Educación y Nuevas Tecnologías- Conferencia Inaugural del VI

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Educación y Nuevas Tecnologías
Conferencia inaugural
VI Foro Latinoamericano de Educación- Bs As 20101
CONFERENCIA INAUGURAL
Henry Jenkins
Profesor de Comunicación,
Periodismo y Artes Cinematográficas
de la University of Southern
California. Director del Programa
de Estudios Comparativos sobre
los medios del MIT
PRESENTACIÓN DEL
DOCUMENTO BÁSICO
Decidí asignar a mis alumnos que asisten a la clase de Conocimientos en Informática la
tarea de entrevistar a estudiantes secundarios o a docentes. Como muchos de ellos
provienen de distintas partes del mundo, hablaron con alumnos de diferentes países.
Cada entrevista realizada a alumnos de escuelas secundarias reflejó que los estudiantes
aprenden más fuera que dentro de ellas. Los temas que los preocupan, los que les causan
más placer y mayor motivación de aprender son aquellos aprendidos como fans o
jugadores, como miembros de comunidades online.
A su vez, los docentes nos describieron las cuestiones que los atemorizan en relación
con la expansión de las nuevas tecnologías. Sentían temor frente a ellas, una profunda
incertidumbre respecto de la posibilidad de las escuelas de responder a esos alumnos.
Sabemos de la existencia de esta brecha entre las experiencias de los alumnos y la
aprensión de los docentes alrededor de todo el mundo. De hecho, durante este viaje,
aquí en la Argentina han llegado a mis oídos comentarios similares. Ninguno de
nosotros tiene aún las respuestas frente a estos desafíos pero sí contamos con la
oportunidad de aprender el uno del otro a través de conversaciones globales. Mi
intención al venir aquí no es revelarles la manera de solucionar dichas cuestiones en las
escuelas argentinas; sí deseo aprender de ustedes acerca de los desafíos que todos
tenemos por delante al discutir sobre las escuelas.
Voy a comenzar con la historia de Jessica, una de mis alumnas, que tiene mucho acceso
a la tecnología. Algunos alumnos cuentaan con importante acceso a la tecnología fuera
de la escuela pero al ingresar a ella se los despoja de sus mejores formas de aprendizaje.
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VI Foro Latinoamericano de Educación – mayo de 2010. Organizado por Fundación Santillana – OEI
Bs. As. Argentina
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Se les quitan sus herramientas y se les coartan sus redes sociales; no se les permite
utilizar aquellos recursos que funcionan efectivamente para ellos fuera del aula. Otros
llegan sin ningún tipo de experiencia con la tecnología fuera de la escuela y dependen
solo de esta para que los ayude a aprender las habilidades, las prácticas que les van a
permitir formar parte del futuro. En la actualidad la escuela no satisface a ninguno de
estos alumnos. A todos los aburre una escuela que no está preparada para incorporar la
nueva tecnología.
Al decir “la nueva tecnología” no me refiero simplemente a “herramientas”. Mi padre
era dueño de una empresa de construcción, y si estuviera aquí desparramaría ante mí sus
herramientas y me diría: “Construí algo”. Y yo no sabría cómo utilizarlas. Esto no
quiere decir solamente que no sabría cortar con un serrucho o clavar con un martillo,
sino que no podría pensar cómo debería quedar el producto final o cómo tendría que
ensamblar las partes de madera para armar algo. No se trata meramente de las
herramientas o de cómo darles el debido uso sino del fin para el cual se las utiliza. Este
es el desafío que todos enfrentamos al pensar acerca de la educación.
Decíamos que Jessica es una alumna típica de los Estados Unidos que tiene amplio
acceso a la tecnología. En este momento está haciendo su tarea, lo cual significa que
tiene todo tipo de pantallas abiertas en su habitación. Está hablando con amigas,
mirando la televisión, trabajando en su computadora, enviando mensajes de texto con su
celular… Este es su ambiente.
Si hablamos sobre las “tareas múltiples”, me imagino a un granjero que posee un
pequeño terreno que observa todos los días para comprobar si algo ha crecido. También
pienso en un cazador que da un vistazo por los alrededores para ver dónde puede estar
la presa. ¿Cuá es mejor? ¿Para qué?
La atención del granjero le resulta efectiva, y lo mismo le sucede al cazador, pero
ambos necesitan saber cuál es la mejor manera de observar el mundo en función de los
problemas que están intentando resolver.
Jessica puede realizar múltiples tareas y recibe un mensaje de texto de uno de sus
amigos; este mensaje tiene un link en el cual se activa este video.
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(video)
http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies/videos/8440-soulja-boy-tellem--music-video
Lo que estamos viendo es un video de Soulja Boy. No sé hasta qué punto conocen aquí
a Soulja Boy, pero por sus gestos y movimientos veo que algunos de ustedes saben
acerca de su música. Soulja Boy resultó un gran éxito hace algunos años. A los 14 años
este chico de Atlanta anunció en su blog su intención de cambiar radicalmente al mundo
de la música; dijo que en un principio nadie le iba a creer pero que pronto todos lo
conocerían. Produjo archivos de mp3, los compartió a través de las redes sociales y los
subió a YouTube, e incitó a sus seguidores a copiar sus coreografías y a mezclar su
música. Muy pronto este video le procuró un contrato para su disco. Soulja Boy ya
contaba con miles de fanss y las compañías discográficas le plantearon: “Nos interesa
captar a los seguidores de Soulja Boy”.
