07 2 El fenomeno profetico 2016

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INTRODUCCIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA
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- 7.2. EL FENÓMENO PROFÉTICO
Cuando hablamos de “profetizar” inmediatamente pensamos en un “anunciar cosas futuras” o
de “decir algo que los demás no saben”. Pero, ¿cuál es el verdadero sentido del término?
¿Cómo se lo emplea en la Sagrada Escritura?
La palabra “profeta”
Es de origen griego. Es la transliteración del vocablo profh,thj (profétes), un sustantivo
derivado del verbo “profemí”. El verbo “profemí”, a su vez, se compone:

Del prefijo “pro”,
que puede tener un sentido temporal (antes) o local (ante, en lugar de otro)

De la raíz “femí” = “decir”, “hablar”,
(como aparece, por ejemplo, en “eufemismo”, “blasfemia” –de blapto = ofender–)
Es decir, puede significar, como prolégo, proagoréuo, prolaléo:
1.
Hablar ante alguien, en una asamblea, en público, por ejemplo, “profesar”.
2.
Predecir, preanunciar, avisar con anticipación,
por ejemplo, “pronóstico”.
3.
Hablar en lugar o en nombre de alguien,
por ejemplo, “pronombre”.
Luego, el sustantivo indicaría a una persona:
1.
Que habla en público.
2.
O que habla por otro.
3.
O que predice algo venidero.
Todos estos significados están documentados en la literatura clásica y helenista.
Importa ante todo el uso griego de la raíz en el contexto de la institución de “los oráculos”,
puesto que a partir de ésta institución, los términos profh,thj (profétes), profhteu,w (profetéuo),
y otros semejantes entraron en la Biblia.
1.
En determinados santuarios del mundo helénico había personas, en general mujeres, pero
también hombres, a quienes se recurría para interrogarlos o pedirles un oráculo cuando se
deseaba conocer el resultado aún incierto de una empresa o de una enfermedad o el
paradero de un objeto perdido.
Se le atribuía a esas personas la facultad de poder dar la respuesta deseada en nombre de
la divinidad a quien estaba consagrado el lugar respectivo.
A estos personajes se los solía llamar: crhsmoÄlo,goj (“jresmológos” = “anunciador del
oráculo”) o también ma,ntij (“mantis”).1
De donde deriva en español el componente “-mancia”, como, por ejemplo, en “quiromancia”,
“nigromancia”, “cartomancia”, “ornitomancia”, etc. “Mantiké” se podría entender como el conocimiento
sobrenatural de lo incognoscible.
1
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2.
Pero como estos “anunciadores de oráculos” hablaban comúnmente en un estado de
excitación psíquica, que se suponía causada por la inspiración divina (aunque muchas
veces era causada artificialmente), las palabras que pronunciaban no eran comprensibles.
Por eso, tenían la necesidad de un intérprete, que pudiera “pasar en limpio” las
misteriosas palabras del extático. A este intérprete se le daba el nombre de profh,thj2
(profétes).
3.
El “mantis” solía anunciar su oráculo en un estado psíquico anormal, en una excitación
rayana en la locura (manía = locura). Se creía que, al sobrevenir esto, la persona era
como si saliera de su cuerpo para dar lugar a la divinidad, que entonces se servía de los
órganos fonéticos del vidente o del profeta:

Ese “salirse de sí misma” de la persona se llama “éxtasis” (e;kstasij).

Mientras que la toma de posesión del cuerpo del vidente por la divinidad se
denominaba “entusiasmo” (evnqousiasmo,j, compuesto de “en” = “dentro” y “theós”
= “Dios”).
Por eso, se pueden emplear esos dos términos de entusiasmo y éxtasis al hablar de
estados psíquicos extraordinarios, que no pocas veces acompañan la predicación
profética, aunque la Biblia no usa casi nunca en este contexto aquellos conceptos
griegos. “Ekstasis” significa en el Antiguo y en el Nuevo Testamento simplemente un
gran sobresalto o una gran extrañeza.
4.
Es de notar, empero, que, en la literatura clásica, en general no se distinguían claramente
entre estos dos grupos de conceptos. Lo cierto es que tanto el “mantis” como el “profeta”
ejercen la función de portavoces de la divinidad, hombres y mujeres que transmiten en
nombre del dios oráculos o manifestaciones de voluntades divinas, que, según la
pregunta, pueden también informar sobre acontecimientos futuros.
Esto no es así en la Septuaginta y en el Nuevo Testamento, donde se distingue claramente los
grupos conceptuales de “mantis” y “profetés”:
Del grupo “mantis”

En los LXX, el grupo etimológico mántis, mantéia, mantéion y mantéuesthai sirve
exclusivamente para la traducción de la raíz hebrea “qasam”, que se refiere siempre a la
adivinación “ilegal” pagano-cananea o a los “falsos profetas”.3
2
De acuerdo con las fuentes más antiguas, el profétes es el que interpreta las voces inconexas de la Pitia
en el oráculo de Delfos. Lo que Zeus hace saber a Apolo y éste transmite a la Pitia, la sacerdotisa lo
expresa de forma inarticulada. Es preciso un intérprete, el “profeta”, que articula de forma lógica y poética
la revelación del Dios. Cf. R. FLACELIÈRE, “El oráculo de Delfos”, en: Id., Adivinos y Oráculos Griegos,
Buenos Aires (Eudeba 1993), 39-65.
Algunos escritores griegos, como PLATÓN, profesaban una estima mayor por el “profeta” o su capacidad
interpretativa (profetéia) que por el vidente mismo y su arte, ya que, según decía, para ser profeta se
necesita sabiduría mientras que para “lo mántico” (mantéia) les parecía que bastaba con la mera
receptividad pasiva.
3 Ezequiel 21,26 “Porque el rey de Babilonia se ha detenido en el cruce, en la cabecera de los dos
caminos, para consultar a la suerte. Ha sacudido las flechas, ha interrogado a los terafim, ha observado el
hígado”.
Josué 13,22 “Al adivino Balaam, hijo de Beor, los israelitas lo habían pasado a cuchillo con otras
víctimas”.
1 Samuel 6,2 “Llamaron los filisteos a los sacerdotes y adivinos y preguntaron: «¿Qué debemos hacer con
el arca de Yahweh? Hacednos saber cómo la hemos de enviar a su sitio »“.
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
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En el Nuevo Testamento se encuentra sólo el verbo manthéuesthai en Hechos 16,16,
donde se designa la actividad de una joven pagana posesionada por un “espíritu
pitónico”. Por más que ese “espíritu pitónico” dice la verdad, Pablo lo echa (16,17s).
Hechos 16,17s “Sucedió que al ir nosotros al lugar de oración, nos vino al encuentro
una muchacha esclava poseída de un espíritu adivino, que pronunciando oráculos
producía mucho dinero a sus amos”.
Del grupo “profetés”

