Doctor Adriano Miguel Tejada Director Diario Libre Av. Abraham Lincoln 708, Piantini Su Despacho Apreciado Señor Director y amigo: He leído con mucho interés el artículo “Conversión Asociaciones de Ahorros y Préstamos”, publicado el pasado 2 de noviembre en ese prestigioso periódico Diario Libre, que usted tiene a bien dirigir, escrito por el dilecto amigo Lic. Andrés Terrero, ex presidente de la Cámara de Cuentas y ex funcionario de este Banco Central, una persona con una vasta trayectoria en el ejercicio de las finanzas, la contabilidad, la auditoría y por demás conocedora de los temas del sector financiero. En dicho artículo, se utiliza como fundamento de análisis, unas declaraciones realizadas por quien suscribe, en mi condición de Gobernador del Banco Central y Presidente de la Junta Monetaria, en una reunión que sostuviera con la directiva de la Liga Dominicana de Asociaciones de Ahorros y Préstamos, el martes 10 de septiembre de 2013 y que se reitera en otro encuentro el jueves 31 del pasado mes de octubre de 2013, en ocasión de anunciarles el sometimiento en prima fase a la Junta Monetaria, del Proyecto de Reglamento que permitiría de manera voluntaria, es decir no obligatoria, que dichas entidades mutualistas puedan optar por convertirse en Bancos Múltiples, Bancos de Ahorro y Crédito o en Corporaciones de Crédito. Sobre el particular, señor Director, me permito clarificar algunos conceptos, afirmaciones y opiniones contenidos en el referido artículo, en interés de contribuir a edificar a los agentes económicos y al público en general sobre los fundamentos legales, económicos y financieros en que se sustentaron nuestras opiniones externadas. Precisamente, estos aspectos constituyen las motivaciones principales con miras a que el Banco Central, en el marco de lo que plantea el último párrafo del Artículo 75 de la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera, de fecha 21 de noviembre del año 2002, procediera a elaborar el Borrador del Reglamento para la Conversión de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, con el objeto de presentarlo a la consideración y ponderación de la Honorable Junta Monetaria, a los fines de aprobarlo en una primera fase a título de consulta pública por 30 días, en cumplimiento al literal g) del Artículo 4 de la referida Ley, y poder luego sancionarlo de manera definitiva, tomando en cuenta las observaciones planteadas al mismo. En este contexto, es importante destacar que la necesidad de diversificar y ampliar el ámbito operacional de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, ante las desventajas competitivas con el resto de las entidades financieras, se remonta a mucho antes de que se promulgara la referida legislación monetaria y financiera. Cabe recordar, que desde la década de los años ochenta, las autoridades monetarias se vieron precisadas, a adoptar medidas tendentes a la ampliación de una gama de los servicios ofertados por las asociaciones dentro del ámbito de la Ley vigente en ese momento, a través de la diversificación de la cartera de crédito, de manera tal que pudieran colocar recursos a actividades complementarias a su naturaleza como entidades orientadas al financiamiento a la construcción, adquisición y remodelación de viviendas familiares y refinanciamientos de deudas hipotecarias, y de este modo de preservar su subsistencia en el mercado financiero dominicano. Posteriormente, a partir de la aprobación de la Ley Monetaria y Financiera No.183-02 del 21 de noviembre de 2002, a las Asociaciones de Ahorros y Préstamos se le incorporaron nuevas operaciones bancarias, permitiéndoles la emisión de tarjetas de crédito y de débito, realizar compra y venta de divisas, contraer obligaciones en el exterior y conceder préstamos en moneda extranjera previa autorización de la Junta Monetaria, entre otras operaciones. Como parte de este proceso, también se traspasaron las funciones de regulación y supervisión que realizaba el Banco Nacional de la Vivienda sobre dichas Asociaciones, a la Administración Monetaria y Financiera, con el objeto de que ellas tengan el mismo tratamiento que las demás entidades de intermediación financiera en ese sentido. Es preciso resaltar que con el surgimiento de la banca múltiple y su participación significativa en el financiamiento a