La Misión de Administración Provisional de las Naciones

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Revista CIDOB d’Afers Internacionals, núm. 56, p. 115-139
La Misión de Administración
Provisional de las Naciones
Unidas en Kosovo (UNMIK)
Alfonso J. Iglesias Velasco*
RESUMEN
La situación existente en la provincia de Kosovo de la República de Serbia dentro del Estado yugoslavo se estaba volviendo insostenible a finales de los años noventa como consecuencia de la política
represiva de las autoridades serbias contra la población albano-kosovar. Los esfuerzos internacionales para el arreglo pacífico del conflicto no pudieron culminar con éxito, debido en gran parte a la intransigencia serbia, y el recrudecimiento de la contienda con las consiguientes secuelas trágicas para la
población civil kosovar hizo que la Alianza Atlántica llevara a cabo una intervención militar durante la
primavera de 1999, de más que dudosa legalidad jurídico-internacional, que obligó a los dirigentes serbios a transigir con la aplicación de la solución diseñada por la comunidad internacional en los acuerdos de Rambouillet y concretada en la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas, de 10 de junio de 1999. Dicha resolución estableció dos presencias internacionales en la provincia, una de seguridad, la Fuerza en Kosovo (KFOR), y otra civil, la Misión de Administración Provisional
de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK). Este trabajo analiza el mandato y la estructura de esta
Misión, así como la evolución del proceso de paz.
Palabras clave: Kosovo, República Federal de Yugoslavia, OTAN,
ONU-Consejo de Seguridad, operaciones de paz.
*Doctor en Derecho. Profesor Asociado de Derecho Internacional Público,
Universidad Autónoma de Madrid
([email protected])
La Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK)
Kosovo es una provincia de la República de Serbia dentro del Estado constituido por
la República Federal de Yugoslavia. Considerada tradicionalmente por los serbios como cuna
histórica de su nación, sin embargo se encuentra mayoritariamente habitada por una población de etnia albanesa. La Constitución yugoslava de 1974 había dotado a la región de Kosovo
de un amplio autogobierno en calidad de provincia autónoma. Pero años después, las autoridades yugoslavas desarrollaron desde 1989 una política represiva sobre la población albanesa de Kosovo, con la derogación unilateral del estatuto de autonomía de esa región y la
toma serbia del control directo sobre su administración, recrudeciéndose a partir de 1998
con el enfrentamiento armado generalizado entre las unidades militares serbias y la guerrilla
albano-kosovar del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), surgido dos años antes (informe del Secretario General de Naciones Unidas de 4 de septiembre de 1998 [S/1998/834 y
Add. 1]); Keesing's, 1998, p. 42.413, 42.519-42.520 y 42.693; Veiga, 1998; Troebst, 1999).
Esta situación no mejoró a pesar del surgimiento de numerosos esfuerzos internacionales de
mediación para lograr un arreglo político que incluyese el cese de la represión yugoslava y
de los actos terroristas albano-kosovares, un estatuto reforzado para Kosovo con mayor grado
de autonomía y administración propia dentro de Serbia durante un período transitorio de 3
años –ad exemplum las declaraciones de los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de
Contacto de 12 de junio (S/1998/567, anexo) y de 8 de julio de 1998 (S/1998/657)–;
de las medidas adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como el establecimiento de un embargo de armamento sobre Yugoslavia –resolución 1160 (1998) de 31
de marzo de 1998 párrafo. 8–, acompañadas a su vez por la comunidad internacional –véase
por ejemplo la Posición común 1998/240/PESC de la Unión Europea, de 19 de marzo
(DOCE L nº 95, de 27 de marzo de 1998), aplicada por el Reglamento (CE) nº 926/98 del
Consejo, de 27 de abril de 1998 (DOCE L nº 130, de 1 de mayo de 1998)–; y de los continuos llamamientos internacionales de apoyo a una solución pacífica del problema –resolución 52/139 de la Asamblea General de 12 de diciembre de 1997, y las sucesivas resoluciones
del Consejo de Seguridad números 1160 (1998), 1199 (1998) de 23 de septiembre de 1998,
1203 (1998) de 24 de octubre de 1998, y 1207 (1998) de 17 de noviembre de 1998. Ni
siquiera sirvieron las amenazas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
de emprender “ataques aéreos limitados” contra Yugoslavia si ésta no cesaba sus actuaciones
contra los albaneses de Kosovo, ni tampoco la presencia en la zona de sucesivas misiones
internacionales de observación, una primera de carácter multinacional desde julio de 1998
–Misión Diplomática de Observación en Kosovo–, y desde octubre de ese año las Misiones
de Verificación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)
–terrestre– y de la OTAN –aérea– en Kosovo, creadas sobre la base de sendos acuerdos firmados en octubre de 1998 por Yugoslavia y ambas organizaciones regionales1.
Por fin, en febrero de 1999 se celebró en Rambouillet (Francia) una Conferencia
de Paz entre Serbia y los separatistas albaneses étnicos de Kosovo, convocada por el
Grupo de Contacto (S/1999/96, de 29 de enero de 1999; Weller, 1999d; Bermejo
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García, 1999; Keesing's, 1999, p. 42.805-42.806), quien a su vez presentó un plan de
paz, cuyas disposiciones preveían un proceso de verificación que acarreaba el desmantelamiento en los tres primeros meses de todos los grupos paramilitares, incluido el albano-kosovar Ejército de Liberación de Kosovo; la disminución inmediata a 2.500 y 1.500
efectivos respectivamente, de las fuerzas policiales y militares yugoslavas presentes en
Kosovo; el establecimiento de una nueva policía que reflejase la composición étnica de
Kosovo; y la creación y despliegue de una fuerza militar internacional con capacidad
para aplicar coercitivamente el acuerdo2. Como han señalado algunos autores, los Acuerdos
de Rambouillet imponían condiciones muy onerosas para Yugoslavia, pues reducían
considerablemente sus poderes territoriales, por lo que era difícil su aceptación por el
Gobierno de Belgrado (Andrés Sáenz de Santa María, 1999; Veiga, 2000; Weller, 1999b).
Además, el fracaso definitivo de las negociaciones, el recrudecimiento de las operaciones armadas yugoslavas contra los albano-kosovares y la concentración de grupos militares y paramilitares serbios en Kosovo dejaba claras las intenciones genocidas de los
dirigentes de Belgrado, calificadas de agresión por la Unión Europea (declaración del
Consejo Europeo de Berlín, de 25 de marzo de 1999), y de crímenes contra la humanidad por el Fiscal del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (Acta de
acusación de S. Milosevic y otros, de 22 de mayo de 1999, caso IT-99-37 "Kosovo",
parágrafos 90-100; Weckel, 2000).
EL ESTALLIDO INTERNACIONAL
DEL CONFLICTO KOSOVAR
En ese contexto arriba señalado fueron expulsados de sus casas entre marzo y mayo
de 1999 unos 850.000 albaneses étnicos de Kosovo, que se refugiaron en las vecinas
Albania, Macedonia y Montenegro, y ante esa situación tan grave el Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) coordinó una gran operación de
asistencia humanitaria con el apoyo logístico de la OTAN3. Mientras tanto, la Alianza
Atlántica estaba realizando desde el 24 de marzo de ese año una ofensiva aérea continuada sobre numerosos objetivos concretos de la República Federal de Yugoslavia –operación
"Fuerza Aliada"–4, con el fin de obligar a ese país a aceptar y cumplir el plan de paz de
Rambouillet. El 9 de junio de 1999 la OTAN suspendió dichas operaciones aéreas, que
llevaba desarrollando desde hacía varios meses sin haber sido autorizada expresamente
para ello por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuando las autoridades serbias de Yugoslavia aceptaron una actualización (doc. S/1999/649, de 2 de junio de 1999)
de los principios generales relativos a una solución política para la crisis de Kosovo, apro-
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bados en la reunión de los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Ocho
(Alemania, Canadá, Estados Unidos, Federación de Rusia, Francia, Italia, Japón y el Reino
Unido) en Petersberg –Alemania– el 6 de mayo de 1999 (S/1999/516), y recogidos a su
vez en los anexos 1 y 2 de la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, de 10 de
junio de 1999. Entre esos principios se disponía la retirada de las fuerzas yugoslavas en
un plazo de siete días, y el repliegue en dos días del armamento antiaéreo más allá de una
zona de seguridad mutua de 25 kilómetros, permitiéndose el regreso limitado de un número acordado de personal yugoslavo para realizar misiones específicas de enlace, protección
y seguridad fronteriza. La materialización convencional de ese arreglo se realizó a través
de un acuerdo técnico-militar, firmado el 9 de junio de ese 1999 por las autoridades militares de la OTAN y de la República Federal de Yugoslavia (Serbia y Montenegro), que
establecía la cesación de las hostilidades, un calendario para el retiro de las tropas yugoslavas de Kosovo –proceso que quedo completado el 20 de junio de 1999– y el despliegue
allí de una Fuerza multinacional de seguridad dirigida por la OTAN (S/1999/682, anexo);
y el 10 de junio, el Ejército de Liberación de Kosovo suscribiría a su vez un compromiso
sobre desmilitarización, que concretaba sus modalidades y calendario –informe del Secretario
General de la ONU de 12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafo 4)–.