Los LXX emplea profetés casi exclusivamente para reproducir la palabra hebrea aybin'
(nabi), sólo tres veces por  (roé, 1 Samuel 9,9) y una sola por 4 (jozé), vocablos
que pueden traducirse por “vidente”

El Nuevo Testamento, al usar la palabra profh,tai se refiere regularmente a los profetas
del Antiguo Testamento5 y ocasionalmente también, a los del tiempo de la Nueva
Alianza.6
Otros vocablos de esta raíz:
ha'WbN>

profhtei,a (profetéia), “profecía” que corresponde al hebreo
(nebú’a), por
ejemplo, en Nehemías 6,12 (un decreto del rey persa Darío) o Mateo 13,14.

profh/tij (profétis), “profetisa”, que corresponde al hebreo
en Isaías 8,3 o Apocalipsis 2,20.

profhteu,w (profetéuo), “profetizar”, que traduce con los verbos usuales en hebreo que
significan “hablar”, “decir” –rBeDi (dibber), rm;a' (‘amar)– y ocasionalmente se emplean
ha'ybiN> (nebía), por ejemplo,
aybn"
formas “nifal” (pasiva) e “hitpael” (reflexiva) de la raíz
; (naba) por lo general, para
describir actitudes extrañas del profeta, producto de la inspiración profética7.
El
aybin"
(nabî')
Con sus 315 usos en el Antiguo Testamento nabî) es el término más frecuente, el clásico para
referirse a los “profetas”. La abundancia de citas es lo que provoca los mayores problemas, ya
1 Samuel 28,8 “Dijéronle sus servidores: «Aquí mismo, en Endor, hay una nigromante. » v8 Se disfrazó
Saúl poniéndose otras ropas y fue con dos de sus hombres; llegó donde la mujer de noche y dijo:
«Adivíname por un muerto y evócame el que yo te diga»“.
Jeremías 29,8 “Así dice Yahweh Sebaot, el dios de Israel: No os embauquen los profetas que hay entre
vosotros ni vuestros adivinos, y no hagáis caso de vuestros soñadores que sueñan por cuenta propia, v9
porque falsamente os profetizan en mi Nombre. Yo no los he enviado - oráculo de Yahweh”
Deuteronomio 18,10 “No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, que
practique adivinación, astrología, hechicería o magia, v11 ningún encantador ni consultor de espectros o
adivinos, ni evocador de muertos”.
4 2 Samuel 24,11 “Cuando David se levantó por la mañana, le había sido dirigida la palabra de Yahweh
al profeta Gad, vidente de David, diciendo...”
5
Permanentemente en citas del Antiguo Testamento: Mt ve cumplidas en la misma infancia de Jesús
cuatro profecías: Isaías 7, 14; Miqueas 5, 1; Oseas 11, 1; Jeremías 31, 15 (cf. Mateo 1, 22; 2, 5.15.17.23);
Mateo 3, 3, etc.
Por ejemplo, Mateo 5,12, “Alegraos y regocijáos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos;
pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros”.
6
Por ejemplo, 1 Samuel 10,6 “Te invadirá entonces el espíritu de Yahweh, entrarás en trance con ellos y
quedarás cambiado en otro hombre”.
7
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que el título aparece aplicado a las personas más diversas, incluso opuestas (se aplica a los
profetas de Baal, a los falsos profetas).
El vocablo
aybin"
(nabî))
aybin"
(nabî)) es un participio del tema verbal naba’, que, en su forma básica, no aparece en la
Biblia, pero cuyo significado puede inferirse de lenguas afines. Por ejemplo, en acádico, el
verbo naba’um –en forma abreviada nabum– significa “llamar”, “nombrar”; en árabe, el verbo
nábaa significa “llamar, sonar”, “avisar”, “pregonar”. Según esto, el participio hebreo nabi' de
este verbo vendría a significar:

“Vocero”, “locutor”, “el que habla” (entendido como participio activo).

O “el llamado” (entendido como participio pasivo).
Ambos significados cuadran bien con la realidad del nabi) bíblico, “llamado por Dios” (cf.
relatos de vocación) para ser “su portavoz” (cf. las fórmulas “Así habla YHWH” u “Oráculo de
YHWH”).
Ilustrativo al respecto el pasaje de Éxodo 7,1, según el que, Moisés, conforme al encargo de
YHWH, debe ser para el Faraón como un dios, cuyo nabi' ha de ser Aarón.8
El
aybin"
pues es el locutor, la boca, el portavoz de un superior.
Las formas verbales de la raíz
abn
(naba))
Como ya hemos mencionado, el hablar del profeta se designa ordinariamente con los verbos
usuales que significan hablar, decir, y no, como uno esperaría, con las formas verbales de la
raíz
(naba)).
ab"n"
En la Biblia, esta raíz sólo aparece en nifal (pasivo) e hitpael (reflexivo), y ordinariamente
designa alguna actitud llamativa del profeta, resultado de su “estado de inspiración”: “ponerse
frenético” (1 Samuel 10,5.6.10.13; 18,10; 19,20.21.23.24), “danzar ritualmente” (1 Reyes
18,19), “actuar como un nabî)”, “cantar” (1 Crónicas 25,1-3.6).
Los griegos llamaban a este estado “entusiasmo” o “éxtasis”. Y así como los griegos
consideraban este estado ya directamente afín a la “manía”, es decir, la locura, y, en
consecuencia, lo llamaban con esa palabra, así también el hebreo
(yitnabbe’) podía
adquirir el significado de “ser loco” o “hacerse el loco”, como ocurre por ejemplo, en:
aBeän:t.yi
1 Samuel 18,10 Al día siguiente se apoderó de Saúl un espíritu malo de Dios y deliraba en
medio de la casa; David tocaba como otras veces. Tenía Saúl la lanza en la mano.
Jeremías 29,26 «Yahweh te ha puesto por sacerdote en vez del sacerdote Yehoyadá como
inspector en la Casa de Yahweh de todos los locos y seudoprofetas: tú debes meterlos en los
cepos y en el calabozo».
O en 2 Reyes 9,11, donde a un profeta que vino a hablarle a Jehú se lo llama sin más “loco”:
Jehú salió a donde los servidores de su señor. Le dijeron: « ¿Todo va bien? ¿A qué ha venido a
ti ese loco? »
Esto significa que al concepto de nabi) se asociaba la idea de una actitud llamativa y hasta
excéntrica.
Cf. también Éxodo 4,5s: “Dijo Yahweh a Moisés: “Mira que te he constituido como dios para Faraón,
y Aarón tu hermano será tu profeta; tú le dirás cuanto yo te mande; y Aarón tu hermano se lo dirá a
Faraón...”
8
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Aproximación
fenomenológica
No es Israel el único pueblo que confiesa tener un modo de acceso a los planes de la divinidad 9.
En cualquier pueblo el hombre se preocupa por conocer los designios divinos, y por ello, en
cualquier cultura hay personas que se ocupan de hacer de “puente” entre la divinidad y los
hombres.10
Son las personas llamadas “inspiradas” (la “manía” = furor de Platón, que distinguía entre
manía “amorosa”, “poética” y “telestésica”, y finalmente la “adivinación” propiamente tal).
Existe una cierta correspondencia entre el movimiento profético de Israel y fenómenos
extáticos y místicos de otros pueblos. Personas que se presentan con la pretensión de estar
hablando en nombre de la divinidad o de haber recibido revelaciones divinas, y a quienes
recurren otros hombres para así informarse sobre la voluntad de la divinidad, las hubo y las hay
en todos los pueblos.
La importancia del fenómeno radica no en la extravagancia sino en dos elementos
fundamentales:
1.
Los hombres siempre quisieron saber algo sobre su destino. Es decir, la limitación del
saber humano hace recurrir a otras esferas donde se distribuye la suerte del hombre.11
2.
El conocimiento siempre está ligado al poder. Conocer otorga poder, y esto de muchas
maneras.
Casi siempre, estas personas manifiestan una actitud extravagante que se designa como éxtasis,
entusiasmo o arrobamiento. Por eso, y pese a todas las diferencias, se presentan llamativos
puntos de contacto y coincidencias en las manifestaciones de extáticos de este tipo, por
ejemplo:

