el psp y la prensa anticomunista en 1959

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abril- mayo- junio, 2009
EL PSP Y LA PRENSA ANTICOMUNISTA EN 1959
Joney Manuel Zamora
Introducción
“La labor de l PSP cubano y su re spuesta a la prensa anticomunista en la prime ra
mitad de 1959” es e l título de un trabajo modesto y no acabado debido a
constantes corre cciones .Estas re ctificaciones, se le ccione s de datos y esfue rzos
por me jorar la estructura de l trabajo ocuparon grandes espacios temporale s.
Para la búsqueda y re copilación de datos e información se utilizaron los
pe riódicos Revolución y Hoy, fundamentalmente , sin dejar de utilizar bibliografías
que se ace rcan al tema o que ayudan a comprende r me jor la situación nacional.
Entre los libros consultados para la conformación de la prime ra parte de este
trabajo estuvie ron los libros Gobierno Revolucionario Cubano. Génesis y Primeros
Pasos de Luis Buch y Breve Historia de La Revolución Cubana de Arnaldo Silva
León. En e l primer pe riódico mencionado se encontraron cuantiosas noticias e
informaciones muy descriptivas de l contex to nacional y exte rior, así como poca
información sobre la actividad de l PSP, lo que provocó que se tuvie ra que re currir
a las páginas de Hoy que se encontraba, sobre todo a inicios de 1959, e n una
e tapa de de fensa de los planteam ientos anticomunistas que pululaban de otras
pre nsas de la época.
Le jos de pe rse guir obje tivos ambiciosos, más bien se pre tende e jemplificar la
posición de fensiva asumida e n 1959 por el partido marx ista-le ninista cubano
debido a los ataques anticomunistas, la acción de sus adve rsarios y analizar
bre vemente la re pe rcusión de estos he chos. Tambié n se ejemplificarán cuáles
fue ron algunas de las labores de l PSP y de algunos de sus contrincantes de la
pre nsa.
De forma muy mode sta y no abarcadora se pa rtió desde e l breve aná lisis de l
contexto y la situación de la esfe ra política existente e n Cuba tras e l éxodo de los
batistianos. Se re currió a la visión que pose ían los exponente s de la de re cha con
respe cto al comunismo. Se ate ndie ron las ve rsione s de los comunistas y sus
contrincante s, las cuales, en muchas ocasione s e ran incompatibles. Ejemplo de
las dife rencias de e nfoques se apre ciaron en, Revolución, Bohemia y El Diario de
la Marina con noticias inte rnacionales de hondo contenido político donde se
esgrim ía e l crite rio de que la C hina Popular de Mao Tse-Tung e ra agresora,
invasora e intrusa nación que agredía al ré gimen independiente que existía en e l
Tibe t y, además, causante de l abandono de Dalai Lama de su cargo de
gobe rnante , quie n se trasladaría a la India, país que tambié n tendría
confrontaciones por cue stiones lim ítrofes con la C hina maoísta. El pe riódico Hoy,
por su parte , ne gó que fue ra agresión china al Tibe t lo aconte cido en 1959.
Refirió que se tra taba de una reunifica ción nacional y de gue rra justa antife uda l
las ope raciones militares emprendidas por la República Popular. También Hoy
ne gó que ex istie ran e nfre ntamientos entre la UR SS y China. Además pre sentaba
a la India como instrumento impe rialista británico utilizado contra e l régimen
comunista chino. Si la pre nsa no marx ista conside raba a la UR SS como país
47 im pe rialista, Hoy lo catalogaba de faro inspirador y mode lo digno de imitar. El
pe riódico de Carlos Fra nqui afirmaba que e n 1959 la Re volución no e ra
comunista, sino nacionalista, democrática y popula r. C re ía lo m ismo e l dirigido
por Aníbal Escalante , y después por Carlos Rafael Rodríguez, que conside raba
que con la profundización y radicalización paulatina e l proceso desembocaría en
e l socialismo inexorablemente en e l futuro.
Este trabajo es un sencillo e je rcicio que sin se r su redactor ambicioso, trata una
pequeña parte de la historia contemporánea cubana que es muy apa sionante . La
historia cubana poste rior a 1959 e s una época de de finiciones, de transiciones,
inte rre gnos y cambios de gran inte rés.
Sólo se intentó hace r un ace rcam iento a una ínfima parte de lo que pudie ra se r
una rica historia de la Re volución cubana. Si se analiza la historia de l PSP se
enrique ce e l e studio de la historia política que tiene por obje to de estudio los
pe ríodos poste riores a la fe cha de la victoria obte nida por e l Ejé rcito Rebe lde
sobre la élite que de tentaba el pode r real y formal hasta 1958.
Se espe ra una mayor motivación por el tema de la historia de l partido marx ista
en C uba en la é poca re volucionaria, así como otros temas refe rentes a la
segunda m itad y fines de l siglo XX cubano. El autor de este e nsayo ha tenido
como motivación, pre cisamente, despe rtar anhe lo e inte rés por este fragmento
de historia nacional.
Fin del régimen de Fulgencio Batista. Nuevo panorama cubano
A tempranas horas del 1ro de e ne ro de 1959 el pueblo cubano fue informado de
la salida fugaz de l pode r y de la nación -al unísono- de l dictador Fulgencio Batista
Zaldívar (1901-1973), quie n se había re unido con sus allegados e l 31 de
diciembre de 1958 e n e l campamento “Columbia”. Al aconte ce r e ste encuentro,
supuestamente motivado por la finalidad de despedir e l año 1958 de forma
fe stiva. Eulogio Cantillo Porras le comunicó a Batista que la alta oficialidad
militar conside raba que su renuncia a la prime ra magistratura de la nación
contribuiría a restable ce r la paz ne cesaria pa ra e l país. Cantillo llamó al tirano a
ape la r a su “pa triotismo”. Batista expre só a sus contados oyentes que
re nunciaba, forzado por las autoridades cle ricale s, los colonos y te rratenientes,
por los que se trasladaron al bando e nemigo y debido a quie nes no vencie ron a
los barbudos. El temor capturó al reducido grupo que escuchaba a Batista, por la
sue rte que corre rían junto a sus parientes, pe ro se les condujo a la calma cuando
poco después se les comentó sobre fáciles salidas de Cuba. En víspe ras de su
vue lo, Batista hizo cambios e n los mandos m ilitare s y ascendió a Cantillo a Jefe
Supremo de las Fue rzas de Tie rra, Mar y Aire .
Al partir de C uba los dos prime ros sustitutos de l presidente , Cantillo optó por
hace r un llamado al más longe vo de los magistrados del Tribunal Supremo de
Justicia, el doctor Carlos M. Piedra, para que se ocupara del puesto abandonado
por Batista. Piedra informó a Cantillo que asum iría e l cargo si e l Pleno de l
Tribunal Supremo de Justicia ase ntía en ese sentido. Esa anuencia no ocurrió.
Fidel Castro se encontraba en el central “Amé rica” cuando conoció la noticia de la
fuga de Batista y preparaba los de talle s finale s de l ataque a Santiago, donde e l
gobie rno tenía unos 5000 hombres equipados con armas mode rnas. Además sólo
dio órdenes a los comandantes invasores Erne sto Gue vara y Camilo C ienfuegos
(cuando finalmente las informaciones de la fuga de Batista e ran cie rtas) de ir
48 desde las Villas hasta La Habana rápidamente y tomar los principales cuarte les
de l e jé rcito.
