Condicionantes Sociodemográficos del embarazo adolescente en México Dra Catherine Menkes ♦ y Lic. Olga Serrano ◊ INTRODUCCIÓN El interés en México por estudiar el embarazo de los adolescentes se ha acrecentado en las últimas décadas. Desde la perspectiva demográfica y de la salud pública esto responde a distintos motivos, entre los que cabe destacar: a) la proporción elevada y nunca antes vista de jóvenes de 15 a 19 de edad (que en México representa uno de cada diez habitantes y que ascendió a 10.7 millones en 2003) (CONAPO, 2002); b) el porcentaje relativamente elevado (14%) del total de nacimientos que corresponde a las mujeres de 15 a 19 años (INEGI, 1997); y c) porque existen evidencias de que el embarazo en edades tempranas puede representar un riesgo bio-psico-social para la madre y el recién nacido, así como una mayor morbilidad y mortalidad materno-infantil (Atkin, et al., 1998)). La maternidad temprana también puede conducir a menores oportunidades para mejorar la calidad de vida de las madres adolescentes y de sus hijos(as) (Welti, 2000). Además, la preocupación sobre estos embarazos se acrecienta debido a que una parte importante de ellos (las estimaciones varían entre el 40 y el 60 por ciento) (Zúñiga et al., 2000; Menkes y Suárez, 2005) son no deseados y a que una cierta proporción, cuyo monto se desconoce, termina en abortos que en muchas ocasiones se llevan a cabo en condiciones poco saludables lo que conlleva a veces a problemas para la salud de la madre (Nuñez, 2000). En este estudio nos proponemos conocer los niveles actuales del embarazo adolescente comparando las tendencias que arrojan las diversas encuestas. El presente trabajo también tiene el propósito de valorar si persisten diferencias en los niveles de embarazo adolescente tomando en cuenta distintas condicionantes socio-económicas. Finalmente, se busca profundizar en los determinantes socio-demográficos del embarazo adolescente y comparar entre distintas generaciones; para esto, se utilizan modelos estadísticos que permiten explorar cuáles son las condicionantes sociales y económicas que se asocian con determinados niveles de embarazo en la población mexicana. ♦ ◊ Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM En la primera parte del trabajo únicamente se analiza la población de 15 a 19 años. Se muestra la evolución de las tasas de embarazo adolescente según la información que arrojan distintas encuestas sociodemográficas y, se analizan las tasas específicas de embarazo, en distintos contextos socioeconómicas. En la segunda parte se analiza el embarazo adolescente tomando en cuenta distintas generaciones. Se presenta la proporción de embarazos según grupos quinquenales de edad, además, se examina si han cambiado las condicionantes del embarazo adolescente en las distintas generaciones a través de modelos de regresión logística. En este apartado, el estudio se centra en las mujeres cuya adolescencia ya transcurrió, es decir, mujeres de 20 años o más. I. Embarazo adolescente: niveles y diferencias según características demográficas a) Evolución de las tasas de embarazo adolescente Si se observan las tendencias históricas de las tasas de embarazo adolescente a través de distintas encuestas socio-demográficas, se puede ver que éstas han descendido de manera gradual en las últimas décadas, aunque se observa un ligero repunte en 2008 (gráfica 1). Estas tendencias resultan congruentes con la transición demográfica ocurrida en nuestro país, que ha implicado un descenso en los niveles de fecundidad y de embarazo de las familias mexicanas desde mediados de los años setenta. Gráfica 1. Tasas específicas de embarazo (por mil) de mujeres de 15 a 19 años, 1982-2008 130 120 119 110 tasas 100 98 91 90 89 81 80 83 77 70 68 60 1982 1986 1991 1994 1996 año Fuente: Cálculos propios con base en: Para 1982 y 1986: ENFES 1987, SSA. Para 1991: ENADID 1992, INEGI. Para 1994 y 1996: ENADID 1997, INEGI. 