PERIÓDICO POLÍTICO.

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ÜiRZO
Xo.
1O.
1S
LA FUSION,
PERIÓDICO POLÍTICO.
Publícase por la
I u tr e n ta Uruguayvna . los miércoles q sábados de cada semana.— Precio de la s u s c n c in n un pa ta c ó n : n ú m ero s suellos sus
vintenes. — I Vw/cse en la oficina de este periódico, y en la lib r e r ía M u e va , ca lle del 25 de M ayo núm. 202.
\ o l i u h r » v c n c iilo s n i v p i ic n l o r e » .
iConvenlo do 8 de octubre do 1851
i x H i u r v i o o f ic ia l .
M
in is t e r io
E
de
R
e l a c io n e s
e jecu tarlas.
Montevideo, marco
8
de
1852.
H a b ie n d o presentado el S r. D r . D . D io genes J. de U rq u iz a , Encargado de N e g o ­
cios de las P rovincias de E n tre -R io s y C o r ­
las credenciales que le dán igual
c a rá c te r p o r p arto de la P rovincia de Bue­
nos A y res, el G ob iern o acuerda y decreta:
A r t . l . ° Q u ed a reconocido el S r. D r . D.
D ió g en es J , de U rq u iz a en el nuevo d e s ti­
no espresado.
® D eclárasele en el goce de la s p re ro ­
A estas reflexiones nos ha inducido el a r­
nes (pie crea e l m é rito , la v ir t u d y e l p a t r io ­
ticulo comunicado (pío se publicó en nues­
tism o , y que esto ademas de fusionista es
tro número a n te rio r.
ino al y lite ra lm e n te
A d vertim o s i n con­
3.
bien : proveer los destinos públicos con­
lid a d , p a ra quo no haya quejas por nuestra
servando el equilibrio m a te ria l, sin h acer
in to leran cia, (pie no perm itirem os la in ser­
caso de las condiciones morales d el saber,
ción de correspondencia ninguna que no es­
de la
in teg rid ad
e tc ., es atacar la fusión
té conforme con nuestros principios, y con
en su existencia,
es com eter estravios, y
el plan quo nos liemos form ado, cualesquie­
éstos no son de esperarse del p rim e r m a­
r a (pie sea el m é rito que tenga por o tra
gistrado de la República ; por el co n trario ,
p a rte , y
su prudencia y su tacto nos son una garan­
cualquiera quo fuere la persona
que dé su g aran tía.
tía de acierto y re g u larid ad
*
F
m entado con D . César D ia z «n t i D e p a rta ­
Sentim os
l o r e n t in o
sobrem anera no pub licar
en
nuestro número de hoy la c a rta que nos lia
C
astellano s.
en to d o : asi
es quo su m in isterio , suponiéndole comple­
® C om uniqúese, publiquesc y dése al
J IR O .
constitucional ta ra -
secuencia. de nuevo, v con la m avor form a-
gativas que á tal c a rá c te r corresponden.
R e jis tro N acio n al.
A pesar pues de la igualdad, preciso es
ten er en cuenta las escepciones y distincio­
entrado !
DECRETO .
2 .
de las cosas humanas y de la posibilidad de
unión, en que e s trib a todo lo bueno que
nos ha de d a r la nueva era en que hemos
x t e r io r e s .
rie n te s ,
puede h acer m ucho daño al interés de la
hecho el honor do d ir ijir el S r. Jen eral D .
Juan A . L a v a lle ja , con los documentos (pie
m ento de G u e rra , llen a todas las necesida­
des de la actu alid ad , todas las exijcncias
de la situación tam bién, y es por lo mismo
aceptable á la jen e ra lid a d .
acompaña, porque los trabajos del p e rió d i­
LA FUSION.
co estaban concluidos cuando la recibim os.
Darem os p referen cia á esta publicación en
m o
\
t i
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»i :o , M
t u z o 14»
!» !• :
IM .VÍ.
P a r a p ro p o rcio n ar alguna mas varied ad ,
D
ít
M
o ii
O r le n la !
Pronto debe lle g a r á nuestras
ximo.
¿ilayas
cu b ierta con los laureles de la v ic to ria al •
y am en izar p e r lo tanto algo mas nuestro
perió d ico , p erm itim o s, c o n tra nuestro p r i­
I.a
el núm ero que verá la luz el sábado p ró ­
cansados dignam ente en los
O r g a n i z a c i ó n « le í W t i t K í e r i o .
campos
de
M onte-C aseros . lu in o s tenido el p lacer de
se publicasen mi sus
N o es bajo el punto de vista personal quo
o ir á varias personas de las venidas de B ue­
columnas a rtícu lo s de correspondencia. 1.a
nos ocupamos de este p a rtic u la r, e s solo
n o s A y re s , y todas, refiriéndose á los in ­
cspericncia nos ha m anifestado cuanto dis­
con relación á la p o lític a fusionaría que esa
formes a llí recojidos, están de acuerdo con
gusto é inconvenientes tra e esta condescen­
organización re p re s e n ta , y de quo algo d i­
los B rasilero s, qus son testigos de aquella
dencia.
remos hoy.
