Condicionantes Sociodemográficos del embarazo adolescente en

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Condicionantes Sociodemográficos del embarazo adolescente en México
Dra Catherine Menkes ♦ y Lic. Olga Serrano ◊
INTRODUCCIÓN
El interés en México por estudiar el embarazo de los adolescentes se ha acrecentado en las
últimas décadas. Desde la perspectiva demográfica y de la salud pública esto responde a
distintos motivos, entre los que cabe destacar: a) la proporción elevada y nunca antes vista de
jóvenes de 15 a 19 de edad (que en México representa uno de cada diez habitantes y que
ascendió a 10.7 millones en 2003) (CONAPO, 2002); b) el porcentaje relativamente elevado
(14%) del total de nacimientos que corresponde a las mujeres de 15 a 19 años (INEGI, 1997);
y c) porque existen evidencias de que el embarazo en edades tempranas puede representar un
riesgo bio-psico-social para la madre y el recién nacido, así como una mayor morbilidad y
mortalidad materno-infantil (Atkin, et al., 1998)). La maternidad temprana también puede
conducir a menores oportunidades para mejorar la calidad de vida de las madres adolescentes
y de sus hijos(as) (Welti, 2000). Además, la preocupación sobre estos embarazos se acrecienta
debido a que una parte importante de ellos (las estimaciones varían entre el 40 y el 60 por
ciento) (Zúñiga et al., 2000; Menkes y Suárez, 2005) son no deseados y a que una cierta
proporción, cuyo monto se desconoce, termina en abortos que en muchas ocasiones se llevan
a cabo en condiciones poco saludables lo que conlleva a veces a problemas para la salud de la
madre (Nuñez, 2000).
En este estudio nos proponemos conocer los niveles actuales del embarazo adolescente
comparando las tendencias que arrojan las diversas encuestas. El presente trabajo también
tiene el propósito de valorar si persisten diferencias en los niveles de embarazo adolescente
tomando en cuenta distintas condicionantes socio-económicas. Finalmente, se busca
profundizar en los determinantes socio-demográficos del embarazo adolescente y comparar
entre distintas generaciones; para esto, se utilizan modelos estadísticos que permiten explorar
cuáles son las condicionantes sociales y económicas que se asocian con determinados niveles
de embarazo en la población mexicana.
♦
◊
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM
Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, UNAM
En la primera parte del trabajo únicamente se analiza la población de 15 a 19 años. Se
muestra la evolución de las tasas de embarazo adolescente según la información que arrojan
distintas encuestas sociodemográficas y, se analizan las tasas específicas de embarazo, en
distintos contextos socioeconómicas.
En la segunda parte se analiza el embarazo adolescente tomando en cuenta distintas
generaciones. Se presenta la proporción de embarazos según grupos quinquenales de edad,
además, se examina si han cambiado las condicionantes del embarazo adolescente en las
distintas generaciones a través de modelos de regresión logística. En este apartado, el estudio
se centra en las mujeres cuya adolescencia ya transcurrió, es decir, mujeres de 20 años o más.
I. Embarazo adolescente: niveles y diferencias según características demográficas
a) Evolución de las tasas de embarazo adolescente
Si se observan las tendencias históricas de las tasas de embarazo adolescente a través de
distintas encuestas socio-demográficas, se puede ver que éstas han descendido de manera
gradual en las últimas décadas, aunque se observa un ligero repunte en 2008 (gráfica 1).
Estas tendencias resultan congruentes con la transición demográfica ocurrida en nuestro
país, que ha implicado un descenso en los niveles de fecundidad y de embarazo de las
familias mexicanas desde mediados de los años setenta.
Gráfica 1. Tasas específicas de embarazo (por mil) de mujeres de 15 a 19 años,
1982-2008
130
120
119
110
tasas
100
98
91
90
89
81
80
83
77
70
68
60
1982
1986
1991
1994
1996
año
Fuente: Cálculos propios con base en:
Para 1982 y 1986: ENFES 1987, SSA.
Para 1991: ENADID 1992, INEGI.
Para 1994 y 1996: ENADID 1997, INEGI.
2002
2005
2008
Para 2002: ENSAR 2003
Para 2005: ENADID 2006.
