“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-0505/16) PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA: De interés de este H. Cuerpo la Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa, que se realizará en la Provincia de San Juan entre el 7 y el 9 de abril del corriente año y que en esta oportunidad rendirá un homenaje al Bicentenario de la Patria, por lo que se invitó a jinetes de distintos países miembros del Mercosur. Marina R. Riofrío.FUNDAMENTOS Señora Presidente: Una nueva edición de la Cabalgata de la Fe a la Difunta Correa se realizará en la Provincia de San Juan entre los próximos 7 y 9 de abril. Desde hace 26 años se realiza la Cabalgata de la Fe al Santuario de la Difunta Correa en San Juan, evento que se complementa con espectáculos musicales y artísticos. Al respecto de esta edición, los organizadores comentaron que realizarán un homenaje al Bicentenario de la Patria por lo que se invitó a jinetes de distintos países miembros del Mercosur. De ese modo, se llegó a un grupo de gauchos mexicanos, que tendrán representación por primera vez en el evento local. “Tenemos gente confirmada de Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil y, por primera vez, de México”, comentó el titular de la Federación Gaucha, Rubén Balmaceda. Por otro lado, destacó que el año pasado reunieron a 4.300 jinetes y que esperan superar ese número. “Además de la gente de afuera del país tenemos agrupaciones de 13 provincias que ya confirmaron la presencia. Y también hay mucho interés local. El año pasado, por ejemplo, tuvimos que enviar 11 camiones a buscar caballos a “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Calingasta y en esta oportunidad mandaremos 18. Y en Iglesia y Jáchal también hay gran expectativa”. La “Difunta Correa” encierra una profunda e impactante historia de amor y fidelidad, y es hoy el fenómeno social–religioso extra-Iglesia, más importante de América Latina. La imagen retenida por el pueblo es el de una mujer que yacía en los cerros y como la última expresión del amor de madre, sabiéndose cercana a la muerte, apretó a su hijo hacia su pecho y murió amantándolo, y ya muerta continuó su hijo alimentándose del pecho materno. Así los encontraron y así lo relataron los arrieros. Cuenta la historia que en los tiempos del gobernador de San Juan don Plácido Fernández Maradona (alrededor de 1840) vivía en la ciudad Capital don Pedro Correa, héroe de la Independencia, muy querido por el pueblo sanjuanino y por las autoridades. El prestigio ganado en la batalla de Chacabuco le permitía a don Pedro, su esposa Damiana y a su hija Deolinda Correa, llevar una vida sencilla y sin sobresaltos. La tragedia se desencadena cuando la joven se convierte en una hermosa mujer. Todas las miradas se volvían codiciosas hacia su figura, especialmente la del Jefe de Policía, Rancagua, que la acosaba constantemente. Deolinda siguiendo los mandatos de su corazón se casa con Baudilio Bustos. Esperaba un hijo cuando a su marido lo envían con la montonera a pelear a La Rioja, lugar donde ya estaba su suegro, por razones diferentes. En realidad esta leva (reclutamiento forzoso) fue una maniobra del enamorado policía para alejar al marido de la pretendida mujer. Baudilio había hecho prometer a su esposa que no lo seguiría. Cuando éste cae preso, Deolinda se lanza en su búsqueda a lomo de una mula que le prestara el cura párroco del lugar. Avanza por quebradas, travesías, come solo raíces que saca del yermo suelo montañés, hasta que su mula muere de cansancio y hambre. Siempre rezando y con voluntad inquebrantable amamanta a su niño y avanza caminando. Le flaquean las fuerzas hasta que cae muerta cerca de Vallecito en la Cuesta de la Sierra del Palo. Varios días después encuentran unos arrieros chilenos su cadáver con los pechos milagrosamente húmedos, dando leche al niño que estaba con vida. La entierran en las cercanías, en un lugar que hasta la fecha es un misterio. Había por aquellos tiempos un arriero conocido en el Oeste Argentino, Don Pedro Flavio Zeballos. Su fama se extendía por Córdoba, Santiago del Estero, la Rioja, San Juan, San Luis y Mendoza, ya que solía llevar ganado a Chile donde existía un mejor precio para la carne vacuna. Había sido contratado por una señora radicada en Córdoba para llevar quinientas cabezas de ganado a Chile y venderlas. Don “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Claudio sale con su gente y con su tropa a cumplir el encargo y se dirige al Oeste. Pasados unos días de marcha y ya atravesando San Juan, decide hacer noche acampando en Vallecito. Encontrándose acampado con sus arrieros y el ganado, comienza una gran tormenta, los animales se inquietan, hasta que ante el fragor inusitado de la tormenta los animales huyen espantados. La petición del arriero fue “Difunta Correa, te pido protejas a los animales y si los puedo recobrar te hago una manda (promesa), que vendré y te construiré una capilla para cubrir tu tumba y tu cruz”. Al día siguiente, pasada la tormenta salieron a buscar los animales y los encontraron en una cuesta que terminaba en una quebrada –hoy llamada “Cuesta de las Vacas” por aquel hallazgo. Se había producido entonces el primer gran milagro, y el arriero Zeballos cumplió “la Manda” y erigió la primera capilla con la que cubrieron la tumba y la cruz de la Difunta Correa. La devoción de Zeballos se repite en miles de fieles que todos los años se congregan en Vallecito para dejar sus ofrendas y hacer sus pedidos a la Difunta. Inclusive, poetas y cantores populares le han compuesto y entonado innumerables canciones y coplas. Por lo que significa para la comunidad de San Juan la Difunta Correa, solicito a mis pares la aprobación del presente proyecto de declaración. Marina R. Riofrío.-