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Declaración de las organizaciones de la sociedad civil de interés público al Grupo de
trabajo de composición abierta de la CIN2
Ginebra, 22 de septiembre de 2014
Este documento ha sido preparado como un esfuerzo conjunto de las organizaciones de la
sociedad civil de interés público que participan de manera activa en el proceso de
preparación de la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2). Aunque se
trata de un grupo diverso, y es muy probable que difieran las posturas ante temas
específicos, esta declaración expresa los elementos de las preocupaciones comunes
compartidas al interior de este grupo diverso de organizaciones.
Gobernanza, agencia y principios fundamentales
1. La Década de Acción sobre la Nutrición: Acogemos la propuesta de la Década de
Acción sobre la Nutrición bajo el entendido que podría ampliar el impacto de los
resultados de la CIN2, a través de promover coherencia en las diferentes esferas de
las políticas públicas, por medio de multiplicar el número de espacios para la
acción y ampliación de la agencia de la plataforma de implementación. Sin
embargo, existe una articulación muy limitada de lo que implicaría la Década
propuesta y cómo se relacionaría con otras negociaciones relevantes, como la
agenda de desarrollo post-2015, los compromisos de la Década de las Naciones
Unidas sobre la Diversidad Biológica para el periodo 2011-2020 (Resolución
65/161), así como el trabajo continuo del Comité de Seguridad Alimentaria
Mundial (CSA). Además, el Marco de Acción (FFA, por sus siglas en inglés) y la
Década de Acción sobre la Nutrición deberán incluir un calendario claro de
momentos clave en los cuales se sometan los avances a revisión, y, a la vez,
deberán proporcionar un grado de flexibilidad para que los países escojan sus
prioridades y acciones con base en sus necesidades y capacidades específicas. La
revisión de los avances podría incluir la entrega de informes periódicos disponibles
al público a la AGNU y al CSA, futuros anfitriones de la CIN3 dentro de los
siguientes 5 a 10 años, así como realizar una revisión quinquenal para ir rastreando
la implementación, incluyendo los avances logrados en la consecución de las metas
de nutrición global de la Asamblea de la Salud Mundial de 2025, las metas para la
prevención y control de las enfermedades no transmisibles de la Asamblea de la
Salud Mundial de 2020, y todos los componentes relevantes de la agenda de
desarrollo post-2015;
2. El marco de la gobernanza y la rendición de cuentas: Apreciamos los esfuerzos de
la FAO y la OMS por coordinar sus planes de trabajo a la luz de los resultados de la
CIN2 y acogemos el respaldo y supervisión de la Asamblea General de la ONU
(AGNU), tal cual se propone en el segundo borrador del FFA. Sin embargo, nos
sigue preocupando la aparente falta de claridad, fragmentación, desconexión y
duplicidad de los mecanismos de gobernanza y rendición de cuentas para la
implementación de los resultados de la CIN2. Por lo tanto, es de fundamental
importancia que los Estados Miembros se comprometan a desarrollar un
mecanismo de gobernanza legítimo, coherente, participativo y basado en la
rendición de cuentas. En este contexto, la implementación del FFA deberá ser
conducida por los Estados Miembros y facilitada por la FAO y la OMS, bajo el
paraguas general de la AGNU, para así asegurar coherencia, coordinación e
integración con la agenda de desarrollo más amplia. Los Estados Miembros
deberán solicitar al CSA que aborde la nutrición en todas sus discusiones de
manera más prominente que en el pasado –reafirmando así su rol como la
plataforma global sobre seguridad alimentaria y nutrición dirigida por gobiernos
más incluyente y destacada- con el mandato específico de establecer coherencia y
coordinación entre todos los actores involucrados- y construir la capacidad
necesaria para desempeñar este papel optimizado. Esto podría incluir un
involucramiento directo más intenso de la OMS, entre otros factores. Al mismo
tiempo, es fundamental que los resultados de la CIN2 concuerden tanto con el
Marco Estratégico Mundial del CSA como con otros documentos relevantes de las
políticas del CSA. Es igualmente esencial que los Estados Miembros establezcan un
marco claro de rendición de cuentas –basado en los principios de los derechos
humanos, la transparencia, y la democracia– que incluya mecanismos para la
participación ciudadana y el involucramiento directo de las poblaciones y
comunidades más afectadas por diferentes formas de desnutrición. El marco de la
rendición de cuentas también deberá abordar las colaboraciones del sector
privado y asegurar que las corporaciones transnacionales y demás actores
económicos actúen de acuerdo con el bien público, siguiendo normas y marcos
basados en los derechos humanos.
