Instituto Tecnológico de Costa Rica Universidad Nacional Universidad Estatal a Distancia Doctorado en Ciencias Naturales para el Desarrollo Énfasis en Gestión de Recursos Naturales EVALUACIÓN Y VALORACIÓN DE TIERRAS RURALES EN EL MARCO DE LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE GUATEMALA Mario Eddy Díaz Visquerra Instituto Tecnológico de Costa Rica Ciudad de Guatemala, Marzo 2015 Instituto Tecnológico de Costa Rica Universidad Nacional Universidad Estatal a Distancia EVALUACIÓN Y VALORACIÓN DE TIERRAS RURALES EN EL MARCO DE LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE GUATEMALA Tesis sometida a consideración del tribunal evaluador como requisito para optar al grado de Doctor en Ciencias Naturales para el Desarrollo con énfasis en Gestión de Recursos Naturales Sustentante: Mario Eddy Díaz Visquerra Director de tesis: Dr. Eddi Alejandro Vanegas Chacón Ciudad de Guatemala, Marzo 2015 Instituto Tecnológico de Costa Rica Universidad Nacional Universidad Estatal a Distancia EVALUACIÓN Y VALORACIÓN DE TIERRAS RURALES EN EL MARCO DE LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE GUATEMALA Tesis sometida a consideración del tribunal evaluador como requisito para optar al grado de Doctor en Ciencias Naturales para el Desarrollo con énfasis en Gestión de Recursos Naturales Sustentante: Mario Eddy Díaz Visquerra Tribunal examinador: 1. Dr. Freddy Araya Rodríguez, quien preside Postgrados _____________________ 2. Dr. Eddi Vanegas Chacón, Director de tesis _____________________ 3. Dr. Luis Sierra Sierra, Asesor de tesis _____________________ 4. Dr. Ruperto Quesada Monge, Asesor de tesis _____________________ 5. Dra. María Cascante Prada, Coord.DOCINADE _____________________ RESUMEN En la República de Guatemala la tenencia, uso y acceso a la tierra es uno de los principales móviles del desarrollo de los procesos político-sociales y económicos que iniciaron en la Época Colonial 1523 a 1821, el establecimiento del latifundio- minifundio durante la Reforma Liberal de 1871, la Revolución de 1944, la Reforma y Contrareforma Agraria de 1952 a 1955, el conflicto armado de 1960 a 1996 y la firma de los Acuerdos de Paz, que conllevó a la creación del Fondo de Tierras en 1999, institución que actualmente regula el acceso a la tierra rural. Sin embargo, catorce años después, todavía se carece de métodos e instrumentos que permitan evaluar y valorar las tierras rurales de manera técnica y científica para facilitar su acceso y garantizar su uso racional. Lo anterior permitió establecer el efecto de las políticas agrarias guatemaltecas sobre la tenencia, uso y cobertura de las tierras rurales a nivel de casos de estudio. Bajo las premisas de la Ley de Transformación Agraria entre 1964 y 2010 existió un cambio de uso y cobertura de la tierra, de forestal a agropecuaria, en las comunidades izabaleñas de Sechina 42%, La Ensenada 46,2% y Cerro San Gil 48,6%, donde se promovieron sistemas de aprovechamiento agrario que conllevaron al sobre-uso de las tierras en 42%, 78% y 30%, respectivamente. La adquisición de tierras vía créditos, Ley de FONTIERRAS de 1999, a la fecha entregó 266 fincas a 20 000,00 beneficiarios, de las cuales el 46% fueron canceladas en los términos contractuales, siendo que el restante generó deuda agraria de $ 41,3 millones por créditos no pagados. La capacidad de uso de las tierras se constituyó en una de las principales causas de la deuda, cuya calidad agrológica en promedio fue de 23,82% para agricultura sin limitaciones, 14,42% para agricultura con mejoras y 61,76% para actividades relacionadas con otros usos. Consecuentemente, canceladas las propiedades, 80% sufrieron cambios de tenencia colectiva a individual, 27,08% vendió alguna fracción y 83,33% de los compradores fueron externos a los beneficiarios. Ante la ausencia legislativa de métodos para evaluar tierras rurales por capacidad de uso, se compararon las metodologías locales del Instituto Nacional de Bosques basada en aspectos físicos del suelo y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación basada en cartografía, mediante el estudio de 22 fincas ubicadas en los departamentos de Izabal y Chimaltenango. Se consideró como variable el área correspondiente a cada una de las diferentes unidades de capacidades de uso de la tierra, se realizó prueba de Levene para la igualdad de varianzas, prueba i de t para la igualdad de medias y concordancia a través del coeficiente de correlación de Lin. Se concluyó que la aplicación de una u otra metodología conlleva a resultados diferentes, lo que puede afectar positiva o negativamente la planificación y desarrollo de proyectos productivos de diversa índole. Por lo que se propuso un protocolo de caracterización físico – química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de la tierra con base en las metodologías del Ministerio de Agricultura y Ganadería - Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas de Costa Rica e Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia. Este se validó en Finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz, se identificaron suelos de textura arcillosa, estructura en bloques, bien drenados, sujetos a inundación en partes bajas. Suelos agrícolas de fertilidad potencial alta con CIC >20 Meq/100g, con excelente condición microbiológica (materia orgánica > 5%) en perfil diagnóstico, pH ligeramente ácidos (5,3-5,6), con baja saturación de bases. Se observó incremento de arcilla y detrimento de nutrientes, materia orgánica y pH en función de la profundidad del suelo. Las tierras por capacidad de uso se clasificaron en Clase III (23,55%), Clase IV (20,49 %), Clase V (31,42%), Clase VIII (22,82%) y el restante son área urbana y cementerio de la aldea Buena Vista. Se determinaron modelos econométricos mixtos de valoración de tierras rurales, con base en el estudio de 64 fincas a nivel nacional. Se estudiaron las variables cualitativas (región geográfica, tipo de acceso, luz eléctrica, agua potable, fuentes de agua, centros educativos) y cuantitativas (área, distancia a mercados municipales, departamentales, cabecera departamental, ciudad capital, capacidad de uso de la tierra). Mediante el módulo GLM del programa de cómputo SAS versión 9,1 se determinaron 12 ecuaciones para estimar precios considerando región geográfica, tipo de acceso, área y distancia a cabecera departamental con α 5% y R2 de 0.80. Finalmente se propuso el método de mérito y demérito sobre el precio comparativo de mercado en función del valor de la tierra por capacidad de uso, validado en Finca El Rejón, departamento de Sacatepéquez. Se determinó que existe variación entre el precio de mercado $ 2 444 278,28 y el precio por capacidad de uso de la tierra $ 995 169,05, en términos teóricos, equivalente al monto crediticio para el financiamiento de la finca, de conformidad con la política de FONTIERRAS. ii ABSTRACT In the Republic of Guatemala ownership, use and access to land is one of the main motives for the development of political, social and economic processes that began in the Colonial Period 1523-1821, the establishment of large estates-smallholding during the Liberal Reform of 1871, the Revolution of 1944, the Agrarian Reform and Counter-Reform 1952-1955, the armed conflict in 1960-1996 and the signing of the Peace Agreements, which led to the creation of the Land Fund in 1999, the institution that currently regulates rural land access. However, fourteen years later, it still lacks methods and tools to evaluate and appraise rural lands from technical and scientific manner to facilitate access and ensure their rational use. The effect of Guatemalan agricultural policies on ownership, rural land use and coverage was studied through case studies. Under the premises of the Law of Agrarian Transformation between 1964 and 2010 there was a change of use and land cover, from forest to agriculture, in Izabal’s communities Sechina 42%, La Ensenada 46,2% and Cerro San Gil 48,6%, where agricultural use systems led to land over-use in 42%, 78% and 30% respectively. Land acquisition via credit, Law of FONTIERRAS 1999, to date delivered 266 farms to 20 000, 00 beneficiaries, from which 46% were canceled under contractual terms, the remaining being generated agrarian debt of $ 41,3 million due to unpaid credits. The land use capability constituted one of the main causes of debt, whose agricultural quality on average was 23,82% for agriculture without limitation, 14,42% for agriculture with soil conservation practices and 61,76% for other uses. Consequently, canceled the properties, 80% were unchanged collective tenure to individual, 27,08% sold some fraction and 83,33% of buyers were external to the beneficiaries. In absence of a legislation to evaluate rural land use capability, the local methodologies of the National Institute of Forests based on soil physical aspects and the Ministry of Agriculture, Livestock and Food based on mapping were compared, through the study of 22 farms in the departments of Izabal and Chimaltenango. The variable was the area corresponding to each of the different units of land use capability, Levene test was performed for equal variances, t test for equality of means and concordance by the correlation coefficient of Lin. It was concluded that the application of one or another methodology leads to different results, which can positively or negatively affect the planning and development of productive projects of various nature. iii A soil chemistry and semi-detailed land use capability protocol was carried out based on the methodologies of the Ministry of Agriculture - Ministry of Natural Resources, Energy and Mines of Costa Rica and the Geographical Institute Agustín Codazzi of Colombia. The protocol was validated in Finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz, clayey soils were identified, block structure, well drained, subject to flooding in low areas. High potential soil fertility CIC> 20 Meq/100g, with excellent microbiological status (organic matter> 5%) in diagnostic profile, slightly acidic pH (5.3 to 5.6), with low saturation of bases. Clay, nutrients, organic matter and pH increased with soil depth. The land use capability was classified into class III (23,55%), Class IV (20,49%), Class V (31,42%), Class VIII (22,82%) and the remaining area were urban and cemetery of Buena Vista village. Econometric mixed models to valuate rural lands were determined based on the study of 64 farms nationwide. Qualitative variables (geographic region, type of access, electricity, drinking water, water sources, schools) and quantitative (area, distance to local markets, departmental, departmental capital, capital city, land use capability) were statistically studied. Using the GLM module of the computer program SAS version 9,1, 12 equations to estimate prices were determined considering geographic region, access type, area and departmental distance with α 5% and R2 of 0.80. Finally a method of merit and demerit on the comparative market price versus the land use capability price were compared. This method was validated in Finca El Rejon, department of Sacatepéquez. It was determined that there is variation between the market price $ 2,444 278,28 and the land use capability price $ 995 169,05, in theoretical terms, equivalent to the loan amount to finance the farm in concordance with the FONTIERRAS policy. iv CONTENIDO Página I II 2.1 2.2 2.3 2.4 III IV 4.1 4.2 V 5.1 5.2 VI VII I II 2.1 2.2 2.3 2.4 2.5 2.6 III IV V VI VII I II Introducción general Objetivo general Capítulo I Políticas Agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra Introducción Marco Teórico La situación agraria en la Época Colonial La situación agraria en la Época de Independencia La situación agraria en la segunda mitad del siglo XX La política y el derecho agrario producto de los Acuerdos de Paz Objetivo Específico Materiales y Métodos Ley del INTA (1964-1999) Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha) Presentación y Discusión de Resultados Ley del INTA (1964-1999) Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha) Conclusiones Referencias Bibliográficas Capítulo II Comparación metodológica de Evaluación de Tierras por capacidad de uso Introducción Marco Teórico Evaluación de tierras rurales y uso sostenible Evaluación cualitativa Métodos multifactores Evaluación cuantitativa Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso del Instituto Nacional de Bosques (INAB) Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso USDA Modificada para Guatemala (MAGA) Objetivo Específico Materiales y Métodos Presentación y Discusión de Resultados Conclusiones Referencias Bibliográficas Capítulo III Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras Introducción Marco Teórico v 1 3 4 5 6 6 8 10 12 14 15 15 15 17 17 21 25 26 29 30 32 32 32 33 34 36 37 38 39 41 45 46 49 50 51 CONTENIDO 2.1 2.2 2.2.1 2.2.2 2.2.3 III IV V VI VII I II 2.1 2.2 2.3 2.4 2.5 2.6 2.7 III IV V 5.1 5.2 5.3 5.4 5.5 VI VII I II 2.1 2.2 2.3 2.4 2.4.1 Estructura del sistema de clasificación de las tierras por capacidad de uso Presentación de las Clases, Subclases y Unidades de Manejo de clasificación De las tierras por capacidad de uso Clases de capacidad de uso Subclases de capacidad de uso Unidades de Manejo de capacidad de uso Objetivo Específico Materiales y Métodos Presentación y Discusión de Resultados Conclusiones Referencias Bibliográficas Capítulo IV Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por región geográfica Introducción Marco Teórico Mercado de tierras en Guatemala La regionalización del mercado de tierras El precio de la tierra rural Oferentes y la oferta de tierras La valoración de tierras agrícolas Métodos de los precios hedónicos El método estadístico multivariado, su interpretación y limitaciones Objetivo Específico Materiales y Métodos Presentación y Discusión de Resultados Relaciones Precio x Área Modelación de escenarios de predicción Análisis del efecto de las variables independientes sobre el precio de la tierra La linealización del modelo potencial Precio x Área Modelo económico multivariado con variables cuantitativas y cualitativas Por región geográfica Conclusiones Referencias Bibliográficas Capítulo V Método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso Introducción Marco Teórico Perfil ideal del valuador La práctica valuatoria Fundamentos del valor Enfoques y métodos de valuación de tierras rurales Mayor y mejor uso vi Página 53 54 54 56 57 59 60 62 69 70 72 73 75 75 75 76 76 77 78 80 82 83 85 85 87 88 89 90 92 94 97 98 100 100 100 101 102 102 CONTENIDO 2.4.2 2.4.2.1 2.4.2.2 2.4.2.3 2.4.3 2.5 2.5.1 2.6 III IV V 5.1 VI VII Los métodos de valuación de tierras rurales Avalúo físico Aval de productividad Aval de mercado Características específicas de las tierras rurales Premisas sobre clasificación de tierras rurales por capacidad de uso Valoración de las tierras por capacidad de uso El informe del avalúo Objetivo Específico Materiales y Métodos Presentación y Discusión de Resultados Valoración física de finca El Rejón, Sacatepéquez Conclusiones Referencias Bibliográficas Conclusiones generales Anexos vii Página 103 103 103 104 105 106 106 108 109 110 113 113 117 118 120 122 LISTA DE CUADROS Página 1 2 3 1 2 3 4 5 1 2 1 2 1 2 3 4 Capítulo I Políticas Agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra Situación de los créditos otorgados vía Fideicomiso de FONTIERRAS 1999 a la fecha ($1 equivale a Q 7,69) Capacidad de uso y uso actual de la tierra de fincas adquiridas bajo la política del FONTIERRAS, 1999 a la fecha División y venta parcial de las fincas, ya canceladas Capítulo II Comparación metodológica de Evaluación de Tierras por capacidad de uso Ubicación geográfica de las fincas estudiadas Homologación de metodologías, en unidades de capacidad de uso de la tierra Interpretación del coeficiente de correlación de Lin Unidades de Capacidad de Uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por método INAB (2000) y MAGA (2002) Intensidad de uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por método INAB (2000) y MAGA (2002) Capítulo III Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras Variables para la categorización de la capacidad del uso de tierras Descripción edáfica del perfil modal Capítulo IV Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por región geográfica Información base para los escenarios de modelación de predicción de precios (área en hectáreas y precio en Quetzales/hectárea; $ 1 equivale a Q 7,69) Intercepto, Coeficiente del LN área, coeficiente del LN distancia a cabecera departamental, por región geográfica, con o sin acceso asfaltado Capítulo V Método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso Factores de ponderación en fincas con base en la capacidad de uso de las tierras Factores de ponderación en la obtención del valor de fincas, considerando la sub-clase de capacidad de uso de las tierras Escala de valores de tierras según la situación y viabilidad de circulación Demérito de la tierra por capacidad de uso viii 21 23 24 39 40 40 42 44 58 65 87 91 110 111 112 116 LISTA DE FIGURAS Página 1 2 3 1 2 3 1 2 3 1 2 Capítulo I Políticas Agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra Comunidad Sechina, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010 Comunidad La Ensenada, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010 Comunidad Cerro San Gil, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010 Capítulo III Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras Factores de restricción del uso de la tierra Ortofoto y delimitación de la finca (A), unidades de muestreo (B), unidades de muestreo verificadas en campo (C) Mapa de capacidad de uso de las tierras (A), mapa de zonificación física de las tierras (B), finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz 18 19 20 57 64 68 Capítulo IV Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por región geográfica Relación Precio x Área para todas las fincas estudiadas Precio estimado x Área por región geográfica Linealización de la relación Precio x Área para todas las fincas 85 87 89 Capítulo V Método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso Variación del tipo y de la intensidad máxima de utilización de la tierra sin riesgo de erosión acelerada en función de las clases agrológicas Capacidad de uso de la tierra Finca El Rejón, Sacatepéquez, Guatemala 107 115 ix LISTA DE ANEXOS 1 2 3 4 5 6 Análisis estadístico de homogeneidad de varianzas y prueba de t por unidad de capacidad de uso de las tierras con significancia bilateral del 5% Descripción del perfil modal de las unidades de mapeo 2,3, y 4 de Finca Sactelá, Cobán Alta Verapaz Análisis de suelos, de cada perfil modal, Finca Sactelá, Cobán Alta Verapaz Ubicación geográfica de la muestra de 64 fincas Distribución por región geográfica de las 64 fincas muestreadas Información base de las 64 fincas como “input” a la modelación econométrica x Página 122 123 126 130 132 133 I. INTRODUCCIÓN GENERAL La estructura agraria de Guatemala es consecuencia de diferentes hechos históricos ocurridos desde la Época Colonial hasta la actualidad. La situación de inseguridad jurídica sobre la tenencia de la tierra sumado a la necesidad de acceso a la misma, reflejan parte de esa dinámica compleja. Se careció de un catastro por más de un siglo a partir de la creación del Registro General de la Propiedad en 1887, como consecuencia se ha generado una serie de problemas ante formas variadas, contradictorias e imprecisas de integración jurídica-espacial de las tierras rurales en el territorio nacional. Hace más de cuatro décadas se iniciaron los procesos de colonización de tierras nacionales en la Franja Transversal del Norte y Petén, a través de Política de Transformación Agraria de 1962, focalizándose en dotar de tierras del Estado a pequeños productores. A partir de mediados de la década de los años 80, las políticas de entrega de tierras públicas nacionales dan lugar a las políticas de acceso a la tierra por la vía del mercado, es decir que el Gobierno pasa a comprar tierras que posteriormente son vendidas a grupos de campesinos organizados, a quienes se les entregó únicamente títulos provisionales que nunca fueron inscritos en el Registro General de la Propiedad, por lo que carecieron de seguridad de los derechos de propiedad. Los Acuerdos de Paz suscritos entre 1991 y 1996, con la finalidad de poner fin definitivamente al conflicto armado interno que azotó a la República de Guatemala y sus habitantes durante más de treinta y seis años, pretenden ser el marco regulatorio de las relaciones sociales, con el objetivo último de lograr el bien común y la igualdad de oportunidades para todos los habitantes del país. Dentro de los Acuerdos de Paz se encuentran “Los Acuerdos sobre aspectos socioeconómicos y situación agraria”, que son el marco para el desarrollo de una política agraria y de regulación de la tenencia, uso y cobertura de la tierra en Guatemala. Los acuerdos buscaron promover cambios legislativos para el establecimiento de un sistema de registro-catastro orientado a la seguridad jurídica de la tenencia de la tierra, así como facilitar su acceso por parte de las comunidades y sectores de la población que fueron más afectados por el conflicto armado interno. Con base en lo anterior, después de la Firma de los Acuerdos de Paz se creó el marco legal e institucional con el propósito de dar respuesta a estas aspiraciones sociales, creando el Fondo de Tierras (FONTIERRAS) en 1999. El modelo promovido de acceso a la tierra es vía mercado y se basa en el otorgamiento de créditos para la compra de tierras a grupos campesinos organizados. El acceso a la tierra bajo las políticas agrarias anteriormente descritas, 1 muchas veces ha carecido de certeza jurídica y espacial de la propiedad, así como de estar sujetas a fuertes críticas por la sobrevaloración económica de las mismas, las cuales no han resultado adecuadas para la producción agrícola y el desarrollo de las comunidades, provocando actualmente la “deuda agraria”. Años después de la creación de esta institucionalidad agraria en el país, a la fecha, no existen los instrumentos y métodos que permitan evaluar y valorar las tierras rurales de manera técnica y objetiva para facilitar el acceso, tenencia y garantizar el uso de acuerdo a las capacidades agrológicas de la tierra y en armonía con el medio ambiente. La presente investigación aporta instrumentos institucionales que permiten evaluar y valorar tierras rurales bajo principios técnicos que garantizan la calidad agrológica de las tierras ofertadas al FONTIERRAS y permiten un uso económico y ambientalmente sostenible. En el Capítulo 1, se hace referencia a las políticas agrarias guatemaltecas desde la Época Colonial hasta la actualidad, ilustrando a través de casos de estudio en forma cronológica, el efecto de las políticas de la Ley del INTA y del FONTIERRAS sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra. En el Capítulo 2, se comparan los métodos locales INAB y MAGA de capacidad de uso de las tierras, con objeto de establecer fortalezas y debilidades en la aplicabilidad de la calificación de tierras con fines de planificación agropecuaria y forestal. En el Capítulo 3, se propone un protocolo de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras, para identificar de mejor manera las propiedades edáficas y calidad agrológica de las tierras ofertadas al FONTIERRAS. En el Capítulo 4, se determinan modelos econométricos de valoración de tierras rurales, a nivel nacional por región geográfica, considerando variables cuantitativas y cualitativas como área, distancia a mercados y acceso, entre otras. Por último en el Capítulo 5, se presenta una propuesta de valoración de tierras rurales por capacidad de uso de las tierras, meritando o demeritando el precio de mercado de las tierras en función de su calidad agronómica, con objeto de garantizar un precio justo al momento de la compra y el uso agropecuario y forestal en función de las calidades de la tierra. 2 II. OBJETIVO GENERAL Proponer métodos de evaluación y valoración de tierras rurales en el marco de las políticas agrarias guatemaltecas. 3 CAPÍTULO I Políticas agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de las tierras rurales 4 I. INTRODUCCIÓN La tenencia, uso y cobertura de la tierra en Guatemala es producto de hechos históricos paralelos al surgimiento y desarrollo del Estado, desde la época colonial. La tierra era fundamental para la reproducción del Estado Colonial, ya que poseer tierra era tener el poder económico, social y político, pues era el factor primordial para la satisfacción de las necesidades de vida y fuente de riqueza (Bertrand, 1996). Razón por la que los monarcas castellanos iniciaron un proceso de reparto de tierras, partiendo del principio de lealtad, que fue la afirmación y confirmación de sus derechos jurídicos e inalienables sobre los territorios recién descubiertos, de esa cuenta los indígenas fueron despojados de sus tierras y fueron obligados a reconocer un nuevo orden legal, bajo el binomio de la propiedad comunal y privada de la tierra (Hurtado, 2014). Seguido de la propiedad clerical de la Época de Independencia 1821 (Cambranes, 1986). Para finales del siglo XIX, bajo la Reforma Liberal de 1871 se reemplazó el modelo económico y la tenencia de la tierra ahora por la relación latifundio y minifundio, que trajo consigo no solo modalidades sobre la tenencia, sino también sobre el uso y cobertura de la tierra, así como de las relaciones laborales en las áreas rurales del país (Palma-Murga, Taracena & Baumeister, 2004). Modelo apadrinado por dictaduras militares, que concluyó parcialmente con la llamada Revolución de Octubre de 1944. Posteriormente ocurre el periodo de reforma y contrareforma de los años 1952-1955, que concluyó nuevamente en la relación latifundio – minifundio (Handy, 1996). Otras políticas son la Reforma Agraria de 1956, que estableció zonas de desarrollo para establecer comunidades agrarias minifundistas, luego surge la Ley de Transformación agraria de 1962 y sus modificaciones, la firma de la paz y la creación del Fondo de tierras en 1999 (PalmaMurga, 2007). Políticas que han repercutido históricamente en efectos sobre la tenencia, uso y cobertura vegetal del país, modificando el paisaje y generando conflictividad entre actores, que aun cuando han sido promulgadas para asegurar un futuro mejor, no han cumplido a cabalidad con esa visión. Esta investigación presenta casos de estudio de como las políticas agrarias de la Ley del INTA, cambiaron la forma de tenencia, uso y cobertura de la tierra en las comunidades agrarias de Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil en Izabal y como la Ley de FONTIERRAS se ha implementado como parte de los Acuerdos de Paz, en relación a la adquisición de tierras rurales vía mercado, la sostenibilidad de las comunidades agrarias y el ¿por qué? de la deuda agraria en Guatemala. 5 II. MARCO TEÓRICO 2.1 La situación agraria en la Época Colonial Bajo el contexto de la Época Colonial, la Corona estableció cinco principios fundamentales que determinaron el desarrollo del latifundismo en el reino de Guatemala (Arana, 2005): a) El señorío de la Corona sobre toda la tierra de las provincias conquistadas en su nombre: este principio no era otra cosa que el derecho de la Corona a la tierra por la conquista. La conquista fue esencialmente un proceso violento de apropiación de tipo económico, por ende, que suprimió automáticamente el derecho de propiedad de los nativos sobre sus tierras, pero que no se lo dio automáticamente a los conquistadores, como podría suponerse. Sólo el Rey cedía o vendía tierra, toda posesión se derivaba de una cesión o venta original de la Corona. Cualquier tierra que el Rey no haya vendido o cedido era tierra realenga y le pertenecía al Rey y no podía ocuparse ni usarse sin incurrir en delito de usurpación. b) La tierra como aliciente de la conquista y la colonización: la Corona española, imposibilitada para sufragar las expediciones de conquista como empresas estatales, las estimuló como empresas privadas con el aliciente de ofrecerles a los conquistadores una serie de ventajas económicas en las provincias que conquistasen. c) La tierra como fuente de ingresos para la monarquía: pago a la Corona por posesión de tierras reales o tierras indígenas usurpadas. La monarquía comenzó a dictar órdenes encaminadas a que todos los propietarios de tierras que presentaran sus títulos. Las propiedades rústicas serían medidas para comprobar si se ajustaban a las dimensiones autorizadas en aquellos documentos. En todos los casos en que se comprobara que había habido usurpación de tierras realengas el Rey se avenía a cederlas legalmente si los usurpadores aceptaban pagar una suma de dinero por concepto de “composición”. En caso contrario, era preciso desalojarlas para que el Rey pudiera disponer de ellas. d) La preservación de las tierras de indios: para garantizar la reproducción de la fuerza de trabajo y el pago de tributos. Este principio de la política agraria colonial fue la que propicio el establecimiento de las “Tierras Comunales de Indios” al hacerse la gran organización definitiva de las colonias, ya que fueron creados los pueblos de indios completamente distintos de los poblados prehispánicos, que fueron desmantelados para crear estas nuevas concentraciones. Todos los pueblos de indios fueron dotados desde su creación con dos clases de tierras: las 6 llamadas ejidos también de pastos y ejidos o montes y pastos, y las llamadas tierras comunales también comunes de labranza, de sementera o de labranza y sementera. e) Bloqueo agrario de los mestizos: operaba al margen de la ley, ya que las Leyes de Indias en lo referente a las tierras no hacen discriminación de los mestizos, sin embargo, consistió en la sistemática negación a que los mestizos gozarán de medios de producción y de la creación de centros poblados especiales para los ladinos (Villas) al igual como le fueron dotados a los pueblos de indios. El proceso de producción estaba basado en la explotación de la tierra en latifundios para el establecimiento de grandes estancias de ganadería y haciendas trigueras a favor de los conquistadores y posteriormente colonos, mediante el trabajo forzado, pago de tributos y formación de los pueblos de indios, características esenciales del modelo colonizador. El latifundio era toda propiedad que se caracteriza por su gran extensión territorial, independientemente de que estuviera total o parcialmente cultivada (Bertrand, 1996). La política proteccionista colonial hacia los indios, derivan de las Leyes Nuevas de 1542 que establecieron (Cambranes, 1986): a) El asentamiento nucleado urbano como prerrequisito para el ejercicio de los derechos y el cumplimiento de las obligaciones. Estableció la República de españoles y la República de indios. b) Separación étnica con su correlato geográfico: ciudades y villas para españoles, pueblos para indios y barrios y pueblos para negros y mulatos. Ricos comerciantes revalorizaron la propiedad agraria al organizar las primeras explotaciones agrícolas como empresas agroexportadoras que se dedicaron a producir y comercializar trigo, azúcar y añil a gran escala. En esta primera evolución pudo advertirse el paulatino acaparamiento de buenas tierras por parte de los colonialistas pudientes que condujo a una diferenciación entre los latifundistas, comenzando a destacarse entre ellos, aquellos que pensaban más en la rentabilidad que en la productividad, ya que por medio de la inversión de capital, introducción de tecnología apropiada y la aplicación de métodos empresariales de comercialización se llegó a la época de oro del añil (Fernández, 2003). Este fenómeno económico, aunque parezca prematuro, bien puede tomarse como el inicio de la modernización de la agricultura que se da en el siglo XVIII y que toma un acelerado desarrollo con la caficultura, en la segunda mitad del siglo XIX. El cambio de uso de la tierra para la producción y exportación de estos productos extensivos, principalmente en las tierras de la Costa Sur, 7 influyeron definitivamente sobre la cobertura de la tierra, que pasó de bosques latifoliados a monocultivos (Bertrand, 1996). 