1 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS SEMINARIO PENSAMIENTO DE LO GLOBAL EN CUATRO AUTORES FRANCESES: SERRES, VIRILIO, MORIN Y LÉVY Coordinador: Jaime Alejandro Rodríguez Relatoría sobre Cap. Propagaciones, en: SERRES, M. (1995) Atlas. Madrid: Cátedra (Teorema) Por: Danghelly G. Zúñiga R. Fecha: 07/02/2013 En su trabajo Serres nos invita a participar en su reflexión sobre las transformaciones que se han vivido en el mundo contemporáneo en categorías centrales de la modernidad. Categorías como trabajo, espacio, tiempo, realidad, identidad, información, tuvieron significados unívocos, pues se construyeron en una relación incuestionada de los individuos con poderes estatales, económicos y culturales. Sin embargo, ese mundo “estable” y “relativamente estático” se ha transformado vertiginosamente a partir de la segunda mitad del siglo XX y en el pleno siglo XXI no se han estabilizado sus definiciones. Así Serres, nos lleva a la frontera de la confrontación entre la tradición y lo nuevo, donde la humanidad se encuentra en una nueva civilización de conocimientos y en una nueva relación con el mundo. Trabajo En la modernidad el trabajo (la labor, la obra) definía al individuo, el sentido de la producción era representado en un objeto, el resultado la transformación de la materia se cristalizaba en algo nuevo, tangible. En la modernidad Hércules transforma y Atlas sostiene, que es una forma diferente de transformar. Se ha dado en el mundo contemporáneo la transformación del trabajo y por lo tanto la transformación del hacer. Las tecnologías con las cuales transformábamos las materias, hoy nos ayudan a transformar lo intangible. Para Serres, “Ahora vivimos en una inmensa mensajera, en la que la mayoría trabajamos de mensajeros: soportamos menos masas, encendemos menos fuegos, pero transportamos mensajes que, a veces, gobiernan a los motores.” (p. 105). Sobreviene la pregunta, si esto ha ocurrido ¿qué hacemos?, ¿nuestro trabajo hoy es improductivo? Espacio Con la transformación de la primera categoría se da la transformación de la segunda, el espacio: en la modernidad el espacio tenía límites, fronteras reconocibles, su vinculación con el territorio era clara, había una configuración local que tenía un lugar determinado con lo mundial. Tenía una existencia real. Hoy la localización se evapora. La pregunta ¿dónde estamos? no es retórica, pues nuestros lugares habituales no están determinados ya por la espacialidad y la territorialidad. Los límites de nuestros lugares habituales son los límites de nuestras redes: 672 seguidores en Twitter, 1230 amigos en Facebook, 576 contactos en Linked in. El espacio puede tener una existencia aparente y no real, nos convertimos en trabajadores virtuales. ¿Cómo representamos nuestro espacio de trabajo virtual? Se incrementa el número de trabajadores “no presenciales”, más eficientes pero con menos relación con la “empresa”, con menos lazos sociales presenciales. 2 Obligatoriamente hay un cambio en el mapamundi. Serres formula una proposición de consecuencia: si el trabajo transformaba lo local, ahora que somos trabajadores globales ¿transformamos lo global? Se profundiza el conflicto entre lo local y lo global: “la humanidad construye el universo construyéndose por él” (p. 111) Nuestra red tiene en el centro el lugar privilegiado para ver y el lugar privilegiado para ver son los hombros sobre los cuales queramos elevarnos. “¿Qué quiere decir: a distancia?...¿dónde estar? ¿Dónde estamos?, ¿qué distancias nos separan de los lugares a los que deseamos ir? ¿Dónde ir? ¿Cómo?” (p. 153) Inevitablemente llegamos a tres preguntas que se desprenden de la discusión de Serres sobre la nueva cartografía: la primera ¿cuál sería el mapa del mundo hoy? ¿El mapa de los cables submarinos que conectan internet? ¿el mapa de las conexiones en la red? ¿el mapa de las áreas de mas tráfico en la red? ¿el mapa de los dominios? ¿el mapa de cómo se conectan las ciudades? ¿el mapa de cómo se difunde la información en una aplicación (Twitter)? La segunda ¿quién define el mapa? La tercera: ¿Nos desplazamos en el mapa o sólo estamos estáticos con un movimiento virtual? Serres es enfático al señalar que necesitamos descubrir cómo nos estamos desplazando y una nueva enseñanza sobre cómo desplazarnos en este nuevo espacio. La guerra se transforma, ya no está localizada, ya no está en un solo lugar. Tiempo En la modernidad el tiempo era una magnitud física que nos permitía medir la duración de los acontecimientos, de esta forma el