El 1 de e ne ro de 1959 Radio Rebelde salió al aire con emotivas consignas, e
incitó a los trabajadores a que fue ran a sus fábricas y centros de trabajo para
protege r y no destruir los bie nes abandonados por los ex-dueños y que ahora
pe rte ne cían a todos. Cantillo solicitó una e ntre vista radial con Fide l Castro. Este
último no sólo se negó a e llo, sino que desconoció a Cantillo como Jefe de l
Estado Mayor Conjunto del Ejé rcito y planteó que como é l conse rvaba su buen
estado de salud mental no se dirigiría a cosas inex istentes o irreales.[1]
Fidel Castro a través de sus alocucione s por Radio Rebe lde dio instrucciones
pre cisas de de sactivar cualquie r acción que significara una frustración u
obstáculo para el proceso re volucionario y llamó para e llo a la Hue lga Gene ral
Re volucionaria que impe diría la prolongación de la maniobra de Cantillo. Además
orientó la toma de posiciones en las ce rcanías de Santiago de Cuba y que no
dism inuye ra n las gestione s re volucionarias hasta que los aconte cim ientos en La
Habana tuvie ran una inflex ión favorable al cambio. Era importante tene r en
cue nta, de sde un inicio, que el de rrocamie nto de la dictadura y triunfo de la
Re volución no e ran lo m ismo. Lo segundo significaba una se rie de
transformaciones o cambios en la e conom ía, en la política y e n la sociedad, que
no se podían realizar si la esfe ra política de la nación no se situaba e n manos
populares.
Radio Rebelde continuó e l día 1º en cadena con CMKC de Santiago de Cuba,
radioem isoras nacionales y radioaficionados para mante ne r al pue blo informado
de forma ve raz y e vitar confusiones con falsas noticias. En igual fe cha, e l corone l
José M. Rego Rubido, m ilitar a cargo de Santiago, se integró al Ejé rcito Re belde.
Raúl Castro entró al C uarte l “Moncada” ahora sin resiste ncia y Fide l trasladó la
Comandancia Gene ral de l Central “Amé rica” hacia “El Cane y”. Además, al llegar
Fidel Castro a Santiago de Cuba se efe ctuó un acto masivo como muestra de
apoyo popular.
El FO NU (Frente Obre ro Nacional Unido) convocó a ce lebrar una conce ntración en
apoyo a la hue lga e l día 2 de ene ro a las 4.00 pm en e l Parque Central. Esta
concentración ex igiría que se die ra posesión inmediata al Gobierno Provisional
pre sidido por e l Dr. Manuel Urrutia Lleó, respaldado por e l Ejé rcito Rebe lde .
La capital provisional y re volucionaria de l país se ría Santiago de Cuba.
En La Habana pe rsonas exaltadas y jubilosas por e l fin de una dictadura y hasta
oportunistas contrarios al orden de te rioraron locales de re creación que
simbolizaban el ocio de las clase s pudientes, destruye ron parquímetros y
saquearon 6 residencias de parientes y allegados de Fulgencio Batista, entre las
que se e ncontraban las de Mirta Batista de Ponsdomene ch, la de Eme lina
Miranda, Esteban Ve ntura, Be rnardo Caramés y Santiago Rey. La Je fatura de la
Policía dio la orden de que todo automóvil que transitara por la ciudad en horas
de la noche debe ría lle var encendidas las luces inte riores para identificar a sus
ocupantes e impedir así confusiones lamentable s entre e l pe rsonal de las Milicias
de l Movimie nto 26 de Julio, que se e ncontraban patrullando las calles pa ra e vitar
saqueos y actos de lictivos por parte de individuos sin escrúpulos ajenos al MR
26-7. O tra medida pa ra e vita r e l caos e n las urbe s fue la de ide ntificar a las
patrullas del 26 de Julio con la entrega de tarje tas de autorización para portar
a rmas e imposibilitar que otros elementos las portase n. A inicios de ene ro
49 de 1959 ex istían individuos que ocultos hacían disparos a los que empre ndían la
vigilancia revolucionaria, es de cir, hacían acciones subve rsivas que indicaban que
sólo mentes aventure ras y siniestras las realizaban. Por e jemplo, se tuvie ron que
tomar pre cauciones, a inicios de ene ro, por la existencia de individuos que,
desde una ambulancia con rótulo del sanatorio “La Espe ranza”, hacían disparos y
acciones subve rsivas. El teniente Bisbón, que pe rte ne ció al grupo de Esteban
Ventura, circuló en un auto Cadillac mode lo 1955 en compañía de dos individuos
con brazale tes de l 26 de Julio. O tro grupo supuestamente vinculado a Rolando
Masfe rre r realizó disparos e n e l puente de La Lisa.
Estos he chos demuestran que la situación e n La Habana e n los prime ros días de
ene ro de 1959 no indicaba quie tud, ni orde n cuando e l control total
re volucionario estaba por alcanzarse . Los fugitivos y pistole ros no gozaban de
ventajas e n su empe ño. La dese spe ra ción y e l pavor los empujaba a actuar sin
mesura. Esos he chos tambié n demostraron que los opositores a los cambios
re volucionarios se ne gaban a de sapare ce r de la esce na cubana.
Las principales reivindicaciones obre ras pa ra ene ro de 1959 no sólo e ran la
indepe ndencia, el progreso y la paz nacional, sino la reposición inmediata de
todos los desplazados víctimas de la pe rse cución de la tiranía y e l pago de los
salarios de jados de pe rcibir. Además se pedía respe to pleno a la democracia
sindical y a los de re chos sindicales y democráticos de todos los trabajadores. Los
obre ros se mostraron en contra de la regla de la obligatoriedad de la cuota
sindical. También e l pueblo ex igía el e njuiciam iento a crim inales y dirigentes
mujalistas que malve rsaron los fondos públicos, la entrega de l pode r a l Gobie rno
Provisional Re volucionario dirigido por e l Dr. Manue l Urrutia Lleó, la depuración
de l e jé rcito de la tiranía y la inte gración de uno nue vo que tuviese como núcleo
principal al Ejé rcito Rebe lde . El PSP también hacía pe ticiones, planteamientos y
suge rencias al gobie rno.
El lunes 5 de e ne ro de 1959 la UPI informó desde Buenos Aires que ,
en una entrevista telefónica con el “Correo de la Tarde”, el médico argentino
Ernesto Guevara,
principal
colaborador de
Fidel
Castro,
desmintió
categóricamente que el Movimiento 26 de Julio tuviera alguna relación con el
comunismo y añadió que transcurriría un año y medio antes de que se convocara
a elecciones en la isla y que los de su movimiento eran hombres democráticos,
de conciencia liberal y de cooperación americana. “ Negamos toda ligazón con el
comunismo terminantemente”. “Se trata en realidad de una vieja técnica de las
dictaduras el que rer ofende r a los hombres que no se someten con el rót ulo de
comunistas. Por supuesto que en estos momentos… con el orden alterado… los
comunistas quieren ganar para sí. Ya pondremos las cosas en claro”. “Por lo
pronto, Cuba tendrá un gobierno provisional. Dentro del año y medio se
organizará una fuerza política con el ideario del M-26-7”. “Luego habrá
elecciones, y el nuevo partido competirá con los otros partidos democráticos. Ese
es el plan.”[2]
Así se expre só el comandante Gue vara, pues el anticomunismo había sido una
sue rte de me rcancía traída a Cuba desde de cenios ante riore s por los medios de
comunicación masiva de las pote ncias capitalistas occidentales, para combatir
una supuesta influencia foránea comunista o sovié tica . El pueblo hasta ese
momento había sido un re ceptor de negativas noticias sobre el mode lo socialista
euro sovié tico.
