativas e incluso sectores de la
población, en virtud de la promoción interesada de los bandos en conflicto.
De esta situación no saldría nadie bien librado. Toda posible afectación
sería negativa.
c) La creación de otras instancias territoriales, en el caso que hasta ahora
nos ocupa, tendría un efecto positivo en cuanto a la asignación de recursos
a áreas potencialmente desarrollables a corto plazo y con efectos multiplicadores tales que podrían en la generación de su “potencia motora”, crear
verdaderos paradigmas funcionales de organización, no conocidos antes
por las comunidades aledañas y tal sentido producir un cambio cualitativo
en la población, orientando sus acciones hacia el logro. El efecto cualitativo acaso sería beneficioso para todos.
d) El hecho de que exista un foro al que puedan concurrir todas las
instancias políticas de pensamiento (aunque con una oposición en minoría
ahora), así como representantes de todos los niveles de gobierno, en lo que
a la rama ejecutiva concierne, tiene un efecto beneficioso sobre la cultura
política de la nación, esto es, la posibilidad (al menos una posibilidad) de
que el debate de ideas sustituya la cruda pugnacidad partidaria, signada
76
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
por el dicterio, la baja parla y el insulto procaz. Nada puede sustituir la
política real y sus prestidigitaciones, pero puede ayudar a vestirla de un
ropaje más digno. Un encuentro con la dignidad, aunque fugaz, sería de
provecho para todos.
3.- Los resultados de la política pública y la posible dinámica política.
Una aproximación teórica desde las arenas políticas de Theodore Lowi.
La política pública que da origen al Consejo Federal de Gobierno acepta,
a nuestro entender, dos razonamientos y una suerte de doble clasificación
que, más adelante, se explica como un tránsito entre Arenas6, impuesto por
la evolución de la aplicación de la política y que resulta consistente con la
doble definición.
La primera de las clasificaciones se basa en los efectos de la aplicación
de la política; la segunda en el origen de su existencia y posterior materialización. Con relación a los efectos, se puede afirmar que la política que
origina la creación del Consejo Federal de Gobierno, es de carácter Constituyente por cuanto que induce cambios en la estructura del Estado, además
de reasignar competencias por la vía de la creación de nuevas unidades
político-territoriales, además de la distribución de recursos y la creación de
planes de desarrollo, más allá de las instancias del Ejecutivo Nacional que
de manera natural se encargan de tales funciones. Igualmente, con la manifestación expresa de la transferencia de competencias al Poder Popular,
existe evidencia de tratarse de una política, por definición, Constituyente.
En el abordaje del segundo razonamiento, un poco más extenso, se hace
uso de un modelo gráfico que parte de una disquisición general acerca de
los planteamientos del autor in comento y cuya estructura conceptual se
aplica en este análisis. La Figura #1A resume el planteamiento fundamental de Lowi.
77
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Figura # 1A
Fuente: Elaboración propia.
A grandes rasgos, una Política Pública específica define una Relación
de Poder igualmente específica, que a su vez da origen a grupos (menores
o mayores) cuya interacción mediante esa relación, termina consolidando
Estructuras de Poder. Todo tiene lugar en una Arena Política7 donde
grupos en confrontación, definen sus intereses y los contrastan. Así por
ejemplo, en la Arena Regulatoria, producto de los efectos de una Política
Regulatoria, grupos en confrontación por efecto de una disposición legal
que afecta intereses varios (porque de su aparición resultaran indefectiblemente beneficiarios y no beneficiarios) se confrontan en el conflicto que
supone la defensa de la prevalencia de los intereses de cada uno.
En tal sentido, se argumenta que es posible elaborar un razonamiento análogo mediante la construcción de un modelo (Figura #1B), aplicado al Consejo Federal de Gobierno y a la naturaleza de la política que le da origen.
La Constitución de una nación configura la fuente primaria de políticas
públicas. En tal sentido, la refundación de un país comporta la creación de
una estructura normativa que obedezca a la satisfacción de la construcción del sistema político que esa Constitución proponga y de esa estructura
deberán derivarse las políticas públicas que permitan conducir la acción de
gobierno, en el contexto de ese nuevo sistema político. Así, si se acepta la
proposición anterior como evidencia empírica, es posible afirmar que la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela debería configurar
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
Figura # 1B
CRBV: Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(Fuente: Primaria de las Políticas Públicas en Venezuela)
Una interpretación de la creación del Consejo Federal mediante la utilización de la óptica de Theodore Lowi.
Fuente: Elaboración propia.
la fuente primaria fundamental de Políticas Públicas en Venezuela y en su
texto se consagra (Art.185) la creación del Consejo Federal de Gobierno.
Ahora bien, en la medida en que el Poder Público Nacional, por conducto del Poder Legislativo, fue dotando de leyes a la estructura normativa
que exigía la refundación del Estado y de ellas se fueron derivando políticas de carácter regulatorio, la Arena Regulatoria se fue enriqueciendo
de diversos grupos que en confrontación, llegaron hasta la frontera de la
cruenta contienda civil (destino afortunadamente conjurado a tiempo). En
la medida en que fueron pasando los años, cada grupo se fue alineando
con una facción, hasta llegar a una configuración inequívoca GobiernoOposición. Por once años el Ejecutivo Nacional tuvo que postergar la creación del Consejo Federal de Gobierno, hasta que una nueva correlación de
fuerzas le permitió definir igualmente nuevas estructuras de poder, vale
decir, de la confrontación Gobierno-Oposición, como grupos en pugna en
la Arena Regulatoria y de su relación, surge una Estructura de Poder, configurada por el Consejo Federal de Gobierno. De manera que según el razonamiento anterior, una Política Regulatoria dio origen al Consejo Federal
de Gobierno como estructura de poder. Así y con base a la argumentación
expuesta anteriormente, la política pública que da origen al CFG8 es una
política que por la naturaleza de su origen es de carácter Constituyente y
por sus efectos, asume carácter Regulatorio.
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Figura #2
El tránsito de la política por las arenas de Theodore Lowi.
Fuente: Elaboración Propia
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
La política y el propio Consejo Federal de Gobierno (como estructura
originada de y en la política), atraviesan, en cierto modo, las cuatro creaciones teóricas de Lowi, en estadios distintos de su devenir, mismos que
a los efectos de la única explicación en este ejercicio, hemos denominado
momentos.
En la figura anterior se aprecia entonces el primer momento del CFG
y consecuentemente de la política pública que lo origina: el momento de
creación.
La sola creación del CFG coloca a la política y al organismo como
estructura, en la Arena Constituyente; en su génesis, tal y como lo indica
su ley y reglamento, el CFG configura una nueva estructura respecto de la
unidad administrativa del Ejecutivo actual, además de crear nuevas autoridades y sus respectivas unidades político-territoriales que suponen un
cambio en la estructura de poder del Estado y la reasignación de competencias en materia de planificación, asignación de recursos, realización de
proyectos, además de la ejecución de planes y programas.
Cuando inicia su momento normativo, esto es, cuando la política prevé
que el CFG comience a tomar decisiones que impliquen actos administrativos de obligatorio cumplimiento para autoridades que dirigen comunidades
con vida social, política y empresarial (lo que implica la clara definición
de beneficiados y no beneficiados) se producen en consecuencia grupos y/o
coaliciones en confrontación de intereses, por los efectos de una regulación
estatal, entrando entonces a los predios de la Arena Regulatoria.
Al cumplir con las competencias que le confiere la legislación que
lo crea y soporta y dentro de las cuales existe la capacidad de asignar
recursos, ambos (organismo y política) se mueven sutilmente hacia la
próxima arena: la Arena Distributiva, con lo cual la conformación de los
grupos en confrontación pudiera cambiar, según se van materializando las
acciones conducentes a la distribución de recursos; y en la redistribución,
propia del umbral de un nuevo ejercicio fiscal, la política y el CFG, en su
momento presupuestal, hacen su arribo a los espacios comarcales de la
Arena Redistributiva.
Este tránsito, lejos de ser secuencial, se está verificando permanentemente entre las arenas Regulatoria, Distributiva y Redistributiva, que
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
además de tener momentos de intersección, con fronteras desdibujadas,
representan los espacios de convivencia del CFG con sus grupos en contingencia o adhesión. La exposición anterior utiliza los recursos conceptuales de Lowi para explicar como el Consejo Federal de Gobierno y la
política pública que lo crea (y prevista dentro del constructo conceptual
de un modelo político de Estado) transitan por los diversos tipos de arenas
políticas, con base en los rasgos generales que las definen. Ahora bien, el
planteamiento de Lowi obedece a una realidad política, social e histórica
que difiere con mucho de la Venezuela actual. Como muestra de ello, baste
citar que el autor afirma en su trabajo que en las decisiones regulatorias, las
relaciones entre los líderes de grupos son tan inestables que no es posible
la existencia de una élite que decida las políticas9. Esta afirmación es totalmente contraria a nuestra realidad actual, donde ciertamente una suerte
de grupo único toma las decisiones, hecho este que va más allá de si las
decisiones favorecen a una mayoría sustantiva de la población o no.
Para darle continuidad al razonamiento anterior que ubica la política
que da origen al CFG (así como a la misma estructura) inicialmente en
los predios de la arena constituyente, para pasar luego a la regulatoria y
finalmente, en una suerte de intersección de fronteras desdibujadas, a las
arenas distributivas y redistributivas, comencemos entonces por un análisis
de la arena regulatoria.
En la Arena Regulatoria, según Lowi y por efecto de las disposiciones
legales que dimanan de un ente decisional principal (que en la modelación
del autor está personificado en el Congreso de los Estados Unidos y el
Ejecutivo de esa nación), la unidad política primaria está representada por
grupos de afectados (beneficiarios o no) que definen sus relaciones por
la vía de coaliciones motivadas por intereses compartidos, dando como
resultado estructuras de poder no dotadas de estabilidad.
En la Arena Regulatoria Venezolana10, originada como consecuencia de
la aplicación de la política que produce la creación del CFG como estructura, ciertamente existen grupos en confrontación, mismos que hemos
identificado como dos grandes facciones (Gobierno-Oposición). Ahora
bien, estas facciones ya existían antes de la creación del CFG, por lo que
afirmarlo de ese modo resultaría difuso. Más bien atisbamos la proximidad
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
con los efectos de la arena sobre la unidad política primaria de Lowi, en el
sentido de que el CFG ha producido (y ciertamente producirá) la aparición
de nuevos grupos en confrontación y acaso nuevas coaliciones de intereses
a nivel regional, en la medida en que la creación de las nuevas unidades
político territoriales y sus autoridades únicas, comiencen a operar.
El CFG, como estructura surgida de la confrontación Gobierno-Oposición y en el seno de la Arena Regulatoria Venezolana, dista mucho (y si
la actual correlación de fuerzas pervive en el tiempo, aún se mantendrá)
de ser una estructura inestable. Lo que si podrían resultar inestables en el
tiempo, serían las estructuras de poder que surgidas como consecuencia de
las coaliciones de grupos con intereses afectados por las regulaciones que
dimanen del CFG, nazcan en el tiempo. La inestabilidad de tales estructuras dependerá del ejercicio distributivo y redistributivo del CFG, toda
vez que cada grupo que por efecto del ejercicio referido, vea satisfecho sus
intereses, dará por terminada la coalición o coaliciones con otros grupos,
feneciendo en consecuencia tales estructuras “de oportunidad” y dando
nacimiento a otras nuevas de la misma naturaleza temporal.
La instancia de implementación, aún transitando por arenas de bordes
difusos, siempre tendrá carácter centralizado con un repertorio funcional
preciso, con acaso delegación y control mixto a cargo del mismo grupo
dominante, pero con la interesante inclusión de las organizaciones de
base del poder popular en funciones de control, que añaden a esta observación hechos inéditos por ocurrir y que deberán ser objeto de estrecha
contemplación.
En otro orden de ideas, el centro principal de decisión, representado en
el modelo de Lowi por el Congreso y los organismos cupulares del ejecutivo estadounidense según sea la arena de la que se trate, lo personifica en
nuestro caso el Ejecutivo Nacional en todas las arenas.
Finalmente y al referirnos a los aspectos distributivos y redistributivos
(lo que nos ubica en las arenas siguientes), el Reglamento de la Ley del
CFG le otorga competencia para la creación del Fondo de Compensación
Interterritorial, así como en la correspondiente asignación de recursos que
las unidades territoriales exijan para sus proyectos, además de constituir
oficinas regionales a través de las cuales los estados y municipios, ten-
83
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
drán la obligación de ocurrir para la aprobación y posterior consecución
de recursos, tendentes a la ejecución de los proyectos que la concepción
propia de su desarrollo les imponga. Esta circunstancia es consistente con
las previsiones de Lowi en cuanto a la ubicación de los lugares principales
de decisión en las arenas Distributivas y Redistributivas.
5.- Una visión analítica a través de los lentes conceptuales de Graham
Allison.
Para Graham Allison, su Modelo II11 alcanza poder explicativo al descubrir las rutinas organizacionales y los repertorios que produjeron los
resultados que incluyen los acontecimientos problemáticos. Pues bien,
necesario entonces descubrir las rutinas y los repertorios que dieron origen
a los acontecimientos que motorizaron, a nuestro juicio, el diseño y la aplicación de la política pública que previó la creación del CFG.
Para ello se ha seleccionado una situación específica de diseño-ejecución y ejemplarizada en la creación de los Distritos Motores de desarrollo.
Menester entonces hacer una breve interpretación para explicar el devenir
de los procedimientos y repertorios, así como la constelación de organizaciones involucradas. Las organizaciones involucradas son, básicamente,
el Ejecutivo Nacional, representado por la Presidencia de la República,
los despachos ministeriales, las corporaciones de desarrollo regional y los
institutos autónomos. Seguidamente, el Ejecutivo Regional, representado
por las Gobernaciones de Estado, las Secretarías y los despachos directivos, así como sus departamentos relacionados. Finalmente, el Ejecutivo
Municipal, las direcciones adscritas al despacho del Alcalde y las oficinas
correspondientes.
Las rutinas organizacionales que pudieron haber incidido en la política
pública que crea el CFG, así como otras unidades político-territoriales bajo la
jurisdicción del Ejecutivo Nacional, se inscriben en los siguientes aspectos:
a) Subordinación a un plan rector, a las autoridades nacionales y coordinación para la ejecución de las políticas públicas, proyectos, planes
y programas de ellas derivados, en línea con un Plan Nacional de
Desarrollo. Al existir en gobernaciones y alcaldías procedimientos
operativos estandarizados, bien de los tiempos de la descentralización
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
o bien por la simple inercia burocrática o acaso para favorecer a la
corrupción local, las líneas maestras para el desarrollo previstas por
Ejecutivo Nacional, así como la asignación de recursos, se verifican o
efectúan conforme el “paradigma regional” imperante o, en el peor
de los casos, ni siquiera se toman en cuenta. La inercia de las burocracias locales se impone.
b) Coordinación con el Ejecutivo Nacional en la administración de los
recursos presupuestarios en atención al llamado gasto prioritario, esto
es, lo que en las regiones se considera “urgente” y no necesariamente,
“importante”. En las entidades federales la asignación de los recursos
financieros (pero también los materiales) se hace con arreglo a lo que
la autoridad local considera de “urgente solución” no estando necesariamente en concordancia con lo que las comunidades o el Estado
como un todo, prevé en su horizonte de visión. En tal sentido, la presión de las burocracias locales por resolver sus urgencias, convierte
esa “motivación hacia lo urgente” en un procedimiento estándar, lo
que hace desviar recursos hacia otros fines no deseados.
La pervivencia de esos procedimientos estándares está, como afirma
Allison, determinada por las rutinas. El Ejecutivo Nacional podía haber
esperado hasta que todas las instancias del poder ejecutivo regional, léase
gobernaciones y alcaldías, estuvieron bajo la égida de gobernantes que
compartiesen el mismo proyecto político-ideológico para “imponer”
nuevas rutinas, que generaran de algún modo repertorios uniformes en el
tiempo. La ocurrencia de ese hecho en democracia es prácticamente imposible porque, por definición, el pluralismo y el disenso son condiciones
indispensables para la existencia de un sistema político reputado de democrático. Mientras se sobreviva en ese contexto, la unanimidad impuesta no
existe, ni debe existir. Por otra parte, podría haber intentado mecanismos
institucionales de participación (como de hecho el CFG así se constituye)
de manera que los procedimientos burocráticos se estandarizaran por la
vía de la negociación. En un ambiente político polarizado, donde además
las posiciones entre contrarios son percibidos en los términos de Carl Schmidt, esto es, amigo o enemigo, imposible llegar negociaciones consensuadas en el corto plazo.
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Es así como impulsado por la necesidad de obrar con rapidez sobre la
idea de un solo plan nacional de desarrollo, así como en la estandarización
de procedimientos tanto de subordinación como de coordinación administrativa tanto para la ejecución de proyectos, planes y programas prioritarios
como en la asignación de recursos que le sean propios y necesarios, sobre
espacios geográficos que ofrezcan el potencial para constituirse en bujías,
polos o motores del desarrollo, es dado pensar que el Ejecutivo Nacional,
en el marco de la creación del CFG y su correspondiente ley, procede a
“deslizar” en su reglamento la creación de las unidades territoriales para
el desarrollo, en particular los llamados Distritos Motores. Al respecto
establece el artículo 20 del Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo
Federal de Gobierno, que los Distritos Motores se definen como:
“…porciones del territorio nacional que por sus características específicas, constituyen áreas especiales de conservación de patrimonios ecológicos y prestación de beneficios
ambientales; o que, por sus características particulares, representan un desarrollo potencial agrícola, pecuario, forestal, minero, energético, industrial, turístico o de seguridad
fronteriza.”12
El mismo artículo deja claro que los límites geográficos de los Distritos
Motores “…podrán coincidir o no con los límites político territoriales de
los estados, municipios o dependencias federales.”
El Artículo 24 del citado Reglamento, establece el nombramiento de
una Autoridad Única Distrital y en el artículo 25 del mismo instrumento
legal, se establecen sus funciones, destacándose en el numeral 7 que todas
las demás adicionales a las que se citan en el artículo en referencia, le serán
asignadas “…por el Presidente o Presidenta de la República en el Decreto
de creación del respectivo Distrito Motor de Desarrollo”. El artículo 26
establece como principio único de colaboración (taxativamente) aquel que
se derive de su relación con el CFG.
De los artículos citados con anterioridad se colige que la organización
burocrática que surja en torno de la Autoridad Única, así como sus procedimientos operativos, serán reflejo de los que existan, con sus particulari-
86
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
dades regionales respectivas, en el Ejecutivo Nacional, quien, en todo caso,
tendrá la potestad de asignarle funciones que generen procedimientos en
línea con los establezca también el Ejecutivo. Por otra parte, surgirá en un
territorio sujeto o no a límites formales con relación a la división político
territorial actual de la República, lo que además implica que es posible que
lleguen existir “estados dentro de otros estados” lo que otorga, más allá
del posible y probable conflicto de competencias, independencia de procedimientos respecto de los ejecutivos regionales y municipales.
Finalmente y en referencia a los recursos, su asignación y administración, se crea el Fondo de Compensación Interterritorial, organismo que
contará con su propia estructura burocrática regional (las Oficinas Técnicas Regionales y las Unidades Receptoras Estadales) misma que se
infiere tendrá sus propios procedimientos operativos, que con el tiempo se
estandarizarán, pero que por ahora le garantizan al Ejecutivo la asignación
de recursos a los proyectos, planes y programas destinados a los Distritos
Motores, sin pasar por las organizaciones burocráticas estadales y municipales, mismas que, para la obtención de recursos con destino a sus propios
planes y procedentes del fondo mencionado, quedan obligadas a la ocurrencia por ante la burocracia territorial correspondiente al FCI.
Como se concluye de la exposición anterior, la mayoría de las situaciones problemáticas derivadas de los procedimientos operativos estándares en las estructuras organizativas burocráticas preexistentes al diseño
de la política pública que crea el CFG, quedan conjuradas, aunque sea a
mediano plazo, con su puesta en marcha.
A los fines de darle coherencia al discurso y mantener consistencia en la
exposición de los argumentos en relación a los Modelos de Allison, vamos
a continuar con la situación anterior, esto es, la creación de los Distritos
Motores, dentro de la política que crea al CFG.
Antes de identificar los actores individuales, necesario hacer una breve
disquisición sobre la situación de los modelos nacionales13 en pugna en
el país. Actualmente en Venezuela “coexisten” tres modelos nacionales
referenciales, con dos formas distintas de interrelacionarse. Tales modelos
pueden apreciarse en la figura #4.
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Figra #4
Los Modelos Políticos en Venezuela y sus “situaciones” relacionales
Fuente: Elaboración Propia
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
Como se pretende mostrar en el diagrama previo y como se afirmó en
las líneas que anteceden, los tres modelos que “coexisten”14 son el Modelo
Democrático Capitalista del Siglo XX, el Modelo Socialista del Siglo XXI
y el Modelo Constitucional planteado por la Constitución de la República
Bolivariana, aprobada por referéndum en 1999. Los dos primeros se relacionan por la vía del enfrentamiento en la búsqueda de la mutua exclusión
y, a la vez, se relacionan con el tercero por la vía de la invocación, esto es,
ambos invocan que sus prescripciones conceptuales tienen fundamento en
el texto constitucional, que en este caso funge (con la previa dispensa de
quienes se confiesan creyentes de una u otra fe religiosa) como la biblia
para católicos y protestantes. De manera que para ambas facciones formadas a la sombra de los dos modelos, la razón les asiste según sea la
naturaleza del enfrentamiento, mientras se sientan y argumenten estar
apoyados resueltamente en la norma constitucional. En tal sentido, sus
actores obrarán dentro del mismo contexto relacional que les impongan
sus modelos, además de adecuar sus intereses y apetencias personales, a
esa relación conflictiva, basada en la doble existencia del enfrentamiento
y la invocación.
Develado lo anterior, podemos entonces definir los actores individuales
y sus intereses en pugna, respecto de la situación de los Distritos Motores.
Antes de comenzar y para presumir la existencia subyacente de la buena
fe (aunque la prestidigitación en la política real pareciese desmentirlo con
cierta reiteración), significativo citar a Allison cuando afirma que los hombres responsables se sienten obligados a luchar por lo que ellos creen que
está bien15. En ese sentido, vamos a definir a nuestros actores a partir de
sus modelos conceptuales, mismos que condicionan su percepción de lo
que “…está bien”
Los actores consustanciados y pertenecientes al Modelo Democrático
Capitalista y que, para el caso que nos ocupa, se encuentran en funciones de
gobierno, están encarnados en los gobernadores de los estados Carabobo,
Táchira, Zulia, Miranda16 y Nueva Esparta. Los acompañan los alcaldes de
los municipios en las mismas condiciones de dirección, como por ejemplo,
en Caracas, los alcaldes de los municipios Chacao, Baruta, Los Salias y el
Hatillo. Los rodean los dirigentes de los partidos que encarnan esa oposición ideológica más, curiosamente, los que confesándose socialistas de
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PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
convicción (acaso una situación parecida a los inicios de Jean Jarret en la
Francia de las postrimerías del siglo XIX) no se consideran en sintonía con
las “estimaciones” que sobre el particular hace la facción contraria. En
principio, todos formaron y han formado parte de las sucesivas intentonas
para derrocar al Gobierno Nacional, por lo que la negociación entre partes
es un hecho aunque deseable, también irrealizable. Por otra parte, más allá
de las coincidencias ideológicas, tales actores tienen sus apetencias personales, mismas que “arriman” a tal o cual planteamiento en función de
cómo el discurso puede ayudarlos en el cumplimiento de sus objetivos particulares. Dotados de una posición privilegiada respecto de sus pares en la
dirigencia política opositora, ya que están en puestos de gobierno, están en
capacidad de jugar varios juegos, pero siempre en su lado de la cancha. Se
suma a esos actores una suerte de disidencia originada en la misma tolda
revolucionaria dominante y representada, por ejemplo, en la dirigencia del
partido PPT. Esta disidencia, aunque lanzada por sus antiguos camaradas
a la fosa de la “burguesía oligárquica derechista” denominación que se le
endilga por igual a todos los que militan o sean seguidores del Capitalismo
Democrático, confiesa su vocación socialista, por cierto una clase de socialismo que se presume muy parecido al socialismo europeo del PSOE o tal
vez imbuido del mismo oportunismo parlamentario de Izquierda Unida,
ambos ejemplos españoles a un mismo tenor. En todo caso, todos configuran una de las mitades en esta pugna interpartidaria que a los efectos
del presente trabajo, se ha definido en líneas previas como confrontación
Gobierno-Oposición.
Del lado “revolucionario” hay por lo menos tres actores bien definidos. Uno total y absolutamente individual que sirve de pivote a todos los
demás: el Presidente de la República; su equipo de gobierno y, dentro de
este, individualidades bien identificadas como el Presidente de la Asamblea Nacional, el Vicepresidente Ejecutivo y el Canciller. Finalmente y
como un todo (pero un todo caracterizado por cierto amorfismo por efecto
de las apetencias internas de poder) el Partido Socialista Unido de Venezuela. De los gobernadores más cercanos al Presidente, su hermano (al
frente del estado Barinas), de quien el mismo Presidente ha confesado
públicamente con reiteración se trata de uno de sus más acertados y asertivos consejeros.
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EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
Entre estos dos conjuntos de actores se ha estado protagonizando un
intenso enfrentamiento caracterizado por la acritud, la procacidad del discurso y la agresión verbal como denominador común. La Oposición, si la
asumimos como la suma de las voluntades de los actores individuales antes
identificados, sus acciones regionales y sus constantes bloqueos formales
hacia la gestión del gobierno, por ser claramente conteste (el gobierno)
con un proyecto político-ideológico que los excluye, no negocia y tampoco
envía señales a su adversario que pudiesen interpretarse como deseos de
tal. El Gobierno, por su parte, representado por y en la voluntad del Presidente (pareciera incuestionable que esta afirmación está dotada de sólida
veracidad) tampoco negocia y todas las señales que envía a su contraparte,
sazonadas reiteradamente con dicterios variopintos, indican lo mismo.
La evidencia empírica sugiere entonces que son estos actores, inmersos
en estos modelos, con estas actitudes, los que ocasionaron la situación que
condujo al diseño de la política pública que, finalmente, produjo la aparición del CFG y desde él, la creación de los Distritos Motores.
6.- A modo de ejercicio conclusivo.
Los actores del Gobierno han incidido en todos los espacios institucionales disponibles, pero en particular en los Estados y Municipios, pero más
específicamente en las instancias de poder, lo que significó la creación de
la masa crítica propicia para el diseño de la política que origina al CFG.
Sus contrapartes en la oposición, han ido a la contraofensiva mediática,
a través del mass media que, además de servirle de alto parlante en la
difusión consistente de su mensaje ideológico-político, representa además
la parte “no institucional” en el conflicto, pero elemento constitutivo
estructural del Modelo Democrático Capitalista sin el cual su existencia
es improbable.
Por la vía de la creación de los Distritos Motores, el Ejecutivo Nacional
crea “estados dentro de estados” logrando “dividir” el campo del adversario en su propio patio, minando a la larga su autoridad y abriendo paso
para un potencial “gobernador de facto” pero legítimo y legal. La Oposición, por su parte, parece “no dejarse” en los casos donde pudiese haber
más afectación (Carabobo y Lara) o intenta hacer ver que “acepta” parti-
91
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
cipar en la plenaria del CFG (Miranda, Táchira y Zulia)17 pero frente a la
definición de los Distritos Motores, se deslinda del discurso.
Para la aprobación de la Ley, el Gobierno (aparentemente con la
influencia decisiva del Presidente de la República) hizo su “trabajo” de
adecuada presión sobre la Asamblea Nacional, a los fines de que fuese
aprobada con celeridad. Lo mismo aconteció con el Reglamento que inmediatamente luego de la aprobación de la ley, salió a la luz. Paradójicamente
(porque habría que hacer una revisión más exhaustiva de ambos textos,
tarea que escapa a este trabajo) la creación de los Distritos Motores y de la
Autoridad Única, se asemejan mucho a lo planteado en la Reforma Constitucional que el Presidente sometiese a referéndum en el año 2007 y que
propone la creación de Regiones Administrativas Especiales, mediante
la consolidación de asociaciones de Comunas y bajo el gobierno de un
Vicepresidente Regional, con atribuciones parecidas a las de la Autoridad
Única. Esta presunción (que en veces pareciese más hecho que barrunto)
se ha convertido en arma de la Oposición que argumenta que con los Distritos Motores se sigue liquidando la descentralización, configurando un
verdadero timo del Gobierno, que hace pasar “bajo la mesa”, utilizando
el pretexto de la creación del CFG, la reforma constitucional entonces no
aprobada. Este acto termina consumándose, como ya dijésemos, en la formalización por decreto del Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo
Federal de Gobierno (Decreto N° 7.306, 9/03/2010), así como en su más
reciente modificación de fecha 17/05/2012.
Por todo lo anteriormente expuesto queda claro que ni hubo negociación entre partes, siempre que se considere a las partes como Gobierno y
Oposición, y tampoco hubo opciones o alternativas distintas que perdiesen
ante la creación de los Distritos Motores. Nada de pactos y tampoco de
alianzas. La voz disidente al interior de las fuerzas que apoyan al proceso
de cambio, fue acallada o se retiró además por otras motivaciones (caso
Gobernador de Lara). Los que acompañan a la “Revolución” distintos del
partido de gobierno, representan una minoría sin peso en las decisiones
trascendentales. Con ellos o sin ellos la política iba a materializarse, como
de hecho ocurrió. Sin embargo y como nota anecdótica, durante el primer
acto de instalación del CFG, el Presidente de la República y los gobernadores de oposición asistentes (Miranda, Táchira y Zulia) no solo se estre-
92
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
charon las manos (en gesto de cortesía caballeresca) sino que incluso intercambiaron breves palabras, aún a pesar de que ambas partes se trabaron
luego en su sempiterna contienda mediática.
Acaso el beau geste permita el abrigo de alguna esperanza: que el CFG
se convierta, como ya manifestamos al inicio de este trabajo, en foro para
el debate de las ideas a los fines de la construcción de un país de todos y
para todos… Alea jacta est…
Referencias bibliográficas
AGUILAR, L.A (1995). La Hechura de las Políticas Públicas. México:
Miguel Angel Porrúa
ALLISON, G. (1964). “Conceptuals models and the cuban Missils Crisis”.
The American Political Science Review, LXIII, N°3, 1969. En La
Hechura de las Políticas Públicas. México: Miguel Angel Porrúa, Págs.
119-174
LOWI, T. (1969). “American Business, Public Policy, Case-Studies, and
Political Theory”. Worl Politics, XVI, 1964. . En La Hechura de las
Políticas Públicas. México: Miguel Angel Porrúa, Pags. 89-118.
PARSONS, W. (1998).Políticas Públicas. Una introducción a la teoría y
análisis de políticas públicas. México: Editorial Flacso.
Documentos oficiales
CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA. Gaceta Oficial N°5.453 Extraordinario. 24 de marzo de
2000.
LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO. Gaceta
Oficial N° 5.963 Extraordinario. 22 de febrero de 2010.
REGLAMENTO DE LA LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO FEDERAL
DE GOBIERNO. Gaceta Oficial N° 39.382. 9 de marzo de 2010
REFORMA DEL REGLAMENTO DE LA LEY ORGÁNICA DEL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO. Gaceta Oficial N° 393.551. 17 de
mayo de 2012.
93
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
Notas
1 AGUILAR, L.A (1995). La Hechura de las Políticas Públicas. México:
Miguel Ángel Porrúa.Pág.89.
2 “El Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros, podrá decretar la creación, supresión o modificación de uno o varios ejes estratégicos de desarrollo territorial, a los fines de reestructurar el orden territorial por razones de interés nacional.” (Art.5° , Reforma del Reglamento
de la Ley Orgánica del Consejo Federal de Gobierno. Gaceta Oficial
393.551, 17/05/2012)
3 Conforme a lo establecido en la Reforma del Reglamento de la Ley
Orgánica del Consejo Federal de Gobierno, en su Artículo 3°, se define
como Sociedad Organizada a los “…Consejos comunales, consejos de trabajadores y trabajadoras, de campesinos y campesinas, de pescadores y
pescadores, comunas y cualquier otra organización de base del Poder
Popular debidamente registrada en el Ministerio del Poder Popular con
competencia en materia de participación ciudadana.”
4 “Se entiende por Distrito Motor del Desarrollo la unidad territorial decretada por el Ejecutivo Nacional que integra las ventajas comparativas de los
diferentes ámbitos geográficos del territorio nacional, y que responde al
modelo de desarrollo sustentable, endógeno y socialista para la creación,
consolidación y fortalecimiento de la organización del Poder Popular y de
las cadenas productivas socialistas en un territorio delimitado, como fundamento de la estructura social y económica de la Nación venezolana.”
(Art.3°, Reforma del Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal
de Gobierno. Gaceta Oficial 393.551, 17/05/2012)
5 “El Presidente de la República podrá crear Autoridades Únicas de Áreas,
conforme a la normativa aplicable, que a los efectos del presente reglamento se denominará (sic) Autoridades Únicas Distritales, exclusivamente
para el desarrollo de planes y programas específicos en cada Distrito Motor
de Desarrollo. Estas Autoridades Únicas Distritales tendrán el carácter de
servicios desconcentrados sin personalidad jurídica con capacidad presupuestaria, administrativa y financiera, incorporadas a la estructura del
Consejo Federal de Gobierno y estarán dirigidas (sic) por un Jefe o Jefa
Distrital.” (Art.24, Reforma del Reglamento de la Ley Orgánica del
Consejo Federal de Gobierno. Gaceta Oficial 393.551, 17/05/2012)
6 La acepción que corresponde al uso del vocablo Arena , coincide exactamente con el significado número 3 que en el DRAE electrónico distingue
a la palabra como “...Sitio o lugar del combate o la lucha…” Diccionario
de la Real Academia Española de la Lengua [web en línea]. Disponible
94
EL CONSEJO FEDERAL DE GOBIERNO COMO POLÍTICA PÚBLICA
(y como hacedor de políticas públicas)
desde Internet en: http://buscon.rae.es/draeI/ [con acceso el 29 de mayo de
2012]
7 “Existen tres categorías fundamentales de políticas públicas en el esquema: distribución, regulación y redistribución (…) Estas categorías no son
invenciones. Pretenden corresponder a fenómenos reales toda vez que las
hipótesis más importantes del esquema se derivan directamente de categorías y definiciones. En consecuencia, las áreas de política o de actividad
gubernamental constituyen arenas reales de poder. Cada arena tiende a
desarrollar su propia estructura política, su proceso político, sus élites y
sus relaciones de grupo. Es necesario, entonces, identificar estas arenas,
formular hipótesis acerca de sus atributos y comprobar dentro del esquema
las relaciones empíricas que puedan anticipar y explicar.” LOWI, T. en
AGUILAR, L.A (1995). La Hechura de las Políticas Públicas. México:
Miguel Ángel Porrúa.Págs.100-101.
