Jarra y Siete Los martes de 18:00 a 19:00 en la 107.5FM o en www.radioenlace.org Presentación Redacción Luis Antonio Freijo Rodrigo Moreno Carmen Valencia Pablo Burgos Víctor de Cea Jaime Rodríguez-Conde Rubén Omar Mendoza Pablo Martín Israel Aránguez Daniel Muñoz Diseño y Edición Rubén Omar Mendoza Portada y Contraportada Carmen Valencia Gran imaginador estrena formato. Casi un año después del rediseño, el equipo se enorgullece de presentar esta nueva versión de la revista cultural. La experiencia de la etapa pasada nos enseñó que tenemos muchas cosas buenas, pero también muchas cosas que mejorar. TePágina web: nemos tanta energía como siempre, pero sin perder nuestro símbolo www.granimaginador.es de identidad, la autenticidad y diferencia de los demás medios convenContacto: cionales. Estrenamos formato también con intención de llevar Gran [email protected] Imaginador un paso más adelante en cuanto a profesionalidad y serieTwitter: @granimaginador dad, de una forma humilde pero decidida. Para ello contamos con un Facebook: Gran Imaginador buen número de futuros grandes periodistas que estamos seguros de Número extraordinario que harán de éste un proyecto con éxito. Queremos demostrar que no estamos dispuestos a aceptar el futuro Recopilación de los mejores que indican que nos espera, sino que lucharemos para construir el artículos del año 2014 nuestro propio. Las razones que nos llevaron a lanzar la web en un primer momento siguen siendo las mismas. La educación universitaria que estamos recibiendo es deficiente, tanto a nivel de planificación de los estudios y adecuación de los mismos al ámbito laboral como a nivel de calidad de profesorado y contenidos. Sería injusto por nuestra parte decir que todo lo que se hace en la universidad es una pérdida de tiempo y energía. Hay honrosas excepciones de gente que trabaja con ilusión y ganas de enseñar. Sin embargo, el balance global sigue siendo muy negativo. Seguimos siendo conscientes de que nos queda mucho por aprender y que nuestra corta experiencia nos lleva a cometer errores pero, precisamente, ese es el principal objetivo de Gran Imaginador: ser una plataforma en la que poder practicar y mejorar. Simplemente, no podemos cruzarnos de brazos y esperar al final de la carrera, a ver qué ocurre. 4 Sumario Cine 06. Network: Análisis temático y de contenido de la película realizada por Sidney Lumet en 1976 Por Luis Freijo 10. Ecosistema Snowpiercer: Análisis de la película de Joon-ho Bong que presenta un universo distópico no tan alejado de la realidad Por Rubén Omar Mendoza Música y Literatura 14. Soledades y giratiempos: García Márquez Por Carmen Valencia 16. El hombre de barro: Miguel Hernández Por Rubén Omar Mendoza 18. The Dark Knight Returns: Batman Por Luis Freijo Entrevistas 24. Edu Galán: "No somos trabajadores. Somos pobres ocupados y con miedo" Por Rodrigo Moreno 34. Francisco Marhuenda: "Duermo cuatro horas. Aprovecho mucho el tiempo" Por Luis Freijo y Rubén Omar Mendoza 44. Clara Luquero: "¿Para qué sirve el poder si no lo usas para ayudar a quien más lo necesita?" Por Israel Aránguez 50. Ramón Lobo: "Yo siempre he querido contar historias" Por Pablo Martín 5 Sociedad 62. Bolonia, que alguien abra esa caja de herramientas: Bolonia es una ideología. Es hacer por hacer, sin saber miuy bien por qué, confiando en que al final te den un trabajo Por Rodrigo Moreno 62. La pequeña sí se dio cuenta: Estaba sentada junto a su madre en el metro. Morena, pelo corto, no tenía más de seis años. Se creía mayor, así que sobre sus rodillas llevaba un bolso... Por Víctor de Cea Deportes 64. Deportistas con estrella: Magic Johnson Por Pablo Burgos Relatos 66. Pase lo que pase: La historia de Laura cambió cuando un chico rubio, de ojos verdes y con una altura importante apareció el primer día de clase y se sentó junto a ella Por Daniel Muñoz 69. Vuelva usted mañana: Mariano José de Larra nos habla de una manera de vivir "a la española. Vuelva usted mañana y ya veremos Por Pablo Martín 70. Amores de verano siempre mueren: El amor de verano se caracteriza por su fecha de caducidad. Está condenado como lo están las hojas de los árboles que en otoño tienden a caer Por Jaime Rodríguez-Conde 7 Cine y TV Network Por LUIS FREIJO Decía Italo Calvino que un clásico es un libro que se presta a constantes revisitaciones, que nunca termina de decir lo que tiene que decir. El autor de El barón rampante se refería a los libros, pero el mismo concepto de clásico puede aplicarse a cualquier producción artística o cultural, incluida una película. Así, sus palabras me vinieron a la cabeza cuando revisionaba hace poco (por tercera o cuarta vez) Network (Ídem, Sidney Lumet, 1976), ya que se ajusta a esa definición de territorio siempre inexplorado, siempre por descubrir. Por tanto, me pareció justo realizar aquí una aproximación, siquiera imperfecta, a tamaña obra maestra, a tamaño clásico. El guion de Network puede contarse fácilmente entre los dos o tres mejores escritos para cine. Parece que a la obra magna de Paddy Chayefski no se le acaban nunca los temas que presentar y analizar, las aristas con las que dibujar a sus complejos personajes o las frases memorables en las brillantes conversaciones que estos mantienen, que rechazan cualquier tipo de cliché. Al texto de Network se le puede aplicar uno de los adjetivos favoritos de mi camarada Rubén Omar Mendoza: es multidimensional. Y, además, es agudo y acertado a más no poder en los análisis de los temas que trata, y que intentaremos consignar, si nos sonríe la fortuna, más adelante. Además del guion, la calidad de la película es el resultado del espectacular equipo técnico y artístico que la realizó. Para empezar, estaba dirigida por Sidney Lumet, que se encontraba en estado de gracia en los setenta: Perversión en las aulas, Serpico, Tarde de perros, Asesinato en el Orient Express o Equus son algunos de los títulos que firmó durante esta década. Casi nada. Su labor es fundamental para crear la atmósfera desquiciada y agobiante que rodea a ese infernal mundo televisivo en Network. No se queda atrás el plantel actoral. El reparto está encabezado por Peter Finch, que realizó el papel de su vida; William Holden, uno de los supervivientes del Hollywood clásico, y uno de los mejores dotados de aquella época; Faye Dunaway, que también tuvo unos años setenta gloriosos, en la cima de su talento; y Robert Duvall, del cual poco queda ya por decir tras la carrera que ha llevado. Y, además, los secundarios Ned Beatty y Beatrice Straight roban un puñado de espectaculares minutos. Aunque los premios son algo anecdótico cuando se trata en profundidad una película, no está de más señalar los que Network consiguió. 1976 es un año especialmente brillante en la industria hollywoodiense. En la edición de los Oscar de 1977 encontramos entre los nominados a mejor película, agárrense, Rocky, Taxi Driver, Todos los hombres del Presidente y Network. Rocky se llevó el gato el agua en las categorías de mejor película y mejor director (sigo sin entender por qué a día de hoy). Network, por su parte, consiguió la estatuilla de mejor guion original para Chayefski y acaparó tres de los cuatro premios de interpretación, la segunda 8 película en conseguir esta hazaña tras Un tranvía llamado deseo. Peter Finch fue mejor actor principal (William Holden estuvo nominado a esta categoría también); Faye Dunaway, mejor actriz principal y Beatrice Straight ganó mejor actriz de reparto. Solo Ned Beatty se quedó sin el premio a mejor actor de reparto, que fue a parar al gran Jason Robards por Todos los hombres del Presidente. Es el momento de entrar en materia. Comencemos con la sinopsis del argumento de Network. La cadena UBS comunica al presentador de noticias Howard Beale que va a ser despedido. Beale sufre un colapso y anuncia que se va a suicidar en directo. Cuando se le concede una segunda oportunidad, comienza a lanzar un discurso apocalíptico sobre el fin de la civilización occidental. Frank Hackett, el representante del conglomerado dueño de la cadena, y la jefe de programación Diana Christensen ven en la locura de Beale una oportunidad de subir la audiencia, y crean un programa para él, ante el horror del jefe de la sección de noticias y amigo íntimo de Beale, Max Schumacher. Los altibajos del programa de Beale, junto con otras tramas secundarias, serán la columna vertebral de la trama argumental. A continuación intentaremos analizar los temas de la película, ordenándolos de lo más concreto a lo más general: - El poder de la televisión: Cada una de las peroratas de Howard Beale en su programa casi constituye un tema en sí del cual tratar, y resulta muy interesante la dialéctica entre su personaje y los bufones (fools) del teatro shakespeariano, que veían la realidad con mayor precisión a pesar de su locura, o precisamente gracias a ella. Cuando muere Ed Ruddy, el director de la cadena y última pantalla que evita que Hackett se haga con el control total y abandone cualquier tipo de ética profesional, Beale advierte de los peligros de que la televisión esté controlada por seres sin escrúpulos en un país donde, según él, solo lee un 3% de la población y, por tanto, el conocimiento que esta posee tiene un origen casi exclusivamente catódico. Paradójicamente, será el propio Beale quien demuestre ese poder de movilización que emana de la televisión cuando consiga que en todo EE.UU. la gente grite por las ventanas su famosa sentencia “I´m as mad as hell and I´m not gonna take this anymore!!“. Como siempre, es Chayefski quien mejor nos resume sus propios conceptos y, en este caso, el poder de la televisión es definido cuando Beale explica la “revelación” que ha experimentado. El perturbado presentador confiesa haber preguntado al ente superior que 9 se dirigió a él por qué había sido escogido para transmitir el “mensaje”. La respuesta no puede ser más clara: “Because you´re on TV, dummie“. "I'm not gonna take this anymore!" - El capitalismo salvaje y su capacidad de destrucción: En este caso la escena clave que profundiza en el tema no está protagonizada por Howard Beale, sino por el dueño del conglomerado que posee la cadena UBS, Arthur Jensen. Después de que Beale dañe seriamente con su programa los intereses económicos de la empresa, Jensen se reúne con el presentador y le suelta un escalofriante discurso en el que le explica la realidad macroeconómica global y del cual ya hablamos aquí. Chayefski parece disponer de una bola de cristal y define perfectamente elneoliberalismo salvaje de Reagan, Thatcher y la troika antes incluso de que ninguno de ellos llegara al poder: la inexistencia de las naciones, el dominio de las multinacionales, la desaparición de las ideologías, el flujo constante de dólares y, en especial, la total irrelevancia del individuo. Paradójicamente, un sistema económico-político que afirma estar basado en la iniciativa individual es el que mata y aísla al individuo de forma más efectiva. El capitalismo, que en este relato concreto está encarnado por la televisión, es destructor. Destruye la mente de Beale; aniquila las personalidades de gente como Diana Christensen o Frank Hackett, alejadas de cualquier tipo de valor humano; destruye los ideales de la líder comunista Lauren Hobbs, que acaba reclamando como una energúmena su porcentaje de la distribución; destruye, en fin, cualquier tipo de valor que trascienda lo económico. - Humanidad vs. deshumanización: Y el anterior punto nos trae directamente a este, ya que al final la batalla ideológica y moral se libra aquí. Esa deshumanización que Arthur Jensen propugna con tanto entusiasmo y que es transmitida a los espectadores por un resignado Beale está representada aquí por Frank Hackett y Diana Christensen. Hackett vive por y para conseguir beneficios para la compañía que lo emplea, y cualquier acción o medida (insisto, cualquiera) es lícita con tal de llegar a ese fin material. Diana, por su parte, es una negada para cualquier tipo de sentimientos o vida amorosa o sexual. Su única vida, como ella misma afirma, es conseguir un alto porcentaje de rating y share. Es a través de ella que vemos sobre todo la tristeza y el vacío al que lleva la deshumanización. Sin embargo, frente a al capitalismo de Jensen, la locura de Beale, el pragmatismo extremo de Hackett y el vacío de Diana se erige, como campeón solitario, Max Schumacher. Él es el representante de la humanidad, de los valores, de las personas, de la sensibilidad o, como él dice, de la “simple decencia humana”. Él será quien se oponga a la cínica utilización de Beale, quien analice si sus acciones son correctas o no y quien, como todo ser humano que se precie de tal, se equivoque al aplicar su escala de valores y reconozca posteriormente su error. William Holden, muy lejos ya de aquellos papeles de joven atractivo (El crepúsculo de los dioses, Sabrina) borda al que es aquí el principal aliado del autor, el medio a través del cual Chayefski nos dice: “No desesperéis, todavía tenemos algo que decir”. Cada escena de Holden es un regalo, pero especialmente la discusión con su mujer es una lección de escritura, de interpretación (Beatrice Straight ganó su Óscar por estos cinco minutos) y de humanidad. Network no es una película que realice concesiones. Fue filmada en un periodo de grave crisis moral en EE.UU., un año después de la explosión del caso Watergate y de la retirada de Vietnam. Tan solo hay que mirar a sus compañeras de nominación: Todos los hombres del Presidente desmenuzaba la caída de Nixon y, en fin, todos sabemos cómo es Travis Bickle, el protagonista de Taxi Driver. Quizá la razón de que Rocky fuera declarada por la Academia mejor película del año fue que era la única que aportaba un soplo de aire fresco, optimismo y buenos sentimientos. Network no lo hace. Es una película compleja, inteligente, atrevida y desafiante. Es una película implacable. 11 Ecosistema Snowpiercer Por RUBÉN OMAR MENDOZA -Habéis tenido suerte de venir en esta fecha a comer sushi. Sólo se sirve en enero y en julio. -¿Por qué? ¿No hay suficientes peces en el paraíso? -No es eso. Es que el acuario es un ecosistema cerrado. La última película de Joon-ho Bong, Rompenieves (Snowpiercer, Joon-ho Bong, 2013), desprende talento visual y narrativo a raudales, como nos ha venido acostumbrando el surcoreano. Una prueba de ello es su maravillosa The host (Gwoemul, Joon-ho Bong, 2006) que ya analicé anteriormente. En Snowpiercer nos encontramos un mundo totalmente distinto al que estamos acostumbrados. Brevemente nos cuentan cómo se ha llegado a esa situación. En un par de minutos se ha liquidado la explicación para quitársela de en medio y centrarse en lo que realmente importa: el ahora. Como hoy en día, lo que importa a la mayoría es la situación del mundo actual, los problemas y soluciones; las teorías de la creación del mundo son un reducto que se pueden encontrar en algún canal de la TDT. El universo de Snowpiercer es, obviamente, un lugar completamente congelado en el que sólo se puede sobrevivir permaneciendo en un tren autosostenible que tarda un año completo en dar una vuelta completa a su recorrido. Dentro del tren se hace una réplica simplista de lo que podría ser un mundo preapocalíptico pero llevado al extremo. En los distintos vagones se va distribuyendo la población según su nivel social: en el último vagón las clases marginales y en el primero Wilford (Ed Harris), el genio creador del tren, el líder que dirige la máquina. Sobre esta base se construye una trama heroica en la que uno de los del último vagón se lanza a conquistar la cabecera. Es así como empieza una trayectoria semejante a la lógica de los videojuegos en los que tienes que ir pasando pantallas (en este 12 caso vagones) hasta llegar al malo malísismo. De este modo, Curtis (el prota, interpretado por Chris Evans), con la ayuda de lo que parece un justiciero cómplice de los vagones delanteros, se lanza a la conquista de un mundo mejor. Curtis es un héroe completamente surgido de las sombras, alguien que busca redimirse de sus actos como resultado de la visión de un acto heroico. Además, es un personaje acomplejado que se siente incapaz de liderar la máquina una vez se haya completado la misión. Su complejo viene propiciado por no haber sido capaz de posicionar el bien de la comunidad por encima del suyo. El que empuja a emprender la acción es el viejo Gilliam (Jhon Hurt), un hombre que se ha dejado un brazo y una pierna por ayudar en los primeros meses del nuevo mundo, cuando los pobladores de los últimos vagones estaban abandonados a su suerte. Y el tridente revolucionario más beligerante lo completa Edgar (Jamie Bell), un joven con el que a Curtis le cuesta convivir por los sentimientos de culpa que le causan haber colocado por delante sus propios intereses que los de la familia de Edgar de una manera fatídica. Los últimos vagones tienen que sufrir vivir apiñados, comiendo unas barras de proteínas no muy agradables a la vista (suponemos que al gusto y al olfato tampoco lo son) y viendo cómo emisarios del Gran Hermano Wilford se llevan a sus niños sin saber el motivo. Una de las secuaces de Wilford es, sin lugar a dudas, uno de los mejores personajes de Snowpiercer. La genial Tilda Swinton interpreta a Mason, la mujer encargada de ejercer el poder fáctico por la agenda apretada del líder. Mason se presenta como la defensora del statu quo y se encarga de explicárselo de manera didáctica a los habitantes de la cola. Con su genial discurso de que el zapato va en el pie y no en la cabeza hace enervar a la población, lo que le lleva a tomar medidas de castigo que te dejan helado. Más tarde se descubrirá que Mason no es más que una aliada del poder, independientemente de quién lo ejerza, dónde y cuándo. Con el paso de los vagones entrarán en acción Kang-ho Song y Ah-sung Ko, padre e hija en The host y que repiten los mismos roles en Snowpiercer, bajo el nombre de Namgoong Minsoo y Yona, respectivamente. En esta ocasión él es el inventor del sistema de seguridad de las puertas y ella es una especie de vidente. Además, ambos son adictos al kronol, una droga compuesta de residuos industriales. Con su ayuda, a cambio de kronol, podrán ir atravesando las distintas barreras físicas que se les presenta. Durante el camino hacia la cabeza, los sublevados verán 13 asombrados el fantástico mundo que les es esquivo: lleno de buena comida, discotecas, saunas, etc. Mención aparte merece el vagón escolar con una desatada Alison Pill como profesora a la que le gusta enseñar mediante unas curiosas canciones en las que te cuenta quién es el líder y qué te pasará si lo cuestionas. Los sublevados irán cayendo poco a poco ante la superioridad enemiga y ante los trucos en los que caen constantemente. De estas trampas sólo consiguen salir con mucho sufrimiento e improvisación y, esta vez sí, anteponiendo el bien de todos frente al de uno sólo aunque, de nuevo, el resultado sea dramático. Cabe destacar también el humor tan propio de Joon-ho Bong. Un humor que aparece constantemente durante la película, basado en el absurdo de las situaciones que se dan y que, en muchas ocasiones, deja descolocado al espectador ante el desconocimiento del código del surcoreano, que nos hace dudar de si el momento es dramático o cómico, o de si se están cachondeando de nosotros. Llegamos al último vagón esperando una batalla final que no se produce. Wilford utilizará el método expositivo-persuasivo para dar su visión de por qué el tren está organizado de esa manera. El funcionamiento del mundo es el que es, las materias son escasas y se tienen que distribuir de una manera que permita llevar una vida cómoda, a cambio de que otros lleven una vida menos placentera. Ante la perplejidad de Curtis, Wilford explicará que este sistema se apoya en la connivencia de la parte inferior de la pirámide, de los zapatos. Las clases populares no son más que un instrumento para que el sistema siga fluyendo, y todo está medido para el interés de la cabecera, incluyendo las sublevaciones y demás actos subversivos. Ante la desconsolación sólo un acto de dignidad impostado consigue que Curtis vuelva a su senda de héroe con la decisión bajo el brazo de que es mejor acabar con el mundo antes de que siga siendo igual de injusto. Pero la sensación que queda son las palabras de Wilford: “El tren es el mundo y nosotros la humanidad” de las que extraemos un doble significado de mundo como mundo extradiegético e intrediegético. Al fin y al cabo ambos son, como el acuario, ecosistemas cerrados. El final, como el principio, utiliza unos pocos minutos a modo de epílogo para explicar el mundo que vendrá y, al igual que en The host, Joon-ho Bong apuesta por señalar a la juventud como motor del cambio, aunque esta vez va más allá y presenta un universo propio del Génesis perosustituyendo el Paraíso por un universo postapocalíptico. 14 Música y Literatura Soledades y giratiempos: García Márquez Por CARMEN VALENCIA “El amor se hace más grande y noble en la calamidad”, García Márquez En el momento que uno se sienta a toquetear teclas para hablar sobre un personaje que ha marcado, no sólo la literatura hispanoamericana de los años 60, sino (posiblemente) la mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI, en ese momento entran escalofríos. Porque tras leer muchos artículos en su honor, ver vídeos, noticias, citas que facebookeros ponen en su nombre, uno tiene miedo de hablar de lo mismo, de lo que todo el mundo cuenta como especial y se convierte en banal. Pero la literatura de García Márquez no es banal. Desgraciadamente, el pasado 17 de abril, Gabo cerró finalmente la contraportada del libro de su propia vida, de 87 páginas. escribía, sin caer en la más mísera normalidad. Porque parece que siempre alabamos de más cuando alguien se va, ¿por "El coronel se dirigió a la sastrería a llevar la carta clandestina a los compañeros de Agustín. Era su único refugio desde cuando sus copartidarios fueron muertos o expulsados del pueblo, y él quedó convertido en un hombre solo sin otra ocupación que esperar el correo todos los viernes." El coronel no tiene quien le escriba, 1961 Como he dicho, no es fácil hablar de un grande cuando ya ha fallecido. No es fácil contar lo maravilloso que era, lo bien que qué no escribir de más, querer de más, apreciar de más cuando el escritor todavía puede agradecerlo? Recuerdo cuando conocí a García Márquez. No me refiero cara a cara, ya sabemos que la mejor cara de un escritor es el papel. Y si puede ser uno viejo, amarillento, con las páginas desgastadas de yemas nerviosas engullendo líneas… esos, los mejores. Ahora algunos escritores se han convertido en píxeles de colores, descansando silenciosos en libros electrónicos y tablets, tan fáciles de desaparecer como arrastrarlos a la papelera (y esta no es El Cementerio de Libros Olvidados de Ruiz Zafón). Por eso preferimos los escritores de estantería y bibliotecas. No nos abandonan ni los abandonamos. Así García Márquez. Como bien decía Vargas Llosa en El País sobre su muerte, “sus novelas sobrevivirán e irán ganando lectores por doquier”. El don de un escritor es efímero, como la vida, pero cuando escribe perdura para siempre. Recuerdo cómo con 16 años, hacía listas de mis libros pendientes y ahí estaba él, entre otros iconos del boom. En mi libro de texto, compartía página con Carlos Fuentes, José Donoso, Vargas Llosa, Cortázar, diferentes en su propósito de crear un estilo literario propio, pero a su vez, todos ellos hijos de las influencias que habían asumido otros escritores hispanoamericanos años antes: el realismo mágico de Miguel Ángel Asturias, la preocupación por la existencia de Onetti, la soledad del hombre en Sábato. Alejo Carpentier, otra gran figura de la “nueva novela” de los años 40, decía que el realismo – bajo nuestra cosmovisión racional occidental – no puede transmitir la realidad americana en su esencia. Y así como pasa con ciencia y religión, lo real maravilloso comienza y se yuxtapone a los límites de lo real. He ahí la invención de los libros. He aquí García Márquez y su magia. El colombiano habla de soledades del ser humano y de América Latina, una patria dividida. Dice el escritor José María Mendiluce que “hay soledades que sólo se curan solas”, y Gabriel se sentaba con lápiz y papel a olvidar una Latinoamérica desunida que les hacía menos libres, más desconocidos, más solitarios. Gabo veía el amor – en palabras de Benedetti- como una tregua. La tregua del ser humano con su soledad. García Márquez solía construir sus novelas de manera circular, un eterno retorno nietzscheano. Macondo nace de cenizas, se convierte en luz y acaba desapareciendo. Quizá Márquez también es circular, y con ojos alegres desde su pueblo fantasma nos saluda. Quizá basta con abrir sus libros y que un giratiempo le traiga de vuelta. Quizá sigue mirando desde el manto negro, entre otras estrellas. “Por fortuna, Macondo no es un lugar sino un estado de ánimo que le permite a uno ver lo que quiere ver, y verlo como quiere” El hombre de barro Por RUBÉN OMAR MENDOZA "Me llamo barro aunque Miguel me llame. Barro es mi profesión y mi destino que mancha con su lengua cuanto lame." Diez años no dejan de ser un suspiro. Diez años son sólo una anécdota de la vida. Pero, 10 años bastan para poder desarrollar una voz propia, sincera y colectiva. La trayectoria profesional de Miguel Hernández se reduce a poco más de estos diez años. El poeta empezó con 20 años a publicar sus primeros poemas y su camino fue cortado bruscamente a los 31. Sin embargo, el de Orihuela consiguió alzar tan