la construcción, adquisición y remodelación de viviendas familiares, funciones que antes eran casi exclusivas de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, así como con la promulgación de la Ley 288-04 del 28 de septiembre de 2004 que elimina los incentivos fiscales a dichas entidades financieras mutualistas, las Asociaciones de Ahorros y Préstamos han ido perdiendo participación en el mercado financiero, a pesar de la ampliación de las operaciones de que fueron objeto en la Ley Monetaria y Financiera y de las disposiciones que a tal efecto ha establecido la Junta Monetaria. Lo anterior pone de manifiesto que la problemática que aqueja a las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, no sólo se circunscribía a la ampliación de sus operaciones activas y pasivas, sino que evidenciaba un tema estructural asociado a su limitante de capitalizarse dada su naturaleza mutualista. Ello así porque la filosofía de la legislación monetaria se sustenta en exigir mayores niveles patrimoniales en función del mayor número de operaciones permitidas, además de requerir un índice de solvencia en función de los activos sujetos a riesgos. Esto significa en otras palabras, que el tamaño y la solidez de las entidades de intermediación financiera están supeditadas a la base patrimonial. Por tanto, al no disponer las Asociaciones de Ahorros y Préstamos de una estructura patrimonial de “carácter accionario” que les permitiera la realización de aportes de capital por parte de sus accionistas, dada su naturaleza mutualista, el mecanismo de fortalecimiento patrimonial se limita a la reinversión de sus utilidades, lo que en gran medida dificulta la mejoría de su posicionamiento y competitividad, escollo que no presentan las “entidades accionadas” como los bancos, que ante requerimientos de aumentar su capital para fines de saneamiento, de crecer en el tamaño de sus activos o de cumplir con el índice de solvencia, solicitan los aportes necesarios a sus accionistas. Precisamente, debido a estas limitaciones, señor Director, las Asociaciones de Ahorros y Préstamos han estado en un proceso acelerado de fusiones y absorciones, disminuyendo el número de entidades que operaban en octubre del 2003 de 18 a 10 en octubre de 2013, registrándose a la vez una disminución relativa importante de su cuota de participación en el Sistema Financiero en su conjunto. Congruente con este proceso, fue necesario que la Superintendencia de Bancos sometiera a un número significativo de Asociaciones de Ahorros y Préstamos, por mandato de la Junta Monetaria, a un Programa de Fortalecimiento Institucional, debido a las debilidades que las mismas padecían, las cuales fueron superadas con el seguimiento continuo llevado a cabo por el referido Organismo Supervisor. 2 Ante esta realidad, las Asociaciones de Ahorros y Préstamos han venido formalizando de manera reiterada algunas solicitudes a la Autoridad Monetaria y Financiera, manifestando su interés en el sentido de que se dicten las regulaciones previstas en el Artículo 75 de la Ley No. 183-02, a fin de que opcionalmente puedan acceder a su conversión en Bancos Múltiples, Bancos de Ahorro y Crédito o Corporaciones de Crédito, alegando que con el paso del tiempo y la participación de otras entidades de intermediación financiera se encuentran en clara desventaja competitiva. Un aspecto importante a destacar, es que a las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, al igual que a las demás entidades de intermediación financiera, les aplican las normas prudenciales y bancarias, por la delicada responsabilidad de manejar recursos de terceros. Conforme a estas normas, estas instituciones deben cumplir de manera similar a las demás instituciones con el índice de solvencia mínimo requerido, el coeficiente de encaje legal, las normas de evaluación y calificación de activos para fines de constitución de provisiones por riesgo crediticio, requerimiento de capitalización para cobertura de los riesgos de crédito y de mercado, las normas de riesgos de liquidez y los límites a partes vinculadas, todo ello complementado con un requerimiento estricto de cumplimiento de las normas de gobierno corporativo y los riesgos operacionales. Asimismo, las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, segundo subsector en tamaño