m em orable jo rn a d a respecto del
m e r propósito,
(pie
P o r mas severidad que usemos en
valor y
la adm isión de los comunicados, todavía no
P a ra aquellos do e n tre los fusionistas
podemos á veces d e ja r do p e rm itir la pu­
que quieren el equilibrio en to d o ,— pero
la cam pana y p articu larm en te el d ia
b licación de algunos,
con cuyas ideas no
equivocadam ente el equilibrio físico en vez
com bate.
conformes, vy cuvo
«/
len g u aje in d iscreto está cspucsto á im p re­
del e q u ilib rio m oral, — de c ie rto (pie ha de
L a ciudad de Buenos A y re s al v e r el p o r­
parecerles que no existe y á , como si el
te de esa colum na, su continente, el hon­
siones que es
nuestro deseo e v ita r con el
p rim e ro fu e ra de g u ard arse, c u n o si hubie­
roso estado do su ban d era destro zad a por
N o basta, en efecto, que
ra de te n e r lu g a r en posiciones in d iv id u a ­
el plomo del tira n o , y con la conciencia de
estam os
en teram en te
m ayo r cu id ad o .
d isciplina de la División O rie n ta l en toda
d el
el estilo sea m oderado, y (pie no haya licen­
les.
A estos hombres les pedim os solo un
los deberes de ju s tic ia , supq h a c c ila á esa
cia ni personalidad en las producciones, ne­
poco de reflexión y estudio, y les h a lla re ­
valiente D iv is ió n , (pie una vez mas m ostró
cesario es ten er m ucha cuenta con no p e r­
mos en breve de acuerdo con nosotros, dos
fuera de su te rrito rio que sus h ijo s donde
ju d ic a r á los principios fusionarlos.
verdaderos fusionistas.
q uiera que se lian p resentado com batiendo,
Estos
q u ieren que no se toque á la h is to ria de lo
P e d ir, p o r ejem plo, que en cada caso y
a llí han sabido g ran jearse la estim ación do
pasado, que no se hagan reminiscencias que
circunstancia dada haya de venirse siem pre
los estrados p o r su v alo r y p o r su honorable
puedan a g ra v ia r ó ir r it a r ,
p a rtic u la rm e n te
marchando á la p a r, sin te n e r en cuenca la
conducta.
cuando no lo e x ijo una absoluta necesidad.
posibilidad do hacerlo , seria absurdo p o r
de la guerra de la independencia, ésta
Ténganse enhorabuena las opiniones que se
no d e c ir im posible
una verdad sabida desde la cam paña del P e ­
P a ra los (pie conocen la h is to ria
e ra
q u ieran ; concedemos la m a s com pleta lib e r­
Sea en b ie n -h o ra la igualdad una de las
rú . Los hechos de arm as del R e jim ie n to nú­
ta d al pensam ieuto y al discurso , ni seria­
prim eras condiciones de la fusión ; sea és­
m ero í) jam asp o d rán o lvid arse, y dia vendrá
mos nosotros los que quisiéram os poner un
ta la le y p a ra nosotros ; y entiéndase ta n r
en que con m o tives de m a y o r im portancia,
veto á la emisión fran ca d el s e n tir, p o r mas
b ien, que asi como en el orden civil ante
serán recordados con el m érito y aprecio
opuesto que fuese al n u e s tro ; pero ¿quién
aquella el reinado de la igualdad dehe ser
que se m erecen.
no vé que las circunstancias piden hoy una
una verd a d , asi en el ó rd en p o lític o dehe
E n tre ta n to , esa D ivisión vien e, y preciso
m esu ra en el d e c ir, y que lo quo e rra d a ­
procederse del mismo modo ; pero en esto
es re c ib irla y obsequiarla como correspon­
m en te se concibe y m alam ente se publica,
nunca puede irse mas a llá de la condición
de : á este respecto hem os aplaudido la
/t*T ÍÍT»nm<nrr•-
i
i, ■ —
idea d o varios do nuestros amigos provo­
EH pagado y <*I p resea íe,
cando á una p a trió tic a reunión p a ra aquel
Uno de nuestros eoeaemores lia dicho
muy bien, que fula actitud pasiva de los ciu­
dadano» debemos en su oVijcn los .pasados
desastre--.
Cuan penetrado está de la verdad deesas
palabra-, • ! pUeMo mismo lo ha demostra­
do de !a manera mas elocuente en lo® grandes neetr a ímientos qué liemos presencia­
do de de el inmortal 8 do octubre basta el
gran día i. ° de marzo.
A la verdad, es esta una de e-as épocas
en que uuei -rfi espíritu público se lia pre­
sentado mas vivo, mas uniforme, mas ele­
vado,
nacional.
Eso espíritu se siento palpitante en las
altas intelíjeneias que dirijen la política,
en ias Cámaras, en 1 pueblo y en la pren­
sa diaria.
Poniendo toda su atención, todo su celo,
todo su interés en la co; a pública, el pue­
blo ¡i la vez que se muestra digno do las
bollas instituciei.es que acaba de restable­
cer. asumiendo la posición que 1c corres­
ponde, estigmatiza el pasado del modo mas
solemne.
En ocasione* no necesitan hablarlos pue­
blos. Sus hechos en sí tienen impresos una
grandeza tal, que bastan mostrarse por s 1
mismos pava aparecer grandes, respeta­
bles, simpáticos, revelando toda el alma que
en ellos ljay.
un ; la apoyam os do todo corazón, y o peramos v e rla realiza d a por el concurso uná­
nim e de todos los O rientales-; y lo espera­
mos con la conciencia y seguridad que ins­
p ira nuestro cará c te r nacional.
