BaylÃas 3 - Museo Virtual del Maestrazgo

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BAYLÍAS
Miscelánea
del
Centro de Estudios
del
Maestrazgo Turolense
Año 2006
BAYLÍAS. Año 2006.
Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense.
Edita:
Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Camino de Mosqueruela, s/n - 44140 CANTAVIEJA (Teruel)
Diseño e impresión:
Aragón Vivo, SL
Parque Ind. Ctra. de San Blas, nave 15 - 44195 TERUEL
Depósito legal:
TE-05/2007
ISBN:
¿?
Sumario
I.- Métodos y fuentes para la elaboración de estudios sobre demografía histórica en el Maestrazgo turolense (s. XVIII)
Por Elisa Plana Mendieta ..............................................
7
II.- La industria antes de la industria: la Bailía de Cantavieja.
Por Antonio Peiró Arroyo .............................................
39
III.- Don Pío Baroja y Nessi. Genio, Figura y Honor.
Por José Miguel Martín Porcar ....................................
57
IV.- Solís Mervelle Beati. La fascinación de Pío Baroja por el
Convento de Santa Catalina de Mirambel.
Por Xavier Palomo Ferrer .............................................
87
V.- La trashumancia en la Bailía de Cantavieja.
Por José Luis Castán Esteban ....................................... 101
BAYLÍAS
MÉTODOS Y FUENTES PARA LA ELABORACIÓN
DE ESTUDIOS SOBRE DEMOGRAFÍA HISTÓRICA
EN EL MAESTRAZGO TUROLENSE (Siglo XVIII)1
Elisa Plana Mendieta*.
Fotos Masías: Elisa Plana Mendieta
Fotos Maestrazgo I, II y III: Fernando Susín Galán.
* Historiadora.
1
Este artículo es un extracto de la conferencia impartida bajo el título “Demografía y parentesco en el Maestrazgo turolense (siglo XVIII)” en los IV Encuentros en el Paraíso de
Cantavieja el 28 de octubre de 2006.
Demografía
2006
1- La Historia Social: el nacimiento del estudio de población
1A- La Historia Económica y Social
A principios del siglo XX los historiadores comenzaron a dejar de lado la temática y la metodología de trabajo empleada por la historiografía decimonónica.
Obviando las mejores aportaciones del historicismo alemán, la extensión de su
paradigma originó que los historiadores europeos tan sólo vieran la historia en
personajes y acontecimientos puramente políticos y militares, y consideraran la
crítica de fuentes documentales como la única vía de investigación existente.
Como señalaban Langlois y Seignobos en su obra sobre la metodología histórica, Introducción a los estudios históricos: “no hay historia sin documentos”2,
una afirmación que en ningún momento es falsa, pero que se queda del todo
corta, pues en ella no se incluye la búsqueda de causas, tan necesarias para
la reconstrucción de los procesos históricos. Unos ingredientes que, como veremos, los historiadores del siglo XX consideraron necesarios tomar de otras
disciplinas propias de otras ciencias sociales. De esta forma, la historia pasó a
2
LANGLOIS, C. V. y SEIGNOBOS, C., Introducción a los estudios históricos, Editora Universitaria, La Habana, 1965.
9
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
ser una ciencia asimilable por todas las demás, convirtiéndose en “la ciencia de
las sociedades humanas del pasado”3.
Esta nueva forma de hacer historia –con todas sus variables–, fue denominada
“Historia económica y social” y bebió de la historia de las civilizaciones practicada por Voltaire o Gizot, del nacimiento de la economía como ciencia, del
marxismo, y de la creación de las ciencias sociales4. Una de las variables que
potenció el desarrollo de la historia económica y social fue su preocupación
por el presente, por ello uno de sus detonantes fue el estallido de la Primera
Guerra Mundial. Este grupo de historiadores consideraban que el estudio de la
economía a lo largo del tiempo podía ayudar a mejorar las relaciones entre las
naciones europeas, dejando a un lado la “historia política”, pues atribuían a ésta
el auge de los nacionalismos.
Esta innovadora visión de la historia trató de aunar diferentes disciplinas provenientes de las ciencias sociales como la sociología, la economía, la demografía,
o la antropología, a través del empleo de sus metodologías y del tratamiento de
temáticas relacionadas con las mismas. Por ello, la historia económica y social
también fue denominada: “historia total”, “historia integral”, “historia estructural” o “historia de la sociedad”.
La consolidación de la historia económica y social no se produjo hasta después
de la Segunda Guerra Mundial, y en este transcurso se crearon dos formas de
interpretarla claramente diferenciadas5:
- La escuela francesa de Annales que atendía a una historia de larga duración,
que ansiaba comprender los acontecimientos más allá de un momento puntual, es decir, como un fruto de la evolución de los elementos en el pasado
(estructura, coyuntura y acontecimientos). En ella destacan nombres como
Bloch, Febvre –fundadores de la revista Annales–, Braudel o Le Goff…
- La escuela marxista británica, cuyo interés primordial era el estudio de los
procesos de cambio social a través de la lucha de clase, como el nacimiento
3
CASANOVA RUIZ, J., La historia social y los historiadores, Crítica, Barcelona, 2003, p. 57.
4
PASAMAR ALZURIA, G., La Historia Contemporánea. Aspectos teóricos e historiográficos, Síntesis, Madrid, 200, p. 57.
5
También destacar la existencia desde los años sesenta y setenta de la “social history” británica y norteamericana, representada por las revistas Journal Social History en Estados
10
Demografía
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del mundo obrero y del marxismo. Son de gran importancia autores como
Dobb, Sweezy, Thompson, Hill o Hobsbawm…
La confrontación principal entre ambas tendencias es que a diferencia del carácter determinista del marxismo británico, que consideraba el conflicto de clase
como condicionante de la evolución histórica, apoyaba el uso de la narrativa y
otorgaba gran importancia a la política; los miembros de Annales abogaban por
la búsqueda de la totalidad en la historia, dejando a un lado la narrativa en pro
del análisis.
1B- La Historia Social
En un primer momento, lo económico y lo social iban de la mano –conformado
un frente común ante la tradicional historia política–, aunque siempre se otorgara mayor preeminencia a lo primero, como herencia del pensamiento marxista que consideraba la producción social inherente a cualquier historia sobre la
evolución de la sociedad6. En los años sesenta se produjo la emancipación de
la historia social, fruto de la fragmentación general que sufrió la historia económica y social, así, como indica Santos Juliá, ésta se convirtió en lo que los
historiadores sociales decidieron escribir7. Ante dicha descomposición, en los
años 70 Hobsbawm propuso como causas de su reciente independencia: la especialización de la historia económica y el progreso de la sociología. Asimismo,
advertía que la historia social nunca debía ser vista como una especialización, ya
que formaba parte de su objetivo englobar temáticas muy heterogéneas tomadas
de otras disciplinas y repensarlas desde el punto de vista del historiador. De este
modo, Hobsbawm señalaba la dificultad de definir la “historia social”, ya que a
su fragmentación había que unir sus anteriores definiciones. En un primer momento se vinculó a la economía, y posteriormente a la llamada “historia de los
pobres”, –esencialmente con el movimiento obrero a causa de su relación con
los historiadores marxistas británicos–, y también se simplificó su carácter en
lo que entonces se denominó la “historia exenta de política”, tratando temáticas
relacionadas con las costumbres y la vida cotidiana. Posteriormente, amplió los
Unidos, y Social History en Gran Bretaña. Éstos optaron por el método narrativo y por el
pluralismo cognitivo, así como por la causalidad cultural.
6
CASANOVA, J., op. cit., p. 59.
7
JULIÁ DÍAZ, S., Historia social/ Sociología histórica, Siglo XXI, Madrid, 1989.
11
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Relieve de Castellote desde los restos del Castillo Templario.
12
Demografía
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objetos de su estudio y produjo la citada disgregación, acercándose en mayor
medida a la historia de la cultura y a la antropología.
Así, en su artículo “De a la historia de la sociedad”8, Hobsbawn realizó un intento por sistematizar los estudios de historia social, agrupando en las siguientes
temáticas los campos tratados por la misma durante los años 60 y 70:
- Demografía y parentesco:
Incluye aquellos trabajos que estudian la evolución de las poblaciones a lo
largo del tiempo, es decir, cuestiones como el índice de natalidad, nupcialidad y mortalidad, y las causas que provocaron tales situaciones. En este
grupo también se recogen aquellas investigaciones que se interesan por las
edades de la población o las migraciones.
Respecto a los temas vinculados con el parentesco, los historiadores insertos
en esta clasificación tratan cuestiones referentes a cómo se han estructurado
las familias a lo largo del tiempo, haciéndose eco de aspectos tales como: el
número de miembros o hijos por familia, la existencia de consanguinidad en
el matrimonio, la procedencia de los cónyuges o los sistemas hereditarios.
Una serie de elementos que, en el primer caso, veremos reflejados en los
datos que posteriormente ofreceré, y que forman parte del proyecto de investigación doctoral que realizo, versado en ambos campos en localidades
del Maestrazgo turolense.
- Estudios urbanos:
Se trata de una temática que ha sido abordada por disciplinas muy diversas:
geografía, sociología, antropología o incluso arquitectura. Desde el punto de
vista del historiador, abarca a aquellas investigaciones y análisis que se ocupan de los asentamientos humanos -especialmente de las ciudades- a lo largo
de períodos concretos. Una muestra de ésto sería el análisis del nacimiento
y del desarrollo de una ciudad hasta su situación actual, o cómo afectaría
el paso de un determinado gobierno a la evolución de la misma, como por
ejemplo durante el Trienio Liberal o la II República. También se integrarían
en este grupo los estudios sobre el modo en el que se estructura la población
alrededor de determinados núcleos en las ciudades, formando guetos en relación directa con su extracción social.
8
HOBSBAWM, E., Sobre la historia, Crítica, Barcelona, 1998, pp. 92-95.
13
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Masía de Jaganta
- Clases y grupos sociales:
Se trata de un campo que abarca aquellos estudios referentes a las diferencias
que a lo largo de la historia establece la estratificación social. Un ejemplo
de ello sería el estudio de la burguesía a comienzos del siglo XIX o de los
primeros obreros durante la época preindustrial.
- Historia de las mentalidades o de la cultura:
Este grupo sería uno de los más heterogéneos en cuanto a temática. Además,
durante los últimos años ha llegado a centrarse en aspectos más concretos de
la historia, bajo la denominación de “microhistoria”. Comprende investigaciones tan diversas como el estudio de los libros de viajes, que muestran la
visión de determinados países desde la mirada de un extranjero; o cuestiones
tan íntimas como la adquisición del pudor o de la concepción de la higiene.
También incluiría temas tan dispares como la brujería o los cambios experimentados en la vestimenta a lo largo de los siglos.
- Transformación de las sociedades:
Se trata de una temática tradicionalmente abordada por los historiadores
marxistas británicos. Cabe destacar el debate creado durante los años cuarenta en torno a las hipótesis establecidas sobre cómo se produjo el paso del
feudalismo al capitalismo, en el que se ahondaba sobre todo en los motivos
que propiciaron el desarrollo de la industrialización.
14
Demografía
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- Movimientos sociales o fenómenos de protesta social:
En esta categoría podríamos incluir todos aquellos trabajos que versaran
sobre grupos y tipos de protesta social tan lejanos en el tiempo como el
anarquismo y el surgimiento de los nuevos movimientos ciudadanos, o las
asociaciones vecinales y grupos como Jóvenes contra la intolerancia o Víctimas contra el terrorismo.
En la actualidad, la introducción de lo que se ha venido denominando desde los
años noventa como “historia en migajas”9, ha propiciado que la clasificación de
Hobsbawm resulte insuficiente. Así, en los últimos tiempos la historia social ha
dado cabida a infinitud de estudios cada vez más heterogéneos, que, tal y como
indica Casanova, aunque pueden incluirse bajo la definición de historia social
-dada su filosofía integradora- no significa que todos ellos “resulten convincentes”10.
1C- La Demografía Histórica
Hasta el siglo XX no tuvo lugar la consagración de la demografía como ciencia,
y mucho menos desde la mirada de los historiadores. El estudio de la población
únicamente venía motivado por intereses prácticos, como es el caso del análisis
de las muertes elaborado por las compañías de seguros inglesas durante el siglo
XVII.
Esencialmente fue a raíz de la Contrarreforma cuando la Iglesia comenzó a interesarse más encarecidamente por su número de fieles y sobre todo por el grado
de devoción de los mismos a través de la creación de los Quinque Libri, ejemplares en los que se incluían los nombres de quienes recibían los sacramentos.
Pero fue necesario esperar a la Ilustración para que los monarcas encargaran
la realización de censos con intención de conocer la cantidad de súbditos que
habitaban en sus dominios; es decir, se fue más allá de los anteriores fogajes,
que sólo tenían en cuenta el número de hogares, al efectuarse únicamente con
fines fiscales.
9
DOSSE, F., La historia en migajas: de “Anales a la nueva historia”, Edición Alfons el
Magnánim, Valencia, 1988.
10
CASANOVA, J., op. cit., p. 73.
15
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Camino de Castellote.
16
Demografía
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En este contexto, surgieron los estudios del que se ha considerado padre de la
demografía, Thomas Malthus, economista inglés, conocido por su Ensayo sobre
el principio de la población, publicado en 1798. Su investigación fue motivada
principalmente por su preocupación sobre la relación existente entre el eminente
crecimiento de la población y la carestía de alimentos, que derivarían en la llamada teoría sobre la “catástrofe maltusiana”.
A partir de la creación de los servicios de estadística durante el siglo XIX, comenzó la evolución de los estudios demográficos como ciencia social. Entre
los precursores cabe señalar la creación en Italia del Comité para el Estudio de
los Problemas de la Población, y los intentos de historiadores franceses como
Meuvret y Labrousse por incluir variables demográficas en sus investigaciones11. Pero no fue hasta la consolidación de la historia social, tras la II Guerra Mundial cuando se comenzó a considerar la historia demográfica como una
disciplina autónoma. Así, los principales propulsores surgieron de Annales, ya
que en su afán por servirse de otras ciencias sociales, asimilaron la economía,
la demografía y los análisis cuantitativos como métodos de estudio, ante su renuncia al documentalismo de la historia política12. Destacan las aportaciones de
autores como Henry, Goubert o Chaunu en Francia, y del Grupo de Estudios de
Cambridge, con Wrigley y Laslett a la cabeza.
1D- Principales historiadores que tratan temas de población en España.
Al margen de algunas excepciones, como el caso de Ignacio de Asso que durante
el siglo XVIII fue pionero en el empleo de los registros parroquiales, como se ha
señalado, no será hasta después de 1945 cuando los historiadores comenzaron a
interesarse por los estudios demográficos.
Así, uno de estos precedentes fue la “escuela” que se creó en Cataluña en torno
al Instituto Nacional de Estadística y los servicios de Administración Sanitaria,
cuyos miembros participarían en revistas como la Revista Internacional de Sociología o Estudios Demográficos; también destacan en los años sesenta Salustiano del Campo y Juan Díez Nicolás, y la tradición estadística proveniente de
las cátedras de Geografía; hasta que surgieran los primeros trabajos de deomo-
11
CARDOSO, C. F. S., y PÉREZ BRIGNOLI, H., Los métodos de la historia, Crítica, Barcelona, 1976, p. 103.
12
CASANOVA, J., op. cit., p. 57.
17
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grafía histórica desde los departamentos de Historia Moderna de las facultades
de Geografía e Historia, o de Historia Económica en Ciencias Económicas13.
En la actualidad destacan las figuras de Nadal –considerado el introductor de
la moderna demografía histórica en España–, Pérez Moreda, Chacón Jiménez,
Hernández Franco y Reher. Además, se han realizado diversas investigaciones
relativas a estos asuntos en zonas concretas de la geografía española, este es
el caso de Murcia, que cuenta con multitud de estudios elaborados por Chacón Jiménez y Hernández Franco sobre la familia, las relaciones de poder y la
sociedad durante las épocas Moderna y Contemporánea. También el País Vasco posee una historiografía concerniente a la organización familiar y al pensamiento demográfico a través de trabajos dirigidos en su mayoría por González
Portilla, Arbaiza Vilallonga y Urrutikoetxea Lizarraga. En el caso de Navarra
son Mikelarena, Moreno Almacegui y Zabalza Seguín quienes investigan sobre
la evolución de la población y estructuras familiares y en el caso del segundo,
más concretamente, sobre los sistemas de herencia en el prepirineo navarro.
Galicia también posee estudios realizados por Dubert o Bermejo Barrera, entre
los que destaca que en este último se hace hincapié en aspectos concernientes
al matrimonio. Otros lugares que presentan investigaciones relativas a aspectos
demográficos son Extremadura con Blasco Carrasco a la cabeza, o Albacete,
tratado por González García.
También Reher, al margen de realizar trabajos generalistas, ha realizado igualmente incursiones sobre la familia, la población y la sociedad en la provincia de
Cuenca. En el marco local, encontramos trabajos como el de Sánchez García, sobre la evolución demográfica de Hallín durante el siglo XVIII, que resulta de gran
interés pues se basa primordialmente en el análisis de los registros parroquiales.
En Aragón existen diversos trabajos sobre demografía histórica, entre ellos cabe
señalar los elaborados por Salas Ausens sobre la población de Barbastro, o los
estudios referentes al Valle del Ebro, también coordinados por dicho autor en el
V Congreso de la ADEH. En la obra Turiaso I se reúnen diversas investigaciones
y entre ellas destaca la de Rico Lacasa y Lapeña Lahera, que analiza la población de Tarazona de 1561 a 1715 a través de sus registros parroquiales. Localidades como Maella, Calamocha o zonas del Jiloca Medio también cuentan con
estudios de este tipo.
13
18
PÉREZ MOREDA, V., y REHER, D. S., Demografía histórica en España, Ediciones El
Arquero, Madrid, 1984, pp. 14, 15 y 16.
Demografía
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2- Fuentes para la Historia Social
en el Maestrazgo durante la Edad Moderna
2A- Fuentes generales para la Edad Moderna
A la hora de buscar documentación histórica que nos permita elaborar trabajos
sobre demografía y parentesco durante la Edad Moderna, podemos apoyarnos
en varias fuentes. Se trata de documentación en la que aparece reflejada la población, pero que no fue elaborada con una intencionalidad científica, es decir,
que no se trata de estadísticas obtenidas por demógrafos; hecho que afectará a
la calidad de muchos de los datos que facilitan. Entre estas fuentes consideradas
como “proto-estadísticas”14 encontramos:
- Censos de población:
Como ya se ha apuntado, éstos nacieron motivados por la Ilustración. En
España, además de varios recuentos, el primer censo fue el del Conde de
Aranda en 1768, en 1787 el de Foridablanca, y tan sólo diez años después
el de Godoy. Dichos censos no cuentan con la misma fiabilidad, mientras
que el de Aranda presenta dificultades por no coincidir con los límites de las
comunidades actuales, ya que se realizó por obispados; del de Godoy sólo se
conocen cifras globales; convirtiéndose el de Floridablanca en el más fiable.
Hasta mediados del siglo XIX estos censos no fueron del todo exhaustivos,
pues hasta entonces no se buscó la finalidad estadística de los mismos, es
decir, no se pueden considerar puramente demográficos.
- Genealogías:
Se trata de una información muy útil para el estudio de la familia, pero muy
difícil de encontrar, y cuya principal problemática es que ofrece datos muy
sesgados de la población, ya que suele aludir a capas altas de la sociedad.
- Registro Civil:
Se trata del mecanismo más útil para el análisis de la población, pero su
principal inconveniente es que en España no se puso en marcha hasta 1870,
cuando el entonces Ministro de Gracia y Justicia, Eugenio Montero Ríos,
presentó ante las Cortes el proyecto de Ley del Registro Civil16. Por ello, esta
15
CARDOSO, C. F. S., y PÉREZ, H., op. cit., p. 108.
16
SALAS AUSENS, J. A., “La población aragonesa: siglo XVIII”, BELTRÁN, M., CORRAL, J. L. y SERRANO, E., Atlas de Historia de Aragón, I.F.C., Zaragoza, 1992. Ley
Provisional 2/1870, de 17 de junio, del Registro Civil.
19
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Restos del acueducto de Castellote.
fuente tan sólo es útil para analizar la evolución de la población durante la
época contemporánea.
- Fuentes más indirectas:
Otros medios para acercarnos al análisis de la población son fuentes más
subjetivas y menos completas, pero no por ello despreciables, como las memorias de viajes, la literatura, los libros de piedad o las correspondencias privadas. Fuentes que pueden aportarnos datos referentes a la concepción de las
edades (la infancia, la adolescencia, la vejez…), al amor o al matrimonio.
- Registros parroquiales
Cuya descripción se desarrollará con amplitud en el punto siguiente.
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Demografía
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2B- Análisis de los Registros parroquiales:
Quinque Libri y Matrículas pascuales.
En nuestro caso la fuente primordial para el análisis de la demografía y el parentesco en el Maestrazgo durante el siglo XVIII son los registros parroquiales.
Existen precedentes de registros parroquiales desde los siglos XVI y XV, pero
no fue hasta el Concilio de Trento cuando se sancionó la formación del archivo
parroquial; siendo su aplicación obligatoria en España a partir de 1564 por decreto de Felipe II. Así, se acordó que en cada parroquia debían anotarse los matrimonios y los bautismos, aunque no se especificó nada sobre las defunciones,
que se añadieron a partir de 1614.
