BVCM013454 Guía de orientación para la valoración de la

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GUÍA de ORIENTACIÓN
para la VALORACIÓN de la
DISCAPACIDAD
en FIBROMIALGIA
Tercer Plan de Acción para Personas con Discapacidad 2012-2015
Prólogo
Según los estudios de la Sociedad Española de Reumatología, los cuadros de
fibromialgia caracterizados por dolor crónico de origen musculoesquelético afectan a
un 2,7% de la población. A pesar de que esta enfermedad es muy frecuente en la
práctica clínica, el hecho de que su diagnóstico no pueda apoyarse en pruebas
específicas de imagen o laboratorio, hace que las personas afectadas, mujeres en su
gran mayoría, se enfrenten muchas veces a la incomprensión social y laboral.
Debido a que cada persona puede experimentar la fibromialgia de distinta forma, el
impacto de esta dolencia en la vida de los pacientes es también diverso, con
limitaciones funcionales en las actividades de la vida diaria que pueden llegar a ser
severas. Evaluar adecuadamente estas situaciones es competencia de los Centros de
Valoración y Orientación a personas con discapacidad (Centros Base) de la
Comunidad de Madrid, que dependen de la Consejería de Asuntos Sociales, a través
la Dirección General de Servicios Sociales.
El principio de igualdad de oportunidades obliga a la administración a garantizar que la
complejidad en el diagnóstico de una enfermedad no acabe conformando una barrera
infranqueable para la adecuada protección social de las personas afectadas. La
Comunidad de Madrid ha querido buscar esas garantías escuchando directamente a
los pacientes y a sus representantes, conociendo sus vivencias y poniéndolas en
común con la experiencia de los equipos profesionales madrileños de valoración de la
discapacidad.
El presente texto nace de la colaboración entre la Asociación de Fibromialgia y
Síndrome de Fatiga Crónica de la Comunidad de Madrid (AFINSYFACRO) y la
Dirección General de Servicios Sociales de la Consejería de Asuntos Sociales de la
Comunidad de Madrid. Es fruto del consenso establecido en un Grupo de Trabajo
específico, creado en septiembre de 2013 y enriquecido con las aportaciones de los
profesionales vocacionales y comprometidos que, en representación de ambas partes,
lo han integrado.
Comunidad de Madrid y AFINSYFACRO consolidan así su colaboración desde la
premisa de que un mejor conocimiento lleva a una mejor atención. Todos los
problemas se abordan de forma más adecuada cuando se sabe qué es lo que se
busca, dónde hay que buscarlo y cuál es la evolución más previsible. Esta Guía
compendia los aspectos médicos y psicológicos más relevantes para abordar la
valoración de la discapacidad en pacientes de fibromialgia e incorpora, también,
orientaciones para la adaptación de los puestos de trabajo, allí donde sea necesario.
Quiere ser, pues, ese instrumento de conocimiento, al servicio de profesionales, para
la mejor atención de los ciudadanos.
Jesús Fermosel Díaz
Paulina Jiménez Paris
Consejero de Asuntos Sociales
Presidenta de AFINSYFACRO
2
ÍNDICE:
INTRODUCCIÓN
4
DEFINICIÓN
4
CONCEPTO
4
FISIOPATOLOGÍA
5
PREVALENCIA
5
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
5
CONSIDERACIONES MÉDICAS EN LA VALORACIÓN DE LA DISCAPACIDAD
6
CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS
8
1. Alteraciones psicopatológicas previas o predisponentes
9
2. Alteraciones psicopatológicas secundarias
10
3. Déficit cognitivo
10
ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA/ TRATAMIENTO
12
ORIENTACIÓN FORMATIVO-LABORAL
14
CONSIDERACIONES GENERALES EN LA VALORACIÓN DE LA DISCAPACIDAD
15
BIBLIOGRAFÍA
16
3
INTRODUCCIÓN:
El concepto “fibromialgia” (FM) se acuñó en la década de los años 60 en
relación a un cuadro de dolor crónico de origen musculoesquelético, con la existencia
de lugares específicos donde el umbral del dolor era más bajo que en los controles y
asociado a una alteración en la fase 4 del sueño.
