Caso Karadima ¿secta o fe?

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Caso Karadima ¿secta o fe?
Tomás Jocelyn-Holt Letelier
para el Diario El Mostrador
A modo de testimonio personal
Algunos amigos se ríen cuando saben
que solía asistir a retiros del Opus Dei
– hasta fui a misiones con ellos en el
sur - o que frecuentaba misa en la
Parroquia del Bosque. Eran los últimos
años del colegio y los primeros en la
universidad. Una buena etapa, por lo
demás. Conocí a varios de los
protagonistas del caso Karadima,
relacionó a un grupo humano con el que sigo ligado
de muchos modos y en el que tengo amigos hasta
hoy.
Pero nunca fui muy hincha del culto de la grey que
rodeaba cada uno de estos grupos. Es más, nunca
me han gustado los curas taquilleros. A Baldo Santi
le rechacé una propuesta de asociar la FEUC con
CARITAS. Luis Eugenio Silva había sido compañero
en Derecho de un hermano de mi mamá, pero
nunca lo vi mucho como el rector de mi colegio o el
cura de la tele, sino como un sujeto de salón, bueno
aunque sólo tangencialmente. Nunca
Juan Pablo Bulnes Cerda
para conversar y el diente. En alguna otra
fui parte del círculo interno.
oportunidad – ya de diputado – el cura O’Reilly se me
Probablemente mis opciones políticas me salvaron.
acercó efusivamente en la Cámara
Pero guardo buen recuerdo de varios. Un hermano de
preguntándome “tanto tiempo,
Juan Pablo Bulnes me ayudó a entrar a los SS.CC de
¿cómo has estado?”, ante lo que no
Manquehue. Hice mi preuniversitario en la calle
me quedó otra que decirle “Señor,
Suecia, en la misma sede
yo no lo conozco a usted”. En otra,
que hoy tiene la UDI y
cuando mi primera mujer me dijo
con
profesores
que
que Renato Poblete quería casarnos
fueron los mismos que
siguen morando esa casa
le dije que ¡sobre mi cadáver!
hasta hoy. Fue una etapa
John O’Reilly
que me marcó y me
Esa ceremonia la celebró un monje
Renato Poblete S.J.
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
benedictino e historiador.
Uno con voto de silencio.
Que hablaba poco, pero
que aún escribe y reza
mucho. El cura Guarda,
junto a Manano Puga
habían sido compañeros y
amigos de mi papá en
Arquitectura. El otro cura
con el que mantuve
oportunidades alterné con el
cura polaco Bruno Rychlowski
que gustaba de misas
tradicionales en latín. Me
producía risa ver al cura
Florencio Infante disfrazado
de militar, haciendo saludos
marciales y fanático de
Antonio Delfau S.J.
Pinochet cuando había sido
tan contrario de Ibáñez. Mi
papá ya había sufrido su retórica de niño en los SS.CC
de Alameda. A mis padres los casó Monseñor Manuel
Larraín. Al P. Gustavo Le Paige S.J. lo
conocí en los ’70 cuando ya había
alcanzado prestigio como arqueólogo en
San Pedro de Atacama.
cercanía
fue
Alfonso
Puelma que me confirmó.
También Luis López en una casa de
numerarios universitarios del Opus Dei
en calle Lota. Quien me hizo la Primera
Comunión fue un monje franciscano –
el P. Milton – que solía impartir misas
dominicales en la casa de mi bisabuela
y que me alegró reencontrármelo por
casualidad en Angol cuando estuve de
candidato el año pasado. Al P. Silvio de
Schrijver, un franciscano que escribió
un libro sobre vida espiritual 1 2 lo había
conocido de niño en una hacienda
textilera del abuelo de mis primos,
Julio Sterverlynck en Luján, Argentina y
Gustavo Le Paige S.J.
que tenía la particularidad de ser una
empresa moldeada en el catolicismo
social
de
las
encíclicas.
Los
trabajadores eran formados para rezar
todas las mañanas antes de comenzar
a trabajar. Aún así había salarios
familiares, jornadas de ocho horas y
acceso a vivienda antes de que se
legislara sobre ellos. Hoy sobrevive
una banda musical “Rerum Novarum”
formada por ese inmigrante flamenco
condecorado en su momento por el
rey de Bélgica.
Gabriel Guarda O.S.B.
Como los muertos en mi familia fueron
siempre velados en la casa, en esas
Manuel Larraín
Los demás curas son los que conocí en la
universidad mientras ellos y yo
estudiábamos. Antonio Delfau, Petaco
Silva, Eduardo Ponce, Felipe Berrios,
todos jesuitas. Alfredo Soiza bautizó a
mis hijas. Le tenía simpatía personal a
Osvaldo Lira SS.CC., sin concordar para
nada con él, pero mantuve buenas
conversaciones y disfrutaba de su
agudeza y franqueza. A otros conocí ya
como político.. Juan de Castro, Pierre
Dubois, Carlos González, Jorge Medina,
Fernando Ariztía, Sergio Contreras,
Jorge Hourton, Tomás González, Juan
Barros. Al cura Gerardo Whelan C.S.C.
lo conocí en Peñalolén para una huelga
de hambre del Poder Popular en 1984,
anticipo de la elección de FEUC… pero
muy lejos del Saint George y de ese
Chile descrito en la película de Andrés
Wood.
Nunca canturrié en la parroquia
universitaria… Nunca comencé una comida
con el “Pan de la Palabra” de Miguel Ortega
3
… No fui del entorno de Cristián Precht y mi
1
Silvio de Schrijver, O.F.M., “Vida Espiritual”, Bonum, 1987
Silvio de Schrijver, O.F.M. “Encíclicas sobre el estudio de la
Biblia”, Buenos Aires : Pax et Bonum, 1944.
2
3
P. Miguel Ortega Riquelme, “El Pan de la Palabra:
Oraciones para la Familia”, Editorial San Pablo, Santiago
1994
Caso Karadima ¿secta o fe?
contacto con Percival Cowley SS.CC. ha sido cordial,
pero más social que por cercanía política.
Tuve alguna vez una
polola que frecuentaba
la parroquia Santa
Elena en época del
cura Tato, pero yo ¡ni a
misa!… ¡Para qué decir
del cura Hasbún! No fui
parte de la CODEJU ni
Josee Van Der Rest, S.J.
alcancé a conocer bien
a
Mons
Enrique
Alvear.. Ni tampoco de la CVX o de Schoenstatt.
Siempre me parecía curioso que se haya
exiliado al cura José Kentenich a
Milwaukee…
De
todo
el
mundo
¿Milwaukee?
2010
Civic Union y tomar contacto con
los noruegos, cosa que hice. A
pesar de ello, el New York Times
esta semana lo culpa a él de
suspender la investigación al
fundador de los Legionarios, el
P. Marcial Masiel 4.
Eduardo Ponce, S.J.
A quienes hubiera querido
conocer más: Juan Bagá, Beltrán
Villegas, Josee Van Der Rest (un cura mal hablado,
compañero de Boduin y de una familia dueña de una
fortuna en pizarreño pero que prefirió hacer vivienda
social lejos de Bélgica).
Para provenir de una familia liberal y con
todos mis tíos educados en colegios laicos,
he conocido a muchos curas en Chile…
Gente interesante… pero siempre a una
discreta distancia. Probablemente la
misma que ellos cultivan con los políticos.
Siempre me reía que las alumnas del Villa
María rindieran tributo a una tal Sister
Peter Claver del Holy Heart of Mary (may
Conocí personalmente al Cardenal Silva
cuando ya había dejado de ser arzobispo.