De este modo aparecieron los citados Quinque Libri, que comprenden los bautismos, matrimonios, defunciones, comuniones pascuales y confirmaciones celebrados en cada parroquia, y cuya información es esencial para conocer el estado de la población. Estos datos también son muy útiles para la reconstrucción de
familias, ya que otorgan la capacidad –a través de la búsqueda de determinados
apellidos– de poder reconstruir el devenir de una familia a lo largo del tiempo,
y así interpretar los posibles vínculos de parentesco existentes entre los mismos
Otra fuente importante para los estudios de parentesco son las dispensas matrimoniales, es decir, las peticiones a la Diócesis de aquellas parejas que querían
contraer matrimonio y contaban con vínculos de consanguinidad, y que por lo
tanto necesitaban de la aprobación de la Iglesia para contraer matrimonio.
2C- Los Registros Parroquiales en el Maestrazgo
Respecto al estado de los Quinque Libri en las distintas poblaciones objeto de
estudio, cabe destacar que si bien en el caso de Castellote la ocupación francesa
durante la Guerra de la Independencia y en el de Aliaga las Guerras carlistas y
el paso de la Guerra Civil destruyeron los Archivos parroquiales, en Cantavieja
se conservan algunos libros de defunciones y matrimonios desde el siglo XVIII
y de bautismos desde el XIX
Pero de estos Quinque Libri, la información que hemos manejado para este estudio, aparte de la bibliografía, proviene esencialmente de dichas matrículas
de cumplimiento pascual. Los libros de matrículas presentan una información
valiosísima para comprender la sociedad del siglo XVIII y XIX, pues nos aportan datos sobre la edad, el sexo, el estado civil y la actividad profesional de los
pobladores de la localidad a la que se refieren. La Iglesia creó estas matrículas
21
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
como un mecanismo de control social, así, mediante ellas se registraba quién
cumplía la comunión pascual. Gracias a que las copias de las matrículas pascuales debían ser enviadas a la Diócesis correspondiente, en este caso la zaragozana, contamos con información relativa al siglo XVIII de Castellote, Cantavieja
y Aliaga.
Masía de Castellote.
2D- Datos que podemos extraer de las matrículas pascuales
Para comprender los datos que nos ofrecen las matrículas de comunión pascual
lo mejor es analizar en profundidad una de ellas, en este caso algunas de las que
más información aportan:
- La edad:
Este es el caso de la matrícula de Castellote correspondiente al año 1781,
no sólo porque incluye a los párvulos en el recuento, sino porque también
proporciona las edades de toda la población, llegando a concretar hasta los
meses de los más pequeños. Se trata de un caso aislado y esto imposibilita la
comparación, pero aún así es fundamental para mostrar “una fotografía” de
la población castellotana en aquella época.
22
Demografía
2006
- Los nombres de las calles:
En Castellote aparecen nombres como: “Calle del Horno”, “del Hospital”,
“del Doctor Moles” o “de la Virgen del Agua”. De igual modo en otras poblaciones como Cantavieja son registradas las calles del: “Castillo del Comendador”, “Santo Hospital”, o “Plaza de estudiantes” –-haciendo alusión a su famosa Escuela de Gramática–; en Aliaga también destacan nombres como: “el
barrio bajo”, “calle de San Esteban”, “la Calle Mayor”, o la “de San Juan”.
- Aparecen diferenciadas las masías con sus respectivos nombres:
Gracias a esta información es posible elaborar un censo de las mismas y
estudiar las características de sus pobladores. En Castellote aparecen citados
los mases del: “Batán”, “Molinos”, “Nocilla”, o “Vallipones”; en Cantavieja:
“la masada de la escuela” o “Torre de Marta”, y en muchas se indica el nombre de sus propietarios –habitualmente diferentes a quienes las trabajaban–:
“masada de Pedro Domingo”, o “Ramón Altava”, y en ocasiones también se
incluyen los molinos. En Aliaga también se señalan nombres como “Val de
Abellano” o “Val de Pérez”.
- Los apellidos:
A través de dichas fuentes es posible rastrear los apellidos más comunes en
dichas localidades y determinar posibles redes de parentesco. Así, en Castellote son recurrentes apellidos como: “Gargallo”, “Sancho”, “Cortés”, “Ariño”, “Aguilar” o “Alcañiz”; en Cantavieja: “Altaba”, “Gascón”, “Monfil”
o “Daudén”; y en Aliaga: “Escorihuela, “Navarro”, “Sangüesa”, “Galve”
o “Moliner”. Asimismo, existen apellidos comunes a las tres localidades
como: “Escorihuela”, “Sancho” o “Cortés”. Cabe destacar el uso del apelativo “Don” o “Doña”, empleado para determinar la importancia de la familia
a la que acompaña, en Castellote se designa de este modo a las familias “de
la Figuera” o “Ariño”; en Cantavieja a los “Millar” o los “Osset” –nobles
propietarios de la Casa del Bayle desde la Desamortización hasta la Guerra
Civil–; y en Aliaga a los “Navarro” o los “Andrés”.
- Los vínculos existentes en las familias:
A continuación del nombre y apellidos solía indicarse si los habitantes de
cada hogar eran marido o mujer, viudos, hijos, nietos, sobrinos o tíos. Incluso en ocasiones se señalan las segundas nupcias y las ausencias conyugales
-habitualmente masculinas-, motivadas bien por el abandono del hogar, por
desempeñar un trabajo fuera de la localidad o simplemente por no encontrarse en la localidad en el momento del recuento.
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
- La profesión:
Ésta aparece reflejada sobre todo en el caso de los criados y pastores, o del
párroco del lugar. Pero en algunas ocasiones también se hace referencia a
otros trabajos, normalmente con cierto prestigio social: notarios, maestros,
molineros, caseros o estudiantes. Este último caso es muy frecuente especialmente en Cantavieja y en Aliaga, donde aparece un listado de los miembros de sus respectivas Escuelas de Gramática, muy útil para un posterior
estudio de éstas17.
- El tipo de propiedad:
Para reflejar dicha característica el párroco indicaba “casa propia” o “alquilada” junto al cabeza de familia de cada hogar, en el caso de las masías esto
podría también tomarse como un reflejo de su propiedad agrícola.
- Estado de la población:
Habitualmente al final de cada recuento el párroco indicaba el número de
bautismos, matrimonios y defunciones de cada año, de este modo se puede
suplir la pérdida de Quinque Libri que sufren algunas localidades. Es decir,
si realizamos un recuento de la población a lo largo de un período extenso
de años, al menos 40 ó 50, podemos determinar la evolución de la misma a
través de la interpretación de los referidos datos.
2E- Carencias que presentan las matrículas pascuales
Aunque, como se ha indicado, las matrículas pascuales cuentan con una valiosísima información, presentan limitaciones a tener en cuenta para su consiguiente
estudio18:
- La dispersión de fuentes que existe actualmente en algunas Diócesis.
- La calidad de las fuentes varía dependiendo del anotador. En muchas ocasiones, encontramos omisiones, confusiones o información duplicada.
- No existe una coincidencia total entre el número de bautismos y de nacimientos.
17
LERMA LOSCOS, J., “La Escuela de Gramática de Cantavieja. Algunos datos sobre su
existencia en el siglo XVIII”, Baylías, n. º1, Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense,
Cantavieja (Teruel), 2004, pp. 83-99.
18
HERRERA GÓMEZ, M., Demografía e Ilustración en España, Edita Universidad de Granada, Granada, 1999.
24
Demografía
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- Hasta finales de siglo no aparecen datos sobre los niños párvulos. Además no
está claro a qué edad se convierten en adultos, si a los siete u ocho años.
- En ocasiones los registros sólo indican los habitantes presentes el día que
se redacta el acta; de igual modo que, en ocasiones se anotan defunciones
y matrimonios simplemente porque se dieron en la localidad, no porque las
personas nacieran en ésta. Tampoco podemos conocer las migraciones con
exactitud.
- A esto hay que añadir la enorme masa documental existente y los problemas
de estudio que conlleva.
A pesar de todos los inconvenientes, apuntados anteriormente, las matrículas
pascuales aportan muchísima información y, en el caso de Castellote, podríamos
decir que excepcional. Cuando se eligieron las matrículas pascuales incluidas en
este estudio, se observó como en general las matrículas de Cantavieja y Aliaga
contienen menos información que las de Castellote, pues en muchas no se indica
ni el tipo de familiar, ni las calles, ni mucho menos se incluye a los párvulos o
las edades de los habitantes.
Estos problemas son la mayor dificultad de estas fuentes, ya que como apreciaba Herrera Gómez la información únicamente depende del apuntador y sus
impresiones19. Así, en una carta a la diócesis, adjunta a las matrículas, el vicario de Castellote en 1775, Pedro Burbano, se disculpa por “el certificado sobre
explicar el evangelio los días festivos nunca lo he dado, ni menos lo he tenido
presente”. Al parecer este descuido le costó pagar “una multa y costos”20; esto es
una muestra del férreo control de la Iglesia sobre la evangelización en todas sus
parroquias durante el siglo XVIII y de los numerosos fallos que se producían por
parte del clero en la transmisión del dogma y en la acción pastoral.
19
HERRERA, M., op. cit.
20
ARCHIVO DIOCESANO DE ZARAGOZA, Matrícula de Cumplimiento Pascual de Castellote, 1775.
25
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
3- Evolución demográfica de Cantavieja,
Castellote y Aliaga durante el siglo XVIII
Aunque en general el siglo XVIII se ha considerado un siglo de crecimiento demográfico, motivado principalmente por el estado tan desolador de su centuria
precedente, Pérez Moreda indica que en España “no se puede admitir la creencia
en la desaparición de crisis en el XVIII, ni siquiera un descanso relativo”21, sobre todo en las zonas interiores de la península. De tal modo que veremos como
este siglo fue afectado por enormes brotes de viruela y por las guerras, que,
aunque en menor medida, también afectaron a la población. Esto sin relegar la
importancia de los rigores del frío y del calor, o las malas cosechas y el hambre,
pues no olvidemos que España seguía siendo esencialmente agrícola.
3A- Estado general de los municipios a mediados del siglo XVIII
Para realizar un análisis de la evolución demográfica de estas localidades primero hay que plantear la situación general en la que se encontraba la población de
la Tierra de los Bayliazgos en la segunda mitad del XVIII, tomando para ello los
datos de sus tres cabezas de Bailía.
Número de habitantes
LOCALIDAD
CASTELLOTE CANTAVIEJA ALIAGA
1781a
1778
1783
Habitantes sin párvulos
946
1689
801
Habitantes con párvulos
1219
2067
980
Sabemos que las cifras de Cantavieja y Aliaga no son totalmente reales, por la
exclusión de los párvulos en el recuento de sus matriculas, pero obtenemos una
imagen lo suficientemente aproximada para realizar una comparación. Sabiendo
el número de párvulos en 1781 podemos efectuar una regla de tres y hallar una
cifra aproximativa de lo que serían Cantavieja y Aliaga con la inclusión de los
párvulos en su recuento.
21
PÉREZ MOREDA, V., Las crisis de mortalidad en la España interior. Siglos XVI-XIX,
Siglo XXI, Madrid,1983.
26
Demografía
2006
Observando estas tablas de datos es posible apreciar que el número de habitantes
en Cantavieja era muy superior al de las otras dos localidades. Asimismo, en
general la población era bastante elevada, un dato que revela la importancia relativa que tenían estas villas durante el siglo XVIII. Sobre todo si las comparamos
con las cifras actuales, ya que Castellote cuenta con 715 habitantes –incluyendo
sus barrios–, Cantavieja con 830 y Aliaga con 422.
Unidades familiares
CASTELLOTE CANTAVIEJA ALIAGA
1781
1778
1783
306
398
245
Respecto a la concentración de los habitantes en las unidades familiares podemos decir que el número varía dependiendo de la población de cada año. Es
decir, que un mayor número de fuegos se corresponde a un mayor número de
habitantes.
3B- Evolución de la población durante la segunda mitad del siglo XVIII
A través de las matrículas pascuales localizadas en el Archivo Diocesano de
Zaragoza es posible crear una visión aproximada de la evolución demográfica de
Castellote, Cantavieja y Aliaga durante la segunda mitad del siglo XVIII. Para
ello se han recopilado los datos referentes a los bautismos, defunciones y matrimonios registrados en dichas matrículas. Éstas aportan datos sobre Castellote
desde el año 1747 hasta 1793, y de Cantavieja desde 1747 hasta 1795 –aunque
también contamos con datos hasta 1817–22; mientras que Aliaga cuenta con datos mucho más escasos, ya que tan sólo aparecen reflejados desde 1746 hasta
1750, con un lapso de tiempo hasta 1777. Además, el carácter de la información
no es constante, en algunos años no se reflejan los bautismos, defunciones y
matrimonios, y en otros los párvulos no aparecen registrados.
La información entresacada de las matrículas ha sido sintetizada mediante tablas
de datos y gráficos para facilitar su comprensión, que finalmente ha proporcionado varias conclusiones expuestas a continuación.
22
Ver el trabajo referente a estos años realizado por MALLÉN ALCÓN, C., “Cantavieja en a
primera mitad del silgo XIX panorama de la población a partir de los registros de defunción”,
Baylías, n. º 2, Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense, Cantavieja (Teruel), 2005.
27
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Medias de los diferentes períodos:
CASTELLOTE
1747-57 1757-67 1767-77 1777-87 1787-93 Media
Nacimientos
37’5
49’8
52
53’7
54
50’8
Muertes A
19’6
20
21
22’5
22
21’2
Muertes P
18
22
39’5
29’5
29
27’6
Muertes T
37’6
42
60’5
52
51
48’6
Matrimonios
8’3
15’7
13’3
13’8
13’2
12’8
CANTAVIEJA
1747-57 1757-67 1767-77 1777-87 1787-93 Media
Nacimientos
51’8
67’6
60’7
63’1
60´8
60’8
Muertes A
26’8
23’8
22’8
31’2
34´8
27’8
Muertes P
20
25’2
24
21’4
24’1
22’9
Muertes T
44
49
46’8
52’6
59
50’2
Matrimonios
18’7
17’5
14’2
15’3
20’4
17’22
ALIAGA
1747-57 1757-67 1767-77 1777-87 1787-93 Media
Nacimientos
40
38
39
Muertes A
20’6
12
16’3
Muertes P
15’6
7
11’3
Muertes T
36’2
19
27’6
Matrimonios
8’8
8
8’4
28
Demografía
2006
Se puede distinguir como existen periodos en los que el número de nacimientos
y muertes permanece constante, mientras que también se aprecian picos que
señalan problemáticas concretas y diferencias entre las localidades. Así, aunque
en el caso de Castellote se experimentó aumento considerable de las muertes de
párvulos durante el período 1767-77; en Cantavieja el número de nacimientos
y muertes permaneció constante durante toda la segunda mitad de la centuria,
quizás sólo la mortalidad de adultos experimentaría un ligero crecimiento a fines
de siglo, y por lo tanto la mortalidad en general. Respecto a Aliaga no es posible
realizar ningún comentario a este respecto porque la falta de datos sobre este
decenio hace imposible cualquier análisis sobre este aspecto.
La mortalidad infantil merece un examen aparte por el alto porcentaje del período. Durante el Antiguo Régimen, la mortalidad afectaba fundamentalmente a los
párvulos. La muerte prematura era tan frecuente que “los siete años” encerraban
un contenido antropológico, así, para los teólogos sólo a partir de esta edad
se desarrollaba la libre voluntad. Anderson señala que su difícil supervivencia
solía ocasionar que prácticamente no se les tuviese en cuenta23. Normalmente
a los ocho años recibían la confesión y la extremaunción, y la comunión no la
tomaban hasta los doce o catorce años; de este modo, se puede considerar que
a los niños párvulos se les negaba hasta la cristiandad. La Iglesia sólo comenzó
a preocuparse por su recuento en las matrículas pascuales a partir de la segunda
mitad del XVIII, ya que le interesaba hacer un cálculo económico del número de
sepulturas que debía de subvencionar; la mortalidad infantil era abrumadora.
Las causas fundamentales de mortalidad eran: las enfermedades –en el XVIII
la viruela–, el hambre –en algunas regiones españolas era la primera causa–, y
las guerras, los accidentes y las catástrofes naturales; pero además de a estas
cuestiones la población infantil se veía obligada a enfrentarse al abandono y
al infanticidio. La mortalidad en Europa durante el siglo XVIII decrecía paulatinamente, mientras que en la España interior “se estanca hasta que alcanza
una línea regresiva en el primer cuarto del siglo XIX”. Pero a pesar de dicho
estancamiento, la obra de Pérez Moreda subraya una serie de periodos en los
que España experimentó graves crisis: 1762-65, 1780-82, y 1787-88. Si comparamos estos momentos de dificultad con lo que estaba ocurriendo en Castellote,
se aprecia como los datos concuerdan con el número de muertes sufridas durante
23
ANDERSON, M., Aproximaciones a la historia de la familia occidental (1500-1914), Siglo XXI, Madrid, 1988.
29
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
estos años; mientras que en el caso de Cantavieja también se corresponden con
los años indicados por Pérez Moreda, aunque, como se indicará posteriormente,
se vio afectada en menor medida24.
Así pues, Castellote pasó de 22 muertes en 1760 a 74 muertes tan sólo un año
después; del mismo modo que, Cantavieja, contó con 42 muertes en 1760 y con
109 al año siguiente. Posteriormente, también encontramos caídas de población
importantes, así, en Castellote en 1768 y 1769 murieron 98 y 89 personas respectivamente; en este caso Cantavieja también se vio menos afectada, pues el
número de muertos fue comparativamente mucho menor, 59 en 1767 y 62 en
1768. Todas estas muertes eran debidas a las epidemias de viruela que sufrió
Alcañiz desde 1766 hasta 1768 y que se extendieron por las zonas colindantes.
Como se puede imaginar, el porcentaje más alto de las muertes correspondía a
los párvulos, un ejemplo de ello es la muerte en Castellote en 1768 de 27 adultos
frente a 71 párvulos.
Aún así, en los años sesenta gran parte de las crisis fueron causadas por problemas de subsistencias, mientras que, avanzada la segunda mitad de siglo, la causa
principal fueron las enfermedades, fundamentalmente otro foco de viruela. Tras
el control de la peste en Europa, apareció esta epidemia imparable: la viruela.
Una enfermedad que no sólo no se consiguió controlar hasta 1796, cuando se
produjo el descubrimiento de la vacuna por Jenner, sino que se agudizó por
los propios médicos mediante su masiva inoculación. Los ilustrados del XVIII
consideraban que era deseable adelantar su dolencia para poder soportarla en el
mejor momento posible, por ello se decidieron a inocularla a pacientes sanos.
Con esta solución el virus se extendió todavía más. En Aragón fue el obispo de
Barbastro quien promocionó la inoculación en su diócesis y se generalizó en
1771. Otra de las enfermedades causante de mortalidad en España fue la fiebre
amarilla, pero esta solamente afectó a la zonas cálidas que tenían contacto con
América, es decir, Levante y Andalucía.
La crisis general de mortalidad más alta se produjo entre 1780-82 y sobre todo
afectó a la población infantil; fue causada principalmente por la viruela, el sarampión, la tos ferina y la difteria. La mortalidad infantil en esta crisis fue tal
que, como indica Pérez Moreda, “no podría haber sido clasificada como tal crisis
general en la zona, de haber examinado exclusivamente la mortalidad adulta”25.
24
PÉREZ, V., op. cit.
25
PÉREZ, V., op. cit.
30
Demografía
2006
En este estudio Pérez Moreda nos ofrece datos sobre la mortalidad de algunas
poblaciones aragonesas como La Almunia de Doña Godina, en la que durante
1781 murieron 154 párvulos frente a 50 adultos; una proporción que se asemeja
bastante a la de Castellote en 1782, momento en el que murieron 81 párvulos
frente a 23 adultos.
Aunque al parecer este foco no afectó a todos los pueblos de igual modo, Cantavieja no sólo sufrió muchísimo menos la viruela, ya que hubo comparativamente
menos fallecimientos, 82, si no que la diferencia entre la muertes de párvulos
y adultos fue mucho menor, 47 párvulos frente a 35 adultos. Tal vez, esto fuera
debido a que dado el mayor tamaño de la localidad, la población estuviera mejor
alimentada y por ello fuera capaz de afrontar mejor la recuperación, o porque la
epidemia le afectara más tardíamente o, incluso, más paulatinamente. Esta última hipótesis, podría ser posible, pues a partir de 1782, Cantavieja fue tomando
gradualmente un ritmo más alto de muertes hasta 1795, año en que murieron
98 personas. A este respecto se puede determinar que, si se observan los gráficos sobre mortalidad, mientras que Castellote experimentaba bruscas subidas y
bajadas, Cantavieja aumentaba su número de defunciones en relación al propio
crecimiento de sus habitantes y por ello podemos determinar que sufrió muchísimo menos los estragos de las epidemias, posiblemente por las cuestiones que
hemos apuntado anteriormente.
Respecto a la natalidad, cabe señalar que el número de nacimientos se mantenía
constante en ambos municipios, aunque, al igual que en lo relativo a la mortalidad, Castellote experimentaba más alteraciones que Cantavieja, sobre todo en el
primer periodo estudiado.