con relación al total de activos del Sistema Financiero, después de la banca múltiple, presenta activos que ascienden a RD$120,453.97 millones, pasivos por RD$95,829.23 millones y un patrimonio neto de RD$24,624.74 millones, y están sometidas al mismo esquema de supervisión basado en riesgo que aplica a las demás figuras bancarias, por lo que deben cumplir con los requerimientos de los aportes de las cuotas para la supervisión, y los fondos de contingencia y consolidación bancaria, que les generan costos importantes que también deben solventar. Como se puede observar, señor Director, las Asociaciones de Ahorros y Préstamos tienen que cumplir con todos los requisitos exigidos a las demás entidades de intermediación financiera, aunque no tienen la misma gama de servicios que los bancos múltiples, por lo que para mantener niveles adecuados de rentabilidad, se han visto obligadas a orientar una parte de los recursos captados a realizar operaciones de tesorería, básicamente a la adquisición de títulos valores de deuda pública y valores de oferta pública emitidos por el mercado privado, con la finalidad de mantener el nivel de utilidades que les permita subsistir y diversificar riesgos. Señor Director otro aspecto oportuno a resaltar para fines de edificación, lo constituye la evolución que en términos de su concepción han venido experimentando las entidades de intermediación financiera mutualistas en los últimos años. Como muestra de este fenómeno en los últimos años se ha venido produciendo en América Latina, en Estados Unidos y en Europa un proceso de desaparición o desmutualización de las entidades similares a nuestras Asociaciones de Ahorros y Préstamos, debido al agotamiento del modelo, fundamentalmente por la falta de competencia del subsector, en comparación con otras entidades financieras que pueden realizar las mismas operaciones de las asociaciones y otras importantes como captación de depósitos a la vista, comercio exterior, operaciones activas y pasivas en moneda extranjera, entre otras, que les permitan compensar la competitividad que perdieron con la eliminación de incentivos fiscales de que disfrutaban los usuarios de los créditos hipotecarios, así como la exigencia del cumplimiento de las mismas normas bancarias y prudenciales que los bancos. 3 Dada la experiencia vivida en el mercado local, con la merma de la participación de mercado de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos y lo observado internacionalmente con este tipo de figura mutualistas y otras de similar naturaleza, la Junta Monetaria en aras de solucionar la problemática de este sector y cautelar el interés de los depositantes, manifestada en reiteradas solicitudes de ampliación de servicios y/o interés en su conversión en algunos casos, con base a lo establecido en el Artículo 75 de la Ley Monetaria y Financiera, ha considerado pertinente y oportuno reglamentar dicho proceso, en el entendido, reiteramos una vez más, de que el programa de conversión de las asociaciones a Bancos Múltiples, Bancos de Ahorro y Crédito o Corporaciones de Crédito es voluntaria, vale decir, no es obligatoria y por lo tanto, aquellas asociaciones que no deseen la conversión, podrán mantenerse operando como hasta la fecha, siempre y cuando cumplan con las disposiciones legales vigentes. En el referido Proyecto de Reglamento, se reconoce fundamentalmente el derecho de los socios ahorrantes de estas entidades mutualistas, sin dejar de considerar, tal como indica el Lic. Terrero, el aporte de los miembros del Consejo, demás funcionarios y empleados de las Asociaciones. De lo anterior se desprende, que esencialmente lo que se procura es que el patrimonio acumulado por las Asociaciones de Ahorros y Préstamos corresponda a los ahorrantes de las mismas. En consecuencia, no compartimos una de las recomendaciones del Lic. Terrero, relativa a que el Estado asuma esos excedentes y los coloque en el mercado de valores, argumentando el tratamiento de exención fiscal que alguna vez tuvieron esas instituciones. Tampoco compartimos la recomendación del Lic. Terrero, de que aproximadamente un 30% del patrimonio acumulado de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos ascendente al 31 de octubre de 2013 a RD$24,624.74 millones, pase como acciones a nombre del Estado