huertos urbanos y participación ciudadana

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HUERTOS URBANOS Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Antón Bolaños, Mª D.; Quiles Gómez, A.
Asociación de Vecinos “Barrio Obrero “ de Altabix
C/ Bernabé del Campo Latorre, nº 26
ELCHE
[email protected] ; [email protected]
RESUMEN
Los huertos urbanos, por sus elementos característicos y singularidades,
albergan un enorme potencial para desarrollar iniciativas de participación
ciudadana. A pesar de ello, y en el marco del “boom” que estamos viviendo de
puesta en marcha de huertos urbanos, no siempre se tiene en cuenta lo que en
teoría es un derecho fundamental, a saber, el de intervenir directamente en los
procesos de toma de decisiones públicas, especialmente en el ámbito
municipal, por ser éste el de mayor incidencia en la vida del ciudadano. El
presente trabajo viene a reflexionar sobre la participación ciudadana en los
proyectos de huertos urbanos y las barreras que en muchas ocasiones se
establecen a la misma. Así mismo se expone el ejemplo del Huerto Urbano de
La Cuerna, iniciativa de una asociación vecinal de Elche, como modelo de
huerto urbano participativo. En base a éste, se propone un modelo de gestión
de huertos urbanos con un alto grado de independencia con respecto a la
administración local.
Palabras Clave: huertos de ocio, huertos escolares, asociaciones vecinales,
autogestión
1.- INTRODUCCIÓN
La participación ciudadana, entendida como la facultad de intervenir
directamente en los procesos de toma de decisiones pública, constituye, junto
al derecho de elección de representantes, la base del sistema de participación
de los ciudadanos en el ejercicio del poder político.
Es por ello que el ordenamiento jurídico recoge normas en la vía de
garantizar este derecho fundamental, reconocido como tal tanto en la
Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo 21) como en la
Convención de los Derechos del Niño (artículo 12.2). Así, nuestra Constitución
en su artículo 23 reconoce el derecho a la participación, y en el desarrollo del
mandato del artículo 9 ordena a los poderes públicos una actitud activa para la
promoción de ese derecho.
En el ámbito municipal, por ser éste el de mayor incidencia en la vida del
ciudadano, es donde se desarrolla en mayor medida esta regulación. La Ley
7/1985 de Bases del Régimen Local, en su artículo 69.1, señala que “las
Corporaciones Locales facilitarán la más amplia información sobre su actividad
y la participación de todos los ciudadanos en la vida local”. De esta manera,
tanto las Comunidades Autónomas como los propios ayuntamiento tratan
desde hace años de promover y regular la participación en el ámbito local, bien
mediante diferentes normativas o bien implementando procesos y diseñando
espacios de implicación e intervención de la ciudadanía.
Unos de esos “espacios”, por sus elementos característicos y
singularidades,
con enorme potencial para desarrollar iniciativas de
participación ciudadana, son los huertos urbanos. El alto grado de sociabilidad
que le confiere el elevado número de interacciones entre las personas que
participan en un proyecto de esta naturaleza, la posibilidad por parte de éstas
de asumir responsabilidades en el mismo, la gran cantidad de pequeños (y a
veces no tan pequeños) problemas que surgen cotidianamente y que
requieren tomar decisiones consensuadas… son elementos a favor para la
implantación de mecanismos participativos en la gestión de un huerto urbano.
Pese a esto, y a la vista de un buen número de proyectos de huertos
urbanos puestos en marcha en los últimos años, en bastantes ocasiones los
mecanismos participativos con que cuentan no superan lo anecdótico. Las
causas de ello, que a continuación desgranamos, son diversas y extrapolables
a otros ámbitos, por lo que su análisis resulta interesante para toda institución o
entidad verdaderamente preocupada en estas cuestiones.
2.- FACTORES QUE DIFICULTAN LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Aún cuando parece que por parte de las instituciones públicas y poderes
políticos se quiere promover la participación, lo cierto es que, por diversas
cuestiones, los mecanismos que se articulan para ello muy a menudo no
surten el efecto que sería deseable. El carácter dinámico de la participación
ciudadana, que necesita ser constantemente alimentada, además de
modificada y adaptada a cada entorno y situación, puede explicar en parte esta
falta de éxito, pero las causas reales cabe buscarlas en toda una serie de
obstáculos que se anteponen a la participación, obstáculos que Luque (1)
siguiendo el esquema de Smith
participación”:
(2)
enumera y
denomina “barreras a la
• Primeramente, la “necesidad” por parte de las autoridades de
obtener resultados a corto plazo hace que se impongan objetivos que
limitan la participación. Subyace en el fondo la idea, fruto de una visión
bastante limitada y simplista de las cosas, de que cualquier proceso de
toma de decisiones compartida es necesariamente menos dinámico y
por ende menos funcional y efectivo.