Durante el Antiguo Régimen, la sociedad empleaba controles preventivos para
garantizar el equilibro entre población y recursos. Tras una alta mortalidad, aumentaban los matrimonios ya que la muerte de los propietarios de los medios de
producción propiciaba que sus bienes estuvieran vacantes de usufructo. El aumento de matrimonios también suponía el de la natalidad hasta que se consideraba necesario frenarla a través del retraso de la edad de matrimonio, de medios
para impedir la fecundidad –como el alargamiento del período de lactancia-, o a
través del abandono o del infanticidio. Es posible encontrar un ejemplo de dicho
control preventivo en Castellote, así, tras un elevado número de muertes adultas,
como es el caso de 1767 con 41 defunciones, se aprecia como durante los años
posteriores aumentaron los matrimonios; en 1768 y 69 se produjeron 10 y 20
casamientos respectivamente, cuando la media era de 12’8. Otra muestra de ello
31
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
podrían ser las 38 uniones que se produjeron en 1763 tras tres años continuados
de alta mortandad.
Uno de los índices que muestran el estado demográfico de la población es la tasa
de natalidad y mortalidad. Para hallar estos datos se ha realizado una media de
los bautismos y defunciones reflejados en las matrículas, se ha dividido por una
población aproximada y multiplicado por mil.
El resultado en Castellote es una tasa de natalidad del 42´3%o y una tasa de
mortalidad del 40’5%o, teniendo en cuenta que no suele haber tasas de natalidad
superiores al 45%o ni por debajo del 15%o y que la media de tasa de mortalidad
es del 35%o, aunque en periodos de crisis puede llegar al 40%o, se puede determinar que en Castellote existía una alta tasa tanto de natalidad como de mortalidad. En el caso de Cantavieja se ha obtenido una tasa de natalidad del 33’7%o
y una tasa de mortalidad del 27’8%o, de modo que, las tasas eran mucho más
cercanas respecto a la media, incluso podríamos decir que la tasa de mortalidad
era bastante baja. Lo que sí coincide en ambas localidades es la diferencia existente entre natalidad y mortalidad, pues en ambos casos el porcentaje a favor de
la natalidad es bastante similar.
Los datos que obtenidos sobre Aliaga son más reducidos, ya que sólo ocupan
al primer y tercer periodo en los que hemos dividido los años tratados en el estudio. Los resultados son similares a los de Castellote, con una alta natalidad y
mortalidad, con un 43%o y un 30’6%o respectivamente.
32
Demografía
2006
Matricula Pascual Castellote 1781.
33
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
4) Otra vía de estudio: la historia oral. Un ejemplo de la vida
en las masías castellotanas durante el siglo XX.
También surgida de la historia social, la historia oral, que bebe de la etnografía,
método de investigación tomado de la antropología cultural, trata de reconstruir
formas de vida a través de la recopilación de testimonios orales, normalmente
a través de entrevistas. Así, gracias al hecho de que todavía podamos encontrar
personas que han nacido y crecido en masías, es posible reconstruir una realidad
a punto de desaparecer, si no lo ha hecho ya. Por ello, poder contar con informantes hace posible estudiar de un modo más cercano las masías, así, se trata
de un método que da frutos muy interesantes como demostraron: Juan M. Calvo
Gascón, Cristina Mallén o Carolina Ibor y Diego Escolano en sus respectivas
comunicaciones presentadas en el coloquio Mases y masoveros, pasado, presente y futuro organizado por C.E.D.D.A.R. y A.D.E.M.A. en 200426.
Aunque la historia oral traspase mi marco cronológico habitual, el siglo XVIII,
pienso que es de gran utilidad comprender formas de vida minoritarias, y por
qué no entender de primera mano un medio que todavía sigue existiendo, o al
menos muchos de sus conocedores. Comprender la vida en las masías durante el
siglo XX nos proporciona muchas pistas para ahondar en el pasado, sobre todo
porque se trata de un medio que, por sus características formales, ha presentado
una evolución muy lenta. Pero además de aproximarnos a cuestiones más generales, también proporciona pistas al historiador sobre genealogías o topónimos
que todavía hoy permanecen y que pueden ser de gran ayuda para comprender
el pasado. Asimismo, la comparación con el pasado puede ayudar a comprender
las causas de la actual desaparición de las masías.
Así, este verano me acerqué al mas de Ricol, situado a dos horas Castellote andando, y perteneciente administrativamente a las Planas de Castellote. Allí uno
de sus propietarios, Luis Carceller, pues se trata de conjunto de cinco masías,
me ofreció una entrevista sobre su vida en el mas durante su infancia y juventud,
hasta que ya después de casado marchó a trabajar a Barcelona. Dicha entrevista
me proporcionó datos básicos sobre la geografía del mas, la estructura demográfica del mismo, su economía, las relaciones sociales existentes en él, con
26
Mases, masías y masoveros. Pasado, presente y futuro, Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de las Áreas Rurales (C.E.D.D.A.R.), Zaragoza, 2005.
34
Demografía
2006
“el lugar”, o con los mases vecinos, así como aspectos culturales tradicionales.
Unas cuestiones que aisladas no llevan a ningún sitio, pero que unidas a otras
entrevistas, podrían componer un trabajo de campo muy enriquecedor.
Existe mucho trabajo en este sentido, y yo con este pequeño epígrafe tan sólo
quiero realizar una llamada de atención sobre esta forma de hacer historia, y sobre la premura que requiere, ya que con la desaparición de informantes también
lo hace parte de la historia.
Mas de Ricol
35
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
5- Estado de la cuestión y vías de investigación existentes
Como se ha indicado anteriormente, en España se han realizado numerosos trabajos sobre demografía histórica e historia de la familia. Respecto a los antecedentes existentes sobre investigaciones a cerca del Maestrazgo, despuntan algunas historias locales de carácter general, como la de José Altaba Escorihuela27
sobre Cantavieja, Gargallo Vidiella28 o Martínez Calvo29 a cerca de Castellote y
Esteban Mateo30 sobre Aliaga, que si bien son útiles para ofrecernos una imagen
global de los municipios, en su mayoría, no inciden en aspectos tan concretos
como la familia y la evolución demográfica. Respecto a trabajos sobre las masías, existen muchas investigaciones en Cataluña, como las realizadas por Ferrer
i Alós31, mientras que en Aragón, a pesar del estudio de Ruiz Budría32, Casabona
e Ibáñez33 sobre las masías en Mora de Rubielos, respecto a la zona del Maestrazgo han comenzado a desarrollarse gracias al coloquio antes citado, Mases y
masoveros y su consiguiente publicación, así como su segunda parte el II Coloquio Hábitat disperso y desarrollo rural, también organizado por C.E.D.D.A.R
y A.D.E.M.A. el pasado mayo en Cantavieja. Asimismo el citado artículo de
Cristina Mallén es un acercamiento a la demografía histórica de Cantavieja, que
abre paso para estudios posteriores en la localidad.
Así pues, dados los precedentes existentes en otras zonas de España y en otros
municipios aragoneses, la ausencia de trabajos relativos a la población, socie-
27
ALTABA ESCORIHUELA, J., Cantavieja y su Baylía, Castellón, 1987.
28
GARGALLO VIDIELLA, A., Castellote. Historia y belleza en la ruta del Maestrazgo,
Zaragoza, 1980.
29
MARTÍNEZ CALVO, P., Historia de Castellote y la comarca, Hechos y Dichos, Zaragoza,
1992.
30
ESTEBAN MATEO, L., Historia de Aliaga y su Encomienda Sanjuanista, J. Olmos Planells, Aliaga, 1989.
31
FERRER I ALOS, LL., Masies de Catalunya, Fundació Caixa de Manresa, Manresa,
2003.
32
RUIZ BUDRÍA, E., Hábitat disperso y explotación del territorio: las masías de Mora
de Rábielos, Seminario de Arqueologia y Etnologia Turolense, Colegio Universitario de
Teruel, Teruel, 1990.
33
CASABONA SEBASTIÁN, J. F. e IBÁÑEZ GONZÁLEZ, E. J. “Las masías de Mora de
Rubielos (Teruel) durante los siglos XIV al XVIII: aspectos históricos y arqueológicos”,
Kalathos, 11-12, Seminario de Arqueologia y Etnologia Turolense, Teruel, 1991-1992.
36
Demografía
2006
dad y estructura familiar del Maestrazgo turolense, y la enorme riqueza de las
fuentes con la que contamos –a pesar de las perdidas sufridas en las guerras del
XIX y XX– es necesario el auge de estudios a este respecto. De esta forma, la
investigación no sólo cubriría aspectos sin estudiar, sino que también ayudaría
a potenciar una zona que en la actualidad necesita de mayor número estudios
históricos.
6- Bibliografía
- ALTABA ESCORIHUELA, J., Cantavieja y su Baylía, Castellón, 1987.
- ANDERSON, M., Aproximaciones a la historia de la familia occidental (15001914), Siglo XXI, Madrid, 1988.
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Crítica, Barcelona, 1976, p. 103.
- CASABONA SEBASTIÁN, J. F. e IBÁÑEZ GONZÁLEZ, E. J. “Las masías
de Mora de Rubielos (Teruel) durante los siglos XIV al XVIII: aspectos históricos y arqueológicos”, Kalathos, 11-12, Seminario de Arqueologia y Etnologia
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- CASANOVA RUIZ, J., La historia social y los historiadores, Crítica, Barcelona, 2003.
- DOSSE, F., La historia en migajas: de “Anales a la nueva historia”, Edición
Alfons el Magnánim, Valencia, 1988.
- ESTEBAN MATEO, L., Historia de Aliaga y su Encomienda Sanjuanista, J.
Olmos Planells, Aliaga, 1989.
- FERRER I ALOS, LL., Masies de Catalunya, Fundació Caixa de Manresa,
Manresa, 2003.
- GARGALLO VIDIELLA, A., Castellote. Historia y belleza en la ruta del
Maestrazgo, Zaragoza, 1980.
- HERRERA GÓMEZ, M., Demografía e Ilustración en España, Edita Universidad de Granada, Granada, 1999.
- HOBSBAWM, E., Sobre la historia, Crítica, Barcelona, 1998, pp. 92-95.
37
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
- JULIÁ DÍAZ, S., Historia social/ Sociología histórica, Siglo XXI, Madrid,
1989.
- LANGLOIS, C. V. y SEIGNOBOS, C., Introducción a los estudios históricos,
Editora Universitaria, La Habana, 1965.
- LERMA LOSCOS, J., “La Escuela de Gramática de Cantavieja. Algunos datos
sobre su existencia en el siglo XVIII”, Baylías, n. º1, Centro de Estudios del
Maestrazgo Turolense, Cantavieja (Teruel), 2004.
- MALLÉN ALCÓN, C., “Cantavieja en a primera mitad del silgo XIX panorama de la población a partir de los registros de defunción”, Baylías, n. º 2, Centro
de Estudios del Maestrazgo Turolense, Cantavieja (Teruel), 2005.
- MARTÍNEZ CALVO, P., Historia de Castellote y la comarca, Hechos y Dichos, Zaragoza, 1992.
- Mases, masías y masoveros. Pasado, presente y futuro, Centro de Estudios
sobre la Despoblación y Desarrollo de las Áreas Rurales (C.E.D.D.A.R.), Zaragoza, 2005.
- PASAMAR ALZURIA, G., La Historia Contemporánea. Aspectos teóricos e
historiográficos, Síntesis, Madrid, 2000.
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XVI-XIX, Siglo XXI, Madrid, 1983.
- PÉREZ MOREDA, V., y REHER, D. S., Demografía histórica en España,
Ediciones El Arquero, Madrid, 1984.
- RUIZ BUDRÍA, E., Hábitat disperso y explotación del territorio: las masías
de Mora de Rábielos, Seminario de Arqueologia y Etnologia Turolense, Colegio
Universitario de Teruel, Teruel, 1990.
- SALAS AUSENS, J. A., “La población aragonesa: siglo XVIII”, BELTRÁN,
M., CORRAL, J. L. y SERRANO, E., Atlas de Historia de Aragón, I.F.C., Zaragoza, 1992.
7- Fuentes Documentales
- ARCHIVO DIOCESANO DE ZARAGOZA, Matrículas de Cumplimiento Pascual de Castellote (1747-1793), Cantavieja (1774-1795), Aliaga (1746-1776).
38
LA INDUSTRIA ANTES DE LA INDUSTRIA:
LA BAILÍA DE CANTAVIEJA
Antonio Peiró Arroyo*.
* Historiador y Jefe de Prensa de la Universidad de Zaragoza
Historia
2006
¿Puede desarrollarse una comarca con una producción poco especializada y
alejada de las vías de comunicación más importantes? Durante muchos años,
esta pregunta no ha tenido respuesta porque ni siquiera se planteaba. Parecía
evidente que no y esta afirmación servía para cualquier territorio. Lógicamente,
también para la bailía de Cantavieja, sobre la que reflexionaremos en las líneas
que siguen1.
Desde la perspectiva de comienzos del siglo XXI puede verse a la provincia de
Teruel como un territorio casi desértico, de baja densidad de población e industria prácticamente inexistente. Esta visión ha sido extrapolada hacia el pasado,
1
Las presentes reflexiones proceden de la conferencia pronunciada el 28 de octubre de 2006
en Cantavieja, con el título «El proceso histórico de la industria en el Maestrazgo», dentro de los «IV Encuentros en el Paraíso», organizados por la Asociación Centro Cultura
de Cantavieja y coordinadas por Cristina Mallén, a quien quiero agradecer las facilidades
dadas. Aunque en ella me referí a toda la comarca, he reducido aquí nuestras reflexiones
a la antigua bailía de Cantavieja (compuesta por esta villa, así como por Cañada de Benatanduz, La Cuba, La Iglesuela del Cid, Mirambel, Tronchón y Villarluengo), un ejemplo
claro de industria sin gremio. La documentación citada está estudiada ampliamente en mi
libro Tiempo de Industria. Las Tierras Altas turolenses, de la riqueza a la despoblación.
Zaragoza, Centro de Estudios para la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales-Instituto
de Estudios Turolenses, 2000, 249 p., 3 h.; por lo que evitaré repetir aquí referencias documentales innecesarias.
41
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
haciéndonos creer que algunas comarcas están deprimidas, porque siempre lo
han estado. La baja densidad de población se interpreta como estructural, fruto
del relieve montañoso de la zona y de su relativo alejamiento de las principales
vías de comunicación. Esta visión, ampliamente extendida, era tan irreal como
complaciente, y justificaba una política de pasividad, en la que cualquier acción
contra la despoblación era vista como una iniciativa romántica condenada al
fracaso2.
Sin embargo, aunque el relieve o la lejanía condicionan la vida de h-ombres y
mujeres, no son suficientes para impedir que una organización racional de la
actividad económica abriese amplias posibilidades de desarrollo. En 1786 la
Bailía de Cantavieja tenía el 1,09 % de la población aragonesa, pero sólo el 0,91
% de su territorio. Que la densidad de población fuese superior a la media aragonesa debería hacernos reflexionar. Dentro de Aragón había en esa épocas zonas
mucho más fértiles (las de regadío situadas en torno al Ebro y sus principales
afluentes) y mucho mejor comunicadas. En 1877 la población de la Bailía ascendía a 8.136 habitantes; en 2001 apenas son 1.817. Salvo pequeñas variaciones,
el clima sigue siendo el mismo; las difíciles comunicaciones son mucho mejores
que las de hace uno o dos siglos (ver cuadro de la página siguiente).
¿A que se debía este desarrollo? Hace poco más de treinta años comenzaron a
publicarse trabajos de lo que luego, siguiendo el libro de Pieter Kriedte, Hans
Medick y Jürgen Schulmbohm –que tuvo gran impacto entre los historiadores–,
se llamó «industrialización antes de la industrialización». Hasta entonces, la
visión más extendida sobre el origen de la industrialización era la que habíamos adquirido en el colegio: comenzaba en algunos países europeos (Inglaterra,
norte de Francia, Renania) en la segunda mitad del siglo XVIII, ligada a la invención de la máquina de vapor. Antes no había «industria», sino «artesanía».
«Industrialización» era, casi, sinónimo de «mecanización». La industrialización
llegaría a España de forma tardía, en los últimos años del siglo XIX o los primeros del XX, salvo algunas regiones donde llegaría antes, a mediados del XIX,
como Cataluña y poco más.
2
La situación ha cambiado claramente desde la última década del siglo XX por la introducción de nuevas variables, como son el turismo rural, la valoración de los productos
de calidad, la comunicación electrónica o el proceso comarcalizador, que han abierto el
abanico de posibilidades de desarrollo.
42
Historia
2006
Año
Vecinos
Habitantes
% Aragón
1495
530
2.385
1,01
1647
397
1.787
0,56
1718
427
1.922
0,96
1776
1.091
4.910
0,93
1786
-
6.659
1,09
1797
1.404
6.318
0,96
1857
-
7.825
0,89
1877
-
8.136
0,91
1887
-
8.134
0,89
1900
-
7.593
0,83
1910
-
7.591
0,80
1920
-
7.003
0,70
1930
-
6.464
0,63
1940
-
5.773
0,55
1950
-
5.461
0,50
1960
-
4.470
0,40
1970
-
3.282
0,28
1981
-
2.807
0,23
1991
-
1.857
0,15
2001
-
1.817
0,15
Cañada de Benatanduz no aparece en el censo de 1647.
43
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Pero, ¿qué pasaba antes?, ¿por qué producir paños con ayuda de la energía del
vapor de agua era tan diferente de producirlos con la energía humana? Por otra
parte el concepto de «artesanía» que todos teníamos estaba ligado a una actividad muchas veces marginal, con una pequeña capacidad de producción y con
mercados casi siempre locales; una actividad en la que la innovación tecnológica no tiene terreno. Para el Diccionario de la Real Academia Española, artesanía
es «clase social constituida por los artesanos» y «arte u obra de los artesanos»,
y artesano es «perteneciente o relativo a la artesanía» y «persona que ejercita un
arte u oficio meramente mecánico. U. modernamente para referirse a quien hace
por su cuenta objetos de uso doméstico imprimiéndoles un sello personal, a diferencia del obrero fabril». Y si aún queremos seguir con las definiciones: «Dicho
de un oficio o de una obra: Que exige más habilidad manual que intelectual».
En definitiva, hemos de retener los conceptos «por su cuenta», «sello personal»,
«más habilidad manual que intelectual» y «uso doméstico».
¿Era esta la situación que existía en Europa antes de la llegada del vapor? No, no
lo era. Muchos trabajadores lo eran por cuenta ajena y la producción se llevaba
a cabo de forma masiva (la habilidad más manual que intelectual es común a
muchas profesiones, siempre que no innoven). Cuando se volvía la vista a la
Europa de los siglos anteriores al XVIII, se encontraba un gran número de personas que producían un gran número de objetos. Gran parte de ellos eran textiles
(de lana y de seda), pero había también otros muchos que no lo eran. Y regiones
enteras tenían su producción como actividad prioritaria.
Esta era también la situación existente en amplias zonas de Aragón. El problema era que seguíamos pensando en términos de «artesanía». Buena parte de la
culpa la tenía el autor más importante para la historia de la economía aragonesa,
Ignacio de Asso, que al referirse al panorama industrial de Aragón en la última
década del siglo XVIII únicamente señalaba la existencia de industria textil en
catorce localidades aragonesas. El error era considerar que por hacerlo así, la
industria estaba ausente de las demás localidades.
La publicación de varios trabajos sobre la industria dispersa desde comienzos de
la década de los setenta cambió completamente las perspectivas de análisis. Era
necesario volver a la documentación de la época y reinterpretarla, buscando si
existía o no este tipo de industria. No se trataba de buscar la actividad «preindustrial» (que hubiese desembocado en la industria moderna), sino la «protoindustrial» (no necesariamente relacionada con los centros industriales posteriores).
No sólo era necesario volver a las fuentes sino que, ante todo, se necesitaba un
cambio de mentalidad.
44
Historia
2006
El proceso de especialización geográfica.
Durante los siglos XVII y XVIII tuvieron lugar en Aragón varios procesos de
especialización productiva, diferentes para cada zona geográfica. En la central
(que comprendía la mitad meridional de la actual provincia de Huesca, la mayor
parte de Zaragoza y la comarca de Jiloca), la transformación consistió en que la
exportación de cereales dejó de ser el destino dado a los excedentes para convertirse en el principal motor de la economía, de forma que a fines del siglo XVIII
buena parte de la producción se hallaba vendida antes de haber sido cosechada,
siendo destinada básicamente al mercado catalán. Esta transformación no afectó
sólo a la estructura de cultivos. Uno de sus efectos fue el hundimiento de la producción textil y el destino a la agricultura de una proporción creciente de la fuerza de trabajo. Siguieron existiendo algunos centros industriales –básicamente
textiles–, como Zaragoza (y, posiblemente, otras como Huesca y Tarazona), que
mantenían mercados amplios dentro de Aragón, aunque progresivamente reducidos por la competencia de los comerciantes catalanes, castellanos y vas-cos.
El Bajo Aragón, se especializó –desde los últimos años del siglo XVI o los primeros del XVII– en la producción de aceite, que en 1769 llegó a suponer el 55
% del valor de la producción agrícola de la comarca, proporción que superada
ampliamente en muchas poblaciones.
En la zona meridional (los partidos de Albarracín, Teruel y la parte del de Alcañiz entonces conocida como «las Bailías»), se produjo una especialización textil, en la que junto a algunos grandes núcleos productores existía una importante
producción dispersa. Esta especialización estaba especialmente adaptada a las
zonas de montaña, con una agricultura de subsistencia y una abundante producción de lana, que era transformada durante el invierno y vendida en los meses
más cálidos en una amplia zona, que abarcaba gran parte de Aragón, así como
diversas poblaciones de las dos Castillas, Valencia y Murcia.