Por lo que se refiere a la intervención militar coercitiva de la Alianza Atlántica, ésta
hubiera precisado la autorización previa del Consejo de Seguridad, como requisito de
obligatorio cumplimiento en todo caso, conforme al artículo 53.1 de la Carta de Naciones
Unidas –si se considera a la OTAN como un organismo regional–. Pero en el seno de
ese órgano onusiano subsistían importantes diferencias entre los estados miembros que
hacían prevalecer la soberanía del Estado (Rusia y China), y aquéllos otros que destacaban la necesidad imperativa de actuar ante violaciones masivas y manifiestas de derechos humanos (Estados Unidos, Francia y Reino Unido), y que alegaban una cierta
licencia deducible del impreciso tenor literal del parágrafo dispositivo 16 de la resolución 1199 (1999) del Consejo de Seguridad (Nouvel, 1999; Höhn, 1999), polémica
que reflejaba a su vez la falta de consenso presente en la propia sociedad internacional
general –ninguna organización ni institución internacional llegó a condenar la intervención militar de la OTAN, ni siquiera el propio Consejo de Seguridad de Naciones
Unidas–, y uno de los debates doctrinales más importantes de los últimos años (Remiro
Brotóns, 1999 y 2001; Gutiérrez Espada, 2000; Paniagua Redondo, 1999; Andrés Sáenz
de Santa María, 1999; Sur, 1999a y 1999b; Weller, 1999c; Glucksmann, 1999; Weckel,
2000; Kälin, 2000; Bothe, 2000; Forget, 1999; Cassese, 1999; Ramón Chornet, 1999;
Ortega Terol, 2001; Chomsky, 1999; Hoekema, 1999; Kröning, 1999; Tribunal Penal
Internacional para la antigua Yugoslavia, 2000; Valticos, 2000; O'Connell, 2000; Álvarez López, 2000; Picone, 2000; Murphy, 2000; Gray, 2000; Henkin, 1999; Wedgwood,
1999; Charney, 1999; Chinkin, 1999; Falk; 1999; Franck, 1999; Reisman, 1999). En
este sentido, el Secretario General de Naciones Unidas, K. Annán, no podía por menos
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de recordar que "la adopción de medidas coercitivas sin autorización del Consejo de
Seguridad amenaza la esencia misma del sistema internacional de seguridad cimentado
en la Carta de Naciones Unidas” (Memoria anual de 1999 del Secretario General de la
ONU sobre la labor de la Organización – doc. A/54/1, septiembre de 1999, párrafo
66–), si bien su carta de 9 de abril de 1999 vinculaba la suspensión de los ataques aéreos de la OTAN a la aceptación por Yugoslavia de las exigencias de la comunidad internacional (doc. S/1999/402)5. Evidentemente, la actuación militar de la Alianza Atlántica
infringía dos normas imperativas de Derecho internacional como son la soberanía del
Estado y la prohibición de la fuerza armada en las relaciones internacionales, además de
postergar claramente a Naciones Unidas (Simma, 1999; Andrés Sáenz de Santa María,
1999), y de hecho la propia Corte Internacional de Justicia se declararía muy preocupada por el uso de la fuerza en Yugoslavia (Órdenes de la CIJ de 2 de junio de 1999 en
el caso de la “Legalidad del uso de la fuerza”, párrafos 16-17). Pero la Alianza Atlántica
intervino con la pretensión de proteger a la población albanesa de Kosovo, que se encontraba en grave peligro, esto es, para detener el crimen internacional que estaban cometiendo los dirigentes yugoslavos al vulnerar de forma grave otra norma imperativa de
Derecho internacional, como es la protección de los derechos humanos fundamentales
(Ripol Carulla, 1999; Vigliar, 1999). Como argumentos justificativos de la ofensiva
militar de la OTAN, algunos autores y la propia organización atlántica han expuesto la
calificación por el Consejo de Seguridad en alguna de sus resoluciones de la situación
existente en Kosovo como una crisis internacional y una amenaza a la paz y la seguridad regional, y por tanto no como asunto exclusivamente interno de Yugoslavia (en este
mismo sentido se enmarcaba la declaración del Consejo Permanente de la OSCE de 11
de marzo de 1998; Bermejo García, 1999; Wedgwood, 1999; Ghebali, 1999), la sucesión de decisiones del Consejo de Seguridad claramente dirigidas a presionar la voluntad yugoslava (también la Declaración sobre Kosovo de la Cumbre del Atlántico Norte
de 23-24 de abril de 1999; Wedgwood, 1999; Ripol Carulla, 1999), o la actitud de silencio ante la acción de la OTAN de los órganos políticos de Naciones Unidas, como la
Asamblea General o el Consejo de Seguridad, que incluso se negó a condenarla –por 12
votos a 3– (doc. S/1999/328, de 26 de marzo de 1999; Chinkin, 1999), posición onusiana de asentimiento implícito de la actuación otánica que quedaría confirmada por la
posterior resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, de 10 de junio de 1999
(Ripol Carulla, 1999; Cassese, 1999; Kritsiotis, 2000; pero contra Gutiérrez Espada,
2000; Paniagua Redondo, 1999; Andrés Sáenz de Santa María, 1999; Cardona Lloréns,
1999; Jorge Urbina, 2000; Corten & Dubuisson, 2000; Herrero de Miñón, 1999;
Krisch, 1999; Valticos, 2000). Por eso, la propia Alianza y algunos autores mantienen
que la actuación de los estados de la OTAN estuvo marcada por una negociación diplomática sin salida debida a la cerrazón yugoslava, un extremo y urgente peligro para la
población de Kosovo y la seguridad de los estados de la región –declaración común de
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los ministros de Asuntos Exteriores de los países de Europa del Sureste relativa a la situación en Kosovo, de 10 de marzo de 1998 (S/1998/234)–, así como la parálisis del Consejo
de Seguridad; además, la reacción "limitada" de la Alianza Atlántica tenía por único
objetivo presionar a los dirigentes de Belgrado para obligarles a aplicar las resoluciones
del Consejo de Seguridad. De esa manera, podría considerarse que la actuación atlántica subsidiaria –a falta de la preceptiva acción de la ONU– ha permitido a la propia organización universal salir de una situación de incumplimiento de sus obligaciones, y ha
resultado finalmente adecuada a los propósitos y los intereses de Naciones Unidas (Weckel,
2000; Robertson, 2000; contra Gutiérrez Espada, 2000; y Momtaz, 2000)6.