Dominicano, considerando el sacrificio fiscal que durante años ha soportado el mismo. Este planteamiento, que pudiera ser interpretado como una confiscación o expropiación por parte del Estado, no toma en consideración que las exenciones fiscales estaban amparadas en una Ley, en el marco de los esquemas viviendistas que primaban en los años 60 y 70, por lo que entendemos que dicho patrimonio representa un derecho adquirido de los asociados, propietarios de depósitos de ahorro, conforme a lo estipulado en la Ley de Asociaciones de Ahorro y Préstamos para la Vivienda No.5897 del 14 de mayo de 1962, que para tales efectos aún sigue vigente. Como hemos explicado precedentemente, luego de agotarse los mecanismos de ampliación de operaciones, a través de la diversificación de la cartera de crédito y con la incorporación de nuevas servicios financieros en el contexto de la Ley Monetaria y Financiera, los programas de fortalecimiento institucional aplicados por la Superintendencia de Bancos por mandato del referido organismo regulador, el programa de fusiones y absorciones que ha disminuido el número de asociaciones de 18 a 10, para satisfacer los planteamientos formulados por la Liga de Asociaciones de Ahorros y Préstamos, en el sentido de que se le permita ampliar sus operaciones para facilitar una mayor competencia en el mercado financiero en igualdad de condiciones con sus pares, el artículo 75 de la Ley Monetaria y Financiera pone a disposición de la Junta Monetaria la posibilidad de elaborar y aprobar el Reglamento para la Conversión de las asociaciones, siempre que se preserve el carácter voluntario u opcional, no obligatorio con que se ha concebido dicha posibilidad. 4 Recientemente nos ha llamado poderosamente la atención el hecho de que, en consonancia con los comentarios del amigo Terrero, algunos legisladores estén planteando un Proyecto de Ley de modificación al Artículo 75 de la Ley No. 183-02, Monetaria y Financiera, con el parecer de que enmendando un párrafo o ampliando las operaciones a las Asociaciones de Ahorros y Préstamos, se estarían solucionando las dificultades que las mismas afrontan, en cuyo caso se deberán observar las precisiones constitucionales del Artículo 232 de la Carta Magna que consigna un quórum especializado para modificar una Ley Orgánica como la indicada, en vista de que esa no ha sido una iniciativa del Poder Ejecutivo a propuesta de la Junta Monetaria. De ahí que, sin ánimo de criticar la buena intención de esos honorables Congresistas y el derecho que les asiste, nos permitimos reiterar que la problemática fundamental que subyace en la pérdida de competitividad de dichas entidades en el mercado financiero, radica en su limitado carácter mutualista, que al no considerar una “estructura accionaria” para fines de fortalecimiento patrimonial, se le dificulta el necesario proceso de capitalización en un momento dado, afectando consecuentemente su capacidad de crecimiento, rentabilidad y solidez. Esto le pasó hace muchos años a los “savings and loans” de Estados Unidos, a las cajas de ahorros de España, y a las entidades financieras mutualistas de Brasil, Colombia y otros países del mundo. Por tales razones, lo importante es buscar una respuesta que bajo ningún concepto afecte a los ahorrantes. Finalmente queremos expresarle Señor Director, que el marco regulatorio que está siendo ponderado por la Junta Monetaria para la conversión voluntaria de las Asociaciones de Ahorros y Préstamos en entidades accionarias, ha tomado en consideración al igual que en todos los países donde se han implementado programas similares, las mejores prácticas internacionales que rigen esta materia, con la participación activa de los órganos de gobiernos (asambleas de asociados y consejos de directores) de este tipo de entidades, preservación de los derechos de los asociados y estricto apego a los principios rectores de transparencia, igualdad, razonabilidad, equidad, estabilidad y aprobación previa, por lo que el país puede estar seguro de que, desde la Junta Monetaria, velaremos celosamente por salvaguardar los derechos y recursos de los depositantes en base a estos criterios. Reiterándonos a su disposición, nos permitimos saludarle con sentimientos de alta estima y consideración, Muy atentamente Lic. Héctor Valdez Albizu Gobernador 5