parte036 - Biblioteca Digital de la Comunidad de Madrid

Anuncio
20 í
VIAGE ILUSTRADO
guerras religiosas, debían escitar en él sediciones
Sin embargo, la oposición no llegó á ser realmente
formidable, hasta que José II amenazó también al orden civil con un trastorno completo: por un decreto
de 1.° de enero de 1787, se sustituyó un solo consejo
á los tres colaterales: las provincias, divididas en
nueve círculos, debían ser administradas por otros
tantos intendentes: las diputaciones permanentes eran
suprimidas y reemplazadas por cinco -diputados para
todo el pais, agregados al consejo de gobierno, q ue
era nombrado, es cierto, por los Estados, pero cuva
elección no era válida hasta que fuese ratificada por
el mismo gobierno. En cuanto á los Estados, no conservaban mas que el votar los subsidios; la administración de las provincias se les arrancaba para pasarla
ó manos de los intendentes. La organización judicial
quedaba igualmente alterada: _ todos los tribunales
existentes, á escepcion de los militares, eran suprimidos y reemplazados por sesenta y cuatro juzgados de
primera instancia, dos audiencias de apelación, y un
tribunal supremo con residencia en Bruselas, que
entendería en los negocios en que hubiese lugar á
revisión.
Bien pronto se abrió la Asamblea de los estados de
Brabante, que celebraba sus sesiones dos veces al
año, en marzo y octubre. Sus primeras sesiones se señalaron por una fuerte oposición, y por su negativa á
votar las contribuciones hasta que se derogasen las
disposiciones contrarias á la constitución del pais. Un
abogado del consejo de Brabante, Enrique Van-derNoot, que ya se habia dado á conocer por una memoria muy atrevida sobre los derechos del pueblo bra- •
banzon, y los ataques que se les dada en nombre del
emperador, contribuyó á organizar en Bruselas compañías de voluntarios, que bien pronto se multiplicaron por toda la Bélgica, y formaron el núcleo de un
ejército nacional. En la siguiente legislatura de los
Estados de Brabante, el clero y la nobleza no se atrevieron á persistir en su oposición, y concedieron los
subsidios, pero el tercer estado los negó, y los Estados de Bainaut siguieron su ejemplo. El emperador
quiso emplear la violencia: disolvió los Estados de
Hainaut y de Brabante y el consejo de esta última provincia. Entonces llegó á su colmo la exaltación: una multitud de jóvenes empuñaron.las armas cerca de Breda, y se pusieron alas órdenes de
Las primeras reformas de José II en la adminis- Van-der-Meersch, coronel belga que se habia distración interior del pais, fueron todas religiosas: ci- tinguido en servicio de la Francia. En un manifiestaremos únicamente ei decreto de 13 de octubre de to publicado el 24 de octubre de 1789, el pueblo
1781 sobre la tolerancia; el de diciembre del mismo brabanzon declaró al emperador José II depuesto de
año, que prohibía dirigirse á la corte de Roma en so- la soberanía del ducado de Brabante, y poco después
licitud de dispensas, y mandaba á los obispos que las Van-der-Meersch, consiguió sobre los austriacos una
espidiesen; el de 17 ele marzo de 1783,que declara- brillante victoria. Entonces los Estados de Flandes
raba la intención que tenia el emperador de suprimir decretaron su unión con el Brabante, la destitución
ciertos monasterios y destinar sus rentas á un uso mas del emperador y el levantamiento de un ejército de .
útil ó interesante, que el que de ellas se habia. hecho 20,000 hombres. Los gefes austriacos, poseídos de un
hasta entonces. Pero la medida que llevó al mas alto terror pánico, huyeron de Bruselas, corrieron á encerpunto el descontento del clero, fué el establecimiento rarse en la fortaleza de Namur, y dieron orden á sus
del seminario general: el decreto por el cual se¿ crea- tropas para que-evacuasen el pais sin disparar un solo
ba, (16 de octubre de 1786) prohibía admitir en lo tiro Casi al mismo tiempo los Estados de las provin-/
sucesivo en las órdenes religiosas á los jóvenes que no cias que acababan de emanciparse, enviaron reprehubiesen cursado cinco años de teología en el semi- sentantes á Bruselas para celebrar allí una asamnario general de Lobayna, ó en el de Luxemburgo:
blea general. En ella se decidió que aquellas provinlos seminarios episcopales quedaban suprimidos v concias formarían una confederación con el nombre de
vertidos en presbiterios.
Estados Bélgicos Unidos, y que gobernaría el pais un
Semejantes reformas introducidas bruscamente en congreso soberano.
un país que por largo tiempo había sido teatro de
Sin embargo, la Bélgica temia no poderse so sté-
la Francia, alianza que deseaba ya hacia veinte y cinco años, y que acababa de estrechar el matrimonio de
Luis XYl con la hija de María Teresa, decretó la d e molición de la fortalezas belgas, y obligó de ese modo
á los holandeses á abandonar el suelo de aquel país
en 1782. Estos se quejaron, mas por el pronto no hubo ningún rompimiento: por último, habiendo sobrevenido otras dificultades, los Estados generales reclamaron el nombramiento de comisarios para terminar
las diferencias. Las pretensiones de José II eran muchas; exigía la reposición de los límites de la Flandes
al estado traerles señaló el convenio de 1664; la demolición de algunas fortalezas, la cesión de diversas localidades disputadas, el pago de cuantiosas sumas que los Estados generales debían por suministros
hechos á sus tropas, y por último, la evacuación de
Maestricht y del condado de üroenhoven en el antiguo pais deL otro lado del Mosa (mayo de 1784.)