Al concluir el conflicto armado, los refugiados volvieron de forma masiva a Kosovo7;
y en ese mismo mes de junio de 1999 el Consejo de Seguridad, al tiempo que exigía a
Yugoslavia la terminación inmediata y verificable de su política de represión violenta en
Kosovo y la retirada gradual de todas sus fuerzas militares y de seguridad de esa región,
autorizó al Secretario General de Naciones Unidas a establecer en Kosovo una presencia
civil internacional por un período inicial de 12 meses renovables, mientras autorizaba a los
estados miembros y a las organizaciones internacionales competentes (OTAN) a instaurar
en esa misma provincia y por idéntico período de tiempo una presencia internacional de
seguridad, la Fuerza en Kosovo (KFOR) – resolución 1244 (1999) de 10 de junio de 1999,
párrafos 3, 5, 7 y 10–. Asimismo, el Consejo reclamaba la plena cooperación de todas las
partes interesadas con el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia, el cese de las acciones ofensivas del ELK y demás grupos armados albaneses en la región, y el libre acceso de
las organizaciones humanitarias –resolución 1244 (1999), párrafos 12, 14 y 15–. El Consejo
de Seguridad actuaba en virtud del Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas cuando
decidió autorizar la presencia civil y la KFOR, si bien en nuestra opinión tal circunstancia
permite sólo a la KFOR recurrir a la fuerza armada para llevar a cabo su mandato, pero no
es tan claro que le esté permitido ese empleo de la violencia a la presencia civil, toda vez
que ésta última iba a configurarse como una operación de mantenimiento de la paz y por
tanto sin medios coercitivos, aparte de que la República Federal de Yugoslavia había aceptado el despliegue de tales presencias internacionales en su territorio8.
EL MANDATO INTERNACIONAL DE LA UNMIK
En su informe de 12 de junio de 1999 (doc. S/1999/672), el Secretario General
onusiano presentó el concepto operacional para la organización completa de la prevista presencia civil internacional, que iba a ser conocida como la Misión de Administración
Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK). El objetivo consistía en que
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la estructura de la Misión permitiese el desarrollo integrado de las actividades de la comunidad internacional en Kosovo bajo una cadena precisa y jerárquica de mando9. Se trata
de una operación de mantenimiento de la paz que pretende reconstruir la sociedad y
economía en la región yugoslava de Kosovo, preparar las elecciones en ese territorio y
restaurar su estatuto de autonomía en el seno de la República Federal de Yugoslavia10.
Por un lado, las amplias obligaciones de la KFOR consistían en disuadir a las partes
de reanudar las hostilidades manteniendo el cese del fuego, vigilar la retirada y el no regreso de las fuerzas yugoslavas y serbias del territorio kosovar, desmilitarizar la guerrilla del
ELK, establecer un entorno seguro para permitir el regreso de los refugiados y desplazados internos, mantener el orden y la seguridad hasta que se desplegara la presencia civil
internacional, supervisar la remoción de minas, y acometer la vigilancia de las fronteras11.
El extenso mandato otorgado a la KFOR por el Consejo de Seguridad y por el acuerdo
técnico-militar entre la OTAN y Yugoslavia se explica por el colapso de la administración
civil en Kosovo, donde no quedaba policía local, sistema legal, ni infraestructura civil12.
Por su parte, la UNMIK, bajo la autoridad global de un Representante Especial
del Secretario General13, debía promover el establecimiento de un régimen autónomo
de autogobierno en Kosovo teniendo en cuenta los acuerdos de Rambouillet, desempeñar las funciones administrativas civiles esenciales, organizar y supervisar el desarrollo
de instituciones democráticas de autogobierno durante un período transitorio, facilitar
el proceso político para consensuar el estatuto jurídico definitivo de Kosovo, apoyar la
reconstrucción de la infraestructura y el socorro humanitario, mantener la ley y el orden
público mediante el despliegue de agentes internacionales de policía, promover el respeto de los derechos humanos, y garantizar el retorno seguro y libre a sus hogares de los
refugiados y de las personas desplazadas – resolución 1244 (1999), párrafo 11–.
La UNMIK dispone durante su mandato de la autoridad completa sobre el territorio y la población de Kosovo –que ejerce el Representante Especial del Secretario
General–, incluyendo todos los poderes legislativos y ejecutivos, a la par que la administración del poder judicial, gestionando y aplicando el derecho del país hasta la instauración de autoridades locales legítimas14. Nunca hasta ese momento había asumido
Naciones Unidas una autoridad tan amplia y completa en territorio alguno. La UNMIK
se estableció como el auténtico gobierno provisional de Kosovo, una verdadera misión
de servicio público internacional, por lo que no fue necesaria la celebración de acuerdo
alguno sobre el estatuto jurídico de la operación15.
La KFOR y la UNMIK mantienen una estrecha coordinación en sus funciones a través de un completo conjunto de mecanismos, como por ejemplo la presencia de oficiales
de enlace16, pero no existe entre ambas relación de jerarquía; la KFOR se responsabiliza de
mantener la seguridad hasta que esa tarea pueda ser asumida en exclusiva por la Policía
Internacional de la UNMIK –que ya la ha reemplazado en algunos lugares– y un nuevo
Servicio de Policía de Kosovo. La UNMIK, por su parte, deviene responsable de la apli-
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cación a la región del derecho que se declare vigente en Kosovo, siempre que no resulte
incompatible con la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, con las normas
internacionales sobre derechos humanos ni con el mandato de la propia Misión de Naciones
Unidas17, pues en caso contrario el Representante Especial del Secretario General dispone
de autoridad para modificar, revocar o suspender cualquier norma vigente incompatible,
así como de la facultad de designar funcionarios para la administración temporal18. Asimismo,
la UNMIK asume la labor de supervisar la administración de justicia y el poder judicial en
la región kosovar19. La Misión de Administración Provisional debía facilitar las negociaciones sobre el estatuto jurídico final de Kosovo, pero no dispone del poder necesario para
modificar de forma unilateral la condición ni las fronteras de esa región, en principio parte
integrante de la República Federal de Yugoslavia.
ESTRUCTURA DE LA MISIÓN DE NACIONES UNIDAS
La UNMIK también resulta única en cuanto a la complejidad de su estructura, al
incorporar en ella a varias organizaciones internacionales implicadas: la operación se
organizó desde su inicio en cuatro pilares o componentes, siendo cada uno de ellos dirigido por un Vicerepresentante Especial del Secretario General y conducido por un organismo internacional distinto20:
1. El componente de administración civil, responsabilidad directa de Naciones
Unidas. En este marco, el Representante Especial nombró administradores civiles internacionales en los cinco distritos de la región21. Asimismo, la UNMIK ha desplegado en
Kosovo una Policía Internacional de las Naciones Unidas (UNIP), con sus efectivos distribuidos en tres elementos: policía civil, algunas unidades especiales –verbigracia, de
control de multitudes– y policía fronteriza22. Los dos cometidos principales de la Policía
Internacional consisten en garantizar el cumplimiento de la ley y el mantenimiento del
orden público, y además organizar un Servicio de Policía de Kosovo profesional e imparcial, si bien en la fase inicial durante la cual la KFOR estaba encargada de mantener la
seguridad y el orden –y por ello se desplegó en los cinco sectores de Kosovo con sendas
brigadas multinacionales–, la UNIP le prestaba asesoramiento en cuestiones policiales
y le servía de enlace con las comunidades locales.
2. El componente de asistencia humanitaria, dirigido por el Alto Comisionado de
Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Más de 40 organizaciones no gubernamentales estaban implicadas en la distribución de la ayuda humanitaria en Kosovo;
y a fines de julio de 1999 se inauguró un Centro de Información Comunitaria
Humanitaria. De igual manera, la UNMIK comenzó a establecer –en estrecha coordi-
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nación con la KFOR, donde se había instalado provisionalmente la base de datos sobre
los campos de minas en Kosovo– el programa de desminado, cuyo primer paso consistió en el establecimiento por la Secretaría de la ONU en Pristina de un Centro de
Naciones Unidas para la Coordinación de las Actividades relativas a las Minas, que coordina el trabajo de 15 organizaciones especializadas en la remoción de minas, con un total
de 50 equipos desplegados en el terreno. En los meses siguientes quedaron resueltos los
problemas de emergencia, por lo que a fines de junio de 2000 fue suprimido este componente de asistencia humanitaria de la UNMIK, manteniéndose tan sólo los otros tres
componentes de la operación23 hasta mayo de 2001, cuando la UNMIK establece un
novedoso pilar de policía y justicia, que está dirigido por Naciones Unidas e incluye la
Policía Internacional de la UNMIK y el Departamento de asuntos judiciales, funciones
que hasta entonces se encontraban englobadas en el pilar de administración civil.