fuerte su voz que hoy sigue vigente como el primer día. Con Miguel Hernández es fácil toparte, aunque no te des cuenta, sin buscarlo. Leer un guion y toparte con un “menos tu vientre todo es confuso”, ir al hospital y que su pared recite “te mueres de casta y de sencilla”. Miguel Hernández está ahí, en la calle, en las gentes. Aunque no lo sepas, aunque no lo conozcas, él está en contacto con todos nosotros. ¿Quién no ha escuchado la voz de Serrat declamando que para la libertad sufre, lucha, pervive? Miguel Hernández es de esos poetas que a muchos no gustan. De esos que hablan de sí mismos para sí mismos. Hasta su poesía beligerante no es más que una lucha íntima. No enarbola la bandera de la revolución ni escribe discursos de excitación desbordada. Él lucha describiendo a aquel niño existencia misma adquiriendo los sentimientos que se desprenden del papel. No hay poesía como la maravillosa Elegía a Ramón Sijé para despertar un sentir que para muchas personas todavía es desconocido. No es la voz de Miguel, es la voz del hombre animal que solamente siente y, por lo tanto, no miente. La poesía de Miguel Hernández es una poesía de otoño. Es una poesía castaña y que sabe a hoja en tierra. No es "Me callaré, me apartaré si puedo con mi constante pena, instante, plena, adonde ni has de oírme ni he de verte" yuntero, aquel niño humillado y más raíz que hombre que no es un niño sino que es todos y cada uno de los hombres. Si algo caracteriza a Miguel Hernández es que consigue que el lector rompa las barreras de su grandilocuente ni surrealista. Es la poesía de un cabrero sin estudios pero con una sensibilidad desarrollada a golpe de pena. Es la poesía del pueblo. No es sino pena lo que empuja su pluma. Miguel Hernández se 17 denomina a sí mismo como “el más corazonado de los hombres” y sabe que no hay suficientes alegrías que maquillen una pena (“tengo la pena de una sola pena que vale más que toda la alegría”). La muerte fue compañera constante de su camino, a pesar de lo corto de éste. A la ya citada muerte de su “compañero del alma”, Ramón Sijé, habría que sumarle la temprana muerte de su hijo, apenas cumplidos los 10 meses (“la flor nunca cumple un año, y lo cumple bajo tierra”). Pero la muerte no sólo es aneja para Miguel Hernández. En sus propias carnes acaba por sentir sólo muerte. No “saborea otra bebida” que la que le ofrece la parca y acaba “buscándose la muerte por las manos”. Y, ¿qué decir del amor? Al fin y al cabo Miguel Hernández no era más que un joven. Era aquella “savia sin otoño”, una savia de joven a despecho, sin armadura ante las penalidades. Y, como a cualquier joven, son desvelos y los desplantes. Siempre es curiosa la forma en que un escritor llega a alguien. Ese escritor con el que uno siente una conexión especial, aquel que "Quiero escarbar la tierra con los dientes, quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes. Quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte" pone palabras a tus sentimientos, ese escritor “favorito” nunca llega por una recomendación de un amigo o del Facebook. Ése siempre llega por casualidad y eso aumenta la conexión, es una relación predestinada. Yo creo recordar la primera vez que Miguel Hernández se puso en contacto conmigo. Recuerdo un pequeño grupo que vino a tocar al salón de actos de mi colegio. Yo de lo que me enteré es de que si ibas a ver a un grupo que cantaba poemas de un escritor, te subían la nota de lengua. Y allí fui. Sin saber nada "Me sobra corazón. Hoy descorazonarme, yo el más corazonado de los hombres, y por el más, también el más amargo. No sé por qué, no sé por qué ni cómo me perdono la vida cada día" estos daños los que más le afligen. Miguel Hernández entiende el amor en su vertiente románticovital. La pérdida del amor es motivo de pena y muerte. Es un joven de veintitantos años buscando el amor ante el infortunio de las desgracias, los Tampoco puedo olvidar a aquella profesora de lengua, sola frente a la clase. Sola con Miguel Hernández. Recitando de memoria aquella Elegía, con la voz de qué iba aquello. Con pilas nuevas en el mp3 para que me duraran todo el tiempo que iba a estar allí metido. Me acuerdo de un hombre joven, de baja estatura y cuya voz aguda no podía hacernos más gracia. Pero también recuerdo que volví a casa con las pilas sin usar. profunda de aliento gastado, con sus dedos arañando el aire y con sus dientes a bocados sintiendo la arena caliente. Y de nuevo, recuerdo nuestras risas, y hasta nuestra pena hacia una profesora que veíamos que estaba como una regadera. Pero la vida pasa y las cosas cambian. Y ahora no puedo evitar reírme cuando me encuentro a mí mismo sin aliento y escarbando el aire hasta poder besar esa noble calavera. O cuando mi voz suena aguda de sentimiento cuando entono uno de esos poemas musicalizados que nos han regalado Joan Manuel Serrat y muchos otros. Miguel Hernández es un corazón desbordado por las circunstancias. Es la voz del pueblo y el aliento del que sufre. Es la desorientación del ganadero entre tanto ruido y el susurro del enamorado en plena guerra. Él no se esconde ante la muerte, muestra el pecho y espera la certera hendidura del cuchillo frío y metálico en su cuerpo cálido y caduco. "No sepas lo que pasa ni lo que ocurre" 19 The Dark Knight Returns Por LUIS FREIJO Me gusta Batman. Me encanta, de hecho. Lo encuentro altamente interesante y estimulante como personaje, como mito, como vehículo de reflexión o como simple excusa artística. Cualquier lector que haya seguido mi trayectoria en este nuevo Gran Imaginador probablemente se haya dado cuenta: tengo artículos de las tres películas que filmó sobre el personaje Christopher Nolan (Batman begins, The Dark Knight y The Dark Knight Rises). Sin embargo, en esta ocasión quiero acercarme a la materia prima, al medio que vio nacer a uno de los más grandes mitos modernos: el cómic. En el artículo de Batman begins ya hice unas líneas generales de las características más importantes del Caballero Oscuro, por lo que aquí quiero centrarme en uno de los cómics más aclamados por la crítica y el público y que siempre aparece en las listas de mejores historias sobre Batman: The Dark Knight Returns (Guión y Dibujo: Frank Miller, 1986). El título tiene múltiples traducciones al español, pero qué queréis que os diga, no me gustan, por lo que me referiré a la obra por su nombre original. The Dark Knight Returns es un elseworld, es decir, una historia de realidad alternativa, que no se inserta dentro de la continuidad oficial del personaje pero que da pie a realizar experimentos más o menos interesantes. dispuestas a que el vigilante ponga en evidencia su propia inutilidad. El aclamado guionista Frank Miller (Sin City, 300) dio un golpe de timón a la trayectoria de Ronald Reagan sigue siendo presidente de EE.UU., la Guerra Fría se acerca a un punto de ebullición y los superhéroes o bien trabajan para el Gobierno en silencio o bien se han retirado En este caso, la historia parte de la siguiente premisa: Bruce Wayne tiene 55 años y ya hace diez que colgó la capa de Batman, tras la muerte del segundo Robin, Jason Todd. Se nos presenta un “futuro” (de 1986, se entiende) distópico, en el que Ronald Reagan sigue siendo presidente de EE.UU., la Guerra Fría se acerca a un punto de ebullición, los superhéroes o bien trabajan para el Gobierno en silencio o bien se han retirado y los niveles de violencia y corrupción en Gotham son más salvajes que nunca. Ante esta situación, Wayne decide retomar la capa del murciélago y ser una vez más el azote del mal. Se deberá enfrentar a algunos de sus antiguos enemigos (Harvey Dent y el Joker), así como a las autoridades que no están Batman, que no gozaba de una gran calidad desde finales de los setenta y principios de los ochenta. Con esta obra y Batman: Year One (1987), un Miller en estado de gracia permitió a Batman llegar a la mayoría de edad como mito y forjó el concepto de Caballero Oscuro que se siguió trabajando en los 90 y primeros 2000, así como en las películas de Christopher Nolan. Además, supuso una revolución en el género de los superhéroes, ya que, junto al Watchmen de Alan Moore (que se empezó a publicar ese mismo 1986), introduce la deconstrucción del concepto de superhéroe. A continuación trataré algunos de los aspectos particulares de la obra: Temas: Se pueden apreciar tres 20 líneas temáticas en The Dark inevitable. Bruce Wayne ya no es un chaval, y algunos de los Knight Returns: enemigos a los que se enfrentará 1. Bruce Wayne: La primera línea le sobrepasan en fuerza, en temática es la que hace referencia agilidad, en juventud; sin al personaje principal y, en embargo, su férrea voluntad le general, es la línea que estructura lleva a no rehuir ningún combate. toda la continuidad de Batman y En pocas palabras, Batman sabe da coherencia a un corpus que se que ha recorrido más camino en lleva desarrollando durante 75 su vida que el que le queda por años. Los padres de Bruce delante, y quiere marcharse Wayne son asesinados delante de envuelto en un halo de gloria y este cuando es solo un niño, y peleando por aquello en lo que desde entonces hace un cree. Este tema tiene también cinematográfica, juramento solemne de combatir el tradición crimen y se prepara para ello especialmente en el western, y ha física y mentalmente durante sido trabajado por directores años. Este Bruce Wayne como Don Siegel, Clint Eastwood cincuentón no ha superado ese o Sam Peckinpah. Este Bruce terrible trauma, más bien al Wayne, el Pike Bishop de Grupo contrario. Se ha acostumbrado a salvaje, el J.B. Books de El último combatir el dolor a través de su pistolero o el Walt Kowalski de cruzada contra el crimen y, tras el Gran Torino son un trasunto de lo retiro, sus demonios le mismo. atormentan con más saña que nunca. Este Batman es La novedad de The físicamente más débil que Dark Knight Returns cualquier Batman joven, pero sin embargo es más inteligente, más radica en presentar al héroe como alguien seguro de sí mismo y más decidido. De la misma forma, es terrible y salvaje más oscuro y violento y, aunque sigue cumpliendo su voto sagrado de no matar, no tiene problemas 3. La legitimidad de Batman: Es en romper los huesos que haga el aspecto temático más falta. La novedad de The Dark interesante de The Dark Knight Knight Returns radica, en parte, Returns, entre otras cosas porque en presentar al héroe como la mayoría de las historias sobre el personaje lo evitan. Por poner alguien terrible y salvaje. un ejemplo, en ninguna de las 2. El héroe cansado: Esta línea películas de Christopher Nolan, temática está relacionada en que son bastante adultas, se cierta medida con la anterior. pone en duda la legitimidad de Hace referencia a la edad del las actividades de Batman. Pero, personaje y a su death wish, es ¿es moralmente aceptable lo que decir, a la forma desesperada e hace Bruce Wayne? No hay que implacable en la que se precipita olvidar que al final las acciones a la que parece una muerte de este vigilante enmascarado consisten en saltarse a la torera las autoridades e instituciones democráticas que los ciudadanos hemos elegido y atribuirse sus funciones, aunque sea en pos de un bien mayor. Frank Miller no lo pone nada fácil al lector: por un lado, nos presenta la ilegalidad de las operaciones de Batman y su carácter cuasifascista; por otro lado, presenta a las autoridades electas como ineptas, corruptas o ambas; y, después, deja elegir. Resulta un ejercicio interesante, ya que, en un marco teórico, se presenta una disyuntiva entre alguien que puede solucionar nuestros problemas (aunque no sea vestido de murciélago y calentando a criminales por las noches) de forma ilegítima o la prevalencia de nuestras instituciones democráticas. Personajes: Al ser una historia de realidad alternativa, aparecen algunos de los principales personajes tanto del universo Batman como del universo DC con sus características un tanto cambiadas. A continuación analizaré a algunos de ellos: 1. Jim Gordon: El gran aliado de Batman es ya un septuagenario a punto de jubilarse como comisario de policía. En esta historia, Gordon conoce la identidad de Batman y, en principio, es contrario a su regreso. El viejo comisario teme que la violencia se recrudezca y que todos los poderes del Estado caigan sobre su tozudo amigo. Además, es un personaje cansado por la lucha que lleva sosteniendo durante muchos años contra el crimen, y lo único que quiere es retirarse y 21 vivir tranquilamente con su segunda esposa, Sarah Essen. Ni qué decir tiene que su deseo no será del todo posible, y que el comisario deberá sacar sus dotes de liderazgo y honestidad y poner su granito de arena para salvar la ciudad, una vez más. 2. Alfred y Robin: El mayordomo Alfred sigue incombustible a pesar de su edad al lado de Bruce Wayne y, aunque es reticente a que vuelva a ponerse la capa a su edad, le apoyará y curará cuando sea necesario. Además, sigue teniendo esa vena sarcástica que le permite amonestar a su ya crecidito jefe con comentarios sardónicos a los que Batman presta atención, aunque no lo parezca. Además, en esta historia aparece un nuevo Robin, una chica, Carrie Kelley. En la noche de su regreso, Batman salva a ella y a una amiga de ser violadas, y Carrie se compra un traje de Robin. En un momento crítico en el que Batman está a punto de ser derrotado por uno de los villanos de la historia, Carrie aporta una distracción suficiente para el Caballero Oscuro escape, por lo que Bruce Wayne la adopta como Robin, a pesar de las protestas de Alfred. Este Robin, además de su sexo, aporta la novedad de que su origen no es trágico, como sí lo eran los de Dick Grayson y Jason Todd. Por lo demás, tiene la misma función que todos los Robin: ejercer de contrapunto pequeño y colorido a esa masa grande y negra que es Batman. 3. Harvey Dent: El antiguo fiscal del distrito de Gotham también está cambiado en The Dark Knight Returns. Bruce Wayne ha financiado un programa de rehabilitación que incluye cirugía estética para reparar la mitad de su cara y tratamiento psicológico para eliminar su obsesión por la dualidad. Sin embargo, cuando es liberado comienzan una serie de crímenes y atracos que parecen ser obra suya. Batman los investiga con la esperanza de que no sean obra de Dent. Para Wayne, la rehabilitación de Dent es necesaria porque si Two-Face puede enfrentarse a sí mismo y superarlo, él mismo podrá dejar de ser Batman en algún momento. El tratamiento, sin embargo, no resulta según lo 22 previsto. 4. El líder de los Mutantes: En el momento del regreso del Caballero Oscuro, Gotham está asolada por una banda criminal que se autodenomina los “Mutantes”. El líder de esta banda es un mutante de verdad, un ser más bestia que humano, con unas capacidades físicas que sobrepasan lo normal. El personaje de Bane, que fue creado algunos años más tarde, comparte un cierto parecido con este monstruo. Tras haber derrotado a toda la banda usando el Batmóvil (que es un tanque más que un coche), Batman decide pelear cuerpo a cuerpo con él y es vencido y casi muerto. Sin embargo, en su segundo enfrentamiento el Caballero Oscuro prevalecerá a base de inteligencia y brutalidad. Este villano evidencia cómo funciona este Batman crepuscular: como sabe que físicamente es inferior, utiliza el entorno y sus trucos para dejar en desventaja a su rival y después caer sobre él de forma salvaje e implacable. 5. Joker: En The Dark Knight Returns, Frank Miller pone en forma una idea que llevaba rondando el universo Batman desde hacía bastante tiempo: que el Joker es el némesis perfecto del Caballero Oscuro, que ambos son las dos caras de una misma moneda, que en su relación aparece la figura simbólica e histórica del doble. Esta idea también sería trabajada por Grant Morrison en Arkham Asylum (1989) y, sobre todo, por Alan Moore en The Killing Joke (1988). En la obra que nos ocupa, Miller quiere acabar con ese carácter de batalla eterna entre ambos personajes (el monólogo final del Joker en la película de Nolan lo explica muy bien) y fuerza un “enfrentamiento final” entre ellos. Por un lado, el Joker es más violento, fuerte y rápido que nunca tras la vuelta de Batman y, por otro, Bruce Wayne se decide a acabar definitivamente con él y poner fin al reguero de muertes que va dejando tras de sí. No desvelaré cómo acaba este choque de titanes, pero sí declaro que las escenas más impresionantes y salvajes de todo el cómic están aquí. 6. Superman: Como colofón, The Dark Knight Returns tiene un superinvitado para la traca final: el Hombre de Acero (también aparece Oliver Queen, alias Green Arrow, sin brazo, pero su presencia es menos importante, aunque muy decadente). Superman es un pelele al servicio del Gobierno de Reagan. Es el último miembro activo de la Liga de la Justicia, y sus actividades son tapadas por un velo de censura. Cuando el conflicto entre estadounidenses y soviéticos alcanza su punto álgido, Superman es enviado para lidiar con los rusos. Además, también le obligarán a detener a Batman cuando las actividades de su antiguo amigo resulten intolerables para el gobierno. No quiero desvelar tampoco el resultado de este enfrentamiento, pero es de lo más épico que he visto o leído nunca. La Teomaquia de La Ilíada parece una pelea de colegiales comparado con lo que desatan aquí los dos grandes superhéroes de DC. Aunque en mi opinión a Miller le falta valor para que el desenlace sea redondo (quien lo haya leído me entenderá), sólo por esa escena final, The Dark Knight Returns es imprescindible. El estilo: Es el aspecto más reconocible del autor (me refiero al estilo de escritura, no al dibujo). Es un estilo polarizador, ya que no admite medias tintas: o te atrapa o lo detestas. Es duro, cortante, casposo incluso, tanto por lo que expresa como por cómo lo expresa. Aunque en este cómic todavía no es tan macarra como lo será después en Sin City o en 300, sí que es ya muy agresivo. La sucesión de frases lapidarias es continua, y no deja prácticamente ni un momento de respiro. Si normalmente una gran obra deja una frase o dos memorable, en The Dark Knight Returns puede haber fácilmente siete u ocho frases para enmarcar. Este tipo de escritura funciona en cómic, ya que en imagen real resulta impostada o incluso ridícula (de ahí que 300 no funcionase en pantalla. Por eso y por convertir a McNulty en una prostituta barata). Así pues, hay un gran número de razones por las que leer The Dark Knight Returns, pero la principal es que esta obra constituye, por derecho propio, un grandísimo producto cultural. Si quieren empezar a leer Batman, esta es definitivamente mi recomendación. g r a n im a g in a d o r . e s La revista digital más bestia Entrevistas Edu Galán, el bonobo de Mongolia Por RODRIGO MORENO “No somos trabajadores. Somos pobres ocupados y con miedo” Quedamos con Edu Galán, uno de los responsables de la sección satírica de Revista Mongolia. Nos espera a la puerta del Ateneo Republicano de Madrid tras presentar las Marchas de la Dignidad previstas para el 22 de marzo. Llueve y nos lleva a uno de sus bares favoritos. Por el camino nos cuenta las batallitas que le suceden en las presentaciones. Total, a los actos gratuitos va gente de todo tipo y no todo el mundo tiene estómago, o sentido del humor, para reírse al escuchar que el Rey podría violarte. Pero puede. Revista Mongolia surge en marzo del 2012, apenas un año después del 15 M. ¿Supuso el movimiento un cambio en las prioridades informativas de la ciudadanía? El 15 M es consecuencia de un cambio, como Mongolia y todo lo que estamos viviendo con estas marchas, de la crisis de la política que se está siguiendo en este país que da lugar a diferentes movimientos ciudadanos y diversas manifestaciones culturales. O sea, yo creo que en este caso la gallina, que sería un poco la sociedad en que vivimos, da el huevo que es el 15 M y que somos nosotros. Todo con sus matices: nosotros con el 15 M tenemos cosas en común y cosas no en común. En general con las marchas tenemos casi todo en común. No sé, van saliendo respuestas a la agresión brutal que supone la crisis a muchos colectivos, es lo que se está defendiendo en esta presentación, desde los trabajadores a los servicios públicos. El pago de la deuda y la presión del Banco Central Europeo, Merkel… hacen que surja esto como respuesta a eso. Unos meses después, en enero de 2013, vemos que también surge La Marea. Otro medio también mensual, también de izquierdas y también proveniente de Público. ¿Hasta qué punto se estrechan vuestros lazos? Muchísimo porque nosotros, como sabrás, somos seis: Fernando Rapa, Darío Adanti, Eduardo Bravo, el editor Gonzalo Boye y luego estoy yo y Pere Rusiñol. Él y Fernando Rapa fueron, respectivamente, el subdirector de Público y el director de arte de Público. Cuando en Público Roures hace esa atropelía infame, que nosotros hemos documentado de sobra tanto en la revista como en la recopilación Papel mojado sobre el estado de la prensa, sale una serie de periodistas con una formación brutal y unos contactos brutales en el mejor momento de su carrera. Surge a partir de ahí La Marea, que antes era MásPúblico, surgen también Mongolia, Materia, Eldiario.es e Infolibre. Todos compañeros que creo que nos dirigimos más o menos a un público similar con nuestros matices, es decir, nosotros somos los más berracos en nuestra parte satírica. Luego tienes la parte real que de berraca no tiene nada, es muy seria. ¿Qué características concretas tenía Público como para que hayan salido tantas cosas de ahí? Bueno, yo creo que tenía una plantilla de trabajadores 26 estupenda; gente con muchísimo talento. Tú ves nombres en la época como Nacho Escolar de director, luego estuvo Maraña. Son gente de mucho talento. Durante un tiempo estuvo Ekaizer, Pere Rusiñol estuvo de subdirector y después tenía una serie de redactores y redactores jefe impecable. Pienso ahora, y seguro que me dejo alguno, en Patricia Fernández de Lis y muchísima gente. También culturales como Peiro Riaño, que ahora está en El Confidencial. Además tenía una cosa que para mí es incomparable: un genio como director de arte que es Rapa. En mi opinión Fernando Rapa es probablemente uno de los grandes genios del diseño editorial. Todo eso en un mundo como el nuestro que se basa en la imagen, en el que no solo importa el fondo sino que importa la forma también, es esencial. Entender cómo comunicar a tus lectores en Mongolia nos obsesiona mucho y utilizamos un formato que capte el lector. Que entre primero al formato y luego ya leen tu fondo. En Mongolia es una de vuestras señas de identidad claramente. Vemos portadas inspiradas en carátulas de discos con gran colorido. Cuando compré mi primer ejemplar “España tiene una salida: Barajas” fue por la portada. Vi aquello y pensé: “¿Qué demonios es esto?” Claro, le pasó a muchísima gente. Ese número uno no lo contamos a nadie porque pensábamos que era muy imposible que alguien hiciera lo mismo. Obviamente no como una parte real, pero si el que sacaran una revista satírica. No se lo contamos a nadie, ni siquiera a mi queridísimo Jordi Costa, el crítico de cine de El País. Se lo encontró de pronto en el quiosco, le ocurrió lo mismo que a ti, vio la portado y dijo: “¡Joder! ¿Pero esto a una Virgen. ¿Esto es realidad? Es una broma. Hay determinadas cosas con las que, para ese público que te sigue, les dices que si piensas como yo creo que te puede interesar esto. Y te lo voy a contar de una manera que sea sátira. Voy a usar las "Hacen falta más lectores y periodistas que sepan de muchas cosas bien" qué es? ¡Esto es cojonudo!”. La revista la llevábamos Darío Adanti y yo, que somos íntimos amigos suyos y nos dijo: “Pero qué cabrones, no me habíais dicho nada”. Era sobre todo para que nadie se adelantase y luego ocurrió que en 2012 nos echaron de nuestros trabajos. Entonces, ya que teníamos un proyecto y aunque no contábamos con toda la financiación que nos habría gustado para arrancar… arrancamos. Habéis estado, por ejemplo, presentando las marchas por la dignidad en Madrid. ¿Creéis que podéis servir como catalizador de un pacto entre izquierdas? No somos catalizadores de nada. Tú expresas lo tuyo y puede haber mucha gente con tus ideas que se apunte. Les interesa que haya una voz que se exponga al Juzgado, pero alguien tiene que hacerlo. Yo no me siento portavoz de nadie. Básicamente a lo que aspiro es a lo que hace Mongolia: señalar ciertas informaciones que a lo mejor te pasan desapercibidas como que el Ministro del Interior condecore a una Virgen. Es que es una puta broma. Parece un puto chiste, ¿ves? Te ríes y aún no he dicho nada. El Ministro ha condecorado herramientas del humor y voy a decir, yo qué sé: “El Ministro cree en una mujer del espacio, ¿por qué no condecora a Spiderman que también es un personaje de ficción?”