Los “chamanes”12 o “hechiceros” de los pueblos primitivos uro-altaicos (centro de Asia).

Las “sacerdotisas” del oráculo entre los griegos.

Las diversas “mancias” (técnicas adivinatorias), las formas de magia.

Los “derviches” del Islam (modo de comunicación con la divinidad que tiende al éxtasis
pero a través de métodos y técnicas especiales, por ejemplo, el uso de fórmulas, la
repetición de ciertos textos del Corán o del nombre divino). Los “derviches” forman
comunidades en conventos y tienen un jefe.

Los místicos carismáticos medievales (Brígida de Suecia o Catalina de Siena).
9
Si bien no todo acceso a los planes de la divinidad tiene características proféticas, por ejemplo, el modo
de acceso a esos planes representado por la Torá.
CICERÓN escribe al comienzo de su tratado “Sobre la adivinación”: “Constituye una antigua creencia
... que existe entre los hombres una cierta facultad de adivinación. Los griegos la llamaban mantiké, es
decir el presentimiento, la ciencia de las cosas futuras, ciencia sublime y provechosa, por la cual la
naturaleza humana alcanza su máxima cercanía con la potencia divina... nosotros hemos dado a esta
facultad superior un nombre tomado de la divinidad: divinatio ... Lo seguro es que no veo ninguna
nación, por ilustrada o sabia o por grosera y bárbara que sea, que no crea en una revelación del
porvenir y que no reconozca a algunos la facultad de predecirlo” (citado por Robert FLACELIÈRE,
Adivinos y oráculos griegos, 7).
10
11
Hay muchos testimonios que indican que la adivinación estaba ligada a la práctica de expiaciones,
purificaciones, exorcismos, catarsis.
12
Mircea ELIADE, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, México (Fondo de Cultura
Económica 1960).
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Los mismos “hebreos” han reconocido el hecho profético fuera de los ámbitos de su propia
religión y cultura. Prueba de ello es la interesante figura del moabita Balaam, que pronunció
oráculos del Señor (cf. Números 22-24).
Si queremos comprender la naturaleza de la profecía israelita y distinguirla de aquellas
manifestaciones generales de la fenomenología religiosa, será importante ubicar el fenómeno
dentro de su propio ambiente de origen. Tal vez convenga tener presente para ordenar el
análisis la distinción que hizo PLATÓN13 entre:
1.
Adivinación “inductiva” o “artificial” (éntekhnos, tékhniké), basada en la observación de
los fenómenos percibidos por los adivinos.
2.
Adivinación “intuitiva” o “natural” (átekhnos, adídaktos), que consiste en una especie de
locura (manía en griego, furor en latín) o de éxtasis, en una poseción divina, y es la de los
profetas y profetisas: Sibilas, Pitias, Báquides, a quienes considera directamente
inspiradas por la divinidad sin la mediación de ningún signo sensible.
Egipto
Se ha discutido mucho acerca de la presunta existencia de “profecía” en Egipto. A principio de
siglo diversos autores pensaron que la profecía israelita tuvo sus orígenes en Egipto. En los
últimos años los investigadores no solo desestiman esa hipótesis sino que directamente se
inclinan más bien a negar que en los textos egipcios aparezca algo parecido a la profecía del
Antiguo Testamento.
Elencamos a continuación algunos elementos de los textos egipcios que se aluden en el debate:

Abundan las referencias a la “adivinación” en los textos diplomáticos y cultuales14