3. Enfoque basado en los derechos y la coherencia de las políticas: El respecto, la
protección y el cumplimiento de los derechos humanos (en particular, el derecho a
una alimentación y nutrición adecuadas, el derecho al acceso a agua potable y
salubridad, el derecho a la salud, los derechos sexuales y reproductivos, y los
derechos de la mujer), y las necesidades de las poblaciones y comunidades más
afectadas por diferentes formas de desnutrición deberán estar en el centro de la
formulación de las políticas públicas relacionadas con la implementación del FFA y
de la Década de Acción sobre la Nutrición. En este sentido, los Estados Miembros
deberán declarar su determinación de asegurar que las políticas nacionales e
internacionales sean coherentes en el interior de cada sector y transversalmente
entre sectores, así como también estén alineados con sus obligaciones en materia
de los derechos humanos. Los Estados Miembros, junto con la FAO y la OMS,
deberán asegurar que otras organizaciones intergubernamentales e instituciones
multilaterales regionales no sólo actúen de acuerdo al cumplimiento del derecho a
una alimentación y nutrición adecuadas, sino que además lo promuevan. Los
Estados Miembros también deberán asegurar esta mismo nivel de coherencia en
su participación en otros foros de políticas internacionales, así como en su
regulación y transacciones con poderosos actores transnacionales, como las
corporaciones multinacionales;
4. El fortalecimiento del espacio de las políticas públicas de salud, alimentación y
nutrición: Nos preocupa profundamente que, bajo los actuales regímenes de
comercio e inversión, se encuentre severamente limitado el espacio de las políticas
públicas para promover medidas de salud pública, alimentación y nutrición. En
este sentido, el mecanismo para resolver controversias entre los inversionistas y el
estado, incorporado en los acuerdos de libre comercio (ALC), ofrece un ejemplo
informativo. Este mecanismo permite a los inversionistas privados pasar por alto
los sistemas legales nacionales y demandar a los gobiernos por pérdidas
potenciales en sus ganancias causadas por la promulgación de reglamentos de
salud pública o cuestionar los programas de seguridad alimentaria y nutrición en la
OMC. Este tipo de mecanismos socava de manera severa las obligaciones y los
derechos soberanos de los Estados de regular en el interés público. Por lo tanto,
instamos a los Estados Miembros a proteger el espacio de sus políticas públicas
dedicadas a la alimentación, la nutrición y la salud, a través de asegurar que los
acuerdos sobre comercio e inversión no cobren primacía por encima de la
implementación del derecho a una alimentación y nutrición adecuadas y del
derecho a la salud. Tanto la inversión en alimentos y agricultura como las políticas
alimentarias y agrícolas deberán conducir a un mejoramiento de la nutrición para
todos los ciudadanos. También instamos a todos los Estados Miembros a promover
la transparencia y la rendición de cuentas de las negociaciones de comercio e
inversión entre toda la ciudadanía, y, en particular, ante los más afectados. Para
hacer esto, los gobiernos tendrán que: asegurar un involucramiento significativo
de los defensores de la salud pública y la nutrición en estos procesos nacionales o
regionales; asegurar que todos los tratados incluyan cláusulas explícitas sobre el
respeto y la protección tanto del derecho humano a una alimentación y nutrición
adecuadas como al derecho a la salud; alentar el escrutinio social de la
implementación de dichos acuerdos y aumentar las inversiones que de manera
directa e indirecta mejoren el estado nutricional de las personas;
5. Conflicto de interés: se deberá de proteger el espacio de las políticas públicas, en
todas sus fases y niveles, en contra de posibles conflictos de interés introducidos
por actores económicos poderosos, incluyendo las corporaciones transnacionales.