. Entonces te ríes porque si vas al enlace y ves la sinvergonzonería loca de este señor entiendes que las creencias religiosas chifladas son las que marcan su política. Está directamente relacionado, aunque parezca una broma, que el Ministro condecore a una Virgen con que se limiten los derechos de las mujeres. Porque hay unos señores que son vírgenes, se disfrazan de colores y eso parece el Gay Parade. Dicen (adopta un tono burlesco) “Yo es que hablo con un señor que está en el espacio y soy su representante en la Tierra”. Esto es una puta broma, ¿estás de broma? No sabes más de lo que sé yo sobre la vida y la muerte pero te arrogas la capacidad de ser el portavoz de un ser imaginario con el que, aparte, culpabilizas y achantas a mucha gente. Esto es una puta broma. Entonces nosotros queremos decir a nuestros lectores que esto está ocurriendo porque vivimos en una sociedad de la sobreinformación. Las cosas se olvidan de una semana a otra la semana pasada fue los verificadores de ETA pero ya no se acuerda ni Dios y fue una cosa importante. No sé si os habéis dado cuenta pero hemos vivido cosas que son muy locas, ¡ha dimitido un Papa! Eso es inédito en la Historia de la Humanidad, solo ha ocurrido dos veces o tres pero por presiones políticas. Que el Papa diga “Estoy cansado de esta mierda” es inédito (ríe) ¡pero lo vivimos como algo normal! Lo vivimos como una noticia más “¡Oh, mira! Ha dimitido un pobre viejito, ahora ponen a otro viejito nuevo diciendo barbaridades”, ¡pero es increíble! Es un momento histórico muy loco. Hemos visto abdicaciones de reyes. Hemos visto a un señor, que es el yerno del Rey, que está empapelado. Es que es de locos. Estamos viviendo una época, en mi opinión, trágica y a la vez cómica y a la vez apasionante. A lo mejor el chiste sale solo simplemente contando la actualidad. Hay cosas que sí. Nosotros somos muy fan, en ciertas cosas, de no tocar nada. Hay otras que las tienes que exagerar. Por es que el Ministro es mucho de chupar la hostia. ¿Cómo voy a decir yo que el Ministro le quiere chupar la polla a un cura? Además, que al cura no le gustaría, ellos son más aficionados a los niños A lo mejor se le queda grande Claro (ríe) ¿A ti te preocupa que la gente se quede con el humor y eso sirva de inmovilismo? Efectivamente, eso es muy duro. Vivimos en una época en la que hay programas, que a mí me encanta Benny Hill, pero es el humor por el humor. Tiene que existir un programa de estar una hora y media a ver quién dice la cosa más ingeniosa. Pero nosotros no queríamos hacer eso, hacemos obviamente titulares que son humor por humor porque no somos unos intensos de la hostia, pero la idea es que vaya un poco más allá y mediante la risa te des cuenta de las cosas y actúes. Que vayas a las marchas y te informes, actuar es informarse. A mí me estalla la puta cabeza cuando vas a una marcha, preguntas por la Ministra de Empleo y no saben decirte "El humor, lo decía Bergson, consiste exactamente en romper una secuencia lógica de cosas" ejemplo, en la presentación que he hecho ahora se ve una imagen del Ministro del Interior con un cura dándole la hostia y he dicho “Cómo le gusta chuparla, ¿eh?”, Todo el mundo “¡Jajaja! Sois de izquierdas pero sois unos guarretes”. Me refería a la hostia, quién es. Es que no puede ser. Es una señora que dice que la Virgen de Fátima, es una integrista, va a ayudar al empleo. ¿Estamos chiflados de la puta cabeza? La Virgen de Fátima es un puto trozo de madera. Es como decir que el pájaro loco va 27 a ayudar a España. Es ese nivel. Te ríes porque es verdad. Siendo materialistas y objetivos es lo mismo decir que la Virgen de Fátima va a ayudar al empleo que decir que va a hacerlo Spiderman. Es una puta chifladura. Entonces nosotros a lo que aspiramos es a que se rían pero que lean. Leemos más que nunca pero se hace demasiada lectura en diagonal y escribimos mucho. Escribimos demasiado. Hacen falta más lectores y periodistas que sepan de muchas cosas bien. Con un conocimiento más pausado y sedimentado. Eso es. A un periodista no se le puede pedir que sepa de todo porque eso es imposible, pero que sepas de qué está hablando la gente. Por ejemplo, no me gusta la danza pero como periodista, aunque soy psicólogo, tienes que saber un poco de todo y luego ya ahondar en aquellas áreas que te interesen más como persona. Yo creo que falta eso, falta leer. Quizás leer menos periódicos y más libros También, las dos cosas. Y ver más televisión. Yo veo Sálvame y hay que ver como su formato llega a tanta gente. ¿Hay cosas de Sálvame como formato que se puede usar en los espectáculos? Pues sí. A lo mejor puedes en mitad del espectáculo mirar el móvil, eso lo utilizan cada poco, y decir que te están mandando un mensaje de la hostia. Hay que utilizarlo a tu favor, no para hacer un programa de mierda pero utiliza el formato. Que a Sálvame lo vea mucha gente implica que usa unos códigos de los que hay que aprovecharse para contar 28 cosas realmente importantes. Son unos recursos que tienes que aprovechar porque sabes que funcionan. Claro. Yo cuando leo Cuore me quedo con muchas cosas porque me parece una revista impecable en el formato. Luego es una ratería sacar a la gente, pero debes quedarte con el formato cuando quieres hacer un mensaje masivo. Por ejemplo, poner a Franco crucificado. ¿Cuál es el objetivo? Son dos signos muy potentes la crucifixión y el careto de Franco, que es inconfundible. Eso es un impacto tanto para bien, que te van a aplaudir, como para que digan “Esto es una vergüenza, al Tradicionalmente, en el siglo XIX, el periodismo satírico tenía un mayor equilibrio. También había medios conservadores, quizás porque tenían menos problemas para saltarse la censura, pero hoy por hoy estamos viendo que los que destacan son los de izquierdas: el Jueves y vosotros. ¿A qué se debe este desequilibrio? Lo dice el propio nombre y lo has dicho tú. El humor conservador, que existe y hay algunos ejemplos maravillosos, no funciona. El humor, lo decía Bergson, consiste exactamente en romper una secuencia lógica de cosas. Si un tipo va por la calle y se resbala con un plátano te partes el culo porque no ocurre normalmente. La gente va por la calle y no se resbala con un plátano. Chaplin va por la calle y de pronto se le caen los pantalones, pues te partes el culo. Eso es romper la secuencia lógica de cosas; transgredir. Y la derecha no se reconoce precisamente por eso sino por lo contrario. En la cabeza de la derecha el señor impecable debe ir siempre por la calle impecable. En la izquierda no, lo que queremos es que al señor se le caigan los pantalones. Aunque no debes caer en hacer humor sobre gente más débil que tú. Yo estoy encantado con una escena maravillosa, que es cómica, en la que Botín le da la "El Rey podría matar a una persona (otra vez)" mano al Rey en un campeonato de Fórmula 1 completamente vestido de rojo y con pantalones cortos. Es una escena impagable, te partes el ojete. Además te partes el ojete porque el muy gilipollas se ha vestido así. Es que hay que ser imbécil para vestirse todo de rojo. ¿Cómo conseguisteis abriros paso frente al Jueves cuando ya llevaba una tradición satírica muy importante de 35 años? El Jueves son compañeros, Darío Adanti trabajó en el Jueves mucho tiempo y si lees las dos revistas no tenemos nada que ver. Somos como mucho complementarios. Hay gente de un talento abrumador, está Vergara y mi querido Pedro Vera con su Ortega y Pacheco, que trata de dos pueblerinos que la lían parda (grita) “¡IEEPA!” Ha creado una sección que habréis visto en Twitterque se llama #ranciofacts y trata de cosas rancias que te dicen por España. No sé, de viejos. Esta semana era sobre perros (adopta tono burlesco) “Los dóberman se vuelven locos. Cuando son viejos les crece la cabeza y chiflan” (ríe) Eso es un #ranciofact brutal. Es algo que roza el cuñadismo Así es, son frases hechas una y otra vez que quedan instaladas y son divertidas. Como el “Jefe, campeón, ponme dos más”. Ese es un #ranciofact de la puta y Pedro lo ha sabido entender porque es un genio. Pero eso, somos complementarios Sí que es cierto que el Jueves ha tenido secuestros. Ha tenido gran protagonismo, ha salido en la televisión. En Francia Charlie Hebdo ha tenido episodios cercanos al atentado, ¿por qué a vosotros, con lo burros que sois, no os suceden esas cosas? Solo nos pasó una cosa con El Corte Inglés, que retiró nuestros ejemplares por lo de “El Peñón Inglés”, un chiste tonto. Aquí lo que no funciona, hay que ser gilipollas, es la denuncia directa. Lo que hacen es vetarte y avisar a los anunciantes para que no se publiciten. Juegan a eso porque tardas menos. Al final cuando te cagas en la madre del Ministro del Interior, lo que hace el Ministro de Interior es pedir tu expediente o pincharte el teléfono. Hay que ser idiota para ir a un Juzgado. Sales en la prensa, tienen que pagar las costas, Gonzalo tiene todo cerrado y si nos llevan al Juzgado están jodidos porque vamos a ganar. Entonces dicen “Manolo, no te anuncies ahí. Son muy bestias, usan un lenguaje muy bestia y se pasan tres pueblos”. Nosotros nos pasamos tres pueblos pero lo hacemos de una forma consciente. En nuestro equipo hay gente muy lista que le da muchas vueltas al coco. Darío lleva siendo dibujante mil años y es un genio absoluto. Rapa es uno de los mejores directores de arte. Bravo es licenciado en Derecho y sabe muchísimo de muchas cosas, trabajó en RNE. Pere fue subdirector de Público. Gonzalo Boye es uno de los abogados más prestigiosos de este país. Que además os asesora para que no os metáis en fregados Así es. Joder, que venimos leídos de casa. Somos muy burros, de acuerdo, pero está todo calculado. No somos unos punkis que destrozan esto. Yo estoy licenciado en Psicología y fue profesor universitario, hostia. Son burradas muy controladas y estos juegan a “No te metas ahí, que son muy bestias”. O te vetan o te piden el historial. Como Darío y Rapa son argentinos y Gonzalo es chileno te preguntan si tienen la nacionalidad y todos los papeles en regla. Juegan a eso, que es mucho más barato que ponerte una denuncia. Quizá también el poder, sabiendo todo lo que tiene que callar, prefiere no echaros la bronca para que no se airee aún más. También, esa es otra. Aparte de que cuesta mucho dinero. Si el Rey pone una denuncia porque han anunciado a su hija eso abre portadas y las portadas están por todas partes. Nosotros la final tenemos 40.000 ejemplares que están en los quioscos y que la portada de “Hija de los Reyes de España imputada” (hija de puta) la ven como mucho un millón de personas. Y se les olvida porque ocurren otras cosas. En cambio, si denuncias ya sales en todas partes. Lo mejor que os puede pasar es que os secuestren un número. Sí, pero es un poco triste. Puede ocurrir, pero viendo lo que pasa en España nuestras portadas son completamente realistas. En nuestro número dos decimos “El Rey podría violarte”. Es cierto, podría violarte y no pasaría nada. Podría ir desnudo por la calle, podría sacarse la chorra y mear en un bar. Podría bajarse cosas de Megaupload. Podría matar a una persona. Otra vez (ríe). No le pasaría nada. A la Monarquía le interesa más estar calladita. Sí, claro, pero con todos los medios críticos. O sea, el otro día cuando Évole hizo un debate 29 Estos señores con quien follen implica que va a haber un siguiente señor con los mismos privilegios y encima nos dicen “No, no, el siguiente señor que nazca de mi próxima follada va a tener los mismos privilegios que yo y la señora pero no te quiero contar con quién follo”. No, no, perdone usted. Usted está a nuestro sueldo y yo quiero saber con quiénes follan cada una de las personas de su familia y si no lárguense y gánense la vida. Quieren los privilegios medievales pero los derechos del siglo XXI. El derecho a la intimidad del siglo XXI pero mis privilegios medievales. No, maestro. O vamos al siglo XXI y te piras o vamos a lo medieval y lo sabemos todo de ti. Cuando este señor, Urdangarín, manda mails no son privados. Este señor no tiene privacidad. Está casado con la "No puedes contar lo que está pasando y encima salir en sus medios" después de lo del 23 F y enseñó nuestras portadas “Hija de los Reyes de España imputada” y “Mongoliú” eso son cinco millones de espectadores y a la Monarquía le tocó los huevos seguro, pero dicho esto si nos denuncian les va peor. Nos califican de burros y tal, pero ahí detrás hay una crítica brutal a estos señores que por pura casualidad tienen unos privilegios que yo no entiendo bien por qué, cobran de todos nosotros no entiendo bien por qué y luego encima quieren tener vida privada. Esto es otra cosa que a mí realmente me fascina. tercera en sucesión al trono, ¿cómo que privacidad? Este señor si la mete y preña a una tenemos un lío de la polla. Es el duque de Palma, empalmado como te decía. Es muy duro que te echen en cara, hasta la izquierda, que publiques mails de Urdangarín como si tuviera derecho a la privacidad. Esto es una broma. De eso quería hablarte precisamente. Yo os he visto en la 2, en algún programa cultureta, en alguna tertulia de El gato al agua o El cascabel al gato. El otro día por ejemplo en la sexta, pero os veo muy poco 30 en televisión a pesar de que vosotros tuvisteis la primicia de los mails de Urdangarín o la sección de Reality News cada vez está ganando más peso. ¿Por qué eso se ignora? En primer lugar porque decimos las cosas de forma muy cruda, que no es lenguaje televisivo. La televisión tiene otro lenguaje como tú sabes perfectamente. Y también tenemos una sección en el Reality News que se llama “Perro come perro”. En periodismo dicen que en medios no saques jamás noticias sobre otros medios. Yo no voy a sacar el ERE de El País en El Mundo porque cuando yo tenga un ERE me va a cagar El País. Nosotros hemos roto esto y hemos sacado una sección de “Perro come perro”. En el último número del MongHola! Hablamos de la destitución deAntich al frente de La Vanguardia y su sustitución por Màrius Carol y la destitución de Pedro J.a la puta calle. Esto te crea muchos enemigos en los medios. Y más aún con lo de Papel mojado. Efectivamente. Tú cuando pones en portada a Pedro J, y a Cebrián nosotros en PRISA aparecemos lo justo y gracias a que aún queda gente íntegra que te saca porque piensa que lo que cuentas tiene importancia. Si no no saldríamos nunca porque sabemos que existe un PRISA una ley del silencio. Es una empresa privada y si sacas mierdas de su presidente y las juntas de accionistas es muy duro. No puedes contar lo que está pasando y encima salir en sus medios. Eso es una ridiculez. Tú cuando tienes un medio de comunicación no tienes una mercería y eres un interlocutor entre lo que ocurre importante y las personas que lo leen. Es un puto servicio social y si quieres tener un ático en Manhattan dedícate a la puta bolsa. Dedícate a algo que dé dinero de verdad. El periodismo tiene un puto servicio social al igual que la psicología. Por eso me siento muy cercano al periodismo. Hostia, yo como psicólogo no puedo recomendar terapia continua a alguien solo porque cada vez que viene me saco 80 o 90 euros “No, no, es que no te quiero dar de alta todavía” Hablemos de tus padres (Ríe) Eso, hablemos de tus padres. “No, es que de tu problema tenemos que analizar otro poco”.Ris, ras, Tomás (se golpea la palma de la mano con el puño) No, compañeros, nos dedicamos a algo que es un servicio social que se basa en lidiar con los trastornos y dificultades de la vida de las personas y los tienes que resolver. Y en vuestro caso sois los interlocutores entre lo que ocurre y a lo que la gente no puede llegar y esa gente. Coño, tienes una responsabilidad con decir tu verdad, ahí está la ideología, y tienes una responsabilidad muy seria. Esto no es (adopta un tono burlesco) “Me voy a montar un periódico, voy a regalar los discos de los Beatles y me voy a forrar”. No mira, de verdad, dedícate a montar un bar en vez de regalar discos de los Beatles o una cubertería de España como hacen estos. O directamente a la prostitución y te saltas intermediarios. Efectivamente. Yo, cuando hablan los liberales de que el mercado lo mueve todo les digo “Pues nada, monta un buen negocio de cocaína. Legaliza la cocaína, que a mí me parece de puta madre, y nos metemos todos rayas. Y si yo me pego un rayazo, como vosotros no defendéis los servicios de sanidad públicos, el que se pueda pagar una clínica de rehabilitación bien y el que no pues que se quede muerto de un jamacuco y ya está”. Es todo como los cristianos con la Biblia “Esto de honrarás a tu padre y a tu madre… es que mi madre es una hija de puta, paso. Paso de este mandamiento. Esto de desear la mujer del prójimo… es que las hay muy putas. Pues paso de esto también”. O lo compras todo o no compras nada. Esto me parece un poco loco sobre todo en cuestiones que organizan la sociedad. Tú también escribes en Cinemanía, ¿cómo ves que la población española sea tan crítica con los Goya o el cine español no esté tan "Tú no puedes dictar que a un señor le metan en la cárcel, aunque sea el mayor criminal del mundo, saltándose las leyes" 31 respaldado? Bueno, lo primero es agradecer al Ministerio de Cultura que tenemos, que es otro integrista que parece que no está a sueldo de todos los españoles, que está a sueldo del PP, ¿no? Cuando está a sueldo de todos los españoles y es la representación de todos los españoles. Es una falta de respeto enorme que no vaya a los Goya. Es una vergüenza. Decía Esperanza “No estamos aquí para escuchar los pitos”. Vale, pues tampoco los aplausos entonces. O sea, es que estáis ahí para eso. Os ponemos ahí para que estéis apoyando a los actores y actrices. Ahí, ahí debería estar. Y el cine español está siendo masacrado. O sea, el IVA ha sido… aparte ya de las dificultades que tiene: la piratería y tal, el menosprecio constante de los gobiernos de derechas a algo de lo que se les llena la boca. De verdad, porque es que no se sacan de la boca la Marca España. Joder, tenemos representantes de la Marca España como Javier Bardem que es la hostia, tío. Es que no nos damos cuenta, pero es un señor que ha ganado un Oscar. Hay que ganarse un Oscar. Hay mucho lío para ganarse un Oscar y él se lo ha ganado. Es un representante de la Marca España al nivel de Nadal y con sus opiniones políticas ¿Por qué no va a tener opiniones políticas? O sea, ¿qué queréis? ¿Que todo el mundo diga lo que os sale a vosotros de la polla? No, mira, estos señores tienen opiniones políticas que son contrarias a las vuestras, pero por respeto y por lo que venden tan bien España deberíais aparecer en esas galas en las que está una industria representada. O sea, hay un pie de la cultura que es muy importante que es el cine español. Que debes estar, pero como es un verdadero cagón va de “Soy un toro bravo” y tal y pero de toro bravo nada. Es un cagón absoluto y se inventa una cita en Londres. Y luego me molesta profundamente ese machaque constante con las subvenciones. O sea “Titiriteros subvencionados”. Ya, como la industria del automóvil o las minas. ¿Y? Obviamente hay películas que no van a recaudar y se hacen para estas cosas locas. Que mejore la humanidad, ¡puta chifladura! DaVinci tenía subvenciones del Estado, ¿y qué? Las películas de Erice como Sol del Membrillo, que documenta cómo Antonio López pintaba un cuadro, ¿cuánta gente va a ver eso? Pues igual muy poca, pero son documentos que hay que tener porque son una representación del país en que vivimos. Pues nada, esto es machaque absoluto “Es que el cine español, y tal”. Y luego teniendo en cuenta también que las producciones o las distribuidoras norteamericanas copan las salas. Porque yo te vendo Harry Potter, pero si tú tienes Harry Potter, también tienes que tener otras siete que a mí me interese tener ahí. Entonces es una lucha muy desigual que el Ministro se encarga de hacerla todavía más desigual. Entonces, en lo que se supone que el Ministerio debería ayudar… pues no. ¡Más hostias! Pero bueno, es así. ¿Por qué el español va tan poco al cine español, ahora que el cine está tan barato los miércoles, por ejemplo? Nada es unívoco. Tiene muchas causas. Lo primero, hay que ser autocrítico. A lo mejor no todas las películas españolas son tan buenas. También hay que valorar la promo que tienen los estrenos norteamericanos. Yo he visto películas españolas que a mí no me gustan nada que con una buena promo, han petado. Las de Mario Casas, estas de Moccia que me parecieron horribles todas. O Las Brujas de Zugarramurdi, que me gustó mucho más. ¿Y esto por qué ocurre? Porque tienen el aparato promocional de Antena 3 o Telecinco detrás. Entonces, claro, es la hostia esto. ¿Es que el cine español es malo o tiene poca promoción? Las dos cosas. Hay cosas que son malas y hay cosas que son buenas. Es que se puede decir “El cine español es malo. No va. No me gusta”. Ya, pero es que en este mundo, la promoción es la hostia. ¿Qué futuro le ves a Revista Mongolia? ¡Mucho! Ahora estamos con la revista. Sobre todo es un futuro de hacer cosas diversas con el mismo tono. Cuando cambias de formato, el tono se ve afectado. Pero nuestra idea es hacer muchas cosas diferentes. Por ejemplo, nuestra idea es sacar algún libro más, como hicimos con El Libro Rojo o Papel Mojado; estamos con Mongolia, el Musical. Vamos a celebrar el aniversario ahora, en abril, yo que sé, hacer muchas cosas diferentes porque 32 somos pobres y autónomos. Entonces, claro, hay que hacer muchas cosas diferentes. Pero sí que tenéis una buena tirada. Al fin y al cabo sois algo un poco grande. Sí, la cosa va bien. Pero tanto creativamente como económicamente a nosotros nos encantaría poder dar empleo a más gente, pagar un poco más a los colaboradores, y cobrar nosotros un poco más. Estamos en ese proceso y para ese proceso no solo da el papel. Vamos a lanzar una nueva web en nada. Es un poco esa historia de, por la parte económica y creativa, hacer otras cosas. A mí me interesa mucho salir a hacer shows. ¿No te da vértigo el que según vayáis engordando tengáis más anunciantes y vaya imperando más una censura? Nah… ¿Cómo combatís la censura? ¿No tenéis en Mongolia censura de ningún tipo? Sí, la legal, claro. Tú a Gonzalo le dices “voy a decir que un conocido periodista de derechas se mete unos rayones de la puta de su madre” y te dice “Bueno, sí, pero si pones el nombre no”. Claro, a mí me apetecería decir que tal conocido periodista de derechas es un cocainómano e hijo de puta, pero claro no puedo poner el nombre porque nos cae una demanda. Entonces, ¿un chiste vale 36.000 euros de demanda? Pues no, no para mí. Si es el mejor chiste del mundo sí. Si es un chiste que yo lo suelte en Gambia y la gente se parta el culo. Yo digo “Bueno, por 36.000 euros pasaré a la historia”, pero como no se va a reír la humanidad completa pues paso. Un poco parecido al sketch de los Monty Python en el que crean el mejor chiste del mundo y lo utilizan como arma ofensiva. ¡Eso es! Justo. Es buenísimo, no se paran de reír. Es crear el chiste perfecto, que se ría todo el Jordi Évole esté desmerecida porque haya hecho un falso documental al igual que, yo qué sé, hay muchos ejemplos en Estados Unidos de gente que hace falsos documentales y su credibilidad no es menor. Además es un género propio: el mockumentary. Un género que está consolidado. Sí, sí. Está consolidado. Es como si dices que Orson Wells al hacer "Se empiezan a meter España en la puta boca y la Constitución en la puta boca pero la Constitución dice que todos tenemos derecho a una vivienda digna y a un trabajo" mundo sin diferencias culturales. Eso sí me cuesta 36.000 euros. Pero un chiste sobre un mierdas no. O chistes sobre víctimas del terrorismo, que son ilegales. Hay víctimas del terrorismo que tienen su lío mental. Han pasado una tragedia, pero eso no les da derecho a ser juez y parte. Al igual que a mí no me da derecho a juzgar a la persona que, yo qué sé, que haya violado a mi hermana. No sé qué pensarás del término “nuevo periodismo” que se está acuñando en torno a Jordi Évole. Es un periodismo más informal, pero más incisivo. Es lo que en norteamerica se llama Infotainment, que es lo que hace Bill Maher. La verdad es que Jordi es un genio. O sea, es que no hay otra palabra para un genio. Incluso desde el periodismo se le denigra en determinados momentos por utilizar recursos humorísticos. Yo no creo que la credibilidad de La Guerra de los Mundos, su prestigio y su credibilidad ha disminuido. Él porque se dedicaba a la ficción, pero si hubiera salido en la tele contando algo, su credibilidad está intacta. Es un creador que busca caminos diferentes para contar cosas o para denunciar cosas. El falso documental de Jordi Évole, fuera de su calidad artística, que en mi opinión es mejorable lo que ha hecho es una cosa importantísima. Y se debe aplaudir. Porque es un paso adelante. Y que este país te meta un meneo por algo que ocurrió hace treinta años es un poco loco, eh. Nosotros en El Libro Rojo hacíamos lo mismo que Jordi Évole. Hay una historia en El Libro Rojo que mediante los datos, hacíamos que Gutiérrez Mellado era el golpista y Tejero el que nos salvaba. Ahí está todo escrito. Está todo sujeto al falso documental. El terrorismo que tenemos ahora más que un tejerazo es 33 un tijeretazo. Sí, ese es un terrorismo constante, un terrorismo de terror. Se dedican a meterte miedo con los recortes. Y luego juegan mucho con la doctrina del shock. Se dedican a decirte: “Va a ser la hostia. El recorte que vamos a hacer va a ser la hostia. Te vas a quedar fuera de casa, vas a estar hundido”. Entonces la gente protesta. “Bueno, la verdad es que solo te vamos a echar de casa”. Y entonces la gente dice: “Ah, entonces sí, gracias.” Truco viejo. ¿Es volver también un poco a una forma de amenaza medieval? Sí, es una forma de funcionar. Las sociedades de la información funcionan mucho con la amenaza y el miedo. Entonces te deja inmóvil. Es este gobierno que tiene muy instalado la Ministra de Empleo y el Presidente, es la idea de “Estamos creando empleo. Lo que hay que hacer en España es crear empleo porque cuando tienes empleo España va bien” y esa mierda que tienen en la cabeza. Ya, ¿pero qué empleo? En la revista Alternativas Económicas dice que aproximadamente un tercio de las personas empleadas, a pesar de estar empleadas, viven