Para 2008: ENADID 2009
Si bien se observa un descenso importante del embarazo adolescente hay que
subrayar, sin embargo, que éste continúa siendo relevante actualmente en nuestro país, ya
que si se analiza la distribución porcentual de las tasas de embarazo (Gráfica 2), que nos
permite eliminar el efecto de los cambios en la estructura por edad, se observa que las
adolescentes contribuyen en un 13.3% con respecto a la tasas total de embarazos ocurrida
en 2005. Este porcentaje es ligeramente superior al correspondiente a 1991, lo que significa
que el embarazo ha descendido relativamente con mayor intensidad en otros grupos de
edad.
Gráfica 2. Distribución porcentual de las tasas de embarazo
1991, 1996, 2005
1991
11.9
1996
4.3
8.1
0.06
2.1
0.3
15.3
12.7
16.1
18.8
27.6
2005
26.7
30.4
25.3
9.9
3.4
0.8
20.2
13.2
27.2
25.7
15-19
20-24
25-29
30-34
35-39
40-44
45-49
Fuente: elaboración propia con base en la ENADID 1992, 1997, 2006.
b) Tasas de embarazo adolescentes según características sociodemográficas
La literatura sobre el tema ha documentado ampliamente que las altas tasas de fecundidad
adolescente (y también de embarazos) se deben a los embarazos que ocurren más
frecuentemente en las mujeres que viven condiciones sociales y económicas más
desfavorables (Welti 2000; Menkes y Suárez 2003; Stern y Menkes, 2008).
El cuadro 1 muestra que las tasas varían de manera muy importante según distintas
características socio-demográficas. Así, mientras que 248 de cada mil adolescentes unidas
tuvieron un embarazo, únicamente 13 de las mujeres solteras.
Las diferencias según niveles de escolaridad continúan siendo relevantes ya que 156
sin escolaridad o con primaria incompleta tuvieron un embarazo y 28 de las que cursaron
algún año de preparatoria. También hay claras diferencias en las tasas por condición de
indigenismo, ya que la tasa de las no indígenas es de 67 por cada mil adolescentes mientras
que la de las indígenas es de 106. Respecto al estrato socioeconómico del hogar, las
variaciones van desde 97 por cada mil mujeres en el estrato más bajo a 15 en el estrato alto.
También existen diferencias geográficas ya que mientras en la región norte constituida por
Chihuahua, Coahuila, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí se observa una tasa de 64, en
la región sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas) ésta es de 83 por cada mil adolescentes.
Finalmente las tasas son de 87 en las zonas rurales y 64 en las urbanas.
Cuadro 1.
Tasas específicas trienales (2003-2005) de las mujeres de 15 a 19 años
Según características sociodemográficas
Características
Tasas por cada mil mujeres
Estado conyugal
Unidas
Solteras
Nivel de escolaridad
Sin escolaridad y primaria incompleta
Primaria completa
Algún año de secundaria
Algún año de preparatoria
Condición de indigenismo
Indígena
No indígena
Estrato socio-económico del hogar
Muy bajo
Bajo
Medio
Alto
Macrorregiones
Noroeste
Norte
Noreste
Centro-Occidente
Centro-Este
Sur
Centro
Oriente
Peninsula de Yucatán
Tipo de localidad
Urbano
Rural
Todas las mujeres
248
13
156
118
96
28
106
67
97
73
45
15
71
64
73
63
74
83
64
75
80
64
87
69
Fuente: ENADID 2006
Por lo tanto, no hay duda de que persisten diferencias fundamentales en el embarazo
adolescente según distintas condicionantes socio-económicas.
Si analizamos las tasas específicas, por ejemplo de todas las mujeres en edad
reproductiva (gráfica 3), según el estrato socioeconómico, se observa que mientras la
cúspide en los estratos “muy bajo” y “bajo” se encuentra en el grupo de 20 a 24 años, por el
contrario, en el estrato medio y alto, la cúspide se ubica en las mujeres de 25 a 29 años; es
decir, en los grupos más favorecidos en la escala social, las mujeres inician la maternidad
más tardíamente.
Gráfica 3.
