POEMAS PARA EL DÍA DE LA POESÍA GARCILASO DE LA VEGA (1496-1536): SONETO V. Escrito está en mi alma vuestro gesto, y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto; que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma mismo os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir, y por vos muero LOPE DE VEGA (1562-1635): SONETO 126 Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso; huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño; creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño; esto es amor, quien lo probó lo sabe. MARÍA ROSA DE GÁLVEZ (Málaga, 1768-Madrid, 1806): LA NOCHE. Tinieblas gratas de la obscura noche, a un corazón sensible, que desea vivir para pensar, vuestro silencio 1 la calma anuncia; las veloces sombras, cayendo de los montes a los valles, cubren la tierra; el pardo jilguerillo, los últimos cantares repitiendo, al nido vuela y el pastor conduce al redil su rebaño numeroso Yo, en tanto, en esta margen solitaria, por donde el Tajo sus raudales lleva, la bóveda contemplo en que los astros, con invariable giro, de los tiempos miden las estaciones y las horas. El sueño huye de mí y el genio vela; natura me convida, y elevada a la vista de tantas maravillas, mi acento vuela a par de mi deseo. No cantaré de amor el poderío, sus penas, su despecho, ni su engaño, ni tampoco poéticas ficciones: no el húmedo Orión, ni de las Ursas ni de Ariadna la corona hermosa… ANTONIO MACHADO (1875-1939): PROVERBIOS Y CANTARES (XXIX). Caminante, son tus huellas el camino y nada más; Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino sino estelas en la mar JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1881-1958): El POETA A CABALLO ¡Qué tranquilidad violeta, por el sendero, a la tarde! A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! La dulce brisa del río, olorosa a junco y agua, le refresca el señorío... La brisa leve del río... A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! 2 Y el corazón se le pierde, doliente y embalsamado, en la madreselva verde... Y el corazón se le pierde... A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! Se esté la orilla dorando... El último pensamiento del sol la deja soñando... Se está la orilla dorando... ¡Qué tranquilidad violeta, por el sendero, a la tarde! A caballo va el poeta... ¡Qué tranquilidad violeta! FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936): CANCIÓN DEL JINETE. En la luna negra de los bandoleros, cantan las espuelas. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? ...Las duras espuelas del bandido inmóvil que perdió las riendas. Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! En la luna negra sangraba el costado de Sierra Morena. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? La noche espolea sus negros ijares clavándose estrellas. Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! 3 En la luna negra, ¡un grito! y el cuerno largo de la hoguera. Caballito negro. ¿Dónde llevas tu jinete muerto? MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942): PARA LA LIBERTAD Para la libertad sangro, lucho, pervivo. Para la libertad, mis ojos y mis manos, como un árbol carnal, generoso y cautivo, doy a los cirujanos. Para la libertad siento más corazones que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas, y entro en los hospitales, y entro en los algodones como en las azucenas. Para la libertad me desprendo a balazos de los que han revolcado su estatua por el lodo. Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, de mi casa, de todo. Porque donde unas cuencas vacías amanezcan, ella pondrá dos piedras de futura mirada y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan en la carne talada. Retoñarán aladas de savia sin otoño reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida. Porque soy como el árbol talado, que retoño: porque aún tengo la vida. PEDRO SALINAS (1891-1951): Perdóname por ir así buscándote (La voz a ti debida, 1933) Perdóname por ir así buscándote tan torpemente, dentro de ti. Perdóname el dolor, alguna vez. Es que quiero sacar de ti tu mejor tú. Ése que no te viste y que yo veo, nadador por tu fondo, preciosísimo. Y cogerlo y tenerlo yo en alto como tiene el árbol la luz última que le ha encontrado al sol. Y entonces tú 4 en su busca vendrías, a lo alto. Para llegar a él subida sobre ti, como te quiero, tocando ya tan sólo a tu pasado con las puntas rosadas de tus pies, en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo de ti a ti misma. Y que a mi amor entonces, le conteste la nueva criatura que tú eras. PABLO NERUDA (1904-1973: POEMA XV. Me gustas cuando callas porque estás como ausente, y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca. Como todas las cosas están llenas de mi alma emerges de las cosas, llena del alma mía. Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, y te pareces a la palabra melancolía. Me gustas cuando callas y estás como distante. Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: déjame que me calle con el silencio tuyo. Déjame que te hable también con tu silencio claro como una lámpara, simple como un anillo. Eres como la noche, callada y constelada. Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo. Me gustas cuando callas porque estás como ausente. Distante y dolorosa como si hubieras muerto. Una palabra entonces, una sonrisa bastan. Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO (1928-1999): El lobito bueno Érase una vez un lobito bueno al que maltrataban todos los corderos. Y había también un príncipe malo, una bruja hermosa 5 y un pirata honrado. Todas estas cosas había una vez. Cuando yo soñaba un mundo al revés. AGUSTÍN GARCÍA CALVO (1926- 2012): LIBRE TE QUIERO. Libre te quiero como arroyo que brinca de peña en peña, pero no mía. Grande te quiero como monte preñado de primavera, pero no mía. Buena te quiero como pan que no sabe su masa buena, pero no mía. Alta te quiero como chopo que al cielo se despereza, se despereza, pero no mía. Blanca te quiero como flor de azahares sobre la tierra, pero no mía. Pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera. AURORA LUQUE: CIUDAD. Una ciudad del sur con su mitología urbana vagamente, subrayada de mar, desgarrada de instintos, con toda la belleza luchando por asirse con dignidad a un resto de materia. Tanta, tanta es la luz sin asidero. 6