2002 2005 2008 Para 2002: ENSAR 2003 Para 2005: ENADID 2006. Para 2008: ENADID 2009 Si bien se observa un descenso importante del embarazo adolescente hay que subrayar, sin embargo, que éste continúa siendo relevante actualmente en nuestro país, ya que si se analiza la distribución porcentual de las tasas de embarazo (Gráfica 2), que nos permite eliminar el efecto de los cambios en la estructura por edad, se observa que las adolescentes contribuyen en un 13.3% con respecto a la tasas total de embarazos ocurrida en 2005. Este porcentaje es ligeramente superior al correspondiente a 1991, lo que significa que el embarazo ha descendido relativamente con mayor intensidad en otros grupos de edad. Gráfica 2. Distribución porcentual de las tasas de embarazo 1991, 1996, 2005 1991 11.9 1996 4.3 8.1 0.06 2.1 0.3 15.3 12.7 16.1 18.8 27.6 2005 26.7 30.4 25.3 9.9 3.4 0.8 20.2 13.2 27.2 25.7 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 Fuente: elaboración propia con base en la ENADID 1992, 1997, 2006. b) Tasas de embarazo adolescentes según características sociodemográficas La literatura sobre el tema ha documentado ampliamente que las altas tasas de fecundidad adolescente (y también de embarazos) se deben a los embarazos que ocurren más frecuentemente en las mujeres que viven condiciones sociales y económicas más desfavorables (Welti 2000; Menkes y Suárez 2003; Stern y Menkes, 2008). El cuadro 1 muestra que las tasas varían de manera muy importante según distintas características socio-demográficas. Así, mientras que 248 de cada mil adolescentes unidas tuvieron un embarazo, únicamente 13 de las mujeres solteras. Las diferencias según niveles de escolaridad continúan siendo relevantes ya que 156 sin escolaridad o con primaria incompleta tuvieron un embarazo y 28 de las que cursaron algún año de preparatoria. También hay claras diferencias en las tasas por condición de indigenismo, ya que la tasa de las no indígenas es de 67 por cada mil adolescentes mientras que la de las indígenas es de 106. Respecto al estrato socioeconómico del hogar, las variaciones van desde 97 por cada mil mujeres en el estrato más bajo a 15 en el estrato alto. También existen diferencias geográficas ya que mientras en la región norte constituida por Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí se observa una tasa de 64, en la región sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas) ésta es de 83 por cada mil adolescentes. Finalmente las tasas son de 87 en las zonas rurales y 64 en las urbanas. Cuadro 1. Tasas específicas trienales (2003-2005) de las mujeres de 15 a 19 años Según características sociodemográficas Características Tasas por cada mil mujeres Estado conyugal Unidas Solteras Nivel de escolaridad Sin escolaridad y primaria incompleta Primaria completa Algún año de secundaria Algún año de preparatoria Condición de indigenismo Indígena No indígena Estrato socio-económico del hogar Muy bajo Bajo Medio Alto Macrorregiones Noroeste Norte Noreste Centro-Occidente Centro-Este Sur Centro Oriente Peninsula de Yucatán Tipo de localidad Urbano Rural Todas las mujeres 248 13 156 118 96 28 106 67 97 73 45 15 71 64 73 63 74 83 64 75 80 64 87 69 Fuente: ENADID 2006 Por lo tanto, no hay duda de que persisten diferencias fundamentales en el embarazo adolescente según distintas condicionantes socio-económicas. Si analizamos las tasas específicas, por ejemplo de todas las mujeres en edad reproductiva (gráfica 3), según el estrato socioeconómico, se observa que mientras la cúspide en los estratos “muy bajo” y “bajo” se encuentra en el grupo de 20 a 24 años, por el contrario, en el estrato medio y alto, la cúspide se ubica en las mujeres de 25 a 29 años; es decir, en los grupos más favorecidos en la escala social, las mujeres inician la maternidad más tardíamente. Gráfica 3. Tasas* específicas de embarazo de las