50 Tal vez los “julistas”, como rara vez nombraban a los de l M-26-7, que al m ismo
tiempo fue ron comunistas, a sabiendas de la opinión desfavorable que se
fabricaba en Cuba respe cto a la UR SS y al hincapié que la pre nsa hacía en los
de fe ctos del stalinismo, en los incide ntes de Be rlín O ccidental y O riental, en los
sucesos de Budape st, Hungría, en 1956 -he chos que alimentaban e l
anticomunismo doméstico- y con la finalidad de preparar a los cubanos para un
proceso re volucionario de radicalización paulatina, de cidie ron no mostrar
públicame nte sus ideas desde un inicio, sino prestigiarlas discre tamente con
actos de positiva voluntad política y de gran bene ficio popular. Tambié n e ra
ne ce saria una política de mayor unidad re volucionaria coordinada entre e l MR26-7 y e l PSP. Se de bía demostrar a los más hum ildes que las reivindicaciones
populares e ran parte de la orientación marx ista. Asimismo de prove choso se ría e l
esfue rzo coordinado por e l mante nimiento y aumento de l apoyo popular hacia
todas las fue rzas que se rvían de pilare s al nue vo régimen. Una mayor
participación julista y de los socialistas populares en las políticas de justicia
social y en organizaciones como el Buró de Coordinación de Actividades
Re volucionarias conduciría a una ide ntificación con el comunismo .Era
im portante , en los años 1959 y 1960, demostrar a los cubanos que la
alte rnativa viable para la búsqueda de la indepe ndencia total, se e ncontraba en
la transición al socialismo. Además de vital utilidad pa ra e l alcance de una mayor
legitim idad se ría la comprensión popular sobre las ve ntajas de una aprox imación
a Europa O rie ntal, e n dive rsos aspe ctos de la vida nacional cubana, como forma
de finalizar la de pendencia a Yanquilandia.
El anticomunismo fue tan divulgado y explotado durante dé cadas por la prensa,
que e n 1959 e l “julista” pe riódico Revolución, dirigido por Carlos Franqui, no
podía escapar a esta he re ncia con títulos como e l de l 4 de ene ro de 1959: “El
triunfo de Castro no es victoria roja”, o e l 7 de ene ro, “Nasse r borra e l
comunismo sirio”. Sobre todo, e l comunismo que se re futaba e ra al inte rnacional.
Esto e ra un freno para la actividad unificadora de l PSP con otras tendencias
re volucionarias y deshacía las gestiones de a ce rcamie nto a la otra a lte rna tiva
que rivalizaba a nive l mundial con e l capitalismo.
No obstante e l Partido Socialista Popular (PSP), de orientación marxista-leninista
y tildado de “stalinista” y mate rialista ateo por sus de tractore s y adve rsarios,
pudo salir de la ilegalidad y entrar en una e tapa de mayor movim iento y
actividad a favor de la Re volución, a pesar de l clima anticomunista que aún se
podía re spirar he re dado de l pasado. El 6 de ene ro de 1959 comenzó a circular
nue vamente el pe riódico Hoy, órgano de l citado partido que inicialmente fue ra
dirigido por Aníbal Escalante y despué s por Carlos Rafae l Rodríguez, abriendo así
una te rce ra e tapa en su ex istencia próx ima a su vigésimo prime r anive rsario, con
su local de re dacción en De sagüe 108-110 destruido por la policía de Batista y de
momento e n Me rcade re s 162.
La de re cha y su prensa-cliente acusaron a la Re volución Popular e ncumbrada en
ene ro de 1959 de emprende r un baño de sangre en Cuba (inte rpre tación dada
por los opositores al nue vo pode r sobre los fusilamie ntos a los agentes
represivos de l régimen ante rior) y poste riormente, cuando el tema se agotó,
transitaron hacia la acusación de inflexión comunista de la Re volución debido a la
pre sencia de comunistas en torno a la Re volución, o más dire ctamente , por la
influencia de comunistas como Erne sto Gue vara y Raúl Castro sobre Fidel Castro.
También entre los inte ntos de la de re cha pa ra e vita r la radicalización
re volucionaria se trató en ocasiones de dividir al M-26-7 con re spe cto a l PSP con
afirmaciones e inte rpre taciones de palabras em itidas por la dirigencia de ambas
organizaciones. Con e l propósito de crear fricciones e ntre la izquie rda cubana,
51 que coincidía en a poya r a la Re volución, existie ron figuras, sobre todo de la
pre nsa, que afirmaban que el PSP que ría escamotearle e l mé rito a los “julistas”
de se r los protagonistas de la gue rra de libe ración y del triunfo final de 1959.
La de re cha inte rna cubana, con inte nciones de boicotear la gestión unificadora en
torno a Fide l Castro de los comunistas, utilizaba la historia atendiendo a sus
conveniencias y se e sforzaba en busca r de mane ra ve rgonzosa las oquedades,
crá te res y fisuras de l Partido marx ista criollo a l pla ntea r que: “al legalizarse el
primer Partido Comunista de Cuba , el 13 de septiembre de 1938 se marcó el
comienzo de una etapa de extraordinaria colaboración y ayuda mut ua entre el
autor del cuartelazo de 1933 y los marxistas de Cuba”. Los que sostenían esta
afirmación inte rpre taron que e l motivo de esta alianza e ra la ne cesidad de apoyo
e conómico de l partido de los comunistas que en aquél entonces e ra incipiente y
débil, y que además ne cesitaba posiciones políticas y sindicales para la
propagación en gran escala de su ideario re volucionario. Añadían los incrédulos
de re chistas con fe contrarre volucionaria una vez de rrocado e l pasado régimen
que “Batista, coronel sin más apoyo que las bayonetas, se comprometió a darle
al Partido Unión Revolucionaria Comunista ayuda a cambio de pueblo, ya que el
primero anhelaba popularidad más allá de los cuarteles, quería el calor de las
masas”. También ofensivas calumnias se lanzaron contra la CTC , a la que
acusaron de pone r al prole tariado a la ente ra disposición de los mítines y
concentraciones de l Corone l sin pueblo. Prosiguen su ataque antisocialista al
manifestar que
los marxistas en cambio, gracias a la ayuda de Batista, tuvieron acceso absoluto
a una empresa editora de libros, la editorial “Páginas” en O´Reilly 503, un
periódico con imprenta propia el Hoy, una potente radioemisora, la “1010”,
consagrada únicamente a la difusión del marxismo, y además disponían de
sumas de dinero facilitados por el hitlercillo criollo para pasquines, mítines y
propaganda.
Para opacar las figuras de Blas Roca, García Agüe ro y Marine llo, los
anticomunistas se empeñaron en de sempolvar y sacar a la luz una fotografía de l
pe riódico Hoy de l martes 11 de junio de 1940 en que apare cen los mencionados
dirige nte s comunistas e n un brindis con Batista en las oficinas de l PURC
ce lebrando la ce rteza de l triunfo de la Coalición Socialista Democrática e n las
e le cciones de l 14 de julio de 1940. Llega ron a compa ra r a los pe riódicos Alerta y
Tiempo en Cuba, vehículos publicitarios de l dictador de spués de l 10 de marzo de
1952, con e l pe riódico Hoy, que según los adve rsarios de l comunismo jugó la
misma función que éstos e ntre 1938 y 1944. Destacan con inte rés que el antes
mencionado diario fue dirigido por Pablo C arre ra Justiz, quien huye ra e l 1º de
ene ro de 1959. Pe ro eso no bastaba, para afe ctar la cre dibilidad e n la prensa
salida de los talle res y del inte le cto de los marx istas, se expuso que desde Anibal
Escalante, al que titulan como espe cie de Goebbe ls, hasta Ernesto de la Fe, en
1952, desempe ñaron e l oficio de dire ctores de l emisor comunista de noticias, así
como que Rolando Masfe rre r fue subdire ctor de Hoy.[3]
Blas Roca, sobre todo, supo defende rse de e ste intenso ataque que te nía como
propósito cortar al comunismo en su acción y propaganda, y privarlo de apoyo
popular y pre stigio, así como e vitar una radicalización de la Revolución hacia e l
comunismo que privase de sus bie nes a la clase pudiente. Roca lo que expresó
fue que e n aque l momento esa actitud había sido re volucionaria, al igual que en
un momento los comunistas france ses apoyaron de forma oportuna a C ha rles de
Gaulle para después oponé rse le. Dijo que no se debían olvidar nombres como
Paquito Rosales y José María Pé re z, que fue ron comunistas víctimas de la
52 dictadura de Batista en la dé cada de 1950. Demostró como se adapta a nue vas
condiciones e l anticomunismo. Carlos Rafae l Rodríguez ante cada ataque al
pe riódico Hoy demostró que la traye ctoria de este diario siempre fue diáfana,
pues se dedicó desde sus inicios a la orientación ade cuada a los le ctores,
a tendía e l panorama nacional con un enfoque nada cue stionable y e chaba una
mirada a las e sfe ras culturales, políticas y e conómicas.