Si bien esta historia acerca del éxito que los jóvenes pueden lograr en la era digital es
excepcional, el caso de Jessica es más común. No se va a convertir en una estrella de
rock; lo único que quiere, junto con sus amigas, es aprender a bailar la coreografía de
Soulja Boy; para lograrlo, miran detenidamente los videos que sube a la web. Soulja
Boy utiliza YouTube para enseñarles cómo bailar y Jessica y sus amigas usan sus
cámaras para grabar su manera de hacerlo.
http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies/videos/8441-soulja-boy-tellemhow-to-crank-that-instructional
Lo que estamos viendo es un tipo de escuela virtual de samba; Seymour Papert se
refería a las escuelas de samba como aquellos lugares donde las comunidades se
enseñan mutuamente a bailar; son un medio informal, fuera de las aulas, pero
sumamente poderoso, en el cual la gente aprende a bailar en la sociedad brasileña.
Online se puede ver a toda clase de personas imitando el baile de Soulja Boy. Este es
solamente un collage de personas bailando.
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http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies/videos/8442-crank-that-remixvideo
Ese último grupo de bailarines eran mis alumnos del MIT vestidos con
sus
guardapolvos de laboratorio bailando como Richard Stallman, el fundador del
movimiento por el software libre. El baile de Soulja Boy tuvo tanto éxito porque la
gente pudo aprenderlo mutuamente, pudo practicarlo e imitarlo; una forma muy
poderosa de aprendizaje tiene lugar online.
¿Consideramos a Jessica y sus amigas como nativas de la era digital? Creo que estas
palabras conllevan ciertos problemas. No es necesario que explique en estas latitudes la
connotación de llamar a alguien nativo o inmigrante. Aunque ambos términos tienen
una pesada carga desde el punto de viasta político, nos olvidamos de esa historia al
utilizar estas metáforas para referirnos al aprendizaje en la era digital.
Como cualquier metáfora, la frase “nativo digital” nos dio mucho trabajo cuando fue
utilizada por primera vez. La gente comenzó a pensar y a debatir acerca de las distintas
experiencias y los diversos conocimientos surgidos en la era digital. Ayudó a los
docentes a comprender que sus alumnos podían procesar información de diferentes
maneras en comparación con generaciones anteriores y que, en consecuencia, debían
buscar otras formas para poder adaptar sus pedagogías. Sin embargo, con el correr del
tiempo, el concepto “nativo digital” nos ha enceguecido de la misma manera en que nos
ha permitido ver, y ahora ha llegado el momento de analizarlo en profundidad y
despojarlo de esas trabas que nos impiden responder los interrogantes que necesitamos
develar.
Uno de los problemas que se suscitan el considerar a Jessica como una nativa digital
tiene que ver con las diferencias entre las experiencias vividas durante la infancia. ¿Son
todos los jóvenes nativos digitales? Muchos niños que no tienen acceso a las tecnologías
digitales ¿deben ser considerados nativos digitales o parias digitales? No todos los niños
con acceso a la tecnología se expresan de la misma manera, entonces ¿son nativos
digitales, cowboys digitales, o bien Peter Pan digitales? Diferentes fantasías para cada
niño. Cada uno de ellos tiene distintos objetivos, razones, formas de participar. Cada
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niño tiene una experiencia única con las nuevas tecnologías; sin embargo, la frase nativo
digital los convoca a todos por igual.
El segundo problema es un desmedido énfasis que aísla a la tecnología digital a
expensas de todo el resto. Estos niños no solo usan tecnología digital, sino tecnología
móvil, papel y lápiz, medios de comunicación. Viven en una sociedad muy mediatizada
que no es simplemente una sociedad digital.
Otro problema es que el concepto ignora la conexión entre niños y adultos. Nos invita a
pensar en un mundo donde los niños y los adultos permanecen radicalmente separados.
Lo que vemos, si observamos las comunidades de aprendizaje online como por ejemplo
aquellas relacionadas con la cultura de fans, es que jóvenes y adultos juegan juntos
online. Comparten su conocimiento basado en lo que saben, tienen intereses comunes
que motivan sus actividades, no están estructurados jerárquicamente como sí lo están
los adultos en las escuelas, tienen de hecho una relación basada en lo que aprende el uno
del otro. Y esta resulta una mejor manera, creo, de pensar acerca del aprendizaje de
Jessica y sus amigas.