Tasas* específicas de embarazo de las mujeres que se embarazaron
de 15 a 49 años de edad según estrato socioeconómico
0.2
0.18
0.16
0.14
0.12
0.1
0.08
0.06
0.04
0.02
0
15-19
20-24
25-29
Muy bajo
30-34
Bajo
35-39
Medio
40-44
45-49
Alto
Nota: * Tasas especificas quinquenales.
Fuente: Elaboración con base en la ENADID 1997, 2006.
Es interesante hacer notar, que, las diferencias más importantes en el comportamiento
reproductivo de las mujeres entre estratos socioeconómicos se dan claramente entre las
mujeres jóvenes.
Finalmente, si observamos la evolución de embarazo por estrato, se observa un
descenso en todos los estratos socio-económicos del periodo 1992-1997 a 2001-2005 salvo
en el estrato socio-económico más alto, donde la tasa sube ligeramente (Gráfica 4).
Gráfica 4. Tasas específicas de embarazo adolescente de las mujeres
que se embarazaron de 15 a 19 años de edad según estrato
socioeconómico
0.18
0.16
0.14
0.12
0.1
0.08
0.06
0.04
0.02
0
Muy bajo
Bajo
1992-1996
Medio
2001-2005
Alto
Nota: * Tasas especificas quinquenales.
Fuente: Elaboración con base en la ENADID 1997, 2006.
c) Porcentaje de mujeres adolescentes embarazadas según grupos de edad
En el cuadro 2 se analiza a las mujeres de 15 a 19 años alguna vez embarazadas en la
adolescencia; para tener una idea más precisa y no considerar a las adolescentes como un
grupo homogéneo, se agrupa a las adolescentes en distintos grupos de edad, según la edad
que declararon en el momento de la encuesta. Se observa que se mantienen las diferencias
entre las características socioeconómicas tanto en las mujeres de 15 a 17 años como en las
de 18 a 19 años, aunque se acentúan aún más en las mujeres más jóvenes.
Cuadro 2.
Porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años alguna vez embarazadas según grupos de
edad y distintas características socio-demográficas
Grupos de edad
Total
Características
15 a 17 años
Escolaridad
Sin escolaridad y Primaria incompleta
Primaria incompleta
Algún año de secundaria + estudios técnicos
Algún año de Preparatoria y más
Estrato socioeconómico del hogar
Muy bajo
Bajo
Medio
Alto
Condición de indigenismo
Indígena
No-indígena
Tipo de localidad
Rural
Urbano
Total
18 a 19 años 15 a 19 años
15.6%
12.5%
4.7%
1.3%
34.3%
37.6%
30.9%
8.2%
23.90%
23.60%
11.70%
4.60%
9.0%
4.6%
1.7%
0.3%
28.1%
24.2%
14.9%
3.6%
15.80%
11.70%
6.70%
1.80%
7.1%
4.7%
26.3%
20.0%
14.70%
10.40%
5.9%
4.4%
25.1%
18.9%
12.90%
9.90%
4.7%
20.4%
10.70%
Fuente: Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica, 2006.
Por ejemplo, en el estrato más bajo se duplican las adolescentes de 15 a 17 años que
se han embarazado respecto del estrato bajo (cuadro 2). Asimismo se observa que las
diferencias entre no contar con la primaria completa o sí contar con ella se traduce en un
mayor porcentaje de mujeres embarazadas de 15 a 17 años. Es decir, si bien el porcentaje
de embarazo adolescente es similar entre las adolescentes que cuentan o no con primaria
completa, existen diferencias en la edad de embarazo, ya que se embarazan posteriormente
respecto a las que cuentan con mayor nivel de escolaridad.
II. Embarazo adolescente según distintas generaciones
a) Cambios en la edad al primer embarazo según distintas generaciones
En general, la transición demográfica ocurrida en la mayoría de los países ha venido
acompañada de procesos de modernización económica y social, lo que se relaciona
estrechamente con la prolongación de la vida escolar de los jóvenes, que se insertan en
economías cada vez más complejas que demandan mayores niveles de conocimientos y
escolaridad, lo que ha provocado el retraso de la vida en familia y la postergación de la
llegada del primer hijo. Sin embargo, queda claro que en México, esto es válido únicamente
para los sectores más favorecidos, ya que persisten en los estratos más bajos un elevado
porcentaje de embarazo adolescente.