* *
P o lic ía .
Este será sin duda uno de los prim eros
ramos do la adm inistración que será refor­
mado.— porque es preciso decirlo sin ofen­
sa de nadie, — es el mas descuidado que
existe, y eso desde lo mas in fe rio r basta lo
m as
a lto .
nótese que e n tre nosotros ca­
Y
si siempre la P o licía se lia lim i'a d o á cui­
dar de la lim pieza y de los ebrios ; e=o de
saberse en este país qué co-a es alia Poli­
cía , no ha sido posible prácticamente?, si no
se esceptúa la P o licía p o lític a de circuns­
tancias. P ero eso l a nacido de que se lia
mirado en menos un ram o de ta n ta im p o r­
tancia en la adm in istració n . 1.1 verdadero
m in istro de P o lic ía , el que puedo c e n tra li­
zar
les,
la acción do tonas las D e p a rta m e n ta ­
es el M in is tro del In te r io r ,
ó sea de
G o b ie rn o ; poro como frecu en tem en te suce­
de que, unido al do N egocios E s tra n je ro s ,
es m irad o secundariam ente p o r la m u ltip li­
cidad de los negocios, re s u lta de aquí que
la ad m in istració n toda se resien to do seme­
jante m al. E l rem edio p u d ie ra encontrarse
en
ciertas
pués en
disposiciones que fa lta n ; des­
la elección d el O fic ia l m a y o r de esc
M in is te rio , p a ra que ayudado el M in is tro
pu ed a d a r
vado á todo, y
después cu la
elección ció Jefes P o lítico s.
R especto de esto tí 1timo p u n to , preciso
es no o lv id a r la im p o rta n c ia p e c u lia r do se­
mejante cargo, y no c o n fu n d ir, como mas
de una vez lia sucedido, la oscosiva y es­
téril actividad de ciertos hom bros, que n a ­
da mas hacen sino m overse con la activi­
dad
da
m /ehjente, sagaz. o p o r t u n a ,
y estudiosa que re q u ie re p o r
f iic n
guia­
esencia la
Policía : p reciso os te ñ e ro n v is ta tam b ién ,
que sobro todo en la c a p ita l, el Jefe de P o­
licía te n g a e l do n de j m t e s que su empleo
reclam a ;— que tenga una posición social
respetable ; y p o r ú ltim o , y sobro lo demas
como com plem ento sinequa n o n , quo te n g a
y patriotism o
p r o b id a d
conocidos.
Conocem os m u y bien lo d ifícil quo es en­
c o n tra r todas esas condiciones reunidas en
ciudadanos que q u ie ra n a c e p ta r esc d e lic a ­
do y espinoso em pleo ; em p ero , esa mi una
d ific u lta d debe lla m a r seriam en te la a te n ,
eion del G o b iern o y la de los que c re y é n ­
dose aptos p ara todo, se b rin d an como can­
did ato s.
una vez cosen los em­
pleos obtenidos p o r solo el fa v o r, sin con­
t a r con las calidades iutclijeutcs y morales
d e l in d iv id u o : ese ha sido el cáncer de to­
P reciso es
das
las
sen te,
que
de
a d m in istra c io n e s pasadas
lo
: la pre­
cerrará
esperam os con confianza,
p a ra siem p re la p u e rta p o r donde e n trab a
s em ejan te m al.
hombres de patriotismo y de ilustración,
que nos preparan trabajos reparadores; quo
el Presidente electo el 1. ° del corriente,
á su patriotismo, virtudes y alta intelijencia, pasadas por el crisol de las pruebas
mas duras, reúne la opinión y la confianza
de todo el país ; que en él tendremos cj
| mas seguro orovo do las instituciones y el
guardador ocioso de los intereses perma­
nentes de la República.
Pensemos que la razón del pueblo se des­
peja, se robustece y se completa de diaen
día ; que los hombres desaparecen ante los
principios, y la* pasiones personales se su­
bordinan ante el poder y fuerza de la ley.
El pueblo no ha menester decirnos quo
lia sido soberano sin voluntad ni arción ;
que bn tenido ciudadanos al parecer sin con­
vicciones y sin hábito* de tales ; que con
derecho* y obligaciones no se lia sentido
con valor para ejercer los unos ; y se lia
sentido con fuerzas para soportar la carga;
y quo cuando bajo el peso de sus grandes
desgracias llegó á recordar que era ciuda­
dano, lleno de desesperación y do rubor
quizá, lia sentido que no podia si rio, aper­
cibiéndose ¡ a!i ! bieu tarde que bahía lleva­
do en su -ono quien csplotase su ignorancia,
su inocencia ó su apatía.
Como el hombre que después de lia1 er
sufrido todas las angustias de una pesadilla
horrible, despierta y hace firmo propósito
de evitar la posición quo tamaño quebran­
to 1c ocasionara, el pueblo enlutado, empo­
brecido y desacreditado, despierta al fin
haciendo un grande esfuerzo para sacudir
y librarse de un pasado atormentador.
Pero alejemos do nosotros tan abruman­
tes .recuerdos ,do nuestros triste* horrores.