Otro problema es que la metáfora del inmigrante olvida que una persona atesora
elementos sumamente valiosos de su país natal. Por eso, si los adultos son inmigrantes
traen con ellos sabiduría, tradición y valores de suma importancia para las generaciones
más jóvenes. Cuando oigo hablar de los jóvenes criados por padres que no son digitales,
pienso en las historias de inmigrantes en los Estados Unidos, donde la gente vino de
distintos lugares y a menudo tuvo que ver a sus hijos educados en un idioma y en
tradiciones muy distintos de los suyos. Esas personas aceptaron tal situación porque
valoraban la educación; sin embargo, a las familias les dolía perder contacto con el
lugar de donde provenían y con los valores de la cultura de su pasado. De esta manera,
si vamos a hablar en términos de nativos digitales e inmigrantes digitales, pensemos en
una conexión más vigorosa entre el viejo y el nuevo mundo. Entre las viejas y las
nuevas tecnologías.
Hace algunos años la Fundación MacArthur me encomendó la realización de un trabajo:
“Enfrentar los desafíos de la Cultura Participativa. Educación en las nuevas tecnologías
para el siglo
XXI”.
En ese momento MacArthur lanzó lo que iba a ser una iniciativa de
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50 millones de dólares para lograr comprender la manera en que la gente aprende en la
era digital. La consigna fue analizar las formas en que los jóvenes aprenden fuera de las
escuelas y poder imaginar nuevamente, reinventar escuelas, bibliotecas, museos y otras
instituciones públicas que satisficieran a las futuras generaciones. La visión que postulé
en ese estudio fue que vivimos en un mundo donde los jóvenes producen y comparten
tecnología permanentemente y que necesitamos prepararlos para esa realidad. De
acuerdo con el Centro Pew para Internet y la Vida Americana (Pew Center for the
Internet and American Life), el 66% de los adolescentes han producido tecnología y
aproximadamente el 30% de ellos ha compartido tecnología con alguien, además de sus
amigos y familiares. Este es un profundo cambio comparado con generaciones previas.
Sin embargo, estos jóvenes a menudo aprenden a hacerlo sin mucha conducción por
parte de los adultos. Howard Gardner, en el grupo de Harvard, entrevistó a muchos
jóvenes y llegó a la conclusión de que la mayoría no había tenido un mentor que los
pudiera guiar para saber moverse a través de los desafíos de la era digital. Ni sus padres
ni sus docentes comprendían lo que ellos estaban haciendo y eran incapaces de
ayudarlos a enfrentar sus problemas.
Por eso creemos que no debemos permitir que los niños se desarrollen como nativos
digitales según su libre albedrío. No deben ser chicos salvajes criados por lobos de la
Web 2.0. Por el contrario, necesitan la guía de un adulto. Naturalmente, no precisan
adultos que espíen por encima de sus hombros sino adultos que cuiden sus espaldas.
Los jóvenes están ingresando a un espacio de aprendizaje informal al que llamo
“Cultura Participativa”. Los rasgos característicos de esta Cultura Participativa son la
ecasez de barreras, lo cual fomenta la participación; un fuerte apoyo mutuo para
compartir sus creaciones; una supervisión informal en manos de la gente más
experimentada, que enseña a aquellos con menos conocimientos; sus miembros creen
fervientemente que sus contribuciones son muy valiosas y prestan atención a la opinión
de los otros. Son espacios donde la gente crea algo sin fines de lucro, solamente en
busca de la reputación y del reconocimiento que la comunidad le brinda. En tal lugar los
miembros no tienen la obligación de contribuir sino que se saben libres de hacerlo solo
al sentirse preparados y al percibir que su contribución será valorada. Los jóvenes
encuentran todas estas características al ser fans en las comunidades de juegos: este tipo
de sistema de reconocimiento y sostén para aprender temas complejos y difíciles.
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Esta diapositiva es un ejemplo de la Cultura Participativa. Utilizando Google Image
Search busqué la expresión “Cultura Participativa” y alguien había diseñado una
diapositiva para explicar mis ideas. Debo reconocer que esta filmina era mucho mejor
que aquella que yo iba a utilizar, por lo tanto, decidí incorporarla a mi presentación.
Esta es la manera en que funciona la Cultura Participativa. Uno arroja sus ideas al
mundo, otros las mejoran y luego uno las puede retomar y utilizar. Es un proceso de ida
y vuelta, de intercambio de cultura y conocimiento que adquirimos el uno del otro.
Mimi Ito dirigió un grupo en California a cargo de un estudio etnográfico a gran escala
acerca del uso de las nuevas tecnologías por parte de los jóvenes. Se describieron los
que ella llamó tres géneros de participación. El primero ha sido denominado “Pasando
el tiempo con amigos”. Se refiere al hecho de compartir ratos con amigos; si bien la
tecnología será un vehículo para ello, en última instancia lo que los motiva es el deseo
de juntarse y compartir con amigos de la misma manera en que nosotros lo hacíamos
cuando éramos jóvenes. Por uso utilizan redes sociales, como por ejemplo Facebook y
Twitter, para conectarse con sus amigos. Jessica envía mensajes de texto y links para
poder charlar con sus amigos. El aprendizaje de temas de tecnología sirve de sostén a
estas redes de amistad.