Una de las interrogantes que persisten actualmente respecto al tema del embarazo y la
fecundidad adolescente se refiere a si éste ha cambiado en intensidad según las distintas
generaciones.
Cuadro 3.
Porcentaje de mujeres embarazadas en la adolescencia
Según edad del primer embarazo
Edad
20 a 24 años25 a 29 años30 a 34 años35 a 39 años
Adolescencia temprana
1.60%
2.10%
1.90%
2.40%
(12 a 14 años)
Adolescencia media
15.20%
15.80%
14.70%
14.90%
(15 a 17 años)
Adolescencia tardía
14.50%
16.30%
16.40%
18.10%
(18 a 19 años)
No se embarazó en la
68.70%
65.80%
66.90%
64.60%
adolescencia
Total
100%
100%
100%
100%
N
3248
2987
2792
2644
Fuente: Elaboración propia con base en la ENADID 2006.
En el cuadro 3 se muestra el porcentaje de mujeres que se embarazaron en la
adolescencia, según distintas generaciones. La edad al primer embarazo se diferencia en
distintos grupos de edad, siguiendo las recomendaciones de Dixon-Mueller (2006), que
consideran diversos aspectos, tanto físicos como psicosociales de la adolescencia, y a ésta la
dividen en tres subgrupos: adolescencia temprana que corresponde a las edades 12-14 años, la
adolescencia media a las edades de 15-17 años y la adolescencia tardía, a las edades 18-19
años. Siguiendo las recomendaciones de estos autores, el cuadro 3 muestra el porcentaje de
mujeres que se embarazaron en la adolescencia temprana, media y tardía, según distintas
generaciones.
Así en el cuadro 3 se observa un ligero aumento de mujeres que no experimentaron
ningún embarazo en la adolescencia en las mujeres de generaciones más actuales, que en el
momento de la encuesta se encontraban en el grupo de 20 a 24 años. Esta disminución
ocurre primordialmente por un descenso en las mujeres que se embarazaron de 18 a 19
años.
Por el contrario, los cambios en el porcentaje de embarazos ocurrido entre los 12 y 17
años son muy similares en las distintas generaciones y no siguen un patrón uniforme.
b) Cambios en las condicionantes socioeconómicas según distintas generaciones;
modelos de regresión logística
En esta sección se busca primordialmente analizar los cambios en las condicionantes
socioeconómicas y demográficas según distintas generaciones.
Las primeras regresiones tienen como universo de estudio a todas las mujeres de 20 a
39 años1. La variable dependiente fue si alguna vez se embarazó en la adolescencia y las
independientes: estrato socioeconómico, condición de indigenismo, edad, macro regiones y
ámbito rural o urbano.
El cuadro 4 revela que existe una relación significativa entre estrato socioeconómico
y embarazo adolescente en todas las generaciones.; lo mismo sucede con el nivel de
escolaridad. Nuevamente, queda muy claro que en los estratos socioeconómicos más bajos
y las mujeres con menores niveles de escolaridad son la que presentan mayor probabilidad
de haber experimentado un embarazo adolescente, aún tomando en cuenta el efecto de cada
una de las variables introducidas en el modelo de regresión.
1
No se incluyeron a las mujeres menores de 19 años, ya que siguen en riesgo, por ejemplo, de
presentar un embarazo en la adolescencia. Una mujer de 15 años podría todavía embarazarse a los
17 años, por ejemplo. Se decidió no incluir a las mujeres mayores de 40 años, por que los problemas
de omisión u olvido pueden incrementarse, ya que transcurrió mucho tiempo desde su primer
embarazo.
Sin lugar a dudas el nivel socioeconómico de los hogares y el grado de escolaridad
son factores que han condicionado el embarazo adolescente en las distintas generaciones en
nuestro país.
Por el contrario, cuando se controla por las variables mencionadas, la edad al
momento de la encuesta y la condición de indigenismo no mostraron una relación
significativa con el hecho de haberse embarazado en la adolescencia. Es probable que en el
caso de la condición de indigenismo influya el reducido número de casos de mujeres
indígenas captadas por la encuesta.