• Falta de recursos dedicados a los procesos participativos. Si nos
fijamos por ejemplo en lo que se necesitaría para poner en marcha un
huerto urbano, vemos que, aun contando con terrenos para ello
(suponiendo que se lograra la cesión de un espacio, lo que no siempre
se da), la inversión necesaria para herramientas, sistemas de riego,
vallado, etc. supera las posibilidades presupuestarias y, por ende,
resulta inasumible para la mayoría de asociaciones vecinales o
colectivos interesados.
• Falta de claridad a la hora de definir los objetivos del proceso
participativo. Cualquier proceso participativo requiere de una
planificación previa que contemple en una de sus primeras fases el
establecimiento de los objetivos a conseguir. Estos además debieran ser
los más concretos posible (el nivel de “vaguedad” de los mismos juega
en su contra), realizables y entendibles por todos los actores del proceso
participativo.
• Falta de creatividad e imaginación a la hora de diseñar las estrategias
de implicación de los ciudadanos. Y ello no sólo imputable a los
responsables políticos o administrativos. Los mismos colectivos
ciudadanos pueden ser responsables de esa falta de “militancia”, que
achacan a la pérdida de valores o a la “desactivación” que la sociedad
de consumo provoca en los individuos. Aún asumiendo que una parte
del problema pueda deberse a estas causas, lo cierto es que su escasa
autocrítica y su inmovilismo explicarían mejor el proceso endogámico
que sufren.
• Resistencias de autoridades y funcionarios a la participación. En
muchos ámbitos de la gestión pública y del poder político (aunque por
supuesto, reconocerlo sería políticamente incorrecto) sigue existiendo
veladamente la creencia de que el ciudadano no está capacitado en la
mayoría de ocasiones para tomar decisiones o para participar
directamente en el gobierno de los asuntos, dada su escasa
competencia en lo que se presupone son complejos problemas técnicos
o sociales. Citando a Frank Fisher(3)
“ Dada la complejidad técnica y social de la mayoría de los temas
políticos contemporáneos, se requiere un grado significativo de
competencia de los ciudadanos y sus políticos para participar con
sentido en los debates sobre políticas. Si son incapaces de
entender y formarse juicios inteligentes sobre los asuntos, como
muchos señalarían, esto nos plantea un problema preocupante.”
La consecuencia de esta manera restrictiva y limitada de entender la
democracia y la forma de poder participar en ella son la gran cantidad de
actuaciones que se realizan al margen del ciudadano, que a la postre es
el que puede acabar pagando las consecuencias de tales actuaciones.
Como reflexión cabría preguntarse si políticos y funcionarios están
capacitados para fomentar la participación ciudadana, y también si
realmente estarían dispuestos a asumir en algún caso pareceres
diferentes o contrarios a los suyos, sin hacer uso de su autoridad como
gestores o de su legitimidad como representantes políticos.
• Burocratización de procesos que afectan al ciudadano. Aunque lo
lógico sería facilitar los procesos e iniciativas ciudadanas, lo cierto es
que la a menudo interminable lista de trámites necesarios para ponerlas
en marcha y la poca disposición de los responsables administrativos
acaban por hacer desistir al más entusiasta.
• Papel negativo de los “militantes natos”. Frecuentemente los
colectivos sociales cuentan entre sus miembros con individuos
políticamente activos, muy comprometidos con su labor, pero que
bloquean la participación de otros. En ocasiones se trata de personas
altamente capacitadas pero sin capacidad de delegación, que asumen
todas las responsabilidades desconfiando de la validez de quienes se
ofrecen a colaborar. Otras veces sencillamente son personas apegadas
a su cargo, temerosas de perder su posición de liderazgo, y que
sistemáticamente boicotean en mayor o menor medida cualquier
iniciativa ajena susceptible de restarles protagonismo.
• Falta de incentivos para la participación. La costumbre y la
comodidad de que decidan por nosotros dificultan el ver las ventajas de
participar en la toma de decisiones, ventajas entre otras como el saber
que la opinión propia se puede tener en consideración u otras más
intangibles como la autovaloración y el aprendizaje como persona y
ciudadano.
• Escepticismo hacia las consecuencias reales de la participación, bien
por desconocimiento de procesos exitosos de participación o bien
fundamentando en base a ejemplos conocidos de iniciativas de
participación, por unas causas o por otras, fallidas.