DEFINICIÓN:
En 1992, en la Declaración de Copenhague, es reconocida por la Organización
Mundial de la Salud (OMS) como una nueva entidad clínica, denominándose
“síndrome de fibromialgia” y quedando tipificada en su manual de Clasificación
Internacional de Enfermedades (CIE-10 versión 2007) dentro de las enfermedades del
sistema osteomuscular y del tejido conectivo, en el apartado de “otros trastornos de los
tejidos blandos”, con el código M79.7. En 1994 fue reconocida por la Asociación
Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), clasificándola con el código X33.X8a.
CONCEPTO:
Se trata de un síndrome crónico de etiología no aclarada, de evolución variable
y compleja, definido por un estado doloroso generalizado no articular de al menos 3
meses de duración e hiperalgesia a la palpación digital (>4Kg/cm2) en determinados
puntos. El dolor se considerará generalizado cuando todo lo siguiente está presente:
dolor en el lado izquierdo y derecho del cuerpo, por encima y por debajo de la cintura.
Adicionalmente debe estar presente dolor en el esqueleto axial (columna cervical o
tórax anterior o columna dorsal o espalda baja). Por tanto, se cumplen las condiciones
de dolor generalizado si existe dolor en alguna región del esqueleto axial y en, al
menos, tres de los cuatro cuadrantes corporales (dividiendo el cuerpo con una línea
vertical longitudinal que separe dos hemicuerpos, derecho e izquierdo, y una línea
transversal que pase por la cintura y separe dos mitades, superior e inferior) o,
excepcionalmente, sólo dos si se trata de cuadrantes opuestos respecto a los dos ejes
de división corporal. Es un dolor que en general empeora con la actividad física, el frío
y el estrés emocional.
La evolución de la fibromialgia es variable, ya que en algunos pacientes los
síntomas aparecen y desaparecen a intervalos, pero otros tienen dolores y fatiga
continua independientemente del tratamiento.
4
FISIOPATOLOGÍA:
Actualmente los mecanismos etiológicos y fisiopatológicos de la enfermedad
continúan siendo desconocidos. Existen múltiples teorías y, de manera empírica, se
han identificado algunos factores que parecen asociarse o incluso comportarse como
desencadenantes de la enfermedad:
a. El sexo: la gran mayoría de las personas con síndrome de fibromialgia son
mujeres, en una proporción aproximada de 21 mujeres por cada varón.
b. La agregación familiar, detectándose una mayor frecuencia de la misma entre
los familiares de primer grado.
c. La presencia de otros síndromes de dolor regional crónico como la cefalea
crónica, dolor lumbar crónico, dolor miofascial, dolor pélvico, colon irritable, etc,
con los cuales además existe una coagregación familiar.
d. Entre las diversas hipótesis que se han barajado destacan aquellas que lo
atribuyen a causa psíquica y /o a la presencia de estrés emocional significativo.
La presencia de trastornos o acontecimientos emocionales pueden actuar
como factores de riesgo, factores precipitantes y/o desencadenantes en el
desarrollo o empeoramiento del síndrome de fibromialgia.
