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México
Derechos humanos: un deber ineludible de los
candidatos
México vive días intensos de exposición de programas, debates y compromisos de los
candidatos a la presidencia de la República sobre cuestiones importantes y urgentes que
preocupan a la sociedad, con motivo de la convocatoria de elecciones para el próximo 2 de
julio. Sin embargo, hay un aspecto que a pesar de ser fundamental para el desarrollo del país y
para las aspiraciones democráticas de todos y todas, continúa prácticamente ausente del
debate político. Se trata de la protección y promoción de los derechos humanos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos reconoce que los seres humanos
sólo pueden liberarse del temor y de la miseria y alcanzar la libertad de palabra y de creencias
si se crean las condiciones en la que todas las personas puedan disfrutar de todos los derechos
humanos.
Respetar, proteger y hacer realidad todos los derechos humanos no es un lujo sino una
obligación que hay que cumplir en todo momento en virtud de leyes nacionales, regionales e
internacionales. Existe una clara obligación de los gobiernos de prevenir y castigar cualquier
abuso cometido por parte de agentes del Estado o responder a conductas de particulares que
impidan el pleno ejercicio de los derechos humanos. Pero las obligaciones no terminan aquí.
Los gobiernos tienen también obligaciones de promover y hacer cumplir todos los derechos
humanos. Es decir, deben tomar medidas inmediatas y progresivas para asegurar que todas las
personas gocen de una vida libre de discriminación, con pleno acceso a la justicia, a la salud,
a la vivienda, a la educación, a la alimentación, al agua y al trabajo.
Amnistía Internacional hace un llamado a los candidatos con el interés de recordarles
la necesidad de que los derechos humanos ocupen un espacio central en la visión del país. Les
insta a su vez a que traduzcan esta visión en compromisos concretos en sus plataformas
electorales, para ser puestos en práctica en sus políticas gubernamentales.
Sin duda, la violación de los derechos humanos continúa siendo una realidad
cotidiana en México. Las deficiencias en el sistema de justicia, que permiten su uso indebido,
fomentan la tortura, las detenciones arbitrarias y la impunidad. Las mujeres y las niñas
continúan soportando altos niveles de violencia y discriminación. La respuesta inadecuada al
patrón brutal de asesinatos y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez y la ciudad de
Chihuahua en los últimos trece años ejemplifica esta terrible realidad. Además, la
marginación y pobreza extrema que sufren muchas comunidades, tanto urbanas como rurales,
es notoria, ya que no están a su alcance los derechos básicos como la atención médica, el agua
y una alimentación adecuada. En tiempos electorales como los que vive México es
imprescindible que los candidatos ofrezcan un programa de acción viable y creíble que aborde
de manera eficaz los obstáculos que persisten para la protección y promoción de los derechos
humanos.
Es entendible que los altos índices de delincuencia e inseguridad en México merezcan
una atención prioritaria en la campaña electoral. Sin embargo, es de recordar a los candidatos
AI Índice: AMR 41/019/2006
Amnistía Internacional
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Derechos humanos: un deber ineludible de los candidatos
que el legítimo derecho a la seguridad pasa de forma ineludible por el respeto a los derechos
humanos. Políticas de seguridad pública que promueven el uso de la fuerza militar de forma
preventiva o que sacrifican los derechos humanos en nombre de la seguridad no sólo no
contribuyen a una mayor seguridad sino que además socavan los derechos de las personas.
Varias organizaciones no gubernamentales de derechos humanos nacionales han
presentado propuestas a los candidatos presidenciales instándoles a que se comprometan
sobre temas concretos. Amnistía Internacional se suma a las exigencias de la sociedad civil
con la exposición de seis áreas de preocupación, las cuales –en opinión de la organización – a
pesar de no ser exhaustivas deberían ser abordadas como prioritarias con una clara
determinación política:

Asegurar la implementación de una reforma a la procuración y administración
judicial y de la seguridad pública que garantice el pleno respeto a los derechos
humanos. Garantizar el acceso a la justicia y la rendición de cuentas para
terminar con la impunidad.

Asegurar el pleno reconocimiento constitucional de respetar, proteger, promover
y hacer cumplir los derechos humanos conforme lo establecido por los tratados
internacionales.

Garantizar mecanismos eficaces para prevenir y combatir la violencia contra las
mujeres y niñas, y asegurar su derecho a una vida sin violencia y sin
discriminación. Fortalecer las medidas para poner fin al alarmante número de
muertes de mujeres en Ciudad Juárez y la ciudad de Chihuahua y terminar con
la impunidad.

Tomar medidas inmediatas y progresivas para respetar, proteger y satisfacer
plenamente los derechos económicos, sociales y culturales, sin discriminación,
priorizando las necesidades de aquellos más vulnerables. Además asegurar que
los pueblos indígenas gocen de sus derechos recogidos en los tratados
internacionales.

Garantizar que los defensores y defensoras de derechos humanos, periodistas y
activistas en comunidades marginadas en todo el país puedan llevar a cabo su
trabajo legítimo y necesario sin ser objeto de intimidaciones o persecución
judicial a base de delitos fabricados.

Implementar mecanismos efectivos y creíbles para terminar con la impunidad
por los delitos del pasado. La falta de resultados de la Fiscalía Especial para
Movimientos Sociales y Políticos del Pasado demuestra que la impunidad por las
violaciones sistemáticas de derechos humanos durante la llamada “guerra sucia”
continúa siendo una asignatura pendiente.
Amnistía Internacional
AI Índice: AMR 41/019/2006
Derechos humanos: un deber ineludible de los candidatos
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En los últimos años, en el exterior, México ha sido un referente importante en la
promoción de los derechos humanos en foros regionales e internacionales. En el interior del
país también ha habido cambios. La sociedad civil ha crecido y se han multiplicado los
compromisos en materia de derechos humanos. A pesar de ello, Amnistía Internacional
considera que estos compromisos no se han traducido en suficientes avances tangibles.
Además faltan por implementar las recomendaciones de las Naciones Unidas y la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos en materia de derechos humanos. El gobierno actual
elaboró un Programa Nacional de Derechos Humanos que hasta la fecha ha logrado escasos
resultados. Es vital que el nuevo gobierno, el Congreso de la Unión y los otros poderes del
Estado se comprometan a fortalecer este mecanismo en conjunto con la sociedad civil para
que se convierta en un verdadero motor de cambios sustanciales.
El compromiso con los derechos humanos no puede ser una simple postura retórica. Tiene
que ser el eje fundamental que marque la relación entre la sociedad y las autoridades. El
pasado mes de agosto, la Secretaria General de Amnistía Internacional, la Sra. Irene Khan,
envió una carta a los partidos políticos mexicanos instándoles a convertir la retórica en
medidas concretas para avanzar en una nueva época de derechos humanos. Ahora, en plena
campaña electoral, es momento para que los candidatos presidenciales demuestren voluntad
política para convertir las palabras en acciones específicas que supongan un beneficio directo
para todas y todos en cada rincón del país.
Amnistía Internacional
AI Índice: AMR 41/019/2006
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