en el umbral de la pobreza. O sea, que tienes pobres ocupados. No son trabajadores. Son pobres ocupados y con miedo. Con miedo a manifestarse porque pierden su sueldo de mierda, su único ingreso, y ocupados. No tienen tiempo para protestas, dicen “Tú ya estás trabajando, no me líes” y para las estadísticas queda de puta madre. Tienes trabajadores cansados, sin posibilidad de protesta y con el miedo este que te meten siempre de que fuera es muy duro. A mí me recuerda un poco a la figura de Oliver Twist que le dan lo justo de comer para que no tenga fuerza para escaparse. ¡Justo! Es una muy buena imagen. Te dan el trabajo basura justo. El minijob. Que tengas muchos minijobs o que seas autónomo. Esta mierda del emprendimiento “Venga, hay que emprender. La ilusión de emprender”. Primero hay que tener un proyecto para emprender. ¿Emprender a qué? Emprender a quemar las calles. Yo siempre digo que emprendo mucho la huida. Es una puta estafa. Estás creando un país de autónomos. Es una puta estafa porque un autónomo no tiene derecho a paro ni tiene derecho a nada. Dentro de dos años dirán “¡Un millón de personas más están cotizando a la Seguridad Social!” ¡Tongo! Se lo han creado ellos y tienen un empleo precario. Esa es la clave. El empleo no es el empleo precario. En las marchas del 22 M se reclama un trabajo digno. Porque estos la Constitución la utilizan para lo que les sale de la polla. “¿Derecho a la vivienda? Bueno, si no robas”. En cambio con lo de España es indivisible “Ah, esto de la Constitución sí me gusta”. Se empiezan a meter España en la puta boca y la Constitución en la puta boca pero la Constitución dice que todos tenemos derecho a una vivienda digna y a un trabajo. Coño, que eso es lo normal para un país. Pero no, estos los derechos básicos se los pasan por el puto forro de los cojones. Pero en cambio, cuando la Constitución es Cataluña que se separa o lo que sea ya no. Es una puta broma. Es eso de “Leo lo que me interesa”. Y eso es un truco chungo. Después de esto, Edu desapareció. Hay quien dice haberle visto en presentaciones de actos o shows; otros, sostienen que le hicimos hablar tanto que ahora ha abrazado la devoción trapense y el voto de silencio. Lo dudamos. Francisco Marhuenda Por LUIS FREIJO y RUBÉN OMAR MENDOZA “Duermo cuatro horas. Aprovecho mucho el tiempo” Francisco Marhuenda viene a buscarnos a la sala en la que tienen lugar los Desayunos informativos de La Razón, donde hemos estado esperando. Se disculpa por el retraso, que se ha producido debido a la visita imprevista del vicepresidente de Disney, lo cual ha trastocado su agenda de la tarde. Subimos un piso y entramos en su despacho, que está literalmente abarrotado. En las paredes hay colgados mapas urbanos de ciudades coloniales, así como varios teléfonos antiguos. En la mesa junto a la que estamos sentados aparecen colocadas una serie de carpetas, además de otros documentos y un ejemplar de la revista One. Al lado de la puerta hay cajas apiladas, que contienen libros de este acérrimo coleccionista. La otra mesa del despacho, que tiene el ordenador, está presidida por una pequeña bandera española. Una bicicleta antigua descansa apoyada junto a un juego de miniaturas del Antiguo Egipto. Un cuadro de Cristóbal Colón clava fijamente su mirada sobre nosotros, y a su lado hay un perchero en el que cuelgan cascos y gorras de uniformes militares. Lo que más llama la atención, sin embargo, es la magnífica colección de máquinas de escribir antiguas, que se alternan en una estantería con miniaturas de coches antiguos. La impresión que da al ver su despacho es que tiene usted vena de coleccionista. Bueno, es divertido. Coleccionar cosas siempre es un ejercicio intelectual atractivo. Yo lo que realmente colecciono son libros, y luego máquinas de escribir. Eso es básicamente lo que colecciono. Pero bueno, las máquinas de escribir hace ya tiempo que no, como tengo casi completada la colección ya no compro ninguna, porque las que me faltan son tan caras que no me son relevantes para la colección. Respecto a los libros, hemos leído en una entrevista que tiene una nave en la que guarda sus libros. Por favor, háblenos de eso, porque es impresionante. Sí, yo tengo una cifra importante de libros. Deben de ser como 60.000. Veis que tengo aquí todo lleno de cajas para llevar a la nave (señala a un montón de cajas apiladas en el despacho). Tengo la nave con muchísimas cajas, pero todavía no he tenido tiempo de hacer el diseño de estanterías y de todo. Tengo unos 60.000 libros y va creciendo, claro. Además, tengo también el archivo de papeles, etc, que ahora lo tengo dividido entre mi casa de Barcelona, la casa de mis padres de Barcelona y la casa de aquí, de Madrid, más la nave industrial, que está en Valdemoro. Me imagino que la colección va creciendo a más velocidad de la que le da tiempo a leer. Sí, sí, por supuesto. Pero los libros son siempre una buena compañía. Tener un libro de papel es muy grato, es muy grato poder estar leyendo tranquilo y que sea en papel. Para vosotros, que sois más jóvenes, entiendo que todo esto de los ordenadores, los iPad, los libros electrónicos, etc, no es que sea el futuro, sino que ya es el presente. Pero a mí me sigue gustando mucho el papel. ¿Qué podemos encontrar allí, entre tantos libros? Podéis encontrar de todo, porque hay de todo, pero es cierto que yo ya hace mucho tiempo que me dedico más a lo que es mi actividad docente, a libros de Historia, de Derecho, de Periodismo. Es lo que más voy adquiriendo, y de hecho en esta mesa está mi tesis doctoral de 36 periodismo (señala a una serie de carpetas que ocupan gran parte de la mesa), aquello son todo libros de Historia, así que realmente es lo que más adquiero. Pero bueno, tenéis también una colección magnífica de clásicos griegos y romanos, la famosa Alma máter del CSIC completa, tenéis primeras ediciones de la Generación del 27, de la del 98. Hay allí un montón de libros. ¿Qué género o qué autor le atrae más? No tengo un autor favorito. Yo creo que la literatura española y mundial es tan rica y tan amplia viendo cómo realmente se desarrolló la Historia y qué huecos faltan por rellenar, porque puede que estemos pensando que algo ocurrió de una manera y resulta que fue de otra. El siglo XIX es un siglo muy interesante. La Historia de España es convulsa, es complicada. Tiene periodos interesantísimos, como el Reformismo que empieza con Felipe IV y que sigue con los Borbones… hay periodos muy interesantes. Hay otros en los que no me hubiera gustado vivir. No me hubiera gustado vivir la Guerra Civil, lógicamente, o algunas otras épocas por lo que "El paro real de España debe de estar en el 13 o el 14%" que es muy difícil acotar para quien le gusta la literatura o le gusta la Historia. Me pasa con la Historia también. Mi especialidad es la Historia del Constitucionalismo, pero también doy Historia de España e Historia del Comercio. Al final acabas apasionado por todo lo que es la Historia en general. Me gusta la pintura… Yo soy una persona inquieta y me gusta casi todo. Incluso me apasiona la economía, por la asignatura que imparto de Historia del comercio, no desde un punto de vista teórico sino práctico. Hablemos de Historia, entonces. Si tuviese que elegir un periodo de la Historia de España en el que le gustaría haber vivido, ¿cuál sería? La verdad es que me quedaría en el actual, porque es un periodo muy bueno. Es la típica pregunta que es muy difícil de contestar, porque me encantaría ser un viajero del tiempo y poder ir significaron de horror para la sociedad española. Me hubiera gustado vivir en el Renacimiento italiano. Pero claro, estos periodos son interesantes siempre que uno sea príncipe. Si te toca ser un campesino sometido a la injusticia y el dolor, pues no es tan divertido. La Historia no es la Historia de las películas, sino la Historia de la realidad y la realidad es mucho más dura y cruel de lo que uno pueda imaginar. ¿Sigue las series españolas de época, históricas? He seguido alguna. No tengo mucho tiempo, entre el periódico y la universidad no tengo mucho margen. Pero alguna que he seguido me parece que ha tenido gran calidad. Veo en familia Galerías Velvet, que está francamente bien; he visto Hispania, también. ¿Cómo cree que están documentadas? Están bien. Siempre hay una parte que no se corresponde, o que es una interpretación no ajustada, pero en una serie hay que meter elementos que atraigan. Si se hace una serie de Historia pura y dura, atraerá a los que les guste mucho la Historia, pero ya. Hay que darle una “vidilla”. Pero yo creo que están bien. España tiene un buen sector cinematográfico, con gente con ganas, con buena técnica. Incluso lo que es el atrezzo, la vestimenta de época, está bien. En general, yo creo que están bien. Eso le quería preguntar, ¿cree que el cine español tiene calidad? Tiene calidad, pero a veces hay algunos que no. Sé que esto es polémico. A mí me gusta el cine político, pero no me gusta la politización del cine. Debemos hacer un cine que sea de calidad, pero calidad no significa de brocha gorda, de insulto fácil o de descalificar siempre a los mismos. Si los descalificas, hay que hacerlo con talento. Hay que buscar un cine que sea competitivo, aunque haya que utilizar criterios de excepcionalidad cultural que favorezcan tu cine para que este no se vea laminado por la potencia del cine estadounidense, pero hay que buscar también que el cine lo vea la gente. Si no, es como cuando le dan un Premio Nobel a un poeta que no ha leído nunca nadie, o lo han leído solo cuatro exquisitos. Será muy bueno, pero la gente no te compra. Entonces, ¿cuál es el criterio de bueno, que cuatro exquisitos digan que es bueno o que lo vean centenares de millones de personas? Yo recuerdo la polémica con La guerra de las galaxias. Hoy ya es una película de culto, pero en su 37 momento era despreciada por ser ciencia ficción. Oiga, si lo ven millones de personas a lo mejor no es tan malo. Creo que los intelectuales y los que representan la cultura deberían plantearse eso: si una obra es masiva, a lo mejor no es tan mala. No sólo pueden ser los sumos sacerdotes de lo culturalmente correcto los que deben establecer el canon, sino que el canon lo da el que la gente compre el producto. A veces se ha hecho un cine pensando más en complacer los gustos de los “amiguetes” que en complacer a la gente que ha de pagar la entrada para ir al cine en cada momento, que es distinta porque el precio del cine evoluciona. Sube, más bien. Claro, normalmente sube, no baja. Todo sube. ¿Usted ve películas españolas? Normalmente yo las veo en DVD en casa. No voy mucho al cine, porque mis horarios son bastante malos. Los cines no se adaptan a mis horarios de cierre del periódico. El día que se adapten, podré ir. Bromas aparte, veo cine, pero no demasiado. El sistema de cine español donde la idea es pintar a la derecha como unos cavernícolas, por hacer una caricatura, y con una serie de tópicos lleva a que vista una, vistas todas. Ya no me aporta demasiado. Y, además, prefiero la lectura. Dejando el cine español, ¿en general qué género le gusta, como entretenimiento? Soy bastante ecléctico, me gustan casi todos. De hecho tengo también, está mal que lo diga, una colección de películas y de series de televisión muy amplia. Compro casi todo lo que sale. Depende del día, me apetece ver una cosa u otra. A veces me divierte ver películas de acción, me divierte ver dramas, me divierte mucho la comedia americana de los años 50 y 60, con grandísimos actores; pero también me gustan las películas de acción, ya te digo. O cuando estoy con mis hijas, veo determinadas películas. Y luego me gustan mucho las series. ¿Las series estadounidenses? Sí, me gustan mucho. A veces también me divierte ver series de los años 50 o 60. Cuando ves las series de ciencia ficción de esa época, y ves cómo han avanzado la tecnología y los efectos especiales, es interesante. Ayer veía una serie que es la versión antigua de Battlestar Galactica, y resulta muy gracioso ver determinados efectos especiales, como por ejemplo hacer que alguien parezca el Diablo. Hace gracia, sobre todo comparado con la capacidad tecnológica que tenemos ahora, con la que se hacen maravillas. ¿Ha visto The Wire? The Wire me encanta. Es una de las grandes series. Hay quien dice que es la mejor, aunque eso me parece una tontería. Hay tantas tan buenas que es imposible decir cuál es la mejor. Es como cuando preguntan: “¿Cuál es tu libro favorito?” Me parece una pregunta tonta, hay tantos que no soy capaz de elegir. O cuando preguntan: “¿Qué libro estás leyendo?” Yo siempre leo varios libros a la vez, nunca he leído uno solo. Tengo varios abiertos. Esta mañana he cogido uno que hacía tiempo que no tenía, porque lo había perdido. Es de Joan Reglá, Estudio sobre los moriscos. Queda un poco friki, pero es como cuando la gente dice: “¡Hombre, el Quijote! Qué bueno es el Quijote“, y yo me pregunto: ¿lo habrán leído? Como Guerra y paz de Tolstói. Parece que hay que decir que te gustan esos libros. Por ejemplo, a mí me gusta Shakespeare representado, pero en cambio leer teatro nunca me ha divertido mucho. Pero para parecer culto e inteligente tienes que decir que lees a Shakespeare. Pues fíjese, a mí Shakespeare me parece muy divertido incluso leído. Yo, en cambio, tengo menos afición a leer teatro. Te entiendo, y lo puedo hasta compartir, pero no me gusta mucho leer teatro. Prefiero verlo. ¿Qué es lo último que ha visto en teatro? Uf, hace muchísimos años que no he visto teatro. Puede hacer diez años. Tengo el mismo problema que con el cine. Mira, el otro día hablaba con un amigo sobre la pereza de ir a ver teatro ahora que te lo modernizan y te lo reconvierten. Hablábamos de El caballero de Olmedo reconvertido en una obra con actores con vestimenta actual. Si quieres ver a Lope de Vega, o a Shakespeare o a quien sea, lo quieres ver de la época suya, no disfrazado de época moderna y reconvertido. Hay clásicos como Romeo y Julieta, o determinadas óperas, que si están reconvertidos se convierten en las elucubraciones psicodélicas de actores pretenciosos. Oiga, puede decir que su obra está inspirada en Lope de Vega. Si es así, vale. Ponga que está inspirada, pero no ponga que es de Lope de Vega. Es más, Lope de Vega 38 abominaría de esa interpretación de, por ejemplo, El caballero de Olmedo. Quizá tenga que ver con el presupuesto. Es más costoso vestirse de época. No, no, al revés, es más barato. Ten en cuenta que para vestirte de época hay un atrezzo ya hecho, con miles de piezas. Yo creo que se trata de reescribir las obras. Hay algunos directores a los que les gusta El caballero de Olmedo y lo hacen como ellos creen que debería interpretarse. Oiga, no, hágalo como es. Ya se trata de una obra cumbre, Lope de Vega es magnífico en todas sus obras, no es necesario que nadie se invente nada. Lo mismo que ocurre con Shakespeare. Cuando se hacen las versiones modernas de Ricardo III… Ricardo III está muy bien, lo mismo que Otelo, Hamlet, El sueño de una noche de verano… Todas ellas son redondas, no hay que aportar más. Hace poco veía Julio César y ocurría lo que dice usted, la ambientación estaba modernizada. No es necesario, Julio César es una obra lo suficientemente potente como para que hagan ninguna barbaridad de reconvertirla no se sabe muy bien en qué. Déjelo, déjelo. Hablemos de prensa. Cuando lee el periódico por la mañana, ¿qué columnas le gusta leer? Aparte de las de La Razón, claro. Mi periódico normalmente lo leo el día anterior. Y con respecto al resto, la verdad es que no soy buen consumidor de prensa porque los leo todos. Bueno, los ojeo. Leerlos todos sería imposible. Por tanto, yo no soy un buen lector de prensa en el sentido de que no tengo un diario favorito, aparte del mío. Quizá un autor. Tampoco. Hay mucha gente que me interesa, pero a veces no me interesan. Llega un momento en el que, cuando estás hiperinformado, como es mi caso, es más complicado detenerte en un columnista. Por supuesto, tengo a los míos, pero no voy a hacer propaganda de los míos (ríe). Cada uno tiene su punto: hay unos más ligeros, otros más complicados… Hay de todo. ¿Qué le pareció la destitución de Pedro J.? Es una decisión empresarial. Yo no entiendo muy bien cómo alguien puede plantear este asunto de una forma que no se corresponde con la verdad. La propia empresa ha dicho que responde a un criterio empresarial. Los directores de periódico tenemos un ciclo de vida. Esto no es una plaza en propiedad fruto de una oposición. Yo soy director de periódico, y ahora soy el decano, llevo seis años, pero llegará un día en el que dejaré de estar. El día en el que deje de estar aquí no lo plantearé como si hubiese sido una destitución política, ni pasaré por ser un mártir de la libertad de expresión. Te destituyen porque llega un momento en el que quieren poner a otro. ¿Por qué? Porque quieren y ya está. Y el ciclo de Pedro J. ha sido más bien largo. Hombre, él lleva de director (piensa un momento) yo creo que desde los 28 años. Lleva un montón de años de director. No está nada mal (ríe). Son etapas. Yo siempre digo que hay que ir ligero de equipaje. En el momento en el que deje de ser director, mi idea es dedicarme más a la universidad. Y tan feliz y contento. No me causa una inquietud de decir: “¡Oh, qué horror!”. No, cuando llegue, llegará. Que conste que prefiero jubilarme como director, pero no depende de mí. No soy el dueño del periódico. ¿Qué prefiere, la docencia o 39 el periodismo? ¿O es como elegir entre mamá y papá? Es como elegir entre mamá y papá, porque las dos cosas me gustan mucho. Yo disfruto muchísimo dando clase, me lo paso muy bien, y aquellos que han sido alumnos míos saben que es verdad que disfruto. No se presenta la tesitura de tener que elegir. Siempre he podido compatibilizarlo, excepto en las épocas en las que he ocupado cargos públicos y legalmente era incompatible. Pero siempre que he dejado la vida pública he vuelto rápidamente a dar clases, y muy bien. ¿Qué noticia ha disfrutado más dando? Uf, esa sí que es una pregunta difícil, porque hay tantas… Siempre las noticias positivas son las que te generan una mayor satisfacción. Yo quiero poder escribir la noticia de la salida de la crisis, aunque ya estamos saliendo de ella, hemos dejado atrás la recesión. Es una noticia importante, pero no por nada político, sino por la gente. Hay gente que lo pasa muy mal, que sufre, y me gustaría poder decir que estamos en los niveles de paro que debería tener España: menos del 10%. Sabes que hay un paro técnico porque siempre hay gente que está cambiando de trabajo, pero que sea algo asumible. Que no sea un 25 o un 27%. Bueno, pero ese es un dato falso por la economía sumergida. El paro real de España debe de estar en el 13 o el 14%. Un 25% significaría una situación de guerra civil, de rebelión en las calles. Sería una situación peor que angustiosa. Sí que hay gente que sufre mucho y hay mucho dolor, pero es muy malo generalizar. Puedes parecer frívolo o excesivamente dogmático. Ni la situación es tan trágica ni desastrosa como dicen algunos ni tan buena como otros querrían. Es algo intermedio. ¿Qué importancia le da en el periodismo al surgimiento de las redes sociales? Forma parte del periodismo. Ahora las redes sociales ya no son un fenómeno al margen, sino que todos estamos en Internet, tenemos Facebook, Twitter… Es decir, hay toda una sinergia construida sobre ellas. Es verdad que yo soy bastante escéptico en el caso de Twitter, donde hay gente energúmena que lo único que hace es insultar y molestar, por lo que pierdes el gusto. Twitter estaría muy bien si la gente lo utilizara de forma correcta. (Interrumpe un momento la entrevista para pedir que bajen la temperatura del aire acondicionado). Es que llevo muy mal el calor. ¿Gestiona usted en persona su cuenta de Twitter? (Duda un momento) No, últimamente no. Pero como Pedro J., o como todo el mundo. Normalmente tienes gente que te ayuda para cumplir con los horarios. Si estás en medio de una tertulia no puedes mandar la portada. Eso lo hacemos conjuntamente mi gente aquí y yo. Pero vamos, todo el mundo lo hace así, porque es normal. Hay gente que te ayuda a gestionarlo, pero lo gestionan contigo. Es lo lógico y lo operativo. Los políticos, los actores, etc, tienen un equipo detrás que tuitea de acuerdo a lo que tú autorizas o a lo que es tu línea. Respecto a la prensa escrita, ¿cuál es el futuro que tiene? Yo soy de los que piensa que la prensa escrita tiene un gran futuro si somos capaces de reciclarnos y de mantener el pulso haciendo periódicos de calidad, con buenos productos. Siempre quedará una parte de la población a la que le guste la compra del periódico y la lectura 40 de las informaciones en un periódico de papel. Habrá otros que preferirán otro tipo de soportes. Bueno, eso también está bien. Estamos en una etapa de enormes sinergias entre la prensa de papel y el resto de soportes. ¿Hay mucha diferencia entre el Francisco Marhuenda de La Sexta Noche y el Francisco Marhuenda del día a día? No, yo soy el mismo. Hombre, eres más vehemente en televisión, pero soy exactamente el mismo. Yo defiendo lo que yo creo. No defiendo aquello en lo que no creo, ni hago de portavoz de nadie. Si digo algo, es lo que creo en conciencia y al cien por cien. Además, yo soy libre, no necesito complacer a un poder político ni a nada. Eso me es indiferente. Hay muchos españoles que piensan como yo y creen las mismas cosas que defiendo en público. (Aparece el técnico encargado de arreglar el aire acondicionado). Es cierto que las tertulias son muy vehementes. Cuando termina el programa, ¿se siguen tirando los trastos a la cabeza o se van de copas? Yo no voy de copas con nadie porque no bebo, pero sí que es cierto que las relaciones son cordiales por regla general. Alguna vez se eleva el tono, y hay veces en las que viene gente a pedir disculpas, pero la relación es buena. Normalmente intentamos ser educados. Cada uno defiende lo que defiende. Hay gente que sobreactúa y a veces te molesta, y determinadas cosas no se pueden decir. Ha pasado alguna vez. Pero bueno, bien. Al aparecer en televisión, ¿se preocupa por su imagen física o le da igual? No, me da igual. Tampoco tengo un problema físico de estar muy gordo o muy flaco, pero yo considero que estoy bien, con lo cual no me preocupa demasiado (ríe). Iñaki Gabilondo dice que sus amigos le comentan que tiene una mujer muy maja y que debería conocerla, como broma por el tiempo que está trabajando. ¿Le pasa a usted? Hombre, yo paso mucho tiempo fuera de casa, efectivamente. Pero también la vida te conduce hacia donde te toca. Pero sí, mi mujer es mucho más simpática que yo y tiene más éxito, las parejas de amigos nuestros la encuentran simpatiquísima. "Las dos subdirectoras que he nombrado han sido mujeres" Cambiemos de tema. ¿Qué música le gusta escuchar? La verdad es que ahora escucho poca música. La mayoría de lo que escucho son radiofórmulas, como Europa FM o Kiss FM. Pero la música me gusta en general, curiosamente. Me pasa un poco como con la pintura. Evidentemente, hay unas cosas que me gustan más que otras, pero todo lo que es esfuerzo artístico lo valoro mucho. Me gusta mucho la música clásica, pero también me gustan los cantautores, o los Beatles. Lo malo es que tengo muy mal oído, por eso digo que me gusta la música en general. Hombre, hay cosas estridentes que no. Por ejemplo, ¿cómo se llama? (Intenta recordar un momento)… el rap. El rap me gusta menos, me parece repetitivo. Pero en cambio, me gustan mucho los cantautores de mi época: Paco Ibáñez, Víctor Jara… Me gustan mucho. ¿Canta en la ducha? No. Ni canto ni soy capaz de utilizar un instrumento. A mí me echaron del coro del colegio, directamente. Me echaron del de cantar al de los instrumentos y del de los instrumentos a la calle, por malo. Soy un desastre, no tengo nada de oído. ¿Y respecto al deporte? ¿Le gusta practicar algún deporte? No, nada. Hace muchísimos años que no hago nada de deporte. Hubo una época de joven en la que nadaba y hacía hockey sobre patines pero no, ahora no hago nada de deporte. ¿Y sigue alguno? No, no me interesa. Nunca me ha gustado mucho ver el deporte. El deporte que más me gusta ver es el atletismo, pero tampoco lo veo nunca. Cuando hay Juegos Olímpicos. Pero no me gusta el fútbol, por ejemplo. Vamos, no me interesa, no forma parte de mis inquietudes, ni tampoco el baloncesto, el balonmano, ni nada. ¿Y los viajes? ¿Hay algún viaje especial que querría hacer y no ha hecho? Bueno, eso sí. Tengo una lista interminable de viajes que querría hacer, que van unidos la Historia. Me encantaría visitar los palacios de los marajás y rajás indios, visitar las ruinas de Angkor, de los mayas, los puntos clave de la Revolución americana, la huella de los zares en Rusia… Es interminable. Me hubiera gustado ser arqueólogo, como a mucha gente. Dígame una comida concreta para tomar un lugar concreto. Huy, me encanta comer. Esa es una pregunta complicada. Me gusta mucho comer, y soy muy 41 ecléctico en eso. Me gusta desde la tortilla de patata hasta las angulas, pasando por la merluza… Además, yo cocino razonablemente bien, con lo cual comer es algo importante para mí. Alguna vez he participado en algo muy divertido, un premio que organizaba Mont Blanc, la marca de plumas, que consistía en proponer una comida y una bebida inspirada en un escritor concreto. Si era Dumas de la época de Dumas, si era Cervantes de la época de Cervantes… y así sucesivamente. Francis Scott Fitzgerald y la decadencia del modo de vida americano en los