No ha de faltar entre nosotros algún nublo
y elocuente Tácito, quo reuniéndolos en pa­
jinas llena* do cnerjia y de colorido, nos
lo* presente ante los ojos como la aparición
fatídica de la mauo de Baltazar.
llovam
os, si, liuvamos
esos recuerdos do
»
s
nuestras faltas pasadas para fijar boy sola­
mente nuestros" cansados ojos sobre ese
hermoso horizonte, que oculto tanto tiem.
po, y tanto tiempo deseado, aparece por
fin risueño y consolador delante de noso­
tros.
,
Pensemos solamente que la paz nos son­
ríe ; que las instituciones están re6tableciI das ; quo tenemos Cámaras compuestas de
F á «le e r r a ? » (le í X .’ a n l o r i o r .
En la páj. 3 \ 1.* col., lín. 13, donde
dice : p or inactivo que fu e s e ; léase : por
m uy activo que fuese.
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( O R E S S ^ F O X E d K lX C I I .
Señor Editor de la Fusión.
La publicidad que se lia dado á la carta
que 11 SS. Senadores y Representantes do
uno de los estultos partidos dirijicron el
1. c del corriente á S. E, el Presidente de
la República, nos autoriza pare hacer algu­
na* observaciones, quo deseamos publiquo
usted.
En el primer párrafo parece ponerse en
duda quo la fu sió n y olvido lian sido redu_
cidos á hechos p i árticos, y se inculca en la
necesidad de la representación equilibrada
y completa de los partidos, como único me­
dio de prevenir alarmas, procurar la leal
concurrencia do todos los Orientales y la
verdadera fusión.
Creemos que los señores que subscriben
la carta, dominados tal vez por la ajitacion,
no advirtieron que la fusión y olvido son
hechos prácticos, desde que todos los Orién­
tale* lian concurrido francamente á hacer
efectivas esas palabras, y que los que se
llamaron blancos no lian ahorrado medio al­
guno pura persuadir con los hechos y las
palabras á los que fueron su* enemigos, que
vano ven cu ellos mas que hermanos. Asi
es que en Montevideo, donde se intentó con
asonadas romper la representación equ ili­
bra Ja de los partidos, sevió á esos mismos
blancos votar y >ostener decididamente la
elección do algunos-de los señores firman­
tes ; y en la campaña al resto, donde como
es obvio, hubieran podido sin obstáculos
elejir á partidarios suyos. No lo hicieron,
porque quieren lo mismo que enuncian esos
señores Senadores y Representantes. Lue­
go han padecido una equivocación notable
al decir— y todos abrigamos entonces la es­
peranza de ver reducidas á hechos prá ctico s
las palabras olvido y fu s ió n .
En el segundo párrafo vuelven á decir
los señeros subscriptores de la carta, quo
lian buscado por los medios á su alcance es­
tablecer la representación igual de los par­
tidos en los altos poderes del Estado.
La
repetición de la palabra partidos, y la exijencia de que tengan una representación
gual ; ó lo que es lo mismo, que á los altos
em pleos se llam en igual núm ero do colora­
concebir cómo los señores firm an tes de la
los M a rc o -A u rc lio s , los A n to n in o s, e s a » le ­
dos y de M ancos, perm ítasenos d ecirlo , no
c a rta hayan firm ado el mismo din, y quizá
yes vivas sobre el tro n o , no s<«n inas que
está bien en boca do el ejidos do la nación
á la misma h o ra , dos documentos tan con­
excepciones felices y pasajeras.
que lo fueron, no p ara quo trab ajasen por
tra rio s p o r el fondo y e s p íritu de las ¡deas
los intereses de ta l ó cual fracción p o lítica,
vertid as en ellos.
sino do la com unidad O rie n ta l ; y mucho
mas cuando la nación, no reconociendo mas
E l mas profundo de los pensadores, ese
M ontesquiou, el in m o rtal enem igo de toda
Somos de usted, señor E d ito r,
atentos
a rb itra rie d a d , se felicitab a como T á c ito por
servidores Q . B . S. M .
v iv ir bajo el reinado de un p rín c ip e á quien
I 'nos Orientales.
colores políticos quo los do su b andera, ba
obedecía por am or mas bien «jue jfb r deber.
ten id o el especial cuidado de o le jir para
P ero al escrib ir tales palabras. ¿cómo p o ­
com poner las Cám aras ciudadanos de todo,,
día o lv id a r este in m o rtal p u b licista sus be­
PO L IT E C A .
los coloree.
llas pájiuas sobre la s letras
D E L D E S P O T IS M O .
V si cu la R epresentación N a c io n a l so
d e s p o tis m o
I C o n tin u a c ió n . )
m ayo r el núm ero de los que p ertenecieron
selladas y el
m inisterial?