3. El componente de democratización y fortalecimiento institucional, bajo la responsabilidad de la OSCE, se ocupa inter alia de dirigir una academia policial en la localidad de Vucitrn para el nuevo Servicio de Policía de Kosovo, verificar el estado de los
derechos humanos y de los medios de comunicación, así como organizar y supervisar las
elecciones municipales de ese territorio24. En el ámbito del desarrollo de instituciones
democráticas, el componente OSCE de la UNMIK está trabajando con todas las instancias de la sociedad civil en la creación y consolidación de algunos órganos destinados a ese
fin, como el Instituto para la Administración Civil –en diciembre de 1999–, el Centro de
Derecho y el Instituto Judicial en Kosovo –junio de 2000-, o el organismo del Defensor
del Pueblo25. En materia de derechos humanos, la UNMIK ha creado una institución de
recepción de quejas sobre abusos de autoridad cometidos por las instituciones locales provisionales, y ha desplegado observadores a lo largo de todo Kosovo con acceso ilimitado
para investigar cualquier denuncia de violación de derechos humanos26; además, la UNMIK
debe apoyar la labor del Comité Internacional de la Cruz Roja y del Tribunal Penal
Internacional para la ex Yugoslavia. Con sede en Pristina, este componente ha establecido cinco centros regionales y 20 oficinas de campo, cuenta con un total de 2.500 efectivos, y tiene un presupuesto aproximado para el año fiscal 2001 de 69 millones de euros27.
4. El componente de reconstrucción y desarrollo económico, bajo la dirección de
la Unión Europea, se encarga de planificar y supervisar las tareas de reconstrucción,
habiendo instituido diversos fondos financieros: uno de emergencia y otro fiduciario
para "proyectos de rápido impacto" a pequeña escala28.
Estaba previsto que la UNMIK ejecutara su trabajo en cinco etapas integradas: en
la primera fase la Misión ha desplegado la Policía Internacional de las Naciones Unidas,
establecido las estructuras administrativas básicas, proporcionado asistencia de urgencia
para el retorno de los refugiados y desplazados internos, y restaurado los servicios públicos; en la segunda etapa, la UNMIK se iba a encargar de consolidar la administración
y el fortalecimiento del estado de derecho; en el tercer período, la Misión de Naciones
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Unidas dirigiría un proceso electoral para escoger una Autoridad Transitoria en Kosovo;
en la cuarta fase, la UNMIK ayudaría a los representantes kosovares electos en la creación de las instituciones provisionales de autogobierno; y por último, la quinta etapa se
centrará en el arreglo definitivo del estatuto jurídico de Kosovo, y en tal contexto la
Misión de Naciones Unidas se encargará de supervisar la correspondiente transferencia
de autoridad a las instituciones locales29.
LA EVOLUCIÓN DEL PROCESO DE PAZ
La desmilitarización del ELK se completó el 20 de septiembre de 1999 y, como
parte del esfuerzo de reintegración de sus miembros en la sociedad civil, se creó –oficialmente inaugurado el 21 de enero de 2000– un servicio de emergencia civil, el Cuerpo
–de Protección– de Kosovo, con 3.000 miembros y 2.000 reservistas, de los cuales al
menos un 10% debe proceder de grupos kosovares minoritarios30. Este Cuerpo constituye un organismo civil para reaccionar ante situaciones de emergencia y de desastre, y
tiene exclusivamente funciones de asistencia humanitaria, remoción de minas, servicios
públicos y de reconstrucción, pero no desempeña tareas policiales ni militares de ningún tipo, razón por la cual la mayoría de sus miembros operan desarmados.
En el ámbito financiero, la UNMIK estableció en noviembre de 1999 la Autoridad
Fiscal Central31, como institución independiente con responsabilidad en la gestión financiera general del presupuesto consolidado de Kosovo –el 70% del mismo proviene de donantes y el otro 30% de ingresos internos: derechos de aduana y demás tributos–, el cual tiene
como prioridad pagar a los empleados públicos32. También se ha establecido la Autoridad
Bancaria y de Pagos de Kosovo33, un servicio de aduanas34, y la base jurídica para un sistema de licencia y supervisión bancaria35. Por otro lado, la UNMIK permite desde octubre
de 1999 la importación, transporte, venta y distribución de petróleo y productos derivados,
al tiempo que instituyó entonces un Consejo Supervisor de Carburantes, con el objeto de
garantizar la libre competencia, la fijación imparcial de precios, y los productos estándar36.
En el terreno de las telecomunicaciones y medios de información se ha instaurado
un sistema público regional, como la Radio-Televisión de Kosovo, o la Radio "Cielo
Azul" de la UNMIK, además de elaborar un código de conducta y autorizar la Compañía
–pública– de Correos y Telecomunicaciones, que funciona bajo la vigilancia de la Misión
de Naciones Unidas37.
A finales de 1999, pasados los primeros seis meses desde el establecimiento de la
UNMIK, esta operación había conseguido instaurar una Administración Provisional en
todas las regiones y municipios de Kosovo, y había emitido más de una veintena de regla-
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mentos –que alcanzaban los 105 en mayo de 2001–38. En ese terreno, algunos líderes
albano-kosovares firmaron el 15 de diciembre de 1999 un acuerdo para compartir la
gobernación provisional de Kosovo con la UNMIK hasta las elecciones municipales de
octubre de 2000 a través de una Administración Conjunta Provisional, que contaba con
un Consejo Administrativo Provisional como órgano principal39. Un año después, más
de 1.300.000 personas habían regresado a sus hogares kosovares, mientras la UNMIK
había dirigido un proceso de registro de los refugiados y de la población civil –completado en julio de 2000–, ayudaba a numerosos empleados a recuperar sus trabajos, había
creado diversos mecanismos para regular los derechos de propiedad y de alojamiento en
la provincia40, proporcionaba servicios de asistencia sanitaria básica, había conseguido
que 300.000 estudiantes volvieran a las escuelas al comienzo del nuevo curso, había
reclutado y adiestrado a los primeros oficiales del nuevo y multiétnico Servicio de Policía
de Kosovo, etc. (Lagrange, 1999; Chauveau, 1999). Asimismo, la UNMIK firmó en
marzo de 2000 un acuerdo de cooperación económica transfronteriza con la República
ex yugoslava de Macedonia.
Los primeros comicios municipales bajo el control de Naciones Unidas se celebraron en 30 ayuntamientos de Kosovo el 28 de octubre de 200041, quedando constituidos
poco después los consejos municipales respectivos, y en mayo de 2001 el Representante
Especial del Secretario General de Naciones Unidas instauró el Marco Constitucional para
el Gobierno Autónomo Provisional, con instituciones en los ámbitos legislativo, ejecutivo y judicial mediante la participación del pueblo de Kosovo en elecciones libres, programadas para noviembre del mismo 2001 –Reglamento 2001/9 de la UNMIK, de 15
de mayo de 2001, sobre un marco constitucional para el gobierno autónomo provisional
en Kosovo; y Memoria anual de 2001 del Secretario General de Naciones Unidas sobre
la labor de la Organización (doc. A/56/1, de 6 de septiembre de 2001, párrafo 58)–.
No obstante, continuaban reproduciéndose esporádicamente diversos episodios de
violencia étnica42, por lo que una Fuerza Específica sobre Minorías coordinaba los esfuerzos para garantizar la seguridad física de los grupos minoritarios.
CONCLUSIONES
En 1999 Naciones Unidas emprendió dos amplias misiones de administración provisional de territorios conflictivos, tanto en Kosovo como poco después en Timor Oriental a
través de la Administración de Transición de las Naciones Unidas en Timor Oriental (UNTAET), considerándolas en ambos casos –la UNMIK y la UNTAET– como operaciones de
mantenimiento de la paz (Ruffert, 2001). Desde entonces, la organización universal ha asu-
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125
La Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK)
mido un conjunto de responsabilidades y cometidos que supera con creces el volumen de
medios y recursos personales, materiales y financieros de los que dispone, razón por la que
depende tanto de la colaboración constante de los estados y otras organizaciones internacionales para el desarrollo eficiente de sus misiones (Wouters & Naert, 2001).