2.2 La situación agraria en la Época de Independencia Durante la época de independencia del régimen Liberal (1821), existió un tipo de propiedad poco investigada en la historia agraria de Guatemala, que también condujo al desarrollo del latifundismo colonial, como lo fue la propiedad clerical. En este período de la historia también destacaron las órdenes religiosas como los grandes terratenientes en 1818 (apenas tres años antes de la independencia), tendrían en su poder 914 haciendas y 910 trapiches. Este latifundismo corporativo, llamado "de manos muertas" por Cambranes (1996b), igual que la gran propiedad privada individual, tuvo su origen en la adquisición de tierras realengas, operaciones de compras y composiciones, transmisiones y donaciones piadosas, lográndose desarrollar gracias a las paulatinas usurpaciones de tierras comunales. Las favorables vías de comunicación del período prehispánico, el clima, la existencia de recursos hídricos y ante todo, poblaciones indígenas aptas de ser incorporadas al trabajo, favorecieron grandemente la expansión de los latifundios religiosos coloniales (Palma-Urrutia, 1996). El escenario histórico del desarrollo de la estructura de la propiedad de la tierra en Guatemala en la primera mitad del siglo XIX, especialmente a partir de 1821, año en que el país logra su independencia política de España, está marcado por la pugna por el poder entre liberales y conservadores (Cambranes, 1996b). En 1824 se promulga la Constitución de la República Federal de Centro América y en 1825 la Constitución Política del Estado de Guatemala, ambas redactadas a la luz de la ideología liberal, estableciendo el principio de ciudadanía, reconociendo como “ciudadanos” a los que ejercitan alguna profesión útil o tengan medios conocidos de subsistencia de manera individual, lo que significa que deja fuera a la mayoría de la población indígena (Cambranes, 1996c). El régimen liberal estableció los principios que justificaron la privatización de las tierras comunales, las tierras baldías y las ejidales. Se emiten varios decretos encaminados a eliminar las tierras comunales y ejidales, y se buscaba fortalecer la lógica de las políticas liberales, cuyo principio fundamental era la propiedad privada de la tierra, se concebía a la tierra comunal como un atraso y una causa de la baja productividad (Cabrera, 2002). En este período de la historia de Guatemala surgieron los criollos terratenientes y la pequeña burguesía, 8 los latifundios y la burguesía agraria, todo esto en el marco de leyes conservadoras sobre la tenencia de la tierra. El cultivo del añil y posteriormente el café, configuran el territorio en lo económico y lo social (Cambranes, 1996a). Las tierras comunales son expropiadas y grandes masas de campesinos son obligados a ocupar tierras de vocación forestal (Gramajo, 2008; Luján, 2008). Posteriormente, la legislación agraria de 1938-1940, buscó facilitar una relación armoniosa entre Estado y las comunidades campesinas, se volvió a permitir a las comunidades indígenas que mantuvieran sus ejidos y que adquirieran más tierras a titulo comunal (Cambranes, 1996b). Según Palma-Urrutia (1996), las formas de propiedad en el período de 1825 a 1871 estaban constituidas por: a) Cooperativa: propiedad comunal (ejidos y comunes), propiedad eclesiástica (latifundios). b) Privada: latifundios de criollos y extranjeros (muchas veces en forma de sociedades anónimas), medianas propiedades de criollos y mestizos o ladinos, minifundios pertenecientes a mestizos o ladinos. c) Estatal: baldíos, tierras de barbecho y bosque. En 1871 entró en vigencia el régimen liberal, la situación agraria y latifundista cambió, pero no favoreció al indígena o campesino guatemalteco y afectó en gran medida a la Iglesia Católica, ya que la misma fue despojada de sus bienes, incluyendo grandes extensiones de tierras que pasaron a poder de los cafetaleros y cultivadores de caña de azúcar, se desmantelaron los pueblos de indios y se les arrebataron las tierras comunales de donde obtenían el recurso para el pago de tributos. Es a partir de aquí, que se inició el proceso de desamortización de la propiedad eclesiástica y especialmente, después de 1871 cuando los Liberales iniciaron el proceso de expropiación de las tierras de las comunidades indígenas, la propiedad de la tierra experimentó un salto cualitativo en su desarrollo, porque se liquidaron los restos feudales coloniales que impedían la completa transformación burguesa de la propiedad rural. Fue la época en que se comenzaron a formar los latifundios neocoloniales y las grandes plantaciones de café de carácter capitalista, las llamadas “fincas” (Cambranes, 1996a). El capital extranjero, especialmente alemán, se encargó a su vez, de convertir la gran propiedad de la tierra feudal colonial en propiedad capitalista (Wagner, 2007). Como consecuencia de las medidas de la Reforma Liberal, se consolida el binomio minifundio-latifundio. Es a partir de este contexto, que el gobierno de Justo Rufino Barrios, emite el Reglamento de Jornaleros como ley que obliga a los indígenas a 9 prestar servicios agrícolas en las fincas cafetaleras y se impone el trabajo forzado para la creación de infraestructura con la finalidad de facilitar el transporte de los nuevos productos de exportación hacia los puertos marítimos. Según Palma-Urrutia (1996) en diez años el país quedó convertido en un conjunto de plantaciones cafetaleras, el café se convirtió en el único producto de exportación, para 1881 representó el 98% de las exportaciones. Aquí se configura la sociedad liberal y el estado finquero, en 1873 se creó el Registro General de la Propiedad y con ello, se promovió la privatización acelerada de la tierra y la ocupación de los baldíos y tierras comunales. 2.3 La situación agraria en la segunda mitad del siglo XX A principios de los años cincuenta se planteó la Reforma Agraria en la República de Guatemala, reforma demandada, no sólo en el interior del país, debido a la enorme desigualdad de la distribución de la tierra (80% de las tierras estaban en manos de terratenientes y se dedicaban a monocultivos para la exportación), sino también, por distintos organismos internacionales (Brockett, 1996). En ese sentido, en 1949 los Estados Unidos Americanos planteaban ante la O.N.U. la necesidad de realizar reformas agrarias en países subdesarrollados y dos años después, señalaba que la reforma agraria era urgente en Guatemala. Dentro de este contexto favorable el gobierno presidido por Jacobo Arbenz aprobaba en junio de 1952 la Reforma Agraria que constituyó sin duda alguna, el fenómeno social más revolucionario de la historia de Guatemala, ya que en su corto período de aplicación (tan sólo dos años) se logró redistribuir cerca del 20% del total de tierras cultivables del país, beneficiando al 24% de la población sin tierras (Palma-Cruz, 2007). Esta situación, unida al nuevo contexto internacional de “Guerra Fría” y al temor de la propagación del comunismo ante los recientes sucesos acaecidos en la República de Cuba hicieron que la respuesta no se hiciese esperar y en 1954 el llamado “Ejército de Liberación” derrocaba el gobierno de Arbenz y ponía en práctica una contrarrevolución en el sentido estricto, una total involución social, política y económica que frenó el desarrollo democrático del país y retrotrajo a Guatemala a un pasado que se creía superado (Handy, 1996). El nuevo orden establecido conllevó el abandono de reforma agraria y el restablecimiento de la situación anterior, es decir, la expulsión de los colonos de los predios recién adquiridos y su devolución a los finqueros. La impopularidad de esta medida y la necesidad de pacificar a la población indígena y campesina, hizo que el nuevo gobierno militar 10 desarrollase un nuevo programa de distribución de tierras estatales. La Reforma agraria de 1956 y la Ley de Transformaciones Agrarias de 1962 (Ley del INTA) fueron los instrumentos legales de las nuevas políticas agrarias. Una de las innovaciones era la creación de las zonas de Desarrollo Agrario en territorios despoblados del norte del país, dando lugar a lo que posteriormente se denominaría como la “Franja Transversal del Norte” (un cinturón de 9 000,00 km2 que comprende parte de los Departamentos de Izabal, Alta Verapaz, Quiché y Huehuetenango. La Ley del INTA, que regulaba aspectos importantes dentro de la vida agraria del país, definía por tanto una auténtica política de colonización mediante la expropiación de tierras ociosas propiedad del Estado y en principio, poco adecuadas para el uso agrícola, ya que su puesta en cultivo suponía la deforestación del bosque tropical húmedo (entre 1970 y 1992 más de 752 000,00 ha de bosque cambiaron de uso), sin embargo, este nuevo reparto de tierras, lejos de beneficiar al campesinado como había ocurrido durante la Reforma Agraria de Arbenz, benefició a finqueros y oficiales del ejército, así como a determinadas multinacionales, como la empresa Exmibal, filial de la Internacional Nickel Company, así como a otros grandes productores de carne bovina, energía hidroeléctrica y producción de petróleo (Handy, 1988). Esta situación y el deterioro del nivel de vida de la mayoría de las comunidades rurales durante los años sesenta hicieron surgir una serie de organizaciones guerrilleras con el objeto de movilizar a la población del campo y llevar a cabo una reestructuración radical de la sociedad guatemalteca. La respuesta del gobierno a las demandas campesinas fue una política de represión que se agudizó a finales de la década de los setenta, cuando se decidió utilizar una estrategia de “tierra arrasada”, consistente en destruir las comunidades indígenas, asesinando a sus dirigentes y expulsando a los supervivientes hacia la frontera mexicana o su reasentamiento en nuevos poblados controlados por el ejército (Chicas, 2008). El resultado fue que en los treinta y seis años que duró el enfrentamiento armado más de doscientas mil personas fueron asesinadas, alrededor de un millón de personas tuvieron que buscar refugio en los países fronterizos y más de cuatrocientas veinte aldeas fueron devastadas. Respecto a la política y el derecho agraria impulsado por el Estado, la Reforma Agraria fue totalmente abandonada en beneficio de un grupo oligárquico directamente vinculado con intereses comerciales internacionales, lo que supuso un freno para el desarrollo económico, político y social de Guatemala condenándola a una situación de subdesarrollo que se mantiene hasta la actualidad (Herrán, 2010). 11 2.4 La política y el derecho agrario producto de los acuerdos de paz En diciembre de 1996 el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca firmaron los Acuerdos de Paz, dentro de los cuales tuvieron especial relevancia el Acuerdo Socioeconómico y Agrario, en el que se señala la necesidad de facilitar el acceso a tierras productivas a la población indígena campesina desposeída, así como los Acuerdos sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas y el de Reasentamiento, donde se subraya el papel fundamental que tiene la tierra dentro del proceso de pacificación. A través de estos Acuerdos se definen los objetivos básicos que deben tener las políticas agrarias nacionales (Herrán, 2010): a) La necesidad de implantar un mercado de tierras que permita la transformación de la tenencia y el uso de la tierra. b) El fomento de la participación de organizaciones indígenas y campesinas como principales beneficiarios en la toma de decisiones. c) La conciencia de la importancia de la regularización en la tenencia y seguridad sobre la propiedad de las tierras adjudicadas por el Estado en los últimos cuarenta años, por lo que es indispensable fortalecer los derechos de posesión a través de instrumentos como el registro de la propiedad y la formación de un catastro nacional. d) La resolución de conflictos provocados por la tenencia de la tierra. Con esta finalidad se formaría posteriormente la Dependencia Presidencial de Asistencia Legal y Resolución de Conflictos (CONTIERRA) e) La recuperación de las tierras estatales de la Franja Transversal del Norte de las que se habían adueñado fraudulentamente los terratenientes y el ejército durante la dictadura militar, así como la recuperación, compensación y resarcimiento de tierras comunales que habían sido despojadas de las poblaciones indígenas. Para la consecución de estos propósitos, un año después a la firma de los Acuerdos de Paz, se creó la Comisión Institucional para el Desarrollo y Fortalecimiento de la Propiedad de la Tierra “Protierra”, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, encargada de coordinar la política gubernamental y lograr la ejecución de los programas y proyectos que se implementaron en ese sentido, entre ellos el catastro. Además se dictaron una serie de leyes en las que debía basarse la política agraria y la construcción del nuevo Derecho Agrario de la República, entre las que cabe destacar las siguientes (Herran, 2010): 12 a) Ley de Fondo de Tierras: cuya función era facilitar el acceso a la tierra mediante créditos para la compra-venta voluntaria de las mismas, así como proporcionar asesoría técnica a los beneficiarios para iniciar el proceso productivo en la tierra comprado. Esta ayuda económica estaba principalmente destinada a la población desmovilizada y retornada. b) Ley del Registro de Información Catastral: el proyecto de elaboración del Plan de Catastro nacional tenía como finalidad la legislación y reglamentación de todos los bienes inmuebles del país y la relación de sus propietarios o poseedores. Se trata de un proyecto a largo plazo que requería una inversión multimillonaria ($ 300 millones de dólares americanos) por lo que era conveniente el apoyo técnico y financiero de la cooperación internacional. c) Ley de Regularización: el escaso desarrollo del concepto de derecho de propiedad y la inexistencia de catastro, creaban múltiples problemas en el agro guatemalteco, de este modo, aunque desde un punto de vista formal toda la tierra tenía dueño, no ocurría lo mismo desde un punto de vista jurídico, por lo que cientos de miles de familias campesinas están ocupando tierras de las que no tienen el reconocimiento de su posesión, ni mucho menos su legítima propiedad. La Ley de Regularización acometía acabar con esta situación ya que toda vez que la elaboración del catastro permitiese conocer cuál era la situación del terrazgo, debían promoverse una serie de normas jurídicas que facilitaran acceder a la propiedad de la tierra, a todos aquellos que la venían ocupando de forma precaria. d) Ley de Jurisdicción Agraria y Ambiental: a través de esta se regulan las funciones del Consejo Nacional de Áreas Protegidas, creado en 1989 y se establecen las medidas de protección en la Reserva de la Biosfera Maya. 13 III. OBJETIVO ESPECÍFICO 3.1) Establecer efectos de las políticas agrarias guatemaltecas sobre la tenencia, uso y cobertura de las tierras rurales. 14 IV. MATERIALES Y MÉTODOS 4.1) Ley del INTA (1964- 1999) Para determinar el efecto de las políticas de transformación agraria sobre el uso y cobertura de las tierras rurales, se realizó un estudio del uso y cobertura de la tierra entre 1964 a 1999 y su repercusión al 2010, en tres comunidades agrarias del departamento de Izabal: Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil. Se utilizaron indicadores espaciales de las fotografías aéreas HUNTING 1962; DGC-1956, 1958 y 1960; MARK HURD 1964; IGN-1982; IGM-1984 y 1990; JICA-IGN-2001; Ortofotos-2006; imagen satelital LANDSAT7-2010, para realizar un proceso de fotointerpretación mediante estereoscopia que permitió la delimitación de los usos existentes de las tierras, diferenciándolos en tres grandes periodos 1964 a 2006 y 2010. Las fotografías fueron integradas de forma digital por medio del software Adobe Photoshop (versión 7) creando una sola imagen, abarcando así la extensión del perímetro de cada comunidad. Se procedió a la georeferenciación de las imágenes mediante el software (ArcGis 9,3), proceso que permitió obtener una transformación partiendo de la manipulación, el escalado y giro de la imagen digital para una adecuación adaptada a la realidad espacial. Partiendo de las imágenes geo-referenciadas de cada comunidad se crearon shapes de tipo polígono para delimitar los componentes de los usos y coberturas de la tierra utilizando como base la información obtenida en el proceso de estereoscopia, según la codificación: 1= bosque, 2= agricultura, 3= habitacional y 4= agua. Finalmente se generaron mapas de cada comunidad sectorizadas en tres periodos, años 1964, 2006 y 2010, lo cual permitió establecer espacialmente y cuantitativamente la distribución de usos y cobertura de la tierra. Así mismo, se realizaron estudios de capacidad de uso de la tierra según Klingebiel y Montgomery (1961), para contrastarlos con el uso de la tierra y determinar la intensidad de uso, identificando uso correcto, sub-uso y sobre-uso. 4.2) Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha) Para determinar el efecto de la política de acceso a la tierra vía mercado del “Fondo de Tierras” a partir de 1999, se realizó una revisión de archivos en el propio Fondo de Tierras, con lo que se efectuó: a) Un análisis del estado del crédito de las fincas adquiridas vía mercado a través del fideicomiso del Fondo de tierras: censo sobre el total de las 266 fincas. 15 b) Una identificación de las causas que han generado la deuda agraria. b-1) Factores institucionales. b-2) Capacidad de uso e intensidad de uso de la tierra: estudio de una muestra aleatoria estratificada de 69 fincas en estado de mora crediticia, del total de 143. b-3) Servicios asociados al desarrollo integral de las comunidades. c) El seguimiento post-pago de la propiedad y destino de las tierras: estudio de una muestra aleatoria estratificada de 65 fincas ya canceladas, del total de 123. 16 V. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 5.1) Ley del INTA (1964 -1999) El estudio de la dinámica del uso y cobertura de la tierra de las comunidades agrarias Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil, ubicadas en la franja transversal del Norte que fueron beneficiarias de la política de transformación agraria, Ley del INTA se presenta a continuación: a) Según el análisis de la dinámica del uso y cobertura de la tierra en la comunidad Sechina para el año de 1964, cuando inicia la política de transformación agraria en el país, se tenía una cobertura forestal del 91,6% de su área total, sin embargo en el año 2010, la cobertura forestal ya se había reducido a un 49,6% de su área como resultado del avance de la frontera agrícola. Según el estudio de capacidad de uso de la tierra, 1,68% es para sistemas silvopastoriles, 3,42% para forestal de producción y 94,82% de vocación forestal de protección. La intensidad de uso indicó que 68,98% están en uso correcto y 30,44% en sobre-uso por agricultura limpia, principalmente maíz. b) En la comunidad la Ensenada para el año de 1964 ya se tenía solo un 59% de su área total con cobertura forestal; sin embargo al año 2010, la cobertura forestal ya se había reducido a un 13% de su área como resultado principalmente del cambio de uso del suelo para ganadería extensiva. Según el estudio de capacidad de uso de la tierra el 8,6% de las tierras tienen capacidad para sistemas silvopastoriles y el restante 91,46% son de vocación forestal de protección. De conformidad con la intensidad de uso 36,10% % tiene uso correcto, 32,49% sobre-uso, por ganadería extensiva y 29,12% están subutilizados c) En la comunidad de Cerro San Gil, en el año de 1958, previo a iniciar la política de transformación agraria en el país, se tenía una cobertura forestal del 98% de su área total; sin embargo al año 2010, la cobertura forestal ya se había reducido a un 49% de su área como resultado del avance de la frontera agrícola. Según el estudio de capacidad de uso de la tierra 17,58% son de vocación para agricultura con mejoras, 43,28% para cultivos agroforestales, 9,21% para forestal de producción y 29,92% para forestal de protección. Con base en el estudio de intensidad de uso de la tierra, 38,93% está en uso correcto, 46,86% en sobre-uso y 40,35% en sub-uso. 17 Año 1964 Año 2006 Año 2010 Figura 1. Resumen 1964 a 2010 Comunidad Sechina, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 - 2006 - 2010 Fuente: Elaboración propia 18 Figura 2. Año 1964 Año 2006 Año 2010 Resumen 1964 a 2010 Comunidad La Ensenada, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010 Fuente: Elaboración propia 19 Año 1958 Año 2006 Año 2010 Figura 3. Comunidad Cerro San Gil, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010 Fuente: Elaboración propia 20 Durante el periodo de la Ley del INTA, las fincas Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil fueron degradadas y mal utilizadas, sin tener un programa de zonificación del uso agropecuario y forestal de la tierra. 5.2 Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha) a) Con base en el Decreto 41-99, creación del Fondo de Tierras, se han adquirido mediante créditos colectivos 266 fincas por un monto aproximado de Q 690 millones de quetzales ($ 89,73 millones de dólares americanos). La figura jurídica que asumieron los beneficiarios organizados para obtener inicialmente un crédito con el Fondo de Tierras fue la de Empresa Campesina Asociativa (40%), Asociación Civil (40%), Comité (12%), Sindicatos y Cooperativas (3%) y otras 5%. La forma de entrega de las fincas fue propiedad colectiva. La distribución de las fincas de acuerdo a su estado crediticio para el periodo de 1999 a la fecha, se presenta en el Cuadro 1. Cuadro 1. Situación de los créditos otorgados vía Fideicomiso de FONTIERRAS 1999 a la fecha ($1 equivale a Q 7,69) No. de fincas 123 31 14 61 11 24 2 266 Estado del crédito Monto (Q) % con relación al monto Cancelados totalmente Con pagos al día En periodo de gracia En mora con pagos En mora sin pagos En cobro administrativo En cobro judicial Total 133 253 463,43 19,30 0,00 % con relación al saldo de capital 0,00 103 414 03,29 14,97 24 304 808,31 7,65 17 862 301,13 2,59 8 327 960,73 2,62 39,62 163 649 323,89 51,51 273 601 662,24 Salida de Capital 61 933 035,18 8,9 44 887 182,85 14,13 98 169 214,46 14,21 74 799 564,89 23,55 98 169 214,46 0,34 1 711 261,03 0,54 1,00 317 680 101,70 1,00 690 604 277,73 Fuente: Elaboración propia 21 De los 266 créditos otorgados a grupos organizados y/o comunidades agrarias, 123 fueron pagados (46%), utilizando parte del subsidio que FONTIERRAS les otorgó complementándolo con recursos provenientes de los beneficiarios. Las otras 143 fincas se encuentran en diferentes estados de crédito (54%), totalizando Q 317,6 millones de quetzales ($ 41,3 millones de dólares americanos). Un análisis más minucioso de los créditos en cartera muestra que son 98 créditos que se encuentran en situación de mora (37%), de los cuales 24 ya se encuentran en cobro administrativo y 2 en cobro judicial. b) Las causas que generaron la deuda agraria, mediante la política del Fondo de Tierras fueron: b-1) Factores institucionales La implementación de un nuevo modelo de acceso a la tierra vía mercado representó un proceso de aprendizaje institucional que se tradujo en adquisición de fincas que no han resultado ser adecuadas para la producción agrícola sostenible y el desarrollo integral de las comunidades. La falta de instrumentos técnicos y métodos para evaluar y valorar las tierras para la compra provocaron que muchas de éstas fincas han carecido de certeza jurídica y espacial de la propiedad, de capacidades productivas que limitan el manejo sostenible de las actividades agropecuarias y forestales, así como de estar sujetas a fuertes críticas por la sobrevaloración económica de las mismas. La institucionalidad ha funcionado en medio de la falta de una Política de Desarrollo Rural Integral que ha limitado la provisión de servicios a las comunidades creadas, en los territorios adquiridos por las poblaciones beneficiadas. b-2) La capacidad de uso de las tierras de las fincas adquiridas Se refiere a las variables físico, químicas, biológicas del suelo, condiciones topográficas y biofísicas que determinan el mayor y mejor uso de las tierras con fines de conservación de suelos. Se presenta los resultados de la capacidad de uso y uso actual de una muestra de 69 fincas que están en situación de mora y forman parte de la deuda agraria descrita anteriormente. Se determinó que el área de estas 69 fincas es de 20 128,00 hectáreas; de las cuales el 23,82% (Clase I y II) son aptas para agricultura sin limitaciones; el 14,42% (Clases III y IV) para agricultura con mejoras; el 1,13% (clase V) para pastizales; el 12,80% para sistemas agroforestales (Clase VI) y el 47,70% para uso forestal (Clases VII y VIII). Además el 6,83% de estas fincas son improductivas, principalmente por problemas de inundación o infertilidad de suelos, Cuadro 2. 22 Cuadro 2. Capacidad de uso y uso actual de la tierra de fincas adquiridas bajo la política del FONTIERRAS, 1999 a la fecha Capacidad de Uso de la tierra Clase I Clase II Clase III Clase IV Clase V Clase VI Clase VII Clase VIII Totales Total (ha) 23,90 4 769,96 2 675,24 227,66 256,38 2 575,85 7 378,47 2 221,41 20 128,86 % Agricultura (ha) 0,12 23,70 13,29 1,13 1,27 12,80 36,66 11,04 100,00 23,90 5 553,91 1 696,29 139,20 164,11 1 738,81 1 487,62 709,89 11 513,73 % 0,12 27,59 8,43 0,69 0,82 8,64 7,39 3,53 57,20 Cobertura Forestal (ha) % 0,00 0,00 681,43 3,39 651,57 3,24 19,11 0,09 12,21 0,06 600,23 11,04 2 326,48 11,56 1 442,21 7,16 5 733,25 28,48 Áreas Improductivas (ha) 0,00 396,68 94,84 38,45 68,55 42,93 732,49 1,44 1 375,37 % 0,00 1,97 0,47 0,19 0,34 0,21 3,64 0,01 6,83 Fuente: Elaboración propia b-3) Servicios asociados al desarrollo integral de las comunidades La falta de servicios básicos en algunas de las fincas adquiridas ha limitado la capacidad de pago de las familias al verse obligadas a destinar parte de los ingresos generados para satisfacer estas necesidades. Como resultado de esta insatisfacción de servicios básicos, principalmente la del agua para consumo humano y luz eléctrica, provocó la deserción de familias de los grupos originales, lo cual redujo también la capacidad de atender los compromisos de la deuda crediticia. c) Seguimiento post-pago de la propiedad y destino de las tierras En relación a la división de la propiedad y/o venta total o parcial de las fincas, una vez que estas ya fueron canceladas se determinó que de una muestra de 65 fincas, el 80% de beneficiarios dividió las fincas en parcelas familiares y las tasas más altas se manifiestan en las regiones de Occidente y las Verapaces, donde tradicionalmente debería existir mayor tradición comunal, Cuadro 3. 23 Cuadro3. División y venta parcial de las fincas, ya canceladas Cobertura por región No. División de la Se vendió propiedad entre parte Vendido Vendido % beneficiarios de la Finca Comunero Particular Particular Si % Si % Central 12 6 50,00 1 08,33 0 1 100,00 Izabal 3 1 33,33 0 0,00 0 0 0,00 Verapaces 18 14 77,78 1 08,33 0 1 100,00 Occidente 18 18 100,00 3 16,67 1 2 66,67 Petén 14 11 79,00 11 79,00 4 7 64,00 Total 65 42 80 16 27,08 5 11 69 Fuente: Elaboración propia Del total de las 65 fincas estudiadas, el 27,08% ya vendió alguna fracción de la finca, en el 83,33% de los casos la fracción de tierra fue vendida a particulares, es decir actores externos a las organizaciones originalmente conformadas. Esto puede erosionar la estructura productiva, social y cultural de las comunidades en vista de que se trata de actores con origen e intereses distintos, a quienes adquirieron las tierras. Con base a los resultados anteriores existe suficiente evidencia para intuir que paralelo a las leyes y políticas agrarias del país desarrolladas durante la segunda mitad del siglo XX a la fecha, faltaron mecanismos operativos que garantizaran la constitución de comunidades agrarias, social y económicamente productivas de manera sostenible y amigable con el ambiente. Debido a que en los últimos 70 años, la implementación de estas políticas solo llevó a la satisfacción parcial de las necesidades de las comunidades beneficiadas, con alto costo de degradación edáfica y forestal, en muchos casos irreversible. Se hace necesario que exista un nuevo marco de redefinición de las políticas agrarias del país para dar respuesta real, al clamor por la tierra y la esperanza de una mejor vida que no termina de llegar a las áreas rurales del país. 24 VI. CONCLUSIONES 6.1) Bajo las premisas de la Ley de Transformación Agraria entre 1964 a 2010 existió un cambio de uso y cobertura de la tierra de forestal a agropecuaria, en comunidad Sechina 42 %, La Ensenada 46,2% y Cerro San Gil 48,6%. 