Ministerio de Niños Iglesia Cristiana Mega Zoe Tema: Los valientes de David I. Objetivo: Que los niños aprendan que: 1. Nuestra valentía tiene que ser dada por Dios. 2. El que es valiente tiene que ser piadoso también, van de la mano, para poder obra la justicia de Dios. 3. Los valientes sufren penalidades, pero siempre la protección de Dios estará con ellos. 4. David fue ejemplo de valentía y piedad, por eso sus hombres lo imitaban. II. Lectura Bíblica: (El maestro debe estudiar para preparar la clase) 2 Samuel 23:8-39 III. Versículo Bíblico: Juan 13:15 IV. Repasar clase anterior. V. Desarrollo de la clase. Aquí están registrado todos los valientes de David. Podemos ver cuanto era el honor de David, quien los tenía bien entrenados en las artes de la guerra y les había dado ejemplo de bravura con su conducta. El honor de los mismos valientes quienes habían intervenido eficazmente en la ascensión de David al trono, en su protección personal y en el éxito de sus hazañas militares. David dejó una enseñanza para nuestras vidas, hoy en día, en su bravura. David con sus Salmos y sus ofrendas para el servicio del santuario promovió grandemente la piedad entre los magnates de la nación. (1 Crónicas 29: 6) Se hicieron famosos por su piedad, se hicieron también famosos por su valentía. Los tres primeros valientes, que sobresalieron más que los demás son Adino, Eleazar y Samá. Habían ganado la más alta reputación. Sus grandes hazañas eran con los filisteos. Se detallan aquí las hazañas de estos tres hombres valientes, más que todos. a) Adino – Llamado Joseb-basebet mató a 800 en una sola ocasión. (2 Samuel 23:8) b) Eleazar – Desafió a los filisteos así como los filisteos habían desafiado antes, por medio de Goliat a los de Israel, pero él era más bravo y mejor que los filisteos, porque cuando los hombres de Israel se habían acobardado y “se habían alejado”, no sólo se mantuvo en su puesto sino que se levantó e hirió a los filisteos en quienes puso Dios un terror igual al que la bravura de este valiente les había inspirado. Se le cansó la mano hasta quedarse pegada a la espada; es decir, se le crispó la mano al ser incapaz de flexión. (2 Samuel 23:9-10) c) Samá – Se encontró con una banda de forajidos, también filisteos y los derrotó completamente. (2 Samuel 23:11,12) Los tres siguientes se distinguieron en bravura y rango de los otros 30 que siguen después, pero no llegaron al nivel de los tres primeros. Se conoce aquí solo dos nombres de estos 3 valientes: Abisai y Benaía. Se narra una valiente hazaña de estos tres juntos. Asistían a David cuando éste se encontraba en apuros en la cueva de Adulam. (2 Samuel 23:13) Ellos con David sufrieron las penalidades y por eso fueron después preferidos por David. Cuando David y sus hombres que tan bravamente habían actuado contra los filisteos, se vieron obligados a refugiarse en cuevas y fortalezas por la persecución de Saúl, los filisteos establecieron una guarnición en Belén. (2 Samuel 23:14) David le da un deseo muy fuerte, y expresa el deseo de beber el agua del pozo de Belén. Era el tiempo de la siega y hacía mucho calor; tenía sed y el agua andaba escasa. Por eso dijo: “¿Quien me diera de beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta?” (2Samuel 23: 15) En toda su juventud y niñez esa agua le saciaba la sed, así que aquella agua le traía recuerdo, porque para David tenía un gusto especial, aunque cualquiera otra agua podía calmarle la sed. Abisai, Benaía, (otro que no se menciona) con bravura se lanzaron estos tres a cruzar por medio del campamento de los filisteos. Se estaban metiendo en la boca del lobo para tomar agua del pozo de Belén sin que David lo supiera. (2 Samuel 23:16) Si los llegaron a ver, quedaron paralizados, además de la protección de Dios, no pudieron hacerle ningún daño a los bravos intrusos, eso, sí fue que los vieron. ¡Cuánto estimaron a su príncipe y con qué placer se atrevieron a correr los mayores riesgos y vencer las mayores dificultades por servirles! ¡Cuán poco temieron a los filisteos! ¡Cuánta abnegación!. David de aquella agua que deseaba tanto, por tanto tiempo sin tomarla, cuando el creció, con esas aguas no quiso beberla (2 Samuel 23:15, 16, 17) sino que la derramó para Jehová. Sí, la ofrenda a Dios, era un privilegio, una gloria y quien se la merecía era Dios. La derrama como libación, porque para David estas aguas equivalen a la sangre de los varones que fueron con peligros de sus vidas, y la sangre no se podía tomar, porque “en la sangre está la vida”, y esos hombres habían expuesto sus vidas para traer el agua. (2 Samuel 23:17) De esta forma mortificaba David su insensato deseo y daba a Dios la gloria y el honor debido. En (2 Samuel 18,19) se narran otras bravas acciones de dos de estos tres en otras ocasiones. Abisai mató con su lanza, en una sola batalla a 300 hombres. Benaía hizo varias hazañas, mató leones sin ningún miedo. (2 Samuel 23:1820) Mató a un egipcio en combate desigual, pues el egipcio era “hombre de gran estatura” e iba armado de una lanza, mientras que Benaía sólo llevaba un palo, y aun así le atacó con el palo, le quitó la lanza de las manos y le mató con su propia lanza. (2 Samuel 23:21) Por estas y otras bravas acciones David le nombró jefe de su guardia personal (2 Samuel 23:23). Inferiores a estos dos grupos de tres, pero todavía dignos de especial mención, fueron los treinta y uno siguientes (2 Samuel 23: 24-39). El total de treinta y siete (2 Samuel 23:39) se obtiene añadiendo a los 31 de la lista los tres de los versículos (2 Samuel 23:8-12). Abisai y Benaía (2 Samuel 23:18-23) y Joab, que era el comandante en jefe del ejército de David. De todos los puntos del país, los más valientes eran acogidos para asistir al rey. Lo mismo había hecho Saúl (1 Samuel 14:52). Algunos de los nombrados en esta lista se hallan después como capitanes de las divisiones que David dispuso para cada uno de los doce meses del año. (1 Crónicas 27) Son de notar algunos aspectos notables a) Comienza por Asael y termina con Urías; al menos estos dos habían muerto y ambos tenían algo especial: Asael era hermano de Joab y Abisai y, por tanto, sobrino de David. Murió por su propia necedad. (2 Samuel 23:24) b) Urías fue un valiente y hombre de honor, y murió por la criminal pasión de David. (2 Samuel 23:39) Estos hombres constituyen “una legión de honor, compuesta del número fijo de treinta, y cuando quedaban vacantes, se llenaban con nuevos nombramientos”, y “por lo que es probable que al hacerse esta lista, los muertos fuesen ya siete” Esto se supone. ¿por qué no se nombra a Joab? En 1 Reyes 2: 5-6, 1Reyes 2:28-34 deja ver que su nombre (Joab) se había hecho odioso ante los ojos del rey y del pueblo. VI. Actividad sugerida: Colorear un dibujo de la clase.