Es evidente que la consecución de la paz en los conflictos armados, en especial los
internos, se sustenta en el desarrollo económico de los pueblos, el respeto por su libre determinación y por los derechos humanos de su población, y ello debe traducirse necesariamente en la instauración de sistemas democráticos. De este modo, los procesos actuales de
pacificación no suelen limitarse a los aspectos militares, sino que bien al contrario se están
emprendiendo operaciones integradas de paz con componentes militares, policiales y civiles capaces de garantizar transiciones políticas pacíficas, supeditadas en definitiva a la reconciliación política entre los antiguos contendientes y a la reconstrucción económica. Una
operación de mantenimiento de la paz no tiene como función imponer la resolución del
conflicto armado contra la voluntad de los propios protagonistas, sino sólo crear las condiciones para que éstos lleguen a un acuerdo, cooperando en apaciguar las hostilidades,
mitigar las consecuencias de la contienda y cooperar en la reconstrucción posterior. En este
sentido, resulta vital acometer una búsqueda sistemática de las raíces de los conflictos armados, con una decidida voluntad política de eliminar sus causas fundamentales.
Por otro lado, es obvia la presencia de un vínculo entre, por una parte, el mantenimiento de la paz internacional y, por la otra, la protección de los derechos humanos
y el respeto del derecho internacional humanitario. Por ese motivo, las operaciones de
mantenimiento de la paz multifuncionales que responden a procesos comprehensivos
de pacificación, como la UNMIK en Kosovo, han de poseer componentes específicos y
especializados en la supervisión del respeto de los derechos humanos. De hecho, las
misiones de cascos azules que han contado con tales componentes han logrado por lo
general mayor nivel de éxito en el cumplimiento de sus mandatos, como así sucedió por
ejemplo en Camboya o en El Salvador. Por tanto, el desarrollo de funciones humanitarias resulta esencial para el desarrollo eficaz de estas misiones de paz, si bien no siempre
ha resultado provechosa la idea de emparejarlas con la asistencia humanitaria, que a veces
ha sido apresada por las facciones en lucha y ha servido indirectamente por desgracia
para incrementar la violencia, como en Timor Oriental, Somalia o la ex Yugoslavia.
Por otro lado, todo el personal de una operación de mantenimiento de la paz debe
haber recibido adiestramiento adecuado para gestionar las cuestiones de derechos humanos conexas con su mandato, sobre todo en aquellas misiones desplegadas en territorios
sin estructuras ni autoridades estatales efectivas –los conocidos como “Estados fallidos”–,
donde la protección y promoción de los derechos humanos por parte de los cascos azules resulta un deber ineludible: en este sentido, resultaría especialmente beneficiosa
la concertación de acuerdos de colaboración operacional entre la propia Secretaría de la
ONU y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
126
Revista CIDOB d’Afers Internacionals, 56
Alfonso J. Iglesias Velasco
Por lo que respecta concretamente a la crisis de Kosovo, puede decirse que la misma
sirvió para comprender los fuertes vínculos existentes entre las vulneraciones de derechos humanos, los conflictos armados y los flujos de refugiados43, y también para afirmar el protagonismo decisivo que desempeña Naciones Unidas en la resolución de los
conflictos intraestatales (Franck, 1999; Westendorp, 1999), aunque en este caso pueda
resultar paradójico el carácter marginal de la participación de la organización universal
durante la intervención militar ejecutada por los principales estados miembros de la
OTAN en la primavera de 1999.
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ZARCHI, M.J.A. "A review of some aspects of the Kosovo crisis", Iranian Journal of International Affairs.
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Notas
1. Vid. Bermejo García, R. "Cuestiones actuales referentes al uso de la fuerza en el Derecho internacional", Anuario de Derecho Internacional. Vol. 15 (1999) p.52 y ss. ZARCHI, M.J.A. "A review of
some aspects of the Kosovo crisis", Iranian Journal of International Affairs. Vol. 11. No. 2 (1999) p.
146-160. Sobre el desarrollo del conflicto kosovar pueden consultarse Troebst, S. Conflict in Kosovo:
Failure of Prevention? An Analytical Documentation, 1992-1998, Flensburg: European Center for
Minority Issues 1998; Weller, M. (ed.), The Crisis in Kosovo 1989-1999: From the Dissolution of
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(2000); Aguilera de Prat, C.R. "Kosovo como síntoma", NU-UN. No. 16, (1999) p. 24-27.
2. Doc. S/1999/648.
3. Además, el Programa de Evacuación Humanitaria trasladó a más de 90.000 refugiados a diversos estados europeos. Memoria anual de 1999 del Secretario General sobre la labor de la
Organización (A/54/1, septiembre de 1999, párrafo 212).
4. El Secretario General de la OTAN, el español J. Solana Madariaga, ordenó el 23 de marzo de
1999 a los jefes militares de la Alianza el inicio de las operaciones aéreas en la República Federal
de Yugoslavia, conforme a los poderes a él otorgados por el Consejo del Atlántico Norte en sen-
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131
La Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK)
das decisiones de 30 de enero y de 22 de marzo de ese año. Véase la "Declaración sobre Kosovo"
de los Jefes de Estado y de Gobierno del Consejo del Atlántico Norte, de 24 de abril de 1999.
Por ello, ese Estado atacado presentó el 29 de abril de 1999 ante la Corte Internacional de Justicia
sendas demandas contra Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España,
Reino Unido y Estados Unidos por "violación de la obligación de no utilizar la fuerza", fundamentando la jurisdicción de la Corte en el artículo IX de la Convención para la prevención y sanción del crimen de genocidio –en todos los casos–, y en la cláusula facultativa del artículo 36.2
de su Estatuto –en sólo seis de sus demandas, contra Bélgica, Canadá, Holanda, Portugal, Reino
Unido y España–; y al mismo tiempo solicitó a la Corte la indicación de medidas provisionales
para que esos estados cesaran inmediatamente en sus acciones de empleo de la fuerza, y se
abstuvieran de cualquier amenaza o uso de la fuerza armada contra la República Federal de
Yugoslavia (I.C.J. Press Communiqué nº 99/17, de 29 de abril de 1999). Pero el Tribunal de La
Haya decidió rechazar tal solicitud de medidas provisionales en sus diez Órdenes de 2 de junio
de 1999 en este asunto de la Legalidad del empleo de la fuerza, y además decidió remover de
la lista de asuntos de la Corte las demandas planteadas contra España y contra Estados Unidos
–en el concreto caso español, la Corte entendió que carecía de jurisdicción teniendo en cuenta
la reserva del punto 1.c de la declaración española de aceptación de la jurisdicción del Alto
Tribunal, de 29 de octubre de 1990, y la reserva española realizada a la totalidad del artículo IX
de la Convención contra el genocidio, contenida en su Instrumento de Adhesión a dicha
Convención de 13 de septiembre de 1968–. Véase el texto de estas Órdenes de la Corte en
International Legal Materials. Vol. 38, 1999, p. 950-1203; y sobre ellas Weckel, Ph. "Cour
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5. Vid. documentación sobre la acción militar de la OTAN en Yugoslavia en Meridiano CERI. No.
26, (abril 1999), p. 26-28; y en Gamarra Chopo Y. et al. Casos y materiales de Derecho
Internacional Público y de Derecho Comunitario Europeo, Zaragoza: Real Instituto de Estudios
Europeos (2000), p. 253-257.
6. Sobre la necesidad de plantearse las consecuencias futuras que para el Derecho internacional
podía tener esta acción militar aliada que, en cualquier caso, fue planteada como una excepción
a la regla general de prohibición de la fuerza armada, véanse Henkin, L. cit., p. 827-828 (1999);
Gutiérrez Espada, C. cit., p.128 (2000) (quien plantea la insuficiencia del Derecho internacional
vigente para enfrentarse con situaciones graves de vulneraciones sistemáticas de derechos
humanos cometidas en el interior de los estados); Glennon, M.J. "The New Interventionism: The
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132
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M. "A Perfect Failure", Foreign Affairs. Vol. 78. No. 5 (1999), p. 2-8. Y acerca de la participación
española en la acción militar colectiva de la OTAN, autorizada por el Gobierno sin necesidad de
declaración formal de guerra y respaldada mayoritariamente a posteriori por el Pleno del Congreso
de los Diputados el 30 de marzo de 1999 (Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados,
VI Legislatura, Pleno, Sesión nº 226 de 30 de marzo de 1999, p.12017 y ss.), véase Cotino
Hueso, L. "La constitucionalidad de la participación española en la crisis de Kosovo", en Colomer
Viadel, A. (coord.) El nuevo orden jurídico internacional y la solución de conflictos, Madrid: INAUCO-Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, (2000), p. 193-229.
