Revista BCV N° 1/2007 - Banco Central de Venezuela

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Revista BCV
Revista BCV
Revista BCV • Vol. XXI. N° 1. Caracas, enero-junio 2007 • ISSN: 0005-4720
Revista BCV
1941Caracas, Banco Central de Venezuela
Semestral
ISSN: 0005-4720
1. Moneda y banca
2. Género y cuentas nacionales
3. Comercio internacional
4. Pensamiento económico
© Banco Central de Venezuela, 2007
Hecho el depósito de Ley
Depósito Legal: pp 198602CS937
Dirección: Banco Central de Venezuela,
Edificio Sede, piso 3, Av. Urdaneta,
Esquina de Las Carmelitas, Caracas 1010
Dirección postal: Apartado 2017,
Carmelitas, Caracas 1010, Venezuela
Teléfono: (58-212) 801 5380
Fax: (58-212) 861 0021
[email protected]
www.bcv.org.ve
RIF: G-20000110-0
Producción editorial: Departamento de Publicaciones BCV
Diseño de carátula: Luis Giraldo
Diseño de la tripa: Ingard Gherembeck
Diagramación: Elena Roosen
Corrección: Hecsil Coello
Traducción: Anaína Rivero y José Fernández
Impresión: ??????????????????
Tiraje: 1.000 ejemplares
Las opiniones expresadas en esta revista son responsabilidad
exclusiva de los autores y no representan el criterio
del Banco Central de Venezuela.
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1, Caracas, enero-junio 2007 • ISSN 0005-4720
Contenido
Contenido
Presentación
13
Artículos
23
Hacia una redefinición
de las relaciones comerciales
entre Venezuela y Colombia
Alejandro Gutiérrez
77
Participación de los países
en desarrollo en las negociaciones
agrícolas de la Ronda Doha. Análisis
y evaluación de temas en discusión,
posiciones y perspectivas
Rita Giacalone
109
La integración financiera
latinoamericana a la luz
de la experiencia europea
Sary Levy Carciente y Ángel G. García
143
Redes neuronales artificiales
y modelos de series de tiempo:
un estudio comparativo simple
de pronósticos para la inflación
venezolana
Roberto E. Ferrer
Documentos
167
Introducción
José Moreno Colmenares
171
Discurso durante la entrega
del Premio Nobel, Muhammad Yunus.
Premio Nobel de la Paz 2006
181
Contribución de Finn Kydland
y Edward Prescott a la macroeconomía
dinámica: la consistencia en el tiempo
de la política económica y fuerzas
que impulsan los ciclos económicos
Real Academia de Ciencias de Suecia
Obras reseñadas
225
Arturo Uslar Pietri
Sumario de economía venezolana. Para alivio de estudiantes
229
Lourdes Urdaneta
Participación económica de la mujer y distribución del ingreso
231
Bernardo Ferrán
Los precios del petróleo
235
John Conrad Ortiz Manwaring
Habilidad de exposición en público
para organizaciones
Información editorial
Anexo
237
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
José Antonio Mayobre. Latinoamérica: economía y desarrollo
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1, Caracas, enero-junio 2007 • ISSN 0005-4720
Contents
Table of contents
Presentation
15
Articles
23
Towards a redefinition
of commercial relations between
Venezuela and Colombia
Alejandro Gutiérrez
77
Participation of third world countries
on agricultural negotiations
at the Doha Round. Analysis and
evaluation of subjects for discussion,
stances and perspectives
Rita Giacalone
109
Latin American Financial Integration
in the Light of the European
Experience
Sary Levy Carciente and Ángel G. García
143
Artificial Neuronal Networks and Time
Series Models: A Simple Comparative
Study of Inflation Forecasts
for Venezuela
Roberto E. Ferrer
Documents
167
Introduction
José Moreno Colmenares
171
Speech during Nobel Prize awards
ceremony, Muhammad Yunus, 2006
Nobel Peace Prize
181
Contribution by Finn Kydland
and Edward Prescott to dynamic
macroeconomy: Political economy
consistency in time and forces
that promote economical cycles
Swedish Royal Academy
of Science
Reviews 225
Arturo Uslar Pietri
Summary of Venezuelan economy.
For the relief of students
229
Lourdes Urdaneta
Women participation on economy
and income distribution
231
Bernardo Ferrán
Oil prices
235
John Conrad Ortiz Manwaring
Public Exhibition Ability for Organizations
Editorial Information
Appendix
237
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
José Antonio Mayobre. Latinoamérica: economía y desarrollo
(José Antonio Mayobre. Latin America: economy and development)
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1, Caracas, enero-junio 2007 • ISSN 0005-4720
Conteúdo
Conteúdo
Apresentação
16
Artigos
23
Para uma redefinição das relações
comerciais entre a Venezuela
e a Colômbia
Alejandro Gutiérrez
77
Participação dos países em
desenvolvimento nas negociações
agrícolas da Rodada Doha. Análise
e avaliação de temas em discussão,
posições e perspectivas
Rita Giacalone
109
A Integração Financeira
Latino-Americana à luz da Experiência
Européia
Sary Levy Carciente e Ángel G. García
143
Redes Neuronais Artificiais e Modelos
de Séries de Tempo: Um Estudo
Comparativo Simples de Prognósticos
para a Inflação Venezuelana
Roberto E. Ferrer
Documentos
167
Introdução
José Moreno Colmenares
171
Discurso durante a entrega do Prêmio
Nobel, Muhammad Yunus, Prêmio
Nobel da Paz 2006
181
Contribuição de Finn Kydland
e Edward Prescott à macroeconomia
dinâmica: a consistência no tempo
da política econômica e forças que
impulsionam os ciclos econômicos
Real Academia Sueca de Ciências
Obras resenhadas 225
Arturo Uslar Pietri
Sumário de economia venezuelana.
Para alívio de estudantes
229
Lourdes Urdaneta
Participação econômica da mulher e distribuição da renda
231
Bernardo Ferrán
Os preços do petróleo
235
John Conrad Ortiz Manwaring
Habilidade de exposição em público
para organizações
Informação editorial
Anexo
237
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
José Antonio Mayobre. Latinoamérica: economía y desarrollo
(José Antonio Mayobre. América Latina: economia e desenvolvimento)
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1, Caracas, enero-junio 2007 • ISSN 0005-4720
Contenú
Contenú
Présentation
18
Articles 23
Vers la redéfinition des relations
commerciales entre le Venezuela
et la Colombie
Alejandro Gutiérrez
77
Participation des pays en voie de
développement dans les négociations
agricoles du cycle Doha. Analyse
et évaluation des sujets en discussion,
points de vue et perspectives
Rita Giacalone
109
L’intégration financière latinoaméricaine selon l’expérience
européenne
Sary Levy Carciente et Ángel G. García
143
Le Réseau Neuronal Artificiel et
l’Analyse des séries chronologiques:
une étude comparative simple
des pronostiques pour l’inflation
au Venezuela
Roberto E. Ferrer
Documents
167
Introduction
José Moreno Colmenares
171
Discours aux prix Nobel, Muhammad
Yunus, Prix Nobel de la paix 2006
181
Contribution de Finn Kydland
et Edward Prescott pour la macroéconomie dynamique: la stabilité
de la politique économique au cours
du temps et les forces stimulant
les cycles économiques
L’Académie Royale des Sciences
de Suède
Comptes rendus 225
Arturo Uslar Pietri
Sommaire d’économie vénézuélienne.
Au secours des étudiants
229
Lourdes Urdaneta
Participation économique de la
femme et la distribution des revenus
231
Bernardo Ferrán
Les prix du pétrole
235
John Conrad Ortiz Manwaring
Habileté aux présentations orales
publiques pour des organisations
Information éditoriale
Anexo
Suplemento Biblioteca del Pensamiento Económico
José Antonio Mayobre. Latinoamérica: economía y desarrollo
(José Antonio Mayobre. Amérique latine: économie et développement)
237
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 13-20 • ISSN: 0005-4720
Presentación
Presentación
El número 1 del volumen XXI de la Revista BCV que corresponde al año 2007,
contiene en la sección artículos cuatro trabajos elaborados por especialistas que
se desempeñan profesionalmente en universidades venezolanas. Todos los asuntos
planteados en estos trabajos mantienen la orientación hacia el análisis de aspectos
relativos a la problemática económica, social y política de la región, así como de
Venezuela. Esta particular inclinación editorial prevalece actualmente en la Revista
BCV, ya que tiene el propósito de difundir las especificidades de nuestras sociedades no desarrolladas, las cuales no son objeto de la atención de las publicaciones de los centros académicos y de investigación de los países desarrollados,
más interesados –como es obvio– en acercarse al estudio de los fenómenos, hechos y procesos que le son propios y en divulgar los resultados de esas indagaciones en publicaciones y en idiomas, aparente y tradicionalmente percibidos
como poseedores de mayor impacto y visibilidad en el mundo científico, dado
la tradición de sujeción a las metrópolis e indudablemente, también en obediencia
al protagonismo de éstas en el desarrollo del conocimiento universal.
En razón de lo anteriormente expuesto, la revista le concede mayor énfasis a
materias concernientes a las economías periféricas antes que a las predominantes
en los grandes centros. Centros que tienen, además de una estructura y dinámica
económico-social acorde con la evolución que han logrado, un objeto de conocimiento correspondiente al entorno ecológico del medio físico y humano en
el cual se desenvuelven. Pensamos que resulta más atractivo para esa audiencia
foránea conocer de primera mano los hechos, procesos e investigaciones ocurridos en el Tercer Mundo, antes que leer de segunda mano y en otro idioma
los temas, metodologías, enfoques y circunstancias de sus propias latitudes, ya
transmitidas originalmente en su lengua materna por autores connacionales de
idéntica formación cultural.
14
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
El material de lectura de este número de la Revista BCV comprende en la sección
artículos el siempre importante y vigente tema del intercambio comercial entre
Colombia y Venezuela, abordado en un enjundioso y amplio ensayo que explora
la redefinición de las relaciones comerciales entre ambos países. Le sigue una
rigurosa disquisición y análisis relativos a la participación de los países no desarrollados en las negociaciones agrícolas de la Ronda Doha. A continuación se
reflexiona sobre la integración financiera latinoamericana y se establece un paralelo con la experiencia europea. Al mencionar el tema, vale la pena recordar
que la integración financiera de la región fue objeto de un seminario realizado
en la sala Manuel Egaña del Banco Central de Venezuela durante el año 2006,
convocado por los presidentes de los bancos centrales de Argentina, Brasil y
Venezuela, al cual asistieron como invitados especiales los presidentes de los
bancos centrales de Cuba, Ecuador, Haití y Uruguay, por lo que resulta oportuna
la publicación de este texto alusivo a la materia. Finalmente, la sección artículos
cierra con un trabajo técnico que trata sobre redes neuronales y modelos de series de tiempo, cuyo propósito es la realización de un estudio comparativo de
pronósticos para la inflación en Venezuela.
La sección documentos presenta la intervención del economista Muhammad
Yunus con ocasión de habérsele otorgado el Premio Nobel de la Paz en 2006 y,
en segundo término, el ensayo del Departamento de Información de la Real
Academia Sueca de Ciencias sobre la obra y trayectoria de investigación favorecida con el Premio Nobel 2004, concedido conjuntamente a los economistas
Finn Kydland de nacionalidad noruega y al estadounidense Edward Prescott,
“por sus contribuciones a la dinámica macroeconómica: la consistencia del
tiempo en la política macroeconómica y las fuerzas que regulan los ciclos
económicos”.
La sección obras reseñadas trae comentarios sobre cuatro títulos. Tres correspondientes a la Colección Memoria de la Economía Venezolana, reeditados por
el Banco Central de Venezuela y cuyos autores son Arturo Uslar Pietri, Lourdes
Urdaneta y Bernardo Ferrán, precedidos todos de análisis críticos de los economistas Isbelia Sequera Tamayo, Jorge Portillo y Policarpo A. Rodríguez, respectivamente. El cuarto título, Habilidad de exposición en público para organizaciones,
tiene el sello editorial Athena Press de Londres y es obra del economista y psicólogo John Conrad Ortiz Manwaring.
Esta entrega viene acompañada, como ya es tradición, del suplemento Biblioteca
del Pensamiento Económico, dedicado en esta oportunidad a reproducir ensayos
del renombrando economista venezolano José Antonio Mayobre Cova, agrupados
bajo el título genérico de Latinoamérica: economía y desarrollo.
Presentación / Presentation / Apresentação / Présentation
15
Presentation
Number 1 of volume XXI of Revista BCV, corresponding to the year 2007, has
four works on the Articles Section made by specialists working professionally
at Venezuelan universities. All of the subjects put forward on these works are
oriented towards the analysis of aspects related to the economical, social and
political problems of the region, as well as of Venezuela. This particular editorial
tendency prevails in the present in the Revista BCV, since it has the purpose of
spreading the specific characteristics of our developing societies, which are not
the subject of attention of the academic and research centers publications of
developed countries, more interested –obviously– in getting closer to the study
of the phenomena, facts and processes that are common to them, and on spreading the results of such investigations on publications and in languages apparently
and traditionally perceived as having a larger impact and visibility in the scientific
world, given the subjection tradition to metropolis and, without a doubt, also
following their prominence on the universal know­ledge development.
Considering the previous statements, the magazine gives a larger emphasis to
matters concerning peripheral economies compared to those predominant at the
great centers. Centers that have, besides an economical and social structure and
dynamic in harmony with the evolution they have achieved, a knowledge object
corresponding to the ecological environment of the physical and human circles
in which they perform. We think for that foreign audience it would be more attractive to know first hand about the facts, processes and investigations that took
place in the Third World, and not read about subjects, methodologies, approaches
and circumstances of their own latitudes secondhand and in another language,
already originally spread on their mother tongue by fellow countrymen with an
identical cultural background.
The reading material on this Revista BCV issue comprises the ever important
and modern subject of the commercial exchange between Colombia and Venezue­
la in the Articles Section, tackled on a substantial and broad essay that explores
the redefinition of the commercial relations between both countries. It is follo­
wed by a rigorous treatise and analysis related to the participation of developing
countries on the agricultural negotiations at the Doha Round. Next, a reflection
on Latin American economical integration and the establishment of a parallel
with the European experience. When mentioning the subject, it is worth remembering that financial integration in the region was the subject of a seminary held
at the Manuel Egaña hall of the Venezuela’s Central Bank in 2006, called by the
presidents of the central banks of Argentina, Brazil, and Venezuela, and also
attended by the presidents of the central banks of Cuba, Ecuador, Haiti and
Uruguay as special guests, which is the reason why the publication of this text
related to this matter is timely. Finally, the Articles Section closes with a technical
16
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
work dealing with neuronal networks and time series models, which purpose
is the execution of a comparative study of inflation forecasts in Venezuela.
The Documents Section presents the intervention of economist Muhammad
Yunus, on the occasion of him been awarded the Nobel Peace Prize 2006 and,
secondly, the essay of the Information Department of the Swedish Royal Acade­
my of Science, about the work and research career rewarded with the Nobel
Peace Prize 2004, jointly granted to Norwegian economist Finn Kydland and
American economist Edward Prescott, “for their contributions to the macroeconomic dynamic: time consistency on macroeconomic policy and the forces that
regulate the economical cycles”.
The Reviewed Works Section offers commentaries about four titles; three corres­
ponding to the Memoria de la Economía Venezolana Collection (Memory of
Venezuelan Economy), reissued by the Venezuela’s Central Bank, and which
authors are Arturo Uslar Pietri, Lourdes Urdaneta and Bernardo Ferrán, all of
them preceded by the critical analysis of economists Isbelia Sequera Tamayo,
Jorge Portillo and Policarpo A. Rodríguez, respectively. The fourth title, Public
Exhibition Ability for Organizations, has the Athena Press from London editorial
seal, and is the work of economist and psychologist John Conrad Ortiz
Manwaring.
This issue is accompanied by, as it is already a tradition, the supplement Biblioteca del Pensamiento Económico (Economical Thinking Library), this time dedicated to the reproduction of essays by renowned Venezuelan economist José
Antonio Mayobre Cova, grouped under the generic title “Latin America: Economy
and development”.
Apresentação
O número 1 do volume XXI da Revista BCV é do ano 2007, contem na seção Artículos quatro trabalhos elaborados por especialistas que trabalham profissionalmente em universidades venezuelanas. Todos os assuntos colocados nestes
trabalhos mantêm a orientação para o análise de aspetos relativos à problemática
econômica, social e política da região e da Venezuela. Esta particular inclinação
editorial prevalece atualmente na Revista BCV, já que tem o propósito de difundir
as especificidades das nossas sociedades não desenvolvidas, as quais não são
objeto da atenção das publicações dos centros acadêmicos e de pesquisa dos paí­
ses desenvolvidos, mais interessados –como é obvio– em se aproximar do estudo
dos fenômenos, fatos e processos próprios dele e em divulgar os resultados dessas
indagações em publicações e em línguas, aparente e tradicionalmente percebidas
Presentación / Presentation / Apresentação / Présentation
17
como possuidoras de maior impacto e visibilidade no mundo científico, dada a
tradição de sujeição às metrópoles e induvidosamente, também em obediência
ao protagonismo delas no desenvolvimento do conhecimento universal.
Em razão do exposto, a revista lhe concede maior ênfase a matérias concernentes
ás economias periféricas antes do que aquelas predominantes nos grandes
centros, centros que têm, além de uma estrutura e dinâmica econômico-social
relacionada com a evolução que têm conseguido, um objeto de conhecimento
correspondente ao entorno ecológico do médio físico e humano no qual se desenvolvem. Pensamos que resulta mais atrativo para essa audiência forânea
conhecer de primeira mão os fatos, processos e pesquisas acontecidos no Terceiro Mundo, antes do que ler de segunda mão e em outra língua os temas,
metodologias, enfoques e circunstâncias das suas próprias latitudes, já originalmente transmitidas na sua língua materna por autores conacionais de formação
cultural idêntica.
O material de leitura deste número da Revista BCV compreende na Seção Artigos
o sempre importante e vigente tema do intercâmbio comercial entre a Colômbia
e a Venezuela, abordado num substancioso e amplo ensaio que explora a redefinição das relações comerciais entre os dois países. Segue uma rigorosa disquisição
e análise relativos à participação dos países não desenvolvidos nas negociações
agrícolas da Rodada Doha. A continuação se reflete sobre a integração financeira
latino-americana e se estabelece um paralelo com a experiência européia. Ao
mencionar o tema, vale a pena lembrar que a integração financeira da região foi
objeto de um seminário realizado na sala Manuel Egaña do Banco Central da
Venezuela durante o ano 2006, convocado pelos presidentes dos bancos centrais
de Argentina, Brasil e Venezuela, ao que assistiram como convidados especiais
os presidentes dos bancos centrais de Cuba, Equador, Haiti e Uruguai, pelo qual
resulta oportuna a publicação deste texto que faz alusão à matéria. Finalmente,
a Seção Artigos encerra com um trabalho técnico que discorre sobre redes neuronais e modelos de séries de tempo, cujo propósito é a realização de um estudo
comparativo de prognósticos para a inflação na Venezuela.
A Seção Documentos apresenta a intervenção do economista Muhammad Yunus
em ocasião de ter-lhe outorgado o Prêmio Nobel da Paz em 2006 e, em segundo
término, o ensaio do Departamento de Informação da Real Academia Sueca de
Ciências sobre a obra e trajetória de pesquisa favorecida com o Prêmio Nobel
2004, concedido conjuntamente aos economistas Finn Kydland de nacionalidade
norueguesa e ao estadunidense Edward Prescott, “pelas suas contribuições à
dinâmica macroeconômica: a consistência do tempo na política macroeconômica
e as forças que regulam os ciclos econômicos”.
A seção Obras Resenhadas traz comentários sobre quatro títulos. Três correspondentes à Coleção Memoria de la Economía Venezolana (Memória da Economia
18
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Venezuelana), reeditados pelo Banco Central da Venezuela e cujos autores são
Arturo Uslar Pietri, Lourdes Urdaneta e Bernardo Ferrán, precedidos todos por
análises críticos dos economistas Isbelia Sequera Tamayo, Jorge Portillo e Policarpo A. Rodríguez, respectivamente. O quarto título, Habilidade de exposição
em público para organizações, tem o selo editorial Athena Press de Londres e
é obra do economista e psicólogo John Conrad Ortiz Manwaring.
Este número vem acompanhado, como já é tradicional, pelo suplemento Biblioteca
del Pensamiento Económico (Biblioteca do Pensamento Económico), dedicado
nesta oportunidade a reproduzir ensaios do renomado economista venezuelano
José Antonio Mayobre Cova, agrupados baixo o titulo genérico de “América Latina: economia e desenvolvimento”.
Présentation
Le numéro 1 du volume XXI de la Revista BCV, correspondant à l’an 2007,
contient dans la section d’articles, quatre travaux écrits par des spécialistes, des
professeurs des universités vénézuéliennes. Tous les sujets proposés dans ces
travaux portent sur l’analyse d’aspects liés à la problématique économique, sociale et politique de la région, et plus spécifiquement du Venezuela. Cette tendance de l’éditoriale prévaut actuellement dans la Revista BCV, avec l’objectif de
diffuser les particularités de nos sociétés en développement, qui ne sont pas en
général l’objet d’attention des publications des centres académiques ou de recherche des pays industrialisés. Ce type de centre est plutôt intéressé –évidemment– à se rapprocher de l’étude des phénomènes, faits et processus propres et
à diffuser les résultats de ces recherches dans certaines publications et langues,
apparemment et traditionnellement perçues comme celles ayant plus d’impacte
et visibilité dans la communauté scientifique, vue la dépendance des métropoles
et sans aucun doute obéissant aussi à leur rôle de protagonistes dans le développement du savoir universel.
Tenant compte de cette situation, la revue met l’emphase sur les sujets concernant
les économies périphériques et non celles prédominantes dans les grands centres,
qui possèdent par ailleurs un système et une dynamique économique-sociale
concordant avec l’évolution qu’ils ont achevé, de même qu’un objet d’étude
correspondant à l’entourage écologique du moyen physique et humain dans lequel ils se développent. Nous pensons qu’il devient de plus en plus attirant pour
le public étranger de connaître, de toute première main, les faits, les processus
et les recherches concernant au Tiers Monde, au lieu de lire, de deuxième main
et dans une autre langue, les sujets, les méthodologies, les approches et circonstances de leur propre région, transmises originellement, dans leur langue maternelle, par des auteurs compatriotes avec la même formation culturelle.
Presentación / Presentation / Apresentação / Présentation
19
Le matériel de ce numéro de la Revista BCV comprend, dans la section Articles,
le sujet toujours en vigueur et d’importance de l’échange commerciale entre la
Colombie et le Venezuela, abordé dans un essai ample et substantiel ou il s’aborde
la redéfinition des relations commerciales entre les deux pays. Ensuite, nous
trouvons une réflexion et une analyse rigoureuses de la participation des pays
en voie de développement dans les négociations agricoles du cycle DOHA. En
outre, il se présente la réflexion sur l’intégration financière latino-américaine en
traçant un parallèle entre cette région et l’expérience européenne. Notamment,
il est intéressant de remarquer que la publication de ce texte est assez opportune,
car l’intégration financière de la région a été l’objet d’un séminaire tenu à la salle
Manuel Egaña, à la Banque Centrale du Venezuela, au cours de l’année 2006,
convoqué par les présidents des banques centrales de l’Argentine, le Brésil et le
Venezuela, et auquel les présidents des banques centrales de Cuba, de l’Équateur,
d’Haïti et de l’Uruguay ont assisté en tant qu’invités spéciaux. Finalement, la
section Articles culmine avec un travail technique sur les réseaux neuronaux et
l’analyse des séries chronologiques, dont l’objectif est de réaliser une étude
comparative de pronostiques pour l’inflation au Venezuela.
La section Documents présente, d’une part, l’intervention de l’économiste Muhammad Yunus, à l’occasion d’avoir reçu le prix Nobel de la paix en 2006, et
d’autre part, l’essai du Département d’information de l’Académie royale suédoise
des sciences sur l’historique des recherches, lauréat du prix Nobel 2004, remis
conjointement aux économistes, le norvégien, Finn Kydland et l’américain, Edward Prescott, “au sujet de leurs contributions par rapport à la dynamique
macro-économique : la stabilité du temps dans la politique macro-économique
et les forces qui règlent les cycles économiques”.
La section Comptes rendus apporte des commentaires sur quatre titres: trois
correspondent à la collection Memoria de la Economía Venezolana (mémoire
de l’économie vénézuélienne), réédités par la Banque Centrale du Venezuela et
dont les auteurs sont Arturo Uslar Pietri, Lourdes Urdaneta et Bernardo Ferrán.
Chaque article est précédé aussi d’une analyse critique de la part des économistes
Isbelia Sequera Tamayo, Jorge Portillo et Policarpo A. Rodríguez, respectivement.
Le quatrième titre, “Habilidad de exposición en público para organizaciones”
(habileté aux présentations orales publiques pour des organisations) a été édité
par Athéna Press de Londres et son auteur est l’économiste et psychologue John
Conrad Ortiz Manwaring.
En continuant avec la tradition, ce numéro s’accompagne du supplément Biblioteca del Pensamiento Económico (bibliothèque de la pensée économique), consacré dans cette opportunité à présenter des essais du renommé économiste
vénézuélien José Antonio Mayobre Cova, regroupés sous le titre générique
“L’Amérique latine: économie et développement”.
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Artículos
Artículos
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 23-75 • ISSN: 0005-4720
Hacia una redefinición de las relaciones comerciales
entre Venezuela y Colombia
Gutiérrez
Alejandro Gutiérrez*
Resumen
El análisis y desarrollo de este artículo muestra cómo la zona de libre comercio, iniciada en 1992 en el marco del Acuerdo de Cartagena, entre otras, ha
permitido que Venezuela aumente el valor de sus exportaciones no petroleras
y las diversifique, así como que reduzca la concentración y dependencia de
las exportaciones de hidrocarburos.
Palabras clave: Libre comercio / Exportaciones / Relaciones comerciales
Código JEL: F0; F1; F2
* Economista (Universidad de Los Andes) con maestría en Economía Agrícola (Iowa State
University) y PhD (mención honorífica) en Estudios del Desarrollo (Cendes-Universidad
Central de Venezuela). Director de la Escuela de Economía de la ULA (1985-1988) y profesor
titular de FACES-ULA. Ha publicado varios libros y artículos científicos sobre temas relacionados con economía y políticas agroalimentarias e integración económica y desarrollo económico. Correo electrónico: [email protected]
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
24
Abstract
The analysis and development of this article shows how the free trade zone,
started in 1992 in the framework of the Cartagena Agreement, among others,
has allowed for Venezuela to increase the value of its non-oil exports and to
diversify them, as well as to reduce the concentration and dependence of
hydrocarbon exports.
Keywords: Free trade / Exports / Commercial relations
JEL Code: F0; F1; F2
Resumo
O análise e desenvolvimento deste artículo mostra como a zona de livre comércio, iniciada em 1992 no âmbito do Acordo de Cartagena, entre outras,
tem permitido que a Venezuela aumente o valor das suas exportações não
petroleiras e as diversifique, assim como que reduza a concentração e dependência das exportações de hidrocarbonetos.
Palavras chave: Comércio livre / Exportações / Relações comerciais
Código JEL: F0; F1; F2
Résumé
L’analyse et le développement de cet article montre la manière dans laquelle
la zone de libre échange, qui a vu le jour en 1992 dans le cadre de la Convention de Cartagena, entre autres, a permis au Venezuela d’augmenter la valeur
de ses exportations non-pétrolières et de les diversifier, de même que de réduire la concentration et la dépendance des exportations d’hydrocarbures.
Mots clés: Commerce libre / Exportations / Relations commerciales
Code JEL: F0; F1; F2
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
25
Introducción
Colombia y Venezuela comparten lazos históricos y una frontera de 2.219 km
Presentan además similitudes en su cultura, en su grado de desarrollo industrial
y en sus patrones de consumo. Los niveles de comercio desde la disgregación
de la Gran Colombia (1830) siempre han sido importantes en la frontera, superiores a los que las estadísticas nacionales reflejan. Las poblaciones de las áreas
de frontera siempre han tenido estrechas relaciones familiares, comerciales y
culturales, independientemente de la voluntad de los gobiernos de ambos países.
No obstante, se reconoce que en los períodos en los cuales las políticas facilitan
el comercio y las economías de los dos países crecen, el intercambio se incrementa. Colombia y Venezuela, para decirlo en el lenguaje de los economistas,
debido a su vecindad geográfica, similitudes culturales en patrones de consumo,
grado de industrialización, a la creciente complementariedad y aumento del comercio de carácter intraindustrial, son socios naturales1. En otro trabajo (Gutiérrez,
2006:166) se ha argumentado que “…a pesar de los diferendos y controversias
que tradicionalmente han marcado las relaciones políticas y diplomáticas entre
Colombia y Venezuela, la condición de socios naturales y la racionalidad propia
de los negocios termina por imponerse, aprovechando las oportunidades que
surgen en medio de los escenarios adversos al fortalecimiento de la integración
entre ambas naciones”.
Durante el lapso 1989-1998 Colombia y Venezuela tuvieron un período de intensificación de las relaciones económicas, en el marco de decisiones de política
exterior que minimizaron las tradicionales controversias en materia de límites
territoriales y fomentaron el resurgimiento de la integración Andina. Esto en un
contexto en el cual los dos países instrumentaron políticas económicas de fuerte
orientación hacia el mercado. Desde 1999, sin embargo, se han evidenciado las
diferencias entre los gobiernos de ambos países sobre el modelo de desarrollo
a seguir, la política exterior, la estrategia de inserción en los mercados internacionales, la relación con la potencia hegemónica (Estados Unidos) y el concepto
de la integración. Mientras el Gobierno de Venezuela marca distancias y agudiza
su oposición al rol hegemónico de Estados Unidos en el mundo, Colombia propicia un acercamiento político y económico con ese país. Entre tanto, Venezuela
1
Según un estudio realizado por la Comunidad Andina de Naciones (2004) se estimaba
que los índices de complementariedad comercial de Colombia con Venezuela aumentaron
desde 0,34 promedio 1990-1991 (antes del inicio de la liberación del comercio) a 0,74 promedio 1999-2000. En el caso de Venezuela el índice de complementariedad con Colombia
aumentó desde un promedio de 0,51 en 1990-1991 a 0,55 en 1999-2000, con un valor máximo de 0,84 en 1995. Posteriormente se analizará el carácter creciente del comercio intraindustrial y sus implicaciones positivas.
26
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
decidió en 2006 su salida de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), del
Grupo de los tres (G3) (Colombia, México y Venezuela) e ingresó como socio
pleno al Mercado Común del Sur (Mercosur). Tanto Colombia como Venezuela
y su demás socios de la CAN tienen acuerdos de complementación económica
con Mercosur. Venezuela además ha propuesto la Alternativa Bolivariana para
las Américas (ALBA) como el modelo de integración a seguir. Los principios
rectores de la propuesta ALBA son: la complementación, la cooperación, la solidaridad y el respeto a la soberanía de los países2. Venezuela se opone al carácter
puramente comercial de los acuerdos de integración vigentes. Para ello propone
una integración donde lo comercial no sea prioritario y se fortalezca la integración
en lo político y social, se creen fondos de compensación y se otorgue un
tratamien­to diferenciado para los países de menor desarrollo (reconocimiento
de asimetrías).
La firma de un acuerdo de libre comercio entre Colombia y Estados Unidos y
entre Perú y Estados Unidos sirvió de argumento para que el Gobierno de Venezuela decidiera, el 22 de abril de 2006, denunciar el Acuerdo de Cartagena,
de conformidad con lo establecido en el artículo 135 del referido instrumento3.
Así, se iniciaba el proceso de salida de Venezuela de la Comunidad Andina de
Naciones (CAN), y en consecuencia, las relaciones económicas binacionales
entraban en una nueva etapa. Con esta decisión se ponían en peligro los logros
alcanzados en materia de integración económica binacional, sobre todo a partir
de 1992, cuando Colombia y Venezuela decidieron, adelantándose al resto de
sus socios en la CAN, iniciar una zona de libre comercio, en la práctica una imperfecta unión aduanera.
A pesar de que desde 1999 las relaciones políticas y económicas entre Venezuela
y Colombia han estado marcadas por las diferencias y las controversias, debe
destacarse que el comercio bilateral luego de la fuerte caída del período 19992003, desde 2004 y hasta el presente ha mostrado un crecimiento sin precedentes,
alcanzando el monto de lo transado niveles récord. Tal resultado se explica básicamente por varios factores. En primer lugar, la condición estructural y subyacente
de socios naturales de ambos países. En segundo lugar, el respeto, sin negar las
excepciones y las controversias comerciales, de ambos gobiernos por la institucionalidad, aún vigente, de la unión aduanera (CAN), lo cual comprende la normativa que rige la zona de libre comercio. Este aspecto debe destacarse porque
2
Para más detalles véase el portal del ALBA: http://www.alternativabolivariana.org/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=1&page=2.
3
Carta enviada por el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela (Alí Rodríguez
Araque) a la presidenta y demás miembros de la Comisión de la Comunidad Andina de
Naciones, con fecha 22 de abril de 2006.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
27
muestra que a pesar de las diferencias ideológicas y de política exterior que tienen los gobiernos, y a pesar de que Venezuela aplica un control de cambios,
de precios y restricciones de carácter comercial desde 2003, queda un espacio
para el pragmatismo. Esto en definitiva, como lo muestran los resultados de los
últimos años, termina por beneficiar a ambos países y evidencia el peso importante que los Gobiernos de Colombia y Venezuela le dan a sus relaciones políticas
y económicas dada su condición de países vecinos. En tercer lugar, el crecimiento
de las economías de los dos países, en especial de Venezuela, cuyo Producto
Interno Bruto (PIB), impulsado por el incremento de los ingresos fiscales del
petróleo, ha crecido a la tasa media anual de 13,5% durante el lapso 2003-2005,
mientras que en 2006 se estima un aumento del 10,3% (Banco Central de Venezuela BCV, 2006). Colombia por su parte ha tenido tasas de crecimiento del PIB
superiores al 5% como promedio anual para el período 2004-2006. Para­lelamente
a ese crecimiento, los dos países han incrementado sustancialmente sus importaciones de bienes y servicios tanto las provenientes del resto del mundo como
las que se hacen entre ellos, por lo que el comercio bilateral se ha incrementado
alcanzando montos, tanto en valores nominales como reales, sin precedentes
históricos.
Dado el contexto anterior, este artículo pretende alcanzar los siguientes objetivos:
a) presentar, de manera breve, la evolución histórica de las relaciones económicas
entre Venezuela y Colombia; b) analizar la evolución del comercio binacional y
de los patrones de comercio que se han conformado, en especial, después de
1992, cuando Venezuela y Colombia iniciaron una zona de libre comercio;
c) analizar algunos de los efectos dinámicos que han surgido como consecuencia
del aumento del comercio bilateral, y d) con base en la importancia que para
la economía de Venezuela tiene el mercado de Colombia y el patrón de comercio
que se ha conformado, plantear la necesidad de redefinir las relaciones comerciales binacionales, una vez que Venezuela ha decidido abandonar la CAN. Se
asume que aún sin la participación de Venezuela en la CAN es necesario crear
un nuevo marco legal que permita preservar hasta donde sea posible la libertad
de los intercambios por los efectos positivos que éstos han tenido y tienen sobre
el desarrollo económico de Venezuela. El artículo enfatiza el tema de las relaciones comerciales, en el contexto del proceso de la integración binacional,
porque considera que si bien la integración no es exclusivamente de comercio,
éste, sin duda alguna, constituye un eje articulador que crea bases sólidas para
promover la integración y la cooperación en lo político, lo social, el desarrollo
de la infraestructura y de las zonas de fronteras.
28
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Evolución de las relaciones económicas binacionales
Desde la disolución de la Gran Colombia en 1830 y hasta 1989, las relaciones
entre Venezuela y Colombia estuvieron influenciadas por los problemas relacionados con la delimitación de fronteras terrestres (hasta 1941) y de las áreas marinas y submarinas en el golfo de Venezuela (Ramírez León, 1997; Ramírez V.,
Cardoso, Ramírez, Hernández y Jaffe, 1999). A esto se sumaba la disparidad de
políticas económicas y la vigencia del modelo de desarrollo hacia adentro, basado
en la sustitución de importaciones, con fuertes restricciones al comercio internacional que impedían concretar los acuerdos de liberación del comercio entre
los países miembro del Pacto Andino. A pesar de esta situación conflictiva, históricamente siempre han existido fuertes lazos comerciales entre Colombia y
Venezuela en las áreas fronterizas, no siempre detectadas por las estadísticas
oficiales4. Esto se debía a que parte de las transacciones comerciales se daban
al margen de las normas legales establecidas desde Bogotá y Caracas. Además,
debido a la mayor estabilidad política y fortaleza económica de Venezuela, durante la mayor parte del siglo xx, se produjeron fuertes migraciones de población
colombiana hacia Venezuela.
Puede decirse que hasta 1989, con la Declaración de Caracas (febrero de 1989) y
posteriormente, en marzo de ese mismo año, cuando se firmó la Declaración de
Ureña, suscrita por los presidentes Virgilio Barco (Colombia) y Carlos Andrés Pérez
(Venezuela), las relaciones bilaterales estuvieron marcadas por las discusiones en
torno a los problemas limítrofes y la violencia guerrillera en las áreas de frontera5.
4
Urdaneta (2005:224-225) denomina integración espontánea a las relaciones económicas,
sociales y culturales que se dan entre los pobladores de la frontera, y la define como “un
tejido social homogéneo con estrechos lazos de amistad, familiares, económicos, laborales,
comerciales, con plena convivencia, en franca solidaridad y paz. Es difícil encontrar enfrentamientos entre los de un lado y los del otro porque prácticamente son la misma gente… Ha
habido políticas que han intentado vanamente separar estas comunidades, pero la realidad
histórica existente ha privado por encima de los obstáculos artificiales que han querido colocarse para impedir el que hayan perdurado en su estado de franca convivencia vecinal”.
5
No se pretende desconocer algunos antecedentes que dan cuenta de esfuerzos por formalizar las relaciones comerciales entre ambos países. Iturbe de Blanco (1997:2) menciona
como antecedentes históricos relevantes, en los cuales se le daba especial importancia a las
relaciones comerciales bilaterales, el Tratado Romero-Pombo firmado en 1842. En ese tratado
se establecía la libertad de comercio y navegación entre ambos países, las cuales deberían
ser perpetuamente obligatorias. No obstante, las relaciones económicas no fueron fluidas por
los problemas limítrofes y otros factores. En el siglo xx, en la década de los cuarenta, vale la
pena mencionar la construcción del puente internacional en la frontera Estado Táchira-Santander del Norte; Colombia envió su primera misión comercial y se logró el primer acuerdo
para regular el comercio de la sal, ganado y mercancías en tránsito. La instauración de una
dictadura en Venezuela desde 1948 y hasta enero de 1958 congeló las relaciones
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
29
Las relaciones se habían enfriado, sobre todo a raíz del incidente de la corbeta
Caldas que penetró en aguas venezolanas en agosto de 1987. Este incidente llevó
la relación entre ambos países a su nivel más bajo en muchos años e hizo que
surgiera la hipótesis de un conflicto bélico (Ramírez León, 1997).
La Declaración de Ureña (Venezuela, marzo, 1989) creó el ambiente necesario
para descongelar las relaciones políticas y económicas entre ambos países. Todo
ello en el marco del fortalecimiento del discurso integracionista y el inicio de reformas económicas con orientación de mercado en ambos países. El esquema
político de la declaración contemplaba la necesidad de descongelar las relaciones,
de controlar sin agresividad los efectos nocivos del intercambio fronterizo, de mejorar los vínculos entre los estados nacionales y las sociedades locales, y de ajus­­tar
el proyecto integracionista de la colectividad binacional a los respectivos intereses
nacionales (Urdaneta y León, 1991).
La Declaración de Galápagos (Ecuador) firmada por los presidentes de los países
miembros del Pacto Andino en diciembre de 1989 permitió definir una nueva
estrategia para avanzar en la integración subregional. En el nuevo diseño estratégico se contemplaba un abandono de las tendencias proteccionistas del pasado
que caracterizaron al modelo de industrialización sustitutiva de importaciones.
Se trataba de promover una integración más coherente con el concepto de regionalismo abierto6.
En marzo de 1991, el presidente de Colombia César Gaviria Trujillo y el de Venezuela Carlos Andrés Pérez firmaron en Caracas el Acuerdo sobre la profundización del diseño estratégico del proceso de integración andina entre la República
comerciales. Pero, en las áreas de frontera se mantenía el tradicional intercambio de mercancías a pesar de la falta de voluntad política para estimularlas. En 1958, con la instauración de
un régimen democrático en Venezuela, se retoman las iniciativas para regular los flujos comerciales y se crea un espacio más propicio para la cooperación. Este nuevo escenario termina por canalizarse a través del Acuerdo de Cartagena-Pacto Andino, una vez que Venezuela
se adhirió a ese acuerdo de integración en 1973, cuatro años después de su creación.
6
Para la Comisión Económica para América Latina (Cepal) (1994) el regionalismo abierto
se define como un proceso que: a) promueve políticas que estimulen la integración, pero
que a su vez, son compatibles y/o complementarias con políticas que fortalecen la competitividad internacional; b) estimula el surgimiento de bloques de comercio más constructivos,
transparentes y promotores del libre comercio. Esto significa que los acuerdos de integración
deberían tender a la eliminación de barreras aplicadas al comercio de la mayoría de los
bienes y servicios entre los países miembros de los bloques, mientras que también se promueve una mayor liberación del comercio con terceros países (no miembros de los acuerdos)
y se facilita la entrada de otros a los esquemas de integración. En síntesis, el regionalismo
abierto trata de aprovechar los avances producidos por la integración de facto, producida por
la liberación unilateral del comercio, reforzándolos con políticas que promuevan la competitividad de la región y fortalezcan una economía internacional más abierta y transparente.
30
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
de Venezuela y la República de Colombia. En ese documento se expresaba la
voluntad política de ambos países de ir más allá del puro incremento de comercio
binacional, para avanzar hacia formas de reestructuración y complementación
industrial entre los dos países, con miras a avanzar hacia el objetivo de insertarse
competitivamente en el nuevo orden internacional. Además, se le daba importancia relevante a la participación del sector privado de ambas naciones y se
creaban mecanismos para mejorar los flujos de transporte, liberar los controles
aduaneros, crear acuerdos de cooperación interempresarial y formar cámaras
binacionales de integración (Córdova, 1996).
En el Acta de Barahona (firmada en Cartagena-Colombia en diciembre de 1991),
los países miembros del Grupo Andino reafirmaron el compromiso, previamente
suscrito en La Paz (Bolivia, noviembre de 1990), de establecer una zona de libre
comercio a partir de 1992. Enero de 1992 se fijó como la fecha límite para la reducción de los aranceles, y a partir de 1994 entraría en vigencia la unión aduanera.
Bolivia, Colombia y Venezuela se incorporarían a la zona de libre comercio a
partir de enero de 1992, mientras que Ecuador y Perú lo harían a partir de julio
de ese mismo año. Además, se definieron las características de lo que sería el
Arancel Externo Común (AEC) para constituir la unión aduanera a partir de 1994,
así como otras decisiones importantes en cuanto a armonización de políticas
comerciales, propiedad intelectual y el inicio de conversaciones con otros países
para fortalecer la integración en América Latina (Rodríguez Mendoza, 1993).
Sin embargo, ante la lentitud con que se avanzaba en las negociaciones entre
los países andinos, así como las dificultades que se esgrimían para instrumentar
la zona de libre comercio y la aplicación del AEC sobre todo de parte de Ecuador
y de Perú, los presidentes de Venezuela y Colombia decidieron acelerar la integración económica entre ambos países y aplicar el AEC a partir de 1992. Con
esta actitud se adelantaban al resto de los miembros del Grupo Andino en la
constitución de un área de libre comercio y en la definición del AEC, para
avanzar hacia la conformación de una incompleta unión aduanera a partir de
1992. El marco legal estaba contemplado en el Acta de Barahona y el mismo se
había fortalecido con la firma de la Declaración de Maiquetía por los presidentes
de Colombia y Venezuela (en 1992). En esta declaración se establecieron los
compromisos que regirían las relaciones comerciales entre ambos países.
En febrero de 1992, Colombia y Venezuela liberaron el comercio y adoptaron el
AEC. Además de la libre circulación de mercancías y de la adopción de un AEC7,
7
Desde el inicio del acuerdo de libre comercio, a comienzos de 1992, y hasta la conformación de la unión aduanera con la entrada en vigencia del AEC en el área del Grupo Andino
(GRAN) en 1995, Colombia y Venezuela mantuvieron un arancel externo común (AEC) para
el 92,6% del universo arancelario. El AEC tenía cuatro niveles (5%, 10%, 15% y 20%). Las
diferencias se daban básicamente en bienes de capital, materiales de transporte, productos
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
31
se acordó que el comercio bilateral quedaba sujeto a las normas de origen de
los bienes establecida por la Junta del Acuerdo de Cartagena (Junac). Según éstas,
los productos provenientes de cada país miembro del Grupo Andino deberían
incorporar como mínimo un valor agregado de 50%. Con la decisión tomada,
desde marzo de 1992, las mercancías comenzaron a circular libremente sin el
pago de aranceles aduaneros, previo cumplimiento de las normas de origen ya
mencionadas. La actitud asumida por Colombia y Venezuela sirvió para presionar
a los gobiernos de Bolivia y Ecuador, que decidieron incorporarse a la zona de
libre comercio a finales de 1992 (Rodríguez Mendoza, 1993). Para febrero de 1993
la zona de libre comercio entre Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela era una
realidad en el seno del Grupo Andino. Posteriormente, en 1995, con la adopción
de un AEC no aplicable a todo el universo arancelario, se iniciaría la imperfecta
unión aduanera de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) 8.
químicos, textiles y productos agropecuarios (Francés y Palacios, 1995). La diferencia en el
caso de los productos agropecuarios era, sobre todo, en los productos que cada país incluía
en el esquema de banda de precios, las formas de calcular el precio piso y las sobretasas
arancelarias (arancel variable), etc. Esta diferencia se eliminó, en 1995, cuando ambos países
adoptaron totalmente el Sistema Andino de Franjas de Precios (SAFP), aprobado para la
Comunidad Andina de Naciones (CAN), según decisión 370. El SAFP es aplicado por Colombia, Ecuador y Venezuela.
8
Las características iniciales del AEC de la CAN, aprobado el 26 de noviembre de 1994 y
vigente desde 1995, fueron las siguientes: a) estructura escalonada de 5%, 10%, 15% y 20%
de acuerdo con el valor agregado de las mercancías; b) en el sector agropecuario se utilizaba el Sistema Andino de Franjas de Precios (SAFP) para un grupo de productos y partidas
arancelarias consideradas sensibles y de alta volatilidad de precios en los mercados internacionales. Este sistema permite cobrar un arancel ad valorem variable cuando la mercancía
importada tiene un precio inferior al precio piso de la banda y reducir el arancel hasta cero
cuando el precio de la mercancía importada está por encima del precio techo de la banda.
Sólo Colombia, Ecuador y Venezuela aplican el SAFP; c) el sector automotriz aplicaba aranceles más elevados (35%) y se rige por el Convenio Automotor; d) Perú todavía permanece
fuera del AEC aunque está en un período de adaptación; e) Bolivia, dadas sus limitaciones
geográficas (altos costos de transporte), sólo aplica un arancel de 5% y 10%; f) Ecuador
tiene el derecho de apartarse en cinco puntos porcentuales de la estructura arancelaria para
900 subpartidas; g) 34 subpartidas pertenecientes a productos sanitarios y educativos tienen
un arancel cero; h) para los bienes no producidos en la región se puede reducir el arancel
hasta en 55% para materias primas y bienes de capital. Las excepciones para bienes no
producidos abarcaban el 34% del universo arancelario (2.227 bienes). El 14 de octubre de
2002, según la Decisión 535 de la CAN se acordó un AEC para el 62% del universo arancelario y el restante 38% debería negociarse ese mismo año. Esto último no se ha cumplido y
forma parte de los temas pendientes de la CAN. Y refuerza la condición de unión aduanera
imperfecta, pues el AEC no se aplica a todo el universo. En la Decisión 535 también se
acordó que el Convenio automotor (Decisión 444 de la CAN) lo continuaban aplicando
Colombia, Ecuador y Venezuela; y que los países podrían aplicar un arancel cero a las importaciones de materias primas, insumos y bienes de capital. En cuanto al SAFP se acordó
32
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
La puesta en vigencia del nuevo diseño estratégico de la integración andina permitió profundizar en los procesos de apertura unilateral y de liberación del comercio exterior que ya había iniciado cada país por separado (Venezuela en 1989
y Colombia en 1990). Las reformas económicas facilitaron las relaciones económicas binacionales, las cuales habían estado reprimidas desde la desintegración
de la Gran Colombia. Así, la decisión de liberar el comercio bilateral, a partir de
1992, sirvió para propiciar y aprovechar el potencial para el intercambio comercial
entre dos países con una larga frontera terrestre (2.219 km) 9, marítima y fluvial.
Ambos países conforman un mercado que para 2005 rondaba los 73 millones de
habitantes, y un Producto Interno Bruto (PIB) que alcanzaba 255.117 millones
de US$ (Comunidad Andina, Secretaría General, 2006).
La evolución del comercio binacional en el marco de la integración Andina
Desde el ingreso de Venezuela al Pacto Andino en 1973, se pueden distinguir al
menos cinco etapas en las relaciones comerciales entre Venezuela y Colombia:
El impulso inicial
La primera etapa abarca el período que se inicia con el ingreso de Venezuela al
Pacto Andino en 1973 hasta comienzos de la década de los ochenta (1982). Esta
etapa coincide con la fase de auge de la integración andina y de crecimiento
económico en ambos países10, en la década de los setenta para Venezuela y durante el lapso completo para Colombia. El impulso del comercio bilateral se
puede explicar por el crecimiento económico en ambos países al compás del
auge de los ingresos petroleros (Venezuela) y de la bonanza del café en Colombia
(Lanzetta y García Larralde, 1999). Durante esos años, a pesar de que hubo una
tendencia creciente del comercio entre ambos países, las ventas de Venezuela
nunca significaron más del 2% de sus exportaciones totales. Las importaciones
de Venezuela desde Colombia (MCOL), que habían sido en promedio de US$
21 millones en 1973 (US$ 49 millones en valores reales), se habían elevado a
US$ 366 millones en 1982 (US$ 394 millones en valores reales). En el caso de
que lo continuarían aplicando Colombia, Ecuador y Venezuela, y el resto de países podrían
continuar aplicando sus respectivas políticas comerciales. Para más detalles ver Scandizzo y
Arcos (2003).
9
Según Ramírez León (1997), Venezuela y Colombia comparten una frontera terrestre de
2.219 km con aproximadamente siete millones de habitantes (para 1997) de lado y lado, lo
que la convierte en la frontera viva más activa de América Latina.
10
Durante 1973-1982 el Producto Interno Bruto (PIB) de Colombia creció al ritmo promedio
anual de 4,2%. Por su parte, el PIB de Venezuela creció, durante ese mismo período, al 3,2%
anual, a pesar de la desaceleración que se dio en la economía desde 1978. Durante el lapso
1973-1978 la tasa media de crecimiento del PIB había sido de 5,9%.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
33
Venezuela, entre 1973 y 1982, las exportaciones de Venezuela hacia Colombia
(XCOL) crecieron desde US$ 6 millones a US$ 250 millones en valores nominales
y desde US$ 14 millones a US$ 269 millones en valores reales para los mismos
años. En valores reales (US$ de 1984)11, también se puede constatar el aumento
del comercio bilateral (XCOL+MCOL) al crecer éste desde US$ 63 millones en
1973 hasta US$ 663 millones en 1982.
Gráfico 1
Comercio Venezuela-Colombia 1973-2006
(Millones de US$ a precios de 1984)
5.000 –
4.000 –
3.000 –
2.000 –
1.000 –
0–
-1.000 –
–
1973 –
1974 –
1975 –
1976 –
1977 –
1978 –
1979 –
1980 –
1981 –
1982 –
1983 –
1984 –
1985 –
1986 –
1987 –
1988 –
1989 –
1990 –
1991 –
1992 –
1993 –
1994 –
1995 –
1996 –
1997 –
1998 –
1999 –
2000 –
2001 –
2002 –
2003 –
2004 –
2005 –
2006 –
-2.000 –
Exportaciones de Venezuela hacia Colombia (XCOL)
Balance comercial
Importaciones de Venezuela desde Colombia (MCOL)
XCOL+MCOL
Fuente: Comunidad Andina de Naciones (CAN); Aladi-Sicoex-DANE; US Department of Labor.
Cálculos propios del autor.
En síntesis, durante este período (1973-1982), el comercio bilateral creció a una
tasa media anual de 29,9%, impulsado por el crecimiento promedio anual de
XCOL (38,8%) y de las MCOL (26,0%). El comercio bilateral fue importante por
la diversificación de la oferta exportable, sobre todo en el caso de Colombia ya
que Venezuela concentraba sus exportaciones básicamente en hidrocarburos y
derivados. Según Lanzetta y García Larralde (1999), para 1982 Colombia había
consolidado el mercado de maquinaria y equipos, textiles y químicos en Venezuela. Las exportaciones no tradicionales de Colombia hacia Venezuela llegaron
a significar el 95% del total de las exportaciones no tradicionales del vecino país.
11
Los valores nominales del comercio exterior bilateral se convirtieron en valores reales
utilizando como deflactor el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de USA, año base 1984.
La información se obtuvo del US Department of Labor, disponible en: http://data.bls.gov/
PDQ/servlet/SurveyOutputServlet.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
34
Debe señalarse que a pesar del crecimiento de los intercambios, éstos pudieron
haber sido mayores, pues se encontraban reprimidos por la aplicación de la política de sustitución de importaciones, marcadamente proteccionista de los mercados en ambos países, lo que impedía profundizar y concretar los compromisos
de la liberación del comercio entre los socios del Pacto Andino. Al auge del comercio bilateral durante ese período contribuyó el crecimiento del ingreso en
ambos países, gracias a la mejora de los precios de los principales productos de
exportación (petróleo y café). Así mismo, el fortalecimiento del bolívar frente al
peso colombiano permitió la existencia de una tendencia favorable de la balanza
comercial para Colombia durante todo el período de 1973-1982. A la poca oferta
exportable de Venezuela se agregaba la tendencia a la apreciación real del bolívar
que abarataba las mercancías colombianas mientras encarecía las venezolanas.
Para más detalles ver cuadro 1 y gráfico 1.
Cuadro 1
Comercio Venezuela-Colombia
(Millones de US$ a precios de 1984)
XCOL
1973
1982
1989
1991
1998
2003
2004
2005
2006
14
269
210
233
911
368
572
539
776
MCOL
49
394
155
328
730
393
893
1116
1399
Balanza comercial
-35
-125
55
-95
180
-25
-321
-577
-624
XCOL+MCOL
63
663
365
561
1641
761
1465
1655
2175
XCOL = exportaciones de Venezuela hacia Colombia
MCOL = importaciones de Venezuela desde Colombia
Balanza comercial = (XCOL-MCOL)
XCOL+MCOL = comercio bilateral
Fuente: Comunidad Andina de Naciones (CAN); Aladi-Sicoex-DANE; US Department of Labor.
Cálculos propios del autor.
La crisis de los ochenta o la década perdida
Durante la década de los ochenta, la denominada década perdida para el desarrollo, disminuyeron los flujos de comercio intraregional en América Latina y
en el área del Pacto Andino. Aunque Colombia fue una de los países menos
afectados por la recesión económica que experimentaron la mayoría de los
países de América Latina y el Caribe debido a la crisis de la deuda externa, su
ritmo de crecimiento durante el lapso 1982-1989 fue de 3,2%, menor que el del
lapso 1973-1982 (4,2%). Venezuela vivió una crisis de crecimiento y durante
1982-1989 el PIB decreció al -0,1% como promedio anual. A ello debe agregarse
que durante esa década prevalecieron políticas fuertemente proteccionistas, que
restringieron el comercio exterior. En el caso de Venezuela se aplicó un control
de cambio desde el 18 de febrero de 1983, de precios, de tasas de interés y se
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
35
establecieron fuertes restricciones cuantitativas tanto a las importaciones como
a las exportaciones12. El intercambio entre Colombia y Venezuela se vio afectado
por este menor ritmo de crecimiento económico y por la profundización de las
políticas proteccionistas. Para 1989, las importaciones de Venezuela desde Colombia (MCOL) se habían reducido, con respecto a los valores de 1982, a US$
185 millones en valores nominales (US$ 155 millones en valores reales), y las
exportaciones de Venezuela a Colombia (XCOL) se habían prácticamente estancado en valores nominales en US$ 251 millones, pero en valores reales se observó
una disminución al alcanzar un monto de US$ 210 millones, esto es una reducción del 21,9%. El año 1989 había coincidido con el inicio del programa de reformas económicas orientadas al mercado en Venezuela, con la depreciación
real del tipo de cambio y una profunda recesión, lo que permitió un incremento
de las exportaciones de Venezuela a Colombia (XCOL) con respecto a los valores
de 1988, tanto en términos nominales como reales.
La balanza comercial se tornó favorable para Venezuela entre 1982 y 1989, con
la excepción de los años 1986-1988. Sin embargo, para 1989 el comercio bilateral
se había reducido a apenas a US$ 436 millones en valores nominales (US$ 365
millones en valores reales), cifra inferior a los US$ 616 millones que alcanzó en
1982 (US$ 663 millones en valores reales). En síntesis, se produjo una reducción
en el comercio bilateral de 29,2% en los valores nominales y de 44,9% en valores
reales. Este monto reflejaba, por sí sólo, el retroceso que se había producido en
el comercio con Colombia durante la llamada década perdida para el desarrollo
de América Latina.
En los años 1990 y 1991, producto de las reformas de la política comercial adelantadas por ambos países y de la recuperación económica de Venezuela a la
par de tasas de crecimiento positivas del PIB en Colombia, se observó un incremento tanto de exportaciones a Colombia (XCOL) como de importaciones
desde Colombia (MCOL), por lo que se dio una mejora del comercio bilateral
con respecto a los valores de 1989. Durante 1989-1991 el PIB de Colombia logró
12
No se puede desconocer el hecho de que la crisis de la economía venezolana desde 1983
obligó a una devaluación real del bolívar, al establecimiento de controles de precios y del
tipo de cambio, tipos de cambio diferenciales, mantenimiento de subsidios a bienes de
consumo básico y restricciones al comercio exterior. La consecuencia fue que se produjo un
aumento de las exportaciones y del comercio no registrado desde Venezuela hacia Colombia.
Urdaneta y León (1991:19) afirman que el efecto de mayor trascendencia de la crisis de 1983,
en cuanto a las relaciones bilaterales se refiere fue “...la reversión del flujo comercial, rompiendo abruptamente con la rutina tradicional. La salida masiva de productos venezolanos
hacia el mercado colombiano y de allí a Ecuador y Perú significó un cambio radical en las
relaciones entre ambos países. El lado colombiano perdió un volumen apreciable del excedente económico generado por el comercio, trasladándose los mayores beneficios al lado
venezolano”.
36
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
crecer a la tasa media anual de 3,3% mientras Venezuela lo hizo a la elevada
tasa media anual de 8,1%. Para 1991 las XCOL se ubicaron en US$ 306 millones
(valores nominales y US$ 233 millones en valores reales. Las MCOL fueron de
US$ 430 millones y de US$ 328 millones en valores nominales y reales respectivamente (ver cuadro 1 y gráfico 1). Sin embargo no sería sino a partir de 1992,
cuando se inició la zona de libre comercio binacional, que los intercambios bilaterales crecerían hasta alcanzar montos sin precedentes.
Debe señalarse que para 1991, un año antes del inicio de la zona de libre comercio binacional, las XCOL se encontraban muy concentradas y eran poco diversificadas, lo mismo sucedía con las MCOL. Según los datos del Instituto de
Comercio Exterior de Venezuela (ICE, 1996), para 1991 las diez principales partidas arancelarias exportadas hacia Colombia concentraban el 95,6% de las XCOL.
Por su parte, las diez primeras partidas arancelarias importadas desde Colombia
concentraban el 94,4% de las MCOL. Los productos líderes exportados hacia
Colombia eran: aleaciones de aluminio, urea, aluminio en bruto, productos laminados de aluminio, trifosfato de sodio, polietileno, alambre de aluminio sin
alear, dodecilbenceno, vehículo con cilindraje superior a 3.000 c.c., arroz descascarillado y polímeros de etileno. Las principales MCOL eran para 1991: algodón
sin cardar, azúcar, cloruros de polivinilo, epsilon caprolactama, ropa interior,
papas, diarios y publicaciones impresas, polímeros de estireno, fibras textiles
acrílicas y cloruro de polivinilo sin plastificar. Era fundamentalmente un comercio
basado en ventajas comparativas de carácter interindustrial. Las XCOL apenas
representaban para 1991 el 2,0% de las exportaciones totales de Venezuela, pero
estaban compuestas fundamentalmente por exportaciones no petroleras
manufacturadas.