Los comunistas cubanos pudie ron defe nde rse de las acusaciones anticomunistas
con una respue sta que re zaba que la pre sencia de e lementos de re chistas y
mode rados e n e l bloque e le ctoral donde se e ncontraban Marine llo y Roca y en e l
diario Hoy en la dé cada de 1940, e ra parte de la política de unidad que
pe rseguía e l PSP y que se de rivaba de la orientación de la Inte rnacional de
formar Fre ntes Únicos en cada país orie ntados hacia las fue rzas democráticas
y antifascistas. En el caso cubano e l PSP se alió a la Coalición Socialista
Democrática presidida por Batista, por los pre juicios del PRC Auténtico con
respe cto al comunismo.
En e l año 1959 las manife staciones de anticomunismo brotaban de distintas
mane ras y de distintos tipos de prensa, de sde e l Diario de la Marina o Bohemia,
hasta en e l pe riódico Revolución de Carlos Franqui, donde el 14 de febre ro de
1959, en un artículo firmado por Sacha Volman, se estable ce como una bre cha o
un abismo e ntre e l M-26-7 y e l PSP, y cataloga al comunismo prácticamente de
pe rte ne ce r a la de re cha política en su ex trema. Tal artículo, que tenía la
intención de opacar a los comunistas y defende r en e l fondo e l tipo de
democracia burgués-libe ral-pa rlamenta ria sin cuestiona r el orden estable cido
hacía un mes, sin a ta ca r a Fide l Castro, planteaba que :
En Cuba las organizaciones estudiantiles, las personas que siguen a los partidos
democráticos tradicionales y los partidarios de Fidel Castro, a pesar de las
diferencias entre ellos, creen firmemente en los principios democráticos. Y los
partidarios de Batista en Cuba, así como los comunistas, a pesar de las
diferencias que periódicamente surgen entre ellos, creen firmemente en el
sistema dictatorial. Batista ha ayudado considerablemente al desarrollo del
partido comunista de Cuba, mientras que los comunistas cubanos han
contribuido muchísimo al reforzamiento de la dictadura de Batista. Cuando les es
difícil o imposible conquistar el poder, los comunistas prefieren apoyar a las
dictaduras militares contra las fuerzas democráticas, pues consideran que las
dictaduras militares constituyen un paso de adelanto hacia su propia forma de
dictadura. En ocasiones, a guisa de maniobra táctica para proteger el futuro del
Partido Comunista, en el caso de que la dictadura militar fuese derrocada por las
fuerzas democráticas, los comunistas, al mismo tiempo que prestan su apoyo al
dictador, crean un grupo de comunistas destinados a actuar en la oposición y a
infiltrarse en las fuerzas opositoras.
Las acusaciones lanzadas por Batista contra las fuerzas revolucionarias de Cuba,
llamándolas “comunistas” son ridículas como el súbito amor por la causa de la
democracia que expresan los comunistas cubanos.
Sacha Volman prolonga con intencione s nada bené volas la alianza circunstancial
entre comunistas y los se cuace s de Batista hasta la dé cada de 1950. Esta buena
ve cindad inte rna no fue tan durade ra. No tuvo e n cue nta que e l gobie rno
instaurado en marzo de 1952 como conse cuencia de l golpe e n Columbia, ya no
mantenía el ropaje democrático que su protagonista empleó a fine s de l de cenio
53 de 1930 y de inicios de la dé cada de 1940 como parte de las orie ntaciones y
suge rencias de e stilo roose veltiano provenientes de la potente Unión Ame ricana
que notaba el cambio de fue rzas en la arena inte rnacional a favor de la izquie rda
a nive l mundial. Estados Unidos obse rvó los aires antifascistas que se expandían
por e l globo te rráqueo y de cidió adaptarse a este clima, después de habe r
contribuido en e l renacim iento de l pode río alemán. Tal pa re cía que se trataba de
una compe tencia con la UR SS por la postura más democrática y antitotalitaria,
aunque ahora se tratase de sacrificar a su viejo cliente de la Europa Ce ntral.
Batista al visitar Norteamé rica en 1938 fue adve rtido por los políticos de ese país
de l ace rcam iento que debía ex pe rimentar e n C uba con los e lementos
izquie rdistas domésticos ex istentes como forma de combatir al Fascismo en e l
país.
Pe ro Volman ignoró que de spués de 1945 las actitudes de la potencia ame ricana
sufrie ron una transición del antifascismo al anticomunismo y Cuba siguió e l
mismo se nde ro que su ve cino se ptentriona l. Batista desde 1952 aplicó en su país
la misma cace ría de brujas que emprendió Mc. Carthy contra los comunistas o
sospe chosos de se rlo en EEUU. En la Cuba dictatorial batistiana se e rigie ron con
muchos m imetismos aprendidos del modelo norte ño instituciones represivas
como el BRAC .
Volman e n su artículo del 14 de febre ro de 1959 en el diario de Carlos Franqui
continuó e l uso de una historia de cantada, por su postura te rgive rsadora, como
he rramie nta de un discurso adve rso a los comunistas. Agregó de mala fe que en
1933 cuando los trabajadores cubanos se de clararon en hue lga gene ral, cuyo
resultado final fue e l de rrocam iento de la dictadura de Ge rardo Machado, éste
llamó al dirigente comunista César Vilar y ofre ció al Partido Comunista dine ro,
cargos y ex istencia legal si conseguía abortar la huelga gene ral. Planteó que e l
CC de l prime r PCC publicó entonces un manifiesto o petición a los trabajadores
cubanos para que estos pusie ran fin a la hue lga gene ral .Añadió sin esconde r su
odio por los marx istas, que afortunadamente los comunistas no consiguie ron
im pedir la victoria democrática. Amplió su mensaje al expone r que un portavoz
oficial comunista llamado R . Bychovsky escribió en e l núme ro del 4 de mayo de
1933 de la re vista Correspondencia Internacional que e l PCC conside raba que la
lucha armada contra Machado conduciría a la inte rvención impe rialista, con la
finalidad de demostrar la supuesta pasividad y subve rsiva conducta de este
partido de transparente traye ctoria .C ulm inó con la afirmación de que al fracasar
e l “acue rdo”, de l partido con Machado, los comunistas reaccionaron activamente
para minar el gobie rno de Grau. Esta última de claración escrita despe rtaría otra
a rista del a nticomunismo en C uba, e sforzado e n busca r fricciones e ntre Guite ras
y e l PCC en de trimento de l último.
Pe ro e l anticomunismo tuvo que sucumbir ya desde julio de 1959 cuando se
e videnció qué e lementos e ran los que lo enarbolaban como estandarte . Esos que
re futaban al comunismo e ran los que tem ían la radicalización de la Re volución
Popular: la élite burguesa criolla y los traidore s. Los suce sos relacionados con
Pedro Luís Díaz Lanz y la dim isión de Manuel Urrutia Lleó fue ron golpes al
anticomunismo, e l que quedaría más desacreditado y más impopular en octubre
de 1959 con el intento de conspiración en la re gión de Camagüe y planeado por
Hube rt Matos, quie n, por la rapidez de Fide l Castro y de Camilo C ienfuegos , en
la toma de puntos importantes de esa ciudad, impidie ron e l avance de l ge rmen
inhibidor de la Re volución y enem igo del comunismo que intentaba sobre vivir y
asce nde r.
