Rodrigo Castro Salas El Rol Social del Geólogo, una visión mal

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Rodrigo Castro Salas
El Rol Social del Geólogo, una visión mal entendida
¿Cuál es el rol social del geólogo? Es una duda que se me planteo al
momento de entrar a estudiar dicha carrera. Y esa es la interrogante que
buscamos contestar en este ensayo. Dicha pregunta causa muchas respuestas
inmediatas, como las que expresamos nosotros al empezar el curso. Recuerdo
mis palabras, sobre el deber que debieran tener los geólogos chilenos en
materias educativas, medioambientales y políticas. Mis opiniones, me he dado
cuenta, no han cambiado en lo medular. Pero mi manera de enfrentarme a la
pregunta ha cambiado, principalmente, al darme cuenta de cuál era la
respuesta que daban a dicha pregunta el resto de las personas. Es increíble la
cantidad de gente que no sabe lo que hace un geólogo. Somos, quizá sin
querer, una de las profesiones más populares, pero a la vez, menos entendidas
dentro del abanico educativo universitario. Lamentablemente la visión
utilitarista del mercado, nos hace ver como una elección a estudiar, basándose
solamente en el aspecto de la remuneración obtenida. Pero obvia aspectos tan
relevantes como el “qué es ser geólogo”.
A pesar de esto, hay quienes conocen la carrera, que tenían visiones
disimiles a la mía. Había quienes (con todo derecho) tenían como respuesta a
la interrogante el contribuir al mercado actual mediante la realización de las
tareas encomendadas o requeridas de su parte, por supuesto, dando todo de
ellos de manera de hacer bien el trabajo. Y es una respuesta válida; pero, en
mi opinión, es una respuesta incompleta, que a mi modo de ver pasa por alto
factores tan importantes como el lugar en que nos desempeñamos y las
personas a quienes afectamos. Existe, me da la impresión, un individualismo
marcado, donde las externalidades asociadas al desempeño de la profesión son
obviadas o evitadas y se carece de una responsabilidad profesional necesaria
frente a las decisiones que uno toma.
Ha pasado ya un semestre completo desde que nos embarcamos en la
tarea de definir y comprender el rol social que tiene un geólogo en el mundo
actual. Ha sido un viaje interesante, con sus momentos altos y bajos, y que
dentro de todo, nos permiten rescatar lo que, a mi modo de ver, no es más
que un bosquejo de un tema de mayor envergadura, ya que nunca se
definieron totalmente dos cosas que, a pesar de parecer triviales, son de vital
importancia en la respuesta a la pregunta ¿Cuál es el rol social del geólogo? Me
refiero a la definición de lo que es un rol social, y si este existe de manera
inherente en cualquier profesión.
Cuando planteamos la interrogante sobre que es un rol social, tenemos
diversas maneras de abordarlo. Estas varían de acuerdo al contexto en que
estamos involucrados, por ende yo tomaré una variable inicial y básica para
iniciar dicha definición, y eso es, enfrentando desde el punto de vista del
lenguaje, lo que es un rol social. Si definimos por partes tenemos que un rol es
una función que alguien o algo cumple, y algo social es algo perteneciente o
relativo a la sociedad 1. Por ende, podemos comprender el rol social como la
función que cumple un algo o alguien para con la sociedad. Esto, por trivial que
pueda sonar, es necesario dejarlo en claro de manera de poder plantear la
pregunta siguiente, y esto es si existe un rol social inherente a cada profesión.
Si lo vemos desde un punto de vista totalmente objetivo, es claro que cada
profesión representa un papel que responde a alguna necesidad que tiene
nuestra diversa sociedad, esto quizá nos puede llevar a la errónea impresión
de que la respuesta es un claro si, pero en realidad la respuesta es mucho más
ambigua, dado a que la sociedad no es evaluable en un ciento por ciento por
parámetros objetivos.
