Suprema Corte

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~ PErno CORNELlO FEDERICO SI I~lInJCI~LlDAO ARl ;1.71 (X)-JSl. PROV~li
~~.
S.C. H.11, L.XXXIV.-
Suprema
Corte:
-1-
El doctor Pedro Comelio Federico Hooft, quien nació en Uirecht,
Holanda, obtuvo la nacionalidad argentina en 1965 y, luego de haber desempeñado varios
cargos en el Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires, es actualmente titular del
Juzgado en lo Criminal y Correccional N° 3 de Mar del Plata, inició demanda ante la
Suprema Corte de Justicia de dicha Provincia -a fs. 18/28- a fin de obtener que se declare
la inconstitucionalidad o la inaplicabilidad, a su respecto, del arto 177 de la Ley
Fundamental local, por contrariar la Constitución Nacional reformada en 1994, en cuanto,
según afirmó, cercena el derecho a ser juez de cámara -o eventualmente de casación- a
aquellos que, como él, no obstante reunir todos los demás requisitos, condiciones y
calidades exigidos por dicho artículo, carecen de la ciudadanía argentina de origen.
-IILa Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
rechazó in limine la demanda a fs. 49/51.
A tal efecto, expresaron sus integrantes que el arto 161, inc. 10 de
la Carta Magna provincial atribuye a ese tribunal el ejercicio de la jurisdicción originaria sin perjuicio de la de apelación- "para conocer y resolver acerca de la constitucionalidad o
inconstitucionalidad de leyes, decretos, ordenanzas y reglamentos que estatuyan sobre
materia regida por esta Constitución y s~ cóntrovierta por parte interesada".
Agregaron que, al reglamentar la acción de inconstitucionalidad
aquí deducida, el arto 683 del C.P.C.C. vuelve a precisar, en idénticos términos, el "objeto
del juicio" -más exactamente, el objeto de la pretensión- al establecer que, de acuerdo a
lo dispuesto por la Constitución de la Provincia, se podrá demandar la declaración de
inconstitucionalidad de la "ley, decreto, ordenanza o reglamento que estatuya sobre materia
regida por aquélla... ", como así también que otros preceptos reglamentarios (v. Art. 585,
primer apartado) incluyen la misma enunciación, destacando el que se refiere al contenido
de la decisión que, para el caso de resultar favorable, expresa: "Si la Suprema Corte
estimase que la ley, decreto, ordenanza o reglamento cuestionados, son contrarios a la
cláusula o cláusulas de la Constitución que se citaron, deberá hacer la correspondiente
declaración sobre los puntos discutidos" (primer apartado del arto 688 de la ley ritual).
Entendieron que la mención de las normas que pueden constituir
el objeto de la pretensión declarativa de inconstituCionalidad, en lo que interesa al caso,
implica que sólo 10 son aquéllas dictadas por aplicación
-directa o indirecta-
Constitución Provincial, esto es, que se encuentran en un rango inferior
de la
-mediato o
inmediato- a ella, pues sólo así puede suscitarse el conflicto normativo que la Corte está
llamada a resolver de acuerdo con el citado inc. 1° del arto 161, toda vez que la mención de
ley, decreto, ordenanza o reglamento, además de otras connotaciones, importa la expresión
de diversas clases de ordenamientos jurídicos que tienen en común, entre otros rasgos, el
constituir mandatos de jerarquía infraconstitucional provenientes de autoridades públicas
locales. Es este dato esencial, dijeron, el que posibilita el conocimiento y decisión "acerca
de la constitucionalidad o inconstitucionalidad", esto es, acerca de la conformidad o
infracción de las normas subordinadas inferiores, respecto de aquéllas -máxima expresión
de la autonomía provincial- con las que entran en conflicto.
Concluyeron que va de suyo, entonces, que, a través de la acción
originaria en tratamiento, no resulta viable poner en tela de juicio a una norma de la propia
Constitución Provincial, cualesquiera sean los agravios que se invoquen o las infracciones
que se denuncien.
-IlIDisconforme, el actor interpuso, a fs. 58/72, el recurso del arto 14
de la ley 48.
Sostuvo allí, en lo esencial, que el rechazo de la demanda no tiene
motivación adecuada ni suficiente para privarlo de justicia en el caso, donde el meollo de la
cuestión es materia constitucional (art. 161, inc. l° de la Constitución provincial) y se cubre
de matices de orden federal, pues aquél se halla regido al mismo tiempo por normas y
principios de la Constitución Nacional y de los Tratados -como el de San José de Costa
Rica- incorporados al derecho interno con igual jerarquía a las de las normas
constitucionales federales.
La existencia de dicha cuestión federal determinaba, de acuerdo
con la doctrina de V.E. establecida en las causas "Strada" y "Di Mascio", que la Suprema
Corte de la Provincia de Buenos Aires, actuando como superior tribunal de la causa y
destinataria del agotamiento de las vías, recursos o remedios contemplados en la legislación
Jocal, que debiera considerar dicha cuestión.
Ello hace necesario, concluyó, que
v.E. descalifique 10 decidido,
por adolecer de arbitrariedad y de exceso ritual manifiesto, y ordene que el citado tribunal,
integrado por jueces hábiles, proceda como se requiere.
S.C. H.11, L.XXXIV.-
-IVSegún expresó V.E. en la segunda de las causas citadas por el
propio recurrente, el desarrollo de las potencialidades de los órganos judiciales para
resolver los planteos federales cumple con la doble finalidad del arto 14 de la ley 48,
reglamentario del arto 31 de la Constitución NaCional, en cuanto, por un lado, consolida la
~Nerdadera extensión de la jurisdicción provincial y, por el otro, preserva el singular carácter
;de la intervención de esta Corte, reservada para después de agotada toda instancia local, por
,ser todas ellas aptas para solucionar dichos planteos. La secular y vigente expresión de que
~
,el Tribunal es el custodio e intérprete "final" de la Constitución y de los derechos en ella
consagrados, debe ser entendida no sólo en el sentido de que sus decisiones son
irrevisables, sino también en el de que son últimas, esto es, que proceden luego de agotadas
\)or las partes todas las mencionadas instancias.