6.2) Entre 1964 a 2010, las comunidades Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil, promovieron sistemas de aprovechamiento agrario que conllevaron al sobre-uso de las tierras en 42%, 78% y 30%, respectivamente. 6.3) La adquisición de tierras vía mercado, Ley del FONTIERRAS de 1999 a la fecha entregó a comunidades agrarias 266 fincas, de las cuales el 46% fueron canceladas en los términos contractuales. 6.4) De 1999 a la fecha, la Ley FONTIERRAS generó una deuda agraria de Q 317,6 millones de quetzales ($ 41,3 millones de dólares americanos), por créditos no pagados. 6.5) La capacidad de uso de las tierras ofertadas a las comunidades agrarias se constituyó en una de las principales causas de la deuda agraria, cuya calidad agrológica en promedio fue de 23,82% para agricultura sin limitaciones, 14,42% para agricultura con mejoras y 61,76% para actividades relacionadas con otros usos. 6.6) Canceladas las propiedades, 80% sufrieron cambios de tenencia colectiva a individual, 27,08% vendió alguna fracción y el 83,33% de los compradores fueron externos a la comunidad beneficiada originalmente. 25 VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 7.1) Arana, E. N. (2005). Estudio socio-jurídico de la situación agraria en cuanto a la tenencia y productividad de la tierra en el municipio de Patzún, departamento de Chimaltenango, República de Guatemala. (Tesis inédita de Licenciatura). Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de San Carlos, Guatemala. GT. 7.2) Bertrand, M. (1996). La lucha por la tierra en Guatemala colonial. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (71-140). Guatemala: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). 7.3) Brockett, C. (1996). Transformación Agraria y Conflicto Político en Guatemala, 1944-86. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (1-38). Guatemala: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). 7.4) Cambranes, J. C. (1986). Introducción a la Historia Agraria de Guatemala, (1500- 1900). Guatemala: Serviprensa Centroamericana. 7.5) Cambranes, J. C. (1996a). Café y Campesinos: los orígenes de la plantación moderna en Guatemala 1853 a 1897. Madrid: Catriel. 7.6) Cambranes, J. C. (1996b). Tendencias del desarrollo agrario en el siglo XIX y el surgimiento de la propiedad capitalista de la tierra en Guatemala. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (279-348 ). Guatemala: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). 7.7) Cambranes, J. C. (1996c). El clamor por la tierra, el clamor por una vida mejor, el clamor por la reforma agraria. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (279-348 ). Guatemala: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). 7.8) Chicas, J. A. (2008). Flujos migratorios qéqchiés hacia el Estor, Izabal, durante el siglo XX. (Tesis inédita de Licenciatura). Escuela de Antropología e Historia, Universidad de San Carlos, Guatemala. GT 26 7.9) Congreso de la República de Guatemala C. A. (1962). Ley de Transformación Agraria y su reglamento, Decreto 1551- 1962. Palacio del Organismo Legislativo en la Ciudad de Guatemala. 7.10) Congreso de la República de Guatemala C. A. (1996). Ley de reconciliación Nacional, Decreto Número 14-96. Palacio del Organismo Legislativo, Ciudad de Guatemala. 7.11) Congreso de la República de Guatemala C. A. (1999). Ley del Fondo de Tierras, Decreto 24-1999. Palacio del Organismo Legislativo en la Ciudad de Guatemala. 7.12) Congreso de la República de Guatemala C. A. (2005). Ley del Registro de Información Catastral, Decreto 41- 2005. Palacio del Organismo Legislativo en la Ciudad de Guatemala. 7.13) Fernández, J. A. (2003). Pintando el mundo de azul. El auge añilero y el mercado centroamericano, 1750-1810. San Salvador, El Salvador: Dirección de Publicaciones e impresos. 7.14) Gramajo, M.T. (2008). Análisis de la institucionalidad agraria en Guatemala después de la firma de los acuerdos de paz 1996-2005. (Tesis inédita de Licenciatura). Escuela de Historia. Universidad de San Carlos, Gutemala. GT. 7.15) Handy, J. (1988). The most precios fruit of the revolution: The guatemalan agrarian reform. 1952-1954. Hispanical American Review, 68 (4), 675-705. 7.16) Handy, J. (1996). Reforma y Contrarreforma: Política Agraria en Guatemala, 1952 – 1957. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (379-400). Guatemala: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). 7.17) Herrán, M. (2010). El problema agrario en Guatemala y el papel de la cooperación oficial en la configuración del catastro nacional. Depto. De Geografía. Universidad de Oviedo. España: Plan Regional de Investigación de la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias. 27 7.18) Hurtado, L. (2014). La histórica disputa de las tierras del valle del Polochic: estudio sobre la propiedad agraria. Guatemala: Serviprensa. 7.19) Klingebiel, A.A. & Montgomery, P.H. (1961). Land capability classification. USDA Agricultural Handbook No. 210, Washington, D.C., United States of America: Government Printing Office. 7.20) Luján, J. (20008). Inicios del dominio Español en Indias. Universidad de San Carlos de Guatemala. Guatemala: Editorial Universitaria. 7.21) Palma-Cruz, A. R. (2007). Ley de Reforma Agraria. Dcto. 900. Análisis y vigencia de las causas que la motivaron. (Tesis inédita de Licenciatura). Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala. GT. 7.22) Palma-Murga, G. (2007). Ensayo sobre la problemática Agraria ayer y hoy: cambios y permanencias en uno de los ejes fundamentales de la sociedad guatemalteca. Guatemala: AVANCSO. 7.23) Palma-Murga, G., Taracena, A. & Baumeister, E. (2004). Cambios en la tenencia de la tierra: Tendencias Históricas. Guatemala: Artgrafic. 7.24) Palma-Urrutia, E. (1996). Una Mirada a la Historia Agraria de Guatemala. Universidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Agronomía. Recuperado de http://es.slideshare.net/140969neto/una-mirada-a-la-historia-agraria-de-guatemala 7.25) Wagner, R. (2007). Los alemanes en Guatemala, 1824-1944. Guatemala: Afanes. 28 CAPÍTULO II Comparación metodológica de evaluación de tierras por capacidad de uso 29 I. INTRODUCCIÓN La clasificación de tierras por capacidad de uso, en cada una de las unidades cartográficas de un territorio, determina la utilización más adecuada y menos agresiva con el entorno medioambiental, de acuerdo con las propiedades intrínsecas que caracterizan los recursos biofísicos de un espacio determinado (Año, Sánchez & Antolín, 1997). La consecución de este fin varía en función de los planteamientos metodológicos iniciales y el proceso culmina con la evaluación de la idoneidad o aptitud de la tierra para favorecer ciertos usos o sistemas de gestión específicos. A pesar de plantear objetivos teóricamente bien definidos, los procedimientos metodológicos son muy variados y diversos de acuerdo con su noción conceptual, entre otros: USBR, (1951); Klingebiel y Montgomery (1961); FAO (1978); Sánchez, Couto y Buol (1982). En general, el panorama actual de la evaluación de tierras en Guatemala se caracteriza por utilizar variantes metodológicas de las contribuciones internacionales más significativas adaptadas a condiciones ambientales locales, o por la aplicación directa de los criterios de evaluación de las metodologías más aceptadas mundialmente. Esto es un indicador de que la temática de la evaluación de tierras ha sido poco abordada técnica y científicamente, mostrando una evolución muy dependiente de los sistemas de evaluación internacionales más relevantes, careciendo de un marco metodológico propio. Recientemente, algunos esfuerzos se han realizado a nivel nacional mediante el proyecto piloto de estudio de tierras por capacidad de uso a nivel departamental, utilizando metodologías desarrolladas por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia (MAGA-IGAC, 2010, 2013), sin embargo, aún se carece de un criterio estándar para desarrollar este tipo de estudios, caso contrario la experiencia a nivel Centroamericano de Costa Rica, que cuenta con una metodología aprobada por el legislativo para tal efecto (MAG-MIRENEM, 1994). La mayor parte de los métodos tienen por objeto idéntico: establecer el uso más adecuado de las tierras, utilizando, sobre todo, la información generada por los reconocimientos edafológicos plasmada en mapas. Sin embargo, los criterios de evaluación establecidos en estas metodologías no son homogéneos, provocando por un lado, que a partir de la misma fuente de información (la cartografía edafológica) las lecturas sean diferentes y por otro, que las conclusiones de la evaluación no sean idénticas, aunque el objetivo sea similar. Las metodologías más utilizadas en Guatemala son las desarrolladas por el Instituto Nacional de Bosques (INAB, 2000) y el mapa de capacidad de uso de las tierras a nivel exploratorio de la república de Guatemala desarrollado por el Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación (MAGA, 2002). El primero se basa en principios físicos del suelo, 30 y es categorizado por región geográfica del territorio guatemalteco y el segundo, con base en interpretaciones cartográficas compilado en el Atlas Temático de la República de Guatemala. Se tiene por objeto desarrollar un estudio comparativo de los resultados de la aplicación de las metodologías INAB y MAGA para la clasificación de tierras por capacidad de uso, el estudio se desarrolló en 22 fincas productivas ubicadas en la parte Nor-Este y Central del país, compradas por FONTIERRAS y vendidas a comunidades agrarias entre 1999 a 2012. 31 II. MARCO TEÓRICO 2.1 Evaluación de tierras rurales y uso sostenible La evaluación de tierras es el proceso de determinación y predicción del comportamiento de la porción de tierra usada para fines específicos, considerando aspectos físicos, económicos y sociales. Esta evaluación considera los aspectos económicos del uso propuesto, sus consecuencias sociales para la población del área y del país en general, y las repercusiones benéficas o adversas para el medio ambiente (FAO, 1976). Es una de las herramientas necesarias para una planificación del uso sostenible de los recursos naturales y humanos, entendiendo que, el propósito de la planificación es que cada área de la propiedad debe ser usada de tal manera que provea el máximo beneficio para la sociedad, sin una degradación de los recursos naturales. Mundialmente se han desarrollado un gran número de sistemas para la evaluación de tierras, con diferentes enfoques, desde los métodos convencionales (cualitativos), hasta el desarrollo de índices de productividad y modelos de simulación matemática. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) propone el uso de una evaluación cualitativa combinada con modelos de simulación en el cual, el primer método indica un análisis rápido para identificar las áreas aptas para determinados sistemas de cultivo o las áreas con problemas, y luego, el uso de un modelo de simulación para un estudio más detallado de las áreas de mayor interés o críticas. 2.2 Evaluación Cualitativa a) Clasificación por Capacidad de Uso (USDA) Desarrollado en los Estados Unidos Americanos, es uno de los sistemas más difundidos a nivel mundial. Esta clasificación determina el uso más adecuado de la tierra teniendo en cuenta únicamente los aspectos relacionados con este recurso, que intervienen directamente en la producción (Klingebiel & Montgomery, 1961), sin considerar las distancias a los mercados, el estado de las vías de comunicación, el tamaño y forma de las propiedades, la tenencia de la tierra, la educación y nivel de vida de los campesinos y las políticas agrarias del país. b) Clasificación de Tierra para usos con riego (USBR) Sistema de clasificación para evaluar proyectos de regadío. En la selección de áreas para regadío se analizan en forma integrada los factores físicos, sociales y económicos. Las 32 nuevas tierras de riego se evalúan con base a la “capacidad de pago favorable”, la que depende de una serie de factores, como costo global de las obras de riego y drenaje, prácticas de manejo, precios de los productos en los mercados, administración y condiciones climáticas, entre otras (USBR, 1951). El criterio financiero de la capacidad de pago favorable es convertido en un juego de criterios físicos, como factores de suelos, drenaje y relieve, pero sin especificaciones universales. Cada proyecto se debe evaluar bajo sus condiciones locales. No es un sistema que de opciones al mejor uso: se evalúa solamente una opción de riego y las alternativas no forman parte de la clasificación. c) Evaluación de tierras (LESA) Sistema de clasificación para la protección de tierras (USDA, 1983). El objetivo principal es proporcionar a los tomadores de decisión locales un sistema objetivo y numérico para determinar si la tierra es viable para un desarrollo y cómo puede ser protegida. El componente LE está basado en una estimación de rendimiento para un cultivo de referencia (factores in-situ), usando tecnología estándar de una zona y el componente SA está basado en factores principalmente geográficos. d) Ponderación potencial de tierras Son clases que indican la calidad relativa de suelos para uso particular. Se considera: el rendimiento, los costos relativos de tecnología para minimizar los efectos de las limitaciones y los efectos negativos en valores sociales, económicos y medioambientales (USDA, 1983). Es una ponderación apta para planificación, no para recomendaciones de usos de la tierra, de aplicabilidad a los planificadores en la priorización de áreas para usos específicos. 2.3 Métodos multifactores Son todos los métodos semicuantitativos en los cuales la relación entre la productividad y las características de la tierra son expresados como factores ponderados en una función matemática simple. El resultado de esta función se utiliza para valorar diferentes usos en un área específica. Esta relación funcional es estática y principalmente basada en el conocimiento “de expertos”. Tiene como principal limitación que no está basado en un enfoque de análisis de sistemas integrados. 33 a) Índice de Tierra: Es un índice multiplicativo desarrollado en los Estados Unidos Americanos con el objetivo de expresar ponderaciones para una tasación de tierras. Es un índice para expresar la influencia de factores de la tierra en conjunto sobre la productividad, en el cual es asignado a cada factor de la tierra un porcentaje de valor ideal para luego multiplicarlos. El índice se desarrolló originalmente para una clasificación de impuestos a la tierra. Actualmente en muchos países se utiliza una adaptación para definir la calidad de la tierra. Indice Sotie (IS) = A*B*C*X donde: A= factor de profundidad, permeabilidad y pedregosidad B= factor de textura C= factor de pendiente X= misceláneos En este método la selección de los factores y su importancia es flexible, lo cual implica una subjetividad del mismo (FAO, 2003). 2.4 Evaluación Cuantitativa Actualmente se colectan muchos datos puntuales en el espacio y el tiempo, los cuales permiten realizar estimaciones cuantitativas de la relación entre tierras y usos, especialmente para la relación entre la productividad y los factores edáficos, climáticos y de manejo. Para ello se ha desarrollado una gran cantidad de modelos de simulación basados en el concepto de sistemas analíticos. Algunos modelos integran la información física con la información económica, pero la mayoría de los modelos de simulación está orientada a la cuantificación de procesos físicos, relacionando algunas variables geo-bio-edáficas con la productividad o tolerancia ambiental (FAO, 2003). Los modelos, en general, requieren de mucha información sobre el nivel de manejo de cada cultivo y las especificaciones de los insumos dentro de estos. El rendimiento está estimado con base en promedios de largo plazo y considerando su variabilidad. Otra característica de los modelos es que requieren datos muy detallados y que a menudo han sido probados en áreas muy específicas. Sin descartar su importancia, estos no son siempre aplicables por falta de conocimiento e información cuantificada, siendo su ventaja principal, la posibilidad de estimar la producción de cualquier cultivo en cualquier 34 lugar previa calibración y validación. Principalmente existen dos enfoques de modelación: modelación empírica/estadística y modelación dinámica. a) Modelación empírica/estadística La idea básica de la modelación es cuantificar las relaciones observadas, para predecir situaciones futuras. No es un método muy apropiado para evaluar nuevos usos con datos insuficientes. Es un método apropiado para una evaluación de tierras de usos establecidos con una larga historia de datos. La modelación estadística tiene como objetivo crear una predicción generalizada, a partir de una cantidad de datos puntuales estimados. La aplicación más común de la modelación estadística es la predicción de rendimientos para la cual se cuantifica la relación entre la variable dependiente (rendimiento) y los factores de producción (variables independientes), tanto de los recursos naturales (características edáficas) como las opciones de manejo (por ejemplo, cantidad de fertilizante). La influencia de cada factor en el rendimiento está representada por una función de regresión. La gran desventaja es la extrapolación a valores (o muchas veces a áreas) fuera del rango de la calibración. El análisis se hace por medio de diferentes métodos, tales como regresión lineal simple, regresión no lineal (polinomiales), regresión lineal múltiple o componentes principales. Generalmente existen dos tipos de grupos de datos: controlados (de experimentos de campo) y observados (de estudios de recolección). El primer tipo de datos es el más confiable para entender la relación causa-efecto. El segundo grupo a menudo tiene menor costo, pero tampoco contiene el rango total de los efectos (por ejemplo, el nitrógeno observado en los suelos es entre 40 – 120 kg/ha, mientras que en experimentos específicos se puede extender hasta los 300 kg/ha). Un ejemplo de modelación empírica/estadística es el USLE y más recientemente el RUSLE, que toman información controlada y observada, sobre la erosión de los suelos. b) Modelación Dinámica Los modelos estadísticos tratan de describir la relación estática entre características de la tierra y rendimientos o cualidad de la tierra. En muchas situaciones no es suficiente porque falta un factor importante como lo es el tiempo (aspecto dinámico); por ejemplo el clima, o la cantidad de días disponibles para plantar, etc. Estos modelos calculan el rendimiento con base a procesos que controlan el crecimiento durante el período de desarrollo, como procesos de transporte en el sistema suelo-agua-planta, transpiración, respiración, asimilación, etc. Es importante destacar que cada modelo, en cada lugar, necesita su calibración y validación. Las 35 técnicas de modelación dinámica se pueden usar cuando el problema es principalmente dinámico. b1) Para modelar cualidades individuales de la tierra como por ejemplo, el estrés de agua. Para esta cualidad el déficit anual no tiene ninguna importancia pero sí, el déficit en periodo específicos dentro del ciclo del cultivo. b2) Para modelar rendimientos de cultivos, como resultante de diversos procesos fisiológicos que ocurren simultáneamente o en sucesión durante el periodo de desarrollo del cultivo. Ejemplos son: modelos de balance hídrico y modelos de erosión, el problema principal de los modelos de simulación es que generalmente no existen los parámetros necesarios para un tipo de uso sobre grandes áreas geográficas. En este caso, el evaluador tiene dos opciones: hacer estimaciones de los parámetros no medidos, o bien, derivar los parámetros necesarios desde otros parámetros más fáciles de medir. Esta derivación se conoce como funciones de transferencia, las cuales se deben calibrarse a la condición local, por ejemplo, con funciones de regresión. 2.5 Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso del Instituto Nacional de Bosques (INAB) Tiene como propósito clasificar la tierra según su capacidad productiva o de conservación, surge en el año 2000 por la necesidad de orientar y uniformizar el procedimiento de certificación de la vocación forestal de las tierras guatemaltecas. Es utilizado actualmente para las acciones regulatorias y de fomento forestal en los siguientes aspectos: otorgamiento de Concesiones Forestales, ingreso al Programa de Incentivos Forestales, procesos de adjudicación de tierras, autorización de cambio de cobertura y procedimientos de registro de tierras forestales y estadísticas forestales. Considera un primer nivel representado por la región geográfica, la cual está definida por los límites que incluyen criterios geológicos, climáticos, edafológicos e hidrológicos. Con base a lo anterior, se diferencias rangos en los niveles de los factores limitantes, según la región geográfica en que se dividió el país. Las categorías de capacidad de uso presentan un ordenamiento de mayor a menos intensidad de uso posible. Como factores que limitan la utilización de las tierras están la profundidad efectiva del suelo y la pendiente del terreno, ambos varían en sus rangos dentro de las regiones en que se dividió el país. Adicionalmente se consideran los factores que afectan directamente a los usos forestales, tales como la pedregosidad y el drenaje superficial (INAB, 2000). Por lo que se fundamenta en propiedades 36 físicas del suelo y reúne conceptos y procedimientos de otros sistemas, por ejemplo Sheng (1974). El método es categorizado por regiones geográficas, entre las que se definen: Tierras de la Llanura Costera del Pacífico, Tierras Volcánicas de la Bocacosta, Tierras Altas Volcánicas, Tierras Metamórficas, Tierras Calizas Altas del Norte, Tierras Calizas Bajas del Norte, Tierras de las Llanuras de Inundación del Norte. Se define las categorías: Agricultura sin limitaciones (A), Agricultura con mejoras (Am), Agroforestería con cultivos anuales (Aa), Sistemas silvopastoriles (Ss), Agroforestería con cultivos permanentes (Ap), Tierras forestales para producción (F) y Tierras forestales de protección (Fp). 2.6 Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso USDA modificada para Guatemala (MAGA) Esta clasificación de tierras por capacidad de uso, del USDA modificada para Guatemala se ha usado para fines de planificación agropecuaria y forestal, así como también para identificar zonas que requieren protección y conservación de los recursos naturales. Este sistema consiste en agrupar las diferentes unidades de suelos en grupos que tienen las mismas clases y grados de limitaciones y que responden en forma similar a los mismos tratamientos. Esta agrupación se basa en los efectos combinados del clima y de las características poco modificables del relieve y de los suelos en cuanto a limitaciones para el uso, la capacidad productiva, el riesgo de deterioro del suelo y los requerimientos de manejo (MAGA, 2002). Otra limitante de este método de evaluación de tierras en Guatemala, es que se basa en el análisis cartográfico del mapa de suelos de Simon, Tarano y Pinto, el cual se hizo desde 1965 a nivel de reconocimiento a una escala 1:250 000,00 sin tener la serie de suelos bien definidas, principalmente porque en esa época no se tenía fotografía aérea para definir estas series, por lo que nunca se realizó un levantamiento de suelos que respondiera específicamente a este proceso, por lo que no especifica subclases y Unidades de Manejo. Se encuentra compilado en el Atlas Geográfico de la República de Guatemala e identifica ocho clases agrológicas (I al VIII), con base en la metodología propuesta por Montgomery (1961). 37 Klingebiel y III. OBJETIVO ESPECÍFICO 3.1) Comparar métodos de evaluación de tierras por capacidad de uso. 38 IV. MATERIALES Y MÉTODOS La ubicación geográfica de las 22 fincas en el departamento de Izabal (Norte-Este del país) y Chimaltenango (Central), sujetas a evaluación de tierras, se detalla en el Cuadro 1. Se utilizó el método INAB a través de trabajos de campo y los resultados del método MAGA fueron producto de trabajos de gabinete por sobreposición de superficies de las fincas, sobre el mapa de capacidad de uso de la tierra, utilizando el programa de computo ArcGis versión 9,3. El estudio de la capacidad de uso de las tierras estimó de forma independiente las áreas correspondientes a cada categoría o clase según el caso. Adicionalmente, se determinó el uso actual de la tierra en las fincas utilizando la metodología propuesta por SEGEPLAN (1994), con objeto de determinar la intensidad de uso de la tierra por sobreposición de los mapas de uso actual y capacidad de uso de la tierra, reconociendo tres intensidades: uso correcto, subuso y sobre-uso. Previo al análisis estadístico, debido a que la metodología INAB, reconoce siete categorías y el mapa de capacidad de uso de las tierras de Guatemala reconoce ocho clases. En el Cuadro 2, se resume la homologación de categorías y clases, en unidades de capacidad de uso, basada en experiencias prácticas en la realización de estudios de capacidad de uso de las tierras en el país. Cuadro 1. Ubicación geográfica de las fincas estudiadas No. NOMBRE DE LA FINCA 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Sechina Lote 15 Nacimiento Cerro San Gil Popabaj San Bernardino Finca La Ensenada (Lote 1) Finca La Ensenada (Lote 2) Finca La Ensenada (Lote 3) Finca La Ensenada (Lote 4) Finca La Ensenada (Lote 5) Finca La Ensenada (Lote 6) Finca La Ensenada (Lote 7) Finca La Ensenada (Lote 8) Finca La Ensenada (Lote 9) Finca La Ensenada (Lote 10) Finca La Ensenada (Lote 11) Finca La Ensenada (Lote 12) Finca La Ensenada (Lote 13) Finca La Ensenada (Lote 14) Finca La Ensenada (Lote 15) Finca La Ensenada (Lote 16) Finca La Ensenada (Lote 17) Finca La Ensenada (Lote 18) AREA MUNICIPIO DEPARTAMENTO (ha) 1 350,92 El Estor Izabal 268,96 Livingston Izabal 192,37 Patzún Chimaltenango 102,71 El Tejar Chimaltenango 12,4 El Estor Izabal 13,42 El Estor Izabal 15,32 El Estor Izabal 13,88 El Estor Izabal 15,28 El Estor Izabal 19,2 El Estor Izabal 14,5 El Estor Izabal 13,62 El Estor Izabal 15,39 El Estor Izabal 14,8 El Estor Izabal 16,88 El Estor Izabal 16,03 El Estor Izabal 12,87 El Estor Izabal 14,75 El Estor Izabal 13,99 El Estor Izabal 15,32 El Estor Izabal 14,11 El Estor Izabal 10,28 El Estor Izabal Fuente: Elaboración propia 39 COORDENADAS GTM X Y 613901 1719778 678693 1736792 440399 1617548 469432 1625942 641281 1724860 641076 1724725 640912 1724739 640741 1724706 640579 1724701 640424 1724684 640305 1724617 640196 1724592 641165 1724724 641001 1724706 640824 1724696 640658 1724706 640500 1724674 640367 1724643 640243 1724603 640132 1724680 640079 1724661 640036 1724614 Cuadro 2. Homologación de metodologías, en unidades de capacidad de uso de la tierra Unidad Categorías INAB Clases Mapa MAGA 1 2 3 4 5 6 A Am Aa Ss - Ap F Fp I II III IV V - VI VII – VIII Fuente: Elaboración propia Se consideró como variable el área correspondiente a cada una de las diferentes unidades de capacidades de uso de la tierra, para ello primero se realizó la prueba de Levene para la igualdad de varianzas y posteriormente la prueba de t para la igualdad de medias. Así mismo, también se evaluó la concordancia a través del coeficiente de correlación propuesto por Lin (2000), cuya interpretación se presenta en el Cuadro 3. Para estos análisis estadísticos se utilizó el componente modelos mixtos del programa de cómputo Análisis Genéticos (Genstat), edición 15. Cuadro 3. Interpretación del coeficiente de correlación de Lin Concordancia Casi perfecta Sustanical Moderada Pobre Fuente: Lin (2000). 40 Variable >0,99 0,95 – 0,99 0,90 – 0,95 <0,95 V. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS La capacidad de uso de las tierras de las 22 fincas como producto de la aplicación de los métodos INAB y MAGA, es sintetizada en forma de unidades de capacidad de uso en el Cuadro 4. Como puede observarse aún después de la homologación de categorías y clases, en unidades de capacidad de uso, existe bastante variabilidad en la asignación del número de hectáreas correspondiente a cada unidad de conformidad con el método empleado. De conformidad con el análisis estadístico de igualdad de varianzas y prueba de t para la hipótesis nula de igualdad de área promedio para cada de las unidades de capacidad de uso de las tierras (Anexo 1), se determinó que no existe igualdad de varianzas, para las unidades 1 a la 5 y tampoco igualdad de áreas con significación bilateral del 5%, para dichas unidades, excepto en la unidad 6 que presenta homogeneidad de varianza e igualdad de áreas. La concordancia evaluada a través del coeficiente de correlación de Lin, indica correlación pobre para todas las unidades de capacidad de uso de las tierras. La homogeneidad de varianza y la relativa alta correlación de concordancia (aun cuando es considerada pobre) de la unidad 6, se explica porque agrupa la categoría forestal de protección (Fp) del método INAB y las clases VII y VIII del método MAGA, que representan los escenarios de conservación de áreas de cobertura vegetal y recarga hídrica, concepto predominante en ambas metodologías para la categoría y clases agrupadas en la unidad de capacidad de uso de las tierras. Algunos vacíos metodológicos son identificados en ambas metodologías, por ejemplo, aquellos relacionados a la integración del concepto de la calidad del suelo y la productividad agrícola (Doran & Parkin, 1996); mapas de unidades de suelo en escala grande, para sugerir el mayor y mejor uso de las tierras basados en factores formadores de suelo y materiales parentales (Sevilla & Comerma, 2008), la integración del conocimiento local del ambiente con los atributos químicos y físicos del suelo y el uso de las tierras (Fernández et al., 2008), el estudio de la variación microclimática sobre la productividad agrícola como mecanismo derivado de la evaluación comparativa de métodos tradicionales de evaluación de tierras y la idoneidad del uso de la tierras por los agricultores locales (Cools et al., 2003). Sin embargo, se reconoce que son métodos prácticos, que deben aplicarse con discrecionalidad dependiendo de los fines del programa de ordenamiento territorial a desarrollar. Entonces se afirma que existen diferencias estadísticas significativas entre utilizar una metodología u otra, con fines de planificación del ordenamiento territorial rural, lo que conlleva a diferentes planteamientos de mejora agrícola, edáfica y consecuentemente ambiental por unidad de área, lo que podría comprometer la sostenibilidad de los procesos productivos en las áreas rurales. 