“Entreteniéndose” tiene que ver con la etapa en la que uno comienza a experimentar
con la tecnología; se prueban distintas aplicaciones para ver qué se puede lograr, se
juega con la computadora. Muchos sabemos que los jóvenes no leen las instrucciones de
los videojuegos, simplemente comienzan a presionar teclas y a jugar, aprenden pasando
entre paredes.
“Convirtiéndose en expertos”; esto comienza cuando uno descubre una verdadera
pasión y entonces investiga y profundiza para encontrar más conocimiento y se conecta
con otros que comparten la misma pasión y especialización.
Las mencionadas son formas muy importantes en las ques los jóvenes aprenden las
nuevas tecnologías de manera informal fuera de las escuelas, en aquellos lugares a los
que tienen acceso. Creemos que, idealmente, existe una ecología del aprendizaje que
conecta aquello que los jóvenes están haciendo en relación con la tecnología fuera de la
escuela y aquello que realizan dentro de ella. Esta ecología involucra el juego informal
con la tecnología, programas de enseñanza después del horario escolar a partir de los
museos, bibliotecas, docentes, aquello que ocurre dentro del aula. En la actualidad, esta
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ecología se encuentra fracturada. Los docentes no prestan atención a lo que los alumnos
hacen fuera de las aulas en relación con la tecnología. Por cierto, muchas veces se
muestran actitudes hostiles a esas actividades. Dicen a sus alumnos: “Lo que hacés fuera
de la escuela no tiene ninguna relevancia dentro de ella”. Cuando los estudiantes oyen
ese mensaje, en realidad, escuchan lo opuesto: “Lo que hacemos dentro de la escuela no
tiene importancia fuera de ella”. Aquí reside parte del problema. Hemos quebrado esa
ecología del aprendizaje y lo que debemos hacer es aprender a recomponerla.
En mi investigación identificamos once habilidades fundamentales para que los jóvenes
sean miembros de la Cultura Participativa. En esta charla no puedo indagar acerca de
todas ellas, pero surgen a partir de distintos estudios. Uno, de una investigación sobre el
uso informal de la tecnología. El otro, de la opinión de los investigadores educativos
respecto de la clase de aprendizaje valiosa que tiene lugar a partir de la nueva
tecnología. Lo que deseamos es poder llevar estas habilidades al aula y así ayudar a los
maestros a comprenderlas mejor. En primer lugar, verán que estas habilidades no están
atadas a una tecnología en particular. No resulta suficiente aprender a usar un teclado y
uno o dos programas. Se trata de aprender a pensar de manera diferente en relación con
una cultura participativa. Estas habilidades pueden emplearse en distintas disciplinas,
cada una de las cuales necesita tomar posesión de ellas, que ya son fundamentales para
las maneras en que piensa y funciona. Por ejemplo, la ciencia moderna confía
muchísimo en la simulación. Sin embargo, rara vez la escuela permite utilizar la
simulación en el aula. La ciencia moderna hace uso de la “mezcla”, pero rara vez la
escuela permite a los niños mezclar contenidos en el aula. De esta manera, en cierto
sentido estamos cerrando las puertas entre lo que los profesionales hacen con la
tecnología y lo que los alumnos realizan dentro de la escuela.
La historia de Jessica representa, como mínimo, tres distintas maneras o habilidades de
las cuales hemos estado hablando. La primera es “apropiación”. Jessica se apropia de la
música de Soulja Boy tomando elementos de la actuación preexistente y al mismo
tiempo innovando, improvisando. Cada uno de los videos en los que vimos a diferentes
personas bailando esta música fue sutilmente diferente debido a los nuevos gestos y
movimientos incluidos por cada participante.
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En segundo lugar, Jessica es parte de una “inteligencia colectiva” . Ella y sus amigas
resuelven situaciones, comparten sus conocimientos y a su vez toman del otro las
habilidades necesarias para completar la tarea.
Por último, también forma parte de un proceso de “establecimiento de conexiones”. No
le basta simplemente leer o producir tecnología, también necesita comprender cómo
hacer circular esta información, cómo desparramar lo que ha hecho a través de las redes
sociales, a través de las plataformas de YouTube, etc. La habilidad de hacer circular la
tecnología es un componente esencial para poder ser un comunicador en la era digital.
Por eso voy a hablar aquí principalmente de “apropiación”, porque pienso que está
ligada a una serie de desarrollos en los que hemos trabajado con los proyectos de los
conocimientos de las nuevas tecnologías. Hemos estado desarrollando materiales del
currículo y de programas de capacitación docente para reflexionar sobre estas
habilidades. En breve les mostraré uno de los videos que produjimos y que es
distribuido a través de nuestra red online. Este video trata sobre un grupo llamado Tats
Cru. Ellos comenzaron como artistas de grafitos pintando paredes de edificios. Aquí en
América Latina veo varios grafitos maravillosos. Pero los Tats Cru han cambiado y
pasaron a ser contratados por compañías y comunidades para pintar murales en paredes
para conmemoraciones. Pude preguntarles sobre cómo piensan creativamente. Nosotros
creemos que este es un buen modo de conseguir que los alumnos piensen, y presten
atención visualmente al mundo que los rodea. Así que ahora veremos eso:
http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies/videos/8328-tats-crue-oninspiration
Lo que ellos están describiendo es el proceso de inspiración; se inspiran en el parque, se
inspiran en avisos publicitarios, en revistas de historietas, en grandes obras de arte como
La Gioconda, y también en cajas de cereales y en el tipo de letra “con onda” que
aparece en estas cajas. Pero el punto es que los artistas no crean a partir de la nada, sino
desde la inspiración que consiguen de la cultura que los rodea. Entonces, parte de lo que
queremos es que los alumnos observen creativamente su cultura, que respondan a ella,
la reformulen y se expresen a través de los idiomas que su cultura les provee. No crear
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algo de la nada como un proceso alquímico, sino crear algo desde la reserva cultural que
los rodea.