Después de largas negociaciones, el emperador hizo
entregar á los comisionados holandeses su ultimátum,
cuyas principales condiciones eran: la libre navegación del Escalda; libertad de comercio con las Indias,
y el derecho de arreglar el arancel de aduanas como
le pareciese mas conveniente. A aquel ultimátum siguieron las vias de hecho, y asustados los holandeses
con la vista de algunos regimientos alemanes que habían llegado á sus fronteras, inundaron una cantidad
considerable de po'ders belgas. Temiendo entonces la
Francia que la Holanda no se echase otra vez en brazos de la Inglaterra, ofreció su mediación. Abriéronse
conferencias en Versalles, y un tratado formado en
Fontaneibleau el 8 de noviembre de 1785, puso fin á
aquellas disensiones. Un artículo de aquel tratado reconoció en las dos potencias el derecho de hacer los
reglamentos de comercio que mejor les pareciese, y
establecer aduanas y portazgos en sus estados: por
otro se declaró que los límites de la Flandes se restablecerían bajo el pie del convenio de 1664; los Estados generales fueron mantenidos en la posesión de tener cerrado el Escalda; y para obtener que José II
renunciase todos sus derechos sobre Maestricht, y
otras localidades del pais del otro lado del Mosa , se
obligaron á pagarle los 10.000.000 de florines convenidos cuando los preliminares, y abandonarle los
fuertes Kruyschans, Federico Enrique, Lillo Liefkenboock.
BÉLGICA.
20-5
npr contra las fuerzas austríacas, y envió una diputa- í[iie hacia fines de 1791, el gobierno austríaco llegóción á la Asamblea nacional de Francia reclamando otra vez, como en la época de la primera insurrección, á enagcnarse la voluntad de lodos los partidos.
«uapovo (febrero de 1790.)
'. • Pero la Francia estaba demasiado ocupada con sus La constitución francesa de 1791, Labia declarado
propios asuntos para intervenir en los de Bélgica: la que la Francia renunciaba á emprender ninguna guer4/amb!ea se contentó con proponer al Austria su me- ra con la mira de hacer conquistas, y que jamás emdiación, con condición de que los Países Bajos eligie- plearía sus fuerzas contra la libertad "de ningún pue«ren un «efe constitucional en la familia del empera- b!o: los descontentos belgas apelaron á aquella potendor, y que las provincias belgas tendrían una repre- cia. La guerra era entonces inminente entre la Europa
sentación libre y electiva en los tres órdenes, al arbi- y la Francia, y aun ya habían comenzado las hostilidades, la Prusia reunida con el Austria había invaditrio de la nación.
Es'as condiciones fueron desechadas por el am- do la frontera francesa, pero la batalla de Yalmy las
bicioso Van-der-Noot, que prohibió hasta que se pu- arrojó del territorio, y bien pronto un ejército republicasen : por otra parte,- los belgas combatían menos blicano se abrió entrada en la Bélgica por la batalla
por su libertad que por la conservación de su religión de Jemmapes, y conquistó todas las provincias hasta.
y sus comunidades religiosas, y un acontecimiento el Mosa. Esta invasión, á la que seguían los emigrados
importante vino á cambiar entre ellos el estado de los belgas, capitaneados por Yan-der-Meersch, fué acopartidos. Murió José II, y su sucesor Leopoldo, ape- gida con el mayor entusiasmo, porque los franceses
nas fué coronado, (30 de setiembre de 1790) publicó declararon libre la navegación del Escalda.
Pero aquel entusiasmo no fué de larga duración:
una declaración en que decia que se habia concertado Con la Prusia, la Holanda y la Inglaterra, y se habiendo ofendido los franceses á los belgas en sus
comprometía solemnemente bajo la garantía de aque- creencias, se unieron á los austríacos, y vieron con
llas tres potencias, á mantener las constituciones de júbilo á sus antiguos aliados rechazados al otro lado
las provincias belgas, en el estado que tenian en el de sus fronteras: con todo, el ejército republicano no
reinado de María Teresa: á conceder con respecto á tardó en tomar la ofensiva: forzó. á los austríacos á
los actos de la revolución, una amnistía completa, sin levantar el sitio de Maubeuge, se estableció en los
escepluar de ella mas que á los que impidiesen que principados de Chimay y de Beaumont, se apoderó
aquella declaración llegase á conocimiento del pueblo, de Messines, Warneton y Commines, y en una palay á introducir en la organización de los Estados, bra , aquella campaña (1794) no fué para la Francia
constitucionalmente y de acuerdo con ellos, las mo- mas que una larga serie no interrumpida de victorias:
dificaciones que reclamase el interés público Los bel- la batalla de Pleuras la aseguró definitivamente la pogas tenian de plazo hasta el 21 de noviembre para sesión de la Bélgica. El ejército francés penetró hasta
adoptar un partido, pasado el cual, si Jos Estados no en Holanda, y el 16 de mayo del año siguiente los
habían prestado su sumisión, el ejército austríaco in- Estados generales conc'uyeron con la Francia un travadiría el país, y cesaría de ser aplicable la amnistía tado que estipulaba las relaciones recíprocas de las
dos repúblicas. Las Provincias Unidas fueron reconoá los que permaneciesen en la insurrección.