Lo mismo a Roger Vekemans – otro jesuita
- muy disminuido y pronto a fallecer... Nada
que ver con ese flamenco avasallador que
alienaba tanto a la izquierda y que marcó a
God rest her soul….) que - según más de
Cardenal Angelo Sodano
muchos en DESAL. … Armando Bridaroli,
alguna amiga mía - tenía la mala
cura italiano murialdino, siempre me recordaba en La
costumbre de castigar a las alumnas metiéndolas en
Reina "l'importanza di essere cristiani e democratico".
tarros de basura en
Martín Panero, aunque religioso español pequeño y
el medio de un
altivo, tenía la peculiaridad de poder recitar de
patio… Otra amiga
memoria El Quijote desde la página que uno le
me la justificaba
indicara. También el cura Cerna, del Verbo Divino, una
diciendo “¿qué tanto
congregación con vocación
escándalo? Eso se
misionera... Monseñor Oviedo
los hacían a todas”
me infundía respeto como
como si con ello me
Juan Bagá
mercedario y su vocación por los
dejaran
más
presos. Monseñor Fresno era
tranquilo… ¡Lo que yo la haría a una monja - o quien
afectuoso conmigo pero tenía
fuera - que osara hacer algo parecido con alguna de
una persistente preocupación de
mis Pirigüinas (que es la manera cómo yo menciono a
cuándo me recibiría de abogado,
mis hijas) !!!
Armando Bridaroli
lo que yo siempre respondía
sólo con una sonrisa.… Con
Monseñor Sodano alcancé mejor trato en Roma de
Secretario de Estado del Vaticano, más que mientras
estuvo en Chile. Hijo de diputado DC en Italia, me
estimuló a conocer a la gente de Fidesz – Hungarian
O sea, el clero chileno era vasto y a veces
extravagante, pero era mucho mejor que el de otros
4
Daniel J. Wakin & James C. McKinley Jr., “Abuse Case Offers
a View of the Vatican’s Politics”. New York Times, May 2,
2010. http://nyti.ms/bcI3gA
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
lugares como Argentina, por ejemplo. Por cierto, tuvo
tanta mayor sensibilidad para empatizar con el temor y
sufrimiento durante el gobierno militar. No era
extremista y era más secular - por no decir chileno - en
el sentido de fiel expresión del mosaico de una
religiosidad popular, cazurra y carbonera, a pesar de la
influencia de las congregaciones y de los extranjeros.
Además, un clero que no estuvo ajeno a las
transformaciones sociales que experimentó el país.
Dos cosmovisiones eclesiales
Por eso no es de extrañar
que buena parte de la
comunidad católica chilena
esté perpleja ante una
realidad que por muy
comentada, siempre se pensó
como algo ajena a nuestro
entorno
inmediato.
Las
acusaciones al P. Fernando
Karadima no sólo generan
efectos como tales, sino cuestionan el modelo pastoral
que predominó en la Iglesia del Sagrado Corazón de
Jesús de El Bosque durante todos los años en que
estuvo bajo su influencia. Una iglesia a la que concurre
– hasta hoy – un segmento muy
claro del catolicismo conservador
y más tradicional y que, durante
mi adolescencia – representaba
un núcleo espiritual para la
formación de jóvenes que
estaban al margen de las
preocupaciones predominantes
Eduardo Silva Arévalo, S.J. del clero chileno ante a la
Cardenal Raúl Silva Henríquez
realidad que le tocó vivir
en el gobierno militar. Se
trataba de un grupo reacio
al compromiso social de
años previos y que miraba
mal el distanciamiento y
crítica pública hacia el
gobierno. No sólo porque
sus
miembros
eran
predominantemente
Gerardo Whelan, C.S.C.
partidarios del régimen sino porque
rechazaban una Iglesia que veían
manipulada políticamente, alejada
de verdades fundamentales de la fe
y derechamente equivocada en sus
carismas y opciones. “A la Iglesia se
va a rezar”, decían con la misma
intensidad que decían lo mismo de
la universidad y del estudio. No eran
un grupo cismático ni al margen del
clero diocesano. Eran respetuosos
Manuel Santos
de la autoridad episcopal – a lo
menos en la forma – pero definitivamente no les
gustaba y aspiraban reemplazarlos con “buenos
curas”… esos que se alejaran del estilo de años
anteriores y devolvieran una impronta más espiritual y
sacramental a la labor pastoral. Una mirada al conjunto
de sacerdotes que salieron de esa experiencia muestra
el carácter marcado de esta
impronta, muy distinta del todo a
la que habían impuesto obispos
como Jorge Hourton, Tomás
González,
Fernando
Ariztía,
Manuel Santos o Raúl Silva
Henríquez. Ninguno de estos
religiosos eran militantes de
izquierda a la usanza de los que
firmaron la carta de “Cristianos para el Socialismo”,
pero contrastado con el estilo predominante en la
parroquia eran vistos con recelo, sino con franco
rechazo. Hoy se presenta al P. Karadima como un “fiel
discípulo del padre Hurtado” pero esa tarjeta de
presentación no tenía nada que ver con una pastoral
parecida al estilo que rodeó la fundación del Hogar de
Cristo. Tampoco tiene que ver con el hecho de estar
ubicada en el barrio alto. La Parroquia Universitaria
también lo estaba y aún así eran
como el agua y el aceite. Aquí
hablamos de una vida parroquial
que tenía la clara intención de ser
distinta y cultivar otro estilo
espiritual.
Estaban
muy
orgullosos
de
ser
una
reafirmación contestaría de una
Iglesia a la que querían salvar.
Misas repletas de jóvenes Cardenal Jorge Medina Estévez
Juan Barros
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
universitarios y profesionales,
confesionarios con fila para usarlos.
dónde
habían
Por eso hoy las acusaciones al cura Karadima
despiertan reacciones según en qué lugar uno estaba
frente a esa “misión evangélica”. Para quienes los
veían como un reducto ultra derechista, la caída de
Karadima refuerza el desprecio a todo lo que salió de
ahí y la misma influencia que han alcanzado aquellos
que lograron la birra episcopal. Para quienes siguen
como parte de su feligresía, el caso Karadima es una
acusación infame que debe ser rechazada
colectivamente, advirtiendo a la jerarquía del daño que
hace por admitir un caso contra el símbolo de una
comunidad tan prolífera. Para qué decir de las
autoridades mismas que llevan el caso. Una papa
caliente que mejor se la hubiera tirado a otro.
Una jerarquía que actúa
profundiza el desconcierto
descolocada
y
Basta escuchar a tres de los posibles nuevos
arzobispos de Santiago – Monseñores Goic, Ezzati
y González – para sentir que hablan como si
estuvieran arriba de un trapecio, respecto de un
caso bajo un procedimiento canónico que – en
definitiva – es muy
cuestionable.
Goic
justificando la demora
para resolver el caso de
un cura condenado y en
la cárcel con que “no hay
demora, si es inocente,
saldrá de la cárcel santo
y si no lo es, habrá
cumplido su condena”.
Olímpico… Ezzati sentado
en un sillón afirmando
con extrema amabilidad
que a los obispos les llega
“de todo” para justificar que se tengan por acusaciones
bajo una suerte de sobreseimiento temporal. Y, el más
conservador de todos, González diciendo que le
parecían “verosímiles” las acusaciones en Informe
Especial… O sea, ni si hubieran sido candidatos a
parlamentarios. Los tres juntos hubieran sido más
entretenidos que el debate presidencial. Por otro lado,
Orozimbo Fuenzalida – el
más cazurro de todos acusando a los jesuitas de
ser “extremistas” en este
tipo de casos y que no todos
los casos son iguales.
Un proceso que comienza
Alejandro Goic K.
con denuncias en el 2003
por dos vías distintas, para luego ser “suspendido a la
espera de nuevos antecedentes” que no es más que un
reconocimiento
que
no
pudieron
seguir
manteniéndolo en secreto e inactivo. Consultas al
Vaticano, víctimas que dicen
no haber recibido respuesta
en años de parte de la
autoridad eclesiástica y
acusados que afirman no
conocer los cargos en su
contra.