41 Cuadro 4. Unidades de Capacidad de Uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por método INAB (2000) y MAGA (2002) Finca Sechina (Lote 15) Nacimiento Cerro San Gil Popabaj San Bernardino La Ensenada (Lote 1) La Ensenada (Lote 2) La Ensenada (Lote 3) La Ensenada (Lote 4) La Ensenada (Lote 5) La Ensenada (Lote 6) La Ensenada (Lote 7) La Ensenada (Lote 8) La Ensenada (Lote 9) La Ensenada (Lote 10) La Ensenada (Lote 11) La Ensenada (Lote 12) La Ensenada (Lote 13) La Ensenada (Lote 14) La Ensenada (Lote 15) La Ensenada (Lote 16) La Ensenada (Lote 17) La Ensenada (Lote 18) Método/ Unidad INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA INAB MAGA 1 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 7,3600 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 4,6144 0,0000 3,2353 0,0000 3,0169 0,0000 3,5042 0,0000 3,7507 0,0000 3,5038 0,0000 3,2297 0,0000 3,6797 0,0000 3,3276 0,0000 2,4823 0,0000 2 0,0000 0,0000 47,2900 0,0000 4,3300 0,0000 1,9600 1,6800 0,0000 0,0000 0,0000 3,6792 0,0000 4,1360 0,0000 2,2632 0,0000 3,8160 0,0000 8,4492 0,0000 5,2412 0,0000 5,0993 10,7799 3,2787 11,5696 4,5052 13,8625 6,6591 12,5256 4,8072 9,1181 1,6096 11,2471 4,7352 10,7594 5,0589 11,6362 5,9251 10,7786 5,4223 7,8012 3,4198 3 4 5 6 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 11,0400 0,0000 29,0600 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 22,7600 0,0000 116,4000 0,0000 0,0000 0,0000 48,7100 5,8700 0,0000 0,0000 3,5392 0,0000 1,9172 0,0000 0,9919 0,0000 0,9601 0,0000 2,6710 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 46,3000 392,0000 24,7900 0,0000 27,9800 60,0200 4,4700 91,9900 12,4000 12,4000 9,8848 9,7358 11,9595 11,1792 12,3800 11,6209 12,5581 11,4602 11,8033 10,7519 9,0579 9,2588 8,2355 8,5179 0,0000 12,1155 0,0000 10,2997 0,0000 10,2203 0,0000 11,2226 0,0000 11,2591 0,0000 10,0157 0,0000 8,9302 0,0000 9,3977 0,0000 8,6869 0,0000 6,8567 1 281,8600 958,9200 80,4800 268,9600 149,0200 132,3500 11,1500 3,1700 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 1,4401 0,0000 0,5100 0,0000 1,7607 0,0000 4,7265 0,0000 5,4397 0,0000 5,3836 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 Fuente: Elaboración propia 42 Área total (ha) 1 350,9200 1 350,9200 268,9600 268,9600 192,3700 192,3700 102,7100 102,7100 12,4000 12,4000 13,4240 13,4150 15,3167 15,3152 13,8819 13,8841 15,2789 15,2762 19,2008 19,2011 14,4976 14,5000 13,6190 13,6172 15,3943 15,3943 14,8049 14,8049 16,8794 16,8794 16,0298 16,0298 12,8687 12,8687 14,7509 14,7509 13,9890 13,9890 15,3158 15,3228 14,1062 14,1092 10,2835 10,2765 Al presentar ambos métodos ventajas y desventajas, se hace necesario la necesidad de plantear un protocolo propio para el estudio de la capacidad de uso de la tierras que sea realmente representativo a nivel local, que incluya aspectos físico-químicos del suelo y que se realice a una escala de semidetalle (1:50,000), para que pueda ser utilizado para fines de planificación y ejecución de proyectos agroforestales para el desarrollo comunitario integral del país. Así mismo, se recomienda prudencia, al momento de comparar ambas metodologías en parámetros derivados, tal el caso de la intensidad de uso de la tierra, pues existe un encubrimiento de la información base, ya que el uso actual de la tierra es expresión de la tenencia de la tierra y de las políticas agrarias del país, y no de la calidad agrológica de la tierra. El Cuadro 5, muestra los resultados de la intensidad de uso de las tierras de las 22 fincas determinados por ambos métodos y expresadas en hectáreas y %. El análisis de varianza, para homogeneidad y la prueba de t (5%) para la igualdad de las medias es significante según la prueba de Levene para el uso correcto (0,989) y sobre-uso (0,862), sin embargo, es no para el sub-uso (0,336). El coeficiente de correlación de concordancia de Lin indica correlación casi perfecta para el uso correcto (0,99) y sobre-uso (0,99), en el caso del sub-uso no se observa correlación. En ambos casos de forma general el coeficiente de Lin sigue la tendencia de la prueba t de medias. 43 Cuadro 5. Intensidad de uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por método INAB (2000) y MAGA (2002) No. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 Nombre Finca Sechina Lote 15 Finca Nacimiento Cerro San Gil Finca Popabaj Finca San Bernardino Finca La Ensena (Lote 1) Finca La Ensenada (Lote 2) Finca La Ensenada (Lote 3) Finca La Ensenada (Lote 4) Finca La Ensenada (Lote 5) Finca La Ensenada (Lote 6) Finca La Ensenada (Lote 7) Finca La Ensenada (Lote 8) Finca La Ensenada (Lote 9) Finca La Ensenada (Lote 10) Finca La Ensenada (Lote 11) Finca La Ensenada (Lote 12) Finca La Ensenada (Lote 13) Finca La Ensenada (Lote 14) Finca La Ensenada (Lote 15) Finca La Ensenada (Lote 16) Finca La Ensenada (Lote 17) Finca La Ensenada (Lote 18) Metodología INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) INAB (ha) USDA (ha) Uso correcto 931,89 933,97 104,70 204,55 177,64 130,73 38,64 58,55 1,52 1,52 3,40 1,07 3,99 2,18 5,80 5,34 3,31 2,36 4,62 1,96 3,47 1,67 4,95 3,18 11,84 1,37 11,04 0,74 6,15 2,57 6,51 3,46 6,06 2,48 3,22 2,53 4,74 0 5,63 2,27 5,14 0,74 3,22 2,50 % 68,98 69,14 38,93 76,05 92,34 67,96 37,62 57,00 12,23 12,26 25,36 7,97 26,04 14,23 41,79 38,47 21,66 15,45 24,06 10,21 23,93 11,52 36,34 23,35 76,93 8,90 74,59 5,00 36,43 15,23 40,61 21,58 47,09 19,27 21,83 17,15 33,88 0 36,75 14,82 36,43 5,24 31,32 24,32 Sobre utilizado 411,20 416,95 46,86 55,50 2,83 4,99 3,89 24,64 10,88 10,88 8,80 8,67 11,13 8,99 8,08 6,22 11,97 9,11 14,58 8,80 11,03 7,59 8,67 5,33 0 11,30 0 10,30 0 7,45 0 9,61 0 8,78 0 7,48 0 8,93 0 7,14 0 7,95 0 4,35 Fuente: Elaboración propia 44 % 30,44 30,86 17,42 20,63 1,47 2,60 3,79 23,99 87,77 87,74 65,58 64,61 72,65 58,68 58,21 44,81 78,34 59,62 75,94 45,83 76,07 52,34 63,66 39,13 0 73,42 0 69,59 0 44,14 0 59,95 0 68,22 0 50,71 0 63,83 0 46,61 0 56,34 0 42,32 Sub utilizado 7,83 0 108,52 0 11,90 56,64 40,66 0 0 0 1,22 3,68 0,20 4,15 0 2,32 0 3,81 0 8,44 0 5,24 0 5,11 3,55 2,72 1,89 1,89 9,27 5,40 7,57 1,01 6,13 0,93 11,53 4,74 9,25 5,06 9,69 5,91 8,97 5,42 7,06 3,43 % 0,58 0 40,35 0 6,18 29,44 39,59 0 0 0 9,10 27,42 1,31 27,09 0,00 16,71 0 24,93 0 43,96 0 36,14 0 37,52 23,07 17,67 12,77 12,77 54,92 31,99 47,22 6,30 47,63 7,23 78,17 32,14 66,12 36,17 63,25 38,58 63,57 38,41 68,68 33,37 Área urbanizada 0 0 8,88 8,91 0 0 19,52 19,52 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1,87 1,87 1,46 1,46 1,95 1,95 0,68 0,68 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 % 0 0 3,30 3,31 0 0 19,01 19,01 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 12,64 12,64 8,65 8,65 12,16 12,16 5,28 5,28 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 Área total (ha) 1 350,92 1 350,92 268,96 268,96 192,37 192,37 102,71 102,71 12,40 12,40 13,42 13,42 15,32 15,32 13,88 13,88 15,28 15,28 19,20 19,20 14,50 14,50 13,62 13,62 15,39 15,39 14,80 14,80 16,88 16,88 16,03 16,03 12,87 12,87 14,75 14,75 13,99 13,99 15,32 15,32 14,11 14,11 10,28 10,28 % 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 VI. CONCLUSIONES 6.1) La clasificación de tierras por capacidad de uso utilizando los métodos INAB y MAGA, a través de unidades de clasificación, conlleva a resultados estadísticamente diferentes en cuanto al número de hectáreas asignadas a cada unidad de capacidad de uso. 6.2) La aplicación de una u otra metodología puede afectar positiva o negativamente la planificación y desarrollo de proyectos productivos de diversa índole. 6.3) La intensidad de uso de las tierras, como unidad derivada de la capacidad de uso de las tierras, no es aconsejable como criterio evaluador, pues tiende a encubrir la naturaleza de la capacidad de uso de la tierra, debido a que el uso actual es expresión de la tenencia de la tierra e influencia de la política agraria del país, y no de la calidad agrológica de la tierra. 6.4) Se evidencia la necesidad de proponer un protocolo local, basado en criterios que considere aspectos físico-químicos del suelo y que se desarrolle a una escala de semidetalle. 45 VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 7.1) Año, C., Sánchez, J. & Antolín, C. (1997). Análisis y valoración de los sistemas de evaluación de suelos en España. Evolución, tendencias actuales y perspectivas futuras. Estudios Geográficos, 228, 331-353. 7.2) Cools, N., De Pauw, E. & Deckers, J. (2003). Towards an integration of conventional land evaluation methods and farmers’ soil suitability assessment: a case study in northwestern Syria. Agriculture, Ecosystems and Environment, 95 (1), 327–342. 7.3) Doran, J.W. & Parkin, T.B. (1996). Quantitive indicators of soil quality: a minimum data set. En: Doran, J.W. & Jones, A. J. (Eds.), Methods for Assessing Soil Quality. Soil Science Society of America, Special publication No. 49 (25–37). United States of America: SSSA. 7.4) FAO. Food and Agriculture Organization of the United Nations. (1978). Report on the Agro-ecological zones project. World Soil Resources Report No. 48, Vol. 1: Methodology and results for Africa. Rome: FAO. 7.5) Fernandez, L. A., Nascimento, P. S., D’Angelo, S., Dayrell, C. A. & Arruda, R. (2008). Relação entre o conhecimiento local, atributos químicos e físicos do solo e uso das terras. R. Bras. Ci. Solo, 32, 1355-1365. 7.6) INAB. Instituto Nacional de Bosques. (2000). Clasificación de tierras por capacidad de uso. Aplicación de una metodología para tierras de la república de Guatemala. Guatemala: Instituto Nacional de Bosques. 7.7) Klingebiel, A. A. & Montgomery, P.H. (1961). Land capability classification. USDA Agricultural Handbook No. 210, Washington, D.C., United States of America: Government Printing Office. 46 7.8) Lin, L. I. (2000). A note on the concordance correlation coefficient. Biometrics, 56 (1), 324-325. 7.9) MAGA. Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación. (2002). Mapa de Capacidad de uso de las tierras de Guatemala. En: Duro J. M., Monzón R.M., Vásquez Villatoro R., González Díaz G. R., García González G.P., Argueta Medina J.C., González Rivera O.R. (Eds). Atlas Temático de la República de Guatemala, escala 1:250,000. Guatemala: MAGA. 7.10) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación-Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2010). Estudio semidetallado de los suelos y capacidad de Uso de las Tierras del departamento de Chimaltenango. Guatemala: MAGA. 7.11) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación-Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2013). Estudio semidetallado de los suelos y capacidad de uso de las Tierras del departamento de Sololá. Guatemala: MAGA. 7.12) MAG-MIRENEM. Ministerio de Agricultura y Ganadería-Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas. (1994). Metodología Determinación Capacidad Uso Tierras Costa Rica: Decreto No. 23214. 7.13) Sánchez, P.A., Couto, W. & Buol, S.W. (1982). The fertility capability soil classification system: interpretation, applicability and modification. Geoderma, 27(4), 283-309. SEGEPLAN. Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia. (1994). Conceptos y definiciones fundamentales de geografía temática para planificaión regional. Guatemala: SEGEPLAN. 7.14) Sevilla, L. V. & Comerma, G. J. (2008). Caracterización de la Cuenca del Río Canoabo en el estado de Carabobo, Venezuela. Agronomía Trop., 59(2): 149-160. 47 7.14) Sheng, T.C. (1976). Proyecto de clasificación de la capacidad de uso de la tierra orientado hacia su tratamiento. Kingston, Jamaica: PNUD/FAO. 7.15) USBR. United States Bureau of Reclamation. (1951). Irrigated land use, Part 2: Land classification. Bureau of Reclamation Manual, Vol. 5. Washington, United States of America: Government Printing Office. 48 CAPÍTULO III Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras 49 I. INTRODUCCION La propuesta de un protocolo para la caracterización físico-química de los suelos y el estudio de capacidad de uso de la tierra, responde a la necesidad de establecer un procedimiento local que pueda ser utilizado como una herramienta práctica para procesos de compra y financiamiento de fincas, dentro de la política agraria del acceso a la tierra vía mercado del FONTIERRAS de 1999. Para lo que se propone un protocolo en tres fases: a) Primera de gabinete, que conlleva la recopilación de información básica colectada en gabinete y verificada en campo respecto a la localización geográfica, vías de acceso, servicios, zona de vida, climatología y vegetación, hidrología y drenaje. Interpretaciones fotogramétricas, análisis de ortofoto, delimitación del área de la finca, establecimiento de los criterios de muestreo, definición de las unidades de mapeo, planificación del muestreo aleatorio estratificado. b) Trabajo de campo, verificación de las unidades de mapeo en campo, muestreo, descripción de unidades modales de suelos y la realización “per se” del estudio de capacidad de uso de la tierra a escala 1:50 000,00 integrando criterios modificados para Guatemala, de la metodología Soil Capability del servicio de reconocimiento de suelos de los Estados Unidos Americanos (Klingebiel & Montgomery, 1961), y de sus versiones adaptadas para Costa Rica (MAG-MIRENEM, 1994) y Colombia (IGAC, 2007). c) Segunda de gabinete, análisis e interpretación de los trabajos de campo, resultados de análisis de suelos, elaboración de mapas y descripción de su leyenda, e informe de los estudios. Para que de forma práctica e incluyendo factores físico-químicos de los suelos más aspectos biofísicos y agrológicos se puedan realizar estudios a nivel local para la planificación e implementación de proyectos agropecuarios y forestales, que se constituyan en la base de desarrollo económico de comunidades agrarias, bajo la premisa de adquisición de tierras vía mercado, Ley del FONTIERRAS. 50 II. MARCO TEÓRICO El levantamiento de los suelos comprende todas aquellas investigaciones necesarias para determinar sus características más importantes, clasificarlos dentro de un sistema taxonómico, delimitarlos, presentarlos en un mapa e interpretarlos desde el punto de vista de su aptitud para usos agrícolas, pecuarios e ingeniería, y predecir su comportamiento y productividad bajo diferentes sistemas de manejo (IGAC, 2007). Sin embargo, esta investigación se refiere a la caracterización físico química de los suelos y el levantamiento semidetallado del uso de la tierra. El nivel de generalización geomorfológico es la forma del terreno (morfografía, morfometría) o complejos de formas de terreno (Zinck, 1988). Parte significativa del análisis se realiza durante la etapa de fotointerpretación en la que predominan criterios geomorfológicos, aunque otros como la cobertura vegetal y algunos rasgos superficiales del terreno, son también importantes. Las unidades resultantes se caracterizan a través del reconocimiento de campo y el muestreo. El propósito del sistema de clasificación de tierras por su capacidad de uso es el de agrupar las tierras con base a su capacidad para producir plantas cultivadas, desde un punto de concepción holística en forma sostenible y sin deterioro del suelo. La propuesta de la clasificación de tierras por capacidad de uso presentada en esta investigación tiene como origen el sistema de clasificación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Klingebiel & Montgomery, 1961) y su contextualización con base en experiencias compiladas mediante el estudio bibliográfico y práctico de las aplicaciones de esta metodología en Costa Rica (MAGMIRENEM, 1994), Colombia (IGAC, 2007) y Guatemala (MAGA-IGAC, 2010, 2013). La clasificación de las tierras por capacidad de uso se fundamenta en el análisis de las características de los suelos que limitan el uso y generan riesgo de degradación de los mismos, principalmente por erosión. Se enfatiza en la importancia de las prácticas de conservación de suelos, así, a medida que se incrementa la clase de capacidad de uso, a partir de un uso deseado, la diversidad de éstos disminuye y las prácticas de conservación aumentan, por ejemplo: a) tierras arables, con capacidad para cualquier tipo de cultivo, con muy pocas prácticas de conservación de suelos; b) tierras arables, con restricciones en la selección de cultivos, con prácticas de conservación de suelos y c) tierras para ganadería con praderas mejoradas. El sistema de clasificación, indica únicamente el rango de posibilidades de usos que en condiciones naturales pueden ser destinadas a las tierras de una finca y no a especificar el mejor, 51 ni el más rentable de los usos, sin olvidar, que el manejo es el indicador por excelencia para potencializar el uso de la tierra en función de su agrología (MAG-MIRENEM, 1994). Las tierras se clasifican por su capacidad de uso principalmente con base en sus limitaciones permanentes y para ello se tiene en cuenta el número y el grado de las limitaciones. La regla general establece que si una limitación es severa, esto es suficiente para ubicar las tierras en una clase baja, sin importar que las otras limitaciones sean de menor grado. La pendiente, la textura, la profundidad del suelo, los efectos de retención de humedad, el tipo de arcilla, y otras propiedades similares, son considerados como características permanentes del suelo. Además, las limitaciones pueden ser, por su magnitud, generales y específicas; las primeras, indican las limitaciones globales referidas a la degradación, la pendiente, el suelo, la humedad y el clima ambiental; las segundas, identifican la clase de limitación específica dentro de la general, por ejemplo: fertilidad, etc. Algunas de las limitaciones generales y/o específicas pueden corregirse o atenuarse, en forma fácil o difícil; otras no, y por lo tanto son de carácter permanente. El grado de las limitaciones expresa la intensidad de la desviación con respecto al suelo ideal. En general, se consideran cinco grados de intensidad en las limitaciones: ligera, moderada, severa, baja, media, alta, etc. Existen ciertos criterios básicos sobre el sistema de clasificación de tierras por capacidad de uso y que es importante enumerar (MAG-MIRENEM, 1994): a) La clasificación por capacidad de uso es de carácter interpretativo y se fundamenta en los efectos combinados del ambiente bio-físico y las características permanentes de los suelos, sobre los riesgos de su deterioro, limitaciones en su uso y capacidad de producción y requerimientos de manejo del suelo. b) Las tierras de una misma clase por capacidad, son similares únicamente con respecto al grado de limitaciones en el uso para propósitos agrícolas o, respecto al riesgo de deterioro cuando se usan. Una clase de capacidad de uso puede incluir varias clases de suelos, que requieren distintas prácticas de manejo; por lo tanto, al nivel de clase no se pueden hacer generalizaciones válidas con respecto a cultivos específicos y prácticas de manejo. c) El agrupamiento por capacidad está sujeto a cambios, en la medida en que se obtenga más información sobre el comportamiento y respuesta de los suelos a las prácticas de manejo. Así mismo, la clasificación por capacidad de uso de las tierras se puede modificar cuando se 52 implementen proyectos de recuperación que eliminen completamente las limitaciones y reduzcan, por un periodo largo, los riesgos de daño al suelo o a los cultivos. d) Las clases de capacidad agrícola difieren entre sí por el incremento en los grados de limitaciones o riesgos de degradación de los suelos. Estas limitaciones o riesgos afectan los requerimientos de manejo por un periodo relativamente largo para una agricultura permanente. e) Los encharcamientos, el exceso o la falta de agua para la producción adecuada de cultivos, la presencia de piedras y el peligro de inundaciones, no se consideran limitaciones permanentes para el uso, siempre y cuando sea factible su remoción o control. f) Los suelos cuyas limitaciones físicas como pedregosidad o mal drenaje determinen que la cosecha de los cultivos deba realizarse manualmente, no se incluyen dentro de las clases eminentemente agrícolas sin mejoras. g) Para clasificar las tierras por capacidad en las diferentes categorías del sistema, es necesario tener información proveniente de investigaciones, observaciones y experiencias de la finca, de lo contrario deberán generarse o inferirse. h) En la clasificación de tierras por capacidad de uso no se incluyen las distancias a los mercados, la clase de caminos, el tamaño, la forma y la ubicación de las unidades de suelos, ni las características socioeconómicas de las comunidades. 2.1 Estructura del sistema de clasificación de las tierras por capacidad de uso Estructuralmente el sistema de clasificación comprende tres niveles: clases, subclases y unidades de manejo. Dentro de su nivel tecnológico, incluye las prácticas de manejo y conservación de suelos especificadas para cada clase de capacidad. a) Clase de capacidad de uso: se define como grupos de tierras que presentan condiciones similares en el grado relativo de limitaciones y riesgo de deterioro para su uso en forma sostenible. b) Subclase de capacidad de uso: las subclases son grupos de tierras dentro de una clase que tienen limitaciones del mismo tipo. c) Unidades de Manejo: Constituyen una subdivisión de las subclases de capacidad de uso, que indican el o los factores específicos que limitan su utilización en actividades agropecuarias y forestales. Estas tierras son lo suficientemente homogéneas como para requerir sistemas de manejo y conservación similares. 53 El sistema consta de ocho clases representadas por números romanos, en las cuales se presenta un aumento progresivo de limitaciones para el desarrollo de las actividades agrícolas, pecuarias y forestales. Las clases I, II y III permiten el desarrollo de cualquier actividad incluyendo la producción de cultivos anuales. El uso de las clases IV, V, VI se restringe al desarrollo de cultivos semipermanentes y permanentes. La clase VII tiene limitaciones tan severas que sólo permiten el manejo del bosque natural primario o secundario. En las tierras descubiertas, debe procurarse el restablecimiento de la vegetación natural. La clase VIII está compuesta de terrenos que no permiten ninguna actividad productiva agrícola, pecuaria o forestal, siendo por tanto, adecuada únicamente para la protección de recursos naturales. 2.2 Presentación de las Clases, Subclases y Unidades de Manejo del sistema de clasificación de las tierras por capacidad de uso 2.2.1 Clases de capacidad de uso a) Clase I Incluye tierras con pocas o ninguna limitación para el desarrollo de actividades agrícolas, pecuarias o forestales adaptadas ecológicamente a la región. Se encuentran sobre superficies planas o casi planas, con erosión nula, suelos muy profundos, textura media en el suelo y de moderadamente gruesa a moderadamente fina en el subsuelo, sin piedras, drenaje bueno, sin riesgo de inundación, periodo seco moderado y sin efectos adversos por neblina y viento. b) Clase II Representa limitaciones leves que solas o combinadas reducen la posibilidad de elección de actividades o se incrementan los costos de producción debido a la necesidad de usar prácticas de manejo y conservación de suelos. Las limitaciones que pueden presentar son: relieve ligeramente ondulado, erosión leve, suelos profundos, texturas moderadamente finas o moderadamente gruesas en el suelo y finas o moderadamente gruesas en el subsuelo, ligeramente pedregosos, fertilidad media, drenaje moderadamente excesivo o moderadamente lento, riesgo de inundación leve, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderados. c) Clase III Presenta limitaciones moderadas solas o combinadas, que restringen la elección de los cultivos o se incrementan los costos de producción. Para desarrollar los cultivos anuales se requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos. Entre las limitantes presentes 54 están: relieve moderadamente ondulado, erosión leve, suelos moderadamente profundos, texturas en el suelo y subsuelo finas o moderadamente gruesas, moderadamente pedregosos, fertilidad media, drenaje moderadamente excesivo o moderadamente lento, riesgo de inundación moderado, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderados. d) Clase IV Presenta fuertes limitaciones, solas o combinadas, que restringen su uso a vegetación semipermanente y permanente. Los cultivos anuales se pueden desarrollar únicamente en forma ocasional y con prácticas muy intensivas de manejo y conservación de suelos. Las limitaciones que se pueden presentar solas o combinadas: relieve ondulado, erosión moderada, suelos moderadamente profundos, texturas en el suelo y en el subsuelo muy finas o moderadamente gruesas, pedregosos, fertilidad media, drenaje moderadamente lento o moderadamente excesivo, riesgo de inundación moderado, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderados. e) Clase V Presenta severas limitaciones para el desarrollo de cultivos anuales, semipermanentes, permanentes o bosque, por lo cual su uso se restringe para pastoreo o manejo de bosque natural. Las limitaciones que pueden ocurrir, solas o combinadas cuando la pendiente es inferior al 15% son: relieve moderadamente ondulado, erosión moderada, suelos poco profundos, texturas del suelo y subsuelo pueden ser de finas a gruesas, fuertemente pedregosas, muy baja fertilidad, drenaje muy lento o excesivo, riesgo de inundación severo, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento fuerte. Cuando la pendiente oscila entre 15 y 30% son: relieve ondulado, erosión moderada, suelos poco profundos, texturas en el suelo moderadamente gruesas o finas y en el subsuelo de muy finas a gruesas, fuertemente pedregosos, muy baja fertilidad, drenaje muy lento o excesivo, riesgo de inundación severo, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento fuerte. f) Clase VI. Utilizadas para la producción forestal, así como cultivos permanentes como frutales y café, aunque estos últimos requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos. Las limitaciones que se pueden presentar, solas o combinadas son: relieve fuertemente ondulado, erosión severa, suelos moderadamente profundos, texturas en el suelo de muy finas a gruesas, en el subsuelo de muy finas a moderadamente gruesas, fuertemente pedregosos, muy baja fertilidad, 55 drenaje moderadamente excesivo o moderadamente lento, riesgo de inundación moderado, periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderada. g) Clase VII Presenta severas limitaciones por lo cual sólo se permite el manejo forestal en caso de cobertura boscosa; en aquellos casos en que el uso actual sea diferente al bosque, se procurará la restauración forestal por medio de la reforestación. Las limitaciones que se pueden presentar solas o combinadas son: relieve escarpado, erosión sufrida severa, suelos poco profundos, texturas en el suelo y subsuelo de muy finas a gruesas, fuertemente pedregosas, muy baja fertilidad, drenaje excesivo o nulo, riesgo de inundación muy severo, periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento fuertes. h) Clase VIII Estas tierras no reúnen las condiciones mínimas para actividades de producción agropecuaria o forestal. Son utilizadas sólo como zonas de preservación de flora y fauna, protección de áreas de recarga acuífera, reserva genética y belleza escénica. 2.2.2 Subclases de capacidad de uso En este sistema se reconocen como factores para definir subclases, limitaciones debidas a erosión (e), suelo (s), drenaje (d) y clima (c). Para determinar las subclases se deben comparar las condiciones del terreno con respecto a las permitidas en la clase I. a) Erosión (e) Es la pérdida actual o potencial de suelo provocada por la escorrentía superficial y la acción del viento. La erosión actual ocurre por malas prácticas de manejo de la tierra y la potencial según el grado de inclinación de la pendiente. b) Suelo (s) Se refiere a las limitaciones que se presentan, provocadas por uno o varios de los siguientes factores: profundidad efectiva, textura, pedregosidad y fertilidad. c) Drenaje (d) Agrupa las limitaciones causadas por exceso o deficiencia de humedad en el suelo o por riesgo de inundación. 56 d) Clima (e) Son limitaciones debidas a las distintas características climáticas que afectan negativamente el crecimiento de las plantas. Para caracterizar las limitaciones por clima, el sistema emplea el período seco, el viento y la neblina. 2.2.3 Unidades de manejo de capacidad de uso Las unidades de manejo constituyen una subdivisión de las subclases de capacidad de uso, que indican el o los factores específicos que limitan su utilización en actividades agropecuarias y forestales. Se representan por un número romano que indica la clase de capacidad, una o más letras minúsculas que indican las subclases de capacidad y uno o más números arábigos como subíndices a las subclases que corresponden a la unidad de manejo. Para definir los factores limitantes específicos, se deben comparar con las condiciones establecidas para la clase I, para destacar el o los factores de mayor limitación responsables de definir las unidades de manejo, el subíndice respectivo se indicará subrayado. Las diferentes limitantes llevarán la siguiente secuencia: e, s, d, c. Para las clases III a VII. Ver Figura 1 y Cuadro 1. Figura 1. Factores de restricción del uso de la tierra Fuente: MAG-MIRENEM (1994) 57 Cuadro 1. Variables para la categorización de la capacidad del uso de tierras Erosión Clase Pendiente (%) e1 Erosión Sufrida e2 I <3 Nula II <8 Nula o leve <3 Nula o leve <15 Nula o moderada <30 Nula o moderada <15 Nula o moderada <30 Nula o moderada VI <50 Nula o severa VII <75 Nula o severa III IV V VIII Cualquiera Cualquiera Suelos Texturas Profundidad Suelo Subsuelo efectiva 30cm 30 – 120 cm s1 s2 s2 Mod gruesas a >120 Media mod finas Drenaje Pedregosidad Fertilidad Drenaje s3 s4 d1 Sin piedra Sin piedra a ligeramente pedregoso Sin piedra a Finas a muy Finas a muy >90 ligeramente finas finas pedregoso Sin piedra a Finas a mod Finas a Mod >60 ligeramente gruesas gruesas pedregoso Sin piedra a Muy fina a Muy fina a mod >60 moderad mod gruesas gruesas pedregoso Sin piedra a >30 Cualquiera Cualquiera pedregoso Sin piedra a Mod gruesa a >30 Cualquiera fuertemente fina pedregoso Sin piedra a Cualquiera >60 Cualquiera fuertemente excepto gruesas pedregoso Sin piedra a >30 Cualquiera Cualquiera fuertemente pedregoso Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera >90 Mod fina a Finas a mod mode gruesa gruesas Fuente: MAG-MIRENEM (1994), modificado para Guatemala 58 Clima Riesgo de Periodo seco Neblina Viento Inundación d2 c1 c2 c3 Moderado Ausente Ausente Nulo Alta Bueno Media alta Mod. exces. a Mod. lento Nulo a leve Alta Mod. Lento a lento Nulo a Moderado Media alta Mod. exces. a Mod. lento Nulo a Moderado Media alta Mod. lent. a Mod. Nulo a Exces Moderado Cualquiera Muy lento a exces. Nulo a Severo Cualquiera Muy lento a exces. Nulo a severo Cualquiera Mod. exces. a Mod. lento Nulo a Moderado Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Ausente o Ausente o moderado moderado Fuerte Ausente Cualquiera Ausente o Ausente o moderado moderado Cualquiera Ausente o Ausente o moderado moderado Cualquiera Ausente o fuerte Ausente o fuerte Cualquiera Ausente o moderado Ausente o fuerte Ausente o fuerte Cualquiera Ausente o Ausente o moderado moderado Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera III. OBJETIVO ESPECÍFICO 3.1) Elaborar un método de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras. 59 IV. MATERIALES Y MÉTODOS Se propone el siguiente protocolo para desarrollar la caracterización físico-química de los suelos y el estudio semidetallado de capacidad de uso de la tierra, se ilustró a través del caso de estudio finca “Sactelá”, Cobán, Alta Verapaz. Primera fase de gabinete 4.1) Localización geográfica Se indicó la localización de la finca, se enunció la aldea, municipio, departamento, según la distribución administrativa geográfica del país, incluyendo la georeferenciación y elevación. 