8 A partir de ahora se identificará al Consejo Federal de Gobierno con su
denominación completa o en su lugar las iniciales CFG.
9 “…las relaciones entre los líderes de grupos en uno o más puntos del proceso gubernamental son demasiado inestables para formar una sola élite
que decida las políticas. Como consecuencia, la toma de decisiones tiende
a pasar de las dependencias administrativas y de las Comisiones al pleno
Congreso, el lugar donde la incertidumbre del proceso político termina
siempre por resolverse.” Lowi en Aguilar Op.Cit…Pág.110.
10 Licencia que nos permitimos a los efectos de circunscribir la exposición a
un entorno más familiar y atinente al análisis.
11 “Se puede entender por tanto la conducta gubernamental según un segundo
modelo conceptual (…) menos como elecciones deliberadas de líderes y
más como producto de grandes organizaciones que funcionan conforme a
determinados patrones de comportamiento (…) Un gobierno consta en un
momento dado de varias organizaciones, cada una con un conjunto establecido de procedimientos y programas estandarizados de acción.”
ALLISON, G. en AGUILAR, L.A (1995). La Hechura de las Políticas
Públicas. México: Miguel Ángel Porrúa.Pág. 136-137. Los conjuntos de
programas y de procedimientos estandarizados constituyen repertorios
formales inconmovibles.
12 Art.20, Reforma del Reglamento de la Ley Orgánica del Consejo Federal
de Gobierno. Gaceta Oficial 393.551, 17/05/2012.
13 Por Modelos Nacionales hemos asumido un constructo más amplio que
aquel que prescribe el Sistema Político. Este constructo pretende “contener” no solo al Sistema Político, sino también al Sistema Económico, al
Sistema Social y las relaciones que entre los tres sistemas se generan y
95
PEDRO ITRIAGO CAMEJO
Revista Memoria Política
producen. Tanto el Socialismo como el Capitalismo, más que formas de
propiedad sobre los medios de producción, naturaleza de los intercambios
y lucha de clases, constituyen verdaderas formas de entender e interpretar
la realidad. El constructo en referencia adquiere validez (circunstancial) a
los solos efectos académicos de este ejercicio.
14 Afirmamos “coexisten” porque de hecho el Capitalismo Democrático aún
está en plena existencia material y el Socialismo del siglo XXI, más allá de
la retórica panfletaria y algunas acciones más características del nacionalismo interventor que de socialismo real, aún no se aprecia e incluso, hasta
la fecha, densos sectores al interior de quienes lo siguen y proclaman (al
menos la observación empírica así lo sugiere) no pareciesen saber con
exactitud de que se trata.
15 “Una elección errada podría resultar en un daño irreparable. Los hombres
responsables se sienten obligados a luchar por lo que ellos creen que está
bien.” ALLISON. G. en AGUILAR, L.A (1995). La Hechura de las
Políticas Públicas. México: Miguel Ángel Porrúa.Pág.155.
16 Para el momento de escribir estas líneas, el Gobernador de Miranda actúa
como candidato presidencial de la oposición venezolana. Su separación
del cargo para atender a la campaña electoral no cambia el hecho de ser la
entidad dirigida por el sector que adversa al Presidente de la República.
17 En las dos plenarias del CFG, han asistido los gobernadores o los secretarios de gobierno.
96
Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 97-128
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
Ingrid Jiménez Monsalve*
RESUMEN
El trabajo analiza cómo en Venezuela se ha ido sustituyendo el
sistema democrático representativo por un sistema autoritario de
nuevo cuño, cuyas formas se amparan en leyes hechas a la medida
del régimen para, sirviéndose de un ventajismo estatal desbocado y
sin cortapisas, violar sistemáticamente los principios de la democracia. La investigación, que utiliza como punto de referencia el marco
teórico del profesor austríaco Andreas Schedler, explica eventos
que han resultado claves para el sistema político venezolano, como
el referéndum revocatorio presidencial de 2004, el retiro de las competencias de la Alcaldía Metropolitana, como respuesta al triunfo
opositor en las elecciones regionales de 2008 y las inhabilitaciones
a líderes opositores sin mediar sentencia definitivamente firme.
Palabras claves: Autoritarismo, Democracia, Elecciones.
* Doctora en Ciencias Políticas, Universidad Central de Venezuela.
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 97-128
ELECTORAL AUTHORITARIANISM IN VENEZUELA
Ingrid Jiménez Monsalve
Summary
This paper analyzes as in Venezuela the representative democratic system has been replaced by a new authoritarian system, whose
forms take refuge in laws tailored to the regime and the State advantage to systematically violate the principles of democracy. Research
on the basis of the theoretical framework of the Austrian Professor
Andreas Schedler explains events that have been key to the
Venezuelan political system, as the presidential recall referendum of
2004, the disqualifications to opposition leaders without a definitive
sentence, as well as the withdrawal of the powers of the Metropolitan
Mayor, as a response to the opposition victory in regional elections
in 2008.
Key words: Authoritarianism, Democracy, Election.
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AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
A lo largo de los catorce años de régimen chavista, el sistema político
venezolano se ha ido transformando En el decurso de los catorce años
del régimen chavista, la democracia representativa inaugurada en 1958 ha
degenerado en un sistema autoritario, a pesar de que la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela de 1999 establece los principios de
una democracia liberal. Para concentrar todo el poder del Estado en sus
manos, el Presidente de la República ha recurrido a formas más sutiles
de autoritarismo como el autoritarismo electoral, en el cual los regímenes
realizan elecciones periódicas en el marco de unas condiciones políticas y
jurídicas absolutamente desventajosas para los disidentes, pero que cumplen el objetivo de legitimar el régimen sobre todo a los ojos de la comunidad internacional.
A continuación examinaremos los aspectos formales que rigen el sistema electoral en nuestro país, para luego analizar bajo la óptica del autoritarismo electoral algunos casos emblemáticos que comprenden estas categorías dentro del sistema político venezolano.
El sistema electoral en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela de 1999
En diciembre de 1998, resultó electo Presidente de la República Hugo
Chávez, un joven Teniente Coronel que, en 1992, protagonizó la sangrienta
intentona golpista contra el Presidente Carlos Andrés Pérez. Chávez fue
postulado por el Polo Patriótico, una aglutinación de pequeños partidos de
izquierda encabezada por su organización recién creada, el Movimiento
V República. El teniente coronel obtuvo en esa votación 3.673.685 votos,
representando el 56,20% de los electores, con una abstención del 36,55%
según cifras oficiales. El candidato opositor Henrique Salas Romer, obtuvo
el 39,97% de los votos.
A partir de entonces y, cumpliendo con lo que había sido su principal
promesa electoral, Chávez se aprestó a convocar a una Asamblea Nacional
Constituyente “originaria” y “plenipotenciaria”, sometiéndola a aprobación popular a través de un referéndum consultivo, siendo aprobada
mayoritariamente por la población. (87,5% aprobó la pregunta número 1,
99
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
referida a la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente, con una
abstención de 62,35%).
La Constitución de 1999, que constituye, en el fondo, una reafirmación
de los postulados de la democracia liberal, consagra un sistema electoral
basado en los principios de la representación proporcional y la personalización del sufragio, como establece su artículo 63: “El sufragio es un
derecho. Se ejercerá mediante votaciones libres, universales, directas
y secretas. La ley garantizará el principio de la personalización del
sufragio y la representación proporcional” (1999:23).
La Constitución tiene como novedad la eliminación del financiamiento
público a los partidos políticos y las campañas electorales (artículo 67)
e, incluso, se cuida de emplear la palabra “partido”, sustituyéndola por
“organizaciones con fines políticos”. Esto, por supuesto, causó un impacto
negativo en la equidad de la competencia electoral, dado que el partido
oficial pronto aprovechó todas las ventajas del poder para desbalancear a
su favor las contiendas electorales.
Con respecto al derecho al sufragio, la Constitución del 1999 consagró
una novedad: por primera vez le confirió este derecho a los integrantes de
la Fuerza Armada Nacional. Esta disposición significó en la práctica el
inicio de la partidización del sector castrense auspiciada por el Presidente
de la República. Tal y como señala Peeler (2007) con el derecho al voto,
y como corresponde a los ciudadanos activos, los militares tuvieron también el deber de deliberar, e incluso desobedecer las órdenes ilegales o de
autoridades ilegítimas. Así se constituyó una diferencia fundamental con
relación a la Carta Magna de 1961, en la que las Fuerzas Armadas fueron
concebidas como un cuerpo a político y no deliberante.
De igual manera, y en el marco de la prédica presidencial de los primeros años de la tan cacareada “democracia participativa y protagónica”,
hoy totalmente olvidada, se estableció la figura del referéndum, de tipo
consultivo en las materias de interés nacional, abrogatorio y el referéndum
revocatorio de los cargos de elección popular. En estos casos, se estatuyó
que los referéndum podían ser convocados por iniciativa del Presidente
de la República, de la mayoría de la Asamblea Nacional a solicitud del
10% de los electores inscritos en el registro civil y electoral (en el caso
100
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
del referéndum consultivo) y, para convocar un referéndum revocatorio, la
solicitud debe ser hecha por el 20% de los electores.
En el artículo 186 del texto, referido a la elección de los miembros de
la Asamblea Nacional, ratifica la máxima según la cual la elección se hará
“por votación universal, directa, personalizada y secreta con representación proporcional”, según una base poblacional del 1,1% de la población
total del país.
La Constitución eliminó la Cámara del Senado y, con eso, provocó una
grave distorsión en el sistema federal de nuestro país; en este sentido, el
constitucionalista Carlos Ayala Corao (citado por Arismendi: 2008) explica
que, a pesar de que esta idea no se encontraba en las premisas expresadas
por el Presidente Chávez para la nueva constitución, a última hora y de
manera apresurada se decidió prescindir del Senado, por considerarla una
cámara “oligárquica”, sin reparar en los razonamientos jurídico-políticos
que convalidaban su permanencia. La eliminación del Senado tuvo graves
consecuencias para la representatividad del país.
Otro aspecto preocupante de los cambios constitucionales que afectaron
al sistema electoral es la exacerbación del presidencialismo, expresado,
entre otras cosas, en la extensión del período presidencial de 5 a 6 años,
cuando la tendencia mundial es hacia su reducción. Además, se aprobó la
reelección inmediata por un período cuando, en la Constitución de 1961, la
reelección sólo era permitida después de dos periodos constitucionales.
Sobre la elección presidencial, Combellas (2003) señala que se mantuvo la elección por mayoría simple a una vuelta, a pesar de la matriz de
opinión favorable a la instauración de la doble vuelta.
Finalmente, es importante señalar que la Constitución creó dos poderes
públicos adicionales, el poder ciudadano y el electoral. Con respecto a la
administración electoral, la Constitución establece en su artículo 296 que
la integración del Consejo Nacional Electoral debe estar compuesta por 5
personas no vinculadas a las organizaciones con fines políticos, postuladas
3 de ellos por la sociedad civil, una por las facultades de ciencias jurídicas
y políticas de las universidades nacionales, una por el poder ciudadano,
101
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
y tres por la sociedad civil. Su designación corresponde a la Asamblea
Nacional con el voto de las dos terceras partes de sus integrantes.
Combellas (2003:8) resalta tres cualidades del poder electoral: “primero, su integración por representantes postulados por la sociedad
civil, segundo el principio de la despartidización de los organismos
electorales, y tercero la prohibición de financiamiento público de los
partidos, organizaciones y asociaciones con fines políticos”.
La novel Constitución tuvo su primera enmienda muy pronto. En 2007,
un año después de ser reelecto presidente, Chávez, propuso una amplia
reforma constitucional destinada a implementar su nueva oferta programática denominada el “socialismo del siglo XXI”, que implicaba la ruptura
con los principios democráticos-liberales establecidos en la Constitución
de 1999. La propuesta fue rechazada por el 51.05% de los venezolanos
(según el primer boletín del CNE), sin que hasta ahora el ente electoral
haya publicado los resultados oficiales definitivos de la consulta.
No obstante, un año después, concretamente en diciembre de 2008, el
Presidente propuso someter a votación una enmienda constitucional con
el único objetivo de establecer la reelección indefinida (esta propuesta se
encontraba presente en el proyecto de reforma constitucional rechazado en
2007). A pesar de su dudosa constitucionalidad, la iniciativa fue diligentemente acogida por la Asamblea Nacional y, en ese mismo mes, se sometió
a primera discusión, acordándose realizar el referéndum en febrero de
2009. A diferencia de la propuesta del 2007, que contenía la reelección
indefinida sólo para el Presidente de la República, esta vez se incluyó a los
gobernadores, alcaldes, diputados y miembros de los concejos legislativos
de los estados. La enmienda fue aprobada con el 54. 85% de los votos,
según cifras del CNE.
Esta disposición introdujo un elemento distorsionador al sistema electoral y a la tradición democrática según la cual los periodos duraban 5 años.
La enmienda lesiona un principio fundamental de la convivencia democrática como es la alternabilidad de poder, y la forma como fue presentada la
propuesta indica de manera clara que ésta responde a la necesidad personal
del Presidente Chávez de mantenerse indefinidamente en el poder.
102
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
La reelección no es mala per sé. Puede ser favorable si es inmediata y
si se trata de periodos presidenciales cortos de cuatro años. La experiencia
histórica de nuestro país en los siglos XIX y XX demuestra que la reelección casi siempre ha servido para perpetuar caudillos en el poder. Esta
enmienda nos retrotrae a oscuros periodos de nuestra historia como las
dictaduras de Cipriano Castro (1899 – 1908) y Juan Vicente Gómez (1908
– 1935), caudillos que modificaron la Constitución a su antojo e hicieron
de su obsesión con la permanencia indefinida en el poder.
Como comentamos anteriormente, en la era democrática, la Constitución de 1961 estableció la reelección presidencial luego de dos periodos
presidenciales. Esto permitió que los ex – presidentes continuaran gravitando en el sistema político, impidiendo el acceso de nuevas generaciones
al poder. Tal es el caso de Rafael Caldera, quien fue candidato presidencial
en 1947, 1958, 1963, 1968, 1983 y 1993, y electo presidente en 1968 y
1993 y Carlos Andrés Pérez en 1973 y 1988, resultando electo en ambas
oportunidades. Justo en la segunda presidencia de Pérez se desató una
crisis política de gran magnitud que acabó con su destitución en 1993.
En definitiva, nuestro juicio sobre la Constitución de 1999, coincide con
el del profesor Combellas (2003: 18):
“La naturaleza democrática de la Constitución no invalida dos
necesarias consideraciones: en primer lugar nuestra Lex Superior
no fue producto del consenso, sino de una imposición mayoritaria. El
acuerdo de la representación de la pluralidad política y social de la
nación estuvo ausente de su proceso de creación. La Constitución fue
obra de una mayoría sin duda relevante, pero circunstancial coaligada
en torno al Presidente de la República, su indisputado mentor.”
En las siguientes líneas veremos cómo el gobierno ha violado en la práctica las disposiciones legales de acuerdo a las necesidades del momento
político, a la vez que aplica normas sobrevenidas según su mejor conveniencia, configurando así un régimen autoritario.
103
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
Autoritarismo Electoral
En la primera parte del siglo XX, Schumpeter afirmaba que la condición
sine qua non para enmarcar a un país como democrático era la realización
de elecciones. Actualmente, muchos países que celebran elecciones distan
mucho ser democráticos, tales como: Singapur, Cuba, Rusia, Bielorusia,
etc. Y es que a partir del fin de la Guerra Fría, los términos “democracia” y
“autoritarismo” han dejado de ser los mismos, y ya no parece tan sencillo,
enmarcar a un gobierno, dentro de una u otra tipología.
La lucha de los países de Europa del Este en contra del comunismo al
final de la década de los ochenta, que a la postre terminó por dar al traste
también con la poderosa Unión Soviética, determinó el establecimiento de
nuevas consideraciones para el estudio de la realidad de los sistemas políticos, así como una interesante reflexión acerca los factores y condiciones
que intervienen en las transiciones del autoritarismo a la democracia.
En este contexto, numerosos autores han identificado la existencia de
una “zona gris” entre democracia y autoritarismo que han dado en llamar
regímenes híbridos, semidemocracia, o pseudodemocracia. Por otro lado,
se encuentran otra matriz de tipologías, tales como autoritarismo competitivo de Steve Levitsky y Lucan Way, y el autoritarismo electoral de
Schedler. Dentro de este último tipo de autoritarismo pudieran enmarcarse
la Rusia de Putin, el Perú de Alberto Fujimori, la Zimbabue de Robert
Mugabe o la Nicaragua de Daniel Ortega.
En el caso que nos ocupa, y tomando como base de nuestro análisis
al autoritarismo electoral, encontramos que es un término acuñado por el
investigador austríaco Andreas Schedler (2004). El profesor distingue a
los regímenes autoritarios electorales, como regímenes que se encuentran
en el límite entre la democracia y el autoritarismo, porque no practican
la represión abierta pero tampoco la democracia en los términos de la
democracia liberal. Para el autor (2004: 2): “Organizan elecciones periódicas y tratan de conseguir cuando menos cierta apariencia de legitimidad democrática, con la esperanza de satisfacer tanto a los actores
internos como a los externos. Al mismo tiempo, ponen las elecciones
bajo estrictos controles autoritarios, con el fin de consolidar su permanencia en el poder.”
104
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
Esto supone partir de la premisa de que no todos los procesos de democratización conducen a la consolidación de una democracia plena en los
países donde se ponen en marcha. Por el contrario, existe siempre el riesgo
de que se instauren regímenes no democráticos. En este caso, podríamos
ubicar a las ex republicas soviéticas, dominadas por mafias provenientes
de los nuevos capitalistas, el narcotráfico y antiguos ex - funcionarios de
la URSS, que mantienen a la sociedad bajo el autoritarismo, a pesar de
celebrar “elecciones periódicas”. Tal es el caso de Bielorusia y su Presidente desde 1996 Alexander Lukashenko, denominado el “último dictador
de Europa”.
En este sentido, Schedler (2004) plantea la formación de un peligroso
“juego de dos niveles” dentro del cual se mantiene un cierto grado de incertidumbre: El gobierno hace elecciones manipuladas, y a su vez los opositores aceptan las reglas con el fin de ganar tiempo y buscar una mejora
progresiva de las condiciones que le permitan conquistar unas elecciones
verdaderamente competitivas. El asunto es que nunca se sabe cuál será el
resultado del juego: si la oposición legitimará a un gobierno autoritario, o
bien si forzará al gobierno a implementar reformas incrementales.
Tanto Levitsky (2004) como Schedler (2010) coinciden en señalar que
en los países con insumos de valor, (materias primas) como el petróleo, y
con rentas elevadas se le hace más fácil al Estado someter a la sociedad al
autoritarismo electoral por un tiempo prolongado. En estos casos, las estrategias de redistribución de la renta, el clientelismo político y la corrupción
resultan muy eficaces para mantener el status quo.
Es importante precisar que estamos hablando de categorías abstractas y,
por tanto, susceptibles de ser cambiadas permanentemente por la realidad.
Para construir su menú de la manipulación electoral, Schedler (2004)
emplea las categorías de Robert Dahl con respecto a las condiciones de
existencia de un régimen democrático dentro de lo que ha denominado
“Poliarquía”, estas son:
105
INGRID JIMÉNEZ MONSALVE
Revista Memoria Política
Fuente: Dahl, 1999: 10
106
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
De esta manera, tomamos de Schedler (2004) la cadena de la elección
democrática explicar las estrategias a través de las cuales los gobiernos
trasgreden los principios democráticos:
Premisas normativas de
elecciones democráticas
Empoderamiento: En elecciones
democráticas, los ciudadanos
confieren capacidad de decisión
real a los ganadores.
Estrategias de violación de
normas democráticas
Posiciones reservadas: Limitar el
rango de los puestos de elección.
Dominios reservados: Limitar la
jurisdicción de los puestos de
elección.
2.El rango de alternativas
Libertad de oferta: Los ciudadanos
deben ser libres de formar y
apoyar a partidos, candidatos, y
programas políticos diversos.
Exclusión: Restringir el acceso de
la oposición a la arena electoral.
Fragmentación: Desorganizar a la
disidencia electoral.
3.La formación de preferencias
Libertad de demanda: Los
ciudadanos deben tener acceso a
fuentes
alternativas
de
información para poder enterarse
de las opciones existentes.
Represión:
Restringir
las
libertades políticas y civiles.
Inequidad: Restringir el acceso a
los medios de comunicación y el
dinero.
4.Los sujetos de la elección
Inclusión: La democracia confiere
derechos iguales de participación
a todos los miembros de pleno
derecho de la comunidad
política.
Restricciones
formales:
Limitaciones legales al sufragio
universal.
Restricciones
informales:
Limitaciones
prácticas
del
derecho al voto.
5.La expresión de preferencias
Protección: Los ciudadanos
deben ser libres de expresar sus
preferencias electorales.
Coacción: La intimidación de
votantes.
Corrupción: La compra de votos.
6.La agregación de preferencias
Integridad: Una persona, un voto.
El ideal democrático de la
igualdad exige darle a cada voto
el mismo valor.
7.Las consecuencias de la
elección
Decisividad: Las elecciones que
no tienen consecuencias no se
consideran democráticas.
Fraude
electoral:
Prácticas
redistributivas de gobernación
electoral.
Sesgos institucionales: Reglas
redistributivas de competencia
electoral.
Dimensiones de elección
1.El objeto de la elección
Tutela: Evitar que los
funcionarios elegidos ejerzan
sus facultades constitucionales.
Reversión: Evitar que los
ganadores asuman sus cargos,
o que los funcionarios elegidos
concluyan sus mandatos.
Fuente: Schedler (2004)
107
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
Con respecto a nuestro país, coincidimos con el criterio del profesor
Alfredo Ramos Jiménez (2007) según el cual las últimas elecciones verdaderamente competitivas en Venezuela fueron las de 1998. Sobre esto
afirma (2006: 5-6):
“El falseamiento de la competición electoral en Venezuela, posterior a las elecciones presidenciales y parlamentarias de 1998, incorpora elementos de tipo autoritario, que van desde el uso abusivo de
los recursos del Estado a favor de un candidato o lista de candidatos
“oficial” hasta la vigencia de un pluralismo “controlado”, pasando por
el carácter previsible de los resultados.”
A continuación examinaremos algunos casos que consideramos como
las más claras expresiones del autoritarismo electoral en nuestro país. En
un trabajo previo, (ver Jiménez: 2011) analizamos el autoritarismo electoral, desde el punto de vista de la violación al principio de la representación proporcional de las minorías.
En esta investigación nos concentraremos en el análisis del referéndum
revocatorio presidencial del año 2004, la creación de la autoridad única
metropolitana tras la victoria del opositor Antonio Ledezma en noviembre
de 2008 y las inhabilitaciones, tomando como estudio de caso al ex –
alcalde del municipio Chacao Leopoldo López.

El referéndum revocatorio presidencial de 2004
Seleccionamos el caso del referéndum revocatorio de 2004 porque, a
nuestro juicio, constituye el ejemplo más claro de la violación de varios de
los principios normativos señalados por Schedler (2004). Visto en retrospectiva, resulta insólita la cantidad de obstáculos impuestos por el Consejo
Nacional Electoral para convocar a un referéndum con el fin de revocar el
mandato del Presidente Chávez. A continuación, trataremos de destacar
algunos de los aspectos más importantes que nos permitan comprender
este evento, así como las estrategias autoritarias empleadas por el gobierno
para impedir la realización de la consulta.
El contexto político en el que se trató de activar el mecanismo del referéndum revocatorio presidencial fue el de una profunda crisis política
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AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
gestada, aproximadamente en el año 2001 cuando el Presidente Chávez
promulgó un paquete de 49 leyes incluidas dentro de la Ley Habilitante
otorgada por la Asamblea Nacional que encendieron las alarmas del país
democrático.
El ambiente que gran parte de los venezolanos vivimos a partir del año
2001 y hasta abril del 2003 es difícil de describir. La sociedad civil comenzó
articular una respuesta frente a las políticas públicas del gobierno, que
eran percibidas como excluyentes y con una clara orientación por parte del
Estado a controlar la vida de los ciudadanos en ámbitos tan sensibles como
el educativo, el económico, y el político. La expresión de este malestar se
evidenció en masivas protestas de calle, primero en Caracas y luego en las
principales ciudades del país.
Los ciudadanos fuimos presa de nuestras emociones, y los ánimos
comenzaban a caldearse. Durante esta época se agudizó aún más el fenómeno de polarización política iniciado en las elecciones de 1998 en torno
a la figura de Chávez. Para un sector de los venezolanos, el Presidente
encarnaba la realización de sus aspiraciones de ascenso social y prosperidad frustrados en los últimos años de democracia; mientras que para que
otros representaba la destrucción de la democracia, y la vuelta del caudillismo decimonónico.
Es necesario destacar la inmensa responsabilidad que tiene el discurso
oficial en la polarización política, y cuyo principal incitador ha sido el
propio Chávez, quien desde su primera campaña presidencial hizo ver claramente a los venezolanos que aquellos que no estaban de acuerdo con su
opción política pasaban a ser considerados como “traidores a la patria”,
“imperialistas”, “escuálidos”, “apátridas”, “oligarcas”, etc. Sobre esto,
el investigador Antonio Pascuali (2010:1) afirma:
“Chávez, bondad suya, eliminó el paredón a cambio de un terrorismo soft, y su incesante incitación al odio de clase, su construcción
de enemigos y su implacable aplastamiento de la oposición aún no han
inducido guerra civil y muertos porque, como quien dice, Dios es muy
grande. Su polarización es un juego pesado que se le pudiera ir de las
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Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
manos convirtiéndolo en un Robespierre. Nos deja una certeza apodíctica: la paranoia amigo/enemigo es, en su alma cuartelera, irreversible.”
En consecuencia, los sectores opositores, encabezados por los partidos
políticos, entre los que se encontraban Acción Democrática, Primero Justicia, COPEI, etc., así como la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y
Producción de Venezuela (FEDECÁMARAS) se aliaron con el propósito
de conjurar, de manera pacífica y democrática, la primera crisis política
que enfrentaba el gobierno de Hugo Chávez, lo que, según los personeros
de esta sui géneris yunta obrero-patronal, pasaba por la salida del poder del
Presidente de la República.
Es muy importante recalcar que el movimiento de protesta que ocurrió en
el país fue el producto espontáneo de un proceso de malestar creciente en la
población que comenzó a organizarse en contra del ejercicio arbitrario del
poder por parte del Presidente y la imposición de políticas que estaban francamente en contra de la democracia y el desarrollo económico del país.
En diciembre de 2001, se produjo el primer paro nacional que, según la
profesora Margarita López Maya (2003), significó un gran éxito opositor
debido a la contundencia del mismo, situación que animó a los impulsores
de la huelga a continuar con esta estrategia durante los años 2002 - 2003.
La respuesta por parte del Presidente fue autoritaria y pugnaz, por lo que
cerró las puertas para cualquier tipo de diálogo, a pesar de que, por su alta
investidura, estaba llamado a convocar el diálogo nacional.
A partir de entonces, se planteó la posibilidad de exigir la renuncia del Presidente estudiándose varias vías para ello, como, por ejemplo, la enmienda
constitucional, el referéndum consultivo o el referéndum revocatorio. Este
proceso significó un mayor reto para la oposición que decidió aglutinarse en
torno a un mecanismo de concertación denominado la Coordinadora Democrática, compuesta por los principales partidos políticos, FEDECÁMARAS,
la CTV y numerosas organizaciones no gubernamentales.
El año 2002 comenzó con mayor conflictividad política esta vez por el
malestar creciente en la industria petrolera debido al nombramiento de una
110
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
nueva junta directiva que los empleados no reconocían como legítima, por
no haber sido seleccionada de acuerdo a los criterios meritocráticos de
la empresa.
Esta situación planteó un nuevo y más grave conflicto al estallar un paro
administrativo de los empleados petroleros el 09 de abril de 2002, que fue
secundado por FEDECÁMARAS y la CTV. Esta situación dio origen a los
trágicos sucesos del 11 de abril en los cuales murieron más de 19 personas
y resultaron heridas más de 100, cuando una marcha convocada hacia el
Palacio de Miraflores por parte de los impulsores del paro fue disuelta a
balazos por grupos violetos vinculados al oficialismo.
No es el objetivo de este trabajo analizar a profundidad estos sucesos,
pero conviene apuntar que, a pesar de que ya ha pasado una década, sus
actores principales no han dado su versión de los hechos y tampoco hubo
una investigación oficial sobre lo ocurrido. Lo que hay que precisar, a
nuestro juicio, es la necesaria diferenciación que debe hacerse entre el
movimiento ciudadano, que se originó como legítima respuesta al abuso
de poder del Presidente Chávez, expresado a través de marchas multitudinarias totalmente pacíficas, y el golpe de Estado que le dan los militares al
Presidente la tarde del 11 de abril, para luego ser devuelto al poder el día
13 de abril por sus propios compañeros de armas.
Es importante aclarar esto, pues, a lo largo de todos estos años, el discurso oficial, y no pocos medios de comunicación y analistas políticos de
los factores democráticos, se refieren a estos hechos simplemente como “el
golpe de Estado del 11 de abril”, sin diferenciar entre el legítimo derecho a
protestar pacíficamente que tienen los ciudadanos y la consumación de un
golpe de Estado perpetrado por la Fuerza Armada.
Después de los graves hechos de abril de 2002, la Organización de
Estados Americanos (OEA) envió a su Secretario General César Gaviria
para ofrecer su colaboración en la resolución del conflicto. A raíz de esta
visita, surgió la Mesa de Negociación y Acuerdos, instalada en noviembre
de 2002, con la participación de la OEA, el Centro Carter, el PNUD, un
grupo de países amigos de Venezuela (Estados Unidos, Portugal, España,
Brasil, México y Chile), negociadores del gobierno y de la Coordinadora
Democrática.
111
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
En los acuerdos logrados después de 6 meses de negociación, ambas
partes se acogieron a la propuesta del gobierno, que no era otra cosa que
lograr una salida pacífica y electoral a través de la realización de un referéndum revocatorio, tal como lo establece el artículo 72 de la Constitución.
Por su parte, la oposición se había pronunciado a favor de un referéndum
consultivo relativo a la solicitud de renuncia del Presidente Chávez. Para
impulsar este mecanismo, consignaron ante el CNE un número de firmas
suficientes para activar la consulta.
A partir de entonces, los venezolanos fuimos víctimas de un conjunto de
maniobras dirigidas a impedir la expresión de la voluntad popular a través
del voto. Los poderes públicos, y, especialmente las autoridades electorales, se encargaron de obstaculizar la realización primero del referéndum
consultivo y luego del referéndum revocatorio presidencial.
De esta manera, y cumplidos todos los requisitos legales, el CNE fijó
la convocatoria del referéndum consultivo para el 2 de febrero de 2003.
No obstante, apenas dos semanas antes de su realización la Sala Electoral
del Tribunal Supremo de Justicia suspendió la consulta por considerar que
existían irregularidades en la conformación de la autoridad electoral. Vale
acotar que la autoridad electoral desde el año 1999, nunca ha sido electa
por el método establecido en la Constitución, bajo el argumento de la provisionalidad o la urgencia, permitiendo así que la mayoría del directorio
del CNE sea simpatizante o militante abierto del oficialismo.
A pesar de este revés, la oposición aprovechó el día fijado originalmente
para la realización del referéndum para realizar un nuevo “firmazo” con
el objeto de recabar más firmas para activar un referéndum revocatorio
presidencial.
En agosto del mismo año, se presentó ante el CNE 3.200.000 firmas para
solicitar la revocatoria del mandato al Presidente, esta cantidad excedía con
creces las recabadas anteriormente, y las necesarias para activar la consulta
(2.400.000). Insólitamente, 15 días después de presentada, autoridad electoral rechazó la solicitud aduciendo el incumplimiento de formalidades
esenciales.
El comportamiento del gobierno pronto puso en evidencia que la Mesa
de Negociación y Acuerdos sólo sirvió como una estrategia más para ganar
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AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
tiempo y retrasar la realización de la consulta popular; de hecho, el gobierno
incumplió los compromisos acordados, tales como el nombramiento de un
CNE de acuerdo con el método establecido en la Constitución y el respeto
a la libertad de expresión.
De esta manera, el nuevo CNE, nombrado por el Tribunal Supremo de
Justicia, e integrado por 3 miembros afectos al oficialismo y dos independientes, comenzó a restringir el derecho a participar de los venezolanos
que deseaban activar el mecanismo constitucional del referéndum revocatorio, convirtiéndose en una especie de muro inexpugnable para impedir la
realización de la consulta. Esta vez, la estrategia utilizada fue la creación
de un conjunto de normas sobrevenidas que se aplicaron a la solicitud realizada con anterioridad a la publicación de la normativa.
Como lo señala Schedler (2004) los Estados autoritarios ya no recurren
a métodos extremos como la limpieza étnica, o la eliminación física para
restringir el derecho al voto, sino que emplean métodos mucho más sutiles
y efectivos para privar informalmente a los ciudadanos de este derecho,
bajo la apariencia del respeto a las normas electorales.
En el reglamento de fecha 25 de septiembre de 2003, (un mes después
de la entrega de las firmas recolectadas), se legalizó la subrogación por
parte del CNE de las actividades de la sociedad civil en la organización de
un proceso netamente ciudadano como lo es una consulta popular de este
tipo. En este sentido, el artículo 6 del documento no deja lugar a dudas:
“El Consejo Nacional Electoral organizará, administrará, supervisará
y vigilará todos los actos relativos a los procesos de referendos revocatorios de mandatos.” (2003: 1). Incluso, en el numeral tercero llega a
señalarse que el CNE elaborará los instrumentos de recolección de firmas
para la solicitud de los referéndums revocatorios.
Otra de las disposiciones arbitrarias del instrumento tienen que ver con
los criterios para invalidar las firmas como, por ejemplo, aquellas que no
fueran “manuscritas” o si se determinaba que una “firma proviene de la
misma persona” (artículo 29). Vale acotar que en nuestro país no existía
(ni existe aún) un registro completo de las firmas de todos los ciudadanos
que forman parte del registro electoral, y la firma es algo tan personal que
ningún experto grafólogo podría certificar si una firma es válida o no por
el hecho de no ser manuscrita.
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Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
Es importante señalar que la misión de observación de la OEA (2003)
advirtió que el criterio para invalidar firmas fue absolutamente arbitrario
y sometido a la discrecionalidad de los funcionarios del organismo, por
esta razón indicó que esto podría afectar negativamente el resultado del
proceso, dado que los criterios de validación cambiaban constantemente.
Incluso, según señala el informe de la OEA se llegó a someter a observación hasta el 50 y 60% de las firmas recabadas.
No obstante, y a pesar de que la misión del organismo interamericano
participó como observadora en el proceso de recolección de firmas realizado por la oposición y comprobó que el proceso había sido totalmente
transparente, el CNE se radicalizó aún más.