Expertos
que
afirman que existe un plazo
de siete meses para la
tramitación y otros que
dicen que “no es tan claro”.
Si incluso leemos entrelíneas
las reformas que nos anuncian, no son más que
reafirmar la discrecionalidad para hacer cualquier cosa.
Ni una sola palabra sobre el deber de denunciar los
casos a la autoridad civil. Lo que ahonda la perplejidad
porque nadie puede a ciencia cierta decir a dónde
quiere ir la Iglesia en casos como éstos. Su apelación a
la “verdad” está tan imbuida de dilaciones,
explicaciones y justificaciones que nadie tiene
capacidad para discernir, ni nadie queda satisfecho por
la forma cómo parece manejar una crisis que la
descoloca y la demuestra muy poco preparada para
este tipo de temas.
Juan Ignacio González
Ricardo Ezzati
Francisco Javier Cox
Si tomamos en cuenta que –
hasta ahora – la curia chilena ha
optado por relocalizar a curas
acusados de abusos dentro y
fuera del país sin siquiera
advertirle a las diócesis
receptoras de los antecedentes
que motivan el traslado, queda
la duda de si este caso ¿ayudará
Caso Karadima ¿secta o fe?
o no para generar credibilidad de que se pueden hacer
denuncias responsables con nombre y apellido, con la
esperanza de que alguien haga algo? o ¿si estaremos
ante un caso más en que terminamos barajando una
situación para que quede donde mismo? Y no me
refiero tan solo a la curia y su forma de proceder.
La misma defensa del
acusado - enfatizando que
los acusados eran mayores
de edad y ansiosa por
querer
pasar
los
antecedentes
lo
antes
posible a la justicia civil para
beneficiarse
de
la
prescripción
y
un
procedimiento inquisitivo
antiguo, lento y dónde todo quedará enredado en
papeles - deja a los católicos con la sensación de que
en este tipo de temas cualquier resquicio vale.
¿Cuántas personas sabrán que la imputación de un
delito prescrito es una injuria grave? (artículo 417 n°2
Código Penal). ¡Qué mejor defensa que un buen
ataque!
Juan Pablo Hermosilla
La esperanza de poder convertir este caso en “tú
palabra contra la mía” y cuestionar el equilibro
emocional de víctimas que – curiosamente, quiénes
hoy los descalifican como tales - no tuvieron reparo
alguno en fijarse en esos desequilibrios cuando los
nombraron presidente de la Acción Católica o les
dieron la visibilidad para actuar en nombre de la
comunidad. Por otro lado, el abogado de los
denunciantes – Juan Pablo Hermosilla - que poco
menos que invita a acercarse a cualquiera con
2010
antecedentes de casos
más recientes, como
presagiando
una
estrategia
contra
la
prescripción,
deja
entrever que por la vía de
los tribunales – con los
antecedentes actuales - es
Orozimbo Fuenzalida
poca la reparación que se
obtendrá. Esto amenaza con ser el reino del cinismo y
si bien resulta lógica que la tarea principal del abogado
defensor sea evitar que su cliente termine en la cárcel,
para pretendido liderazgo religioso que ha
representado Fernando Karadima resulta curiosa su
estrategia de limitarse a insinuar que tuvo relaciones
consentidas con mayores de edad.
Ya el hecho mismo
de derivar este caso
a tema de la
abolición
del
celibato es como
tirar la pelota fuera
James Hamilton en Informe Especial
de la cancha. Pocos
parecen apuntar al problema central que requiere
reparación y no serán precisamente los tribunales
civiles los llamados a dilucidarlo.
Incluso, si tenemos el estómago para meternos en el
detalle de los abusos, pocos comprenden que no todos
son iguales. Si bien en 1999 la legislación equiparó
múltiples conductas al grado de violaciones y que
hasta entonces no eran más que abusos deshonestos,
alguna de las conductas denunciadas no dan siquiera
para ello en el tenor de la ley actual ni la anterior, por
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
mucho que algunos se escandalicen. Parte de la
doctrina penal sigue sosteniendo que – aún con la
reforma penal del ’99 y más allá de la intención del
legislador - sólo hay violaciones en caso de
penetraciones a mujeres (believe it or not) y en todo
caso, siempre de que exista dicha penetración. Lo
demás, son abusos sexuales genéricos.
A menos que los hechos - relatados por James
Hamilton – y que transcurrieron durante un lapso de
veinte años, incluso en el segundo piso de su hogar sean algo más que lo que conocimos en el programa de
televisión,
es
posible que estos
hechos no sean
más que abusos
sexuales menores.
Además, están los
cambios entre el
sistema antiguo y
nuevo de cómo se pondera la prueba. El sistema
anterior dependía de una “prueba tasada” sujeta a
reglas matemáticas de cómo interpretar. El nuevo
sistema cambia la lógica a una convicción más allá de
una deuda razonable. El viejo sistema que – aplicable a
este caso - somete los hechos a un sistema mucho más
capcioso y tinterillo. Aún en el régimen nuevo, meterse
a discutirle a un panel de jueces sus criterios de
interpretación de hechos es mucho más difícil que la
labor de un patólogo tratando de identificar un
linfoma.
Fermín Donoso, C.S.C.
nuevo Promotor de Justicia del caso
Para un país que a principios del siglo XX reservaba la
pena de muerte tan solo para robos con homicidios,
puede resultar difícil satisfacer el
deseo de la opinión pública - que
hoy poco menos quisiera comerse
vivo al autor de los hechos que
conocimos en el programa
Informe Especial de esta semana.
La ley tal vez no dé para eso y
podría
perfectamente
dar
pretexto procedimental para
Xavier Almendáriz
darle una patente de corso a
personas que merecen un reproche. OJ Simpson hoy
puede caminar las calles de Los Ángeles gracias a que
no le cupo un guante en su mano y que la televisación
de un caso judicial permitió construir un “reasonable
doubt” sobre su rol, pero hasta entre abogados
norteamericanos ese caso en EE.UU. develó taras que
dejó mal parada a la justicia de ese país y una persona
vanagloriándose en muchas oportunidades de las
ventajas que se le dispensaron.
Lo que quiero decir es que podemos terminar en el
peor de los cinismos. Con misas de desagravio al P.
Karadima y elocuentes agradecimientos a la Virgen del
Carmen por un proceso penal que termina prescrito o
testimonios que no forman plena convicción o por
hechos que no revisten el carácter que las víctimas dan
o que no logra cerrarse antes que el denunciado
fallece. No me extrañaría que algunos incluso
consideren algo semejante como un triunfo de la
“verdad”. Con Pinochet se hacía lo mismo… se apelaba
que estaba senil, que el tribunal era incompetente, que
no sabía, se descalificaba a los testigos, que había
prescripción o que la ley decía otra cosa que lo que
cualquiera entendía. Pero nunca se hizo una estrategia
en base a la falsedad de la acusación. Como que era
tiempo perdido e innecesario.
Cuando escucho al ministro de Justicia llamar a tener
confianza en los tribunales o al Fiscal Nacional o al
mismísimo fiscal Almendáriz – nuestro Inspector Javert
chileno - sería tanto mejor si partieran por tratar de
explicarle a la población los límites del estrecho marco
legal y despejen de si eso corresponde o no a su propio
ideal de justicia en casos parecidos. Porque podemos
terminar con el efecto inverso. Casos como éstos
Caso Karadima ¿secta o fe?
desprestigian a la prescripción. Es obvio que las
denuncias vendrán cuando la víctima se sobreponga de
los efectos profundos del daño causado y eso con
certeza puede ser mucho más que el tiempo que la ley
concede para extinguir acciones penales. Hoy la
prescripción – gracias a cierta forma de interpretar la
supremacía de los tratados internacionales - ya no vale
para delitos de lesa humanidad. Tampoco a delitos de
tracto sucesivo (secuestros). Es probable que –
mientras más se centre este caso en procedimientos –
menos respeto habrá a instituciones que ciertas
personas consideran casi como un dogma de fe y
mayor sea la necesidad de modificarlos. Incluso si hoy
un periodista le pregunta al senador Patricio Walker
(un parlamentario que ha hecho del tema de abusos
sexuales su razón de ser parlamentario) por la
necesidad de modificar los plazos de prescripción en
este caso, no me extrañaría que haga cualquier filípica
para no quedar como defendiendo una modificación
legal que no haga sino evidente que EN ESTE CASO
procede dictar el sobreseimiento ante la inexistencia
de esa protección futura y sujeta a trámite legislativo.
