Estudios Latinoamericanos 6, p. II (1980), pp. 17-24 Temas latinoamericanos en la prensa húngara del siglo XIX. Formación de naciones, desarrollo nacional. Ádám Anderle Debo comenzar aclarando que se ha elegido e indicado con anterioridad – como tema para mi conferencia – la siguiente problemática: temas latinoamericanos en la prensa húngara del siglo XIX. Pero, esta problemática es extraordinariamente multifacética. Por eso, en la presente conferencia, quisiera llamar la atención sobre una sola temática: ¿cómo se presentaron los problemas relacionados con la creación de las naciones latinoamericanas – con el establecimiento de los Estados nacionales – en la prensa húngara en la primera mitad del siglo XIX? Por mi parte, esta opción no es «arbitraria» ni gratuita: los escritos que se publicaron sobre América Latina en la prensa húngara de la primera mitad del siglo XIX, centraron también su atención en los mencionados problemas. Este interés se explica por dos razones. Lo explica, de un lado, la propia situación de América Latina: es obvio que las luchas entre los Estados, cuyo surgimiento representaba un proceso preñado de muchas dificultades, las luchas internas y los conflictos bélicos llamaron con justa razón la atención de la opinión pública europea y también la de la opinión húngara. Y, de otro lado, este interés tenía también una particular razón húngara. En aquel entonces en Hungría figuraron en el centro de la atención las tareas relacionadas con la separación del imperio de los Habsburgos, así como con la conquista de la independencia nacional y con la constitución del Estado nacional húngaro. Los pensadores y las fuerzas progresistas de Hungría vincularon estas cuestiones a las del progreso social, a las tareas de la liquidación del régimen feudal. Se deduce de ello que en la prensa húngara, surgida en aquel entonces, los acontecimientos internacionales aparecieron reflejando las ideas de la libertad, independencia nacional y progreso social, en un sistema de coordenadas, definido por estos vectores. De otro lado: los acontecimientos latinoamericanos sirvieron también – o se ofrecieron a servir – de enseñanza para los coetáneos húngaros de aquel entonces1. Basándose particularmente en fuentes francesas y alemanas, aparecieron escritos detallados – de una extensión y profundidad muchas veces sorprendentes – para presentar a los lectores húngaros a los países latinoamericanos recientemente independizados. Su población, su economía y sus condiciones políticas fueron presentadas de un modo realista y con lujo de detalles, desde los años 1830, en la prensa húngara vinculada en su mayoría a la línea de la nobleza progresista2. En medio de este cuadro general aparecieron – de un modo particularmente expresivo y vivo – las luchas políticas de las primeras décadas en América Latina. Aparecieron en estos escritos el caos de las regiones de Centroamérica, futuros países que se unían y que luchaban los unos contra los otros3, así como las tormentas de la zona de los Andes: la confederación del Perú y Bolivia, y los propósitos separatistas de las regiones del Sur de la Sierra. Esta última cuestión – la posibilidad del establecimiento de un Estado independiente en el Sur del Perú – surgió varias veces y de un modo sorprendentemente marcado en los escritos4. Se afirmó claramente en varias ocasiones lo siguiente: en América Latina las fuertes aspiracioñes continentales que se habían manifestado en el curso de la guerra de independencia, fueron 1 Véase Ádám Anderle, Judit Benkö, Ágnes Tóth: La imagen de América Latina en Hungría, «Estudios Latinoamericanos», t. 6, I parte, 1980. 2 Az Amerikában lévö respublikák, fejedelmeikkel [Repúblicas y líderes de América], «Századunk», 1832. pp. 127-131; Otro artículo sin título sobre Brasil: «Századunk», 1833 T. II. pp. 137-157. Kéri: Délamerika az utolsó évtizedben [América del Sur en la última década], «Athenaeum», 1841 Nos 26-28 (informes sobre América Central, Grancolombia, Perú, Chile, Bolivia, La Plata). 3 «Athenaeum», 1841 N° 27, p. 417. 