En el artículo 31 del mencionado reglamento estableció la obligatoriedad del organismo electoral de publicar en un diario de circulación
nacional las cédulas de identidad de los solicitantes del referéndum, violando la disposición constitucional que consagra el derecho a la privacidad
de cada uno de los electores que ejercieron su legítimo derecho a solicitar
la revocatoria del mandato.
Además, el ente comicial retrasó durante 100 días el proceso de verificación de firmas, cuando la ley estableció un lapso de 30 días. Como
resultado de la verificación, el CNE admitió apenas 1.832.493 firmas,
invalidando miles de firmas por incongruencias con en el Registro Electoral, al tiempo que fueron enviadas a “reparo” la cantidad de 876.017. El
“mecanismo del “reparo” fue explicado como la respuesta al hallazgo de
firmas denominadas como “planas” debido a su “similar caligrafía”, esta
categorización obligó a numerosos ciudadanos a someterse de nuevo a un
proceso de verificación de firmas.
A manera de anécdota personal, quiero comentar que fui una de las
miles de personas cuya firma fue mandada a “reparo” y, por ende, doy fe
del carácter parcializado de esta extraña categorización. En mi cédula de
identidad firmo con la misma rúbrica que me acompaña desde que soy
mayor de edad, y ella contiene mi apellido en manuscrito sin ninguna otra
particularidad.
El día acordado por el CNE me dispuse a “reparar” para manifestar mi
voluntad de activar el referéndum revocatorio. Al llegar al centro electoral,
114
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
noté un ambiente francamente hostil, rodeado de seguidores del oficialismo. Cuando traté de ejercer por segunda vez mi derecho, presentando
mi cédula de identidad, un funcionario me manifestó que no podía firmar
porque mi cédula se veía borrosa (mi cédula tenía muy baja calidad, pero
los datos se podían leer claramente). En consecuencia, el funcionario me
exigió que le mostrara la cédula vencida y el pasaporte para permitirme
firmar, vale acotar que ninguno de estos requisitos se encontraba en las
disposiciones del CNE. A pesar del atropello, consigné los documentos
solicitados y finalmente pude ratificar mi firma.
Sin embargo, miles de ciudadanos dejaron de acudir a este llamado a
“reparo” por temor a las represalias, que ya se asomaban en el discurso
presidencial a través de amenazas veladas sobre todo contra los funcionarios públicos, empleándose de la manera más descarada la estrategia de
la coacción. Esta lamentable situación, por la que pasamos miles de venezolanos, nos llevó a concluir que el escenario de unas elecciones limpias,
transparentes y democráticas, sin duda, era utópico.
Un año después de los sucesos del 11 de abril, el gobierno no había
podido recuperar su credibilidad ante la opinión pública y el rechazo era
mayoritario. Según la firma encuestadora Datanálisis (2003) para mayo
de 2003 el 70,1% de los venezolanos se manifestaba como crítico duro
del régimen y apenas 15,8% sentía mucha confianza en el Presidente. De
igual manera, un contundente 64% se encontraba a favor de la revocatoria
del mandato.
Durante el tiempo transcurrido entre la convocatoria del referéndum y
su realización, el gobierno nacional entendió que, de permitir la realización de la consulta popular en ese momento, sería ampliamente derrotado.
Por esta razón, además de ganar tiempo, decidió implementar un plan
masivo de ayuda social denominado “las misiones”, programas sociales
que se manejaron desde el principio como una ayuda personal que Chávez
daba el pueblo, y que, a confesión del propio Presidente, se pusieron en
marcha por sugerencia de Fidel Castro, quien ofreció personal cubano
para llevarlas a cabo. Chávez reconoció incluso que más que una política social, las misiones cumplieron el claro objetivo a dar respuesta a una
coyuntura electoral desfavorable. Al respecto señaló (citado por D’Elia y
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Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
Cabezas; 2008: 6): “ustedes deben recordar que, producto del golpe y
todo el desgaste aquel, la ingobernabilidad que llegó a un grado alto, la
crisis económica, nuestros propios errores, hubo un momento en el cual
nosotros estuvimos parejitos, o cuidado si por debajo. Hay una encuestadora internacional recomendada por un amigo que vino a mitad del
2003, pasó como 2 meses aquí y fueron a Palacio y me dieron la noticia
bomba: Presidente, si el referéndum fuera ahorita usted lo perdería`.
(…) Entonces fue cuando empezamos a trabajar con las misiones, diseñamos aquí la primera y empecé a pedirle apoyo a Fidel (Castro)”.
Las principales misiones fueron Barrio Adentro, que garantizaba la presencia de médicos cubanos en las zonas populares y barriadas del país, y
Mercal, una red de distribución estatal de alimentos a bajos costos. Asimismo, se plantearon misiones educativas como la Robinson y la Ribas,
destinadas a aquellas personas que no hubiesen culminado su educación
primaria o media.
Las misiones tuvieron una gran acogida en la población y en pocos meses
ayudaron a rescatar el sentimiento de esperanza y de inclusión social que
había despertado Chávez al ser electo en 1998. Las misiones se constituyeron en la expresión más acabada del clientelismo político, una de las estrategias señaladas por Schedler (2006) como eficaces en el control de votantes
en contextos de elevada desigualdad social como el nuestro.
Según Datanálisis (2004), en las semanas previas al referéndum revocatorio, la tendencia electoral era hacia el aumento de la popularidad del Presidente y la negativa a la revocatoria su mandato, demostrando así el éxito
y acogida de las misiones en las clases populares. La encuestadora vaticinó
que la diferencia entre ambas opciones era muy cerrada y, por tanto, el
triunfo a favor de una u otra opción serían por un pequeño margen.
Finalmente, en junio de 2004 se convocó la realización de la consulta,
fijándose como fecha el 15 de agosto de ese año, prácticamente un año después de la solicitud inicial de la consulta. Incluso, en la pregunta redactada
por el árbitro electoral podemos observar el sesgo a favor de la ratificación
del mandato presidencial. La pregunta se planteó así: “¿Está usted de
acuerdo con dejar sin efecto el mandato popular otorgado mediante
elecciones democráticas legítimas al ciudadano Hugo Rafael Chávez
116
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
Frías como presidente de la República Bolivariana de Venezuela para
el actual periodo presidencial?.” Incluso las opciones de respuesta fueron
invertidas, en vez de Si - No, fueron presentadas como No - Si.
Luego de tantos tropiezos y retrasos, el día de la elección devino en un
evento caótico: la introducción de máquinas captahuellas y el retraso en
la apertura de las mesas, provocaron un retardo inusitado en el proceso
de votación que se prolongó hasta la madrugada en la mayor parte del
país. Además, se produjeron restricciones al derecho al voto, motivados
por las máquinas captahuellas que causaron confusión y zozobra en la ciudadanía.
Por otra parte, la autoridad electoral incumplió con el deber de informar
a los venezolanos el resultado oficial. El primer boletín había sido anunciado para las 8 de la noche, debido a la rapidez del sistema automatizado y
no fue sino hasta aproximadamente las 3 de la madrugada cuando el CNE
presentó el primero boletín.
En un resultado que aún hoy despierta controversias, el 59.09% de los
venezolanos votó a favor de la continuidad del Presidente Chávez, mientas
que 40.63% apoyó la revocatoria del mandato. Ahora bien, más allá de
las dudas razonables del resultado porque la mayoría de las encuestadoras
daban una diferencia muy cerrada entre ambas opciones, las innumerables irregularidades del proceso, el incumplimiento repetido de los lapsos
legales para la convocatoria, la aplicación de normas sobrevenidas, la
manera poco transparente como se implementó el voto electrónico, el uso
indiscriminado de los recursos del Estado en la propaganda oficial, la parcialidad de los poderes públicos, y todos los obstáculos suscitados el día de
la elección, constituyen elementos de juicio que nos llevan a concluir que
el referéndum revocatorio presidencial fue una elección semicompetitiva.
La historia del referéndum revocatorio no terminó con la ratificación de
Chávez. La victoria del Presidente significó la agudización de la discriminación política y el empleo masivo de la estrategia de coacción y amenazas
como política de Estado. A partir de ese momento la discriminación política alcanzó altos niveles de sofisticación, a través de las listas “Tascón” y
más adelante la lista “Maisanta”.
117
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
Pero, ¿Qué son las listas Tascón y Maisanta?
En enero de 2004, Chávez le informó al entonces presidente del CNE
Francisco Carrasquero que había autorizado a su jefe de campaña el diputado Luis Tascón a obtener copias de las planillas de los firmantes del revocatorio. Las planillas fueron entregadas sin ninguna objeción al diputado,
y este procedió a publicar la lista de nombres en su página web supuestamente para que las personas pudieran verificar su firma.
Posteriormente, el oficialismo diseño un nuevo programa más sofisticado denominado “Maisanta” que además de los nombres de los firmantes del revocatorio, contenía la información de registro electoral de
cada elector, su filiación política (gobierno – oposición) y la pertenencia a
alguna misión gubernamental.
A partir de entonces, estas listas sirvieron para emplear una terrible
estrategia de coacción e intimidación a los votantes que habían solicitado
la revocatoria del mandato. Esta estrategia discriminatoria se materializó
de muchas maneras, las más frecuentes fueron: el despido de instituciones oficiales sin motivo justificado, y el cese de contratos y de pagos a
empresas contratistas del Estado. Incluso, a numerosas empresas privadas
se las coaccionó a despedir a empleados si habían sido ex - trabajadores de
la petrolera estatal y firmantes de la solicitud de revocatorio presidencial.
Esta discriminación política inédita en nuestra historia contemporánea
fue ampliamente documentada por organizaciones de derechos humanos
y organizaciones internacionales. Al respecto, la Unión Europea (2005:)
señaló:
“Tras el referéndum, la consolidación de datos de ciudadanos y sus
preferencias en el proceso de recolección de firmas dio lugar a una utilización claramente abusiva de la información compilada, que supuso
una intromisión en los derechos civiles y políticos de los ciudadanos.
Se ha dicho que el abuso fue generalizado y que incluyó amenazas y
varias formas de presión sobre los ciudadanos (exclusión de concursos
públicos, despido de personal de empresas públicas y privadas por ser
de una opción política contraria.”
118
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
Las listas perjudicaron a miles de familias venezolanas, y violentaron
el derecho al trabajo de numerosos ciudadanos, sencillamente por haber
ejercido sus derechos políticos. Las evidencias de estos terribles hechos
se encuentran documentadas con testimonios de las víctimas en el libro de
Ana Julia Jattar denominado “Apartheid del siglo XXI” (2006).
Otra consecuencia, desde el punto de vista electoral, fue la pérdida de
la ya poca credibilidad del CNE, las dudas con respecto al secreto del voto
y peor aún el cuestionamiento del valor del voto para resolver conflictos
políticos y cambiar una situación no deseada.
Un aspecto no menos terrible, y que refleja la gran indefensión de los
ciudadanos frente al autoritarismo electoral, fue la indiferencia de los
poderes públicos frente a la discriminación política. Al respecto Kornblith
(2007: 19) señala:
“Muchos de los que aparecieron en la llamada lista Tascón fueron
destituidos de sus cargos públicos, se les negó la documentación oficial y el acceso a los servicios públicos, los contratistas con el sector
público perdieron sus asignaciones, los firmantes fueron conminados
a retirar sus nombres en la fase de reparo, etc. Ninguno de los órganos
responsables de la defensa de los derechos de los ciudadanos, como el
Defensor del Pueblo o la Fiscalía General se pronunció en contra de
esa práctica discriminatoria.
Tampoco fue sancionado el diputado ni quienes utilizaron la información en contra de los electores.”
Incluso hoy en día el Estado sigue discriminando a través de estas listas
para impedir el ingreso de disidentes a los organismos estatales, ministerios, banca pública, etc.
Elección del Alcalde Metropolitano de Caracas. 23 de noviembre
de 2008
En estas elecciones, el gobierno empleó la estrategia de tutela, tras la
victoria en las elecciones regionales del 23 de noviembre de 2008 del candidato opositor Antonio Ledezma con el 52.42%, frente al candidato ofi-
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Revista Memoria Política
cial Aristóbulo Isturiz con 44.94%. Es importante recordar que Ledezma
asumió la candidatura luego que Leopoldo López, quien encabezaba los
estudios de opinión (según Datanálisis ostentaba el 48,3% de las preferencias frente al 31,5% del candidato oficial) fue inhabilitado por el Contralor
General de la República.
En términos políticos perder la Alcaldía Metropolitana de Caracas resultó
devastadora para el gobierno, así que bien pronto ideó un plan para despojar
a Ledezma de sus funciones constitucionales. De esta manera, el Parlamento
anunció el 9 de marzo de 2009 la discusión de la Ley del Distrito Capital que,
según la Presidente del Parlamento Cilia Flores, debía otorgar al Presidente
Chávez la potestad de elegir “una autoridad única” o “vicepresidente” del
Distrito Capital. La ley fue aprobada en menos de un mes, el día 7 de abril,
otorgándole funciones al gobierno metropolitano de administrar la hacienda
pública del Distrito Capital, elaborar y ejecutar el plan de desarrollo económico y social, contratar la ejecución de obras públicas, la organización
recaudación y control tributario, así como la prevención de delito y la seguridad. La Alcaldía metropolitana fue despojada de su sede y de presupuesto,
quedando solamente como una instancia coordinadora de los diversos municipios que conforman el distrito metropolitano.
En su artículo 7 la ley en cuestión establece que el Jefe o Jefa de Gobierno
del Distrito Capital será de libre nombramiento y remoción por parte del
Presidente de la República. Si bien la Constitución ordena a la Asamblea
Nacional la creación de una Ley Especial para regir el Distrito Capital,
señala en su artículo 156 que esto deberá estar acorde con el carácter participativo y democrático de la Constitución, sin señalar en modo alguno que
el Presidente tendría la potestad de designar una autoridad única. Además,
la Constitución es clara cuando señala que el sufragio universal es el medio
a través del cual el pueblo elige a sus representantes.
La autoridad designada por el Presidente fue Jacqueline Farías, quien
había desempeñado varios cargos en el gobierno como ministra de
ambiente, presidenta de Hidrocapital y luego vicepresidenta de occidente
del PSUV. La Ley del Distrito Capital, como ha ocurrido en muchas otras
oportunidades, sirvió para darle un barniz de legitimidad a la destitución de
facto de Antonio Ledezma, gobernante elegido por el voto popular apenas
5 meses antes de la sanción de dicho instrumento.
120
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
Como si esto no fuera suficiente, encontramos también la vulneración
al principio de decisividad a través de la estrategia de reversión. Schedler
(2004) señala que las elecciones deben poder dotar de un poder real a los
candidatos electos para tomar decisiones públicas, si no es así, no estamos
hablando de elecciones democráticas. En el caso del Alcalde Metropolitano, electo por votación popular, no sólo se le escamoteó aproximadamente el 93% del presupuesto de la institución, sino que se le arrebató la
administración de las escuelas, los hospitales, policías y bomberos.
Como hemos demostrado a lo largo de la investigación y a través de tres
casos muy concretos el gobierno de Hugo Chávez ha desmontado el sistema democrático representativo para imponer un modelo de autoritarismo
electoral. Para ello y a través del control total de los poderes públicos, tales
como el Consejo Nacional Electoral, la Asamblea Nacional, la Contraloría
General de la República y el Tribunal Supremo de Justicia, ha recurrido
a estrategias señaladas por el profesor Schedler, como la exclusión, las
restricciones informales al derecho al voto, y la tutela.
Esta situación complejiza aún más la naturaleza del autoritarismo en
Venezuela, porque por un lado se busca cumplir o al menos hacer ver que
se cumple con las formalidades democráticas, fundamentalmente las elecciones, y por el otro se restringen las libertades públicas y se crean marcos
electorales absolutamente desiguales para evitar el triunfo de la disidencia.
Incluso, como ha ocurrido en los últimos procesos electorales cuando ocurren triunfos opositores el Estado emplea la estrategia de la reversión.
Finalmente, consideramos que la decisión de los factores democráticos
de continuar participando en elecciones a pesar de las condiciones desventajosas impuestas por el régimen, es la más adecuada para enfrentar el
autoritarismo electoral. No obstante, esta participación debe ir sustentada
por un movimiento de lucha por la restitución de garantías electorales y de
igualdad de condiciones de participación. Los partidos políticos no pueden
realizar solos esta lucha, se requiere la participación de las universidades,
gremios, empresarios y organizaciones civiles.
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Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
Las inhabilitaciones.
Resultaría muy confuso para un lector extranjero entender cómo es
posible que cientos de venezolanos hayan sido inhabilitados para ejercer
funciones públicas a pesar de no haber sido condenados mediante una sentencia judicial definitivamente firme y en el marco de un juicio imparcial.
Las inhabilitaciones por vía administrativa constituyen una violación
más de los derechos políticos de los ciudadanos. En este caso del derecho
al sufragio pasivo que viene a ser la posibilidad de todo ciudadano a ser
elegido, siempre y cuando cuente con los requisitos constitucionales para el
cargo de elección popular al que aspira. Asimismo, se violan los derechos
de todos los venezolanos al sufragio activo, que no es más que el derecho
que todos tenemos a elegir a los candidatos de nuestra preferencia.
En la Constitución de 1999 se establece claramente en su artículo 65 las
limitaciones para ejercer un cargo público:
“No podrán optar a cargo alguno de elección popular quienes hayan
sido condenados o condenadas por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones y otros que afecten el patrimonio público, dentro
del tiempo que fije la ley, a partir del cumplimiento de la condena y de
acuerdo con la gravedad del delito.”
En el año 2001, se aprobó la Ley Orgánica de la Contraloría General
de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal (SIAF). En el
artículo 105 del instrumento se faculta al Contralor General para imponer
la sanción de inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos a funcionarios públicos hasta por un periodo de quince años. El artículo dice textualmente (2001: 19):
“La declaratoria de responsabilidad administrativa, de conformidad
con lo previsto en los artículos 91 y 92 de esta ley, será sancionada con
la multa prevista en el artículo 94 de acuerdo con la gravedad de la
falta y el monto de los prejuicios que se hubieran causado. Corresponderá al Contralor General de la República de manera exclusiva
y excluyente, sin que medie ningún otro procedimiento, acordar en
atención a la entidad del ilícito cometido, la suspensión del ejercicio
del cargo, sin goce de sueldo por un periodo no mayor de 24 meses
122
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
o la destitución del declarado responsable, cuya ejecución quedará a
cargo de la máxima autoridad, e imponer atendiendo a la gravedad de
la irregularidad cometida su inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas hasta por un máximo de 15 años, en cuyo caso deberá
remitir la información pertinente a la dependencia responsable de la
administración de los recursos humanos del ente u organismo en el
que ocurrieron los hechos para que realice el trámite pertinente.”
Sin embargo, según el experto Alberto Arteaga Sánchez (2008) la Contraloría General de la República no puede aplicar penas, por cuanto no es
juez penal, pero si puede declarar la responsabilidad administrativa. En el
caso de que existan elementos que indiquen responsabilidad penal, debe
remitirse lo actuado al Ministerio Público.
Un grupo de juristas, entre los cuales se encuentra Enrique Sánchez
Falcón, Jesús María Casal, Alfonso Rivas Quintero y el propio Alberto
Arteaga Sánchez (2008) solicitó al Tribunal Supremo de Justicia que
declarara la inconstitucionalidad del citado artículo 105, argumentando
entre otras cosas que el mencionado artículo se refiere sólo a funcionarios públicos designados y en ningún caso a funcionarios electos popularmente.
Pero la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia argumentó
que los procesos establecidos por el Contralor garantizan el derecho a la
defensa y al debido proceso de las personas imputadas y, más aún, que el
artículo 65 de la Constitución no contiene una única modalidad de inhabilitación administrativa por malos desempeños en la gestión pública. Esta
decisión puso una vez en evidencia la inexistencia del necesario equilibrio
de poder que debe existir en un sistema democrático, por cuanto corresponde al máximo tribunal del país defender el orden constitucional.
Sobre esta situación, el profesor José Enrique Molina (2007: 161)
expresa:
“La posibilidad de que un funcionario, altamente politizado, como
el Contralor General de la República de Venezuela, puede inhabilitar
para el ejercicio de cargos públicos, y por ende, para el ejercicio del
derecho a postularse como candidatos a políticos tanto del gobierno
123
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
como de la oposición, se ha constituido en una innovación muy importante del sistema electoral venezolano, que como es evidente puede
poner en entredicho el carácter democrático de los procesos electorales en nuestro país.”
Al contar con esta facultad de inhabilitar por vía administrativa, el Contralor se convierte en un actor principal del sistema electoral. Y es que, a
partir de ese momento, las inhabilitaciones decidieron el futuro político de
muchos dirigentes políticos y erigieron en candidatos a líderes que no eran
considerados como la primera opción para aspirar a los cargos de elección
popular.
De esta manera, además de la violación de los derechos políticos, las
inhabilitaciones tienen un claro sesgo político-partidista, por cuanto la
mayoría de los líderes políticos inhabilitados pertenecen, sospechosamente, al bando opositor. Una vez más nuestro país es escenario de un
proceso de discriminación política dirigido desde el poder, erigiéndose una
nueva lista, esta vez la lista “Russian” (por Clodosvaldo Russian, difunto
Contralor General de la República) con el nombre de los inhabilitados.
Algunos de los dirigentes opositores más importantes han sido inhabilitados. Tal es el caso de Enrique Mendoza, ex – gobernador de Miranda,
Leopoldo López ex – alcalde del municipio Chacao y del ex – gobernador
del Zulia y ex – candidato presidencial Manuel Rosales. Incluso, en mayo de
2010, faltando sólo cuatro meses para las elecciones parlamentarias se inhabilitó a los comisarios de la Policía Metropolitana, juzgados por los hechos
del 11 de abril de 2002, Lázaro Forero y Henry Vivas, que planeaban postularse como candidatos a la Asamblea Nacional. La ratificación de la condena
a 30 años de cárcel se produjo después de siete años en prisión, tras un juicio
plagado de retrasos, irregularidades y parcialización política.
Nos referiremos in extenso al caso de Leopoldo López que, en nuestra
opinión, expresa la arbitrariedad y el uso de las inhabilitaciones para
excluir del juego electoral a líderes opositores.
López fue inhabilitado por la Contraloría en 2006 porque, siendo
empleado de la estatal Petróleos de Venezuela, obtuvo una donación de
60 millones de bolívares para su fundación Primero Justicia (génesis del
124
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
partido Primero Justicia) entre los años 1998 y 2001, cuando su madre
era gerente de asuntos públicos de la empresa. López, quien para el 2006
ejercía el cargo de Alcalde del municipio capitalino de Chacao, fue inhabilitado por 3 años, contándose a partir de noviembre de 2008. Posteriormente, se le inhabilitó por 3 años más por el desvío de recursos de la
alcaldía que fueron destinados al pago de bomberos, maestros, policías
y gastos de alumbrado público. Esta decisión también le impidió participar en los comicios regionales de 2008, en los que aspiraba a la Alcaldía
Mayor del Distrito Metropolitano.
Conviene apuntar que el ex alcalde de Chacao nunca fue juzgado por
ninguno de estos dos hechos, ni mucho menos condenado por un tribunal
de la república. Por esta razón, decidió elevar su reclamo de justicia a
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en marzo de 2008. El 01
de septiembre de 2011 este órgano falló a favor de López. La Corte basó
su decisión en los artículos 23.1 y 23.2 de la Convención Americana de
Derechos Humanos que consagra los derechos y oportunidades a la participación en la dirección de los asuntos públicos, directamente o por medio
de representantes libremente elegidos; a votar y ser elegidos en elecciones
periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto
secreto que garantice la libre expresión de los electores; así como acceder
a las funciones públicas de su país.
Además, el artículo 23.2 de la mencionada Convención señala cuáles
son las causales que restringen los derechos reconocidos en el artículo 23.1
eusdem, y los requisitos que deben cumplirse para que proceda tal restricción. En el caso concreto de una restricción impuesta por una sanción para
ocupar cargos públicos, ésta sólo es posible mediante una “condena por
juez competente, en proceso penal.”
La Corte es muy clara al señalar que ese requisito no se cumplió en el
presente caso, pues el órgano que impuso las sanciones en cuestión no era
“un juez competente.”, esto es, “no hubo condena y las sanciones no se
aplicaron como consecuencia de un proceso penal”.
Con base en estos argumentos, el órgano resolvió que el Estado venezolano violó los artículos 23.1 y 23.2, en concordancia con el artículo 1.1
de la Convención Americana, en perjuicio de López. Igualmente, la Corte
125
Ingrid Jiménez Monsalve
Revista Memoria Política
concluyó que el artículo 105 de la Ley Orgánica de Contraloría General
de la República y del Sistema Nacional de Control Fiscal es contrario a la
seguridad jurídica que debe ostentar un procedimiento sancionatorio. Por
ende, resolvió dejar sin efecto las resoluciones emitidas por el Contralor
General, mediante las cuales el ex – alcalde fue inhabilitado y, además,
dispuso que, dentro de un plazo razonable, el Estado venezolano debe adecuar el artículo 105 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la
República y del Sistema Nacional de Control Fiscal, de acuerdo a lo señalado en esta sentencia.
Casi inmediatamente después que la Corte Interamericana de Derechos
Humanos pronunció el fallo a favor de López, el Tribunal Supremo de Justicia emitió un comunicado en el que explicaba que “revisaría” la decisión
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a raíz de un recurso de
interpretación introducido por el entonces Procurador General de la República Carlos Escarrá.
El TSJ se pronunció el 17 de octubre de 2011, declarando “inejecutable” la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, dictaminando que López puede postularse al cargo de elección popular que
desee, pero sigue inhabilitado para administrar fondos públicos.
La Presidenta del Tribunal Luisa Estela Morales, en una confusa rueda
de prensa en la que dio a conocer los detalles de la decisión, al responder
a una pregunta sobre si López de ganar la elección presidencial podría
ejercer su cargo, expresó lo siguiente: “No podemos hablar sobre situaciones futuras. Si López gana las elecciones presidenciales entonces el
TSJ se pronunciará al respecto.”
En la sentencia, se destaca que “no se trata de interpretar el contenido y alcance de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ni de desconocer el tratado válidamente suscrito por
la República que la sustenta o eludir el compromiso de ejecutar las
decisiones según los dispone el artículo 68 de la Convención Interamericana.” (p.40). Incluso al final de la sentencia, se critica a la Corte al
señalar: (La Corte) “emitiendo órdenes directas a órganos del poder
público venezolano (Asamblea Nacional y Consejo Nacional Electoral), usurpando funciones cual si fuera una potencia colonial y pre-
126
AUTORITARISMO ELECTORAL EN VENEZUELA
tendiendo imponer a un país soberano e independiente criterios políticos e ideológicos absolutamente incompatibles con nuestro sistema
constitucional.”
Sin embargo, a pesar de que la sentencia trata de ampararse básicamente
en un concepto anticuado de soberanía y en una retórica declaración de
principios a favor de la lucha contra la corrupción, está claro que el efecto
de la decisión, tras este enrevesado, fallo es una sólo: Leopoldo López
continúa inhabilitado y, una vez más, fuera del juego electoral, gracias a las
maniobras legales de la Contraloría General de la República y del Tribunal
Supremo de Justicia.
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 129-139
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad
de vivir armónicamente
Yelitza T. Barreto F. *
RESUMEN
Reflexionando en torno a la propuesta del pensamiento complejo
de Edgar Morin nos aproximamos a describir los tropiezos y dificultades de la barrera enciclopédica, epistemológica y lógica en la
Teoría General del Derecho. Revisitar y evaluar lo que aprendimos y
cómo lo aprendimos, por qué y para qué lo aprendimos, analizar y
evaluar los resultados de la aplicación. Buscando la consciencia y
utilidad del saber, al encuentro del AHORA y su relatividad, la posibilidad necesaria de producir e interpretar los saberes de interrelacionarlos para la vida, a favor de la vida. Y para lo que es primordial:
para vivir armónicamente.
Palabras claves: pensamiento complejo, saber, vida, armonía.
* Abogado, (UC) Especialista en Derecho Administrativo (UCAB). Magíster en Ciencia
Política: Mención Gerencia Pública, (UC). Docente en la Facultad de Ciencias Jurídicas
y Políticas, Universidad de Carabobo. Investigadora adscrita al Centro de Estudios
Políticos y Administrativos, Universidad de Carabobo. Doctorante en Ciencias Sociales
Mención Cultura, Universidad de Carabobo. Correo electrónico: [email protected]
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 129-139
EXPLORING: KNOWLEDGE AND THE OPPORTUNITY
TO LIVE HARMONIOUSLY
Yelitza T. Barreto F.
Summary
Reflecting on the proposal of the complex thought of Edgar
Morin we approach to describing the problems and difficulties of the
barrier encyclopedic, epistemology and logic in the General Theory
of Law. Revisit and evaluate what we learned and we learned how,
why and what we learned, analyze and evaluate the results of the
application. Looking awareness and usefulness of knowledge, to
meet the NOW and its relativity, the possibility of producing and
interpreting necessary knowledge interrelation for life, the sake of
the life. And what is paramount: to live in harmon.
Key words: complex thinking, Knowledge, life, harmony.
130
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad de vivir armónicamente
Trajinando desde la Ciencia Jurídica muchas veces las herramientas
son insuficientes. Esta meditación husmea, se acerca e intenta explicar la
vinculación de la Ciencia Jurídica con la Ciencia Política. De frente a los
escollos y los laberínticos parajes del hacer y deshacer de la “ley” y su
“cumplimiento”. Este trabajo no intenta calificar como filosófico ni busca
estructurar, construir, deconstruir o salvaguardar lo jurídico. En todo caso,
es una reflexión que surge del alma “bucle”. Se ha observado que las resoluciones se vuelven una y otra vez levantando la enorme cresta de la ola
que se bate contra los riscos. Unas palabras resuenan en la mente desde
que fueron leídas: “Estoy cada vez más convencido de que nuestros principios de conocimiento ocultan lo que, en adelante, es vital conocer” (Edgar
Morin, 1999). La exploración es el mejor término para esta búsqueda, iniciática, sin esperar encontrar nada, sólo navegar y experimentar. Después
de todo, tal y como se han hecho las cosas y sus resultados, pareciera
conveniente encontrar otras formas que favorezcan la comprensión de lo
humano y de la humanidad.
I.- Explorando: Los pilotes de lo que aprendimos…
En las escuelas de derecho estudiamos positivismo, atendemos a la formalidad y no a la realidad. Se interpretan normas y se analizan sentencias. Nos adiestramos para ser “ejecutores” de la ley y de la “voluntad
suprema”. Mio Cid, Mio Cid. ¿Quién es el “señor” que se obedece?. ¿Se
obedece a 1 Hombre, a 1 grupo o a una masa?. ¿Nos preparamos para estar
conscientes de ello?.
¿Dónde está el Hombre?. ¿Dónde se conocen y aprecian los resultados
de lo escrito y su aplicación?.
Nuestra filosofía es enciclopedista, nuestro lenguaje incomprensible y
muchas veces incompatible con el de otras disciplinas-, nuestros códigos
estáticos; somos alimentados de las glorias del génesis compilador romano.
La Teoría General del Derecho es imperturbable y está sujeta a la racionalidad del movimiento codificador moderno. Aprendemos: valores, principios, códigos, leyes y los aplicamos. Somos técnicos y todo lo aprendemos
y lo hacemos “objetivamente”, sin que medien “pasiones humanas”. Todo
131
Yelitza T. Barreto F.
Revista Memoria Política
lo cual se resume en lo siguiente: el Derecho es el producto de la razón
humana, es perfecto, es la verdad, que se concreta en la ley. Esto se refuerza
con la idea del “estado de derecho”.
Por otra parte, la lógica del derecho es irremediablemente represiva,
cruel y promueve inconscientemente la violencia social: El juez decide,
y en esa decisión alguien “gana” y alguien “pierde”. En esa lógica quien
pierde es “castigado”.
Diría Morin que el saber no es producido para ser articulado y pensado,
es decir, para la vida y lo que es primordial, para vivir armónicamente, sino
para garantizar el orden y asegurar la paz social. El orden y la paz pueden
justificar infinitas veces la guerra…¿Cuál orden?, ¿Cuál paz?.
¿Qué interés está oculto tras los bastidores de la perfección y la racionalidad?.
¿Cómo es que declaramos imposible una visión del Hombre y el
mundo?. Cómo es que de repente, en este siglo, en Venezuela, sentimos la
inseguridad de no conocer qué ley está vigente, ni cuál es la “verdad”, perdiéndonos en la manipulación y en la intemporalidad del hiperespacio…
De pronto, descubrimos que el Hombre no es una ley. Tantas veces repetidos y memorizados artículos, códigos y leyes, tantas veces desmembrada
la disciplina en las especialidades, el Saber en no Saber…y de pronto…
sólo hay 1 cosa que subsiste: El Estado y la POTESTAD –el poder de decir
qué debemos hacer y sancionarnos si no lo hacemos-.
Parece desquiciado, y es hasta gracioso, pero construimos un orden
jurídico perfectamente racional que nos daría “orden y paz social”. ¿Hay
orden? ¿Hay paz?. Podríamos tener una percepción u otra, pero: seremos
capaces de negar la violencia en la sociedad. De hecho, existente a tal
punto que ya existe una representación estética de la misma.
Para los abogados el DEBER SER es nuestro norte, la pirámide de
Kelsen es aprendida, como “la verdad” y así las cosas, el pensamiento Kelseniano no se observa y no se aprehende, entre otras cosas, como el producto de un momento histórico, epistemológico que en la realidad generó
consecuencias, sino, por el contrario, su repetición perenne e inconsciente
fortalece el pensamiento jurídico de un país como una especie de labo-
132
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad de vivir armónicamente
ratorio donde se diseñan técnicamente –de forma objetiva-“normas perfectas” que teóricamente “cambiarán la realidad”.
Todo se convierte finalmente en un ciclo, y dentro de él una espiral que
crece exponencialmente en su esencia represiva.
Son compartimientos estancos, llenos de agua estancada, nada es transparente, todo “afuera”, en la “realidad” es turbio e inasible, sólo soportado
por la formalidad estatal y su legitimidad para el uso de la fuerza.
Las escuelas de derecho en Venezuela promueven la modernización y
la estructura lógica de la norma jurídica como lo que debe ser, la realidad
es otra. Explico:
La estructura lógica de la norma planteada por Kelsen –influencia
de Hume, Kant y Comte- pertenece al pensamiento lineal y sería de la
siguiente manera:
Si A es debe ser B
Si no es B debe ser C
“La leyenda de esta formulación es la siguiente: A representa la situación dentro de la cual debe encontrarse el sujeto, B es la conducta prevista
por la norma, que debe tener el sujeto y C es la sanción impuesta por el
órgano competente del estado.”
En la perspectiva constitucional es incomprensible el análisis; es algo
así, como decir lo siguiente:
Si la constitución reconoce y garantiza que el hombre DEBE
SER libre. Si no es libre DEBE SER liberado.
¿El Hombre es o no es libre?