Scratch es un programa desarrollado por Mitchel Resnick en el MIT (Instituto
Tecnológico de Massachusetts) para enseñar programación. Y realiza más o menos lo
que acabo de describir. Los niños programan actividades simples, pueden tomar los
códigos de cada uno, romperlos y mezclarlos y aprender de cada uno. a través de una
red social, cómo expresarse en lenguaje computacional. Este es un sistema de
aprendizaje muy poderoso.
Encuentro muy interesante esta cita; es una descripción medieval de lo que es ser un
autor y dice: “Un hombre puede escribir las palabras de otros sin agregar ni cambiar
nada, en cuyo caso es llamado un escriba. Otro escribe el trabajo de otros con agregados
que no son suyos, y es llamado un compilador. Otro trabaja tanto con palabras de otros
como con las suyas, pero con las palabras de los otros en un lugar principal, agregando
sus propias palabras con el fin de explicación, y es llamado un comentador. Otro escribe
sus propias palabras y las de otros, pero con su propio trabajo en lugar principal,
agregando a otros con el propósito de confirmación. Este es llamado un autor”.
En la Edad Media no existía la noción de alguien que creara palabras de la nada, pero
todas estas son formas de autoría en relación con idiomas existentes. Y hoy nosotros
describimos todas estas maneras de escribir como formas de mezcla o apropiación.
Una de las cosas que intentamos mostrar a los docentes es cómo podemos enseñar las
materias tradicionales que la escuela ha enseñado pero en una forma diferente para
reflejar estas habilidades. Uno de nuestros proyectos se llama “Lectura en una cultura
participativa”.
Ricardo Pitts-Wiley, educador y director de teatro afroamericano, va a las prisiones,
trabaja con los jóvenes encarcelados y los hace leer Moby Dick, una novela muy larga y
difícil. Es la gran novela norteamericana. Trabaja con alumnos que en general fracasan
en la escuela, que no saben leer bien Lo que los motiva a leer Moby Dick es que él les
pide a cada uno de ellos que lo ayuden a rescribirla. Cada uno elige un personaje de la
novela y tiene que imaginarse quién sería ese personaje en el siglo
XXI.
Al hacerlo,
cambian la historia sobre el comercio de ballenas por otra acerca del tráfico de drogas.
Entonces, la gran cosa blanca no es más la gran ballena blanca sino que es el cartel de
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cocaína, y Ahab se convierte en el jefe de una banda, y está tan cegado por la venganza
que no vacila en poner ren riesgo negocios muy importantes; y su pandilla lucha por
saber hasta dónde deben ser leales a este hombre, cuya misión podría llevarlos a la
destrucción si se opusieran a desobedecer la autoridad de Ahab.
Entonces, los temas principales permanecen. Moby Dick trata sobre la lealtad y la
venganza, pero se las entiende de un modo muy diferente para un tiempo muy diferente.
Cada participante creó un monólogo como los personajes la novela y comenzaron a
actuarlos todos juntos. Luego de hablar con Ricardo, me encontré con una colega del
MIT llamada Wyn Kelly, que es experta en Herman Melville. Y esto es una parte de lo
que Kelly tenía que decir:
Para cuando Melville escribió Moby Dick, ya había escrito otras novelas en las cuales
había combinado y mezclado narraciones de viajes previos, autores clásicos, historias
marítimas, poemas, y toda clase de formas narrativas.
De hecho, las primeras
personas que leyeron sus libros no estaban seguras de si era un autor de ficción, no
podían decir si lo era o no, porque él ya estaba mezclando, y lo hacía porque eso era lo
que sabía hacer. Por ese entonces no era un autor experimentado, no lo hacía
racionalmente, lo hacía porque había leído mucho, estaba entusiasmado con eso y tenía
una historia que contar. Pero yo creo que para el momento en que llegó a Moby Dick,
vio que esta reserva de mitos, historias y poemas tenía más sentido como una mezcla,
como un híbrido que como una forma simple y purificada.
http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies:1070/videos/759-remixing-as-acreative-practice
Wyn Kelly nos está diciendo que Melville era el mejor mezclador del siglo Si ustedes
leen Moby Dick, al principio parece una historia de aventuras, pero contiene sermones
completos, referencias enciclopédicas, disecciones de la ballena, discusiones sobre
pinturas que se hacen sobre la ballena. La novela trae todo lo que Melville sabía sobre
su cultura en un espacio, es una mezcla de diferentes géneros de literatura. Entonces, si
pensamos a Melville como un mezclador, no como un creador original, sino como a
alguien que hizo una mezcla con su cultura, podemos comenzar a ayudar a los jóvenes a
pensar sobre su propio proceso creativo. ¿Cómo es para ellos mezclar nuevas
tecnologías y subir el resultado a YouTube? ¿Cómo es tomar la historia de alguien y
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escribir ficción de aficionados sobre eso? ¿Cómo es para ellos reprogramar un juego
para crear una experiencia nueva? Esto es lo que la creatividad significa en la vida de
los jóvenes.