Aquí los tribunales se van a
enredar y la Iglesia ya está
enredada. La Iglesia puede
expresamente
obviar
la
prescripción en un caso puntual,
lo que la obliga inevitablemente
a tener que fundar cualquier
decisión que adopte (sea que la
afirme o no y fije pautas para
cómo evaluar sus excepciones).
Por eso me pareció prematuro y
temerario el llamado de
confianza que nos invitó el
Cardenal Francisco Javier
Errázuriz
ministro Bulnes. Lo mismo de
Sabas
Chaguán
y
Xavier
Almendáriz.
Demanda de indemnización por daños evidentes
Por eso, es probable que el tema de los abusos pronto
pase a segundo plano. Me atrevería a decir que incluso
la dimensión penal. Desde los tribunales civiles, es
probable que la única forma eficaz de establecer
2010
alguna
reparación
eficaz
y
reconocimiento
de
estos hechos sea vía
una demanda de
indemnización
de
daños civiles y ya no
hecha contra un
Fernando Battle en Informe Especial
curita popular de la
socialité - pero sin bienes propios - sino contra la
misma Iglesia por el deber de cuidado frente a
denuncias que conoció y no puso en antecedente de
los tribunales y/o no dio protección eficaz en su
momento.
Cualquiera sea la opinión que se pueda tener de los
testimonios o de la credibilidad de los acusadores, es
un hecho que el programa Informe Especial refleja bien
cinco personas profundamente dañadas – por las
razones que sean – por el padre Fernando Karadima, a
quien recurrieron por una cuestión de confianza y para
recibir apoyo de un modo totalmente distinto del cual
finalmente fueron objeto. Daño hay y es obvio.
Discutirlo es de mal gusto y suponer que cinco
personas con educación van a mostrarse vulnerables
en prime time TV - un gastroenterólogo, un abogado,
un ejecutivo, dos ex seminaristas - y dando a conocer
toda la mugre que han llevado por dentro por años,
con el talento de ser todos actores eximios
concertados para engañarnos, es simplemente llevar
esto a la mala fe.
El arzobispo de Santiago reconoce en su carta pastoral
leída la semana pasada tener denuncias desde el 2005
ó 2003 según consideremos un caso u otro. No tiene
argumentos para haber “suspendido la causa”. ¿A la
espera de qué “nuevos” antecedentes que lo llevó a
parar entonces y hacer público hoy? ¿Credibilidad de
las acusaciones? ¿Qué hay nuevo ahora que no había
entonces? Es obvio que casos que dependen de
testimonios se van debilitando con el correr del tiempo
y no lo contrario. Afirmar que había un promotor de
justicia que poco o nada hizo y hubo que reemplazarlo
cinco años después, no resuelve el problema para los
denunciantes sino más bien refuerza su causa contra la
Iglesia misma y su peculiar procedimiento. Por lo
demás, da lo mismo cómo se conciba el estatuto
Caso Karadima ¿secta o fe?
jurídico de la Iglesia y su clero, no hay nada en nuestra
ley que exime al clero del deber de denunciar hechos
constitutivos de delitos. Ni un cambio de política del
Vaticano, ni consultas con la Santa Sede son
argumento aceptable que exime al arzobispo de
Santiago de haber denunciado a los tribunales estos
hechos para su investigación penal en el 2003 ó 2005,
según el caso, apenas tuvo conocimiento de ello y
cualquiera hubiere sido su propia ponderación en su
momento. La Iglesia puede tener un tratamiento
tributario especial en Chile pero no tiene una excusa
legal absolutoria en materia penal. Puede amparase en
el secreto de confesión como un secreto profesional,
pero estos casos no fueron interpuestos en esa calidad
y dejaría muy mal a la Iglesia que se excusara con ese
recurso. Ni siquiera que se afirme que antes la
denuncia no era la práctica habitual puede empecer a
las víctimas hoy para no hacerla responsable. Es más,
el daño – en este caso – ya no tiene que contabilizar su
plazo de prescripción desde la fecha de los abusos (por
Fernando Karadima) sino desde la fecha en que ella (la
Iglesia) debió ejercer un deber de cuidado eficaz
respecto de un subordinado y al que las víctimas
acudieron en el entendido que lo tendrían. Se trata de
otro daño, independiente de los abusos sexuales
denunciados. Uno que somete a discusión el mismo
procedimiento que la Iglesia exhibe hoy para explicar
lo que hizo o dejó de hacer cuando conoció de estos
hechos.
Me podrán decir que es
mucho, pero nadie puede
desconocer que – más
allá del caso Karadima –
hay,
con
toda
probabilidad, más casos
por conocer. La misma
prensa especula hoy con
Juan Andrés Aguirre
tener antecedentes de
otro caso por darse pronto a luz y hace algunos días en
twitter algunos amigos se sorprendían que yo afirmara
que en el 2005, Adolfo Zaldívar me haya dicho que
venían “más casos en la Iglesia” (aludiendo a lo que ya
había pasado con el cura Tato y el obispo Cox). En esa
oportunidad, es evidente que el arzobispo conversó el
tema con el mundo político. Sin conocer el detalle, no
me extrañaría que haya pedido respaldo por lo que
2010
Luis Lira en Informe Especial
podría haber sido en su momento la voluntad de
castigar e investigar hechos que hubieran encontrado
incomprensión o crítica. Nuestro arzobispo es sensible
a la opinión pública y no me extrañaría para nada la
necesidad de pedir respaldo. Supongo que ese fue el
tenor de lo conversado entonces y nada más (me
refiero a detalles de nombres o la intención de echar
tierra sobre ellos).
Pero es un hecho que las denuncias por casos
semejantes se han multiplicado y son verosímiles o al
menos la Iglesia los consideró como tales. Entonces, es
del todo lógico que víctimas puedan controvertir el
proceder de la Iglesia ante el incumplimiento del deber
de cuidado y de denuncia que la ley los obligaba.
También poder discutir si estos procedimientos
canónicos se condicen o no con nuestra legislación o
más bien entorpecen y hacen inviable hacer valer
responsabilidades en los tribunales, tratándose de
personas sometidas a la tutela de la misma Iglesia que
debe asumir responsabilidad por ellos.
Ahí el doble filo de la carta del arzobispo en las
parroquias la semana pasada y – supongo – la
advertencia que el abogado del acusado hizo a la
Iglesia por su propio proceder. La carta reconoce la
fecha en que la Iglesia de Santiago toma conocimiento
de los hechos y detalla su accionar. Será la piedra
angular de cualquier acción civil. Le es muy difícil
lavarse las manos, sobretodo por el tiempo
transcurrido. En Chile, los dueños de los automóviles
son responsables de los daños ocasionados por sus
vehículos, los hayan conducido o no. La Iglesia no
puede afirmar autoridad sobre sacerdotes diocesanos,
llamar a la calma, oración, prudencia y paciencia en
denuncias por abuso sexual y después decir que no
tiene nada que asumir respecto de sus subordinados
que languidecieron en sus propios procedimientos
dilatorios. Veremos si la Iglesia está dispuesta a
Caso Karadima ¿secta o fe?
sincerar este tema y no de un modo “piola” sino de un
modo que invite a una auténtica prevención general y
nueva actitud que evite la comisión futura de estos
hechos.