El auge comercial (1992-1998)
Lo que sucedió con las corrientes comerciales entre Venezuela y Colombia desde
1992 tiene como antecedente el proceso de reformas económicas, de liberación
comercial y fortalecimiento de la integración económica que adoptaron ambos
países desde 1989. Colombia bajó su arancel promedio simple desde el 44,6% en
1989 hasta 11,4% desde 1995 (Ocampo y Villar, 1992; Banco Interamericano de
Desarrollo, BID, base de datos en Internet). Además, desmanteló la casi totalidad
de las restricciones cuantitativas al comercio exterior. Venezuela por su parte,
disminuyó su arancel promedio desde el 37% en 1989 al 11,8% en 1995; su rango
de aranceles que estaba entre 0-135% se redujo a 0-20% (con la excepción del
sector automotor); los tramos arancelarios se redujeron sólo a 4 (en concordancia
con el arancel externo común de la CAN, el cual también es aplicado por Colombia) y las restricciones cuantitativas que afectaban al 40% del universo arancelario habían disminuido casi totalmente para 1995. Colombia y Venezuela
profundizaron la apertura y la liberación comercial suscribiendo los acuerdos
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
37
de la Ronda Uruguay del Acuerdo General de Aranceles y Tarifas (GATT) en 1994
y se convirtieron en miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC),
cuando ésta fue creada (en 1994). Además, se promovieron los acuerdos de integración económica con otros países de América Latina mediante la firma de
acuerdos de libre comercio (G3, Chile, Centroamérica, Caricom (Asociación
de Estados del Caribe), Acuerdos de Complementación Económica con los países
del Mercosur y otros a la par que se fortaleció la integración andina, hasta conformar la unión aduanera en 1995. En 1998, tanto Colombia como Venezuela, en
su condición de miembros de la CAN iniciaron las negociaciones para la firma
de un acuerdo de libre comercio con el Mercosur. Puede concluirse que tanto
Colombia como Venezuela liberaron su comercio actuando en tres niveles: de
manera unilateral, multilateral y mediante los acuerdos de integración económica
(Echavarría y Gamboa, 2000). Paralelamente, los dos países adoptaron sistemas
cambiarios más flexibles (flotación con intervención de los bancos centrales)13.
La etapa que cubre desde 1992 hasta 1998 fue de intenso crecimiento del intercambio comercial entre las dos naciones. Tanto las XCOL como las MCOL y por
ende el comercio bilateral alcanzaron montos sin precedentes hasta ese momento.
Esto se explica fundamentalmente por: a) la disminución de las trabas al comercio
recíproco, en el contexto de la reforma de la política comercial que instrumentaron
ambos países y del rediseño de la estrategia de integración andina que originó
la liberación de los intercambios bilaterales desde marzo de 1992; b) el crecimiento
promedio anual del PIB durante el lapso 1991-1998 para Colombia de 3,8% y en
menor magnitud de Venezuela (1,9%) durante el lapso 1991-1998, en un contexto
de apoyo político al proceso integracionista andino explican el impulso al crecimiento del comercio bilateral; y c) la sinceración de las estadísticas de comercio,
al establecerse la zona de libre comercio y poder darse sin mayores restricciones
como en el pasado (Gutiérrez, 1998b; Córdova, 2006). Durante esta etapa Venezuela sufrió los embates de una crisis de su sistema financiero que la obligó a
adoptar un control de cambio y de precios desde junio 1994 hasta abril de 1996.
Ello repercutió en un crecimiento económico volátil e inferior al que exhibió Colombia, con una fuerte depreciación del tipo de cambio real en 1996, que limitó
pero no impidió que aumentaran las importaciones desde Colombia (MCOL). El
proceso de apreciación del tipo de cambio real de Venezuela, que se dio durante
1997 y 1998, pudo haber estimulado el aumento de las MCOL, pero no impidió
que en 1998 se alcanzara el nivel más elevado de XCOL en 1998, sin precedentes
hasta ese momento (ver gráfico 2). En realidad, la asociación entre las MCOL y
13
Venezuela abandonó el control de cambio, vigente desde 1983, en 1989 y lo reestableció,
a raíz de la crisis financiera desde 1994 hasta mediados de 2006 para establecer un sistema
de flotación con bandas. Este esquema se mantuvo hasta febrero de 2002.
38
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
la relación de tipos de cambio real entre Venezuela y Colombia (RTCR Vencol)14
no es fuerte. La correlación entre ambas variables para el período 1992-2006 es
inversa pero el coeficiente de correlación es bajo, R = -0,31, no significativo estadísticamente. Sin embargo, las MCOL están fuerte y positivamente asociadas al
comportamiento del PIB de Venezuela (Pibven). Las estimaciones para el período
1992-2006 arrojan un coeficiente de correlación R = 0,86, estadísticamente significativo al 1%. De manera que cuando el Pibven se incrementa también lo hacen
las MCOL. Por su parte, las XCOL si están positivamente correlacionadas tanto
con el PIB de Colombia (Pibcol) como con la RTCR Vencol. Las estimaciones para
el período 1992-2006 muestran que el coeficiente de correlación entre las XCOL
y RTCR Vencol. Es de R = 0,67 estadísticamente significativo al 5%. Y el coeficiente
de correlación de las variaciones anuales de XCOL (Var.% XCOL) con las variaciones anuales del PIB de Colombia (Var.% Pibcol) para el mismo período (19922006) fue de R = 0,71, estadísticamente significativo al 1%. En síntesis, las
correlaciones encontradas sugieren que las XCOL está positivamente asociadas al
comportamiento del Pibcol y de la RTCR Vencol. En consecuencia, mientras la
economía de Colombia tenga crecimiento económico y el tipo de cambio real de
Venezuela se deprecie en relación al de Colombia pueden esperarse incrementos
de las XCOL. Por su parte, para las MCOL resulta más determinante el crecimiento
de la economía venezolana y, en menor medida, la RTCR Vencol. En el cuadro 2
se resumen las correlaciones encontradas.
No estuvo excepto de controversias comerciales este lapso, sobre todo en materia
de comercio agroalimentario. El uso indebido de salvaguardas, las restricciones
para importar desde Colombia productos venezolanos (siderúrgicos, arroz, azúcar,
licores) y las barreras no arancelarias (retardo o no entrega de permisos sanitarios)
utilizados por Venezuela para importar productos colombianos como café, papas,
huevos de consumo humano y otros estuvieron en la mesa de discusiones ante
los organismos de la CAN debido a las denuncias que hicieron en su momento
tanto Venezuela como Colombia15. Para más detalles ver Gutiérrez (2002).
14
RTCR Vencol se define como la relación entre el índice de tipo de cambio real de Venezuela (ITCR VEN.) y el índice de tipo de cambio real de Colombia (ITCR COL.), ambos estimados por la Cepal con año base 2000. Un incremento de RTCR Vencol es equivalente a una
depreciación del tipo de cambio real de Venezuela frente al de Colombia, lo que manteniendo otras variables constantes podría estimular el crecimiento de las XCOL y la disminución
de las MCOL. Por el contrario una disminución de RTCR Vencol significa que el tipo de cambio real de Venezuela se está apreciando frente al de Colombia, y en consecuencia bajo
condiciones ceteris paribus, se estimularía el crecimiento de las MCOL y la disminución de
las XCOL.
15
A pesar de que hasta 1998 el comercio bilateral creció sostenidamente, persistían una
serie de obstáculos y trabas que impedían que la liberación del comercio bilateral fuera
total. El uso inadecuado de las salvaguardas andinas, el retardo en la entrega de permisos
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
39
Cuadro 2
Correlaciones entre variables del comercio Colombia-Venezuela
Variables correlacionadas
Período 1992-2006 Coeficiente de
correlación R
Observaciones
VAR.% MCOL-VAR.% Pibven
0,86
Estadísticamente significativo al 1%
MCOL-RTCR Vencol
-0,31
No es estadísticamente significativo
VAR. % XCOL-VAR. % Pibcol
0,71
Estadísticamente significativo al 1%
MCOL-RTCR Vencol
0,67
Estadísticamente significativo al 1%
Fuente: Estimaciones del autor con base en datos de CAN, BCV, DANE, Aladi-Sicoex y Cepal
(2006).
Los resultados obtenidos durante el período 1992-1998 fueron altamente positivos. Un resumen de los logros obtenidos es el siguiente:
1. El comercio bilateral que apenas era de US$ 736 millones (US$ 561 millones
en valores reales) para 1991 se elevó hasta US$ 2.575 millones (US$ 1.641 millones en valores reales) en 1998. Ello representó, con base en los valores a
precios constantes, un ritmo medio de crecimiento anual de 16,6%, superior
al del período previo a la instauración de la zona de libre comercio (1982-1991)
el cual fue de -1,8% (ver cuadro 1). Obsérvese también que las exportaciones
de Venezuela hacia Colombia (XCOL), que durante el período 1982-1991 habían
disminuido a la tasa media anual de -1,6%, lograron crecer durante el lapso
1991-1998 a la extraordinaria tasa promedio anual de 19,0%, resultado superior
al crecimiento que presentaron las exportaciones no petroleras de Venezuela
(XNP) en términos reales, el cual fue para ese período del 7,3% como promedio anual.
2. Igualmente, en términos reales, las importaciones desde Colombia (MCOL)
que decrecieron a la tasa media anual de -2,0% durante 1982-1991, aumentaron al 12,1% como promedio anual durante el lapso 1991-1998. Debe hacerse
notar que en este caso las importaciones reales desde Colombia (MCOL) se
expandieron a un ritmo mucho mayor que las importaciones reales totales
(MT) realizadas por Venezuela, las cuales para ese período aumentaron a la
tasa media anual de 4,7%. El hecho de que Venezuela incrementara sus MCOL
no se convirtió en un obstáculo para que aumentaran las importaciones
provenientes del resto del mundo extraregionales en valores reales (MRER).
Mientras en 1991 las MRER tenían un valor de US$ 7.400 millones, para 1998
fito y zoosanitarios para las importaciones, las deficiencias en los sistemas de aduanas, el
mal estado de las vías de comunicación, la volatilidad macroeconómica, los problemas de
seguridad en la frontera y la menor voluntad política, para avanzar en el proceso de integración, eran factores que ya se asomaban, para fines de 1998, como serios obstáculos al
avance de la integración andina.
40
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
tal monto se había elevado a US$ 9.950 millones, lo que representó una tasa
media de crecimiento anual del 4,3%. Los resultados anteriores sugieren que
el crecimiento de las importaciones provenientes de Colombia (MCOL) no
obstaculizaron el aumento de las MRER, por lo que es poco probable que
se haya producido desviación de comercio, al menos en montos importantes16.
16
En el sentido Vineriano (Viner, 1950) el concepto de desviación de comercio no es otra
cosa que un cambio en la fuente proveedora de importaciones de menores costos (más
eficiente) a una de mayores costos (menos eficiente), pero miembro del acuerdo de comercio (Bhagwati y Panagariya, 1996). El desplazamiento como proveedor del país no socio, se
da debido a que las ventas que hace el país que sí es miembro del acuerdo no pagan aranceles ya que goza de preferencias arancelarias. La creación neta de comercio se da cuando
en un acuerdo de comercio preferencial prevalece la creación de comercio sobre la desviación de comercio. La creación neta de comercio es deseable porque genera ganancias netas
de bienestar para la sociedad, promueve un mayor consumo y una mejor asignación de
recursos basado en las ventajas comparativas de cada país. Ambas fuerzas pueden estar
presentes, pero lo que finalmente determina las ganancias o pérdidas de bienestar económico en un marco de análisis estático es cuál de las dos fuerzas (creación o desviación de
comercio) prevalece. En un contexto de análisis estático y de equilibrio parcial, la teoría
económica ortodoxa considera que la creación de comercio entre los miembros de un
acuerdo de comercio preferencial se da cuando una fuente de abastecimiento proveniente
del seno del acuerdo, con costos de producción más bajos (país miembro de la Unión Aduanera, UA) exporta hacia otro país (también miembro de la UA) desplazando la producción
doméstica, que es de costos más elevados (menos eficiente). Para Bhagwati y Panagariya
(1996), la creación de comercio, en el sentido Vineriano del término, sucede cuando hay un
cambio de las importaciones desde un proveedor ineficiente (de mayores costos) a un proveedor eficiente (de menores costos). Esto genera en el país importador ganancias netas de
producción y de consumo (Robson, 1987), estimulando una mejor asignación de recursos
(ganancias de eficiencia productiva) y un aumento del consumo doméstico. Las ganancias
en términos de eficiencia y mejor asignación de recursos (efecto de producción), se derivan
del hecho de que los recursos que antes se utilizaban para producir ineficientemente en el
país importador, al quedar disponibles, se moverían hacia sectores más eficientes (con ventajas comparativas). Si la producción no fuera totalmente eliminada, aquella que permanece
se obtendría también en condiciones de mayor eficiencia (puede competir con las importaciones). Por su parte, las ganancias de consumo se producirían porque los habitantes del
país importador podrían consumir más debido al menor precio de las importaciones, a
menos que la elasticidad del precio de la demanda del producto importado sea igual a cero.
En términos de bienestar económico, para que haya creación de comercio, las ganancias en
el excedente del consumidor deben ser superiores a las pérdidas derivadas de la menor
producción nacional desplazada por las importaciones (disminución del excedente del productor) y a las pérdidas que tiene el país importador por los aranceles que deja de cobrarle
al país socio al ser creado el acuerdo de comercio preferencial. Por su parte, la desviación
de comercio se da cuando una fuente internacional de abastecimiento (tercer país, no miembro del acuerdo), pero que produce a costos más bajos y es más eficiente, es sustituida por
una fuente de abastecimiento al interior de la UA (país socio), pero que produce el mismo
bien a costos más elevados (menos eficiente).
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
41
Al anterior argumento debe agregarse que el fortalecimiento del comercio
bilateral entre Venezuela y Colombia se dio en el marco de profundas reformas de la política comercial en ambos países. Esto significó que en la medida
que se liberaba el comercio entre los dos países simultáneamente se estaban
disminuyendo los aranceles y otras medidas proteccionistas que obstaculizaban el comercio con terceros países no socios de la CAN. Por lo tanto, este
otro factor debe ser tenido en cuenta, y permite plantear la hipótesis de que
en términos generales, y desde la perspectiva venezolana, no debería haberse
producido desviación de comercio en grandes magnitudes como consecuencia
del fortalecimiento de la integración colombo-venezolana17.
3. La expansión del intercambio comercial bilateral produjo cambios notorios en
cuanto a la importancia que cada país juega en el comercio total. En el caso
de Venezuela, Colombia se convirtió desde 1993, y hasta 1998, en el primer
destino de sus exportaciones no tradicionales, desplazando a EE UU del
primer lugar que tradicionalmente había ocupado. Para 1998, el 26% de las
exportaciones no tradicionales de Venezuela tenían como destino Colombia,
mientras que EE UU ocupaba el segundo lugar de importancia con 23,3%.
En 1991, hacia Colombia sólo se dirigía el 10,6% y hacia EE UU el 22,0%
(Instituto de Comercio Exterior con base en Oficina Central de Estadística e
Informática, OCEI). Por su parte, para 1998, Colombia fue el segundo proveedor de importaciones para Venezuela con un 5,3%, detrás de EE UU de
donde provenía el 41,7% de las importaciones venezolanas (Banco Central
de Venezuela, 1999).
4. Visto desde la óptica de Colombia, también se dieron cambios interesantes.
Venezuela se convirtió en el destino más importante de sus exportaciones
no tradicionales y ocupaba para 1998 el segundo lugar (10,5%) después de
EE UU (37,5%) como destino de las exportaciones totales de Colombia (información sobre comercio exterior, disponible en: www.dane.gov.co). Desde
el lado de las importaciones, Venezuela representó para 1998 el 8,9% de las
importaciones totales realizadas por Colombia, ocupando el segundo lugar
después de EE UU (31,9%). (Para más detalles véase www.dane.gov.co).
Debe destacarse que el comercio bilateral se consideraba, cualitativamente
superior al que se daba con el resto del mundo, ya que estaba conformado
fundamentalmente por productos manufacturados.
17
Es probable que durante el lapso en que estuvo en vigencia el control de cambio en
Venezuela (junio 1994-abril 1996) se haya producido cierta desviación de comercio al discriminarse a los terceros países no miembros del convenio de pagos recíprocos de la Aladi. El
comercio bilateral colombo-venezolano se benefició del sistema de pagos de la Aladi, y en
esa medida se solventó parcialmente la restricción que surgió por este concepto.
42
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
5. Durante el período bajo análisis, con la excepción de 1992, la balanza comercial fue favorable para Venezuela (ver gráfico 1). La tendencia de saldos
favorables de la balanza comercial para Venezuela a lo largo de la década
no significa que Colombia no obtuviera beneficios. Ambos países, como lo
habían demostrado otros estudios, obtuvieron ganancias estáticas y dinámicas
(creación de comercio, crecimiento de las inversiones bilaterales, aumento
del comercio intraindustrial, diversificación de las exportaciones y procesos
de aprendizaje, alianzas estratégicas entre empresarios de ambos países,
proyectos conjuntos de construcción de infraestructura y otros) lo cual les
permitió un mejor aprovechamiento de sus ventajas comparativas y competitivas (Villamizar, 1997; Lanzetta y García Larralde, 1999; Gutiérrez, 1998a,
1998b, 2001). Por lo demás, Venezuela y Colombia se convirtieron en los
artí­fices del renacimiento de la integración andina. Para 1998, las exportaciones de Venezuela y Colombia a la CAN representaban el 75,4% de las exportaciones intraCAN. Es por ello que esta experiencia fue calificada, en su
momento, como uno de los grandes éxitos del movimiento de integración
en América Latina en la última década del siglo xx (Rodríguez, 1997).
6. Llama la atención que estudios previos mostraban que el mayor crecimiento
del comercio bilateral en este período no se dio a expensas del desplazamiento del comercio con terceros países, pues tanto Colombia como Venezuela
habían intensificado su proceso de integración económica simultáneamente
con la instrumentación, una reforma comercial orientada hacia la liberación
de los intercambios y del denominado regionalismo abierto. Así, los trabajos
de Luzardo Matheus (1995), Villamizar (1997), Lanzetta y García Larralde
(1999) y Gutiérrez (2001) muestran resultados de poca existencia de desviación neta de comercio para la mayoría de capítulos arancelarios. Igualmente,
llama la atención el mejoramiento de los índices de comercio intraindustrial,
de otras ganancias de carácter dinámico (Lanzetta y García Larralde, 1999;
Gutiérrez, 2001) y del incremento del flujo de inversiones asociado al crecimiento del comercio bilateral (Iturbe de Blanco, 1997). Sobre algunas de las
ganancias de carácter dinámico, derivadas del crecimiento de los intercambios
binacionales, se volverá en el capítulo siguiente.
7. En cuanto a la estructura del comercio bilateral que se fue conformando, los
productos líderes de exportación hacia Colombia (XCOL) para 1998 eran
fundamentalmente: derivados de petróleo, vehículos de transporte de diferente
cilindrada, productos de la industria metalmecánica, productos de la industria
química y petroquímica, fertilizantes, medicamentos, neumáticos, arroz descascarillado, harina de soya y cerveza de malta. En el siguiente cuadro se
presentan las veinte (20) partidas arancelarias líderes exportadas hacia Colombia en 1998. Estas partidas aportaban el 52,77% del total de XCOL.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
43
Cuadro 3
Veinte partidas arancelarias líderes exportadas hacia Colombia (XCOL) en 1998
Ordinal Ítem
Descripción Valor
(000 US$)
%
%
Acumulado
1
27100000
Aceites de petróleo o de mineral bituminoso,
excepto los aceites crudos; preparaciones
no expresadas ni comprendidas en otra parte,
con un contenido de aceites de petróleo
o de mineral bituminoso, superior o igual
al 70% en peso, en las que estos aceites
constituyan el elemento base
131.989
9,21
9,21
2
32064999
Las demás materias colorantes; 118.089
8,24
17,46
3
87032400
Vehículos de cilindrada superior a 3.000 cm3
101.883
7,11
24,57
4
85365090
Las demás máquinas y aparatos eléctricos
68.994
4,82
29,39
5
87032200
Vehículos de cilindrada superior a 1.000 cm pero inferior o igual a 1.500 cm3
41.368
2,89
32,27
6
76011000
Aluminio sin alear
30.780
2,15
34,42
7
8704310090
Vehículos para transporte de mercancías los demás 27.161
1,90
36,32
8
39012000
Polietileno de densidad superior o igual a 0,94
26.011
1,82
38,14
9
31021000
3
Urea, incluso en disolución acuosa
23.728
1,66
39,79
10
12081000
Harina de habas (porotos, frijoles, fréjoles)
de soya (soja)
21.272
1,48
41,28
11
40111000
Cauchos-neumáticos del tipo de los utilizados en automóviles de turismo (incluidos los vehículos
de tipo familiar –break o station wagon–
y los de carrera)
21.055
1,47
42,75
12
38171010
Dodecilbenceno 19.758
1,38
44,13
13
39011000
Polietileno de densidad inferior a 0,94 19.340
1,35
45,48
14
10063000
Arroz semiblanqueado o blanqueado, incluso pulido o glaseado
17.862
1,25
46,72
15
10062000
Arroz descascarillado (arroz cargo o arroz pardo)
16.386
1,14
47,87
16
28353100
Trifosfato de sodio (tripolifosfato de sodio) 15.229
1,06
48,93
17
29032100
Cloruro de vinilo (cloroetileno) 14.117
0,99
49,92
18
72091700
Productos laminado planos de hierro de espesor superior o igual a 0,5 mm
pero inferior o igual a 1 mm
14.065
0,98
50,90
19
22030000
Cerveza de malta 13.477
0,94
51,84
30049029
Productos farmacéuticos-medicamentos los demás 13.374
0,93
52,77
20
Fuente: Aladi-Sicoex.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
44
En cuanto a las veinte partidas arancelarias líderes importadas desde Colombia
en 1998, con su correspondiente aporte al total de MCOL, eran las siguientes:
Cuadro 4
Veinte partidas arancelarias líderes importadas desde Colombia (MCOL) en 1998
Ordinal Ítem
Descripción 1
1029090
Valor
(000 US$)
%
Animales vivos de la especie bovina, los demás 44.744
5,64
%
Acumulado
5,64
2
1701119090
Azúcar de caña en bruto
41.717
5,25
10,89
3
8704310090
Vehículos para transporte de mercancías, los demás 31.518
3,97
14,86
4
30049029
Productos farmacéuticos. Medicamentos, los demás 29.346
3,70
18,56
5
87012000
Tractores de carretera para semirremolques 19.076
2,40
20,96
6
84185000
Los demás armarios, arcones (cofres), vitrinas, mostradores y muebles similares
para la producción de frío
15.353
1,93
22,89
7
85443000
Juegos de cables para bujías de encendido y demás juegos de cables del tipo
utilizado en los medios de transporte
11.807
1,49
24,38
8
87021090
Vehículos para transporte de más de diez personas, 10.774
los demás
1,36
25,74
9
87032200
Vehículos de cilindrada superior a 1.000 cm3, pero inferior o igual a 1.500 cm3
10.476
1,32
27,06
10
17049010
Bombones, caramelos, confites y pastillas 9.735
1,23
28,28
11
17019900
Azúcar químicamente pura 9.279
1,17
29,45
12
84181000
Combinaciones de refrigerador y congelador con puertas exteriores separadas
8.948
1,13
30,58
13
87042200
De peso total con carga máxima superior a 5 t, pero inferior o igual a 20 t
8.308
1,05
31,62
14
Libros, folletos e impresos similares, los demás
7.69
0,97
32,59
15
21069020
49019900
Preparaciones compuestas cuyo grado alcohólico volumétrico sea inferior o igual a 0,5% vol.,
para la elaboración de bebidas
7.532
0,95
33,54
16
30042010
Medicamentos para uso humano que contenga otros antibióticos, los demás
6.653
0,84
34,38
17
Máquinas de afeitar 6.477
0,82
35,19
82121020
18
62121000
Sostenes (corpiños) 6.369
0,80
36,00
19
16041400
Atunes, listados y bonitos (Sarda spp.) 6.266
0,79
36,79
20
61071100
Calzoncillos, pijamas de algodón
6.202
0,78
37,57
Fuente: Aladi-Sicoex.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
45
Si se compara el peso que tenían las primeras diez partidas líderes exportadas
hacia Colombia (XCOL) con el que tenían en 1991 (95,6%) con el de 1998
(41,3%) se llega a la conclusión de que las XCOL estaban en 1998 menos
concentradas que en 1991. Igual conclusión se tiene para el caso de las MCOL,
pues mientras las diez partidas arancelarias líderes en 1991 aportaban el 94,4%,
para 1998 apenas aportaba el 28,3%. Esto puede considerarse positivo pues
revela un cierto proceso de diversificación18. También puede observarse en
los cuadros anteriores que las principales partidas líderes corresponden en su
mayor proporción a productos manufacturados, y en el caso de Venezuela
las principales XCOL son básicamente partidas arancelarias no petroleras.
La declinación de los intercambios (1999-2003)
Esta etapa estuvo marcada por la merma del crecimiento económico en ambos
países, la existencia de relaciones diplomáticas tensas entre los gobiernos de
Venezuela y Colombia y la poca voluntad política para perfeccionar y avanzar
en el proceso de integración andina. Puede decirse que en este período se evidenciaron las diferencias ideológicas, de políticas económicas y de modelos de
desarrollo entre los gobiernos de ambos países. Mientras Colombia reafirmaba
su estrategia de desarrollo a partir de políticas amigables con el mercado, más
en la línea de las recomendadas por el Consenso de Washington, Venezuela
desarrollaba fuertes críticas a las reformas económicas con orientación de mercado instrumentadas desde 1989 e iniciaba un proceso de fuerte intervención
gubernamental en la economía. Este se acentuó desde comienzos de 2003
cuando se promulgó el control de cambios y de precios para una gran cantidad
de bienes y servicios. Además, mientras Colombia afianzaba su alianza política
con EE UU a través del denominado Plan Colombia también inició negociaciones
en noviembre de 2003 para la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con
ese país. Entre tanto, Venezuela desarrollaba su política exterior y de inserción
internacional oponiéndose al Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA),
proponiendo el ALBA, denunciando el poder hegemónico e imperial de EE UU
y promoviendo alianzas y acuerdos de cooperación con Cuba, Irán, China y Rusia,
países adversarios de EE UU. Por lo demás, Venezuela en diciembre de 2002
suscribió el Acuerdo de Complementación Económica entre los países de la CAN
y el Mercosur que establecía un área de libre comercio.
18
García (2003:243) destaca los avances en la diversificación del comercio bilateral de
bienes agroalimentarios manufacturados: “un aspecto interesante del comercio binacional
es la creciente diversidad de los productos intercambiados. Venezuela ha pasado de exportar 68 rubros en 1990 a 107 en 1998. Por su parte, Colombia pasó de exportar a Venezuela
18 rubros en 1990 a 67 en 1998. Este hecho indica que empresas y productos manufacturados, cuya posibilidad de exportación no se había planteado antes, han visto en el mercado
binacional una oportunidad para la expansión internacional”.
46
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Durante el período 1998-2003 el PIB de Colombia apenas creció al 1,2% como
promedio anual19, mientras que el PIB de Venezuela decreció a la tasa media
anual de 3,8% durante ese mismo lapso. Decrecimiento que se agudizó en 2003,
con una reducción del PIB del 9,4%, como resultado de los efectos de la huelga
nacional que duró aproximadamente 2 meses entre noviembre de 2002 y enero
de 2003. En cuanto a la economía colombiana, ésta sufrió una crisis económica
que redujo su ritmo de crecimiento económico. Como causas fundamentales de
este menor crecimiento económico se asoman la salida de capitales consecuencia
de la crisis asiática, el aumento del déficit fiscal que obligó posteriormente a un
ajuste del gasto, los problemas del sistema financiero colombiano, la crisis del
mercado hipotecario de viviendas y el alza de las tasas de interés. Un reciente
informe del Banco de la República de Colombia-Grupo Macroeconomía (2006:8)
concluye que
… la turbulencia internacional que se materializó en la salida de capitales, en
combinación con los excesos de gastos, la falta de previsión y prudencia por
parte del sistema financiero, la debilidad de la regulación prudencial, y la crisis
de la vivienda y de la banca hipotecaria, produjo una contracción sin antecedentes
de la demanda agregada privada que llevó a la crisis económica.
No es sino hasta 2003 cuando el PIB logra tasas elevadas con un crecimiento
del 3,9%. En materia cambiaria Colombia inició un proceso de depreciación del
tipo de cambio real para corregir la apreciación experimentada durante el lapso
1992-1998. Entre 2003 y 1998 el tipo de cambio real se depreció en 43,3% (estimaciones con base en los datos de Cepal, 2006). Tendencia contraria a la del
lapso 1992-1998, cuando la apreciación del tipo de cambio real fue del 25,0%
(ver gráfico 2).
19
En 1999 Colombia sufrió la más fuerte recesión económica en cien años, cuando su PIB
cayó en 4,2% con respecto al valor de 1998 y las tasas de desempleo se incrementó a 18%
(Banco de la República de Colombia-Grupo Macroeconomía, 2006).
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
47
Gráfico 2
Índices del tipo de cambio real Venezuela y Colombia e índice del tipo de cambio
real cruzado (RTCR Vencol) entre Venezuela y Colombia (2000=100,0)
250,0 –
200,0 –
150,0 –
100,0 –
50,0 –
–
1992 –
1993 –
1994 –
1995 –
1996 –
1997 –
1998 –
1999 –
2000 –
2001 –
2002 –
2003 –
2004 –
2005 –
2006 –
0,0 –
1992 1993 1994 1995
1996
1997 1998 1999 2000
181,7 189,0 149,5 178,5 177,2 141,8 116,6 102,6 100,0
111,0 104,2
90,8
87,5
83,6
78,0
83,2
2001 2002 2003 2004 2005 2006
95,2 125,0
137 143,3 143,5 136,8
91,6 100,0 104,0 105,5 119,2 108,4
96,0
98,1
163,6 181,3 164,6 204,0 211,9 181,7 140,1 112,0 100,0 91,54 118,4 115,1 132,2 149,4 139,4
ITCR VEN.
ITCR COL.
RTCR Vencol
Fuente: Cepal (2006) y cálculos propios.
Durante el lapso 1999-2003 el entorno de la política comercial de Venezuela estuvo influenciado por la conflictividad política (incluyendo un intento de golpe
de Estado en abril de 2002, una huelga nacional con duración de 2 meses entre
noviembre de 2002 y enero de 2003). Adicionalmente, con la finalidad de disminuir la tasa de inflación, se mantuvo una política económica de apreciación
del tipo de cambio real (hasta febrero de 2002) y de fuerte expansión del gasto
público, en un contexto de alza de los precios del petróleo, de los ingresos fiscales, de déficit fiscal y de salida de capitales. Entre 1998 y 2001 el tipo de cambio
real se apreció en 18,4%. A partir de 2002 se inició un proceso de depreciación
del tipo de cambio real que se mantuvo hasta 2005. A partir de enero de 2003
se suspendió la libre convertibilidad del bolívar y se instauró un control del tipo
de cambio y de los precios para un conjunto de bienes y servicios20.
20
La restricción al comercio exterior que generaba el control de cambios instrumentado
por Venezuela fue sancionado por la CAN, por cuanto según el artículo 84 del Acuerdo de
Cartagena todo país miembro de la Unión Aduanera debe abstenerse de aplicar gravámenes
y de introducir restricciones de todo orden a las importaciones de bienes originarios de la
subregión. Adicionalmente, la CAN tomó en consideración que Venezuela no solicitó autorización de la Secretaría General para extender las medidas que discriminan al comercio
regional de productos que pueden circular libremente por la unión aduanera. Para más
detalles ver Resolución 715 de la CAN, con fecha 23 de abril de 2003, Gaceta Oficial de la
CAN, n° 920.
48
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
En 1999, además de la recesión que enfrentaron ambas economías y de la fuerte
depreciación del tipo de cambio real de Colombia mientras Venezuela mantenía
su política de apreciación real del bolívar, se agudizaron los conflictos de carácter
comercial, los flujos de inversión se paralizaron y se sintió el efecto negativo
que sobre el proceso de integración ejercían las acciones de la guerrilla colombiana y de los grupos paramilitares al incrementar la inseguridad personal en
áreas por donde transitan las mercancías. Un incidente que afectó negativamente
las relaciones comerciales entre Venezuela y Colombia fue la suspensión unilateral por parte de Venezuela, el 14 de mayo de 1999, del libre tránsito del transporte de carga colombiano por el territorio de Venezuela21. Venezuela argumentó
que la inseguridad generada por las acciones de la guerrilla y de los paramilitares impedía a los transportistas venezolanos circular libremente por Colombia
y, por lo tanto, no existía reciprocidad. Sin embargo, la decisión del Gobierno
de Venezuela fue declarada ilegal por la Secretaría de la Comunidad Andina de
Naciones, sin que hasta ahora se haya reestablecido el libre tránsito por territorio
venezolano del transporte de carga colombiano22. A esta circunstancia se agregó
la instrumentación de prácticas proteccionistas violatorias de la normativa que
rige la zona de libre comercio andina y las declaraciones hostiles entre la diplomacia de ambos países, agudizadas por la decisión de Venezuela de declararse
neutral en el conflicto que mantenía el Gobierno de Colombia con la guerrilla
en ese país. Por su parte, el Gobierno de Colombia acusó al Gobierno de Venezuela de apoyar a la guerrilla colombiana. El deterioro de las relaciones políticas
se evidenció en el congelamiento de las reuniones de las comisiones bilaterales
que trataban los asuntos puntuales que generaban controversias en las relaciones
comerciales entre ambos países (Gutiérrez, 2002; Ramírez, 2002).
Los resultados desde el punto de vista comercial no pudieron ser más desfavorables. En primer lugar, el comercio bilateral decreció en términos nominales y
21
El 14 de mayo de 1999 el Gobierno de Venezuela emitió una resolución conjunta de los
Ministerios de Relaciones Interiores, Industria y Comercio y de Transporte y Comunicaciones,
publicada en la Gaceta Oficial n° 36.703 de fecha 18 de mayo de 1999, mediante la cual se
establecía la medida de transbordo de mercancías transportadas por vehículos extranjeros
a vehículos con matrícula venezolana. Se establecía también de la misma forma el traslado
hacia vehículos venezolanos de los contenedores de carga provenientes del exterior y el
cambio de cabezales de los tractocamiones provenientes del exterior.
22
La secretaría de la CAN emitió un dictamen de incumplimiento del Gobierno de Venezuela n° 026-99 por restringir el libre tránsito del transporte de carga tal y como lo establecía la decisión de la CAN n° 399 del 17 de enero de 1997, la cual normaba el transporte
internacional de mercancías por carretera. A pesar de que el Gobierno de Venezuela interpuso un recurso de reconsideración, la CAN ratificó su decisión 026-99 mediante Resolución
282 de fecha 13 de septiembre de 1999. Finalmente, el Tribunal Andino de Justicia, con fecha
5 de julio de 2000, dictó sentencia firme que obligaba a Venezuela a suspender la medida
de obligatoriedad del transbordo de mercancías. Para más detalles véase Sánchez (1999).
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
49
reales, desde el valor pico alcanzado en 1998 de US$ 2.575 millones (US$ 1.641
en valores reales) a los US$ 1.347 millones (US$ 761 millones en valores reales)
en 2003. Esto representó una merma del 53,6% con respecto a los valores reales
de los intercambios entre 2003 y 1998. En segundo lugar, las XCOL declinaron
drásticamente desde los US$ 1.429 millones en 1998 (US$ 911 millones en términos reales) a US$ 651 millones (US$ 368 millones en valor real) para 2003.
Una caída en términos reales del 59,6%, lo que significaba que la reducción de
las XCOL explicaban en mayor grado el deterioro del comercio binacional durante
este lapso. En tercer lugar, las MCOL declinaron desde los US$ 1.146 millones
(US$ 730 millones en términos reales) para 1998 a US$ 696 millones (US$ 393
millones en valores reales) para 2003. Esto significó una caída, en valores reales,
entre 1998 y 2003 del 46,2%. En cuarto lugar, debe señalarse que el saldo de la
balanza comercial se tornó favorable para Colombia, lo que marcó una tendencia
contraria a la que había existido hasta 1998 (ver cuadro 1 y gráfico 1). Detrás de
estos resultados, que representaban un retroceso con respecto a los obtenidos
durante el período 1992-1998, se encontraban entre otros los siguientes factores
explicativos: a) la merma del crecimiento económico tanto en Venezuela como
en Colombia que repercutió negativamente en la demanda de importaciones en
ambos países23 ; b) las trabas no arancelarias al comercio bilateral y la poca voluntad política de los dos países para solventar las controversias comerciales;
c) la política de apreciación del tipo de cambio real de Venezuela hasta febrero
de 2002, lo que unido a la merma del crecimiento económico de Colombia repercutió negativamente en las XCOL (ver gráfico 2); d) el clima de confrontación
política en Venezuela, el cual se agudizó a finales de 2002 con la huelga nacional,
obstaculizando el comercio exterior, lo que afectó negativamente tanto a las
XCOL como las MCOL; y e) la aplicación del control de cambios por parte de
Venezuela desde comienzos de 2003, lo que indudablemente, en sus inicios,
obstaculizó la realización de importaciones. Sin embargo, a finales de 2003 con
la aplicación del convenio de pagos y créditos recíprocos de la Aladi y la mejora
en el ritmo de la entrega de divisas para importar por parte de la oficina administradora del control de cambios (Cadivi) se crearon las condiciones para que
las operaciones comerciales binacionales se realizaran con mayor fluidez24.
23
Las importaciones totales de Venezuela declinaron desde los US$ 16.755 millones en 1998
a US$ 10.687 millones en 2003. En el caso de Colombia para los mismos años, las importaciones de bienes y servicios declinaron desde los US$ 17.346 millones a US$ 16.618 millones.
24
A finales de 2003, se inició un nuevo período de diálogo y de facilitación del comercio
bilateral con la instauración del Convenio de Pagos y Créditos Recíprocos (CPCR) de la
Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi). Este es un mecanismo financiero a través
del cual los bancos centrales se otorgan líneas de crédito bilaterales para realizar sus operaciones comerciales. El objetivo principal es minimizar la transferencia de divisas al permitir los pagos en moneda nacional a los exportadores a través de los respectivos Bancos
50
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Debe señalarse que al finalizar 2003 Venezuela había sido desplazado por Brasil
como el segundo abastecedor de importaciones de Colombia (después de EE UU),
siendo relegado al cuarto lugar después de México. Además, su participación
en el total importado por Colombia se había reducido desde el 10,4% en 1998
a apenas un 5,2% en 2003. Resultado que mostraba claramente una pérdida de
competitividad en el mercado colombiano. Igualmente, para 2003, Venezuela
había sido desplazada por Ecuador del segundo lugar como destino de las exportaciones de Colombia. Así, mientras en 1998 Colombia dirigió hacia Venezuela
el 10,5% de sus exportaciones, para 2003 esta importancia se había reducido al
5,3%, por debajo de EE UU y de Ecuador. (Para más detalles ver estadísticas de
comercio exterior de Colombia disponibles en: http://www.dane.gov.co/files/
investigaciones/comercio_exterior/). (Visita 16 de enero de 2007).
Del lado venezolano, para 2003, EE UU había desplazado a Colombia del primer
lugar como destino de exportaciones no petroleras (XNP). Así, mientras en 1998
hacia Colombia se dirigió el 26,0% de la XNP siendo el principal destino de las
mismas, para 2003 hacia Colombia se dirigió el 12,9%, siendo superado por
EE UU con el 32,4%. Por otro lado, mientras en 1998, Colombia era el segundo
proveedor de importaciones para Venezuela con el 5,9% del total importado,
por debajo de EE UU (48,1%), para 2003, Colombia continuaba en el segundo
lugar con el 8,3% del total importado, mientras que EE UU aportaba el 32,9%.
(Para más detalles ver Banco Central de Venezuela, Informes Económicos, 1998
y 2003, disponibles en: http://www.bcv.org.ve/Upload/Publicaciones/). (Visita
16 de enero de 2007).
El nuevo auge del comercio bilateral (2004-2006)
El entorno macroeconómico
En este lapso el comercio bilateral recibió un nuevo impulso, hasta tal punto
que tanto en valores nominales como reales se han alcanzado niveles sin precedentes históricos. Tal resultado se explica fundamentalmente por el fuerte
crecimiento económico que tuvieron los dos países, lo cual incidió en el aumentó
del comercio bilateral. Como se mostró antes, existe una fuerte asociación positiva entre XCOL y Pibcol y entre MCOL y Pibven. Las exportaciones de Venezuela a Colombia XCOL también se vieron favorecidas por la depreciación del
tipo de cambio real de Venezuela frente al de Colombia (RTCR Vencol) lo que
incrementó la competitividad de las XCOL (ver gráfico 2).
Centrales, quienes finalmente harán una compensación entre ellos cada cuatro meses (ver
Banco Central de Venezuela, Informe Económico, 2005:214). La adopción del CPCR de la
Aladi, se aplica a todo el universo arancelario, por lo que no hay productos excluidos, como
fue el caso de la lista de rubros con derecho a acceso al tipo de cambio oficial, situación que
prevaleció durante la mayor parte de 2003.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
51
Entre 2003 y 2006 el PIB de Colombia creció a una tasa media anual del 5,3%,
siendo de 6,0% el estimado de 2006 (Cepal, 2006). Tal crecimiento se obtuvo
en un contexto de reducción del desempleo, bajo déficit fiscal, superávit en balanza de pagos, depreciación del tipo de cambio real en 2006 para corregir
parcialmente la apreciación acumulada en los años previos y de tasas de inflación que en 2005 y 2006 estuvieron por debajo del 5%. La mejora de los términos
de intercambio que le ha permitido aumentar el valor de las exportaciones, el
incremento de la inversión pública y privada con tasas de inversión que rondan
el 20% del PIB, los aumentos de la inversión extranjera directa, la recuperación
del consumo privado, el bajo saldo deficitario de la cuenta corriente que es fácilmente financiado por el superávit de la cuenta de capitales y las expectativas
favorables de los inversionistas son factores que permiten calificar este crecimiento económico de sano y sostenible, estimándose que en 2007 nuevamente
crecerá el PIB en el orden del 5% (Para más detalles ver Banco de la República
de Colombia-Grupo Macroeconomía, 2006).
La economía venezolana inició un proceso de recuperación en 2004 con un crecimiento del PIB de 17,9%, que se ha mantenido en 2005 y 2006 con variaciones
interanuales del PIB de 10,3% (Banco Central de Venezuela, 2006). Entre 2003
y 2006 la tasa media de crecimiento del PIB fue del 12,8%, gracias a la mejora
de los términos de intercambio debido al alza de los precios del petróleo, principal producto de exportación. Consecuentemente al aumento del valor de las
exportaciones petroleras, se ha incrementado sustancialmente el gasto público,
que se ha convertido junto con el incremento de la intermediación financiera
en el impulsor de la expansión del consumo privado y de la inversión, especialmente de la inversión pública. El crecimiento de la demanda agregada interna
superior a la de la oferta ha tenido que equilibrarse mediante el aumento de las
importaciones, entre ellas las que provienen de Colombia (MCOL). Entre 2003
y 2006 las importaciones totales de mercancías aumentaron desde US$ 10.687
millones a US$ 31.344 millones.
El aumento del PIB obtenido por Venezuela, durante los últimos tres años, ha
permitido aumentar los salarios reales y reducir la tasa de desempleo hasta el
10,1% para el tercer trimestre de 2006. El crecimiento de la oferta monetaria
impulsada por la expansión fiscal y la mejora en la intermediación financiera
ha presionado la tasa de inflación, la cual alcanzó un 17% en 2006, superior a
la del 2005 (14,4%). En materia cambiaria, durante todo el lapso continuó la
aplicación del control de cambio y de precios instaurados desde 2003. Durante
2006 se mantuvo fijo el tipo de cambio nominal oficial (Bs. 2.150 / US$ 1). Ante
las menores tasas de inflación experimentadas por los principales socios comerciales durante 2006 se apreció el tipo de cambio real, lo que repercute negativamente en la competitividad de la producción de bienes transables y de las
exportaciones no petroleras (XNP). La apreciación del tipo de cambio real sumada a la expansión del PIB repercutió en el aumento de las importaciones.
52
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Las expectativas de que se mantengan altos los precios del petróleo permiten
estimar de nuevo para 2007 un aumento del PIB en el orden del 5-7%. No obstante, la continuidad en las políticas de expansión del gasto público, las restricciones de oferta de bienes y servicios derivadas del control de precios y el
aumento del tipo de cambio en el mercado paralelo permiten prever un alza en
la tasa de inflación. Por otra parte, durante 2007 se espera que continúe la
apreciación del tipo de cambio real tal y como sucedió en 2006, pues el Gobierno
ha anunciado que mantendrá el control de cambio y el tipo de cambio nominal
oficial, lo cual repercutirá negativamente sobre la competitividad de la producción de bienes transables y de las exportaciones no petroleras (XNP). En síntesis,
las expectativas de aumento del PIB tanto en Colombia como en Venezuela en
el corto plazo permite prever un incremento de los intercambios bilaterales,
dada la fuerte asociación positiva entre las variaciones del PIB de cada país y
los flujos de comercio. Sin embargo, para Venezuela su política de apreciar el
tipo de cambio real con la finalidad de reducir la tasa de inflación podría obstaculizar el crecimiento de las XCOL. Persiste la expectativa de que las MCOL
aumentaran en 2007, gracias al aumento del PIB de Venezuela y de la apreciación
de su tipo de cambio real frente al de Colombia.
Los cambios de Venezuela en materia de integración económica
En el plano político y de relaciones diplomáticas binacionales, durante este período se creó un entorno menos conflictivo que el del período 1999-2003. Paulatinamente las relaciones binacionales se fueron canalizando hacia posiciones
más pragmáticas25. A comienzos de 2006 Colombia anunció la finalización de
las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE UU, mientras que
Perú igualmente las había finalizado en diciembre de 2005. Ante la inminencia
de las firmas de los TLC de Colombia y Perú con EE UU, el Gobierno de Venezuela decidió denunciar formalmente ante la Comisión de la CAN el Acuerdo
de Cartagena, mediante carta enviada por el Ministro de Relaciones Exteriores
25
A comienzos del año 2005 hubo un fuerte incidente diplomático, originado por la detención en territorio nacional de un alto jefe de la guerrilla colombiana. El gobierno
de Venezuela alegó que los organismos de inteligencia colombiana habían operado ilegalmente en el territorio nacional, habían secuestrado en territorio venezolano y posteriormente trasladado a territorio colombiano al guerrillero detenido, lo cual se consideraba una
violación de la soberanía nacional. En esa oportunidad, el presidente Chávez amenazó con
suspender las relaciones con Colombia, lo cual incluía las relaciones económicas. Afortunadamente, el incidente fue superado y las relaciones económicas se desarrollaron en 2005
con renovado vigor.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
53
con fecha 22 de abril de 200626. Esto en la práctica significaba que Venezuela
abandonaba la CAN, acuerdo de integración al cual había ingresado en 1973.
Los argumentos que presentó Venezuela para tomar tal decisión fueron los siguientes: a) la firma de los TLC de Colombia y Perú con EE UU distorsionan la
normativa legal de la CAN cambiando su naturaleza y objetivos originales;
b) los TLC privilegian los intereses individuales sobre los intereses de los pueblos; c) los TLC promueven desigualdad en la distribución de la riqueza y la
desaparición progresiva de sectores productivos nacionales lo que afecta la soberanía de los pueblos; d) los TLC poseen la misma concepción neoliberal del
ALCA y establecen nuevas formas de colonialismo; e) a pesar de haberse autorizado en la CAN la negociación de estos TLC, Venezuela no está dispuesta a
asumir su normativa toda vez que ésta se identifica con la propuesta por el
ALCA (Rodríguez Araque, 2006). En una primera instancia las relaciones comerciales de Venezuela con el resto de los países de la CAN no sufrirían ningún
cambio debido a que como lo dispone el artículo 135 del Acuerdo de Cartagena
dejan de tener efectos para el denunciante (Venezuela) los derechos y obligaciones derivados de su condición de miembro, con excepción de las ventajas
recibidas y otorgadas de conformidad con el Programa de Liberación de la Sub­
región, las cuales permanecerán en vigencia por un plazo de cinco años a partir
de la denuncia. Este plazo podrá ser disminuido en casos debidamente fundados,
por decisión de la Comisión y a petición del país miembro interesado. Igualmente
se acordó que el convenio que regula el comercio de automotores, suscrito entre
Colombia, Venezuela y Ecuador permanecerá en vigencia27. (Para más detalles
véase el memorando de entendimiento suscrito entre los países miembros de
la Comunidad Andina y la República Bolivariana de Venezuela, sucrito el 6 de
agosto de 2006, Decisión 646 de la CAN).
Debe señalarse que a pesar de la salida de Venezuela de la CAN las relaciones
comerciales y políticas con Colombia mejoraron sustancialmente. La cooperación
binacional se concreta en el desarrollo de la Zona de Integración Fronteriza entre
el estado Táchira (Venezuela) y el norte de Santander (Colombia), proyecto que
motoriza la CAN y al cual Venezuela le ha dado continuidad, aún después de
su salida de la CAN. Igualmente, existen otros proyectos de cooperación en
materia de interconexiones eléctricas en regiones fronterizas, entre las empresas
petroleras públicas Ecopetrol y Pdvsa, la construcción del gasoducto binacional
26
Carta enviada por el Ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de
Venezuela, Alí Rodríguez Araque, a la Presidenta y demás miembros de la Comisión de la
CAN (Rodríguez Araque, 2006).
27
También se acordó constituir un grupo de trabajo para que en treinta días, prorrogables
por treinta más, propusiera algunas normas que regularán el comercio entre las partes y un
mecanismo de solución de controversias aplicable al intercambio recíproco.
54
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
y del poliducto-oleoducto que llegará hasta la costa del Pacífico en Colombia y
le permitirá a Venezuela tener una salida al mar Pacífico y acercar las distancias
con el continente asiático. El gasoducto inicialmente permitirá que Colombia le
venda gas a Venezuela y en una segunda etapa, Venezuela exportará gas hacia
Colombia. Finalmente, es importante señalar que Venezuela coopera con Colombia en las negociaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y el grupo
guerrillero Ejército de Liberación Nacional (ELN)28.
Posteriormente, el 22 de mayo de 2006, Venezuela decidió denunciar el TLC entre
Venezuela y México y Colombia y México, conocido como G-3. La salida definitiva del acuerdo se produjo el 19 de noviembre de 2006. Entre tanto, Venezuela
siguió avanzando en su objetivo de convertirse en miembro pleno del Mercosur,
acuerdo del cual ya era miembro asociado, a raíz de la firma del Acuerdo de
Complementación Económica 59 (ACE 59) entre Colombia, Venezuela y Ecuador,
y los países del Mercosur, con lo que se concretaba una zona de libre comercio
entre la CAN y Mercosur, ya que Bolivia y Perú, previamente habían firmado los
correspondientes ACE con Mercosur. El 8 de diciembre de 2005, la Cumbre Presidencial del Mercosur, reunida en Montevideo, anunció la aprobación de la solicitud de Venezuela para ingresar como miembro pleno de esa Unión Aduanera
(UA). Posteriormente, el 4 de julio de 2006, reunidos en Caracas, los Presidentes
de los países miembros del Mercosur y el Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela firmaron el protocolo de adhesión de Venezuela al Mercosur. Este
es un proceso que culminará cuando Venezuela, previa negociación, acepte y
adopte toda la normativa del Mercosur, incluyendo las de orden político, la liberación del comercio intrabloque y la adopción del Arancel Externo Común (AEC).
Entre tanto, las relaciones comerciales con el Mercosur se regirán por lo establecido en el ACE 59.
28
La reelección de los dos presidentes en 2006 permite prever continuidad en las buenas
relaciones entre ambos países. En agosto de 2006, con motivo de la visita de la nueva Canciller de Colombia al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela se evidenció el
buen momento que viven las relaciones binacionales y se anunció la posibilidad de firmar
un acuerdo de comercio bilateral que permita mantener los intercambios en un marco de
libertad comercial. (Para más detalles ver El Nacional, edición del 16 de agosto de 2006,
p. A-10. También, véase el comunicado conjunto de la segunda reunión de la Comisión
Binacional de Alto Nivel Venezuela-Colombia, suscrito por los Ministros de Relaciones Exte­
riores de Colombia y Venezuela, el día 16 de junio de 2006 en Caracas, en el cual se expresa que “Los cancilleres constataron el excelente nivel de las relaciones bilaterales y la
permanente vocación integracionista, enfatizando que no se verán afectadas por el retiro
de Venezuela de la Comunidad Andina”).
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
55
El comercio binacional y sus resultados
Como se planteó antes, el intercambio comercial entre Venezuela y Colombia
está fuertemente asociado al crecimiento económico. Las economías de ambos
países no sólo lograron crecer durante el período 2004-2006, también mejoraron
sustancialmente las relaciones diplomáticas entre los dos países, lo que permitió
que el intercambio comercial, aún con la vigencia de los controles del cambio
y de los precios en Venezuela, aumentara hasta alcanzar montos sin precedentes
históricos (ver gráfico 1 y cuadro 1). Los resultados más relevantes en este lapso
fueron los siguientes:
• El comercio binacional (XCOL+MCOL) se incrementó desde los US$ 1.347
millones (US$ 761 millones en valores reales) en 2003 a US$ 4.200 millones
(US$ 2.175 millones en valores reales) en 2006. Esto representó una tasa
media anual de crecimiento real (a precios de 1984) del 41,9%. Muy superior
a las obtenidas en los períodos 1973-1982 (29,9%) y 1991-1998 (16,6%).
• Las exportaciones de Venezuela hacia Colombia (XCOL) aumentaron desde
los US$ 651 millones (US$ 368 millones en valores reales) a US$ 1.498 (US$
776 millones en valores reales). El ritmo promedio de crecimiento de las XCOL
fue de 28,3%, apenas superado por el del período 1973-1982 (38,8%). Debe
destacarse que el ritmo de crecimiento de las XCOL fue superior al mostrado
por las exportaciones no petroleras reales (XNP) durante ese mismo lapso
(7,3%) e inferior pero cercana a la de las exportaciones totales (XT), que alcanzó el 29,7%, gracias al crecimiento de los precios del petróleo. El crecimiento de las XCOL estuvo influenciado por el crecimiento económico de
Colombia en este período y por la depreciación del tipo de cambio real
de Venezuela frente al de Colombia (RTCR) entre 2003 y 2006, en el orden
del 21,1% (ver gráficos 1 y 2).
• Las importaciones provenientes de Colombia (MCOL) se incrementaron desde
los US$ 696 millones (US$ 393 millones en valores reales) en 2003 a los US$
2.702 millones (US$ 1.399 millones en valores reales) en 2006. Tal crecimiento
estuvo determinado básicamente por el elevado crecimiento económico
de Venezuela durante el período 2003-2006, ya que el tipo de cambio real
de Colombia se apreció frente al de Venezuela, como bien lo muestra la RTCR
Vencol (ver gráfico 2), lo que le restaba competitividad a la producción colombiana. Las MCOL mostraron un dinamismo sin precedentes al crecer, con
base en valores reales, durante el período 2003-2006, al ritmo promedio
anual de 52,7%. Tasa superior a la de los períodos 1973-1982 (26,0%) y 19911998 (12,1%). Tales resultados permiten concluir que la expansión de las
MCOL explican en mayor proporción el incremento del comercio bilateral.
El ritmo de crecimiento de las MCOL durante este lapso también fue superior
al mostrado por las importaciones totales (MT) en valores reales, el cual fue
56
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
de 39,1%. Es importante hacer notar que el crecimiento de las MCOL no impidió que aumentaran las importaciones extra-regionales en valores reales
(MRER). Durante este período las MRER crecieron a la tasa media anual de
38,8%. Por lo que no debiera haberse producido desviación de comercio en
cantidades importantes. Sin embargo, la vigencia del sistema de pagos de la
Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi) discrimina a los países
no socios de dicho acuerdo de integración. Por lo tanto, este factor podría
estar generando desviación de comercio al discriminar a los países no miembros de la Aladi y beneficiar a sus miembros, entre ellos Colombia29.
• De acuerdo con los resultados de 2006 (información del DANE-Colombia),
Venezuela recuperó el segundo lugar como destino de las exportaciones de
Colombia, lugar del que había sido desplazado en 2003 por Ecuador. De manera tal que si en 2003 las exportaciones que realizaba Colombia a Venezuela
representaban el 5,3%, para 2006 tal cifra se había incrementado a 11,1%, segundo lugar después de EE UU. Esto significa que las exportaciones colombianas hacia Venezuela crecieron a una tasa mayor que las exportaciones
totales realizadas por ese país. Del lado de las importaciones realizadas por
Colombia, Venezuela a pesar del repunte de sus exportaciones hacia Colombia
(XCOL) continuó perdiendo posiciones como proveedor de Colombia. Para
2003 Venezuela había sido relegada desde el segundo lugar que ocupó en
1998 al cuarto lugar como proveedor de Colombia (superada por EE UU,
Brasil y México). Sin embargo, en 2006, Venezuela contribuyó con el 5,7%
del total importado por Colombia, aporte superior al de 2003 (5,2%). Esto no
fue suficiente para evitar que EE UU, México, China y Brasil la relegaran al
quinto lugar como origen de importaciones para Colombia. Debe señalarse
que Venezuela mejoró relativamente su competitividad (cuota de participación)
en el mercado colombiano, pues su aporte en las importaciones totales realizadas por ese país se incrementó desde el 5,2% en 2003 al 5,7% en 2006.
• También, de acuerdo con los resultados de 2005, Colombia continuó siendo
el segundo país de destino de las exportaciones no petroleras de Venezuela
(XNP) con el 15,2%, superada por EE UU. Pero, como proveedora de importaciones para Venezuela en 2006 las estimaciones preliminares del INE reflejaban que aun con el crecimiento experimentado por las MCOL, en 2006,
Colombia fue desplazada del segundo lugar por Brasil, de cuyo país Venezuela realizó importaciones por un monto de US$ 3.600 millones. Así, en
2006, Colombia con el 9,9% fue relegada al tercer lugar como proveedora de
El Banco Central de Venezuela en su Informe Económico de 2005 (BCV, 2006:215) reportó que en épocas de control de cambio el uso del CPCR de la Aladi se incrementa. Para
el año 2005 los países más beneficiados por el CPCR de la Aladi fueron además de Venezuela, Colombia, México, Brasil y Chile.
29
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
57
importaciones para Venezuela, superada por EE UU (30,2%) y Brasil (10,1%)30.
Obsérvese, sin embargo, que a pesar del desplazamiento al tercer lugar, Colombia aumentó su contribución relativa en las importaciones totales de Venezuela, pues mientras en 2006 aportó el 9,9% en 2003 sólo aportaba el 8,3%.
Tal resultado revela una mejora de la competitividad de Colombia en el
mercado venezolano.
• En cuanto a la estructura del comercio (2005) vale la pena comentar que: a)
las principales partidas arancelarias exportadas desde Venezuela hacia Colombia (XCOL) responden a las ventajas comparativas y competitivas que el
país posee en los productos de la industria metalmecánica (hierro, aluminio,
productos siderúrgicos), productos de la industria química y petroquímica,
neumáticos y automóviles. Obsérvese en el cuadro 5 que las principales
partidas arancelarias de las XCOL corresponden básicamente a productos
manufacturados con mayor valor agregado.; b) las XCOL han disminuido su
concentración. Para 1998 las veinte principales partidas arancelarias aportaban
el 52,77% del total de las XCOL, para 2005 este aporte se había reducido a
48,93%. Este es un resultado que se puede considerar positivo; c) las MCOL
más importantes son los automóviles de diferente cilindrada, los animales
vivos de la especie bovina, azúcar en bruto y confites, productos farmacéuticos, neumáticos, lácteos, textiles, refrigeradores, productos de la industria
alimenticia y otros productos industriales; d) si se comparan los resultados
de 2005 con los de 1998, las MCOL parecen ser ahora menos diversificadas,
pues para 1998 las primeras veinte partidas arancelarias importadas desde
Colombia aportaban el 37,57% mientras que para 2005 contribuyeron con el
40,89%. Seguidamente se muestran las veinte principales partidas arancelarias
exportadas (XCOL) e importadas desde Colombia (MCOL) para 2005:
30
Según el Banco Central de Venezuela (2006) en su Informe Económico 2005 se reporta
que Colombia es el segundo destino de las exportaciones no petroleras con el 15,2%, superada por EE UU con el 29,0%. Igualmente se señala en este informe que para 2005 Colombia era el segundo proveedor de Venezuela con una contribución del 11,0% a las
importaciones totales realizadas por Venezuela (MT) superada por EE UU que aportó el
31,5% de las MT.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
58
Cuadro 5
Veinte partidas arancelarias líderes exportadas hacia Colombia (XCOL) - 2005
Ordinal
Descripción Valor
1
72091700
Ítem
Productos laminado planos de hierro de espesor superior o igual a 0,5 mm pero inferior
o igual a 1 mm
60.996
2
6,02
Propeno (propileno) 36.048
3,56
9,58
3
72142000
Barras de hierro o acero sin alear, simplemente forjadas, con muescas, cordones, surcos o relieves,
producidos en el laminado o sometidas a torsión
después del laminado
33.834
3,34
12,92
4
72091600
Productos laminados planos de hierro o acero sin alear de espesor superior a 1 mm
pero inferior a 3 mm
32.072
3,17
16,08
5
76011000
Aluminio sin alear
30.116
2,97
19,06
6
38171010
Dodecilbenceno 28.724
2,84
21,89
7
39232100
Artículos para el transporte o envasado, de plástico de polímeros de etileno
25.724
2,54
24,43
8
87032400
Vehículos, automóviles de turismo de cilindrada superior a 3.000 cm3
25.211
2,49
26,92
9
Alambrón de hierro o acero sin alear los demás 24.224
2,39
29,31
Aleaciones de aluminio
21.325
2,10
31,42
11
72083700
Productos laminados planos de hierro sin alear de espesor superior o igual a 4,75 mm
pero inferior o igual a 10 mm
21.007
2,07
33,49
12
Polietileno de densidad superior o igual a 0,94 20.416
2,02
35,50
13
87032300
Vehículos de cilindrada superior a 1.000 cm pero inferior o igual a 1.500 cm3
19.609
1,94
37,44
14
40111000
Neumáticos del tipo de los utilizados en automóviles de turismo (incluidos los vehículos
de tipo familiar –break o station wagon–
y los de carrera)
19.056
1,88
39,32
15
72104900
Productos laminados planos de hierro o acero sin alear de anchura superior o igual a 600 mm
los demás
18.211
1,80
41,12
16
72091810
Productos laminados planos de hierro o acero 17.826
sin alear de espesor inferior a 0,5 mm pero superior
o igual a 0,25 mm
1,76
42,88
10
29012200
% % acumulado
6,02
7213910090
76012000
39012000
3
Continúa en la página siguiente
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
59
Continuación cuadro 5
Ordinal
Descripción Valor
% % acumulado
17
87042200
Ítem
Vehículos-automóviles para transporte de mercancías de peso total con carga máxima
superior a 5 t, pero inferior o igual a 20 t
16.411
1,62
44,50
18
39041020
Polímeros de cloruro de vinilo o de otras olefinas oleginadas obtenido por polimerización
en suspensión
16.168
1,60
46,09
19
Urea, incluso en disolución acuosa 14.91
1,47
47,57
13.844
1,37
48,93
31021000
20
72092700
Productos laminados planos de hierro o acero sin alear de espesor superior o igual
a 0,5 mm pero inferior o igual a 1 mm
Fuente: Aladi-Sicoex.