Aunque sin recursos estrangeros, los Estados bel- cidas libres, pero con condiciones muy duras: tenían
gas resolvieron continuar la resistencia; pero la noche que ceder á Yenloo, el Limburgo holandés, Maesmisma del día en que espiraba el plazo, después de tricht y la Flandes zelandesa: abandonar el derecho
muchos pasos infructuosos, convinieron unánimemen- de ocupar á Flesinga: conceder á los buques francete en que no podian tomar otro partido que el de ele- ses la libre navegación del Rhin, del Escalda y del
gir gran duque hereditario de la Bélgica al archidu- Mosa: comprometerse á pagar 100.000,000 de florique Carlos, hijo tercero de Leopoldo, con condición nes por gastos de guerra: y por último, obligarse á
de que aquella dignidad, jamás podría confundirse mantener en tiempo de guerra un cuerpo de ejército
con la de gefe de la casa de Austria, ó cualquiera de 20,000 franceses á las órdenes de un -general de
otro soberano, cuyos demás estados no le permitiesen la misma nación. Este tratado cimentaba ademas de
residir en el pais, ni gobernarle por sí mismo. Pero un modo formal la conquista de la Bélgica: el 1.° de
el feld-mariscal Bender no hizo caso de aquella su- octubre se proclamó solemnemente la incorporación demisión á medias: pasó el Mosa el 23 de noviembre, y este país y del principado de Lieja á la república
dos días después, una capitulación concluida bajo las francesa. Comisarios franceses recorrieron el país y le
bases de la declaración del emperador, le entregaba dividieron en nueve departamentos: el del Lys, caá Namur. Continuó su marcha, y los Estados de Bra- pital Brujas; el del Escalda, capital Gante ; el de los
bante se decidieron á prestar su sumisión: en poco Dos Nethes, capital Amberes; el del Dyíe, capital
tiempo toda la Bélgica volvió á la dominación aus- Bruselas; el del Mosa Inferior, capital Maestrich; el
tríaca, y Van-der-Noot se vio precisado á retirarse á del Ourthe, capital Lieja; el de Jemmapes, capital
Mons; él de Sambre y Mosa, capital Namur, y el de
Holanda.
Por un convenio firmado en la Haya, las tres po- los Yosges, capital Luxemburgo. Desde aquella época
tencias garantizaron la soberanía de la Bélgica al em- las provincias belgas han compartido la suerte de la
perador , que por su parte confirmó las constituciones, Francia, y durante el consulado y el imperio su his«s privilegios y las costumbres de las provincias bel- toria se confunde con la de este pais. Ademas, el
5as> y publicó una amnistía casi general. Todas las emperador Francisco II por el tratado de Campo Forinnovaciones de José II quedaron abolidas: la archi- mio, concluido el 17 de octubre de 1797 , renunció
duquesa alaría Cristina y el duque Alberto de Sajonia todos sus derechos sobre los Paises Bajos.
e»cnen, iueron repuestos en el gobierno, y por últiPero la victoria, por largo tiempo fiel á los franntf'™ T ^ d e Mercy-Argenteau fué nombrado mi- ceses, los abandonó al fin: la Bélgica fué invadida
nistro plenipotenciario del emperador.
por los ejércitos de la coalición, que bien pronto es0 reino lar
g ° tiempo la buena inteligencia , por- tuvieron en posesión de la Flandes, el Brabante, Hai-
206
VIA GE ILUSTRADO.
üaut, Namur y Lieja. El 1.° de febrero de 1814 los.
prusianos entraron en Bruselas, y se apresuraron á
establecer alli un gobierno provisional: atravesaron
luego las fronteras de la Francia, y después de heroicos, pero inútiles esfuerzos, Napoleón partió para el
destierro.
Los aliados no sabían qué hacer de su conquista:
el Austria conocía muy bien que debía renunciar á la
Bélgica, y que aquel pais mas bien seria para ella
una carga que una .ventaja. El congreso deViena,
sordo á las quejas de los belgas, decidió que las antiguas provincias unidas de los Paises Bajos y las provincias bélgicas formarian con los límites que ulteriormente se lijasen, y bajo la soberanía del príncipe de
Orange-Nassau, el reino de los Paises Bajos. Aquella
decisión fué confirmada el 31. de mayo de 1813 por
un tratado concluido entre los Paises Bajos, la Inglaterra, el Austria , la Prusia y la Rusia.
Durante los Cien días, la Bélgica fué el teatro de
la guerra". Podia creerse que después de haber participado largo tiempo de los gloriosos destinos del imperio, aquel pais sostendría á su antiguo soberano y
le prestaría el auxilio de sus armas. No sucedió asi:
los belgas, sea por cansancio ó por desmoralización,
combatieron en las filas de las enemigos de la Francia y se distinguieron en ellas á las órdenes del príncipe de Orange. Vencedor primero en Fleurus y en
Ligny, el emperador se estrelló en Water'loo contra el
número de sus adversarios y la traición de sus generales. Pero aquellos acontecimientos no ejercieron influencia ninguna sobre la Bélgica, y en nada se alteraron las disposiciones del congreso de Viena.