4.2) Acceso a la finca Se explicó el tipo de vías de acceso, servidumbres de paso, su estado, limitaciones de accesibilidad, durante el año y distancia a los poblados más cercanos y existencia de caminos internos. 4.3) Servicios Se enunció los servicios más importantes como: electrificación, telefonía, agua potable, educativos, salud, acceso a mercados, seguridad pública, recreativos y religiosos de la propiedad y poblados más cercanos. 4.4) Zona de vida Se describió la zona de vida de acuerdo con el sistema de clasificación de Holdridge (Cruz, 1982), escala 1:600,000, más verificaciones de campo para el semidetalle. 4.5) Clima y vegetación Se describió el tipo de clima según la clasificación de Thornthwaite, a escala 1:50 000,00 según (DIGEGR-MAGA, 2009). La vegetación nativa se describió de acuerdo al mapa de cobertura forestal (INAB, 2012). 4.6) Hidrografía y drenaje Se describió las características que presenta la finca con respecto a la evacuación de aguas de forma natural, los recursos hídricos, desde los cursos menores como nacientes y quebradas hasta el cauce principal de la cuenca. Se enumeró la intermitencia o permanencia de caudales de agua, cantidad aproximada y posibilidades para utilizarla en regadío (se evaluó la necesidad de pruebas de infiltración “in situ” para aquellas áreas con pendientes < 12%, en aquellas zonas que 60 lo requieran). El drenaje se expresó por una descripción resumida acerca de la rapidez del movimiento del agua a través del perfil del suelo, o bien por el escurrimiento superficial. 4.7) Interpretaciones fotogramétricas Se analisó la ortofoto, se delimitó el área de la finca, se definieron los criterios del muestreo y unidades de mapeo. Trabajo de campo 4.8) Caracterización físico-química de los suelos Se verificó las unidades de muestreo en campo, se efectuó el muestreo, se describieron las unidades modales y se discutió e interpretó los resultados de los análisis físico-químicos de los suelos por unidad cartográfica. Se enfatizó en textura, retención de humedad, fertilidad, saturación de aluminio, saturación de bases y contenidos de materia orgánica. 4.9) Capacidad de Uso de la Tierra Se realizaron recorridos de campo y se colectó la información necesaria según Cuadro 1, para cada unidad de mapeo. Segunda fase de gabinete 4.10) Se sintetizó toda la información de campo, el resultado de los análisis de suelos, se realizaron los mapas a escala 1:50 000,00 indicando la clase agrológica absoluta y porcentual, la subclase, la unidad de manejo y sus principales características y limitantes de uso, usos recomendados y prácticas de manejo a través de la zonificación física de las tierras de la finca. 4.11) Conclusiones Se concluyó sobre las características físico-químicas de los suelos, unidades de manejo de la tierra, cobertura absoluta y porcentual. 4.12) Nombre, cargo y firma de quien realiza el estudio El trabajo se identificó con datos del autor: nombre completo, cargo que ocupa dentro del Fondo de Tierras, colegiado activo y firma. 4.13) Referencias bibliográficas Es la bibliografía consultada y citada en el texto para la elaboración de los estudios. 61 V PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS Primera fase de gabinete 5.1) Localización geográfica La Finca Sactelá está ubicada en el municipio de Cobán, departamento de Alta Verapaz con coordenada en vértice superior oeste X: 491553-Y:1695693 a 1 300,00 msnm. 5.2) Acceso a la finca De la ciudad capital a Cobán 212 Km; de la ciudad de Cobán hacia Secocpur 47,3 Km; hasta aquí, la carretera es asfaltada. De Secocpur a la comunidad Bella Vista, ubicada en la Finca Sactelá 21,8 Km de terracería, de buen estado en verano, pero de difícil acceso vehicular en invierno. Total de 281 km desde la ciudad capital de Guatemala. 5.3) Servicios Se cuenta con agua entubada, conducida por gravedad, no se cuenta con centros médicos, ni escuelas. El centro poblado es de 7 ha que representa el 1,58% de toda la finca cuya extensión es de 441,5 ha. Este poblado conocido como Aldea Bella Vista, sería desmembrado en caso de la adquisición de la finca. 5.4) Zona de vida La Finca está ubicada en la zona de vida Bosque Muy Húmedo Subtropical Cálido con base en el sistema de clasificación de Holdridge (Cruz, 1982). 5.5) Clima y vegetación La Finca Sactelá está ubicada en la zona climática Cálida Sub-Húmeda (DIGEGR – MAGA, 2009), adaptada de Thornthwaite a escala 1:50 000,00. Se caracteriza por índice de temperatura de 131-150, índice de humedad de 67-134, temperatura media anual de 24,4 a 27,8 °C, precipitación media anual de 1 001,00 a 2 000,00 mm, altitud de 0 a 600 m +/- 100. La vegetación nativa es bosque latifoliado de mediana altura. Únicamente en los meses de febrero, marzo y abril, existe déficit de humedad, por lo que puede indicarse que existe una buena disponibilidad de agua de lluvia, no se hace necesario el uso de agua de irrigación en ninguna época del año y se obtienen dos cosechas por año agrícola. 5.6) Hidrografía y drenaje La Finca es atravesada de este para oeste por el río Icbolay, es un río de flujo permanente, con un cauce de 30 a 50 m de ancho, navegable. Fuente de agua dulce y biodiversidad. 5.7) Interpretaciones fotogramétricas 62 5.7.1) Análisis de ortofoto Con base en la ortofoto de 2006, escala 1:20 000,00 se identifica el área de la finca y se delimita el polígono real para el desarrollo del estudio. 5.7.2) Delimitación del área de la finca Usando el programa de computación Autocad se generó el polígono digital con base en las coordenadas GTM de la finca. Posteriormente se realizó una sobreposición georeferenciada sobre la ortofoto con objeto de establecer las unidades geomorfológicas. 5.7.3) Establecimiento de los criterios de muestreo Para el semidetalle, 4 observaciones por cada 100 ha (densidad baja). El 30% de las observaciones son de identificación (cajuela) y el 70% de comprobación (barreno). La densidad de observaciones deberá ser al menos de una (1) detallada por cada tipo de relieve encontrado. Se deberá describir como mínimo, un (1) perfil por cada suelo de tipo de relieve diferente. 5.7.4) Definición de las unidades de mapeo Con base en la sobreposición del plano en la ortofoto se contrastó el mapa de relieve y la ortofoto para definir las llamadas unidades de mapeo, basadas en áreas geomorfológicamente homogéneas, teniendo que ser verificadas en campo. Se identificaron inicialmente 3 unidades de mapeo: U-1: áreas de 15 a 30% de pendiente; U-2: áreas de 0 a 15 % de pendiente; U-3 áreas con más 30% de pendiente. 5.7.5) Planificación del muestreo aleatorio estratificado Los estratos se definieron como unidades con características similares (ej. forma del terreno), posteriormente se colectó una muestra de forma aleatoria. Con la ayuda de un sistema de cuadrícula de 10 ha por cuadro, se planificó el muestreo de tal manera de satisfacer los criterios establecidos en el numeral (5.7.3). Trabajo de campo 5.8) Caracterización físico-química de los suelos 5.8.1) Verificación de las unidades de mapeo y uso actual Se identificaron en campo las unidades teóricas de mapeo y se corrigen por caminamientos, se estableció un área de 30 m a cada lado del cauce del Río Icbolay y la laguna que éste forma. Las Unidades reales de mapeo son U-1, áreas de cardamomo bajo sombra; U-2, áreas de ganadería; U-3 lechos rocosos con bosque natural; se define una nueva unidad, la U-4; áreas agrícolas sin riesgo de inundación, Figura 2. 63 Figura 2. Ortofoto y delimitación de la finca (A), unidades de muestreo (B), unidades de muestreo verificadas en campo (C) Fuente: Elaboración propia 5.8.2) Muestreo Con base en los criterios de muestreo (5.7.3) y la planificación del muestreo (5.7.5), se realizaron observaciones de identificación y comprobación. Para cada perfil modal, se colectan muestras de suelos (600 g) por cada horizonte del perfil hasta la profundidad de 120 cm. Las muestras correctamente identificadas son trasladadas al laboratorio de análisis de suelo para la realización del análisis físico-químico. 5.8.3) Descripción edáfica por unidad modal, solo se muestra la Unidad 1. Las Unidades 2,3 y 4 se presentan en el Anexo 2 y los análisis de suelos de todas las unidades en el Anexo 3. a) General -Número de perfil: No. 1 -Orden del suelo: Molisoles -Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 493139 (Y): 1749900 -Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales de la Sierra de Chamá. -Pendiente donde el perfil está situado: 5 % -Uso actual de la tierra: Cardamomo bajo sombre. -Clima: cálido subhúmedo b) Información general acerca del suelo. -Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario -Drenaje: Bueno. -Profundidad efectiva: > 120 cm 64 -Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm -Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad -Evidencia de erosión: Nula -Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo c) Breve descripción del perfil. Suelos profundos con desarrollo de horizonte O, A, y B profundo bien desarrollados. Suelos de color obscuro, textura arcillosa, estructura en bloques, bien drenados. d) Descripción de cada horizonte del suelo, Cuadro 2. Cuadro 2. Descripción edáfica del perfil modal de la Unidad 1 Profundidad y Descripción de horizontes nomenclatura Color en húmedo pardo grisáceo muy oscuro (10YR3/2); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, 0 – 15 cm (0) consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, ricos en materia orgánica 9,13, pH 5,1. Color en húmedo gris muy oscuro (10YR3/1); sin manchas de color evidentes, textura 15 – 40 cm (A) arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, materia orgánica adecuada 3,55%, pH 5,0. >40 cm Color en húmedo pardo amarillento oscuro (10YR4/6); sin manchas de color evidentes, (B) textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,06%, pH 5,1. Fuente: Elaboración propia 65 Segunda fase de gabinete 5.9) Interpretación de la fertilidad de los suelos De conformidad con el protocolo de interpretación de la fertilidad de suelos (IGAC, 2007); la fertilidad de los Molisoles de la finca Sactelá es considerada alta, no obstante, sus suelos son ligeramente ácidos pH de 5,3-5,6; las relaciones Ca/Mg del orden de 0,8 a 2,5; en la mayoría de los escenarios, los suelos poseen cantidades de materia orgánica por arriba de la media para suelos fértiles; así mismo, la capacidad de intercambio catiónico es mayor de 20 (Meq/100 gr) en los estratos superiores. Es importante mencionar que el manejo agronómico de la finca es muy bueno, ya que se observa preservación de los ecosistemas de cardamomo con sombra, bosque latifoliado primario y secundario; áreas de potencial hídrico (río Icbolay); preservación de fauna, ejemplo: tortugas, aves acuáticas y cocodrilos. El 23,55% de la finca es propia para la agricultura limpia; actualmente se encontraba en barbecho, pues existe rotación de cultivos y periodos de descanso de la tierra. Debido a los pH ligeramente ácidos, podría haber desbalances de azufre, calcio y magnesio; por lo que tendría que aplicarse fertilización mineral compensatoria. 5.10) Mapa de Capacidad de uso de las tierras y su leyenda Para cada unidad de mapeo verificada en campo se evaluó los factores de erosión, suelo, drenaje y clima, descritos en el Cuadro 1, realizando anotaciones complementarias de conocimiento local de los actores. La Figura 3 (A). Presenta el mapa de capacidad de uso de la tierra a escala 1:50 000,00. 5.10.1) Descripción de la leyenda del mapa de capacidad de uso de la tierra a) Clase III: Suelos profundos, bien drenados, planos, sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de inundación durante todo el año. Aptos para la producción de granos básicos. b) Clase IV: Suelos profundos, bien drenados, semi-ondulados, sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de inundación durante todo el año. Aptos para uso agroforestal. c) Clase V e1: Suelos con profundidad variada, nunca poco profundos, bien drenados, ondulados a fuerte ondulados (limitación de pendiente, e1), sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de inundación durante todo el año. Aptos para uso silvopastoril. 66 d) Clase V d1: Suelos con profundidad variada, nunca poco profundos, mal drenados (limitación de drenaje, d1), moderadamente ondulados, sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de inundación durante todo el año. Aptos para uso silvopastoril. e) Clase V d2: Suelos con profundidad variada, nunca poco profundos, mal drenados, moderadamente ondulados, sin limitaciones de pedregosidad, con riesgo de inundación en época de lluvias (limitación d2). Aptos para uso silvopastoril. f) Clase VIII: Zonas de conservación y recuperación del bosque de galería del río Icbolay y su laguna, así como conservación de lechos rocosos kársticos, cubiertos con bosque natural. 5.10.2) Zonificación física de las tierras de la finca La zonificación física de tierras se determinó a partir de la caracterización físico-química de los suelos y la clasificación de tierras por su capacidad de uso. Agrupa unidades de tierra con limitaciones y aptitudes similares. El método para asignar el uso principal para cada una de las unidades cartográficas es descrito por MAGA-IGAC (2010, 2013). Se identificaron las vocaciones generales: agrícola, agroforestal y conservación. Los usos principales: Cultivos transitorios intensivos (CTI); Cultivos permanentes semi-intensivos (CPS), silvopastoril (SPA), Áreas de conservación de Recursos Naturales y Biodiversidad (ARNB), Figura 3(B). 67 Figura 3. Mapa de capacidad de uso de las tierras (A) y Mapa de zonificación física de las tierras (B), finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz Fuente: Elaboración propia 68 VI. CONCLUSIONES 6.1) Los suelos de la finca taxonómicamente son denominados Molisoles, como producto de las variaciones altitudinales y cobertura vegetal se identifican Molisoles negros y pardos de excelente trabajabilidad y ricos en materia orgánica, en especial en su estrato superior (0-25 cm). 6.2) Suelos de textura arcillosa, predominancia de estructura en bloques, bien drenados, sujetos a inundación en las áreas de pastizales. 6.3) Los suelos agrícolas son de fertilidad potencial alta CIC >20 Meq/100g, con excelente condición microbiológica (materia orgánica > 5%) en perfil diagnóstico, pH ligeramente ácidos (5,3-5,6), con baja saturación de bases. Se observa un incremento de arcilla y detrimento de nutrientes, materia orgánica y pH en función de la profundidad del suelo. 6.4) Las tierras por capacidad de uso se clasificaron en Clase III (23,55%), Clase IV (20,49 %), Clase V (31,42%), Clase VIII (22,82%) y el restante son área urbana y cementerio de la aldea Buena Vista. 6.5) Esta zona geográfica presenta déficit de humedad únicamente por dos o tres meses al año. Se pueden realizar dos cosechas al año sin necesidad de irrigación y mantener pasturas siempre verdes durante todo el año. El río Icbolay atraviesa la finca en su totalidad de este a oeste, así mismo, forma una laguna en la finca con agua todo el año en la cual existe una diversidad de flora y fauna. 69 VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 7.1) Cruz, J. R. (1982). Clasificación de las zonas de vida de Guatemala a nivel de reconocimiento. Guatemala: Instituto Nacional Forestal. 7.2) DIGEGR – MAGA. Dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de Riesgo-Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación. (2009). Mapa de clasificación climática de la República de Guatemala. Escala 1:50,000 adaptado del sistema Thornthwaite. Guatemala: MAGA. 7.3) IGAC. Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2007). Metodología de clasificación de las tierras por su capacidad de uso. Subdirección de Agrología, Bogotá D.C., Colombia: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. 7.4) INAB. Instituto Nacional de Bosques. (2012). Mapa de cobertura forestal de Guatemala y dinámica de la cobertura forestal 2006-2010. Guatemala: MAGA. 7.5) Klingebiel, A.A. & Montgomery, P.H. (1961). Land capability classification. USDA Agricultural Handbook No. 210, Washington, D.C., United States of America: Government Printing Office. 7.6) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación- Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2010). Estudio semidetalado de los suelos del departamento y Capacidad de uso de las tierras de Chimaltenango, Guatemala. Guatemala: MAGA. 7.7) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación- Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2013). Estudio semidetallado de los suelos y capacidad de uso de las Tierras del departamento de Sololá. Guatemala: MAGA. 70 7.8) MAG-MIRENEM. Ministerio de Agricultura y Ganadería-Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas. (1994). Metodología Determinación Capacidad Uso Tierras Costa Rica. Costa Rica: Decreto No. 23214. 7.9) Zinck, J.A. (2005). Geomorfología aplicada a levantamientos edafológicos y zonificación física de tierras. Subdirección de Agrología, Bogotá D.C., Colombia: Instituto Geográfico Agustín Codazzi. 71 CAPÍTULO IV Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por región geográfica 72 I. INTRODUCCIÓN La técnica que hoy conocemos como valoración de tierras rurales o agrarias es el resultado de las aportaciones de las escuelas española, italiana y anglosajona, cuyos trabajos han derivado en los actuales métodos de valoración, entre ellos, los métodos econométricos que asumen que el valor de mercado de las fincas es el resultado de la agregación ponderada del valor que toman un conjunto de variables explicativas (o independientes) que expresan características técnicas y/o económicas (Alonso & Serrano, 2007). El precio de las tierras rurales es un indicador de las perspectivas del negocio en el campo, perspectivas que son bien diferentes en función de las características inherentes de las tierras y del medio donde se localizan, así como, de los bienes y servicios ambientales que posean (Gracia et al., 2004; Lubowski et al., 2008). Los precios varían fuertemente entre distintos predios de una misma región, así como entre regiones, los principales factores que en principios teóricos deberían explicar este comportamiento son a) la extensión o área; b) la distancia a mercados municipales, cabecera municipal y departamental; c) las condiciones de acceso a las fincas, presencia o no de asfalto; d) la ubicación geográfica por región geográfica, e) la disponibilidad de agua potable y de riego; f) la infraestructura productiva interna y externa; g) los cultivos existentes y su condición y h) la capacidad de uso de las tierras y la topografía. Ahora bien, es importante considerar la influencia que ejercen la especulación, la disponibilidad de suficientes unidades productivas en situación de venta, la incertidumbre macroeconómica, la existencia o no de respaldo legal sobre la propiedad, la inestabilidad económica-social, etc., elementos que aportan una proporción específica, aún desconocida, en la formación del precio de la tierra (CEPAL, 1998; Carrera, 2000). Con base en la premisa anterior y de conformidad con los objetivos de desarrollo de las políticas agrarias del Fondo de Tierras, se propone un proceso metodológico conducente a la obtención de modelos hedónicos, tipo econométricos, que expliquen el valor de la tierra. Para ello se realizó un análisis de 64 fincas, tanto aquellas ya financiadas por el Fondo de Tierras como aquellas en valor de mercado, para estimar relaciones entre precio por unidad de área en función de su extensión, mediante modelos del tipo potencial logarítmico. Así mismo, se evaluó si existe efecto estadísticamente significativo de la ubicación de la finca respecto a la región geográfica, agrupándolas en: Tierras del Norte, Altas Cristalinas, Boca Costa, Depresión de Izabal, Altas Volcánicas y Llanura Costera del Pacífico, para cada una de ellas se determinan modelos econométricos que explican el valor 73 de la tierra. Se discute acerca del efecto combinado de la variación de las curvas Precio x Área en relación a la ubicación geográfica. Se realizaron análisis de regresión múltiple de un conjunto de variables independientes tanto cuantitativas como cualitativas, introducidas éstas últimas como variables indicadoras o “Dummy” para determinar su efecto sobre el precio de las tierras, con objeto de constituir un modelo multivariado que explique el precio por unidad de área a nivel rural en el país. Herramientas todas, que sin duda serán de gran utilidad para el desarrollo de los objetivos de las políticas de adquisición de tierras vía mercado por el Fondo de Tierras, en lo que respecta al fortalecimiento del proceso de negociación de las fincas para su financiamiento a grupos organizados, constituyéndose, en el punto de partida para la consolidación de las comunidades agrarias sostenibles. 74 II. MARCO TEÓRICO 2.1 Mercado de Tierras en Guatemala De acuerdo con los registros existentes en diversos países y basados en los diferentes regímenes jurídicos, se ha venido reconociendo la existencia de dos grandes mercados de tierras: el formal y el informal. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y el Banco Mundial establecen que ambos mercados se presentan en Guatemala (FAO & Banco Mundial, 1998). Se entiende por mercado de tierras formal aquel cuyas transacciones responden a los requerimientos del marco legal vigente. En este caso, la oferta y la demanda se publican por medio de canales de información abiertos y transparentes y los precios se fijan por el mercado. En el mercado informal las transacciones no se ajustan a los requisitos del marco legal vigente, sino que se rigen por las reglas de confianza y aceptación comunitaria y familiar. La información se mueve por circuitos familiares y comunitarios. Los precios no se rigen exclusivamente por el mercado, sino que intervienen factores culturales y sociales. En Guatemala las condiciones para la existencia de un mercado de tierras formal y transparente son relativamente adversas. Se acepta el principio de propiedad privada y la libertad para hacer contrato, pero hay limitaciones institucionales relacionadas con la seguridad jurídica, las deficiencias del registro de la propiedad, un catastro en proceso y las frecuentes modificaciones en la política económica y fiscal (Carrera, 2000). Otros elementos determinantes en gran medida y complejos de estimar son la inestabilidad social y política, la violencia civil, actividades ilícitas y todas sus implicaciones en el área rural. 2.2 La regionalización del mercado de tierras La regionalización es un instrumento eficaz para diferentes fines, entre éstos la ubicación espacial de los diferentes actores que intervienen en un mercado de tierras rurales y la identificación de tierras homogéneas respecto a capacidad productiva, condiciones climáticas, topográficas y de tipo de capacidad de uso. La regionalización ayuda a agrupar en forma homogénea elementos importantes como los poblados, puertos y aeropuertos, la existencia de infraestructura productiva y la provisión de servicios como energía eléctrica, agua potable, hospitales, centros de salud, centros educativos y servicios complementarios. Aun cuando la regionalización es una aproximación a cierta homogeneización, en términos de la unidad 75 productiva se manifiestan diferencias como calidad de la tierra, topografía de la finca, acceso y existencia de agua para riego, existencia de mano de obra calificada, infraestructura interna y otros factores concretos (Carrera, 2000). Asimismo, hay fincas que por su tamaño o posición geográfica se encuentran en la interconexión de dos regiones y por lo tanto son transicionales. No obstante que en Guatemala no se ha llegado a definir plenamente una regionalización para estudiar el mercado de tierras, existen varios criterios, principalmente con base a los objetivos y experiencia de los usos de producción extensiva de las tierras, a lo largo de la historia del país. 2.3 El Precio de la tierra rural El precio de las tierras rurales es un indicador de las perspectivas del negocio en el campo, perspectivas que son bien diferentes en función de las características inherentes de las tierras y del medio donde se localizan, así como del tipo de orientación productiva a implementar (Gracia et al., 2004). La información sobre precios es difícil de obtener, en especial del precio efectivamente pagado por una propiedad. Se considera que, en términos generales, los precios ofertados de las propiedades, superarían entre 10% y 30% al precio real (Carrera, 2000). Los precios varían fuertemente en una misma región, así como entre regiones. Los principales factores que motivan este comportamiento son: a) el área y las condiciones de acceso a las fincas; b) la ubicación respecto de los principales mercados de productos agropecuarios; c) la disponibilidad de agua para riego; d) la infraestructura productiva interna y externa de la finca; e) los cultivos existentes y su condición; f) la calidad de las tierras y la topografía y g) recientemente también los bienes y servicios ambientales que puedan ofrecer las propiedades (Lubowski et al., 2008). 2.4 Oferentes y la oferta de tierra La informalidad es probablemente la principal barrera para poder contar con un adecuado conocimiento de la oferta de tierras. En general, los oferentes de tierras para la compra o arrendamiento pueden agruparse de la siguiente manera (FAO & Banco Mundial 1998): a) propietarios privados; b) usufructuarios privados con tierras adjudicadas por el estado que no han finalizado el proceso legal de adjudicación; c) usufructuarios privados, sin título de propiedad, y d) comunidades o municipalidades con tierras propias. 76 En Guatemala se considera que no existen tierras de propiedad pública o baldíos en cantidad considerable como para reconocer la existencia de una reserva de tierra pública que pudiera atender la demanda, y por lo tanto considerar al estado como un oferente de tierra. Los propietarios privados son las personas físicas y morales que están registradas en el Registro General de la Propiedad como titulares de las propiedades. Varios elementos o factores condicionan a los oferentes y la oferta de tierras. a) la rentabilidad de la actividad agropecuaria y el capital de trabajo; b) las invasiones, la violencia y el clima de inseguridad personal; c) los conflictos existentes sobre la propiedad y uso de la tierra, y d) la existencia de programas de apoyo al acceso al recurso. La oferta de tierras está obstaculizada por los conflictos en cuanto a definición de derechos de propiedad, los problemas de legalización de dominio, definición real de linderos, la existencia de más de un título de propiedad sobre una misma propiedad, los pasivos laborales y la usurpación de propiedades. Por último, los programas de apoyo a grupos de retornados en la dotación de tierras, basados en los acuerdos de paz, han generado expectativas en muchos propietarios de tierras, que se reflejan en el incremento de los precios y en un mayor dinamismo del mercado formal, al tiempo que se ponen en evidencia los obstáculos para desarrollar un mercado de tierras rurales más transparente y eficiente. 2.5 La valoración de tierras agrarias La técnica que hoy conocemos como valoración agraria es el resultado de las aportaciones de las Escuelas española, italiana y anglosajona (Caballer 1993; Alonso & Serrano, 2007) cuyos trabajos han derivado en los actuales métodos de valoración, los métodos analíticos, los sintéticos y los estadísticos o econométricos. Brevemente, se describe el objeto de cada uno como sigue: a) Métodos sintéticos: explican el valor de una finca por su semejanza con otras fincas de características similares. Se asume que la variable precio de mercado del bien y la variable explicativa siguen la misma función de distribución, frecuentemente una distribución beta, siendo la proporción entre el valor del bien y el valor de la característica no constante, o bien como ocurre con el método sintético clásico, en el que el coeficiente de proporcionalidad entre ambos valores sí es constante. La modelización de este método implica la determinación de las variables con mayor capacidad explicativa de la variable dependiente, esto es, el valor de mercado. Para una descripción detallada de estos métodos, así como de los métodos analíticos, 77 se refiere los trabajos de Alonso y Iruretagoyena (1990); Guadalajara (1996); Alonso y Serrano (1998); García Pérez et al. (2002, 2003); Alonso y Serrano (2007). b) Métodos analíticos: determinan el valor de la finca por la actualización de la renta, sin embargo, el problema de estos métodos es la determinación del tipo de actualización que permita obtener el valor de mercado. Por esta razón, el trabajo que se realiza va orientado hacia la obtención del tipo de actualización que hace que el valor de capitalización sea igual al obtenido mediante los diferentes métodos sintéticos. Con el método analítico podemos determinar los valores de mercado procedentes tanto de la actualización de los flujos (renta + beneficio) como de la actualización de la renta y por lo tanto, para poder aplicar el método, se tiene que calcular la tasa de actualización que corresponde aplicar por región geográfica para los aprovechamientos agrarios que se puedan producen. c) Métodos econométricos: asumen que el valor de mercado de las fincas es el resultado de la agregación ponderada del valor que toman un conjunto de variables explicativas (o independientes) que expresan características técnicas y/o económicas de la finca. Son numerosos los trabajos que optan por los modelos econométricos para la estimación del valor de bienes raíces, entre otros: Wise y Dover (1974); Sandrey et al. (1982); Mendelsohn et al. (1994); Roka y Palmquist (1997); Calatrava y Cañero (2000); Plantinga y Millar (2001); Perry y Robison (2001). 