Cuadro 6
Veinte partidas arancelarias líderes importadas desde Colombia (MCOL)-2005
Ordinal
Ítem
Descripción Valor
% % acumulado
1
87032300
Vehículos para transporte de personas de cilindrada superior a 1.500 cm3, pero inferior
o igual a 3.000 cm3
258.494
10,78
10,78
2
Animales vivos de la especie bovina, los demás 165.465
6,90
17,69
1029090
3
87032200
Vehículos de cilindrada superior a 1.000 cm pero inferior o igual a 1.500 cm3
58.951
2,46
20,15
4
Productos farmacéuticos los demás 52.299
2,18
22,33
5
8704310010
Vehículos para transporte de mercancías inferior o igual a 4,537 t
48.318
2,02
24,34
6
17049010
Bombones, caramelos, confites y pastillas
39.797
1,66
26,00
7
97011000
30049029
3
Pinturas y dibujos 39.737
1,66
27,66
8
85443000
Juegos de cables para bujías de encendido y demás juegos de cables del tipo de los utilizados
en los medios de transporte
39.454
1,65
29,31
9
84181000
Combinaciones de refrigerador y congelador con puertas exteriores separadas
34.058
1,42
30,73
10
40112000
Neumáticos nuevos de caucho del tipo de los utilizados en autobuses o camiones
30.296
1,26
31,99
11
21069020
Preparaciones compuestas cuyo grado alcohólico volumétrico sea inferior o igual a 0,5% vol., para
la elaboración de bebidas
28.858
1,20
33,20
Continúa en la página siguiente
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
60
Continuación cuadro 6
Ordinal
Descripción Valor
% % acumulado
12
84182100
Ítem
Refrigeradores, congeladores, máquinas para producción de frío de compresión
24.279
1,01
34,21
13
4022119
Leche y nata (crema) con adición de edulcorantes, 22.043
las demás
0,92
35,13
14
Tejidos de punto de fibras sintéticas o artificiales 21.954
0,92
36,04
15
2011000
Carne de animales de la especie bovina fresca
o refrigerada, en canales o medias canales 21.438
0,89
36,94
16
Sostenes (corpiños) 21.001
0,88
37,81
17
87032400
Automóviles de turismo de cilindrada superior a 3.000 cm3
20.191
0,84
38,66
18
1701119090
Azúcar en bruto sin aromatizar ni colorear, los demás
19.339
0,81
39,46
Libros, folletos e impresos similares los demás 17.280
0,72
40,18
Preparaciones alimenticias, los demás
16.982
0,71
40,89
60029300
62121000
19
49019900
20
2106909090
Fuente: Aladi-Sicoex.
La intensidad del comercio de Venezuela con Colombia
El Índice de Intensidad del Comercio (IIC) permite medir el sesgo geográfico
en el intercambio comercial de un país (i) con otros países (j). El IIC se estima
así: IICij = (xij/mij), donde xij representa el peso de las exportaciones hacia el
país j (Colombia) en las exportaciones totales del país i (Venezuela); mij representa el peso que tienen las importaciones totales realizadas por el país j (Colombia) en las importaciones totales del mundo. Si IICij > 1 significa que el
comercio con el socio (de Venezuela con Colombia en este caso) es más que
proporcional a la participación que tiene el socio en las importaciones mundiales,
por lo tanto existe un sesgo geográfico en el comercio. Si IICij < 1 no existe
sesgo geográfico en el comercio. El crecimiento del IIC a través del tiempo indicaría que el sesgo geográfico del comercio con el país j se ha incrementado.
Si se reduce el IICij se interpreta como una baja del sesgo geográfico.
El IICij se ha estimado para medir el sesgo geográfico del intercambio comercial
de Venezuela con Colombia (desde la perspectiva de Venezuela) y se muestra
en el cuadro siguiente:
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
61
Cuadro 7
Índice de intensidad comercial de Venezuela con Colombia (IICij)
1994
1998
31,3
2003
13,5
2005
IICij
27,7
9,2
Xij
0,074
0,081
0,024
0,018
Mij 0,0027
0,026
0,0018
0,002
Fuente: Estimaciones propias con base en BCV, Aladi, DANE y OMC.
En el cuadro anterior se puede observar que el IICij de Venezuela con Colombia
ha disminuido desde su valor máximo en 1998 (31,3) hasta su valor mínimo en
2005 (9,2). No obstante, dado que IIC > 1 se puede concluir que existe un sesgo
geográfico en el intercambio comercial de Venezuela, en este caso con Colombia.
Obsérvese que la disminución de dicho sesgo geográfico para los años analizados se debe fundamentalmente a la disminución de xij (el numerador de la fórmula del IICij), esto es, la disminución del peso de las exportaciones de Venezuela
hacia Colombia en las exportaciones totales del país. Y ello se explica por el
mayor crecimiento del valor de las exportaciones totales gracias al aumento del
valor de las exportaciones petroleras, el cual ha sido superior al de las exportaciones de Venezuela hacia Colombia. En consecuencia, el paso de las exportacio­
nes venezolanas hacia Colombia (xij) en las exportaciones totales que fue de
0,074 (7,4%) en 1994 disminuyó a 0,018 (1,8%) en 2005. Por el contrario, puede
observarse que mij presenta una tendencia a disminuir, lo que significa que la
importancia relativa de las importaciones de Colombia en las importaciones
mundiales ha disminuido. En años en que se reduzca el valor de las exportaciones petroleras, es de esperar que el IICij pueda presentar valores similares a
los de 1994 y 1998.
El comercio binacional: algunos efectos dinámicos
Más allá de los efectos estáticos (creación y desviación de comercio), los acuerdos
de integración económica también deben evaluarse por sus efectos dinámicos.
Schiff y Winters (1998) definen los efectos dinámicos como aquellos que afectan
la tasa de crecimiento económico de un país en el mediano y largo plazo. Dichos
efectos abarcan incrementos permanentes o temporales que inciden sobre la
tasa y el patrón de crecimiento económico como consecuencia del acuerdo de
integración (economías de escala, incorporación de innovaciones tecnológicas,
mayor competencia, aumento del comercio intraindustrial, incremento de las
inversiones, procesos de aprendizaje y de diversificación de exportaciones, incremento del poder de negociación en foros internacionales y otros). En este
capítulo se hará referencia a algunos efectos dinámicos surgidos en la medida
que se incrementó el comercio binacional.
62
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Estructura, calidad y diversificación de las exportaciones
venezolanas hacia Colombia
Cualitativamente, desde la perspectiva de Venezuela, es importante considerar
lo siguiente:
a) Las exportaciones que Venezuela realiza hacia Colombia son fundamentalmente
exportaciones no petroleras. Mientras las exportaciones no petroleras de Venezuela hacia el mundo (XNP) apenas representaron en promedio para los
años 2004-2005 el 15,1% del total exportado, en el caso de las exportaciones
que realiza Venezuela hacia Colombia, para el mismo período, las XNP representaron el 96,5% del total exportado. Es decir, el mercado colombiano permite
una menor concentración a la vez que diversifica las exportaciones venezolanas
y las hace menos dependientes de las exportaciones petroleras.
b) Las exportaciones de Venezuela hacia Colombia son menos concentra­das que las que realiza hacia el mundo. Para 2005 las primeras veinte partidas
arancelarias exportadas hacia Colombia contribuían con el 48,9% del total
exportado hacia ese país. En el caso de las exportaciones de Venezuela hacia
el mundo debe destacarse que sólo las exportaciones petroleras contribuyeron
en 2005 con el 86,6% del total exportado (según las estadísticas del Banco
Central de Venezuela). Y las primeras veinte partidas arancelarias exportadas
al mundo para 2005 concentraban el 74,7% del total exportado al mundo
(según la base de datos de Aladi).
c) La mayor parte de las exportaciones que realiza Venezuela hacia Colombia y
hacia la CAN son manufacturas, que en otras circunstancias tendrían dificultades para ser exportadas. Además, la realización de exportaciones de manufacturas hacia Colombia puede servir de aprendizaje para incursionar en otros
mercados. Un estudio realizado por la CAN (2004) concluía que: i) de todas
las exportaciones venezolanas realizadas hacia la CAN en 2002 el 97,2% eran
manufacturas, mientras que éstas (las manufacturas) apenas representa­ban ­el
37,5% en las exportaciones hacia el resto del mundo31; ii) si se consideran las
denominadas manufacturas de alto valor agregado32, éstas contribuyeron, para
el caso de Venezuela, con el 53,8% del total exportado hacia la CAN, mientras
que sólo contribuyeron con el 6,6% del total exportado hacia el resto del
31
Debe señalarse que Colombia es el principal destino de las exportaciones venezolanas
hacia la CAN.
32
Las manufacturas de alto valor agregado excluyen del total exportado los productos
primarios, manufacturas alimenticias, petróleo y productos refinados, fabricación de coque,
combustible nuclear y fabricación de metales comunes. Es decir, se excluyen del total exportado las secciones 1-14, 15, 23 y 27 de la clasificación CIUU Rev. 3.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
63
mundo. Por lo tanto, debe concluirse de nuevo que el mercado de la CAN, y
específicamente el mercado de Colombia, permite una mayor diversificación
de las exportaciones venezolanas, tradicionalmente concentradas en los hidrocarburos, brindándole un mercado a las manufacturas; ­iii) de los países
miembros de la CAN, Venezuela fue después de Colombia el país que más
aprovechó hasta 2002 la experiencia exportadora hacia el mercado andino
(especialmente Colombia) para aprender y luego exportar hacia el resto del
mundo. Esto es lo que se denomina efecto plataforma (CAN, 2004). Para el
caso venezolano el estudio identificó doscientos sesenta y dos partidas arancelarias que aprovecharon el aprendizaje obtenido al exportar hacia la CAN,
y específicamente hacia Colombia, para luego incursionar en otros mercados.
Entre los productos beneficiados del efecto plataforma se encuentran: productos minerales, productos de plástico, metales comunes y sus manufacturas,
productos de las industrias químicas, máquinas y aparatos eléctricos y productos de las industrias alimenticias.
En síntesis, el comercio de Venezuela con Colombia tiene importantes efectos
dinámicos de diversificación, aprendizaje exportador y es cualitativamente superior al que se da con el resto del mundo al estar conformado en su casi totalidad por productos manufacturados. Debe tenerse en cuenta que el desarrollo
de la manufactura permite generar mayor valor agregado y empleo dada su capacidad de generar eslabonamientos hacia delante y hacia atrás. Más aún, investigaciones recientes (Rodrik, 2005) plantean que la calidad de la canasta de
exportaciones muestra una alta correlación positiva con el crecimiento económico. Países no desarrollados pero con una canasta de exportaciones donde
tengan un peso importante y creciente las manufacturas mientras decrece la
importancia de los productos intensivos en recursos naturales y de mano de
obra barata, tendrán un mayor crecimiento económico con aparente independencia de su capital humano y de su calidad institucional.
Crecimiento del Comercio Intraindustrial (CII)
El CII es un patrón de comercio que se deriva de la existencia de competencia
monopolística, en la cual existen productos diferenciados pero muy similares,
correspondientes a una misma línea de producción. Dicha diferencia puede ser
de calidad, modelo, marca, etc. Esta diferenciación puede hacer conveniente la
obtención de economías de escala que surgen de la especialización en la elaboración de determinadas variedades del producto o productos. Es decir, un
país puede especializarse en la producción de una determinada variedad de
productos con la finalidad de obtener economías de escala (rendimientos crecientes), mientras que otro país que no tiene necesariamente ventajas comparativas estáticas para producir esa gama de bienes podría hacerlo, al obtener
también economías de escala en la producción de algunas de las variedades.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
64
De manera tal que en un esquema de competencia monopolística y rendimientos
a escala crecientes (costos medios decrecientes), es perfectamente coherente
que se genere un patrón de comercio de productos similares pero diferenciados
a través de las marcas, variedades, calidades, presentación, etc. Este tipo de comercio es el que se denomina intraindustrial (CII). El Índice básico de GrubelLloyd, que es el más utilizado para medir la existencia de CII, se estima de
acuerdo con la siguiente ecuación:
ICIIi =[ (Xi + Mi) - (| Xi - Mi |) ] / (Xi + Mi)
(1)
ICIIi = 1 - [ (| Xi - Mi |) / (Xi + Mi) ];
(2)
Con valores en el intervalo 0 ≤ ICIIi ≤ 1
Donde:
ICIIi = Índice Grubel-Lloyd de Comercio Intraindustrial para el capítulo i.
Xi = exportaciones realizadas hacia Colombia del capítulo i.
Mi = importaciones realizadas desde Colombia del capítulo i.
El ICII puede tomar valores menores o iguales a uno, y mayores o iguales a
cero. En el caso extremo de que el ICII = 0, eso significa que el país es sólo importador o exportador del bien (capítulo i). Es decir, su comercio es de carácter
interindustrial (caso extremo de comercio interindustrial). Si el ICII = 1, es el
caso extremo de comercio intraindustrial. Las exportaciones son iguales a las
importaciones del capítulo i. En la interpretación y en los estudios empíricos se
acepta que se puede considerar comercio intraindustrial aquellos casos en que
ICII > 0,5. Por el contrario, si ICII <0,5 se considera que la naturaleza del comercio para ese capítulo o grupo de bienes es interindustrial. El promedio de
los ICII estimados para cada capítulo puede dar una idea de la evolución del
indicador en términos generales para el total transado. Mientras más se acerque
el ICII a la unidad mayor es el nivel de comercio intraindustrial.
Greenaway y Milner (1986) y Krugman y Obstfeld (2001) han llamado la atención
sobre la importancia y las ventajas del CII con relación al de carácter interindustrial. A manera de síntesis puede afirmarse que el CII brinda a los países la
oportunidad de obtener economías de escala, especializándose en la producción
de un determinado o varios productos que forman parte de una línea de producción muy similar, pero que tienen atributos que los diferencian. El CII minimiza los costos de una liberación del comercio, pues aunque se requerirá de
alguna reestructuración, las industrias afectadas pueden seguir produciendo (no
desaparecen), al especializarse en la producción de alguna(s) de la(s) variedad(es)
o modelo(s) del bien que será objeto de comercio intraindustrial. Esto tiende a
minimizar los costos sociales y políticos de una liberación del comercio. Y esta
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
65
conclusión es válida para el caso de las uniones aduaneras y los diferentes
acuerdos de integración económica, en los que se deberá liberar, en algún momento, el comercio intrabloque.
Si efectivamente un bloque de integración promueve el crecimiento del Comercio
Intraindustrial (CII), esto podría, al menos indirectamente, ser una señal de que
otros efectos dinámicos positivos se estarían produciendo. Estos según Tugores
(1999) serían los siguientes: 1) una mayor competencia. Adicionalmente, el aumento de la competencia entre dos o más productos similares, pero de diferente
modelo y marca puede traducirse en menores precios para los consumidores.
2) Un mayor aprovechamiento de las economías de escala. La existencia de comercio intraindustrial, no es contradictorio con el aprovechamiento de economías
de escala. La razón es que al liberarse el comercio intrabloque se facilita el acceso de las mercancías a mercados de mayor tamaño, lo que implica usar capacidad ociosa y obtener economías de escala, mientras que simultáneamente se
intercambia una mayor variedad de productos diferenciados; y 3) mejora en la
satisfacción de necesidades de productos diferenciados y una mayor oferta para
los consumidores.
Existen razones para pensar que entre Venezuela y Colombia puede darse un
nivel creciente de comercio intraindustrial. La literatura sobre CII predice que
este patrón de intercambio es más factible que surja cuando se presentan las siguientes condiciones (Krugman y Obstfeld, 2001; Bulmer Thomas, 2000, 2001):
a) Cuando los países tienen similar dotación de factores y habilidades.
b) Cuando los países tienen niveles similares de desarrollo económico y de
preferencias de los consumidores.
c) En el intercambio de bienes manufacturados más que en el caso del intercambio de bienes primarios. La razón es que en los productos con poco valor
agregado, la posibilidad de diferenciarse y en consecuencia obtener economías
de escala, segmentar los mercados, etc., es muy poca. De manera tal que se
debe esperar mayor frecuencia de CII en el caso de bienes manufacturados,
y menos en el caso de los productos agrícolas y de poco procesamiento.
d) Los niveles promedio de CII serán menores mientras menos desarrollado sea
un país, ya que debido a los bajos niveles de ingreso per cápita, bajo nivel
educativo de la población, etc., los consumidores no tendrán disposición y
capacidad de comparar para demandar productos ligeramente diferenciados.
Adicionalmente, debido al bajo nivel de desarrollo, un país contará con muy
pocas industrias capaces de participar en un intercambio de carácter
intraindustrial.
e) La proximidad geográfica (caso de Venezuela y Colombia) estimula el CII.
Esto se debe a que habrá información disponible sobre las alternativas para
66
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
realizar un intercambio de productos diferenciados por atributos de calidad,
marca, modelo, etc. Se asume que los costos de información aumentan con
la distancia y que el comercio de bienes diferenciados requiere de mayor
información que aquellos que son homogéneos. En consecuencia, la proximidad geográfica facilitará el flujo de información que podría estimular el
intercambio intraindustrial.
Bulmer-Thomas (2001) afirma que los acuerdos de integración económica entre
países con similares niveles de ingreso per cápita, en patrones de consumo, en
nivel de desarrollo industrial; preferencia por obtener economías de escala y
cercanía geográfica crea condiciones para un mayor intercambio de carácter
intraindustrial. Las condiciones antes señaladas se corresponden con las características de Colombia y Venezuela.
Trabajos previos muestran una tendencia creciente del comercio intraindustrial
entre Colombia y Venezuela, con sus consecuentes efectos positivos. Según estimaciones del Instituto de Comercio Exterior de Venezuela (ICE, 1996) en el
caso de Colombia y Venezuela, al combinar la información disponible a un nivel
agregado por sectores, para 1995 se estaba produciendo un intercambio de
productos similares (comercio intraindustrial) en los grupos siguientes: productos
de las industrias alimenticias, productos de las industrias químicas y conexas,
materias plásticas y productos relacionados, papel y artículos de papel, calzado,
material eléctrico, material fotográfico y relacionado. Estos son grupos de productos donde el Índice de Comercio Intraindustrial (ICII) o de Grubel-Lloyd
(1975) superó el valor de 0,5. Por el contrario, los sectores que presentaron un
Índice de Grubel-Lloyd menor a 0,5 fueron para 1995 los grupos: pieles, cueros
y sus manufacturas, y material de transporte33. El valor del índice muestra que
para estos grupos existe un comercio de tipo interindustrial. Es decir, este tipo
de comercio tiende a realizarse en una sola dirección y se basa fundamentalmente en la dotación de factores de cada país. A manera de comparación conviene recordar que en 1990 según el ICE (1996) el Índice Grubel-Lloyd (IGL)
alcanzó valores mayores a 0,5 apenas para los siguientes grupos: productos de
la industria alimentaria, materias plásticas y productos relacionados, pieles, cueros
y manufacturas y material eléctrico. Eiros (1995), al analizar los índices de comercio intraindustrial para Venezuela y Colombia durante el lapso 1984-1992,
había llegado a la conclusión de que sólo existía para ese entonces un muy incipiente comercio intraindustrial en sustancias químicas básicas, resinas sintéticas,
33
En el caso del grupo materiales de transporte es evidente que para 1997 ya se estaba
produciendo un intercambio comercial de carácter intraindustrial. El correspondiente IGL
estimado alcanzó 0,61. Obsérvese que los vehículos de diferentes cilindradas conforman
parte significativa de los productos líderes de las XCOL y de las MCOL (ver cuadros 5 y 6).
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
67
materias plásticas y fibras artificiales. Además, agregaba que la mayor parte del
comercio de Venezuela era de carácter interindustrial, pues el comercio intraindustrial sólo había representado para el período 1990-1992 el 0,3% del comercio
total. Estimaciones de comercio intraindustrial entre Colombia y Venezuela, reportadas por Lanzetta y García Larralde (1999:378), concluían que:
En cuanto a la evolución del comercio intraindustrial, un índice a cuatro dígitos
para el período 1993-1997 permite apreciar como ha venido creciendo en el lapso
reseñado. Dicho índice, construido sobre la base de las importaciones y exportaciones a nivel intrasectorial, muestra un alto grado de comercio intraindustrial
para más de 49 ramas de las 89 que se tomaron como referencia… Por su parte
el peso de los sectores en que predomina el comercio intraindustrial en el intercambio bilateral aumentó de un 56,3% a un 63,3% del total de las exportaciones
venezolanas a Colombia, y del 61,5% al 67,2% del total de las importaciones venezolanas provenientes de Colombia.
En materia de comercio bilateral agroalimentario Gutiérrez (2001b) encontró
que mientras en el período 1990-1991 el promedio ponderado del ICII reflejaba
que apenas el 21% del comercio bilateral agroalimentario total tenía carácter de
intraindustrial, en el período posterior al inicio de la zona de libre comercio el
comercio bilateral agroalimentario de carácter intraindustrial estuvo en el orden
del 30-32%. Este resultado sugiere que el inicio de la zona de libre comercio a
partir de 1992 sirvió para estimular un mayor comercio de carácter intraindustrial
con sus consecuentes efectos positivos.
Puede concluirse parcialmente que al finalizar la década de 1990 existía una
tendencia al crecimiento del índice de comercio intraindustrial (o intrasectorial),
si se compara con las estimaciones del mismo indicador para 1990. Y esto refleja
uno de los cambios más significativos en los patrones comerciales de ambos
países.
Para el período 2004-2005 en este trabajo se hicieron estimaciones de comercio
intraindustrial, encontrándose que 29 capítulos (de un total de 97) presentaron
valores del ICII > 0,5. Los resultados obtenidos significan que para el caso de Colombia el 35,9% del valor de sus exportaciones hacia Venezuela corresponden a
capítulos arancelarios de carácter industrial (Comercio Intraindustrial, ICII > 0,5).
En el caso de Venezuela, el 42,9% del valor de sus exportaciones hacia Colombia
corresponden a capítulos arancelarios con ICII > 0,5 (Comercio Intraindustrial).
Tanto el número de capítulos con ICII > 0,5 como el monto del comercio binacional de carácter intraindustrial parece ser superior al que existía antes del inicio
de la zona de libre comercio en 1992. Por lo tanto, puede concluirse parcialmente
que el crecimiento del comercio binacional, en el marco de la integración andina,
ha contribuido al aumento del comercio de carácter intraindustrial, y esto puede
considerarse positivo dadas las ventajas que tiene este tipo de comercio como
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
68
lo revela la literatura sobre el tema. Los capítulos arancelarios que presentaron
un promedio de ICII > 0,5 para 2004-2005 fueron los siguientes34:
Cuadro 8
Capítulos arancelarios
Ítem Descripción
03 Pescados y crustáceos, moluscos y demás vertebrados acuáticos
10 Cereales
19 Fécula o leche; productos de pastelería, preparaciones a base de cereales, harina, almidón
20 Demás partes de plantas, preparaciones de hortalizas, frutas u otros frutos
27 Ceras minerales productos de su destilación; materias bituminosas; combustibles minerales,
aceites minerales
29 Productos químicos orgánicos
34 Base de yeso fraguable, lubricantes, ceras artificiales, ceras preparadas, odontología
36 Fósforos (cerillas); aleaciones pirofóricas, materias inflamables, pólvora y explosivos; artículos
de pirotecnia
38 Productos diversos de las industrias químicas
39 Plástico y sus manufacturas
40 Caucho y sus manufacturas
44 Madera, carbón vegetal y manufacturas de madera
45 Corcho y sus manufacturas
53 Papel y tejidos de hilados de papel las demás, fibras textiles, vegetales, hilados
55 Fibras sintéticas o artificiales discontinuas
Continúa en la página siguiente
Continuación cuadro 8
34
La Aladi (2000) plantea que además del crecimiento del ingreso per cápita, entre los determinantes del crecimiento intraindustrial se encuentran la liberación del comercio, la participación en acuerdos de integración económica y la vecindad geográfica. Estos últimos dos factores,
además de la similitud de grado de industrialización y de patrones de consumo parecieran ser
explicativos del aumento del comercio intraindustrial entre Colombia y Venezuela desde el
inicio de la zona binacional de libre comercio en 1992. La Aladi también plantea que entre sus
países miembros los mayores niveles de comercio intraindustrial, con tendencia creciente en la
década de los noventa, se dan entre Brasil y Argentina y entre Colombia y Venezuela. Obsérvese que ambos casos se refieren a países vecinos. Entre los principales productos (CUCI 4
dígitos) con importante participación en el comercio intraindustrial entre Colombia y Venezuela se encontraban: Vehículos para transporte de mercancías, medicamentos, automóviles, tejidos
de algodón, perfumería, productos de panadería, partes y accesorios de vehículos, aluminio y
sus aleaciones, papel y cartón, insecticidas, artículos diversos de materias plásticas, cloruro de
polivinilo, neumáticos para automóviles y neumáticos para autobuses.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
69
Ítem Descripción
65 Sombreros, demás tocados y sus partes
67 Cabello plumón; flores artificiales; manufacturas de plumas y plumón preparados y artículos de plumas
68 Amianto (asbesto), mica o materias análogas, manufacturas de piedra, yeso fraguable, cemento
69 Productos cerámicos
73 Manufacturas de fundición, hierro o acero
74 Cobre y sus manufacturas
75 Níquel y sus manufacturas
80 Estaño y sus manufacturas
82 Artículos de metal común, cubiertos de mesa, de metal común; partes de estas herramientas
y útiles, artículos de cuchillería
86 (Incluso electromecánicos) de señalización para similares y sus partes; aparatos mecánicos, vías
de comunicación, vehículos y material para vías férreas
87 Accesorios demás vehículos terrestres; sus partes y vehículos automóviles, tractores, velocípedos
90 Cinematografía, de medida, control o precisión; instrumentos y aparatos medicoquirúrgicos; partes
y accesorios de estos instrumentos o aparatos instrumentos y aparatos de óptica, fotografía
92 Instrumentos musicales; sus partes y accesorios
97 Objetos de arte o colección y antigüedades.
Crecimiento de las inversiones y de las alianzas estratégicas
entre empresarios
Aunado al mayor intercambio comercial, se ha observado un crecimiento de los
flujos de inversión y a la conformación de asociaciones estratégicas y celebración
de acuerdos de distribución entre empresarios de ambos países35. La Cámara de
integración Venezolano-Colombiana (Cavecol) con sede en Caracas reportó la
existencia de ciento ventiún empresas afiliadas para 2006, activamente realizando
negocios en territorio de Colombia y de Venezuela. Por su parte su homóloga
Cámara Colombo-Venezolana con sede en Bogotá reportó la existencia de setenta
y siete empresas afiliadas. Estas cifras no incluyen la diversidad de pequeñas
35
García Larralde (1995), reportó 18 casos de alianzas estratégicas entre empresas colombianas y venezolanas para 1994. Entre las más importantes alianzas estratégicas se destacaban para aquel momento: Industrias Alimenticias Noel-Frito Lay, Alpina-Plumrose,
Compañía Nacional de Chocolates-Mavesa, Colombina-Alimentos Kraft, Industrias Alimenticias Noel-Alimentos Heinz, Cadenalco-Makro-Polar, Vikingos-Copesucre, Nestlé-Colombia,
Nestlé- Venezuela, Nestlé-Savoy, diario La República, diario Reporte, Avianca-Avensa-Servivensa, diario El Tiempo, diario El Nacional, Inversionista Colombiano-Tiendas Rex. (Véase
también Revista Inversiones, Caracas, n° 171, junio 1997, pp. 26-27).
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
70
empresas y microempresas formales e informales que en la zona fronteriza realizan también una intensa actividad de negocios36.
La información estadística disponible permite concluir que paralelamente al
crecimiento de la mayor interdependencia comercial se incrementaron los flujos
de inversión binacional durante la primera etapa de expansión del comercio binacional (1992-1998). Iturbe de Blanco (1997) reportó un fuerte crecimiento del
stock de inversiones venezolanas en Colombia al pasar de US$ 80,8 millones en
1989 a US$ 290,9 millones en enero de 1996. Igualmente, según información de
la Superintendencia de Inversiones Extranjeras de Venezuela el stock de inversiones de Colombia en Venezuela aumentó desde US$ 2 millones en 1990 a US$
138,4 millones en 1999. Iturbe de Blanco (1997:2) concluyó que el dinamismo
de las inversiones colombianas en Venezuela estuvo estrechamente relacionado
con el crecimiento del comercio bilateral que se había dado desde 1992 (inicio
de la zona de libre comercio entre Venezuela y Colombia). Lanzetta y García
Larralde (1999) afirman que aunque la inversión cruzada bilateral todavía es
muy baja con respecto a la proveniente de otros países, los empresarios de Colombia y Venezuela aumentaron significativamente las inversiones en la industria
manufacturera, comercio y finanzas entre 1991 y 1998, aun considerando que,
en 1997, debido a la venta de establecimientos financieros pertenecientes a inversionistas venezolanos, se dio un proceso de desinversión de Venezuela en
Colombia. Otro dato importante proviene del estudio realizado por la CAN
(2004) el cual al hacer un balance de los flujos de inversión recibidos por Venezuela, cuyo origen eran los países andinos, concluyó que durante 1990-2002
Venezuela recibió flujos de inversión directa por US$ 231 millones y el 70%
provenía de Colombia. En cuanto a Colombia este país fue el que recibió más
inversión intracomunitaria durante el período 1992-2002, por un monto de US$
502 millones, y ella provino fundamentalmente de Venezuela.
Cuadro 8
Flujos de inversión extranjera binacional (millones de US dólares)
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
Colombia
en Venezuela
0
43
44
15
-38
3
5
-8
1
4
Venezuela
en Colombia
52
-51
57
22
-20
10
30
6
62
16
Nota: Cifras de 2005 sujetas a revisión.
Fuente: Superintendencia de Inversiones Extranjeras (SIEX). Proexport-Colombia-Comunidad
Andina de Naciones.
36
Para más detalles ver las páginas web de ambas Cámaras: http://www.cavecol.com/;
http://www.comvenezuela.com/.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
71
En el cuadro anterior se muestran los flujos de inversión binacional. Se puede
observar que éstos son bajos y tienen poco peso relativo en la inversión extranjera directa total que recibe cada país37. También debe señalarse que los flujos
de inversión binacional han perdido dinamismo desde 1999, paralelamente a la
caída del intercambio comercial y a los problemas que enfrentaron las economías
de ambos países en esos años. La reducción es notable en el caso de la inversión
proveniente de Colombia. En 2004 y 2005 se dio un repunte de las inversiones
de Colombia en Venezuela, pero todavía lejos de los montos de 1998. En el caso
de Venezuela las inversiones realizadas en Colombia han mostrado montos más
elevados que las de Colombia desde 2001, pero también se observa una tendencia a decrecer con respecto al monto de 1998. Es de esperar que en la medida
que se definan más claramente las reglas de juego de las relaciones comerciales
entre Colombia y Venezuela y continúe el crecimiento del comercio binacional,
los flujos de inversión se incrementen. Debe también tenerse en cuenta que los
proyectos de inversión adelantados por los gobiernos de ambos países en el
área de la energía, lo cual contempla interconexiones eléctricas en áreas de
frontera, la construcción de un gasoducto y un poliducto, la posibilidad de que
Ecopetrol explore y explote petróleo en Venezuela incrementarán las inversiones
binacionales.
A manera de conclusión: la importancia de una redefinición
de las relaciones comerciales entre Venezuela y Colombia
Visto desde la perspectiva de Venezuela, existen razones de orden económico
e intereses nacionales para que, independientemente de la salida de Venezuela
de la CAN y de su oposición a los TLC con EE UU, se fortalezcan y se formalicen
las relaciones comerciales y económicas con Colombia. En este artículo se ha
mostrado que la existencia de una zona de libre comercio, iniciada en 1992 en
el marco del Acuerdo de Cartagena, le ha permitido a Venezuela:
1. Aumentar el valor de sus exportaciones no petroleras, diversificarlas, reducir
la concentración y la dependencia de las exportaciones de hidrocarburos.
Las exportaciones que realiza Venezuela hacia el mercado colombiano son
en su casi totalidad manufacturas, que difícilmente pudieran haber sido exportadas hacia los mercados tradicionales de EE UU y Europa. Esta cualidad
superior de las exportaciones venezolanas hacia Colombia se traduce en generación de mayor valor agregado y de empleos.
37
Para el caso de Venezuela, en 2005 la inversión proveniente de Colombia apenas representó el 0,2% del total de inversión extranjera (excluyendo la inversión en petróleo). En
cuanto al peso de la inversión venezolana en Colombia tampoco aporta más del 1% del
total de inversión extranjera directa.
72
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
2. Desarrollar procesos de aprendizaje al exportar hacia el mercado colombiano.
Aprendizaje que le ha servido de plataforma para luego exportar hacia otros
países.
3. Aumentar el comercio de carácter intraindustrial con sus consecuentes efectos
positivos de especialización, desarrollo de economías de escala y oferta de
mayor variedad para los consumidores de ambos países.
4. Promover alianzas estratégicas entre empresarios de ambos países y en menor
medida estimular las inversiones.
5. Cambiar el foco de las relaciones hacia lo económico en lugar de centrarse
en las controversias sobre delimitación de las fronteras.
El fortalecimiento de los intercambios ha obligado a cambiar el foco de las relaciones hacia lo económico en lugar de centrarse en las controversias sobre delimitación de las fronteras. También está obligando a los gobiernos de ambos
países a ocuparse de los problemas sociales, del desarrollo sustentable y de la
seguridad en las áreas de frontera. Se han creado oportunidades para la cooperación y una mayor integración binacional en materia de energía (electricidad,
petróleo, gas) y construcción de infraestructura, en un marco donde cada país
se acuerda en función de sus intereses nacionales. Ello se ha traducido en un
mejoramiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países, sobre todo a
partir de 2004.
La salida de Venezuela de la CAN y la firma del TLC entre Colombia y EE UU
no debe ser obstáculo para que se establezca un nuevo acuerdo de libre comercio
binacional, que permita mantener al máximo los logros obtenidos y que, a su
vez, preserve los intereses de Venezuela. En el pasado, ambos países se han beneficiado del incremento del comercio y de los efectos dinámicos que se han generado como consecuencia del mismo en el marco de la CAN. Colombia y
Venezuela no pueden obviar su condición de vecinos ni de socios naturales, con
problemas e intereses comunes y convergentes a pesar de las diferencias ideológicas de los gobiernos actuales. Ignorar la geografía y los beneficios obtenidos
en el marco de la liberación del comercio desde 1992 hasta ahora significaría un
retroceso, con costos elevados y pérdidas de bienestar para los dos países.
Alejandro Gutiérrez / Hacia una redefinición de las relaciones comerciales…
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Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 77-107 • ISSN: 0005-4720
Participación de los países en desarrollo en las negociaciones
agrícolas de la Ronda Doha. Análisis y evaluación
de temas en discusión, posiciones y perspectivas
Giacalone
Rita Giacalone*
Resumen
Las negociaciones de la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se caracterizan por la importancia adquirida por el tema agrícola.
Este se ha convertido, además, en el ámbito donde parece existir mayor enfrentamiento entre países desarrollados y países en desarrollo. En este artículo se explora de qué forma una más activa participación de los segundos en
las negociaciones ha contribuido a volverlas más complejas pero también a
limitar el alcance de los temas que se tratan. Para alcanzar este objetivo, en la
primera sección se analizan y discuten las posiciones originales sostenidas por
los distintos actores antes de comenzar la ronda actual; en la segunda, cómo
han evolucionado éstas junto con el proceso negociador y las diferentes interpretaciones que existen al respecto. Esto permite que en la tercera sección
del artículo se puedan evaluar las perspectivas de las negociaciones, a partir
de una discusión de las variadas interpretaciones sobre el impacto de los
países en desarrollo en este proceso.
Palabras clave: Países en desarrollo / Ronda Doha / Negociaciones agrícolas
Código JEL: F13
* Ph. D. Historia, Indiana University. Profesora Titular de Historia Económica, Departamento
de Economía, Investigadora del Centro de Investigaciones Agroalimentarias (Ciaal) y Coordinadora del Grupo de Integración Regional (Grudir) de la Universidad de Los Andes, Mérida,
Venezuela. Dirección postal: Residencias Paulmary, Apt. 4, P.B., Urbanización Humboldt,
Mérida 5101. Correo electrónico: [email protected].
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78
Abstract
The World Trade Organization (WTO) Doha Round negotiations are characterized by the importance gained by the agricultural subject. This has also turned
into the field that seems to have the most clashes between developed and
developing countries. This article explores how a more active participation of
the latter on the negotiations has contributed to turn them more complex, but
also to limit the reach of the subject matters. In order to achieve this objective,
the first section analyzes and discusses the original stances supported by the
different participants before the beginning of the actual round; on the second
one, what has been their evolution along with the negotiating process and the
different interpretations there are about this. This allows for the third section
of the article to evaluate the negotiations perspectives, beginning with a discussion of the diverse interpretations on the impact of developing countries
on this process.
Keywords: Developing countries / Doha Round / Agricultural negotiations
JED Code: F13
Resumo
As negociações da Rodada Doha da Organização Mundial do Comércio (OMC)
se caracterizam pela importância adquirida pelo tema agrícola. Este tem se
convertido, além disso, no âmbito onde parece existir maior enfrentamento
entre países desenvolvidos e países em desenvolvimento. Neste artículo se
explora como uma participação mais ativa dos segundos nas negociações tem
contribuído a torná-las mais complexas, mas também a limitar o alcanço dos
temas tratados. Para alcançar este objetivo, na primeira seção são analisadas
e discutidas as posições originais sustentadas pelos distintos atores antes de
começar a rodada atual; na segunda, como têm evolucionado estas junto com
o processo negociador e as diferentes interpretações que existem a respeito.
Isto permite que na terceira seção do artículo possam ser avaliadas as perspectivas das negociações, a partir de uma discussão das variadas interpretações
sobre o impacto dos países em desenvolvimento neste processo.
Palavras chave: Países em desenvolvimento / Rodada Doha / Negociações
agrícolas
Codigo JEL: F13
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
79
Résumé
Les négociations du cycle Doha de l’Organisation Mondiale du Commerce
(OMC) sont caractérisées par l’importance du sujet agricole. Par ailleurs, ce
sujet semble être le point ou il existe la confrontation la plus grave entre les
pays industrialisés et ceux en voie de développement. Cet article explore la
manière dans laquelle la participation plus active des pays en développement
aux négociations les a rendues plus complexes mais il a restreint aussi la
portée des sujets abordés. Conséquemment, la première section de l’article
présente et analyse les positions originelles des diverses acteurs avant du
début du cycle actuel; la deuxième partie présente comment les positions ont
évolué conjointement au processus négociateur et les points de vue à cet
égard. Finalement, la troisième section de l’article évalue les perspectives des
négociations à partir de la discussion de l’impacte des pays en développement
sur ce processus.
Mots clés: Pays en développement / Cycle Doha / Négociations agricoles
JEL: F13
Introducción
El fin de la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio por sus siglas en inglés) en 1994 incluyó la firma de un acuerdo
sobre agricultura y la decisión de volver a discutir este tema en la siguiente
ronda de negociaciones. De esta forma se reconocía que el comercio internacional de productos agrícolas enfrentaba tarifas más altas que el comercio de
bienes industriales, que existía un nivel de protección desigual para estos productos, derivado del otorgamiento de subsidios1 por parte de los países desarrollados (PD), y que productos tropicales de algunos países en desarrollo (PED),
que habían gozado de facilidades de ingreso en los países desarrollados, sufrirían
restricciones en esos mercados por la pérdida de sus preferencias2 (Josling,
2000:91-92). Las discusiones de la nueva ronda de negociaciones agrícolas debían
centrarse, por lo tanto, en la reducción paulatina de las tarifas aduaneras, la
disminución progresiva de subsidios agrícolas por parte de los PD y el establecimiento de medidas especiales para el comercio de productos agrícolas tropicales
de los PED.
Se entiende por subsidio cualquier contribución financiera o mecanismo de sostén de ingresos o precios del gobierno que cree alguna ventaja para ciertas empresas o ramas de producción (Tussie y Lengyel, 1998:80).
1
El caso más obvio es el de la pérdida de las preferencias para las bananas y el azúcar
de los países ACP (África-Caribe-Pacífico), dentro del mercado de la Unión Europea (UE).
2
80
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Se esperaba que las negociaciones agrícolas de la nueva ronda fueran facilitadas
por la existencia de un mandato claro con pocos temas, una mayor transparencia
del proceso, gracias a la creación de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
en 1994, y una mayor preparación de los países participantes. Sin embargo, en
la práctica las negociaciones agrícolas de la ronda actual se han vuelto lentas y
complicadas, con amenazas de “fracaso” a cada paso. Para esta situación pueden
señalarse, entre otras, las siguientes causas: 1) las cuestiones en discusión en las
negociaciones agrícolas de la Ronda Doha evaden la tradicional división entre
PD y PED y desafían también la posibilidad de aplicar soluciones simples a las
mismas; 2) la gran visibilidad política del tema, en un contexto dentro del cual
el comercio exterior parece constituir no un medio para alcanzar objetivos nacionales sino casi el objetivo mismo de los estados naciones, asociado con “slogans
de alto impacto mediático” (Halperin, 2004) (soberanía nacional, desarrollo económico y social), provoca la movilización de la opinión pública, en torno de visiones alternativas extremas que usualmente ignoran el contenido de las
discusiones3.
Un factor adicional lo constituye el hecho de que la actual ronda de negociaciones de la OMC ha sido denominada la “ronda del desarrollo”, sobre la base
de los objetivos del milenio sancionados por la Organización de las Naciones
Unidas. Entre esos objetivos destaca el punto 8, el cual específicamente menciona
el desarrollo de un sistema comercial y financiero abierto, “basado en normas,
previsible y no discriminatorio” y “el acceso libre de aranceles y cupos para las
exportaciones de los países menos desarrollados” (citado en Rosas, 2005:30).
De esta manera, la ronda ha generado expectativas de que en ella se producirá
una reducción de los subsidios agrícolas y un incremento del acceso a los mercados más prósperos, como consecuencia de los cuales los PED, especialmente
los exportadores netos de productos agrícolas, podrán sentar las bases para su
desarrollo.
En este artículo exploramos en qué medida una activa participación de los PED
en las negociaciones agrícolas después de 1995 ha agravado la complejidad de
la Ronda Doha pero también ha ayudado a limitar su alcance, obligando al resto
de los países miembros a tener en cuenta sus necesidades. Nuestro objetivo es
analizar cuál ha sido el impacto en esas negociaciones de una mayor incorporación de los PED al proceso de comercio multilateral, por considerar que este
tema tiene implicaciones para evaluar las perspectivas de esta ronda. El artículo
se divide en tres secciones: en la primera, se presentan el marco histórico, los
principales actores y sus posiciones de base al iniciarse las negociaciones de la
3
Este contexto politizado deriva parcialmente del hecho de que, aunque el comercio
agrícola representa sólo el 10% del comercio mundial, cerca del 70% de la población mundial vive en áreas rurales (Espinosa, 2006; Valcárcel y Valcárcel, 2006:3).
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
81
ronda actual; en la segunda, se analiza el proceso de negociación hasta llegar
a la situación actual y se incluyen diferentes interpretaciones de ese proceso.
Finalmente, se evalúan las perspectivas futuras de las negociaciones, a partir de
una discusión de las interpretaciones sobre el rol de los PED, que permite analizar cuál ha sido su impacto en el proceso de negociaciones agrícolas.
Los temas agrícolas en la antesala a Doha
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el GATT se constituyó dentro de un
ámbito internacional en el cual se asumía que, para acabar con el riesgo que
las guerras comerciales representaban para la paz mundial, era fundamental liberalizar el comercio de productos entre naciones, por medio de una disminución
de las tarifas aduaneras. Se pensaba que los gobiernos aceptarían en forma voluntaria las presiones que esta disminución paulatina y concertada tendría sobre
sus ingresos aduaneros y sobre sus sistemas productivos, a cambio de un mayor
acceso de sus productos en otros mercados, sin reconocer que existían diferencias entre las instituciones, las políticas y los sistemas productivos de las naciones
que comerciaban entre sí (Lawrence, 1996:29).
De todas formas, el sistema funcionó en forma relativamente adecuada hasta
finales de los años sesenta pero durante la década siguiente resultó afectado
por varios factores concurrentes: 1) el ingreso al GATT de un creciente número
de PED para los cuales la prioridad no era ya el comercio de productos industriales, 2) la necesidad de que ellos recibieran algún tipo de Tratamiento Especial
y Diversificado (TED) para que pudieran honrar sus obligaciones como miembros
del sistema multilateral de comercio4, y 3) el surgimiento paralelo de otros actores, que evaden la categoría de naciones estados, ya sea porque agrupan a
varias de ellas (Comunidad Económica Europea, CEE, hoy Unión Europea, UE)
o porque influyen sobre el comportamiento de los gobiernos (compañías transnacionales), pero que están interesados en otros temas que afectan el comercio
internacional (inversiones extranjeras, políticas de competencia, compras gubernamentales y estandarización de normas aduaneras), los llamados “temas de
Singapur”5. En las décadas posteriores se agregarían las Organizaciones no Gubernamentales (ONGs) con objetivos ambientalistas, sociales o políticos, así
El aumento en el número de países participantes fue resultado del proceso de descolonización de las antiguas colonias de Inglaterra, Francia y Holanda, agravado porque buena
parte de las nuevas naciones son microestados sin viabilidad económica, para los cuales sus
ex metrópolis establecieron mecanismos especiales de preferencias comerciales.
4
5
En la primera reunión ministerial de la OMC (Singapur, 1996), por presión de la UE se
formaron grupos de trabajo en estos temas, con la expectativa de incorporarlos en la agenda de la nueva ronda de negociaciones.
82
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como los distintos esquemas preferenciales de integración comercial, que incorporan medidas para liberalizar no sólo el comercio sino también las inversiones
y los servicios (Lawrence, 1996:105). De esta manera, el contexto político dentro
del cual se negocia el comercio multilateral de productos agrícolas se ha ido
haciendo más complejo con el paso del tiempo.
Originalmente fueron los PD los que insistieron en que la agricultura fuera exceptuada de la reducción arancelaria del GATT, siguiendo el ejemplo de EE UU
que en 1955 obtuvo permiso para aplicar medidas especiales para este sector
(Rodrigo, 2006:34). Bajo esta protección, esos países desarrollaron sistemas para
proteger a sus agricultores. Sus argumentos a favor de las políticas de subsidio
adoptadas fueron la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria, de mejorar
la balanza de pagos, de favorecer el desarrollo de otros sectores de sus economías, de aumentar la producción agrícola y de estabilizar los ingresos de los
productores agrarios (Hoekman y Kostecki, 2001:209-210).
A primera vista los argumentos originales de los PD parecen similares a los que
hoy esgrimen los PED, aunque existe una diferencia sustancial en su comportamiento, mientras los segundos ponen impuestos a las exportaciones agrícolas
y subsidian el consumo, los primeros hacen que los habitantes de las ciudades
paguen impuestos o precios más altos por los productos agrícolas a fin de subsidiar a los productores rurales (Hoekman y Kostecki, 2001:210). Esta diferencia
se debe a la importancia que tiene en los países pobres el consumo alimentario
dentro del consumo total del grupo familiar, mientras en los países ricos ese
impacto es menor. Pero en los PD el apoyo a la agricultura permite que los
productores rurales aumenten su consumo de otros bienes y servicios provenientes del mercado doméstico; en los PED, en cambio, donde no existe una
oferta amplia y diversificada de productos industriales nacionales, un mayor ingreso de los productores rurales se traduciría en mayores importaciones de
bienes que no se producen en ellos (Hoekman y Kostecki, 2001:210-211). Además
la agricultura representa en promedio un cuarto del Producto Interno Bruto
(PIB) y la mitad del empleo en los PED, frente a 2% y alrededor del 7% de los
PD, respectivamente (Acharya y Daly, 2004:13).
Durante la Ronda Uruguay (1986-1994) hubo intentos por discutir todos los aspectos relativos a la cuestión agrícola, pero EE UU y Europa –que comercian
cerca del 40% de los alimentos a nivel internacional– no consiguieron llegar a
un acuerdo entre ellos. En esa ronda se constituyó el Grupo Cairns (Australia,
Canadá, Argentina, Brasil, Colombia, Uruguay, Paraguay, Chile, Costa Rica,
Guatemala, Indonesia, Guatemala, Nueva Zelandia, Sudáfrica y Tailandia, Filipinas y Bolivia) formado por los países exportadores de alimentos que apoyaban
la posición de EE UU, de incorporar la agricultura al proceso de liberalización
comercial gradual. Ellos lograron que en la Ronda Uruguay los obstáculos no
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
83
arancelarios fueran eliminados o debieran convertirse en aranceles6 y obtuvieron
el compromiso de que el objetivo final de la negociación posterior sería la reducción de los subsidios, aunque no su eliminación total.
La cuestión de los subsidios es fundamental porque los de los PD no sólo niegan
la posibilidad de que los productos agrícolas de los PED entren en sus mercados,
sino que también desplazan a la producción de los PED de sus propios y de terceros mercados, al reducir el costo de producción agrícola en los primeros. Los
subsidios agrícolas se justifican parcialmente por la necesidad de otorgar apoyo
a los hogares rurales, preservar el medio ambiente y proteger la seguridad alimentaria y la salud, pero cuando ellos son mayores que los precios internacionales
generan un exceso de oferta agrícola en los PD, lo cual es canalizado hacia la
exportación (Acharya y Daly, 2004:13-14). De esta forma, su efecto sobre los
PED es doble: por una parte, frenan el ingreso de sus productos agrícolas a
los mercados protegidos de los PD y, por otra parte, producen excedentes que
aumentan la oferta mundial de productos agrícolas, con la consecuente baja de
sus precios internacionales.
La Ronda Uruguay terminó con un acuerdo agrícola que incluyó lo siguiente:
1) para el año 2000 los subsidios a la exportación agrícola disminuirían un 36%
en términos de valor y un 21% en términos de volumen, tomando como base
el período 1986-1990, con la prohibición de imponer nuevos subsidios; 2) las
medidas no arancelarias se convertirían en aranceles y éstos serían reducidos
en 36% a lo largo de 6 años por los PD y en 24%, a lo largo de 10 años, por los
PED7; 3) una cláusula de paz, según la cual los gobiernos se abstendrían por
seis años de imponer derechos compensatorios sobre productos agrícolas8 ; 4)
las medidas sanitarias y fitosanitarias se aplicarían sólo en la medida que fueran
necesarias para proteger la vida o la salud y se basarían en criterios científicos,
para impedir que se convirtieran en obstáculos al comercio y 5) los PED serían
exceptuados de muchas disposiciones o recibirían lapsos más extensos para
aplicarlas (Hoekman y Kostecki, 2001:217-219) (véase el cuadro 1 para un resumen de lo cordado).
6
El GATT es un régimen exclusivamente de aranceles, lo cual obliga a convertir en aranceles todo otro tipo de medidas, Anzola Gil et al., 2002:134. Para mantener el nivel de acceso existente se crearon entonces contingentes arancelarios, con aranceles más bajos
dentro de los contingentes y más altos, fuera de ellos, OMC, 2004a:29.
7
Por esto la conversión a tarifas se hizo sobre bases altas, entre 50% y 150%, Anzola Gil
et al., 2002:135-136.
8
Sobre esta clásula y los efectos de su fin en diciembre de 2003, véase Morgan y Goh, 2003.
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Cuadro 1
Obligaciones de reducción en el acuerdo de agricultura (Ronda Uruguay)
Países desarrollados
6 años: 1995-2000
Países en desarrollo
10 años: 1995-2004
Aranceles
Reducción media general
-36%
-24%
Reducción mínima por producto -15%
-10%
Ayuda interna
Reducción de la medida global total de ayuda a la agricultura -20% -13%
Exportaciones
Valor de las subvenciones
-36% -24%
Cantidades subvencionadas
-21%
-14%
Fuente: Anzola Gil et al., 2002:135, con base en datos de la OMC.
El acuerdo distinguió también entre las subvenciones que distorsionan la producción y el comercio (la denominada caja ámbar o amarilla), las que no lo hacen
(caja verde) y las que fomentan el desarrollo agrícola en los PED (caja azul)
(Anzola Gil et al., 2002:136-139) 9. En el artículo 20 del Acuerdo sobre la Agricultura, los gobiernos se comprometieron a reducir las subvenciones a la exportación de productos agrícolas y las ayudas internas que distorsionan el comercio.
Los PD los reducirían en 20% a lo largo de un período de 6 años y los PED, en
13% a lo largo de 10 años, a partir de 1995. Sin embargo, en la medida en que
el porcentaje de reducción se estimó sobre la base de los precios internacionales
deprimidos de 1986 a 1988, una reducción del 75% en la ayuda autorizada por
la Ronda Uruguay sólo representaría un 16% menos para la UE y un 28% menos
para EE UU10. En resumen, de la Ronda Uruguay salieron importantes decisiones
en materia agrícola, tales como el primer cronograma para reducir aranceles y
subsidios y la decisión de retomar el tema en la siguiente ronda, sobre la base
de negociar las subvenciones a la exportación, la ayuda interna y el acceso a
mercados (OMC, 2004a).
9
La caja ámbar representa los subsidios para colocar en el mercado mundial el exceso de
producción agrícola fomentada por los subsidios a la producción; la caja azul, los subsidios
que establecen, por ejemplo, límites a la producción (Acharya y Daly, 2004:14) y la caja
verde, subsidios para investigación y desarrollo, cumplimiento de normas ambientales, etc.
(Tussie y Lengyel, 1998:81). En el año 2003 los PED propusieron la eliminación de los subsidios de la caja azul y un tope para los de la caja verde, La Nación, 21 de agosto de 2003,
Economía, p. 9.
10
Declaraciones de Alberto Guadagni, director del Banco Mundial por Argentina, a La
Nación, Buenos Aires, 25 de abril de 2005, Suplemento de Comercio Exterior, p. 6.
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
85
En general, a pesar de los esfuerzos realizados por algunos PED, en los años
posteriores al fin de la Ronda Uruguay éstos no lograron impulsar sus exportaciones agrícolas (Becker, 1999:102-103). Las razones son complejas porque intervinieron distintos factores, tales como la mayor caída relativa de los precios
de las commodities (con excepción del petróleo), la aplicación de tarifas específicas basadas en cantidades, no en precios, y la aparición de nuevas restricciones
no arancelarias que discriminan contra la producción de los PED –estándares
sanitarios o de seguridad alimenticia, certificaciones ambientales, etc. (Von Kirch­
bach y Mimouni, 2003). Con respecto a los precios agrícolas la FAO, ha señalado
que “sólo entre 1997 y 2001, el índice combinado de los precios de todas las
commodities cayó 53% en términos reales” (citado en Suppan, 2005:46).
Ello explica por qué en la reunión de la OMC en Seattle (noviembre de 1999)
no se logró consenso acerca de la agenda a discutir durante la nueva ronda y
hubo que esperar dos años más, hasta otra reunión en Doha (Qatar), para iniciar
las discusiones. Sin embargo, para entonces la Declaración Ministerial de Doha
(noviembre de 2001) estableció un nuevo mandato con objetivos más explícitos
y plazos máximos para alcanzarlos:
…nos comprometemos a celebrar negociaciones globales encaminadas a lograr:
mejoras sustanciales del acceso a los mercados; reducciones de todas las formas
de subvenciones a la exportación, con miras a su remoción progresiva; y reducciones sustanciales de la ayuda interna causante de distorsión del comercio.
Convenimos en que el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo
será parte integrante de todos los elementos de las negociaciones y se incorporará
a las listas de concesiones y compromisos y, según proceda, a las normas y disciplinas que han de negociarse, de modo que… permita a los países en desarrollo
tener... en cuenta sus necesidades en materia de desarrollo, con inclusión de la
seguridad alimentaria y el desarrollo rural. Tomamos nota de las preocupaciones
no comerciales… y confirmamos que en las negociaciones se tendrán en cuenta
las preocupaciones no comerciales… Las modalidades para los nuevos compromisos… se establecerán no más tarde del 31 de marzo de 2003.
Fue así que a los tres temas previamente aprobados se agregaron preocupaciones
no comerciales, tales como medio ambiente, seguridad alimentaria y desarrollo
rural, y el trato especial y diferenciado para los PED, de manera que el mandato
se transformó en una “estrella de cinco puntas” (OMC, 2004b). Este acuerdo fue
posible gracias a concesiones hechas por EE UU y la UE, y también a un acercamiento entre ambos, motivado por los sucesos del 11 de septiembre de 2001
en Nueva York (Schott, 2002:21). A su vez, el acuerdo fue producto de un acercamiento entre los PED que son grandes exportadores de alimentos y los que
no lo son, lo que puede explicar la inclusión en las negociaciones de la Ronda
Doha de otros temas relacionados con el desarrollo, el tratamiento especial y
diferenciado y la seguridad alimentaria.
86
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Al momento de terminar la Ronda Uruguay y establecerse la OMC, en torno del
tema agrícola existían distintas posiciones. Por una parte, EE UU y el Grupo
Cairns coincidían en la necesidad de continuar con la disminución de los aranceles agrícolas para acercarlos a los existentes en el área industrial –reconociendo
que los aranceles agrícolas son en promedio un 40% más altos que los existentes
para productos industriales, salvo excepciones–, de buscar una mayor apertura
para la agricultura de zonas templadas (carne, lácteos, cereales, etc.) y de reducir
los subsidios. Por otra parte, los países de Europa y Japón se oponían en especial
al tercer punto.
Con respecto a los 142 PED miembros de la OMC, al terminarse la Ronda Uruguay no existía una posición única entre ellos sobre el tema agrícola. Además
de la posición sustentada por los PED que participaban del Grupo Cairns, otros
gobiernos buscaban vincular el comercio agrícola con la cuestión del desarrollo,
de forma de condicionar una mayor apertura comercial al mantenimiento de
medidas de TED. En este grupo se encontraban países como India y Pakistán,
grandes exportadores de productos agrícolas que mantienen ayudas internas y
buscan mantenerlas después de la actual ronda de negociaciones. Además las
economías más pequeñas, que ya tienen pocas barreras agrícolas, partieron de
una posición caracterizada por su preocupación por la seguridad alimentaria
pues temían no tener qué negociar a cambio de mantener o aumentar sus previsiones al respecto. Existían, por lo tanto, diferencias conceptuales de importancia entre los PED a la hora de negociar (Osorio, 1999; Van Grasstek, 1999).
Mientras tanto distintas ONGs, que no participaron en la Ronda Uruguay y no
participan tampoco de la actual, decidieron aprovechar la nueva ronda para insistir en la regulación de aspectos agrícolas que inciden negativamente sobre el
medio ambiente y/o sobre la salud de la población (cultivos transgénicos, normas
fitosanitarias, etc.) (Josling, 2000:95-97).
Las negociaciones agrícolas en la Ronda Doha.
Temas, situación actual e interpretaciones
La primera etapa de las negociaciones agrícolas de la OMC se inició en el año
2000 y finalizó en marzo de 2001, con reuniones del Comité de Agricultura, en
las que participaron un total de 126 países, se presentaron 45 propuestas y se
sentaron las posiciones iniciales de la negociación (Anzola Gil et al., 2002: 142).
Las propuestas de EE UU, la UE, Japón y Suiza fueron “globales” pues abarcaban
toda una serie de cuestiones a negociar; otras trataban temas específicos (Grupo
Cairns) y, en general, existió una gran diversidad de posiciones11. Entre marzo
11
Para más detalles sobre las etapas de la negociación y los documentos circulados en ellas
puede verse OMC, 2004b.