E l despotismo es el gobierno ab oluto de
T«id os conocen la injeniosa definición que
1 el c s p íiitu d é la s leves nos ha dad o d o l des­
soberana que l o s elijió en esa proporción
un je fe al cual se le dñ la denominación «le
potism o ; pero pa*a a p reciar en su justo
es q uien debe resp o n d er, si es que 'Us m an .
despota ; tal es el tipo de la m onarquía. E l
valor
datarlo s tien en derecho á p e d irlo e s p ir a ­
despotism o,
la tira n ía , «d podvr'n b so lu to ,
es preciso m irarlo bajo su verdadero aspec­
ciones sobro sus notos.
la m onarquía, son c u a tro variedades de la
to ; en el siglo en «ír.o estam os, se co rre el
misma especie de «gobierno.
riesgo «le entronarse á satíricas declam acio­
á u n o d o l o s estinguidos partid o s, la Xacion
« E n presencia - continúa la c a ria
de
una m a y o ría en el P o d e r L o ji-la tiv o , emn
E l despoti: mo dom ina á la m itad del m u n ­
á este m onstruo con mas e x a c titu d ,
nes : Luis X I y Carlos I X
hacen o lvid ar
p u esta de hom bres de uno do lo; p artid o s ;
do : la C h in a , el Japón, el 1 ¡indosiun, el
con frecuencia á L u is X I l y á E n riq u e I V .
después de la elección del P resid en te de]
M o g o l, la Porsi:'., la T u rq u ía , 1u K i . m :>. th>-
E l despotismo pesco ¡i la vez la soberanía
Senado en itrunl caso, liemos creído dobcr
nen gobiernos d espóticos;
in s is tir en que la do P re s id e n te do la lle -
im perios q ‘ se constituyeron en !.t A m é ric a ,
!
torpvcta y las aplica, y la fuerza pública
p ú b lica rscayeso en una jiersona que lm bie
«'I do M é jic o y «d del P e n i, obe ',eemn á d es-
I
que las hace ejecu tar y res p e ta r. E s te es
se p erten ecid o al o tro p a rtid o , ó que. á lo
potas. E l occidente de Europa *o alai aba
el nuis simple y el mas activo de los go­
m enos, no hubiese p ertenecido ¿n in g u n o ; •>
de su lib e rta d ; pero ¿ qué era e -e
biernos ; con él, las deliberaciones de I or
E n lo que queda tra n s c rip to se ad v ie rte
hom bre, en D in a m a rc a ,
leona da la
representación igval la verdadera fu sió n ,
H u n g ría ,
á su
que no ve en blancos ni colorados
m
:;u ciu ­
dadanos O rie n ta le s . P o r lo domas, la re p re ­
sentación
b le.
igual
do los p a rtid o s es im posi­
en p rim e r lu g a r porque uno de ellos
fig u ra una inm ensa m a y o ría do la N a c ió n ,
y en segundo porque siendo im pares los al ­
tos em pleos no puedo observarse en su d is­
trib u ció n la p e rfe c ta igu ald ad quo so exijo
p o r los indicados señores.
un p a rtid o ,
el
V ic o -P re s id e n te del mismo
p erten eció al opuesto,
asi como el P re s i­
del
que linee las leyes, el gobierno que las in^
consejos ó de
los
parlam entóos, división
B ohem ia, en
«le las opiniones, querellas de m in istro s, de
en A u s tria , en casi toda la A le ­
senadores, de diputados, todo desaparece.
m ania, en Ñ á p e le s , en Lisboa, en E sp añ a,
E l déspota, que ]>or si solo p in c e la volun­
en la misma ¡'ran cia lia d a 17NÍ>', y en In ­
tad y la fuerza, puedo todo lo que quiere.
g la te rra ante- «le la revuelen de lO .- í?
Su p a la b ra es una ley que ordena y un po­
*n
A l despotismo jam ás 1«> fa lta n adulado­
d e r que condena á obedecer.
res en los estados despóticos ; \ «s calum ­
T ero si la voluntad está siem pre en ln ca­
p a ise s republicanos. 1.1 elojio
beza del déspota, la fu erza jam ás está en
confluido la au i ocre, ¡a, con esos gobiernos
sus manos, y to d a la ciencia d el despotis­
en «pie el monarca • o \ «'• forzado á obedecer
mo consiste en o rg an izar esta fu erza, do
á la ley ; L in g u e t soñaba un d.
m anera que no tenga nada
niado en lo
p e í , mo le ­
que te m e r, y
en las m em orias que «lie.
que el pueblo ten g a que te m e rlo todo ; e l
ta b a p a ra defender los derecho:; del duque
a rte consiste en di m enoría y en hacerla
«le A n jo u á la succesion de K paña, decla­
im ponente y durable.
gal ; L u ís X I V .
Si ei P resid en te del Senado perteneció á
poder
absoluto que refrenaba las facultades
desde luego que los señores suscriptoros
de la c a rta sacrificaban
les dos únicos
sí
contra
L a fu erza sola es la que han fundado el
d en te y p rim e r V ic o -P re s id e n te de la C á ­
la s legos d e l E s ta d o . P ero \ quién hace la
(lc-p o tisn iü , e la sola puede s u je ta r á una
m a ra de R ep rese n ta n te s . L u eg o en el C u e r­
le y , quién la pr> m il; a,
cuándo le e s favo­
nación e n te ra á los caprichos de un solo
po L e jis la tiv o tien en los partid o s
ra b le , quién la ab ro g a,
euándo «laña á sus
hom bro. I ’ero esta fuerza no existe en el
lia querido
designios ?...... j N o es el déspota í La ilniea
mismo déspota, sino que form a en el estado
ten g an ; y leg alm e n te no se puedo ir mas
ley del despotismo está en la voluntad a c ­
un cuerpo separado; som etido al soberano,
a llá , á no ser quo se q u ie ra vo lver á susti­
tual del monarca.
superior al pueblo, y «pie responde do la
rep resen tació n que la N ació n
toda la
t u ir el q u e re r de algunos al q u e re r de la
ra 1 a (¡ue e l p r in c ip e e ra
im p o te n te
Los hom bres «lo mas elevados talentos
obediencia do los esclav. s. E lla sola es la
lian ju zg ad o uml á c s te jé n e ro de gobierno.
que bis unce al yugo, y el Doy de A r e l es
Los esfuerzos que lian hecho los seño­
111 p rim ero de los escrito res, ese T á c ito
ahorcado desde quo lle g a á ser el mas d c-
N a c ió n .