PREVALENCIA:
En la población española, según el estudio EPISER, se estima una prevalencia
del 2.73 %, con un claro predominio en mujeres (4.2 frente al 0.2% en hombres) y un
pico de prevalencia entre los 40 y 49 años. Existe una alta variabilidad tanto en
sintomatología como en la severidad del impacto en las actividades de la vida diaria,
que es la piedra angular en cualquier valoración de discapacidad.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS:
Puesto que no se dispone en la actualidad de pruebas de laboratorio y/o de
imagen que puedan apoyar el diagnóstico de este síndrome (realmente, la normalidad
de dichas pruebas es un apoyo más para realizar el mismo), éste se hace de forma
clínica y en base a una serie de criterios diagnósticos. Hasta el 2010 se manejaban los
criterios del American College of Rheumatology (ACR) de los años 90: historia de dolor
generalizado (definido más arriba) de al menos 3 meses de duración junto a la presión
digital positiva (>4Kg/cm2) en 11 o más de 18 puntos sensibles (nueve pares)
establecidos por consenso. Con estos criterios se tenía una sensibilidad del 88.4% y
una especificidad del 81.1%. En 2010 el ACR estableció una nueva propuesta de
criterios preliminares donde se incrementa la importancia de los síntomas
generalizados en detrimento de los puntos sensibles. En estos nuevos criterios se
consideran dos escalas: el Índice de Dolor Generalizado (Widespread Pain Index
[WPI]) y el Índice de Gravedad de los Síntomas (Symtom Severity Score [SS
5
Score]). Un paciente cumple los criterios diagnósticos de fibromialgia si cumple las 3
condiciones siguientes:
1. Índice de dolor generalizado (WPI) ≥ 7 y puntuación en la escala de gravedad
de los síntomas (SS Score) ≥ 5 o WPI 3 – 6 y puntuación en SS Score ≥ 9.
2. Los síntomas han estado presentes de una manera similar durante 3 meses.
3. El paciente no tiene otra patología que pueda explicar el dolor.
Se cree que una puntuación de 6 en la escala de gravedad de los síntomas
identifica a los pacientes que cumplen los nuevos criterios diagnósticos en un 92.3 %
de los casos.
CONSIDERACIONES MÉDICAS EN LA VALORACIÓN DE LA
DISCAPACIDAD:
Se trata de una patología en la que tiene gran importancia una anamnesis
detallada, que permita una valoración integral del dolor, la funcionalidad y el contexto
psicosocial. Si bien el dolor difuso y crónico es el síntoma cardinal en este síndrome,
otros síntomas y/o signos que se pueden presentar, y que los profesionales de la
valoración deberán tener en cuenta a la hora de puntuar la discapacidad en cada
capítulo correspondiente, son los siguientes:
1. Aparato locomotor: rigidez matutina o tras reposo; fenómeno de Raynaud;
disfunción de la ATM; bruxismo; inflamación subjetiva; fatiga de aparición
matutina, con leve mejoría posterior para progresivamente ir aumentando a lo
largo de la jornada.
2. Sistema cardiovascular: prolapso mitral, disminución de la capacidad
funcional.
3. Aparato respiratorio: disnea, alteraciones laríngeas.
4. Aparato digestivo: intestino irritable, dispepsia, flatulencia, náuseas,
estreñimiento o diarrea, cuadros pseudoobstructivos, xerostomía, alteraciones
glosofaríngeas.
5. Aparato
irritable.
genitourinario: dismenorrea, síndrome premenstrual, vejiga
6. Sistema neuromuscular: parestesias/disestesias, síndrome de piernas
inquietas con o sin calambres musculares asociados, cefaleas tensionales,
síntomas vegetativos y funcionales (extremidades frías, boca seca,
hiperhidrosis, disfunción ortostática y temblor), alteraciones a estímulos
olfativos, dolor facial.
6
7. Sistema O.R.L.: vértigo inespecífico, otodinia, hipoacusia, hiperacusia,
acúfenos, algiacusia.
8. Miscelánea: predisposición alérgica/múltiple sensibilidad química, intolerancia
a múltiples fármacos.