Sabemos que la historia de Melville, Moby Dick, ha sido contada muchas veces
empleando diferentes tecnologías y podemos traer todos esos conocimientos
tecnológicos mientras estudiamos a Melville, para ayudar a los jóvenes a comprender
mejor el impacto duradero que tuvo su cultura, ya que otras personas han tomado
elementos de la historia y, tanto directa como indirectamente, la han vuelto a contar a
través de su propio trabajo.
Entonces, Ricardo siguió adelante y produjo una obra de teatro, y lo que ustedes ven en
el escenario de arriba es un elenco adulto que representa el Moby Dick del siglo
XIX,
y
en el escenario de abajo hay un elenco de jóvenes que actúa la versión de Moby Dick de
la cultura de la droga. Este es el Ahab de la versión joven.
El concepto del Moby Dick de Ricardo Pitts-Wiley es tomar la historia que todos
conocen. Es la historia del barco ballenero, llamado Pequod; al capitán Ahab una
enorme ballena le cortó la pierna, una gran ballena blanca llamada Moby Dick
[…] y manda a alguno de sus tripulantes a pescar al Pequod, a matar a la ballena
[…] y el personaje principal y narrador, un marinero llamado Ismael, emprende la
búsqueda, se sube a este barco ballenero con su mejor amigo, un isleño pacífico
llamado Queequeg, solo para encontrar que en verdad se embarcaron en un viaje de
revancha. Ricardo, ante esta trama, sintió un enorme respeto, no quiso cambiar el
concepto del libro de Melville o su lenguaje, quiso mantenerlo tanto como fuera
posible. Pero también quiso jugar en contra de eso, con una mirada contemporánea. Es
una versión modernizada. En vez de marineros, hay chicos jóvenes, jóvenes traficantes
de drogas en guetos, y hay una tripulación llamada “La única” (“The one”), […]esta
niña llamada Alba es la versión moderna de Ahab. Su hermanito Pip es asesinado de un
tiro desde un auto. Entonces ella, sedienta de venganza, organiza su tripulación/
grupo, llamada “La única”, para viajar a la ciudad y encontrar a la persona
responsable de la muerte de Pip. Este es un ser amorfo, quizás hombre, quizá mujer,
quizás humano, quizás algo aun más grande que eso llamado la gran cosa blanca.
[…] lo cual es la traducción de Moby Dick. La ballena no es necesariamente solo una
persona: es todo el negocio de las pandillas traficanates de drogas. La red completa de
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fuerzas sociales y políticas que hay alrededor de la cocaína. Ricardo contrapone estas
dos historias, una contra la otra, en un escenario muy simple, que es un gran andamio:
en el nivel superior del andamio tiene lugar la acción del Pequod y en los niveles
inferiores se representan las acciones de la ciudad y del elenco joven.
http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies:1070/videos/558-the-plot-of-mobydick-then-and-now
Como dice Wyn Kelly, Ricardo siente realmente que la mezcla debe respetar el original.
Nos dice que, como afroamericano, es muy consciente de que históricamente, la música
y la cultura de su pueblo fueron tomadas y apropiadas por músicos y compañías blancas
y usadas contra ellos. Por lo tanto, dice que uno debe entender el original
profundamente antes de poder contarlo o mezclarlo. Hay que respetar el origen del
material. Y esa ética de mezclar con respeto obliga a los alumnos a mirar con sumo
cuidado la literatura en la que están involucrados cuando empiezan a mezclar. Nuestro
objetivo es ayudar a los jóvenes a entender la literatura profundamente, mientras que se
los alienta a pensar de qué forma son capaces de contribuir a la cultura que los rodea. Se
trata de balancear esas dos cosas.
El enfoque de Ricardo, además, no permitió que cada estudiante descubriera algo propio
dentro de Moby Dick, pero como cada uno muestra un personaje diferente, tiene cierta
especialización para contribuir al proceso creativo en su conjunto. Cada uno de ellos es
una voz que debe ser escuchada y eso es muy diferente de nuestras escuelas, donde se
supone que todos saben las mismas cosas y se los corrige y se los envía a grados
inferiores si no pueden responder lo que incluye un examen estandarizado. Esta es una
forma de dar poder a los jóvenes para que desarrollen su propia experiencia mientras
lidian con la literatura.
http://techtv.mit.edu/collections/newmedialiteracies:1070/videos/4152-ricardo-onappropriation
Aquí volvemos a Jessica. Ella enfrenta un desafío ético. En el caso de Soulja Boy, este
la alienta a mezclar su contenido pero, ¿qué piensa ella sobre el contenido, si se dedica a
un trabajo que no permite mezclar explícitamente? ¿Eso es piratería? ¿Es robo? Hemos
estado colaborando con el proyecto Good Play en Harvard para examinar las nuevas
tecnologías y la ética. Los investigadores de Harvard hablaron con gente joven sobre
sus actitudes acerca de descargar materiales de Internet, por ejemplo. Surgieron varias
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ideas complejas cuando los jóvenes pensaban sobre las expresiones de otras personas.