La manipulación e idolatría de una secta y la
necesidad de una nueva antropología cristiana
Todo lo anterior me lleva al tema de fondo, que es lo
que echo de menos en todo este barullo. Algunos le
ponen el acento a la dimensión sexual de los abusos.
Otros en la necesidad de afirmar verdad y
transparencia. Fernando Montes dijo en una cuña
grabada en Tolerancia Cero que este caso es
simplemente la “vuelta de la tortilla” de una Iglesia
que es percibida como muy dura en el tema sexual y
en casos de moral familiar (como el divorcio) y, cómo
ahora
la
ven
en
contradicción, le aplican su
propia medicina. A él le
parece que esto le hará
bien a la Iglesia porque la
obligará a ser más
“humilde”.
Yo
sigo
marcando ocupado con
argumentos parecidos… El
cardenal Bertone hizo una
relación entre pedofilia y
homosexualismo y tuvo que desdecirse. Si las
acusaciones al padre Karadima fueran por relaciones
consentidas con adultos, seguramente moverían a
escándalo en la Iglesia y a más de un comentario para
explotar el bochorno, pero no merecerían un juicio
civil, ni canónico (más allá de solicitar su dispensa), ni
un Informe Especial (más allá del morbo), ni yo gastaría
tiempo en este artículo. Tampoco si el remedio fuere
terminar con el celibato. Sea que se termine o no el
celibato, casos de abusos en muchas oportunidades
involucran a personas casadas. Los casos
recientemente conocidos en Austria involucran, en uno
de ellos, al padre que secuestra a su hija por más de 18
años… ¿en qué resolvería - el fin del celibato - un caso
semejante?
Fernando Montes, S.J.
El tema que a mí me deja perplejo y que aún no
escucho a NADIE decir pío, es el poder y manipulación
detrás de estos testimonios. El narcicismo de un cura
2010
que cultiva la priva de un grupito de muchachos, a los
que comparte su intimidad y va cultivando con ellos un
grado de ascendencia y control total al punto de
anularlos. Se aprovecha de la vulnerabilidad de algunos
al punto de generarle culpas. Les fomenta una
adhesión casi rayana en la idolatría. A los dos
seminaristas los insta a no confesarse con nadie más
que él, ni siquiera con
superiores en el mismo
seminario. A los otros,
después de cada abuso, los
hace ir a confesarse a ellos
(nuevamente el juego de la
culpa ajena) con algún cura
de claustro fuera de Santiago
y les dice que no mencionen
nombres. Los pautea y dirige
la confesión!!! Un acto tan Cardenal Tarciso Bertone
íntimo y personal. A uno de
ellos, le advierte que “tiene tejado de vidrio” para
manipular la culpa por su propia homosexualidad. Le
pregunta reiteradamente a uno “¿quién es tu padre?”
Para escuchar su nombre y después los usaba. Sé que
amigos míos se enojarán (yo soy de los que tuve buena
experiencia en el Opus Dei), en el libro de M. Carmen
Tapia “Tras el Umbral” se menciona el caso del uso de
las imágenes de la madre y hermana del Fundador de
la Obra en las sedes en diversos países y la práctica de
celebrar su respectivos cumpleaños en la década del
’50 5. El mismo libro dice que esta práctica se terminó,
pero ¿qué tiene que ver una vocación determinada con
la familia del fundador de una sociedad de personas
consagradas?
5
María del Carmen Tapia, “Tras el Umbral”, Ediciones B,
S.A., Barcelona, 2004
Caso Karadima ¿secta o fe?
Jimmy Hamilton menciona que quería hablar de su
propia vocación sacerdotal y de si Karadima lo veía con
aptitudes y termina con las manos del cura en sus
pantalones (eso dice). Se le cae la imagen de un tipo
que casi miraba “como Dios mismo”. Años después, el
acusado finge dolencias para que el doctor lo
“examine” a solas en el segundo piso de su propia casa
después de un almuerzo familiar. Un cura que - aparte
de este control - sabe su poder cada vez que le
consulta de si debe casarse o no y que, aún al día de
hoy, dirige espiritualmente a los hijos del acusador.
¿Qué pasa por la mente de alguien que sabe la
autoridad que ejerce sobre otro, lo fomenta, lo adorna
de una impronta divina para - ¡bazinga! – a reglón
seguido y reiteradamente, destruírsela al punto de
remecerle la propia autoimagen a varios de sus
pupilos? ¿Por qué esa patología? La destrucción de la
imagen forjada. La transgresión de la confianza. El
culto de la admiración para después, hacerla
literalmente trizas… ¿Por qué hacer algo así? ¿Será que
no puede lidiar con su propio prestigio? ¿Será que
haya podido ser él mismo abusado en su propia
infancia y que detrás de una supuesta
superioridad aparente
se esconde un ser que
se desprecia a sí
mismo y no sabe cómo
manejar
eso
sin
destruir la autoestima
ajena? Si no lo fue,
Fernando Karadima
¿qué hace a un sujeto
hacer algo semejante?
2010
A lo menos, el capítulo de Informe Especial retrató esto
muy bien. Pero nadie procesó el tema. A nadie
escandalizó esto. Como que era más importante una
masturbación ajena o que les pidiera un beso “y que
sacara la lengüita”, que la destrucción de la propia
autoimagen de seres vulnerables y que buscaban en la
religión un refugio y un medio para redimir problemas
comunes y normales. O este país resuelve sus
problemas con el sexo o entenderemos muy poco de
este caso. El problema ya no es solo la Iglesia, sino
nosotros mismos.
Juan Esteban Morales
actual párroco de la Iglesia del Sagrado Corazón del Bosque
Podrían no ser abusos sexuales. Uno de los testimonios
cuenta que Hamilton recibe la visita del actual párroco
de El Bosque para rogarle que no continúe con esta
denuncia. La conversación termina con “porque creo
que puedes estar diciendo la verdad, te ruego que
tengas piedad”… ¿Hasta dónde llega la lealtad? El Opus
Dei siempre se queja de que el Código Da Vinci haya
elegido un cura asociado a La Obra para caricaturizar al
sicario – Silas – un albino fanatizado y capaz de
asesinar por su fe. En este caso no
hay abuso sexual, sino la
disposición de hacer una gestión
para disuadir la presentación de
una denuncia de una víctima
¡¡¡porque puede ser cierta!!! El
fanatismo, la idolatría, las lealtades
mal entendidas pueden terminar
en cualquier cosa. Tratándose de
personas
vulnerables
y
Silas
Código Da Vinci
manipuladores inescrupulosos, no
hay límite... ni siquiera la comisión de un delito por
cuenta ajena o su encubrimiento.
Caso Karadima ¿secta o fe?
Es cierto que estoy suponiendo que estas acusaciones
son ciertas y alguien podría reprocharme que ese sea
el juicio de tan solo algunos afectados. Haya saber uno
cómo ponderaron cosas que fueron dichas o hechas en
otro contexto o con otra intención. O si están
mintiendo. Eso es cierto… Mahatma Gandhi solía
dormir con mujeres desnudas para poner a prueba sus
votos de castidad – brahmacharya. 6 7 Aunque – al
parecer – nunca hubo acceso carnal, se permitía
juegos, frotes, sin llegar al clímax para poner a prueba
su temple… No sé si alguien será tan audaz para sugerir
algo parecido aquí.
2010
otros. Este caso es casi de libro y va mucho más allá del
mero relato del detalle puramente sexual. Las
adhesiones a las sectas son opciones individuales,
mucho menos inclusivas que una iglesia. Imponen un
compromiso radical y más que anulan la capacidad
reflexiva de sus integrantes para discernir. Un modelo
completamente distinto a lo que uno supondría de una
comunidad formadora de personas con conciencia
cristiana.
