Notas: Juan Arturo Brennan 1 LEROY ANDERSON (1908-1975) El reloj sincopado Home stretch La máquina de escribir Leroy Anderson fue hijo de inmigrantes suecos, y con el paso del tiempo se convirtió en un popular y muy difundido autor de piezas de música ligera. Estudió en Harvard con Walter Piston y Georges Enesco, y después de graduarse realizó muy diversos trabajos, entre ellos algunos para el servicio de inteligencia militar de los Estados Unidos. Anderson escribió la mayor parte de sus piezas para orquesta, transcribiéndolas más tarde para banda. Fue arreglista de la orquesta Boston Pops, y aunque la mayor parte de su producción se concentra en piezas cortas, también abordó las formas clásicas más ambiciosas, como lo demuestra su Concierto para piano y orquesta, estrenado en 1954 con Eugene List como solista y el propio Anderson dirigiendo. Fue director huésped de varias orquestas, y sus piezas han sido tocadas y grabadas por intérpretes de muy diversos géneros y estilos. Es interesante notar que en varios textos biográficos sobre Anderson se le define como “compositor estadunidense de música ligera de concierto”. Por otra parte, es posible encontrar numerosas muestras de la estima que se le tiene en el mundo musical de los Estados Unidos, entre las cuales ésta es particularmente interesante por los personajes con quienes se le compara: Leroy Anderson es considerado por muchos como uno de los cuatro más importantes compositores de música instrumental de los Estados Unidos en el siglo XX, junto con George Gershwin, Aaron Copland y Charles Ives. (Mark Azzara, en el diario Waterbury Republican de Connecticut). El talento musical de Anderson tiene raíces evidentes en el hecho de que su padre, empleado postal, tocaba la mandolina, y su madre era organista en la Iglesia Sueca de Cambridge, Massachusetts. Estudió en el Conservatorio de Música de Nueva Inglaterra y fue aceptado en la Banda de Harvard, donde tocó el trombón y de la cual llegó a ser director. En 1929 se graduó magna cum laude y al año siguiente obtuvo su maestría en música. No contento con ello, decidió estudiar un doctorado en idiomas, y con el paso del tiempo llegó a dominar el danés, el noruego, el islandés, el alemán, el francés, el italiano y el portugués, además del sueco que había heredado de sus padres. En 1936 realizó su primer arreglo para la Orquesta Boston Pops, y dos años después, el famoso director de este conjunto, Arthur Fiedler, estrenó su primera composición original, Jazz Pizzicato. Durante la Segunda Guerra Mundial, utilizó su habilidad lingüística para trabajar como intérprete y traductor en el ejército de su país, con tal éxito que le fue ofrecido el cargo de agregado militar en Suecia, mismo que rechazó para dedicarse por entero a la música. En los años siguientes, Fiedler y la Boston Pops estrenaron varias de las composiciones más conocidas de Anderson, entre ellas Fiddle-Faddle, Paseo en trineo y El arrullo del trompetista, y Anderson comenzó a labrar un sólido prestigio internacional. En la década de los 60s, Anderson estuvo asociado con varias orquestas de Nueva Inglaterra, de las que fue director huésped y asesor. En el año de 1972 (tres años antes de su muerte), la Boston Pops le ofreció un tributo con un concierto televisado en el cual Anderson dirigió una de sus composiciones. Entre los honores póstumos que recibió destaca la estrella que lo recuerda en el Paseo de la Fama en Hollywood, así como su inducción al Salón de la Fama de los Compositores, en 1988. Una buena muestra del sitio que ocupa Leroy Anderson en la cultura de los Estados Unidos está en el hecho de que sus obras suelen ser tocadas para los dignatarios extranjeros que visitan la Casa Blanca, y son usadas también para recibir a los presidentes de los Estados Unidos cuando viajan a otros países. Asimismo, sus piezas populares han sido utilizadas en numerosas ocasiones en comerciales y programas de televisión. La percepción que se tiene de Leroy Anderson y su música en los Estados Unidos puede resumirse en esta frase del compositor y director de orquesta John Williams: La música de Leroy Anderson permanece hoy tan joven y fresca como el día en que fue escrita. 