Hay algunos testimonios de predicciones.15

De amenazas y reproches contra la injusticia y la hipocresía religiosa de los grandes del
país,16 Pero en estos casos, los oradores no pretenden haber hablado por inspiración
divina.
13
Conforme lo describe Robert FLACELIÈRE, Adivinos y oráculos griegos, 10-12s.
A. NEHER, La esencia del profetismo, Salamanca (Sígueme 1975), 21-25. J. L. SICRE, “Antecedentes
de la profecía bíblica”, en: ID., El profetismo en Israel, 218-248.
14
Entre otros, “El vaticinio del alfarero”, quien cayó muerto en medio de su discurso en el que predecía
un terrible período de calamidades, con injusticias y una sequía devastadora (cf. J. SCHARBERT, Así habla
Yahve, Buenos Aires, 1968, 27, texto desestimado por SICRE). También, la “profecía de Nefer-rohu” (o
“Nefertiti)”, que relata como el faraón Snefru de la IV dinastía (en realidad, se trata del faraón Ameni de
la dinastía XII), aburrido, desea que lo distraigan. Ante él se presenta a Nefer rohu, originario de
Heliópolis, sacerdote de la diosa Bastet, le pregunta si quiere que le cuente historias del pasado o del
futuro. El rey elige lo segundo. Entonces Nefer-rohu habla de un período de calamidades para el país, la
invasión de los asiáticos, el desorden total. Por último, después del desastre y de la caída del imperio
antiguo, un nuevo faraón Amenis unirá el norte y el sur y restablecerá el orden (J. L. SICRE, “Antecedentes
de la profecía bíblica”, en: ID., El profetismo en Israel, 222-225).
16 La terrible descripción en las “Sentencias del sabio Ipuwer”: Egipto ha sufrido una crisis acompañada
de caos económico y social. La corte se despreocupa de la suerte del pueblo. Un cierto Ipu-wer se
presenta ante el faraón y le narra la anarquía del imperio; finalmente predice la restauración y la vuelta al
orden producto del reinado de un monarca ideal. Las dos partes de la obra son muy claras y recuerdan los
géneros proféticos de oráculos de juicio y de salvación (NEHER, Ibid., 22-24; SICRE, Ibid., 226-230).
También es impresionante la descripción de la situación de injusticia en “El oasita elocuente”, el
campesino Khun-Anup, que robado por un empleado del administrador general, marcha a Heracléopolis a
pedir justicia. Realiza sus reclamos con tanta elocuencia que los distintos funcionarios le hacen repetir su
discurso y el faraón mismo los manda a escribir. Sus terribles reclamos terminan siendo un
15
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
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Existían los llamados “siervos de dios” (jm-ntr), una clase especial de sacerdotes
egipcios, a quienes más tarde los griegos llamarán “profetas”.
Los individuos así designados, en calidad de “relatores de la divinidad”, intervenían en los
oráculos, proponiendo las consultas y los anhelos de los piadosos al dios de su santuario, para
luego transmitir la respuesta divina en forma de un oráculo. Tales respuestas del oráculo no se
referían necesariamente a acontecimientos futuros, y se producían siempre en ocasión de la
consulta de algún peticionante.
El oráculo podía darse:



Echando suertes
O en forma de presagio17
O mediante un “sueño de incubación”18
Ámbito Fenicio-Cananeo

Son frecuentes los mensajes de personas “en trance”19
1 Samuel 10,5-8.9-13
1 Samuel 19,18-24

En el Antiguo Testamento se conoce la existencia de profetas fenicios de Baal y A$erah,
que la esposa fenicia del rey Ajab de Israel Jezabel, había traído a Samaría:
1 Reyes 18,19 /// 2 Reyes 10,19
Según estos pasajes, eran muchos los profetas de este tipo que formaban parte del
personal de la corte, que se presentaban en las celebraciones de sacrificios, ejecutaban
danzas rituales,20 invocaban gritando a su dios y se herían a sí mismos con cuchillos y
entretenimiento para los cortesanos. El tono del pedido de justicia se hace cada vez más ardiente. El
campesino denuncia, acusa, insulta, y aunque lo mandan a azotar, la historia tiene un final feliz.
17 “Presagios” son acontecimientos cotidianos a los que la creencia popular asocia determinadas
expectaciones de futuro: si, Por ejemplo, un gato negro cruza el camino, esto significa desgracia; si uno se
encuentra con un deshollinador, esto significa buena suerte. En el Antiguo Oriente eran muchos los
acontecimientos que se consideraban en esta manera como presagios de buena suerte o desgracia,
confeccionándose listas cuidadosamente elaboradas de todos ellos. Tutores especializados tenían el cargo
de advertir al rey sobre tales presagios, a fin de protegerle de desgracias (para un ejemplo claro de esto cf.
R. FLACELIÈRE, Adivinos y oráculos griegos, 10).
18 Un “sueño de incubación” es un sueño experimentado en un lugar sagrado, mediante el cual se
esperaba recibir directivas de parte de la divinidad. A tal efecto, el peticionante, cumplida la
correspondiente preparación ritual, se acostaba a dormir en el santuario (incubare) o pedía a la persona
consagrada al culto que durmiese en el santuario y le transmitiese luego el sueño que hubiese tenido.
19 Por ejemplo, existe una inscripción –la estela de Zakir– en la que un rey amenazado por una coalición
relata como el dios de la ciudad, Baalshamáyim, le habló por medio de videntes y adivinos. También, en
el “relato del viaje de Wen-Amon”, se relata como hacia el 1100 a.C. el sacerdote egipcio Wen-Amón
viaja a Fenicia. Llega a Biblos pero en príncipe no quiere recibirlo y lo manda irse. Pero luego, y a causa
de la intervención de uno de los jóvenes del rey, de quien un dios se apoderó durante la celebración de un
sacrificio –un medium, en éxtasis, en medio de violentas convulsiones–, es mandado a traer de nuevo (cf.
J. SCHARBERT, Así habla Yahweh, 30; J. L. SICRE, El profetismo en Israel, 245-246).
20
La vinculación con la música con el profetismo se observa en el pasaje que refiere como Myriam
aparece como nebîah después del paso del mar de las cañas, cuando toma su pandero y se pone a danzar al
frente de todas las mujeres, cantando la victoria del Señor (Éxodo 15,20).
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espadas, en medio de delirios extáticos. Estos mismos grupos son probablemente los que
aparecen poco después en torno a Eliseo, con el típico nombre de b:nê n:bî)im.21

Balaam (Números 22-24)
Mesopotamia
(Sumerios, acadios, babilonios, asirios, caldeos, etc.)
Es casi un tópico afirmar que la información que ofrece Mesopotamia para la profecía es
mínima. Hay innumerables vestigios adivinatorio o mágicos pero casi nada a lo que podamos
aplicar el término de profecía.22
El “barû” era una suerte de “técnico de la adivinación”, un funcionario de la corte real,
encargado de transmitir el mensaje de los dioses y aconsejar así a los gobernantes ante
decisiones de vital importancia, por ejemplo,, guerras, pestes, alianzas,...
Empleaban técnicas adivinatorias, entre otras:23

Arrojar ciertos objetos al aire e interpretar su distribución al caer (2 Reyes 13,14-19).

Interpretar el murmullo del viento en la copa de los árboles
(cf. 2 Samuel 5,24; Jueces 9,37).

Observar los animales: el vuelo de los pájaros o el caminar de las hormigas
(cf. 1 Samuel 6,7-9).

Leer las entrañas de animales sacrificados, en especial el hígado (hepatoscopía24)
(cf. Ezequiel 21,26).

Observar líquidos, por ejemplo, los giros del aceite en un vaso (¿Génesis 44,5?).

Consultar la luna y los astros (cf. Babilonia en Isaías 47, 12-14). Observar la forma, el
color de las nubes; las estrellas fugaces; los rayos, los truenos, etc.