En este sentido, se insta a los Estados Miembros a diseñar e implementar reglas y
reglamentos adecuados sobre el conflicto de interés y a revisar en conformidad
con los mismos (y potencialmente ponerles fin) todas las colaboraciones públicoprivadas (PPP, por sus siglas en inglés) que involucren a dichos actores. También
hacemos un llamado a los Estados Miembros a regular aquellas iniciativas del
sector empresarial corporativo que pudieran interferir de manera negativa en el
disfrute del derecho humano a una alimentación y nutrición adecuadas, los
derechos de la mujer y el derecho a la salud. Se podrán incluir el acaparamiento de
tierra y agua; la contaminación de la tierra, los alimentos, el agua y los humanos
con agroquímicos; la mercantilización de las semillas; la comercialización de
sucedáneos de la leche materna; y la producción y comercialización de alimentos
ultra-procesados y alimentos chatarra, en particular, aunque no exclusivamente, a
través de los niños;
6. La agencia clave de las organizaciones de interés público: Es necesario resaltar el
papel que desempeñan las organizaciones de la sociedad civil (OSCs) y los
movimientos sociales en tanto componente claro y estratégico de la
implementación de los resultados de CIN2. Tanto en la formulación de las
subsiguientes políticas y leyes como en el proceso de implementación de las
mismas, se deberá asegurar y mejorar la participación activa de los representantes
de las comunidades más afectadas por la desnutrición y/o de aquellos que trabajan
con ellas. En este sentido, la implementación del FFA debe respetar plenamente
los principios de la CSA para la participación efectiva de la sociedad civil
priorizando por los trabajadores y productores de alimentos a pequeña escala, los
grupos de mujeres, las cooperativas, los sindicatos y demás agrupaciones de los
más afectados.
Recomendaciones prioritarias con respecto a la Declaración Política y el Marco de
Acción (FFA)
1. La urgencia de poner fin a la desnutrición en todas sus formas: El FFA deberá
abordar la desnutrición en todas sus formas, incluyendo la subnutrición, el retraso
en el crecimiento, el adelgazamiento, el bajo peso, además del sobrepeso y la
obesidad. Para ese fin, los Estados Miembros deberán ante todo acelerar
dramáticamente los avances para alcanzar las metas globales de nutrición de la
Asamblea de la Salud Mundial (ASM) para 2025, que fueron unánimemente
acordadas en el año 2012, ya que actualmente el mundo está muy lejos de
alcanzar la realización de los seis objetivos. También es urgente reconocer que la
desnutrición es una de las principales causas de muerte de niños y niñas menores
de los 5 años de edad, y asegurar que los dos documentos aborden las profundas
determinantes sociales, económicas y políticas de esta situación, en vez de tan sólo
proponer estrategias de tratamiento que únicamente abordan los síntomas del
problema. En este contexto, el FFA deberá instar a los países a fortalecer sus
sistemas de salud y alimentación, para permitir la expansión a largo plazo y la
asequibilidad de la gestión comunitaria de la desnutrición aguda (GCDA o CMAM,
por sus siglas en inglés), como parte del paquete esencial de manejo de
enfermedades comunes en la infancia, utilizando la estrategia de la Atención
Integrada de las Enfermedades Prevalentes de la Infancia (AIEPI), cuando sea
aplicable, a nivel de los establecimientos de salud y la Gestión Comunitaria
Integrada de Casos (GCIC o ICCM, por sus siglas en inglés). Es igualmente
importante reconocer las múltiples barreras que siguen existiendo con respecto a
la protección, la promoción y el apoyo a la lactancia materna óptima. Por lo tanto,
hacemos un llamado a los Estados Miembros a asegurar la implementación de las
resoluciones y las directrices existentes y a fortalecer los derechos de las madres
trabajadoras, a través de instituir derechos justiciables a la maternidad. Además,
los países actualmente enfrentan una compleja superposición de cargas
interconectadas de desnutrición: los Estados Miembros necesitan reconocer la
