LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN

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LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN
Alumno: PUEBLAS, Martín Luis
Escuela: Escuela Técnica Nº 27 "Hipólito Yrigoyen" Ciudad Autónoma de Bs. As.
Profesor Guía: RODRíGUEZ PINTOS, Guillermo
Introducción
En esta monografía se tratará el tema “Ciencia y Religión” desde varios puntos de vista,
complementándose entre sí para formar una idea general y amplia. Si bien este tema siempre fue
fuente de controversia y discusiones a lo largo de la historia, creo que puede dejar de serlo si se
entienden algunos conceptos que, a mi parecer, pueden lograr una relación armónica y necesaria
para entender mejor el Universo en el que vivimos.
Desarrollo
La religión y la ciencia tienen objetivos no tan diferentes pero sí métodos y formas diferentes de
ver el Universo y la vida. Ambas disciplinas se preguntan acerca del origen de la vida y el Universo,
obteniendo respuestas diferentes debido a las diferentes maneras de obtenerlas.
La mayoría de las religiones obtiene las respuestas a través de dogmas, leyes divinas que no son
comprobables experimentalmente y requieren de la fe de sus seguidores. Aceptar los dogmas puede
ser una respuesta a las preguntas sobre el Universo y la creación, aunque no tienen ninguna
comprobación racional.
La ciencia obtiene sus respuestas a través del método científico. Es decir, utiliza la razón para
preguntarse sobre la observación de los fenómenos naturales, investigarlos, formular hipótesis y
finalmente una teoría que tendrá validez al obtener siempre los mismos resultados experimentales.
Por otra parte, desde el punto de vista filosófico se puede cuestionar todo, desde la existencia del
Universo hasta la existencia de uno mismo, e infinitas cuestiones que ponen en duda lo más básico
de la vida.
Ahora bien, si los primeros científicos eran también religiosos (los sacerdotes de antiguas
civilizaciones como la egipcia, maya, sumeria, eran los que sabían escribir y tenían el conocimiento
científico y tecnológico) ¿qué pasó luego para que las dos disciplinas se separaran? ¿Es posible
volver a juntarlas hoy en día?
Según mi punto de vista, la separación surgió cuando la ciencia comenzó a encontrar leyes en la
naturaleza que seguían formulas matemáticas y la religión pensó que esto quitaba la condición de
“divino” o “sobrenatural” a todos los fenómenos. La religión (y ahora refiriéndome a las religiones
de Occidente, monoteístas) no aceptaba quitar la condición de dogma a los fenómenos cotidianos.
En la Europa medieval, los científicos de la época como Galileo y Copérnico sufrieron la represión
de la Iglesia y debieron callar sus brillantes descubrimientos al pueblo y a la comunidad científica
por varios años.
Aunque la religión no tiene muchas posibilidades de evolucionar (el dogma es así y se acepta, se
cree en él), la ciencia evoluciona constantemente. Si bien la ciencia nunca va a llegar al
conocimiento absoluto de todos los fenómenos del Universo, se puede aproximar bastante a
comprender ciertas cosas que son fundamentales para una unión entre la ciencia y la religión.
Sin embargo, la ciencia comenzó explicando el movimiento de astros, luego el movimiento de
cualquier cuerpo, los fenómenos eléctricos, etc. Todo dentro de un marco determinista. Darwin
afirmó que éramos mutaciones al azar y vivíamos en un universo sin sentido, lo cual cada vez
alejaba más a la ciencia de la religión.
A pesar de todo esto, la ciencia siguió evolucionando y descubrió el fascinante mundo de lo
minúsculo: la física atómica y la mecánica cuántica. Con la mecánica cuántica (no determinista)
aparecen varios conceptos que pueden unificar nuevamente la ciencia y la religión. Llegando al
nivel más básico de la materia, se encuentra que todos estamos conectados, todos somos las mismas
partículas que luego se recombinan de diferentes formas para formar toda la materia que
conocemos, lo cual puede tener un significado espiritual ya que todos estamos interconectados y
somos lo mismo expresado en diferentes formas.
Por otro lado se encuentran las paradójicas propiedades cuánticas de superposición, enredo,
dualidad onda-partícula, etc. que van contra la intuición y los fenómenos que vemos diariamente.
Si bien la mecánica cuántica es paradójica y atenta contra la intuición, es la herramienta más
poderosa con la que contamos para la explicación de los fenómenos en todo nivel, concuerda con
todos los hechos experimentales y hay tecnología basada en ella.