Echar suertes (“cleromancia”; Josué 7,17-18; 1Sa 10,19-21).
Las características
específicas de los “profetas bíblicos”
Frente a todos estos fenómenos diversos, ¿qué es lo específico de los profetas bíblicos?
1.
La vocación
Un elemento fundamental en el profetismo bíblico clásico. El profeta bíblico “clásico” no
elige ser “profeta” ni es un funcionario a sueldo que había aprendido ciertas técnicas,
sino alguien llamado especialmente por Dios para comunicar un mensaje al pueblo.
21
1 Reyes 20,35; 2 Reyes 2,3.5.7.15; 4,1.38; 5,12; 6,1; 9,1. No es adecuado traducir la expresión
literalmente como “hijos de los profetas” sino es preferible hablar de una “corporación de profetas”.
De todos modos se han señalado algunos textos con diversos oráculos: La “profecía de Sulgi”, el
“discurso profético de Marduk”, “un príncipe vendrá”, “Oráculos dirigidos a Asarhadón”, “Sueño oracular
dirigido a Asurbanipal” (cf. J. L. SICRE, El profetismo en Israel, 234-240).
22
Cf. J. L. SICRE, “Las Formas de adivinación”, en: Id., El profetismo en Israel, 28-65. R. FLACELIÈRE,
La adivinación por los signos, en: ID., Adivinos y oráculos griegos, 7-25.
23
24
En diversas excavaciones se han encontrado modelos de hígados en cerámica y escritos que indicaban
la interpretación de ese hígado, elementos con los cuales el maestro enseñaba a sus discípulos las artes
adivinatorias. El hígado era considerado el lugar de la vida y se prestaba a ser analizado detenidamente.
Según Platón, es como un espejo en el que se refleja el pensamiento de los dioses. Examinaban tres cosas:
los lóbulos, la vesícula biliar, la vena porta.
7.2. EL FENÓMENO PROFÉTICO - LA TRADICIÓN “ELOHISTA” /// 18/08/2016
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INTRODUCCIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA
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Por eso era frecuente que el llamado se resistiera al considerar la misión asignada como
muy superior a sus fuerzas y a su capacidad. Pero justamente esto es lo que demuestra
que no es por iniciativa propia que profetizan sino que es Dios quien obra en ellos (cf.
Isaías 6; Jeemías 1; Ezequiel 2-3).
2.
Su tarea transmitir lo que Dios quiere decir
al pueblo en un momento determinado.
No adivinan ni interpretan sueños sino que hablan en nombre de Dios. Por eso es típica la
fórmula “koh 'amar YHWH” (“así habla Yahweh”) o bien “nehum YHWH” (“oráculo de
Yahweh”). Son conscientes de que no se trata de una palabra propia sino de una palabra
de Dios, que quiere intervenir en la historia del pueblo, en cada momento, y lo hace a
través del profeta.
Pero ser profeta no es ser una especie de loro, sino tener la capacidad de poder
contemplar la historia según la óptica de Dios; es estar inmerso en la historia de la
salvación, y por eso, poder juzgar los sucesivos acontecimientos según Dios, e indicar a
los hombres cuáles serán las consecuencias de su conducta desviada. Y en este sentido es
que “hablan del futuro”: de un futuro condicionado por las actitudes del presente,
construido con las decisiones del presente.
El carisma profético es pues, un don de Dios para considerar la historia con profundidad,
a la luz de la voluntad divina, discerniendo, en cada caso, si se trata o no de historia de la
salvación. Y esto es lo que hizo del profeta un personaje frecuentemente perseguido y
contradicho.
3.
Se trata de hombres de profunda intimidad con Dios
Vivían tan intensamente en comunión con Dios y su voluntad, que no sólo juzgaban los
hechos de acuerdo a la visión divina, sino que podían hablar de Dios como si hablara de
sí mismos.
Así como eran intermediarios para llevar a los hombres la palabra de Dios, de la misma
forma podían ser “intercesores” por el pueblo ante Dios.
Un caso típico del poder de intercesión es Jeremías: el Señor le pide que no interceda
más por el pueblo, como si su oración pudiera impedir el accionar de Dios. Por ejemplo:
Jeremías 11,14 En cuanto a ti, no pidas por este pueblo, ni eleves por ellos plegaria ni
oración, porque no he de oír cuando clamen a mí por su desgracia.
Jeremías 14,11-12 Y me dijo Yahweh: «No intercedas en pro de este pueblo. v.12 Así
ayunen, no escucharé su clamoreo; y así levanten holocausto y ofrenda, no me
complacerán; sino que con espada, con hambre y con peste voy a acabarlos».
Jeremías 7,16-17 En cuanto a ti, no pidas por este pueblo ni eleves por ellos plegaria ni
oración, ni me insistas, porque no te oiré. v.17 ¿Es que no ves lo que ellos hacen en las
ciudades de Judá y por las calles de Jerusalén?
4.
Los profetas frecuentemente se colocan en una posición contraria al culto. Miran con
desagrado los ritos realizados por aquellos que en su vida no muestran adhesión a la
voluntad de Dios o que piensan que ya son gratos a los ojos de Dios por el solo hecho de
practicar las acciones litúrgicas.
Amos 5,21-25 “Yo detesto, desprecio vuestras fiestas, no me gusta el olor de vuestras
reuniones solemnes. v22 Si me ofrecéis holocaustos... no me complazco en vuestras
oblaciones, ni miro a vuestros sacrificios de comunión de novillos cebados. v23 ¡Aparta
de mi lado la multitud de tus canciones, no quiero oír la salmodia de tus arpas! v24
¡Que fluya, sí, el juicio como agua y la justicia como arroyo perenne! v25 ¿Acaso
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sacrificios y oblaciones en el desierto me ofrecisteis, durante cuarenta años, casa de
Israel?”
5.
A veces también se muestran contrarios a los sabios. Si en la época de Salomón había
sido exaltada la sabiduría humana, en la época posterior se da un cambio, porque los
sabios aconsejan a los gobernantes y muchas veces lo hacen de forma contraria al plan de
Dios expresado por la palabra profética.
Esto explica los juicios desfavorables que los profetas pronunciaban sobre los sabios:
“¡Ay de los que se tienen por sabios y se creen muy inteligentes! [...] Por eso...
desaparecerá la sabiduría de sus sabios y se eclipsará la inteligencia de sus
inteligentes” (Isaías 5, 21; 29, 14).
La pretendida sabiduría de los sabios se descubre como mentirosa cuando es comparada
con la sabiduría de Dios: “¡Ay de los que bajan a Egipto para pedir ayuda y buscan