mujeres que se embarazaron de 15 a 49 años de edad según estrato socioeconómico 0.2 0.18 0.16 0.14 0.12 0.1 0.08 0.06 0.04 0.02 0 15-19 20-24 25-29 Muy bajo 30-34 Bajo 35-39 Medio 40-44 45-49 Alto Nota: * Tasas especificas quinquenales. Fuente: Elaboración con base en la ENADID 1997, 2006. Es interesante hacer notar, que, las diferencias más importantes en el comportamiento reproductivo de las mujeres entre estratos socioeconómicos se dan claramente entre las mujeres jóvenes. Finalmente, si observamos la evolución de embarazo por estrato, se observa un descenso en todos los estratos socio-económicos del periodo 1992-1997 a 2001-2005 salvo en el estrato socio-económico más alto, donde la tasa sube ligeramente (Gráfica 4). Gráfica 4. Tasas específicas de embarazo adolescente de las mujeres que se embarazaron de 15 a 19 años de edad según estrato socioeconómico 0.18 0.16 0.14 0.12 0.1 0.08 0.06 0.04 0.02 0 Muy bajo Bajo 1992-1996 Medio 2001-2005 Alto Nota: * Tasas especificas quinquenales. Fuente: Elaboración con base en la ENADID 1997, 2006. c) Porcentaje de mujeres adolescentes embarazadas según grupos de edad En el cuadro 2 se analiza a las mujeres de 15 a 19 años alguna vez embarazadas en la adolescencia; para tener una idea más precisa y no considerar a las adolescentes como un grupo homogéneo, se agrupa a las adolescentes en distintos grupos de edad, según la edad que declararon en el momento de la encuesta. Se observa que se mantienen las diferencias entre las características socioeconómicas tanto en las mujeres de 15 a 17 años como en las de 18 a 19 años, aunque se acentúan aún más en las mujeres más jóvenes. Cuadro 2. Porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años alguna vez embarazadas según grupos de edad y distintas características socio-demográficas Grupos de edad Total Características 15 a 17 años Escolaridad Sin escolaridad y Primaria incompleta Primaria incompleta Algún año de secundaria + estudios técnicos Algún año de Preparatoria y más Estrato socioeconómico del hogar Muy bajo Bajo Medio Alto Condición de indigenismo Indígena No-indígena Tipo de localidad Rural Urbano Total 18 a 19 años 15 a 19 años 15.6% 12.5% 4.7% 1.3% 34.3% 37.6% 30.9% 8.2% 23.90% 23.60% 11.70% 4.60% 9.0% 4.6% 1.7% 0.3% 28.1% 24.2% 14.9% 3.6% 15.80% 11.70% 6.70% 1.80% 7.1% 4.7% 26.3% 20.0% 14.70% 10.40% 5.9% 4.4% 25.1% 18.9% 12.90% 9.90% 4.7% 20.4% 10.70% Fuente: Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 2006. Por ejemplo, en el estrato más bajo se duplican las adolescentes de 15 a 17 años que se han embarazado respecto del estrato bajo (cuadro 2). Asimismo se observa que las diferencias entre no contar con la primaria completa o sí contar con ella se traduce en un mayor porcentaje de mujeres embarazadas de 15 a 17 años. Es decir, si bien el porcentaje de embarazo adolescente es similar entre las adolescentes que cuentan o no con primaria completa, existen diferencias en la edad de embarazo, ya que se embarazan posteriormente respecto a las que cuentan con mayor nivel de escolaridad. II. Embarazo adolescente según distintas generaciones a) Cambios en la edad al primer embarazo según distintas generaciones En general, la transición demográfica ocurrida en la mayoría de los países ha venido acompañada de procesos de modernización económica y social, lo que se relaciona estrechamente con la prolongación de la vida escolar de los jóvenes, que se insertan en economías cada vez más complejas que demandan mayores niveles de conocimientos y escolaridad, lo que ha provocado el retraso de la vida en familia y la postergación de la llegada del primer hijo. Sin embargo, queda claro que en México, esto es válido únicamente para los sectores más favorecidos, ya que persisten en los estratos más bajos un elevado porcentaje de embarazo adolescente. Una de las interrogantes que persisten actualmente respecto al tema del embarazo