Tomando religiones que tienen a su/s dios/es como a entidades no externas (como por ejemplo el
budismo, hinduismo o la mitología maya), se puede llegar a una conclusión bastante parecida a la
obtenida en principio por la ciencia: todos estamos interconectados, somos la misma energía
creadora manifestada en diferentes formas y somos parte de un todo. Una idea bastante más
espiritual que, por ejemplo, el catolicismo. El dios del catolicismo es externo, no está conectado con
nosotros en un nivel profundo y sólo nos creo para evaluarnos en una vida y luego condenarnos a
una eternidad en el infierno o a otra en el cielo. Yo creo que a lo largo de los años, desde la
aparición de un ser que pudo haber comprendido las cosas de cierta manera, como Jesús (en caso de
haber existido), se interpretó de una manera errónea el mensaje que dejó, creando la separación
entre el Dios o la energía creadora y nosotros los humanos. Esto inevitablemente lleva a la
separación entre nosotros mismos, a las guerras religiosas y otras guerras, y a disputas con la
ciencia e incluso otras disciplinas.
La conciencia juega también un papel muy importante. Nuestras células son las unidades de
conciencia más básicas que podemos encontrar en nuestro cuerpo: reaccionan ante diferentes
estímulos y “deciden” entre varias opciones la que mejor les pueda resultar para seguir funcionando
correctamente, por ejemplo. Por otro lado, si una célula pudiera salir de nuestro cuerpo y ver a todo
el cuerpo desde el exterior, pensaría que esa masa enorme y deforme es inerte y carece de vida.
Llevando esta analogía a nosotros, podemos pensar que nuestro planeta es una masa inerte e
inconsciente, cuando en realidad podría ser un gran ser conciente cuyas unidades de conciencia
somos nosotros. Todo esto lleva a reflexionar sobre los diferentes niveles de conciencia de cada
especie e incluso entre los mismos seres humanos.
Abstrayéndose hasta el punto de cuestionar la realidad se puede tratar de comprender si el cerebro
está en el Universo o el cerebro crea el Universo y la realidad. Es decir, hasta qué punto el cerebro
no construye las dimensiones y el Universo en sí, ya que, por ejemplo, nuestros sentidos perciben
algo de una forma que luego el cerebro codifica para ir construyendo esa realidad en la que cada
uno vive. Esto se relaciona con la conciencia y a su vez con la espiritualidad. ¿Cómo podemos saber
si vivimos en un mundo esencialmente físico? Si hay otras dimensiones que el cerebro no puede
percibir, ¿pueden ser percibidas por algo inmaterial como el alma o la conciencia? ¿Acaso el
espacio y el tiempo son sólo construcciones de nuestro cerebro para poder organizar la
información? Todas estas preguntas pueden tener respuestas que cada uno debe encontrar en una
abstracción y aproximación a su ser interno.
Aquí es donde las fronteras entre ciencia y religión parecen comenzar a ser borrosas, donde lo
místico y lo espiritual se mezclan con lo racional y material. Nos adentramos en la búsqueda de
nosotros mismos, y podemos encontrar respuestas a preguntas que antes parecían no tenerlas.
Creo que algunos sectores de científicos que rechazan lo sobrenatural (término que está mal
aplicado ya que cualquier fenómeno que percibimos es natural más allá de la explicación que le
podamos dar o no), o tratan de explicarlo con la ciencia actual, ignorante comparado con el vasto
mar de conocimientos que aún no adquirimos, deberían replantearse esta actitud ya que un
científico del siglo XVIII, el mismo Newton por ejemplo, podría haberse adelantado hasta esta
época y ver con asombro los miles de fenómenos “sobrenaturales” que ocurren hoy en día: gente
que se comunica en fracciones de segundo con gente que está en el lado opuesto de la Tierra,
máquinas que hacen cosas por sí solas, máquinas que transportan gente a velocidades increíbles con
sólo darles un líquido a cambio, etc. La ciencia de su época no podía explicar todos estos
fenómenos, y aunque su mente brillante fue la que cambió la ciencia en esa época, quizá no pudiera
comprender el mundo actual y creería que estaba en otro mundo “sobrenatural”. Tal vez nosotros
estemos en su posición respecto al futuro: hay muchísimos fenómenos “sobrenaturales” que aún no
tienen explicación científica pero probablemente la tengan en un futuro no muy lejano.
La ciencia se encuentra en constante evolución y transición, y va cambiando su modo de ver el
Universo. La religión se puede flexibilizar e interpretar algunos de sus dogmas de otra forma,
acercándolos a la ciencia. La ciencia puede experimentar espiritualidad a través de sus
descubrimientos, acercándose a la religión. ¿Hasta qué punto son ciencia y religión actividades
contrapuestas? ¿Es tan difícil como parece la unión entre ciencia y religión? Sinceramente no lo
creo...
Bibliografía
Gran Enciclopedia Sapiens, Vol. 3: “Pensamiento”, Editorial Trama Equipo, 2002.
HEWITT, Paul G., “Física Conceptual”, Novena Edición, Editorial Pearson Educación, 2004.
SAGAN, Carl, “Cosmos”, Séptima Edición, Editorial Planeta, 1983.
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