7. De una población estimada en 1998 de 1,7 millones de personas en Kosovo, casi la mitad
(800.000) se habían refugiado en los países y repúblicas vecinas y 500.000 eran desplazados
internos, pero ya en julio de 1999 la mayor parte de los refugiados habían retornado a Kosovo.
Informe del Secretario General de 12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafos 8 y 9). Vid. RodríguezPiñero, L. y Strazzari, F. "¿Otro daño "colateral"? El conflicto de Kosova/o y el futuro de Macedonia",
Meridiano CERI. No. 27 (1999), p. 9-14.
8. Véase la siguiente dirección de Internet en el servidor de Naciones Unidas, http://www.un.org/spanish/kosovo/unmik.htm. Las nuevas autoridades yugoslavas que surgieron de las elecciones de 24
de septiembre de 2000 también se comprometieron a respetar la resolución 1244 (1999) del Consejo
de Seguridad y las disposiciones del Acuerdo técnico-militar –carta del presidente de la República
Federal de Yugoslavia al Presidente del Consejo de Seguridad de 13 de diciembre de 2000
(S/2000/1184)–.
9. Doc. S/1999/672, párrafo 2. En su posterior informe de 12 de julio de 1999 el Secretario General
de la ONU delimitó la prevista estructura completa de la operación civil internacional en Kosovo
(S/1999/779, párrafo. 43-109).
10. La resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, habilitadora de la UNMIK, no dejaba de
afirmar en su preámbulo la soberanía y la integridad territorial de la República Federal de Yugoslavia,
incluyendo a Kosovo, pero con una sustancial autonomía y administración propia para esa región.
En este sentido, García subraya la ambigüedad del mandato del Consejo de Seguridad, al tratar de conciliar dos objetivos potencialmente contradictorios, si bien la evolución posterior puede
dar pie a un proceso progresivo de secesión, por ejemplo al establecer el marco alemán como
unidad monetaria en Kosovo en virtud del Reglamento 1999/4 de la UNMIK, de 2 de septiembre de 1999. García, T. "La Mission d'Administration Intérimaire des Nations Unies au Kosovo
(MINUK)", Revue Générale de Droit International Public. Vol. 104. No. 1 (2000), p. 65-66. A mediados de julio de 1999, el Representante Especial del Secretario General convocó el Consejo de
Transición de Kosovo, órgano asesor de la UNMIK, con representantes de todas las comunidades étnicas y grupos políticos, que desde entonces se reúne con periodicidad semanal, si
bien la administración civil de la UNMIK tenía dificultades para suplantar a las instituciones paralelas controladas por el ELK. Vid. el informe del Relator Especial de la ONU sobre la situación de
los derechos humanos en la antigua Yugoslavia de 2 de noviembre de 1999 (S/1999/1000,
Add.1, p.13).
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La Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK)
11. Resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, párrafo 9. Vid. Guillaume, M.; Marhic, G., &
Etienne, G. "Le cadre juridique de l'action de la KFOR au Kosovo", Annuaire Francais de Droit
International. Vol. 45 (1999), p. 308-334; Chauveau, G-M. Assurer la paix au Kosovo: les défis
de demain, Amsterdam: Asamblea Parlamentaria de la OTAN, 45ª sesión anual, (1999) p.5 y ss.
12. Hasta los registros de la propiedad habían sido destruidos, y tenía que establecerse un nuevo
registro y un mecanismo de arreglo jurídico de los litigios sobre propiedad. Véanse los informes
del Secretario General de la ONU de 12 de julio y de 16 de septiembre de 1999 (S/1999/779,
párrafo 78; y S/1999/987, párrafo 7); y Rubin, G.R. "Peace Support Operations and Practical
Legal Problems `On the Ground´", RUSI Journal. Vol. 144. No. 6 (1999), p.32. La KFOR, distribuida en cinco brigadas de maniobra y dos zonas de comunicaciones, contaba en octubre de
1999 con casi 50.000 efectivos (46.000 en diciembre de 2000) desplegados principalmente en
Kosovo –pero también en Macedonia, Albania y Grecia–, procedentes tanto de 19 estados miembros de la OTAN –incluida España– como de otros 20 países, entre ellos la Federación de Rusia,
con unos gastos en el año 2000 de 6.000 millones de dólares. Cf. informe del Secretario General
de la ONU de 18 de noviembre de 1999 (S/1999/1185, anexo, párrafos 1-2); y las siguientes
direcciones de Internet del servidor del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos,
http://www.iiss.org/pub/tx/tx00008.asp; y del servidor del Ministerio Español de Defensa,
http://www.mde.es/mde/mision/mision38.htm. Entre marzo y octubre de 2000 el Cuerpo de
Ejército Europeo (Eurocuerpo) sirvió como núcleo del cuartel general de la KFOR, siendo el Jefe
del Eurocuerpo el máximo responsable de la misma –entre abril y octubre de 2000 fue el Teniente
General español J. Ortuño Such–.
13. Resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad, párrafo 6. El cargo de Representante Especial
del Secretario General fue ocupado de forma interina durante el primer mes por S. Vieira de Mello,
quien dirigió el equipo de avanzada de Naciones Unidas en Kosovo, y fue reemplazado en julio de
1999 por el francés B. Kouchner –vid. el intercambio de cartas entre el Secretario General y el
Presidente del Consejo de Seguridad, de 2 y 6 de julio de 1999 (S/1999/748 y S/1999/749); los
informes del Secretario General de 12 de junio de 1999 (S/1999/672, párrafo 17), y de 12 de julio
de 1999 (S/1999/779, párrafo 3)–, sustituido a su vez en enero de 2001 por el danés H. Haekkerup
–el Secretario General de Naciones Unidas lo había nombrado el 8 de diciembre de 2000–.
14. Véase el artículo 1 del Reglamento 1999/1 de la UNMIK, sobre la Autoridad de la Administración
Provisional en Kosovo, de 25 de julio de 1999 y en vigor de forma retroactiva desde el 10 de
junio de ese año –artículo 7–, enmendado por el posterior Reglamento 2000/54 de la UNMIK,
de 27 de septiembre de 2000. Vid. Lagrange, E. "La Mission intérimaire des Nations Unies au
Kosovo, nouvel essai d'administration directe d'une territoire", Annuaire Francais de Droit
International. Vol. 45 (1999), p. 335-370; Stahn, C. "International Territorial Administration in the
former Yugoslavia: Origins, Developments and Challenges ahead", Zeitschrift für ausländiches
öffentliches Recht und Völkerrecht. Vol. 61. No. 1 (2001), p. 107-176. La UNMIK ha incluido en
su estructura una Sección de Apoyo a la Comunidad Jurídica, con el objeto de identificar sus
necesidades.
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15. De hecho, esta materia fue regulada por el Reglamento 2000/47 de la UNMIK, de 18 de agosto de 2000, sobre el estatuto, privilegios e inmunidades de la KFOR y la UNMIK y su personal
en Kosovo, que establecía el régimen habitual ya conocido, pero con algunas peculiaridades: se
otorga a los altos funcionarios de la UNMIK inmunidad de jurisdicción criminal y civil por cualquier acto cometido en Kosovo, mientras que el resto del personal de la Misión, incluidos los
contratados locales, disfrutan de inmunidad de jurisdicción solamente por declaraciones o actos
efectuados en su capacidad oficial. Por otro lado, se ha puesto de relieve la desproporción existente entre unos objetivos tan comprehensivos y unos recursos disponibles no tan cuantiosos.
García, T. cit., (2000) p. 62 y ss.