realidad del sobrepeso y de las enfermedades no transmisibles como problemas
graves, a través de comprometerse a acelerar los avances con respecto al Plan de
Acción Global ENT de 2020 y formular políticas que promuevan el consumo de
alimentos nutritivos, ricos en micronutrientes, desalentar el consumo excesivo de
azúcar y grasas saturadas, y promover la actividad física;
2. Los derechos humanos como eje central: La afirmación inequívoca del derecho
humano a una alimentación y nutrición adecuadas, el derecho a la salud, y los
derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, entre otros derechos, deberá
ser el eje central racional tanto de la Declaración Política como del FFA. Esta
articulación deberá incluir la profunda interrelación, en la vida real, de la nutrición
con los derechos y empoderamiento de las mujeres y de los niños y niñas, y el
reconocimiento de la alimentación adecuada como trampolín hacia una vida sana
a lo largo del ciclo de vida. En este sentido, los dos documentos deberán reconocer
y promover la oportunidad única de reconfigurar los sistemas alimentarios y
mejorar la nutrición para tener un mayor impacto sobre la salud y consecuencias
menos dañinas sobre el planeta, entendiendo a los alimentos como expresión de
los valores, las culturas, las relaciones sociales y la autodeterminación de los
pueblos. En este contexto, nos gustaría expresar nuestra gran preocupación ante la
ausencia de referencia alguna a los “derechos” en la sección del FFA sobre la salud
reproductiva y la planeación familiar, ya que no se les menciona en el actual
borrador de la Declaración Política;
3. Los sistemas alimentarios y agrícolas locales soberanos como la base del sistema
global: Los documentos sobre los resultados de CIN2 deberán afirman una
concepción del “sistema alimentario mundial” como algo constituido por los
sistemas agrícolas y alimentarios con base en la soberanía alimentaria, los
productores de alimentos a pequeña escala, la agro-biodiversidad, profundos
cimientos ecológicos y el uso sustentable de los recursos naturales, las semillas
nativas y los conocimientos tradicionales, los mercados locales y las cadenas de
valor. Adicionalmente, el FFA deberá proporcionar/acoger una definición de la
productividad agrícola que incorpore plenamente las dimensiones ecológicas,
sociales, culturales y políticas de la producción, sea expresión de medios de vida
sustentables para las familias y comunidades, sea capaz de proporcionar una
alimentación sana y diversificada alineada con los patrones alimenticios
culturalmente aceptados, y contribuya a la reducción de la emisión de gases
invernadero. Los documentos sobre los resultados de la CIN2 deberán subrayar la
importancia de las autoridades locales, ya que en gran medida tienen la
responsabilidad primordial del abastecimiento de alimentos a las poblaciones
vulnerables y excluidas. Esto deberá también incluir la reforma de la actual
práctica de la distribución local de alimentos en los comedores escolares, los
hogares de personas de la tercera edad y hospitales, así como en las tiendas de
interés social, para que incluyan cláusulas que prioricen el abasto de productos
locales frescos producidos por productores locales a pequeña escala;
4. La centralidad de los productores de alimentos de la agricultura familiar y de
pequeña escala: En los dos documentos, se deberá reafirmar y realzar la
centralidad de los productores de alimentos tanto de la agricultura familiar como
de pequeña escala. Tal cual se celebra internacionalmente en 2014, Año
Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF), estos agricultores son actores y
promotores clave de los sistemas locales de alimentos y los principales
inversionistas en la agricultura. El acceso seguro y control que tienen estos
agricultores sobre su patrimonio productivo, como la tierra, el agua, las semillas,
los recursos técnicos y financieros, y la protección social, sobre todo de las
mujeres, resulta esencial para una alimentación diversificada y una nutrición
adecuada, y deberá ser formulado de manera convincente e integrado en el FFA.