Ahora me pregunto: ¿cuál es la dimensión de la libertad?, ¿quién determina su libertad?. Se trata de un concepto jurídico indeterminado…atenderá a épocas y dimensiones…¿la idea de libertad es global o local?. ¿la
idea de libertad es occidental u oriental?.
133
Yelitza T. Barreto F.
Revista Memoria Política
Esta lógica que plantea la “verdad formal” es represiva, legitimadora de
la violencia, opresora. Tiene un pilar inconsciente fundamental en cuanto
a lo que conocemos como el uso dialéctico del poder en la humanidad:
opresores/oprimidos, dominantes/dominados, abusadores/abusados.
Es decir, parte de supuestos tales como:
•
Quien crea la norma jurídica ha decidido qué es verdad y es
perfecto. Una verdad así creada es la verdad y es perfecta
(sea poder originario o no)
•
La norma jurídica es la verdad y es perfecta.
•
Quien aplica la norma jurídica lo hace conforme a la verdad
y es perfecto.
•
El Estado tiene el poder de oprimir.
•
Esto supone que quien tiene el PODER tiene derecho a
oprimir, es perfecto en su voluntad.
Todo ello resulta un absurdo, si lo observamos y lo cuestionamos en
pleno siglo XXI.
No quiero decir con esto que Kelsen fue o es irracional, todo lo contrario,
a su tiempo le corresponde precisamente “el racionalismo” y la “verdad”,
el lugar que posee y merece en la Ciencia ya lo tiene, según los paradigmas que regían “el tiempo”. Pero, sí me pregunto, ante las dificultades
e intersecciones que la cotidianidad nos plantea constantemente, ante las
“frustraciones” del orden y en el desorden ¿tenemos que seguir pensando
así?. Si ¿es esta forma de pensar la que puede solucionar los problemas
a los que se enfrenta la sociedad actual?. O si, tendremos que empezar a
aprender a pensar de otra manera “reaprender a aprender”, menos rígida
y más líquida. Sobre todo, después de aproximarnos al pensamiento complejo de Edgar Morin.
¿Cómo se traduce la complejidad de lo que se llama “lo real”?, el Estado
está en crisis, su concepción estructural fundado en un orden lógico que
legitima el “castigo”. ¿Seremos capaces de tomar consciencia respecto a
ello?, ¿de reconocerlo?. ¿O seguiremos cambiándole el nombre al sofá?.
134
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad de vivir armónicamente
II.- Explorando: Molk (ofrenda) del derecho y el legado hermético
de la violencia.
El Molk (ofrenda) del derecho representa un reconocimiento del pasado
y una metamorfosis que silenciosa nos observa desde las hendijas, sencillamente esperando que tomemos consciencia de ella.
Desde tiempos inmemoriales la humanidad fue regida por “leyes de
Dios” que luego se convirtieron en “leyes del Hombre”. Es lo que “debe
ser”. Pero no es. De los milenarios paradigmas del derecho y de la sujeción
del Hombre a la norma hemos finalmente visto, en este siglo, declinado en
el embudo de los “indignados”.
El Molk (ofrenda) del derecho significa honra y un respeto a lo que fue
y ya no es. No es necesario atacarlo, sencillamente tratamos de otra época
–no seguirá usted usando la carreta después de la invención del automóvil,
ni el automóvil cuando pueda volar por sí mismo-. Cierra de esta manera
un ciclo para emerger otro, superamos en este contexto la palabra reforma,
revolución, cambio, entre otras…pues no se trata de un rompimiento...se
trata sólo de un nuevo día, que disuelve la oscuridad, sin mayores pretensiones, sin rencores ni persecuciones, sólo es.
Así las cosas, para identificar este momento, se elige el término transformación, queriendo mostrar que lo que vislumbramos es la evolución de
la ciencia jurídica, si es lo que elegimos, no porque a partir de ella evolucione el Ser Humano…todo lo contrario, la evolución de la ciencia jurídica
es consecuencia de la evolución humana.
En este sentido quizás deje de ser ciencia apartada o segmentada para
formar parte del todo. En este sentido, amerita comprender que ya no se
trata de aprender y memorizar leyes sino de hacerse preguntas. ¿Por qué?
¿Para qué?. El método ya es otro.
Así, en lugar de frustrarnos y desesperarnos en el pensamiento simplificante y su círculo vicioso. Pasaremos a lo que anuncia Morin (1999) en
El Método: la naturaleza de la naturaleza “…la posibilidad de transformar
los círculos viciosos en ciclos virtuosos, que lleguen a ser reflexivos y
generadores de un pensamiento complejo”.
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Yelitza T. Barreto F.
Revista Memoria Política
Es decir, y ¿por qué no dejar de vernos como simples “ejecutores” de la
ley y de la “voluntad suprema”?.
Morin (1999) ha señalado un punto de partida para aprender “con
plena consciencia de la simplificación” y de no ceder a los “modos del
pensamiento simplificante”. De alguna manera un inicio para repensar lo
jurídico y sus conclusiones significa superar el IDEALIZAR, RACIONALIZAR Y NORMALIZAR.
No podemos seguir pensando que el Hombre sea libre sólo por declararlo en la Constitución y que la idea de libertad de uno es global, que sólo
es real lo que pensamos…no la vida misma.
No podemos seguir pensando que podemos encerrar la vida en el orden
que creamos y en la coherencia del sistema creado.
No podemos seguir pensando que tenemos poder de decidir la verdad,
de reducirlo a lo bueno y lo malo, para eliminar lo malo y castigarlo.
Esta concepción justifica plenamente el absurdo. Justifica la violencia,
la persecución, la opresión y lo que es temible: hace legítima la violencia
de forma inconsciente. La barbarie está solapada en la forma de pensar.
Hay que superarlo.
La Teoría General del Derecho, la ciencia jurídica, necesita urgentemente un conocimiento que no ampute, que no mutile. La ciencia jurídica
necesita urgentemente un conocimiento que nos prepare para la vida, no
para la manipulación, el famoso dicho “el que hace la ley hace la trampa”
viene a mi cabeza. En este ensayo se plantea el problema de un método
nuevo y fluido, mutable. Que en las escuelas de derecho seamos capaces
de percibir e interpretar una concepción compleja de la relación orden/
desorden/organización, y a partir de una integración crítica de la teoría
aportar a la evolución humana, a la ciencia humana. Necesitamos estudiar
y comprender los problemas humanos, sociales y políticos. Respetar lo
individual y lo singular considerando su interrelación con el contexto y el
todo. Requerimos otros paradigmas, otros caminos, descubrir y explorar
otras formas de ver, pensar y actuar. Según Morin “la constitución de un
principio organizador del conocimiento debe dar tanta fuerza a la articulación e integración como a la distinción y la oposición. (Pues, es nece-
136
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad de vivir armónicamente
sario buscar, no suprimir, las distinciones y oposiciones, sino invertir la
dictadura de la simplificación disyuntiva y reductora” (1999).
Molk (ofrenda) del derecho significa que evolucionamos, siendo capaces
de reconocer el legado hermético de la violencia; no para sentarnos a
llorar, sino, para transformarlo. Confrontar el paradigma de la simplificación como un sistema de ideas y de pensamiento que ha caducado. El
método de la complejidad sólo es posible desde el surgimiento y praxis del
pensamiento complejo. Es decir, “…reorganizar nuestro sistema mental
para reaprender a aprender” (1999).
III.- Explorando: Otros ojos para mirar…otros espacios para
merodear…
En un mundo multidimensional, cambiante e incierto se percibe la necesidad de transcender lo disciplinar. La Ciencia Jurídica nos apunta a otros
océanos… orientarnos en la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad. La complejidad busca otra práctica científica, su fundamentación es
la interconexión o conectividad de los compartimientos estancos, encender
los motores y promover el fluir de las aguas. Del oscuro y profundo lago
de latitudes especificas a la impetuosa y flexible corriente de los ríos para
desembocar en los océanos…de lo estático a lo dinámico, de la pretensión de certidumbre y su correlativa “frustración” al emprendimiento de
manejar la incertidumbre, adecuarnos para proponer o vislumbrar la vida
de calidad. Servir al propósito de la ciencia: La Humanidad y la Vida en
todo su contexto.
Una relación natural y obligatoria es el de la Ciencia Política, pero ello
también implica acercamiento a temas y teóricos tan fundamentales como
los tratados en importantes disciplinas: sociología, filosofía, historia y economía. Donde la fundamentación teórica, la aplicación práctica incluso la
evaluación de dicha aplicación abonen para la reflexión consciente antes
que la argumentación y aplicación inconsciente de la norma.
Desde la complejidad podríamos vernos en el espejo de Haluani (1991)
y parafrasearlo, respecto a los vínculos o conexiones de la Ciencia Jurídica
con la Ciencia Política “… la Ciencia Política abarca …, un determinado
137
Yelitza T. Barreto F.
Revista Memoria Política
campo de estudios que requiere diferenciar su naturaleza exacta y acudir,
… a otras disciplinas académicas, a fin de profundizar y perfeccionar su
esquema explicativo y analítico …”.
Haluani (1991) no podía renunciar a la riqueza de la interdisciplinariedad
y hace una lista de las más importantes disciplinas de importancia para el
análisis politológico, entre las que menciona: sociología, economía, derecho,
psicología, filosofía, historia, administración pública, comunicación social,
tecnología, ciencias militares, geografía, etnología, demografía, ecología,
teología, informática; sin obviar la necesidad de recurrir a ramas del conocimiento como urbanismo, pedagogía (andragogía) y estadística.
Y específicamente, con respecto al derecho, señala el interés por “…
normas jurídicas para la organización y funcionamiento del Estado, o sea
de la Administración Pública, normas para la formulación y ejecución de
las leyes y para determinar la legalidad y legitimidad de actitudes políticas; el poder judicial como factor político, las distintas ramas del derecho
(privado, público, civil, penal, nacional o internacional, entre otras) como
elementos de decisiones políticas”. Es así, que siguiéndolo pareciera enriquecedor para la ciencia jurídica leer y comprender autores fundamentales
tales como Aristóteles, Platón, Cicerón, Maquiavelo, Hobbes, Rousseau,
Locke, Mill, Burke, Tocqueville; así como, en la contemporaneidad a
Bobbio, Luhmann, Touraine, Rawls, Sartori, Arendt, Dahl, Easton, Popper,
Putnam, O’Donnell, Held, Almond. Lo que contribuiría a comprender las
relaciones de poder, las interacciones humanas y los sistemas interactivos.
Verbi gratia, el contenido del “Estado democrático y social de derecho y
de justicia” tiene otros componentes que exigen el pensamiento humano
en la consciencia de evolución del mismo. Se aborda en este sentido la
complejidad con todos sus alcances.
Se quiere significar que en este siglo, la ciencia, actúa precisamente
como un campo unificado cuando deseamos dibujar el círculo de lo omnicomprensivo; o, para decirlo de forma gráfica, este panal de abejas al que
podemos denominar “la ciencia”, está construido de cientos de celdas,
cada celda está interconectada y es indispensable para formar el panal.
Cada celda es única, pero a la vez es la pared base que forma la otra celda.
Y aún es necesario decir, que la ciencia ya ha reconocido que no es el único
138
EXPLORANDO: el saber y la oportunidad de vivir armónicamente
“saber”. Muchas abejas han hecho este panal. Sin embargo, no es el único
panal. Ni son las únicas abejas…
A MANERA DE CONCLUSIÓN
En el tejido social ya no gobiernan las manos que tejen, son muchas las
manos, son muchos los movimientos, son muchos los colores…las ciencias de lo social (Ciencias Sociales) y de la política (Ciencia Política) son
las grandes aliadas de las Ciencias Jurídicas. Atravesar la Ciencia Jurídica
y su vasta planicie “utilitarista” implica que estemos dispuestos a “despertar” y seamos capaces de desarrollar esquemas cognitivos que permitan
la auto-transformación. Aprender a movernos en el caos, la confusión
y lo incierto; considerar, comprender e interpretar la realidad compleja;
y, el todo y la suma de las partes: la política, lo político, la economía, lo
económico, la sociedad, lo social. Empiezan a aparecer indicios de ideas y
conceptos que orientan la visión de las cosas y del mundo. La tradicional
concepción del “Estado Moderno” “hace aguas” y son las realidades las
que hacen mover el calidoscopio. Este es el tiempo, la Ciencia Jurídica
requiere transformarse e innovar para lo que es primordial: para vivir
armónicamente. En este escenario pareciera indispensable comprender
el pensamiento humano y alimentarse de las tendencias contemporáneas:
girar y fluir en todo momento, sin que ello signifique vértigo.
Referencias bibliográficas
Haluani, M. La Ciencia del Control Político. Caracas. (1991). Alfadil Ediciones.
Morín, E. El Método I. La Naturaleza de la Naturaleza. Madrid. (1999).
Ediciones Cátedra, S.A.
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Vol. 1, Nº 1, 2012: 141-201
DELIBERANDO
SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
(Primera parte)
Dr. Eladio Hernández Muñoz *
RESUMEN
La finalidad es la de reflexionar experimentalmente sobre las
transformaciones políticas que, desde una perspectiva politológica,
se pueden y deben realizar para comprender mejor nuestro contexto
institucionalmente democrático. Las formas y los modos en que los
cambios afectan o logran tener impacto en nuestra cotidianidad democrática. La perspectiva metodológica es desde la teoría de los sistemas complejos, e histórica, en el entorno latinoamericano, teniendo como estudio de caso Venezuela y su régimen democrático.
Palabras claves: política, cambio, transformaciones, políticas;
democracia, régimen, complejidad, poder, instituciones, revolución,
proceso, sistemas, transición, movimientos, América Latina.
*
Docente/Investigador, desde 1984; profesor de pre y postgrado (UCV y UC). Licenciado
en Ciencias Políticas y Administrativas. Mención: Politología. UCV. Doctorando en
Ciencia Política y de la Administración. Universidad Complutense de Madrid, Facultad
de Ciencia Política y Sociología y Doctorado en Ciencia, mención Ciencia Política de la
UCV. Director (e) del Instituto de Estudios Políticos. (1992). Director de la Escuela de
Estudios Políticos y Administrativos de la UCV (1993-1998) y actualmente. Miembro de
la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia. (ASOVAC), 1991.
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 141-201
DELIBERATING
ABOUT POLITICAL TRANSFORMATIONS
(FIRST PART)
Dr. Eladio Hernández Muñoz
Summary
The purpose is to experimentally reflect on the political transformations which, from a political science perspective, can and should
take place, to better understand our democratic institutional context,
and also, to reflect on the forms and the ways in which the changes
produce an effect or impact on our everyday democracy. The methodological perspective is based on the theory of complex systems,
and has a historical nature in the Latin American context, having
Venezuela and its democratic regime, as the object of study.
Key words: politics, change, changes, policies, democracy, regime, complexity, power, institutions, revolution, process, systems,
transitions, movements, Latin America.
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
Presentación
El presente trabajo es la primera entrega de tres artículos que a su vez
son el resultado de un extenso estudio y análisis que realizamos y que fue
presentado como trabajo de ascenso en la Universidad Central de Venezuela y que tuvo, y tienen, por finalidad conocer y divulgar los procesos
de cambio y transformación política que, desde nuestro punto de vista,
impulsan importantes alteraciones evolutivas en el ordenamiento institucional-democrático de las naciones.
A partir de insondables reflexiones de los complejos1 procesos políticos
de cambio y transformación, se procura comprender sus aspectos más relevantes a partir de un modelo politológico derivado de la contrastación de
específicos conceptos y definiciones que interactúan como paradigmas en
la ciencia política contemporánea, pero que tienen su asiento analítico en
los albores de la teoría política que aún hoy retumban en nuestras percepciones.
Inquirir sobre los cambios y las transformaciones políticas es construir experimentales, es perfilar un antes y un después, es comprender la
evolución de una institucionalidad, desde una institución dada, existente,
hacia otra, que en el menor de los casos resultad apreciable, con sus imágenes presentes y sombras del ayer. Por eso los modelos en teoría política se hacen imprescindibles en o para la reflexión constructiva de nuevos
paradigmas de los saberes (Lanz, 2005: 421-425). Construir a partir de la
desconstrucción en donde algo permanece y otro desaparece dejando la
impronta de su anterior existencia.
El tratamiento es de análisis y reflexión investigativa del tipo descriptiva-experimental, pero con un retomar lo hermenéutico (Hans-Georg
Gadamer, 1900-2002) que nos facilitó la compilación y organización de
los conceptos y términos iniciales así como también las unidades instrumentales de datos recogidos en momentos históricos precedentes, pero
significativos en la elaboración, formulación y explicación2 del modelo,
como estudio de caso. El material bibliográfico y documental consultado
nos permitió interpretar prima face la información cualitativa que a su vez
alimentó el análisis cuantitativo, en función de los objetivos del estudio y
de los postulados teóricos asumidos.
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
La presentación del trabajo la hemos dividido a su vez en tres artículos que siguiendo con rigurosidad académica pero con alguna soltura
en la redacción para evitar las formalidades. Igual tratamiento han tenido
las implicaciones de la inferencia estadísticas como la descriptiva y más
recientemente las matemáticas de la complejidad3, imprescindible para la
politología, pero que no es el propósito del trabajo, sino el complemento
de una visión, de un enfoque en donde la generalidad de los acontecimientos puede ser enmarcado en una mínima unidad teórica de análisis
para obtener más y mejores perspectivas en los resultados y recomendaciones que se pudiesen lograr.
Las recomendaciones, a manera de conclusión, no poseen otro propósito que: exhortar a la difusión y utilización de una idea que pueda ayudar
significativamente en la elaboración de potenciales escenarios políticos y
en la toma de decisiones eficaces que contribuyan a enriquecer la dimensión de la política.
EHM, junio del 2012.
Transformaciones en Latinoamérica.
Es muy poco conocido que el escritor venezolano Ramón Díaz Sánchez
(1903-1968) publicó en septiembre de 1937 un ensayo titulado: TRANSICIÓN (Política y realidad en Venezuela), en donde afirmaba que:
“Conviene detenernos a reflexionar sobre el sentido de nuestros regímenes de transición política para plantearnos esta
interesante cuestión: ¿A dónde nos conducirá el que estamos
viviendo hoy? ¿Al despotismo nuevamente o a un definitivo
encauzamiento democrático, por cuya implantación hemos
estado clamando de un modo tan perseverante como inconsciente desde los propios días de la emancipación?”4
En el caso venezolano fue premonitorio y en otros de Iberoamérica y
de toda la América Latina, es evidente. En Venezuela, al parecer no se
reflexionó adecuadamente, lo que trajo como consecuencia que en 1945
se vulnerara el hilo constitucional en nombre de más democracia cuya
consecuencia fue que en 1945 se derrocara al Gobierno Constitucional y
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
luego, después de otro Golpe de Estado en 1948, se instaurara una nueva
Dictadura, que permaneció hasta el 23 de enero de 1958 con el advenimiento de la democracia contemporánea. En el caso Ibérico, primero con
la llamada Revolución de los Claveles se inició un proceso de cambios y
transformaciones, la llamada transición en Portugal (1974) que culminó
con la promulgación de una nueva Constitución en 1976, y posteriormente
la española la cual se inició con la muerte del Dictador General Francisco
Franco (1975) y culminó con la promulgación de la Constitución de 1978.
En ambos casos el régimen democrático ha podido permanecer hasta nuestros días y evolucionando de acuerdo a las características tradicionales de
un Estado Social y de Derecho.
En Iberoamérica y más extensamente en la América Latina5 los acontecimientos no han sido muy diferentes, pero con características específicas
para cada subregión del continente particularmente en lo que se refiere
a su inestabilidad política como consecuencia del cuestionado presidencialismo predominante en los regímenes democráticos latinoamericanos.
Sobre este aspecto el profesor argentino Aníbal Pérez-Liñan, (2009:275)
en su más reciente trabajo, afirma:
“Sostengo que el proceso de democratización que se llevó a
cabo en América Latina durante los años ochenta y comienzos de los noventa alteró la importancia relativa de los diferentes actores políticos. A las Fuerzas Armadas, que habían
sido árbitros del proceso político, les resultó imposible alejar a los políticos civiles del poder. Las corporaciones de
medios, que habían sido vehículos de ambiciones políticas
personales o portavoces del Ejecutivo, afirmaron poseer un
nuevo papel como guardianes de la moral pública. Los movimientos populares, antes reprimidos o controlados por líderes populistas, comprendieron que en los sistemas electorales competitivos los políticos no podían ignorar sus
reclamos. Estos cambios se fueron desarrollando conjuntamente con grandes transformaciones en el modelo de desarrollo económico, mientras los diversos países se esforzaban
por adoptar políticas neoliberales. El resultado no esperado
de estos realineamientos fue una llamativa erosión del poder
presidencial.”
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
En el llamado Cono Sur: Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay, la
situación ha sido muy parecida durante todo el siglo XX: de dictaduras
militares contra la democracia y el establecimiento del Estado Social y de
Derecho. En los últimos procesos de cambio y transformaciones se logró
que en la Argentina se restableciera el régimen democrático en 1983; en
el Uruguay en 1985, con un periodo previo de apertura muy parecido al
de Venezuela en 1936; en Chile, luego del Plebiscito Nacional de 1988,
se ha ido configurando un estable régimen democrático desde 1989 hasta
nuestros días; en el Paraguay el proceso fue más complicado debido a la
hegemonía del Partido Colorado, pero en 1992 se promulgó la nueva Constitución y con ella el advenimiento del régimen democrático.
En los otros casos de Suramérica, las cosas no ocurrieron de forma muy
distinta, si deseamos hacer un inventario del Estado, la democracia y la
ciudadanía6. En la República de Colombia no podemos afirmar con precisión un cambio transicional de la dictadura a la democracia, sino más bien
de un periodo de consolidación de ésta última. Desde que una Junta Militar
de Gobierno (1957-1958) presidida por el General Gabriel París Gordillo,
asumiera el poder político apoyado por los dos grandes partidos (Liberales
y Conservadores) la cual sustituyo a la del Teniente general Gustavo Rojas
Pinilla (1953-1957), se fue “normalizando” la situación política hacia el
régimen democrático con la elección de representantes y senadores al Congreso Nacional en 1958. El 4 de mayo de 1958 se eligió un Presidente de
la República al Dr. Alberto Lleras Camargo (1958-1962), pero con ello no
se terminó los desencuentros de los movimientos políticos en Colombia,
aun así, la democracia como régimen ha ido sorteando escollos importantes como han sido la incongruencia de sus partidos tradicionales; el de
la guerrillas (urbanas y rurales) y el propio narcotráfico: un mal que sigue
minando las formas políticas en Colombia.
El Ecuador por su parte, después del Presidente Abogado Jorge Jamil
Mahuad Witt (1998-2000) una Junta Gubernamental de Salvación Nacional
Gobierno (Civil-Militar), presidida por el Coronel Lucio Edwin Gutiérrez
Bordúa se encargó del Gobierno hasta ser sustituida por un Consejo de
Estado o Junta Cívico-Militar presidida por el General Carlos Mendoza
Proveda durante el mismo año 2000. La restitución de un gobierno legítimamente democrático se realizo con la elección de Gustavo Novoa para el
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
periodo 2000-2003. Posteriormente, la incongruencia político-administrativa del régimen democrático ecuatoriano sufre altibajos, pero hoy permanece fortalecido en sus principios básicos.
En la República de Perú el proceso político hacia la democracia es más
complicado que los dos anteriores. Luego de una serie de gobiernos militares sólo es hasta 1975 que terminó el periodo revolucionario militarista.
Se llamó a una Asamblea Nacional Constituyente en 1979 la cual redactó
entonces una nueva Constitución y se convocó a elecciones generales en
1980, siendo el ganador el Arquitecto Fernando Belaunde Terry (19801985). Luego el Abogado y Sociólogo Alan Gabriel Ludwig García Pérez
para el periodo 1985-1990 y el Iingeniero Agrónomo Alberto Fujimori
para el periodo 1990-1995, pero en 1992 propicia un Autogolpe y continua
ejerciendo el poder ejecutivo hasta el 21 de noviembre del 2000 cuando
es sustituido de manera transitoria por el Abogado Valentín Demetrio
Paniagua Corazao hasta que se restituye el régimen democrático con la
elección de el Economista Alejandro Toledo Manrique para el periodo
2001-2006, dando pasó así a la restitución de la institucionalidad democrática en el Perú, con altibajos administrativos, pero que no han significado
ruptura importante alguna con el normal desenvolvimiento democrático de
la Nación andina.
La plurinacional República de Bolivia es el caso más extremo de todos
los del continente suramericano. Prácticamente desde 1952 ha sufrido la
inconsistencia en su régimen gubernamental, pero en 1982 es derrotada la
última dictadura militar presidida por el político Guido Vildoso Calderón
y comienzan una serie de gobiernos electos democráticamente con Hernán
Siles Zuazo (1982-1985), también con fuertes altibajos hasta nuestros
días con el ascenso a la primera magistratura gubernamental del líder sindical y político Juan Evo Morales Ayma (2006-2010) de fuerte raigambre
popular.
En la América Central la situación política es también inconsistente y
muy variada en torno a la transición definitiva hacia la democracia. La
República de Panamá se separa de Colombia en 1903 y a partir de la
elección de su primer gobierno en 1904, comienza un periodo de tutela
estadounidense como consecuencia de canal interoceánico que termina
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
“formalmente” en 1936 con el Tratado Arias-Roosevelt de 1936. En 1968
un Golpe de Estado destituye al Presidente Constitucional, dando paso
así a sucesivos gobiernos militaresPresidentes durante el régimen militar
desde 1968 con el Jefe de la Guardia Nacional Omar Torrijos Herrera hasta
Manuel Antonio Noriega en 1989, fueron los verdaderos gobernantes del
país. Solo hasta que el Abogado Guillermo David Endara Galimany fuere
electo y restableciera la constitucionalidad del régimen democrático, luego
de una más de las tantas intervenciones estadounidense el 20 de diciembre
de 1989. La sucesiva elección de presidentes democráticamente electos
desde 1989 hasta nuestros días, también con altibajos en la administración
política del país, pero la institucionalidad democrática vuelve a predominar
en el Istmo panameño hasta nuestros días.
La República de Costa Rica, es la única excepción en todo el continente
iberoamericano. Con el decreto de su independencia en 1821 y la disolución de la República Federal de Centro América del imperio Mexicano, en
1842 se estabiliza la República. Pero tres rupturas del hilo constitucional
(1917, 1919 y 1948) democrático se hacen presentes en la nación centroamericana. Es sólo hasta 1948 cuando, después de una guerra civil, se
restablece la democracia hasta nuestros días. Cabe recordar que Costa Rica
es la primera nación del mundo en abolir sus fuerzas armadas y enaltecer el
régimen democrático como forma de vida política e institucional.
En Nicaragua la independencia surgió en 1821 y definitivamente después de separarse de la República Federal de Centroamérica en 1824. La
inestabilidad política reinó durante todo el siglo XIX y parte del XX. Las
intervenciones armadas de los EUA y última dictadura militar terminaron
en 1979 con el triunfo de la revolución sandinista, pero la estabilización
democrática toma su sendero estabilizador a partir de 1984 después de
celebrarse varias elecciones nacionales y poner en marcha una nueva
Constitución en 1987. A pesar de las muchas modificaciones que se le han
hecho al texto Constitucional, el régimen democrático ha podido permanecer en el proceso político nicaragüense.
La República de Honduras nació como tal a partir de 1821, pero la inestabilidad política, producto de guerras intervencionistas de los EUA incluyendo empresas privadas, al igual que los demás países centroamericanos,
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
ha sido una constante. Es tan sólo a partir de 1980 con la convocatoria a
elecciones legislativas y la promulgación de la Constitución Nacional de
1982, luego de una Asamblea Nacional Constituyente, cuando podemos
hablar de cierta estabilidad democrática en Honduras. La confrontación
ideológica y social se ha mantenido en el seno de la comunidad hondureña,
durante toda la década de los noventa y dos mil, pero en nuestros días el
régimen democrático se ha visto afectado por un nuevo Golpe de Estado
(2009), o “intraestado” por sus característica políticas, lo cual retrotrae
su institucionalidad a periodos o etapas aparentemente superadas en la
América Central. Con la elección del Profesor Porfirio Lobo Sosa, para el
periodo 2010-2014 se restablece la legalidad constitucional quedando pendiente la legitimidad internacional por las fuertes críticas internacionales
a los sucesos que desalojaron del poder gubernamental al político José
Manuel Zelaya Rosales el 28 de junio del 2009.
La República de El Salvador también logró su independencia del
Imperio Español en 1921 y de la Federación Centroamericana en 1939,
pero la inestabilidad política se adueño del país. Sucesivas guerras internas,
el intervencionismo estadounidense, Golpes de Estado y muy poco desarrollo económico durante el siglo XX no permitieron el advenimiento del
régimen democrático. Tan sólo en la década de los ochenta y después del
Acuerdo de Paz de 1992 es cuando se logra pacificar al país después de
una cruenta Guerra Civil de más de una década. Con la convocatoria a una
Asamblea Constituyente, la promulgación de la vigente Constitución de
1983 y el establecimiento de fundamentos para la convivencia nacional
que perduran hasta nuestros días se ve fortalecido el régimen democrático
salvadoreño.
En Guatemala la suerte no ha sido diferente al resto de los países centroamericanos. Independencia de España en 1921, separación de la Federación Centroamericana en 1839, guerras civiles, intervención de USA y
empresas privadas que dominaban la economía e inestabilidad política. En
1985 una Asamblea Constituyente redacto una nueva Constitución, aún
hoy vigente, a la cual se le hicieron reformas en 1993, manteniendo el conflicto interno, particularmente el enfrentamiento ideológico e institucional
entre los poderes nacionales hasta el llamado Acuerdos de Paz en 1996.
Es a partir del siglo XXI cuando la estabilidad del régimen democrático
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
parece conocer nuevos senderos y mantenerse, no sin altibajos en el país
centroamericano y su progreso social.
Los Estados Unidos de México poseen aun vigente su Constitución de
1917 después de sucesivas revueltas y la institucionalización de la Revolución que marcó definitivamente al país norteamericano. Después del Grito
de Dolores se inicia un largo periodo de guerras independentistas de la
corona española y el intervencionismo francés que culmina con la independencia definitiva de México en 1821. La confrontación interna no termina
con la promulgación de la Constitución de 1917, pero si su estabilidad
política. Un periodo de desarrollo económico y social va evolucionando
constantemente, permitiendo que su régimen democrático se fortalezca a
pesar de violaciones a los derechos civiles, como la matanza de los manifestantes de Tlatelolco en 1968 y el surgimiento del Ejército Zapatista de
Liberación Nacional en el Estado de Chiapas en 1994, el régimen democrático “formalmente” ha permanecido inalterable en sus fundamentos
básicos de convivencia política.
Así pues, hoy en día podemos afirmar como lo hizo otro venezolano en
1939, Carlos Irazábal 1939 (Irazábal; 1979: 259), lo siguiente:
“Existe hoy entre nosotros lo que le faltó en la independencia y después de ella: los cimientos económicos y los sectores sociales que aunque débiles, son base necesaria para
edificar una democracia estable y para no seguir arando en
el mar.”
Esta reflexión, que en principio fue hecha para Venezuela, pero sin descuidar el contexto latinoamericano como es todo el trabajo de Irazábal, está
aún vigente en este ingénito Continente latinoamericano, desde México
hasta la Argentina. Si las condiciones anti-feudales y anti-imperialistas
no cambian no es posible lograr la estabilidad de un sistema político de
libertades, con una paz social progresiva y un auténtico régimen democrático (Irazábal; 1979: 258) o permanecer en una constante resistencia en las
sombras.
Es poco lo que ha cambiado el particular demo latinoamericano desde
la década de los años treinta del siglo pasado hasta nuestros días a pesar
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
de las innumerables transformaciones alcanzadas en el mundo contemporáneo.7 Cuando no es lo político y las formas de Gobierno, es la economía
y sus atrasadas formas de producción y distribución de las riquezas. En
cualquiera de los casos u otros, como las reiteradas intervenciones solapadas o no del imperio estadounidense y sus políticas hacia las naciones
latinoamericanas, son los declives económicos y financieros, tanto endógenos como exógenos, los que pertenecen propiamente a la mundialización que imponen las empresas transnacionales sobre los problemas de
nuestra época actual.
Esta última situación descrita tampoco ha sido extraña para la Europa
Comunitaria ni para los países del Este europeo después de la desaparición
de la Unión de Repúblicas Socialistas y Soviéticas (URSS, desde 1922) en
1991. Por el contrario, la situación se agrava constantemente, cuando hasta
los propios Estados Unidos de América sufre de incongruencia con sus
ideales fundacionales y sus contingencias democráticas.8 Así como también, las inclemencias económicas y financieras de un mundo que parece
a la deriva y que no lo es tanto cuando se reflexiona sobre la incorporación
al mercado internacional de nuevas economías como la de los llamados
Tigres Asiáticos, la República Popular de China y la República parlamentaria de la India, extraordinarios trabajos así nos lo permiten observar.9
Transformaciones en la perspectiva europea.
Como consecuencia de todo ello ya desde 1975 y más concretamente,
con la exitosa transformación política española que se inicia con la transición en 1975 y se enrumba democráticamente con la Constitución de
1978, se abren nuevas puertas a la reflexión teórica sobre este viejo asunto
de los cambios y transformaciones políticas. El cual nunca se abandonó
por parte de la politología, pero se enriqueció con las nuevas prácticas y
experiencias políticas de los pueblos y sus dirigentes, dejando atrás las
viejas consignas revolucionarias de principios del siglo XX, alentadas por
la revolución Bolchevique en 1917 con la caída del Imperio Zarista y, de
la revolución cubana de 1959 en la América Latina, la cual tuvo un papel
muy significativo.
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
La revolución como fenómeno político que impulsa cambios y transformaciones, marchó adquiriendo un despliegue cada vez más ideológico10.
La Guerra Fría (1945-1989) fue el escenario privilegiado de este término
ideologizado, asociado a la política claro está. Perdió su connotación libertaria del siglo XVIII patrocinado por la Revolución francesa de 1789, para
convertirse en una expresión viciada por los líderes políticos y sus alocuciones demagógicas. El cambio de un ministerio o la puesta en práctica
de una política habitacional, por ejemplo, se comenzó a llamar “revolucionaria” para enarbolar principios trascendentales ante el pueblo o los
pueblos del continente. Cualquier Alcalde del más apartado Municipio o
Gobernante de una región determinada, blandía el concepto para demostrar su ímpetu gubernativo e impresionar a los ciudadanos con su clara
determinación personal.
El término y su significación deberían estar asociados a lo que originalmente significó, un cambio radical de las condiciones previas que existían antes de poner en práctica la supuesta “acción revolucionaria”. Por el
contrario, lo que ocurrió en la praxis política fue tildar de revolucionario
a algún dirigente político significaba, o llegó a simbolizar, un perseguido
político que atentaba contra el orden establecido, fuese este dictatorial o
no. Un revoltoso de las costumbres políticas y del establecimiento genuino
de un orden libertario que aspiraba la población.