I ^-
res au to res do la c a rta p a ra que la A sam ­
«pie en sus inm ortales pajinas cutía • a á la
b le a elijiesc el P re s id e n te e n tre nl'Mino de
execración de los siglos la m nim ia «lo N e ­
los suyos lian sido legales, no p o r la invo­
rón y de C a lig u la , se fe lic ita de v iv ir 1 ajo
- S u ltá n , dice M ontesquieu. es n o m b rar un
cada te o ría de la re p re s e n ta c ió n ig u a l, sino
los jiaeíficos reinados de N e n a y de T ra ja-
- \ i- ir , á fin de poder en treg arse después
p o rque en nuestro sistem a son frecuentes y
no ; ’• j tiem pos felices, oselania, en «pie so
« á las delicias del serra llo . - P e ro uoso-
le jítim a s osas
E l p rim e r asunto en que se ocupa un
•> puedo pensar lib re m e n te y d e c ir lo que
tros decimos, que esto es u sar d e l in jc n io y
llam ad o la atención es q u -, forzados esos
" se piensa 1 •• l ’ero, acaso no oran T r a 'a -
no «le la razó n , de la
señores á plegarse á la m a yo ría, d ie ra n su
n«ry N e n a , d é-p o ta s , con el mismo titu lo
observación : el p rim e r cuidado del déspo­
voto con csplicacioncs, que creemos se d i.
que C a lig u la y N e r ó n ? ; N o
ta es cro ar su fu erza p ara no ser asesinado.
luchas.
P e ro lo que nos lia
fue debida á
ir«>nia en vez de la
P ero esta fuerza no puede e x is tir n i en
rije n á sus antiguos c o rre lijio n a rio s p o líti­
sus virtu d es personales la tra n q u ila pros
cos.
pori«la«l de sus r¡ ¡nados? Estos em perado­
la ju s tic ia de las leyes, porque es la o b ra
res fueron mas justos «pie las leyes,
pero
odiosa y m óvil de una v o lu n tad a r b itr a r ia
C on clu yen d o , no podemos menos do ob­
servar que la c a rta de que nos lu mu» ocu­
estas leyes hubieran
sido im potentes para
y caprichosa, ni en el am o r d el pueblo, que
pado y la p ro cla m a quo la A s a m b le a d irijió
re fre n a r su in ju s tic ia E l despotism o p ro d u ­
no sufre sin un h o rro r secreto el yugo q u e
a l pueblo fueron d ictad as por un e s p íritu
jo esa serio «le em peradores qué, sin re g la
lo agovia, ni en el e jé rc ito dispuesto p a ra
d ife re n te . L a p rim e ra , propende á la desu­
y sin freno, manchados «lo crím enes y des­
la d efenza d el estado, y que siendo tom a­
la segunda, desp ertan d o nobles
honrados eon sin vicios, ni aun en nuestros
do del pueblo, p a rtic ip a de sus s e n tim ie n ­
sen tim ien to s, lla m a á los O rie n ta le s á la
«lias han podido espiar el oprobio de su v i­
tos.
c o n fra te rn id a d
da eon los trájico s ho rro res de su m uerto
nión ,
y
A si
es quo no podemos
O rd in a ria m e n te se coloca esta fu erza em
tin cuerpo m ilita r consagrado especialm en­
es un esclavo del m ufti á quien él nom bra y
te á la detensa del prín cip e ; los p rc to ria -
depone, el S ultán no se atreve A dispensar­
nos,
los s tre litz e s , los jenízaros,
son los
se de los rezos p ú b lico s; y prisionero de
que componen esta fuerza únicam ente. Los
los jen íza ro s , divide su tiem po entro las
suizos, los rejim ien to s favoritos y de la cor­
ceremonias
te ,
del h arem . Los reyes del m ed io -d ia de la
no eran,
1 ajo el poder absoluto, sino
Strelitzes y jen ísaro s en mas
pequeña es­
m u fti,
un pontífice,
un papa,
un lam a,
su
palacio sin escoltas numerosas, y rodeados
t
A voces lia estado colocada en el cuerpo
y
la mosquita y las delicias
E u ro p a jam ás traspasan el um bral de
ta la .
sacerdotal,
de
siem pre de m inistros
un
usurpadores de su
poder y de los cortesanos que codician sus
un p a tria rc a , lian consa­
riquezas,
ven apenas que la corte es un
grado en nombro del cielo un poder que la
m uro levantado e n tre ¡os pueblos v los r e ­
razón hum ana rechaza, y que la tie rra d e ­
yes, que se Ies tiene aislados p a ra hacer
testa.
con ellos un m onopolio, y que se los rodea
Se la coloca
en fin, en corporaciones do
de tem ores, cuando ellos solo so creen ro ­
deados de m ajestad .
m ajistrados y funcionarios ; y los sonado­
res, los ulem as, los p arlam entos, los in_
!