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
87
de 2001 y marzo de 2002, en las negociaciones agrícolas predominaron las reuniones informales y las deliberaciones sobre aspectos técnicos, de manera que
no hay registro oficial de las mismas. Esto fue parte de un programa de trabajo
con seis reuniones informales (mayo, julio, septiembre y diciembre de 2001 y
febrero de 2002), a las que se agregaron reuniones formales en septiembre y diciembre de 2001 y en febrero de 2002. Las discusiones fueron tema por tema e
incluyeron aspectos técnicos específicos (OMC, 2004b).
A partir de marzo de 2002 se debían establecer las modalidades (que establecen
alcance de las reformas, los cronogramas y las fórmulas de cálculo), con sus
metas cuantitativas, y elaborarse las normas para que el proceso concluyera
antes de la Quinta Conferencia Ministerial de la OMC (Cancún, México), en
septiembre de 2003, pocos meses después de la fecha límite del 31 de marzo
de 2003. Este plazo, sin embargo, no se cumplió, aunque los “tres pilares” se
discutieron uno a uno: así la primera serie de reuniones (junio de 2002) abarcó
las exportaciones, subvenciones, competencia, impuestos y restricciones. A
continuación se trató el acceso a los mercados en reuniones informales y formales
(julio de 2002) y luego se abordó la ayuda interna (septiembre de 2002). En estos
debates “…las delegaciones tendieron a reiterar posiciones ‘máximas’ en temas
claves, en algunos casos con una ‘persistente falta de concreción’”12 (OMC,
2004a). De manera que, en diciembre de 2002, fue necesario distribuir entre los
miembros de la organización una extensa recopilación de todas las posiciones
asumidas para cada una de las cuestiones en discusión.
A medida que se acercaba la Conferencia de Cancún, aumentaron los intentos
por resolver las cuestiones pendientes. EE UU y la UE presentaron un texto
conjunto con un número pequeño de compromisos, en agosto de 2003. En él
no se incluían cifras, ni porcentajes o coeficientes para las reducciones arancelarias y se dejaba abierta la cuestión del trato especial y diferenciado para los
PED. Pero también surgió entonces un proyecto presentado por 20 PED, constituidos en el Grupo de los 20 o G-20 (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, China,
Colombia, Costa Rica, Ecuador, Cuba, Egipto, El Salvador, Filipinas, Guatemala,
India, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Perú, Sudáfrica, Tailandia y Venezuela)13. Este grupo representó un compromiso entre PED de fuerte vocación
agroexportadora (Brasil y Argentina) y otros que defienden con fuerza sus propios subsidios (India). Se constituyó como resultado de conversaciones entre los
12
13
Esto se refiere a la falta de cifras porcentuales o totales en algunas propuestas.
Luego de Cancún se retiraron Colombia, Ecuador, Perú, Costa Rica, Guatemala y El
Salvador, pero ingresaron otros, como Tanzania y Zimbabwe.
88
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gobiernos de Brasil, India y Sudáfrica, luego de que el Grupo Cairns mostrara
su disposición a aceptar la propuesta conjunta de EE UU y la UE (Da Motta
Veiga, 2005:111)14.
En Cancún (septiembre de 2003) las negociaciones de la OMC se suspendieron
al tratarse las compras gubernamentales, políticas de competencia, facilitación
de negocios e inversiones (“temas de Singapur”), de manera que el tema agrícola
no llegó a discutirse (INAI. Boletín 19, 14 de octubre de 2003). Desde esa
reunión, las discusiones se centraron en la necesidad de acordar un “marco” de
negociación y dejar las modalidades para más adelante (OMC, 2004b). Para ello
se inició un procedimiento caracterizado por la realización de reuniones informales de consulta entre los distintos grupos, con el objetivo de comprender
mejor los puntos de vista de todos los involucrados y alcanzar soluciones de
consenso. En esa etapa los ministros de comercio participaron en forma directa,
de manera que fue posible alcanzar compromisos políticos importantes. Como
ejemplo, la UE aceptó hacer concesiones fijando una fecha tope para el final de
los subsidios a la exportación y el abandono de algunos temas no comerciales
de su interés, siempre que otros miembros hicieran concesiones a los intereses
europeos en agricultura y otros campos. Representantes de Australia (Cairns),
Brasil15 e India16 (G-20), EE UU y la UE se reunieron, primero en París y después
en São Paulo, en un esfuerzo por alcanzar un compromiso. En marzo de 2004
se encontraron en Ginebra (Suiza), sede de la OMC, en reuniones privadas los
miembros de distintos grupos –Cairns, el G-10 (Japón, Suiza, Bulgaria y otros,
que importan alimentos pero desean mantener la protección para su sector
agrícola), el G-20, el G-33 (dirigido por Indonesia e interesado en el tratamiento
especial y diferenciado para los PED), el Grupo Africano, el Grupo ACP (ÁfricaCaribe-Pacífico)– y los países o grupos de países más importantes (EE UU, UE,
por ejemplo).
14
En las negociaciones agrícolas de la OMC los países sudamericanos, incluida Venezuela,
no comparten una posición que los diferencie del resto de los PED, puesto que todos ellos
participan de uno de los dos principales grupos (Cairns y/o el G-20).
15
Brasil no jugó un rol tan activo en las negociaciones agrícolas de la Ronda Uruguay como
lo está haciendo en la ronda actual. Algunos lo atribuyen a un cambio de su política exterior
hacia una posición de defensa del “sur global” en el ámbito internacional y otros, al interés
que tienen en estas negociaciones las grandes empresas agroindustriales brasileñas desarrolladas a partir de 1995, Da Motta Veiga, 2005:109-110.
16
Para la India la agricultura es crucial porque 24% de su PIB depende de ella, cerca del
69% de su población, unos 700 millones de personas, viven en áreas rurales y el 70% de su
tierra cultivable está sujeta a problemas atmosféricos recurrentes (monzones), Priyadarshi,
2005:217.
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
89
En agosto de 2004, los miembros de la OMC aprobaron un esquema marco para
definir las modalidades en el área de las negociaciones agrícolas, también llamado
“paquete de julio”. Este volvió a poner en movimiento las negociaciones de la
Ronda Doha pero el esquema marco no incluyó todavía cifras acerca de cuotas
o porcentajes. La agricultura fue incorporada en su anexo 3, donde abundan
expresiones como “reducciones sustanciales”, “mejoras sustanciales” y tratamiento
especial y diferenciado “integral”, pero sin cifras ni discusiones técnicas por lo
cual resulta difícil evaluar el alcance final de las reformas que se espera llevar a
cabo. Una de las carencias más obvias es que en el tema del tratamiento especial
y diferenciado prácticamente no se incorporó nada nuevo en el “paquete de julio”.
Desde mediados de 2004 avanzaron las discusiones técnicas, sobre aspectos relativos a las empresas comercializadoras estatales, los subsidios a la alimentación,
la administración de cuotas y el comercio de productos tropicales y de otros
bienes que puedan sustituir a las drogas (OMC, 2004b).
En resumen, no se consiguió cumplir la fecha límite del 31 de marzo de 2003
para presentar las modalidades, con sus metas cuantitativas para establecer los
compromisos de los países. Antes y durante de la Quinta Conferencia Ministerial
(Cancún, México) en septiembre de 2003 se presentaron y debatieron varias
propuestas “marco” pero recién el 1° de agosto de 2004 se obtuvo acuerdo político para un esquema marco, que no definió las modalidades ni desarrolló lo
relativo al tratamiento especial y diferenciado. A partir de entonces se abrió una
nueva etapa, más técnica, destinada a acordar las modalidades para elaborar el
acuerdo definitivo con el objetivo de completar las negociaciones para la Conferencia Ministerial de Hong Kong (diciembre de 2005).
En la última reunión ministerial de la OMC (Hong Kong, diciembre de 2005) los
progresos fueron limitados pero existieron (véase más abajo en el cuadro 2 una
comparación de sus resultados con los del “paquete de julio” de 2004). Se aceptó
un acuerdo para avanzar en las negociaciones pero se pospusieron una serie de
decisiones difíciles. En la declaración final se acordó eliminar los subsidios
de la caja ámbar para el año 201317 y otorgar acceso sin aranceles y sin cuotas
al 97% de los productos agrícolas de los 32 países de la OMC catalogados como
“menos desarrollados”, a partir del año 2008. En lo relativo al algodón, sin embargo, la eliminación de los subsidios debe realizarse en el 2006, pero el acceso
de este producto a los mercados de los PD sólo se hará efectivo cuando se implementen la totalidad de los resultados alcanzados en la Ronda Doha. Por primera vez se planteó el establecimiento de tres grupos de países, agrupados
según la cantidad de dinero que sus gobiernos gastan en subsidios o medidas
de apoyo interno a su agricultura. Los ubicados en la banda más alta, harían los
17
Esta fecha fue la más cercana que la UE aceptó, aunque los PED y EE UU pedían que la
eliminación fuera efectiva para 2010.
90
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
cortes más grandes en sus subsidios y los países de las otras dos bandas irían
cortando los suyos según su tamaño. La EU se ubica en la primera banda, con
subsidios internos que alcanzan tres veces y media los de EE UU. Este país y
Japón se ubican en la segunda banda y casi todo el resto de los miembros con
subsidios en la tercera (Odessey, 2005).
En el caso del acceso a mercado para los productos agrícolas, el desacuerdo en
torno de la extensión del recorte de los aranceles se mantiene, con EE UU proponiendo que la franja más alta de las tarifas sea cortada en un 90%, alcanzando
un promedio de recorte del 75%, mientras la UE sostiene que los recortes para
las tarifas más altas no deben pasar de un 60% y un promedio de 46%. Por su
parte, el G-20 argumenta a favor de un recorte promedio de 54%, en el cual los
PED deberían recortar sus aranceles en un promedio máximo de 36% (Martínez,
2006). Además la UE ha propuesto que los países puedan mantener como excep­
ciones hasta un 8% de sus importaciones agrícolas, mientras que EE UU desea
limitar esas excepciones a un 3% de los productos (Panagariya, 2005).
Sobre las posiciones de los PD, un comentarista opina que:
Lo cierto es que la propuesta europea en agricultura es mucho más polémica que
la estadounidense. Bruselas, cuyo sector es mucho menos competitivo que el
norteamericano, propone, sin ánimo de hacer nuevas concesiones, una reducción
media del 46% en los aranceles a los productos agrícolas. De este recorte quedarían
excluidos varios productos sensibles, como la carne de ternera, el pollo, el azúcar
o las frutas y hortalizas. Junto a esto, Bruselas mantiene el propósito de reducir
en un 70% los subsidios internos a los agricultores y de eliminar todas las ayudas
a la exportación en la fecha que se pacte, siempre que el resto de los países desarrollados haga lo mismo. Por su parte, el gobierno estadounidense se ha mostrado
más ambicioso con las ayudas a la exportación al comprometerse a acabar con
ellas en cinco años. Sobre los subsidios internos, Washington propone un recorte
de hasta el 60% (Agencia Hong Kong “La UE y EE UU discrepan…”, 2005).
En materia de acceso a mercados las propuestas arancelarias pueden resumirse
en dos grandes grupos: 1) una reducción media para todos los productos, con
variaciones en algunos productos especiales, o 2) una reducción porcentual
uniforme de los aranceles, la ampliación de los contingentes y un trato especial
para los PED (OMC, 2004a:30-31).
Aunque después de Hong Kong quedaron sin resolver aspectos como las modalidades, que implican cronogramas, fórmulas y principios para la reducción de
los subsidios a la exportación antes del año 2013 (Mehta y Kumar, 2006), el logro
más importante de esta reunión fue que se adoptó una fecha límite para la eliminación de los subsidios de la caja ámbar. De esta forma, se ha adoptado la
posición del G-20 al respecto, frente a lo que era previamente un mandato de
“reducir sustancialmente” esos subsidios (OMC, 2004a:47).
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
91
En cuanto a lo sucedido en el año 2006, resaltan algunos intentos por avanzar,
los cuales enfrentaron objeciones recurrentes que terminaron por hacer que
prácticamente este fuera un año de estancamiento. Así, por ejemplo, en junio de
ese año se presentó un proyecto de directrices para la conversión de los derechos
finales consolidados no ad valorem para los productos agrícolas en equivalentes
ad valorem (OMC, 2006), que hasta el momento sigue sin aprobarse. También
una reunión en Viena el 21 de junio de 2006 entre los líderes de EE ­UU, la UE
y el G-20, así como otras posteriores en Ginebra, terminaron sin destrabar la
cuestión agrícola (Dannheisser, 2006). Finalmente, con motivo del aniversario
de la Ronda Uruguay, Pascal Lamy, director de la OMC, y autoridades de Argentina, Brasil, Canadá y Uruguay lanzaron en noviembre la Convocatoria de Montevideo, en la cual llaman a reanudar las negociaciones en materia agrícola,
señalando que un fracaso de la OMC deterioraría el sistema multilateral de comercio, que se ha venido construyendo (El Universo, Lima, 22 de noviembre de
2006, disponible en: www.eluniverso.com). No hay avances que señalar, por lo
tanto, desde la reunión ministerial de Hong Kong a finales del año 2005.
Cuadro 2
Decisiones en materia de agricultura en el “paquete de julio”
y en la declaración de Hong Kong
Temas
Paquete de julio
Subsidios
Acuerdo para eliminarlos,
a la incluyendo los implícitos, exportación
en fecha a convenir
Apoyos Miembros de OMC domésticos
con los mayores apoyos domésticos harán los cortes mayores; los PED estarán exceptuados de estos cortes
Acceso Sistema de bandas con a mercados
cortes mayores para las tarifas más altas; excepciones para PD y PED Algodón
Otorgamiento de prioridad
al algodón en forma independiente del resto del sector
Hong Kong
Eliminación de todo tipo de subsidios para
el año 2013
Acuerdo acerca de tres
bandas, con la UE
en la superior, EE UU
y Japón en la media
y el resto en la inferior
Acuerdo acerca de cuatro
bandas para los cortes,
con diferentes niveles
para PED, que también podrán recurrir
a mecanismos de
salvaguardas especiales
Acuerdo para eliminar
subsidios a la exportación
en el 2006 y otorgar acceso
libre a mercados de PD para los menos desarrollados, a aplicar cuando se logre acuerdo final en la ronda Fuente: Adaptado de Mehta y Kumar, 2006:3.
Pendiente
Falta cuantificar subsidios
indirectos y establecer
cronograma y paralelismo
Debe acordarse el tamaño
de la reducción y cerrar
las posibilidades de que
se cambien subsidios
de una caja a otra
Deben acordarse el tamaño
de las reducciones
arancelarias, el tratamiento
especial y las excepciones
No se ha resuelto lo
relativo a los apoyos
domésticos ni a la ayuda
para el desarrollo de los
países productores
africanos
92
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
El tema que sigue despertando más posiciones encontradas desde el inicio de la
Ronda Doha es el de los subsidios a la exportación y las propuestas hechas por
los distintos grupos de países en el año 2004 muestran una gran variedad, que
aún parece subsistir. En materia de principios, la India y la Asociación de Naciones
del Asia Sudoriental (Asean, Brunei, Filipinas, Indonesia, Malasia, Myanmar, Singapur y Tailandia) proponen que los PD eliminen todos los subsidios pero que
los PED puedan mantenerlos con fines específicos, como la comercialización y
el transporte. Otros PED –que no aplican subsidios– consideran que sería mejor
que se les permitiera mantener o ajustar aranceles para proteger a sus agricultores
y otros consideran que los subsidios de los PED también interfieren con los PED
que desean exportar hacia los que los aplican, por lo cual todos los subsidios
deberían eliminarse. Hasta los países importadores netos de alimentos sostienen
que los subsidios los perjudican porque las importaciones a bajo precios inundan
sus mercados y perjudican la producción de su población campesina, pero, a la
vez, solicitan ayuda para ajustarse a su eliminación, en caso de que los precios
mundiales aumenten a consecuencia de ella (OMC, 2004a:19)18.
Las propuestas técnicas en la mesa de negociación también ilustran la heterogeneidad de las posiciones sustentadas. Mientras unos gobiernos propusieron
una reducción del 50% en los subsidios y su eliminación en un lapso de 3 años
para los PD y 6 años para los PED, otros recomendaron que se ampliara el tipo
de subvenciones que los PED pueden aplicar (OMC, 2004a:20). Frente a estas
posiciones, los importadores netos solicitaron que la reducción fuera en lapsos
más largos para poder adaptarse al aumento de la factura por importación de
alimentos. Finalmente en 2004 un proyecto de modalidades propuso 5 años
para PD y 10 para PED, con excepciones que se llevarían a 9 y 12 años, respectivamente (OMC, 2004a:21). Los subsidios que podrían mantener los PED serían
exclusivamente para comercialización, manipulación, perfeccionamiento y transporte internacional.
Además persisten problemas con cuestiones relacionadas, tales como que las
garantías de crédito y los programas de seguro, así como la ayuda alimentaria
y las actividades de las empresas comerciales del Estado, pueden utilizarse para
evadir las limitaciones que se impongan a los subsidios a la exportación (OMC,
2004a:22-23). Aunque todos coinciden en que la ayuda alimentaria resulta esencial, se insiste en que no debe interferir con los productores domésticos del país
receptor, ni ser una forma de colocar excedentes de producción de los países
18
Los aranceles y los subsidios aumentan los precios de los productos agrícolas para los
productores protegidos, pero disminuyen los precios de los productos agrícolas en el mercado mundial (Panagariya, 2005). Las tecnologías agrícolas contribuyen a agravar los problemas de sobreproducción y bajos precios, ya que los cultivos creados a través de
manipulación genética aumentan los excedentes que los PD y los grandes PED exportadores
de alimentos venden en el mercado internacional (Barrionuevo y Bradsher, 2005).
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
93
que otorgan esa ayuda (OMC, 2004a:24-25). Asimismo genera controversias lo
relativo a las empresas exportadoras del Estado, ya que usualmente ejercen
prácticas monopólicas, disfrutan de garantías estatales y no tienen que cumplir
objetivos comerciales. Algunos gobiernos consideran que, más que aplicar restricciones al uso de estas empresas en la comercialización de productos agrícolas,
deberían restringirse prácticas específicas de las mismas, como el monopolio
de la exportación o de la fijación del precio (OMC, 2004a:25). Hay quienes proponen además que las restricciones se apliquen sólo al comercio de alimentos
y no a todos los productos agrícolas (OMC, 2004a:28).
Paralelamente a esta discusión, existen quienes opinan que, a pesar de la visibilidad que tiene el tema de los subsidios, el acceso a mercado es la cuestión
más importante en discusión, porque la remoción de aranceles tendría mayor
impacto sobre los PED y sobre el comercio en general que sólo la eliminación
de los subsidios (Acharya y Daly, 2004). Así, por ejemplo, Hoekman, Ng y Olarreaga (2004:175) concluyen, a partir de la aplicación de un modelo de equilibrio
parcial al comercio mundial de commodities, que una reducción del 50% en la
protección en las fronteras tendría mayor impacto positivo en los PED que una
reducción del 50% en los subsidios. Sin embargo, cuando se observa las exportaciones agrícolas de los PED hacia los PD surgen algunas características que
apuntan a que la liberalización de aranceles tendría efectos tanto positivos como
negativos pues incrementaría las exportaciones agrícolas de los PED (las cuales
pasaron del primer puesto en sus exportaciones en 1995 a colocarse en cuarto
lugar en 2002) pero concentraría aún más sus mercados compradores, habida
cuenta de que en 2002, Europa Occidental representó 36% de las compras de
esos productos agropecuarios, frente a 7% de EE UU (OMC. Comité de Comercio
y Desarrollo, 2004:19)19. Inclusive se alega que el aumento de las exportaciones
agrícolas de algunos PED podría redundar en una disminución de sus esfuerzos
por producir y exportar bienes con mayor valor agregado, además de aumentar
la competencia entre los mismos PED que hoy luchan juntos en la OMC.
Vinculado con la cuestión agrícola aparece también el tema del trato especial y
diferenciado, cuya discusión gira en torno a tres preguntas: ¿deben los PED tener
trato especial o debe evitarse que se establezcan normas distintas para distintos
tipos de países?, ¿debe establecerse o no subcategorías de países dentro de los
PED? y ¿deben ellos protegerse del comercio de otros PED? (OMC, 2004a:55). En
este último caso, la cuestión es si los países que dependen de la exportación de
un número pequeño de productos agrícolas (las pequeñas economías insulares,
19
La agricultura europea, sin subsidios, puede seguir siendo competitiva sólo en un número limitado de rubros (granos y oleaginosas, por ejemplo). La incorporación de países
agroproductores de Europa Oriental a la UE puede verse como parte de un esfuerzo destinado a alterar esta situación.
94
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
por ejemplo), pueden seguir recibiendo preferencias comerciales de los PD,
cuando ellas resultan perjudiciales o discriminatorias para otros PED20. A todo
lo anterior se agregan cuestiones técnicas, como si los aranceles deben ser específicos (dólares por tonelada) o ad valorem (un porcentaje del precio), qué
productos deberían recibir exenciones, qué países y bajo qué condiciones podrían seguir imponiendo salvaguardias (restricciones temporales a la importación
para hacer frente a un aumento repentino de las importaciones)21 (OMC, 2004a:3233). Si recordamos que también se incluyen en la discusión aspectos técnicos
como inocuidad de los alimentos, información al consumidor y etiquetado, indicaciones geográficas y calidad de los alimentos (OMC, 2004a:42-44), además
de preocupaciones no comerciales sobre medio ambiente, desarrollo rural y
mitigación de la pobreza (OMC, 2004a:65-66), la complejidad del panorama
negociador actual se acentúa.
En cuanto a las principales interpretaciones del proceso de negociación agrícola
entre los años 2001 y 2006, destaca que para algunos analistas (Koopmann,
2005:242), tanto Cancún como el “paquete de julio” significaron un regreso a la
discusión de temas básicos, como el acceso a mercados, y un freno a la presión
de los PD para discutir temas nuevos, tales como las inversiones extranjeras directas, la transparencia en compras gubernamentales, etc. A su vez, ambos dejaron
claro que si la ronda va a alcanzar su cometido será mediante un acuerdo entre
los PD y los PED, que sólo se alcanzaría si ese acuerdo vincula entre sí la apertura
de los mercados de los PD a los productos agrícolas de los PED a cambio de una
similar apertura de los segundos a los productos industriales y los servicios de los
primeros. En este sentido, un acuerdo entre EE UU y la UE para reducir en forma
similar sus subsidios agrícolas sólo sería posible si los PED que se beneficiarían
de esa rebaja (Brasil, India, Argentina, etc.) aceptaran disminuir sus barreras de
acceso a las manufacturas y los servicios de aquellos. Este acuerdo debería ir
acompañado de un mecanismo de ayuda para los países menos desarrollados
(asistencia técnica y financiera), una opción que tendría la ventaja de reconocer
la heterogeneidad de los miembros de la OMC y reemplazar los actuales mecanismos de TED, que han sido objeto de múltiples críticas de forma y de fondo22.
La cuestión del ingreso de las bananas y el azúcar de los países ACP en la UE es un
ejemplo.
20
21
En el anteproyecto revisado de modalidades se planteaba eliminarlas para los PD y establecer un nuevo sistema especial de salvaguardias para los PED (OMC, 2004a:41).
22
Una crítica a su forma es que el TED no es obligatorio para los miembros de la OMC,
por lo tanto, un PED no puede iniciar una disputa contra un PD si éste decide no otorgarle
una medida de tratamiento especial en sus relaciones bilaterales (Hoekman y Kostecki,
2001:393). Una crítica de fondo es que el TED lleva a producir bienes que no son necesariamente los más adecuados para una economía y en los que ésta no tiene ventajas competitivas (Sutherland, 2006).
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
95
Tampoco existe acuerdo con respecto a que la eliminación de los subsidios
agrícolas tenga gran impacto positivo en los PED, pues se alega que los subsi­
dios no son ya tan grandes como se publicita en los medios de información.
Actualmente el total de los subsidios a las exportaciones se encuentra entre 3 y
5 billones de dólares, una rebaja considerable desde 1998 (Panagariya, 2005).
Pero aún si los efectos de la eliminación de los subsidios a las exportaciones
agrícolas en los PD fueran pocos, este aspecto se visualiza cada vez más como
posible pues tanto la UE como EE UU están dispuestos a negociarla. Este puede
considerarse un logro para los PED participantes en las negociaciones agrícolas,
quienes recibirían un impulso psicológico al haber eliminado toda una entera
categoría de subsidios (Panagariya, 2005).
Con respecto a las interpretaciones sobre el rol que jugaron los PED en este
proceso, especialmente en Hong Kong, no encontramos acuerdo al respecto
entre los analistas. Mientras Oxfam (2005) sostiene que ellos continuaron consolidándose en distintos bloques y que se conformó una alianza entre el G-20
y el resto de los PED que no son grandes exportadores agrícolas (el G-20 más
el G-9023, que constituiría algo así como un G-110), otros informes difieren al
respecto. Khor (2005) sostiene, por ejemplo, que después de una reunión en la
cual luego de un enfrentamiento alcanzaron un acuerdo los representantes de
la UE y de Brasil, el resto de la reunión ministerial se dedicó a lograr que el
texto final de la declaración fuera aprobado por el resto de los PED. En este
sentido, fue instrumental la actitud de India y Brasil que insistieron frente a los
países ACP y la mayoría de los africanos para que ellos no afectaran el compromiso alcanzado, a pesar de sus reservas en el área de servicios y acceso a mercado de productos no agrícolas.
Resulta interesante considerar asimismo una pregunta planteada por un equipo
de economistas de Bangladesh –“¿Qué sucederá con un PED que, como Bangladesh, no genera simpatía, como los menos desarrollados de África subsahariana, ni comanda respeto como una economía emergente, tal como India y
Brasil?” (Bhattacharya et al., 2005). La pregunta es ilustrativa de que, a consecuencia del desarrollo de la Ronda Doha, los PED están percibiendo con mayor
claridad las diferencias existentes entre ellos pues en el mismo documento se
señala que los negociadores de Bangladesh no habían anticipado que otros PED
importadores de textiles jugarían un rol activo en contra de sus pretensiones en
este sector. El equipo de economistas también destacó que la iniciativa de ese
Gobierno para conformar un G-14 en Hong Kong fue tardía y pudo haber contribuido a distraer la capacidad negociadora en una coyuntura crítica para las
negociaciones. Por lo tanto, no sólo es necesario analizar el contenido de la declaración final de Hong Kong sino también la forma en que fue adoptada.
23
Este es un grupo “paraguas” que engloba a tres grupos, el ACP, el Grupo Africano y el
de los países menos desarrollados, muchos de cuyos miembros se solapan.
96
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Perspectivas de las negociaciones agrícolas
Si revisamos las interpretaciones que evalúan las consecuencias de una mayor
presencia activa de los PED en el debate agrícola de la OMC, encontramos que
las mismas abarcan un amplio espectro. En un extremo, destaca la de Celso
Amorim, Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, (2006:15), quien atribuye
una importancia capital a los PED que integran el G-20 por considerar que ellos
se sitúan al mismo nivel negociador que la UE y EE UU en la Ronda Doha; en
el otro extremo, la de Rodrigo (2006:28) y Halperin (2006), para quienes los
rasgos institucionales y normativos de la OMC impiden a esos países sacar provecho de las negociaciones agrícolas, y la de Hart y Dymond (2003:415) que
alegan que los mismos PED, al insistir en solicitar TED, se han colocado en esa
posición porque al no obligarse a cumplir sus obligaciones tampoco pueden
ejercer plenamente sus derechos.
Aunque varían las posiciones con respecto a sus consecuencias sobre el proceso
negociador, resulta notorio que nadie cuestiona la existencia de una mayor participación de los PED en el debate agrícola. Esta participación obviamente puede
deberse a que para ellos este sector tiene importancia por lo que se señalaba en
la introducción, pero también a que actualmente es más importante para los PED
que para los PD que la ronda termine con algún logro concreto. Para algunos,
de ella depende su inserción positiva en la economía global; para otros, la ronda
será determinante, al menos, para impedir que su economía se deteriore aún
más. El primero sería el caso de una economía emergente, como la de India y
el segundo, el de un microestado insular, como Mauritius (Evans, 2005).
En cuanto a las consecuencias de una mayor participación de los PED en las
discusiones agrícolas de la Ronda Doha, según algunos autores ella ha agravado
la “continua tensión entre mantener precios altos para los productores versus
asegurar precios bajos para los consumidores” (Díaz-Bonilla y Thomas, 2003:244).
Esta tensión se manifiesta tanto en el comercio entre países como en la situación
interna de los PED. Así, por ejemplo, algunas propuestas a favor de aumentar
la protección de la agricultura en esos países, para proteger a sus pequeños
productores rurales, chocan abiertamente con el hecho de que las familias pobres
de los PED ya gastan hasta el 50% de sus ingresos en alimentos y la protección
agrícola tendría un mayor efecto negativo sobre ellas.
Díaz-Bonilla y Thomas (2003:245) consideran además que la participación de
un número mayor de PED en el debate agrícola deja en evidencia que las cuatro
categorías de países que se manejan en la OMC –PD, PED, países menos desarrollados y países en desarrollo importadores netos de alimentos– no resultan
adecuadas porque oscurecen la heterogeneidad de intereses entre países de una
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
97
misma categoría24, agravada por el hecho de que de los 148 países de la OMC
sólo unos 35 a 40 son PD. También resulta contraria a los intereses generales
de los PED la expectativa de que la eliminación de subsidios y de barreras a la
importación redundará en un aumento de cerca del 12% para los precios de los
productos agrícolas en el mercado internacional (Burfisher, 2003:136-137; Panagariya, 2004)25, lo cual afectaría en forma negativa a los países importadores
netos de alimentos. Esto debe matizarse, sin embargo, porque, si los PED expor­
tadores de alimentos contaran con mejores precios internacionales y la posibilidad
de mejorar su competitividad, la oferta internacional de alimentos aumentaría,
volviendo a reducir los precios internacionales de los mismos.
Otros analistas, por su parte, consideran que, después del acuerdo de julio de
2004, quedó claro que los PD están dispuestos a hacer concesiones a cambio
de mayor acceso a los mercados de los PED más grandes y atractivos como socios comerciales –Brasil e India. Mientras tanto los países más pobres correrían
el riesgo de quedar fuera del proceso negociador, con lo cual la OMC podría
estarse dividiendo en dos niveles de países –“los que participan en las negociaciones agrícolas de la Ronda y los que son meros observadores de lo que ocurre”
(The Economist, 2004).
Según Reyes y Rosas (2003:68-69), otra consecuencia de una mayor participación
activa de los PED en las negociaciones agrícolas de la OMC es que ha llevado
a cuestionar la posibilidad de establecer un campo de juego más equilibrado
para todos los miembros de la OMC, dadas las diferencias dentro de cada categoría de países y aún entre el tipo de bienes agrícolas que se comercian en el
mercado internacional. Una distinción entre el comercio de alimentos y de otros
productos agrícolas (materias primas como el algodón, por ejemplo) podría
brindar mayor claridad en el debate. Estos autores consideran que, sin esta distinción entre productos y sin una nueva y mejor clasificación de los miembros
de la OMC, un creciente activismo de los PED podría resultar en esfuerzos por
modificar los arreglos institucionales de la organización mundial, de forma que
se creen distintos niveles de miembros y de organismos decisorios, en detrimento
del consenso. De esta manera, se agudizaría el proceso de regionalización comercial con la proliferación de acuerdos comerciales regionales y bilaterales,
cuyos miembros se hacen concesiones entre sí que no son extensivas al resto
Por ejemplo, Venezuela se encuentra en la categoría de PED importador neto de alimentos, junto a Haití, pero las importaciones de alimentos en Venezuela representan apenas el
5% de sus ingresos por exportaciones petroleras, Díaz-Bonilla y Thomas, 2003:234.
24
25
Según Burfisher (2003:136-137), la eliminación de todas las políticas de apoyo agrícola de
la UE representaría un 38% del alza total estimada en los precios de los productos agrícolas;
la eliminación de los subsidios de EE UU, un 16% y la de los de Corea y Japón, un 13%.
98
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
de los miembros de la OMC, una tendencia que se ha acelerado después de la
reunión de Cancún (2003).
La proliferación de acuerdos regionales no parece destinada, sin embargo, a dar
una respuesta positiva para los PED exportadores de productos agrícolas. Esto
se debe a que el comercio agrícola, salvo en el caso de la UE, ha aumentado
más en el nivel multilateral que en el regional, entre 1995 y 2003 las exportaciones agrícolas de América Latina disminuyeron en millones de dólares pero
aumentaron en porcentaje en su orientación hacia el resto del mundo, así como
la mayor parte del aumento de su comercio intraregional en esos años correspondió a manufacturas (OMC, 2004a:10-11, 54)26. Entre las causas de estos desarrollos se encuentra que, a veces, la proximidad geográfica de los países que
forman acuerdos regionales de comercio establece una cierta similitud en los
productos agrícolas de la mayor parte de ellos. En otras oportunidades, aunque
exista una especialización dentro del ámbito regional, el volumen de los productos agrícolas comercializados en este ámbito es menor que el que se comercia
hacia fuera de la región, pues la factura de las exportaciones agrícolas extraregio­nales se paga en moneda fuerte. Este factor, por ejemplo, asumió gran importancia en América Latina durante la crisis de la deuda externa en los años
ochenta.
Otra opción la representan los acuerdos “Norte-Sur” (Japón-México, UE-Mercosur,
UE-Chile y otros), donde los PED podrían obtener concesiones agrícolas parciales
(Rosas, 2005:34), pero algunas negociaciones de este tipo, como las del Área
de Libre Comercio de las Américas (ALCA) (Informe ALCA n° 22, julio 2004:1-2)
y las del Mercado Común del Sur (Mercosur) con la UE, especifican que la liberalización que se alcance en las negociaciones multilaterales de la OMC marcará
la pauta para el alcance de las negociaciones agrícolas dentro de ellas (Anzola
Gil et al., 2002:146). Asimismo existen problemas que los PED no pueden solucionar en estas negociaciones bilaterales-regionales con los PD por su misma
falta de poder (aplicación de medidas anti dumping, estándares sanitarios y
ambientales, normas de empaque, etc.). Aún los PED con cierto poder negociador, como México, pueden obtener la liberalización de sus productos, con algunas
excepciones, en sus negociaciones bilaterales, pero necesitan negociar los subsidios y apoyos domésticos en la OMC para evitar que otros países tomen ventaja
convirtiéndose en free riders (Morales Moreno, 2005:406).
Para comprender las perspectivas de las negociaciones agrícolas resulta necesario
también revisar los objetivos que persiguen los PD dentro de ellas. Recientemente
En general, a diferencia de la primera parte de la década de los noventa, cuando el
comercio intraregional creció más en todos los acuerdos comerciales regionales, el comercio
intraregional desde 1995 sólo creció en el caso del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (Tlcan), (OMC, 2004a:15).
26
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
99
el documento Agenda para las Américas, publicado por el Diálogo Interamericano en marzo de 2005, firmado por académicos de América Latina y EE UU,
recomendaba que el Gobierno estadounidense respaldara a los países de América
Latina que son exportadores agrícolas, en su lucha por reducir los subsidios y
ayudas agrícolas en la OMC. De esta forma, se conseguiría, según el documento,
no sólo avanzar hacia la culminación de la Ronda Doha sino también destrabar
las negociaciones del ALCA27. La posición sustentada en el documento parece
asumir que los subsidios agrícolas de EE UU buscan restablecer su equilibrio
comercial con los países latinoamericanos –ya que en este comercio posee déficit–, cuando en realidad EE UU y América Latina tienen un comercio agrícola
más complementario que competitivo, con algunas excepciones.
Para analizar esto resulta útil la distinción que hace Van Grasstek (1998:5) entre
tres grupos de productos agrícolas, en cada uno de los cuales los intereses estadounidenses en la Ronda Doha son distintos: 1) en productos básicos de zona
templada EE UU es un productor y exportador altamente competitivo, con o sin
subsidios, y su interés en la OMC es asegurar la mayor apertura del comercio
mundial y la desaparición de los subsidios agrícolas europeos; 2) en productos
agrícolas tropicales o semitropicales que no se producen en EE UU (café, cacao,
banano, piñas, etc.) ya los aranceles estadounidenses son bajos y hay poca preocupación al respecto; y 3) es en aquellos productos en que EE UU es, a la vez,
productor e importador (azúcar, tabaco, maní, tomates, etc.) donde se presentan
conflictos de intereses con algunos países latinoamericanos28. Visto el problema
desde este ángulo, es poco probable un cambio de actitud de EE UU con respecto al tercer grupo de productos y los subsidios al primer grupo de productos
agrícolas pueden considerarse su carta de negociación frente a la UE, más que
a América Latina29. De esta forma, una decisión del Gobierno de EE UU como
la que solicita el documento del Diálogo Interamericano carece de sentido sin
un cambio de posición de la UE.
En cuanto a los objetivos de la UE en la Ronda Doha, habría opciones de avanzar
en la reducción –no eliminación– de algunos de sus subsidios agrícolas siempre
27
Estas negociaciones quedaron suspendidas en diciembre de 2005 y hay poca posibilidad
de que se reanuden, por cuanto están siendo sustituidas por acuerdos comerciales bilaterales entre EE UU y algunos países latinoamericanos.
28
También para Van Grasstek (1998:6), el conflicto en la Ronda Doha se da “entre países
con alta intervención del Estado (la UE), con mediana intervención (EE UU) y con poca
intervención (Grupo Cairns)” en su sector agrícola, más que entre PD y PED.
29
La Ley Agrícola 2002 de EE UU, analizada en Basco et al., 2003, puede interpretarse
como parte del juego negociador de EE UU frente a la UE en la OMC, aunque en febrero de
2005 se anunciaron importantes recortes en esos subsidios (Chirinos, 2005).
100
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
que la liberalización comercial de los PED fuera amplia, que éstos también eliminaran o disminuyeran sus subsidios (Gazeta Mercantil, 31 de marzo de 2005
en LATN Newsletter, 1 de abril de 2005:9) y que negociaran aspectos de interés
para Europa (protección de inversiones extranjeras, homogeneización de políticas de competencia, transparencia de compras gubernamentales y estandarización
de normas aduaneras). Sin embargo, la mayor parte de los PED no se considera
preparada para hacerlo o se niega porque estos aspectos complicarían aún más
las negociaciones (Rafidah, 2003; McIntyre, 2000). En este sentido, la UE no
tiene una posición monolítica con respecto a los subsidios agrícolas ya que, si
obtuviera mayores niveles de apertura o concesiones en otros aspectos comerciales, podría negociar compensaciones internas o la reconversión de los sectores
agrícolas afectados negativamente por la pérdida de los subsidios.
En lo relativo a los PED, el acercamiento entre el Grupo Cairns y el G-20 dentro
de la Ronda Doha se ha dado sobre la base de una combinación de sus demandas en un solo paquete, que le asegura a cada uno de ellos el mayor número
de votos para facilitar u obstaculizar cualquier aspecto de la negociación. Pero
los objetivos de ambos grupos siguen siendo distintos pues mientras los países
de Cairns están interesados en la liberalización de los aranceles agrícolas y en
la eliminación o reducción sustancial de los subsidios, en el G-20 coexisten gobiernos con esos objetivos y otros que buscan mantener y acrecentar el tratamiento especial y diferenciado, así como obtener concesiones con respecto a
sus programas de subsidios, desarrollo rural, seguridad alimentaria y demás.
La participación de Argentina y Brasil en ambos grupos ha facilitado la actual
combinación de intereses pero, hasta ahora, sólo se han asegurado concesiones
en liberalización de aranceles y en reducción de subsidios y no en los otros temas. Por lo tanto, las perspectivas de la Ronda Doha dependen también de lo
que suceda con esta alianza, si algunos miembros claves de Cairns y del G-20
obtienen suficientes concesiones30. Hasta el momento los PED han conseguido
con esta alianza reducir los temas de interés para la UE y otros PD (“temas de
Singapur”) de cuatro a uno (la estandarización de normas aduaneras) pero
también, al insistir en regresar a los temas agrícolas básicos aprobados en la
Ronda Uruguay, parecen haber reducido la posibilidad de que se obtengan
avances significativos en los temas del desarrollo, que se agregaron a la agenda
en la Reunión de Doha (2001).
30
Según Panagariya (2005) las ganancias tanto de la liberalización arancelaria como de la
eliminación de los subsidios para los PED que no pertenecen al Grupo Cairns serán pocas,
pero un tema de interés común para todos los PED es la necesidad de buscar mecanismos
que compensen el impacto de una mayor liberalización arancelaria en los ingresos fiscales
de sus gobiernos.
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
101
Aunque en nuestro análisis dejamos de lado las cuestiones teóricas, algunas
observaciones del campo de las relaciones internacionales y de la teoría organizacional proveen una lectura adicional del proceso y de las perspectivas de
las negociaciones agrícolas en la Ronda Doha. En cuanto al primero, como
trasfondo de estas negociaciones de la OMC existe un crecimiento desigual de
la interdependencia en el mundo, el cual hace que los intereses y las demandas
de orden en el nivel multilateral sean divergentes. En este sentido, los PD, interconectados entre ellos y con una amplia variedad de PED de todo tipo, buscan
impulsar un sistema de administración global que se asemeje a aquel que mejor
conviene a su situación particular. Mientras tanto, los PED, menos “globalizados”
e interdependientes, pueden estar menos interesados y hasta buscar formas de
reducir o de abusar esa interdependencia (Van Veen, 2006:10). Sin embargo,
mientras los primeros pueden esperar para alcanzar sus objetivos más adelante
o mediante negociaciones bilaterales con los PED, estos últimos enfrentan situaciones más apremiantes y/o carecen de fuerza negociadora bilateralmente.
Asimismo, en cuanto a sus perspectivas, la experiencia histórica demuestra que
el compromiso de los miembros de una institución es inversamente proporcional
al número de sus miembros, de forma que un aumento importante en ese número incrementa la cantidad de estados que comparten los principios de la institución, pero, a la vez, los compromisos adoptados tienden a ser “intermitentes,
parciales o superficiales” (Job, 1997:170). Esto significaría que es poco probable
que la ronda alcance acuerdo en torno de los temas incorporados en Doha,
aunque probablemente logre algún tipo de acuerdo sobre los temas agrícolas
planteados originalmente al terminar la Ronda Uruguay.
En el análisis realizado se observa que el Acuerdo de Agricultura aprobado al
finalizar la Ronda Uruguay significó un compromiso mínimo en torno a tres temas para asegurar su aprobación por todos los involucrados. Persistieron, de
todas formas, desacuerdos tanto entre los PD como entre los PED, relacionados
con diferencias estructurales de sus respectivas economías, los cuales afloraron
al momento de discutirse la agenda de la nueva ronda negociadora. Se alcanzó
entonces un nuevo compromiso con cinco temas, pero el proceso negociador
iniciado en el año 2001 puso en evidencia que cada uno de esos temas se ramifica, a su vez, en una serie de aspectos vinculados y que en cada uno de ellos
existen países con intereses divergentes. La dinámica negociadora fue presa de
las contradicciones inherentes a esta situación, agravadas por una mayor participación activa de los PED en las discusiones. Esta mayor participación es producto, por una parte, de una mayor movilización política de los PED exportadores
de alimentos, quienes han buscado la participación y el apoyo del resto de los
PED a favor de sus intereses en las negociaciones. Pero también, por otra parte,
se hace evidente que para los PED la ronda de la OMC asume en la actualidad
más importancia que la que tuvo en su momento la Ronda Uruguay, ya que los
102
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
PED parecen haber adquirido conciencia de la importancia que tiene para ellos
el multilateralismo comercial, bien sea porque dentro de él pueden obtener
ventajas o porque esas ventajas pueden desviarse hacia otros países.
Las posiciones de los PED antes del comienzo de la Ronda Doha eran generales
pero también contradictorias entre sí. A medida que las negociaciones avanzaron
se perfilaron dos tendencias: por un lado, esos países comenzaron a definir
mejor sus intereses en un proceso de intercambio no sólo con los PD sino también entre ellos. A partir de esta tendencia se generó un movimiento de tijera,
ya que los PED oscilan entre el agrupamiento en torno a problemas comunes y
el enfrentamiento cuando sus más concretos intereses económicos se ven comprometidos. En este último caso, sin embargo, los PED que más beneficios obtendrían a partir de una combinación de la reducción-eliminación de los subsidios
agrícolas y de un mayor acceso a mercados han tenido éxito, hasta ahora, en
mantener los desacuerdos bajo control. Por otra parte, la gran visibilidad política
que otorgaron a las negociaciones agrícolas tanto las ONGs de todo tipo como
los medios de comunicación, que introdujeron en el debate cuestiones adicionales
(ambientales, etc.), las cuales complican el proceso. No queda claro tampoco
que de aprobarse buena parte de las medidas que estas organizaciones solicitan,
esto redundará en avances inmediatos para el desarrollo de los PED31.
También la discusión del tema agrícola en la Ronda Doha contribuye a oscurecer
otros aspectos, tales como el que sigue:
siendo escasa o nula la contribución de los PED… al debate sobre la pertinencia
de contar o no con legislación multilateral en determinadas cuestiones, si bien
son los mismos PED los primeros en padecer el impacto de la falta de regulaciones
multilaterales, en unos casos, así como de su adopción, en otros (Halperin,
2006:5).
Estos aspectos, aunque no directamente relacionados con las negociaciones
agrícolas, sirven para recordarnos que la Ronda Doha no se agota en los tres
pilares o en la estrella de cinco puntas.
El análisis también parece corroborar lo señalado por Panagariya (2005):
en contra de la impresión que presentan los medios de comunicación, se ha
producido un claro progreso hacia la racionalización de las políticas agrícolas y
la disminución de los subsidios que distorsionan el comercio, a lo largo de los
últimos diez años.
31
Halperin (2006) destaca que la aprobación de los cambios que buscan las ONGs ambientales significa una aplicación al nivel mundial de los estándares ambientales europeos,
los cuales no sólo los PED no están en capacidad de hacer cumplir sino que además ellos
no han tenido ni voz ni voto en su establecimiento.
Rita Giacalone / Participación de los países en desarrollo en las negociaciones agrícolas…
103
O sea desde el fin de la Ronda Uruguay. Esto se ve limitado, sin embargo, porque estas medidas no benefician por igual a todos los PED. Incluso, aún con
estos avances, los PED que son grandes exportadores agrícolas deberán aplicar
esfuerzos y recursos adicionales a fin de incrementar su producción exportable,
para adecuarla a las características de la demanda de los PD y para estabilizar
los precios de los alimentos en el mercado mundial para beneficio de los PED
que son importadores netos de alimentos.
En conclusión, como todo proceso, la Ronda Doha ha generado una dinámica
propia más allá de los objetivos y de las posiciones iniciales, de manera que la
discusión de los tres pilares y de la estrella de cinco puntas derivó en una serie
de temas y subtemas fuertemente imbricados entre sí. El “paquete de julio” volvió
a centrar la discusión en los temas básicos del Acuerdo de Agricultura de 1994.
Al haberse dejado de lado “los temas de Singapur”, esto puede interpretarse
como un triunfo de los PED, pero también resulta notorio que perdieron importancia los temas que se agregaron en la reunión de Doha (2001), relativos al
desarrollo y de interés especial para algunos PED. Además como ni los “temas
de Singapur” ni los del desarrollo han desaparecido –sólo están pospuestos–, la
perspectiva es que la negociación para alcanzar al menos un acuerdo mínimo,
como el que puso fin a la Ronda Uruguay, seguirá siendo prolongada y lenta.
Esto puede verse alterado si se produce una fatiga negociadora, que lleve a los
gobiernos de los PED a preferir la implementación de lo alcanzado antes que el
mantenimiento del status quo, en especial considerando que el mismo tiene un
alto costo en términos de oportunidades perdidas por parte de estos países.
104
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Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 109-142 • ISSN: 0005-4720
La integración financiera latinoamericana
a la luz de la experiencia europea
Levy Carciente
García
Sary Levy Carciente*
Ángel G. García**
Resumen
Más allá de la Teoría de Zonas Monetarias Óptimas, este trabajo presenta un
análisis acerca de los costos y beneficios de la integración regional. En relación
al caso de la Unión Europea, se estudian las consecuencias y justificaciones
detrás de los criterios de convergencia nominal en materia de tasas de inflación,
tipos de interés, tasas de cambio, déficit fiscal y endeudamiento público, variables fundamentales en el proceso de integración monetaria y financiera. A
la luz de la experiencia europea, el trabajo aborda igualmente los procesos de
integración latinoamericano a partir de la óptica de sus flujos financieros con
la finalidad de extraer enseñanzas que alimenten con recomendaciones a los
hacedores de política, tomando en cuenta las implicaciones hacia adentro
* Doctora en Economía, Universidad Central de Venezuela. Directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales y Coordinadora de Investigaciones de la Facultad de Ciencias
Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela.
Correo electrónico: [email protected], www.sarylevy.com, www.faces.ucv.ve/instituto.
** Candidato al doctorado en Economía Política, Universidad de Siena, Italia. Magíster en
Economía Política de la Universidad de Siena, Magíster en Economía y Finanzas de la Universidad de Warwick, Inglaterra. Economista, Profesor e Investigador de la Universidad
Central de Venezuela, Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes). Visitante Académico en
el New School for Social Research, Nueva York, Estados Unidos. Correos electrónicos:
[email protected], [email protected]
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
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(procesos de crecimiento y desarrollo) y hacia fuera (con terceros). Se deduce que la integración en el plano financiero puede concretarse a partir de
esfuerzos formales destinados a tal fin, pero también puede emerger sin
acuerdos preexistentes como resultado del interés de actores internacionales
en un mercado en particular. La integración informal ha sido el caso más
común en la región latinoamericana; y si bien esta ha permitido cierto aprovechamiento para la región en esta área, es aún largo el trayecto que resta por
recorrer.
Palabras clave: Integración regional / Finanzas / Flujos de capital / Latinoamérica
Código JEL: E5, F1
Abstract
Beyond the Theory of Optimal Monetary Zones, this work presents an analysis about the costs and benefits of regional integration. In relation to the case
of the European Union, we study the consequences and justifications behind
the nominal convergence criteria in the matter of inflation rates, interest types,
exchange rates, fiscal deficit and public indebtedness, basic variables in the
monetary and financial integration process. In the light of the European experience, the work also deals with the Latin American integration processes
based on the point of view of its financial flows, in order to draw lessons that
would feed the policy makers with recommendations, taking into account the
implications to the inside (in the growth and development processes), and to
the outside (in the relationship with third parties). It is deduced that integration
in the financial field could be realized through formal efforts made towards
that end, but it could also emerge with no preexisting agreements, as the result
of the interest of international actors in a particular market. Informal integration has been the most common case in the Latin American region; and even
though it has allowed for certain good use of this area by the region, the path
leading to this goal is still long.
Keywords: Regional integration / Finances / Capital flows / Latin America
JEL Code: E5, F1
Resumo
Além da Teoria de Zonas Monetárias Ótimas, este trabalho apresenta uma
análise sobre os custos e benefícios da integração regional. Em relação com
o caso da União Européia, se estudam as conseqüências e justificações por
trás dos critérios de convergência nominal em matéria de taxas de inflação,
tipos de interesse, taxas de câmbio, déficit fiscal e endividamento público,
variáveis fundamentais no processo de integração monetária e financeira. À
luz da experiência européia, o trabalho aborda igualmente os processos de
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
111
integração latino-americano a partir da óptica dos seus fluxos financeiros com
a finalidade de extrair ensinamentos para alimentar com recomendações os
fazedores de política, levando em conta as implicações para dentro (nos processos de crescimento e desenvolvimento) e para fora (na relação com terceiros). Deduz-se que a integração no plano financeiro pode se concretizar a
partir de esforços formais destinados para tal fim, mas também pode emergir
sem acordos preexistentes como resultado do interesse de atores internacionais
num mercado em particular. A integração informal tem sido o caso mais comum
na região latino-americana; e se bem este tem permitido certo aproveitamento para a região nesta área, o trajeto que resta por percorrer é ainda muito
longo.
Palavras chave: Integração Regional / Finanças / Fluxos de Capital / América
Latina
Código JEL: E5, F1
Résumé
Bien au delà de la théorie de zones monétaires optimales, ce travail présente
une analyse des coûts et des bénéfices de l’intégration financière régionale. Par
rapport au cas de l’Union européenne, l’on étudie les conséquences et les justifications sous les critères de convergence nominale à l’égard des taux
d’inflation, des types d’intérêt, des taux d’échange, du déficit fiscal, et de l’endettement public, qui sont des variables fondamentales dans le processus d’intégration monétaire et financière. Selon l’expérience européenne, ce travail
porte également sur les processus d’intégration latino-américain sous l’optique
de ses flux financiers afin de tirer des leçons et des recommandations utiles
pour les législateurs, tenant compte des implications à l’intérieur (dans les processus de croissance et développement) et à l’extérieur (par rapport aux tiers).
Il est conclut que l’intégration dans le domaine financier peut effectivement se
réaliser a partir des efforts formels, mais elle peut surgir aussi sans aucun accord
préalable comme un résultat de l’intérêt d’acteurs internationaux dans un marché particulier. L’intégration informelle a été le cas le plus commun dans la
région latino-américaine, et même si elle a représenté une mise en valeur de
la région dans ce domaine, il reste encore un long chemin à parcourir.
Mots clés: Intégration régionale / Finances / Flux de capital / Amérique latine
Code JEL: E5, F1
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Introducción
Una de las preocupaciones centrales del pensamiento económico es el tema del
crecimiento como mecanismo para acceder a mayores estadios de bienestar,
aún cuando su discusión conduzca a distintas interpretaciones y planteamientos
de política en reflejo de los diversos paradigmas teóricos y epistemológicos.
Asimismo, la evolución del análisis tendría como desencadenantes tanto sucesos
históricos como exigencias sociales y desarrollos intelectuales. En algunas oportunidades, las preocupaciones surgirían con anterioridad o con la suficiente
prontitud a las necesidades, mientras que a veces requerirían décadas para ser
entendidas o adoptadas.
Ante las limitaciones que en determinado momento o por diversas circunstancias
presentan las economías nacionales para el crecimiento, se ha planteado el
apoyo que pudiesen brindar terceros para su consecución. La relación que una
economía establece con terceros puede verse a partir de distintas aristas, como
son: el comercio de bienes y servicios, el flujo de capitales, el movimiento de
mano de obra, la relación cambiaria, etc.; todas ellas claramente imbricadas.
De igual manera, esta relación con terceros puede verse afectada o desdibujada
(positiva o negativamente) a partir del entorno institucional en el cual se desen­
vuelva, siendo los procesos de globalización e integración los de más evidente
impacto en el presente y pasado reciente.
El ámbito financiero es elemento de relevancia indiscutible en la concreción de
programas de crecimiento y desarrollo, aunque desde el punto de vista de la
agenda en los procesos de integración tiende a ser uno de los pasos finales. Los
acuerdos de integración no son fáciles. Sus caminos son pedregosos y sólo la
claridad de las naciones acerca de los beneficios finales –frente a costos de corto
plazo– puede asegurar su concreción.
Específicamente en Latinoamérica, en una etapa en la cual muchos preveían la
profundización de todos los acuerdos de integración y la posible fusión de algunos de ellos, se han observado importantes conflictos: los pequeños del Mercado Común del Sur (Mercosur) están incómodos con su participación, proyectos
específicos generan conflictos mayores entre sus integrantes y se plantea la
vincu­lación con países fuera del esquema integracionista como mecanismo para
aminorar asimetrías. El anuncio de la salida de Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) de alguna manera afecta al antiguo Acuerdo de Cartagena
al cual ahora pareciera se adherirá Chile, mientras Colombia, Perú y Ecuador
evalúan la firma de tratados bilaterales con países fuera de la Comunidad. Por
su parte, Venezuela se incorpora al Mercosur y promueve desde el poder ejecutivo esquemas de integración con énfasis particular en el ámbito político.
Dado el estrecho vínculo entre el ámbito financiero y el tema del crecimiento y
desarrollo económico, emerge la importancia de revisar el estado de integración
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
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financiera alcanzado por la región latinoamericana para evaluar sus logros y
dificultades, y extraer enseñanzas que guíen a los hacedores de políticas públicas
y a los dirigentes de la región en los difíciles avatares que suponen los acuerdos
de integración.
Igualmente, es importante considerar la experiencia de integración en otras regiones y, en particular, la experiencia reciente en el caso europeo, sin que ello
implique considerársele como un caso modelo, dada las grandes diferencias
existentes en materia de convergencia, desarrollo económico, rasgos culturales
y tradiciones históricas de los distintos países y regiones.
El trabajo ha sido estructurado de la forma siguiente: una sección que estudia
algunos antecedentes fundamentales en distintos procesos de integración regional.
Otra que analiza cuáles son los factores esenciales que impulsan la integración.
Una siguiente parte que rescata algunos de los aprendizajes fundamentales acumulados desde inicios del proceso de unificación monetaria y financiera a nivel
europeo. Otra parte que examina el comportamiento reciente de los flujos financieros latinoamericanos, y finalmente una última sección que presenta algunas
reflexiones finales.
Integración regional: Antecedentes
Los esquemas de integración regional se han multiplicado en el pasado reciente,
y su importancia en lo que a comercio internacional, flujos de capital y política
se refiere es cada vez mayor. Sin embargo, la integración regional no es un fenómeno nuevo. Ejemplos de Staatenbünden, Bundesstaaten, Eidgenossenshaften,
ligas, Commonwealths, uniones, asociaciones, pactos, confederaciones consejos
y otros similares se han observado a lo largo de la historia.
La primera integración voluntaria en la historia aparece claramente documentada
en el siglo xix. En 1828, Prusia establece una unión aduanera con Hesse-Darmstadt. Posteriormente, en la búsqueda de la constitución de un estado alemán,
tienen lugar la Unión Aduanera de Bavaria-Württemberg, la Unión Comercial
de Alemania Central (German Zollverein), la Unión Impositiva de Alemania del
Norte, la Unión Monetaria Alemana y finalmente el Reich Alemán.
Esta ola integracionista se expande a lo que se convertirá en Suiza, cuando en
1848 se crea el mercado integrado y la unión política suiza. De igual manera
ocurre en Italia con el movimiento del Resurgimiento (Risorgimento). La fiebre
integracionista ataca nuevamente a Europa en la última década del siglo xix: El
Conde Paul Leusse en Francia insiste en el establecimiento de una unión aduanera agrícola entre Francia y Alemania con un comité de aranceles a establecerse
en Frankfurt, tras lo cual habrían otros países considerando su membresía: Holanda, Bélgica, Suiza, Austria-Hungría, España e Italia.
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En Austria el político y economista Alexander Peez planeó una Unión Europea
Central (Middle European Zollverein) la cual incluía a Francia. Medio siglo después la idea integracionista fue repensada y el proceso de integrar estados-nación
europeos en una economía próspera y de estabilidad política se inició: el primer
paso fue la creación de la Comisión Europea del Carbón y el Acero (CECA) en
1952, seguido por la firma del Tratado de Roma en 1957 tras lo cual nacería la
Comunidad Europea la cual desde entonces crece y se profundiza hasta llegar
al nivel de Unión Monetaria (Mattlli, 1999).
Si como hemos señalado, la integración no es nueva, tampoco tiene un arraigo
territorial específico:
• En Asia el esquema de integración más conocido es la Asociación de las Naciones del Sudeste Asiático –Asean (1967)– la cual se profundiza hasta convertirse en un área de libre comercio en 1992. Lanzado por Australia, Nueva
Zelanda, Japón, Corea del Sur, Canadá, EE UU y los países de la Asean, surge,
posteriormente en el año de 1989, el APEC (Asia Pacific Economic Cooperation Forum), contando hoy día con 18 países miembros. Más recientemente,
Malasia promovió el EAEG (East Asian Economic Grouping), una agrupación
de países asiáticos con eje japonés.
• En África el regionalismo tampoco es un fenómeno nuevo, más aún, la unión
aduanera más antigua del mundo es sudafricana y el continente tiene un largo
registro de acuerdos económicos. Ejemplo de ellos son: Ecowas en África
occidental (Economic Community of West African States), Eccas en Áfri­ca central (Economic Community of Central African States), SADC en la región
del sur (Southern African Development Community), UMA (Arab Maghreb
Union) en el norte africano, EAC (East Africa Community) en la región oriental
y Comesa (Common Market for East and Southern Africa) como mercado
común sudoriental.
Además de estos acuerdos regionales existen otras agrupaciones como UEMOA (Union Économique et Monétaire Ouest-Africaine) de carácter económico-monetario, Udeac de carácter económico-comercial (Union Douaniere
et Économique de l’Afrique Centrale), la unión aduanera SACU (Southern
African Customs Union), y zonas monetarias para el Rand y Franco tales
como CMA (Common [Rand] Monetary Area) y CFA (Common Franc Zone),
respectivamente.
• En el continente americano han hecho presencia la Asociación Latinoamericana para el Libre Comercio (Alalc), la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), el Acuerdo de Cartagena (luego Pacto Andino y ahora
Comunidad Andina de Naciones CAN), el Mercado Común Centroamericano
(MCCA), el Mercado Común de la Comunidad del Caribe, (Caricom-Caribbean
Community and Common Market), el Mercado Común del Sur (Mercosur),
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
115
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) y el Acuerdo de
Libre Comercio Centroamericano (Cafta, Central American Free Trade Agreement o DR-Cafta cuando este incluye a República Dominicana).
También se han firmado acuerdos entre distintos países de la región, como
el G-3, en busca de complementariedades, de profundización de relaciones
económicas y del establecimiento de acuerdos monetarios como es el caso
de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO)1. Asimismo, en los
años noventa surgen la propuesta del Acuerdo de Libre Comercio de América
(ALCA) el cual integraría desde Alaska hasta la Patagonia todo el continente
del hemisferio occidental y su contrapropuesta política, la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
¿Qué impulsa la integración?
