en portada Terrorismo en el mundo moderno Por Pablo H. Jiménez y Sarai J. Rangel 12 muyinteresante.com.mx E n una playa de la isla de Ibiza, España, algunos bañistas, la mayoría británicos, notan que al menos cuatro drones se han acercado a la costa provenientes de mar adentro. Un policía lo advierte, habla por radio sobre la situación y empieza a pedir a la gente que evacue el lugar. Pero es demasiado tarde. Los vehículos se detienen por encima de los turistas como si intentaran aterrizar; uno de ellos incluso cae durante la maniobra debido al peso de los explosivos que carga. La detonación simultánea de los aparatos causa al instante la muerte de al menos 20 personas, y en medio de la confusión y la estampida de gente, una lancha se acerca y sus cinco tripulantes desembarcan y abren fuego contra los sobrevivientes. Mientras las fuerzas policiacas intentan controlar la situación, en otros puntos del continente europeo, Estados Unidos y Rusia se llevan a cabo atentados similares. Las fronteras se cierran. Un video empieza a circular por YouTube; en él un grupo fundamentalista advierte que diez ciudades se encuentran bajo la amenaza del miedo. Una situación ficticia que se asemeja mucho a la realidad. Sin novedad en el frente Se dice que el terrorismo moderno comenzó en 1998. Por entonces una compleja red de alcance global, conocida como al-Qaeda, realizó ataques contra Estados Unidos, potencia económica cuyos servicios secretos habrían ayudado a financiar a ese grupo en el pasado. El 7 de agosto de aquel año las embajadas estadounidenses en Kenia y fotoarte: josé antonio díaz de león En el siglo actual la violencia con fines políticos se ha vuelto más compleja en sus alcances y menos sofisticada –aunque igual de letal– en sus métodos. Los objetivos civiles sujetos a la crueldad parecen ser más vulnerables y las fuerzas de seguridad pugnan por sistemas de inteligencia más eficaces para detectar cualquier indicio de atentado. Tanzania fueron atacadas de manera simultánea con autos bomba, acciones que provocaron la muerte de 220 personas. Ese episodio, en opinión de Pascal Carlucci, experto en seguridad internacional por el King’s College London, dio inicio al primer capítulo de la llamada ‘Guerra contra el terrorismo’ e introdujo al gran público la idea del ‘terrorismo global’. A pesar de las advertencias que surgieron después por los trabajos de inteligencia, los servicios de seguridad de Estados Unidos no prestaron atención a las señales de otro ataque que se realizaría tres años más tarde en la ciudad de Nueva York para cambiar el rumbo de los acontecimientos. En la actualidad, a casi dos décadas de aquel día, las técnicas para sembrar el miedo se han vuelto terriblemente más sencillas y eficaces. Con las investigaciones sobre los ataques del fatídico viernes 13 de noviembre de 2015 en París aún en proceso, es posible percatarnos que Europa y Estados Unidos tienen encima un problema de proporciones mayores. Ya no se trata de la clandestina al-Qaeda, sino de un número diverso de organizaciones radicales con filiación religiosa, entre las que destaca el llamado Daesh, o Estado Islámico, de Irak y Siria, un ejército de entre 50.000 y 100.000 soldados que ha ocupado un área significativa de Medio Oriente y cuyos seguidores en otros países se multiplican –a pesar de que su capacidad militar ha sido limitada, detenido su avance en las fronteras con Jordania y Turquía–. Quizá lo más inquietante sea que los atacantes en países desarrollados ya no proceden solo de naciones extranjeras, sino de su propia sociedad. Internet ha sido aprovechado como medio para difundir ideas, organizar ataques y reclutar adeptos. Pero estas organizaciones, basadas en el fundamentalismo islámico, no son el único enemigo a vencer. Al interior de los países afectados en Occidente por el terrorismo, grupos e individuos con filiación de extrema derecha llevan a cabo sus propios planes para imponer sus ideas; atacan a la población [email