y la fecundidad adolescente se refiere a si éste ha cambiado en intensidad según las distintas generaciones. Cuadro 3. Porcentaje de mujeres embarazadas en la adolescencia Según edad del primer embarazo Edad 20 a 24 años25 a 29 años30 a 34 años35 a 39 años Adolescencia temprana 1.60% 2.10% 1.90% 2.40% (12 a 14 años) Adolescencia media 15.20% 15.80% 14.70% 14.90% (15 a 17 años) Adolescencia tardía 14.50% 16.30% 16.40% 18.10% (18 a 19 años) No se embarazó en la 68.70% 65.80% 66.90% 64.60% adolescencia Total 100% 100% 100% 100% N 3248 2987 2792 2644 Fuente: Elaboración propia con base en la ENADID 2006. En el cuadro 3 se muestra el porcentaje de mujeres que se embarazaron en la adolescencia, según distintas generaciones. La edad al primer embarazo se diferencia en distintos grupos de edad, siguiendo las recomendaciones de Dixon-Mueller (2006), que consideran diversos aspectos, tanto físicos como psicosociales de la adolescencia, y a ésta la dividen en tres subgrupos: adolescencia temprana que corresponde a las edades 12-14 años, la adolescencia media a las edades de 15-17 años y la adolescencia tardía, a las edades 18-19 años. Siguiendo las recomendaciones de estos autores, el cuadro 3 muestra el porcentaje de mujeres que se embarazaron en la adolescencia temprana, media y tardía, según distintas generaciones. Así en el cuadro 3 se observa un ligero aumento de mujeres que no experimentaron ningún embarazo en la adolescencia en las mujeres de generaciones más actuales, que en el momento de la encuesta se encontraban en el grupo de 20 a 24 años. Esta disminución ocurre primordialmente por un descenso en las mujeres que se embarazaron de 18 a 19 años. Por el contrario, los cambios en el porcentaje de embarazos ocurrido entre los 12 y 17 años son muy similares en las distintas generaciones y no siguen un patrón uniforme. b) Cambios en las condicionantes socioeconómicas según distintas generaciones; modelos de regresión logística En esta sección se busca primordialmente analizar los cambios en las condicionantes socioeconómicas y demográficas según distintas generaciones. Las primeras regresiones tienen como universo de estudio a todas las mujeres de 20 a 39 años1. La variable dependiente fue si alguna vez se embarazó en la adolescencia y las independientes: estrato socioeconómico, condición de indigenismo, edad, macro regiones y ámbito rural o urbano. El cuadro 4 revela que existe una relación significativa entre estrato socioeconómico y embarazo adolescente en todas las generaciones.; lo mismo sucede con el nivel de escolaridad. Nuevamente, queda muy claro que en los estratos socioeconómicos más bajos y las mujeres con menores niveles de escolaridad son la que presentan mayor probabilidad de haber experimentado un embarazo adolescente, aún tomando en cuenta el efecto de cada una de las variables introducidas en el modelo de regresión. 1 No se incluyeron a las mujeres menores de 19 años, ya que siguen en riesgo, por ejemplo, de presentar un embarazo en la adolescencia. Una mujer de 15 años podría todavía embarazarse a los 17 años, por ejemplo. Se decidió no incluir a las mujeres mayores de 40 años, por que los problemas de omisión u olvido pueden incrementarse, ya que transcurrió mucho tiempo desde su primer embarazo. Sin lugar a dudas el nivel socioeconómico de los hogares y el grado de escolaridad son factores que han condicionado el embarazo adolescente en las distintas generaciones en nuestro país. Por el contrario, cuando se controla por las variables mencionadas, la edad al momento de la encuesta y la condición de indigenismo no mostraron una relación significativa con el hecho de haberse embarazado en la adolescencia. Es probable que en el caso de la condición de indigenismo influya el reducido número de casos de mujeres indígenas captadas por la encuesta. En cuanto al tamaño de localidad en la que residían al momento de la