…hay una forma de observar, interpretar u organizar la evidencia la cual revelará que diversos fenómenos superficialmente desconectados son manifestación de una estructura más fundamental y simple.
[Friedman, M., 1953:33]2
Visto el importante número de ejemplos integracionistas, es obligatorio preguntarse qué impulsa la integración voluntaria entre naciones, ya que al parecer
existe una lógica que la promueve. Plantear que existen regularidades no niega
las complejidades del fenómeno ni desdeña las diferencias que subyacen en los
casos a estudiar, pues la integración regional es producto de una diversidad de
fuerzas: nacionales, internacionales, institucionales, económicas, políticas y militares. Asimismo, los procesos de integración han sido revisados partiendo de
distintas perspectivas disciplinarias con especial atención de la Ciencia Política
y la Ciencia Económica. Desde la perspectiva política destacan los aportes funcionalistas, neofuncionalistas e intergubernamentalistas, mientras que desde la
ciencia económica son notables las teorías de las uniones aduaneras y de las
zonas monetarias óptimas (Mattli, 1999; Mansfield & Milner, 1997).
1
La OECO fue constituida el 2 de julio de 1981 por las islas: Antigua y Barbuda, Dominica, Granada, Las Granadinas, Montserrat, San Cristóbal y Nevis, Santa Lucía y San Vicente: (http://www.imf.org/external/np/sec/decdo/oecs.htm). Es una unión monetaria cuya
moneda es el dólar del caribe oriental, emitida por el Eastern Caribbean Central Bank (ECCB),
el cual ha logrado que esta moneda mantenga una paridad estable.
2
“…there is a way of looking at or interpreting or organizing the evidence that will reveal
superficially disconnected and diverse phenomena to be manifestation of a more fundamental and relatively simple structure” [traducción propia].
116
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Por un lado, el funcionalismo hace énfasis en el proceso gradual de cooperación
con miras a la integración, partiendo del punto de vista de que las divisiones
políticas no son sino fuente de conflictos entre las naciones (Mitrany, 1966). Por
su parte, el neofuncionalismo, con énfasis en los aspectos institucionales, describe el proceso dinámico por medio del cual los distintos actores, altamente
interdependientes, logran obtener del proceso de integración mayores beneficios
(Haas, 1958-1964).
Se podría señalar que estas perspectivas subyacen en aquellas explicaciones
que, con mayor énfasis en la experiencia que en la teoría al explicar el exitoso
caso europeo, insisten en señalar que tras la segunda posguerra se intentó desarrollar un esquema innovador de gobierno en la región. En algún sentido la
creación de la CECA respondería a este planteamiento para controlar recursos
que pudieran encauzarse en la guerra. Igualmente, vale recordar que en los
años sesenta surge un esquema de integración paralela: la Asociación para el
Libre Comercio Europeo (EFTA) y con objetivos más asociados al incremento
de relaciones comerciales.
Por su parte el intergubernamentalismo plantea que la integración es producto
del acuerdo de líderes, quienes fungen como actores centrales en la negociación
de acuerdos (Grieco, 1997). Este grupo de explicaciones se centra en el estudio del liderazgo político y en cómo ciertos líderes se imponen a perspectivas
estrechas y parroquiales nacionales, favoreciendo la complementariedad de mayores regiones para el cumplimiento de proyectos más ambiciosos. Estos pueden
tener diferente cariz, desde aquellos que se centran en el incremento del bienestar
económico de las poblaciones hasta aquellos que promueven esquemas políticos
para los distintos gobiernos o relaciones de alianza militar entre los mismos.
Finalmente, otro grupo de análisis se centra en la necesidad que tiene la producción nacional de realizarse, de trascender sus fronteras, de buscar socios comerciales sea para la producción, la distribución o la realización de la producción.
Desde el artículo seminal de Viner (1950) sobre uniones aduaneras3, seguido
por los estudios de Meade (1955), Lipsey (1960) y Russett (1967), mucho se ha
escrito sobre las ventajas de los esquemas de integración comercial. Krugman
3
La contribución pionera de Jacob Viner (1950) analiza los efectos del establecimiento de
una unión aduanera producto de la liberación interna del mercado de bienes y de la imposición de un arancel externo común. El primero de los efectos, denominado “creación de
comercio”, está asociado a la substitución de la producción doméstica de costo elevado por
importaciones de menor costo provenientes del resto de la unión aduanera, lo cual, desde
el punto de vista de la eficiencia, conduciría a una mejor asignación internacional de los
recursos y, por ende, a un aumento del bienestar. Por el contrario, el segundo efecto, denominado “desviación de comercio”, supone una disminución del bienestar asociada a la
substitución de importaciones de menor costo, antiguamente provenientes de economías no
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
117
(1984) en su planteamiento del “viceóptimo”, destaca que hay aspectos de la
economía real que se alejan del terreno de lo ideal y que, aunque fuera deseable,
no es posible su consecución. Su nombre se deriva del hecho de considerarse
necesaria la búsqueda de una “segunda mejor opción”, cuando la economía no
está funcionando a su nivel óptimo. Esta opción no es otra que la integración.
Pero trabajos posteriores del mismo autor (1992) han mostrado que no todos
los efectos positivos esperados de la integración se realizan, mientras se generan
desbalances sectoriales y asimetrías regionales.
Otros autores se han adentrado en el estudio de las uniones monetarias partiendo
del análisis inicial realizado por Mundell (1961) sobre áreas monetarias óptimas4.
De Grauwe (1997), por ejemplo, insiste en el impacto de las diferencias en la inflación, las características institucionales y el sistema fiscal para su viabilidad.
Esta perspectiva de análisis se ve remarcada por la creciente interrelación en los
llamados procesos de globalización, donde la integración se convierte en un esquema de inserción protegida en la búsqueda de espacios que permitan encontrar
nichos de mercados favorables al desarrollo de ciertos productos en un ambiente
de producción en masas y a bajos costos; esquemas en sintonía con el avance de la tecnología en cibernética y telecomunicaciones y su impacto en los flujos
de capital; y mecanismos que permitan la realización de productos y servicios
propios, en el afán de favorecer el crecimiento económico para, finalmente, mejorar las condiciones de vida de las sociedades.
pertenecientes a la unión aduanera, por importaciones de mayor costo provenientes de
economías que pertenecen a la misma. Por su carácter estático, el modelo de Viner no considera los efectos dinámicos del comercio sobre el ritmo de la actividad económica, el nivel
del empleo y la estabilidad económica en general.
4
El trabajo de Mundell de 1961 establece las condiciones básicas de una zona monetaria
óptima; entre otras, señala la plena o elevada movilidad de los factores productivos: capital,
trabajo y tecnología. Mundell considera que los países que comparten una moneda única obtienen ventajas en términos de una mayor transparencia de precios, de menores costes de
transacción, de menor incertidumbre para los inversores (al desaparecer los tipos de cambio)
y de un aumento en el nivel de competencia. Una política monetaria única, instrumentada por
un banco central independiente, aumentaría la estabilidad de los precios, aunque a un alto
costo toda vez que los países perderían el control y manejo de los tipos de interés y de la política cambiaria. Así, para Mundell (1961), el éxito de una unión monetaria dependería del
grado de flexibilidad de los precios y salarios como elemento de compensación por la desaparición de la flexibilidad o autonomía política en materia cambiaria y en lo relativo al manejo de
los tipos de interés. En efecto, Mundell sostiene que dentro de una unión monetaria mientras
la rigidez de precios y de salarios prevenga a los términos de intercambio de desempeñar su
rol en el proceso de ajuste, las crisis de balanza de pagos serán recurrentes. En relación a lo
anterior, las subsecciones “Acerca de los costos de la integración monetaria” y “Acerca de los
beneficios de la integración monetaria” profundizan al respecto de los costos y beneficios de
la integración monetaria, así como también de los beneficios asociados a la disponibilidad
de mecanismos automáticos para la transferencia intraregional de recursos presupuestarios.
118
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En el plano económico se podría señalar que el nivel de relación ex ante de las naciones es tan determinante para los procesos de integración como aquellos resultantes
ex post, como consecuencia de los acuerdos. De igual manera resultan las similitudes
en los niveles inflacionarios, la sensibilidad a los choques y la complementariedad
de los sectores industriales así como también los niveles de armonización a nivel
macroeconómico. Precisamente, en lo relativo a estos factores, la próxima sección
estudia algunas de las particularidades del proceso europeo de integración.
Aprendizajes de la experiencia europea
A cinco décadas de la firma del Tratado de Roma de 1957, se puede afirmar que
la experiencia de integración europea ha sido singular dada las diferencias
existentes entre los países miembros. Tales diferencias incluyen entre otras: los
distintos grados de convergencia inicial y de desarrollo económico, las características específicas, los rasgos culturales e idiomáticos y las diversas tradiciones
históricas. Pese a tales diferencias, la experiencia de integración económica de
esa región permite acumular aprendizajes de gran utilidad.
En particular, la experiencia europea sugiere que el progreso de la integración
financiera depende en gran medida del avance gradual de las políticas de armonización en materia monetaria, financiera y de regulación. La cooperación
entre entes de supervisión financiera y bancos centrales nacionales, y la armonización tanto en el ámbito de la regulación bancaria, como en el ámbito impositivo, han demostrado ser de carácter fundamental. Igualmente, la armonización
de normas contables y de auditoría, al ofrecer un mayor nivel de transparencia
y cotejo, han probado ser favorables al proceso de integración financiera regional
(González, 2005).
Así, en materia de integración financiera se destacan dos elementos del proceso
que han sido fundamentales en el caso europeo. Por un lado, el plan de acción
para los servicios financieros firmado por las autoridades europeas, al establecer
un marco jurídico que permite la unificación del mercado financiero regional,
ha coadyuvado a la expansión de los servicios de la banca mayorista (González,
2005)5. Por otro lado, la adopción del euro como moneda única de carácter común a nivel regional ha sido determinante. Precisamente, la próxima sección
estudia los costos y beneficios de la integración monetaria así como también las
justificaciones y consecuencias detrás de las exigencias que en materia de convergencia nominal tuvieron lugar en el caso europeo a consecuencia del proceso
de armonización de las políticas monetaria y financiera.
5
González (2005), señala en el caso del sector bancario minorista, que la cercanía al
cliente persiste como factor fundamental, razón por la cual los servicios de pagos al por
menor y los servicios de inversión y de seguros ofrecidos por el sector no se encuentran
aún integrados a nivel europeo.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
119
Acerca de los costos de la integración monetaria
Como se indicó anteriormente, en un área de integración es usual que persistan
diferencias importantes entre países miembros, inclusive en el largo plazo. Tales
diferencias se presentan con mayor fuerza en el ámbito cultural, en el sistema
legal y contractual, en lo político, en lo fiscal, en el grado de flexibilización de
los mercados laborales, en las preferencias del público por el desempleo y la
inflación, y en el grado de credibilidad de las autoridades fiscales y monetarias,
etc. (De Grauwe, 2003) 6.
Las economías que conservan cierto grado de autonomía en materia de decisiones
de política económica, probablemente debido a su desvinculación con procesos
de integración regional o, simplemente, debido al estado incipiente de los acuerdos comerciales y de integración, prefieren regularmente, con el propósito de lidiar
con las diferencias anteriormente mencionadas, utilizar el instrumento cambiario
evadiendo así recurrir a políticas ortodoxas de carácter antiinflacionario, las
cuales, por demás, suelen ser mucho más costosas y dolorosas7.
El caso anterior, evidentemente, no representa aquel asociado a las economías que
forman parte de acuerdos con cierto grado de avance en materia de integración
económica y política, e.g. los Estados Unidos de América y la Unión Europea,
entre otros. En el interior de esas economías, vistas en conjunto, la posibilidad
de hacer uso inmediato del instrumento cambiario para corregir diferencias en
materia de inflación y desempleo es inexistente. La razón de lo anterior es que
6
Es lógico suponer que algunas de las diferencias existentes entre países miembros de
un mismo esquema de integración tenderían a ser reducidas en la medida en que avancen
los acuerdos y el propio proceso de integración. No obstante, aquellas diferencias restantes
y persistentes ejercerían presiones diversas a favor de ajustes nacionales en materia de precios, del ritmo de actividad económica y otros. En este sentido, los acuerdos de integración
y, en particular, los acuerdos de convergencia nominal y de unión monetaria traen consigo
beneficios y costos cuya aceptación representan un riesgo calculado.
7
Definiendo el tipo de cambio de real, Q, como el precio relativo entre los productos
transables nacional y extranjero, se tiene que: Q = (E x P*) / P, donde E se refiere al tipo de
cambio nominal, y P* y P al nivel precios externo e interno, respectivamente. Cuando debi­
do a acuerdos de integración monetaria o de convergencia nominal, el instrumento cambiario, E, no puede ser utilizado para hacer frente a choques y perturbaciones asimétricas, la
ortodoxia suele recomendar como instrumento de absorción políticas antiinflacionarias que
persigan una desaceleración del diferencial entre las tasas de inflación interna y externa.
Una alternativa menos costosa en términos de su efecto sobre el nivel de ocupación –aunque
evidentemente contraria al pensamiento neoclásico, devoto de la flexibilidad de precios– es
aquella usualmente planteada por la escuela de pensamiento postkeynesiano la cual favorece la instrumentación de una política de negociación de ingresos (o incomes policy) con
el propósito de contener el aumento de los salarios, causa fundamental de la aceleración
inflacionaria.
120
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estas economías se encuentran vinculadas por acuerdos que originalmente perseguían objetivos de convergencia nominal hasta finalmente alcanzar la conformación de uniones monetarias (Mundell, 1961; McKinnon, 1963; Kenen, 1969).
En el caso de Latinoamérica y en particular en el caso de las subregiones CAN
y Mercosur, dado el estado incipiente de desarrollo del proceso de integración
político-económica y la ausencia de acuerdos de convergencia nominal, las experiencias asociadas a la devaluación monetaria en Brasil en 1999, la consecuente
gran devaluación del peso argentino en el año 2000 y la fuerte devaluación que
sufrió el bolívar venezolano a comienzos de 2002, dejan en evidencia como la
preferencia de las autoridades ha sido recurrir a la utilización del instrumento
cambiario al procurar evadir los mayores costosos asociados al sostenimiento
de políticas antiinflacionarias de carácter eminentemente ortodoxo.
Si bien es cierto que la autonomía de decisión en la utilización del instrumento
cambiario ha demostrado ser, desde el punto de vista de la economía nacional,
un instrumento favorable tanto a la absorción suave y rápida de choques asimétricos como a la atenuación de aquellas diferencias regionales que afectan
las capacidades de estabilización frente a choques simétricos, también es cierto
que, desde el punto vista regional, las variaciones del tipo de cambio representan
un elemento de distorsión a nivel macroeconómico. En este sentido, para la región en su conjunto, la conservación de la autonomía de decisión en la utilización
del instrumento cambiario representa, en sí mismo, una fuente nominal o monetaria de choques asimétricos (De Grauwe, 2003).
En resumen, en virtud de los costos asociados al abandono del instrumento
cambiario a raíz del proceso de convergencia nominal resultante del avance en
los acuerdos de integración regional, las estrategias planteadas con el propósito
de lidiar con choques asimétricos, costosos tanto para la economía nacional como
para la región, divergen notablemente entre sí. Así, mientras la ortodoxia propone
una mayor flexibilización del mercado laboral, el pensamiento heterodoxo, post­
keynesiano, reclama un mayor liderazgo del Estado en la promoción de políticas
de ingresos nacionales (o incomes policy) destinadas a contener la aceleración
inflacionaria en el corto plazo (Colander, 1979; Appelbaum, 1982) 8.
Acerca de los beneficios de la integración monetaria
En relación a los beneficios asociados al proceso de convergencia nominal
vinculado a la conformación de una integración monetaria y financiera, la reducción de los costos transaccionales en operaciones comerciales y financieras
8
De esta forma, en el largo plazo, restaría como objetivo fundamental el fomento de la
aceleración del proceso de unificación política con el propósito de disminuir las idiosincrasias nacionales y por ende el grado de frecuencia de las perturbaciones asimétricas que
tienen como base el ámbito político-institucional.
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121
se presenta como un elemento favorecedor del proceso de integración, toda
vez que éste coadyuva a reducir la incertidumbre asociada a cambios en los
precios relativos y, por tanto, acentúa las bondades del sistema de precios en
el direccionamiento y la asignación de los recursos. Esto sin lugar a duda representa un factor propiciador de un mayor nivel de bienestar para las economías que forman parte del proceso de integración (Engel y Rogers, 1995)9.
Si bien es cierto que, dentro de un área de integración, una mayor transparencia en la fijación de precios es probable que beneficie directamente a los
consumidores, el origen del mayor beneficio no provendría directamente de
la mayor transparencia en sí, sino más bien del efecto estimulador que ello
provocaría sobre el propio proceso de integración en los sectores monetario
financiero, político e institucional, etc. (De Grauwe, 2003).
Un beneficio en particular de la integración monetaria y financiera es que,
en la medida en que la moneda regional comienza a ser demanda mundialmente, es de esperar que el mayor nivel de señoreaje y expansión financiera
demuestren ser favorables a la región. No obstante, la experiencia de la Unión
Europea (UE) ha demostrado que, la flexibilidad en la autodeterminación
del momento preciso de incorporación al proceso de integración monetaria
y financiera puede servir de elemento facilitador de las negociaciones.
Ciertamente, en el largo plazo, en la medida en que la unión monetaria y financiera sea mayor, los crecientes incentivos, y las externalidades positivas
resultantes, servirán de factor catalizador para acelerar aún más el proceso
de integración. En este sentido, un análisis de costo-beneficio acerca de la
decisión de integración monetaria y financiera, aún cuando es relevante y
adecuado para determinar el precio que algunos países tendrán que pagar,
es regularmente insuficiente.
Integración europea y convergencia nominal
El proceso de convergencia nominal que ha culminado con la conformación de
una unión monetaria en Europa puede ser divido en tres períodos fundamentales: el período durante el cual rigió el “Mecanismo de Tipo de Cambio”, 19761998 o “Exchange Rate Mecanism (ERM)”; el período 1999-2001 o período del
9
Es pertinente aclarar, no obstante, que si bien el proceso de convergencia nominal que
culmina con la eliminación de los tipos de cambio, representa una reducción del riesgo cambiario nominal, no necesariamente representa una reducción del riesgo cambiario real. La
razón de la ambigüedad anterior estriba en el hecho de que aún en ausencia de variaciones
en el tipo de cambio nominal, las fluctuaciones acentuadas en el diferencial de inflaciones interna y externa producto de escenarios político-sociales diversos podrían conducir igualmente a apreciaciones o depreciaciones del tipo de cambio real (véase la nota número 7).
122
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“ECU” y el período 2002 hasta la actualidad durante el cual ha aparecido físicamente un nuevo signo monetario universal, es decir, el euro.
El proceso de integración monetaria y financiera europea ha estado caracterizado
por una historia de conflictos entre los objetivos de corto plazo perseguidos
por los distintos países miembros del acuerdo. Así, por ejemplo, durante el período 1987-1992, cuando se toma como moneda de referencia el marco alemán
cuya emisión correspondía al Bundesbank, el objetivo regional de convergencia
nominal condujo a la región a la implantación de un régimen cambiario de
bandas, destinado a evitar reajustes del tipo de cambio y a establecer una fluctuación máxima de ± 2,5%.
Durante este mismo período, y en repetidas oportunidades, coincidieron contextos durante los cuales la política ejecutada por parte del Bundesbank, en relación a la fijación de las tasas de interés de referencia para la región, estaba
basada en objetivos incuestionablemente asociados a los que las autoridades de
ese banco central consideraban como favorables para la economía nacional, sin
preocuparse por los efectos que dicha política podría tener sobre el resto de las
economías de la región. En específico, en varias oportunidades durante ese
período, el Bundesbank elevó sus tasas de interés como parte de sus políticas
antiinflacionarias, aún cuando ciertamente se sabía que ello afectaba el desenvolvimiento de otras economías de la región, particularmente aquellas con altos
niveles de endeudamiento como Italia y Bélgica, entre otras.
A principios de los años noventa, la situación monetaria y financiera anteriormente descrita, acelerada por la inversión en actividades especulativas desestabilizadoras, condujo finalmente a una crisis monetaria generalizada la cual afectó
a diversas monedas de la región10. El aprendizaje posterior a tal experiencia
condujo a una flexibilización del régimen cambiario de bandas, estableciéndose
durante el período 1993-1998 una nueva amplitud en el rango del ± 15%.
El avance de los acuerdos representado a través de la firma tanto del Tratado
de Maastricht (TM) de 1991 como del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC)
de 1997, establecerían los siguientes criterios fundamentales de convergencia
nominal (De Grauwe, 2003):
10 Así, para 1992, las premisas del modelo de Krugman (1988) habrían quedado disociadas
de la realidad. Entre otras premisas, el modelo incorporaba: la credibilidad en el sistema de
bandas, el supuesto que consideraba intervenciones gubernamentales únicamente de orden
marginal, la exogeneidad y aleatoriedad de la velocidad de circulación del dinero la cual se
asumía con tendencia y movimiento de tipo browniano, y volatilidad constante y en ningún
momento influenciada por cambios en la tasa de interés, el supuesto de roce suavizado de
las bandas o smooth pasting y, finalmente, el supuesto del “efecto luna de miel” o honey­moon
effect.
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123
1. La tasa de inflación de un país candidato a entrar en la Unión Europea (UE)
debía ser no mayor a 1,5 veces la tasa de inflación promedio de los tres países
candidatos con menor tasa de inflación.
2. La tasa de interés de largo plazo de un país candidato debía ser no mayor a
2 veces la tasa de interés promedio de largo plazo de los tres países candidatos con menor tasa de interés.
3. El país candidato debía pasar a formar parte del Sistema Monetario Europeo
o “European Monetary System (EMS)” sin haber experimentado una devaluación en los dos años inmediatamente anteriores a la entrada en la unión.
4. Se debían procurar déficit fiscales inferiores al 3% del PIB, quedando cualquier desviación por encima de la norma del 3% como excepcional. Posteriormente, el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC), cuya preocupación
fundamental habría estado asociada a la consecución de presupuestos balanceados, establecería multas de hasta 0,5% del PIB, para aquellos países
que excediesen la norma del 3% a menos que ocurriesen circunstancias
excep­cionales como por ejemplo, desastres naturales o caídas del PIB por
debajo de un 2% anual.
5. Se debían procurar niveles de deuda pública inferiores al 60% del PIB.
En relación al punto (1), el Tratado de Maastricht pretendía afectar las distintas
preferencias o sesgos que en materia de inflación distanciaban las diversas posiciones planteadas por cada una de las autoridades monetarias de las economías de la UE. En particular, el Bundesbank buscaba impedir una reducción
del nivel de bienestar de la economía alemana al evitar aceptar un sesgo inflacionario característico de las preferencias de otros países de la región. En este
sentido, el país con menor tasa de inflación, es decir, Alemania, solicitaba diseñar
un banco central europeo basado en las preferencias del Bundesbank. Ello garantizaría que sólo aquellos países con las mismas preferencias pasarían a formar
parte de la unión (Morales y Padilla, 1994)11.
11
Era de esperar que el diseño del Banco Central Europeo (BCE) habría tenido que tomar
en consideración las sensibilidades particulares de cada nación, así como también, el deseo
de cada banco central nacional de retener algún grado de control sobre la política monetaria. Sin embargo, en la práctica, el altísimo grado de independencia del BCE parece no
haber sido acompañado por un proceso de control de su desenvolvimiento acorde con tal
grado de independencia. No obstante, probablemente uno de los mayores obstáculos que
enfrenta la Unión Monetaria Europea es la falta de centralización y supervisión sobre el
sistema financiero europeo, así como también la falta de centralización del rol de prestamista de última instancia el cual descansa aún sobre las autoridades fiscales nacionales.
En lo relativo a las preferencias del Banco Central Europeo en materia de inflación y
ocupación, vale destacar que la literatura tradicional plantea la presencia de una contradicción
124
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
En referencia al punto (2), asociado a la convergencia nominal en materia de
tasas de interés, se procuraba impedir que el país candidato a la entrada en la
Unión Monetaria Europea, estuviese expuesto a ganancias o pérdidas financieras.
Sin embargo, este criterio de convergencia demostró ser redundante ya que el
mismo estaba automáticamente garantizado, debido a que las fuerzas de mercado
que operaban a través del arbitraje permitían por sí mismas su cumplimiento
(De Grauwe, 2003).
Con respecto al criterio número (3), relacionado con la convergencia de las tasas
de cambio, el objetivo que se perseguía era evitar manipulaciones cambiarias
previas al momento de entrada en la unión monetaria. Esto es, se buscaba impedir devaluaciones previas a la entrada que afectasen la posición competitiva
de los países.
Finalmente, en lo relativo a los criterios de convergencia presupuestaria (4) y (5),
el propósito de los mismos era colocar límites a la expansión de la deuda pública
ya que se alegaba que: i) altos volúmenes de endeudamiento incrementarían las
presiones nacionales para generar inflaciones sorpresivas, y ii) que aquellos
países con altos niveles de endeudamiento enfrentarían un mayor riesgo de insolvencia o incumplimiento que, sumado al peligro del contagio en el caso de
crisis financieras, generaría un riesgo moral asociado a un sentimiento de aval
implícito o bail-out 12.
entre los objetivos de estabilización del producto y de estabilización de la inflación en el
caso en que la fuente de perturbación provenga de un choque de oferta, contrario a lo que
sucedería en presencia de un choque de demanda. No obstante, en relación a ambos casos,
el Banco Central Europeo ha dejado clara su mayor preocupación por la estabilidad de
precios, aún cuando la estabilidad del sistema financiero lo obligue a preocuparse también
por la suavización de los movimientos de la tasa de interés.
12
A este punto es importante resaltar algunos conceptos y supuestos básicos acerca de la
sostenibilidad fiscal haciendo uso de la siguiente fórmula: (I - G) + i B = dB / dt + dm / dt,
donde (I - G) se refiere a la diferencia entre ingresos fiscales y gastos primarios, es decir, al
déficit primario, e i B, al producto de la tasa de interés promedio sobre títulos del Gobierno,
y su acervo total de deuda, es decir, al servicio de la deuda pública; dB / dt a la variación o
emisión de nueva deuda pública; y finalmente, dm / dt a la variación o emisión monetaria.
De esta forma, (I - G) + i B representa el déficit financiero, el cual es financiado con emisión
de deuda y emisión monetaria dB / dt + dm / dt.
Posteriormente, si se define b = B / Y como el acervo de deuda pública como porcentaje del
PIB, entonces: Db / dt = [dB / dt / Y] - [B / Y dY / dt / Y], o equivalentemente, Db / dt = [dB /
dt / Y] - [b C], donde C = dY / dt / Y es la tasa nominal de crecimiento del PIB. Así, para
mantener constante el acervo de deuda pública como porcentaje del PIB, es necesario que
Db / dt = 0, implicando: 0 = [dB / dt / Y] - [b C], o equivalentemente: dB / dt / Y = b C, lo cual
es igual a dB / dt = B C.
Finalmente, sustituyendo en la ecuación del déficit público, se obtiene que, para mantener
constante el acervo de deuda pública como porcentaje del PIB, en ausencia de una desvalorización monetaria, o sea cuando dm / dt = 0, (I - G) = (C - i) B. Implicando que para mantener
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
125
De esta forma, tanto del Tratado de Maastricht (TM) como el Pacto de Estabilidad
y Crecimiento (PEC) aceptan la visión de que la política fiscal debía estar sometida a reglas. Dos eran los argumentos fundamentales:
• El primero se refería al hecho de que una economía que se encuentra en una
senda de endeudamiento insostenible genera externalidades negativas sobre
el resto de las economías de la región. Así, la insostenibilidad financiera en
un país, y por ende la presión al alza de las tasas de interés a causa del peso
de su deuda, generarían una mayor carga financiera para otros países; y ello
a su vez, forzaría a estos otros países a seguir políticas antiinflacionarias para
contener su gasto fiscal y mejorar así su propia sostenibilidad perjudicada
inicialmente por el aumento de las tasas de interés (De Grauwe, 2003).
• El segundo argumento a favor del sometimiento a reglas de política fiscal,
se refiere al hecho de que la insostenibilidad financiera pondría presión política sobre el Banco Central Europeo para reducir el nivel de la tasa de interés
de referencia, complicando así la tarea del banco en la definición de sus objetivos de política monetaria.
En relación a los argumentos anteriores asociados a los criterios de convergencia
presupuestaria, vinculados tanto con el TM como con el PEC, numerosas han
sido las críticas; entre ellas:
a. El primer argumento necesariamente supone la presencia de mercados de
capitales imperfectos. Esto es, la creencia de que bajo condiciones de insostenibilidad fiscal en un país, existiría un sentimiento generalizado de aval
implícito asociado a la necesidad de impedir propagaciones de crisis financieras, supone como condición para el aumento generalizado de las tasas de
interés, una valoración inadecuada del riesgo por parte de agentes financieros
inexpertos, al no estar en capacidad de discriminar correctamente entre los
riesgos asociados a los títulos de deuda de los diversos países.
b. Por otra parte, el segundo argumento olvida que las reglas fiscales son regularmente difíciles de hacer cumplir. Las restricciones constitucionales sobre
emisión de deuda y déficit fiscal son usualmente saltadas a través de diferentes
métodos y técnicas tales como la manipulación contable (o off-budgeting).
c. Finalmente, se ha criticado que no existía una explicación clara acerca de
por qué se establecieron criterios numéricos de un máximo del 60% del PIB
de endeudamiento público y un máximo del 3% del PIB de déficit fiscal. No
el ratio deuda pública sobre PIB constante sin recurrir al señoreaje o a una devaluación, es
necesario que la tasa nominal de crecimiento económico C exceda a la tasa de rendimiento
nominal de los títulos públicos i. En caso contrario habría que inflar o devaluar. La crítica a
esta ecuación sería el hecho de tomar la tasa nominal de crecimiento económico como
exógena e independiente de la política fiscal.
126
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
obstante, probablemente se deba al hecho de que, por un lado, el porcentaje
promedio de endeudamiento de la región al momento del convenio se encontraba cercano al 60%, y que por el otro, el porcentaje promedio de crecimiento nominal del PIB en la región se aproximaba al 5%, lo cual permitía
bajo ese criterio, mantener un déficit fiscal del orden del 3% –dB / dt / Y =
3% = b * C = 60% * 5% –. (Véase la nota número 6, De Grauwe, 2003)13.
La discusión anterior ha llevado a muchos teóricos estudiosos de la integración
europea a plantear la presencia de una contradicción entre dos objetivos mutuamente conflictivos. Por un lado, el primero se refiere al hecho de que en ausencia
del instrumento cambiario y de una política monetaria autónoma, es necesario
contar con una política fiscal flexible que permita absorber choques asimétricos.
Por otro lado, el segundo se refiere a la necesidad de colocar límites a la política
fiscal de forma tal de garantizar su sostenibilidad generalizada en la región, y
por ende, procurar la reducción de las externalidades negativas que, producto
de la insostenibilidad de algunos países, obliga al resto de las economías de la
región a seguir políticas antiinflacionarias con el propósito de mejorar su situación individual en materia de sostenibilidad. El PEC parece haberse preocupado
más por el segundo objetivo, obligando así, en la práctica, a que los países, con
el propósito de evitar sanciones, mantengan en promedio balances superavitarios
para poder contar con suficiente flexibilidad durante períodos de recesiones14.
La experiencia europea nos obliga a reconocer la importancia de la flexibilidad
presupuestaria en el manejo de choques asimétricos no atendidos directamente
por la banca central regional, la cual sólo es capaz de percibir la presencia de
choques simétricos que afecten a la región en su conjunto o choques específicos
que afecten a las economías más grandes.
13
Precisamente, el 17 de octubre de 2002, durante una entrevista concedida al diario vespertino francés Le Monde, Romano Prodi, actual Primer Ministro de la República Italiana,
catalogó de “estúpida” la simple idea de que los países debían cumplir con una regla numérica del 3% independientemente de sus condiciones particulares en materia económica y de
endeudamiento.
14
Vale destacar que la falta de flexibilidad presupuestaria para hacer frente a las recesiones
genera una tensión potencial entre los gobiernos nacionales y las autoridades europeas. Por
un lado, durante las recesiones los gobiernos podrían incrementar su presión política con
el propósito de obtener una política monetaria más laxa, en cuyo caso, el PEC, el cual fue
diseñado para proteger al BCE de la presión política podría más bien acentuarla durante las
recesiones. Por otro lado, durante momentos difíciles de estancamiento, mientras las economías luchan para salir de la crisis, las instituciones europeas pasan a ser vistas como portadoras de amenazas, multas y penalidades. Así, el PEC parece haber ido muy lejos en el
establecimiento de reglas de política fiscal, las cuales parecen generar riesgos superiores a
aquellos asociados al incumplimiento financiero y avales implícitos.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
127
Es importante, sin embargo, analizar con mayor claridad el tema de la sostenibilidad fiscal, ya que las fallas del PEC, hacen pensar que los criterios numéricos
sin bases científicas pueden resultar contraproducentes. La preocupación acerca
de la sostenibilidad fiscal debería considerar, como indicador fundamental, el
déficit estructural y no aquel coyuntural resultante de la activación de estabilizadores automáticos destinados a la superación de las crisis15. De esta forma, la
evaluación acerca de si un país mantiene o no un déficit excesivo debería ser
basada sobre las condiciones económicas subyacentes y sobre los niveles de
deuda de la economía en cuestión.
Igualmente, el requisito impuesto por el PEC con el propósito de hacer mantener
en promedio presupuestos balanceados carece de sentido toda vez que ello
conduciría a la desaparición total de la deuda en el largo plazo; algo que no
parece tener justificación, más aún si se acepta la necesidad de repartir intertemporalmente (a través de la emisión de deuda los costos asociados) a la inversión pública en capital físico y humano, inversión por demás beneficiosa
también para las futuras generaciones.
Adicional a la necesidad de compartir a nivel intergeneracional los costos asociados a la inversión pública como a la estabilización y absorción de choques y
perturbaciones, coexiste igualmente, la necesidad de compartir tales costos a
nivel intraregional. Probablemente, este es uno de los aprendizajes más claros
del proceso de integración europeo. La centralización de los presupuestos nacionales a nivel europeo, por lo menos en lo relacionado a temas como la seguridad social, y los impuestos sobre la renta permitirían aprovechar aún más
los beneficios de los estabilizadores fiscales automáticos (seguros y beneficios
para desempleados, beneficios por paro forzoso, etc.).
De hecho, en presencia de choques asimétricos que, por generar efectos compensatorios sobre los niveles de actividad económica de los distintos países
miembros, tienden a no ser percibidos por la banca central regional, la posibilidad de utilizar el presupuesto regional centralizado permitiría de forma automática la ejecución de una transferencia o redistribución intraregional de ingresos
desde aquellas economías que experimenten crecimiento del producto, del
empleo y los impuestos, hacia aquellas expuestas a los costos de la recesión,
desempleo y crisis fiscal.
Lo anterior representa el caso de un sistema de seguro a nivel intra-regional, o lo
que es lo mismo, un sistema fiscal federal basado en un presupuesto centralizado,
15
Como por ejemplo a consecuencia de la presencia de estabilizadores fiscales automáticos,
tales como el aumento inmediato de los beneficios a desempleados e indigentes, y el aumento de gastos relacionados con el pago del paro forzoso y otros, durante recesiones.
128
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
tal como el observado en los Estados Unidos de Norteamérica. En ausencia de
tal sistema, así como también en ausencia del instrumento cambiario, la absorción de perturbaciones asimétricas coyunturales se ve limitada a la utilización
del mecanismo de seguro intergeneracional, es decir, se ve limitado a la expansión del endeudamiento, lo cual a su vez depende en gran medida de las evaluaciones de riesgo por parte de los agentes y, por ende, del propio acervo de
deuda acumulado en el pasado.
En resumen, la experiencia de la Unión Europea debe ser considerada a profundidad al momento de analizar el curso futuro de los acuerdos regionales en
Latinoamérica, más aún si estos han de involucrar arreglos en materia de convergencia nominal e integración monetaria y financiera. De esta forma, la renuncia
a una política monetaria y cambiaria soberana, deberá ir acompañada de una
flexibilización de la política fiscal tanto a nivel nacional como regional, de forma
tal que la absorción de choques asimétricos de carácter local (no percibidos por
la banca central regional) puedan ser alcanzados sin obligar a las autoridades
nacionales a imponer el endeudamiento improductivo y la recesión.
Lo anterior, sin embargo, parece obstaculizarse en caso de no establecerse un
sistema regional o federal que facilite las transferencias de ingresos desde aquellas economías en crecimiento hacia aquellas abatidas por una coyuntura económica indeseable16. Un sistema fiscal regional basado en transferencias
automáticas intraregionales coadyuva a reducir los costos sociales del proceso
de integración económica, y en particular del proceso de integración monetario
y financiero.
A pesar de lo anterior, dado a que usualmente los sistemas fiscales regionales basados en un presupuesto regional centralizado pasan primero por un proceso
largo de integración política, el rol de absorción de las perturbaciones asimétricas,
por un largo tiempo, tendrá que apoyarse en una mayor flexibilización de la política fiscal nacional; algo que, como fue dicho anteriormente, depende de la propia
sostenibilidad financiera del gasto fiscal o lo que es lo mismo de la disciplina fiscal
16
Discriminar entre choques estructurales y choques temporales es fundamental al momento de decidir la ejecución de transferencias de ingresos entre regiones o países, al igual
que al momento de tomar decisiones en materia de transferencias intergeneracionales vía el
endeudamiento público. Es evidente que en presencia de choques estructurales usualmente
hacen falta ajustes a nivel institucional, a nivel legal, contractual, a nivel de los mercados
laborales, de la movilidad de la mano de obra, etc. En presencia de choques estructurales,
los ajustes vía endeudamiento o a través de políticas de transferencias intraregionales afrontarían un destino desfavorable, no solamente debido a que estas medidas pasan a ser política y financieramente inviables sino que también debido a que el nivel de riesgo moral
involucrado pasa a ser extremamente elevado.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
129
de las autoridades nacionales, así como también de las valoraciones de riesgo
realizadas por los agentes financieros17.
Para concluir, precisamente en materia financiera, se destaca la importancia de
los esfuerzos de unificación en el caso europeo a través de mecanismos como
el Plan de Acción para los Servicios Financieros. Sin olvidar los costos potenciales
asociados a la acentuación de problemas de contagio, es de esperar que la inte­
gración financiera, al facilitar las transferencias de recursos a nivel intra e interre­
gional, coadyuve a alcanzar un mayor nivel de desarrollo (González, 2005).
Justamente, al tomar en cuenta la importancia de los flujos de capital para el financiamiento de la inversión en favor del desarrollo, una lectura a partir de los
flujos de capitales hacia la región latinoamericana resulta de interés para el
análisis de esquemas de integración regional. En este sentido, la próxima sección
estudia en particular los alcances de la integración financiera a nivel
latinoamericano.
Integración financiera latinoamericana
La integración financiera es el proceso por medio del cual mercados financieros
de un país participan más estrechamente de los mercados del resto de la región
o del mundo; y su objetivo es el logro de un espacio financiero regional estable,
cuya regulación permita minimizar las crisis y sus efectos de contagio. En este
sentido, la integración financiera se verá facilitada en la medida en que se avance
hacia a una mayor armonización en materia de reglas y normas con miras a garantizar mayor transparencia y supervisión de los sistemas financieros, todo lo
cual tiende a lograrse a partir de la convergencia a estándares internacionales
(BID, 2002).
Si bien se señala con frecuencia que la integración financiera regional debería
ser un paso posterior al logro de políticas de coordinación macroeconómica,
ésta es acicate y ayuda importante para avanzar en ese sentido, pues facilita el
acceso a fuentes de liquidez en procesos de crisis, limita el endeudamiento fiscal
17
Si la sostenibilidad financiera del gasto público depende de la propia disciplina fiscal,
valdría la pena preguntarse, ¿cuál es el efecto del proceso de integración monetaria sobre
la disciplina fiscal? Por un lado, la eliminación del riesgo cambiario nominal que disminuye
el nivel de la tasa de interés asociada a los títulos de deuda doméstica, podría estimular un
mayor uso del endeudamiento como medio de captación de recursos dentro de la unión
monetaria. Sin embargo, por otro lado, la pérdida del señoreaje por parte de las autoridades
fiscales nacionales, obliga a estos a enfrentar una restricción presupuestaria más exigente,
lo cual podría servir de incentivo para la reducción del volumen de endeudamiento. No
obstante, si bien es cierto que la integración monetaria no necesariamente genera una mayor
disciplina fiscal, también es cierto que la misma no necesariamente genera una menor disci­
plina fiscal.
130
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
a corto plazo y favorece la eficaz movilización de los recursos financieros, pudiéndose invertir en programas y proyectos en pro del desarrollo regional, a la
par que se limita la exposición regional a la especulación y la volatilidad de las
expectativas globales. La ampliación del tamaño de los mercados financieros
tiende a reducir el costo de la inversión, la exposición al riesgo crediticio y el
riesgo moral, a partir de la mejora en la supervisión la cual redunda en una
mayor estabilidad sistémica.
La integración en el plano financiero puede concretarse a partir de esfuerzos
formales destinados a tal fin, pero también puede emerger sin acuerdos preexistentes, siendo el resultado del interés de actores internacionales en un mercado en particular. Aunque a partir de la década de los noventa se consolidan
esquemas de armonización en este sentido (Levy, 2000), la integración informal
ha sido el caso más común en la región latinoamericana, donde bancos, fondos
de inversión y empresas de seguro internacionales, principalmente de países
desarrollados, participan en la región, promoviéndose el desarrollo de lazos
comerciales y de inversión entre las partes.
Esta integración financiera, a su vez ha sido estimulada por los procesos de liberalización de los años ochenta y noventa, los cuales han estado vinculados a
políticas de apertura al comercio, a la inversión extranjera directa y al desarrollo
de los mercados bursátiles regionales. Pero estos esquemas de apertura no han
generado la totalidad de los efectos deseados en la región y las características
de los fondos que a la misma se dirigen, no siempre favorecen efectos multiplicadores positivos. Más aún, en la actualidad se reevalúan los beneficios resultantes
de los esfuerzos realizados para la atracción de capital, sus características, volúmenes y las estrategias utilizadas para su captación.
Integración financiera de facto: flujos de capital
hacia la región latinoamericana
La región latinoamericana ha vivido distintas experiencias frente al capital:
desde ser locus de inversión por excelencia, hasta ser excluida virtualmente
de las corrientes de capital y convertirse en exportadora neta del mismo,
con el consecuente impacto en el deterioro del bienestar de sus ciudadanos.
Los flujos de capital vuelven a la región en los años noventa, producto de
una combinación de elementos internos y externos: reformas económicas,
transformaciones institucionales, desarrollos financieros regionales y nuevas
realidades internacionales.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
131
Cuadro 1
Entradas de capital a la región latinoamericana
(Millones de US$, %)
Concepto
1970-1979
Flujos agregados netos
146
Flujos netos de deuda l.p.
118
Inversión directa neta
26
Portafolio (acciones)
Donaciones (excluye coop. técnica)
2
Pago de interés
48
Remisión de utilidades
18
Transferencias netas
80
Ek*/Inb**
4.3%
1980-1989
219
143
62
1
13
249
55
-85
3.4%
1990-1997
507
175
220
88
24
185
100
223
5.1%
1998-2004
494
82
394
1
18
246
126
122
5.9%
Ek/X***
18.6%
28.6%
24.2%
(*) Entradas de capital; (**) Ingreso Nacional Bruto; (***) Exportaciones.
Fuente: Banco Mundial, Flujos Mundiales de Financiamiento para el Desarrollo, 2006.
Las entradas netas de capital a la región se evidencian a través de cinco conceptos: inversión directa, inversión en portafolio, préstamos bancarios, ayudas oficiales
y transferencias. Cada uno de estos rubros ha tenido mayor o menor importancia
en la historia del siglo pasado de la región y particularmente se han diferenciado
en cada uno de los países de la misma, aún cuando en términos generales se
destaca el peso creciente de los influjos en el desempeño económico.
Aunque la evaluación de la integración financiera de facto ha de incorporar la
totalidad de los flujos de capital relacionados con la región, en este trabajo se
destacarán los movimientos de capital por concepto de inversión extranjera directa y aquellos vinculados al desarrollo de los mercados de capitales de la región,
excluyendo aquellos en los que la participación de los Estados es determinante,
(deuda soberana, ayuda al desarrollo y préstamos gubernamentales).
Inversión extranjera directa
La profundización de las reformas estructurales de la década de los noventa
condujo a la conversión de parte de la deuda por inversiones directas, lo
que se concretó por medio de amplios programas de privatización los cuales
atrajeron capitales extranjeros en sectores de la economía anteriormente
admi­nistrados por el Estado: banca y finanzas, telefonía básica y celular,
aviación y navegación, electricidad, minería e hidrocarburos, e infraestructura
de servicios, puertos, aeropuertos y otros. Desde entonces, la región se ha
mantenido como destino importante de los flujos de inversión directa, llegando en el período 1998-2004 a cifras anuales promedio cercanas a los US$
70 mil millones.
132
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
El tamaño de la economía resulta elemento definitorio en el destino del capital: tres cuartas partes de los flujos se concentran en Brasil, México, Argentina y el 20% siguiente en las economías medianas (Chile, Colombia,
Perú y Venezuela). El 70% de los mismos se destina al sector terciario y de
éste, el 30% se canaliza hacia la actividad financiera (Banco Mundial, 2006
y cálcu­los propios).
El principal proveedor de fondos a Latinoamérica es la región norteamericana
(EE UU y Canadá), siguiéndole en importancia el continente europeo, donde
destaca la actividad de inversión de transnacionales españolas tanto en el
sector financiero, de telecomunicaciones, como en electricidad e infraestructura. En el sector financiero, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el
Banco Santander Central Hispano (BSCH) se han convertido en los principales
actores en los mercados financieros latinoamericanos. Mientras en 1994 la
proporción de los activos totales en manos del sector bancario latinoamericano bajo control extranjero representaba alrededor del 10%, siete años
después se había más que triplicado, destacándose los casos de México y
Paraguay con más del 80% y Panamá con un 60% (Banco Mundial, 2006).
Si a lo anterior se añade el peso de la participación gubernamental en el
sector bancario, que en la región no es desdeñable (salvo Bolivia, México y
Perú), se observa el poco espacio de participación del sector privado nacional,
por lo que la competencia es baja y las presiones para extraer mayores beneficios de estos capitales extranjeros no ha sido la mayor.
Teóricamente, el impacto de la participación de la banca extranjera es asociado a una mejor y más eficiente distribución de recursos, una reducción
del costo del crédito por incremento de la competencia, aumento de instrumentos y servicios y mejora en la supervisión, y por ende en la estabilidad
sistémica.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
133
Gráfico 1
Activos bancarios de bancos extranjeros
(Porcentaje del total de los activos, año 2001)
90 –
80 –
70 –
60 –
50 –
40 –
30 –
20 –
10 –
–
Argentina –
Bolivia –
Brasil –
Chile –
Colombia –
Costa Rica –
Ecuador –
El Salvador –
Guatemala –
México –
Panamá –
Paraguay –
Perú –
Uruguay –
Venezuela –
LAC –
0–
Fuente: Banco Mundial, 2006.
Gráfico 2
Activos bancarios de bancos gubernamentales
(Porcentaje del total de los activos, año 2001)
70 –
60 –
50 –
40 –
30 –
20 –
–
–
LAC -
–
Venezuela -
–
Uruguay -
–
Paraguay--
–
Panamá -
–
Guatemala -
–
El Salvador -
–
Ecuador -
–
Costa Rica -
–
Colombia -
–
Chile -
–
Bolivia -
–
0–
Argentina -
10 –
Fuente: Banco Mundial, 2006.
Se observa que la participación del crédito interno se mantiene alrededor
del 60%, con importantes diferencias: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay y Venezuela manifiestan un incremento en el período 1990-2000 a
niveles del 100% y desde entonces hasta 2004 el crédito se contrae, aunque
se mantiene en valores más elevados que al inicio del proceso de apertura
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
134
financiera que viviera la región en la década de los noventa. Por su parte,
un importante número de países centroamericanos mantienen su nivel de
crédito interno alrededor del 40%, estabilizando el promedio regional.
En relación a los diferenciales de las tasas se observa cierto descenso en el
período 1994-2005, pasando de un rango de [15% - 40%] a [5% - 25%] en la
mayoría de los casos. Claro está, si se compara con tasas de comienzos de
los noventa la diferencia es mucho mayor.
Gráfico 3
Crédito doméstico otorgado por el sector bancario
(Porcentaje del PIB)
100 –
90 –
80 –
70 –
60 –
50 –
40 –
30 –
20 –
Guatemala -
–
–
–
LAC -
El Salvador -
–
–
Ecuador -
–
–
–
Costa Rica -
Rep. Dominicana -
Colombia -
Paraguay-
–
–
Chile -
–
–
Brasil -
–
Bolivia -
–
0–
Argentina -
10 –
100 –
90 –
80 –
70 –
60 –
50 –
40 –
30 –
20 –
1990-1994
1995-2000
Fuente: Banco Mundial, 2006.
2001
2002
2003
2004
–
Venezuela -
–
Uruguay -
–
Perú -
Panamá -
–
Nicaragua -
–
México -
–
–
0–
Honduras -
10 –
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
135
Gráfico 4
Evolución del diferencial de las tasas activas y pasivas
120 –
100 –
80 –
60 –
40 –
Bolivia
Chile
Rep. Dominicana
México
Paraguay
Perú
Uruguay
Venezuela
–
–
2005 -
–
2004 -
–
2003 -
–
2002 -
–
2001 -
–
2000 -
–
1999 -
–
1998 -
–
1997 -
–
1996 -
–
1995 -
–
1994 -
–
0–
1993 -
20 –
Nicaragua
Fuente: FMI, IFS, 2006.
El alto diferencial preexistente entre las tasas activas y pasivas alimentó los
rendimientos de las instituciones recién llegadas pero, ante crisis bancarias
de alto calibre, las casas matrices no fungieron como prestamistas de última
instancia de sus filiales en la región. Así, la cartera a pérdida en promedio ha
bajado en el período 2000-2004 de un 9% a un 5%, con las notables excepciones de Argentina (2002-2003), Ecuador (2000-2001) y Uruguay (2002).
En síntesis, los influjos de capital por inversión extranjera directa en el sector
bancario han favorecido la presencia en la región de corporaciones transnacionales del sector y, por ende, han facilitado una mayor penetración financiera con el consecuente trasvase de nuevos instrumentos y formas de
negocios. Sin embargo, la poca competencia a la que se enfrentan estas
corporaciones financieras les permite actuar de forma cuasi oligopolística en
el mercado, con menores beneficios de los esperados para la región. Por otro
lado, el esquema de profundización financiero no ha logrado que las instituciones propias de la región establezcan redes o vínculos para posicionarse
en países distintos a aquellos de origen.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
136
Gráfico 5
Porcentaje de la cartera de créditos con problemas
45 –
40 –
35 –
30 –
25 –
20 –
15 –
10 –
–
–
–
Ecuador Venezuela -
El Salvador -
–
–
–
Rep. Dominicana Uruguay -
LAC -
–
Colombia Paraguay -
Costa Rica -
–
–
–
Chile Panamá -
Perú -
–
–
–
Brasil Nicaragua -
–
–
–
–
Bolivia -
–
México -
Argentina -
–
0–
Honduras -
5–
45 –
40 –
35 –
30 –
25 –
20 –
15 –
10 –
5–
–
0–
2000
2001
2002
Fuente: Banco Mundial, 2006.
2003
2004
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
137
Mercado de capitales
La inversión en portafolio está vinculada directamente al sector financiero de
las economías y su puerta de entrada es el mercado bursátil. Así, muchas empresas deciden efectuar levantamiento de capital a través de equity underwritings
o emisiones de acciones, las cuales no se restringen al mercado local, sino que
amplían sus actividades financieras a mercados extranjeros.
En dichas emisiones destacan entre otros instrumentos los ADR (American Depositary Receipt), los GDR (Global Depositary Receipt) y los Warrants. El mayor
peso de estas emisiones la tienen los ADR, los cuales son negociados por medio
de la llamada papeleta rosada en el mercado de los Estados Unidos de Norteamé­
rica, y a partir de los cuales las empresas han logrado movilizar una porción
sustancial del capital requerido para sus inversiones.
Gráfico 6
Inversión en portafolio: Destino intraregional
(MM US$)
25.000 –
20.000 –
15.000 –
10.000 –
LAC
GA
GB
GC
–
1998-2004 -
–
–
–
1990-2004 -
0–
1990-1997 -
5.000 –
GD
LAC: Latinoamérica y el Caribe
GA: Argentina, Brasil y México
GB: Chile, Colombia, Perú y Venezuela
GC: Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá y Uruguay
GD: Bahamas, Belice, Bolivia, Cuba, República Dominicana, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica,
Nicaragua, Paraguay, Surinam, Trinidad y Tobago
Fuente: Banco Mundial, 2006.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
138
Gráfico 7
Inversión en portafolio: destino intraregional
(Porcentaje)
100 –
75 –
50 –
1990-1997
R. fija
GD
–
–
–
–
–
–
–
–
–
2001 -
R. Var.
2000 -
R. fija
GC
1999 -
R. Var.
1998 -
R. fija
GB
1997 -
R. Var.
1996 -
R. fija
GA
1995 -
R. Var.
1994 -
1993 -
R. fija
LAC
–
–
0–
1992 -
25 –
R. Var.
1998-2004
Fuente: Banco Mundial, 2006.
Por lo general los mercados bursátiles que logran captar la atención de los inversionistas internacionales son los de las economías de mayor tamaño en la
región, los cuales a su vez presentan cierta importancia en su actividad y desempeño. Sin embargo, a partir de finales del siglo pasado, las economías más
pequeñas han logrado captar alrededor de un 20% de estos flujos.
La inversión en portafolio se concreta tanto en instrumento de renta fija como
aquellos de renta variable; aunque con una marcada preferencia hacia los
menos riesgosos (renta fija) tras las crisis financieras de finales de siglo en
las economía emergentes, las cuales generaron importantes cambios en las
expectativas de los inversionistas y su evaluación de riesgo.
En lo referente al mercado bursátil, se observa un número creciente de empresas nacionales regionales listadas en sus respectivas bolsas hasta finales
de los noventa, período a partir del cual se revierte la tendencia.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
139
Gráfico 8
Empresas nacionales listadas en bolsa 1990-2004
2.500 –
2.000 –
1.500 –
1.000 –
500 –
–
1990 –
1991 –
1992 –
1993 –
1994 –
1995 –
1996 –
1997 –
1998 –
1999 –
2000 –
2001 –
2002 –
2003 –
2004 –
0–
LAC: Latinoamérica y el Caribe.
Fuente: Banco Mundial, 2006.
Por otro lado, cuando se revisa la proporción de empresas extranjeras listadas en
las bolsas latinoamericanas, se observa un virtual aislamiento de la región en este
sentido, más aún, las empresas de la región no cotizan sino en sus países de origen, observándose una mayor integración financiera con países de fuera de la
región.
En este ámbito el proceso por recorrer es aún largo, pero conveniente. El fortalecimiento de estos mercados y su integración podría ayudar a disminuir la dependencia regional del capital extranjero, además de disminuir los costos de la
inversión y evitar la fuga de capital. Particular impacto positivo han evidenciado
tener los fondos de pensiones, tanto en el desarrollo del mercado de valores
como en la disminución de la volatilidad de los flujos de capital.
Aún falta por avanzar en el desarrollo de un marco regulatorio homogéneo regional que permita ofrecer garantía de eficiencia, transparencia, flexibilidad y
esquemas de control de riesgo sistémico. Resulta conveniente el desarrollo de
la integración de estos mercados, el cual ha de tener presente el comportamiento
y avance de los mercados globales y su interconexión, pues particularmente en
esta área el término “mercado nacional” pierde significado y lo ubica en un hiperespacio que ha logrado trascender la capacidad física del ser humano y que
confecciona el mapa de la red de comunicaciones globales.
140
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Reflexiones finales
Generales
a. Un análisis de costo-beneficio acerca de la decisión de integración monetaria
y financiera, aun cuando es relevante y adecuado para determinar el precio
que algunos países tendrán que pagar, es regularmente insuficiente.
b. Desde el punto de vista individual del país miembro, los beneficios asociados
al proceso de convergencia nominal e integración monetaria abarcan: la reducción de los costos transaccionales asociados a la eliminación del riesgo cambiario
nominal, el aumento de transparencia en la fijación de precios y otros. Por su
parte, el costo fundamental asociado al proceso de convergencia nominal e integración monetaria regional es la renuncia al uso del instrumento cambiario.
c. A nivel regional, los beneficios involucran, adicionalmente, un mayor nivel
de señoreaje y expansión financiera, y a consecuencia de la reducción de
los costos transaccionales, un efecto estimulador capaz de provocar mayores
avances en el propio proceso de integración en los sectores monetario, financiero, político e institucional, etc.
d. Las estrategias planteadas con el propósito de lidiar con choques asimétricos,
costosos tanto para la economía nacional como para la región, divergen notablemente entre sí. Mientras la ortodoxia propone una mayor flexibilización
del mercado laboral, el pensamiento heterodoxo, postkeynesiano, reclama
un mayor liderazgo del Estado en la promoción de políticas de ingresos nacionales (o income policy) que contengan la aceleración inflacionaria en el
corto plazo (Colander, 1979; Appelbaum, 1982).
Región latinoamericana
e. Se observa cada vez más una mayor integración financiera a nivel global. No
obstante, simultáneamente, se percibe una escasa vinculación regional
latinoamericana.
f. Se evidencia la necesidad de revisar esquemas de integración financiera que
permitan aminorar los efectos de movimientos abruptos de capital. En este
sentido, existen aún instituciones regionales en estado incipiente que pudieran
favorecer más aportando mecanismos adicionales de estabilización.
g. La integración conjuga aspectos económicos, políticos, militares, ambientales
y culturales con actores nacionales, internacionales, públicos, privados, gubernamentales y de la sociedad civil. En virtud de lo anterior es manifiesta la
necesidad de promover la participación de los distintos sectores nacionales.
h. Los acuerdos de integración no son fáciles: sus caminos son pedregosos y
sólo la claridad de las naciones y de los beneficios finales frente a costos de
corto plazo puede asegurar su concreción.
S. Levy Carciente, Á.G. García / La integración financiera latinoamericana a la luz…
141
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Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 143-164 • ISSN: 0005-4720
Redes neuronales artificiales y modelos
de series de tiempo: un estudio comparativo simple
de pronósticos para la inflación venezolana
Ferrer
Roberto E. Ferrer*
Resumen
En el pasado reciente, el uso de las Redes Neuronales Artificiales (RNA) se ha
puesto algo de moda en la literatura económica. En este artículo se prevé
realizar un estudio comparativo de los resultados de predicción provistos por
dos métodos: modelos de series de tiempo tradicionales (es decir, estimados
con técnicas de regresión no-lineales como mínimos cuadrados no-lineales) y
las RNA. Para ello, serán evaluados modelos univariantes utilizando la serie
temporal mensual de inflación en Venezuela en el período 1989-2005. Entre
las estadísticas utilizadas para evaluar el desempeño de las predicciones, consideraremos el Error Cuadrático Medio, la Desviación Absoluta Media y
el Estadístico U de Theil. Los resultados sugieren que para esta variable y en
el período de tiempo analizado (1989-2005), las RNA superan el poder predictivo de modelos ortodoxos. Creemos que existe el caso para seguir estudiando la aplicación de modelos de RNA a datos de la economía venezolana.
Palabras clave: Redes Neuronales Artificiales / Modelos de series de tiempo /
Inflación
Código JEL: E37
* Economista, Universidad del Zulia. Cursante de la maestría en Modelado y Simulación de
Sistemas de la Universidad de Los Andes. Correo electrónico: [email protected].
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
144
Abstract
In the recent past, the use of Artificial Neuronal Networks (ANN) has been in
fashion in economy literature. In this article it is planned to perform a comparative study of the forecast results provided by two methods: traditional time
series models (that is, estimated with nonlinear regression techniques such as
minimum nonlinear squares) and the ANN. That is why, univariant models
will be evaluated using the inflation monthly temporal series in Venezuela in
the 1989-2005 period. Among the statistics used for the evaluation of the
forecasts performance, we considered the Medium Quadratic Error, the Medium Absolute Deviation and Theil’s U Statistic. The results suggest that for
this variable and during the time period analyzed (1989-2005), the ANN’s
exceed the forecast power of orthodox models. We believe the case exists to
keep studying the application of ANN models to Venezuela’s economy data.
Keywords: Artificial Neuronal Networks / Time series models / Inflation
JEL Code: E37
Resumo
No passado recente, o uso das Redes Neuronais Artificiais (RNA) tem se tornado uma moda na literatura econômica. Neste artículo prevê-se realizar um
estudo comparativo dos resultados de predição por dois métodos: modelos
de séries de tempo tradicionais (isto é, estimados com técnicas de regressão
não-lineais como mínimos quadrados não-lineais) e as RNA. Para isto, serão
avaliados modelos univariantes utilizando a série temporal mensal de inflação
na Venezuela no período 1989-2005. Entre as estatísticas utilizadas para avaliar
o desempenho das predições, consideraremos o Erro Quadrático Médio, o
Desvio Absoluto Médio e o Estatístico U de Theil. Os resultados sugerem que
para esta variável e no período de tempo analisado (1989-2005), as RNA superam o poder preditivo de modelos ortodoxos. Achamos que existe o caso
para seguir estudando a aplicação de modelos de RNA em dados da economia
venezuelana.