El año 1959 fue de mucha actividad pa ra e l P SP , e l que pudo a ce rcarse más a l
54 pueblo e ir ganando e n legitim idad e n la población debido a sus reivindicaciones
de tono popular. En esos momentos este partido de los comunistas cubanos no
e ra e l re ctor de la sociedad, ni e l que dom inaba toda la dire cción política, ni e ra
e l único partido, pues la Re volución e staba en su e tapa democrática, popular,
agraria y antiimpe rialista, en la que te nían cabida partes de la burguesía, y la
radicalización y profundización no e ran tan ace le radas. Sin embargo, e l PSP
apoyó al proceso re volucionario cabalmente, participaba con e ntusiasmo en los
cambios que se realizaban y sus reivindicaciones resultaban de m ucho valor para
e l a va nce de l nue vo pode r .Esta organización tenía fe e n un viraje futuro de l
proceso re volucionario hacia la vía socialista de desarrollo y en e l adve nim iento
de un pe ríodo de consolidada unidad entre las izquie rdas, que forta le ce ría a l
nacie nte régimen re volucionario.
Planteamientos y reivindicaciones del PSP en el pleno del Comité
Nacional
El 28 de ene ro de 1959 aconte ció e l Prime r Pleno de l Comité Nacional de l PSP.
En esta re unión de los comunistas cubanos se re cordó con respeto y admiración
al Apóstol en e l 106 anive rsario de su natalicio. De las se siones afloró una
consigna que se ría sustrato de la posición política que asumió el partido. El
marco e ra propicio: “Defe nde r la Revolución y hace rla avanzar” re cogía los
de rrote ros fundamentale s que asumiría la organización ante la instauración y
desarrollo del nue vo gobie rno. Al respe cto, las páginas de l pe riódico Hoy, órgano
de prensa de l PSP, hizo importantes re fe rencias. Planteó que e n aque lla re unión
nacional de los socialistas popula res, é stos a bogaron por re ivindicaciones de gran
contenido popular, como la re baja de las tarifas e lé ctricas y te lefónicas, la
nacionalización de empre sas de se rvicios públicos, así como la inte rvención de
centros laborales que provocaran conflictos con los trabajadore s por ne garse a
repone r a los desplazados.
Además, los comunistas se re firie ron a la cance lación de la Base Naval de
Guantánamo, pue s significaba una late nte amenaza no sólo para Cuba, sino para
la zona de l Mar Caribe y pa ra Amé rica Latina. Con e l propósito de atende r la
situación de los campesinos, los marx istas también pidie ron me joras para este
se ctor de la socie dad. La aplicación inmediata de la Le y Agraria de la Sie rra; la
re construcción de las organizaciones cole giadas campesinas “sin imposición de
dire ctivas y basadas en e l re spe to de los de re chos y libe rtade s sindicales”; los
de re chos de hue lga, reunión, manifestación y e l aumento de un 10% de los
salarios de los trabajadores fue ron medidas que, se gún los de l PSP, e ran de
anhelo popular, que sobre todo re cogían e l sentir de los pobladores de los
campos cubanos. El partido de Juan Marine llo y Blas Roca estaba consciente, y
se re fle jó públicamente en e sta actividad política de ene ro de 1959, que e ra
ne ce saria la rebaja de los pre cios de artículos de prime ra ne cesidad, de l costo de
la vida, de los alquile res; el aux ilio a los desocupados; la prote cción y fomento
de la industria nacional; la anulación de la legislación de la tiranía y la disolución
de l SIM y de l BR AC. Los se guidores de Marx en C uba e n aquella oportunidad
pudie ron ex presar su repudio ante las manife staciones de plattismo habituales
en la política de los e lementos de re chistas y mode rados que habían dom inado la
esfe ra de las de cisiones cubanas. Sugirie ron el e stable cim iento de re lacione s con
e l Sistema Socialista Euro sovié tico ya que conside raban que estos lazos se rían
viables para e l desarrollo e conóm ico cubano.
En cuanto al racismo, e l PSP se mostró inte re sado por una le y o proclama que
ordenara a todas las autoridade s de la nación a actuar contra la discriminación
racial en los empleos, come rcios, cole gios, lugares públicos, cargos de l Estado.
55 Se opinó que se ría importante emprende r la libe ración de las sociedades negras
de las he rencias deformadoras de Euse bio Mujal y el jueguismo.
En e l Pleno se abordó e l tema de los de re chos políticos. Se pronunciaron los allí
pre sentes por e l de re cho al voto desde los 18 años. Para aumentar los accesos a
la vida política de la juventud se de jó dicho que apoyaban la idea de que para
posee r el cargo de conce ja l, e l ciudadano debía tene r a l menos 18 a ños; para
alcalde y representante 20 años; para senador de 24 años en adelante y para se r
e legido como presidente y vicepre sidente habría que tene r más de 30 años. Se
estuvo de acue rdo en que los ex tranje ros que pe learon e l la gue rra civil dos años
o más podrían se r conside rados cubanos por nacim iento. Con respe cto a la
composición de l Gobie rno Provisional, afirmaron que los mode rados que en e l
Gabine te frenaban la voluntad política y re volucionaria de bían cede r e l paso ante
los elementos prorre volucionarios que e ran mayoría. Los puestos políticos debían
se r ocupados por figuras provenientes de la masa popular, según los reunidos.
Estos mismos dije ron que e l Ejé rcito Rebelde debe ría tene r de re cho de lle var sus
miembros más destacados a los puestos de pode r sin renunciar a las Fue rzas
Armadas. La re construcción de vías y pueblos destruidos durante la gue rra ocupó
un lugar e n la reunión. Se e videnció que todo planteamiento venía de la situación
autóctona cubana y no de l afamado dik tat moscovita o me rcancía ex tranje rizante
como se de cía del comunismo. Me rcancía foránea, demostraron paulatinamente
los comunistas mediante Hoy, e ra el anticomunismo. Estas pe ticiones fue ron
conside radas por la de re cha doméstica y ex te rna como presión comunista al
gobie rno re volucionario.
Presencia comunista cubana en el XXI Congreso del Comunista de la
Unión Soviética. Su repercusión
A inicios de 1959 se efe ctuó en Moscú, capital de la Unión Sovié tica y centro de l
comunismo inte rnacional, e l XXI C ongre so de l PCUS. Estas magnas asambleas
tenían gran resonancia e n los movimie ntos comunistas de dive rsos países, los
que estaban al tanto de los planteamientos allí emitidos. El PSP de C uba se ría
una de las organizaciones deseosas de captar toda expe rie ncia que se
desprendie ra de aque lla reunión. Además los comunistas cubanos, de estar
pre sentes e n e l congreso, brindarían información valiosa del contenido de la
Re volución, de su gé nesis, de sus prime ros pasos y esto ayudaría a ganar
simpatizantes con la causa cubana en e l ex te rior.
Del PSP asistió a aqué l gran aconte cimie nto Se ve ro Aguirre , como de legado de l
Com ité Nacional de dicha organización. Este manifestó varios se ntim ientos, que
iban desde la salutación y admiración hacia todos los partidos comunistas y
obre ros, hasta e l repudio a la propaganda de Estados Unidos contra Cuba.