tiempo era acumulable, lineal. Serres propone que en el mundo contemporáneo se reconocen tres tiempos: el tiempo reversible, el tiempo irreversible antrópico (humanidad) y el tiempo neguentrópico1 (del demonio de Maxwell al reanimarlo hace nacer las singularidades) que transforman la noción de historia moderna. El tiempo se vuelve volátil y el poder lo tendrá quien domine la volatilidad. Realidad La realidad en el mundo moderno comenzó siendo una, fáctica, ideal, comprensible para “todos”. Pero en ella misma se inició el cuestionamiento ¿Qué es lo real y lo irreal? Schutz en su trabajo sobre Don Quijote2 evidencia que la realidad y lo que de ella pensamos es un punto de vista práctico, subjetivo (Schutz, p.312) que nos guía en la explicación de las razones de las cosas. Construimos subuniversos que se vinculan con la realidad, esos subuniversos por su misma naturaleza no pasan la prueba de la realidad y son reconocidos como subuniversos diferenciados (por ejemplo el de la fantasía). La realidad la compartimos con otros pero los subuniversos de significado nos pueden alejar de aquellos otros. Serres encuentra que en el mundo contemporáneo, por las múltiples transformaciones que han sufrido las categorías modernas, podríamos preguntarnos para comprender el mundo ¿quién encanta las cosas del mundo y cómo? 1 Tendencia natural de que un sistema se modifique según su estructura y se plasme en los niveles que poseen los subsistemas dentro del mismo 2 Schutz, A. “Don Quijote y el problema de la realidad” en Estudios sobre Teoría Social, Buenos Aires: Amorrortu. 3 Identidad Centrada en el trabajo y en el territorio en el que se habitaba en la modernidad, la identidad se encuentra ahora en un hábitat virtual que cada quien construye y vincula. Prima ahora la formación continua y el aprendizaje a distancia (que comenzó con la escritura y la imprenta). Para Serres no somos seres que están ahí, nos proyectamos, “siempre estamos fuera de ahí” (p. 165). La memoria localizada, centrada en la escritura y en la acumulación se deslocaliza y se transforma a la inmediatez del recuerdo, las nuevas tecnologías contribuyen a esta transformación, la acumulación se da por la conexión. Serres en su propuesta del “contrato natural” se centra en la nueva relación con el mundo que se da en el mundo contemporáneo, pues este contrato natura nos unió, a la humanidad y al mundo. ¿Quiénes somos? La identidad personal y la colectiva se conjugan entre la pasión y la razón, la prescripción y la adscripción. Información La verdad en la modernidad es universal, es información localizada, probada, reconocida, valorada, transmitida. La verdad tenía límites que le permitían al individuo actuar frente a la realidad que le presentaba. La verdad y el engaño se distinguían. En la modernidad la publicidad tenía un sentido público, por lo tanto tenía un sentido de lo colectivo. En el mundo contemporáneo tiene un sentido de la “verdad a medias”, la publicidad se centra en mostrar sólo una parte de la realidad a la luz. En el mundo contemporáneo la información pasa a ser publicidad y el poder pretende ser un parásito: “poseer el sentido de los mensajes, para ello, ser el amo de los canales y dominar el material que hace posibles las circulaciones lógicas…controlar el conjunto de los pasos de lo local a lo global, de lo privado a lo público, de lo público a la humanidad entera: la red de todas las redes, las vías de lo universal.” (p. 145) y no brindar nada a cambio. El régimen de la propiedad, ahora se marca por los sentidos: probar, demostrar, convencer el contenido de los mensajes, de su verdad; luego sobre el sujeto que la enuncia y luego el canal que la soporta. La red es una vía conectada con la totalidad, quienes participan construyen el nuevo universal, la nueva colectividad que es volátil pero hace visible nuestra voluntad, si bien “todos los saberes son libres e iguales en derecho” (p. 157), como lo recalca Carvalho en la lección inaugural. El poder de la exclusión del conocimiento se desfigura con la construcción de la red de conocimiento, la multidimensionalidad, la pluricausalidad tienen un espacio en la red de información que se convierte en destructuradora de los poderes tradicionales y en consolidadora de los nuevos poderes, por la capacidad que tiene de brindar reconocimiento a los conocimientos tradicionalmente excluídos. Y al final nos propone una paradoja llena de posibilidades políticas y teóricas: la propiedad del conocimiento se desvirtúa, la riqueza está en no poseer.