4 Ibid. 1841. N° 26, p. 404.; Széplaky Emest: Peru legujabb zendülése [La última sublevación del Perú], «Tuldománytár», 1835, T. VI. No. 2. pp. 76-86.; A perui forradalom [La revolución peruana], sin autor, «Hazánk s a Külföd», 1872, p. 329. sustituidas por la tendencia a la separación, por los propósitos federalistas (es decir, por la aspiración a la constitución de Estados nacionales); se expresó también lo siguiente: «Las formaciones estatales del continente sudamericano no son estables todavía»5. En los escritos húngaros se plantean marcadamente tres aspectos de esta inestabilidad política. Al presentar las condiciones de Paraguay y evaluando la dictadura del Doctor Francia, uno de los artículos señala como un factor fundamental lo siguiente: los blancos constituyen una minoría6, y en el país «reina un clima de terror y desconfianza» (por los blancos). Esta cuestión se plantea también muy agudamente en relación con Haití, donde un autor húngaro veía «la lucha de los colores» tras los conflictos de los años 1840. Las «ambiciones políticas» de los negros ocasionaron el surgimiento de las luchas políticas de 1843-1844, opinaba un estudio extenso y detallado, que se refería también al espectro de «la hostilidad entre las razas», como a un suceso que podía esperarse en un futuro inmediato7. La descripción e interpretación de esta naturaleza de los conflictos representaron también los principales rasgos característicos de los escritos, publicados sobre el Brasil y sobre los países de los Andes. En estos escritos húngaros se plantearon dos tipos de alternativas para poner fin – de un modo duradero – al conflicto racial. En relación con Haití se expresó – con una vigencia continental general la siguiente solución: «es necesario llamar a europeos a establecerse en el territorio de la República». Ello es necesario – dice el artículo – porque «en Haití los dos elementos de la población – por falta de equilibrio – contribuyen a fomentar las discordias y la violencia». De manera que en relación con América Latina apareció así la idea del «equilibrio social», que estaba muy difundida en Europa Central y también en Hungría en el siglo XIX, y que hubiera sido un medio para solucionar los conflictos sociales. 5 «Athenaeum», 1841, No. 26. p. 404. Ibid. No. 29. pp. 449 y los siguientes; Dr. Francia (sin autor) «Nemzeti Társalkodó», 1839. T. I. pp. 28-32. 7 Haiti köztársasága. Utolsó lázadásai és jelenállása [República de Haití, sus últimas sublevaciones y su situación actual], sin autor, «Hon és Külföld», 1846 Nos. 61-65. 6 De ello se desprende – sigue nuestro autor el hilo de sus pensamientos – que «en cuanto se restablezca el equilibrio entre las partes constitutivas de la población haitiana, las diferentes partes de la isla podrán convertirse en un solo Estado federal y libre...»8. Por lo tanto, esta alternativa consistía en el establecimiento de un equilibrio racial para asegurar las condiciones de la consolidación de los marcos estatales. Desde luego, esta idea apareció en la prensa a través de dos tipos de interpretaciones: de un lado, se puede observar una concepción de tono racista, según la cual «los negros son incapaces de constituir Estados». Apareció también otra concepción, planteando igualmente con una vigencia continental general la posibilidad de crear una armonía entre la cuestión racial y la cuestión nacional: «se constituirán repúblicas negras e indias independientes» – rezaba un pronóstico9. Ambas concepciones encierran la misma idea: llaman la atención sobre la correlación estrecha entre el proceso de formación de naciones en América Latina y el estado no solucionado del problema racial10. La mayoría de los escritos y comentarios se referían al estado interno anárquico de los países latinoamericanos. Este tema apareció en casi todos los escritos, publicados sobre América Latina. ¿Cómo presentaron la situación los escritos húngaros? Erneszt Széplaky escribió en 1835 sobre Sudamérica: «Todos los Estados nuevos, antes colonias españolas, presentan una anarquía y descomposición social de tal naturaleza que no existieron ni siquiera en las repúblicas de la Grecia antigua». Censuró de una manera especialmente fuerte las condiciones imperantes en el Perú, país que – según dice nuestro autor – fue alcanzado en aquel entonces por el estado anárquico, característico ya de otras zonas. Escribe lo siguente: «La ciudad de Lima, hundida en los pecados y en la lujuría como una Gomorra americana, tuvo que llegar también a un período de horror, guerra civil y Gobierno arbitrario. El espectro de la anarquía, que reinaba ya desde hace tiempo en Buenos Aires y 8 9 Ibid. No. 65. «Athenaeum» 1841. No. IX. Con este se acercaron al problema de la lucha de clase que tenía vestidura o ropa «racial». 