En cuanto al tamaño de localidad en la que residían al momento de la encuesta, se
encuentran diferencias según la generación de procedencia de las mujeres. En todas las
generaciones hay mayor riesgo de embarazo en el contexto rural salvo en el caso de las
mujeres de 30 a 34 años, donde no se encuentra una relación significativa.
En cuanto a la región de residencia, no se observa una relación con la probabilidad de
embarazo en las mujeres que declararon 35 años o más al momento de la encuesta. En el
caso del grupo de 30 a 34 años, las mujeres de la región Oriente presentan mayor riesgo de
embarazo que las del centro del país. Por el contrario, en las mujeres jóvenes de 25 a 29
años, se observa mayor riesgo de embarazo adolescente en las regiones Noroeste, Norte,
Oriente y Sur si se compara con lo que ocurre con el Centro del país. En cuanto a las
mujeres de 20 a 24 años, se encuentra mayor riesgo de embarazo en las mismas regiones
que en el caso de las mujeres de 25 y 29 años, pero además, se suma una relación
significativa con la Península de Yucatán.
Los resultados parecen mostrar que la región de residencia ejerce cada vez mayor
influencia en la probabilidad de que ocurra un embarazo adolescentes, más allá de la
situación económica particular del hogar.
Esto podría deberse a que las diferencias en el porcentaje de iniciadas sexualmente y
el acceso diferenciado de métodos anticonceptivos en cada región ejerce mayor fuerza en
las generaciones más jóvenes. Sin embargo, no se pueden hacer conclusiones definitivas al
respecto, ya que no contamos con la información de dónde residían las mujeres al momento
de su primer embarazo; únicamente sabemos dónde se encontraba al momento de la
encuesta, por lo que sólo se pueden considerar estos hallazgos como hipótesis que deberían
ser comprobadas contando con una historia migratoria de las mujeres analizadas.
Cuadro 4.
Regresión logística 1. Factores socio-económicos asociados al embarazo adolescente de
las mujeres de 20 a 39 años por grupos de edad
20-24
Factores
Estrato socioeconómico
Alto
Muy bajo
Bajo
Medio
Escol aridad
Prep aratoria o más
Escol(1)
Escol(2)
Escol(3)
Condición de indigenismo
Indígena
No indígena
Edad (contínua)
Macrorregiones
Centro
Noroeste
Norte
Noreste
Centro-Occidente
Centro-Este
Sur
Orient e
Península de Yucatán
Ámbito
Urbano
Rural
Constante
Razón de
momios
Significancia
25-29
Razón de
Significancia
momios
30-34
Razón de
momios
35-39
Significancia
Razón de
momi os
Significancia
1.00
5.21
4.23
1.87
0.000
0.000
0.000
1.00
4.34
4.26
2.49
0.000
0.000
0.000
1.00
2.48
2.83
1.56
0.000
0.000
0.010
1. 00
1.5 14
1.8 98
1.6 42
0.008
0.000
0.001
1.00
5.61
4.5
3.59
0.000
0.000
0.000
1.00
5.7
4.38
3.05
0.000
0.000
0.000
1.00
5.59
4.19
2.77
0.000
0.000
0.000
5.5 27
4. 14
2.6 16
0.000
0.000
0.000
1.00
0.87
1.00
0.298
0.833
1.00
1.01
1.00
0.948
0.848
1.00
1.05
1.00
0.682
0.873
0.9 67
0.139
1.00
2.1
1.32
1.55
0.94
1.01
1.41
1.31
1.37
0.000
0.017
0.004
0.564
0.935
0.007
0.06
0.015
1.00
1.90
1.50
1.22
0.95
1.26
1.36
1.41
1.11
0.000
0.000
0.199
0.614
0.113
0.019
0.014
0.411
1.00
1.27
1.06
0.82
0.81
1.21
1.13
1.3
1.00
0.032
0.579
0.178
0.040
0.200
0.350
0.049
0.993
1. 00
1.1 89
1.0 81
1.0 46
0.7 47
1.0 05
1.2
1.1 39
1.1 54
0.123
0.481
0.748
0.006
0.975
0.144
0.345
0.262
1.00
1.28
0.04
0.001
0.000
1.00
1.25
0.00
0.003
0.000
1.00
0.92
0.09
0.233
0.001
1. 00
1.3 02
0.3 49
0.000
0.21
Fuente: Elaboración propia con base en ENADID 2006.