encuesta, se encuentran diferencias según la generación de procedencia de las mujeres. En todas las generaciones hay mayor riesgo de embarazo en el contexto rural salvo en el caso de las mujeres de 30 a 34 años, donde no se encuentra una relación significativa. En cuanto a la región de residencia, no se observa una relación con la probabilidad de embarazo en las mujeres que declararon 35 años o más al momento de la encuesta. En el caso del grupo de 30 a 34 años, las mujeres de la región Oriente presentan mayor riesgo de embarazo que las del centro del país. Por el contrario, en las mujeres jóvenes de 25 a 29 años, se observa mayor riesgo de embarazo adolescente en las regiones Noroeste, Norte, Oriente y Sur si se compara con lo que ocurre con el Centro del país. En cuanto a las mujeres de 20 a 24 años, se encuentra mayor riesgo de embarazo en las mismas regiones que en el caso de las mujeres de 25 y 29 años, pero además, se suma una relación significativa con la Península de Yucatán. Los resultados parecen mostrar que la región de residencia ejerce cada vez mayor influencia en la probabilidad de que ocurra un embarazo adolescentes, más allá de la situación económica particular del hogar. Esto podría deberse a que las diferencias en el porcentaje de iniciadas sexualmente y el acceso diferenciado de métodos anticonceptivos en cada región ejerce mayor fuerza en las generaciones más jóvenes. Sin embargo, no se pueden hacer conclusiones definitivas al respecto, ya que no contamos con la información de dónde residían las mujeres al momento de su primer embarazo; únicamente sabemos dónde se encontraba al momento de la encuesta, por lo que sólo se pueden considerar estos hallazgos como hipótesis que deberían ser comprobadas contando con una historia migratoria de las mujeres analizadas. Cuadro 4. Regresión logística 1. Factores socio-económicos asociados al embarazo adolescente de las mujeres de 20 a 39 años por grupos de edad 20-24 Factores Estrato socioeconómico Alto Muy bajo Bajo Medio Escol aridad Prep aratoria o más Escol(1) Escol(2) Escol(3) Condición de indigenismo Indígena No indígena Edad (contínua) Macrorregiones Centro Noroeste Norte Noreste Centro-Occidente Centro-Este Sur Orient e Península de Yucatán Ámbito Urbano Rural Constante Razón de momios Significancia 25-29 Razón de Significancia momios 30-34 Razón de momios 35-39 Significancia Razón de momi os Significancia 1.00 5.21 4.23 1.87 0.000 0.000 0.000 1.00 4.34 4.26 2.49 0.000 0.000 0.000 1.00 2.48 2.83 1.56 0.000 0.000 0.010 1. 00 1.5 14 1.8 98 1.6 42 0.008 0.000 0.001 1.00 5.61 4.5 3.59 0.000 0.000 0.000 1.00 5.7 4.38 3.05 0.000 0.000 0.000 1.00 5.59 4.19 2.77 0.000 0.000 0.000 5.5 27 4. 14 2.6 16 0.000 0.000 0.000 1.00 0.87 1.00 0.298 0.833 1.00 1.01 1.00 0.948 0.848 1.00 1.05 1.00 0.682 0.873 0.9 67 0.139 1.00 2.1 1.32 1.55 0.94 1.01 1.41 1.31 1.37 0.000 0.017 0.004 0.564 0.935 0.007 0.06 0.015 1.00 1.90 1.50 1.22 0.95 1.26 1.36 1.41 1.11 0.000 0.000 0.199 0.614 0.113 0.019 0.014 0.411 1.00 1.27 1.06 0.82 0.81 1.21 1.13 1.3 1.00 0.032 0.579 0.178 0.040 0.200 0.350 0.049 0.993 1. 00 1.1 89 1.0 81 1.0 46 0.7 47 1.0 05 1.2 1.1 39 1.1 54 0.123 0.481 0.748 0.006 0.975 0.144 0.345 0.262 1.00 1.28 0.04 0.001 0.000 1.00 1.25 0.00 0.003 0.000 1.00 0.92 0.09 0.233 0.001 1. 00 1.3 02 0.3 49 0.000 0.21 Fuente: Elaboración propia con base en ENADID 2006. En los siguientes modelos de regresión logística, el universo de estudio lo conformaron todas las mujeres de 20 a 39 años que tuvieron relaciones sexuales durante la adolescencia. La variable dependiente fue si alguna vez se embarazó en la adolescencia y las independientes: estrato socioeconómico, condición de indigenismo, edad, macro regiones, ámbito rural o urbano y edad a la primera relación sexual. En el cuadro 5 se observan las mismas tendencias que las observadas anteriormente para todas las mujeres. Es decir, se