16. Véanse la resolución 1244 (1999), párrafo 6; y el informe del Secretario General de la ONU de
12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafo 24-25). Además, la UNMIK cuenta en su estructura
con una oficina de enlace militar y diversas oficinas de enlace en algunas ciudades de los países vecinos. En este sentido, el General español J. Rodríguez Rodríguez sirvió entre noviembre
de 1999 y abril de 2001 como asesor militar del Representante Especial del Secretario General
de Naciones Unidas y jefe del grupo de los oficiales militares de enlace de la UNMIK, siendo sustituido por el también General español M. Íñiguez Márquez. Como consecuencia de los sucesos
de enfrentamiento étnico repetidos periódicamente en Mitrovica, la UNMIK y la KFOR han establecido un centro conjunto de operaciones y un grupo mixto de planificación en esa ciudad,
donde llevan a cabo misiones conjuntas de seguridad.
17. La cuestión del derecho aplicable a Kosovo fue modificada en algunos aspectos: al principio, el
citado Reglamento 1999/1 de la UNMIK mantenía en su artículo 3 la vigencia de la legislación
yugoslava anterior a la ofensiva de la OTAN de marzo de 1999, siempre que no contraviniera los
estándares de derechos humanos reconocidos internacionalmente, el mandato otorgado a la
Misión de Naciones Unidas por la resolución 1244 (1999) del Consejo de Seguridad ni los propios reglamentos del UNMIK. Pero sus posteriores Reglamentos 1999/24 y 1999/25, de 12 de
diciembre de 1999 –que también retrotraen su vigencia al 10 de junio–, derogaban la regulación
anterior especificando que el derecho aplicable en Kosovo es la reglamentación promulgada por
el Representante Especial –preferente en caso de conflicto– y el derecho que estaba en vigor
en Kosovo en marzo de 1989 –cuando esta provincia gozaba de autonomía regional–. El derecho federal yugoslavo se aplicaría de forma subsidiaria en situaciones sin respuesta jurídica de
los cuerpos normativos anteriores, y el ordenamiento serbio sólo resultará de aplicación como
derecho subsidiario de último nivel, siempre que respete las normas internacionales sobre derechos humanos. En un proceso penal, el inculpado puede beneficiarse de la disposición que le
resulte más favorable, aplicando analógicamente el artículo 7 del Convenio Europeo para la protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales –art.1.4 del Reglamento
1999/24–. Está derogada la pena capital y las penas de prisión no pueden superar los 40 años
–art.1.5 y 1.6 del Reglamento 2000/59 de la UNMIK, de 27 de octubre de 2000–.
18. Vid. el informe del Secretario General de la ONU de 12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafo 39).
También puede cesar a los funcionarios que actúen de manera incompatible con el mandato y los
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La Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK)
objetivos de la administración civil. Los únicos límites a su poder de nombramiento residen en que
debe permitir la representatividad de los diferentes sectores de la sociedad kosovar, y esforzarse
en respetar los procedimientos de la legislación local. García, T. cit., (2000) p.67. Los instrumentos
jurídicos necesarios para que la UNMIK pudiera comenzar sus funciones fueron preparados por la
Oficina de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Naciones Unidas. Memoria anual del Secretario
General sobre la labor de la Organización (A/54/1, septiembre de 1999, párrafo 305).
19. La UNMIK comenzó a instaurar un sistema judicial independiente, con un Consejo Asesor Conjunto
encargado de realizar designaciones judiciales provisionales –informe del Secretario General de
12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafos 18 y 19)–. Posteriormente se restablecerá el Tribunal
Supremo de Kosovo y se ha creado la Institución de Defensor del Pueblo u Ombudsman –ibídem, párrafo 71 y 89-90; Reglamento 2000/38 de la UNMIK, de 30 de junio de 2000–. En esta
dirección, el Representante Especial del Secretario General firmó en septiembre de 1999 tres
reglamentos para promover un sistema judicial independiente, profesional, imparcial y multiétnico en Kosovo. Vid. los Reglamentos 1999/5, de 4 de septiembre de 1999, 1999/6 y 1999/7, de
7 de septiembre de ese año.
20. Informe del Secretario General de 12 de junio de 1999 (S/1999/672, párrafo 5 y 8-14). También
se preveía que el Representante Especial nombrara un Comité Ejecutivo, compuesto por los
principales funcionarios de la UNMIK, para ayudarle en el desempeño de sus responsabilidades
– ibídem, párrafo 6–. Y ese Comité Ejecutivo está asistido a su vez por un Grupo Conjunto de
Planificación, que tiene la función de garantizar la coordinación de los planes de los diferentes
pilares –informe del Secretario General de 12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafo 48)–.
21. Así ,por ejemplo, la Misión de Naciones Unidas preveía sufragar durante los primeros meses los
salarios de los empleados públicos de Kosovo. La UNMIK también ha establecido comisiones
civiles conjuntas en orden a garantizar una administración uniforme en todas las parcelas –informe del Secretario General de 12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafo 18)–.
22. Si bien el tamaño autorizado de la UNIP alcanzaba los 3.100 elementos –posteriormente ampliados a 4.900–, en realidad en enero de 2000 se habían desplegado apenas 2.000 efectivos –si bien
en septiembre de 2001 ya eran 4.332 policías civiles (DPI/1634/Rev.21a, 15 de septiembre de
2001, p.2)–, procedentes de 41 estados –entre ellos España– y algunos provenientes de la vecina
Misión de las Naciones Unidas en Bosnia y Herzegovina (UNMIBH), en las cinco regiones de la provincia y en cuatro cruces fronterizos. La fuerza policial de la UNMIK tenía establecidas ya desde
finales de 1999 un total de 39 comisarías, 5 comisarías fronterizas, una sede central y 5 subsedes
regionales. Vid. el informe del Secretario General de la ONU de 23 de diciembre de 1999
(S/1999/1250, párrafo 62-63); DPI/1634 Rev.12, febrero de 2000; y la siguiente dirección de Internet
en el servidor de Naciones Unidas, http://www.un.org/peace/kosovo/pages/kosovo_status.htm.
23. Memoria anual de 2000 del Secretario General de Naciones Unidas sobre la labor de la
Organización (A/55/1, de 30 de agosto de 2000, párrafo 83).
24. En este ámbito, la OSCE estableció la Comisión Electoral Central, cuyos miembros fueron designados por el Consejo Administrativo Provisional –vid. el Reglamento 2000/21 de la UNMIK, en
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vigor desde el 18 de abril de 2000–, para que funcionara como el principal órgano regulador del
proceso electoral. Además, un intercambio de cartas de 19 de julio de 1999 entre Naciones
Unidas y la OSCE creó un departamento para asuntos de los medios de comunicación, y en ese
marco, la OSCE ha preparado un Código de Conducta para los medios de comunicación en
colaboración con la UNMIK y el Consejo de Europa; la OSCE se encargó a su vez de establecer un sistema público e independiente de comunicación, Radio-Televisión Kosovo (véase infra).
Sobre la participación de la OSCE en la Misión de Administración Provisional de las Naciones
Unidas en Kosovo a través de este componente de democratización y fortalecimiento institucional, véanse la siguiente dirección de Internet, http://www.osce.org/kosovo/overview.htm; y
el Informe anual de 2000 del Secretario General sobre las actividades de la OSCE (SEC.DOC/5/00,
de 24 de noviembre de 2000, epígrafe 2.1.4, p. 20-25).
25. Asimismo, el Consejo de Europa cuenta desde agosto de 1999 con una oficina en Pristina que
suministra capacitación en legislación y derechos humanos (Comunicado de prensa de la 105ª
sesión del Comité de Ministros del Consejo de Europa, de 4 de noviembre de 1999).
26. El 6 de diciembre de 1999 este componente de democratización y fortalecimiento institucional de
la Misión, responsabilidad de la OSCE, emanó dos informes de derechos humanos (Kosovo/Kosova
– As Seen, As Told): el primero abarcaba el período de diciembre de 1998 a junio de 1999, y concluía que las fuerzas yugoslavas y serbias perpetraron masivas violaciones de derechos humanos
y del Derecho internacional humanitario; el segundo cubre el plazo entre junio y octubre de 1999,
recogiendo los abusos cometidos en la dirección opuesta, contra los serbios y demás minorías residentes en Kosovo (vid. su texto en http://www.osce.org/kosovo/reports/hr/index.htm). Además,
este componente de la UNMIK organizó la primera Conferencia Internacional de Derechos Humanos
en Pristina, que se celebró los días 10 y 11 de diciembre de 1999.