Aunque estamos aún en una época preestadística, un primer dato podría ser significativo. De acuerdo con el Censo de 1786 (el primero de cierto valor estadístico) el 23,1 % de la población activa de las Tierras Altas turolenses se dedicaba
a la industria, frente al 13,7 % del promedio aragonés y el 15,9 % de la ciudad
de Zaragoza. En la Bailía de Cantavieja, la proporción alcanzaba el 22,0 %,
alcanzado el máximo en la villa de Cantavieja con un 31,8 %. Sólo Villarluengo
aparece sin población dedicada a la industria.
Esta población es la registrada en el censo como «artesanos» y «fabricantes».
Hay que preguntarse por el significado de ambos conceptos allí donde no había
45
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
gremios organizados. Sólo pueden referirse a quienes tenían la industrial como
principal actividad, no necesariamente exclusiva. Como tampoco la agricultura
era la única actividad de los registrados como «labradores». Por eso se entiende
que en 1786 en Villarluengo no apareciesen «artesanos» ni «fabricantes», pero
que dos años antes se fabricasen allí paños y lienzos.
Otro dato de interés es que en 1842 la riqueza industrial y comercial de la Bailía
representaba el 37,0 % del total de su riqueza imponible, proporción que en La
Cuba ascendía al 83,3 %.
Fábrica de papel y luego textil en Villarluengo
46
Historia
2006
El concepto de protoindustrialización.
¿Qué era la protoindustrialización? Desde que en 1972 F.F. Mendels acuñó el
término, se ha utilizado abundantemente y con él se ha denominado a un conjunto de fenómenos muy diferentes, sin que los diversos autores ni siquiera de
pongan de acuerdo al preferir el uso de «industria rural dispersa» o de «protoindustrialización». Algunas de sus principales características son las siguientes:
a) La producción está destinada a mercados extrarregionales e, incluso, internacionales, lo que la dota de un alto grado de autonomía con respecto a
las coyunturas locales.
Los tejidos producidos en las Tierras Altas turolenses se vendían en una zona
muy amplia. La extracción al Reino de Valencia está documentada ya a mediados del siglo XV. Todas las noticias que tenemos son coincidentes, y de
ellas se desprende que la zona en la que se vendían los textiles de las Tierras
Altas era muy amplia. Comprendía, probablemente, todo el Sistema Ibérico
y el valle del Ebro, en Aragón; se extendía por la mayor parte de la Península:
Castilla (provincias de Burgos, Soria, Madrid y Cuenca), Cataluña, Valencia
y Murcia; y alcanzaba a Francia (probablemente, tan solo en Languedoc). En
1677 Pedro Borruel señalaba que los paños Teruel y Albarracín se llevaban a
Italia y a otros países, y que en su tiempo había cesado este comercio.
Para el Maestrazgo disponemos de pocos testimonios concretos, pero la
situación no debía de ser muy diferente. Asso afirma que «los vecinos de
Cantavieja, Aliaga y Castellote obtuvieron firma en 1573, alegando que estaban en posesion de sacar sus paños a Valencia, y Cataluña, pagando dos
sueldos por cada pieza de paño deceno, doceno y catorceno». La firma era
un reconocimiento de derecho que hacía el Justicia de Aragón; no creaba el
derecho, sino que reconocía el ya existente, por lo que este podía ser muy
anterior. Otro ejemplo de exportación llevado a cabo desde la Bailía era el de
los sombreros fabricados en Tronchón, que en 1800 se vendían en Zaragoza
y Valencia.
Sombreros de pelo de conejo de Tronchón.
www.tronchon.info.
47
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
b) Los campesinos trabajan en la industria como actividad complementaria, cubriendo los tiempos muertos que les deja la agricultura, consiguiendo así recursos complementarios que les permiten asegurar la subsistencia. Esta actividad
tiene lugar de forma estacional (lo más frecuente) o por sexos, aunque puede
haber casos extremos que ocupen a familias enteras a jornada completa.
En la Bailía únicamente se producían dos materias primas importantes: cereales y lana. Debido a las condiciones naturales, la producción por unidad
de semilla era muy baja: a fines del siglo XVIII apenas era de 3 ó 4 por uno,
cuando el promedio en Aragón estaba en 6 por uno. Se trataba de una agricultura extensiva, en la que los labradores disponían de tiempo ab-undante
que utilizaban para completar sus ingresos con los de la fabricación textil.
En el último tercio del dicho siglo la presión demográfica llevó a la roturación de nuevos terrenos, en perjuicio de los pastos y de la ganadería. En
Cantavieja el número de cabezas de ganado lanar y cabrío pasó de 36.000
en 1766, a apenas 13.000 treinta años después. Para dos economistas de la
época, Antonio Arteta y Dámaso Generés, las de mayor calidad de Aragón
eran las del partido de Albarracín, la del de Teruel y la de las Bailías, por éste
orden. Parte de la producción se vendía en Cataluña y Francia.
Los labradores dedicaban al tejido de la lana parte de su tiempo. En la cercana Comunidad de Teruel, en 1777 los hombres de los pueblos se dedicaban
de abril a octubre a los trabajos de agricultura y luego quedaban sin ocupación durante el invierno. Cuando era necesario, la actividad industrial no
solamente ocupaba a los varones, sino a todos los miembros de la familia.
c) Otra característica era que el control de la producción se realizaba desde
la ciudad, generalmente por un comerciante que realizaba los pedidos, adaptándose a esta demanda el ritmo de la producción. Como luego veremos,
el papel que en otros lugares jugaban los comerciantes fue desempeñado
durante el siglo XVIII en las Tierras Altas por el Estado, lo que fue una de
las causas que motivó que el hundimiento industrial de la zona fuese irreversible cuando tuvo lugar la crisis de la Hacienda.
d) Finalmente, hay que señalar la relativa debilidad del sistema feudal. Los ejemplos más claros de zonas protoindustriales corresponden a aquellas en que los
campesinos disponían de una relativa libertad para organizar su trabajo, lo que
rara vez ocurría en aquellas que tenían señores seculares. En cambio, en las
Tierras Altas turolenses predominaban las poblaciones pertenecientes a las comunidades de Teruel y Albarracín, y a la Orden de San Juan (como en el caso de
la Bailía), que gozaban de más libertad que los vasallos de señores seculares.
48
Historia
2006
Las actividades industriales.
Las actividades industriales eran variadas. La más extendida, y también la mejor
conocida, era la industria textil. En la Bailía de Cantavieja los fabricantes de
productos textiles no estaban agrupados en ningún gremio (el único existente en
el Maestrazgo era el de pelaires y tejedores de Villarroya de los Pinares, al que
en 1582 Felipe II concedió un privilegio, que fijaba sus cargos directivos y la
forma en que habían de ser examinados).
La única localidad de la Bailía para la que no hemos hallado menciones de producción textil es Cañada de Benatanduz, pero muy probablemente también la
tuvo. La documentación de los siglos XVI al XIX habla de la existencia de un
batán en La Iglesuela del Cid y de batanes, en plural, en Cantavieja; de un tinte
en Tronchón y de tintes, también en plural, en Mir-ambel. Los productos citados
eran los siguientes (seguramente la relación era más amplia):
- Cantavieja: Estameñas, lienzos, paños, sayales y sombreros.
- Cuba, La: Tejedores (sin especificar).
- Iglesuela del Cid, La: Cordellates, estameñas, lienzos y telas.
- Mirambel: Cordellates, estameñas, lienzos y paños.
- Tronchón: Paños y sombreros.
- Villarluengo: Lienzos y paños.
Otra producción importante era la que tenía como base las fichas vegetales. Las
alpargatas se fabricaban en Villarluengo, Tronchón (donde en 1801 se empleaban treinta vecinos), y Mirambel, donde «à excepcion de mui pocos labradores, todos son alpargateros, algun tejedor, algun pelaire, pocos sastres, tal qual
carpintero; pero todos estos artesanos, y labradores son muchos menos que los
Cerámica de Tronchón
(www.tronchon.info)
49
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
alpargateros». En La Cuba se trabajaba el esparto: en 1801 se consumían anualmente 76 Tm. (compradas en el Reino de Valencia), con las que se fabricaban
de 1.750 a 2.000 esportones, así como esteras capazos para prensar la aceituna,
que luego se exportaban produciendo una utilidad de 8.400 reales de vellón,
trabajando en su fabricación hombres, mujeres y niños.
Centro de Interpretación del Esparto en La Cuba.
50
Historia
2006
También era importante la producción de loza. En 1784 había una fábrica en
Cantavieja y cuatro en Tronchón, ésta última con ocho empleados. En Cantavieja se producían anualmente 216.000 piezas. En años posteriores aumentó la producción en Tronchón, donde en 1801 «hay 6 fábricas de loza comun y entrefina,
y manufacturan al año 300 cargas [45 Tm.] de dicha loza: pero si tubiesen igualmente caudal, manufacturarian mas de 600», exportándose a Aragón y Valencia
(la más fina se llevaba a Zaragoza). En 1830 seguía habiendo seis alfarerías y
dos años más tarde eran ya ocho.
Otras actividades también estaban representaban en la Bailía En 1784 había
dos fábricas de jabón en Villarluengo, que producían 1,9 Tm. al año. En esta
misma localidad había en 1828 una fábrica de papel continuo de gran calidad,
propiedad de los señores Temprado. En los años siguientes, durante la primera
Guerra Carlista, funcionó en la zona una imprenta volante que editó impresos
en Cantavieja en 1837. Finalmente, hay que señalar otras actividades industriales, cuyo mercado era local. Existían también otras actividades industriales, que
respondían a un mercado local, como los zapateros de Cantavieja. Finalmente,
hay que señalar que existían canteras de mármol –sin apenas explotación– en
Tronchón y Cantavieja, y que en esta última villa había indicios de ámbar.
Cerámica de los alfares de Cantavieja y Montoro de Mezquita
51
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
El proceso histórico de la industria textil.
La actividad textil en las Tierras Altas era muy antigua y probablemente comenzó a desarrollarse poco después de la conquista del territorio. En 1177 el Fuero
de Teruel recoge disposiciones referentes a sastres, tejedores, pelaires, tintoreros
y bataneros, y en 1200 ya había pelaires en Albarracín. La cuestión no consiste
en conocer cuando comenzó a existir industria textil, sino en saber a partir de
que momento y por que razones el incremento de la producción, la fuerza de
trabajo ocupada y las relaciones comerciales establecidas, determinan el crecimiento cualitativo de la industria y permiten hablar de protoindustrialización.
Este crecimiento sólo fue posible cuando la trashumancia para el ganado permitió aprovechar las posibilidades de alternar los pastos de invierno y de verano, lo
que sólo fue posible tras la conquista de los reinos de Valencia y Murcia, lo que
nos lleva a la segunda mitad del siglo XIII. Se trata de una mera hipótesis, ya que
la documentación escasea hasta el comienzo de la edad moderna.
Probablemente, la mejora climática experimentada desde comienzos del siglo
XVI influyó sobre el crecimiento demográfico experimentado en las Tierras
Altas durante el último tercio del siglo XVI y la primera mitad del XVII. Por
otra parte, el periodo 1515-1670 coincide con la ejecución de numerosas obras
arquitectónicas importantes, que denotan la riqueza de la zona en ésta época.
Entre las obras de arquitectura civil llevadas a cabo en la Bailía se encuentran
ayuntamientos construidos o reformados (Cañada de Benatanduz en 1540, Cantavieja en 1575, Mirambel en 1583 y Villarluengo en 1590-1593) y lo mismo
ocurre con obras de arquitectura religiosa (ermita de la Virgen del Cid en Iglesuela del Cid en 1546, iglesia parroquial de esta localidad en 1577, parroquial
de Tronchón a partir de 1612, y portada de la de Cantavieja en 1664). Desde la
segunda mitad del siglo XVI comenzamos a tener noticias sobre industria textil
en la Bailía, como la firma del Justicia antes citada, otorgada en 1573.
Desde mediados del siglo XVII la industria textil aragonesa entró en crisis, al igual
que la economía española de este periodo. Desde 1640 se habían introducido en
Aragón numerosos productos textiles franceses, como sombreros, tejidos de lana,
pasamanos, tafetanes y colonias. A pesar de las numerosas peticiones dirigidas a las
Cortes celebradas en Zaragoza en 1646 no se tomó ninguna decisión, ni se renovó
el Fuero de 1626 que prohibía importar tejidos en Aragón. Como consecuencia, la
posición de los textiles aragoneses se hundió en el mercado interior y el número de
personas dedicadas a fabricarlos se redujo notablemente en las poblaciones de la
zona central. Paralelamente, en las Tierras Altas se redujo el número de cabezas de
ganado y el comercio de lana se concentró en manos de pocos mercaderes.
52
Historia
2006
La respuesta a la crisis fue la adaptación a un nuevo mercado: la pañería ligera.
Las bayetas habían llegado a Aragón probablemente en la segunda mitad del
siglo XVI y comenzaron a fabricarse a finales de siglo. En 1602 se documenta
por primera vez la producción en las Tierras Altas, en Cabra de Mora, mientras
que en la vecina Villarroya de los Pinares no hemos encontrado noticias sobre
su producción hasta 1704.
En 1707 –en plena Guerra de Sucesión–, Melchor Tonda y Serret dirigió un memorial al rey, proponiéndole la fabricación en Rubielos de Mora de bayetas para
forro del vestuario de las tropas. Tonda no era un artesano, sino que constituye
un ejemplo de como el control del mercado estaba en manos de comerciantes.
Su bisabuelo, Salvador Tonda, domiciliado en Teruel, fundó en 1648 la colegiata
de Rubielos de Mora. Melchor asistió a las Cortes de Zaragoza en 1702, por el
brazo de caballeros e hijosdalgo, estando domiciliado entonces en Fortanete.
Su hermano Gaspar también era mercader. En 1661 vivía en Fortanete y tenía
administración en Cantavieja, y al año siguiente varias comandas en Tronchón.
Tronchón, Fortanete, Cantavieja, Rubielos de Mora y Teruel eran parte de una
red de producción y venta, seguramente mucho más amplia.
El ofrecimiento es, probablemente, el primero hecho con este objeto. En los
años sucesivos le seguirían otros muchos. En la vecina Villarroya de los Pinares,
entre 1718 y 1720 se encargaron a sus pelaires y teje-dores 150.000 varas para
el vestuario de las tropas que se embarcaron en 1718 en la expedición de Sicilia.
En 1729 el ejército hizo un nuevo pedido: 45.000 varas de guerguillas, que fueron fabricadas en apenas seis meses. A éstas siguieron otras peticiones: en 1767
y 1768 el ejército les encargó hasta 110.000 varas de paño, y en 1794, 8.000
varas. La producción de 1729-1730 fue el 52 % de la Segovia en el mismo periodo, el principal centro español de producción textil: cuando existía demanda,
los pelaires y tejedores de Villarroya de los Pinares tenían una capacidad de producción muy alta. También las localidades de la Comunidad de Teruel tuvieron
importa-ntes demandas por parte del ejército a lo largo del siglo XVIII.
Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII se produjo el descenso de la producción
industrial en Villarroya de los Pinares, que sólo se recuperaba cuando existía
una demanda específica. En 1734 había en la villa al menos 129 pelaires, que en
1796 se habían reducido a 78, una disminución de casi el 40 %. En este último
año el alcalde, los regidores y los gremios de pelaires y tejedores solicitaron al
Consejo de Castilla que confirmase el privilegio de Felipe IV, para poder cortar
varios abusos que hacían declinar la fabricación. La Audiencia de Aragón infor-
53
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
mó en 1801, afirmando que se creaban maestros hasta a niños de poca edad, que
se compraban tejidos en pueblos donde se fabricaban defectuosos para venderlos con la marca de la villa y que los veedores dejaban pasar las trocas sin visura
y los cordellates sin cerrar bien. Así pues, una parte de los tejidos que aparecían
como fabricados allí lo eran en otras localidades, entre las que muy probablemente se encontraban las de la Bailía.
En Tronchón la producción de sombreros aumentó en las dos últimas décadas
del siglo. En 1784 había dieciseis fábricas (que daban trabajo a veinte personas),
produciendo 3.600 sombreros. Dieciseis años más tarde, ya había «28. fábricas
de sombreros vastos que al año manufacturan de 12 a 15.000 sombreros; y si
tuvieran caudal, manufacturarían 30.000».
En ésta se produjo durante la segunda mitad del siglo XVIII un crecimiento demográfico sostenido. En todas las localidades, menos en Cañada de Benatanduz,
se produjo el crecimiento del número de bautismos, alcanzándose tasas tan altas
como el 0,82 % anual acumulativo en Mirambel y el 0,77 % en Tronchón (el
promedio de la Bailía fue del 0,38 %), a pesar de que los años 1748, 1749, 1761,
1795, 1804 y 1805 parecen haber sido de fuerte mortalidad.
Sin embargo, el modelo estaba a punto de agotarse. Por una parte, la Guerra
de Independencia llevó consigo la caída de la cabaña ganadera y entre 1808
y 1814 el número de cabezas de ganado lanar descendió un 57 % en Tierras
Altas. La definitiva crisis y declive de la industria textil de las Tierras Altas
llegó de la mano de la crisis que sufrió la Hacienda después de la guerra. El
Estado había sido el cliente más importante, el único que realizaba regularmente grandes pedidos. Éstos desaparecieron al entrar la hacienda en crisis.
Por otra parte, la industria textil de las Tierras Altas estaba descapitalizada
en el siglo XVIII. Los pequeños productores carecían de capacidad para introducir innovaciones tecnológicas. Podían tenerla los comerciantes por cuya
cuenta trabajaban en otras zonas los productores individuales, pero aquí papel
era desempeñado por el Estado. La crisis de la Hacienda llevó a la industria
textil a la crisis.
Aunque la información es incompleta, sabemos que en 1827 la fábrica de estameñas, bayetas y cordellates de la vecina Miravete de la Sierra estaba sin
uso por falta de numerario. La primera Guerra Carlista fue otro golpe para la
industria turolense, porque interrumpió brusca y continuadamente las rutas de
trashumancia y la posibilidad de exportación de los productos textiles.
54
Historia
2006
La fase final de la industria dispersa.
La descapitalización impidió la introducción de novedades tecnológicas, básicamente máquinas hidráulicas. En 1868 Pedro Pruneda señala en la Bailía únicamente la fabricación de loza y productos de alfarería en Cantavieja. En 1872
se creó en Villarluengo la empresa «Iñigo, Artola y Cía.». La permanencia de
iniciativas como estas no es suficientemente conocida y debería ser objeto de
investigación porque, como hemos visto, la población de la Bailía alcanzó su
máximo en el último cuarto del siglo XIX.
Cuando la industrialización afectó a zonas con recursos agrícolas insuficientes
y carente de centros urbanos (como fue el caso de varias zonas montañosas), se
produjo una desindustrialización que dejó a la zona implicada en una situación
agrícola atrasada. Cuando la protoindustrialización se produjo en una zona agrícola desarrollada, con un centro urbano comercial, es casi segura la evolución
hacia la industria moderna. El caso de las Tierras Altas fue traumático. En el
siglo XVIII, el único comprador importante era el Ejército, que dejó de serlo tras
la quiebra de la Hacienda después del la Guerra de Independencia.
La fabricación de productos textiles era una actividad complementaria de la
producción cerealista y ganadera a la que las economías familiares no podían
renunciar. Privada de capitales que permitiesen su modernización, falta de la
abundante materia prima de que antes había dispuesto y sin poder contar con su
principal cliente, la industria textil de las Tierras Altas no pudo sino agonizar a
lo largo del siglo XIX, de manera que un siglo después ni siquiera su recuerdo
pervive entre nosotros.
55
DON PÍO BAROJA Y NESSI
GENIO, FIGURA Y HONOR
José Miguel Marín Porcar*
* Escritor aficionado y gran admirador de la obra de Pío Baroja.
Biografía
2006
Biografía
Pío Baroja y Nessi nació un 28 de Diciembre de 1872 (día de los Santos Inocentes) en el País Vasco, casa nº 6 de la calle Oquendo de la ciudad de San Sebastián; la casa que le vio nacer había sido construida por su abuela paterna, Doña
Concepción Zormosa.
Pío Baroja era hijo de Don Serafín Baroja y Zormosa, nacido en San Sebastián
un hombre muy dado a trabajos importantes, era ingeniero de minas, siendo
encargado de la explotación de la minas de Río Tinto antes de 1873, después
pasaron a capital inglés.
59
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Cuadro familiar de Pío Baroja
Nombre
Lazo
Nació
Año
Murió
Año
Pío Baroja Nessi
El mismo
S Sebastián
1872
Madrid
1956
Pío Baroja Arrieta (1)
Abuelo p. -
-
-
-
Concepción Zormoza (1)
Abuela p.
-
-
-
-
Gertrudis Goñi Alzate
Abuela m. -
-
Madrid
1887
Serafín Baroja Zormoza (2) Padre
S Sebastián
1840
Vera Bida.
NA
1912
Carmen Nessi Goñi (2)
Madre
Madrid
1850
Madrid
1935
Darío Baroja Nessi
Hermano
Mi. Río Tinto
1870
Valencia
1894
Ricardo Baroja Nessi (3)
Hermano
Mi. Río Tinto
1871
Vera Bida.
NA
1953
Carmen Baroja Nessi (4)
Hermana
Madrid
1884
Madrid
1949
Carmen Monné (3)
Cuñada
-
-
-
-
Rafael Caro Raggio (4)
Cuñado
Málaga
1887
Madrid
1943
Julio Caro Baroja
Sobrino
Madrid
1914
Vera Bida.