3.- EL HUERTO DE LA CUERNA, UNA INICIATIVA DE PARTICIPACIÓN
CIUDADANA
El Huerto Ecológico de La Cuerna nace del proyecto “Huertos de
Altabix”, una iniciativa de la Asociación de Vecinos “Barrio Obrero” (ver anexo
1) para transformar huertos de palmeras del barrio y alrededores en huertos
ecológicos.
En el año 2005 se inician las gestiones de cara a conseguir la cesión del
huerto de la Cuerna, situado en pleno centro del barrio de Altabix, para la
puesta en marcha del proyecto. Este se presenta a las diversas concejalías
(Parques y Jardines, Educación y Servicios Sociales) con competencias en la
materia, sin demasiado éxito. El escaso interés por parte de los responsables
de estas áreas, unido a la peculiar situación administrativa del palmeral ilicitano
(cualquier actuación en el mismo debe contar con el beneplácito de un órgano,
el Patronato del Palmeral, también con representación del Gobierno
Valenciano. Ver anexo 2), dejaron el proyecto en suspenso. Tras las elecciones
del 2008 el proyecto se desbloqueo, gracias al compromiso previo de cesión de
terrenos por parte del candidato que a la postre ganó la alcaldía. Los reparos
de algún técnico competente demoraron su puesta en marcha hasta marzo de
2009, fecha en la que se empieza a cultivar en el huerto.
3.1 Objetivos del proyecto
Los objetivos que se pretendían con este proyecto eran los siguientes:
• Proporcionar una actividad lúdica y productiva a escolares y personas
mayores del Barrio de Altabix, actividad que redundara en una mejora de
su calidad de vida a través del ejercicio físico que requiere el trabajo
agrícola, el contacto con la tierra y la naturaleza, el contacto con los
compañeros y la producción y consumo de alimentos sanos.
• Promover la agricultura ecológica dando a conocer sus beneficios y su
viabilidad en el marco de la sociedad actual.
• Proporcionar a toda la población en general experiencias directas de
conocimiento del medio natural y de sus interrelaciones con la actividad
humana, favoreciendo así un mayor compromiso personal ante los
problemas del medio ambiente.
• Fomentar la participación ciudadana y el sentido cooperativista y
asambleario mediante el trabajo colectivo y solidario y la participación
directa en la toma de decisiones.
• Promover la recuperación de las señas de identidad histórico-agrícolas
del Palmeral y en concreto de los huertos del barrio de Altabix.
3.2. Organización y gestión
La característica más destacable del proyecto es el alto grado de
participación y de implicación de los participantes. Toda la gestión del mismo
corre a cargo de estos, organizados en grupos de trabajo y con un comisión
rectora que decide sobre las cuestiones de mayor calado. El esquema de
funcionamiento de dicha comisión, desarrollado en el reglamento de
funcionamiento del huerto (ver anexo), vendría a ser el siguiente:
En la Comisión tienen como se ve representación todos los colectivos
participantes en el proyecto (centros escolares, jubilados y universitarios),
además de la Asociación de Vecinos. La Comisión tiene plenos poderes para
decidir sobre cualquier cuestión relativa al huerto, aunque la AAVV se reserva
el derecho de veto.
El ayuntamiento facilitó en su día los terrenos, vallando el recinto, pero
en la actualidad sólo esporádicamente presta algún servicio (labrado del bancal
escolar, aporte de restos de poda para compostar…). Igualmente, la AAVV
realizó un fuerte desembolso económico para la puesta en marcha del huerto,
costeando entre otras cosas la red de riego, pero a día de hoy el proyecto es
prácticamente autogestionario, generándose recursos por diversas vías y sin
necesidad de subvenciones.
El proyecto, tomando como modelo a otras experiencias en nuestro país
como la del Parque Miraflores de Sevilla (4), desarrolla cuatro líneas de trabajo:
los huertos de ocio, los huertos escolares, el huerto universitario y los
itinerarios pedagógicos. Todo ello con una actividad central, el cultivo de
pequeños huertos para el autoconsumo, en lo que supone el acercamiento de
los vecinos de todas las edades al uso agrícola tradicional del palmeral y a su
propia historia olvidada por el acelerado crecimiento urbano de nuestra ciudad.
3.2.1. Huertos de ocio. Tienen como destinatarios a la población adulta
(mayores de 65 años) de Altabix, aunque también participan personas de otros
barrios. Se trata de ofrecer un modo de ocupación alternativa a su tiempo libre.