encuentra una relación muy importante e inversa entre las mejores condiciones de vida y embarazo adolescente en todas las generaciones de mujeres iniciadas sexualmente; así, en la medida en que mejoran las características socioeconómicas disminuye el riesgo de embarazo adolescente. Sin embargo, en estos modelos, las macro regiones no mostraron una relación significativa con el embarazo adolescente, una vez que se controla por las demás variables socioeconómicas y demográficas, salvo en el caso del Noroeste, para las mujeres menores de 30 años, donde se encuentra un mayor riesgo de embarazo adolescente frente al centro del país. Pareciera entonces, que la región ejerce una influencia particularmente en la proporción de mujeres iniciadas sexualmente, ya que, si nos centramos únicamente en las mujeres ya iniciadas sexualmente en la adolescencia, el efecto de la región ya no es significativo. Nuevamente habría, de todas formas, que verificar en qué región se encontraban al momento del inicio sexual. Otro aspecto a destacar según el resultado del modelo es la relación tan importante que se observa entre la edad de inicio sexual y el riesgo de embarazo adolescente en todas las generaciones de mujeres. Es decir, si las mujeres se inician sexualmente de manera más temprana, existe mucho mayor riesgo de embarazo, esta relación parece reforzase en las generaciones más jóvenes. Estos hallazgos muestran que las políticas de población y de salud deben de redoblar esfuerzos para que las adolescentes que se inician sexualmente, en la adolescencia temprana tengan conocimiento y acceso a los métodos de regulación natal y de protección a las Infecciones de Transmisión Sexual. Cuadro 5. Regresión logística 2. Factores socio-económicos asociados al embarazo adolescente de las mujeres de 20 a 39 años activas sexualmente en la adolescencia Factores Estrato socioeconómico Alto Muy bajo Bajo Medio Escolaridad Algún año de prepa ratoria o más Sin escolaridad + prima ria incompleta Primaria incompleta + estudios técnicos Algún año de primaria + estudios técnicos Condición de indigenismo Indígena No indígena Edad (contínua) Macrorregiones Centro Noroeste Norte Noreste Centro-Occidente Centro-Este Sur Oriente Península de Yucatán Ámbito Urbano Rural Edad primera relación sexual 18 a19 años 12 a14 años 15 a17 años Constante 20-24 25-29 Razón de Razón de Significancia Significancia momios momios Significancia 35-39 Razón de Significancia momios 1.00 4.21 3.56 1.81 0.000 0.000 0.004 1.00 2.84 2.86 2.11 0.000 0.000 0.002 1.00 2.07 2.23 1.29 0.002 0.000 0.281 1.00 1.35 1.54 1.52 0.173 0.026 0.040 1.00 2.29 2.13 1.96 0.000 0.000 0.000 1.00 2.44 2.66 2.09 0.000 0.000 0.000 1.00 2.17 2.03 1.59 0.000 0.000 0.001 1.00 2.00 2.26 1.67 0.000 0.000 0.000 1.00 0.86 0.96 0.500 0.234 1.00 0.96 0.99 0.818 0.81 1.00 1.786 0.969 0.226 0.325 1.00 1.29 0.98 0.164 0.56 1.00 1.40 1.27 1.49 1.05 0.75 1.46 1.21 1.13 0.047 0.178 0.086 0.777 0.192 0.053 0.372 0.513 1.00 1.35 1.26 0.17 1.14 0.99 1.92 1.16 1.05 0.073 0.167 0.482 0.417 0.973 0.001 0.478 0.8 1.00 1.35 1.14 1.07 1.33 1.2 1.18 0.95 1.00 0.063 0.410 0.330 0.637 0.181 0.348 0.401 0.790 1.00 1.27 1.21 1.31 1.16 0.91 1.15 0.87 1.17 0.146 0.242 0.195 0.344 0.65 0.451 0.475 0.391 1.00 1.17 0.168 1.00 1.08 0.480 1.00 1.37 0.004 1.00 1.34 0.007 0.000 0.000 0.112 1.00 9.69 6.13 0.14 0.000 0.000 0.038 1.00 5.84 6.86 0.58 0.000 0.000 0.604 1.00 6.09 5.53 0.38 0.000 0.000 0.443 1.00 10.41 6.67 0.28 Fuente: Elaboración propia con base en ENADID 2006. CONCLUSIONES 30-34 Razón de momios Los datos que provienen de la ENADID2006, siguen la tendencia esperada, es decir, un descenso gradual del número de embarazos, resultado de los cambios en las prácticas reproductivas de la población adolescente y la población en general. Al parecer, el número de embarazos adolescentes ha descendido en los últimos años, particularmente en los estratos