En este contexto, también enfatizamos el papel crucial que desempeñan los
ecosistemas marinos sanos, la pesca sustentable y la acuacultura sustentable para
mejorar tanto la seguridad alimentaria como el acceso a alimentos nutritivos,
seguros y adecuados y proporcionar sustento a las personas que dependen de
estos ecosistemas. Por lo tanto, es esencial mejorar la resiliencia de la agricultura y
de la pesca con respecto a los impactos adversos del cambio climático, la
acidificación de los océanos y los desastres naturales. Esto es de vital importancia
para los pequeños estados insulares en desarrollo;
5. La agro-biodiversidad, el empoderamiento de las mujeres y la construcción de
capacidades en la comunidad en tanto promotores clave de la diversidad
alimentaria y el bienestar nutricional: Nos preocupa profundamente cualquier
enfoque que promueva la fortificación de alimentos como el camino principal para
abordar los desequilibrios nutricionales y rechazamos una solución meramente
tecnológica que no reconozca las determinantes sociales de la desnutrición
prevenible. La pérdida de la diversidad biológica –sobre todo la pérdida de la
diversidad de cultivos y de algunas especies animales– es, en sí misma, una causa
importante de la desnutrición. En este sentido, es necesario que la agrobiodiversidad y el desarrollo de nuevas variedades de plantas se basen en los
métodos y enfoques tradicionales que protegen las semillas nativas, en vez de
involucrarse en formas de modificación genética que puedan implicar
consecuencias graves para la diversidad biológica y la soberanía alimentaria. Los
agricultores también deberán estar protegidos de los riesgos de contaminación
que los cultivos de transgénicos puedan causar a las variedades convencionales y
de la contaminación con agroquímicos que acompaña a estos cultivos. El FFA más
bien deberá poner énfasis en el apoyo de las políticas e investigaciones a una
vibrante agenda pública del cultivo y conservación de plantas dirigida por
agricultores-investigadores. Además, instamos a los Estados Miembros a abordar
las causas subyacentes a la desnutrición para que los enfoques actuales, basados
en los producción de bienes de consumo (como las cápsulas de vitamina A y los
alimentos preparados) puedan ir desapareciendo gradualmente a favor de
enfoques basados en la construcción de capacidades desde abajo enraizados en los
derechos humanos y en los alimentos producidos localmente, para la prevención
de todas las formas de desnutrición a nivel de la comunidad. En la parte medular
de este enfoque, también hacemos un llamado a los Estados Miembros a reafirmar
de manera inequívoca la centralidad del empoderamiento de las mujeres y la
igualdad de género;
6. El pleno cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres: El pleno
cumplimiento de los derechos humanos de las mujeres es de central importancia
para la búsqueda del cumplimiento del derecho a la alimentación y nutrición
adecuadas para todos. A pesar de todos los avances que han conquistado las
mujeres en relación a las condiciones del pasado, hoy en día la mayoría de las
mujeres en el mundo actual siguen estando sujetas a diferentes capas de
discriminación y violencia estructurales, a nivel social, comunitario y del hogar.
