DIVISION DE DESARROLLO INSTITUCIONAL UNIDAD DE AUTORIZACIONES Y APROBACIONES Al contestar refiérase al oficio Nº 05902 31 de mayo, 2001 DI-AA-1480 Ingeniero Guillermo Ruiz Castro Presidente Ejecutivo Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico Estimado señor: Asunto: Consulta sobre la Facultad del Gerente General para la suscripción de documentos contractuales No sin antes ofrecer disculpas por la dilación en la presente respuesta, nos referimos al oficio No P.E-68- 2000, por medio del cual nos solicita criterio sobre la facultad con que cuenta el Gerente General para firmar contratos y sobre la validez de los mismos. Señala en su nota, que el Gerente General del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (INCOP), ostenta un poder general al tenor del numeral 16 de su Ley Orgánica, además que el día 12 de setiembre de 1994, la Junta Directiva de esta institución tomó un acuerdo en la sesión número 2370, en el cual expresamente se señala que: “(...)Todo tipo de contrato que suscriba la institución, de cualquier origen y concepto incluyendo los de dedicación exclusiva, deben llevar la firma del Presidente Ejecutivo para su vigencia”. (El resaltado en negrilla no es del original). Sin embargo, el Gerente General, durante un lapso firmó contratos institucionales contando únicamente con poder general y sin que el acuerdo transcrito se modificara. Por lo anterior surge la duda sobre la facultad de este funcionario para firmar contratos y de la validez de los documentos suscritos en estas condiciones. En virtud de la complejidad de la materia, y por cuanto lo consultado se encuentra intrínsecamente relacionado con la estructura organizacional y administrativa del INCOP, estimamos necesario realizar de manera preliminar un análisis sobre la naturaleza del poder otorgado al Gerente General, el cual constituye la base esencial para la delimitación del alcance de las facultades del mismo. Ing. Guillermo Ruiz Castro 2 31 de mayo, 2001 I. Particularidades del Poder General: La doctrina ha entendido el “poder” como una facultad que se le otorga a una persona con el fin de realizar una serie de actos a su nombre o por cuenta del poderdante. Así, Guillermo Cabanellas lo conceptualiza como: “Aquella facultad que una persona da a otra para que obre en su nombre y por su cuenta o facultad o potestad para hacer o abstenerse o para mandar algo”. Guillermo Cabanellas de Torres. Diccionario Jurídico Elemental, Editorial Heliasta S.R.L, Buenos Aires Argentina, 1979, p247. En este sentido, siendo que las funciones del mandatario se contraen al desempeño de negocios ajenos por encargo de su dueño, es su obligación ceñirse en cuanto fuere posible a las instrucciones que de él reciba, obrar dentro de los límites del poder, y conducirse en todo como mejor convenga a los intereses del poderdante. Se han diferenciado varios poderes, con el objeto de delimitar las facultades que cada uno de ellos enmarca, de tal manera que dependiendo del poder conferido, el mandatario encuentra restringido su ámbito de actuación. Lo anterior cobra vital importancia, por cuanto, es obligación del mandatario ajustarse cabalmente a las instrucciones que del mandante reciba y ejecutar los actos dentro de los límite del poder. Entre los poderes que podemos señalar se encuentran el especial, especialísimo, general y generalísimo. Se denomina general el que se da para todos, alguno, o algunos negocios, confiriéndose al apoderado respecto a la especie que se trate, la posibilidad de realizar los actos a que se refiere el numeral 1255 del Código Civil, cuales son: “1.- Celebrar los convenios y ejecutar los actos necesarios para la conservación o explotación de los bienes. 2.- Intentar sostener judicialmente las acciones posesorias y las que fueren necesarias para interrumpir la prescripción respecto de las cosas que comprende el mandato. 3.- Alquilar o arrendar bienes muebles hasta por un año; pero si el poder se limita a cierto tiempo, el período del arrendamiento no debe exceder de ese plazo. Para arrendar bienes inmuebles, se requiere poder Generalísimo o Especial. Ing. Guillermo Ruiz Castro 3 31 de mayo, 2001 4.