2.6 Método de los precios hedónicos El método de los precios hedónicos, al basarse en los precios que obtienen las distintas fincas en transacciones de mercado, se puede enmarcar dentro de los métodos sintéticos, en particular entre los denominados econométricos, estadísticos o de regresión, que se caracterizan por aplicar las herramientas de la estadística y la econometría. El modelo de los precios hedónicos permite estimar los precios implícitos de las diferentes características que componen un bien heterogéneo. El método se desarrolló originalmente para aplicaciones relacionadas con el campo de la publicidad (Azqueta, 1994), aunque posteriormente se ha aplicado como uno de los métodos de valoración ambiental más extendidos para obtener estimaciones monetarias del valor de atributos o bienes sin mercado, junto con el método, el costo de viaje y el de valoración contingente. La hipótesis de partida en este modelo es que las distintas características que componen un bien heterogéneo se reflejan en su precio de mercado. Por ello, se asume que el precio de dicho bien puede ser descompuesto en función de sus características o atributos, y una 78 vez, que se haya estimado la función de precios hedónicos, es posible asignar un precio implícito o un precio sombra a cada una de dichas características. Una finca puede ser considerada como un bien heterogéneo ya que su precio en el mercado dependerá del conjunto de las características que la definen. En primer lugar, el precio dependerá de características físicas y agronómicas, como la superficie, la calidad de la tierra, su orientación productiva (capacidad de uso), la disponibilidad o no de agua de riego, su altitud y pendiente, etc. Pero también hay otros factores que pueden influir en el precio y que están relacionados con la situación socioeconómica del territorio donde se ubica, como la disponibilidad de mano de obra y capital, la rentabilidad de la explotación o las expectativas de futuro, entre otros aspectos. Freeman (1992) presenta la teoría formal de los modelos hedónicos, donde Y es el bien cuyo mercado es objeto de estudio – por ejemplo –tierras rurales–, cualquier elemento de Y se puede describir por su vector de características Q = (q1,...,qj,...,qk). Así, para cada elemento Yi de Y, su precio PYi puede expresarse como una función de sus características constituyentes: PYi = PY(qil,...,qij,...,qik); donde qij representa la característica j-ésima del elemento i-ésimo del bien Y. La función PY es la «función hedónica de precios» de Y. Si PY pudiera estimarse a partir de las observaciones de los precios y las características de diferentes elementos de Y, entonces podría calcularse el precio de cualquier elemento de Y – tierras rurales – a partir del conocimiento de sus características. Las formas funcionales más frecuentes que se han propuesto en la literatura, además de la lineal, incluyen la logarítmica, la semilogarítmica o la doble-logarítmica, entre otras. El primer paso para escoger la forma funcional es atender a lo que la teoría postula. Conforme a ella, la función hedónica de precios es una forma reducida derivada de la interacción de las funciones de referencia de los consumidores y de las funciones de costo o beneficio de los productores. Los primeros investigadores ensayaron diversas formas para la función hedónica de precios principalmente la logarítmica, semilogarítmica y doble-logarítmica, seleccionando una de ellas sobre la base de criterios de ajuste del modelo (Freeman, 1992; Roka & Palmquist, 1997). No obstante, otros autores han mostrado ventajas en el análisis de los modelos hedónicos al utilizar formas funcionales más flexibles como las del tipo Box-Cox, tal como lo reporta Maddison (2000). 79 2.7 El modelo estadístico multivariado, su interpretación y limitaciones La metodología estándar proporciona una ecuación hedónica de precios que capta el efecto de los distintos atributos individuales de la finca en la determinación de su valor de mercado. La forma general del modelo utilizado es la siguiente: P = f (I, U, Z, S, E; w) La variable P corresponde al precio de la finca (quetzales/hectárea), el cual se asume está determinado por los argumentos de la función “f”. Los argumentos, por ejmplo, podrían agruparse en las categorías: I : características inherentes a la finca (superficie o área, capacidad de uso de las tierras, superficie construida, aspectos de arquitectura, equipamiento, etc). U : características de ubicación de la finca (área industrial, distancia geográfica y accesibilidad a centros de importancia, etc.) Z : características determinadas por la ubicación geográfica. S : características determinadas por el nivel de equipamiento exterior, servicios e infraestructura (agua potable, alcantarillado, electricidad, pavimentación, etc.). E : externalidades presentes en el entorno en que se encuentra la finca (actividades contaminantes, áreas verdes, vertederos de desperdicios, etc.) w : conjunto de parámetros que acompañan a cada atributo y que constituyen los precios implícitos (sombra) de cada característica de la finca. La ecuación señala que el precio de mercado de la finca está determinado por el aporte de las cantidades de los distintos atributos (pertenecientes a los grupos I, U, Z, S y E) que posee la finca y que lo caracteriza y lo diferencia de otras fincas. Es posible explicitar la forma estimable del modelo estadístico de la siguiente manera: Pi = b0 + b1x1i + b2x2i + ........ + bmxmi + mi donde k=1, 2, ....., m ; i=1,2,....., n las m variables xki corresponden a los argumentos de la función “f” incorporados en los grupos de atributos I, V, U, Z, E y S de la ecuación; los coeficientes b corresponden a los parámetros incluidos en el set w de, y m es un error aleatorio, donde la transformación de la función lineal dependerá del mejor ajuste (Gracia et al., 2004). Entre las principales limitaciones del modelo hedónico, además del importante problema de la elección de la forma funcional, que la teoría económica no resuelve, se plantean otros problemas de tipo metodológico, como lo reporta Hanley et al. (1997). Por una parte, puede 80 producirse el sesgo de las variables omitidas cuando, por la razón que sea, no se incluye en la función hedónica de precios alguna variable que afecte significativamente al precio y que, al mismo tiempo, esté correlacionada con una de las variables incluidas en la función. En este caso, el coeficiente estimado de la variable correlacionada estará sesgado. Por otra parte, puede presentarse un problema de multicolinealidad entre algunas de las variables que se incluyen en la función de precios. Por lo que habría que estimar ecuaciones independientes y separadas para cada variable, ya que de otra manera sería difícil determinar los precios implícitos de las características consideradas en el modelo. Otra alternativa para resolver problemas derivados de la multicolinealidad es realizar un análisis de componentes principales, dado que éstos son combinaciones lineales de las variables originales y son independientes entre sí. Los componentes pueden usarse como variables independientes en modelos de regresión y dado que no están correlacionados, se evita el problema de multicolinealidad. 81 III. OBJETIVO ESPECÍFICO 3.1) Determinar modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por región geográfica. 82 IV. MATERIALES Y MÉTODOS Mediante trabajos de campo y gabinete se determinó y recopiló información base para la generación de modelos econométricos por región fisiográfica a nivel nacional de la siguiente manera: 4.1) Se determinó mediante investigación de campo y documental el precio de mercado de 69 fincas categorizadas en tipos: Fondo de tierras (FT) y Venta de mercado (VM), el precio se estableció sin considerar aspectos de infraestructura como forma de estandarizar la variabilidad de los mismos. 4.2) Para cada finca se estableció su ubicación por municipio, departamento y coordenadas GTM, ver Anexo 4, así como su representación por región geográfica, ver Anexo 5. 4.3) Se estableció como variables independientes: La ubicación geográfica, identificando las Tierras del Norte, Altas Cristalinas, Boca Costa, Depresión de Izabal, Altas Volcánicas y Llanura Costera del Pacífico. El Área o superficie total en hectáreas. La capacidad de uso de las tierras, determinada por la metodología INAB identificando el área correspondiente a las siguientes categorías: A (agricultura sin limitaciones), Am (agricultura con mejoras), Agroforestería con cultivos anuales (Aa), Sistemas agrosilvopastoriles (Ss), Agroforestería con cultivos permanentes (Ap), Tierras forestales para producción (F), Tierras forestales para protección (Fp). La distancia al mercado más cercano en km. La infraestructura vial de acceso a la finca, variable cualitativa identificada con asfalto, sí o no. La distancia a ciudad capital en km. La distancia a cabecera municipal en Km. La distancia a cabecera departamental en Km. El servicio de agua potable, variable cualitativa identificada como sí o no. El servicio de electricidad pública, variable cualitativa identificada como sí o no. La presencia de centros educativos, variable cualitativa identificada como sí o no. La presencia de recursos hídricos, variable cualitativa identificada como sí o no. 4.4) Con base en la información de 64 fincas de un grupo original de 69 (cinco se eliminaron previo a los análisis estadísticos por ser considerados puntos perdidos que incrementaban grandemente la variabilidad de los datos), ver Aanexo 6. Se procedió a determinar una función curvilínea entre el Precio y el Área. Se utilizó el programa de computadora SPSS, versión 21, corriendo varios modelos predefinidos y escogiendo el de mejor ajuste, utilizando como criterio el coeficiente de determinación (R2) ajustado. 83 4.5) De igual manera, se ajustaron modelos no lineales para cada una de las seis regiones definidas a fin de precisar modelos de Precio y Área para cada región. Se utilizó el programa de computadora SPSS, versión 21, corriendo varios modelos predefinidos y escogiendo el de mejor ajuste, utilizando como criterio el coeficiente de determinación (R2) ajustado. 4.6) Se modeló un escenario de variación de precios estimados por los modelos del inciso anterior (e), con objeto de observar las tendencias curvilíneas de los precios como reflejo de la influencia de la región fisiográfica. Se utilizó el programa Excel. 4.7) Dada la relación no lineal entre precio por hectárea y área, así como entre precio y distancia, se realizó la transformación de datos de precio y área a la forma logarítmica (logaritmo natural), para cumplir el supuesto de linealidad en el análisis de regresión múltiple (modelo hedónico tipo econométrico). Se utilizó el programa de computadora SAS versión 9.1. 4.8) Se realizó un análisis de regresión lineal múltiple utilizando un modelo completo y el procedimiento GLM del programa SAS. El modelo completo utilizó el logaritmo natural del precio por hectárea como variable dependiente y los logaritmos naturales de área, distancias y las variables categóricas como variables independientes. Las variables categóricas se incluyeron como variables indicadoras y sus interacciones con las variables independientes cuantitativas. Posteriormente se utilizó un modelo reducido que excluyó del análisis a las variables independientes que no mostraron significancia (P ≥ 0,05) o que mostraron índices de inflación de la varianza superiores a 10. Se estimó además el efecto de cada variable independiente sobre la variación de la variable dependiente usando el estadístico Eta cuadrado. Se utilizó el programa de computadora SAS versión 9,1. 84 V. PRESENTACION Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 5.1) Relaciones Precio y Área 5.1.1) Para todas las fincas Con base en la información de la muestra de 64 fincas, se estableció una relación curvilínea que estadísticamente explicó la relación entre el precio de las fincas y su área. El modelo es del tipo potencial, descrito de la siguiente manera: 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎 −1 = 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑝𝑡𝑜 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) 𝐶𝑜𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒 La Figura 1, muestra la tendencia de la curva. Se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,576 a un nivel de significancia del 5%. − 0,659 PRECIO Q/ ha 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 559 807,321 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) Figura 1. Relación Precio x Área para todas las fincas estudiadas Fuente: Elaboración propia 5.1.2) Para las fincas de las Tierras del Norte Con base en la información de la población de 13 fincas ubicadas en las Tierras del Norte, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,570 a un nivel de significancia del 5%. 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 812 448,241 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) 85 − 0,754 5.1.3) Para las fincas de las Tierras Altas Cristalinas Con base en la información de la población de 04 fincas ubicadas en las Tierras Altas Cristalinas, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,708 a un nivel de significancia del 5%. 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 464 935,82 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) − 0,541 5.1.4) Para las fincas de las Tierras de la Boca Costa Con base en la información de la población de 15 fincas ubicadas en las Tierras de la Boca Costa, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,673 a un nivel de significancia del 5%. 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 598 581,929 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) − 0,653 5.1.5) Para las fincas de las Tierras de la Depresión de Izabal Con base en la información de la población de 10 fincas ubicadas en las Tierras de la Depresión de Izabal, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,749 a un nivel de significancia del 5%. 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 614 836,22 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) − 0,981 5.1.6) Para las fincas de las Tierras Altas Volcánicas Con base en la información de la población de 14 fincas ubicadas en las Tierras Altas Volcánicas, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,58 a un nivel de significancia del 5%. 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎 −1 = 432 858,438 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) − 0,58 5.1.7) Para las fincas de las Tierras de la Llanura Costera del Pacífico Con base en la información de la población de 08 fincas ubicadas en las Tierras de la Llanura Costera del Pacífico, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2 corregido de 0,639 a un nivel de significancia del 5%. 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎 −1 = 1 630 375,874 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎) 86 − 0,703 5.2) Modelación de escenarios de predicción Con objeto de observar la tendencia curvilínea de los precios de la tierra como expresión de la región geográfica se realizó una modelación de valores estimados del precio de la tierra, Cuadro 1 y Figura 2. Cuadro 1. Información base del escenario de modelación de predicción de precios (área en hectáreas y precio en Quetzales/hectárea; $1,00 equivale a Q 7,69) Area Ln Area Todas Tierras Altas del Norte Cristalinas 1,1 0,0953102 2635031,3 4781065,3 Boca Costa Depresión De Izabal Altas Volcanicas Llanuras Costa Pacifico 1658359,38 2778085,7 6169128,3 1692174,329 8510455,613 3,912023 227848,44 290485,89 222281,7715 245632,31 161292,31 196224,4308 624927,3713 100 4,6051702 204625,46 256867,08 203505,9407 220812,76 137440,72 178510,3465 557219,1263 150 5,0106353 193557,15 241033,02 194424,5067 208974,65 126521,58 169984,0099 525125,4872 200 5,2983174 186565,64 231097,73 188640,251 201493,72 119778,84 164568,1807 504915,5419 50 Fuente: Elaboración propia Figura 2. Precio estimado x Área por región geográfica Fuente: Elaboración propia 87 Se muestra la dinámica de las curvas en función de la calidad agronómica de las tierras, Llanura de la Costera del Pacífico, Depresión de Izabal, Tierras del Norte y Tierras de la Boca Costa, Tierras Altas Volcánicas y Tierras Altas Cristalinas. Se visualiza punto de inflexión de las curvas alrededor de (40-50 ha), esto se explica pues el valor de las tierras menores a una caballería (45 ha), regularmente se comercializa por precio de hectárea, arriba de este punto, las tierras se venden por caballerías. Así mismo, después de las 45 hectáreas para algunas curvas existe un efecto combinado de (región geográfica) x (área), esto quiere decir que las curvas ya no están por arriba o debajo de una línea media, pasado el punto de inflexión, más bien se combinan. Por ejemplo, las tierras de la Depresión de Izabal, que antes de las 45 hectáreas son las segundas, después son las últimas en relación a las tierras de las demás regiones geográficas, esto se debe, a que en esta región las fincas demasiado grandes incurren en depresión de su calidad agronómica. 5.3) Análisis del efecto de las variables independientes sobre el precio de las tierras En primera instancia se realizaron análisis separados para cada una de las variables independientes, con el fin de estimar su efecto sobre el precio por hectárea. En el caso de las variables independientes categóricas o cualitativas, se realizaron análisis de la varianza; en el caso de las cuantitativas se realizaron análisis de regresión. Entre las variables cuantitativas fueron significantes el área, la distancia a mercado más cercano, distancia a cabecera municipal y departamental (únicamente se selecciona la distancia a cabecera departamental por ser la de mayor significancia). La capacidad de uso de la tierra no es significante analizada como valor individual en hectáreas o en porcentaje. Entre las cualitativas, el tipo de finca Fondo de Tierras (FT) y las de valor de mercado (VM) es significante, encubriendo la región geográfica, sin embargo, por el objetivo del estudio se eliminó el tipo de finca (FT o VM), entonces, pasa hacer significante la región geográfica, el acceso asfaltado sí o no, es significante, servicio de agua potable, electricidad pública, centros educativos y recursos hídrico son estadísticamente no significativos. 88 5.4) La linealización del modelo potencial Precio x Área Se procedió primeramente con el modelo potencial Precio x Área para todas las fincas, el cual es transformado a la función logarítmica (logaritmo natural), es decir ln Precio x ln Área, esto con objeto de linealizar el modelo, estudiar su r2 y posteriormente plantear el análisis de regresión lineal múltiple. La Figura 3, muestra la linealización del Precio x Área, que indicó una relación directa entre el precio y el área de las fincas con r2 de 0,576 al 5% de significancia, a través de la expresión: 𝐿𝑁 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎 −1 = 0,659 𝐿𝑁 á𝑟𝑒𝑎 + 13,235 Figura 3. Linealización de la relación Precio x Área para todas las fincas Fuente: Elaboración propia Es interesante observar que el r2 (0,576) es el mismo del modelo potencial para todas las fincas, sin embargo, se sabe que existe un efecto de región geográfica por lo que es necesario realizar modelos independientes por región a nivel multivariado. 89 5.5) Modelo econométrico multivariado con variables cuantitativas y cualitativas por región geográfica Se realizó un análisis de regresión lineal múltiple utilizando un modelo completo con el procedimiento GLM del programa SAS, versión 9,1. El modelo completo utilizó el logaritmo natural del precio por hectárea como variable dependiente y los logaritmos naturales de áreas y distancias a la cabecera departamental, el precio total de infraestructura y las variables categóricas como variables independientes. Las variables categóricas se incluyeron como variables indicadoras (Dummy) y sus interacciones con las variables independientes cuantitativas. Posteriormente se utilizó un modelo reducido que excluyó del análisis a las variables independientes que no mostraron significancia (P ≥ 0,05) o que mostraron índices de inflación de la varianza superiores a 10. Se estimó además el efecto de cada variable independiente sobre la variación de la variable dependiente usando el estadístico Eta cuadrado. Se determinó un modelo estadístico tipo econométrico que incluye la relación del precio en función del área, la distancia a cabecera departamental, la región geográfica y el acceso asfaltado, sí o no, expresado de la forma general: 𝐿𝑁 (𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎 −1 ) = 𝛽0 + 𝛽1 𝐿𝑁 Á𝑟𝑒𝑎 + 𝛽2 𝐿𝑁 𝐷𝑖𝑠𝑡𝐷𝑒𝑝𝑡𝑜 El efecto significativo de las variables explicativas sobre el valor del precio de las fincas, obtenidos en esta investigación concuerdan con otros estudios realizados sobre modelos econométricos de valoración de tierras rurales, en los que se determinó que el precio está fuertemente influenciado por la región natural o zonificación fisiográfica y ambiental donde se ubican las fincas (Calatrava & Cañero, 2000; James, 2013), el área o superficie de las fincas (Segura et al., 1998; Arriaza et al., 2002), la distancias a cabeceras departamentales, como condición de accesibilidad (Caballer, 1993) y la infraestructura vial de acceso a las fincas (Stewart & Libby, 1998). Este modelo generó 12 diferentes ecuaciones de regresión múltiple, como se muestra en el Cuadro 2, con R2 de 0,80 con una significancia de 5%. Así mismo, de acuerdo con el análisis del parámetro Eta cuadrado semiparcial se pudo concluir respecto a la proporción de explicación de la variabilidad del modelo, el área explica el 27,28%, la zona o región el 6,81%, el acceso asfaltado el 4,98% y la distancia a la cabecera departamental el 2,99%. 90 Esto implica que el precio de la tierra rural en Guatemala es fuertemente influenciado por un 57,94% por factores externos no estudiados, tales como condición socioeconómica del país, inestabilidad social, especulación sobre precios de la tierra, etc. Cuadro 2. Intercepto, Coeficiente del LN área, coeficiente del LN distancia a cabecera departamental, por región geográfica, con o sin acceso asfaltado Región geográfica Tierras del Norte Tierras Altas Cristalinas Tierras de la Boca Costa Depresión de Izabal Tierras Altas volcánicas Llanura Costera del Pacífico Acceso asfaltado Si No Si No Si No Si No Si No Si Modelo estadístico LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,68 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,76 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,25 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,32 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,27 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,35 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 15,86 No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,94 Fuente: Elaboración propia 91 VI. 6.1) CONCLUSIONES Existe una relación potencial del tipo logaritmo entre el precio de la tierra rural y su área, influenciada por un efecto de región geográfica de la siguiente manera: Región geográfica Tierras del Norte Tierras Altas Cristalinas Tierras de la Boca Costa Depresión de Izabal Tierras Altas volcánicas Llanura Costera del Pacífico 6.2) Modelo estadístico Precio/ha = 812448,241* LN (área)^ - 0,754 Precio/ha = 464935,82* LN (área)^ - 0,541 Precio/ha = 598581,929* LN (área)^ - 0,653 Precio/ha = 614836,22* LN (área)^ - 0,981 Precio/ha = 432858,438* LN (área)^ - 0,58 Precio/ha = 1630375,874* LN (área)^ - 0,703 Existe un efecto precio x región geográfica sobre la tendencia las curvas de precios, con punto de inflexión entre 40-50 ha. Esto se debe a que las tierras regularmente se comercializan a precio de hectárea para extensiones menores a una caballería. 6.3) En la estimación del precio de la tierra rural las variables independientes cuantitativas de mayor significancia fueron el área expresada en hectáreas y la distancia a cabecera departamental expresada en kilómetros, ya que las variables cualitativas de mayor significancia son la región geográfica y el acceso asfaltado (sí o no). 6.4) No se estableció significancia entre el precio de la tierra y su calidad agrológica (clases agrológicas), disponibilidad de agua potable, servicio de electricidad pública, centros educativos y presencia o ausencia de fuentes de agua superficial. 92 6.5) Se determinaron 12 ecuaciones que explicaron el precio de las tierras rurales por región geográfica, con variables independientes: área, distancia a cabecera departamental (Dcd) y presencia o no de acceso asfaltado, con R2 de 0,80 a nivel de significancia del 5% Región geográfica Tierras del Norte Tierras Altas Cristalinas Tierras de la Boca Costa Depresión de Izabal Tierras Altas volcánicas Llanura Costera del Pacífico Acceso asfaltado Si No Si No Si No Si No Si No Si No Modelo estadístico LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,68 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,76 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,25 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,32 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,27 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,35 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 15,86 LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,94 93 VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 6.1) Alonso, R. & Iruretagoyena, M. T. (1995). Valoración Agraria: Conceptos, Métodos y Aplicaciones. Madrid, España: Mundi-Prensa. 6.2) Alonso, R. & Serrano, A. (1998). Valoración Agraria. Casos Prácticos de Valoración Agraria. Madrid, España: Agrícola Española. 6.3) Alonso, R. & Serrano, A. (2007). Valoración Agraria: Casos Prácticos de Valoración de Fincas. Madrid, España: Agrícola Española. 6.4) Azqueta, D. (1994). Valoración Económica de la Calidad Ambiental. Madrid, España: McGraw-Hill. 6.5) Caballer, V. (1993). Valoración Agraria. Teoría y Práctica. Madrid, España: Mundi- Prensa. 6.6) Calatrava Leyva, J. & Cañero León, R. (2000). Valoración de fincas olivareras de secano mediante métodos econométricos. Investigación Agraria: Producción y Protección Vegetal, 15 (12), 91- 103. 6.7) Carrera, J.A. (2000). El Estudio de Mercado de Tierras en Guatemala. Proyecto: “Opciones de políticas para el fomento del desarrollo de mercados de tierras agrícolas, con el fin de facilitar la transferencia de tierras a pequeños agricultores”. Naciones Unidas, Santiago de Chile, Chile: CEPAL-SERIE Desarrollo productivo Nº 73. 6.8) CEPAL. Comisión Económica para América Latina de Las Naciones Unidas. (1998). Tierra, mercado y estado: Unidad de Desarrollo Agrícola en Perspectivas sobre mercados de Tierras Rurales en América Latina. Santiago de Chile, Chile: BID. 94 6.9) FAO. Food and Agriculture Organization of the United Nations. (1998). Mercado de tierras: un análisis preliminar. Centro de Inversiones. Roma: Programa de Cooperación FAO/Banco Mundial. 6.10) Freeman, A. M. (1992). El método hedónico. En Junta de Andalucía. Evaluación económica de los costes y beneficios de la mejora ambiental. Monografías de Economía y Medio Ambiente, Sevilla, España: Junta de Andalucía. 6.11) García Pérez, J., Cruz Rambaud, S. & Rosado López, Y. (2002). Extensión multi-índice del método beta en valoración agraria. Economía Agraria y Recursos Naturales, 2 (2), 3-26. 6.12) García Pérez, J., Herrerías Pleguezuelo, R. & García García, L.B. (2003). Valoración agraria: contrastes estadísticos para índices y distribuciones en el método de las dos funciones de distribución. Revista Española de Estudios Agrosociales y Pesqueros, 199, 93-118. 6.13) Gracia, A., Perez, L., San Juan, A. & Hurlé, J. (2004). Análisis hedónico de los precios de la tierra en la provincia de Zaragoza. Estudios Agrosociales y Pesqueros, 202, 51-69. 6.14) Guadalajara, N. (1996). Valoración Agraria: casos prácticos. Madrid, España: MundiPrensa. 6.15) Hanley, N., Shogren, J. & White, B. (1997). Environmental economics in theory and practice. London, Ingland: McMillan Texts in Economics. 6.16) James, R., Wasson, J., McLeod, D., Bastian, C. & Rashford, B. (2013). The Effects of Environmental Amenities on Agricultural Land Values. Land Economics, 89, 466-478 6.17) Lubowski, R., Plantinga, A., Stavins, R. (2008). What Drives Land-Use Change in the United States? A National Analysis of Landowner Decisions. Land Economics, 84, 529-550. 95 6.18) Maddison, D. (2000). A hedonic analysis of agricultural land prices in England and Wales. European Review of Agricultural Economics, 27 (4), 519-532. 6.19) Plantinga, A. J. & Miller, D. J. (2001). Agricultural land values and the value of rights to future land development. Land Economics, 77 (1), 56-67. 6.20) Roka, F. M. & Palmquist, R. B. (1997). Examining the use of national databases in a hedonic analysis of regional farmland values. American Journal of Agricultural Economics, 79 (5), 1651-1656. 6.21) Sandrey R.A., Arthur L.M., Oliveira R.A. & Wilson W.R. (1982). Determinants of Oregon farmland values: A pooled cross-sectorial time series analysis. Western Journal of Agricultural Economics, 7 (2), 211-220. 6.22) Wise, J.O. & Dover, H.J. (1974). An evaluation of a statistical method of appraising rural property. The Appraisal Journal, 42(1), 103-113. 