Como expusiéramos más arriba, el concepto fue perdiendo su carga
transformadora radical, es decir, desde la raíz de las cosas, en los asuntos
públicos para convertirse en un fetiche más de la diatriba política e ideológica y hasta cierto punto en una mitología de corte fundamentalista11.
Los cambios efectivos en el ordenamiento institucional tuvieron mucho
cuidado de no ser tildados de revolucionarios ya que convalidaban una
determinada manera de observar los fenómenos políticos y sus consecuencias. Revolución era sinónimo de conflicto, como en efecto lo es, pero al
decir que es un proyecto revolucionario, era una idea que apuntaba al establecimiento de un régimen comunista o pro soviético, o destructor de las
libertades democráticas y con una fuerte carga de violencia política.
La discípula de Heidegger y Husserl, nacida en la ciudad de Hannover en
1906 Hannah Arendt, nos alentó a reflexionar Sobre la Revolución (1963);
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
particularmente, la inherencia de la violencia en los procesos de transformación social. Arendt escudriñó históricamente en el concepto Revolución
y nos confirma que su utilización moderna proviene de la famosa noche del
catorce de julio de 1789, en París, cuando Luis XVI se enteró por el duque
de La Rochefoucauld-Liancourt de la toma de la Bastilla; “Según se dice,
el rey exclamó: C’est une révolte, a lo que respondió Laincourt: Non, Sire,
c’est une révolution.” La violencia desatada como una consecuencia necesaria de la historia, le hizo pensar a la autora de La Condición Humana
(1969), que todo proceso de transformación lleva implícito un momento
de irreversibilidad. Y este punto de no retorno o de momento crítico, es lo
que determina la transformación hacia un nuevo origen.
La novedad, el origen y la violencia, además de la irresistibilidad como
momento crítico propiamente dicho, según Arendt, fueron los aspectos
más importantes a considerar en los procesos de transformación revolucionaria; pero, si entendemos la política con un sentido de la responsabilidad
cívica, entonces la persuasión y no la violencia desgarradora es la que
dominará la racionalidad intersubjetiva de los ciudadanos en su relación
con el ordenamiento institucional de lo político.
De los procesos de transición poco nos habló Arendt, pero nos atrevemos a decir que, la transición política es una revelación histórica y contingente de los procesos de transformación moderna que actualmente se
gestan en nuestras sociedades. La revolución y la transición política son
actos públicos derivados de profundas manifestaciones internas que tienen
lugar en los ciudadanos como necesidad; la primera, en un sentido real
propicia el determinismo de la violencia de la cual nos habló Marx. La
segunda, en un sentido lógico, se dirige hacia la modalidad del conocimiento que del poder tenga la comunidad.
Poder como agente de transformación.
El poder político presenta un conjunto de aspectos que lo hacen, conceptual y teóricamente, la posibilidad más idónea para comprender la
parte crítica del espíritu de transformación a través de la transición. Según
Habermas, Arendt entiende el poder como:
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
“…la capacidad de ponerse de acuerdo, en una comunicación sin coacciones, sobre una acción común. Como una potencia que sólo se actualiza en acciones. Como la capacidad
que tiene un sistema social de movilizar recursos para conseguir fines colectivos.”
Entonces, el poder es más que un efecto de la causalidad propiciada
por los seres humanos cuando accionan distintos dispositivos que intentan
consensuar, para la utilidad común, el beneficio de lo comunitario. Y, este
poder, se puede utilizar para cambiar la esfera de lo público sin la inherente
violencia política que supone todo proceso de transformación. La transición política es el resultado del animal rationale sobre el cual nos quiere
hacer repensar Arendt, y no del homo faber que violentamente protagonizó la noche del 14 de julio en París.
Las reflexiones y conjeturas de Hannah Arendt, trascendieron en 1975;
año en que se inició el proceso de transición política más significativo para
la teoría política contemporánea, a nuestro juicio, pero cuya experiencias
histórica y cultural se remontan a la transición política ocurrida en Venezuela a partir de 1935 y la más célebre de todas la de 1958, tras los acontecimientos del 23 de enero de 1958 en Caracas.
El legado teórico de Hannah Arendt no puede ser sintetizado en una
sola idea, ya que su preocupación fundamental es la de que el hombre no
pueda regresar a la barbarie. Desde Los orígenes del totalitarismo (1951),
hasta La crisis de la República (1972), la articulación de sus postulados
sugiere que, la supuesta violencia implícita en los procesos de cambio no
es inherente a la condición humana y que, por el contrario, el ser social
puede transformarse sin negarse a sí mismo.
Mejor propósito que este, para repensar el espacio público de hoy en día,
no lo hemos avizorado aún. Cuando el fantasma del totalitarismo parece
adueñarse de algunas mentes de ideología -o parecer- nacional/populistas,
el pensamiento y la obra de Arendt debe relucir en los demócratas amantes
del espíritu de la libertad y el sentido de la política, tal cual nos lo señala
Arendt (2008:162-163):
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
“Solamente en la libertad de nuestro hablar los unos con los otros
emerge el mundo, como eso sobre lo cual hablamos, en su objetividad y
visibilidad desde todos los ángulos. Vivir en un mundo real y hablar los
unos con los otros sobre él son básicamente una misma cosa […] esta
libertad de movimiento, sea la de ejercer la libertad y comenzar algo
nuevo e inaudito sea la libertad de hablar con muchos y así darse cuenta
de que el mundo es la totalidad de estos muchos […] es más bien el contenido autentico de y el sentido de lo político mismo. En este sentido política
y libertad son idénticas y donde no hay esta ultima tampoco hay espacio
propiamente político.”
De esta manera podemos conjeturar que todos los movimientos sociales
son un movimiento político,12 que es una relación humana básica, en donde
los ciudadanos interactúan en una relación innovadora para conquistar
nuevos espacios de libertad política y de satisfacción de necesidades, o
como diría Isaiah Berlin (2007:177-178), refiriéndose a la libertad positiva
y negativa, la primera es la libertad política, que nadie intervenga con mi
“ser”, y la libertad negativa que nada pueda obstruir mi “hacer”.
De aquí entonces, es que los cambios políticos son una forma, no sólo
de praxis sino de la poiesis entre los ciudadanos para alcanzar mayores y
mejores espacios de libertad, ese es el hálito de la política. Aliento de esperanzas o expectativas posible que invocan, a través de los cambios políticos,
que los movimientos van imprimiendo en la cotidianidad institucionalizada13. En otras palabras, se evidencia constantemente una disfuncionalidad
recurrente y desequilibradora de lo social entre expectativas y apego de un
primer y básico ordenamiento político y colectivo, y un segundo nivel desalentador y asfixiante, que es de las instituciones y los operadores y actores,
como afirma Lafontaine (1986; 176), en su aspecto social:
“Como enseña la experiencia histórica, una sociedad en rápida transformación es también una sociedad en desequilibrio. Transformaciones
iniciadas consciente o inconscientemente en sectores parciales de la
sociedad repercuten a menudo en otros sectores de forma no siempre previsible ni controlable. Desde el punto de vista de la emancipación y la
democracia, el primitivo sistema de la sociedad industrial burguesa (...),
era inequitativo como injusto. No obstante, era equilibrado, ya que ambas
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
‘mitades’ se relacionaban funcionalmente entre sí. En la fase actual, este
sistema se ha hecho más igualitario y más justo, pero al propio tiempo ha
perdido el equilibrio porque ambas partes ya no están sintonizadas.”
Uno de nuestros propósitos es dilucidar de la manera más sencilla y
posible un marco de referencia situacional, que permita comprender esos
cambios políticos. Transformaciones que se dan en o a través de lo que
podríamos denominar una crítica relacional; es decir, percibida la sensación de la necesidad y/o de la libertad (Berlin; 2007: 179), se actúa críticamente como ciudadano sobre la relación o relaciones existentes que
impiden o dificultan el alcance de esas nuevas necesidades o libertades
humanas.14
La lógica de la situación impone a los actores, sean estas personas o
instituciones, un cierto tipo de acción que es producto del análisis y la
disposición de cada uno de ellos como su racional interpretación de los
hechos reales o sus características según el grado de conflictividad que los
mismos generen en el contexto15 que se ha percibido. La acción, que no es
otra cosa que el agenciar el dominio de la relación, es decir el acto político,
conlleva a diversos tipos de efectos en su contexto.
De eso se trata nuestro trabajo. Comprender los fenómenos políticos
en un proceso de cambio o transformación denominado transición política
que, por la experiencia que tenemos en la politología, podemos, a través
del riguroso análisis cualitativo y cuantitativo, vislumbrar efectos inmediatos de las decisiones que se tomen para orientar o corregir el diseño
pautado. El esquema puede ser sobre Programa o un Plan político, o más
complejo aún, sobre una determinada proposición política, en donde queremos ir pulsando los efectos de las causas generadas por alguna decisión
o el efecto reacción que ha generado la misma en el terreno de los acontecimientos.
La transición política, como veremos más adelante, es un fenómeno con
características muy precisas, lo cual nos permite señalar, indicar o clasificar, aspectos claros de los acontecimientos políticos, es decir, en torno al
poder, tanto el que se diluye como el que comienza a aparecer. El proceso
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
de transición de la dictadura a la democracia es el más apreciado por su
significado en el contexto latinoamericano, la historia política reciente así
nos lo demuestra, pero también lo es, porque el arroja luces sobre los cambios políticos en general, en cuanto a sus características.
Numerosos análisis cualitativos y/o cuantitativos, de rigurosa reflexión
y metodología, así nos lo indican. Recoger esas experiencias y procesarlas
de manera crítica ha sido parte importante del trabajo preliminar que hemos
abordado. La propuesta que a continuación desarrollamos, sólo pretende
incorporar más reflexión sobre el particular, pero esta vez asumiendo una
proposición simplificadora de tan compleja resolución que aporte al trabajo
cotidiano de los analistas políticos y muy particularmente a los hacedores
de análisis situacional para la toma de decisiones,… otro intento.
Movimientos en el proceso político.
Los estudios y análisis del cambio y las transformaciones políticas han
sido una constante en la politología, y no sólo desde que ésta es ciencia
académicamente hablando, sino desde los mismos albores de la humanidad. El debate no se ha zanjado aún, por el contrario cada vez más se
profundiza y se amplían sus complejas dimensiones. Esto ocurre así por
los mismos saberes y métodos que el conocimiento interdisciplinario está
alcanzando.16 Nuevos hallazgos e innovaciones en disciplinas diversas
enriquecen los términos, su concepción académica y su praxis cotidiana e
histórica para la política, adquiriendo un espacio propio para la reflexión,
más aún con la teoría de los sistemas complejos.
Los cambios y las transformaciones políticas y sus diversas modalidades
adquieren personalidad proporcionada. Dependen de múltiples variables,
es cierto, pero alcanzan resonancia en sí mismas (Lanz, 2007:21-34). Desde
la perspectiva que lo estamos considerando, los cambios y/o transformaciones políticas denominados revolucionarios y transicionales son los más
importantes, particularmente la ultima, los que tienen lugar durante una
la transición política, por su complejidad y carencia de violencia política
colectiva es el que nos ocupa en la presente oportunidad.
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
Son numerosos las obras, textos, documentos, referencias históricas, términos, conceptos, definiciones y alocuciones que intentan explicar o simplemente dar a conocer los diversos significados y significantes que el concepto adquiere en un momento determinado y también lo es para explicar
los grandes y pequeños acontecimientos políticos (Lanz, 1989; 47). Para el
prestigioso politólogo estadounidense Sheldon Wolin (2008: 144) refiriéndose a su país, pero con señalamiento más que general, plantea:
“Quizá los estadounidense tienden a aceptar el cambio, incluso a recibirlo de buena gana, mientras que se resisten a la
idea de la transformación. El cambio sugiere una modificación que retiene una identidad previa ‘más profunda’. La
transformación implica sustitución, o supresión, de una
identidad antigua y la adquisición de una nueva.”
Todo cambio político implica una modificación de algo que está en un
espacio determinado, de un lugar establecido a otro, que bien puede ser el
resultado de transportar un objeto, en un tiempo específico, a otro lugar
distinto, pero que, a fin de cuentas, el objeto o la cosa se conserva en su
esencia, poseyendo sus cualidades sin modificaciones trascedente, sólo las
de lugar y duración, aunque ello implique un contexto distinto.
Una manera reflexiva sobre el particular es la que hemos asumido al
diferenciar los cambios en las formas y en los modos como dos aspectos
y métricas distintos. El primero, la forma, hace referencia a las características estructurales del sistema, el cual entendemos como un conjunto de
componentes relacionados activamente, pero formando una acción básica
que procura alcanzar un objetivo simple; y, el segundo, el modo, que son
las diversas maneras en que se gestiona la dinámica de la interrelación de
los componentes de un sistema, lo que lo rige. Ambos, las formas y los
modos, operan sobre los componentes de un sistema, pero con las particulares propias de cada uno, concretamente la información que proveen
como noción metódica.17
De esta manera podemos diferenciar analíticamente la complejidad
tanto del sistema político como del régimen democrático. Cuando nos
referimos al sistema político lo estamos haciendo o dirigiendo nuestra
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
observación hacia los componentes estructurales del poder y su forma institucional. Cuando lo hacemos sobre el régimen democrático lo estamos
haciendo sobre las diversas modalidades que adquiere el primero. Así por
ejemplo, toda República es, en principio, democrática; pero no todas las
democracias son iguales, aunque su principio sea el mismo o parecido en
cuanto a la participación ciudadana. Hay diversas maneras de alcanzar el
eficaz y eficiente desenvolvimiento de las instituciones formales de una
República.
Esta singularidad también nos ha permitido afrontar otros aspectos relacionados con los cambios y las transformaciones políticas. Ya no sólo en
el contexto formal de las instituciones políticas y sus diversos modos de
gestionar lo res-pública, sino a otros talantes que son inherentes al desenvolvimiento de la institucionalidad política.
De la filosofía y luego de la teoría política provienen la definición de
cambio y transformaciones políticas, las cuales se incluyen en la legitimación de las relaciones de poder (Ródenas; 2008: 141-166) y su organización entre los ciudadanos y de estos con sus instituciones. Ninguna
comunidad permanece estática, la dinámica se presenta constantemente
en torno a las ideas de justicia, de orden, de moralidad, y hasta de estética.
Hay diferencias de percepción, de creencias, de valores, y ello trae como
consecuencia conflictos sobre esos diversos aspectos, tanto en la persona
como en la comunidad. ¿Cómo se ve afectado entonces el orden y cuál
debe prevalecer en su estructura de funcionamiento, es una constante?
También las formas y los modos políticos que deben tener los sistemas y/o
regímenes políticos de la comunidad o de la sociedad, según sea el caso:
“Debe denominarse ‘comunidad’ a aquella forma de socialización en la que los sujetos, en razón de su procedencia
común, proximidad local o convicciones axiológicas compartidas, han logrado un grado tal de consenso implícito que
llegan a sintonizar en los criterios de apreciación; mientras
que con ‘sociedad’ se alude a aquellas esferas de socialización en donde los sujetos concuerdan en consideraciones
racionales ajustadas a fines, con el objeto de obtener la recíproca maximización del provecho individual.” 18
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Revista Memoria Política
La filosofía política, y específicamente, la teoría política es la fuente
natural del saber para debatir las ideas, términos, nociones, modelos y conceptos en torno a los cambios y las transformaciones políticas. El sentido
que le damos a los cambios políticos es el de la forma como “potencia/
acto”, términos que nos sugiere Aristóteles en su texto METAFÍSICA
(1998, libro IX: 1-6), y en FÍSICA (1995, Libro II: 1. Porque nos ayuda a
comprender como “cambian las cosas”, desde un punto de vista filosófico
y, sobre todo, de la realidad en movimiento. De igual manera al término o
la noción de modo, que nos sugiere en el Libro VII de la METAFÍSICA,
para quien el término alude a la substancia, como el modo más propio para
hablar de ser, por lo que se considera a la substancia como un modo de ser
de la voluntad comunal. 19
En parte, el origen de esa deliberación histórica en torno a los conceptos
y sus posteriores definiciones lo podemos hallar en el libro V de la Política
de Aristóteles20. En él, Aristóteles habla de los detentadores del poder y,
particularmente, hace referencia a su estructura, es decir, sus formas, el de
uno, poca o mucha; así como también al modo en que se ejerce ese poder.
Analiza el cambio y la transformación política preguntándose las causas,
cuántas y en qué índole cambia o se transforma el orden establecido. De
esa manera aborda los vicios de los sistemas y/o regímenes y sus virtudes.
Afirma encontrar el gen que propicia los cambios y las transformaciones,
cuando los que indagan la igualdad se rebelan, cuando creen tener menos
que otros y los que escudriñan las desigualdades se amotinan porque consideran que no tienen lo suficiente (Aristóteles, 1983: 204):
“...los unos, creyéndose iguales, exigen una participación
igual en todas las cosas; y otros, creyéndose desiguales, procuran tener más que los restantes, porque el tener más es
una desigualdad. Así, pues, todos tienen cierta justicia, pero
en términos absolutos yerran. Por esto, cuando unos u otros
no participan del poder según sus ideas preconcebidas, se
sublevan...”
El estagirita de Macedonia se refiere a los cambios políticos de dos
maneras, la primera, es aquella que tiene que ver con la sustitución del
orden establecido por otro orden distinto u opuesto. La segunda, es sólo
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
de grado, conservando un orden básico, es decir, aunque los sublevados
sean partidarios del mismo ordenamiento institucional quieren ser ellos
mismos los que lo administren, o puedan cambiar alguno de sus componentes, o para que se intensifiquen o se relajen. Las sublevaciones, como
él denomina realmente estos cambios en algunas ocasiones, tienen por
causa la desigualdad; es decir, procuran la igualdad, pero ésta última es de
dos clases: la numérica y según los merecimientos. Llamó igual numéricamente a lo que es igual e idéntico en cantidad o en tamaño, y según los
merecimientos a lo que lo es proporcionalmente (Aristóteles; 1983: 205).
Las sublevaciones en el orden serán por desentendimiento con respecto
a la igualdad. Para Aristóteles es el quit de la cuestión, es decir, la búsqueda permanente de desigualdades como contribución para alcanzar la
justicia, según el entendimiento de los hombres. En esta perspectiva nos
remite Aristóteles a la historia: el cambio como proceso histórico. Es decir,
los criterios de justicia se modifican con el proceso histórico que viven los
hombres, la promesa constante de un mundo mejor y por ende, de mejores
y más instituciones que resguarden ese orden. Unas veces, es cierto, para
alcanzar algunas visiones regresivas, como aquella que dice que todo lo
pasado fue mejor; y, por otra parte, progresiva, el futuro nos pertenece,
o la promesa de un mundo mejor. Para Aristóteles los cambios políticos
son producto de las injusticias o, mejor dicho, inequidades que subyacen
en el ordenamiento institucional de los sistemas políticos y sus diversos
regímenes. De ahí provienen las desavenencias y conflictos políticos, las
revoluciones o transiciones son el efecto de causas injustas que engendran
los hombres y los valores de estos que van menguando y en su lugar, se
adoptan otros, esas serían las causas de las sublevaciones.
Al parecer en la antigüedad predominaban las visiones pendulares de
carácter regresivo o cíclico. Uno de sus exponentes fue Platón21. El cambio
político, para Platón, se produce por la corrupción del principio que inspira
a toda organización política y esto se origina por el abandono en la moderación que deben tener los conductores o dirigentes del poder, en otros
términos, por la ambición y avaricia que desenfrenan los conflictos entre
los hombres. De esta forma comienzan a generarse los cambios políticos,
al decir de Platón, se busca restituir un orden original. De igual manera
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
también lo aborda el historiador griego Polibio22, cuando refiriéndose a los
regímenes políticos, afirmó (Polibio; 1981:160):
“Este es el ciclo de las constituciones y su orden natural, según se cambian y transforman para retornar a su punto de origen. Quien domine el
tema con profundidad puede que se equivoque en cuanto al tiempo que
durará un régimen político, pero en cuanto al crecimiento de cada uno, a
sus transformaciones y a su desaparición es difícil que yerre, a no ser que
su juicio resulte viciado por la envidia o por la animosidad.”
Para Polibio la estabilidad política es lo más importante, pero reconoce
que ningún sistema es inmutable. Por el contrario, acepta los cambios y
transformaciones políticas como una consecuencia de los buenos gobiernos
que ajustan permanentemente las discrepancias. Los mejores gobiernos son
los mixtos, es decir, los que logran conjurar mejor los conflictos políticos y
por eso son más duraderos y de mayor estabilidad. A pesar de que lo más
importante para Polibio es comprender la génesis de los cambios y transformaciones de cada Constitución, el historiador griego, afirma (Polibio;
1981: 153):
“...sólo quién considera cómo nace cada una de ellas [las
constituciones] podrá entender también su desarrollo, su
culminación, sus transformaciones, su final y cómo, cuándo
y de qué manera acontecen.”
A pesar de que con esta afirmación coincide con Maquiavelo, quien
afirmó también que la propia confrontación en el seno de los gobiernos
mixtos generaba progreso, debemos redireccionar estas aseveraciones ya
que de hecho se está refiriendo a los efectos de causas primeras. Una constitución política o el orden político es un efecto de acuerdos o arreglos
que derivan en un cierto y determinado orden institucional y organización
ciudadana previa. Esto lo veremos posteriormente en la época moderna
cuando la concepción es de naturaleza progresiva y uno de sus mejores
exponente fue Thomas Hobbes,23 para quien uno de los elementos fundamentales del cambio o transformación política moderna, en términos generales, es el paso teórico y práctico al laicismo, es decir, para evitar caer en
el estado de naturaleza de la guerra de todos contra todos se reconoció una
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
autoridad civil, a través de la vía libre y voluntaria de la aceptación de un
orden o autoridad. Su propósito es el de mantener al hombre bajo ese contrato; pero, eso no siempre se logra y es por eso que señala el movimiento
pendular de los sistemas y/o regímenes políticos: un constante retorno a
la destrucción y a la inseguridad. Su mayor enfrentamiento, como consecuencia de estas ideas, fue contra la autoridad eclesiástica, quien reclamaba, en la Edad Media, la autoridad divina para justificar su poder sobre
las autoridades civiles de los hombres. Hobbes (2001: 278) formulaba su
teoría basado en que la fundamentación del poder se encuentra exclusivamente en el consentimiento de los hombres y el consenso que se producía
por parte de ellos entorno al contrato producto de la razón de los hombres
y las instituciones:
“...se enseñará al pueblo, primeramente, que no debe entusiasmarse con ninguna forma de gobierno que vea en las
naciones vecinas, más que con la suya propia; ni desear ningún cambio (cualquiera que sea la prosperidad presente disfrutada por las naciones que se gobiernan de modo distinto
al suyo).”
Para el filosofo inglés Thomas Hobbes, es la obediencia y la concordia
de los súbditos lo que hace prevalecer los Estados, quienes se propongan
reformarlo sin el consentimiento de los otros conciudadanos, no hacen otra
cosa que destruirlo (Hobbes; 2001, 279-281). Pero, no todos los Estados
pueden asegurarse contra las enfermedades internas, afirma también
Hobbes (2001: 263), ya que están destinados a vivir entre otras cosas, por
la misma justicia que les da vida. El desorden de los Estados y sus formas
organizativas no están en los hombres sino en la materia, los hombres son
quienes moldean y ordenan, sólo el consentimiento entre los hombres hace
posible un cambio o transformación política legítima en el orden establecido y reflejado en el Estado:
“Cuando los hombres se molestan con sus mutuas irregularidades, desean de todo corazón acoplarse entre sí dentro de un
firme y sólido edificio, tanto por necesidad del arte de hacer
las leyes útiles para regular, según ellas, sus acciones, como
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
por la humildad y paciencia para sufrir que sean eliminados
los rudos y ásperos puntos de su presente grandeza...”.
El alemán Georg Wilhelm Friedrich Hegel24, quién al parecer nunca
desestimó las advertencias de Hobbes en torno a superar la no-política,
particularmente por las condiciones de la Alemania de entonces, que no
era otra cosa que un cúmulo de pequeños reinos desarticulados y enfrentados, auspició la creación de un verdadero Estado Nacional. Es decir, para
él se puede hablar de política “estrictu sensu” cuando hay una comunidad
constituida a partir de la tradición25 y un poder con autoridad que le es
común a todos sus miembros, sólo así se puede hablar de cambio y transformación política.
Ese poder con autoridad a la cual nos referimos es lo que describe el
filósofo italiano Alessandro Passerin D’Entréves (1902-1985) en su clásica obra: La noción de Estado: una introducción a la teoría política (2001,
10-23), a través de la cual nos invita a comprender al Estado como fuerza,
como poder y como autoridad. La primera, la fuerza, es el ejercicio autoritario del mandato y ejecución, en donde un puñado de hombres, resguardados o no por el Derecho, intentan imponer sus criterios y no podemos
hacer otra cosa que obedecer. En la segunda, el poder, según la noción
Passerin D’Entreves, sería el Estado de Derecho a través del cual las instituciones juegan un papel muy importante en el desenvolvimiento de los
ciudadanos, quienes organizativamente pueden controlar el autoritarismo
del Estado como fuerza. La tercera noción de Passerin D’Entreves, es la
de autoridad y esta dependen de un consenso bien entendido, en donde
se resaltan los valores cívicos de la ciudadanía y su capacidad de auto
organizarse26, o cuando menos, rechazar cualquier intento de practica autoritaria.
En las nociones que de Estado nos presenta Passerin D’Entrves podemos
adelantar que la definición de Estado es compleja y entraña dificultades
que debemos comprender para analizar los cambios y las transformaciones
políticas, ya que estas tienen lugar en su interior, pero privilegiamos la
relación sistémica de las partes en el establecimiento de un nuevo orden
político. Con estas ideas se puede asegurar que los cambios políticos pro-
164
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
vienen, fundamentalmente, de un orden previo y claramente establecido.
En consecuencia, la visión moderna de cambio político, según se puede
deducir de las proposiciones hegelianas, son una consecuencia del propio
orden institucional, algo así como que son inherentes al orden, una condición habitual de la organización natural que la política provee a los hombres y sus instituciones.
Con Hegel se entra en la teoría política de los tiempos modernos, a una
interpretación más acorde con la modernidad. Es así, como a partir de la
filosofía, la teoría política contemporánea ha enfocado el fenómeno político de cambio o transformaciones políticas, enmarcándolos previamente
como parte de un proceso en el ordenamiento institucional que procura
la transformación moderna de los ciudadanos y su condición humana27.
Pero, debería agregársele una mayor precisión conceptual, es decir, entenderlo como un proceso político, que posee un claro propósito inicial y un
fin determinado. También se encuentra localizado dentro de un espacio
y tiempo histórico concluyente; de lo contrario, podría confundirse con
desarrollo, progreso, o incluso evolución.
También Emmanuel Kant (2005; 2007) nos interesa, ya que abordo la
noción de forma, pero dándole un sentido epistemológico, cuando nos
dice que, en general, son estructuras que permiten ordenar el material de
la experiencia a través de la sensibilidad (espacio/tiempo) y por consiguiente convirtiéndolo en objeto de conocimiento estético.28 Es decir que,
su noción de forma adquiere una connotación de conocimiento sensible, al
cual pertenece tanto la materia, que es la sensación y por la cual los conocimientos se llaman sensibles, como la forma por la cual, aun cuando se
halle sin ninguna sensación, las representaciones se denominan sensitivas
y se reconocen como principios en la mente humana y la forma es fundamental de toda sensación externa.
El teórico alemán y más contemporáneo Jürgen Habermas plantea que
el proceso de cambio y transformación moderna se refiere a una “gavilla”
de diversos causas acumulativas y que se refuerzan mutuamente, como
lo puede ser la formación de capital y su movilización de recursos; o al
desarrollo de las fuerzas productivas y al incremento de la productividad
del trabajo; o a la implantación de poderes políticos centralizados y al
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Revista Memoria Política
desarrollo de identidades nacionales; o a la difusión de los derechos de
participación, de las formas de vida urbana y de la educación formal, o,
y esto es lo más importante para la presente consideración: “a la secularización de valores y normas”.29 De igual manera para el francés Alain
Touraine la importancia del individualismo, la movilización de recursos,
la igualdad de derechos y el surgimiento de una fuerte identidad Nacional
es característica, entre otras cosas, de los cambios y transformaciones que
permitieron el surgimiento de la modernidad, visto desde una perspectiva
más global.30
Otro enfoque que nos interesa destacar es el Niklas Luhmann (1984).
Sus planteamientos proponen una reflexión sobre los anómalos movimientos políticos de cambio y transformación a través del concepto de
autopoiesis31. Los orígenes de su diseño teórico ofrece un diálogo interdisciplinario al incluir elementos de otras áreas del saber, como es el de la
cibernética, las matemáticas y la biología, por sólo mencionar algunas. Se
distancia de Parson y Weber, de quienes fue un seguidor. En cuanto a las
nociones de cambio y transformaciones las ve a través de la función del
poder en el sistema político (Torres; 2004: 93-134). La función, en el sentido matemático del término, es un esquema lógico regulador que permite
comparar entre sí sucesos como equivalentes funcionales32. El poder es un
medio circulante, como la moneda para la economía, legitimado e institucionalizado por influencia social, en cambio su perspectiva sobre el poder,
sostiene la idea de que la sociedad está constituida “exclusivamente” por
elementos de comunicación. El poder es reflexionado como medio simbólico de comunicación guiado por un código, según constatación de Javier
Torres (2004, 98-99):
“…la asignación de poder que se le atribuye al ‘poderoso’;
los resultados de largo alcance que resultan de la responsabilidad, de la institucionalización, de los esfuerzos motivacionales, serán consecuencias derivadas del hecho de que en
la sociedad se ha establecido un código de comunicación
llamado poder.”
Las funciones reales del poder, Luhmann (1995) son las acciones sociales
que permiten comprender que los sistemas surgen de la observación y de
166
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
un proceso de reducción de la complejidad.33 La teoría de Luhmann no se
extingue en la búsqueda de la sola explicación de lo acaecido, sus efectos
ni, a nuestro parecer, intenta dar como pre-supuesto que lo observado se
encuentra allí por algún tipo de necesidad lógica u ontológica. Uno de
los intereses más relevantes de Luhmann consiste en lo contingente, en
las posibilidades de los otros equivalentes funcionales, por eso rescata el
término funcional y su sentido matemático por su multirelacionalidades.
El tema del conflicto por ejemplo, adquiere otra dimensión en los planteamientos de Luhmann en donde pasan a ser una posibilidad, un equivalente
funcional para la arquitectura de un sistema. El conflicto político puede
ser visto, como un mecanismo regulador que se encuentra subsumido en
el sistema político y que de él depende la propia funcionalidad del sistema
político, incluso su estabilidad.
Para Luhmann (1984) el sistema político, como poder, está inmerso en
el sistema social como un todo. De esta manera otros sistemas, los subsistemas, las organizaciones institucionalizadas o no, quedan subsumidas
en la sociedad. Con ello lo que intenta es la reducción de la complejidad,
permitiendo establecer una “codificación inherente” de los diferentes subsistemas, así como los esquemas binarios de selección y ordenación de las
relaciones al interior de cada subsistema y sus interrelaciones entre ellos.
Es, a nuestra manera de ver, el intento que contribuye mejor en la comprensión politológica de la actual nomenclatura societal.34
La política como sistema de Luhmann, es nuestro mayor atractivo para
la presente proposición, ya que en la teoría de Luhmann los sistemas no
son únicamente un método de análisis de la realidad; por el contrario, los
sistemas existen en la sociedad. Hablamos de sistemas cuando existen
características en las relaciones comunitarias, cuyos aspectos pueden ser
objetivados a través de la observación e investigación, justificando así el
uso del concepto de sistema. Y ello puede ser investigado a partir de la
diferenciación entre sistema y entorno, que son las premisas de las operaciones auto-referenciales del sistema que privilegia la comunicación del
poder y su operatividad.
El concepto de operación es un suceso que no tiene ningún estado
temporal. Un estado temporal se puede alcanzar tan sólo a través de un
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entramado de acontecimientos, por tanto, tan sólo a través de la construcción de un sistema cuyas operaciones se constituyen selectivamente para
poder distinguirse del entorno. La operación por medio de la cual se constituyen los sistemas es la comunicación. Siempre que existe comunicación
se forma sociedad, así como al revés: la comunicación no puede acontecer nunca como un suceso solitario, sino anticipando y reproduciendo en
forma recursiva otras comunicaciones. (Torres; 2004:91).
Uno de los aspectos más significativos para nuestro análisis de los sistemas políticos, según Luhmann, es el recurso que utiliza para designar a
los sistemas como formas. El punto de partida del autor es precisamente
la diferencia entre sistema y entorno, premisa para comprender las operaciones auto-referenciales, como dijimos anteriormente. Luhmann recurre
al concepto de medio/forma para precisar lo que es el poder en un sistema.
Su uso del concepto de medio/forma contribuye a precisar la auto-comprensión de la teoría de sistema, la cual no trata de objetos particulares, su
tema es un específico tipo de medio/forma, que explica su referencia con
el sistema/entorno, en propiedades generales de todo medio/forma en dos
partes, por ejemplo: gobierno/oposición. En otras palabras, para Luhmann,
un sistema es un medio/forma con propiedades que le distinguen como
unidad de una diferencia, que consiste en la distinción de algo (el sistema)
respecto del resto (el entorno), es decir, como la distinción de una cosa
o algo respecto a su contexto. No podemos observar las complejidades
de los sistemas sociales modernos (Luhmann; 1998a) sin comprender que
las operaciones existentes entre el sistema y su entorno es la forma de
comprensión, sin ello no hay posibilidad de percibir la realidad política,
entendida como un todo societario (Torres; 2004: 115). De esta manera
es como el análisis teórico-sistémico Luhmanniano se construye a partir
de la diferencia entre sistema y entorno. Los sistemas están estructuralmente orientados al entorno y sin él no podrían existir. Sistema y entorno
mantienen una unidad indisoluble. No se trata de un contacto ocasional
ni tampoco de una sencilla adaptación. Los sistemas se constituyen y se
mantienen mediante la creación y la conservación de la diferencia con el
entorno. Sin la diferencia respecto del entorno no habría autorreferencia,
ya que la diferencia es la premisa para la función de todas las operaciones
autorreferenciales (Luhmann; 1997).
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DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
La descripción en la diferenciación del sistema es una jerarquía. En el
contexto Luhmanniano jerarquía significa que los sistemas particulares
pueden, al mismo tiempo, diferenciarse y originarse a su vez. Las ventajas racionales de la jerarquización dependen de la formación de sistemas
adicionales35. Esto no sólo es válido para los sistemas, también lo es para
las organizaciones e instituciones sociales, quienes en definitiva se pueden
asegurar a través de las reglas formales existentes, ya que en los sistemas
sociales generales se puede partir de un esquema básico de diferenciación
(Luhmann; 1998a: 56 y ss) como son los: segmentos, estratos o funciones.