El rey de Holanda temía á sus nuevos subditos, y
el objeto constante de su política fué el quitarlos su
nacionalidad. Las injusticias y exigencias de su gobierno indignaron á la Bélgica sometida á disposiciones rentísticas opresoras, y admitida en la representación general en una proporción insignificante. La
prensa levantó su voz: Potter especialmente reclamó
con energía en nombre de la nacionalidad ultrajada,
y fué preso. Pero el impulso estaba ya dado: los
periódicos, reclamaron con nueva energía; el partido republicano y el clero hicieron causa común y se
unieron contra los holandeses: por último , el pueblo
se amotinó y por todas partes estallaron sediciones.
Cuando la 'revolución* de 1830 espulsó de Francia á
la rama primogénita de los Borbones, la Bélgica respondió con entusiasmo al grito de libertad, y el 25 de
agosto hubo movimientos de insurrección en Bruselas.
Desde la capital se propagó rápidamente la revolución
por fas provincias, y por todas partes se proclamó la
emancipación del pais. Asustado el rey Guillelmo,
convocó los Estados en asamblea estraordinaria para
el 13 del mes de setiembre, y les anunció que se
ocuparían del examen de las quejas por las que la
Bélgica Labia tomado las armas. Pero al mismo tiempo
hacia avanzar un ejército á las órdenes de su hijo secundo Federico. Entonces se formaron cuerpos de voluntarios que corrieron á la defensa de la capital
amenazada. Los holandeses entraron en Bruselas el 23
de setiembre: cuatro dias después fueron arrojados de
ella por los patriotas mandados por Van-Halem v por
el general francés Merlin.
Charleroi abrió sus puertas: Tournay, Mouns, Namur
Dinant, Huy, Philippeville, Marienburgo, Arlon y
Gante hicieron otro tanto: por manera que desde
principios del mes de octubre la mayor parte de la
Bélgica había sacudido el yugo holandés.
El 5 del mismo mes el príncipe de Orange llegó á
Amberes con el título de gobernador general de la
Bélgica. «Este príncipe, dice Mr. Van Hasselt, era
muy querido en aquellas provincias por sus modales
francos y carácter caballeresco. Se habia distinguido
en la batalla de Waterloo, en la que habia combatido
á la cabeza de los belgas: luego, á principios de la
insurrección de Bruselas, el 1.° de setiembre se presentó casi solo en medio de la multitud amotinada, y
procuró una avenencia. Habia creado una comisión
encargada de examinar las medidas que debían tomarse ; pero el regreso de una diputación que habia
sido enviada á la Haya para hacer presente al rey el
estado de las cosas, desvaneció al día siguiente todas
las esperanzas que la llegada del príncipe habían hecho concebir (1).»
Bien pronto se conoció, en efecto, que el rey solo
deseaba ganar tiempo, y que para conseguir este objeto procuraba esplotar el nombre popular de su hijo.
No habiendo producido ningún resultado el viage de
aquel príncipe, Guillelmo revocó el 20 de octubre los
poderes que le habia dado, y el bombardeo de Amberes, que comenzó poco después, probó que en adelante era ya imposible todo pacto entre los dos paises.
Al mismo tiempo el congreso nacional proclamaba la
independencia de la Bélgica, escepto las relaciones
del Luxemburgo con la Confederación germánica, declarando que la forma de gobierno seria monárquica,
y que la casa de Orange-Nassau quedaba destituida
del trono. La nueva constitución quedó concluida el 7
de febrero de 1831.
La Bélgica era libre; pero no sabia qué hacer de
su libertad. Tres partidos tenían probabilidades de
triunfo: el primero queria desde luego la reunión de
aquel pais á la Francia ; pero en vista de la oposición
de los mas celosos católicos, pidió que se eligiera por
rey al duque de Nemours: el segundo, á cuya cabeza
se hallaba Poller, proponia el establecimiento de una
república católico-democrática: y por último, el tercero pretendia que la regencia pertenecía de derecho
al príncipe de Orange. El primer parecer fué el que
prevaleció : el congreso por una gran mayoría ofreció
la corona al duque de Nemours, Pero Luis Felipe la
rehusó, porque temia irritar á las potencias de Europa, que entonces tenían sus plenipotenciarios en Londres para arreglar los asuntos de la Bélgica. El congreso nombró entonces un regente provisional y recayó la elección en Mr. Sarlet de Chockier.
En la reunión siguiente (29 de marzo de 1831) el
congreso se ocupó primero del ejército y de la hacienda ; luego volvió á tratar de la elección de un rey, y
con gusto de la Inglaterra los sufragios recayeron en
el príncipe Leopoldo de Sajonia-Coburgo. Aquel principe aceptó, prestó juramento á la constitución el 21
de julio de 1831, el regente hizo dimisión-de sus funciones y el congreso declaró terminada la legislatura:
en fin, el nuevo monarca convocó los colegios electorales para el 29 de agosto, y la apertura del senado
Este triunfo aumentó el entusiasmo y la audacia: y cámara de los representantes para el 8 de setiembre
establecióse un gobierno provisional, y se adoptaron siguiente.
los tres colores brabanzones. Alh se sublevó y puso en
(I) Historia de la Bélqica.y de la Holanda, págicampaña'su artillería y un cuerpo de voluntarios: na 492.
UELG1CA.
Sin embargo, la conferencia de Londres conlmua- bargo de los buques holandeses, y devolvía la liber, s u s trabajos, y había publicado ya un acia cono- ; tad á todos los prisioneros do aquella nación, que se
' • ] a c o n e l nombre de Tratado de los veinte y cuatro hallaban en Francia desde la loma de Amberes'.