Aguirre demostró su antiimpe rialismo al hace r uso de la palabra. Se re firió a
amenazas norteame ricanas de inte rve nción en Cuba y de pronósticos de boicot
e conómico. Planteó que los gringos trataban de separar a los partidos
progresistas con la finalidad de aislar a las izquie rdas y que, como he rram ienta
favorita para esa labor empleaban e l tan usado anticomunismo. Se ve ro Aguirre ,
en su afán de fam iliarizar lo aconte cido en Cuba, fue ra de su país, se dirigió ante
sus oye ntes y dijo que de l de rrocado Fulge ncio Batista se había mantenido
encaramado en e l pode r por e l inte rés yanqui de conse rvar sus privilegios y
mantene r la condición de estado-cliente o prote ctorado e n C uba. Añadió que,
aunque la reacción en e l pode r pe rsiguió a los comunistas, e l PSP no pe rdió su fe
en el pueblo. Expuso que los marx istas cubanos tomaron pa rte a ctiva en e l
movim iento insurre ccional y se negaron al putsch y al te rrorismo individual, lo
que fue inte rpretado por la prensa rea cciona ria doméstica como mue stra de robo
56 de mé ritos por e ste partido. Afirmó que su organización política en la
clandestinidad continuó su trabajo con las masas, lo que tuvo un costo
conside rable de vidas de líde res destacados. Dejó dicho que la búsqueda de la
unificación de las fue rzas re volucionarias de Cuba y la creación de lazos con e l
pueblo ya e ra algo estable cido en los momentos de la gue rra civil de 25 meses
que ocurrió en C uba. Elogió la victoria rebe lde . Refutó las ase ve raciones de la
im posibilidad de triunfos re volucionarios y antiimpe rialistas en Amé rica Latina.
Lo que más resultó e nfatizado y empleado poste riormente por Life, Times, La
Marina y Pre nsa Libre fue la afirmación de Aguirre de que la victoria de l Ejé rcito
Rebe lde fue posible de bido al balance de fue rzas e n e l esce nario inte rnacional y
al cre ciente pode río del campo socialista.
La prensa antes mencionada optó por dar a conoce r “que los comunistas cubanos
usurparon el mérito de principal fuerza de la Revolución y que hicieron esto
público en Moscú”. Además, esta expresión de Seve ro Aguirre de vincular e l éx ito
re volucionario cubano con e l ascenso socialista, fue un catalizador de reacción
anticomunista, explotado por la pre nsa fie l a la burgue sía. El propósito que
buscaba n e ra la rivalidad e ntre e l PSP y e l Movim iento 26 de Julio, y e l
desprestigio de l prime ro ante la opinión pública para que ésta e stuvie ra “ale rta”
ante la “ambición comunista” de dar un giro o inflex ión a la Revolución. El
pe riódico Hoy trató de deshace r e l mensaje dado por sus contrincantes,
publicando íntegro e l discurso de Se ve ro Aguirre , en sus páginas de l día 13 de
mayo de 1959 (página 1, columnas 4-5; página 4 columnas 1-2). Ante riorme nte,
Carlos Rafae l Rodrígue z, en su escrito “C izaña tarifada”, apare cido en Hoy el 7 de
fe bre ro de 1959, había de fendido a l tan a ta cado Se ve ro Aguirre , expresando que
Humbe rto Medrano, en Prensa Libre, pre te ndía
abrir una bre cha en la izquierda, fomentar cont radicciones entre Fidel Castro y
sus compañeros, de una parte, y nuestro Partido Socialista Popular, por la otra.
La vía empleada por Medrano es la mistificación de la política de los comunistas
cubanos y de la expresión de esa línea por el compañero Severo Aguirre desde la
tribuna del XXI Congreso del PCUS. Medrano presentó como palabras textuales
de Severo Aguirre un resumen cablegráfico imperfecto, trasmitido por agencias
periodísticas norteamericanas. Lo que el cable ofrece como manifestaciones de
Aguirre, y lo que interpreta malignamente Medrano, hay una diferencia radical;
según el cable, Severo Aguirre fue el que e n realidad se lanzó a la lucha para la
unificación de las fuerzas revolucionarias. Medrano con sus tergiversaciones, lo
que desea es dar a entender que los comunistas cubanos nos estamos
adjudicando la primacía en el desarrollo de la Revolución y desestimamos el
papel galvanizador de la Sierra, se ntenció Rodríguez.
Agre gó éste último que
lo que Severo quiso destacar fue tan solo el esfuerzo unitario del PSP con todas
las fuerzas revolucionarias. Según el cable, Severo Aguirre expresó que la
victoria Rebelde se debió al nuevo balance de fuerzas en el escenario
internacional. Medrano se afana en convertir ese pensamiento político en una
manifestación de desprecio hacia el heroísmo, el denuedo y el sacrificio del
pueblo cubano y hacia el Ejército Rebelde comandado por Fidel Castro. Lo que
quiso expresar fue que si no existiese la actual correlación de fuerzas, Estados
Unidos de América habría intervenido en Cuba. Además, el comentarista de
Prensa Libre pretende encontrar contradicción entre la lucha contra Batista y la
57 lucha antiimperialista.[4]
Controversias de figuras del PSP con la prensa tradicional y derechista
Carlos Rafae l Rodríguez planteó e n su artículo “C izaña tarifada” que e l PSP,
desde sus te sis, anticipaba que , en m uy bre ve tiempo, te ndría que producirse e l
deslinde entre las fue rzas que combatie ron a la tiranía. Era pre visible , puesto
que la oposición al tirano estuvo motivada por muy dive rsos motivos, y las
proye cciones de los opositores e ra dive rsa y hasta contrapuesta. Esa
multiplicidad de actitude s políticas de te rminaba que existie ra un a la de re cha de
la oposición que , según Carlos R afae l Rodríguez, no de bía confundirse con e l ala
de re cha de la Re volución, que se rían los mode rados o re formistas. La de re cha de
la Re volución, como la llamaría el dire ctor de Hoy, a dife rencia de aquella
de re cha que se oponía a Batista de momento, adm ite, con las lim itaciones de su
postura, transformacione s más o menos profundas. El intele ctual comunista
cienfuegue ro afirmó que la de re cha de la oposición estaba formada por aque llos
se ctores que , las más de las ve ces por rivalidade s políticas o resentim ientos
e conómicos de orden privado, entraban e n contradicción circunstancial con
Batista y pre fe rían un regre so a la normalidad institucional alte rada por e l
madrugonazo marxista o golpe de marzo de 1952.
En e l antes mencionado artículo “C izaña tarifada”, se expresó que los
orientadores y due ños de Prensa Libre pe rtene cían a la de re cha oposicionista,
a je na a los fine s revoluciona rios y portadores de rea cciona rismo y deseo de un
repliegue de la Re volución. Los criticados por Carlos Rafael Rodríguez se
de fendie ron de estos argumentos al plantear que esta figura comunista intentaba
estable ce r divisiones entre los cubanos.
Por otra parte , el Diario de la Marina planteó que la táctica comunista doméstica
de l momento consistía en apoyar al Pode r Re volucionario y a l Gobie rno
Provisional frente a los ataque s de sus enem igos impe rialistas y reaccionarios.
Sentenció que e l PSP hacía una dife renciación entre el Pode r Re volucionario de l
Ejé rcito Rebe lde , poseedor de un pode r real, y e l pode r de l Gobie rno Provisional,
que lo de tentaba forma lmente. Este pe riódico informa ba que un a ce rcamie nto
de los comunistas al nue vo gobie rno se ría una maniobra de aque llos con fines
oscuros La publicación añadió que e l Se cre ta rio Gene ral de este partido, Blas
Roca Calde río, lanzó ataques a los m iembros de l actual gobie rno sin ocultar
viole ncia.
El de cano de la prensa cubana, que calificó de malé vola dicha táctica, trataba de
cambiar de
ropaje al inte ntar adaptarse a la Re volución, pe ro de testaba la idea de un
ace rcamiento comunista con los demás revolucionarios.