En los siguientes modelos de regresión logística, el universo de estudio lo
conformaron todas las mujeres de 20 a 39 años que tuvieron relaciones sexuales durante la
adolescencia. La variable dependiente fue si alguna vez se embarazó en la adolescencia y
las independientes: estrato socioeconómico, condición de indigenismo, edad, macro
regiones, ámbito rural o urbano y edad a la primera relación sexual.
En el cuadro 5 se observan las mismas tendencias que las observadas anteriormente
para todas las mujeres. Es decir, se encuentra una relación muy importante e inversa entre
las mejores condiciones de vida y embarazo adolescente en todas las generaciones de
mujeres iniciadas sexualmente; así, en la medida en que mejoran las características socioeconómicas disminuye el riesgo de embarazo adolescente.
Sin embargo, en estos modelos, las macro regiones no mostraron una relación
significativa con el embarazo adolescente, una vez que se controla por las demás variables
socioeconómicas y demográficas, salvo en el caso del Noroeste, para las mujeres menores
de 30 años, donde se encuentra un mayor riesgo de embarazo adolescente frente al centro
del país.
Pareciera entonces, que la región ejerce una influencia particularmente en la
proporción de mujeres iniciadas sexualmente, ya que, si nos centramos únicamente en las
mujeres ya iniciadas sexualmente en la adolescencia, el efecto de la región ya no es
significativo. Nuevamente habría, de todas formas, que verificar en qué región se
encontraban al momento del inicio sexual.
Otro aspecto a destacar según el resultado del modelo es la relación tan importante
que se observa entre la edad de inicio sexual y el riesgo de embarazo adolescente en todas
las generaciones de mujeres. Es decir, si las mujeres se inician sexualmente de manera más
temprana, existe mucho mayor riesgo de embarazo, esta relación parece reforzase en las
generaciones más jóvenes.
Estos hallazgos muestran que las políticas de población y de salud deben de redoblar
esfuerzos para que las adolescentes que se inician sexualmente, en la adolescencia temprana
tengan conocimiento y acceso a los métodos de regulación natal y de protección a las
Infecciones de Transmisión Sexual.
Cuadro 5.
Regresión logística 2. Factores socio-económicos asociados al embarazo adolescente de
las mujeres de 20 a 39 años activas sexualmente en la adolescencia
Factores
Estrato socioeconómico
Alto
Muy bajo
Bajo
Medio
Escolaridad
Algún año de prepa ratoria o más
Sin escolaridad + prima ria incompleta
Primaria incompleta + estudios técnicos
Algún año de primaria + estudios técnicos
Condición de indigenismo
Indígena
No indígena
Edad (contínua)
Macrorregiones
Centro
Noroeste
Norte
Noreste
Centro-Occidente
Centro-Este
Sur
Oriente
Península de Yucatán
Ámbito
Urbano
Rural
Edad primera relación sexual
18 a19 años
12 a14 años
15 a17 años
Constante
20-24
25-29
Razón de
Razón de
Significancia
Significancia
momios
momios
Significancia
35-39
Razón de
Significancia
momios
1.00
4.21
3.56
1.81
0.000
0.000
0.004
1.00
2.84
2.86
2.11
0.000
0.000
0.002
1.00
2.07
2.23
1.29
0.002
0.000
0.281
1.00
1.35
1.54
1.52
0.173
0.026
0.040
1.00
2.29
2.13
1.96
0.000
0.000
0.000
1.00
2.44
2.66
2.09
0.000
0.000
0.000
1.00
2.17
2.03
1.59
0.000
0.000
0.001
1.00
2.00
2.26
1.67
0.000
0.000
0.000
1.00
0.86
0.96
0.500
0.234
1.00
0.96
0.99
0.818
0.81
1.00
1.786
0.969
0.226
0.325
1.00
1.29
0.98
0.164
0.56
1.00
1.40
1.27
1.49
1.05
0.75
1.46
1.21
1.13
0.047
0.178
0.086
0.777
0.192
0.053
0.372
0.513
1.00
1.35
1.26
0.17
1.14
0.99
1.92
1.16
1.05
0.073
0.167
0.482
0.417
0.973
0.001
0.478
0.8
1.00
1.35
1.14
1.07
1.33
1.2
1.18
0.95
1.00
0.063
0.410
0.330
0.637
0.181
0.348
0.401
0.790
1.00
1.27
1.21
1.31
1.16
0.91
1.15
0.87
1.17
0.146
0.242
0.195
0.344
0.65
0.451
0.475
0.391
1.00
1.17
0.168
1.00
1.08
0.480
1.00
1.37
0.004
1.00
1.34
0.007
0.000
0.000
0.112
1.00
9.69
6.13
0.14
0.000
0.000
0.038
1.00
5.84
6.86
0.58
0.000
0.000
0.604
1.00
6.09
5.53
0.38
0.000
0.000
0.443
1.00
10.41
6.67
0.28
Fuente: Elaboración propia con base en ENADID 2006.