9. Sistema endocrino: hipotiroidismo.
10. Alteraciones psicológicas: (desarrolladas más adelante).
A la hora de realizar la valoración de la discapacidad es importante recordar
que toda esta sintomatología descrita no siempre estará presente en todas las
personas afectadas por fibromialgia ni en la misma intensidad. También hay que
señalar que muchos de los síntomas anteriores no suelen tener un correlato anatómico
específico, por lo que es difícil poder otorgarles un porcentaje de valoración concreto
en los capítulos correspondientes (aparato locomotor, sistema nervioso, sistema
cardiovascular, etc). En consonancia con esto último, a menos que coexista con otra
enfermedad osteoarticular de cualquier tipo, durante la exploración física, tanto la
movilidad articular como el balance muscular y la exploración neurológica son
generalmente normales, sin apreciarse signos inflamatorios articulares. Sí que se
aprecia con cierta frecuencia una hiperalgesia generalizada que se acentúa al
presionar sobre las prominencias óseas y uniones músculo-tendinosas (entesopatía).
También se suele encontrar provocación del dolor con los estiramientos laterales,
tanto a nivel cervical como lumbar. Por otro lado, en una parte de los pacientes, se
detecta alodinia dinámica al roce cutáneo, generalmente en zona de trapecios, parte
proximal de brazos y muslos, que estos pacientes definen como una sensación de
ardor o escozor.
El hallazgo más relevante en pacientes con FM es la detección de un umbral
para el dolor patológicamente descendido para diversas estimulaciones, aunque en la
práctica clínica se utiliza la estimulación mecánica, mediante la comprobación y
cuantificación de los puntos sensibles.
7
CONSIDERACIONES PSICOLÓGICAS:
Se han realizado distintos intentos de clasificación de la fibromialgia, entre los
que destacamos los siguientes:
Clasificación basada en el perfil psicopatológico:
Perfil psicopatológico
FM tipo I
pacientes sin ninguna enfermedad
concomitante
Normal
FM tipo II
pacientes con enfermedades crónicas
reumáticas y autoinmunitarias
Perfil A (ansioso-depresivo)
FM tipo III
pacientes con grave alteración en la
esfera psicopatológica
Perfil B (somatización)
FM tipo IV
pacientes simuladores
Demandante
(Belenguer , R., et al, Clasificación de la fibromialgia. Revisión sistemática de la literatura, Reumatol
Clin..2009;52:55–62.)
Clasificación basada en el grado de afectación psicopatológica:
Tipo I
Tipo II
se caracteriza por tener una baja calidad de vida relacionada con la salud,
especialmente en reacciones emocionales y aislamiento social, junto a una
mayor afectación de la esfera psicopatológica (muestra niveles muy
elevados de fatiga, cansancio matutino y ansiedad, y niveles altos en rigidez
articular, dolor y síntomas depresivos).
se caracteriza por tener una menor afectación de la esfera psicopatológica
(predominio de niveles moderados de fatiga y cansancio matutino, con niveles
moderadamente bajos de dolor y rigidez articular, junto a un nivel bajo en
depresión y ansiedad)
(Keller, D, Gracia, M, Cladellas, R., Subtipos de pacientes con fibromialgia, características psicopatológicas
y calidad de vida; Actas Esp Psiquiatr 2011;39(5):273-9)
8
Existe gran heterogeneidad en la presencia de trastornos de ansiedad y
depresión en la población con fibromialgia, aunque su prevalencia es elevada no es
una característica inherente a ella. El pensamiento catastrofista, la percepción de
autoeficacia, el locus de control externo y la percepción de apoyo familiar son las
variables que más influyen en los niveles de afectación. Se tiene constancia de que, a
mayor nivel de ansiedad y depresión, mayor impacto en la vida cotidiana y peor
calidad de vida.
Algunos estudios (Blasco Claros et al) consideran la FM como una
manifestación somática de un proceso psicopatológico subyacente, tanto de tipo
afectivo, como de personalidad en la que el dolor sería el medio a través del cual los
pacientes canalizarían todo su malestar psicológico subyacente.
Otros estudios hacen referencia a un patrón de conducta en las pacientes con
FM caracterizado por una alta implicación laboral, sentido de responsabilidad
excesivo, que suele estar agravado por la sobrecarga presentada en las trayectorias
vitales de los pacientes, mayoritariamente mujeres, derivada de ejercer un doble rol:
doméstico y laboral con un alto nivel de autoexigencia.