- Como puede ser,
decía Estovan de la
ten d en tes, los com isarios ; todo enclavo que
>• B eecia, que tantos hom bres sufran un t i-
recibe del depotísm o su estipendio,
" rano que no tiene mas p o d e r que el que
está
interesado en c u b rir con el velo de una
p retensa ju s tic ia leg al las odiosas in ju s ticias de la a rb itra rie d a d .
- se le dá, y que no tiene mas po d er para
i
• h a c e r daño sino m ien tras d u ra la volun’• tad de so p o rta r ! - P e ro este filósofo a m i­
O rd in a ria m e n te esos tre s
elem entos del
go del filósofo M o n ta ig n e ,
no lia visto que
despotism o se reúnen p a ra a firm a rlo . E n
el pueblo no obedece á un p rín c ip e desco­
T u rq u ía , los je n íz a ro s , los dervises y los
nocido, in v is il le ; y que se encorva bajo <1
m ajistrad o s, componen u n a m is m a clase de
peso de una fu erza presen te. Los esclavos
in d iv id u o s , en la C h in a ,
los
m andarines c i­
reunidos lia ría n te m b la r á sus amos ; pero
viles, reí¡j¡osos y m ilita re s , form an un mis­
estos están esparcidos, aislados,
mo cuerpo ; en R o m a,
que los soldados del déspota
los agüeros favora­
bles y las felicitacio n es d el
faltab an
senado jam ás
los
al em p e ra d o r clc jid o p o r
sol­
dados del p re to rio ; el d a la ila m a bendice
mismo cuerpo,
p íritu ,
m ientras
form ando un
animados de un m ism o es­
im piden que el pueblo
se reúna ;
ó destruyen á toda p ris a esas reuniones que
siem pre en nom bre del C ie lo á los g u e rre ­
son siem pre infructuosas, porque son siem­
ros coronados p o r la v ic to ria ; y en E u ro ­
p re parciales.
p a sabemos que el oleo m ilagroso
v la e n ­
tro n izació n sacerd o tal jam ás fa lta n , y ván
apresuradas á san tific a r todas las u s u rp a ­
ciones, todas las tira n ía s , todos los despo­
tismos.
Ese cuerpo especia!, destinado á p ro teje i el despotism o, es su zeloso defensor,
porque no puede poseer sus inmensos
A s i, cuando el S za r P e d ro l . °
P e ro p o r eso m ism o que la v o lu n ta d d el
déspota es sin v a lo r cuando no es sancio­
p ri-
vilcjio s, sino bajo esta form a de gobierno.
\iz a r el despotism o
ruso,
quisto sua-
se vió forzado
desde luego á c s te rm in a r á los stre litze s ,
nada p o r u n a fu erza e s tra ñ a y d e p e n d ie n te
interesados en m a n te n e rlo . S elim pagó con
de sus caprichos,
su cabeza
el despotism o so divido
la m ism a te n ta tiv a ,
que M a h a -
y se d e b ilita . L a v o lu n ta d pasa to d a e n te ­
inoud acaba de em pozar con el degüello de
ra del S u ltá n al B a já , p e ro es lim ita d a por
los je n íza ro s . Los prín cip es de E u ro p a han
los tem ores d el M u f t i,
com batido trescientos años p a ra a b a tir esa
p o r la in te rp re ta ­
ción de los ulem as, p o r el in te ré s
de los
fe u d alid ad
que les
im pedía lle g a r á una
je n íz a ro s . U n m in is tro es el d ep o sitario do
m o n arq u ía mas in dependiente,
todas las
mas tem p lad a ; R ic h e lie u mismo no pudo
m aras,
voluntades- reales ; p e ro las cá­
los p a rla m e n to s ,
blicos ó p rivad o s,
los consejos pú­
tem ien d o las m u rm u ra ­
ciones ó las sediciones, se op o n en
s a lv a r á Luis X I I I
porque es
del yu g o de la c o rte ,
sino ensangrentando los cadalzos con la
á esas
sangro do los cortesanos ; establecióse la
violencias que p o d ría n in v ita r á los pueblos
lucha después e n tre los p arlam entos v los
y ro m p e r un p o d e r, del cual p a rtic ip a n , v
m in istro s p a ra saber á quien ló q u e d a ría el
al cual d evo ran ;
poder ; y la E sp añ a no te n d rá
la fo u d a lid a d ,
la m ism a
un pueblo
in q u isició n , lia n im puesto un fren o saluda­
lib ro ni un p rín c ip e
b le a los caprichos desordenados d el des­
después que un m onarca de ta le n to y v a le ­
potism o.
roso
E n to n ces
sucedo que esos cuerpos,
en
los cuales resid e la fu e rza ; se a p o d e ra n del
in d e p e n d ie n te ,
sino
haya ro to esas cadenas m ócales, en
las cuales desdo
el tiem p o de F e lip e
II,
fo rcejea el poder soberano.