apoyo en los caballos...! pero no miran al Santo de Israel ni consultan al Señor. Sin
embargo, él también es sabio...” (Isaías 31, 1-2a).
Al rey de Asiria se lo amenaza con castigos divinos “porque él ha dicho: “Yo he obrado
con la fuerza de mi mano y con mi sabiduría, porque soy inteligente” (Isaías 10, 13).
Los temas más
frecuentes de la predicación profética25
Dios
Al tener, en general, una profunda experiencia de Dios, los “profetas” suelen ser los personajes
más adecuados para hablarnos de Dios. Poco a poco irán purificando la imagen divina,
entremezclada, en la conciencia del pueblo, con otras representaciones de dioses paganos, hasta
llegar a afirmaciones monoteístas tajantes. Dios es uno, único, creador de todo lo que existe:
Isaías 45,5 Yo soy Yahweh, no hay ningún otro; fuera de mí ningún dios existe.
Isaías 45,18 Pues así dice Yahweh, creador de los cielos, él, que es Dios, plasmador de la
tierra y su hacedor, él, que la ha fundamentado, y no la creó caótica, sino que para ser
habitada la plasmó: «Yo soy Yahweh, no existe ningún otro.
Además de esta afirmación revolucionaria en el ámbito de las ideas religiosas de esa época,
también, poco a poco, irán mostrando diversas cualidades del único Dios verdadero: es justo, es
santo, es misericordioso. Los profetas denuncian vehementemente la tentación de querer
26
manipular a Dios.
La Alianza
Conforme se va purificando la imagen de Dios, también se va reinterpretando la noción de
Alianza. La imagen un tanto “jurídica” que aparece en el libro de la Torá, acá es profundamente
meditada y vivida en el plano concreto, mostrando lo que Dios quiere en verdad, más allá de
sus palabras, qué significa “ser pueblo de Dios”. Célebre es la reinterpretación del profeta
Oseas, quien muestra al pueblo el profundo amor de Dios, explicando la Alianza no como un
mero pacto sino como una alianza de amor, una alianza matrimonial.
25
Cf. J. L. SICRE, “El mensaje”, en: Id., El profetismo en Israel, Navarra, (Verbo Divino 1992), 365-536.
26
Cf. J. L. SICRE, Ibid., 381-385.
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La exigencias de la Alianza
Eso no significa que esta pertenencia no exija respuestas: si la Alianza es una alianza de “amor
esponsal”, el que traiciona la alianza, comete adulterio.
Y en otros registros de lenguaje, la Alianza exige justicia social, no sólo culto vacío:
Amos 4,1 Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en la montaña de Samaria, que
oprimís a los débiles, que maltratáis a los pobres, que decís a vuestros maridos: «¡Traed, y
bebamos!»
Amos 5,7 ¡Ay de los que cambian en ajenjo el juicio y tiran por tierra la justicia
Cf. Isaías 1,10-18
La Alianza exige respuestas claras, y el profeta se encargará de mostrar en cada momento
particular como se está traicionando la voluntad de Dios expresada en la Alianza, bajo distintas
apariencias de piedad:
Jeremías 9,24-25 He aquí que vienen días - oráculo de Yahweh - en que he de visitar a todo
circuncidado que sólo lo sea en su carne: v.25 a Egipto, Judá, Edom y a los hijos de Ammón, a
Moab, y a todos los de sien rapada, los que moran en el desierto. Porque todas estas gentes lo
son. Pero también los de la casa de Israel son incircuncisos de corazón.
Cf. Isaías 58 /// Cf. Jeremías 18,1-12
Así, ante la terquedad que se percibe en el pueblo para responder a las exigencias de Dios
expresadas en la Alianza, se llegará a un punto en que Dios anuncia, a través de sus profetas,
una Nueva alianza.
Por ejemplo: Jeremías 31,31-34
He aquí que días vienen - oráculo de Yahweh - en que yo pactaré con la casa de Israel (y con
la casa de Judá) una nueva alianza; v.32 no como la alianza que pacté con sus padres, cuando
les tomé de la mano para sacarles de Egipto; que ellos rompieron mi alianza, y yo hice estrago
en ellos - oráculo de Yahweh -. v.33 Sino que esta será la alianza que yo pacte con la casa de
Israel, después de aquellos días - oráculo de Yahweh -: pondré mi Ley en su interior y sobre
sus corazones la escribiré, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. v.-v34 Ya no tendrán que
adoctrinar más el uno a su prójimo y el otro a su hermano, diciendo: «Conoced a Yahweh»,
pues todos ellos me conocerán del más chico al más grande -oráculo de Yahweh- cuando
perdone su culpa, y de su pecado no vuelva a acordarme.
El “Día de Yahweh”
La retribución – Las doctrinas “mesiánicas”
Cuando los profetas hablan de Dios van a manejar la noción de “Día de Yahweh”, el día en que
Dios se hará presente (por sí mismo o por un intermediario) para realizar un juicio, Dios
establecerá definitivamente la justicia en el mundo, juzgará a los hombres, castigará a los
impíos –especialmente a los enemigos de Israel– y traerá la salvación y la felicidad definitiva
para los justos.
El concepto es fundamentalmente salvífico, pero serán los profetas los encargados de derribar
una confianza excesiva en ese tan esperado “Día de Yahweh”: también los miembros del pueblo
de Dios pueden ser castigados ese día, si obraron perversamente (cf. Am 5, 18-20).
A esto se vinculas los temas de la retribución, la responsabilidad personal (Jer 31, 29-30; Ez
18), y del “mesianismo”, cuando se comienza a vincular la esperanza en el día de Yahweh con
el establecimiento del reinado definitivo de Dios mediante su ungido, un rey descendiente de
David (cf. Isaías 9, 5-6, 11,1-9, Jeremías 23, 5-6).
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LITERATURA RELIGIOSA DE LA ÉPOCA
La llamada tradición “elohísta”
¿Mediados del s. VIII a.C.?
El llamado “documento elohísta”
según la hipótesis documental clásica
Según la hipótesis documental en su forma clásica, la tradición yavista se habría iniciado en los
comienzos de la monarquía. En la época de los profetas, hacia los siglos IX u VIII a.C. se
habría vuelto a leer la historia, desde otra perspectiva, a la luz de la enseñanza profética y de las
grandes crisis religiosas y políticas del Reino del Norte. El “documento elohísta” sería fruto de
esta relectura.
El “elohista” se habría conservado sólo en forma fragmentaria.27
Las secciones elohístas más importantes, comúnmente reconocidas son:

Génesis 20 ---------------------------------- Duplicado de Génesis 12,10-20 y 26,7-11.

Génesis 21,8-21 --------------------------- Duplicado del relato yavista de Agar de
Génesis 16,1b.2.4-14.

Génesis 21,22-34 -------------------------- Duplicado del relato yavista de las
relaciones de Isaac con los habitantes de Guerar de
Génesis *26,12-33.

Génesis *22,1-19 -------------------------- Relato del “sacrificio” de Abraham

Génesis 28,11s.17-22--------------------- Originariamente, una leyenda del
santuario de Betel, trasladada aquí.

Éxodo *3,1-14 ----------------------------- Vocación de Moisés y revelación del
nombre de Dios.

Éxodo 13,17-19---------------------------- Salida de Egipto.

Éxodo 14,19a.20a.25a-------------------- Salvación en el Mar de las cañas.

Éxodo 19,3a.*16-17.19b; 20,18-21 ---- Teofanía del Sinaí, en la que se ha
insertado la variante elohísta del decálogo de
Éxodo 20,1-17.
Características más salientes del “elohista”
según la hipótesis documental clásica

Su preferencia por los lugares de culto patriarcales del Reino del Norte (Betel, Siquem).

Fuerte inclinación por las cuestiones “morales” más que por la “bendición”: en esto se
diferencia de la tradición yavista, que no se preocupa por ocultar los pecados de los
patriarcas, puesto que su finalidad es resaltar la bendición de Dios por encima de todo,
por encima de los pecados del pueblo.
27
En general, los exégetas atribuían al “elohista” los textos o fragmentos que no podían atribuir al Yavista o al
Sacerdotal En la fuente «E» se recogían por tanto los “restos” que quedaban después de la determinación de las otras
fuentes. Algunos defensores actuales de la existencia de un documento “elohista”: MCEVENUE, “The Elohist at
Work”, ZAW 96 (1984) 315-332; R. B. COOTE, In Defense of Revolution: The Elohist History, (Minneapolis 1991).
7.2. EL FENÓMENO PROFÉTICO - LA TRADICIÓN “ELOHISTA” /// 18/08/2016
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INTRODUCCIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA

Comparar Génesis 20 con 12,10-20 y 26,7-11 (E ofrece una exculpación de
Abimelek y Abraham).

Comparar Génesis 31,2-16 (E) con Génesis 30,37-43 (J)
135
“E” atribuye las riquezas de Jacob a la ayuda divina, no a sus argucias y artimañas
Según la hipótesis documental clásica, esto se explicaría teniendo en cuenta que el
documento se redacta en la época los de los profetas, cuando ya han comenzado
las grandes apostasías: esta tradición pondrá su énfasis en exhortar al buen
comportamiento y a la fidelidad a la Alianza, en la obligación de responder a Dios
para ganar las bendiciones.

Se insiste de manera especial en el temor (= obediencia) de Dios (cf. Génesis 20,11;
22,12; Éxodo 1,17.21; 18,21; 20,20).

Existen correcciones interesantes con respecto a la concepción de dios: el elohísta
“corrige” los antropomorfismos, por ejemplo, en Génesis 18 ó en el episodio de la zarza
ardiente. Dios se relaciona con los hombres no directamente sino en sueños o de noche
(cf. Génesis 20,3.6; 21,12-14; 22,1-3). El elohísta establece distancia. Los mensajeros de
Dios no se encuentran con los hombres sobre el suelo, sino que los llaman desde el cielo
(cf. Génesis 21,17 con Génesis 16,7; 22,11).
Esto se suele atribuir a la influencia de la predicación profética, en la que se marca bien
la diferencia con los dioses paganos.