NA
1995
Pío Caro Baroja
Sobrino
Madrid
1928
Don Serafín Baroja, según Pío fue a la vez músico y compositor, de carácter
alegre y bondadoso, de temperamento bohemio y original así como un poco
arbitrario.
60
Biografía
2006
La madre de Pío era Doña Carmen Nessi y Goñi natural de Madrid, que casó con
tan solo 17 años, con el Señor Serafín que tenía 26.
Cuenta Pío que su madre tenia un fondo de renunciación y fatalismo, tenía un
perfil de tipo italiano, educada, protestante y puritana.
Ricardo Baroja y Nessi, pintor y escritor de renombre (Durante un tiempo estuvo destinado en el archivo de Hacienda de Teruel).
Carmen Baroja y Nessi. Llegada años más tarde para ser el juguete de la casa,
alegría y rejuvenecimiento de la familia.
Doña Carmen Baroja casó con el editor Rafael Caro Raggio, editorial que publicó innumerables obras de Don Pío Baroja. De este matrimonio nacen dos
varones Julio y Pío Caro Baroja, ambos escritores. (Entre Julio y Pío nacieron
Ricardo y Carmen que murieron a muy corta edad) Hoy sólo Pío queda conservando el apellido Baroja.
Niñez
Pío Baroja de niño paso por momentos difíciles, presenció los horrores de una
cruel Guerra Carlista (partiendo del punto de vista de que todas las guerras son
crueles) sus ojos vieron con espanto las caravanas de presos, que, rodeados de
curas, de carabineros y disciplinantes, eran llevados al patíbulo, eso le quedó
grabado en las pupilas y le acompañó toda su vida.
Cuenta Pío Baroja que una vez cuando estudiaba en Pamplona desde el balcón
de un cuarto de la calle Nueva pudo ver el paso de un reo que llevaban a ejecutar
en la Vuelta del Castillo. Iba en un carro rodeado de cuatro o cinco curas. Vestía una ropa amarilla pintada con llamas rojas y un birrete. Se llamaba Toribio
Eguía. Había matado en Aoiz a un cura y a su sobrina.
Dos largas filas de disciplinantes encapuchados con cirios cantaban responsos y
letanías, primero el reo en carro y tras él, el verdugo a píe. Todas las campanas
de las iglesias del pueblo tocaban a muerto.
Estudios
1879 - 1880 Con siete u ocho años va con la familia a vivir a Madrid.
1880 - 1886 Pamplona, 1º, 2º, 3º y 4º curso de Bachillerato.
1886 – 1887 Madrid, 5º curso Bachillerato (Instituto San Isidro).
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
1887 – 1889 Madrid, Preparatorio de Medicina.
1889 – 1891 Madrid, 3 cursos de Medicina (San Carlos).
1891 – 1893 Valencia, Finaliza carrera de Medicina (Fin de carrera).
1893 – 1894 Madrid, Doctorado de Medicina y Cirugía.
Juventud
1895 – 1897 Cestona, Ejerció dos años de médico rural y lo dejó, oficialmente
por el mal clima. Pío Baroja era una persona demasiado nerviosa y no se avenía
con la tranquilidad del pueblo y la monotonía diaria de un médico de un bello
pueblo Guipuzcoano llamado Cestona.
Según averiguaciones posteriores a parte del tiempo y las demás cosas, la culpa
de su adiós a la medicina la aportó el otro médico de la localidad, de bastante
más edad y con raíces en el lugar, que a la vez era carlista, que le hizo la vida
imposible incluso por el lado religioso: prácticamente, le denunció, sin respetar
las más elementales reglas del más elemental compañerismo. No se hallaron
pruebas en contra de Pío Baroja.
En su obra Intermedios (1931) Baroja dice: “No solía ir al balneario casi nunca.
El otro médico, que era carlista y amigo de los dueños, también carlistas, estaba
allí casi siempre… Una vez, en la puerta del establecimiento, me presentaron
al padre Coloma. Me pareció un tipo reservado y un tanto hipócrita, un tenorio
místico y agitanado para damas aristocráticas un tanto putrefactas.”…
Al dejar la profesión vive un tiempo en San Sebastián.
Destacar que la tesis que leyó el día de su doctorado en medicina versó sobre el
dolor. “Estudio Psíco-físico” con gran éxito.
1897 – 1899 se traslada a Madrid, donde trabaja por un tiempo con su hermano
Ricardo en una panadería, pero las experiencias no fueron todo lo satisfactorias
que cabía esperar.
1899, Comienza a colaborar en varios periódicos, ya con residencia fija en Madrid, primero en la c/. Misericordia nº 2, un tiempo después c/. Mendizábal nº
34 y luego el nº 36.
1911, viaja a París.
1912, adquiere la casa de Vera de Bidasoa, barrio de Alzate, caserío que recibe
el nombre de Itzea, corresponde a la provincia de Navarra y se halla a unos 4
kilómetros de Francia.
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Biografía
2006
El importe abonado fueron 10.000 pesetas cantidad importante para aquel tiempo, después de hacer una restauración a fondo, allí en ese lugar se afincó, siendo
esos años sus mejores tiempos, algo así como su siglo de oro, donde escribió
sus mejores obras. Este dilatado tiempo duró desde ese 1912 hasta alcanzar el
año 1936.
Pío Baroja en su juventud
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
A Baroja le pesaban los veranos de Madrid y le rebrotaba su adormecido vasquísmo, por eso quiso que ese mismo verano estuviese terminada la obra y así
fue, quedó un confortable palacio, de recio sabor vasco que él denominó Itzea.
Aquí en principio tuvo problemas; se comenta que un jesuita hizo correr la voz
por el pueblo que había llegado un hombre muy malo, y que lo más prudente,
para los buenos, era no acercarse a él.
Pues el tal era, nada menos…”¡Satanás en persona!”… Y no terminó aquí la
faena, sino que dando pruebas de una inusitada generosidad, repartió profusa y
gratuitamente varios ejemplares de un librito suyo, titulado “Novelistas malos y
buenos” –así, tal cual: primero los malos y luego los buenos–, en el que califica
a Baroja de “impío, clerófobo, deshonesto.”…
El jesuita obtuvo algunos éxitos iniciales y el bueno de Don Pío, cuando se
decidió a dar sus primeros paseos por el pueblo, paladeó la cómica sorpresa de
que los chavales, al verle, se echaban a correr, alarmados, buscando refugio y
gritando para que los demás se pusieran a salvo, con la siguiente frase:
- ¡Que viene el hombre malo de Itzea!
- ¡Que viene el hombre malo de Itzea!
Claro que la broma no duró mucho, solo estuvo en cartel por un tiempo.
A las pocas semanas de vivir allí muere su padre. Don Serafín contaba con
72 años y fue una perdida muy grande para Pío Baroja, les unían un sinfín de
afinidades, durante un tiempo Don Serafín trabajaba en el ferrocarril y Pío era
su ayudante llevando el telémetro a cuestas, cosa que le fue de provecho para
conocer al dedillo la topografía del País Vasco, que después tanto usó en sus
novelas, y que tan bien ambientó en los lugares de origen.
El final de Itzea coincidió con la muerte de su madre la señora Carmen (1935) a
partir de aquí la vida de Don Pío ya no fue la misma.
1936 – 1939 durante la Guerra Civil Española reside en París.
1940, vuelve a España.
Soltería
Pío Baroja siempre conservó la soltería y siempre vivió en familia, primero con
su madre, fue un hijo que sintió verdadera devoción y respeto por ella, después
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Biografía
2006
con su hermana Carmen y posteriormente con su sobrino Julio, donde acabó sus
días.
Se dice que tuvo romances amorosos pero no confirmados oficialmente, una vez
dijo: “Se me ha atribuido un cierto odio por las mujeres. Al español le indigna
que se le diga que su vida amorosa es pobre, pero así es”.
Fue un hombre dedicado a una afición, desde muy joven y hasta el día de su
muerte: escritor de novela.
Viajes
Don Pío Baroja realizó muchos viajes tanto antes de la guerra como después de
ella, viajó por muchos lugares de la Geografía Española, estos viajes por España
los hizo casi siempre acompañado por sus hermanos Carmen y Ricardo (En uno
de ellos visitó el Maestrazgo) a veces viajaba solo, otras acompañando a personajes importantes como: Marañón, Ortega y Gasset, Azorín o Ramiro de Maeztu
y otros amigos importantes.
Por el extranjero hizo más de treinta viajes visitando innumerables países y algunos varias veces:
– 3 en Italia.
– 4 en Suiza.
– 2 en Alemania.
– 2 en Inglaterra.
– 2 en Holanda.
– 1 en Bélgica.
– 1 en Dinamarca.
– 15 en Francia.
– 1 en Portugal.
– 1 en Marruecos.
Como podemos apreciar fue un personaje internacional al que muchos podemos
envidiar por sus salidas y más en aquel tiempo tan difícil y carente de los medios
que disponemos en los actuales momentos.
La excursión por el Maestrazgo fue muy provechosa ya que de ella salieron
dos novelas publicadas dentro de la serie Memorias de un hombre de acción;
para conocer estos datos un relato textual de uno de los componentes de la expedición: Julio Caro Baroja, sobrino de Pío Baroja, que le acompaño en todo
momento.
Estas cartas fueron enviadas por Julio a Eduardo Ranch, amigo intimo de Pío
Baroja y estudioso barojiano, este hombre recopiló todo lo que le fue posible,
primero con Don Pío y después con Julio Caro Baroja.
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Las cartas datan de 20 de febrero de 1957 y 27 de septiembre de 1958 después
del fallecimiento de Pío Baroja (1956).
Portada de la Novela, 1ª edición.
- 1ª carta. Con respecto a la excursión al Maestrazgo puedo darle una indicación exacta. Llegamos a Madrid de vuelta, el mismo día que llegaban los restos
del General Primo de Rivera, muerto en París poco antes; esto debió ocurrir
hacia el día de San José del año 1930, pues creo que Primo de Rivera murió el
17 de marzo, de una embolia.
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Biografía
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Como V. sabe mi tío quería hacer unas novelas en la serié de “Memorias de un
hombre de acción”, de ambiente cervantino.
Así lo hizo. Estas novelas son “La Venta de Mirambel” y “Los confidentes audaces”: mejor dicho “Los confidentes audaces” y “La Venta de Mirambel”, pues
van en este orden. Aparecen en 1931, ya en Espasa Calpe y llevan las fechas
respectivas de Madrid, noviembre de 1930 y Vera (Itzea), julio de 1931.
No recuerdo cuanto duró el viajé. Fuimos en el auto de mí padre con un chofer
ocasional. Salimos de Madrid rumbo a Zaragoza, luego fuimos a Alcañiz, de
Alcañiz pasamos a Morella, de Morella bajamos a Castellón, de Castellón a
Valencia, donde no pudimos parar, pues eran las fiestas de San José y era difícil
buscar acomodo.
Llegamos, pues a Játiva, donde estuvimos unos días y después volvimos a Madrid por Albacete.
Todo con un frío horroroso.
El centro del interés del tío era Morella y de Morella hicimos excursiones a Cantavieja, Mirambel (que le impresionó mucho), Olocau del Rey y algún pueblo más.
El fondista de Morella era un hombre inteligente.
Nos acompañó algo. También conocimos a un Sr. Osset que era pariente de un
general de la primera guerra civil. Yo saqué varias fotografías de esta excursión, alguna debe quedar en Vera. No creo que en conjunto durara más de tres
semanas. Pero para mí fue la primera revelación del Mediterráneo y mí tío volvió muy satisfecho de lo que vio en el Maestrazgo. Ahora recuerdo también que
paramos un poco en San Mateo y en Segorbe donde vimos el palacio del obispo.
Antes de llegar a Morella nos impresiono un Santuario, llamado de Fórnoles.
- 2ª carta. Hace unos días, ordenando lo poco que me queda revuelto en Itzea,
encontré una serie de clichés y de fotografías que saqué cuando, siendo casi
niño, acompañé a mí tío por el Maestrazgo y Valencia. Se los mando a Vd. como
recuerdo. Varias de las fotos tienen puesto detrás, por mí tío, el nombre de la
localidad.
Entre los clichés unos señalados con una cruz (+) los de la calle de Mirambel,
que le inspiraron para escribir “La Venta de Mirambel”.
Tal vez pueda Vd. sacar materia para un reportaje. Quédese con ellos puesto
que Vd. es el especialista de “Baroja y Levante”.
Reciba un saludo cordial de su viejo amigo.
Julio Caro Baroja.
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Pío Baroja visto por el caricaturista Echea.
Generación del 98
Don Pío Baroja es un autor de la generación del 98, aunque el era contrario a esa
vinculación, siempre decía que él no era de ninguna generación.
Azorín le incluyo con D. Miguel de Unamuno y D. Ramón de Valle – Inclan, en
la generación del 98 por tener unas afinidades literarias y una base ideológica y
cultural muy parecida aunque ellos no lo reconocieran. También junto a Azorín
y Ramiro de Maeztu formaban el llamado grupo de los tres.
Académico
Pío Baroja, académico.
Al hombre malo de Itzea, autor de “camino de la perfección”, “El árbol de la
Ciencia”, “La caverna del humorismo”, “La sensualidad pervertida”, “Agonías
de nuestro tiempo”… como testimonio de admiración y simpatía.
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Biografía
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José Ortega y Gasset, en el tomo primero de “El espectador”, escrito en 1916,
dice:
“Baroja no es nada, y presumo que no sea nunca nada…”
Yo estoy muy conforme con esa afirmación, la de opinar que Baroja es
“algo”…
Ahora que, Ortega y Gasset, gracias a un “lapsus” gramatical, tergiversó lo que
tenía intención de decir: “Que Baroja nada es y nada sería”…
Don Pío recogió la flor en “Juventud, egolatría”, libro netamente autobiográfico,
escrito en 1917, y replicó un tanto irónico:
“Yo también tengo la sospecha de que no voy a ser nunca nada. Todos los que
me han conocido han creído lo mismo. La idea de que no seré nunca nada está
ya muy arraigada en mi espíritu. Está visto: no seré diputado, ni académico, ni
caballero de Isabel la Católica, ni caballero de industria, ni concejal, ni chanchullero, ni tendré una buena ropa negra…”
¿Juega Baroja, hábilmente, con los dos negativos que equivalen a un afirmativo?...
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Ya unos años antes, Sánchez Guerra, ministro de la Gobernación de un Gobierno
Dato, le invitó a ser diputado.
- ¿Apareciendo como adicto? –pregunto Don Pío.
- Si –contestó el ministro.
- ¿Cómo conservador? –insistió Don Pío.
- Si –repitió el ministro.
Don Pío restó unos momentos silencioso y dijo:
- No. Yo no puedo ser conservador, aunque me conviniera serlo; aunque quisiera
serlo no lo podría conseguir.
- Pues otra manera no hay de que sea usted diputado.
- ¡Que se va a hacer! –exclamó el autor de “Agonías de nuestro tiempo”-. Se
resignará uno a no ser nada.
A principios de junio de 1934 me sorprendió la noticia de que Baroja ocuparía
la vacante de Leopoldo Cano en la Academia Española.
- ¿Baroja, académico? –me preguntaba yo, en el colmo de la extrañeza.
Sabido es que tales puestos los debe de solicitar el propio candidato, y yo no me
puedo imaginar a Baroja “pidiendo”…
Al día siguiente se aclaro para mí la nebulosa: El no lo había solicitado; fueron
los buenos amigos que intercedieron por él; el doctor Marañón y Azorín, entre
otros.
Así, prescindiendo de trámites enojosos y rutinarios, de pura fórmula, a Don Pío
le nombraron académico, a propuesta firmada por los señores Marañón, Casares
y García de Diego.
Y llega el 12 de mayo de 1935, día en que tiene lugar la recepción de Don Pío
Baroja en la Academia Española, bajo la presidencia del jefe del Estado. Su
discurso de entrada:
- “La formación psicológica de un escritor”- es una autobiografía.
Los barojianos de verdad le agradecemos a Don Pío ese nuevo acierto, ya que
nada mas bello e interesante que una autobiografía cuando ha sido escrita “fiel
y sabiamente”, y nosotros, como ya he escrito en alguna ocasión, no ignoramos
que Baroja y Sincero son sinónimos.
RAID, El Diluvio, 19 de Mayo de 1935
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Biografía
2006
El Diluvio, –subdecano de la prensa española– llegó a ser el diario republicano
más importante de España hasta la llegada de Franco.
El jefe del Estado era: Niceto Alcalá Zamora y una frase para la historia sacada
de dicho discurso que esta escrita en una piedra de una casa de Valencia donde
Pío Baroja residió:
“La Verdad siempre, el sueño a veces”
1935
A Baroja a pesar de no ser partidario de estos actos, le costó mucho conseguirlo
pues tenía enemigos dentro de los círculos literarios, pero también los tenia en el
ámbito de la política, por eso el merito aun fue mayor y el galardón más preciado; a quien si le hacia una ilusión enorme era a su anciana madre que por aquel
entonces contaba con 85 años, y Pío lo tenía muy en cuenta, la Sra. Carmen
Nessi murió al año siguiente con la ilusión de toda madre cumplida, poder ver a
un hijo en la Real Academia Española de la Lengua.
Premio Nóbel
Otra meta que tuvo a su alcance y no logró fue la consecución del Premio Nóbel
de las Letras, a pesar de estar muy bien colocado, le pilló en un mal momento y
la política se encargo de apartarle del buen camino, tantas veces como lo intento
o mejor dicho lo intentaron ya que el no era partidario de favores personales.
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Frases y Retales
1- Sr. D. Andrés Carranque de Ríos.
Amigo Carranque: Recibí su carta. Yo no tengo ningún compromiso cinematográfico con mi novela “La Feria de los Discretos”. Está libre. Si hay bravos
luchadores del film español que quieran llevarla a la pantalla os doy con gusto
mi permiso. Si pagan algo, bien, si no pagan nada porque no pueden, bien también.
Pío Baroja: Vera de Bidasoa, 25 agosto 1932.
2- Si Mefistófeles tuviera que comprar mi alma, no la compraría con una condecoración ni con un título, pero si tuviera una promesa de simpatía, de efusión, de
algo sentimental, creo que entonces se la llevaría muy fácilmente.
3- El escritor tiene derecho a zafarse de este ruido monótono de los cañones y
sables; podemos impunemente tejer telas de araña con las ideas y los sueños en
nuestras guardillas y en nuestros mechinales, porque esas telas de araña son, a
veces, algo, y el ruido de los cañones no es nunca nada. Sólo lo que pasa a ser
intelectual tiene valor para la conciencia. Dediquémonos, pues, sin remordimiento, a pensar en los motivos eternos de la vida y del arte y escribamos sobre
ellos.
Pío Baroja: Juventud, egolatría (1917)
4- Yo si fuera un creyente, no pondría los ojos en Dios y dejaría al diablo que se
explicara, no fuera a tener razón alguna vez, a pesar de su mala fama.
5- Creo que la independencia se compra no siendo nada, viviendo –mejor o
peor- del trabajo. Yo no he tenido relación con ningún Gobierno, ni con el anterior ni con éste. No he tenido ni destino, ni empleo, ni comisión, ni pensión para
viajar. No he sido más que médico de pueblo. Es lógico que tenga más independencia que el que tiene mercedes de un Gobierno. Es la independencia del perro
vagabundo con relación al perro de buena casa. ¿Qué uno no cree en la acción
benéfica del Estado? Es cierto.
Pío Baroja: Discurso en el Ateneo de Madrid (5 febrero 1933)
6- Para mí, comunismo y fascismo son muy parecidos, uno y otro son arbitrariedades despóticas.
En la Práctica terminan en una dictadura hecha a beneficio de los amigos, para
echar de comer a los compadres y sostenerse en el mando. Suelen ser la instau-
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Biografía
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ración en el Estado de una amplia merienda de negros, en la que todo el mundo
se dedica a alargar la mano y apoderarse de lo que se puede.
7- En países donde se asegura que la delación es un acto meritorio, ¿Quién va a
pretender tener una actitud noble y valiente?
Así el hombre actual ha de ser villano, más miserable, más cruel, más egoísta
que nunca.
Esclavo del Estado, hará lo que éste le mande, por miedo, aunque sus órdenes
sean criminales.
Era más decente vivir en la caverna. Cuando pensamos aquí, en París, que quizá
dentro de siete u ocho días nos van a achicharrar con bombas asfixiantes, tenemos que pensar que una cavernita prehistórica debía de ser un verdadero lugar
de delicias.
Pío Baroja: Aquí París (1955)
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Comienza la Guerra Civil
Cuando estalló la guerra civil del 1936, Pío Baroja había dejado bien sentado,
sin ambigüedades su antipatía hacía la burguesía socialista, los comunistas y
“demás”.
Anticomunista y antifascista hasta la médula, era lógico que Don Pío se viera
incomodado por unos y por los otros si la violencia general se encabritaba. Y así
fue, la incomprensión afloró y se situó desafiante en el centro del ruedo y Baroja
se vio arremetido, asaetado con violencia desde todos los ángulos operantes.
El único remedio posible el exilio y así lo intentó, pidió un salvoconducto y no
se lo dieron, así que decidió marchar a píe. “A dos kilómetros vi que subía un
automóvil y lo detuve. El dueño era un español de apellido francés. En la carretera no había obstáculos, pero antes de llegar al punto avanzado apareció un
carabinero. ”Esto me fastidia”, me dije.
El carabinero pidió los papeles al propietario del automóvil y luego me dijo:
- Usted es Pío Baroja.
- Si, señor.
- Usted ha sido preso. Así lo dice el diario de Navarra.