Esto tiene implicaciones negativas no solamente para el pleno disfrute de su
potencial humano, sino que además contribuye a la invisibilización de las mujeres y
sus derechos en las políticas de seguridad alimentaria, conduce a programas que
tienden a sobrecargar a las mujeres con un mayor número de responsabilidades
adicionales, y promueven la reproducción intergeneracional de la desnutrición. La
promoción y la protección de los derechos de las mujeres, incluyendo el
reconocimiento social del trabajo no remunerado –a través de mecanismos de
apoyo social y comunitario– y la redistribución de las tareas del hogar con una
perspectiva de género deberán, por lo tanto, ser parte integral de una estrategia
efectiva para la reducción de la desnutrición en todas sus formas;
7. El punto de referencia para cualquier política agrícola y alimentaria deberá ser el
principio de no causar daño a la salud humana: Los gobiernos deben desempeñar
un papel importante en la reconfiguración del sistema alimentario a través de
asegurar que las políticas alimentarias y agrícolas y las inversiones en estos dos
rubros conduzcan a mejores resultados en la salud de todos los ciudadanos. Por lo
tanto, hacemos un llamado a los Estados Miembros a acoger plenamente el
principio de no causar daño como línea base de cualquier política agrícola y
alimentaria, y a asegurar que estas políticas por lo menos no dañen la nutrición de
las personas, sino que más bien busquen mejorar sus condiciones nutricionales;
8. Se requiere una acción urgente en torno a sistemas de salud de calidad: Se
necesita una acción urgente y rápida para fortalecer los sistemas de salud con el
fin de minimizar y prevenir el riesgo de muerte. En muchos países en desarrollo, la
mayoría de los niños y niñas que enferman no son llevados a establecimientos de
salud. Es esencial fortalecer e invertir en los sistemas de salud –desde el nivel
nacional hasta el municipal y comunitario– con el fin de lograr una Cobertura
Universal en Salud (CUS). Esto contribuirá a mejorar la identificación de la
desnutrición en todas sus formas y su focalización. Se acoge un enfoque que
identifique a los grupos más vulnerables y el FFA deberá enfatizar que los servicios
nutricionales mejorados sean gratuitos en el punto de entrega. Es en este contexto
que queremos subrayar los seis bloques fundamentales de la OMS para tener
sistemas de salud fuertes,1 que son indispensables para lograr una nutrición
adecuada;
1
Los seis bloques fundamentales son los siguientes: la provisión de servicios; los trabajadores de la
salud o recursos humanos; los sistemas de información; los medicamentos y abastecimientos
esenciales; el financiamiento; y la gobernanza.
9. El agua y la salubridad son de importancia crítica: Asegurar el acceso universal al
agua potable, a la salubridad básica y a mejores establecimientos y prácticas
sanitarias puede promover ambientes sanos y reducir las enfermedades
infecciosas entre bebés y madres de familia. Tanto los ataques repetidos de
diarrea y parásitos intestinales, como la contaminación fecal –muchas veces
contraída a través de la defecación al aire libre o malas condiciones de salubridad–
pueden obstaculizar la absorción de nutrientes y disminuir el apetito, resultando
en retrasos en el crecimiento y subnutrición. Este problema deberá ser
mencionado de manera específica en el FFA, el cual deberá priorizar las soluciones
en línea con la estrategia de la AGNU de enfrentar las desigualdades en el acceso a
los servicios, reflejando también los principios establecidos del derecho humano al
agua y la salubridad, tal cual se reconoce en la Resolución 64/292 de la Asamblea
General de la ONU, aprobada en el mes de julio de 2010;
10. Contrarrestar los desequilibrios de poder y regular las acciones de los actores
económicos poderosos: Los dos documentos deberán reconocer de manera
explícita que las desigualdades económicas, sociales y políticas, así como los
desequilibrios de poder que existen en la actualidad, obstaculizan el cumplimiento
del derecho a la alimentación y a la nutrición, y del derecho a la salud. Por lo tanto,
deberán acoger la necesidad de asegurar la adecuada regulación, transparencia y
rendición de cuentas de los actores económicos poderosos, como las
corporaciones transnacionales. En este contexto, se deberá reconocer que es en la
agricultura donde yace la mayor distorsión del sistema de comercio. Por lo tanto,
hacemos un llamado a los Estados Miembros a abordar las consecuencias
negativas de las reglas de la OMC sobre los subsidios agrícolas y contrarrestar la
tendencia de los actuales regímenes comerciales de reducir de manera significativa
el espacio de las políticas para las medidas de salud pública, seguridad alimentaria
y nutrición. En este sentido, acogemos el establecimiento de un grupo de trabajo
intergubernamental de composición abierta sobre un instrumento vinculante
sobre las corporaciones transnacionales y demás empresas con respecto a los
derechos humanos.