Agrega las exigencias morales de los “10 mandamientos” en la teofanía del Sinaí (cf.
Éxodo 20, =/= al «decálogo» yavista en Éxodo 34). En Éxodo 20,22-23 hallamos el
contenido del código de la Alianza: son exigencias morales, todas de tradición elohísta.
Así describía al “elohista” Henri CAZELLES:28
“Con datos muy a menudo semejantes, los textos llamados elohístas expresan otro aspecto de
Dios y de su acción. No tienen la vivacidad ni lo pintoresco del yahvista: menos vigor
dramático, como también menos ardor nacional. Son más sencillos, más fluidos, más
desvaídos, si se quiere. Con frecuencia se ha subrayado su arcaísmo. Relatos y leyes se
atienen al patrimonio nacional, sin preocuparse mucho de la conquista del mundo. El
problema de la fecundidad y del desenvolvimiento de la vida preocupa al autor menos que el
de la conservación de la herencia prometida a los padres y conquistada por Josué, discípulo
de Moisés.
Lo que el elohísta pierde en dinamismo, lo gana en profundidad moral. Su sentido del pecado
es más afinado que el del yahvista. Le repugna que se hubiera podido sospechar que
Abraham había mentido a Abimélek y precisa muy bien que Sara era hermanastra del
patriarca (Gén 20,12). Conoce la manera como Jacob acrecentaba sus rebaños, pero en él no
hay engaño: Dios protegió a Jacob impidiendo a Labán causarle perjuicios (Gén 31,4-13).
Así, en el elohísta, la revelación y la ley son más morales que cultuales. El don de Dios
consiste en dar a conocer claramente a su pueblo las faltas que ha de evitar. Los fundamentos
de la ley, que se expresan en el decálogo, atañen a los deberes para con Dios y para con el
prójimo. Estos deberes se precisan luego en el código de la alianza, donde el respeto del
28
H. CAZELLES, “El elohísta”, en: ROBERT-FEUILLET, Introducción a la Biblia I, Barcelona (Herder 1970), 343-344.
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INTRODUCCIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA
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prójimo y de sus bienes es sancionado por costumbres y preceptos (mispatím y debarîm), a
los que Dios da su sanción.
El elohísta sabe, como el yahvista, que toda vida y todo bien proceden de Dios, pero [...] Para
él se trata de voluntades unidas en una alianza que los dos contrayentes deben respetar. [...].
Las rupturas necesarias aparecen con más relieve en el elohísta: el hombre tiene que tomar
más precauciones para mantenerse unido con Dios. En efecto, según él, la voluntad del
hombre puede desfallecer radicalmente hasta tomar a Yahweh por un vulgar Baal. De ahí su
insistencia en la espiritualidad de Dios. El verdadero Dios es el Dios de la conciencia y de
los mandamientos. Sobre todo, ¡cuidado con hacerle estatuas ni representaciones! No se trata
tanto de ver a Dios en el santuario, como en el yahvista (Éx 24,10): por el contrario, hay que
recordar que no es posible dirigirse a Dios con los ojos de la carne: «Nadie puede ver a Dios
y vivir» (Éx 33,20; cf. 20,I9). Así, en él tienden a desaparecer los antropomorfismos. Dios
aparece en sueños a Abraham, Abimélek, Jacob y José. No es que Dios se aleje del hombre,
pero el hombre debe hacerse cargo de que ha de espiritualizarse para no alejarse de Dios.
Semejante desconfianza frente a Canaán y a sus concepciones naturalistas se halla también
en los profetas: en Amós y, sobre todo, en Oseas. En la redacción elohísta se discierne ya un
movimiento profético que comienza. Con frecuencia hace alusión al culto sin reprobarlo,
pero teme las desviaciones. Admite la pascua y los sacrificios de sustitución, como el de
Abraham (Gén 22,1-13); pero critica a Aarón y los banquetes ante el becerro de oro (Éx 32
en parte), así como las carnes de qibrot-ha-taawah (Num 11, 18). Dios bendice a Leví; pero
lo que ofrece Leví no son tanto sacrificios de animales y de vegetales, cuanto el incienso y el
humo de los holocaustos, y su función esencial es dar a conocer los designios de Dios
mediante los urim y los tummîm (Dt 33,8-l0).
El elohísta, totalmente orientado hacia la tradición mosaica, la del desierto,29 ha conservado,
pues, tradiciones y costumbres muy antiguas, hasta arcaicas: así arcaizaban los rekabitas en
tiempo de los profetas (Jeremías 35, 1-11; 2 Reyes 10,15). Bien mirado todo, su redacción
revela una época más reciente que la del yahvista. Como los profetas, tiene presente la
necesidad de la penitencia y del perdón (Éxodo 33)”.
Posiciones actuales30
31
En la actualidad la existencia de un “documento elohísta” está fuertemente cuestionada.
Las primeras voces contrarias a la existencia de un “elohista” –esto es, de un relato completo e
independiente de los orígenes de Israel– ya se hacían oír en 1933, en un estudio de VOLZ y
RUDOPH.32
29
Éxodo 19-24; Números 11-14. 20-24. 32 (gran peregrinación por el desierto; Oseas reclamará de Israel
la vivencia del desierto y de la Alianza Sinaítica). Israel debe retrotraerse al Sinaí para recomenzar su
historia (cf. ELÍAS en 1 Reyes 19).
J. L. SKA, “Los desarrollos recientes en la exégesis del Pentateuco”, en: Id., Introducción a la lectura
del Pentateuco. Claves para la interpretación de los cinco primeros libros de la Biblia, Navarra (Verbo
Divino 2001), 180-182.
30
Un defensor del “elohista”: R. B. COOTE, In Defense of Revolution: The Elohist History, Minneapolis,
MN (1991). Prefieren adoptar una hipótesis de los complementos en el caso de los textos “elohístas”:
CAMPBELL-O’BRIEN, Sources of the Pentateuch. Text, Introductions, Annotationa, Minneapolis, MN
(Fortress Press 1993), 161-166, (166); Cf. BLENKINSOPP, “Evolución reciente: La hipótesis documentaria
en crisis”, en: Id., El Pentateuco. Introducción a los cinco primeros libros de la Biblia, Navarra (Verbo
Divino 1999), 43-48.
31
32
P. VOLZ - W. RUDOLPH, Der Elohist als Erzähler. Ein Irrweg der Pentateuchkritik, Gieen (BZAW 63
1933); W. RUDOLPH, Der «Elohist» von Exodus bis Josua, Berlin (BZAW 68 1938). Según ambos
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INTRODUCCIÓN AL ANTIGUO TESTAMENTO /// Lic. Claudia MENDOZA
137
33
Las objeciones son numerosas y han sido reunidas por E. ZENGER en su “Introducción”:
(1)
Existen solo fragmentos de esta fuente en el Pentateuco actual.
(2)
No existe un verdadero acuerdo acerca del inicio de «E». Con frecuencia los exégetas lo
buscan en Génesis 15, un texto problemático que no usa el nombre divino “Elohim”.
(3)
Los párrafos atribuidos al «E» no tienen muchos elementos en común. Además resulta
muy difícil ver cualquier tipo de conexión literaria entre ellos. Es difícil hablar de una
“trama” o del “diseño teológico” del relato “elohista”.34
(4)
Algunos textos generalmente atribuidos a «E» son hoy considerados tardíos: tal el caso
por ejemplo de Génesis 22.35
(5)
En la teoría documental clásica se ubicaba al “elohista” en el Reino del Norte. Por eso se
buscaba o se veía un vínculo entre «E» y los profetas Elías y Oseas.
Este punto suscita perplejidad.
Según ZENGER en el relato de 1 Reyes 17-21 Elías es el campeón de una reacción
religiosa contra el culto a Baal y a favor del culto de Yahweh no de Elohim. Lo mismo
vale mutatis mutandis para Oseas, que muy raramente utiliza el nombre divino Elohim.
(6)
Hay otros modelos para explicar la existencia de los pasajes generalmente atribuidos a
«E». Por ejemplo, pueden ser considerados como una serie de “complementos”
puntuales, fruto de una redacción que no quería perder nada de las tradiciones antiguas.
autores el elohista nunca habría existido. Los textos atribuidos a «E» pertenecerían en realidad a J o serían
añadidos de origen deuteronomista.
E. ZENGER, “Besondere Problematik von E”, en: Id. (hersg.), Einleitung in das Alte Testament,
Stuttgart (Kohlhammer 19983), 114. Cf. A. de PURY-Th. RÖMER, “La contestation de l'Elohiste comme
source du Pentateuque”, en: A. de PURY (ed.), Le Pentateuque en question Les origines et la composition
des cinq premiers livres de la Bible à la lumière des recherches recentes, Genève (Le monde de la Bible;
Labor et Fides 19912), 45-46.
33
34
Sólo en Génesis 20-22 se encuentran textos que tienen características comunes y podrían suministrar
una base más sólida a la hipótesis de una “fuente” o al menos de una serie de relatos provenientes del
mismo ambiente.
Además, en el momento clave del relato aparece “el ángel de Yahweh”, no “el ángel de Elohim” (Gen
22,11). Cf. 21,17. Para la datación de Gen 22 ver T. VEIJOLA, Das Opfer des Abraham - Paradigma des
Glaubens aus dem nachexilischen Zeitalter, ZTK 85 (1988) 129-164.
35
7.2. EL FENÓMENO PROFÉTICO - LA TRADICIÓN “ELOHISTA” /// 18/08/2016
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