Sin embargo, la casa de Ora neo contaba todavía
artículos, á que Leopoldo se habia adherido antes de
«ubir al trono. La Holanda conservaba los límites s e - numerosos partidarios, y cuando el gobierno secuestró
ñalados en otro tiempo á las Provincias Unidas: el los bienes que poseía en Bélgica, estallaron murmullos
Luxemburgo continuaba formando parte de la Confe- en muchas ciudades, particularmente en Gante, Lieja,
deración germánica: la Bélgica formaba un estado li- Amberes y Bruselas. Entonces el pueblo se irritó y cobre bajo la garantía de las cinco grandes potencias: metió graves violencias: en Bruselas saqueó las casas
PC hacia cargo de las deudas que antes de la formación de los principales orangislas, (llamaban asi á los pardel reino de los Paises Bajos pesaban sobre su territo- tidarios de. la familia destronada) y costó mucho trario Y P°r último quedaba libre la navegación, de los bajo restablecer el orden.
El gobierno del rey Leopoldo dedicó toda su atenrioá V canales Pero Guillelmo negó su adhesión á
ción á hacer que volviese á llorccerel comercio belga,
aquel tratado , y el 2 de agosto ataco á la Bélgica.
Esta guerra no fué de larga duración; pero fué (pie la revolución habia aniquilado casi completamente;
suficiente para manifestar á los holandeses su poder. en 1838, una crisis afligió al banco, que se vio obliSin un pronto socorro enviado por la Francia á las ór- gado á suspender sus pagos; el gobierno acudió á su
denes del mariscal Gerard la hubiera sido á la Bélgi- socorro, y bien pronto se disipó la inquietud.
ca muy difícil resistir, aunque el nuevo monarca haEl í í de marzo de aquel mismo año, la Holanda
bia dado reiteradas pruebas de sabiduría y de valor. manifestó á la Bélgica que estaba pronta á aceptar el
La Holanda no podia hacer frente ¡i las fuerzas reuni- Tratado de los veinte y cuatro artículos. Aquella
das de dos naciones; al punto se concluyó un armis- notificación produjo en el reino un movimiento estraorticio, y el íl de agosto de 1831 se firmó una tregua de dinario, porque desdo 1830, el Luxemburgo y el
seis semanas.
Limburgo se habian identificado en la Bélgica, y contaEl 6 de agosto del año siguiente Leopoldo casó ban representantes en las dos cámaras. De todas partes
con María Luisa, hija primogénita del rey de los fran- enviaron felicitaciones al gobierno, enarbolaron los coceses, y de este modo unió á su partido á los belgas, lores brabanzones, y el pueblo hizo las mas enérgicas
que deseaban ver en el trono á un príncipe de la fa- reclamaciones. Leopoldo, sin embargo, se vio obligado
milia de Orleans. Poco tiempo después (11 de octu- á ceder por la retirada de los representantes de Prusia
bre) la conferencia de Londres reconoció la necesidad y Austria, y la Bélgica tuvo que contentarse con la
de emplear medidas coercitivas para compeler á la parte wallona del gran ducado de Luxemburgo , y
Bélgica y á la Holanda á que recíprocamente evacua- abam'jnó toda la provincia del Limburgo. Un tratado
ran territorios que no las correspondían según el Tra- subsiguiente, (19 de octubre de 1842), tuvo por obtado de los veinte y.cuatro artículos; y el 22 del jeto concluir la liquidación de deudas á cargo de la
mismo mes, vista la negativa de las cortes del Norte, Holanda y de la Bélgica: esta última no tuvo que sala Francia y la Inglaterra firmaron un tratado con aquel tisfacer mas que una renta anual de 5.000,000 de
objeto: declararon á la Holanda que en caso de opo- florines, en lugar de los 8.400,000 que la habia imnerse procederán al embargo de sus buques, y que puesto el tratado de 13 de noviembre de 1831.
ademas un ejército francés pasará la frontera para
El mismo año se descubrió una conspiración forapoderarse de la ciudadela de Amberes. El gabinete mada para volver á colocar en el trono al príncipe de
de la Haya no hizo caso de aquellas amenazas, y las Orange. Los generales Yandermecry Yandersmiscn se
potencias aliadas las pusieron en ejecución La ciuda- encontraban á la cabeza de aquel movimiento. Entredela de Amberes era fuerte, y lluvias abundantes ha- gados á los tribunales, fueron condenados á mucrle,
bían descompuesto y ablandado el terreno: la ciudad pero el rey les conmutó la pena en la de veinte años
debía ser neutral y las operaciones militares se encon- de presidio, y aun habiéndose fugado Yandersmiscn,
traban muy circunscritas. Mas no por eso dejó el ma- indultó á Yandermeer, con condición de que se espariscal Gerard de principiar el sitio y de proseguirle ciase y marchase á América. De los debates del procon eslremado vigor. Después de veinte y cuatro dias ceso resultó que los conjurados habian tenido á su
de trinchera abierta, el general Chassó capituló y se disposición inmensos recursos, y casi resultó probado
entregó prisionero con las tropas que tenia á sus órde- que una potencia eslrangera les facilitó el oro para
nes. El general Gerard se comprometió á ponerle en promover disturbios en Bélgica Aun ahora, este reihberlad, cuando fuesen devueltos á la Bélgica los no no está todavía tranquilo : los dos partidos que
tuertes de Lillo y de Liefkenshoek, situados á orillas se habian amalgamado para derribar del trono á Gui«el Escalda. Pero el rey Guillelmo se negó á ratificar llelmo, se han dividido y se hacen una guerra encaresta última condición: contaba con el apoyo de las nizada. Hasta el dia, el partido religioso lleva la venpotencias del Norte, y pensaba que un cuerpo de taja, pero los republicanos adquieren continuamente
ejercito prusiano que habia de observación en la fron- nuevas fuerzas, y la lucha llegará bien pronto á equi'ei',a, pasará el Rhin y acudiría en su auxilio. Cuando librarse.