Carlos Rafae l Rodríguez e n su escrito “Una difusión que agrade cemos”, apa re cido
en Hoy el 7 de febre ro de 1959, expuso que e l PSP le e staba agrade cido a La
Marina por dar a conoce r, inconscie ntemente, una parte de l pensam iento de su
organización y hace rle propaganda. Rodríguez aclaró que la propaganda positiva
que e l Diario de La Marina daba a conoce r sobre la simpatía de su partido por la
Re volución, no fue realizada de buena intención.
Ase ve ró que no se había he cho un ataque viole nto a m inistros del gobie rno, sino
“un análisis mesurado de las actitudes políticas de algunos miembros del
58 gabinete que seguían una política de retroceso y lentitud incompatible con la
marcha necesaria de la Revolución”.
Aseguró que Blas Roca “limita con precisión científica, las divisiones que existen
y que no son, como afirma La Marina, una siembra de una profunda división en
el seno de la familia cubana”. Estas divisiones a las que e l dirige nte hizo
re fe rencia, e ran las ya estable cidas por latifundistas, grandes come rciantes,
im portadores, grandes compañías monopolistas y otros grupos adve rsarios de l
nue vo ré gimen.
El sucesor de Aníbal Escalante en la dire cción de l Hoy planteó que e ra imposible
que el PSP sembrara divisiones entre cubanos, cuando e ra e vidente que pe día la
gran unidad.
No se trata de dividir -aseguró- sino de alertar a la inmensa mayoría del pueblo
para que comprenda cómo esa división, que surge de la estructura económicosocial del país, de la forma en que está repartida la sociedad y sus beneficios,
determina que ciertos sectores tengan intereses opuestos a la Revolución, puesto
que ésta, para ser verdadera, ha de contraer de raíz la fue nte de sus beneficios
ilegítimos y la expoliación.
O tra reacción del PSP ocurrió cuando e l señor Castañeda, de l Canal 12,
puntualizara que Juan Marine llo fue re puesto e n su cátedra por e l régimen de
Batista y que e l preside nte de dicho partido via ja ría a Moscú pronto. Hoy
comunicó que Marinello fue uno de los intele ctuale s pe rseguidos por fue rzas
represivas de l antiguo ré gimen y que re currió a los tribunales pa ra volve r a l
e je rcicio de la ense ñanza , obte nie ndo e l triunfo. Batista no cumplió la sentencia
de l Supremo y luego restable ció al dirigente comunista e n su puesto, como
forma de capturarlo, a l ir é ste a re clama r su lugar en la docencia. Al no
pre sentarse fue ce santeado y re ubicado solo por la Revolución.
El pe riódico Hoy, e l 7 de febre ro de 1959, e n e l titular “La e sté ril tarea de
calumniar a Juan Marine llo” expuso que de la m isma categoría es e l infundio
a ce rca de l viaje de este inte le ctual a Moscú. Pues e ra cie rto que esta figura
viajaría a dicha ciudad, pe ro lo que no e ra cie rto e ra que iba a pedir conse jos e
iba a dar muestras de sumisión y depende ncia ante ningún diktat, sino que iba a
participar en reuniones donde estarían prese nte hombres y m uje res de
dife rentes opiniones y países. Asistirían hindúes te osofistas, curas italianos,
científicos alemanes, e ntre otros.
El ante riorme nte mencionado pe riódico, e l día 15 de fe bre ro de 1959, publicó en
la prime ra de sus cuatro páginas “La Marina m iente e intriga”. Allí se puso al
descubie rto la mala fe de este diario proespañol y cente na rio. Fue a cusa do por
los que redactaban tempora lmente e n Me rcade res No. 162, y anhe laban regresar
a su local de Desagüe No. 108, clausurado por el pasado régimen, de provocador
e incitador de divisione s entre las fue rzas de izquie rda, por de dicarse a elaborar
inte rpre taciones de discursos, de claraciones y palabras de los dirigentes de l
pode r re volucionario, o de los miembros de l Gobie rno Provisional e n un sentido
anticomunista y anti-sovié tico. Hoy añadió que La Marina deseaba crear una
sensación inte rna e inte rnacional de imposibilidad e incompatibilidad de la unidad
entre las fue rzas democrá ticas y las que re chazaban al impe rialismo de l norte de
nuestro continente . El de cano de la prensa en Cuba afirmaba con se guridad que
los integrantes de l pode r democrático re volucionario y los otros e lementos
59 mode rados e n e l Gobie rno, negaban todo trato con los comunistas.
La elim inación del pre juicio anticomunista e ra una labor difícil que le tocaría
emprende r al PSP y a su pe riódico Hoy e n los momentos iniciale s de la
Re volución. Tambié n debían combatir de forma inte ligente las manife staciones
de intrigas que ge ne raban algunos artículos de La Marina que, con su visión
de re chista e incrédula con respe cto al comunismo, hacían cambios en las
palabras em itidas por figuras re volucionarias de l momento y las adaptaban al
clima anti-marxista que se re spiraba en O ccidente . El dia rio de 127 a ños
modificó palabras de Osvaldo Dorticós cuando éste compare ció ante un pane l de
te le visión, donde se le trató de arrancar una de claración contra e l de re cho de los
comunistas a organizarse como partido político e n nue stro país. El longe vo
pe riódico, tildado de pro-franquista, presentó a Dorticós como e nemigo de la
legalidad de l PSP. O tro tanto ocurrió con las palabras de l doctor Fe rnández,
Ministro de l Trabajo, en e l programa “Ante la Prensa”.
La Marina olvidó destacar que este Ministro, al que prese ntó como anti-socialista,
reafirmó que si los trabajadores e legían a los comunistas como sus
representante s sindicales, esa ele cción se ría re spe tada. Además, e nunció que no
le asustaba e l socialismo y que su inte rés consistía e n puntualizar que Fide l
Castro no había anunciado ninguna socia liza ción de la industria azuca re ra , sino
una posible adquisición de esa industria en el caso de que los propie tarios
ex tranje ros de la m isma se obstinasen e n utilizarla e n contra de Cuba y la
Re volución. El pe riódico Hoy en su controve rsia con los que hacían prensa desde
Prado y Te niente Rey afirmó: “Ahora no se arriesga (La Marina) todavía a
lanzarse contra ésta (la Revolución), ni atacar a Fidel. Pero intriga, pretende
dividir. Es una parte de su infame faena”.
Blas Roca escribió “Bohemia contrarrevolucionaria y pro-imperialista” pa ra e l
pe riódico Hoy del día 17 de febre ro de 1959 con motivo de la aparición en la
citada re vista, de unas palabras de R. Hart Phillips, quien se mostraba nada
favorable al re ciente cambio cubano. Este norteame ricano expresó que “los
comunistas cubanos estaban deseosos de obtener posiciones en el Gobierno
Provisional y quieren recuperar el indisputado mando que una vez ejercieron
sobre la CTC. Además proclaman apoyar al Gobierno, pero con exigencias al
unísono de demandas inmediatas”.
El pe riódico de los de l PSP informó en e sa oportunidad que para Bohemia y e l
New York Times el ve rbo más insultante puesto de moda “por los cojos de la
Revolución del 2 de enero” e ra apoya r. “Se muestra irritación por el respaldo
popular al Gobierno Provisional y al Poder Revolucionario, y afirma que lo del
pueblo no es apoyo, sino confianza” -sentenció Hoy. Además añadió que aquella
re vista reprodujo que los “cojos re volucionarios” proclaman que sostie nen al
gobie rno y ex ige n e l pago de esa supuesta ayuda como si fue ra una a cusa ción a l
PSP de estar lucrando con la política.
Blas Roca desmintió los planteamientos de estas publicacione s al sostene r que
los comunistas, que no e ran “cojos de la Re volución”, no lucraron y no ex igie ron
ningún pago por su apoyo a la Re volución que calificó de m uy real y nada
supuesto. Agregó a lo expresado que Bohemia sí se enrique ció cobrando por sus
reportajes, al igual que su dire ctor Migue l Ange l Que vedo. Aseguró que, a
dife rencia de la re vista, la prensa vinculada al PSP hizo propaganda de masas en
condiciones de pe ligrosa y costosa actividad clande stina en te rritorio regido aún
60 por fue rzas de l gobie rno dictatorial.