¡Pero algo pasó con estos muchachos para generar un
efecto tan devastador! Lo hayan mal entendido o no,
me sorprende que la Iglesia sólo los toma como unas
cuántas personas que han hecho denuncias (previa
firma, timbre y compromiso de silencio) y que se les
dispensa “respeto”.
Fuera cierto o no, la Iglesia debería estar interesada en
saber qué les pasó a estas personas… su daño, su
origen, sus consecuencias profundas.. El impacto en las
familias, hijos …. Cómo recomponer la autoestima de
estas personas, que por lo visto, eran católicos
comprometidos. No sólo nombrar un “promotor de
justicia” o reemplazarlo cuando simplemente no hizo
nada o sacar alguna resolución sobre el sacerdote bajo
acusación. Es de toda lógica una revisión o control de
los métodos de proselitismo y reclutamiento en
Iglesias “taquilleras” (o masivas), el rol de curas que
abusan de su “carisma” o la excesiva personalización
del ministerio pastoral. ¿Cómo no ponen alerta en un
cristianismo que no cultiva adhesiones reflexivas y
muestran señales de culto personal y mal sano?
Fue Max Weber quien hizo el paralelo entre
iglesias/sectas y misticismo para distinguir tradiciones
culturales distintas entre el oriente y occidente, ya
hace más de un siglo. También distinguió entre
liderazgos carismáticos, aquellos que dependen del
magnetismo y ascendencia de una persona sobre
6
Hsi Lai. “The Sexual Teachings of the White Tigress: Secrets
of the Female Taoist Masters”. Destiny Books, U.S., 2001
7
Nirmal Kumar Bose, “My Days With Gandhi”. Orient
BlackSwan, 1999
Agreguemos el narcisismo del cura-líder que enfatiza
la cohesión del grupo sobre la base de su propio rol
personal en ese grupo y uno se pregunta ¿cómo no se
dieron cuenta de esto antes? Esto no requería mucha
observación o detalle morboso. Ocurrió a vista y
paciencia de toda una comunidad católica embobada
por la retórica del P. Karadima. El propio monseñor
Goic afirma que él mismo usa las grabaciones de los
retiros espirituales de Fernando Karadima y en los que
le
sorprendía
el
número de veces que
acudía a la figura del
P. Hurtado.
Partí este artículo
afirmando que –
casos más, casos
menos – el clero
chileno siempre me
produjo respeto. Es
Sol Serrano quien ha
publicado
Camilo Henríquez
Caso Karadima ¿secta o fe?
recientemente un trabajo extenso sobre “¿Qué Hacer
con Dios en la República?” 8, un trabajo sobre la
secularización en Chile y la influencia de la Iglesia como
una organización auténticamente comprometida con la
sociedad civil, a pesar que nuestra historia institucional
se haya dado con una marcada impronta laica. La
apuesta por la educación, la religiosidad popular y la
influencia gravitante sobre lo social son características
que la han distinguido para bien.
Pero hemos pasado los
últimos
treinta
años
cultivando una disputa
idiota
entre
sectores
racionalistas
con
una
espiritualidad centrada en
la liturgia versus sectores
que han optado a vivir su fe
con una impronta más
social, sin abrirnos a una
antropología cristiana que
Sergio Contreras
forme
católicos
más
maduros y reflexivos. La lucha política implícita en
estos dos estilos pastorales nos ha cegado respecto de
realidades que hemos querido creer aisladas y que hoy
cuestionan por igual la lógica que le dispensan unos y
otros. Si alguien afirma que esta crisis es una
oportunidad, lo dice como parte de la disputa a la que
hago mención. Como un bando se impone sobre otro.
Pero fanáticos hay en todos lados y personas
perturbadas que se aprovechan de vulnerabilidades
ajenas pueden usar
con la misma eficacia
la estética de una
misa llena de ritos e
incienso, tanto como
el magnetismo del
compromiso social en
terreno. Esta nueva
realidad compromete
la misma influencia
que la Iglesia ha
cultivado por décadas
Miguel Ortega
8
Sol Serrano, “Qué hacer con Dios en la República: Política y
secularización en Chile (1845-1885)”, Fondo de Cultura
Económica, 2008.
2010
- de un modo aún más radical - porque le exige un
cambio de actitud que no sabe cómo hacer. Su primera
tentación
es
cerrarse y negar
el
tema.
Esconderlo,
minimizarlo.
Presa de pánico
por los efectos
devastadores al
prestigio
colectivo, se lo
Cristián Precht
termina
entregando al manejo de tinterillos y burócratas que lo
enreden en procedimientos oscuros e incomprensibles.
Una de las cosas que siempre me ha atraído del
cristianismo es su apelación a la voluntad humana. A
tal punto, que hace algunos días lo dije en un
comentario por twitter, solo para ser respondido
severamente por alguien de que me “recuerde de San
Agustín”. El comentario me dejó perplejo porque,
acudiendo a la naturaleza “caída” del ser humano – me
decía – no podemos sino centrarnos en la figura de
Cristo como el único factor que nos redime… como un
factor externo, ajeno a nosotros mismos. Me dejó
helado el comentario. ¿Cómo después de dos mil años
seguimos leyendo a filósofos cristianos como si fueran
un manual? ¿Cómo no somos capaces de integrar otras
disciplinas o culturas en una nueva síntesis cristiana?
¿Cómo algunos siguen repitiendo sus lecciones
adolecentes como si tuviéramos que optar entre
tomistas u cualquier otro carisma histórico? Nada de
raro que así terminemos por lamentar estos excesos
que no son sino las manifestaciones últimas de la
neurosis por forzar la realidad y moldearla según las
fantasías que algunos quieren vivir. ¿Cómo alguien
puede creer que ese estilo pastoral puede atraer a una
generación más escéptica y abierta a experimentar?
Fue el judaísmo que nos entregó un Dios con el cuál
dialogamos. “Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de
Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Ex 3, 6).
También “Yahveh hablaba con Moisés cara a cara,
como habla un hombre con su amigo” (Ex 33,11).
Manifestaciones del Antiguo Testamento que denotan
un diálogo interior directo con Dios. Dios deja así de
Caso Karadima ¿secta o fe?
ser una fuerza meramente externa. Una causa última,
la sala de máquinas de la naturaleza. También es el
judaísmo el que introduce la salvación en relación con
otros.. la alteridad (Martín Buber) 9. Somos seres
gregarios y es en esa comunidad que desarrollamos
nuestra fe y la fuente misma de nuestra ética. Nadie se
salva sólo sino en relación con otros. El cristianismo
tomó esta tradición. Sin embargo, a veces sonamos
como si nuestra relación con Dios – incluso entre
creyentes – es sólo una negociación con Él para
apaciguar sus molestias o buscando aprobación por
nuestras conductas. Aquí no es la introspección o la
contemplación divina que agudiza nuestros sentidos
para sacar lo mejor de nosotros mismos, sino el juego
de la culpa y su enorme poder de dominio psicológico.
Es tan infantil esta forma de concebir la fe que resulta
chocante verla expresada como la pedagogía de
centros cristianos al que acuden profesionales hechos y
derechos.
Cuando alguien se siente
parte de un grupo
pequeño con tan sólo 5 mil
años de historia - y pueblo
elegido, más encima - es
lógico que Dios responda
el teléfono. Si en cambio,
uno se considera una
ameba en una humanidad
de siete mil millones de
seres, con 4,54 mil
millones de años de
evolución y con un mensaje con pretensión universal,
no es verosímil una central telefónica con Dios como si
fuera un número 600. Es necesario replantear la
intimidad con Dios de un modo distinto, mucho más
introspectivamente y acudiendo a la lógica de los
espejos (“imagen y semejanza de Dios”) para que la
vida adquiera sentido desde una dimensión de fe y
permita entender la intervención divina como un
ingrediente para sacar lo mejor de nosotros mismos.