p o d e r soberano, aís la n com p letam en te a su
Tenem os que re p e tirlo , en el despotism o
am o, y el despotism o e s tá en todas p a rte s ,
el amo es el p rim e r esclavo. E l cuerpo en
m enos en el d ésp o ta. C om o siervos tím id o s
que reside la fu erza asegura al p rin cip o la
de sus sacerdotes, los reves de E g ip to lia -
obediencia del p ueblo, pero el déspota no
b ian sido forzados á c o n s a g ra r todos sus
tiene g a ra n tía c o n tra él : m u tu a m e n te p e r­
in s ta n te s á cerem onias p u e rilm e n te r e lijio -
m anecen en los térm inos del estado de na­
sas ; y los cuidados, los provechos, los h o ­
tu ra le z a ; pero este cuerpo y p a ra este cu-
nores d el
im p e rio e ra n el p a trim o n io
sus sacerd o tes,
de
que d evo rab an la riq u eza
[
g rito de un soldado, el anatem a de un sa­
cerdote bastan p a ra im p e lir á la sedición,
y la vida del déspota e s tá á m erced de to ­
dos los instrum entos de su despotism o.__
P e rtin a x , olvidando que les deb ía el im pe­
rio , y que no reinaba sino p a ra ellos, se
atrcA 10 a decir á los soldados del p reto rio
que sa b ía e le jirlo s , pero no com prarlos : su
m u e rte so siguió al m omento á estas jonerosas palabras. C ada p ajin a de los anales
de F iz a n d o y de Moscow está m anchada
con la sangre de un S u ltán ó de un S zar ; y
si se esceptúa á L u is X V I y á Carlos I , to ­
dos los reyes de la E u ro p a que han p e re ­
cido con una m u erte vio len ta, lian sucum­
bido en los lazos de aquellos que p a rtic ip a ­
ban del poder y de los honores de la mo­
narq u ía.
T a l es la sed de do m in ar que los déspo­
tas. p ara m an d ar sin trab as, se colocan ba­
jo la tu te la y el puñal do los dispensadores
do su p o d er, y p a ra te n e r esclavos, se en­
tre g a n ellos mismos á la esclavitud mas v il
y mas peligrosa. Los principes de alguna
capacidad han \is to m uy bien que no tem an
mas que las insignias de un p oder, de cu­
yos honores y provechos p articip ab an sus
s atélites ; no fué el am or do su pueblo, si­
no el cuidado de sus días y do su dignidad
el que forzó á Luis X I , á P ed ro L ° y ú
M a tm m o u th á cam biar la form a de su go­
b ierno.
Los m otines, las revoluciones tan fr e ­
cuentes en el despotism o no se operan ja ­
mas en provecho de la lib e rta d . L a exis­
ten cia de este cuerpo, en el cual reside la
fu e rza, indica porque tantos déspotas son
asesinados sin que el despotism o perezca.
Se h iere al déspota por no s u frir su a v a ri­
cia ó su o rg u llo ; so conserva el despotism o
porque se saca provecho de sus esce o í.
E s te jé n e ro de gobierno no puede esta­
blecerse sino cuando un E s ta d o esta to d a­
vía en la d eb ilid ad y en la im p ericia de la
in fan cia, ó cuando está y á en la corrupción
de la vejez. E ntonces pro h ib e con cuidado
la e n tra d a de los e s tra n jiro s en su te r r ito ­
rio , y que sus súbditos e n tren en te r r ito ­
rio e s tra n je ro . D e este modo, los pueblos
esclavos solo tien en al despotism o como t i ­
po de todo gobierno posible, y no pueden
h a c e r se rv ir sus revoluciones p a ra una l i ­
b e rta d que no conocen N o es co n tra la fo r­
m a de gobierno c o n tr a ía que se revelan ,
sino co n tra la crueldad ó la a varicia del
p rín c ip e , que haciendo mas pesado el yugo
acostum brado, d esn atu raliza, p o r d ecirlo
así, y p e rv ie rte el despotism o. N u e s tra s
relaciones com erciales llevan boy á todas
las pa tes del universo la ciencia del p o d e r
y las necesidades de la lib e rta d , y y a p u e­
de predecirse que el despotism o toca á su
fin : porque, cuando el pueblo no está bas­
ta n te m aduro p a ra la esclavitu d , ó en fin,
cuando la razón ilu m in ad a le d eja e n tre v e e r
los beneficios de la independencia, re v in d ica á mano arm ad a los derechos sagrados que
lia recibido de la n atu raleza. L a lib e rta d
se reaviva, se re fu e rza y se engi andece en
su lucha con la tira n ía . L a m a s b ella época
de la h is to ria de un pueblo es a q u e lla en
que se eleva el a lta r de la lib e rta d sobre
las ruinas del trono del despotism o. E m a n ­
cipándose, es como los pueblos d é l a A m é ­
rica lian tomado un puesto ilu s tre e n tre las
naoiones ; asegurando su independencia, es
como el pueblo negro de H a it í lia v u elto á
to m ar su lu g a r e n tre la especie h u m a n a ;
y el valo r de los G ovoras y de los C an aria
resucita esos dias antiguos en que la G r e ­
cia asistía á los in m o rtales triu n fo s de .M ilciados y á l a santa m u e rte de L e ó n id a s .
ci-po se tira n iza ; pero no se le puedo tir a ­
n iz a r
C o n tin u a rá .
Siendo déspota con é l, es im p o ten te
d e los pueblos y q u e ju z g a b a n á esos reyes
c o n tra é l, es preciso a c a ric ia rlo sin cesar,
A q uienes h ab ían a v a s a lla d o . E l S u ltá n que
to le ra r su insolencia, saciar su codicia. E l
h s le P e rió d ic o tiene su E d it o r responsable.
f m
p r ^ n l a
I
r u g u a v a n a .
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