9.8. Cosmogonía chibcha o muisca

Anuncio
9.8. Cosmogonía chibcha o muisca
Religión
Al principio todo era oscuridad. La luz, que estaba "metida allá", comenzó a salir para iluminar el universo.
Ese poder creador infundía su cualidad luminosa como atributo lúcido y resplandeciente a las cosas.
La esencia creadora, denominada Chiminigagua, tenía la luz en sí.
Representaban en los astros la diferencia y complementariedad de los géneros, el Sol (Sua) era masculino y la
Luna (Chía) femenina. Simbolizaban la articulación del matrimonio como conjunción del poder inseminador de la
luz del día y de la noche, y los concebían como "padres de la gente".
Bachué emergió de la Laguna de Iguaque, con su hijo en brazos, este al crecer fue su esposo, y su progenie
pobló la tierra.
Pronto los muiscas olvidaron a sus dioses, pasaban en día en holganza y vicio. Entonces Chiminigagua envió un
mensajero: Bochica quien como una encarnación solar apareció por el oriente de la sabana de Bogotá.
Chibchacum, enojado por la maldad de los seres humanos, había provocado una inundación juntando las aguas
de los ríos Tibitó y Sopó, provocando la destrucción de los cultivos, con la consecuente hambruna. Bochica
arrojó contra las peñas su vara de oro, separó la sierra, y desagotó la sabana creando el Salto de Tequendama.
Entonces desde el valle sagrado de Iraca, con el nombre de Idacanzas predicó y enseñó las buenas costumbres
y algunos preceptos morales. El civilizador enseñó a sembrar, a fabricar casas, a tejer en algodón y el fique, a
cocer el barro y hacer ollas, la manera de calcular el tiempo y determinar las fechas para la siembra y la
recolección. Los muiscas le distinguían como "nuestro pariente y padre".
Consideraban que los espíritus estaban vinculados con su geografía: ríos, montañas y lagunas, las últimas eran
centros ceremoniales, a los que se hacían ofrendas para mejorar la pesca.
Tunjo
Los tunjos son considerados objetos elaborados para ser ofrendados a los dioses, asociados a peticiones hechas
por los individuos a través de los sacerdotes, también se ha sugerido que representan a quien hace la ofrenda.
Sacerdotes y señores
Los sacerdotes muiscas, llamados "jeques" se educaban durante 12 años en "Los Cucas", seminarios dirigidos
por ancianos. Eran los responsables de dirigir las ceremonias religiosas.
Los soberanos muiscas pretendían descender de divinidades astrales. El Zaque, encarnaba a Sua, y el Zipa a
Chía, eran venerados como si realmente se tratase de dioses. Ejercían un poder principalmente de carácter
temporal, sin embargo el protocolo estaba basado en la religión. ¡Desgraciado el individuo que osase mirar, cara
a cara, a un príncipe! Un temor supersticioso impedía a los muiscas cometer tal delito, que a sus ojos hubiese
podido trastornar el orden del mundo.
Los príncipes eran educados durante seis o siete años de reclusión monacal, era necesario que pudieran adquirir
la superioridad de carácter mágico en la que debía basarse su gloria y poderío. Los sacerdotes contribuían
inculcando al pueblo la creencia en los orígenes divinos de los soberanos. Se concluye que la dignidad real tenía
un origen sacerdotal.
Templos
Los templos muiscas eran lugares sagrados presididos por el Jeque (sacerdote), donde acudían hombres y
mujeres para hacer sus ofrendas y solicitar favores. También eran sitios de enterramiento de Jeques y Caciques
principales; así mismo las "Cucas" o seminarios donde se impartía instrucción a los futuros jeques, caciques y
capitanes; probablemente también lo fueron los observatorios astronómicos.
La construcción de los templos ocasionaba la celebración de una fiesta, de la misma manera que se realizaba
cuando un Cacique principal construía una nueva casa y cercado. El ritual de construcción comprendía desde el
acarreo de los materiales, en el transcurso del cual danzaban, cantaban y bebían chicha en honor a Nencatacoa,
hasta culminar con la inauguración de la edificación. La duración de estas casas, estaba asegurada por la vida
que conferían los esclavos y niñas enterrados antes de hincar los maderos que sostenían la edificación.
El templo cósmico, pudo estar representado también en los cerros de forma cónica, cuyas entradas serían las
cuevas, que generalmente se encuentran en ellos; así al pasar a través de ellas el individuo renacía y al
reencontrarse con su origen, superaría su condición profana.
Clasificación:
Centros ceremoniales mayores principales
Son santuarios exclusivos, no accesibles a todos los hombres; dedicados a actos religiosos especiales: guerras,
calamidades (sequías o inundaciones), investidura de Caciques Principales, ritos de iniciación y el lugar en que
se preparaba y ejecutaba la víctima del sacrificio para dedicarlo al sol.
Los templos de estos centros ceremoniales, eran construcciones circulares (semejantes a sus casas de
vivienda), con techo pajizo, paredes recubiertas con esteras finamente trabajadas; el suelo cubierto de paja seca
y blanda; las construcciones estaban sostenidas por guayacanes traídos de los Llanos, que hincaban sobre
esclavos vivos para darle perdurabilidad; la parte que se adentraba en la tierra era de forma cónica. Eran
construcciones muy oscuras ya que el único acceso que tenían era una puerta baja. Por fuera estaban rodeadas
por cercas de madera, de tejido común, provistas de varias puertas de cañas delgadas asidas por cordeles de
cabuya.
Eran centros ceremoniales mayores principales: el Templo de Sogamoso, La Laguna de Guatavita, los Bohíos y
Laguna de Iguaque, los Cerros de Guachetá, y la Laguna de Ubaque y la Casa del Sol.
Centros Ceremoniales Mayores Secundarios
Considerados como tales las lagunas alrededor de las cuales viven los jeques, y se diferencian de las anteriores
por celebrarse en ellas ceremonias y sacrificios de carácter local; entre otras: la laguna de Fúquene, la de Tota,
la de Suesca, la de La Herrera, la de Ubaté y la quebrada de Baracio.
Centros Ceremoniales Menores
Comprenden los cercados es decir la casa habitada por el cacique principal. Era un lugar público, centro político
y religioso, con una estructura arquitectónica elaborada y construido con participación de toda la comunidad. Era
un símbolo del poder del cacique y al mismo tiempo de toda la sociedad. En su interior se llevaban a cabo
ceremonias de diversos tipos, entre ellas sacrificios humanos. Era también un centro de actividades económicas
como el mercado, era lugar de defensa o fortaleza militar y el centro o núcleo alrededor del cual se ordenaban
las casas de la demás gente de la comunidad.
Por la importancia política o religiosa de sus caciques, entraban en esta categoría: el de Bogotá, el de Tunja, el
de Chía, el de Ramiriquí, el de Guatavita y el de Ubaque.
Templos Particulares:
Eran las viviendas de jeques y caciques no principales, en las cuales los sacerdotes se dedicaban en algunas
temporadas a la meditación, el ayuno, y demás asuntos particulares; el acceso a ellas era exclusivo del jeque.
http://pueblosoriginarios.com/sur/caribe/muisca/religion.html
Descargar