Palavras chave: Redes Neuronais Artificiais / Modelos de séries de tempo /
Inflação
Código JEL: E37
Résumé
Dans ces dernières années, l’usage du réseau neuronal artificiel (RNA) est devenu de plus en plus commun dans la littérature économique. Cet article présente une étude comparative des résultats de prédiction, fournis par l’ins­
trumentation de deux méthodes: l’analyse des séries chronologiques
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
145
traditionnelles –e.g. des données calculées selon les techniques de régression
non-linéaires comme des cadrats minimums non-linéaires– et les RNA. Pour
obtenir les résultats, des modèles des variables aléatoires discrètes seront
évalués en utilisant la série temporelle mensuelle de l’inflation au Venezuela,
dans la période 1989-2005. Parmi les statistiques utilisées pour évaluer le
développement des prédictions, nous prendrons en considération l’erreur
moyenne quadratique, la déviation absolue moyenne et l’estimateur mixte par
régression de Theil. Les résultats montrent que pour cette variable, dans la
période analysée (1989-2005), les RNA surpassent le pouvoir de prédiction
des modèles plus orthodoxes. Il est fort possible qu’il y ait encore des cas
pour continuer à étudier l’application des modèles de RNA sur les données
de l’économie vénézuélienne.
Mots clés: Réseau Neuronal Artificiel / Analyse des séries chronologiques /
Inflation
Code JEL: E37
Introducción
En el pasado reciente, el uso de las Redes Neuronales Artificiales (RNA) se ha
puesto algo de moda en la literatura económica. Consideradas como una gran
desilusión en relación a su utilidad en la época justo después de su introducción
por McCullogh y Pitts en 1943, los grandes avances tecnológicos hechos hasta
el momento, y el impulso computacional que ha implicado, las ha traído de
nuevo a la palestra general. Aún cuando originalmente fueran planteadas en el
contexto de un ejercicio lógico, las RNA se han ganado una reputación positiva
gracias a las innumerables aplicaciones en las que han sido capaces de entregar
resultados interesantes.
En el campo económico, se ha proclamado que las RNA tienen valor en al menos
dos grandes áreas (Herbrick et al. 1999). Primero, en la clasificación de agentes
económicos (i.e. clientes o compañías) y segundo, en la predicción de series de
tiempo. La última aplicación ha ganado una reputación controversial en el sector
financiero en cuanto al verdadero valor de las RNA para la predicción del comportamiento de variables de interés (i.e. precios de acciones y commodities). Su
aplicación en la predicción de variables macroeconómicas ha sido menos notable
pero rápidamente gana terreno. Tkacz y Hu (1999) por ejemplo, hacen predicciones del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y nombran algunos artículos en los cuales otras variables son tomadas en consideración.
146
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Dada la gran importancia que tiene la estimación del comportamiento de algunas
variables macroeconómicas para la formulación, implementación y seguimiento
de decisiones de política económica, bancos centrales y organizaciones relacionadas han dedicado vastos esfuerzos en el acometido. Una de estas variables
es la inflación o el cambio en el tiempo de un índice general de precios1. Para
el caso venezolano, y esta variable en particular, el Banco Central de Venezuela
(BCV) ha utilizado con regularidad modelos de series temporales y modelos
estructurales para llevar a cabo esta tarea (Guerra et al., 1997). En este artículo
se prevé realizar un estudio comparativo de los resultados de predicción provistos
por dos métodos: modelos de series de tiempo tradicionales (es decir, estimados
con técnicas de regresión no-lineales como mínimos cuadrados no-lineales) y
las RNA2. Para ello, serán evaluados modelos univariantes. La serie temporal
considerada en el ejercicio estará comprendida entre 1989 y el año 2005. Se utilizarán observaciones mensuales.
Entre las estadísticas utilizadas para evaluar el desempeño de las predicciones,
consideraremos el Error Cuadrático Medio, la Desviación Absoluta Media y el
Estadístico U de Theil. Éstas, por los momentos, parecen ser suficientes para
apreciar la superioridad de cualquiera de los dos métodos.
Redes Neuronales Artificiales (RNA)
Como su nombre lo sugiere, las RNA resultan de una simplificación y adaptación
de lo que hemos logrado abarcar en el conocimiento de redes neuronales biológicas. Antes de proseguir con las artificiales, queremos pasar a explicar brevemente cómo funciona una red biológica.
El cerebro es quizá el subsistema biológico más complejo y misterioso que hasta
los momentos hemos tenido la oportunidad de estudiar. La actividad que en él
se lleva a cabo viene dada fundamentalmente por la interacción de gran cantidad
(10 mil millones aproximadamente) de diminutas células llamadas neuronas.
Es esta interacción, la que en principio, permite que los animales (incluyendo
el ser humano) hagan todo lo que pueden hacer; desde captar imágenes y otras
sensaciones, hasta aprender. Exactamente cómo sucede todo esto, todavía no
está del todo claro, pero grandes avances en el área se anuncian continuamente
con el paso de los días. La siguiente figura muestra la anatomía general de una
neurona:
1
Existen muchos de ellos. Uno de los más ampliamente utilizados es el Índice de Precios
al Consumidor (IPC).
2
Los modelos con elementos estructurales involucran una gran cantidad de relaciones
que pueden inflar la especificación a cientos o hasta miles de ecuaciones que no tenemos
intención de estudiar.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
147
Figura 1
Anatomía de una neurona
Fuente: Enciclopedia Encarta.
Siendo la unidad computacional básica del sistema nervioso, las neuronas se
encargan de recibir entradas a través de las dendritas, desde otras células. Estas
entradas son de cierta manera acumuladas hasta llegar a un punto crítico, el
cual una vez alcanzado, genera una “chispa” o impulso que viaja a lo largo del
cuerpo y axón de la misma y es transmitida como salida, por medio de un
proceso denominado sinapsis. Estas cadenas de transmisión son distintas en
longitud, amplitud y recorrido, dependiendo de qué órgano o célula será últimamente afectado (músculo, glándula, otra neurona, etc.). Técnicamente, la
zona de salida de una neurona no tiene contacto físico con la zona de entrada
de la siguiente neurona, sino que los impulsos son químicamente “transportados”
por neurotransmisores. Por último, un punto importante al que hacer referencia
tiene que ver con el hecho de que la eficacia de las sinapsis puede variar en el
tiempo. Específicamente, la experiencia provee a la sinapsis de memoria y
aprendizaje, a través de lo que se conoce como potenciación de largo plazo.
La contraparte artificial de las redes neuronales biológicas puede especificarse
de distintas maneras. Los criterios anatómicos, por así llamarlos, podrían variar
desde redes muy simples de dos o tres neuronas distribuidas en dos capas,
hasta redes más complejas con múltiples capas y mayor número de neuronas
por capa. En la figura 2 se observa una neurona artificial sencilla:
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
148
Figura 2
Una neurona artificial sencilla
wi 1
S f
wi 2
wi 3
…
salida = f (wi1 entrada1 + wi1 entrada3+ wi3 entrada3 + … + wij entradaj
Fuente: http://www.willamette.edu/~gorr/classes/cs449/linear1.html.
Esta estructura es comúnmente conocida como unidad o nodo. Su tarea es
recibir entradas de alguna fuente externa y procesarla. El “procesamiento”
es algo que queda por definir. Cada entrada tiene un peso asociado (wij )
que puede ser modificado para simular el aprendizaje sináptico. La salida
de esta unidad es una función f (llamada función de activación) de la suma
ponderada de los valores de entrada, y a su vez, puede constituir la entrada
de otra unidad o nodo.
Por unión sistemática de estas estructuras básicas, se pueden armar redes
que son capaces de procesar información de distintos grados de complejidad.
Por ejemplo, la figura 3 muestra una sencilla red equivalente a un modelo
de regresión lineal con una variable explicativa y una constante.
Figura 3
RNA sencilla equivalente a modelo de regresión lineal simple
Unidad de salida
(unidad 2)
W20
Sesgo
(unidad 0)
W21
Unidad de entrada
(unidad 1)
Fuente: http://www.willamette.edu/~gorr/classes/cs449/linear1.html.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
149
La red fluye de abajo hacia arriba: la capa inferior formada por dos unidades
de entrada representan el término constante y la variable explicativa, y la
capa superior formada por una unidad, representa la variable explicada, con
una función de activación lineal. Es fácil notar que en este caso particular
se está utilizando una RNA para constituir un modelo lineal (i.e. modelo de
regresión lineal). Sin embargo, una de las grandes virtudes exclamadas por
aquellos que defienden y extienden el uso de las RNA, es su capacidad para
aproximar funciones no-lineales de abrumadora complejidad.
La figura 4 muestra una red un poco más amplia y cuya principal diferencia
con la anterior, es la existencia de una capa intermedia u oculta (aquellas
capas entre la inicial y la última, suele llamárseles capas ocultas), que contienen una unidad oculta con una función de activación no-lineal (i.e. tangente
hiperbólica).
Figura 4
RNA con una neurona oculta
Unidad de salida
(unidad 3)
W32
Unidad oculta
(unidad 2)
W30
W21
Sesgo
(unidad 0)
Unidad de entrada
(unidad 1)
Fuente: http://www.willamette.edu/~gorr/classes/cs449/linear1.html.
Si está pensando que para descifrar patrones en los datos, debe usted primero
aproximar una función a priori, está equivocado. Uno de los más extraordinarios resultados que ofrece la teoría de RNA, es que se puede, utilizando
un número suficiente de unidades ocultas con funciones de activación como
la tangente hiperbólica, aproximar razonablemente bien a cualquier función
lineal y no-lineal hasta una precisión deseada3 ; es lo que denominan la propiedad de la aproximación universal.
3
Hemos nombrado la tangente hiperbólica por poner sólo un ejemplo. En general, cualquier
función de base universal como la clase de las sigmoideas y las de base radial servirán.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
150
El “aprendizaje” es otro aspecto relevante atribuido a las RNA del que se oye
hablar con mucha frecuencia; se suele decir que las RNA son capaces de
aprender, pero, ¿qué significa esto realmente? En algunas técnicas de procesamiento de datos, las soluciones a los problemas planteados vienen dados
generalmente en forma de resultados analíticos4. Considérese por un momento
la solución por Mínimos Cuadrados Ordinarios que se ofrece para resolver
un ejercicio de regresión lineal simple:
^
1 =
b
2=
b
^
S X 2i S Yi - S xi S Xi Yi
n S X 2i - (Xi)2
S Xi yi
S X 2i - nX 2
(1)
(2)
b1 y b2 son los dos parámetros a estimar. Son pues las soluciones analíticas al problema disponibles a partir del método deductivo. Todo lo que debe hacerse es
sustituir los valores de X por los datos de entrada (variable explicativa) y los valores
de Y por los datos de salida (variable explicada)5, y se obtienen los valores necesarios para especificar la ecuación de regresión con la que se puede “predecir”.
Obtener esta clase de soluciones se hace mucho más dificultoso y en ocasiones
imposible, cuando los sistemas tratados son no-lineales y tienden a la complejidad. Las soluciones a estos últimos vienen no en formas analíticas, sino resueltos
mediante el uso de métodos numéricos. Siendo las RNA (en los casos más relevantes) una subclase de estos modelos no-lineales, los pesos wij (equivalentes a
los parámetros del modelo de regresión lineal) son estimados computacionalmente, en una búsqueda iterativa que pretende minimizar una función de error
o pérdida. Luego de una inicialización arbitraria de los pesos, en cada iteración
los wij son modificados buscando la minimización del error entre valores estimados y valores objetivos (i.e. datos reales). Este proceso de estimación-evaluación-rectificación de los pesos es a lo que se refiere cuando se habla de
aprendizaje. La RNA aprende a ajustarse iterativamente a los datos observados
hasta llegar a un nivel de error especificado.
De más está decir que existen múltiples algoritmos de optimización, además de
varias especificaciones de funciones de pérdidas, así como también distintas
configuraciones morfológicas de la red (se había hablado de distintos números
de unidades, capas y unidades por capa, pero además, existe la posibilidad de
manejar distintas opciones en relación a las direcciones en que fluye la información dentro de la red).
4
Esto de hecho se debe en buena parte a que son sistemas lineales.
5
yi son las desviaciones con respecto a los valores medios y n es el tamaño de la muestra.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
151
Dos problemas fundamentales: el sobreajuste y el mínimo local
Como se ha mencionada ya, las RNA son exaltadas por su capacidad de reconocer patrones complejos. Esta capacidad está enunciada implícitamente en la
propiedad de aproximación universal. Más allá de esto, nos interesa ver para
qué se está utilizando la RNA. Si resulta que sólo se requiere para ajustar una
determinada forma funcional a un conjunto de datos, con el mínimo error posible, el sobreajuste no sería un problema. En cambio, si queremos utilizar la
red para pronosticar valores de ese conjunto de datos (como es en muchos casos), entonces el sobreajuste es un problema fundamental. El sobreajuste no es
más que una especie de “abuso de poder” que ejerce la red sobre los datos utilizados para estimarse (o entrenarse, porque recordemos que en jerga de RNA,
ellas aprenden). Si bien es cierto que una red muy ajustada nos proporciona un
error dentro de muestra muy pequeño, aumentan considerablemente las probabilidades de malos pronósticos fuera de muestra. Una red sobreajustada habrá
capturado, no sólo el patrón general subyacente en la data (si existiera alguno),
sino también los movimientos aleatorios presentes en la misma, erosionando su
capacidad para hacer buenas predicciones con datos fuera del rango utilizado
para su estimación. La figura 5 muestra un caso:
Figura 5
Sobreajuste de una RNA
Fuente: http://www.willamette.edu/~gorr/classes/cs449/linear1.html.
La forma funcional dada por la red (línea continua) se ajusta casi con perfección a los datos utilizados en su estimación (círculos). Está claro que para
pronósticos, buscamos algo más parecido a la línea punteada; una forma
general que haga abstracción del patrón subyacente.
Una de las razones del sobreajuste podría ser la utilización de demasiadas
unidades ocultas dentro de la red. Aun cuando no hay reglas de oro para
determinar la constitución del número de capas y unidades de la red, hay
152
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
cierta heurística disponible a lo largo y ancho de la literatura6. Conjuntamente,
existen varios procedimientos que pretenden minimizar la posibilidad de un
sobreajuste. Hablaremos tan sólo de una, la parada temprana7.
La parada temprana consiste en utilizar, en lugar de una sola muestra para
la estimación de los pesos, dos. La primera es la que comúnmente llaman
el conjunto de entrenamiento y la segunda será el conjunto de validación.
Más que utilizar este segundo conjunto para estimar, nos proporcionará un
criterio para detener el algoritmo de optimización de la red. Una vez se ini­
cia el algoritmo, por cada iteración en la que se calculan pesos (utilizando
sólo el conjunto de entrenamiento), se hace un pronóstico fuera de muestra
utilizando los datos del conjunto de validación y se calcula el error en ese
conjunto. Tenemos entonces a disposición, dos errores de pronóstico: el del
conjunto de entrenamiento y el del conjunto de validación. Lo que suele
ocurrir es que inicialmente, la función de error arroja valores cada vez menores para ambos conjuntos (porque la red está aprendiendo), pero llega un
momento en que el error del conjunto de validación, en lugar de seguir disminuyendo, empieza a aumentar. Esto es señal de que la RNA se está especializando cada vez más en los datos del conjunto de entrenamiento y empieza
a generar errores mayores en sus pronósticos fuera de muestra. En el preciso
instante en que se minimiza el error del conjunto de validación, en ese momento debe detenerse el algoritmo de optimización. Este procedimiento nos
provee de pesos no especializados en el conjunto de entrenamiento, generalizables a otro conjunto de datos.
El segundo problema está relacionado con la convergencia a errores mínimos
locales8. La superficie de error, a diferencia de casos más sencillos (i.e. modelos
lineales), no tiene por qué ser bien comportada. Una vez el algoritmo ha llegado
a un mínimo, no se puede saber con certeza si se trata de uno local o global;
siempre quedará la duda de si el algoritmo ha podido encontrar un mínimo
aún más bajo (en cuyo caso convergió a un mínimo local). Para atacar este
problema lo que suele hacerse es correr la RNA utilizando distintos parámetros
de inicialización. Como se trata de un proceso iterativo, los caminos que se
transitan para llegar al mínimo son distintos y, en efecto, estaremos evaluando
el comportamiento de los errores. La práctica común, es por supuesto, quedarse
con aquellos parámetros iniciales que minimizan el error de la red.
6
Herbrich et al. (1999) exponen un método sistemático utilizado con tal fin. También
ofre­cen referencias a otros métodos utilizados.
7
Entre otros están, el decaimiento de pesos y el entrenamiento con ruido. Ver http://www.
willamette.edu/~gorr/classes/cs449/overfitting.html.
8
Convergencia es el término utilizado para indicar que se ha llegado a un mínimo. En
ese punto el algoritmo es detenido.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
153
Los modelos y otras tecnicidades
En esta sección pasamos a describir los modelos de series de tiempo que
queremos poner en competencia con las RNA, y así mismo, explicar con
más detalle el arreglo y configuración de las redes equivalentes utilizadas
para predecir la inflación en Venezuela.
Queremos también advertir al lector que no procuramos conseguir “el mejor”
modelo que pronostique la inflación en Venezuela, sino especificar modelos
que de acuerdo a criterios convencionales sean aceptables (significancia estadística del estadístico F, de los parámetros y de los coeficientes de correlación), plantear su equivalente en RNA y comparar sus resultados de predicción
utilizando algunas medidas estadísticas tradicionales.
Por simplicidad hemos decidido probar con una serie de modelos univariantes. La principal característica de estos modelos es que pretenden explicar
el comportamiento de una variable, basados en valores rezagados de esa
misma variable9. El orden es el término técnico utilizado para especificar
qué rezago(s) se utilizará(n) como elemento(s) explicativo(s). Siguiendo a
Nakamura (2005), presentamos todos los modelos desde orden 1 hasta orden
12. Es decir:
πte = β.πt - 1 + et
πte = β.πt - 2 + et
πte = β.πt - 3 + et
πt = β.πt - 12 + et
(3)
e
A este primer conjunto de modelos los llamaremos modelos tipo A. πte es la
inflación estimada para el período t, β es un parámetro a calcular por medio
del método de mínimos cuadrados y et es el término de error que recoge
influencias no explícitas en el modelo.
En la literatura de RNA es muy común encontrar referencias a términos bias
(sesgos, de aquí en adelante) en la estructura o arquitectura de las redes. Inclusive en su estimación, se tiene por regla práctica incluirlos. González (2000)
indica que los términos de sesgo incluidos en las RNA equivalen a los términos constantes utilizados en los modelos tradicionales. Considerando esto,
no parece un procedimiento justo comparar los modelos tipo A, con RNA
que contengan estos términos sesgos. Nabney10 ha recomendado normalizar
9
Ormerod (1998) en su apéndice I nos regala una explicación que podría convencer a
algunos de la utilidad de este tipo de modelos autorregresivos.
10
En correspondencia personal. Ian T. Nabney, disponible en http://www.ncrg.aston.
ac.uk/People/nabneyit/Welcome.html.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
154
(llevando a media cero con desviación estándar uno) los datos usados para estimar la red, dado que uno de los sesgos representa la media incondicional de
la data11. Eliminar el otro, restringiría las capacidades de modelado de la red.
La figura 6 muestra el modelo general de RNA a utilizar para hacer comparaciones con los modelos de series de tiempo. Se puede observar la arquitectura
de tres capas con sesgos y, adicionalmente, introducimos una conexión o
vínculo directo (línea punteada) entre la unidad de entrada y la unidad de
salida. Cuando la red presenta esta última característica, se le llama RNA Aumentada y puede interpretarse como una estructura que engloba un modelo
lineal junto con uno no-lineal (González, 2000). Nos hemos limitado a trabajar
con dos unidades ocultas en una sola capa12 y las funciones de activación
correspondientes son tangentes hiperbólicas (tangh). La función de activación
de la unidad de salida es una función lineal (i.e. combinación lineal) y por
su parte, las unidades de sesgo reciben como entradas vectores de 1´s. Las
aij´s, bi´s y cd, son los pesos o sinapsis a estimar. Esta RNA es de la clase de
“alimentación hacia adelante” (o feedforward, en inglés) porque la información
sólo fluye desde la capa de entrada hacia la capa de salida, y se encuentra
además, totalmente conectada (capa a capa).
Dadas estas características, podemos formular el modelo matemático que representa esta RNA:
pet = b0 + cdpt - k + b1 tanh(a01 + a11 pt - k ) + b2 tanh(a02 + a12 pt - k )
donde
tanh(x) =
(4)
(ex - e -x)
(ex + e -x)
11
Se trata de la unidad de sesgo que conecta con la unidad de salida. En la figura 6 se
aprecia claramente como Ss.
12
Tkacz y Hu (1999) hacen referencia a Kuan y White (1994) como proponentes de una
sola capa oculta para la mayoría de las aplicaciones económicas.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
155
Figura 6
Modelo general de RNA a utilizar
Soc
Ss
a01
a02
b0
O1
b1
a11
t-k
t e
b2
a12
cd
O2
Unidades de capa de entrada
Unidades de sesgo
Unidades de capa oculta
Unidades de capa de salida
Partiendo de este modelo general, construimos las comparaciones más adecuadas. En el siguiente cuadro se muestran los restantes tipos de modelos:
Cuadro 1
Modelos a comparar
A
Series de tiempo
Red
√
Constante o sesgo
Aumentada Datos normalizados
No
A´
√
Sí
No
Sí
A´´
√
Sí
Sí
Sí
B
√
Sí
B´
√
Sí
No
No
B´´
√
Sí
Sí
No
En resumidas cuentas hay seis tipos de modelos. Los modelos A y B son modelos
de series de tiempo que además de poseer el término autorregresivo, no incluyen
y sí incluyen, respectivamente, un término constante. Los modelos A´ y A´´ son
modelos de RNA; el primero es una red simple mientras que el segundo constituye una aumentada. Estos modelos (procurando hacer lo más justa posible la
“competencia”) serán estimados utilizando valores de entrada normalizados
tratando de compensar por la presencia de unidades de sesgo. Los modelos B´
y B´´ también son modelos de RNA, uno simple y otro aumentado, pero cuyos
valores de entrada no serán normalizados puesto que competirán con modelos
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
156
de series de tiempo que sí incluyen constantes. Competirán A con A´ y A´´; y
también, B con B´ y B´´.
Data y procedimientos de estimación
Las series de tiempo están conformadas por las variaciones porcentuales mensuales del índice de precios al consumidor del área metropolitana de Caracas,
como lo publica el Banco Central de Venezuela.
Siguiendo a Guerra et al. (1997) hemos utilizado series que comprenden desde
1989:07 hasta 2005:0813, distribuidas de la siguiente manera:
Muestra de Estimación o Entrenamiento - 1989:07 hasta 1997:09.
Muestra de Validación - 1997:10 hasta 2001:09.
Muestra de Prueba - 2001:10 hasta 2005:08.
La muestra de estimación es la utilizada para estimar los parámetros tanto de
los modelos de series de tiempo, como los de las RNA. La muestra de validación
sólo es “consultada” para determinar el criterio de parada; estaremos implementando la “parada temprana” evitando un eventual sobreajuste de las RNA. Es
importante aclarar de nuevo que, la muestra de validación no está al alcance
del algoritmo de optimización que modifica los pesos de las redes. Las RNA
sólo utilizan para este fin, la muestra de estimación; la de validación nos permite
hacer un estimado del momento en que la red empieza a sobreajustarse para
detener el algoritmo de optimización. Por último, la muestra de prueba es utilizada para evaluar la utilidad de los modelos estimados para predecir fuera de
muestra14.
En relación al problema del mínimo local de las RNA, estaremos implementando
el uso de 250 conjuntos de parámetros iniciales para estimar cada red15.
El algoritmo de resolución de las RNA utiliza el método de optimización Scaled
Conjugate Gradient (SCG) y la función de error corresponde al error absoluto
medio. “Propagación hacia atrás” (o backpropagation, en inglés) es el algoritmo
iterativo usado por las RNA para estimar los pesos.
13
Generalmente se estudian períodos que por uno u otro juicio, se creen razonablemente
“estables”. Ambientes exageradamente variables son un agravante en el tema de la predicción.
En la literatura económica venezolana no es raro encontrar que se dividen los períodos en
antes y después de 1989, año en el que se implementó un Programa de Ajuste Macroeconómico que modificó la estructura económica del país.
14
Fuera de muestra porque se realizan predicciones para períodos de tiempo cuyos datos
no fueron utilizados para estimar los parámetros.
15
Esto se logra entregando al generador de números aleatorios igual número de semillas.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
157
Cumpliendo con la metodología tradicional de análisis de series de tiempo, se
ha verificado el orden de integración de la muestra de estimación, resultando
estacionaria de orden cero16.
Como se mencionó con anterioridad estaremos considerando modelos autorregresivos hasta el orden 12, con y sin constante (para los de series de tiempo).
Por cada clase entonces (A´s y B´s), obtenemos resultados para 12 ecuaciones.
En total, conforman 72 modelos.
La clase de predicciones que se realizan con todos los modelos son estáticas
con horizontes de un mes17.
Resultados18
A continuación en los cuadros 2 y 3, se muestran medidas resúmenes de los desempeños de los pronósticos para la clase general de modelos A y B, en todos sus
órdenes19. Se han utilizado tres estadísticos de desempeño (medidas de error entre
pronósticos y valores reales) y se han calculado razones entre resultados del modelo
RNA y del modelo de serie de tiempo. La razón se interpreta como sigue: cuando
es menor que uno, el estadístico de desempeño favorece a la RNA; cuando es
mayor que uno, favorece al modelo de serie de tiempo; en caso de que fuese uno
(altamente improbable), se hablaría de un empate. Esto es así porque en el numerador de la razón tenemos siempre alguna medida de desempeño de la red y en
el denominador, la medida del modelo de serie de tiempo. Fíjese que se comparan
modelos A con A´ y también A con A´´. Análogo para los modelos clase B.
16
A un nivel de significancia de 2%. Prueba de raíz unitaria Dickey Fuller Aumentada.
17
Cuando el método es dinámico, el algoritmo utiliza el valor pronosticado en t para estimar t + 1, y utiliza el valor pronosticado en t + 1 para estimar t + 2, y así sucesivamente.
Cuando es estático, el algoritmo utiliza el valor real de t para estimar t + 1, y el valor real de
t + 1 (en lugar del pronosticado con anterioridad) para estimar t + 2... Por otra parte, la
elección de la modalidad estática se hace por razones de simplicidad. Obtener predicciones
dinámicas con RNA, requiere un esfuerzo adicional de programación computacional que no
se planteó emprender en un principio. Próximas entregas podrían considerar lo anterior.
18
Los modelos de series de tiempo han sido estimados con Eviews 4.0 y las RNA con Netlab
(este último disponible gratuitamente en http://www.ncrg.aston.ac.uk/netlab/down.php y
requiere Matlab). Los algoritmos de implementación de la parada temprana y múltiples valores de inicialización fueron facilitados generosamente por Steven González. Los estadísticos
de desempeño utilizados para evaluar los resultados pueden detallarse en el apéndice I; los
resultados numéricos completos se encuentran disponibles previa solicitud al autor. Todos
los resultados que no están presentes aquí podrán hacerse disponibles previa comunicación
con el autor.
19
Para los modelos de la clase B, sólo se muestran resultados hasta el orden 7. Los restantes no resultaron estadísticamente significativos al 90% de confianza.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
158
Estos primeros resultados indican que las predicciones fuera de muestra, realizadas por las RNA aventajan, en todos los casos, a las resultantes de los modelos
de series de tiempo.
Cuadro 2
Razones de los errores de modelos tipo A
AR1
AR2
AR3
AR4
AR5
AR6
AR7
AR8
AR9
AR10
AR11
AR12
RMSE*
0,81370
0,81144
0,80548
0,84085
0,87879
0,84258
0,82199
0,80491
0,81703
0,83042
0,84672
Razones de errores red / Serie de tiempo
Modelos A´/A
Modelos A´´/A
MAD**
Theil C.***
RMSE
MAD
0,84114
0,81370
0,81239
0,83797
0,81666
0,81144
0,81007
0,82225
0,80461
0,80548
0,80015
0,78609
0,86398
0,84085
0,82386
0,86484
0,88115
0,87879
0,89058
0,89089
0,81903
0,84258
0,81620
0,82210
0,84462
0,82199
0,86181
0,88116
0,81215
0,80491
0,78071
0,79199
0,82626
0,81703
0,77012
0,76124
0,90291
0,83042
0,82332
0,85405
0,80034
0,84672
0,96146
0,88035
Theil C.
0,81239
0,81007
0,80015
0,82386
0,89058
0,81620
0,86181
0,78071
0,77012
0,82332
0,96146
0,84470
0,83412
0,75487
0,78717
Modelos B´´/B
MAD
0,77112
0,69118
0,63417
0,57524
0,52176
0,47817
Theil C.
0,85046
0,80099
0,77921
0,73689
0,66783
0,63452
0,46820
0,60593
0,84470
0,78717
* RMSE: raíz del error cuadrático medio (Root mean squared error)
** MAD: desviación absoluta media (Mean absolute deviation)
*** Theil C.: estadístico U de Theil (Theil U statistic)
Cuadro 3
Razones de los errores de modelos tipo B
RMSE*
AR1
0,82844
AR2
0,76998
AR3
0,75184
AR4
0,72575
AR5
0,66682
AR6
0,62175
AR7
0,58825
Razones de errores red / Serie de tiempo
Modelos B´/B
MAD**
Theil C.***
RMSE
0,77510
0,82844
0,85046
0,66255
0,76998
0,80099
0,59812
0,75184
0,77921
0,57518
0,72575
0,73689
0,51430
0,66682
0,66783
0,46760
0,62175
0,63452
0,44382
0,58825 0,60593
* RMSE: raíz del error cuadrático medio (Root mean squared error)
** MAD: desviación absoluta media (Mean absolute deviation)
*** Theil C.: estadístico U de Theil (Theil U statistic)
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
159
Los cuadros 4 y 5 muestran los estadísticos de desempeño, propiamente dichos,
para ambas clases de modelos, en sus órdenes 1, 2 y 3. No hemos incluido el
resto de los órdenes por razones de espacio y porque, visto los resultados anteriores, podemos inferir que los no mostrados tendrán características cualitativas
similares a los aquí presentes. Las últimas dos columnas del margen derecho
contienen las diferencias en términos porcentuales de las estadísticas. Para modelos clase A, se aprecian disminuciones del error que van aproximadamente
desde el 15% hasta un 21%, dependiendo del estadístico y del orden. Los de
clase B presentan disminuciones del error entre un 15% y 40%, aproximadamente. Estas disminuciones, claro está, favorecen a las RNA.
Cuadro 4
Estadísticas de desempeño para algunos modelos clase A
Orden 1
A
A´
A´´
Dif. A, A´ (%) Dif. A, A´´ (%)
RMSE
0,01247
0,01015
0,01013
-0,18630
-0,18761
MAD
0,00895
0,00753
0,00750
-0,15886
-0,16203
Theil C.
0,09020
0,07339
0,07327
-0,18630
-0,18761
RMSE
0,01387
0,01125
0,01123
-0,18856
-0,18993
MAD
0,00961
0,00785
0,00790
-0,18334
-0,17775
Theil C.
0,10027
0,08136
0,08123
-0,18856
-0,18993
RMSE
0,01355
0,01091
0,01084
-0,19452
-0,19985
MAD
0,00985
0,00793
0,00775
-0,19539
-0,21391
Theil C.
0,09798
0,07892
0,07840
-0,19452
-0,19985
Orden 2
Orden 3
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
160
Cuadro 5
Estadísticas de desempeño para algunos modelos clase B
Orden 1
B
B´
B´´
Dif. B, B´ (%)
Dif. B, B´´ (%)
RMSE
0,01210789
0,01003062
0,0102973
-0,17156
-0,14954
MAD
0,00912089
0,00706963
0,0070333
-0,22490
-0,22888
Theil C.
0,08754545
0,07252584
0,07445409
-0,17156
-0,14954
-0,23002
-0,19901
Orden 2
RMSE
0,01382488
0,01064485
0,01107362
MAD
0,01125033
0,00745385
0,00777605
-0,33745
-0,30882
Theil C.
0,09996008
0,07696706
0,08006726
-0,23002
-0,19901
0,0140648
0,01057444
-0,24816
-0,22079
Orden 3
RMSE
0,01095939
MAD
0,01210303
0,00723911
0,00767535
-0,40188
-0,36583
Theil C.
0,1016948
0,07645795
0,07924132
-0,24816
-0,22079
Así mismo, para descartar que los errores de las RNA sean siempre inferiores
por mera casualidad, hemos aplicado la prueba no paramétrica de rangos con
signos de Wilcoxon (Wilcoxon Signed Rank Test) a los errores absolutos arrojados
por los pronósticos. De nuevo, nos conformamos con evaluar modelos de orden
1 hasta 3. Los resultados son los siguientes:
Cuadro 6
Valores p20 para prueba de Wilcoxon de dos colas
Modelos comparados
A´-A
A´´-A
B´-B
B´´-B
AR1
0,038
0,024
0,023
0,320
AR2
0,016
0,037
0,001
0,001
AR3
0,028
0,013
0,000
0,001
* La hipótesis nula establece que no hay diferencia entre los valores comparados.
20
El valor p es una medida de cuánta evidencia tenemos en contra de la hipótesis nula.
Entre más pequeño el valor p, más evidencia en contra. Se define también como una medida de qué tan probable es obtener un estadístico más extremo, asumiendo que la hipótesis
nula es verdadera. Como regla práctica, se tiene que cuando p < α (α siendo el nivel de
significancia o error tipo I: la probabilidad de rechazar la hipótesis nula siendo verdadera),
se rechaza la hipótesis nula y, por tanto, se acepta la alternativa.
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
161
En el cuadro 6 figuran los valores p que arrojan cada una de las comparaciones.
Sus niveles sugieren el rechazo de la hipótesis nula con un 95% de confianza,
con lo cual podemos afirmar que no existe evidencia para concluir que la diferencia entre los errores absolutos de los modelos sujetos a pruebas, no son estadísticamente significativos.
Por último, nos atrevimos a evaluar el tamaño de los errores medios de los distintos modelos, en relación a los valores reales de la inflación mensual. Ormerod
(1998) es crítico al afirmar que generalmente, los valores pronosticados para
variables macroeconómicas, implican errores que llegan a ser incluso tan grandes
como los valores que se intentan pronosticar. La descripción de esta característica
no agrega mucho más (al menos en términos del análisis comparativo entre
modelos) a lo que ya se ha mencionado, sino que busca agregar un poco de
aprobación subjetiva al ejercicio mismo de la predicción. El cuadro 7 especifica
el error absoluto promedio para cada modelo (de nuevo hasta el orden 3). Se
lee, por ejemplo, según el dato en la esquina superior izquierda, que el modelo
tipo A de orden 1, arrojó un error absoluto promedio por mes de 0,895% (recordemos que la inflación suele expresarse como porcentaje).
Cuadro 7
Promedios de los errores absolutos de los pronósticos (PEA)
PEA*
PEA
Orden 1
Orden 1
A
A´
A´´
B
B´
B´´
0,895%
0,753%
0,750%
0,912%
0,707%
0,703%
Orden 2
Orden 2
0,785%
0,745%
0,961%
0,790%
1,125%
Orden 3
Orden 3
0,793%
0,724%
0,985%
0,775% 1,210%
0,778%
0,768%
* Promedio de los errores absolutos de los pronósticos.
1,74%**
**Cambio promedio mensual real del IPC para el período pronosticado.
A continuación, en el cuadro 8, se resume la información del cuadro 7 recurriendo de nuevo a promedios.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
162
Cuadro 8
Promedios de los promedios de los errores absolutos de los pronósticos (PPEA)
PEA*
PPEA*
Modelos clase A Modelos clase B
RNA
ST
RNA
ST
0,77%
0,95%
0,74%
1,08%
* Promedio de los promedios de los errores absolutos de los pronósticos.
* Basado en modelos de orden 1, 2 y 3
1,74%**
**Cambio promedio mensual del IPC para el período pronosticado
Siendo el cambio promedio mensual del IPC (i.e. inflación) para el período
pronosticado de 1,74%, errores entre 0,74% y 0,77% en los modelos de redes
neuronales, no parecen ser terriblemente desalentadores. Se observa, como era
de esperar, errores mayores, entre 0,95% y 1,08%, para los modelos de series
de tiempo.
Conclusiones
En el presente trabajo se hizo un estudio comparativo entre pronósticos mensuales
para la variable inflación en Venezuela, utilizando modelos autorregresivos en
dos distintas modalidades: RNA y modelos de series de tiempo convencionales.
Los resultados sugieren que para esta variable y en el período de tiempo analizado (1989-2005), las RNA superan el poder predictivo de modelos ortodoxos.
Hemos comprobado además, mediante la prueba de Wilcoxon, la significación
estadística de esta diferencia. En promedio, las redes mejoran los pronósticos
de los modelos de series de tiempo en un intervalo de entre 15% y 40%, aproximadamente. Las mejoras podrían atribuirse principalmente a dos causas (que
quizá puedan fusionarse en una): i) la RNA es capaz de reconocer no linealidades que el modelo de serie de tiempo no reconoce. Este punto se hace especialmente relevante para el análisis de series de tiempo que presentan esta
característica, como suele atribuírsele a series temporales con cambios estructurales en economía; hemos sido blandos en este aspecto y trabajamos con una
serie de tiempo que si bien puede presentar cambios estructurales (especialmente
desde finales de los noventa hasta hoy día), seguramente ayuda a los modelos
lineales tradicionales. Y ii) el método iterativo de estimación de parámetros.
Es de vital importancia ser precavido con lo que pudiera inferirse de acá. No es
correcto extrapolar los resultados aquí obtenidos a otras variables e inclusive a
la misma inflación en un período distinto de tiempo. Lo que sí podemos afirmar
categóricamente, es que existe el caso para seguir estudiando la aplicación de
modelos de RNA a datos de la economía venezolana. En general, como indican
Roberto E. Ferrer / Redes neuronales artificiales y modelos de series de tiempo: un estudio comparativo…
163
Tkazc y Hu (1999) en su breve revisión bibliográfica, los resultados de esta clase
de estudios suelen ser mixtos.
Comparaciones entre modelos efectivamente utilizados por el Banco Central de
Venezuela y sus equivalentes en RNA, constituirían experimentos interesantes
que de momento no están a nuestro alcance21. Adicionalmente, el uso de algoritmos genéticos en conjunto con RNA, prometen ser de gran utilidad en la estructuración de la arquitectura de las RNA.
Anexo
Raíz del error cuadrático medio
RMSE =
Desviación absoluta media
MAD =
estadístico U de Theil
U=
√
S (Ft - At )2
n
S _ (Ft - At _
n
RMSE 2
(SA2t ) / n
Donde At , Ft , n: valor real, valor pronosticado y número de observaciones,
respectivamente.
Estos modelos no suelen salir a la luz pública y obtenerlos no es tarea fácil. Esta
afirmación presupone que las RNA no constituyen un área de trabajo fuerte dentro del
BCV. No existen documentos públicos que puedan sugerir lo contrario.
21
164
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
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Documentos
Documentos
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 167-169 • ISSN: 0005-4720
Introducción
Introducción
Los documentos reproducidos e incluidos en esta sección, tienen en común su
relación con la institución del Premio Nobel y ambos son evidencia y manifestación de la obra de economistas que dirigieron su conocimiento y talento al avance
del saber científico, en función del progreso y mejoramiento de la sociedad.
Muhammad Yunus al diseñar y ejecutar políticas de microcréditos para combatir
la pobreza y estimular la inventiva productiva; Kydland y Prescott mediante el
afinamiento del análisis dinámico, ponderando la variable tiempo en las políticas
macroeconómicas, para tratar de anular los efectos perversos acentuados en determinadas coyunturas de los procesos en una economía de corte capitalista.
El Premio Nobel de la Paz 2006 conferido a Muhammad Yunus y al Grameen
Bank, banco creado por él, le fue asignado “por sus esfuerzos para crear desarrollo económico y social desde abajo”, lo que le ha valido el cognomento de
“banquero de los pobres”. Muhammad Yunus nació en 1940 en Chittagong,
Bangladesh. Recibió el doctorado en Economía en la universidad estadounidense
de Vanderbilt. Tuvo una fugaz experiencia docente en Tennessee, volvió a
Bangladesh en 1971 y se incorporó al Departamento de Economía Rural de la
Universidad de Chittagong. En 1974 propuso una forma de organización social
para las aldeas rurales a las que llamó gran sarker (gobierno rural), que fue
adoptado oficialmente por el Gobierno de su país.
En 1976 fundó un “banco de pobres” con el nombre de Grameen Bank (banco
rural). Este banco ha beneficiado a millones de personas que son propietarias
ellas mismas del banco. En su gran mayoría son mujeres las responsables solidarias de la deuda y la práctica ha demostrado que consiguen reembolsar nueve
de cada diez préstamos otorgados. En principio, una mujer al conseguir rendimiento por su actividad exitosa, beneficia en primer lugar a sus propios hijos y
da origen a una actividad económica más estable y con mayor grado de acumulación. Sólo personas que carecen de propiedad territorial pueden acceder
a esos préstamos.
168
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Yunus se ha hecho famoso mundialmente por su invención del sistema de microcréditos, que con ayuda de sus estudiantes, amplió hasta constituir el banco rural.
Se estima que en los últimos veinte años el banco ha prestado más de dos mil
millones de euros a tres millones y medio de pobres. Tiene más de mil sucursales
por todo el mundo y está siendo imitado por más de siete mil organizaciones.
En 1996 la Unesco le concedió el premio Simón Bolívar a Muhammad Yunus,
quien afirma que “el crédito solidario concedido a quien nunca hubiera solicitado
un préstamo ha dado resultados sorprendentes y refleja el enorme potencial de
superación y de responsabilidad que tiene cada ser humano”. Estas iniciativas
y las derivadas de ella abren un camino de esperanza para vencer la pobreza
con la ayuda de los pobres, mediante su incorporación al trabajo productivo.
La pobreza es uno de los principales problemas que enfrenta actualmente la
humanidad y en el caso de Venezuela, es uno de los fenómenos que despierta
profunda preocupación en las esferas gubernamentales y en los sectores sensibles de la sociedad. Podemos mencionar entre los programas diseñados con el
propósito de aliviar el problema de la pobreza en el país, el Programa de Desarrollo de Comunidades Rurales Pobres (Prodecop), que resultó del convenio que
el Gobierno de Venezuela celebró con el Fondo Internacional de Desarrollo
Agrícola (FIDA) en 1998 y para el cual, se previó una duración de siete años.
Por ello, en noviembre de 2005 se hizo una evaluación de sus resultados con
la participación del Ministerio de Economía Popular (Minep), Ministerio de
Agricultura y Tierras (MAT), el Ministerio de Planificación y Desarrollo (MDP),
el Ministerio de Finanzas (MF) y los representantes del FIDA.
En el documento elaborado para recoger el resultado de esa reunión, se apunta
textualmente que “el Prodecod puede ser calificado sintéticamente (sic) como
un proyecto de ejecución satisfactoria [que] ha generado bases sólidas y sustentables para mantener y expandir una dinámica positiva de desarrollo rural, alta
participación comunitaria y consolidación y expansión de instituciones financieras locales. En este mismo documento se recomienda:
…estudiar la factibilidad de ejecutar una segunda fase de dicho proyecto. El
proyecto persigue no sólo el alivio de la pobreza, sino la ruptura del ciclo de la
pobreza, dando instrumentos a los campesinos pobres que permitan incrementar
y hacer más eficiente su participación en programas locales de desarrollo, así
como también capacitarlos para organizar y administrar sus propias instituciones
rurales tanto de ahorro y crédito como de apoyo a la producción local.
El segundo documento incluido en esta sección, es una información avanzada
por el departamento correspondiente de la Real Academia de Ciencias de Suecia,
en el cual se hace un análisis bastante exhaustivo de la obra económica de Kydland
y Prescott que sirvió para concederles el Premio Nobel. Señala el documento
Introducción
169
que los aportes hechos por estos autores inciden de manera fundamental en
dos áreas estrechamente relacionadas con las investigaciones en macroeconomía.
La primera, referida al diseño de políticas macroeconómicas, descubriendo en
este campo imperfecciones inherentes a la capacidad de los gobiernos para poner
en práctica políticas económicas deseables.
La segunda área en la cual hicieron aportes, de acuerdo a lo firmado por los autores de este documento, es la relativa a las fluctuaciones de los ciclos económicos,
en materia en la cual demostraron de qué manera las variaciones de desarrollo
tecnológico pueden conducir a fluctuaciones en el corto plazo, considerando que
la principal fuente de crecimiento económico a largo plazo son las innovaciones.
Con estos aportes, ofrecieron un nuevo paradigma operativo para el análisis
macroeconómico, fundamentado en elementos de carácter macroeconómico.
En opinión del Departamento de Información, Finn Kydland y Prescott transformaron los supuestos y los contenidos de la investigación académica sobre
ciclos económicos e influyeron en formulaciones subsiguientes que mejoraron
la capacidad del modelo original. Los modelos elaborados posteriormente han
adoptado cada vez más la metodología usada por los autores que nos ocupan,
incorporando fundamentos macroeconómicos en forma de una conducta racional
de ahorros y oferta de trabajo combinada con expectativas racionales. Son modelos que han utilizado organizaciones diseñadoras de políticas, económicas y
bancos centrales.
Kydland nació en 1943 en Noruega, se ha interesado principalmente en los
asuntos de política económica, fiscal y monetaria, economía del trabajo y ciclos
económicos. Sus principales contribuciones teóricas se enmarcan en la corriente
“Nueva Macroeconomía Clásica”, abandonando las propuestas y conceptos key­
nesianos y es partidario de mantener las recomendaciones de política económica
mediante reglas fijas, rechazando la aplicación de políticas discrecionales.
Prescott nació en Estados Unidos de Norteamérica en 1940. Se graduó en Matemáticas en 1962, obteniendo posteriormente, en 1963, una maestría en Investigaciones de Operaciones y se doctoró en Economía en 1967. Trabaja en el
Departamento de Investigación del Federal Reserve Bank of Minneapolis y en
el Departamento de Economía de la W.P. School of Business en Arizona State
University, ha sido también profesor de Economía en la Universidad de Chicago
y de Minnesota.
Sus principales contribuciones teóricas son las mismas de Kydland y por ello
han compartido el Premio Nobel 2004.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 171-180 • ISSN: 0005-4720
Discurso durante la entrega del Premio Nobel
Yunus
Muhammad Yunus
Premio Nobel de la Paz, 2006
Oslo, 10 de diciembre, 2006
La pobreza es una amenaza para la paz
Damas y caballeros:
Al darnos este premio, el Comité Noruego del Nobel apoya la percepción de
que la paz está unida a la pobreza de un modo inextricable. La pobreza es una
amenaza para la paz.
La distribución del ingreso mundial muestra una reveladora historia. El 94% del
ingreso mundial va al 40% de la población mientras que el 60% de la población
vive solamente del 6% del ingreso mundial. La mitad de la población del mundo
vive de 2 dólares diarios. Más de mil millones de personas viven de menos de
1 dólar al día. Esta no es una fórmula para la paz.
El nuevo milenio comenzó con un gran sueño global. Los líderes mundiales se
reunieron en las Naciones Unidas en el año 2000 y adoptaron, entre otras, la
meta histórica de reducir la pobreza a la mitad para el año 2015. Nunca antes
en la historia de la humanidad había el mundo entero, y a una sola voz, adoptado meta tan ambiciosa donde se especificara tiempo y cantidad. Pero luego
llegó el 11 de septiembre y la guerra de Irak, y repentinamente el mundo se
desvió del objetivo de lograr este sueño ya que cambió la atención de los líderes
de la lucha contra la pobreza hacia la lucha contra el terrorismo. Hasta ahora
se han gastado solamente en los Estados Unidos más de 530 mil millones de
dólares en la guerra de Irak.
Yo creo que no se le puede ganar al terrorismo mediante acciones militares. El
terrorismo debe ser condenado con el lenguaje más fuerte. Debemos mantenernos firmes en su contra y buscar los medios para acabarlo. Debemos concentrarnos en las causas que lo originan y terminar con él para siempre. Creo
172
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
que invertir recursos en mejorar la vida de las personas pobres es una mejor
estrategia que gastar en armas.
La pobreza es la negación de todos los derechos humanos
La paz debe ser entendida de una manera humana: una manera social, política
y económica amplia. La paz está amenazada por un orden económico, social y
político injusto, ausencia de democracia, degradación ambiental y la ausencia
de derechos humanos.
La pobreza es la ausencia de todos los derechos humanos. Las frustraciones,
hostilidades y rabias generadas por una gran miseria no pueden sostener la paz
en ninguna sociedad. Para construir una paz estable debemos encontrar las
maneras de darles a las personas la oportunidad de tener vidas decentes.
Lo primordial en nuestro trabajo, y a lo que nos hemos dedicado los últimos 30
años, es crear oportunidades para la mayoría de las personas: los pobres.
Banco Grameen
Me sentí comprometido con la pobreza no como autoridad responsable de la
política económica ni como investigador. Me comprometí porque la pobreza
estaba a mi alrededor y no podía darle la espalda. En 1974 se me hacía muy difícil enseñar teorías elegantes de la economía en los salones de clase de la universidad que tenían como telón de fondo la hambruna en Bangladesh. De pronto
sentí lo vacío de esas teorías frente a una aplastante hambruna y pobreza. Quise
hacer algo inmediatamente para ayudar a las personas a mi alrededor, aunque
fuera solamente a un ser humano, para poder comenzar un nuevo día algo más
aliviado. Eso me llevó a enfrentarme cara a cara con el esfuerzo que hacían las
personas pobres por conseguir aunque fuera una pequeña cantidad de dinero
que justificara la lucha por ganarse la vida. Me impresioné al descubrir a una
mujer en el pueblo, que pidió prestado menos de 1 dólar a un prestamista y
tuvo que aceptar la condición de que él tendría los derechos exclusivos de
comprarle a ella todo lo que produjera al precio que él decidiera. Esto para mí
fue una manera de contratar mano de obra esclava. Decidí entonces hacer una
lista con las víctimas del “negocio” de préstamo de dinero en el pueblo más
cercano a nuestro campamento.
Cuando obtuve la lista, había cuarenta y dos nombres de víctimas que habían
pedido prestado un monto total de 27 dólares. Ofrecí entonces 27 dólares de
mi bolsillo para liberar a esas víctimas de las garras de esos prestamistas de dinero. La agitación que se creó entre esas personas por esa pequeña acción me
involucró aún más. Si yo pude hacer a tantas personas felices con una cantidad
tan pequeña de dinero, ¿por qué no seguir haciéndolo?
Muhammad Yunus / Discurso durante la entrega del Premio Nobel
173
Eso es lo que he estado haciendo desde entonces. Lo primero que hice fue tratar
de persuadir al banco local en el campamento para que le prestara dinero a la
gente pobre. Pero eso no funcionó. El banco dijo que las personas pobres no
tenían capacidad crediticia. Después de que todos mis esfuerzos durante tantos
meses fallaron, ofrecí convertirme en el garante para los préstamos de los pobres.
Me quedé sorprendido por los resultados. Los pobres pagaban sus préstamos
siempre a tiempo. Pero seguí enfrentando dificultades al tratar de expandir el
programa a través de los bancos existentes. Entonces fue cuando decidí crear
un banco por separado para los pobres y en 1983 finalmente tuvo éxito. Lo llamé
el Banco Grameen o el Banco del Pueblo.
Hoy en día el Banco Grameen le otorga préstamos a cerca de 7 millones de
personas pobres, el 97% son mujeres, en 73.000 pueblos de Bangladesh. El
banco otorga préstamos sin garantías para la generación de ingresos, para viviendas, para estudiantes y para microempresas, todos dirigidos a las familias
pobres y ofrece un sinnúmero de ahorros atractivos, fondos de pensión y seguros
para sus miembros. Desde que se iniciaron los préstamos para viviendas en
1984, se han construido 640.000 casas. Los propietarios legales de esas casas
son las mismas mujeres. Nos enfocamos en las mujeres porque nos dimos cuenta
de que darles préstamo a ellas siempre brinda más beneficios a la familia.
De manera acumulativa el banco ha otorgado préstamos por un total aproximado
de 6 mil millones de dólares. La tasa de reposición es de 99%. El Banco Grameen
habitualmente tiene ganancias. Financieramente es confiable y no ha recibido
donaciones de dinero desde 1995. Los depósitos y los recursos propios del Banco
Grameen hoy en día ascienden a 143% de todos los préstamos pendientes. Según
una encuesta interna del Banco Grameen, el 58% de nuestros prestatarios ha
cruzado la línea de la pobreza.
El Banco Grameen nació como un proyecto ideado y desarrollado en casa y se
lleva a cabo con la ayuda de varios de mis estudiantes, todos muchachos y muchachas de la localidad. Después de todos estos años, tres de estos estudiantes
están todavía conmigo en el Banco Grameen trabajando como altos ejecutivos.
Hoy están aquí conmigo para recibir este honor que ustedes nos otorgan.
Esta idea que comenzó en Jobra, un pequeño poblado de Bangladesh, se ha
esparcido alrededor del mundo dando origen a varios programas tipo Grameen
en casi todos los países.
Segunda generación
Ya han pasado 30 años desde que comenzamos. Seguimos observando a los
hijos de nuestros prestatarios para ver cuál ha sido el impacto de nuestro trabajo
en sus vidas. Nuestras prestatarias siempre dieron prioridad a sus hijos. Una de
174
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
las 16 metas desarrolladas y seguidas por ellas fue la de enviar a sus hijos a la
escuela. El Banco Grameen las estimuló y antes de que transcurriera mucho
tiempo todos los niños estaban asistiendo al colegio. Muchos fueron los primeros
en sus clases. Nosotros quisimos premiarlos e introdujimos las becas para los
estudiantes más talentosos. El Banco Grameen hoy en día otorga 30.000 becas
cada año.
Muchos de esos niños continuaron con su educación superior y se convirtieron
en doctores, ingenieros, profesores y otras profesiones. Iniciamos los préstamos
estudiantiles para facilitarles a los estudiantes Grameen su educación superior.
Ahora muchos tienen doctorados. Hay 13.000 estudiantes que poseen préstamos
estudiantiles. Ahora más de 7.000 estudiantes se agregan a este número
anualmente.
Estamos creando una generación completamente nueva que estará equipada
para alejar a sus familias de la pobreza. Nosotros queremos hacer una ruptura
en la continuidad histórica de la pobreza.
En Bangladesh ya el 80% de las familias pobres ha obtenido microcréditos. Esperamos que para el año 2010 el 100% de las familias hayan podido tener acceso
a estos créditos.
Los indigentes pueden ser microempresarios
Hace tres años comenzamos un programa exclusivamente dirigido a los indigentes. Ninguna de las reglas del Banco Grameen se aplica para ellos. Los
préstamos no tienen intereses, pueden pagar cualquier monto cuando lo deseen.
Les dimos la idea de cargar pequeñas mercancías como refrigerios, juguetes o
artículos del hogar cuando fueran de casa en casa pidiendo limosna. La idea
funcionó. Hoy en día hay 85.000 indigentes en el programa. Cerca de 5.000 ya
han dejado de pedir limosna completamente. El préstamo típico para un indigente es de 12 dólares.
Nosotros estimulamos y apoyamos cualquier intervención posible para ayudar
a que los pobres salgan de la pobreza. Siempre amparamos los microcréditos
conjuntamente con cualquier otra intervención, argumentando que los microcréditos hacen que esas intervenciones funcionen mejor.
Tecnología de la información para el pobre
La Tecnología de la Información y la Comunicación (TIC) está cambiando el
mundo rápidamente al crear el mundo de las comunicaciones instantáneas sin
fronteras ni distancias. Cada vez se hace menos costosa y surgió la oportunidad
para que los pobres cambiaran sus vidas al poner esta tecnología a su alcance
y así cubrir sus necesidades.
Muhammad Yunus / Discurso durante la entrega del Premio Nobel
175
Como paso inicial para llevarles esa tecnología (TIC) creamos una compañía de
telefonía móvil llamada Grameen Phone. Otorgamos créditos del Banco Grameen
a las mujeres pobres para que compraran teléfonos móviles y vendieran los servicios de telefonía en los pueblos. Vimos la sinergia entre el microcrédito y la TIC.
El negocio de la telefonía fue un éxito y se convirtió en una empresa muy codiciada por los prestatarios del Grameen. Rápidamente las mujeres de la telefonía
aprendieron los trucos e innovaron en el negocio de los teléfonos, lo cual se
convirtió en la manera más rápida para salir de la pobreza y ganar respeto social.
Hoy en día hay cerca de 300.000 mujeres de la telefonía que proporcionan los
servicios en todos los pueblos de Bangladesh. Grameen Phone tiene más de
10.000 suscriptores y es la empresa de telefonía móvil más grande del país. Aun
cuando el número de mujeres de la telefonía es sólo una pequeña fracción del
total de suscriptores, éstas generan el 19% de los ingresos de la compañía. De
los nueve miembros que me acompañan en esta gran ceremonia, cuatro son
mujeres de la telefonía.
Grameen Phone es una empresa conjunta propiedad de Telenor de Noruega y
Grameen Telecom de Bangladesh. Telenor posee el 62% de las acciones de la
compañía, mientras que Grameen Telecom posee el 38%. Nuestra meta era
convertir esta compañía en una empresa social que diera mayor titularidad a
las mujeres pobres del Banco Grameen. Estamos trabajando en pro de esa meta.
Algún día Grameen Phone se convertirá en otro ejemplo de una gran empresa
propiedad de los pobres.
Economía de libre mercado
El capitalismo se centra en el libre mercado. Se cree que mientras más libre es
el mercado mejores son los resultados del capitalismo al tratar de responder las
preguntas qué, cómo y para quién. También se afirma que la búsqueda individual de logros personales proporciona resultados colectivos óptimos.
Yo estoy a favor de fortalecer la libertad de mercado. Al mismo tiempo, no estoy
muy feliz con las restricciones conceptuales impuestas a los actores del mercado.
Esto, al suponer que los empresarios son seres humanos unidimensionales que
se dedican a una misión en sus vidas comerciales, origina la maximización de
las ganancias. Esta interpretación del capitalismo aísla a los empresarios de todas
las dimensiones políticas, emocionales, sociales, espirituales y ambientales de
sus vidas. Esto fue hecho quizás como una simplificación razonable pero pasó
por alto los elementos verdaderamente esenciales de la vida humana.
Los seres humanos son creaciones maravillosas personificadas con cualidades
y capacidades humanas sin límites. Nuestra estructura teórica debería permitirnos
el florecimiento o desarrollo de esas cualidades y no darlas por sentado.
176
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Muchos de los problemas del mundo existen debido a esta restricción en los
actores del libre mercado. El mundo no ha resuelto el problema de la erradicación de la pobreza que sufre la mitad de su población. Todavía la atención médica
está fuera del alcance de la mayoría de la población mundial. El país que tiene
el mercado más rico y más libre falla al tratar de proporcionarle asistencia médica
a un quinto de su población.
Quedamos tan impresionados con el éxito del libre mercado que nunca nos
atrevimos a expresar alguna duda sobre nuestras suposiciones básicas. Peor aún,
trabajamos fuertemente para transformarnos, lo más posible, en seres humanos
unidimensionales tal como lo conceptualiza la teoría, para permitir que el mecanismo de libre mercado funcione sin problemas.
Al definir “empresario” en un sentido más amplio, podemos cambiar radicalmente
el alcance del capitalismo y solucionar muchos de los problemas sociales y
económicos no resueltos dentro del efecto del libre mercado. Supongamos que
un empresario en lugar de tener una única fuente de motivación (tal como la
maximización de las ganancias), ahora tenga dos fuentes de motivación que son
mutuamente exclusivas pero igualmente apremiantes: 1) maximización de las
ganancias y 2) hacer el bien a las personas y al mundo.
Cada tipo de motivación conducirá a dos tipos distintos de empresa. Llamemos
a la primera empresa de maximización de ganancias y a la segunda empresa
social.
Una empresa social será un nuevo tipo de empresa que se inserta en el mercado
con el objetivo de marcar una diferencia en el mundo. Los inversionistas en la
empresa social pueden recuperar su inversión pero no obtendrán ningún dividendo de la compañía. Las ganancias serán reinvertidas en la compañía para
expandir su alcance y mejorar la calidad de sus productos y servicios. Una empresa social será una compañía sin pérdidas y sin dividendos.
Una vez que la empresa social sea reconocida legalmente, muchas de las compañías existentes tomarán la iniciativa de crear empresas sociales con sus actividades fundamentales. Los activistas del sector sin fines de lucro también la
verán como una opción muy atractiva. A diferencia del sector sin fines de lucro,
la cual necesita recaudar donaciones para mantener su actividad, una empresa
social será autosustentable y creará superávit para la expansión, ya que será una
empresa sin pérdidas. La empresa social entrará en un nuevo tipo de mercado
de capital propio para reunir fondos.
A los jóvenes alrededor del mundo, particularmente en los países ricos, les puede
parecer muy atractivo el concepto de empresa social, ya que les ofrecerá la
oportunidad de marcar la diferencia utilizando su talento creativo. Hoy en día
muchos jóvenes se sienten frustrados porque no encuentran ningún reto que
Muhammad Yunus / Discurso durante la entrega del Premio Nobel
177
valga la pena y les emocione dentro del mundo capitalista actual. El socialismo
les dio un sueño por el cual luchar. Los jóvenes sueñan con crear un mundo
perfecto de ellos.