La prensa comunista llamó a que analizara de forma crítica al monopolio
re viste ril que tenía por líde r a Bohemia, que compró a Carteles y otras re vistas.
El remozam iento y mode rnización de los talle res y las compras de edificios por e l
magazín criollo, que en 1958 arribó a sus 50 años, e ra e l producto de las
facilidade s brindadas por los políticos que antaño estaban e ncaramados e n la
cima de l pode r político, y que la censura les e ra conveniente para su ge stión en
e l mando, informaba Blas Roca. Este último contrastó esto con la ocupación,
registro y saqueo al talle r de l pe riódico Hoy e n el septenio dictatorial, el cese de
las em isiones radiales de “1010” y las torturas y asesinatos a figuras de su
partido, como Saturnino Ane iro, Antonio Finalé , José María Pé rez, Fe lino
Rodríguez, Humbe rto Alvarez, Consantino Pé rez, Francisco La Rosa y Paquito
Rosales. El Se cre tario Gene ral de l PSP de stacó que, m ientras que los que
rodeaban a Que vedo incitaban a l re cha zo a l comunismo en Bohemia, e l BR AC
confiscaba la impre nta clandestina donde se editaba “Carta Semanal”.
Carlos Rafae l Rodríguez re dactó para el pe riódico que desde ese m ismo año
dirigie ra , el a rtículo “La Re volución y los comunista s”, que apa re ció el 24 de
fe bre ro de 1959. Este e scrito fue motivado por un artículo de André s Valdespino
en Bohemia. El prime ro calificó a Valdespino de exponente de una variante
libe ral y re novada de l anticomunismo, ya que no e ra partidario de la de rogación
de la existe ncia política de l partido de los marx istas, ni del exte rm inio de éstos,
pues se gún e l último, se cae ría e n lo m ismo que cometió al que se combatió si se
ne ga ra la libre expresión de los comunistas, pe ro se negaba al he cho de una
inflex ión al comunismo por parte de l nue vo régimen e n tiempos venide ros. Se
mostraba de acue rdo con la abolición de los grandes latifundios improductivos y,
sin re currir al modelo rojo, deseaba el fin de los desmanes de un capitalismo con
rostro inhumano y explotador, y garantizar condiciones de vida de corosa al
campesinado. Se re fe ría a la supresión de privilegios inicuos a monopolios
foráneos y domésticos, así como el ofre cim iento de tie rras a cubanos que
laboraban e n e llas.
Rodríguez en su redacción trasm ite que esa Re volución inmediata con que está
de acue rdo Valde spino, sin presencia comunista en la vida política cubana no
habría ex istido porque fue ron los de l PCC, PURC y PSP, los que actuaron como
catalizadore s de la radicalización re volucionaria durante un poco más de tres
de ce nios. Agregó que e ra muy fácil en e se momento a abusos capitalistas, pe ro
que quienes inauguraron tales acusaciones contra los defe ctos de ese modo de
producción, fue ron los m ilitante s de su organización política, sin que abogados ni
profesores católicos, como Valdespino, tomaran en su actividad ideas de tales
tesis. Añadió Carlos Rafae l Rodrígue z que la Reforma Agraria que anticipaba Fide l
Castro, e ra ya planteada desde hacía dé cadas por cubanos que militaban e n e l
partido político fundado por Me lla y Baliño en agosto de 1925. Aclaró que la
próxima Reforma Agraria re fe rida por Fide l Castro no e ra comunista. Se refirió a
que el radicalismo de los partidos no comunistas se lim itaba a las compras de
tie rras por campesinos guiados por Antonio Varona y los auténticos.
El se ntim iento nacional y e l anti-impe rialismo e ran patrimonio ex clusivo de los
tan criticados comunistas durante largos años, hasta que e n 1958 Fide l Castro
empezó a expre sarse e n e l lenguaje de la dignidad nacional, se ntenciaba e l
inte le ctual cienfuegue ro. Éste pa ra demostrar e l gran pape l de l pa rtido en e l
avance re volucionario planteó:
61 Hasta que en 1925 los comunistas intervinieron en la organización sindical
cubana, el capitalismo más regresivo campeó por su respeto entre vaguedades
reformistas y verbalismo anarquista. La fundación del Partido Comunista
introdujo la verdadera pelea por las reivindicaciones económicas el proletariado.
Sin arrogancias, los comunistas podemos reclamar el mérito de habe r abierto el
camino a todas esas ideas que ahora, al impulso de la Revolución encabezada
por Fidel Castro y sus compañeros, comienzan ya a no asustarnos, aunque hasta
un ayer muy cercano eran pocos los que se atrevían a sostenerlas fuera de
nuestras filas. Por lo visto, algunos insisten en establecer barreras artificiales
entre nuestra meta socialista y los objetivos de la Revolución democrática
liberadora y popular que las fuerzas dirigidas por Fidel, Raúl Castro, Ernesto
Guevara y otros héroes están llevando a la práctica. Sería un espejismo peligroso
guiarse por los resultados de “surveys” que arrojan un saldo de abrumadora
simpatía hacia el gobierno y Fidel Castro. Esa es la luna de miel provocada por el
derrocamiento de un tirano que ya perjudicaba a los mismos intereses que lo
apoyaron durante casi siete años. El idilio terminará.
Las ante riores palabras tenían el obje tivo de cuestionar la solidez y la ve racidad
de la simpatía y e l apoyo que Valdespino expresó que profesaba por la
Re volución.
Ni el imperialismo, ni los latifundistas, ni los otros sectores afectados por el
programa revolucionario, permanecerán bucólicamente tranquilos mientras se les
trunca. La batalla que nos espera será la mayor de la historia republicana (…)
habrá que conve nir en que no está excluida la posibilidad de nuevos encue ntros
armados (…) muchos de los que ahora posan de revolucionarios y loan a Fidel
pasarán al campo opuesto al no conseguir lo que se proponían con el elogio
interesado, ase ve ró Rodríguez.
Con e sas expre siones tal pare cía que se vaticinaban traiciones futuras, como las
de julio de 1959 de Pedro Luís Díaz Lanz, Rodríguez Tamayo y Urrutia, y en
octubre el inte nto de conjura de Hube rt Matos, como mue stras de negación de lo
caduco a morir ante el nue vo régimen al que se habían intentado adaptar.
También se plantea en “La Revolución y los comunistas”:
Esperamos que sean muchos los católicos que permanezcan en la trinchera y nos
gustaría encontrar en ella a Valdespino. De lo que sí puede estarse seguro es de
que allí se nos encontrará a los comunistas. Porque ésta es también nuestra
Revolución, la Revolución sin la cual Cuba no será libre. Y sólo una Cuba libre
puede ser transformada después en una Cuba Socialista.
Despué s continúa “Esta Revolución, sin ser comunista, necesita de los
comunistas, como de los católicos progresistas”. Esta expre sión e videncia la fe
de los comunistas en ascende r en la política ante las nue vas posibilidades de
libe rtad de acción, de palabra y pre nsa de que gozaban tras la instauración de l
Gobie rno Provisional y e l Pode r Re volucionario.
Notas
62 [1] Luis M. Buch: Gobierno Revolucionario Cubano. Génesis y primeros pasos,
pp.37.
[2] Pe riódico Revolución, 5 de ene ro de 1959, pp. .3.
[3] Vladimir Álvare z: “Batista, padre del comunismo”, 1959.
[4] Artículo apare cido en Hoy, 5 de febre ro de 1959, pp. 1, columnas 4-5, y pp.
3, columnas 4-5.
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