años 20… Son comidas muy divertidas. ¿Qué comida la inspiraría El Gran Gatsby? ¿O qué bebida? Bebida sobre todo. Recuerdo que fue una comida impresionante, porque estaban los mejores whiskies de Kentucky, champagnes maravillosos… Y luego el lujo. Sabéis que Francis Scott Fitzgerald era un escritor que se casó con una mujer millonaria, enormemente rica, y llevó una vida de lujo y de placer, aunque también de dolor y de crisis del matrimonio y de ellos mismos, como seres humanos. Como hemos hablado de Shakespeare, ¿qué comida le inspiraría Shakespeare? Es una época de una comida pesada, de pobreza, y las comidas son básicamente guisos y asados. Es muy británico. Supongo que me inspiraría ese tipo de comidas. Si lo asociamos a Shakespeare, a Londres y a la Inglaterra isabelina, tenemos comidas pesaditas, regadas de cerveza. No sé si es lo mejor para mantener el tipo (ríe). ¿Probaría comidas exóticas, por ejemplo asiáticas, del tipo que a nosotros nos resultarían repugnantes? Los condicionantes culturales son importantes, entonces es difícil comer ciertas comidas. Yo he estado en África y he comido cosas exóticas, pero hay otras comidas que me dan asco y tampoco tengo ningún interés en incisivo y es francamente… (Entra en el despacho la subdirectora Pilar Gómez, que se disculpa por la interrupción y busca unos documentos en la mesa de trabajo). Esta es Pilar, es una gran subdirectora. Nombrada subdirectora por mí, por cierto, para que quede claro que "En el sistema de cine español la idea es pintar a la derecha como unos cavernícolas" probar. Ojos, insectos y cosas de esas raras va a ser que no (hace una mueca). ¿Qué le pareció África? Muy bonita. Estuve recorriendo Kenia, Seychelles, Marruecos… A mí la verdad es que, como soy una persona muy curiosa me gusta casi todo, por no decir todo. En cualquier país puedes encontrar cosas atractivas, incluso en los lugares más inhóspitos o más modernos. Y África es muy bonita. Yo entiendo gente que se haya enamorado de África y se haya quedado a vivir allí, porque te dan ganas de quedarte a vivir allí, con ese clima tan peculiar… África, además, es difícil porque es muy grande. Estamos hablando de un continente. Yo no conozco toda África, obviamente. Pero por lo que he visto, y por películas, libros, etc., que hemos visto todos sí podemos decir que es una maravilla. Con lo de las personas enamoradas de África me recuerda a Ébano, de Ryszard Kapuscinski. ¿Qué le parece la figura de Kapuscinski en el periodismo del siglo XX? Kapuscinski es un gran periodista, que basa su trabajo en el periodismo de realidad y en el gran reportaje muy vivo y muy asciendo a mujeres. (Pilar Gómez encuentra lo que busca y Marhuenda vuelve a la entrevista). El siglo XX está lleno de grandes escritores y grandes periodistas con afición por escribir, por el ensayo. Por tanto, es realmente interesante. Es un periodismo basado en meterte en los sitios, entrar en profundidad, conocer. Y, además, muchas veces con riesgo de la propia vida, porque muchas veces esos grandes periodistas entraron en sitios y escribieron en momentos en los que no había Twitter ni nada. Ahora mandas un tweet y dice: “Estoy en peligro”. Antes eso no existía. Aparecías y desparecías. Si te enfrentabas a regímenes totalitarios, te mataban y ya está. Y vete luego a quejarte. Ya que ha sacado usted el tema anteriormente, ¿cuál es la situación de la mujer en cuanto al acceso a puestos de responsabilidad en los medios de comunicación? Yo creo que es muy alto, más allá de los tópicos que a veces se barajan. Hay que tener en cuenta que la mujer, desgraciadamente, se incorpora tarde al mercado de trabajo en el periodismo, pero ya hemos visto a mujeres ocupando cargos de máxima responsabilidad. Yo creo que es 42 un ciclo normal. De hecho, normalmente hay más chicas en las aulas que chicos. Yo creo que es normal. En los periódicos, además, hay una igualdad absoluta en los sueldos, no hay una diferencia. No se cobra menos, es mentira. Los periódicos están muy reglados: un redactor cobra como redactor, una redactor jefe como redactor jefe… A partir de ahí, hay absoluta igualdad. De hecho, las dos subdirectoras que he nombrado han sido mujeres, casualmente. Podrían haber sido hombres también. Todos esos componentes machistas, a estas alturas de siglo XXI, me parecen una payasada. Una mujer es absolutamente igual que un hombre, igual de bueno e igual de malo. Hay periodistas hombres buenos y malos, y periodistas mujeres buenas y malas. ¿Ve cercano el ascenso de una mujer a la dirección de un gran rotativo en este país? Cuando llegue, llegará. Creo que a veces se le da un componente emblemático. Yo, que soy padre solo de hijas, preferiría que se hablara de que un buen periodista, indiferentemente de que sea hombre o mujer, está al frente de un gran periódico. A veces parece que debemos funcionar por cuota. Yo creo que es un error, pero bueno. Hay mujeres que se te echan al cuello cuando dices eso, y te llaman machista. No, yo no tengo ningún problema, al revés: estaría defendiendo egoístamente a mis tres adoradas hijas. Pero yo creo que hay que ir a una situación en la que el hecho de que alguien sea director dependa de la persona, del grado de compromiso o de muchos otros aspectos. Entiendo, entonces, que no estaba de acuerdo con la famosa Ley de Paridad del Gobierno de Zapatero. No, yo lo he dicho públicamente muchas veces. Estoy totalmente en contra de la Ley de Paridad. Me parece un planteamiento equivocado y de sobreactuación. Luego la acaban incumpliendo. Es un absurdo. Lo que hay que intentar es buscar a los mejores. Hay mujeres muy buenas, mujeres malas y hombres buenos y hombres malos. Pero también ocurre una cosa: cada vez va a ser más difícil fichar a los buenos profesionales con los sueldos miserables, y siento decirlo así de cruel y de duro, que se cobran en la política. Yo ya no estoy en política, por lo tanto, puedo decir la verdad. Cuando se quiere fichar a un profesional brillante, que cobra muchísimo en la vida privada, y se le da un sueldo de 3000 euros, no acepta. Yo entiendo que quien esté en paro diga: “Es mucha dinero”. Pero todo es proporcional: a tu formación, al trabajo que tienes. El sistema que a veces se defiende de la igualdad por debajo es malo, es un error. Hay que igualar hacia arriba, hay que conseguir que tengamos mejores sueldos. Entonces, todo depende de lo que tú quieras como modelo de país. Si tú quieres un gobierno donde la gente gane muy poco y además los insultemos, pues perfecto. Así nos irá, nos hundiremos como país. Yo quiero un país donde los ministros sean gente con fuertes incompatibilidades pero que tengan un sueldo digno, un sueldo que permita a gente de cierto nivel mantenerse. Sin grandes alharacas, sin grandes excesos. Pero que nos parezca bien que un ministro gane 3000 euros me parece increíble. Me parece que tenemos un problema como sociedad. Lo que debemos hacer es ponerles sueldos como tienen en Francia, por ejemplo. ¿Luego les exigiremos mucho? Sí. ¿Que el régimen de incompatibilidades sea muy duro? De acuerdo. Pero que sea una cosa digna. Esta idea de igualar por abajo me parece un error grave de la sociedad española. ¿Consideraría volver a la vida política? No, no lo tengo previsto. Yo estoy encantado siendo director del periódico. (Recibe una llamada telefónica que obliga a interrumpir la entrevista y que lo tendrá ocupado durante unos 15 minutos. Cuando regresa, se disculpa y proseguimos la entrevista). Estamos comprobando ahora lo atareado que está, por lo que nos gustaría saber cómo es el día a día de un director de periódico. Es un día a día lleno de imprevistos, lógicamente, de reuniones y con la responsabilidad de trabajar con un equipo para hacer un periódico… (Vuelve a sonar el teléfono, aunque esta vez atiende la llamada en el mismo despacho. Se acerca la hora en la que más actividad hay en el periódico, y las llamadas tienen que ver con las informaciones que aparecerán al día siguiente. Vuelve a "La destitución de Pedro J. es una decisión empresarial" 43 disculparse, visiblemente consternado por las interrupciones, y continuamos la entrevista, que ya entra en su fase final). Estábamos con el día a día del director de periódico. Yo tengo la suerte de que duermo muy poco, duermo cuatro horas diarias y le saco mucho provecho al tiempo. Esto me permite dar clases, prepararlas, seguir publicando, porque como profesor has de mantener una vida académica. Y luego mi dedicación más completa es el periódico y todo lo que significa, como es normal. Tenemos muchas reuniones, hay que atender mucho el teléfono… Es la actividad normal, pero apasionante, de dirigir un periódico. Cada día es distinto, esa es la ventaja. Empiezas por la mañana y no sabes cómo va a desarrollarse el día. Me gustaría acabar hablando de la educación. ¿Cómo ve la educación en España, especialmente a nivel universitario? Yo creo que tiene que mejorar, y mucho. Creo que la educación es uno de los más graves problemas de España, y además es una lacra para la competitividad. La educación es básica para conseguir la igualdad. La igualdad se consigue con educación, con formación. Lo que nos hace iguales no es determinadas políticas, sino tener una buena educación y la posibilidad de recibir una buena formación y de acceder a unas buenas carreras, a una buena Formación Profesional o a lo que uno quiera hacer. Eso es lo que realmente consigue, la igualdad. Ese es el gran avance desde la sociedad antigua a la sociedad moderna: la extensión de la educación a todos los niveles y todos los sectores de la población. Una persona acaba una carrera, triunfa o no triunfa en la vida y su origen social ni lo sabes ni te importa. El éxito es fruto del mérito, el esfuerzo y el sacrificio. Y la universidad tiene que ser mérito, esfuerzo y sacrificio (golpea asertivamente la mesa con el bolígrafo), porque no hay otro camino. Nos equivocaremos si no hacemos un sistema universitario en el que a la universidad se vaya a estudiar, a sacar provecho, a esforzarse. Todo lo demás es un error, porque en el resto del mundo la gente se está sacrificando y esforzando. Nosotros ya no vivimos en España, vivimos en el mundo, en un mundo sin fronteras. Es un mundo donde hay que intentar tener no sólo una carrera, sino intentar tener dos, tener másters, hablar idiomas, haber viajado… Todo eso no te lo regalan. Y si te lo regalan, mal, porque no estarás preparado y eso se nota. Yo lo siento muchas veces cuando se montan huelgas, y protestas. Es muy libre, por supuesto, que la gente proteste, faltaría más. La libertad ni la critico ni la condiciono. Pero lo que quiero transmitir es que es muy importante que la gente entienda que es un periodo fundamental, el de la formación. Porque si no, no vamos a ser competitivos y llegará un universitario de Francia, ahora que no hay fronteras, y ocupará nuestro sitio, porque estará mejor preparado. Lo que hemos de hacer en la universidad es aprovechar para conseguir la mejor de las formaciones. ¿Si fuese usted ministro de Educación y tuviese la posibilidad de implantar medidas a largo plazo, cuáles serían? Yo creo que a la educación en este país hay que darle la vuelta como un calcetín. Empezar de cero y hacer una reflexión profunda de cómo creamos un sistema universitario, y en general educacional, que sea realmente competitivo. Algunas cosas ya las ha hecho este ministro y hay otras cosas que, en mi opinión, se tendrían que hacer. Hay que ir hacia un modelo más anglosajón, donde el acceso a las carreras y el acceso a la docencia universitaria se corresponda a la búsqueda de los mejores y de la competencia, y donde la idea de una plaza fija y para siempre no sea el elemento determinante en la carrera de un profesor universitario. Hemos de intentar atraer a los mejores, hay que implantar una formación continua, la exigencia de una evolución permanente del profesorado. La educación es el futuro de una sociedad. Es una de las convicciones más firmes que tengo. Como decía antes, se avanza hacia la igualdad. Cuando una sociedad tiene mejor educación, más igual es. En eso es en lo que deberíamos hacer enormes esfuerzos. Y hay que hacerlo con mentalidad a largo plazo. Yo entiendo que en política es difícil, porque el corto plazo es el que te ocupa, por las elecciones. Pero insisto, se han hecho cosas, que sé que son impopulares y la izquierda las critica, pero la vida es sacrificio, esfuerzo y sacrificio. No entiendo cómo alguien no entiende algo tan evidente como eso. Clara Luquero Por ISRAEL ARÁNGUEZ “¿Para qué sirve el poder si no lo usas para ayudar a quién más lo necesita?” Septiembre de 2014. Un mes de resaca postvacacional, no solo para todos los estudiantes y trabajadores que deben volver a sus muchas obligaciones; también para los políticos. Políticos que en los últimos tiempos parecen haberse alejado del que debería ser su única máxima: velar por los derechos y libertades de todos y cada uno de los ciudadanos que componen nuestra querida España. Con la renuncia de Mariano Rajoy y los suyos a seguir adelante con la reforma de la ley electoral parece que las aguas han vuelto a su curso. ¿Durante cuánto tiempo? Nadie lo sabe; este Gobierno tiene el don de sorprendernos a todos cuando menos lo esperamos. Todos los días vemos, oímos y escuchamos en los medios de comunicación noticias de política de ámbito nacional. Pero, ¿qué pasa con los gobiernos locales de las pequeñas ciudades? ¿Reproducen los mismos esquemas que el gobierno central? ¿Los alcaldes luchan por satisfacer las necesidades de la población o se dejan guiar por los designios de su partido? De la mano de Clara Luquero, Alcaldesa de Segovia desde el 4 de abril de 2014 y militante del PSOE, trataremos de responder a estas y otras cuestiones. ¿Qué le parece la reforma de la ley electoral que el Gobierno pretendía llevar a cabo? A mí me parecía inadmisible; y me alegro muchísimo de que hayan recapacitado y de momento se quede sobre la mesa. Me parece que es romper las reglas del juego de una manera unilateral y por intereses puramente partidistas. Porque todos sabemos que el Partido Popular había hecho un análisis de lo que podía suceder en las elecciones municipales y por eso había tomado esta decisión, que es romper el sistema de pactos políticos que imperó en la Transición Española y con el que se elaboraron las reglas del juego. Todo estaba basado en el consenso y en el pacto político y esto habría sido romper aquel espíritu de la Transición del que siempre hemos presumido los españoles. Yo creo que nuestro sistema democrático durante 30 años ha funcionado bien, pero después de tanto tiempo necesita una revisión y una serie de reformas, no solo en la ley electoral, sino en muchos aspectos, como el Senado. Pero creo que se debe hacer con tiempo, por consenso y de una manera muy meditada, no “aquí te pillo y aquí te mato”. ¿Tiene algo que ver el “efecto Podemos”? ¿Teme el Gobierno que lleguen a las alcaldías? No lo sé, sinceramente. Estamos viviendo unos momentos bastante difíciles tras la crisis, momentos en que muchas personas están desesperanzadas y buscan una ilusión, una esperanza. Esto quiere decir que todo lo que es populista y utópico tiene demanda entre la ciudadanía, esta es la verdad. Yo creo que hay un porcentaje de las cosas que plantea Podemos que son perfectamente asumibles y que comparte con un planteamiento progresista; y creo que hay un porcentaje importante que es puramente utópico, incluso pienso que los líderes lo saben perfectamente. Eso de “cancelo la deuda exterior de España y no la pago” es inviable, porque significaría la quiebra del Estado, de golpe dos millones de parados más, más todo lo secundario. Todo eso es inviable y ellos lo saben. Pero han hecho un ejercicio de populismo y de utopía en el mejor de los casos, al que los ciudadanos se han aferrado. Esto me recuerda a mi mucho a lo que en historia llamábamos “los milenarismos”. Eran las épocas en los siglos de miseria, de malas cosechas, de hambrunas tremendas, de epidemias que masacraban la población, que la diezmaban; surgían entonces movimientos con un sentimiento religioso, los milenarismos, que provocaban movimientos sociales y a los que todo el mundo se agarraba. ¿Por qué el PSOE no ha sabido liderar esos movimientos? ¿Qué le falta? Lo primero que tenemos que tener claro es que todos los derechos sociales, todo eso que las mareas han salido a defender en la calle, las ha creado el partido socialista. La educación universal, la sanidad universal, la ley de dependencia, la ley contra la violencia de género, los derechos sociales más importantes en este país, los crearon gobiernos socialistas, sean de Felipe González o de Zapatero. Y esto es una verdad incuestionable. Dicho esto, hemos cometido errores. La crisis nos pilló a traspiés a todos; era una crisis incierta, que ni los economistas habían pronosticado, ni los gobernantes sabían resolver. Era una crisis que cambiaba cada día y entonces se tomaban medidas que quedaban desbordadas. Por ejemplo, gracias al plan E de Zapatero, muchos ayuntamientos atendimos a necesidades viejas, a necesidades de nuestros ciudadanos. Supuso una inyección que de alguna manera generó puestos de trabajo, pero claro fue algo que lo resolvió puntualmente. Si esa cara de la crisis hubiera sido algo más coyuntural, habría sido una solución para salir del bache. Pero como era verdaderamente estructural y un problema muy serio, palió las circunstancias dos años, pero no consiguió el fin que buenamente se buscaba. También hay que tener en cuenta que la sociedad en la que vivimos está moviéndose bajo nuestros pies. Los cimientos que 46 han sustentado esta sociedad durante 30 años de democracia, convulsionan. Hay que cambiar de esquemas, hay que cambiar liderazgos, hay que cambiarlo todo para adaptarnos a los nuevos tiempos; y en ese proceso estamos. ¿Le preocupa la fragmentación de la izquierda? En este país, la derecha siempre ha estado aglutinada; porque dentro del Partido Popular está desde la extrema derecha más reaccionaria hasta la centroderecha moderada; mientras que las fuerzas de izquierda, siempre hemos estado fragmentadas. Quizá porque dentro de las fuerzas progresistas tendemos más al debate, a la divergencia, a no asustarnos mucho de que haya opiniones encontradas. Siempre ha estado fragmentada; ahora lo está aún más, al aparecer fenómenos como Podemos. "Durante muchos años hemos sido invisibles para el gobierno regional" Me preocupa que a quien le salga bien el surgimiento de Podemos sea al PP. El Partido Socialista tiene que reaccionar, consolidar planteamientos con el nuevo liderazgo. De no ser así, siempre gobernaría el PP y sería algo terrible. Se están mercantilizando los derechos; no prima el derecho a la salud, priman los recursos económicos. En los propios debates del ayuntamiento, nosotros lo notamos; es decir, el PP habla en términos de empresa. Quieren la rentabilidad de los servicios. Vamos a ver, esta es una administración pública. Nuestra obligación es prestar a los vecinos, a los ciudadanos los mejores servicios públicos posibles y nuestra rentabilidad es social, no económica; porque si pretendiéramos tener rentabilidad económica, cada ciudadano que se subiera al autobús tendría que pagar diez euros. No es que sea necesario un PSOE como alternativa de gobierno, es que es imprescindible. ¿Cómo dificulta la diferencia de partido entre la Junta y el Ayuntamiento de Segovia? Lo dificulta todo, porque yo creo que en esta comunidad y me imagino que en otras partes de nuestro país también, nos falta cultura democrática. La cultura democrática significa que una cosa son los partidos y otra las instituciones públicas. Los partidos son vehículos, son instrumentos que aglutinan a personas que tienen una misma forma o similar de entender, de concebir la sociedad; y plataformas para aglutinar todo eso y llegar a las instituciones. Pero una vez que asumimos nuestra responsabilidad en las instituciones, deben primar las necesidades de los ciudadanos por encima de los intereses de partido. Para mí es inadmisible e incomprensible que por el hecho de que gobierne a nivel regional un partido y a nivel local otro, se le vayan a negar determinados apoyos, servicios, que son básicos para la ciudad. Y yo lo he vivido. Durante muchos años hemos sido invisibles para el gobierno regional. Por ejemplo, yo lo he vivido en carne propia como responsable de cultura estos 11 años anteriores: ninguna ayuda, ningún apoyo. Todos los proyectos que han nacido, ha sido sin la ayuda de la Junta. Recortes en Cultura Fundación Don Juan de Borbón. 47 Cuando el PSOE llegó al gobierno municipal en el año 2003, la aportación de la Junta a la fundación de la que son patrones desde el primer momento fue de 96.000 euros. En el año 2005, cuando nadie había oído hablar de crisis todavía ya lo habían dejado en un 50%. Esto solo obedece a que “yo no controlo”. Ahora lo han recortado el 100%, no hay nada. Titirimundi, el estandarte cultural de Segovia. La Junta de Castilla y León en los últimos años ha reducido su presupuesto en un 70%. ¿Cómo es posible que el festival de artes escénicas más original y más importante de nuestra comunidad autónoma y uno de los más importantes de España se deje languidecer y al mismo tiempo se crea un festival de circo en Ávila? Si de verdad estamos en una crisis que hace inviables muchos proyectos, que no hay recursos económicos, lo que es incoherente es dejar languidecer a un gran festival con 30 años de existencia que está consolidado para crear otro en otro sitio. Y sé de lo que hablo, por haber sido responsable de Cultura muchos años; cada proyecto que presentaba a la Junta era recibido con un “no”. No todo es malo, este año la Junta colabora con el Hay Festival. evidentes con la literatura universal (San Juan de la Cruz, Antonio Machado, María Zambrano…). Una ciudad pequeña, bien situada estratégicamente, cerca del aeropuerto Madrid-Barajas; es decir, en mitad de la península. Nosotros no teníamos recursos económicos. Pero en lugar de decir “pues no podemos”, yo dije “el ayuntamiento va a poner una parte y el resto vamos a buscarlo” y nos pusimos a trabajar. Entonces gobernábamos nosotros y yo conseguí apoyo en varias direcciones generales del Ministerio de Cultura, así como en el Ministerio de Asuntos Exteriores a través de cooperación al desarrollo por la cuestión de apoyar a artistas del norte de África; hicimos bloques de programación y buscamos apoyos. La Diputación ha ayudado siempre de forma mínima, cediendo el teatro, pero sin poner apoyos económicos; y "Nuestro sistema democrático durante 30 años ha funcionado bien, pero después de tanto tiempo necesita una revisión y una serie de reformas, no solo en la ley electoral, sino en muchos aspectos, como el Senado" En una etapa pusieron un poco de dinero, durante la crisis dejaron de apoyar y ahora vuelven a contribuir. Hay Festival es un modelo importado que viene de Gales. Su director vino a exponerme la idea a la Concejalía de Cultura hace 10 años. Llegó un festival que tiene un gran carácter literario a una ciudad que tiene vínculos la Junta apoyaba un poco; ahora firmará un convenio. Esa tan sonada frase de “cuando se acercan las elecciones, entran las prisas para arreglarlo todo”, ¿qué tiene de cierto? Para mí, si todo se mide en clave de campaña electoral, esta comienza al día siguiente de haber tomado posesión en el 48 gobierno de la ciudad. Nosotros hemos trabajado a una velocidad de vértigo siempre. Este equipo de gobierno no descansa los fines de semana. Estamos todo el tiempo trabajando, porque en la ciudad hay un montón de actos sociales, culturales, deportivos, populares…Los barrios quieren que su ayuntamiento esté con ellos. A parte de impulsar los demandas. El 80% de las personas querían autobuses decentes. Cómo verían los autobuses para decir ese adjetivo. Nuestro primer reto fue ese. La administración es muy lenta y tardamos un año en llevarlo a cabo. Pero al año estábamos estrenando la mejor flota de autobuses de España. Es verdad que en estos años se ha ido "Hay un porcentaje importante de las cosas que plantea Podemos que es puramente utópico, incluso pienso que los líderes lo saben perfectamente" proyectos y de trabajar sin parar, año tras año, nosotros hacemos todo eso. Es verdad que cuando llega la recta final uno quiere concluir lo que está empezado y en ese sentido sí que hay una intensificación porque tú sabes que caducas y tienes que dejar finalizados los proyectos. Pero el ritmo, la intensidad en el trabajo por parte del gobierno de la ciudad nunca ha cesado. En este tiempo de mandato socialista en la ciudad se han hecho infinidad de cosas. Nos encontramos cuando llegamos un servicio de autobuses tercermundista, nos traían los autobuses que desechaban en otras ciudades. Salimos a la calle en aquella campaña electoral (año 2003) para que los ciudadanos nos dijesen que es lo que querían para mejorar su ciudad. La gente apuntaba lo que quería para su ciudad en unos cuadernos; a cambio les ofrecíamos una flor. El lema era “te cambio una idea por una flor”. Yo estuve en el equipo que transcribió todas esas deteriorando, pero en eso precisamente estamos trabajando, en renovarlos. Hemos renovado cinco autobuses y este año se renovarán otros cinco, hasta renovar la flota entera, porque de golpe es inasumible económicamente. ¿Cómo es un Pleno del Ayuntamiento? En un Pleno ordinario de Segovia se llevan las tramitaciones administrativas que han de ser aprobadas en pleno, no todas, pero sí las esenciales. Siempre