Aquí hay una entrevista a una joven que dice:
“Yo pirateo mucho. Pirateo todo. ¿Por qué? Por que no tengo dinero [… ] [y] la
mayoría de ellos tiene más dinero del que podrían gastar… quiero decir: yo amo a Eric
Clapton [pero] él tiene más dinero que Dios, y no creo que necesite más. Pero, sin
embargo, si es un CD autograbado, un CD grabado en forma casera o una banda en
ascenso, lo voy a apoyar. Yo voy a comprar el CD o la película si es un realizador
prometedor […].
[…] La RIAA [Recording Industry Association of America, Asociación de la Industria
Discográfica de los Estados Unidos] y la MPAA [Motion Picture Association of
America, Asociación Cinematográfica de losEstados Unidos], son muy estrictas […] yo
creo que deberían ceder un poco […] es decir, entiendo que es una violación a los
derechos de autor pero, sin embargo, pienso que de alguna manera [las películas] tienen
más exposición y los juegos obtienen más exposición a través de BitTorrent aun si son
bajados ilegalmente que si están a la venta. Porque nadie probablemente quiera pagar
$35.00 por un DVD, pero quizá vean la película, y tal vez la compren”.
Tiene 15 años.
Entonces aquí vemos esta serie compleja de negociaciones. No todo es “está bien o está
mal”, sino que estos jóvenes están trabajando a través de muchas variables –cuáles son
sus necesidades, cuáles son las necesidades del artista, cuáles son las necesidades de la
industria, y cómo esas cosas están interconectadas–. Los jóvenes luchan con preguntas
éticas muy complejas y parte de lo que hemos hecho en la próxima fase de nuestro
trabajo ha sido intentar desarrollar algunas compilaciones para el aula con el fin de
ayudar a maestros y alumnos a pensar sobre estos temas éticos.
Trabajando con el grupo de Harvard desarrollamos ejercicios en torno a cinco temas
éticos básicos.
El primero de ellos es sobre propiedad y autoría: ¿Cómo creamos en una era digital,
cuando mucho de aquello a lo que queremos responder pertenece a otras personas? Mi
ilustración aquí es una pagina web, Fan Fiction Alley, dedicada a los fans de la ficción
Harry Potter. Cientos de miles de jóvenes han escrito historias sobre Harry Potter y las
han compartido online, y esas historias son leídas por cientos de lectores que hacen sus
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comentarios sobre lo que ellos escribieron; esto es muy diferente de las experiencias que
tienen ene sus aulas, donde quizás escriban una monografía y el profesor les ponga
“Bien” al final, y se la devuelva.
Así es como están aprendiendo a crecer, mientras sus comunidades los apoyan al tener
escritores expertos que trabajen con nuevos escritores para mejorar su escritura. Esto se
llama Lectura “Beta”. Ese proceso, pensamos, es un modo muy poderoso de aprendizaje
y en cierto grado es su aprendizaje con un escritor master cuando construyen sobre la
historia de J. K Rowling. Ellos aprenden su estructura, sus personajes, su trama; toman
de ella lo que necesitan para comenzar a construir sus propias historias. ¿Pero eso está
bien o mal? ¿Cómo entendemos estas cuestiones? Esa es una serie de preguntas con la
que los educadores y otros lidian cuando pensamos en una era digital.
El segundo tema tiene que ver con la participación. ¿Cómo es unirse y contribuir a una
comunidad? ¿Cuáles son las obligaciones para con el grupo? Aquí tenemos una escena
de “Los Sims”; yo podría estar presentando “Second Life”, yo podría estar
representando cualquier mundo virtual o red social. Estas son comunidades para con las
cuales nuestros jóvenes sienten una obligación. Cuando los jóvenes juegan “World of
Warcraft” noche tras noche, puede que no sea porque son adictos al juego, sino tal vez
porque sientan una obligación hacia la asociación con la que juegan. Y pienso que
entender esas obligaciones para contribuir a apoyarnos uno al otro es parte de lo que
tenemos que entender cuando pensamos en la cultura digital de los jóvenes.
El tercer grupo de temas concierne a la identidad. Cuando asumo una identidad
diferente online, ¿estoy mintiendo? ¿No estoy diciendo la verdad sobre quién soy? Esto
realmente depende de mis objetivos y preguntas sobre lo que estoy tratando de alcanzar,
depende de las normas de la comunidad. Cuando juego a ser alguien diferente en un
juego, ¿es lo mismo que simular ser alguien más en Facebook? Probablemente no. Por
eso los jóvenes tienen la necesidad de discernir cuál es la ética de participar en estas
comunidades.