La "explotación" de los huertos no tiene ninguna finalidad comercial. El
producto obtenido se destina al autoconsumo.
Los Huertos de Ocio ocupan una superficie entre 55 y 65 m2 cada uno y
en ellos los parcelistas de forma gratuita pueden cultivar lo que quieran siempre
de forma biológica y destinando los productos al consumo personal.
La participación de estas personas a través del Programa Huertos de
Ocio viene determinada principalmente por el atractivo de la producción
agrícola destinada al consumo familiar y todo el proceso de obtención que ello
conlleva. Este interés se utiliza como un medio, no como un fin en sí mismo. La
figura del usuario típico de un parque se convierte en este caso en un hortelano
urbano que disfruta de su tiempo libre cultivando una pequeña parcela y al
mismo tiempo participa activamente en el mantenimiento y cuidado del parque.
El trabajo de la huerta es la principal actividad que desarrollan los
usuarios, pero además existirían actividades colectivas. Estas actividades son:
- Talleres y cursillos: Se organizarían cursos y talleres sobre temas
concretos: horticultura ecológica, compostaje, plantas aromáticas,
etnobotánica, obtención de semillas, etc.
- Comisiones: Son equipos de trabajo en los que se concreta la actividad
de los hortelanos en relación con la necesidades de la vida agrícola y
social de las huertas, a la vez que se ofrece una formación sobre estas
actividades.
- Reuniones quincenales: Son el espacio donde se debaten las
cuestiones relativas al funcionamiento del huerto de ocio, además de
donde los hortelanos comparten conocimientos y experiencias.
- Jornadas de convivencia y excursiones: Se realizan actividades de
carácter cultural, relacionadas con el programa pero buscando también
un alto contenido lúdico y de convivencia.
3.2.2. Huertos escolares. Proyecto integral de educación ambiental con
marcado contenido lúdico dirigido a la población escolar de la zona.
Con los huertos escolares los maestros disponen de un espacio físico
pluridisciplinar para aprovechar la enseñanza de contenidos muy diversos,
mientras que los alumnos acceden a un modelo de explotación agrícola con
una organización logística sencilla.
El huerto escolar puede mantenerse gracias al trabajo voluntario de
alumnos, maestros, madres y padres, tanto en horario escolar como
extraescolar.
El trabajo en los Huertos Escolares se define a partir de tres
dimensiones: social, urbana y natural. Cada uno de estos aspectos tiene sus
objetivos específicos:
- Medio social: Desarrollar la tolerancia y la solidaridad, el espíritu crítico
y el compromiso social.
-Medio urbano: Por un lado conocer, valorar y respetar el medio urbano
y por otro desarrollar actitudes críticas y participativas en cuanto a los
problemas del entorno.
-Medio natural: Conocer, valorar y respetar el medio natural y acercar al
niño al medio natural a través del conocimiento y el trabajo de la huerta.
Las actividades en las que se concretan estos objetivos generales
pueden desarrollarse considerando los siguientes bloques de contenidos:
1.-Nuestro entorno social
2.-Cultura y tradiciones populares
3.-Alimentación sana
4.-Descubrir nuestro entorno inmediato
5.-La problemática ambiental
6.-La huerta
3.2.3. Huerto Universitario. Iniciativa que pretende conseguir la
participación de la comunidad universitaria en el Proyecto, dotándola de un
espacio de experimentación y aprendizaje en el que los destinatarios puedan
complementar su formación en diferentes ámbitos académicos, ampliando así
los recursos docentes de sus respectivas titulaciones. Los objetivos específicos
del huerto universitario son:
a.- Ampliar el espectro de población participante en el Proyecto, lo cual
enriquece de por sí el mismo.
b.- Lograr un mejor desarrollo de éste al abrir la vía de contar con
asesoramiento técnico y ayuda en diferentes áreas.
3.2.4. Itinerarios pedagógicos. Consisten en visitas guiadas
al
proyecto. La idea básica es descubrir el Palmeral como un medio físico
concreto que, a lo largo de la historia, se ha ido transformando debido a los
procesos socioculturales, económicos y políticos.
Se persigue siempre un objetivo educativo, por lo que la actividad se
desarrolla en tres fases: motivación previa al itinerario, desarrollo de la visita y
reflexión posterior para sacar unas conclusiones.
Existen dos tipos de itinerarios, para adultos y para escolares.
-Itinerarios para adultos: Dirigidos a toda la población ilicitana, con
especial atención a las personas mayores. Se pretende con ellos
contribuir al conocimiento de los aspectos naturales del Palmeral e
informar sobre los características de los proyectos objeto de la presente
propuesta.