- Es verdad, pero me soltaron.
- ¿Y ahora, a dónde va?
- Voy a uno de estos caseríos de España.
- Entonces el carabinero se echó a reír.
- Ya veo que va usted a Francia; yo no se lo impediré, que cada cual se salve
como pueda.
- Pues muchas gracias…”
…Y así, sin equipaje –recordando al inmortal Antonio Machado– se fue al exilio.
Retorno de Pío Baroja
En 1940 debido a la marejada europea, Pío Baroja escapó de París, pocos días
antes, de la ratonera parisiense: de no haber procedido así, habría significado,
sin contemplaciones, su muerte.
Los primeros éxitos hitlerianos fueron fulgurantes, de ello no cabe la menor
duda, pero Don Pío Baroja jamás dudó de la derrota hitleriana no así su hermano
Ricardo.
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Biografía
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Una carta de Ricardo dice: Mi hermano Pío, huyendo de la quema, con sus 67
años a cuestas y después de aguantar mil y una y soslayar otras tantas, se encontraba de nuevo refugiado en su Itzea. Había llegado unos pocos días antes,
muy desmejorado, pero, afortunadamente, rodeado de los suyos y gozando de
relativa tranquilidad, se reponía.
Posteriormente se traslada a Madrid donde establece se residencia definitiva,
allí llevó una vida tranquila, alejado de cualquier actividad pública hasta su
muerte.
Curiosidades.
Concejal
- Es un hombre serio, serio, que aunque llueva se pasea.
- A Baroja le gusta pararse a echar un párrafo con estas buenas gentes del pueblo; con el labriego que está cavando su tierra, con el tendero, con el artesano.
- ¡Hola! Les dice con ese tono campechano y un poco brusco.
- ¡Vaya usted con Dios, Don Pío!
- Quieren hacerme concejal y todo… –dice, sonriendo.
- Por lo visto, desde hace ya unos cuantos años están intentando llevarlo al
Ayuntamiento.
- Una vez llegaron hasta a elegirlo; pero él se excusó alegando que padecía
reuma.
- Y ahora, si le nombran, ¿A qué partido se va a adherir usted?
- ¡Psch!... No tengo mucho entusiasmo por ninguno…
El fracaso de la huerta
Hubo una época en que Don Pío quiso buscar algún otro entretenimiento, además de la conversación y el paseo, y se dedicó a la horticultura. “Itzea”, la finca
suya de Vera, tiene un hermoso huerto, lleno de frutales, y Baroja se pasaba
grandes ratos en él cavando, regando, podando… Pero, según parece, empezaron a ocurrir cosas muy anómalas: los árboles florecían en octubre, los pepinos
nacían en el fondo de los arroyuelos, surgieron tomates con una cáscara erizada
de púas semejantes a higos chumbos…
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Entonces la familia se reunió, declaró que Don Pío como horticultor era una
catástrofe y lo destituyó.
-Temblábamos –dice, todavía impresionado al recordar aquella temporada, su
hermano Ricardo–.
Créalo usted, cuando le veíamos encaminarse al huerto con las tijeras de podar
o con el azadón en la mano temblábamos…
Don Pío gruñe malhumorado.
Evidentemente, considera como una gran injusticia que se menosprecien así sus
habilidades de cultivador.
Estilo
Como novelista Baroja tiene un concepto absolutamente personal, exclusivo y
típico de novela.
Sus novelas son esencialmente anecdóticas. Por lo general no sobresale ni destaca ningún personaje de ellas y siempre transporta la ideología del autor. Nadie
sirve de eje de acción, todos forman ese eje, todas las novelas son Baroja, son
personales, son incopiables, son realidad ya que el las ambientaba en el lugar
donde en ese momento residía, tanto fijo como eventual o visitante.
Con poco tiempo tenía en su retina la novela escrita.
Era tan personal y tan especial que su forma de ser, escribir y pensar hacía daño
a muchos que no comulgaban con su credo y a su vez cantidades muy grandes
de lectores estaban esperando su próxima obra como agua de mayo y ese circulo
Barojiano se ampliaba cada vez más hasta conseguir cotas impensables en todo
el mundo.
En cuanto a lo personal dicen que Don Pío, tenía un carácter arisco, melancólico
y enfermizo en parte por su afición a las lecturas de Kant y Schopenhauer.
Dice, Miguel Pérez Rosado:
Pío Baroja es el novelista por excelencia del siglo XX en cantidad y en número
de seguidores.
Hizo del español una lengua más fluida y conversacional, salvando la literatura
de una retórica acartonada que la alejaba de la realidad.
Algunos críticos consideraron esto como un descuido, apoyándose en declaraciones de nuestro autor sobre la dificultad de manejar el español, cuando
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Biografía
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su lengua materna había sido el vasco. El hecho es que su huella llega a nosotros.
En lo político como ya he citado anteriormente siempre fue independiente, no
se caso con nadie, odiaba el republicanismo español por considerarlo extranjerizante, odió también el socialismo obrerista porque despreciaba a los intelectuales y a la inteligencia.
Muere un genio
30 de Octubre de 1956
Año gris, esa fue una fecha fatídica para uno de nuestros antepasados más celebres, un novelista de los que no proliferan fácilmente, ese día murió nuestro
escritor por excelencia Don Pío Baroja y Nessi a los 83 años de edad, próximo
a los 84 pero que no llegó a celebrar.
Fue enterrado en el cementerio civil como ateo, con gran escándalo de la España
oficial, a pesar de las presiones que recibió su sobrino, el antropólogo Julio Caro
Baroja, para que renunciase a la voluntad de su tío.
Su ataúd fue llevado a hombros por dos admiradores, Ernest Hemingway premio
Nóbel en el año 1954 y por Camilo José Cela premio Nóbel en época reciente.
Pío Baroja visto por: José Raimundo Bartrés
Se nos fue para siempre nuestro amado Don Pío en un día otoñal, en que las
hojas amarillentas y sin vida se desprenden de los árboles y alfombraban las
calles y paseos de Madrid.
Era su estación predilecta el otoño, y muy posible que él, de haber podido elegir,
no habría cambiado lo que el calendario del Destino arbitrariamente fijó.
Al acabarse Don Pío, no solo moría un gran escritor –forjador de una obra única
y perenne–, sino también un hombre bueno y sencillo, y, por sencillo y bueno
fuerte.
¡Cuántas y cuántas tonterías y falsedades se han dicho y escrito alrededor de
él, por personas ligeras e inconscientes que ni siquiera tuvieron la satisfacción
de verle de lejos una vez!... Y no sólo contra su maciza e imperecedera obra se
han metido gentes incultas, incapaces de comprender la fuerza que la tal irradia;
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
naturalmente la consistente obra barojiana resiste gallardamente tales embates,
que, al contrario, contribuyen a que sea realzada. Lo cierto es que el hilo que va
desde “Vidas Sombrías”, su primer libro, aparecido en 1900, hasta “La decadencia de la Cortesía”, publicado en el 1956, constituye el filón máximo de nuestra
rica novelística, lo más puro y recio no solo de la Generación del 98, sino de
todo lo que va de Siglo XX. En total más de cien obras.
Para el punto final recordaremos un trozo del Epilogo de José Raimundo Bartrés
en “La decadencia de la Cortesía” y dice así:
Para la inmensa mayoría del público, Baroja es un novelista, y su bien cimentada fama descansa en esta popular creencia, ella es el principal papel de la obra
barojiana.
Pero yo no me atrevería a inclinarme sobre este veredicto, quizá justo, ya que
en su casillero novela figuran sólidas, auténticas obras maestras, y muy particularmente allí donde ha vertido su ego a raudales escudándose tras una acusada
contrafigura: ahí va el tedioso Fernando Osorio –eliminando, claro su lado patológico–, de Camino de perfección; el activo César Moncada, de César o nada;
el despistado Andrés Hurtado, de El Árbol de la Ciencia; el disconforme Luis
Murguía, de La sensualidad pervertida; el indiferente José Larrañaga, de Agonías de nuestro tiempo…; y otros tantos y tantos fieles intérpretes de la historia
patria…
Y yo me atrevería a inclinarme por el veredicto de la mayoría porque, si bien no
olvido Agonías de nuestro tiempo, tampoco olvido Juventud, egolatría, ni Las
horas solitarias, ni La caverna del humorismo –quizá su libro con más peso específico–, ni Rapsodias, ni Vitrina pintoresca, ni Chopin y Jorge Sand, ni tantos
y tantos ensayos y artículos en donde Baroja, el auténtico Baroja, sin artilugios
ni eufemismos, se nos presente cien por cien tal cual es: admirable, único, en
monólogos imperecederos.
Porque a ningún escritor español –de las presentes o de las pasadas generaciones- se le puede aplicar con más justeza aquel agudo pensamiento que Samuel
Butler desliza en The way of all flesh: “Hijo mío, no debes juzgar por la obra,
sino por obra en relación a su medio ambiente”…, profundo pensamiento muy
anterior al “Yo soy yo y mi circunstancia” de nuestro Ortega y Gasset.
O como acertadamente observa Pérez Ferrero en su Prólogo: “Leer un ensayo,
un artículo o cualquiera cosa de Pío Baroja quiere decir aprender disfrutando de
la máxima amenidad.”
78
Biografía
2006
Pío Baroja en el portal de las Monjas de Mirambel
(Foto tomada por su sobrino Julio Caro Baroja)
Marzo de 1930
79
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Relación de obras publicadas de Pío Baroja desde 1900 hasta 1956
Año
Titulo
Tipo
1900
Vidas sombrías
1900
1901
La casa de Aizgorri
Aventuras, inventos y mixtificaciones
de Silvestre Paradox
Camino a la perfección
El mayorazgo de Labraz
El tablado de Arlequín
La lucha de la vida: Trilogía
1- La Busca
2- Mala hierba
3- Aurora roja
La feria de los discretos
Paradox, Rey
Los últimos románticos
Las tragedias grotescas
La dama errante
La ciudad de la niebla
Zalacain, el aventurero
César o nada
Las inquietudes de Shanti-Andia
El árbol de la Ciencia
El mundo es ansí
El aprendiz de conspirador
El escuadrón del Brigante
Los caminos del mundo
Con la pluma y con el sable
Los recursos de la astucia
La ruta del aventurero
Nuevo tablado de Arlequín
Juventud, egolatría
Páginas escogidas
La veleta de Gastizar
Los caudillos de 1830
Narraciones
Novela dialogada
1902
1903
1903
1904
1905
1906
1906
1907
1908
1909
1909
1910
1911
1911
1912
1913
1913
1914
1915
1915
1916
1917
1917
1917
1918
1918
80
Novela
Novela
Novela
Ensayos
Novela
Novela
Novela
Novela
Novela dialogada
Novela
Novela (fin anterior)
Novela
Novela (fin anterior)
Novela
Novela
Novela
Novela
Novela
Novela histórica
Novela histórica
Novela histórica
Novela histórica
Novela histórica
Novela histórica
Ensayos
Pag. Autobiográficas
Auto antología critica
Novela histórica
Novela histórica
Biografía
1918
1918
1919
1919
1919
1920
1920
1921
1922
1922
1923
1923
1924
1924
1925
1926
1926
1926
1927
1928
1929
1929
1929
1930
1931
1931
1931
1931
1932
1932
1932
1933
1934
Idilios y fantasías
Las horas solitarias
Momentum Catastrophicum
La Isabelina
La caverna del humorismo
Los contrastes de la vida
La sensualidad pervertida
El sabor de la venganza
Las furias
La leyenda de Jaun de Alzate
El laberinto de las sirenas
El Amor, el dandismo y la intriga
Divagaciones apasionadas
Las figuras de cera
La nave de los locos
Entretenimientos
Agonías de nuestro tiempo: (Trilogía)
1- El gran torbellino del mundo
2- Las veleidades de la fortuna
3- Los amores tardíos
El horroroso crimen, Peñaranda de Campo
Las mascaradas sangrientas
Humano enigma
La senda dolorosa
El nocturno del hermano Beltrán
Los pilotos de altura
La estrella del capitán Chimista
Los confidentes audaces (Morella)
La Venta de Mirambel
Intermedios
Aviraneta
La familia de Errotacho
El cabo de las tormentas
Los visionarios
Juan Van Halen
Las noches del Buen Retiro
2006
Narraciones cortas
Notas aprendiz Psicol.
Ensayo
Novela histórica
Filosofía
Novela histórica
Novela
Novela histórica
Novela histórica
Novela dialogada
Novela
Novela histórica
Diversos
Novela histórica
Novela histórica
Diversos
Novela
Novela
Novela
Teatro
Novela histórica
Novela histórica
Novela histórica
Novela dialogada
Novela
Novela (fin anterior)
Novela histórica
Novela histórica
Diversos
Biografía
Novela social
Novela social
Novela anticomunista
Biografía
Novela
81
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
1934
1935
1935
1935
1936
1936
1937
1937
1938
1938
1939
1939
1939
1941
1941
1941
1942
1943
1943
1943
1944
1944
1944
Siluetas románticas
Vitrina pintoresca
Crónica escandalosa
Desde el principio hasta el fin
El cura de Monleón
Rapsodias
Locuras de carnaval
Todo acaba bien…, a veces
Susana
Comunistas, judíos y demás ralea
Ayer y hoy
Historias lejanas
Ensayos
Laura
Los espectros del castillo
Chopín y Jorge Sand
Los impostores joviales
El diablo a bajo precio
El caballero de Erlaíz (edición lujo)
Pequeños ensayos
El estanque verde
Canciones del suburbio
Memorias, tomo I
Memorias, tomo II
1945
1945
Memorias, tomo III
El puente de las ánimas
1946
1947
1948
1948
1948
1949
1949
1950
1951
1952
El hotel del cisne
Memorias, tomo IV
Memorias, tomo V
Memorias, tomo VI
Los enigmáticos
Memorias, tomo VII
Ciudades de Italia
El cantor vagabundo
Las veladas del chalet gris
La obsesión del misterio
82
Semblanzas biógrafa.
Ensayos
Novela histórica
Novela histórica
Novela
Diversos
Novela
Teatro
Novela
Artículos
Ensayos
Novela
Novela
Ensayos
Novela
Ensayos
Novela (numerada)
Ensayos
Novela
Poesías
Novela
Novela
Novela
Reportajes
Novela
Novela
Novela
Biografía
1953
1953
1955
1955
1956
Intermedio sentimental
Los amores de Antonio y Cristina
Aquí, París
Paseos de un solitario
La decadencia de la Cortesía
2006
Novela
Novela
Memorias
Relatos sin ilación
Ensayos
23 de las novelas citadas son las consideradas dentro de la serie:
“Memorias de un hombre de acción”
Teatro en Mirambel
El año 2004 fue un año de acontecimientos barojianos en Mirambel. Los vecinos del pueblo llevaron a cabo la interpretación de una obra de teatro, preparada
con un tema de Pío Baroja, sacado de la novela “La Venta de Mirambel” dentro
del capitulo IX, llamado “El Cura Hechicero”.
En esta obra han intervenido 30 vecinos del pueblo, todos de manera altruista,
con un interés envidiable, por eso la obra salió bien y tuvimos un tremendo éxito
de público, que se repitió en el año 2005, con un éxito todavía mayor.
Yo José Miguel Marín, autor de este pequeño homenaje a nuestro Don Pío Baroja, comienzo a sentir en mis entrañas un cosquilleo que me suena a barojiano.
83
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Desde hace muchos años siempre fue mi escritor de referencia, siempre soñé
con que un día, mi persona pudiese interpretar a este gran escritor. Así fue, he
tenido el gran honor de ser Don Pío Baroja sobre un escenario al aire libre, en la
plaza que él, Don Pío, piso un día del año 1930.
Mirambel, escena de la obra El Cura Hechicero
(Tertulia entre Pío Baroja y Juan Bautista Mundo)
Desde aquí nuestro agradecimiento a Don Pío Baroja, todo el grupo de actores
aficionados que interviene en la obra y todos los vecinos de Mirambel, elevamos
allá donde usted esté, un homenaje a su persona y a su obra.
Año 2006
Fecha de recuerdos, este año 2006 se conmemoran los 50 años del fallecimiento
de Don Pío Baroja, por lo tanto el 50 aniversario (eso no quiere decir que el resto
del tiempo o de los años no nos acordemos de él) por eso queremos rendirle un
pequeño homenaje, dentro de nuestras escasas posibilidades, al ser uno de los
escritores que paseo su figura y su pluma por las tierras del Maestrazgo, con
dos novelas importantes, dentro de la serie Memorias de un hombre de acción,
estas fueron: “Los confidentes audaces” ambientada en la población de Morella
y “La Venta de Mirambel” que describe el Mirambel de finales del siglo XIX y
principios del XX.
La primera impresión que el pueblo de Mirambel le ofrece a Pío Baroja en el año
1930 es cosecha propia y dice así:
Es una aldea oscura, amurallada, con aire antiguo, casi de la Edad Media.
84
Biografía
2006
Monumento a Don Pío en la capital de España.
Su muralla, amarillenta negruzca, se conserva intacta, sin ninguna brecha, y para
entrar en el pueblo es necesario pasar por alguna de sus puertas.
Esta muralla gótica tuvo en otro tiempo su camino de ronda, sus matacanes y
aspilleras, que después se tapiaron.
Mirambel es un pueblo dormido, estaba aletargado y creo que tardara muchos
años en despertar.
Eso lo dijo hace muchos años: Solo 76.
Fuentes de información y fotografía:
- Epistolario, Pío Baroja-Eduardo Ranch Fuster, publicado en 1998 por Amparo Ranch y Cecilio Alonso. Valencia. Ed. Vicent Llorens.
- Pío Baroja y Antonio Machado vistos por José Raimundo Bartrés, libro publicado en Barcelona 1980. Ed. Distribuciones Catalonia.
- Pío Baroja, La decadencia de la Cortesía. Prólogo de Pérez Ferrero y Epílogo
de Raimundo Bartrés, Madrid 1956. Ed. Raid.
- Entrevista personal con la Barojiana y Valenciana: Amparo Ranch Sales, hija
de Eduardo Ranch Fuster.
- Diario Republicano “El Diluvio” 19 Mayo 1935.
- Portada de La Vanguardia 28-12-1972.
- Artículos varios recopilados de páginas de Internet.
- Archivos del autor.
85
SOLIS MERVERE BEATI1
LA FASCINACIÓN DE PÍO BAROJA
POR EL CONVENTO DE SANTA CATALINA DE MIRAMBEL
Xavier Palomo Ferrer*
* Gestor de Patrimonio Cultural.
1
Felices las que viven en la soledad.
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
88
Lugares
2006
Hace aproximadamente 75 años Pío Baroja y Nesi atravesó por primera vez el
sorprendente Portal de las Monjas de Mirambel. Sin saberlo, el novelista vasco,
estaba franqueando las puertas de un mundo difícil de olvidar. El paisaje, la
arquitectura, sus gentes, sus costumbres, su desolación, su remoto olvido, debieron impactar profundamente en aquel hombre que pasaría a la historia de la
literatura como uno de los más importantes representantes del crudo realismo
español.
Pero si algo le sobrecogió sobremanera, fue sin duda, el Convento de Santa
Catalina Virgen y Mártir de la Orden y Religión del Bienaventurado Padre San
Agustín. A su descripción dedica algunos de los párrafos más bellos que nunca
se han escrito sobre el Maestrazgo. A su imponente mole arquitectónica dedica
parte del primer capítulo, el segundo y el tercer capítulo completos de su novela
LA VENTA DE MIRAMBEL, que apareció publicada por primera vez en el año
1931. La fascinación de Pío Baroja por el Convento de Mirambel hunde sus raíces más profundas en una historia de siglos que debía atisbarse en todos y cada
uno de los rincones de aquel Mirambel que en las noches de luna se veía con
“sus murallas y sus paredes blancas con el aspecto de un pueblo fantasmático,
muerto, como metido en una campana de cristal”.
Desde el siglo XVI, el Convento de Santa Catalina se había erigido en uno de los
centros neurálgicos de la vida de un pueblo en absoluta ebullición económica,
89
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
que puso todos sus bienes materiales sobre la mesa para que “la divina gracia
de la fundación”2 se convirtiese en una realidad sobre la tierra. LA VENTA DE
MIRAMBEL no hubiese sido nunca si el 1 de abril de 1564 la Magnífica Señora
Doña Violante de Castelví y su compañera Sor Petronila Noguera, monjas profesas del Convento de Nuestra Señora de la Esperanza de Valencia, no hubiesen
tomado posesión de la antigua ermita de Santa Catalina Mártir y del anexo Santo
Hospital de Mirambel.
Antes del “encerramiento y clausura”3 de aquellas “almas ardientes y fogosas”4
se firmó el instrumento notarial que daba fe de un acto que fue vivido en aquel
momento como una deuda a la gracia emanada generosamente por Dios sobre la
villa. Con el citado documento, el 1 de abril de 1564, se solemnizaba la fiesta de
la fundación del Monasterio. Muy interesantes resultan las diferentes cláusulas
que en él se reflejan:
1. Los jurados y concejo general (Miguel Pastor, Miguel Trillas, jurados; Miguel Serrano, mustasaf; Juan Martín, Jaime Castelló, Jaime Monfort mayor,
Jaime Monfort menor, Pedro Cubeles, Miguel Cubeles y Juan Serrano, consejeros) donan al Monasterio las casas e iglesia de Santa Catalina Mártir
reservándose el directo dominio sobre las mismas.