Sin embargo, no significa que otras maneras de formación de sistemas
no sean posibles. No hay sistemas sin entorno o entornos sin sistemas, así
como tampoco hay elementos sin una vinculación relacional o relaciones
sin elementos que signifiquen operaciones productivas. En los dos casos,
la diferencia es una unidad, pero sólo produce efectos como diferencia.
Solamente como diferencia, hace posible conectarse con los procesos de
procesamiento de la información.
Contamos entonces con dos maneras de examinar las relaciones en un
sistema: la primera, la diferenciación de los sistemas (Torres; 2004: 135176) que es la formación de los sistemas parciales dentro de los sistemas,
es decir, las relaciones internas entre sistema y entorno; la segunda, la
complejidad de los sistemas, que es la que logra separarse en elementos y
relaciones. Por ejemplo, la democratización que consigue expresión concreta a través de incrementar la actividad político que va desde tratar de
corregir la economía a través del llamado “Estado Social” hasta hacerse
responsable de ella a partir del Estado de bienestar, precisamente porque ni
el derecho ni la economía resisten que se les pueda guiar, el sistema político debe reaccionar internamente en algunos de los problemas, aparentemente irresolubles, que de allí se desprenden. Y esto se lleva a efecto en la
formación de nuevas organizaciones políticas que hacen que el Estado se
diferencie entre el centro y su periferia. (Torres; 2004: 259).
En el plano de la teoría general de los sistemas, se debe indicar la operación que realiza la autopoiesis36 del sistema y, de ese modo, se delimita
al sistema con respecto a su entorno. En el caso de los sistemas sociales, la
observación se fijará a través de o en la comunicación (Luhmann; 1998a)
entendida como intercambio de códigos de poder que permiten la ope-
169
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ración de un contacto entre conciencias individuales. El sistema social
proviene de la comunicación anterior provista de la capacidad de autoobservarse, es decir, que el sistema social puede observarse a sí mismo,
simultáneamente o sucesivamente, de maneras muy diversas.
Existen amplias posibilidades de auto-observancia en los sistemas
sociales (Luhmann; 1984), pero ella no se produce de un modo casual.
Las representaciones tienen condiciones estructurales, como es la opinión pública (Torres; 2004: 281-320), y evolutivas de la semántica, que
devienen de tendencias históricas, que a su vez delimitan el espacio de
las variaciones posibles. La teoría de Luhmann reconoce correlaciones
entre las estructuras de la sociedad y las estructuras semánticas. Al mismo
tiempo reconoce, que las representaciones del sistema de la sociedad no
pueden intercambiarse con aquellas que circulan en épocas distintas (Luhmann; 1997b). En consecuencia, hay que tomar en cuenta la clausura operacional37 la cual depende de la auto-organización, es decir, sus propias
estructuras pueden transformarse mediante operaciones de ellas mismas.
Un ejemplo de ello es el lenguaje, el cual varía significativamente en virtud
de percepciones de la conciencia de los individuos y sus épocas, particularmente la moderna (Luhmann; 1997a). La clausura operacional y la autoorganización hacen que el sistema se vuelva compatible con el entorno,
según las circunstancias históricas concretas, llevando así a la sociedad a
instaurar un orden general, que confirma la eficacia de la clausura operacional de los sistemas y la auto-organización societal. En otros términos, la
sociedad es un sistema cerrado comunicativamente y sólo produce comunicación a través de la comunicación. La sociedad para Luhmann sólo es
posible como sistema autopoiético y, todo sistema autopoiético, posee su
propio acoplamiento estructural, que no es otra cosa que un sistema determinado por su estructura, que puede determinar sus operaciones sólo a
través de las propias estructuras.
Lo que parece querer decir Luhmann es que no hay un orden omnipotente
que englobe a la conciencia con la sociedad, a la conciencia con las comunicaciones, o a la sociedad con los sistemas de interacción. La autopoiesis
de la sociedad es comunicación y la autopoiesis de la conciencia es pensamiento, en la sociedad se comunica y en la conciencia se piensa. Ambos
sistemas se mantienen mutuamente como entornos, si bien utilizan el mismo
170
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
medio del sentido (Luhmann, 1971). En todo sistema social, o político le
agregamos, la comunicación está estructuralmente acoplada a la conciencia.
Sin la conciencia la comunicación es imposible. Pero la conciencia no es ni
el sujeto de la comunicación ni el sustrato de la comunicación. La comunicación no se puede seguir viendo como una transferencia de contenidos
semánticos de un sistema psíquico que ya los posee. Para Luhmann no es
el hombre quién puede comunicarse, sólo la comunicación puede hacerlo,
no existe ninguna comunicación entre el individuo y la sociedad, o entre
ciudadano y comunidad. Solamente una conciencia puede pensar, pero nadie
puede pensar por otro, nada puede pensar con pensamientos propios dentro
de otra conciencia. Solo en la sociedad se puede comunicar y son operaciones propias de un sistema operacionalmente cerrado, determinado por
su conexión estructural sistémica, que Luhmann denomina acoplamientos
estructurales (Torres; 2004: 357-379). Y, por medio de ellos, un sistema o
subsistema puede ensamblarse, por ejemplo entre racionalidad y conflicto, o
entre indicadores o valores de ellos.
Las posibilidades de la especificidad del lenguaje vuelven posible la
construcción de estructuras comunicacionales altamente complejas como
pueden ser los valores, actitudes y creencias en la opinión pública. El acto
de acoplamiento de los sistemas del lenguaje entre las personas, así como el
de los sistemas de conciencia en los sistemas de comunicación, tiene consecuencias de gran importancia para la construcción de la estructura de los
sistemas sociales o políticos (Luhmann; 1998b). Todo lo que actúa sobre la
sociedad desde fuera, sin ser comunicación, debe haber atravesado el doble
filtro de la conciencia y de la posibilidad de comunicación, lo que permitiría
su congruencia operacional al interior del sistema político, por ejemplo. La
conciencia tiene una posición privilegiada en la connotación de autopoiesis
de Luhmann, como control del mundo externo a la comunicación, y también
como sujeto de la comunicación, como entidad que le dé fundamento a su
capacidad de percepción auto-producida (Luhmann; 1993).
La temporalidad de la complejidad, según Luhmann, también significa
que para actualizar las relaciones entre los elementos es necesaria la selección, que nos lleva al orden selectivo y éste al riesgo. Cualquier estado
de cosas complejas se basa en una selección de relaciones entre los elementos. La selección sitúa y cualifica los elementos, en una determinada
171
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
relación, pero ésta se escoge porque es posible también de otro modo, lo
contingente. La complejidad del mundo y de la formación de los sistemas,
se lleva a cabo mediante la reducción de la complejidad y solamente así
se puede explicar que la duración de los sistemas pueda ser ordenado con
su propia autogeneración. Esta autopoiesis es el resultado de su propia
complejidad. El orden que prevalezca en la selección de sus relaciones,
dependerá de la diferencia de complejidad frente a su entorno. Así, ambos
aspectos se desglosan analíticamente. No obstante, no son sino dos caras
de la misma moneda, de un mismo estado de cosas, ya que solamente
mediante la selección de un orden, un sistema puede llamarse complejo
(Luhmann; 1997b: 108-130).
Para la tesis Luhmaniana la teoría de la evolución describe y explica
el hecho de que un sistema, estructuralmente determinado, puede cambiar sus propias estructuras mediante diversas operaciones. Los cambios
estructurales de tipo evolutivo se describen con base en la distinción entre
los mecanismos de la variación, de la selección de variaciones y de su
estabilización o equilibrio. Puede hablarse de evolución sólo cuando los
tres tipos de mecanismos, que son diferentes según el tipo de sistema considerado, pueden ser distintos (Torres; 2004; 257) La relación entre variaciones, selecciones y estabilización deben pensarse en sentido circular y
no con base en una causalidad lineal. La posibilidad de variar requiere de
selecciones ya estabilizadas, así como la estabilización de los cambios y
transformaciones es posible sólo con base a mecanismos, que aseguren
una selección de las variaciones que presentan y estas pueden ser tanto
para las relaciones exteriores de los sistemas, como para las relaciones al
interior de los mismos. De esa manera la orientación de una tribu, al mejor
estilo maffesoliano38, aunque se encuentre limitada por la expresión oral.
Cuando se ha perdido la confianza, se tiene que reponer la credibilidad
recurriendo a una selectividad mejor organizada y con poder (Luhmann;
1995: 137 y ss.).
Para Luhmann hay un segundo aporte en torno a la complejidad: la
carencia de información. Es lo que le hace falta al sistema para poder aprehender y describir su entorno como parte de la complejidad del sistema
mismo. Esta segunda versión puede ser usada en los sistemas de sentido
para reintroducir la complejidad del sistema dentro del sistema mismo
172
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
como concepto, como magnitud desconocida, como factor de miedo, como
concepto de inseguridad y riesgo, como planeación, como problema de
decisión y como excusa (Luhmann: 1997c). Esto nos lleva a la función
de los límites de los sistemas. Los sistemas tienen límites y eso es que los
diferencia del concepto de estructura. Cuando los límites están definidos
con exactitud, los elementos deben atribuirse al sistema o al entorno. Las
relaciones en cambio, pueden acontecer entre sistema y entorno. Es de esa
manera que un límite separa elementos, pero no necesariamente las relaciones. Al mismo tiempo en la constitución de los elementos del sistema,
la determinación de los límites es el requisito más importante de la diferenciación de los sistemas. Los límites pueden considerarse suficientemente
determinados cuando los problemas que quedan abiertos en la constitución
de los límites o en la coordinación de los acontecimientos, pueden ser tratados por el sistema con sus propios medios (Luhmann; 1997b: 66-78).
De esta manera se nutre entonces el concepto de autorreferencia, el
cual designa la unidad constitutiva del sistema consigo mismo, unidad de
elementos, de procesos, de sistema. El concepto no sólo define, sino que
también incluye la afirmación de un estado de cosas, ya que sostiene que
la unidad sólo puede llevarse a cabo mediante una operación relacionante.
La auto-referencia hace uso de la operación que constituye lo propio. Este
problema nos remite a la formación de los sistemas. Se puede denominar a
un sistema como autorreferente, cuando los elementos que lo constituyen
están integrados como unidades de función, y en todas las relaciones entre
estos elementos corre paralela una remisión a la autoconstitución. Es así
como se produce la auto-constitución de los sistemas auopoiéticos, y se
amplía su capacidad de contacto en la medida en que constituye elementos
determinables y con ello aumenta la complejidad del entorno posible para
el sistema y para comprender la transición de un sistema a otro (Luhmann;
1997b: 87-99).
Del catálogo de las formas políticas y de sus múltiples relaciones se
obtiene la distinción entre igual y desigual, pero esta distinción se adapta
únicamente a aquello que puede compararse, es decir, sólo a los sistemas,
pero no a la relación de sistema y entorno, el modo. No tiene sentido,
efectivamente, definir como desigual al entorno con respecto del sistema.
Precisamente por esto se tiene que limitar la teoría de las formas de la
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
diferenciación a las relaciones entre sistema y sistema, los modos de su
relación. Con la ayuda de este catálogo de las formas, Luhmann proporciona apoyo a la tesis conforme a la cual las formas mutadas de la diferenciación del sistema, aquellas que tienen mayores pretensiones, llevan a
una diferenciación más fuerte de la sociedad, por ejemplo entre República
y Monarquía. Y de ahí podemos comprender que las formas de diferenciación son formas de integración de la sociedad. La sociedad no se integra
en la unidad, en virtud de un imperativo que la imponga, ni mucho menos
porque su unidad se reformula como postulado. La integración se da en
la forma de reconstrucción de su unidad como diferencia. La forma de
la diferenciación, que de vez en cuando es la forma dominante, regula al
mismo tiempo el modo en que puede verse la unidad de la sociedad en la
sociedad. Determina las consecuentes restricciones del grado de libertad
de cada uno de los sistemas parciales. Mientras que, con base en el concepto de integración propio de los clásicos, la sociedad moderna debe describirse como desintegrada, porque en su interior no pueden ponerse de
acuerdo sobre el contenido de un principio unitario cualquiera, el aparato
conceptual propuesto por Luhmann, conduce a un diagnóstico opuesto. La
sociedad moderna está hiperintegrada y, por tanto, amenazada (Luhmann;
1997a: 91-119).
El desarrollo evolutivo de los sistemas sociales en la historia es introducido por Luhmann (1999), empezando por lo que él denomina sociedades
fragmentarias (tribales). Las características de sus formas estructurales
y funcionales se construían en tres planos: familias, poblados y tribus.
Dichas sociedades, a decir de Luhmann, están constituidas para permanecer como están. Ello tiene validez para su propia semántica y se hace
aún más evidente si se les observa mirando lo que ellas mismas no pueden
observar. En la terminología de la teoría de sistemas, se llama catástrofe
al paso relativamente rápido de un sistema estable a otro. Precisamente en
este sentido, la evolución, cuando toca la forma de diferenciación, lleva a
una catástrofe social. El nacimiento de sociedades que presentan la primacía de la diferenciación entre centro y periferia o una primacía de la
estratificación, constituyen una catástrofe de este tipo, el cual se atenúa
sólo por el hecho de que en el campo se sigue viviendo todavía como antes,
con las condiciones de la diferenciación segmentaria y que únicamente
174
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
algunas funciones se atribuyen a la ciudad o al estrato dominante (Torres;
2004: 380 y ss).
La teoría más antigua, explicaba el paso de las sociedades fragmentarias
a sociedades estratificadas con el crecimiento demográfico de la población. Luhmann no acepta esta explicación y refiere dicho cambio a los
problemas estructurales. Uno de los mecanismos que pueden describirse
es el denominado mecanismo parasitario. Las ventajas que derivan de la
desviación de un orden, pueden descubrirse precisamente en los usos y
prácticas dominantes. Todo orden se rige por exclusiones: un orden simétrico se apoya en la exclusión de la asimetría. Este hecho ofrece una oportunidad, que sin distintas exclusiones no se hubiera presentado, es decir,
ofrece la posibilidad de descubrir y utilizar, dentro de lo excluido, algunas
oportunidades ventajosas para los fines de la constitución de un orden.
Precisamente en las formas de orden bien estructuradas se hace visible su
opuesto: no la igualdad, sino la desigualdad (Torres; 2004: 135-140).
Esta visión no presupone la evolución como una especie de revolución
estructural39 al adquirir su nueva articulación para transformarse en una
sociedad funcionalmente estructurada y diferenciada. La transformación
no se acepta como un plan predeterminado. Las diferenciaciones se inician en un entorno que les favorece y aún así, no se presuponen necesariamente de manera recíproca. La secuencia de las diferenciaciones produce
resultados que no se derivan de la pura casualidad. En el contexto, surgen
dificultades que conciernen a las relaciones recíprocas de los sistemas
de funciones. Se plantean problemas y se intentan soluciones, así como
innovaciones semánticas y estructurales, con las que el nuevo orden se va
estabilizando. El desarrollo político, por ejemplo, se sustrae del control
político solamente si el sistema político pierde control sobre si, y esto para
Luhmann no es posible por la evolución de los sistemas de funciones, que
presionan cada vez más en el sentido señalado de la diferenciación. El
concepto de revolución presupone la antigua idea de que la sociedad está
determinada políticamente, por eso precisamente pierde toda su fuerza de
convencimiento en la medida en que se desarrolla la diferenciación por
funciones de la comunidad. Lo que habrá de suceder con las instituciones
políticas después del momento crucial de la revolución es algo que queda
175
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
vacilante tanto para la teoría como para la etapa postrevolución. (Torres;
2004: 226).
Las anteriores distinciones configuran esencialmente algunas asimetrías
en los roles y pueden ser asimetrías de un nuevo tipo. O asimetrías antiguas
que alcanzan importancia de nuevo paradigma como la de gobernantes y
gobernados, la de productor y consumidor, maestro y alumno, médico y
paciente. Por supuesto que los accesos a dichos roles permanecen dependientes de los estratos. Sin embargo, al mismo tiempo, las nuevas asimetrías deslegitiman a los antiguos ordenamientos de los estratos y clases, y
muestran a su vez que en el principio de organización de las comunidades40
se ha realizado una transformación profunda, pasando de la estratificación
al de la diferenciación funcional (Luhmann; 1998a). Con la diferenciación
de las complementariedades de rol, que son específicas con respecto a las
funciones personales, no se transforma únicamente el proceso de inclusión.
Con la inclusión se transforma también aquello que en la comunidad se considera racional, lo que el individuo puede pretender como comportamiento
racional. De la misma manera en que la inclusión está conectada con la realidad y la conflictividad, la exclusión está también relacionada con estos tres
conceptos y sus antítesis (Torres; 2004: 321356).
La inclusión de una nueva perspectiva sobre la función del poder en la
moderna teoría social de Luhmann, nos atrae para el estudio que estamos
efectuando. Además, la teoría Luhmanniana está concebida a partir de los
roles funcionales de la diferenciación y el conflicto, lo cual como hemos
visto más arriba, es importante para comprender, a través de la evolución
inherente a la autopoiesis, los cambios y las transformaciones políticas en
los sistemas políticos (Luhmann; 1997a: 121-138).
El tema es complejo y no pretendemos resolverlo aquí, ya que no es
nuestro propósito. Pero si lo es colocar a la forma como noción en un contexto que nos permita comprender que, entre ella y modo, hay sustanciales
diferencias que son importantes dilucidar, para alcanzar nuevas nociones
que permitan refrescar, en nuestro ámbito de análisis, sus particularidades
e impactos conceptuales. El sistema político tratado como forma nos permite relevarlo del modo como régimen político y, por consiguiente, separar
analíticamente, sus peculiaridades en torno a los eventuales cambios y/o
176
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
transformaciones políticas. La estructura de un sistema político prevé que
existan y funcionen diversas propiedades en su régimen político, principalmente los democráticos en sus diversas modalidades. La organización
o disposición estructural del poder es el sistema y como se dirige o rige el
poder es el régimen. El sistema como forma es reversible, se puede reorganizar el poder que es el principio a través del cual se instauran las comunidades. El régimen como modo es irreversible, su desenvolvimiento, sus
maneras de relacionarse varía con toda acción.
Los cambios políticos de las formas reversibles a los cuales nos queremos referir son a los físicos, que pueden afectar las cosas, personas
o instituciones, transfigurándolas en otras distintas, pero sin perder su
esencia de orden comunitario. Cuando por el contrario hablamos de transformaciones políticas nos estamos refiriendo a los modos irreversibles en
las cosas, personas o instituciones, se transmutan en otros diferentes, como
son los valores, actitudes y creencias, lo que sería los cambios químicos.
Un ejemplo de lo que hemos dicho es el siguiente: una hoja de papel
podemos picarla en trozos más pequeños, el papel ha sufrido modificaciones, pero cada pequeño pedazo sigue siendo papel; si por el contrario la
quemamos, dejaría de ser papel, sería ceniza.
El cambio de las formas reversibles es aquel que ocurre externamente.
No existe una alteración interna en la estructura de la materia o del ser, ya
que no existe una metamorfosis en sus componentes internos; no se crean
cosas nuevas, es sólo una mudanza, por lo tanto es reversible. Al contrario
de los cambios en el modo irreversible que si ha sufrido transformaciones
de su estado original, hay una reordenación de sus componentes básicos.
En cualquiera de los casos se hace necesario una diagnosis polisituacional
41
, con la finalidad de observar sus peculiaridades previo al análisis que nos
proponemos.
El cambio político, las formas reversibles, también lo entendemos como
direccional, es decir, un objeto en movimiento modifica su trayectoria: el
objeto X se traslada desde el punto A hacia el punto B, pero sin verse
afectado en su estructura, su esencia. La velocidad y la rapidez de su desplazamiento puede tener significado al igual que su nuevo lugar, esto es
cierto, a nuestra manera de ver, tanto por su nueva disposición, como la
177
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
velocidad o rapidez con que la adquirió. Se dispone de algo cuando se
desea por voluntad propia, sugerida u obligada. Se pueden cambiar las
causas políticas que produce una aptitud personal, así como también los
efectos de una decisión, pero manteniendo lo fundamental del objeto que
se quiere redireccionar.
Un ejemplo puede complementar lo que estamos apuntando: miles de
electores deciden votar en una elección presidencial por el candidato A
que es de su preferencia, otros miles prefieren el candidato B, pero otros
cientos de miles –para este ejemplo el más numeroso- deciden no votar por
ninguno de los dos (los abstencionistas). Los primeros electores, es decir
los que apoyan a los candidatos A y B, legalizan la convocatoria electoral,
pero el tercer grupo no, o cuando menos no acepta ninguno de los dos candidatos, esta situación no implicaría ilegalidad de la convocatoria, pero si
falta de legitimidad. En otras palabras, podría parecer que la convocatoria
es válida, legalmente hablando, pero carente de legitimidad política a pesar
de que el sistema político, forma reversible, se mantenga estable en cuanto
a su esencial legalidad, no así el régimen democrático, modo irreversible,
que se ve afectado en su legitimidad.
Se puede deducir entonces que el comportamiento electoral de las
mayorías a cambiado su tradicional decisión de votar también, ahora votan
menos, hay mayor abstención, pero no significa trastocar sustanciales
aspectos en el comportamiento de los votantes o en la organización del
sistema político, por ejemplo Republicano. Los trastornos ocurrirán –si
ocurriesen- solamente como consecuencia de los efectos que tan alta abstención puede o no significar para la sustentabilidad del régimen democrático y su institucionalidad, pero no por el cambio en el comportamiento
electoral de los votantes que siguen siendo ciudadanos, sino en su condición de demócratas.
La abstención es un cambio en el comportamiento electoral, claro está,
dentro del ámbito de lo político/electoral/democrático, pero los efectos de
ese cambio político pueden conducir o no a transformaciones en el sistema
político o del propio régimen democrático, en tanto y cuanto afecten o
pueda verse afectada la estabilidad de sus instituciones. Llevándolo a los
extremos no implicaría un desorden, (modo irreversible) sólo un reordena-
178
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
miento en el accionar político (forma reversible) si se pretende mantener
el equilibrio y la estabilidad necesaria para que la gobernabilidad pueda
lograr efectos positivos.
Los efectos del cambio o de los cambios políticos serán de nuestra particular atención, pero sin adentrarnos en sus causas. La orientación que
van adquiriendo los cambios políticos en su movimiento producirá efectos
diversos. Las causas de los cambios políticos pueden ser de tal magnitud y
tan complejas, que resulta casi imposible determinarlas con cierto grado de
exactitud y comprobación científica, pero no así los efectos que ellas producen. Desde esta perspectiva que nos planteamos, los cambios políticos
incitan, estimulan, mueven o no a la transformación, siendo ésta la que
realmente logra alterar al sujeto o al objeto en su esencial composición. Es
la transformación, como definición y concepto, la que asumirá un grado de
distinción en relación con los efectos de los cambios políticos que logran
manifestarse.
Las instituciones políticas cambian constantemente, se van modificando
de acuerdo a los requerimientos y necesidades que el movimiento de la
población le va imprimiendo, pero cuando ellas ya no pueden absorber normalmente los cambios políticos que van ocasionando los ciudadanos, ellas
deben transformarse ineludible pero adecuadamente. La dirección de los
acontecimientos y el proceso mismo de transformación adquirirá niveles
de violencia política colectiva con grados de diferencia: una revolución
es sin lugar a dudas mucho más violenta que una transición. La violencia
posee grados de velocidad y rapidez, así como en tiempo y espacio, que
estarán determinados por las causas de los cambios ocurridos con anterioridad a sus efectos manifestados en peculiares transformaciones.
La dirección de los acontecimientos o del proceso político implicará
que los cambios políticos adquieran una dimensión revolucionaria, es
decir, que afecte a la raíz, a los fundamentos, a la estructura del orden
institucional con un grado de violencia política colectiva que, por lo
general, son imprevisible e irreversibles en sus resultados. Por el contrario, un menor grado de violencia política colectiva abre la posibilidad de
acuerdos, pactos y convenios que posibilitan, aun afectando algunas de las
raíces estructurales, se llegue a prever sus consecuencias. La conflictividad
179
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
política que incuba los cambios políticos revolucionarios hace difícil, por
no decir imposible, cualquier tipo de concierto, acuerdo o pacto político
en la dialéctica de los procesos políticos. Las transiciones los sugieren,
los propician, los promueven dentro del proceso político mismo ya que el
nivel del conflicto mantiene la racionalidad política como asidero para las
soluciones que se buscan en la realidad política.
Como veremos más adelante, los principios por los cuales se propone
que una revolución se inicie, nunca se logran mantener, por el contrario, se
van adaptando en la medida en que uno de los actores vaya desapareciendo
o perdiendo fuerza en la poca o mucha autonomía en la racionalidad política que lo sostiene (Pérez, 2006; 235-259). En un cambio político en
donde la racionalidad política logra encumbrarse en el accionar político
permitirá que la realidad política disminuya sus niveles de conflictividad,
es decir, de violencia política colectiva.
En otros términos, nuestro enfoque pretende comprender los movimientos políticos cuyos efectos producen cambios y transformaciones
políticas en la institucionalidad, a través de un proceso de correlación
entre variables, cualitativa y cuantitativas, posibles de especificar, o mejor
aún, probables de medición que implique un efecto demostrativo para
sugerir eventuales decisiones. Es posible y probable que seleccionando
las variables adecuadas, como pueden ser las de realidad, conflictividad y
racionalidad política podamos determinar un escenario que nos indique los
aspectos más convenientes de tomar en cuenta para ocasionales decisiones
que mejoren o corrijan el movimiento político en sí y sus contenidos.
Aspiramos a señalar que con un modelo de análisis apropiado, o en
última instancia demostrativo, se puedan redefinir políticas, planes o programas que responda a las expectativas que se van creando en una nueva
perspectiva de la ciudadanía42 como consecuencia del accionar político
de los actores o protagonistas, sean estas personas o instituciones. Esa
relación e interrelación es lo que hemos denominado crítica relacional.
Mantener una actitud positiva ante las crisis puede y es conveniente. Ellas
son el resultado de unas causas que, como hemos dicho anteriormente son
difíciles de diagnosticar por lo menos en movimientos estelares que se
manifiestan en los procesos políticos por su complejidad multivariable,
180
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
pero si nos podemos acercar a través de sus efectos y optimizar o corregir
según las mismas circunstancias vayan indicando.
Una rebelión que atente contra el orden establecido no se cauteriza con
represión, eso es una fórmula inmediata e inmadura. Una revuelta ciudadana, en un régimen democrático claro está, no se apacigua con detención
y castigo. Los instrumento que dicta la sustentabilidad democrática que se
aspira alcanzar o mantener están enmarcados en los saberes de la comprensión, el diálogo, la deliberación que procuren una resolución acorde con las
expectativas que generaron el movimiento denominado rebelión o la revuelta
ciudadana, que no es más que un síntoma o efecto de múltiples causas.
Conclusión preliminar
Las transformaciones políticas entre las que se encuentran las revoluciones y las transiciones, son corrientes de poder dentro del proceso político. Son movimientos fenomenológicos que implican grados de violencia
mental y física que intentan desbordar el orden establecido, por no responder éste y sus instituciones político/administrativas, a las expectativas
de una ciudadanía insatisfecha, descontenta, resentida con su comunidad,
con sus instituciones, con sus dirigentes o más sencillamente con sus intereses de vida comunitaria. Los movimientos que generan transformaciones
revolucionarias dejan muy poco margen para la actuación deliberativa
entre actores, es el suma cero de la teoría de juegos, es el enfrentamiento
amigo/enemigo, es la capitulación absoluta del adversario como condición
básica del proceso político que se inicia.
El movimiento transformador transicional por el contrario, a pesar de
que puede representar transformaciones de hondo contenido estructural en
lo político, no ha significado, ni simboliza lo que hemos destacado de la
revolución. La transición es un movimiento transformador de expectativas
reflexivas para la deliberación, el acuerdo, la transacción. A pesar de tener
grados de violencia política en cuanto a lo que se pretende cambiar o transformar, ello implica el suma variable, entendimiento con el adversario, el
compartir y ceder parte de las expectativas para lograr acuerdos, entendimientos, compromisos de las partes, incluso reparto.
181
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
Enfocando de esta manera los movimientos políticos transformadores
como proceso que desembocan en revolucionarios y transitarios, a partir
de las reivindicaciones sociales, nos permitirá abordar el tema nuevamente
con algunas de estas deliberaciones reflexivas y experimentales en el
ámbito de lo académico e intelectual como preámbulo de nuestras consideraciones analíticas en los subsiguientes dos artículos.
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Notas
1 Entendemos por complejo: “El conocimiento pertinente debe enfrentar
la complejidad. Complexus, significa lo que está tejido junto; en efecto,
hay complejidad cuando son inseparables los elementos diferentes que
constituyen un todo (como el económico, el político, el sociológico, el
psicológico, el afectivo, el mitológico) y que existe un tejido interdependiente, interactivo e inter-retroactivo entre el objeto de conocimiento y
su contexto, las partes y el todo, el todo y las partes, las partes entre
ellas. Por esto, la complejidad es la unión entre la unidad y la multiplicidad. Los desarrollos propios a nuestra era planetaria nos enfrentan
cada vez más y de manera cada vez más ineluctable a los desafíos de la
complejidad.” (Morin; 2000, 13)
2 “Explicar, es considerar lo que hay que conocer como un objeto y aplicarle todos los medios objetivos de conocimiento. La explicación es obviamente necesaria para la comprensión intelectual u objetiva.” (Morin;
2000, 45).
3 Capra (2006: 129 y ss), lo ilustra de la siguiente manera: “La visión de los
sistemas vivos como redes autoorganizados, cuyos componentes están interconectados y son interdependientes, ha sido expresada repetidamente,
de uno u otro modo, a lo largo de la historia de la filosofía y de la ciencia.
193
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Revista Memoria Política
4
5
194
No obstante, modelos detallados de sistemas autoorganizados sólo han
podido ser formulados recientemente, cuando se ha accedido a nuevas
herramientas matemáticas, capaces de permitir a los científicos el diseño
de modelos de la interconectividad no-lineal características de las redes.
El descubrimiento de estas nuevas ‘matemáticas de la complejidad’ está
siendo cada vez más reconocido como uno de los acontecimientos más
importantes de la ciencia del siglo XX.”
Diaz Sánchez, Ramón. TRANSICIÓN (Política y realidad en Venezuela).
El libro menor, 37; Ediciones de la Academia Nacional de la Historia.
Caracas, 1983. P. 81. El ensayo fue publicado por primera vez en 1937, por
Ediciones La Torre en Caracas. El trabajo hace particular referencia a la
transición política ocurrida entre la Venezuela gobernada dictatorialmente
por Juan Vicente Gómez (1908-1935) y el régimen aperturista hacia la
democracia de Eleazar López Contreras (1936-1941); ver en Eladio
Hernández Muñoz (2008:135-155).
En los siguientes trabajos de análisis sobre los cambios y transformaciones
políticas en América Latina se puede apreciar el esfuerzo por construir un
modelo de análisis regional: Garreton, Manuel A. Del autoritarismo a la
democracia política. Revista Mexicana de Sociología. México. Vol. 53, no.
1, enero-marzo, 1991. González C., Pablo. La crisis del Estado y la lucha
por la democracia en América Latina. Nueva Sociedad. Caracas. No 104,
noviembre, 1989. Alain Touraine, Alain. Éxitos y límites de la democratización en América Latina. Estudios Sociológicos. México. Vol.16, no 48,
septiembre, 1998. Cansino, Cesar., “Pensar la transición”, La Jornada
Semanal, México, núm. 276, septiembre de 1994. Martins, L., “La liberalización del gobierno autoritario en Brasil”, en G. O’Donnell, P. Schmitter
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AUTORITARIO, vol. 2, Buenos Aires, Paidós, 1988. Nohlen, D., “Más
democracia en América Latina? Democratización y consolidación de la
democracia en una perspectiva comparada”, Síntesis, Madrid, núm. 6.
Alcántara, Manuel (1992): “Las transiciones a la democracia en España,
América Latina y Europa Oriental. Elementos de aproximación a un estudio comparativo”, en Revista del Centro de Estudios Constitucionales, n1
11, CEC, Madrid. Zea, Leopoldo. (Compilador e introducción). AMÉRICA
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el FCE. Argentina.
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“El divorcio del ciudadano con el Estado es creciente, y la ciudadanía ha
perdido gran parte de la lealtad que la unía a sus organizaciones políticas
[...] De hecho, a las relaciones y vínculos cada vez más débiles entre los
ciudadanos y sus Estados, el descreimiento en los que mandan y el pesimismo reinante en cuanto al futuro de América Latina que ha invadido
todo el continente, se añade una estructura débil del Estado.” (LópezAlves; 2003, 62).
7 A pesar de los importantes cambios que ha sufrido el demo político en el
mundo actual y los alcances y significados de las transformaciones sobre
la Nación, el Estado y la Ciudadanía y las relaciones existentes entre estas
tres categorías, o “santísima trinidad”, como lo denomina en una interesante proposición de análisis, Ricard Zapata-Borrero en su artículo:
“Multiculturalismo, inmigración y democracia: la re-constitución del demos político.” Ver en: CIUDAD Y CIUDADANÍA. Senderos contemporáneos de la filosofía política. Editorial Trotta. Madrid, 2008, pp. 253-277).
8 De las contingencias democráticas en USA podemos ver el reciente trabajo de Sheldon S. Wolin: DEMOCRACIA, S.A., Edit. Katz. Buenos Aires,
2008, y el de Ronald Dworkin: LA DEMOCRACIA POSIBLE, Edit.
Paidós, Barcelona, España, 2008.
9La bibliografía es muy extensa, pero un artículo: “Cultura, desarrollo y
cambio político en Asia y América Latina: una aproximación comparada”,
del Diplomático, Abogado y Doctor en CCPP Manuel Montobbio de
Balanzó, resume muy bien lo que estamos afirmando en relación con los tigres asiáticos y América Latina; ver en: www.iberoasia.org/.../MMontobbio_
cultura_des_Asia_AL.pdf. Sobre la República Popular de China ver el trabajo de Robert Devlim; Antoni Estevadeordal y Andrés Rodríguez-Clave
(Editores): EL IMPACTO DE CHINA: OPORTUNIDADES Y RETOS
PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE, Ediciones del BID, julio del
2007. Sobre el caso de la India ver: Desarrollo económico: estrategias exitosas, Coordinado por: José Luis Calva en: AGENDA PARA EL
DESARROLLO. Volumen 2, tercera sección: India: su camino de prosperidad. Ediciones de la UNAM, México 2007.
10 Cabe recordar un texto ya clásico sobre la materia el cual logro describir y
explicar científicamente desde un punto de vista del análisis comparado el
fenómeno político de la revolución, nos referimos al de Crane Brinton, LA
ANATOMÍA DE LA REVOLUCIÓN, publicado por primera vez en 1938,
ver en la edición de 1985, el capítulo 1, pp. 7-33.
11 Sobre lo mitológico, en el caso venezolano, ver el interesante ensayo de la
escritora Ana Teresa Torres, LA HERENCIA DE LA TRIBU. Del mito de
la independencia a la revolución venezolana. Editorial Alfa. Caracas,
2009.