- Vender los frutos así como los demás bienes muebles que por su naturaleza están destinados a ser vendidos o se hallan expuestos a perderse o deteriorarse. 5.- Exigir judicial y extrajudicialmente el pago de los créditos y dar los correspondientes recibos. 6.- Ejecutar todos los actos jurídicos que según la naturaleza del negocio, se encuentren virtualmente comprendidos en él como medios de ejecución o como consecuencias necesarias del mandato.” Por su parte, el poder generalísimo integra todos los negocios de una persona, el mandatario puede de cualquier modo enajenar o gravar toda clase de bienes, celebrar toda clase de contratos y ejecutar todos los demás actos jurídicos que podría hacer el poderdante, excepto los que conforme la ley deben ser ejecutados por el mismo dueño en persona y los actos para los cuales la ley exige expresamente poder especialísimo. De tal forma que: “El poder general se limita a los actos de pura administración, al paso que el generalísimo a más de estos, comprende los de disposición, en condiciones de mayor amplitud”.(Alberto Brenes Córdoba, Tratado de las Obligaciones y Contratos. Imprenta Trejos Hermanos, San José, Costa Rica, 1923, pp 479-481). Al respecto es importante señalar la diferencia existente entre los alcances del poder general y del generalísimo, la cual radica en que el primero comprende todo acto que no tenga como efecto el aumento o disminución patrimonial (Art. 1255 del Código Civil), por lo que necesariamente excluye lo referente al ejercicio de las potestades de disposición como lo son la venta, hipoteca o cualquier otro modo de enajenar bienes, la aceptación o negación de herencias, gestionar judicialmente, celebrar toda clase de contratos (artículo 1253 del Código Civil) las cuales son propias del poder generalísimo. II. Sobre el Caso Particular Conforme lo preceptuado por el numeral 32 de la Ley de Contratación Administrativa, 32.1 y 32.4 de su reglamento, se estimará válido aquel contrato administrativo que sea sustancialmente conforme al ordenamiento jurídico. El artículo 32 del Reglamento mencionado en lo que interesa dispone que: Ing. Guillermo Ruiz Castro 4 31 de mayo, 2001 “Artículo 32.- Validez, perfeccionamiento y formalización del contrato. 32.1. Será válido el contrato administrativo sustancialmente conforme al ordenamiento jurídico, particularmente cuando en su trámite se observan las disposiciones de la Ley de Contratación Administrativa, el presente reglamento y demás instrumentos jurídicos sobre la materia”. De tal manera que al constituir la capacidad jurídica de las partes contratantes, un elemento esencial para la validez de las obligaciones que se comprometen al momento de establecer una relación contractual, cualquier acto o contrato que realice la Administración deberá ser suscrito por el funcionario que se encuentra legalmente facultado. Esto ha sido estipulado por el artículo 129 en concordancia con los numerales 59 y 111 de la Ley General de la Administración Pública, los cuales respectivamente enuncian que: “Artículo 129. El acto deberá dictarse por el órgano competente y por el servidor regularmente designado al momento de dictarlo, previo cumplimiento de todos los trámites sustanciales previstos al efecto y de los requisitos indispensables para el ejercicio de la competencia. Artículo 111. 1. Es servidor público la persona que presta servicios a la Administración o a nombre y por cuenta de ésta, como parte de su organización, en virtud de un acto válido y eficaz de investidura, con entera independencia del carácter imperativo, representativo, remunerado, permanente o público de la actividad respectiva. Artículo 59. 