2 TRISTAN SCHULZE (1964) El oso, cuento musical sobre El carnaval de los animales En 1886, el compositor francés Camille Saint-Saëns (1835-1921) compuso una divertida obra para dos pianos y pequeño conjunto instrumental (que también se puede tocar con una orquesta completa) titulada El carnaval de los animales. Este carnaval musical tuvo un estreno privado en el mismo año de 1886, pero Saint-Saëns, que era persona muy seria, no quiso que esta divertida pieza se volviera a tocar mientras él viviera. Así, el estreno público de El carnaval de los animales ocurrió solo hasta febrero de 1922, unos meses después de la muerte del compositor. Esta obra es como un paseo musical por un zoológico. Con distintos instrumentos y combinaciones de instrumentos, Saint-Saëns pinta retratos musicales de diversos animales: el león, gallos y gallinas, hémiones (conocidos en castellano como onagros), tortugas, el elefante, canguros, los peces de un acuario, los burros (llamados “personajes de orejas largas”), el cucú, los pájaros de un aviario, el cisne, y dos especies de animales muy chistosos, que no se encuentran en ningún zoológico: los pianistas y los fósiles. Muchos años después de la composición y el estreno de El carnaval de los animales, al compositor alemán Tristan Schulze se le ocurrió que en ese paseo que propone Saint-Saëns por el imaginario zoológico, falta un animal muy importante: el oso. Entonces, Schulze decidió escribir su propio cuento musical en el que el héroe es precisamente el oso. Schulze nació en AnnabergBuchholz en el estado alemán de Sajonia. Desde muy niño, estudió primero el piano, después el violoncello y más tarde el órgano. También estudió en la Escuela Superior de Música de Dresde y trabajó como miembro de varias orquestas. Estudió dirección de orquesta y composición en Viena y realizó varios viajes de aprendizaje musical por países como Senegal, Argentina y la India. Con sus colegas Daisy Jopling y Aleksey Igudesman fundó un trío llamado Triology, para el que escribe mucha música que tocan juntos. Entre las cosas divertidas que hace Tristan Schulze está el tocar al mismo tiempo el violoncello y el piano… y a veces añade una melódica para que el espectáculo sea más completo. También ha realizado experimentos para tocar al mismo tiempo el piano y la guitarra eléctrica, o el órgano y la guitarra. El cuento musical de Tristan Schulze titulado El oso está escrito para narrador y orquesta; el narrador nos cuenta la historia del oso a través de un texto que escribió Marcus Davy. ¿De qué se trata la historia de este oso? Pues resulta que el oso vive muy tranquilo en el bosque, hasta que un día se le ocurre que quiere ser famoso. Para lograrlo, viaja a la ciudad y consigue trabajo en un circo. En el circo, en vez de hacer los trucos y piruetas que hacen todos los osos de circo, aprende a tocar varios instrumentos. Y mientras aprende y trabaja en el circo, el oso conoce a Phile, una chica de ojos claros y cabello azul. Después de volverse famoso, el oso quiere regresar a su tranquila vida en el bosque. Pero, para su sorpresa, regresar al bosque es mucho más difícil de lo que él cree. El cuento musical El oso de Tristan Schulze fue interpretado por primera vez en la ciudad de Viena, en la Konzerthaus o Casa de Conciertos. Más tarde se ha interpretado en ciudades como Zürich, Bern, Munich, Mainz, Graz, Linz y muchas otras en diversos países del mundo. Por cierto, parece que a Tristan Schulze le gusta mucho continuar los cuentos musicales escritos por otros compositores, porque también compuso El lobo de Pedro en el zoológico, en el que se pregunta qué pasó con el pato que el lobo se había tragado vivo, y se imagina lo que pudo ocurrir después.