Casi todos los problemas sociales y económicos del mundo serán tratados a
través de empresas sociales. El reto consiste en crear modelos empresariales innovadores y aplicarlos para producir resultados sociales deseados eficaces y
eficientes en función de los costos. Atención médica para los pobres, servicios
financieros para los pobres, tecnología de información para los pobres, educación y entrenamiento para los pobres, mercadeo para pobres, energía renovable,
todas estas son áreas interesantes para empresas sociales.
La empresa social es importante porque atiende asuntos vitales del ser humano.
Además, puede cambiar la vida del 60% de la población mundial (la más necesitada) y ayudarla a salir de la pobreza.
Empresa social del Grameen
Incluso las compañías maximizadoras de ganancias pueden ser diseñadas como
empresas sociales al dar una total o mayor titularidad a los pobres. Esto constituye un segundo tipo de empresa social. El Banco Grameen entra dentro de
esta categoría de empresa social.
Los pobres podrían obtener las acciones de estas compañías como regalo por
parte de los donantes o podrían comprar las acciones con su propio dinero. En
nuestro caso, los prestatarios compran con su propio dinero las acciones del
Banco Grameen y éstas no pueden ser transferidas a los no prestatarios. Un
equipo de profesionales muy comprometidos conduce el día a día del banco.
Donantes bilaterales y multilaterales podrían crear fácilmente este tipo de empresa social. Cuando un donante da un préstamo o un subsidio para construir
un puente en un país también podría crear una “compañía de puentes” propiedad de los pobres locales. Se le podría otorgar la responsabilidad de conducir
esta empresa a una compañía administradora comprometida. La ganancia de la
compañía iría como dividendo para los pobres locales y para la construcción
de más puentes. Muchos proyectos de infraestructura como viabilidad, autopistas,
aeropuertos y puertos marítimos pudieran ser construidos de esta manera.
El Banco Grameen ha creado dos empresas sociales del primer tipo. Una, en sociedad con la empresa Danone, es una fábrica de yogurt destinada a proporcionar
alimentación a niños malnutridos. Ésta continuará expandiéndose hasta que todos
esos niños de Bangladesh sean favorecidos con este yogurt. La otra es una cadena
de hospitales para el cuidado de la visión. Cada hospital llevará a cabo 10.000
cirugías de catarata por año diferenciando los precios entre ricos y pobres.
178
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Mercado bursátil social
Para conectar a los inversionistas con las empresas sociales necesitamos crear
un mercado bursátil social en el cual sólo se negocien las acciones de las empresas sociales. Un inversionista acudiría a este mercado de valores con la clara
intención de encontrar una empresa social que tenga una misión de su agrado.
Quien quiera hacer dinero irá al mercado de valores existentes.
Para que un mercado de valores sociales funcione de manera apropiada, tenemos
que unificar la terminología, crear agencias de clasificación, definiciones, herramientas para medir el impacto, formatos de informe y nuevas publicaciones financieras como The Social Wall Street Journal. Las escuelas empresariales
ofrecerán cursos y títulos en empresas sociales para entrenar a gerentes jóvenes
en cómo gerenciar empresas sociales de la manera más eficiente y, sobre todo,
para inspirarlos a convertirse en empresarios de empresas sociales.
El papel de las empresas sociales en la globalización
Yo apoyo la globalización y creo que puede brindar más beneficios a los pobres
que cualquier otra alternativa. Pero debe ser el tipo correcto de globalización.
Para mí, la globalización es como una autopista de diez canales que está cruzando el mundo. Es una autopista libre para todos, los canales serán tomados
por los camiones gigantes de las economías fuertes. El carruaje de Bangladesh
será lanzado fuera de la autopista. Para poder tener una globalización ganarganar debemos tener reglas de tránsito, policías de tránsito y autoridades de
tránsito en esta autopista global. Las reglas de “el más fuerte toma todo” deben
ser reemplazadas por reglas que aseguren que los más pobres tienen un lugar
y un campo de acción en el que no serán empujados por el codo de los más
fuertes. La globalización no debe convertirse en imperialismo financiero.
Se pueden crear empresas sociales multinacionales poderosas para mantener el
beneficio de la globalización dentro de las personas y países pobres. Las empresas sociales les darán titularidad a los pobres o mantendrán las ganancias
dentro de los países pobres, ya que obtener dividendos no será su primer objetivo. La inversión extranjera directa por parte de empresas sociales extranjeras
sería una gran noticia para los países beneficiarios. Una de las áreas de mayor
interés para las empresas sociales será construir economías fuertes en los países
pobres al proteger sus intereses nacionales de las compañías saqueadoras.
Podemos crear lo que queremos
Nosotros obtenemos lo que queremos o lo que no rechazamos. Si aceptamos pasivamente que siempre estaremos rodeados de gente pobre y que la pobreza es
parte del destino humano, entonces ésta siempre existirá. Es por esto precisamente
Muhammad Yunus / Discurso durante la entrega del Premio Nobel
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que seguimos teniendo gente pobre alrededor de nosotros. Si creemos firmemente que la pobreza es inaceptable para nosotros y que no debería pertenecer
a una sociedad civilizada, habremos construido instituciones y políticas apropiadas para crear un mundo libre de pobreza.
Quisimos ir a la luna y fuimos. Nosotros logramos lo que queremos lograr. Si
no logramos algo es porque no estamos poniendo toda nuestra mente en alcanzarlo. Creamos lo que queremos.
Lo que queremos y como lo obtenemos depende de nuestros parámetros mentales. Es extremadamente difícil cambiar estos parámetros una vez que están
formados. Creamos el mundo de acuerdo a ellos. Necesitamos inventar maneras
de cambiar nuestra perspectiva continuamente y reconfigurar nuestros parámetros mentales rápidamente a medida que surgen nuevos conocimientos. Podemos
reconfigurar nuestro mundo si podemos reconfigurar nuestros parámetros
mentales.
La pobreza puede ser cosa del pasado
Yo pienso que podemos crear un mundo libre de pobreza porque la pobreza
no es creada por personas pobres. Ha sido creada y sostenida por el sistema
económico y social que nosotros mismos hemos diseñado, las instituciones y
los conceptos que conforman ese sistema y las políticas que nosotros
perseguimos.
La pobreza se crea porque construimos nuestro marco teórico sobre suposiciones
que subestiman la capacidad humana, diseñando conceptos que son muy limitados (tales como el de negocio, capacidad crediticia, empresario, empleo) o
desarrollando instituciones que quedan a medio hacer (tales como instituciones
financieras en las que el pobre es dejado por fuera). La pobreza es causada por
fallas a nivel conceptual y no por falta de capacidad de las personas.
Creo firmemente que podemos crear un mundo libre de pobreza si de manera
colectiva lo creemos. En un mundo libre de pobreza sólo veríamos la pobreza
en los museos de pobreza. Cuando los escolares visitaran los museos de pobre­
za, se horrorizarían al ver la miseria y los desprecios que algunos seres humanos
tuvieron que pasar. Culparían a sus ancestros por tolerar las condiciones inhumanas por las que tuvieron que pasar tantas personas por tanto tiempo.
Un ser humano nace en este mundo totalmente equipado no solamente para
cuidarse a sí mismo, sino también para contribuir a mejorar el bienestar del
mundo en general. Algunos tienen la oportunidad de explorar su potencial hasta
cierto punto, mientras que otros nunca tienen la oportunidad de destapar el
maravilloso regalo con el que nacieron. Mueren sin explorarse y el mundo se
priva de su creatividad y su contribución.
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Grameen me ha dado una firme fe en la creatividad de los seres humanos. Esto
me ha conducido a pensar que los seres humanos no nacen para sufrir la miseria
del hambre y la pobreza.
Para mí, los pobres son como unos árboles bonsái. Cuando uno planta la mejor
semilla del árbol más alto en un matero, uno obtiene una réplica del árbol más
alto, sólo que de algunos centímetros de alto. No hay nada malo con la semilla
que plantamos, sólo que el suelo base no es el adecuado. Las personas pobres
son personas bonsái. No hay nada malo en sus semillas. Simplemente, la sociedad nunca les dio una buena base para crecer. Lo que hace falta para sacar a
los pobres de la pobreza es que logremos crear un ambiente propicio para ellos.
Una vez que los pobres puedan liberar su energía y creatividad, la pobreza
desaparecerá rápidamente.
Juntemos nuestras manos para darle a cada ser humano la justa oportunidad de
liberar su energía y creatividad.
Damas y caballeros,
Permítanme concluir expresando mi más profunda gratitud al Comité Nobel
Noruego por reconocer que los pobres y especialmente las mujeres pobres, tienen tanto el potencial como el derecho a vivir una vida decente y que los microcréditos ayudan a liberar ese potencial.
Creo que este honor inspirará muchas iniciativas audaces alrededor del mundo
para hacer un descubrimiento histórico que elimine la pobreza mundial.
Muchas gracias por su amable atención.
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 181-221 • ISSN: 0005-4720
Contribución de Finn Kydland y Edward Prescott
a la macroeconomía dinámica: la consistencia
en el tiempo de la política económica y fuerzas
que impulsan los ciclos económicos
Real Academia
Real Academia de Ciencias de Suecia
Introducción
Finn Kydland y Edward Prescott recibieron el Premio 2004 del Banco de Suecia
en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel por sus aportes fundamentales a dos áreas estrechamente relacionadas en las investigaciones en Macroeconomía. La primera se refiere al diseño de políticas macroeconómicas.
Kydland y Prescott descubrieron imperfecciones inherentes (problemas de credibilidad) en la capacidad de los gobiernos para poner en práctica políticas
económicas deseables. La segunda área es la relativa a las fluctuaciones de los
ciclos económicos. Kydland y Prescott demostraron de qué manera las variaciones del desarrollo tecnológico, la principal fuente de crecimiento económico
a largo plazo, pueden conducir a fluctuaciones en el corto plazo. Con estos
descubrimientos, ofrecieron un nuevo paradigma operacional para el análisis
macroeconómico, fundamentado en la microeconomía. El trabajo de Kydland
y Prescott ha transformado la investigación académica en economía así como
la práctica del análisis macroeconómico y la formulación de políticas.
Antecedentes generales
A principios del período de la posguerra, en el análisis macroeconómico predominaban las opiniones planteadas por Keynes (1936). De acuerdo con estas
opiniones, las fluctuaciones en el corto plazo en la producción y el empleo son
resultado, ante todo, de variaciones en la demanda agregada, es decir, en la
disposición de los inversionistas para invertir y en la de los consumidores para
consumir. Es más, la política de estabilización macroeconómica puede, y debería,
controlar en forma sistemática la demanda agregada, para así evitar fluctuaciones
recurrentes en la producción. Estas ideas reflejaban en gran medida la experiencia
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derivada de la Gran Depresión, cuando una profunda y prolongada depresión
en la producción agregada, junto con una caída en el empleo y el aprovechamiento de capital, fueron observadas en todo el mundo occidental. El análisis
macroeconómico keynesiano interpretó estos fenómenos como incapacidades
del sistema de mercado para coordinar la oferta y la demanda, lo que significó
un motivo evidente para la intervención gubernamental.
Hasta mediados de los años setenta, el paradigma keynesiano predominante
pareció explicar en forma bastante exitosa las fluctuaciones macroeconómicas.
Sin embargo, los acontecimientos del mundo real que tuvieron lugar a finales
de la misma década revelaron graves deficiencias en el análisis anterior. No pudo
explicar el nuevo fenómeno de inflación y desempleo simultáneos. La llamada
estagflación pareció estar estrechamente relacionada con impactos en el lado
de la oferta de la economía: aumento de los precios del petróleo y desaceleración
mundial del crecimiento de la productividad. Estos impactos sobre la demanda
habían desempeñado un papel únicamente secundario en el marco keynesiano.
Además, la política macroeconómica convencional, basada en la teoría existente,
no pudo manejar los nuevos problemas. Al contrario, la política fiscal y monetaria aparentemente empeoró la situación en muchos países pues satisfizo las
expectativas del sector privado en cuanto a altos precios y aumentos de salarios,
lo que ocurrió pese al claro objetivo de gobiernos y bancos centrales de mantener la inflación baja y estable.
Los modelos keynesianos también fueron objeto de crítica por razones metodológicas. Los modelos empleados en el trabajo aplicado, desarrollados sobre amplias generalizaciones teóricas y empíricas (“formas reducidas”), resumieron las
relaciones que regían las principales variables macroeconómicas, tales como
producción, inflación, desempleo y consumo. La investigación realizada por
Robert Lucas a principios y mediados de los años setenta (Lucas, 1972, 1973,
1976) señaló las desventajas de este enfoque, en particular el hecho de que la
propia política económica probablemente influya sobre las relaciones entre variables macroeconómicas. En consecuencia, el análisis de políticas basado en
estas relaciones podría resultar erróneo. Lucas concluyó que los efectos de la
política macroeconómica no podían ser analizados debidamente sin fundamentos
microeconómicos explícitos. Únicamente desarrollando cuidadosamente un
modelo del comportamiento de cada uno de los agentes económicos, tales como
consumidores y empresas, sería posible llegar a conclusiones sólidas con respecto
a las respuestas del sector privado ante la política económica. Los componentes
de este tipo de análisis, por ejemplo, preferencias de los consumidores, tecnologías de las empresas y estructuras del mercado, tal vez sean sólidos ante los
cambios de la política económica.
En vista de que la crítica de Lucas alcanzó rápidamente amplia aceptación, se hizo
necesario el desarrollo de un marco macroeconómico operacional y alternativo.
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Sin embargo, ésta era una tarea de enormes proporciones. Un nuevo marco de
este tipo tenía que estar fundamentado sobre sólidas bases microeconómicas.
También tenía que otorgar un papel integral a la política económica y a las percepciones de los agentes económicos con respecto a cómo se determina la política. Las contribuciones de Kydland y Prescott, que fueron merecedoras del
premio, aparecieron en dos artículos conjuntos que representaron avances decisivos en este respecto.
Las contribuciones en pocas palabras
Rules Rather than Discretion: The Inconsistency of Optimal Plans, de 1977, analiza
la elección secuencial de políticas, tales como instrumentos de política monetaria
o tasas fiscales. La idea esencial es que muchas decisiones en cuanto a políticas
están sujetas a un problema fundamental de consistencia en el tiempo. Considérese un gobierno racional y progresista que selecciona un cronograma para
su política a fin de maximizar el bienestar de sus ciudadanos. Kydland y Prescott
demuestran que si en una fecha posterior se le presenta una oportunidad de
volver a optimizar y cambiar su plan, el Gobierno, en general, lo hará. Lo sorprendente de este resultado es que no está arraigado en objetivos encontrados
entre el Gobierno y sus ciudadanos ni es producto de la capacidad de aquellos
que formulan las políticas sin restricciones de reaccionar a impactos imprevistos.
Por el contrario, el resultado es simplemente una implicación lógica problemática
de la formulación racional y dinámica de políticas cuando las expectativas del
sector privado imponen restricciones a las decisiones en cuanto a políticas.
Un resultado significativo es que los gobiernos incapaces de establecer compromisos vinculantes con respecto a políticas futuras enfrentarán un problema de
credibilidad. Específicamente, la opinión pública se percatará de que las futuras
políticas gubernamentales no necesariamente coincidirán con la política anunciada, a menos que el plan ya contemple los incentivos para futuros cambios de
la política. En otras palabras, la formulación secuencial de políticas enfrenta una
restricción en cuanto a credibilidad. En lenguaje matemático, las decisiones óptimas con respecto a políticas no pueden ser analizadas exclusivamente por medio
de la teoría de control (es decir, la teoría de optimización dinámica). Más bien
deberían estudiarse como el resultado de un juego, en el que aquellos encargados
de formular las políticas ahora o en el futuro son modelados como actores bien
diferenciados. En este juego, cada uno de los jugadores tiene que anticipar la reacción de los futuros jugadores ante el juego actual: se requieren expectativas
racionales. Kydland y Prescott analizaron los juegos de políticas en general así
como los juegos específicos de la formulación de políticas fiscales y monetarias.
Demostraron que el resultado en un equilibrio de expectativas racionales, donde
el Gobierno no se puede comprometer con la política por anticipado (formulación
discrecional de políticas), conduce a un bienestar menor que el resultado de un
equilibrio donde el Gobierno sí se puede comprometer.
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El artículo de 1977 de Kydland y Prescott tuvo un impacto trascendental no sólo
sobre el análisis teórico de políticas, sino que ofreció una nueva perspectiva
sobre la experiencia real con respecto a políticas, por ejemplo, el problema de
la estagflación. El análisis demostró que una tasa de inflación constantemente
elevada tal vez no sea consecuencia de decisiones irracionales en cuanto a políticas; simplemente podría reflejar una incapacidad de quienes formulan las
políticas de comprometerse con la política monetaria. Esta visión trasladó el
foco del análisis político del estudio de decisiones de políticas individuales al
diseño de instituciones que mitigaran el problema de consistencia en el tiempo.
En realidad, las reformas de los bancos centrales emprendidas en muchos países
a partir de principios de la década de los noventa tienen sus raíces en la investigación iniciada por Kydland y Prescott. Podría decirse que estas reformas son
un factor importante subyacente al reciente período de inflación baja y estable.
Más ampliamente, la noción de que la inconsistencia en el tiempo es un problema general para la formulación de políticas económicas ha cambiado el punto
focal no sólo hacia la investigación normativa sobre el diseño óptimo de instituciones tales como bancos centrales, sino hacia la investigación positiva sobre
la interacción entre la toma de decisiones económicas y las instituciones políticas.
Ha inspirado un gran volumen de literatura interdisciplinaria en la intersección
entre la economía y las ciencias políticas.
En Time to Build and Aggregate Fluctuations, de 1982, se propuso una teoría de
las fluctuaciones de los ciclos económicos que se alejaba de la tradición keynesiana.
En este artículo, Kydland y Prescott integraron los análisis del crecimiento económico a largo plazo y las fluctuaciones macroeconómicas a corto plazo, man­­teniendo
que un determinante crucial de los niveles de vida a largo plazo, es decir, el
crecimiento tecnológico, podía también generar ciclos a corto plazo. Además, en
lugar de hacer énfasis en la incapacidad de los mercados para coordinar la oferta
y la demanda, el modelo de ciclo económico de Kydland y Prescott se basó en
mecanismos microeconómicos estándar, según los cuales los precios, salarios y
tasas de interés permiten a los mercados compensarse. Así pues, alegaron que
períodos de crecimiento de la producción temporalmente bajos no necesariamente
eran resultado de fallas del mercado, sino que simplemente podrían ser consecuencia de mejoras temporalmente lentas en las tecnologías de producción.
Kydland y Prescott demostraron que muchos rasgos cualitativos de los ciclos
económicos reales, tales como los comovimientos de las variables macroeconómicas centrales y sus variabilidades relativas, pueden ser generados por un
modelo basado en impactos de la oferta (tecnología). Usando fluctuaciones del
crecimiento tecnológico de la misma magnitud de las medidas a partir de los
datos, Kydland y Prescott también demostraron que su modelo sencillo podía
generar ciclos significativos desde el punto de vista cuantitativo. Así pareció que
los impactos de la tecnología deberían tomarse en serio como una causa de los
ciclos económicos.
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Desde el punto de vista de la metodología, el artículo de Kydland y Prescott
respondió al llamado de Lucas hacia una alternativa al paradigma keynesiano.
Fue el primer estudio en caracterizar el equilibrio general de un modelo macroeconómico estocástico y cabalmente dinámico, fundamentado en bases microeconómicas. Para esto fue necesario resolver una serie de problemas
interrelacionados de optimización dinámica, en los que los consumidores y las
empresas toman decisiones basadas en el camino actual y esperado en el futuro
de las variables de políticas y precios, y en los que las secuencias de precios en
equilibrio son tales que las decisiones del sector privado son congruentes con
la compensación de los mercados en todos los puntos en el tiempo y todos los
estados del mundo. Kydland y Prescott demostraron que este novedoso análisis
podía ser llevado a la práctica por medio del uso extenso de métodos numéricos.
Su enfoque empírico se basó en la simulación por modelos, fundamentada en
la llamada “calibración” y en la comparación de datos sintéticos tomados de simulaciones con datos reales. Esta calibración se puede considerar una forma
simple de cálculo, en la que a los parámetros del modelo se asignan valores tales
de modo que los rasgos macroeconómicos de largo alcance del modelo coincidan
con los de los datos y, de esta manera, la conducta de cada uno de los agentes
del modelo sea coherente con los estudios microeconómicos empíricos.
El trabajo de Kydland y Prescott sobre ciclos económicos dio lugar a un extenso
programa de investigación. Sucesivamente, modelos dinámicos más sofisticados
de ciclos económicos han sido formulados, resueltos numéricamente y comparados con datos empleando métodos tanto de calibración como de estimación
econométrica. El énfasis de Kydland y Prescott sobre los impactos de la oferta
llevó a los investigadores a reconsiderar los orígenes de los ciclos económicos
y evaluar la importancia relativa de los diferentes impactos. Sus resultados fueron
establecidos para mercados que funcionan debidamente, mientras que investigaciones posteriores consideraron las diferentes imperfecciones de los mercados
y examinaron sus repercusiones. Como resultado de estos trabajos, los actuales
y más modernos modelos de ciclos económicos resaltan los impactos tanto de
la oferta como de la demanda. Estos modelos se fundamentan en bases microeconómicas explícitas en un grado mucho mayor que los primeros modelos
keynesianos. Por ejemplo, los llamados “modelos neokeynesianos”, que han
pasado a ser una herramienta estándar para el análisis de la política monetaria,
tienen un núcleo similar al modelo original de Kydland y Prescott, pero incorporan fricciones en forma de salarios y precios “poco elásticos”.
Los dos artículos de Kydland y Prescott tienen temas centrales comunes. Ambos
perciben la macroeconomía como un sistema dinámico, en el que los agentes,
tanto los privados como quienes formulan políticas, toman decisiones racionales,
progresivas e interrelacionadas. Los dos artículos describen acontecimientos de
la posguerra en la economía mundial, en cuanto al comportamiento del Gobierno
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o el sector privado, y ofrecen una nueva perspectiva sobre la buena política
macroeconómica, conduciendo a una reconsideración de las instituciones encargadas de la formulación de políticas y a un enfoque diferente de la política
de estabilización. Por separado, cada uno de los artículos generó un gran volumen de literatura independiente. A continuación, se describen los aportes con
mayor detalle.
Consistencia en el tiempo de la política económica
A finales de los sesenta y principios de los setenta, la investigación en el campo
de la macroeconomía prestó atención particular a las expectativas de los agentes
privados. Un primer paso consistió en enfatizar las expectativas como determinantes importantes de resultados económicos. Friedman (1968) y Phelps (1967,
1968) basaron sus teorías de la tasa natural de desempleo sobre la curva de
Phillips aumentada con expectativas, en donde la relación entre la inflación real
y el desempleo depende de la inflación esperada. Un segundo paso consistió
en estudiar con mayor profundidad la formación de las expectativas. Lucas (1972,
1973) basó su análisis en la hipótesis de las expectativas racionales, según la
cual, los agentes económicos realizan las mejores proyecciones posibles de los
futuros acontecimientos económicos tomando como base la información disponible, incluyendo conocimientos de cómo funciona la economía y dónde la
mejor proyección posible supone que actúan otros agentes de acuerdo con el
mismo principio, ahora y en el futuro.
El análisis que Kydland y Prescott hacen del diseño de las políticas económicas
agregó una nueva dimensión a la formación de expectativas. Su modelo convirtió
en endógeno el proceso de toma de decisiones del Gobierno, sobre la hipótesis
de que los gobiernos seleccionan políticas a fin de maximizar el bienestar de
sus ciudadanos. Kydland y Prescott siguieron a Lucas al suponer que las expectativas del sector privado sobre futuras políticas gubernamentales son racionales;
asimismo siguieron a Friedman y Phelps al suponer que esas expectativas son
importantes determinantes de los resultados económicos. Bajo estas hipótesis,
Kydland y Prescott demostraron, por medio de un argumento general así como
de ejemplos específicos, que la formulación de políticas gubernamentales está
sujeta a un problema de consistencia en el tiempo.
El artículo escrito en 1977 por Kydland y Prescott contenía varios aportes relacionados, tanto metodológicos como de fondo. En primer lugar, señalaron el
origen general del problema de consistencia en el tiempo: sin un mecanismo
de compromiso para políticas futuras, el Gobierno enfrenta una restricción adicional en la formulación de políticas, pues su política tiene que ser creíble. En
otras palabras, si las expectativas privadas sobre futuras elecciones de políticas
son racionales, cierto número de resultados económicos simplemente no se
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pueden obtener bajo una política discrecional. Segundo, derivaron los resultados
de las políticas que se obtendrían en este caso si tanto los agentes privados
como los encargados de formular las políticas actuaran en forma racional. Caracterizaron equilibrios consistentes en el tiempo sin compromiso y demostraron
que estos equilibrios implicaban un bienestar menor que los que cuentan con
el compromiso del Gobierno. En tercer lugar, alegaron que se podrían requerir
reglas más o menos inalterables para las políticas. Con esto se inició una discusión sobre el diseño de las instituciones, enfocada en crear mecanismos de
compromisos que aumentaran el número de resultados económicos factibles y
mejoraran el bienestar económico. En todas estas formas, el aporte de Kydland
y Prescott ha cambiado en esencia nuestra manera de pensar con respecto a la
política económica.
La idea general
El siguiente modelo abstracto y simple con dos períodos de tiempo, t - 1 y t, es
suficiente para describir el problema. En el período t - 1, un gobierno quiere
obtener el mejor resultado posible para los agentes en el período t. Los resultados
económicos en el período t dependen no sólo de la política emprendida en el
período t, sino también en las decisiones que el sector privado tome en el período t - 1 (determinar, por ejemplo, ahorros o salarios en el período t). Las decisiones del sector privado en el período t - 1 dependen de las expectativas
sobre la política del período t. Estas expectativas se forman de manera racional.
En el período t - 1, los agentes del sector privado entienden los determinantes
de la política gubernamental en el período t y basan sus proyecciones en este
conocimiento. No existe incertidumbre en el modelo, de modo que las expectativas racionales implican una previsión perfecta por parte de los agentes del
sector privado.
En el caso con compromiso, el gobierno selecciona su política para el período
t en el período t - 1, y no está en capacidad de cambiar esta política más adelante. Claramente, entonces, la opción óptima de la política del período t tiene
que considerar sus efectos sobre las decisiones del sector privado en el período
t - 1. Dado que la política en equilibrio del período t precisa las expectativas en
el período t - 1 con respecto a lo que será esta política, influye sobre las decisiones del sector privado, tomadas en el período t - 1, que afectan los resultados
económicos del período t.
En el caso más realista sin compromiso, es decir, con política discrecional, en
el período t - 1 el gobierno no puede tomar decisiones vinculantes con respecto
a las políticas en el período t, hasta que llegue dicho período. En este caso, en
contraste, la elección de la política en el período t no considerará cómo se toman
las decisiones del sector privado en el período t - 1, porque cuando se elige esta
política, las decisiones del sector privado en el período t - 1 ya han sido tomadas
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y no es posible seguir ejerciendo influencia sobre ellas. Esto, en general, conducirá a elecciones de políticas en el período t diferentes a las del caso con compromiso. En consecuencia, los resultados económicos conducirán a un menor
bienestar que bajo el caso con compromiso. Esto se deriva del hecho de que
con expectativas racionales, la política del período t está perfectamente anticipada, pero debido a la secuencia temporal de la toma de decisiones, no hay
forma de que el gobierno ejerza influencia sobre estas expectativas. Cuando está
decidiendo su política en el período t, el gobierno resuelve un problema de optimización que no considera todos los efectos de su elección de políticas.
Para entender cómo surge la inconsistencia en el tiempo en este ejemplo, supongamos que un gobierno que no pueda hacer compromisos en el período t - 1
anuncia su intención de adoptar la misma política del período t como la óptima
que habría (hipotéticamente) seleccionado en el caso con compromiso. Este
anuncio no sería creíble, porque cuando llegue el período t y el gobierno seleccione su política real, descubriría que es óptimo no cumplir su anuncio.
Métodos
Ya enfrentados al problema, el tema de la formulación de políticas gubernamentales no puede ser analizado como un problema de control óptimo, como
en la macroeconomía convencional. En un problema de control óptimo, el optimizador selecciona una secuencia de variables de control que maximiza una
función objetiva sujeta a restricciones. Pero en el planteamiento de Kydland y
Prescott, la dependencia del comportamiento privado de las expectativas privadas
(racionales) sobre las políticas hace que las restricciones sean endógenas. Estas
restricciones describen las relaciones entre la política actual y los resultados
económicos actuales que, a través de las expectativas del sector privado, están
bajo la influencia de futuras elecciones de políticas. Esto requiere el uso de
métodos de la teoría de juegos para poder determinar los resultados del equilibrio. Kydland y Prescott utilizaron diferentes conceptos de equilibrio en los
distintos modelos y ejemplos que aparecen en su trabajo. En uno, emplearon el
concepto de equilibrio propuesto por Nash (1950). Otro modelo se basó en la
racionalidad secuencial, cercana al equilibrio perfecto del subjuego de Selten
(1965), en el que las expectativas de todos los agentes, tanto privados como del
Gobierno, son congruentes con el futuro comportamiento del equilibrio, independientemente de las elecciones que se hagan hoy. En juegos con un horizonte
temporal finito, se puede encontrar una solución de este tipo por medio de inducción de secuencia inversa. Kydland y Prescott también estudiaron un ejemplo
de modelo con un horizonte temporal infinito que demostró cómo usar métodos
recursivos. Este tipo de métodos es particularmente útil para definir un tipo especial de equilibrio, el llamado equilibrio perfecto de Markov, en el que acciones
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actuales son funciones invariantes en el tiempo únicamente de variables relevantes para la compensación1.
Ejemplos y aplicaciones
Kydland y Prescott trabajaron informalmente con varios ejemplos de inconsistencia en el tiempo. Señalaron que la asistencia de los gobiernos en la protección
contra desastres naturales, tales como inundaciones y terremotos, tal vez no sea
óptima ex ante, mientras que sí es óptima ex post. Supóngase que existe la probabilidad de que un área inhabitada sea afectada por tormentas tropicales y que
este riesgo sea tan alto que no es socialmente deseable desde una perspectiva
ex ante que se asiente alguna población allí. La protección necesaria, que sólo
puede ser ofrecida por el gobierno, es demasiado costosa. La pregunta entonces
es qué acciones emprendería el gobierno si el área de hecho estuviera habitada:
ayudar a los habitantes en la construcción de mecanismos de protección para
limitar las pérdidas en caso de una tormenta o abstenerse. Cuando es socialmente
deseable ofrecer protección ex post, surge un problema de consistencia en el
tiempo. Si el gobierno se puede comprometer a no proporcionar esta asistencia
en caso de que el área esté habitada, los ciudadanos simplemente no se asentarán allí y se alcanzará el resultado socialmente deseable. Si por el contrario, el
gobierno no puede comprometerse, tendrá lugar el asentamiento, pues los ciudadanos sabrán entonces que recibirán asistencia y protección, y se obtiene un
resultado socialmente menos deseable.
Otro ejemplo se refiere a la protección de patentes para innovaciones tecnológicas. Supóngase que un gobierno se puede comprometer en cuanto al grado
hasta el cual protegerá las patentes en el futuro. Entonces podrá equilibrar de
manera óptima los efectos negativos del poder monopólico para los innovadores
que reciben las patentes, contra los beneficios de crear incentivos para la innovación con el fin de obtener poder monopólico ex post. Sin embargo, si el gobierno no puede comprometerse, no se tomarán en cuenta los incentivos
pertinentes para la innovación.
Además de un modelo general abstracto, el análisis formal de Kydland y Prescott
abordó dos casos: política fiscal y política de estabilización (inflación). En este
trabajo se abordará, en primer lugar, un problema de política fiscal, similar en
1
En un modelo estacionario con un horizonte temporal infinito, se encuentra un equilibrio
perfecto de Markov como un punto fijo en función del espacio: la estrategia (regla) del
equilibrio tiene que representar el comportamiento óptimo actual cuando las expectativas
del comportamiento futuro están dadas por la misma regla. Bajo un horizonte temporal
infinito, también son posibles otros tipos de equilibrios. Para una discusión más detallada,
consulte Maskin y Tirole (2001).
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espíritu al de Kydland y Prescott, pero simplificado para fines de exposición2.
Luego se tratará el ejemplo de política de estabilización de Kydland y Prescott.
Tributación óptima
Un gobierno grava impuestos sobre un gran número de consumidores idénticos
a fin de financiar un nivel determinado de gastos (per cápita), G. Este gobierno
tiene acceso a dos bases impositivas, renta de capital, K, y renta de trabajo, L,
y considera las distorsiones causadas por la tributación3. Cada una de las bases
impositivas (per cápita) en el período t depende en forma negativa de la tasa
impositiva que se aplique a ella: K(θt) y L(τt), donde θt y τt son las tasas impositivas sobre la renta de capital y trabajo, respectivamente, y ambas son funciones
decrecientes4. La restricción del presupuesto gubernamental se podría indicar
así como:
θt K (θt ) + τt L (τt) = G
(1)
Ahora supóngase que los agentes privados deciden sobre la oferta de capital en
el período t - 1, mientras que deciden sobre la oferta de trabajo en el período
t. Se consideran dos casos.
Supóngase en primer lugar que el gobierno ya puede fijar las tasas impositivas
θt y τt en el período t - 1, es decir, con pleno compromiso. El comportamiento
óptimo, siempre y cuando el gobierno desee maximizar la utilidad del equilibrio
representativa del consumidor, sigue el conocido principio de elasticidad de
Ramsey. En particular, las tasas impositivas óptimas se pueden resolver a partir
de la restricción del presupuesto gubernamental y la ecuación:
θt
τt
εK =
εL
1 - θt
1 - τt
(2)
donde εx es la elasticidad de x con respecto a su propio precio (neto de impuesto):
εx ≡ (dx / x) / (dpx / px). Intuitivamente, el gobierno desea igualar la distorsión
2
La presentación en este caso se relaciona con Fisher (1980) y está basada en Persson y
Tabellini (1990).
3
Para fines de simplicidad, fijamos en uno los precios tanto de capital como de servicios
de mano de obra.
4
Las hipótesis sobre K y L se pueden derivar de primeros principios: supóngase que la
función de utilidad del consumidor (casi lineal) es u(ct - 1) + ct + v (1 - lt ). Aquí, u y v son
funciones estrictamente crecientes y estrictamente cóncavas y 1 - lt se interpreta como tiempo libre, donde 1 es la dotación de tiempo total. Con las restricciones presupuestarias ct - 1
+ kt = yt - 1 y ct = (1 - θt) kt + (1 - τt ) lt + yt, donde yt - 1 e yt representan ingresos de otras
fuentes en los períodos t - 1 y t, respectivamente, la maximización de la utilidad produce
funciones de oferta laboral y capital estrictamente decrecientes, similares a las del texto.
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sobre la última unidad de ingresos recaudada a través de las dos bases impositivas, lo que implica que a la base impositiva menos elástica se asigna una tasa
impositiva mayor. Sin embargo, lo que resulta particularmente importante en este
caso es que la selección de θt y τt toma en cuenta cómo la oferta de capital, desde
el ahorro del consumidor en el período t - 1, depende de la elección de θt.
Así, la fórmula de Ramsey para las tasas impositivas representa la solución óptima para el problema de tributación ex ante.
Supóngase, al contrario, que el gobierno no puede comprometerse con θt y τt
por anticipado. Dado cierto volumen de ahorro del período t - 1, ¿cómo fijará
el gobierno las tasas impositivas en el período t cuando llegue dicho período?
El problema de la tributación se hace trivial y el principio de Ramsey para la
tributación se puede aplicar al problema de tributación ex post. Dado que la
oferta de capital es completamente inelástica en este punto (el capital está predeterminado), ¡toda la renta de capital debería ser gravada antes de usar los
impuestos laborales! Ex post, esto no crea distorsiones sobre la oferta de capital
y mitiga las distorsiones en la oferta de trabajo. Dado que la renta de capital
tiene una elasticidad diferente ex ante que ex post, la solución del compromiso
no es consistente en el tiempo. Si el gobierno tuviera una oportunidad de volver
a optimizar en el período t, cambiaría el plan óptimo ex ante. Así, existe un
problema de credibilidad: en el período t - 1, el gobierno no puede simplemente
anunciar las tasas impositivas que resuelven el problema bajo el compromiso y
esperar que el sector privado crea el anuncio.
¿Cuál es la solución consistente en el tiempo cuando tanto el gobierno como
los agentes privados son racionales? Aplicando el requerimiento de racionalidad
secuencial abordado en la sección “Las ideas generales”, no importa cuánto se
ahorre en el período t - 1, las decisiones del gobierno y del sector privado tienen
que ser óptimas en el período t. Supóngase que G es suficientemente grande,
es decir, que la tributación del trabajo siempre es necesaria para financiar el
gasto público. Así, la racionalidad en el período t determina que la tasa impositiva ex post sobre el capital es 100%. En consecuencia, todos los consumidores
seleccionan cero ahorros en el período t - 1: las expectativas racionales de la
elección de políticas gubernamentales en t les indican que se pierde cualquier
ahorro desde su perspectiva. Se infiere entonces que para cualquier volumen
de ahorros privados,
0 + τt L(τt) = G
(3)
que se puede utilizar para resolver la tasa impositiva al trabajo en el período t 5.
5
En general, (al menos) dos valores de τt resuelven la ecuación τt L(τt ) = G. Al optimizarse el gobierno, seleccionará el más bajo de éstos en la porción de pendiente ascendente de
la “curva de Laffer”.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
192
Obviamente, este resultado es peor que el que se obtiene en el caso del compromiso (dado que ambas tasas impositivas son más altas, la utilidad de los
consumidores debe ser menor).
Política de estabilización óptima
Considérese un ente encargado de la formulación de políticas monetarias que
enfrenta una disyuntiva (trade off ) entre inflación y desempleo. El comportamiento del sector privado está representado por una curva de Phillips con expectativas aumentadas. El desempleo en el período t está dado por:
ut = u* - a (pt - E (pt ))
(4)
donde u* es la tasa de equilibrio (natural) de desempleo, πt es la tasa de inflación
entre los períodos t - 1 y t, E(πt ) es la tasa de inflación esperada por el sector
privado para el período t - 1, y α es un parámetro exógeno positivo. Ésta es una
relación de forma reducida que podría ser motivada, por ejemplo, suponiendo
que i) la demanda de trabajo depende de manera negativa (y, por lo tanto, el
desempleo depende de modo positivo) del salario real en el período t, y ii) los
contratos de salarios nominales se fijan por anticipado, en el período t - 1, de
acuerdo con las expectativas de los precios del período t.
Así, una inflación más alta de lo esperado reduce el salario real, hace que aumente la demanda de trabajo y caiga el desempleo.
El objetivo de quienes formulan las políticas es maximizar la función:
S (ut , πt ),
(5)
donde S decrece débilmente y es cóncava en cada argumento y tiene un máximo
en el punto donde ut < u* y πt = 06. Las curvas de indiferencia que representan
valores iguales de S se muestran en la figura 1 (tomada de Kydland y Prescott,
1977). Posteriormente la literatura ha tendido a utilizar una forma cuadrática
particular para S:
S = - 1 (u - ku*) 2 - 1 g p 2
t
t
2
2
(6)
donde γ representa el peso que los encargados de formular las políticas asignan
a la inflación (en relación con el desempleo) y k < 1 representa cierta distorsión
que hace que el gobierno aspire a una tasa de desempleo inferior que la tasa
de equilibrio7.
6
La hipótesis de Kydland y Prescott de que una tasa de inflación cero es óptima no es
esencial para las conclusiones.
7
Esta formulación fue empleada por primera vez por Barro y Gordon (1983a).
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
193
Quienes elaboran las políticas pueden utilizar la política monetaria en el período
t para controlar πt. Sin incertidumbre, como se supone en este caso, las expectativas racionales por parte del sector privado implican E(π t) = πt. Por lo tanto, el
desempleo real siempre es igual al desempleo en equilibrio, es decir, ut = u*.
En caso de que en el período t - 1, los elaboradores de políticas puedan comprometerse con la tasa de inflación en el período t, la política óptima es obvia.
Dado que se debe mantener que ut = u*, los formuladores de las políticas seleccionarán πt = 0. El resultado óptimo ex ante (u*, 0) se ilustra en la figura 1 como
el punto O.
Sin embargo, el resultado del compromiso no es consistente en el tiempo. A
posteriori, cuando ya han sido formadas las expectativas (los salarios nominales
son predeterminados cuando el gobierno selecciona la inflación del período t),
el gobierno encuentra que es óptimo elegir una tasa de inflación mayor que 0
si está permitido cambiar su plan inflación cero. Una política inflacionaria reducirá el desempleo, lo que por hipótesis aumenta el bienestar8. Ex post, la política
óptima está dictada por la condición α . ∂S / ∂u = ∂S / ∂π: la tasa de inflación
se incrementa hasta el nivel al cual la ganancia marginal obtenida del menor
desempleo es igual al costo marginal de una mayor inflación. Este resultado,
caracterizado por un “sesgo inflacionario” se identifica con C en la figura 1.
Empleando la forma paramétrica del modelo, se demuestra con facilidad que la
inflación en equilibrio bajo la falta de compromiso está dada por9:
pt = -
a (1 - k) u*
g
(7)
8
La hipótesis clave requerida en este caso es que la ganancia de bienestar marginal que se
obtiene al reducir el desempleo por debajo de u* debería exceder la pérdida de bienestar
marginal que resulta de aumentar la inflación por encima de cero; para la forma funcional
indicada, el primer caso es estrictamente positivo y el último es cero (hasta el primer orden).
9
Esta expresión se deriva usando la condición de primer orden, cuando el Gobierno toma
E(πt ) como dado, es decir, γ πt = α(ut - ku*), se llega a la expresión en el texto.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
194
Figura 1
xt
C equilibrio constante
O equilibrio óptimo
ut - u*
Así, la inflación es mayor cuando la diferencia entre la meta de desempleo del
encargado de formular la política y la tasa de equilibrio es mayor (k menor o
u* mayor), el peso que asigna a la inflación es menor (γ menor) o la capacidad
de respuesta del desempleo a los salarios reales es mayor (α mayor). Los encargados de formular políticas que se preocupan mucho por el desempleo pero
poco por la inflación terminan con un menor desempleo, pero con una mayor
inflación que aquellos que tienen una fuerte preferencia por una baja inflación
con respecto a un bajo desempleo. Este impresionante resultado se debe, por
completo, a la falta de compromiso. Con compromiso, no existe la tentación ex
post a la inflación y las expectativas racionales determinan el mismo resultado
para cualquier parámetro de preferencia.
Investigaciones posteriores
El aporte de Kydland y Prescott ofreció una explicación político-económica con
respecto a por qué muchos países se encuentran en un proceso de autogeneración de inflación pese a reiteradas promesas de combatirla. En particular, Barro
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
195
y Gordon (1983a) expresaron y profundizaron esta opinión. Basándose en el
análisis de Kydland y Prescott, formularon una teoría positiva de política monetaria e inflación. De acuerdo con esta teoría, la inflación es mayor cuando el
desempleo en equilibrio es mayor en cuanto a la meta de desempleo que los
políticos tratan de alcanzar pero no pueden.
Barro y Gordon (1983a) también introdujeron los impactos de la oferta y la política de estabilización en el modelo y demostraron que estas extensiones no
alteraban las conclusiones básicas. En el modelo extendido, un compromiso
previo de ceñirse a una política determinada debería ser interpretado como un
compromiso con una norma que hace que la política responda en forma óptima
a futuros impactos macroeconómicos. Una regla (contingente) de este tipo conduce a mejores resultados macroeconómicos que una política discrecional:
produce menos inflación y la misma tasa promedio de desempleo durante el
ciclo, así como el mismo grado de estabilización macroeconómica.
Un punto que representó un reto tanto en la investigación como en la práctica
fue si era posible resolver el problema de la consistencia en el tiempo. Barro y
Gordon (1983b), Backus y Driffill (1985) y Tabellini (1985) ofrecieron una posibilidad. Estos autores tomaron prestadas nociones de la teoría de los juegos repetidos para demostrar que, bajo ciertas condiciones, también podían surgir
equilibrios con baja inflación bajo una formulación discrecional de políticas. De
acuerdo con esta teoría, cuando al formular una política monetaria se invierte
en una “buena reputación” por medio del combate contra la inflación, se ejerce
influencia sobre las expectativas del sector privado con respecto a futuras tasas
de inflación.
Kydland y Prescott también hicieron referencia al posible beneficio de las normas
legisladas que introducirían un desfase temporal entre las decisiones en cuanto
a políticas y su puesta en práctica (similar al desfase que suele aplicarse a las
reformas constitucionales). Una desventaja aparente de estas normas es que, en
la práctica, tendrían que ser muy sencillas, lo que dificultaría reaccionar a sucesos
macroeconómicos imprevistos que requerirían una respuesta política. Así, normas
no contingentes, sencillas, para la política monetaria, por ejemplo, las que prescriben una tasa de inflación fija o un tipo de cambio fijo, podrían ser menos
deseables que una política discrecional, pues las fluctuaciones de la producción
bajo la norma sencilla se tornarían demasiado grandes. Estos problemas impulsaron a otros investigadores a concentrarse en reformas institucionales que mejorarían el desempeño de la formulación discrecional de políticas.
En el contexto de la política monetaria, Rogoff (1985) demostró que sería posible
alcanzar un equilibrio adecuado entre credibilidad (de una política de baja inflación) y flexibilidad (estabilización) si se delega la política monetaria a un ban­co
central independiente. En particular, según el análisis de Rogoff, si un banco central
196
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
independiente es administrado por un agente “conservador”, es decir, un agente
que es más reacio a la inflación que los ciudadanos en general, se pueden alcanzar mejores resultados en cuanto a bienestar. En los términos del ejemplo
de política de estabilización anterior, se debería escoger un agente con un valor
de γ mayor que en la función de bienestar social de la sociedad para dirigir y
administrar en forma independiente el banco central. Este hallazgo ha sido empleado en el debate político práctico en muchos países para recomendar la independencia de los bancos centrales de la influencia directa del Gobierno. El
supuesto teórico de que debería ser posible reducir la inflación a través de una
reforma institucional de este tipo, sin ningún costo en cuanto a mayor desempleo
promedio a lo largo del ciclo económico, ha encontrado eco en la investigación
científica que examina los efectos de las instituciones de política monetaria en
los resultados macroeconómicos tanto a través de países como en el tiempo10.
Desde entonces, la idea de Rogoff ha sido desarrollada y refinada considerablemente, por ejemplo, en análisis de regímenes monetarios con metas de inflación
explícitas y contratos incentivos para bancos centrales (por ejemplo, Walsh, 1995
y Svensson, 1997). La literatura también ha considerado una serie de extensiones
del ambiente económico desde una curva de Phillips simple hasta modelos dinámicos de macroeconomía. Gran parte de la literatura reciente se ha concentrado en los problemas de consistencia en el tiempo, asociados con esfuerzos
para utilizar la política monetaria con el fin de estabilizar la inflación y el desempleo alrededor de sus valores deseados. Estos problemas también surgen
cuando la política monetaria no está caracterizada por un sesgo inflacionario
general. Algunos de estos modelos han analizado el potencial para contrarrestar
los aumentos temporales de la inflación con costos menores en términos de
pérdida de producción y empleo si las políticas futuras de baja inflación son
verosímiles (véase, por ejemplo, Clarida, Gali y Gertler, 1999, donde se presenta
un estudio de esta investigación). Muchas de estas aplicaciones están basadas
en los métodos de Kydland y Prescott para la caracterización de los equilibrios.
Otros aspectos de la designación de instituciones monetarias, tales como la
transparencia y la capacidad de rendición de cuentas de instituciones alternativas,
también han sido analizados desde la perspectiva de Kydland y Prescott.
Los problemas de la consistencia en el tiempo también han sido examinados en
otras áreas de la formulación de políticas públicas. Algunos de los primeros ejemplos relevantes en la literatura sobre política fiscal son el análisis de Fischer (1980)
de la tributación de capital y trabajo así como el de Lucas y Stokey (1983) de la
deuda gubernamental y la fecha oportuna para los impuestos. Investigaciones
empíricas y teóricas posteriores han estudiado de qué manera las normas de
10
Véase, por ejemplo, Grilli, Masciandro y Tabellini (1991), Cukierman (1992) y Alesina y
Summers (1993), quienes presentan análisis empíricos.
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
197
presupuestos equilibrados y otras restricciones sobre política fiscal influyen sobre
el gasto público, los déficit presupuestarios y el endeudamiento internacional.
En forma más general, se ha desarrollado una vibrante literatura en el área de
economía política, tomando nociones y métodos del trabajo de Kydland y Prescott. Este programa de investigación extiende el análisis de los problemas de
credibilidad a temas de incentivos políticos e instituciones políticas como determinantes centrales de los resultados de las políticas. Un significativo trabajo interdisciplinario ha incorporado ideas y herramientas de las ciencias políticas para
analizar conflictos de intereses entre electores y formuladores de políticas y entre
diferentes grupos de votantes o partidos políticos (todos los ejemplos de Kydland
y Prescott contemplan el sector privado a través del lente de individuos idénticos
“representativos”). Esta área de investigación se extiende mucho más allá de la
estabilización y la política de tributación, abordando política comercial, política
de regulación, de mercado-mano de obra, crecimiento económico, etc. Algunas
publicaciones recientes, dirigidas a estudiantes de postgrado de economía y
ciencias políticas así como a investigadores activos en estas áreas, resumen este
cuerpo de investigación (véase, por ejemplo, Drazen, 2000; Persson y Tabellini,
2000 y Grossman y Helpman, 2001).
Impacto más amplio
El análisis de Kydland y Prescott sobre los problemas de consistencia en el
tiempo, inherentes a la política monetaria, ofrece una explicación con respecto
a por qué muchos países parecieron atrapados en un círculo vicioso de alta inflación durante la década de los setenta, a pesar de continuas declaraciones de
gobiernos y bancos centrales asegurando que reducirían la inflación. La recomendación de Kydland y Prescott de que las políticas deberían basarse en las
normas en lugar de ser discrecionales dio lugar a un debate en el que las normas
sencillas de crecimiento monetario, tasas de cambio fijas, etc., se sugirieron
como soluciones para el problema de la inflación. De acuerdo con la literatura
académica mencionada antes, el debate práctico sobre políticas también cambió
de punto focal. Las discusiones sobre las acciones aisladas de las políticas revelaron una consideración explícita del amplio marco institucional que configura
los incentivos de los formuladores de políticas y que por tanto determinan qué
políticas serían verosímiles y políticamente factibles.
Desde principios de los años noventa, una serie de países ha implantado reformas institucionales radicales de sus marcos de política monetaria, especialmente
aumentando la independencia de sus bancos centrales con respecto a la conducta
operacional de la política para alcanzar los objetivos establecidos por el sistema
político. Al mismo tiempo, estos objetivos han sido determinados más claramente,
por lo general siendo la meta principal la estabilidad de precios. Las reformas
de los bancos centrales en países como Nueva Zelanda, Suecia y el Reino Unido
198
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
hicieron uso considerable de las conclusiones extraídas de la literatura académica
iniciada por Kydland y Prescott, igual que las discusiones sobre el diseño del
nuevo Banco Central Europeo (ECB, siglas en inglés) en la Unión Europea.
También existe una cercana conexión entre la investigación académica sobre
este tema y la creciente dependencia de objetivos de inflación explícitos entre
los bancos centrales en los países tanto desarrollados como en desarrollo.
Literatura relacionada
Los problemas de la consistencia en el tiempo en la política monetaria, debido
al deseo del gobierno de aumentar los ingresos provenientes de la inflación
sorpresiva, ya fueron señalados en Auernheimer (1974). Calvo (1978) examinó
estos problemas, pero no derivó la solución de consistencia en el tiempo bajo
una toma de decisiones discrecionales ni analizó posibles soluciones. Otro tipo
de problema de consistencia en el tiempo aparece en la literatura sobre decisiones de ahorro iniciada por Strotz (1956) y más adelante desarrollada por
Phelps y Pollak (1968). En este caso, la inconsistencia en el tiempo se presenta
directamente a través de preferencias que cambian en el tiempo, mientras que
en el análisis de Kydland y Prescott, la inconsistencia está insertada en las
restricciones.
Un problema de consistencia en el tiempo que está más estrechamente relacionado con el que estudiaron Kydland y Prescott se puede encontrar en el análi­sis de Buchanan (1975) del “dilema del samaritano”, pero de nuevo sin un análisis
formal sistemático del problema de consistencia en el tiempo asociado con la
política gubernamental. Problemas similares se mencionan en Elster (1977). También aparece un problema relacionado en la literatura sobre fijación de precios
por un monopolista de bienes durables. La idea en este caso es que un productor
monopólico de un nuevo bien quisiera que todos los consumidores creyeran que
el bien se seguirá vendiendo a un alto precio. Consumidores con una gran disposición a pagar comprarían entonces el bien al alto precio inicial, después de
lo cual se podría vender a un precio menor a los demás consumidores. La llamada
conjetura de Coase (1972) sostiene que la fijación de precios ocurrirá a un costo
marginal, pues los consumidores son progresistas, mientras que el monopolista,
de hecho, compite en precio con sus futuros prójimos. Los análisis formales de
la teoría de juegos de este problema fueron presentados posteriormente por
Stokey (1981), Bulow (1982) y Gul, Sonnenschein y Wilson (1986).
Fuerzas que impulsan los ciclos económicos
Las dos últimas décadas han presenciado cambios radicales en la teoría y la
práctica de la investigación de los ciclos económicos y, más generalmente, en
las opiniones predominantes sobre los fenómenos de los ciclos económicos. El
análisis keynesiano del período de los primeros años de la posguerra se basó
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
199
en un conjunto de relaciones entre variables agregadas (“formas reducidas”),
que tenían el propósito de “sumar” las interacciones entre diferentes relaciones
estructurales. Aunque cada una de estas relaciones estuvo motivada por la teoría
microeconómica del comportamiento de empresas y consumidores, usualmente
no se derivó en forma explícita de esta teoría. Más importante es que las diferentes relaciones macroeconómicas no se basaron en una estructura microeconómica común cuando se utilizaron en conjunto en el análisis macroeconómico
aplicado.
Versiones estimadas de estos modelos de ciclos económicos se emplearon ampliamente en proyecciones prácticas y evaluaciones orientadas hacia políticas
de las intervenciones de política fiscal y monetaria. A mediados de la década
de los setenta, la crítica de Lucas (Lucas, 1976) había señalado serios problemas
con este enfoque. No se podía esperar que las relaciones estimadas de la forma
reducida fuesen sólidas ante los cambios de los regímenes de las políticas o en
el entorno macroeconómico. Los acontecimientos macroeconómicos enfatiz­a­ron esta crítica cuando relaciones macroeconómicas aparentemente estables,
basadas en datos históricos, parecieron venirse abajo en los setenta. En particular,
la nueva estagflación, alto desempleo combinado con alta inflación, trastocó la
curva de Phillips, que anteriormente había parecido trazar una relación negativa
estable entre las tasas de inflación y el desempleo. Las experiencias de los setenta
también cuestionaron la idea predominante de que los ciclos económicos son
impulsados principalmente por cambios de la demanda. Por el contrario, las
fluctuaciones macroeconómicas contemporáneas parecieron ser producidas,
ante todo, por impactos de la oferta, tales como los drásticos aumentos de los
precios del petróleo en 1973-1974 y 1979 y la desaceleración mundial en el crecimiento de la productividad de mediados de los años setenta.
Lucas propuso la formulación de una nueva teoría macroeconómica sobre bases
más firmes, es decir, sobre una estructura microeconómica explícita en lugar
de relaciones agregadas postuladas. Esta estructura incluiría hipótesis sobre
consumidores y sus preferencias, empresas y sus tecnologías, la información
sobre estos agentes, en qué mercados específicos interactúan, etc. Sobre la base
de estos parámetros profundos, se derivarían implicaciones de equilibrio general
para variables agregadas y se confrontarían con datos. Las preferencias de los
consumidores y las tecnologías de las empresas probablemente no serían afectadas por los cambios de los regímenes de políticas monetarias o fiscales o en
el entorno macroeconómico, aunque el comportamiento de los consumidores
y empresas sí sería afectado. Por ende, el análisis cuantitativo sustentado sobre
bases microeconómicas tal vez sea más sólido ante estos cambios de régimen
y, por consiguiente, más útil en el análisis de las políticas que los modelos basados en relaciones agregadas históricas.
200
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Lamentablemente, los lineamientos de Lucas no estuvieron acompañados por
una prescripción operacional que permitiera ponerlos en práctica. El desarrollo
de un enfoque para el desarrollo de un modelo macroeconómico alternativo,
que satisficiera hasta el requerimiento mínimo de la derivación de predicciones
conjuntas para las principales variables macroeconómicas a partir de fundamentos
microeconómicos sólidos, pareció ser una tarea de enormes proporciones. Una
teoría de este tipo tendría que ser dinámica para modelar debidamente la inversión, el consumo y otras decisiones intertemporales sobre la base de un
comportamiento óptimo y progresivo de empresas y hogares. Ciertamente existían modelos dinámicos simples con expectativas racionales y estaba en marcha
un programa de investigación sobre cómo estimar econométricamente dichos
modelos, siguiendo el innovador trabajo de Sargent (1977, 1978, 1979). Sin embargo, estos modelos implicaban simplificaciones drásticas y requerían, básicamente, representar la economía o partes de ella, por medio de unas pocas
relaciones lineales. Alrededor de 1980, la estimación econométrica tradicional
(basada en probabilidad) de modelos no lineales dinámicos sobre una forma
suficientemente rica para ser empleada operacionalmente en el análisis macroeconómico cuantitativo parecía inalcanzable.
El trabajo de 1982 de Kydland y Prescott transformó el análisis macroeconómico
en diversas dimensiones. De hecho, ofreció un camino seguro para que la propuesta de Lucas fuese operacional. En la elaboración de su modelo, Kydland y
Prescott se basaron en una versión estocástica del modelo de crecimiento neoclásico, el cual, desde entonces, se ha convertido en el núcleo de gran parte del
desarrollo de modelos macroeconómicos. Demostraron que los impactos de la
tecnología, es decir, variaciones en el corto plazo alrededor de la tendencia de
crecimiento positiva para la tecnología que hace que las economías crezcan a
largo plazo, podrían ser una causa importante de fluctuaciones de la producción.
En los modelos macroeconómicos actuales, los impactos de la oferta típica­mente desempeñan un papel importante junto con los impactos de la demanda.
En la solución de su modelo, Kydland y Prescott se basaron en una solución
numérica y una simulación por computadora hasta un grado tal que no se había
alcanzado antes en la economía. Actualmente, el análisis numérico de modelos
económicos es un elemento indispensable del instrumental de los estudiantes
de postgrado en economía. En su implementación empírica, Kydland y Prescott
se fundamentaron en la llamada calibración, una forma de estimación sencilla
pero informativa cuando se confrontan nuevos modelos con datos. Desde entonces, la nueva teoría macroeconómica se suele comparar con datos utilizando
estos métodos. De todas estas maneras, el trabajo de Kydland y Prescott transformó no sólo la metodología básica del análisis de los ciclos económicos, sino
también nuestra perspectiva sobre la importancia de los diferentes tipos de impactos y sus mecanismos de propagación.
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
201
La idea general
En primer lugar, se describen las características generales de la teoría de ciclos
económicos de Kydland y Prescott. Luego se revisa su metodología y se presenta
un ejemplo sencillo específico de la formulación del modelo, junto con un breve
vistazo a la aplicación empírica.
La intención de Kydland y Prescott fue integrar la teoría de los ciclos económicos
y la teoría del crecimiento. Dado que consideraban que los impactos tecnológicos
eran fuentes potencialmente importantes de fluctuaciones de la producción a
corto plazo, pareció natural recurrir al modelo de crecimiento neoclásico, el
caballo de batalla de la teoría del crecimiento desde la investigación de Robert
Solow (1956). Otra razón para utilizar el modelo de crecimiento neoclásico se
relacionó con el problema de distinguir el “corto plazo” (ciclos) del “largo plazo”
(crecimiento), pues el largo plazo, por necesidad, es una secuencia de cortos
plazos. Además, coinciden la mayoría de las variables de interés en la teoría del
crecimiento y la teoría de los ciclos económicos.
El punto de partida de Kydland y Prescott fue el hecho de que la economía estadounidense, igual que muchas otras economías occidentales, había crecido a
una tasa anual promedio de alrededor de 2% durante aproximadamente cien
años, aumentando la producción por un factor de siete. Su hipótesis estableció
que el crecimiento tecnológico podría ser un determinante importante, no sólo
de niveles de vida a largo plazo, sino también de fluctuaciones a corto plazo,
hasta el grado que el crecimiento tecnológico presenta variaciones en el tiempo.
Una forma de medir el crecimiento tecnológico se basa en la contabilidad del
crecimiento, otra herramienta desarrollada por Solow (1957). Basándose en
ciertos supuestos sobre el funcionamiento de la economía (rendimientos constantes a escala, competencia perfecta y compensación del mercado), coherentes
con la economía modelo estudiada por Kydland y Prescott, este procedimiento considera la parte del crecimiento de producción que se deriva del crecimiento
de los insumos (trabajo y capital, ante todo). El componente residual, el “residuo
de Solow”, se interpreta entonces como el crecimiento tecnológico. Kydland y
Prescott (1982) supusieron una desviación estándar para los impactos de la tecnología de la misma magnitud que para los residuos de Solow. La medición basada en estos residuos implica variaciones relativamente grandes en el crecimiento
tecnológico en el tiempo, una parte substancial del cual aparece en frecuencias
de los ciclos económicos. Posteriormente se han empleado métodos más refinados (véase “Investigaciones posteriores”).