protected] 13 Sociedad Astrología Horóscopo y razón En pleno siglo XXI, cuando podemos avistar lejanos sistemas planetarios y conocemos más del universo, subsiste la creencia de que los astros nos pueden dar datos sobre nuestro día a día. Por Miguel Ángel Sabadell 32 muyinteresante.com.mx ‘astrológicos’ reflejan un modo que tenemos de recordar los patrones que descubrimos en la naturaleza. De esta manera, la posición de los planetas en el cielo astrológico –aspecto que no tiene nada que ver con el firmamento real y que supuestamente describiría en parte nuestra personalidad– revela la existencia de una cierta sincronicidad. Este término, acuñado por el psicoanalista Carl Gustav Jung, define “una coincidencia temporal de dos o más sucesos relacionados entre sí de una manera no causal, cuyo contenido significativo sea igual o similar”. Para los críticos de la astrología, entendida como la creencia en horóscopos y cartas astrales, el trabajo de Hamilton recuerda el denominado ‘efecto Marte’, anunciado por el psicólogo Michel Gauquelin en 1995. Este sostenía que los mejores atletas solían nacer cuando el planeta rojo se encontraba en determinada posición, aseveración que no ha sido probada hasta la fecha. Fascinación por lo paranormal Curiosamente, también en mayo se cumplió un cuarto de siglo de la firma del manifiesto Objeciones a la astrología, iniciativa a la que se sumaron 258 científicos de España, prácticamente la totalidad de la comunidad astronómica de entonces, quienes pretendían denunciar esta superchería. El texto seguía el documento Objections to Astrology, suscrito en 1975 por 183 investigadores internacionales, entre ellos dieciocho premios Nobel. Lo curioso es ¿cómo es posible que foto: istock C iertas características de la personalidad dependen de la estación en la que uno nace. Esto lo sugirió el sociólogo Mark Hamilton, de la Universidad de Connecticut, Estados Unidos, en un polémico artículo publicado en Comprehensive Psychology. Para constatarlo, el investigador analizó la biografía de 300 personajes destacados del mundo de la política, la cultura, los deportes y la ciencia. Encontró que ciertas celebridades tienden a venir al mundo entre diciembre y marzo. Otros estudios han puesto de manifiesto que las personas más creativas suelen ser ‘dadas a luz’ en enero y febrero, pero la correlación también indica que tienen más probabilidades de desarrollar esquizofrenia, o que tienden a ser más extrovertidas. Sin embargo, dicha afirmación, que aún está por comprobarse, no iría más allá de una simple curiosidad estadística si no fuera porque su autor lo vincula con la astrología. “Los psicólogos tienden a desestimar las correlaciones astrológicas, pero hay efectos estacionales que precisan explicación”, dice Hamilton, quien para profundizar en su hipótesis investiga a 85.000 personalidades más, actuales e incluso de hace 5.000 años. Se tiene que ser cauteloso en la manera de manejar estas afirmaciones. En realidad este sociólogo no está diciendo que la causa de tal fenómeno se encuentre en los cielos, sino que los aspectos Ningún astrólogo predijo la caída del muro de Berlín o el 11-S. los astrónomos se lanzaran al ruedo de una polémica estéril, por lo que además serían duramente criticados por los astrólogos? Para comprenderlo debemos tener en cuenta la época en que surgió. El mundo de lo paranormal vivió su particular ‘edad de oro’ entre mediados de los años 70 y fines de los 90, cuando los ovnis y los dobladores de cucharas pululaban incluso en los más sesudos programas de televisión. En ese entorno la astrología, la cual sostiene que las posiciones de los planetas influyen o determinan nuestro destino, el de los Estados o el de la Bolsa, pretendía consolidarse como la mancia más científica porque, en palabras de sus defensores, usaba el computador y las tablas de posiciones astronómicas de la NASA; esto es, quería ser la ciencia de las pseudociencias. A todo ello contribuía el escaso conocimiento