10 México, apareció también en el Perú, y es imposible predecir cuándo podrá desaparecer»11. La presentación de este carácter de los problemas caracterizaba la prensa húngara durante todo el siglo XIX. Pál Rosti escribió así en 1857: «el pueblo abusa de la libertad, empleándola para saquear, cometer actos de violencia, lograr fines infames y mantener un permanente estado de discordias y guerras civiles». México se caracteriza igualmente por una «eterna guerra civil»12. En 1874 se escribió lo siguiente sobre Argentina: «Argentina podría ser – en todos los sentidos – un país bendito [...] pero el gran problema consiste en que el país se encuentra dividido en distintos partidos que luchan constantemente los unos contra los otros, y en que todo el país está caracterizado por un estado de inseguridad debido a la actuación de los gauchos desenfrenados, bandidos y soldados que no conocen disciplina [. ..]; parece que el orden y la disciplina se han descompuesto en el territorio de todo el país, [...] y esta lucha eterna y asesina paraliza cualquier actividad industrial [...] Así ocurre también en el vecino Paraguay» – añade13. Estas pocas citas aluden a varias cuestiones. De un lado, los escritos evaluan el caos político como la causa fundamental que hace retroceder el desarrollo económico14 e incluso lo presentan como la causa de que la cultura y la vida científica no logren un progreso, por ejemplo, en el caso del Brasil. Pero, surge también varias veces la idea, semejante a la que nuestro autor planteó en relación con el Brasil: «transcurrirán algunos años y el Brasil nada podrá envidiar a Norteamérica»15. Es decir: los autores húngaros cifraban grandes esperanzas y presentaban perspectivas esperanzadoras respecto al futuro desarrollo de los países latinoamericanos. En los escritos húngaros este futuro 11 «Tudománytár» 1835. T. VI. p. 76. Rosti Pál: Uti emlékezetek Amerikából. Pest, 1851. pp. 40, 164. [Memorias de América]. 13 Sz. Török János: Dél-Amerikából. Eredeti levelek. [De América del Sur. Cartas verdaderas.] «Vasárnapi Ujság», 1874. No. 13. p. 199. 14 Véase A perui forradalom [La revolución peruana], «Vasárnapi Ujság», 1872. p. 329. 15 Brasilia. A tudományok ls szépmüvészetek haladása [Brasil. El desarrollo de la ciencia y de las bellas artes} «Tudománytár» 1835. T. VIII. pp. 275-283. 12 esperado y esperanzador se volvió incierto y dudoso primero a raíz de la inestabilidad política del siglo XIX. En cuanto a las causas y fundamentos de la inestabilidad política, de la «anarquía», surgieron explicaciones de varios tipos. Como muestra también el citado parrafo de Pál Rosti, algunos reprochaban la existencia de esta situación a los pueblos de América Latina en su totalidad. Las conclusiones que se sacaban de esta concepción se expresaron en varias formas, pero con un contenido similar. Las opiniones de esta naturaleza pueden ilustrarse bien por una observación hecha en 1839 por «Nemzeti Társalkodó: «Sudamérica no está madura todavía para la libertad»16. En 1857 la conclusión es la misma: el origen de los males «radica en la perversidad del pueblo y en su incapacidad para gobernar a sí mismo...»; o, en otro logar: «es dificil afirmar que los criollos tengan la suficiente madurez para tener una autonomía»17. Esta última cita presenta ya una opinión más matizada; ya que hay también escritos que presentaron y evaluaron la falta de estabilidad política como luchas internas en el seno de las clases dominantes, como obra de una minoría inmoral. En el centro de este caos se encuentran figuras que constituyen «tropas de bandidos miserables, y que no tienen la menor idea de gloria, honor y amor a la patria». Son infames desde el punto de vista moral, «[...] no obstante, son bastante poderosos para sembrar el terror en un pueblo que ha perdido su calidad», escribió un artículo en 1832. Debemos detenernos en esta expresión: «un pueblo que ha perdido su calidad», ya que ella encerraba una especie de explicación histórica. Según esta concepción, en América Latina aparecieron «despotismos militares». Éstos están representados no por el pueblo, sino por los militares que colaboran con los «poderosos». De manera que esta concepción delineaba de un modo bastante preciso el concepto y fenómeno del caudillismo. Se planteó igualmente la pregunta: ¿cómo son posibles los despotismos y dictaduras de esta naturaleza? 16 17 «Nemzeti Társalkodó», 1839. T. I. pp. 28-32. Rosti, op. cit. pp. 39-40. Como respuesta, apareció una interesante explicación histórica que se encuentra en los trabajos de varios autores húngaros. Estos autores contemplan al «pueblo», a los indios como un resultado, un producto de un largo proceso histórico. En el caso del Paraguay la presión de los jesuítas contribuyó a formar en el pueblo, en la época colonial, la «obediencia ciega» – podemos leer en un escrito18. En el caso del Perú y de los países andinos el autor busca la explicación en estratos históricos aún más profundos: el indio que tolera y sufre cualquier tipo de opresión, es un producto de la «teocracia incaica» que «inculcó en estas gentes de un modo tan arraigado el ánimo de servidumbre». Luego, el indio fue deformado aún más por el dominio colonial: «debido a una prolongada opresión, se volvieron también degenerados desde los puntos de vista moral, político, de crear industria y fomentar el comercio», expresó un escrito en 183219. Las posibilidades de los cambios que se operan en las «regiones nebulosas de la