hay un ponente que suele ser el concejal del equipo de gobierno que lleva ese tema, que defiende, explica el proyecto. Luego, la oposición si está de acuerdo lo apoya, o lo apoya con objeciones, o directamente lo rechaza, aunque sea bueno para la ciudad. A mí me corresponde como presidenta del Pleno, moderar los debates, poner orden, hacer que se cumpla el Reglamento. ¿Alguna aportación a nivel personal? Esta etapa, estos cinco meses que llevo desarrollando la responsabilidad como alcaldesa de la ciudad, está siendo una de las épocas más apasionantes e intensas de mi vida; agradezco a los ciudadanos que me den la oportunidad de impulsar en el equipo de gobierno proyectos para ellos. Por ejemplo, cuando llegan las vacaciones y se cierran los comedores escolares y los niños de las familias que tienen problemas económicos se plantean “y qué va a pasar con los niños cuyas familias no tienen recursos económicos para darles de comer”. El equipo técnico dice que hay que exigir a la administración competente, que es la Junta de Castilla y León, que contemple ese problema. Y cuando tengo la oportunidad, digo “no”. Porque si yo exijo a la Junta, cuando me responda habrá pasado un mes y medio. Y con que solo haya un niño que no tenga nada para comer, ya es algo por lo que no estoy dispuesta a pasar. Así que se crean campamentos urbanos, donde los niños puedan, a la vez que divertirse con otros niños, beneficiarse de una comida digna, sin ser estigmatizados. Eso es lo que me hace sentir que el poder sirve para algo, ¿para qué quieres poder si no lo usas para ayudar a quién lo necesita? Ramón Lobo Por PABLO MARTÍN “Yo siempre he querido contar historias” Son las 11 de la mañana de un día lluvioso de diciembre. Hemos quedado en la boca de Metro Ópera, en el corazón de Madrid. De repente aparece nuestro entrevistado con un chubasquero y sombrero de lluvia. Le pregunto dónde quiere ir y el responde que conoce una librería donde te sirven café. Allá vamos. “¿Quiere usted ponerse bajo el paraguas?” “No, qué va. Desde que descubrí este sombrero ya no uso paraguas”, me dice. Entramos en la nombrada librería y tras un intercambio amigable y cercano de comentarios con el librero: “Dame una botella de agua de esa catalana, por aquello del boicot; y una chocolatina de esas, por aquello de la dieta”, comenzamos la entrevista. Nuestro entrevistado es Ramón Lobo Leyder nació en 1953 en Venezuela. Su madre inglesa, su padre español… Desde joven quiso dedicarse a esto de contar historias. Se le conoce en el gremio por sus coberturas para El País de la guerra de Bosnia, Sierra Leona y otros muchos lugares. Actualmente, y desde hace dos años, trabaja de freelance, colaborando con diversos medios comoeldiario.es, Infolibre, El Periódico de Cataluña, o la Cadena Ser. He leído un poco sobre sus orígenes. En su página web pone que tiene una madre inglesa, un padre español (que vivían en Venezuela), usted nació en Venezuela, su abuela es francesa y su abuelo luxemburgués (aunque vivieron toda su vida en Inglaterra) y familia por toda Europa, ¿De qué manera cree que le ha influido tener una familia de tan diversos lugares? Mucho, yo creo que mucho, porque claro, mi padre desde pequeño no quería que me hablaran en inglés, porque mi padre era facha y además antibritánico. Y claro, él creía que era un sistema para que mi madre y yo nos contáramos cosas a sus espaldas, entonces no le gustaba. Pero mi madre me hablaba inglés a escondidas y yo lo entendía. Iba los veranos a casa de mis abuelos, las conversaciones que escuchas, escuchaba con 14 años la BBC… A mi abuelo le gustaba mucho leer el periódico, el Financial Times, el Daily Telegraph, porque ellos eran conservadores. Pues claro, me voy educando en otro tipo de conversaciones. Se habla de Francia, de Holanda, de Luxemburgo, de Bélgica o de Alemania, la Segunda Guerra Mundial. En este país no se hablaba de nada, este país estaba completamente asfixiado con el franquismo. Para mí era una ventana de luz. Fundamental. ¿Usted manejaba el idioma? Es decir, ¿sabía hablarlo? Sí, claro, yo entiendo el inglés desde pequeño. Lo he entendido siempre. Ahora mismo lo hablo con acento español y mal, es decir, yo no organizo bien, no sé gramática porque nunca lo he estudiado. Pero puedo decir lo que quiero y entiendo absolutamente todo, incluso en acentos raros como puede ser el escocés. Y leo todo en inglés. Estoy todo el día leyendo cosas en inglés. A veces, cuando he estado leyendo cosas en inglés, luego salgo a la calle, oigo castellano y me sorprendo. Mi cabeza está en inglés. Cuando voy a Inglaterra, ya nada más llegar sueño en inglés. Estoy totalmente metido en el idioma. Simplemente que no lo hablo correctamente. Que eso no importa, incluso es divertido. Los franceses tienen acento francés… pues qué le vamos a hacer. Pero eso me dificulta mucho a la hora de escribir. Puedo escribir mails más o menos correctos, pero no podría escribir un reportaje. Eso para mí es una gran limitación. Si tuviera que modificar algo de mi vida, 52 modificaría eso. Si fuera completamente bilingüe, que no lo soy, estoy cerca, pero no lo soy, sobre todo al escribir, podría haber escrito para cualquier periódico, y ahora, en la situación de freelance en la que me encuentro… (David) Remnick, el director del Newyorker, que me hizo una entrevista, después de esta me preguntó: “¿Tú escribes en inglés?” Y yo fui sincero, le dije: “no, yo puedo escribirte en inglés los mails que te he escrito, si tuviera que escribir un reportaje lo escribiría en castellano y lo mandaría traducir, pero no lo podría escribir en inglés entero. Lo podría intentar escribir, pero sería en un idioma muy, muy limitado y estaría lleno de errores. ¿Y qué le dijo cuando usted le contestó eso? Bueno, luego quedamos que estaríamos en contacto, le hice dos propuestas y no las aceptó. Pero si hubiera escrito en inglés perfectamente, podría haber mandado reportajes en inglés, así que eso me ha limitado al universo español. No me ha ido mal, pero podría haber tenido un universo mucho más amplio. También cuenta que se matriculó en la Universidad Complutense, pero que apenas iba a clase, ¿Hasta qué punto considera que se necesita formación universitaria en este mundillo del periodismo? La formación universitaria yo creo que siempre viene bien. Tampoco es imprescindible, pero siempre viene bien. La universidad es un sitio que más o menos un día lo definí, se lo dije a (José Álvarez) Junco y le gustó la idea, como un sitio donde te dan una mochila y un pequeño mapa. Nada más. Y tú eres el responsable de llenar la mochila. Y ya no tanto una mochila, incluso a veces te han dicho cómo se buscan las cosas, así que ya tienes una enorme ventaja, pero las cosas las tienes que buscar tú. Pensar que la universidad te da todo es una estupidez. Pero sí, te supone una apertura, una frescura… Hay muchísimo mediocre, muchísimas asignaturas inútiles. Pero siempre encuentras alguien, que puede ser un compañero, que te ayuda a ampliar un poco la cabeza. Yo quería ser periodista desde los doce años, pero cuando llegó el momento de estudiar cogí periodismo porque me daba miedo que se pidiera el carnet. Porque había en esa época, el año 1975 un run, run de que había que hacerlo todo a través de la universidad, la facultad, etc. Yo no sé. A mí me ponía bastante Derecho. Pero no porque me interese para nada ser abogado, pero es una carrera de estas que te amueblan la cabeza. No hay latín, no hay matemáticas, que son dos cosas fundamentales. Me gustaba Historia, pero había latín. Me gustaba Filosofía, pero había latín. Políticas no me lo planteé, pero es otra carrera interesante que te abre un poco la cabeza. Sociología desde luego no, con lo poco que estudié de sociología en Periodismo ya fue suficiente. Y decidí Periodismo. Empecé a colaborar en seguida en la agencia PYRESA, entonces iba poco a clase. Fueron cinco años en los que no fui mucho, ya te digo, pero tuve algunos encuentros con profesores interesantes. La mayoría eran muy malos y no me aportaron nada o yo no supe escucharles, pero hubo dos o tres muy, muy interesantes que me ayudaron bastante Dice que empezó a colaborar pronto, antes incluso de entrar en la Facultad, pero no es fácil, ¿no? Cuando no tienes muchas experiencia… Y los primeros pasos de un periodista joven, con vocación no son fáciles. Esta siempre ha sido una profesión que ha estado muy jodida. Ahora está más, pero siempre ha estado así, siempre ha sido difícil. Antes no existían los másters, no existían las prácticas, había que tener enchufe para trabajar en los periódicos de verano. Yo simplemente me encontré con un amigo en Plaza Castilla, que su padre era un alto directivo de PYRESA, ese entramado de medios de documentación del franquismo y me dijo, “Ramón, están cogiendo gente en PYRESA. Ve. Pero ve ya con una propuesta de entrevistas”. Fui y hablé con un tío que era el subdirector, que acababa de empezar. Era muy joven, yo tenía 20 años y él tenía como 32-33 años. Le llevé una lista de entrevistas, él me dijo que sí a algunas y la primera que hice fue a Antonio Gala. Yo ya había hecho dos o tres entrevistas fallidas que no se habían publicado, para Europa Press y tal. Una con Julio Gutiérez Caba. También le hice una a un torero, que no le pregunté por la muerte de su hermano. Yo ya conocía a este torero desde los 9 años y me dio vergüenza preguntarle por su hermano. Coño, si le haces una entrevista por la muerte de su hermano, era bienvenida esa pregunta, así que ni siquiera la pasé ni la entregué a Europa Press. 53 El caso es que le hice una entrevista a Antonio Gala. El tío habló muchísimo, yo le hice pocas preguntas. Y ya cuando la transcribí y la llevé. El primer encuentro que tuve fue con él (el subdirector). Claro, él no sabía si yo llevaba colaborando o no, entonces esta colaboración no significaba nada. Pagaban una mierda, creo que como un euro y medio por texto. Yo le llevé la entrevista y él la tiró a la papelera delante de mí y me dijo que la repitiera, que no estaba bien. Yo le dije “pero si no la ha leído”, y me contestó “es imposible que esté bien. Repítela”. Yo fui hacia un cubículo de fotógrafos que estaba a tomar por culo, pasadas todas las salas de máquinas y me metí ahí y la volví a escribir, ya hasta de memoria. Y se la volví a llevar y me dijo “Si quieres o la corregimos juntos, o la publico como está. Si la publico como está y mañana no me gusta lo que leo, no vuelves, ¿qué eliges?” y le dije “pues corregirla”. La corrigió y me dijo que era una puta mierda, las comas, los adjetivos no servían… todo estaba mal, todo estaba rojo, todo lleno de tachones. Le pregunté si quería que la pasara a limpio y me dijo “Hombre, claro, no la vas a entregar así”. Total, volví al cubículo, la volví a pasar y ya se la llevé y se publicó. Y así empecé mi colaboración con PYRESA. Luego este tío, hace años, a través de Facebook, me dijo, “que vas por ahí diciendo que fui un buen jefe. Pero si yo no tenía ni puta idea”. Y yo le dije, “pero tú me enseñaste algo fundamental, que no importaba cuántas veces me ibas a tirar la entrevista a la papelera, que yo iba a volver a escribirla, porque yo quería ser periodista”. ¿Y en qué momento de este arranque o trayectoria inicial decide que quiere ser corresponsal de guerra? Corresponsal de guerra… más bien lo que a mí me gustaba era Internacional. Lo que pasa es que nunca me tocaba ahí. Me mandaban hacer entrevistas a actores, a futbolistas, a gente de la tele… Estuve en Intercontinetal haciendo guiones… En Radio 80 fue la primera vez que hice Internacional. Contaba yo que venía de la BBC, me daba muchísima vergüenza, y los ejecutivos que había en el momento estaban entusiasmados: “¡¡Ha estado en el servicio de exteriores de la BBC y le han dejado hablar dos veces!!” – y eso que había sido grabado-. No sé, yo era “el de la BBC.” Maldito el día que puse en el currículum que había estado en la BBC, porque aquí somos muy exagerados. Y eso, en Radio 80 empecé a hacer Internacional. Y aunque era al final del informativo, que solo tenías tres o cuatro minutos, y que nunca había tiempo para esos tres o cuatro minutos, que al final tenías que acortar todo en un minuto yo, pues insistí, insistí, insistí. Descubrí todo esto (lo de Internacional) en el año 80, cuando estaba en el Heraldo de Aragón, que hacía prácticas mientras la mili. No eran prácticas regulares, porque no iba todos los días, iba cuando podía. Iba como dos veces o tres veces a la semana. Entonces, me sentaba en la mesa de Internacional con un tío que tenía los teletipos y yo tenía que separar lo bueno de lo malo. Yo se los enseñaba y él me decía si sí, o si no, “este que te has quitado, pues este sí. Quiero 20 líneas de cada uno”, y yo tenía que subrayar las líneas de la noticia, etc. Y un día, el redactor jefe, que era como Dios, se me acercó y me dijo “¿Alguien sabe algo de Afganistán?”, y me cagué. Y me repitió, “¿Has estado alguna vez en Afganistán? Necesitamos un especialista”. Y me mandó hacer una entrevista a un profesor. Y bueno, entrevistar a ese profesor fue la leche. Sabía… ¡puf! Cuando terminé le dije, “¿Y qué hay que hacer para saber tanto?”. Y me dijo “Hay que tener claro el marco. Lo demás son perchas”. Y desde entonces dije “¡Yo quiero hacer Internacional!” Entonces claro, siempre me he empeñado en hacer Internacional, y en Radio 80, por ejemplo, yo era 54 un elemento muy secundario. También hacía de realización, hacía más cosas. Si hubiera decidido hacer otro tipo de información, habría tenido mucha más visibilidad, pero no me interesaba. La información nacional siempre me ha interesado como ciudadano, pero como periodista no me interesa nada. Entonces le mandaron hacer una entrevista sobre Afganistán. Sí, además me llegó el tío y me dijo “mira, te voy a mandar a tu primer viaje”. Yo le iba a decir que no podía viajar, que estaba secuestrado por el Estado a través del Ejército y que no tenía pasaporte, lo tenía retenido. Y me dijo “si lo que vas a hacer es cruzar la calle, te vas a ir a la Facultad de Derecho y vas a entrevistar a este tío” y yo fui, claro. Este tío era un experto en toda la zona esta de Afganistán, la India, Pakistán, y toda la zona del centro de Asia. Y me pareció un tipo fascinante. ¿Y no hay un momento en que se dice – o le dicen- “Pues voy a ir a esta zona donde hay un conflicto”? No, cuando estaba en Radio 80, que era una mierda de emisora, yo intento ir a Líbano, a la guerra civil de Líbano. Hice la propuesta y, obviamente, no me hicieron ni puto caso. Primero porque no me iban a pagar y segundo porque no tenían ningún interés en tener un tío allí que les estuviera mandando crónicas, es decir, no estaba en la frecuencia de la emisora. La emisora hacía informativos, pero su gran apuesta eran sobre todo los conciertos, que se emitían con una calidad de música y una calidad de sonido superior a lo que había en ese momento. La emisora de Antena 3 también estaba en esa línea cuando nació, pero la marca Radio 80 era sobre todo la calidad de la música, que era muy buena. Por eso se convirtió en M80. Cuando cayó la dictadura militar en Argentina e iban a hacerse elecciones, sí les lié a ellos y a una revista que era una porquería –y ahora también- para ir. No sé si era muy caro o no, pero la estancia allí, con la diferencia del Peso y tal, pues salía barato. Y me fui allí como diez o quince días. Y ese fue mi primer y único viaje con ellos. Claro, aunque era muy barato, para estos medios de mierda como quince años en llegar a eso. Yo a veces cuando voy a hablar a la Facultad pues cuento un poco como el currículum rápido, porque a mí me costó quince años estar en un sitio que pagaran un poco más. ¿Qué motor interior le llevaba a querer ir a esos sitios? Contar historias. Yo siempre he querido contar historias. A mí siempre me ha fascinado al leer el periódico, leer historias. Historias con gente. Pero claro, para contar las historias de la gente, tienes que estar en los sitios y hablar con la gente. El otro día en un taller con "Si a ti te ponen en una situación límite, es muy probable que salga el asesino que todos tenemos dentro" pues fue un poco caro. Y nunca más se planteó ningún viaje ni yo me atreví. Para ir a Líbano, por ejemplo, no me atreví a dejar una porquería de trabajo, que te pagaban 35.000 pesetas por trabajar un montón de horas, sin contrato, ni Seguridad Social, ni nada. No me atreví a dejar eso. Fue muchos años después, cuando me iba a fichar El País, en la conversación que tuve con Miguel Ángel Bastenier y con Luís Matías López, que iba a ser mi jefe directo. Me preguntó Luis “¿Pero tú estás dispuesto a irte a Sarajevo?” Y dije “¡Coño! ¡Llevo quince años esperando a que alguien me diga esto!” Yo antes había sido redactor jefe de Internacional en El Sol, había sido jefe de Internacional en La Gaceta de los Negocios, que era un periódico económico. Y claro, yo no tenía ni puta idea. Y tardé periodistas en Panamá les decía “queda muy mal que lo diga, pero yo en realidad escribo para mí” pero para mí y estorbándome, es decir: yo periodista, cuando trabajo en la calle e investigo para hacer mi reportaje y escribo, siempre pienso: “Esto como lector, ¿me interesa cómo lo estoy contando? No. ¡Pues no lo cuentes así, gilipollas!” Tienes que escribir pensando en el lector. Entonces al final, me convierto en lector para saber qué es lo que quiero leer. A mí me gusta contar historias. La política nacional me aburre. Además todo es política. Fui un par de veces al Congreso y una de ellas perdí la acreditación. Es que no me interesa, me aburre. ¿Sociedad? Pues tampoco me gusta. ¿Deportes? Sí me gusta, pero como espectador. ¿Local? Es que local tiene poca importancia. 55 Bueno, ahora tiene más, pero en el momento tenía muy poca importancia. Local es una gran escuela de reportajes, como lo era en Estados Unidos el periodismo de sucesos. Pero es que aquí no había casi nada de ese periodismo. Aquí era muy difícil escribir y hablar. Internacional se ha convertido en un sitio de prestigio “claro, los de Internacional viajan, no sé qué”. Hombre, si estás en Internacional en un periódico que paga viajes, los normal es que vaya a guerras. Porque hay guerras. ¡No vas a ir a la playa! (Entre risas). Y cuál fue su primera impresión al llegar ahí al sitio de conflicto (Sarajevo) Pues de miedo. Yo antes había ido a Irak un par de veces. Allí hubo un bombardeo en el hotel donde estaba yo alojado. Yo estaba en información. Mataron a dos tías con las que había estado hablando, bastante impresionante. Pero la primera guerra de verdad es Bosnia. Llegué a Sarajevo y cuando bajaba del avión, iba con Kurt Schork, un tipo con mucha experiencia y con (Fernando) Múgica, un tipo de mundo, que se ha vuelto un poco loco con el 11M y la teoría de la conspiración, pero es muy buen tío. Bueno, pues él había estado en Vietnam con 18 años. Entonces yo le dije que lo que más miedo me daba era que me mataran el primer día, porque iba a quedar como un gilipollas (Esto me lo dijo entre carajadas). Él me dijo: “Bueno, pues esa es una buena razón para extremar las precauciones.” Entonces, claro, vas ahí, lo ves todo destruido y te acojonas. Y dices, “ostras, tío, ¡qué hago yo aquí!”. También ha viajado por África, Sudamérica, ¿De todos los sitios en los que ha estado cubriendo conflictos o haciendo reportajes, con qué lugar se siente más unido? Bueno, en Sudamérica solo he estado en Haití, dos veces, y el primer viaje a Argentina, que no cuenta. Emocionalmente tengo Sierra Leona. Allí he estado tres o cuatro veces y las dos primeras fueron emocionalmente muy diversas. La primera porque un niño que intentábamos salvar Gervasio Sánchez y yo, no pudimos, murió. Entonces claro, eso se nos quedó marcado un tiempo. Y la segunda porque mataron a Miguel Gil, a un amigo nuestro y a Kurt Schork. Y es un país que me gusta. Ahora está muy jodido por el Ébola, pero me gusta. Me gusta la gente. Ahora, cuando mira hacia atrás, usted que has visto tanta destrucción, muerte… incluso la parte más animal del hombre… ¿A qué tiene miedo alguien que ha visto tantas cosas? A convertirte en un asesino, como ellos. Porque la diferencia entre alguien normal y un asesino es muy pequeña. Y que la educación y la cultura no te protegen. Que si a ti te ponen en una situación límite, es muy probable que salga el asesino que todos tenemos dentro. Nosotros somos gente educada porque estamos reprimidos por la cultura y la educación. Porque no puedes darle un guantazo a un tío por la calle porque te ha adelantado y te ha cerrado el paso; si un tío se te cuela en el mercado no puedes pegarle una paliza, pero muchas veces te apetece pegarle una paliza. Pues bueno, si estás en una situación de impunidad total absoluta y puedes pegarle una paliza y que no te pase nada, pues igual se la pegas. Los asesinos son débiles mentales, como uno que entrevisté en Sarajevo, que había violado y había degollado gente, era un débil mental ¡Cómo le habían comido el coco! Pero es que aquí tú ves cómo hay gente que te repite tonterías que han oído por aquí o por allá, son gente débiles mentales; gente que no tienen ninguna fortaleza; gente que depende de un grupo, de hacer lo que les dicen. Este tipo de personas es muy fácil que puedan cometer barbaridades. Incluso los que nos consideramos educados, que estamos fuera de un grupo no estamos a salvo, no estamos a salvo nadie. La diferencia entre el héroe y el asesino es muy pequeña. También depende de quién gana la guerra. Si ganas tú la guerra, todos tus asesinos son héroes… ”La historia la escriben los vencedores”, que diría aquel… Sí, exacto. Y todos los héroes del contrario son asesinos. Y muchas veces depende de la dirección a la que corres. El héroe y el cobarde actúan por lo mismo, por impulso del miedo, solo que el héroe corre hacia las trincheras enemigas y el cobarde corre hacia su casa. Pero el impulso de correr es el mismo, es el miedo. Y claro, respecto a lo de que la historia la escriben los vencedores. El papel del corresponsal es dar a conocer que no todos son héroes, ni todos son villanos. Me gustan los perdedores. El otro día estaba en una escuela de letras dando una charla y les decía que yo no creo en la objetividad. Creo que es una de las grandes falacias del periodismo. Es mentira, y hay que 56 denunciarlo de una puta vez. Y hay un montón de gente dando clase y viviendo de la objetividad. Es mentira, porque ninguno somos objetivos. Todos somos subjetivos. Yo tengo una educación, una familia, unas lecturas, unos amigos, que me hacen ver la vida de una forma distinta de otra persona que ha vivido otra situación. Incluso gente que ha vivido lo mismo tienen visiones distintas porque somos singulares. Lo que tú tienes que ser es honesto, que es distinto. Yo, al ser subjetivo tengo una visión ideológica de la vida, aunque no creo que deba seguir una forma ideológica, pero sí selecciono los temas de una forma ideológica. A mí me interesan mucho más las víctimas que los verdugos, eso es una apuesta ideológica; a mí me interesan los Derechos Humanos, eso es una apuesta ideológica. Estoy en contra de la gente que tiene armas y sobre todo de los guerrilleros, los ejércitos que abusan… todo eso me molesta. Los tíos estos que pegan a las tías, yo estoy con las tías, no con los tíos. Todo eso son apuestas ideológica. Entonces, si yo quiero hacer una cuestión sobre violencia de género, yo lo voy a hacer sobre las víctimas, no lo voy a hacer desde el punto de vista del que pega. Es que el punto de vista del que pega no me interesa, pero vamos, no me interesa ni para decoración. Es que no se me ocurre ir a hablar con un tío que pega a su novia. Que igual es un error. Igual habría que hablar con alguno de estos… Entonces, cuando voy a una guerra, a mí lo que me interesa son las víctimas. Pero lo que no puedes olvidar nunca es que hay víctimas en los dos lados. No puedes tomar partido por unas víctimas, porque te estás equivocando. Por ejemplo, el conflicto Palestina-Israel, un conflicto permanente, si tú solo ves víctimas en uno de los lados te estás equivocando. De acuerdo, las víctimas del otro son muy relativas, pero igual las víctimas del otro no son las víctimas de los cohetes de Hamás, igual las víctimas son las víctimas de la manipulación de su gobierno; son las víctimas de la utilización constante del Holocausto. Hay una especie de violencia constante ahí, de recuerdo de violencia que justifica la violencia que, al final, hace a todo el mundo víctima de la violencia. Tienes que abrir mucho más el foco. Después la manera de escribir de una forma en la que tú permitas al lector sacar conclusiones distintas. Por ejemplo, en un perfil que hice a Netanyahu, pues habrá gente que le habrá encantado y que habrá pensado que Netanyahu es un hijo de puta, asesino de mierda; y habrá gente que haya dicho “coño, este es un tío inteligente que tiene un plan”, pero porque yo no digo nunca que este es un tío inteligente y que tiene un plan, pues la gente que es completamente pro-Palestina y que ve Korea del Norte TV, pues me ataca. Si tú piensas que todo el que no piensa como tú es imbécil, vas a perder siempre, porque el que está enfrente igual no es imbécil. Es muy fácil y muy divertido reírnos de Rajoy y hacerle una caricatura. Pero detrás de esa caricatura hay un tío que no es idiota. Será un hijo de puta, pero no es idiota. Ha llegado a ser Presidente… Claro. Pero es que esa es la tendencia. En este país somos súper sectarios. La izquierda es muy sectaria. Negar a los otros valores no te hace a ti mejor. A lo mejor antes