Inevitablemente para hacer un análisis de la existencia inherente de un
rol social, caemos en el área gris que existe en el juicio valórico y moral con el
que la sociedad funciona, y esto matiza la respuesta a nuestra interrogante
debido a la gran diversidad de visiones que existen en el mundo. Por ende
tenemos que tratar de caer un punto medio, que nos permita definir la
existencia o no de un rol social, desde aspectos valóricos comunes para la
diversidad poblacional. Y esto nos lleva al campo de la ética.
En la sociedad, en general, los problemas que aquejan a los
profesionales no son de índole técnico, si no que más bien son problemas
principalmente de corte ético. Pero el ámbito ético por global y común que
pueda interpretarse, no siempre es así. Rescato frente a esto las palabras de
Héctor Gallegos que nos dicen que “la ética no puede ser asumida como
natural y gratuita; su rescate demanda, necesariamente, esfuerzo, sanción y
formación. El rescate debe incluir el de la mística de servicio al bien común;
mística que la hizo la profesión admirada hasta la debacle de sangre,
tecnología e ingeniería que fue la Primera Guerra Mundial” 2. Es evidente
entonces, que la ética existe, pero no es necesariamente inherente, al
profesional.
A pesar de esto, existe un lineamiento en la profesión misma, siempre y
cuando esta esté asociada a, como dice Gallegos, la mística de servicio al bien
común, ya que es este finalmente aquel que da las características sociales a
las profesiones existentes, ya sea el cuidado de la salud, del ambiente, de la
nación, del pensamiento, etc. Por ende, existiría un rol social, que si bien no es
inherente, es posible atribuir o quizá más bien exigir a cada profesión que
compone el universo laboral actual.
Entonces ¿cuál es el rol social del geólogo? La respuesta, en principio,
nos elude, pero es posible notar desde donde tenemos que buscar la
respuesta. Desde el bien común. Quizá el rodeo efectuado para llegar a tan
simple y lógico punto era innecesario, pero permite ilustrar lo complicado de
atacar el problema de manera directa.
1
2
Definiciones obtenidas de rae.es
Extracto de “La ética en la ingeniería”- Héctor Gallegos
Entonces, ¿En qué puede aportar un geólogo a la sociedad actual? Para
ello hay que analizar, que actividades realiza un geólogo. Inicialmente
podemos dar cuenta, que un geólogo es un científico, y como tal, ligado a la
academia e investigación, tiene como primera manera de aportar, la
conservación y generación de conocimiento. El problema se genera, cuando
dicho conocimiento no es compartido ni difundido al resto de la sociedad. Es
llamativo que las actividades desarrolladas por un profesional del área de la
geología son desconocidas para el común de la población, y esto es debido a
que los profesionales pertenecientes al área no enfocan esfuerzos en lograr
que este conocimiento llegue a más personas, siendo que dicho conocimiento
nos permite una mejor comprensión de temas tan variados, como son, por
ejemplo, un punto de vista histórico asociado a la formación de la tierra, o, con
respecto a cosas más locales, el saber en dónde estamos parados.
Nuestra experiencia fue llamativa, por decirlo menos. Tuvimos la
oportunidad de ir a enseñar un tema tan poco convencional como lo es la
morfología volcánica a niños de 8° año básico de un colegio de la ciudad de
Santiago. Honestamente, fue una experiencia única, que la verdad me
sorprendió. Nos dimos cuenta de entrada que el conocimiento, en una época
ya relativamente avanzada de su formación (fin de la enseñanza básica), era
nulo con respecto al tema que queríamos tratar. Era posible notar que todo su
trato con volcanes había sido lo que habían visto en la televisión. Mediante la
realización de ciertos experimentos, que permitían relacionar la viscosidad de
un fluido, con la forma que tenía la gota que esta dejaba, logramos generar un
conocimiento nuevo en ellos, aquel, que explica que la viscosidad del magma
involucrado define en gran manera la forma que tendrá el edificio volcánico.
Tras esto, los niños comenzaron con preguntas que llegaron a asombrarnos, ya
que ellos mismos lograron relacionar, por ejemplo, un magma muy viscoso al
volcán Chaitén debido al tipo de erupción que vieron en los noticiarios.