La privacidad es otro grupo de cuestiones. ¿Qué información se debe compartir?
¿Tienen ellos la obligación a proteger su privacidad y la de los otros? Pero con
frecuencia, en algunas comunidades, tienen también una obligación de revelar o
compartir información con cada uno. ¿Cómo balancean esos grupos de demandas
mientras piensan en una tecnología digital?
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Credibilidad. ¿Como confiamos en la información del mundo online? Aquí el ejemplo
es Wikipedia. ¿Hay algún problema ético en poner información falsa en Wikipedia?
¿Cómo entendemos nuestra responsabilidad para con sus lectores y para con la
información en sí misma cuando contribuimos a algo como Wikipedia? ¿Cómo
medimos la confiabilidad de la información allí? Hace algunos años, hablé con Jimmy
Wales, uno de los fundadores de Wikipedia y él me dijo: “La gente siempre me
pregunta si Wikipedia es precisa”. Según él, esa es la pregunta equivocada. La cuestión
es: cuándo es precisa. Porque Wikipedia no es un producto, es un proceso. Lo que él
intentó es hacer el proceso lo más transparente posible, así podríamos decir en qué nivel
de desarrollo se encuentra cada entrada. Él dice que las enciclopedias tradicionales
enmascaran el proceso por el cual se producen los conocimientos; uno no puede
realmente evaluar de dónde vino la información. Para que eso resulte tenemos que
alentar a la gente a entender la manera como funciona Wikipedia, que sepan que pueden
mirar debajo del capó y ver la palabra que va en el proceso de investigación para
escribir una entrada de Wikipedia, y esa es una serie de habilidades que las escuelas
tienen que enseñar para que los jóvenes confíen en Wikipedia como en una fuente de
conocimientos.
Esos son los cinco dilemas éticos para los que desarrollamos currículos destinados a
ayudar a las escuelas y a los docentes a pensar. Estos son dilemas que enfrentan los
jóvenes; y los adultos que los rodean a menudo no entienden lo suficientemente bien
para ayudar a guiarlos. Por lo tanto, queremos crear herramientas que alienten a adultos
y jóvenes a pensar sobre estas cuestiones.
Ahora vuelvo a un tema con el que empecé, que es la brecha de participación. Hemos
hablado con frecuencia de la divisoria digital. Esta es acceso a la tecnología, y escucho
que aquí en América Latina los países están dando computadoras a los alumnos; eso es
un avance maravilloso y creo que constituye un paso gigantesco a favor de la educación.
Pero tener acceso a una computadora no es suficiente. Los alumnos y los docentes
también tienen que tener acceso a las habilidades, a las experiencias que habilitan a los
jóvenes
para
participar
como
iguales
en
estas
comunidades.
Participar
significativamente requiere conocimientos de habilidades, no solo herramientas. La
brecha de participación hace referencia a la distribución desigual de habilidades,
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conocimientos y experiencia necesarios para convertirse en un participante significativo.
En los Estados Unidos, en algunos estados, cada estudiante tiene una laptop, pero no
hemos sobrepasado aún la brecha de participación. Algunos de ustedes recordarán la
investigación que mostraba que a los estudiantes pertenecientes a familias que tienen
enciclopedias, conversan en la mesa sobre arte y política, y hacen visitas a la ópera o a
la sinfónica, en general les va mejor en la escuela que a los de otras que no tienen
acceso a esas experiencias. Esto se llama “El currículo oculto”. En una era digital, esos
jóvenes que tienen acceso a Twitter, Facebook, YouTube, Wikipedia y Flicker
comprenden de modo diferente el mundo digital que aquellos que no lo tienen. Y las
escuelas deben trabajar para cerrar esta brecha, para que cada niño tenga la oportunidad
de contribuir con lo que pueda a la sociedad en la que está viviendo.
Pero nuestras escuelas en muchas partes del mundo están impidiendo esos accesos.
Conectan las aulas, proveen una computadora, y luego dicen: “No puedes usar
Facebook. No puedes usar YouTube. No puedes usar blogs. No puedes usar Twitter”.
Las herramientas que los jóvenes utilizan para aprender y conectar el mundo son
bloqueadas en el aula. Y en mi país es muy complejo lograr que los docentes entiendan
la importancia de integrar esas prácticas dentro de las escuelas. Si esto no se hace, les
estamos diciendo a nuestros niños que aprendan sobre tecnología del modo en que mi
generación aprendió sobre sexo: en las calles, no en las escuelas. Esperamos poder
entrenar a los maestros y bibliotecarios para que entiendan bien esto, para que los
docentes puedan ayudar a los alumnos a usar las herramientas de manera creativa, ética,
segura y responsable. No debería tratarse de que los jóvenes queden librados a sus
propios recursos, o a merced de los vendedores de tecnología, sino de que los jóvenes y
los maestros aprendan juntos, preparándose para la próxima generación.
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