'" que se habia engañado, que la ciudadela de AmDespués de esta relación histórica, bueno será enpies estaba tomada, y que los buques franceses é in- trar en algunos pormenores acerca de su industria y
g eses causaban mucho daño á su comercio, pensó en de su comercio. La Bélgica puede contarse entre los
negodacones El 16 de mayo de 1833 se trató de paises mas industriosos de Europa: sin embargo, hasta
omun acuerdo de un armisticio indefinido, y el 2t el siglo IX, no presentó mas que el cuadro de la ocioborinT0!"i" c o n v e n i ° provisional que eslablecia la li- sidad y de la miseria: cubierta de lagunas y de bostanh A iEscaMa> s o m e t i a el pontazgo del Mosa á la ques, estaba asolada por los bandidos, y los piratas
eomn,-Pn,i Í a S i U n C l a ' „ m a n l c n i a e l statu 1U0 territorial, I que recorrían sus mares, interceptaban todas sus r e aprendiendo en él al Luxemburgo, alzaba el em- laciones marítimas. Libres ya de los deslrozos de los
20 8
V1AGE ILUSTRADO.
normandos, los belgas principiaron á dedicarse ala
agricultura: en seguida establecieron manufacturas.
En el siglo X, ya eran muy numerosas, particularmente en Flandes. El conde Balduino el "Joven, estableció eu aquella provincia muclios mercados. señaladamente en Brujas, Courtray, y Calais: en fin, levo
á Gante tejedores y bataneros, y aquella ciudad llego
á ser la mas comerciante v rica de Flandes.
Desde aquella época, la cria del ganado lanar y el
cultivo del lino, se contaban en el número de los primeros ramos de la industria de la Bélgica, y las principales fuentes de su riqueza. Asi es que el comercio
de paños y lienzos llegó a estar allí muy floreciente.
A los flamencos es deudora la Inglaterra del arte de
tejerlos paños, v aun del de teñirlos.
El decreto espedido en 1199 , por el conde Balduino de Conslanlinopla, para eslab'ecer en Flandes
la uniformidad de pesos y medidas, puede dar una
idea del grado de civilización á que ya había llegado
aquel pais á fines del siglo XIJ.
Las cruzadas detuvieron el vuelo de la industria
belga; sin embargo, el arte de fabricar los tapices,
practicado y perfeccionado por los belgas desde su
regreso de aquellas espediciones, adquirió un grande
desarrollo en Brujas y en Bruselas. En el siglo XIII,
merced á las relaciones de las naciones del Norte con
los italianos ó lombardos, volvió á florecer el comercio, formóse la liga anseática, y Brujas llegó á ser el
almacén de depósito y el lugar de cambio de las mercaderías de Europa.
Eduardo III, rey de Inglaterra , vicario del emperador en Amberes, aseguró en 1339 por un privilegio,
la salvaguardia de los negociantes flamencos que importaban á Bélgica las lanas de la Gran Bretaña Los
paños de Bruselas y de Lobayna alimentaban en 13Í9
á la Francia entera.
Gracias á la protección de los condes de Flandes,
Gante sostenia también ya hacia tres sig'os, el honor
de sus manufacturas, cuando en 1391, la rebelión de
sus habitantes destruyó su comercio: los obreros de sus
fabricas emigraron á Lobayna. Esta última ciudad
contaba en 1380, cuatro mil fábricas de paños, y mas
de cincuenta mil obreros. Nivelles estableció en el
siglo XIII las primeras fábricas de lienzos finos, conocidos con el nombre de batistas, cambrais y linones. Una sedición délos obreros en 1Í57, dio, como
en Gante, un golpe mortal á la industria de Lobayna,
y aquella industriase trasladó á Valenciennes, Cambrai, y Douai.
JBn el siglo XIV, Guillelmo Buckelz descubrió el
medio de salar los arenques: desde entonces la pesca
llegó á ser para la Bélgica un manantial inagotable de
riquezas. Huys y Brujas fueron las ciudades que tuvieron mayor número de pesquerías. Mas larde, Amsterdam se atrajo toda aquella industria. En el gobierno de la casa de Borgoña, fué cuando las artes y manufacturas llegaron entre los belgas al mas alto grado
de prosperidad. La producción de las lanas habia sido,
sobre todo, objeto déla atención délos flamencos.
Felipe el Bueno, para honrar al comercio que enriquecía sus provincias, estableció en 1430 la orden del
Toisón de oro.
Después de la rebelión de 1488, Brujas perdió simultáneamente sus privilegios y su comercio. Amberes
los heredó y llegó bien pronto á una alta importancia
comercial. Sus naves surcaban el Escalda, y trasportaban á lo lejos sus tejidos, damascos v terciopelos.