política» (expresión de Marx) están aseguradas por este pueblo que se volvió pasivo, y los frecuentes movimientos políticos se arraigan en la servidumbre de este pueblo – insinuaban estos artículos. De manera que el estado de cosas, reinante en el siglo XIX, fue una consecuencia de la época colonial y los indios que en el curso de estas luchas internas del siglo XIX fueron incorporados a los distintos bandos a la fuerza y mediante el empleo de la violencia, no hicieron suya la causa de sus oficiales, y, en cuanto veían una posibilidad para ello, optaron por la deserción – leemos en algunos escritos. El caudillismo y la actuación sin inhibiciones en el terreno de la política son productos históricos también desde otro punto de vista. Después de conocer el trabajo Noticias Secretas de Jorge Juan y Antonio Ulloa, un autor húngaro encontró la explicación en el siglo XVIII, llegando a la siguiente conclusión: en la época colonial se podía hablar de la tiranía de los españoles sólo en relación con los indios que vivían en la opresión. Los demás habitantes, escribe este autor, 18 «Nernzeti Társalkodó», 1835 T. I. p. 32. A spanyol-amerikai gyarmatok megszabadulások elötti állapotjárul [Sobre la situación de las colonias de Hispanoamérica antes de la liberación], «Sas», 1832. pp. 56-76. 19 «[...] particularmente los criollos vivían de un modo especialmente desenfrenado [...]»; no pagaban impuestos, no acataban las leyes, y no prestaban servicio militar20. Esta mentalidad y, actuación desenfrenada de los criollos subsistía como legado y «consecuencia dañina» en las tormentas políticas del siglo XIX, apareció en la inestabilidad política y en el imperio de la fuerza brutal. Esta opinión, única en la prensa húngara de la época, tiene la particularidad de que acusa una contradicción con las concepciones generalizadas, incluidas también en las obras históricas y en los libros de estudio21, y según las cuales la causa de la guerra de independencia en América Latina fue la tiranía de los españoles. No fue la opresión española, sino el desorden cada vez más fuerte en las colonias (en el cual los criollos desempeñaron también un papel importante), el cual condujo igualmente a la lucha contra la Corona. Según este comentario, el clero de las colonias – al igual que los criollos – llevaba una «vida escandalosa». A nuestro juicio, en esta interpretación diferente y única se puede descubrir la posibilidad de un concepto plebeyo húngaro sobre la historia concepto que era. contrario a las opiniones de los intelectuales nobles húngaros, pero que no pudo seguir desarrollándose de un modo más fuerte e intenso. * ¿Cuáles son las enseñanzas que ofrecen los escritos aparecidos en la prensa húngara y los que acabamos de caracterizar brevemente? La evaluación puede hacerse desde varios puntos de vista. Hay una posibilidad de aspecto húngaro para hacer la evaluación. Particularmente, los intelectuales (como, por ejemplo, Pál Rosti) que expresaban las ideas de la clase dominante húngara que – tras el derrocamiento de la guerra de liberación de 1848-1849 (en los años 1860) – deseaba llegar a un compromiso con los Habsburgos austríacos, trataban de ilustrar mediante el ejemplo de América Latina lo siguiente: la independencia y el progreso social no son 20 21 Ibid. pp. 59-60. Por ejemplo, I. A. Fessler: Die Alten und die Neuen Spanier. Karlsruhe, 1813-1814. conceptos que deben ir necesariamente unidos. Por lo tanto, al examinar los escritos sobre América Latina, hay que tener también en cuenta este punto de vista húngaro que surgía de las condiciones políticas nacionales. Podemos tener un punto de vista más importante, si evaluamos los escritos desde el de América Latina. Aunque sean eventuales y relativamente pocos los escritos relativos a América Latina, la descripción hecha por los coetáneos húngaros muestra bien el nivel y los problemas de la formación de las naciones, Estados en América Latina, en la primera mitad del siglo XIX. ¿En qué sentido decimos esto? Tenemos este juicio en el sentido de que los mencionados escritos presentan de un modo realista lo esencial, es decir el hecho de que los Estados nacionales latinoamericanos, hoy existentes, se constituyeron en medio de las enormes luchas políticas de la primera mitad del siglo XIX. En estas luchas estuvieron presentes también alternativas diferentes a los Estados que pueden contemplarse como resultados; surgieron también, se expresaron y fueron derrotadas otras posibilidades de la formación de los Estados en las luchas políticas latinoamericanas del siglo pasado. Por lo tanto, los escritos húngaros presentaron a los lectores húngaros del siglo XIX la dinámica, las dificultades y los dolores del desarrollo estatal y de la formación de naciones en América Latina.