También dijo, el Tribunal, que en la sentencia dictada in re
~'Strada, Juan Luis" fue precisada la recta interpretación que cabe acordar al arto 14 de la ley
48, en cuanto establece: "Una vez radicado un juicio ante los tribunales de provincia,
[será sentenciado y fenecido en la jurisdicción provincial, y sólo podrá apelarse a la
"
lttorte Suprema de las sentencias definitivas pronunciadas por los tribunales
:~bperiores de provincia•••" (conf. sentencia dictada en la causa "Di Mascio, Juan R.
~'tl1terpone
recurso de revisión en expte. N 40.779", cons. 10 in fine y 11, publicada en
~~,
{Fallos: 311:2478).
~;
~'á
-V-
A mi modo de ver, en el sub lite sólo se ha configurado el último
~dé--los requisitos señalados, por tratarse de una decisión emitida por la Suprema Corte de la
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:iltovincia
de Buenos Aires. En efecto, el rechazo in limine de la demanda implica, por un
F'O>
~ado, que la causa no quedó radicada en tribunal alguno de la citada Provincia y, por el otro,
¡como antes se puso de relieve, que los jueces de la causa se limitaron a declarar que la vía
Jie-Iegida no era la adecuada para resolver el planteo del actor y, por lo tanto, no emitieron
~~Pinión alguna sobre el fondo del asunto.
Fe
En tales condiciones, toda vez que el recurrente no alegó en
~
.
~htomento alguno y, por ende, no demostró, como hubiere sido menester, que lo decidido le
~Pí'ogue un agravio
t. xistenci~
e.
de imposible
de cualquier otra
~
insuficiente reparación ulterior, debido a la supuesta
~ía procesal. local que le ~ermi~a obtener la declaraci~~ :ue
IPretende, pIenso que el remedIO federal mtentado devIene Improcedente, al no dmglrse
contra una sentencia definitiva, requisito cuya ausencia, según tiene declarado la Corte, no
se salva ni siquiera mediante la invocación de arbitrariedad o de otros agravios
constitucionales (conf. doctrina de Fallos: 311: 1670; 312: 1891,2150 Y2398, entre otros).
No se me escapa que, en el citado precedente de Fallos: 311 :2478,
dejó en claro la Corte que, "si por disposición de las Legislaturas de las provincias o por la
jurisprudencia de sus tribunales resultase que los superiores órganos locales se vieran
impedidos de garantizar el orden previsto en el arto 31 de la Constitución Nacional, en
condiciones en que sí podría llevarlo a cabo la Corte, bien pronto se advertirá que ello
produciría una reducción de la zona de reserva jurisdiccional de las provincias, puesto que
esos órganos se verían impotentes para velar por el mantenimiento del principio de
supremacía en casos correspondientes a la jurisdicción de sus propios estados, y resueltos
por sus propios órganos jerárquicamente inferiores". Y que ''No concierta con e] régimen
imperante el hecho de. que un tema -en el que se encuentre planteada una cuestión federalno merezca, por limitaciones de fuente local, el conocimiento del órgano máximo de una
provincia, y sí que sea propio de]a Corte Suprema de la Nación".
Empero, la doctrina recién expuesta, obsta a ]a solución que se
propone para el presente caso, porque ella se funda, ante la falta de demostración por el
actor de lo contrario, en la posibilidad de que exista otra vía apta para ello y que, una vez
agotadas las instancias pertinentes, pueda entonces pronunciarse el máximo tribunal local
acerca de la inconstitucionalidad impetrada, de forma tal que, conocer del recurso
extraordinario con los alcances pretendidos por el doctor Hoof, implicaría tanto como
inmiscuirse en la facultad
-no delegada por las Provincias al Gobierno Nacional- de
organizar su administración de justicia y su consecuencia, esto es, que la tramitación de los
juicios sea de su incumbencia exclusiva, por lo que pueden establecer las instancias que
estimen convenientes (arts. 122, !23 Y 125 de la Constitución Nacional).
Por último, pienso que no es aplicable en ]a especie lo declarado
por V.E. en tomo a que el ejercicio de tal facultad es, desde todo punto de vista,
inconstitucional si impide a los magistrados loca]es considerar y aplicar en su integridad ]a
totalidad del orden jurídico de] Estado, en cuya cúspide se encuentra ]a Constitución
Nacional, las leyes que en su consecuencia se dicten por el Congreso y los tratados con las
potencias extranjeras, a las que las autoridades de cada Estado están obligadas a
conformarse, no obstante cualquier disposición en contrario que contengan sus
constituciones o leyes.
S.e. H.ll, L.XXXIV.-
Ello es así, desde mi punto de vista, toda vez que en los dos
precedentes antes aludidos, "Strada" y "Di Mascio", a diferencia de lo que aquí acontece,
mediaban sentencias definitivas sobre el fondo del asunto y la revisión de éstas se
pretendía someter a la Corte, mientras que el impedimento descripto en el párrafo anterior
se había configurado al haberse denegado los recursos locales interpuestos contra tales
sentencias.
-VIOpino, por
)0
tanto, que corresponde declarar improcedente el
recurso extraordinario deducido a fs. 58/72.
Buenos Aires, .f/de septiembre de 1998.-
5 COPIA
MARIA GRACIELA REIRIZ
MARtA GRACIELA RElRIZ
PROCURADORA GENeRAL Su•.,TlTUTA
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