La afectación psíquica en FM presenta tres vertientes a considerar:
1. Alteraciones psicopatológicas previas o predisponentes:
Depresión Mayor (prevalencia 3 veces mayor como patología comórbida) Esta
cifra se amplía a 5 cuando se analiza el riesgo de presentar “antecedentes y/o criterios
actuales de padecer Trastornos de ansiedad, Trastornos obsesivo-compulsivos y
Trastornos de estrés post-traumático” (Raphael et al. 2006).
No siempre será fácil discriminar si la psicopatología es previa a la aparición de
la fibromialgia o es consecuente, dado que la duración media de los síntomas desde
su inicio hasta que la persona es evaluada está en torno a los 5 -10 años (Souza et al.,
2009, Perrot et al., 2010).
Valoración:
Los pacientes con diagnóstico de alteración psicopatológica previa al
diagnóstico de la FM requieren una valoración específica del trastorno en cuestión. El
grado de discapacidad actual vendrá dado por la severidad de sus efectos sobre la
capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, su evolución,
tratamiento, cumplimiento terapéutico y el posible agravamiento de la misma por la
aparición del síndrome fibromiálgico.
9
2. Alteraciones psicopatológicas secundarias:
Trastorno Ansioso Depresivo, Distimia, Trastorno Adaptativo.
Una valoración psicopatológica adecuada deberá confirmar que los síntomas
son reactivos a la existencia del proceso de base, y que la sintomatología psiquiátrica
que presentan se considera como reactiva o adaptativa a las dificultades que supone
experimentar de forma diaria los síntomas de su enfermedad.
Valoración:
Los pacientes con diagnóstico de alteración psicopatológica secundaria a la FM
requieren una valoración específica del trastorno en cuestión. El grado de
discapacidad actual vendrá dado por la severidad de sus efectos sobre la capacidad
para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, su evolución, tratamiento y
cumplimiento terapéutico.
3. Déficit cognitivo:
La afectación cognitiva es recogida en la bibliografía como “discognición”,
“disfunción cognitiva” o “fibro-fog” para referirse a un amplio espectro que incluye
problemas de memoria, atención, concentración y confusión mental.
Las quejas cognitivas son muy frecuentes y son referidas como lo más
discapacitante del trastorno por muchas de las pacientes afectadas (según estudios de
frecuencia y repercusión sería el 5º ó 6º síntoma referido), y expresadas como
“confusión mental, dificultad para mantenerse alerta, para encontrar palabras
concretas y expresar pensamientos, para recordar lo leído y para hacer varias cosas a
la vez”.
Entre los déficits cognitivos afectados recogidos en revisión bibliográfica
destacan:
1.
2.
3.
4.
5.
6.
La atención, especialmente a las tareas atencionales de mayor
complejidad. El dolor crónico interrumpe el proceso atencional.
La velocidad de procesamiento de la información.
La memoria episódica, memoria inmediata y demorada, memoria a largo
plazo, memoria de trabajo (la más afectada).
El control ejecutivo (razonamiento, toma de decisiones, planificación,
etc.).
La rapidez motora.
La fluidez verbal.
10
La explicación etiológica varía según autores:
1.
La discognición sería debida a alteraciones del estado de ánimo y de la
reactividad al estrés (Sephton et al., 2003).
2.
La discognición podría deberse a alteraciones del sistema nervioso
central, especialmente a la toma de decisiones y al funcionamiento
ejecutivo (Bechara et al., 2000). Algunos lo atribuyen a que los procesos
cognitivos afectados compartirían redes neurales subyacentes con la
alteración en la percepción del dolor (Luerding et al., 2008).