Las persecuciones que en otras partes sufrían los protestantes , condujeron á sus muros obreros industriosos: pero las guerras civiles y religiosas que asolaron
á la Bélgica en tiempo de Felipe II, y las campañas
de Luis XIV , arruinaron por fin su comercio, que Fué
á enriquecer á Amsterdam. Ademas, el tratado de
Weslfalia habia cerrado á los buques la entrada del
Escalda, y dado de este modo á Amberes el último
golpe que resonó en toda la Bélgica.
A principios del siglo XVIII, las principales ciudades comerciales de este pais, hicieron vanos esfuerzos para reconquistar la posición que la política europea se obstinaba en quitarlas. Las poblaciones de Brabante y de la Flandes, fijaron entonces su atención
en la agricultura y la industria, y en esta época fué
cuando se conquistaron ó orillas del mar el pais de
Waés y otros puntos.
Napoleón quiso fomentar el comercio y la industria
de la Bélgica, protegiendo las manufacturas y abriendo el puerto de Amberes. Pero los destinos comerciales
de esta ciudad infundieron recelos á los comerciantes
de Londres, y la reunión de la Bélgica con la Holanda anonadó el porvenir que el emperador reservaba al
primero de aquellos paises. Bajo la dominación holandesa, Amberes fué levantándose parcialmente de su
postración comercial, sin que por eso recobrase la Bélgica la elevada posición que habia perdido. Por último , este pais llegó á ser un reino independiente, pero antes de dar á conocer el impulso que la industria
y el comercio recibieron con este acontecimiento, debemos manifestar los elementos de prosperidad con
que la naturaleza habia dotado á la Bélgica, y que la
inteligente actividad desús habitantes ha sabido des^
arrollar.
La prosperidad comercial, industrial y agrícola de
un pais, depende particularmente del estado de viabilidad de su territorio. Bajo este aspecto, la Bélgica
lleva mucha ventaja á la Inglaterra, la Francia, y las
demás naciones de Europa. Los belgas se han ocupado
hace mucho tiempo en mejorar sus vias de comunicación. Ademas de los numerosos caminos vecinales, del
Estado, y provinciales, presentan una longitud de
mas de 16,000,000 de pies.
La Bélgica presenta una disposición hidrográfica
de las mas favorables para la navegación natural y
artificial. Su territorio está dividido por tres cauces ó
álveos, el del Escalda, el del Mosa, y el del Issel,
que ofrecen ventajas y condiciones notables para abrir
líneas de navegación profunda. Asi es que las ciudades de Gante y de Brujas, poseían ya en los siglos XII y XIII los únicos grandes canales que entonces se veian conducir al mar barcos de vela. La
navegación del Escalda Superior fué mejorada en el
siglo XV. Durante el XVI, época en que Amberes adquirió la supremacía comercial, el Deulc, el Selle y el
Dyle, se hicieron navegables para los barcos del Escalda En 1330 , Bruselas emprendió su célebre canal,
cuya longitud es de 26,334 varas castellanas. En
tiempo de Luis XIV, Vauban hizo abrir canales, aunque con un objeto puramente estratégico: por último,
en el siglo XVIII, en tiempo de la dominación francesa y holandesa, se abrieron otros muchos.
La navegación natural de los rios, se estiende á
2.174,617 y 1¡2 pies, cuya mayor parte está alimentada por la marea. Los canales están tan desarrollados
como los ríos: su estension es de 2.553,416 y 1/2 pies.
Merced á este sistema admirable de navegación, to-
BÉLGICA.
.
209
y. g las ciudades importantes de la Bélgica están unidas por doscientas cincuenta y un mil seiscientas sesenta
á nlraspor vias navegables, Y lodos los centros de in- y cinco: mil seiscientos ochenta y siete trabajadores se
dustria encuentran un trasporto fácil para sus productos emplean en las herrerías do las mismas provincias.
Sin embargo, como si la Bélgica no tuviese todaEn 1838 se contaban doscientas veinte y una fávía bastantes vias de comunicación , el primer acto de bricas para la preparación del hierro. La industria
»„ asamblea nacional después de la revolución de 1831 particular habia construido ciento treinta altos hornos
fué la creación de muchos caminos de hierro. Desde de fundición, de los que solo noventa y ocho se haacmeíla -época los belgas trataban de enlazar el puerto llaban en actividad. El esecsivo desarrollo del trabajo
de Amberes con el Mosa-y el Rhin, con intención de metalúrgico habia producido el estancamiento de un
sacar gran ventaja de este último rio. El camino de gran número de establecimientos y detenido los prohierro que debia llegar hasta él, realizaba la idea de gresos de aquella industria. Asi es, que en 183') no
Napoleón que quería que Amberes fuese el principal existían ya mas que ciento diez y siete herrerías, de
puerto del Rhin. Ademas, la red de caminos de hierro las que solamente habia en actividad sesenta y nueve.
que creó la Bélgica, debía consolidar la independen- Estas suministraron aquel mismo año, 88,000 tonecia del nuevo reino: fueron, pues, simultáneamente ladas do hierro,- que representaban un valor de mas
dos objetos, uno comercial y otro político, los que de 44,000,000 de reales. La actividad que se ha desimpulsaron á este pais á cubrir su territorio de cami- plegado en la construcción de los caminos de hierro,
nos de hierro. En 183.3, en el ministerio de Mr. Ro- parece que debe fomentar esta industria en Bélgica.