Profundizar los niveles de conciencia, aceptar el dolor,
permitir que la vulnerabilidad propia desarrolle la
sensibilidad y nos permita empatizar con el resto de la
2010
creación que nos rodea. Pero todo esto a partir de
nuestras
propias
potencialidades, no del
vudú o de la magia.
Tampoco
con
la
mentalidad del fresco
que se cree creyente
eximio porque le tira a
Dios todo lo que lo
supera. A Dios le
molesta los majaderos y
esparció
suficientes
recursos y elementos al
universo como para que
el hombre abuse de Él
como un valet.
Fray Pedro Subercaseaux 1932
Esta “teología de los
manuales” 10 (James F. Keenan, S.J.) se presenta a los
fieles chilenos con la cara de que si seguimos una serie
de ritos externos, casi por regalo divino, tendremos
una vida exitosa, llena de plata, sin enfermedades y
garantía de vida eterna. Lo único que queda es
contemplar la estética de la liturgia, que en el caso de
la parroquia de El Bosque contaba con murales
coloridos pintados por Fray Pedro Subercaseaux y un
campanario enorme que recuerda la del palacio ducal
en la Plaza San Marco en Venecia. ¿Cuándo Cristo
Felipe Berríos, S.J.
Martín Buber: “Yo y Tú. Traducción de Horacio Crespo”. Ed.
Nueva Visión, Buenos Aires, 1969
9
10
James F. Keenan, S.J., “A History of Catholic Moral
Theology in the Twentieth Century : From Confessing Sins to
Liberating Consciences”. The Continuum International
Publishing Group, 2010
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
siquiera insinuó algo parecido? El Sermón de la
Montaña es casi una oda al fracaso. El cristianismo no
es un aval bancario ni un seguro.
La inmanencia de Dios en la vida humana y la ansiedad
de desarrollar nuestras potencialidades es la clave para
evitar el error de caer en el fatalismo de que nada
podemos hacer frente a seres tan contaminados por
sus propios estigmas (the unaccomplished ideal), así
como el fanatismo de creer que la mera proclamación
de un ideal o arquetipo basta para lograrlo (“The Lord
hath risen”) . Por eso puede resultar curioso contrastar
los destinos de dos afirmaciones : la sola proclamación
de “libertad, igualdad y fraternidad” terminó en el
reino del terror en Francia y después en Napoleón,
mientras que la más modesta formulación del “life,
liberty and the pursuit of happiness” permitió a los
norteamericanos una constitución que toleró la
esclavitud y se abrió a su evolución 11. El tipo de
misticismo que algunos fieles en Chile han buscado –
para sólo terminar decepcionados y frustrados – es
uno basado en una verborrea de curas que se
escuchan a si mismos y lanzan por el micrófono una
prosa repetida de recetas. Esa retórica ensimismó a
muchos, adultos y jóvenes, profesionales y con
formación. Fue cultivada por la Iglesia local que veía en
teólogos europeos y norteamericanos tentaciones
cismáticas y peligros de desviación. Para qué siquiera
insinuar la búsqueda de terreno común entre
religiones de tradiciones diferentes, del ecumenismo o
tratar de descifrar la fascinación de experiencias
espirituales orientales y su popularidad, incluso entre
católicos y cristianos. Este afán de ser “distinto” ha
terminado por colocar una brecha cada vez más
grande entre la población católica y la creciente
población protestante en Chile.
Ya
Thomas
Keating, un monje
trapense (que no
es
sino
un
franciscano
aún
más severo) y
especialista en contemplación religiosa, criticaba este
carisma espiritual alimentado de meditaciones
discursivas y afectación religiosa 12. En su método de
“centrar la oración” toma experiencias en el budismo y
tradiciones místicas orientales para volver la oración
cristiana en un instrumento de introspección y análisis.
Un medio que ayude a la formación progresiva de
conciencias maduras. Ahora, más allá de si éste sea un
método más entre tantos otros o no, valga la
necesidad del cristianismo de volver a valorizar la vida
como aprendizaje. Donde nos demos espacio para el
ensayo y error. Donde dejamos atrás esas visiones tan
decadentistas sobre la modernidad, el excesivo
racionalismo o el moralismo legalista. O esas
apelaciones a la gracia divina como si fuera magia o el
excesivo culto a la debilidad humana para excusarnos
del desafío de superarnos. El hombre contemporáneo
se aproxima al fenómeno religioso en tanto lo ayuda a
la transformación de su interior y lo ayuda a construir
un espacio de confianza para sí y con los demás en la
vida que le toca vivir. No es una experiencia para
levitar o salirse del mundo a la espera de gozar de la
vida posterior, sino para vivir aquí y ahora de mejor
manera. No es un pasaje a otro mundo sino un
instrumento al servicio de una vida feliz. Lo demás
viene “por añadidura” (Mt. 6, 33). Busca resaltar a las
personas y su relación recíproca y no terminar
agobiándolos de
un modo que
convierta el vivir
en un recetario de
preceptos
y
procedimientos.
Fue Cristo quien
dijo “El Shabat fue
Alfredo Soiza
hecho para el
hombre, y no el
hombre para el Shabat” (Marcos 2:27). También Éxodo
23:12 sobre el descanso del séptimo día e incluso en la
tradición talmúdica “El Sábado se te da a ti, pero tú no
estás entregado al Sábado” 13.
12
Percival Cowley
11
Mordecai Menahem Kaplan, “The meaning of God in
modern Jewish religion”. Wayne State University Press,
1994. P. 295
Thomas Keating, “Intimacy with God”, The Crossroad
Publishing Company, 1999
13
Tratado Shabat, en Mekhilta, vol. 3, pág. 198
Caso Karadima ¿secta o fe?
La alteridad es lo que le ha permitido a la tradición
judaica el desarrollo de una filosofía de la experiencia
de las relaciones. Un enfoque mucho más inductivo
que aquella escolástica que tomó de los griegos esa
separación racional tan tajante entre ética, física y
metafísica. Los judíos no hacen esa separación. Todo es
metafísico. La aproximación al logos es integral y no
admite preciosismos racionalistas para distinguir esto
de aquello, retórica a la que está tan acostumbrado el
beaterío del tomismo chileno. Los cristianos primitivos
tampoco hacían estas segmentaciones. No había una
vida espiritual y otra civil. Una política separada de lo
privado. O una salvación fuera de la vida cotidiana y en
relación con otros (responsable de otros).
Pero algunos chilenos son tan dogmáticos que
necesitan de guías dogmáticos y personalistas.
Necesitan y buscan la receta o el decreto. Han
convertido a la Iglesia en la enorme burocracia de
papeles, excepciones y contraexcepciones que solo
unos cuantos frailes pueden manipular. Y no tan solo si
el cura párroco los autoriza a comer carne en Viernes
Santo, sino que en la más variada gama de
experiencias sociales. No sólo en la religión. Me dedico
a la política y el síndrome es el mismo. Tipos que
espeten la última palabra. Que nos dicen cómo hemos
de vivir. No se cultivan las preguntas sino que nuestros
líderes están llenos de puras respuestas. Aquí un Dios a
imagen y semejanza de los modelos que algunos han
cultivado en la niñez, sin ninguna de las herramientas
para lidiar con temas nuevos y más complejos. Hoy
China Popular cuando reprime al movimiento espiritual
Falun Gong está reconociendo que el fenómeno
religioso es un fenómeno propio de la creciente
urbanización de ese tremendo país y de su
modernización acelerada. Lo mismo ocurre en el resto
2010
Alberto Hurtado Cruchaga, S.J.
del mundo. A mayor complejidad social, mayor es el
surgimiento de movimientos espirituales, sectas y
grupos parecidos y no al revés. Pueden influir para bien
o ser un lastre social, que llame a reaccionar frente a
ellos. Una secta en Pirque, tribus urbanas, pandillas…
you name it, el germen que las alienta es el mismo.
