284 Cuadernos de ALDEEU Cavanaugh, Cecilia J. SSJ: New Lenses for Lorca: Literature, Art, and Science in the “Edad de plata.” Lewisburgh: Bucknell University Press, 2012. ISBN 978-1-61148-376-5. 201 pp. New Lenses representa un paso más en ese camino relativamente poco transitado como es el análisis interdisciplinario de la presencia de la ciencia en la obra de Lorca. Con este objetivo en mente, Cavanaugh incorpora el estudio de teorías médicas como las protagonizadas por el laureado Santiago Ramón y Cajal, doctor en histología y anatomía patológica cuyas teorías sobre la neurona como unidad básica de la estructura del sistema nervioso revolucionó el campo de la ciencia; el Dr. Pío del Río-Hortega, experto en el campo de la neuropatología, y las del biólogo germano Jacob Von Uexkull, conocido por sus teorías sobre la biosemiótica. El libro de Cavanaugh está configurado por seis capítulos. El primero de ellos, “Literature, Art, and Science in the Edad de plata” examina el impacto que la cuantiosa información científica legada por el siglo anterior tuvo en el ambiente cultural de la España de primeros de siglo y la influencia osmótica que se desarrolló entre el arte y la ciencia. Cavanaugh trae a colación interesantes testimonios de figuras como Azorín, Jorge Guillén, Jiménez Fraud y Moreno Villa, entre otros, a fin de afianzar su argumento mostrando a la vez los círculos intelectuales que Lorca, junto con otros científicos del momento, frecuentaba, siendo la Residencia de Estudiantes el lugar donde se fraguaron más de pleno los conocimientos e interés que el poeta sintió por las ciencias. Este capítulo introductorio logra contextualizar la obra de Lorca dentro del ambiente social y cultural de su tiempo mostrando a la vez la influencia que los conocimientos científicos que adquirió el poeta tuvieron en su obra visual y literaria. El siguiente capítulo, “Microscopic and Macroscopic Imagery: A la ciencia no van más que los artistas” como indica el título y la cita de Ramón y Cajal que incorpora, se centra en el análisis comparativo de la conferencia que Lorca dio en octubre de 1928 intitulada Sketch de la nueva pintura, el ensayo de Río-Hortega “Arte y artificio de la ciencia histológica” y algunas de las observaciones que Ramón y Cajal hizo sobre el talento artístico como prerrequisito en todo científico. Este capítulo, el más acertado de todos, quizá, incluye también ejemplos de los dibujos de Lorca que Cavanaugh compara con los de carácter puramente científico para mostrar la dependencia que existente entre la obra plástica del poeta y la de sus coetáneos científicos. “Finding an ‘Extatic Rhythm’,” que sirve de título al capítulo tres, se centra en textos escritos por Lorca, Ramón y Cajal y Río-Hortega publicados entre 1917, como es el caso con la Historia de mi vida y labor científica del laureado neurólogo, la conferencia de 1926 sobre la imagen poética de Góngora del granadino así como el ya citado ensayo de Río-Hortega de 1930. Reseñas 285 Tiene como objetivo principal mostrar las correspondencias observables en la labor científica y en la artística. Todo ello sirve para corroborar la presencia de la ciencia en la obra de Lorca y la del arte en la de los científicos. El valor simbólico que adquiere el atrapo físico en que aparecen varios de los personajes de Lorca, monjas y monjes entre ellos, como los evocados en Diálogo mudo de los Cartujos, Romancero gitano y Mariana Pineda, entre otros, es el centro de atención del cuarto capítulo. Cavanaugh estudia la relación que el milieu tiene en estos personajes espacialmente confinados a la luz de las teorías sobre las células membranas que introdujo Ortega y Gasset y las del alemán Jacob von Uexküll, quien mantuvo mediante su teoría de la Umwelt que “the organism cannot be understood without its small world and that this very world has been chosen and molded by the animal” (93). El penúltimo capítulo “Saints, Science, and Suffering” analiza principalmente la representación del sufrimiento en la obra del poeta, mientras que el capítulo final, “The Eternal and Congenital Site of True Poetry” continúa la línea de investigación introducida en el anterior en el sentido que pretende explicar la presencia de los mártires que pululan por la obra pictórica y literaria del poeta, siendo San Sebastián el paradigma del que parte el análisis de Cavanaugh en este capítulo. Quizá sea la aportación de estos tres últimos capítulos la menos enriquecedora de New Lenses, debido en parte al esfuerzo consciente que la autora hace por evitar tocar la escabrosa, aunque cada vez más estudiada, temática homosexual que, después de todo, y dados los conflictos que creó para el poeta, es la que indirectamente determina la identificación con Cristo como símbolo del amor incomprendido, con la persecución, con el martirio y con la opresión que simbolizan esos espacios en que se encuentran frecuentemente atrapados unos personajes que por razones sociales no pueden dar libre expresión a sus impulsos vitales, siendo el castigo y la muerte el precio a pagar por todo aquel que intente desafiar la moral sexual establecida. Como ejemplo ahí está Adela. La lectura que Cavanaugh ofrece de estas representaciones de seres sufrientes es que se deben a la inspiración que Lorca recibió del surrealismo y de las autopsias que presenció en los laboratorios científicos de la Residencia. En el caso de San Sebastián, tan pronto habla de la reiterada presencia del mártir en la obra del poeta, siente la necesidad de rescatarlo de toda infamia aclarando que “it would be a critical error to reduce the figure of Sebastian to his role as a gay icon in either man’s [Lorca y Dalí’s] work” (152), aun cuando Cernuda, que conocía a Lorca muy bien, había observado que “El público no sabía que Federico García Lorca […] conociese tan bien el dolor. Pena y dolor estaban desde tan lejos y tan sutilmente entretejidos en su alma que no era fácil distinguirlos a primera vista. No era un atormentado, pero creo que no podía gozar de algo si no sentía al mismo tiempo el roce de una espina oculta” (Vol. 3, 153). La obra entera de Lorca, ya desde la juvenilia, está repleta de 286 Cuadernos de ALDEEU casos que corroboran la observación del amigo, en parte porque como había observado el novelista inglés D.H. Lawrence, “One sheds one’s sickness in books, repeats and presents again one’s emotions in order to master them” (cit. Secrest 7). Fue precisamente la atracción hacia ese cuerpo sufriente, esbelto y semi-desnudo, de aparente atractivo erótico, según lo evocó Guido Reni, lo que desveló deseos eróticos previamente insospechados por el novelista nipón Yukio Mishima. El libro termina con una breve conclusión, una copiosa y valiosa bibliografía que sobrepasa los doscientos títulos consultados y que incluye las bases teóricas del trabajo del autor. Este volumen tiene un claro interés para quienes buscan un conocimiento de los círculos científicos que Lorca frecuentó, del interés que mostró por las ciencias y del impacto que tuvieron en su obra. CARLOS JEREZ-FARRÁN University of Notre Dame