propósito del programa Enfatizar la fonna práctica en la cual cumplimos el segundo gran mandamiento: «Amarás a como a ti mismo», cumpliendo la regla de oro. tu prójimo Al director Este programa es mixto, tiene entradas y salidas y una parte de diálogos. Se requiere una regla color do­ rado, tres cajas para regalo con tapa, un sombrero, un ramo de flores y una tarjeta para mensajes. No se requiere decoración adicional al título del programa, pero sí es necesario tener 4 asientos para una reu­ nión del maestro con su clase de escuela sabática. Recomendaciones: , .1 Preparar una tarjeta simple para ofrecer en la entrada con el mensaje en la cara 1: «Deseo para mí la vida eterna, así que haré todo lo posible para que mi prójimo pueda obtenerla». En la cara 2: Mateo 7: 12 . .1 Elegir una parte musical relacionada al programa. - ~ - l. . t :.... • ;. ~~ •. --,' Amando a mi otro yo 191 ' Introducción Sean todos muy bienvenidos a esta programación de Escuela Sabática. Hoy aprenderemos una lección muy im­ portante y su aplicación práctica. Como han visto en el título, estaremos hablando del tema del amor a nuestro otro yo, nuestro prójimo. El deseo es que todos podamos salir edificados y con ideas prácticas para cultivar relaciones saludables. primer participante: himno (la regla dorada). Con esta regla he medido a mis semejantes. Encontré en ellos muchas virtudes y muchos defectos. Luego inten­ té guardar la regla pero descubrí que otra persona la tenía en sus manos y me estaba midiendo a mí. Doy gracias a Dios porque cuando yo estaba midiendo a otras personas , lo hacía con el filtro especial del amor. Cantemos el himno 532 Sagrado es el amor (436 himnario antiguo). Segundo participante: lectura bíblica «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tenéis amor los unos por los otros» (Juan 13: 34-35). Tercer participante: oración «El primer paso para acercarnos a Dios consiste en conocer y creer en el amor que siente por nosotros; solamen­ te por la atracción de su amor nos sentimos impulsados a ir a él. La comprensión del amor de Dios induce a renun­ ciar al egoísmo. Al llamar a Dios nuestro Padre, reconocemos a todos sus hijos como nuestros hermanos. Todos formamos parte del gran tejido de la humanidad; todos somos miembros de una sola familia. En nuestras peticiones hemos de incluir a nuestros prójimos tanto como a nosotros mismos. Nadie ora como es debido si solamente pide bendiciones para sí mismo» (ASÍ dijo Jesús, p. 163). La oración intercesora es una muestra de amor hacia nuestro prójimo. Oremos de rodillas. Cuarto participante:alabanza especial Maestro/a de Escuela Sabática: Muy buenos días clase. Como parte de nuestra integración en actividades so­ ciales vamos a entregar estas cajas para que depositemos un regalo especial a una persona que se le ha asignado a cada uno. Miembro #1: ¿Es como un intercambio de regalos 7 Maestro/a de Escuela Sabática: Sí , es un intercambio, solo que no sabrán a quién le corresponde el regalo. Miembro #2: ¿Cómo sabremos qué regalar si no sabemos a quién 7 Maestro/a de Escuela Sabática: Solo traten de que el regalo pueda ser útil a diferentes personas , o bien, pueden regalar algo que les gustaría recibir. Miembro #3: ¿Cuál debe ser el costo del regal0 7 Maestro/a de Escuela Sabática: No hay un costo límite, cada uno regale lo que desee o pueda. La idea es que se sientan libres y cómodos con esta actividad social, no se sientan presionados , sean espontáneos. Si no hay más preguntas, hemos terminado esta reunión, pueden irse con sus cajas, mientras tanto escuchremos esta parte musical (salen) . I I Quinto participante: informe secretaria! Miembro #1: No me gustan los intercambios de regalos, porque tengo que invertir tiempo en elegir lo que vaya comprar. Como no sé a quién le vaya regalar, pienso regalar un sombrero que tengo y que no me gusta. Como no lo quiero, no será ningún problema regalarlo. Vaya envolver el sombrero y ustedes vayan escuchando el informe secretaria\. Sexto participante: el relato misionero Miembro #2: Me gusta mucho esta actividad de regalar a una persona sorpresa. Quiero esmerarme en este regalo. Usaré el consejo de regalar algo que me gustaría que me regalaran. Para mí es importante que la persona que reciba el obsequio pueda utilizarlo. Como me gustan mucho las flores vaya comprar un ramo muy hermoso y lo vaya entregar a mi prójimo . Mientras yo vaya buscarlo, ustedes escuchen este relato misionero. Séptimo participante:Rumbo Miembro #3: Yo tengo muchas responsabilidades y no vaya invertir en un regalo para alguien que no sé quién es. Le vaya escribir una nota con una frase bonita, en una tarjeta que tengo y que no utilizo . A los regalos no se les pone precio. Este no me va a costar nada y así vaya ganar, porque vaya recibir un regalo y en cambio daré uno que no me ha costado nada. Iré a escribir el mensaje y mientras tanto escuchen el Rumbo. División en clases Maestro/a d e Escuela Sabática: Ya estamos aquí y veo que todos han traído sus cajas. Antes de la entrega de rega­ lo, quiero compartir con ustedes una lección muy importante que he aprendido. Yo pensaba que era imposible amar a mi prójimo como a mí mismo y me inquietaba que este fuera el segundo gran mandamiento de Dios. Tam­ bién me sentía preocupado porque Jesús nos manda a amarnos los