Comentarios específicos de la Declaración Política y el Marco de Acción (FFA, por sus
siglas en inglés)
1. Referencias a los acuerdos internacionales: Los documentos referidos en el Marco
de Acción (FFA) se deberán limitar a aquellos acordados por los gobiernos en los
espacios de las políticas multilaterales. No se deberá hacer referencia a los
documentos emitidos por las colaboraciones público-privadas y plataformas
relacionadas sino hasta que hayan sido plenamente discutidos y aprobados en los
correspondientes foros intergubernamentales multilaterales. Se propone la
inclusión de los siguientes documentos adicionales:
a. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
(1966); la Convención sobre los Derechos de Niño (1990);
b. La Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer/la Declaración y la Plataforma
de Acción de Beijing (1995);
c. La Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (1994);
d. El Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche
Materna (1981) y subsiguientes resoluciones relevantes de la ASM;
e. Directrices voluntarias en apoyo a la realización progresiva del derecho a la
alimentación;
f. Directrices Voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de
la tierra, la pesca y los bosques en el contexto de la Seguridad Alimentaria
Nacional (2012);
g. Las metas de nutrición de la Asamblea de la Salud Mundial (2012);
h. Las metas para la prevención y control de las enfermedades no
transmisibles de la Asamblea de la Salud Mundial (2013).
2. Las causas raíz de la desnutrición: La presentación de las causas y los factores raíz que
conducen a la desnutrición en todas sus formas deja mucho que desear. Se deberían de
reconocer las siguientes causas principales:
a. La falta de respeto, protección y garantía de los derechos de las mujeres y de las
niñas;
b. El desempleo y condiciones desiguales de trabajo (incluyendo salarios bajos);
c. La falta de acceso a recursos productivos (debido al acaparamiento de tierras, las
patentes de semillas, la expansión de los agronegocios, la degradación de la tierra,
la producción de biocombustibles, entre otros factores);
d. La falta de apoyo a los mercados locales que beneficien a los productores de
alimentos de pequeña escala y las distorsiones de los mercados generadas por
reglas y prácticas injustas en el comercio internacional, como el “dumping”, y un
sistema internacional de comercio desequilibrado/injusto, incluyendo los tratados
bilaterales;
e. La falta de protección, promoción y apoyo a una lactancia materna exclusiva
temprana, hasta los 6 meses, y a la lactancia continua por 2 años o más, con una
posterior suplementación alimenticia;
f. La falta de focalización en la nutrición de las adolescentes y el impacto que puede
tener en romper el ciclo de desnutrición intergeneracional;
g. La falta de acceso a una alimentación adecuada (incluyendo productos alimenticios
más sanos como frutas, verduras, granos enteros, etcétera), condiciones de vida
(agua y salubridad, alimentos seguros, vivienda), y servicios sociales (educación,
servicios de salud de calidad, seguridad alimentaria);
h. La falta de planes de protección social efectivos;
i. La falta de políticas multisectoriales para la promoción de una mayor actividad
física;
j. La ausencia o insuficiencia del etiquetamiento establecido u obligatorio y de una
regulación de las declaraciones de propiedades nutricionales/saludables;
k. La comercialización abusiva de alimentos dirigida a los niños;
l.
La monotonía alimentaria y la promoción de productos ultraprocesados y
alimentos chatarra (por ejemplo, a través de políticas fiscales y comerciales, y de
regulaciones comerciales deficientes);
m. Abusos de poder por parte de actores económicos poderosos, en particular, las
corporaciones multinacionales, y la ausencia de marcos claros que guíen el
involucramiento de los grandes productores de alimentos y bebidas (como el
Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco);
n. La hegemonía y promoción de sistemas de alimentos no-sustentables basados en
métodos de producción agroindustrial, responsables de la monotonía alimentaria y
altos niveles de disponibilidad / consumo de alimentos ultraproceados y alimentos
chatarra, así como los principales contribuidores al cambio climático.
o. Cambio climático.
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