que, en general, se tenía –y aún se tiene– del asunto: pocas personas sabían algo más que los doce signos del zodiaco y, quizá, lo que era una carta astral. En la década de los setenta, uno de cada 10.000 europeos y estadounidenses practicaba o estudiaba astrología, la misma proporción que psicología. En todo el mundo se editaban más de cien revistas acerca del tema, y desde 1960 el volumen de libros publicados se había ido duplicando cada 10 años, sin contar los almanaques y los que explicaban las características de cada signo. Y es que la astrología considerada seria resulta ciertamente compleja. El ex astrólogo Geoffrey Dean, hoy muy crítico de esta actividad, señala que “al menos se necesita un año para familiarizarse con la teoría astrológica y su práctica”. Según Dean, el material imprescindible, disperso, confuso y difícil de encontrar en las librerías clásicas, ocupa unos 200 metros de estanterías. Además, elaborar una carta astral lo más ajustable posible, el summum de la práctica astrológica, resulta imposible. En efecto, Dean advierte que como mínimo incluye 40 factores básicos –planetas, signos, casas astrales, cada uno con su significado individual, y todos relevantes a la hora de realizar una interpretación. No obstante, pueden llegar a ser cientos e incluso miles. Ahora bien, como demostró en 1956 el psicólogo de la Universidad de Harvard George A. Miller, nuestra memoria a corto plazo no puede jugar con más de nueve fragmentos de información a la vez. La que contiene una carta astral excede nuestra capacidad para manejarla. Y ¿cómo supera este inconveniente un astrólogo? Mediante un truco llamado ‘síntesis de la carta’, que permite decidir los factores más importantes. Como no existe un consenso sobre cuáles son, la carta astral de una misma persona puede tener variaciones según el astrólogo al que se le pida. Así, en 1982 David Hamblin, quien llegaría a ser presidente de la Asociación Astrológica del Reino Unido, publicó en la revista Astrological Journal lo siguiente: “Si encuentro a una persona apacible con cinco planetas en Aries, algo relacionado con la agresión, puedo comentar que su ascendente es Piscis, o que el Sol está en conjunción con Saturno, o que tienen su regente en la duodécima casa, lo que justificaría tal fenómeno. Si ninguna de estas excusas es posible, comentaría que aún no ha desarrollado su potencial Aries. Pero si se trata de un individuo agresivo, señalaré que tal cosa se debe a esa configuración”. Lo que Hamblin quiere decir es que los astrólogos tienen una inagotable reserva de pretextos; literalmente, pueden obtener la carta que deseen a partir de una disposición dada de planetas. Carta personalizada Para poner a prueba esta idea, el ya citado psicólogo y estadístico francés Michel Gauquelin realizó un significativo estudio en 1967. Envió la fecha, el lugar y la hora de nacimiento a la empresa Ordinastral, que realizaba estudios psicológicos a través de la carta astral. Luego, cuando se la entregaron, puso un anuncio en el periódico Ici Paris en el que ofrecía de manera gratuita una carta personalizada a todo el que la quisiera, acompañada por un pequeño cuestionario en el cual Gauquelin pedía que la persona contestara si se reconocía en el perfil astrológico recibido, si este acertaba con sus problemas personales y si algún familiar o amigo estaba de acuerdo con su valoración. Sin ellos saberlo, todos lo que la solicitaron recibieron la misma carta astral encargada a Ordinastral. El resultado fue sorprendente: el 94% aseguró que describía a la perfección su personalidad; el 80%, que dio en el blanco de sus problemas personales; y el 90% reconoció que sus familiares y amigos estaban de acuerdo con la descripción. Sin embargo, lo más llamativo no fue que una carta astral pormenorizada sirviera a una gran cantidad de personas, sino que los datos que Gauquelin envió a Ordinastral no eran los suyos, sino los de Marcel Petiot, uno de los mayores asesinos en