96 CAPÍTULO V Valoración de tierras rurales por capacidad de uso 97 I. INTRODUCCION Como parte de la política del FONTIERRAS, uno de los puntos de partida y de discusión sobre el financiamiento o no, de las fincas, es el avalúo, como producto del proceso de valuación de las tierras rurales. Muchas son las experiencias que se han vivido en el Fondo de Tierras, respecto a los avalúos de las Fincas ofertadas. Por lo que se considera necesario contar con un instrumento que permita establecer de una forma sencilla basado en criterios técnico científicos “el proceso de valuación”, en primera instancia, para entender los avalúos y posteriormente para discutir y llegar a puntos de común acuerdo en las negociaciones sobre el precio justo de las fincas, en función de sus propiedades intrínsecas. Así mismo, asesorar y hacer sugerencias a los grupos de campesinos interesados en el financiamiento a través de FONTIERRAS de una determinada finca, todo con objeto de establecer el precio real de las fincas ofertadas. Entendiéndose por fincas, aquellas propiedades cuyo valor está integrado por la capacidad productiva de sus tierras, topografía, drenaje natural, erosión, pedregosidad y la posibilidad de su mecanización (DICABI, 2005). Esta investigación proporcionó a los personeros de FOTIERRAS, elementos técnico científicos traducidos en procedimientos y reglas para realizar estimaciones de valor confiables de tierras rurales, considerando no solo el valor de la tierra, sino que, integrando los beneficios que existen en ellas, por ejemplo: ubicación y accesibilidad, el clima de la región, la trabajabilidad y fertilidad de los suelos, la disponibilidad de agua superficial, cercanía a mercados y servicios sociales, construcciones existentes y vulnerabilidad ambiental. Se sintetiza el proceso de valuación en físico, de mercado y de productividad. El proceso de la valuación física de forma reducida se sintetiza mediante el estudio semidetallado de la Capacidad de uso de las Tierras, propuesto en el Capítulo III. Posterior a ello, se realizan varios análisis de valor de mercado a nivel de comparadores en la región de estudio. Una vez definido el valor promedio de mercado, se procede a calificar las diferentes clases agrológicas en función de su calidad o demérito, en función de criterios como cercanía a centros poblados, acceso, prestación de servicios, topografía, capacidades de uso, entre otros. Cuando no existen construcciones, las valuaciones físicas son equivalentes a las valuaciones de mercado. Es importante también mencionar la valuación en función de la productividad de la tierra, ésta se 98 estima mediante el desarrollo de proyectos productivos a perpetuidad, que evidencian el mejor y mayor uso de las tierras, cuyo valor lo define la utilidad del proyecto productivo. Así mismo, se integran criterios de uso y conservación de los recursos naturales y el medio ambiente, por ejemplo, fincas que aun cuando tengan grandes extensiones de tierras catalogadas en función de topografía como Clase I, tendrán su valor fijado en función del estado degradativo de las mismas, ya que éstas deberán ser consideradas como Clase V (Clases de tierras I, con limitaciones de degradación ambiental), en cuyo caso su valor se ve ampliamente demeritado por factores de estado de la tierra. Esto es el típico caso de las tierras de la Llanura Costera del Pacífico, cuyos estados de degradación después de su uso intensivo son extremos. Caso contrario aquellas fincas, donde su ubicación y condiciones de riqueza edáfica y conservación de los recursos naturales e hídricos las hará meritorias respecto a su valor y precio de mercado. 99 II. MARCO TEÓRICO 2.1 Perfil ideal del valuador El valuador debe ser una persona que siempre actúa apegado estrictamente a los principios morales que le dicta la ética profesional, jamás efectúa y mucho menos cobra trabajos innecesarios a los clientes, debe capacitarse continuamente para estar siempre actualizado buscando la excelencia en su desempeño profesional, respeta a la competencia y prefiere guardar silencio cuando no pueda expresar algo positivo de otros valuadores, posee una amplia cultura interdisciplinaria que le permite corresponder panoramas macro y micro económicos que contemple en cada caso, se responsabiliza de todos los trabajos que realiza y lo confirma al firmarlos, no teme consultar a personas doctas o compañeros en alguna materia en que estén más capacitados, se asocia en instituciones prestigiadas que elevarán sus conocimientos y por ende su capacidad valuatoria. Así mismo, el valuador como parte de su código de ética profesional debe cimentar su reputación en la honradez, laboriosidad y capacidad técnica, observando las normas de ética más elevadas en todos sus actos, así como el debido decoro en su vida social y profesional, contribuye al engrandecimiento de la profesión en la medida de sus posibilidades, actuando con prioridad y buena fe y cumpliendo las normas del derecho vigente. No debe aceptar la ejecución de un avaluó fuera de su especialidad sin tener los conocimientos y experiencia para ello o en su defecto solicitar el asesoramiento correspondiente, debe sostener un criterio libre e imparcial independientemente de los nexos de parentesco o beneficio personal, en su caso debe declararlo así en el contenido de sus informes, debe ser veraz con respecto a lo que se ve y siente de acuerdo a su leal saber y entender, en el momento de efectuar la valuación y no aceptar influencias externas, presiones ni remuneraciones que hagan variar su criterio, tiene la libertad de aceptar o rechazar la práctica de los avalúos que le soliciten, los honorarios que fije el valuador deberán ser en todo caso, justos, racionales y equitativos (Cantu, 2013). 2.2 La práctica valuatoria El avalúo es el acto o proceso de estimar un valor a un bien raíz. Los valuadores llevan a cabo análisis y emiten opiniones y conclusiones relacionadas con su valor. El avalúo comprende una investigación selectiva de áreas apropiadas al mercado, la recolección de datos o información 100 pertinente, empleo te técnicas analíticas correspondientes, la aplicación de conocimientos, experiencias y juicio profesional, para obtener una solución apropiada a un problema de avalúo. El propósito y uso del avalúo, es la razón por la cual el usuario requiere conocer el valor de su propiedad, así como el enfoque que se le dará al avalúo: conocer el valor o asesoría sobre decisiones sobre inversiones en el bien raíz. Siendo el objeto del avalúo, lo que constituye la base de la valoración final, por ejemplo: Compraventa, financiamiento y crédito, litigios, asuntos de carácter fiscal, asesoría en materia de inversiones. El avalúo sirve en caso de compraventa con la finalidad de ayudar a posibles compradores a fijar los precios de sus ofertas, para ayudar a posibles vendedores determinar los precios de venta aceptables, para establecer una base para reorganizar la propiedad o fusionar múltiples propiedades, para determinar los términos del precio de venta de una propiedad. Ya para el financiamiento y crédito sirve para estimar el valor de la garantía ofrecida para un posible préstamo hipotecario, para proporcionar a un vendedor una base firme para decidir si debe comprar hipotecas, bonos u otro tipo de valores, para ayudar a determinar si debe asegurarse o suscribirse un préstamo sobre una propiedad real (Appraisal Institute, 2002). 2.3 Fundamentos del valor El valor puede tener muchas significados en los avalúos de bienes raíces, su definición depende de su contexto y aplicación (Smith, 1977). Comúnmente el valor en el mercado se percibe como la anticipación de beneficios a obtener en el futuro, puesto que el valor cambia a través del tiempo, el avalúo refleja el valor en un tiempo dado. El valor, en un momento determinado, representa el valor monetario de una propiedad, bienes o servicios para compradores y vendedores. “El valor de mercado” es creado por los patrones colectivos de mercado, refleja diversos puntos de vista sobre precio de contado contra precio no de contado, derechos sobre propiedad real contra derechos sobre bienes raíces, un precio contra otro precio más alto, pagados ambos por el mismo bien, el precio más probable contra el precio más alto posible, el valor de equilibrio contra el precio de mercado. El Appraisal Institute de los Estados Unidos Americanos define “valor de mercado” como el precio más probable que una participación específica en una propiedad real pudiera lograr bajo todas las siguientes condiciones: a) La consumación de la venta ocurre en una fecha específica, b) Existe un mercado abierto y competitivo para la 101 propiedad valuada, c) Tanto el comprador como el vendedor están actuando con prudencia y conocimiento de los hechos, d) El precio no se encuentra afectado por un incentivo indebido, e) El comprador y el vendedor se encuentran típicamente motivados, f) Las dos partes están procediendo de acuerdo con lo que consideran sus mejores intenciones, g) Los esfuerzos en el mercado fueron adecuados y se concedió un periodo de tiempo razonable para dar a conocer la propiedad en el mercado abierto, h) El pago se hizo de contado, con moneda local, i) El precio representa el valor normal de la propiedad vendida y no se ha visto afectado por financiamiento creativo o especial ni por concesiones de venta otorgadas por cualquier persona asociada con la venta (Appraisal Institute, 2002). “El Valor de utilización” es un concepto basado en la productividad de un bien económico. El valor de utilización es el valor que tiene una propiedad determinada para un fin determinado. Al estimar el valor de utilización, el valuador se enfoca en el valor que los bienes raíces aportan a la empresa de la que forman parte, sin tomar en cuenta su mayor o mejor uso o la cantidad de dinero que pudiera obtenerse de su venta. El valor de utilización puede variar, dependiendo de la administración de la propiedad y de condiciones externas, tales como cambios en las operaciones comerciales (Appraisal Institute, 2002). “Valor de inversión” representa el valor de una inversión específica para un inversionista determinado. Según se aplica en los avalúos, el valor de inversión es el valor que una inversión, tiene para un inversionista determinado, con base en sus propios requerimientos. En contraste con el valor de mercado, el valor de inversión es el valor para una persona en particular, y no necesariamente el valor en el mercado. Refleja la relación subjetiva entre un inversionista determinado y una inversión específica (Appraisal Institute, 2002), otras definiciones sobre el valor de una propiedad en funcionamiento, como interés público, asegurable y catastral pueden consultarse en la misma obra. 2.4 Enfoques y métodos de valuación de propiedades rurales 2.4.1 Mayor y mejor uso Al identificar e interpretar las fuerzas locales y regionales del mercado que afectan una propiedad determinada, el valuador puede determinar el mayor y mejor uso de dicha propiedad. Es fundamental en el avalúo de bienes raíces porque enfoca el análisis del mercado sobre la propiedad y viabilidad de un posible aprovechamiento alterno. Permitiendo al valuador 102 identificar el uso óptimo de la propiedad de acuerdo con las condiciones del mercado en una fecha determinada. Refleja una suposición básica sobre el comportamiento del mercado de bienes raíces y es que el precio que un comprador pagará o que un vendedor aceptará por una propiedad se fundamenta en el empleo más provechoso del terreno. De esta forma las propiedades son puestas al servicio de su mayor y mejor uso, sin embargo, no necesariamente concordará con el uso que se le esté dando en ese momento. Para determinar el mayor y mejor uso de una propiedad, se deben tomar en cuenta cuidadosamente las condiciones prevalecientes en el marcado, las tendencias que lo afecten, cambios potenciales y el uso actual de la propiedad. “El mayor y mejor uso” se define como el uso de una propiedad vacante o construida, que sea legal, físicamente posible, que cuente con un respaldo apropiado, que sea económicamente viable y que produzca el mayor valor (Apprasal Institute, 2002). 2.4.2 Los métodos de valuación de propiedades rurales 2.4.2.1 Avalúo Físico También llamado de costos, se define como el procedimiento sistemático que supone que la suma de los factores necesarios para reponer o reproducir un inmueble agropecuario permite aproximarse a su valor, para lo cual las observaciones deben contemplar operaciones de mercado, en cuanto a los terrenos y a los bienes distintos a la tierra, materiales que los componen e insumos que los originaron. Por lo tanto, sustenta la tesis de que “los costos necesarios para sustituir o reponer un inmueble, analizados con base a los conceptos que integran las partidas se asemeja al valor real de mercado o valor comercial del mismo”. Para determinar el valor del terreno, se efectúa una clasificación virtual con fines valuatorios, misma que puede o no corresponder a los planos parcelarios, pero que debe ir de acuerdo con el uso actual de la tierra (Cantu, 2013). 2.4.2.2 Avalúo de productividad Se conoce con el nombre de método de la renta, método analítico y método de capitalización de rentas. Supone el valor presente de beneficios futuros obtenibles del inmueble e implica la investigación de características específicas para determinar productos en cada una de las regiones productivas (agrícolas, pecuarias, forestales, etc.) y se hace obligatorio el considerar el enfoque de costos (producción, operación y obtención), por lo tanto, el análisis por 103 productividad es el que soporta este método recurriendo a la observancia del mercado, debiéndose distinguir con toda claridad entre la especulación y la productividad. En términos coloquiales, es el método que sustenta la tesis que dice: "la tierra vale lo que produce o el ganado que engorda". No está por demás hacer énfasis en la necesidad de tener cuidado en diferenciar y estimar la parte de ingresos atribuibles al productor (agricultor, ganadero, etc.) y la ganancia que le corresponde al dueño por la renta del bien, aunque estas “dos personas” sean una sola. Los beneficios o riquezas atribuibles al bien se pueden estimar por medio de la capitalización de la renta directa que le produce el bien a su dueño, o a partir del flujo neto de efectivo que se genera al hacer producir el bien, una vez deducida la parte que le corresponde al productor. Esta teoría se basa en el principio de anticipación que señala que el valor actual de un inmueble es una medida de los bienes futuros, supone que el capital representado por el suelo y sus mejoras o accesiones, es susceptible de producir rendimientos o rentas, que una vez capitalizados, permiten obtener el valor de este bien. Para aplicar el enfoque es necesario considerar los principios teóricos de la capitalización de rentas, mismo que indica que para conocer el valor de un bien, se deberán traer a valor presente los beneficios futuros o renta que genere el mismo, incluyendo en su caso el valor de rescate del inmueble al final del plazo considerado. Las fincas se consideran que pueden generar una “renta perpetua” y las construcciones en general pueden tener un periodo productivo largo. Para llevar a cabo este método, se requiere un estudio económico y agrológico detallado aunado a una investigación de rendimientos de productos agropecuarios durante los últimos 5 años, por lo menos en la zona. Para llevar a cabo el estudio analítico, se requiere de: a) Estimación de la Renta Líquida del predio en estudio, b) Capitalización de la Renta Líquida y c) Deducciones que deben verificarse al capital deducido (Cantu, 2013). 2.4.2.3 Avalúo de mercado Se conoce también con el nombre de método de comparación de mercado o simplemente de mercado. Supone que el valor es equiparable al de un bien igual o similar a otro y que ese valor hay que determinarlo a través de la comparación de ventas, así como de encontrar inmuebles "comparables". Sin embargo, las características de las tierras rurales no están determinadas por lotes típicos, densidades habitacionales, características de forma, frente, etc., que sirven como parámetros para premiar o castigar una propiedad y frecuentemente se complica 104 su tasación con problemáticas sociales, lo que es más por la misma naturaleza de los bienes rústicos y agropecuarios, no existe uno similar al otro. Por este motivo la metodología resulta también imprecisa y se opta por llamarla de mercado y muy contadas veces como comparativa de mercado. El observar, medir y sistematizar, homologar y comparar, es trabajo del valuador agropecuario y se hace necesario el análisis amplio de una zona para poder tener una visión amplia y así emitir opinión de valor, por lo tanto, implica también el análisis del mercado. Este enfoque supone que un comprador bien informado no pagará por un bien más del precio de compra de otro bien similar. Se identificarán cuando menos tres bienes que presenten características y condiciones iguales o parecidas a la del bien valuado en la zona de ubicación del bien o en una zona similar y se especificarán claramente los factores de homologación que, en su caso, se vayan a utilizar, tanto para terrenos, como para construcciones, maquinaria y equipo. Su utilización se deberá justificar y el método se describirá dentro del avalúo. Al analizar la estructura del mercado agropecuario se hace notar que este tiene complejidades que deben ser ampliamente consideradas por el valuador. El análisis completo y exhaustivo necesario para la identificación del valor de mercado realmente requiere un profundo conocimiento de la economía, de las tendencias del mercado, usos actuales y potenciales, características de ubicación, datos técnicos sobre los suelos, clima y el entorno, servidumbres, aspectos legales y sobre todo acceso a una buena base de datos (Cantu, 2013). 2.4.3 Características específicas de las tierras rurales En la valuación de tierras rurales es necesario investigar (American Society of Farm Managers and Rural Appraisers, 2000): a) La capacidad de uso de las tierras: se hace necesario conocer levantamientos de suelos de las propiedades, el uso correcto de los mismos, su uso agropecuario y producción esperada. En especial cuando se comparan propiedades rurales. b) Drenaje y riego: se debe analizar el costo del suministro de agua y de los sistemas de drenaje a largo plazo, así como la confiabilidad del suministro y servicio. c) Clima: las condiciones climáticas en general y las temperaturas de cultivo pueden afectar la producción de cosechas y por lo mismo el valor de la tierra. d) Cosechas potenciales: las cosechas cultivadas en una propiedad se ven afectadas no solo por los factores como clima, suelos, riego, sino también por la disponibilidad de mano de obra, 105 transporte y acceso a los mercados que trasforman, transportan y venden los productos derivados de las cosechas. e) Controles salud y de medio ambiente: los cultivos se ven influenciados por reglamentos sobre pesticidas y fertilizantes, contaminación del aire, agua y protección a la fauna silvestre. Tanques de almacenamiento subterráneo, uso de asbesto en edificaciones rurales que frecuentemente son riesgos comunes para el medio ambiente. Así como, la degradación de los suelos por uso intensivo irracional. f) Otras consideraciones: la ubicación de minerales, hábitats de fauna silvestre, corrientes y lagos, las distancias de los centros poblados y el potencial para usos recreativos de las propiedades forman parte de los otros muchos factores que deben tomarse en cuenta al valuar terrenos agrícolas. También deben investigarse las disposiciones tributarias, tales como impuestos reducidos sobre propiedades agrícolas, etc. 2.5 Premisas sobre clasificación de las tierras rurales por capacidad de uso De conformidad con Lepsch (1983), toda clasificación técnica de capacidad de uso de las tierras debe estar fundamentada en un determinado número de premisas, establecidas en función de los objetivos que se tienen en vista y de las condiciones socio-económicas del área de trabajo. Los trabajos de colecta de datos edafológicos de campo se complementan con la interpretación del levantamiento del medio físico, clima, riesgo de erosión, limitaciones de uso, capacidad productiva y manejo de los suelos. Estas premisas fueron desarrolladas en el Capítulo III, identificando clases, subclases y Unidades de Manejo agrológico de las tierras rurales. 2.5.1 Valoración de las tierras por capacidad de uso El valor de las tierras está directamente relacionado con el aprovechamiento permitido y la libertad de uso que propicia al propietario. Esto significa que cuando mayor el grado de aprovechamiento, cuanto más intensivo y cuanto mayor la gama de uso que la tierra permita, mayor será su valor. Este mayor valor puede ser analizado, en la Figura 1, para la Clase I, que permite cualquier tipo de uso con las menores limitaciones. 106 CLASES DE CAPACIDAD DE USO Sentido SENTIDO DE AUMENTO DE LA INTENSIDAD DE USO SILVICULTURA CULTIVO INTENSIVO VIDA CULTIVO PASTOREO PROBLEMAS DE CONSERVACIÓN SILVESTRE Y OCASIONAL SIN DAÑO RECREACIÓN LIMITADO MODERADO INTENSIVO O LIMITADO COMPLETO SIMPLES APARENTE AUMENTO DE LA ADAPTAVILIDAD Y LIBERTAD DE USO AUMENTO DE LAS LIMITACIONES Y LOS RIESGOS DE USO I II III IV V VI VII VIII Figura 1. Variación del tipo y de la intensidad máxima de utilización de la tierra sin riesgo de erosión acelerada en función de las clases agrológicas Fuente: Tomado de Kozma, (1984) Así mismo, el valor de la tierra irá decreciendo a medida que disminuye la adaptabilidad y libertad de escogencia del uso, e incrementando las limitaciones y los riesgos de uso. Este hecho llevó a varios autores a postular valores relativos a cada clase de capacidad de uso, escalonándolas en orden decreciente en función de los usos capaces de reflejar con apreciable margen de seguridad, la renta de la tierra de cada clase de tierras (Vegni-Nery, 1976; Franca, 1983; Kosma, 1984). Se debe prestar atención en relación a las propiedades de gran extensión con infraestructura y arriba de la media de la región. Normalmente las mejoras a las tierras pueden eliminar valores restrictivos como erosión. Lo que permite clasificarlas en una subclase de mayor valor, siendo la única manera de incluir la aplicación de tecnología en el valor de la tierra. Las demás mejoras derivadas de esta infraestructura como pastizales y culturas de alta rentabilidad deben ser evaluadas como ítems de “plus valía”, por unidad de área de la propiedad, en relación a otras propiedades. 107 2.6 El informe del avalúo En la práctica de avalúos se señalan requisitos mínimos para todos los informes, escritos u orales, así como la responsabilidad del valuador, que revisa un informe. El informe debe presentar: resultados de forma clara y precisa, de tal manera que no se preste a equivocaciones o malinterpretaciones, revelar clara y acertadamente cualquier suposición limitativa que afecte directamente el avalúo y señalar su impacto sobre el valor de la tierra. Los informes escritos pueden ser limitados, resumidos o auto contenidos, incrementando en grado de detalle respectivamente, no obstante cualquier informe según el Appraisal Institute (2002) requiere de: identificación y descripción del bien raíz; el interés específico del avalúo; el tipo de valor a estimar; declaración de la fecha de realización avalúo y la fecha de presentación del informe; declaración de todas las suposiciones y condiciones limitativas que afecten los análisis, opiniones y conclusiones; descripción de la información que se tomó en cuenta, los procedimientos que se observaron y el razonamiento en que se fundamentaron los análisis, opiniones y conclusiones; la opinión del valuador sobre el mayor y mejor uso de los bienes raíces que se están valuando; explique y justifique la exclusión de cualquiera de los enfoques usuales de avalúo y certificación firmada del valuador registrado. Otros criterios de presentación de informes de avalúos para tierras rurales pueden consultarse en DICABI (2005). 108 III. OBJETIVO ESPECÍFICO 3.1) Plantear un método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso. 109 IV. MATERIALES Y MÉTODOS Mediante trabajo de campo y gabinete se determinó el valor físico de la finca El Regón en el departamento de Sacatepéquez, considerando el precio de mercado, adquirido mediante investigación comparativa en la región donde se encuentra ubicada esta finca. Posteriormente, esta finca fue meritada o demeritada en función a sus aspectos intrínsecos con base en los estudios de capacidad de uso de las tierras. Se procede a la clasificación agrológica de las tierras con base en la metodología propuesta en el Capítulo III. Posteriormente se utiliza el método comparativo directo propuesto por Franca (1983). Que parte de la premisa de que los principales factores que determinan el valor de la tierra de las fincas son la capacidad de uso de los suelos y la situación de la propiedad en relación a la región de influencia, sintetizada en los Cuadros 1 y 2. Cuadro 1. Factores de ponderación en fincas con base en la capacidad de uso de las tierras Situación Óptima 100% Muy buena 95% Buena 90% Desfavorable 80% Mala 75% Pésima 70% I 100% II 80% III 61% Clases Agrológicas IV V 47% 39% VI 29% VII 20% VIII 13% 1,000 0,800 0,610 0,470 0,390 0,290 0,200 0,130 0,950 0,760 0,576 0,447 0,370 0,276 0,190 0,123 0,900 0,720 0,549 0,423 0,351 0,261 0,180 0,117 0,800 0,640 0,488 0,376 0,312 0,232 0,160 0,104 0,750 0,600 0,458 0,352 0,292 0,218 0,150 0,098 0,700 0,560 0,427 0,329 0,273 0,203 0,140 0,091 Fuente: Franca (1983), modificado para Guatemala 110 Cuadro 2. Factores de ponderación en la obtención del valor de fincas, considerando la sub-clase de capacidad de uso de las tierras Situación Óptima 100% Muy buena 95% Buena 90% Desfavorable 80% Mala 75% Pésima 70% I IIs 100% 88% IIe IIe,s 80% 74% IIIs 68% IIId 64% Clases y Subclases Agrológicas IIIe IIIe,s IVs IVe IVe,s Vd 60% 56% 50% 47% 44% 39% 1,00 0,88 0,8 0,68 0,64 0,60 0,44 0,39 0,32 0,23 0,17 0,13 0,95 0,836 0,76 0,703 0,646 0,608 0,57 0,532 0,475 0,447 0,418 0,37 0,304 0,247 0,219 0,162 0,123 0,90 0,792 0,72 0,666 0,612 0,576 0,54 0,504 0,45 0,423 0,396 0,351 0,288 0,234 0,207 0,153 0,117 0,80 0,704 0,64 0,592 0,544 0,512 0,48 0,448 0,4 0,376 0,352 0,312 0,256 0,208 0,184 0,136 0,104 0,75 0,66 0,195 0,173 0,128 0,097 0,70 0,616 0,56 0,518 0,476 0,448 0,42 0,392 0,329 0,308 0,273 0,224 0,182 0,161 0,119 0,091 0,74 0,60 0,555 0,51 0,48 0,45 0,56 0,42 0,5 0,47 0,375 0,353 0,35 0,33 0,293 VIe 32% VIes 26% VIIe 23% 0,26 0,24 VIIe,s VIII 17% 13% Fuente: Franca (1983), modificado para Guatemala Subclases de capacidad de uso: se reconocen como factores para definir subclases, limitaciones debidas a erosión (e), suelo (s), drenaje (d). Para determinar las subclases se deben comparar las condiciones del terreno con respecto a las permitidas en la clase I. Erosión (e). Es la pérdida actual o potencial de suelo provocada por la escorrentía superficial y la acción del viento. La erosión actual o sufrida ocurre por malas prácticas de manejo de la tierra y potencial según el grado de inclinación de la pendiente. Suelo (s). Se refiere a las limitaciones que se presentan, provocadas por uno o varios de los siguientes factores: profundidad efectiva, textura, pedregosidad y fertilidad. Drenaje (d). Agrupa las limitaciones causadas por exceso o deficiencia de humedad en el suelo o por riesgo de inundación. 111 Sobre la ponderación de las clases y subclases agrológicas de las fincas, el precio base se merita o demerita por criterio de acceso y viabilidad de circulación, según los criterios establecidos por Caries (1978), modificado para Guatemala, Cuadro 3. Cuadro 3. Escala de valores de tierras según la situación y viabilidad de circulación Situación Tipo de carretera Óptima Muy Buena Buena Desfavorable Asfaltada Terracería Terracería Servidumbres de paso Servidumbres con acceso limitado Interceptada por riachuelos sin puentes Mala Pésima Circulación Importancia de Acceso durante las distancias el año Mínima Permanente Media Permanente Significativa Permanente Excesiva Ocasional Excesiva Excesiva Con problemas en la época de lluvia Con problemas en época seca Escala de valor (%) 100 95 90 80 75 70 Fuente: Caires (1978). Modificado a las condiciones de acceso y circulación de carreteras de México y Guatemala (Secretaria de Comunicaciones y Transporte, 1984) Finalmente se presenta el avalúo siguiendo el protocolo establecido por el Appraisal Institute (2002), de forma resumida, para la Finca El Rejón, Sacatepéquez, Guatemala. 112 V. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS 5.1 Valuación física de finca El Rejón, Sacatepéquez. a) Identificación de la propiedad a1) Clase: Finca rústica de fines agrícolas intensivos, con prácticas de conservación de suelos. a2) Nombre: Finca El Rejón a3) Ubicación: Municipio de Sumpango, Sacatepéquez a4) Vías de acceso: De la ciudad capital por la ruta Centro Americana CA-1 Occidente, hasta Sumpango 42 Km asfaltados en buenas condiciones todo el año. De Sumpango a la Finca El Rejón 5 Km por carretera asfaltada en buenas condiciones todo el año. Total de 47 Km. a5) Coordenadas extremo nor-este: 14º 37´46´´ (Latitud norte) y 90º 43´53´´ (Longitud Oeste). a6) Altitud de 1 985,00 a 2 160,00 msnm. a7) Registro General de la Propiedad: Registro 3 517,00 - Folio 40- Libro 72- Departamento de Sacatepéquez. a8) Propietario: Inversiones Osol, S.A. a9) Superficie: 125,31 ha b) Descripción de la propiedad b1) Geología: Rocas ígneas y metamórficas del Terciario y Cuaternario. b2) Región Fisiográfica: Tierras Altas Volcánicas. b3) Climatología: Templado húmedo. Precipitación media anual de 1 350,00 mm. Con exceso de precipitación sobre evapotranspiración, en los meses de Mayo a Octubre. De conformidad con el índice de sequía de Palmer (0,68), la propiedad está ubicada en una zona de disponibilidad de humedad poco deficiente. b4) Zona de vida: Bosque Húmedo Montano Bajo Subtropical (Cruz, 1982), verificao en campo. b5) Suelos y Topografía: Andisoles, profundos bien drenados con horizonte A y horizonte B profundo, texturas francas. Topografía ligeramente inclinada (12-26%), inclinada (26-36%) y escarpada (36-55%), suelos con prácticas de conservación, Fotografía No. 2. b6) Hidrología: En la propiedad no se encuentran fuentes de agua superficial. Se cuenta con 5 pozos artesianos, no aprovechables con fines de irrigación, por sus pequeños caudales, en 113 especial durante la época seca. Se compra agua en cisternas, para satisfacer los requerimientos hídricos de las plantas. c) Interés específico del avalúo Determinación del valor de la tierra con fines de producción agrícola. d) Propósito y uso del avalúo Para solicitud de compra del bien raíz financiado, a través, de la política de acceso a la tierra vía mercado del FONTIERRAS de Guatemala. e) Valor a estimar Se estima el valor físico de la finca. f) Fecha del Avalúo y Fecha del informe Los trabajos de campo fueron realizados en el mes de Junio de 2013, el informe se presentó a FONTIERRAS el día 24 de Julio de 2013. g) Productos de los trabajos de campo g1) Determinación del precio de mercado. Mediante investigación de campo se determinó el precio de 20 propiedades rurales, con características similares de situación y ubicación en la región de estudio. Se calculó un Costo promedio de Q 150 000,00 por hectárea, equivalente a $ 19 505,85 dólares americanos, para el municipio de Sumpango, Sacatepéquez. g2) Capacidad de Uso de las tierras. La Figura 2, muestra la capacidad de uso de las tierras de la finca El Rejón, se identificaron las clases agrológicas IIe (14,61 ha), IIIe (11,27 ha), IVe (23,08 ha), VIe (31,13 ha), VIes (45,23 ha). 