-Itinerarios para escolares: Se dirigen a escolares de toda la ciudad. Sus
objetivos son dar a conocer el proyecto, promover el contacto directo con
la tradición agrícola y fomentar la participación para la mejora de nuestro
medio ambiente.
(1) Luque E. 2010. Democracia, Participación Ciudadana y Ecología. UNED
(2) Smith, G. (2005), Beyond the Ballot: 57 Democratic Innovations from
Around the World, Londres: The Power Inquiry.
(3) Fischer, F. (2009), Democracy and Expertise. Reorienting Policy Inquiry,
Oxford University Press.
(4) Pascual, M , Cifuentes, M, Gómez. 1997. Programa Huerta Las Moreras en
el Parque Miraflores, Sevilla. Biblioteca “Ciudades para un futuro más
sostenible”, Instituto Juan de Herrera, Madrid.
ANEXO 1
La Asociación de Vecinos “Barrio Obrero” de Altabix es un colectivo
nacido hace más de treinta años, compuesto en sus inicios en su mayor parte
por personas trabajadoras de la industria del calzado, circunstancia que le ha
conferido desde siempre un carácter trabajador y combativo en pro de mejorar
las condiciones de vida del barrio y sus habitantes. Cabe así reseñar su
aportación a la mejora del entorno en temas como la reivindicación de
escuelas, parques, servicios, dotaciones, eliminación de industrias nocivas,
generación de espacios culturales, y en los últimos años la creación del Centro
Social Polivalente y su Biblioteca, y el mantenimiento del emblemático edificio
de La Lonja. En cuanto a su trabajo en pro de los habitantes del barrio,
especialmente de los colectivos más desfavorecidos, la Asociación ha venido
organizando desde sus inicios todo tipo de actividades culturales, de ocio y
formativas, para todo tipo de edades: seminarios, talleres, charlas, cursos, etc.
Una de las características más importantes de la Asociación es su
independencia a nivel político, independencia que se ha logrado mantener a
pesar de los muchos intentos por parte de ciertos partidos de capitalizarla y/o
desestabilizarla. Ello ha ayudado también a que el prestigio de la Asociación en
el barrio sea grande, como se evidencia en el apoyo que reciben sus
reivindicaciones y la buena acogida que suelen tener sus actividades. Por otra
parte, la Asociación no deja de interesarse por los problemas del resto de la
ciudad y aún más allá, participando en plataformas ciudadanas y
solidarizándose materialmente con diversas causas.
Otra de las características de la Asociación es su carácter participativo y
tremendamente plural, en el que se intentan evitar liderazgos y personalismos y
donde todas las decisiones se toman por consenso. La Asociación es
asamblearia, carece de president@, y las personas que la componen trabajan
con autonomía repartidas en grupos de trabajo y diversas comisiones. Estos
grupos son abiertos y se renuevan de forma continua manteniendo siempre el
mismo espíritu y coordinándose para el trabajo común. Esta forma de
funcionamiento se refleja en el funcionamiento del Huerto Ecológico de La
Cuerna, fruto del proyecto “Huertos de Altabix”.
ANEXO 2
El Palmeral de Elche es un caso singular de pervivencia de elementos
de la cultura agrícola tradicional en el seno de una ciudad moderna. Los
huertos de palmeras han sido complejos sistemas productivos de zonas áridas,
autosuficientes, semejantes a los existentes en otros países con sistema de
agricultura oasiana.
Aparte de los usos y aprovechamientos directos de la palmera (dátiles,
palma, cascabotes y troncos), los cultivos asociados a los huertos eran una
importantísima fuente de recursos económicos que permitió a los habitantes de
la ciudad sobrellevar el hambre en determinados momentos a lo largo de la
Historia, el último de ellos después de la Guerra Civil Española.
La reducción de los aprovechamientos existentes y el crecimiento
urbanístico asociado al importante incremento demográfico experimentado
contribuyeron desde mediados de los años sesenta a un progresivo deterioro
del Palmeral, deterioro que diversas ordenanzas legislativas y actuaciones
desde las administraciones públicas han tratado de frenar.
Con la consecución del Patrimonio de la Humanidad para el Palmeral se
dio un paso importante para su preservación paisajística, pero las iniciativas
de cara a la recuperación de usos tradicionales seguían siendo pocas. El
proyecto “Huertos de Altabix” incidía precisamente en este aspecto, la
rehabilitación para usos agrícolas de una parte del Palmeral en el marco de un
proyecto autogestionario con marcados componentes sociales y educativos.
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