Esto nos da muestra de que es posible enseñar a jóvenes sobre temas
relacionados con geología, y que incluso, llegan a causar interés y asombro
entre ellos, lo que permite la caracterización de una actividad poco conocida
por la población. La geología como área del conocimiento está llena de una
variedad y riqueza que no necesariamente es compartida por otras ramas, y
eso es algo que debemos aprovechar.
Les hago una pregunta: ¿No debiera el geólogo, como científico, influir
más en las materias vistas por lo más jóvenes? Falta una preocupación política
por parte de los profesionales del área de la geología de dar un vuelco a las
políticas de educación existentes en la actualidad (cabe destacar, que dicha
crítica puede ser extendida a muchas otras profesiones, no siendo exclusiva la
pasividad por parte de los geólogos). Y si analizamos las otras actividades
donde los geólogos tienen influencia, tales como en la construcción de obras de
ingeniería, exploración y extracción de recursos minerales, e identificación de
peligros geológicos, etc. ¿No es claro que debiera existir una influencia, por
parte de quien maneja dichos conocimientos, en áreas como las políticas de
urbanización, concesiones viales y construcción de carreteras, o generación de
políticas mineras?
Finalmente, esta pasividad nos da una respuesta que es claramente
preocupante. El rol social del geólogo existe, pero, como ya expuse
anteriormente, no de manera natural. Y lamentablemente no es cuidado o
cultivado de la manera en que se debería entre los profesionales de este país.
Frente a dicha respuesta, es claro que hay cambios que hacer, y el
mejor lugar para empezar es, a mi modo de ver, en la formación del geólogo
en la universidad. Es impactante la carencia de ramos de corte ético en las
actuales mallas curriculares de las diversas universidades que imparten
geología. Si uno las observa, ve una formación científica y enfocada en
conocimientos duros, donde no se tiene un real acercamiento a los problemas
que un profesional ligado a las áreas anteriormente nombradas puede
enfrentarse. Ramos como “El Rol Social del Geólogo” o “Ética I” existen
solamente como electivos y uno puede pasar por la carrera sin haber tenido
que ver en ningún momento la ética que involucra la profesión.
Sin decir que estos deban ser ramos replicados por todas las mallas
curriculares, si es claro que debe existir un fortalecimiento de habilidades
blandas y de la formación ética de los profesionales chilenos (geólogos o no),
ya que finalmente, tenemos un deber para con la sociedad, tenemos en la mira
el bien común, y nuestras acciones futuras influirán sobre la sociedad en la que
estamos insertos. Nosotros debemos involucrarnos en las decisiones que se
tomen, porque contamos con capacidades diferentes a las del resto, lo cual
genera que nuestro aporte se vuelva trascendental. Es cosa de pensar en las
cosas que criticamos día a día, en las cosas que nosotros, cómo profesionales,
no logramos comprender del funcionamiento de la sociedad, y que, a pesar de
todo, no hacemos nada por cambiar.
Independientemente de cual sea nuestro destino, aunque estemos a
5000 metros de altura, o estemos a 300 metros bajo tierra, estaremos
trabajando insertos en la sociedad, un grupo grande y diverso. Es
importantísimo recordar, que no importa lo aislado que estemos, estamos
afectando no a uno, si no a miles con nuestro actuar, aunque así no lo parezca.
Y debemos recordar, además, que la sociedad nos afecta a nosotros de vuelta.
No solo es necesario un cambio de malla, también es necesario un
cambio de mentalidad, y es importante no quedarnos solo en las palabras, sino
que hay que pasar a los actos, empezar a responsabilizarnos por nuestras
acciones. Que se entienda, yo no increpo a los geólogos que buscan solo hacer
bien su trabajo, más bien, los entiendo, y me parece que no es una visión
completamente errada, ya que, a pesar de todo, es necesaria. Tan solo, repito,
me parece una visión incompleta.
No vivimos solos, no lo olvidemos nunca.
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