REFLEXIONES CATÓLICAS SOBRE LA BIBLIA Arquidiócesis de Miami - Ministerio de formación cristiana 13 de abril de 2008 4o Domingo de Pascua (Ciclo A) Lectura del Evangelio según San Juan 10:1-10 En aquel tiempo, dijo Jesús: “En verdad les digo, quien no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino por cualquier otra parte, es un ladrón y un salteador. Pero el pastor de las ovejas entra por la puerta. El cuidador le abre, y las ovejas escuchan su voz: llama por su nombre a cada una de sus ovejas y las saca fuera del corral. Cuando ha sacado a todas las que son suyas, va caminando al frente de ellas, y lo siguen porque conocen su voz. A otro no lo seguirán: más bien huirán de él porque desconocen la voz del extraño”. Jesús propuso esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Jesús tomó entonces de nuevo la palabra: “En verdad les digo, yo soy la puerta para las ovejas. Todos los que se presentaron antes que yo son ladrones y malhechores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la Puerta: el que entra por mí está a salvo, circula libremente y encuentra alimento. El ladrón entra solamente a robar, a matar y a destruir. Yo, en cambio, vine para que tengan vida y encuentren la plenitud”. Comentario breve: El capítulo 10 del Evangelio de Juan se conoce como el discurso del Buen Pastor y acontece durante Hanukkah, la fiesta judía que celebra la dedicación del Templo. Una de las lecturas principales de este día era tomada del libro de Ezequiel (34) donde el profeta condena a los falsos pastores de Israel. El concepto de pastor es muy común en el Antiguo Testamento. Abrahám, David y Amós fueron pastores, no sólo por su labor en los campos, sino porque todos habían sido llamados por Dios para guiar al pueblo. El Antiguo Testamento anunciaba que Dios, el Pastor, vendría a reunir a las ovejas dispersas de su pueblo, para que vivieran seguras en su tierra. Jesús es el Pastor, pero no actúa en la forma esperada. Los judíos creían que el Pastor les devolvería la posición de pueblo privilegiado entre las demás naciones. Jesús habló de traer ovejas de otros rebaños, es decir de otras naciones no judías para entonces ponerse al frente de todas. Así como los pastores buscan a sus ovejas cuando el rebaño se disgrega, Jesús, el Buen Pastor, busca a aquellos que están perdidos. Este relato aparece a continuación de la historia del ciego de nacimiento en el capítulo 9, la cual concluye con un ataque a los fariseos. En esa ocasión, los fariseos no reconocieron a Jesús, pero el pueblo, simbolizado por el ciego, sí lo reconoció. La lectura de hoy continúa este ataque a los pastores “ciegos” de Israel. La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes: ● ● ● Jesús revela a un Dios bueno y amoroso, no a un ladrón que roba y destruye. Jesús promete que todos los que escuchen su voz y la sigan tendrán vida y encontrarán la plenitud. Jesús protege el rebaño evitando que sea asaltado por malhechores. Para la reflexión personal o comunitaria: Después de una pausa breve para reflexionar en silencio, comparta con otros sus ideas o sentimientos. 1. ¿Quién es Dios para mí? ¿Es el Buen Pastor o el ladrón? Explica. 2. ¿Cómo entiendo esta plenitud de vida que Jesús me ofrece? ¿La veo como una vida sin sufrimientos ni tristezas? Lecturas recomendadas: Catecismo de la Iglesia Católica, párrafos 754; 764; 2158.