los reporteros de guerra teníais una mayor cobertura de los medios que ahora, ¿cómo ves la situación de los reporteros actualmente? Muy difícil. Antes los que iban a guerras eran casi todos de plantillas. Estabas protegido por un medio que te pagaba todos los meses escribieras o no escribieras, y además había seguros –yo siempre tuve seguros de vida-, el chaleco antibalas, había una concienciación de eso. El País incluso llegaba a acuerdos de las condiciones en las que se debía ir, que si querías trabajar para ellos tenía que ser en unas condiciones. Pero es que ahora todo eso ha desaparecido. Ahora la mayoría de los que están en las guerras son freelance. Un freelance es un tipo, o una tipa que no tiene garantía de nada. Primero no tiene garantía de que la van a pagar un sueldo, por supuesto; ni tienes garantía de que te van a pagar bien por tu crónica, ahora te pagan cincuenta euros por una crónica que mandas desde Siria, que te estás jugando las pelotas; tampoco tienes garantía ni "En este país somos súper sectarios. La izquierda es muy sectaria. Negar a los otros valores no te hace a ti mejor" siquiera de si te va a coger el teléfono el jefe para ver qué es lo que tienes; y tampoco tienes garantía de que te van a publicar respetando tu trabajo. De acuerdo, hay muchos freelance que escriben una mierda de trabajo y hay que reescribírselo y bueno, gracias a que está ahí, pero eso es otra cosa, pero hay que respetar el trabajo. Yo no creo que tengamos una cultura respecto del freelance, ni creo que el freelance tenga una cultura sobre como colocar su trabajo en España. En Inglaterra es más fácil. Allí siempre ha existido una parte muy potente de freelance, incluso en las asociaciones de periodistas está protegida la figura del freelance y hay una especie de código ético y el compromiso de los medios, etc. Aquí no te pagan una mierda. Si un tío te manda una crónica de Coslada y le pagas cincuenta euros y otro te manda una de Siria y le pagas cincuenta euros… pues no, eso no es así. No ya por el peligro, sino porque irte a Siria te ha costado una pasta. Antes lo que se hacía, sobre todo en el periodismo anglosajón eran los llamados asignment, sobre todo se daba con fotógrafos. Si tú eras un fotógrafo freelance, te llamaba una agencia y te decía “queremos que vayas a Bosnia un mes y te pagamos los gastos y dos mil o tres mil euros. A cambio nos tienes que dar 40 fotos”, entonces yo no tengo ninguna relación contigo, se acaba ese mes, se entregan esas fotografías y ya está, ya no quiero saber nada de ti. Eso es una relación estable y razonable con un freelance. Eso posiblemente no se haga nunca en España. ¿Podría resumir un poco cómo era su visión de estos conflictos antes de haber estado en ellos y ahora? Bueno, el cuadro general no cambia mucho. El marco general lo tengo, porque leo mucho. Cuando vas sobre el terreno tienes un marco más concreto porque vas preguntando aquí y allá y te vas dibujando el tuyo para ir colgando todo lo que vas descubriendo. Lo que sí te llena es de voces. Desde aquí se tiene un marco mudo, que además puede tener errores o matices, no graves si es un estudio universitario o un artículo, pero le faltan voces. Pero en cambio cuando estás ahí sobre el terreno se modifica ligeramente, pero esa pequeña modificación a veces es importante. Todo lo llenas de voces, de emociones. ¿Cuál es la diferencia? Sobre todo eso, las voces, las emociones, toda la gente que te ha llenado de vida el marco intelectual, que no tenía vida. Pero la visión que yo tenía de conflictos como Sierra Leona no me ha variado después, lo que sí ha variado es la gente que hay dentro que me la ha llenado de vida. Ahora está en otra etapa en la que se dedica a otro tipo de periodismo, ya tiene un nombre, ha trabajado en muchos sitios de bastante prestigio… ¿Se siente más cómodo ahora que anteriormente? Bueno, igual. Han pasado dos años del ERE de El País. Hay una cosa que es muy importante: el tiempo. Cuando lo tienes organizado, que tienes que ir a la redacción y tienes unos horarios y un jefe que no te cambia el fin de semana cuando tienes algo… Cuando pierdes el trabajo, lo primero que te queda es un enorme vacío, ¿qué hago con todo este tiempo? Lo vives como una situación muy agresiva, pero eso luego se pasa. Acabas controlando el tiempo y te das cuenta de que el tiempo es tuyo. El tiempo es la posibilidad de usarlo o perderlo. Es la expresión máxima de libertad. Yo me levanto por la mañana y puedo decidir si me ducho o no me ducho. Tengo que hacer una serie de trabajos cada semana que tengo que entregar en unas fechas y yo me lo organizo. ¿Que echo de menos los viajes? Sí, pero ahora voy a hacer cuatro, a partir de enero, con Médicos Sin Fronteras, que vamos a publicarlos en El Periódico de Cataluña y en algunos sitios más. También quería dar la vuelta al mundo el año que viene, pero he decidido que no porque tiene pinta de ser muy interesante políticamente. Me voy a esperar. Pero el año que viene quiero hacer un viaje especial y el que tengo más en la cabeza es Los Balcanes. Se van a celebrar los 20 años del final de la guerra y quiero ir. No limitarme solo a Serbia y Bosnia, que ya los conozco, sino ir a Bulgaria, Rumanía, quizás Turquía, por el Mar Negro y yo que sé acabar en Crimea, ahí con una camioneta y eso, a ver qué pasa. Uno me decía que si vamos en tiendas de campaña y yo diciéndole, “yo te lavo los calzoncillos y tú me montas la tienda, porque yo no tengo ni puta idea.”(Esto lo decía con una mezcla de emoción y cachondeo) También esta situación le da menos estabilidad, ¿no? Sí, yo tengo cuatro cosas. Si falla una, la mesa se cae, pero bueno, se puede intentar limar las otras patas o buscar otra. También estoy cerca de la jubilación, el año que viene cumplo 60 y estoy a seis de la jubilación. En un principio no tengo ninguna intención de jubilarme, pero es una opción que está ahí. Porque la jubilación es un derecho, no una obligación. Mi situación es un lío. Sobre todo un lío burocrático. Cuando estás en una plantilla, casi todos los papeles fluyen. Cuando sales de ahí el paro es un puto lío. Aquí hay dos carriles: el carril A y el carril B. En el momento en que tú vas por el carril C, la has cagado, porque nadie sabe nada. Y yo estoy en el carril C y es un lio de papeles tremendo, con el INEM, la Seguridad Social. Este es un país en el cual, si quieres hacer las cosas bien, no se puede. Todo está organizado para que te saltes las normas. Todo lo que es lógico, aquí es imposible. Entonces al final lo único que queda es defraudar. Todo es una invitación al fraude, porque aquí defraudar es muy fácil y hacer las cosas bien es muy difícil. Todo eso lo vives cuando sales del transatlántico, que te das cuenta de que las aguas se mueven, te sientes más desprotegido. También cuando estás en un grupo tienes la sensación de pertenencia. No es que te sientas protegido, porque nadie lo está, pero te sientes parte de algo. Yo me salí del grupo de mi familia, porque son fachas y me cuesta mantener una relación con ellos, excepto con mi madre; ahora me he salido del grupo del periódico, entonces a veces te paras y dices ¿quién soy? Siempre he sido muy individualista, con lo cual tampoco he tenido problemas, pero te sientes desprotegido. Me ha funcionado lo que llama Lafontaine la marca personal. Llevo muchos años haciendo este trabajo, 20 años haciendo trabajos en sitios conflictivos y demás que te dan cierto prestigio. Eso a mí me ha ayudado mucho. El primer jefe que tuve me 59 decía siempre –este me llamaba siempre por los dos apellidos-: “Lobo Leyder, te voy a dar un consejo. Mejor dos. Cuando estés jodido en este trabajo no te preocupes, porque es un tobogán. Cuando bajes no te preocupes, porque subirás; y cuando subas no te alegres, porque bajarás y cuando subas y bajes, saluda siempre”. Yo he hecho exactamente eso, la he subido y bajado varias veces y cada vez que lo he hecho, he saludado a todo el mundo. Entonces, ahora la última vez que la he bajado, que ha sido rodando, me encuentro con muchas manos, mucha gente que te ayuda. Pero el que ha sido un hijo de puta que empieza a subir y empieza a despreciar, está absolutamente solo. Incluso me han salido muchas cosas y hay otras a las que he tenido que decir que no. Son pequeñas cosas, pequeños salarios que todo junto no llega a lo que ganaba en El País, pero sí lo suficiente para lo que necesito: tengo la casa pagada, no tengo hijos… no tengo problema. ¿Cómo ve los medios de comunicación actualmente en España? Tienen una especie de falta de legitimidad, sobre todo de la prensa… Sí, a la prensa tradicional se le nota mucho quiénes son sus dueños. Yo creo que sí, que tienen más que una pérdida de legitimidad, de credibilidad. Han perdido credibilidad y de eficacia. No quiero hablar mal de El País porque es un periódico en el que he estado 20 años y le debo muchísimo, además, gracias a él he tenido una salida fantástica. Y que me hayan despedido es un accidente menor: hay una ley que lo permite y un director que me puso en la lista que seguramente tenía razones importantes. No trabajo el rencor, el rencor es una cárcel. Nunca lo he trabajado. Ni con tías que te dejan, ni con amigos que te traicionan. Sí he sentido he rencor, pero es algo que ataco inmediatamente y me dura unos días y después fuera, porque son cárceles, y no me gusta la cárcel, me gusta la libertad. Pero leo El País y veo un deterioro, deterioro desde los detalles. Por ejemplo, el otro día Javier Ayuso –amigo mío, le quiero muchísimo-, escribió una historia sobre el Pequeño Nicolás, cuando El País no ha entrado en lo del Pequeño Nicolás y Javier ha sido jefe de prensa de la Casa Real. Es parte de eso. Quizás sea la única persona que no puede escribir de eso. Puedes contarme a mí todo lo que quieras de la Casa Real, que yo lo escribo, pero no lo puedes firmar, porque no es creíble. Ese tipo de detalles se han perdido. Esto ya empezó hace mucho tiempo, no es de ahora. Tuvimos un compañero que trabajó en Bruselas en la Comisión Europea como jefe de prensa y después se incorporó en la delegación de El País de Bruselas. Puede irte a París, puedes volver al periódico, puedes irte a donde quieras menos a Bruselas, porque no es creíble. Ese cuidado de los detalles es fundamental. Eso en un periódico anglosajón, el Financial Times, The Guardian, The New York Times, no pasa. El cuidado de los detalles es fundamental, y si cuidas los detalles, vas a cuidar todo. A mí me dijo una vez un inglés que si un periódico cuida las necrológicas, va a estar todo bien escrito. Si cuidas lo pequeño, los breves, por ejemplo, si están bien escrito, estará bien todo. Si solo cuidas la historia que está bien, todo lo demás será una mierda. Esa cultura del detalle se ha perdido. (En este momento suena su teléfono. Muy educadamente se disculpa, lo coge y se aleja para hablar. Unos minutos después vuelve y proseguimos la entrevista.) Estábamos hablando de la credibilidad de los medios… Sí, yo creo que han perdido mucha credibilidad, y los digitales todavía no tienen suficiente. Una historia que publican eldiario.es o Infolibre no entra directamente en el stream de los medios. Pero yo creo que eso ya está cambiando un poco. Ya ha habido cosas de corrupción que han sacado, por ejemplo Público, como lo de Monago; o el Diario, o Infolibre, que ya van entrando en el circuito, pero todavía no tienen el peso suficiente para marcar la agenda política. Aunque evidentemente eso va a ser así. Tienen más futuro estos periódicos que El País, o ABC o cualquiera de estos en sus formatos actuales. El País tiene una cabecera con una potencia de prestigio que, por muchos errores que esté cometiendo o haya cometido, sigue siendo muy alto, sigue siendo un buen periódico. Sigue siendo el mejor periódico de los que se hacen o, mejor dicho, el menos malo. Era un periódico que competía en la “liga internacional”, entre los mejores del mundo, el problema es que desde hace un tiempo no se lo ha creído. Lo utilizaba como lema, pero no se lo ha creído y eso que tiene periodistas muy buenos. El problema es averiguar cómo manejar la web, y creo que 60 casi ningún periódico ha dado todavía con la clave. Quizás The New York Time o The Guardian estén más cerca. La web te ofrece la posibilidad de contar las cosas con más herramientas, pero claro, tienes que utilizarlas. Un gráfico interactivo no es algo que se hace en dos minutos: The "Creo que he hecho mi trabajo" New York Time unas 33 personas en infografía y El País tiene 5; trabajar con videos propios: The New York Time tiene 22 personas en vídeo y El País tiene 2. Eso te marca. Si estamos con unos recortes brutales, una becarización de las redacciones y unos directores que tienen una mentalidad más empresarial que periodística y están más preocupados en ahorrar que en informar, pues claro, los periódicos van perdiendo mucho peso. Y los digitales son más baratos, por la ausencia de papel, de distribución…pero todavía no hay una cultura de lectura de los poderes públicos, bancos y demás del periódico digital. Además estos aún son pequeñitos, no tienen potencia como para tener una sección potente de internacional y mandar gente fuera. No tenemos una cultura de investigación en España. Si tú dices eso ahora, te sacan mil ejemplos. Pero todos esos son de periodismo de buzón, es decir, alguien que te entrega un dosier. Eso no es periodismo de investigación. Que está bien que te entreguen dosieres, si luego los tienes que comprobar y todo eso y ver qué parte se puede publicar y qué parte no. Incluso el Watergate, el gran ejemplo de investigación periodística, parte de soplos, alguien que te va dirigiendo. Pero también existe el periodismo de investigación, es decir, alguien que dedica meses a investigar. Si aquí en España reina la corrupción absoluta. Hay un campo para investigar tremendo. Claro, no se hace porque es caro. Es que todo eso, 33 personas, un equipo de investigación…. Es caro. Y después, yo no tengo tan claro que el lector en España diferencie un trabajo de meses de investigación de un copia-pega; de un tipo que está en Afganistán o en Siria jugándose el pellejo, de un copia-pega sobre Siria o Afganistán. No creo que tengamos una cultura general y periodística suficiente en los lectores como para que sepan diferenciar eso, y creo que nosotros hemos trabajado para romper eso. Los periódicos que tenían un tipo de lector, como El País o La Vanguardia, que sabían apreciar la calidad los hemos ido expulsando, porque cada vez escribimos más para gente que no lee los periódicos, si alguien no lee el periódico, va a seguir sin leerlo. Tenemos que escribir para gente que sí lea los periódicos, da igual en papel que en Internet. Por eso, cuando hay que hacer entrevistas largas, pues en papel no, no se pueden hacer entrevistas de cuatro páginas, que no las lee ni Dios, sin embargo, un reportaje de cuatro páginas sí se puede, con fotos y tal, pero tiene que ser muy bueno. Pero una entrevista en Internet, ¿por qué no va a ser larga? Tengo un amigo, Guillermo, me dice que las entrevistas que hago son muy largas. Yo le digo, ¿tú crees que si fuera mucho más corta la gente lo iba a leer? No, iban a leer el título y el primer párrafo. Eso es lo que leen el 50% de la gente. Del otro 50%, si la entrevista es corta, lo va a dejar. La gente que llega hasta el final es porque realmente le interesa el personaje o porque la entrevista está bien. Si la entrevista está bien y te interesa, se puede leer perfectamente, como todas las preguntas están en negrita, te las puedes saltar, si la pregunta te parece una estupidez, te la saltas. Me dice – mi amigo Guillermo- “es que tendrías que hacer dos versiones”, no, es que si hago dos versiones estoy insultando al lector: “mira, tú como eres tonto, en lugar de esta de 8000 palabras, te hago una versión de 3000 palabras.”, hombre, si fuera papel, sí, que tengo que hacer una versión corta de unas 1000, 2000 palabras, pero una entrevista así no puede ser de conversación, tendrá que ser concreta, preparadas las respuestas… Entonces, la conversación se produce porque es Internet. ¿Tú aguantarías una entrevista de media hora en televisión? Si el personaje es interesante sí. Yo sí creo que hay gente que lee entrevistas largas, y posiblemente su número no será mayor que el que lee entrevistas cortas. Es decir, que litúrgicamente Internet permite recuperar este tipo de cosas. ¿Un reportaje o una entrevista en televisión tiene que ser larga? No tiene que ser larga ni corta, tiene que tener su medida. Si tú le has dedicado seis meses a un trabajo de investigación y tienes mucho material, igual no tienes que darlo todo seguido porque a lo mejor es un coñazo, pues buscas la forma 61 de cómo presentar ese trabajo. Hay cosas con 300 palabras, otras con 600 y otras con 6000, depende de quién las escriba, de cómo se enfoque, de qué tiempo le has dedicado, de qué personajes haya y qué pasa en esa historia… Esta falta de credibilidad de la que hablamos, ¿qué solución ve? Quizás algo no muy mesiánico, porque no es fácil, pero una línea general… La credibilidad te la construyes día a día. Por ejemplo, Infolibre, con los que yo colaboro, es un modelo mediaparte, es decir, unos 1000 socios. Infolibre tiene unos 5000. Con 5000 lo tienes jodido, con 100.000 puedes sobrevivir. Estos durante dos o tres años tendrán dificultades. Consiguen pasta para aguantar eso, dos o tres años. No van a llegar nunca a los cien mil mientras tengan solamente 25 periodistas, aunque saquen muy buena información, pero están limitados al número de periodistas. Si ese medio va creciendo y vas pudiendo añadir más periodistas, puede convertirse en un modelo de futuro. Creo que si Infolibre sale adelante, que yo lo espero, por la gente que está ahí y por lo que ofrece, será un modelo interesante. Eldiario.es es un planteamiento completamente distinto. En el Diario parte en muchos casos de gente que se mueve muy bien en Internet, Twitter, etc. Pero hay muchos comentarios que necesitan una cierta militancia de un tipo de izquierda cabreada: cabreada con el PSOE; menos cabreada con Izquierda Unida, aunque no enamorada de IU; y ahora que ha surgido Podemos hay una cierta división. Creo que en eso les falta pluralidad, aunque eso se consigue con el tiempo. El cambio de diseño que ha hecho Ignacio Escolar da la sensación de que el medio es mucho más profesional, antes tenía un diseño más amateur, donde no se veían algunas cosas. El Diario trabaja muy bien un par de cosas y con el nuevo diseño se ven algunas pequeñas cosas que antes no veías que están muy bien. Para eso sirve la página home, para vender un poco lo que tienes. Creo que El Diario es un periódico en crecimiento, un modelo muy interesante. La Marea, que lo leo poco, también es interesante. Se están haciendo cosas en la web muy interesantes. La ventaja en Internet es que te puedes equivocar muy barato. Cuando pase un tiempo se irán consiguiendo medios interesantes y, si esos medios hacen un trabajo honesto durante mucho tiempo, irán consiguiendo esa credibilidad. Público ha publicado las cosas de Monago, el billete de la novia pagado por Monago… es decir, que lo que dices es cierto. Cuando dices que una cosa es así y el partido dice que es falso, que es una campaña, etc. y tú puedes demostrar que es cierto, construyes tu credibilidad. Para eso es necesario el rigor. ¿Es el futuro entonces? Creo que el trabajo es el mismo, solo que la manera de poner el trabajo en circulación es distinto. ¿Acabarán extinguiéndose los periódicos de papel? Muchos sí. Seguramente los periódicos de papel se acabarán refugiando en el fin de semana. Yo no veo tanto el final del papel. Cebrián, por ejemplo, es un especialista en matar el papel, aunque de momento no parece tener razón. Por ejemplo The New York Time ha añadido hace tiempo una suscripción para el Long Weekend. Es muy probable que los periódicos en el fondo estén pensando imprimir una edición de fin de semana gorda y de lectura, y entre semana escribir en digital. O puede ser que el periódico sea en papel, pero mucho más analítico, más arrevistado y que en lugar de costar dos euros, cueste cuatro, porque te da otra cosa. El papel se irá arrevistando, ya lo está haciendo, y se irá tendiendo a una edición más concreta. Igual que hay gente que lee en ebook, otros necesitamos tocar el papel. He leído un par de cosas en la tableta está bien, tiene sus ventajas, pero a mí me gusta el contacto del papel, me gusta el olor. Creo que eso va a existir siempre. ¿Que si el número de personas que leen papel va a ser suficiente para sostener la edición? Probablemente no. Ahora, si quisiéramos sacar una revista de puta madre, no se puede plantear un periódico en papel, es imposible. ¿Hay futuro para un periodismo de calidad? Yo creo que sí. Pero aprende inglés, por si lo tienes que hacer fuera. Tras esta entrevista, nos despedimos amigablemente. Él siguió hacia sus colaboraciones y yo hacia mi facultad. Él siguió por su tobogán profesional ya con la ruta marcada y yo hacia los comienzos del mío. 62 Sociedad Bolonia, que alguien abra esa caja de herramientas Por RODRIGO MORENO Bolonia es una ideología. Es hacer por hacer, sin saber muy bien por qué, confiando en que al final te den un trabajo. El plan ha fracasado, no es más que un reflejo de lo viejo que está todo; laUniversidad también. Se supone que esta reforma hace primar el esfuerzo sobre la obtención de conocimientos, ¿pero qué pasa con la obtención de conocimientos? No, en serio, necesitamos conocimientos. Michel Foucault entiende la teoría como una caja de herramientas. No propone una moral concreta ni un sistema determinado, pero considera que a través de la lucha e interpretación de la realidad conseguiremos descubrir los elementos que nos hacen falta para construir una maquinaria que nos sirva para vivir mejor. Por lo tanto, la teoría no es nada desdeñable ni un vestigio del Antiguo Régimen; es absolutamente necesaria para construir la sociedad que nos venga en gana. Los planes de estudios, por su cuenta, animan a lo contrario. A hacer, a que los detalles son lo de menos. Se pasa lista como en el colegio, lo que obliga a ir unas clases en las que los alumnos reciben un barnicillo de cultura general. Los profesores intentan convencer de que sus asignaturas son eminentemente prácticas, pero las aulas están tan masificadas y los grupos son tan grandes que las únicas dinámicas que se les ocurren son escribir noticias a diez manos o exponer un Power Point. Hay pocas cosas más líquidas y superficiales que un Power Point, cuyo formato cercena automáticamente la posibilidad de profundizar acerca de algo, pero son el pan de cada día porque no se sabe hacer otra cosa. La carencia de una teoría desmantela la posibilidad de desarrollar una respuesta frente a las injusticias que suceden en nuestro día a día. La falta de un paradigma interpretativo provoca que las achaquemos al azar. Todo es anecdótico y nada tiene una causa estructural. Mala suerte, nada más. Cada vez estoy más convencido de que este proceso no es fortuito. De que hay La pequeña sí se dio cuenta Por VÍCTOR DE CEA Estaba sentada junto a su madre en el metro. Morena, pelo corto, no tenía más de seis años. Se creía mayor, así que sobre sus rodillas llevaba un bolso rojo, de esos que llevan las niñas pequeñas, donde no cabe nada pero hace juego con la inocencia de la edad. Escuchaba atentamente a un chico de no más de veinticinco años que narraba su vida, o mejor dicho, narraba lo mal que le había tratado la vida. Él joven estaba pidiendo. “No quiero comida, puesto que ya tengo a Cáritas, necesito dinero para poder dar un techo a mi hijo y a mi mujer, ya que hemos sido brutalmente desahuciados. No quiero perder a mi hijo” decía. Tras su relato, el hombre se paseó por el último vagón rescatando hasta la última moneda que cualquiera allí sentado podía darle, y llegando a su destino esperó frente a la puerta para bajarse y seguir con la jornada. La niña miró fijamente a la madre y esta respondió asintiendo. Fue cuando la pequeña sacó un monedero de su bolso de niña mayor y se acercó corriendo al joven, presionada por los pitidos de las puertas del metro que le indicaban como aquel chico se le podía escapar. Cuando le atrapó, sacó de su monedero algunas monedas y se las dio. Aquel joven le respondió con una sonrisa y un sincero 63 quienes prefieren tener a un reportero con un paraguas en lo alto de la sierra dando el parte meteorológico en directo, persiguiendo a la Pantoja o leyendo lo que pongan los redactores en el teleprompter a un periodista que investigue, interprete y señale con el dedo. Yo quiero sentarme, enfrentarme a un autor, comenzar a leer sus textos sin comprender nada y que en algún momento de mi estudio se haga la luz y experimente la alegría de haber llegado a entender una idea que antes no estaba en mi cabeza. Después, saldré a la calle y podré explicarpor qué hay pobreza en mi barrio y si esto se debe a una causa mágica o si existe algún responsable. Sin embargo, los contenidos de las asignaturas se repiten año tras año y vivimos una continua introducción a la nada, sin profundidad ni sensación de ampliación del conocimiento. Al final nos aburrimos, y los jóvenes nos quedamos desactivados. Las notas son buenas, aprobar un examen tipo test sobre veinte diapositivas es fácil. A pesar de todo, lo irónico es que las notan son aún mejores en las asignaturas en las que los profesores explican, amplían, leen y corrigen. Desde luego que sentirse leído motiva más que tener la certeza de que una máquina despachara tu examen y el de tus compañeros en diez minutos. Los docentes que se aprenden tu nombre tienen el respeto suficiente por tu tiempo como para preocuparse de que su asignatura te sirva para algo, pero no son suficientes. Así que las lógicas del nepotismo, el mercadeo político, las amenazas de los rectores y losdespidos masivos de profesores, a pesar de que la universidad tenga superávit, provocan que la especialista en cine imparta la asignatura de radio y el enfermero la de televisión. Y unos por otros y la casa sin barrer. El contribuyente paga, los alumnos pierden su tiempo, los trabajadores cobran una miseria y tú no aprendes nada. Eso sí, yo tengo una propuesta. El actual sistema educativo va a tratar de acostumbrarte a que tu tiempo no vale nada, a que nunca te van a pagar y a que vas a tener un empleo precario.Rebélate, ve a la biblioteca pública más cercana, busca entre las baldas algún autor que no conozcas pero que te llame la atención. Saca un libro, regálate medios para acceder al conocimiento y recuerda que la influencia de las élites de todo tipo será menor si somos capaces de elaborar nuestras propias explicaciones de lo que sucede a nuestro alrededor. Abre esa caja de herramientas. “gracias”. Esto lo vieron mis ojos, los mismos que ahora están frente a la pantalla. Todos nos damos cuenta, incluso los niños. Las palabras de aquel chico las reconocimos todos los que estábamos en el vagón, porque un día tras otro, desgraciadamente, las escuchamos. Aquella niña se dio cuenta, pero ¿nos damos cuenta nosotros? ¿Nos damos cuenta de que ellos se están dando cuenta? La niña se dio cuenta desde que clavó la mirada sobre aquel chico, le escuchaba y le entendía. Entendía que se le había ECHADO de su casa y que podía perder a su hijo. En pleno siglo XXI cualquiera de ustedes podría haber leído un titular como este. “Un joven es desahuciado junto a su familia”. ¿Qué estamos haciendo? ¿Somos conscientes de lo que está pasando? La gente es despedida y no puede pagar su hipoteca. Es denunciada. Se les ECHA, sí, en mayúsculas, se les ECHA de sus casas. Y la entidad bancaria, esa que les ECHA, es rescatada por el Estado, por usted, por mí, por el que tiene al lado, por el que está siendo desahuciado, y por supuesto se queda esos pisos vacíos mientras permiten que las familias hagan malabares para sobrevivir sin un techo, que por cierto, es suyo. El tiempo pasa y la generación que ahora está creciendo lo ve, lo observa, se está dando cuenta. Por eso aquella pequeña se levantó de su asiento en el metro y se fue hasta aquel joven para darle las pocas monedas que tenía. De verdad, ¿no nos damos cuenta de la irracionalidad del asunto? Nosotros no sé, pero desde luego la pequeña si se dio cuenta. 