Conceptualmente, Kydland y Prescott estudiaron un modelo de equilibrio general
estocástico dinámico de una economía cerrada, con competencia perfecta y sin
fricciones del mercado. ¿De qué manera los impactos tecnológicos se traducen
en movimientos de la producción en este modelo? Un impacto tecnológico
202
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
­ ositivo en el período t representa una tasa de crecimiento por encima del prop
medio de la productividad total de factores, es decir, un gran incremento de la
capacidad de la economía de generar producción a partir de ofertas dadas de
capital y trabajo. Una mayor productividad aumenta los salarios, de modo que
la oferta de trabajo en el período t aumenta pues los trabajadores encuentran
que el trabajo es más rentable que el placer. Así, dos efectos sirven para aumentar
la producción del período t: el efecto directo de la mayor productividad y el
efecto indirecto de mayores insumos para el trabajo. El rendimiento de capital
también aumenta, pero la masa de capital en el período t es predeterminada.
Así, si ha sido previsto el impacto de la tecnología en el período t, el aumento
implícito en el rendimiento de capital del período t también podría haber conducido a una mayor inversión en períodos previos, aumentando así la producción
en el período t a través de un tercer canal indirecto.
El auge en la producción del período t tiene consecuencias dinámicas. Parte del
aumento de la producción se consume, mientras que el resto se ahorra e invierte.
La división depende de las preferencias de los consumidores y de la longevidad
esperada del impacto de la productividad. La teoría y la evidencia microeconómica indican un deseo de suavizar el consumo en el tiempo, y la porción de
un aumento temporal de la producción que se ahorra, depende de la preferencia
para el suavizamiento. Mientras menos rápidamente se espere que se extinga
el impacto de la productividad, más rentable será ahorrar e invertir. Kydland y
Prescott basaron su serie de crecimiento tecnológico en los datos que presentan
una autocorrelación positiva significativa y, por ende, conducen a una respuesta
de inversión a un impacto actual que es mayor que si el crecimiento de la tecnología no estuviera correlacionado en el tiempo. De esta manera la masa de
capital aumenta en el período t+1, mientras que la tecnología se mantiene por
encima de la tendencia debido a la autocorrelación. En consecuencia, persisten
los incentivos para una oferta de trabajo superior a la normal y, si el aumento
de la masa de capital es grande y los impactos de la tecnología están suficientemente autocorrelacionados, la oferta de trabajo en el período t + 1 será todavía
mayor que la tendencia que en el período t, igual que la inversión.
Estos efectos dinámicos constituyen el “mecanismo de propagación” del modelo,
con el cual un “impulso” de un impacto de tecnología temporal configura el
camino de futuras variables macroeconómicas. El mecanismo es estable, es decir,
los efectos de un impulso a la larga desaparecen, porque el proceso de crecimiento tecnológico presenta reversión a la media y porque los decrecientes
rendimientos de capital regresan la inversión a la tendencia.
La teoría presenta series temporales para las variables macroeconómicas que
son ampliamente congruentes con los datos. Debido al mecanismo de propagación, todos los agregados macroeconómicos muestran una alta autocorrelación
y un alto comovimiento; además la volatilidad de la inversión es mayor que la
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
203
de la producción, que, a su vez, es mayor que la del consumo. La economía
pasa por auges y caídas, con recesiones provocadas por un crecimiento tecnológico por debajo del promedio que hace que los trabajadores laboren menos
horas y los consumidores inviertan menos. Calibrado con parámetros de estudios
microeconómicos y simulado con impulsos de un proceso de crecimiento tecno­
lógico estimado, el modelo básico de Kydland y Prescott genera fluctuaciones
de la producción que ascienden a alrededor de 70% de las observadas en los
datos de la posguerra en Estados Unidos.
Métodos
Kydland y Prescott estudiaron un modelo de equilibrio general estocástico. Un
equilibro en el modelo es un proceso estocástico para cantidades y precios tal
que i) dados los procesos de precios, los consumidores y las empresas eligen
cantidades que permitan maximizar la utilidad esperada y las ganancias y ii)
los mercados se compensan. La propiedad (i) incorpora expectativas racionales;
en un modelo dinámico cabal, las predicciones no sesgadas de la evolución futura de los precios son un elemento de optimización del comportamiento. Teoremas básicos que aseguran la existencia de un equilibrio, que, matemáticamente,
tuvieron que resolver un problema de punto fijo en un espacio de alta dimensión, ya se presentaron en el trabajo de Arrow y Debreu (véase Debreu, 1959).
Sin embargo, fue muy difícil realizar una caracterización precisa de un equilibrio,
debido a la complejidad del análisis estocástico dinámico. Así, el trabajo de 1982
de Kydland y Prescott hizo varias simplificaciones de la estructura general descrita por Arrow y Debreu.
Kydland y Prescott consideraron únicamente un bien de consumo y un tipo de
consumidor “con vida infinita” (que debe ser interpretado como una familia dinástica: una sucesión de padres e hijos con preferencias altruistas frente a su
descendencia). Además, igual que en el modelo de crecimiento neoclásico convencional, Kydland y Prescott supusieron sólo un tipo de tecnología de producción: una función de producción agregada, basada en los insumos de capital y
trabajo. También supusieron que los mercados carecen de fricciones, de modo
que cualquier equilibrio es óptimo paretiano. Esto facilitó las cosas en el sentido
de que los teoremas convencionales de bienestar les permitieron encontrar y
caracterizar el equilibrio recurriendo a la teoría de la optimización. Dado que
un equilibrio ofreció el mejor resultado posible para el consumidor representativo, pudieron evadir el mecanismo de precios y encontrar las cantidades en
equilibrio directamente por medio de la resolución de un “problema de planificación social”. Con base en estas cantidades, los precios en equilibrio se recuperaron fácilmente a partir de condiciones de primer orden para maximización
de ganancias y utilidad (para detalles, véase la sección “Análisis”). Todas estas
simplificaciones han sido examinadas y flexibilizadas en la literatura posterior
(véase “Investigaciones posteriores”).
204
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
A pesar de estas drásticas simplificaciones, Kydland y Prescott consideraron
necesario usar el análisis numérico para caracterizar el equilibrio. Al hacerlo,
adaptaron al problema que tenían entre manos nociones disponibles en el análisis numérico y emplearon una solución de modelos asistida por computadora.
Los actuales modelos modernos de ciclos económicos son considerablemente
más complejos que el analizado por Kydland y Prescott y el análisis numérico
de modelos económicos ha evolucionado y se ha convertido en un subcampo
independiente en la economía11.
La comparación del modelo con los datos representó otra tarea desafiante. Debido
a la complejidad del modelo, no fue posible utilizar un enfoque econométrico
convencional, es decir, escoger los parámetros del modelo con el fin de obtener
el mejor ajuste posible a los datos de los ciclos económicos. Generar la producción
del modelo incluso para un conjunto de valores de parámetros fue muy difícil y
consumió un tiempo considerable, pues implicó la solución numérica de un problema de optimización estocástico, dinámico. Se consideró que no era factible
realizar una búsqueda entre conjuntos de valores de parámetros para obtener el
mejor ajuste. Más bien, Kydland y Prescott adoptaron el método de “calibración”.
Seleccionaron valores de parámetros que coincidieran con un subconjunto de
momentos en los datos, de modo que no requirieron la solución de todo el modelo
estocástico. En particular, escogieron valores de parámetros que coincidieran con
ciertas estadísticas macroeconómicas a largo plazo (tales como tasas de interés
promedio de la posguerra y relaciones promedio entre producción y capital) y datos
microeconómicos (que permitieron la parametrización de las preferencias).
La idea de escoger parámetros de acuerdo con algunos “hechos básicos”, en lugar
de las propiedades del ciclo económico que el modelo fue diseñado para explicar, motivó la calibración. Claramente, se trata de una forma simple de estimación,
pues los parámetros del modelo se seleccionan en un algoritmo bien especificado
para ajustarse a un subconjunto de datos generales; en este caso, la estimación
se basa en datos microeconómicos y macroeconómicos (largo plazo)12. Sin embargo, el método fue muy práctico. Permitió la parametrización sin resolver todo
el modelo y proporcionó instrucciones útiles y claras con respecto a si cambios
específicos en el modelo podían explicar mejor los datos13. Actualmente, dados
11
Para referencia y un resuman, véase Amman, Kendrick y Rust (1996).
12
Primeras aplicaciones de metodologías similares, aunque típicamente en modelos estáticos,
se pueden encontrar en la literatura empírica sobre comercio internacional (véase Shoven y
Whalley, 1984). Se emplearon modelos dinámicos en finanzas públicas (véase Auerbach
y Kotlikoff, 1987).
13
Los promedios a largo plazo en el modelo estocástico de Kydland y Prescott son aproximadamente iguales a los promedios a largo plazo en la versión no estocástica del modelo,
los cuales se resuelven directamente en forma analítica.
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
205
los avances de la tecnología de computación y los métodos econométricos, se
pueden realizar las estimaciones estructurales de esta clase de modelos de ciclos
económicos, las cuales encuentran extensa aplicación entre los analistas de ciclos
económicos (véase la sección “Investigaciones posteriores”).
Ejemplos y aplicaciones
Ahora describiremos en detalle un caso especial sencillo del planteamiento de
1982 de Kydland y Prescott, mientras que señalaremos brevemente cuál es la
diferencia entre su modelo más general y este caso especial14.
El planteamiento
El tiempo es discreto e infinito: 0, 1, 2,… Existe un solo tipo de bien de producción en cada fecha, yt , que se puede utilizar para el consumo o la inversión:
ct + it = yt. La acumulación de capital obedece a kt + 1 = (1-δ) kt + it : una unidad
de inversión en t se suma a la masa de capital en t + 1 y luego se deprecia a una
tasa δ constante15. La producción se genera a partir del capital y el trabajo de
acuerdo con la función de producción f: yt = f (zt, kt, lt ). En este caso, f es creciente
y cóncava y es homogénea de grado uno en k y l. El parámetro de tecnología
estocástico, zt , sigue un proceso AR(1), zt + 1 = ρzt + εt + 1, donde ρ∈ (0,1) indica
una autocorrelación positiva y εt es idéntico y está independientemente distribuido
en el tiempo con una media cero y varianza positiva denotada por σ2 16.
Existe un gran número de consumidores (idénticos), de modo que cada consumidor elige cantidades y toma precios según están dados. Cada consumidor vive
de modo infinito y deriva utilidad del consumo y el placer. Sus preferencias
desde la perspectiva del tiempo 0 están descritas por:
`
E [S bt u (ct , 1 - lt )]
(8)
t=0
donde β, el factor de descuento, es positivo y menor que la unidad, reflejando
así una preferencia por el consumo corriente, y donde u es una función estrictamente cóncava y estrictamente creciente. La dotación total de tiempo es 1 y lt
es el tiempo dedicado a trabajar. Las variables yt, ct, y sucesivas, son estocásticas,
es decir, están impulsadas por el proceso estocástico para tecnología zt , y E denota el operador para las expectativas.
Una versión de este caso especial fue examinada en un contexto multisectorial por Long
y Plosser (1983).
14
Kydland y Prescott supusieron una llamada tecnología time to build, según la cual se requiere de un período para que las inversiones maduren y se conviertan en capital productivo.
15
La formulación en este caso describe un proceso en el que el nivel de tecnología y el
tamaño de la población no muestran crecimiento. Esto resulta conveniente para fines de
ilustración, pero es sencillo para considerar tendencias positivas en tecnología y población.
16
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
206
La restricción presupuestaria del consumidor es como sigue:
ct + kt+1 = (1 + rt - d) kt + wt lt
(9)
donde rt es el rendimiento de mercado del capital antes de la depreciación y wt
la tasa salarial. Así pues, los precios en este modelo están dados por los procesos
estocásticos para rt y wt. El consumidor maximiza la función de utilidad sujeta
a la restricción presupuestaria que se mantiene en todas las fechas.
Las empresas maximizan las ganancias bajo una competencia perfecta. Dado
que los consumidores determinan la acumulación de capital, esto implica resolver
el problema de optimización estática de seleccionar kt y lt para maximizar f (zt ,
kt, lt ) - rtkt - wt lt. Dado que f es homogénea de grado uno, las ganancias de
equilibrio son cero en todos los períodos de tiempo.
Análisis
Las condiciones necesarias de primer orden para la optimización de empresas
y consumidores rigen el funcionamiento del modelo. Los consumidores tienen
una condición de primer orden intertemporal que determina la opción de
ahorro-consumo:
u1 (ct , 1 - lt ) = bE [ (ct + 1 , 1 - lt + 1 ) (1 + rt + 1 - d)]
(10)
La pérdida de utilidad marginal del menor consumo en el período t debe ser
igual al valor descontado esperado del rendimiento de una inversión más alta,
en términos de la utilidad del próximo período. Los consumidores también tienen una condición intratemporal que ofrece la opción de trabajo-placer:
u1 (ct , 1 - lt ) wt = u2 (ct , 1 - lt )
(11)
La pérdida marginal de trabajar una unidad de tiempo más en términos de placer
perdido (el lado derecho) debe así ser igual al salario por la ganancia de utilidad
marginal de ganancias mayores.
Las condiciones de maximización de las ganancias de las empresas simplemente
establecen que los productos marginales son iguales a los precios de los factores
reales: rt = f2 (zt, kt, lt ) y wt = f3 (zt, kt, lt ). Así, estos precios son fáciles de encontrar
como función de las cantidades de insumos y el valor actual del parámetro de
la tecnología.
El equilibrio de este modelo toma la forma de procesos estocásticos para cantidades y precios que satisfacen todas las condiciones de equilibrio. Igual que en
su trabajo sobre consistencia en el tiempo, Kydland y Prescott emplearon el
análisis recursivo, según el cual los procesos de equilibrio se expresan como
funciones de la “variable de estado” de la economía, la cual en este caso es
(zt , kt ): el impacto actual y la masa de capital. La solución de equilibrio para el
trabajo estará dada por una función ht : lt = hl (zt, kt ). Así, esta función nos indica
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
207
cuánto trabajo será ofrecido en equilibrio para cualquier valor del impacto actual
y cualquier valor de masa de capital. Se deja que hc denote la solución para el
consumo: ct = hc (zt , kt ). Las dos funciones hl y hc son suficientes para describir
el equilibrio. Como ejemplo, si el estado actual es (zt , kt ), la masa de capital en
el período t + 1 debe satisfacer kt + 1 = (1 - δ)kt + f (zt, kt, hl (zt , kt )) - hc (zt , kt ),
que en sí es una función únicamente del estado actual. Como otro ejemplo, la
tasa salarial en el período t debe ser igual a f3 (zt, kt, hl (zt , kt )), que también es
función únicamente del estado actual.
En general, no es posible encontrar formas explícitas para hl y hc. El paso siguiente
en el análisis es, por lo tanto, aplicar el análisis numérico con el fin de aproximar
estas funciones bajo algunos supuestos específicos y adecuados, de for­ma paramétrica, sobre f y u y sobre los parámetros restantes del modelo.
En un caso muy especial del modelo, es posible obtener una caracterización
analítica (en oposición a numérica) completa del equilibrio. Si
u1 (ct , 1 - l ) = (1 - ø) logc + ølog (1 - l),
f (z, k, l) = zk a l 1 - a ,
y δ = 1, entonces se puede verificar que todas las condiciones de equilibrio están
satisfechas cuando la oferta de trabajo es constante en el tiempo, es decir, hl (zt,
kt ) = A, y el consumo es una fracción constante de la producción, de modo que
hc (zt , kt ) = Bzt k a A1 - a , para algunas constantes A y B17.
La producción del modelo a partir del caso específico que permite una solución
de forma cerrada no se puede comparar directamente con los datos de los ciclos
económicos, porque el supuesto de depreciación completa implica que un período en el modelo es muy largo. En los datos, el capital físico se deprecia a
una tasa del orden de 10% al año y la depreciación total ocurre, tal vez, después
de veinte años. Los modelos de ciclos económicos requieren que la longitud del
período sea mucho más corta y el supuesto típico ha sido dejar un período de
un trimestre o un año. Además, aunque el caso especial del modelo tiene un
mecanismo de propagación similar al que se analizó en la sección “La idea general”, la oferta de trabajo no responde a los impactos. Pero si a la tasa de depreciación se asigna un valor real (lo que requiere utilizar la solución de modelo
numérico), entonces aparece un mecanismo de oferta de trabajo con las propiedades analizadas antes.
Para demostrar esto, simplemente inserte las formas funcionales impuestas para consumo y trabajo en las condiciones de primer orden y verifique que estas condiciones se mantengan en todos los puntos en el tiempo.
17
208
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Calibración
Ya hablamos de la importancia de los parámetros específicos para las propiedades del modelo. Tal como se señaló, Kydland y Prescott no emplearon un
enfoque econométrico sino que optaron por calibrar su modelo. Es decir, seleccionaron todos los parámetros basados en datos microeconómicos y datos
macroeconómicos a largo plazo y no en las frecuencias de los ciclos económicos
en los datos. Entonces ¿cómo opera el procedimiento de calibración en el caso
de este modelo?18. Como ya se indicó, se debe fijar la longitud de un período
de tiempo y, típicamente, se interpreta que un período de tiempo en el modelo
representa un trimestre. De acuerdo con Kydland y Prescott, se utilizan entonces
los datos a largo plazo (por ejemplo, los promedios de la época de la posguerra
en Estados Unidos si la intención es utilizar el modelo para describir esta economía) para las siguientes variables: la relación promedio entre capital y producción (alrededor de 8, cuando la producción se mide sobre una base trimestral,
lo que permite precisar la tasa de depreciación δ), la tasa de interés real promedio trimestral (aproximadamente 0,015, que define la tasa de descuento β),
la participación de capital promedio del ingreso (alrededor de 0,35, que precisa
el coeficiente α en la función de producción) y el monto promedio de horas
trabajadas (aproximadamente 0,2 como fracción del total de horas, que precisa
el peso sobre el placer en la utilidad j en el caso de la función de utilidad
logarítmica).
En otras palabras, se emplea una versión de las condiciones de equilibrio cuando
todas las variables crecen a una tasa constante en el tiempo, para representar
una situación a largo plazo o de “estado estable”. Los valores de los parámetros
se resuelven entonces, dada la estadística anterior a largo plazo. Típicamente, se
considera una función de utilidad algo más general que la función logarítmica.
Esto permite la parametrización de las curvaturas con respecto al consumo y al
placer, de modo tal que las elasticidades de la sustitución intertemporal y la oferta
de trabajo se conforman a las obtenidas en los estudios microeconómicos. Finalmente, los parámetros claves del proceso de tecnología, z, se seleccionan de
manera que se conformen a las propiedades de un proceso estimado para el residuo de Solow, haciendo coincidir ρ con su autocorrelación de primer orden y
(la varianza de) ε con su varianza.
Evaluación cuantitativa
Una vez que han sido asignados todos los valores de parámetros, el modelo está
plenamente especificado y se puede resolver numéricamente. Dada la solución
para las funciones de equilibrio hl y hc, la producción y otras variables de interés
18
Para detalles sobre la calibración emprendida, véase, por ejemplo, Prescott (1986).
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
209
se pueden simular seleccionando una masa de capital inicial y diseñando impactos estocásticos a partir de su distribución estadística dada, mientras que se
emplean las funciones hl y hc para generar series para todas las variables de interés. Estas series se pueden comparar entonces con los datos de los ciclos
económicos.
A título de ilustración, considérese el planteamiento ejemplificado antes, el cual
también se analiza en Cooley y Prescott (1995)19. La calibración se efectúa tal
como se describió, siendo la forma funcional para la utilidad u(c, l) = (c1 - øl ø)1 - g
- 1 / 1 - g Esta forma implica que las actitudes del consumidor hacia el riesgo,
definidas por el “coeficiente de aversión relativa al riesgo”, son constantes en el
tiempo e iguales a γ. Como en la discusión general anterior, j se determina sobre
la base de estudios de uso del tiempo. El parámetro γ se selecciona sobre la
base de estudios microeconómicos de asunción de riesgos. Los estudios analizados en Prescott (1986) sugieren un valor de alrededor de 1 para γ, lo que en
realidad implica que la función de utilidad se reduce hasta la función logarítmica
anterior. A continuación, en consonancia con los resultados de la contabilidad
del crecimiento, se supone que el proceso para los impactos de la tecnología
tiene un coeficiente de correlación en serie (ρ anterior) de 0,95 y una desviación
estándar (σ anterior) de 0,7%.
Los datos son trimestrales de la economía estadounidense de la posguerra20.
Antes de comparar con los datos la producción simulada obtenida del modelo,
es necesario extraer el componente de los ciclos económicos de los datos. Normalmente se piensa que los ciclos económicos son fluctuaciones alrededor de
un camino de crecimiento que ocurren con una frecuencia de tres a cinco años21.
Así, se “elimina” la tendencia o se “filtran” los datos para suprimir sus componentes de baja frecuencia (tendencia), mientras que se retienen los que están en
el intervalo del ciclo económico. Esto se puede realizar de diferentes maneras.
Cooley y Prescott (1955) utilizaron una forma de filtro de diferencias22. Algunas
estadísticas claves de los datos rectificados en cuanto a la tendencia, tomados de
su estudio, y la producción asociada del modelo se resumen en el cuadro 123.
19
El marco en este caso y en Cooley y Prescott (1995) son idénticos, salvo que el último
estudio permite el crecimiento a largo plazo de la población y la tecnología. Dado que estos
factores únicamente tienen una influencia marginal sobre los resultados, se omiten aquí.
20
La muestra empieza en el primer trimestre de 1954 y finaliza en el segundo trimestre de
1991.
21
Véase, por ejemplo, Burns y Mitchell (1946).
22
El filtro específico utilizado es el que introdujeron Hodrick y Prescott (1980).
23
El modelo fue simulado 100 veces, cada una con una longitud de muestra de 150 períodos
de tiempo. Los números en la tabla son promedios a través de las simulaciones. Las series
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
210
Cuadro 1
Algunas estadísticas del modelo (datos)
Producción
1,35 (1,72)
1 (1)
Consumo
0,33 (0,86)
0,84 (0, 83)
Inversión
Horas
Desviaciones estándar porcentuales
5,95 (8,24) 0,77 (1,59)
Correlación con la producción
0,99 (0,91)
0,86 (0,99)
Productividad del trabajo
0,61 (0,55)
0,98 (0,03)
El cuadro muestra que la variación en la producción en el modelo es algo menor
que en los datos de Estados Unidos, pero la discrepancia no es grande. El modelo predice que el consumo varía mucho menos y la inversión mucho más que
la producción. Esto es resultado del suavizamiento del consumo. La variación
en horas en el modelo es menor que la mitad de la de los datos; el modelo simple en este caso se concentra en variaciones del número de horas trabajadas
por trabajador (el margen intensivo) y en extractos de variaciones en la participación de la fuerza laboral y el desempleo (el margen extensivo). La productividad en el modelo varía algo más que la medida de productividad encontrada
en los datos, la cual está basada en la remuneración promedio por hora.
El cuadro también muestra correlaciones impresionantemente altas entre producción y otras variables macroeconómicas. La razón es que existe un solo impacto,
una fuente de incertidumbre, en el modelo. Las correlaciones entre consumo y
producción y entre inversión y producción son bastante parecidas en el modelo
y en los datos. En cuanto a la correlación entre horas y producción, el modelo no genera un comovimiento tan alto como el observado en la economía estadounidense. Ésta es otra consecuencia del rudimentario desarrollo del modelo
de oferta de trabajo en este modelo simple. La remuneración por hora es aproximadamente cero en los datos, mientras que en el modelo genera una correlación
cercana a uno. Esto nuevamente refleja que el modelo tiene un único impacto
y que la oferta de trabajo opera solamente sobre el margen intensivo.
Las implicaciones del modelo para las correlaciones dinámicas de diferentes
variables durante el ciclo también se pueden comparar con los datos. Por ejemplo, la correlación entre producción en los trimestres adyacentes es 0,70 en el
modelo; en los datos, es 0,8524.
para producción, consumo e inversión están basadas en cantidades reales (US$ 1982); la
producción es PIB, el consumo es consumo sobre no duraderos y servicios y la inversión
es la interna privada bruta. Las horas son horas totales de trabajo según U.S. Household
Survey. Igual que en el modelo, la productividad del trabajo es igual a la remuneración total
promedio por hora, medida a partir de U.S. National Income and Product Accounts.
24
Para una evaluación más completa de las predicciones del modelo para la estructura de
adelantos y retrasos, véase Cooley y Prescott (1995).
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
211
Investigaciones posteriores
La metodología de Kydland y Prescott ha sido ampliamente adoptada y adaptada
a una variedad de marcos para el análisis de los ciclos económicos. La vasta literatura que se desarrolló subsiguientemente podría ser organizada en cinco categorías
diferentes: 1) extensiones dirigidas a evaluar las consecuencias cuando las hipótesis
simplificadoras absolutas, tales como la de un solo tipo de consumidor o la abstracción de temas monetarios, son flexibilizadas; 2) análisis que se basan en otros
impulsos, como impactos monetarios o impactos internacionales para los términos
de intercambio; 3) estudios que consideran diferentes mecanismos de propagación,
como aquellos que son resultado de imperfecciones en crédito, trabajo y mercados
de productos; 4) investigaciones que se concentran en una medición mejorada de
los impactos de la tecnología y otras variables y 5) estudios dirigidos a mejorar el
análisis empírico en la dirección de la estimación estructural.
Categoría 1. Una serie de hipótesis simplificadoras planteadas por Kydland y
Prescott han sido flexibilizadas y se encontró que los resultados principales eran
bastante sólidos. Estos incluyen homogeneidad de empresas y hogares (capturados por los supuestos de una empresa representativa y un hogar representativo,
en oposición a la heterogeneidad de empresas y hogares en dimensiones diferentes), altruismo perfecto a través de generaciones, ausencia de riesgo del
consumidor idiosincrásico y no asegurable, la agregación de bienes en un solo
bien compuesto, la posibilidad de sustitución perfecta entre consumo y bienes
de inversión, la competencia perfecta en los mercados de bienes, ningún papel
para el dinero (en oposición, digamos, a una demanda de dinero basada en las
llamadas restricciones de efectivo por adelantado), la economía cerrada y la
exogeneidad de las mejoras tecnológicas25.
Las propiedades de correlación en serie y la propagación del modelo resultan
afectadas cuando se consideran los costos de cambiar o reasignar la masa de
capital y la fuerza laboral en el tiempo y entre sectores. Estas propiedades también son afectadas cuando se introducen tecnologías no convexas, tales como
indivisibilidades en la oferta de trabajo, para generar un ajuste en el margen extensivo de empleo, el cual falta en el modelo simple de la sección “Ejemplos y
aplicaciones”. Las extensiones del modelo para incluir costos del ajuste rápido
de capital y trabajo en respuesta a los impactos permiten replicar ciertas asimetrías que caracterizan los datos del ciclo económico. Por ejemplo, las recesiones
son más marcadas y cortas que los auges, las estimaciones de las respuestas a
los impactos tecnológicos sugieren que las horas trabajadas responden fuertemente pero con un desfase, y los componentes que subyacen al proceso de empleo, creación de puestos de trabajo y destrucción de puestos de trabajo, tienen
25
Para un examen anterior de la literatura, véase Cooley (1995); para un recuento más
reciente, véase King y Rebelo (2000).
212
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
propiedades muy diferentes de series en el tiempo, siendo la destrucción de puestos
de trabajo mucho más variable que la creación de puestos de trabajo (véase, por
ejemplo, Gilchrist y Williams, 2000 y Campbell y Fisher, 2000). Además, se ha demostrado que la consideración de la utilización variable de factores de producción
aumenta considerablemente la amplitud de la respuesta de la economía a los impactos (para una discusión general sobre este tema, véase King y Rebelo, 2000).
Categoría 2. Muchos estudios han sugerido alternativas para agregar los impactos
de la tecnología como la fuente de los ciclos. Los impulsos reales incluyen impactos para los precios mundiales relativos de las materias primas, impactos al
mecanismo para la fijación de salarios que implican cambios en los costos de
las empresas (impactos de costos exógenos), impactos para la política fiscal y
el gasto público o impactos de la tecnología que afectan principalmente a un
sector de la economía, en lugar de una producción agregada. Los impactos de
la demanda incluyen impactos de las preferencias de los consumidores, por
ejemplo, “estallidos de impaciencia”, aunque la dificultad de medir empírica­mente la magnitud de estos impactos hace que sean difíciles de evaluar. Los
impactos de la preferencia son, tal vez, la contraparte más cercana a los que
Keynes percibió como motores de la economía, aunque quizá no representen
el “espíritu animal del inversionista” o “confianza de los consumidores”. Una
rama de la literatura aborda los impactos de la información, es decir, noticias
sobre futuros acontecimientos, tales como mejoras tecnológicas.
Otra rama de la literatura examina los ciclos económicos desde una perspectiva
internacional. Algunos investigadores han estudiado la reacción de pequeñas
economías abiertas a los impactos internacionales, tales como las de los términos
de intercambio o de las tasas de interés; véase Mendoza (1991) y, para una aplicación temprana al caso de Suecia, Lundvik (1992). Otros investigadores más
bien han considerado la transmisión de los ciclos económicos a través de economías similares; para la primera contribución a esta línea de investigación,
véase Backus, Kehoe y Kydland (1992).
Categoría 3. Muchas extensiones han sido motivadas por la creencia de que a
una teoría macroeconómica en la que se puedan capturar los ingredientes básicos del ciclo económico en un marco de mercado perfecto le faltan importantes
rasgos del mundo real. Naturalmente, las fricciones del mercado laboral que dan
origen al desempleo en equilibrio expanden el dominio del modelo, pero no
necesariamente implican propiedades de series temporales muy diferentes para
producción e inversión. Lo mismo se aplica cuando se agregan elementos monopólicos a la competencia en los buenos mercados26. Sin embargo, a pesar de
26
Para búsqueda de fricciones, véase Merz (1995) o Andolfatto (1996) y para una formulación de salario en función de la eficiencia, véase Danthine y Donaldson (1995). Para un
análisis anterior de un modelo de ciclos económicos reales con competencia monopolista,
véase Hornstein (1993).
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
213
las fricciones agregadas, la metodología básica en esta investigación por lo general está en consonancia con el enfoque de Kydland y Prescott. Por ejemplo,
los modelos de las imperfecciones del mercado de crédito en Bernanke y Gertler
(1989) o Kiyotaki y Moore (1995) se encuentran en forma explícita en la microeconomía y derivan fricciones del mercado a partir de los “primeros principios”. Asimismo, modelos de búsqueda y de eficiencia-salarios de desempleo
desarrollan hipótesis sobre el comportamiento de los agentes derivado a partir
de fundamentos microeconómicos. Algunos de estos modelos presentan mecanismos de propagación cualitativamente diferentes a los que se encuentran en
el trabajo de Kydland y Prescott. Así, Kiyotaki y Moore (1995) encuentran pronunciadas respuestas cíclicas de producción a impactos individuales, mientras
que la teoría de Kydland y Prescott tiende a ofrecer respuestas monótonas.
Categoría 4. Se han medido nuevamente los impactos de la tecnología usando
diferentes métodos. Uno de ellos se desarrolla a partir de la contabilidad del
crecimiento de Solow (empleado por ejemplo en Prescott (1986) y Kydland y
Prescott (1998)), pero básicamente flexibiliza las hipótesis subyacentes. En primer
lugar, la contabilidad se ha llevado a cabo en un nivel más desagregado, es decir,
flexibilizando la hipótesis de una función de producción agregada. En segundo
lugar, la hipótesis de que los insumos son bien medidos ha sido flexibilizada al
permitir que varíe la utilización de factores (no observados) y al estimar econométricamente el movimiento de la utilización de factores a lo largo del ciclo
utilizando técnicas de variables instrumentales. Tercero, la hipótesis de rendimientos de escala constantes y de la competencia perfecta ha sido flexibilizada:
tomando como base la estimación del tamaño de los márgenes de ganancias
sobre costos marginales, se puede seguir usando el mismo tipo de método de
contabilidad. Estas mejoras de las medidas iniciales de Kydland y Prescott se
discuten en Basu y Fernald (1997, 2000). Un resumen de los hallazgos es que
las estimaciones de las fluctuaciones a corto plazo en la tecnología siguen siendo
significativas; el que tengan el efecto específico sobre la economía, que predijo
el modelo original de Kydland y Prescott es una pregunta más abierta.
Otro enfoque, muy diferente, para medir los impactos de la tecnología consiste
en estimar un sistema autoregresivo vectorial (VAR, por sus siglas en inglés) de
series temporales agregadas que contengan producción, productividad laboral
medida y un conjunto de otras variables. En el sistema VAR, los impactos que
motorizan las variables observadas se clasifican como impactos de la oferta
(tecnología) si tienen un efecto permanente en la productividad del trabajo, lo
que los impactos de la tecnología deberían tener; cualquier otro impacto se
clasifica como impactos de la demanda (véase Blanchard y Qua, 1989). Para
este enfoque, véase, por ejemplo, Gali (1999) y Fisher (2002). Los resultados de
este enfoque parecen ser sensibles a detalles de especificación, pero ponen en
duda la generalidad de los hallazgos originales de Kydland y Prescott.
214
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Categoría 5. La estimación econométrica ha sido adoptada gradualmente. Tal
como ya se mencionó, la estimación econométrica tradicional de un modelo de
ciclo económico completamente fundado en la microeconomía no era realmente
una opción cuando Kydland y Prescott hicieron su contribución original y tal
vez no haya sido muy productiva en las primeras etapas del programa de investigación. No obstante, con el tiempo, a medida que la teoría ha sido enriquecida, las computadoras se han hecho más poderosas y los métodos econométricos
se han hecho más avanzados, la situación ha cambiado (categoría [5] anterior).
La estimación econométrica del modelo de crecimiento estocástico empezó con
Altug (1989), pero fue emprendida en una versión linearizada del modelo de
ciclo económico. Desarrollos posteriores estimaron partes claves del modelo,
por ejemplo, las condiciones de primer orden para el ahorro y la oferta de trabajo, usando el llamado método generalizado de estimadores de momentos
(véase, por ejemplo, Hansen, 1982). También se ha iniciado ahora la estimación
estructural completa de los modelos de equilibrio generales dinámicos no lineales
estocásticos. Smets y Wouters (2003) presentan un ejemplo reciente de estimación
completa exitosa (bayesiana) de un modelo para el área del euro, basado en el
trabajo de Kydland y Prescott.
Una importante literatura reciente, que amerita mención especial, engloba varias
de las extensiones discutidas antes. Comúnmente conocida como investigación del ciclo económico keynesiano, esta literatura examina los modelos monetarios de ciclos económicos basados en fricciones en el proceso de ajuste de
precios y/o salarios (véase, por ejemplo, Rotemberg y Woodford, 1997; Clarida,
Gali y Gertler, 2000, y Dotsey, King y Wolman, 1999). Estos modelos neokeynesianos están desarrollados alrededor de un núcleo muy similar al modelo de
Kydland y Prescott, pero también incluyen hipótesis microeconómicas sobre los
costos del cambio de precios para las empresas, los cuales, típicamente, se supone que interactúan bajo la competencia monopólica. Las decisiones sobre fijación de precios y/o de salarios se modelan explícitamente como progresistas
y se basan en expectativas racionales. Esto hace que la estructura analítica sea
similar a la del trabajo original de Kydland y Prescott y los investigadores del
neokeynesianismo también han tomado prestadas sus herramientas analíticas.
Los modelos resultantes pueden dar origen a una curva de Phillips. Los impactos
monetarios producen efectos potencialmente grandes sobre la producción y la
política monetaria puede producir, o estabilizar, fluctuaciones en el corto plazo.
Los modelos de este tipo también han resultado sumamente útiles para análisis
más complejos de los problemas de consistencia en el tiempo de políticas monetarias develados por Kydland y Prescott.
Los marcos del neokeynesianismo han sido aplicados tanto al análisis normativo
como al positivo de diferentes normas monetarias y diseño de instituciones.
Dado que la teoría que sirve de sustento se basa en hipótesis microeconómicas
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
215
explícitas, la evaluación de los experimentos de políticas es directa: al simular
el modelo para diferentes escenarios de políticas, se pueden comparar con facilidad los niveles de bienestar resultantes para los diferentes agentes. Así, la
utilización de modelos permite emitir afirmaciones no sólo cualitativas, sino
también cuantitativas sobre el bienestar. Este tipo de evaluaciones de las políticas
también resulta atractivo frente a la crítica de Lucas. Dado que los modelos se
formulan sobre la base de parámetros profundos, deberían ser más sólidos con
respecto a la forma como se conduce la política que las relaciones agregadas
de formas reducidas. En suma, el enfoque del neokeynesianismo ha sintetizado
el análisis keynesiano inicial con el análisis del ciclo económico real que se origina en el trabajo de Kydland y Prescott.
Impacto más amplio
El trabajo de 1982 de Kydland y Prescott transformó la investigación académica
sobre los ciclos económicos. Extensiones y refinamientos en la literatura subsiguiente mejoraron la capacidad del modelo original de coincidir con los datos
macroeconómicos y permitieron elaborar análisis significativos de política macroeconómica. Los modelos empleados en los contextos de políticas reales han
adoptado cada vez más la metodología de Kydland y Prescott. Gradualmente,
muchos modelos utilizados en organizaciones de políticas y bancos centrales
han ido incorporando fundamentos microeconómicos en forma de una conducta
racional de ahorro y oferta de trabajo combinada con expectativas racionales.
Un procedimiento típico ha sido formular versiones deterministas del modelo
de Kydland y Prescott, que serán usadas para análisis contrafácticos a mediano
plazo, agregar una estructura estocástica ad hoc que permita una rica dinámica
en el corto plazo. Hoy en día, algunas organizaciones disponen de completas
versiones operacionales de los modelos de ciclos económicos al estilo de Kydland
y Prescott, que incorporan dinámica completa a corto plazo27. Un enfoque alternativo, aunque estrechamente relacionado, ha sido buscar formas de resumir
los modelos de Kydland y Prescott propiamente dichos usando (sistemas de
formas reducidas aproximados) que son fáciles de analizar y por lo tanto, constituyen herramientas convenientes para el análisis de políticas (véase, por ejemplo,
Woodford, 2003 y Schmitt-Grohé y Uribe, 2003). La tecnología de computación
ha definido la frontera del programa de investigación de Kydland y Prescott y
los rápidos avances recientes de esta tecnología han expandido considerablemente la capacidad de resolver y estimar versiones sumamente complejas de
nuevas teorías de ciclos económicos.
27
Para una aplicación a proyecciones a corto plazo, véase del Negro y Schorfheide
(2004).
216
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Literatura relacionada
El núcleo del modelo de ciclos económicos reales es un modelo de crecimiento
neoclásico con decisiones óptimas en cuanto a ahorro. Cass (1965) y Koopmans
(1965) agregaron decisiones de ahorro óptimas al planteamiento neoclásico de
Solow, aunque no elaboraron modelos para la oferta de trabajo. Los impactos
estocásticos fueron introducidos en el modelo de crecimiento óptimo por Brock
y Mirman (1972), pero su modelo no fue objeto de una interpretación de equilibrio y no se empleó para analizar ciclos de corto plazo impulsados por la tecnología. En sus primeras contribuciones a la literatura iniciada por Kydland y
Prescott, Long y Plosser (1983) examinaron comovimientos a través de sectores
debido a impactos tecnológicos agregados y acuñaron el término “ciclos económicos reales”. Bruno y Sachs (1979) analizaron los impactos de la oferta, pero
no dentro del contexto de un modelo macroeconómico completamente dinámico
y estocástico, fundamentado sobre bases microeconómicas. En forma más general, el enfoque de Kydland y Prescott del análisis de ciclos económicos está
asociado a los primeros artículos de Frisch (1933) y Slutsky (1937), que mostraron
cómo el ajuste de una economía a una secuencia de impactos aleatorios puede
dar origen a fluctuaciones cíclicas reminiscentes de los ciclos económicos.
Lecturas recomendadas
Aunque más bien técnicamente exigentes, los artículos originales de Kydland y
Prescott de 1977 y 1982 se pueden recomendar ampliamente. Varios de sus primeros artículos sobre consistencia en el tiempo y política macroeconómica están
reimpresos en Persson y Tabellini (1994). Para un estudio de esta investigación,
véase Drazen (2000). Para lecturas sobre la teoría de ciclos económicos de
Kydland y Prescott, véase el volumen realizado por Cooley (1995), que contiene
una serie de estudios sobre diferentes aspectos de los ciclos económicos reales.
King y Rebelo (2000) presentan una revisión actualizada integral, mientras que
Prescott presenta una introducción no técnica en el tema.
Real Academia de Ciencias de Suecia / Contribución de F. Kydland y E. Prescott a la macroeconomía…
217
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Obras reseñadas
Obras reseñadas
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 225-227 • ISSN: 0005-4720
Arturo Uslar Pietri
Sumario de economía venezolana para alivio de estudiantes
Caracas: Banco Central de Venezuela, Colección Memoria de la Economía Venezolana,
Serie Textos Pioneros, cuarta edición, 2006, p. 300.
Presentación: Isbelia Sequera Tamayo
En 1966 fue el año cuando se celebró el centésimo aniversario del nacimiento
de Arturo Uslar Pietri, ciudadano ilustre, intelectual de prestigio nacional e internacional y hombre público que prestó destacados servicios a la nación venezolana. Con motivo de ello, el Banco Central de Venezuela se unió a la serie de
actos conmemorativos que se realizaron en honor a él.
La Revista BCV dedicó su suplemento: Biblioteca del Pensamiento Económico
a la reproducción de una serie de ensayos y artículos publicados por Uslar a lo
largo de su dilatada existencia de casi un siglo y también acordó reeditar el libro
Sumario de economía venezolana para alivio de estudiantes, que fue una de
las primeras obras venezolanas o quizás la primera, destinada a ser usada como
libro de texto en la asignatura universitaria de Economía Política que estaba incluida en el plan de estudios de la Facultad de Derecho de la Universidad Central
de Venezuela. Posteriormente se creó la Escuela Libre de Economía en 1938 y
entre sus propulsores estuvo Arturo Uslar Pietri.
En el prólogo de la primera edición del Sumario, publicada en 1945, el doctor
Uslar confiesa:
…estos apuntes, en su primera versión, fueron hijos de la necesidad. Cuando un
día de 1937, hube de encargarme de la Cátedra de Economía Política de la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Venezuela, me encontré con que
la vida económica de Venezuela no comparecía en el campo de aquel curso. Los
textos usuales eran extranjeros y cuando hablaban de experiencias monetarias
se referían siempre al dólar o al franco, sin que por ninguna parte asomara un
atisbo siquiera de los complejos fenómenos que determinan el valor del bolívar
en el mercado de cambio….
226
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Es decir esta obra, sin muchas teorizaciones, sistematizó un conocimiento de gran
valor sobre la realidad de la estructura y funcionamiento de la economía venezolana, del perfil ocupacional de su población y del espacio donde se cumplían
las actividades económicas. Además se suministró un conjunto de estadísticas,
de referencias geográficas e históricas que esclarecían la visión sobre el país.
La presentación de esta edición publicada por el Banco Central de Venezuela,
estuvo a cargo de la doctora Isbelia Sequera Tamayo, ex presidenta de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, distinguida economista y reconocida
intelectual venezolana, quien es autora de una extendida bibliografía, que no
sólo cubre el campo de la economía sino también el de la creación.
El enfoque utilizado por la doctora Sequera nos suministra una visión integral
del hombre, el político y el intelectual que fue Arturo Uslar Pietri y cuando se
circunscribe a la obra misma, Sumario de economía, emplea una manera de
acercarse a la materia tratada en ella que discrimina los grandes temas abordados
en el libro, es decir, el medio físico, el medio social, el problema de la producción, los transportes, la moneda, los precios, el comercio exterior, la balanza de
pagos y el ingreso, y el producto nacional. Pero no se limita a un simple resumen
sino que incluye observaciones de carácter crítico que le confieren a la presentación un atractivo sesgo para el lector.
El desarrollo del libro contiene los siguientes ítems: prólogo a la segunda edición,
prólogo a la primera edición, ambos firmados por Arturo Uslar Pietri. En el prólogo a la segunda edición vale la pena destacar el reconocimiento a los economistas que colaboraron con él para dicha edición. Dice el doctor Uslar Pietri:
…la tarea de preparar y poner al día esta edición me ha sido posible llevarla a
cabo gracias a la desinteresada y eficiente colaboración de los economistas Hernán
Avendaño Monzón, Domingo F. Maza Zavala y Bernardo Ferrán, que no se limitaron a reunir los datos y las cifras correspondientes al tiempo corrido entre las
dos emisiones, sino que llevaron su aporte hasta la reelaboración completa de
los capítulos relativos a los precios, el comercio exterior, la balanza de pagos y
el ingreso y productos nacionales, convirtiéndose en los verdaderos coautores
de esta obra.
Los otros capítulos desarrollan los siguientes aspectos: el medio físico, el medio
social, el problema de la producción, los transportes, la moneda, los precios, el
comercio exterior, la balanzas de pagos e ingreso y producto nacional. Contiene
también un apéndice integrado por los discursos que pronunció el doctor Uslar
Pietri cuando se instaló la Escuela Libre de Ciencias Económicas y Sociales y al
incorporarse a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales.
El doctor Uslar Pietri está también ligado a la historia de la creación del Banco
Central de Venezuela, por cuanto perteneció al tren ejecutivo de los gobiernos
Arturo Uslar Pietri / Sumario de economía venezolano, para alivio de estudiantes
227
de los generales presidentes Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita,
administraciones gubernamentales que estimularon la creación y desarrollo del
Instituto. Al doctor Uslar le correspondió, entre otras participaciones, decir el
discurso de orden en el acto de instalación de la primera piedra del edificio
sede que se construía en esa época para el Banco Central de Venezuela.
El libro que reseñamos actualmente constituye un singular aporte del instituto
para los lectores actuales y para los investigadores que siguen el proceso evolutivo de nuestra sociedad y economía.
Recomendamos su lectura y estudio.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 229-230 • ISSN: 0005-4720
Lourdes Urdaneta
Participación económica de la mujer y distribución del ingreso
Caracas: Banco Central de Venezuela, Colección Memoria de la Economía Venezolana,
Serie Desde el BCV, segunda edición, 2006, p. 288.
Presentación: Jorge E. Portillo
Participación económica de la mujer y distribución del ingreso es una obra escrita por Lourdes Urdaneta, ex presidenta de la Academia de Ciencias Económicas
de Venezuela y reconocida docente e investigadora universitaria perteneciente
al personal jubilado del Banco Central de Venezuela. La primera edición de este
libro se hizo en 1986 y se reedita dentro de la Colección Memoria de la Economía Venezolana, en atención al propósito que anima esta colección, cual es retomar y difundir obras agotadas que en criterio del Banco Central se consideran
una contribución fundamental para la percepción, comprensión y explicación
de los fenómenos, materias y procesos socioeconómicos con proyección nacional
e internacional.
Una medulosa presentación escrita por el economista Jorge E. Portillo, meritorio
especialista del Banco Central de Venezuela, precede al contenido del texto. En
la presentación se asegura, a nuestro juicio muy adecuadamente, que esta obra
“No sólo fue pionera en los estudios de género, sino que se mantiene como una
referencia obligada en este tema”. Afirma así mismo el presentador, que “la obra
combina una aguda realidad conceptual sobre el problema, con un riguroso
trabajo empírico”. Ambas aseveraciones resumen dos cualidades que adornan
y enaltecen el trabajo que ahora reseñamos.
El protagonismo de la mujer en el mundo contemporáneo ha tenido repercusión
en todos los planos de la vida social y un avance incontenible en la reivindicación de sus derechos y en el papel de ella en la construcción de una sociedad
en la cual prive la equidad, la justicia y la fraternidad.
En el campo socioeconómico se ha despertado un interés creciente por el estudio
y consideración de los derechos y aportes de la mujer en el progreso y la consolidación de la doctrina, el conocimiento, la economía y la política. Uno de los
resultados obtenidos es el desarrollo de los estudios acerca de la economía de
género hogar y el registro macroeconómico contable de sus productos en bienes
230
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
y servicios. Dentro de esa línea de investigación, de estudio y de acción se inscribe el trabajo de la doctora Urdaneta, que “se propone medir la parte del ingreso
nacional que corresponde al trabajo de la mujer. Contiene, por lo tanto dos vertientes: la de contabilidad nacional y la que atañe a la actividad de la mujer”.
Ambos aspectos son motivos de una intensa discusión que se produce en la
esfera académica, en los organismos especializados y en el medio político. Los
registros de las contabilidades nacionales han pasado a ser documentos de gran
utilidad para los gobiernos en el diseño, ajuste y ejecución de su política económica, porque en ellos existe una representación de la realidad que puede ser
enmendada mediante la aplicación de instrumentos técnicos de política
económica.
El desarrollo de la materia contenida en el libro está organizado en una introducción y cinco capítulos. En la introducción se tocan aspectos generales que
sirven de prolegómeno al primer capítulo, en el cual se plantea el problema por
investigar y se hace mención del marco conceptual, el alcance económico y social, la teoría de la distribución, unidades de cálculo, justificación de la estimación
y otros aspectos que sustentan teóricamente el estudio. En el capítulo dos se
hace la caracterización del pensamiento económico y social que directa o indirectamente han tenido como tema el trabajo femenino y sirve de base del pensamiento actual. Se inicia esta revisión con Aristóteles, se continúa con los
pensadores del medioevo, los clásicos, los socialistas e individualidades como
John Stuart Mill entre otros nombres. El capítulo tres trata del trabajo femenino.
Tanto el que se realiza en el mercado como el que se efectúa en el hogar. El capítulo cuatro se refiere a la valoración del trabajo femenino, a las metodologías
para calcular su valor, a las fuentes estadísticas de información y a la metodología
que debe emplearse. Finalmente, el capítulo quinto contiene una aplicación
práctica mediante la comparación de la situación de 1980 con la de 1983, referida
al caso venezolano. Este capítulo como el anterior muestra resultados numéricos
de la investigación.
Se recomienda la lectura y estudio de este importante libro.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 231-233 • ISSN: 0005-4720
Bernardo Ferrán
Los precios del petróleo
Caracas: Banco Central de Venezuela, Colección Memoria de la Economía Venezolana,
Serie Desde el BCV, tercera edición, BCV 2006, p. 439.
Presentación: Policarpo A. Rodríguez
Los precios del petróleo fue publicado por primera vez en 1940 en las ediciones
del Banco Central de Venezuela. Es un libro que a pesar de casi sesenta años de
haber sido escrito y puesto en circulación, mantiene gran vigencia dado que presenta el fenómeno central objeto de estudio –el petróleo– con una visión integral
conectada con distintos problemas de la economía, planos y ramas del conocimiento tales como la contabilidad social, la formación de los precios de un recurso
agotable, el carácter rentístico de la producción petrolera, la cualidad energética
del bien, la actuación de la Ley de Entropía en el proceso económico, etc.
Su autor, el doctor Bernardo Ferrán, es un acreditado economista que ha compartido su vida y su tiempo profesional entre la enseñanza universitaria, la investigación y el desempeño técnico en el Banco Central de Venezuela, donde
ingresó en la década de los años cuarenta del siglo xx e inmediatamente se inclinó
por el estudio de las cuentas nacionales, convirtiéndose en un pionero de esta
especialidad, en la esfera nacional e internacional. La creación de la Organización
de Naciones Unidas (ONU) le confirió importancia y significación a esta materia
en el Nuevo Orden Internacional surgido al término de la Segunda Guerra Mundial. La era de posguerra estuvo signada, entre otros objetivos, por la promoción
de la programación económica global del desarrollo aupada por la Comisión
Económica para América Latina (Cepal) e impulsada por los estados
nacionales.
Cepal originó un cuerpo de doctrinas que fueron objeto de investigación y estudio en las academias, en los centros gubernamentales de carácter económico
y en las organizaciones políticas, que de una u otra manera tenían que ver con
la planificación indicativa, como un instrumento para alcanzar el progreso, superar la pobreza y vencer al subdesarrollo.
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
Bernardo Ferrán ha sido un incansable trabajador intelectual que ha tenido al
Banco Central de Venezuela de cuna y centro de sus desvelos, hasta el punto
que continúa sirviéndole hoy al Instituto en el siglo xxi con igual vigor, lucidez
y dedicación que como lo hizo el siglo anterior con la generación fundadora del
BCV siendo un joven profesional de la economía. Él ha sido justamente reconocido por su alta calidad de experto internacional, que ha estado presente en
organismos multilaterales y en universidades de excelencia en distintos países.
El asunto que aborda con especial pericia constituye un punto neural de la sociedad venezolana y de la mundial. El nivel de los precios del petróleo determina
la dinámica de los procesos económicos y políticos de las naciones del planeta.
El petróleo ha sido un arma geopolítica de los países metropolitanos desarrollados y recientemente ha comenzado a ser utilizado con igual carácter condicionante desde y dentro de la órbita de los países subdesarrollados de América.
La creación de la OPEP y los cambios institucionales más inmediatos en las naciones del tercer mundo, determinaron un cambio en la dinámica de los procesos
que derivan de una sociedad hambrienta de energía fósil.
Estamos de acuerdo con la afirmación hecha en la contraportada del libro que
reseñamos y por ello la transcribimos textualmente:
La reedición de esta obra por el Banco Central de Venezuela, es un acierto dada
la densidad del enfoque y el tratamiento integral que el autor hace del tema. Su
discurso no se circunscribe a lo teórico y abstracto del análisis de la formación
del precios, sino que sitúa y relaciona la circunstancia que entraña el petróleo y
su explotación en nuestra sociedad y en el contexto universal.
La organización del contenido se estructura en tres partes. La primera, está integrada por capítulos que abordan consecutivamente el planteamiento del problema, las formas de precios y algunas características de la producción petrolera.
La parte segunda igualmente está compuesta por tres capítulos: estadísticas,
estimaciones y balances; contabilidad privada y contabilidad social. La parte
tercera comprende las teorías de la renta; el pensamiento de algunos teóricos
de la economía; el enfoque neoclásico de los precios; la ley de la entropía y la
teoría económica, y por último, conclusiones, notas y una amplia bibliografía.
Esta importante obra está presentada por el economista Policarpo A. Rodríguez,
especialista de los estudios en petróleo, docente investigador de la Universi­dad Central de Venezuela y autor de extensa trayectoria, personal jubilado del
Banco Central de Venezuela. Entre sus obras están: Petróleo en Venezuela, ayer
hoy y mañana (2006); Principales aspectos de la nacionalización petrolera en
Venezuela (1974); Reversión, participación y nacionalización (1973) y Criterios
para determinar los precios y costos del petróleo en el comercio internacional
(1972).
Bernardo Ferrán / Los precios del petróleo
233
La presentación que hace Rodríguez es extensa, rigurosa, enjundiosa y esclarecedora. Valora en sus justos términos la obra que estudia y analiza pero también
evidencia, anota, juzga y calibra las transformaciones ocurridas en el contexto
de la economía petrolera nacional y mundial, añadiendo hechos y procesos
cumplidos en años posteriores a la publicación de la obra escrita por Ferrán.
Delinea el contexto de la situación actual que presenta la industria petrolera y
su entorno político. Su lectura es altamente recomendable y permite al estudioso
establecer comparaciones que resultan beneficiosas para un mejor conocimiento
de la compleja realidad y dinámica de la economía del petróleo.
JMC
Revista BCV • Vol. XXI, N° 1. Caracas, enero-junio 2007, pp. 235-236 • ISSN: 0005-4720
John Conrad Ortiz Manwaring
Habilidad de exposición en público para organizaciones
Athena Press: Londres, Inglaterra, Reino Unido, 2005, p. 123, 5 anexos
El autor es economista y psicólogo clínico. Se desempeña como asesor en el
Banco Central de Venezuela y su libro está orientado a formular una propuesta
a través del diseño de un programa de adiestramiento acelerado, para que los
profesionales y ejecutivos de las organizaciones, adquieran o perfeccionen en
breve tiempo, su capacidad y fluidez en las exposiciones públicas a que se ven
compelidos en el desempeño de sus tareas gerenciales.
Se ha hecho una práctica usual en las políticas de formación de personal de las
organizaciones empresariales modernas, destinar crecientes recursos financieros
para el adiestramiento de su personal, con el propósito de elevar la calidad y
desempeño de sus empleados y de esta manera incidir favorablemente en la
calidad de los bienes y servicios producidos. Como es sabido, en todo lugar de
trabajo las personas deben relacionarse entre sí al desarrollar sus tareas diarias,
es decir, interactuar y establecer relaciones de carácter personal que muchas
veces van más allá de las que imponen las distintas funciones que cumplen en
la organización. Tales relaciones contribuyen a favorecer un clima interno positivo, que robustece el espíritu de cuerpo y estimula su identificación con los
principios y fines que animan a la institución a la cual sirven, sea esta privada
o pública, hasta el punto de considerarse los trabajadores parte de ella.
Las comunicaciones exitosas, bien sean verticales u horizontales, captan la atención de los dirigentes de la institución porque de ellas depende el funcionamiento
efectivo y el alcance de buenos resultados. Tal como lo expresa el autor:
…la comunicación es indispensable para coordinar y guiar el trabajo; en especial,
en los niveles gerenciales de la organización. En estos niveles el comunicar haciendo exposiciones sobre diversos tópicos de trabajo, es una actividad rutinaria
de gran impacto para la planificación, coordinación y toma de decisiones.
En la organización, un buen expositor puede promover planes, programas, proyectos, productos e ideas, en forma efectiva y conveniente.
Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
236
El contenido de este texto es producto de una investigación aplicada, en cuya
primera parte titulada conceptualizaciones, se caracteriza las habilidades sociales
los componentes conductuales e inherentes a ellas y se muestra la necesidad
de atender y resolver las carencias de habilidades sociales. También se abordan
las técnicas de adiestramiento, las modalidades de trabajo en grupo y se propone
una definición de la habilidad social de hablar en público.
La segunda parte expone los aspectos metodológicos de la investigación que
se realizó en una empresa industrial, con el fin de medir la eficacia y efectividad
del programa propuesto y culmina mostrando los resultados, las conclusiones,
limitaciones, recomendaciones a que se arriba. La obra presenta una extensa
bibliografía y un amplio conjunto de anexos que sirven como modelos para
utilizar en el programa de adiestramiento de exposición al público, en el resumen
de la entrevista inicial, en la hoja de evaluación conductual, en el auto registro
de respuestas de ansiedad y finalmente presenta un cuadro sinóptico que resume
un modelo simplificado que toma en cuenta historias de aprendizajes, el ambiente físico-social y habilidades sociales.
En palabras del autor:
…este libro constituye una respuesta a esa necesidad [habilidad de realizar exposiciones efectivas] y, para ello, ofrece una propuesta que consiste en un programa de entrenamiento acelerado, para que los profesionales y ejecutivos de
las organizaciones adquieran en muy corto tiempo la habilidad de efectuar, en
forma adecuada, exposiciones en público.
El doctor Ortiz ha tenido la oportunidad de aplicar en el BCV esta política y el
correspondiente programa de adiestramiento que sirve de objeto de estudio en
el libro del cual es autor. Concretamente ello ocurre cuando Ortiz participa como
mentor, instructor y facilitador en la preparación de voluntarios del Instituto que
vienen formándose para el desarrollo de una amplia campaña con alcance nacional de explicaciones e inducción del significado y efecto del proceso de reconversión monetaria, coordinada por el Banco y difundida en cooperación con
otros entes públicos.
Se recomienda la consulta y estudio de la obra reseñada, dada la exploración
y aplicación que se hace de la metodología científica en este campo y la utilidad
práctica de los modelos que se exponen para el estudio de esta problemática.
JMC
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Información editorial
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La Revista BCV es una publicación semestral arbitrada del Banco Central de
Venezuela. Desde sus orígenes contiene estudios especializados sobre temas
económicos, financieros, bancarios, monetarios, jurídicos y sociales asociados
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Revista BCV / Vol. XXI / N° 1 / 2007
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en el mismo año, se debe añadir un orden alfabético (Vivancos, 1998a). Si la
referencia va entre comillas, el número de la página debe aparecer a continuación de la fecha, según el siguiente ejemplo: (Maza Zavala, 1987:239), o cuando
son varias páginas: (Lago Rodríguez, 2001:193-195). Los datos completos de
las referencias deben ser colocados en orden alfabético al final del artículo,
indicando apellidos del autor o los autores con las iniciales de los nombres
propios, año de publicación entre paréntesis y demás datos editoriales, de la
siguiente manera, según el caso:
Clemente, L. (2001). “Crecimiento, apertura comercial y desempeño sectorial”, en Valecillos, H.
y Bello, O., coords., La economía contemporánea de Venezuela, pp. 7-92, Caracas, BCV.
González Fabre, R. (1998). Justicia en el mercado. La fundamentación ética del mercado según
Francisco de Vitoria, Caracas, Conicit-Universidad Católica Andrés Bello.
Ocampo, J.A. (2001). “Retomar la agenda del desarrollo”, Cuadernos del Cendes, año 18,
n° 46, enero-abril, pp. 1-20, Caracas.
• Una vez que se verifique el cumplimiento de estas normas, el Consejo Editorial
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en la cual se ha publicado su artículo y diez separatas del mismo.
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La publicación con modificaciones menores
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