ger, las cámaras acordaron la creación de otros fer- En Lieja y en Huys, es en donde se prepara la hoja
ro-carriles, que se dirigiesen desde Malinas hacia la de lata. So fabrican máquinas en Gante, Lieja, BrusePrusia, por Lobayna, Lieja y Verviers: hacia Ambe- las, Verviers, Charleroy, Boussuy Tirlemont. La imres, por üslende, Termonde, Gante y Brujas, y ha- portación de máquinas asciende á S.000,000, y la
cia la frontera de Francia, atravesando á Bruselas y el esportacion á 6.000,000. Hay fábricas de armas en
Hainaut. Esta grande empresa nacional se acometió Lieja, y de cuchillería en la provincia de Namur: en
con tanta actividad , que en 1813 se inauguró la ú l - Lieja y Bruselas, se hacen instrumentos de cirugía.
tima sección de aquellos caminos de hierro que van Las agujas se fabrican en San Nicolás, y los clavos
desde Verviers á la frontera de Prusia. Asi es, que en en las provincias de Lieja y de Hainaut.
nueve años se realizó el pensamiento de las cámaras. * En 1839, se contaban en toda la Bélgica, mil
El número de las locomotoras, ascendía ya en 1844, á cuarenta y cuatro máquinas di vapor, cuya fuerza
ciento cincuenta y nueve, que presentaban una fuerza total era de veinte y cinco mil quinientos doce cabatotal de siete mil novecientos cincuenta caballos. El llos: seiscientas ochenta y nueva eran de alta presión,
movimiento general de los viageros en todo el con- y trescientas cincuenta y cinco de baja. La provincia
junto de las vias de hierro, fué en el mismo año de de Luxemburgo no poseia ni una sola hasta aquella
tres millones trescientos ochenta y un mil quinientos época. Las cuatro quintas parles de estas máquinas
estaban establecidas en el Hainaut, la Flandes Orienveinte y nueve.
La Bélgica es después de la Inglaterra el pais mas tal y la provincia de Lieja. Catorce barcos de vapor
favorecido en combustible mineral: la atraviesa una navegaban ademas por las aguas de. la Bélgica. El
ancha zona de mineral de carbón, que sale á flor de establecimiento de Seraing, cerca de Lieja, es el mas
tierra en Aquisgran, en Lieja, en Charleroi, y pasa célebre en cuanto á la construcción de locomotoras.
por debajo de la ciudad de Mons. La estension de es- Jhon Cockrell, antiguo propietario de aquel establecila especie de banda es de ciento once mil seiscientas miento, ocupó hasta dos mil quinientos obreros y veinte
veinte y cuatro fanegas. Cuéntanse en Bélgica tres- y seis máquinas de vapor de la fuerza de mil caballos.
Las minas mas importantes de zinc que posee la
cientas veinte minas de carbón de piedra, en que se
emplean treinta y siete mil ciento setenta y un obre- Bélgica, son las de Altenberg, entre Lieja y Aquisros, y doscientas noventa y cuatro máquinas de vapor, gran, á legua y media de esta última ciudad. La
y producen anualmente cuarenta millones ochocien- principal mina de esta esplotacion, está situada en Antas mil toneladas de carbón. Las dos terceras partes gleur, junto á Lieja. Los terrenos que contienen la
de esta masa de combustible, se consume en el mismo calamina, se estienden parle por Prusia, y parte por
territorio y la tercera parte restante se esporla á Fran- Bélgica: están considerados como territorio neutral
cia y Holanda. La Francia recibe anualmente cerca por los dos gobiernos, y sometidos á un derecho común. El consumo anual de la calamina es de unos
de seis millones de toneladas.
La Bélgica posee igualmente un gran número de veinte, mil pies cúbicos. Esta mina produjo en 1837,
minas de hierro, cuya abundancia no es la que me- mas de tres millones de libras de zinc; en 1840, mas
nos ha contribuido á colocar á aquel pais entre los de siete millones, y en 1813 mas de once millones. En la
mas industriosos del mundo. El mineral se presenta esplotacion se ocupan mas do ochocientos individuos.
La industria linera, una de las mas antiguas de la
con mucha riqueza en el Hainaut, en las provincias
de Namur y de Lieja y en las orillas del Mosa. Los Bélgica, está muy distante de encontrarse en condisitios ferruginosos presentan frecuentemente en la pro- ciones prósperas:*solo se sostiene por la Francia. Este
vincia de Namur diez y siete mil novecientos cincuen- estado de decadencia debe atribuirse á la lucha que
ta y cinco varas de ancho, y otras cincuenta y nueve existe entre el trabajo manual y el mecánico. En 1840
mil ochocientas cincuenta de largo. El mineral de la se contaban en Bélgica cerca de doscientas treinta mil
Provincia deLuxemburgo suministra la calidad de hie» trescientas noventa y seis hilanderías sumidas en su
ro conocido con el nombre de hierro blando de las Ar- mayor parle, en la mas espantosa miseria, pues que
aenas. La producción de este metal puede calcularse los jornales eran sumamente mezquinos. Kn el mismo
I a | a toda Bélgica en trescientas cincuenta y cinco mil año, el número de tejedores ascendía ásetenta y cuaRocíenlas cincuenta y ocho toneladas. Las provin- tro mil setecientos, y el de las piezas de lienzo que se
as de M m i
» ' y de Luxcmbargo entran en esta suma ' fabricaban á cuatrocientas mil. Cuéntanse once esta-
Descargar