64 Deportes Deportistas con estrella: Magic Johnson Por PABLO BURGOS Fue un 7 de Noviembre de 1991. La sala de prensa del Forum Club estaba abarrotada de gente que no sabía exactamente lo que allí iba a ocurrir instantes después. Entró Magic Johnson, secándose las lágrimas tras hablar con sus compañeros, y cuando vio toda la gente que le esperaba solo atinó a decir: “Wow”. Ese día marcó la historia de una estrella del baloncesto. De un deporte. De una enfermedad. El 32 de los Lakers fue valiente y dijo: “Debido a que he contraído el virus del VIH tengo que dejar los Lakers hoy mismo” Si hoy en día cualquiera menciona a Magic Johnson es para hacerlo con palabras de respeto y admiración hacia el que es y será una leyenda de Los Ángeles Lakers, y, claro está, del baloncesto. Es esa noticia en unos años en los que apenas se conocían datos sobre la enfermedad y su lucha por darla a conocer y evitarla; además de intentar sobreponerse a todas las adversidades, los motivos que le hacen digno de pertenecer a la sección de Deportistas con Estrella. Earving Magic Johnson es de esos jugadores que pocas veces ocurren en la historia del deporte. Ya en el equipo de la Universidad de Michigan consiguió ganar el torneo nacional y ser el mejor jugador, en el primero de muchos duelos contra su amigo Larry Bird; pero el verdadero paso lo da en el año 1979, cuando Los Ángeles Lakers consiguen al jugador, que era número 1 del Draft. Era un base totalmente atípico dada su altura y corpulencia, pero su juego eléctrico y rápido hizo que se disiparan las dudas que habían en torno al joven jugador. El juego de esos Lakers que maravillaban al mundo fue el conocido Showtime. En la temporada de su debut logró entrar en el mejor quinteto de rookies y ser titular en el AllStar. Pero la irrumpción de Magic no se limitó a eso, sino que consiguió con los Lakers el anillo de la NBA, el primero de cinco que consiguió en nueve finales que disputó, supliendo como pívot a Abdul-Jabbar. Además fue nombrado MVP de las Finales de la NBA. El cómico y actor Chris Rock define a la perfección a Magic 65 Johnson con esta frase: “Cuanto mejor se lo pase él, mejor lo pasamos nosotros” Pero lo que hasta el momento fueron aplausos y palabras amables cambiaron radicalmente cuando se retira a causa de su enfermedad en 1991. El médico de los Lakers y médico personal del jugador, Michael Melman, detectó su enfermedad y le hizo dejar una concentración en Utah, donde iba a disputar un encuentro de pretemporada. El hombre que siempre había tenido todo bajo control, veía como la situación le abrumaba y pasaba a ser una persona indefensa. El SIDA es una enfermedad contra la que se ha evolucionado mucho y muy bien en las dos últimas décadas, aunque el camino restante es todavía largo y tortuoso; pero nada tiene que ver la situación actual con la que se vivía en esos años. Magic Johnson optó por ser embajador de la Comisión contra el SIDA en Estados Unidos, y así informar a la gente de cómo evitarla y a su vez luchar para encontrar un remedio contra ella. La estrella de los púrpura y oro sabía que tarde o temprano moriría, pero aun así no dejó de luchar en todo lo que pudo. Tanto es así que de sus palabras optimistas salieron muchos detractores. Si él decía que saldría adelante, la gente que no tenía la enfermedad hablaba de que no lo había aceptado todavía, y los enfermos que no les ayudaba lo suficiente. Antes de los partidos de la NBA tras su anuncio se guardó un minuto de silencio en su honor, como si estuviera ya muerto, y la ignorancia sobre la enfermedad hizo que se le despreciara. Unos meses después de su rueda de prensa y su retirada de las pistas es elegido para participar en el Partido de las Estrellas de 1992. La NBA no creía adecuado que el 32 angelino jugara, pero tras meses de reuniones con expertos optaron por dejarle jugar. Aun así, jugadores como Byron Scott o Green optaron por no jugar el partido por miedo a un posible contagio. Tiempo después, Karl Malone declaró abiertamente su miedo cuando disputaba un uno contra uno con Magic Johnson; unas palabras que tiempo después el propio Malone matizó diciendo que en esa época era un “paleto de pueblo”. En ese AllStar fue elegido como MVP y le sirvió para dar un paso adelante y ser el capitán del Dream Team en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92`. Tras la consecución del oro olímpico decidió volver de manera oficial a los Lakers un 29 de Septiembre de 1992. Como consecuencia de su retorno, la NBA decidió añadir una serie de reglas de higiene a su reglamento, que ahora son habituales en todos los deportes. Pero su vuelta fue muy fugaz. Un partido en Carolina del Norte tumbó de nuevo a la estrella. Durante el partido Magic Johnson se hizo un corte. Mientras su preparador físico le curaba ocurrió una extraña situación. Todo el mundo allí presente no hacía caso del juego y se limitaba a cuchichear, mirar y señalar al jugador angelino que estaba siendo atendido en el banquillo. Pensó que si continuaba jugando iba a ser una distracción y que el baloncesto quedaría en un segundo plano, por lo que decidió echarse a un lado para continuar su vida, lejos de las canastas. Durante los siguientes años se dedicó a dar charlas y concienciar a la gente sobre su enfermedad. Quisiera o no, él era la cara visible de la enfermedad, y solo él conseguiría que la gente supiera qué no debía hacer para contraerla. En 1996 jugó su último partido con Los Ángeles Lakers y, ahí sí, fue definitivo. Magic Johnson es el fundador de la Magic Johnson Foundation, una organización que persigue lo que el jugador hizo durante años, dar ejemplo e información sobre la enfermedad del SIDA, además de recaudar dinero para encontrar una cura definitiva. Magic Johnson optó por ser embajador de la Comisión contra el SIDA en Estados Unidos, y así informar a la gente de cómo evitarla y a su vez luchar para encontrar un remedio contra ella. 66 Relatos Pase lo que pase Por DANIEL MUÑOZ Laura era una chica tímida, muy poco extrovertida. Desde que era pequeña siempre había tenido problemas para relacionarse con los demás. En clase siempre era ella la que se sentaba sola, la que era motivo de las gracias de sus compañeros y la que elegían la última cuando había que hacer un trabajo en grupo. En el recreo la situación no cambiaba mucho. Nadie quería acercarse a ella, ni chicos ni chicas. Ella no era guapa, así que los chicos no la aceptaban, y las chicas simplemente se reían de ella. Únicamente destacaba por su facilidad para aprender y hablar idiomas, pues era de las pocas cosas que la entretenía. Día tras día, Laura se limitaba a sentarse en una esquina del patio y esperar que sonase la campana que ponía fin a juegos y risas. Para todos claro, menos para ella. Fueron pasando los años y la situación no hizo más que empeorar. La tortura no acababa el viernes, pues los fines de semana nadie la llamaba para salir a la calle. No tenía nadie con quien compartir confidencias, amores o frustraciones. Bueno, realmente sí lo tenía, pero este amigo era un tanto especial. Se llamaba Roby y había sido su peluche desde que apenas era un bebé. Él era el único que “escuchaba” los secretos de Laura, puesto que provenía de una familia muy humilde y sus padres trabajaban día y noche para poder costearle un buen futuro a su hija. Sin embargó la historia de Laura cambió cuando llegó a tercero de la E.S.O. Todos sus compañeros seguían siendo los mismos, salvo uno. Un chico rubio, de ojos verdes y con una altura importante apareció el primer día de clase y se sentó junto a Laura. Chico: – Hola, mi nombre es Robin. Laura: – Hello Robin… Robin: – Do you speak English? Laura: – Yes, I do. I’m always alone so is my favourite hobby. Robin: – What’s a surprise!! Sin embargo, creo que si no hablamos español, en esta clase 67 no vamos a hacer muchos amigos. (risas) Laura: – Si lo que pretendes es hacer amigos, creo que no te has sentado al lado de la chica adecuada… (risa inocente). Robin: ¿Cuál es el problema? A mí me pareces una chica muy agradable. Eres de las pocas personas que me ha visto y no me ha llamado bicho-palo a las primeras de cambio… (Ambos ríen). Laura: La verdad es que tú también pareces muy simpático, incluso tienes un nombre muy parecido a mi peluche favorito, pero por lo visto aquí la rara soy yo… Ya te iré contando. Creo que el bicho-palo y esta niña solitaria van a compartir muchos días mesa… (Ambos ríen) Pasaron los meses y Laura y Robin se fueron conociendo más y más. Al principio Laura no se mostraba muy segura de querer pasar tiempo con él. Le resultaba demasiado extraño que alguien se acercase a ella sin pedir nada a cambio. Solo por el hecho de querer entablar una amistad y poder reír juntos. Poco a poco, Robin se fue ganando la confianza de Laura. Ambos iban juntos en las excursiones del instituto, jugaban en el patio y de vez en cuando se telefoneaban para ir a ver una película o simplemente dar un paseo el fin de semana. Las noches pasaban y Laura cada vez hacía menos caso a su peluche. Le seguía teniendo mucho cariño, pero por fin había encontrado a alguien con quien además de contarle sus preocupaciones, pudiera simplemente, responderle. Tanto fue así que la vida de Laura cambió para siempre cuando se decidió a contarle un secreto a Robin. Algo que solamente su peluche Roby conocía. Ambos volvían del cine una noche. Habían ido a ver una película de amor donde un chico tras muchísimo tiempo conquistando a una chica, consigue salir con ella. Robin acompañó a Laura hasta su casa, pero entonces, la historia dio una giro de 180º. Robin: – Me temo que ya hemos llegado, y es que volvería atrás sin dudarlo. Hace tanto tiempo que no pasaba una tarde tan divertida… Laura: – Yo también me lo he pasado genial. Al principio me costó demasiado confiar en ti, y te pido perdón. Eres un chico excepcional… Robin: – No tienes que disculparte por nada, boba. Si algo he aprendido durante mis pocos años de vida es que cuando alguien merece realmente la pena, debes luchar por él. Y eso hice yo contigo. ¿Cómo no estar al lado de la única persona que no me llama esparraguito con melena? (Ambos ríen). Laura: – Para que luego digan que los ingleses no tienen sentido del humor… (Ambos ríen) Robin: – Bueno, creo que es hora de irme. Mi madre estará preocupada. (Robin se va yendo) ¿Te veo e lunes… (Laura le corta sin que acabe la frase). Laura: – Espera Robin, no te vayas. Llevo mucho tiempo queriéndote contar algo. (Robin se sonroja). Lo que has dicho antes, todo eso de luchar por quien realmente merece la pena… no sé, creo que ha sido el empujón que me hacía falta para lanzarme de una vez por todas. Hasta ahora solo mi peluche conocía este secreto y creo que ya es hora de compartirlo contigo… Robin: – Claro, dime. ¿Qué pasa, Laura? Laura: – Creo que estoy enamorada de un chico… Llevo demasiado tiempo pensando en él pero jamás me he atrevido a decirle nada. Tengo miedo a que me rechace. Miedo a hacer el ridículo. Miedo a que diga: “¿Crees que voy a salir con una chica tan sosa como tú? Miedo en definitiva a ser lo que he sido para el resto de personas hasta que llegaste tú, un cero a la izquierda. Robin: – ¡Eh, no digas eso! Tú nunca serás indiferente para nadie. No podrías serlo. Eres demasiado imprescindible en la vida de los demás cuando realmente te conocen… Dime… ¿Quién es ese chico? Laura: – Se llama… Raúl. Está en la otra clase de tercero. Apenas he coincidido un par de veces con él en el comedor del instituto, pero como ya sabes, nunca me he atrevido ni siquiera a saludarle… No sé cómo es, no sé qué gustos tiene, no sé quiénes son sus amigos, no sé ni si tiene novia… Robin: – ¿Y a qué esperas? ¿A qué acabéis cuarto de la E.S.O. y no le vuelvas a ver nunca más? Mira Laura… tienes todo lo que un chico busca. Eres una chica alegre, risueña, alocada… Tú no eres la chica que has demostrado ser durante estos años pasados. Eso solo era una coraza artificial 68 con la que protegerte de los ataques de la gente. Y si es así, lo conseguiste. Pero, ¿qué perdiste a cambio? Perdiste posibles amigos, y si sigues en este plan, seguramente perderás al chico de tus sueños… Muéstrate como lo haces conmigo, confía en la gente y haz que ellos confíen en ti. En el amor nada se regala. Siempre debes confiar en la otra persona, pues el día que no lo hagas, esa relación ya no tendrá ningún sentido. ¿Quieres quitarte la coraza y dar rienda suelta a lo que sientes, o prefieres quedarte encerrada en esa jaula con el único acompañamiento de la soledad? Laura: – No sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí. Todo lo que has hecho desde el primer día… Tienes razón. Debo abrir mi corazón y hacer que mis sentimientos hablen por mí. Ven aquí anda… (Ambos se abrazan, Laura suelta un suspiro de alivio y Robin suelta una lágrima…). Robin: – Sube a casa, métete en la cama y descansa anda. Ha sido una noche con demasiadas emociones… Laura: – La verdad es que ha sido como si me quitase un gran peso de encima. Muchas gracias, en serio. Tú también debes irte ya, tu madre me va a matar. (Ríe). Por cierto, el lunes es el último día de clase y por la noche hacen un baile. ¿Te veré allí? Robin: – Claro Laura, allí nos veremos. Pero recuerda, pase lo que pase, sigue luchando por lo que deseas. Laura: – Así lo haré, gracias a ti. Buenas noches, Robin. Robin: -Buenas noches, Laura. Llegó el lunes. Laura sabía que esa noche era su momento. Se arregló, se puso guapísima y se vistió con el mejor vestido que tenía en el armario. Habían quedado en casa de Robin, pues su casa quedaba muy cerca del instituto. Laura llegó a su portal y esperó un buen rato. Al ver que Robin se retrasaba decidió entrar al portal y llamar a la puerta donde vivía Robin. Al abrir la puerta, Laura se quedó noqueada. No conocía a ese señor de nada. Laura: – Perdone, ¿está Robin? Señor: – ¿Robin? Te refieres al chico inglés que vivía aquí desde hace unos meses? Laura: – Sí… Señor: – Tú debes de ser Laura… Robin me dejó dos cosas para ti. (Le da una carta a Laura) Carta: Hola Laura, si estás leyendo esta carta es porque ya estoy demasiado lejos. Tanto como para no verte y no sufrir más. Mi padre se marcha a trabajar fuera y aunque yo podría haberme quedado aquí con mi madre, la realidad es que era imposible. A medida que te he ido conociendo me he ido enamorando más y más de ti. (Laura empieza a llorar…) Lo he llevado en silencio durante todos estos meses, esperando que llegase el momento perfecto para decírtelo. La verdad es que yo no soy muy distinto a lo que tú demostraste ser el primer día que te conocí. También soy un chico muy tímido, y el discurso que te di la pasada noche no es más que el reflejo de un consejo que no tengo valor para aplicarme a mí mismo. Me hubiera encantando acudir al baile y darte mil consejos para conquistar a Raúl, pero lo cierto es que no soy capaz de verte con otro chico que no sea yo… Sé que nuestra amistad ha sido corta, pero tengo muy claro que eres una persona que jamás olvidaré, y si algo puedo hacer ya desde la distancia, es solo pedirte que no llores. En la vida hay situaciones en las cuales una persona es feliz si ve feliz a la persona que quiere, aunque no lo sea estando a su lado. Recuerda ahora mis palabras cuando te dije que pasase lo que pasase, siguieses luchando por lo que deseas. ¡¡Así que corre, pídele al señor que está en casa lo otro que he dejado para ti y sal pitando para la fiesta, que solo faltaría que llegases tarde!! Espero que todo te vaya muy bien, tanto esta noche, como en el resto de tu vida. Te lo mereces, de corazón. Un beso muy grande, tu amigo Robin. Laura: – (No puede articular palabra) Señor: – Venga guapa, no estés mal. Ya te lo ha dicho en su carta. Si quieres que su marcha sirva para algo coge su regalo, ves a esa fiesta y demuéstrale a ese chico que mereces muchísimo la pena. Toma anda… Laura: (abre la caja y dentro hay una foto de Robin y una nota donde se puede leer: “No es que solo no tenga novia, es que además está loco por ti desde primero. Si de algo sirve ser un bicho-palo y que crean que no entiendes nada, es que puedes enterarte de secretos :P”) Vuelva usted mañana 69 Por PABLO MARTÍN "En fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y fue siempre por pereza." (“Vuelva usted mañana”, Mariano José de Larra en “El Pobrecito Hablador” 1833) No sé si has leído alguna vez los artículos de Fígaro. Impresiona ver que España no cambia su esencia a pesar de que pasen los siglos. Al final somos siempre los mismos, con caras nuevas, ropas nuevas y algo de telebasura en esto que llamamos progreso. Ya advertía nuestro amigo de Larra a aquel gentilhombre, Sansdelái, que los quince días que este esperaba tardar en resolver sus negocios en Madrid serían quince meses (en el caso improbable de no desesperarse antes). Y es que esto no cambia. Quizás el satirismo hiperbólico del poeta nos parezca exagerado. Pero la cultura española se da mucho a este tipo de situaciones. Yo mismo aquí me hallo improvisándote una perorata cuasi sin sentido porque el “vuelva usted mañana” me lo ha impuesto. No estoy muy seguro, pero puede que tú que me lees hayas dejado de cumplir una obligación que te acucia porque cualquier cosa es más interesante que trabajar. Sí, incluso leer esta basura. Pues haces muy bien, qué te voy a decir. Al fin y al cabo de tu “vuelva usted mañana” depende mi trabajo. Asique si ves que te habla la conciencia de responsabilidad, arguméntale que estás contribuyendo al futuro de un pobre desgraciado con aires de periodista. Vamos, que de tu pereza también nace un bien social, una obra de caridad o ¡qué rábanos! Que es mejor echar aquí un ratejo más mientras te terminas el café que subir ya a la oficina o la biblioteca. Decía un sabio (cuando no sabes quién lo dijo, lo mejor es poner ese adjetivo) que la pereza es la madre de todos los pecados, y como tal, hay que respetarla. Esta reflexión viene al hilo de una secuela que me ha dado por pensar últimamente: si todo el tiempo que dedico a no hacer nada lo dedicara a… yo qué sé… ¿estudiar? (ja, ja, ja, hoy estoy sembrado) posiblemente podría ser un Carlos Slim o algo del rollo. Puede que no te haya descubierto América, pero ahí queda. Ponte a echar cuentas de los ratos que pasas delante del ordenador viendo vídeos de gatitos en YouTube (¡Ay! Es que los gatitos son tan monos…). Es el progreso amigo, y la consecuencia de este. Porque ya hemos llegado a un alto nivel del Estado del Bienestar. Ya no tenemos que preocuparnos de sobrevivir. Ya no cazamos para comer. Ya no necesitamos ordenar nuestra vida en función del clima. Así que nos andamos como en las antiguas polis griegas. Ellos se dedicaban a pensar, nosotros a no pensar. Lo mismo da, el caso es que tienes mucho tiempo para perder, y joder, pues ya que lo tengo, vuelva usted mañana y ya veremos qué fue de ayer. Por terminar de algún modo, que total, este ratejo por dos minutos más nadie te lo descuenta del sueldo. Se acabó el verano y ya puedes mirar qué fue de ayer y si has utilizado sin ser consciente las palabras de Fígaro y si este ha sido o no, en palabras de Los Piratas “como aquella canción de los años Ochenta”. Disfruta de buena música. Nos leemos. Amores de verano siempre mueren Por JAIME RODRÍGUEZ-CONDE El amor de verano se caracteriza por su fecha de caducidad. Está condenado como lo están las hojas de los árboles que, irremediablemente, en otoño tienden a caer. Está marcado por el inexorable paso de los días estivales que lo van consumiendo como si de un cigarrillo en labios de un fumador compulsivo se tratase; como una vela elegante que agoniza, recta y orgullosa, sobre un candelabro de plata. No duran mucho, de ahí su nombre de amor de verano, sino sería un amor en general. O simplemente un amor. Duran lo que duran las copas; los días de playa y las tardes tirados al sol. Duran lo que duran las mañanas sin madrugar; lo que duran los besos; lo que dura una mirada furtiva; lo que duran las medias sonrisas, las sonrisas a medias y las medias en el Mus. Los amores de verano saben a desayunos a las once y media; a cervezas a la una de la tarde; a comidas a las cuatro; a cenas a las diez y media y a recenas de madrugada. Saben a helados por la tarde; a paseos por la orilla y a bañarse desnudo en el mar. Saben a siestas de cuatro horas; a días cortos y noches largas; a labios rojos y lenguas dulces; saben a paseos nocturnos y a chocolate con churros. Suenan como el rugido de las olas y el chillido de las gaviotas; suenan a canciones de volumen indecente bailadas a horas indecentes. Suenan al tintineo de las copas; a la respiración de su boca; suenan a sus pisadas al andar; a su risa musical en medio de un bar. Suenan a jaleo de chiringuito; a piropos susurrados en su oído al pasar. Suenan a Turnedo, a Summer Paradise, a Dissolve Me, a Amores Flacos y a todas esas canciones que te inundan de recuerdos y te hacen sonreír. Suenan a todo menos al ruido del despertador. Los amores de verano huelen a pan recién hecho y a croissant; huelen a barbacoas que se alargan; al humo de las hogueras en la playa; huelen a fragancias en el cuello, en la camisa y en la almohada. Huelen a los postres de la abuela y a las cenas de mamá. Huelen al salitre del océano; a gofres con chocolate a las ocho de la mañana; huelen a todo aquello por lo que merece la pena respirar. Sin embargo las canciones se acaban; los olores se difuminan y dispersan en el aire; las palabras se las lleva el viento y el verano se termina. Los amores de verano son como el propio verano, intensos, sin horas ni fechas; sin rutinas; sólo días y noches que se viven al límite, aprovechando hasta el último minuto de su valiosa escasez. No pueden aguantar el día a día. Son alérgicos al tedio de la rutina, alérgicos a los planes de futuro. Son como una especie protegida a la que no puedes sacar de su hábitat natural porque se marchita y muere. Están hechos para ser salvajes, vivir en la playa, en la montaña, en las carreteras sin destino y en las olas del mar. No se pueden encerrar en oficinas ni en clases de universidad. No se escriben en apuntes ni en informes sino en la arena de la playa y en servilletas de bar. No están preparados para la realidad cotidiana y por eso tienen que vivir en su realidad paralela. Un affaire así dura una semana, quince días, un mes…tres como mucho y si tienes suerte. Nunca hay que estar triste cuando acaba pues eso se ve venir siempre desde lejos, ya que nacen condenados a morir. No hay que llorar su pérdida sino sonreír ante su recuerdo inmortal. No hay que olvidar el sonido de su risa; ni el color de sus ojos. No hay que olvidar el tacto de su piel; el olor de su pelo ni el sabor de sus besos. No se debe olvidar porque, esa risa, ese color, ese tacto y ese sabor, son los cinco sentidos en los que se resume el verano.