2. Los jurados y concejo general constituyen Priora, Regidora y Administradora del dicho Monasterio a Sor Violante Castelví, por todo el tiempo de
su vida, dotándola de pleno poder para regir y administrar el Monasterio,
sus rentas, prebendas y emolumentos. Una vez muerta la primera priora,
nombran como tal a la venerable Sor Petronila Noguera, queriendo que esta
tenga superioridad sobre las otras. Muertas las dos fundadoras anuncian que
otorgaran el priorato a la “más habil, idónea y suficiente, la cual suficiencia
sea vista por el Convento de dicho Monasterio juntamente con los Jurados
y Concejo secreto”.
3. Los jurados “que son y por tiempo serán” se obligan a ser patrones directos
del Monasterio. Esta condición supone que en caso de cargas de censales y
rentas para el Monasterio, los Jurados han de ser informados como Patrones,
2
Copia del documento de la Fundación del Convento de Monjas Agustinas de Santa Catalina
de la Villa de Mirambel. Archivo del Convento de Santa Maria de Mirambel de Benicasin.
3
Item.
4
Baroja, P. La Venta de Mirambel. Ed. Caro Raggio. Madrid, 1981. Pág. 31.
90
Lugares
2006
y en caso de luición de los mismos, la cantidad ha de revertir en beneficio
de dichos Patrones. Además los Jurados se reservan el derecho y obligación
de nombrar anualmente un Procurador y Administrador de la casa, laico o
religioso.
4. Se pacta entre ambas partes que la aceptación de novicias ha de ser expresamente consentida por los Jurados y Concejo. La misma regla deberá
aplicarse para las siervas “encomendadas” y personas de servicio.
5. Ambas partes pactan que siempre que haya monjas que quieran profesar
naturales de Mirambel, tengan preferencia sobre el resto. Además estas contarán con el privilegio de ser aceptadas, atendida la facultad y posibilidad del
padre o padrino a voluntad de los Jurados y Concejo.
6. Se pacta que todas las monjas que entren y profesen en el Monasterio no podrán prestar ni prometer reverencia u obediencia a prelado o persona alguna,
ni someterse a visita de rentas, sino a quien el concejo determine.
7. Se establece que únicamente el Vicario y Beneficiados perpetuos del Monasterio podrán cantar y celebrar misas, aniversarios u otros sufragios perpetuos dotados de renta económica.
8. Los Jurados y Concejo se obligan perpetuamente durante toda su vida, a
mantener en cuanto a comida, bebida y otros mantenimientos necesarios,
sanas y enfermas, a Doña Violante Castelví y a Sor Petronila Roxera.
El documento de Fundación establece ya una indisoluble trabazón entre el Concejo de la Villa y la nueva comunidad de religiosas. Dependencia que no se vería
rota hasta el año 1981, momento en que las monjas abandonan definitivamente
Mirambel. Antes bien, esos lazos fueron estrechándose, más y más, a través de
los años. Así en agosto de 1684 se firma el “Apuntamiento de lo que se ha de
contener en el acto de la Concordia se ha de otorgar entre el Religiosísimo Convento de Santa Catalina Mártir de la Villa de Mirambel y el concejo de ella”5.
Esta nueva concordia afianza todavía con mayor ahínco la mutua dependencia
económica entre municipio y convento:
1. Los Patrones (Concejo y Jurados) se obligan a auxiliar y defender el Convento en cuantas situaciones se acaezcan de incendio y otros, que con la
autoridad y asistencia personal de sus vecinos puedan ser atajadas.
5
Archivo del Convento de Santa Maria de Mirambel de Benicasin.
91
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Celosías del Convento desde el interior.
2. Los Jurados y Concejo reafirman la cesión del uso de la Iglesia de Santa
Catalina Mártir a la comunidad, aunque instan a las religiosas a reconocer
como precaria la ocupación de la misma, sin que esta suponga la adquisición
de ningún derecho sobre la citada iglesia.
3. Los Jurados reconocen su nulo derecho a entrometerse en el gobierno de los
aspectos internos de la comunidad.
4. Los Jurados se obligan a garantizar las conducciones de agua al Convento.
Y si alguna persona atentase contra las instalaciones de conducción de agua,
los Jurados se obligan a tomar contra ella, las más duras medidas que los
términos forales y jurídicos permitiesen a expensas de los bienes del delincuente y si no los tuviese a expensas del Convento.
5. Se otorga a las religiosas la gracia de poder acudir, a sus expensas, a médicos o cirujanos, diferentes a los propios de la villa.
6. Las religiosas se obligan al menos durante los siguientes seis años (a partir
del mes de agosto de 1684) a tomar carne de la carnicería de la villa por un
valor medio de 30 libras jaquesas tanto en los “meses abundantes como en
los estériles”, con la gracia de ofrecérsela a 4 dineros menos que al resto de
los vecinos.
92
Lugares
2006
7. Se obliga a las religiosas a admitir a las hijas naturales de Mirambel con
preferencia sobre las demás. A demás para ellas la dote de ingreso será de
400 libras, mientras que para el resto ascenderá a 500 libras.
8. Las religiosas se reservan el derecho de usar de sus privilegios de la forma
que más les convenga.
9. Se impone que las religiosas no puedan obtener por el ingreso de una hermana de servicio natural de Mirambel más de 100 libras, prefiriendo a las
hijas de la villa sobre las forasteras.
El entramado de intereses económico sociales entre Concejo y Convento se mantiene en esta concordia, aunque empieza a vislumbrarse una progresiva toma de
posiciones por parte de la Comunidad de Religiosas, que en ese momento ya
amasaba una amplia red de propiedades, lo que le garantizaba un respaldo económico, que el Concejo de Mirambel veía debilitarse poco a poco. Cada vez el
Convento de Santa Catalina se alejaba más de la “domus orationes” que imaginó
Pío Baroja, y se aproximaba con paso firme hacia la poco romántica y bastante
más pragmática “domus domine”.
Muestra de ello es la materialización de la “Cesión del dominio directo de la
Iglesia de Santa Catalina Mártir de la Villa de Mirambel, otorgada por el Ayuntamiento de la misma, a favor del Convento de Religiosas Agustinas de la referida Villa”6, firmada el 21 de diciembre de 1726. Las arcas del Concejo de
la Villa, cada vez están más y más vacías por lo que “atendiendo a que dicha
Iglesia de Santa Catalina Mártir no está con la decencia debida al culto divino,
y que de la manutención y reserva de dicho dominio directo que tiene dicha
Villa se le siguen a esta muchos y diversos gastos a que no puede asistir ni contribuir por la calamidad de los tiempos y muchos gastos continuos de guerras
y contribuciones” se decide que “para que su Divina majestad en el Santísimo
Sacramento del Altar esté con más decencia y veneración (...) de nuestro buen
grado y cierta ciencia, (...) cedemos, renunciamos, transferimos y hacemos gracia valida, y graciosamente a, y a favor de las dichas Señoras, Madre Priora,
Religiosas y muy Reverenda Comunidad que de presente son, y por tiempo serán
de dicho Convento de Santa Catalina Mártir, el dominio directo y derecho de él
de dicha Iglesia (...) y casas y obras a ella contiguas y agregadas”.
Buen ejemplo de la función “bancaria” que empezó a desarrollar el Convento
es el censo que el Concejo de Vinaròs correspondía a la comunidad. El censo
6
Archivo del Convento de Santa Maria de Mirambel de Benicasin.
93
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Celosías del Convento desde el interior.
establecido por escritura ante el escribano Joseph Berthomeu, se firmó el 31 de
julio de 1692 por un capital de 2.000 libras y una pensión de 1333 sueldos y
4 dineros a razón de 11 dineros por libra, habiéndose de abonar las pensiones
correspondientes a principios de los meses de agosto y de febrero de cada año.
Cada cuota ascendía a un total de 45 libras y 6 dineros7.
El 8 de julio de 1764 la Comunidad de Religiosas, cuya priora era en ese momento la Reverenda Madre Sor Josepha Julián, nombra como procuradores al
Dr. Fray D. Pasqual Borrell, rector de la Parroquial de Calig, a D. Joseph Julián
y Oset y a D. Fco. Luis Julián, caballeros domiciliados en la villa de La Jana. A
ellos les otorgan la capacidad de “pedir, recibir y cobrar, (...), todas y cualquiera
cantidades de dinero, trigo, cebada, avena, vino, lana, aceite y cualquiere otras
cosas que sean y se nos devieren por cualquiera personas eclesiásticas, o, seculares, procedientes de arrendamientos, treudos, censos, comandos censales,
albaranes, consignas y libranzas, y cualquiere otras deudas que se nos deban y
deberán en adelante”8.
7
“Carregament de censal fet i fermat per la Universitat i Vila de Vinaròs a favor del Convent
y Monges de la Vila de Mirambell”. Archivo Histórico de Vinaròs.
8
Libro de Censos de la Villa de Vinaròs. Archivo Histórico de Vinaròs.
94
Lugares
2006
Poco a poco el Convento fue afianzando su poder económico, y sus tentáculos
de influencia territorial fueron alargándose y abrazando progresivamente más y
más posesiones. La “Libreta de los Censos que se han de cobrar por las Religiosas Agustinas del Convento de Mirambel del Año de 1803”9, pone claramente de
manifiesto esa amplia influencia territorial: Alcala de Chivert, Linares, Castellote, Cantavieja, Caspe, Portell, Olocau del Rey, Las Parras, Castelserás, Bordón,
Vinaròs, Tronchón, La Mata, El Povo, Palanques, La Codoñera, La Ginebrosa,
Villarluengo, Villarroya de los Pinares y por supuesto Mirambel, son municipios
con cargamentos censales sobre sus concejos o sobre particulares, a favor del
convento. A ellos hay que añadir las numerosas masías que corresponden deudas, censos o arrendamientos: Masada del Viñero (Olocau del Rey), Masada de
Monlover (Cantavieja), Masada Los Cañamares de Naves (Mirambel), Masada
de Moragues (Mirambel), Masada de Zurita (Mirambel), Masada del Mallol
(Cantavieja), Masada de los Diezmadores (Cantavieja), Masada de Zapater del
Collado del Santo Christo, Masada Torre de Don Diego (Villarluengo), Mas de
Baptista (Mirambel), Masada La Marrada (Cantavieja), Mas de Pastor (Portel),
Mas de la Umbría (Mirambel), y Mas de la Costera de Brun.
El crecimiento económico del Convento parece imparable y así se refleja en la
“Libreta de los Censos que tiene a su favor el Convento de Religiosas Agustinas
Calzadas de Mirambel. Año 1816”10, que ascienden en ese año a un total de 36
censos a su favor. A ellos se deben añadir las masadas que en esa anualidad son:
Las Lomas (Olocau), Mas de Gabriel Girona (Olocau), Mas de Viñero (Olocau),
Rambla de Tronchon, Mas de la Obejera (Tronchón), La Umbría de Palomita,
La Torre (Villarluengo), Mas de Pastor (Portell), El Mollol (Cantavieja), Mas de
Diezmadores (Cantavieja), Monlover (Mirambel), La Marrada (Cantavieja), Los
Cañamares de Naves (Mirambel), Masada de Moragues y Zurita (Mirambel),
Masada del Barranco de los Tormos (Mirambel), Masada Costera del Carrascal
de Brun (Mirambel), Mas de Baptista (Mirambel), Mas de Brun (Mirambel), Mas
de Zapater del Collado de San Cristóbal, Mas del Collado (Tronchon), Mas de la
viuda de Mir de la Umbría, Mas de Josef Huguet y Mas de Villalba el Zorro.
El Convento se convertía para Mirambel y para todos los municipios de la Comarca en un reducto venerable de la voluntad de Dios en la tierra y en un bastión ineludible del poder pecuniario. Así se abría una brecha insondable entre el Concejo
9
ARCHIVO DE LA FAMILIA VILLALBA.
10
ARCHIVO DE LA FAMILIA VILLALBA.
95
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
y el Convento, un proyecto que se había iniciado de la mano, se convertía ahora
en un hecho independiente. El Convento devenía así, para habitantes y visitantes
en una “casa grande, amurallada, cerrada”, “una cárcel, una tumba, un sepulcro
con momias anquilosadas y vendas, un hipogeo con autómatas vivientes perinde
ac cadáver”11. Ese alo de misterio, de misticismo, de poder espiritual y económico, convertía el Monasterio en un mundo de fantasía al que se atribuían todo tipo
de hechos fantásticos. Pío Baroja recoge en LA VENTA DE MIRAMBEL varias
de ellos: la existencia de una mina que comunicaba el Convento con la ermita del
Santo Sepulcro, la existencia de cuevas e “in-pace” donde habían muerto monjas
castigadas, la existencia de condenas a pasar días de ayuno y a comer en el refectorio en el suelo, la huida de Sor Consuelo con un militar carlista, la existencia del
joven cura hechicero Francisco Montpesar, el entierro de animas, etc.
El 1 de abril de 1910, aniversario del 346 aniversario de la fundación del convento, D. Agustín Castel Conesa y su esposa Doña María Conesa Villalba regalaban a la comunidad una imagen del Sagrado Corazón de Jesús para darle
culto en la Iglesia del Convento en el mes de junio y para llevarla en procesión
en el día de su fiesta por las calles de la población. Desde un principio la imagen
se rodeo de un alo de misterio que ya no la abandonaría nunca. La imagen fue
recibida secretamente y depositada en la habitación del Capellán, el día 29 de
marzo. El traslado se hizo de noche con mucho sigilo, en brazos del donante.
La talla se presentó a la comunidad, esa misma noche, en la reja alta, aunque no
hizo su entrada solemne por la puerta regular hasta el día 1 de abril.
Esa imagen desarrollaría a su alrededor una tradición milagrosa iniciada con la
sanación de Sor Mónica, la monja histérica. El texto que ha llegado hasta nuestros días, redactado por una monja de la comunidad, es enormemente significativo: “Sor Mónica se hallaba tres años hacia, enferma de una demencia terrible
y furiosa, tanto que todas las religiosas estábamos asustadas por las cosas que
dicha hermana hacia y decía en su locura, por esto mismo la teníamos cerrada
en una habitación con todas las condiciones posibles de seguridad e higiene
habiendo en lo interior de la celda una verja grande y fuerte de listones de
madera, y a pesar de esto varias veces nos rompió algunos barrones saliéndose
por allí a la pieza exterior que comunica con el dormitorio pero con la puerta
bien asegurada, en tales circunstancias acudíamos llenas de temor en busca
del P. Vicario para que entrase en la clausura no solo él, que era poco, sino
11
Baroja, P. La Venta de Mirambel. Ed. Caro Raggio. Madrid, 1981. Pág. 30.
96
Lugares
2006
que las veces que entró durante todo este tiempo, que fueron muchas, siempre
lo hizo acompañado de otro Sacerdote del Pueblo, pues era tal la fuerza que
dicha hermana tenía, a pesar de ser muy pequeña, que superaba a todas las
Religiosas, y como era tan grande el temor que nos causaba el oír los terribles
golpes y las grandes voces que daba, pues su lengua parecía de carretero, con
todo lo demás que hacia, rompiendo todos los utensilios con que le administraban los alimentos y arrojando los fragmentos a las Religiosas que la cuidaban
, y lo mismo hacia con las suciedades; los tiestos más grandes se los guardaba
para con ellos hacer males, pues iba rayendo en la pared o en el pavimento
hasta hacer un agujero u hoyo para salirse, con el ripio que sacaba apedreaba
a cuantos en la habitación entraban; en una ocasión hizo sangre a la enfermera
en la cabeza, a otra religiosa le rasgó la toca y se la quitó dejándola descubierta
y llena de rubor delante del P. Vicario y del que le acompañaba; por este motivo
determinamos darle la comida entre rodajas de pan, comiendo por espacio de
dos años siempre de fiambre; para dormir siempre lo hizo o bien sentada o en el
duro suelo, pues el jergón y colchón que le pusimos al principio de la enfermedad todo lo hizo pedazos, y lo mismo hacia con toda la demás ropa que le dábamos, tomándolo todo y no sacando nada, y si lo sacaba no servia para nada,
pues todo estaba hecho añicos, en fin hubo día que se bebió sus mismos orines,
ya no se puede decir más; así estábamos padeciendo todo lo que Dios Nuestro
Señor sabe toda la Comunidad cuando entró en esta Santa Casa la Imagen del
Sagrado Corazón de Jesús, y al entregarla el donante, como sabía el trabajo
que con dicha hermana tenía la Comunidad nos dijo; podían llevar la Imagen
a la habitación de dicha hermana ¿y quien sabe, dijo dicho Señor, si el divino
Corazón hará un milagro?. La Imagen no la llevamos por temor a que la misma
no hiciese algún desacato, pero sí, todas postradas en el coro pedíamos ante
la Imagen del Sagrado Corazón diera el conocimiento a dicha hermana, si así
convenía para su mayor gloria, salvación de su alma y bien de la Comunidad, y
¡Oh prodigio! Al día siguiente nuestra Reverenda Madre tuvo interiormente un
impulso de ir a verla, y la recibió con mucha amabilidad, paz y sosiego, siendo
así que durante los tres años que estaba cerrada siempre se nos había recibido con lengua de carretero; conoció nuestra buena Madre que tenia completo
conocimiento, pero a pesar de esto todavía la tuvo tres días cerrada, por temor
porque nos parecía imposible lo que estábamos viendo; y hoy la que teníamos
como furiosa leona, sigue como mansa oveja todos los actos de la Comunidad
cantando y rezando las divinas alabanzas en nuestra compañía en el coro”12.
12
Archivo del Convento de Santa Maria de Mirambel de Benicasin.
97
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
A estas leyendas el municipio fue añadiendo otras, alentadas por la propia comunidad, y por un fervor exacerbado propio del momento. Así hay que señalar el
milagro de la campana. El 16 de mayo de 1900 a las once de la noche tocó por
sí sola la campana que servía para llamar desde la portería a las hermanas torneras y procuradoras. La campana tocó durante un año varias veces en diferentes
ocasiones. Se interpretaron estos toques como un aviso del Señor, pues “por un
dependiente de la casa estuvieron expuestos los intereses de la Comunidad, cuyo
sujeto con capa de bien engañó a nuestra Rda. Madre haciéndonos traición”13.
Como un milagro se vivió también el descubrimiento truculento de los cuerpos
de las madres fundadoras. En octubre de 1830 fueron halladas al derrumbarse
una pared del vaso los cuerpos de Sor Violante Castelví y Sor Petronila Roxera.
Sus cuerpos fueron venerados hasta el final de la comunidad en 1981, de hecho
todavía hoy se encuentran en la cripta del coro bajo, con una sencilla lápida de
madera en la que se inscribe la leyenda de su hallazgo. El 29 de octubre de 1839
se halló el cuerpo de otra sierva de Dios, que a pesar de ignorar su nombre, se
veneró como el de una de las primeras hermanas del Convento.
Todavía hoy, se cuenta la leyenda de la “monja santa”, cuyo cuerpo incorrupto
se expuso a los fieles antes de la guerra civil. De su hábito se fueron arrancando
numerosos fragmentos para que protegiese a los hijos de Mirambel en su marcha
hacia el frente.
Las criptas se convirtieron así, en una fuente inagotable de leyendas, en un elemento enormemente atrayente para el imaginario popular. El archivo de la familia Villalba, conserva una pequeña obrita manuscrita anónima14 titulada NOCHE
SEGUNDA, en la que la acción transcurre íntegramente entre los cuerpos de
las hermanas depositadas en la cripta. Pío Baroja se dejó atraer también por la
sugestión de las criptas del Convento: “...y al final partía una escalera estrecha
de escalones, resbaladizos que terminaba en el cementerio o cripta donde se
enterraba a las monjas. Esta cripta era un lugar oscuro, con columnas, iluminado por una saetera en el que se veían vagamente tumbas en el suelo y nichos
en las paredes”15. En la misma línea se desarrolla la obra SOR DOLORES;
EPISODIO HISTÓRICO de D. Nicolás Ferrer y Julve que se editó en Valencia
en 1926.
13
Archivo del Convento de Santa Maria de Mirambel de Benicasin.
14
Casi con total seguridad puede atribuirse a D. José Clemente Clemente.
15
Baroja, P. La Venta de Mirambel. Ed. Caro Raggio. Madrid, 1981. Pág. 28.
98
Lugares
Reja de clausura que separa el convento
de la iglesia, a través de la cual
las monjas escuchaban la misa.
2006
Detalle del órgano de la iglesia
de Santa Catalina.
Pío Baroja en su novela LA VENTA DE MIRAMBEL fue capaz de captar la
fascinación de todo un territorio por el Convento de Santa Catalina Mártir de
Mirambel. Reflejó de forma magistral un poso legendario desarrollado a través
de siglos por el imaginario popular, basado en hechos históricos enriquecidos
y sazonados con el adecuado tamiz de la suposición mágica y esotérica. Así el
joven y maligno cura Montpesar probablemente proviene de aquel sacerdote de
Mirambel con un doble proceso inquisitorial sobre sus espaldas por adulterio. O
tal vez devenga del alcalde y sacristán adúlteros que a mediados del siglo XIX
se convirtieron en uno de los mayores escándalos vividos por los habitantes de
Mirambel. Sea como fuere, Pío Baroja, tomó prestado todo el poso histórico,
todas las tradiciones milagreras y místicas, todo el misterio de la clausura, toda
la seducción de aquellas “santas esposas de Cristo”, y las aderezó con el humor
y la sátira propia de su pluma. Noveló, en fin, una leyenda con más de 400 años
de constante enriquecimiento.
99
LA TRASHUMANCIA
EN LA BAILÍA DE CANTAVIEJA
José Luis Castán Esteban*
* Historiador y Profesor de Instituto.