27. Vid. la Decisión nº399 del Consejo Permanente de la OSCE, de 14 de diciembre de 2000
(PC.DEC/399/Corr.).
28. Véase la Acción común 1999/522/PESC del Consejo, de 29 de julio de 1999, relativa a la instalación de las estructuras de la UNMIK (DOCE L 201, de 31 de julio de 1999, p.1; y Boletín UE,
1999. No. 7-8, punto 1.4.108, p.88), que tenía el objeto de cubrir los gastos de instalación del
componente de la UNMIK encomendado a la Unión Europea, y que fijaba en 910.000 euros para
el período comprendido entre el 2 de julio y el 31 de diciembre de 1999. En esta línea también
se sitúa el Reglamento (CE) 1080/2000, de 22 de mayo de 2000, relativo al apoyo a la Misión
de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK) y a la Oficina del Alto
Representante en Bosnia y Herzegovina (DOCE L 122, de 24 de mayo de 2000, p. 27-28), que
tiene el fin de establecer un marco jurídico para tal apoyo financiero, a encuadrarse como una
subvención a los presupuestos de la UNMIK y de la citada Oficina del Alto Representante.
29. Informe del Secretario General de la ONU de 12 de julio de 1999 (S/1999/779, párrafos 110116). La asignación presupuestaria para la UNMIK entre julio de 2001 y junio de 2002 alcanzaba los 413 millones de dólares, muy similar a los períodos anteriores –vid. resolución 55/227 de
la Asamblea General, de 23 de diciembre de 2000, para.15; DPI/1634/Rev.21a, 15 de sep-
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La Misión de Administración Provisional de las Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK)
tiembre de 2001, p.2–. Durante el año 2000, la UNMIK contaba con 1.800 personas desplegadas por todo Kosovo, de las que 1.000 pertenecían a Naciones Unidas, 700 a la OSCE, y el
resto a diversas organizaciones humanitarias. Y en septiembre de 2001 sus efectivos alcanzaban los 4.332 policías civiles, 38 militares, 1.228 administrativos civiles internacionales, y más
de 3.100 civiles locales; para esa época la UNMIK había sufrido 13 bajas mortales, 7 de ellas
provocadas por diversos accidentes (DPI/1634/Rev.21a, 15 de septiembre de 2001, p.2).
30. Reglamento 1999/8 de la UNMIK, de 20 de septiembre de 1999 –artículos 1 y 2–. Vid. Chauveau,
G-M. cit. (1999) p. 11-12. El reclutamiento del personal del Cuerpo de Protección de Kosovo
corresponde a la Organización Internacional de Migraciones, la autoridad sobre el mismo la ejerce el Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas, y la KFOR se encarga de su dirección operacional diaria –art. 3 del citado Reglamento 1999/8–.
31. Reglamento 1999/16 de la UNMIK, de 6 de noviembre de 1999, enmendado por el Reglamento
2000/7 de la UNMIK, de 18 de febrero de 2000.
32. El presupuesto consolidado de Kosovo de 1999 –para el período comprendido entre septiembre y diciembre de ese año–, por un total de 125 millones de marcos alemanes, fue aprobado
por el Reglamento 1999/17 de la UNMIK, de 6 de noviembre de 1999. Véase su desglose en la
siguiente dirección del servidor de Naciones Unidas en Internet, http://www.un.org/peace/kosovo/pages/six_months/budget.html. El presupuesto consolidado para el año 2000, con 562 millones de marcos alemanes, fue aprobado por el Reglamento 1999/27, de 22 de diciembre de
1999; y el presupuesto del año 2001 fue adoptado por el Reglamento 2000/67, de 29 de diciembre de 2000. El 18 de noviembre de 1999 se celebró en Bruselas la Conferencia de donantes
para Kosovo, en donde representantes de 47 estados y de 34 organizaciones internacionales
prometieron unos mil millones de dólares para el plan de desarrollo a largo plazo de Kosovo.
33. Reglamento 1999/20 de la UNMIK, de 15 de noviembre de 1999.
34. Reglamento 1999/3 de la UNMIK, de 31 de agosto de 1999.
35. Reglamento 1999/21 de la UNMIK, de 15 de noviembre de 1999.
36. Reglamento 1999/9 de la UNMIK, de 20 de septiembre de 1999.
37. Véase el Reglamento 1999/12 de la UNMIK, de 14 de octubre de 1999. Asimismo, en la
Administración Conjunta Provisional de Kosovo se ha establecido el Departamento de correos
y telecomunicaciones –Reglamento 2000/23 de la UNMIK, en vigor desde el 21 de abril de 2000.
38. Véanse en general el informe del Secretario General de la ONU de 23 de diciembre de 1999
(S/1999/1250); el informe UNMIK: The First Six Months en el servidor de Naciones Unidas en
Internet, http://www.un.org/peace/kosovo/six_months/sixmonths.html; y la siguiente dirección
del servidor onusiano, http://www.un.org/peace/kosovo/pages/regulations/regs.html.
39. Véanse el Reglamento 2000/1 de la UNMIK, de 14 de enero de 2000, que preveía que tal
Estructura Administrativa estuviera operativa para febrero de 2000, y el informe del Secretario
General de Naciones Unidas de 23 de diciembre de 1999 (S/1999/1250, para.5). Esta
Administración Conjunta Provisional cuenta con un Consejo Asesor Provisional, que aconseja al
Representante Especial del Secretario General y asiste a la Estructura Administrativa. Cada uno
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de sus 20 Departamentos administrativos está dirigido por dos jefes, un kosovar y un funcionario internacional de la UNMIK. Y, en concreto la OSCE se encarga de codirigir, dentro de esta
Administración Conjunta Provisional, el Departamento de gobierno democrático y sociedad civil,
establecido en julio de 2000 por el Reglamento 2000/40 de la UNMIK, de 10 de julio de 2000.
40. Robertson, J. cit., (2000) p.16; y la siguiente dirección de Internet en el servidor de Naciones
Unidas, http://www.un.org/peace/kosovo/pages/unmik12.html. El Reglamento 1999/23 de la
UNMIK, de 15 de noviembre de 1999, estableció la Dirección de vivienda y propiedad, además
de la Comisión de reclamaciones en materia inmobiliaria, organismos de gran importancia ante
la gran cantidad de viviendas que habían sido destruidas o dañadas.
41. Véanse los informes del Secretario General de Naciones Unidas de 15 y 28 de diciembre de
2000 (docs. S/2000/1196; y S/2000/1246, anexo). El Reglamento 2000/39 de la UNMIK, de 8
de julio de 2000, sobre las elecciones municipales en Kosovo, señalaba que las mismas se basarían en un sistema de representación proporcional, y se elegirían corporaciones locales por un
período de dos años. Vid. también el Reglamento 2000/45 de la UNMIK, de 11 de agosto de
2000, sobre el autogobierno de los municipios en Kosovo.
42. Cf. los informes del Secretario General de la ONU de 23 de diciembre de 1999 y de 9 de junio
de 2000 (S/1999/1250, párrafos 15-19; y S/2000/538). Según datos del ACNUR, unas 180.000
personas serbias habían emigrado a Serbia y Montenegro procedentes de Kosovo desde junio
de 1999 (en http://www.un.org/peace/kosovo/pages/kosovo_status.htm). El Consejo de Seguridad
ha condenado reiteradas veces tales atentados y crímenes de motivación étnica –declaraciones
de su Presidente de 22 de noviembre de 2000, 19 de diciembre de 2000 y 16 de marzo de 2001
(S/PRST/2000/35, S/PRST/2000/40 y S/PRST/2001/8)–.
43. Memoria anual de 1999 del Secretario General sobre la labor de la Organización (A/54/1, septiembre de 1999, párrafo 213).
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