195
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
12 Sobre este particular enfoque, ver el artículo de Ana de Miguel Álvarez:
“Dimensiones filosóficas-políticas de los movimientos sociales”, en:
CIUDAD Y CIUDADANÍA. Senderos contemporáneos de la filosofía política. Editorial Trotta. Madrid, 2008, pp. 279-300).
13O también como lo afirma el politólogo estadounidense Sidney Taoow
(1997: 167) en donde su señalamiento se dirige a la interacción sostenida
entre actores colectivos y autoridades gubernamentales como el rasgo definitivo de los movimientos políticos.
14 “La incapacidad de concebir lo complejo y la reducción del conocimiento
de un conjunto al de una de sus partes provocan consecuencias aún más
funestas en el mundo de las relaciones humanas que en el del conocimiento del mundo físico.” (Morin; 2000, 47).
15 “La supremacía de un conocimiento fragmentado según las disciplinas
impide, a menudo operar el vínculo entre las partes y las totalidades y,
debe dar paso a un modo de conocimiento capaz de aprehender los objetos
en sus contextos, sus complejidades y sus conjuntos.” (Morin; 2000, 8).
16 “El conocimiento de los problemas claves del mundo, de las informaciones claves concernientes al mundo, por aleatorio y difícil que sea, debe ser
tratado so pena de imperfección cognitiva, más aún cuando el contexto
actual de cualquier conocimiento político, económico, antropológico,
ecológico... es el mundo mismo. La era planetaria necesita situar todo en
el contexto y en la complejidad planetaria. El conocimiento del mundo, en
tanto que mundo, se vuelve una necesidad intelectual y vital al mismo
tiempo. Es el problema universal para todo ciudadano del nuevo milenio:
¿cómo lograr el acceso a la información sobre el mundo y cómo lograr la
posibilidad de articularla y organizarla? ¿Cómo percibir y concebir el
Contexto, lo Global (la relación todo/partes), lo Multidimensional, lo
Complejo? Para articular y organizar los conocimientos y así reconocer y
conocer los problemas del mundo, es necesario una reforma de pensamiento. Ahora bien, esta reforma es paradigmática y no programática: es
la pregunta fundamental para la educación ya que tiene que ver con nuestra aptitud para organizar el conocimiento.” (Morin; 2000, 20).
17La noción de forma y modo no es solo metodológica, por el contrario existen diversos sentidos, como por ejemplo, metafísico, lógico, inclusive estético; en nuestro caso la hemos abordado, reflexivamente, como método
de investigación y análisis. Para ver desde diversas perspectivas consultar
el Diccionario de Filosofía de José Ferrater Mora (1994).
18La cita corresponde al artículo de Axel Honneth, de la Universidad de
Frankfurt: COMUNIDAD. Esbozo de una historia conceptual, ISEGORÍA:
Revista de filosofía moral y política, 130-2097, Nº 20, 1999 , p. 6; en don-
196
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
de el autor se plantea la conveniente de revisar -lo que compartimos- ambos nociones o términos inspirado en el famoso trabajo de Ferdinand
Tönnies, COMUNIDAD Y ASOCIACIÓN. Editorial Península, primera
edición en español, traducción de la 8ª. edición alemana de 1935, Barcelona,
España 1979; particularmente de Tönnies ver la sección primera: teoría de
la comunidad y la segunda: teoría de la asociación, pp. 33-111.
19 Para una consideración adicional sobre ‘el modo de ser’ como voluntad
comunal que estamos utilizando ver el Libro segundo, sección primera y
segunda de Ferdinand Tönnies, en: COMUNIDAD Y ASOCIACIÓN, pp.
115-176. Una interpretación actualizada de Tönnies sobre este particular
-que compartimos- se puede ver en: Martín López, Enrique. (1993).
TEXTOS DE SOCIOLOGÍA DE LA FAMILIA, pp.107-178.
20 Véase: Aristóteles, POLÍTICA. Edición del Centro de Estudios
Constitucionales, colección Clásicos Políticos, edición bilingüe y traducción por Julián Marías y María Araujo. Introducción y notas de Julián
Marías de la Real Academia Española. Madrid, 1983. En este trabajo el
libro V aparece como el libro VII, pp. 204-248.
21Véase el Libro VIII, 543a - 569c, en Platón, LA REPÚBLICA. Edición del
Centro de Estudios Constitucionales, Tomo III, edición bilingüe, traducción, notas y estudio preliminar por José Manuel Pavón y Manuel
Fernández Galiano. Madrid, 1969. pp. 49-98.
22 Véase el Libro VI (Fragmentos), en Polibio, HISTORIAS. Editorial
Clásica Gredos, 43. Traducción de Manuel Balasch Recort. Madrid, 1981.
pp. 148-222.
23 Véase Thomas Hobbes, LEVIATÁN O LA MATERIA, FORMA Y PODER
DE UNA REPÚBLICA, ECLESIÁSTICA Y CIVIL. Editorial FCE, sección
de obras de política y derecho, traducción y prefacio de Manuel Sánchez
Sarto. Undécima reimpresión. México, 2001. pp. 100-161.
24Véase: G. W. F Hegel. (1985).Lecciones sobre filosofía de la historia universal. Editorial Alianza. Madrid.
25 Nos referimos a la comunidad como ámbito o espacio cultural que comparte un universo simbólico tradicional, sobre el particular, ver: Gurrutxaga,
Ander. (1991). “El redescubrimiento de la comunidad”, en Revista española de investigaciones sociológicas 56, edic. del CIS, pp. 33-60.
26 En relación con la capacidad y derecho de autogobierno de la ciudadanía
responsable, ver: Kymlycka, Will y Norman, Wayne (1997). EL RETORNO
DEL CIUDADANO. Una revisión de la producción reciente en teoría de la
ciudadanía, pp. 5-40; en LA POLÍTICA. Revista de estudios sobre el
Estado y la sociedad, número 3, octubre de 1997.
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Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
27 A la definición de condición humana le daremos un significado antropológico; y por elementos antropológicos “...entendemos aquellos modelos,
conceptos, esquemas explicativos y formas más o menos organizadas que
son respuestas muy icoiniciales a necesidades fundamentales (...) y que
constituyen concepciones básicas del hombre, de la convivencia y del orden social y político, son elementos siempre en relación directa con la
naturaleza peculiar del hombre.” Ver en: ASPECTOS ANTROPOLÓGICOS
DE LA TEORÍA POLÍTICA, de Jorge Riezu; en: Jorge Riezu Martínez y
Antonio Robles Egea, (Eds.) Historia y pensamiento político. Edic. de la
Universidad de Granada. España, 1993. p. 111.
28 Este particular enfoque sobre la noción de la forma en Kant lo desarrolla
magistralmente el profesor de filosofía de la Universidad de California y
miembro del consejo consultivo de la North American Kant Society: Henry
E. Allison en su texto EL IDEALISMO TRASCENDENTAL DE KANT:
UNA INTERPRETACIÓN Y DEFENSA. Editorial ANTHROPOS.
Barcelona, España, 1992. La edición original en Ingles fue publicada en
1983.
29 Touraine, A. (1989). DISCURSO FILOSÓFICO DE LA MODERNIDAD.
Editorial Taurus. Buenos Aires, p. 12.
30 Ver en: Touraine, A. (1994). CRÍTICA DE LA MODERNIDAD. Editorial
FCE, 1ª edición en español, Buenos Aires, pp. 93-193.
31 Con el concepto de Autopoiesis intenta explicar el cambio de la autonomía
en los sistemas vivientes, pero conservando su identidad constituida por
una forma de vivir en congruencia con un entorno autoreferente que para
la especie humana. El cambio de la identidad es una forma de auto-organizarse en congruencia con la diversidad de acciones y aspiraciones de los
individuos. Son las interacciones comunicativas las que construyen un entendimiento cuyo sentido es autoreferente para el sistema. Recordemos
que este concepto proviene de los biólogos chilenos Humberto Maturana
Romesín y Francisco J. Varela García y de su obra que data de los años
sesenta y que una publicación muy reciente lo sistematiza, ver: DE
MAQUINAS Y SERES VIVOS. Autopoiesis: la organización de lo vivo.
Edición Universitaria y Grupo Editorial Lumen. Buenos Aires, 2003.
32 La noción de función se usa en matemática, las funciones reales, con un
significado técnico referido a las relaciones que se establecen entre fenómenos y situaciones que provienen del mundo real y cotidiano, que en
numerosas ocasiones no nos damos cuenta que la estamos utilizando, como
por ejemplo en el manejo de cifras numéricas en correspondencia con otra,
como: la cantidad de kilómetros recorridos por un vehículo con el gasto de
combustible; la cantidad de lluvia caída en un día determinado; la escala
de Richter para medir la magnitud de los sismos, etc.
198
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
33 Este es otro de los conceptos importantes en la teoría de Luhmann, como
veremos más adelante. En principio la define como elemento y relación.
La relación de los elementos enriquece el análisis sistémico por la vía de
la agregación, incluyendo que la complejidad organizada de las sociedades
sólo puede llevarse a cabo como relaciones selectivas de los sistemas a
través del aumento en la diferenciación (Luhmann; 1997b: 49-107). Entre
elemento y relación se puede percibir que al aumentar el número de elementos que consideremos mantener unidos como sistema, o para un sistema, nos tropezaremos con un momento en donde ya no será posible relacionarlos. En consecuencia, la complejidad se designa para el pensamiento
Luhmanniano, como la suma de elementos conexos en la que, en razón de
una limitación inmanente a la capacidad de acoplamiento, ya no resulta
posible que cada elemento sea vinculado a cada otro, en todo momento, y
no sólo en cuanto al tiempo, sino también espacio.
34 En Luhmann, el pensamiento contemporáneo ha quedado entrampado en
un callejón sin salida. La revisión repetida hasta el cansancio de la obra de
los clásicos constituye una aporía, de la cual no pueden surgir propuestas
teóricas capaces de comprender los fenómenos sociales resultantes de la
evolución del siglo XX. Los clásicos cimentaron las bases de la disciplina,
pero la única forma de construir sobre esa base, consiste en atreverse a
romper con la continuidad del pensamiento clásico, cuando éste ya no resulta fructífero para el análisis de fenómenos que no pudieron ser vistos en
el momento en que los padres de la sociología, y nos atreveríamos a agregar de la politología, reflexionaron sobre las sociedades y los fenómenos
políticos de su época.
35 “…los sistemas pueden soportar que se jerarquice su centro sin que tenga
que quedar jerarquizado la totalidad de la función. La diferenciación centro/periferia expresa formas de diferenciación. Sólo en el centro se forman
jerarquías, mientras que las periferias –que sirven para mantener la alta
complejidad y la alta coordinación- pueden permanecer diferenciadas por
segmentos: diversos partidos políticos, diversas organizaciones que representan intereses; diversas ramas de producción y diversos mercados. (…)
La jerarquía afronta la unidad de los problemas haciendo que la comunicación quede controlada a través de órdenes emitidas desde una cima.
Estas formas jerárquicas siempre presuponen organización, aunque no
son adecuadas para agotar la suma de complejidad de los sistemas funcionales de la sociedad moderna“. (Torres; 2004: 261)
36 El concepto de autopoiesis (del griego αυτο-, auto-, “sí mismo”, y
ποιησις, poiesis, “creación” o “producción”) fue formulado por el
biólogo chileno Humberto Maturana, al intentar dar una definición a la
organización de los organismos vivos. Un sistema vivo, según Maturana,
se caracteriza por la capacidad de producir y reproducir por sí mismo los
199
Eladio Hernández MuñoZ
Revista Memoria Política
elementos que lo constituyen, y así define su propia unidad: cada célula
es el producto de un tejido de operaciones internas al sistema, del cual
ella misma es un elemento y no de acción externa. Ver en: Varela,
Francisco J.; y Maturana, Humberto R. (1973). DE MÁQUINAS Y
SERES VIVOS: UNA TEORÍA SOBRE LA ORGANIZACIÓN
BIOLÓGICA. Editorial Universitaria. Chile.
37 Por clausura operacional no debe entenderse aislamiento. Por el contrario, se mantienen en un constante abrir y cerrar, es decir, que las operaciones propias del sistema son recursivamente posibles. Clausura operativa no
quiere decir tampoco que el sistema se independice del entorno. Lo que se
destaca es que el sistema es recursivo, que se orienta por los valores que él
mismo ha producido, que está provisto de memoria propia, que oscila en el
cuadro de sus propias distinciones y que produce y desarrolla su propio
pasado y su propio futuro. (Torres; 2004: 163).
38 Maffesoli, Michel. (2004). EL TIEMPO DE LAS TRIBUS. Editorial Siglo
XXI. México. La idea central de este texto del francés Maffesoli, es sobre
lo que funda la vida cotidiana y corriente de nuestras sociedades contemporáneas, en un momento que, según palabras del autor, toca fin la era
moderna. Estos planteamientos son importantes en la reflexión de potencia
social y política, socialidad, cotidiano, imaginario colectivo, dentro de un
enfoque político-económico se nos plantea una perspectiva holística para
comprender la sociedad nueva dentro de una constante reversibilidad, donde se une la globalidad (social o natural) con los distintos elementos (medios y personas) que la constituyen hoy en día.
39 Como bien afirma la profesora María Luisa Tosta (2007:25): “Si la estructura de la sociedad no se afecta, no se trata de una revolución. De manera
que un golpe de Estado, una revuelta, un levantamiento, no implica en sí
la idea de revolución; puede ser que se trate simplemente de un relevo en
el grupo que controla el poder.”
40 Para el físico austriaco Fritjof Capra (2006: 307), este principio de organización significa el restablecimiento de las conexiones para construir y
mantener comunidades sostenibles en las que se puedan sostener y satisfacer sus necesidades: “Para esta tarea podemos aprender mucho de los
ecosistemas, verdaderas comunidades sostenibles de plantas, animales y
microorganismos. Para comprenderlos, debemos entender primero los
principios básicos de la ecología; debemos, por así decir, alfabetizarnos
ecológicamente (ecoliteracy). Estar ecológicamente alfabetizado, ser
ecoalfabeto significa comprender los principios de la organización de las
comunidades ecológicas (ecosistemas) y utilizar dichos principios para
crear comunidades humanas sostenibles. Necesitamos revitalizar nuestras
comunidades –incluyendo las educativas, las de negocios y las políticas-,
200
DELIBERANDO SOBRE LAS TRANSFORMACIONES POLITICAS
de modo que los principios de ecología se manifiesten en ellas como principios de educación, empresa y política.”
41 Entendemos por diagnosis polisituacional el análisis de un proceso político mediante el cual la estimación de un valor determinado pasa de una
forma o modo de agregación a otro; es decir, que las formas reversibles o
los modos irreversibles dependerán de la probable variabilidad entre los
indicadores preseleccionados en una circunstancia politológicamente establecida y sus posibles valoraciones.
42 Con respecto a las nuevas perspectivas de la ciudanía realmente cívica para
el desarrollo de una cultura política deliberativa y critica, ver artículo de
Javier Peña: “Nuevas perspectivas de la ciudadanía”, en: CIUDAD Y
CIUDADANÍA. Senderos contemporáneos de la filosofía política. Editorial
Trotta. Madrid, 2008, pp. 231-251).
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 203-224
APROXIMACIONES AL CONCEPTO DE REVOLUCIÓN
AMERICANA EN HANNA ARENDT
Ariadne Cristina Suárez Hopkins*
RESUMEN
El siguiente artículo analiza la idea de pacto o contrato a la luz de
las circunstancias que rodearon la fundación de las colonias americanas bajo la figura de un «Cuerpo político civil», tomando como
modelo el pacto original de los Peregrinos del Mayflower. Dicha
experiencia sirve de base para una nueva concepción de Revolución,
y que fue la que se llevó a cabo entre los asentamientos coloniales de
Nueva Inglaterra, cuya organización social y política facilitaría, a la
larga, la aparición del Estado federal y el sistema de gobierno que lo
fundamenta.
Palabras claves: Pacto original, Mayflower, Estado federal.
* Profesor Agregado en el área de Historia de la Filosofía de la Facultad de Teología de
la UCAB desde el año 2001. Licenciada en Filosofía egresada de la UCV y Magister
Scientiarum en Filosofía Contemporánea en el área de Hermenéutica de la USB en
2005. Dirección electrónica: [email protected]
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Revista Memoria Política
Vol. 1, Nº 1, 2012: 203-224
SOME THOUGHTS ON THE CONCEPTION OF AMERICAN
REVOLUTION BY HANNA ARENDT
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Summary
This paper briefly analyzes the idea of pact or contract through
the facts surrounding the American colonies foundation under the
thought of a Civilian Political body based on the original pact drafted by the Mayflower’s First Pilgrims. That experience was taken as
a framework for a new conception of revolution which the New
England colonies endeavored to a whole new political and social
perspective that eventually outlined the Federal State and its own
federal government.
Key words: Original Pact, Mayflower, Federal State.
204
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
El primer asentamiento europeo en América del Norte fue español y
ocurrió en 1565, en Saint Augustine, en lo que luego se conocería como
el estado de Florida. Por aquel entonces España expandiría su dominio a
la Florida, Texas, California y una parte del Oeste americano. Luego los
franceses ocuparon Canadá (Quebec, por ejemplo, fue fundada en 1608),
la zona de los grandes lagos y, por último, avanzaron hacia el sur donde
fundaron la colonia de Luisiana a comienzos del siglo XVIII. Basta revisar
un mapa para darse cuenta de que las tierras de la costa atlántica -que más
tarde se convertiría en el núcleo político y cultural de los Estados Unidosfueron inicialmente ignoradas por los primeros viajeros europeos, y ello por
una muy buena razón: la difícil y compleja naturaleza geográfica de tales
costas. Hariot un científico que formó parte de la primera expedición inglesa
reunida en Plymouth por Walter Raleigh en abril de 1585, escribió:
“Las costas marítimas de Virginia están plagadas de islas, por lo que se
hace muy difícil encontrar el acceso al continente. Pues aunque diversas,
variadas y espaciosas divisorias que parecían facilitar el acceso buscado
las separan unas de otras, con gran riesgo para nosotros descubrimos que
las aguas eran poco profundas y había numerosos bancos de arena.”1
Pero existía también otro motivo que alejaba a los europeos de las
costas occidentales, quizá tan poderoso si no más que el anterior, a saber:
la total ausencia de lo más codiciado por cualquier explorador de la época
como lo eran los metales preciosos y las especias. Por todas estas razones,
los primeros exploradores ingleses que colonizaron la costa este de los
Estados Unidos no perseguían el oro y la riqueza fácil: aquello que en
realidad anhelaban era la paz y tranquilidad que por motivos religiosos y
políticos no gozaban en Inglaterra. En este sentido, los primeros colonos
que fueron los fundadores de Estados Unidos no abandonaron su patria
con la intención de regresar sino, más bien, con la intención de quedarse
en este su nuevo hogar.
Ahora bien, el acontecimiento histórico con el cual los mismos norteamericanos hacen coincidir el comienzo de su historia como nación es la
llegada del Mayflower, un viejo carguero que transportaba vino de Burdeos
hacia Londres, rentado por unos calvinistas ingleses de los cuales treinta
y cinco de ellos, liderados por William Bradford y William Brewster, eran
205
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
puritanos radicales quienes ya no reconocían el mandato de los obispos
y las enseñanzas romanas. Los acompañaban sesenta y seis no puritanos
y el capitán del barco, Miles Standish (quien llevó consigo el De bello
gallico de Julio César). Durante la larga y peligrosa travesía aconteció un
hecho de importancia capital: el 21 de noviembre de 1620 (probablemente
en respuesta al creciente descontento de los pasajeros cansados por las
dificultades de tan largo viaje), los jefes de los colonos se reunieron en el
camarote del capitán y acordaron un pacto social –que todos habrían de
firmar al desembarcar- mediante el cual aseguraban la unidad del grupo. Es
necesario destacar que dicho acuerdo, verdadero pactum unionis, asumió
como modelo a seguir la alianza bíblica establecida por Dios y el pueblo
de Israel sin tener en cuenta la reflexión de los filósofos políticos2. En
este sentido, Arendt señala que la más poderosa razón que tuvieron los
Primeros Peregrinos para unirse en un pacto semejante debe haber sido el
temor que les infundió el “estado de naturaleza” y los inexplorados e ilimitados territorios que estaban a la disposición de hombres no gobernados
por ley alguna. Ese temor no resulta en modo alguno sorprendente. Lo que
sí llama la atención de la autora es que el recelo que sentían los unos de los
otros haya venido acompañado por la confianza absoluta en su capacidad
para reunirse en una comunidad política3. A este respecto, es preciso hacer
algunas aclaratorias. En primer lugar, el estado de naturaleza no tiene nada
que ver aquí con los espacios inexplorados y con el temor recíproco de los
hombres. Muy por el contrario y, como veremos más adelante, semejante
condición no es más que una ficción teórica y, en el caso que nos ocupa,
todos los pasajeros del Mayflower se consideraban súbditos británicos, y
estaban, repetimos, muy comprometidos con ciertas posturas religiosas.
No obstante, es necesario plantear al menos dos inquietudes con relación a
lo que acabamos de decir. Primero: suponiendo que el estado de naturaleza
exista con anterioridad al Estado, ¿qué tienen en común estas personas
con los individuos para quienes no hay Estado? Segundo: si es verdad que
el estado de naturaleza no permitía ninguno de los beneficios propios de
la vida civil, ¿cómo es que la tripulación y los pasajeros por igual tenían
conciencia de formar parte de una comunidad? Permítasenos insistir en
esta idea una vez más: precisamente porque los Primeros Peregrinos no
formaban parte de ningún estado de naturaleza es que consideraban pertinente formar parte de una comunidad que era algo que conocían muy bien,
206
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
ya que todos ellos eran súbditos de la corona real británica. En todo caso,
no hay que perder de vista el hecho de que el pacto de unidad consiste en
un pacto esencialmente vinculado a la dimensión ética de los contratantes
y, en el caso del Mayflower, tuvo como principio el acto de fe en Dios compartido por todos los involucrados. Como destaca con razón Johnson,
“En virtud de este acuerdo se creaba un organismo político civil que daría
<<leyes justas e igualitarias>> basadas en las enseñanzas de la Iglesia, de
modo que el Gobierno secular y el religioso de la colonia quedaban indisolublemente unidos. El contrato se inspiraba en la alianza bíblica original
entre Dios y los israelitas.”4
Dejemos de lado, por lo pronto, la afirmación de este historiador de
acuerdo con la cual el pacto del Mayflower creaba un organismo político
-tesis que no nos parece muy exacta-, y centremos nuestra atención en el
tema que subraya más bien la idea de que el pacto fue constituido sobre
la base de una común e innegable actitud religiosa que vinculaba a ambas
partes. Así las cosas, semejante posición es la que nos permitiría disipar
la inquietud de Arendt: los Peregrinos, en efecto, confiaron en la promesa
que se hicieron porque compartían una misma fe y es precisamente la
dimensión religiosa la que brinda aquí apoyo a la siempre frágil dimensión moral. La tesis que vamos a esbozar aquí, con la ayuda del texto de
Arendt, es que el experimento americano, aun presintiendo obscuramente
su deuda con la idea de contrato, debe su peculiaridad al pacto original
del Mayflower en virtud del cual «en presencia de Dios y del prójimo»,
pudo reunirse un «Cuerpo político civil» integrado no por los hombres de
la Revolución sino por hombres libres y que más tarde habría de servir de
modelo para los posteriores asentamientos de la Confederación de Nueva
Inglaterra hasta la Declaración de Independencia de 17765. Dicho esto,
quisiéramos reflexionar a continuación sobre el tema de los elementos que
separan el pactum societatis y el pactum subiectionis.
Resulta por demás conocido que ya desde el siglo XVII se manejaban
varias teorías acerca del contrato social. Arendt6 sostiene, con razón, que
la noción de contrato social es ambigua ya que se refiere a dos distintos
tipos de pacto, a saber: aquel que es resultado de la voluntad de los individuos que pactan entre sí originando la sociedad o comunidad política,
207
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
y el otro, que se produce entre el pueblo y el gobierno y que da lugar al
nacimiento del poder legítimo, es decir, al Estado. Obviamente, se trata
de la clásica diferenciación característica de la doctrina contractualista desarrollada principalmente por Althusis y Pufendorf-, que distingue entre
pactum unionis y pactum subiectionis. Mediante el primero, los individuos
pactan entre sí para salir del estado de naturaleza y crear el orden social;
gracias al segundo, el pueblo, ya unido en sociedad, pacta con el gobierno
dando origen al poder político legítimo, esto es, al Estado. Con el pacto de
asociación nace la comunidad social; con el pacto de dominación surge,
en cambio, el monopolio de la fuerza o, lo que es lo mismo, la comunidad
política. Decimos igualmente que con el primer contrato nace el derecho
privado; con el segundo, el derecho público. Ahora bien, siguiendo a
Arendt, las profundas diferencias entre los dos tipos de contrato fueron
rápidamente olvidadas y se condensaron en un único contrato7; aún así,
tales diferencias subsisten y, en opinión de esta autora, son las siguientes:
el pacto de asociación el cual, a partir de la voluntad de los individuos, crea
la comunidad social, tiene su fundamento en la igualdad de las relaciones
recíprocas de los contratantes. El pactum subiectionis, por su parte, es un
contrato ficticio que se suscribe entre la comunidad social formada por el
primer pacto y el gobierno, el cual adquiere así el monopolio de la fuerza8.
Si hubiera, pues, que comparar los dos contratos notaríamos que el pactum
unionis permite incrementar el poder del individuo mediante el sistema de
promesas mutuas mientras que el pactum subiectionis debilita al individuo
ya que lo somete al poder del Estado. Todavía más, el contrato de unión
podría desembocar en cualquier tipo de forma estatal, desde la monarquía
hasta la república confederada. En efecto:
“Por lo que se refiere al individuo, es evidente que gana tanto poder con el sistema de promesas mutuas como pierde
cuando presta su consentimiento a que el poder sea monopolizado por el gobernante. A la inversa, aquellos que <<pactan y se reúnen>> pierden, en virtud de la reciprocidad, su
aislamiento, mientras en el otro caso es precisamente su aislamiento el que es garantizado y protegido.”9
208
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
Veamos enseguida lo que nos dice Arendt y, siguiendo sus pasos, empecemos con el análisis del contrato de unión. Este primer tipo de asociación,
observa la autora, es un pacto que se fundamenta en las mutuas promesas
de los individuos por lo que su resultado configura una comunidad social
y no política en sentido estricto. En este sentido y, como sostiene Nicola
Matteucci, “con el primero [se refiere al pactum unionis] nace el derecho
privado”10 y no el derecho político, que será precisamente el resultado del
segundo pacto. Así pues, el pacto originario o de unión fue concebido
con el fin de proteger la soberanía popular de las pretensiones del príncipe. A este respecto Von Gierke sostiene la tesis según la cual, ya en la
Edad Media, hasta los más radicales defensores11 de la translatio imperii
como contrato de alienación reconocían que el poder originario reside en
el pueblo que es quien lo entrega al gobernante. Si no fuese así, es decir,
si el pueblo no fuese un “sujeto jurídico” –en palabras de Von Gierke- no
podría haber entregado el poder (translatio imperii) al soberano. Con otras
palabras, ya desde la época medieval, se fue configurando la idea contractualista según la cual el origen del Estado proviene de un pacto originario
estipulado entre dos partes: el príncipe y el pueblo conformado como personalidad jurídica12. Algo parecido es lo que ocurre con el pactum subiectionis. De acuerdo con Von Gierke, sus primeras huellas se remontan a la
lucha por las Investiduras y su progresiva difusión está relacionada con la
concepción política acerca del origen la autoridad imperial.
En aquel entonces, los partidarios del Emperador, oponiéndose a las
pretensiones hegemónicas papales, sostuvieron la tesis según la cual el
poder imperial había sido atribuido al Emperador por el pueblo de manera
que, en caso de ausencia, dicho poder regresaba a su fuente originaria,
esto es, al pueblo y, en consecuencia, en ello nada tenía que ver el papa13.
No hace falta indagar mucho para encontrarnos con que dicha posición y
la noción misma de pacto así considerada fue tema de disputa en la Edad
Media, lo mismo que la naturaleza de la translatio que en él se realizaba.
Resultó inevitable que algunos sostuvieran la posición por la que la entrega
del poder al Emperador por parte del pueblo era irrevocable y definitiva;
otros, en cambio, la consideraban como algo temporal14.
Ahora bien, y haciendo abstracción de la manera como se considere el
pactum subiectionis, resulta evidente que, sin el pactum unionis que crea
209
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
una sociedad, no se podría producir el pactum subiectionis que da origen
al Estado mediante un proceso constituyente. Así las cosas, si concebimos
el primero de ellos como un pacto que se produce entre los individuos
que deciden salir del estado de naturaleza y el segundo más bien como un
contrato entre un cuerpo social ya constituido y un órgano soberano o un
príncipe, es evidente que el contrato de sumisión podría convertirse en una
revolución. No obstante, no es esto lo que sucede con el pactum unionis
debido a que éste último da origen a la sociedad y no a la “ciudad”. En
este sentido y como ya observamos, Arendt considera ambos pactos como
actos ficticios, cuestión que contradice la realidad histórica norteamericana. En efecto, la experiencia americana muestra –al menos así como la
conocemos- que tanto el pacto del Mayflower como la aprobación de la
Constitución Federal no fueron para nada acciones ficticias sino históricas.
El pueblo de las trece colonias, ya antes de su conflicto con Inglaterra,
disponía de su propio «Pacto de Asentamiento» que aseguró, mediante la
Convención Federal, el nuevo poder federal. Podrían tratarse, empero, de
profecías auto-cumplidas si, pongamos por caso, los Peregrinos hubiesen
sido furibundos lectores de Althusius y hubieran acogido sin más sus
ideas. No obstante, y en el caso que estamos discutiendo está fuera de toda
discusión que los dos pactos, no contratos, fueron de hecho realidades de
naturaleza histórica, y bien valdría la pena discutir su naturaleza teórica,
cosa que la autora pasa por alto pero que es preciso, al menos, tratar de
explicar aquí aunque sea de una forma muy general.
Digamos para comenzar que con respecto al tema del pacto como acto
fundacional de la sociedad y del Estado, hay que diferenciar la temática
jurídica de la histórica. En relación con ésta última coincidimos con la posición de Carré de Malberg, entre muchos otros, quien sostiene la tesis de
acuerdo con la cual la teoría del contrato social es insostenible15. Veamos
por qué. El modelo teórico contractualista –observa este autor-, supone la
existencia de dos elementos o principios fundamentales y fundacionales
que son los siguientes: a) el estado de naturaleza y el estado civil; y b)
no es posible establecer relación alguna entre ellos dado que la relación
que los vincula es de naturaleza dicotómica ya que ambos principios se
excluyen mutuamente. Es así que el hombre, o se encuentra en el estado de
naturaleza o en el estado civil, pero no puede vivir contemporáneamente
210
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
en los dos; o como dice Bobbio sencillamente, tertium non datur16. Si no
es posible, por tanto, mostrar la existencia empírica, esto es, histórica del
estado de naturaleza, el tránsito de tal realidad a la sociedad civil tampoco
podrá ser comprobado. Con otras palabras, si no es posible encontrar
vestigios históricos del estado de naturaleza, ello significa que el hombre
nunca vivió en ella; luego, el hombre desde siempre ha vivido en sociedad.
En consecuencia, la teoría del origen del estado como resultado de la
voluntad de los hombres es inadmisible. Así, el terminus a quo del contrato
es el estado de naturaleza que es aquel que carece indiscutiblemente de
comprobación histórica. Solamente así y desde este punto de vista, la tesis
de Arendt encontraría algún asidero cuando enfatiza el carácter ficticio de
los dos contratos. Escuchemos lo que nos tiene que decir:
“Dado que los pactos coloniales habían sido redactados originalmente
sin referencia alguna a rey o príncipe, la Revolución no tuvo más que resucitar el poder de pactar y de elaborar constituciones según se había manifestado durante la primera época de la colonización.”17
Ahora bien, si tuviéramos que comparar este texto con aquel parágrafo
que hacía referencia a los tipos de contrato social18, vemos claramente que
la autora considera los pactos en cuestión como hechos reales acaecidos en
Norteamérica durante la colonia y, al mismo tiempo, como realidades ficticias. Es evidente aquí que Arendt se contradice al omitir la reflexión teórica
al momento de analizar el tema del pacto, y lo mismo sucede al juzgar equivocadamente su carácter ficticio a sabiendas de que fueron eventos históricos
ocurridos en un momento determinante para la historia política de Norteamérica. Por otra parte, el argumento de Carré de Malberg recién recordado
no eximiría a la autora del gazapo cometido porque volvería a incurrir en
el mismo error respecto de los hechos históricos, y que la experiencia norteamericana de las colonias vendría a rebatir cuando muestra la existencia
real del pacto en ambas versiones. ¿Cómo, podríamos, luego, superar este
impasse? Permítasenos acudir nuevamente al contexto teórico del tema del
pacto originario, siguiendo la reflexión de Carré de Malberg. Dice así:
“Por lo demás, y aun cuando se comprobara de hecho que
tal Estado determinado se ha formado por el concurso y
acuerdo de las voluntades de sus miembros, unidos y concertados a este efecto –lo cual no es imposible en la reali-
211
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
dad- no sería exacto decir que al asociar sus voluntades y
actividades con objeto de asociarse estatalmente, estos individuos han estipulado un contrato entre sí. Porque un contrato
tiene por objeto preciso establecer entre los contratantes mismos derechos y obligaciones a prestaciones. Ahora bien, si los
hombres, al querer el Estado de común acuerdo, se imponen
deberes de sujeción hacia él, al menos no crean con esto ninguna clase de obligaciones que los liguen unos a otros.”19
El argumento es contundente y se refiere al pacto de sumisión. En
efecto, el pacto que suscriben los individuos que se someten voluntariamente al poder del Estado no es un contrato que los asocia entre sí sino
que consiste, más bien, en una acción que los somete al Estado, y entre
éste y los individuos no se establecen evidentemente los mismos derechos
y obligaciones a prestaciones, como sí ocurre con un contrato. Luego, el
pactum subiectionis no produce efectos contractuales porque no constituye
un acto contractual. Por otro lado, este argumento se extiende igualmente
al pactum unionis, dado que,
“…el concepto de derecho presupone la organización social y
que por tanto, ni un contrato social, ni ninguna otra categoría
de acto jurídico cualquiera podría concebirse anteriormente
a esta organización. De esta última consideración –prosigue
el autor- se desprende la verdad, muy importante de que la
formación originaria de los Estados no puede ser reducida a
un acto jurídico propiamente dicho. El derecho, en cuanto institución humana, es posterior al Estado, es decir, nace por la
potestad del Estado, ya formado, y por lo tanto no puede aplicarse a la formación misma del Estado.”20
Para decirlo con otras palabras, la estipulación de cualquier contrato
supone la previa existencia del Derecho y la existencia del Derecho
supone, a su vez, la existencia del Estado. En conclusión, el origen del
Estado no puede ser un contrato. Ahora bien, conviene que nos detengamos por un momento en la expresión del texto de Carré que sentencia
“el derecho, en cuanto institución humana…” y nos hacemos la siguiente
pregunta: ¿Cuál es la razón de ser de semejante restricción? La respuesta
212
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
parecería algo obvio, a saber: en contra del argumento recién esgrimido se
podría sostener que el contrato que da origen al Estado se enmarca en un
derecho, a saber: el derecho natural, de manera que la tesis que defiende
Carré resultaría falsa. Sin embargo este argumento es insostenible. Veamos
por qué. El derecho natural consiste en un conjunto de normas éticas que
bien pueden servir de guía para la elaboración del derecho político pero, en
sí mismo, ese derecho no es tal ya que no es respaldado por ningún órgano
–el Estado- que garantice su cumplimiento. En efecto, no olvidemos que
el derecho se define como
“…el conjunto de las reglas impuestas a los hombres en un
territorio determinado, por una autoridad superior, capaz de
mandar con potestad efectiva de dominación y de coacción
irresistible. Ahora bien, precisamente esta autoridad dominadora sólo existe en el Estado…”21
Por lo tanto, las normas del derecho natural no conforman, stricto sensu,
ningún derecho. Arendt, por su parte, deja equivocadamente de lado todas
estas argumentaciones y se contradice al afirmar y negar el carácter ficticio
del pacto dejándonos a nosotros la inquietud con relación al modo como la
autora se propone sustentar la tesis del contrato original y la manera como
pudo efectivamente realizarse históricamente en las colonias inglesas
de Norteamérica. Tales suposiciones, repetimos, resultan absolutamente
inconsistentes a la hora de explicar el origen del Estado según los muy
convincentes argumentos de Carré de Malberg. Ahora bien, resolver esta
tercera dificultad concerniente a la idea de contrato no resulta en modo
alguno muy difícil. Sería suficiente con diferenciar el concepto jurídico
de contrato del concepto ético de pacto. Así pues, lo que llevaron a cabo
los colonos del Mayflower fue un pacto pero no un contrato porque, como
ya sabemos, no puede haber un contrato previo a la existencia del estado.