114 Figura 2. Capacidad de uso de la tierra Finca El Rejón, Sacatepéquez, Guatemala Fuente: Elaboración propia Descripción de la leyenda: Clase IIe. Para agricultura con prácticas de conservación de suelos (curvas a nivel y terrazas). Propia para agricultura de secano bajo riego (ejote, arveja, tomate), o para agricultura de secano (Cucúrbitas). Con limitaciones de erosión, si no son bien manejados. Clase IIIe. Para agricultura con prácticas de conservación de suelos (terrazas). Propia para agricultura de secano (mora) u otro tipo de cultivo arbustivo de alta rentabilidad. Con limitaciones de erosión, si no son bien manejados. Clase IVe. Para agricultura con prácticas de conservación de suelos (terrazas, barreras vivas y muertas). Propia para agricultura de secano tipo de cultivo arbustivo de alta rentabilidad. Con limitaciones de erosión, si no son bien manejados. Clase VIe. Para establecimiento de sistemas agroforestales (combinación de granos básicos y sistema pino-encino), con prácticas de conservación de suelos (barreras muertas). Con limitaciones de erosión si no son muy bien manejados. Clase VIes. Para cultivo de frutales con prácticas de conservación y suelos (terrazas), para forestación y reforestación con fines de producción. Con limitaciones de erosión y factores edáficos. 115 g3) Cálculo del demérito del valor de la propiedad por capacidad de uso de las tierras, propiedad en situación “Óptima”, Cuadro 4. Cuadro 4. Demérito de la tierra por capacidad de uso Clase Agrológica Área ( ha) Precio promedio Q/ha II e III e IV e VI e VI es Total 14,61 11,27 23,08 31,13 45,23 125,31 150 000,00 150 000,00 150 000,00 150 000,00 150 000,00 150 000,00 Factor (Franca, 1983) modificado 0,80 0,60 0,47 0,32 0,26 Precio Q/ha Corregido 1 168 800,00 676 200,00 1 084 760,00 996 160,00 1 175 980,00 7 652 850,00 Fuente: Elaboración propia g4) Cálculo del demérito del valor de la propiedad estimado en (g3) por situación y viabilidad de circulación. El valor de la propiedad no registra demérito, pues se encuentra en situación óptima, carretera asfaltada, distancia mínima a centros poblados (Sumpango y cabecera departamental de Sacatepéquez), con acceso durante todo el año. h) Definición del mayor y mejor uso Para las clases agrológicas II, III y IV: Producción hortícola altamente rentable, bajo irrigación, por ejemplo: tomate, arveja, ejote, mora, cucurbitáceas. O bien hortalizas de secano en áreas con prácticas de conservación de suelos, por ejemplo: tomate, ejote y mora. Debido a la no existencia de fuentes de agua superficial, es necesario incluir en los costos de producción riego por camiones cisterna, por lo menos dos o tres veces por semana en los meses de déficit de humedad. Para la clase agrológica VI, especies de reforestación arbustiva tipo pino, pinabete y encino. Por las pendientes y tipo de prácticas de conservación, comúnmente se utilizan sistemas agroforestales durante los primeros tres o cuatro años del crecimiento arbustivo. 116 VI. CONCLUSIONES 6.1) La clasificación agrológica de la finca El Rejón califica las tierras como Clase IIe (14,61 ha, equivalente al 11,6%), IIIe (11,27 ha, equivalente al 8,99%), IVe (23,08 ha, equivalente al 18,42%), VIe (31,13 ha, equivalente al 24,84%) y VIes (45,23 ha, equivalente al 36,09%). 6.2) Mediante estudio de mercado comparador, la finca el Rejón, Sacatepéquez es considerada en situación “Óptima”, respecto a la viabilidad de circulación por lo que no aplica demérito sobre su precio de mercado, por condición de acceso. 6.3) El estudio de mercado estableció que el precio de la finca el Rejón es de Q 18 796 500,00 equivalentes a $ 2 444 278, 28 dólares americanos. 6.4) El factor de demérito de precio por calidad agrológica fue para la clase Clase IIe (0,8); Clase IVe (0,60); Clase VIe (0,47); Clase VIe (0,32); Clase VIes (0,26). 6.5) El precio la finca por capacidad de uso de las tierras y viabilidad de acceso y circulación es de Q 7 652 850,00, equivalente a $ 995 169,05 dólares americanos. 117 VII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 7.1) American Society of Farm Managers and Rural Appraisers. (2000). The appraisal of rural property. Wisconsin University, Madison, United States of America: ASFMRA. 7.2) Caires, H. R. (1978). Novos Tratamentos Matemáticos em Temas de Engenharia de Avaliações, Sao Paulo, Brasil: PINI. 7.3) Cantu, M. C. (2013). Valuación de inmuebles agropecuarios. Nuevo León, Monterrey, México: Promotora Agropex, S.A. 7.4) Cruz, J. R. (1982). Clasificación de las zonas de vida de Guatemala a nivel de reconocimiento. Guatemala: Instituto Nacional Forestal. 7.5) De Camargo, L. M. (2011). Avaliação de propiedades rurais. Universidade de Sao Paulo. Escola Superior de Agricultura “Luiz de Queiroz”. Departamento de Engenharia Rural, Área de Topografia e Geoprocessamento. Sao Paulo, Brasil: USP. 7.6) DICABI. Direccion de Catastro y Avaluos de Bienes Inmuebles. (2005). Manual de valuación inmobiliaria. Ministerio de Finanzas Públicas. Dirección de Catastro y Bienes Inmuebles, Guatemala: DICABI. 7.7) França, G. V. (1983). Estudo agro técnico e avaliação das terras da Fazenda São Sebastião Município de Santa Cruz das Palmeiras Estado de São Paulo, Levantamento de Solos, Capacidade de Uso e Valor Relativo das Terras. Piracicaba, Escola Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, Sao Paulo, Brasil: USP. 7.8) Kozma, M. C. (1984). Engenharia de Avaliações (Avaliação de Propriedades Rurais). Sao Paulo, Instituto Brasileiro de Avaliacoes e Pericias de Engenharia, Sao Paulo, Brasil: PINI. 118 7.9) Lepsch, I. F. (Ed.). (1983). Manual para Levantamento Utilitário do Meio Físico e classificação de Terras no Sistema de Capacidade de Uso. Campinas, Sao Paulo, Brasil: Sociedade Brasileira da Ciencia do Solo. 7.10) Secretaria de Comunicaciones y Transporte. (1984). Normas de servicios técnicos. Proyecto Geométrico Carreteras. D.F., México. 7.11) Smith, H.C. (1977). Value concepts as a source of disparity among appraisals. The Appraisal Journal, 45(2), 203-209. 7.12) Vegni-Neri, G. B. (1979). Avaliação de Imóveis Urbanos e Rurais. Sao Paulo, Brasil: Nacional. 119 CONCLUSIONES GENERALES Esta investigación dio respuesta a la carencia de métodos e instrumentos para evaluar y valorar tierras rurales, que a la fecha era apuntado como uno de los principales factores causantes de la sobre valoración y restricto uso agrícola de las fincas que conllevó a la deuda agraria, en el marco institucional del Fondo de Tierras de Guatemala. En el Capítulo 1, se estableció los efectos inicuos de las políticas agrarias sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra, enfatizando en la Ley de Transformación Agraria y Ley FONTIERRAS. A nivel de casos de estudio se estableció que la implementación de estas políticas públicas promovió cambios en la cobertura de las tierras rurales del país, principalmente de forestal a agropecuario, conllevando perdida de grandes extensiones de bosques en su mayoría latifoliados y posteriormente deuda agraria. El Capítulo 2, identificó el vacío legislativo sobre el establecimiento de métodos relacionados a la integración de criterios de la calidad del suelo y la productividad agrícola, específicamente el estudio semidetallado de capacidad de uso de la tierra. En el Capítulo 3, se propuso y validó un protocolo de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras, que permitió establecer las potencialidades y limitaciones de producción agropecuaria de las fincas sujetas a nuevos créditos en FONTIERRAS. Este protocolo se constituyó en base institucional para los procesos de negociación y financiamiento de fincas, zonificación y planificación del uso de la tierra mediante proyectos productivos y subsidio para capital de trabajo, garantizando el uso racional de las fincas. En el Capítulo 4, se determinaron modelos econométricos de naturaleza mixta para estimar los precios de las tierras rurales a nivel nacional, considerando variables cuantitativas y cualitativas con significancia estadística. Se concluyó que la región geográfica, el tipo de acceso, el área y la distancia a cabecera departamental son las principales variables explicativas que influyen sobre el precio de mercado de las fincas, por lo que deben ser los indicadores del proceso de negociación de las nuevas fincas sujetas a financiamiento por el FONTIERRAS. Por último en el Capítulo 5, se planteó el método de méritos y demérito sobre el precio comparativo de mercado en función de la capacidad de uso de las tierras, por medio de la integración de los resultados del Capítulo 3 (referente a la evaluación de tierras por capacidad de 120 uso) y el Capítulo 4 (referente a la estimación econométrica del precio de las fincas). Se estableció diferencias entre el precio de mercado y el precio por capacidad de uso de las tierras, definiendo así el concepto del crédito para el acceso a la tierra, con lo que se espera rediseñar los avalúos comerciales que se hacen para estimar los precios de las fincas y coadyuvar la sobre valoración de las propiedades ofertadas a FONTIERRAS. Los resultados anteriores constituyen la base para redefinir las políticas de acceso a la tierra por parte de FONTIERRAS, las cuales están orientadas a contribuir directamente al desarrollo sostenible de las comunidades agrarias beneficiarias. Por lo que la aplicación de los métodos e instrumentos de evaluación y valoración de tierras rurales aquí planteados facilitarán el acceso a las tierras propicias para el desarrollo agropecuario, lo que permitirá a los beneficiarios hacer uso económico y ambientalmente correcto de sus propiedades. 121 ANEXOS 1) Análisis estadístico de homogeneidad de varianzas y prueba de t por unidad de capacidad de uso de las tierras con significancia bilateral del 5% Ho: Se Prueba de Levene para han la igualdad de asumido varianzas varianzas iguales F Sig. Unidad 1 Unidad 2 Unidad 3 Unidad 4 Unidad 5 Unidad 6 99,146 9,078 7,787 9,201 4,363 ,032 ,000 ,004 ,008 ,004 ,043 ,859 Prueba T para la igualdad de medias t gl 4,163 1,675 1,311 1,547 -1,369 ,110 42 42 42 42 42 42 Sig. Diferencia (bilateral) de medias ,000 ,101 ,197 ,129 ,178 ,913 122 1,90 3,81 1,82 8,73 -24,37 8,11 Error típ. 95% Intervalo de confianza para la diferencia de la diferencia Inferior Superior 0,46 0,98 2,81 2,28 -0,78 8,40 1,39 -0,98 4,63 5,64 -2,66 20,12 17,80 -60,30 11,56 73,40 -140,02 156,23 2) Descripción del perfil modal de las unidades mapeo 2,3, y 4 de Finca Sactelá, Cobán Alta Verapaz 2.1 Unidad de Mapeo No. 2 a) General -Número de perfil: No. 2 -Orden del suelo: Molisoles -Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 492343 (Y): 1748358 -Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales de la Sierra de Chamá. -Pendiente donde el perfil está situado: 3 % -Uso actual de la tierra: Pastizales. -Clima: cálido subhúmedo b) Información general acerca del suelo. -Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario -Drenaje: Lento. -Profundidad efectiva: > 120 cm -Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm -Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad -Evidencia de erosión: Nula -Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo c) Breve descripción del perfil. Suelos profundos con desarrollo de horizonte O, A, y B profundo bien desarrollados. Suelos de color pardos, textura arcillosa, estructura en bloques, con drenaje lento, probablemente compactados por pisoteo. d) Descripción de cada horizonte del suelo. Profundidad y nomenclatura 0 – 14 cm 0 14 – 35 cm A >35 cm B Descripción de horizontes Color en húmedo pardo (7.5YR4/3); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, con materia orgánica adecuada 5,59%, pH 5,3. Color en húmedo pardo oscuro (10YR4/1); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 2,38%, pH 5,4. Color en húmedo pardo amarillento (10YR4/6); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,16%, pH 5,4. 123 2.2 Unidad de Mapeo No. 3 a) General -Número de perfil: No. 3 -Orden del suelo: Molisoles -Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 491824 (Y): 1747673 -Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales de la Sierra de Chamá. -Pendiente donde el perfil está situado: 3 % -Uso actual de la tierra: Bosque natural. -Clima: cálido subhúmedo b) Información general acerca del suelo. -Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario -Drenaje: Bueno. -Profundidad efectiva: > 120 cm -Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm -Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad -Evidencia de erosión: Nula -Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo c) Breve descripción del perfil. La muestra fue tomada al inicio y no dentro del bosque. Suelos profundos con desarrollo de horizonte O, A, y B profundo bien desarrollados. Suelos de color obscuro, textura arcillosa, estructura en bloques, bien drenados. d) Descripción de cada horizonte del suelo. Profundidad y nomenclatura 0 – 14 cm 0 14 – 54 cm A >54 cm B Descripción de horizontes Color en húmedo pardo grisáceo oscuro (10YR3/3); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, con materia orgánica adecuada 4,10%, pH 5,6. Color en húmedo gris muy oscuro (10YR3/1); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, materia orgánica adecuada 3,03%, pH 5,3. Color en húmedo pardo amarillento (10YR4/6); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 0,73%, pH 5,3. 124 2.3 Unidad de Mapeo No. 4 a) General -Número de perfil: No. 4 -Orden del suelo: Molisoles -Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 491743 (Y): 1748141 -Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales de la Sierra de Chamá. -Pendiente donde el perfil está situado: 6 % -Uso actual de la tierra: Agrícola en Barbecho. -Clima: cálido subhúmedo b) Información general acerca del suelo. -Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario -Drenaje: Bueno. -Profundidad efectiva: > 120 cm -Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm -Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad -Evidencia de erosión: Nula -Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo c) Breve descripción del perfil. Suelos profundos con desarrollo de horizonte A1, A y B. Suelos de color pardo amarillento, textura arcillosa, estructura en bloques, bien drenados. d) Descripción de cada horizonte del suelo. Profundidad y nomenclatura 0 – 16 cm A1 16 – 50 cm A2 >50 cm B Descripción de horizontes Color en húmedo pardo amarillento (10YR6/5); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica adecuada 3,54, pH 5,5. Color en húmedo pardo oscuro (10YR4/4); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,41%, pH 5,4. Color en húmedo pardo amarillento oscuro (10YR3/4); sin manchas de color evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,40%, pH 5,3. 125 3) Análisis de suelos, de cada perfil modal, Finca Sactelá, Cobán Alta Verapaz Procedencia: Calicata: Unidad de mapeo Fca. Sactelá, Cobán, Alta Verapaz Uso actual: Cardamomo con sombra Norte Análisis químico pH Identificación RANGO ADECUADO M-1 Ho, 0 0-15 cm M-2 Ho, A 15-40 cm M-3 Ho, B >40 cm P 6-6,5 12-16 5,1 3,57 5,0 2,23 5,1 2,06 Cu 2-4 1,00 1,50 0,50 ppm Zn Fe 4-6 10-15 2,50 7,50 1,00 15,50 0,50 11,00 Mn 10-15 75,00 58,00 10,00 CIC Ca 20-25 4-8 21,25 2,00 17,08 1,00 16,67 0,50 Meq/100 gr % Mg Na K SB M.O 1,5-2 ----- 0,27-0,38 75-90 4-5 3,29 0,05 0,31 26,57 9,13 0,41 0,04 0,13 9,25 3,55 0,82 0,05 0,05 8,52 1,06 Análisis físico Identificación M-1 M-2 M-3 Ho. 0 0-15 cm Ho. A 15-40 cm Ho. B >40 cm Arcilla 40,07 63,17 79,97 % Clase textural Limo Arena 24,82 35,11 ARCILLOSO 20,62 16,21 ARCILLOSO 12,22 7,81 ARCILLOSO 126 Procedencia: Calicata: Unidad de mapeo 2. Fca. Sactelá, Cobán, Alta Verapaz Uso actual: pastizales Análisis químico pH Identificación RANGO ADECUADO M-4 Ho, 0, 0-14 cm M-5 Ho, A, 14-35 cm M-6 Ho, B, 35-100 cm P 6-6,5 12-16 5,3 2,45 5,4 2,00 5,4 2,17 Cu 2-4 0,50 0,10 0,10 Ppm Zn Fe 4-6 10-15 1,00 12,50 0,50 12,00 0,50 8,50 Mn 10-15 24,50 6,00 1,00 CIC Ca 20-25 4-8 17,08 3,74 19,17 2,99 17,50 1,00 Meq/100 gr % Mg Na K SB M.O 1,5-2 ----- 0,27-0,38 75-90 4-5 1,64 0,04 0,21 33,02 5,59 1,23 0,04 0,11 22,87 2,38 0,41 0,04 0,05 22,56 1,16 Análisis físico Identificación M-4 M-5 M-6 Ho. 0 0-14 cm Ho. A 14-35 cm Ho. B 35-100 cm Arcilla 58,97 79,97 84,17 % Clase textural Limo Arena 18,52 22,51 ARCILLOSO 12,22 7,81 ARCILLOSO 10,12 5,71 ARCILLOSO 127 Procedencia: Calicata: Unidad de mapeo 3. Fca. Sactelá, Cobán Alta Verapaz Uso actual: Bosque natural Análisis Químico pH Identificación RANGO ADECUADO M-7 M-8 M-9 Ho, O 0-14 cm Ho, A 14-54 cm Ho, B 54-120 cm P 6-6,5 12-16 5,6 5,3 5,3 2,77 2,51 3,12 Cu 2-4 Ppm Zn Fe 4-6 10-15 Mn CIC 10-15 20-25 Meq/100 gr Ca Mg Na 4-8 1,5-2 ----- 1,00 1,00 1,00 3,00 1,00 1,00 40,00 19,58 27,00 17,08 4,00 15,00 4,99 2,00 1,50 7,00 8,50 11,00 17,27 0,08 3,70 0,07 2,06 0,04 Análisis Físico Identificación M-7 M-8 M-9 Ho. O 0-14 cm Ho. A 14-54 cm Ho. B 54-120 cm Arcilla 75,77 73,67 84,17 % Clase textural Limo Arena 12,22 12,01 ARCILLOSO 10,12 16,21 ARCILLOSO 10,12 5,71 ARCILLOSO 128 % K 0,270,38 0,36 0,11 0,15 SB 75-90 M.O 4-5 >100 34,41 25,00 4,10 3,03 0,79 Procedencia: Calicata: Unidad de mapeo 4. Fca. Sactelá, Cobán, Alta Verapaz Uso actual: Área agrícola Análisis químico pH Identificación RANGO ADECUADO M-10 Ho, A1 0-16 cm M-11 Ho, A2 16-50 cm M-11a Ho, B >50 cm Cu 2-4 ppm Zn Fe 4-6 10-15 Mn CIC 10-15 20-25 Meq/100 gr Ca Mg Na 4-8 1,5-2 ----- 0,10 0,10 0,10 1,50 0,50 0,45 63,50 22,92 5,50 16,67 4,45 14,56 6,24 2,00 2,0 P 6-6,5 12-16 5,5 5,4 5,3 2,62 2,17 2,00 25,00 19,50 17,80 8,22 1,64 1,64 0,06 0,05 0,04 Análisis físico Identificación M-10 Ho. A1 0-16 cm M-11 Ho. A2 16-50 cm M 11a Ho. B >50 cm % Clase textural Arcilla Limo Arena 48,47 18,52 33,01 ARCILLOSO 86,27 10,12 3,61 ARCILLOSO 84,27 12,12 3,61 ARCILLOSO 129 % K 0,270,38 0,28 0,07 0,06 SB 75-90 M.O 4-5 64,60 22,56 21,56 3,54 1,41 1,40 4) Ubicación geográfica de la muestra de 64 fincas No. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 NOMBRE FINCA / AREA (ha) MUNICIPIO PROPIETARIO Las Mercedes 157,5 Ayutla San Vicente 34,52 San Lorenzo La Pradera 203,92 Patulul Las Tecas 330,3 Cuyotenango San Marcos Niza 436,5 Cuyotenango Covadonga 270,11 Mazatenango San Francisco el Flor 2y4 192,86 San Andrés Villa Seca Agrícola de Jesús 644,55 Champerico José Rodrigo Tejada 4,82 Escuintla Daniel Zamora 1,437427 Masagua Fredy Mauricio 5,237193 Puerto San José El Porvenir 67,385789 Puerto San José Julio Batén 19,481948 Champerico Mario Rene Amperez 7,860432 Champerico Venezuela, Cánada y La Plata 322,55 El Tumbador Buenos Aires 135 San Pablo Salvador Xolwitz 184,04 Nuevo San Carlos Chical 3,80116 Mazatenango Buena Vista 11,813135 Mazatenango Seolaya 90,25 Panzós San Vicente II 89,99 Panzós san Vicente I 89 Panzós Gloria López 8,048291 El Estor Miltón Sosa Salguero 1,75397 Livingston (Río Dulce) Nicolás González 6,955478 Livingston (Río Dulce) Victoria de Castañeda 1,004001 Sanarate Roberto Esteves 16,216155 Sanarate Victor Orellana 47,57431 El Jícaro Eduardo Montes 1,458428 Zacapa San Francisco el Flor 2y4 553,27 Nentón Cipa y Miramar 286,88 Nentón Oliverio García Rodas 7,366057 Cobán María del Mar 9,72945 Cobán Elder Samayoa 23,274818 Cobán Aragón 7,847516 Cobán Sasay 8,578719 Cobán Francisco Molina 0,930981 Santa Cruz Verapapaz Germán Pinto 28,453871 Carchá Los Pimientales de Andrea-Beatriz 25,080727 Chisec Miguel Angel Ortiz 4,541452 Chisec El Progreso 75,346478 Panzós Juan Santiago Xol 12,92508 El Estor Francisco Barillas Vanegas 11,726253 El Estor Pampolvó 289,72 Tucurú San Carlos Huitzizil 311,9 Livingston (Río Dulce) Yalicar 540 Chisec Las Neblinas 90,26 San Pablo 130 San Marcos Suchitepéquez Suchitepéquez Suchitepéquez Suchitepéquez Suchitepéquez COORDENADAS GTM X Y 321274 1632274 390730 1600271 429147 1583852 385716 1596596 383504 1570084 389040 1573497 Retalhuleu Retalhuleu Escuintla Escuintla Escuintla Escuintla Retalhuleu Retalhuleu 376992 353773 476252 460519 465753 467113 352965 348666 1592559 1592717 1573845 1570236 1544266 1542430 1601594 1583457 San Marcos San Marcos Retalhuleu Suchitepéquez Suchitepéquez Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz Izabal Izabal Izabal El Progreso El Progreso El Progreso Zacapa 337481 336953 372574 392191 392124 585458 594053 594564 640511 656049 656281 533172 528779 568054 604705 1641046 1653945 1622165 1609664 1609603 1694307 1698639 1701095 1723213 1735028 1731193 1633968 1636425 1648344 1654735 Huehuetenango Huehuetenango Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz 387924 359849 510176 512573 508449 515560 515231 508711 522910 1771248 1755433 1704375 1706713 1708192 1711782 1710796 1702676 1711872 Alta Verapaz Alta Verapaz Alta Verapaz Izabal 518878 511986 579199 640664 1746574 1746235 1696373 1727703 Izabal Alta Verapaz Izabal Alta Verapaz San Marcos 640835 562285 647045 494503 338513 1728494 1690685 1746340 1767174 1659362 DEPARTAMENTO No. 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 NOMBRE FINCA / PROPIETARIO Nueva Escocia El Tarral y Anexos Oscuros Guatalones Pretoria San Juan I San Lucar Miramar San Antonio Panimaquín Marina Alejos Jorge Melgar Edwin García Mijangos Santa Otilia Alfonso Escobar Jorge Puente Salvador Solis Luis Juarez Colón Santa Anita La Unión AREA (ha) 225,34 401,79 554,17 451,31 9,73 189,45 MUNICIPIO Nuevo Progreso Guanagazapa Guanagazapa Guanagazapa Patzún Yepocapa 305,52 Patzún 26,65585 Amatitlán 4,351154 Amatitlán 25,715658 4,968419 15,108129 52,412294 4,045897 3,819395 114,01 62,69 Chiquimulilla Chimaltenango Tecpán Zaragoza San Andrés Itzapa San Andrés Itzapa San Martín Sacatepéquez Colomba 131 San Marcos Escuintla Escuintla Escuintla Chimaltenango Chimaltenango COORDENADAS GTM X Y 354667 1637083 484867 1579590 495384 1568082 496158 1567752 441380 1623893 442926 1598699 Chimaltenango Guatemala Guatemala 435534 483415 485274 1616154 1596293 1595638 Santa Rosa Chimaltenango Chimaltenango Chimaltenango Chimaltenango Chimaltenango Quetzaltenango Quetzaltenango 516619 464698 448160 456179 460332 461037 378053 365785 1563680 1620029 1631048 1622805 1609417 1610012 1627175 1629235 DEPARTAMENTO 5) Distribución por región geográfica de las 64 fincas muestreadas 132 6) Información base de las 64 fincas como “input” a la modelación econométrica CAPACIDAD DE USO DE LA TIERRA (INAB, 2000) No. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 PRECIO (ha) 13333.33 37659.33 20311.89 21299.88 22852.23 22953.61 19184.90 23183.62 67365.15 243490.63 1336593.86 258214.68 256596.52 81420.46 25329.13 22962.96 19396.25 920771.55 573514.14 8421.05 6500.72 6573.03 347899.95 684162.21 28754.31 318226.77 185000.70 36776.15 479968.84 10399.57 9550.43 380121.96 77085.55 453365.52 802801.80 1387153.49 268533.94 21086.76 57414.60 49543.63 22562.43 23210.69 21319.68 2236.64 7254.81 3379.63 22269.00 UNIDAD FISIOGRAFICA Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Llanura costera del pacífico Llanura costera del pacífico Llanura costera del pacífico Llanura costera del pacífico Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Llanura costera del pacífico Llanura costera del pacífico Llanura costera del pacífico Llanura costera del pacífico Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa Depresión de Izabal Depresión de Izabal Depresión de Izabal Depresión de Izabal Depresión de Izabal Depresión de Izabal Tierras altas cristalinas Tierras altas cristalinas Tierras altas cristalinas Tierras altas cristalinas Tierras del norte Tierras del norte Tierras del norte Tierras altas volcánicas Tierras del norte Tierras del norte Tierras del norte Tierras del norte Tierras del norte Tierras del norte Tierras del norte Depresión de Izabal Depresión de Izabal Depresión de Izabal Depresión de Izabal Tierras del norte Tierras del norte Tierras altas volcánicas AREA ha 157,50 34,52 203,92 330,30 436,50 270,11 192,86 644,55 4,82 1,44 5,24 67,39 19,48 7,86 322,55 135,00 184,04 3,80 11,81 90,25 89,99 89,00 8,05 1,75 6,96 1,00 16,22 47,57 1,46 553,27 286,88 7,37 9,73 23,27 7,85 8,58 0,93 28,45 25,08 4,54 75,35 12,93 11,73 289,72 311,90 540,00 90,26 (A) AREA (ha) 145,00 34,52 0,00 177,30 0,00 270,11 103,00 625,20 4,82 0,00 5,24 67,39 0,00 0,00 27,64 0,00 0,00 0,00 0,00 8,00 89,99 5,00 0,00 0,00 6,96 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 124,72 0,00 0,00 0,00 0,00 8,58 0,00 0,00 0,31 1,53 11,80 6,27 0,00 0,00 0,00 157,34 0,00 (Am) AREA (ha) 5,00 0,00 32,23 0,00 436,50 0,00 47,86 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 19,48 7,86 9,92 0,00 60,01 0,00 0,00 21,00 (Aa) AREA (ha) 0,00 0,00 30,60 0,00 0,00 0,00 42,00 0,00 0,00 1,44 0,00 0,00 0,00 0,00 101,60 35,00 0,00 3,80 1,68 6,00 (Ss) AREA (ha) 0,00 0,00 0,00 143,00 0,00 0,00 0,00 19,35 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 61,19 0,00 0,00 0,00 0,00 44,25 20,00 8,05 1,75 0,00 0,00 0,00 47,44 0,00 19,15 76,37 7,37 0,00 0,00 0,00 0,00 0,93 0,00 0,00 0,00 5,12 0,00 0,00 86,64 0,00 0,00 0,00 9,00 0,00 0,00 0,00 1,00 1,33 0,00 0,00 259,76 9,46 0,00 0,00 0,00 7,85 0,00 0,00 0,83 0,01 0,00 32,00 3,40 0,00 0,00 150,92 0,00 12,28 40,00 0,00 0,00 0,00 0,00 14,88 0,00 0,00 143,43 12,66 0,00 9,48 23,27 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 95,48 179,02 0,00 (Ap) AREA (ha) 5,00 0,00 39,87 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 100,00 46,64 0,00 0,00 11,00 0,00 15,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,13 1,46 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 27,63 2,73 3,01 0,00 3,26 7,68 112,82 0,00 86,71 37,78 (F) AREA (ha) 0,00 0,00 95,35 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 31,53 0,00 29,27 0,00 10,13 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 5,84 0,00 0,25 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 22,03 0,00 26,43 0,00 4,05 0,00 0,00 116,93 40,20 133 (Fp) AREA (ha) 2,50 0,00 5,87 10,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 90,67 0,00 48,12 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 130,93 57,83 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 90,26 65,50 0,00 0,00 ACCESO ASFALTO DIST. Capital DIST. Municipal DIST. Depto. AGUA POTABLE LUZ ELECTRICA CENTRO EDUCATIVO RECURSO HIDRICO si/no no no no si no no no si no no no no no no no no no no no no no no si si no no si si si no no si no no si si no no si no si no no no si no no (Km) 342 174 140 184 232 227 210 211 67 72 105 92 216 228 307 298 204 169 169 310 294 290 311 306 313 61 60 108 158 392 386 214 213 226 216 217 209 229 290 289 294 308 308 246 317 348 306 (Km) (Km) 90 9 67 19 67 60 41 21 8 13 51 47 26 38 55 46 17 2 2 119 133 129 112 107 114 24 23 34 2 135 129 5 5 7 3 2 12 10 71 70 121 109 109 94 100 129 54 si/no si si si si si si si si si no si si si si si si si si si no si no no si no si no si no si si si no si no si no si si no si si si si si si si si/no si si si si si si si si si no si si si no no no no no no no no no no si si si no no no no no si no si no si no no si no si no no no si no no si/no Si Si Si Si Si Si Si Si No Si Si Si Si Si Si Si Si Si Si No No No Si Si No No No No Si Si Si Si No No No No No No No Si Si Si No Si Si Si Si si/no si si si si si si si si si no si si si si si si si si si no si si si si si si no si no si si si no si si si no si si no si si si si si si si 7 3 14 11 47 60 50 20 8 1 5 4 15 3 6 6 11 2 2 22 6 2 18 6 13 3 2 3 2 20 14 5 5 7 3 2 5 2 3 4 6 21 21 35 17 55 14 No. 48 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 PRECIO (ha) 16685.03 9169.71 12739.77 9417.03 46248.72 13006.07 12110.50 232594.35 229134.62 93017.26 744703.70 69499.01 228858.52 57836.37 61266.25 11402.51 23488.59 UNIDAD FISIOGRÁFICA Tierras de la boca costa Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras del norte Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras de la boca costa Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras altas volcánicas Tierras de la boca costa Tierras de la boca costa AREA (ha) 225,34 401,79 554,17 451,31 9,73 189,45 305,52 26,66 4,35 25,72 4,97 15,11 52,41 4,05 3,82 114,01 62,69 CAPACIDAD DE USO DE LA TIERRA (INAB, 2000) (A) AREA (ha) 0,00 100,89 338,10 0,00 2,02 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 4,97 15,11 9,27 1,53 3,82 0,00 13,09 (Am) AREA (ha) 28,75 10,50 0,00 0,00 0,00 10,00 0,00 6,02 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 11,40 0,00 (Aa) AREA (ha) 67,79 0,00 77,80 91,00 0,00 149,45 66,05 0,00 3,67 0,00 0,00 0,00 40,34 2,22 0,00 0,00 0,00 (Ss) AREA (ha) 0,00 0,00 38,90 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 (Ap) AREA (ha) 0,00 170,80 77,37 180,00 5,69 0,00 139,20 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 2,80 0,00 0,00 68,41 49,60 (F) AREA (ha) 61,01 18,40 22,00 180,31 1,22 30,00 68,07 14,45 0,68 25,72 0,00 0,00 0,00 0,29 0,00 22,80 0,00 (Fp) AREA (ha) 67,79 101,20 0,00 0,00 0,80 0,00 32,20 6,19 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 11,40 0,00 ACCESO ASFALTO Si/no no no no no no no no si no no si no no no no no si DIST. Capital DIST. Municipal DIST. Depto. (Km) 330 99 75 76 89 98 98 34 39 117 64 91 70 66 65 241 249 (Km) 14 15 10 11 6 10 15 2 7 11 6 3 6 7 6 20 5 (Km) 78 40 47 48 36 49 45 34 39 49 5 39 17 13 12 40 48 AGUA POTABLE LUZ ELECTRICA CENTRO EDUCATIVO RECURSO HIDRICO si/no si si si si si si si no si si no no si no no si si si/no no no no no si si no no si si no no si no no si si si/no Si Si Si Si Si Si No Si Si Si No No Si Si No No No si/no si si si si si si si si si si no no si no no si si (A) = Agricultura sin mejoras; (Am) = Agricultura con mejoras; (Aa) = Agroforestería con cultivos anuales; (Ss) = Sistemas silvopastoriles; (Ap) = Agroforestería con cultivos perennes; (F) = Tierras forestales para producción; (Fp) = Tierras forestales para protección; DIST. = Distancia. 134