unos a los otros y llama mentiroso al que dice amar a Dios, pero no ama a su hermano. Miemb ro #2: Yo he tenido la misma preocupación y cada día trato de cultivar el amor hacia el prójimo, pero solo termino llevándome bien con un grupo de personas y tolerando a aquellos con los que tengo muchas diferencias. Miembro #1: Yo creo que es imposible amar al prójimo como te amas a ti mismo, es un ideal que tomaría muchos años poder lograr. Miemb ro #3: Para yo amar al prójimo como me amo yo, el otro debería ser igual a mí. Eso me haría más fácil las cosas. Es fácil amar a alguien con quien tienes mucho en común, o es un miembro de tu familia. Maestro/a de Escuela Sabática: Qué bueno ha sido escucharlos. Me siento identificado con sus comentarios por­ que así pensaba antes de haber tenid o la lección importante que les comparto: Estaba en mi trabajo y alguien me pidió que comprara un regalo especial para un compañero que se había gana­ do un ascenso al cual yo aspiraba. Sentí mucha ira porque entendí que yo merecía ese ascenso y que era injusto que lo hubiera obtenido otro . Fui a comprar el regalo, pero me sentía muy humillado y angustiado. Me senté en un parque a orar para descargar mi pena y frustración en mi Dios. Sentí que me hablaba al corazón y me recordaba una lectura que había visto muchas veces: «Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas» (Mat. 7: 12). Eso para mí era muy fácil, solo tenía que hacer por mi compañero, aquello que yo hubiera deseado que él hicie­ ra conmigo. Fui a comprar el regalo y me esmeré al punto que escogí una muy elegante envoltura . También le es­ cribí una tarjeta de felicitación con una promesa bíblica para que Dios le guiara en sus nuevas funciones. r,f'.':;-' ~.~'.-~" . ;"' -', ....- .:.... :'.. . . ~!" .. ;:. I Amando a mi otro yo 193 . Miembro #3: Yo no hubiera hecho algo así. Me hubiera negado a comprar el regalo o le hubiera comprado algo de poco valor. Maestro/a de Escuela Sabática: Eso sería si no me importara la Ley, que es la que me indica el camino a seguir. En ese momento se aclaró toda mi inquietud y pude ver que no es imposible amar a mi prójimo como a mí mismo. Jesús me estaba diciendo que con su consejo cumplía la Ley y los Profetas y todo tuvo sentido para mí. No impor­ ta quién sea mi prójimo, si es diferente a mí o si tenemos afinidad. Solo tengo que tratarlo tal como me gustaría ser tratado. Al verme retratado en esa persona, cumpliré los seis mandamientos de la Ley para con mi prójimo. Miembro #1: Para mí tiene mucho sentido. Es algo práctico , no solo teórico. Puedo ver que no es imposible y aplica a todos los otros que no soy yo, no importa si es familia, amigo, hermano , compañero de trabajo o vecino. Maestro/a de Escuela Sabática: Sí, es algo práctico y lo vamos a ver ahora en este intercambio de regalos. Todos han traído sus cajas, pueden sacar sus regalos (sacan los regalos) . Ahora les comento que esos regalos al igual que el que yo le compré a mi compañero , son para ustedes mismos (Todos sorprendidos). Sí, enviarme a comprar el re­ galo era una simple excusa para mover mis cosas a mi nueva oficina y prepararme una sorpresa. Ya se imaginan a mis compañeros cuando yo estaba leyendo la tarjeta de felicitación que escribí. ¿Les gusta su regalo? Miembro #2: ¡Me encanta! Elegí las flores que me gustan. Miembro #1: La verdad es que no me gusta el regalo , estaba tratando de deshacerme de él. Pero aprendí la lección y la vaya aplicar en mi diario vivir. Miembro #3: La verdad es que este regalo no me ha costado nada y el mensaje que le puse fue : «Dios te bendiga». Entiendo ahora que Dios me usará para bendecir a mi prójimo y cuando vuelva a decir esa frase la diré con verda­ dero deseo de que mi prójimo sea bendecido y de que yo esté en la disposición de ser un canal para que esto ocurra. Maestro/a de Escuela Sabática: En este caso, creo que han aprendido la lección. Vamos a dividirnos en clases para compartir la lección de la semana de la Guía de Estudio de la Biblia. Conclusión El egoísmo es un excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás. La abnegación es el sacrificio o renuncia voluntaria de una persona a pasiones, deseos o intereses en favor del prójimo. «El ser humano estaba dotado originalmente de facul­ tades nobles y de un entendimiento bien equilibrado . Era perfecto y estaba en armonía con Dios. Sus pensamientos eran puros, sus propósitos santos. Pero por la desobediencia, sus facultades se pervirtieron y el egoísmo reemplazó el amor» (El camino a Cristo, p . 25) . Nuestro Señor Jesús explicó de forma sencilla y práctica, lo que hemos llamado la regla de oro (Tener la regla dorada en las manos). Como midamos seremos medidos, así que hagamos a los demás como queremos que los de­ más hagan con nosotros y no hagamos a nadie lo que no queremos que nos hagan . Esto no nace en nosotros, sino en la consciencia de que recibimos amor de Dios sin merecerlo y, de ese amor, brindamos a nuestros semejantes. Cuando miremos de frente a nuestro prójimo debemos ver a una persona creada por Dios y por la cual Cristo vino a morir, por lo tanto tiene un valor incalculable, exactamente igual a nuestro valor. Cantemos el himno 532 Sagra­ do es el amor (436 himnario antiguo). Oración final Johanny A. Peralta M. Reside en la República Dominicana I