CONCLUSIONES
30-34
Razón de
momios
Los datos que provienen de la ENADID2006, siguen la tendencia esperada, es decir, un
descenso gradual del número de embarazos, resultado de los cambios en las prácticas
reproductivas de la población adolescente y la población en general.
Al parecer, el número de embarazos adolescentes ha descendido en los últimos años,
particularmente en los estratos bajos; por el contrario, en el estrato alto parece haber un
ligero aumento. Falta analizar también los datos arrojados por la última encuesta sociodemográfica, ya que se observa un aumento en la tasa de embarazo en 2008.
Con todo, contrariamente a lo que se esperaría en países que se encuentran en una
etapa de transición demográfica avanzada como lo es México, la distribución de las tasas de
embarazo adolescente sigue siendo relativamente elevada, ya que constituye hoy en día el
13% de las tasas de embarazo total. Esta distribución no ha variado desde 1991.
Persisten grandes diferencias según distintas condicionantes sociales; las adolescentes
unidas, con menor escolaridad, que provienen del estrato socio-económico más bajo, que
residen en el sur de nuestro país y en zonas rurales, son las que presentan claramente un
mayor nivel de embarazo. No hay la menor duda de que el embarazo adolescente en
México ocurre primordialmente en los hogares más pobres y en aquéllas jóvenes que
cuentan con menores alternativas de desarrollo personal.
De hecho, las diferencias según las características socio-económicas, en las tasas de
embarazo de todas las mujeres en edad reproductiva (15 a 49 años) se deben principalmente
a las diferencias que presentan las mujeres más jóvenes.
Por su lado, los modelos de regresión logística muestran que no han variado las
condicionantes sociales del embarazo adolescente entre distintas generaciones, aún
controlando por el efecto de todas las características socio-demográficas.
Resalta, sin embargo, la mayor influencia de la región de residencia en las mujeres
más jóvenes, que parece deberse a las diferencias en el porcentaje de adolescentes iniciadas
sexualmente según la región
Respecto a las mujeres que se iniciaron sexualmente en la adolescencia, se observa
diferencias muy importantes según la edad de inicio sexual. Las mujeres que se iniciaron a
más temprana edad, presentan un riesgo de embarazo adolescente mucho mayor que las que
se embarazaron más tardíamente, independientemente de sus características socioeconómicas. Queda claro la importancia de diferenciar a los adolescentes en adolescencia
temprana, media y tardía.
Además, este estudio evidencia que la educación sexual debe de ser incorporada
desde edades tempranas para que las adolescentes puedan decidir con autonomía y sin
coacción de ningún tipo, cuándo y con quién tener relaciones sexuales y también conocer y
tener acceso a los métodos anticonceptivos, para protegerse de los embarazos no deseados y
de las Infecciones de Transmisión Sexual.
Las políticas de población y salud deben, sin lugar a dudas, intensificar la oferta de
métodos anticonceptivos en este grupo de edad, para evitar un embarazo no planeado, en
particular en las adolescentes que se acaban de iniciar sexualmente, ya que es cuando el
embarazo ocurre de manera más frecuente.
Por otra parte, los hallazgos indican que las políticas de población y de salud dirigidas
específicamente a los adolescentes deben de
tomar en cuenta que existe una
heterogeneidad muy grande en las prácticas reproductivas de las adolescentes según
distintas características socio-demográficas y según la región de residencia.
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