Actualmente no hay evidencia de que estos déficits tengan una base
neurológica ya que influyen múltiples factores en su interpretación, como: los efectos
del dolor, las creencias relacionadas con el mismo, la consciencia somática, el grado
de interferencia en las actividades de la vida diaria, los efectos secundarios de la
medicación, las alteraciones del sueño, la fatiga diurna, el estado de motivación, el
estado emocional, la personalidad, y las ganancias secundarias.
En estudios recientes (Gelonch O, et al, 2013) se cuestiona la especificidad de
dicha discognición, resaltando que los estudios han sido escasos, con muestras
pequeñas, y no existe total consenso para explicar la influencia de la depresión y
ansiedad sobre el funcionamiento cognitivo en estos pacientes.
Valoración:
En la valoración de la discapacidad psíquica deberá tenerse en cuenta que la
disfunción cognitiva se presenta en un grado leve en la mayoría de los casos y se ha
tenido en cuenta como síntoma del cuadro psicopatológico primario o secundario
considerado (DSM-IV-R Trastorno de ansiedad generalizada (F41.1): Criterio C. 3.
dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco; Trastorno distímico (F34.1)
Criterio B. 5. dificultades para concentrarse o para tomar decisiones). Escalas de
Valoración de la ansiedad, depresión…
En los casos específicos en los que tengan una entidad propia deberá estar
debidamente documentado, y habrá de evaluarse en función de la severidad de sus
efectos sobre la capacidad para llevar a cabo las actividades de la vida diaria, su
evolución, tratamiento y cumplimiento terapéutico.
11
Simulación:
Algunos estudios se han centrado en buscar indicios que diferencien el
síndrome fibromiálgico de la simulación, de ninguno puede derivarse un método
suficientemente fiable como para tomar decisiones clínicas o forenses, pero sí puede
ser orientativo tener en cuenta que se han encontrado diferencias entre grupos
experimentales y control.
Como norma general debe considerarse que la obtención de valores extremos
en las pruebas aplicadas sería indicio de sospecha de simulación junto con la
búsqueda de beneficios secundarios.
ORIENTACIÓN PSICOLÓGICA /TRATAMIENTO:
La poca eficacia de los tratamientos médicos para aliviar el dolor crónico lleva
en muchos casos a los pacientes a un estado de indefensión que deriva en una baja
adherencia al tratamiento. En aquellos casos que no se hayan agotado las medidas
terapéuticas oportunas habrá que orientar/derivar hacia el recurso adecuado.
Criterios de derivación a Salud Mental (Guía del Ministerio de Sanidad, 2011)
Enfermedad depresiva grave previa a la enfermedad o reactiva a ésta.
Pensamiento catastrofista ante el dolor
Inadaptación a la enfermedad con repercusión grave en la calidad de vida.
Identificación de sucesos emocionales en la vida del paciente que puedan estar
condicionando el desarrollo de la enfermedad.
El tratamiento que hasta ahora se ha mostrado como más eficaz es el que
combina el incremento del nivel de la actividad física y un abordaje psicológico del
pensamiento catastrofista ante el dolor, la falta de autoeficacia en el manejo del mismo
y sus consecuencias, el miedo al dolor y al movimiento.
La información/educación debe ser un componente esencial y prioritario del
tratamiento de la FM. Los pacientes bien informados estarán mejor preparados para
afrontar su enfermedad, clínica y emocionalmente, y minimizar sus consecuencias. El
diagnóstico de FM en personas con dolor generalizado termina un largo periodo de
incertidumbre y desinformación.
12
El abordaje psicológico se realiza a través de diversas técnicas, entre ellas
destacamos:
Terapia cognitivo
conductual (TCC)
Terapia conductual
operante (TCO)
Tratamientos
Multicomponentes
Métodos de
relajación
Hay fuerte evidencia sobre el efecto beneficioso de la TCC
sobre el control del dolor, malestar físico y el estado de ánimo
en pacientes con FM.
Hay evidencia sobre el efecto de la TCO en la reducción del
número de visitas médicas.