Historia
2006
Cantavieja, situada en una posición estratégica en el centro del maestrazgo turolense, y colindante con la actual provincia de Castellón, había sido repoblada
a finales del siglo XII por la orden del Temple. La carta puebla, y privilegios
como el otorgado por Pedro II haciéndolos “francos de lezdas y peajes, huestes y
cabalgadas”, hacen de sus vecinos guerreros, pero también grandes propietarios
de ganado. Desde su atalaya, los caballeros templarios controlaban un amplio
territorio, que tras los años de la conquista fue aprovechado preferentemente
para la explotación granadera.
Tras la conquista del reino de Valencia en 1238, los que habían sido caballeros
templarios se convierten en señores feudales. A lo largo del siglo XIII se fijan los
términos y comienza el aprovechamiento de los pastos.
Unas condiciones privilegiadas para el desarrollo de la ganadería
La bailía de Cantavieja se encuentra a más de mil metros de altura sobre el nivel
del mar, en el extremo suroriental del sistema Ibérico. Bruscamente la montaña
desaparece y se llega a unas llanuras litorales que se extienden desde Tortosa
hasta Valencia. En estas planicies se da la complementariedad climática necesaria para la trashumancia: unas suaves temperaturas en los meses de invierno que
103
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
mantienen un abundante pasto, mientras que en los meses de verano los pastos
de las tierras altas de Cantavieja el deshielo y las lluvias de primavera, permiten
alimentar a miles de cabezas de ganado.
El segundo factor que explica la trashumancia en Cantavieja es la historia. La
orden militar del Temple, y tras su disolución, la orden de San Juan de Jerusalén,
eran señores de encomiendas tanto en Teruel, como en Tortosa y Castellón. La
unidad de jurisdicciones, que todavía hoy se conserva en la toponimia Maestrazgo, facilitó el trasiego de animales y personas a uno y otro lado de la frontera.
El Priorato de la Corona de Aragón de la Orden de San Juan
Fuente: María Bonet Donato, La Orden del Hospital en la Corona de Aragón, Madrid, 1994.
La primera mención de pastores de Cantavieja trashumando hacia Levante la
tenemos en una carta de la reina en 1299 en la que notificaba que sus ganados
podían pasar libres en Morella, sin tener que pagar por ello derecho alguno de
herbaje. Como Morella se opuso, fue necesario pactar en 1320 que los ganados
de las dos villas podían apacentarse en ambos términos. En el siglo XIII hay
documentados conflictos con Morella, llegando incluso al asesinato de varios
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Historia
2006
hombres en los términos de Cantavieja, so pretexto de que “habían hecho daño”.
En estos siglos es cuando la trashumancia se consolida, creando redes de comunicación y comercio entre el Maestrazgo y la plana de Tarragona y Castellón. La
lana, comercializada a través de la feria de San Mateo, se exportaba a Francia e
Italia por genoveses y florentinos.
En 1342, tras la disolución por el papa de la orden del Temple y el traspaso de
sus encomiendas a la orden de San Juan del Hospital, se estableció que los ganados de Cantavieja pudieran pastar en Mosqueruela, lugar fundamental de la
Comunidad de Teruel, y posteriormente, en 1434, la franquicia de los ganados
en los términos de Tortosa.
En la historia de la trashumancia de Cantavieja podemos diferenciar tres etapas:
SS. XIII-XV: INICIO
La Baja Edad Media constituye el periodo de formación de este sistema económico. El territorio, escasamente poblado, y con pocas posibilidades para
una agricultura próspera, se orienta hacia la ganadería. La posibilidad de
aprovechar en unas condiciones de privilegio, tanto los pastos de verano en
las sierra, como los de invierno en las recién conquistadas tierras levantinas
fue aprovechada por templarios y hospitalarios. A este factor hay que unir
la presencia de comerciantes, principalmente italianos, deseosos de adquirir lana de calidad con destino a las manufacturas textiles europeas, y que
conectaron al Maestrazgo turolense con los circuitos comerciales del Mediterráneo. El precio creciente de los vellones, la demanda de las ciudades
italianas francesas, no hizo sino alentar las explotaciones ganaderas
SS. XVI-XVIII: EXPANSIÓN
La máxima expansión de la ganadería trashumante y por consiguiente, de la
economía de la bailía de Cantavieja, se produjo durante la Edad Moderna.
Iglesias, palacios, ermitas…, las principales construcciones de los pueblos
son de este período. Podemos mencionar algunos ejemplos del XVIII, un siglo de crecimiento económico y demográfico: en 1700 se construye la ermita
del Loreto, en 1730 se derriba la vieja la iglesia de Cantavieja y se levanta la
actual de la Asunción con una envergadura que se equipara a las principales
colegiatas y catedrales de Aragón. Una obra que se ejecuta en tan solo quince
años, pues está documentada la conclusión de la Torre y la portada en 1745.
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
Su financiación, con el sobrante anual de diez cofradías y parte del Hospitales un ejemplo de la pujanza económica de la localidad. También de esos
años es la actual fábrica del ayuntamiento, en 1753 está fechada la portada
de la casa del Baile, y en 1775 se construye el Hospital de San Roque.
SS. XIX-XX: CRISIS
La segunda mitad del siglo XVIII marca el inicio de la crisis de la ganadería
trashumante. Ignacio de Asso, al describir el territorio dice: “todo este territorio no tiene más frutos que el ganado, y una especie de trigo centenosos
de ínfima calidad, ni tampoco permite la rigidez del clima el dar nuevos
ensanches a su agricultura. Las tierras cultivables son pobrísimas, y aún las
hace peor condición el estar generalmente pendientes y expuestas a que las
aguas desprendidas de las alturas arrastren consigo su poca substancia. De
aquí dimana la precisión de socorrerlas con abundantes y frecuentes abonos,
y de hermanar la labranza con la cría de ganado para acudir a tan indispensable necesidad. Esta circunstancia ha introducido el excelente método de
cultura que se observa en los pueblos de las Bailías, cuyos dilatados términos
están distribuidos en gran número de masadas o cortijos con sus heredades
adyacentes, divididas en tierras de labor y de pasto o proporción del mueble
que se necesita para el cultivo de las primeras. Así es que sólo en el término
de Cantavieja se cuentan 105 de estas masadas”. En otros documentos se
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Historia
2006
menciona que “en sus montes abundan los pastos y se crían 12.000 cabezas
de ganado lanar y cabrío, 112 de yeguas, 900 de vacuno, 750 de cerda y 800
de mular, y se cultiva particularmente el trigo, cebada y avena y ascenderá
su cosecha anual a 6.000 cahíces de trigo, 1000 de cebada y 500 de avena.
Tiene la villa 250 casas con 300 vecinos y 100 caseríos dispersos que llaman
masadas, cada una de las cuales tiene alrededor tierras de labro y pasto”.
Si consideramos fiables los datos de Ignacio de Asso todo parece indicar que
a finales del siglo XVIII la crisis de la ganadería era evidente. Afirmaba en
1788 que se críaban 13.000 cabezas de lanar, y que 30 años antes eran 28
o 30.000 de lanar y 7.000 de cabrío. Podemos identificar tres causas para
explicar esta decadencia: En primer lugar, el descenso del precio de la lana
por la competencia de otros tejidos, como el algodón. Las dificultades de
los vellones españoles para adaptarse a la mecanización que trajo consigo la
Revolución Industrial, hizo que los beneficios cayeran, y que el futuro de la
población, a falta de otras expectativas, pasara por la emigración.
En segundo lugar, el aumento demográfico de los siglos XVIII y XIX, con
una población que triplicaba en muchas localidades a la actual, hizo que cada
vez se roturaran más tierras. Cuando la población aumentó, sobre todo en el
siglo XVIII, la producción de los campos ya no fue suficiente para alimentar
a los vecinos y éstos, abocados al hambre, no tuvieron otro remedio que
roturar y abancalar las laderas de los montes. Por consiguiente, los pastos
disminuyeron, y en los extremos los precios de las dehesas aumentaron. Si
aumentaban los gastos y disminuían los beneficios, el futuro no podía ser
muy halagüeño. El enfrentamiento entre ganaderos y agricultores se produjo
en 1760 cuando el procurador de la villa de Cantavieja propuso al Consejo
Real (La Audiencia de Aragón) la roturación de una partida. Nueve ganaderos y labradores recurrieron a la Audiencia y se opusieron a la roturación
pues “los términos de la villa son cortísimos de pastos a correspondencia
de los vecinos y ganados”. De las informaciones recibidas, incluyendo un
informe sobre los “propios de la villa”, de 335 libras, 7 sueldos y 6 dineros,
las mayores partidas de ingreso eran las derivadas de la ganadería: 146 libras un sueldo y 9 dineros de la dehesa del Cabezo, 24 libras 10 sueldos y
5 dineros del herbaje, y 68 libras, 6 sueldos y 5 dineros de las hierbas de la
carnicería.
Hoy todavía se pueden observar el ingente trabajo que supuso la roturación
de estas tierras, de baja calidad y que mermaban recursos a la ganadería. El
ilustrado Ignacio de Asso valoró de esta forma las roturaciones:
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
“Desde 1775, en que se empezaron con calor los rompimientos, un solo
año produjo la décima 900 cahíces, en los demás nunca excedió de 600 o
700, y en algunos quedó reducida a 200 o 300. A esto se aumenta que en
Cantavieja se contaban 28 o 30 cabezas de ganado lanar, y 7 mil de cabrio,
en el día con dificultad se sustentan 13 mil cabezas de ambas clases, lo qual
nos hace manifiesto que sin embargo de ser dobladas las tierras puestas en
cultivo, su rendimiento es menor de un tercio, y la disminución del ganado
excede la mitad.”
Por último, las contiendas guerras carlistas, que se sucedieron desde 1833, y de
nuevo en los años setenta, unidas a la delincuencia y el bandolerismo, acabaron
con la seguridad jurídica que necesitaban los ganaderos trashumantes. El temor
a un robo, a un saqueo, o a ver confiscado el ganado hizo apartarse a muchos de
un negocio, que por otro lado, ya no era demasiado rentable.
Los propietarios
El ganado en la bailía de Cantavieja esta repartido de forma desigual. De las
treinta mil cabezas de ganado lanar de las que habla Ignacio de Asso, más de la
mitad estaban en manos de una veintena de propietarios. Estos ganaderos disponían de mayoral, pastores asalariados y pastos propios, pues solían poseer una o
varias masías en el término. La mayoría de las explotaciones tenían una media
de cien cabezas. Se trataba de pequeños negocios familiares que apenas daban
para sobrevivir, y que debían complementar con el trabajo de la tierra y con la
venta de lo que producían los rudimentarios telares de sus casas. Los últimos en
la escala social, los pastores sin ovejas, o con unas pocas reses en el rebaño del
amo, constituían una parte importante de la población: entre un 20 y un 30 por
ciento.
La organización: Ligallos.
Los ligallos fueron una peculiar organización de los ganaderos de Teruel y del
Maestrazgo castellonense, que con las variantes propias de los tiempos, se ha
tratado de recuperar en nuestras días1.
1
Nos referimos al Ligallo General de Pastores, con sede en Fortanete, y que preside Lionell
Martorell.
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Historia
2006
Ligallo, que significa en aragonés “liga, unión, amistad”, es una sociedad creada
por los ganaderos de una localidad para la regulación de su oficio y la defensa
de sus intereses. Lo podríamos comparar a los colegios profesionales de hoy en
día; pero en lugar de abogados, médicos o ingenieros, formados exclusivamente
por propietarios de ganado. Su origen se remonta al siglo XIII, y están documentados en Mirambel, Villarroya y Cantavieja, y en las poblaciones vecinas
de Mosqueruela y Morella, aunque es posible que existieran en las principales
localidades del Maestrazgo. En las áreas del reino de Valencia en las que la
ganadería era un elemento esencial de su economía, apare-cen con la denominación de lligalló.
Su funcionamiento era muy simple. Como mínimo dos veces al año se reunión
los ganaderos para discutir y decidir sobre la cabaña. En su origen medieval se
limitaban a la devolución de reses perdidas, o mostrencas. La misión no era fácil. La trampa y la oculta-ción por parte de los ganaderos debían ser frecuentes.
Desde el siglo XIV aparece la figura del justicia del ligallo, y sus competencias
se amplían: determinación de lugares de cuarentena para el ganado enfermos,
disputas por contratos con pastores, vigilancia y control de azagadores y abrevaderos, defensa de los asociados en pleitos para hacer valer sus privilegios de
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
pastos…, en definitiva, se configuran como un organismo representativo y de
poder, frente a agricultores, ayuntamientos o tribunales de justicia.
La primera característica es su carácter municipal y comunal, ya que el ligallo
se concede a petición de los jurados de las poblaciones, y a ellos les corresponde
elegir al justicia de la institución. Otro factor que denota su carácter comunal es
su exclusivismo y reciprocidad, ya que los ganados que participan en el ligallo
son solamente aquellos pertenecientes a los pueblos que lo componen.
El cargo de justicia del ligallo o ligalló es el alma y eje de la institución, tal y
como se desprende de las amplias competencias que se le conceden en las ordenanzas. A él le corresponde ejecutar las penas y las multas, dirige la búsqueda
de los ganados perdidos en los términos de las localidades sujetas al ligallo y
es el principal responsable de la administración, tanto de las reses –debiendo
comprobar la veracidad de las pretensiones de los ganaderos sobre ellas–, como
del dinero que se recauda por las multas, respondiendo con sus propios bienes
en caso de negligencia o falsedad.
La trashumancia: hacia Valencia.
“A todos los Santos, (1 de noviembre) nieve en los altos”, “A San Andrés, (30
de noviembre) nieve en los pies”. Estos dos dichos populares del Maestrazgo
reflejan perfectamente la realidad climática de la comarca.
En su recorrido hacia los pastos de invierno, los rebaños debían atravesar necesariamente los términos de otras comunidades o señoríos. Pero como las relaciones entre los aragoneses no siempre eran cordiales, la travesía anual de los
ganados por los pastos de sus vecinos provocó numerosos roces y enfrentamientos. En algunas ocasiones fueron los tribunales forales, principalmente el del
Justicia de Aragón, los que intervinieron para resolver estas diferencias, pero en
la mayor parte de los casos propiciaron concordias y acuerdos para garantizar la
circulación de los trashumantes.
El más antiguo de los conservados es una concordia entre la Comunidad de
Teruel y la Bailía de Cantavieja. El acuerdo, firmado en Teruel el 31 de abril de
1373, posibilitaba la creación de tres pasos para permitir atravesar los términos.
Durante este trayecto se daba licencia a los pastores para apacentar y amalladar
sus rebaños, si bien se les prohibía terminantemente “volver atrás”, es decir,
sólo podían aprovechar los pastos amojonados durante la marcha.
110
Historia
2006
La vereda estaba delimitada por mojones o hitas, que no eran sino simples piedras colocadas de forma característica, cuya modificación o destrucción estaba
fuertemente multada. Para comprobar su estado, y en general la situación de los
pasos de ganado, una comisión de expertos, que en el Maestrazgo dependía de
los oficiales del Ligallo,
La Bailía de Cantavieja, formada por la villa del mismo nombre y los luga-res
de Mirambel, Tronchón, Villarluengo, La Gresola, La Cañada y La Cuba, poseía
también derecho a aprovechar gratuitamente los pastos en la vecina Morella. Así
lo defendía una larga escritura presentada en el siglo XVII ante la Bailía General del reino de Valencia. Los primeros capítulos describían la vida rural de la
comarca, comparándola con la valenciana, e insistiendo en la dureza y las pocas
posibilidades del Maestrazgo aragonés, que hacía que se basara toda su riqueza
en la actividad pecuaria.
Posteriormente se afirmaba la existencia de más de 150 masías o “masadas” en
los límites de ambos reinos, que compartían sus fuentes, pozos, abrevaderos y
sesteros situados a uno y otro lado de la frontera, teniendo sus dueños propiedades en el otro reino y necesitando entrar con sus animales para cultivar la
tierra.
Igualmente, y por razón de la buena vecindad que siempre había habido entre
la Bailía de Cantavieja y Morella y sus aldeas, el procurador declaró que desde
tiempo inmemorial sus vecinos habían entrado en la Bailía de Cantavieja para
apacentar sus ganados, de la misma manera que los de Cantavieja entraban en
los términos de Morella sin ningún otro impedimento que el de respetar los boalares y dehesas respectivos de las universidades.
Por tanto, la petición que se hacía al Baile, en función de lo expresado en el
memorial, era la de no tener que manifestar ni pagar ningún derecho por introducir su ganado en las aldeas de Morella, haciéndolo tan solo cuando fueran a
otros lugares del reino. A este memorial se acompañaban más de 50 testimonios
favorables tomados en la villa y en alguna de sus aldeas, principalmente en
Villafranca. Los labradores de estos lugares afirmaban que tradicionalmente los
habitantes de la Bailía de Cantavieja no habían pagado nada por introducir su
ganado en el reino de Valencia. La declaración fue enviada al Baile General de
Valencia el primero de febrero de 1601.
La legislación mesteña, que divide los caminos de ganado en cañadas, cordeles
y veredas en función de su longitud, no existe en la Corona de Aragón. La no-
111
Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
menclatura no es uniforme y las escasas referencias no nos permiten hacer diferencias cualitativas. En el Maestrazgo hemos documentado la denominación de
ligallos, asociada no sólo a las ya conocidas asociaciones de pastores, sino a la
red viaria. El nombre utilizado es el de paso o vereda de ganado, que puede ser
sustituido por otros genéricos como camino o camí ramader. Denominaciones
a las que se añade, en el Maestrazgo turolense y en el reino de Valencia, la de
azagador. Sólo tardíamente, y por influencia castellana, aparece de forma muy
localizada la voz cañada.
Dos eran las áreas de invernada sobre las que confluían las principales rutas
trashumantes: la llanura que se extendía desde el Delta del Ebro, a donde acudirían los rebaños de la zona más próxima del Maestrazgo turolense: Cantavieja,
Mirambel.... Más al sur, los municipios que van desde Castellón hasta el interior
de las estribaciones del Maestrazgo (Borriol, Alcora, Lucena, Onda) formaban
otra unidad significativa.
Las zonas de pastos no variaron sustancialmente a lo largo de tiempo. De hecho
la trashumancia aragonesa en la actualidad se sigue orientando sobre los mismos
agostaderos e invernaderos. Con mayor o menor peso, la presencia de los serranos en los piedemontes ha sido constante en el mundo rural valenciano.
Poco antes de la partida, o coincidiendo con el trayecto de vuelta, existían diversas ferias ganaderas donde se procedía a la venta de los carneros. Destacaban
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Historia
2006
por su importancia las de Cabanes y Morella, ampliamente citadas en los registros de peaje entre el reino de Aragón y de Valencia. En Aragón se hacían sobre
el mes de Septiembre, en los prolegómenos de la marcha a los pastos de invierno
(Cedrillas y Cantavieja). Normalmente los trashumantes procuraban vender el
ganado para carne, las pieles y cueros en los extremos, ya que los precios solían
ser más elevados. Era en estas fechas cuando se pasaba a recuperar los beneficios invertidos en los pastos, los animales y la contratación de pastores.
El día prefijado, los pastores acudían a los corrales antes del amanecer. Se volvían a comprobar los útiles de los trashumantes, que transportaban a lomos de
varias caballerías, y se comenzaba a sacar el ganado para la marcha. El rebaño
estaba dirigido por el mayoral, a quien seguían en primer lugar las ovejas mansas, a las que se les colocaba una esquila para que sirvieran de referencia al
resto. La distancia a recorrer variaba sustancialmente en función del lugar de
destino. Para los cabañeros del Maestrazgo acudir las zonas de invernada suponía de cinco a seis días de marcha, si se tratada de Tortora, pero varias semanas
si se desplazaban más al sur .
Conclusión
La primera conclusión a la que se llega tras el estudio de la trashumancia en la
bailía de Cantavieja es la constatación de que fue el principal motor económico, la comarca. Los altos precios de la lana posibilitaron el crecimiento de la
población, la consolidación de un pequeño grupo de grandes propietarios, promotores de las principales obras de arte que podemos admirar en Iglesuela del
Cid, Cantavieja, o en Mirambel: Iglesias y palacios que se construyeron con los
beneficios de la actividad pecuaria.
En segundo lugar, la ganadería es un elemento clave para entender el paisaje:
dehesas, abrevaderos, masías, corrales, azagadores… el espacio del Maestrazgo
se articula incluso hoy en día entorno a estos elementos. La integración del medio físico, la a adaptación a la naturaleza, día sido una constante desde la Edad
Media
Por último, la trashumancia ha contribuido a moldear el carácter y la personalidad de los hombres de estas sierras. Vivir seis meses fuera de casa, dejando en
los pueblos a las mujeres, los ancianos y los niños; pasarse el día en el campo,
con otra noción del tiempo, solo con la compañía de un perro, y otra escala
de valores. Relacionarse con otras poblaciones en los meses de invierno, que
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Baylías - Miscelánea del Centro de Estudios del Maestrazgo Turolense
poseen otro idioma, han hecho configurado una peculiar forma de entender el
mundo. Hoy la trashumancia está a punto de desaparecer, pero su historia, su
cultura, es algo que debemos conocer y valorar, ya que forma parte de las señas
de identidad de nuestro pueblo.
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114
Termináronse de imprimir
estas BAYLÍAS del
MAESTRAZGO
el vigésimo día
del año de
2007
en los talleres gráficos
de
Aragón Vivo
en la ciudad de Teruel.
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