1. La competencia será regula por ley siempre que contenga la atribución de potestad de imperio.” Desprendiéndose de las normas transcritas, que cualquier funcionario público deberá ostentar, de manera previa a la emisión de un acto administrativo la competencia para tal efecto, la cual es otorgada por el ordenamiento jurídico. Ing. Guillermo Ruiz Castro 5 31 de mayo, 2001 En este sentido, del análisis de la Ley Orgánica del INCOP, se desprende que el ejercicio de la dirección recae exclusivamente en la Junta Directiva (Articulos 2 y 5), siendo arrogada al Gerente General la facultad de administración. Así, en el artículo 16 de la normativa citada, se dispone que el Gerente General gozará de facultades suficientes para: “a) Ejercer la representación administrativa, legal, jurídica y extrajudicial de la institución como apoderado general.”(El destacado no es del original) Ahora bien, tal y como indicamos en el apartado anterior y de conformidad con los artículos mencionados, los contratos que suscriba el Gerente General, que no se encuentren expresamente plasmados en el enunciado 1255 del Código Civil, serán válidos siempre y cuando cuenten con la autorización previa de la Junta Directiva. En caso contrario, el documento contractual que se ha suscrito sin la autorización mencionada se encontrará viciado con nulidad relativa, al carecer de un requisito no sustancial, en los términos de los artículos 166, 167 y 176 a 179 de la Ley General de la Administración Pública, reservándose a la Junta Directiva de INCOP la posibilidad de subsanarlo al amparo del artículo 188 de la Ley de mérito, la cual reza: “Artículo 188.1. Cuando el vicio del acto relativamente nulo consista en la ausencia de una formalidad sustancial, como una autorización obligatoria, (...) éstos podrán darse después del acto, acompañados por una expresa manifestación de conformidad con todos sus extremos.” En lo que respecta al INCOP, ya esta Contraloría General ha señalado la necesidad de que los contratos o convenios que sean suscritos por su Gerente General, requieran, previo a su formalización, de un acuerdo de la Junta Directiva, en el que se le delegue en el caso concreto, la facultad de firmar en nombre de la Institución. Así por ejemplo, en el oficio número 12544-98 del día 4 de noviembre 1998 emitido por nuestra anterior Dirección General de Asuntos Jurídicos se objetó la capacidad del señor Mario Medina Martínez – en calidad de Gerente General – para suscribir contratos a nombre del INCOP, por cuanto los acuerdos de la Junta Directiva que lo facultaban para ello fueron otorgados de manera posterior a la formalización del contrato. En esta oportunidad se estipuló lo siguiente: Ing. Guillermo Ruiz Castro 6 31 de mayo, 2001 “En efecto, se tiene que la Junta Directiva del INCOP, en sesión 2785 celebrada el 21 de octubre del en curso autorizó al señor Medina a firmar el referido Addendum, y que en sesión 2782 celebrada el 07 de octubre lo autorizan para firmar aquellos convenios o contratos mientras se registra ante el Registro Público el Poder General del señor Franklin Suárez como Gerente General siendo ambos acuerdos posteriores a la formalización del convenio, que se llevó a cabo el 05 de octubre de 1998.”(El subrayado no es del original). D. Conclusión Acorde con lo expuesto, el Gerente General únicamente contará con la facultad de suscribir contratos a nombre de INCOP, en los supuestos y límites por el artículo 1255 del Código Civil. No obstante, para efectuar aquellos actos que no se encuentren estipulados en dicho cuerpo normativo, deberá contar con una autorización expresa para esos efectos emitida por la Junta Directiva. De esta manera, si el Gerente General efectúo actos de naturaleza contractual sin la aquiescencia de la Junta Directiva en los términos descritos, éstos se encuentran viciados de nulidad relativa, que podría eventualmente ser subsanada por dicho órgano. No se debe dejar de lado, que cada administración tiene la responsabilidad de velar por el fiel cumplimiento de la ley y en consecuencia, que los actos administrativos que se efectúen en su sede cuenten con las formalidades necesarias para su validez, como lo es la verificación de que el funcionario que los suscriba cuente con plenas facultades legales para ello. Atentamente, Lic. Elías Delgado Aiza Subdirector General CMH/hcha ci Archivo Central Ni: 1187 Contratos Cynthia Morales Herra Fiscalizadora Asociada