Aquello que, en cambio, sí se puede lograr es un pacto entre individuos
quienes, como en nuestro caso, se reúnen «en presencia de Dios y del
prójimo». A la noción de pactum subiectionis -que, a la postre, habría de
identificarse con el proceso constituyente- podemos aplicar la misma estrategia, y así superar el aparente conflicto entre la experiencia histórica y la
incongruencia jurídica de contrato originario. Dicho esto, nos queda un
213
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
último aspecto de la cuestión contractualista que es preciso ventilar y que
es la siguiente: se trata de analizar las vinculaciones del contractualismo
norteamericano con el tema de la revolución.
De acuerdo con Arendt, las relaciones que vinculan el fenómeno revolucionario norteamericano y la teoría contractualista son como sigue. En
primer lugar, la experiencia histórico-política enseñó a los colonos que, si
querían alcanzar las metas que buscaban, tenían que unirse en un esfuerzo
común, y esta idea de una unión colectiva conscientemente buscada es
aquello que subyace al concepto de contrato22. En segundo lugar, una vez
que se da la unión producida por el pacto en la experiencia colectiva se eliminan las diferencias tanto en el orden de la calidad como en la ordenación
referida al origen de los individuos. En este sentido,
“Los colonos, incluso antes de embarcarse, siempre habían considerado,
con buen juicio, «que toda esta aventura es resultado de la confianza mutua
que depositamos los unos en los otros y de nuestra fidelidad y resolución,
de tal forma que ninguno de nosotros se hubiera aventurado sin contar con
la confianza de los demás». Los colonos poseían una idea clara y sencilla
del carácter colectivo de la empresa en que se embarcaban y tenían conciencia de lo que «para ellos y para los que se les uniesen en la empresa»
representaba ésta…”23
En tercer lugar, las condiciones reales, fácticas, en las que los colonos
estipularon el pacto los orientó hacia un realismo antropológico que les
permitió evitar aquello que, en cambio, dirigió la acción de los revolucionarios franceses, es decir, la doble quimera según la cual los hombres en
el estado de naturaleza son naturalmente buenos24. En cuarto lugar, el contractualismo de facto norteamericano, al mostrar que el Estado era el resultado del esfuerzo y las promesas de la voluntad colectiva, impidió que la
sociedad fuese considerada la fuente de todos las miserias que aquejan al
hombre, a la vez que pudo convencer a los revolucionarios que la sociedad,
resultado del pacto, constituye la única manera de salvarse de la anarquía.
En este sentido,
“…fue así cómo estos hombres llegaron a estar obsesionados con la idea del pacto y estuvieron dispuestos, cuantas
veces fueron necesarias, a cambiar «promesas y a vincular-
214
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
se» con el prójimo. No fue ninguna teoría, teológica, política
o filosófica, sino su propia decisión de abandonar el Viejo
Mundo y aventurarse en una empresa que sólo a ellos concernía la que les condujo a una serie de actos y sucesos en
los que habrían perecido, si no hubieran dedicado toda su
atención al asunto, de tal modo que descubrieron, casi sin
proponérselo, la gramática elemental de la política…”25
En quinto lugar, la realidad histórica que vivieron convenció a los
Padres Fundadores y a sus seguidores de que mientras la mera violencia es
propia del individuo en soledad, el poder y su conservación es el atributo
esencial de una comunidad unida por un pacto suscrito por los individuos
convertidos así en ciudadanos de un Estado26. Y, a modo de conclusión,
Arendt sostiene lo siguiente:
“lo que había ocurrido en la América colonial con anterioridad a la
Revolución (y lo que no había ocurrido en ninguna otra parte del mundo,
ni en los antiguos países ni en las nuevas colonias) fue, si lo expresamos en
términos teóricos, que la acción había conducido a la formación de poder
y que el poder se conservó gracias a los entonces recién descubiertos instrumentos de las promesas y el pacto.”27
Esta es la tesis de acuerdo con la cual Arendt vincula, desde el punto
de vista político, la teoría contractualista y la revolución de los colonos
del Mayflower. A esto hay que añadir la relevancia y protagonismo de la
Revolución americana cuya verdadera esencia y originalidad descansa, a
nuestro parecer, en la promulgación de una constitución federalista. Nadie
duda que Estados Unidos de América haya sido la nación que por primera
vez fue capaz de conformar un Estado regido por una constitución28, y que
se define como un pacto federal entre estados autónomos. Los artículos
que Hamilton, Madison y Jay publicaron entre 1787 y 1788 con el título
de The Federalist constituyen una colección de textos imprescindible para
entender a fondo en qué consiste y cuál es la naturaleza del federalismo.
En este sentido, el principio constitucional que fundamenta el federalismo
estriba en concebir al Estado federal como la unidad de comunidades estatales coordinadas entre sí de manera que el gobierno federal, cuya competencia se extiende a todo el territorio, goza de la cantidad mínima de poder
215
Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
para garantizar la unidad política, económica y social de la comunidad
confederada, mientras que a los estados unidos reunidos bajo esta figura
les corresponde el ejercicio del gobierno en sus respectivos territorios.
Como muy bien lo explica Madison:
“Los poderes delegados al gobierno federal por la Constitución
propuesta son pocos y definidos. Los que han de quedar en
manos de los gobiernos de los Estados son numerosos e indefinidos. Los primeros se emplearán principalmente con relación a objetos externos, como la guerra, la paz, las negociaciones y el comercio extranjero; y es con este último con el que
el poder tributario se relacionará principalmente. Los poderes reservados a los Estados se extenderán a todos los objetos
que en el curso normal de las cosas interesan a las vidas, libertades y propiedades del pueblo, y al orden interno, al progreso y a la prosperidad de los Estados.”29
Si lo que hemos dicho hasta ahora es correcto, la potestad de atribuir al
gobierno federal el monopolio de la fuerza facilita, luego, la exclusión de
las distinciones de orden militar entre los Estados confederados de manera
que sus vínculos recíprocos dejan de ser vistos desde una perspectiva unilateral y beligerante, para admitir el establecimiento de relaciones de carácter
jurídico. Por otra parte, la competencia económica del Gobierno Federal
posibilita eliminar todo obstáculo que impida la unificación del mercado
para propiciar más bien la oferta y la demanda en igualdad de condiciones.
Ahora bien, estas características fundamentales del Estadio federal se comprenden mejor si las comparamos con su contrario, y que no es otro que el
Estado nacional. Este último, debido a su estructura fuertemente centralizadora, tiende a eliminar las diferencias que separan las distintas comunidades que conviven en un determinado territorio, imponiendo a todos los
ciudadanos las mismas costumbres mediante instituciones que aseguren
la máxima centralización como lo son, en efecto, el ejército, la educación
pública y el sistema administrativo, cuestión que difiere enormemente en
el Estado federal caracterizado originalmente por la descentralización. La
siguiente reflexión de Arendt resulta muy oportuna. Dice así:
216
APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
“El problema principal al que se enfrentaron los fundadores era, sin
embargo, el de establecer una unión entre trece repúblicas «soberanas» y
debidamente constituidas; su tarea consistía en la fundación de una «república confederada» que –en el lenguaje del tiempo, tomado de Montesquieu- reconciliara las ventajas de la monarquía para los asuntos exteriores
con las de la república en la política interna. En este esfuerzo constitucional, ya no se trataba de ningún problema de constitucionalismo en el
sentido de derechos civiles […] sino de erigir un sistema de poderes que
se contrarrestaran y equilibrasen de forma tal que ni el poder de la unión
ni el de sus partes, los Estados debidamente constituidos, se redujeran ni
se destruyeran entre sí.”30
Así las cosas, y en virtud de que en este tipo de organización política el
poder es compartido por el Estado Federal y los estados confederados, la
estabilidad social y política se mantiene y conserva mediante la subordinación de todos los poderes a la Constitución cuestión que implica que el
poder judicial adquiere una función determinante. Con otras palabras, los
principios propios del constitucionalismo moderno adquieren en el estado
federal su máxima expresión31.
No obstante, la preponderancia del poder judicial no menoscaba en
modo alguno el ejercicio de los otros poderes. En efecto, el poder ejecutivo
o, lo que es lo mismo, el Presidente, elegido por el pueblo, es quien asegura
la estabilidad y la fuerza necesarias para que se mantenga el control del
estado. Para finalizar, el equilibrio constitucional que unifica el todo, esto
es, el Estado federal y las partes, los Estados confederados, se manifiesta
en la estructura del poder legislativo el cual consta de dos cámaras, una de
las cuales representa el pueblo en su totalidad, según una medida proporcional al número de los electores, mientras que la otra es elegida por los
habitantes de cada estado miembro de la federación con un número igual
de representantes independientemente de la entidad poblacional de cada
estado. Como podemos ver, la estructura política en el Estado federal no
sólo supone la división de poderes sino que, además, mediante la diferenciación entre las funciones propias del Estado federal y los Estados
confederados introduce un ingrediente más que mantiene a raya cualquier
pretensión de concentración de poder32. Digamos ya para finalizar que esto
último tiene evidentemente una consecuencia decisiva, a saber: el aban-
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Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
dono por parte del Estado federal del principio constitutivo del Estado
nacional y su axioma de la indivisibilidad de la soberanía, hace posible la
coexistencia constitucional de dos órdenes de poder igualmente soberanos
pero claramente diferenciados. Semejante condición propicia las ventajas
propias de una democracia de pequeñas dimensiones –la de los Estados
miembros- en la cual, por una parte, los individuos tienen una mayor participación y control en los asuntos públicos con una democracia de grande
dimensiones –la del Estado federal- que asegura, por la otra, la posibilidad
de construir un Estado acorde con los requerimientos económicos, militares y de política internacional característicos de una sociedad altamente
modernizada. En conclusión, el Estado federal que lograron los norteamericanos con la constitución de 1787 constituye la forma de organización
política que aseguró a los Estados Unidos el rol preponderante que han
jugado y juegan en el contexto de un mundo globalizado.
Referencias bibliográficas
Arendt, H., 2006, Sobre la revolución, 1ª Reimpresión, Madrid, Alianza.
Bobbio, N. Matteucci, N., (coordinadores), 1985, Diccionario de Política,
Vols. I, 4ª Edición en Español, México, Siglo Veintiuno.
Bobbio, N., Bovero, M., 1986, Sociedad y estado en la filosofía moderna,
1ª Edición, México, FCE.
Carré de Malberg, R., 2001, Teoría General del Estado, 2ª Reimpresión,
México, FCE.
Hamilton, A., Madison, J., Jay, J., 2006, El Federalista, 2ª Reimpresión,
México, FCE.
Johnson, P., 2001, Estados Unidos. La historia, 1ª Edición, Buenos Aires,
Javier Vergara Editor.
Von Gierke, O., 1974, Giovanni Althusius e lo sviluppo storico delle teorie
politiche giusnaturalistiche, 1ª Edición, Torino, Einaudi.
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APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
Notas
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Relato del capitán Arthur Barlow en Michael Foss, Undreamed Shores:
England’s Wasted Empire in America, Londres, 1974, p.152: en Paul
Johnson, Estados Unidos. La historia, trad. cast. de F. Mateo y E. Hojman,
Javier Vergara Editor, Buenos Aires 2001, p. 37.
Bastaría, para convencernos de ello, revisar la cronología de las obras filosóficas más relevantes para el momento, como lo eran el Leviatán de
Hobbes, publicado en 1651, y el Tratado sobre el gobierno civil de Locke
que se remonta a 1690.
“Aunque quizá no sea de gran importancia para nosotros, sería interesante
saber si los Peregrinos se habían decidido a <<pactar>> debido al mal
tiempo que les impedía desembarcar más al Sur, dentro de la jurisdicción
de la Compañía de Virginia que les había otorgado sus privilegios, o si
sintieron la necesidad de <<reunirse>> debido a que los hombres reclutados en Londres eran un <<grupo de indeseables>> que desafiaban la jurisdicción de la Compañía de Virginia y amenazaban con <<hacer uso de su
propia libertad>>. En cualquier caso, sin duda les atemorizaba el llamado
estado de naturaleza, el desierto inexplorado, sin límites ni fronteras, así
como la iniciativa sin trabas de hombres no sometidos a ninguna ley. No es
sorprendente este temor; es el temor justificado de hombres civilizados
que, por las razones que sean, habían decidido dejar tras ellos la civilización y lanzarse a la aventura. Lo que sí sorprende es que su temor del
prójimo fuese acompañado de una confianza no menos evidente en su propio poder, no otorgado ni confirmado por nadie, ni asistido tampoco de
ningún medio de violencia, para reunirse en un <<Cuerpo político civil>> que, mantenido unido únicamente por la fuerza de las promesas
mutuas <<en presencia de Dios y del prójimo>>, se suponía con suficiente poder para <<promulgar, constituir y elaborar>> todas las leyes e instrumentos necesarios de gobierno.” Hannah Arendt, Sobre la revolución,
trad. cast. de P. Bravo, Alianza, Madrid, 2006, p. 227. Cursivas añadidas.
Johnson, Estados Unidos. La historia, p. 52.
Clinton Rossiter, The First American Revolution, New York, 1956, pp. 20
y 228. Passim. Citado por Arendt, Sobre la revolución, p. 229 y sigs.
“…debemos recordar que el siglo XVII distinguió en teoría entre dos tipos
de <<contrato social>>. Uno se llevaba a cabo entre individuos y daba
nacimiento a la sociedad; el otro se llevaba a cabo entre el pueblo y su
gobernante y daba origen al gobierno legítimo. […]. Teóricamente, por
otra parte, ambos contratos eran ficciones, explicaciones ficticias de las
relaciones existentes entre los miembros de una comunidad, llamada sociedad, o entre esta sociedad y su gobierno; mientras la historia de las
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Ariadne Cristina Suárez Hopkins
Revista Memoria Política
ficciones teóricas puede remontarse hasta el pasado, no había existido, con
anterioridad a la empresa colonial británica, ningún ejemplo histórico capaz de demostrar la validez de la teoría en la realidad de los hechos.”
Arendt, Sobre la revolución, p. 232. Las cursivas son nuestras.
7 “…de ahí, que las dos posibles interpretaciones del contrato social, las
cuales, como veremos, se excluían entre sí, fuesen consideradas, con mayor o menor claridad conceptual, como aspectos de un único contrato doble.” Arendt, Sobre la revolución, p. 232.
8 “…el contrato mutuo mediante el cual los individuos se vinculan a fin de
formar una comunidad se basa en la reciprocidad y presupone la igualdad;
su contenido real es una promesa y su resultado es ciertamente una <<sociedad>> o <<coasociación>>, en el antiguo sentido romano de societas,
que quiere decir alianza.”Arendt, Sobre la revolución, p. 232. El segundo
pacto es “suscrito entre una determinada sociedad y su gobernante, estamos ante un acto ficticio y originario de cada miembro, en virtud del cual
entrega su fuerza y poder aislados para constituir un gobierno…” Arendt,
Sobre la revolución, p. 232-233. Énfasis añadido.
9 Arendt, Sobre la revolución, p. 233.
10 N. Matteucci, <<Contractualismo>> en N. Bobbio, N. Matteucci (coordinadores), Diccionario de Política, Vols. I, trad. cast. de J. Aricó y J. Tula,
México, Siglo Veintiuno, México, 1985, p.418.
11 Según Von Gierke, pertenecen a esta categorías autores italianos como
Accursio, Bartolo, Baldo, Angelo Aretino, Giovanni di Platea e Marco.
Otto Von Gierke, Giovanni Althusius e lo sviluppo storico delle teorie politiche giusnaturalistiche, trad. it. de A. Giolitti, Torino, Einaudi, 1974, en
notas al capítulo II, nota nro.1, p. 105. La traducción es nuestra.
12 “En lo concerniente a los derechos del pueblo, ni siquiera los que con mayor fuerza sostenían que se trataba de un contrato de alienación, podían
rechazar una soberanía popular originaria: en efecto era necesario que el
pueblo poseyera inicialmente los derechos que luego transmitía. […] para
poseer y transmitir la soberanía, tenía que ser un sujeto jurídico y capaz de
actuar. Originariamente la teoría contractualista admitió de hecho, y por
unanimidad, que el pueblo, antes de la proclamación de un soberano, se
presentara como una <<universitas>> constituida que luego de la estipulación del contrato se comportase como un cuerpo dotado de personalidad
jurídica, según las reglas del derecho de las corporaciones. Pero, desde el
momento en el que pueblo y soberano eran los contratantes originarios era
preciso -para que se mantuviera la posición contractualista- que ellos siguieran siendo considerados como dos sujetos jurídicos recíprocamente
obligados, aún después de la constitución del Estado.” von Gierke,
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APROXIMACIONES AL CONCEPTO
DE REVOLUCIÓN AMERICANA EN HANNA ARENDT
Giovanni Althusius e lo sviluppo storico delle teorie politiche giusnaturalistiche, p.83-84.
13 “La asunción del contrato de dominación como fundamento jurídico del
poder estatal fue reconocida indiscutiblemente ya en la Edad Media.
Encontramos sus primeras huellas en la época de la lucha por las
Investiduras. El presupuesto de un estado de naturaleza en el cual no existían relaciones de propiedad o de gobierno –según el pensamiento eclesiástico- favorecía esa opinión. […] Su victoria se produjo gracias a la concepción que se fue desarrollando paulatinamente en torno al origen de la
autoridad terrenal suprema en la cual se quería ver el modelo de todo poder
estatal. La jurisprudencia concordaba en considerar, a partir de sus fuentes,
que la autoridad imperial, heredera del imperium de los Césares romanos,
descansara en último análisis en la transmisión efectuada de una vez por
todas por el pueblo mediante la lex regia. Fueron luego los defensores del
poder imperial quienes reforzaron este fundamento cuando, respondiendo
a las pretensiones papales y a consecuencia de las modificaciones producidas en el Imperio por la tradición histórico-legendaria, atribuyeron fuerza
constitutiva a la voluntad popular y no a la cooperación papal. De allí infirieron que el Imperio, derivando del mismo pueblo, en el caso de producirse una vacante, tuviese que regresar al mismo pueblo. Era el pueblo que,
en casos extremos, podía transferir el Imperio de una nación a otra y, en
efecto, la verdadera autoridad había sido la del consensus populi a la que
se aludió en la coronación de Carlo Magno, mientras que el papa simplemente habría ejecutado y proclamado la voluntad popular.” von Gierke,
Giovanni Althusius e lo sviluppo storico delle teorie politiche giusnaturalistiche, p. 80-81
14 “Unos [se refiere a autores como Accursio, Bartolo y Angelo Aretino] la
consideraban como una alienación definitiva e irrevocable; los otros [Cino,
Cristoforo Parco, Zabbarella, Paolo Castrense y Ockham] la consideraban
una simple concesión del ejercicio y la administración del poder.” Von
Gierke, Giovanni Althusius e lo sviluppo storico delle teorie politiche
giusnaturalistiche, p.82.
15 “La doctrina del contrato social es hoy rechazada universalmente en lo
referente a la fundación de la sociedad. No sólo se halla históricamente
desprovista de valor, puesto que no se descubre, en ningún tiempo ni lugar,
las huellas de ese estado de naturaleza que signifique para los hombres
una condición inicial de individualismo absoluto, sino que es falsa como
hipótesis teórica, porque el hombre es un ser incapaz de subsistir como no
sea en sociedad: y por consiguiente, pretender separar en él al ser individual del ser social, suponer que el primero precede al segundo, en una palabra, aislar al individuo de la sociedad, aunque sólo por un instante de
razón, es un concepto carente de sentido tanto desde el punto de vista teó-
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rico como desde el punto de vista de las realidades.” R. Carré de Malberg,
Teoría General del Estado, trad. cast. de J. Lión Depetre, México, FCE,
2001, p. 65. Cursivas añadidas.
Refiriéndose al modelo político en cuestión Bobbio escribe: “El modelo
está constituido sobre la base de dos elementos fundamentales: el estado (o
sociedad) de naturaleza y estado (sociedad) civil. Claramente se trata de un
modelo dicotómico en el sentido del tertium non datur: el hombre vive en
el estado de naturaleza o en la sociedad civil. No puede vivir al mismo
tiempo en uno y en otro.” Norberto Bobbio, Michelangelo Bovero¸
Sociedad y estado en la filosofía moderna, trad cast. de J. F. Santillán,
México, FCE, 1986, p. 53.
Arendt, Sobre la revolución, p. 228.
Véase supra, página 4, nota número 6.
Carré de Malberg, Teoría General del Estado, p. 70-71. Las cursivas son
nuestras.
Carré de Malberg, Teoría General del Estado, p. 73. Énfasis añadido.
Carré de Malberg, Teoría General del Estado, p. 1167.
“Diremos entonces que la experiencia específicamente americana había
enseñado a los hombres de la Revolución que la acción, aunque puede ser
iniciada en el aislamiento y decidida por individuos concretos por diferentes motivos, sólo puede ser realizada por algún tipo de esfuerzo colectivo
en el que los motivos de los individuos aislados […] no cuentan …”
Arendt, Sobre la revolución, p. 238.
Arendt, Sobre la revolución, p. 237
Esta observación de Arendt es reveladora: “…nos encontramos aquí con
las raíces del notable realismo de los Padres Fundadores respecto a la naturaleza humana. Pudieron permitirse el lujo de ignorar la proposición revolucionaria francesa según la cual el hombre es bueno fuera de la sociedad, en cierto estado original ficticio, la cual, después de todo, era la
proposición de la época de la Ilustración. Pudieron permitirse el lujo de ser
realistas y hasta pesimistas en estos asuntos, porque sabían que, con independencia de lo que fuesen los hombres en su individualidad, podían vincularse en una comunidad que, aunque estuviese integrada por «pecadores», no reflejaba necesariamente este aspecto «pecaminoso» de la
naturaleza humana.”. Arendt, Sobre la revolución, p. 238. Cursivas añadidas. Y, un poco más adelante, leemos: “…la fe americana no se basó en
modo alguno en una confianza seudorreligiosa en la naturaleza humana,
sino, por el contrario, en la posibilidad de frenar a la naturaleza humana
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individual mediante vínculos comunes y promesas mutuas.” Arendt, Sobre
la revolución, p. 239.
Arendt, Sobre la revolución, p. 237.
“Tras todo esto, hay toda una concepción acerca de la naturaleza del poder
humano. A diferencia de la fuerza, que es atributo y propiedad de cada
hombre en su aislamiento frente a todos los demás hombres, el poder sólo
aparece allí y donde los hombres se reúnen con el propósito de realizar
algo en común, y desparecerá cuando, por la razón que sea, se dispersen o
se separen. Por tanto, los vínculos y las promesas, la reunión y el pacto son
los medios por los cuales el poder se conserva…”.Arendt, Sobre la revolución, p. 239.
Arendt, Sobre la revolución, p. 240.
Thomas Paine dio la siguiente definición de lo que debía ser una constitución: “Una constitución no es el acto de un gobierno, sino de un pueblo
que constituye un gobierno.” Y también dijo: “Una constitución es algo
que precede a un gobierno, y un gobierno es sólo la criatura de una constitución.” Thomas Paine, The Rights of Man. Parte II. Citado por Arendt,
Sobre la revolución, p. 194. Cursivas añadidas. John Adams dice algo parecido cuando señala que “una Constitución es una norma, un pilar y un
vínculo cuando es comprendida, aprobada y respetada, pero cuando falta
esta armonía y lealtad puede convertirse en un globo cautivo que flota en
el aire.” Arendt, Sobre la revolución, p. 196.
A. Hamilton, J. Madison, J. Jay, El Federalista, trad. cast. de G. R. Velasco,
FCE, México, 2006, p.198. El ensayo de Madison en el que aparece este
fragmento es el XLV.
Arendt, Sobre la revolución, p. 205-206. Las cursivas son nuestras.
“Se puede definir a la república confederada sencillamente como «una
reunión de sociedades» o como la asociación de dos o más estados en uno
solo. La amplitud, modalidades y objetos de la autoridad federal, son puramente discrecionales. Mientras subsista la organización separada de
cada uno de los miembros; mientras exista, por necesidad constitucional,
para fines locales, aunque se encuentre perfectamente subordinada a la
autoridad general de la unión, seguirá siendo, tanto de hecho como en
teoría una asociación de estados o sea una confederación.” Madison, número IX, Hamilton, Madison, Jay, El Federalista, p. 35.
“…debe recordarse que el gobierno general no asumirá todo el poder de
hacer y administrar las leyes. Su jurisdicción se limita a ciertos puntos que
se enumeran y que conciernen a todos los miembros de la república, pero
que no se podrán alcanzar mediante las disposiciones aisladas de ninguno.
Los gobiernos subordinados, que están facultados para extender sus fun-
223
ciones a todos los demás asuntos susceptibles de ser resueltos aisladamente, conservarán la autoridad y radio de acción que les corresponden.”
Madison, número XIV, Hamilton, Madison, Jay, El Federalista, p. 35.
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h) Las demás atribuciones inherentes al ejercicio del cargo.
CAPÍTULO III
Del Comité de Redacción
Artículo 5. La evaluación interna de la revista corresponde al Comité
de Redacción.
Artículo 6. Son funciones del Comité de Redacción:
a) Definir áreas y líneas prioritarias para la revista.
b) Aceptar o rechazar los trabajos que hayan sido consignados para su
publicación o condicionar su publicación a la realización de las modificaciones elaboradas por el árbitro.
c) Mantener un registro actualizado de los índices anualizados impresos
en las diferentes publicaciones de la revista.
230
d) Verificar el cumplimiento de las Normas de Publicación, dentro de
los veinte días hábiles, contados a partir de la recepción del artículo o trabajo de investigación.
e) Someter al arbitraje de especialistas los trabajos inéditos, dentro de
los veinte días hábiles siguientes, contados a partir de su recepción.
f) Remitir al autor los comentarios realizados por los árbitros.
g) Aprobar la solicitud de retiro del autor, siempre que fuere procedente.
h) Aprobar las Normas de Publicación y las Normas para los Árbitros,
previa consulta a la Comisión Científica.
Artículo 7. El Comité de Redacción podrá rechazar artículos:
a) Cuando el tema desarrollado no sea original, inédito y actualizado.
b) Cuando el artículo haya sido elaborado por más de tres (03) autores.
c) Cuando los autores no cumplan con las Normas de Publicación.
Artículo 8. Los autores podrán presentar sus artículos durante el primer
semestre de cada año.
Artículo 9. La revista será publicada durante el último trimestre de cada
año.
CAPÍTULO IV
De la Comisión Científica
Artículo 10. La Comisión Científica de la revista estará conformado
por prestigiosos investigadores de nivel nacional e internacional, quienes
participan como asesores del Comité de Redacción a fin de visualizar los
procesos de rigurosidad, actualización y profundización de las temáticas
231
planteadas en cada una de las publicaciones así como, la acreditación científica de los autores.
CAPÍTULO V
De la Secretaría de Redacción
Artículo 11. Funciones de la Secretaría de Redacción:
a) Responder por la logística operativa del proceso de impresión y distribución de la revista.
b) Tramitar ante el CDCH todo lo relacionado con la publicación de la
revista.
c) Hacer revisiones periódicas al proceso de impresión.
d) Mantener al día el canje nacional e internacional.
e) Mantener actualizada una base de datos de suscriptores nacionales e
internacionales.
f) Llevar control sobre los usuarios, usufructuarios de donaciones y distribución gratuita.
g) Cumplir funciones de secretaria del Comité de Redacción.
h) Las demás atribuciones inherentes al ejercicio del cargo.
CAPÍTULO VI
De los Autores
Artículo 12. Con el envío del artículo a la Dirección de la revista los
autores ipso iure declaran acatar y cumplir voluntariamente con el presente
Reglamento, las Normas de Publicación y las Normas para los Árbitros.
232
CAPÍTULO VII
Disposiciones Finales
Artículo 13. El material publicado en esta revista no podrá ser reproducido total o parcialmente sin previa autorización del Comité de Redacción.
Artículo 14. Las instancias institucionales de la Universidad de Carabobo y la revista no se hacen responsables de las opiniones emitidas por
los autores.
Artículo 15. A los fines legales pertinentes la revista Memoria Política está registrada nacionalmente bajo el Nro pp201202CA4190 (Depósito
Legal) que lleva la Biblioteca Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela. Los registros señalados son de naturaleza permanente y deben
ubicarse en un lugar visible dentro de los datos de identificación de la
revista.
233
234
Normas para los árbitros
Todos los trabajos presentados para su publicación en la revista Memoria
Política del Centro de Estudios Políticos y Administrativos deberán ser
arbitrados por profesionales e investigadores expertos, calificados en las
áreas de especialización de los trabajados considerados.
Podrán exceptuarse de este requisito aquellas colaboraciones solicitadas especialmente por las autoridades del Centro de Estudios Políticos y
Administrativos (CEPA), a investigadores con reconocimiento nacional e
internacional, sobre tópicos y materias especializadas de gran interés por
su aporte al avance del conocimiento de las ciencias políticas.
•
El sistema de arbitraje deberá procurar garantizar la objetividad, idoneidad e imparcialidad de los veredictos emitidos acerca de la calidad
de los trabajos presentados a la Dirección de Memoria Política; a este
fin, la Dirección tendrá especial cuidado en la adecuada selección de
árbitros con credenciales reconocidas.
•
El sistema de arbitraje adoptado será el conocido como «doble ciego»,
el cual asegurará la confidencialidad del proceso y mantendrá en
reserva las identidades de los árbitros, así como de los autores, evitando el conocimiento recíproco de los mismos.
•
Los trabajos presentados por miembros del CEPA deberán ser arbitrados igualmente, y no podrán serlo por ninguno de los restantes
miembros de este centro de investigaciones. El arbitraje de estos trabajos deberá ser realizado por árbitros externos al CEPA
•
El veredicto de los árbitros concluirá en una recomendación acerca
de la conveniencia de la publicación del artículo o trabajo presentado
para su consideración por la Dirección de la revista Memoria Política.
Estas recomendaciones deberán concentrarse en las siguientes calificaciones:
•
PUBLICABLE SIN MODIFICACIONES. En este caso el
documento no requiere de modificaciones relevantes, por
lo cual la Dirección de Memoria Política lo incluirá en el
próximo número.
235
•
PUBLICABLE CON MODIFICACIONES MENORES.
En este caso el documento requiere de pocos ajustes de tipo
formal, esencialmente pequeñas y pocas correcciones de
edición, lo cual no implica la modificación sustancial de la
forma en que el trabajo ha sido presentado y que en ningún
caso se refieren al fondo o contenido del artículo o investigación presentado.
En caso de que un artículo sea evaluado como publicable con modificaciones menores, la Dirección de la Revista se reservará la atribución de
realizar dichas modificaciones, con el propósito de incluir este artículo en
el próximo número.
•
PUBLICABLE CON MODIFICACIONES MAYORES. Con
esta calificación los árbitros estarán recomendando la realización de sustanciales o numerosos ajustes al documento
original, lo que implica la modificación en forma notable de
la forma en que el trabajo ha sido presentado y que incluso
refieren al fondo de la materia tratada por el autor.
En caso de que un artículo sea evaluado como publicable con modificaciones mayores, la Dirección de Memoria Política enviará el documento
en cuestión, a fin de que sean consideradas las observaciones de los árbitros por el (los) autor(es); luego de corregidas éstas, y una vez que nos haya
sido enviada la versión definitiva del artículo, ésta será nuevamente revisada por los árbitros, de manera de que éstos verifiquen si el autor realizó
las modificaciones sugeridas. Una vez que los árbitros den su aprobación
de lo anterior, dicho documento será publicado en el próximo número de
la Revista.
•
236
NO PUBLICABLE. Esta calificación sugiere la inconveniencia de
publicar un artículo, el cual posee, en general, serias deficiencias globales que lo convierten —en las condiciones como ha sido presentado— en desestimable como contribución original y valiosa en el
área del conocimiento, especialidad de la publicación del Centro de
Estudios Políticos y Administrativos.
Los criterios generales de evaluación que deberán ser considerados por
los árbitros a la hora de emitir su calificación sobre los trabajos sometidos
a su evaluación, serán como mínimos los siguientes:
•
Importancia del tema;
•
Originalidad del planteamiento;
•
Actualidad de la bibliografía;
•
Calidad de la redacción;
•
Modo de presentación, en términos que favorezca la comprensión y facilite la exposición del tema tratado.
Los árbitros consultados deberán en todo momento justificar y razonar
sus opiniones o calificaciones, especialmente cuando sus veredictos recomiendan la no publicación o publicación con modificaciones de los trabajos sometidos a su evaluación.
La Dirección de la revista Memoria Política ordenará lo conducente
para el adecuado cumplimiento de lo anterior.
237
La edición de la revista Memoria Politica - Nueva Etapa
No. 1, Volumen 1. Diciembre 2012
impresa en los talleres de Markmedia Group, C.A., Valencia, Venezuela.
En su composición se emplearon los tipos Apple Garamond, Arial y Times
impresa en papel bond base 20, portada en glasse base 250.
El tiraje consta de 100 ejemplares.
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