bajos; por el contrario, en el estrato alto parece haber un ligero aumento. Falta analizar también los datos arrojados por la última encuesta sociodemográfica, ya que se observa un aumento en la tasa de embarazo en 2008. Con todo, contrariamente a lo que se esperaría en países que se encuentran en una etapa de transición demográfica avanzada como lo es México, la distribución de las tasas de embarazo adolescente sigue siendo relativamente elevada, ya que constituye hoy en día el 13% de las tasas de embarazo total. Esta distribución no ha variado desde 1991. Persisten grandes diferencias según distintas condicionantes sociales; las adolescentes unidas, con menor escolaridad, que provienen del estrato socio-económico más bajo, que residen en el sur de nuestro país y en zonas rurales, son las que presentan claramente un mayor nivel de embarazo. No hay la menor duda de que el embarazo adolescente en México ocurre primordialmente en los hogares más pobres y en aquéllas jóvenes que cuentan con menores alternativas de desarrollo personal. De hecho, las diferencias según las características socio-económicas, en las tasas de embarazo de todas las mujeres en edad reproductiva (15 a 49 años) se deben principalmente a las diferencias que presentan las mujeres más jóvenes. Por su lado, los modelos de regresión logística muestran que no han variado las condicionantes sociales del embarazo adolescente entre distintas generaciones, aún controlando por el efecto de todas las características socio-demográficas. Resalta, sin embargo, la mayor influencia de la región de residencia en las mujeres más jóvenes, que parece deberse a las diferencias en el porcentaje de adolescentes iniciadas sexualmente según la región Respecto a las mujeres que se iniciaron sexualmente en la adolescencia, se observa diferencias muy importantes según la edad de inicio sexual. Las mujeres que se iniciaron a más temprana edad, presentan un riesgo de embarazo adolescente mucho mayor que las que se embarazaron más tardíamente, independientemente de sus características socioeconómicas. Queda claro la importancia de diferenciar a los adolescentes en adolescencia temprana, media y tardía. Además, este estudio evidencia que la educación sexual debe de ser incorporada desde edades tempranas para que las adolescentes puedan decidir con autonomía y sin coacción de ningún tipo, cuándo y con quién tener relaciones sexuales y también conocer y tener acceso a los métodos anticonceptivos, para protegerse de los embarazos no deseados y de las Infecciones de Transmisión Sexual. Las políticas de población y salud deben, sin lugar a dudas, intensificar la oferta de métodos anticonceptivos en este grupo de edad, para evitar un embarazo no planeado, en particular en las adolescentes que se acaban de iniciar sexualmente, ya que es cuando el embarazo ocurre de manera más frecuente. Por otra parte, los hallazgos indican que las políticas de población y de salud dirigidas específicamente a los adolescentes deben de tomar en cuenta que existe una heterogeneidad muy grande en las prácticas reproductivas de las adolescentes según distintas características socio-demográficas y según la región de residencia. Bibliografía Atkin, Lucille, Ehrenfeld, Noemí y Pick de Weiss, Susan (1998). “Sexualidad y fecundidad adolescente”, en Langer, Ana y Tolbert, Kathryn (eds), Mujer: sexualidad y salud reproductiva en México. The Population Council y Edamex. México, D.F. Consejo Nacional de Población (2002). Proyecciones de la población de México 2000-2050. CONAPO. México, D.F. Dixon-Mueller, R. How young in “too young”? Comparative perspectives on adolescent sexual and reproductive transitions (paper presented at The International Seminar on Sexual and Reproductive Transitions of Adolescents un Developing Countries, IUSSP, CEDUA, UNFPA, Cholula, Puebla), 2006. 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