serie franceses de todos los tiempos. Los astrólogos de Ordinastral fueron incapaces de reconocer algo tan llamativo como el carácter de este criminal. Peor aún, podría Críticas ancestrales L a astrología ha sido reprobada desde hace siglos, incluso cuando se encontraba en sus momentos más álgidos. El filósofo y médico griego Sexto Empírico, quien vivió entre los siglos I y II, indica en su obra Contra los profesores que no puede ser cierta a menos que todo esté predestinado. Además, sostiene que la predicción de los eventos que se producirán de manera cierta es inútil, puesto que no se pueden evitar. Pero también lo sería la predicción de aquellos que puede que tengan lugar, precisamente porque se podrían impedir. Empiricus va mucho más allá en sus reflexions y se pregunta por ejemplo por qué la astrología se fundamenta en el momento del nacimiento y no en el de la concepción. Argumenta que Sextus Empiricus la hora en que venimos al mundo es incierta, pues se trata de un proceso largo, y que aunque mucha gente lo hizo en el mismo instante y en la misma zona que Platón o Alejandro Magno, por ejemplo, nadie fue como ellos. También ocurre al revés: muchos nacen en momentos distintos y tienen el mismo fin, como luchar en una batalla. [email protected] 33 Documento 54 Parte I Fantasmas de la memoria 58 Parte II Me he perdido 60 Parte III Todo está en tu cabeza Enfermedad de Alzheimer Lo recordarem por usted Por Gerardo Sifuentes Parte I Fantasmas de la memoria E stela nació hace 78 años. En sus manos sostiene una fotografía suya, tomada hace algunas décadas, que le permite recordar quién es. Sus síntomas se presentaron poco a poco. Los olvidos comenzaron a ser más constantes; el perder a cada rato sus llaves, sus documentos, hasta no acordarse de si comió o no. Su hija Leonor narra cómo fue que su madre mostró los primeros indicios de la enfermedad de Alzheimer. “Yo no vivía con ella en Santiago. Empecé a recibir llamadas telefónicas de mis anteriores jefes y ex compañeros de oficina, pues ella comenzó a buscarme en los lugares donde yo había trabajado. Todos se mostraban muy preocupados, me decían: ‘Tu mamá lleva dos horas esperándote, porque dice que vino a comer contigo; ya le explicamos que ya no trabajas con nosotros, pero dice que quedó de verte aquí’”. El testimonio de Leonor, con algunas variaciones que no cambian 54 muyinteresante.com.mx el fondo del problema, es el mismo que relatan muchos parientes o cuidadores de los pacientes que sufren Alzheimer. “Como al mismo tiempo me separé y mi salud no me acompañaba, regresé a la capital para vivir con mi mamá”, continúa Leonor. “Con la convivencia diaria pude observar sus cambios. Como el tratamiento de mi enfermedad es demandante, no podía hacerme cargo de ella todo el tiempo, así que me recomendaron buscar un lugar especializado en la tercera edad. En otras palabras, lo más conveniente era llevar a mi mamá a un hogar de ancianos, donde hubiera personal que la pudiera atender y que se hiciera cargo de vigilar que no saliera sola a la calle porque con el tiempo los momentos de lucidez eran cada vez más esporádicos y ya no me reconocía ni a quienes la atendían. Felizmente podemos pagarlo porque es muy caro, pero ¿qué pasa con las personas que no tienen los recursos suficientes?”. La pregunta de Leonor no tiene una respuesta muy alentadora al menos en Chile. Transmisión interrumpida Vivimos por y para la memoria. Atesoramos momentos y hay episodios que nos marcan de manera definitiva. Llenamos nuestras cuentas de redes sociales con imágenes que nos remiten a ellos. Y al envejecer, podría parecer que los humanos nos volvemos presas de nuestros recuerdos, con la nostalgia convertida en una Fotos: getty images; Raquel Cunha Carvalho Es la causa más frecuente de demencia, y es irreversible. El número de pacientes aumenta, convirtiéndose en un problema creciente de tipo médico, psiquiátrico, neurológico, epidemiológico, social y económico. mos [email protected] 55