Se recomienda la combinación de ejercicio físico, estrategias
de intervención cognitivo-conductual y fármacos en el
tratamiento de pacientes con FM, ya que se ha demostrado
eficaz en el manejo del dolor y en la mejora de la calidad de
vida y la capacidad física.
Los métodos de relajación utilizados de forma aislada con el
único objetivo de controlar el dolor no han demostrado eficacia.
(Guía Fibromialgia, Ministerio de Sanidad, 2011)
Terapia de
Aceptación y
Compromiso (ACT)
Hay evidencias sobre la eficacia sobre el dolor crónico. Mejora
la interferencia del dolor en las actividades cotidianas, la
satisfacción vital, el miedo al movimiento, la depresión y la
inflexibilidad psicológica.
(Cuevas, A.M, Tesis Doctoral: Personalidad, Funciones Neuropsicológicas e Impacto del dolor en
pacientes con fibromialgia, 2010)
Terapias de corte psicoanalítico y/o experiencial.
Otras terapias
Qi-Gong, Reiki, Taichi, Hipnosis, imaginería guiada o
intervención mediante escritura…
13
ORIENTACIÓN FORMATIVO-LABORAL:
Los pacientes que tengan reconocida la condición legal de discapacidad
podrán acceder al área de Orientación Formativo-Laboral.
La valoración de la capacidad laboral deberá ser considerada una vez
aplicadas las medidas terapéuticas indicadas y alcanzada una estabilidad en su
proceso patológico.
El impacto laboral de la FM parece estar fuertemente influido por la
comorbilidad psicopatológica (ansiedad y depresión).
El número de manifestaciones clínicas, la comorbilidad asociada, la intensidad
de la fatiga, y sobre todo, el trabajo sedentario, caracterizan al grupo de pacientes con
FM en situación de incapacidad temporal.
En el estudio de revisión de Henriksson, la incapacidad para el trabajo
secundaria a FM se observaba entre las personas más jóvenes, con mayor
comorbilidad, peor capacidad funcional, peor autoeficacia en el manejo del dolor,
mayor percepción de interferencia de la sintomatología y mayor intensidad del dolor.
En base a la experiencia de los propios pacientes sería beneficioso ajustar el
puesto de trabajo a las características de la FM:
Favorecer los descansos durante la jornada ('soltar presión' más veces
a lo largo de la jornada laboral, en vez de hacerlo al final de la misma)
para mantener niveles de concentración óptimos.
Favorecer las reducciones de jornada.
Favorecer el trabajo desde casa.
Observar las normas de higiene postural comunes a cualquier paciente
encaminadas a prevenir las algias del aparato locomotor (por ej.: evitar
sedestaciones o bipedestaciones prolongadas.
14
CONSIDERACIONES GENERALES EN LA VALORACIÓN DE LA
DISCAPACIDAD:
En todo caso deberá valorarse teniendo en cuenta los mandatos de la
normativa vigente en materia de valoración, que nos indican que debe haber sido
previamente diagnosticada por los organismos competentes, deben haberse aplicado
las medidas terapéuticas indicadas y debe estar documentado.
Reiterando lo enunciado anteriormente es importante volver a recalcar que en
ningún momento se valorará por el diagnóstico en sí mismo, sino por la severidad
de sus consecuencias, es decir, por sus efectos sobre la capacidad para llevar a
cabo las actividades de la vida diaria.
Independientemente de la valoración hay que tener muy presente que la falta
de reconocimiento médico de su sintomatología clínica hasta fechas recientes ha
llevado a una estigmatización de los pacientes por cuestionamiento de la veracidad de
las quejas, de su etiología, de sus limitaciones y de su intensidad, por lo que, en
muchos casos, han sido relegadas a una situación de desigualdad social. (J. Fdo
Lousada. Magistrado Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Ponencia Incapacidad y
fibromialgia, noviembre de 2009).
15
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IV Jornadas de Sensibilización y Concienciación de Fibromialgia y SFC
Mayo 2014
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