La foto de un gastroenterólogo conocido, quebrado y
destrozado, describiendo veinte años de abusos de
alguien que él consideraba un guía espiritual y con la
encrucijada de que su familia aún vive bajo el control y
dominio de la persona que él considera un victimario,
es demasiado fuerte como para que alguien crea que
esto sólo atañe al P. Fernando Karadima. Al otro
extremo, el católico fanático que le dice a unos
camarógrafos que está “alterado” por las acusaciones
contra del cura acusado y que afirma “no responder
por sus actos”, mientras dos señoras lo tratan de
calmar diciéndole que los camarógrafos son “sólo unos
mandados”…. Es toda la Iglesia chilena la que está
cuestionada, porque ese tipo de adhesiones
irreflexivas han sido la tónica fomentada por moros y
cristianos. Esto no ocurre en una villa perdida en el
mundo rural, sin educación y entre gente humilde…
No… ocurre en medio de la
crème de la crème de Santiago
y no hay forma de esconder esa
tragedia en tan sólo decir que
los
acusadores
están
perturbados. Estas son las élites
que estamos formando. Unas
élites que lo único que tienen
que decir cuando ocurren estos
José Miguel Ibáñez
hechos es “esta crisis nos hará
más humildes” (y ojo que lo dice un jesuita!!) o
“confiamos que el Espíritu Santo sabrá intervenir en
esta crisis para fortalecernos”…. ¿Porqué importunan
tanto a Dios para arreglar embarradas que algunos
mortales han hecho en su nombre? ¿Porqué no son
Caso Karadima ¿secta o fe?
más hombrecitos y hacen un mea culpa y después
manos a la obra para limpiar la Iglesia que invoca el
nombre de Dios?
Si nuestro enfoque fuera distinto podríamos distinguir
entre el padre Karadima y su prédica. Nadie se sentiría
que se le destruye un modelo de su propia
autoimagen. ¡Cualquiera termina asesinando antes de
permitir algo semejante! Entenderíamos que los curas
no son chamanes y sería más fácil lidiar con sus
flaquezas y también con las nuestras. Tampoco
tendríamos un séquito de seguidores tratando de tapar
cualquier cosa que destruya el pedestal en el que
algunos han puesto a su mentor. Nadie se convertiría
en un arquetipo per se (el “padre”, la “estrella en
nuestro camino” o no-sé-qué otra jaculatoria querrá
alguien escuchar junto a su nombre), ni tendría el
stress de aparentar ser alguien poco menos que
sobrenatural. Tendríamos un séquito de personas
reflexivas y críticas, que en un caso como éste, estarían
perplejos por el impacto que ese estilo ha tenido en
algunos de los más destacados exponentes de esa
comunidad y preocupados por tratar de repararlo más
allá de hacer cuánta misa dable invocando a Dios y
tirándole la pelota…
Sinead O’Connor 1992
¿Y nos horrorizamos cuando Sinead O’Connor rompe
violentamente una imagen del Papa Juan Pablo II en
cámara? Recientemente, en un artículo notable al
Washington Post 14, ella explica su acción 18 años atrás
Sinead O’Connor. “To Sinead O'Connor, the pope's
apology for sex abuse in Ireland seems hollow”, Washington
Post, Sunday March 28, 2010 http://bit.ly/c3ECwh .
14
2010
como un grito para motivar un debate y fustiga cómo
en Irlanda pudo cundir un “catolicismo brutal que giró
en torno a la humillación de niños” y la “relación
disfuncional de católicos (irlandeses) con una
Manano Puga
organización abusiva”. Destaca los informes que
develaron la falta de investigación de los casos de
abusos sexuales como consecuencia directa del
estatuto preeminente que tenía la Iglesia en Irlanda
hasta el 2004 (algo muy parecido a Chile). También el
sinsentido que se llame a las víctimas a tener consuelo
en una Iglesia que les niega lo único que les daría
consuelo real: un sinceramiento auténtico de lo que les
ha pasado. Y dónde termina cerrando el alegato con lo
que buena parte de los creyentes irlandeses
terminaron por creer la mejor descripción de su
autoestima “sólo porque no nos atrevemos a decir que
merecemos mejor, debemos ser tratados como si
mereciéramos menos”. Para un católico, la crudeza del
relato es más elocuente que cualquier retiro que abuse
de citas del Padre Hurtado.
El Padre Hurtado alguna vez preguntó si Chile ¿era o no
un país católico? Esa pregunta no tuvo por objeto sólo
amedrentar a adolescentes impresionables. Tuvo por
objeto hacer reflexionar respecto de lo que algunos
sienten como su identidad propia. Es más radical - en
tanto en algún momento estuvo asociada a la cuestión
social, pero que hoy bien puede referirse a la esencia
de la propia fe desprovista de tanta lesera. Pero por
muy radical que sea, Dios no castiga a palos e invita a
una reflexión más serena e inteligente.
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
The Magdalene Sisters 2002
Men of Boys Town 1941
En Chile hemos querido construir un catolicismo tipo
“Men of Boys Town” con Spencer Tracy y un séquito de
huerfanitos abandonados que se hacen hombres recios
bajo el afecto y compañía de un cura irlandés choro y
rudo. Pero esa imagen idílica ha terminado por ser más
parecida a esas monjas brujas de las “Magdalene
Sisters” que durante años abusaron (psicológica y
sexualmente) y torturaron con castigos corporales a
adolescentes embarazadas o mujeres “desadaptadas”.
¿Qué otra cosa puede uno pensar cuando uno de los
acusadores relata cómo el sacerdote acusado le
advertía que tenía “tejado de vidrio”? Bastaba ver a
Juan Carlos Cruz en Informe Especial para darse cuenta
que esa advertencia le produce impacto hasta el día de
hoy. ¿Quién responde por eso? ¿Sólo el P. Karadima?
¿O, mejor la del cínico - démosle esa pega a Dios?
Agradezcamos a Dios que algunas personas no
reaccionen como lo harían en cualquier parte del
mundo y que aún estas víctimas se sigan declarando
católicas. Pero si la jerarquía chilena cree que se
encuentra ante una feligresía pasiva y plana, está muy
Juan Carlos Cruz en Informe Especial
– pero muy – equivocada. Es su propia credibilidad la
que está en juego y tendrá que hacer algo más que
castigar a un cura para resolver su propia encrucijada.
Cuando pienso en el Papa Benedicto XVI, pienso que la
Iglesia chilena no aprovecha el estilo que el pontífice
actual ha querido que lo identifique. Más allá de si es
considerado parte del problema o de la solución en los
casos de abuso sexual en la Iglesia, Joseph Ratzinger es
un intelectual comprometido en promover una
cristología que revaloriza la humanidad de Cristo. Todo
su libro “Jesús de Nazaret” 15 es una alegoría a Cristo
hombre de carne y hueso. No es una retórica para
producir un transe místico sino un libro agudo de un
autor que se presenta con su nombre y apellido (aún
cuando se publicó ya siendo Papa) para motivar un
diálogo entre iguales y en búsqueda sincera de una
nueva antropología cristiana acorde con una
modernidad, que no se compra una religión animista y
15
Joseph Ratzinger, “Jesús de Nazaret”, Planeta, Santiago
2007.
Caso Karadima ¿secta o fe?
2010
supersticiosa. En vez de llenar el Vaticano de consultas
y cálculos en un caso como éste, el clero chileno haría
mejor en leer esas 447 páginas y tratar de construir sus
convicciones y práctica a partir de esa lógica. Tal vez
descubra una dimensión cristiana nueva y tal vez
ayude a una sociedad como la chilena a encontrar en
su identidad religiosa una herramienta para lograr un
clima de confianza y madurez como pueblo y como
individuos. Total, se vaya o no a misa, se comulgue o
no, para eso sirve el cristianismo y para eso lo
queremos.
Santiago, 5 mayo, 2010
Crescente Errázuriz
Arzobispo de Santiago (1918-1931)
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